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JOSÉ IGNACIO FORTEA LÓPEZ CARMEN M- CREMADES GRIÑÁN

(Eds.) --e-w-

POL~TICA Y HACIENDA

11 REUNIÓN CIENTÍFICA ASOCIACIÓN ESPANOLA DE HISTORIA MODERNA

1992

VOLUMEN I

UNM3RSIDAD DE MURCIA

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O José Ignacio Fortea Pérez Carmen MTremades Griñán Secretariado de Publicaciones Universidad de Murcia, 1993 I.S.B.N.: 84-7684-407-7 Depósito Legal: MU-805-1993 Edición de: COMPOBELL, S. L. Murcia

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FINANZAS V EMPRESA ESTAT14L: EL DEPARTAMENTO V ARSENAL

Carmen Parrón Salas Universidad de Murcia

El puerto de Cartagena, enclavado en una de las zonas mundiales de mayor densidad de tráfico marítimo, ha sido siempre uno de los más seguros del litoral español por sus condiciones naturales. No en balde a comienzos del siglo XVIII es aún apostadero de las Galeras de España, y no en balde el estado piensa en él cuando, a la hora de abordar una reforma en profundidad de la estructura militar, lo elige para cabecera del Departamento marítimo del Mediterráneo.

Hoy por hoy, y con perspectivas de cerrarse otro de sus ciclos históricos, se hace imprescin- dible conocer la dinámica de su creación y fortalecimiento a través de los costes que supuso para el estado, es decir, el esfuerzo económico que realizó para llevar a cabo en el siglo XVIII un proyecto que puede calificarse, sin lugar a dudas, de descomunal. La Real Hacienda no es tan sólo el conjunto de instituciones, mecanismos, figuras fiscales y cantidades recaudadas en los que se apoya el estado, aunque todos eilos son, por supuesto, imprescindibles para conocerlo. La Real Hacienda son también sus «gastos», en buena medida la cara oculta de ese estado moderno a pesar de que nos lo puede caracterizar tan bien como sus métodos de captación de ingresos y la que nos da, en muchas ocasiones, la dimensión profunda de su evolución y su «política intencionada».

La «creación» de Cartagena en el siglo XVIII es testimonio de la taila del estado borbónico y de su voluntad política. La tarea fue posible gracias a los mayores ingresos de la Real Hacienda, enriquecimiento que traduce, como usualmente se admite, un crecimiento económico real del país. Cartagena se va a beneficiar de esa gran reforma que significa la creación del ministerio de Marina, pues éste, junto con el de Guerra absorbió los crecidos ingresos estatales'.

. . pp. 77-87; ARTOLA, Miguel: La Hacienda del ~"r i&o ~ é ~ i m e n , ~ ~ a d n d , 1982; PIEPER, Renate: Die spanischen Kivnfinanzen iri der rweiten Ha@ des 18. Johrhunderl,~ (1753-1788J, Stuttgart, 1988.

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En definitiva, la ciudad es una proyección regional de la «resurrección» estatal española2. Es generalmente admitido que la creación del Departamento tuvo lugar en 17263. Mientras

que la responsabilidad militar correspondía a su comandante general («Estado Mayor»), el comisario de marina era la máxima autoridad en todas las cuestiones administrativas y económi- cas, es decir, con idénticas funciones a las de intendente, y encabezaba la plantilla del «Minis- terios (por eso también se le denomina frecuentemente «ministro de Marina» de Cartagena). El peso de ambos cargos se invirtió conforme transcurrió el siglo, pues los comandantes ganaron responsabilidades y sustrajeron competencias a los comisarios, aunque de todos modos el cuerpo español del <<Ministerio», por su estructura y sentimiento, fue siempre mucho más militar que en Francia4.

