lectura critica deteorias de genero

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1 C O M U N I D A D T E O L Ó G I C A E V A N G É L I C A D E C H I L E w w w. c t e d e c h i l e . c l Aproximaciones a lo Femenino y Masculino Sistematización y Lectura Crítica de las Teorías de Género Jaime Alarcón V. Introducción. Desde que se dio inicio a los llamados ‘estudios de la Mujer’, en la década del ‘60 al ’70, en aproximadamente cuarenta años, esta iniciativa se ha convertido en una nueva ciencia: “Los Estudios de Género”; estudios que han llegado a revolucionar todo el quehacer de las ciencias humanas, también han llegado a constituirse en estudios universitarios formales y son el foco de las planificaciones en las gestiones gubernamentales. Hoy día, los estudios de género son incluidos en, prácticamente todas las áreas del saber y un conocimiento infaltable en las diferentes carreras universitarias. Nos proponemos hacer una descripción de los contenidos centrales de la ‘teoría de Género’, haciendo una relectura crítica de sus principales postulados. Luego terminaremos con una crítica a la teoría de Género, que permite la búsqueda de una fenomenología apropiada a esta nueva ciencia, también plantearemos un cuestionamiento al supuesto del pensamiento binario presente en las ciencias humanas y que también ha permeado la teoría de Género. 1.- Origen de los Estudios de la Mujer. Al revisar la historia de los estudios de género, debemos reconocer que ellos partieron desde los movimientos feministas en la década de los sesenta, los que descubren y tratan de explicar la condición de subordinación de las mujeres. 1 Las mujeres de esta época se dieron cuenta que las disciplinas sociales y humanas no daban información suficiente de dicha subordinación. Según la investigadora T. de Barbieri: “…los cuerpos teóricos o bien no trataban la desigualdad entre varones y mujeres o bien la justificaban; que no había una 1 Teresita de Barbieri, “Sobre la Categoría de Género: Una Introducción Teórico- Metodológica”. En: Fin de Siglo y cambio civilizatorio. Ediciones de las Mujeres, Nº 17, ISIS Internacional, Santiago, 1992, pp.111-128.

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C O M U N I D A D T E O L G I C A E V A N G L I C A D E C H I L E

w w w. c t e d e c h i l e . c l

Aproximaciones a lo Femenino y Masculino

Sistematizacin y Lectura Crtica de las Teoras de Gnero

Jaime Alarcn V.Introduccin.

Desde que se dio inicio a los llamados estudios de la Mujer, en la dcada del 60 al 70, en aproximadamente cuarenta aos, esta iniciativa se ha convertido en una nueva ciencia: Los Estudios de Gnero; estudios que han llegado a revolucionar todo el quehacer de las ciencias humanas, tambin han llegado a constituirse en estudios universitarios formales y son el foco de las planificaciones en las gestiones gubernamentales. Hoy da, los estudios de gnero son incluidos en, prcticamente todas las reas del saber y un conocimiento infaltable en las diferentes carreras universitarias.

Nos proponemos hacer una descripcin de los contenidos centrales de la teora de Gnero, haciendo una relectura crtica de sus principales postulados. Luego terminaremos con una crtica a la teora de Gnero, que permite la bsqueda de una fenomenologa apropiada a esta nueva ciencia, tambin plantearemos un cuestionamiento al supuesto del pensamiento binario presente en las ciencias humanas y que tambin ha permeado la teora de Gnero.1.- Origen de los Estudios de la Mujer.

Al revisar la historia de los estudios de gnero, debemos reconocer que ellos partieron desde los movimientos feministas en la dcada de los sesenta, los que descubren y tratan de explicar la condicin de subordinacin de las mujeres. Las mujeres de esta poca se dieron cuenta que las disciplinas sociales y humanas no daban informacin suficiente de dicha subordinacin. Segn la investigadora T. de Barbieri:los cuerpos tericos o bien no trataban la desigualdad entre varones y mujeres o bien la justificaban; que no haba una historia al respecto que mostrara la gnesis y desarrollo de la dominacin y predominio de los varones sobre las mujeres.

Lo curioso de esta constatacin es que el cuestionamiento provena de los movimientos feministas de aquellas naciones desarrolladas, que haba subscrito el reconocimiento de los derechos humanos en la declaracin de las Naciones Unidas. Por lo tanto, en ltima instancia el movimiento vino a ser por sobre los intereses polticos e ideolgicos una extensin de este cdigo tico elemental que es la Declaracin de los derechos Humanos, a una categora social, que hasta ahora, a pesar de todo, no goza de los mismos beneficios en muy diferentes aspectos de su vida. Por esta razn las feministas llegaron a elaborar su primera hiptesis sobre las causas de esta subordinacin: la subordinacin que afecta a todas o casi todas las mujeres es una cuestin de poder, pero este no se ubica exclusivamente en el Estado y en los aparatos burocrticos. Sera un poder mltiple localizado en muy diferentes espacios sociales, que pueden incluso no vestirse con los ropajes de la autoridad, sino con los ms nobles sentimientos de afecto, ternura y amor.

Esta es la causa que produce una invisibilidad de la mujer en todo el orden social y en el campo de las ciencias sociales y humanas. La reaccin de los movimientos feministas fue diversa, llegando las ms extremistas a una especie de parricidio cultural, olvidar lo aprendido y slo rescatar a algunos pocos autores que se pusieron del lado de la mujer (Federico Engels y Simone Beauvior). Se llamaba a construir una teora revolucionaria alternativa y opuesta a la existente, tarea que deba partir desde las experiencias cotidianas de las mujeres.

La dcada del 70 se va a caracterizar por introducirse - en los Estados Unidos, Inglaterra y Suecia - los estudios de la mujer en el universo acadmico formal. Aspecto que va a traer una serie de consecuencias para las disciplinas de las Ciencias Sociales y las Humanidades provocando el surgimiento de nuevos campos de reflexin.

