mundodisco 30 - los hombrecillos libres

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  • LOS HOMBRECILLOS LIBRES

    [1]

    Terry Pratchett

  • CAPTULO 1

    Un Golpe Bien Dado

    Algunas cosas empiezan antes que otras cosas.

    Era una llovizna de verano pero no pareca saberlo, y la lluvia caa a

    cntaros tan rpidamente como una tormenta de invierno.

    La Srta. Perspicacia Tick estaba sentaba en el pequeo refugio que un

    deshilachado seto poda brindarle, y exploraba el universo. No notaba la

    lluvia. Las brujas se secan rpidamente.

    La exploracin del universo estaba siendo hecha con un par de ramitas

    atadas con cordel, una piedra con un hoyo, un huevo, una de las medias de

    la Srta. Tick que tambin tenan un hoyo, un alfiler, un trozo de papel y un

    diminuto cabo de lpiz. A diferencia de los magos, las brujas aprenden a

    salir del paso con muy poco.

    Los artculos haban sido atados y retorcidos para hacer un...

    dispositivo. Se mova curiosamente cuando lo tocaba. Una de las ramitas

    pareca pasar justo a travs del huevo, por ejemplo, y salir por el otro lado

    sin dejar marca.

    S dijo tranquilamente, mientras la lluvia chorreaba del borde de su

    sombrero. All est. Una notable onda en las murallas del mundo. Muy

    preocupante. Probablemente haya otro mundo haciendo contacto. Eso nunca

    es bueno. Debera ir all. Pero... de acuerdo con mi codo izquierdo, ya hay

    una bruja ah...

    Ella lo solucionar, entonces dijo una pequea y, por ahora,

    misteriosa voz desde algn sitio cerca de sus pies.

    No, no puede estar bien. Est el pas de creta por ese rumbo dijo la

    Srta. Tick. No puedes volverte una buena bruja sobre la creta. Las cosas

    apenas son ms duras que la arcilla. Necesitas de la buena roca dura para

    volverte bruja, creme. La Srta. Tick sacudi la cabeza, rociando gotas de

    lluvia. Pero mis codos son en general muy confiables.1

    1 Las personas dicen cosas como "Escuche a su corazn", pero las brujas aprenden a escuchar otras cosas tambin.

  • Por qu hablar de eso? Vayamos y veamos dijo la voz. No nos

    est yendo muy bien por aqu, verdad?

    Eso era verdad. Las tierras bajas no eran buenas para las brujas. La

    Srta. Tick ganaba unos peniques haciendo un poco de medicina y adivinando

    la fortuna,2 y dorma en establos la mayora de las noches. Dos veces haba

    sido lanzada en un estanque.

    No puedo entrar sin llamar dijo. No en el territorio de otra bruja.

    Eso nunca, nunca resulta. Pero... hizo una pausa... las brujas no

    aparecen de la nada. Echemos un vistazo...

    Sac un platillo rajado de su bolsillo, y verti en l el agua de lluvia que

    se haba juntado sobre su sombrero. Luego sac una botella de tinta de otro

    bolsillo y verti justo lo necesario para volver negra el agua.

    Lo cubri con las manos para protegerlo de las gotas de lluvia, y

    escuch a sus ojos.

    Tiffany Doliente estaba acostada sobre su estmago junto al ro,

    hacindole cosquillas a las truchas. Le gustaba escucharlas rer. Suba en

    burbujas.

    Un poco ms all, donde la ribera se converta en una especie de playa

    de guijarros, su hermano Wentworth estaba entretenido con un palo, y casi

    indudablemente ponindose pegajoso.

    Cualquier cosa poda poner pegajoso a Wentworth. Lavado y secado y

    dejado en el medio de un piso limpio durante cinco minutos, Wentworth

    estara pegajoso. No pareca venir de ningn lugar. Slo se pona pegajoso.

    Pero era un nio fcil para cuidar, siempre que evitaras que comiera ranas.

    Haba una pequea parte del cerebro de Tiffany que no estaba

    demasiado segura sobre el nombre Tiffany. Tena nueve aos y senta que

    Tiffany iba a ser un difcil nombre con el que vivir. Adems, haba decidido

    apenas la semana pasada que cuando fuera grande quera ser una bruja, y

    Es asombroso lo que pueden decirle sus riones. (Nota del autor) 2 Los adivinos corrientes te dicen lo que quieres que ocurra; las brujas te dicen lo que va a ocurrir tanto si lo

    quieres o no. Es bastante extrao, pero las brujas tienden a ser ms exactas pero menos populares. (Nota del

    autor)

  • estaba segura de que Tiffany no sonara. Las personas se reiran.

    Otra parte ms grande del cerebro de Tiffany estaba pensando en la

    palabra susurro. Era una palabra en la que no muchas personas haban

    pensado, jams. Mientras sus dedos frotaban las truchas bajo la barbilla

    haca rodar la palabra una y otra vez en su cabeza.

    Susurro... de acuerdo con el diccionario de su abuela, significaba un

    suave sonido bajo, tanto de cuchicheo como de hablar entre dientes. A

    Tiffany le gustaba el sabor de la palabra. Le haca pensar en misteriosas

    personas con largas capas susurrando importantes secretos detrs de una

    puerta: susurrossussurross...

    Haba ledo el diccionario de punta a punta. Nadie le dijo que se supona

    que no lo hiciera.

    Mientras lo pensaba, se dio cuenta de que la feliz trucha se haba

    alejado. Pero haba otra cosa en el agua, a unas pocas pulgadas de su cara.

    Era una canasta redonda, no ms grande que media cscara de coco,

    cubierta con algo para cerrar los hoyos y hacerla flotar. Un hombrecillo, de

    slo seis pulgadas de altura, estaba de pie adentro. Tena una masa de pelo

    rojo desordenado, en el que haban sido tejidas algunas plumas, cuentas y

    trocitos de tela. Tena una barba roja, que se vea casi tan mal como el pelo.

    Lo que quedaba sin cubrir por tatuajes azules iba cubierto con una diminuta

    falda escocesa. Y agitaba un puo hacia ella, y gritaba:

    Crivens! Vete de aqu, t pequeita tonta! Viene el cabeza verde!

    Y entonces tir de un trozo de cordel que colgaba del costado de su

    bote y un segundo hombre pelirrojo sali a la superficie, tomando bocanadas

    de aire.

    No es tiempo de pescar! dijo el primer hombre, subindolo a

    bordo. Viene el cabeza verde!

    Crivens! dijo el nadador, chorreando agua. Salgamos volando!

    Y con eso agarr un remo muy pequeo y, con rpidos movimientos de

    un lado a otro, hizo que la canasta ganara velocidad.

    Excsenme! grit Tiffany. Son ustedes hadas?

    Pero no hubo respuesta. El pequeo bote redondo haba desaparecido

    en los juncos.

  • Probablemente no, reflexion Tiffany.

    Entonces, para su secreto deleite, escuch un susurro. No haba viento,

    pero las hojas de los arbustos de aliso junto a la orilla del ro empezaron a

    temblar y crujir. Tambin los juncos. No se doblaron, slo se pusieron

    borrosos. Todo se puso borroso, como si algo hubiera tomado el mundo y lo

    estuviera agitando. El aire burbuje. Las personas cuchichearon detrs de

    las puertas cerradas...

    El agua empez a burbujear, justo debajo de la ribera. No estaba muy

    honda aqu apenas habra alcanzado las rodillas de Tiffany si hubiera

    caminado dentro pero de repente estaba ms oscura y ms verde y, de

    algn modo, mucho ms profunda...

    Retrocedi un par de pasos justo antes de que unos brazos largos y

    flacos surgieran del agua y manotearan locamente el lugar donde ella haba

    estado. Por un momento vio una delgada cara con largos dientes, unos

    inmensos ojos redondos y un pelo verde como hierba de agua que goteaba,

    y luego la cosa se volvi a zambullir en las profundidades.

    Para cuando el agua se cerr sobre l, Tiffany ya estaba corriendo a lo

    largo de la ribera hasta la pequea playa donde Wentworth estaba haciendo

    pasteles de rana. Recogi al nio justo cuando un torrente de burbujas daba

    vuelta la curva en la orilla. Otra vez el agua hirvi, la criatura de pelo verde

    se alz, y los largos brazos manotearon el barro. Entonces grit, y volvi a

    meterse en el agua.

    Quedo hacer pip! grit Wentworth.

    Tiffany lo ignor. Estaba observando el ro con expresin atenta.

    No estoy asustada en absoluto, pens. Qu extrao! Debera estar

    asustada, pero slo estoy enfadada. Quiero decir, puedo sentir el temor,

    como una pelota roja y caliente, pero el enfado no lo deja salir...

    Quedo quedo quedo quedo ir... a hacer pip! chill Wentworth.

    Ve, entonces dijo Tiffany, distradamente. Las olas todava

    salpicaban contra la orilla.

    No tena ningn sentido contarle a nadie sobre esto. Todos diran Qu

    imaginacin tiene la nia!, si estaban de buen humor, o No cuentes

    historias! si no lo estaban.

  • Todava estaba muy enfadada. Cmo se atreva un monstruo a

    aparecer en el ro? Especialmente uno tan... tan... ridculo! Quin se

    pensaba que era?

    sta es Tiffany, caminando de regreso a casa. Empieza con las botas.

    Son grandes y pesadas, muy reparadas por su padre y han pertenecido a

    varias de sus hermanas antes que a ella; lleva varios pares de medias para

    calzarlas. Son grandes. Algunas veces, Tiffany siente que ella no es nada

    ms que una manera de mover las botas por all.

    Entonces est el vestido. Ha pertenecido a muchas hermanas antes que

    a ella y ha sido levantado, agrandado, alargado y achicado tantas veces por

    su madre que realmente debera haber sido desechado. Pero a Tiffany le

    gusta bastante. Le llega a los tobillos y, sea cual sea el color con que

    empez, ahora es de un azul lechoso que es, por casualidad, exactamente el

    mismo color de las mariposas que aletean junto al sendero.

    Entonces est la cara de Tiffany. Rosado plido, ojos y pelo marrones.

    Nada especial. Su cabeza podra parecerle a cualquiera que la observe en

    un platillo de agua negra, por ejemplo como si fuera ligeramente

    demasiado grande para el resto, pero tal vez crecer ms.

    Y luego vaya ms arriba, y ms lejos, hasta que el sendero se convierte

    en una cinta, y Tiffany y su hermano en dos pequeas motas, y est su

    pas...

    Lo llaman la Creta.[3] Verdes lomadas se extienden bajo el caliente sol

    de mediados de verano. Desde aqu arriba, los rebaos de ovejas,

    movindose despacio, derivan sobre el corto pastizal como nubes sobre un

    cielo verde. Aqu y all los perros pastores corren sobre el pastizal como

    cometas.

    Y entonces, mientras los ojos se alejan, es un largo montculo verde,

    echado como una enorme ballena sobre el mundo...

    ... rodeada por el agua entintada en el platillo.

    La Srta. Tick levant la mirada.

    Esa pequea criatura en el bote era un Nac Mac Feegle![2] dijo.

  • La ms temible de todas las razas de hadas! Incluso los trolls escapan de

    los Hombrecillos Libres! Y uno de ellos le advirti!

    Ella es la bruja, entonces, verdad? dijo la voz.

    A esa edad? Imposible! dijo la Srta. Tick. No ha habido nadie

    que la ensee! No hay ninguna bruja sobre la Creta! Es demasiado blanda.

    Y sin embargo... no estaba atemorizada... La lluvia haba parado. La Srta.