Las primeras consignaciones de caudales de marina enviadas por la tesorería general a la departamental aparecen en 1737 (uno de los empleos creados en 1730 había sido el de tesorero) y su objeto era cubrir los gastos del personal, que aumentó en la década de 1730 porque los comisarios de marina habían dotado más empleos de propia cuenta. No conocemos las inversio- nes estatales en Cartagena en los años anteriores, pero hay que tener en cuenta que hasta 1730 la atención del gobierno se había concentrado en la defensa de la plaza, las fortificaciones, mientras que las galeras se sostenían desde antiguo con un fondo particular: los ingresos de cnizada5. Las bulas eran privilegios concedidos por la Iglesia a quienes contribuían con limos- nas a la financiación de la guerra contra los infieles, y por tanto las galeras se beneficiaban del ramo por ser ésta una de sus misiones. Los piratas argelinos representaban un peligro en la navegación del Estrecho, cualquiera que fuese la nacionalidad de los buques, pero en el caso de España era peor porque constituían una continua amenaza por sus desembarcas y ataques a las poblaciones costeras. Sin embargo, Ensenada introdujo un cambio sustancial al suprimir la escuadra de Galeras e incorporar en 1749 a la tesorería general los fondos de cruzada que las sostenían.

Los primeros trabajos desarrollados en el departamento con consignaciones ministeriales fueron la limpieza del fondo del puerto y la obra del malecón (desviación de las ramblas del Saladillo y Benipila del mar de Mandarache a la Algameca Chica), dotados en 1737 mensual-

2 PEE PICAZO, María Teresa y LEMEZTNIER, Guy: El proceso dc modernización de la región murcMna ( s i g l o s X V - m , Murcia 1984, pp. 151-152; MERINO NAVARRO, J. P.: <<Cartagena: el arsenal ilustrado del Medite- rránea español». Áreas, 1 (Murcia, 1981). 41-62.

3 Váase RUBIO PAREDES, José Marta y PIfbXA Y RNAS, Alvaro de la: Los inaenieros militares en la

general de pertrechos (a Pablo José Rozo). En 1730 se dotó la plaza de inspector de la limpieza del puerto (Pedro Antonio Prian, 25 de abril), seguida por las de dos oficiales de arsenales (R.O. de 22 de julio): los maestras mayores de calafatería (Domingo Liambre) y de arboladura (Joseph Maltés). Pero también sabemos que Antonio Valbas era el comisario de marina al que sucedió el 9 de septiembre de ese año Alejo Gutiérrez de Rubalcava. Alejo Gutiérrez Rubalcava a Zenón de Somodevilla adjuntando la «Relacion de los Oficiales de estado mayor, Ministros, Offiziales de la Contaduria, Guardamagacenes. y demas Yndividuos Politicos, y Militares, que con despachos de S.M. o nombra- mientos de los Comandantes Generales, y Ministros primsipales de este Departamento de Marína gozan sueldo del Rey ... » (Miguel Ramos, Cartagena, 20 de agosto de 1737), Cartagena, 21 de agosto de 1737. AGS, Marina 581.

4 OLESA -0, Rancisco-Felipe: La organización naval de los estados mediterráneos y en especial de España durnnte los siglos XVI y XVII, VOL 2, Madrid, 1968, pp. 1.227.1.230, 1.263.

5 Andrds liménez Canega al Marqués de Torrenueva adjuntando el estado de la distribución de caudales de galeras realizado por su Pagador, Antonio García Ibarguen, Cartagena, 13 de noviembre de 1737. AGS, M.xina 581. Los combates y escaramuzas solían terminar en esclavitud para los tripulantes de los barcas capturados, a veces tras largas persecuciones mm'timas. No hay que olvidar que los esclavos moros eran un componente social más de la sociedad del XVIII y que había un gran número de ellos en Cartagena, precisamente galeotes.

mente con 60.000 reales. Pero el comisario pasaba apuros porque no los recibía con puntuali- dad. Así, tuvo que dirigirse al tesorero general en abril de ese año para que le dijera dónde tenía que reclamar la cantidad, siendo imprescindible su puntual entrega «porque la calidad de los sujetos que deben recibir esos caudales son jornaleros y pagamentos semaualesx6. Se le contestó que tomara el dinero del siguiente modo: 10.000 reales de la aduana local (se enviaba la letra), 50.000 de la de Alicante, y 6.048 pesos 12 sueldos 6 dmeros también de aquel gobernador, procedentes éstos del derecho de almotacenía en la arroba de aceite, cántaro de vino y barchilla -después se previno a dicho gobernador que, si aún no lo había remitido, retuviera el dmero hasta nueva orden-'. Cuando llegó a Alicante el individuo enviado desde Cartagena para recoger el dinero, el contador de aquella aduana ya babía enviado letras por 1.716 pesos a Madrid y sólo tenía 34.096 reales, así que fue esta la cantidad por la que formó carta de pago a la tesorería departamental8.

