¿pueblos indígenas s. a. la cultura como política y ... · pdf...

43
Revista Colombiana Revista Colombiana Revista Colombiana Revista Colombiana Revista Colombiana de Antropología de Antropología de Antropología de Antropología de Antropología Volumen 42, enero-diciembre 2006, pp. 179-221 ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A.? La cultura como política y propiedad en la bioprospección farmacéutica SHANE GREENE UNIVERSIDAD DE I NDIANA, BLOOMINGTON Resumen E L DEBATE RECIENTE SOBRE LAS RECLAMACIONES INDÍGENAS ACERCA DE LA PROPIEDAD intelectual y cultural revela una serie de estrategias de movilización indí- gena que, simultáneamente, toman de y se mueven en contra de la lógica del mercado. A este respecto, son muy importantes varias estrategias indígenas usadas en las actividades de bioprospección actuales. Este artículo presenta datos de campo sobre un controvertido proyecto etnofarmacéutico entre los aguaruna peruanos, y un análisis comparativo sobre los resultados, prestan- do atención a varios casos en y por fuera de Sudamérica. Plantea preguntas sobre las formas de legitimar la autoridad dentro del creciente movimiento indígena, el papel de las ONG, los investigadores, las burocracias y las corpo- raciones en este proceso, y los dilemas que surgen de la politización y priva- tización de la cultura e identidad indígenas. PALABRAS CLAVE: indígenas aguaruna, movimiento indígena, propiedad inte- lectual, farmacéuticas, mercado, bioprospección. Abstract T HE ONGOING DEBATE OVER INDIGENOUS CLAIMS TO INTELLECTUAL AND CULTURAL PROPERTY reveals a series of indigenous strategies of mobilization that both appro- priate from and work against the logic of the market. Of particular signifi- cance in this regard are the various indigenous strategies used in contemporary pharmaceutical bioprospecting activities. This article pre- sents field data on a controversial ethnopharmaceutical project among the Aguaruna of Peru’s high forest and offers a comparative analysis of the outcomes with attention to several other cases in and beyond South Ame- rica. In particular, questions are raised about the forms of legitimating authority in the burgeoning international indigenous movement, the role of NGOs, researchers, bureaucracies, and corporations in this process, and the dilemmas that emerge from the politicization and privatization of indigenous culture and identity. KEY WORDS: Aguaruna, indigenous movements, intellectual property, phar- maceuticals, markets, bioprospecting.

Upload: vuongkhue

Post on 06-Feb-2018

220 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

R e v i s t a C o l o m b i a n aR e v i s t a C o l o m b i a n aR e v i s t a C o l o m b i a n aR e v i s t a C o l o m b i a n aR e v i s t a C o l o m b i a n a d e A n t r o p o l o g í a d e A n t r o p o l o g í a d e A n t r o p o l o g í a d e A n t r o p o l o g í a d e A n t r o p o l o g í a

Volumen 42, enero-diciembre 2006, pp. 179-221

¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A.? La cultura como política y propiedad

en la bioprospección farmacéutica

SHANE GREENE

UNIVERSIDAD DE INDIANA, BLOOMINGTON

Resumen

E L DEBATE RECIENTE SOBRE LAS RECLAMACIONES INDÍGENAS ACERCA DE LA PROPIEDAD

intelectual y cultural revela una serie de estrategias de movilización indí-gena que, simultáneamente, toman de y se mueven en contra de la lógica delmercado. A este respecto, son muy importantes varias estrategias indígenasusadas en las actividades de bioprospección actuales. Este artículo presentadatos de campo sobre un controvertido proyecto etnofarmacéutico entre losaguaruna peruanos, y un análisis comparativo sobre los resultados, prestan-do atención a varios casos en y por fuera de Sudamérica. Plantea preguntassobre las formas de legitimar la autoridad dentro del creciente movimientoindígena, el papel de las ONG, los investigadores, las burocracias y las corpo-raciones en este proceso, y los dilemas que surgen de la politización y priva-tización de la cultura e identidad indígenas.

PALABRAS CLAVE: indígenas aguaruna, movimiento indígena, propiedad inte-lectual, farmacéuticas, mercado, bioprospección.

Abstract

T HE ONGOING DEBATE OVER INDIGENOUS CLAIMS TO INTELLECTUAL AND CULTURAL PROPERTY

reveals a series of indigenous strategies of mobilization that both appro-priate from and work against the logic of the market. Of particular signifi-cance in this regard are the various indigenous strategies used incontemporary pharmaceutical bioprospecting activities. This article pre-sents field data on a controversial ethnopharmaceutical project amongthe Aguaruna of Peru’s high forest and offers a comparative analysis of theoutcomes with attention to several other cases in and beyond South Ame-rica. In particular, questions are raised about the forms of legitimatingauthority in the burgeoning international indigenous movement, the roleof NGOs, researchers, bureaucracies, and corporations in this process, andthe dilemmas that emerge from the politicization and privatization ofindigenous culture and identity.

KEY WORDS: Aguaruna, indigenous movements, intellectual property, phar-maceuticals, markets, bioprospecting.

Page 2: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

180

L A VIEJA TRADICIÓN EUROAMERICANA QUE IMAGINA POR SIEMPRE A LOS

pueblos indígenas al borde del colapso cultural y la destruc-ción demográfica, bien sea en las ideologías coloniales del

proceso civilizatorio, la literatura antropológica sobre la acultu-ración o las políticas de desarrollo que prometen el triunfo in-evitable de la modernización sobre la tradición, ha probado sermuy engañosa. Los sujetos nativos de la expansión imperialeuropea, las comunidades étnicas y tribales que aún subsistenen los estados-nación modernos, y los “obstáculos” al desarro-llo capitalista cargados de tradición, han demostrado ser ellosmismos actores de proporciones históricas. Ser indígena en nues-tra era es mucho más que una cuestión de supervivencia cultu-ral o el producto discursivo de la imaginación colonial o moderna:para una serie de poblaciones en todo el mundo, es una posi-ción subjetiva históricamente válida, acompañada de una estra-tegia consciente de acción política, cultural e histórica efectiva,aun cuando todavía muy debatida*.

En las últimas décadas, uno de los fenómenos más notablesal respecto han sido los esfuerzos cada vez más visibles de los

pueblos indígenas de distin-tas regiones del mundo paraformalizar sus propias for-mas de lucha y representa-ción política, local, nacionaly globalmente (véanse,Albó, 1991; Ballón Aguirre,1988; Brown, 1993; Brysk,2000; Chirif, García y Smi-th, 1991; Ewen, 1994; Fried-

man; 1999; Greene, 2002; Kearney y Varese, 1995; Montejo, 2002;Muehlebach, 2001; Niezen, 2003; Ramos, 1998; Smith, 1996; Smi-th y Ward, 2000; Urban y Sherzer, 1991; Warren y Jackson, 2002).En este proceso han formado una red institucional de activistasindígenas, organizaciones y personal de apoyo de alcance glo-bal. El foro más importante y visible internacionalmente de losvoceros a favor de los grupos indígenas es el Grupo de Trabajode las Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas, que dirige de-bates sobre la definición de “indígena” y redacta proyectos le-gislativos sobre los derechos territoriales, la autodeterminación,el medio ambiente y la cultura (Muehlebach, 2001; Niezen, 2003).Las actividades del grupo de trabajo de la Organización de las

* Artículo publicado originalmente en la revista CurrentAnthropology, volumen 45, número 2, abril de 2004.Current Anthropology y el autor autorizaron su publica-ción en español a la Revista Colombiana de Antropolo-gía, sin costo alguno. Por razones de derechos deautor se excluyeron los comentarios al texto realizadospor otros investigadores. El comité editorial de la Revis-ta Colombiana de Antropología agradece a CurrentAnthropology y al autor su autorización. Traducción deSantiago Giraldo, Instituto Colombiano de Antropolo-gía e Historia.

Page 3: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

181

Naciones Unidas (ONU) y la visibilidad creciente de los movi-mientos indígenas se citan con frecuencia como prueba de quelos pueblos indígenas han ganado una “voz” dentro de la políti-ca nacional e internacional (Ewen, 1994; Montejo, 2002; Mue-hlebach, 2001). Ante la idea de una “voz,” surge de inmediato lapregunta de quien está hablando por quien y ante quien; en con-secuencia, para todas estas formas emergentes de movilizaciónindígena se vuelven fundamentales las cuestiones de autorepre-sentación indígena y el rol que cumplen las personas y organi-zaciones que actúan como mediadores entre los interesesexternos y los locales.

La mediación política y cultural no es nada nuevo en el en-cuentro entre los pueblos indígenas y los proyectos de los colo-nizadores europeos o de los estados-nación modernos. Confrecuencia, para imponer las políticas coloniales a sus sujetoslocales las administraciones coloniales dependieron en gran partede los “jefes” nativos de algún tipo u otro. El papel de los ku-rakas nativos en Iberoamérica y el sistema de gobierno indirec-to que usó jefes tribales en África son ejemplos clásicos (véanse,Comaroff y Comaroff, 1991: 255; Rasnake, 1988; Stern, 1982). Elestudio de la mediación política indígena tampoco es nuevo enla antropología de los estados-nación modernos. El artículo deEric Wolf sobre los líderes nativos mexicanos que actúan como“brokers” (intermediarios) culturales entre sus comunidades y lasociedad nacional es un clásico a este respecto.

Algunas de las controversias más significativas en la antro-pología contemporánea sugieren que la autorepresentación in-dígena, la movilización indígena global y la mediación queimplican estas políticas interculturales están en el centro debuena parte de la antropología reciente. La muy controvertidarelectura y revisión de David Stoll (1999) de la relación que hacela ganadora del premio Nobel de la paz, Rigoberto Menchú, so-bre la vida como una indígena maya durante la guerra internaguatemalteca lo puso en el centro de un candente debate sobresu autoridad para cuestionar su representación como un iconoindígena venerado internacionalmente. Aún más controvertidoes el recuento crítico de Patrick Tierney (2000) acerca del traba-jo de varios investigadores entre los yanomami venezolanos. Ellibro de Tierney incluye detalles sobre el intento del antropólo-go Napoleón Chagnon de cuestionar el acto de representaciónpolítica por parte de uno de los voceros más sobresalientes del

Page 4: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

182

grupo, Davi Yanomami, a quien consideraba un peón de las or-ganizaciónes no gubernamentales (ONG) ambientalistas y de suspropios rivales antropológicos (Graham, 2002).

Últimamente, estas controversias muestran cómo voceros in-dígenas y organizaciones representativas están negociando supapel de mediadores y representantes de las colectividades indí-genas ante un amplio grupo de pueblos no-indígenas y organiza-ciones específicas a este momento histórico. Aun cuando losantropólogos y los misioneros siempre han sido interlocutoresclave de los pueblos indígenas, ya no están solos en este debate,que de vez en cuando produce encuentros algo incómodos sobrela naturaleza del activismo indígena y lo que constituye la repre-sentación legítima. Las ONG ambientales y de derechos humanos,la burocracia estatal e internacional, las instituciones de desarro-llo y financiación, las corporaciones, los investigadores y los ac-tivistas tienen sus propios intereses en negociar las políticas derepresentación indígena. Ciertamente, el activismo global inter-nacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativasde desarrollo sostenible e, incluso, el capitalismo “verde” quepractican las corporaciones ambientalmente conscientes, se hanconvertido en agendas poderosas con respecto a los pueblos in-dígenas y sus formas de representación. Mediante tales contac-tos ambientalmente amigables, algunos líderes y organizacionesindígenas han comunicado con éxito sus dilemas a una audienciaglobal y a las poderosas instituciones financieras y de desarrollo(Carneiro da Cunha y de Almeida, 2000; Conklin y Graham, 1995;Smith, 1996; Turner, 1993). Sin embargo, muchos analistas anotanlos riesgos en que se incurre al considerar a los pueblos indígenascomo inherentemente conservacionistas y, como tal, estereoti-parlos como “salvajes ecológicamente buenos” (véanse, Orlove yBrush, 1996: 334; Redford, 1990).

Dos fenómenos relacionados son arte y parte de esta movili-zación indígena más amplia y visible, y de la mediación de inter-locutores no-indígenas: la politización de la cultura y su definicióncomo propiedad. En una época en la que los antropólogos y otrosestudiosos son cada vez más críticos acerca de los límites arbitra-rios implícitos en el concepto de “cultura” (Gupta y Ferguson,1992), los pueblos indígenas aceptan en público tales fronteras,citando las virtudes de las culturas indígenas de manera tal quelas representan de una forma relativamente fija e identificablecon colectividades/territorios delimitados e historias específicas

Page 5: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

183

(Fischer, 1999). Ciertamente, los reclamos que se hacen sobre laexistencia de culturas particulares y delimitadas le otorgan vali-dez a las identidades subnacionales históricamente específicassobre las que se basa la mayor parte de la política indígena global.Cada vez con mayor frecuencia, los representantes indígenas ha-blan sobre sus culturas como si fueran objetos alrededor de losque se organizara la lucha política en su esfuerzo por afrontar ellegado de la ocupación colonial, la incorporación en los proyec-tos nacionales modernos y las presiones de la globalización.

