(la práctica y la teórica)

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 LA PRÁCTICA Y LA TEÓRICA; O LOS DESAFÍOS DE LA ENSEÑANZA ACTUAL DE LA ARQUITECTURA Roberto Goycoolea Prado * En cuanto encargados de diseñar el espacio habitable, los arqui tectos son en mayor o menor medida responsables de la calidad del entorno en que se desarrolla la vi da. Preocupad os por la degradación espa cial que presentan l a mayoría de nuestras ciudades, instituciones sociales, académicas y gremiales, están demandando una reorientación de la formación de los arquitectos con el fin de preparar profesional es que puedan mejorar la habitabili dad de los espac ios públicos y privados de las urbes actuales. Dentro de este contexto, en el presente artículo se analizan los desafíos, alternativas y condiciones generales en que se enmarcaría esta reorientación de la enseñanza de la arquitectura.   As desi gners of habitab le sp ace, architects are to a greater or lesser extent r esponsi ble for the quali ty of the environment in which lif e develops. Worried about the spatial degradation occurring in most of our cities, gremial, academic and social institutions are demanding a reorientation in the architects’ ac ademi c education in order to prepare professi onals able to better th e quality of public and private habitatio nal spaces in our present citi es. Within this context, this article analyzes the chall enges and gener al conditi ons for e laborating the framework of such a reorientation in teaching architecture.  El Consejo Mexicano de Acreditación de Enseñanza de la Arquitectura (COMAEA) está trabajando en un documento que permita definir los contenidos comunes que deberían te ner l os estudios d e arquitectur a en el país. Como aporte a esta discus ión se anali zan a continuación los desafíos, alternativas y condiciones generales en que se enmarcaría esta reorientación de la enseñanza de la arquitectura , intentando mostrar que, debido a la actual complejidad de la profesión, la reforma de su enseñanza requiere de una reflexi ón profunda, no tanto sobre los planes de estudio —como pretende el COMAEA— sino sobre el tipo de arquitecto que se desea formar e, incluso, sobre las características de la universidad que lo formará. Serí a oportuno que esta refle xión no se tomara como un asunto académico o g remial —como hasta ahora ocurre con el Consejo—, sino LA PR CTICA Y LA TE RICA http://www.uv.mx/cpue/colped/N 29/la práctica y_la teórica.ht 1 de 17 28/04/2014 06:20 a.m.

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  • LA PRCTICA Y LA TERICA; O LOS DESAFOS DE LA ENSEANZA ACTUAL DE LA ARQUITECTURA

    Roberto Goycoolea Prado*

    En cuanto encargados de disear el espacio habitable, los arquitectos son en mayor o menor medida responsables de la calidad delentorno en que se desarrolla la vida. Preocupados por la degradacin espacial que presentan la mayora de nuestras ciudades,instituciones sociales, acadmicas y gremiales, estn demandando una reorientacin de la formacin de los arquitectos con el fin depreparar profesionales que puedan mejorar la habitabilidad de los espacios pblicos y privados de las urbes actuales. Dentro de estecontexto, en el presente artculo se analizan los desafos, alternativas y condiciones generales en que se enmarcara esta reorientacinde la enseanza de la arquitectura.

    As designers of habitable space, architects are to a greater or lesser extent responsible for the quality of the environment in which lifedevelops. Worried about the spatial degradation occurring in most of our cities, gremial, academic and social institutions are demanding areorientation in the architects academic education in order to prepare professionals able to better the quality of public and privatehabitational spaces in our present cities. Within this context, this article analyzes the challenges and general conditions for elaborating theframework of such a reorientation in teaching architecture.

    El Consejo Mexicano de Acreditacin de Enseanza de la Arquitectura (COMAEA) est trabajando en un documento que permita definirlos contenidos comunes que deberan tener los estudios de arquitectura en el pas. Como aporte a esta discusin se analizan acontinuacin los desafos, alternativas y condiciones generales en que se enmarcara esta reorientacin de la enseanza de laarquitectura , intentando mostrar que, debido a la actual complejidad de la profesin, la reforma de su enseanza requiere de unareflexin profunda, no tanto sobre los planes de estudio como pretende el COMAEA sino sobre el tipo de arquitecto que se deseaformar e, incluso, sobre las caractersticas de la universidad que lo formar.

    Sera oportuno que esta reflexin no se tomara como un asunto acadmico o gremial como hasta ahora ocurre con el Consejo, sino

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  • como un "problema social", debido a que la opcin por una u otra alternativa educativa en la enseanza de la arquitectura puede llegar atener significativas repercusiones en toda la comunidad. La labor del arquitecto nunca es socialmente neutra: desde el momento en queconstruye un edifico, traza una calle o cuelga una farola, tanto el funcionamiento como la percepcin de un lugar se transformaninevitablemente, a menudo por generaciones. Para nada es socialmente equivalente que se formen arquitectos comprometidos con laproblemtica social y ecolgica de la urbe que despiadados especuladores inmobiliarios. La ciudad que uno u otro arquitecto construirser totalmente distinta, pero en ambos casos afectar a todos los ciudadanos.

    1. La necesidad de revisar los estudios de arquitectura

    Indicadores de distinta naturaleza reflejan cotidianamente que los encargados de la configuracin y gestin urbana han sido incapaces dedar soluciones adecuadas a las demandas que la sociedad les ha planteado y plantea. En reuniones acadmicas, debates radiofnicos,noticieros de televisin, editoriales de prensa, corrillos de caf y otros foros, es comn que se enjuicie sin piedad la poca habitabilidad denuestras ciudades. Razones no faltan: degradacin esttica y funcional del entorno, contaminacin acstica y atmosfrica, caos funcional,deficiencias de organizacin y construccin en las edificaciones e infraestructuras, falta endmica de viviendas dignas; en fin, una largaristra de problemas que configuran un panorama con el que es lgico que la mayora de la poblacin no se sienta a gusto.

