v reuniÓn cientÍfica edad modernadigital.csic.es/bitstream/10261/103509/1/r.c.aehm...edad moderna...

15

Upload: others

Post on 18-Oct-2020

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • V REUNIÓN CIENTÍFICAASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE HISTORIA MODERNA

    TOMO II

    LA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL EN LAEDAD MODERNA

    Esta edición ha contado con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura,Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica, Acción EspecialAPC1998-0123Dirección General de Cooperación y Comunicación CulturalExcmo. Ayuntamiento de San Fernando. Fundación de Cultura.

  • MUNICIPAL

    EN

    COORDINADORJOSE MANUEL DE BERNARDO ARES

    UNIVERSIDAD DE CÁDIZSERVICIO DE PUBLICACIONES

    1999

    ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DEHISTORIA MODERNA

  • © Edita: " Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz" Asociación Española de Historia Moderna

    Diseño y Maquetación: CREASUR, S.L.

    Printed in Spain. Impreso en España

    ISBN Obra completa: 84-7786-642-2/ Vol. II: 84-7786-644-9Depósito Legal: CA-SOS/99

    Imprime: INGRASA Artes Gráficas

  • PRESIDENTA:

    EXCMA. SRA. Da ESPERANZAAGUIRRE GIL DE BIEDMA

    MINISTRA DE EDUCACIÓN Y CULTURA.

    VOCALES:

    DR. D. JOSEP JUAN VIDAL

    Presidente de la Asociación Española de Historia Moderna.

    EXCMO. SR. D. GUILLERMO MARTÍNEZ MASSANET

    Rector Magnífico de la Universidad de Cádiz.

    EXCMO. SR. D. ENRIQUE ÁNGEL RAMOS JURADO

    Vicerrector de Extensión Universitaria de la U.c.A.

    ILMO. SR. D. JUAN LÓPEZ ÁLVAREZ

    Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.CA

    EXCMO. SR. D. FRANCISCO RAPALLO COMENDADOR

    Almirante Jefe de la Zona Marítima del Estrecho.

    D. ANTONIO MORENO OLMEDO

    Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de San Fernando.

    D. HERNÁN DÍAZ CORTÉS

    Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.

    D. JOSÉ QUINTERO GONZÁLEZ

    Delegado General de la Fundación de Cultura de San Fernando.

    D. JUAN GÓMEZ FERNÁNDEZ

    Tte. Alcalde del Área de Servicios Culturales de El Puerto de Santa María.

    7

  • COORDINADORES:

    DR. JOSÉ LUIS PEREIRA IGLESIAS

    Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz.

    DR. JOSÉ MANUEL DE BERNARDO ARES

    Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba.

    SECRETARIO ORGANIZACIÓN:

    DR. JESÚS MANUEL GONZÁLEZ BELTRÁN

    VOCALES:

