LA BESTIA 666

La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: IV, No. 153

¿Quién o qué es la bestia 666? ¿Es un hombre o un sistema? ¿Va a venir o ya está aquí? ¿Cómo es su marca? ¿Es el Papa o el papado?

¿Se puede escapar de la bestia? ¿Cuál es su imagen? ¿Cuál es la verdad sobre la temible bestia 666?

→→→→→→→→→→→→→→→→→←←←←←←←←←←←←←←←←←← El más común error de interpretación, es el que sustenta la idea de que la Biblia, y muy particularmente el Apocalipsis, hablan de cosas que no existieron hasta hoy y muchas de ellas todavía se espera que vayan a suceder. Así sucede con el Apocalipsis, que en términos generales se interpreta como si se hubiese escrito para nosotros y para nuestros días, descuidando u omitiendo casi inconscientemente, que fue escrito de manera muy especial para los cristianos de los días de Juan, a quien se dio la orden muy concreta de escribirlo para ser entregado a los hermanos que constituían las iglesias de Asia (Apocalipsis 1:11), a fin de instruirlos sobre la cercanía de las cosas que debían suceder pronto (1:1) Tan pronto, que ellos mismos las verían cumplirse, ya que iban a padecer tales pruebas y ser llevados a la cárcel y a la muerte (2:10) Todo lo del Apocalipsis sucedió allá, y a nosotros nos queda la enseñanza y el ejemplo con toda la consolación, seguridad, amonestación y exhortación que el mensaje conlleva.

LA BESTIA

Con este criterio veamos lo que la bestia fue para aquellos hermanos, para quienes se escribió el Apocalipsis. Tres eran los terribles enemigos que arremetían contra los hermanos que “tenían la Fe de Jesús”: El dragón (el diablo), la bestia (el Imperio Romano, representado en la persona del César) y el falso profeta (el judaísmo religioso e intolerante, que con el aparecimiento del Mesías quedó denunciado como falso y opuesto al Señor y a los suyos (1 Tesalonicenses 2:14,16). Los que se dicen ser judíos y no lo son (Apocalipsis 2:9 y 3:9). Indudablemente que la bestia y el falso profeta estaban ahí persiguiéndolos a ellos y por eso el Señor les regaló las consoladoras páginas del Apocalipsis, diciéndoles: “No tengan temor de las cosas que han de padecer...” “He aquí yo vengo presto y mi galardón

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conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra” (Apocalipsis 2:10 y 22:12) Y así fue, y así es, si se sabe leer bien el mensaje del Apocalipsis.

LA CUARTA BESTIA En Daniel, capítulo 7, se habla de 4 bestias que se sucedieron una a

la otra. Todos los intérpretes eclesiásticos coinciden en que estas bestias representan a los cuatro grandes imperios de dominio mundial: Babilonia, Media y Persia, Grecia y Roma. Cuando Juan escribe el Apocalipsis, los primeros tres reinos habían desaparecido y solamente existía el Imperio Romano, representado en la cuarta bestia, que era tan espantosa y terrible que reunía en sí misma las bestiales características de las tres anteriores (Daniel 7:23 y Apocalipsis 13:2) Los hermanos que leían y oían las profecías, podían identificar a la bestia claramente. El texto griego de (Apocalipsis 1:3) dice: “Bienaventurado el que esté leyendo y los que estén oyendo las palabras de la profecía y estén observando lo que en ella está escrito, por lo cerca del momento”. La frase “esta profecía” no existe. En la profecía de Daniel, podían identificar a la cuarta bestia como el Imperio Romano, que tenía en su máxima representación al emperador que, en este caso particular, era César Nerón, (bajo cuyo gobierno murió Pablo el apóstol) y quien culpó a los cristianos del incendio de Roma, como pretexto para perseguirlos y matarlos de la forma más cruel y despiadada. El historiador Suetonio, cuenta entre las acciones “buenas” de Nerón, haber entregado a los cristianos al suplicio.

VESPASIANO Según el capítulo 17:9,10, el Apocalipsis lo escribió Juan después de la caída del quinto rey, que fue Nerón (véase el tema # 124 “La Interpretación del Apocalipsis”); el sexto rey fue Vespasiano “el uno es”, mismo que comandó el sitio de asedio contra Jerusalem, desde el tiempo de Nerón en 66. Aunque Nerón había muerto, la situación para judíos y cristianos no había cambiado, pues su brazo armado (Vespasiano) seguía vivo y al frente del asedio, junto con Tito su hijo mayor, que era uno de sus generales y a quien le tocó dirigir el ataque que culminó con la destrucción de Jerusalem y el Templo. Este Tito es el que “aún no es venido” y que duraría poco tiempo, pues apenas reinó dos años, sucediéndole su hermano Domiciano, el segundo Nerón, más sanguinario y cruel que el primero, en contra de los cristianos. De éste es de quien Juan dice: “La bestia que era y no es, pero que es también el octavo y es de los siete” (17:11). ¿Era Nerón

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“no es”? Ya había muerto... “aunque es”, del griego está, “y es de los siete”, o sea que sería de la misma raza y procedencia, del mismo carácter y naturaleza bestial de Nerón, que ya no era, pero reaparecería como tal sin ser él.

