tema 7 de antropología teológica el hombre, creador creado

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  • Diapositiva 1
  • Tema 7 de Antropologa Teolgica El hombre, creador creado
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  • Introduccin
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  • El trabajo y la sociedad de consumo La sociedad de consumo muchas veces nos impone su propio ritmo y condiciona nuestro programa de vida. Los medios de comunicacin social, con su presin, casi irresistible, le crean constantes necesidades y estimulan nuestras apetencias de confort y de lucro ms all de lo razonable. Para qu trabajamos?
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  • Sentido del trabajo Presionado por la sociedad de consumo, el hombre se somete al pluriempleo, que le priva del tiempo necesario para sus relaciones con Dios, con los hombres, con la familia y consigo mismo. No queda tiempo para pensar y para disfrutar de una convivencia sosegada. Es necesario descubrir el verdadero sentido del trabajo en un mundo creado por el Dios bueno para el hombre, hijo suyo.
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  • La actividad humana
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  • Colaboradores de Dios A la luz de la divina revelacin, el hombre no es un espectador del mundo, sino colaborador de Dios en la obra de la creacin. Dios ha entregado al hombre, en el ltimo da de la creacin, la tarea de desarrollar las fuerzas ocultas escondidas en la naturaleza. El trabajo responde al designio y a la voluntad de Dios. Las primeras pginas del Gnesis nos presentan la creacin como obra de Dios, el trabajo de Dios. Por esto, Dios llama al hombre a trabajar para que se asemeje a l. El trabajo no constituye, pues, un hecho accesorio, ni menos una maldicin del cielo. Es, por el contrario, una bendicin primordial del Creador, una actividad que permite al individuo realizarse y ofrecer un servicio a la sociedad. Y que adems tendr un premio, superior (JP II)
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  • Visin csmica Cada trabajo ha de ser mirado as en el conjunto del desarrollo evolutivo. Todos, trabajando, contribuimos con nuestro esfuerzo a la obra de la creacin. Todos somos colaboradores de Dios. Esta enseanza vale tambin para los quehaceres ms ordinarios. Porque los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para s y su familia, realizan su trabajo de forma que resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razn pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia (GS 34)
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  • Perfeccionamiento Con el trabajo se perfecciona la creacin. Los mltiples medios de confort y de bienestar, logrados por el talento humano, no son en ltimo trmino nuevas creaciones, sino perfeccionamiento de la naturaleza. Al mismo tiempo, el trabajo perfecciona al hombre que lo realiza.
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  • para el hombre La actividad humana, as como procede del hombre, as tambin se ordena al hombre. Pues este con su accin no solo transforma las cosas y la sociedad, sino que se perfecciona a s mismo. Aprende mucho, cultiva sus facultades, se supera y se trasciende. Tal superacin, rectamente entendida, es ms importante que las riquezas exteriores que tiene. As mismo, cuando llevan a cabo los hombres por lograr ms justicia, mayor fraternidad y un ms humano planteamiento en los problemas sociales, vale ms que los progresos tcnicos. Pues dichos progresos pueden ofrecer, como si dijramos, el material para la promocin humana, pero por s solos no pueden llevarla a cabo (GS 35)
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  • El mejor hombre no es el que tiene ms y mejores cosas, sino el que se hace mejor y hace mejor su mundo, con lo que tiene.
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  • El trabajo, comunicacin de bondad Para que el trabajo llegue a su plenitud, es necesario que en l el hombre sea imagen de Dios. Dios es el que, al trabajar, se da y se comunica, da de lo suyo. La creacin entera, obra del trabajo de Dios, es la comunicacin que Dios hace de su propia bondad a lo no-divino, al mundo. Tambin el hombre ha de ser en el trabajo comunicacin de su propia bondad. Si el trabajador se da a s mismo y por el trabajo pone en comn y al servicio de todos sus propias cualidades, su vida ser manifestacin de amor y su laboriosidad una entrega a los hombres.
  • Diapositiva 12
  • La preocupacin ecolgica
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  • Administrador de la creacin Los bienes de la creacin fueron entregados por Dios al hombre. Algo menor le hiciste que los ngeles y de gloria y honor le coronaste. Le diste imperio sobre la obra de tus manos, debajo de sus pies todo pusiste (Salmo 8) No faltan quienes culpan a este imagen bblica del hombre de la moderna crisis ecolgica. Pero tanto la Escritura como la enseanza constante de la Iglesia han afirmado siempre que el hombre no es dueo absoluto de la creacin, sino mero administrador.
