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III Máster en Educación Musical 2014-2015 Musicodrama: Las posibilidades de la interacción de la música y el psicodrama Tutor: Pau Gimeno Alumna: Ludmila Kohout Sevilla, 16 de noviembre de 2015

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III Máster en Educación Musical

2014-2015

Musicodrama:

Las posibilidades de la interacción de la

música y el psicodrama

Tutor:

Pau Gimeno

Alumna:

Ludmila Kohout

Sevilla, 16 de noviembre de 2015

Declaración jurada de no plagio.

Yo, Ludmila Kohout, NIE Y3722126-G, alumno/a del Máster en Educación Musical

tercera edición de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) y la Fundación

Pública Andaluza Barenboim-Said, declaro que el presente Trabajo de Fin de Máster ha

sido realizado por mis propios medios, siendo el resultado de las lecturas, trabajo de

campo y reflexión personal durante el presente curso académico. Así mismo declaro que

las citas de otros autores son correctas y están convenientemente recogidas,

mencionando de forma clara y estricta su origen, tanto en el cuerpo del texto como en la

bibliografía, siendo el resto del texto elaboración mía. Así mismo, soy plenamente

consciente de que el hecho de no respetar estos extremos es objeto de sanciones

universitarias y/o de otro orden.

En Sevilla, a diesiséis días de noviembre de 2015

Ludmila Kohout

Dirección postal: Calle Monederos 16 – 2° C. 41009 Sevilla

Correo electrónico: [email protected]

Resumen

El presente trabajo presenta el potencial que ofrece la interacción de la música y el

psicodrama para la expresión de las emociones. A través de fundamentos teóricos se

determinan elementos en común que favorecen el trabajo interdisciplinario. Para

convalidar este planteo con datos empíricos, se realizó una experiencia de trabajo con la

Asociación Ponte de Sevilla, que participa en programas de intervención psicosocial por

medio de las artes escénicas. Se trabajó con grupos de jóvenes y adultos con conflictos

familiares y trastornos emocionales, utilizando métodos combinados de investigación

cualitativa. Para la recogida de datos se aplicó la observación y los cuestionarios. Los

resultados obtenidos pudieron confirmar los conceptos teóricos enunciados. El término

musicodrama, que sintetiza la integración de las dos áreas, no registra antecedentes de

haber sido empleado. Esta nueva perspectiva brinda posibilidades de aplicación en el

ámbito educativo. Palabras clave: música, psicodrama, emociones, musicodrama.

Abstract

The actual project introduces the potential of the interaction between music and

psychodrama regarding the expression of emotions. Shared aspects that allow an

interdisciplinary approach are identified by theoretical basis. To validate this assessment

with empirical data, a mutual colaboration took place with the Asociación Ponte de

Sevilla, which is involved in psychosocial intervention programs through the

performing of arts. The focus was put on groups of young people and adults with family

conflicts and emotional disorders, implementing combined methods of qualitative

research. Observation and questionnaires were applied in order to collect data. The

results confirmed the theoretical statements. The musicodrama expression, which

synthesizes the integration of the two areas, has no record of being used before. This

new perspective gives application possibilities in education. Keywords: music,

psychodrama, emotions, musicodrama.

Agradecimientos

A mi tutor Pau Gimeno, hacia quien mi gratitud excede lo que las palabras puedan

expresar

Mi más sincero agradecimiento a Joseph Thapa

Un agradecimiento especial a Alfonso, Antonio y mis colegas de la gran familia Ponte:

Fran, Migue, Pepa, Mercedes psicóloga, Mercedes actriz, Jesús, Guti, Gema, Lola,

Manuel, Lucky y a Curra del Polígono Sur

Gracias a S. y J. por su generosidad y valentía, junto a las madres, padres y jóvenes de

los grupos del Polígono Sur y Cerro del Águila de Sevilla

Al Dr. Joseph J. Moreno, por su valiosa contribución

A Iliana, Rodolfo e Isolda, por su apoyo constante

A Melanie, Andrés y Norma, por su inestimable colaboración

A mis compañeras, profesoras y profesores del Máster en Educación Musical, por todo

lo que me han aportado

Gracias E., porque siempre has estado allí.

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN

1.1. Justificación .............................................................................................. 10

1.2. Objetivos ................................................................................................... 15

1.3. Estructura .................................................................................................. 16

2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

2.1. Jacob Levy Moreno: los orígenes

2.1.1. Psicodrama ................................................................................. 18

2.1.2. Psicomúsica ................................................................................ 22

2.2. Joseph J. Moreno: musicoterapia y psicodrama ....................................... 25

2.3. Leonard Meyer: música y emociones ....................................................... 31

2.4. Paul Nordoff y Clive Robbins: musicoterapia creativa ............................ 32

3. DESARROLLO PRÁCTICO

3.1. Contextualización ..................................................................................... 37

3.2. Descripción de los grupos ......................................................................... 38

3.3. Objetivos ................................................................................................... 41

3.4. Las sesiones

3.4.1. Grupo 1 ...................................................................................... 42

3.4.2. Grupo 2 ...................................................................................... 57

3.5. Metodologías

3.5.1. Modalidad de trabajo en las sesiones: fundamentos .................. 63

3.5.2. Investigación .............................................................................. 72

3.5.3. Recolección de datos ................................................................. 79

3.6. Resultados

3.6.1. Categorías .................................................................................. 82

3.6.2. Comparación .............................................................................. 95

3.6.3. Síntesis ....................................................................................... 97

4. CONCLUSIÓN

4.1. Razonamiento .......................................................................................... 98

4.2. Posibilidades futuras ............................................................................... 101

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

5.1. Relación textos consultados .................................................................... 103

5.2. Fuentes electrónicas (Internet) ................................................................ 106

6. NOTAS ................................................................................................................. 107

7. ANEXOS

Anexo I: Fichas para jóvenes ......................................................................... 108

Anexo II: Fichas para equipo técnico ............................................................ 109

Anexo III: Fichas para madres/padres ........................................................... 110

Anexo IV: Transcripciones de audio de grupo de discusión ......................... 111

a) Grupo 1

b) Grupo 2 madres

Anexo V: Reproducción de comentarios escritos .......................................... 113

a) Equipo técnico

b) Grupo 2 madres

c) Joven de grupo 1

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Categorías ..................................................................................................... 84

Figura 2: Eventos significativos .................................................................................. 88

Figura 3: Ejemplo ........................................................................................................ 89

Figura 4: Valoración grupo 1 ....................................................................................... 90

Figura 5: Valoración grupo 2 M .................................................................................. 91

Figura 6: Valoración grupo 2 H ................................................................................... 91

Figura 7: Valoración equipo técnico ........................................................................... 92

Figura 8: Opinión equipo técnico ................................................................................ 94

Figura 9: Comentarios de participantes ....................................................................... 95

Figura 10: Tendencia de valoración en los participantes ............................................ 96

Figura 11: Comparación .............................................................................................. 97

Musicodrama 10

1. Introducción

1.1. Justificación

Los efectos que la música puede provocar en distintos aspectos del ser humano

han sido y continúan siendo objeto de interés para numerosos investigadores. Al

respecto, pueden mencionarse nombres como Juliette Alvin (1967), Even Ruud (1993) o

Kenneth Bruscia (1997), sólo por citar algunos, cuyos estudios reflejan la influencia que

la música puede ejercer en los seres humanos.

Desde mi rol de docente de música, siempre me han fascinado las posibilidades

que la misma brinda para mejorar la calidad de vida de las personas, tanto sea por su

incidencia en el bienestar integral, el estado saludable y el equilibrio emocional del ser

humano, como si se la considera un nexo de comunicación entre los individuos o un

factor de integración social. Dentro de esta perspectiva, en mí despertó un particular

interés el impacto que puede tener en el plano de las emociones, relación que será

abordada en un capítulo posterior. Profundizando en esta orientación, he llegado a la

elección del tema que da origen a estas páginas: la posibilidad que ofrece la música de

interactuar con otras terapias como el psicodrama, en el cual el trabajo con las

emociones desempeña un papel fundamental.

Haciéndose necesaria la definición de este método terapéutico creado por el

psiquiatra rumano Jacob Levy Moreno (1898-1974), según Blatner (2005) el

psicodrama “es un método para explorar problemas psicológicos y sociales, animando a

los participantes para que actúen en los eventos relevantes de sus vidas, en lugar de

simplemente narrarlos” (p. 1). Para el musicoterapeuta Joseph J. Moreno (2004) los

Musicodrama 11

elementos en común que música y psicodrama poseen como imaginación, creatividad,

acción, improvisación y espontaneidad determinan que la complementación de ambas

áreas adquiera un significado legítimo. El mismo creador del psicodrama contemplaba

la posibilidad de su integración con la música en lo que él dió el nombre de

psicomúsica, que explicaré en el siguiente capítulo (Moreno J. L., 1977; Moreno J. J.,

2004).

En esta instancia es válido entonces plantearse: ¿De qué manera la música puede

potenciar los beneficios que el psicodrama ofrece? ¿Es posible afirmar que la música, a

través de cualidades que le son propias, se brinda como un instrumento que fortalece y

complementa los resultados positivos del psicodrama?

Con la intención de encontrar en el terreno de la experiencia los fundamentos

que avalen esta hipótesis, realicé mis prácticas tomando parte en la tarea que lleva

adelante la Asociación Ponte de Sevilla. Dicha asociación elabora proyectos y

programas de intervención psicoterapéutica con adolescentes que presentan problemas

de conducta, con relaciones familiares conflictivas y que se encuentran en situación de

riesgo social, ofreciendo herramientas y técnicas que contribuyan a mejorar esas

condiciones a través de las artes escénicas. Durante mi participación intervine en

sesiones con dos grupos de adolescentes y, en uno de ellos, se trabajó conjuntamente

con las madres. Dentro de ese marco, las experiencias musicales tenían como finalidad

ayudar a desbloquear y liberar las emociones de los/as participantes. Sin embargo, el

modelo de trabajo implementado por esta asociación no es el psicodrama sino el

llamado enfoque psicoescénico (González de Valdés Correa, Gutiérrez Fernández y

Luque Márquez, 2014). El mismo combina, en un ámbito grupal, la intervención

Musicodrama 12

psicológica relacional con técnicas teatrales para resolver los conflictos. Si bien se

sustenta en las aportaciones provenientes del modelo psicodramático, tanto en los

conceptos como en las técnicas, presenta algunas diferencias procedimentales con

respecto a aquél (Luque y Reina, 2012). Acerca de las mismas como de las afinidades

que comparten, haré una descripción detallada más adelante.

Este punto, en consecuencia, podría representar un problema respecto al planteo

hecho con anterioridad sobre la interacción de música y psicodrama. No obstante, la

relación interdisciplinaria de la música (Bruscia, 1997) no necesariamente se limita a

una sola dirección sino que permite una vinculación más amplia, incrementando así las

posibilidades de aplicación ( Moreno J. J., 2004; Moreno J. L., 1978). Teniendo en

cuenta además que el enfoque psicoescénico se basa en los preceptos del psicodrama,

que sus diferencias no son sustanciales y que para ambas orientaciones el trabajo con las

emociones juega un rol destacado, en los enunciados haré referencia a psicodrama a los

fines de establecer la relación con la música. De esta forma, el trabajo psicoescénico

queda incluído en el término psicodrama.

En otro orden de cosas, es importante señalar que la implicación personal no

puede quedar ajena a este Trabajo Fin de Máster. Aunque la exposición y desarrollo de

los temas se lleven a cabo con la objetividad que requiere la cuestión, al tratarse de

disciplinas artísticas y humanísticas como lo son la música y el psicodrama, la vivencia

de quien realiza este trabajo no puede excluírse. En palabras de Clive Robbins, al

referirse puntualmente a una disciplina artística como la musicoterapia en el prólogo del

libro de Kenneth Aigen (2005) Being in music: Foundations of Nordoff-Robbins

Musictherapy: “Y en musicoterapia, concebida como una disciplina artística, se puede

Musicodrama 13

separar lo personal de lo profesional, lo subjetivo de lo objetivo? Yo creo que no”1

(p.xi). En este sentido, los siguientes capítulos no sólo registran de qué manera la

música asociada al psicodrama puede ejercer influencia en las conductas de las

personas, sino que también dan cuenta del proceso de cambio que se generó en mí.

Antes de iniciar las prácticas, tenía la determinación de transmitir a las personas

en situaciones de conflicto, con las cuales iba a trabajar, lo que la música les podía

aportar basándome en mi experiencia previa. Se trataba en cierta medida, de colocar

musicalmente en ellos (como si se pensara en plantar) algo que, aunque muy cercano a

mí, les resultaba ajeno. Sin embargo, la realidad me mostró un panorama muy diferente

y terminó siendo un proceso absolutamente inverso: fue la conciencia de que los demás

conectaran con su propio interior musical y la observación de los efectos que ésto

provocaba en ellos lo que generó un profundo cambio en mí y en el modo de percibir las

cosas.

Así, descubrí y aprendí que para modificar y mejorar las situaciones era

necesario dejar aflorar la identidad musical que las personas llevaban dentro, lo cual

pude asociar a la idea de empoderamiento. Este concepto implica recurrir a las

capacidades y potenciales de los integrantes de un grupo, para que de este modo sean

los gestores y protagonistas de su propia realidad, generando cambios positivos en su

entorno. En este caso, significaba apelar a los recursos vinculados a las propias

experiencias musicales de los miembros de ambos grupos (Rolvsjord, 2006).

Mi misión entonces era la de orientar, canalizar y encontrar los caminos para

llegar a ese interior musical. Es así que, para obtener resultados positivos en la terapia,

Musicodrama 14

la clave fue despertar la vivencia musical interior de cada persona y extraerla hacia

afuera, para que obre su efecto sobre la realidad, las emociones y las conductas.

Comprender este proceso fue una tarea que implicó mucho tiempo y desvelo. No

obstante, encontré en el carácter profundamente humanista de la aproximación

musicoterapéutica de Paul Nordoff y Clive Robbins la orientación que debía seguir: un

estilo de trabajo colaborativo en el que la igualdad de roles, en lugar de la relación

experto-aprendiz, posibilita crear la terapia conjuntamente.

En este punto, se hace igualmente necesario mencionar que mi participación en

las sesiones de la Asociación Ponte tenía lugar desde mi desempeño como docente de

música, dentro del marco del Máster en Educación Musical que da origen al presente

trabajo, y no como musicoterapeuta. Esto implica que en el transcurso del mismo se

evita usar el término musicoterapia en un sentido estricto, en cuanto a que la tarea

llevada a cabo en las prácticas no se realizaba ejerciendo esa profesión. No obstante, sí

puede emplearse esa denominación de una manera amplia y genérica, haciendo

referencia a un contexto teórico en el cual se considere los efectos de la musicoterapia y

su vinculación al psicodrama, o bien para describir actividades que se corresponden a un

enfoque musicoterapéutico determinado.

Las próximas páginas reflejan mi intento por encontrar las evidencias que

respondan los interrogantes formulados en esta introducción, tanto en la descripción de

las actividades realizadas en las sesiones, la metodología elegida y los resultados

obtenidos, como en los fundamentos teóricos que avalan la orientación de trabajo

escogida.

Musicodrama 15

1.2. Objetivos

Con respecto a los objetivos que este trabajo persigue podrían enunciarse de la

siguiente forma:

Determinar los elementos en común entre música y psicodrama que

propicien un trabajo interdisciplinario.

Considerar las posibilidades que ofrece la interacción de ambas

disciplinas.

Establecer el aporte que brinda la música en la manifestación de

emociones durante las sesiones de psicodrama.

Promover a futuro la profundización del trabajo complementario de las

dos áreas en el ámbito de la educación.

Musicodrama 16

1.3. Estructura

Los contenidos del presente trabajo se organizan en función del siguiente

esquema:

● Aspecto teórico. En primera instancia, brindo un panorama ilustrativo de los

autores a partir de los cuales se sustentó mi línea de trabajo:

* J. L. Moreno, donde además encontré necesario aclarar términos y técnicas que

serán empleados con frecuencia a lo largo de este escrito.

* J. J. Moreno

* L. Meyer

* La aproximación musicoterapéutica de P. Nordoff y C. Robbins

Asimismo existen otros autores sobre los cuales haré referencia en apartados

posteriores, cuyas aportaciones se circunscriben a aspectos puntuales, por lo cual no han

sido incluidos en este epígrafe.

● Trabajo de campo. En este capítulo proporciono una descripción de lo

acontecido durante el período de prácticas, lo cual incluye el contexto, las características

de los/as participantes y las sesiones propiamente dichas. Estas últimas, que fui

documentando en un diario, son presentadas en ocasiones de manera resumida pero

otras veces detalladamente, debido a que en ellas ocurrieron hechos significativos que

evidencian el proceso que se estaba desarrollando. Al mismo tiempo expongo tanto la

modalidad de trabajo utilizada, relacionándola con los contenidos teóricos, como la

Musicodrama 17

metodología de investigación y recolección de datos aplicadas para reflejar los

resultados.

● Conclusión. En este último apartado, retomando los enunciados planteados al

inicio del trabajo y a la luz de los resultados obtenidos, realizo el correspondiente

análisis y evaluación.

Musicodrama 18

2. Fundamentación teórica

2.1. Jacob Levy Moreno: los orígenes

2.1.1. Psicodrama

Para poder avanzar en el cuestionamiento expuesto en el capítulo anterior,

primero es necesario definir en qué consiste el psicodrama. Sin intentar hacer aquí un

análisis exhaustivo, a continuación presentaré una reseña con datos significativos que

sirven como referencia para el tema a tratar.

El psicodrama surge como método psicoterapéutico a comienzos de la década

de 1920. La intención de su creador J. L. Moreno fue la de profundizar el trabajo con

técnicas grupales, introduciendo un cambio con respecto a las corrientes de psicoterapia

que, hasta ese momento, se centraban en el individuo (Moreno J. L., 1978). De este

modo, J. L. Moreno trasciende el ámbito de lo individual y se interesa por la

exploración grupal de situaciones o problemas. Asimismo, propone reemplazar la

psicoterapia exclusivamente verbal y pasiva por un método de acción que incluye la

verbalización. Como él mismo señala, este método “trasciende la palabra y se dirige

hacia la acción. Trasciende el análisis y se dirige hacia ser, existir, encontrarse.