La politización de la cultura indígena está acompañada por latendencia a definirla como propiedad. En distintas partes delmundo, los representantes indígenas hablan con frecuencia so-bre sí mismos no sólo como representantes de culturas particu-lares, sino también como copropietarios de culturas cuyapropiedad es colectiva (Brown, 2003). Los reclamos indígenascontemporáneos sobre la propiedad cultural van desde lo mate-rial –restos humanos, artefactos, sitios significativos– hasta lointangible –símbolos sagrados, música, héroes culturales, cono-cimientos sobre plantas tradicionales–. La lucha por convertirla cultura en propiedad es una de las esferas más activas en loque se refiere al accionar político indígena y, arguyo yo, econó-mico. Sin duda, en algunas instancias los reclamos sobre la pro-piedad cultural han sobrepasado en importancia laspreocupaciones por el territorio y los derechos sobre la tierra,que históricamente han tenido gran importancia en las movili-zaciones indígenas (Muehlebach, 2001). La sanción de la NativeAmerican Graves Protection and Repatriation-NAGPRA en 1990**le dio derechos sin prece-dentes a los indígenas esta-dounidenses para reclamarrestos humanos y objetosparte de su cultura materialque estuviesen en posesiónde museos en los EstadosUnidos (véanse, Haas, 1996;Brown, 1998). Así mismo, también hay luchas significativas entorno al patrimonio cultural intangible. En el pleito entre losadministradores del Crazy Horse Estate y la tribu rosebud siouxde Dakota del Sur, estos últimos demandaron con éxito el usodel nombre “Crazy Horse” en el mercadeo de un producto abase de licor de malta, y se llegó a un arreglo extraordinario: en

** NAGPRA: ley de protección y repatriación de tumbasde los nativos americanos. Esta ley tuvo consecuenciasimportantes en cuanto a las colecciones de materialóseo depositadas en museos y universidades, ya quedebieron ser devueltas a los grupos que reclamasen losrestos, al igual que cualquier objeto de significativaimportancia ritual o ceremonial. Nota del traductor.

Page 6: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

184

2001, SBC holdings pidió excusas formalmente y llegó a un acuer-do con los demandantes indígenas (Gale, 2001). En Sudáfrica, lospueblos san, que se han visto envueltos una serie de empresas deetnoturismo, presentaron una queja muy similar en relación conel uso inapropiado de su patrimonio cultural. Un grupo de !xûnsan denunció a un fotógrafo sudafricano y a un hotel local porusar en un plegable turístico, sin autorización, una fotografía enla que aparecía un líder san fallecido (Sylvain, 2002: 1080).

Estos ejemplos sugieren que, por lo menos a cierto nivel, lospueblos indígenas están luchando por vigilar y ejercer un con-trol más directo sobre su propiedad cultural, al desafiar y politi-zar su uso por parte de actores no indígenas. Sus motivacioneseconómicas parecen ser una preocupación de segundo orden.Por ejemplo, el caso Crazy Horse no involucró daños moneta-rios, sino una compensación en términos culturalmente apro-piados, tales como caballos de carreras, trenzas de tabaco y pastodulce (sweetgrass) y cobijas Pendleton (Gale, 2001). Estas estra-tegias, encaminadas a reclamar los elementos tangibles e intan-gibles de su cultura de las manos de no indígenas –por ejemplo,corporaciones, museos, investigadores, agencias turísticas– y deretirarlos del dominio público, giran alrededor, sobre todo, delaparente sacrilegio y profanación que supone el uso inapropia-do, la posesión, la exhibición y la explotación comercial de es-tos elementos.

La búsqueda contemporánea de la utilidad científica-comer-cial en los recursos biológicos mundiales, conocida como bio-prospección, enfrenta una serie de problemas similares en loque respecta a los reclamos indígenas sobre el conocimientomédico tradicional entendido como propiedad intelectual o cul-tural. En esta esfera de prácticas y políticas, es posible observarla aparición de unas dinámicas que requieren de tanta atenciónen sus aspectos económicos como en lo que respecta al sacrile-gio y la difamación. En este texto espero plantear una serie depreguntas sugestivas acerca de lo que está en juego cuando losrepresentantes indígenas se toman en serio las aspiraciones eco-nómicas en las negociaciones sobre el valor potencial que pue-de tener el conocimiento médico tradicional en el mercado, ylos nuevos problemas que emergen como resultado. En este sen-tido, me aparto de una antigua tradición estructural-funciona-lista inspirada por Durkheim en la antropología. En vez de deconcentrarme en los principios de linajes, descendencia, matri-

Page 7: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

185

monio y demás que estructuran la organización social, me inte-resa el análisis de la política y la economía contemporáneas quedan pie a la aparición de estrategias empresariales e identitariaspara la incorporación indígena en los reclamos sobre la propie-dad cultural. ¿Cuáles son los dilemas políticos y económicosque emergen al considerar el conocimiento médico indígena comopropiedad en una época de bioprospección farmacológica y bús-queda del desarrollo sostenible? Y, ¿a qué tipo de dilemas seenfrentan cuando los propietarios culturales exclusivos debenser definidos en términos legales en un escenario que involucralas múltiples agendas y expectativas diferenciadas de los repre-sentantes indígenas, las corporaciones farmacéuticas, institucio-nes estatales, académicos, ONG y activistas de todo tipo?

LA BIOPROSPECCIÓN FARMACÉUTICA

Y LOS RECLAMOS INDÍGENAS DE PROPIEDAD

SOBRE EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL

L A DÉCADA DE 1990 VIO RESURGIR EL INTERÉS PÚBLICO Y PRIVADO EN EL

potencial que podían tener las fuentes basadas en plantaspara la producción de nuevos productos farmacéuticos, des-

pués de la disminución continua de tales investigaciones a par-tir de mediados del siglo veinte. El Convenio de las NacionesUnidas sobre diversidad biológica (CDB), ratificado en 1992, es elprincipal instrumento normativo en lo que concierne a la bio-prospección. En un esfuerzo por enfrentar las iniquidades Nor-te/Sur, desarrollado/en vías de desarrollo en la industriabiotecnológica internacional, el Convenio reconoce el controlsoberano de cada estado sobre los recursos biológicos que seencuentran en sus territorios, considerados antes de dominiopúblico universal o parte de la herencia común de la humani-dad. Aún más. El artículo 8j del Convenio sugiere que los esfuer-zos de bioprospección que utilicen los usos tradicionales derecursos biológicos que resulten exitosos en términos comer-ciales, deberían incluir la protección y repartición de utilidadespara las poblaciones indígenas o locales cuyo conocimiento con-tribuye a la creación de productos de ingeniería biológica.

Las posibilidades que puedan tener estas drogas del futurobasadas en remedios tradicionales a base de plantas tienen sus

Page 8: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

186

raíces, en gran parte, en varios ejemplos históricos, siendo losmás citados la aspirina, los antibióticos y la quinina, entre otros.La idea de plantas medicinalmente valiosas se evoca con frecuen-cia al tiempo con imágenes de grupos indígenas, sus prácticasmédicas tradicionales y las drogas milagrosas que, presumible-mente, están sin descubrir en las profundidades de los bosquestropicales (véanse, Goering, 1995; Dye, 2000). Sin embargo, no esdel todo claro que el futuro de los medicamentos dependa demanera significativa de la bioprospección, y menos aún del co-nocimiento médico de los pueblos indígenas. Los diagnósticosmás recientes (véanse, Albers-Schönberg, 1995; Artuso, 1997;Aylward, 1995; Macilwain, 1998; Moran, King y Carlson, 2001;O’Conner, 2000; Economist, 1999) no son tan optimistas como losemitidos a principios de la década de 1990.

En respuesta a las actividades más recientes de bioprospeccióny al Convenio de las Naciones Unidas, muchos han decidido con-ceptualizar el conocimiento tradicional como una nueva forma depropiedad intelectual (véanse, Boyle, 1996; Cox y Balick, 1994; Elisa-betsky, 1991; King y Tempesta, 1994; Lewis et al.,1999; Plotkin, 1993;Rosenthal, 1997; Tobin, 1999b,1994). Rosemary Coombe (1999, 1998)ha criticado esta posición, ya que, históricamente, la propiedadintelectual ha estado asociada a una ideología de individualismoposesivo y a la idea romántica de la autoría individual, caracterís-ticas peculiares de y para las sociedades capitalistas. Sin embargo,ella es consciente del potencial político-retórico que tienen los re-clamos sobre la propiedad intelectual cuando los hacen grupos in-dígenas subyugados históricamente, ansiosos de ganar algún controlsobre las fuerzas del mercado que están transformando sus socie-dades (1998: capítulo 5). Los activistas indígenas ofrecen diversasopiniones: algunos promueven con entusiasmo la idea del conoci-miento tradicional como propiedad intelectual, mientras que otrosla rechazan, considerándola una imposición de categorías occiden-tales sobre sus propias características culturales (véanse, Brush,1999; Coombe, 1999). Las ONG ambientalistas, actores principales tam-bién en el debate sobre la bioprospección, con frecuencia se sitúancomo un contrapeso a las tendencias abusivas de los intereses delcapital transnacional y como aliados de los pueblos indígenas, lo-cales y del tercer mundo en general.

Darrell Posey fue uno de los primero antropólogos en involu-crarse y promocionar la idea del conocimiento tradicional comoparte de la propiedad colectiva intelectual de los grupos indígenas

Page 9: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

187

(Posey, 1990)1. Desde entonces, otros antropólogos han encon-trado problemática la exclusividad y delimitación arbitrarias im-plícitas en la propiedadintelectual, su historiacomo instrumento legal enlas sociedades capitalistas,la incompatibilidad de lossistemas de conocimientoculturalmente fluidos y co-lectivos no occidentales conlas leyes occidentales exclu-sivas e individualizadas so-bre la propiedad, y la amenaza que tal posición representa parael dominio público del conocimiento (véanse, Brown, 1998, 2003;Brush, 1994, 1996, 1999; Posey y Dutfield, 1996; Strathern, 1996). Enrelación con lo anterior, Dove (1995), Coombe (1999) y Greene(2002) sostienen, además, que muchos pueblos indígenas su-fren más por problemas de pérdida e invasión territorial, des-plazamiento y marginación por parte de sus propias élitesestatales que por la apropiación de su conocimiento tradicionalpor parte de biopiratas del norte.

Gran parte de la literatura pionera sobre bioprospección yconocimientos tradicionales como propiedad intelectual está lle-na de polémicas y posiciones ideológicas. Los debates que sigandeben ser matizados mediante la evaluación a profundidad decasos particulares, las complicadas negociaciones asociadas aellos y, como demuestra Cori Hayden (2003, s. f.), el que losbioprospectores buscan, cada vez con mayor frecuencia, evitartales negociaciones. Con base en mis propias investigaciones encampo y documentos relacionados, examino un ejemplo con-trovertible de las negociaciones sobre bioprospección farmacéu-tica por parte del pueblo aguaruna de la amazonia peruana. Elamazonas es un contexto particularmente bueno para tal eva-luación, dada su posición central en gran parte del debate con-temporáneo sobre la bioprospección, el activismo indígena yambiental y la protección de la propiedad cultural (véase, porejemplo, Conklin, 2002). Compararé el caso aguaruna con otrosrelacionados en y por fuera del amazonas, en un intento porformular algunas conclusiones preliminares sobre los dilemasde la representación e incorporación indígenas, y los reclamoscontemporáneos relacionados con la cultura como propiedad.

1. El trabajo de Posey introdujo a los antropólogos enel debate sobre la biodiversidad y la ética de la apropia-ción etnobotánica del conocimiento médico tradicio-nal para la investigación farmacéutica, justo antes delsegundo Congreso internacional de etnobiología en1990, en el que esta cuestión se discutió en profundi-dad. En una publicación posterior con Dutfield, Poseyubica la lucha indígena sobre el conocimiento tradicio-nal y la propiedad intelectual dentro de la lucha másamplia sobre los derechos indígenas y de comunida-des locales a recursos (Posey y Dutfield, 1996).

Page 10: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

188

LAS NEGOCIACIONES

ENTRE EL INTERNATIONAL COOPERATIVE

BIODIVERSITY GROUP Y LOS AGUARUNA:PRIMER ASALTO

U NO DE LOS EJEMPLOS MÁS CITADOS DEL RENOVADO INTERÉS EN LA

biprospección es el programa de becas públicas InternationalCooperative Biodiversity Group (ICBG)2, resultado de un ta-

ller realizado en 1991, y que contó con el patrocinio del NationalInstitute of Health (NIH), la National Science Foundation (NSF) yla United States Agency for Internacional Development (Usaid)de los Estados Unidos. El NIH se constituyó en el administradordel programa y anunció un concurso por grandes becas de in-vestigación sobre el potencial farmacéutico de la biodiversidadinternacional. De acuerdo con Rosenthal (1997: 281-282) el pro-grama ICBG es esencialmente “experimental”, ya que la utilidadfarmacéutica de la biodiversidad está lejos de ser comprobada,y está diseñado para funcionar con metas que son una clara

respuesta a los pricipios de-lineados en la Convenciónde las Naciones Unidas3. En1993 y 1998 se otorgaron dosrondas de becas ICBG, a ochoequipos de investigacióncon investigadores principa-les provenientes de univer-sidades o institutos de saludestadounidenses (véase elportal de internet del ICBG:www.nih.gov/fic/opportu-nities/icbg.html). Las becasdel ICBG se basan en la cofi-nanciación, coinvestigacióny relaciones mutuamentebeneficiosas entre institu-ciones, socios comercialesy, en algunos casos, comu-nidades específicas locales/indígenas de Estados Uni-

dos y países en vía de desarrollo. La solicitud para obtener be-cas del ICBG (1997: 11) promueve la “participación activa” de

2. Otras formas de bioprospección, como laagroindustrial o genética, están ligadas al debate másamplio sobre la biodiversidad y el acceso y la propie-dad de los recursos biogenéticos. Aun cuando la ad-quisición de nuevas variedades de semillas constituye,en apariencia, la mayor parte de las prácticas de laindustria agrícola (véase, Brush, 1999), en todos loscasos esto involucra también el acceso a la innovaciónhumana asociada a ella –por ejemplo, las prácticas decultivo–. En cambio, en la bioprospección farmacéuti-ca muchas compañías e investigadores prefieren usaruna metodología de colectas al azar o taxonómicaspara el material biológico, en vez de los métodosetnobotánicos que requieren del conocimiento tradi-cional y el respeto por los derechos indígenas (véanse,Aylward, 1995; Moran King y Carlson, 2001: 506).