Pero en los abonos donde había mayor parsimonia de la Real Hacienda era, por supuesto, en los salarios del personal fijo, que pasaba largas temporadas sin cobrar. Era un mal común a los tres departamentos y generalizado en la administración. Según una «Noticia de lo que se deue hasta fin del año 1 7 3 6 ~ remitida a la tesorería general en abril siguiente la Corona debía lo siguiente (reales de vellón):

l Cádiz Ferrol Cartagena 755.560

21.377.770

A mediados de 1737 la deuda estatal con sus funcionarios y empleados era de 700.814 reales en Cartagena, 1.635.085 en Ferrol y 19.373.129 en Cádiz9. Esas cifras, no obstante, manifiestan la escasa entidad del departamento levantino en los comienzos de su andadura, pues no tenía tanto personal. Además del comandante general y su ayudante, el tesorero, el comisario de marina y 7 empleados «ministeriales» (contaduría), contaba con 4 guardamagaceues, 5 peones de confianza (en almacenes y poaena de la contaduna), 7 oficiales del arsenal (maestranza y un guardadique), 6 inspectores y sobrestantes de la limpieza y obras del puerto, 19 patrones y sotapatrones de pontones y gauguiles, y 5 empleados en el Hospital Real. El total de sus salarios mensuales, con el descuento para inválidos, ascendía a 29.305 reales, aunque en urgencias se aumentaban 4.000 reales (2.000 correspondían a empleados en arsenales en caso de armamen- t0)'O.

A finales del verano de 1737 Rubalcava -comisario basta 1742-" remitió a Ensenada el informe de los gastos departamentales que le babía pedido pero no la relación de jornales pagados, que habían oscilado conforme lo habían hecho las consignaciones para las obras y

6 Andrds Jimánez Carrega al Marqués de Torrenueva. Cartagena, 10 de ahnl de 1737. AGS, Marina 581. 7 fd. a íd., Cartagcna, 17 de abril de 1737. Ibíd. 8 íd. a íd., Cartagena, 24 de abril de 1737. Ibíd. 9 «Nota de los individuos de Marina que existen en el Departamento de Cartanena y su haver hasta fin de junio

de 1737s. id. de Fenol y Cádiz. Ibíd. 10 Alejo Gutiárrez Rubalcava a Cenón de Somodevilla adjuntando la ~Relacion de los Officiales de estado mayor,

Ministros...», Cartagena, 21 de agosto de 1737. AGS, Mxina 581. Los peones de confianza lo eran por nombramiento de los comisarios, así como 5 de los 6 inspectores y sobrestantes, y también la mayoría de patrones y sotapamanes.

11 RUBIO Y PBERA: op. cit., p. 64.

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según el ritmo que se le babía ordenado imprimirles. Asimismo, informaba de la marcha de la limpieza del puerto (empleados 5 pontones y 2 betas para hacer el fondo necesario para los barcos «y formar el nuevo Puerto proyectadon) y el malecón. Éste estaba ya muy adelantado y sólo necesitaba ensanchar el cauce del canal que se babía abierto porque ya tenía la profundidad necesaria, nivelada con el mar. Se trabajaba con el objetivo de que las siguientes lluvias salieran ya por él, así que lo que Rubalcava insinuaba era que no recibía la consignación mensual, indispensable para acabar esas tareas de una vez (4.000 doblones) y presenrar el fondo del puerto. Sin embargo era muy consciente de la envergadura del proyecto, pues insistió en que lo importante era el diseño portuario del Arsenal, la obra no era excesivamente cara ni de largo plazo, dejando la vistosidad y magnificencia de la base «para los ve ni de ros^'^. Ensenada dio orden inmediata al tesorero general para que consignara 1.000 doblones mensuales a las obras de la ciudad departamental13.