    Al buscar las causas de esta situacin, es comn que los arquitectos, en cuanto encargados de la formalizacin del espacio habitable,aparezcan como candidatos al paredn. Sin duda sera una exageracin responsabilizar del caos urbano a un slo gremio (la ciudad esproducto de un largo proceso de planeacin, construccin y administracin en el que intervienen mltiples agentes sociales, econmicosy profesionales) y considerar que los arquitectos slo cumplen con los deseos de sus clientes sin ninguna responsabilidad en la actualdegradacin del espacio construido. De uno u otro modo es posible pensar que stos no estn cumpliendo adecuadamente la laborencomendada, por lo que resulta coherente y no es extraa su paulatina marginacin de los procesos de toma de decisin sobre muchosaspectos de la configuracin, construccin y gestin del espacio que tradicionalmente les han competido. Otros profesionales sepreocupan hoy de estas cuestiones, convirtiendo y reduciendo la funcin del arquitecto a la apariencia formal de los objetos (edificios,plazas, calles) sobre los que no tiene decisiones substanciales.

    Ante este poco alentador panorama social (crtica continua a la falta de habitabilidad del entorno construido) y gremial (prdida decompetencias profesionales, con la consecuente disminucin de ingresos y prestigio), se observa un movimiento profesional y acadmicoque est demandando una revisin de la formacin de los arquitectos. Su objetivo es delinear programas universitarios que formenprofesionales capaces de satisfacer adecuadamente los requerimientos que la sociedad les plantea. En este contexto se enmarcan, porejemplo, los trabajos de la COMAEA antes mencionados.

    Cmo enfrentar esta (necesaria) revisin de la enseanza de la arquitectura?

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  • Al contrario del criterio asumido por la COMAEA, que considera que la definicin de las caractersticas que deberan tener los estudios dearquitectura es un asunto que compete principalmente a la universidad, consideramos que existen una serie de factores extra-acadmicos que escapan a la competencia exclusiva de los arquitectos y que pueden llegar a condicionar tanto el perfil del profesionalque se desea formar como la orientacin y evaluacin de los estudios. La lista de stos es larga: va desde el papel social asignado a laenseanza universitaria hasta las demandas del mercado de trabajo, tomando en cuenta las peculiaridades geogrficas, socioeconmicasy culturales del medio. La consideracin de dichos factores en la revisin de la enseanza de la arquitectura implica comenzar por unaadecuada clarificacin de los principios y condiciones generales en los que sta se sustenta, antes de sentarse a discutir sobre cuntashoras ms o menos tendr tal o cual asignatura. Resulta sintomtico que esta reflexin previa est ausente en las actas de lasdiscusiones de la COMAEA, a las que se puede tener acceso, pese a que es fundamental para poder trazar con propiedad el perfilprofesional del arquitecto que se quiere formar y, por consiguiente, para poder precisar razonadamente la orientacin de los estudios, elperfil del personal acadmico y las instalaciones necesarias para educarlo.

    No es una tarea sencilla abordar la reflexin planteada, tanto por la amplitud y complejidad de los factores involucrados como porquecada situacin universitaria es particular y requiere de aproximaciones especficas. A pesar de estas dificultades es posible definir culesson los principales condicionantes que podran intervenir en la orientacin de los estudios de arquitectura y as analizar las repercusionesque tendran para los mismos en el momento de esbozar cmo debera ser la formacin universitaria de los arquitectos. El objetivo de losprximos apartados es analizar estos factores, agrupndolos para su exposicin en cuatro puntos:

    El papel social de la universidad y la definicin de arquitectura en el contexto acadmico1.Los perfiles acadmicos y profesionales2.Condicionantes comunes: normativas, recursos humanos e infraestructura3.El impacto de las nuevas tecnologas de la informacin: investigacin y autoformacin4.

    1.1 El papel social de la universidad y la definicin de arquitectura en el contexto acadmico

    La vinculacin de la universidad con la realidad socioeconmica y cultural en que se inserta no es unvoca, existiendo pocas en queambas presentan una unidad de ideales e intereses y otras en que aparecen como encarnizadas rivales. Pero, independiente del tipo devinculacin establecida, la relacin es inevitable y es un factor decisivo (probablemente el de mayor peso) al momento de definir el tipode educacin superior que se imparte en una universidad y, en consecuencia, el modelo de profesional que se forma. Generalizando, larelacin universidad y sociedad puede situarse entre dos posiciones extremas:

    Considerar que la universidad debe vincular la enseanza que imparte con la vida social cotidiana, o sea, con la prcticaprofesional

    a.

    O, por el contrario, considerar que la funcin de la universidad no consiste en proporcionar la mano de obra cualificada querequiere el mercado de trabajo sino en generar e impartir los conocimientos tericos inherentes a las disciplinas que imparte

    b.

    La opcin por una u otra alternativa (o por una intermedia) no es un problema tcnico ni algo establecido por la tradicin, sino unadecisin que depende de una postura ideolgica respecto a la funcin que la sociedad considera que debera cumplir la universidad en un

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  • momento histrico determinado. Las preguntas subyacentes son muchas: Qu es o debera ser hoy una universidad? Quresponsabilidades tiene en la sociedad y en el desarrollo del conocimiento? Quin debe financiarla y qu incidencia debe tener el quepaga sobre los programas de estudios? Cul es su funcin poltica y econmica? Cul es su vinculacin ptima con las manifestacionesculturales y los saberes no universitarios?