    Tick mir la Creta, alzndose por encima de las nubes bajas y retorcidas.

    Estaba a unas cinco millas de distancia.

    Esta nia necesita ser observada dijo. Pero la creta es demasiado

    blanda para que crezca una bruja...

    Solamente las montaas eran ms altas que la Creta. Se erguan

    afiladas, prpuras y grises, con largos trazos de nieve en las cimas incluso

    en verano. Yaya Doliente las haba llamado Novias del cielo alguna vez, y

    era tan raro que ella jams dijera nada en absoluto, aparte de algo que

    estuviera relacionado con las ovejas, que Tiffany lo recordaba. Adems, era

    exactamente correcto. As era como las montaas se vean en invierno,

    cuando estaban todas de blanco y los torrentes de nieve corran como velos.

    Yaya usaba palabras viejas, y sola decir viejos y extraos dichos. No

    llamaba Creta a las tierras bajas, les deca pramos. Arriba en los pramos

    el viento es fro, haba pensado Tiffany, y la palabra se qued as.

    Lleg a la granja.

    La gente tenda a dejar sola a Tiffany. Esto no tena nada

    particularmente cruel o desagradable, pero la granja era grande y todos

    tenan trabajos que hacer, y ella haca muy bien los suyos y por tanto se

    volva invisible, en cierto modo. Era la lechera, y era buena. Haca mejor

    mantequilla que su madre, y la gente comentaba qu buena era con el

    queso. Era un don. A veces, cuando los maestros ambulantes venan al

    pueblo, iba con ellos y consegua un poco de educacin. Pero principalmente

    trabajaba en la lechera, que era oscura y fresca. Lo disfrutaba. Significaba

    que estaba haciendo algo para la granja.

    Realmente se llamaba el Hogar Granja. Su padre la alquilaba al Barn,

    que posea la regin, pero haba sido cultivada por los Doliente durante

    cientos de aos y por eso, deca su padre (calmadamente, a veces, despus

  • de tomar una cerveza en la noche), hasta donde la tierra saba, perteneca a

    los Doliente. La madre de Tiffany sola decirle que no hablara de ese modo,

    aunque el Barn era siempre muy respetuoso con el Sr. Doliente desde que

    muriera Yaya, dos aos atrs, llamndolo el mejor pastor en estas colinas, y

    generalmente la gente en el pueblo consideraba que no estaba tan mal en

    estos das. Vala la pena ser respetuoso, deca la madre de Tiffany, y el

    pobre hombre mantena su disgusto en privado.

    Pero a veces su padre insista en que haba habido unos Doliente (o

    Dolente, o Doliont, o Dolorosa, o Dollent la ortografa haba sido opcional)

    mencionados en viejos documentos de la zona durante cientos y cientos de

    aos. Tenan estas colinas en sus huesos, deca, y siempre haban sido

    pastores.

    Tiffany se senta muy orgullosa de esto, de una manera extraa, porque

    tambin podra ser bueno sentirse orgullosa del hecho de que sus

    antepasados se mudaran un poco, o probaran nuevas cosas ocasionalmente.

    Pero tienes que estar orgullosa de algo. Y por lo que poda recordar, haba

    escuchado a su padre, un hombre por lo dems silencioso y lento, hacer la

    Broma, la que deba haber sido heredada de Doliente a Doliente durante

    cientos de aos.

    Dira, Otro da del trabajo y yo todava soy Doliente, o Me levanto

    Doliente y me acuesto Doliente, o incluso Soy Doliente por todas partes.

    No eran particularmente graciosas despus de la tercera vez, pero le

    extraara si l no dijera por lo menos una de ellas cada semana. No tenan

    que ser graciosas, eran las bromas de padre. De todos modos, sea como sea

    que se escribiera, todos sus antepasados haban sido Doliente para

    quedarse, no Doliente para irse.

    No haba nadie alrededor de la cocina. Su madre probablemente haba

    subido a los corrales de esquila con un bocado de almuerzo para los

    hombres que estaban esquilando esta semana. Sus hermanas Hannah y

    Fastidia estaban all arriba tambin, enrollando vellones y prestando

    atencin a algunos de los hombres ms jvenes. Siempre les entusiasmaba

    trabajar durante la esquila.

    Cerca de la gran cocina negra estaba el estante que todava su madre

  • llamaba la Biblioteca de Yaya Doliente, a quien le gustaba la idea de tener

    una biblioteca. Todos los dems lo llamaban el Estante de Yaya.

    Era un estante pequeo, ya que los libros estaban calzados entre un

    pote de jengibre confitado y la pastora de porcelana que Tiffany haba

    ganado en una feria cuando tena seis aos.

    Haba solamente cinco libros si no se inclua el gran diario de la granja,

    que segn opinin de Tiffany no contaba como un verdadero libro porque

    tenas que escribirlo t mismo. Estaba el diccionario. Estaba el Almanack,

    que cambiaba todos los aos. Y junto a l estaba Enfermedades de las

    Ovejas, que se vea gordo con los marcadores que su abuela le haba

    puesto.

    Yaya Doliente haba sido una experta en ovejas, aunque las llamaba

    slo bolsas de huesos, ojos y dientes, buscando nuevas maneras morir.

    Otros pastores recorreran millas para hacer que ella fuera a curar a las

    bestias de sus dolencias. Ellos decan que tena el Toque, aunque deca que

    la mejor medicina para ovejas y hombres era una dosis de trementina, una

    buena palabrota y una patada. Unos trozos de papel con las propias recetas

    de Yaya para curar ovejas sobresalan por todo el libro. La mayor parte

    involucraban trementina, pero algunas incluan palabrotas.

    Junto al libro sobre las ovejas haba un pequeo volumen delgado

    llamado Flores de la Creta. El pastizal de las lomadas estaba lleno de

    diminutas e intrincadas flores, como prmulas y campnulas, y unas aun ms

    pequeas que de alguna manera sobrevivan el pastoreo. Sobre la Creta, las

    flores tenan que ser duras y astutas para sobrevivir a las ovejas y a las

    tormentas de nieve del invierno.

    Alguien haba coloreado las imgenes de las flores, mucho tiempo atrs.

    Sobre la guarda del libro estaba escrito con prolija letra manuscrita Sarah

    Grizzel, que era el nombre de Yaya antes de casarse. Probablemente

    pensara que Doliente era por lo menos mejor que Grizzel.3

    Y finalmente estaba El Buene Libro Infantile De Reelatos De Headas, tan

    viejo que perteneca a una era cuando haba muchas ms e por all.

    3 Grizzel, suena como grizzle, que significa lloriquear, quejarse. (Nota del traductor)

  • Tiffany se par sobre una silla y lo baj. Pas las pginas hasta que

    encontr la que estaba buscando, y la mir durante un rato. Entonces puso

    el libro en su sitio, quit la silla, y abri la alacena de la loza.

    Busc un plato de sopa, fue a un cajn, sac la cinta de medir que su

    madre usaba para la costura, y lo midi.

    Hum dijo. Ocho pulgadas. Por qu no lo dijeron sencillamente!

    Desenganch la sartn ms grande, una que poda cocinar el desayuno

    para media docena de personas de una sola vez; tom algunos dulces del

    pote sobre el aparador y los puso en una vieja bolsa de papel. Entonces,

    ante la hosca perplejidad de Wentworth, le tom una mano pegajosa y se

    dirigi hacia el arroyo otra vez.

    Las cosas todava parecan muy normales ah abajo, pero no iba a

    permitir que eso la engaara. Todas las truchas haban huido y las aves no

    estaban cantando.

    Encontr un lugar sobre la orilla con el arbusto del tamao correcto.

    Entonces clav al suelo un trozo de madera, golpendolo tan duro como

    pudo, cerca del borde del agua, y at la bolsa de dulces a l.

    Dulces, Wentworth grit.

    Agarr la sartn y se coloc rpidamente detrs del arbusto.

    Wentworth trot hacia los dulces y trat de coger la bolsa. No se

    movera.

    Quedo ir... a hacer pip! grit, porque era una amenaza que

    habitualmente resultaba. Sus dedos regordetes lucharon con los nudos.

    Tiffany observ el agua con cuidado. Estaba ponindose ms oscura?

    Estaba ponindose ms verde? Haba slo hierba de agua ah abajo? Esas

    burbujas eran slo unas truchas, rindose?

    No.

    Corri fuera de su escondite meneando la sartn como un bate. El

    aullante monstruo, que saltaba fuera del agua, se encontr con la sartn que

    vena del otro lado con un sonido metlico.

    Fue un buen sonido metlico, con el oiyoiyoioioioioioi-nnnnnggggggg

    que era la seal de un golpe bien dado.

    La criatura colg ah por un momento, algunos dientes y trozos de

  • hierba verde salpicaron el agua, entonces se desliz lentamente y se hundi

    con algunas enormes burbujas.

    El agua se aclar y fue otra vez el mismo viejo ro, poco profundo,

    helado y tapizado con guijarros.

    Quedo quedo dulces grit Wentworth, que nunca notaba nada en

    presencia de dulces.

    Tiffany desat el cordel y se los dio. l los comi demasiado

    rpidamente, como siempre haca con los dulces. Ella esper hasta que se

    sinti enfermo, y luego volvieron a la casa en un estado de nimo pensativo.

    En los juncos, muy abajo, unas vocecillas susurraron:

    Crivens, Pequeo Bobby, has visto eso?

    S. Ser mejor que disparemos y le contemos al Gran Hombre que

    hemos encontrado a la bruja.

    La Srta. Tick suba corriendo el polvoriento camino. A brujas no les

    gusta que las vean correr. Parece poco profesional. Tampoco cargando

    cosas, y tena su tienda sobre la espalda.

    Tambin era seguida por nubes de vapor. Las brujas se secan desde el

    interior.

    Tena todos esos dientes! dijo la voz misteriosa, esta vez desde su

    sombrero.

    Lo s! respondi la Srta. Tick.

    Y ella slo se estir y la golpe!

    S. Lo s.

    Como si tal cosa!

    S. Muy impresionante dijo la Srta. Tick. Estaba quedndose sin

    aliento. Adems, ya estaban sobre las laderas ms bajas de las lomadas, y

    no era buena sobre la creta. A una bruja ambulante le gusta el terreno firme

    bajo sus pies, no una roca tan blanda que podas cortarla con cuchillo.

    Impresionante? dijo la voz. Us a su hermano como cebo!

    Asombroso, verdad? dijo la Srta. Tick. Una idea tan rpida... oh,

    no... Dej de correr, y se apoy contra una cerca de campo mientras una

    ola de vrtigo la azotaba.

  • Qu ocurre? Qu ocurre? dijo la voz desde el sombrero. Casi

    me ca!

    Es esta condenada creta! Ya puedo sentirla! Puedo hacer magia

    sobre suelo honesto, y la roca siempre est bien, y no soy tan mala sobre la

    arcilla, incluso... pero la creta no es ni una cosa ni la otra! Soy muy sensible

    a la geologa, ya sabes.

    Qu ests tratando de decirme? dijo la voz.

    Creta... es un suelo hambriento. Realmente no tengo mucho poder

    sobre la creta.

    El propietario de la voz, que estaba escondido, dijo:

    Vas a caer?

    No, no! Es slo la magia la que no funciona...

    La Srta. Tick no pareca una bruja. La mayora de las brujas no lo

    parecen, por lo menos las que van de un lugar a otro. Verse como una bruja

    puede ser peligroso cuando caminas entre los no-educados. Y por esa razn

    no llevaba joyas ocultas, ni tena un brillante cuchillo mgico, ni una copa de

    plata con un dibujo de crneos alrededor, ni un palo de escoba del que

    salan chispas, todas las cuales son diminutas pistas de que puede haber una

    bruja por all. Sus bolsillos nunca llevaban nada ms mgico que algunas

    ramitas, tal vez un trozo de cordel, una o dos monedas y, por supuesto, un

    dije de la suerte.