Una de las primeras propuestas identific la subordinacin de la mujer a la estructura patriarcal de la sociedad. Y aunque el trmino patriarcado fue incorporado al discurso poltico y acadmico de la poca, no se precis por falta de informacin, comprendindose vagamente como sinnimo de dominacin masculina, pero sin valor explicativo. Teresita de Barbieri lo describe de la siguiente manera:

tomando la categora de patriarcado de Max Weber, como lo dice claramente Kate Millet. La organizacin social actual no habra cambiado en esencia, sino slo en apariencia, el orden existente en las sociedades arcaicas bblicas. Los varones de la actualidad tendran pocas diferencias con los padres que disponan de la vida y muerte de hijos, esclavos y rebaos. Es se el ordenamiento social a destruir para liberar a las mujeres, que sera a la poblacin femenina lo que el capitalismo a la clase obrera.

Otro contingente de mujeres, dentro del mundo acadmico, en diversos pases se dedic a la tarea de recoger y generar conocimientos sobre las condiciones de vida de las mujeres, en vez de asumir la tarea titnica de construir una macro-teora que explicara la condicin de subordinacin de ella. Sin dudas que el camino que apuntaba a la recoleccin de pequeas experiencias cotidianas de la mujer fue la veta ms productiva para el desarrollo de una teora de gnero. Y ser este camino emprico de reconocer las carencias informativas y reflexivas el que har nacer una infinidad de iniciativas, tales como: centros acadmicos, organizaciones no gubernamentales (ONG), proyectos, programas, institutos y centros de estudios de la mujer. Experiencias que se multiplicaron rpidamente en diversas partes del mundo. 1.- Invisibilidad Analtica de la Mujer. Los estudios sobre la mujer constataron que en los distintos campos del saber hay una ignorancia o negacin de la mujer. Y este hecho compromete el campo de la reflexin. Sin embargo, se trata de un problema ms profundo que una negacin u olvido, se trata de abrazar un nuevo paradigma de comprensin de las ciencias sociales, histricas y literarias. La antroploga chilena Sonia Montecino constata que, en el campo de la antropologa - y nosotros tambin agregaramos el de la teologa -, la mujer no ha sido olvidada, pues ella est presente en muchos trabajos de campo y teoras antropolgicas. Sin embargo, el problema de la invisibilidad de la mujer en los trabajos empricos y descriptivos de las ciencias sociales apunta ms bien a una cuestin de representacin que se hace de ella. Por tanto, la ausencia es ms un problema terico, de interpretacin, de modelos de comprensin. As entonces se hablar de una invisibilidad analtica de la mujer en las disciplinas sociales. Para superar este problema, en el campo de la antropologa, se dio inicio a un camino de dilucidar cmo las mujeres eran representadas en los escritos y trabajos etnogrficos y como aparecan desde el punto de vista de los hombres y de las mujeres que hacan etnologa, constatndose diferencias en las miradas masculinas y femeninas. Pero lo mismo que se constat en la antropologa tambin se constat en otras reas de las ciencias sociales y humanas. Cuestionar la representacin de la mujer significa analizar y cuestionar varios aspectos: la forma en que se habla de la mujer en las diferentes disciplinas, el lugar que se le ha otorgado en el mundo, cmo se explican y justifican las diferencias entre hombre y mujer (biolgicas, sociales, econmicas, polticas, etc.). Al revisar y cuestionarse el rol de la mujer en la historia de la humanidad se constat lo siguiente:

Este desarrollo fue de la mano con la constatacin de que las mujeres aparecan en todas las pocas histricas y en todas las sociedades subordinadas, desvalorizadas, ocupando los lugares ms bajos de la vida social. Este supuesto comenz a debatirse desde miradas que, retomando la historia y modelos tericos marxistas, descubren que no es posible pensar a histricamente la posicin de las mujeres puesto que algunos fenmenos, como la colonizacin y el capitalismo, son determinantes en el lugar que ellas ocupan en la esfera social. De la subordinacin de la mujer en la historia y en el presente, se lleg a descubrir un aporte muy importante para los estudios de la mujer, llegndose a constatar dos grandes prejuicios que operan interrelacionados en las disciplinas sociales: el androcentrismo y el etnocentrismo.

2.- Los Prejuicios de Interpretacin de la realidad: El Androcentrismo y Etnocentrismo.Androcentrismo: (andro=hombre, centrismo=centrarse en). Mirada que se fija en lo masculino y desde lo masculino para observar la realidad. As los modelos de explicacin son masculinos. La mujer aqu queda implcita e invisibilizada en el concepto genrico: hombre. El androcentrismo se relaciona no slo con el hecho que los investigadores o pensadores sean hombres, sino que adems pone en evidencia que se trata de hombres y mujeres adiestrados en disciplinas que explican la realidad bajo modelos masculinos.Etnocentrismo (etno=cultura; centrismo: centrarse, es decir centrarse en la cultura propia). Es la tendencia a observar las otras culturas bajo el cristal de la propia. Da cuenta de los prejuicios de la cultura dominante occidental que observa desde una posicin de "superioridad" a otras culturas. Esta forma de ver la realidad supone que, porque la mujer est subordinada en la cultura occidental, entonces en todas las culturas las mujeres estar subordinada. Como ambas visiones prejuiciadas funcionan interrelacionadas, los prejuicios androcntricos hacen suponer que en todas las sociedades las mujeres estn subordinadas y los etnocntricos justificarn esta subordinacin argumentando las diferencias entre hombres y mujeres dentro de un sistema jerrquico dualista asimtrico: fuerte/dbil; arriba/abajo.

El reconocimiento y desenmascaramiento de estos prejuicios llev a la conclusin que no bastaba con agregar el tema de la mujer en los diversos campos del saber, era necesario abocarse a un proceso de desconstruccin de la informacin, partiendo de la diferenciacin de las praxis de las mujeres y hombres e, incluyendo tambin, la discusin de los modelos tericos dominantes en las ciencias sociales y humanas. La correcta salida de esta problemtica no pasa por una "agregacin" o "desagregacin" de mujeres, sino por una profunda y real transformacin en los modelos explicativos y en las estructuras econmicas, polticas.Dejamos claro que en los estudios de la mujer desconstruir significa desarmar, poner en duda lo que se ha dicho, es por esta razn que se aconsejan las siguientes interrogantes como preguntas hermenuticas a un texto o teora analizada: es realmente as lo que se est afirmando? Desde dnde est hablando quien lo dice? Es decir, son realmente las mujeres lo que se dice que son? Ocupan realmente la posicin de la que se habla? Quin las est definiendo? 3.- Crticas a los Estudios de la Mujer.

