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AGROALIMENTARIA Vol. 21, Nº 41; julio-diciembre 2015 37 Bolom Martínez, Susana 1 Figuerola, Fernando E. 2 Blanco Wells, Gustavo 3 Amtmann Moyano, Carlos 4 Recibido: 05-03-2013 Revisado: 31-01-2014 Aceptado: 10-06-2014 1 Licenciada en nutrición y ciencia de los alimentos (Universidad Iberoamericana Puebla, México); Maestría en Desarrollo Rural, Facultad de Ciencias Agrarias y Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile. Universidad Austral de Chile. Dirección postal: Escuela de Graduados Universidad Austral de Chile, Casilla 567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63-221747. Fax: +56-63221068; e-mail: [email protected] 2 Ingeniero agrónomo (Universidad de Chile); Master of Science in Food Science (Universidad de California-Davis, EE.UU.). Profesor Asociado, Facultad de Ciencias Agrarias, Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. Dirección postal: Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Austral de Chile, Campus Isla Teja, Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63221302. Fax: +56-63221355. Teléfono móvil: +56-9-99195202; e-mail: [email protected] 3 Ingeniero agrónomo (Universidad Austral de Chile); Master of Arts en Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología (Universidad de Roskilde, Dinamarca); Doctor en Sociología del Desarrollo (Universidad de Wageningen, Países Bajos). Profesor Auxiliar del Instituto de Historia y Ciencias Socialess, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile. Dirección postal: Instituto de Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile, Casilla 567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63221547. Fax: +56-63221476; e-mail: [email protected] 4 Médico veterinario (Universidad Austral de Chile); Master of Arts en Desarrollo Social Rural (Reading University, Reino Unido). Profesor Emérito Instituto de Ciencias Sociales, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile. Dirección postal: Instituto de Historia y Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile, Casilla 567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63221946. Fax: +56-63221476; e-mail: [email protected] EVALUACIÓN DEL PROYECTO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA MICRORREGIÓN CAFETALERA ZONA ALTOS DE CHIAPAS RESUMEN El Proyecto Estratégico en Seguridad Alimentaria de la FAO en México opera desde 2003, impulsando acciones y proyectos productivos con la finalidad de mejorar la seguridad alimentaria familiar en regiones con alta marginación en el país. Este estudio evalúa los efectos de la intervención de este programa en localidades indígenas tzotziles de la microrregión cafetalera en la Región Altos de Chiapas en México. Se realizó un estudio descriptivo y evaluativo comparando datos de línea base tomados antes de la intervención y entre grupos que se han beneficiado o no con el programa. Los resultados muestran que la situación de inseguridad alimentaria persiste entre la población. Las familias viven principalmente de la agricultura y de la venta del café, aunque se encontró mayor infraestructura y oportunidades para la producción en aquellas localidades donde intervino el Programa. En relación con datos anteriores a la intervención, no se encontraron cambios significativos en el incremento de ingresos familiares anuales en ambos grupos, pero si un aumento del porcentaje de los ingresos destinados a los alimentos. El Programa solo consideró parcialmente elementos culturales del grupo indígena a lo largo de su intervención, en parte, dado que la asignación de recursos y proyectos productivos en las localidades fueron dirigidos con débiles procesos de participación social. Palabras clave: Altos de Chiapas, México, microrregión cafetalera, pertinencia cultural, población Tzotzil, seguridad alimentaria

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AGROALIMENTARIA

Vol. 21, Nº 41; julio-diciembre 2015 37

Bolom Martínez, Susana1

Figuerola, Fernando E.2

Blanco Wells, Gustavo3

Amtmann Moyano, Carlos4

Recibido: 05-03-2013 Revisado: 31-01-2014 Aceptado: 10-06-2014

1 Licenciada en nutrición y ciencia de los alimentos (Universidad Iberoamericana Puebla, México); Maestría enDesarrollo Rural, Facultad de Ciencias Agrarias y Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral deChile. Universidad Austral de Chile. Dirección postal: Escuela de Graduados Universidad Austral de Chile,Casilla 567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63-221747. Fax: +56-63221068; e-mail: [email protected] Ingeniero agrónomo (Universidad de Chile); Master of Science in Food Science (Universidad de California-Davis,EE.UU.). Profesor Asociado, Facultad de Ciencias Agrarias, Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos,Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. Dirección postal: Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos,Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Austral de Chile, Campus Isla Teja, Valdivia, Chile. Teléfono:+56-63221302. Fax: +56-63221355. Teléfono móvil: +56-9-99195202; e-mail: [email protected] Ingeniero agrónomo (Universidad Austral de Chile); Master of Arts en Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología(Universidad de Roskilde, Dinamarca); Doctor en Sociología del Desarrollo (Universidad de Wageningen, PaísesBajos). Profesor Auxiliar del Instituto de Historia y Ciencias Socialess, Facultad de Filosofía y Humanidades,Universidad Austral de Chile. Dirección postal: Instituto de Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile,Casilla 567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63221547. Fax: +56-63221476; e-mail: [email protected] Médico veterinario (Universidad Austral de Chile); Master of Arts en Desarrollo Social Rural (Reading University,Reino Unido). Profesor Emérito Instituto de Ciencias Sociales, Facultad de Filosofía y Humanidades, UniversidadAustral de Chile. Dirección postal: Instituto de Historia y Ciencias Sociales Universidad Austral de Chile, Casilla567 Valdivia, Chile. Teléfono: +56-63221946. Fax: +56-63221476; e-mail: [email protected]

EVALUACIÓN DEL PROYECTO ESTRATÉGICODE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA

MICRORREGIÓN CAFETALERA ZONA ALTOSDE CHIAPAS

RESUMENEl Proyecto Estratégico en Seguridad Alimentaria de la FAO en México opera desde 2003, impulsandoacciones y proyectos productivos con la finalidad de mejorar la seguridad alimentaria familiar en regionescon alta marginación en el país. Este estudio evalúa los efectos de la intervención de este programa enlocalidades indígenas tzotziles de la microrregión cafetalera en la Región Altos de Chiapas en México. Serealizó un estudio descriptivo y evaluativo comparando datos de línea base tomados antes de la intervencióny entre grupos que se han beneficiado o no con el programa. Los resultados muestran que la situación deinseguridad alimentaria persiste entre la población. Las familias viven principalmente de la agricultura y de laventa del café, aunque se encontró mayor infraestructura y oportunidades para la producción en aquellaslocalidades donde intervino el Programa. En relación con datos anteriores a la intervención, no se encontraroncambios significativos en el incremento de ingresos familiares anuales en ambos grupos, pero si un aumentodel porcentaje de los ingresos destinados a los alimentos. El Programa solo consideró parcialmente elementosculturales del grupo indígena a lo largo de su intervención, en parte, dado que la asignación de recursos yproyectos productivos en las localidades fueron dirigidos con débiles procesos de participación social.Palabras clave: Altos de Chiapas, México, microrregión cafetalera, pertinencia cultural, población Tzotzil,seguridad alimentaria

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RESUMO

RÉSUMÉ

ABSTRACTThe Strategic Project for Food Security of FAO in Mexico, operating since 2003, has promoted actionsand productive projects in order to improve household food security in regions with high level ofpoverty in the country. This study evaluates the effects of the Program intervention in indigenous Tzotzilcommunities of the coffee-producing micro region located in Altos of Chiapas Region, Mexico. A descriptiveand evaluative study was carried out comparing baseline dated before the intervention and between groupswith and without the Program. Results showed that the food insecurity persists in the population. Familieslive mainly from agriculture and the coffee sales. However, more infrastructure and productionopportunities were found in communities where the Program intervened. In relation to the data prior tointervention, in both groups no significant changes in annual household income were found. Despitethis, an increase in the proportion of income destined to food was found. The Program only partiallyconsidered the indigenous cultural elements during the intervention, given that the resource and productiveprojects allocation in the localities were conducted with weak processes of social participation.Key words: Altos de Chiapas, coffee-producing micro-region, cultural relevance, food security, Mexico,Tzotzil population

