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Santiago - Abril 2017 - 1er núm. DISTRIBUCIÓN GRATUITA ALEJANDRO Y BÉLGICA DANIEL MUÑOZ La GATA de COLETTE Revista de cultura y animales “Cada experiencia es alucinante” “El gato es un espejo de uno. Uno es un gato” De la casa de la gata Horacia

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Santiago - Abril 2017 - 1er núm. DISTRIBUCIÓN GRATUITA

ALEJANDRO Y BÉLGICA

DANIEL MUÑOZ

La GATA de COLETTERevista de cultura y animales

“Cada experiencia es alucinante”

“El gato es un espejo de uno. Uno es un gato”

De la casa de la gata Horacia

Reportaje

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Editorial

Durante mi vida he compartido con muchísimos gatos y también he conocido otros tantos. Por ejemplo, los gatos de Borges. Los he visto en fotos. La mayoría son de su vejez. Hay una donde está con María Kodama y un gato. Hay otra donde está con varios gatos que lo miran desde el suelo, mientras él figura para la cámara con su bastón. Hay otra donde parece mirar a un gato sentado en una repisa, con sus ojos ciegos. Son muchas fotos. Y por eso puedo decir que conozco un poco a sus gatos. Pero también porque he leído sobre sus gatos, de la visión que tenía de los gatos a los que relacionaba con el tigre, con el jaguar, con la pantera. Estos gatos silvestres que no dejan que la mano del hombre les acaricie, abundan en sus relatos. En La escritura de Dios, Borges nos describe a un mago azteca que es prisionero en compañía de un jaguar que habita la celda contigua. El mago sabe que sólo será liberado una vez que comprenda el lenguaje de dios y ese arcano, ese acertijo, está ahí, frente a sus ojos, en las manchas del jaguar. Pues en aquellos símbolos Dios escribió la clave de la creación, de todo lo vivido y del porvenir. Ese es su libro.

Los gatos y los libros están muy relacionados. A veces busco un lugar tranquilo en casa para leer, pero al rato ya estoy rodeado de gatos que se hacen cariño en las páginas de mi libro. Así que leer rodeado de gatos es, al menos en mi caso, inevitable.

He visto en los ojos de los gatos muchas cosas sorprendentes. Miradas humanas, expresiones humanas, pero todas buenas. Nunca he visto la maldad en los ojos de un gato. A lo más las ganas de hacer travesuras, pues sé, a ciencia cierta, que los gatos son niños muy puros que buscan desesperadamente el amor de sus humanos.

Hablo de los ojos de los gatos pero también de los gatos sin ojos. Son especiales. Esos gatos son lo más cercano a un ángel en la tierra que me será dado conocer. Los he visto jugar, perseguirse, esconderse, los he visto girar su cabeza para percibir lo que los rodea o saltar alegremente y también los he visto atrapar una mosca. Viven realmente en un mundo mágico.

La gata de Colette es nuestra nueva aventura. En ella juntamos las cosas que más queremos: los gatos y el arte, en ese orden. La creación, la escritura, el amor a los seres vivos, a los gatos, a los animales en general. Las cosas que le dan sentido a nuestra vida y nos hacen crecer. Queremos abordar la relación del arte con los animales desde su sentido luminoso, aquel sentido profundo que ha estado presente desde los inicios de la civilización.

Nuestro camino ha sido largo pero lo hemos recorrido en compañía de nuestros amigos gatos. Los queremos y respetamos. Han caminado de puntillas por los lomos de libros de las más antiguas bibliotecas. Es por eso que queremos compartir nuestra visión con ustedes. La visión de los gatos como inspiradores de la cultura. De los gatos y animales creadores.

Por Juan Calamares

Revista “La gata de Colette”Abril de 2016 / Publicación bimensualEditor: Juan CalamaresDirectora: Pamela GaeteIlustración de portada: Alberto LemusDiseñadora: Constanza F.Fotografía: Josefina Ortúzar

[email protected]://www.lagatahoracia.cl+56 2 3264 4928

Gato de portada: Aliosha Karamazov, de Bélgica Castro y Alejandro Sieveking.

Reportaje

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Datos

La marca cosmética Le Petit Olivier junto a ONG “Te Protejo” celebran su alianza en la Casa de la Gata Horacia

El lanzamiento oficial de la alianza entre la marca de cosmética natural Le Petit Olivier y la ONG Te Protejo, se realizará el martes 30 de mayo a las 9.00 am en un desayuno en la Casa de la Gata Horacia.

Este convenio de colaboración ya se encuentra en marcha, y dentro de él Le Petit Olivier se compromete a entregar el 10% de las ventas realizadas a través de su sitio web (www.lepetitolivier.cl) a esta ONG. Todo esto, con la finalidad de contribuir a la labor de promoción y lucha contra la experimentación animal en productos cosméticos.

En este evento participarán representantes de la marca, expertos y embajadores, entre otros. Están invitados también todos los interesados en informarse y conocer más sobre los productos de cosmética natural y cruelty free. Más información [email protected]

Reportaje

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Columna

Somos una Fundación que Rescata, Rehabilita y Reubica animales abandonados de Chile.

Trabajamos en todas las comu-nas de La región Metropolitana y Quinta Región, rescatando mu-chos animales abandonados en las carreteras y lugares aislados.

Ayudamos en el cuidado una manada de 30 animales en el Río Mapocho con la agrupación “pati-tas de Río”, sacando a los cachorros sy viejos a hogares o refugios.

Buscamos incorporar a nues-tros amados Kiltros y Cuchos a la vida de todos los Chilenos, potenciando la adopción antes que la Compra de un Animalito y educando sobre Esterilización y tenencia responsable a la co-munidad.

En nuestro país hay mas de 2 millones de animales en situación de abandono, las políticas públicas no son suficientes y las leyes de protección animal no funcionan

contra en abandono y maltrato. Por eso creemos que la solución se encuentra en la Educación, el amor y la solidaridad. Ayúdanos a cumplir nuestro sueño de que

NO QUEDE NADIE

EN LA CALLE

Fundación Animal (Chile)

Por Daniela Echeverría.Directora Fundación Animal Chile

[email protected] @fundacionanimalchile

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CineOpinión

Según la anécdota, a Borges le contaron que uno de sus mininos se había mirado al espejo creyendo ver su doble, provocándole un susto inmediato. El poeta, divertido con el suceso, escribió el poema El gato Blanco:

“El gato blanco y célibe se mira en la lúcida luna del espejo/ y no puede saber que esa blancura y esos ojos de oro que no ha visto/ nunca en la casa son su propia imagen. / ¿Quién le dirá que el otro que lo observa / es apenas un sueño del espejo?”

La referencia a la luna no es azarosa: al gato se le ha considerado lunar por sus costumbres nocturnas, y en una interpretación perversa también se le ha asociado con la oscuridad y el mal. Edgar Allan Poe hizo eco de esta interpretación escribiendo el tene-broso cuento El Gato Negro. La historia es conocida, pero no está de más recordarla: un hombre de familia va perdiendo la cordura debido a su afición por la bebida, volcando una violencia sádica contra su mujer y contra su querido gato negro, quien es presa de crueles castigos, ataques que terminan por matarlo, y de forma siniestra. Tiempo después, el hombre se vuelve a encontrar con un gato similar al que mató ¿o es el mismo gato que vuelve de la tumba para atormentarlo? Como en los mejores relatos clásicos, el final del cuento contiene una sorpresa, y en sus últimos párrafos se revela el enigma, que como singular respuesta, involucra a más de una muerte.

Yukio Mishima en su impresionante novela -acaso la mejor-, El pabellón de oro, cuenta la historia de un monje pirómano, que enceguecido por la belleza de un templo, le prende fuego en un feroz e irracional ataque. Entremedio de la historia principal, se nos narra el kōan Nansen mata a un gato. El kōan, para la tradición zen, vendría a ser el símil de la fábula o la parábola cristiana, pero más cargada al surrealis-mo, siendo difícil captar el sentido que ocultan sus historias:

“Nansen se encontró a dos grupos de monjes que disputaban por la posesión de un gato en medio de

la frontera. Nansen fue a la cocina y regresó con una cuchilla. Tomó el gato y les dijo a los monjes:

—Si alguno de ustedes puede decir la palabra ade-cuada, salvará al gato —nadie dijo ni una palabra válida, de modo que Nansen cortó el gato en dos y le dio una mitad a cada grupo.”

¿Cuál era la verdadera solución a este enigma? Pista: la respuesta tan sorprendente, que lo más seguro es que jamás se nos pasará por la cabeza.

Una variante del enigma del gato la encontra-mos en la novela de Philip K. Dick Sivainvi (Valis en inglés), el que habla de un misterioso rayo rosa proveniente del espacio, el cual podría abrirnos la percepción de los sentidos cósmicamente, ya que aquella energía no sería otra cosa que una emana-ción de Dios. Difícil de encontrar en la actualidad, la novela transita desde la sicodelia de los 60 y 70, pasando por el espionaje de los rusos y la Guerra Fría, hasta la creación de una especie de teología para descifrar la realidad última de la existencia, la cual estaría vedada a todos nosotros, puesto que viviríamos en una suerte de cárcel ilusoria, creada en la época del imperio romano.