La primera crtica a los estudios de la mujer vino tanto desde el interior como del exterior, muchos movimientos feministas pensaban que solamente las mujeres podan estudiar y profundizar estos estudios: slo para mujeres y por mujeres. Esto produjo una especie de aislamiento y ghettizacin, lo que llev a una forma de marginalizacin de los estudios de la mujer. En las distintas teoras y lenguajes en las que se expresan, en las diversas disciplinas, se descubren sesgos claramente masculinos. Tomndose conciencia de esta condicin masculinizante de fundamentar una teora, surge la polmica en la interpretacin y observacin de los hechos sociales, existen o no modelos especficos femeninos y masculinos, cul de los dos es el ms adecuado para estudiar a quin. El debate era s:El punto de discusin fue si las mujeres tenan ventajas para estudiar a otras mujeres y si eso evitaba los prejuicios en las aproximaciones. Estas discusiones llevaron a poner en duda la habilidad que las mujeres tendran para estudiar a los hombres y tambin la contradiccin que una postura de ese tipo entraaba para el proyecto global de algunas disciplinas

La experiencia va a desmentir este supuesto, pues tanto hombres como mujeres pueden estudiarse mutuamente, sin problemas inclusive con una visin complementaria.

3.1.- Crtica a la ghettizacin de los Estudios de la Mujer.

La marginacin y ghettizacin no trajo buenos resultados para los estudios de la mujer, ya que estos comienzan a configurarse como una subdisciplina en las ciencias sociales y humanas. De esta forma todos los esfuerzos de la investigacin sobre la mujer se perdan por la segregacin, marginalidad y dbil insercin de los Programas de Estudios de la Mujer en el terreno formal de las ciencias sociales y humanas. De esta forma, al concebirse estos estudios como de mujeres y para mujeres, y esto sumado a la falta de estrategias polticas para infiltrar el tema en otros mbitos del saber, hizo desconocido por la comunidad acadmica importantes descubrimientos en los estudios de la Mujer.

De esta forma la creencia que la mujer solamente puede comprender mejor a la mujer, cay por su propio peso, tal como lo apreciamos en la siguiente cita textual:

Como hemos sealado, esta ghettizacin se vincula a la creencia de que las mujeres se encuentran mejor habilitadas para estudiar a La Mujer. Se pensaba que las mujeres estaban mejor capacitadas para comprender la realidad y problemticas de las otras. De esta manera, los Programas de Estudio de la Mujer estaban integrados fundamentalmente por acadmicas y difcilmente se lograba interesar a acadmicos o profesionales de otras reas en estos temas. Como veremos ms adelante, esta idea de que las mujeres estudian mejor a las mujeres va a ser cuestionada al ponerse en duda la universalidad de la Mujer y al evidenciar la existencia de diferencias entre las mujeres en base a su clase social, nivel educacional, edad, pertenencia tnica, etc.

La mujer sin darse cuenta haba cometido el mismo error de los hombres, haba invertido el trmino hombre por el de mujer, pero no haba resuelto el problema que se le criticaba a los hombres. Cuando los varones universalizan el gnero humano, a travs del trmino genrico hombre, invisibilizan a la mujer y a otros hombres de otras razas y culturas. La mujer, ahora, haca lo mismo con su pretensin de universalizar el concepto de Mujer.3.2.- Crticas a la Universalizacin de la Mujer.

En la dcada del 70 son las mismas mujeres las que comienzan a criticar algunos supuestos contenidos en los estudios de la Mujer. As que la crtica viene desde dentro de estos mismos estudios.

La primera controversia que pone en jaque la universalizacin de la mujer, se origin con el cuestionamiento de las intelectuales afroamericanas. Ellas plantean que hay diferencias entre las experiencias de las mujeres negras y blancas en el mundo norteamericano. Por lo tanto, no se podra englobar en una categora sociolgica universal sujetos con vivencias, historias y posiciones distintas de acuerdo a su pertenencia tnica.

A partir de este serio cuestionamiento se plantea la necesidad de pluralizar el concepto y de hablar de las mujeres, evitando usar el concepto de una unicidad abstracta que alude a una esencia biolgica universal, a una categora homognea que en la diversidad social no existe. Se toma conciencia que no existe la mujer en abstracto, tan slo existen mujeres en plural, cada una diferente en su diversidad cultural y tnica. De esta forma se tratan de superar los sesgos etnocntricos en los Estudios de la Mujer y, a evitar esa tendencia tan propia de la modernidad de pensar en modelos universales. De esta forma se hicieron visibles una diversidad de formas de ser mujer, las que se ubican en distintas posiciones de acuerdo a su edad, posicin social, pas (desarrollado o subdesarrollado), pertenencia a una etnia determinada, etc. Y cada una con circunstancias y problemas especficos.

Superada esta primera y gran controversia surgieron otras, como aquella que desmitific la pretendida universalidad de la subordinacin de la mujer. Aquella constatacin que la mujer apareca subordinada y desvalorizada en todas las pocas histricas y en todas las sociedades comenz a debatirse desde diferentes perspectivas, dentro de stas la marxista, llev al descubrimiento que no era posible pensar a histricamente la posicin de las mujeres, puesto que su posicin social depende de su pertenencia de clase. No es lo mismo ser mujer de la clase alta, o ser mujer esclava en la cultura Romana, por ejemplo.3.3.- Crticas al Esencialismo que suponen los Estudios de la Mujer.

El pensar a la mujer en categoras universales tambin supona la existencia de una esencia femenina que explicaba esta universalidad. Por esta razn al cuestionarse una de ellas, tambin se cuestiona la existencia de la otra.

Desde un punto de vista sociolgico podemos cuestionarnos si se afirma que existe una diversidad de mujeres cuya historia est condicionada por una suma de elementos histricos, sociales, afectivos, culturales, etc. Se puede seguir hablando de una esencia femenina? Podemos pensar que existe un denominador comn a todas las mujeres? Un elemento comn que defina un modo unvoco de ser?