Le projet stratégique de sécurité Alimentaire de la FAO au Mexique, mise en œuvre depuis 2003, a impulsédes actions et des projets productifs pour améliorer la sécurité alimentaire des familles dans des régions deforte marginalisation. Cette étude évalue les effets de l’intervention de ce programme dans des communautésindigènes Tzotzil de la microrégion caféière située dans la région Altos du Chiapas au Mexique. Une étudedescriptive et évaluative a été réalisée en comparant les données d’un diagnostic réalisé avant l’interventionet entre des groupes ayant bénéficié ou pas du programme. Les résultats montrent que l’insécuritéalimentaire persiste dans la population. Les familles vivent principalement de l’agriculture et de la vente decafé, malgré le fait qu’on retrouve plus d’infrastructure et d’opportunités pour la production dans leslocalités où est intervenu le Programme. Au vue des informations obtenues avant l’intervention, nousn’avons pas trouvé de changements significatifs de revenus annuels des familles, mais une augmentation dupourcentage de revenus destinés aux aliments. Le Programme a seulement considéré partiellement leséléments culturels des groupes indigènes tout au long de l’intervention, en partie dû au fait que l’assignationdes ressources des projets productifs aux localités ont été peu dirigés aux processus de participation sociale.Mots-clé : Altos de Chiapas, le Mexique, microrégion caféière, pertinence culturelle, population Tzotzil, sécuritéalimentaire

O Projeto Estratégico de Segurança Alimentar da FAO, no México, que opera desde 2003, ações e projetosde produção de condução, a fim de melhorar a segurança alimentar das famílias em regiões com elevadosníveis de pobreza no país. Este estudo avalia os efeitos do programa de intervenção em comunidadesindígenas Tzotzil da microrregião de café localizada na região do Altos de Chiapas, no México. Um estudodescritivo e avaliativo comparando dados de base tomadas antes da intervenção e entre grupos que sebeneficiarão ou não do programa. Os resultados mostram que a insegurança alimentar persiste na população.As famílias vivem principalmente da agricultura e da venda de café, ainda que se encontre mais infra-estruturae oportunidades para a produção nessas localidades onde o programa foi implementado. Em relação aosdados pré-intervenção, não foram encontradas diferenças significativas no aumento da renda familiar anualem ambos os grupos, mas aumentou a porcentagem de renda destinada a alimentação. O programa sóconsiderou parcialmente elementos do grupo cultural indígena ao longo da investigação, em parte porque aalocação de recursos e projetos de produção nas localidades foram implementados com fracos processos departicipação social.Palavras-chave: Altos de Chiapas, México, microrregião de café, população Tzotzil, relevância cultural,segurança alimentar

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1. INTRODUCCIÓNLa alimentación es un proceso complejo y diná-mico afectado por factores biológicos ysocioculturales (De Garine, 1995). Institucio-nes como la Organización Mundial de la Salud(OMS) y la Organización de las Naciones Uni-das para la Alimentación y la Agricultura (FAO)consideran de suma importancia mejorar lascondiciones de seguridad alimentaria en las po-blaciones más vulnerables (Posadas, Nazar,Estrada & Mundo, 2007).

Durante la Cumbre Mundial sobre la Ali-mentación realizada en 1996 se definió que existeSeguridad Alimentaria cuando todas las perso-nas tienen en todo momento acceso físico y eco-nómico a suficientes alimentos inocuos y nutri-tivos para satisfacer sus necesidades alimenti-cias y sus preferencias en cuanto a los alimen-tos, a fin de llevar una vida activa y sana. Se seña-laron además las siguientes dimensiones: dispo-nibilidad, acceso y consumo de alimentos, utili-zación biológica y estabilidad.

En la década de 1970 esta definición estuvobasada fuertemente en la producción y disponi-bilidad alimentaria a nivel global y nacional. Unadécada después se incorporó el acceso tanto eco-nómico como físico a los alimentos, debido aque se demostró que el acceso a ellos dependede los ingresos, de los derechos o títulos que lasfamilias poseen, los activos con que cuenta y elentorno social (Maletta & Gómez, 2004). Esdurante la década de 1990 cuando se llegó alconcepto actual que incorpora la inocuidad y laspreferencias culturales, que además reafirma ala seguridad alimentaria como un derecho hu-mano (Curti, Brunetti, Musso, Rastelli, Spillere& Ukic, 2011).

Oliver De Shutter, relator de las NacionesUnidas sobre el derecho a la alimentación, men-ciona que el 80% de las personas hambrientasviven en el medio rural en los países empobreci-dos. Además, estas dependen principal o par-cialmente de la agricultura, la ganadería o la pes-ca para sus medios de vida, siendo las mujereslas más vulnerables (PNUD, 2005). En Méxicoel porcentaje de ruralidad es del 26%. De estapoblación, el 49% de los hogares rurales se en-cuentran bajo la línea de pobreza (Varela &Martínez, 2006). Por su parte Chiapas, que seencuentra en el sureste mexicano, es uno de losestados más pobres del país e históricamente hatenido un importante rezago en el desarrollo

humano (García-Chong, Salvatierra, Trujillo &Zúñiga, 2010). Existe un descenso en las condi-ciones de vida de la población debido a la caídaconstante del poder adquisitivo de las familias,así como al aumento del empleo informal noagrícola y el desempleo (Salvatierra et al., 2002),generando un aumento en el número de familiascon dificultades para acceder a alimentos sufi-cientes en cantidad y calidad, que garanticen unabuena salud y vida sana (Román, 2010).

Adicionalmente, las estrategias gubernamen-tales que buscan garantizar la seguridadalimentaria no han considerado acciones paralograr la capacidad de auto-abasto de las fami-lias de las comunidades rurales (Román, 2010),aumentado así la vulnerabilidad alimentaria ynutricional en estos hogares. En la última En-cuesta Nacional en Salud y Nutrición (INSP,2012) se destaca que, a nivel nacional, Chiapaspresenta los índices más altos de prevalencia debajo peso y baja talla en niños en edades tem-pranas (en consonancia con los hallazgos deHernández, Barberena, Camacho & Vera, 2003).En esta misma Encuesta se reveló que 38,9% desu población se halla en situación de inseguridadalimentaria moderada y severa (INSP, 2012).

Dado el nivel de pobreza persistente en lasregiones rurales, en 2003 el Gobierno de Méxicopuso en marcha un programa intersectorial enlas microrregiones con mayores niveles demarginación. Así, la Secretaría de la Agricultura,Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimenta-ción (SAGARPA), junto con la cooperación téc-nica de la FAO ejecutaron el «Proyecto Estra-tégico para la Seguridad Alimentaria» (PESA)5.El mismo tiene como objetivos incrementar laproducción de alimentos, innovar los sistemasde producción, desarrollar mercados locales,promover el uso de alimentos, generar empleose incrementar ingresos familiares para lograrseguridad alimentaria (FAO, 2010).

Este estudio analiza la situación de la seguri-dad alimentaria familiar desde la perspectiva dela disponibilidad, acceso y consumo de alimen-tos en el hogar a partir de la intervención del

5 El Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria(PESA) en México forma parte de los componentes oprogramas establecidos en el Plan Integral para elDesarrollo Rural de la Secretaría de la Agricultura,Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación(SAGARPA), de acuerdo al Diario Oficial de laFederación con fecha del 18 de diciembre del 2013.

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PESA en la microrregión cafetalera ubicada enla región Altos en Chiapas, así como la valora-ción de la pertinencia cultural del Programa enla zona de intervención.

2. MATERIAL Y MÉTODOEl estudio se desarrolla en una microrregión ca-fetalera conformada por localidades tzotziles,ubicadas en la región Altos de Chiapas. En elprimer momento del estudio se presentó la in-vestigación al PESA Chiapas, para solicitar in-formación de línea base de la microrregión y a laSecretaria de Salud de la Región Altos, que faci-litó el último informe de salud.