Trasciende el diálogo y se dirige hacia la ejecución, el desempeño de roles, el

entrenamiento en los roles y el psicodrama” (Moreno J. L., 1978, p. 13).

J. L. Moreno empleó términos del teatro para designar a las personas que

intervienen en una sesión psicodramática (Blatner, 2005; Moreno J. L., 1978). Así,

participan:

Musicodrama 19

• El protagonista: el individuo, que presenta un problema privado o colectivo, el

cual será tema de una dramatización.

• El director: el terapeuta que coordina esa dramatización.

• Los yo auxiliares: quienes interpretan roles de otros personajes de la escena

interactuando con el protagonista.

• Espectadores: es el grupo, aquellos que no participan de la escena pero que

aportan comentarios, sugerencias y hasta puede representar a un personaje

colectivo, como ocurría con el coro griego.

La sesión consta de las siguientes etapas (Blatner, 2005):

• Caldeamiento: es el inicio, en el que se aplican técnicas psicodramáticas (que

se mencionan más adelante) para estimular la espontaneidad y cohesión de los

miembros del grupo, su vínculo con el director y en el que surge el protagonista.

• Acción: que consiste en la dramatización propiamente dicha.

• Sharing (del inglés compartir): luego de la representación, los participantes y

el grupo comparten las vivencias experimentadas.

Algunas de las técnicas más utilizadas en el psicodrama (Blatner, 2005; Moreno

J. J., 2004) con el propósito de abordar las problemáticas que emerjan del protagonista

son, entre otras:

Musicodrama 20

• La inversión de roles: cuando el protagonista interpreta a otra persona que es

significativa en el conflicto a tratar e interactúa con un yo auxiliar, quien asume

el rol del protagonista.

• El doble: cuando un yo auxiliar se convierte en una extensión del protagonista,

para ayudarlo a expresarse mejor.

• El espejo: los yo auxiliares imitan el comportamiento del protagonista para que

éste vea desde afuera su modo de conducirse.

• La silla vacía: en la que el protagonista interactúa y dialoga con un yo auxiliar

imaginario.

En un apartado posterior expondré de qué manera J. J. Moreno introduce la

música en todas estas técnicas con la ejecución en vivo de instrumentos de percusión,

proponiendo además otras como el diálogo, la despedida y el modelado musicales

(2004). De este modo, la integración de la música al psicodrama comienza a adquirir un

sentido práctico.

En este punto, merece una mención especial la preponderancia que J. L. Moreno

(1978) le concedió a la espontaneidad, “una especie de inteligencia que opera aquí y

ahora” (p. xv) dentro de este modelo terapéutico, y en qué medida esa preponderancia

abre la puerta a la posibilidad de asociarlo con otras disciplinas, entre ellas la música. Es

posible afirmar que precisamente éste es un rasgo distintivo del psicodrama con

respecto a todos los demás métodos psicoterapéuticos. Expresado en palabras del propio

J. L. Moreno:

Musicodrama 21

En el psicodrama, especialmente, la espontaneidad interviene no sólo en la dimensión

verbal sino también en todas las demás dimensiones de la expresión, tales como la

actuación, la interacción, el habla, la danza, el canto y el dibujo. La vinculación de la

espontaneidad con la creatividad significó un importante progreso, la forma más elevada

de inteligencia que conocemos, y el reconocimiento de que ambas son las fuerzas

primarias en la conducta humana. (Moreno J. L., 1978, p. xv)

En el marco de esta perspectiva es que J. L. Moreno (1978) concibió la

psicomúsica, la cual será descripta en el siguiente epígrafe.

Sin embargo antes de concluir con este apartado dedicado al psicodrama, es

importante que señale su relación con el enfoque psicoescénico (González de Valdés

Correa et al., 2014; Luque y Reina, 2012). Como manifesté en el primer capítulo, ambos

poseen muchos elementos en común entre los que se destacan:

• Uso de capacidades personales y creativas de los participantes como elementos

para lograr un cambio en las situaciones conflictivas.

• Entre esas capacidades creativas, la incorporación de la música como

herramienta que favorece la expresión de emociones y sentimientos.

• La visión integradora y holística que propicia el trabajo interdisciplinario.

• La prioridad de la utilización del cuerpo y el espacio por encima de la

pasividad de la palabra.

• El caldeamiento, la dramatización y la etapa de comentarios como fases de las

sesiones.

Musicodrama 22

Al mismo tiempo, los elementos propios del enfoque psicoescénico que difieren

con respecto al psicodrama son:

• La figura del director psicodramático pasa a llamarse analista psicoescénico.

• El yo auxiliar se denomina en este caso intérprete psicoescénico.

• Con un sentido estratégico, son creadas y usadas escenas prediseñadas sobre

los temas que se están tratando, no sólo centradas en el protagonista sino también en los

problemas e inquietudes surgidos a nivel grupal.

• La representación de estas escenas es llevada a cabo por el intérprete, a quien

el propio protagonista puede dirigir, apoyado por el analista.

Debido a que las diferencias entre psicodrama y enfoque psicoescénico

expuestas aquí (González de Valdés Correa et al., 2014; Luque y Reina, 2012) no son

significativas en lo concerniente a la vinculación con la música, resultarán válidas

entonces las conclusiones a las que pueda arribar sobre la aplicación de la música en el

psicodrama, basándome en la evidencia de las prácticas realizadas con la Asociación

Ponte.

2.1.2. Psicomúsica

Como he mencionado anteriormente, el surgimiento de la psicomúsica se vió

impulsado por la importancia que J. L. Moreno le asignaba a la espontaneidad en los

procesos de curación mental, sosteniendo que era necesario que el ser humano

recuperara su espontaneidad creadora para lograr una curación psíquica eficaz (1977;

1978). Con ese propósito incursionó en otros ámbitos artísticos además del teatro, entre

Musicodrama 23

ellos la música, reconociendo el potencial de la misma en el contexto del psicodrama

(Moreno J. J., 2004).

Según J. L. Moreno (1977), el psicodrama había logrado que el drama

trascendiera los límites del escenario de un teatro y estuviera al alcance de todos los

seres humanos como agentes creadores, devolviéndole así la función primigenia y

original del drama. Igualmente, él consideraba que la música se había convertido en

propiedad de una élite, estando circunscripta sólo a compositores, cantantes o

instrumentistas entrenados y relegando al resto de los individuos al papel de simples

oyentes pasivos. Al respecto señalaba: “El psicodrama me estimuló a realizar un

esfuerzo paralelo en el campo de la música, esfuerzo que he denominado psicomúsica”

(Moreno J. L., 1977, p. 12).

La idea de J. L. Moreno (1977) era de que la música podía llega a ser una

función activa en la vida cotidiana de las personas por medio de la psicomúsica. El

primer paso para lograrlo era volver a los procedimientos primitivos que se utilizaron al

inicio de la experiencia musical.

Siendo que los instrumentos originarios del ser humano eran el propio cuerpo y

las cuerdas vocales, J. L. Moreno (1977) estimaba que el advenimiento de los

instrumentos había significado una disminución de la forma primaria de espontaneidad

musical presente en el propio organismo humano. En función de esto, experimentó con

dos formas de psicomúsica:

Musicodrama 24

• Forma orgánica: en la que se exploran todas las posibilidades que ofrece el

propio cuerpo para crear música, a través de la expresión vocal o percusiones

corporales, eliminando la presencia de instrumentos.

• Forma instrumental: en la que se realizan improvisaciones musicales con

instrumentos, preferentemente de percusión, pero sólo como una extensión de la

espontaneidad musical que el cuerpo humano puede producir, sin que éstos se

conviertan en una barrera que impida la expresión libre del individuo. Basándose en

situaciones dadas o sugeridas, esas improvisaciones debían inspirarse en ellas y

estimular impulsos psíquicos que condujeran a la liberación de asociaciones musicales.

Durante una sesión de psicomúsica, J. L. Moreno (1977) proponía realizar un

caldeamiento musical usando la forma orgánica, para poner en marcha la participación

del grupo y promover su espontaneidad. En esta fase el director crea y canta motivos

melódicos cortos acompañados de movimientos rítmicos corporales, para provocar en el

grupo respuestas musicales espontáneas. Cuando ese trabajo creativo alcanza su punto

máximo, el director le pide a un posible protagonista que represente, como en

psicodrama, una situación real o imaginaria pero reemplazando la expresión verbal por

exclamaciones musicales cortas. Al mismo tiempo, el director estimula al grupo a que

repita cada frase cantada, como un eco en coro. El propósito de esta modalidad era el de

incentivar la espontaneidad y participación creativa del grupo en general y dinamizar al

protagonista en particular que, al crear él mismo un drama que representaba su propio

conflicto, comenzaba simultáneamente a librarse de él (Moreno J. L., 1977; 1978;

Moreno J. J., 2004).

Musicodrama 25

Aunque J. L. Moreno posteriormente no profundizó en estas exploraciones del

uso de la música, y considerando que cuando realizó estos experimentos la

musicoterapia recién comenzaba a definirse, lo que él inició significó un gran avance en

la incorporación de la música en el psicodrama, marcando un camino que aún admite

ser recorrido (Moreno J. J., 2004). Asimismo, sus valiosas aportaciones respecto a la

influencia que ejerce la capacidad creadora de determinados individuos en la

conformación de las pautas culturales de una sociedad, han sido objeto de análisis de la

psicología, sociología y antropología cultural, entre otras (Moreno J. L., 1977). Su idea

queda reflejada en la siguiente frase: “El destino de una cultura es decidido, en última

instancia, por la capacidad creadora de quienes la transmiten” (p. 26).

2.2. Joseph J. Moreno: musicoterapia y psicodrama

Continuando por el camino iniciado por su tío, la visión integradora de J. J.

Moreno contempla la aplicación práctica de la música en el psicodrama, dando origen a

lo que él llama psicodrama musical (Moreno J. J., 2004). El mismo puede definirse

como la integración de técnicas propias de la musicoterapia como la improvisación

musical y la imaginación con el psicodrama de acción, el cual busca desarrollar la

espontaneidad y la creatividad en personas con problemas emocionales. Desde el punto

de vista terapéutico, J. J. Moreno (2004) sostiene que el resultado de esta combinación

aporta mucho más de lo que se obtiene practicando cada modalidad por separado.

Agrega además que precisamente se logra estimular la espontaneidad y la creatividad

cuando se exploran sus posibilidades al máximo. Debido a que ambas constituyen una

Musicodrama 26

parte esencial del trabajo con música, la unión de ésta y el psicodrama favorece esa

maximización.

La idea del psicodrama musical surge a partir de la observación que J. J. Moreno

hace de algunos dobles (2004). Como expliqué en el epígrafe correspondiente a

psicodrama, el doble proporciona un soporte al protagonista para que éste se exprese

más libremente. En esta interacción, el doble busca estimular la expresión verbal del

protagonista por medio de sonidos que refuercen la energía de las palabras. Estos

estímulos sonoros creados espontáneamente por los dobles durante la acción pueden

considerarse un tipo de soporte musical: un golpe en el suelo o el ruido de una silla

lanzada violentamente son sonidos musicales percusores que le proporcionan más

energía al protagonista, usando el escenario como un tambor. Incluso J. J. Moreno

(2004) considera al escenario psicodramático como una especie de tambor simbólico

(circular, de madera resonante), en el cual los/as participantes le imprimen vibraciones y

vida al mismo.

J. J. Moreno llega entonces a la conclusión, basándose en esa búsqueda

espontánea de los dobles de reforzar la actuación con los sonidos (vista por él como una

música simbólica), de que “no había motivo para no pasar a la siguiente etapa lógica y

explorar las posibilidades de introducir intencionalmente música en vivo en el

psicodrama. A partir de entonces, nació la idea del psicodrama musical” (2004, p. 34).

Desde su profesión como musicoterapeuta, J. J. Moreno (2004) concibe las

posibilidades de realizar un trabajo integrado entre musicoterapia y psicodrama en base

a las afinidades complementarias que ambos comparten. Entre ellas destaca:

Musicodrama 27

● Espontaneidad y creatividad. En el aparatado dedicado a psicodrama he

indicado la importancia que J. L. Moreno (1978) le asignaba a la espontaneidad.

Igualmente como señalé al inicio de esta sección, J. J. Moreno (2004) considera que

tanto en musicoterapia como en psicodrama se impulsa el desarrollo de la espontaneidad

juntamente con la creatividad, como recursos que activan la curación interior del ser

humano.

● Improvisación. Al ser una técnica en común utilizada en musicoterapia y

psicodrama, J. J. Moreno (2004) estima que se trata de un elemento clave y de unión

entre ambas terapias. De este modo señala:

(...), la improvisación musical que se realiza en el psicodrama musical consiste en una

expresión intensamente personal y reveladora, del mismo modo que es igualmente

personal interpretar papeles en el psicodrama. Este elemento común de la improvisación

expresiva personalizada en la musicoterapia y el psicodrama posibilita una maravillosa

integración que permite que los participantes puedan activar su música interior. (p. 18)

Por otra parte, la importancia de la improvisación según J. J. Moreno (2004)

tanto en musicoterapia como en psicodrama, radica en la conexión directa que se

establece con los estados emocionales de los participantes. En ambas terapias, la

creación instintiva incide en los niveles emocionales más profundos y espontáneos de

los/as integrantes de un grupo, lo cual puede revelar hechos importantes que podrán ser

abordados durante el trabajo psicodramático.

En el caso del psicodrama musical, J. J. Moreno (2004) propone que durante la

sesión haya un grupo de participantes que realice improvisación musical, con el objetivo

de apoyar las emociones que surjan entre los/as integrantes. La ventaja de la música

improvisada consiste en no provocar asociaciones del pasado en los/as participantes,

Musicodrama 28

pudiendo además variar en cualquier momento adaptándose a los cambios emocionales

del protagonista. El grupo puede ejecutar instrumentos de percusión melódicos y no

melódicos como así también utilizar sonidos vocales, ya sea cantando o entonando.

Cualquier recurso de creación sonora es válido para acompañar y ayudar al protagonista

a expresar sus emociones o bien para influir en sus estados emocionales.

● Acción. En ambas terapias, es un rasgo distintivo que los/as participantes se

vean involucrados activamente en su propio tratamiento. En el caso del psicodrama, el

protagonista experimenta a través de la acción una determinada situación o conflicto,

asumiendo roles o interactuando con los yo auxiliares. En musicoterapia, el/la

participante expresa sus sentimientos de una manera activa por medio de la

improvisación con instrumentos, con la voz o el movimiento del cuerpo. Aún cuando

algunos integrantes de un grupo no asuman una implicación directa en la acción, ya sea

en musicoterapia por ejemplo durante una sesión de audición guiada de una obra

musical, o en psicodrama manteniendo un rol de simple observador, en ambos casos no

pueden considerarse de manera alguna que se traten de respuestas pasivas sino que

“reflejan un tipo diferente de acción interior que tal vez pueda inducir, más adelante, a

una participación más abierta” (Moreno J. J., 2004, p. 23).

● Expresión verbal y expresión musical. Ya que la música y el lenguaje son

consideradas por J. J. Moreno (2004) como formas alternativas de expresión, cuya

utilización se puede adaptar a las necesidades de cada momento, la integración de

música y psicodrama brinda la posibilidad a los/as participantes de usar alternadamente

la expresión verbal o musical según les resulte conveniente.

Musicodrama 29

● Ritmo y comunicación. Basándose en los estudios realizados por William

Condon (1981) quien enunció que, durante una conversación, cuando los oyentes

escuchan a su interlocutor atentamente se mueven en sincronicidad rítmica con él, J. J.

Moreno (2004) deduce que una comunicación eficaz está estrechamente vinculada a una

conexión rítmica. De allí entonces podría sugerirse que la introducción de la música en

el psicodrama permitiría aumentar la comunicación de los/as participantes: “En efecto,

la palabra y la música, cuando van unidas, aumentan las conexiones rítmicas de los

participantes y tal vez tengan un efecto positivo en el grado de participación y

comunicación” (Moreno J. J., 2004, p. 24).

● Imaginación. Según J. J. Moreno (2004), la intervención de la música en las

sesiones de psicodrama es esencial como un factor que incentive la imaginación, debido

a que obras musicales seleccionadas adecuadamente conducen a la relajación y a la

introspección y esto, al mismo tiempo, propicia y desarrolla la imaginación. De este

modo, considera que el trabajo con música que estimule la imaginación puede utilizarse

como un excelente caldeamiento. Esto es así ya que las experiencias imaginativas

provocadas por la música permitirían que surjan conexiones simbólicas, las cuales

pueden ayudar a los individuos a identificar y comprender mejor sus conflictos. Estas

experiencias imaginativas suelen ser vívidas y dramáticas, imponiendo de alguna

manera ser llevadas a la acción. La importancia que esto supone es expresada por J. J.

Moreno (2004) en los siguientes términos: “Al comenzar por la imaginación de una

persona y convertirla después en acción podemos estar seguros de trabajar con material

autogenerado, que tiene un significado real y psicológicamente profundo” (p. 91).

Musicodrama 30

Asimismo, como he señalado con anterioridad, J. J. Moreno (2004) sostiene que

todas las técnicas propias del psicodrama son suceptibles de ser realizadas con música.

Así, por ejemplo, sugiere que:

En el intercambio de roles, el diálogo y la silla vacía musicales, se reemplace

la expresión verbal por la ejecución de un instrumento, ya sea completa o

alternadamente.

En el espejo y el modelado musicales, donde los yo auxiliares imitan el

comportamiento del protagonista y, en el caso del último, proponen nuevos modos de

actuar, se improvisen frases musicales con instrumentos. La ventaja de la expresión

musical es que refleja la naturaleza esencial del comportamiento, por encima de la

ambigüedad de las palabras.

En el doble musical, que el yo auxiliar describa, refuerce o incida en el

comportamiento del protagonista por medio de un instrumento.

En la despedida musical, en la cual el protagonista debe finalizar una relación

o situación y resulta difícil la verbalización en momentos tan delicados, la expresión

musical ayuda a preservar la privacidad emocional del protagonista.

En síntesis, todos los elementos expuestos por Moreno incentivan a evaluar el

beneficio del trabajo conjunto de música y psicodrama. Estos conceptos serán

retomados en el siguiente capítulo, proporcionando el fundamento necesario sobre el

cual se basa el presente escrito.