Es precisamente estos cuestionamientos y su bsqueda de respuestas, los que en la dcada de los 80, darn lugar al surgimiento de los llamados Estudios de Gnero. Sin embargo, debemos dejar claro que este tema continua abierto hasta hoy da, no existe una visin determinada, debemos nosotros buscar nuestras propias respuestas sobre dicho tema. Frente a una toma de posicin sobre el tema y vigencia de la universalizacin y esencialismo debemos tener presente que:

Para el sentido comn, la mujer y el hombre siguen siendo categoras universales con caractersticas distintivas para cada una de ellas, que se consideran inherentes a ambos y muchas veces excluyentes entre s. As por ejemplo se piensa en la mujer cmo intuitiva o sensible por naturaleza mientras que a los hombres se los considera racionales y fros. La idea de que estas caractersticas son el producto de un aprendizaje sociocultural est lejos de ser del dominio general. Por esta razn no podemos dar por superado el tema, criticando el esencialismo. El debate contina abierto y debemos saber reconocerlo en las diferentes teoras propuestas.3.4.- Crticas al Evolucionismo y Neo-evolucionismo en los Estudios de la Mujer.

Como un proceso de deconstruccin de las teoras sociales, los estudios de la Mujer realizaron una crtica y aporte al revisar y cuestionar teoras antropolgicas como el evolucionismo y sus supuestos androcntricos y etnocntricos.

La teora de la evolucin elaborada por Charles Darwin, en el siglo XIX, se aplic a la sociedad, distinguindose en ella los instintos sociales, con su cooperacin entre los individuos y, el sentido moral, con su regulacin de la sexualidad. En esta teora la existencia de una sexualidad heterosexual y el matrimonio, sera una especie de remedio para controlar el celo y el impulso sexual de los hombres, por lo tanto es una teora que descansa en la autodisciplina y la castidad. De aqu entonces, que se deriven los estereotipos del hombre como activo, competidor y con impulsos sexuales; y la mujer como inactiva, encargada de los nios y dominada por los hombres. Para esta teora la naturaleza asexuada de la mujer es un importante aporte a la evolucin puesto que al controlar las energas del varn -, hay un estmulo a la cooperacin y por tanto una disminucin de las tensiones grupales. Dentro de la teora evolucionista otros autores (Bachofen, McLennan, Morgan) llegan a desarrollar y concebir las siguientes fases que dan origen a la sociedad moderna: Promiscuidad sexual; Matriarcado; Patriarcado y Familia mongama moderna. En todas estas fases se pueden observar que la mujer pasa del poder a la subordinacin.

El neo-evolucionismo, surgido en el siglo XX, cuestion los modelos y fases universales del desarrollo de la sociedad. Se descart la idea de la promiscuidad y del matriarcado, dndole al Patriarcado la primaca del surgimiento de la sociedad. Para el neo-evolucionismo la caza es el punto bsico del nacimiento de la sociedad. Ellos concluyen que el macho hace cultura porque l es el que caza y la caza implica la cooperacin entre grupos de hombres. De esta teora surge el estereotipo que el hombre es el proveedor y la mujer la receptora de la produccin. La mujer como recolectora complementa la produccin del hombre y ellas a cambio del apoyo econmico de los hombres, les prestara a stos servicios sexuales y reproductivos. Con esto la sociedad quedaba vinculada a las agrupaciones patrilineales (lnea de descendencia paterna) y patrilocales (la pareja matrimonial se localiza en el lugar de residencia del padre del esposo), como lo podemos constatar en la Biblia en muchas otras culturas antiguas.

Sin embargo, los estudios de la Mujer llegaron a demostrar que estas teoras estaban llenas de prejuicios androcntricos, las que en el fondo reproducan la imagen del hombre y de la mujer del siglo XIX europeo. Apoyadas en diversas investigaciones en primatologa se lleg a demostrar todo lo contrario que sostenan las teoras evolucionistas, puesto que en las sociedades proto-humanas el ncleo de la vida social era matri-cntrico, o sea centrado en la madre. Estos estudios demostraron cuatro aspectos importantes a considerar: a) Las mujeres se relacionaban estrechamente con sus hijos formando un ncleo alrededor del cual deambulaban los hombres; b) La primera dieta humana se basaba en cereales y vegetales y no en el consumo de carne; c) La caza era una actividad de cooperacin entre hombres y mujeres como conglomerado; d) El papel de la mujer como recolectora fue tan importante como el de los hombres, ambos posean igual valoracin. En estos resultados podemos observar que las preguntas levantadas desde los estudios de la Mujer fueron generando una ampliacin del conocimiento al cuestionarse los modelos tericos vigentes en las diferentes disciplinas.

4.- Los Estudios de Gnero.

El concepto de Gnero ha sido acuado desde las ciencias psicolgicas por Robert Stoller y John Money. Estos investigadores dedicados al estudio de las disfunciones sexuales, descubren que lo que conocemos como hombre y mujer est relacionado con un aprendizaje sociocultural ms que por lo exclusivamente biolgico. Estos investigadores se dan cuenta que en los casos estudiados de hermafroditismo cada uno defina su identidad (masculina o femenina), de modo diferente, dependiendo del sexo que les haba sido asignado por su familia y entorno inmediato. Siendo esta identidad sexual ms fuerte que su sexo cromosmico. De esta manera, Stoller y Money van a realizar un cambio conceptual y epistemolgico de enorme impacto en las disciplinas sociales. Debido a que sus descubrimientos nos obligan a pensar el mundo" de otra manera, comprendiendo de otra perspectiva el vnculo entre lo femenino y lo masculino. De esta manera, nos alejamos de las tradicionales definiciones biolgicas para poner el acento en lo sociocultural; llegando a la conclusin que las identidades de hombre y mujer depende ms de la socializacin e identidad asignada por los padres que del sexo biolgico. Como conclusin los cientficos Stoller y Money realizan la siguiente distincin conceptual:

hay una diferencia entre sexo y gnero. El primero apunta a los rasgos fisiolgicos y biolgicos de ser macho o hembra, y el segundo a la construccin social de las diferencias sexuales (lo femenino y lo masculino). As, el sexo se hereda y el gnero se adquiere a travs del aprendizaje cultural.