La historia, enrevesada y alucinada como ninguna, nombra en algún momento la preocupación de un personaje llamado Kevin, quien duda de la existencia de Dios poniendo como ejemplo el destino de su gato: salen juntos una mañana a pasear, pero de improviso el gato ve a un camión y de manera impensada se lanza a las ruedas, terminando muerto en el instante. ¿Qué clase de Inteligencia Divina (se pregunta el personaje) puede obrar así, creando a un gato defec-tuoso que de manera insospechada se lanza contra las ruedas de un camión? La respuesta al enigma es dada en la misma novela, y es tan sencilla, que demuestra que muchas veces las explicaciones teológicas son débiles, no sólo porque suelen estructurase desde la paranoia, sino que además muchas veces obvian la simpleza de la naturaleza, como es en este caso, con la paradojal belleza del gato.

Aquí hay gato encerrado: El gato como enigma en la literatura universalPor Pablo Rumel Espinoza. Autor de las novelas Hamellion, Atentado Celestial, entre otras

Era cuestión de tiempo para la directora. En una entrevista se declaró una cat-lover y se comprometió con que en cada uno de sus filmes habría una escena con un gato. Hacer una película cuyo motivo central fueran los gatos fue algo que se debía a sí misma; la terminó en 2007 y no la estrenó hasta el festival de cine de Berlín, en 2012. Y no le costó mucho filmar esta suavemente melancólica odisea sobre una chica que arrienda sus gatos para componer los corazones solitarios, porque la película se desliza por una serie de pequeñas historias que solo pretenden observar la vida humana con un lente directo y sincero.

Sayoko (Mikako Ichikawa), una chica desaliñada con corte de chico, eligió una extraña profesión. En su carrito que va por las calles de una ciudad japonesa lleva media docena de gatos hermosos y observadores. Vocea su negocio como quien vende fruta, como esos vendedores ya en extinción en los barrios de Chile. Las bondades de arrendarle un gato a la chica son alivios para los dolores del alma y el cuerpo. Sus clientes son siempre gente con un vacío por llenar, solitarios en un mundo solitario. Aquí está la anciana cuyo esposo murió, el hombre de negocios que vive lejos de su familia, la chica que regenta la tienda de arriendo de autos a la que durante años no ha entrado ni un cliente. Finalmente aparece un estudiante de colegio que insistentemente quiere aprender el oficio de voceador de felinos, aunque aparece más entusiasmado en conocer el pasado de Sayoko.

Por que Sayoko tiene un pasado como sus clientes, y también una ausencia. Finalmente es la persona que más necesita de sus gatos porque su vida no es como la soñó alguna vez. Nuestra heroína vive en una pequeña casa recargada de objetos coloridos, hablando con el retrato de su abuela, añorando alguna vez el gran amor que la traerá a casa. Entonces no es una heroína, es una simple chica desolada con un encanto de comedia que va tirando su vida de un día

para otro, ayudando a la gente en la que ve sus ne-cesidades reflejadas. Agreguemos a ello el que a cada tanto, su vecina (el veterano DJ Katsuya Kobayashi en un papel ácido y travestido) le propina sendos atracones de realidad con comentarios del calibre de no-te-estás-haciendo-más-joven o qué-fea-te-has-puesto-hoy, pero con la elegancia de la comadrona que cree estar ayudando.

En esta comedia, que también es un drama y un sueño lacónico, y una fábula, y una comedia de nuevo, las vidas de la gente que necesita de los servicios feli-nos bordean la costanera del río de la ciudad. Aquí no hay una tristeza absoluta y los personajes permanecen en el misterio, como le gusta a la directora. Y como toda película, la columna maestra es el rol principal protagonizado por Mikako, quien en la vida real es una modelo de alta costura que se encontró siendo actriz casi por accidente. Su capacidad para la comedia construye un personaje encantador con una fuerte carga emocional, que lo hace llevadero durante toda la extensión del film. Largo tiempo después aún la recuerdo voceando su “Rentaaaaaneko-neko-neko” y su impertinente, descarado, “Are you lonely?”.

¿Hay alguna forma de ver la película sin terminar en un mar de lágrimas? Por supuesto, imagínate a ti mismo arrendando sus gatos. No es necesario el agujero en el corazón, ¿quién no quisiera tener un brazos esas ronroneantes y afelpadas bestias de ojos entrecerrados y bigotes nerviosos? Así es, Rentaneko habla sobre la soledad de la gente, pero también sobre la capacidad de sobrellevarla cómodamente con compañía felina.

El último consejo. Atento a los créditos finales en los que participó Yamato Kuruneko, artista japonesa creadora del manga (cómic) Kuruneko, que relata la vida diaria de una chica completamente dedicada a sus gatos y a la degustación del sake. Como no, basado en las experiencias de la autora. Existe versión en manga (animación) con al menos dos temporadas.

Rentaneko (2012, Japón) Dirigida por Naoko Ogigami

Por Luis Saavedra (Puente Alto, 1971). Editor del fanzine Fobos, de literatura fantástica, participa de los Grupo Poliedro y Erizo, colectivos de fantasía y ciencia ficción. Ha sido traducido al francés, italiano e inglés.

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Fotorreportaje

Michael Yaikel

(1984) Es un pintor que vive y trabaja en Santiago, Chile. Su obra retrata a la naturaleza principalmente, siendo protagonistas las plantas y los animales, además de ciertos individuos que interactúan con ellos en diferentes situaciones. Su obra se desenvuelve en diversos formatos como la serigrafía, el acrílico, la témpera y murales.

“Desde que vivimos juntos con mi novia hace 2 años, tenemos a Julio en nuestra casa, un quiltro oriundo de Casablanca que adoptamos a través de Fundación Animal. Con mi perro vamos juntos casi todos los dias a mi taller, él se sienta ahí y duerme una siesta o juega con la pelota y con otros perros que a veces pasan a visitarnos. La verdad es que más que como artista, el cambio que te da adoptar un perro es como persona. Me ha sensibilizado mucho con respecto a los animales y la relación que tenemos con ellos y eso sin duda aparece tambien en mi obra”.

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Opinión

Merecen castigo todos los actos de maltrato animal? Reflexiones. Por Florencia Trujillo A.Asesora legal en Ecópolis, disciplinas integradas, Chile

Cada cierto tiempo salen a la luz pública, y hoy con mayor frecuencia, ciertos casos de maltrato animal con rasgos sociópatas y narcisos presentes en todo abusador(a). Recordemos el caso de los jóvenes que mataron a un gato dentro de una lavadora en funcionamiento, o el caso de un joven que descuar-tizó un pajarito con tijera en mano, o el hombre que asfixió y comprimió a una yaca (marsupial diminuto) mientras le dirigía insultos y palabras soeces. Y sólo hace algunas semanas, en la comuna de Alerce (sur de Chile), un hombre y una mujer, quienes torturaron a un perro hasta matarlo. Más recientemente, el joven que acuchilló y lanzó a un pequeño perro desde las alturas de un edificio en el centro de Santiago.

¿Todo maltratador de animales

requiere un castigo?

Sin embargo, los trastornos de personalidad o el hecho de padecer algún problema de salud men-tal no libera automáticamente a los hechores de su responsabilidad penal, la determinación de la inimputabilidad penal o de la imputabilidad dis-minuída es un proceso complejo que se resuelve en tribunales. Con todo, debemos aceptar el hecho de que existen personas que no se encuentran en condiciones de satisfacer los estándares mínimos de normalidad y por ello no pueden ser sujetos de sanción, pero sí de medidas de seguridad. En consecuencia, nos interesa que, en estos casos, los magistrados siempre establezcan una prohibición de goce de animales domésticos e inhabilitación para trabajar con animales, de tal manera que, en

estas causas, para prevenir nuevos casos de maltrato animal, protagonizados por el mismo sujeto, más que castigo se necesita impedir la reiteración de la conducta.

No todo acto de maltrato animal

es cruel o sádico

Lo cierto es que los actos de maltrato animal son un fenómeno que tiene muchas aristas o facetas, todas dignas del más profundo análisis, pues así como existe el acto de maltrato, es decir, el hecho positivo, el accionar, que genera sufrimiento innecesario en el animal, como el abandono, el envenenamiento, las golpizas, el confinamiento o encierro permanentes, etc, también existe el maltrato por omisión, que es el más generalizado de todos y que surge a partir de una negligencia y autoconfianza, excesivas y reiteradas, por parte de quienes tienen a su cargo el cuidado de animales. El maltrato por omisión no requiere crueldad, no exige la concurrencia del elemento volitivo (del querer que ocurra una situación de sufrimiento o daño a la salud) sino del elemento cognitivo. En este caso, el ilícito se configura desde que la persona responsable, en su posición de garante del bienestar de determinados animales (como sujeto dueño, poseedor o mero tenedor) se abstiene de cumplir con su deber de cuidado causando con ello un resultado que lo hace penalmente responsable. Es decir, conociendo sus funciones y pudiendo llevarlas a cabo, no lo hace, generando sufrimiento innecesario y deterioro en la salud de los animales a su cargo.