    La respuesta a estas y otras preguntas similares definir un tipo de universidad y de enseanza especfico. Se trata de un reflexinprevia y necesaria a la definicin de cualquier plan de estudio, en cuanto filosofa de la educacin que se pretende dar.

    En nuestro caso, la definicin de las caractersticas generales de lo que debera ser la enseanza universitaria estar ademsntimamente relacionada con la concepcin de arquitectura que se tenga y, por lo tanto, con el papel que se considera que deberantener los arquitectos en la sociedad.

    Histricamente la arquitectura es una disciplina cuya orientacin ha pivotado entre la teora y la prctica, entre el arte y la tcnica, sinque se haya llegado a una definicin comn. No es una polmica reciente. El ms antiguo de los tratados de arquitectura conservado, Losdiez libros de Arquitectura de Vitruvio (Roma, siglo I), inicia con esta cuestin, afirmando que la arquitectura tiene dos facetas: laprctica y la terica: "La prctica es una continua y expedita frecuentacin del uso, ejecutada con las manos, sobre la materiacorrespondiente a lo que se deja formar. La terica es la que sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporcin, las obrasejecutadas" (Vitruvio, Libro I).

    Segn el mismo autor, es competencia de los arquitectos conocer ambas facetas de la disciplina, pero cuando entra a definir quconocimientos debe realmente saber un arquitecto, deja el aprendizaje de las tcnicas constructivas a la experiencia en obra y mencionauna extensa lista de conocimientos acadmicos: "[...] ser instruido en las Buenas Letras, diestro en el Dibujo, hbil en la Geometra,inteligente en la ptica, instruido en la Aritmtica, versado en la Historia, Filsofo, Mdico, Jurisconsulto, y Astrlogo" (Idem.).

    Este modo de entender la formacin de los arquitectos se mantuvo por siglos en Occidente. En los castros romanos, en los burgosmedievales, en las ciudades renacentistas, el canon era que el futuro arquitecto aprendiera la prctica, la tcnica constructiva,directamente en las obras bajo la supervisin del gremio correspondiente. En cambio, la terica se aprenda a partir de reflexionesrealizadas por "intelectuales" que, dependiendo de la poca, podan ser filsofos, monjes eruditos, literatos o de otros oficios que amenudo poco tenan que ver con el ejercicio prctico de la profesin. En la Edad Media, por ejemplo, la mayor parte de los escritos msimportantes sobre arquitectura fueron escritos por personas que no se dedicaban a la prctica edificatoria: Boecio, Agustn, Isidoro deSevilla, Abad de Suger; y en el Renacimiento, humanistas como Luca de Pacioli, el primer Len B. Alberti, Toms Moro o TomsCampanella, quienes tampoco construyeron, aunque la influencia de sus ideas para el desarrollo de la arquitectura fue enorme.

    Esta situacin cambia con la consolidacin de la sociedad industrial, cuando la enseanza de la arquitectura se incorpora a lasinstituciones de educacin superior; aunque de manera relativamente tarda, pues no ser hasta la segunda mitad del siglo XIX que enEuropa, siguiendo un proceso iniciado en Francia, departamentos de arquitectura de las academias de arte se desliguen de las dems"Artes Mayores" para incorporarse como carrera independiente a los recin creados politcnicos. La razn esgrimida para esta separacinera que la formacin acadmica de los arquitectos (orientada al estudio de la historia, el dibujo y los aspectos estilsticos de lasedificaciones) no se corresponda con los requerimientos espaciales, tcnicos y econmicos de la sociedad industrial. En la formacinacadmica se echaban en falta una serie de conocimientos imprescindibles para una concepcin positiva del proceso arquitectnico:aritmtica, hidrulica, clculo, resistencia de materiales y construccin. Los partidarios de este cambio afirmaban que a las academias seiba a adquirir el ttulo de arquitecto pero no la "Ciencia de la Arquitectura" (Bonet, Miranda y Lorenzo, 1985).

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  • Con la incorporacin de la arquitectura a las universidades politcnicas, los programas de estudio se centraron en los aspectos cientficosy prcticos de la disciplina, relegando el aprendizaje del arte, la historia y el diseo a un pequeo curso al final de las lecciones de lasasignaturas tcnicas (ETSAM, 1994). Resultado de este proceso (en realidad bastante ms complejo de lo aqu expuesto, por lapermanencia de los departamentos de arquitectura en algunas academias de bellas artes hasta bien entrado el siglo XX: 1929 en Mxico,por ejemplo) fue que en las primeras dcadas de nuestro siglo la arquitectura y su enseanza quedaron inmersas en el orden industrialcapitalista: "Las categoras de racionalidad mecnica e industrializante, funcionalismo, estandarizacin, ahistoricismo formal, austeridadornamental, primaca del orden constructivo y estructural, geometrizacin y abstraccionismo figurativo, por citar slo algunas, fueron larespuesta que se impuso para adecuar el quehacer arquitectnico a las exigencias de la industria y el capital dominante" (Aguirre, 1996).

    La masificacin experimentada por las universidades tras la segunda guerra mundial acentu el protagonismo de las materias tcnicas enla enseanza de la arquitectura, principalmente por las dificultades que implica la instruccin terica y artstica en aulas saturadas dealumnos.