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  • Tomar conciencia de que no se pueden utilizar impunemente las diversas categoras de seres, vivos o inanimados, como mejor apetezca conviene tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexin. de la limitacin de los recursos naturales. de las consecuencias de cierto tipo de desarrollo sobre la calidad de la vida en las zonas industrializadas. La contaminacin. (Sollicitudo rei socialis, 34)
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  • Cristo y el trabajo
  • Diapositiva 16
  • El trabajo, asumido en la Encarnacin La encarnacin descubre nuevas facetas en el valor del trabajo. En ella Dios se hermana con los hombres para correr su misma suerte. Jess de Nazaret, Dios y hombre verdadero, hace posible en su naturaleza el hecho de que el mismo Dios comparta la tarea encomendada por l mismo al hombre. El Jess de Nazaret, Dios trabaja de una manera distinta a como lo haca al crear el mundo.
  • Diapositiva 17
  • Hermanos en Cristo, por el trabajo Cristo con su trabajo participa en nuestro sudor. El trabajo de Jess no es un hobby, sino una necesidad. Trabaja para comer, movido por la misma necesidad vital y apremiante de los hombres, sus hermanos. Sobre l cae el mandato divino: comers el pan con el sudor de tu frente (Gn 3, 19). Su ocupacin nos permite vislumbrar que su hermandad con los hombres le llev a sentir nuestras hambres y a padecer nuestras necesidades y escaseces. Durante la vida pblica desgran espigas con sus discpulos, porque tenan hambre. Tambin nuestras alegras fueron convividas por l. No hay que pensar que las bodas de Can fue un hecho excepcional
  • Diapositiva 18
  • La trascendencia del trabajo Sin duda que lo ms importante del trabajo de Jess fue la leccin sublime de la trascendencia. Su trabajo durante treinta aos fue annimo, desconocido. Nada de cuanto hizo en Nazaret ha llegado hasta nosotros En lo que, por ser vulgar, no merece conservarse, Jess realiza la obra ms maravillosa de Dios: la redencin de los hombres. Lo exterior no importa. El valor ante Dios est en lo que el trabajador pone de s mismo en su obra. Y en concreto en su amor. De esta manera el trabajo de Cristo se inserta en lo eterno, en lo divino y abre el camino a la trascendencia de todo trabajo humano. Despus de l es posible introducir en la esfera de lo divino los actos del hombre. Para ello no es necesaria la inteligencia del genio, ni la perfeccin externa de la obra. Basta el amor del trabajador.
  • Diapositiva 19
  • El dolor del trabajo
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  • El pecado y el dominio del mundo Normalmente el trabajo va a acompaado de fatiga y dolor. En este dolor actual del trabajo hay una parte que hay que atribursela al pecado. El pecado ha roto el equilibrio interno del hombre y consiguientemente el de la sociedad. Pero sera un error creer que la nica causa que endurece el trabajo es el pecado. Por s mismo el dominio del mundo comporta en el hombre un esfuerzo, que resulta penoso y fatigante. Una y otra cosa, es decir el pecado y el dominio del mundo, envuelven el trabajo en una atmsfera de dolor.
  • Diapositiva 21
  • Participacin en la cruz de Cristo Actualmente, en el orden salvfico, el trabajo en cuanto doloroso le hace asequible al creyente la participacin en la cruz de Cristo. El que quiera venir en pos de m Mediante el dolor, necesario para la vida, el hombre puede integrar su vida en el gran misterio salvador de Jess. Con Cristo estamos clavados en la cruz, cuando conscientemente asumimos el dolor de cada da, producido por el trabajo.
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  • El misterio del dolor El dolor es y ha sido siempre un contrasentido en la vida del hombre, creado para ser feliz. Cristo no ha desvelado tal vez del todo el misterio del dolor, sobre todo el que brota de las injusticias humanas, pero ha indicado con su dolor, fruto de las mismas injusticias, que el sufrimiento, asumido por amor al Padre y a los hombres, se convierte en ara del propio sacrificio, que da gloria a Dios y fructifica en favor de toda la humanidad.
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  • Autonoma de la realidad terrena
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  • Relacin entre actividad humana y religin Ante el temor de que la estrecha relacin entre la actividad humana y la religin haga disminuir o desaparecer la autonoma del hombre, de la sociedad o de la ciencia, la GS precisa dos puntos: Las cosas creadas y la sociedad tienen unas leyes y valores que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar. Esta legtima autonoma responde a la voluntad de Dios Por eso, la investigacin, autnticamente cientfica y hecha conforme a las normas morales, no ser contraria a la fe. Ms aun, quien con humildad y perseverancia penetra los secretos de la realidad est llevado de la mano de Dios.
  • Diapositiva 25
  • pero La realidad no es independiente del Creador. La creatura sin el creador desaparece. Los hombres no pueden usarla sin referencia al Creador. Una autonoma que se salga de este marco no es admisible.