    DR. MANUEL BUSTOS RODRÍGUEZ

    DRA. MARÍA JOSÉ DE LA PASCUA SÁNCHEZ

    DR. ARTURO MORGADO GARCÍA

    DRA. GUADALUPE CARRASCO GONZÁLEZ

    9

  • ANTONIO BOMBÍN PÉREZ

    Universidad del País Vasco

    1.- INTRODUCCIÓN

    Resulta sin duda un tema apasionante el de la fiscalidad en las provincias vascas durantela Edad Moderna. Tema por otra parte sometido a estudios más o menos parciales (no de con-junto) y al que se han dado interpretaciones diversas. Al referirnos a esta cuestión soy de la opi-nión de que desde el principio hay que dejar establecidas con claridad algunas ideas: a) Evitarel error de referirse al País Vasco como algo homogéneo en lo fiscal durante la época de losAustrias; en efecto, lo que durante estos dos siglos tiene verdadera entidad no es el conjunto (elPaís Vasco), sino las provincias, cada una con su personalidad claramente diferenciada en rela-ción con las otras. b) Los privilegios fiscales no son algo estático e inamovible, sino algo muycambiante durante los siglos XVI y XVII, a través de los cuales las provincias van consiguien-do diversas exenciones que se consolidan y de este modo van aumentando su caudal foral anteel Fisco (1). c) El tercer problema que al menos hay que citar es el del origen y significado delconcepto de provincias "exentas": es indudable que el origen de las exenciones se remonta a laEdad Media y resultaría una tarea demasiado difícil intentar resumirlo en unas líneas; en cuan-to a su significado, parece estar en relación con la imposibilidad (debido esencialmente a la cli-matología) de que estas provincias produjesen el trigo necesario para su alimentación y a la difi-cultad de llevarlo de Castilla por tierra debido a las malas comunicaciones. Ello explicaría elhecho de que pudieran importarlo libremente de otros países, así como la situación de las adua-nas no en los puertos de mar, sino en el inteIior. Al hablar del término "exentas", Luis Ma . Bilbaoañade que lo eran relativamente, ya que contribuían menos que las otras provincias de Castillaa la Real Hacienda y en general "las provincias vascas desconocían el peso exacto de las deno-

    I.-BILBAO,Luis M'.: Relaciones/iscales entre la provincia de Álava y la Corona. La alcabala en los siglos XVI y XVII.En La formación de Á1ava (Actas del Congreso de 1582). Vitoría, 1984. T. 1; págs. 73-76.

    63

  • minadas rentas generales y provinciales, así como de los estancos y otros derechos, rentas y tri-butos de la Corona"(2).

    Así pues, nos hemos referido a la singularidad provincial, al carácter dinámico de su fis-calidad y al significado relativo de la exención fiscal, ya que, aunque menos que las otras pro-vincias de Castilla, también contribuyen de alguna manera al mantenimiento de la RealHacienda. Sin duda no es objeto de este estudio, pero debemos añadir - y así comprobaremos elhecho de la singularidad provincial- que las contribuciones de Vizcaya se limitaban al "pedidode los labradores censuarios", al "pedido de las villas", a los "derechos de ferrerías", "prebos-tazgos", derechos de "patronatos", "penas de cámara" y "lanzas mareantes" (3). En Guipúzcoa,aunque existían también algunas rentas de origen medieval, como los "derechos de ferrerías" o"penas de cámara", la contribución más importante -yen esto se asemejaba a la provincia deÁlava- era la alcabala, que fue encabezada entre la provincia de Guipúzcoa y Fernando elCatólico (en nombre de Doña Juana) en 1509, en la cantidad de 1.245.925 maravedís, de los quehabría que deducir los "situados" y los 110.000 maravedís que Fernando había concedido a laprovincia por sus grandes servicios en la última guerra contra los franceses. Dicho encabeza-miento fue confirmado a perpetuidad por Felipe II (4).

    n.- LA FISCALIDAD EN ÁLAVALa provincia de Álava venía a constituir un tercer modelo en cuanto a sus contribuciones

    a la Real Hacienda. Podemos decir que este tipo se aproximaba algo al de Guipúzcoa, aunquede hecho Álava resultaba menos favorecida, procediendo tanto las semejanzas como las dife-rencias de la realidad de un mismo impuesto: las alcabalas.

    a) La alcabala.

    Ya hemos indicado que la principal figura impositiva en la provincia de Álava era tambiénla alcabala. Pero, como era tan común en una época en que la excepción era casi la norma, notodas las tierras de la provincia eran iguales ante este impuesto, ya que casi la mitad de la actualprovincia (Ayala, Llodio, Arceniega etc.) quedaba fuera de esta tributación por razones muydiversas (5). Había aún otras peculiaridades, referidas al siglo XVI, pues, mientras las alcabalasde la provincia estaban libres del añadido de las "tercias", las de Vitoria sí estaban gravadas coneste complemento. Pero la provincia de Álava no tuvo la fortuna de lograr -como la deGuipúzcoa- el encabezamiento en la época de los Reyes Católicos, de modo que de un tenor queosciló entre los 600.000 y los 800.000 maravedís en la primera mitad del siglo XVI, pasaría asufrir el notable incremento decretado por Felipe II para las alcabalas de Castilla en 1575.