En otro momento se presentó la investiga-ción a las autoridades locales, invitando en asam-blea comunitaria la participación voluntaria delas familias con y sin Programa. Se seleccionarona las familias con Programa con al menos dosaños de participación, además de estar en la fasede «generación de ingresos». En el caso de loca-lidades control se eliminaron aquellas familiasbeneficiarias de algún programa similar en losúltimos dos años al momento del estudio.

De la microrregión se incluyeron a 13 locali-dades ubicadas entre los municipios de Aldama,Chalchihuitán y Chenalhó. De estas, 8 son loca-lidades donde interviene el PESA y 5 localidadesfueron consideradas como control. Se determi-nó probabilísticamente la muestra de las fami-lias con PESA, considerando finalmente a 91familias beneficiarias en la microrregión. Loscasos control (familias sin programa) se selec-cionaron discrecionalmente en razón de un casocontrol por cada dos familias de la muestra conPESA. Finalmente se incluyeron a 43 familias.

Se recolectó información primaria entremarzo y mayo del 2011 de un total de 134 fami-lias, aplicando cuestionarios familiares cuyosítems se organizaron para conocer la situaciónsocioeconómica, producción y consumo de ali-mentos. Se valoró el estado nutricional de niñosmenores de cinco años con los indicadores dePeso para la Edad (P/E), Peso para la Talla (P/T) y Talla para la Edad (T/E), con uso de lastablas estandarizadas de la OMS.

Se utilizó el método descriptivo para carac-terizar los aspectos más relevantes de la pobla-ción. También se realizó comparación estadísti-ca entre los ingresos familiares de los grupos,pues en esta investigación la seguridadalimentaria se evaluó estrechamente con la ca-pacidad económica de la población para adquirir

suficientes y variados alimentos, así como la dis-ponibilidad de estos en el hogar.

Para analizar la pertinencia cultural y satis-facción del PESA en los grupos de trabajo seaplicó una encuesta estructurada con base enuna escala Likert para conocer la disposiciónactitudinal –grado de acuerdo o desacuerdo fren-te a las preguntas–, además de realizar entrevis-tas abiertas en lengua Tzotzil a actores clave (re-presentantes y líderes de grupo, socios) y a per-sonal de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR)que trabaja en la microrregión. Para este análisisse consideró el método evaluativo y se adecuópara este estudio la propuesta sugerida porSkewes (2003) citado por Avella (2005), queconsidera categorías en cuatro dominios de va-lor (base, relaciones sociales, bienes y servicios,acumulación) relevantes para el desarrollo local.

3. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS3.1. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DELA POBLACIÓN EN ESTUDIOEl estudio comprendió el análisis de 91 familiascon PESA (51,7% mujeres y 48,3% hombres) yde 43 familias control (44,5% mujeres y 55,5%hombres). En promedio las 131 familias estabancompuestas por 6 miembros. Todas las vivien-das tienen energía eléctrica, las paredes son prin-cipalmente de madera, el techo es de lámina, conpiso de cemento en la habitación y piso de tierraen la cocina. Cuentan con un traspatio dondecrían aves como pollos y pavos, siembran verdu-ras locales, hortalizas, hierbas de olor y medici-nales, así como algunos árboles frutales.

El abastecimiento de agua familiar es mejoren hogares con PESA, debido a la construcciónde tanques comunitarios y sistemas de distribu-ción domiciliaria del agua como parte del Pro-grama. En las viviendas del grupo control el abas-tecimiento de agua se realiza mediante tanquescomunitarios, el cual es insuficiente, situaciónque les obliga a trasladarla desde otras fuentesque suelen ser el río, pozo o manantial (10% delos hogares).

El 80% de la población cuenta con tierra pro-pia que en promedio corresponde a una hectá-rea por familia. El uso del suelo tiende a ser des-tinado al cultivo del café, hortalizas y flores, conuna fuerte tendencia a reducir el cultivo de gra-nos. Las localidades cercanas a la cabecera mu-nicipal cuentan con carreteras pavimentadas,mientras que el resto con caminos de terracería.

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3.2. CARACTERÍSTICAS ALIMENTARIAS YNUTRICIONALES3.2.1. PREFERENCIA ALIMENTARIA YVARIEDAD DE LA DIETALas características de la dieta, tales como la va-riedad y frecuencia en el consumo de alimentosy las preferencias alimentarias, son similares enlos dos grupos. En promedio se encontró dispo-nibilidad y consumo semanal de 21 alimentosdiferentes en este sector poblacional, de los cua-les 5 corresponden a alimentos del grupo de ce-reales, 7 alimentos del grupo de frutas y verdu-ras, 4 a alimentos de origen animal y 5 a produc-tos industrializados.

La dieta básica diaria de las familias tzotzilesestá compuesta por tortilla de maíz, frijoles her-vidos, pozol (bebida fría a base de masa de maíz),café, sal, chile, verduras y bebidas embotelladas;estos alimentos representan más del 50% delconsumo energético familiar. Consumen –porlo tanto– poca variedad de platillos, con una ten-dencia a ser platillos fritos en lugar de ser plati-llos hervidos como solía ser; no incluyen en ladieta diaria productos de los diferentes gruposde alimentos y en general consumen pocas can-tidades de frutas, verduras, carnes rojas y agua.Por otro lado hay una tendencia al incrementoen el consumo de refrescos embotellados (bebi-da de cola): alrededor del 65% de familias conPESA consume refrescos al menos 4 veces porsemana, en relación con el 49% de las familiascontrol. Tal comportamiento que contribuye aun aumento en el consumo de alimentos ricosen azúcares.

En cuanto a frecuencia, comen dos veces aldía; en ocasiones los niños y el padre de familiatienen una colación a medio día (consumen pozolo refresco, tortilla o pan). Todas las familias con-sumen diariamente de 2 a 4 kilogramos de torti-lla. El consumo de cereales, papa y leguminosasson similares entre ambos grupos. Más del 80%de la población en ambos grupos consume pozoly frijol diariamente. Además, semanalmente in-cluyen en la dieta familiar el consumo de cerea-les (como la sopa de pasta, arroz o pan dulce);verduras locales, como yerbamora (Solanumnigrum), nabo verde (Brassica napus), bledo(Amaranthus retroflexus), mostaza (Sinapisalba); hortalizas (como repollo, zanahoria, ce-bolla, tomate, calabaza, lechuga, rábano); y fru-tas (como naranja, manzana, durazno, plátanoy mango). Se encontró que las familias con PESAno consumen otras leguminosas fuera del frijol

y tienden a consumir más sopa de pasta.En ambos grupos el consumo de alimentos

locales y de temporada es similar; consumen fru-tas locales, aguacate, chayote (Sechium edule),habas y arvejas. Sin embargo se hallaron dife-rencias en el consumo de algunos alimentos deorigen animal: las familias con PESA (FCP) con-sumen con mayor frecuencia huevos y carne depollo, en relación con las familias control (FC).No obstante, se encontró similitud en el consu-mo de carne de res entre ambos grupos. La po-blación indígena de esta microrregión rara vezconsume carne de cerdo, pescado, mariscos ylácteos; el consumo ocasional de estos produc-tos solo es través de despensas y desayunos es-colares, que forman parte de programasalimentarios gubernamentales.

3.2.2. VULNERABILIDAD NUTRICIONALEn este estudio se evaluó el estado de nutriciónniños/as menores de 5 años. La evaluación con-sideró 103 niños/as de familias con PESA (FCP)y 40 niños/as de las familias control (FC). En elCuadro Nº 1 se comparan los resultados obte-nidos con el promedio municipal y nacional deindicadores nutricionales de población infantilque vive en zona rural.