Musicodrama 31

2.3. Leonard Meyer: música y emociones

Siguiendo con la línea planteada en la introducción, en el sentido de que la

incidencia de la música en las emociones puede determinar que su aporte al trabajo con

psicodrama sea significativo, en esta instancia se hace necesario establecer cómo

funciona esa incidencia. Uno de los acercamientos más lúcidos al respecto es la teoría

elaborada en 1956 por Leonard Meyer, que determina de forma precisa cómo los

estímulos musicales dan lugar a emociones. Para él, la música despierta tendencias, las

cuales define como modelos de reacción que constan “de una serie de respuestas

mentales o motoras que, una vez puestas en juego como parte de la respuesta a un

estímulo dado, siguen un curso ordenado previamente, a menos que se inhiban o

bloqueen de alguna forma” (Meyer, 2009, p. 44). Existen dos tipos de tendencias a

responder: las conscientes y las inconscientes. En las inconscientes, la reacción se

produce de manera normal y automática, sin ningún obstáculo que la haya interrumpido.

Cuando en una tendencia a responder el modelo de reacción es interferido por algo que

impide su culminación, ésta se vuelve consciente. En este caso, Meyer (2009) utiliza el

término de expectativa. Basándose entonces en estos conceptos enuncia su teoría, que

podría resumirse de la siguiente forma: “el afecto o el sentimiento emocional se

originan cuando una expectativa –una tendencia a responder– , activada por una

situación musical que sirve de estímulo, es temporalmente inhibida o permanentemente

bloqueada” (Meyer, 2009, p. 51). Considerando además que el oyente haya desarrollado

modelos de reacción en función de factores culturales y estilísticos que responden a

estándares aprendidos y codificados, agrega que “la sucesión de sonidos acostumbrada o

esperada puede considerarse como una norma, lo que es realmente desde un punto de

Musicodrama 32

vista estilístico, y cualquier alteración en la sucesión esperada puede considerarse como

una desviación. De aquí que las desviaciones puedan considerarse como estímulos

emocionales o afectivos” (Meyer, 2009, p. 51).

Resulta interesante a su vez, la presentación de esta teoría realizada por José

Luis Turina, el traductor de la versión española, que la desglosa de la siguiente manera:

(...) el objeto principal de este ensayo es, (...), doble: de un lado, establecer el modo en

que los mecanismos perceptivos del ser humano crean una impresión de forma (de

Gestalt) determinada ante los estímulos musicales que recibe; de otro, las expectativas

de una forma concreta que de este modo se generan, y que a su vez pueden verse

satisfechas o frustradas, como resultado de lo cual se produce en el oyente una emoción

musical que está directamente relacionada con el significado que la propia música

posee, que no es otro que el derivado del mayor o menor grado de cumplimiento de

dichas expectativas. (Meyer, 2009, p. 14)

¿De qué manera entonces el planteo formulado en la introducción puede

sustentarse en los conceptos concebidos en esta teoría? En el próximo capítulo expondré

algunas de las consideraciones de las que se valió Meyer (2009) para demostrar la

conexión que existe entre la música y las emociones, realizando además un análisis de

cómo la aplicación de esas consideraciones puede propiciar el trabajo con las emociones

en sesiones de psicodrama por medio de la música.

2.4. Paul Nordoff y Clive Robbins: musicoterapia creativa

Paul Nordoff fue una destacado pianista y compositor norteamericano; Clive

Robbins era maestro de niños/as con necesidades educativas especiales en el Reino

Unido. Del encuentro de ambos en ese país en 1959 y del trabajo conjunto durante

Musicodrama 33

quince años con niños/as con distintos tipos de discapacidades, autismo y diversas

patologías surge la llamada musicoterapia creativa, también conocida como

aproximación Nordoff-Robbins (Aigen, 2005). Ellos mismos rechazaban definir su

trabajo como método, sino que más bien consideraban aquello que hacían como un

acercamiento a lo que se puede lograr por medio de la música como agente curativo

(Bruscia, 1987). Según Robbins, se trata en realidad “del arte de la música como terapia,

como definimos inicialmente nuestro trabajo”2 (Aigen, 2005, p. xi).

La esencia de este enfoque consiste en que, a través de la música, se activan

recursos internos del ser humano que posibilitan el cambio y la curación del mismo.

Para que ello ocurra, es fundamental el trabajo con la improvisación musical (Bruscia,

1987; Ruud, 1993).

Los principios sobre los que se basa la musicoterapia creativa, según Bruscia

(1987), Ruud (1993) y Aigen (2005), quedan ilustrados en los siguientes puntos:

● La importancia asignada a la creatividad, al considerarse que cualquier

manifestación musical puede ser utilizada en las sesiones si favorece la expresión

musical del momento y la interacción con el musicoterapeuta.

● Como ya he mencionado, la improvisación es un elemento primordial que

actúa como un vehículo, a través del cual puede lograrse la curación.

● Otra idea clave del trabajo impulsado por Nordoff y Robbins es que, por

medio de la música, los impulsos internos del ser humano llegan a transformarse en

acción.

Musicodrama 34

● Mediante la música, el individuo puede soltar sus miedos, temores e

inhibiciones y lograr la libertad expresiva.

● A través de la creación de música, la persona puede experimentar progresos y

sentirse segura de sí misma, adquiriendo independencia del terapeuta.

● Luego de numerosas experiencias y casos clínicos, Nordoff y Robbins llegan a

la conclusión de que la flexibilidad es otro factor esencial. Su enfoque es

eminentemente empírico, no admitiendo encasillamientos ni estructuras pre-

determinadas de trabajo. Todos los enunciados que reflejan las ideas de ambos surgen a

partir del trabajo clínico que realizaron con los/as niños/as, reconociendo ellos mismos

que las técnicas que proponían no debían ser tomadas dogmáticamente sino que podían

ser modificadas, adaptadas e incluso ignoradas, de ser necesario, según los casos a los

que se aplicaran (Aigen, 2005). Por este motivo es que preferían no ser considerados

como método, sino que más bien proponían la idea de aproximar al niño/a a la música y

utilizar todo el potencial que la misma ofrece.

● Asimismo, instaban a que el terapeuta no diseñe previamente una sesión

estructurada hasta el último detalle, sino que tenga como referencia lineamientos a

seguir pero que, fundamentalmente, se oriente de acuerdo a las vivencias que se

originan con el paciente en función de la música (Aigen, 2005).

● Aunque inicialmente el trabajo de Nordoff y Robbins se centró en niños/as,

con posterioridad se fue aplicando también en adultos (Ansdell, 1995) y, con el correr

de los años, incluso se ha difundido en colectivos diversos (Aigen, 2005).

Musicodrama 35

De todos los puntos expuestos anteriormente, se evidencian los numerosos

elementos en común que tienen el psicodrama y la aproximación Nordoff-Robbins:

La improvisación, como el elemento fundamental que estas dos

orientaciones comparten.

Ambas terapias contemplan en el ser humano la posibilidad de cambiar y

curarse desde dentro, ya que cuenta con recursos implícitos en sí mismo

que pueden ser activados por el drama o la música.

La acción, como resultado de la necesidad del individuo de manifestar

sus impulsos internos, motivada por la música o el drama.

El lenguaje no verbal, que le ofrece a la persona la posibilidad de

exteriorizar conflictos internos e inquietudes.

La creación personal, que en ambas terapias se brinda como una

herramienta que propicia el proceso de cambio.

La flexibilidad, ya que en ambos casos la modalidad de trabajo se basa en

la vivencia del momento.

Debo destacar además de manera especial, que en manifestaciones realizadas por

Robbins y Aigen al describir rasgos que caracterizan el trabajo de la musicoterapia

creativa, tanto uno como otro coinciden en resaltar términos como improvisación,

espontaneidad y creatividad, los cuales se asocian igualmente al trabajo psicodramático.

En el caso de Robbins, lo expresa de la siguiente forma:

Musicodrama 36

En la improvisación de la música en la terapia, hay un elemento de actuación en

la realización, entrega y conformación clínica de la música: actuación creativa al

servicio de la sanación y del crecimiento. En la espontaneidad del momento clínico,

el conocimiento vivo de la música - de sus elementos, dinámicas y técnicas expresivas –

se ve incrementado por un conocimiento profesional de la condición humana (...).3

(Aigen, 2005, p. xi)

Por su parte Aigen se manifiesta de esta manera: “(…) todo mi trabajo clínico ha

sido inspirado por la creatividad, espontaneidad y musicalidad que creía caracterizaban

la aproximación Nordoff - Robbins”4 (2005, p. xvii).

Finalmente, retomando la definición que J. J. Moreno (2004) brinda de su

psicodrama musical, expuesta en el epígrafe 2.2., al referirse a la integración de técnicas

propias de la musicoterapia como la improvisación musical con el psicodrama de

acción, cabe que articule este concepto con lo que representa el trabajo de la

aproximación Nordoff-Robbins. De este modo, es posible inferir que la musicoterapia

creativa admite ser incorporada en la interacción de música y psicodrama.

Musicodrama 37

3. Desarrollo práctico

3.1. Contextualización

Como he referido en la introducción, llevé a cabo mis prácticas en dos grupos,

los cuales participaban en programas de acción social llamados Sevilla Solidaria, que la

Asociación Ponte realiza en convenio con el Ayuntamiento de Sevilla y que se

implementan en diversos barrios de Sevilla. Dichos programas proporcionan atención

directa a adolescentes en situación de riesgo y sus familias.

Las sesiones, siguiendo el ya mencionado enfoque psicoescénico, eran

conducidas por un/a psicólogo/a clínico/a (analista) y un/a actor/actriz (intérprete), a los

que se sumaba mi participación. Además intervenían, aunque de manera pasiva, dos

trabajadores/as sociales en calidad de observadores/as, quienes conocían a las familias y

habían recomendado su participación en el programa. Todos/as los/as profesionales

mencionados/as conformábamos lo que se denominaba el equipo técnico.

Las etapas de cada sesión respondían, aunque no siempre de manera estricta, al

esquema de caldeamiento inicial en el que surgía un/a protagonista, seguido de

dramatizaciones de escenas propuestas por el/la analista y el/la intérprete. En términos

generales, la intervención de la música estaba prevista tanto para el caldeamiento y las

dramatizaciones como para la fase de cierre. Sin embargo, como describiré más

adelante, con frecuencia las circunstancias obligaban a alterar ese plan. Para el cierre, el

equipo realizaba con el grupo de jóvenes una evaluación y reflexión verbal de lo que

había ocurrido en la sesión y de cómo se habían sentido; luego, los/as miembros del

equipo deliberábamos entre nosotros.

Musicodrama 38

3.2. Descripción de los grupos

● Grupo 1

Sus integrantes eran adolescentes de catorce a diecisiete años, participando al

inicio dieciocho jóvenes. En el transcurso de las sesiones el número se redujo a ocho.

Provenían de una zona de Sevilla llamada Polígono Sur, conocida popularmente como

Las tres mil (viviendas). La mayoría de sus familias padecen de una situación socio-

económica muy desfavorable y un alto porcentaje de estas familias pertenecen a la etnia

gitana.

El programa contemplaba una sesión semanal de dos horas y media (en concreto

dos horas, con una pausa de treinta minutos), siendo trece el número total de sesiones.

En una reunión previa a la primera sesión, las trabajadoras sociales del lugar

informaron acerca de las problemáticas que presentaban estos/as jóvenes en general:

trastornos emocionales y de conducta, conflictos en las relaciones de familia o núcleos

familiares disgregados y problemas de integración e interacción social; en algunos casos

en particular, se encontraban en riesgo de exclusión social y en otros, se estimaba que

habían padecido situaciones traumáticas. Igualmente, el consumo de sustancias

adictivas y las actividades de miembros de la familia al margen de la ley, formaban

parte de la realidad cotidiana de algunos/as de los/as participantes.

Asimismo cabe señalar que las primeras sesiones con este grupo

resultaron muy dificultosas. Aunque la asistencia de los/as jóvenes a este programa era

voluntaria, al inicio evidenciaban una actitud poco dispuesta a participar, de total

desinterés y, al mismo tiempo, desafiante. Demostraban problemas para acatar pautas y

Musicodrama 39

normas; entraban y salían de la sala a su antojo y el elevado número de asistentes

complicaba aún más el panorama. En esas condiciones no se lograba en el grupo un

clima de confianza y de disposición a abrirse y expresar sus inquietudes. Es recién a

partir de la sexta sesión que la situación comienza a cambiar.

Estas circunstancias significaron para mí un conflicto en mi rol de

docente de música. Como tal, estaba acostumbrada a planificar previamente las

actividades a realizar con un grupo y a establecer pautas de trabajo de manera ordenada.

En este caso fue necesario adecuarse a una dinámica más permisiva y sujeta a lo

imprevisto, según cómo se presentaran las necesidades del grupo. Es así que debí

implementar una metodología flexible, que se adaptara a las situaciones que surgieran a

lo largo de cada encuentro.

Por otra parte, las instalaciones donde tenían lugar las sesiones no

contaban con ningún medio para reproducir música grabada, como así tampoco

instrumentos o acceso a internet. De este modo, los/as miembros del equipo técnico

llevábamos un ordenador y altavoces de nuestra propiedad, al igual que instrumentos de

percusión (fabricados por mí con envases de cartón, de plástico y de lata, rellenados con

semillas) y un yembé.

● Grupo 2

Se dividía en dos subgrupos: el de madres ( grupo 2 M, con un número promedio

de doce) y el de hijos/as (grupo 2 H, cuyo número fluctuaba entre seis y ocho). Las

edades de los/as adolescentes oscilaba entre los trece y dieciseis años. Igualmente que el

grupo 1 con una sesión semanal de dos horas y media (dos horas), el número total de

Musicodrama 40

sesiones en este caso fue de siete. El trabajo se realizaba paralelamente por separado

con cada subgrupo, alternando con momentos en los que ambos estaban juntos. Por

pedido del analista, mi tarea se focalizaba en el grupo de las madres, aunque en los

momentos de trabajo en conjunto debía organizar actividades en las que participaran

madres e hijos/as. No obstante, a partir de la quinta sesión se solicitó mi presencia para

intervenir exclusivamente en el subgrupo de los/as jóvenes, debido a las dificultades que

evidenciaban para abrirse emocionalmente cuando debían trabajar en ausencia de las

madres.

Los/as participantes provenían de una zona de Sevilla llamada Cerro del águila,

que no presenta características distintivas en cuanto a la situación socio-económica. Las

problemáticas eran las comunes que se plantean en la relación entre padres/madres e

hijos/as adolescentes siendo las más frecuentes: la incomunicación, la incomprensión, la

incapacidad de poner/ respetar límites, el distanciamiento y la interferencia de otros

conflictos en la relación.

En este caso, el trabajo en las sesiones iniciales con las madres no presentó

dificultades ya que las mismas se mostraban en general participativas y con deseos de

intervenir activamente en las propuestas realizadas. En el grupo de los/as jóvenes en

cambio, se manifestaba una actitud de resistencia a trabajar y a realizar las actividades

sugeridas.

El lugar donde se realizaban las sesiones de estos dos grupos sí contaba con

ordenador y altavoces, llevando por mi parte los ya mencionados instrumentos de

percusión como en el grupo 1.

Musicodrama 41

3.3. Objetivos

Conjuntamente con la Asociación Ponte nos propusimos que, a través del trabajo

con música, se lograran los siguientes objetivos en los/as participantes de ambos grupos:

Estimular el desarrollo de la espontaneidad para favorecer la

manifestación de emociones

Incentivar en los/as jóvenes la apertura a nivel emocional, expresando sus

miedos e inquietudes

Propiciar el desbloqueo de situaciones traumáticas

Provocar y generar estados de ánimo concretos en momentos

determinados de la sesión (dramatizaciones)

A estos objetivos iniciales se les sumaron dos más, que surgieron en el

transcurso de las sesiones, al observarse que la música actuaba como un vehículo de

comunicación entre padres/madres e hijos/as:

Lograr una vía de comunicación entre padres/madres e hijos/as a través

de la música

Explicitar necesidades y carencias afectivas a miembros de la familia, por

medio de un lenguaje no verbal (expresión sonora/musical)

Musicodrama 42

3.4. Las sesiones

3.4.1. Grupo 1

● Sesiones 1 y 2

En las dos primeras sesiones se realiza la presentación del programa y el

equipo técnico intenta establecer la línea de trabajo a seguir. Como ya he manifestado

en la descripción de este grupo, existía una gran indiferencia en los/as participantes con

respecto a tomar parte activa en las propuestas. Tanto en el intento por lograr un trabajo

con música como en el trabajo escénico, los/as jóvenes evidenciaban una negación en el

manejo de su propio cuerpo y en cualquier tipo de expresión corporal, ya sea gestual, de

mímica o rítmica. Así, algunas actividades programadas para el caldeamiento que

preveían hacer percusión corporal y el uso de la voz no se llevaron a cabo. Por mi parte

les solicité a los/as jóvenes que en los siguientes encuentros aportaran temas musicales

de su preferencia, para conocer el material con el cual se podía disponer para el trabajo

futuro.

● Sesiones 3, 4 y 5

Las tres sesiones que continuaron se desarrollaron en un clima similar al

de las primeras, con escasa participación de los/as adolescentes. Se alcanzó a realizar,

con parte del grupo, un ejercicio de improvisación usando sonidos con la voz y

percusiones corporales y luego un juego, aunque el mismo pudo concretarse de manera

incompleta: en círculo, se pasa hacia la derecha de un/a integrante a otro/a un sonido

con la voz (con la sílaba zip) y un golpe de palmas, y luego otro hacia la izquierda con

dos golpes (diciendo zap-zap). En un determinado momento, imprevistamente cualquier

Musicodrama 43

persona puede variar la dirección del sonido, debiendo estar alertas si es hacia la

derecha (zip) o izquierda (zap-zap). Se aumenta la velocidad y, en un caso ideal del

juego, se debería lograr que los dos sonidos circulen simultáneamente. Cuando alguien

se confunde, va saliendo del círculo hasta quedar un/a ganador/a.

Esta actividad se vio interrumpida por un conflicto que se planteó entre

algunos/as de los/as integrantes del grupo, que debió ser resuelto en la sesión siguiente.