    Precisamente el tema del incremento de las alcabalas fue uno de los que más preocuparona los miembros de las Juntas Generales de Álava en sus sesiones de Mayo y Noviembre de 1775

    2.-BILBAO,Luis M'.: Lafiscalidad en las provincias exentas de Vizcaya y GuiplÍzcoa durante el siglo XVJTI. Estudios deHacienda: de Ensenada a Mon. Madrid, 1984; págs. 67-68.

    3.-Ibídem; pág. 68.

    4.-VÁZQUEZ DE PRADA,Y.: Historia económica y social de España.Vol.ill. Los siglos XVI y XVII. Madrid, [978; pág. 51

    5.-PORRES,M'.Rosario: Edad Moderna: del concepto geográfico a la entidad política. Álava.Nuestra Historia.Vitoria, [996; págs. 174-l7S.

    64

  • y en la de Mayo de 1576, momento en que enviaron a la Corte al Diputado General de la pro-vincia, para que consiguiese el encabezamiento "por el menos precio que pudiere... e lo supli-que a S.M. Y señores de su Consejo..." (6). Finalmente quedarían encabezadas en la suma de1.399.000 maravedís y 507 fanegas de trigo, lo que suponía aproximadamente el doble de los725.000 maravedís que se pagaban en 1557, es decir, al comienzo del reinado. Y sólo en 1687Carlos II concedió a la provincia el encabezamiento perpetuo en la indicada cantidad, a condi-ción de añadir entonces de una vez un donativo de 18.000 escudos de vellón (7).

    b) Los servidos bajo n.Pero si la alcabala era la principal contribución de la provincia a la Real Hacienda, eso no

    suponía que fuese la única. En efecto, Álava ayudaba a la Corona en momentos especiales (gue-rras, bodas reales etc.) con donativos en especie o dinero, servicios en hombres para la guerra,o con ciertas cantidades para la construcción de caminos y puentes o arreglo de los mismos.

    Los donativos en especie o dinero son escasos durante el reinado, inferiores sin duda a losde la primera mitad del siglo, especialmente en torno a la anexión de Navarra, momento en elque la colaboración de la provincia fue muy destacada. Ahora están en relación, o bien con losgastos derivados de las levas militares y del paso y alojamiento de tropas, o bien con la cons-trucción y reparación de caminos, pasos y puentes.

    Como la cuestión del paso y alojamiento de tropas en la provincia la veremos a conti-nuación al hablar de las levas y servicios militares, ahora nos referiremos muy brevemente altema de los caminos, pasos y puentes. La legislación foral mandaba que las Hermandades dela provincia mantuviesen en buen estado de conservación (o contribuyesen a su construcción)los caminos, pasos y puentes que existían en sus demarcaciones. Lógicamente había quelograr la colaboración de las diversas Hermandades por las que transcurría el camino o queutilizaban el puente o paso; por eso en los puentes, vías o pasos importantes se producía laintervención de la provincia, que luego procuraba repartir los gastos entre las Hermandadescon la mayor equidad. A veces incluso se producían colaboraciones interprovinciales, talescomo la conservación y arreglo del puerto de San Adrián entre Guipúzcoa y Álava. Con todo,estas aportaciones eran ocasionales y suponían una carga muy inferior a la soportada por lageneralidad del reino de Castilla (8).

    Pero a esta carga, que a las autoridades provinciales parecía normal, hay que añadir otras,que son prácticamente desconocidas y que en todo caso no suelen ser citadas al hablar de estetema de los caminos y puentes. Me refiero a las derramas o cantidades en dinero con que Álavadebía contribuir al arreglo o construcción de determinados puentes fuera de la provincia. Porejemplo, sin intentar un estudio exhaustivo, podemos ver algunas referencias: en 1560 la Juntatrataba del pago de la cuota que correspondía a la provincia por el arreglo del puente de Quintanadel Puente, a la vez que pedía eximirse de lo que le correspondía por la construcción del deLeima; en 1573 las Juntas se quejaban del abuso que suponía el tener que contribuir a la cons-trucción o arreglo de los puentes (de la actual provincia de Burgos) de LeIma, Biguera y Oña;

    6.-AA.VY.: Libros de Actas de las Juntas Generales. 10 Vos. (Transcripción). Vitoria, 1994. VoI.VII; págs.!7-41 y 60-73

    7.-VÁZQUEZ DE PRADA,Y.: ob. cit.; pág. 51.