No todo acto de maltrato es

considerado acto de maltrato.

Desde una perspectiva diferente, también podemos cuestionar lo que nuestra sociedad, nuestra legisla-ción y sistema de Justicia entienden por maltrato animal pues existe el maltrato racionalizado o so-cialmente aceptado, el que toleramos día a día, como la práctica de la cacería regulada por la Ley de Caza, como el uso del guachi o huachi*(1) contemplado expresamente en el Reglamento de la Ley de Caza, o como el maltrato que se sufre en los mataderos, en las ferias libres de animales, lugares donde se transan seres que, no obstante tener una indivi-dualidad, personalidad propia y autoconciencia*(2), son cosificados como “productos” de la industria de alimentos y sus derivados (cueros, gomas, etc), en un acto masivo de violenta negación de sus nece-sidades e intereses. Lo cierto, es que –impensada y tácitamente– aceptamos el sufrimiento innecesario de los animales y lo fomentamos económicamente cada vez que pagamos por un producto o servi-cio proveniente de una industria o comercio que pudiendo y sabiendo utilizar procesos o métodos libres de crueldad animal no hace esfuerzo alguno por liberarse de la violencia, por dejar de ser una fábrica de dolor.

Sea cual sea el origen (psíquico), la justificación (social), o el tipo de maltrato animal (acción/omi-sión) es finalmente, la autopercepción de superio-ridad o supremacía, sumada a la aceptación y uso de la violencia como forma de dominio o apropiación, el elemento común en todos los casos e historias de abuso con el más débil, entre ellos, los animales no humanos. Por tal razón, el camino que algunas personas hemos escogido en la defensa y protección animal tiene un tronco común con los movimientos sociales que trabajan denodadamente a favor de la construcción de una Cultura de la Paz en la que el respeto a la naturaleza y a todos sus habitantes sea parte integrante de su principio y fundamento.

*(1) guachi o huachi: es un hilo de metal utilizado en zonas rurales y disimuladamente dispuesto en el suelo para accio-nar como trampa para liebres, conejos y castores no obstante caer en ella también otros animales tales como zorros, aves y animales domésticos. El hilo o alambre oprime y hiere con mayor fuerza en la medida de la resistencia prestada por el animal que instintivamente trata de huir. Es recurrente encontrar animales muertos o con miembros cercenados o prácticamente colgando debido a la acción de los guachis, los cuales son sembrados indiscriminadamente en los campos de Chile. El Ministerio de Agricultura confirmó la autorización del uso de este tipo de trampa en el nuevo Reglamento de la Ley de Caza, Decreto Supremo N°65, de enero de 2015. *(2) Toda vez que “la evidencia indica que los seres humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos que generan conciencia. Animales no humanos, incluidos todos los mamíferos y las aves, y muchas otras criaturas, incluyendo pulpos, también poseen estos sustratos neu-rológicos” Ver Declaración de Cambridge: http://www.mvd.sld.cu/noticias/noticias%20cient%EDficas–scccv–/Declaraci%F3n%20de%20CAMBRIDGE%20sobre%20la%20conciencia%20animal.pdf

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Nutrición

Cada día son más las personas que deciden adoptar una dieta vegetariana, excluyendo de su alimentación carnes y alimentos que provengan de la explotación animal. Algunos van más allá y adoptan un estilo de vida 100% vegetariano o vegano, se preocupan de que su ropa o productos de higiene y maquillaje no tengan componentes animales o que en su proceso de elaboración no se haya testado algún ingrediente en ellos. Y es que hoy por hoy no hay excusas, existe de todo para reemplazar lo que por años hemos venido consumiendo, y además ya nadie puede quedar indife-rente ante la gran cantidad de información que circula en redes sociales e Internet que evidencia que detrás de ese helado, hamburguesa o chaqueta de cuero, un ser sintiente fue torturado desde el nacimiento hasta la hora de su muerte para que nosotros disfrutáramos de ese producto.

¿Vale la pena una vida de sufrimiento por un

sabor, un maquillaje, unos lindos zapatos?

Son muchas las justificaciones que se esgrimen para comer o usar animales: “El ser humano siempre ha co-mido carne”, “necesitamos leche de vaca para obtener calcio”, “siempre se ha comido así”, “las vitaminas de la carne son irreemplazables”, “los circos tratan bien a sus animales, sino ellos no harían los trucos”, “los zoológicos son centros de conservación”, “el rodeo es parte de nuestra cultura” y así podría seguir con media hoja más. Lo increíble es que todas estas afirmaciones no son ciertas, pero se siguen repitiendo boca a boca solo porque no hemos sido capaces de reconocer que estamos equivocados y que los animales merecen nuestra consideración moral.

Sin embargo, hay muchas justificaciones más para dejar de consumir y usar animales. Ellos existen en la tierra por sus propias razones, no para servirnos a nosotros. Tienen derechos fundamentales como el derecho a la vida, a no ser torturados y a no ser

considerados propiedad, y lo último que se estableció es que los animales tienen conciencia (si estás leyendo esta revista, puede que siempre lo hayas sabido, pero se materializó gracias a la declaración de Cambridge formada por destacados investigadores y neurocien-tificos, incluido Stephen Hawking).

Comemos cuatro veces al día (algunos más), ¿se imaginan las implicancias que tiene para el medio ambiente lo que elegimos comer?

Si estás tomando duchas cortas para cuidar el agua, apagando las luces de la oficina o usando bicicleta en vez de auto, pero sigues comiendo carne, lamentable-mente no estás siendo un buen ecologista, ya que el costo de producir 1kg de proteína animal es 20 veces más alto que el de 1kg de proteína vegetal. Mientras que para producir 1kg de carne son necesarios más de 20.000 litros de agua, para 1 kilo de trigo solo se necesitan 227 litros y para 1 de arroz 454 litros. La ganadería es una de las principales industrias responsables del cambio climático, contaminando el aire, el agua y arrasando con selvas tropicales para convertirlas en terreno de cultivo para alimentar al ganado. Según la FAO, los animales criados para fines alimenticios, consumen 600 millones de to-neladas de cereales anualmente, mientras que entre 40 y 60 millones de personas mueren de hambre cada año. ¿Quieren saber más de medio ambiente y alimentación? Les recomiendo ver los documentales Cowspiracy, La carne es débil, Meat the truth).

Bueno, pero ¿y que pasará con mi salud si dejo de comer carne o tomar leche? Es una pregunta frecuente y lógica, ya que en muchas casas no se concibe un almuerzo sin carne o se cree que si no le damos leche de vaca a los niños estamos siendo malos padres.

Lo real y, lo que dice la evidencia, es que podemos ser vegetarianos o veganos incluso desde que estamos en el vientre materno. La Academia de Nutrición y Dietética, actualizó este año 2017 su postura en relación a las dietas vegetarianas y afirmó que esta

alimentación es viable en cualquier etapa del ciclo vital, siempre y cuando sea bien planificada y llevada con responsabilidad. También exhorta a profesionales de la salud a estar bien informados para poder orientar de buena manera a quienes acudan a pedir información sobre dietas vege-tarianas o veganas.

En Chile, las enfermedades cardiovasculares, metabólicas, canceres y otras degenerativas están en alza, y no precisamente por comer frutas, verduras o legumbres, sino por el consumo de los alimentos procesados, grasas saturadas de origen animal, falta de fibra, exceso de azúcar, sodio, etc. Ante esto, adoptar una alimentación vegetariana o vegana nos viene bien a todos.

Si estás convencido de que una alimentación vegetariana o vegana es posible, pero tienes te-mor a hacerlo porque te pueden faltar algunos nutrientes, revisa estos tips que pueden ayudarte con la transición:

Informarse sobre nutrición

Lo ideal es asesorarse por un nutricionista espe-cializado en el tema. En internet hay muchas pá-ginas, blogs, etc que hablan de nutrición, pero no siempre con fundamento científico y es frecuente encontrar muchos mitos e información errada.Saber cocinar: Hay que meterse a la cocina. Lo más fácil es partir con las recetas habituales que uno consume y cambiar los ingredientes. Una vez que se tengan dominados los reemplazos, es recomendable abrirse a la amplia gama de prepa-raciones vegetales que ofrece el vegetarianismo/veganismo,Respecto al Hierro: El hierro de origen vegetal tiene una menor biodisponibilidad, pero se com-pensa con que se encuentra en mayor cantidad, así que con una buena planificación alimentaria no debería haber déficit. Hay que saber que el hierro vegetal es más sensible a inhibidores y a reforzadores de su absorción, es por esto que se aconseja no consumir té, productos lácteos, hierbas, café, cacao y fitatos al momento de consumir un alimento fuente de hierro. (Dejar en remojo y hacer brotes o germinados de gra-nos y semillas, ayuda a disminuir los fitatos de los alimentos y por consiguiente a favorecer la absorción de hierro).