No obstante, en el trancurso de estas sesiones se aprecian dos elementos

significativos:

● Habiendo solicitado a los/as participantes que llevaran temas musicales

de su interés, un joven proporcionó un pendrive con rumbas gitanas y portuguesas al

tiempo que otros compañeros ofrecieron sus móviles con internet para buscar otras

rumbas. Estas acciones han sido consideradas como lo que el músico neozelandés

Christopher Small (1998) denomina musicar. Según su criterio, la música no debe ser

entendida como un objeto sino como una acción. De allí que reemplaza el sustantivo por

un verbo. En su libro Musicar (del inglés, Musicking) define esta acción como el hecho

de tomar parte, de cualquier manera, en una actuación musical ya sea ésta en vivo o

grabada. Musicar consiste, en definitiva, en cualquier tipo de participación en un evento

que involucre la música, ya sea activa o pasivamente. Por ese motivo, conceptué la

intención de estos jóvenes de brindar un medio a través del cual era posible obtener

música, como una acción que supone musicar.

● A partir de estas sesiones, se colocó música a un volumen bajo de

manera permanente. Se variaba entre una selección de flamenco instrumental y obras de

Musicodrama 44

Mozart (segundos movimientos de conciertos y sonatas). En sesiones posteriores se

incorporaron las rumbas proporcionadas por los jóvenes. En cualquier caso, algunos/as

integrantes del grupo demostraban curiosidad y se acercaban a preguntar de qué música

se trataba, manifestando expresiones como “esa música hace bostezar pero está guay”.

Desde la sexta sesión comienzan a ocurrir hechos que son relevantes, por

lo que a continuación transcribo lo que había apuntado en el diario que llevaba:

● Sesión 6

Asistencia: siete participantes

Luego de algunas dramatizaciones cortas, los/as jóvenes explicitan las

dificultades que tienen para transmitirles a sus padres/madres aquello que les molesta y

les lleva a comportarse de una determinada manera. Aseguran no poder hacerlo con

palabras, no encontrar la forma de expresarlo verbalmente. Ante este planteo, sugiero

intentar hacerlo cantando o con música. Propongo entonces crear una canción colectiva,

con una letra que los/as represente a todos/as, dirigida a los/as padres/madres. Surge así

la necesidad de convocarlos/as para una futura sesión. La idea de que los progenitores

asistan no es bien recibida y crea resistencia en la mayoría del grupo. Sin embargo, se

mantiene el compromiso de que cada uno/a aportará en el próximo encuentro, una línea

o una oración para la canción. Esta disposición a colaborar que evidencian los/as

adolescentes, supone un punto de inflexión muy positivo.

Asimismo, ofrezco mi voz con acompañamiento de guitarra para cantar

frente a los progenitores, aunque manifiesto que será muy bienvenido/a cualquiera que

quiera sumarse también con su voz. Esto provoca la reacción de uno de los jóvenes (que

Musicodrama 45

hasta esta sesión se había mostrado muy introvertido y poco comunicativo) quien

promete que cantará algo de su propia creación en el próximo encuentro, pero no ante

los/as padres/madres.

Como ya se ha descripto anteriormente, en cada sesión se coloca música

de forma casi permanente. En esta ocasión, sólo se utilizaron obras de Mozart. Al

finalizar el encuentro, cuando se les preguntó a los/as participantes cómo se habían

sentido ese día, qué les parecía que había ocurrido, la respuesta de todos/as fue que por

primera vez habían estado realmente a gusto y encontraban un sentido a estas reuniones.

● Sesión 7

Asistencia: siete jóvenes

Considerando que el intérprete tiene mucha ascendencia en los/as

adolescentes, pensé en introducir una actividad musical a través de él y no de manera

aislada.

Actividad

Se crea una mini-escena tomando las emociones que habían surgido en la

reunión anterior (dificultad de expresar los sentimientos ante los/as padres/madres).

Previo acuerdo con él, se dramatiza la escena como si se tratara de una situación real, no

de una escenificación, y así es tomado por el grupo: el actor manifiesta su estado de

ánimo de ese día (como lo hace habitualmente al empezar cada sesión), sólo que esta

vez expresa sentirse agobiado por un problema que no puede exteriorizar. Ante mi

intervención como interlocutora, tratando de animarlo con una música movida (rumba

Musicodrama 46

gitana), a un volumen muy alto y ejerciendo presión, el personaje reacciona con

violencia y la música se interrumpe (ante la sorpresa del grupo). Me disculpo,

reconociendo que no había escogido la música adecuada para ese estado de ánimo.

Canción

Propongo entonces una canción cuya letra quizás ilustra mejor lo que el

personaje siente: Canta, de la colombiana Marta Gómez (2009), al tiempo que la canto.

Previamente se han repartido folios con el texto, y se le pide al grupo que acompañen

con las palmas, si así lo quieren. Algunos lo hacen. Al terminar la canción, debe

repetirse ante el pedido de algunas de las jóvenes que se manifestaron conmovidas por

la letra. En la repetición, parte del grupo canta junto a la grabación. Al finalizar, se

conversa acerca del texto.

Esto renueva el compromiso de intentar realizar una creación colectiva.

Es la primera vez desde que se inició el programa, que puede escucharse atentamente

una canción y luego debatir sobre su letra.

Luego de la pausa y algunas escenificaciones conducidas por la analista y

el intérprete, el adolescente que había prometido cantar una creación suya, S. a partir de

ahora, lo hace en estilo de cante flamenco. Debido a que se siente inhibido por la

presencia del grupo, decide hacerlo de espaldas al mismo. Con una voz prodigiosa,

potente y profundamente expresiva, provoca la emoción de todos/as los/as presentes. La

letra es la siguiente:

“Mama, déjame mi espacio! Que como me enfade, cojo la puerta y me

hallo. Así es mi forma de queré! Mama, compréndeme! Te seguiré amando!” [sic].

Musicodrama 47

Desde la sesión anterior se observa una apertura emocional de S.,

habiendo accedido por primera vez a participar en una escena con el actor (en la que dió

a conocer duros detalles de su realidad cotidiana), lo cual se ve confirmado en la

presente sesión. En este punto, demuestra confianza en el grupo de sus pares y en el

equipo técnico, como así también una conexión afectiva con ambos.

Tal como se había mencionado en la anterior reunión, los/as

padres/madres serán convocados para el próximo encuentro, como parte obligatoria del

programa. Los/as jóvenes manifiestan su desagrado. Por este motivo, la idea de

presentarles una canción no se concretará, además de la falta de tiempo para prepararla.

Sin embargo el grupo accede a hacerlo, quizás, en la última sesión.

Al cierre de este encuentro tan variado, significativo e intenso, tres

adolescentes mencionan, por primera vez, que realizan actividades musicales de forma

regular: una joven canta y otra junto a uno de sus compañeros tocan la trompeta en la

banda de una hermandad. Éste último (A. a partir de ahora, muy introvertido y que

durante la sesión, había intervenido por vez primera en una escena para contar sus

angustias), manifiesta que también él escribe canciones, prometiendo traer una en la

siguiente sesión. Cuando en la reflexión final se le pregunta cómo se siente al tocar la

trompeta, responde: - “Poder tocar en la banda, la música, es lo que me mantiene con

vida”.

A pesar de no haber prosperado la idea de preparar una canción para

los/as padres/madres, en la presente sesión se evidenciaron hechos muy significativos:

la disposición a acompañar cantando una canción, demostrada por algunos/as miembros

Musicodrama 48

del grupo, la participación de S. con su creación y canto, además del interés de

comunicar acerca de sus actividades musicales por parte de A. y las dos jóvenes.

Considerando las características iniciales de este grupo referidas a la indiferencia y el

escaso deseo de participación, estas acciones representan importantes avances.

● Sesión 8

Asistencia: siete participantes

En esta sesión se apuntan expresiones y frases de los/as jóvenes respecto

a la relación con sus padres/madres, que pueden servir de letra para una eventual

canción. Aún cuando se ha manifestado rechazo a cantar frente a los adultos, no se

descarta la posibilidad de hacerlo en una futura sesión. A. hoy se encuentra ausente. De

los progenitores convocados sólo asisten cuatro madres. Con su participación y la de sus

respectivos/as hijos/as, se representan algunas escenas con cambio de roles. A lo largo

de las mismas se utiliza la música para provocar, en algunos casos, y en otros

acompañar emociones.

S. accede a salir a escena con su madre (luego de mucho insistir), aún

cuando él fue quien más resistencia demostró a que los/as padres/madres fueran

invitados.

Otro joven (J., el mayor del grupo y con el cual hasta esta sesión se

encontraban dificultades para iniciar un acercamiento, debido a su constante ansiedad y

falta de concentración por el consumo de sustancias) se abre por primera vez,

reflexionando que él se siente afortunado en comparación con sus compañeros porque

cuando surgen problemas en su casa, tiene la posibilidad de irse, de escapar de ellos y

Musicodrama 49

entonces, al fumar aquello que lo tranquiliza, se siente liberado. Hacia el final de la

sesión manifiesta que, en la siguiente, estaría dispuesto a cantar con S. (que es su mejor

amigo), revelando que siempre lo hacen juntos en la calle, de manera espontánea, en

estilo de cante.

● Sesión 9

Asistencia: ocho jóvenes

Nuevamente mediante la empatía del intérprete con los/as adolescentes

introduzco una actividad con instrumentos de percusión, para implicar al grupo y lograr

que todos/as participen.

Actividad

Retomando los planteos que habían surgido en el encuentro anterior, en el

que se evidenció el problema de incomunicación entre jóvenes y adultos, se representa

una escena de la siguiente manera: el actor realiza un monólogo como si fuera una de

las madres al final de la sesión anterior, reflexionando acerca de lo que había recibido,

el mensaje que le había llegado en aquellas escenificaciones. Los/as jóvenes entonces

hacen sonar los instrumentos con improvisaciones (pero manteniéndolos ocultos), de

manera de interferir con el texto.

Así se plantea un juego con el personaje en el que, cuando él calla para

descubrir de dónde viene el sonido, los instrumentos quedan en silencio; cuando retoma

el monólogo, los instrumentos vuelven a sonar. En un momento el actor interactúa con

uno de los jóvenes como si fuera su madre, trata de comunicarse con él pero la

Musicodrama 50

intensidad del sonido instrumental va en aumento, llegando al punto de sobrepasar el

volumen del texto e interrumpirlo.

Luego el grupo analiza lo escenificado llegando a la conclusión de que se

había buscado representar los ruidos que interfieren con la comunicación entre

padres/madres e hijos/as . Es la primera vez que se logra realizar una actividad en la que

intervengan todos/as, habiendo aceptado ejecutar los instrumentos. Posteriormente se

observa una actitud distendida y de liberación en todos/as los/as integrantes del grupo.

En particular J. reflexiona que para él, el ruido producido por los

instrumentos representaba sus propios miedos y paranoias. Así, la analista y el

intérprete lo invitan a participar como protagonista, escenificando aquello que lo

angustia y oprime. Intervienen otros/as jóvenes como yo auxiliares, simbolizando a cada

uno de los miembros de su familia.

En un determinado punto S. se constituye en doble de J., quien en ese

momento no se expresaba porque le causaba mucho dolor, revelando que a los once

años su amigo había sido víctima de un hecho traumático. S. manifiesta que, como

amigo, veía necesario dar a conocer esta situación al equipo técnico. Luego de esta

experiencia de gran intensidad emocional, se hace la pausa.

Al regresar, coloco un yembé en el medio de la sala, sin ninguna premisa

o consigna. A medida que los /as jóvenes entran, se preguntan qué es eso, qué hay que

hacer, etc. Sólo respondo que es un yembé y que está allí.

Así, S. lo toma y empieza a improvisar con él. Se le suma entonces J. (que

antes de la pausa había experimentado vivencias tan intensas), quien comienza a cantar

Musicodrama 51

en estilo de cante con una fuerza expresiva asombrosa. Manifiesta conocer de memoria

todas las letras de Camarón de la Isla. A lo largo de cuarenta y cinco minutos

aproximadamente, tanto él como su amigo brindan una sucesión de bullerías y

fandangos, alternando textos de Camarón con creaciones propias. El resto del grupo se

muestra implicado con el contenido de las letras.

En la reflexión final del equipo técnico, se valora el rol de la música

durante esta sesión en especial ya que por medio de ella, los jóvenes que cantaron se

habían abierto y expresado de una manera impensada. Igualmente el grupo en su

conjunto se había mostrado más vitalizado luego de ejecutar los instrumentos. Sin saber

aún si a nivel grupal se podrá presentar una canción o número rítmico-musical al cierre

de este programa (que ocurrirá en cuatro sesiones), igualmente experimento una gran

satisfacción por los logros alcanzados en los últimos encuentros con los dos jóvenes

mencionados y con el resto del grupo en general.

● Sesión 10

Asistencia: ocho jóvenes y tres madres

Para esta sesión se había convocado nuevamente a los/as padres/madres,

ya que se cuenta con la presencia de la Comisionada del barrio, como observadora del

trabajo que lleva a cabo la Asociación Ponte. También se encuentra presente el

presidente de la misma, así como otro actor (además del habitual), quien ha formado en

psicoescénica a todos los actores que intervienen en los programas de dicha asociación.

En el encuentro de este día todo el trabajo giró en torno del enfoque

psicoescénico, ya que el objetivo era mostrar cómo se trabaja desde esa perspectiva.

Musicodrama 52

Aunque para el cierre se había preparado una actividad con música, ésta no pudo

concretarse por falta de tiempo.

Sin embargo deben rescatarse tres hechos:

● El deseo por parte de S. y J. de tocar y cantar nuevamente en este día,

aunque por cuestiones de tiempo esto no pudo concretarse.

● La participación de J. en una escena junto a su madre, en la cual puede

expresarle sus angustias y agobios. La madre se muestra, al mismo tiempo, muy

receptiva de lo que le acontece a su hijo. Luego de momentos muy emotivos, el joven

termina de decirle algunas verdades (en un clima ya distendido), parafraseando textos

de Camarón de la Isla.

● El joven A. acepta salir a escena como protagonista junto al actor

invitado, un hecho sin precedentes, ya que este joven siempre manifestó una total

resistencia a expresarse y más aún frente a su madre, habiendo participado sólo una vez

en una dramatización. El actor personifica distintos miembros de la familia, poniendo al

joven a prueba hasta qué punto es capaz de soportar las provocaciones de estos

personajes sin levantar la mano para agredir. Se viven momentos de mucha tensión y

carga emocional al representar la figura del padre. Finalmente, el actor cede lugar a la

madre en la escena, propiciando que madre e hijo expresen mutuamente lo que sienten.

En la reflexión final, A. manifiesta sentirse aliviado, al tiempo que con entusiasmo

promete traer sus canciones para el próximo encuentro.

Aunque en esta sesión la música sólo estuvo presente acompañando las

escenas, evalúo como positivo el hecho de que J. y A., que en sesiones anteriores se

Musicodrama 53

manifestaban muy introvertidos, hayan logrado expresar sus emociones frente a sus

madres. Igualmente el interés de S. y J. por cantar y tocar sin inhibiciones, demuestra un

marcado avance en la disposición a abrirse emocionalmente con respecto al inicio del

programa.

● Sesión 11

Asistencia: siete participantes

Surge como tema el conflicto con la figura paterna. Una adolescente (T.)

representa una escena con el actor planteando esta situación. El clima de tensión va en

aumento y cualquier intento de reconciliación o acercamiento por parte del actor

representando al padre fracasan. La joven se encuentra agobiada y no quiere continuar

con la dramatización. Propongo entonces realizar una actividad con música, para

cambiar la energía y mi propuesta es aceptada. Este ejercicio es el que pensaba realizar

en la sesión anterior, lo cual hubiera sido ideal ya que debe hacerse en parejas y estaban

presentes algunas madres. Luego, como se ha dicho, no pudo llevarse a cabo.

Actividad

La actividad se llama el reflejo y originariamente la había diseñado para

trabajar con el grupo 2 (de padres/madres e hijos/hijas), con el cual a esta altura ya iba

por la quinta sesión (ver reseña más adelante). Se trata de una creación propia que, a

diferencia del espejo musical propuesto por J. J. Moreno en el que se trabaja con la

ejecución de instrumentos en vivo (2004), en este caso tomo como base una obra

musical del compositor estonio Arvo Pärt (2014) llamada Spiegel im Spiegel (Espejo en

espejo).

Musicodrama 54

La idea surge teniendo en cuenta los comentarios de las madres del grupo

2 referidos a que, muchas veces, los/as padres/madres e hijos/as son espejos entre sí. Por

mi parte a su vez, había observado al trabajar en paralelo con el subgrupo de las madres

y el de los/as hijos/as, que las quejas de ambos sectores eran exactamente las mismas.

Los/as jóvenes se evidenciaban, en muchos casos, como un reflejo de las madres y lo

que ellas criticaban en sus hijos/as era, en realidad, una imagen de sí mismas.

Como en ese grupo la actividad había dado buen resultado, era oportuno

aplicarla también en este. No pudiendo hacerse en pares con los adultos, se propone

realizarla en parejas entre los/as jóvenes, asumiendo cada integrante del par el rol de

padre/madre o hijo/a y luego invertirlo.

Consiste en trabajar frente a frente, comenzando unos segundos con los

ojos cerrados mientras se escucha la música, pero después mirándose a los ojos. Luego,

quien sienta el impulso, comienza a hacer movimientos al tempo de la música y el/la

compañero/a lo/a sigue. Es un juego de compenetración con el/la otro/a, al punto que

quien guía luego puede ser el/la que imite. Todo debe hacerse sin hablar, dejándose

llevar por el impulso y por la simbiosis que se genera. Se trata de verse reflejado/a uno/a

mismo/a en la imagen de la otra persona, pero también de tomar gestos de esa persona e

intentar comprenderla.

Luego progresivamente empieza a haber contacto físico, con las manos o

tocando el rostro, y finalmente se llega al abrazo. La consigna es mirar siempre al/la

compañero/a a los ojos, no hablar y que el movimiento fluya al tempo de la música.

Musicodrama 55

La elección de esta obra en particular obedece a las características de la

misma5, en la que dos líneas melódicas simultáneas (ejecutadas en este caso por un

piano y un violonchelo) se complementan y acoplan entre sí, pudiendo ser tanto una

como otra la melodía y el acompañamiento. El ritmo lento y constante permite los

movimientos pausados y favorece la concentración.