En octubre siguiente se transfirieron 200.000 reales por medio de Antonio García Ibarguen, y parece que babía urgencia en enviar más caudales porque el 11 de noviembre Ensenada preguntó al tesorero si era posible que estuvieran en Cartagena otros 450.000 reales antes de acabar el mes, que después se descontarían de lo que se señalara para la marina en el caudal de la Flota de América'? No parece que esa última consignación llegara, pues según una relación del caudal de las tesorerías departamentales entre julio de 1737 y abril de 173815, la de Cartagena aparece así:

12 «Y ya que la carta de V.I. me da motivo á hablar de estas Obras, y que lo basto del proyecto no 6s adaptable á que la actual situacion de la Hacienda del Rey se empeñe en él, debo decir a V.I. que como el fin de todo él, conspira a solo hacer aquí todo lo necesario a un peifecto h e n a l de Marina, y un puerta seguro y defendido para sus Vageles, me pareceque unavezque mbiessemos lo necessario ala consecución de estas fines, nos sobraba todo lo superflua, que consiste en la mayor estencion del Puerto, y en la multihid y surnpniasidad de las obras del Arcenal, que quedando delineadas, pueden enecutarlas los venideros, aprovechandonos nosotros de lo util, y precisso, que sin pan costo, y en poco tiempo se puede lopar». Aleja Gutiémz deRubalcava aZenónde Sornodevilla. Cartagena, 21 de agosto de 1737. AGS, Marina 581.

13 Zenón de Somadevilla al Marqués de Torrenueva y R.O. al mismo, San üdefonso, 4 de septiembre de 1737. %íd.

14 Zenón de Sornodevilla al Marqués de Torrenueva, San Ildefonso, Y de octubre, y San Lorenzo, 10 de noviembre de 1737. Ibid. La segunda transferencia se hizo can lema de Franciso Lobat. El Marqués de Torrenueva a hancisco Lobat, Buen Retiro, 11 de noviembre. Ibid.

15 ~Relacion del Caudal recivido en las Thesorerias de los Departamentos de Cadiz, Ferro1 y Cartaxena, para ocurrir a los gastos ... » (1738). %íd.

Sin embargo, también nos consta que en diciembre de 1737 babía todavía un líquido considerable en tesorería (61.606 reales) y que la limpieza del puerto continuaba, cobrando semanalmente sus jornales los peones de los pontones y los empleados en diversas faenas del arsenal y almacene^'^. También debe señalarse que aunque esa suma de los gastos de los tres departamentos parece considerable, sucede que, además de que deben descontarse 2.350.021 reales por diversos conceptos -entre los que aparece el pago de las maestranzas de arsenales o el medio sueldo a oficiales de mar y marinería desarmada-, la Real Hacienda se babía decidido al fin a ponerse un poco al corriente en la cuestión de salarios: pagó al personal «ministerial» y oficiales de marina 17 ó 18 meses de sueldos atrasados, dejándoles pendientes los posteriores a junio de 1736. Sólo cobró haberes íntegros, hasta el día de su despido, la marinería que pasa a Ferrol a bordo de dos navíos en el mes de noviembre.

Junto a la breve «Noticia» antes citada, aparece en cifras redondas el presupuesto anual de los tres departamentos", posiblemente para 1737, que engloba sueldos, compra de pertrechos, carenas y armamento. Era el siguiente:

valores YO Cádiz 25.000.000 80.64

l Ferrol 4.500.000 14.52 Cartagena 1.500.000 4.84

31 .OOO.OOO 100% 1 Provisiones de viveres

Pero si la situación económica del personal de marina en tiempo de paz era irregular, en caso de guerra llegaba a hacerse peligrosamente apurada. En 1743, cuatro años después del estallido de la guerra con los ingleses que duró hasta 1748, era tal la desesperación de los oficiales mayores del departamento, los de mar y artillería, y las tripulaciones de los buques, que pidieron al rey que les pagara sus salarios atrasados porque sus familias estaban en la última necesidad «y ni aun la mendicidad les alivia*. Al menos a los de la flota que había ido a Tolón se les auxilió18.

Por otra parte, en estos momentos tampoco hacía el gobierno grandes desembolsos para los trabajos y obras del departamento. Según el presupuesto que se aprobó a fines de a 173719, las inversiones estatales en los tres distritos marítimos tenían el siguiente peso:

16 Alejo Gutiérrez de Rubalcava al Marqués de Torrenueva adjuntando el estado de la tesorería y el de las abras realizadas en la semana anterior, Cmagena, 25 de diciembre de 1737, Ibid.