3. Estados Unidos no firmó la Convención, y la mayo-ría de las interpretaciones acerca de sus razones pararehusarse a firmarla asumen que las medidas a favorde la repartición de utilidades y la soberanía nacionalrepresentaban una amenaza en potencia para los inte-reses corporativos de ese país sobre los recursos bio-lógicos extranjeros. Sin embargo, esto no concuerdacon la aparición, casi simultánea, del programa ICBG,que toma en cuenta los principios básicos de la Con-vención.

Page 11: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

189

patrocinadores del sector corporativo, obligando así a los beca-rios potenciales a buscar socios en el sector privado.

En 1993, un equipo de la Universidad de Washington, encabe-zado por el etnobotánico Walter Lewis, recibió una beca delICBG debido a la recolección de muestras botánicas en colabora-ción con los aguaruna, grupo amazónico con una población bas-tante grande –45.137 de acuerdo con el censo de 1993– que habitala parte alta de la selva peruana, cerca a la frontera con Ecuador.Los aguaruna, cuya reputación como guerreros es de vieja data,han estado al frente de la organización política entre los indíge-nas amazónicos desde la década de 1970. La gran mayoría de lasciento ochenta y siete comunidades aguaruna con títulos de pro-piedad sobre sus tierras están afiliadas, con disitintos grados delealtad y participación, a organizaciones administradas por losmismos aguaruna o, en algunos casos, a organizaciones coadmi-nistradas con otros grupos étnicos: los huambisa y los chayhui-ta. En 2004 identifiqué por lo menos trece organizaciones deeste tipo, la más reciente de las cuales se había conformado en2002. Las organizaciones locales coordinan sus actividades cono son consideradas filiales locales de alguna de las dos grandesconfederaciones indígenas nacionales, que tienen su base enLima. Todo esto hace que exista una serie de complicadas alian-zas políticas y divisiones en el colectivo aguaruna, algo que losinvestigadores del ICBG descubrieron pronto.

Según los protocolos del ICBG, la investigación de la Univer-sidad de Washington se hizo en sociedad con instituciones pe-ruanas e indígenas. Los cuatro socios eran la Universidad deWashington, la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH),el museo de Historia Natural de la Universidad de San Marcos,y una categoría denominada como “el pueblo aguaruna”. Miem-bros de las tres instituciones participaron en la recolección dematerial vegetal con los aguaruna; la Universidad de Washing-ton y la UPCH con fines biológicos, y el museo para hacer uninventario de la biodiversidad peruana. Con base en algunoscontactos previos con la corporación Monsanto con sede en SanLuis (Missouri), y para cumplir con el programa del ICBG que“promovía” la colaboración del sector privado, la Universidadde Washington aseguró la participación de G. D. Searle & Co., enese entonces la división farmacéutica de Monsanto.

De acuerdo con Lewis (entrevista, 2000), la Organización Cen-tral de Comunidades Aguarunas del Alto Marañón (Occaam) fue

Page 12: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

190

considerada inicialmente como un socio indígena potencial en lasolicitud original de la beca del ICBG, pero una vez otorgada elequipo del ICBG comenzó negociaciones con el Consejo AguarunaHuambisa, una organización indígena históricamente mucho másimportante en la región. Lewis (entrevista, 2000) dijo que el NIH

lo remitió al Consejo y a su internacionalmente famoso funda-dor y presidente, Evaristo Nugkuag, pero el actual director delICBG, Joshua Rosenthal (comunicación personal) controvierte esaversión. En todo caso, el Consejo era, aparentemente, el actorinstitucional más sobresaliente entre los aguaruna. Hasta épo-cas recientes, se presumía que representaba a una alta propor-ción de la población aguaruna, y, sin duda, tiene una historiamás prestigiosa que las organizaciones aguaruna más pequeñasy menos visibles. Aún más: la participación de Nugkuag en lasorganizaciones indígenas locales, nacionales e internacionales,le había dado bastante experiencia con respecto al “networking”internacional, y había ganado varios premios prestigiosos. Detodos modos, su fama no estaba exenta de controversia en laagitada política de la representación indígena4.

En abril de 1994, el equi-po del ICBG firmó una cartade intención muy sencillapara colaborar con el Con-sejo Aguaruna Huambisa, enla que se prometía un pagoanual por la recolección deplantas, y, en términos máso menos vagos, una parte delas regalías futuras. Una vezasegurado este acuerdo pre-

liminar con el Consejo, los investigadores de la Universidad deWashington volvieron a Estados Unidos y formalizaron los tér-minos en los que iba a participar Searle, mediante un conveniode opción de licencia que hacía a la Universidad de Washingtonresponsable de la entrega de los pagos anuales al Consejo y decualquier regalía futura que debiera ser repartida entre los cua-tro socios. De acuerdo con los términos de este convenio y lacarta de intención firmada con el Consejo, la Universidad deWashington se convirtió esencialmente en el intermediario legalentre los intereses farmacéuticos de Estados Unidos y todos lossocios peruanos (véase la figura 1).

4. En 1986 le fue otorgado el premio Right Livelihood(Nobel alternativo), y en 1991 el premio ambientalGoldman (Goldman Environmental Prize), en recono-cimiento a su liderazgo de la Asociación de DesarrolloInterétnica de la Selva Peruana (Aidesep) y la Coordina-dora de Organizaciones Indígenas de la CuencaAmazónica (Coica), y por su trabajo en el área de losderechos indígenas y la conservación ambiental. Auncuando es claro que es un líder efectivo y carismático,las organizaciones indígenas amazónicas que compi-ten entre sí por el apoyo de sus miembros han cuestio-nado hasta dónde representa a los pueblos amazónicos(Smith, 1996).

Page 13: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

191

Cuando el Consejo Aguaruna Huambisa supo del convenio queacordaron por separado la Universidad de Washington y Searle,empezó a demorar la investigación y a reclamar más informaciónacerca de su contenido. Como dice Nugkuag, “ellos [el equipodel ICBG] no fueron muy claros. Las utilidades [por ejemplo, elesquema de regalías futuras], se establecieron entre Monsanto yla Universidad de Washington y no se incluyeron en ese conve-nio. Por tanto, nuestro reclamo [a participar en estas ganancias]es en vano” (entrevista, 2000). Una vez expresadas sus reservasacerca de los beneficios potenciales en el futuro, y del conveniohecho por aparte, el Consejo consultó esto con una ONG estado-unidense, la Rural Advancement Foundation Internacional (Rafi:Fundación para el Avance Rural), que trabaja como organismo decontrol en lo que respecta a actividades de bioprospección5. Me-diante los contactos del Consejo con la Rafi, obtuvieron una co-pia del convenio de licencia (Evaristo Nugkuag, entrevista, 2000).La Rafi publicó las tasas de pago de regalías en la página web yacusó a Searle y al equipo del ICBG de “biopiratería”, con la inten-ción de explotar el conocimiento aguaruna a favor de los intere-ses corporativos (Rafi, 1994). Amediados de 1994, Brendan To-bin, abogado irlandés al que

5. Desde entonces, la Rafi cambió su nombre porETC Group (véase, www.etcgroup.org).

FIGURA 1ESTRUCTURA DEL CONVENIO EN LA PRIMERA RONDA DE NEGOCIACIONES ICBG-AGUARUNA

Universidad PeruanaCayetano Heredia

(UPCH)

Monsanto-Searle

Museo-UniversidadSan Marcos

ConsejoAguaruna-Huambisa

Universidadde Washington

Carta de intención

Convenio de opciónde licencia

Intervención de ONG:

Rural Advancement Foundation International (Rafi)

Brendan Tobin, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)

Page 14: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

192

se le había otorgado la ciudadanía peruana y que trabajaba parauna ONG llamada la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental(SPDA), recibió una copia del convenio y solicitó una copia de lacarta de intención al Consejo (comunicación personal, BrendanTobin). Tobin presentó su objeción debido a las inconsistenciaslegales entre la carta de intención y el convenio, criticó la tasa deregalías, por ser muy baja, y determinó que la investigacióndel ICBG-Searle “estaba ligada directamente con la promoción delos intereses económicos y de desarrollo de la industria estado-unidense” (1994: 11).

Así pues, la idea que al Consejo le habían ofrecido unos be-neficios exiguos surgió al consultar a dos ONG. De hecho, ya sehabía firmado la carta de intención y aceptado diez mil dólarescomo parte de un pago anual especificado en la carta, comocompensación por la colecta de material (Lambrecht, 1988). Lasopiniones de las dos ONG reclamaban negociaciones más direc-tas y transparentes entre Searle y los aguaruna (véanse, Tobin,1994; Rafi, 1995). Tanto el polémico ataque de la Rafi al programadel ICBG como el análisis legal de Tobin asumían que la biopros-pección utilizando el conocimiento tradicional de los aguarunaera de gran importancia para Searle; por tanto, las fallas en laestructura del convenio se consideraban un intento por despo-jarlos de un conocimiento tradicional de mucho valor.

Aún con las preocupaciones del Consejo sin resolver, a finalesde 1994 el equipo del ICBG comenzó su trabajo de campo. Es impo-sible verificar exactamente cómo y dónde recolectó plantas du-rante este periodo conflictivo. Lewis (entrevista, 2000) afirmaque las colectas se hicieron conjuntamente con funcionarios lo-cales del Ministerio de Agricultura, y en su gran mayoría sin in-formantes indígenas, en las colinas que rodean un asentamientono-indígena denominado Imazita. Nugkuag (entrevista, 2000),dice que los investigadores del ICBG cometieron un error garrafalal escoger trabajar con el Ministerio de Agricultura, y que “sintener la autorización para entrar en las comunidades, con los je-fes de las comunidades se adentraron a recolectar orquídeas. Re-colectaron otros tipos de plantas medicinales de manera discreta,se podría decir”. Lewis (comunicación personal) niega esto últi-mo tajantemente; dice que de las cerca de trescientas muestrasrecolectadas en ese periodo, sólo unas diez las recogieron infor-mantes aguaruna provenientes de la comunidad principal de laOccaam, que había autorizado a los investigadores.

Page 15: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

193

A principios de 1995, a medida que crecía la desconfianza en lasactividades del equipo del ICBG, el Consejo se retiró del proyectoICBG. El equipo del ICBG volvió al área aguaruna para hablar con loslíderes de la Occaam, con la esperanza de encontrar un socio indí-gena receptivo a la investigación. Los líderes de la Occaam apoya-ron el proyecto y se involucraron rápidamente en el programa delICBG, mediante un acuerdo por separado, mucho más elaboradoque el de la carta de intención original. Al conocer del nuevo acuer-do, el Consejo envió una carta bastante fuerte a funcionarios delNIH y de la Universidad de Washington, firmada por varios jefes decomunidades aguaruna y líderes del Consejo, en la que protestabacontra las actividades del ICBG. Este hizo pública la carta por me-dio de sus contactos en la Rafi, quienes la tradujeron de inmediatoy publicaron apartes en su portal (Rafi, 1995). La carta alegaba, en-tre otras cosas, que la Universidad de Washington no le había pro-porcionado al Consejo información adecuada sobre el acuerdo delicencia y había entrado al territorio aguaruna sin autorización, porlo que reclamaba, enérgicamente, la terminación del proyecto. Demanera significativa, insinuaba también que la Occaam no existía,refiriéndose a ella como “el grupo fantasma”. Sin embargo, los es-fuerzos organizativos de la Occaam –iniciados hacia 1975– habíancomenzado antes que los del Consejo –iniciados alrededor de1977–, y desde el principio la relación entre ambas organizacio-nes había sido conflictiva.

En sus publicaciones en la red, la Rafi muestra al Consejo Agua-runa Huambisa como el único órgano representativo del puebloaguaruna. Su informe sobre el conflicto entre el ICBG y el Consejodice que “sin haber consultado con o recibir la aprobación de losindígenas, los investigadores de la Universidad de Washingtondecidieron unilateralmente iniciar la colecta de muestras y dematerial etnográfico –que debía ser entregada al gigante químicoMonsanto– en remotas comunidades nativas del noreste del Perú”(Rafi, 1995: 5). No mencionan las relaciones del ICBG con la Occa-am ni el acuerdo suscrito con ellos. En cambio, presentan a “losaguaruna” como una masa homogénea única, representada sinproblema alguno por el Consejo, una representación que no refle-ja para nada la realidad aguaruna contemporánea o tradicional.Es claro que la Occaam era invisible internacionalmente y no te-nía contactos con ONG transnacionales, mientras que el Consejotenía ambas. Pero las cosas estaban a punto de cambiar.

Page 16: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

194

Aun cuando el deseo de sacar el proyecto de territorio aguaru-na no se materializó, la carta de protesta del Consejo y su traduc-ción/publicación por parte de la Rafi, para una audienciaangloparlante activista, resultó ser un arma bastante útil. Los fun-cionarios del programa del ICBG en el NIH tomaron en serio la pro-testa, hicieron su propia investigación e insistieron en que los

investigadores devolvierantodas las muestras recolec-tadas en Perú durante el pe-riodo en cuestión. El NIH

insistió también en que si losinvestigadores del ICBG que-rían continuar con la becadebían dejar en claro los tér-

minos de aceptación del proyecto con representantes legítimosde las comunidades aguaruna6. Por tanto, era necesario iniciaruna nueva ronda de negociaciones.

SEGUNDO ASALTO

E N RESPUESTA A LA CARTA DE PROTESTA DEL CONSEJO, Y CON LA ESPE-ranza de salvar el proyecto, un aguaruna llamado RicardoApanú –involucrado con la Occaam y quien más tarde se

convertiría en el coordinador en campo del ICBG– comenzó aorganizar la defensa de las actividades del equipo del ICBG, conel apoyo de otras dos organizaciones aguaruna, la Federación deComunidades Nativas Aguarunas del Río Nieva (Feconarín) y laFederación Aguaruna del Río Domingusa (Fad). En abril de 1995,las tres organizaciones firmaron, sellaron y enviaron una res-puesta escrita a todos quienes recibieron la carta de protesta delConsejo. Este “memorial” dejaba en claro que los investigadoresdel ICBG habían trabajado de manera apropiada con los líderesde la Occaam y sus comunidades afiliadas. Además, criticabaduramente a Evaristo Nugkuag, y rechazba categóricamente sucapacidad para representar al pueblo aguaruna –“desconocer”su representatividad– e, incluso, cuestionaba la autenticidad dela carta de protesta.