Para realizar esta actividad se forman cuatro parejas, participando

también el actor. En cada par, se ponen de acuerdo quién es el/la hijo/a y el/la

padre/madre.

Al inicio cuesta un poco la concentración porque les resulta muy difícil

mirar a los ojos del/a otro/a sin reírse, pero a medida que transcurre la música y con la

guía de mi voz, cada par se compenetra y trabaja en silencio. Se hace una segunda vez

invirtiendo los roles.

La sesión concluye con un clima de armonía y acercamiento entre los/las

participantes.

● Sesión 12

Asistencia: nueve jóvenes

Esta sesión es en realidad la última, ya que en la próxima se llevará a

cabo una evaluación que la Universidad de Sevilla le realiza a la Asociación Ponte.

Por este motivo hoy reparto unas fichas de valoración (anexo I-II) entre

los/as jóvenes y el equipo técnico, como un modo de evaluar la intervención de la

Musicodrama 56

música en las sesiones. Sobre las mismas explicaré en detalle en el epígrafe de

Resultados.

Luego de completar las fichas, la analista y el intérprete proponen hacer

un cierre de todos los temas tratados en las doce sesiones a través de dramatizaciones,

analizando en qué se ha progresado y qué falta aún por trabajar.

En síntesis, en dos de las dramatizaciones la música juega un rol

importante. En una de ellas, un joven debe representar a un padre con una profunda

tristeza. Sin embargo, le cuesta entrar en el personaje y no se siente en la situación. Al

colocar una obra melancólica y escucharla por unos minutos, se siente en condiciones

de dramatizar la escena manifestando que la música lo había situado en el estado de

ánimo adecuado.

En otra de las escenas, unos de los adolescentes (A.) no llegaba a

expresarse con la fuerza necesaria que la situación requería. Luego, al colocar una

música muy tensionante y estridente, él logra mostrar su angustia y agobio.

En un intermedio durante la sesión, se recibe la visita del actor que había

estado presente en la sesión 10, quien viene acompañado de un guitarrista. Ofrecen un

pequeño recital y junto a ellos, S. y J. también cantan e improvisan en estilo flamenco.

Al cierre de la sesión, todos/as los/as participantes expresan su deseo de

querer continuar con las sesiones y analizan el cambio que se ha producido en ellos/as,

cómo se sentían en los primeros encuentros y cómo se sienten ahora; cómo era el grupo

al inicio y la cohesión que se había logrado luego de participar en las sesiones.

Musicodrama 57

● Sesión 13

Asistencia: nueve jóvenes y cuatro madres

Se realiza la ya mencionada evaluación de la Universidad, que consiste en

varios cuestionarios que deben responder los/as adolescentes y sus padres/madres.

Además se realiza un grupo de discusión grabado en audio, donde los jóvenes expresan

la eficacia de las sesiones y lo que la música les ha aportado durante las mismas.

Algunas líneas de esa grabación son transcriptas en anexo IV.

3.4.2. Grupo 2

● Sesiones 1 y 2

En las dos primeras sesiones se presentó el programa y la dinámica de

trabajo que se implementaría. Participando en mi caso con el grupo de adultos, asistió

un promedio de doce madres y un padre, quien en las siguientes sesiones dejó de

concurrir pero continuó haciéndolo su esposa. El grupo expuso sus inquietudes y las

situaciones que estaban atravesando con sus hijos/as, compartiendo sentimientos de

tristeza, resignación, impotencia frente a la falta de respeto, defraudación.

En ambas sesiones se representaron escenas con temáticas surgidas a

partir de los sentimientos expuestos con anterioridad. En estas dramatizaciones se

utilizó música que reforzara las situaciones y en algunos casos, a pedido de las

participantes, el soporte musical debía ayudarlas a situarse en el estado de ánimo que

requería la escena. Tal como se hizo con el grupo 1, a lo largo de todas las sesiones se

Musicodrama 58

mantuvo un fondo musical a base de Mozart, que lógicamente se interrumpía en los

momentos de las escenas al adecuar la música a las mismas.

A partir de la tercera sesión se realizaron actividades musicales conjuntas

entre los dos subgrupos de madres y jóvenes, lo cual procederé a describir a

continuación, reproduciendo lo documentado en el diario:

● Sesión 3

Asistencia: ocho madres y ocho jóvenes

Se realizan varias escenas alternando los grupos por separado y en

conjunto para trabajar el tema de la empatía y el cambio de roles, con la intención de

comprender la visión y el sentimiento del otro: las madres entender a los/as jóvenes y

viceversa. Se plantea el hecho de que las quejas y los reclamos de ambos grupos son los

mismos, al tiempo que se evidencia cómo los/as adolescentes son un espejo de aquello

que los adultos proyectan. Se me solicita trabajar sobre esa situación en una actividad

con música.

Actividad

Así me surge la idea de representar el reflejo entre parejas, sobre la

música de Arvo Pärt (lo cual he referenciado ya en la sesión 11 del grupo 1). En este

caso el ejercicio se realiza en pares de madres e hijos/as, lo cual resulta óptimo porque

la compenetración entre ellos es muy intensa y la concentración en la tarea es absoluta.

Sin embargo al inicio, existe la dificultad de lograr mantener la mirada en los ojos del/la

compañero/a. Salvo en una de las parejas, el resto llega a darse el abrazo final.

Musicodrama 59

Al concluir el ejercicio, los/as presentes manifiestan sentirse

movilizados/as y gratificados/as por la experiencia vivida habiéndose generado, en su

opinión, un clima intimista y distendido. Algunas madres expresan además tener una

sensación de alivio que hacía mucho no sentían, como si se hubiesen liberado de un

peso.

Uno de los trabajadores sociales comenta al respecto que era la primera

vez que veía sonreír a una de las jóvenes, la cual él tenía a cargo en el seguimiento de su

situación.

● Sesión 4

Asistencia: doce madres y ocho jóvenes. Esta vez los grupos trabajan

conjuntamente.

Actividad

Se inicia la sesión con una actividad con instrumentos de percusión: las

dos actrices que son las intérpretes y representan a cada grupo realizan una escena de

una madre e hija que intentan dialogar y terminan discutiendo. Se han repartido

instrumentos entre integrantes de ambos grupos y, cuando habla la actriz-madre, los/as

jóvenes deben impedir que se la escuche haciendo improvisaciones con los

instrumentos; con su ejecución deben tapar el texto de la madre y viceversa, las madres

ejecutan cuando habla la actriz-hija, evitando que se la escuche. Como había ocurrido

con el grupo 1, la consigna es variar las intensidades para plantear un juego con las

actrices.

Musicodrama 60

Luego se aplica una de las técnicas de psicodrama, la silla vacía, pero con

la variante de sentarse frente a frente una madre con su hijo/a, participando un par cada

vez. El resto del grupo rodea a la pareja enfrentada. Cada uno/a debe decirle al/la otro/a

cómo desearía que fuera, cómo se podría cambiar la relación, pero debe hacerlo sin

reproches. Se evidencia entonces la necesidad de decirse cosas entre los/as participantes

y el nivel emocional de los diálogos va en aumento. Durante toda esta primera parte del

ejercicio no se coloca música. Se percibe un clima tenso, de enfrentamiento y de gran

carga emocional. Se hace una pausa.

Una de las madres manifiesta sentirse incómoda ante el silencio que se

produce entre los diálogos (que por momentos eran muy duros) y me solicita que

cuando ella deba hacerlo con su hija, necesitaba un soporte musical que la ayudara a

expresarse. Al regresar de la pausa se continúa con el ejercicio, sólo que esta vez coloco

música como se me había pedido.

Al concluir, los/as participantes observan que las parejas que habían

trabajado en la segunda parte se habían vinculado de una manera más armoniosa y

relajada que en la primera, aunque no menos emotiva, y así también lo señalan quienes

habían participado luego de la pausa.

Al final de la sesión, un joven se aproxima a mí solicitándome que para la

próxima sesión traiga música de Ñengo Flow, cantante puertorriqueño de reguetón, hip

hop y rap.

●Sesión 5

Asistencia: nueve madres y seis jóvenes

Musicodrama 61

La analista que guía el grupo de adolescentes me solicita que en esta

sesión trabaje con ellos/as, ya que había considerado muy positiva la actividad con

instrumentos realizada en el último encuentro, debido a que los/as jóvenes se habían

abierto emocionalmente mucho más que otras veces. Dadas las características del grupo

de tener dificultades en ese sentido, resulta gratificante recibir esta apreciación.

Actividad

En el inicio se plantea entonces un ejercicio de improvisación con

instrumentos de percusión. Sentados/as en círculo y cada uno a su turno, la consigna era

improvisar libremente pensando en aquello que le dirían a sus padres/madres,

comunicándoles lo que quieren, lo que les molesta o lo que quisieran cambiar, con los

instrumentos. Hago la observación de que, a diferencia de la sesión anterior en la que

los instrumentos se habían usado para interrumpir el diálogo, en esta ocasión debían

sonar para decir algo.

Luego se prepara un mensaje para las madres a través de una escena, de lo

que había surgido en la improvisación respecto a aquello que los/as jóvenes quieren

comunicarles y manifestarles a los adultos. Intervienen dos adolescentes con texto y el

resto del grupo acompaña con los instrumentos. Al regresar de la pausa los dos grupos

están juntos y se representa la escena. El analista les pregunta a las madres qué

interpretaron de lo visto, cuál había sido el mensaje.

Cabe destacar que durante la pausa coloqué los temas de Ñengo Flow que

había traído; los jóvenes se acercaron, rodearon el ordenador para escuchar la música y

permanecieron allí durante todo el recreo.

Musicodrama 62

●Sesión 6

Asistencia: diez madres y ocho jóvenes

Nuevamente trabajo con el grupo de adolescentes. Como ocurrió con el

grupo 1, esta sesión sería en realidad la última, ya que en la siguiente se realiza la

evaluación de la Universidad de Sevilla. Por ese motivo, cada grupo por separado debe

preparar algo para presentarlo después de la pausa como un cierre.

Actividad

Con los/as jóvenes se decide entonces componer un rap. Escriben frases

que quieren usar y sobre una base grabada de rap improvisan con esas frases. Se

practica un par de veces y se deja el texto fijo. Aunque al principio se propuso emplear

frases que expresaran lo que se les quería decir a los/as padres/madres, finalmente se

usaron textos absurdos con un toque de comicidad.

Luego de la pausa las madres presentan una escena, en la que hacen una

evaluación de lo que habían logrado durante todas las sesiones. A continuación, los/as

jóvenes intervienen con el rap. Al concluir, repiten la canción instando a las madres a

que también canten. Como cierre, los dos grupos cantan en conjunto.

●Sesión 7

Asistencia: ocho madres y ocho jóvenes

Como ya se ha mencionado, se lleva a cabo la evaluación por parte de la

Universidad. Paralelamente, se reparten las fichas de apreciación sobre la intervención

de la música en las sesiones (anexo I-III). Como parte de la evaluación, cada grupo

Musicodrama 63

debate por separado emitiendo un juicio sobre la forma de trabajo durante las sesiones,

lo cual se registra en grabación de audio. En el grupo de las madres se destaca lo

positivo que había sido el uso de la música y de qué manera ésta había contribuído a que

pudieran expresarse con mayor soltura y libertad (ver en anexo IV la transcripción de

algunas opiniones).

3.5 Metodologías

3.5.1. Modalidad de trabajo en las sesiones: fundamentos

Teniendo en cuenta los objetivos que nos habíamos planteado con la

Asociación Ponte, referidos en el epígrafe 3.3 del presente capítulo, era necesario

escoger la modalidad de trabajo adecuada para alcanzar esos objetivos. Así, debía

diseñar un esquema que, básicamente, considerara en primer lugar fomentar la

espontaneidad de los/as participantes para lograr, por medio de ella, la exteriorización

de emociones en segundo lugar.

En la recopilación de conceptos teóricos que sustentaran este propósito,

encontré por una parte en los lineamientos de J. L. Moreno, J. J. Moreno y en la

aproximación de Nordoff-Robbins los aportes fundamentales para establecer pautas de

trabajo que estimularan el desarrollo de la espontaneidad. Por otra parte, los enunciados

de L. Meyer y nuevamente J. J. Moreno junto a la musicoterapia de Nordoff-Robbins

me aportaron los elementos para implementar actividades que favorecieran la

manifestación de emociones.

De manera que, en función de los objetivos fijados y los conceptos

teóricos mencionados anteriormente, concebí un plan de actividades para implementar

Musicodrama 64

en las sesiones. Sin embargo debo señalar que, como he indicado en el epígrafe 3.2.

referido a la descripción del grupo 1, en ocasiones tuve que adoptar una dinámica de

trabajo que no respondía al plan que había diseñado, debido a las dificultades que se

planteaban para trabajar con dicho grupo. No obstante, también hubo sucesos

imprevistos que significaron un valioso aporte a la sesión, como cuando S. y J. cantaron

sus propias creaciones.

A continuación expongo la argumentación teórica que brinda respaldo a

los dos aspectos que debían ser considerados, es decir, promover la espontaneidad y la

expresión de emociones, y las actividades que se corresponden con ellos:

● En el capítulo 2 hice referencia a la importancia que le concedía J. L.

Moreno a la improvisación con percusión corporal, con las cuerdas vocales y con

movimientos del cuerpo en la forma orgánica de la psicomúsica, como un medio para

incentivar la espontaneidad (1977). Asimismo en la forma instrumental de dicha

modalidad, contemplaba la improvisación con instrumentos de percusión sencillos, que

no requirieran de una técnica especial para poder manejarlos. De igual forma, J. J.

Moreno en su psicodrama musical (2004) considera la improvisación con instrumentos

de percusión, con sonidos vocales y con movimientos corporales o desplazamientos,

como un factor esencial para promover la creación instintiva. Y al mismo tiempo, en la

musicoterapia creativa de Nordoff-Robbins la improvisación es un elemento clave para

lograr activar los recursos internos del individuo (Aigen, 2005; Bruscia, 1987).

Actividades

Este principio entonces, estuvo presente en las siguientes actividades:

Musicodrama 65

* Improvisación con percusión corporal y expresiones sonoras vocales:

• Grupo 1: sesión 3

* Improvisación con instrumentos de percusión: se utilizan instrumentos

de fabricación propia (como ya he señalado en la descripción de los grupos). A

diferencia de lo propuesto por J. J. Moreno (2004) en relación al uso de una amplia

gama de instrumentos de percusión melódicos y no melódicos con diversidad de

coloraciones sonoras, opté por el criterio sostenido por J. L. Moreno (1977) en cuanto a

que los instrumentos para improvisar deben ser extremadamente simples. Así, los

mismos deben prestarse como una prolongación del cuerpo humano y no como un

objeto que requiere de una destreza especial para ser usado, lo cual interferiría con el

proceso creativo.

• Grupo 1. Sesión 9: los/as participantes hacen improvisaciones

libres con sonidos que interrumpen el texto del intérprete.

• Grupo 2. Sesión 4, actividad (madres y jóvenes): similar a lo

realizado por el grupo 1, con variantes para la intervención de los

dos subgrupos. Sesión 5, actividad (jóvenes): improvisación libre

con un mensaje para los adultos.

* Improvisación con movimientos corporales y desplazamiento.

• Grupo 1. Sesión 9: el mismo ejercicio descripto en la

improvisación anterior.

Musicodrama 66

● Con respecto a las actividades con música que incidan más

directamente en el plano emocional, tanto los argumentos de J. J. Moreno como los de

L. Meyer fueron tenidos en cuenta para diagramarlas y llevarlas a cabo. Como además

los conceptos de la musicoterapia creativa se vinculan con ambos autores, a

continuación los iré relacionando a medida que se presenten.

* J. J. Moreno

Según J. J. Moreno (2004), es imprescindible utilizar todos los elementos

sonoros posibles para ayudar a la expresión de emociones y prestarle apoyo y guía al

protagonista, coincidiendo en esta idea con lo sostenido por Nordoff y Robbins durante

el trabajo en las sesiones con el paciente. En este sentido, J. J. Moreno destaca en

particular el uso de “sonidos vocales, así como cantar o entonar. La elevación de las

voces puede aumentar el impacto emocional de los sonidos musicales de angustia y

caos” (p. 40). Por otra parte, aún cuando este autor le otorga un rol fundamental al

trabajo realizado con música en vivo e improvisada durante las sesiones, no por ello le

resta importancia a la utilización de obras musicales grabadas, expresándose en estos

términos: “La música parece romper las defensas habituales y atravesarlas consiguiendo

un impacto emocional directo” (2004, p. 79). Este concepto es compartido también por

la musicoterapia creativa.

De igual manera, J. J. Moreno le asigna gran importancia a la selección de

las obras en función de la finalidad para la cual serán empleadas durante la sesión y a la

creatividad del terapeuta en esa tarea, tal como ocurre en la musicoterapia creativa.

Dicho por J. J. Moreno es estos términos:

Musicodrama 67

El terapeuta debe escuchar tanta variedad de música como le sea posible,

buscando cualidades en la música que puedan ayudar a sus clientes a que

se expresen, se relajen y evoquen sentimientos y experiencias. Esto, a su

vez, puede llevar al terapeuta creativo a pensar en cómo puede adecuarse

una determinada pieza musical y una situación particular que debe

representarse en el escenario. (2004, p. 76)

* Meyer

Asimismo, para poder ilustrar de un modo cabal la perspectiva ofrecida por

Meyer (2009), es esencial que retome los conceptos de este autor expuestos en el

capítulo 2. Para llegar a la conclusión que da origen a su teoría, Meyer realiza una serie

de consideraciones previas que explican de qué manera se interrelacionan los estímulos

musicales (música) y las emociones. Entre ellas señala las similitudes que existen entre

la experiencia musical y lo que él denomina comportamiento emocional designativo.

Este último hace referencia a los aspectos manifiestos y observables de la conducta

emocional humana. Dicho comportamiento es aprendido y, al servir principalmente

como medio de comunicación, se lo llama designativo o denotativo. Entre esas

similitudes destaco las siguientes, las aportan los fundamentos que convalidan la

modalidad de trabajo realizada durante las sesiones:

• Cuando se usa la voz como instrumento, la música que resulta de esa expresión

vocal está imitando los sonidos del comportamiento emocional, es decir lo describe,

debido a que las disposiciones anímicas y los sentimientos alcanzan su articulación más

precisa a través de la inflexión vocal (Meyer, 2009). Por este motivo, son indispensables

durante las sesiones las actividades que supongan el uso de la voz , ya sea a través del

canto o de expresiones vocales improvisadas, coincidiendo así con la musicoterapia

Musicodrama 68

creativa, con J. J. Moreno (2004) y con el aspecto descripto anteriormente referido al

estímulo de la espontaneidad. Este recurso permite entonces que el comportamiento

emocional encuentre una vía más fluida para aflorar y salir a la superficie que por medio

de la expresión hablada.