17 Para los presupuestos de marina en la segunda mitad del sigla véase BOADO Y GONZ~LEZ-LLANOS, Leopoldo: nAlgunos aspectos de la marina española en las años previos al combate de Trafalgar». Revisro de Historia Naval, 11 (Madrid, 1985,S-21).

ordinario de los tres Departamentos de marina para todo el siguiente año de 173% (Buen Retiro, 17 de diciembre de 1737). Buen Retiro, 23 de diciembre de 1737. AGS, Marina 581.

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Mensuales Anuales

Cádiz 850.000 10.200.000 Ferrol 170.000 2.040.000

Cartagena: Limpieza del puerto y obras del malecón 60.000 720.000 Fábricas de jarcias de Barcelona 22.500 270.000

82.500 990.000

Total: 1.102.500 13.230.000

A Cartagena, pues, se le adjudica la décima parte de lo asignado a Cádiz, y respecto al total presupuestado supone un 7,5%. Para colmo, cuando comenzaron las estrecheces a causa de la guerra, las obras se ralentizaron hasta que, finalmente, se detuvieron2". Ante la seriedad del asunto, el gobierno no dudó en transferir la responsabilidad de una parte de ellas al propio ayuntamiento: el gasto de llevar a su antiguo cauce la rambla del Saladillo «deue ser de Cuenta de estta Ciudad, como lo son las demas Obras Publicas de que se sime» (orden de 14 de abril), y también le encargó que mantuviera limpio el canal del malecón (sacar la tierra y llevarla lejos para que no volviera a caer en él o recargara el peso de sus márgenes).

Inmediatamente representó el ayuntamiento para librarse de esa carga ya que, aunque tenía algunos arbitrios, no daban para mucho: -El de 7 maravedísflibra de pescado (que se «mataba» en Escombreras en los meses de abril, mayo y junio) se dedicaba a satisfacer el rédito de 95.000 ducados de censo al mayorazgo de Juan Bautista Preve, en que se había empeñado la ciudad por la traída de aguas de los nos Castrill y Guadahardal (Guardal) para riego de sus campos. El aumento posterior del arbitrio en 4 reales y 14 maravedíslarroba de pescado «en gnieson, 10 reales/amba de hijada de atún y 4 maravedís/melva (24-5-1736) estaba destinado al púsito. - El de 2 maravedísflibra de camero y macho de carnicerías públicas (concedido en 30-1-

1734) se destinaba al servicio ordinario y extraordmario de 5.094 reales 19 maravedís anuales, que no eran suficientes, así que la ciudad tenía a fines de 1741 un alcance de 7.638 reales 21 maravedís.

-El de 1 reallquintal de barrilla y sosa exportadas (19-11-1729 y 15-3-1737, concedido por la «cortedad» de los anteriores), del que resultaba desde el mes de diciembre otro alcance de 48.882 reales 1 maravedís, y el de 4 maravedíslazumbre de vino que entraba y se consumía en la población (concedido hacía poco más de un año, 19-1 1-1740) los utilizaba para utensilios y paja de las tropas acuarteladas. Pero el gasto de utensilios, al principio de 4.700 reales, había ascendido a 13.363 reales, mientras que el de paja para la caballería era de más de 6.000 reales, según había asignado a Cartagena el Corregidor de Murcia. En esos momentos tenían otro alcance de 2.318 reales 28 maravedís.

Según las cuentas del depositario de arbitrios, el total de la deuda municipal era en esos momentos de 52.122 reales 21 maravedís2'.

20 El 2 de mayo de 1742 Andrés de Bertodano comunicó a Campillo que en la tesoreria de marina quedaban exactamente 10 reales y 9 maravedcs. y como no podía exigir a las cuadrillas de trabajadores de la limpieza del puerto que continuaran porque ya se les debía una semana de salarios, <pues la pobreza de esttít Gente, no les pennire trabajar, no siendo puntual la paga de sus Jornales y assi queda parada esta obran. Andrés Bertodano a José del Campillo, Cartagena, 2 de mayo de 1742. AGS, Marina 584.