Por el contrario, los ácidos orgánicos de las frutas y verduras, como la Vitamina C actúan como reforzadores de la absorción del hierro, disminuyendo el efecto de los fitatos, así es que hay que incluir en la dieta pimentones, berries, kiwis, naranjas, para tener harta vitamina C.

¿Y donde están las proteínas?: En las legum-bres, frutos secos, semillas, granos andinos como la quínoa, amaranto, en la soya y derivados. Si optas por una alimentación ovo-vegetariana tendrás proteína en huevo y leche. Lo importante, más que la cantidad de proteínas que consu-mamos es en la calidad. Necesitamos consumir aminoácidos esenciales (no somos capaces de producirlos y debemos obtenerlos de la dieta). Y las proteínas vegetales (a excepción de la quínoa que tiene todos lo aminoácidos esenciales,) son incompletas, es decir, hay que tener un consumo variado de alimentos aportadores de proteínas para que nuestro organismo pueda rescatar de cada alimento el aminoácido que necesita y que así estructure las suyas propias. Ejemplo, se pue-den mezclar legumbres con cereales, aunque no necesariamente en el mismo plato. Calcio: presente en las lentejas, semillas de chía, de sesamo, almendras, hojas verdes, algas marina, avena, entre otros.

Es importante saber que para absorberlo y fijarlo en los huesos necesitamos cofactores como: magnesio, boro, vitamina D, A, C, hierro, silicio y varios más. Por lo que la clave es una dieta muy variada y la exposición solar antes de las 12:00 del día para activar la vitamina D. También tenemos que tener una vida activa, ya que el sedentarismo, el consumo de bebidas gaseosas, exceso de proteínas, sal, azúcares, tabaco, alcohol son inhibidores del calcio. Vitamina B12: Es producida gracias a los mi-croorganismos que viven en el sistema digesti-vo de los mamíferos. Si te haces vegetariano o vegano es importante que te suplementes con esta vitamina, existen muchas alternativas en el mercado y en diferentes formatos.

¿Tienes más dudas?, ¿te gustaría recibir aseso-ría personalizada o aprender a cocinar?¡Contáctame!Facebook: Nutricionista Vegana ChileInstragram: nutricionista_vegana_chile.

Nutrición vegetariana y vegana

Por Nazira Docmac.Nutricionista vegana y vegetariana.

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Fotorreportaje

Un gato en tu camino

Como toda amante de los gatos, me emociono cada vez que diviso uno en la calle. Siento la necesidad de acercarme a conseguir un cariño, porque un momento de complicidad gatuno me arregla el día.

En mi ultimo viaje tuve la suerte de visitar Grecia, un país lleno de sorpresas. Además de su fascinante cultura Grecia tiene algo que no verás usualmente en Europa: animales callejeros. Sé que esto suena raro ya que nadie en nuestro país destacaría la situación de calle de perros y gatos como

un atractivo turístico. Y es que en Chile estamos acostumbrados a que los perros y gatos vagabundos estén desnutridos y enfermos. Ellos son la encarnación del lado amar-go de nuestra crueldad. Nuestros gatos callejeros, por ejemplo, son sombras fugaces, fantasmas que se esconden en los techos y casas abandonadas para sobrevivir. El humano es una amenaza para ellos. Es un enemigo. Afortunadamente, este año descubrí una realidad dife-rente a las orillas del Mediterráneo.

Los verdaderos dueños

de Atenas

Mi primer encuentro con los gatos de Atenas fue a los pies del Arco de Adriano, frente a una gran plaza que alberga las ruinas del templo de Zeus Olímpico. Mientras esperábamos el inicio de una visita guiada, una decena de mininos paseaban tranquilamente, tomaban el sol o buscaban algún mimo entre los visitantes. Supe de inmediato que las cosas no eran como en Chile: no hubo miradas suspicaces ni escapes paranoicos.

Sólo buscaron cariño y después me ignoraron como buenos gatos. Parecían muy bien alimentados. Y lo primero que pensé fue “Bueno… éste debe ser el parque de los gatos de Atenas, o algo así”, pero en breve descubriría que el fenómeno se extendía por gran parte de la ciudad .

A medida que avanzábamos por las calles y recovecos de Plaka, un histórico barrio ateniense que se extiende a los pies de la Acrópolis, más ojos curiosos iban apa-reciendo por los techos, durmiendo en las ventanas y en los antejardines de las casas. Dimitri, nuestro guía, comentó al ver mi interés por los felinos: “Ah sí… los gatos… ellos son los verdaderos dueños de Atenas”.

Nos dirigimos luego al barrio Anafiótica, un la-berinto de calles estrechas, escaleras y minúsculas casas con la característica arquitectura de las islas del mediterráneo helénico. La cantidad de gatos aumentaba al adentrarnos en esta isla. La variedad de sus tamaños, pelajes y su incomparable buena disposición, los convirtieron en los modelos foto-gráficos perfectos.

Al continuar mi visita por Atenas descubrí que los gatos son parte inseparable del paisaje en sus sitios históricos: los verás tomando sol en el Partenón, estirándose en las ruinas de la Biblioteca de Adriano, maullando en el Teatro de Dionisio o rascándose el lomo sobre las columnas dóricas de la puerta de Atenea Arquegetis. Comprendí ese mismo día que de-dicaría buena parte de mi viaje por Grecia a registrar a los “verdaderos dueños” de los barrios atenienses.

¿Por qué hay animales callejeros en grecia?

Los gatos de Atenas son una sorpresa para cualquier visitante que ha pasado por otras capitales europeas. En los países vecinos es difícil encontrar animales callejeros. Esto se debe a sus políticas de tenencia responsable mucho más eficaces y extrictas que las chilenas; pero esto también se aplica a sus mecanismos

para lidiar con los animales sin dueño. Al igual que en EEUU, si un animal sin collar, sin chip y sin esterilizar es encontrado vagando por las calles, es llevado a un “refugio” y después de un tiempo sin ser reclamado o adoptado es eutanasiado. Se preveía que este me-canismo operaría también en las ciudades griegas, pero nada de eso pasó. ¿Por qué?, la explicación no es simple y remite a factores culturales y sociales.

Un primer factor es el bajo interés de la población griega por cumplir las normativas europeas que no consideran sensatas (lo sean o no). Todos los res-taurantes, por ejemplo, cumplen con advertir que está prohibido fumar, y sin embargo, lo primero que todo mozo griego te traerá a la mesa es un cenicero; preguntar si puedes encender un cigarrillo en un bar griego es absurdo. Esta actitud irreverente del pue-blo griego explica la naturalidad con la que ignoran las políticas de control de animales, pero el factor decisivo es una tradición viva de cuidado y respeto hacia el animal callejero. Los platos de comida y agua abundan; los vecinos conocen a sus callejeros regulares; la ciudad y sus habitantes acogen a sus mascotas vagabundas con genuina buena voluntad.

Es fácil constatar el cuidado que los atenienses tienen con sus vecinos de cuatro patas al pasear por los barrios céntricos. Al acercarnos a la hermosa Catedral de la Anunciación, por ejemplo, noto que un enorme perro negro nos sigue insistentemente. Pienso que está perdido ya que tiene collar y una placa que lo identifica. Sin embargo Dimitri lo saluda “¡Hola Leónidas! Pronto noto que varias personas se detienen a saludar a Leónidas como si fuese una celebridad local. Finalmente Dimitri explica que es uno de los perros del barrio Plaka, famoso por escoltar a los grupos de turistas. “¿Por qué tiene collar y placas?”, le pregunto, “Esos son los contactos de sus representantes” me responde el guía, y sí, aunque Leónidas, y otros callejeros, no tienen dueño, tienen

Por Natalia Stipo. Estudiante de Artes visuales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, instruc-tora de yoga, maquilladora profesional y madre de tres gatos y un perro.

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Reportaje

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veterinarios, abogados y voluntarios dispuestos a poner la cara ante cualquier contingencia. Varios grupos animalistas tomaron la iniciativa de poner collares y placas de contacto a los perros callejeros para evitar que terminaran sus días en una jaula. Si Leónidas se enferma, los vecinos llamarán a su doctor; si Leónidas es arrestado, llamarán a su abogado.

Otra prueba de la relación del pueblo griego con sus animales callejeros es el impacto en el imaginario que ha tenido Loukanikos, el perro manifestante que acompañaba a la gente indignada y los protegía en cada protesta durante los tiempos negros de la crisis. El can no sólo acaparó la atención de los medios locales e internacionales (fue por ejemplo portada de la revista Time), también se instaló como un símbolo social poderoso y es un tema recurrente del arte urbano ateniense. El cariño del pueblo griego hacia Leukanikos no es más que una instancia de su amor por sus perros y gatos callejeros, verdaderas mascotas sin dueños, de todos y de nadie.