    Todos en el pas llevaban dijes de la suerte, y la Srta. Tick haba

    descubierto que si no tenas uno las personas sospecharan que eras una

    bruja. Tenas que ser un poco astuta para ser una bruja.

    La Srta. Tick s tena un sombrero puntiagudo, pero era un sombrero

    cauteloso y slo sacaba la punta cuando ella quera.

    La nica cosa en su bolsa que podra haber hecho sospechar a alguien

    era un muy pequeo panfleto sucio titulado Una Introduccin A La

    Escapologa, por El Grandioso Williamson. Si uno de los riesgos de tu

    trabajo es ser arrojada en un estanque con las manos atadas, entonces la

    habilidad de nadar treinta yardas bajo el agua, completamente vestida,

    adems de la habilidad de ocultarte bajo las hierbas respirando a travs de

    un caramillo hueco, no sirven de nada si tampoco eres asombrosamente

  • buena con los nudos.

    No puedes hacer magia aqu? dijo la voz en el sombrero.

    No, no puedo dijo la Srta. Tick.

    Levant la mirada al sonido tintineante. Una extraa procesin estaba

    subiendo el blanco camino. Estaba principalmente formada por unos burros

    que tiraban de pequeos carros con cubiertas de vivos colores. Unas

    personas caminaban junto a los carros, llenos de polvo hasta la cintura. Eran

    principalmente hombres, vestan coloridas tnicas o tnicas, al menos, que

    haban sido coloridas antes de ser arrastradas en el barro y el polvo por

    aos y cada uno llevaba un extrao sombrero negro cuadrado.

    La Srta. Tick sonri.

    Parecan hojalateros, pero ella saba que no haba ninguno que pudiera

    arreglar una tetera. Lo que hacan era vender cosas invisibles. Y despus de

    que vendan lo que tenan, todava lo tenan. Vendan lo que todos

    necesitaban pero que a menudo no queran. Vendan la llave del universo a

    las personas que ni siquiera saban que estaba con llave.

    No puedo hacer magia dijo la Srta. Tick, enderezndose. Pero

    puedo ensear![4]

    Tiffany trabaj en la lechera por el resto de la maana. Se necesitaba

    hacer queso.

    Haba pan y mermelada para almorzar. Su madre dijo:

    Los maestros vienen hoy al pueblo. Puedes ir, si has hecho tus tareas.

    Tiffany estaba de acuerdo en que, s, haba una o dos cosas sobre las

    que le gustara saber un poco ms.

    Entonces puedes tomar media docena de zanahorias y un huevo. Me

    atrevo a decir que les vendr bien un huevo, pobre gente dijo su madre.

    Tiffany los tom despus del almuerzo, y se fue a obtener la educacin

    que vala un huevo.

    La mayora de los nios en el pueblo crecan para hacer los mismos

    trabajos que sus padres o, por lo menos, algn otro trabajo en alguna parte

    del pueblo donde el padre de alguien les enseaba mientras trabajaban. Se

    esperaba que las nias crecieran para ser esposas de alguien. Tambin se

  • esperaba que supieran leer y escribir, siendo stos considerados como

    trabajos domsticos livianos que eran demasiado tramposos para los nios.

    No obstante, tambin todos sentan que haba algunas otras cosas que

    incluso los nios deban saber, para evitar que malgastaran el tiempo

    preguntndose sobre detalles como Qu hay del otro lado de las

    montaas?, y Por qu cae lluvia del cielo?

    Cada familia en el pueblo compraba una copia del Almanack todos los

    aos, y de l vena una especie de educacin. Era grande y grueso, y lo

    impriman en algn lugar lejano, y tena muchos detalles sobre cosas como

    las fases de la luna y la poca correcta de plantar frijoles. Tambin contena

    algunas profecas para el ao siguiente, y mencionaba lugares distantes con

    nombres como Klatch y Hersheba. Tiffany haba visto un dibujo de Klatch en

    el Almanack. Mostraba un camello parado en un desierto. Slo haba

    averiguado qu eran ambas cosas porque su madre se lo haba dicho. Y eso

    era Klatch, un camello en un desierto. Se haba preguntado si no haba un

    poco ms sobre el tema, pero pareca que Klatch = camello, desierto era

    todo lo que cualquiera saba.

    Y se era el problema. Si no encontrabas alguna manera de detenerlo,

    las personas continuaran haciendo preguntas.

    Los maestros eran tiles en esto. Algunos grupos ambulaban por las

    montaas, junto con los hojalateros, herreros ambulantes, hombres de

    medicina milagrosa, vendedores de telas, adivinos y todos los otros viajeros

    que vendan cosas que las personas no necesitaban todos los das pero que

    ocasionalmente encontraban tiles.

    Iban de pueblo en pueblo dando breves lecciones sobre varios temas.

    Se mantenan apartados de los otros viajeros, y se vean muy misteriosos

    con sus tnicas rotas y sus extraos sombreros cuadrados. Empleaban

    palabras largas, como hierro corrugado. Vivan vidas speras,

    sobreviviendo por la comida que podan ganar dando las lecciones a

    cualquiera que las escuchara. Cuando nadie las escuchaba, vivan de erizo

    asado. Se iban a dormir bajo las estrellas, que los maestros de matemtica

    contaran, los de astronoma mediran y los de literatura nombraran. Los

    maestros de geografa se perdan en los bosques y caan en trampas para

  • osos.

    Las personas generalmente se sentan muy complacidas de verlos. Les

    enseaban a los nios lo bastante para callarlos, que era el asunto principal

    despus de todo. Pero siempre tenan que ser expulsados de los pueblos al

    anochecer en caso de que robaran pollos.

    Hoy, los pequeos puestos brillantemente coloridos y las tiendas

    estaban dispersos en un campo justo fuera del pueblo. Detrs de ellos,

    haban cercado unas pequeas reas cuadradas con altas paredes de lona y

    eran patrulladas por los maestros aprendices que buscaban a cualquiera que

    tratara de escuchar la Educacin sin pagar. En la primera tienda, Tiffany vio

    un cartel que deca:

    Jografa!

    Jografa!

    Jografa!

    Por hoy solamente: todas las grandes masas de tierra y ocanos

    ADEMS todo lo que necesita conocer sobre glaciares!

    Por un penique o Todos Los Grandes Vejetales Acseptados!

    Tiffany haba ledo lo suficiente para saber que mientras que l poda

    ser un genio en las grandes masas de tierra, a este profesor en particular le

    podra haber venido bien algo de ayuda del hombre que diriga el puesto

    contiguo:

    Las Maravillas De La Puntuacin Y La Ortografa

    1 - Certeza Absoluta sobre la Coma

    2 - I antes de E Totalmente Resuelto

    3 - El misterio del punto y coma Revelado

    4 - Vea el signo & (Pequeo recargo)

    5 - Diversin con Corchetes

    Aceptar verduras, huevos y ropa usada y limpia

    El siguiente puesto estaba decorado con escenas de la historia,

  • generalmente de reyes cortndose la cabeza unos a otros e interesantes

    puntos culminantes por el estilo. El maestro enfrente vesta una roja tnica

    rota, con adornos de piel de conejo, y llevaba un alto sombrero viejo con

    banderas clavadas. Tena un pequeo megfono que apuntaba a Tiffany.

    La Muerte de Reyes a travs de las Eras? dijo. Muy educativo,

    montones de sangre!

    No realmente dijo Tiffany.

    Oh, tienes que saber de dnde vienes, seorita dijo el maestro.

    De otro modo, cmo sabrs a dnde vas?

    Soy de una larga lnea de personas Doliente dijo Tiffany. Y creo

    que lo seguir siendo.

    Encontr lo que buscaba en un puesto que tena colgadas unas

    imgenes de animales, incluso un camello, segn vio con placer.

    El cartel deca:

    Criaturas tiles. Hoy: Nuestro Amigo El Erizo.

    Se pregunt qu tan til haba sido la cosa en el ro, pero ste pareca

    ser el nico lugar donde averiguarlo. Algunos nios estaban esperando sobre

    los bancos dentro del puesto a que la leccin comenzara, pero el maestro

    todava estaba parado enfrente, con la esperanza de llenar los espacios

    vacos.

    Hola, pequea nia dijo, el cual fue slo su primer gran error.

    Estoy seguro de que t quieres saber todo sobre los erizos, eh?

    Ya hice ste el verano pasado dijo Tiffany.

    El hombre la mir desde ms cerca, y su sonrisa se desti.

    Oh, s dijo. Recuerdo. Hiciste todas aquellas... pequeas

    preguntas.

    Hoy deseo la respuesta a una pregunta dijo Tiffany.

    Siempre que no sea una sobre cmo obtienes bebs erizos dijo el

    hombre.

    No dijo Tiffany, pacientemente. Es sobre zoologa.

    Zoologa, eh? sa es una gran palabra, verdad?

    No, en realidad no dijo Tiffany. Condescender es una gran

    palabra. Zoologa es muy, pero muy corta.

  • Los ojos del maestro se estrecharon aun ms. Los nios como Tiffany

    eran malas noticias.

    Puedo ver que eres inteligente dijo. Pero no conozco de ningn

    maestro de zoologa por estos lares. Veterinarios, s, pero no zoologa.

    Algn animal en particular?

    Burra Dientes Verdes.[5] Un monstruo de agua con dientes grandes y

    garras y ojos como platos de sopa dijo Tiffany.

    Platos de sopa de qu tamao? Quieres decir grandes platos de

    sopa, todo un tazn lleno, tal vez con algunos bizcochos, posiblemente

    incluso un bollo de pan, o quieres decir la pequea taza que podras

    conseguir si, por ejemplo, slo pidieras sopa y una ensalada?

    El tamao de platos de sopa que miden ocho pulgadas de dimetro

    dijo Tiffany, que nunca haba pedido sopa y una ensalada en ningn lugar en

    toda su vida. Lo verifiqu.

    Hum, se es un enigma dijo el maestro. No pienses que lo

    conozco. Indudablemente no es til, lo s. Me suena a inventado.

    S, eso fue lo que pens dijo Tiffany. Pero todava me gustara

    saber ms sobre l.

    Bien, podras tratar con ella. Es nueva.

    El maestro seal con el pulgar hacia una pequea carpa al final de la

    hilera. Era negra y muy gastada. No tena ningn afiche, y absolutamente

    ningn signo de exclamacin.

    Qu ensea? pregunt.

    No lo podra decir dijo el maestro. Dice que est pensando, pero

    no s cmo enseas eso. Te costar una zanahoria, gracias.

    Cuando se acerc, Tiffany vio un pequeo cartel clavado al exterior de

    la carpa. Deca, en letras que ms que gritar susurraban:

    PUEDO ENSEARLE UNA LECCIN QUE NO OLVIDAR APRISA

  • CAPTULO 2

    La Srta. Tick

    Tiffany ley el cartel y sonri.

    Aj dijo. No haba nada donde golpear as que aadi: Knock,

    knock en voz ms alta.

    Desde adentro se escuch la voz de una mujer.

    Quin est all?

    Tiffany dijo Tiffany.

    Tiffany qu? dijo la voz.

    Tiffany que no est tratando de hacer una broma.

    Ah. Eso parece prometedor. Entra.

