informe final proyecto proceso de acompaÑamiento

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1 INFORME FINAL PROYECTO PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL Y FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES LOCALES PARA LA ATENCION INTEGRAL EN SALUD A MUJERES VICTIMAS DEL CONFLICTO Y SUS FAMILIAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR MUNICIPIOS: VALLEDUPAR BOSCONIA CHIMICHAGUA LA JAGUA DE IBIRICO SAN DIEGO ASTREA PELAYA CODAZZI ELABORADO POR: EQUIPO CORPORACIÓN VÍNCULOS Liz Arévalo Naranjo Mariana Sáenz Uribe Yadira Borrero Ramírez Mónica Torres Camacho Elvira Luz Alarcón Peña Ana María Salamanca Sarmiento Andrea Lucía Ariza Hernández Miriam Esther Plata Núñez Milena Peña Moreno DICIEMBRE 2 0 1 0

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INFORME FINAL PROYECTO PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO

PSICOSOCIAL Y FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES LOCALES PARA LA

ATENCION INTEGRAL EN SALUD A MUJERES VICTIMAS DEL CONFLICTO Y

SUS FAMILIAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR

MUNICIPIOS:

VALLEDUPAR

BOSCONIA

CHIMICHAGUA

LA JAGUA DE IBIRICO

SAN DIEGO

ASTREA

PELAYA

CODAZZI

ELABORADO POR:

EQUIPO CORPORACIÓN VÍNCULOS

Liz Arévalo Naranjo

Mariana Sáenz Uribe

Yadira Borrero Ramírez

Mónica Torres Camacho

Elvira Luz Alarcón Peña

Ana María Salamanca Sarmiento

Andrea Lucía Ariza Hernández

Miriam Esther Plata Núñez

Milena Peña Moreno

DICIEMBRE 2 0 1 0

2

ÍNDICE

Índice de tablas y gráficos………………………………………….…………….... Pg. 6 Introducción…………………………………………………………………….…......Pg. 8 1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR….Pg. 10

1.1. El terror y la muerte: despojo de tierras, desplazamiento y barbarie...Pg. 13

1.2. Masacres, homicidios y desplazamiento: Agustín Codazzí, Bosconia,

Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar…..…..Pg. 14

2. CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA Y DE LAS CONDICIONES DE

SALUD – CON ENFOQUE PSICOSOCIAL EN MUJERES VÍCTIMAS DEL

CONFLICTO ARMADO………………………………………………………..Pg. 26

2.1. Metodología utilizada para el análisis……………………………………Pg. 26

2.1.1. Tipo de estudio ……………………………………………………...Pg. 26

2.1.2. Población del estudio ………………………………………………Pg. 26

2.1.3. Instrumentos utilizados ………………………………………….…Pg. 26

2.1.4. Proceso de recolección de la información………………………..Pg. 27

2.1.5. Operacionalización de las variables ……………………………...Pg. 28

2.1.6. Análisis de los datos …………………………………………….….Pg. 32

2.2. Resultados ………………………………………………………………....Pg. 33

2.2.1. Características generales de las mujeres y sus familias….…….Pg. 33

2.2.1.1. Descripción general de la población ……………………...Pg. 33

2.2.1.2. Características de los hogares …………………………….Pg. 35

2.2.1.3. Estado Civil ………………………………………………….Pg. 35

2.2.1.4. Nivel de Escolaridad ………………………………………..Pg. 36

2.2.1.5. Posición socio-ocupacional……….………………………..Pg. 37

2.2.1.6. Aseguramiento de la población …………………………...Pg. 39

2.2.1.7. Características de la vivienda…….………………………..Pg. 39

2.3. Condiciones de pobreza según necesidades básicas insatisfechas y línea

de pobreza ………………………………………………………………….Pg. 41

2.4. Percepción de las mujeres víctimas del conflicto sobre actores sociales e

institucionales- con relación al apoyo brindado durante el proceso de

desplazamiento …………………………………………………………….Pg. 42

2.5. Reflexión final ………………………………………………………………Pg. 45

3. CARACTERIZACIÓN Y ATENCIÓN PSICOSOCIAL DE 1200 MUJERES

VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO ……………………………………Pg. 46

3

3.1. Aspectos generales del proceso de caracterización psicosocial……...Pg. 46

3.1.1. Pasos previos al proceso de caracterización ………………...…Pg. 46

3.1.2. Participación de practicantes de universidades locales en el proceso

de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas…………….….Pg. 47

3.1.3. Metodología utilizada en el proceso de caracterización psicosocial

3.1.3.1. Contextualización del proceso de valoración psicosocial y

diseño de las actividades e instrumentos para la valoración...Pg 47

3.1.3.2. Guía para la valoración y elaboración de instrumentos,

basados en las herramientas de caracterización psicosocial de la

Corporación Vínculos………………………………………….......Pg. 48

3.1.3.3. Presentación de la propuesta………………………………Pg. 55

3.1.3.4. Realización de la caracterización………………………….Pg. 55

3.1.3.5. Registro y procesamiento de los datos……………………Pg. 57

3.1.3.6. Devolución de la información y validación con las personas

participantes de la valoración……………………………………..Pg. 58

3.2. Aspectos generales del proceso de atención psicosocial……………..Pg. 59

3.2.1. Temáticas abordadas……………………………………………….Pg. 59

3.2.2. Metodología………………………………………………………….Pg. 60

3.2.3. Estrategias de convocatoria………………………………………..Pg. 61

3.3. Hallazgos del proceso de caracterización psicosocial de mujeres víctimas

de la violencia en el departamento del Cesar…………………………..Pg. 62

3.3.1. Desde los ámbitos: emocional, relacional y derechos………….Pg. 64

3.3.1.1. Impactos en el ámbito emocional………………………….Pg. 64

3.3.1.2. Impactos en el ámbito relacional…………………………..Pg. 78

3.3.1.3. Impactos en el ámbito de derechos……………………….Pg. 86

3.3.2. Otras dimensiones de afectación emocional a nivel colectivo…Pg. 88

3.3.2.1. Afectaciones de carácter socio cultural…………………...Pg. 89

3.3.2.2. Afectaciones de carácter territorial………………………...Pg. 90

3.3.3. Acciones y actitudes para el afrontamiento de los hechos de

violencia……………………………………………………………….......Pg. 91

3.3.4. Recursos empleados para afrontar los hechos de violencia y la

victimización…………………………………………………………….…Pg. 92

3.3.5. Redes de apoyo a las víctimas……………………………………Pg. 94

3.3.6. Explicaciones a los hechos violentos elaboradas por las mujeres

víctimas………………………………………………………………….…Pg. 94

3.3.7. Expectativas mediatas y futuras de la población víctima de violencia

caracterizada………………………………………………………….......Pg. 95

3.4. Análisis descriptivo del proceso de atención por cada municipio…….Pg. 95

3.4.1. Municipio Bosconia…………………………………………………Pg. 98

4

3.4.2. Municipio Astrea…………………………………………………..Pg. 102

3.4.3. Municipio Chimichagua…………………………………………..Pg. 105

3.4.4. Municipio San Diego……………………………………………...Pg. 108

3.4.5. Municipio Pelaya…………………………………………………..Pg. 111

3.4.6. Municipio La Jagua de Ibirico……………………………………Pg. 113

3.4.7. Municipio Agustín Codazzi……………………………………….Pg. 115

3.4.8. Municipio Valledupar (primera parte)…………………………...Pg. 117

3.4.8.1. Comuna 2. Barrio Mareiwa y Villa Jaidy………………...Pg. 118

3.4.8.2. Mujeres indígenas Kankuamok…………………………..Pg. 120

3.4.8.3. Barrio de invasión Bello Horizonte……………………….Pg. 121

3.4.9. Municipio Valledupar (segunda parte - estrategias encuentros únicos

y encuentros masivos)……………………………….…………………Pg. 122

3.4.9.1. Descripción general del proceso de atención psicosocial –

Valledupar, estrategia Encuentros Únicos……………………..Pg. 124

3.4.9.1.1. Temáticas abordadas…………….………………..Pg. 125

3.4.9.1.2. Metodología encuentros únicos y masivos……...Pg. 125

3.4.9.1.3. Metodología ―encuentro único con creación

de historia‖………………………………………….Pg. 127

3.4.9.1.4. Metodología ―encuentro único basado en la

caracterización psicosocial‖………………………………….Pg. 130

3.4.9.1.5. Particularidades de los encuentros………………Pg. 131

3.4.9.1.6. Estrategias de convocatoria………………………Pg. 135

3.4.9.2. Análisis descriptivo de la atención psicosocial en el municipio

de Valledupar (Cesar)…………………………………………….Pg. 136

4. SEGUNDA Y ÚLTIMA JORNADA DE FORMACIÓN EN HERRAMIENTAS DE

ATENCIÓN PSICOSOCIAL………………………………………………….Pg. 141

4.1. Contexto del proceso de formación en herramientas de atención

psicosocial…………………………………………………………………Pg. 141

4.2. Quiénes participaron en el proceso de formación en herramientas de

atención psicosocial a víctimas del conflicto…………………………..Pg. 142

4.3. Los temas abordados y las discusiones planteadas………………….Pg. 145

4.3.1. Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las

víctimas en momentos de crisis……………………………………….Pg. 146

4.3.2. Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas………Pg. 147

4.3.3. Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas

víctimas de la violencia sociopolítica…………………………………Pg. 148

4.3.4. Género……………………………………………………………...Pg. 149

4.3.5. Rutas de atención psicosocial……………………………………Pg. 153

5

4.3.6. Evaluación de la segunda jornada de formación por parte de los

participantes……………………………………………………………...Pg. 153

5. CONSTRUCCIÓN DE INSUMOS PARA EL DISEÑO DE LA RUTA DE

ATENCIÓN PSICOSOCIAL EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR….Pg. 155

5.1. Hacia la construcción de rutas de atención psicosocial en el país….Pg. 155

5.2. El sentido de una ruta de atención psicosocial a víctimas del conflicto

armado en el departamento del Cesar…………………………………Pg. 158

5.3. Aportes para la construcción de la ruta de atención psicosocial para las

víctimas en el Cesar………………………………………………………Pg. 159

5.3.1. Propuesta de ruta de atención psicosocial para las víctimas de la

violencia sociopolítica en el departamento del Cesar……………….Pg. 160

5.4. Utilidad del ejercicio………………………………………………………Pg. 163

5.5. La voz de los participantes………………………………………………Pg. 164

5.6. El diseño de la ruta debe ser flexible para atender al contexto local y

regional en que se implemente………………………………………….Pg. 164

5.7. El diseño e implementación de la ruta debe alimentarse de procesos de

formación y sensibilización para funcionarios públicos y víctimas…..Pg. 165

5.8. El diseño e implementación de la ruta requiere de voluntad

política…………………………………………………………………...…Pg. 166

5.9. La ruta debe tener continuidad en los programas y en la contratación de

profesionales……………………………………………………………....Pg. 168

5.10. El diseño y la implementación de la ruta requiere procesos de

articulación interinstitucional……………………………………………..Pg. 169

5.11. La implementación de la ruta debe aportar al fortalecimiento de las

victimas como sujetos de derechos…………………………………….Pg. 170

5.12. La ruta de atención debe tener un enfoque diferencial y de acceso a

derechos…………………………………………………………………...Pg. 171

5.13. La ruta de atención psicosocial debe implementarse con criterios de

calidad y calidez por parte de los funcionarios………………………...Pg. 172

5.14. Retos en el diseño e implementación de ruta de atención psicosocial

a víctimas de la violencia en el departamento del Cesar………….…Pg. 174

5.15. Proyecciones de la ruta……………………………………………Pg. 178

6. REFLEXIONES FINALES Y RECOMENDACIONES……………………..Pg. 178

6

ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS

TABLAS

Tabla No. 1 Operacionalización de variables………………..……...…… Pág. 28

Tabla No. 2 Distribución de las mujeres grupo piloto, según municipio de

residencia. Cesar, 2010……………………………………….…………….Pág. 33

Tabla No. 3 Distribución de la población trabajadora independiente, según

sitio de trabajo. Grupo piloto, 2010 ..………………………..………….….Pág. 38

Tabla No. 4 Distribución de las viviendas según municipio de ubicación.

Grupo piloto 2010 …………………………………………..…….......……..Pág. 40

Tabla No. 5. Motivos de asistencia a las jornadas de caracterización

Psicosocial………………………………………………….…………….…..Pág. 63

Tabla No. 6 Sentimientos y estados emocionales, según grupo piloto y formas

de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre 2010………………..Pág. 68

Tabla No. 7 Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de la

violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento del

Cesar, Noviembre 2010……………………………………….….…..……. Pág. 75

Tabla No. 8 Ámbitos de afectación Psicosocial y formas de violencia, según

grupos piloto y victimarios. Departamento del Cesar……………….……Pág. 86

Tabla No. 9 Total de mujeres en situación de desplazamiento participantes en

el proceso de acompañamiento psicosocial en ocho municipios del

departamento del Cesar ……………….…………………………….……..Pág. 96

Tabla No. 10 Procesos de acompañamiento psicosocial en ocho municipios

del departamento del Cesar…………………………………….…………..Pág. 96

Tabla No. 11 Encuentros únicos de acompañamiento psicosocial en el

municipio de Valledupar y algunos de sus corregimientos.……………Pág. 123

Tabla No. 12 Encuentros masivos de acompañamiento psicosocial en el

municipio de Valledupar y algunos de sus corregimientos ..........…….Pág. 124

Tabla No. 13 Registro de asistencia por personas asistentes primera a la

formación discriminada por grupo de trabajo……………………………Pág. 143

Tabla No. 14. Registro de asistencia por personas asistentes segunda a la

formación discriminada por grupo de trabajo………………………...…Pág. 144

Tabla No. 15. Instituciones asistentes segunda a la formación discriminada

por grupo de trabajo...…………………………………….……………….Pág. 145

7

GRÁFICAS

Gráfica No. 1 Pirámide poblacional, grupo piloto 100 mujeres y sus hogares,

Cesar 2010 …………………………………..…….………………….…..Pág. 34

Gráfica No. 2 Distribución de la población según tipo de víctima. Grupo

piloto Cesar, 2010……………………………………………………...…Pág. 35

Gráfica No. 3 Distribución de la población mayor de 12 años según estado

civil. Grupo piloto. Cesar, 2010………………………………...….….…Pág. 36

Gráfica No. 4 Nivel de escolaridad alcanzado según sexo. Grupo piloto.

Cesar, 2010……………….………………………………………………..Pág. 37

Gráfica No.5 Posición socio-ocupacional según sexo. Grupo piloto… Pág.38

Gráfica No. 6 Distribución de la población según tipo de aseguramiento en

salud. Grupo piloto, 2010…………………………………..……………..Pág. 39

Gráfica No. 7 Distribución de las viviendas según municipio. Grupo

piloto………………………………………………………………………...Pág. 40

Gráfica No. 8 Proporción de hacinamiento según nivel. Grupo piloto,

2010……………………………………………………………..……….….Pág. 41

Gráfica No. 9 Percepción del apoyo recibido por diferentes actores. Mujeres

víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010……………………………….Pág. 43

Gráfica No. 10 Nivel de percepción sobre apoyo recibido por parte de

mujeres víctimas del conflicto armado. Grupo piloto, 2010...........…..Pág. 44

Gráfica No. 11 Percepción de confianza hacia diferentes actores por parte

de las mujeres víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010…………….Pág. 45

Gráfica No. 12 Herramienta para la caracterización de las personas y

grupos……………………………………………………………………....Pág. 56

Gráfica No. 13 Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas

públicas nacionales …………………………………………...………...Pág. 176

8

INTRODUCCIÓN

Dentro del marco del Programa Departamental de Atención Integral a Víctimas del

Conflicto y Reintegración Comunitaria de la Gobernación del departamento del

Cesar, PAVIREC, a partir del mes de junio de 2010 la Corporación Vínculos inició

el proyecto Proceso de acompañamiento psicosocial y fortalecimiento de

capacidades locales para la atención integral en salud a mujeres víctimas del

conflicto y sus familias en el departamento del Cesar en el cual se desarrollaron

acciones en cuatro componentes:

1. Mapeo de las redes institucionales de atención a la población desplazada

en ocho municipios del departamento del Cesar: Agustín Codazzi, Astrea,

Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico, Pelaya, San Diego y

Valledupar,

2. Caracterización sociodemográfica y de condiciones de salud en profundidad

a 100 mujeres víctimas en los ocho municipios de cobertura

3. Formación en herramientas de atención psicosocial a funcionarios públicos,

líderes de organizaciones de población desplazada e integrantes de ONG.

4. Caracterización y atención psicosocial a 1200 mujeres víctimas en los ocho

municipios de cobertura

El presente documento da cuenta de los productos finales esperados para el cierre

de los componentes 2. Caracterización sociodemográfica, 3. Formación y 4.

Caracterización y atención psicosocial, así como el resultado de la construcción de

insumos para la ruta de atención psicosocial en departamento, en el marco de la

segunda jornada de formación.

En la primera parte del informe se realizó una descripción del contexto

sociopolítico y los hechos de violencia que han ocurrido en el Departamento del

Cesar con el fin de hacer una lectura del escenario territorial y contextual

específico ya que, la postura psicosocial de la Corporación Vínculos invita a

adelantar acciones tendientes a integrar lo emocional y relacional desde una

comprensión del contexto socio-político, privilegiando las investigaciones referidas

a lo local y construyendo una mirada compleja sobre los efectos psicosociales del

desplazamiento y otros hechos violentos en las mujeres acordes al contexto y a

las situaciones específicas de afectación.

En un segundo momento del informe se presentan los resultados de la

caracterización sociodemográfica y de las condiciones de salud con enfoque

9

psicosocial, realizada a un grupo de 100 mujeres víctimas del conflicto armado del

departamento del Cesar. Esta caracterización más que un diagnóstico, favoreció y

complementó la comprensión de las condiciones de vida de las 1200 mujeres de

los ocho municipios del departamento del Cesar que hicieron parte del proyecto en

mención, y a su vez, se convirtió en el punto de partida para el proceso de

acompañamiento psicosocial.

En un tercer momento, este documento presenta los resultados de los procesos

de caracterización y atención psicosocial realizada a 1233 mujeres víctimas del

desplazamiento y la violencia llevado a cabo en los ocho municipios durante los

meses de agosto a noviembre. La información referente a la atención psicosocial

se divide en dos partes, haciendo diferencia en la descripción y el análisis de los

procesos de atención adelantados (dos o más encuentros) y la estrategia de

encuentros únicos y encuentros masivos de mujeres.

Esta información se complementa con el registro en cuatro tablas de información

cuantitativa detallada acerca del número de grupos, número de mujeres

participantes en cada grupo, entidad o persona remitente y total de atenciones

realizadas en los ocho municipios.

Es importante aclarar que el proceso de atención psicosocial de las mujeres desde

la metodología de la Corporación Vínculos (enfoque sistémico construccionista) es

un proceso recursivo que se va construyendo y retroalimentando

permanentemente; desde el primer momento del proyecto cuando se realizó el

mapeo de capacidades locales hasta cuando se realizaron los procesos de

atención a los grupos. En este orden de ideas, se entiende que la caracterización

y la atención son procesos articulados. De esta manera, fue necesario realizar la

caracterización psicosocial de la totalidad de los grupos de mujeres para así

identificar las afectaciones a nivel emocional, relacional y de sujeto de derechos, lo

cual permitió la construcción de un plan de acompañamiento que guía y responde

a la particularidad de cada uno de estos grupos para realizar los procesos de

atención.

La cuarta parte del informe incluye la descripción de la metodología de los

módulos y análisis de las conversaciones adelantadas en el marco de la segunda

jornada de Formación en Herramientas de Atención Psicosocial orientada a

funcionarios públicos, líderes de organizaciones de población víctima e integrantes

de ONG de los municipios que cubre el proyecto, realizada los días 1, 2 y 3 de

diciembre de 2010 en la ciudad de Valledupar. Además se registran tablas con

10

datos cuantitativos acerca de los participantes en la segunda jornada de

formación.

La quinta parte del informe da cuenta del resultado obtenido en el último día de la

jornada de formación orientado a la producción de insumos para la construcción

de la ruta de atención psicosocial del departamento del Cesar. Esta parte

comprende algunos elementos de contexto, la descripción de la metodología

empleada y las propuestas elaboradas por los participantes en el ejercicio.

Finalmente se presentan algunas reflexiones finales y recomendaciones sobre

todo el proceso adelantado en el marco del proyecto.

1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR

La historia del Cesar, al igual que todos los departamentos del país, está

atravesada por la violencia social y política, por la disputa para el control territorial,

de recursos, rutas y de la población; y por la ―ausencia‖ del Estado frente a la

garantía y protección de los derechos fundamentales de las comunidades, en

contraste con su ―presencia‖ en situaciones que comprometen su participación u

omisión en los hechos de violencia perpetrada por los diferentes actores armados

que han operado en la zona.

Este departamento en los años 60 y 70 vivió una de las mayores bonanzas

algodoneras del país. Los cultivos de algodón llevaron a la región estabilidad

económica y social, haciendo emerger una clase compuesta por medianos

propietarios, los cuales se vieron afectados por la crisis en los precios en los años

80. Esta crisis desencadena una serie de problemas para los campesinos, quienes

no pudieron pagar sus deudas con los bancos, perdiendo sus fincas y reduciendo

en un 90% los empleos generados por esta actividad agrícola.

Durante los años 80 miles de labriegos se organizaron para protestar y pedir

ayuda al gobierno nacional como una búsqueda de solución a la grave crisis que

estaban viviendo. Sin embargo, las protestas y concentraciones, al igual que sus

dirigentes y líderes fueron señalados como guerrilleros por las clases dirigentes

del departamento, quienes vieron amenazada su estabilidad económica:

Antes que el progreso lo que llegó a la región, a los pocos días de acabado

el paro, fue la guerra sucia contra los principales líderes de la marcha. En la

11

puerta de su casa, fue asesinado José Francisco Ramírez, un abogado de

Valledupar, cuya autoría entonces los organizadores se la atribuyeron a

miembros del Ejército. También cayeron abaleados por desconocidos José

David López Teherán, Ovidio de la Hoz, un médico de apellido Villalba

(cuyo homicidio se dio luego de que volviera de Venezuela, donde estaba

exiliado), Víctor Ochoa, un militante del Partido Comunista y Víctor Mieles,

quien era sindicalista de Cicolac, empresa procesadora de leche de

Valledupar.

Esta situación de amenazas y asesinatos selectivos continuó durante la década

siguiente, lo cual llevó a muchos líderes sociales a abandonar la región, a exiliarse

o a ingresar a la clandestinidad para evitar ser asesinados. En los años 90, la

violencia se agudiza a partir de la proliferación de hechos de violencia:

En 1995, Aguachica, un municipio al sur del Cesar en límites entre

Santander y Bolívar, era una olla a presión. A medida que Eln secuestraba

y asesinaba, algunos ganaderos y finqueros empezaron a organizar

pequeños grupos de autodefensa. En el conflicto fueron asesinados dos

alcaldes y el gobierno tuvo que nombrar a un militar en el cargo.

En 1995, hace su aparición el grupo denominado ―Los Masetos‖, que comienzan a

asesinar campesinos en la zona como represalia por las acciones de la guerrilla.

Este grupo, según informes de derechos humanos de la época, actuó en

connivencia con hacendados, militares y organismos del Estado:

Según un informe de Human Rights Watch (HRW) de la época, una

investigación de la Policía concluyó que los paramilitares locales estaban

organizados por el mayor Lázaro Vergel. Según la declaración de un

comandante de la Policía de Aguachica, Lázaro le había dicho que iba a

"dar balín a unos pocos bandidos" activos en esa población, mencionados

en una lista negra que él había conformado. Según el reporte de HRW, el

mayor Lázaro alardeó del apoyo que recibía del DAS, de la Unidad Anti

Secuestro y Extorsión (UNASE), y de ganaderos locales, como la familia

Prada. El oficial policial denunciante había denunciado que el militar lo

había acusado de ser una amenaza potencial porque "no colaboraba con

las acciones que realizaban los paramilitares, y (había dicho) que

paramilitar que capturara lo dejaría en manos de la Fiscalía‖. (Abierta, 2010)

12

Durante el segundo lustro de la década de los años 90, esta región vive una grave

crisis humanitaria, no sólo por la confrontación entre grupos guerrilleros y

paramilitares, sino principalmente, debido a que en el plan de expansión de los

grupos paramilitares, el departamento del Cesar se convirtió en una de las zonas

de mayor interés por sus recursos y potencial económico para grupos económicos

de la región y para compañías multinacionales interesadas en la explotación de

minerales como el carbón. De ese modo, al lado del discurso antisubversivo, fue

expandiéndose una estrategia de terror y muerte para desplazar y despojar a los

campesinos de sus tierras, para posteriormente apropiárselas a partir de diversos

mecanismos: ―En La Jagua de Ibirico, los ‗paras‘ masacraron a 18 agricultores, se

apropiaron de tierras de muertos, con un notario y el Incoder, como cómplices y,

luego se las vendieron a las multinacionales del carbón‖ (Abierta, 2010)

Podría entonces afirmarse, que la mayor tragedia para los campesinos de esta

región del país, comienza con la lucha por tierra y su adjudicación en los años 90

por el Incora ―En 1990, por la falta de tierra y de oportunidades, nos juntamos con

varios compañeros para invadir la hacienda Mechoacán en La Jagua―, le contó a

VerdadAbierta.com Ulises Daza, un campesino analfabeta que hoy sobrevive en

Bosconia. Después de varios años de ocupación, el 3 de agosto de 1994 el Incora

adquirió las 4.700 hectáreas de Mechoacán por 716 millones de pesos, que

repartió entre 133 familias de campesinos sin tierra‖ (Abierta, 2010)

Después de esta primera adjudicación, en el año 1997, el Incora entrega otras

1300 hectáreas de la finca El Prado a 51 familias, declarando a los campesinos

como sujetos de reforma agraria, a través de la ley 160, la cual prohíbe su venta

antes de doce años (Abierta, 2010). Sin embargo, esta tierra ya había sido

―escogida‖ por los grupos paramilitares por su potencial minero:

Por esas tierras, en cuyas entrañas hay millones de toneladas de carbón,

los paramilitares del Bloque Norte de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‗Jorge 40‘,

asesinaron a 18 campesinos, desplazaron a muchos más y arrasaron a las

dos comunidades de Mechoacán y de El Prado.