Es importante tener presente que existen tres formas de sexo: Est el sexo morfolgico determinado por los genitales externos (pene y/o vagina); existe el sexo gentico que est determinado por las manifestaciones fenotpicas de acuerdo a influencias endocrinas; y el sexo cromosmico que corresponde a la presencia del genotipo XX para el caso femenino y el XY para el masculino, presente en las clulas somticas.

De esta distincin triple del sexo, podemos comprender mejor la existencia de la homosexualidad presente en medio de la especie humana, como una tercera categora sexual, que va a tener una triple causa: depender de los factores morfolgicos, como es el caso de las personas hermafroditas, esto ir acompaado a la forma de socializacin que le den los padres a esta persona. Luego, estar el sistema endocrinal actuando en la persona el que muchas veces es diferente a la apariencia morfolgica y socializacin del individuo; y finalmente, los factores cromosmicos juegan un rol importante en la identidad sexual, puesto que a personas morfolgicamente definidas (macho o hembra) y socializadas de acuerdo a su aparente y evidente sexualidad, biolgicamente tienen un sexo diferente.

Debemos tener presente que el sexo se hereda y el gnero se adquiere. El siguiente cuadro resume grficamente lo anteriormente dicho:

4.1.- La Identidad de Gnero.Cada cultura elabora de manera distinta lo que es un hombre y una mujer, a partir del hecho biolgico de las diferencias entre los sexos. Por lo tanto cada individuo debe aprender lo que es un hombre o mujer, asumir roles y actitudes que les son propios e interpretarse a s mismo segn ello.

Es decir, cada cultura elabora sus propias identidades de gnero a partir del hecho biolgico de las diferencias entre los sexos. Esto supone que la identidad de gnero se constituye a partir de un proceso donde cada individuo aprende lo que es ser hombre o mujer, a asumir los roles y las actitudes que le son propios y a interpretarse a s mismo segn dichos parmetros.

De esta manera tenemos que el Gnero ha sido definido como la construccin social y cultural de las diferencias sexuales. Mientras que el Concepto de Gnero cuestiona el carcter determinante del sexo biolgico y las caractersticas que se le atribuyen tanto al hombre como a la mujer y que les diferencian. Sin embargo, el gnero se construye siempre en referencia al dimorfismo sexual.

De esta forma podemos diferenciar caractersticas propias del sexo y del gnero, a travs de la siguiente tabla comparativa:

SEXO

GENERO

. Biolgico

. Cultural

. Innato

. Aprendido

. Inmutable

. Mutable

. Universal

. Variable

Debido a que el Gnero es la construccin social y cultural de las diferencias sexuales, entonces podemos apreciar las diferencias entre Sexo y Gnero, a travs del siguiente cuadro:

4.2.- El Sistema Sexo / Gnero.

El concepto de gnero fue adoptado por otras ciencias sociales y re-elaborado. Es as, por ejemplo, en la antropologa Gayle Rubin - especifica lo siguiente: las relaciones entre sexo y gnero, conforman un sistema que vara de sociedad en sociedad. Es en este sistema de sexo / gnero en donde se hace presente la subordinacin de las mujeres y de las minoras sexuales. Por esta razn, es til resaltar que cada sociedad posee su propio y nico sistema sexo/gnero.

Con esto queremos entender el conjunto de arreglos, a travs de los cuales una sociedad transforma la sexualidad biolgica en productos de actividad humana. Es decir, cada grupo humano posee un conjunto de normas que moldean la materia cruda del sexo y la procreacin. O sea, el sexo es lo constante en todas las personas, pero lo que se acepta como conducta sexual vara de cultura en cultura.

De esta particularidad de la sexualidad y del gnero, podemos identificar las siguientes caractersticas del gnero: Relacional: alude a la distincin Fem./masc. Y, a la relacin entre ellos. Variabilidad: vara de cultura en cultura y est sujeto a cambio. Multiplicidad: de factores que entran en juego (clase, etnia, generacin, etc.). Posicionamiento: Importancia del contexto en que se dan las relaciones y que determinan diferentes posiciones. Se ampla el nmero de relaciones posibles.Es claro que existen diferencias entre hombres y mujeres. Sin embargo estas diferencias no pueden significar desigualdad.

4.3.- El Gnero como Relacin de Poder.

Segn la historiadora Joan Scott (1987) el gnero, no solamente establece la diferencia en las relaciones sociales de los diferentes sexos, sino que adems constituye una forma primaria de relaciones significantes de poder. Y Scott distingue cuatro dimensiones:

1) Nivel Simblico, constituido por los smbolos culturales que evocan representaciones mltiples, incluidos los mitos.

2) Conceptos Normativos, que constituyen las interpretaciones de los significados de los smbolos: doctrinas religiosas, educativas, cientficas, legales y polticas.3) Nociones Polticas, que son las referencias a las instituciones y organizaciones sociales.

4) La Identidad Subjetiva.De las cuatro distinciones realizadas por J. Scott, destacamos tres aspectos importantes: Primero, el gnero es concebido como una cuestin social y no slo de individuos y sus identidades. Segundo, el trmino establece que el gnero es constitutivo de las relaciones sociales, constituyendo una construccin social compleja expresada en diversos niveles. Tercero, al concebirse el gnero como una relacin de poder, se le reconoce como una relacin social conflictiva. Todo esto implica que la relacin de gnero es dinmica, cambiante y generadora de transformaciones sociales.

4.4.- El Gnero como Estructura de Prestigio.

Para las investigadoras Sherry Ortner (1979) y H. Whitehead (1991) el gnero es comprendido como un sistema de prestigio. Ellas parten del supuesto que el gnero y la sexualidad son construcciones culturales (simblicas), por lo tanto, corresponde preguntarse por el significado de lo femenino y masculino dentro de contextos sociales y culturales especficos. De esta forma:

Esta perspectiva precisa que el gnero sea analizado en su relacin con un sistema ms amplio de smbolos y significados interrelacionados. Es decir, no basta con preguntarse qu es ser hombre o ser mujer en una determinada cultura, sino que es ms importante saber qu significados tienen tales definiciones dentro de esa cultura particular y cmo se relacionan con otros significados que se le asocian.

