mbaeichapa abril 2010

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Boletín de la Pastoral Juvenil y Vocacional de los Jesuitas del Paraguay - distribución gratuita - Nº 33 - Abril 2010 Hola amigos: El 27 de febrero, dos semanas después de llegar a Chile estaba en el tercer piso de una casa de retiro a 20 minutos de Santiago. A las 03:30 de la mañana nos despertó a todos el terrible terremoto de casi 3 minutos. Las sacudidas eran tan violentas que por un momen- to perdí la esperanza de salir con vida. Apenas terminó corrimos abajo, todos asustados, comentando, escuchando radio, algunos se bajaron envueltos en una sábana. Aunque los chilenos volvieron a acostarse, yo con otros extranjeros nos quedamos en vigilia. Me llevé el susto de mi vida y solamente subí al cuarto para preparar la maleta y volver a Santiago, la casa estaba un desastre. Luego de cenar y ver a las víctimas tan desoladas en la tele, me duché para acostarme, me acosté y no pude dormir del miedo, veía las paredes resquebra- jadas y sentía los temblores cada media hora, era terrible. Después recé y ayudado por el sueño y el cansancio pude dormir. El domingo de Ramos, con un grupo de voluntarios universitarios fuimos a la comuna de Colbún, a construir 40 casitas para la gente afectada por el terremoto, familias muy pobres del campo. A mi y dos compañeros jesuitas nos encargaron acompañar a los voluntarios y celebrar con ellos la semana santa. Como jefes de cuadrilla teníamos 6 ayudantes que sabían poco de construcciones. Tra- bajamos todos los días hasta las 11 de la noche, el martes santo hasta las 2 de la madruga- da, a veces ni almorzábamos, y los jóvenes no se quejaban, se sentía un espíritu alegre y mucho deseo de dar lo mejor de uno mismo. A nuestro alrededor el panorama era muy triste, familias enteras esperando bajo una precaria carpa que termináramos la casita para poder dormir protegidos del duro frío de la noche. No paramos para rezar ni un padre nuestro, pero nos alentaba la certeza de que si Jesús estuviera allí estaría construyendo casitas con noso- tros y lo sentimos muy presente en cada uno de los que allí estábamos. Para mi fue una experiencia impresionante pasar la semana santa en medio de jóvenes que no tienen fe o se declaran agnósticos. El viernes Santo se repartió una guía de oración de manera que paremos a las tres de la tarde para compartir como cristianos, dependiendo de la creencia de cada uno. Justamente ese día me tocó acompañar a una cuadrilla y a las tres de la tarde uno de ellos se acercó y me dijo: “Jorge, hemos hablado con los compañeros y la mayoría somos personas no creyentes pero sabemos que tu eres religioso y creyente y queremos parar y compartir contigo tu momento de oración”. Esto me impactó profundamen- te, me subió como una llama por dentro en ese instante, el único rato de la semana que paré para rezar, pero fue una oración que no voy a olvidar jamás. Lo que viví durante esta semana santa me ayudó a ver con mucha claridad que vale la pena ser religioso en el ambiente que sea, y que mi seguimiento de Cristo tiene sentido y es un signo que las personas respetan y admiran. Aunque muchos de los nuevos amigos que tengo desde esa experiencia no son creyentes, yo se que son muy solidarios y capaces de una gran entrega al servicio de sus hermanos necesitados. Saludos a todos desde tierras andinas. Jorge Enrique Corvalán*. *Estudiante jesuita paraguayo que está en Chile estudiando filosofía desde febrero de este año. www.jesuitasparaguay.org.py Si querés recibir el boletín mensual Mba’éichapa, comunicate con nosotros En medio del terremoto

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Carta a jóvenes

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Hola amigos:

El 27 de febrero, dos semanas después de llegar a Chile estaba en el tercer piso de una casa de retiro a 20 minutos de Santiago. A las 03:30 de la mañana nos despertó a todos el terrible terremoto de casi 3 minutos. Las sacudidas eran tan violentas que por un momen-to perdí la esperanza de salir con vida. Apenas terminó corrimos abajo, todos asustados, comentando, escuchando radio, algunos se bajaron envueltos en una sábana. Aunque los chilenos volvieron a acostarse, yo con otros extranjeros nos quedamos en vigilia. Me llevé el susto de mi vida y solamente subí al cuarto para preparar la maleta y volver a Santiago, la casa estaba un desastre. Luego de cenar y ver a las víctimas tan desoladas en la tele, me duché para acostarme, me acosté y no pude dormir del miedo, veía las paredes resquebra-jadas y sentía los temblores cada media hora, era terrible. Después recé y ayudado por el sueño y el cansancio pude dormir.

El domingo de Ramos, con un grupo de voluntarios universitarios fuimos a la comuna de Colbún, a construir 40 casitas para la gente afectada por el terremoto, familias muy pobres del campo. A mi y dos compañeros jesuitas nos encargaron acompañar a los voluntarios y celebrar con ellos la semana santa.