En otro esfuerzo por cambiar las posiciones políticas a sufavor, las tres organizaciones locales aguaruna pusieron a los

6. Hay que anotar que las trescientas muestras recolec-tadas durante el periodo de tiempo en disputa no fuerondevueltas a los aguaruna sino al Ministerio de Agricultura(Tobin, 1999a). Sin importar si las acusaciones hechas ensu contra por el Consejo son verdaderas o falsas, sobrelo que no puedo opinar ya que no estuve presente, Lewisreconoce ahora su “inocencia política” (véase,Lambrecht, 1998) en lo que se refiere a la complejidad dela política y estructura organizativa aguaruna.

Page 17: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

195

investigadores del ICBG en contacto con un actor nacional: laConfederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap).Con base en Lima, la Conap –cuyo presidente es de origen agua-runa– es una confederación indígena multiétnica del Amazonas,a la que estan afiliadas la Occaam, la Feconarín y la Fad. Lasdiscusiones iniciales culminaron en una reunión en diciembrede 1995 en Santa María de Nieva, un pequeño puerto fluvial enterritorio aguaruna. Ante la ausencia del Consejo AguarunaHuambisa y de otras organizaciones aguaruna, la Conap convo-có a una reunión con algunos líderes comunitarios y de organi-zaciones, entre ellos líderes y delegados de las tres organizacionesinteresadas, de otras dos organizaciones aguaruna, la Organiza-ción de Desarrollo de las Comunidades Fronterizas del Cenepa(Odecofroc) y la Organización Aguaruna del Alto Mayo (Oaam),y a una organización huambisa, la Federación de ComunidadesNativas del Río Santiago (Feconarsa).

En la reunión estuvieron presentes también los investigadoresdel ICBG, Brendan Tobin de la SPDA, y un representante de Searle,estableciendo por primera vez contacto directo entre la compa-ñía farmacéutica y los representantes aguaruna. Después de unlargo debate sobre el proyecto del ICBG y de una extensa discu-sión sobre asuntos internos, la Occaam, la Feconarín y la Fad acep-taron la investigación del ICBG en sus comunidades afiliadas, seapoyaron en la Conap, su asociado nacional y, extraoficialmente,crearon un consorcio de organizaciones aguaruna al que me refe-riré de ahora en adelante como Conap y afiliados. Aun cuando alprincipio las comunidadesde la Occaam estaban loca-lizadas fuera del área de in-vestigación, fueron incluidasluego en el acuerdo del ICBG,convirtiéndose así en elcuarto socio aguaruna de laConap y afiliados7. Un pun-to importante discutido enla reunión de 1995 fue la po-sible inclusión de la Odeco-froc y la Feconarsa. Loslíderes de la Conap explica-ron que mientras las otras organizaciones se habían registradocomo asociaciones civiles sin ánimo de lucro, estas dos care-

7. Es claro que la aceptación por parte de la Conap yafiliados no significó la aceptación automática por partede todas las comunidades aguaruna formalmente afi-liadas a esas organizaciones. En muchos casos, co-munidades individuales cuestionaron la autoridad de laConap y afiliados para aceptar el proyecto en su nom-bre, y se rehusaron a permitir que los investigadores delICBG trabajaran en sus territorios, a pesar de estar afilia-dos a una de las organizaciones participantes. Auncuando no hay suficiente espacio para documentar lasdisputas locales internas, es importante mencionarlas,ya que incluso la aparente asociación de estas organi-zaciones provocó una serie de debates, discusiones ydesacuerdos internos entre los líderes de las comuni-dades aguaruna.

Page 18: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

196

cían de reconocimiento formal en el sistema legal peruano y,además, antes habían mantenido una afiliación estrecha al Con-sejo Aguaruna Huambisa. Tanto el presidente de la Odecofroccomo un delegado de la Feconarsa aprovecharon la ocasión paracriticar al Consejo. La al parecer eterna asociación entre el Con-sejo y su alguna vez famoso fundador y líder visionario convir-tieron el evento en una oportunidad para juzgar las actuacionesde Evaristo Nugkuag, quien ya se había convertido en blancofácil dentro del juego de culpabilidades aguaruna. De hecho,durante esa reunión el fundador y primer presidente de Odeco-froc anunció que su organización terminaría pronto su asocia-ción con el Consejo. Aun cuando ambas organizaciones lograronconvertirse eventualmente en asociaciones sin ánimo de lucro y

finalizaron su relación conel Consejo, ninguna se con-virtió en miembro de la Co-nap y afiliados o recibióalgún tipo de beneficio dela investigación8.

Como resultado de estareunión histórica, tres per-sonas fueron designadaspara negociar los detalles

del contrato mediante el cual la Conap y afiliados aceptaban elacuerdo con los investigadores del ICBG y Searle: César Sarasara,el presidente aguaruna de la Conap, Mercedes Manríquez, unaabogada limeña de la Conap, y Brendan Tobin, del SPDA. Des-pués de varias discusiones y borradores del acuerdo, en mayode 1996 un equipo que incluía a Sarasara y a los dos abogadosviajó a San Luis (Missouri) a ultimar personalmente los detallesdel contrato con Searle y sus abogados. En la figura 2 se puedeapreciar la estructura del acuerdo.

En este segundo asalto, la Conap y afiliados, representadospor Sarasara y los dos abogados, negociaron el contrato directa-mente con Searle, sin que las relaciones estuviesen mediadas yapor la Universidad de Washington. Esto fue un logro signifcativopara los pueblos indígenas involucrados, que lo reconocen comotal. Es, por cierto, una de las primeras instancias en las que ungrupo indígena ha representado sus propios intereses –si bienmediados por expertos legales no indígenas– con una importan-te compañía faramacéutica en lo que respecta a la potencial

8. La información que presento sobre esta reuniónentre las organizaciones aguaruna y los investigadoresdel ICBG, la SPDA y Searle fue tomada de las notas queconforman un apéndice al acuerdo de recolecciónbiológica firmado en 1996. Es irónico que a pesar dela ausencia de los entonces líderes activos del ConsejoAguaruna Huambisa, su secretario, Santiago Manuig,había sido presidente del Consejo (1989-1993). Yaque él también había desarrollado una relación conflic-tiva con Nugkuag, usó la reunión para cuestionar lasactividades de su sucesor.

Page 19: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

197

FIGURA 2

ESTRUCTURA DEL CONVENIO EN LA PRIMERA RONDA DE NEGOCIACIONES ICBG-AGUARUNA

comercialización de su conocimiento tradicional. Esta ronda denegociaciones tuvo como resultado un esquema de regalías y pa-gos anuales distinto, y, más significativo aún, un acuerdo de licen-ciamiento de “know-how”***. Tobin (comunicación personal) creeque el licenciamiento del know-how es un paso verdaderamentenovedoso en el derecho contractual, ya que por primera vez leotorga a un grupo de pueblos indígenas el control y la propiedadsobre su conocimiento tradicional. En términos legales, los repre-sentantes de la Conap y afiliados, que eran los únicos socios indí-genas firmantes, le dieronlicencia a Searle, directamen-te, sobre el conocimientomédico tradicional, concebi-do como un know-how colec-

Acuerdo de recolecciónde material biológico

Convenio de opción de licencia

Searle/Monsanto

Licencia de know-howConap y afiliados:1. Confederación de Nacionalidades

Amazónicas del Perú (Conap)2. Organización Central de Comunidades

Aguarunas del río Marañon (Occaam)3. Federación Aguaruna del río Domingusa

(Fad).4. Federación de Comunidades Nativas

Aguarunas del río Nieva (Feconarín).5. Organización Aguaruna del Alto Mayo

(Oaam) (agregada en 1999.

Universidades:Washington,

Cayetano Heredia (UPCH)Museo-Universidad Nacional

Mayor San Marcos

Otros negociadores presentes:

Brendan Tobin, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)

Marcedes Manríquez (Conap)

*** El know-how, o saber hacer, es un componentelegal muy importante dentro de los derechos de propie-dad industrial e intelectual, ya que incluye el dominiosobre los conocimientos técnicos secretos necesarios ysu sustracción del dominio público. Nota del traductor.

Page 20: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

198

tivo de todos los aguaruna por un periodo inicial de cuatro años(véanse, Tobin, 1999b; s. f.). La distribución de los pagos anualesse reformuló y se dividió en dos: un “pago por recolección” demuestras vegetales, y “pagos por licenciamineto” del know-howmédico aguaruna. La licencia de know-how estipuló también quese debían hacer dos pagos anticipados no-reembolsables de re-galías a la Conap y afiliados, siempre y cuando Searle llegara ados etapas avanzadas de aprobación de un nuevo medicamentobasado en investigaciones realizadas por el ICBG.

Además del licenciamiento del know-how, la Conap y afilia-dos firmaron un acuerdo con los investigadores del ICBG sobre larecolección de material biológico, especificando los términos ylas condiciones de las colectas en campo. Este acuerdo incluíaun artículo en el que se “aseguraba la reparticióon justa y equi-tativa de beneficios entre el pueblo aguaruna” (artículo 3.01).Así pues, el acuerdo estaba abierto a la participación de otrascomunidades aguaruna, con el único requisito que solicitaransu inclusión mediante la afiliación a una organización aguarunaexistente, y a otras organizaciones aguaruna, siempre y cuandofuesen aprobadas por la Conap y afiliados en una asamblea ydiálogo tradicional llamado el Ipaamamu, que se ha vuelto unaparte central de la estrategia de la Conap para tratar con lascircunscripciones locales (artículo 7º). Esta medida de inclusióny promoción de la repartición equitativa es importante porque,de hecho, el consorcio agurauna representado por la Conap yafiliados sólo da cuenta de la mitad de la población aguaruna(Tobin, 1999a). La no exclusividad de los contratos refleja el he-cho que los derechos de propiedad reclamados sobre el know-how asociado a la medicina tradicional indígena son colectivosy están cobijados bajo el nombre “el pueblo aguaruna”, catego-ría que ha sido usada de manera consistente en los acuerdos conel ICBG.

La definición de “pueblo aguruna” utilizada en el acuerdoque regula la colecta de material biológico los identifica comoaquellos “que viven en el área de recolección”, mientras que el“área de recolección” se define como las áreas “habitadas pormiembros de las organizaciones colaboradoras” (artículo 1º). “Or-ganizaciones colaboradoras” (artículo 1.06) hace referencia a loque he llamado “Conap y afiliados”, con el fin de reflejar la na-turaleza contractual de este intento por incorporar al subgrupo

Page 21: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

199

específico de organizaciones aguaruna que firmaron el acuerdo.Esta definición excluye a los aguruanas que son miembros deotras organizaciones o que viven en áreas no organizadas quehayan escogido no ser parte de la Conap y afiliados, y que proba-blemente no saben que existe esa posibilidad. Irónicamente, es-tas personas que no participan, incluido el Consejo AguarunaHuambisa, constituyen una clara mayoría aguaruna. Aún más: loque quedó en claro en los acuerdos de la segunda ronda de nego-ciaciones es que todos los dineros son y continuarán siendo ca-nalizados por la Conap y afiliados (artículo 3.01). Para resumir, losacuerdos con el ICBG, si bien pretenden no ser exclusivos entresus socios indígenas, de hecho tienen el efecto contrario. El acuer-do legal se mueve hacia la legitimación contractual y financierade la Conap y afiliados comorepresentantes del “puebloaguaruna”9 .

En esencia, entonces, sedeshizo la exclusividad ar-bitraria –relativa– y el ex-ceso de simplificación queimplicó la maniobra de laRafi para legitimar al Con-sejo Aguaruna Huambisa enprotesta por la bioprospec-ción en el primer asalto,para verse duplicada a otronivel, por la contramaniobra del ICBG y de Searle para legitimara la Conap y afiliados como apoyo para el proyecto en el segun-do asalto. La principal diferencia fueron sus agendas encontra-das y las organizaciones indígenas que escogieron apoyar comola legítima “voz” del “pueblo aguaruna”.

Los resultados: pocas posibilidadesde éxito y grandes expectativas

U NA VEZ FIRMADOS LOS MÚLTIPLES ACUERDOS, EL PROYECTO ICBG-aguaruna empezó en 1996 con el incicio de nuevas colectas,

y a lo largo de los cuatro años siguientes trabajó con comuni-dades afiliadas a la Occaam, la Fad, la Feconarin y la Oaam.

9. A pesar de que el estado peruano firmó el Conveniosobre diversidad biológica y que dos importantes uni-versidades peruanas –una pública y una privada– esta-ban participando, su ausencia en las dos rondas denegociaciones ICBG-aguaruna fue notoria, con excep-ción de los requisitos de licencia exigidos por el Minis-terio de Agricultura (Tobin, s. f.: 6-7). Es interesante, sinembargo, que basándose en su experiencia en estecaso, el estado ha empezado a implementar una aproxi-mación contraria. Los acuerdos entre los aguaruna y elICBG y Searle han sido utilizados como modelo para lapropuesta legislativa sobre el acceso a los recursosgenéticos y el conocimiento tradicional en los que elestado tendrá un papel mucho más intervencionista(Tobin, s. f.: 31-32).

Page 22: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

200

Los investigadores visitaron veintidós comunidades aguarunay recolectaron aproximadamente 3.500 extractos medicinales10.