Los ‗paras‘ crearon un ambiente de zozobra y terror generalizado para

sacarlos y robarles las tierras‖ le dijo a VerdadAbierta.com un investigador

judicial que lleva varios años siguiendo el caso de El Prado y Mechoacán.

(Abierta, 2010)

13

1.1. El terror y la muerte: despojo de tierras, desplazamiento y barbarie

A mitad de los años 90, los grupos paramilitares se empiezan a consolidar en la

región. Lo que comenzó como una estrategia de ―seguridad‖ financiada por los

ganaderos y hacendados para protegerse del secuestro, la extorsión y el voleteo

por parte de la guerrilla, principalmente del ELN, se convirtió en una de las

grandes tragedias humanas que ha vivido Colombia en los últimos 20 años.

Varios ganaderos consultados por VerdadAbierta.com aseguran que el llamado a

los Castaño fue desesperado. Uno de ellos dijo que ―el valor que (las Auc) estaban

cobrando era inferior a lo que cobraba la guerrilla, y de pronto por eso hubo

personas de Valledupar que se metieron en eso y eran conocidos de toda la

sociedad vallenata.‖ Otro ganadero le dijo a VerdadAbierta.com que ―cuando (los

paramilitares) llegaron a Cesar, lo hicieron casi aplaudidos, porque ante la falta de

un Estado que te defendiera y muriera por los ciudadanos, ellos fueron

bienvenidos‖ (Abierta, 2010).

Inicialmente, las Convivir permitieron que estos grupos se insertaran en la

dinámica de seguridad de la región, como la Gnecco, con el desarrollo de otras

estrategias menos encubiertas ―legalmente‖ como lo relata el mismo Mancuso ―allí

existían pequeños grupos de autodefensa como las Autodefensas del Sur del

Cesar, comandadas por ‗Juancho Prada‘ que tenían su radio de influencia en San

Martín, San Alberto, Ocaña, Aguachica, Rio de Oro y Ábrego, entre otros

municipios‖ (Abierta, 2010)

La estrategia de guerra era simple: entrar a la región con el respaldo de los

hacendados, contando además con su financiamiento y sumado a esto, consolidar

su poder a través de las Convivir, y de la proliferación de pequeños ejércitos

privados. La forma de ―legitimación‖ como el punto de articulación entre lo militar y

la búsqueda del control social de la población, se dio a partir de efectuar

asesinatos selectivos y golpes en contra de la guerrilla:

‗Jorge 40‘ cuenta también en su libro que su primer operativo con Mancuso

fue la liberación en Chivolo, Magdalena, de dos ganaderos de la familia

Botero secuestrados por el Eln. Esta familia está asociada a dos Convivir, la

Guayacanes con ‗Chepe‘ Barrera, y la ‗Nueva Esperanza‘ montada en

Bolívar en llave con Héctor Julio Alfonso Pastrana, el ya fallecido esposo de

14

Enilce López, la empresaria del chance detenida, conocida como ‗La Gata

(Abierta, 2010).

Ya en el año 96, con la consolidación del poder militar se busca el control de los

demás grupos armados que operan en la zona bajo el poder de Carlos Castaño,

centralizado en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá ACCU.

Toda esta violencia paramilitar y la que siguió después —y que dejó miles

de víctimas, despojados y más miseria de la que nunca se había visto en

Cesar – se hizo en nombre de la lucha contra el secuestro y la despiadada

violencia guerrillera. No obstante, con la ofensiva de ‗Jorge 40‘ no bajó el

secuestro, sino que éste empeoró (Abierta, 2010).

La estrategia antisubversiva, auspiciada tanto por el Estado a través de las

Convivir y de la participación de organismos de seguridad y de militares en la

violencia, como por los mismos ganaderos de la región, se convirtió en un

problema mayor para los habitantes del Cesar:

Así de 86 personas que secuestraron las guerrillas en 1996, se pasó a 138

secuestrados en 1997, y 324 en 1998, algunos de éstos secuestros a

manos de los mismos ‗paras‘. Las masacres, que según han dicho y

repetido los paramilitares desmovilizados que han confesado ante Justicia y

Paz, fueron la justificación de la lucha antiguerrillera, también se dispararon

al tiempo con los secuestros y solo entre 2000 y 2009 hubo 123 masacres

en las que fueron asesinadas 605 personas, y más de 154.000 campesinos

tuvieron que huir de sus tierras para salvar sus vidas. El remedio que unos

creyeron sería la solución a sus males no sólo no acabó con ellos, sino que

resultó peor que la enfermedad (Abierta, 2010).

1.2. Masacres, homicidios y desplazamiento: Agustín Codazzi, Bosconia, La

Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar.

15

Mapa del Cesar

Identificación de municipios – Caracterización Psicosocial

Fuente:

http://www.verdadabierta.com/gran_especial/cesar_magdalena/home.html

Con el objeto de precisar la información respecto a los grupos que participaron en

la caracterización psicosocial, y para fines del análisis, a continuación se

presentan las cifras relacionadas con los municipios de: Agustín Codazzí,

Bosconia, Jagua, Pelaya, San Diego, Astrea, Chimichagua y Valledupar:

De estos ocho municipios que hacen parte del proceso de caracterización

psicosocial, fueron desplazadas 85.932 personas según información de la Oficina

Asesora de Paz del Cesar. Como aparece en el gráfico, uno de los municipios más

afectados por el desplazamiento fue Valledupar, Agustín Codazzi y la Jagua de

Ibirico. Aquí llama la atención el caso de Agustín Codazzi de donde fueron

desplazadas 23.365 personas de un municipio donde su población alcanza sólo

54.396 personas.

16

0 50.000 100.000 150.000 200.000 250.000 300.000 350.000 400.000

Valledupar

Agustín codazzi

La Jagua de Ibirico

San Diego

Pelaya

Bosconia

Astrea

Chimichagua

Valledupar Agustín codazziLa Jagua de

IbiricoSan Diego Pelaya Bosconia Astrea Chimichagua

Población Desplazada Recepcionada 65.391 13.238 2.428 3.649 2.760 5.352 643 430

Población Desplazada Expulsada 37.391 23.365 8.383 6.333 5.458 5.002 3.371 2.576

Total Población 372.096 54.396 22.381 13.785 17.039 31.424 18.073 31.086

Municipio por población desplazada expulsada y recepcionadaDepartamento del Cesar

Fuente: Oficina Asesora de Paz; Gobernación de Cesar, 2010.

No obstante, la estrategia no se centró en el desplazamiento de personas y

comunidades. La estrategia paramilitar generó además del desplazamiento, 3.032

muertos en estos ocho municipios durante el año 2000 al 2009, según cifras del

portal Verdad Abierta; el mayor número de homicidios se presentó en Valledupar

con 1.744 seguido de Agustín Codazzi con 519, Bosconia con 251 y la Jagua de

Ibirico con 175, tal como lo señala el grafico:

0

5.000

10.000

15.000

20.000

25.000

30.000

35.000

40.000

Valledupar Agustín codazzi

La Jagua de Ibirico

San Diego Pelaya Bosconia Astrea Chimichagua

Población Desplazada Expulsada 37.391 23.365 8.383 6.333 5.458 5.002 3.371 2.576

Homicidios 1744 519 175 142 96 251 51 54

Masacres 20 10 1 7 1 1

Víctimas identificadas en procesos de Justicia y Paz - Bloque Norte AUC 2.491 2.181 1.705 622 903 1.623 466 402

Población desplazada, Homicidios, Masacres y Victimas proceso de Justicia y Paz

Fuente: Gráfico construido a partir de la información de la Oficina Asesora de Paz

de la Gobernación del Cesar con los datos del portal verdadabierta.com. Los datos

de las masacres se toma del portal verdadabierta.com, entre el periodo de 1.990 al

17

2010. Los datos de los homicidios se toma del portal verdadabierta.com entre el

periodo 2.000 al 2.009.

Los datos de víctimas identificadas del proceso de justicia y paz y de población

desplazada, son tomados de la Oficina de Paz de la Gobernación del Cesar.

Lo que se resalta de la línea del tiempo, respecto a los homicidios, es que entre el

año 2000 al 2003 se concentraron los mayores índices, dándose una reducción de

la curva después del año 2005:

68

129

114

49 48

27

18

33

18 15

40 39

61

41

2015

4

1410 7

12

36

58

1014

612

24

2 1

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Agustín codazzi Bosconia La Jagua de Ibirico

68

129

114

49 48

27

18

33

18 15

40 39

61

41

2015

4

1410 7

12

36

58

1014

612

24

2 1

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Agustín codazzi Bosconia La Jagua de Ibirico

18

Fuente: Graficas elaboradas con la información del portal: verdadabierta.con

Frente a las Masacres perpetuadas por los grupos armados, principalmente por

los grupos paramilitares, la siguiente línea del tiempo permite visibilizar en parte la

intensidad de los hechos, lo cual pretende mostrar de alguna manera, la

concatenación de eventos por los cuales han atravesado las personas y familias

que han sido víctimas de la violencia en los últimos años:

1996 1998 1999 2000 2001 2002 2002

Va

lled

up

ar

Fecha: Noviembre 24 de

1996 Nombre

de la masacre

: Mariang

ola Descripc

ión: Miembros de las autodefe

nsas asesinar

on a siete

campesi

Fecha: Junio 20 de 1998 Nombre

de la masacre

: Villa Germani

a

Más de 80

hombres entraron

al corregimiento de

Villa Germania, donde

Diciembre 12 de

1999 Nombre

de la masacre: Puente

La Honda

Descripción: Un nutrido

grupo de hombres

de las autodefensas al mando de alias

‗El

Octubre 17 de 2000

Nombre de la masacre: Río Seco

Descripción:

Paramilitares

ingresaron al

corregimiento de Río

Seco, donde

sacaron a la gente de sus casas y acuchillaron

a tres

Enero 13 de 2001

Nombre de la masacre:

Barrio Futuro de los Niños Descripción: 10 personas

fueron asesinadas

en plena ciudad por los paramilitares

124

197

347

288

203163

81

152

10386

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Valledupar

Valledupar

19

nos en el corregimiento de Mariangola, al

norte de Valledup

ar.

asesinaron a siete

personas.

Tigre‘, instalaro

n un retén.

Allí asesinar

on a nueve

personas.

personas.

Octubre 26 de 2000

Nombre de la masacre:

Canaima Descripción

: Seis personas

fueron asesinadas

con machetes

en Camperuch

o por un grupo de 20 hombres de

las autodefens

as.

Ag

ustín

cod

azzi

Agosto 21 de 1999

Nombre de la

masacre:

Casacara 1

Descripción: 20

hombres fuerteme

nte armados

y uniforma

dos retuviero

n, amarraron y se

Febrero 6 de 2000

Nombre de la masacre:

Cerro Redondo

Descripción: En la vereda Cerro

Redondo incursionar

on 50 paramilitares quienes

reunieron a los

habitantes en la

plazoleta y con lista en

mano

Abril 5 de 2001

Nombre de la masacre: Codazzi

Descripción: Cinco

personas fueron

asesinadas en el casco urbano de

Codazzi por un grupo de

hombres armados que llegaron a la heladería ―La

U‖ y dispararon

indiscriminadamente. Las

20

llevaron consigo

a las seis

víctimas: Beilly

Herrera, Nicolás

Delgado; Domingo

Abad Tapias; Eloina Arias; Ángel

Joaquín Quintero; Nelson Román

Fuentes.

Septiembre 21

de 1999 Nombre

de la masacre: Carrizal Descripción: Un grupo

armado incursionó en la vereda

Carrizal, y

asesinaropn a sesi

personas: Ángel Joaquín Quintero Sandova

ajusticiaron a cinco

personas.

Marzo 9 de 2000

Nombre de la masacre: Funcionario

del CTI Descripción

: La comisión de

siete investigadores del CTI

fue interceptad

a por un grupo de 40 hombres de

las Auc. Los

hicieron bajar del vehículo,

los amarraron

y los asesinaron.

Los cuerpos de

los siete investigadores aún no aparecen. Estas son

las víctimas:

Mario Abel Anillo, Danilo Javier

Carrera, Hugo

víctimas fueron

identificadas como: Otoniel Flórez Julio; Fernel Florez Julio; Emel

Rangel Bacca; Luis

Alfredo Duarte Y Jose

De Jesus García Rico.

Abril 22 de

2001 Nombre de la

masacre: Sicarare

Descripción: En la vía entre el ingenio

Sicarare y la Serranía del

Perijá, un grupo de

paramilitares detuvo varios vehículos y

con una lista seleccionaron

a cinco personas que asesinaron al borde de la carretera:

Jorge Alberto Socarras de

17 años; Felipe

Castillo, jornalero de

65 años; Armando

21

l, Nelson Román Fuentes Zuleta, Dailin

Herrera Quintero, Nicolás Delgado Santiago

, Domingo

Abad Tapias Gómez, Eloina Arias

Bayona

Alberto Quintero, Edilberto Lineros Correa,

Jaime Elías Barros Ovalle,

Israel Roca y Carlos Arturo Ibarra Bernal.

Mayo 18 de

2000 Nombre de la masacre: Casacara 2 y Edilson

Julio Galvis.

Descripción: En la vía

entre Becerril y el corregimien

to de Casacara,

un grupo de paramilitares instalaron un retén y asesinaron

a cinco personas:

William Enrique

Ríos, Ángel María, Ciro

Alfonso Guerrero,

Oscar Enrique Yance

Ochoa García,

cotero; Omar Alfonso

Guerrero, agricultor de

36 años y Eduardo

Peinado de 34 años.

Mayo 19 de

2001 Nombre de la

masacre: Codazzi

Descripción: Entre Codazzi y Becerril, un grupo de las

autodefensas, asesinó a

cinco personas:

Edwin Enrique Rozo Día z de 17 años; Luis

Rodríguez, de 30 años; José

Eduardo Rodríguez, de

50 años; Mildred Del

Carmen Correa

Acosta, de 32 años y un N.N. de género

masculino

22

Noviembre 10 de 2000 Nombre de la masacre:

La Katia Descripción

: Desconocid

os asesinaron a William Bustos

Perdomo, Jorge

Eliecer Ospina, Wilmer Ospina.

La

Jag

ua d

e I

biric

o

abril 16 de 2002 La

Jagua un

grupo arma

do asesino a cinco personas

julio 20 de 2002 La

Jagua Un

grupo arma

do asesino a

nueve personas

Sa

n D

ieg

o

Fecha: septiembre 15 de

1996 Nombre

de la masacre

: San Diego Los

paramilit

agosto 7 de 2000 Los

Brasiles A media

noche, un grupo de

aproximadamente 50 hombres armados,

mayo 30 de 2001

San Diego Hombres armados

asesinaron a ocho

miembros de la familia

Reyes, entre ellos un niño

23

ares asesinaron a 31 campesi

nos

incursionó en la

parcelación de la

Hacienda el Toco y

asesinaron a ocho

campesinos y

pescadores

de cinco años A

str

ea

enero 28 de 2000 Santa Cecilia En el

corregimiento de Santa Cecilia, las

AUC asesinaron

a 12 personas, quienes fueron

sacadas de sus casas amarradas

y posteriorme

nte ejecutadas en una de las calles

de la población

Fuente: tabla elaborada con información del portal: verdadabierta.com

El número de masacres en el Cesar entre el año 2000 y 2009 asciende a 123,

donde fueron asesinadas 605 personas (Abierta, 2010). Este hecho muestra lo

que significó la avanzada paramilitar, el despojo de tierras y la llegada de

Empresas Multinacionales a la región. Pese a que algunas tierras habían sido

adjudicadas a través del Incora por la ley 160 a los campesinos, se llevo a cabo el

24

despojo y la legalización de los predios a manos de terratenientes que

posteriormente los vendieron a empresas como la Drummond y Pordeco:

Después de haberse tomado las tierras de Mechoacán y El Prado, los

presuntos testaferros de los paramilitares y varios políticos negociaron los

predios usurpados con las multinacionales Prodeco y Drummond. Hoy

buena parte de esas tierras son devoradas por enormes volquetas y

retroexcavadores gigantes que explotan el carbón. Las medidas de

protección llegaron demasiado tarde, cuando algunos de estos predios ya

estaban siendo explotados por las mineras (Abierta, 2010).

De otro lado, el impacto ambiental es de graves proporciones, puesto que además

se está atentado contra las reservas de agua y se está poniendo en riesgo el

potencial hidrográfico de la región:

Este conjunto de ciénagas del Caribe son reservorios de agua en los

periodos críticos de inundaciones –frecuentes en la zona– y se encargan de

devolverle dicha agua a la atmósfera, provocando así que el capital natural

hídrico se recargue. En ese sentido, Rangel argumenta que es fundamental

entenderlo como un problema económico. ―Necesitamos esos espejos de

agua y esas reservas para que continúen los procesos hidrológicos

ineludibles para cualquier explotación económica‖. En la Costa Caribe

también son importantes el conjunto de ciénagas de Zapatosa, el cuerpo de

agua dulce más extenso del país, en el Departamento del Cesar. ―Es una

joya en cuanto a su diversidad, y también es prioridad repensar su futuro‖,

asegura el biólogo de la UN. (Semana, 2009)

En síntesis, el contexto social y político que permite hacer una aproximación a la

situación de las victimas en este departamento, evidencia un escenario social y

político marcado por las pérdidas de vidas, de bienes y de la tierra, aunado a una

serie de dispositivos sociales que van a medida que pasa el tiempo, encuadrando

a la población desplazada, a las mujeres víctimas en una especie de ruta marcada

por una espiral que inicia con la indignación por lo sucedido, y que continua con la

estabilización de la situación, a través de su emplazamiento social y territorial:

Numerosas poblaciones campesinas y pesqueras de los municipios de

Chiriguaná, La Jagua de Ibírico, El Paso y Becerril perdieron sus economías

tradicionales, su esencia, y ahora están sitiadas por las minas. Hace unos

años las compañías carboníferas prometieron reubicar algunos caseríos

25

pobres, los que terminarán enterrados por los montes artificiales, pero

dieron largas a los habitantes, les tomaron el pelo y con el paso del tiempo

quebraron su unidad. Con ello lograron que muchas familias desesperadas

por vivir en medio de un infierno, se conformen ahora con recibir una

indemnización y partan por su cuenta hacia otro lugar, a sabiendas de que

perderán sus raíces, los vecinos de toda la vida, sus recuerdos.

(Hernández, 2010)

Como ya se mencionó, la estrategia de los grupos paramilitares en confluencia

con intereses de tipo económico y político, buscando la estabilización y

consolidación de un modelo de desarrollo caracterizado entre otros aspectos, por

la expropiación, explotación y saqueo de recursos principalmente por elites

locales, regionales y nacionales, al lado de Compañías Multinacionales, generó en

el departamento graves problemas psicosociales como:

El despojo de tierras de miles de campesinos y su emplazamiento

social y territorial a cordones de miseria de ciudades intermedias o

grandes ciudades,

La pérdida de un sinnúmero de vidas quebrando la estabilidad social

y emocional no sólo las familias, sino de proyectos colectivos de vida

y de formas de ser y estar en el mundo, como es la vida campesina

y comunitaria de áreas rurales y de pequeños municipios del país,

La generación de un escenario emocional donde el dolor se vuelve

crónico, y termina instalándose en la propia vida, porque no sólo es

un dolor ante el hecho violento, sino ante la falta de una respuesta

del Estado y de la Sociedad que indique que ―nunca debió ocurrir lo

que paso‖ y señale, juzgue a los responsables, repare los daños y

devuelva el buen nombre a las víctimas y a sus familias,

El miedo, el silencio y la incertidumbre como marcadores de

contexto, y como dispositivos que articulan ese mundo social

excluyente con la propia vida y la propia historia. El miedo porque el

conflicto no cesa, por la presencia de actores armados tantos en la

esfera pública como en la clandestinidad, vigilantes del nuevo orden

social; el silencio que actúa como forma de protección, pero que al

tiempo neutraliza, y reifica el mundo social en dos, donde hay

bandos, donde siempre hay un enemigo, donde siempre se tiene

que ―saber‖ con quien hablar, cuando, donde y ―saber‖ donde

movilizarse. La incertidumbre por el pasado que no cesa, por el

presente que agrede y revictimiza y por el futuro para sí mismo y

26

para los hijos, los nietos a quienes ya no hay nada que ofrecer, en

ocasiones, ni un techo, ni comida, ni posibilidades de estudio, ni un

empleo. El ―nuevo‖ orden, esta nueva realidad a la que las personas

y comunidades se tienen que ―adaptar‖ genera dentro de la

incertidumbre, la certeza de los hechos materiales que al negar la

posibilidad de una vida digna, ―normalizan‖ las condiciones de

miseria en que viven y nacen las nuevas generaciones.

Ser víctima en un escenario de incertidumbre, miedo, silencio y re

victimización, conlleva además la rotulación, la estigmatización, y los

señalamientos que en lo cotidiano se hacen sobre la población

desplazada: ―esta es una población que bueno, está bien que

sufrieron flagelos por la violencia; pero muchos de ellos en su

comportamiento son agresivos, anticívicos, en contra de lo que está

disponible para ellos, si ellos ven la posibilidad de dañar una silla, la

dañan, los baños los dejan terribles, no les dan bueno uso a las

cosas, si quieren patear esa puerta la patean y lo que puede ser más

grave, se pierde la esperanza, como la espera” (Público, 2010)

2. CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA Y DE LAS CONDICIONES DE

SALUD – CON ENFOQUE PSICOSOCIAL EN MUJERES VÍCTIMAS DEL

CONFLICTO ARMADO

2.1. Metodología utilizada para el análisis

2.1.1. Tipo de estudio

El estudio por sus características corresponde a un estudio descriptivo de

corte.

2.1.2. Población del estudio

La población estudiada corresponde a un grupo piloto de 100 mujeres y sus

familias. De ellas se encuentran mujeres de los ocho municipios de trabajo:

Valledupar, Agustín Codazzi, Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico,

San Diego, Astrea y Pelaya.

2.1.3. Instrumentos utilizados

Para la recolección de la información se diseñaron y aplicaron tres

instrumentos:

27

- Encuesta socio demográfica: donde se recogió la información pertinente

de los hogares como: número de miembros del hogar, edades, nivel de

escolaridad, ocupación, inserción socio laboral, nivel de SISBEN,

aseguramiento en salud, pensiones y riesgos profesionales, ingresos,

aporte al hogar, entre otros (ver anexo No1). La unidad de análisis

considerada fue hogar, el cual se definió como los que viven bajo el

mismo techo y comen de la misma olla.

- Caracterización de la vivienda: recogía información relacionada con

tenencia de la vivienda, materiales de construcción, acceso a servicios

públicos, estrato socioeconómico, ubicación de la vivienda, número de

cuartos. Se diligencio para cada uno de los hogares.

- Caracterización de las redes de apoyo: Se pregunta por el apoyo

recibido -por parte de las víctimas- de diferentes actores institucionales,

familiares y sociales; así como la percepción que tienen de los mismos.

Para esta última se usó una escala de Likert.

2.1.4. Proceso de recolección de la información

Para el proceso de recolección de la información se realizaron las

siguientes acciones:

1- Estandarización de los tres instrumentos cuantitativos y el

instrumento cualitativo. Los instrumentos en conjunto fueron

aplicados por un equipo de 4 sicólogas –todas ellas mujeres-, dos del

Departamento de Cesar y dos de la ciudad de Bogotá, previó a un

proceso de estandarización realizado por personas con experiencia

previa en la aplicación de los mismos.

2- Se contactó a las mujeres inicialmente por vía telefónica o a través

de sus organizaciones, algunas mujeres fueron contactadas con

apoyo de otras mujeres quienes igualmente eran víctimas. En esta

comunicación se aclaró en qué consistía el trabajo a realizar, donde

se realizaría y la autonomía para decidir participar o no en el

proceso.

28

3- En las diferentes ciudades se realizó una reunión inicial donde se

estableció contacto con las mujeres y se construyeron los primeros

lazos de confianza.

4- Durante las reuniones con las mujeres citadas, inicialmente se

presentaba el equipo responsable de la valoración, se explicaba el

proceso a desarrollar, se reiteraba la autonomía de las mujeres para

decidir su participación (o no). Posteriormente se realizaban los

talleres de caracterización psicosocial y se diligenciaban los

formularios para la caracterización de los determinantes de la salud

5- Una vez recolectada la información, los instrumentos fueron

revisados colectivamente para identificar inconsistencias en el

proceso de diligenciamiento de los mismos.