    8.-BILBAO,Luis M".: Lafiscalidad... ;ob. cit.; pág.71

    65

  • en 1574, además de los anteriores, había que acudir a la reparación de los de Briviesca,Trespaderne, Barbadillo y Aranda; en 1575 se trataba del arreglo del puente de Bunie1; en 1579se hablaba de la reparación del de Miranda etc. (9).

    Podemos ver que en unos casos se trataba de puentes de zonas próximas, y por ende muyutilizados (Miranda, Oña, Briviescaoo), pero en otros eran puentes ya muy alejados, como los deLerma, Aranda, Buniel o Quintana del Puente. Es evidente que en estos casos se trataba de cami-nos vitales para el tráfico y el comercio peninsular, como eran el de Vitoria-Burgos-Madrid o elmás comercial de Vitoria-Burgos-Valladolid-Medina del Campo, pero no es menos cierto que laprovincia ya tenía a su cargo la conservación de sus caminos y puentes, a la que debía acudir sinninguna ayuda exterior. En todo caso, a pesar de las protestas de las Juntas y de los viajes delDiputado General a Madrid para librarse de esta carga, la Corte confirmó la participación deÁlava en las citadas derramas (lO).

    Aparte de las alcabalas a las que ya nos hemos referido, la principal colaboración de la pro-vincia con la Corona se produjo en materia de servicios militares. Por tanto, veremos a conti-nuación cómo y cuándo se prestar'on estos servicios a lo largo de los 42 años del reinado deFelipe II:

    La primera de estas colaboraciones se produjo en 1556, cuando la gobernadora Doña Juanapidió a la provincia ayuda para la recuperación de Bugía (perdida en 1555), así como para la con-quista de Argel y el refuerzo de las defensas de Orán y Mazalquivir. Poco después las Juntasdecidían servir en la empresa con 100 hombres por seis meses y con la cantidad de 2.000 duca-dos para su paga. El hecho es que la empresa no se llevó a cabo, pero la gobernadora aceptó,reclamó y consiguió los 2.000 ducados que debían pagar el servicio de la gente de guerra, aun-que con dilaciones y protestas (11). Como prueba de las mismas, todavía a finales de 1558 unabogado y otros vecinos de Vitoria se oponían a entrar en el reparto de los 2.000 ducados, porconsiderarlo como pecho y ser ellos hidalgos.

    E16 de Agosto de 1557,con ocasión de la guerra con Francia, Doña Juana pedía a la pro-vincia ayuda militar para defender la frontera de Fuenterrabía y Navarra o hacer una entrada enFrancia. El 24 de dicho mes la provincia acordó conceder el servicio de 400 soldados de infan-tería, repartidos entre las Hermandades como lo habían hecho en 1542 (para evitar dilaciones denuevos repartos), a los que pagaría por seis meses. La paga, que se especificaba en cada caso(capitán, alférez, sar'gento, cabos etc.), montaba en total unos 1.730 ducados al mes (l2).

    Nuevamente por cédula real de 4 de Agosto de 1558 se pedía tener preparados los 400 sol-dados con que la provincia servía ya ordinariamente a la Corona, porque se temía que una escua-dra turca de 130 velas atacase la isla de Menorca. Al mismo tiempo se pensaba que sus aliadosargelinos y franceses llevasen a cabo un ataque en la frontera catalana. La respuesta fue inme-diata, nombrando a los mismos soldados y oficiales del año anterior. El temido ataque no se pro-dujo, pero en Octubre se pedía otra vez la ayuda militar a la provincia, porque entonces se pen-saba en un posible ataque francés por la frontera de Navana, a lo que respondió la provincia

    9.-Libros de Actas de las Juntas Generales. VoI.VI; págs,354-355 y 454-455. VoI.VII; págs. 17,91,251,257 y 268.

