actualidad teolÓgica de santo tomas

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ACTUALIDAD TEOLÓGIC DE S NTO TOM S  Al hablar de la actualidad de la doctrina de Santo Tomás no pensamos en la presencia anecdótica y superficial de lo que está de moda en un momento dado; no nos referimos a la frecuencia con que los temas relacionados con su doctrina puedan convertirse en objeto de "habladuría", o situarse en el plano en el que se dice de algo que "es noticia", Lo que es de moda en un momento está ya pasando de moda, y aquello de que se ocupan las habladurías o que se constituye en noticia es, en muchos casos, un aspecto parcial de algo inadecuadamente entendido y captado superficialmente. Queremos reflexionar sobre las razones de la vigencia perenne del pensamiento del Doctor Angélico, y comprender también el sentido de su adecuación a las necesidades más íntimas de la humanidad contemporánea. No se pueden tomar como criterio de referencia, o aceptar como objeción contra la actualidad que afirmamos, las reacciones hostiles que tan fácilmente se captan en el ambiente. Tales reacciones, y la intención misma de los contemporáneos anti-tomismos, vienen a ser más bien un signo que permite comprender mejor aquella actualidad profunda e intrínseca a que nos referimos. No entendemos por actualidad teológica en nuestras reflexiones algo que se refiere a lo académico o bibliográfico sobre las disciplinas teológicas en el día de hoy. Tomamos el término en un sentido más amplio, pero también más esencial, de manera que nuestra, reflexión se dirija al mensaje de Santo Tomás de Aquino en cuanto está presente en la conciencia cristiana a través de los caminos de su multiforme y secular influencia en la vida y en el pensamiento. Obstaculiza la aceptación de esta actualidad del pensamiento de Santo Tomás la "cronolatría" característica del modernismo y el progresismo teológico, conexa con las posiciones de un relativismo historicista. Se hace imposible admitir la actualidad de una doctrina elaborada en el siglo XIII, condicionada, según se da por supuesto; por las circunstancias y limitaciones de aquel determinado momento histórico. Desde estos planteamientos es interpretada como un error de perspectiva la misma idea de un sistema teológico-filosófico tomista, que hubiese incorporado la filosofía aristotélica al pensamiento cristiano, y pretendiese tener un valor perenne. Se ha afirmado incluso que no podría comprenderse la actitud de Santo Tomás "como una opción por el aristotelismo, lo que respondería sólo a las circunstancias de su tiempo, sino como un ejemplo,  y éste sí, de valor permanente, de opción por la cultura humana.

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ACTUALIDAD TEOLGICA DE SANTO TOMAS

Al hablar de la actualidad de la doctrina de Santo Toms no pensamos en la presencia anecdtica y superficial de lo que est de moda en un momento dado; no nos referimos a la frecuencia con que los temas relacionados con su doctrina puedan convertirse en objeto de "habladura", o situarse en el plano en el que se dice de algo que "es noticia", Lo que es de moda en un momento est ya pasando de moda, y aquello de que se ocupan las habladuras o que se constituye en noticia es, en muchos casos, un aspecto parcial de algo inadecuadamente entendido y captado superficialmente.Queremos reflexionar sobre las razones de la vigencia perenne del pensamiento del Doctor Anglico, y comprender tambin el sentido de su adecuacin a las necesidades ms ntimas de la humanidad contempornea. No se pueden tomar como criterio de referencia, o aceptar como objecin contra la actualidad que afirmamos, las reacciones hostiles que tan fcilmente se captan en el ambiente. Tales reacciones, y la intencin misma de los contemporneos anti-tomismos, vienen a ser ms bien un signo que permite comprender mejor aquella actualidad profunda e intrnseca a que nos referimos.No entendemos por actualidad teolgica en nuestras reflexiones algo que se refiere a lo acadmico o bibliogrfico sobre las disciplinas teolgicas en el da de hoy. Tomamos el trmino en un sentido ms amplio, pero tambin ms esencial, de manera que nuestra, reflexin se dirija al mensaje de Santo Toms de Aquino en cuanto est presente en la conciencia cristiana a travs de los caminos de su multiforme y secular influencia en la vida y en el pensamiento.Obstaculiza la aceptacin de esta actualidad del pensamiento de Santo Toms la "cronolatra" caracterstica del modernismo y el progresismo teolgico, conexa con las posiciones de un relativismo historicista. Se hace imposible admitir la actualidad de una doctrina elaborada en el siglo XIII, condicionada, segn se da por supuesto; por las circunstancias y limitaciones de aquel determinado momento histrico.Desde estos planteamientos es interpretada como un error de perspectiva la misma idea de un sistema teolgico-filosfico tomista, que hubiese incorporado la filosofa aristotlica al pensamiento cristiano, y pretendiese tener un valor perenne. Se ha afirmado incluso que no podra comprenderse la actitud de Santo Toms "como una opcin por el aristotelismo, lo que respondera slo a las circunstancias de su tiempo, sino como un ejemplo, y ste s, de valor permanente, de opcin por la cultura humana.Desde este punto de vista no habra ya ninguna razn esencial para adherirse hoy a la enseanza de Santo Toms, ni en lo teolgico, ni en lo metafsico procedera, por el contrario una disponibilidad, para recibir e incorporar a una visin cristiana del mundo y de la vida las diversas y cambiantes filosofas de nuestro tiempo.Quienes hablan as contradicen la e1 enseanza del magisterio, que en la encclica Humani generis afirma que "es absolutamente falso que la fe cristiana pueda conci1iarse con cualquier filosofa"; y desconocen por lo mismo la existencia de aquel patrimonio filosfico perennemente vlido" de que habla el Concilio Vaticano, y cuya elaboracin la Iglesia jerrquica ha atribuido insistentemente con una singular primaca, a Santo Toms de Aquino.Es digno de notarse que los mismos sostenedores de este relativismo filosfico, que lleva hasta conmover y arruinar toda teologa "especulativa", sumergida en e1 torbellino de cambiantes y contradictorias filosofas, acusan a Santo Toms de haber contaminado el pensamiento cristiano con elementos extrnsecos, tomados de la filosofa griega. Es decir, que desde el mismo campo en que se practica un total racionalismo teolgico se acusa al tomismo de contagiar, por su aristotelismo, la comprensin cristiana del hombre con concepciones ajenas a la revelacin bblica.En, los ltimos siglos medieva1es, y como efecto de la crisis expresada en el nominalismo, se plante ya la tensin y anttesis que, en nombre de la teologa positiva, bblica y patrstica, se opona a las grandes constituciones, sistemticas de los doctores escolsticos del siglo XIII. Fue ste uno de los factores que prepararon la crisis luterana. En nuestros das la hostilidad a la escols1tica, dirigida principalmente contra sus elementos metafsicos -secularmente incorporados a la especulacin teolgica con aprobacin y estima del Magisterio, y aun a la misma formulacin del dogma- es causa de desintegracin de la fe, al quedar la palabra revelada sometida a las falsas filosofas que subyacen a los criterios hermenuticos del modernismo; estas falsas filosofas son, por razn de su inmanentismo, constitutivamente incapaces de ponerse al servicio de la fe y armonizarse con ella, al modo corno pudo realizado la filosofa tradicional.San Ignacio de Loyola comprendi en su tiempo, como una exigencia del recto sentir con la Iglesia, la estima hacia la teologa escolstica; y el magisterio pontificio contemporneo ha advertido la facilidad con que se recorre el camino desde el desprecio a la teologa escolstica hacia la heterodoxia en el campo dogmtico.Nuestra reflexin quisiera constituir un esfuerzo para aquel "buscar razones" ignaciano en orden a la comprensin de la actitud de la Iglesia jerrquica hacia el magisterio teolgico de Santo Toms de Aquino, con lo que se pondra tambin en claro el resultado desintegrador de los sucesivos y diversos "antitomismos".Comencemos por advertir que la escolstica es propia y primeramente una teologa, que utiliza mtodos e instrumentos racionales y metafsicos al servicio de la doctrina sagrada, y sometindolos, como a sus principios, a los artculos de la fe. Por esto la filosofa de los escolsticos fue siempre, desde San Anselmo hasta Surez, servidora de la teologa, y por lo mismo filosofa cristiana, como la calific Len XIII en la encclica Aeterni Patris.Pero 1a filosofa cristiana de los escolsticos tuvo un sentido bien diverso, como tal filosofa cristiana, que la que modernamente se ha querido construir como tal, pretendiendo abarcar por principios y mtodos filosficos, y como una exigencia inmanente a los mismos, la totalidad del misterio cristiano. El carcter cristiano de la filosofa de los grandes doctores escolsticos consiste precisamente en su limitacin, en la conciencia de la incapacidad de entender racionalmente el misterio revelado, y en la necesaria aceptacin de la primaca de la fe, a la que siempre se subordina todo esfuerzo racional.Santo Toms, como su mismo maestro Alberto de Colonia, fue principalmente telogo, y no slo escolstico sino tambin positivo. Pocas razones hacen verosmil la conjetura de que hubiese intentado realizar un esfuerzo de sistematizacin filosfica de haber tenido oportunidad para ello en la madurez de su vida. En sus ltimos aos le vemos interrumpir su tarea escolstica, dejando incompleta la tercera parte de la Summa Teolgica, para ocuparse en e1 comentario de los Salmos y en una nueva redaccin de su lectura sobre las epstolas de San Pablo. Por lo mismo, las opciones filosficas de Santo Toms, y concretamente su opcin por el aristotelismo, han de ser .comprendidas precisamente como la opcin de un telogo por lo que juzga ser la verdad filosfica. Tratemos de comprender en qu sentido esta actitud de Santo Toms se conexiona ntimamente con lo que es el ncleo ms ntimo y esencial de la obra teolgica de1 Doctor Anglico; "La gracia no excluye la naturaleza, sino que la perfecciona; de aqu que es conveniente que 1a razn natural sirva a la fe, como la inclinacin natural de nuestra voluntad sirve a la caridad" (1). Pero no slo la gracia no es destructiva sino perfectiva de la naturaleza, sino que hay que afirmar por lo mismo que la naturaleza es el propio sujeto destinado a recibir la perfeccin comunicada por la gracia divina. "La fe presupone el conocimiento, natural, as como la gracia presupone la naturaleza, al modo como una perfeccin presupone lo que es perfectible" (2).Este principio capital se apoya en el pensamiento de Santo Toms, como en su fundamento ms, esencial, en la teologa elaborada con fidelidad admirable a la dogmtica definida acerca de la Encarnacin del Hijo del Dios: "Cristo, en cuanto que es hombre, es para nosotros el camino para ir hacia Dios" (3). "Por la Humanidad de Cristo nos ha sido conferida a los hombres la plenitud de la divinidad" (4). Esta comprensin armnica de la congruencia de la gracia con la naturaleza, en que se centra toda su "sntesis teolgica, no ha de ser entendida como una innovacin doctrinal, y mucho menos como una atenuacin o desviacin en su lnea de fidelidad a la herencia recibida de San Agustn. Se hace incapaz de entender la obra del Doctor Anglico quien olvide que, en todo lo que San Agustn es el doctor de la gracia, el testigo de la fe catlica frente al pelagianismo, en su enseanza sobre la impotencia de la naturaleza humana herida por el pecado y la necesidad de la gracia para