2.1.5. Operacionalización de las variables

A continuación se presenta en la siguiente tabla las variables utilizadas, su

indicador, tipo y nivel de medición.

Tabla No 1

Operacionalización de variables

VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO

N

1. Edad

Años cumplidos Cuantitativo

Razón

2. sexo

A. Femenino B. Masculino

Cualitativo

Nominal

3. Núcleo familiar

Se considero núcleo a familias nucleares que vivieran en el hogar

Cualitativo

Nominal

4. Estado de unión de la pareja

A. Casado B. Soltero C. Viudo D. Separado E. Unión libre F. Divorciado G. No informa

Cualitativo

Nominal

5. Años de unión de la pareja

Años cumplidos

Cuantitativa

Razón

6. Jefatura de la familia

A. Si B. No

Cualitativo

Nominal

7. Asistencia a la escuela

A. Si B. No

Cualitativo

Nominal

29

VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO

N

8. Nivel de escolaridad

A. Analfabeta B. Lee y escribe C. Primaria incompleta D. Primaria completa E. Secundaria incompleta F. Secundaria completa G. Carrera tecnológica H. Carrera Profesional I. Postgrado J. No Informa

Cualitativa

Ordinal

9. Afiliación al régimen de seguridad social en salud

A. PPNA B. Régimen subsidiado C. Régimen contributivo D. Régimen especiales E. Prepaga F. Otro

Cualitativa

Nominal

10. Afiliación a pensiones

A. Si B. No C. No sabe no responde

Cualitativa

Nominal

11. Afiliación a ARP

A Si B. No C. No sabe no responde

Cualitativa

Nominal

12. Nivel de SISBEN

Según nivel de SISBEN Cualitativa

Ordinal

13. Discapacidad Valora el tipo de discapacidad que se podía encontrar

Cualitativa

Nominal

14. Posición socio ocupacional

A. No trabaja y no busca trabajo B. Cuidado del Hogar C. Desempleado (Busca Trabajo) D. Trabajador Dependiente E. Trabajador Independiente F. Empleador o Copropietario G. Trabajador. Familiar No Remunerad H. Servicio Doméstico I. No informa

Cualitativa

Nominal

15. Tipo de contrato

A. Térm. Indefinido o mayor a un año B. 2. Mayor a 3 meses y hasta 1 año. C. 3. Hasta 3 meses o periodo de

prueba D. 4. Prestación de servicios u

honorarios

Cualitativa

Nominal

30

VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO

N

E. 5. Por tarea o producción F. 6. Otro G. 0. No Informa o No Aplica

16. Actividad económica

A. Agricultura B. Ganadería C. Artesanía D. Otras Manufacturas E. Comercio F. Administración G. Transporte H. Venta de comidas I. Otros Servicios J. Construcción K. Agroindustria L. Otras Industrias M. Otra actividad N. No Informa

Cualitativa

Nominal

17. Sitio de trabajo

A. 1. Establecimiento B. 2. Vivienda C. 3. Espacio Público D. 4. Agro E. 5. Otro F. 0. No Informa

Cualitativa

Nominal

18. Nivel de ingreso

A. Menos de 300 B. B. 301 a 500 C. C. 501 a 1000 D. D. 1000+ a 1500 E. E. 1500+ a 2000 F. F. Más de 2000

Cuantitativa

Razón

19. Diagnóstico Se clasificaron los diagnósticos de acuerdo al CIE 10

Cualitativa

Nominal

20. No de hijos Número de hijos vivos Cuantitativa

Razón

21. Realización de citología

A. Si B. No

Cualitativa

Nominal

22. Tiempo desde la última citología

A. Menos de un año B. Entre uno y tres años C. Más de tres años

Cuantitativa

Razón

23. Gestación A. Si B. No

Cualitativa

Nominal

24. Planificación A. Sí Cualitativ Nominal

31

VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO

N

familiar B. No a

25. Asistencia a CPN

A. Sí B. No

Cualitativa

Nominal

26. Ubicación de la vivienda

A. Urbana B. Rural disperso C. Rural caserío

Cualitativa

Nominal

27. Tipo de vivienda

A. Unifamiliar B. Bifamiliar C. Propiedad horizontal D. Cuartos E. Hotel F. Vivienda móvil G. Inquilinato H. Refugio

Cualitativa

Nominal

28. Estrato socioeconómico

Según estrato del 1 al 6 Cualitativa

Ordinal

29. Tenencia de la vivienda

A. Propia B. Arriendo C. Vivienda familiar D. Secuestre E. Posesión de hecho F. Sucesión G. Ocupante transitorio H. NS

Cualitativa

Nominal

30. Hipoteca de la vivienda

A. Si B. No C. NS/ NR

Cualitativa

Nominal

31. Usos de la vivienda

A. Vivienda familiar B. Inquilinato C. Tienda D. Taller artesanal E. Restaurante F. Otros negocios G. Restaurante H. Hogar comunitario

Cualitativa

Nominal

32. Materiales del piso

De acuerdo a los materiales usados Cualitativa

Nominal

33. Materiales de las paredes

De acuerdo a los materiales usados Cualitativa

Nominal

34. Fuente de A. Acueducto Cualitativ Nominal

32

VARIABLE INDICADOR TIPO NIVEL DE MEDICIO

N

agua B. Pozo C. Rio D. Carro tanque E. Otro

a

35. Servicio sanitario

A. Ninguna B. Letrina C. Tasa campesina D. Inodoro E. Otro

Cualitativa

Nominal

36. Disposición de excretas

A. Al aire libre B. Acequia C. Poso séptico D. Alcantarillado

Cualitativa

Nominal

37. Disposición de basuras

A. Al aire libre B. Quema C. Enterramiento D. Servicio de recolección E. Otro

Cualitativa

Nominal

38. Tipo de acueducto

A. Comunal B. Domiciliario

Cualitativa

Nominal

39. Energía eléctrica

A. Si B. No

Cualitativa

Nominal

40. Combustible para cocinar

A. Leña B. Gas propano C. Gas natural D. Otros combustible E. Electricidad

Cualitativa

Nominal

41. Comunicaciones

A. Teléfono B. Radio C. TV D. Cable E. Computador F. Internet

Cualitativa

Nominal

2.1.6. Análisis de los datos

La información obtenida se codifico y posteriormente se manejo mediante dos

bases de datos desarrolladas en excel. La primera BD correspondió a los

instrumentos socio-demográficos y la segunda a las condiciones y características

33

de las viviendas de las mujeres víctimas y la percepción de ellas sobre el apoyo

recibido frente a los hechos violentos de los cuales fueron víctimas, así como la

percepción que tienen de las organizaciones estatales y sociales.

Para el análisis de los datos se contó con un plan de análisis uni y bivariado, las

tablas y los gráficos se realizaron con ayuda de Epi info 3,5 y las pirámides

poblacionales se construyeron en Epidat 3,1.

2.2. Resultados

2.2.1. Características generales de las mujeres y sus familias

2.2.1.1. Descripción general de la población

En los 8 municipios fueron entrevistadas un total de 100 mujeres víctimas del

conflicto armado, ellas respondieron completamente la información

sociodemográfica.1

La distribución de las mujeres victimas según municipio fue:

Tabla No 2

Distribución de las mujeres grupo piloto, según municipio de residencia.

Cesar, 2010

Municipio No

Mujeres

Astrea 3

Bosconia 13

Chimichagua 11

Codazzi 14

La Jagua 17

Pelaya 14

San Diego 8

Valledupar 20

Total 100

1 La información sobre vivienda y redes de apoyo solo fue diligenciada por 98 mujeres.

34

El total de las mujeres y sus núcleos familiares corresponde a 537 personas, de

ellas el 44,4% eran hombres y el 55,6% a mujeres; con un promedio de edad de

23,5 años y una desviación estándar de 18,5 años. La edad máxima fue de 91

años.

El total de hombres fue de 238, con una edad promedio de 20,9 y una desviación

estándar de 16,8 años; la moda fue de 14 años; el total de mujeres fue de 298

mujeres con una desviación estándar de 19,5 años y una moda de 16 años. El

índice de masculinidad es de 0,8, es decir por cada mujer hay 0,8 hombres.

De acuerdo a la estructura poblacional (gráfica No 1) encontramos una base muy

ancha y una punta más delgada, hablándonos de una estructura de población

pobre, que aún se encuentra en el primer momento de transición demográfica2.

Gráfica No 1

Pirámide poblacional, grupo piloto 100 mujeres y sus hogares, Cesar

2010

Según las entrevistas el 69.8% de la población correspondían a víctimas directas

de hechos de violencia, el 17,1% eran victimas indirectas, el 9,7% no respondieron

y el 3,2% no aplicaban (gráfica No 2) 2 Primer momento de transición demográfica hace referencia a la persistencia de altas tasas de

natalidad, generalmente acompañado con una disminución leve de la mortalidad infantil.

35

Gráfica No 2

Distribución de la población según tipo de víctima. Grupo piloto

Cesar, 2010

2.2.1.2. Características de los hogares

El total de personas (n=537), pertenecientes a 100 hogares3, hacen parte de 117

núcleos familiares, es decir en cada hogar hay en promedio 1,15 núcleos

familiares. De ellos el 56,5% de los hogares cuentan con jefatura femenina y el

43,5% con jefatura masculina. Del total de hogares el 92% tienen un núcleo

familiar, el 7% dos y el 1% tres núcleos familiares. En promedio cada hogar cuenta

con 5,37 personas; el rango oscila entre hogares con una persona hasta hogares

con 12 personas.

2.2.1.3. Estado Civil

De la población mayor de 2 años (n=355) se encontró que la mayor proporción se

encuentran solteros y solteras, seguido de personas en unión libre, separados y

casados (gráfica No 3)

3 Para este proceso se definió hogar como el grupo de personas que viven bajo el mismo techo y

comen de la misma olla.

36

Gráfica No 3

Distribución de la población mayor de 12 años según estado civil. Grupo

piloto. Cesar, 2010

Para las parejas con alguna forma de unión –casados o unión libre- el promedio

de años de duración de la unión es de 11,9 años, con un mínimo de un mes y un

máximo de 60 años, con una desviación estándar de 11,6 años. Según el tiempo

de duración de la unión el 6,3% tenían menos de un año, el 29,2% entre 1 y 5

años, el 21,5% entre 6 y 10 años y 40,3% más de 10 años de unión (n=144 y en

2,8% de los casos no se respondió).

2.2.1.4. Nivel de Escolaridad

Entre las personas mayores de 15 años y más (n=323), se encontró que el 11,5%

eran analfabetas, donde la mayoría correspondían a los hombres entre quienes el

analfabetismo alcanza el 15,6% en tanto que entre las mujeres es de 8,6%. En

general el nivel de educación alcanzado es bajo, pues el 70,5 no llega a

secundaria. Así mismo llama la atención que entre los hombres el nivel de

escolaridad máximo logrado es de tecnología incompleta, mientras que algunas de

las mujeres alcanzaron nivel profesional (gráfica No4). Estos datos muestran que

los niveles de analfabetismo son mayores que el promedio nacional (10%) y el

mayor nivel de escolaridad alcanzado por las mujeres muestra un comportamiento

similar a las tendencias del país.

37

Gráfica No 4

Nivel de escolaridad alcanzado según sexo. Grupo piloto. Cesar, 2010

Frente a los menores de 12 años se encontró que el 88,7% de ellos asiste a la

jornada escolar diurna (n=97), el 2,1% a la nocturna y el 2,1% no asiste a la

escuela.

2.2.1.5. Posición socio-ocupacional

Alrededor de la posición socio-ocupacional de hombres y mujeres mayores de 15

años se encontró que entre el 15 y 16 % de las personas no trabajaba ni buscaba

trabajo al momento de la entrevista. Que alrededor del 16% de las mujeres cuida

del hogar, en contraste ningún hombre cuidaba del hogar. El 19% del total de la

población al momento de la entrevista buscaba trabajo, siendo esta proporción

mayor para los hombres (gráfica No5). La mayoría de la población, el 34,8%, eran

trabajadores independientes, los cuales correspondían al 81% del total de las

personas que se encontraban trabajando al momento de la entrevista. Y, no se

encontraron hombres trabajando en el servicio doméstico.

38

Gráfica No 5.

Posición socio-ocupacional según sexo. Grupo piloto 2010

De las personas quienes refirieron ser empleados (n=26) sólo 4 tenían contrato

laboral mayor de un año o a termino indefinido, en tanto que 8 eran por honorarios

y 3 por tarea o producto, hablándonos de condiciones propias de la flexibilidad

laboral. De otro lado, entre las personas quienes refirieron ser trabajadores

independientes la mayoría trabaja en el espacio público (tabla No2), ratificando las

precarias condiciones laborales de la población.

Tabla No3

Distribución de la población trabajadora independiente, según sitio de

trabajo. Grupo piloto, 2010

Establecimiento 18,9

Vivienda 21,6

Espacio Público 26,1

Agro 14,4

Otro 11,7

No Informa 7,2

39

2.2.1.6. Aseguramiento de la población

Dado que uno de los elementos que determina el acceso a los servicios en

Colombia es el aseguramiento, se indagó sobre la pertenencia de los miembros de

la familia al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Se encontró

que solo 6 personas cotizan a una Empresa Promotora de Salud (EPS), lo que

muestra que probablemente existen fenómenos de elusión ya que se reportaron

26 personas como trabajadores dependientes, los cuales deberían tener acceso al

régimen contributivo. El 85,7% de las personas de estas familias dependen

directamente de los recursos estatales para su atención en salud, vía el régimen

subsidiado o subsidios a la oferta (SISBEN) (gráfica No6).

Gráfica No. 6

Distribución de la población según tipo de aseguramiento en salud.

Grupo piloto, 2010

Esta situación hay que tenerla en cuenta, ya que en el total de la población se

encontraron 34 personas con algún tipo de discapacidad, 28 con discapacidad

física, 2 sensorial y 4 cognitiva.

2.2.1.7. Características de la vivienda

Del total de las mujeres entrevistadas (n=100) 98% respondieron la información

correspondiente a vivienda, no se contó con información en dos casos, uno de la

40

Jagua y otro de Valledupar, la distribución de las viviendas se presenta en la tabla

No 3.

Tabla No 4

Distribución de las viviendas según municipio de ubicación

Grupo piloto 2010

Astrea 3,06

Bosconia 13,27

Chimichagua 11,22

Codazzi 14,29

La Jagua 16,33

Pelaya 14,29

San Diego 8,16

Valledupar 19,39

Total 100,00

Según la ubicación de las viviendas, la mayoría se encuentran en la zona urbana

(gráfica No 7)

Gráfica No 7

Distribución de las viviendas según municipio. Grupo piloto, 2010

De acuerdo al tipo de tenencia de la vivienda el 51% son propias, el 23,5% se

encuentran en arriendo, el 14,3% son de tipo familiar, el 5,1% es cuidador o

secuestre y en el 6,1% se da otra forma de tenencia. El 80,6% de las viviendas

son unifamiliares, el 13,3% corresponden a viviendas bi-familiares, el 3,1% son

cuartos y el 3% de otro tipo. En el 12% de los casos no se obtuvo datos sobre el

41

estrato de la vivienda, el 86,7% correspondían a viviendas de estrato I y el 1% a

estrato II.

De acuerdo al número de cuartos y el número de habitantes de la familia se

encontró una proporción muy alta de hacinamiento crítico (gráfica N° 8), además

una alta proporción de las personas no suministraron información sobre el número

de cuartos.

Gráfico No 8

Proporción de hacinamiento según nivel. Grupo piloto, 2010

Además de los altos niveles de hacinamiento, es necesario llamar la atención

sobre la calidad de la vivienda para su habitabilidad. El 34,7% tenían pisos de

tierra o de tabla o tablón; en el 11,2% de los casos no se contaba con acceso a

servicio de acueducto; en el 10,2% de las viviendas no se contaba con ningún

sistema de disposición de excretas; solo en el 75,5% de los casos había

recolección domiciliaria de basura; el 85,7% tenía acceso a energía; una vivienda

contaba con conexión a internet y el 63,2% contaban con acceso a un sistema

telefónico; y, en el 26,5% de las viviendas se cocinaba con leña.

Finalmente el 81,6% de las viviendas se usan exclusivamente como viviendas, en

tanto el 16,3% para algún negocio y en el 2% de los casos no se obtuvo esta

información.

2.3. Condiciones de pobreza según necesidades básicas insatisfechas y línea de pobreza.

42

Frente a las condiciones de pobreza de las mujeres víctimas del conflicto armado

y des desplazamiento, se encontró lo siguiente:

a) Un índice de dependencia económica de 0,81; es decir que por cada

persona en edad de trabajar dependen de ella 0,81 personas que no se

encuentran en edad de trabajar. La alta dependencia económica está de

acuerdo con la estructura poblacional encontrada.

b) De acuerdo a la población de la cual se respondió cuál era el nivel de

SISBEN, el 97,6% corresponden a nivel I, el 2,1% a nivel 1 y 0,2% a otro

nivel (n=424).

c) Cuando se evalúan las condiciones de pobreza por Necesidades Básicas

Insatisfechas (NBI) se encuentra que en las familias (n=98) que contestaron

completamente la información el 37,8% viven en condiciones de pobreza –

tienen por lo menos una necesidad básica no satisfecha-; el 31,6% se

consideran en condiciones de miseria –con dos o más condiciones básicas

no satisfechas- y, 30,6% no se encuentran con necesidad básicas

insatisfechas.

d) De acuerdo al nivel de ingresos el 28,6% de los hogares cuenta en

promedio con más de dos dólares al día por persona para sus gastos; el

37,8% se pueden considerar en pobreza por que cuentan con entre 1 y 2

dólares al día sus gastos; y el 33,7% viven con menos de un dólar al día por

persona y se consideran hogares en condiciones de indigencia.

2.4. Percepción de las mujeres víctimas del conflicto -sobre actores sociales e institucionales- con relación al apoyo brindado durante el proceso de desplazamiento

El último aspecto que se indago está relacionado con la percepción de las mujeres

víctimas del conflicto sobre el apoyo recibido por diferentes actores sociales e

institucionales.4

4 Se indago alrededor del apoyo recibido por la familia, la iglesia, vecinos, organizaciones

comunitarias, ONG, alcaldía, procuraduría, defensoría del pueblo, fiscalía, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, empresas, gobiernos internacionales y organismos internacionales. Así mismo se indago el nivel de confianza frente a Estado, iglesias, organismos internacionales, ONG, empresas, organizaciones y gobiernos internacionales.

43

Los actores que, de acuerdo a la percepción de las mujeres, han suministrado

apoyo fueron: la familia en el 27,6% de los casos a través de apoyo en transporte,

alimentación, alojamiento, recursos financieros, y proyectos productivo; seguidos

de la alcaldía en el 17,3% de los casos, vecinos en el 9,2%, iglesia en el 8,2%,

pastoral social en el 6,1% y otros (gráfica No 9)

Gráfica No 9

Percepción del apoyo recibido por diferentes actores. Mujeres víctimas del

conflicto. Grupo piloto, 2010

En general las mujeres se sintieron apoyadas para albergues, transporte,

alimentación y recursos económicos. Las áreas donde han percibido menor apoyo

son: atención médica, psicosocial y jurídica.

Frente a la percepción que tienen las mujeres sobre el nivel de apoyo que han

recibido por parte de: instituciones del Estado, ONG, empresas e iglesia; y de otro

lado de organizaciones y gobiernos internacionales se encontró que la calificación

predominante corresponde a ningún apoyo o bajo nivel del mismo. El actor

institucional de quien perciben mayor apoyo es el Estado que entre el nivel medio

y alto alcanzó el 39,8% seguido de la iglesia con el 33,7% (gráfico No 10)

44

Sin embargo, se necesita llamar la atención alrededor de la alta percepción de no

apoyo o bajo apoyo frente a todos los actores, esta oscilo entre el 36 y el 48%.

Grafico No 10.

Nivel de percepción sobre apoyo recibido por parte de mujeres víctimas del

conflicto armado. Grupo piloto, 2010.

Finalmente, se indagó alrededor del nivel de confianza que las mujeres tienen

hacia actores como el Estado, iglesias, organismos y gobiernos internacionales,

ONG, organizaciones comunitarias y empresas. Se encontró que las mujeres

tienen mayores niveles de confianza en el Estado y las iglesias, en contraste los

menores niveles de confianza son hacia las empresas, las organizaciones

comunitarias y las ONG (gráfico No 11)

45

Gráfico No 11. Percepción de confianza hacia diferentes actores por parte de

las mujeres víctimas del conflicto. Grupo piloto, 2010

2.5. Reflexión final

Los fenómenos de violencia han traído múltiples problemas para el país, pero muy

especialmente para los hombres, mujeres, niños y niñas que han sido víctimas –

directas o indirectas- del conflicto armado colombiano. Esta caracterización básica

de 100 mujeres y sus familias permiten realizar una aproximación inicial a algunos

de sus determinantes sociales y económicos de su salud. Los resultados muestran

que las mujeres víctimas del desplazamiento forzado en 8 municipios del

departamento del Cesar, se encuentran en condiciones de marginalidad y

exclusión social.

Este grupo de victimas no logra acceder a viviendas y empleos dignos; ellas, sus

parejas e hijos no alcanzan niveles adecuados de educación lo que perpetua el

llamado circulo de la pobreza; dadas sus condiciones de trabajo –

fundamentalmente el subempleo, denominado popularmente ―rebusque‖- no

acceden al Sistema de Seguridad Social –ni en salud ni en pensiones; cuando son

contratadas no cuentan con garantías laborales mínimas; por sus condiciones

generales la mayoría de ellas y sus familias han sido reconocidas por el Estado

como pobres necesitadas de subsidios estatales (niveles de SISBEN 1 y 29); y,

utilizando indicadores como NBI y LP se encuentran altos niveles de pobreza.

46

En esta situación no han encontrado apoyos muy fuertes para superar las

consecuencias provocadas por los hechos violentos, sus principales referentes de

solidaridad han sido la familia –como primera red de apoyo construida sobre las

bases del amor y la cooperación mutua-; la administración municipal, quienes

asumen ayuda humanitaria en los tres primeros meses; seguido de la iglesia quien

con el espíritu de la beneficencia y la caridad cristiana apoya a los pobres. Sienten

un nivel de confianza medio por actores como el Estado y la Iglesia.

Las condiciones actuales de vida, la falta de una dignificación real y efectiva de las

víctimas, la exclusión y marginación social en la que viven, configuran nuevas

formas de revictimización y de vulneración de sus derechos fundamentales.

Se necesita avanzar en políticas gubernamentales que logren efectivamente

romper el círculo de indignidad y revictimización para, desde allí, reconstruir el

tejido social y superar el daño infringido hasta ahora.

3. CARACTERIZACIÓN Y ATENCIÓN PSICOSOCIAL DE 1200 MUJERES

VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO

3.1. Aspectos generales del proceso de caracterización psicosocial

3.1.1. Pasos previos al proceso de caracterización El primer paso en el proceso de caracterización se dio de manera concomitante

con la realización del mapeo institucional. En la realización de los contactos

institucionales y las entrevistas requeridas para tener un panorama de las

instituciones que, por su misión y carácter atienden víctimas en el departamento

del Cesar en cualquier ámbito, se llegaron a acuerdos en cada municipio acerca

de lugares y personas e instituciones remisoras para el inicio de la primera jornada

de caracterización. A la postre, como se verá más adelante, estos acuerdos, por

diferentes circunstancias explicadas en el acápite correspondiente, no se

cumplieron en todos los municipios ni en su totalidad.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos que presentaba el contexto, se logró llevar

a cabo con éxito las jornadas de caracterización en cada uno de los ocho

municipios que cubre el proyecto, con grupos piloto de mujeres para un total de

101 mujeres caracterizadas psicosocialmente y 100 formatos de caracterizaciones

socio demográficas.

47

3.1.2. Participación de practicantes de universidades locales en el proceso de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas

Con el fin de involucrar a las universidades locales en el proceso de

caracterización, se establecieron contactos con la Universidad Nacional Abierta y

a Distancia – UNAD en la ciudad de Valledupar. En las reuniones realizadas con

las directivas de la universidad, la dirección y coordinación del proyecto socializó

el objetivo del mismo y la intención de vincular a practicantes de la carrera de

psicología en el proceso de caracterización psicosocial a las mujeres víctimas del

departamento.

Sin embargo, a pesar de estas gestiones y las posteriores realizadas por el equipo

de profesionales del Cesar, no fue posible concretar la participación de pasantes

de la UNAD en el proyecto, pues los espacios de práctica son elegidos por los

estudiantes y el procedimiento de la Universidad es informar a los mismos sobre

las nuevas ofertas que a ese nivel se den y los estudiantes establecen contacto

directamente con las instituciones que han abierto la posibilidad. Después de

varias semanas, no se obtuvo respuesta por parte de los estudiantes y se decidió

continuar con las acciones sin la participación de pasantes.