    Empuj la solapa a un lado. Estaba oscuro dentro de la carpa, y

    tambin cargado y caluroso. Una delgada figura estaba sentada detrs de

    una pequea mesa. Tena una nariz muy afilada y delgada, y llevaba un gran

    sombrero de paja negro con flores de papel. Era totalmente inadecuado para

    una cara as.

    Es usted una bruja? dijo Tiffany. No me importa si lo es.

    Qu extraa pregunta para saltar sobre alguien! dijo la mujer;

    pareca ligeramente escandalizada. Tu barn prohbe las brujas en este

    pas, lo sabes, y lo primero que me preguntas es Es usted una bruja?.

    Por qu sera yo una bruja?

    Bien, usted viste toda de negro dijo Tiffany.

    Cualquiera puede vestir de negro dijo la mujer. Eso no significa

    nada.

    Y usted lleva un sombrero de paja con flores continu Tiffany.

    Aj! dijo la mujer. Eso lo demuestra, entonces. Las brujas llevan

    altos sombreros puntiagudos. Todos lo saben, nia tonta.

    S, pero las brujas tambin son muy inteligentes dijo Tiffany con

    calma. Haba algo en el brillo de los ojos de la mujer que le deca que

    continuara. Andan por all a hurtadillas. Probablemente no se ven como

    brujas. Y una bruja que viniera aqu sabra sobre el Barn y por lo tanto

    llevara esa clase de sombrero que todos saben que las brujas no llevan.

  • La mujer la mir.

    sa fue una increble hazaa de razonamiento dijo por fin. Seras

    una buena buscadora de brujas. Sabas que solan prender fuego a las

    brujas? Sin importar la clase de sombrero que yo tenga, diras que prueba

    que soy una bruja, s?

    Bien, la rana sentada sobre su sombrero es un poco una pista

    tambin dijo Tiffany.

    Soy un sapo, en realidad dijo la criatura, que haba estado espiando

    a Tiffany entre las flores de papel.

    Eres muy amarillo para ser un sapo.

    He estado un poco enfermo dijo el sapo.[6]

    Y hablas dijo Tiffany.

    Solamente tienes mi palabra sobre eso dijo el sapo, desapareciendo

    entre las flores de papel. No puedes demostrar nada.

    No tienes fsforos, verdad? dijo la mujer a Tiffany.

    No.

    Muy bien, muy bien. Slo verificando.

    Otra vez, hubo una pausa mientras la mujer lanzaba a Tiffany una larga

    mirada, como si tuviera que decidir algo.

    Mi nombre dijo por fin, es Srta. Tick. Y soy una bruja. Es un buen

    nombre para una bruja, por supuesto.

    Quiere decir un parsito chupasangre? dijo Tiffany, arrugando la

    frente.

    Perdona? dijo la Srta. Tick, framente.

    Ticks4 dijo Tiffany. Las ovejas las pescan. Pero si usa

    trementina...

    Quise decir que sonaba como Mstico dijo la Srta. Tick.5

    Oh, usted quiere decir un jogo de palabras6 dijo Tiffany. En tal

    caso hubiera sido aun mejor si fuera la Srta. Teca, una madera extranjera

    4 Garrapatas. (Nota del traductor) 5 Srta. Tick, en ingls Miss Tick, se escribe muy similar a mstico, mystick. (Nota del traductor) 6 Tiffany haba ledo muchas palabras en el diccionario que haba nunca escuchado, as que tena que tratar de

    adivinar cmo se pronunciaban. (Nota del autor)

  • dura, porque eso sonara a halo de misterio, o poda ser la Srta. Take, que

    sera...

    Puedo ver que nos vamos a llevar de maravillas dijo la Srta. Tick.

    Podra no haber sobrevivientes.7

    Realmente es una bruja?

    Oh, pur-lease dijo la Srta. Tick. S, s, soy una bruja. Tengo un

    animal que habla, una tendencia a corregir la pronunciacin de los dems

    es juego de palabras, a propsito, no jogo y me fascina meter mi nariz en

    los asuntos de otras personas y, s, un sombrero puntiagudo.

    Puedo accionar el resorte ahora? pregunt el sapo.

    S dijo la Srta. Tick, sus ojos todava sobre Tiffany. Puedes

    accionar el resorte.

    Me gusta accionar el resorte dijo el sapo, arrastrndose hasta la

    parte posterior del sombrero.

    Se escuch un clic, y un lento ruido de zuap-zuap, y el centro del

    sombrero creci despacio y a sacudones entre las flores de papel, que se

    cayeron.

    Er... dijo Tiffany.

    Tienes una pregunta? dijo la Srta. Tick.

    Con un ltimo zuop, la punta del sombrero fue una punta perfecta.

    Cmo sabe que no correr ahora mismo a decirle al Barn? dijo

    Tiffany.

    Porque no tienes el mnimo deseo de hacerlo dijo la Srta. Tick.

    Ests completamente fascinada. Quieres ser una bruja, estoy en lo

    correcto? Probablemente quieras volar sobre un palo de escoba, s?

    Oh, s! A menudo haba soado con volar. Las siguientes palabras

    de la Srta. Tick la devolvieron a la tierra.

    De veras? Te gusta tener que vestir pantalones real, realmente

    gruesos? Creme, si tengo que volar uso dos pares de lana y un par de lona

    en el exterior lo cual, puedo decirte, no es muy femenino sin importar

    cunto encaje le cosas. Puede ponerse fro all arriba. Las personas lo

    7 El remate de la frase proviene del modismo nos vamos a llevar de maravillas, que literalmente se traducira

    como seguiremos como una casa en llamas. (Nota del traductor)

  • olvidan. Y entonces est la piel de gallina. No me preguntes sobre la piel de

    gallina. No hablar de ella.

    Pero no puede usar un hechizo para mantener el calor? dijo

    Tiffany.

    Podra. Pero una bruja no hace ese tipo de cosas. En cuanto usas

    magia para mantenerte caliente, entonces empezars a usarla para otras

    cosas.

    Pero no es lo que una bruja se supone que...? empez Tiffany.

    Apenas aprendes sobre magia, quiero decir realmente aprender sobre

    magia aprender todo lo que puedes aprender sobre magia entonces

    todava tienes que aprender la leccin ms importante dijo la Srta. Tick.

    Cul es?

    No usarla. Las brujas no usan magia a menos que realmente tengan

    que hacerlo. Es trabajo duro y difcil de controlar. Hacemos otras cosas. Una

    bruja presta atencin a todo lo que ocurre. Una bruja usa su cabeza. Una

    bruja est segura de s misma. Una bruja siempre tiene un trozo de cordel...

    Siempre tengo un trozo de cordel! dijo Tiffany. Es siempre til!

    Bien. Aunque hay ms en la brujera que un cordel. Una bruja se

    deleita en las sutilezas. Una bruja ve a travs y alrededor de las cosas. Una

    bruja ve ms all que la mayora. Una bruja ve las cosas desde el otro lado.

    Una bruja sabe dnde est, y cundo est. Una bruja vera a Burra Dientes

    Verdes aadi. Qu ocurri?

    Cmo saba que vi a Burra Dientes Verdes?

    Soy una bruja. Adivino dijo la Srta. Tick.

    Tiffany mir la carpa a su alrededor. No haba mucho para ver, incluso

    ahora que sus ojos se estaban acostumbrando a la penumbra. Los sonidos

    del mundo exterior se filtraban a travs de la pesada tela.

    Creo...

    S? dijo la bruja.

    Creo que usted me escuch decirle al maestro.

    Correcto. Slo us mis orejas dijo la Srta. Tick, sin mencionar los

    platillos de tinta en absoluto. Cuntame sobre este monstruo con los ojos

    del tamao de platos de sopa de la clase que tiene ocho pulgadas de

  • dimetro. Dnde entran en esto los platos de sopa?

    El monstruo es mencionado en un libro de historias que tengo

    explic Tiffany. Dice que Burra Dientes Verdes tiene los ojos del tamao

    de platos de sopa. Hay un dibujo, pero no es bueno. As que med un plato

    de sopa, as que pude ser exacta.

    La Srta. Tick puso la barbilla sobre su mano y lanz a Tiffany una rara

    sonrisa.

    Eso estuvo bien, verdad? pregunt Tiffany.

    Qu? Oh, s. S. Hum... s. Muy... exacto. Sigue.

    Tiffany le cont sobre la pelea con Burra, aunque no mencion a

    Wentworth en caso de que la Srta. Tick se pusiera rara sobre eso. La Srta.

    Tick escuchaba cuidadosamente.

    Por qu la sartn? pregunt. Podras haber buscado un palo.

    Una sartn slo me pareci una mejor idea respondi Tiffany.

    Ja! Lo fue. Si hubieras usado un palo, Burra se lo hubiera comido.

    Una sartn est hecha de hierro. Las criaturas de su tipo no toleran el

    hierro.

    Pero es un monstruo de un libro de cuentos! dijo Tiffany. Qu

    est haciendo, apareciendo en nuestro pequeo ro?

    La Srta. Tick mir a Tiffany durante un rato, y luego pregunt:

    Por qu quieres ser una bruja, Tiffany?

    Haba empezado con El Buene Libro Infantile De Reelatos De Headas.

    En realidad, probablemente haba empezado con muchas cosas, pero con las

    historias sobre todo.

    Su madre se las haba ledo cuando era pequea, y luego los leera ella

    misma. Y todas las historias tenan una bruja, en algn lugar. La bruja vieja

    y perversa.

    Y Tiffany haba pensado: Dnde estn las evidencias?

    Las historias nunca decan por qu era perversa. Era suficiente ser una

    anciana, estar completamente sola, parecer extraa porque no tena ningn

    diente. Eso era suficiente para ser llamada una bruja.

    En realidad, el libro nunca te daba las pruebas de nada. Hablaba de un

  • prncipe apuesto... lo era realmente, o slo porque era un prncipe las

    personas decan que era apuesto? En cuanto a una muchacha que era tan

    hermosa como el da es largo... bien, qu da? A mediados del invierno ni

    siquiera haba luz! Las historias no queran que pensaras, slo queran que

    creyeras en lo que te decan...

    Y te decan que la vieja bruja viva completamente sola en una extraa

    cabaa hecha de pan de jengibre o que iba de un lado para otro con pies de

    gallina gigante, y que hablaba con los animales, y que poda hacer magia.

    Tiffany slo conoci alguna vez a una anciana que viva completamente

    sola en una extraa cabaa...

    Bien, no. Eso no era verdad. Pero s haba conocido alguna vez a una

    anciana que viva en una extraa casa que se mova, y que era Yaya

    Doliente. Y poda hacer magia, magia de ovejas, y hablaba con los animales

    y no haba nada de perverso en ella. Eso probaba que no podas creer en las

    historias.

    Y estaba la otra anciana, una de quien todos decan que era una bruja.

    Y lo que le haba pasado, haba puesto a Tiffany muy... pensativa.

    De todos modos, prefera las brujas a los petulantes prncipes apuestos

    y especialmente a las estpidas princesas que sonrean afectadamente, que

    no tenan el sentido de un escarabajo. Tenan un encantador pelo dorado,

    tambin, y Tiffany no. Su pelo era marrn, totalmente marrn. Su madre lo

    llamaba castao, o a veces castao rojizo, pero Tiffany saba que era

    marrn, marrn, marrn, exactamente como sus ojos. Marrn como la

    tierra. Acaso el libro tena alguna aventura para las personas que tenan

    ojos marrones y pelo marrn? No, no, no... las personas rubias con ojos

    azules y las pelirrojas con ojos verdes eran las que reciban las historias. Si

    tenas pelo marrn, probablemente eras slo un criado o un leador o algo.