    En las ltimas dcadas, preocupados por los malos resultados urbanos y arquitectnicos obtenidos por los arquitectos formados en estesistema de enseanza, se ha replanteado el papel que deben tener los aspectos tericos y artsticos en la formacin y quehacer de estosprofesionistas; mirada retrospectiva que ha tenido como consecuencia visible la aparicin de una serie de corrientes arquitectnicas queintentan recuperar y revalorizar los principios tericos y estticos de la disciplina: posmodernismo, deconstructivismo, minimalismo yotros ismos. Pero frente a esta recuperacin disciplinar, los nuevos procedimientos de configuracin, materializacin y gestin del espaciofsico no estn demandando arquitectos tericos o refinados estetas, sino tcnicos con los conocimientos necesarios para responderadecuadamente a una prctica profesional cada vez ms especializada.

    Aunque parezca exagerado, es posible considerar que en el fondo de esta paradjica situacin (por una lado, un intento acadmico porrecuperar los principios disciplinares de la arquitectura; por otro, una demanda de tcnicos especializados para el mercado de trabajo)subyace la mencionada distincin entre la prctica y la terica planteada por Vitruvio. Ello no significa que las categoras vitruvianascontinen siendo vlidas para formar a un arquitecto en una realidad social y profesional totalmente distinta a la del Imperio Romano,sin embargo, la permanencia de esta problemtica seala que se trata de un aspecto fundamental de la disciplina, cuya definicindifcilmente puede obviarse al momento de analizar la orientacin que debera tener la enseanza de la arquitectura, y que se podraresumir en dos posturas opuestas:

    Quienes consideran que el objetivo de la arquitectura es una comprensin y configuracin trascendente del espacio fsicoapoyarn una formacin basada en los conocimientos histricos, tericos y artsticos inherentes a la disciplina y laindependencia de la universidad frente al mercado de trabajo;

    a.

    Quienes definen la arquitectura como un saber tcnico orientado a satisfacer las demandas espaciales de las actividadeshumanas apoyarn una formacin cientfica y una vinculacin directa entre la prctica y su enseanza universitaria.

    b.

    Aunque entre estas posiciones extremas es posible optar por una gama intermedia de combinaciones de conocimientos tericos yprcticos, con la esperanza de formar un profesional competente en ambas facetas de la disciplina, lo que nos interesa aqu no es matizarestas alternativas sino constatar que existe una relacin directa entre cmo se entiende la arquitectura y las alternativas que tiene launiversidad para decidir qu relacin establece entre la enseanza que imparte y la prctica profesional a la que se incorporarn sus

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  • egresados. La necesidad de definir esta relacin es ineludible porque cada alternativa implica la formacin de modelos especficos dearquitecto dentro de escenarios acadmicos tambin particulares.

    1.2 Perfiles acadmicos y profesionales

    Resumiendo la exposicin anterior tendramos que, dependiendo de la concepcin de universidad y de arquitectura que adopte unainstitucin dedicada a la formacin de arquitectos, se definirn profesionales de caractersticas particulares. Aunque la gama dealternativas formativas es grande, es posible resumirlas en dos escenarios acadmicos generales que, para su exposicin, hemosdenominado disciplinar y profesional.

    1.2.1 Escenario acadmico disciplinar

    Ligado conceptualmente con la definicin tradicional de universidad, este escenario se basa en la consideracin de que el papel de laacademia no es formar tcnicos para el mercado de trabajo, sino el de impartir conocimientos que expliquen el porqu ms que el cmode las cosas. En consecuencia, el escenario acadmico disciplinar considera que la arquitectura es ante todo un hecho esttico, por lo queel arquitecto debe dominar un corpus de conocimientos inherentes a la disciplina, cuyo manejo implica habilidades intelectuales distintasa las que se necesitan para el ejercicio prctico de la profesin.

    Este corpus conceptual se centra en una profunda formacin artstica y esttica, junto a adecuados conocimientos de teoras depercepcin y conceptualizacin del espacio, reglas de proporcin y armona, mtodos de diseo y modulacin, geometra proyectiva yanaltica, sin olvidar las posibilidades expresivas que estn abriendo las nuevas tecnologas (como el indito espacio ilusorio desensaciones visuales con olor y tacto de la realidad virtual). El estudio de la historia y sobre todo la vivencia directa de las obras mssignificativas de la arquitectura aparecen aqu como los medios privilegiados para lograr los indispensables referentes estticos yespaciales que permitan a este arquitecto disciplinar actuar crticamente ante sus propias apreciaciones y producciones ("La mejorescuela de arquitectura es el autobs", nos repeta una y otra vez el maestro Francisco Senz de Oiza).

    Se formar as un arquitecto con slidos conocimientos en los aspectos tericos de la disciplina y con una amplia formacin artstica ycultural que le ayude a detectar y resolver los problemas cualitativos de la habitabilidad y percepcin del espacio, quedando en manos deotros facultativos la construccin de dicho espacio. La incorporacin de este perfil de arquitecto a la prctica profesional requerir de suingreso a equipos de expertos en estructuras, instalaciones y construccin, en los cuales, aparte de su responsabilidad en el diseo de lasobras, su labor crtica ser fundamental para alertar de las consecuencias positivas o negativas que traern los proyectos planteados.

    Es importante recalcar que esta postura no implica una negacin del quehacer constructivo sino, como afirmaba Hans Poelzig, susupeditacin a la dimensin artstica y cultural de la arquitectura: "Cualquier consideracin puramente tcnica es para el artista, desde elprincipio, una abominacin. Y aun cuando sabe que lo puramente tcnico no puede ser eludido, que sus exigencias deben ser cumplidas,sabe tambin y siente en lo ms hondo que lo tcnico desempea en la vida actual un papel demasiado grande, y emprender una y otravez la lucha contra el dominio de la tcnica" (en Behne, 1994: 44).