sanar esta naturaleza cada, Santo Toms de Aquino es el gran discpulo de San Agustn, segn se expres la gran figura de la escuela agustiniana, el cardenal Enrique Noris.Si no se da minimizacin alguna de la primaca de la gracia de Cristo, tampoco hallamos en Santo Toms tensin ni antinomia entre esta primaca y la tesis capital de la congruencia de la gracia con la naturaleza. Y esto precisamente en razn de la fidelidad en que se mueve la teologa de Santo Toms y sus instrumentos metafsicos respecto de la herencia agustiniana en su doctrina sobre el bien contra los maniqueos.Frente a la sustantividad del mal y a la afirmacin del carcter esencia1 y constitutivo de su enfrentamiento y contraposicin al bien, caracterstica de1 maniquesmo, San Agustn haba expuesto la doctrina, capital en la concepcin catlica de la realidad, de que el mal no es substancia o naturaleza, sino privacin que daa a una naturaleza en s misma buena.El bien creado se constituye como participacin a modo de vestigio o de imagen del bien divino. Toda naturaleza, supuesto el carcter privativo del mal, ha de ser reconocida como buena en s misma. Es este un punto que perdi de vista precisamente la ruptura luterana, pero en el que est Santo Toms de Aquino en la misma lnea que San Agustn.De aqu que la herida del pecado es una privacin de la perfeccin que es tambin propia de la naturaleza. En el hombre cado la gracia no slo le es necesaria para la elevacin que le hace partcipe de la naturaleza divina, sino tambin para sanar su propia naturaleza de la privacin y deficiencia del pecado. La gracia restaura, pues, la naturaleza, aun en su misma lnea (5).Santo Toms se mantiene fielmente en la herencia de San Agustn en todos estos principios e incluso en el modo de armonizarlos, o por mejor decir, de comprenderlos en sntesis armnica: primaca de la gracia, bondad de la naturaleza, impotencia de 1a naturaleza sin la gracia incluso para su plena perfeccin natural. La nueva orientacin dada al pensamiento cristiano por los grandes doctores, dominicos, San Alberto y Santo Toms, puede definirse como la asuncin bajo los principios del teocentrismo agustiniano y en modo alguno contra l, de concepciones sobre la naturaleza y el hombre, sobre el ser y el conocimiento, tomadas del pensamiento de Aristteles, aunque renovados por Santo Toms en una original sntesis metafsica. Esta sntesis podra ser considerada ms bien como una nueva filosofa, que contiene adems de las doctrinas aristotlicas profundamente transformadas en algunos puntos capitales, tambin los elementos nucleares del platonismo cristiano de San Agustn y del de la patrstica griega recibida sobre todo por medio del pseudo Dionisio Aeropagita.Quienes pretenden interpretar el esfuerzo que gener la sntesis teolgico-metafsica de Santo Toms, y que marc un decisivo progreso en la interpretacin cristiana de la realidad., como una contingencia accidental y anecdtica, efecto de circunstancias histricas, no caen en la cuenta de que Santo Toms, muestra tener plena conciencia, que define en forma explcita, de la situacin creada por la presencia en el mundo cristiano de su tiempo de la obra ntegra de Aristteles, a la vez que de los sistemas de sus comentaristas rabes y judos.Es un, error de perspectiva histrica concebir las filosofas emanatistas, de ascendencia neoplatnica, elaboradas por los grandes filsofos rabe y judos como una "escolstica islmica o mosaica, precursora de la escolstica cristiana. El paralelo con nuestro escolasticismo se dara en todo caso en escuelas teolgicas como la de los motziles islmicos; pero no en pensadores como Avicena, Averroes y Maimnides, cuya, actitud y mentalidad es ms anloga a la de una reduccin racionalista de las palabras del Corn o de la Biblia, que a la de la subordinacin de la filosofa a la fe que es el carcter propio de la teologa escolstica. Los grandes filsofos semticos son ms comparables a un Scoto Ergena o Hegel que a San Anselmo, San Buenaventura o Santo Toms de Aquino.El aristotelismo rabe, por la herencia recibida de las escuelas de traductores y comentaristas nestorianos, recibi concepciones derivadas fundamentalmente de Proclo y de Plotino, y que se presentaban con el acervo de la obra aristotlica, revestidas de su terminologa e incluso expuestas en forma de comentario al EstagiritaLa llegada al Occidente cristiano, a travs de la escuela de traductores de Toledo, principalmente, de todo este conjunto complejo y desconocida, produca una situacin en la que nos interesa definir dos dimensiones de especial significado histrico: llegaba por primera vez a las escuelas de la cristiandad occidental un sistema completo de visin racional, cientfica y fi1osficas del mundo, que hasta entonces no haba podido ser sino muy parcialmente utilizado por la teologa catlica; esta comprensin de la realidad vena confundida con unos sistemas estrictamente inmanentistas o intramundanos, cerrados al creacionismo; podra hablarse de un cosmocentrismo opuesto a la fe cristiana e incluso tambin a la herencia bblica del Islam.Con anterioridad, las grandes lneas de la metafsica cristiana haban sido desarrolladas en los siglos que van desde San Agustn hasta los primeros aos del siglo XIII, en el contexto de la doctrina sagrada, de aquella sabidura o filosofa cristiana entendida en el sentido unitario en que la haba definido San Agustn.Una sabidura de sentido unitario, en la que no se discernan temticamente los mbitos de la fe y de la razn, y elaborada bajo la primaca de la fe, por el esfuerzo de la bsqueda de su inteligencia, segn la formulacin de San Anselmo.Los movimientos de oposicin a la fe se movieron en los primeros siglos medievales en el terreno mismo de la teologa o ciencia sagrada; se trataba de una inversin de principio y de mtodo, por la que se atribua a la razn la primaca sobre la autoridad revelada, y esto en el campo mismo del misterio revelado.Es significativa que "dialcticos" antitradicionales como Roscelin de Compigne nos son conocidos nicamente por sus afirmaciones herticas sobre el misterio trinitario. El caudal de que haba de surgir la metafsica de Occidente en las grandes construcciones de la poca de plenitud de la cristiandad medieval haba avanzado durante los siglos anteriores por los cauces de la ciencia sagrada, y slo en su menor parte proceda de la temtica profesada en las escuelas de artes liberales por los cultivadores de la dialctica. La comn comprensin de la historia de la filosofa medieval que atribuye carcter de ncleo originario a la cuestin de los universales, ignora que el centro de gravedad de todo el pensamiento metafsico cristiano, cuya existencia sera inexplicable sin San Agustn y la patrstica griega, estaba precisamente en su orientacin hacia la fe y en su subordinacin a la misma. La recepcin de Aristteles y de sus comentaristas rabes y judos modificaba radicalmente la situacin. La facultad de artes liberales se encontraba en posesin de un completo sistema de comprensin filosfica del mundo, desde la que sus maestros tendan a tomar una actitud de emancipacin, oponiendo la autoridad de los filsofos a la de los Santos Padres. La facultad de artes se converta en facultad de "filosofa", aunque slo despus de muchos siglos y como efecto de la emancipacin secularizadora del saber filosfico, que engendr una filosofa separada de la fe, haba de producirse el cambio de nombre, se iniciaba ya, de hecho, en el averrosmo latino la corriente que pretenda afirmar la autosuficiencia de la filosofa para explicar el sentido del mundo y de la vida.El averrosmo latino es, pues, el precursor en el siglo XIII del enfrentamiento de la filosofa a la fe cristiana. Por lo mismo, la reaccin tradicional ante aquellas visiones anticristianas del mundo se expres en reafirmaciones de la autoridad de San Agustn y en una hostilidad ms o menos intransigente frente a la nueva filosofa. El escndalo ante estas tinieblas del aristotelismo y la reivindicacin del ejemplarismo de San Agustn tiene su ms bella expresin en la obra de San Buenaventura.Mientras esta antigua escolstica, para combatir el "averrosmo" recusaba gran parte del aristotelismo, atribua al mismo Aristteles las doctrinas negadoras de la creacin, de la libertad de albedro y de la inmortalidad del alma, y reafirmaba el platonismo agustiniano, Santo Toms se movi, de modo consciente y explcito, en otra lnea de convicciones, y expres su actitud con palabras de irona contenida pero inconfundible.La reaccin antiaristotlica de la antigua escolstica pareca confundir, en razn de su comprensin unitaria de la sabidura cristiana, los elementos filosficos integrados en el platonismo agustiniano y que Santo Toms acept tambin en lo substancial con el mismo contenido de la fe, y exc1uir en nombre de esta identificacin los elementos nuevamente aportados recibidos del aristotelismo. Frente a esto Santo Toms recuerda que San Agustn haba elaborado su filosofa cristiana afirmando la necesidad de admitir la verdad enseada por los filsofos gentiles, y que a la vez haba reconocido la exigencia de depurar la filosofa gentil de sus doctrinas errneas incompatibles con la fe cristianaEl cristianismo puede, pues, aceptar lo que del platonismo tom San Agustn, o por decirlo con ms precisin y mayor fidelidad al pensamiento de Santo Toms, debe ser aceptado, por tratarse de una verdad de orden racional y, por lo mismo, armnica con la fe. Y esto es as porque, como advierte Santo Toms, "Agustn sigui a Platn hasta donde lo soporta la fe cristiana" (6).Augustinus sequens Platonem quantum fides catholica patiebatur. Se reivindica as, con el ejemplo de San Agustn, el derecho y el deber del cristiano de seguir a Aristteles dentro de los mismos lmites y condiciones. Y no por eclecticismo, sino por fidelidad a la verdad de orden racional. Porque lo que Santo Toms recibe de Aristteles es aquello que entiende como necesario para la verdad cristiana frente a un grave error platnico incompatible con nuestra fe: "Porque es contrario a la fe afirmar que las esencias existen fuera de las cosas" (7).En un inquietante pasaje del libro de San Agustn (Sobre 83 cuestiones diversas) leemos la negacin de la existencia de la verdad en lo sensible, negacin fundada en la falta de certeza, por su variabilidad y diversidad, de1 conocimiento por medio de los sentidos, y en la mutabilidad y corruptibilidad de las cosas que por ellos percibimos. San Agustn termina el pasaje con una invitacin a convertirse al mundo firme y verdadero de las realidades inteligibles, esto es, a Dios (8).El texto, que tomado en s mismo y aisladamente sera una de las ms radicales expresiones del platonismo, tiene por su misma rotundidad cierto carcter singular en la obra de San Agustn. Hay que reconocer, no obstante, que es coherente con la caracterizacin agustiniana de la verdad de la esencia, pensada siempre, no desde la actualidad del ser sino desde la inconmutabilidad y estabilidad que definen para el platonismo lo verdaderamente verdadero en lo que es.Esta comprensin "ideal realista", o del realismo de las ideas o esencias, es la que Santo Toms denuncia como incompatible con la fe. No acusa a San Agustn de haberla seguido, antes al contrario, seala en ella el lmite que impeda que San Agustn siguiese en todo a Platn. Porque en un estricto platonismo la historia de la salvacin quedara constitutivamente desvalorada al ser relegada al mundo contingente y mutable de lo sensible. Todo el sentido literal e histrico de la Escritura -el fundamento verdadero de la historia, segn se expresara San Ignacio- no sera sino expresin simblica, mtica diramos hoy, de un sentido esencial consistente en