Es sabido que hace varios años Grecia está pasando por una situación económica complicada y sin duda las condiciones para todos los animales no son óptimas. Muchos gatos y perros están heridos y no tienen cuidados médicos garantizados. El control de nata-lidad también es algo improvisado y, aunque existen varios proyectos y campañas de esterilización masiva, muchas veces no dan a vasto, aún cuando a simple vista no parece haber problemas de sobre población. A pesar de que todavía falta mucho por avanzar como sociedad en torno a los animales y Grecia no es la

excepción, sigue siendo un gran destino turístico para los amantes de los animales y sobre todo de los gatos.

A todos aquellos quienes les interese este otro lado de este fascinante país, los dejo invitados a una próxima exposición de fotografía “Gatos Griegos” donde intentaré trasladarlos a las tierras Helénicas al encuentro de los curiosos felinos Atenienses y de la histórica región del Peloponeso. Muy pronto estaremos anunciando las fechas.

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Entrevista

Por la vida de Daniel Muñoz han pasado varios gatos. Sabe lo que es convivir con ellos y admira la forma en que imponen su personalidad. Ha compartido con gatos cojos, con gatos pequeños y grandes, con gatos muy intensos que siempre se hicieron notar. Pero siempre le tocó la parte de la responsabilidad. Ese fue el primer vínculo que estableció con ellos, pues a veces los niños “quieren al gatito”, pero no siempre se hacen cargo de sus cui-dados. A Daniel le tocó la parte cruda, y es que muchos de sus gatos fallecie-ron de forma trágica, se enfermaron o tuvieron diversas complicaciones. Le tocó llevarlos al veterinario y, cuando no hubo más remedio, tomar la deci-sión de eutanasiarlos.

P: Dado su carácter independiente, el gato suele ser el compañero ideal de los artistas. ¿Qué piensas al respecto?

D: Nunca he tomado la decisión de tener gatos, pero es verdad que ellos se involucran. Me gusta ver cómo se desenvuelven, cómo se hacen ne-cesarios. Ellos elaboran un lenguaje particular y, según mi experiencia, todos los gatos son diferentes. Su personalidad es atractiva. Pero lo que más me sorprende es cómo cautivan.

Por cierto, su actual gata cautivó a su esposa. Ella no quería tener gatos porque es alérgica, pero gracias a la insistencia de su hija adoptaron a Mili. A Mili hubo que hospitalizarla y rea-lizarle diversos exámenes; ahora es grande y sana, sin embargo, se esconde cada vez que aparece un extraño pues piensa que puede ser el veterinario. Mili es un miembro más de la familia y también la llaman Milagros. Y en efecto es milagrosa, porque según dice Daniel “Ahora duerme en la cabeza de mi esposa y ya no le causa alergias”.

Daniel Muñoz llegó a Santiago des-de San Fernando en los años ochenta para estudiar teatro. Sus primeros años fueron difíciles. Alojaba en una pensión regentada por una mujer “tremebunda que lloraba sentimientos” cuando algún arrendatario quería marcharse.

“Cada experienciaes alucinante”

Entrevista a Daniel MuñozPor Juan Calamares

“En aquel entonces trabajaba en la compañía de Los cariñositos de Village. Con ellos recorrimos muchos lugares de Chile, inter-pretando diversas obras. Fue una experiencia enriquecedora”.

Con Los cariñositos, Daniel Muñoz compartió escena con acto-res que hoy en día son destacados exponentes del teatro y la televi-sión: Magdalena Max neef, Luis Dubó, Jaime Lorca, Laura Pizarro, Juan Carlos Zagal, entre otros. Fue durante ese período que Daniel au-dicionó para interpretar al recor-dado El Efe, en Sábados Gigantes, donde trabajó con actores como Ana González, Tennyson Ferrada y Ramón Núñez. “Fue como arro-jarse al río a ciegas”, dice. Sobre su experiencia en Sábados Gigantes nos dice:

“Todo era revisado y muy edul-curado, muy light. Había que tener

cuidado. Era impensable decir un garabato. Si se mantenía un am-biente cordial era porque todos estábamos juntos para un tema común que era entretener. Hubo programas donde se intentó pasar un mensaje, pero esos programas simplemente no iban, se censura-ban o se despedía al responsable. Uno entendía las reglas del juego.

P: ¿Vislumbrabas en esa época el tipo de actor que querías ser?.

D. Solo quería actuar. Sabía que tenía ciertas aptitudes, quería independizarme, tener una ca-rrera, sin mayores ambiciones.

Durante los ochenta y noventa, Daniel continúa participando en televisión. A Sábados Gigantes se suma el Jappening con ja y roles emblemáticos como El malo, El Carmelo, El Shanta y toda una galería de personajes entrañables.

P: ¿Siempre te gustó la comedia?D: Siempre me gustó imitar y

sin querer armé una batería de recursos. Mis herramientas vocales y físicas las tenía bien entrenadas. La comedia es algo que me es innato, pues lograba el efecto deseado sin mucho problema. Aproveché eso bas-tante bien.

En su infancia quiso ser titi-ritero, pero lo que más llama la atención es su temprano deseo de ser cura. Recuerda que un tío cura llegaba a su casa a hacer misa. Recuerda su ropa, sus libros, la ceremonia. Aquello fue una ex-periencia que seguro quedó en su memoria y lo impulsó a desarrollar su pasión, pues Daniel dice que “quería ser cura, pero en el fondo estaba caracterizando”.

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P: La mayoría de tus personajes tienen una raíz po-pular. ¿A qué lo atribuyes?

D: Me siento más a gusto en un estrato medio bajo, pues provengo de ese mundo y siento que ahí tengo más autoridad para expresarme. Desde los personajes caricaturescos hasta los más serios.

Durante la primera década del 2.000 Daniel ya ha hecho cine, tiene una larga trayectoria teatral y es un actor más que querido por el gran público, pero segun él, su consolidación llega con Los 80.

P: ¿Cómo es llevar toda la energía de la comedia y del teatro a un personaje tan introvertido como Juan Herrera?

D: La experiencia te permite llegar a ese nivel de control. Aunque es algo que venía desarrollando y experimentando. Uno se da cuenta que mientras menos muestre más proyecta, lo que es una regla básica de la actuación. Cuando uno es joven hace más “teatro en cámara”, sobre todo en la comedia, que es un trabajo que requiere mayor histrionismo. Creo que en Los 80 llegué a una madurez que funcionó.

A su juicio es mucho más fácil que un actor de comedia se desenvuelva en el drama, que a la inversa. Así lo demuestra su extenso recorrido cinematográ-fico. Historias de fútbol, El desquite, El Chacotero Sentimental. Taxi para Tres, entre otras.

P: Taxi para tres fue una de las películas más taquille-ras del cine chileno en su momento. ¿A qué crees que se deba su éxito?

D: Estábamos apasionados con el proyecto y que-ríamos hacerlo bien. Fue una película muy in-novadora pues no era cine político, sino político social. Eso provocó un poco su éxito, además del trabajo del elenco que estaba estupendo. Fue una experiencia alucinante, pues fue la primer a vez que viajé gracias a mi trabajo en el cine. Ganamos La concha de oro en el Festival de Cine de San Sebastián y fue inolvidable ver como los extran-jeros reaccionaban a una película chilena. Aunque hubo un poco de discordia con cierto sector de crítica española, porque no entendían muy bien el lenguaje. Había incluso un dicho que decía “se entiende menos que tres chilenos en un taxi”. Taxi para tres fue un estímulo para otras películas chilenas porque no era un trabajo común.

P: ¿Y cómo fue trabajar en las poblaciones?

D: Había que cuidar los equipos porque era un riesgo grabar en lugares peligrosos. Pero nos sentíamos un poco protegidos. Es que estábamos muy con-centrados y dedicados al proyecto.

A Taxi para tres le sigue Un regalo para el alma, Azul

y Blanco, Radio Corazón y las no estrenadas Sentados

frente al fuego y El Cordero. Es en el año 2014 que Miguel Littín lo convoca para interpretar a Allende en su película Allende en su laberinto.

P: ¿Cómo te preparaste para interpretar a Allende?D: Hubo que inventar mucho, imaginar mucho. Pues

solo se conoce al hombre del discurso. Faltaba la imagen coloquial, el esposo, el amigo, el Don Juan. ¿Cómo hablaba ese Allende? Hay poco material. Su timbre de voz natural es diferente al del discurso. Hay mucho que descubrir. Lo que Littín quería plantear era eso, su opinión, sus reflexiones, su la-berinto. Con más tiempo se hubiera profundizado más en sus reflexiones. Personalmente lo habría preferido. No se pudo hacer más por presupuesto.

Durante todo un mes se fue a rodar a Venezuela con su familia porque en Chile no se pudo filmar más que algunas tomas en La Moneda. En el país de Chávez las puertas estaban abiertas, pero fue un proceso difícil. Había constante ajetreo, actos ceremoniales y ruido de aviones. La mayoría de los actores eran venezolanos por lo que hubo que do-blarlos. Había pocos recursos para efectos especiales y muchos imponderables.

P: ¿A qué atribuyes la poca repercusión mediática de la película?