3.1.3. Metodología utilizada en el proceso de caracterización psicosocial5 En este apartado presentamos los aspectos orientadores del proceso de

caracterización, fundamentados en la construcción conceptual y metodológica del

modelo de trabajo de la Corporación Vínculos:

3.1.3.1. Contextualización del proceso de valoración psicosocial y diseño de las actividades e instrumentos para la valoración:

Consolidación del equipo de profesionales que llevara a cabo la valoración

y diseño de un plan operativo de trabajo

La fase inicial está dedicada a la preparación del equipo, la cual requiere

de tiempo suficiente para que los profesionales encargados se dediquen a

estudiar y a profundizar en los aspectos más significativos del enfoque

5 Documento de trabajo interno Corporación Vínculos. Modelo de Acompañamiento Psicosocial

48

psicosocial y su relación con el trabajo con población víctima de la violencia

sociopolítica en Colombia. ´

Es importante conocer los antecedentes por los que han pasado estas

personas, así como los hechos de violencia a los que fueron sometidos por

parte de los actores armados.

Este conocimiento previo permite construir un proceso de valoración

psicosocial reconociendo el contexto de la violencia sociopolítica del que

fue víctima.

3.1.3.2. Guía para la valoración y elaboración de instrumentos, basados en las herramientas de caracterización psicosocial de la Corporación Vínculos.

La perspectiva teórica de nuestro modelo de trabajo para el acompañamiento

psicosocial es el enfoque sistémico construccionista social, el cual privilegia las

investigaciones referidas a lo local, a diferencia de la búsqueda de verdades

universales, y acentúa el aspecto de intercambio y de génesis social del

conocimiento (Gergen 1996). El construccionismo social considera que las ideas y

las comprensiones sobre el mundo surgen del intercambio social y son

comunicadas en el lenguaje, y que éstos evolucionan o cambian en el espacio de

las conversaciones entre las personas, en el dominio de la danza común. (Boscolo

y Bertrando 1996). Esta perspectiva aporta focos de estudio pertinentes para la

comprensión del mundo social que se crea en los contextos de violencia

sociopolítica, dado que ofrece categorías comprensivas, tales como contexto,

identidad, relaciones y narrativas, como referentes de análisis sobre los efectos

que tiene este tipo de violencia en las personas, familias y comunidades, y señala

una postura teórica y metodológica respecto a que las prácticas de

acompañamiento psicosocial son diálogos para concertar y diseñar soluciones que

permiten a las personas incluirse a sí mismas e incluir a otros/as como parte del

proceso, y definir de manera interactiva valores y rutas que emergen en el proceso

mismo. (Arévalo, Liz 2010)6

En este marco teórico, la caracterización psicosocial puede tener una doble

finalidad: por un lado contribuir al proceso judicial desde la identificación de los

daños en diferentes ámbitos de la identidad de la población víctima y, por otro,

favorecer un espacio reflexivo y generativo de un nuevo conocimiento de las

personas victimas sobre sí mismas, en el cual la información recogida es un

6 Arévalo, Liz. 2010. Acompañamiento psicosocial en procesos de reparación: Una mirada

reflexiva. En Revista de Estudios Sociales: No 35: Universidad de Los Andes. Bogotá.

49

contexto narrativo que permite a las personas valorar por sí mismas la dimensión

del daño y la forma como este ha configurado su mundo social e individual desde

la propia perspectiva y no desde un observador externo (evaluador) que define

una realidad desde su experticia profesional.

Este tipo de caracterización permite la construcción de un saber compartido

involucrando como protagonistas a la población y contribuye a que las personas

vivan una experiencia que les devuelva autonomía y ―voz‖, aspectos que la

violencia infringida por otro les ha arrebatado. Por lo anterior, se busca que estos

planteamientos puedan materializarse a través de los instrumentos y las

metodologías de trabajo que se diseñen.

En esta línea de trabajo, la categoría identidad se constituye en el hilo conductor

del proceso de caracterización y acompañamiento psicosocial. La identidad puede

ser definida como las versiones o las ―teorías‖ que construimos sobre el ―sí

mismo‖. Shoter (1996) se refiere particularmente al ―sí mismo‖ como a ―un

conjunto de estrategias, un modo o un conjunto característico de modos de

responder a los otros alrededor nuestro‖. Las diferentes versiones muestran la

disposición emocional para interactuar con el mundo, ya que cuando hablamos de

quiénes somos indicamos la emoción en la que nos encontramos y el contexto

relacional donde la hemos construido con otros/as.

Generalmente es ―plausible‖ saber quiénes somos. Sin embargo, ser víctima de un

hecho de violencia es una de las situaciones que desconcierta de una forma

extrema a las personas, poniendo en ―crisis‖ esta identidad, puesto que el hecho

mismo irrumpe en las creencias que tienen las personas sobre quiénes son, cómo

los ven los demás y qué pueden esperar de su entorno social. Las victimas se

preguntan ¿Por qué a mí? ¿Qué puede esperar ahora de los otros/as? Debido a

esto, su escenario emocional se caracteriza por el miedo, la ansiedad además del

sufrimiento que genera la muerte y el hecho violento mismo.

Pese a estas generalidades, es necesario considerar la caracterización psicosocial

de cada persona y de cada población, la cual integra la mirada psicológica, de

salud y la relacional- social para la identificación de los efectos, daños,

transformaciones y pérdidas, ocasionados por los hechos violentos de los que

fueron víctimas en el contexto de la violencia sociopolítica.

La mirada psicosocial desde la categoría identidad integra los aspectos

diferenciales ya descritos (genero, generación o ciclo vital, tipo de hecho violento,

50

respuesta institucional y social, tipo de pérdidas sufridas y condiciones sociales y

políticas de la persona víctima y tiempo) pues éstos se constituyen en el contexto

para reconocer la particularidad de cada persona o grupo.

Con el fin de operacionalizar esta categoría, a renglón seguido se presentan

algunos elementos guía que orientan la elaboración de instrumentos y de la

entrevista misma:

En cuanto a la afectación emocional, deben contemplarse los escenarios

emocionales en los que se encuentra la persona que ha sido víctima, y las

narrativas o historias que tienen las personas o comunidades sobre sí

mismas a partir del hecho violento:

Cambios Aspectos a

considerar

Cambios que se pueden identificar en cada

aspecto

Identidad

Versión

personal de la

identidad

La recomposición en la historia que la persona

hace de sí mismo a partir del hecho violento,

según genero y ciclo vital

Recursos y capacidades de afrontamiento

Emociones y

narrativas sobre

la experiencia

vivida,

La emoción más significativa y las historias que las

personas se cuentan sobre lo sucedido, según

género y ciclo vital.

Escenarios emocionales recurrentes a partir del

hecho violento o de experiencias de

revictimización

Versión virtual

de la identidad,

Los cambios en como creen que otras personas

los ven a partir del hecho violento según genero y

ciclo vital

Versión

colectiva de la

identidad.

Los cambios en el valor y significado de

pertenencia a un grupo social -teniendo en cuenta

elementos como arraigo, territorio y sentido del

nos-. Según genero y ciclo vital

El segundo elemento tiene que ver con la afectación relacional y se refiere

a que la identidad es construida con los otros/as en la familia, la sociedad y

la cultura y en la medida que esto sea abruptamente violentado, a raíz de

un hecho violento, cambia también y afecta la identidad individual y

51

colectiva. Este aspecto, contempla una comprensión en los cambios en las

relaciones y en el ámbito cultural:

Cambios Aspectos a

considerar

Cambios que se pueden identificar en cada

aspecto

Identidad

Relacional

Relaciones

familiares

Cambios en las relaciones familiares7 a partir del

hecho o proceso de violencia vivido, según

género y ciclo vital.

Redes sociales

Los cambios en las redes sociales -el conjunto de

seres con quienes interactúa y conversa de

manera regular- instituciones, vecinos, amigos y

pobladores., según genero y ciclo vital

Identidad

Cultural

Relaciones de

género

Afectaciones diferenciales en hombres y mujeres

a partir del hecho violento.

Los cambios en las cosmovisiones frente al ser

hombre y el ser mujer, en las relaciones de poder,

roles, significados, símbolos y las acciones.

Rituales

Transformaciones que genera el hecho violento

en las formas culturalmente creadas para

expresar transiciones o cambios del devenir

humano.

Patrones

culturales

Los cambios en los tipos de situaciones, prácticas

y las formas aprendidas de interactuar a partir de

la experiencia del hecho violento.

Como tercer elemento, se propone una exploración de la afectación de los

derechos de las víctimas. Esto con el fin de identificar la construcción

cultural y política que la persona como sujeto de derechos realiza sobre sí

mismo, y su rol como agente frente a sí mismo y los otros/as:

Cambios Aspectos a

considerar

Cambios que se pueden identificar en cada

aspecto

Identidad

sujeto de

derechos

Conocimiento de

las personas

sobre sus

derechos

Nivel de claridad e interiorización de las personas

sobre su calidad como sujeto de derechos (antes,

durante y después del hecho violento).

Los derechos que se han vulnerado a partir del

7 Comprendido hacia las relaciones de familiaridad, donde acudimos a los otros significativos más

allá del grado de consanguinidad.

52

hecho violento así como las historias que tienen

las personas sobre quién es responsable dada la

tendencia a la autoculpabilización de lo sucedido.

Situaciones

donde se da la

re-victimización

Explorar si se ha dado o no la revictimización

Relaciones o contextos donde la población

víctima está siendo nuevamente vulnerada

debido a la ausencia del Estado o de nuevas

amenazas o hechos violentos.

Acciones de

reivindicar la

memoria sobre lo

sucedido

Indaga sobre las condiciones propicias para

apoyar un proceso de reparación con otras

organizaciones sociales o gubernamentales y

contribuir a un proceso de recuperación

emocional

Acompañamiento

en casos de

denuncia, de

exigibilidad de

derechos y

documentación

de casos sobre

la vulneración de

sus derechos.

Indaga sobre la situación emocional de las

victimas en situaciones de denuncia en las cuales

debe recordar y describir la experiencia violenta

vivida.

La revisión de la afectación emocional, relacional y de derechos, desde la

categoría de identidad nos brinda la posibilidad de obtener una mirada compleja

sobre los efectos psicosociales que observamos en una persona y una

comunidad, siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto, el tipo de hecho

violento del cual fue víctima

La siguiente grafica resume lo dicho anteriormente y es la guía para la realización

de la valoración.

53

Todo lo anterior debe traducirse en instrumentos concretos, fáciles y agiles que

orienten la entrevista y permitan el adecuado registro de la información recogida.

En otras palabras, la valoración psicosocial debe permitir conocer y comprender la

interacción de los tres campos y su relación con el contexto (Violencia socio-

política) desde un análisis temporal que toma como punto de inflexión el hecho

violento, marcando el antes, durante y después de su perpetuación, con el fin de

establecer los daños en esta línea de tiempo:

De este modo, se puede considerar dentro de la valoración del contexto, aspectos

como la situación socio demográfica de las familias, creando un instrumento

adecuado, que permita identificar individualmente a los miembros de cada hogar,

a través de las variables demográficas básicas (sexo, edad, estado civil), relación

con la Estructura Familiar (parentesco, núcleos, dependencia económica),

Educación (grado de escolaridad, asistencia), Salud (cobertura de salud y

seguridad social, discapacidad reconocida) Trabajo e Ingresos (posición

ocupacional, actividades económicas, fuentes y nivel de ingresos) y Vivienda

(localización y tipo de vivienda, condición de su tenencia, estrato socioeconómico,

tiempo de residencia, área y ocupación, usos de la vivienda, materiales de

construcción predominante, indicador de saneamiento básico y acceso a servicios

públicos). Esta información permite construir indicadores de necesidades básicas

insatisfechas NBI para el análisis de la calidad de vida de la población valorada.

Afectación de

derechos Identidad y Sujeto de derechos

Afectación emocional Identidad y Escenarios

emocionales

Afectación relacional

Identidad Relacional

Cultural

Efectos psicosociales de la

violencia política.

Afectación de

derechos

Sujeto de

derechos Niveles de interpretación de la afectación.

Contexto

54

Estos datos se utilizan con el propósito de conocer las condiciones generales de

salud de la población, la elaboración de perfiles específicos de las afectaciones y

diseñar posibles rutas de atención.

Con relación a la afectación en los tres ámbitos señalados, la entrevista semi-

estructurada, se constituye en una herramienta útil para el abordaje de las

narrativas, de las prácticas y significados relacionados con las emociones,

relaciones y ejercicio de los derechos por parte de los familiares de las víctimas, a

partir del hecho violento, o en correspondencia con éste. La entrevista semi-

estructurada es un instrumento de carácter cualitativo y se puede utilizar de forma

individual, familiar o colectiva. Como estrategia metodológica, en el modelo de

trabajo propuesto desde la Corporación Vínculos, se prefiere la realización de

entrevistas semi estructuradas familiares por dos razones fundamentales: la

primera, porque esta estrategia parte de la base de reconocer que la violencia

política afecta a todos los miembros de una familia, aunque de manera diferencial,

y la segunda, por que los efectos de la violencia política, en muchas ocasiones

han sido silenciados, y miembros de una misma familia nunca han escuchado al

otro hablar de lo que vivió, sintió, pensó o cómo cambio su vida a partir de la

violación de derechos humanos. Lo anterior no significa que no se realicen

entrevistas individuales, se puede si el tiempo lo permite, y las personas desean

hacer ambas modalidades con el fin de profundizar en algunos aspectos que no

quisieron compartir, por ejemplo, cuando se han presentado eventos de violencia

sexual o de tortura, las personas pueden preferir hablar de este tema sin que su

familia escuche lo que la persona vivió o sufrió.

La entrevista semi estructurada se puede complementar con la valoración de

redes, organizaciones e instituciones de apoyo a la persona y a la familia. La

relevancia de ésta información en todo el proceso de valoración, es que permite

registrar durante la entrevista psicosocial, la oportuna atención que otorgaron a las

familias, las redes, organizaciones e instituciones sociales, en relación con los

tipos de apoyo ofrecidos y recibidos, fundamentalmente referidos al apoyo

material, vivienda, apoyo psicosocial y emocional, atención médica, asesoría o

acompañamiento jurídico y organizacional, con la posibilidad de identificar otras

categorías emergentes.

La valoración de las redes de apoyo permite, no sólo establecer si la atención fue

dignificante y oportuna para la persona y su familia, sino también determinar la

valoración de los niveles de confianza y de apoyo que las familias otorgan a las

principales instituciones sociales que podrían o deberían ejercer un rol de

55

protección de sus derechos, apoyo u acompañamiento como parte del entorno

social, o en razón de su objeto jurídico o función social.

3.1.3.3. Presentación de la propuesta

Una vez se cuenta con la propuesta de valoración psicosocial, es muy importante

realizar la presentación de sus objetivos, contenidos y metodología a la persona y

a las familias, con el fin de explicar de qué se va a tratar éste proceso, cómo se va

a realizar, para qué va a servir y cuáles son los alcances del mismo. Es

fundamental no generar expectativas que no se puedan cumplir, y sobre todo

reconocer que las personas y sus familias ya han pasado por experiencias

revictimizantes, por lo tanto, debe darse un compromiso explicito por hacer de esta

valoración una experiencia dignificante.

Por último, se debe acordar cuáles personas del grupo familiar quieren participar

de la valoración, la cual es asumida como un proceso de carácter voluntario, en el

que si en cualquier momento no desean continuar, o no quieren hablar, se pueda

parar con toda tranquilidad, y sobre todo reflexionar frente a lo que se está

generando, con el fin de tomar decisiones conjuntas para el desarrollo o cierre del

mismo proceso.

3.1.3.4. Realización de la caracterización La herramienta que guió el proceso de caracterización es el Caleidoscopio,

construida a partir de la experiencia de la Corporación Vínculos en procesos de

acompañamiento psicosocial a víctimas de la violencia sociopolítica en Colombia.

La herramienta se inspira en la pluralidad de lecturas que proporciona el

caleidoscopio como objeto, en el que ―al mirar por uno de sus extremos se ven

combinaciones armónicas que varían cuando se gira el tubo‖.

La metáfora es útil para la construcción de análisis de los diferentes significados

construidos por las personas víctimas en los muchos contextos en los que se

desenvuelven como sujetos. Siguiendo el texto elaborado por el equipo de la

Corporación Vínculos en 2009, Acompañamiento psicosocial en contextos de

violencia sociopolítica, “como herramienta, el caleidoscopio permite caracterizar

personas y grupos mediante la exploración y reconocimiento de su identidad,

atendiendo a los significados construidos en diferentes contextos, experiencias y

relaciones para recoger información que posibilite identificar necesidades y

56

recursos específicos de la población y adelantar el proceso de acompañamiento

psicosocial.”8

El caleidoscopio permite acercarse a las realidades de las personas víctimas en

cinco dimisiones u órbitas: individual, familiar, social, cultural y política, que

pueden ser analizadas desde dos niveles: aprendizajes y dificultades de la

situación violenta. Las órbitas y los niveles categorizados son atravesados por la

categoría tiempo en donde se consideran tres dimensiones: antes, durante y

después del hecho violento experimentado por las personas víctimas. Volviendo al

texto citado:

“[la] categoría del tiempo es especialmente importante cuando el

acompañamiento psicosocial se hace con personas, familias o

comunidades que han sido afectadas por hechos violentos o situaciones

muy dolorosas (…) tener en cuenta las emociones y significados en estas

tres dimensiones: antes, durante y después, facilita una mayor comprensión

de los tiempos subjetivos y del grado de afectación emocional para construir

las posibles rutas que faciliten el acompañamiento”9

La siguiente gráfica ayuda a la comprensión de la herramienta Caleidoscopio:

Gráfica 12.

Herramienta para la caracterización de las personas y grupos

En el proceso de caracterización, la aplicación de esta herramienta dio lugar al

diseño y realización de ocho talleres que permitieron avanzar en los siguientes

aspectos:

8 Op. Cit. Pág. 44.

9 Op. Cit.

57

La construcción de relaciones de confianza con las mujeres

El acercamiento a sus realidades, historias, significados y autopercepciones

sobre el hecho violento y su situación actual

El reconocimiento de sus afectaciones, relacionales, emocionales y en el

ámbito de los derechos.

La identificación de aspectos prioritarios en el campo psicosocial para

diseñar los siguientes encuentros.

La sistematización de los talleres permitió profundizar en los aspectos

mencionados en los grupos de mujeres que participaron voluntariamente en el

proceso.

3.1.3.5. Registro y procesamiento de los datos

La fase de recolección de la información durante la entrevista, es igual de

importante a la fase de registro de la información. Loa datos obtenidos durante el

proceso de caracterización, se constituyen en una información sensible y

confidencial que debe ser manejada con todas las precauciones.

El procesamiento de la información desde la metodología propuesta, se hace

siguiendo la técnica de triangulación de los datos, que se entiende como la

combinación de dos o más fuentes de datos, métodos de investigación,

estrategias de análisis, en el estudio de un mismo ―objeto‖.

Así mismo, la triangulación de los datos, permite un mayor grado de confiabilidad y

validez en el proceso de análisis de la información. Específicamente se pueden

emplear los siguientes tipos de triangulación:

- Triangulación metodológica entre herramientas cuantitativas y cualitativas

entre diferentes instrumentos y en el abordaje de ciertos aspectos al interior

de un mismo instrumento.

- Triangulación del análisis (punto de vista) entre distintos individuos, por

ejemplo entre los miembros del equipo profesional responsable del análisis

de las entrevistas.

- Triangulación del procesamiento, generando diversas vistas o formas de

estructuración y consolidación de los datos e información.

58

- Triangulación interdisciplinar, como resultado de las perspectivas

diferenciadas y complementarias entre el proceso de valoración psicosocial

y el médico.

- Análisis de las lógicas: Análisis de los cambios presentados entre la lógica

de diseño de los instrumentos y la lógica en uso de los mismos, durante la

interacción con los entrevistados, para reconstruir o recomponer

consensualmente la semántica de la entrevista frente a aquellos aspectos

que lo requirieran.

3.1.3.6. Devolución de la información y validación con las personas participantes de la valoración El momento de devolución pocas veces es contemplado en los procesos de

valoración, pero para la Corporación Vínculos es uno de los momentos claves, que

aportan a la dignificación de las personas que han sido víctimas de la violencia

sociopolítica. En este punto es importante tomar los principales puntos del informe

elaborado y realizar una actividad ya sea colectiva, familiar o individual en el que

se les manifieste a las personas lo que se va a presentar en el informe y cuál es la

visión del ―perito, entrevistador‖ o de la organización encargada frente a su

situación.

En esta devolución es útil hacer énfasis en los recursos que las personas han

encontrado para afrontar las situaciones, y en las explicaciones contextuales que

se hayan dado a los hechos, ya que muchas veces estos son invisibilizados por la

fuerza devastadora que tienen la violencia. El efecto de hacer énfasis en estos

puntos es que las personas se dan cuenta de dos aspectos fundamentales: 1. Que

ellos y ellas han respondido a la violencia y han hecho cosas para sobrevivir. 2.

Que lo que paso responde a unas intencionalidades particulares de unos actores

armados, ya sea en el territorio, o por control político y social, o por generar terror

e inmovilidad, entre otras, lo cual muestra desculpabiliza, ubica las

responsabilidades en quien corresponde y ayuda a restaurar el buen nombre de

las personas.

Este momento permite también validar la información recogida, en términos de

que las personas tienen derecho a manifestarse en acuerdo o en desacuerdo con

los planeamientos de la valoración, ya que es de su situación emocional,

relacional y de derechos de la que se está hablando. Así mismo esto es

59

información para ellos que puede ayudar a movilizar procesos de elaboración de

los efectos de la violencia en sus vidas.

3.2. Aspectos generales del proceso de atención psicosocial

3.2.1. Temáticas Abordadas

Las mujeres ―Víctimas de la violencia sociopolítica‖ requieren de una atención

psicosocial donde se aborde las implicaciones de los hechos violentos sobre sus

propias vidas, sus familias y sus redes vinculantes en tres ámbitos de trabajo

definidos desde el enfoque de la Corporación: emocional relacional y de derechos.

Es importante aclarar que el proceso de atención de las mujeres desde la

metodología de la Corporación Vínculos (enfoque sistémico construccionista) es

un proceso recursivo que se va construyendo y retroalimentando

permanentemente desde el momento del mapeo de capacidades locales y

caracterización, ya que tanto caracterización como atención son procesos

articulados. De esta manera, al realizar la caracterización de los grupos de

mujeres e identificar las afectaciones a nivel emocional, relacional y de sujeto de

derechos, se construye un plan de intervención que actúa como una guía más que

como un protocolo y que responde a la particularidad de cada grupo de mujeres.

Así, para los procesos de atención grupales con las mujeres víctimas del

desplazamiento y la violencia sociopolítica dentro del proyecto, surgen unos temas

guía que se trabajan de manera diferencial con cada grupo y son:

a. Después del encuentro de caracterización se realizó un segundo encuentro

con los grupos, se trabajó la identidad y la forma como se ven las mujeres a sí

mismas y sus emociones, en conexión con el hecho violento. Es decir, se

invitó a reflexionar sobre la historia emocional y relacional tenido en cuenta las

distintas voces desde las cuales se configuran las ideas de ―lo que somos‖

(Sujetos de derechos, familiar, contexto político, cultural) con el objetivo de

lograr movilizaciones en los significados construidos que en algunos casos

favorecen la ―cristalización de la identidad‖.

b. En el tercer encuentro con los grupos se trabaja alrededor de la metáfora de

una ―maleta de viaje‖, en la cual se cargan ideas, emociones, recuerdos,

personas, creencias, invitándolas en el proceso a hacer una reflexión frente a

60

lo que hoy en día deciden o no llevar en esa ―maleta de viaje que llevan en la

vida‖.

c. En el cuarto encuentro se trabaja desde los recursos personales y sociales que

los grupos de mujeres y sus familias han desarrollado en su historia y que les

han permitido convertirse en sobrevivientes de las situaciones de violencia.

3.2.2. Metodología

La atención de las mujeres se hace desde el enfoque conceptual y

metodológico desarrollado por la Corporación Vínculos el cual contempla

una mirada relacional y cultural contextual en el que se pregunta por las

pautas y narrativas del contexto donde se construye la relación víctima-

victimario, el contexto cultural y el mundo social donde se mantiene la

violencia y la situación de la víctima en el contexto de la violencia de la cual

es objeto10.

Además, desde la Corporación Vínculos ―lo psicosocial como enfoque es

irreverente frente a procesos de atención puramente psicológicos y

focalizados en los individuos‖, y busca ―construir un proceso reflexivo entre

la población víctima, su red social y los acompañantes, que contribuya a la

superación de los efectos sociales y emocionales de la violencia mediante

la resignificación de la identidad y del reconocimiento de los recursos

personales y sociales, en el marco de la categoría de sujeto de derechos‖11.

Desde este enfoque se han establecido tres ámbitos para los procesos y el

trabajo de lo psicosocial:

1. Ámbito para reconstruir la dignidad.

2. Ámbito para configurar o fortalecer una red social.