De esta forma la estructura de prestigio se define como la aplicacin particular de la valoracin social a un determinado grupo de personas de acuerdo con ciertas caractersticas que se consideran como ms importantes, es decir no todos son valorados de la misma manera. Esto da origen a que los diferentes grupos sociales alcancen determinados niveles o posiciones. Sin embargo, esta estructura de prestigio hay que evaluarla en cada sociedad particular, puesto que cada cultura tiene sus propios cdigos y formas de valoracin y prestigio. Por ejemplo, en las sociedades modernas y complejas existen distintos rdenes de prestigio: Gnero, situacin socio-econmica, el linaje, etc. Por otro lado, en las sociedades sencillas operan distinciones ms bsicas, como: hombre/mujer, hombres jvenes/hombres adultos, hombres casados/hombres solteros, etc.

As, queda corroborado que el gnero es un sistema de prestigio, usado como criterio para crear diferencias que califican y clasifican a las personas en una escala asimtrica de dualismos: Superior inferior. De esta forma las investigadoras Ortner y Whitehead constatan que en toda sociedad conocida la categora hombre mujer son dos trminos valorados de formas diferentes dentro de un conjunto de valores. Tambin ellas constatan, que los hombres en general- son mejor valorados.

5.- Crtica a la Teora de Genero.

Como una perspectiva crtica de la Teora de Gnero expondremos una sntesis de la tesis de magister de la filsofa mexicana Clida Godina H., la que se propone complementar los estudios de Gnero, con una fenomenologa apropiada que rescate y permita experimentar a las mujeres su propio cuerpo, alienado por la educacin social. Luego, en la misma lnea de la crtica anterior, realizaremos una crtica de la Teora de Gnero, a partir del uso de dualismos binarios, propios de las ciencias sociales, proponiendo el uso de la holstica como una forma de obtener una visin ms integral del ser humano.

5.1.- La Aplicacin de una Fenomenologa del Cuerpo Vivido.

La filsofa mexicana Clida Godina H. constata que aunque la teora de gnero se apoy en el rico aporte de las ciencias humanas que le permitieron obtener nuevas perspectivas para entender mejor las diferencias humanas, sin embargo, no logr todava una aclaracin de su base fenomnica, ni una fundamentacin filosfica mediante el anlisis de sus conceptos. Por esta razn ella se propone, en su tesis de magister en filosofa, avanzar en la fundamentacin de los estudios de gnero a la luz de la fenomenologa del filsofo francs Maurice Merleau-Ponty. Este filsofo haba analizado la experiencia vivida de las personas, descubriendo el sentido de la existencia encarnada en un cuerpo y reconociendo, en ste ltimo, el lugar de la percepcin y el punto de partida de un anlisis esencial de la existencia. Para ello,utiliz un mtodo fenomenolgico riguroso enfrentando - de manera crtica - la explicacin cientfica externa que las ciencias ofrecan de los hechos: biolgicos, psicolgicos y culturales. Sin negar lo que de construccin social tenga la existencia femenina, pero comprendiendo que esa existencia no se puede reducir a una mera construccin cultural; Maurice, sostiene que la posicin culturalista descuid la experiencia vivida del cuerpo femenino y, por esta razn se propone rescatarla como una herramienta til para hacer una lectura ms aguda de las diferencias culturales entre los gneros. Tambin esta fenomenologa es til para comprender el significado del mundo y de la cultura vivida por las mujeres, a cuya interpretacin sin duda ha contribuido la teora de gnero. De esta manera, la aplicacin de un mtodo fenomenolgico viene a complementar y enriquecer el anlisis en el campo de la experiencia vivida. La conclusin a la que llega Clida Godina es que mediante una domesticacin que atribuye valor a los aspectos exteriores del cuerpo, la sociedad construye un rol para las mujeres que les impide tomar conciencia y vivir su propio cuerpo y frente a esta situacin propone educar la mirada femenina para descubrir en la experiencia vivida los aspectos verdaderamente esenciales de la mujer.

Es una hecho aceptado por todas las estudiosas que la teora de gnero tiene una gran significacin para analizar los problemas fuera del terreno biolgico y, as, comprender la diferencia entre los gneros a partir del terreno simblico. Permitiendo as poner en cuestionamiento los postulados sobre el origen de la subordinacin femenina, dando cuenta de los mecanismos sobre la que se sustenta sta, y permite delimitar con claridad y rigor cmo las diferencias entran en una dimensin de desigualdad, de juego de poderes y contrapoderes.

Vemos que la delimitacin de la esfera psicosocial mujeres/hombres no est determinada en dicha perspectiva genticamente, ni se adquiere con rapidez o fcilmente; se construye progresivamente. La categora de gnero resulta indispensable para desentraar los significados de la cultura, para cuestionar cdigos heredados, sean ticos, polticos o de cualquier otra ndole. Insistiendo en la diferencia, la teora de gnero nos ha ayudado a entender que las relaciones de gnero son una dimensin fundamental para la comprensin del cuerpo femenino como cuerpo vivido. Al hacer un anlisis de los niveles psicolgicos, culturales, econmicos, polticos y particularmente filosficos, la teora de gnero ha sealado que las mujeres tienen una forma propia de vivir su cuerpo que es diferente a la de los hombres e ignorada por estos.

Dentro de este marco conceptual, Clida, analiza el problema del cuerpo y ms especficamente del cuerpo vivido. Comprendiendo el concepto cuerpo como un mundo de significaciones, ya sean: afectivas o valorativas, histricas o culturales. Sobre la percepcin del cuerpo ha influido la religin, el arte y la cultura en general. Dentro de terreno de la filosofa clsica, por ejemplo, esta ciencia se preocup por el tema del cuerpo desde Platn y Aristteles, a partir de una perspectiva dualista (binaria) que pas, a travs de Descartes y Spinoza, hasta nuestros das. Es decir todas las ciencias poseen esta caracterstica binaria. Luego, en la filosofa contempornea, ms precisamente, en la filosofa de la existencia, se piensa el cuerpo de manera diferente, ya no como una dualidad; sino en el cuadro de la categora heideggeriana, como ser-en-el-mundo, en donde se realiza o configura la estructura fundamental de la realidad humana.