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  • Algunas escuelas de arquitectura (Karlsruhe, Valparaso, Architectural Asociation) consideran que una educacin centrada en losaspectos artsticos y culturales de la disciplina permite, adems, responder a un nmero creciente de alumnos que estudian arquitecturapero que no estn interesados (o que no podrn dedicarse) en el ejercicio tradicional de la profesin. En realidad, slo una mnima partede los egresados de arquitectura se dedica a proyectar y construir edificios y ciudades. En Espaa, por ejemplo, segn afirma Alex Wall,catedrtico de la Universidad de Karlsruhe (COAM, 1997), es menos del 20% de los titulados; el resto -o sea la mayora- realiza unaserie de labores que a menudo no tienen cabida en una enseanza de la arquitectura demasiado orientada a la prctica tradicional, y queva desde la venta de productos para la construccin hasta analizar la forma en que los animales domsticos utilizan el espacio urbano ola influencia de un edificio en la expresin potica.

    1.2.2 Escenario acadmico profesional

    Opuesto al anterior y ligado a una concepcin de la universidad como institucin encargada de formar tcnicos que la comunidadrequiere para su desarrollo y de la arquitectura como ciencia de servicio pblico, este segundo escenario acadmico considera que es elejercicio profesional el que determina la orientacin y los contenidos de la formacin de los arquitectos. Esta postura, cuyos orgenes sepueden encontrar en la polmica que a mediados del siglo pasado sostuvieron los ingenieros politcnicos contra los arquitectosacadmicos, se resume claramente en una tajante afirmacin del profesor Jochen Schneider de la Universidad de Stuttgart: "nosotros,los arquitectos, no somos artistas sino personajes econmicos" (COAM, 1997).

    Si en este escenario acadmico la definicin de los planes de estudio est condicionada por los requerimientos de la prctica profesional,bastara con definir cules son estas demandas para formar un arquitecto que responda adecuadamente a lo que la sociedad espera del. Aunque parece elemental, es sumamente complicado hacer una prospeccin completa y fiable de las caractersticas del ejercicioprofesional, debido a las mltiples formas y particularidades que tiene el quehacer arquitectnico. Para hacerse una idea de lacomplejidad del tema, se sealan a continuacin algunas de las tendencias actuales ms significativas en las demandas sociales yprofesionales a los arquitectos:

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  • Prctica empresarial. Consecuente con el actual modelo econmico, el Estado ha dejado en manos de la iniciativa privada decidir elfuturo de la ciudad. Nos guste o no, el arquitecto deber integrase a las empresas encargadas de configurar y gestionar el espacio urbano,quedando inmerso en una estructura productiva indita para la profesin. De ser quien controlaba todo el proceso edilicio, su funcin selimitar a definir los aspectos formales (estticos) de las obras; por lo que adems de ser un buen proyectista, necesitar tener capacidadde sintetizar y exponer sus ideas en los equipos interdisciplinarios en que trabajar bajo las rdenes de un experto en la administracin deproyectos.Prctica individual. Por no tener una escala econmica viable, las inmobiliarias dejan ciertos campos de accin a pequeas empresas yarquitectos individuales: viviendas particulares, remodelaciones y decoracin de interiores, por citar algunos. De estos arquitectos sedemanda una formacin "tradicional", con conocimientos de diseo, estructura, instalaciones, presupuestos e incluso administracin, puesactuarn como pequeos empresarios. La supervivencia de este profesional de formacin generalista depender del grado de penetracinde las grandes constructoras en el mercado; aunque la tendencia apunta a que terminar por ser algo as como el sastre actual frente a lasmultinacionales de la moda.Conservacin y rehabilitacin. El previsible aumento de la proteccin de los centros histricos por motivos econmicos (turismo) y/osimblicos y la transformacin en la composicin del ncleo familiar requerirn de arquitectos expertos en restaurar y acondicionaredificios existentes. Este profesional necesitar conocer la historia de la arquitectura, manejar tcnicas y teoras de restauracin, serexperto en distribucin espacial y, dado que trabajar en entornos consolidados, deber entender sus proyectos como una integracin a loexistente ms que como una finalidad en s mismos.Control legal. Para garantizar una calidad mnima en la habitabilidad de la arquitectura, diversas instancias estatales y privadas (bancos yaseguradoras) estn legislando de una manera cada vez ms amplia y estricta sobre los requisitos mnimos a cumplir por los elementosarquitectnicos. Con ello se genera una solicitud creciente de arquitectos con una slida formacin legal y expertos en el diseo,aplicacin, control y administracin de la normativa arquitectnica .Ecologa y ahorro energtico. Para enfrentar el tremendo problema ecolgico y energtico que estamos viviendo se requerirn peritos ensustentabilidad, diseo bioclimtico y aplicacin de sistemas de ahorro energtico, tanto en edificaciones como en el espacio pblico. Lademanda actual de esta formacin profesional no parece ser una cuestin de oportunidad sino de supervivencia.Arquitectura social. Debido a la cada vez ms desigual distribucin de la riqueza, se estn requiriendo profesionales que puedansolucionar la creciente demanda de viviendas y equipamientos para todas aquellas personas que por sus ingresos no puedan acceder a losservicios de la empresa privada. A este arquitecto, que previsiblemente trabajar en instituciones estatales de desarrollo, organizaciones nogubernamentales, asociaciones civiles, cooperativas y similares, se le pide una formacin tan alejada de la actual como manejar sistemastradicionales de construccin y autoconstruccin, tecnologas alternativas de edificacin, sistemas de financiamiento y organizacin social,por nombrar algunos.Tcnicos informticos. Las transformaciones sociales y gremiales que traer la introduccin de la informtica en la arquitectura son an