La prevalencia de bajo peso para la edad (P/E) en los infantes para ambos grupos fue de másdel 65%, cifra que supera el promedio municipalque es de 46%. Por su parte, en el indicador depeso para la talla (P/T) se encontró que el 52%de la población infantil en las familias con PESAse encuentra en un estado adecuado de peso,pero el 22% presentó desnutrición leve. En cuan-to a las familias control se encontró que el 30%tiene un peso adecuado, el 42% presentaronsobrepeso, el 15% tuvo desnutrición leve y seencontró un caso de emaciación o desnutriciónsevera en este grupo. Con referencia al indica-dor talla para la edad (T/E) se encontró unamayor prevalencia de baja talla (desmedro) enfamilias control, con el 62%, en relación con el46,6% en familias con PESA. Estas últimas ci-fras son similares al promedio municipal, pero seubican por encima del promedio nacional(29,7%) en población rural.

3.3. INGRESOS Y SEGURIDADALIMENTARIAPara conocer el grado de seguridad alimentariase evaluó la capacidad económica de las familias

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para adquirir suficientes y variados alimentos.En este sentido, vale la pena mencionar que lasprincipales fuentes de ingresos familiares en lamicrorregión siguen correspondiendo a la acti-vidad agrícola (cultivo de hortalizas, frutales, caféy otros), a la venta de café, los jornales y lastransferencias monetarias dados por programaspúblicos. Dado los bajos niveles de migración enesta la zona, las remesas no tienen un papel rele-vante en la economía familiar.

3.3.1. ESTABILIDAD DE LOS INGRESOSSe encontró que todas las fuentes de ingresosfamiliares son inestables, situación estrechamen-te relacionada con factores como superficiereducida de tierra para cultivo agrícola, la inca-pacidad productiva y de comercialización, fluc-tuación de precios de los productos en el merca-do y el desempleo.

En los resultados de línea base del 2008, setiene que más del 50% de las familias obtuvoingresos de la agricultura, sin embargo no se cuen-ta con información que diferencie los ingresosobtenidos por la producción hortícola, la milpao la venta de café. Como se puede observar en elCuadro Nº 2, para el año 2011 se encontró que

Estado nutricional de niños menores de 5 años en familias con y sin PESA

Cuadro 1

(*) Datos obtenidos del informe 2010-Secretaría de Salud Chipas (SSA), Jurisdicción Sanitaria Nº 2 de losmunicipios de Chenalhó, Chalchihuitán y Aldama(**) Datos obtenidos de la Encuesta Nacional en Salud y Nutrición de México (ENSANUT 2006), en poblaciónrural OB/SB: obesidad y sobrepeso; NM: normal; DES: desnutrición; D.L: desnutrición leve; D.M: desnutriciónmoderada; D.S: desnutrición severaFuente: elaboración propia, con base en datos levantados en la investigación, SSA-Chiapas y ENSANUT(2006)

el 41,8% de las familias con PESA (FCP) obtie-nen sus principales ingresos de la actividad agrí-cola y el 17,6% de la venta de café. En las fami-lias control (FC) el 28% obtiene sus ingresos dela agricultura seguido de la venta de café (23,4%).Se observa una mayor proporción de familiasque obtuvieron ingresos por jornales en 2008 enrelación con el 2011. Además se encontró, queel 23% de las familias control (FC) dependen demanera importante de los ingresos obtenidos através de programas de transferencia monetariacondicionadas en relación con el 12% de las Fa-milias con PESA.

Considerando que la microrregión es cafe-talera, cabe mencionar que la producción se rea-liza con el uso mínimo o nulo de agroquímicos.Para el 2011 se encontró que el 61% de las fami-lias con PESA cultivaban café, en contraste conel 47% de las familias control. En las localidadescon PESA hay mayor cantidad de medianos ygrandes productores locales de café con produc-ción de 500 a 2.000 kilogramos por año, conganancias de hasta $80.000 pesos mexicanos(MXN); a diferencia de las localidades controlen donde la mayoría fueron pequeños produc-tores con menos de 500 kilogramos/año. Aun

Niños/as <5 años OB/SB % NM % DES % Total OB/SB % NM % D.L % D.M % D.S % Total Total %

FCP (con PESA) 2 1,9 30 29,1 71 68,9 103 22 21,4 54 52,4 23 22,3 4 3,9 0 0,0 103 48 46,6FSP (control) 1 2,5 13 32,5 26 65,0 40 17 42,5 12 30,0 6 15,0 4 10 1 2,5 40 25 62,0Promedio municipal* 153 3,1 2.498 50,6 2.289 46,3 4.940 1.207 24,4 2.339 47,3 1.010 20,4 343 6,9 41 0,8 4.940 3.198 65,0

Promedio Estatal Pob. Rural** - - - - - 10,4 - - - - - - - - - - 2,2 - - 29,7

Promedio Nacional Pob. Rural**

- - - - - 6,6 - - - - - - - - - - 1,8 - - 19,9

Emanciación Baja talla

Peso para la Talla (P/T)Prevalencia de talla baja (T/E)

Bajo peso

Peso para la Edad (P/E)

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así, en ambos grupos se registró que más del 12%de las familias solicitaron préstamos económi-cos anuales para cubrir sus necesidades familia-res.

3.3.2. INGRESOS ANUALES FAMILIARESLos ingresos anuales familiares (IAF) ajustados6

del grupo de línea base (LB) presentan cambiosal ser comparados con el promedio de ingresosanuales entre las familias con PESA (FCP), asícomo con el del grupo control (FC). El prome-dio de ingresos anuales para las familias con da-tos base del 2008 fue de $30.828,00 pesos mexi-canos (MXN), lo que significó que las familiasvivieran con 1,5 salarios mínimos diarios (SMD,que era de $56,70 para la zona C en 2010); parael 2011 las FCP obtuvieron en promedio$27.613,80 MXN, viviendo con 1,30 SMD, mien-tras que en las familias control el promedio fuede $22.070,50 MXN (equivalente a 1,10 SMD).

La diferencia de los ingresos familiares entrelos grupos puede explicarse por el origen del in-greso. Así por ejemplo, en las familias con PESAlos principales ingresos correspondieron a pagode jornales y venta por hortalizas, flores y café,en relación con el grupo control, cuyos miem-

Cuadro 2Principales fuentes de ingresos familiares en la microregión

PRINCIPALES INGRESOS

Información de línea base (2008),

% familias

% de familias con PESA

(2011)

% de familias control (2011)

Agricultura (milpa, hortalizas) 55,6* 41,8 28,1Jornales 37,3 25,3 18,8Café No se especifica 17,6 23,4Programa público (Oportunidades, Procampo ) 4,6 12 23,4

Empleo fijo 0 3,3 1,6Actividad rural no agropecuaria 0,5 0 0Otros 2 0 4,7Total 100 100 100

SÍ = 59,8 SÍ = 50,5 SÍ = 55,8NO = 40,2 NO = 49,5 NO = 41,9

Solicitan préstamos a lo largo del año

(*) Incluye caféFuente: elaboración propia con base en datos de cuestionario y línea base del PESA 2008,microregión I cafetalera/FAO-México

bros obtienen sus principales ingresos de la agri-cultura, venta de café y a través de programasgubernamentales.

3.3.3. GASTO ANUAL EN ALIMENTOS ENRELACIÓN CON EL INGRESO ANUALFAMILIARSe comparó la proporción de ingresos totalesanuales destinados a los alimentos (Cuadro Nº3), entre la información de base (LB) con losdos grupos, encontrando que hay diferenciaestadísticamente significativa en las desviacio-nes estándar (1-a = 0,95) entre las comparacio-nes de LB y cada grupo. En este caso, las familiasencuestadas en 2008 destinaron 37,9% de susrecursos económicos anuales a la compra de ali-mentos, cifra menor en relación con los datosencontrados en 2011 con un 40,80% en el casode las familias con PESA y del 45,5% en el casode las familias control.

Al comparar las familias con PESA (FCP) yfamilias control (FC) no se hallaron diferenciasestadísticamente significativas entre las desvia-ciones estándar ni en las medias (1- = 0,95).Esto quiere decir que ambos grupos destinan unaproporción similar de los ingresos anuales parala compra de alimentos.