Como jefes de cuadrilla teníamos 6 ayudantes que sabían poco de construcciones. Tra-bajamos todos los días hasta las 11 de la noche, el martes santo hasta las 2 de la madruga-da, a veces ni almorzábamos, y los jóvenes no se quejaban, se sentía un espíritu alegre y mucho deseo de dar lo mejor de uno mismo. A nuestro alrededor el panorama era muy triste, familias enteras esperando bajo una precaria carpa que termináramos la casita para poder dormir protegidos del duro frío de la noche. No paramos para rezar ni un padre nuestro, pero nos alentaba la certeza de que si Jesús estuviera allí estaría construyendo casitas con noso-tros y lo sentimos muy presente en cada uno de los que allí estábamos.

Para mi fue una experiencia impresionante pasar la semana santa en medio de jóvenes que no tienen fe o se declaran agnósticos. El viernes Santo se repartió una guía de oración de manera que paremos a las tres de la tarde para compartir como cristianos, dependiendo de la creencia de cada uno. Justamente ese día me tocó acompañar a una cuadrilla y a las tres de la tarde uno de ellos se acercó y me dijo: “Jorge, hemos hablado con los compañeros y la mayoría somos personas no creyentes pero sabemos que tu eres religioso y creyente y queremos parar y compartir contigo tu momento de oración”. Esto me impactó profundamen-te, me subió como una llama por dentro en ese instante, el único rato de la semana que paré para rezar, pero fue una oración que no voy a olvidar jamás.

Lo que viví durante esta semana santa me ayudó a ver con mucha claridad que vale la pena ser religioso en el ambiente que sea, y que mi seguimiento de Cristo tiene sentido y es un signo que las personas respetan y admiran. Aunque muchos de los nuevos amigos que tengo desde esa experiencia no son creyentes, yo se que son muy solidarios y capaces de una gran entrega al servicio de sus hermanos necesitados.

Saludos a todos desde tierras andinas.

Jorge Enrique Corvalán*. *Estudiante jesuita paraguayo que está en Chile estudiando filosofía desde febrero de este año.

www.jesuitasparaguay.org.pySi querés recibir el boletín mensual Mba’éichapa, comunicate con nosotros

En medio delterremoto

Encuentros de monaguillos y monaguillasEl día sábado 11 de abril tuvo lugar un encuentro de reflexión con los monaguillos de la Capilla Virgen de Fátima de Ciudad del Este, estuvieron acompañados por Adán Jacquet. El día domingo 12 de abril los mona-guillos y monaguillas de la parroquia Sagrada Familia de Asunción, tuvie-ron su jornada mensual, en el local del ISEHF, acompañados por las coordinadoras y el Pa’i Alberto Luna.

Arrancan talleres de formacion En el mes de abril se inician los talleres de formación de líderes, a cargo de la Pastoral Juvenil Ignaciana y del Movimiento Eucarístico Juvenil. En uno de los primeros talleres estarán los jóvenes de la Parroquia Sagrada Familia junto con los de la Vicaría Cristo So-lidario, en la casa de retiro santos mártires de Limpio. Otro taller está marcado en San Ignacio, Misiones. Participan jóvenes de San Ignacio, Santa Maria y de Encarnación. Ambos talleres están marcados el vier-nes 16, sábado 17 y domingo 18 de abril. A ponerse las pilas.

Retiro vocacional ensemana santaDesde el miércoles santo, 31 de Marzo, hasta el do-mingo 4 de Abril, se reunió el grupo de jóvenes que participaron del retiro personalizado en ambiente de oración y silencio, para reflexionar sobre la vocación religiosa y sacerdotal. El encuentro fue en la casa de retiro Loyola en Barrero Grande (Eusebio Ayala).

Pascua joven contoda la ondaMuchos jóvenes respondieron a la llamada de Jesús para pasar la Pascua Joven en comunidad con otros jóvenes. En Asunción se reunieron en el Centro Cris-to Rey, en la Vicaría Cristo Solidario, en la Parroquia Sagrada Familia, en el Colegio Técnico Javier se tuvo la Pascua niños con el MEJ, en Ciudad del Este se juntaron todas las capillas en la parroquia San José Obrero, en San Ignacio tuvieron el encuentro en la casa de retiros, en Paraguarí se tuvo la Pascua Joven de la parroquia en el Colegio San Roque, en Encarnación los chicos del MEJ se reunieron en la casa Betania. Mbarete lo mitã.

Encuentro de monaguillos En

San José Obrero, Ciudad del Este

Encuentro de monaguillos de

Sagrada Familia. Asunción.

¿Te gustaría saber más sobre los jesuítas?

Hablá con:Pa’i Miguel Verza - Cel. 0983 251970.Adán Jacquet - Cel: 0981 615628.>También podes llamar a Arnol Flecha o a Cristóbal Ávalos en la Casa de los Estudiantes Jesuitas enAsunción: (021) 283746