3. Ámbito para fortalecer o recrear la identidad

Teniendo en cuenta lo anterior, la atención de las mujeres se realizó por

medio de talleres y conversatorios reflexivos grupales que se llamaron

―encuentros‖ cada uno con un foco diferente, en los cuales se abordaron

cada uno de los ámbitos mencionados anteriormente, buscando re-crear la

identidad desde otras miradas o reflexiones sobre la experiencia violenta,

resignificando la categoría de víctima hacia la de sobreviviente,

10

Corporación Vínculos. Acompañamiento psicosocial en contextos de violencia sociopolítica, pág. 13 11

Ibidem. Pág. 29

61

favoreciendo escenarios terapéuticos para la superación de los efectos

emocionales del hecho violento por medio de espacios formales, privados y

ritualizados, abriendo el espacio para la reflexión frente al ámbito de ser

sujetos de derechos, promoviendo la participación y la autonomía fundada

en una relación consigo mismo y con el otro desde el papel como

ciudadanos activos en la construcción de un país democrático

3.2.3. Estrategia de convocatoria

La convocatoria para la identificación, contacto, caracterización y atención

de las 1200 mujeres en situación de desplazamiento y víctimas de la

violencia en el departamento del Cesar fue un proceso que se inició

articuladamente con el resultado del mapeo de red institucional de atención

a la población desplazada como parte del proyecto.

Así, en un primer momento de la estrategia de convocatoria, se construyó

una lista de criterios de remisión que luego se socializó en reuniones con

las diferentes Instituciones y organizaciones encargadas de la atención a la

población desplazada en cada municipio contactadas durante la

elaboración del mapeo, con el objetivo de involucrar directamente a los

diferentes actores encargados de la atención a la población desplazada y

víctima en el proceso de remisión. Sin embargo, a pesar de las reuniones

de socialización de los criterios de remisión para el proyecto, no logró

obtener derivaciones de las instituciones.

Frente a esta situación, el equipo reflexiona sobre el bajo resultado

alcanzado con la estrategia de remisiones y una de las razones es que con

el mapeo Institucional no se encontró un concepto claro en el departamento

frente a ―lo psicosocial‖. Esto permitió entender que a pesar de la

receptividad encontrada con el proyecto, las remisiones no se hicieron por

parte de las Instituciones porque el departamento se encuentra en un

momento de sensibilización frente al tema.

De esta forma, un segundo momento de estrategia de convocatoria se

vinculó con el desarrollo de la jornada de formación en herramientas

básicas de atención psicosocial para los funcionarios, líderes y

organizaciones sociales en la cual se logra una mejor comprensión del

concepto y las acciones psicosociales y a partir de allí hay una mayor

articulación para la remisión de las mujeres al proyecto.

62

Sin embargo, la mayoría de las remisiones se hicieron por parte de las

Organizaciones sociales y los líderes de asociaciones para la población

desplazada y Víctima, notando que la participación de los funcionarios en el

proceso de remisión fue menor.

Teniendo en cuenta lo anterior, se plantea una nueva estrategia de

convocatoria por parte del equipo de la Corporación Vínculos, en la cual se

empieza a trabajar con los líderes y lideresas en los municipios, logrando la

identificación, contacto y conformación de los grupos para continuar con los

procesos de atención. Otra estrategia para la convocatoria fue ―el voz a

voz‖, en el cual las mujeres que participaban en los encuentros y recibían la

atención, invitaban a otras mujeres que también fueran víctimas del

desplazamiento o la violencia.

Esta estrategia fue bastante útil para el proceso. Sin embargo, como se

explicará en detalle más adelante, se construyen otras dos estrategias de

convocatoria denominadas encuentros únicos para la ciudad de Valledupar

y encuentros masivos, implementados en su gran mayoría en esta ciudad y

dos más en municipios diferentes.

La reflexión constante sobre el proceso de convocatoria permitió avanzar

en las atenciones a mujeres. A continuación se presenta un análisis

descriptivo este proceso adelantado en los ocho municipios de cobertura

del proyecto

3.3. Hallazgos del proceso de caracterización psicosocial de mujeres víctimas

de la violencia en el departamento del Cesar

Antes de empezar la caracterización psicosocial de las mujeres víctimas de

violencia, es importante señalar algunos elementos relacionados con la

convocatoria comunitaria para el desarrollo del proyecto. Al ser preguntadas

por los motivos de la asistencia, en los diferentes municipios se obtuvieron

las siguientes respuestas:

63

Tabla Nº 5. Motivos de asistencia a las jornadas de

caracterización Psicosocial

Municipios Motivaciones

Agustín Codazzi

Invitaron a ―una‖ reunión para desplazadas: charla o capacitación.

Astrea Nos invitaron a participar de una reunión para las víctimas

Bosconia Porque hay interés en aprender nuevas cosas y expectativas de conocer que se está haciendo

Chimichagua Nos avisaron de una charla para las víctimas y venimos a ver de qué se trata

La Jagua de Ibirico

Porque se desarrollaría una charlas o una capacitación para mujeres en situación de desplazamiento. Motivación por enterarse de que se trata.

Pelaya "Nos invitaron a una reunión (…) una charla"

San Diego Porque están interesadas en conversar sobre lo que han vivido con el desplazamiento al interior de sus familias y en la reconstrucción de sus vidas; además de buscar consejo para empezar a olvidar y dejar atrás los sentimientos de dolor y tristeza.

Valledupar Porque se trataba de "una charla o una reunión para desplazadas".

En general, las asistentes manifestaron que fueron informadas que se realizaría

una reunión de ―Desplazados/as‖ sin un carácter muy específico; una capacitación

o charla informativa. Por otra parte, las manifestaciones hechas respecto del

carácter de la reunión a la que fueron invitadas, permitiría también evidenciar de

cierta forma, poca claridad en la convocatoria efectuada por parte de la mayoría

de las autoridades locales respecto al proyecto de caracterización psicosocial,

generando expectativas diversas entre la población, que poco corresponderían a

los alcances reales del proyecto.

64

Este aspecto es importante, en la medida en que podría haber afectado la

disposición de las personas al generar una expectativa diferente. Asistir a una

reunión informativa o a una reunión más, de desplazados/as, es distinto a asistir a

un ejercicio para la caracterización psicosocial. En los grupos focales, luego de

conocer el objetivo de la reunión, las personas manifestaron su interés en

aprovechar el espacio generado por el proyecto para ―desahogarse‖, para

dedicarse ―tiempo ellas mismas‖ y para recibir ―ayuda psicológica‖. Estas

expectativas permiten de cierta manera evidenciar la necesidad de espacios para

hablar de lo sucedido, así como de la demanda de tiempo, atención y ayuda

profesional, en virtud de los graves hechos de violencia que han afectado sus

vidas, a nivel individual y colectivo.

En el marco del modelo de caracterización de Vínculos, El Calidoscopio y las

guías de exploración narrativa en los diferentes ámbitos: emocional, relacional de

derechos, se realizaron talleres con grupos focales en los cuales se realizaron

temáticas particulares, las mujeres expresaron sus percepciones y respondieron

preguntas que nos permitieron explorar desde sus narrativas la afectación vivida y

por lo tanto caracterizar su situación psicosocial. Es importante resaltar que el

estudio de las condiciones de salud desde una perspectiva psicosocial y el análisis

de contexto son referentes del estudio de los impactos psicosociales que se

presentan a continuación

3.3.1 Desde los ámbitos: emocional, relacional y derechos

3.3.1.1. Impactos en el ámbito emocional

A continuación se presenta un consolidado de los ocho municipios, destacando

particularidades cuando el impacto es llamativo en alguno de estos.

Al explorar sobre los efectos emocionales del desplazamiento y otros hechos

violentos en sus vidas, las mujeres expresaron que sentían: Tristeza, soledad,

miedo, angustia, rabia, desconfianza, incertidumbre, intranquilidad. En su

conjunto, estos aspectos han generado una serie de comportamientos como

aislamiento social, desconfianza hacia otras personas de su entorno, y una

especie de ―paranoia‖ colectiva que va asociada a momentos del día, pero

principalmente de ―la noche‖ y a sensaciones auditivas como por ejemplo, el ruido

del motor de cierto tipo de vehículos. Muchas de ellas reconocen ―… que el miedo

prevalece al caer la noche y más cuando se escucha a lo lejos el ruido del motor

65

de un carro‖, discurso que se destaca en las mujeres de los municipios de Astrea y

La Jagua de Ibirico. Como lo señala Sluzky ―nuestra identidad y nuestras acciones

están organizadas sobre la base de un supuesto de continuidad de estos atributos

en nosotros mismos y en nuestro entorno social y personal‖ (Sluzki, 2006).

Cuando ese entorno se ve amenazado y se quiebra el ―contrato social‖ donde el

Estado no protege e incluso es cómplice se rompe también la plausibilidad que

indica como es la realidad y como ―debo‖ actuar en ella; siguiendo a Sluzky:

Todo acto de violencia interpersonal traiciona esas hipótesis básicas, pone en jaque nuestras premisas acerca de cómo concebir y como describir nuestra vida y nuestro alrededor, destruye nuestra inserción en el mundo. No es de sorprender que el primer efecto de un acto de violencia en la victima es una experiencia de confusión, una pérdida de la coherencia interna que constituye su identidad: La violencia destruye el modo de describir el mundo, y por lo tanto, destruye ese mundo (Scary, 1985) (Sluzki, 2006)

Además de las emociones mencionadas, ―la soberbia‖, la angustia, el dolor y la

rabia, son asociados de cierta forma a tres hechos: a la violencia ejercida contra

ellas, sus familias y vecinos; a la pérdida de seres queridos, de sus bienes

materiales muebles e inmuebles, de sus vínculos sociales y territoriales; y a la

situación de carencia actual en la que viven muchas de las familias que fueron

desplazadas. Estos sentimientos se complejizan principalmente por las dificultades

enfrentadas para reconstituir sus vidas después de los hechos de violencia, en

tanto se han enfrentado obstáculos muchas de las veces insuperables, o se

continúa en una situación de incertidumbre y desesperanza que pasó de ser

algo excepcional a convertirse en una condición permanente.

Vivir los hechos de violencia, luego el desplazamiento forzado, la estigmatización y

el señalamiento social y político, así como enfrentar el rechazo social y los

obstáculos, derivan en nuevas sensaciones y estados emocionales, generalmente

más adversos que el anterior: esto hace surgir una sensación de humillación, que

se articula y ensambla con los sentimientos ya mencionados. Otro elemento

fundamental, expresado y que articula hechos pasados (lejanos y cercanos en el

tiempo) con el presente y el futuro, es el dolor experimentado como algo

permanente. Dolor por los hechos de violencia, dolor por las pérdidas humanas,

materiales e inmateriales, desplazamiento forzado, dolor por lo vivido, dolor por la

situación presente (ver condiciones de pobreza e indigenciaen el estudio de

determinantes de salud)) derivada de los hechos de violencia. Este dolor, ligado

con otros sentimientos y estados emocionales, inciden negativamente en la vida y

66

en la disposición para vivir: de cierta forma ellas dicen que sienten "… un dolor

muy fuerte y que la vida nunca volvió ni volverá a ser igual". Pasado –

presente y futuro, terminan articulados por el DOLOR.

Al volverse permanente un escenario emocional donde el dolor y el sufrimiento

hacen parte de la vida diaria, surge otra sensación a nivel individual y colectivo: el

vacío. Ellas manifiestan que se "…siente que se pierde todo, un vacío muy

grande…" Se han experimentado cambios tan drásticos, los cuales terminan

siendo enmarcados principalmente en la idea de pérdida de seres queridos, de

pertenencias, de la capacidad y la autonomía para sostenerse a sí mismo y a su

familia; de relaciones cercanas, de sueños y principalmente, la pérdida de un

proyecto de vida.

Por otra parte, aunados a los sentimientos y expresiones referidas, aparecen otros

escenarios emocionales que en apariencia podrían ser contradictorios con los ya

expresados. Al ser preguntadas sobre las emociones surgidas a partir de los

hechos de violencia, algunas de ellas señalan que actualmente sienten felicidad al

ver que han podido reconstruir sus vidas y que no están expuestas a los hechos

de violencia que tuvieron que vivir en el pasado, recreando el amor por sus hijos y

elaborando el dolor al eliminar el rencor por los victimarios que les hicieron daño.

Sin embargo, esta no es una condición generalizada en las mujeres de los grupos

focales. Este tipo de manifestaciones fueron expresadas principalmente en

Valledupar y Pelaya en contraste con la población de las otras localidades. Tanto

la felicidad por reconstruir sus vidas, como por el alejamiento de las condiciones

y/o factores y agentes de violencia, podrían estar relacionadas con la estructura de

oportunidades sociales encontradas en una ciudad como Valledupar, en contraste

con las ofertas y oportunidades de poblaciones más pequeñas, generalmente

dedicadas a la agroindustria, la agricultura y principalmente, la actividad extractiva

de la minería. Igualmente por los programas sociales y el apoyo social y

comunitario. También porque se percibe que la violencia fue algo excepcional y

lejano, y que ―tal vez‖, no se volverá a experimentar de la misma forma.

De igual forma, se encuentra que en los grupos en que las mujeres reconocen la

tristeza y el miedo como emociones constantes en sus vidas no solo se relaciona

con las experiencias emocionalmente perturbadoras por la violencia, como la

masacre que vivieron las mujeres del corregimiento de Santa Cecilia (Astrea) sino

las dificultades que el mismo contexto les plantea para la reconstrucción de sus

proyectos de vida, ya que en el caso de este corregimiento en particular, debido a

67

su pobre estructura y vía de acceso que les convierte en víctimas también de la

ola invernal y las ubica en una situación mayor de vulnerabilidad.

La tranquilidad y la nostalgia son otros de los sentimientos expresados. La

tranquilidad así como la felicidad, podrían estar asociada con la idea de que ya no

se está expuesta/o a los hechos de violencia, de que aquella situación fue

superada o nunca volverá a ser vivida. O en otros casos, a que ya, se ―pudo haber

pagado‖ con la vida algún tipo de deuda social contraída. Esto en los casos en los

que la persona o la comunidad asumen que lo que sucedió ―fue por algo‖, así este

algo sea indeterminado. Este tipo de explicación, donde lo que sucedió tiene un

sentido trascendente, casi siempre termina siendo relacionado con una

interpretación divina o religiosa, lo que afecta de manera drástica ubicar como un

hecho concreto lo que sucedió, identificar la responsabilidad en los victimarios y

tener la certeza del ―no merecimiento‖ por lo acontecido. Por otro lado, la nostalgia

llega, como parte de la memoria, del recuerdo que remite a las pérdidas y a las

experiencias vividas:

Las víctimas son despojadas en cada caso del requisito de coherencia necesario para vivir en un mundo predecible, ordenado y razonable. Esta fractura de la trama del mundo hace añicos la identidad, y genera en aquellos que la padecen un hambre de coherencia, un anhelo básico de orden. Como consecuencia, buscarán y aceptarán cualquier descripción que pueda permitirles restablecer alguna semblanza de estabilidad en su visión del mundo y de sí mismos. Esta necesidad extrema de claridad expone a las víctimas de violencia a ser inoculadas por narrativas distorsionadas y toxicas provenientes de su cultura o de su tradición familiar, de sus propias experiencias de vida previas, o aún ofrecidas por los mismos perpetradores o por los testigos de la violencia. (Sluzki, 2006)

La culpabilización es un escenario emocional que dificulta la reconstrucción de los

proyectos de vida y la recuperación emocional dado que genera en las personas

una sensación de incapacidad e impotencia que es difícil superar en tanto el

riesgo se instala en el si mismo: ―como yo me lo busque‖ como puedo estar seguro

conmigo mismos?

68

Tabla Nº 6. Sentimientos y estados emocionales, según grupo

piloto y formas de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre

2010.

Municipio

Grupos

piloto.

Conjunto de sentimientos

y estados emocionales

Conjunto de Formas de

Violencia

Agustín

Codazzi

Aburrimiento;

Desconfianza; Dolor;

Impotencia; Incertidumbre;

Indignación;

Intranquilidad; Miedo;

Rabia; Tristeza.

Homicidio;

Desplazamiento forzado;

Presencia de grupo

armado; Violencia sexual;

Detención; Masacre;

Secuestro; Violencia

física; Amenazas.

Astrea

Dolor, miedo, tristeza,

desesperanza,

incertidumbre,

intranquilidad, rabia,

soledad, pérdida, ira,

angustia.

Masacre; Desplazamiento

forzado y retorno,

Bosconia

Impotencia; Miedo; Rabia Presencia de grupo

armado; Amenaza;

Desplazamiento forzado;

Homicidio

Chimichagua

Tristeza, intranquilidad,

miedo, confusión.

Amenazas,

desplazamiento forzado

(cabecera municipal

receptora) homicidio

La Jagua de

Ibirico

Confusión; Dolor;

Impotencia; Miedo; Rabia;

Tristeza.

Desplazamiento forzado;

Amenaza

Pelaya

Dolor; Incertidumbre;

Intranquilidad; Miedo;

Rabia; Tristeza

Desaparición forzada;

Desplazamiento forzado;

Presencia de grupo

armado;

Homicidio.

69

Tabla Nº 6. Sentimientos y estados emocionales, según grupo

piloto y formas de violencia. Departamento del Cesar, Noviembre

2010.

Municipio

Grupos

piloto.

Conjunto de sentimientos

y estados emocionales

Conjunto de Formas de

Violencia

San Diego

Confusión; Incertidumbre;

Miedo; Rabia;

Tristeza.

Desplazamiento forzado;

Presencia de grupo

armado; Masacre;

Homicidio; Amenaza

Valledupar Dolor; Rabia; Tristeza. Desplazamiento forzado;

Homicidio

Escenarios emocionales: Dolor, tristeza, rabia

En el municipio de Agustin Codazzi, al referirse las mujeres a algunos hechos de

violencia y su impacto, se establecen varias cosas. En el caso de eventos

violentos sucedidos años atrás como las masacres efectuadas entre el año 1999 y

2003, algunas mujeres reconocen que uno de los sentimientos que se mantiene

después de 10 años es la tristeza y el dolor por la pérdida de sus seres queridos,

de sus bienes (muebles e inmuebles, animales y capital fijo); pero principalmente,

la pérdida de la dignidad. Definida como el respeto y estima que una persona

tiene de sí misma, el cual, merece y debe ser prodigado por las otras personas

hacia ella, impidiendo de esta manera, por ejemplo, chantajes, coacciones,

imposiciones, entre muchas otras acciones, la dignidad es tal vez, una de las

cosas más valiosas que se pierde, además de los bienes materiales e

inmateriales, con la violencia y el terror, así como las acciones y hechos

desencadenados a partir de ellas. La pérdida de la dignidad implica que a ellos,

los ―… humillaron‖, derivando esto en la pérdida de la confianza hacia los demás,

pues de cierta forma existió ―traición‖, sumado todo esto a la pérdida del territorio,

ya que ―nos desplazamos forzadamente‖.

Hoy en día, en el corregimiento de Santa Cecilia - Astrea, a pesar de haber

retornado los pobladores reconocen que el miedo es su compañero, el cual se

agudiza al caer la tarde. Esta sensación permanente impide la construcción de

70

tranquilidad. Afecta los hábitos de sueño, derivando esto en una condición

permanente de zozobra, angustia, temor e insomnio. Tal vez, esta situación,

desencadena entre la población, una serie de estrategias y mecanismos para

protegerse y proteger sus vidas. Según algunas mujeres, ellas y sus familias, ―…

dormían en el monte, por miedo a que llegaran en la noche”. A pesar de

haberse estabilizado un poco el orden público en la región, el miedo y la inquietud

que conviven con ellas, aún no les permite recuperar el sueño y descansar.

El dolor, al volverse una constante cotidiana, se instala de manera profunda en la

mente y en el cuerpo de las mujeres y de las comunidades. Se trata de una

semilla cuya raíz profunda penetra al ser humano, tan hondo que pareciera

imposible su extirpación. Se trata de un dolor que no pasa. En uno de los casos, la

mujer siente que "quedó sola con el desplazamiento" y en algunos casos, se vio

obligada a buscar pareja para continuar su vida ya que sentía la imposibilidad de

hacerlo por sí misma.

En el grupo de Bosconia se percibe bastante dolor, derivado de la pérdida de

seres queridos y principalmente de la ―vida que llevaban antes‖ y de la separación

familiar. En conjunto estos aspectos, derivan en una pérdida de identidad y a la

vez en una reconfiguración de la misma. Al definirse una de las mujeres como

viuda de la violencia, da cuenta de sus pérdidas y a la vez de sus redefiniciones

identitarias. Las pérdidas sumadas al desconocimiento o no explicación de los

motivos o causas que originaron los hechos de violencia, el desplazamiento

forzado, las amenazas y asesinatos, y en general el conflicto armado, parecieran

alimentar el dolor, la impotencia y la rabia. En sus palabras: "… uno se siente

humillado, porque además hay muchas cosas que uno no sabe". Esta

condición, parece relacionarse con el silencio y la incapacidad de expresar lo

sucedido, guardándose el sufrimiento para sí: “yo lo sufro (...) no sé ni cómo

decirlo…"

A pesar del dolor y del conjunto de sensaciones y sentimientos, ellas exaltan la

capacidad que han tenido para salir adelante y responder, como madres cabeza

de familia, por sus hijos, hijas, nietos y nietas. Este valor, genera orgullo entre

ellas, así como un fuerte reconocimiento interpersonal por el esfuerzo empeñado

en salir adelante a pesar de las limitaciones y dificultades.

Por su parte, las mujeres del grupo piloto del municipio de Chimichagua

manifiestan sensaciones de inseguridad debido a las nuevas dificultades en la

crianza de los hijos resultado del desconocimiento del contexto (―temor porque

71

mis hijos vaya a coger el mal camino‖) y la posibilidad de repetición de las

situaciones de violencia en este lugar, percepción fortalecida en algunas

amenazas y rumores que se han venido comunicando entre las personas del

lugar. Los sentimientos de dolor y tristeza se asocian con la sensación de

humillación no solo por la vivencia de la violencia sino por las dificultades que se

experimentan en el nuevo contexto (“siento una tristeza muy grande cuando a

uno lo humillan”), emociones que van de la mano de la nostalgia por la vida

vivida antes del desplazamiento forzado

Por otro lado, las mujeres de La Jagua de Ibirico expresan una "inmensa tristeza

y soledad, que no se cura con nada". Algunas de ellas lloran continuamente al

hablar sobre los hechos, sienten que el tiempo no ha transcurrido desde el

momento en que asesinaron a sus seres queridos. Manifiestan tener síntomas de

depresión y tristeza, evitando en algunos casos relacionarse con la gente.

Tampoco disfrutan a cabalidad las fechas especiales, ni participan de los eventos

sociales. No son capaces de hablar con nadie sobre lo ocurrido; buscan

permanentemente estar solas, desahogándose por medio del llanto o la oración.

La ansiedad es otra de las sensaciones expresadas, según esto, algunas de ellas

algunas "viven con psicosis ante ruidos inesperados".

Las mujeres de Pelaya, reconocen sentimientos de tristeza, rabia, temor, ansiedad

y nostalgia por la separación forzada de sus seres queridos como de sus

pertenencias, así como por los cambios que han sufrido sus familias por el

desplazamiento forzado. Una de ellas expresa "… que tenía una familia unida y

feliz, pero ahora ha sido difícil volver. Por el miedo, el odio, el rencor ha

transformado a mi familia (…) la tristeza, la preocupación y la esperanza y la

fe en Dios de que algún día mi familia será unida y feliz como antes…" A

pesar de esto, algunas de ellas afirman sentirse más tranquilas en el municipio en

el que viven.

Ellas señalan que "… han sufrido bastante después del desplazamiento, pero

no dan ni un paso atrás". Las emociones más frecuentes al recordar lo ocurrido

son la tristeza y el dolor por haber perdido la vida que tenían construida, en

muchos de los casos, en el campo. Parece evidente a través de los relatos, el

deseo de continuar adelante y reconstruir las vidas, sin negar el dolor causado por

los hechos de violencia. Para las mujeres de San Diego, además de los

sentimientos y sensaciones expresadas por las otras personas de los demás

municipios, se experimenta resentimiento, temor, preocupación, vacío e

impotencia. Muchas de ellas manifiestan estar cansadas y no poder seguir

72

adelante, diciendo: ―… no puedo más. Estoy estancada y no puedo hablar (...) lo

perdí todo por la violencia…" A pesar de reconocer la pérdida, son incapaces de

hablar sobre lo sucedido. En este municipio en particular, fue evidente la

sensación de inseguridad experimentada por las personas y sus familias, no

solamente por la posibilidad de volver a vivir el conflicto armado, sino por la

situación de vulnerabilidad y necesidad social que enfrentan. Según ellas

"…antes no pasábamos necesidades de comida porque teníamos nuestros propios animales…" "…para mí es muy duro cuando mis hijos llegan del colegio y me dicen que necesitan una cosa y les digo que no tengo…"

La inseguridad podría estar relacionada también con la incertidumbre y la

dependencia a la que se ven sometidas ellas y sus familias, luego de haber

perdido posibilidad de producir y resolver sus propias necesidades mediante el

trabajo y los ingresos (pocos o muchos) derivados de sus actividades rurales. No

tener, haberlo perdido todo, necesitar comida y dinero, como vivencias concretas

pueden contribuir igualmente a alimentar el cuadro psicosocial de afectaciones

que se ha venido exponiendo. En este sentido, no sólo se trataría del impacto de

los hechos de violencia, sino de la situación posterior que se vivencia y de las

condiciones sociales en las que se desenvuelve la vida, luego de los hechos de

violencia. Entre ellas es manifiesto el estado de trauma en el que se encuentran

luego del desplazamiento forzado. Ellas afirman que a partir de los hechos de los

cuales fueron testigos, "quedamos traumatizadas", algunas lloran. El silencio se

explica también a través de palabras de temor y miedo.