En términos de la equidadglobal en biodiversidad y delos objetivos del Conveniosobre diversidad biológica,los beneficios para el paíshuésped fueron significati-vos. De acuerdo con Lewis(entrevista, 2000) el valor delos fondos de investigación,de los recursos y la tecnolo-gía llevados al Perú por el

proyecto alcanzó un total de un millón de dólares. La mayor par-te de estos beneficios fue posible gracias a los fondos de becaspúblicas, y se canalizaron por medio de dos universidades perua-nas, dando oportunidad de entrenamiento e investigación a pro-fesores y estudiantes peruanos (Lewis et al., 1998: 81). El proyectodel ICBG ofreció también oportunidades de entrenamiento am-biental y de educación universitaria a los aguaruna involucrados(Lewis, entrevista, 2000). Dos aguaruna quedaron tan bien entre-nados en métodos botánicos y de clasificación científica que even-tualmente terminaron dirigiendo sus propias colectas en campo(Lewis et al., 1999: 81). La Conap y afiliados utilizaron una parte delos dineros provenientes de la licencia anual de know-how y delas recolecciones pagadas por Searle para sufragar sus propiasnecesidades organizativas, y distribuyeron el resto entre sus co-munidades afiliadas mediante préstamos pequeños, becas paraestudiantes aguaruna y pagos individuales para los informantesen campo que trabajaron con los investigadores del ICBG en laidentificación de plantas medicinales.

Uno de los efectos más significativos del ICBG fue la cantidadde capital simbólico y político que le dejó a la Conap y a su pre-sidente, César Sarasara. Cuando la visité por primera vez en 1997,la Conap era poco más que César Sarasara, un par de escritorios,un teléfono y una máquina de escribir en una pequeña oficina enLima, y constantemente debía pedir préstamos para pagar el arrien-do y los servicios públicos. Unos años más tarde ya tenía perso-nal en nómina, patrocinaba eventos y tenía los equipos que tienecualquier ONG: computadores, fax, portal en internet, etcétera. Eltítulo en administración de empresas y su origen aguaruna hacen

10. 3.500 es una cantidad engañosa, en tanto que, deacuerdo con Lewis (comunicación personal), muchosde estos extractos son duplicados de una misma plan-ta. Es importante anotar también que se colectaronotras plantas que no son medicinales –algunas de lasque no fueron identificadas por los aguaruna–, para uninventario de biodiversidad, cuyas muestras se enviaronal museo de San Marcos en Lima y a los MissouriBotanical Gardens, y no estuvieron disponibles en elmomento de hacer el tamizaje. Por tanto, el total deplantas recolectadas se acerca a 4.800 (Lewis, entrevis-ta, 2000).

Page 23: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

201

de Sarasara un líder llamativo y un negociador multicultural sa-gaz, por lo que con frecuencia es invitado a hablar en el circuitoglobal de los representantes indígenas y solicitado por los me-dios. Además, ganó un premio de la Sociedad Internacional deEtnobiología y fue coautor de un artículo científico, todo lo cualestá relacionado con el proyecto11.

El surgimiento de la Conap y afiliados contrasta con la caídadel Consejo Aguaruna Huambisa, cuyo éxito momentáneo alcuestionar la legitimidad de las investigaciones del ICBG por mediode la Rafi se vió opacado pronto, por la renegociación exitosadel proyecto realizada por la Conap y afiliados. En el Perú se havuelto común que actores externos y los mismos indígenas cues-tionen la legitimidad del Consejo, en parte por sus fuertes vín-culos con su antiguo y controvertido líder. Uno de los fundadoresdel Consejo, Pancho Juwau (entrevista, 2000), comentaba cíni-camente que cuando las personas mencionan el Consejo pien-san que “Eso apesta desde lejos”12.

Otro resultado importante y aleccionador de la experienciaICBG-aguaruna es el claro choque entre las posibilidades de éxitoreal y las expectativas generadas en el curso de las negociaciones(Greene, 2002). El intento de la Conap y afiliados de privatizar elconocimiento médico tradicional ha tenido como consecuenciagenerar altas expectativas locales de recibir sumas considerablesde dinero. Generar expecta-tivas sobre ganancias econó-micas sustanciales a largoplazo fue parte esencial dela estrategia utilizada parapersuadir a las comunidadeslocales de que aceptaran elproyecto. El anterior presi-dente de la Fad informaba,por ejemplo, que los agua-runa del río Domingusa, si-guiendo la gran tradiciónmilenarista, esperaban queen el año 2000 les llegaranmillones de dólares, apenascuatro años después de ini-ciar la recolección de mues-tras. En las reuniones de la

11. Sarasara se ha relacionado con la prensa en variasocasiones (véanse, Lambrecht, 1998; Chatterjee, 1997); laSociedad Internacional de Etnobiología le otorgó el pre-mio José Guallart en su primera edición (Lewis, comuni-cación personal) y es coautor en Lewis et al. (1999).

12. La historia detallada de las organizaciones indíge-nas es mejor tratarla en otro escrito. Aun cuando laintención original del Consejo era representar variascuencas –las de los ríos Marañón, Chiriaco, Nieva,Santiago, Cenepa, Domingusa– y manejaba muchosproyectos, la Occaam en gran parte se encontrabaaislada. La Feconarín y la Fad fueron fundadas alrede-dor de 1990 por algunos aguaruna desilusionados conel Consejo, y a mediados de la década de 1990 laOdefroc y la Feconarsa aparecieron en la misma áreahaciendo críticas similares al Consejo. Los actualeslíderes del Consejo son muy conscientes de la frag-mentación y pérdida de prestigio de la organización.Los últimos dos o tres presidentes han tratado de tomarmedidas para solucionar los que llaman la “crisis” delConsejo. Por lo pronto, los resultados son poco alen-tadores.

Page 24: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

202

Conap con las comunidades afiliadas a Oaam vi varias vecescómo los líderes creaban grandes expectativas al hablar de lallegada de millones de dólares, como si estuviesen garantiza-dos. El proceso de reconocer que estas expectativas eran exage-radas ha comenzado a manifestarse en forma de resentimientohacia los líderes de la Conap, a quienes se les responsabiliza.

Desde el comienzo, Searle empleó un proceso de tamizajeutilizando maquinaria de alta capacidad, mediante la que seexaminaban muestras de plantas para determinar su bioactivi-dad en contra de ciertas enfermedades que la compañía habíaidentificado de antemano con la esperanza de producir indi-cios interesantes para futuras investigaciones. En efecto, estaaproximación desconocía la información etnomédica específi-ca recolectada por los investigadores del ICBG, que había susci-tado tanta controversia al comienzo13. Aún más, los exámenesse limitaban a enfermedades como la diabetes, problemas car-diovasculares o la inflamación, problemas de salud mucho máscomunes entre los consumidores de Searle que entre los agua-

runa14. En septiembre de1999, Walter Lewis, de laUniversidad de Washing-ton, como vocero de Sear-le, que no había enviado unrepresentante, anunció quela compañía no había en-contrado ningún indicioque valiera la pena investi-gar y que su intención erano extender la licencia deknow-how. Desde el puntode vista económico deSearle, el negocio se habíaacabado. Que Searle nun-

ca hubiese explorado en realidad el know-how aguaruna no sig-nifica que no se haya beneficiado de su participación en elprograma del ICBG, cuyo proyecto con los aguaruna aparecíaen el informe anual de Monsanto a sus consumidores y accio-nistas como un esfuerzo importante para conservar el bosquetropical y promocionar la repartición de beneficios de acuerdocon el Convenio sobre diversidad biológica, y exaltaba el co-nocimiento médico tradicional aguaruna. La cancelación de la

13. Algunos podrían sostener, obviamente, que el simplehecho de que las plantas hubieran sido identificadas porlos aguaruna como útiles en términos médicos es depor sí una contribución intelectual, algo así como unpretamizaje. En mi opinión, la contribución en este pun-to se ve limitada a una utilidad abstracta, desprovista detodo contenido contextual, práctico, médico, cultural osocial. En general, los etnobotánicos creen que la pro-babilidad de que una planta identificada por los infor-mantes locales sea útil para la investigación y el desarrolloes mucho más alta si para la investigación se usa comoguía información específica y detallada sobre su “utili-dad” (véase, Farnsworth, 1990).

14. Véase Lewis et al. (1999) acerca de la división deintereses en la investigación entre Searle, la UPCH y laUniversidad de Washington y sus resultados hasta lafecha.

Page 25: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

203

licencia de know-how por parte de Searle fue, obviamente, le-gítima desde el punto de vista contractual y financiero. Des-pués de todo, los negocios son los negocios15.

LA BIOPROSPECCIÓN

Y LAS RECLAMACIONES INDÍGENAS

DE PROPIEDAD EN UN PANORAMA MÁS AMPLIO

E N LA ACTUALIDAD, LOS ESTUDIOS DE CASO MÁS RECIENTES COMPLICAN

los recuentos más estereotipados de las negociaciones sobrebioprospección, las reclamaciones de los pueblos indígenas

sobre su propiedad y las políticas de la representación indígena.Dos de los casos más conocidos involucran demandas contra pa-tentes, una de las cuales, contra una corporación transnacional,tuvo éxito, y otra, menos exitosa, contra un investigador estado-unidense. Después de varios años de protestas públicas y de in-tensos esfuerzos legales por parte de una coalición compuestapor institutos de investigación indígenas y estadounidenses, ONG

y organizaciones de agricul-tores, la Oficina Europea dePatentes revocó la patente afavor de la compañía agroin-dustrial W. R. Grace (véase,Raghavan, 2000) sobre uncompuesto fungicida deriva-do del árbol neem o nim,como se le conoce en lasAméricas (Azadirachta indi-ca, conocido también comoneemtree). Vandana Shiva(2000), una de las activistasy científicas indias más vi-sibles involucrada en la pro-testa, ha demostrado que las propiedades medicinales y depesticida del neem son conocidas hace milenios por los agricul-tores de la India, y que el árbol aparece como un símbolo sagradoen las tradiciones sánscrita e islámica. Al sostener que el neem seha “convertido en un símbolo del conocimiento indígena de laIndia” nos revela la aparente combinación de la moderna nación

15. Lograr una impresión más completa de los interesesy motivaciones de Searle ha probado ser algo difícil, enespecial dados los cambios y adquisiciones. Pude hablarcon un ex representante de la firma, que trabajó decerca con investigadores del ICBG y tuvo contacto con laConap y afiliados. Prefirió no divulgar información acer-ca del proyecto, dado que Searle ya no era su empleador.Boletines de prensa de Searle relacionados con el pro-yecto no estaban disponibles debido a la reestructura-ción de la compañía. Cuando Monsanto se unió aPharmaci/Upjohn, Searle fue disuelta y convertida enPharmacia Corporation. Un empleado de la oficina demedios de Pharmacia me proporcionó algunos artículosdel archivo de la compañía que mencionaban el proyec-to del ICBG, pero no pudo localizar ningún boletín deprensa distribuido por Searle, y no tenía informaciónacerca de algún contacto dentro de la compañía queconociera el proyecto del ICBG.

Page 26: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

204

India con los diversos pueblos nativos del subcontinente, antiguosy contemporáneos, y que conocen los múltiples usos del árbol.

En 1999, una coalición formada por varias ONG estadouniden-ses defensoras de derechos ambientales y la Coordinadora de lasOrganizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), conbase en Quito, entablaron una demanda similar ante la Oficina dePatentes de los Estados Unidos (PTO), solicitando la cancelaciónde la patente sobre una supuesta “nueva” variedad de ayahuascaa un investigador de Estados Unidos. Los pueblos indígenas delAmazonas usan esta liana desde hace siglos para preparar reme-dios alucinógenos que son centrales a las cosmologías y medici-nas tradicionales. La PTO reconoció inicialmente la validez de lapetición, pero luego, con base en argumentos legales un tantodudosos, desestimó la revocatoria de la patente. Los represen-tantes de la Coica consideraron esta decisión “un terrible sacrile-gio y asalto a sus valores tradicionales” (Wiser, 2001: 13).

Las disputas sobre patentes demuestran que algunos pueblosindígenas e, incluso, voceros y activistas que identifican a na-ciones enteras del tercer mundo con los pueblos indígenas–como en el caso del nim– se sienten muy insultados por algu-nos casos de bioprospección politizada. El aparente sacrilegioque se comete y las iniquidades globales históricas que se mani-fiestan cuando investigadores y compañías foráneas se apro-pian por medio de patentes de remedios culturalmente sagrados,cumplen un papel crucial en la forma como los pueblos indíge-nas y los nacionalistas indígenas del tercer mundo conciben susreclamos sobre propiedades culturales. Por ejemplo, Antonio Ja-canamijoy, presidente de la Coica, defendió a nombre de todoslos pueblos del Amazonas la posición de su organización, di-ciendo que la ayahuasca es “una planta sagrada usada para cu-rar nuestras enfermedades, limpiar nuestros espíritus, y predecirnuestro futuro. El ayahuasca le pertenece a todas nuestras co-munidades que la usan, y por lo tanto es imposible que puedaser la propiedad de un solo hombre” (Coica, 2002: 2). En el casodel nim, Shiva (2000) deja en claro que la patente de W. R. Gra-ce sobre el método para emulsionar la semilla del nim es unsacrilegio. Aún más, ella sostiene que este caso de “biopirate-ría” internacional no sólo no tenía fundamento legal –lo que fueconfirmado por la Oficina Europea de Patentes–, sino que, ade-más, aumentó los precios, afectando adversamente a los agri-cultores tradicionales que dependen de las semillas del nim.