21 Certificación de Pascual Madrid Tacón y Matías de Aguine, Cartagena, 1 de mayo de 1142. AGS, M&na 379.

La ciudad exponía, en fin, que los gastos ordinarios y extraordinarios la tenían «en los mayores aogos y empeños, de forma que no se halla con medios algunos de que valerse». Además, para ayudar a pagar los 28.179 reales 14 maravedís mitad de arbitrios de que se valió el rey en 1741, había tomado 11.690 reales 19 maravedí~~~ residuo del arrendamiento por ocho años de tierras propias en el Rincón de San Ginés efectuado con autorización real en el propio año. También contribuyó con 6.123 reales para gastos de centinelas en la costa con motivo de la peste de Argel. En definitiva, como sólo disponía de 22.480 reales por la mitad que percibía (del real de banilla y sosa y los 4 maravedís de vino, y rebajados 5.699 mitad de carne y pescado), veía difícil sufragar con ellos los 19.883 de utensilios y paja, sus gastos habituales y los de prevención sanitaria. Por ello solicitaba que, o bien se la liberara del gasto de la limpieza y conservación del malecón, o bien que se aplicaran utensilios y paja y la mitad de arbitrios a ese fin, para que «pueda la Ciudad con el resto de sus procedidos salir en adelante de los crecidos empeños en que se halla, pagar sus consignaciones y executar lo demas que se le imponexZ3.

La respuesta de Madrid fue tan fulminantez4, que en septiembre estaba ya tenninada la limpieza del malecón y desde la ciudad se comunicaba que era tan bueno su estado que aun en caso de grandes avenidas el fondo del puerto no resultda afectado2*.

Pero no fue hasta la salida de España de la guerra europea (la hispano-británica había desembocado en la de Sucesión austríaca) cuando comenzó a fluir otra vez dinero para la base y cuando se retomaron las obras. Por lo pronto, en octubre de 1748 se pusieron 240.000 reales a disposición de Francisco Barrero y Peláez, nuevo comisario2$ y dos meses más tarde Ensena- da ordenó que «todas las fuerzas de mar presentes y futuras del Departamento de Cartagena se empleen en guerra ofensiva, y defensiva contra Ynfielesb. La escuadra de Galeras queda oficialmente suprimida y comienza la construcción de veloces jabeques encargados de limpiar las aguas de corsarios berberiscos. Los primeros, realizados por la industria particular, resulta- ron caros, así que el estado procedió a fabricarlos en el Arsenal cartagenero con más econo- mía2'. Por tanto, una vez cubiertas las obligaciones de los presidios de África y la corte, todo el sobrante del ramo de cruzada debía ingresar en la tesorería general para destinarlo a cubrir las dotaciones presupuestarias del departamento, supliendo la Real Hacienda lo que faltarazx.

22 Destinados a sufragar los gastos municipales, de tarde en tarde, y siempre justificandose en algún apuro, el monarca se apropiaba una parte de ellos. También en 1142 se «valió» de la mitad de las arbittios de Murcia. Véase CREMADES GRWÁN, Carmen Markv Esti-uctui-o, economía y fircolidod eii el Concejo de Mui.cia en 10 primen mitad del setecientos (1701-1759), Murcia, 1983.

23 Pedro Rosique VAzqueez Garay, Rancisco Javier Gandlez de Rivera y Pascual Madrid Tacón a José del Campillo, Catagena, 2 de mayo de 1742. AGS, Marina 584.

24 «Que no viene S.M. sin embargo de lo que representa de libertar a la Ciudad de este gasto y manda se la adbierta será responsable de todos los daños que experimente aquella obra y la del Saladillo por su desciiido si le tuhiere y los perjuicios que resulten al fondo que se há hecho é hicierc en el Puerto». Minuta y Real Orden a la Ciudad de Cartagena, Aranjucz, 26 de mayo de 1142. Ibíd.

25 Andrés de Bertodano a José del Campillo, Cartagena, 12 de septiembre de 1742. lbíd. E1 cumplimiento de la orden por parte del ayuntamiento se le había encomendado al tesorero de marina Andrés de Bertodano, quien en adelante debía vigilar el buen estado del malecón. Minuta de Real Ordcn, 24 de septiembre de 1742. lbíd.