    O una lechera. Bien, eso no iba a ocurrir, incluso si era buena para el queso.

    Ella no poda ser el prncipe, y nunca sera princesa, y no quera ser leador,

    as que sera la bruja y sabra cosas, como Yaya Doliente...

    Quin era Yaya Doliente? dijo una voz.

  • Quin era Yaya Doliente? Las personas empezaran a preguntarlo

    ahora. Y la respuesta era: lo que Yaya Doliente era, estaba all. Ella estaba

    siempre all. Pareca que las vidas de todos los Doliente giraban en torno a

    Yaya Doliente. Se tomaban decisiones abajo en el pueblo, se hacan cosas,

    la vida continuaba en el conocimiento de que en su vieja cabaa rodante de

    pastoreo sobre las colinas Yaya Doliente estaba ah, observando.

    Y ella era el silencio de las colinas. Quizs por eso le gustaba Tiffany, a

    su manera torpe e insegura. Sus hermanas mayores parloteaban, y a Yaya

    no le gustaba el ruido. Tiffany no haca ruido cuando estaba arriba en la

    cabaa. Slo adoraba estar ah. Mirara los gallinazos, y escuchara el sonido

    del silencio.

    Tena un sonido, all arriba. Sonidos, voces, ruidos de animales que

    flotaban hacia arriba de las lomadas, de alguna manera hacan el profundo y

    complejo silencio. Y Yaya Doliente envolva este silencio a su alrededor y

    haca sitio dentro de l para Tiffany. Siempre estaba demasiado ajetreada la

    granja. Haba muchas personas con mucho para hacer. No haba tiempo

    suficiente para el silencio. No haba tiempo para escuchar. Pero Yaya

    Doliente era silenciosa y escuchaba todo el tiempo.

    Qu? dijo Tiffany, parpadeando.

    Acabas de decir Yaya Doliente me escuchaba todo el tiempo dijo la

    Srta. Tick.

    Tiffany trag.

    Creo que mi abuela era ligeramente una bruja dijo, con un toque de

    orgullo.

    De veras? Cmo lo sabes?

    Bien, las brujas pueden maldecir a las personas, correcto? dijo

    Tiffany.

    As dicen dijo la Srta. Tick, diplomticamente.

    Bien, mi padre dice que Yaya Doliente blasfem el cielo celeste dijo

    Tiffany.

    La Srta. Tick tosi.

    Bien, decir palabrotas, mira, decir palabrotas no es como la verdadera

  • maldicin. Decir palabrotas es ms como maldito y molestia y condenado y

    mala cosa, sabes? Maldecir est ms sobre la lnea de Yo deseo que su

    nariz explote y que sus orejas salgan volando.

    Creo que las palabrotas de Yaya eran un poco ms que eso dijo

    Tiffany, con una voz muy segura. Y hablaba con sus perros.

    Y qu clase de cosas les deca? dijo la Srta. Tick.

    Oh, cosas como reunir y traer y suficiente dijo Tiffany. Ellos

    siempre hacan lo que ella les deca.

    Pero sas slo son rdenes de perros pastores dijo la Srta. Tick, con

    desdn. No es exactamente brujera.

    Bien, todava los hace familiares, verdad? replic Tiffany,

    sintindose enfadada. Las brujas tienen animales con los que pueden

    hablar, llamados familiares. Como su sapo.

    No soy familiar dijo una voz entre las flores de papel. Soy slo

    ligeramente presuntuoso.

    Y ella conoca hierbas de toda clase insisti Tiffany. Yaya Doliente

    iba a ser una bruja incluso si Tiffany tena que discutir todo el da. Poda

    curar cualquier cosa. Mi padre deca que ella poda hacer que un pastel de

    papas se parara y balara. Tiffany baj la voz. Poda regresar corderos a

    la vida...

    Casi nunca veas a Yaya Doliente dentro en primavera y verano. Pasaba

    la mayor parte del ao durmiendo en la vieja cabaa rodante, que poda ser

    arrastrada a travs de las lomadas detrs de los rebaos. Pero Tiffany poda

    recordar la primera vez que vio a la anciana en la granja; estaba arrodillada

    enfrente del fuego, poniendo un cordero muerto en el gran horno negro.

    Tiffany grit y grit. Y Yaya la levant suavemente, un poco

    acongojada; la sent sobre su regazo y la calm dicindole mi pequea

    jiggit, mientras que en el piso sus perros pastores, Trueno y Relmpago, la

    observaban con asombro perruno. Yaya no estaba particularmente

    acostumbrada a los nios, porque no balaban.

    Cuando Tiffany dej de llorar por la falta absoluta de aliento, Yaya la

    puso sobre la alfombra y abri el horno, y Tiffany observ que el cordero

  • volva a vivir.

    Cuando Tiffany fue un poco mayor, descubri que jiggit significaba

    vigsimo en Van Tan Tethera,[7] el antiguo idioma de contar de los pastores.

    Las personas ms viejas todava lo usaban cuando estaban contando cosas

    que pensaban que eran especiales. Ella era el vigsimo nieto de Yaya

    Doliente.

    Y cuando fue mayor tambin comprendi todo sobre el horno caliente,

    que nunca tuvo nada ms que, bien, calor. Su madre dejaba leudar la masa

    del pan adentro, y Ratbag el gato dorma adentro, a veces sobre la masa. El

    lugar exacto donde revivir a un dbil cordero que haba nacido una noche de

    nevada y que estaba a punto de morir de fro. As era como funcionaba.

    Ninguna magia en absoluto. Pero esa vez haba sido mgico. Y no dejaba de

    ser mgico slo porque averiguabas cmo se haca.

    Bien, pero todava no exactamente brujera dijo la Srta. Tick,

    rompiendo el hechizo otra vez. De todos modos, no tienes que tener un

    antepasado bruja para ser una bruja. Ayuda, por supuesto, por la herencia.

    Quiere decir como tener talentos? pregunt Tiffany, arrugando la

    frente.

    En parte, supongo dijo la Srta. Tick. Pero estaba pensando en

    sombreros puntiagudos, por ejemplo. Si tienes una abuela que puede

    pasarte su sombrero puntiagudo, eso ahorra mucho costo. Son

    increblemente difciles de conseguir, especialmente uno con la fuerza

    suficiente para soportar granjas que caen.[8] Acaso la Sra. Doliente tena

    algo as?

    No lo creo dijo Tiffany. Casi nunca llevaba un sombrero excepto

    con clima muy fro. Usaba un viejo saco de cereal como una especie de

    capucha. Hum... eso cuenta?

    Por primera vez, la Srta. Tick pareca un poco menos insensible.

    Posiblemente, posiblemente dijo. Tienes hermanos y hermanas,

    Tiffany?

    Tengo seis hermanas dijo Tiffany. Soy la ms joven. La mayora

    de ellas no vive con nosotros ahora.

  • Y entonces ya no eres el beb porque tienes un querido hermano

    menor dijo la Srta. Tick. El nico varn, tambin. sa debe haber sido

    una buena sorpresa.

    De repente, Tiffany encontr que la leve sonrisa de la Srta. Tick le

    molestaba ligeramente.

    Cmo sabe de mi hermano? pregunt.

    La sonrisa se desti. La Srta. Tick pens: Esta nia es sagaz.

    Slo una conjetura dijo. A nadie le gusta admitir que espa.

    Est usando persicologa sobre m? dijo Tiffany, acalorada.

    Creo que quieres decir sicologa dijo la Srta. Tick.

    Lo que sea dijo Tiffany. Usted cree que no me gusta porque mis

    padres hacen alboroto y lo consienten, s?

    Bien, cruz mi mente dijo la Srta. Tick y dej de preocuparse por

    haber espiado. Era una bruja, y eso era todo lo que significaba. Creo me

    dio la pista la parte cuando lo usaste como cebo para un monstruo

    sanguinario aadi.

    Es slo una molestia! dijo Tiffany. Me roba mi tiempo y siempre

    tengo que cuidarlo y siempre quiere dulces. De todos modos continu,

    tena que pensar rpido.

    Exactamente dijo la Srta. Tick.

    Yaya Doliente habra hecho algo sobre los monstruos en nuestro ro

    dijo Tiffany, ignorndola. Incluso si son de los libros. Y habra hecho algo

    sobre lo que le pas a la vieja Sra. Snapperly, aadi para s. Habra

    levantado la voz, y las personas habran escuchado... Siempre escuchaban

    cuando Yaya levantaba la voz. Hablar por los que no tienen voz, deca

    siempre.

    Bien dijo la Srta. Tick. Debera hacerlo. Las brujas enfrentan las

    cosas. Dijiste que donde la Burra salt el ro era muy poco profundo? Y

    que el mundo pareca borroso y trmulo? Haba un susurro?

    Tiffany sonri.

    S, indudablemente!

    Ah. Est ocurriendo algo malo.

    Tiffany se vea preocupada.

  • Puedo detenerlo?

    Y ahora estoy ligeramente impresionada dijo la Srta. Tick. Dijiste,

    Puedo detenerlo?, no Puede alguien detenerlo?, Podemos detenerlo?.

    Eso es bueno. Aceptas la responsabilidad. se es un buen comienzo. Y

    mantienes la cabeza fra. Pero, no, no puedes detenerlo.

    Le pegu fuerte a Burra Dientes Verdes!

    Un golpe de suerte dijo la Srta. Tick. Podra haber cosas peores

    que ella en el camino, creme. Creo que aqu va a comenzar una incursin

    de proporciones muy importantes y, aunque eres inteligente, mi nia, tienes

    tantas oportunidades como uno de tus corderos en una noche de nieve.

    Tenlo claro. Tratar de buscar ayuda.

    Qu, del Barn?

    Qu bromista, no. Sera absolutamente intil.

    Pero l nos protege dijo Tiffany. Es lo que dice mi madre.

    De veras? dijo la Srta. Tick. De quin? Quiero decir, de quin?

    Bien, de ataques, ya sabe, supongo. De otros barones, dice mi padre.

    Tiene un gran ejrcito?

    Bien, er, tiene al Sargento Roberts, y a Kevin y a Neville y a Trevor

    dijo Tiffany. Los conocemos a todos. Principalmente protegen el castillo.

    Alguno de ellos tiene poderes mgicos? pregunt la Srta. Tick.

    Vi a Neville hacer trucos de naipes una vez dijo Tiffany.

    Un xito en las fiestas, pero probablemente sin utilidad incluso contra

    algo como Burra dijo la Srta. Tick. Hay alguna... No hay aqu ninguna

    bruja en absoluto?

    Tiffany vacil.

    Estaba la vieja Sra. Snapperly dijo. Oh, s. Haba vivido

    completamente sola en una extraa cabaa...

    Buen nombre dijo la Srta. Tick. Sin embargo, no puedo decir que

    lo haya escuchado antes. Dnde est?

    Muri en la nieve el invierno pasado dijo Tiffany, lentamente.

    Y ahora dime lo que no me ests diciendo dijo la Srta. Tick, aguda

    como un cuchillo.

    Er... ella estaba mendigando, cree la gente, pero nadie le abra las

  • puertas y, er... era una noche fra, y... muri.

    Y era una bruja, verdad?

    Todos dijeron que era una bruja dijo Tiffany. Realmente no quera

    hablar de esto. Nadie en los pueblos de por all quera hablar de eso.

    Tampoco nadie se acerc a las ruinas de la cabaa en el bosque.

    T no lo crees?

    Hum... Tiffany se retorci. Mire... el Barn tena un hijo llamado

    Roland. Tena apenas doce aos, creo. Y fue a cabalgar al bosque, solo, el

    verano pasado y sus perros volvieron sin l.