En Valledupar algunas mujeres señalan que después de los hechos, empezaron a

sentir que "se iban a volver locas" y cuentan que al salir del territorio en el que se

desarrollaron los hechos de violencia, estas manifestaciones empezaron a

disminuir, tendiendo a desaparecer. Así mismo, verbalizaron emociones como el

miedo, el dolor, la tristeza o el cambio de vida y el hecho de tener que dejar atrás

todas sus pertenencias.

Miedo y angustia

En particular el estado de ansiedad y ―psicosis‖ (termino utilizada por ellas)

referido por algunas de las víctimas se relaciona directamente con un estado de

alerta permanente y angustia en el que viven muchas mujeres y sus familias.

73

Dicho estado se activa al recibir un estímulo sensorial relacionado con sonidos

específicos o situaciones asociadas ambas a la violencia, la guerra y la

incertidumbre.

En el caso de los hijos y los familiares, respecto de la ansiedad, se han

experimentado alteraciones en el comportamiento, el sueño y los hábitos

alimentarios. Varias de las mujeres expresaron modificaciones de este tipo, luego

del desplazamiento forzado, asociándolos con otro tipo de manifestaciones

emocionales como el llanto permanente y la agresividad. Una de ellas, refiriéndose

a su hijo, explicaba como socialmente es asumido este tipo de comportamiento,

dejando entrever las implicaciones individuales y colectivas para ella, su hijo, su

familia y la comunidad. Expresaba que: "… las personas dicen que mi hijo es

loco o que está enfermo, pero yo sé lo que le pasa y es que después de vivir

eso él no volvió a ser el mismo…‖

Como se señalo anteriormente, la rabia es un sentimiento constante entre las

mujeres. Derivada de los hechos cometidos, como de los atropellos de los que

fueron objeto, durante los días de la masacre. De la misma manera originada en la

impunidad que cobija los hechos.

A esto se suma la angustia y la preocupación, los cuales empañan algunos de

los momentos de alegría que pudieran tener y experimentar. Según ellas, por esto

evitan los momentos de felicidad: "… los días antes de la masacre en el pueblo,

se vivían momentos de felicidad: algunos nos decían ríanse, que después

van a llorar…ahora me da miedo sentirme feliz…". Cuando una persona o

comunidad es sometida a este tipo de experiencias extremas, enmarcadas en la

impunidad e injusticia, se termina cayendo en una especie de vacío, de pérdida de

sentido sobre lo que paso y las explicaciones que se tejen sobre el hecho

adicionan una nueva carga sobre la vida, pues la victima además de saber que

nada volverá a ser como antes, también ―teme‖ nuevamente permitirse ser feliz

porque ―algo‖ o ―alguien‖ puede volver a cobrar por eso. La felicidad se permite

sólo, cuando se piensa estar protegido, en este caso, por la ayuda de Dios

―alegría por "tener a Dios en su corazón", sin embargo, esta felicidad también se

combina con la tristeza experimentada por lo ocurrido. Una de las mujeres señala

no sentir rencor, en sus palabras, "eso se lo dejo a Dios".

El cuerpo y el dolor

74

Ahora bien, sintomáticamente las mujeres que participaron en la caracterización

exponen verbalmente un cuadro complejo de síntomas físicos y emocionales:

malestar general, dolores en el cuerpo, alteración en hábitos alimentarios y de

sueño, cansancio generalizado, estrés, cáncer, hipertensión y ansiedad. En

general, ellas asocian su estado físico con el emocional y con las sensaciones

derivadas de los hechos de violencia.

En general, muchas de ellas manifiestan que entre las consecuencias más

visibles, además del estado emocional derivado por los hechos de violencia, se

cuentan la imposibilidad de trabajar y los drásticos cambios en la forma y los

hábitos de vida a los que estaban acostumbradas. (Tabla Nº 5).

Algunas de las mujeres expresan sentimientos de minusvalía y dificultad para

continuar con sus vidas debido a la situación que viven actualmente, a las

necesidades cotidianas sin resolver y a la dependencia que se tiene de las ayudas

del Estado. A pesar de esto, esperan poder contar con ―ayudas distintas a las

ofertadas‖. En sus palabras:

"… lo que nosotras necesitamos son ayudas y programas para poder trabajar (…)

tienen que no solo enseñarnos con los cursos que nos dan sino apoyar algo para

poder hacerlo, porque sino lo que uno aprende es perdido…"

No obstante, pese al dolor crónico, su situación actual de pobreza y marginalidad,

las enfermedades y la sumatoria de pérdidas, también es frecuente encontrar que

"sienten deseos de trabajar y salir adelante".

75

Tabla Nº 7. Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de

la violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento

del Cesar, Noviembre 2010.

Municipio

Grupos piloto.

Conjunto de

sentimientos y

estados

emocionales

Síntomas expresados verbalmente en

la caracterización

Agustín

Codazzi

Aburrimiento;

Desconfianza;

Dolor;

Impotencia;

Incertidumbre;

Indignación;

Intranquilidad;

Miedo; Rabia;

Tristeza.

- Dolores de cabeza.

- Pérdida del apetito y del sueño.

- Surgimiento de hipertensión.

- Dolores en el cuerpo.

- Dolores de cabeza.

- Cansancio.

- Cáncer.

Astrea

Dolor, miedo,

tristeza,

desesperanza,

incertidumbre,

intranquilidad,

rabia, soledad,

pérdida, ira,

angustia.

- Ansiedad

- Insomnio

- Intranquilidad

- Dolores de cabeza

- Paranoia

- Cansancio (―Día a día siento que me

estoy consumiendo‖)

Bosconia

Impotencia;

Miedo; Rabia

- Cambios en la forma de vida

- Dolores en el cuerpo

- Dolores de espalda, piernas

- Imposibilidad de trabajar por malestar

físico ..

Chimichagua

Tristeza,

intranquilidad,

miedo,

confusión

- Dolores: espalda y cabeza

- Cansancio

La Jagua de

Ibirico

Confusión;

Dolor;

Impotencia;

Miedo; Rabia;

- Dolores: espalda, cabeza,

- Desconcentración

- Estrés

- Síntomas de ansiedad como

76

Tabla Nº 7. Sintomatología expresada verbalmente mujeres víctimas de

la violencia, según grupo piloto y conjunto de emociones. Departamento

del Cesar, Noviembre 2010.

Municipio

Grupos piloto.

Conjunto de

sentimientos y

estados

emocionales

Síntomas expresados verbalmente en

la caracterización

Tristeza. alteración del ritmo cardíaco,

nerviosismo, al escuchar ruidos

asociados a la violencia.

- Estado de alerta permanente.

Pelaya

Dolor;

Incertidumbre;

Intranquilidad;

Miedo; Rabia;

Tristeza

- Dolores en diferentes partes del cuerpo:

cabeza, parte abdominal y pélvica,

lumbar.

- Dolencias emocionales: tristeza y

decaimiento.

San Diego

Confusión;

Incertidumbre;

Miedo; Rabia;

Tristeza.

- Cambios de comportamiento a partir de

la experiencia del desplazamiento

forzado: individual, de los hijos y las

familias:

- Llanto constante

- Dificultades para conciliar el

sueño

- Angustia, agresividad.

- Dolores físicos: espalda, piernas.

- Carencia visual

Valledupar

Dolor; Rabia;

Tristeza.

En apariencia en este grupo de mujeres

no se manifiestan verbalmente dolencias

físicas, pero si emocionales.

Pistas para tramitar el dolor: temor o imposibilidad de hablar sobre lo sucedido

En general, a las mujeres asistentes a los encuentros de caracterización

psicosocial, se les dificulta expresar lo sucedido. Reconocen que esta

―incapacidad‖ es producto del miedo y temor; más no de dificultades para

recordar. Además de lo expresado, se evidencia preocupación respecto de los

77

hijos: no sólo por los cambios comportamentales, sino también por el futuro. Una

de ellas expresa como su "… hijo mayor se ha vuelto rebelde y rencoroso a raíz de

la muerte de su papá".

Es como si después de los hechos emergieran nuevas preocupaciones. En el caso

por ejemplo de los familiares de personas víctimas de la violencia se expresa la

necesidad y el deseo de conseguir un buen trabajo, y que "… el gobierno les

pueda garantizar unas condiciones justas para trabajar…" Para ellas, las creencias

religiosas y la fe en Dios son recursos fuertemente presentes en el grupo. Al igual

que otras mujeres, las habitantes de Agustín Codazzi, desean salir adelante,

reconstruir sus vidas individuales y colectivas y principalmente, "…ver las cosas

buenas de la vida…", "… levantarse de nuevo con la ayuda de Dios", esperando

estar bien en el futuro.

En la Jagua, la mayoría de pensamientos expresados por las mujeres se centran

en "… salir adelante y sacar adelante a sus hijos, construyendo para ellos un

futuro mejor". Muchas de ellas han ocultado la verdad de los hechos a sus

hijos con el objetivo de "… que no crezcan con rencor ni repitan la violencia de

la que fueron víctimas…". Otra de las preocupaciones se relaciona con la

situación económica y las necesidades, expresando abiertamente que no han

recibido las "ayudas" que esperan por parte del Estado. Finalmente se preocupan

por el cumplimiento de sus metas y la estabilidad laboral y económica de ellas y

sus familias.

Las reflexiones de las mujeres de Pelaya se concentran principalmente en las

pérdidas y necesidades derivadas del desplazamiento forzado, destacando, la

dureza de la experiencia, la dependencia de las ayudas, el fervor religioso y los

esfuerzos por sobrevivir y pensar en el futuro. En este grupo se han presentado

cambios significativos en cuanto a la manera de entender y posicionarse frente a

la vida cotidiana. Así, señalan por ejemplo que ahora se preocupan más por el

futuro de sus hijos, la unidad familiar, la subsistencia económica, que eran

preocupaciones que antes no percibían en sus vidas. Sin embargo, se piensan a

ellas mismas como mujeres "valientes, alegres, con berraquera, actitud

emprendedora, carácter, valor y firmeza" lo cual les permite tener una visión de

futuro esperanzadora, a partir de la cual, ellas por ejemplo, esperan que la

situación de violencia se acabe. Sus ideas giran en torno a la lucha por crear un

futuro mejor para ellos y sus hijos.

78

Las mujeres, esperan algún día, poder vivir en paz y tranquilas donde ellas

quieran. Según ellas, "… hemos visto muchas cosas que no se las deseamos a

nadie..."; "…nosotras mismas éramos un riesgo para nuestras familias…

queremos vivir dignamente y superar los momentos difíciles para superar el

temor…" En Valledupar, el grupo manifestó experimentar cambios significativos en

las ideas que tienen sobre la vida, el mundo y la familia. Señalaron que ahora sus

pensamientos giran alrededor de idea de "salir adelante, superarse, construir un

futuro mejor para ellas y sus familias. A pesar de las dificultades experimentadas

para resolver problemas y necesidades, esperan que los hijos estudien y tengan

un futuro mejor. Se observa además una preocupación en este grupo de mujeres

por ser "mejor cada día y superarse". Por otro lado, en apariencia valoran más las

cosas que antes, en tanto "… se consiguen con más sacrificio." Los recuerdos se

centran en la vida de antes; invocando en muchos casos recuerdos de la niñez o

adolescencia y del lugar donde crecieron.

En el plano conductual se destacan por ejemplo, conductas agresivas al interior de

la familia y hacia miembros de la comunidad, compañeros de colegio y parientes.

En algunas ocasiones, relatan ellas, sus hijos ante un castigo reaccionan de forma

violenta, reviviendo rabia y dolor

3.3.1.2. Impactos en el ámbito relacional

Los hechos de violencia no sólo afectaron emocionalmente a las víctimas, también

generaron una serie de rupturas familiares, perdida del proyecto de vida, de su

forma de trabajo y sustento, de su tierra, produciendo la transformación no solo de

las condiciones de vida, sino también de los roles asumidos por hombres y

mujeres: ―En un contexto de crisis económica y de problemas de seguridad, a los

hombres les es más difícil cumplir con su rol tradicional de protector y sostén de

familia. Las mujeres recurren pues a estrategias de sobrevivencia tanto para ellas

como para sus hijos, pero a menudo a un elevado coste en términos de salud

mental y física‖ (Becker & Weyermann, 2006).

En el caso de los grupos de las mujeres del Cesar, ellas señalan como variaron

sus actividades laborales cotidianas: ahora se dedican a lavar y planchar ropas,

siendo la mayoría de ellas madres cabeza de familia. En general tienen empleos

informales a partir de los cual derivan un sustento económico, que en la mayoría

de los casos no es suficiente para solventar sus necesidades básicas. Destacan

79

en general, el aprendizaje de nuevas formas de trabajo relacionadas con el

contexto urbano al cual se vieron enfrentadas por la fuerza. Desde esta

perspectiva, los hábitos y rutinas cotidianas se han modificado al cambiar el lugar

de residencia, desempeñando las mujeres, nuevos roles producto de las nuevas

dinámicas. También destacan la recomposición de las estructuras familiares,

percibiéndose ahora como mujeres "más activas", que participan e interactúan en

algunos espacios políticos de organización social, derivando esto en la

construcción de liderazgos que antes no ejercían. Sin embargo, tal como lo

señalan estudios sobre la transformación en los roles de género a partir de un

hecho violento:

Al asumir nuevas tareas, las mujeres adquieren mayor poder a nivel del

hogar y a veces también en la comunidad. Sin embargo, por lo general

estos cambios no se traducen en un mayor poder político. A menudo, las

mujeres no están representadas en el proceso de paz oficial y cuando los

hombres regresan al hogar, a ellas se les remueve de muchas posiciones

que ocupaban durante la guerra. La identidad de género es tenaz, aunque

los roles de género cambian en un contexto de guerra, los viejos deseos y

fantasmas de lo que es virilidad y feminidad permanecen. Muchos dicen

que las cosas ya no serán más como antes, pero tanto hombres como

mujeres alimentan las ideas de la preguerra y las defienden. Las imágenes

interiorizadas cambian más lentamente que las realidades exteriores, aún

más cuando los cambios no son voluntarios, sino que responden a

experiencias traumáticas o a una estrategia de sobrevivencia desarrollada

en circunstancias adversas. (Becker & Weyermann, 2006)

Pese a que a través del cambio de roles, es difícil transformar las estructuras

sociales patriarcales, principalmente porque en contextos de conflicto se terminan

agudizando patrones de violencia de género, donde las mujeres son explotadas

laboralmente, y son sometidas a una serie de señalamientos y abusos; en general,

las mujeres luego del desplazamiento forzado y los hechos de violencia, a pesar

del dolor, han descubierto nuevas destrezas y habilidades que el nuevo contexto

les demanda. Ahora realizan trabajos fuera de su hogar para mantener a sus hijos,

aunque dentro de sus obligaciones sigue estando el cuidado del mismo. Algunas

han hecho cursos de modistería por medio de asociaciones de mujeres o se

dedican a manufactura. Este es el caso de las mujeres en Valledupar, destacando

la inserción productiva y tal vez, la derivación de ingresos mayores a las mujeres

de las otras localidades, lo que en apariencia podría haberles brindado una

posibilidad de superación de trauma, mayor que la de las otras mujeres

80

entrevistadas. Sin embargo, las actividades laborales no son las mismas en todos

los municipios.

Una de las fuentes de trabajo del corregimiento de Santa Cecilia, municipio de

Astrea, es la pesca en el rio Cesar. La mayoría de las familias, antes de los

hechos de violencia, se dedicaban con sus compañeros a la pesca. Hoy en día, la

falta de motivación, conjugada con la escasez del pescado, ha llevado a la

disminución de la fuerza laboral masculina en esta actividad implicando la

intensificación del trabajo de las mujeres en sectores de informalidad, conjugando

sus actividades domésticas con la venta de: productos por catalogo, galletas,

comidas en el comedor escolar. Esta variación de actividad laboral es asociada

por las mujeres, con su capacidad de sobrevivencia y la responsabilidad derivada

de su condición materna, lo que las lleva, en su concepto, a diferencia del hombre

a ―… medirsele a cualquier trabajo…”. Algunas mujeres se han preocupado por

capacitarse en algunos cursos a los que han podido acceder.

En el caso de las mujeres cabeza de hogar, como en Bosconia, las obligaciones

derivadas la crianza de sus hijos, del sustento económico y del hogar, propiciaron

un cambio común en este grupo de mujeres quienes a partir de la experiencia del

desplazamiento han aprendido nuevas formas y actividades para cumplir con esta

responsabilidad, las cuales anteriormente se reconocían como 'actividades

masculinas'. Según ellas, "… Nos tuvimos que poner los pantalones (como ellos) y

dejar la falda". Reconocen la imposibilidad de poner en práctica los aprendizajes

de los cursos a los cuales se inscriben por medio de los programas para la

población desplaza con otras organizaciones, como el SENA. En este sentido,

dicen que:

"… de que nos sirve aprender panadería o a coser si no tenemos los medios para

empezar a hacerlo, no nos dan ni siquiera algo para arrancar… es como si uno no

aprendiera nada porque no lo podemos usar. ¿Para qué?"

Una líder participante del encuentro identifica esto como un obstáculo y afirma en

relación a esto:

"Nosotras no queremos estar pidiendo todo el tiempo y lo que tenemos son

ganas de trabajar, falta que alguien nos apoye para que nosotras podamos

responder por nosotras mismas y nuestras familias."

81

Comunican tener dificultades al buscar trabajo, ya que no consiguen

oportunidades estables y algunas de ellas dependen de las actividades que

durante ―el día vayan saliendo‖, desempeñándose principalmente en trabajos

informales. Muchas de las actividades informales en las localidades como la Jagua

de Ibirico, se conjugan con la elaboración de ―bolis‖, la venta de comidas, el

planchado de ropa, y el trabajo en las minas de carbón. La Jagua de Ibirico es uno

de los municipios que más regalías recibe en Colombia por la explotación del

carbón y paradójicamente es uno de los municipios con más necesidades básicas

insatisfechas para su población. Para las mujeres en Chimichagua satisfacer las

necesidades básicas de la familia es la principal preocupación. La ausencia o

pérdida del padre en la familia, las ha llevado trabajar en el hogar y fuera de él.

Reconocen que es más fácil que la mujer realice diferentes actividades a que el

hombre lo haga. Según ellas, las mujeres ―… nos medimos a lo que sea (…) el

hombre solo hace una cosa y ya está cansado‖. El salir de casa a trabajar les

genera preocupación, teniendo en cuenta la crianza y protección de sus hijos

durante su ausencia.

En cuanto a lo laboral, las mujeres se han visto obligadas a subsistir trabajando

para ganar el sustento de sus familias. Además de las actividades referidas, en

Pelaya, las mujeres se dedican a la venta de productos por catálogo, venta de

comidas (sopa y almuerzos, bolis, chicha) y lotería, trabajando en condiciones

desfavorables.

En general, se hace evidente el cambio de rol de la mujer respecto de las

actividades económicas y la proveeduría en el hogar, pues ella sin dejar las

responsabilidades del mundo privado, debe ingresar al mundo laboral público para

responder económicamente por las personas que tiene a su cargo, lo cual genera

en ellas malestar por la sensación de dejar de lado el cuidado y la crianza de sus

hijos:

"…ahora hay que desatender los niños en la casa."

Igualmente, resaltan la recursividad que tienen para responder por sus nuevas

responsabilidades, señalando que es una habilidad particular de las mujeres lograr

repartir su tiempo entre las responsabilidades anteriores y las nuevas, cumpliendo

exitosamente con ambas; destacan igualmente el empuje y la disposición de

arriesgarse a aprender oficios que anteriormente eran desconocidos para ellas. En

el caso de Valledupar, el grupo de mujeres por medio de la Asociación las mujeres

82

se han organizado y fabrican sandalias para vender, así mismo algunas tienen la

meta de crear una microempresa y dar trabajo a más personas.

En este aspecto se abordan dos dimensiones, la interpersonal y la intrafamiliar.

Con relación a la primera, es claro para las víctimas que la relación con los

demás, no es la misma. Después de las masacres y de los hechos de violencia,

pero en particular de las masacres, en el caso de las mujeres habitantes de Santa

Cecilia - Astrea, ellas expresan que ya no confían en las demás personas.

Consideran que aquello que pasó fue un acto de traición por parte de alguien que

vivía con ellos. Hoy en día sus relaciones se han limitado, evitando el contacto con

algunas personas de la comunidad, eludiendo a la vez cierto tipo de

conversaciones, en tanto “desconocen” con quien hablan o quien los puede

estar escuchando. También reconocen que se perdió la unidad familiar y

comunitaria que tenían antes de la masacre. A pesar de estos, ellas intentan y

establecen buenas relaciones con los demás, llegando a convertirse en grupo de

apoyo para otras personas, ya que, tener y establecer buenas relaciones, así sean

limitadas, es saludable para el estado emocional. En un caso una de las asistentes

señala que respecto de los demás, "es un poco desconfiada, porque no se sabe

en quién se puede confiar". Señalan también la importancia que tiene para ellas

"darle la mano a quien esta caído, viviendo la misma situación de ellas".

Adecuarse a una ―nueva vida‖ y buscar el re-establecimiento en un nuevo lugar, es

percibido por las mujeres como un proceso difícil para lograr su adaptación y

sentirse cómodas con sus familias. Afirman sentirse desconfiadas al crear nuevas

relaciones con las personas habitantes del lugar, "ya nada es como antes",

teniendo en cuenta que han perdido amistades y redes sociales. Afirman que

buscan consejo, ayuda y aprendizaje de las experiencias de las personas para

salir adelante y dejar atrás las necesidades que actualmente tienen.

En la Jagua de Ibirico, las mujeres señalan que "tienen buenas relaciones con sus

vecinos". Sin embargo, no se relacionan mucho con los demás y no establecen

vínculos cercanos en varios casos. Algunas mujeres más bien identifican las

iglesias como el lugar en el que encuentran apoyo. En uno de los casos, la mujer

señala que prefiere no relacionarse con la gente; más bien prefiere orar. En

Chimichagua, el desplazamiento forzado trae consigo cambios en todos los

niveles; el interpersonal no es la excepción. Ellas admiten que muchos amigos se

quedaron en la zona, o al igual que ellas y sus familias tuvieron que abandonar su

territorio. Establecerse en un nuevo territorio les ha llevado a construir nuevas

83

relaciones, pero no con la misma confianza que sentían antes de lo ocurrido. Para

ellas, "… la situación emocional colectiva se caracteriza por la desconfianza… las

familias y las personas se aíslan de sus contextos". En general señalan que

aunque ahora la vida social es diferente al transitar del campo a la ciudad no por

voluntad propia, mantienen buenas relaciones con sus vecinos, son tolerantes con

ellos, prevaleciendo la ayuda mutua. Ellas no identifican mayores dificultades en

cuanto a la convivencia y la construcción de nuevas relaciones sociales.

En San Diego, según los testimonios, entre la mayoría de las mujeres asistentes al

encuentro, existen relaciones de amistad, destacando que la experiencia

compartida del desplazamiento forzado las ha llevado a ayudarse mutuamente:

"nos damos la mano. En general ellas atribuyen a las relaciones construidas y

preservadas un carácter de protección, apoyo emocional y que posibilita

ayuda en caso de necesidad personal y/o familiar. Reconocen que a partir de

las amenazas y el conflicto armado las relaciones con las demás personas

empezaron a afectarse y perdieron contacto con varias de ellas, las cuales

conformaban redes de apoyo. Esta afectación derivó del miedo compartido. Según

ellas, se veía amenaza en las relaciones, en tanto algunos de ellos podrían

significar peligro para los otros. De esta forma eran calificadas por ejemplo las

personas desplazadas forzadamente: "… Nadie quería estar cerca de uno porque

decían que uno era una bomba de tiempo", de esta forma, algunos se alejaron de

ellas como forma de protección. El temor también ha influenciado la construcción y

recomposición de las relaciones sociales en el sitio de llegada luego del

desplazamiento forzado, ellas afirman que "… decían que estaban matando a los

desplazados". En este sentido, ser reconocidos/as como tal, para la mayoría

representaba un riesgo.

En Valledupar, el grupo de mujeres entrevistadas señala como significativo el

cambio de contexto. La demanda de adaptarse a un lugar "desconocido" y a una

ciudad en la que no conocían mucha gente" ha requerido de capacidades y

actitudes que no sabían reconocer anteriormente. Señalan además que con el

tiempo han podido establecer relaciones con sus vecinos, a quienes en la mayoría

de los casos identifican como grupo de apoyo.

En el plano intrafamiliar, las relaciones familiares y las dinámicas han cambiado

significativamente a partir de la situación de desplazamiento forzado y de los

hechos de violencia vividos. Muchos de los miembros de la familia se separaron,

tomando rumbos diferentes. Otros decidieron retornar a sus tierras aun con el

miedo que se vive hoy día, incluso, a pesar de la presencia activa de grupos

84

armados en las zonas de las que fueron desplazados. Así mismo, se destaca que

los roles tanto en el hogar como en las actividades productivas mudaron: a las

mujeres les toco cambiar sus tareas de casa por el trabajo fuera del hogar para

mantener a sus hijos. Muchas de ellas viudas, quedaron responsables del hogar, o

fueron abandonadas por sus esposos. En general, son ―cabeza de familia". Para

ellas, la familia se constituye en la principal motivación para salir adelante.