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  • Esta lista de posibles orientaciones que pudiera adquirir la formacin de los arquitectos a partir de la prcticaprofesional a la que se quiera responder es sin duda ampliable, aunque parece suficiente para mostrar que, paradefinir qu tipo de enseanza de la arquitectura se busca impartir, no basta con decidir que se quiere dar unaorientacin prctica a los estudios. Es indispensable ir ms all y precisar en cul de las mltiples alternativasprofesionales se centrar la educacin o, ms bien, si podr incorporar a troncos comunes una multiplicidad desalidas laterales de especializacin, porque la creciente complejidad de los procesos de proyeccin, construccin ygestin del espacio hace imposible mantener por ms tiempo la quimrica formacin arquitectnica actual, quepretende formar profesionales capaces de actuar en todos los campos de la disciplina. No hay que olvidar que, trasalgunos aos de estudio, los arquitectos actuales estn legalmente capacitados para disear desde un jardn hastaun complejo industrial o un aeropuerto.

    Ante esta situacin, a las escuelas de arquitectura se les presentan dos alternativas generales mutuamenteexcluyentes:

    Considerar que la formacin bsica del arquitecto debe continuar siendo generalista y que laespecializacin debe quedar en manos de los estudios de posgrado o de la prctica profesional (queactualmente es la forma "natural" de especializacin). Los defensores de esta alternativa afirman que elarquitecto es uno de los pocos profesionales en el complejo panorama de la configuracin del espacio quetiene la formacin necesaria como para vincular a los diferentes tcnicos que intervienen en l, por lo quesu desaparicin puede significar una mayor fragmentacin en la toma de decisiones e indeseablesconsecuencias para la calidad espacial del medio.

    a.

    Considerar que es acadmicamente inviable y antieconmico, adems de moralmente cuestionable,mantener a los jvenes estudiando indefinidamente y retrasando as su madurez e independencia comoser humano (en Barcelona la media para finalizar la carrera es de 11 aos y en Madrid de algo ms de 10.COAM, 1997). Por lo tanto, la especializacin debe realizarse desde el comienzo de la carrera, siguiendo lalgica de un proceso histrico donde las funciones tradicionales de los arquitectos se han idodesmembrando en diversos oficios: ingenieros, constructores, instaladores, diseadores, etctera.

    b.

    La opcin por una u otra alternativa no es sencilla y las implicaciones, tanto para el campo profesional como para elmodo de configurar el espacio, son mltiples y complejas. Pero, por sobre todo, se trata de una decisin que llevainvolucrada la propia conceptualizacin de la arquitectura, pues, como advierte Jos Manuel Sanz (1997: 65), la

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  • necesaria y cada vez ms frecuente concurrencia de especialistas diversos en el proceso de configuracin ymaterializacin de la obra arquitectnica "podra atentar contra el principio indisoluble de la arquitectura como hechounitario".

    1.3. Condicionantes comunes: normativa, recursos humanos e infraestructura

    Independientemente de cul sea el escenario acadmico adoptado para desarrollar la enseanza de la arquitectura(disciplinar o profesional, con sus alternativas), la definicin e implementacin especficas de los programas deestudio estar condicionada, adems, por dos factores comunes a todos ellos:

    1.3.1 Normativa: acreditacin de ttulos acadmicos

    Aunque las actuales democracias postulan y respetan la libertad de ctedra, resulta imprescindible regular laformacin de los profesionales que tienen responsabilidad sobre la vida de las personas, definiendo losconocimientos mnimos que deberan tener para poder actuar como tales. Esta regulacin asegura a la comunidadque el tcnico contratado tiene la preparacin requerida para desarrollar debidamente los encargos que se lesolicitan.

    En Mxico, la Secretara de Educacin Pblica (SEP) es la encargada de reglar los programas universitarios. Segn laAsociacin Nacional de Escuelas de Arquitectura (ASINEA) esta regulacin es hoy insuficiente y "se hace evidente lanecesidad de establecer organismos responsables de evaluar y mantener la calidad de la enseanza superior, y queesto se vea reflejado en el cumplimiento de los requerimientos bsicos de cada profesin en su prctica profesional"(COMAEA, 1997: 2). Consecuentemente, la ASINEA cre la COMAEA, cuyo objetivo es articular algn mecanismo deacreditacin profesional que efectivamente garantice que los profesionales acreditados dominan los conocimientosmnimos que marca la ley.

    En resumen, se pueden establecer dos grandes lneas para acreditar los estudios de arquitectura:

    a) Acreditar a las instituciones que otorgan el ttulo de arquitecto. Esta opcin, defendida en

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  • general por las escuelas de arquitectura, es la propuesta por el COMAEA (1997) y tiene la ventaja deobligar a las universidades a cumplir con unos requisitos mnimos acadmicos y de instalaciones parapoder formar arquitectos, intentando con ello un mejoramiento en la formacin media de la profesin.

    b) Acreditar de manera individual a cada uno de los egresados de estas escuelas.Esta alternativa, defendida por las asociaciones gremiales, como el ArchitectureInstitute of America o el Consejo de Colegios de Arquitectos de Espaa (COAM, 1997), considera que laresponsabilidad profesional es personal, por lo que la acreditacin institucional no es garanta suficiente de laformacin individual, sobre todo ante el substancial aumento de escuelas de arquitectura generado por el procesode liberacin de la enseanza superior en pases con una larga tradicin de educacin superior pblica reconocida(en 1996 en Mxico haba 115 escuelas con ms de 45,000 alumnos inscritos en el padrn nacional). Losdefensores de esta opcin argumentan, adems, que al contrario de lo que ocurre en una certificacin porprogramas de estudio, lo que realmente cuentan en la prctica profesional es la preparacin y habilidades de cadaarquitecto y no el prestigio histrico de la institucin en que estudi.