3.4. DISPONIBILIDAD DE ALIMENTOS EN ELHOGARCon respecto a la disponibilidad de los principa-les alimentos y granos para la dieta de la pobla-ción indígena en la microrregión, se encontró queen el 2008 la producción de granos básicos para

6 Los ingresos familiares anuales de 2008 fueronajustados, para el análisis a la inflación de mayo de2011, considerando valores establecidos en el ÍndiceNacional de Precios al Consumidor 2011 de México( h t t p : / / w w w . s a t . g o b . m x / s i t i o _ i n t e r n e t /asistencia_contribuyente/informacion_frecuente/inpc/).

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Cuadro 3

Ingreso anual familiar destinado a los alimentos en los diferentes grupos

el consumo familiar no fue suficiente y no al-canzó a cubrir los requerimientos anuales. Di-cha situación fue similar en el 2011 para ambosgrupos. Lo anterior supone una tendencia haciala compra de granos básico para el auto-abastofamiliar.

Con respecto a la producción de maíz, el 27%de las familias en el 2008 produjo todo o la ma-yor parte del grano para su abasto familiar anual.Sin embargo, en el 2011 el 24% de familias conPESA y únicamente el 16% de las familias con-trol lograron el abasto anual del grano.

En contraste, se encontró que en el 2008 el53% de las familias compró la mayor parte otodo el maíz requerido para el consumo anual;en 2011 la cifra aumento, es decir, el 61% de lasfamilias con programa y el 72% de las familiascontrol tuvieron que comprar el maíz para suconsumo anual. El porcentaje de familias que nocultivaron nada de maíz pasó de 6% en 2008 a15% en FCP y en un 30% en el caso de las fami-lias control para el año 2011 (Gráfico Nº 1).

Con respecto a la producción de frijol, setiene que en el 2008 solo el 25% de las familiasen la microrregión produjeron cantidad suficien-te de frijol para el consumo familiar anual (Grá-fico Nº 2). Ya en el 2011, el 36% de las familiascon PESA lograron el auto-abasto anual de fri-jol, a diferencia del 18% en las familias control.Por el contrario, en el año 2008 el 22% de lapoblación no cultivó frijol; en 2011 se observó

(*) Diferencia en la desviación estándar de la LB con FCP y con FSP respectivamente al P < 0,05Fuente: elaboración propia con base a datos de cuestionario y línea base del PESA 2008microregión I cafetalera/FAO-México

que el 40% de las familias con programa y un46% en las familias control no cultivaron estegrano, por lo que tuvieron que comprarlo.

Los cambios en la producción de maíz y fri-jol se asocian a factores como la reducción de lasuperficie destinada al cultivo del grano, la cali-dad del suelo, la introducción de nuevos culti-vos, el cambio en preferencias alimentarias, en-tre otros. Se constata que alrededor del 50% delas familias en la microrregión tiene que com-prar todo o la mayor parte de los granos básicospara el autoconsumo anual.

Por otra parte se observó que la proporciónde familias que producen hortalizas es similarentre ambos grupos (57%). La mayor parte dela producción hortícola en ambos grupos es des-tinada al consumo, mientras que alrededor del21% de las FCP los destinan a la venta en rela-ción con el 16% de las familias control. El nivelde producción de hortalizas fue similar en losdos grupos. La diferencia radica en que las fami-lias con Programa suelen tener mayor variedadde hortalizas, al tiempo que utilizan otras técni-cas agroecológicas y mejores herramientas.

Las familias con programa tienen mayor dis-ponibilidad de huevos y carne de pollo en rela-ción con las familias control, debido a que seinstalaron granjas avícolas por parte del PESA.Además, es importante mencionar que alrede-dor del 65% de las familias en la microrregión yano disponen de alimentos propios de la región,

LB FCP FC

Fam ilias (línea base 2008)

Fam ilias con PESA (2011)

Fam ilias control (2011)

Promedio ingreso anual (IA) destinado a los alimentos (pesos)

11.689,80 11.282,90 10.049,30

Desviación estándar 8.584,10 6.608,85* 6.439,70*

Mínimo (pesos) 416 2,6 1,04

Máximo (pesos) 62.415,00 36,4 26

Porcentaje de gasto en alimentos con respecto a ingresos totales

37,90% 40,80%45,50%

N 214 91 43

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AGROALIMENTARIA

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Gráfico 1Altos de Chiapas: producción y compra de maíz para el consumo familiar anual

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Produce todo o la mayoría Produce-compra en cantidad igual

Compra la mayoría o todo

% d

e fa

mili

as

Maiz

LINEA BASE-2008 MAIZ FCPESA-2011 MAIZ FCONTROL-2011 MAIZ

Fuente: elaboración propia, con base en datos de línea base del PESA 2008, microregión I cafetalera/FAO-México y cuestionario 2011

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Produce todo o la mayoría Produce-compra en cantidad igual

Compra la mayoría o todo

% d

e fa

mili

as

Frijol

LINEA BASE-2008 FRIJOL FCPESA-2011 FRIJOL FCONTROL-2011 FRIJOL

Gráfico 2Altos de Chiapas: producción y compra de frijol para el consumo familiar anual

Fuente: elaboración propia, con base en datos de línea base del PESA 2008, microregión I cafetalera/FAO-México y cuestionario 2011

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como árboles frutales, aguacate, chayote, avescriollas, entre otros. Los datos sugieren que loscambios en el uso del suelo y la deforestaciónestán ocasionando la pérdida de alimentos loca-les.

3.5. PERTINENCIA CULTURAL DELPROYECTO EN LA MICRORREGIÓNOtro aspecto incorporado en la investigación serefiere a la pertinencia cultural del PESA en lamicrorregión. Al analizar aspectos del origen delPrograma en las localidades se encontró que losintegrantes de los grupos o «socios» no fueronquienes gestionaron la intervención del proyec-to en su localidad: el proceso fue dado por lasnegociaciones entre personal del Programa conlas autoridades municipales y locales. Los cam-pesinos no contaron con suficiente informaciónsobre el Programa desde su inicio. Así lo exponeun productor de flor de gladiolo, cuando señalaque «un técnico fue el primero que trajo la in-formación, pero no querían recibirlo (la comu-nidad), porque primero se estaba pagando unaaportación, por eso solo algunos cuantos…siquisieron» (Agricultor de Tzomoltón, 2011).

La Agencia de Desarrollo Rural (ADR)7

promocionó a nivel comunitario el Programa yrealizó el levantamiento de diagnóstico; y, aun-que no toda la población participara, en asam-bleas generales se decidía la aceptación o recha-zo del programa en la comunidad. A partir de laaceptación la Agencia se coordinaba con los gru-pos de trabajo. En el caso de esta microrregión,entre el 2008 y 2009 se implementaron en laslocalidades participantes, como parte de las eta-pas «hogar saludable» y «producción de alimen-tos». Durante este periodo se dotó de infraes-tructura e insumos a las familias para la cons-trucción de huertos y corrales de traspatio, parala siembra de árboles frutales, la construcciónde estufas ecológicas y de tanques deferrocemento. Las capacitaciones técnicas fue-ron realizadas por personal de la Agencia y seprocuró que fueran en Tzotzil.

Para el 2010 se inició la tercera fase, «gene-ración de ingresos». Durante este periodo losproyectos productivos fueron prediseñados y

asignados de acuerdo con los intereses del Planregional de la Secretaría del Campo8 (SECAM)en Chiapas, bajo una visión fuertementeinstitucional y empresarial. Dicho plan conside-ró solo parcialmente las propuestas regionaleselaboradas por las ADR’s. En esta microrregióny en otras similares se asignaron para esta fasedel PESA los siguientes proyectos productivos:i) producción de flor de gladiolo; ii) producciónde hortalizas bajo invernadero y a cielo abierto;y, iii) granja de aves para producción de huevosy apicultura (actividad no encontrada en las lo-calidades del estudio). No obstante, en la mayo-ría de los casos estos proyectos no fueron pen-sados para satisfacer las necesidades y deman-das locales reales.