• Tanto para Meyer (2009) como para Nordoff y Robbins, el comportamiento

motor desempeña un papel fundamental en la comprensión de la experiencia estética

musical porque la facilita y la refuerza. Por un lado, señala que algunos oyentes pueden

comprender la música a través de su propio comportamiento corporal: “Se podría decir

que dichos oyentes objetivan y dan una referencia concreta a la música, la perciben a

través de sus propias respuestas motoras; y quizá esto justifica en parte el énfasis que se

ha puesto sobre las mismas” (p. 96). Por el otro, sostiene que el comportamiento

emocional es un tipo de gesto o movimiento con cualidades definidas en función de la

energía, la dirección, la tensión, la continuidad, etc., al igual que ocurre con las

cualidades de la música. De manera que los gestos originados al ejecutar o escuchar

música pueden reflejar el comportamiento motor de los gestos designativos, debido a la

gran similitud que existe entre ellos. Es así que, al realizar actividades con audiciones

musicales que incorporen movimientos, éstos pueden estar comunicando la disposición

anímica de los participantes.

• Como he indicado con anterioridad, según Meyer (2009) el propósito del

comportamiento emocional designativo es la comunicación. Del mismo modo que ese

comportamiento comunicativo tiende a convencionalizarse para que la comunicación

sea más eficaz, igualmente la comunicación musical de estados de ánimo y sentimientos

tiende a estandarizarse: “Así, los procedimientos musicales concretos (...) se vuelven

Musicodrama 69

fórmulas que indican un estado de ánimo o un sentimiento codificados culturalmente.

Para aquellos a quienes les son familiares, dichos signos pueden ser poderosos factores

en el condicionamiento de las respuestas” (Meyer, 2009, p. 271). Asimismo, la

asociación por contigüidad juega un papel esencial en la definición musical del estado

de ánimo ya que figuras melódicas, sucesiones armónicas o relaciones modales se

experimentan reiteradamente junto a textos, programas o experiencias extramusicales

que designan o implican un estado de ánimo. Cuando estas asociaciones son habituales,

la presencia del estímulo musical apropiado automáticamente evocará la respuesta del

estado de ánimo acostumbrado. Por este motivo, la música puede experimentarse como

un estado de ánimo o un sentimiento. Esto es de vital importancia entonces porque, de

este modo, puede aplicarse la música en las sesiones de psicodrama con el propósito de

despertar o acompañar estados de ánimo o sentimientos determinados en los/as

participantes con un fin en particular (por ejemplo, para realizar una dramatización en la

que se trabaje un tema en especial y éste requiera de un estado de ánimo específico),

coincidiendo nuevamente con la visión de J. J. Moreno (2004) en lo referido a este

punto.

En definitiva, Meyer establece un paralelismo entre las vivencias musicales y las

que acontecen en la vida real, al igual que lo hacen Nordoff y Robbins, con lo cual se

fortalece el concepto de que la música puede ayudar a interpretar las situaciones de la

vida tratadas a través del psicodrama.

La experiencia de la inquietud musical es muy similar a la experimentada en la vida

real. Tanto en la vida como en la música, las emociones que surgen de este modo parten

esencialmente del estímulo: la situación de ignorancia, la conciencia de la impotencia

del individuo y la incapacidad de actuar cuando se desconoce el curso futuro de los

Musicodrama 70

acontecimientos. El hecho de que estas experiencias musicales sean tan similares a las

que se dan en un drama y en la vida misma hace que a menudo se sientan de una forma

particularmente poderosa y efectiva. (Meyer, 2009, p. 48)

Actividades

Es así que, engarzando los criterios ofrecidos por J. J. Moreno y por

Meyer, los mismos pueden verse cristalizados en las siguientes actividades:

* Cantar obras ya compuestas o creaciones propias, además de los ya

descriptos ejercicios de improvisación con expresiones sonoras vocales.

• Grupo 1. Sesión 7: entonación de la canción Canta, de Marta

Gómez; S. canta una composición propia; sesión 9 y 12: J. y S.

cantan con acompañamiento de yembé, obras propias y de

Camarón de la Isla.

• Grupo 2. Sesión 6: madres y jóvenes entonan un rap creado por

estos/as últimos/as.

* Ejercicios de movimientos impulsados por el estímulo musical: en ellos,

la música genera una emoción que requiere exteriorizarse en gestos, vehiculizarse en

movimientos para salir a la superficie.

• Grupo 1. Sesión 11: ejercicio el reflejo, sobre obra de Arvo Pärt.

• Grupo 2. Sesión 3: el mismo ejercicio el reflejo (madres y

jóvenes).

Musicodrama 71

* Utilización de música para generar estados de ánimo: además de usar

una variedad de obras musicales durante las sesiones para promover un clima distendido

(desde la sesión 3 en el grupo 1; desde la sesión 1 en el grupo 2), en las dramatizaciones

la música estaba presente para provocar estados de ánimo determinados.

• Grupo 1: en escenas de las sesiones 8, 10 y 12.

• Grupo 2: en escenas de las sesiones 1, 2 y 4.

Como he ilustrado entonces, con la metodología de trabajo adoptada

busqué cumplir con los objetivos planteados al iniciar las prácticas, basándome en los

fundamentos teóricos ya reseñados. De ellos, incorporé los elementos que se adaptaban

mejor a las características y necesidades de cada grupo, combinando en las actividades

las improvisaciones y música ejecutada en vivo con obras musicales grabadas. Por

ejemplo, aunque a nivel teórico es muy válida la propuesta de J. J. Moreno (2004) de

acompañar las dramatizaciones en las sesiones con música creada por parte del grupo,

sin embargo en este caso fue difícil llevarlo a la práctica. Los grupos de adolescentes

evidenciaban una clara resistencia a realizar actividades, particularmente utilizando

instrumentos o la voz. Con el grupo de las madres, en las dramatizaciones su interés se

focalizaba en lo escénico, deseando participar como protagonistas o yo auxiliares, más

que ocuparse de brindar un soporte musical. Por ese motivo, utilizar composiciones

grabadas resultó lo más conveniente.

En otro orden de cosas, finalmente es importante que destaque lo

siguiente:

Musicodrama 72

• En general, la mayoría de las actividades servían en sí mismas a un

doble propósito, tanto estimular la espontaneidad como manifestar las emociones, al

realizarse acciones simultáneas durante las mismas.

• Otras actividades ofrecieron una finalidad añadida, que no estaba

prevista inicialmente, actuando como un vehículo de comunicación entre madres e

hijos/as. Esto ocurrió con el grupo 2 en el ejercicio el reflejo, durante el cual se

evidenció una gran compenetración de las madres y los /as jóvenes, como asimismo

cuando ambos subgrupos cantaron conjuntamente el rap.

• Como he referenciado en el capítulo 2, la musicoterapia creativa le

otorga un valor especial a la creación musical realizada en las sesiones, ya que a través

de ella la persona puede descubrir los sentimientos más profundos sobre sí misma y

sobre el mundo. De este modo, la música creada funciona como una extensión del

individuo, permitiéndole tomar consciencia de sus situaciones internas e iniciar el

proceso de cambio necesario (Aigen, 2005; Bruscia, 1987; Ruud, 1993). Pude observar

este aspecto cuando S. y J. cantaron sus creaciones e improvisaron juntos, ya que luego

de estas experiencias ambos manifestaron una nueva forma de posicionarse frente a sus

problemas familiares y adquirieron un rol protagónico dentro del grupo, afianzando así

su autoestima.

3.5.2. Investigación

Al momento de definir la metodología con la que abordaría la investigación del

tema que da origen a estas páginas y al plantearme la pregunta ¿Cómo voy a estudiar

este tema?, me encontré frente a un problema de doble faz: por un lado, como docente

Musicodrama 73

de música no realizaría un trabajo de campo en el aula ni en una comunidad educativa;

por el otro, participaría en sesiones de psicoescénica con la intervención de la música,

pero sin ser psicoterapeuta, musicoterapeuta o actriz.

En definitiva me hallaba, hasta donde tenía información, ante un terreno poco

explorado aún: si bien contaba con el apoyo del fundamento teórico, en los antecedentes

empíricos la incorporación de la música en sesiones psicodramáticas sólo había sido

realizada desde la perspectiva de la psicoterapia con J. L. Moreno (1977) o de la

musicoterapia con J. J. Moreno (2004). En este punto es importante que mencione a la

educadora de música Carmen Ramírez Hurtado (2006), quien utiliza la denominación de

Música Aplicada cuando se combina la educación musical, aportando sus recursos

propios, con otras disciplinas para el tratamiento de problemas que, por ejemplo, serán

resueltos desde la psicología. En ese sentido manifiesta, refiriéndose al ámbito de lo

experimental: “El campo de trabajo con Música Aplicada, (...), está más o menos como

las selvas amazónicas cuando llegaron los españoles en el S. XV” (2006, p. 294).

Esto entonces me presentaba interrogantes tales como ¿Desde qué perspectiva

enfocaría la investigación? ¿Debía valerme de una metodología específica del área de la

educación, de la musicoterapia, de la psicología? Hacerlo desde mi óptica de docente de

música en un contexto que no es el habitual para un maestro suponía un desafío para

afrontar, como ya lo he señalado en la introducción. No obstante, por encima de todos

estos cuestionamientos estaba la música, como arte único e inimitable, ofreciendo

posibilidades que era valioso utilizar. Tal como lo expresaba Paul Nordoff, al dirigirse a

un grupo de estudiantes:

Musicodrama 74

Y detrás de todos nosotros, guiándonos y cuidándonos está la música misma, el arte de

la música. Música, no os olvidéis de la música. Es tan fácil con vuestro pensamiento –

este horrible pensamiento intelectual con el que todos debemos lidiar porque estamos

viviendo en esa clase de época- no olvidéis del arte de la música, de la belleza, la fuerza,

la estimulación que hay en ella. Vosotros no sólo debéis tener fé a atreveros y en

vuestro coraje, debéis tener la misma fé y coraje en la música.6 (Aigen, 2005, p. 51)

Es así que procedí a encarar el trabajo empírico con un tipo de investigación

exploratoria, planteada como una aproximación al fenómeno que iba a estudiar, en la

cual era necesaria la flexibilidad.

Esto me llevó entonces a determinar la orientación a seguir. Sabía que mi punto

de partida era el de proponer a los grupos con los cuales iba a trabajar, un acercamiento

a la música como una herramienta posible para lograr algún tipo de cambio. Es decir:

trabajaría con personas, estudiando y describiendo sus comportamientos y reacciones,

siendo fenómenos que serían explicitados con palabras y conductas, no con números

(Taylor & Bogdan, 2000; Pavlicevic, Ansdell, Procter, & Hickey, 2009). Por lo tanto

asumiría la cuestión desde una perspectiva fenomenológica, la cual es entendida por los

autores Taylor & Bogdan (2000) como el enfoque teórico que busca comprender “los

motivos y creencias que están detrás de las acciones de la gente” (p. 5). Dado que esta

perspectiva realiza su estudio mediante la investigación cualitativa (Taylor & Bogdan,

2000), la misma fue la que guió mi trabajo de campo.

El estudio de carácter cualitativo produce datos descriptivos y recoge

información empírica a través de las propias palabras de las personas y de la conducta

observable de las mismas. Muchos de estos estudios se inician con interrogantes

formulados vagamente, sin tener una categoría organizativa predeterminada. Es decir

Musicodrama 75

que se trata de un proceso dinámico y su diseño de investigación es flexible, lo cual

presenta la ventaja de poder ir adaptándose al surgimiento de temas imprevistos en el

transcurso de la investigación (Taylor & Bogdan, 2000; Pavlicevic et al., 2009). Este

rasgo fue determinante para optar por este tipo de investigación, conforme a los motivos

expuestos en párrafos anteriores.

De manera análoga, las siguientes características de la investigación cualitativa

(Taylor & Bogdan, 2000; Dorio Alcaraz, Sabariego Puig y Massot Lafon, 2009; Ansdell

& Pavlicevic, 2001) me llevaron a adoptarla en el estudio que iba a realizar:

Tiene un enfoque holístico, considerando los actores y su entorno como un todo.

En el caso del tema de este trabajo, se trataba de estudiar las posibilidades de la

interacción de la música y el psicodrama en adultos y jóvenes, cuyas

problemáticas se vinculaban y/o derivaban de sus contextos familiares.

El/la investigador/a cualitativo/a interactúa con las personas a las que estudia de

una manera natural y no intrusiva, teniendo en cuenta además los efectos que

él/ella mismo/a causa sobre esas personas. Durante mi intervención en las

sesiones de psicoescénica, debía interactuar con los integrantes de los grupos al

proponerles y conducir actividades, así como al atender sus requerimientos.

Igualmente, estos aportes de mi parte suponían una incidencia en el

comportamiento de los/as participantes.

Los estudios cualitativos son humanistas, ya que buscan conocer e identificarse

con las personas que son el tema de su investigación, para lograr comprender

Musicodrama 76

sus puntos de vista, motivaciones, sentimientos y frustraciones. Con esta visión

y compromiso abordé la investigación que iba a iniciar.

La investigación cualitativa es de carácter interpretativo, vinculándose así al

interaccionismo simbólico (una escuela de pensamiento derivada de la

perspectiva fenomenológica) que tiene en Herbert Blumer (1969) uno de sus

representantes más significativos. De acuerdo con este autor, las personas

actúan respecto a las cosas y a otras personas en función de los significados que

esas cosas o personas tienen para ellas. La atribución de esos significados, que

se generan a partir de la interacción social, ocurre mediante un proceso de

interpretación. Esta interpretación es la intermediaria entre los significados y las

acciones mismas que las personas llevan a cabo (Blumer, 1969). De este modo,

los estudios cualitativos buscan descubrir los significados que las personas, que

están siendo estudiadas le asignan a los sucesos que ellas mismas experimentan

(Dorio Alcaraz et al., 2009). En mi caso, trataría de comprender los significados

que los integrantes de los grupos le atribuían a la música y su actuación en

función de ello.

Con respecto a los métodos que se asocian a la investigación cualitativa,

según diversos autores como Cohen, Manion, & Morrison (2007) o Rodríguez

Gómez, Gil Flores y García Jiménez (1996), pueden nombrarse la

fenomenología, etnografía, etnometodología, teoría fundamentada,el estudio de

casos, la investigación-acción y la investigación narrativo-biográfica. De

algunos de ellos, sólo mencionaré los rasgos que fueron tenidos en cuenta como

lineamientos orientadores pero, como ya he destacado, en ningún caso debe

Musicodrama 77

considerarse que estos métodos fueron aplicados en forma rigurosa. Al respecto,

resulta válido acudir a Taylor & Bogdan (2000) quienes manifiestan: “Los

métodos sirven al investigador; nunca es el investigador el esclavo de un

procedimiento o técnica” (p. 9).

Asimismo es importante precisar que esos rasgos fueron combinados de manera

simultánea y flexible, recurriendo a ellos según los requerimientos de las circunstancias

en el transcurso de las sesiones (Cohen et al., 2007):

Etnografía

Para Rodríguez Gómez et al. (1996), la etnografía es un método de investigación

por medio del cual se conoce la forma de vida de una unidad social determinada, ya sea

una familia, una clase, una escuela. Asimismo para Hammersley & Atkinson (1994), se

trata de la forma de investigación social más básica y, según su criterio, hablar de

etnografía es hablar de observación participante, siendo ésta la estrategia de recogida de

información fundamental de la que se vale la etnografía: se observan las acciones,

comportamientos e interacciones en un grupo al tiempo que el investigador participa en

las actividades de ese grupo, reflexionando sobre los efectos de esa participación

(Rodríguez Gómez et al., 1996; Hammersley & Atkinson, 1994). En el caso de las

sesiones de psicoescénica, desde el inicio estuve presente con la intención de observar

las reacciones de los/as participantes ante un estímulo musical o el efecto que provocaba

en ellos la intervención de la música pero, al mismo tiempo, tomé parte activa al

proponer y guiar las actividades.

Investigación narrativo-biográfica

Musicodrama 78

En este tipo de investigación, el relato de los protagonistas es el que revela los

significados que éstos le asignan a las cuestiones humanas (Rodríguez Gómez et al.,

1996). En mi caso, algunos/as participantes manifestaban a través de expresiones

verbales cortas (sin llegar a ser relatos), el significado que la música tenía en sus

historias de vida.

Investigación-acción

Considerada por John Elliott (2000) como el estudio de una situación social con

el propósito de lograr una mejora en la calidad de la acción dentro de la misma. La

intervención del investigador intenta promover en los/as protagonistas la comprensión

de los problemas para que ellos mismos participen en la búsqueda de soluciones. Este

rasgo precisamente es el que tuve en cuenta en el trabajo durante las sesiones, ya que se

trataba de activar, a través de la interacción de la música y el psicodrama, las

capacidades internas de los/as participantes que contribuyeran a la resolución de sus

conflictos.

El estudio de casos

Para Robert Stake (2007), consiste en el estudio, descripción y análisis de la

particularidad de un caso singular o de unidades sociales únicas. Por su parte Robert

Yin (2009) considera que este método es apropiado para el estudio de temas nuevos ya

que, además de ser descriptivo y explicativo, es exploratorio. De este modo, sus

resultados permiten extraer conclusiones que pueden servir de base para formular

preguntas de investigación. Así, se trata de una generalización del tipo analítica en la

que, por medio del estudio de un caso único o de múltiples casos, se puede ilustrar o

Musicodrama 79

representar una teoría (Yin, 2009). En consecuencia, durante las sesiones surgieron

imprevistamente casos como los de S. y J. que requirieron, al menos en parte, ser

considerados según este método, debido a que sus acciones particulares proporcionaron

elementos informativos importantes.