    Viva la Sra. Snapperly en ese bosque? pregunt la Srta. Tick.

    S.

    Y la gente cree que lo mat? dijo la Srta. Tick. Suspir.

    Probablemente creen que lo cocin en el horno, o algo as.

    En realidad, nunca lo dijeron dijo Tiffany. Pero creo que era algo

    as, s.

    Y su caballo apareci? dijo la Srta. Tick.

    No dijo Tiffany. Y eso fue extrao, porque si hubiera aparecido en

    algn lugar de las colinas la gente lo hubiera notado...

    La Srta. Tick cruz las manos, sorbi, y despleg una sonrisa sin alegra

    en absoluto.

    Se explica fcilmente dijo. La Sra. Snapperly debe haber tenido

    un horno muy grande, eh?

    No, era muy, pero muy pequeo dijo Tiffany. Slo de diez

    pulgadas de profundidad.

    Apuesto a que la Sra. Snapperly no tena ningn diente y que hablaba

    sola, correcto? dijo la Srta. Tick.

    S. Y tena un gato. Y bizqueaba dijo Tiffany. Y luego agreg a toda

    prisa: Y entonces despus de que se esfum fueron a su cabaa y miraron

    en el horno y cavaron su jardn y lanzaron piedras a su viejo gato hasta que

    se muri y la sacaron de su cabaa y apilaron todos sus viejos libros en

    medio de la habitacin, y les prendieron fuego y quemaron el sitio hasta los

    cimientos y todos dijeron que era una vieja bruja.

    Quemaron los libros dijo la Srta. Tick, con voz sin tono.

  • Porque dijeron que tenan viejas escrituras dijo Tiffany. Y dibujos

    de estrellas.

    Y cundo fuiste a mirar, qu viste? dijo la Srta. Tick.

    Tiffany sinti fro de repente.

    Cmo lo supo? pregunt.

    Soy buena escuchando. Bien, qu viste?

    Tiffany suspir.

    S, fui a la cabaa al da siguiente y algunas de las pginas haban

    flotado un poco en el calor, ya sabe. Y encontr una parte de una, y tena

    todas letras antiguas y un borde oro y azul. Y enterr a su gato.

    Enterraste al gato?

    S! Alguien tena que hacerlo! dijo Tiffany, con calor.

    Y mediste el horno dijo la Srta. Tick. S que lo hiciste, porque

    acabas de decirme qu tamao tena. Y mides platos de sopa, agreg para

    s la Srta. Tick. Qu he encontrado aqu?

    Bien, s. Lo hice. Quiero decir... era diminuto! Y si ella poda hacer

    magia a un nio y a todo un caballo, por qu no alej con magia a los

    hombres que vinieron a por ella? No tena ningn sentido...!

    La Srta. Tick agit la mano para que hablara ms bajo.

    Y luego qu ocurri?

    Entonces el Barn dijo que nadie tena nada que hacer con ella dijo

    Tiffany. Dijo que cualquier bruja encontrada en el pas sera atada y

    lanzada en el estanque. Er, usted podra estar en peligro aadi, vacilante.

    Puedo desatar nudos con mis dientes y tengo un certificado de Buena

    Nadadora del Colegio para Jvenes Damas de Quirm dijo la Srta. Tick.

    Toda esa prctica de saltar a la piscina con la ropa puesta fue tiempo bien

    invertido. Se inclin hacia adelante. Djame adivinar qu le pas a la

    Sra. Snapperly dijo. Vivi del verano hasta que lleg la nieve, correcto?

    Robaba de los establos y probablemente las mujeres le daban comida por la

    puerta trasera si los hombres no estaban por all. Supongo que los nios

    ms grandes le lanzaban cosas si la vean.

    Cmo sabe todo eso? dijo Tiffany.

    No necesita un gran salto de imaginacin, creme dijo la Srta.

  • Tick. Y no era una bruja, verdad?

    Creo que slo era una anciana enferma que era intil para cualquiera,

    y que apestaba un poco y que pareca rara porque no tena ningn diente

    dijo Tiffany. Slo se pareca a una bruja de las historias. Alguien con

    media cabeza poda verlo.

    La Srta. Tick suspir.

    S. Pero a veces es tan difcil encontrar media cabeza cuando

    necesitas una.

    Puede ensearme lo que tengo que saber para ser una bruja? dijo

    Tiffany.

    Dime, por qu todava quieres ser una bruja, teniendo en mente lo

    que le pas a la Sra. Snapperly?

    De ese modo esa clase de cosas no ocurrir otra vez dijo Tiffany.

    Incluso enterr al gato de la vieja bruja, pens la Srta. Tick. Qu clase

    de nia es sta?

    Buena respuesta. Podras ser una bruja decente algn da dijo.

    Pero no le enseo a las personas a ser brujas. Enseo a las personas sobre

    brujas. Las brujas aprenden en una escuela especial. Slo les muestro el

    camino, si son buenas. Todas las brujas tienen intereses especiales, y a m

    me gustan los nios.

    Por qu?

    Porque son mucho ms fciles de meter en el horno dijo la Srta.

    Tick.

    Pero Tiffany no estaba asustada, slo enojada.

    sa fue una cosa desagradable de decir dijo.

    Bien, las brujas no tienen que ser buenas dijo la Srta. Tick, sacando

    una enorme bolsa negra de abajo de la mesa. Me alegra ver que prestas

    atencin.

    Realmente hay una escuela para brujas? dijo Tiffany.

    En cierto modo, s dijo la Srta. Tick.

    Dnde?

    Muy cerca.

    Es mgica?

  • Muy mgica.

    Un lugar maravilloso?

    No hay ningn lugar como ste.

    Puedo ir all por magia? O un unicornio aparece para llevarme hasta

    all o algo?

    Por qu debera hacerlo? Un unicornio no es nada ms que un gran

    caballo que termina en punta, de todos modos. Nada para ponerse tan

    excitada dijo la Srta. Tick. Y eso vale un huevo, por favor.

    Exactamente dnde puedo encontrar la escuela? dijo Tiffany,

    entregndole el huevo.

    Aj. Una pregunta de raz, creo dijo la Srta. Tick. Dos zanahorias,

    por favor.

    Tiffany las entreg.

    Gracias. Lista? Para encontrar la escuela para brujas, ve a un lugar

    alto cerca de por aqu, trepa a la cima, abre tus ojos... la Srta. Tick vacil.

    S?

    ... y luego los abres otra vez.

    Pero... empez Tiffany.

    Tienes algn otro huevo?

    No, pero...

    No ms educacin, entonces. Pero tengo que hacerte una pregunta.

    Tiene algn huevo? dijo Tiffany, al instante.

    Ja! Viste alguna otra cosa junto al ro, Tiffany?

    De repente, el silencio llen la carpa. El sonido de la mala ortografa y

    de la errtica geografa se filtraban desde afuera mientras Tiffany y la Srta.

    Tick se miraban a los ojos.

    No minti Tiffany.

    Ests segura? dijo la Srta. Tick.

    S.

    Continuaron el combate de miradas. Pero Tiffany poda ganarle a un

    gato.

    Ya veo dijo la Srta. Tick, apartando la mirada. Muy bien. En tal

    caso, por favor dime... cuando te detuviste fuera de mi carpa apenas hace

  • unos minutos dijiste Aj en lo que consider un tono petulante de voz.

    Estabas pensando, sta es una pequea y extraa carpa negra con un

    pequeo cartel misterioso sobre la puerta de modo que entrar podra ser el

    principio de una aventura, o pensaste, sta podra ser la carpa de alguna

    perversa bruja como pensaban que era la Sra. Snapperly, quin pondr

    algn hechizo horrible sobre m tan pronto entre? Est bien, puedes

    parpadear. Tus ojos estn lagrimeando.

    Pens ambas cosas dijo Tiffany, parpadeando.

    Pero entraste de todos modos. Por qu?

    Para saber.

    Buena respuesta. Las brujas son naturalmente entrometidas dijo la

    Srta. Tick, ponindose de pie. Bien, debo irme. Espero que volvamos a

    vernos. Te dar un pequeo de consejo gratis, sin embargo.

    Me costar algo?

    Qu? Acabo de decir que era gratis! dijo la Srta. Tick.

    S, pero mi padre dice que el consejo gratis a menudo resulta ser caro

    dijo Tiffany.

    La Srta. Tick sorbi.

    Podras decir que este consejo tiene un valor incalculable dijo.

    Ests escuchando?

    S dijo Tiffany.

    Bien. Ahora... si confas en ti misma...

    S?

    ... y crees en tus sueos...

    S?

    ... y sigues tu estrella... continu la Srta. Tick.

    S?

    ... todava puedes ser golpeada por personas que pasaron su tiempo

    trabajando duro y aprendiendo cosas y sin ser tan flojas. Adis.

    La carpa pareci oscurecerse. Era tiempo de partir. Tiffany se encontr

    de regreso en la plaza donde los otros maestros estaban desarmando sus

    tiendas.

    No mir a su alrededor. Saba lo suficiente para no mirar. O la carpa

  • todava estara ah, lo cual sera una desilusin, o habra desaparecido

    misteriosamente, y eso sera preocupante.

    Se dirigi a casa, y se pregunt si deba haber mencionado a los

    hombrecillos de pelo rojo. No lo haba hecho por muchas razones. No estaba

    segura, ahora, de que los hubiera visto realmente; tena la sensacin de que

    ellos no lo habran querido; y era bueno tener algo que la Srta. Tick no

    supiera. S. sa era la mejor parte. La Srta. Tick era demasiado inteligente,

    segn la opinin de Tiffany.

    De camino a casa trep hasta la cima de Arken Hill,[9] que estaba justo

    fuera del pueblo. No era muy grande, ni siquiera era tan alta como a las

    lomadas cerca de la granja e indudablemente nada como las grandes alturas

    de las montaas.

    La colina era ms... domstica. Haba un lugar plano en la cima donde

    no creca nada, y Tiffany saba que haba una historia que contaba que una

    vez un hroe haba luchado contra un dragn all arriba y que su sangre

    haba quemado el suelo donde cay. Haba otra historia que deca que haba

    una pila de tesoros bajo la colina, defendida por el dragn, y otra historia

    que deca que ah fue enterrado un rey con armadura de oro slido. Haba

    muchas historias sobre la colina; era sorprendente que no se hubiera

    hundido bajo el peso de todas ellas.

    Tiffany se par en la tierra desnuda y mir el panorama.

    Poda ver el pueblo y el ro y la Granja Hogar, y el castillo del Barn y,

    ms all de los campos que conoca, poda ver grises bosques y brezales.

    Cerr los ojos y los abri otra vez. Y parpade, y los abri otra vez.

    No haba ninguna puerta mgica, ningn edificio escondido revelado,

    ninguna seal extraa.

    Por un momento, sin embargo, el aire se llen de murmullos, y ola a

    nieve.

    Cuando lleg a casa busc incursin en el diccionario. Significaba

    invasin.

    Una incursin de proporciones muy importantes, haba dicho la Srta.

    Tick.

    Y, ahora, unos pequeos ojos invisibles observaban a Tiffany desde

  • arriba del estante...

  • CAPTULO 3

    Busquen A La Bruja

    La Srta. Tick se quit el sombrero, meti la mano dentro y tir de un

    trozo de hilo. Con pequeos clics y aleteos el sombrero tom la forma de un

    sombrero de paja bastante viejo. Recogi las flores de papel del suelo y las

    volvi a poner, cuidadosamente.

    Entonces dijo:

    Fiuuu!