D: Le faltó rigurosidad, lo que la transformó en una película menor. Tiene errores técnicos que conspiran contra ella. El público es muy exigente y se da cuenta de las falencias. Independiente de eso, la película tuvo su peack y la gente que debía verla la vio. Pero no traspasó barreras. Tuvo más efecto en Nexflix que en los cines.

En cuanto al teatro, Daniel Muñoz destaca su experiencia en Filoctetes, adaptación de la tragedia griega de Sófocles donde el coro era representado por exponentes de la cueca brava. Reconoce que sus maestros en las tablas son Willy Sembler y Andrés Pérez, con quien vivió una de sus mejores experien-cias teatrales trabajando en la obra El desquite.

“Andrés defendía la tesis de la evidencia, el trabajo teatral inmediato donde todos los actores realizan

todos los personajes y todos son el público. Se improvisa, se juega, se lee entre líneas hasta que la obra se muestra tal como es. El escenario muestra lo que es porque debe ser. El guión era un pretexto. Se podía improvisar media hora a partir de una sola frase. A Andrés le importaba poco el guión. Él daba indicaciones a medida que uno actuaba. No distraía, era una voz que orientaba. Fue un trabajo maravilloso de creación, a full. Andrés te impulsaba a jugar porque la esencia del teatro es el juego.

Luego de su actuación en el Festival de Viña del Mar con su personaje El Carmelo, Daniel Muñoz visita un bar de puerto en Valparaíso. Ahí descubre la fiesta popular, donde se mezcla la cueca con la milonga y el tango con el foxtrot chileno. Es en-tonces que forma el grupo de cuecas bravas Tres

por siete veintiuna, con quienes obtiene importantes reconocimientos.

P: ¿Tu incursión en la cueca fue bien recibida en un principio?

D: En principio recibí comentarios escépticos y tuve que demostrar que lo que hacía no era una moda, sino que era algo que realmente me gustaba. Fui perseverante, estudioso, me preocupé de quedar conforme con este nuevo trabajo. El público acepta lo que hago porque me preparo bien.

Son cinco años en los cuales graban cuatro discos. La agrupación recorre Chile, presentándose en diversos festivales y en el año 2.010 reciben la consolidación crí-tica con el premio Altazor a «mejor álbum de música tra-dicional o de raíz folclórica».

P: Hoy tocas con Los Marujos junto a importantes músi-cos. ¿Cómo fue el paso de la cueca a la música latinoamericana?

D: Es producto de la evolución que todo tiene. Partimos con las cuecas pero poco a poco llegan otros músicos que empiezan a complementar, que quieren decir algo y, como es un trabajo colectivo, aparece la música latinoamericana, la fiesta popular. El talento del grupo es grande.

Hay músicos maestros que obviamente hay que aprovechar.

P: Hay un integrante de Inti illimani. D: Sí, Efrén Viera.

Suena el celular de Daniel y, justamente, es Efrén Viera, con quien ha quedado de juntarse para en-sayar. Daniel se prepara para salir e intentamos que Mili, la tímida gata de casa que desconfía de los extraños por miedo a que sean veterinarios, salga a tomarse unas fotos. Mientras la esperamos, Daniel repasa los mejores momentos de su carrera. Ha tenido la fortuna de participar en proyectos en los que ha querido estar. Los 80, donde vivió 7 años maravillosos y conoció a su esposa; Filoctetes, donde estuvo presente la cueca brava; conocer a Andrés Perez; los viajes con la compañía de teatro a Francia y España haciendo teatro; la música, la fiesta costumbrista, cruzar el canal para cantarle cueca a los chilotes. Para Daniel, cada proyecto tiene momentos alucinantes. “Cada experiencia es alucinante”.

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Entrevista

Gatos y artistas, gatos y actores. Aquella combi-nación siempre ha dado frutos inspiradores como lo demuestra la decoración del departamento de Bélgica y Alejandro. Grabados, figuras de porcelana, cuadros y fotografías de gatos se mezclan con los libros de arte, historia del vestuario e historia del teatro. El robusto gato anaranjado de la pareja se pasea por la sala y nos observa desde el suelo.

Alejandro: Se llama Aliosha, que quiere decir Alejandrito. Es el diminutivo de Alexei, uno de los hermanos Karamazov. Es un alivio tenerlo, pero nos reta. Si estamos fuera o tenemos un estreno él nos espera y cuando llegamos nos dice:

“¿cómo es posible que salgan? ¿Para qué tienen un gato si no van a estar en la casa?”.

En aquel departamento se filmó la película Gatos

viejos de Sebastián Silva y Pedro Peirano con la participación de Claudia Celedón, Alejandro Goic, entre otros. Fue una experiencia muy agradable pero los dueños de casa tenían que levantarse muy temprano a recibir al equipo de filmación. De todos modos el madrugar valió la pena porque Gatos viejos pronto pasó a integrar las listas de las más valoradas películas del cine chileno.

A propósito de Gatos viejos, Alejandro nos enseña la entrevista a Aliosha, publicada por un

suplemento del diario La segunda: “Entrevista a Aliosha Karamazov” cuyo titular pone: “No soy el gato de Gatos viejos” Cuestión que Aliosha está aburrido de explicar una y otra vez.

Alejandro: “Fue Kliban fue el que salió en Gatos viejos. Su nombre viene de un dibujante armenio cuyos calendarios se vendían en Nueva York. Los que más se vendían eran los de gatos”.

Kliban compartió casa con su hermana Tamar y estaba enamorado de ella. De ahí el nombre bíblico de la gatita. Tamar es la hija del rey David y su her-mano, al igual que Kliban, se sentía profundamente atraído hacia ella. La madre de estos gatos había parido cerca del departamento y el mayordomo la amarró con un alambre para que no se alejara. Según Alejando, dentro de su brutalidad, el mayor-domo actuaba con buena intención, ya que quería asegurarse que la gata los amamantara.

Un día Kliban se cayó del tecer piso. Cuando lo fueron a buscar lo encontraron con la cadera quebrada. Aquello parecía una tragedia griega. Los actores lloraban a gritos y Alberto Fuguet (Sobredosis, Mala onda, Tinta Roja), que ese día estaba en el departamento, recuerda la escena como una de las más terribles que ha visto en su vida.

“El gato es un espejo de uno, uno es un gato.”

Entrevista a Bélgica Castro y Alejandro Sieveking.Por Juan Calamares

Alejandro y Bélgica siempre han tenido gatos. Todos ellos han tenido nombre históricos, literarios o de estre-llas de cine. Tamar, Bette Davis, Aliosha Karamazov, suman una larga genealogía de gatos que incluso han dado entrevistas e inspirado la creación de una novela.

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Como sea Kliban se recuperó perfectamente, tanto así que saltó a la fama. De todos modos Tamar y Kliban murieron jóvenes.

Alejandro: Pero hemos tenido gatos muy longevos. El Curro Cadena vivió 21 años.

Recuerdan con especial cariño a Kitty Warren. Una hermosa gata cuyo rostro ilustra la portada la novela de Alejandro, La señorita Kitty, aparecida en los años noventas, en la colección de editorial Planeta, La biblioteca del sur. Alejandro prestó su voz para que Kitty nos narrara su historia, pues según nos dice:

“El gato es el espejo de uno, uno es un gato”Sufrieron mucho cuando Kitty Warren enfermó

y cuando no hubo más remedio decidieron sacri-ficarla. Eso es lo que Alejandro esperaría que se hiciera con las personas cuando ya no hay marcha atrás. Considera que es curioso que la gente se oponga a la eutanasia y que, al mismo tiempo, se opongan a la medicina del estado. “Si no tienes plata, te matan”, afirma.

A los 20 años, Bélgica se fue a Temuco a estudiar pedagogía, pero rápidamente derivó al teatro. Su padre, fue un emigrante español anarquista a quien

le debe su nombre. Se lo puso en honor al país, que consideraba que había tenido una honorable participación en la guerra. “Mi padre fue un hombre muy estricto”, dice.

Bélgica mira atentamente a Alejandro cuando habla. Él le completa las frases pues se conocen desde hace más de cincuenta años y ya sabe sus respuestas. Bélgica pide un cigarrillo a Alejandro. Ha fumado por décadas, pero su voz no se ha visto afectada para nada.

Alejandro: Uno fuma porque esta es una profesión tormentosa. Uno se angustia. A veces todos te recuerdan, te llaman para trabajar, te invitan a estrenos pero otras veces nadie se acuerda de ti.

Bélgica y Alejandro han trabajado con ilustres figuras del cine y el teatro chileno. En 1973 Bélgica interpretó a la abuela de Palomita Blanca de Raúl Ruiz. Cinco años antes el mismo director había adaptado para el cine la obra de Alejandro, Tres

tristes tigres.

P: ¿Cómo fue su experiencia en la película?A: No me quedé a la filmación, entre otras cosas,

porque estaba invitado a Estados unidos con La

remolienda, acompañado de Víctor Jara. Entre una u otra cosa decidí ir a Estados unidos, pues sabía que Raúl Ruiz me haría poco caso. Él modificó mi obra, hizo una cosa bien rara, le cambió el centro a la obra. Pero quedó bien.