s mismo fuera de las cosas, y en el que estara nicamente la verdad salvadora.Una reduccin alegorizante y "metafsica" del lenguaje bblico, a pretexto del sentido espiritual, o la actual sedicente desmitologizacin "existenciaria" o idealista vendran a ser posibilitadas por la inmersin, desintegradora de la fe cristiana, de la revelacin bblica en el contexto de la primaca platnica del mundo inteligible.Santo Toms se defiende, pues, mediante un contraataque polmico, de quienes tendan a ver en la recepcin del aristotelismo una contaminacin de la visin cristiana del mundo. La sabidura cristiana tradicional haba incluido legtimamente elementos filosficos, oportunamente depurados de errores mediante su contraste con la fe. Era una perspectiva falsa la que se adoptaba al oponer la sabidura cristiana a la filosofa de los gentiles, entendiendo por aqulla la tradicin de San Agustn y por sta el aristotelismo. Tambin el platonismo ofreca peligros, que San Agustn supo evitar, y el aristotelismo contena verdades que convena incorporar al servicio de la doctrina sagrada, y que serviran para sortear definitivamente los constantes peligros y tentaciones de desviacin "idealista", con apariencias de espiritualismo e inc1uso de "teocentrismo".Para ello Santo Toms, discpulo sobre todo en esto de San Alberto Magno, asume directamente a Arist6teres y quiere hacer valer su autoridad frente a los errores del aristotelismo rabe y judo. De aqu su tarea de comentarista de Aristteles, necesaria para su obra de telogo decidido a utilizar al servicio de su sntesis la filosofa del Estagirita.ntimamente conexo con esta intencin de su tarea est el hecho de que se llegase, con decisivo progreso para el pensamiento cristiano, a definir por primera vez un doble orden de conocimiento humano: el de orden natural, segn la luz dada al hombre al ser creado como viviente racional, y el sobrenatural, comunicado por lar revelacin y recibido por la fe, bajo el imperio de la voluntad movida por la gracia.Sobre la delimitacin de este doble orden de conocimientos se funda la distincin, tambin por primera vez conceptualmente aclarada entre el saber filosfico, capaz de suyo de alcanzar incluso a un conocimiento de Dios desde una forma1idad metafsica, es decir, como causa del ente comn, y el saber de la teologa como ciencia, que toma sus principios en los artculos de la fe y que, dada la racionalidad del hombre, subordina a aquellos principios revelados conceptos y mtodos racionales y metafsicos utilizados a modo de instrumento al servicio de la fe.La doctrina de Santo Toms sobre la capacidad natural del hombre para alcanzar a conocer a Dios por la razn es de tal modo obra de un Doctor de la Iglesia "iluminado por la virtud divina" como afirma San Ignacio de los grandes telogos escolsticos - que hay que reconocer en ella 1a fuente principal del sistema de conceptos y expresiones utilizados por el Concilio Vaticano I en su constitucin dogmtica sobre la fe catlica. Y esto no solamente en cuanto a esta tesis o afirmacin dogmtica en s misma, sino tambin en cuanto a la referencia a la necesidad moral de la revelacin para posibilitar de hecho el mismo conocimiento racional de Dios a la humanidad cada.La afirmacin de la existencia de Dios no es artculo de fe sino "prembulo" para la fe misma, afirma Santo Toms, que argumenta su tesis con el principio de que la "fe presupone el conocimiento racional al modo como la gracia presupone la naturaleza y la perfeccin lo perceptible" (9). Expresaramos con fidelidad su pensamiento diciendo que la capacidad natural del hombre para el conocimiento racional de Dios constituye su potencia obediencial en orden a la recepcin de la fe reve1ada y la aceptacin del misterio de orden sobrenatural. Si el hombre no fuese naturalmente "metafsico" no seria sujeto capaz de venir a ser, por la gracia, creyente.Pero esta misma verdad racional de la existencia de Dios puede darse de hecho en el hombre como no alcanzada por la razn sino creda por la fe. Es decir, que aquella capacidad no se acta de hecho, sino mediante la aceptacin de la fe revelada, supuesta la obscuridad del entendimiento y la inmersin en lo terreno afecto de la herida de pecado. El captulo III de la Summa contra Gentiles contiene sobre este punto un desarrollo luminoso, que muestra que no es posible invocar la autoridad de Santo Toms en favor de posiciones semirracionalistas o semipelagianas que afirman la suficiencia de una religin natural. La humanidad histricamente debe a Cristo el haber alcanzado conocer a Dios de un modo racionalmente correcto. A no haberse obrado la Encarnacin redentora hubiera quedado totalmente abolida de la tierra la noticia y reverencia de Dios y la honestidad moral" (10).Se comprende as que en Santo Toms, y sin contradecir su reconocimiento del valor de la verdad racional y de la filosofa, se mantenga la contraposicin que la edad media hereda de los Santos Padres entre "nosotros", los cristianos, o los Santos Doctores, o los que profesan la doctrina sagrada y los "filsofos", es decir, los gentiles, en el sentido de hombres no iluminados por la fe.Pero en Santo Toms se consuma tambin el esfuerzo secular iniciado desde los primeros Padres griegos orientado a establecer que el predicador de la fe cristiana anuncia a la humanidad a aquel Dios que por ser el Dios viviente y verdadero, creador y seor del universo, es el nico Dios de que el hombre puede hablar racionalmente. Aunque la humanidad, privada por el pecado de su misma rectitud natural, no halle sino en la fe cristiana su posibilidad fctica de conocer de verdad a Dios. Tambin eneste orden la gracia, que da la fe, presupone la naturaleza, a la que eleva a un orden de misterios no alcanzables por la razn, pero a la que regenera y perfecciona en su orden sanndola de sus tinieblas e ignorancia.La doctrina aristotlica que afirma el punto de partida sensib1e del conocimiento intelectual humano, que sirve de centro de perspectiva en la construccin de su sntesis ontolgica, es asumida para alejar definitivamente del pensamiento cristiano toda confusin sobre el capital punto de la trascendencia del misterio revelado. En algunos momentos de la patrstica griega, en especial en San Gregorio de Nisa, se haba atribuido la sensibi1idad, as como la corporeidad y el sexo, es decir, todas las dimensiones de la animalidad del hombre, a un efecto del pecado original. Se supona correlativamente que el hombre en estado de inocencia o al ser regenerado por la gracia era capaz de contemplar los misterios, que slo por efecto de la cada y la consiguiente inmersin de la inteligencia en lo sensible resultaban superiores y trascendentes a su horizonte cognoscitivo.Estas concepciones neoplatnicas tendan a identificar el mundo sobrenatural de la gracia divinizante, superior a toda capacidad creada, con el mundo inteligible interpretado filosficamente. El peligro era mayor por cuanto aquellas concepciones conducan a una confusin entre las verdades racionales y las sobrenaturales, cuyos lmites no haban sido tratados temticamente por los grandes doctores que se movan en la concepcin unitaria de la filosofa cristiana recibida de San Agustn.San Anselmo afirma ciertamente la primaca y anterioridad de la fe sobre la inteligencia de la misma. Pero su demostracin por razones no abarca slo su clebre reflexin sobre la existencia de Dios sino que se prolonga, con apariencias de moverse en la misma lnea de demostrabilidad racional, en la consideracin de la Trinidad e incluso de la Encarnacin del Verbo. Todava en Alejandro de Hales parece atribuirse el carcter inasequible del misterio trinitario a la inmersin, como efecto del pecado original, de la inteligencia humana en el horizonte de las cosas sensibles.La delimitacin por Santo Toms del doble orden de verdades, las que son naturalmente alcanzables por la luz racional y las que slo por la fe sobrenatura1 son recibidas de la revelacin, lejos de tener un sentido de emancipacin de la razn frente a la fe, sirve consciente y explcitamente a la afirmacin de 1a trascendencia de lo propiamente sobrenatural respecto de cualquier luz inteligible creada, incluso la de los espritus anglicos, incapaces tambin sin la gracia divinizante del conocimiento de 1os misterios sobrenaturales.En lo que se refiere al hombre, el aristotelismo de Santo Toms contribuye pues a alejar un grave riesgo para el pensamiento cristiano: el de atribuir, con desorientadoras consecuencias antropolgicas y ticas, la dimensin sensible y animal del hombre a la cada original. Y con ello tambin se encuentra el camino para escapar especulativamente a la tentacin de confundir el mundo inteligible platnico con Dios mismo tal como es en s, a cuya visin ordena la gracia, y de la que la fe nos trae el testimonio que pone en marcha la orientacin del hombre hacia su ltimo fin.Los puntos hasta aqu sealados revelan siempre, en Santo Toms, la actitud que es caracterstica esencial de su comprensin de la vida cristiana. Se afirma la bondad de la naturaleza y la congruencia de la misma con la gracia, cuyo sujeto propio es, y que la eleva y restaura, no como una concesin naturalista o antropocntrica, sino por la plena y consecuente aceptacin del designio de la economa redentora. Este ncleo de la enseanza del Doctor Anglico anima y orienta la totalidad de su tarea de telogo y metafsico, y constituye a la vez la oportunidad y congruencia para nuestras necesidades contemporneas.Esto explica precisamente la profunda originalidad de la sntesis filosfica instrumento de su teologa especulativa, y en la que las aportaciones tradicionales cobran un sentido totalmente renovado. Su comprensin de1 ser como acto del ente y la correlativa caracterizacin de la esencia finita, en cuanto a finita, como potencia respecto del ser de que participa, se expresa con terminologa de Boecio y de Avicena, pero constituye una metafsica radicalmente diversa de la de aquellos. Si la recepcin de Aristteles es factor esencial en la construccin de su sntesis, no es menos cierto que en ella ocupan un lugar capital tesis recibidas del pseudodionisio aeropagita como la jerarquizacin de los grados de perfeccin en la escala del ser, y la naturaleza difusiva del bien, doctrina depurada en Santo Toms de todo riesgo emanatista. Recibe de San Agustn su doctrina sobre naturaleza del bien creado, consistente en la dimensin ternaria de modo, especie y orden, en la que se funda su modo de definir el carcter de vestigio o de imagen de Dios de las criaturas. La metafsica del espritu cuya expresin culminante est en el tratado De Trinitate de San, Agustn -obra de significacin nica en la gnesis y despliegue de la conciencia que ha tenido del hombre el mundo de la cristiandad occidental- es tambin uno de los ncleos de la sntesis teolgica y metafsica de Santo Toms, que elabora en torno a ella su definicin metafsica del ser personal con el instrumental terminolgico tomado de Boecio.Slo desde el teocentrismo agustiniano, patrimonio comn de la filosofa cristiana de los escolsticos, halla su fundamento especulativo el concepto de la persona como ente de dignidad mxima sobre toda la naturaleza, y el nico que en el mundo creado dice razn de fin digno de ser amado por s mismo con amor de amistad (11).Los dos aspectos de la doctrina de San Agustn en los que la antigua escolstica se reafirm como motivos decisivos de su hosti1idad al aristote1ismo de Santo Toms fueron el ejemplarismo y la doctrina de la iluminacin. No podra exagerarse el carcter central del ejemplarismo en el pensamiento del Anglico. Ya San Agustn haba invertido en el fondo la perspectiva platnica al