Ha sido Merleau-Ponty quien, a travs de su perspectiva fenomenolgica, a hecho del cuerpo vivido el tema y objeto central de su reflexin. Dicho filsofo afirma que el cuerpo es el punto de referencia a travs del cual se articula el mundo, en donde se ponen en juego toda la constelacin de las relaciones subjetivas e intersubjetivas del ser humano en la sociedad. Desde esta perspectiva, el cuerpo es el campo primordial donde confluyen y se condicionan todas las experiencias, las situaciones vividas a travs del cuerpo, el cual se nos va haciendo cada vez ms personal.

Clida afirma que los estudios de la teora de gnero, como nueva manera de interpretacin, vino a desarrollar una mirada ms atenta de la condicin femenina en la cultura patriarcal. Valora las categoras fenomenolgicas tratadas por Simone de Beauvoir en El segundo sexo, y considera que esta filsofa ha jugado un papel relevante en la reflexin sobre la situacin de las mujeres. Adems, constata que las ciencias humanas, aunque han enriquecido la comprensin del ser humano, sin embargo, no han proporcionado todava una visin totalizadora del ente humano; nos hablan nicamente de una accin donde se combinan condiciones del tipo psicolgico, social e histrico, sin explorar la subjetividad.

Frente a la fragmentacin de la realidad realizada por las ciencias humanas, una mirada fenomenolgica de los estudios feministas, pretende superar la atomizacin y aportar a un sentido ms total del ser humano, porque responde a los aspectos ms esenciales de la existencia.

El cuerpo considerado como problema filosfico es el tema central de la investigacin del filsofo Maurice Merleau-Ponty quien devela la posicin del dualismo cuerpo-alma que dominaba a la tradicin. Clida demuestra en su tesis como este filsofo francs ve la fenomenologa y precisa el significado de su crtica al trabajo realizado por las ciencias humanas. De esta forma, esta autora, propone usar las explicaciones causales de la ciencia para comprender el sentido de una teora y situarla de una manera justa dentro del panorama de las investigaciones sobre el ser humano.

Maurice Merleau-Ponty deja claro la diferencia entre el pensar al cuerpo como objeto y pensar al cuerpo como cuerpo vivido. De esta forma, l habla del cuerpo vivido desde la perspectiva abierta por su concepcin fundamental de la percepcin. Es a travs de la percepcin que se nos revela el cuerpo y por ello nos es imposible decir que nicamente estamos en el mundo; ms bien tenemos que decir que el mundo est en nosotros. Esta perspectiva deja afuera la idea del cuerpo como objeto, como algo positivo, duro, indeformable y, por lo mismo, intemporal y extrao a la experiencia que de l tenemos.

Por otro lado, Merleau-Ponty, analiza la infraestructura de la experiencia, el paso de la experiencia al mundo para nuevamente pasar del mundo a la experiencia, es decir, la cadena de percepciones que se interiorizan y se exteriorizan. As, la fenomenologa del cuerpo aplicada por este filsofo toma en consideracin aspectos tales como: la percepcin, la sensacin y la asociacin, el problema de la intersubjetividad, la sexualidad y el esquema corporal, la espacialidad, el cuerpo como expresin y la palabra, y concluye con la nocin del cuerpo-carne.

Clida, a partir de la fenomenologa de Merleau-Ponty, seala y resalta el carcter esencial del cuerpo vivido, pero tambin incluye la importancia de mostrar que el cuerpo es el cuerpo de cada uno, de una mujer o de un hombre, no pretende universalizar el cuerpo. Adems, analiza la vivencia femenina del cuerpo, tratando de definir de una manera incipiente y general cmo viven su cuerpo las mujeres y de qu manera influye la educacin con una interpretacin que nos lo presenta siempre como cuerpo exterior y nos impide de vivirlo como propio. De esta manera, Clida, desenmascara a la educacin recibida en la sociedad, como la causante de que muchas mujeres no lleguen a vivir su cuerpo desde dentro. Las vivencias del cuerpo, al ser interpretadas de manera enajenante, olvidan al cuerpo vivido por cada cual, e incluso, los derechos que se tienen sobre el propio cuerpo. De esta manera, simplemente se llega a verlo, solamente, de manera externa. Aqu radica la importancia del uso de la fenomenologa como un camino para recuperar la experiencia original del propio cuerpo y, de esa forma, liberar a la mujer de la domesticacin, que le fue infligida por la pseudo-educacin recibida.

De esta forma, Clida, termina esbozando, desde un horizonte de sentido, aspectos que tengan en cuenta el inters de las mujeres dentro de los principios de una educacin, la que debe proponerse como objetivo principal la apropiacin, por parte de las mujeres, de su cuerpo como cuerpo vivido. Tal educacin no debe olvidar las diferentes formas posibles: no slo las diversas maneras en que en general viven su cuerpo las mujeres con respecto a los hombres, sino tambin, las diversas posibilidades de vivir ellas su propio cuerpo.

5.2.- Recuperando la Holstica para el Estudio de la Teora de Gnero.

Se entiende por holstica la elaboracin de un pensamiento integral: racional y emotivo, los que se ubican en ambos hemisferios del cerebro. El lado izquierdo es el lugar de los pensamientos racionales y analticos, el derecho el lugar donde se elaboran los pensamientos artsticos ms ligados con lo emocional. La holstica persigue el balance e integracin en la vida de ambos hemisferios: razn y emocin.

Hemos criticado a la cultura moderna por su exagerado racionalismo que dio origen a una manera abstracta de analizar la realidad; debido a que en el raciocinio abstracto del empirismo, los conceptos forman un abismo entre el sujeto observador y el objeto estudiado. La tendencia de objetivar la realidad en la categora sujeto-objeto dificulta un pensamiento relacional, pues, entre sujetos y objetos no puede existir una relacin como aquella que s se puede dar en una relacin entre las personas, es decir entre sujetos y sujetos. La realidad es reducida a una realidad objetiva que slo existe en la medida en que la persona logra conocerla objetivamente, alejndose de ella, sujetos conocedores lejos de los objetos conocidos. Como consecuencia de esto, la experiencia subjetiva de la realidad se vuelve menos sensitiva y desempea un papel menos importante. En cuanto el conocimiento objetivo se vuelve propiedad colectiva por medio de la educacin, las experiencias retroceden hacia el dominio de lo privado.