    Para el tema que nos ocupa, independientemente de cul sea la propuesta definitiva, el contenido y forma delsistema de acreditacin profesional se presenta como de vital importancia para la enseanza futura de laarquitectura en Mxico y el resto de los pases donde se emplea o se intenta aplicar. Porque, desde el momento enque "acreditarse" es imprescindible para ejercer la profesin, de uno u otro modo las escuelas de arquitecturadebern adaptar sus programas para que sus egresados puedan superar la acreditacin.

    Cabra apuntar que algunas de las personas que estn trabajando en el tema comentan con preocupacin que laindiscutible dificultad que tiene evaluar los aspectos artsticos y tericos de la arquitectura puede llevar a centrar laacreditacin en los aspectos tcnicos de la disciplina. Los colegios profesionales, el Estado y las empresasinmobiliarias favorecen esta opcin porque facilita el acceso de los arquitectos al mercado de trabajo. Sin embargo,como seala Sanz (Ibid.), esto puede tener efectos negativos para el desarrollo unitario del fenmenoarquitectnico: "El modelo econmico predominante en la sociedad, que favorece una formacin de nuestrosescolares desde un excesivo pragmatismo, dificulta la captacin de los valores estticos y creativos".

    1.3.2 Recursos humanos e instalaciones

    Los recursos humanos y fsicos disponibles son tambin factores decisivos al momento de definir la enseanza

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  • universitaria. Sintomticamente, a menudo no se les presta la atencin debida, considerando que el plan de estudioes una especie de ungento mgico que por s slo formar excelentes profesionales. Tener un buen programaacadmico es sin duda necesario, pero fracasar si no se cuenta con los recursos necesarios para llevarlo a cabo.Aqu no valen las utopas. Es preferible evaluar y manejar adecuadamente los medios disponibles a laselucubraciones megalmanas que se quedan en meras intenciones.

    Entre los recursos a evaluar cabra destacar:

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  • Personal acadmico. "Independientemente de la orientacin que se adopte en la enseanza, sta no funciona si el profesorado no es decalidad", afirmaba Eduard Bru en un coloquio sobre el tema (COAM, 1997). Por ms que se cuente con recursos financieros y detalladosprogramas de estudio, sin profesores capaces y responsables la formacin impartida ser siempre deficiente. Lograr una planta docentecompetente es un requisito indispensable al que hay que dedicarle los mayores esfuerzos mediante la continua actualizacin del personalexistente, o la incorporacin de maestros externos, que pongan una cua en los negativos procesos de endogamia y nepotismo que amenudo afectan a las estructuras acadmicas consolidadas y sindicalizadas.Alumnado. El perfil educativo, econmico y emocional de los estudiantes es otro aspecto fundamental para delinear adecuadamente laorientacin de la enseanza de la arquitectura. Sobre todo, es muy significativo el lugar de donde vienen y las posibilidades que han tenido(y tendrn) de viajar, debido a que la percepcin y vivencia directa del espacio arquitectnico se ha mostrado histricamente como uno delos mejores instrumentos educativos en la disciplina. Tambin ser importante saber cmo vivirn los alumnos durante el periodo lectivo,tanto para adecuar los horarios como los contenidos de la enseanza.Administracin universitaria. Por accin u omisin la gestin y el personal administrativo condicionan de manera decisiva la vidauniversitaria. Al momento de delinear los planes de estudio hay que evaluar tanto el perfil de los funcionarios como una serie deprocedimientos burocrticos que pueden llegar a ser fundamentales: Cmo se nombran los cargos directivos, incorporan nuevosprofesores o se determinan las categoras acadmicas? Cul es el grado real de la libertad de ctedra frente a la administracin y direccinde la institucin? Cul es la funcin y poder de los sindicatos? Cul es la independencia econmica y autonoma real de la universidad?Las influencias pueden ser de todo tipo y a veces indirectas. Por ejemplo, en el encuentro Transformaciones de la actividad docente(COAM, 1997) varios participantes comentaron cmo la necesidad de las universidades de obtener nuevas fuentes de financiamiento haobligado a cambiar la orientacin de los planes de estudio para hacerlos compatibles (es decir, adaptarlos) con el financiamiento deprogramas, tales como educacin continua, investigacin y desarrollo o universidad y empresa.Equipamiento. Las caractersticas del equipamiento mueble e inmueble de la universidad son indudablemente decisivas en la orientacinde los programas de estudio. La existencia o no de determinados laboratorios, bibliotecas, salas de cmputo u otras instalaciones puedeobligar a que la enseanza se oriente en una u otra direccin; obviamente no puede plantearse una formacin terica sin bibliotecas ni unaexperimental sin laboratorios.

    1.4 El impacto de las nuevas tecnologas de la informacin: investigacin y autoformacin

    Por ltimo, existiran otros dos aspectos sobre los que parece imprescindible definirse al momento de la orientacin

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  • de la enseanza de la arquitectura: la postura que se adoptar frente al papel de la investigacin y a las nuevastecnologas de la informacin en la educacin superior.