afirmar como fundamento de la eternidad de las ideas la eternidad de Dios; con esto se liberaba la fe cristiana del riesgo de concebir a Dios como un demiurgo y atribuir el carcter de lo mximamente divino a un orden de esencias inteligibles superiores al demiurgo creador. En Santo Toms se ratifica y profundiza el pensamiento de San Agustn, al hacer consistir las ideas divinas en la esencia misma de Dios, que Dios conoce como ejemplar de toda esencia finita y creable (12), y al sostener que la verdad de los inteligibles no es otra cosa que la verdad del entendimiento, por lo que no existira ninguna verdad eterna a no ser por la existencia del entendimiento eterno de Dios (13).Supuesta la aceptacin del ejemplarismo agustiniano por Santo Toms, y si se tiene en cuenta el posterior empeo de los grandes doctores de la segunda escuela franciscana en la insistencia en la constitucin por la voluntad divina de las ideas ejemplares y verdades eternas -voluntarismo que se radicaliza de Duns Scoto a Occam y constituye uno de los legados decisivos de la escolstica al cartesianismo-, hay que reconocer en Santo Toms la culminacin del platonismo en el contexto de la escolstica aristotlica. El equilibrio tenso y sutil de su sntesis -que no da ya lugar a tensiones antinmicas- le ha expuesto siempre a la doble acusacin de abandono del ejemplarismo por la recepcin de Aristteles o de excesiva persistencia de elementos platnicos en la filosofa cristiana.Lo sorprendente y paradjico est en que a veces la doble acusacin es formulada a la vez por el mismo autor. Lo que tal vez se explicara por cierto malestar y molestia que causa la sntesis sin anttesis que contiene la obra de Santo Toms, y que para el escindido y dialctico hombre de la modernidad viene a presentarse como insoportable en su armnica unidad y omniabarcante perspectiva que parece cerrar los caminos, que tanto ilusionan y seducen, de las contraposiciones, enfrentamientos y superaciones.Tambin en lo referente a la doctrina de la iluminacin Santo Toms advirti con claridad algo que se ha perdido de vista frecuentemente en nuestros das. En San Agustn no se centra la doctrina en lo epistemolgico sino en el mensaje del evangelio de San Juan que ensea que el Verbo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre al, venir a este mundo. Subsumida bajo la fe en la luz divina, puede interpretar Santo Toms como una participacin comunicada por la creacin del hombre la misma luz connatural a la mente humana, a la que con terminologa aristotlica denomina entendimiento agente. Tambin aqu explicita su conviccin de que en modo alguno se deroga la originaria derivacin de Dios como fuente primera de toda verdad al reconocer como impresa en la mente del hombre esta luz participada que le es connatural en virtud de su misma espiritualidad (14). Pero si no hay minimizacin de teocentrismo agustiniano -los mismos jansenistas, que se jactaban de ser por antonomasia los discpulos de San Agustn, reconocan, tcticamente por cierto, el profundo agustinismo de Santo Toms- hay, en cambio, una insistencia y una atencin respetuosa y enamorada hacia el orden natural establecido por Dios en la creacin. Consciente adversario del maniquesmo de los ctaros, Santo Toms ha de ser reconocido como uno de los pensadores que ha comprendido mejor lo que hoy llamamos una teologa de las realidades terrenas.Su concepcin del hombre como unidad substancial, explicada del modo ms simple y audaz por su coherente hilemorfismo -una sola forma espiritual da al hombre su ser, su racionalidad, su sensibilidad, su vitalidad vegetativa y su corporeidad- que quiebra en lo gnoseolgico desde su raz toda la problemtica ulterior de la anttesis entre empirismo y racionalismo, sirve tambin para una comprensin del hombre y de su puesto en el cosmos, que tiene consecuencias ticas inesperadas para los prejuicios modernos contra la mentalidad medieval.Porque no slo la corporeidad y la sexualidad se afirman como una dimensin esencial de lo humano, sino que Santo Toms puede, en coherencia con su sistema, polemizar con irona acerada contra los errores opuestos.Quienes pensaron que el gnero humano hubiera carecido de generacin segn la carne, de no haberse dado el pecado original, debieran afirmar que este pecado fue algo muy necesario, ya que de l se sigui un bien tan grande (15).Y quienes suponen, que habra que negar por lo menos el deleite sensible en el acto generador en aquel estado de inocencia, ignoran la conexin que tiene el placer con la perfeccin de un acto, y no caen en la cuenta de que el deleite sensible hubiera sido tanto mayor cuanto ms perfecta la sensibilidad del cuerpo y ms pura la naturaleza humana (16).Un divulgado prejuicio tendera a interpretar la actitud de Santo Toms en este punto como una liberacin de cierto contagio maniqueo que se cree ver en San Agustn, contagio al que se atribuye la insistencia de San Agustn en poner la generacin de la prole como el bien propio del matrimonio, con lo que parece que se relega a algo secundario y como tolerado la unin conyugal y la dimensin afectiva del amor.Hay que recordar, frente a este desorientador prejuicio, que la influencia maniquea no hubiera podido nunca conducir a valorar la generacin de los hijos como el bien por excelencia del matrimonio: muy incierta es vuestra castidad -increpaba San Agustn a los maniqueos- pues no prohiba el concubinato, sino las nupcias... Acaso no sois vosotros quienes creis que es el ms grave pecado el engendrar hijos, porque de este modo queda el a1ma atada a la carne? No solais exhortarnos a que observsemos los tiempos en que la mujer es apta para concebir, para que nos abstuvisemos entonces de la unin, y evitsemos que quedase as nuestra alma atada a la carne? (17).Y San Bernardo acusaba a los ctaros de su siglo, los precursores inmediatos del maniquesmo de los albigenses que tena enfrente Santo Toms, de ser espritus falsos e insidiosos, muy diestros y prcticos en encubrir el mal bajo capa de bien , que para mejor encubrir sus infamias fingen creer que no hay impureza sino en el matrimonio(18).El hipcrita espiritualismo maniqueo no es sino hostilidad al orden natural en cuanto creado por Dios, y nada tiene que ver con ninguna concepcin cristiana relativa a la excelencia de la virginidad o a la jerarqua de los fines del matrimonio. La estima de lo humano caracterstica de la sntesis teolgica de Santo Toms, precisamente porque consiste en la maduracin y proceso de la tradicin cristiana, nada tiene que ver con una anticipada concesin a la modernidad y a sus tensiones y escisiones antinaturales y antitesticas.Por el contrario, y por sorprendente que pueda parecer a muchos, desconocedores de la historia real del pensamiento cristiano, hay que afirmar que mltiples actitudes modernas se caracterizan por un menor respeto y por una hostilidad abierta a los bienes de la naturaleza humana que Santo Toms afirmaba, orientado e inspirado por un autntico teocentrismo y por una comprensin verdadera y tradicional de la primaca de la gracia redentora.Esta visin cristiana de la dignidad de la naturaleza humana tiene una expresin culminante en la comparacin establecida por Santo Toms entre el linaje de los hombres y los espritus anglicos en cuanto a su carcter de imagen de Dios. Puesto que el ente personal es la imagen de la Trinidad precisamente por su capacidad de conocimiento y amor, y esto se da en forma ms excelsa en el espritu separado de la materia, hay que reconocer ciertamente en esto 1a excelencia de los ngeles sobre nosotros los hombres. Pero el hombre es, desde otra perspectiva, ms perfecta imagen de Dios que los mismos espritus anglicos porque su misma corporeidad le hace capaz de paternidad y filiacin: El hombre nace del hombre, as como Dios nace de Dios" (19).Esta genial afirmacin sobre el lugar de la humanidad en la escala de perfeccin del ser abre perspectivas de inmensa profundidad para una teologa sobre la encarnacin del Verbo, que no asumi una naturaleza anglica, sino el linaje de Abraham, segn afirma la epstola a los hebreos.Las concepciones ticas de Santo Toms se arraigan en su vertiente antropolgica en un realismo que afirma la naturaleza y la substantividad individual del hombre es propiamente un sin-sentido negar en el hombre la naturaleza, para definirle desde la historia o la cultura, como tambin lo es suponer que la personalidad y la espiritualidad son incompatibles con la permanencia substancial y la subsistencia entitativa-, lo que permite interpretar la ley natural como una participacin de la ley eterna en la persona creada de un modo que no puede ser acusado de extrincesismo o heteronomia moral.Autonoma y heteronoma, en el significado kantiano de ambos trminos, se oponen en un contexto antittico surgido de escisiones desconocidas para Santo Toms. Su posicin no necesita superarlas dialcticamente, porque desde su equilibrada sntesis que desconoce las anttesis puede explicar la interioridad de la ley natural fundndose en su metafsica sobre el ente creado y sobre la presencia y la existencia de Dios en lo ntimo de la realidad de las cosas (20).Dios crea por bondad difusiva plenamente libre. Ha querido dar a las cosas la perfeccin de ser principio de sus propias actividades, de poseer en s mismas la tendencia a su perfeccin y bien, y la virtud de difundirla. Por esto toda criatura tiende a su propia perfeccin por una inclinacin y orden inmanente a ella, que es vestigio y semejanza del amor que mueve a Dios a crearla, y por la que busca su propia perfeccin en cuanto participacin por semejanza del bien divino (21).Sobre estos fundamentos puede apoyar Santo Toms su comprensin de la sindresis natural para la que conoce el hombre naturalmente, a modo de principios prcticos que imperan incondicionalmente su accin, los preceptos de la ley natural. La sindresis es el hbito connatural de aprehender como obligatoriamente apetecible todo aquello que conoce naturalmente como bien humano. La connaturalidad de este conocimiento se da por la conciencia de la inclinacin impresa en la voluntad misma, es decir, en la inclinacin del hombre como ser espiritual e inteligente. Por esto puede decir Santo Toms que elhombre aprehende naturalmente como bienes humanos aquellos a que tiene inclinacin natural, y que, por lo mismo, el orden de los preceptos de la ley natural es segn el orden de las inclinaciones naturales del hombre" (22).La promulgacin de la ley eterna se realiza as al ser grabada en el corazn del hombre por la creacin la ordenacin a los fines a que Dios le destina, esto es, a cuanto es perfectivo de su naturaleza, ordenada a participar del bien divino. El lenguaje de San Pablo que, refirindolo a todo hombre, y aludiendo concretamente a los gentiles, dice que ellos son para s mismos ley, resuena aqu expresado con el instrumento terminolgico de una metafsica a la vez ejemplarista y aristotlica.En coherencia con este punto capital se construye el ntegro sistema de una moral teolgica, que trata del movimiento de la criatura raciona1 hacia Dios por el camino que es Cristo, y en el que se integra abundante material tomado de la Etica a Nicmaco. Dir con toda sinceridad que, cuando oigo o leo acusaciones, muy frecuentes en nuestros das, contra Santo Toms, de haber ignorado la moral evanglica y paulina para contaminarla con concepciones ticas paganas, tengo la sensacin de hallarme ante juicios expresados desde un conocimiento superficial, y ta1 vez una escasa lectura, de la segunda parte de la Summa.En el plano tico concreto Santo Toms recibe de Aristteles experiencias y valoraciones de sentido comn, es decir, de valor