    No puedes dejar que la nia se vaya slo as dijo el sapo, que

    estaba sentado sobre la mesa.

    Slo as cmo?

    Claramente tiene Primera Visin y Segundo Pensamiento. sa es una

    poderosa combinacin.

    Es una pequea sabelotodo dijo la Srta. Tick.

    Correcto. Exactamente como t. Ella te ha impresionado, correcto?

    S que s porque fuiste muy cruel con ella, y siempre les haces eso a las

    personas que te impresionan.

    Quieres ser convertido en una rana?

    Bien, ahora, djame ver... dijo el sapo sarcsticamente. Mejor

    piel, mejores piernas, la probabilidad de ser besado por una princesa cien

    por cien mejorado... Vaya, s. Cuando ests lista, Madam.

    Hay peores cosas que ser un sapo dijo la Srta. Tick amenazante.

    Prubalo alguna vez dijo el sapo. De todos modos, me gust

    bastante.

    A m tambin dijo la Srta. Tick, enrgicamente. Se entera de una

    anciana moribunda porque estos idiotas pensaban que era una bruja, y ella

    decide hacerse bruja para que no lo hagan otra vez. Un monstruo sale

    bramando de su ro y lo abate con una sartn! Alguna vez has escuchado el

    dicho La tierra encuentra a su bruja? Ha ocurrido aqu, lo apuesto. Pero

    una bruja de creta? A las brujas les gusta el granito y el basalto, roca

    completamente dura! Sabes qu es la creta?

    T vas a decrmelo dijo el sapo.

  • Son las conchas de miles de millones de diminutas criaturas de mar

    indefensas que se murieron hace millones de aos dijo la Srta. Tick.

    Es... huesos diminutos, diminutos. Blanda. Pastosa. Hmeda. Incluso la

    piedra caliza es mejor. Pero... ella ha crecido sobre creta y es dura, y aguda

    tambin. Es una bruja nata. Sobre creta! Lo cual es imposible!

    Abati a Burra! dijo el sapo. La nia tiene talento!

    Tal vez, pero necesita ms que eso. Burra no es inteligente dijo la

    Srta. Tick. Es solamente un Monstruo Prohibitivo de Grado Uno. Y

    probablemente estaba desconcertada por encontrarse en un arroyo, cuando

    su hogar natural est en el agua quieta. Habr mucho, mucho peor que ella.

    Qu quieres decir, un Monstruo Prohibitivo de Grado Uno?

    pregunt el sapo. Nunca escuch que la llamaran as.

    Soy una maestra tanto como una bruja dijo la Srta. Tick, ajustando

    su sombrero cuidadosamente. Por lo tanto hago listas. Hago evaluaciones.

    Escribo cosas con mano pulcra y firme con plumas de dos colores. Burra es

    una de las varias criaturas inventadas por los adultos para alejar a los nios

    de los lugares peligrosos. Suspir. Si tan slo las personas pensaran

    antes de inventar monstruos.

    Deberas quedarte y ayudarla dijo el sapo.

    No tengo prcticamente ningn poder aqu dijo la Srta. Tick. Te lo

    dije. Es la creta. Y recuerda a los hombres pelirrojos. Un Nac Mac Feegle le

    habl! Le advirti! Nunca he visto uno en mi vida! Si los tiene de su lado,

    quin sabe qu pueda hacer?

    Recogi el sapo.

    Sabes qu aparecer? continu. Todas las cosas que encerraron

    en esas viejas historias. Todas esas razones por las que no debes apartarte

    del sendero, o abrir la puerta prohibida, o decir la palabra equivocada, o

    derramar la sal. Todas las historias que les dan pesadillas a los nios. Todos

    los monstruos debajo de la cama ms grande del mundo. En algn lugar,

    todas las historias son reales y todos los sueos se hacen realidad. Y se

    harn realidad aqu si no son detenidos. Sin no fuera por los Nac Mac Feegle

    estara muy preocupada. Como estn las cosas, voy a tratar de conseguir

    algo de ayuda. Eso va a llevarme al menos dos das sin un palo de escoba!

  • Es injusto dejarla a solas con ellos dijo el sapo.

    No estar sola dijo la Srta. Tick. Te tendr a ti.

    Oh dijo el sapo.

    Tiffany comparta un dormitorio con Fastidia y Hannah. Se despert

    cuando las escuch venir a la cama, y se qued tendida en la oscuridad

    hasta que escuch que sus respiraciones se tranquilizaban y empezaban a

    soar con jvenes pastores de ovejas sin sus camisas.

    Afuera, un relmpago de verano destell alrededor de las colinas, y se

    escuch un trueno...

    Trueno y Relmpago. Los conoca como perros antes de que los

    conociera como el sonido y la luz de una tormenta. Yaya siempre tena sus

    perros pastores cerca, dentro y afuera de la cabaa. En un momento seran

    rayas negras y blancas a travs del pasto distante y luego estaban de

    repente ah, jadeantes, con los ojos que nunca dejaban la cara de Yaya. La

    mitad de los perros en las colinas eran los cachorros de Relmpago,

    entrenados por Yaya Doliente.

    Tiffany haba ido con la familia a las grandes Pruebas de Perros

    Pastores. Cada pastor sobre la Creta iba a ellas, y el mejor entraba en el

    ruedo para mostrar qu bien podan trabajar a sus perros. Los perros

    reunan a las ovejas, las separaban, las conducan a los corrales o a veces

    salan corriendo, o trataban de morderse unos a otros, porque incluso el

    mejor perro puede tener un mal da. Pero Yaya nunca entraba con Trueno y

    Relmpago. Se apoyaba sobre la cerca con los perros echados enfrente de

    ella, observando el espectculo atentamente y chupando su hedionda pipa. Y

    el padre de Tiffany deca que, despus de que cada pastor haba trabajado a

    sus perros, los jueces miraban nerviosos a Yaya Doliente para ver lo que

    pensaba.

    A decir verdad, todos los pastores la observaban. Yaya nunca jams

    entr en el ruedo porque ella era la Prueba. Si Yaya pensaba que eras un

    buen pastor si te haca un gesto con la cabeza cuando salas del ruedo, si

  • le daba pitadas a su pipa y deca suficiente caminabas como un gigante

    por un da, poseas la Creta...

    Cuando era pequea y estaba arriba en los pramos con Yaya, Trueno y

    Relmpago cuidaban de Tiffany, echados atentos a unos pies de distancia

    mientras jugaba. Y se haba sentido muy orgullosa cuando Yaya le permiti

    usarlos para reunir un rebao. Corri en todas direcciones con excitacin

    gritando Reunir!, y All!, y Ven aqu!, y, oh gloria, los perros haban

    trabajado perfectamente.

    Ahora saba que habran trabajado perfectamente sin importar lo que

    hubiera gritado. Yaya estaba sentada all, fumando su pipa, y para entonces

    los perros podan leer su mente. Solamente reciban rdenes de Yaya

    Doliente...

    La tormenta amain despus de un rato y se escuchaba el sonido

    apacible de la lluvia.

    En algn momento, Ratbag el gato abri la puerta y salt a la cama.

    Para empezar, era grande, pero Ratbag discurra. Era tan gordo que, sobre

    cualquier superficie razonablemente plana, se extenda gradualmente en un

    gran charco de pelo. Odiaba a Tiffany, pero nunca dejara que los

    sentimientos personales lo alejaran de un lugar tibio donde dormir.

    Debi haberse dormido, porque despert cuando escuch las voces.

    Parecan muy cerca pero, de algn modo, muy pequeas.

    Crivens! Est bien decir busquen a la bruja, pero qu debemos

    buscar, puedes decirme? Todos estos grandotes me parecen lo mismo!

    No-totalmente-pequeito Geordie estaba pescando dijo que era una

    nia grande, grande!

    Eso es una gran ayuda, no lo creo! Todas ellas son nias grandes,

    grandes!

    Ustedes par de tontos! Todos saben que una bruja lleva un

    sombrero puntiagudo!

    De modo que no pueden ser unas brujas si estn durmiendo,

    entonces?

    Hola? susurr Tiffany.

  • Se hizo silencio, bordado con la respiracin de sus hermanas. Pero de

    una manera que Tiffany no poda describir totalmente, era el silencio de

    personas que trataban de no hacer ningn ruido.

    Se inclin y mir bajo la cama. No haba nada ah excepto el badebajo.

    El hombrecillo en el ro haba hablado exactamente as.

    Se recost a la luz de la luna, escuchando hasta que sus orejas

    dolieron.

    Entonces se pregunt como sera la escuela para brujas y por qu no la

    haba visto an.

    Conoca cada pulgada del pas a dos millas a la redonda. Lo que ms le

    gustaba era el ro, con los remansos donde el lucio rayado tomaba sol justo

    encima de las hierbas y los bancos donde los martines pescadores anidaban.

    Haba un lugar de garzas ms o menos a una milla ro arriba y le gustaba

    deslizarse para ver las aves cuando bajaban a pescar all en los juncos,

    porque no hay nada ms gracioso que unas garzas que tratan de volar

    aprisa...

    Se volvi a quedar dormida, pensando en la zona alrededor de la

    granja. La conoca toda. No haba ningn lugar secreto que no conociera.

    Pero tal vez haba puertas mgicas. Eso es lo que ella hara, si tuviera

    una escuela mgica. Debera haber entradas secretas por todos lados,

    incluso a cientos de millas de distancia. Mira una roca especial, por decir, a

    la luz de la luna, y todava habr otra puerta.

    Pero la escuela, veamos, la escuela. Habra lecciones de cabalgar en

    palo de escoba y de cmo aguzar tu sombrero en punta, y de comidas

    mgicas, y muchos nuevos amigos.

    La nia est dormida?

    S, no puedo escuchar que se mueva.

    Tiffany abri los ojos en la oscuridad. Las voces debajo de la cama

    tenan un tono con ligeros ecos. Gracias al cielo el vadebajo era bonito y

    estaba limpio.

    Correcto, tomemos de esta olla pequeita, entonces.

    Las voces cruzaron la habitacin. Las orejas de Tiffany trataron de girar

    para seguirlas.

  • Hey, mira aqu, es una casa! Mira, con pequeitas sillas y cosas!

    Han encontrado la casa de muecas, pens Tiffany.

    Era una bastante grande, hecha por el Sr. Bloque el carpintero de la

    granja cuando la hermana mayor de Tiffany, que ahora ya tena dos bebs

    propios, era pequea. No era el ms frgil de los objetos. El Sr. Bloque no

    estaba para trabajos delicados. Pero con el paso de los aos las nias la

    haban decorado con trozos de tela y algn mobiliario improvisado.

    Por el tono, los propietarios de las voces pensaban que era un palacio.

    Hey, hey, hey, estamos en las cosas cmodas ahora! Hay una cama

    en esta habitacin. Con almohadas!

    Cllense, no queremos que ninguna de ellas se despierte! Cuidado,

    soy tan silencioso como un pequeito ratn! Aargh! Hay soldados!

    Qu quieres decir, soldados?

    Hay casacas rojas en la habitacin!

    Han encontrado los soldados de juguete, pens Tiffany, tratando de no

    respirar fuerte.

    Estrictamente hablando, no haba lugar en la casa de muecas, pero

    Wentworth no era lo bastante mayor para ellas y por lo tanto las haban

    usado como espectadores inocentes en aquellos das cuando Tiffany haca

    fiestas de t para sus muecas. Bueno, lo que pasaba por muecas. Los

    juguetes que haba en la granja tenan que ser rudos para sobrevivir intactos

    a travs de las generaciones y no siempre lo lograban. La ltima vez que

    Tiffany haba tratado de organizar una fiesta, los invitados haban sido una

    mueca de trapo sin cabeza, dos soldados de madera y tres cuartos de un

    pequeo oso de peluche.