Vivimos en un mundo fragmentado, debido a que la ciencia parti con el principio de la atomizacin de la realidad, con el propsito de conocerla en detalles. Pero, lamentablemente, no ha sabido reintegrarla, quedando solamente un conocimiento fragmentado de la realidad. Un mundo en donde los sistemas de educacin estn sometidos, en forma servicial, al sistema productivo capitalista.

vivimos en un mundo donde la economa y la poltica demandan la educacin para preparar la fuerza de trabajo y a los ciudadanos para que se acomoden a las necesidades de un mundo cada vez ms globalizado. En un mundo donde el empleo se convierte cada vez ms en un lujo y donde los lugares de trabajo se reducen incluso cuando los empleadores estn logrando grandes beneficios. Aquellos que defienden este tipo de desarrollo ridculo siempre utilizan el argumento de las dinmicas de la competencia internacional. La educacin y el entrenamiento deben servir las necesidades de la economa

En este mundo fragmentado y globalizado, dominado por un capitalismo salvaje que depreda la naturaleza y mantiene dividido al ser humano entre: ricos y pobres, fuertes y dbiles, hombres y mujeres; se hace imperativo la superacin de estos dualismos que no permiten la reintegracin del pensamiento, de la razn con la emocin, de la realidad. Las ciencias humanas han partido todas de la base de un pensamiento binario y, aunque ella es til para el campo digital de las comunicaciones (computacin), aplicado a otras reas del conocimiento nos ha dejado con un sentido fragmentado de la realidad que destruye la plenitud y maravilla de la vida.

Los estudios de la Teora de Gnero han hecho uso de las mltiples ciencias humanas y, por lo tanto, la lgica binaria ha sido asumida en sus teoras. Se resalta con mucho nfasis las diferencias: hombre mujer, dominador dominada, activo pasivo, etc. Y aunque los estudios de Gnero proponen una visin en conjunto, es decir una complementacin entre hombre y mujer, no ha logrado vincular la realidad atomizada del gnero, debido a su forma binaria de pensamiento.

La teora de Gnero debe superar la lgica de un dualismo binario, centrado en una lgica separatista de o lo uno o lo otro, para asumir la sana e innovadora lgica alternativa e integradora de ambos. Un enfoque integral basado en la lgica de ambos incorpora a amabas de las partes mencionadas. Cuando tratamos de reunir elementos en el rea de la filosofa podemos aprender de otras disciplinas acadmicas, teora, enfoques, donde la bsqueda de una perspectiva ms integradora pueden encontrarse. Un ejemplo en las ciencias sociales lo constituye el enfoque de Ulrich Beck, un conocido socilogo alemn, que ha desarrollado un punto de vista alternativo en los avances de la llamada segunda modernidad o modernidad reflexiva (o posmodernidad).

Se trata de superar la dicotoma tradicional de razn emocin (cabeza corazn), hechos de los sentimientos, teora de la prctica, enseanza del aprendizaje. De esta forma la educacin holstica funciona desde un punto ms integrador.

Teresita de Barbieri, Sobre la Categora de Gnero: Una Introduccin Terico-Metodolgica. En: Fin de Siglo y cambio civilizatorio. Ediciones de las Mujeres, N 17, ISIS Internacional, Santiago, 1992, pp.111-128.

Idem., Ibidem.

Idem., nota pi de pgina n 9.

Idem.

Sonia Montecino A., Palabra Dicha. Escritos sobre gnero, identidades, mestizaje. Coleccin de Libros Electrnicos, Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Chile, 1997, p.12.

Teresita de Barbieri, Op. Cit., p.34.

Sonia Montecino A., Op. Cit., p.12.

Idem, Ibidem.

CIEG, Los Estudios de la Mujer. En: Diplomado Gnero y Desarrollo, con especializacin en los temas de Planificacin y/o Etnicidad. Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Chile, s.f., p.24.

Sonia Montecino A., Op. Cit., p.13.

Idem., Ibidem.

CIEG, Op. Cit, p.26.

Idem., p.39.

Idem., p.40.

Idem., p.43

Sonia Montecino A., Op. Cit., p.15.

CIEG, Op. Cit., p.46.

Ibid., p.47.

Idem., p.27.

Sonia Montecino A., Op. Cit., p.14.

CIEG, Los Estudios de Gnero. P.51.

Idem., p.52.

Idem, Ibidem.

Norma FULLER. La Disputa de la Feminidad en el psicoanlisis y las ciencias sociales. Debate en Sociologa N 18, Lima, 1993. Citado en: CIEG, Los Estudios de Gnero, p.53.

CIEG, Op. Cit., p.53.

Idem., p.54.

Idem, Ibidem.

Teresita De Barbieri, 1966:66. Citado por: CIEG, Op. Cit., p.55.

CIEG, Los Estudios de Gnero. P.56.

Idem., Ibidem.

Clida GODINA HERRERA. La Teora de Gnero en la Perspectiva Fenomenolgica del Cuerpo Vivido. Extracto de la tesis que la autora defendi en la UNAM, en marzo de 2001, para obtener el grado de Maestra en Filosofa. Artculo virtual consultado el 5 de Noviembre del 2007. Encontrado en: HYPERLINK "http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/3/a2la3ar5.htm" http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/3/a2la3ar5.htm

Andr DROOGERS. Espritualidade: O problema da definio. ESTUDOS TEOLOGICOS N2, Ao 23, 1983, p.118.

Peter SCHREINER, La Educacin Holstica como Desafo a la Educacin Moderna. In: Revista de Educacin y Formacin Ecumnica EFE NET 18/19, Nov. 2006, C.M.I., p.25.

Idem., Ibidem.

Idem., p.26.

Idem., p.27.