    1O.-"...que pague esta provincia lo que le toca en el reparto por la construcción del puente de Lerma". Libros de Actas delas Juntas ...VoI.VII; pág.91.

    Il.-Ibídem; VoI.V; pág.152.

    12.-Ibídem; 24 Agosto de 1557; VoI.V; págs.lOO-108.

    66

  • ordenando reunir la gente de guerra en SalvatieITa para acudir con rapidez a Navarra. Unos díasdespués escribía el duque de Alburquerque, virrey de Navarra, diciendo que el ataque no pare-cía que fuera a producirse por el momento, por lo que, tras el alarde acostumbrado, la tropa fuedisuelta Yenviada a sus casas, recordándoles que debía estar prontos para un nuevo llamamien-to (13). Por esos mismos días se había recibido en Vitoria la noticia oficial de la muerte delemperador Carlos V y en la cédula se pedía que se hiciesen las honras fúnebres y se guardase elluto acostumbrado en semejantes casos.

    El 17 de Enero de 1559 se recibía en la provincia carta del duque de Alburquerque pidien-do que se preparasen los hombres ante el peligro de un ataque francés. En respuesta, el 30 deenero las Juntas decidieron nombrar los mismos oficiales, capitán y soldados de la ocasión ante-rior para acelerar los preparativos, e incluso se ordenaba dar a los soldados y oficiales la pagade dos meses (14).

    La paz de Cateau-Cambrésis, así como el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valoisparecen abrir un paréntesis presidido por la paz entre ambas Monarquías. Pero el comienzo delas guerras de Religión en Francia iba a perturbar en parte estas perspectivas. En efecto, ya el 21de Abril de 1562 efrey comunicaba a la provincia que en Francia se juntaba mucha gente de gue-rra "con título de Religión" y que era preciso estar prevenidos y preparar las tropas. En conse-cuencia, el 4 de mayo las Juntas ordenaban que las Hermandades tuviesen dispuesta su gentepara marchar donde y cuando S.M. lo ordenase (15).

    Todavía en este ambiente de relaciones COITectas con Francia, en Febrero de 1565 el reyescribía a la provincia comunicando que la reina iría a Bayona a entrevistarse con su madre,Catalina de Médicis, y que pasaría por Álava el 26 de Marzo. Las Juntas acordaron el arreglo decaminos, la provisión de los bastimentas necesarios y que las autoridades saliesen a su paso arendir el debido homenaje (16).

    En Septiembre de 1568 se recibía otra Real cédula que ordenaba preparar los soldados.Inmediatamente las Juntas adoptaron los acuerdos oportunos para que tanto la gente como lasarmas estuviesen dispuestas. También en el mes de Septiembre del mismo año se recibió la noti·cia de la muerte del príncipe Don Carlos, por lo que la provincia ordenó la organización de lascorrespondientes honras fúnebres.

    De nuevo hubo previsisones de guerra en 1569. En efecto, en Agosto el rey escribía aldiputado General que tuviese preparada la gente para cuando el duque de Medinaceli, virrey deNavarra,la reclamase, a lo que respondió con la habitual rapidez. Además por entonces se esta-ba produciendo tambien el paso y alojamiento de soldados en la provincia, con los gastos y que-jas correspondientes (17). Todavía en Mayo de 1570 el Diputado General avisaba a las Juntassobre el peligro de guerra y ordenaba que se hiciesen los preparativos ordinarios; pero el peligropasó sin ruptura yen Noviembre las Juntas decidieron que el dinero que no se hubiera gastadoen armas fuese devuelto a las Hermandades.

    l3.-Ibídem; 22 Octubre de 1558; VoI.V; págs. 185-192.

    14.-LANDÁZURI,J.J.: Historia civil de la provincia de Álava.T.II; Vitoria, 1976; pág.363. Libros de Actas de lasJuntas ...VoI.V; págs.240-247.