Esta situación generó algunas dificultades conlos grupos de trabajo, pues sus demandas no fue-ron atendidas, generando descontento durantela puesta en marcha y solo en algunos casos elproyecto coincidió con los requerimientos cer-canos a los solicitados por los grupos. Así lo men-ciona el director de la ADR en la microrregión:«Posteriormente, los proyectos fueron otorga-dos y planeados a nivel central y entonces em-pezó a generarse el descontento entre los pro-ductores, porque inicialmente no formaba par-te de la planeación. En la mayoría de los casos sehan implementado, pero en otros casos ha habi-do más resistencia… en algunos casos sí coinci-dían, sí hubo coincidencias, por ejemplo, la pro-ducción de hortalizas…la apicultura es algo queno se había identificado, pero se implementódonde se encontraron antecedentes y esta haresultado ser un buen proyecto».

El aspecto positivo de este Programa, en re-lación con otros programas gubernamentalessimilares, es que da continuidad a los proyectosproductivos instalados. Ello supone mayor per-manencia en la localidad y favorece cierta con-fianza entre sus beneficiarios.

3.5.1. RELACIONES SOCIALES YCAPACIDAD DE GESTIÓNEn estas comunidades rurales las principales for-mas de organización se dan con base en sistemasde cargos, con la entrada de programas guberna-

7 Las Agencias de Desarrollo Rural (ADR’s) son lasentidades responsables de la operación del PESA en laregión y de la aplicación de la metodología para ellogro de resultados y del impacto esperado. Sonseleccionadas por el Grupo Operativo Estatal del PESA,contratadas por los estados y validadas por la FAO.

8 La Secretaría del Campo (SECAM) es la instanciagubernamental del Estado de Chiapas que estávinculada a la Secretaria de Agricultura, Ganadería,Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)de México. Es, su vez, la institución federal responsablede la ejecución del PESA.

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mentales. Otra forma es mediante los grupos detrabajo creados para la gestión de recursos agrí-colas, principalmente para el maíz y frijol, segui-do de gestión en infraestructura (carreteras yescuelas). En servicios básicos para la comuni-dad (agua, luz eléctrica y salud) la organizacióninterna tradicional es diferente a la que elProgramapropone.

Para analizar la pertinencia del programa enrelación con los roles de género es necesario ex-plicar que en la cultura Tzotzil persiste una mar-cada desigualdad de oportunidades entre hom-bres y mujeres. Así, mientras que a la mujer se leasigna el cuidado de la familia y de los hijos, alhombre se le considera el proveedor de ingresos,de alimentos y de otros recursos para el hogar.Se le consi-dera además el jefe de familia, por loque representa y decide por su familia en losasuntos de la localidad.

La mayoría de los proyectos productivos fue-ron dirigidos a los hombres (hortalizas, gladioloy apicultura). El Programa únicamente orientóa las mujeres indígenas el proyecto de granja deaves para la producción de huevos. Sin embargo,en algunos grupos esta iniciativa no fue bien acep-tada por las socias, debido a que no les informa-ron adecuadamente sobre el proyecto, que ca-recían de conocimientos técnicos y además lesasignaron cargos o tareas que no tenían contem-plados. En algunos casos esta situación les oca-sionó conflictos familiares y descuido del hogar,especialmente en lo relacionado con la alimen-tación familiar. Como consecuencia, algunassocias fueron gradualmente desertando del pro-yecto de la granja de aves para producción dehuevos.

Debido a los roles de género no es raro en-contrar que hay mayor participación en los hom-bres que en las mujeres. La mayoría de los hom-bres participan dentro de los grupos de trabajo,al tiempo que asignan responsabilidades en for-ma rotativa e intentan buscar alternativas parala gestión con otras instituciones. Como men-ciona un productor de gladiolo, «Nosotros siem-pre platicamos mucho, la verdad… esperamos aque estén todos. Todos participamos hasta queestamos de acuerdo todos… ya saben que acor-damos dar tiempo para las reuniones y la asis-tencia es puntual» (Agricultor de Xulumo,2011).

De esta forma se observa una situación dis-tinta en proyectos con hombres que con muje-res. Por ejemplo, fue frecuente encontrar queen las granjas avícolas solo algunas mujeres par-

ticipaban activamente y una o dos asumían elliderazgo del grupo. Como lo señala la represen-tante de un grupo de trabajo de las granjas: «aveces las decisiones se toman entre todos las so-cias, pero la verdad de todas las socias participansolo tres o dos y el resto solo hacen sus activida-des (sobre el cuidado de las aves)» (Presidentade grupo, Tzabalhó, 2011). En otros casos loshombres son los que las organizan y deciden porellas. El resto de los integrantes de la familia gra-dualmente se han ido involucrando y colaboran-do en las actividades del proyecto productivoinstalado.

Al momento de realizar el estudio el Progra-ma no había favorecido la vinculación e inter-cambio de experiencias entre los diferentes gru-pos de trabajo de la microrregión, ni con instan-cias públicas o privadas de interés para ellos. Seobservó desinformación por parte de la pobla-ción respecto a otros programas y proyectospara el desarrollo de sus comunidades y falta deespacios para ser asesorados. En relación con loanterior, se les preguntó a los socios y socias siconsideraban viable gestionar recursos econó-micos por su propia cuenta, es decir, sin ayudadel técnico de la ADR. Al respecto se encontróque el 37,2% estuvo de acuerdo, el 23,3% le fueindistinto, 25,6% estuvo en desacuerdo y el 14%de los socios respondió que está totalmente endesacuerdo. Se puede apreciar que únicamenteuna tercera parte de los grupos de trabajo consi-dera que pueden gestionar recursos por su cuen-ta. Por lo tanto, estas cifras también reflejaninseguridad en los propios procesos de gestiónde recursos por parte de los grupos de trabajo.

También se evaluó el grado de dependenciaen la compra de insumos para las actividadespropias de cada proyecto productivo, encontrán-dose que en el caso de las granjas de aves la de-pendencia por el alimento procesado para lasaves es alta, debido a que sin este insumo su pro-yecto fracasa. Durante el primer año del fun-cionamiento de las granjas se les otorgó un sub-sidio para comprar el alimento para las aves, conla intención de favorecer el arranque del pro-yecto; se esperaba que posteriormente lograrancubrir este gasto con los ingresos obtenidos a lolargo de un año. No obstante, al momento deestudio la mayoría de los grupos no lo habíanlogrado. Debido a esta situación, la percepcióndel problema e inseguridad del negocio prevale-ce entre las mujeres. Así lo menciona una de las

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socias de una granja avícola: «Veo que la granjano es seguro porque parece que estamos traba-jando nada más para pagar el alimento de lasaves» (Socia del grupo, Yetón, 2011).

En el caso de la producción de hortalizas y degladiolos, la dependencia de los insumos radicaen el uso de agroquímicos (plaguicidas y/o ferti-lizantes). Esto ocurre a pesar de que la ADR haintroducido e impulsado alternativas agro-ecológicas como el uso de abonos orgánicos, laapropiación por parte de los agricultores ha sidomuy lenta, incluso utilizan agroquímicos para loscultivos de granos básicos.

En el aspecto de comercialización se encon-tró que las dificultades más frecuentes son lasreferidas a transporte, bajos precios del produc-to en el mercado y dificultad de espacios para laventa. Adicionalmente, algunos productores nolograron recuperar el costo de inversión. Estasdificultades se presentan en menor grado entrelos proyectos

de hortalizas y con mayor grado en la pro-ducción de gladiolos y huevos (granjas avícolas).

También se revelaron dificultades importan-tes en la transferencia de conocimiento, situa-ción ligada a los bajos niveles educativos de lapoblación en la microrregión. Después del pri-mer año de la puesta en marcha de los proyectosproductivos de la tercera etapa «generación deingresos», los productores aún referían la fuertenecesidad de recibir asistencia técnica por partedel personal de la Agencia.