humano universal, y que pertenecen por ello al patrimonio natural de verdad que posee el hombre cristiano, y que eleva por la fe a un ms a1to orden dirigido al fin sobrenatural, a la vez que las corrobora y sana de la deformidad e imperfeccin en que la conciencia moral del hombre queda sumida por la cada del pecado.Anotemos algunos aspectos de este aristotelismo tico integrado en la sntesis teolgica del Anglico.Las virtudes morales referentes al apetito sensible consisten en un trmino medio entre dos extremos viciosos, por defecto o por exceso. Por esto mismo no hay que decir que la virtud moral excluya la pasin, sino que, mientras refrena el exceso, la propia virtud estimula o causa la pasin ordenada (23).Incluso la virtud de la justicia, que no se refiere a las pasiones del apetito concupiscible o irrascible, sino que ordena la voluntad y tiene por norma regulativa la relacin justa y debida en que consiste el derecho -el derecho es lo justo y no puede decirse que la ley se identifique con el derecho, sino que es cierto concepto de lo que es justo- exige tambin la pasin; porque de una perfecta voluntad justa redundar necesariamente una inclinacin en la parte sensible y afectiva del hombre. Es decir, la virtud de la justicia har al hombre ciertamente apasionado, pero precisamente por lo justo como tal (24).Estas concepciones tan alejadas de un fro estoicismo y del idealismo kantiano de la buena voluntad moral, consistente en un puro respeto a la ley sin inclinacin a contenidos materiales de lo tico, se integran adems en una orientacin regida por la primaca de la gracia y por una comprensin autnticamente paulina de la ley evanglica. De aqu que las virtudes cristianas difieren especficamente de aquellas que podran ser alcanzadas en virtud de la sindresis natural por cuanto el cristiano es movido por una Ley que le ordena a la comunin de vida y amistad con Dios.Toda ley tiende a un bien comn, no con comunidad de gnero o especie, sino con comunidad de fin (25), y este fin a que toda ley tiende no es otro que la amistad, ya sea de los hombres entre s, que es el bien a que tiende la ley humana, ya sea de los hombres con Dios, que es el fin de la ley divina.Las virtudes teologales trascienden por ello el orden en que mueven las concepciones aristotlicas integradas por Santo Toms en su sntesis. Por su orientacin a Dios, no consisten en un trmino medio entre extremos sino que exigen en su propio dinamismo la bsqueda de la mxima radicalidad. Sirviendo a las virtudes teologales, pero superando el modo humano en que se ejercitan los actos de stas, se requiere tambin como algo ordinariamente exigido para la salvacin del hombre la mocin por los dones del Espritu Santo, por lo menos en algunos momentos de su vida. El modo de obrar de los dones supera y excede el proceso natural de las facultades y actividades del hombre.La autenticidad evanglica de la teologa moral de Santo Toms brilla en su definicin de la esencia de la ley nueva: Lo que es principal en la ley del Nuevo Testamento, y en lo que consiste toda su fuerza, es la gracia del Espritu Santo, que se da por la fe en Cristo. De aqu que la ley nueva sea principalmente esta misma gracia del Espritu Santo que se da a los fieles ... Sin embargo, tiene tambin la ley nueva algo que es dispositivo para la gracia, o referente al uso de la misma, todo 1o cual es secundario en ella; y de todas estas cosas fue conveniente que los fieles de Cristo fuesen instruidos de palabra y por escrito, tanto acerca de las cosas que hay que creer, como acerca de lo que hay que obrar. Hay que decir, pues, que la ley nueva principalmente es ley grabada internamente, y secundariamente ley escrita (26).Todo racionalismo legalista y todo extrincesismo quedan excluidos de un pensamiento en el que la inclinacin espiritual e interior tiene primaca sobre la expresin hablada o escrita. Pero no se trata de una concesin a una tica existenciaria o de situacin, ni tampoco, es obvio, de ningn inmanentismo antropocntrico. La primaca de lo divino fundamenta la afirmacin del mximo valor de lo interior. Es en la intimidad del ser personal, en el que se ha infundido la gracia del Espritu Santo, donde se acta originaria y principalmente el Reino de Dios en el corazn del cristiano.No se conmueve la validez absoluta del lenguaje de la verdad, ni en lo prctico ni en lo especulativo. A quienes objetaban, ya en tiempo de Santo Toms, contra la firmeza inmutable de los artculos de la fe, definidos por el magisterio, que la fe no tiende a palabras sino a realidades, responde: en el smbolo se trata de aquellas cosas sobre las que versa la fe, en cuanto son el trmino del acto de creyente, como se ve por el mismo modo de su lenguaje. El acto de1 creyente no tiene su trmino en lo enunciable, sino en la cosa enunciada. Pues no formamos los enunciables, sino porque por ellos tenemos conocimiento de las cosas, y as como esto se da en la ciencia, se da del mismo modo en la fe.La validez perenne y la congruencia para nuestro tiempo del mensaje de Santo Toms se apoyan en el doble fundamento de su fidelidad al misterio revelado y a la verdad puesta en la naturaleza. No opt por el aristotelismo como quien escoge seguir una moda intelectual, sino que incorpor a la sntesis del pensamiento cristiano, con el acervo de las tradiciones filosficas ya desde siglos integradas en l, nuevos elementos, edificando la verdad sobre la verdad, por decirlo con una expresin de Po XII en la Humani generis, que define la direccin y sentido del progreso verdadero de la filosofa cristiana, de la teologa, y de la evolucin homognea del dogma catlico.El mensaje de Santo Toms, profundamente congruente con las necesidades autnticas del hombre contemporneo, encuentra por lo mismo el odio y la hostilidad de sus rebeldas anticristianas. Porque la estima y valoracin de 1o humano en la sntesis del Anglico no es en modo alguno una concesin anticipada a tales rebeldas. Por el contrario, por sorprendente que parezca a muchos, hay que afirmar que las actitudes religiosas o filosficas de los modernos antitomismos se han caracterizado por un menor respeto a los bienes de la naturaleza humana. Por esto, aunque tcticamente se haya invocado, segn hemos antes advertido, el agustinismo tomista incluso desde actitudes jansenistas, ha sido tambin una caracterstica constante en los siglos modernos la acusacin a Santo Toms como mundano y contaminado de concepciones recibidas de la gentilidad helnica.Estas acusaciones se reiteran hoy ms que nunca. Se trata siempre de una hipocresa, ms o menos consciente, que encubre una amargura e ingratitud hacia la obra del Creador y Redentor que establece y restaura el orden natural. Santo Toms es, en lo ms profundo y nuclear de su espritu y de su actitud intelectual, un cristiano fiel, reverente y agradecido a Cristo, que por su humanidad nos hace a nosotros los hombres partcipes de 1a plenitud de la divinidad.Santo Toms de Aquino

Filsofo, telogo, doctor de la Iglesia (Angelicus Doctor), patrono de las universidades y escuelas Catlicas. Nacido en Rocca Secca, en el Reino de Npoles en 1225 o 1227; fallecido en Fossa Nuova, 7 de marzo de 1274.I. VidaII. Escritosa. Comentarios Generalesb. Sus obras principales en detalle c. Mtodo y Estilo de Santo TomsIII. Influencias Recibidas por Santo Tomsa. Causas Naturalesb. Causas Sobrenaturales IV. La Influencia de Santo Tomsa. Influencia en la Santidadb. Influencias en la Vida Intelectual c. Seguimiento de la Doctrina Tomista d. Aprecio de Santo Toms V. Santo Toms y el Pensamiento ModernoI. VIDASe conocen los acontecimientos principales de su vida, pero los bigrafos difieren en cuanto a algunos detalles y fechas. Henry Denfile falleci antes de poder cumplir su proyecto de escribir una vida crtica del santo. El amigo y alumno de Denfile, Dominic Prmmer, O. P., profesor de teologa en la Universidad de Friburgo, Suiza, se encarg de la obra y public el "Fontes Vitae S. Thomae Aquinatis, notis historicis et criticis illustrati"; y el primer fascculo (Toulouse, 1911) ya ha aparecido, dando la vida de Santo Toms por Peter Calo (1300), publicado ahora por primera vez. Tolomeo de Lucca ... dice que cuando muri el santo, se dudaba sobre su edad exacta (Prmmer, op. cit. 45). Normalmente se da el fin de 1225 como el momento de su nacimiento. El P. Prmmer, basndose en Calo, cree que 1227 es la fecha ms probable (op. cit., 28). Hay un acuerdo general en que su muerte ocurri en 1274.Landolfo, su padre, era Conde de Aquino. Teodora, su madre, Condesa de Teano. Su familia estaba emparentada con los Emperadores Enrique VI y Federico II, y los Reyes de Aragn, Castilla y Francia. Calo cuenta que un santo ermitao predijo su carrera, dicindole a Teodora antes de su nacimiento: "Entrar en la Orden de los Frailes Predicadores, y su conocimiento y santidad sern tan grandes que en vida, no se encontrar nadie que le iguale". (Prmmer, op. cit., 18). A los cinco aos, segn las costumbres de la poca, fue enviado a recibir su primera formacin con los monjes Benedictinos de Monte Casino. Diligente en sus estudios, desde muy pequeo se observ su buena disposicin para la meditacin y la oracin, y su maestro se sorprendi al orle preguntar repetidas veces: "Que es Dios?"Alrededor del ao 1236, le enviaron a la Universidad de Npoles. Calo dice que el traslado se hizo por iniciativa del Abad de Monte Casino, quien escribi al padre de Toms que un chico de su talento no debe ser dejado en la sombra (Prmmer, op. cit., 20). En Npoles, sus maestros fueron Pietro Martn y Petrus Hibernos. El cronista dice que pronto super a Martn en gramtica y fue transferido a Pedro de Irlanda quin le form en Lgica y ciencias Naturales. Las costumbres de la poca dividan Filosofa y Letras en dos cursos: el Trivium, que cubra Gramtica, Lgica y Retrica; el Quadrivium, que se compona de Msica, Matemtica, Geometra y Astronoma... Toms repeta las lecciones con mayor profundidad y lucidez que sus maestros. El corazn del joven se haba conservado puro en medio de la corrupcin que le rodeaba, y decidi abrazar la vida religiosa.Entre 1240 y 1243 recibi el hbito de la Orden de Santo Domingo, atrado y dirigido por Juan de San Julin, un conocido predicador del convento de Npoles. La ciudad estaba asombrada al ver a un noble joven como l tomar el hbito de un pobre fraile. Su madre, con sentimientos de alegra y tristeza a la vez, se apresur a ir a Npoles a ver a su hijo. Los Dominicos, temiendo que se lo llevaran, le enviaron a Roma, aunque su destino final sera Pars o Colonia. Teodora convenci a los hermanos de Toms, que eran soldados del Emperador Federico, capturaron al novicio cerca del pueblo de Aquependente y le recluyeron en la fortaleza de San Juan de Rocca Secca. All estuvo detenido casi dos aos, mientras sus padres, hermanos y hermanas hacan todo lo posible para destruir su vocacin. Sus hermanos incluso tendieron trampas a su virtud, pero el puro novicio ech de la habitacin a la tentadora con un tizn que sac del fuego. Hacia el fin de su vida, Santo Toms le confi a su fiel amigo y compaero, Reinaldo de Piperno, el secreto de un favor especial que recibi entonces. Cuando ech a la tentadora de la habitacin, se arrodill y ardientemente implor a Dios que le concediera la integridad de mente y cuerpo. Cay en un sueo ligero, y mientras dorma, dos ngeles se le aparecieron para asegurarle que su oracin haba sido escuchada. Le cieron un cinturn, diciendo: "Te ceimos con el cinturn de la virginidad perpetua." Y desde ese da en adelante jams experiment el ms leve movimiento de la concupiscencia.El tiempo en cautiverio no fue perdido. Su madre