    15.-Libros de Actas de las Juntas .. : 4 Mayo de 1562. VoI.V; págs.399-400.

    16.-Ibídem; VoI.V; págs.544-545.

    17.-Ibídem; VoI.VI; págs.160-161; 163-164 y 176-177.

    67

  • Los tumultos ocasionados por las guerras de Religión en Bearne provocaron de nuevo laalarma en 1571. En una Real cédula el monarca comunicaba estos hechos a la provincia ypedía el servicio de los 400 soldados. Las Juntas ordenaron los preparativos de rigor. En Abrilde 1572 se recibía nueva Real cédula para que los soldados estuvieran dispuestos para acudira la defensa de la frontera de Navarra o GuipÚzcoa. El 8 de Julio las Juntas acordaron obederla orden real, pero suplicando a la vez que no se ordenase la salida de su provincia de los 400soldados hasta que no fuese absolutamente necesario (18). En las mismas fechas la provincia,muy afectada por alojamientos y paso de tropas, disponía el orden rotativo de estos aloja-mientos en las Hermandades.

    En 1579 se reprodujo el peligro de guerra con Francia con un ataque francés por la fron-tera de Guipúzcoa, cuyo gobernador militar, García de Arce, pedía ayuda a Álava en Agosto porel peligro de "un grueso ejército de luteranos". ElIde Septiembre, por cédula real, Felipe npedía el mismo socorro. La provincia obedeció la orden y realizó los preparativos con la máxi-ma urgencia y ya el 13 de Septiembre escribía al gobernador García de Arce, comunicándole lagente que tenía dispuesta (19).

    En 1580 Felipe II escribía a la provincia (CR. 15-2-1580) sobre los preparativos militaresque estaba realizando para asegurar la sucesión del trono de Portugal y ordenaba al DiputadoGeneral que tuviese apercibida la gente de guerra por si era necesaria, a lo que respondieron conprontitud las Juntas el 29 de Febrero (20). Dos años después Felipe II comunicaba desde Lisboael peligro de guerra, mandando a las autoridades poner los soldados a las órdenes del goberna-dor de Guipúzcoa en caso necesario.

    Los años 1588 y 1589 fueron especialmente difíciles, como consecuencia de la expediciónde la Invencible y de las secuelas que su derrota trajo sobre las costas españolas. Ya el 30 demayo de 1588 ordenaba el rey que la provincia tuviese preparada la gente de guerra. Otra cartade 22 de Noviembre avisaba del peligro de que los ingleses atacaran las costas, por lo que la pro-vincia debía tener los soldados preparados para acudir donde indicase Juan de Cardona, delConsejo de Guerra. Éste, en carta de 7 de Marzo de 1589, disponía que los 400 soldados mar-chasen hacia el puerto de Santander; el viaje de la tropa se hizo en tres grupos, de acuerdo conlas etapas establecidas, y este servicio duró hasta el 13 de Agosto, cuando las tropas regresarona la provincia (21).

    Aunque hasta aquí hemos indicado que la provincia respondía a las solicitudes del rey conel servicio de 400 soldados, resta por decir cómo se repartía esa carga entre las seis cuadrillas,que aglutinaban a las 53 Hermandades de la provincia. Dicho reparto, de acuerdo con la sesiónde 17-12-1593 de las Juntas era el siguiente:

    i8.-Ibídem; VoI.VI; págsJ04-314.

    19.-Ibídem; VoI.VII; págs.282-31O.

    20.-Ibídem; VoI.VII; págs.442-447.

    21.-LANDÁZURI,J.J.; ob. cit.; págs.366-368.