Page 27: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

205

Las negociaciones entre el ICBG y los aguaruna plantean unaserie de problemas que han recibido menos atención en la lite-ratura sobre bioprospección y derechos indígenas. En particu-lar, he enfatizado en las políticas que hacen parte de lalegitimación y deslegitimación, de algunas formas de represen-tación indígena, las ramificaciones en cuanto a la incorporaciónde los grupos indígenas al reclamar la cultura como propiedad,y el posible conflicto suscitado por las expectativas asociadasal débil compromiso del sector farmacéutico con la bioprospec-ción. El caso ICBG-aguaruna no es el único que tiene estos pro-blemas: los eventos que llevaron al colapso del proyecto delICBG con los mayas de Chiapas en 2000 son muy similares (véanse,Brown, 2003; Nigh, 2002). De manera similar, usando una cam-paña agresiva por medio de internet, la Rafi, con una facción derepresentantes mayas que se oponía a la investigación, introdu-jo de nuevo una agenda de biopiratería en las negociaciones, yesta vez los ayudó a detener el proyecto por completo (Rafi,2000). Intrincadas maniobras políticas que involucraban a re-presentantes indígenas que rivalizaban entre sí, la intervenciónde ONG y la falta de consenso acerca de quiénes eran los repre-sentantes legítimos del pueblo maya, tuvieron un papel impor-tante. En este caso, el socio corporativo era una nueva compañíafarmacéutica que recién iniciaba su operaciones y, por ende,tenía un capital tan limitado que la posibilidad de descubrir al-gún medicamento nuevo era, guardadas proporciones, el equi-valente a ganarse la lotería nacional mexicana, según Brent yElois Ann Berlin, los investigadores principales del proyectomaya (2002: 467). La controversia sobre la representación indí-gena y la desconfianza de los motivos de los bioprospectores seencontró otra vez con una percepción algo distorsionada de losbeneficios económicos potenciales de este tipo de investigacio-nes sobre el conocimiento de plantas tradicionales.

De las ocho becas de investigación del ICBG otorgadas, esclaro que las dos que suscitaron mayor controversia, ICBG-agua-runa e ICBG-maya, requerían de negociaciones directas entre lospueblos indígenas y los bioprospectores, y la intervención deONG que decían actuar a nombre de o en conjunción con estospueblos indígenas. Mientras tanto, otros proyectos del ICBG sehan desarrollado sin el menor asomo de escándalo en colabora-ción con universidades, institutos de investigación, y agenciasgubernamentales de los países huésped. Cori Hayden (s. f.) le ha

Page 28: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

206

hecho seguimiento a otro proyecto del ICBG de recolección deplantas en Chile, Argentina y México, en el que participan uni-versidades públicas y privadas e institutos de investigación. ICBG-Latinoamérica ha recibido fondos del ICBG en dos ocasiones y haestablecido relaciones aparentemente cordiales con sus socios enlos países huésped (véase, Timmerman et al., 1999). Hayden leatribuye este éxito aparente a que los investigadores rehusaron,estratégicamente, la pregunta del conocimiento indígena, y evi-taron comunidades que se identifiquen como “indígenas” y pu-dieran reclamar sus propios derechos de propiedad cultural. Alcomprar a vendedores locales muestras de plantas en mercadosurbanos, los investigadores del ICBG evitan este asunto. Conside-ran este conocimiento “desindigenizado” sobre las plantas quecircula en los mercados urbanos como un bien de consumo, algoque hace parte del dominio público nacional. Así pues, mientrascompran plantas a los vendedores locales por un precio “justo”,la única obligación de repartir beneficios a largo plazo que debenreconocer es a la nación, representada por las instituciones en lasque trabajan sus socios locales de investigación.

El programa ICBG de la Universidad de Illinois en Chicago(UIC) en Laos y Vietnam parece compartir estas dinámicas (Soe-jarto et al., 1999). Los investigadores de la UIC hacen sus colectasprincipalmente en parques nacionales –por ejemplo, áreas de-marcadas como espacios públicos “nacionales”–, en colabora-ción contractual con instituciones de investigación públicas yprivadas de los países huésped. Para el componente etnobotáni-co del proyecto, el contacto entre los investigadores extranje-ros y las comunidades locales está mediado por institucionesestatales tales como el Comité Nacional de Comunidades Étni-cas en Vietnam y el Ministerio de Salud en Laos. Como benefi-ciarios del proyecto, las instituciones del país huésped hablanpor y deben representar los intereses de las comunidades loca-les en la investigación del ICBG (Soejarto et al., 1999: 107). Losbioprospectores de este tipo se aproximan a las obligaciones derepartición de beneficios principalmente como un problemanacional que debe ser resuelto por instituciones estatales o deotro tipo en el país huésped, que no demuestren incertidumbreacerca de la legitimidad y representación institucionales.

Contrario a la tendencia hacia la hipérbole que presentan usual-mente las acusaciones sobre biopiratería global y la desenfrenadaexplotación del conocimiento indígena, el estado actual de la

Page 29: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

207

investigación farmacéutica sugiere la necesidad de una compren-sión más precisa de las dinámicas en juego. Varios estudiosos hananotado que desde el punto de vista de las inversiones, las compa-ñías farmacéuticas asignan muy poco a la bioprospección de cual-quier tipo en comparación con lo que invierten en la investigaciónsobre drogas sintéticas, modeladas por computador y basadas eningeniería, que constituye el método preferido de desarrollo demedicamentos (véanse, Albers-Schönberg, 1995; Aylward, 1995;Goering, 1995: 10). Los discursos sobre el desarrollo sostenible y laconservación medio ambiental continuarán influenciando sin dudaa las compañías farmacéuticas para que consideren las demandasde la esfera pública por un capitalismo ambientalmente responsa-ble. Una política más verde requiere de un capitalismo más moraly más verde. Sin embargo, la idea de un “capitalismo verde” con-tiene algunas contradicciones inherentes, cuando en realidad pare-cería que mantener el statu quo capitalista produce mayoresrendimientos (Gersh, 1999). El interés por la supervivencia y la acu-mulación de capital entre los competidores corporativos fácilmen-te pesa más que el interés en generar un nuevo orden moral yambiental. Un informe reciente revela que a pesar del énfasis de laindustria en el desarrollo de investigación de punta, los producto-res de medicamentos son entrepreneurs increíblemente poco in-geniosos, que dedican más recursos financieros a la publicidade imagen corporativas, que aumentan las ventas, que a descu-brir nuevos medicamentos (Public Citizen, 2001). El estudio en-contró también que una proporción importante –más de la mitad–de nuevos productos médicos introducidos entre 1982 y 1991 noeran nuevos medicamentos, sino drogas “yo también,” imita-ciones levemente modificadas de productos ya existentes.

El débil compromiso con la bioprospección por parte del sec-tor farmacéutico es especialmente obvio en lo que se refiere altipo de bioprospección que depende directamente del conoci-miento indígena. Shaman Pharmaceuticals, una compañía nuevafundada en 1990, fracasó en su intento por descubrir un medica-mento lucrativo basado en conocimientos tradicionales sobre plan-tas; este hecho agrega más pruebas a los resultados de los proyectosICBG-aguaruna e ICBG-maya. Aun cuando Shaman mantiene unaposición coherente con el Convenio sobre diversidad biológica yestá dispuesta a implementar mecanismos para repartir las utili-dades con comunidades locales que contribuyan con conocimien-tos médicos tradicionales, tal escenario no existe aún. A pesar de

Page 30: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

208

algunos avances significativos con una droga experimental llama-da Provir, basada en el remedio tradicional amazónico de la sangrede grado, Shaman se vio forzada a cerrar su división de investiga-ciones farmacéuticas, y actualmente vende suplementos herbalespoco lucrativos, mientras continúa operando con los mismos idea-les ambientales y morales aun con una inmensa deuda corporativa(véanse, Brown, 2003; Economist, 1999). Esta es una buena razónpara detenerse y reflexionar.

LOS DILEMAS DE LA IN-CORPORACIÓN

Y REPRESENTACIÓN INDÍGENAS

L A INCERTIDUMBRE RELATIVA DE LAS COMPAÑÍAS FARMACÉUTICAS CON

respecto a la bioprospección y sus preocupaciones acerca dela imagen corporativa en una era medio ambiental, y los esfuer-

zos cada vez más frecuentes de los grupos indígenas por tratar elconocimiento como propiedad, producen expectativas, presuposi-ciones y estrategias de negociación muy divergentes. Un panel deexpertos externos identificó la creación de expectativas poco rea-listas con respecto a los supuestos beneficios económicos de labioprospección en regiones en desarrollo como uno de los mayo-res peligros en el diseño del programa del ICBG (véase el Report of aSpecial Panel of Experts on the International Cooperative Biodi-versity Group, 1997). Otros autores han anotado que elevar las ex-pectativas en naciones económicamente pobres pero ricas enbiodiversidad es un problema general creado por la retórica de labioprospección (Macilwain, 1998). Yo agregaría que si bien la crea-ción de grandes expectativas puede ser un problema generalizadoen la investigación relacionada con la bioprospección, los casosactuales sugieren que estas son más exageradas y politizadas cuan-do las negociaciones involucran la cuestión de la propiedad cultu-ral y la representación indígena. En efecto, investigadores comoCori Hayden sugieren que al evadir la pregunta sobre el conoci-miento indígena y diseñar las actividades de bioprospección entérminos de obligaciones con el estado-nación, algunos biopros-pectores tratan de evitar, conscientemente, las controversias, con-fusiones y demandas de biopiratería. Pero, ¿qué hace que losactuales acuerdos de bioprospección con los grupos indígenas pro-duzcan tales desacuerdos?

Page 31: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

209

Tal como lo demuestran estos casos, una respuesta es que lassociedades nacionales e internacionales y las comunidades in-dígenas deben reconocer, legitimar y rutinizar las nuevas políti-cas globales de representación y movilización en las que muchosgrupos indígenas se encuentran envueltos. El debate acerca dequién está hablando por quién en lo que se refiere a los asuntosindígenas continúa creando crisis de representación en las quelos líderes, las organizaciones y los voceros indígenas se venforzados a re/negociar su representatividad, no sólo entre ellosmismos, sino también en relación con los intereses de los acto-res foráneos que, por lo general, ocupan posiciones con mayorpoder, recursos, influencia y prestigio. Aun cuando algunos crí-ticos ven a las ONG internacionales más poderosas como partedel proyecto neoliberal que busca perpetuar la falsa concienciaentre los pueblos marginados sobre su “empoderamiento” (véan-se, Petras, 1997; Hardt y Negri, 2000: 36), otros sostienen que enesta era de reducción del estado las ONG son la principal fuerzade democratización, servicio social y desarrollo (véanse, Beb-bington et al., 1993; Clark, 1990; Meyer, 1999). En el caso de lospueblos indígenas, las ONG que actúan como aliados y las insti-tuciones indígenas, que comúnmente también son ONG, puedenejercer y, en efecto, tienen gran influencia contra los interesesprivados y estatales. Pero, siendo instituciones burocráticas consus propios programas políticos y sociales, también es comúnque estén lejos, geográfica, cultural y lingüísticamente, de losconstituyentes locales, lo que puede resultar en una tendencia asimplificar y romantizar las realidades indígenas. Por ejemplo,la imagen tan popular en épocas recientes de los indígenas ama-zónicos como guardianes del bosque tropical existe hoy día enparte debido a las alianzas establecidas entre ONG ambientales ygrupos indígenas en las últimas dos décadas (Conklin y Graham,1995). De manera similar, un análisis de las negociaciones de bio-prospección indica que las ONG que trabajan con los represen-tantes indígenas cumplen un papel determinante a la hora deapoyar las reclamaciones indígenas, mientras que, simultánea-mente, crean expectativas exageradas con respecto al potencialeconómico de las demandas sobre propiedad intelectual, y caenen el juego de miedos asociado con el discurso preponderantede la biopiratería farmacéutica. Por lo general, estas organizacio-nes proveen recursos y asistencia legal y científica claves, tal comoen los casos de las patentes sobre la ayahuasca y el nim; en otros

Page 32: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

210

casos, sus actividades, a pesar de tener buenas intenciones, resul-tan en la legitimación de los grupos indígenas que de manera másclara se ajustan a sus propios objetivos institucionales, políticosy sociales, y a sus formas de auto representación anticorporativay antibioprospección, sin enfrentar nunca las complejas realida-des políticas de las poblaciones locales.

Por más importantes que sean, las ONG son apenas un subgru-po dentro de los múltiples actores que pueden influenciar la ne-gociación y des/legitimación de la representatividad indígena. Losinvestigadores de toda índole, las organizaciones religiosas, lasagencias de financiación internacionales y las corporaciones yburocracias estatales influyen sobre y complican las políticas derepresentación indígena, de acuerdo con sus propios intereses.La tendencia de las ONG a distorsionar las demandas de represen-tación indígenas a favor de las protestas contra la bioprospecciónse ven igualadas por las tendencias de los investigadores, los fun-cionarios estatales y las compañías farmacéuticas de hacer lomismo a su favor. Ambos lados buscan y tratan de legitimar alia-dos indígenas de acuerdo con sus objetivos institucionales, polí-ticos y económicos. Más aún, como hemos visto, con frecuenciael desacuerdo y las discusiones internas en los grupos indígenassobre el problema de la representación le da cierta credibilidad aambas partes, y muestran también los problemas inherentes denegociar culturas con propiedad colectiva mediante apenas unosselectos brokers indígenas. Debido a la naturaleza colectiva de lasdemandas que buscan definir la cultura como propiedad, existeuna presuposición común a todas las partes: que las colectivida-des indígenas deben tener una estructura centralizada de autori-dades representativas, comparable a la que encontramos en losestados-nación consolidados, con la que los actores externospuedan negociar. Sin embargo, establecer quiénes son los repre-sentantes legítimos de una colectividad indígena es frecuente-mente un asunto que suscita debates externos e internos. Encircunstancias en las que la construcción de instituciones indíge-nas todavía está en proceso, no debe sorprender que la legitimi-dad de cualquier organización indígena varíe de acuerdo con lastendencias políticas y el grado de acceso que tengan a actoresexternos más poderosos.