Quedó tan bien que, de hecho, es uno de los clásicos más importantes del cine chileno. Es una película muy crítica que refleja la sociedad de la época, el clasismo, el abuso y el sentido de rebelión.

Alejandro proviene de una importante genera-ción de actores. Jaime Vadel, Tomas Vidiella, Víctor Jara, todos ellos fueron sus compañeros de curso.

Alejandro: Fue Víctor quien dirigió mi primera obra, Parecido a la felicidad. Luego dirigió Ánimas del día

claro, La remolienda. Fue una colaboración muy estrecha, también escribí letras para su disco La

población, del año 71.

Bélgica se ve muy afectada al recordar a Víctor Jara, pues nos dice que era una persona maravillosa. Después de lo que pasó nunca se repuso del todo.

Cuando ocurrió lo de Víctor Jara, Bélgica y Alejandro se encontraban de gira por Costa Rica, presentando una obra de cierto contenido político, razón por la que la Junta militar los nominó como los pilares del partido comunista. Lo cual era una absoluta mentira.

Alejandro: De hecho, cuando Víctor fue apresado se encontraba dirigiendo una de mis obras.

Se quedaron diez años en Costa Rica pues el ministro de cultura de ese país les dio un préstamo para que administraran un teatro. Allí, el teatro era en cierto modo aficionado; si algún actor tenía algún inconveniente simplemente no iba a la función, no tenían el rigor de los actores chilenos.

En Costa Rica tenían que buscar cómo subsistir. Lo hacían todo, Alejando dirigía, traducía, actuaba. Incluso realizó vestuario de ballet, pese a que no era diseñador.

“Con la mesada que nos daban”, bromea, “nos alcanzaba para pagar la tercera parte de un libro”.

Bélgica recuerda que durante la llegada a Costa rica debían dormir en el suelo del teatro, que no era otra cosa que una lavandería remodelada. No tenían nada; sin embargo, lo pasaban bien. Se mataban

trabajando pero, como dice Alejandro: “Cuando uno trabaja en lo que le gusta aquello deja de ser trabajo”.

En el año 83 regresan a a Chile y todo el mundo espera que Alejandro llegue con una nueva obra. Alejandro aparece con La Comadre Lola. La obra, que nos presenta la historia de la dueña de una quinta de recreo que busca salir a flote, se estrenó con gran éxito en el teatro El Conventillo con Willy Sembler y María Izquierdo, entre otros.

“La gente piensa que soy un autor folclórico pero eso no es así. Por ejemplo, La remolienda se ha presentado en Argentina, en Estados unidos y pronto se estrenará en Suecia. Lo que pasa es que me gusta usar ambientes reconocibles para los chilenos como las casas de campo abandonadas que son una imagen muy fuerte”.

Bélgica siempre ha sido muy crítica con el teatro comercial y por esta razón ha rechazado muchos papeles. Para ella el teatro debe “mejorar al público, cambiarlo”. A este respecto, Alejandro agrega:

“Las teleseries tienen elementos irritantes. Los actores son los más perjudicados y la historia también. Cada vez que falla una luz o aparece una ampolleta en cámara la escena se corta. Pero si el actor se equivoca debe seguir. Nadie se preocupa del actor. Así se van perdiendo talentos, pues ade-más, el ambiente es muy competitivo. Hay bloques generacionales que desaparecen completamente. Se acaban carreras. Se despilfarra el talento”.

Pero a Alejandro le gusta rescatar ese talento y es por eso que siempre trabaja con gente joven. Asegura que se aprende más de ellos que lo que se enseña y es por eso que hoy en día trabaja en el montaje El locutorio, de Jorge Díaz, bajo la dirección del joven realizador Cristián Plana.

“Es una obra con un cariz de suspenso que trata la relación de pareja. Son dos personajes encerrados y cada uno cree que el otro es el que está loco. Es un tema de suspenso psicológico donde las perso-nalidades diferentes se complementan”

También participó, junto a Jaime Azócar y otros destacados actores, en el corto No hay muerto malo, donde interpreta a un hombre que accidentalmente mata al perro de su odiado vecino. La cinta dirigida por Emilio Díaz Pascual, ha sido toda una revelación llegando a estrenarse en el Festival Biarritz, 2016.

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Reportaje

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P: Alejandro, ¿ve en alguno de los nuevos cineasta chilenos la chispa de genialidad de Raúl Ruiz?

A: Yo creo que Marcela Said será un descubrimiento. Con ella trabajé en Los perros, que ganó la Beca Toulouse. Me gustó ese trabajo porque fue la primera vez que me creí en pantalla. Es que uno no está hecho para verse. Uno ve sus películas una o dos veces, no más.

P: En El Club (Pablo Larraín, 2015) usted personifica a un personaje muy oscuro, cuyo secreto nunca conocemos. ¿Conocía usted ese secreto?

A: No, no lo conocía. Es que en el cine es muy fácil. Uno no necesita el texto completo y se guía por lo que dice el director, que sigue grabando hasta quedar conforme con la escena. No es como en el teatro, donde uno tiene que defender una posición y saber de dónde viene el personaje. En el teatro hay un tiempo largo de memorización de un texto. Hay mucho más diálogo con el director. El actor tiene mucha más importancia y se llega a un acuerdo final. Es un trabajo grupal. En cine es el director quien mueve los hilos: es un arte de director.

Su último proyecto en cine es El invierno del argentino Emiliano Torres. Una historia oscura que nos cuenta cómo la vida de un viejo capataz de una estancia en la pampa argentina se ve perturbada con la llegada de uno más joven.

“Hoy en día es normal que nos actores chilenos trabajen en Argentina. Siempre hemos tenido un feeling parecido. Yo quería decir cabasho, pero no me dejaron”, bromea.

La película ha cosechado varios premios, entre ellos Mejor Ópera Prima del 38vo. Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Premio Especial del Jurado en San Sebastián y el premio a la mejor actuación masculina en el festival de Biarritz, para Alejandro.

“La película tiene seis premios internacionales y ningún distribuidor chileno se atreve a traerla. El problema es que es argentina y si no sale Darín

piensan que no recuperarán la plata. Es frustrante. Yo estaba un poco enojado con los periodistas, porque todos sabían del éxito de la película y nadie lo ponía”.

Alejandro asegura que hacer cine en Chile es difícil, pero se alegra que cada vez se hagan más películas. “Hay festivales en todas partes, y eso significa un gran esfuerzo para la comunidad. Es importante”.

Entre gatos, libros, piezas de artes recolectadas alrededor del mundo fotografías y una, como dice Alejandro, inverosímil vista del cerro Santa Lucía, Bélgica y Alejandro continúan renovando el teatro y el cine chileno.

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CuentoLiteratura

Chibi, su libro y el amor sin condicionesPor Marietta Santi Montalva. Periodista. Crítica de Teatro y Danza. Miembro del Círculo de Críticos de Arte áreas teatro y danza.

Marcellus limpió su frente y soltó un largo suspiro. La campaña había sido cansadora, él y sus hombres habían seguido a Marco Antonio desde su cuartel en Sicilia, luego en tesalónica y ahora en el Nilo. Lo que le cansaba no eran las batallas, que eran mucho menos que en otras campañas, como la africana el invierno pasado. Lo que le agotaba era el estar, el permanecer, el llamarse invasor.

A pesar de que algunos de sus superiores habían comen-zado su merecido saqueo, la población seguía viéndolos con cierto nivel de tolerancia. Quizás porque Octavio ordenó que se respetaran a egipcios, árabes y judíos, pero que fuesen especialmente duros con los focos de resistencia griegos. ¿Pero como pedirle a los hombres de la Xª que tuviesen esas distinciones?

A juicio del oficial, lo mejor era alejarlos de Alejandría, de manera que el avezado centurión los dirigió al gran emporio de Náucratis.

Algunos jóvenes delirantes, intoxicados con las leyendas del gran Alejandro Magno o las del orgulloso Ptolomeo Soter, se levantaban en armas. Gritaban insultos en griego. Soñadores extemporáneos, los mismos legionarios de origen ateniense se reían de ellos. Casi no fue necesario derramar sangre, pero humillarlos y hacerles saber que Egipto volvía a los egipcios, era primordial. De otra manera no habría lealtad a Roma.

No muy lejos del Delta mismo, se le reportó la presencia de una villa que no había permitido el acceso y registro de sus propiedades. Pertenecía a un conocido especulador local llamado Nuncio, que a todas luces mantenía buena relación con la republica, por lo que la negativa resultaba particularmente extraña.

Pidió a seis reclutas jóvenes que lo acompañasen, cruzó el portal. La puerta estaba cerrada, así que ordenó que se usase un pequeño Aries para abrirla. Nadie salió a su detención. Salvo por una media docena de felino coquetos, que se acariciaron a los pies de los legionarios.

—Busquen bodegas y pasadizos o cualquier ilícito —dijo Marcellus.