    68

  • ORDEN CUADRILLA NUMERO DE SOLDADOS

    1 Vitoria 72

    2 Salvatierra 67

    3 Laguardia 59

    4 Ayala 66

    5 Zuya 68

    6 Mendoza 68

    TOTAL 400

    En dicha sesión se indicaba asimismo los soldados que debía aportar cada Hermandad inte-grante de dichas cuadrillas (22). El año 1588 fue también duro para la provincia por el peso delos alojamientos. En Octubre de 1588 ordenaba el rey que las fuerzas que habían desembarcadoen Santander (restos de la Invencible) fuesen alojadas no sólo en la costa, sino también en el inte-rior. Álava acató la orden y decidió que el alojamiento se realizase en las Hermandades más pró-ximas al mar. El 20 de Noviembre se decidía la paga de las tropas (13 compañías) alojadas, quesería la siguiente: soldados, un real diario; capitán, 8 reales; alférez, 4 reales; sargentos, 3 rea-les; cabos de escuadra, pífano y atambores, 2 reales. A este pago contribuirían los vecinos sinsoldados alojados y las Hermandades sin alojamientos. El 4 de Diciembre la Junta acordaba asi-mismo dar 500 pares de zapatos a los soldados de las 13 compañías, pidiendo al mismo tiemposu salida de la provincia lo más pronto posible. Estos servicios de Álava fueron agradecidos porel rey, que el 16-12-1588 expidió una Real cédula en tal sentido (23). Tanto los gastos derivadosde la gente enviada a Santander como los de los alojamientos se pagaron mediante censos toma-dos por la provincia para hacer frente a la urgencia de los hechos.

    En los años siguientes (1590-1596) los servicios y gastos se derivaron esencialmente delos alojamientos y pasos de tropas. Pero de nuevo en 1596 una Real cédula (22-06-1596) orde-naba poner en pié de guerra los 400 soldados con que la provincia acostumbraba a servir. Elmotivo eran las previsiones y levas de gente de guerra que se hacían en Francia cerca de la fron-tera española. Hay que tener en cuenta que la oposición de Felipe II al acceso al trono francésde Enrique de Barbón (ahora ya Enrique IV) había degenerado en guerra abierta entre ambosmonarcas tras la absolución pontificia y el reconocimiento de los súbditos franceses. La provin-cia acató la petición real y procedió a hacer los preparativos de rigor. Al mismo tiempo pedía alrey permiso para traer de Guipúzcoa las armas que necesitaba para renovar su arsenal: 600 arca-buces, 200 mosquetes, 20 quintales de pólvora y 6 de cuerda, a la vez que se autorizaba alDiputado General para tomar a censo 2.000 ducados en caso de que los soldados debieran salirde la provincia (24).

    En 1597 prosiguió el peligro de guerra en la frontera. Ya e12 de Enero se recibía una Realcédula para que la provincia estuviese preparada; una nueva orden del 14 de Enero apremiabalos preparativos. Las cédulas fueron acatadas y cumplidas como de ordinario. Otras dos Realescédulas (22-07-1597 y 25-08-1597) mandaban preparar las tropas para reforzar los presidios deFuenterrabía y San Sebastián. Todas ellas fueron cumplidas con prontitud, a la vez que se envia-

    n-Libros de Actas de las Juntas ... :17 Diciembre de 1593. Vol.X; págs. 72-78.

    23.-Ibídem. Vol.VIII; págs.358-409 y VoLIX; págs.9-1 O.

    24.-Ibídem; Vol.X; págs. 188-204.

    69

  • ba al procurador general de Vitoria y al de Salvatiena para hablar con el general de Fuenterrabíay ver las necesidades concretas sobre el terreno (25). En las Juntas de este año se hacían ya dosobservaciones en relación con la peste: en la de 6 de Mayo se apercibía a la provincia para queadoptase las medidas necesarias para librarse de la peste, y en la del 9 de Octubre se indicabaque la ciudad de San Sebastián ya estaba apestada.

    En 1598 en la provincia se trató el tema de conseguir, junto con Navarra y Burgos, elaprovisionamiento de 30.000 fanegas de trigo para los galeones reales surtos en Bilbao. Esemismo año se producía la muerte de Felipe 11 (13-09-1598), noticia que fue comunicada a laprovincia por Real cédula de 18-09-1598, en la que se ordenaba que se hiciesen las honras fúne-bres y luto acostumbrados en estos casos. La provincia lo ejecutó, a la vez que enviaba aMadrid al Diputado General para dar el pésame por la muerte de Felipe 11 y el pláceme al nuevorey Felipe III (26).

    e) Los rnillones:·la exención de Álava.