Esto no hace que, en mi opinión, los pueblos indígenas seanpeones inocentes al servicio de jugadores más poderosos, sinoque demuestra, en cambio, su participación en redes más amplias

Page 33: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

211

de poder, como estrategas políticos cuyas decisiones repercutendirectamente sobre su legitimidad como representantes indíge-nas. Ganar importantes batallas legales y la inserción exitosa delos programas indígenas en las decisiones de actores e institucio-nes políticas más poderosas pueden, bajo circunstancias favora-bles, ser muy efectivas, pero por lo general la “victoria” es relativa.Se deben tener en cuenta también los costos que implica politi-zar la cultura y tratarla como propiedad. Aun cuando la moviliza-ción indígena global es una señal de fuerza significativa paraalgunos de los pueblos más marginales, las políticas de las autori-dades y los voceros indígenas continúan siendo una esfera muydisputada. La representación indígena que apenas está surgiendose ve apoyada y constreñida, al mismo tiempo, por las alianzasnacionales e internacionales que están identificando continua-mente mediadores legítimos entre los intereses externos y las co-munidades locales de formas que dependen tanto de sus propiasagendas como de las de las colectividades indígenas.

Aun cuando algunos de los casos presentados ilustran princi-palmente las preocupaciones concernientes al sacrilegio, la re-presentación equívoca y la explotación, otros llevan a considerarlas ramificaciones de las expectativas y aspiraciones económicasque nacen a partir de las demandas sobre la propiedad culturalindígena. Algunos han enfatizado en que los reclamos sobre lapropiedad cultural, basados en leyes occidentales sobre propie-dad intelectual, implican la privatización derivada directamentede los ideales y modelos del mercado (véanse, Brush, 1996, 1999;Coombe, 1998, 1999). Los casos analizados demuestran que las de-mandas sobre propiedad cultural son utilizadas, de hecho, encontra de los intereses externos del mercado, y también de acuerdocon los intereses internos de los mismos grupos indígenas, quebuscan utilizar el mercado para favorecer sus movilizaciones. Loscasos del nim y la ayahuasca, por ejemplo, giran alrededor de loque se percibe como un ataque moral, cultural y económico so-bre el derecho que tienen una nación y un pueblo indígena deprohibir que un conocimiento considerado propiedad colectivase vuelva la propiedad patentada y exclusiva de una corporacióno individuo privado. El material que presenté sobre el caso ICBG-aguaruna sugiere que se deben tomar en consideración las for-mas en que las reclamaciones indígenas sobre la propiedadcultural llevan también a estrategias empresariales locales, y quees importante examinar las ramificaciones potenciales de estas

Page 34: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

212

estrategias. Tratar la cultura como propiedad es una estrategia uti-lizada por los grupos indígenas para adoptar y transformar la lógicade sus contrapartes occidentales, para mercadearse como Pueblosindígenas S. A. y crear una forma de actividad económica política-mente consciente, que en otros contextos ha sido denominada “ca-pitalismo tribal” (véase Rata, citado en Friedman, 1999: 9).

El proyecto ICBG-aguaruna demuestra que la actividad empre-sarial indígena hace parte también de las demandas sobre la pro-piedad cultural. La licencia de know-how firmada con Searle esuna instancia clara de esto, al igual que la solicitud de una paten-te de utilidad radicada por investigadores de la Universidad deWashington en 2003 (Lewis y Ramani, n. d.). La falta de apoyocorporativo desde el retiro de Searle no ha impedido la investiga-ción etnobotánica de Walter Lewis sobre las muestras de plantasrecogidas entre los aguaruna, lo que ha producido importantesindicios en el área de los antimaláricos, que él y sus colegas bus-can proteger mediante patente. En la solicitud de patente, losinventores han asignado el mismo porcentaje de propiedad –25%a cada uno– a los miembros de los cuatro socios iniciales delICBG. Uno de los cuatro potenciales propietarios de la patente esla Conap, representante de las federaciones aguaruna locales so-

cios en los acuerdos. De serotorgada la patente, es pro-bable que la Conap se con-vierta en una de las primerasinstituciones indígenas en elmundo en ser dueña de co-nocimiento patentado. Laprobabilidad de que una pa-tente se convierta en utili-dades es, claro, bastantebaja, pero uno no puede de-jar de reconocer los intere-ses económicos que haydetrás de este tipo de movi-lización indígena en particu-lar16.

Pero, exactamente, ¿quéocupa un lugar central enlas estrategias indígenas demovilización que podemos

16. La patente menciona a cada uno de los informan-tes que identificó las plantas de las que se han podidoaislar los compuestos patentados, y a las comunidadesaguaruna en las que viven (Walter Lewis, comunicaciónpersonal). La decisión de incluir únicamente a la Conapcomo representante de otras cuatro federacionesaguaruna en la solicitud de la patente, en vez de todasjuntas como en el acuerdo de recolección biológica,es curiosa. Como actor nacional, es obvio que laConap es más estable y conveniente para coordinarestos asuntos. Sin embargo, a diferencia de todas lasotras federaciones involucradas, no es una organiza-ción exclusivamente aguaruna, sino una confedera-ción interétnica, y otros indígenas amazónicosconstituyen la mayoría de los afiliados locales de laConap: los pueblos shipibo y yanesha son especial-mente importantes. Ninguno de ellos tuvo algo que vercon las colectas realizadas por el ICBG, pero comomiembros activos de una organización que funcionade manera democrática se podría asumir que tienentanto derecho sobre la propiedad patentada como lasorganizaciones aguaruna representadas por la Conap.Parece como si las complejidades de identificarstakeholders, socios contractuales y propietarios de co-nocimiento indígena no hicieran más que multiplicarse.

Page 35: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

213

observar, no sólo en las negociaciones sobre bioprospección,sino también en el mercadeo de artesanías tradicionales, músicapopular y etno y ecoturismo? A fin de cuentas, lo que se repre-senta, discute, negocia y, en algunos casos, vende, es la identi-dad indígena como tal (véanse Brysk, 2000: capítulo 4; Conkliny Graham, 1995; Friedman, 1999; Sylvain, 2002). Lo que se haprivatizado no es sólo el conocimiento amazónico sobre las plan-tas, la música andina o los tours en una aldea. A un nivel másbásico, las identidades de los grupos indígenas se ven sujetas aestas estrategias, ya que por lo general es el vínculo con unacultura e identidad indígena lo que las hace un bien de consumoatractivo para los consumidores y productores globales.

Privatizar y mercadear partes de su cultura o recursos tradicio-nales es otra estrategia usada en una política más amplia de auto-determinación, que surge en conexión con la demanda económicadel mercado global. Es precisamente mediante esta actividad em-presarial indígena que grupos como la Conap y afiliados promue-ven una movilización específicamente indígena. Ellos dicen que lamovilización indígena necesita mucho más que un sólido trasfon-do histórico y cultural como parte de las políticas identitarias mul-ticulturales de hoy. Requiere también de viabilidad económica, yaque su supervivencia como movimiento social organizado tieneun vínculo directo con la solvencia financiera de las institucionesfundadas por los grupos indígenas y las comunidades representa-das por ellos, en un mundo dominado por las relaciones de merca-do. Esta complicada situación hace insostenible cualquierexplicación de la incorporación indígena como una simple acepta-ción de los ideales corporativos. Cuestiona igualmente las imáge-nes simplistas de masas indígenas que viven unidas clamando encontra de los supuestos males causados por las corporaciones.Ambas estrategias están siendo empleadas y brindan oportunida-des para que un programa político indígena avance en algunas cir-cunstancias, aun cuando sean potencialmente peligrosas para esteen otros casos. La adopción de los ideales corporativos es parte dela movilización indígena, pero no podemos separarla de cuestio-nes más amplias como las iniquidades históricas, el sacrilegio cul-tural y la representación distorsionada, que sirven también defundamento para organizar las luchas indígenas. Las estrategias in-dígenas de incorporación se combinan con esquemas culturaleslocales, y se ponen en marcha como políticas de identidad y auto-determinación más amplias (Coombe, 1998: capítulo 5).

Page 36: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

214

Sin embargo, en lo que se refiere a estas maniobras para privati-zar el conocimiento, la cultura y la identidad indígenas, podemosidentificar dos peligros. Uno de estos, tal como la historia de laexpansión del capitalismo ha dejado en claro, es que la incorpora-ción de los grupos indígenas podría llevar a que algunas clasesindígenas monopolizaran la identidad y la propiedad cultural, y ala marginación de otras en lo que respecta a la movilización colec-tiva político-económica. El otro peligro es que la creación de ex-pectativas exageradas sobre el valor de mercado del conocimientotradicional, la propiedad cultural y las identidades corporativascontinuará sembrando la discordia, no sólo entre los grupos indí-genas y los variados agentes del desarrollo y la modernidad, sinotambién entre los constituyentes indígenas y sus líderes que ac-túan como brokers. En ambos casos, todavía queda mucho por de-batir en la búsqueda de un camino que los saque adelante.

BIBLIOGRAFÍA

AGUILAR-STØEN, M., DHILLION, S. S. 2003. “Implementation of theConvention on Biodiversity in Mesoamerica: Environment anddevelopment aspects”. Environmental Conservation. 30.

ALBERS-SCHÖNBERG, GEORG. 1995. “The pharmaceutical discoveryprocess”. En T. Swanson (ed.). Intellectual property rights andbiodiversity conservation. Cambridge University Press. Cambridge.

ALBÓ, XAVIER. 1991. “El retorno del indio”. Revista Andina. 9.

ALTMAN, JON. 2001. Sustainable development options on aboriginalland: The hybrid economy in the twenty-first century. AustralianNational University Centre for Aboriginal Economic Policy.Research Discussion Paper 226.

ARTUSO, ANTHONY. 1997. “Capturing the chemical value of biodiversity:Economic perspectives and policy prescriptions”. En F. Grifo y J.Rosenthal (eds.). Biodiversity and human health. Island Press.Washington.

AYLWARD, BRUCE. 1995. “The role of plant screening and plant supplyin biodiversity conservation, drug development, and health care”.En T. Swanson (ed.). Intellectual property rights and biodiversityconservation. Cambridge University Press. Cambridge.

BALLÓN AGUIRRE, FRANCISCO. 1988. Política de la supervivencia. Centrode Investigación y Promoción Amazónica. Temas Amazónicos 4.

Page 37: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

215

BANERJEE, S. B. 2000. “Whose land is it anyway? National interest,indigenous stakeholders, and colonial discourses: The case of theJabiluka uranium mine”. Organization and Environment. 13 (1).

BEBBINGTON, ANTHONY, GRAHAM THIELE, PENELOPE DAVIES, MARTIN PRAGER,HERNANDO RIVEROS. 1993. Non-governmental organizations and thestate in Latin America. Routledge. Londres.

BERLIN, BERLIN, ALOIS ANN BERLIN. 2002. “Comment on: Maya medicinein the biological gaze: Bioprospecting research as herbal fetishism,by Ronald Nigh”. Current Anthropology. 43 (3).

BOYLE, JAMES. 1996. Shamans, software, and spleens. Harvard UniversityPress. Cambridge.

BROWN, MICHAEL. 2003. Who owns native culture? Harvard UniversityPress. Cambridge.

––––––––––. 1998. “Can culture be copyrighted?”. Current Anthropology. 39 (2).

––––––––––. 1993. “Facing the state, facing the world: Amazonia’s nativeleaders and the new politics of identity”. L’Homme. 33.

BRUSH, STEVEN. 1999. “Bioprospecting the public domain”. CulturalAnthropology. 14.

––––––––––. 1996. “Whose knowledge, whose genes, whose rights?”.En S. Brush y D. Stabinsky (eds.). Valuing local knowledge. IslandPress. Washington.

––––––––––. 1994. “A non-market approach to protecting biologicalresources”. En T. Greaves (ed.). Intellectual property rights forindigenous peoples. Society for Applied Anthropology. Norman, Okla.

BRYSK, ALISON. 2000. From tribal village to global village. StanfordUniversity Press. Stanford.

CARNEIRO DA CUNHA, MANUELA Y MAURO W. B DE ALMEIDA. 2000.“Indigenous people, traditional people, and conservation in theAmazon”. Daedalus. 129.

CASTREE, N. 2003. “Bioprospecting: From theory to practice (and backagain)”. Transactions of the Institute of British Geographers. 28.

CHATTERJEE, PRATAP. 1997. “Environment: Peru native peoples’ stake inmedicinal plant deal”. Inter Press Service, Global InformationNetwork. March 6.

CHIRIF, ALBERTO, PEDRO GARCÍA, RICHARD SMITH. 1991. El indígena y suterritorio son uno solo. Oxfam-Coica. Lima.

CLARK, JOHN. 1990. Democratizing development: The role of voluntaryorganizations. Kumarian Press. West Hartford.

COICA (COORDINADORA DE LAS ORGANIZACIONES INDÍGENAS DE LA CUENCA AMAZÓNICA).2002. Patente de la planta sagrada ayahuasca. http://www.coica.org/interna.asp?sp5&rp10 (consultada el 30 de enero de 2003).

Page 38: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

216

COMAROFF, JEAN Y JOHN COMAROFF. 1991. Of revelation and revolution.Vol. 1. University of Chicago Press. Chicago.

CONKLIN, BETH. 2002. “Shamans versus pirates in the Amazoniantreasure chest”. American Anthropologist. 104.

CONKLIN, BETH Y LAURA GRAHAM. 1995. “The shifting middle ground:Amazonian Indians and eco-politics”. American Anthropologist.97.

CONSEIL, DOMINIQUE. 2003. “Aveda announces discontinuation ofindigenous product Collection Aveda”. http://www.aveda.com/about/press/indigenous.asp (consultada el 14 de noviembre de 2003).

COOMBE, ROSEMARY. 1999. “Intellectual property, human rights, andsovereignty: New dilemmas in international law posed by therecognition of indigenous knowledge and the conservation ofbiodiversity”. Indiana Journal of Global Legal Studies. 6.

––––––––––. 1998. The cultural life of intellectual properties. DukeUniversity Press. Durham.