3.5.3. Recolección de datos

Dentro del enfoque globalizante con el cual había encarado la investigación, la

recolección de datos estaba orientada a considerar y consignar los procesos que se

habían suscitado, más que a evaluar la obtención de resultados medibles. En ese sentido,

ante la demanda de evidencia que convalide el planteamiento inicial de un trabajo de

investigación, tuve presente las manifestaciones de los autores Pavlicevic, Ansdell,

Procter & Hickney. Desde la perspectiva de la musicoterapia, estos autores aconsejan en

su libro Presenting the evidence que en la práctica, el musicoterapeuta se maneje dentro

de las posibilidades que las situaciones le ofrezcan y trabajen con la evidencia que esté

disponible, aún cuando esto signifique hacerlo en una escala reducida y a un nivel local

(Pavlicevic et al., 2009). De este modo, se le asigna valor a cada suceso, signo o

manifestación, por mínimo que sea, que pueda revelar el desarrollo de un proceso,

independiente del resultado final. Asimismo ellos afirman: “Ausencia de evidencia de

eficacia no es lo mismo que evidencia de ausencia de eficacia” (Pavlicevic et al., 2009,

p. 5).

En ese marco entonces, los procedimientos que inicialmente contemplé

implementar para la recolección de datos tomaron como base la observación

participante y el cuestionario de valoración. Con posterioridad, pude disponer también

Musicodrama 80

del material de los grupos de discusión que la Universidad de Sevilla había realizado

con el objeto de evaluar a la Asociación Ponte. A continuación, expongo los

instrumentos empleados en cada uno de estos procedimientos:

● Observación participante

Desde el comienzo del trabajo de campo estimé que esta estrategia sería la

principal herramienta para la recogida de datos, ya que permite hacer el seguimiento de

un proceso. Al tratarse de una investigación exploratoria, como he explicado en el

apartado anterior, me había planteado hacer una observación no estructurada,

registrando los fenómenos a medida que iban ocurriendo, sin trazar un esquema previo.

El instrumento utilizado fue el diario. Aquí debo aclarar que, aunque hubiera

sido de gran valor poder grabar con imagen y sonido el transcurso de las sesiones (o al

menos algunas de ellas), esto no se llevó a cabo como consecuencia del contundente

rechazo por parte de los/as participantes de ambos grupos, de ser registrados de esa

manera. En ese diario pude consignar:

• Registro de eventos significativos durante las sesiones, que serían indicadores

de procesos de cambio (detallados más adelante).

• Opinión de profesionales del equipo técnico, que aportarían otros puntos de

vista. En este sentido encuentro válido destacar el concepto de intersubjetividad

introducido por el dramaterapeuta Roger Grainger (1999), que él aplica cuando

un juicio subjetivo es compartido por un grupo de personas pero no puede ser

verificado objetivamente. En este caso, me interesaba conocer las diversas

Musicodrama 81

perspectivas de los psicoterapeutas, actores y trabajadores sociales que

participaban en las sesiones acerca del trabajo con música.

● Cuestionario

Con este procedimiento intentaba tener un panorama de la percepción y

apreciación de los/as participantes respecto a la intervención de la música, al finalizar

todo el ciclo de sesiones. Como instrumentos de dichos cuestionarios se usaron:

• Fichas de valoración (anexo I-III). Estas fichas fueron elaboradas para los/as

jóvenes de ambos grupos, para las madres y para el equipo técnico. Los

contenidos de las mismas y el análisis de los resultados se presentan en el

siguiente epígrafe.

● Grupos de discusión

Como he mencionado anteriormente, este procedimiento fue implementado por

la Universidad de Sevilla como parte de la evaluación a la Asociación Ponte. El

instrumento empleado en este caso fue la grabación de audio. De las transcripciones de

la misma pude obtener:

• Comentarios de tres participantes del grupo 1 y de cinco madres del grupo 2

sobre lo que representa la música para ellos/as (anexo IV).

En resumen, de los tres procedimientos (observación participante, cuestionario y

grupo de discusión), con sus instrumentos (diario, fichas de valoración y grabación de

audio respectivamente), se extrajeron cuatro indicadores que se convertirían en

Musicodrama 82

categorías. El análisis e interpretación de las mismas pertenecen al próximo epígrafe de

Resultados.

3.6. Resultados

3.6.1. Categorías

En este punto es importante que resalte dos aspectos:

• Debido a que los datos fueron recogidos en función de detectar señales que

indicaran que la música puede incidir positivamente en las sesiones de psicodrama, el

análisis de estos datos no se hará en términos de porcentajes. La relación numérica sólo

se tendrá en cuenta para establecer un criterio de valoración, como se explicará más

adelante.

• Los resultados que aquí se presentan no pretenden ser concluyentes. Se trata

más bien de ofrecer una perspectiva válida respecto al tema, que pueda ser útil y servir

de base para futuros estudios (Ansdell & Pavlicevic, 2001).

Para la organización del material recogido (Ansdell & Pavlicevic, 2001; Cohen

et al., 2007), en primera instancia realicé varias lecturas del diario que había llevado. En

las sesiones de ambos grupos, observé en los participantes pautas de comportamiento

vinculadas a la música, que identifiqué como unidades. Las agrupé en una categoría que

denominé Eventos significativos, ya que se trataba de reacciones de los participantes en

función de la música, que representaban puntos de inflexión o de cambio en el

Musicodrama 83

desarrollo de las sesiones. Estas reacciones eran tanto individuales como grupales y, en

algunos casos, sucedían más de una vez.

Igualmente, de la lectura del diario pude extraer apreciaciones de los

profesionales del equipo técnico que catalogué como Opinión del equipo técnico. Esta

categoría se completaría luego con los aportes provenientes de las fichas de valoración,

tanto en comentarios como en la valoración surgida de las respuestas.

Estas fichas a su vez, suponían una instancia más compleja. En primer término

debía cuantificar los niveles de las respuestas obtenidas en cada pregunta, para luego

reducir y traspasar esos resultados a una categoría que pudiera equipararse con las otras.

Es decir, agrupar cantidades de respuestas de determinadas características, asignarles un

valor numérico y luego traducir ese valor numérico a un concepto de significado. Este

proceso originó la tercera categoría que llamé Valoración.

Finalmente de las grabaciones de audio de los grupos de discusión, pude obtener

la transcripción de algunos comentarios de los participantes referidos a la música.

Originariamente estas entrevistas grupales no contemplaban abordar el tema de la

música. Sin embargo, los comentarios espontáneos del grupo de las madres llevó al

entrevistador a formular preguntas en los grupos de jóvenes. Estos comentarios

integraron una cuarta categoría denominada Comentarios de participantes, la cual

estaba constituida además por comentarios escritos, procedentes de las fichas de

valoración.

Todas estas instancias pueden sintetizarse en el siguiente esquema (figura 1):

Musicodrama 84

Observación

(diario)

Cuestionarios

(fichas)

Grupos de

discusión

(audio)

Eventos

significativos

Opinión equipo

técnico

Valoración

Comentarios de

participantes

Figura 1: Categorías

Seguidamente procedo a detallar la constitución como los resultados obtenidos

en cada categoría. Asimismo es importante señalar que, en este punto, debí alterar el

orden de las mismas. Hasta aquí las había organizado en la medida en que iban

surgiendo a partir de los instrumentos de recolección utilizados. Así, la segunda

categoría se generaba de las anotaciones del diario. Pero como luego también se

completaba con los datos de las fichas de valoración, invertí el orden y la Opinión del

equipo técnico quedó en la tercera posición, en tanto que la Valoración pasó a la

segunda.

1) Eventos significativos

Los mismos fueron identificados en el transcurso de las sesiones de ambos

grupos. Aquí sólo haré mención de ellos, dando la referencia del número de sesión en el

que ocurrió y si se trataba de una reacción grupal o individual. Sin embargo, en dos de

estos sucesos encontré necesario hacer una aclaración, como se verá oportunamente.

Grupo 1

Musicodrama 85

a) Acción de musicar de los participantes. Grupal. Sesión 5.

b) Comentario positivo de participante sobre música escuchada. Individual.

Sesión 5.

c) Disposición a participar en creación de una canción. Grupal. Sesión 6.

d) Se escucha y canta una canción con la mayoría del grupo. Grupal. Sesión 7.

e) S. canta por primera vez. Individual. Sesión 7.

f) A. y dos jóvenes manifiestan hacer actividades musicales. Grupal. Sesión 7.

g) S. sale a escena con su madre. Individual. Sesión 8. Aunque en este suceso no

interviene la música, el mismo evidencia un avance en la apertura emocional de

S., quien siempre había rechazado la idea de expresarle a su madre sus

necesidades afectivas. Dado que esto ocurre con posterioridad al evento en el

que S. canta, podría tenerse en cuenta como una señal de progreso.

h) Participación en actividad con instrumentos. Grupal. Sesión 9.

i) S. se presta a hacer de doble de J., cuando éste sale a escena por primera vez.

Individual. Sesión 9. Nuevamente, aunque esta acción no ocurre en relación

directa con una actividad musical, sin embargo para J. J. Moreno (2004) los

hechos en los que participantes del grupo se erigen como guías para ayudar a

otros, manifiesta un nivel de apertura emocional que podría haber sido

favorecido por las actividades con música.

j) J. canta por primera vez y S. lo acompaña. Individual. Sesión 9.

Musicodrama 86

k) S. y J. quieren cantar juntos. Individual. Sesión 10.

l) J. sale a escena con su madre y le expresa cómo se siente parafraseando a

Camarón de la Isla. Individual. Sesión10.

ll) A. participa en una escena por primera vez. Individual. Sesión 10. En este

caso, se tiene en cuenta el criterio de J. J. Moreno (2004) al respecto de que

cuando un integrante del grupo no participa, esto no significa una respuesta

pasiva. A veces ocurre que la persona necesita de más tiempo para participar

activamente y, viendo a otros hacerlo, toma impulso y procede a la acción. A.

siempre se había negado a salir a escena, con lo cual podría inferirse que había

sido motivado por las anteriores participaciones de S. y J.

m) Recepción positiva del ejercicio el reflejo. Grupal. Sesión 11.

n) Un joven pide que la música lo ayude a ponerse en la situación de una escena.

Individual. Sesión 12.

ñ) A. logra expresar su angustia al escuchar una música específica. Individual.

Sesión 12.

o) S. y J. cantan juntos nuevamente de manera espontánea. Individual. Sesión

12.

Hasta aquí consigno lo referido al grupo 1, lo que arroja un total de diecisiete

eventos significativos en este grupo en el transcurso de doce sesiones.

Grupo 2 madres (M)

Musicodrama 87

a) Grupo se manifiesta distendido luego del caldeamiento musical. Grupal.

Sesión 1.

b) Madres solicitan que la música las ayude a situarse en el estado de ánimo de

las escenas. Grupal. Sesión 2.

c) Ejercicio el reflejo junto a hijos/as. Grupal. Sesión 3.

d) Madre solicita soporte musical para ejercicio. Individual. Sesión 4.

e) Comentarios del grupo sobre intervención positiva de la música en el

ejercicio. Grupal. Sesión 4.

f) Rap cantado en conjunto con hijos/as. Grupal. Sesión 6.

En este grupo se registraron seis eventos significativos en cuatro sesiones.

Grupo 2 hijos/as (H)

a) Ejercicio el reflejo, en conjunto con las madres. Grupal. Sesión 3.

b) Interés de un joven por escuchar temas de Ñengo Flow. Individual. Sesión 4.

c) Grupo permanece en la sala durante la pausa, escuchando temas de Ñengo

Flow que traje ante el pedido de uno de ellos. Grupal. Sesión 5.

d) Creación grupal de rap, cantado posteriormente con las madres. Grupal.

Sesión 6.

Los eventos significativos en este grupo son cuatro durante dos sesiones.

Musicodrama 88

En definitiva, expuestos los eventos significativos de los tres grupos en un

esquema (figura 2) pueden verse así:

Grupo 1 (cantidad

de sesiones: 12)

Grupo 2 M (cantidad

de sesiones: 4)

Grupo 2 H (cantidad

de sesiones: 2)

Eventos

significativos

17 6 4

Figura 2: Eventos significativos

Reiterando que no expondré los resultados en términos de porcentaje sino más

bien de tendencias, la interpretación que hago de lo que muestra el esquema es la

siguiente: considerando el número de eventos significativos y la cantidad de sesiones

que tuvo cada grupo, puedo inferir que en cada grupo se registraron al menos uno o más

eventos significativos por sesión. Con esta relación, considero que en esta categoría la

tendencia es positiva.

2) Valoración

En esta instancia, como he explicado anteriormente, debía traducir los resultados

de las fichas de valoración en un concepto apreciable en términos de tendencia de la

valoración. Cabe recordar que había repartido fichas para el grupo 1, para cada

subgrupo del grupo 2 y para los profesionales del equipo técnico. El contenido era el

mismo en todas las fichas, sólo variaba la formulación de las preguntas (anexos).

En primer lugar, en las respuestas con cinco opciones le asigné un número

identificatorio (no de valor) a cada opción, en donde siempre era 1 y nunca, 5. En las

respuestas de tres opciones, el criterio era igual: 1 para siempre y 3 para nunca.

Musicodrama 89

Finalmente, en una sola pregunta cerrada, si era 1 y no, 2. Así, establecí que una mayor

cantidad de respuestas que fueran entre 1 y 3 inclusive marcaban una tendencia de

valoración positiva; si la mayoria iba de 4 a 5 inclusive, era negativa. Análogamente en

las respuestas de tres opciones, la franja 1-2 marcaba una tendencia positiva, mientras

que el 3 era negativa. Y en la pregunta cerrada, una mayoría de 1 representaba una

valoración positiva.

Luego, contabilicé en cada grupo las cantidades de cada opción por respuesta y

procedí a determinar la valoración que resultaba en cada pregunta. A continuación,

ilustro gráficamente este proceso en un ejemplo (figura 3):

Pregunta 1

1 Siempre me ayudó 2 Bastantes veces 3 Algunas veces 4 Pocas veces 5 Nunca me ayudó

2 4 2 1 Figura 3: Ejemplo

Visto que en esta pregunta hay un total de seis respuestas entre 1-3 y sólo tres

entre 4-5, se evidencia entonces que en esta respuesta la tendencia de valoración es

positiva.

Con este criterio entonces identifiqué las tendencias de valoración de todas las

respuestas de los grupos, como lo muestro seguidamente (figuras 4, 5, 6 y 7):

Grupo 1 (sobre un total de nueve respuestas)

Musicodrama 90

1-3/ 1/ 1-2 4-5/ 2/ 3 Valoración

Pregunta 1 6 3 Positiva

Pregunta 2 7 2 Positiva

Pregunta 3 8 1 Positiva

Pregunta 4 8 1 Positiva

Pregunta 5 9 - Positiva

Pregunta 6 7 2 Positiva

Figura 4: Valoración grupo 1

De las respuestas del grupo 1 resulta entonces una valoración positiva.

Grupo 2 M (sobre un total de ocho respuestas)

(Figura 5 en la siguiente página)

Musicodrama 91

1-3/ 1/ 1-2 4-5/ 2/ 3 Valoración

Pregunta 1 7 1 Positiva

Pregunta 2 8 - Positiva

Pregunta 3 8 - Positiva

Pregunta 4 8 - Positiva

Pregunta 5 8 - Positiva

Pregunta 6 8 - Positiva

Figura 5: Valoración grupo 2 M

En el grupo 2 M la valoración que se obtiene es positiva.

Grupo 2 H (sobre un total de siete respuestas)

1-3/ 1/ 1-2 4-5/ 2/ 3 Valoración

Pregunta 1 4 3 Positiva

Pregunta 2 5 2 Positiva

Pregunta 3 6 1 Positiva

Pregunta 4 6 1 Positiva

Pregunta 5 7 - Positiva

Pregunta 6 6 1 Positiva

Figura 6: Valoración grupo 2 H

La valoración que emerge de las respuestas del grupo 2 H es positiva.

Musicodrama 92

Equipo técnico (sobre un total de once respuestas)

1-3/ 1/ 1-2 4-5/ 2/ 3 Valoración

Pregunta 1 11 - Positiva

Pregunta 2 11 - Positiva

Pregunta 3 11 - Positiva

Pregunta 4 11 - Positiva

Pregunta 5 11 - Positiva

Pregunta 6 11 - Positiva

Figura 7: Valoración equipo técnico

La valoración obtenida en el equipo técnico es positiva

De manera que la valoración resultante tanto en los grupos 1, 2 M y 2 H como la

del equipo técnico fue positiva. En consecuencia, la tendencia en la categoría

Valoración se define como positiva.

Asimismo, en algunas fichas de valoración se registraron comentarios escritos.

Estos se agregan a las categorías Opinión del equipo técnico y Comentarios de los

participantes.

3) Opinión del equipo técnico

Esta categoría se dividía a su vez en dos subcategorías, según la procedencia del

material a considerar:

Musicodrama 93

a) A partir del diario. De la lectura de este instrumento pudieron encontrarse un

total de seis comentarios (verbales) positivos, repartidos de la siguiente manera:

Grupo 1, sesión 9: los cuatro profesionales del equipo técnico (analista,

intérprete, psicóloga y trabajador social) destacan el rol de la música en esa

sesión especialmente, como un factor que incidió en la manifestación de

emociones. Comentarios: cuatro.

Grupo 2, sesión 3: un trabajador social señala que en el ejercicio el reflejo una

joven, cuyo caso él atendía, había sonreído por primera vez. Comentario: uno.

Grupo 2, sesión 5: la analista del grupo de jóvenes comenta el efecto positivo de

la actividad musical en sesión anterior y solicita mi permanencia en ese grupo a

partir de esa sesión. Comentario: uno.

Total de comentarios: seis.

b) A partir de las fichas de valoración. De aquí surgieron dos unidades:

• Comentarios escritos. Total: cuatro (anexo V).

• Tendencia de valoración, que como ya consigné fue positiva.

Seguidamente reagrupé todos los comentarios (verbales y escritos), que sumados

daban un total de diez. Considerando que el número de integrantes del equipo técnico

era once, pude interpretar el registro de diez comentarios positivos como una tendencia

positiva. Reuniendo ésta con la tendencia de valoración obtenida a través de las fichas,

Musicodrama 94

puedo concluir que en la categoría Opinión del equipo técnico la tendencia es positiva.