Por otro lado, durante el desarrollo de estatercera etapa las instancias responsables delPESA no habían considerado que muchos deestos grupos de trabajo aún no lograban una or-ganización interna estable, un nivel óptimo departicipación, al tiempo que enfrentaban difi-cultades en cuanto a conocimientos administra-tivos y en comercialización. Sin embargo, en eseentonces, comenzaron a presionar a los gruposde trabajo para que se constituyeran bajo unafigura jurídica y formalizaran sus actividades.

3.5.2. VALORACIÓN Y APROPIACIÓN DE LAINICIATIVASe encontró mayor valoración de los productosobtenidos por los proyectos productivos a nivelinterno y familiar, que a nivel comunitario. Lasmujeres valoraron la obtención de huevos y car-ne de ave de la granja avícola por su importanciapara la alimentación familiar; los hombres valo-

ran los productos obtenidos del cultivo de hor-talizas y gladiolos por generarles ingresos fami-liares.

Para conocer la apropiación de los proyec-tos productivos instalados se analizó el grado deresponsabilidad de los socios y socias hacia lasactividades de su proyecto. En este sentido seles preguntó a los socios y socias si participabanactivamente en su grupo, encontrándose que el67,4% respondió que a veces lo hacía, cifra muysuperior de aquellos que respondieron que siem-pre lo hacían (23,3%). Como se ha mencionadoantes, prevalece un mayor interés por parte delos hombres que de las mujeres, dado que loshombres son los más interesados en desarrollarproyectos agrícolas de tipo productivos comolos que PESA ofrece, mientras que las mujeresprefieren proyectos relacionados con lasartesanías o aquellos que les permitan mayorpermanencia en el hogar.

Asimismo, se analizó la seguridad económi-ca que los proyectos productivos les generaban.La mayoría de los productores de hortalizas (cono sin invernadero) consideraron que este pro-yecto no es una fuente segura de ingresos, res-puestas que se asocian principalmente a la ines-tabilidad de los precios de los productos en elmercado. En el proyecto de granjas de aves lamayoría de las opiniones fueron no lo sé, res-puesta que se puede explicar en gran parte por-que no han percibido un ingreso importante poresta actividad. La estrategia de varios grupos fueque durante el primer año se ahorraría la mayorparte de las ganancias para poder comprar el ali-mento de las aves y aves de cría. Por lo tanto lassocias solo habían recibido ingresos equivalentesa uno o dos salarios mínimos cada 15 días. Aúnasí, las opiniones estuvieron inclinadas a respues-tas negativas. En el caso de la producción degladiolos se encontró una insatisfacción genera-lizada entre los productores, debido a las bajasganancias, dado por el costo elevado del trans-porte y al bajo precio del producto en el merca-do.

4. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOSEn varias zonas rurales del país como en estamicrorregión, se mantiene una agricultura desubsistencia, las familias viven en áreas limitadasde tierra y sin acceso adecuado a recursos pro-ductivos (García et al., 2010). Dado el arraigocultural de la población mexicana, el consumode maíz y frijol en la dieta siguen siendo los másimportantes (Escobar & Morales, 2009) y la

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microrregión cafetalera no es la excepción, puesestos granos siguen siendo base de la dieta fami-liar.

La dieta de la población indígena en estamicrorregión tiende a ser monótona y poco equi-librada, característica de forma similar entre losdos grupos comparados. Algunos estudios de-muestran que además de la población Tzotzilotros grupos indígenas de la misma región man-tienen tendencias similares en el tipo de dietaconsumida (Posadas et al., 2007; Román, 2010).Los cambios en las preferencias alimentarias su-gieren pérdida de alimentos locales de especiesvegetales y animales; así mismo aumenta el con-sumo de alimentos ricos en azúcares, carbohi-dratos y grasas. Se constató mayor disponibili-dad y consumo de huevos en familias con PESAen relación con el grupo control, debido a losproyectos instalados por el Programa. En gene-ral, las familias que consumen con mayor fre-cuencia carne de pollo, carne de res y refrescosse asocian con mayor poder adquisitivo que elresto.

La evaluación del crecimiento infantil cons-tituye la mejor medida del estado nutricional delos niños, porque los resultados pueden ser cla-ros indicadores de enfermedad y de una ingestaalimenticia inadecuada, generando –entre otrasalteraciones– pérdida de estatura durante estaetapa crucial de crecimiento y maduración(Hernández et al., 2003). En este aspecto, losniños menores de cinco años evaluados en am-bos grupos presentaron prevalencia de bajo pesosuperiores al promedio municipal y elevado enrelación con el promedio nacional. La poblacióninfantil también presentó alta prevalencia de bajatalla (desnutrición crónica), datos que coinci-den con la Encuesta Nacional de Salud y Nutri-ción, en la que se señala que entre la poblaciónindígena el principal problema de nutrición delos niños y niñas menores de cinco años es ladesnutrición crónica expresada en baja talla(INSP, 2006, 2012). Además, los resultados su-gieren que la población infantil podría tener de-ficiencias de micronutrientes. Por otra parte esimportante considerar que los datos referidos alsobrepeso en población infantil, responden engran parte a la mala alimentación en la pobla-ción, o bien, sugieren la posible recuperación depeso en niños con baja estatura que sufrierondesnutrición en el pasado.

En esta investigación se observó una dismi-nución de los ingresos familiares anuales entre el2008 y el 2011, lo que sugiere dificultades en la

obtención de ingresos familiares. Según datos dela Encuesta de Ingresos y Gastos en los Hogaresde Chiapas del 2010 el promedio de los hogaresmexicanos viven con 10.200 pesos al mes (i.e.,5,9 salarios mínimos diarios). En contraste, en elestado de Chiapas viven con 6.140 pesos men-suales (i.e., 3,6 veces el salario mínimo diario),mientras que en este estudio se encontró que loshogares de la microrregión viven con ingresospor debajo del promedio estatal, con 2.500 pe-sos al mes y que equivale a 1,4 salarios mínimosdiarios.

En esta microrregión cafetalera al igual queen otras regiones similares en Chiapas, la pro-ducción de café forma parte de una estrategiatotalmente comercial que genera mayor ingresoque la producción del maíz, por lo que el uso delsuelo ha cambiado. Además, las familias obtie-nen ingresos de empleos temporales (jornales),por la venta de productos agropecuarios; en elcaso de algunas familias se observa una depen-dencia de los ingresos obtenidos por los progra-mas de transferencia monetaria condicionada,sobre todo en localida-des más alejadas. Algu-nos estudios sugieren que en regiones indígenassimilares incluso más de la mitad del ingreso fa-miliar es aportado por programas públicos (OIT,2008; Román, 2010). En este caso los ingresosfamiliares generados por los proyectos produc-tivos del PESA aportan a la economía familiar,pero no son considerados los más importantes.

De acuerdo con la Encuesta de Ingresos yGastos en Hogares de Chiapas, a nivel estatal loshogares destinaban en 2010 el 41,3% de su gas-to a la adquisición de alimentos, bebidas y taba-co. En el estudio se encontró similitud en las ci-fras ya que las familias con PESA destinaron el40% de su gasto para adquirir alimentos, aun-que el porcentaje fue menor en relación con elgrupo control (45,5%). De acuerdo con Figueroa(2005), cuando se tiene estabilidad económica,los gastos en alimentos tienden a estabilizarsealrededor del 30% y es cuando la alimentacióndeja de plantear problemas, este es el punto enque se inicia la seguridad alimentaria, situaciónno encontrada en el estudio.