Subió una escalera de acabado jónico, hasta llegar a la única habitación del segundo piso. Una dama de facciones que revelaban una pertenencia directa con los Mahas de Nubia, su piel era morena, pero sus ojos le parecieron preternaturales, áureos.

—Busco Nuncio—dijo Marcellus entornando la vista.

La mujer se acomodó entre las telas de su cama, revelando una femineidad exuberante y feroz. Ella le ordenó ponerse a su lado, él negó con la cabeza.

—Eres un soldado solitario—dijo ella con certeza—, puedo leer eso, cualquiera podría. La muerte le hace eso a los hombres, te propongo un trato, llévanos a tu tierra, y le daremos calor a tu corazón.

Ella abrazó al rígido legionario, sintió manos tibias como podría serlo el centro mismo de una pira. Fue tomado, él no guiaba, él no desidia. El nombre de ella era Ubaste, aunque lo griegos le decía Ailuros y los egipcios Bast. No importaban los nombres. Era una esclava de casa, no podía dejar la propiedad a menos que alguien comprase el sello de su libertad.

Marcellus se durmió unos minutos después de haber amado a aquella tiranizada nubiana. Ella no estaba por ningún lado, se armó y bajó en busca de sus hombres. No los encontró, solamente se detuvo al ver a Nuncio.

—No me la robarás—dijo el mercader fenicio sosteniendo una hoja curvada.

Él no estaba seguro de estar escuchando bien. —No la venderé—siguió el hombre—, tendrás que ma-

tármela. Y sí me la quitas, serás su sumiso juguete también. ¿Quieres eso?

Marcellus pensó un momento para entender que pasaba, pero fue interrumpido por un Pilum que voló hasta el dueño de casa. Este se dejó caer y miró a los jóvenes que entraban en escena. Solamente ahí se dio permiso para morir.

Cayo Sexto, su lugarteniente, dijo que él hombre se había vuelto loco y había tomado la vida de dos esclavos y un sirviente libre. Le centurión buscó a la mujer, pero no la encontró. Se conformó con tomar una pequeña estatuilla con forma de gato.

El resto de la campaña sería tranquila, hasta que Octavio decidió volver. Con él también lo hicieron un centenar de felinos. Se dijo que era para contrarrestar las plagas, pero él sabía que era otra cosa.

En junio dejó la legión y aceptó un trabajo civil. Desde su ventana vio a un par de desaliñados felinos que combatían. Se acostó y cerró los ojos, algo se infló en su cama, sintió el roce y en la noche brillaron aquellos ojos antiguos y brillantes.

—Gracias—dijo ella usando una voz minúscula. Él la miró. Quiso decirle que la dejaba ir, que no sería

su esclavo. Pero guardó silencio.

Per-BastetPor José Luis Flores Letelier (Santiago, 1975). Escritor, ex Editor y guionista de Mitos y leyendas. Ha publicado las novelas Las Bestias, La Delirante Compañía de los Sueños, El Mago del Desierto, entre otras.

Yo lo sabía, pero no habría podido expresarlo en palabras. Me lo enseñaron mi gato Jack y mi perro Oliver: el amor hacia un ser animal te hace mejor persona, porque te prepara para amar a otros sin egoísmos, sin el ansia de poseer al sujeto amado como si se tratara de un reloj, una joya o cualquier objeto.

Takashi Hiraide consigue desarrollar esa idea, y otras muchas, en su libro “El Gato que Venía del Cielo”, joyita narrativa de solo 160 páginas, escrita con una prosa que roza muchas veces la poesía, con esa delicadeza y bello uso de la gramática que solo tienen los autores japoneses.

Los protagonistas son un matrimonio que llega a vivir a un pabellón –especie de estudio en el jardín de una casa grande en Tokio–, y Chibi (pequeño en japonés), el gatito que adopta el niño vecino. Chibi vive en la casa de al lado, pero poco a poco conquista espacio en el pabellón y, con elegancia y misterio felinos, consigue que el matrimonio le ponga una cama y un plato con su comida favorito.

Chibi va y viene. A veces usa un collar rojo y otros uno malva. Pone su rostro contra el vidrio de la ventana, con la que choca en alguna ocasión, lo que hace que la pareja le abra una puerta. Sin palabras, el delicado gato blanco con manchas gri-ses–marrones va ganado terreno en el pensamiento y en el corazón de sus amigos.

Ni siquiera llegaron a imaginarlo y ya Chibi ocu-paba sus conversaciones cotidianas. Lo esperaban. E incluso pensaron en robarlo y huir. Pero Chibi entra y sale sin prisa. Su familia ignora que vive parte de su vida con la pareja del pabellón, y ésta no sabe qué hace Chibi el tiempo que no está con ellos. Lo único claro es que la felicidad que surge

de la conexión indescriptible con otro ser llega tras los pasos del gato.

En ambos lados surgen celos, cuestionamientos. El trasfondo es claro y va más allá, mucho más allá, de la maravillosa relación que los seres humanos po-demos estableces con los seres animales. ¿Es nuestro lo que amamos?, es la pregunta fundamental. ¿Es mío mi gato, mi perro, mi pareja? ¿O el pronombre posesivo es solo una forma de decir? La respuesta está en las páginas del libro de Hiraide y en las idas y venidas de Chibi, este ser misterioso y esencial, como todos los de cuatro patas, que se permite amar y ser amado por dos familias muy distintas.

¿Eso es malo? No, sin duda no lo es. Pero eviden-temente complica a los personajes, y mucho. Basta con leer la reacción de la dueña de Chibi al enterarse de que su gato pasaba tiempo, ese que no compartía con ella, con los vecinos. Afortunadamente, el ma-trimonio que se enamoró de Chibi supo procesar su experiencia para, al final del camino, abrir su corazón y dejarse tocar por otros seres de cuatro patas, que le ofrecieron tibieza, inocencia y lealtad.

Para ellos Chibi no fue el final, sino el comienzo de la inenarrable aventura de conectarse con los seres animales.

El comienzo de amar sin poseer, de amar solo por dar, de amar solo por la gracia que toca al que ama. Y en esta forma de amor, lejos del consumo, la competencia y el exitismo, los seres animales son verdaderos maestros.

“El Gato que Venía del Cielo” de Talashi Hiraide es un libro mágico, que a través de la historia de un gatito y su relación con los humanos nos habla de la maravilla del amar sin poseer.

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Fotorreportaje

Adoptante: Alicia Luz RodríguezOrganización a cargo: Fundación Adopta

Alicia Luz Rodríguez (1992) es actriz. Su carrera se inició, de manera autodidacta, en su adolescencia y ha transitado entre el cine, la televisión y también el teatro y performance.

De los hitos mas importantes de su carrera son las películas Navidad, de Sebastián Lelio, Joven y

Alocada, de Marialy Rivas, que le dio el premio a mejor actriz en el Festival de cine de Huelva el año 2012. Actualmente colabora en la compañía Nerven & Zellen, que traduce la música a lengua de señas para la comunidad sorda.

“Desde chica me han gustado los gatos. Tuvimos con mi mamá varios durante mi infancia. Siempre fue natural para mi compartir con ellos. Hace dos años, decidí adoptar a Serena. La encontré en la Fundación Adopta. Nuestro tiempo solas fue muy rico, pero notaba que lo pasaba mal cuando yo me iba, así que tomé una segunda decisión gatuna seis meses después. Fui nuevamente a una jornada de adopción de la misma fundación y me enamoré de Liniers. Era un pompón blanco enano muy delicioso. Ahora le llamamos Coneja, tiene más sentido. Actualmente vivimos con otra gatita que también es de la Fundación y es de mi compañera de casa, así que tengo una casa que un gira un poco en torno a las “niñitas”, como les decimos, y aunque es intenso, es muy rico tenerlas, es una compañía y entrega de amor muy pura.”

Serena y Liniers

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6 meses /16 kg / Será mediano /Esterilizado / Vacunado / Con Chip

Rescatado de Rodelillo Quinta región, nos demoramos mucho en conquistarlo, vivía en la carretera en unos matorrales escondido como un fantasma, ahora esta recuperado, se lleva bien con todos, es extra regalon.

5 meses / Esterilizado

Ghost

Quentin

Nacha

Juana

Lucy

Julieta

Gaspar

Jesusa

6 meses /12 kg / Será mediana / Esterilizada / Vacunada/ Con chip

Resctada del parque Inés de Suárez, Providencia, Santiago, en malas condiciones, ya está recu-

perada, es muy juguetona y alegre.

5 meses / Esterilizada

6 años / 20 kg / Mediana /Esterilizada / Vacunada / Con Chip

Rescatada del Cerro Santa Lucía en Santiago, su compañero de vida Capitán murio a causa del maltrato de un guardia y ella dejo de comer de pena, la rescatamos y ahora busca una familia que la rgalonee y cuide para siempre, es tranquila y muy cariñosa.

2 años / Esterilizada

1,5 años / Esterilizada

3 años / Esterilizado

AdopcionesPara adopciones escribir a [email protected]

Reportaje

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