26 R.O. a Manuel Antonio de Horcasitas, San Lorenzo, 25 de octubre dc 1748. lbíd. 27 FERNANDEZ DURO, Cesáreo: Amrada española desde la unión de los i-rino.7 de Costilla y Ai-agón, vol. 6,

Madrid, 1973, p. 365. 28 Decreto y R.O. al Obispo carniswio de Cruzada. Bucii Retiro, 16 y 22 de diciembre de 1748; R.O. a Francisco

Bmero para que remita al Obispo estados semanales de lainversión del dinero, Madrid. 21 de diciembre de 1148. AGS, Marina 548. Francisco Barrero Pelaez fue el comisario de marina entre 1748 y 1160 (RUBIO PAREDES y DE LA P ~ E R A : op. cit., p. 64). es decir, en la $oca de apogeo de construcción del Arsenal.

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A fines de 1748 se van a aprobar las siguientes consignaciones mensuales para el año Se comunicó el presupuesto al comisano de Cartagena y también a la tesorería general,

entrante (reales de vellón)29: advirtiendo a su responsable que a fin de año «deben cesar las consignaciones hechas a este mismo Departamento por órdenes anteriores». El dinero que fue efectivamente librado no

459.950 rebasó excesivamente al presupuestado: 6.088.739 realeP. 161.993 (c 7.000 pesos) Todo ese panorama de los recursos y mecanismos que alimentan el desml lo de la base, con 282.862 tiras y aflojas fuertemente marcados (primero por la fortificación de la ciudad, después por la 904.805 guerra), sufre a partir de entonces una importante transformación, como se advieite en el

Ahora las de la ciudad levantina superan a las de Ferrol, y si en 1738 se le habían señalado presupuesto de gastos para 1755 enviado a Madrid por el comisario. Su total asciende a

990.000 reales anuales, la cifra que se deduce para 1749 es nada menos que de 3.394.344. 2.099.269 reales, pero esta vez son mensuales, es decir, supone al año un gasto de 25.191.228

Además, en marzo siguiente se ordenó que la tesorena aumentara en 30.000 reales la consigua- i reales, incluso estando ya despedida la maestranza que trabajaba en el navío El Terrible (según

ción mensual de Caitagena, abonándole también el primer trimestre, por lo que el total anual 1 se había ordenado en 16 de noviembre de 1749).

debía ascender a 3.754.344 reales. Sin embargo, nos consta que en ese año el gasto efectivo del En efecto, las obras del arsenal y las construcciones de barcos son simultáneas. Mientras que I

Departamento fue de 6.726.646 reales. Indudablemente supone un desembolso espectacular, las primeras se desarrollan con un ritmo trepidante, están ya trabajando las fábricas de jarcia, lona y lanillas, que absorbían la parte más voluminosa del presupuesto junto con las compras de

I I

pero como los caudales de crnzada acababan de ser absorbidos por la tesorería general, al menos en esta fecha el aumento de la consignación podría ser un reflejo inmediato a la racionalización cáñamos; el Departamento tenía ya en esos momentos a su cargo 5 navíos, 6 fragatas, ~ administrativa y economía de gastos impuesta por Ensenada3'. Al no existir la anterior biurca- 4 bombardas y 10 jabeques, y la construcción de bajeles no cesaba. Todo eso sin considerar los

ción presupuestaria de departamento y galeras, el manejo de todos los fondos otorga mayor abonos a los asentistas de víveres, de madera de construcción, del Norte y de Toitosa, y de

margen de maniobra al comisario del departamento y supone una más racional administración y herrajes (Ambrosio Agustín de Garro, Juan de Isla, y Juan y Daniel Gil de Meester). Y,

control del gasto, así que los planes diseñados para la ciudad podían seguir desarrollándose sin obviamente, mientras que había crecido enormemente el personal fijo, administrativo y militar,

que supusieran, por lo menos de momento, mayor carga para la Real Hacienda. el número de trabajadores empleados en las diversas obras era ~onsiderable~~, pues ya en 1750 i En el presupuesto global de marina para 17503' la cifra de Cartagena permanece práctica- de un total de 5.000, 1.900 pertenecían a la Maestran~a~~ siendo el resto esclavos y forzados.