empez a ceder tras los primeros impulsos de ira y tristeza; se les permiti a los Dominicos proporcionarle nuevos hbitos, y con la ayuda de su hermana obtuvo algunos libros -las Sagradas Escrituras, la Metafsica de Aristteles y las "Sentencias" de Pedro Lombardo. Tras ao y medio o dos en prisin, sea porque su madre se dio cuenta de que la profeca del ermitao se cumplira o bien porque sus hermanos teman las amenazas de Inocencio IV y Federico II, fue puesto en libertad bajndolo en un cesto a los brazos de los Dominicos que se admiraron al darse cuenta de que durante su cautiverio "haba progresado tanto como si hubiera estado en un studium generale" (Calo op. cit., 24).Toms enseguida hizo sus votos, y sus superiores le mandaron a Roma. Inocencio IV examin con atencin los motivos que le llevaron a entrar en la Orden de Predicadores, le despidi con una bendicin y prohibi cualquier interferencia en su vocacin. Juan el Teutn, cuarto Maestro General de la Orden, llev al joven estudiante a Pars y segn la mayora de los bigrafos del santo, a Colonia, en 1244 o 1245, a cargo de Alberto Magno, el ms famoso profesor de la Orden. En las escuelas, el carcter humilde y taciturno de Toms fue mal interpretado como indicios de retraso mental, pero cuando Alberto escuch su brillante defensa de una difcil tesis, exclam: "Llamamos a este joven un buey mudo, pero su mugido doctrinal un da resonar hasta los confines del mundo."En 1245 enviaron a Alberto a Pars y Toms le acompa como alumno. En 1248 ambos volvieron a Colonia. Alberto haba sido nombrado regente del nuevo studium generale, erigido aquel ao por el Captulo General de la Orden y Toms deba ensear bajo su autoridad como Bachiller. (Sobre el sistema de titulacin en el siglo XIII ver ORDEN DE PREDICADORES --- II, A, 1, d). Durante su estancia en Colonia, probablemente en 1250, fue ordenado sacerdote por Conrado de Hochstaden, arzobispo de esa ciudad. Durante toda su vida, con frecuencia predic la Palabra de Dios en Alemania, Francia e Italia. Sus sermones se caracterizaban por su fuerza, piedad, solidez en la enseanza y abundantes referencias bblicas. En 1251 o 1252, el Maestro General de la Orden, aconsejado por Alberto Magno y Hugo de San Caro, nombr a Toms Bachiller (subregente) del studium Dominico en Pars. Este nombramiento puede considerarse como el principio de su vida pblica, ya que su enseanza rpidamente llam la atencin tanto de profesores como de alumnos. Sus deberes consistan principalmente en explicar las "Sentencias" de Pedro Lombardo, y sus comentarios sobre ese texto teolgico le proporcionaron el material y en gran parte, en esquema general para su obra magna, la "Summa Theologica". En el transcurso del tiempo, se le orden prepararse para el Doctorado de Teologa por la Universidad de Pars, pero aplazaron la concesin del ttulo por una disputa entre la universidad y los frailes. El conflicto, en su origen una disputa entre la universidad y las autoridades civiles, surgi tras un incidente con la guardia de la ciudad que result en un estudiante muerto y otros tres heridos. La universidad, celosa de su autonoma, exiga una satisfaccin que le fue negada. Los doctores cerraron sus facultades, juraron solemnemente que no las abriran hasta ver satisfechas sus demandas y decretaron que en e futuro a nadie se le conferira el ttulo de doctor a menos que jurase seguir la misma lnea de conducta en circunstancias similares. Los Dominicos y Franciscanos, que haban seguido enseando en sus escuelas se negaron a hacer el juramento exigido, y de aqu surgi un amargo conflicto que estaba en su punto lgido cuando Santo Toms y San Buenaventura estaban preparados para recibir sus doctorados. Guillermo de San Amour extendi la disputa ms all del tema original, atac violentamente a los Frailes, de los que estaba evidentemente celoso, y les neg su derecho a ocupar ctedras en la universidad. Contra su libro "De periculis novissimorum temporum" (Los peligros de los ltimos Tiempos) Santo Toms escribi el tratado "Contra impugnantes religionem", una apologa de las rdenes religiosas (Touron op. cit., II cc. vii sqq.). El libro de Guillermo de San Amour fue condenado por Alejandro IV en Anagni, el 5 de octubre de 1256 y el Papa orden que los frailes mendicantes fueran admitidos al doctorado.Por estas fechas, Santo Toms tambin combati un libro peligroso, "El Evangelio Eterno" (Touron op. cit., II, cxii). Las autoridades universitarias no obedecieron inmediatamente; fueron necesarias la influencia de San Luis IX y once Breves papales para lograr de nuevo la paz. Santo Toms recibi su doctorado en teologa. La fecha que dan la mayora de sus bigrafos es la del 23 de octubre de 1257. Su tema fue "La Majestad de Cristo". Su texto, "l riega los montes desde sus aposentos: del fruto de sus obras se sacia la tierra" (Salmo 103, 13) sugerido, segn se cree, por un visitante celeste, fue proftico de su vida futura. La tradicin cuenta que San Buenaventura y Santo Toms recibieron el doctorado el mismo da y que hubo una "lucha" de humildad entre los dos amigos para ver quin sera nombrado primero.Desde entonces, la vida de Toms puede resumirse en pocas palabras, orar, predicar, ensear, escribir, viajar. La gente deseaba ms escucharle a l que a Alberto, a quien Santo Toms superaba en precisin, lucidez, concisin y fuerza de expresin, sino en universalidad de conocimientos. Pars le reclamaba como suyo; los Papas deseaban tenerle junto a ellos; los studia de la Orden ansiaban disfrutar de los beneficios de su enseanza; as, le encontramos sucesivamente en Anagni, Roma, Bolonia, Orvieto, Viterbo, Perugia y Pars de nuevo y finalmente en Npoles, siempre enseando y escribiendo, viviendo en la tierra con una pasin, un celo ardiente por exponer y defender la verdad Cristiana. Tan dedicado estaba a su sagrada misin que con lgrimas peda que no le obligaran a aceptar la titularidad del Arzobispado de Npoles, que le fue conferido por Clemente IV en 1265. Si hubiese aceptado este nombramiento, muy probablemente nunca hubiera escrito la "Summa Theologica.".Cediendo a las peticiones de sus hermanos, en varias ocasiones particip en las deliberaciones de los Captulos Generales de la Orden. Uno de dichos captulos tuvo lugar en Londres en 1263. En otro, celebrado en Valenciennes (1259) colabor con Alberto Magno y Pedro de Tarentasia (que sera el Papa Inocencio V) a formular un sistema de estudios que substancialmente permanece hasta hoy en los studia generalia de la Orden Dominicana. (cf. Douais, op. cit.)No sorprende leer en las biografas de Santo Toms que frecuentemente se abstraa y quedaba en xtasis. Hacia el final de su vida stos momentos de xtasis se sucedan con mayor frecuencia. Una vez en Npoles, en 1273, tras completar su tratado sobre la Eucarista, tres hermanos le vieron levitar en xtasis, y oyeron una voz que vena del crucifijo del altar que deca: "Has escrito bien de m, Toms, que recompensa deseas?". Toms respondi, "Nada ms que a ti, Seor". (Prmmer, op. cit., p.38). Se dice que esto se repiti en Orvieto y Pars.Y el 6 de diciembre de 1273, dej su pluma y no escribi ms. Ese da, durante la Misa, experiment un xtasis de mucha mayor duracin que la acostumbrada; sobre lo que le fue revelado slo podemos conjeturar por su respuesta al Padre Reinaldo, que le animaba a continuar sus escritos: "No puedo hacer ms. Se me han revelado tales secretos que todo lo que he escrito hasta ahora parece que no vale para nada" (modica, Prmmer, op. cit., p. 43). La Summa Theologica haba sido terminada solo hasta la pregunta 90 de la tercera parte (De partibus poenitentiae).Toms comenz su preparacin inmediata para la muerte. Gregorio X, habiendo convocado un concilio general a celebrar en Lyon el primero de mayo de 1274, invit a Santo Toms y San Buenaventura a participar en las deliberaciones, orden al primero traer al concilio su tratado "Contra errores Graecorum" (Contra los Errores de los Griegos). Intent obedecer y sali a pie en enero de 1274, pero le fallaron las fuerzas; cay desplomado cerca de Terracina, desde donde le llevaron al Castillo de Maienza, hogar de su sobrina la Condesa Francesca Ceccano. Los monjes cistercienses de Fossa Nuova, insistieron para que se alojara con ellos, y as fue trasladado a su monasterio, y al entrar, le susurr a su compaero: "Este es para siempre el lugar de mi reposo; aqu habitar porque lo deseo" (Salmo 131:14). Cuando el P. Reinaldo le pidi que se quedase en el castillo, el santo replic: "Si el Seor desea llevarme consigo, ser mejor que me encuentre entre religiosos que entre laicos". Los Cistercienses le brindaron tantas atenciones y bondad, que abrumaron el sentido de humildad de Toms. "A qu viene tanto honor", exclam, "que siervos de Dios lleven la lea para mi hoguera?". Ante la insistencia de los monjes, el santo dict un breve comentario sobre el Cantar de los Cantares.El final se acercaba; se le administr la Extremauncin. Cuando entraron con el Sagrado Vitico a su habitacin, pronunci el siguiente acto de fe:Si en este mundo hubiese algn conocimiento de este sacramento mas fuerte que el de la fe, deseo ahora usarlo en afirmar que creo firmemente y s de cierto que Jesucristo, Dios Verdadero y Hombre Verdadero, Hijo de Dios e Hijo de la Virgen Mara est en este Sacramento... Te recibo a Ti, el precio de mi redencin, por cuyo amor he velado, estudiado y trabajado. A Ti he predicado, a Ti he enseado. Nunca he dicho nada en Tu contra: si dije algo mal, es slo culpa de mi ignorancia. Tampoco quiero ser obstinado en mis opiniones, as que someto todas ellas al juicio y enmienda de la Santa Iglesia Romana, en cuya obediencia ahora dejo esta vida.Muri el 7 de marzo de 1274. Numerosos milagros atestiguaron su santidad. Fue canonizado por Juan XXII, el 18 de julio de 1323. Los monjes de Fossa Nuova queran a toda costa quedarse con sus sagrados restos, pero Urbano V orden que el cuerpo fuera entregado a sus hermanos Dominicos, siendo trasladado solemnemente a la iglesia Dominica de Toulouse, el 28 de enero de 1369. La magnfica capilla erigida en 1628 fue destruida durante la revolucin francesa y su cuerpo trasladado a la iglesia de San Sernin, donde reposa hasta el da de hoy en un sarcfago de oro y plata, que fue solemnemente bendecido por el Cardenal Desprez el 24 de julio de 1878. El hueso mayor de su brazo izquierdo se conserva en la catedral de Npoles. El brazo derecho, donado a la Universidad de Pars y originalmente conservado en la Capilla de Santo Toms de la iglesia Dominicana, se guarda actualmente en la iglesia Dominicana de Santa Mara sopra Minerva en Roma a donde lleg tras la revolucin francesa.Calo (Prmmer, op. cit., p. 401) dio una descripcin de la apariencia del santo: dice que sus rasgos se correspondan con la grandeza de su alma. Era alto y corpulento, erguido y bien proporcionado. Su tez era "como el color del trigo nuevo": su cabeza era grande y bien formada y era algo calvo. Todos los retratos lo representan con porte noble, meditativo, dulce y a la vez fuerte. San Po V proclam a Santo Toms Doctor de la Iglesia en 1567. En la Encclica "Aeterni Patris" del 4 de agosto de 1879 sobre la restauracin de la filosofa cristiana, Len XIII le declar "prncipe y maestro de todos los doctores escolsticos". El mismo ilustre pontfice, mediante una Breve del 4 de agosto de 1880, le design patrono de todas las universidades, academias y escuelas catlicas de todo el mundo.II. ESCRITOSA. Comentarios GeneralesAunque Santo Toms vivi menos de cincuenta aos, escribi ms de sesenta obras, algunas cortas, otras muy largas. Esto no significa que toda la produccin autntica haya sido