Representado este resultado en un esquema (figura 8) se aprecia así:

Comentarios (10) Valoración

Opinión equipo técnico Positiva Positiva

Figura 8: Opinión equipo técnico

4) Comentarios de participantes

Estos comentarios provenían de las fichas de valoración (escritos) y de las

grabaciones de audio (verbales). En primer término, los organicé según los grupos de

participantes.

Grupo 1

a) Comentarios escritos: se registró uno (anexo V).

b) Comentarios verbales: se obtuvieron tres. (anexo IV).

Total: cuatro comentarios.

Dado que estos comentarios pertenecían a S., J. y A. (quienes durante las

sesiones habían evidenciado avances en la manifestación de emociones y en la

activación de sus recursos internos), a pesar del número reducido, interpreto la

tendencia en este grupo como positiva.

Grupo 2 M

a) Comentarios escritos: tres (anexo V).

Musicodrama 95

b) Comentarios verbales: cinco (anexo IV).

Total: ocho comentarios.

Siendo que la cantidad de madres participantes oscilaba habitualmente entre

ocho y diez, considero que la tendencia en este grupo es positiva.

Grupo 2 H

En este grupo no se obtuvo ningún tipo de comentario. Este hecho podría

suponer una falta de interés en participar, lo cual interpreté como la evidencia de una

tendencia negativa.

Evaluando entonces lo obtenido en los tres grupos (dos tendencias positivas y

una negativa), puedo inferir que en esta categoría predominó la tendencia positiva.

Reflejado este resultado en un esquema queda así (figura 9):

Grupo 1 Grupo 2 M Grupo 2 H

Comentarios de

participantes Positiva Positiva Negativa

Figura 9: Comentarios de participantes

3.6.2. Comparación

Luego de haber identificado, organizado, clasificado y evaluado los resultados

en cada categoría encontré necesario considerar, por un lado, la perspectiva de los

participantes y, por el otro, la del equipo técnico. En consecuencia, separé la categoría

Musicodrama 96

Opinión del equipo técnico de las demás, para luego comparar la tendencia que allí

había quedado establecida con la que resultara de los tres grupos en conjunto.

Seguidamente, debía determinar la relación de las otras tres categorías con los

grupos de participantes. Para poder definir la tendencia de valoración de la intervención

de la música por grupo, fijé como pauta que en cada uno de ellos debían estar presentes

al menos dos categorías, para poder considerar que la tendencia era satisfactoria.

Con ese fin elaboré un cuadro, que expongo a continuación (figura 10), para

alcanzar a ver con claridad estas relaciones:

Grupo 1 Grupo 2 M Grupo 2 H

Eventos

significativos Positiva Positiva Positiva

Valoración Positiva Positiva Positiva

Comentarios de

participantes Positiva Positiva Negativa

Tendencia de

valoración

Positiva

Positiva Positiva

Figura 10: Tendencia de valoración en los participantes

De la visión de este cuadro se puede concluir que, estando presentes dos o más

categorías en cada grupo, la tendencia de valoración en los participantes es positiva.

Musicodrama 97

Finalmente, procedí a comparar las tendencias de valoración resultantes en el

equipo técnico y en los participantes (figura 11):

Equipo técnico Participantes

Tendencia de

valoración

Positiva

Positiva

Figura 11: Comparación

De manera que, considerando el anterior esquema, puede afirmarse que tanto

desde la perspectiva del equipo técnico como la de los participantes, la intervención de

la música en las sesiones había resultado positiva.

3.6.3. Síntesis

A pesar de las limitaciones de esta experiencia de trabajo, en cuanto a la

reducida cantidad de material que pudo recogerse y al corto período de tiempo en la que

se llevó a cabo, la evidencia de la que dispongo según los resultados obtenidos

demuestra que la integración de la música y el psicodrama ofrece considerables

posibilidades de aplicación. Al tratarse de un ámbito nuevo aún, lo aquí expuesto podría

tenerse en cuenta como referente para trabajos posteriores.

En relación a los objetivos planteados al inicio de las prácticas, la tendencia

positiva predominante en los resultados avala la consideración de que dichos objetivos

han sido alcanzados.

Musicodrama 98

4. Conclusión

4.1. Razonamiento

En el transcurso de estas páginas he intentado aportar los argumentos necesarios

para responder los interrogantes formulados en la introducción. Con ese propósito,

fueron enunciados objetivos que retomo seguidamente para establecer en qué medida

han sido alcanzados.

Con respecto al primer objetivo, basándome en el sustento teórico brindado por

J. L. Moreno y J. J. Moreno con antecedentes de la asociación de música y psicodrama,

encontré afinidades que me han posibilitado determinar cuáles son los elementos en

común entre ambos: creatividad, espontaneidad, improvisación y acción. La aplicación

complementaria de estos elementos propicia el trabajo interdisciplinario, con lo cual

puedo llegar a la conclusión de que este objetivo ha logrado cumplirse.

En cuanto al segundo, las propuestas de J. J. Moreno introduciendo la música en

las sesiones de psicodrama con ejercicios concretos y la aplicación a nivel grupal que

pude hacer de algunos de ellos durante mis prácticas, han permitido corroborar las

posibilidades que ofrece la interacción de ambas disciplinas, por lo que este objetivo ha

sido alcanzado.

En el caso del tercer objetivo, recurriendo a los conceptos teóricos de Leonard

Meyer y a la perspectiva de la musicoterapia creativa de Nordoff y Robbins, tuve la

oportunidad de establecer en casos individuales concretos durante mis prácticas, el

aporte que brinda la música en la manifestación de emociones en sesiones de

Musicodrama 99

psicodrama. Por un lado, Meyer proporciona en su teoría fundamentos sólidos acerca de

la relación de la música y las emociones. Por el otro, la orientación de Nordoff y

Robbins destaca cómo el trabajo con improvisación musical creativa favorece la

exteriorización de las emociones. En este punto también señalé coincidencias con J. L.

Moreno y J. J. Moreno en el sentido de estimular la improvisación, la espontaneidad y

la creatividad como medios que facilitan la expresión de emociones. Reuniendo todos

estos conceptos, implementé actividades en las prácticas que permitieron confirmar

estos criterios. De esta manera, puedo afirmar que el tercer objetivo se ha cumplido.

Finalmente, en vista de los resultados positivos obtenidos en el ámbito de lo

práctico, es absolutamente válido pensar en promover a futuro la profundización del

trabajo complementario de las dos áreas en el ámbito de la educación, como lo

planteaba en el cuarto objetivo. Al respecto me referiré más adelante en estas líneas.

Habiendo llegado a este punto entonces, cabe que considere nuevamente los

cuestionamientos planteados al inicio del trabajo:

● ¿De qué manera la música puede potenciar los beneficios que el psicodrama

ofrece?

De una manera complementaria, al tener elementos en común

Actuando de forma directa sobre las emociones, lo cual ocasiona que afloren

conflictos internos del ser humano, que pueden ser tratados desde lo

psicodramático

Musicodrama 100

Activando las capacidades internas de la persona, las cuales servirán como

recursos para ser usados en el psicodrama

● ¿Es posible afirmar que la música, a través de cualidades que le son propias, se

brinda como un instrumento que fortalece y complementa los resultados positivos del

psicodrama?

Según los argumentos proporcionados en el aspecto teórico y los resultados

obtenidos en el área empírica, puedo responder esta pregunta afirmativamente.

De esta manera, el término musicodrama surge como una propuesta genuina

para denominar la integración de la música y el psicodrama, contemplando las

posibilidades que ofrece.

Al respecto, desde mi perspectiva docente, considero que musicodrama puede

constituirse en un instrumento válido para ser aplicado en el ámbito educativo. En este

sentido, tanto sea para tratar situaciones de conflicto en un grupo o casos con trastornos

emocionales brindando una perspectiva nueva y creativa, musicodrama también puede

utilizarse para potenciar las capacidades subyacentes en el alumnado, estimulando y

desarrollando su espontaneidad, creatividad, improvisación y acción. Teniendo en

cuenta que los ejercicios propuestos por J. J. Moreno son perfectamente realizables en

el aula, musicodrama brinda la posibilidad de acompañar a los alumnos y alumnas en el

descubrimiento de los recursos que existen en sí mismos y en el grupo al cual

pertenecen.

Musicodrama 101

4.2. Posibilidades futuras

Al confirmar el cumplimiento de los objetivos propuestos y responder los

interrogantes planteados, con este trabajo ha buscado brindar un panorama desde mi

visión como docente de música que permitiera:

Percibir señales que indiquen que la intervención de la música en sesiones de

psicodrama puede suscitar cambios en las personas y ejercer un efecto en el

plano emocional

Detectar cuál es la recepción por parte de los participantes

Corroborar que la integración de música y psicodrama es aplicable en la

práctica, ya que en el desarrollo de las sesiones se pueden coordinar

adecuadamente los momentos de trabajo psicodramático con las actividades

musicales y numerosos ejercicios posibles

En definitiva, y considerando que se trata de un terreno poco explorado aún, a

través de lo expuesto en estas páginas he intentado proporcionar una perspectiva

fundamentada que pueda servir de punto de partida para futuros estudios, a saber:

• Una de las posibilidades sería en el ámbito educativo para establecer cómo

implementar el musicodrama en el aula, ya sea dentro de la clase de música o

como un módulo aparte, contemplando además de qué manera se

complementaría con la participación de un musicoterapeuta o psicoterapeuta.

Musicodrama 102

• Otro estudio podría ser en el ámbito de la psicoterapia y/o psicología, realizando

una investigación sistemática y profunda para determinar en qué medida y a qué

niveles se producen los cambios mencionados anteriormente en las personas.

Por ejemplo, estudiando a dos grupos de similares características en los que en

uno se realice psicodrama y en el otro musicodrama, evaluando y comparando

luego los resultados de cada uno.

En síntesis, el espectro de posibilidades que se abre ante estas propuestas es

amplio y variado. Cabría esperar que sean tenidas en cuenta, considerando que el

propósito del musicodrama es incentivar la espontaneidad del ser humano, para

impulsarlo a actuar a través de la improvisación creativa, despertando y fortaleciendo

así sus capacidades internas.

Musicodrama 103

5. Referencias bibliográficas

5.1 Relación textos consultados

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5.2. Fuentes electrónicas (Internet)

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Musicodrama 107

6. Notas

1. “And in musictherapy, conceived as an artistic discipline, can the personal be

separated from the professional, the subjective from the objective? I think not” (p.xi).

2. “of the art of music as therapy, as we first defined our work” (p. xi).

3. In the improvisation of music in therapy, there is an element of performance in the

making, giving, and clinical shaping of music: creative performance in the service of

healing and growth. In the spontaneity of the clinical moment, the living knowledge of

music –of its elements, dynamics, and expressive techniques – is augmented by a

professional knowledge of the human condition (…). (p. xi)

4. “all of my clinical work has been inspired by the creativity, spontaneity and

musicianship that I believed characterized the Nordoff-Robbins approach to music

therapy” (p. xvii).

5. Esta obra compuesta en 1978 en el estilo tintinabular, creado por el compositor,

fue considerada para el programa Soul music de la radio inglesa BBC Radio4, que

analiza piezas musicales con un poderoso impacto emocional.

6. And behind us all, guiding and guarding us is the music itself, the art of music. Music,

don’t forget music. It’s so easy with your thinking –this awful intellectual thinking we

all have to go through because we’re living in that kind of an age- to forget the art of

music, the beauty it holds, the force it holds, the stimulation it holds. You must not only

have faith to dare, and courage in your selves, but you must have this same faith and

courage in music. (p. 51)

Musicodrama 108

ANEXO I - Jóvenes

Tu apreciación sobre el uso de la música en las sesiones

Marca con una x el casillero que corresponda:

1) El uso de la música en las sesiones, te ayudó a expresar lo que sentías?

Siempre me ayudó Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca me ayudó

2) Las actividades con música, pueden contribuir a mejorar tu manera de

relacionarte con los demás (incluídos tu Mamá y/o Papá)?

Siempre Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca

3) Durante las sesiones, la música estuvo presente de manera constante a través de

grabaciones. Lo habías notado? 1) Sí ____ 2) No ____

4) Si lo notaste, influyó esa música en tu estado de ánimo?

Siempre Algunas veces Nunca

5) Cómo influyó en tu estado de ánimo? De una manera...

Positiva, me hizo sentir bien Me resultó indiferente Negativa, me hizo sentir mal

6) En términos generales, cómo consideras que haya sido la intervención de la

música durante las sesiones?

Muy importante Importante Importante a veces Poco importante Nada importante

Algún comentario?

Muchas gracias! : )

Musicodrama 109

ANEXO II - Equipo técnico

Marca con una x el casillero que corresponda:

1) El uso de la música en las sesiones, crees que ayudó a los participantes a abrirse

emocionalmente y a expresar lo que sentían?

Siempre les ayudó Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca les ayudó

2) Consideras que las actividades con música en las sesiones, han contribuido a

mejorar la relación entre las madres y sus hijos/as?

Siempre Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca

3) Durante las sesiones, la música estuvo presente de manera constante a través de

grabaciones. Lo habías notado? 1) Sí ____ 2) No ____

4) Si lo notaste, te parece que esa música influyó en el estado de ánimo de los

participantes?

Siempre Algunas veces Nunca

5) Cómo señalarías que influyó en el estado de ánimo? De una manera...

Positiva, parecían sentirse bien Les resultó indiferente Negativa, parecían sentirse mal

6) En términos generales, cómo consideras que haya sido la intervención de la

música durante las sesiones?

Muy importante Importante Importante a veces Poco importante Nada importante

Algún comentario?

Muchas gracias! : )

Musicodrama 110

ANEXO III – Madres y padres

Tu apreciación sobre el uso de la música en las sesiones

Marca con una x el casillero que corresponda:

1) El uso de la música en las sesiones, te ayudó a expresar lo que sentías?

Siempre me ayudó Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca me ayudó

2) Las actividades con música en las sesiones, han contribuido a mejorar la

relación con tu hijo/a?

Siempre Bastantes veces Algunas veces Pocas veces Nunca

3) Durante las sesiones, la música estuvo presente de manera constante a través de

grabaciones. Lo habías notado? 1) Sí ____ 2) No ____

4) Si lo notaste, influyó esa música en tu estado de ánimo?

Siempre Algunas veces Nunca

5) Cómo influyó en tu estado de ánimo? De una manera...

Positiva, me hizo sentir bien Me resultó indiferente Negativa, me hizo sentir mal

6) En términos generales, cómo consideras que haya sido la intervención de la

música durante las sesiones?

Muy importante Importante Importante a veces Poco importante Nada importante

Algún comentario?

Muchas gracias! : )

Musicodrama 111

ANEXO IV – Transcripciones de audio

a) Grupo 1

Entrevistador (E):- ¿Sí? ¿Bueno, y la parte de Ludmila, la de la música, qué tal? Yo lo

que quiero saber es si la música os ha gustado o no, que haya estado presente en las

sesiones o no.

J., S. y A: - Sí.

J.: -Muchas tardes he venido, a lo mejor, desganado y gracias a la música pues…

E.: -¿Te has despertado un poco?

J.: - La autoestima.

E.: - Cuando vosotros cantabais, ¿qué sentíais, por ejemplo?

S.: - Pues yo alegría, cada vez que canto me da alegría.

J.: - Claro, es que si no, no cantamos.

S.: - Si no, ¿para qué canto?

E.: -¿Os ha gustado, no? ¿A los demás qué os ha parecido la música de Ludmila?

A.: - Me acuerdo de cuando se puso a cantar (risas).

E.: - Es verdad, hubo una sesión en la que cantó ella. Os repartió la letra de una canción

y cantó, ¿no?

Musicodrama 112

S.: - Que después canté yo…

E.: - Es verdad, es verdad. Entonces, ¿creéis que la música que ella ponía os servía para

activaros un poco?

S.: - Era relajante.

b) Grupo 2 madres

M.: - Pues eso, la musicalidad ha sido también para aportar, yo hablo de mi niño ¿no?,

porque los días que ha venido, las sesiones que ha venido, que creo que han sido siete

(seis y media) pues me lo dijo: “Mami, ponen una musiquita que ahí se está de lujo”.

Hombre, quieras que no, no es lo mismo que te pongan reggaetón a que te pongan la

música que ha puesto. Todo aporta, la relajación…

E.: - Claro, tú dices M. entonces que es una cosa global: de los psicólogos, las actrices,

por parte de la música… Todo ha jugado.

M.: -De los evaluadores también, los evaluadores también funcionan, que conste en acta

(risas).

I.: - Es un conjunto. Bueno yo también quería hablar de la música: es muy importante

porque, no sé, te hace sacar tus sentimientos, para mí es mucho. Es una de las cosas, un

punto muy bueno para mí es la música.

S.: - Sí porque te transmite relajación.

R.: - Yo con la música me olvido de muchas cosas y para mí es muy importante.

Musicodrama 113

D.: - Muchas gracias

M., I., S, R y D.: - Muchas gracias, gracias (todas aplauden).

D.: - Yo, por mi parte, os doy las gracias, y por mis compañeras también, permitidme

que lo diga, que ha sido un placer que ustedes estéis aquí y que gracias a vosotros

estamos consiguiendo cosas para nuestros niños, que son lo más importante que

nosotras tenemos. ¡Y que si esto va por nota, o lo que sea, os pongan por lo menos un

diez! Y que para el año que viene estemos también con ustedes (risas).

ANEXO V – Comentarios escritos

a) Equipo técnico

Trabajador social: “La música ha ayudado a amenizar el clima de las sesiones y a que

los/as adolescentes expresen sus emociones y participen en las dinámicas

desarrolladas”.

Psicóloga: “Les pudo acompañar emocionalmente”.

Actriz: “Me ha parecido muy interesante la interacción entre música y las

dramatizaciones”.

Psicólogo: “Ojalá hubiéramos tenido más tiempo para poner en práctica varias ideas”.

b) Grupo 2 madres

L.: “Me ha gustado mucho, lo veo muy positivo”.

Musicodrama 114

M.: “Felicitar a Ludmila por su colaboración y en general, a todo el equipo”.

S.: “A mí personalmente me influyen mucho los sonidos”.

c) Grupo 1

S.: “Quiero que esté siempre la música, pero mejor si la elijo yo! La música está en mi

mente y siempre a mí me ayuda. Mama, yo te quiero pero déjame que a mí, me

ayudan”.