    Ruidos sordos y golpes venan desde la direccin de la casa de

    muecas.

    Tengo uno! Hey, amigo, puede coser tu mami? Cose ste! Aargh!

    Lo tiene sujeto como un rbol!

    Crivens! Hay un cuerpo aqu que no est sujeto!

    S, qu asombroso, porque aqu hay un oso! Siente mi bota, t

    tonto!

    A Tiffany le pareca que aunque los propietarios de las tres voces

  • estaban luchando contra las cosas que posiblemente no podan defenderse,

    incluso un oso de peluche con una nica pierna, todava la pelea no era toda

    en un solo sentido.

    Lo tengo! Lo tengo! Lo tengo! T vas a recibir un golpe, t

    pequea plaga difcil!

    Alguien me mordi la pierna! Alguien me mordi la pierna!

    Vengan aqu! Ay, peleones intiles, ustedes tontos! Ah, estoy harto

    de este par de idiotas!

    Tiffany sinti que Ratbag se agitaba. Podra estar gordo y ser perezoso,

    pero era un relmpago cuando se trataba de saltar sobre pequeas

    criaturas. No poda permitir que atrapara a los... lo que fuera que fuesen,

    aunque sonaran mal.

    Tosi fuerte.

    Lo ven? dijo una voz de la casa de muecas. Las han

    despertado! Ah, yo escapo!

    Se hizo silencio nuevamente y esta vez, determin Tiffany despus de

    un rato, era el silencio de nadie, ms que el silencio de gente que estaba

    increblemente silenciosa. Ratbag volvi a dormirse, temblando

    ocasionalmente mientras destripaba algo en sus sueos de gato gordo.

    Tiffany esper un ratito; luego sali de la cama y se desliz hacia la

    puerta del dormitorio, evitando las dos tablas del suelo que crujan. Baj en

    la oscuridad, encontr una silla a la luz de la luna, tom el libro de Reelatos

    De Headas del estante de Yaya, entonces levant el cerrojo de la puerta

    trasera y sali a la tibia noche de verano.

    Haba mucha neblina alrededor, pero se vean algunas estrellas en el

    cielo y una luna gibosa. Tiffany saba que era gibosa porque haba ledo en el

    Almanack que gibosa significaba que la luna se vea apenas un poco ms

    gorda que media luna, y por tanto se propona prestar atencin a ello en

    esos momentos slo para poder decirse a s misma: Ah, veo que la luna es

    muy gibosa esta noche...

    Es posible que esto les diga ms sobre Tiffany de lo que ella querra que

    ustedes sepan.

    Contra la luna naciente, las colinas eran una negra pared que llenaba la

  • mitad del cielo. Por un momento busc la luz de la linterna de Yaya

    Doliente...

    Abuelita nunca perdi a un cordero. se era uno de los primeros

    recuerdos de Tiffany: de estar sostenida por su madre en la ventana una fra

    noche a principios de la primavera, con un milln brillantes estrellas

    parpadeando sobre las montaas y, sobre la oscuridad de las colinas, la

    nica estrella amarilla en la constelacin de Yaya Doliente, zigzagueando a

    travs de la noche. No se ira a dormir mientras un cordero estuviera

    perdido, sin importar lo malo del clima...

    Haba solamente un lugar donde era posible que alguno, en una gran

    familia, consiguiera privacidad, y era en el retrete. Era uno de tres huecos, y

    era donde todos iban si queran estar solos durante un rato. Haba una vela

    ah dentro, y el Almanack del ao pasado colgando de un cordel. Los

    impresores conocan a sus lectores, e impriman el Almanack sobre suave

    papel delgado.

    Tiffany encendi la vela, se puso cmoda, y mir el libro de los Reelatos

    De Headas. La luna gibosa le llegaba a travs del agujero de media luna

    cortado en la puerta.

    Nunca le haba gustado el libro, realmente. Le pareca que trataba de

    decirle qu hacer y qu pensar. No te apartes del sendero, no abras esa

    puerta, pero odia a la perversa bruja porque es perversa. Oh, y cree que el

    tamao del zapato es una buena manera de escoger a una esposa.

    Muchos las historias eran muy sospechosas, en su opinin. Haba una

    que terminaba cuando los dos buenos nios metan a la perversa bruja en su

    propio horno. Tiffany se haba preocupado por eso despus de todo ese

    problema con la Sra. Snapperly. Historias as evitaban que las personas

    pensaran apropiadamente, estaba segura. Haba ledo se y pens,

    Excseme? Nadie tiene un horno lo bastante grande para meter a toda una

    persona adentro, y qu hizo que los nios pensaran que podan andar por

    all comindose las casas de las personas en todo caso? Y por qu un nio

    tan estpido para no saber que una vaca vale mucho ms que cinco frijoles

  • tiene el derecho de asesinar a un gigante y robarle todo su oro? Sin

    mencionar que comete un acto de vandalismo ecolgico? Y una nia que no

    puede distinguir la diferencia entre un lobo y su abuela debe ser tan torpe

    como la teca o venir de una familia sumamente fea. Las historias no eran

    reales. Pero la Sra. Snapperly haba muerto por las historias.

    Pas rpidamente pgina tras pgina, buscando las imgenes correctas.

    Porque, aunque las historias la hacan enfadar, los dibujos, ah, los dibujos

    eran las cosas ms hermosas que jams haba visto.

    Pas una pgina y all estaba.

    La mayora de las imgenes de hadas no eran muy impresionantes.

    Francamente, parecan del tipo de unas pequeas nias bailarinas que

    acabaran de tener que pasar por un arbusto de zarzas. Pero sta... era

    diferente. Los colores eran extraos, y no haba sombras. Unas gigantes

    hierbas y margaritas crecan por todos lados as que las hadas deban haber

    sido muy pequeas, pero se vean grandes. Parecan unos seres humanos

    algo extraos. Por cierto, no se vean mucho como hadas. Apenas alguna

    tena alas. Eran formas raras, de hecho. De hecho, algunas parecan

    monstruos. Las nias con tuts no habran tenido muchas posibilidades.

    Y lo raro era que, nica entre todas las imgenes en el libro, sta se

    vea como si hubiera sido hecha por un artista que pintaba lo que estaba

    enfrente de l. Las otras, las bailarinas y los bebs con ropa de jugar, tenan

    una mirada inventada y sentimentaloide. sta no. sta deca que el artista

    haba estado ah...

    ... por lo menos en su cabeza, pens Tiffany.

    Se concentr en la esquina inferior izquierda, y all estaba. Lo haba

    visto antes, pero tenas que saber dnde mirar. Era definitivamente un

    hombrecillo de cabello rojo, desnudo a excepcin de una falda escocesa y un

    delgado chaleco, frunciendo el ceo hacia afuera de la imagen. Pareca muy

    enfadado. Y... Tiffany movi la vela para ver ms claramente... estaba

    definitivamente haciendo un gesto con la mano.

    Incluso si no sabas que era uno descorts, era fcil de adivinar.

    Escuch voces. Abri la puerta con el pie para escucharlas mejor,

    porque una bruja siempre escucha las conversaciones de otras personas.

  • El sonido vena desde el otro lado del seto, donde haba un campo que

    deba haber estado lleno de nada ms que ovejas, esperando ir al mercado.

    Las ovejas no son conocidas por su conversacin. Sali a hurtadillas en el

    amanecer con neblina y encontr una pequea brecha hecha por los

    conejos, y que le daba una vista bastante buena.

    Haba un carnero paciendo cerca del seto y la conversacin vena de l

    o, mejor, de algn sitio en el alto pasto debajo de l. Pareca haber al menos

    cuatro que hablaban, que parecan de mal genio.

    Crivens! Queremos una bestia humana, no una bestia oveja!

    Ach, una es tan buena como la otra! Vamos, muchachos, a levantar

    cada uno una pata!

    S, todos los humanos estn dentro de la cabaa, tomamos lo que

    podemos!

    Hagan silencio, hagan silencio, quieren!

    Ach, quin escucha? De acuerdo, muchachos... uno... dos... tres!

    La oveja se elev un poco en el aire, y bal con alarma mientras

    empezaba a cruzar el campo hacia atrs. Tiffany crey ver un trazo de pelo

    rojo en el pasto alrededor de las patas, pero desapareci mientras el carnero

    entraba en la neblina.

    Se abri camino a travs del seto, ignorando las ramitas que la

    araaban. Yaya Doliente no hubiera permitido que nadie saliera impune con

    unas ovejas robadas, incluso si fuera invisible.

    Pero la neblina era espesa y, ahora, Tiffany escuchaba ruidos desde el

    gallinero.

    La oveja que desapareca marcha atrs poda esperar. Ahora las gallinas

    la necesitaban. Un zorro haba entrado dos veces en las ltimas dos

    semanas y las gallinas que quedaban apenas estaban poniendo.

    Tiffany corri a travs del jardn, enganchndose el camisn en varillas

    de arveja y arbustos de grosella, y abri la puerta del gallinero de par en

    par.

    No haba ninguna pluma volando, y nada como el pnico que un zorro

    causara. Pero los pollos estaban cloqueando con excitacin y Ciruelas, el

    gallo, se pavoneaba nervioso arriba y abajo. Una de las gallinas pareca un

  • poco avergonzada. Tiffany la levant rpidamente. Haba dos diminutos

    hombres azules de pelo rojo debajo. Cada uno sujetaba un huevo, entre los

    brazos. Levantaron la mirada con expresiones muy culpables.

    Ach, no! dijo uno. Es la nia! Es la bruja...

    Estn robando nuestros huevos dijo Tiffany. Cmo se atreven! Y

    no soy una bruja!

    Los hombrecillos se miraron el uno al otro, y luego a los huevos.

    Qu huevos? dijo uno.

    Los huevos que ustedes estn sujetando dijo Tiffany, con una

    mirada significativa.

    Qu? Oh, stos? stos son huevos, verdad? dijo el que haba

    hablado primero, mirando los huevos como si nunca los hubiera visto

    antes. Hay una cosa. Y era que nosotros pensamos que eran, er, piedras.

    Piedras dijo el otro, nervioso.

    Gateamos bajo su gallina por un poquito de tibieza dijo el primero

    . Y estaban todas estas cosas, nosotros pensamos que eran piedras, que por

    eso la pobre ave estaba cloqueando todo el tiempo...

    Cloqueando dijo el segundo, sacudiendo la cabeza enrgicamente.

    ... entonces tuvimos lstima de la pobre cosa y...

    Dejen... los... huevos... en... su... lugar dijo Tiffany, lentamente.

    El que no haba estado hablando mucho code al otro.

    Mejor haz como dice dijo. Es un callejn sin salida. No puedes

    cruzarte con un Doliente y ste es una bruja. Golpe a Burra y nunca nadie

    haba hecho eso antes.

    S, no haba pensado en eso.

    Ambos hombres diminutos dejaron los huevos con mucho cuidado. Uno

    de ellos incluso solt aliento sobre la cscara e hizo un amago de sacarle

    lustre con el harapiento dobladillo de su falda escocesa.

    No se ha hecho ningn dao, seorita dijo. Mir al otro. Y entonces

    se esfumaron. Pero hubo un atisbo de mancha roja en el aire y un poco de

    paja junto a la puerta del gallinero vol en el aire.

    Y soy una seorita! grit Tiffany. Baj la gallina sobre los huevos, y

    fue a la puerta. Y no soy una bruja! Son ustedes