escrita directamente a mano; le ayudaron secretarios, y sus bigrafos aseguran que poda dictar a varios escribientes a la vez. Le han sido falsamente atribuidas otras obras, que fueron en realidad escritas por sus discpulos.En "Scriptores Ordinis Praedicatorum" (Pars 1719) el P. Echard dedica ochenta y seis folios a la obra de Santo Toms, las diversas ediciones y traducciones (I, pp. 282-348) Touron (op. cit., pp. 69 sqq.) dice que se encontraron copias manuscritas en casi todas las bibliotecas de Europa, y que tras la invencin de la prensa, se multiplicaron las ediciones en Alemania, Francia e Italia, siendo la "Summa Theologica" una de las primeras obras importantes impresas. Peter Schoeffer, editor de Mainz, public "Secunda Secundae" en 1467. Esta es la primera copia impresa conocida de las obras de Santo Toms. La primera edicin competa de la "Summa" fue editada en Basilea, en 1485. Muchas otras ediciones de sta y otras obras salieron a la luz en los siglos XVI y XVII, especialmente en Venecia y Lyon. Las ediciones principales de la Obra Completa (Opera Omnia) son: Roma, 1570, Venecia, 1594, 1612, 1745; Amberes, 1612; Pars, 1660, 1871-80 (Vives); Parma, 1852-73; Roma 1882 (la Leonina). La edicin romana de 1570, llamada "la Piana" llamada as por Po V, quien la mand editar, fue la norma durante muchos aos. Adems de un texto cuidadosamente revisado, contena los comentarios del Cardenal Cayetano y la valiosa "Tabula Aurea" de Pedro de Bergamo. La edicin veneciana de 1612 fue muy estimada porque el texto iba acompaado de los comentarios "Cayetano-Porrecta"... La edicin Leonina, comenzada baja el patrocinio de Len XIII, continuara entonces bajo el Maestro General de los Dominicos, sin duda la ms perfecta de todas. Se insertaran comentarios crticos de cada seccin, se emprendera una revisin muy cuidadosa del texto y se comprobaran todas las referencias. Por orden de Len XIII (Motu Proprio del 18 de enero de 1880) la "Summa contra gentiles" se editara con los comentarios de Silvestre Ferrariensis, mientras que los comentarios de Cayetano van con la "Summa Theologica".Esta ltima obra se ha publicado, siendo los volmenes IV-XII de la edicin (el ltimo en 1906). La obra de Santo Toms puede clasificarse como filosfica, teolgica, escriturstica y apologtica. Esta divisin, sin embargo, no siempre se mantiene. La "Summa Theologica", por ejemplo, contiene mucha filosofa, mientras que la "Summa contra Gentiles" es principalmente, aunque no exclusivamente, filosfica y apologtica. Sus obras filosficas son principalmente comentarios a Aristteles y sus primeros escritos teolgicos fueron comentarios de los cuatro primeros libros de "Sentencias" de Pedro Lombardo. Pero no sigue servilmente ni al Filsofo, ni al Maestro de las Sentencias (para comentarios sobre el Lombardo rechazado por los telogos, vase Migne, 1841, edicin de la "Summa Theologica" I, p. 451).B. Sus obras principales en detalleEntre las obras que muestras la personalidad y mtodo de Santo Toms, las siguientes merecen destacada atencin:(1) "Quaestiones disputatae" (Cuestiones Disputadas): Tratados ms completos sobre temas que no quedaron lo bastante claros en sus conferencias y clases y sobre los cuales haba recibido preguntas solicitando su opinin. Son valiosos porque en ellos, el autor, libre de los lmites del tiempo y espacio, se expresa libremente y proporciona todos los argumentos, en pro y en contra de las opiniones en cuestin. Estos tratados, que contienen las Cuestiones "De potentia", "De malo", "De spirit. creaturis", "De anima", "De unione Verbi Incarnati", "De virt. in communi", "De caritate", "De corr. fraterna", "De spe", "De virt. cardinal.", "De veritate", fueron editadas a menudo, por ejemplo, recientemente por la Asociacin de San Pablo (2 volmenes, Pars y Friburgo, Suiza, 1883).(2) "Quodlibeta" (Temas Varios), presenta cuestiones o argumentos propuestos y sus respuestas, dadas dentro o fuera de las salas de conferencias, principalmente en los ejercicios escolsticos ms formales, denominados "circuli", "conclusiones" o "determinationes", que tenan lugar una o dos veces al ao.(3) "De unitate intellectus contra Averrostas": Este opsculo refuta un error muy peligroso y difundido, es decir, que exista una sola alma para todos los hombres, una teora que eliminaba la libertad y responsabilidad individual. (Ver AVERROES). (4) "Commentaria in Libros Sententiarum" (antes mencionado): Esta y la obra siguiente fueron los predecesores inmediatos de la "Summa Theologica".(5) "Summa de veritate catholicae fidei contra gentiles" (Tratado sobre la Verdad de la Fe Catlica contra los Infieles): Este obra escrita en Roma, entre 1261 y 1264, la compuso bajo demanda de San Raimundo de Peafort, que quera una exposicin filosfica y defensa de la Fe Cristiana, para utilizarla contra los Judos y Moros en Espaa. Es un modelo perfecto de apologtica slida y paciente, en la que prueba que ninguna verdad demostrable (ciencia) se opone a la verdad revelada (fe). Las mejores ediciones recientes son la de Roma 1878 (de Ucelli), la de Pars y Friburgo, Suiza, 1882, y la de Roma de 1894. Se ha traducido a muchos idiomas. Se divide en 4 libros: I. De Dios como es en S mismo; II. De Dios y el Origen de las Criaturas; III. De Dios y el Fin de las Criaturas; IV. De Dios en Su Revelacin. Es digno de mencin que los Padres del Concilio Vaticano, tratando sobre la necesidad de la revelacin (Coast. "Dei Filius", c. 2) emplearon casi las mismas palabras de Santo Toms escritas por el Santo en esta obra (I, cc. iv, V) y en la "Summa Theologica" (I, Q. i. a. 1).(6) Tres obras escritas por orden de Urbano IVEl "Opusculum contra errores Graecorum" refutaba los errores de los griegos sobre doctrinas en disputa entre ellos y la Iglesia Romana, tales como la procedencia del Espritu Santo del Padre y del Hijo, el primado del Romano Pontfice, la Sagrada Eucarista, y el Purgatorio. Se utiliz contra los griegos con gran efecto en el Concilio de Lyon (1274) y en el Concilio de Florencia (1493). En el mbito de los razonamientos humanos sobre temas profundos, no puede encontrarse algo tan sublime como el argumento aducido por Santo Toms para demostrar que el Espritu Santo procede del Padre y del Hijo (cf. Summa Theol., I, Q. xxxvi, a. 2); pero recurdese que nuestra fe no depende solamente de este razonamiento."Officium de festo Corporis Christi". Mandonnet (Ecrits, p. 127) declara que es sin duda seguro que Santo Toms es el autor del bello Oficio del Corpus Christi, en el que se combina la firme doctrina, la sentida piedad e instructivas citas de las Escrituras, expresado todo ello en un lenguaje de gran precisin, belleza, pureza y poesa. Aqu encontramos los conocidos himnos "Sacris Solemniis", "Pange Lingua" (que concluye con el "Tantum Ergo"), "Verbum Supernum (que concluye con el "O Salutaris Hostia") y en la Misa, la bella secuencia "Lauda Sion". En los responsos del Oficio, Santo Toms pone palabras del Nuevo Testamento que afirman la presencia real de Cristo en el Santsimo Sacramento junto a textos del Antiguo Testamento que prefiguran ya la Eucarista. Santeuil, un poeta del siglo XVII, dijo que dara todos sus versos por una estrofa del "Verbum Supernum". "Se nascens dedit sociu, convescen in edulium: Se moriens in pretium, Se regnans dat in praemium": "Del hombre naciendo fue su compaero, en la mesa su alimento, muriendo su Redentor y en el Reino su premio". Quizs la joya del Oficio es la antfona "O Sacrum Convivium" (vase Conway, "St. Thomas Aquinas", Londres y Nueva York, 1911, p. 61). Con "Catena Aurea", aunque no alcanza la originalidad de sus otras obras, demuestra su ntimo conocimiento de los Padres de la Iglesia. La obra contiene una serie de pasajes seleccionados de los escritos de los varios Padres, ordenados de tal manera que los textos encadenados forman un comentario coherente al Evangelio. El comentario sobre San Mateo lo dedic a Urbano IV. Hubo una traduccin al ingls editada por John Henry Newman (4 vols., Oxford 1841-1845; vase Vaughan, op. cit., vol.II, pp. 529 sqq.) (7) "Summa Theologica". Esta obra inmortaliz a Santo Toms. El autor mismo la consideraba sencillamente un manual de la doctrina Cristiana para estudiantes. En realidad es una completa exposicin, ordenada con criterio cientfico de la Teologa y a la vez un sumario de la Filosofa Cristiana. .... En el breve prlogo, Santo Toms destaca las dificultades experimentadas por los estudiantes de la doctrina sagrada en su tiempo, citando como causas: la proliferacin de cuestiones, artculos y argumentos intiles; la falta de un orden cientfico; frecuentes repeticiones, "que engendran disgusto y confusin en la mente de los alumnos". Entonces aade: "con nimo de evitar estas dificultades, intentaremos, confiando en la ayuda Divina, tratar sobre cosas que pertenezcan a la sagrada doctrina de manera tan concisa y clara como la complejidad del tema permita." En la cuestin introductoria "De la Doctrina Sagrada", demuestra que adems del conocimiento que proporciona la razn, la Revelacin es necesaria tambin para salvarse, primero porque sin ella, el hombre no puede conocer el fin sobrenatural al que deben tender por sus actos voluntarios y segundo, porque sin la Revelacin, incluso las verdades sobre Dios que pueden demostrarse con la razn seran conocidas "slo por unos pocos, tras mucho tiempo, y con gran cantidad de errores". Cuando se han aceptado las verdades reveladas, la mente del hombre puede explicarlas y sacar conclusiones de ellas. De aqu nace la Teologa, que es una ciencia, porque procede de principios ciertos (a. 2). El objeto, o el sujeto, de esta ciencia es Dios; lo dems se considera slo en cuanto a su relacin con Dios (a. 7). La razn se usa en Teologa no para demostrar las verdades de la fe, que se aceptan por autoridad divina, sino para defender, explicar y desarrollar las doctrinas reveladas (a. 8). As, anuncia la divisin de la "Summa": "Ya que el fin de esta sagrada ciencia es proporcionar el conocimiento de Dios, no solo como El es en s mismo, sino como el Principio y el Fin de todo, especialmente de las criaturas racionales, trataremos primero de Dios; en segundo lugar del progreso de la criatura racional hacia Dios (de motu creaturae rationalis in Deum); en tercer lugar de Cristo, quien como Hombre, es el camino mediante el cual tendemos a Dios." Dios en s mismo, como Creador, como el Fin de todas las cosas, en especial del hombre; Dios como el Redentor -- stas son las principales ideas, las grandes categoras, bajo las que se contiene todo lo que es la Teologa. (a) SubdivisionesLa Primera Parte se divide en tres tratados: [alpha] De aquellas cosas que pertenecen a la Esencia de Dios; [beta] De la distincin de Personas en Dios (el misterio de la Trinidad); [gamma] De la produccin de la criaturas por Dios y de las criaturas por l producidas.La Segunda Parte, De Dios en S mismo como Fin del hombre, se denomina a veces "la Teologa Moral de Santo Toms, es decir, su tratado sobre el fin del hombre y sobre los actos humanos. Se subdivide en dos partes, conocidas como la Primera Seccin de la Segunda (I-II, o 1a 2ae) y la Segunda de la Segunda (II-II, o 2a 2ae.)La Primera de la Segunda. Las cinco primeras cuestiones se dedican a demostrar que el ltimo fin del hombre, su beatitud, consiste en la posesin de Dios. El hombre puede alcanzar o desviarse de ese fin mediante sus actos propiamente humanos, es decir, mediante actos libres y deliberados. Sobre los actos humanos trata primero, de manera general (en todas excepto las primeras cinco cuestiones de la I-II), en segundo lugar, en detalle (en toda la