COX, PAUL Y MICHAEL BALICK. 1994. “The ethnobotanical approach todrug discovery”. Scientific American. June.

DHILLION, S. S., H. SVARSTAD, C. AMUNDSEN, H. C. BUGGE. 2002.“Bioprospecting: Effects on the environment and development”.AMBIO. 31.

DOVE, MICHAEL. 1995. “Center, periphery, and biodiversity: A paradoxof governance and a developmental challenge”. En S. Brush y D.Stabinsky (eds.). Valuing local knowledge. Island Press.Washington.

DYE, LEE. 2000. “Cures from the forest”. http://www.abcnews.go.com/sections/science/DyeHard/dyehard000824.html (consultada el 15de agosto de 2003).

ECONOMIST. 1999. “Shaman loses its magic”. February 20.

ELISABETSKY, ELIZABETH. 1991. “Folklore, tradition, or know-how?”.Cultural Survival Quarterly. Summer.

EWEN, ALEXANDER. 1994. Voice of indigenous peoples: Native peopleaddress the United Nations. Clear Light Publishers. Santa Fe.

FARNSWORTH, NORMAN. 1990. “The role of ethnopharmacology in drugdevelopment”. En Bioactive compounds from plants. CibaFoundation Symposium 154. Wiley. Chichester.

FISCHER, EDWARD. 1999. “Cultural logic and Maya identity: Rethinkingconstructivism and essentialism”. Current Anthropology. 40.

FRIEDMAN, JONATHAN. 1999. “Indigenous struggles and the discreet charmof the bourgeoisie”. Australian Journal of Anthropology. 10 (1).

Page 39: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

217

GALE, DENNIS. 2001. “Company settles suit over Crazy Horse MaltLiquor”. Montana Forum. http://www.montanaforum.com/rednews/2001 /04 /27/build/tribal/27l iquorsuit.php?nnnp3(consultada el 20 de enero de 2003).

GERSH, JEFF. 1999. “Capitalism goes green?” San Diego Earth Times. May.http://www.sdearthtimes.com/et0599/et0599s3.html (consultada el 3de octubre de 2003).

GOERING, LAURIE. 1995. “Rain forests may offer new miracle drugs”.Chicago Tribune. September 12.

GRAHAM, LAURA. 2002. “How should an Indian speak?”. En K. Warreny J. Jackson (eds.). Indigenous movements, self-representation, andthe State in Latin America. University of Texas. Austin.

GREENE, SHANE. 2002. “Intellectual property, resources or territory?Reframing the debate over indigenous rights, traditionalknowledge, and pharmaceutical bioprospection”. En M. Bradleyy P. Petro (eds.). Truth claims: Representation and human rights.Rutgers University Press. New Brunswick.

GUPTA, AKHIL Y JAMES FERGUSON. 1992. “Beyond “culture”: Space, identity,and the politics of difference”. Cultural Anthropology. 7.

HAAS, JONATHAN. 1996. “Power, objects, and a voice for anthropology”.Current Anthropology. 37.

HANDLER, RICHARD. 1985. “On having a culture”. En George Stocking(ed.). Objects and others. Historical Anthropology. 3. Universityof Wisconsin Press. Madison.

HARDT, MICHAEL Y ANTONIO NEGRI. 2000. Empire. Harvard UniversityPress. Cambridge.

HAYDEN, CORI. 2003. “From market to market: Bioprospecting’s idiomsof inclusion”. American Ethnologist. 30 (3).

––––––––––. n. d. “Prospecting’s publics”. En K. Verdery y C.Humphrey (eds.). Property in question. Berg. In Press. Oxford.

HELLER, M. A. Y R. S. EISENBERG. 1998. “Can patents deter innovation?The anticommons in biomedical research”. Science. 280.

KEARNEY, MICHAEL Y STEFANO VARESE. 1995. “Latin America’s indigenouspeoples: Changing identities and forms of resistance”. En S.Halebsky y R. Harris (eds.). Capital, power, and inequality inLatin America. Westview Press. Boulder.

KING, STEVEN Y MICHAEL TEMPESTA. 1994. “From shaman to human clinicaltrials”. En D. Chadwick y J. Marsh (eds.). Ethnobotany and thesearch for new drugs. Ciba Foundation Symposium 185. Wiley.Chichester.

Page 40: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

218

LAMBRECHT, BILL. 1998. “Bioprospectors find they must be deal-makersas well as scientists”. St. Louis Post-Dispatch. October 11.

LEWIS, WALTER, GERARDO LAMAS, ABRAHAM VAIS-BERG, DAVID CORLEY Y

CÉSAR SARASARA. 1999. “Peruvian medicinal plant sources of newpharmaceuticals (International Cooperative Biodiversity Group-Peru)”. Pharmaceutical Biology. Suppl. 37.

LEWIS, WALTER Y VEENA RAMANI. n. d. “Ethics and practice in ethnobiology:Analysis of the International Cooperative Biodiversity Group Projectin Peru”. MS.

MACILWAIN, COLIN. 1998. “When rhetoric hits reality in debate onbioprospecting”. Nature. 392.

MEYER, CARRIE. 1999. The economics and politics of NGOs in LatinAmerica. Praeger. Westport.

MONSANTO. 1998. 1997 report on sustainable development. St. Louis.

MONTEJO, VICTOR. 2002. “The multiplicity of Mayan voices: Mayanleadership and the politics of self-representation”. En K. Warreny J. Jackson (eds.). Indigenous movements, self-representation, andthe State in Latin America. University of Texas. Austin.

MORAN, KATY, STEVEN KING, THOMAS CARLSON. 2001. “Biodiversity prospecting:Lessons and prospects”. Annual Review of Anthropology. 30.

MUEHLEBACH, ANDREA. 2001. “Making place” at the United Nations:Indigenous cultural politics at the U.N. Working Group on IndigenousPopulations”. Cultural Anthropology. 16.

NIEZEN, RONALD. 2003. The origins of indigenism. University ofCalifornia Press. Berkeley.

NIGH, RONALD. 2002. “Maya medicine in the biological gaze: Bioprospectingresearch as herbal fetishism”. Current Anthropology. 43 (3).

O’CONNER, TANYA. 2000. “Interest drops in rainforest remedies”.Health24News 1. July 7.

ORLOVE, BENJAMIN, BRUSH, STEPHEN. 1996. “Anthropology and theconservation of biodiversity”. Annual Review of Anthropology. 25.

OSURI, GOLDIE. 2003. “Discourses of aboriginality and governmentalityin Australian television news”. MS.

PETRAS, JAMES. 1997. “Imperialism and NGOs in Latin America”. MonthlyReview. 49 (7).

PLOTKIN, MARK. 1993. Tales of a shaman’s apprentice. Viking. NuevaYork.

POLLACK, ANDREW. 1992. “Drug industry going back to nature”. NewYork Times. March 5.

Page 41: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

219

POSEY, DARRELL. 1990. “Intellectual property rights: What is the positionof ethnobiology?”. Journal of Ethnobiology. 10.

POSEY, DARRELL, DUTFIELD, GRAHAM. 1996. Beyond intellectual property.International Development Research Centre. Ottawa.

PUBLIC CITIZEN. 2001. “Rx R&D myths: The case against the drugindustry’s R&D “scare card””. http://www.citizen.org (consultadael 1 de agosto de 2001).

RAFI (RURAL ADVANCEMENT FOUNDATION INTERNATIONAL). 2000. “Stop biopiracyin Mexico!” Rafi News. October 23. http://www.etcgroup.org/article.asp?newsidp18 (consultada el 9 de febrero de 2003).

––––––––––. 1995. “Biopiracy update: A global pandemic”. Rafi Com-muniqué, September/October. http://www.etcgroup.org/article.asp?newsidp206 (consultada el 9 de enero de 2003).

––––––––––. 1994. “Bioprospecting/biopiracy and indigenous peoples”.Rafi Communiqué, November. http://www.etcgroup.org/article.asp?newsidp212 (consultada el 9 de enero de 2003).

RAGHAVAN, CHAKRAVARTHI. 2000. “Neem patent revoked by EuropeanPatent Office”. http://www.twnside.org.sg/title/revoked.htm(consultada el 28 de enero de 2003).

RAMOS, ALCIDA. 1998. Indigenism: Ethnic politics in Brazil. Universityof Wisconsin Press. Madison.

RASNAKE, ROGER. 1988. Domination and cultural resistance. DukeUniversity Press. Durham.

RAUSSER, G. C. Y A. A. SMALL. 2000. “Valuing research leads: Biopros-pecting and the conservation of genetic resources”. Journal ofPolitical Economy. 108.

REDFORD, KENT. 1990. “The ecologically noble savage”. Orion NatureQuarterly. 9 (3).

REPORT OF A SPECIAL PANEL OF EXPERTS ON THE INTERNATIONAL COOPERATIVE

BIODIVERSITY GROUP. 1997. http://www.nih.gov/fic/opportu- nities/finalreport.html (consultada el 12 de febrero de 2001).

REQUEST FOR APPLICATIONS ICBG. 1997. International CooperativeBiodiversity Group RFA TW-98-001, August 15. National Institutes ofHealth, National Science Foundation, Foreign Agricultural Service.

ROSENTHAL, JOSHUA. 1997. “Integrating drug discovery, bio-diversityconservation, and economic development: Early lessons from theInternational Cooperative Biodiversity Groups”. En F. Grifo y J. Rosenthal(eds.). Biodiversity and human health. Island Press. Washington.

SHIVA, VANDANA. 2000. “The neem tree: A case history of biopiracy”.http://www.twnside.org.sg/title/pir-ch.htm (consultada el 28 deenero de 2003).

Page 42: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Shane GreeneShane GreeneShane GreeneShane GreeneShane Greene

¿Pueblos indígenas S.A.? La cultura como política y propiedad

220

SMITH, CLAIRE, GRAEME WARD. 2000. Indigenous cultures in aninterconnected world. Allen and Unwin. St. Leonards, Australia.

SMITH, RICHARD CHASE. 1996. “Las políticas de la diversidad: Coica ylas federaciones étnicas de la Amazonia”. En S. Varese (ed.).Pueblos indios, soberanía y globalismo. Abya-Yala. Quito.

SOEJARTO, DJAJA, CHARLOTTE GYLLENHAA, JACINTO REGALADO et al. 1999.“Studies on biodiversity of Vietnam and Laos: The UIC-BasedICBG Program”. Pharmaceutical Biology. Suppl. 37.

STERN, STEVE. 1982. Peru’s Indian peoples and the challenge of Spanishconquest. University of Wisconsin Press. Madison.

STOLL, DAVID. 1999. Rigoberta Menchú and the story of all poor Guatema-lans. Westview Press. Boulder.

STRATHERN, MARILYN. 1996. “Potential property: Intellectual rights andproperty in persons”. Social Anthropology. 4 (1).

SVARSTAD, H. Y S. S. DHILLION (eds.). 2000. Responding tobioprospecting: From biodiversity in the South to medicines in theNorth. Spartacus Press. Oslo.

SYLVAIN, RENÉE. 2002. ““Land, water, and truth”: San identity andglobal indigenism”. American Anthropologist. 104.

TIERNEY, PATRICK. 2000. Darkness in El Dorado. Norton. Nueva York.

TIMMERMAN, BARBARA, WACHTER, GERALD, VALCIC, SUSANNE et al. 1999.“The Latin American ICBG: The first five years”. PharmaceuticalBiology. Suppl. 37.

TOBIN, BRENDAN. 1999a. “Know-how licenses: The Peruvian ICBG projectand protection of indigenous collective property rights”.Documento presentado en el Seminario internacional deconocimientos tradicionales y recursos genéticos: una oportunidaden el mercado global. Lima, 19-21 de mayo.

––––––––––. 1999b. “Protegiendo los derechos de propiedad colectiva:la búsqueda de una solución provisional”. En Pablo Ortiz (ed.).Comunidades y conflictos socioambientales. Abya-Yala. Quito.

––––––––––. 1994. “Putting the commercial cart before the culturalhorse”. Documento escrito para la Sociedad Peruana de DerechoAmbiental (SPDA). MS.

––––––––––. n. d. “Putting the commercial cart before the culturalhorse: Part 2”. MS.

TURNER, TERENCE. 1993. “The role of indigenous peoples in theenvironmental crisis: The example of the Kayapo´ of the BrazilianAmazon”. Perspectives in Biology and Medicine. 36.

Page 43: ¿PUEBLOS INDÍGENAS S. A. La cultura como política y ... · PDF filenacional, los objetivos de las ONG transnacionales, las iniciativas ... la cultura en propiedad es una de las

Revista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista ColombianaRevista Colombianade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropologíade Antropología

Volumen 42, enero-diciembre 2006

221

URBAN, GREG Y JOEL SHERZER. 1991. Nation-states and Indians in LatinAmerica. University of Texas Press. Austin.

VAN COTT, DONNA LEE. 1994. Indigenous peoples and democracy inLatin America. St. Martin’s Press. Nueva York.

WARREN, KAY. 1998. Indigenous movements and their critics. PrincetonUniversity Press. Princeton.

WARREN, KAY, JEAN JACKSON. 2002. Indigenous movements, self-representation, and the State in Latin America. University of TexasPress. Austin.

WENDLAND, W. B. 2002. “Intellectual property, traditional knowledge,and folklore: WIPO’s exploratory program”. International Reviewof Industrial Property and Copyright Law. 33.

WISER, GLENN. 2001. “U.S. Patent and Trademark Office rein states ayahuascapatent”. http://www.ciel.org/publications/ptodecisionanalysis.pdf(consultada el 15 de diciembre de 2002).

WOLF, ERIC. 1956. “Aspects of group relations in a complex society:Mexico”. American Anthropologist. 58.

WOLFE, PATRICK. 1999. Settler colonialism and the transformation ofanthropology: The politics and poetics of an ethnographic event.Cassell. Londres.