En general, las dinámicas familiares han sido significativamente atravesadas por

los hechos de violencia. Al faltar un miembro de la familia, "… les duele pensar si

está vivo o muerto". La descomposición de la familia y la ruptura de las estructuras

de familia extensa, propias de habitantes y comunidades de zonas rurales, hace

que las necesidades económicas sean mayores y que se perciban en una

magnitud mayor, afectando negativamente la calidad de vida de la población en

condición de desplazamiento forzado.

Para las mujeres de Bosconia, ahora ellas son "mujeres cabeza de hogar" y la

responsabilidad del hogar, de la familia y del sostenimiento económico de estos,

pasa a ser parte del quehacer diario. Algunas de las mujeres afirman que sus

relaciones de pareja terminaron al llegar a vivir al nuevo contexto, en tanto los

hombres, al llegar, "tienen y conocen nuevas opciones y se van con otras

mujeres".

En la Jagua, las mujeres parecen un poco más reacias a hablar del tema familiar y

de las implicaciones de la violencia en sus vidas. Al conversar con ellas sobre, en

la mayoría de los casos señalan que se encuentran muy bien, que siguen unidos y

apoyándose. Manifiestan eso sí, las dificultades enfrentadas para la crianza de los

hijos, la construcción y desarrollo de relaciones de pareja. Evidencian carencias,

según su criterio, para orientar a sus hijos adolescentes, expresando temor frente

a lo que pueda ocurrir con ellos ahora, ya que el contexto ha cambiado y se

enfrentan a la realidad de criar hijos en un pueblo y no en el campo.

Para las mujeres de Chimichagua, la familia ha sufrido cambios estructurales,

generados en algunos casos por la pérdida o ausencia (fruto de la violencia) de

algún miembro, dando como resultado el cambio de roles dentro del núcleo

familiar. En su mayoría admiten que ahora son ellas las que asumen la

manutención debido a la ausencia de los padres o la falta de empleo para los

hombres: "prácticamente he quedado sola… he salido adelante con mis hijos…"

dice una de ellas. Así mismo aseguran tener problemas con las funciones de su

familia entre las que se destaca los problemas de jerarquía, el establecimiento de

85

fronteras y límites de autoridad con sus hijos e hijas, las necesidades económicos,

el manejo de la afectividad y la disciplina. En sus palabras, refiriéndose a las

relaciones entre madre e hijos, una de ellas señala qué "… a veces peleo y los

maltrato… mi hijo mayor dice que no quiere vivir conmigo". Otra persona anota

que: "…mi familia antes no era así… mis hijos sienten odio y es una peleadera…"

En general manifiestan sentirse unidas a sus familias "somos familias sufridas

pero unidas", que han intentado que los hechos de violencia "no los separen".

Respecto a la familia, manifiestan que es una de sus principales fuentes de

satisfacción y de afecto.

En San Diego, uno de los mayores impactos ha sido la fragmentación familiar, ya

que el nuevo lugar en el que viven se percibe como un lugar en el que los

hombres no consiguen trabajo fácilmente, generando en varias de las familias que

los hombres busquen nuevos lugares para vivir y poder trabajar. Una de las

mujeres comparte que, a causa del desplazamiento, su compañero empezó a

tener cambios de comportamiento:

"…ya no le interesaba nada y no hacía nada, por lo que me tocó a mí salir a

hacerme cargo de las cosas, porque él nos iba a dejar morir de hambre…"

Este cambio significó la separación de la pareja. Esto a su vez genera que la

mujer cambie de rol, dejando el cuidado del hogar y los hijos en un segundo lugar

pues deben aprender y empezar a trabajar para sostener económicamente a su

familia. Claro que esto también es producto de la muerte de algunos de sus

compañeros a causa de la violencia. Se resalta de manera importante la pérdida

de la figura paterna al interior de la familia, afirman que en las familias "…cambio

el respeto porque el papá ya no está lo cual hace un poco más complejo la

educación de los hijos‖.

La pérdida de contacto con la familia extensa por temor a retornar a sus lugares

de origen y reencontrarse con la situación que les hizo salir en un primer

momento, también genera sentimientos de soledad, tristeza y vacío, pues dicen

sentirse incapaces de volver al lugar de donde fueron desplazadas, en donde,

para algunas, permanecen algunos de sus familiares. Finalmente, se considera

importante resaltar que la mayoría de ellas afirman que a partir de estas

experiencias los vínculos al interior de la familia se han fortalecido, "ahora somos

más unidos" y "estamos agradecidos por seguir juntos, la ayuda que nos

brindamos y el afecto".

86

Para las mujeres de Valledupar, se pueden encontrar cambios significativos en las

dinámicas y los hábitos de las familias. Señalan que "… su familia y en especial

sus hijos, son lo más importante para ellas…". En algunos casos la familia se

identifica como el grupo de apoyo con el que se cuenta y en otros manifiestan más

bien que "sus vecinos son más cercanos que la familia"; explicando por ejemplo,

que la familia se encuentra lejos y esto hace que no haya mucho contacto.

Muchas señalan que esta situación ha sido difícil para toda la familia pero con el

tiempo "se ha ido superando lo ocurrido". Señalan también que hay unión en la

vida familiar.

3.3.1.3. Impactos en el ámbito de derechos

¿Qué hechos, según el relato de las mujeres víctimas generaron los escenarios

emocionales referidos? Tres ámbitos de afectación fueron manifestados de

manera preliminar por las mujeres asistentes a los ejercicios de caracterización:

vida e integridad personal y colectiva; territorio y derechos civiles, a través de la

represión y en particular de la detención arbitraria.

Respecto de la vida y la integridad, del repertorio de formas de violencia hacen

parte entre otros: las amenazas, el homicidio, las masacres, la desaparición

forzada, el secuestro, la violencia física y sexual. Si bien esta última forma de

violencia solo fue expresada en uno de los grupos focales, se destaca el silencio

generalizado sobre esta temática entre la población femenina y la gran dificultad

expuesta por la víctima, para verbalizar lo sucedido. En el ámbito territorial,

destacan como formas de violencia, la presencia del grupo armado

(principalmente paramilitares y de forma aparentemente marginal, guerrillas) y el

desplazamiento forzado de la población. Desde la perspectiva de las libertades y

los derechos civiles, la represión y la detención arbitraria complementan el cuadro.

Tabla Nº 8. Ámbitos de afectación Psicosocial y formas de

violencia, según grupos piloto y victimarios. Departamento del

Cesar. 2010

Municipio

Grupo piloto

Actor

armado

Victimario

Ámbito de

afectación. Forma de Violencia

Agustín

Codazzi

Paramilitares

Vida e

Integridad

Amenaza

Homicidio

87

Bosconía

La Jagua de

Ibirico

Pelaya

San Diego

Valledupar

Masacre

Desaparición Forzada

Secuestro

Violencia física

Violencia sexual

Territorio

Desplazamiento

forzado

Presencia de grupo

armado

Represión Detención

San Diego

Chimichagua

Astrea

Guerrillla

Territorio Presencia del grupo

armado

Vida e

Integridad

Masacre

Homicidios

Paramilitares

Amenazas

Desaparición forzada

Desplazamiento

forzado

La relación de hechos de violencia expuesta en la tabla número 8, en particular en

lo que compete a los municipios de La Jagua de Ibiríco, Pelaya y Valledupar,

puede estar influenciada por sentimientos y estados emocionales que inhiben a las

personas para hablar explícitamente y reconocer los hechos de violencia que aún

pudieran seguir aconteciendo. También por el trauma psicosocial individual y

colectivo y en general por la persistencia de los factores y agentes generadores de

hechos de violencia en la región. De esta manera podría entenderse la ausencia

en los relatos de otros delitos, que aparecen explícitamente referidos por ejemplo

en el municipio de Astrea. Partiendo de la base, de que la población en el

departamento del Cesar fue sistemáticamente afectada por hechos de violencia

derivada de las acciones de grupos paramilitares y guerrilleros, y en ocasiones por

la Fuerza Pública, es significativo que no aparezcan en los relatos este tipo de

hechos. Por ejemplo no se hace alusión a las fosas comunes y poco a la

desaparición forzada. En el Cesar, a junio de 2010, eran reconocidas por el

gobierno nacional y por organismos no gubernamentales nacionales

internacionales, cerca de 140 fosas comunes.

88

Al ser preguntadas sobre la repetición de los hechos de violencia, la mayoría de

las mujeres asistentes expresan opiniones divididas y contradictorias, sobre

hechos de violencia, manifestando su no repetición o la persistencia de las

mismas. Hechos como el desplazamiento forzado, los homicidios, la violencia

sexual, las detenciones, las masacres, el secuestro, las amenazas y la violencia

física han cesado en algunas de las poblaciones, según la opinión de algunas. Sin

embargo, también señalan otras mujeres, que la presencia de los grupos armados

en poblaciones como Bosconia, Chimichagua, Astrea y San Diego, siendo una

realidad; que el homicidio continúa; así como el desplazamiento forzado y la

desaparición forzada de población. Potencialmente el miedo generalizado,

conjugado con otros sentimientos, sensaciones y estados emocionales, podría en

principio explicar tanto los silencios respecto de algunos temas, como las

contradicciones testimoniales que pudieran surgir.

Una persona intimidada, que experimenta la presencia inminente del actor armado

que fue su victimario, o que aún observa que las relaciones sociales de poder que

sustentan el orden a partir del cual es victimizada, sigue intacto, difícilmente

arriesga la poca o nula estabilidad y tranquilidad que ha construido, tras el hecho

de violencia. En otras ocasiones, al percibir que aquellos hechos no se relacionan

de manera directa con la persona o con su entorno familiar inmediato, se podría

evaluar que el riesgo es mínimo y que aquella situación de violencia como las

acciones, se han focalizado en algunas personas, distintas a las ya victimizadas.

Desde esta perspectiva, se podría experimentar cierta ―tranquilidad‖, sin que esto

anule otros sentimientos, sensaciones o estados emocionales.

Sin embargo, como se muestra en la contextualización municipal de este informe,

lejos de estabilizarse la situación de violencia, se han matizado algunas de sus

expresiones, que sin embargo, no ocultan la continuación del ejercicio de terror

por parte principalmente de los grupos paramilitares, en los años recientes.

3.3.2 Otras dimensiones de la afectación emocional a nivel colectivo

En los grupos de mujeres del Cesar se reconoce una transformación del miedo, ya

que se encuentra que no está relacionado directamente con los hechos violentos y

la angustia que generaba vivir esta experiencia, quizá por el cambio de contexto.

Ahora se encuentra que en la mayoría de los casos ha pasado a ser temor y

preocupaciones frente a situaciones relacionadas con el bienestar de su familia y

exigencias del nuevo contexto. Sin embargo, en algunos casos, las mujeres

experimentan recuerdos intrusivos o flashbacks frente a situaciones que

89

relacionan con los hechos de violencia vividos anteriormente (Pólvora, ruidos de

motos o automóviles en la noche). El sueño se ve afectado a menudo por el miedo

y la intranquilidad que se agudiza en la noche.

De igual forma, las mujeres expresan que su vida nunca volvió a ser igual, ya que

después de vivir el conflicto armado se generaron transformaciones de orden

social, económico, familiar y emocional; llegando a reconocer nuevas capacidades

para afrontar los obstáculos de las nuevas situaciones y responder con las nuevas

responsabilidades resultantes del cambio de rol y de comportamiento en algunos

de los miembros de la familia; generando transformaciones en la autopercepción,

como mujeres ―más fuertes y capaces‖, ―ahora las mujeres tenemos que hacernos

cargo de todo (...) es más fácil conseguir trabajo‖.

En algunos casos las mujeres han expresado en su discurso que ―no todo ha sido

malo‖ pues la situación las ha llevado a reconocer en ellas habilidades y recursos

que anteriormente no percibían, experimentando los cambios como oportunidades

al interior de su familia, en el mundo laboral y resignificando su propia identidad y

comprensión de ser mujer

3.3. 2. 1 Afectaciones de carácter socio cultural

El desplazamiento y los hechos de violencia han afectado los significados y la

identidad de las mujeres, en cuanto a que es diferente vivir territorios rurales

como por ejemplo, en la Serranía del Perijá (donde habitaban la mayoría de

mujeres de Agustín Codazzi) a vivir en la zona urbana o las veredas cercanas.

Esto implica una organización social diferente, una cotidianidad y unas nuevas

relaciones familiares y sociales, que generan cambios de hábitos y rutinas donde

las actividades ya no se centran en la agricultura y el cuidado de los animales,

sino en trabajos propios del contexto urbano, los que asumen desde su

responsabilidad de mujeres cuidadoras, "hacen y harían lo que fuera por sacar a

sus hijos adelante y conseguir el sustento para ellos".

De igual forma, esta transformación ha implicado que las mujeres se movilicen y

desarrollen nuevas habilidades y destrezas propias de las nuevas demandas del

contexto, como el aprender nuevos oficios que ―nunca se imaginaron que eran

capaces de hacer, pensaba que la vida era hacer comida, tener los hijos y esperar

la noche para dormir‖. Este cambio ha implicado también construir nuevas

relaciones con sus vecinos, con las instituciones que antes no conocían, y

90

resignifica su concepción de ESTADO y abre camino para constituirse como sujeto

de derechos.

Otra de las afectaciones socioculturales se percibe en el cambio de ciertas

costumbres al interior de sus familias, ya que muchas de ellas afirman que los que

más les cuesta ha sido la compresión de las pautas de crianza que en el área

urbana, puesto que son diferentes al área rural y que esto ha generado cambios

notorios en la conducta de sus hijos. El nuevo contexto de socialización de sus

hijos se convierte en motivo de preocupación, ya que en algunos casos no se

perciben capaces de enfrentar los nuevos retos en la crianza de sus hijos y más

bien siguen hablando de ―lo distinta que era la vida en el campo y que era más

fácil para ellas criar a sus hijos allá‖. Sumado al hecho que, en su mayoría la figura

paterna al interior de la familia desaparece y la autoridad anteriormente ejercida

por el hombre es asumida por la madre.

En cuanto a las tradiciones culturales, se ha encontrado que a pesar del cambio

de lugar de residencia a causa de la violencia y el desplazamiento forzado, las

mujeres intentan conservar algunas de ellas, sin embargo, afirman que ―ya no lo

disfrutan como antes‖ ―ni es lo mismo‖ porque han perdido el gusto por las cosas;

en especial cuando han perdido sus hijos, hijas o familiares a causa de la

violencia. Se ha encontrado que el homicidio de los hijos es uno de los hechos que

tiene un efecto más devastador sobre la identidad de las mujeres.

Finalmente, se considera necesario mencionar que en el grupo de mujeres de

Santa Cecilia (Astrea) después de la masacre ocurrida hace 10 años, se percibe

un prejuicio que se ha transformado en una pauta cultural que les impide sentir

felicidad, ya que la misma se convierte en augurio de que algo malo va a suceder

3.3.2.2 Afectaciones de carácter territorial

El cambio de territorio genera impactos notorios en la identidad de las mujeres y

sus familias, ya que en su mayoría han tenido que salir de contextos rurales y

campesinos hacia espacios urbanos, lo cual trae cambios y dificultades

relacionados. Dejar el lugar al que pertenecen las embarga de tristeza y dolor,

resulta difícil manejar los sentimientos que surgen con los recuerdos por lo

imprevisto y violento del desplazamiento forzado, "…todo fue tan desagradable, no

nos dio tiempo de recoger nada (…) dejar tirado lo que uno ha construido, es

como quedarse en el aire‖.

91

Al llegar al nuevo contexto las mujeres reconocen dificultades para lograr una

relativa estabilidad en la reconstrucción de su vida y la de sus familias debido al

desconocimiento del contexto y la percepción y los prejuicios que tiene la

comunidad receptora de la población en situación de desplazamiento, lo cual

complejiza este proceso, "como no lo conocen a uno, prefieren darle trabajo a las

personas que desde siempre han vivido acá".

Considerando el tiempo trascurrido en el nuevo contexto, la mayoría de las

mujeres afirman que las dificultades pueden convertirse en oportunidades, ya que

les permite darse cuenta de sus recursos y cambiar su percepción del lugar, lo que

puede evidenciarse en afirmaciones como las siguientes: "…una tierra bendecida,

en ocasiones es como si fuéramos de aquí (…) como hijas adoptivas de Pelaya",

"hay algo en el ambiente que amaña", ―el municipio es bonito y hay oportunidades

para sobrevivir‖, lo cual ha favorecido el arraigo a este nuevo territorio. Estas

transformaciones se relacionan con la construcción de nuevas redes, la posibilidad

y cambios en las rutinas, adquisición de nuevas habilidades, destrezas y de

manera relevante la percepción de mayor seguridad. En ese sentido, algunas de

ellas expresan sentirse más tranquilas y seguras en tanto no se presentan en este

lugar situaciones de violencia y conflicto como en sus lugares de origen.

Finalmente, se hace importante señalar que en el municipio de Astrea, las mujeres

de Santa Cecilia después de desplazarse forzosamente a causa de la masacre

retornaron voluntariamente porque consideran que este territorio es su lugar de

origen, ―lo único propio que tienen‖, afirmando que "por fuera uno no estaba igual

que aquí", sin dejar de percibir este lugar como inseguro

3.3.3. Acciones y actitudes para el afrontamiento de los hechos de violencia

Las mujeres participantes en los encuentros narran diferentes acciones que

llevaron a cabo durante los hechos violentos y especialmente, en el evento del

desplazamiento. En ese sentido la mayoría de las mujeres menciona la búsqueda

de ―ayuda‖ de las instituciones del Estado, la cual casi en ningún caso llega

oportunamente. Esta situación junto con el miedo de presentar la declaración de

los hechos ante la Personería, da cuenta del no reconocimiento como sujetos de

derechos, desde sí mismas y desde las instituciones. Por otro lado, en muchas

oportunidades las mujeres acuden a las redes de apoyo familiar con las que

cuentan en los cascos urbanos donde se ven obligadas a llegar.

92

Entre los mecanismos de afrontamiento más utilizados por las mujeres ante los

hechos de violencia se pueden mencionar el silencio ante los hechos violentos.

Entre otros elementos, este silencio obedece a dos aspectos, por un lado a la

seguridad y necesidad de protección propia y de la familia ante el riesgo de ser

señalados por los grupos armados en conflicto, y en segundo lugar la necesidad

de ocultar las propias emociones para no afectar a los demás miembros del núcleo

y tratar de dejar en el pasado lo vivido para dejar de ―sentirse tan mal‖. En otros

casos, llorar o gritar, aislarse -como manifestación de desconfianza- y negar la

situación para evitar el daño, se convierten en las expresiones más comunes.

Otras estrategias de las mujeres en el proceso de afrontamiento son acciones

orientadas a disminuir los impactos en la salud a través de la meditación, la

preparación de ―remedios caseros‖, el cambio en los hábitos y la búsqueda de

ayuda en otras personas, organizaciones e instituciones

3.3.4. Recursos empleados para afrontar los hechos de violencia y la victimización

En el grupo de mujeres caracterizadas, al indagar por los recursos que ellas

identifican y que les han permitido afrontar las situaciones de violencia y

desplazamiento de una manera resiliente, en la mayoría de los casos son:

―fortaleza, la confianza, el conocer y exigir sus derechos, la actitud positiva, la

dignidad y la resistencia‖. Otro recurso que se encuentra en la mayoría de los

grupos es la ―fe en Dios y la esperanza‖, convirtiéndose la espiritualidad en uno de

los factores que ha favorecido de una manera muy significativa la recuperación

emocional y se encuentra que las iglesias se han convertido en una importante

fuente de apoyo social para las mujeres y sus familias. El amor por su familia y por

sus hijos se convierte en todos los grupos en otra fuente de motivación y fortaleza

para las mujeres ―lo que nos mantiene en pie son nuestros hijos‖. En algunos de

los casos las mujeres verbalizan estos recursos propios y los operacionalizan en

su vida cotidiana, y en otros casos no los perciben como una habilidad y es en la

conversación que se adquiere conciencia de ellos.

En el grupo de mujeres caracterizadas, al indagar por los recursos que ellas

identifican y que les han permitido afrontar las situaciones de violencia y

desplazamiento de una manera resiliente, en la mayoría de los casos son:

―fortaleza, la confianza, el conocer y exigir sus derechos, la actitud positiva, la

dignidad y la resistencia‖.

93

Otro recurso que se encuentra en la mayoría de los grupos y los municipios es la

―fe en Dios y la esperanza‖, convirtiéndose la espiritualidad en uno de los factores

que ha favorecido de una manera muy significativa la recuperación emocional y se

encuentra que las iglesias se han convertido en una importante fuente de apoyo

social para las mujeres y sus familias. El amor por su familia y por sus hijos se

convierte en todos los grupos en otra fuente de motivación y fortaleza para las

mujeres ―lo que nos mantiene en pie son nuestros hijos‖.

Así, se encuentran dificultades en reconocer una motivación interna para seguir

adelante, más bien identificando como se señaló anteriormente el amor a los hijos

y en algunos casos a Dios como la principal fuente de motivación. De la misma

manera la fe en Dios y las creencias religiosas han favorecido el manejo de las

emociones, ya que ellas señalan encontrar ―tranquilidad, consuelo, fe, en sus

creencias religiosas y ―esto hace que la vida sea más llevadera‖. En cuanto al

apoyo, las asociaciones e iglesias se convierten en redes y apoyo social para las

mujeres.

En algunos de los casos las mujeres verbalizan estos recursos propios y los

operacionalizan en su vida cotidiana, y en otros casos no los perciben como una

habilidad y es en la conversación que se adquiere conciencia de ellos.

En otros casos, específicamente en el grupo de Bosconia, se encontró que las

mujeres afirman haber encontrado en ellas mismas las ganas para seguir adelante

y continuar luchando por lograr la reconstrucción de sus vidas ―no tengo miedo a

enfrentarme a la vida‖, y en cuanto al apoyo que se ha encontrado en otros, la

mayoría de ellas señala que ha encontrado en las ayudas humanitarias y los

proyectos productivos una esperanza para reconstruir sus vidas.

En el caso de la Jagua las mujeres verbalizan igualmente la fe en Dios como un

recurso, la fortaleza y el amor por su familia.

En el grupo de San Diego, el mayor impulso para continuar han sido los hijos y la

responsabilidad de brindarles un futuro mejor, lo cual implica, no solo sobrellevar

las necesidades diarias sino que ―sus hijos no tengan que vivir la misma violencia‖.

La unidad y ―hermandad‖ entre algunas mujeres que han vivido la violencia han

permitido compartir entre ellas y reconocer entre sus conversaciones fortalezas.

En el grupo de Valledupar al igual que en los demás grupos se destaca como

recurso la fe en Dios, el amor por los hijos, pero también se agrega el elemento

94

del apoyo de los vecinos y las Instituciones, que son percibidos por ellas como

fuentes de apoyo.

3.3.5. Redes de apoyo a las víctimas

En el discurso de las mujeres del grupo de caracterización psicosocial del

departamento del Cesar se identifican algunas redes de apoyo, dentro de las

cuales la principal es la familia y personas cercanas como amigos, vecinos y

conocidos; quienes después de la situación de violencia les brindan apoyo

emocional, espiritual y para la satisfacción de sus necesidades básicas. De igual

forma, las instituciones religiosas representan una red importante de apoyo que

les ayuda a resignificar las situaciones de violencia vividas y a fortalecerse en el

proceso de reconstrucción de su proyecto de vida individual y familiar.

―Yo como mujer ahora creo más en Dios y siento que soy más independiente y

más fuerte (…) Dios nos va a sacar adelante porque todo lo puedo en Cristo‖

Por otra parte, se considera pertinente mencionar que la vivencia de la violencia y

el conflicto les obligan a acudir a instituciones estatales que anteriormente

desconocían para obtener ayudas humanitarias e iniciar procesos de reparación,

tanto administrativa como judicial, dentro del marco legal de justicia y paz;

posibilitando en algunas de ellas el reconocimiento de sus derechos ciudadanos

empoderándolas en el restablecimiento de los mismos

3.3.6. Explicaciones a los hechos violentos elaboradas por las mujeres víctimas

Se encuentran diferentes explicaciones en las narraciones de las mujeres que

participaron de este proceso. Principalmente, se considera como una situación

inesperada y súbita que cambia de forma radical sus vidas y que se explica a

partir de sus concepciones religiosas, basándose en la idea de que ―Dios tiene el

poder de todo y por algo quiso que esto pasara‖ como pruebas de vida. Por otra

parte, se considera esta situación como resultado de la violencia de la región, ―es

por culpa de gente mala y terminamos pagando los que quedamos en el medio‖

sin embargo, en relación con esta concepción también se van creando en ellas

sentimientos de culpa y traición; la primera por no haber previsto el peligro para

ellas y sus familias lo cual habría podido evitar esta experiencia, y el segundo

95

porque no hubo protección por parte de Estado y algunos pobladores, a quienes

reconocen como cómplices de lo sucedido.

3.3.7. Expectativas mediatas y futuras de la población víctima de violencia

caracterizada

Una vez desarrollado el primer encuentro de atención psicosocial con los grupos

piloto, las mujeres participantes reconocen este espacio como una oportunidad

para expresar sus emociones esperando sentirse mejor ya que les permite

―desahogarse‖ y compartir aquello que se mantenía en silencio, aprender de las

experiencias no solo de las personas de la Corporación sino de las demás

participantes fortaleciendo sus redes de apoyo, lo cual se ve en afirmaciones

como ―es saber que mi dolor no es solo mío sino que alguien más también lo

sintió‖.