INTERPRETACIÓN PROTESTANTE En el cuaderno de Escuela Sabática de la iglesia adventista, del tercer trimestre de 1989, se dice sobre la identificación de los tres espíritus inmundos de (Apocalipsis 16:13,14) de la siguiente manera: 1.- Paganismo o espiritismo. 2.- El papado. 3.- El protestantismo apóstata (Pág. 68). Y en la página 29 nos da la identificación del Papa como la bestia, del siguiente modo: “Se dice que uno de los títulos del Papa es Vicarius Filii Dei. El latín es la lengua oficial de la iglesia católica y desde principios del siglo XVII la interpretación usual ha sido que el 666 refleja el valor numérico de las letras de uno de los títulos del Papa. VICARIUS FILII DEI: V-5, I-1, C-100, I-1, V-5, F-0, I-1, L-50, I-1, I-1, D-500, I-1 = 666, según el valor que las letras tienen en números romanos.

UN LIBRO CON DEDICATORIA Como puede verse, aquí se ha cometido el error que mencionamos al principio, de ignorar u omitir completamente a los propietarios destinatarios del Apocalipsis. Si la bestia es el Papa y esta identificación apenas se logró en el siglo XVII, ¿Qué beneficio, esperanza, aliento o elemental entendimiento les dio a los hermanos de las siete iglesias de Asia? ¿Por qué decimos esto? Porque cuando ellos recibieron el Apocalipsis no existía ni el Papa, ni la iglesia católica y el Apocalipsis no hubiera sido para ellos “La revelación de Jesucristo”, sino algo totalmente incomprensible. Si el Apocalipsis fue escrito para ellos, entonces ellos debían entenderlo y conocer todos sus símbolos y figuras con que Dios les hablaba. ¿Qué caso tenía escribirles sobre cosas que ocurrirían en la enormidad de siglos después de ellos? ¿No hubiese sido para ellos un engaño frustrante haberles dicho: “Vendré a ti”; “Vengo en breve”; “Retén tu carga hasta que yo venga”; “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oyere mi voz y abriere la puerta entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 2:5,16,25; 3:3,11,20) ¿Qué hicieron cuando abrieron la puerta y él no había venido como dijo? Por siete veces se les pide vencer, pero ¿cómo podrían ellos vencer sobre el Papa y el espiritismo de Kardek y Trincado y el protestantismo que nació en el siglo XVI, si todo apareció cuando ellos hacia siglos habían fallecido?

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EL 666 La bestia y el falso profeta actuaron como agentes activos del diablo; la primera como el poder oficial del imperio y el otro como un poder religioso de índole espiritual, identificado como “Sinagoga de Satanás”. Según el capítulo 17:11, la bestia se encarnaba totalmente en el rey en turno. Por tanto, Juan, en el cómputo de los siete reyes, pasa por alto los fugaces reinados de Galba, Otón y Vitelio y ve a Vespasiano como “el uno es”, ya que a pesar de ocupar Vitelio el trono, las huestes de Egipto, las legiones de Moesia y el ejército de Judea, habían jurado fidelidad a Vespasiano, según relata Suetonio. Juan parece ver en ese lapso entre Nerón y Vespasiano, la herida de la bestia y de la cual fue curada (13:3), pues Nerón seguía presente tanto en la memoria de los suplicios infligidos, como en sus sanguinarios sucesores, Así como en el temor de que no hubiera muerto o reviviera (allí nació el mito de Nerón redivivo) Transcribo aquí el comentario de Bonnet: “La explicación que ha reunido hasta ahora los sufragios del mayor número de sabios de todas las escuelas, es la que halla en este número (666) el nombre del Emperador Nerón, escrito en letras hebreas”. El detalle de este código lo presenta Summers en “Digno es el Cordero”. NRON KSR, en el hebreo estas letras equivalen a N-50, R-200, O-6, N-50, K-100, S-60, R-200, que suman 666. Esta es la identidad (porque hay muchas) que más se ajusta y concuerda con la interpretación natural que deben haber conocido Juan y sus discípulos. Por lo que lo más seguro por coincidente, es que Nerón es el maléfico personaje representado en la bestia 666. Por lo que llevamos visto, es obvio entender que ni el Papa, ni Hitler, ni ningún personaje posterior a los tiempos de Juan puede ser identificado con la bestia y su número.