    Gracias a Internet y redes telemticas similares, la informacin est dejando de ser un privilegio exclusivo delprofesor o de las clases sociales con mayores recursos econmicos, para transformarse en algo al alcance deprcticamente todos los estudiantes. Nunca antes la academia se haba enfrentado a una masa tan abrumadora deinformacin sobre cualquier tema a un precio tan asequible, siendo casi ineludible adoptar una posicin frente a ella.Nuevamente aparecen dos posiciones opuestas:

    a) Considerar que toda esta nueva masa de informacin no aportaen realidad nada substancial a los conocimientos bsicos de lasdisciplinas que imparte la universidad, por lo que se deberaseguir con una enseanza normada y dirigida, cumpliendoInternet un papel complementario

    b) Juzgar, en cambio, que Internet ofrece una oportunidad inditaque se debe de potenciar acentuando el papel de la autoformacinen la enseanza de la arquitectura, preparando as profesionalescon capacidad para producir sus propias respuestas a losproblemas que se les presentan a partir de una informacin cadavez ms global y sin censuras.

    Si de algn modo se opta por la segunda alternativa, la investigacin, en cuanto metodologa fundamental para eldesarrollo del conocimiento intersubjetivo, se presenta como el eje de la enseanza de la arquitectura. Debera serel propio alumno, a partir de conocimientos profundos en epistemologa de la ciencia y mtodos de anlisis, el quedesarrolle los conceptos y herramientas necesarias que le permitan incursionar con xito en el planteamiento deproblemas, bsqueda, clasificacin y anlisis de la informacin y en la sistematizacin de sus conclusiones. Losconocimientos en metodologa de investigacin se presentan as como la herramienta imprescindible para obtenerun arquitecto reflexivo, que cuente con los instrumentos intelectuales necesarios para discernir con propiedad entrelas mltiples alternativas que se le presentarn en la prctica profesional.

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  • 2. A modo de conclusin

    A diferencia del enfoque adoptado por el COMAEA para la definicin de los conocimientos necesarios para acreditarla enseanza de la arquitectura, a nuestro entender, el anlisis realizado en los apartados anteriores mostrara queantes de entrar a definir programas de estudio es necesaria una reflexin profunda de los aspectos que intervienenen la formacin de los arquitectos. Sin un anlisis claro de los objetivos de los posibles escenarios educativos y suscondicionantes, difcilmente se puede determinar con propiedad el perfil del arquitecto que social y acadmicamentese desea formar; porque la orientacin de los estudios de arquitectura, as como de las otras carreras universitarias,depende siempre del enfoque y peso especfico que la sociedad y la universidad otorgue a cada uno de los aspectosanalizados en los apartados precedentes (por ms que a veces esto no se haga explcito).

    La reorientacin de los planes de estudio de arquitectura para adaptarlos a los nuevos desafos profesionales yacadmicos de la disciplina no puede basarse en un problema de nmero de crditos o de contenidos especficos dealgunas materias; ni tampoco en un medio para justificar la ubicacin de profesores de base . Como se vio, losdesafos son enormes y su solucin requiere que se aclaren conceptos y adopten decisiones que van ms all de latransformacin o adecuacin de los planes de estudio especficos. Cuando menos, a la luz de la complejidad yextensin que ha adquirido la prctica profesional, es imprescindible decidir qu tipo de arquitecto se desea formary abandonar la idea de un generalista genial capaz de resolver todos los problemas de la ciudad contempornea(basta observar al azar los contenidos de los planes de estudio de diversas escuelas de arquitectura para darsecuenta que es la pretensin que subyace en muchos de ellos).

    Probablemente estamos en el momento adecuado para cuestionar si la universidad debera adoptar unaorganizacin acadmica y administrativa ms flexible, con el fin de que fuese posible sugerir mapas curricularesdistintos a los que actualmente configuran las carreras tradicionales. Esto requerira cambios importantes no slo enlas polticas universitarias sino tambin en la mentalidad de profesores y alumnos, pero parece difcil responderadecuadamente a los nuevos desafos acadmicos y profesionales de la arquitectura manteniendo las actualesestructuras de enseanza. Quizs, como con razn afirma Eduard Bru, Director de la Escuela de Arquitectura deBarcelona: "habra que dejar de hablar de escuelas de arquitectura y comenzar a entenderlas como un holding dedisciplinas que tienen como liga la configuracin de la forma" (COAM, 1997).

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    BEHNE, Adolfo (1923) La construccin de la realidad, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994.

    BONET; MIRANDA y LORENZO (1985) La polmica entre ingenieros y arquitectos en Espaa.Siglo XI, Madrid, Turner / Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

    COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) (1997) Transformaciones en la actividaddocente, Actas del Encuentro, 9-10 diciembre.

    COMAEA (Consejo Mexicano de Acreditacin de Enseanza de la Arquitectura) (1997) Acta decreacin del COMAEA, ASINEA, reunin efectuada en la UNAM, Mxico.

    ETSAM (1994), Escuela Tcnica Superior de Arquitectura de Madrid, 1991-1993, Madrid,ETSAM-UPM.

    FERNNDEZ ALBALAT, Lois (1996) El ejercicio profesional, ponencia, mbito Formacin,Congreso de Arquitectos de Espaa.

    SANZ Y SANZ, Jos Manuel (1996) La formacin del arquitecto, ponencia sectorial, mbitoEjercicio Profesional, Congreso de Arquitectos de Espaa.

    VITRUVIO POLIN, Marco (1992) Los diez libros de Arquitectura [Roma, siglo I], Madrid, Akal.Facsmil de la edicin de Jos Ortiz y Sanz, Madrid, 1787.

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