II-II). El tratado sobre los actos humanos en general se divide en dos partes: la primera, sobre los actos humanos en s mismos; la otra sobre los principios o causas, extrnsecas o intrnsecas de esos actos. En estos tratados y en la Segunda de la Segunda, Santo Toms, siguiendo a Aristteles, ofrece una perfecta descripcin y un anlisis maravillosamente penetrante de los movimientos de la mente y el corazn del hombre.La Segunda de la Segunda, considera los actos humanos, es decir, las virtudes y los vicios, en particular. En ella, Santo Toms trata primero sobre aquellas cosas que afectan a todos los hombres, sea cual sea su estado social, y despus sobre aquellas cosas que afectan slo a algunos. Lo que afecta a todos se reduce a siete apartados: Fe Esperanza y Caridad; Prudencia, Justicia, Fortaleza, y Templanza. En cada apartado, para evitar repeticiones, Santo Toms trata no solo de la virtud misma, sino de los vicios opuestos a ella, los mandamientos para practicarla, y del don del Espritu Santo que le corresponde. Lo que afecta a algunos solamente, se reducen a tres apartados: las gracias dadas libremente (gratia gratis datae) a ciertos individuos para el bien de la Iglesia, tales como el don de lenguas, de profeca o de milagros; la vida activa y la contemplativa; los estados de la vida y los deberes de cada estado, sobre todo de obispos y religiosos.La Tercera Parte trata de Cristo y de los beneficios que ha dado al hombre, de ah, tres tratados: De la Encarnacin, y sobre lo que el Salvador hizo y padeci; De los Sacramentos, instituidos por Cristo y derivan su eficacia de Sus mritos y sufrimientos; De la Vida Eterna, es decir, del fin del mundo, la resurreccin de los muertos, el juicio, el castigo de los malos, la felicidad de los justos que mediante Cristo alcanzan la vida eterna en el cielo. Tard ocho aos en escribir la obra, que comenz en Roma, donde escribi la Primera y la Primera de la Segunda Parte (1265-69). La Segunda de la Segunda, la comenz en Roma y la acab en Pars (1271). En 1272 Santo Toms viaj a Npoles, donde escribi la Tercera Parte hasta la cuestin 90 del tratado De la Penitencia (ver edicin Leonina, I, p. xlii). La obra se ha "terminado" aadiendo un suplemento, basado en otros escritos de Santo Toms, atribuidos en algunos casos a Pedro de Auvergne, en otros a Enrique de Gorkum. Atribuciones que son rechazadas por los editores de la edicin Leonina (XI, pp. viii, xiv, xvii). Mandonnet (op. cit., 153) favorece la muy probable opinin que fue recopilado por el P. Reinaldo de Piperno, el fiel compaero y secretario del santo. La "Summa" contiene 38 Tratados, 612 Cuestiones, subdivididas en 3120 artculos, en los que se proponen y responden 10.000 objeciones. El orden prometido est tan perfectamente conseguido que refirindose al comienzo de los Tratados y Cuestiones, se puede ver enseguida qu lugar ocupa en el plan general, que comprende todo aquello que es posible saber mediante la teologa, sobre Dios, sobre el hombre y de su mutua relacin... "Toda la Summa va ordenada segn un plan uniforme. Cada tema se presenta como una cuestin y se divide en artculos... Cada artculo tiene tambin una disposicin uniforme de partes. El tema se presenta como una pregunta para ser discutida, bajo el trmino Utrum, "Es que..." por ejemplo, Utrum Deus sit? Entonces, se presentan las objeciones contra la tesis propuesta. Son generalmente tres o cuatro en nmero, pero a veces se extienden a siete o ms. La conclusin adoptada se presenta entonces con las palabras, Respondeo dicendum. Al final de la tesis expuesta, se responden las objeciones, bajo las formas ad primum, ad secundum, etc."... La Summa es doctrina Cristiana en forma cientfica; es la razn humana rindiendo el mximo servicio en la defensa y explicacin de las verdades de la religin cristiana. Es la respuesta del maduro y santo doctor a la pregunta de su juventud: Qu es Dios? La Revelacin, conocida por las Escrituras y la Tradicin; la razn y sus mejores logros; la solidez y plenitud de la doctrina; el orden, concisin y claridad de expresin, la abnegacin, el amor de la verdad sola, de lo que se sigue una sorprendente equidad hacia los adversarios y una gran tranquilidad al combatir sus errores; sobriedad y firmeza de juicio, junto a una piedad abundante en ternura y claridad - todo ello se encuentra en esta "Summa" mas que en sus otras obras, mas que en las obras de sus contemporneos, porque "entre los doctores escolsticos, destaca por encima de todos su jefe y maestro Toms de Aquino, que como dice Cayetano (In 2am 2ae, Q 148, a. 4) 'porque vener los antiguos doctores de la Iglesia, parece haber heredado de alguna manera el intelecto de todos ellos'" (Encclica "Aeterni Patris" de Len XIII).(b) Ediciones y TraduccionesEs imposible enumerar las varias ediciones de la "Summa", que se han usado constantemente durante ms de setecientos aos. Muy pocos libros han tenido tantas reediciones. A la primera edicin completa, impresa en Basilea en 1485, pronto le siguieron otros, por ejemplo, Venecia 1505, 1509, 1588, 1594; Lyon 1520, 1541, 1547, 1548, 1581, 1588, 1624, 1655; Amberes 1575. Estas se enumeran en Touron op. cit., p. 692, donde dice que a la vez otras ediciones salieron en Roma Amberes, Rouen, Pars, Douai, Colonia, msterdam, Bolonia, etc. Los editores de la edicin Leonina estiman dignas de mencin las de Pars 1617, 1638, 1648; Lyon 1663, 1677, 1686; y una edicin Romana de 1773 (IV, pp. xi, xii). De todas las ediciones antiguas consideran las ms exactas las de Padua, 1698 y 1712, as como las Veneciana de 1755. De las ms recientes, las mejores son: la Leonina, las Migne (Pars 1841 y 1877); el primer volumen de la edicin de 1841 que contiene el "Libri quatour sententiarum" de Pedro Lombardo; la muy prctica edicin de Faucher (5 tomos. tamao cuartilla, Pars 1887), dedicada al Cardenal Pecci, enriquecida con valiosas notas; una edicin Romana de 1894. La "Summa" ha sido traducida tambin a muchos idiomas modernos.C. Mtodo y Estilo de Santo TomsNo es posible expresar el mtodo tomista en una palabra, si no es con la palabra "eclctico". Es Aristotlico, Platnico y Socrtico; es inductivo y deductivo; es analtico y sinttico. Tom lo mejor que encontr en aquellos que le precedieron, separando la paja del grano, aprobando lo vierto, rechazando lo falso. Su poder de sntesis era extraordinario. Ningn escritor le super en la facultad de expresar en pocas, pero bien escogidas palabras la verdad recogida de una multitud de opiniones diversas y antagnicas; y en casi cada caso, el estudiante puede ver la verdad y quedarse perfectamente satisfecho con los sumarios y afirmaciones del santo. No es que quiera que sus estudiantes crean sin ms la palabra del maestro. En filosofa, los argumentos basados en la autoridad son de importancia secundaria; la filosofa no consiste en saber lo que han dicho los hombres, sino en saber la verdad (In I lib. de Coelo, lect xxii; II Sent., D. xiv, a. 2 ad lum). Le da el lugar que le corresponde a la razn en la teologa (vase ms adelante, Influencia de Santo Toms), pero la mantiene dentro de sus propios lmites. Contra los Tradicionalistas la Santa Sede ha declarado que el mtodo de Santo Toms y San Buenaventura no lleva al Racionalismo (Denzinger-Bannwart, n 1652). Aunque no fue tan original al investigar la naturaleza como Alberto Magno y Roger Bacon, era un adelantado a su tiempo en la ciencia, y muchas de sus opiniones son de valor cientfico incluso en el siglo veinte. Veamos por ejemplo, lo siguiente: "En la misma planta hay una virtud doble, activa y pasiva, aunque algunas veces la activa se encuentra en una y la pasiva en otra, as que una planta dcese ser masculina y la otra femenina" (3 Sent., D. III Q ii, a 1).El estilo de Santo Toms es un trmino medio, entre la ruda expresividad de algunos Escolsticos y la fastidiosa elegancia de Juan de Salisbury; es destacable por su exactitud, brevedad, y plenitud. El Papa Inocencio VI (citado en la Enc. "Aeterni Patris" de Len XIII) declar que con la excepcin de los escritos cannicos, las obras de Santo Toms superan a todas las dems en "exactitud en su expresin y veracidad en sus afirmaciones". (habet proprietatem verborum, modum dicendorum, veritatem sententiarum). Los grandes oradores, como Boussuet, Lacordaire, Monsabre, han estudiado su estilo, y han sido influenciados por l, pero no han sido capaces de reproducirlo. Lo mismo es cierto de los escritores teolgicos. Cayetano conoca el estilo de Santo Toms mejor que ninguno de sus discpulos, pero ste no alcanza a su gran maestro en la claridad y exactitud de expresin, en la sobriedad y la solidez de sus juicios. Santo Toms no logr esta perfeccin sin esfuerzo. Aunque era un genio singular, tambin era un trabajador infatigable, que con la prctica continua alcanz el singular grado de perfeccin en el arte de escribir, en la que el "arte" desaparece. "El manuscrito del autor de la Summa Contra Gentiles existe todava casi en su totalidad. Se encuentra en la Biblioteca Vaticana. El manuscrito es de tiras de pergamino de diversos matices de color, cubiertos por una antigua tapa tambin de pergamino a la que las pginas iban cosidas originalmente. La escritura es a dos columnas y difcil de descifrar, llena de abreviaturas, a menudo convirtindose en una especie de taquigrafa. Muchos pasajes estn tachados." (Rickaby, op. cit., prefacio, ver Ucelli ed., "Sum. coat. gent." Roma, 1878).

III. INFLUENCIAS RECIBIDAS POR SANTO TOMSCmo se form este genio? Las causas que ejercieron su influencia en Santo Toms fueron de dos clases, naturales y sobrenaturales.A. Causas Naturales(1) Como fundamento, "era un nio listo, y haba recibido un buen corazn" (Sabidura, 8, 19). Desde el principio se manifest su precocidad, talento y carcter pensativo, siempre por delante de su edad.(2) Su educacin fue tal que se podan esperan grandes cosas de l. Su formacin en Monte Casino, Npoles, Pars y Colonia fue la mejor que el siglo 13 poda ofrecer, siendo ese siglo la edad dorada de la educacin. Es evidente que ofreci excelentes oportunidades para formar grandes filsofos y telogos, como prueba recordemos el carcter de los contemporneos de Santo Toms , Alejandro de Hales, Alberto Magno, San Buenaventura, San Raimundo de Peafort, Roger Bacon, Hugo de S. Caro, Vicente de Beauvais, y muchos ms. Esto demuestra que eran das de autnticos estudiosos y sabios. (vase Walsh, "The Thirteenth Greatest of Centuries" Nueva York, 1907). Los profesores de Santo Toms fueron los de Monte Casino y Npoles, pero entre ellos destaca Alberto Magno, con el que estudi en Pars y Colonia. (3) Los libros que ms le influyeron fueron la Biblia, los Decretos de los concilios y los Papas, las obras de los Padres, griegos y latinos, especialmente San Agustn, las "Sentencias" de Pedro Lombardo, los escritos de los filsofos, especialmente de Platn, Aristteles y Boecio. Si de entre ellos destaca alguno, son sin duda Aristteles, San Agustn y Pedro Lombardo. En otro sentido, sus escritos fueron influenciados por Averroes, el principal oponente a combatir para defender al autntico Aristteles.(4) Recordemos que Santo Toms posea la bendicin de una extraordinaria memoria y gran poder retentivo. El P. Daniel d'Agusta una vez le insisti para que dijera cul consideraba la mayor gracia que haba recibido, exceptuando, naturalmente la gracia santificante. "Creo que haber entendido todo aquello que he ledo", contest Santo Toms. San Antonino declar que "recordaba todo lo que lea y que su mente era como una enorme biblioteca" (ver Drane op. cit., p. 427; Vaughan op. cit., II p 567). La relacin de los textos bblicos citados en la