    Al margen de estos servicios militares, pero en línea con la tributación fiscal de la provin-cia de Álava que veíamos al principio, hay que referirse como dato importante a lo relativo alservicio de millones que, como se sabe, aparece a finales de este reinado. Precisamente para elreparto de este nuevo impuesto se elaboraron los "Padrones" de 1591 y la primera asignación,para seis años, sería de 8 millones. En principio la provincia de Álava había sido incluída, juntocon otras tierras del Norte de Burgos en dicho reparto. Pero las autoridades reclamaron contraesta inclusión, aduciendo que "aquella tierra era montuosa, estéril y pobre y tan estrecha que enella no había crianza ni labranza que fuese de consideración" y que, si se les incluía, no podríanseguir sirviendo al rey "en las ocasiones de guerra que tan de ordinario allá se ofrecían...respec-to de ser frontera, que confinaba con los reinos de Navarra y Francia (sic) y por ser mucha cargay no la poder sufrir la tiena..."

    Como respuesta a estas súplicas, Felipe 11 expidió dos Reales provisiones (6-04-1592 y 9-04-1593) para que el corregidor de Burgos no incluyese a la provincia de Álava en el reparto delos millones: "...para que vos ni otra persona no repartiésedes a la dicha ciudad de Vitoria y pro-vincia de Álava cosa alguna tocante a los dichos millones..." (27). En consecuencia, los repeti-dos servicios militares, así como la pobreza de la tierra venían a librar a la provincia del impues-to más oneroso creado durante el reinado.

    In.- CONCLUSIONES

    Hemos visto hasta aquí las contribuciones en materia fiscal o en servicios militares con quela provincia colaboró con la Corona durante el reinado de Felipe 11. Desde el punto de vista desu significado ¿qué nos sugieren estos datos? En líneas generales podemos concluir lo siguien-te: 1°) En materia de servicios militares, si comparamos los realizados durante el reinado con lascontribuciones de etapas anteriores (reinados de los Reyes Católicos y de Carlos 1) y posteriores(especialmente con el reinado de Felipe IV) hay que aceptar que los servicios a Felipe 11 tienen

    25.-Ibídem; VoI.X; págs. 281-283.

    26.-Ibídem; VoI.X; págs. 334-342

    27.-Provisiones Reales de 6-04-1592 y 9-04-1593. Archivo del Territorio Histórico de Álava (ATHA). D.A.H. 257-38.

    70

  • el carácter de una carga relativamente leve en comparación con los reinados citados (año 1503:servicio de 1.200 hombres; año 1512: servicio de 1.200 hombres; año 1521: servicio de 2.000hombres etc.), ya que la obligación bajó de la media de 1.00-1.200 a la de 400 soldados. 2°) Encambio, como ya hemos visto, subió notablemente la contribución de la provincia por el peso delas alcabalas, que pasó de 725.000 a 10400.000 maravedís, aunque esta subida sólo fue relativa,debido a la evolución al alza de los precios, al aumento de la población etc., pues en realidad lacarga soportada por los contribuyentes fue menor que la que suponía la alcabala a comienzos delsiglo XVI (28).

    3°) La provincia de Álava realizaba una contribución a la Corona superior a aquella conla que en la misma época servían al rey las provincias hermanas (Guipúzcoa y señorío deVizcaya). Pero no nos debemos engañar pensando que esa mayor tributación se incrementabapor las diferencias de población, puesto que la cifra demográfica era entonc~s bastante equili-brada entre las tres provincias. 4°) Pero si es cierto que la contribución de Alava a la Coronatuvo cierta entidad durante el reinado, también es preciso indicar que en todo caso la carga glo-bal soportada por la provincia nunca fue comparable a la que afectaba a la generalidad de lasprovincias de la Corona de Castilla.

    28.-PüRRES,M'.Rosario: ob. cit.; págs. 175-176.

    71

    Créditos y Portada Tomo II.pdfSin títuloSin título