La infraestructura instalada para la produc-ción agrícola permite ampliar las oportunidadesproductivas para las familias con PESA. No obs-tante, esta infraestructura no favorece el incre-mento de la producción de granos básicos. Comoya se ha mencionado, más de la mitad de la po-blación en ambos grupos no logra producir can-

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tidad suficiente de granos básicos paraautoconsumo y debe comprarlos para el abastofamiliar anual. Dado que las actividades agríco-las son estacionales, con períodos de siembra ycosecha de cultivos definidos, la disponibilidadde estos no son garantizados a lo largo del año(Araya & Atalah, 2002). Si adicionalmente seconsideran el alza anual de los precios del maíz yfrijol, la inestabilidad de los ingresos familiares yla poca disponibilidad de alimentos locales, seagudiza más la inseguridad alimentaria familiaren la microrregión. Pero, además existen otrosfactores que influyen en ella, como la desigual-dad de oportunidades, la baja escolaridad de lapoblación indígena de la región, la falta de infor-mación y falta de transporte para lacomercialización (Melgar-Quiñonez, Kaiser,Martín, Metz & Olivares, 2003).

En cuanto a la pertinencia cultural de los pro-yectos productivos instalados, la intervención delPESA produjo una etapa de intercambio de ele-mentos sociales y culturales diferenciados (DelVal, 2008) que no necesariamente fueron acep-tados. Aunque en el diseño del Programa se con-sidera fases de planeación, ejecución y princi-pios, orientados a una intervención más apro-piada, la experiencia demostró que estos no fue-ron considerados durante la puesta en marcha,puesto que el origen del proyecto no fue el re-sultado de la gestión de los pobladores, no seconsideraron en su totalidad las opiniones emi-tidas por los actores locales durante el diagnós-tico participativo y prevaleció la poca participa-ción de las mujeres a lo largo del Programa.

Partiendo del hecho que los proyectos de de-sarrollo son formas de intervención de la reali-dad (Avella, 2005), en este caso el Programadebió considerar seriamente los roles familiares,las aspiraciones individuales o grupales, ya quelos proyectos productivos instalados manifes-taron más bien una visión institucional y empre-sarial que no responden necesariamente a las ne-cesidades y capacidades de los campesinos. Sereconocen los esfuerzos de Programa para in-cluir a la mujer indígena, aunque el enfoque nofue adecuado, puesto que no consideraron losroles de la mujer indígena en la localidad, ni tam-poco la preferencia por trabajar a nivel familiarque a nivel grupal. Meentzen (2001) encontróuna situación similar en una consulta comunita-ria del Banco Interamericano de Desarrollo so-bre la participación de la mujer en proyectosproductivos. Este mismo autor cita a mujeres

indígenas Kunas que discuten sobre el reconoci-miento de la diversidad de los pueblos indígenas,protestan contra la «no globalización de los pro-yectos», promueven que las instituciones cuen-ten con mayor información sobre cada culturaespecífica, sobre las relaciones de género y rolesen cada pueblo indígena, para evitar impacto ne-gativo. No obstante, se debe reconocer que estePrograma confiere una importante inversión so-cial y económica al desarrollo regional ymicrorregional, favoreciendo a las localidades yfamilias participantes, principalmente en infra-estructura agrícola y desarrollo de capacidades.

En cuanto al proceso de acumulación, que escuando el individuo o colectivo busca reforzar ladecisión de adoptar o la decisión de rechazar cier-to proyecto –la que se denomina como retrac-ción o desistencia– (Amtmann & Fernández,1981), se encontró que en las mujeres indígenasestos procesos de acumulación se dificultaron,debido a que el proyecto les demandó más tiem-po de lo estimado y las obligó a dejar actividadesdestinadas al hogar. Por otra parte, los expertosmencionan que durante las capacitaciones téc-nicas se hallaron dificultades en la transferenciade conocimientos, debido al bajo nivel educati-vo de los agricultores. Tal como lo señalan Atalah& Ramos (2005) la carencia de destrezas socia-les por los bajos niveles educativos formales, lafalta de acceso a oportunidades, el desconoci-miento del funcionamiento institucional y delmanejo de recursos representan serias limita-ciones para la población indígena.

La población beneficiada percibe inseguridaden los proyectos productivos instalados, porqueno son considerados fuente estable de ingresosfamiliares. Esta situación evidencia las débiles ac-ciones por parte del Programa dirigidas a fomen-tar estrategias integrales que acompañen a loscampesinos a minimizar dificultades durante lapuesta en marcha de los proyectos, especialmen-te los ligados a las dificultades para comerciali-zar los productos. La misma FAO sugirió en laConferencia Internacional de Nutrición en 1992que la política alimentaria debe tener unacomercialización lógica, simple y bien organiza-da, con un mínimo de intermediarios, para ayu-dar a garantizar que el productor logre un justoretorno por su cosecha y que el consumidor pa-gue el menor precio posible por su alimento. Eneste sentido las cooperativas, los centros de aco-pio u otras redes podrían favorecer las formasde mercadeo que pueden beneficiar a este tipode productores y al consumidor (Atalah & Ra-mos, 2005).

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AGROALIMENTARIA

Vol. 21, Nº 41; julio-diciembre 2015 51

Por tanto es evidente la importancia de queel PESA fortalezca la articulación interins-titucional, para así garantizar mejores resulta-dos en torno a la seguridad y soberaníaalimentaria, fomentado también la participaciónsocial efectiva de los principales actores regio-nales. Por todo lo anterior se destaca lo señaladopor Flores & Rello (2001) en cuanto a que lapertinencia cultural de un proyecto debe estarbasada en el capital social generado por ciertasrelaciones sociales y asentada en una base cultu-ral e institucional local. Solo bajo estos princi-pios la suma de todos los actores involucradospermitirá una mayor cohesión local.

5. CONCLUSIONESPersiste la inseguridad alimentaria entre las fa-milias tzotziles de la microrregión cafetalera dela zona Altos de Chiapas, tanto en las familiasque cuenta con el PESA como aquellas que no,aunque el Programa favoreció las condicionespara la disponibilidad del agua e infraestructuraagropecuaria en las familias beneficiarias. La in-seguridad alimentaria en esta microrregión estádada principalmente por la incapacidad de auto-abastecimiento de granos básicos, la baja pro-ductividad agrícola, el cambio en el uso del suelo,la poca disponibilidad de alimentos variados ynutritivos; así como las dificultades para el acce-so a alimentos, dado por los bajos salarios, lainestabilidad de los ingresos familiares, el des-empleo y el incremento del costo de los alimen-tos de la canasta básica.

La situación alimentaria y nutricional de lapoblación indígena en la microrregión es preocu-pante, dado que no logran satisfacer sus necesi-dades diarias de alimentación, a pesar de que des-tinan más del cuarenta por ciento de sus ingre-sos totales a la adquisición de alimentos. En con-secuencia, mantienen una dieta monótona, pocovariada, desequilibrada en términos nutricio-nales, al tiempo que tienden a incrementar elconsumo de alimentos poco nutritivos y ricosen azúcares o grasas. Además, prevalecen cifrasimportantes de desnutrición aguda y crónica(peso y talla baja) en la población infantil.

Al momento del estudio el PESA no favore-ció acciones para el monitoreo nutricional, eneducación u orientación alimentaria, ni tampo-co en aspectos que impulsaran la participaciónde la mujer en su rol fundamental para garanti-zar seguridad alimentaria familiar. Asimismo,este Programa no favoreció la disponibilidad dealimentos básicos para la dieta familiar; si bien

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impulsó acciones para mejorar las condicionesen el hogar e incrementar ingresos familiares, nogarantizaba que tales ingresos favorecieran elacceso a alimentos suficientes y nutritivos paralas familias.

En cuanto a la pertinencia cultural de la in-tervención del PESA a las localidades tzotzilesse puede mencionar que la asignación preesta-blecida de recursos y proyectos productivos, latendencia a la comunicación vertical con los ac-tores locales, la desatención en los procesos cul-turales y de género –entre otros factores– nofavorecieron la apropiación efectiva de los pro-yectos. Esto generó insatisfacción, inseguridadeconómica y organizativa, además de dependen-cia en el uso de ciertos insumos agrícolas para eldesarrollo de los proyectos productivos instala-dos.

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