mente igual a la del año anterior. En estos momentos sus consignaciones habituales y las de i En definitiva, en la década de 1750 Cartagena se convierte en uno de los «polos» de la

Ferrol (de departamento y de obras) son idénticas, pero para este último el gobierno preveía e1 I economía nacional gracias a la decisión y el empeño del estado en hacer de ella su puntal

pago de 120.000 codos cúbicos de madera de la Montaña que se iban a llevar allí. Veámoslo: defensivo en el Mediterráneo, un potente centro de industria naval con unos de los astilleros más modernos de Europa. Para la ciudad comenzó entonces un peiíodo de esplendor que se

Ordinario Extraordinario Total mensual anual mensual anual anual

Cádiz 560.000 6.720.00032 31 2.000 4.544.00033 11.264.000 Ferrol 221.990 2.663.880 285.000 3.420.000 6.083.880 Cartagena 221.990 2.263.880 125.000 1.500.000 3.763.880

Otros3* 371.000 4.452.000 520.000 7.740.000 21.1 11.760

1 quebró precisamente con la decadencia de la marina a comienzos del XIX. De ese marasmo í Í comenzó a salir en el segundo tercio del siglo con la minería, una alternativa que derivaba de un

1 proceso de carácter puramente económico y europeo, el de la industrialización, en el que el estado nada tuvo que ver.

29 «Consignación para los hes departamentos al mesr: R.O. al Tesorero Mayor. Manuel Antonio de Horcasitas. Buen Retiro, 21 de diciembre de 1748: Francisco Barrero Peláez al Marqués de la Ensenada, acusando recibo de su carta en la que le comunica la consignación mensual, Cartñgena, 1 de enero de 1749. Ibíd.

30 Fue Ensenada quien al fin consiguió averiguar los costes de las consmiccianes de barcos, con lo que no sólo consiguió detener el alza del precio de las unidades sino que desde 1750 pudo presupuestar el coste de navíos y fragatas. BORDEE3 Y MORENCOS, Fernando de: «El poder marítimo en la concepción política del marqués de la Ensenada,,. En: La Marina de la Ilustrnción (11 Jornadas de Historia Marítima, noviembre 1988). Madrid, 1989, p. 21. 35 Las órdenes al Tesorero se dieron en 3 de enero, 20 de febrero, 31 de marzo, 15 de junio, 12 de septiembre y

31 Consignación mensual de Marina para 1750, con nota de su aprobación (12 de noviembre de 1749). AGS, 10 de octubre.

Marina 584. 36 Barrero a Julián de Amaga adjuntando el extracto de las consignaciones presupuestadas del Departamento de

32 Incluía la compra de pemechos para los navíos que estaban en América y el armamento de las hes de 70 Cartagena para cada mes de 1755, Cartagena, 27 de noviembre de 1754. AGS, Marina 585. En Madrid se apreció el

cañones que se construían en La Habana. gasto como excesivo. habiendo llamado la atención el gran número de carpinteros, calafate5 y operarios que trabajaban

33 Incluidos 300.000 para el pago de la tala y los árboles destinados a la constnicción de seis ntivíos, y otros cuando en Cádiz era bastante menor teniendo 4 fragatas en astillero. Sin embargo se comprendía que el empeño de

500.000 para el de la madera que debía cortarse en Málaga y conducirse a Carlagena para completar la correspondiente Barrero fuera terminar el navío y fragatas que se construían, así que lo que se hizo fue pedirle que informara si estaban

a otms 6 navíos (*porque no se halló en toda Cathaluña*). ya en estado de echarlos al agua y de «toda la rebaja que con esta consideración camprehenda puede hacerse en este

34 Ordinarios: provisión de víveres, jarcia, arboladura, fábrica de anclas. Extraordinarios: corte de madera en asunton. Aniaga a Barrero, Madrid, 7 de diciembre de 1754. Ibíd.

Nápoles, ídem en la Montaña para 24 navíos, fábrica de anclas que debía hacerse en Guipúzcoa. 37 RUBIO Y PIÑERA: op. cit., p. 69.

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