A esto se une el propósito de transformar las emociones y sentimientos que

generan malestar en sus vidas y se mantienen en el tiempo a causa del daño que

ha dejado la violencia en sus vidas, a partir de consejos y orientaciones que les

permitan ―superar todo lo que ha ocurrido y seguir con sus vidas adelante‖

mejorando su calidad de vida y la de sus familias

3.4. Análisis descriptivo del proceso de atención por cada municipio.

Lo que se presenta en este acápite es la descripción y análisis de los cambios en

las mujeres identificados durante el proceso de atención en los ámbitos emocional,

relacional y de sujeto de derechos. Así mismo se presentan las características

diferenciales de los grupos, mencionando el tipo de hechos violentos vividos por

las mujeres, los rangos de edades encontrados y el impacto percibido en la

atención. Para iniciar, se presentan dos tablas con información cualitativa sobre el

total de atenciones y los procesos de dos o más encuentros desarrollados en los

ocho municipios.

96

Tabla No. 9

Total de mujeres en situación de desplazamiento participantes en el

proceso de acompañamiento psicosocial en ocho municipios del

departamento del Cesar.

MUJERES

PARTICIPANTES

Procesos 784

Encuentros

únicos

356

Encuentros

masivos

93

TOTAL

ATENCIONES

1233

Tabla No. 10

Procesos de acompañamiento psicosocial en ocho

municipios del departamento del Cesar

PROCESOS DE ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL

MUNICIPIO Grupos Total participantes

No. de encuentros

Remitentes

ASTREA Santa Cecilia

22 2 Líder Hermes Aguilar García

Arjona 19 1 Lideresa Inés Puertas

Astrea 16 1 Lideresa Ernestina Caballero

BOSCONIA Piloto 18 4 Alcaldía - Joyce Andrade

Grupo 2 14 3 Líder Yenner Valencia

Grupo 3 23 3 Voz a voz de las mujeres participantes

Testigos 15 1

97

Laura Rocha

9 1 PDP Cesar - Laura Rocha

SAN DIEGO

Piloto 16 4 Alcaldía - Glenis Rosado

Media Luna

22 3 Lideresa Martha Barbosa

Testigos 10 1

Grupo 2 19 3 Alcaldía - Glenis Rosado

CHIMICHAGUA

Piloto 13 3 Líder José Ricardo Molina

Grupo 2 8 1 Líder Juan Carlos Gómez

Grupo Jose Ricardo

5 1 Líder José Ricardo Molina

VALLEDUPAR

Joaquin Ochoa

14 2 Rector Ángel Sánchez

Kankuamok

39 1 Mujer Kankuama Adriana Arias

Villa Jaidy

28 2 Líder Alfonso Medina

Mareiwa 35 2 Lideresa Rosa Suarez

Fundadores

25 3 Lideresa Betty Ramírez Borja

San Jerónimo MIAV

26 2 Dupla Valledupar - Martha Serpa

Bello Horizonte

22 3 Fundación RCA - Álvaro José Daza Rumbo

Bello Horizonte

71 3

LA JAGUA DE IBIRICO

Piloto 43 4 Secretaria Gobierno - Irina Quintana Hospital 15 1

Acción Social

24

Jaime Giraldo

24 Líder Jaime Giraldo

AGUSTIN CODAZZI

Piloto 22 3 Oficina de atención población en situación de desplazamiento -

98

María Estella Martinez

Barrio Machique

39 3 Lideresa Rosana Daza

Pastor 23 3 Abogado dupla - Jairo Cruzco

Masivo 68 1 Pastor José Nieves

PELAYA Piloto 19 4 Defensoría - Nelson Martínez

Joel 7 1 Líder Joel Pallares

Abuelita y Leonor

11 2 Lideresa Leonor Sepúlveda

TOTAL PARTICIPANTES:

784

3.4.1. Municipio Bosconia:

El proceso de acompañamiento psicosocial en este municipio inició con el grupo

piloto el mes de Agosto conformado con el apoyo de una funcionaria de la alcaldía

y un líder de la población en situación de desplazamiento. El mes siguiente se

conformaron dos grupos nuevos por el ‗voz a voz‘ que se dio entre las mismas

mujeres, y así, se desarrolló el proceso hasta el mes de Noviembre.

Igualmente, el mes de Noviembre se realizó un encuentro único con un grupo

coordinado con una líder de la población en situación de desplazamiento

contactada por medio de una funcionaria del Programa de Desarrollo y Paz –

Cesar, el cual permitió un acercamiento a los impactos y vivencias del conflicto

armado y reconstrucción de su proyecto de vida.

Estas mujeres se encuentran entre los 20 y 60 años de edad, son madres, en su

mayoría cabeza de hogar, provenientes de departamentos de la Región Caribe,

algunas de corregimientos del departamento del Cesar y fueron víctimas del

conflicto armado al verse en medio de la disputa territorial entre guerrilla (FARC y

ELN) y grupos paramilitares (AUC). Como resultado de esto, vivieron junto con sus

familias el desplazamiento forzado, homicidios y desapariciones forzadas de

familiares, amenazas de reclutamiento de sus hijos, intimidación y señalamiento

99

como colaboradores de alguno de los actores armados, entre otros hechos

violentos.

“Soy la mitad de lo que fui, pero sigo viva”

Al iniciar el proceso se reconocieron en las narrativas a mujeres para quienes vivir

el conflicto armado ha transformado sus vidas, reconfigurado su propia identidad

―soy viuda de la violencia‖ y quienes explicaban la continuación de sus vida desde

creencias religiosas ―Debe ser que Dios me va a dar un futuro mejor y/o por sus

hijos o hijas quienes se convirtieron en motores de su existencia.

De igual forma, la vivencia de la violencia generó un fuerte deseo de olvidar y

callar lo vivido, ―Me trago el sufrimiento (…) no sé ni cómo decirlo‖, generando

temor, dolor, tristeza y rencor, además de creer que al volver a hablar sobre lo que

se vivió les ponía en un lugar de peligro a ellas y sus familiares, ―callo mucho de lo

que pasa porque es mejor sufrirlo solo y al decirlo puede ser un problema‖.

Durante el proceso de acompañamiento se reconoció en las mujeres un

movimiento significativo en la forma en que comunicaban el dolor y el cual

posibilitó la reflexión desde lugares diferentes que transformaron su discurso de la

necesidad al recurso. Este movimiento, les permitió identificar los efectos

negativos que tuvo el conflicto armado en sus vidas y relaciones, así como el

reconocimiento de sus propias habilidades y fortalezas para sortear estos cambios

intempestivos y continuar con sus vidas y la de sus familias, lo cual se expresa en

frases como ―Ahora soy más independiente, responsable y cabeza de hogar‖ y ―las

mujeres tuvimos que ponernos los pantalones‖.

Asimismo, la continuidad de participación en el grupo construyó un contexto

seguro en el cual las emociones, sentimientos y recuerdos se pudieron verbalizar

y compartir, sin temor a ser juzgados o sentir que hacerlo les ubicaba en una

situación de riesgo o peligro, abriendo de nuevo la posibilidad de hablar acerca de

las experiencias emocionalmente significativas y difíciles y reconociendo lo

positivo de recuperar esta capacidad en ciertos espacios y con algunas personas.

Al realizar el cierre del proceso, las mujeres manifestaron encontrar en estos

encuentros un lugar seguro que les permitió comunicar sus emociones y

sentimientos, desahogarse y compartir con otras mujeres aquello que

anteriormente se guardaba en silencio por temor. También les permitió ―sentir el

100

dolor de una manera diferente‖, permitiéndose de nuevo momentos de alegría y

―mirando algunos de mis problemas con otros ojos‖.

De igual forma, algunas de ellas manifiestan que en el proceso recuperaron

fuerzas para seguir adelante, y el afrontamiento dificultades cotidianas de una

manera diferente se reconoce en frases como ―llegaron en el momento exacto‖,

―yo estaba por tirar la toalla‖ y ―Ahora no tengo miedo a enfrentarme a la vida‖.

“No me siento apoyada (…) me siento más sola y lo perdí todo”

Lo novedoso de la invitación a construir un espacio confidencial y privado en el

que lo que se dice se protege y no se comunica a otras personas, en un grupo de

mujeres que a pesar de compartir el lugar donde viven y la situación de víctimas

de la violencia se desconoce entre sí, genera en un primer momento un

sentimiento de inseguridad y temor que comunican en la frase ―Los colombianos

no cumplimos los pactos, acá serán solo pactos rotos‖.

Un texto del Programa por la Paz recoge este sentir ―…Reconocemos que el odio

que sentimos hacia quien nos hace daño es natural como consecuencia del dolor

que experimentamos (…) estos odios van transformando las relaciones sociales:

el miedo y la desconfianza se convierten en la base del encuentro con los otros/as.

En esta lógica estamos tejiendo una sociedad cuyas relaciones se basan en el

temor‖12.

Esta creencia se fortalece en las dificultades que han tenido para reconstruir sus

vidas e ingresar al mundo laboral, debido a lo novedoso del contexto y al

desconocimiento de las personas residentes, ―no nos dan trabajo porque no nos

conocen‖, y ―como somos desplazadas creen que algo malo hicimos o que no

vamos a cumplir‖.

La situación de prevención las lleva a distanciarse de las personas desconocidas

lo cual imposibilita la construcción de nuevos vínculos y redes de apoyo.

Asimismo, los lazos familiares se perciben visiblemente afectados y cambiantes en

el nuevo entorno, pues después de vivir el conflicto las familias se han disgregado

y han cambiado su forma de comportarse y comunicarse entre ellos ―Mi familia no

es como era antes‖.

12

(La viga en el ojo, Programa por la Paz, 2003)

101

El proceso de acompañamiento, en relación a estas afectaciones, permitió

construir lazos de confianza entre las participantes que se hicieron evidentes en la

configuración de un espacio seguro y de cuidado en el cual, según sus propias

palabras, ―…pude desahogarme y contar esto que a nadie más se lo podía decir‖.

Asimismo, los testimonios y experiencias de las participantes construyeron

escenarios posibles y de reconocimiento de sus habilidades que, hasta el

momento, les han permitido superar las dificultades, ―siempre me buscan para los

trabajos porque saben que yo les cumplo‖, ―reconocen el esfuerzo que hago y que

hago lo que sea para responderle todos los días a mis hijos‖

En el último encuentro participaron ―testigos‖, familiares y amigas, quienes

formaron parte del proceso aportando un punto de vista diferente al proceso que

se había desarrollado. Fue a partir de sus testimonios que se reconocieron

impactos favorables en las relaciones familiares y transformaciones que, aunque

pequeñas, significaron un cambio importante en las mujeres quienes, según

afirmaron sus testigos ―ya no anda todo el tiempo de mal genio‖, e identificaron

con sorpresa la motivación y participación en los encuentros13.

“No es dar el pescado sino enseñar a pescar porque estamos

aprendiendo es a recibir”

En un primer momento se identificaron en la mayoría de ellas discursos con

demandas específicas y directas frente a la urgencia de ayudas humanitarias y

proyectos productivos para el restablecimiento de sus vidas, sin embargo, en este

discurso se privilegiaba la necesidad desde el asistencialismo sin reconocerse a sí

mismas como agentes de cambio.

En el mismo espacio, algunas mujeres que han empezado a desempeñar el rol de

lideresas de la población en situación de desplazamiento a partir de su propia

vivencia, identifican pocos espacios en que las víctimas de la violencia puedan

expresarse, reconozcan sus derechos e identifiquen el proceso que deben realizar

para hacerlos cumplir, afirmando que ―Las víctimas tenemos mucho que decir y

nadie nos escucha‖, además de las dificultades estructurales que existen para

cumplir con este propósito, ―nos enseñan artes en talleres del SENA para hacer

pero no hay cómo ni dónde hacerlas, no hay recursos para que nos apoyen y

empezar‖

13

Se parte desde la postura de construir como un escenario terapéutico que cuenta con la presencia de testigos externos quienes tienen la ―función fundamental de colaborar con la persona o familia desde un proceso en el cual se recupera el impacto que la historia tiene en ellos‖ (White, 2002 citado por Campillo, Sf)

102

Durante el acompañamiento que se realizó, fue para el equipo de Vínculos un reto

abrir espacios para que las mujeres reconocieran los recursos con los que cuentan

y que han movilizado en la reconstrucción de sus vidas ya que era una narrativa

dominante la necesidad imprescindible de ayuda de otros agentes: ―es que lo que

necesitamos es que el gobierno me dé una casa‖, ―si a mí me dan un negocio para

trabajar todo se arreglaría‖, por lo que los encuentros se orientaron al

empoderamiento que han tenido en la reconstrucción de sus vidas y permitir la

transformación de la necesidad de ayuda a un escenario de exigibilidad de

derechos como víctimas del conflicto y como ciudadanas.

Al finalizar la evaluación del proceso de acompañamiento, las mujeres

reconocieron este espacio como el lugar en el cual su voz era de nuevo

escuchada y, en algunos casos, reconocen que esta misma voz ha tenido eco en

los espacios de reconocimiento público y en los procesos de reconocimiento de

sus derechos, ―ya no se siente tanta pena para hablar‖ ―no quisiéramos que esto lo

viviera nadie‖

3.4.2. Municipio Astrea

En el municipio de Astrea se inició el acompañamiento en el corregimiento de

Santa Cecilia en el mes de Agosto con un grupo de mujeres convocado por un

líder de la población. En Septiembre se continúa este proceso y se inicia con otros

grupos en Arjona y Astrea con el apoyo de dos lideresas de ASODESAN

(Asociación de Desplazados de Santa Cecilia). Se considera importante señalar

que el siguiente encuentro en el mes de Noviembre debió ser aplazado debido a

dificultades de convocatoria por fiestas patronales, para finalmente encontrar

imposible el acceso a causa del invierno, motivo que obliga a comunicarnos con

los líderes e informar el aplazamiento del proceso por lo que resta del año.

El corregimiento de Santa Cecilia se caracteriza por tener una vía de acceso

precaria lo cual dificulta su comunicación con el resto del municipio y

departamento y el acceso a necesidades básicas, situación que se intensifica

durante la temporada de invierno. El grupo de mujeres participantes se encuentran

entre los 18 y 85 años de edad, en su mayoría oriundas de este corregimiento,

quienes retornaron después de la masacre que tuvo lugar el 28 de Enero del 2000

a causa de una incursión del grupo paramilitar AUC, según afirman las

participantes, porque fueron acusados de ser ayudantes de la guerrilla.

103

Las mujeres que conformaron los grupos de Arjona y Astrea también vivieron esta

masacre, sin embargo, decidieron no retornar, reubicándose en estos lugares

aledaños. Así pues, se reconoce que estas mujeres fueron víctimas, junto con sus

familias, de masacre, desplazamiento forzado, homicidios de familiares,

amenazas, intimidación y señalamiento como colaboradores de alguno de los

actores armados, entre otros hechos violentos.

Debido a la magnitud, intensidad y sevicia de los hechos violentos vividos por

estos grupos de mujeres se evidencia una diferencia significativa en los impactos

psicosociales que han tenido a nivel emocional, relacional y como sujetos de

derecho y, en este orden de ideas, se identifica una mayor vulnerabilidad.

“Eso marcó nuestras vidas para siempre (…) Aprendemos a vivir con

el dolor”

Durante los encuentros fue significativo el silencio acerca de lo sucedido en el

grupo que se encuentra viviendo en el corregimiento de Santa Cecilia y, de

manera contraria, en los otros grupos se configuró el espacio donde se

verbalizaba la experiencia misma de la masacre y los efectos emocionales que ha

tenido desde entonces en sus vidas y las de sus familiares.

Las mismas mujeres expresan en sus palabras: ―nunca antes habían venido a

escucharnos y preguntar cómo nos sentimos‖ y ―a nosotras nunca nos tienen en

cuenta porque ya no vivimos allá‖; como una diferencia en el trabajo con el grupo

de Santa Cecilia y los de Arjona y Astrea, mientras que el silencio en el mismo

lugar donde sucedió lo ocurrido, invita a pensar que es una manera de protección

que abre posibilidades de reconstrucción de sus proyectos de vida sin

recordar/revivir lo sucedido.

Los encuentros terapéuticos fueron emocionalmente significativos y se llenaron de

emociones de soledad, angustia, dolor, tristeza, rabia y miedo. Se pudo identificar

que continuar con la vida y encontrarse con emociones distintas y positivas como

alegría o felicidad pareciera imposible o algo a evitar ya que, según refieren, ―da

miedo sentirme feliz‖ y ―Me hice la idea de que un momento de alegría es porque

nos va a pasar algo‖. Estas mujeres buscan fuerzas en sus creencias religiosas y

en sus hijos.

Lo inesperado de la masacre deja también una constante sensación de

inseguridad e incertidumbre ante la posibilidad de su repetición, lo cual se hace

104

evidente en frases que describen comportamientos como: ―cuando llega un carro

en la noche nos vamos al monte y no duermo‖, ―cuando suenan los pitos en las

fiestas yo me tiro al piso, no me gusta‖, ―si mi hijo sale a hacer un mandado y se

demora, y alguien se me acerca yo me pongo a llorar porque creo que me van a

decir que me lo mataron‖.

El espacio terapéutico en sí mismo permitió la expresión de estas emociones y

sentimientos en mujeres que dicen ―no habíamos hablado de esto con

nadie…estábamos esperando‖. Asimismo, la construcción de un escenario donde

el silencio también es válido y en el cual son permitidas expresiones que en otros

lugares no se verbalizan, pero que se manifiestan de otras maneras ―no es fácil y

cada día siento que me estoy consumiendo‖

Al finalizar los encuentros, las mujeres identifican la atención como una

oportunidad para ser escuchadas y tenidas en cuenta, para escuchar a otras

mujeres que como ellas vivieron esta masacre y sus percepciones y sentires frente

a la continuación de su vida, identificar entre ellas motores que les impulsan a

mantenerse en pie, como sus hijos o la religión, y la importancia de hablar, en sus

palabras desahogarse, como el inicio de un camino motivado por un fuerte deseo

de sanar sus vidas, ―queremos sentirnos diferente‖.

“Vivíamos en una mentira con los mismos enemigos”

La ruptura del tejido social que se produjo entre los habitantes de Santa Cecilia y

el municipio de Astrea en general se evidencia en la desconfianza generalizada,

ya que una de las explicaciones construidas de lo que sucedió se basa en la

traición entre los pobladores lo cual les impide sentirse seguros y protegidos14,

―nos dejaron solos y nos humillaron porque hubo complicidad (…) esto lo hicimos

entre nosotros mismos‖.

Esta misma desconfianza se manifiesta en el silencio que se hace presente en los

encuentros y los temas que no se abarcan entendiendo que la Corporación

también hace parte al llegar, del grupo de desconocidos. Sin embargo, al irse

familiarizando con el espacio y metodología la participación aumentó.

14

Cabe resaltar que las mujeres habitantes de Santa Cecilia afirman que deciden retornar por las dificultades de iniciar sus vidas en otros lugares, más no porque se sientan seguras en este lugar. ―Las cosas de uno se quedaron acá y estaba todo desocupado…pues si nos tenemos que morir será allá donde tenemos todo‖

105

Al interior de la familia también las relaciones se han visto notoriamente afectadas,

no solamente a causa de la desintegración en algunos casos, sino porque la

desconfianza en el contexto se traduce en sobreprotección y silencio al interior de

la familia, ―mis hijos me dicen que ya no soy la misma y que vivo amargada‖, ―en

mi casa nadie puede hablar después de las 10:00 de la noche‖.

Este espacio de conversación fue una oportunidad para algunas de estas mujeres

de escucharse a sí mismas y el eco de sus palabras, compartir con el grupo sus

dudas respecto a decisiones familiares y estrategias que encuentran hasta el

momento útiles para enfrentar las dificultades, pero que, al momento de

verbalizarlas generaron reflexiones sobre el por qué de estas decisiones, sus

efectos al interior de la familia e invitaciones a pensarlas de una manera diferente.

“Esperamos que se haga justicia, todavía algunos están libres y el

gobierno les paga como premio a nuestro dolor”

En las mujeres de este municipio se reconocen sentimientos de rabia e ira que

ellas mismas relacionan con la vivencia de la masacre, el desplazamiento forzado

y las condiciones de vida en las que se encuentran actualmente, las cuales se

vulneran más debido a la ola invernal en Santa Cecilia. La explicación a estas

situaciones de violencia se basan en la poca presencia del Estado, sintiendo que

aún 10 años después han sido dejadas a un lado.

Durante el acompañamiento realizado, las mujeres tuvieron la oportunidad de

construir y comunicar las demandas y solicitudes que harían, desde la invitación a

reconocerse a sí mismas como ciudadanas víctimas inocentes de un conflicto,

como personas que exigen sus derechos y no a la espera de ayudas de terceros,

construyendo la siguiente respuesta ―Nosotras queremos tener un lugar en la

sociedad, debemos tener voz y voto y garantías del gobierno de que esto no va a

volver a pasar; sentíamos respaldo pero nunca lo tuvimos‖

3.4.3. Municipio Chimichagua

En el mes de Agosto se realizó un primer encuentro con un grupo de mujeres

víctimas del conflicto por medio de un líder de la población en situación de

desplazamiento, con el cual se construyó un proceso de acompañamiento

psicosocial. Los otros dos grupos conformados participaron de un encuentro único,

ya que la continuación de su asistencia al siguiente en encuentro se vio

106

comprometida a causa del invierno y situación de vulnerabilidad en la que se

encontraban algunas de las mujeres participantes y sus familias.

De estos grupos participaron mujeres en su mayoría campesinas que habitan las

veredas cercanas a la cabecera municipal de Chimichagua. Han llegado al lugar a

causa del desplazamiento forzado de departamentos cercanos como Bolívar,

Magdalena y Atlántico, entre otros. Entre los diferentes delitos de los cuales han

sido víctimas a causa de la violencia, se identifica la desaparición forzosa de

familiares, desplazamiento forzado, amenaza, homicidios e intimidación, entre

otros.

“Aún no tenemos valor para abrir la boca”

El comunicar los sentimientos que el conflicto hace surgir en la vida de las

participantes se reconoce como un obstáculo grande a superar, que se fortalece

en el miedo y desconocimiento de saber quién es la persona que escucha y, a su

vez, el silencio se convierte en un escudo protector de las personas cercanas,

como bien afirman ―No lloro ni digo lo que siento para no preocupar a los demás‖.

La comprensión construida por las mujeres acerca del acompañamiento

psicosocial a lo largo del proceso, parte desde el reconocimiento propio de

afectaciones más allá de las económicas que inciden en la manera en que

continúan con sus vidas, como se sienten en ellas y en la manera de relacionarse

con los demás. Así pues, los encuentros realizados fueron configurando un

espacio seguro en el cual hablar sobre estas afectaciones no solo era posible sino

que abría la oportunidad de, según sus palabras, ―saber que mi dolor no es solo

mío y que hay otras personas que también lo comparten conmigo‖.

De esta manera, a lo largo del proceso, estas mujeres se permitieron el espacio de

comprender que recordar se puede hacer de una manera diferente, evocando

además de la experiencia emocionalmente significativa de la violencia sus

historias de vida que van de manera paralela e identificando los recursos con los

que ha contado para superar los obstáculos de la vida.

“Se llevaron la cabeza principal de la familia, ahora todo cambió”

Para las mujeres de Chimichagua los cambios que se vivieron al interior de sus

familias a causa del desplazamiento, además de ser obligados, generaron

incertidumbre e inquietud ya que, a causa de esto, debieron enfrentarse a

107

situaciones inesperadas y transformaciones en su cotidianidad para continuar

respondiendo con sus responsabilidades, tanto antiguas como recientemente

adquiridas, en la mayoría de los casos por la pérdida de la pareja o la facilidad que

tienen las mujeres de conseguir trabajo más que sus compañeros.

De esta manera, aunque el nuevo contexto no se percibe como un lugar favorable

para que ellas y sus familias recuperen la vida que llevaban antes del

desplazamiento pues allá ―abundaba la comida, aquí abunda el hambre‖, las

mujeres en estos espacios realizan una mirada diferente sobre sí mismas desde

los lugares en los que cotidianamente otros les observan, descubriendo los

nuevos lazos que han construido con las personas, además de sus familiares, y

las habilidades con las que cuentan para fortalecerlos.

Se hace necesario mencionar que el espacio mismo de acompañamiento

construido con el grupo piloto de este municipio se convirtió en un lugar de

encuentro entre las mujeres que ha permeado el límite del encuentro de

acompañamiento psicosocial en sí para consolidarse en otros espacios de la vida

diaria, en el que las participantes se mantienen en contacto entre ellas.

“El desplazado tiene derecho a sus derechos”

Se hace necesario resaltar que en uno de estos grupos de mujeres participan dos

lideresas que han participado de otros procesos desarrollados en el departamento

para mujeres víctimas del conflicto, lo cual invita a pensar que las construcciones

de los encuentros se enriquecieron desde su experiencia.

En este orden de ideas, las mujeres relacionan las oportunidades de recuperación

a nivel económico, desde su situación de desplazamiento y condición de víctima

de la violencia, con procesos complejos y extensos en el tiempo lo cual identifican

como factores determinantes que mantienen en su comunidad ideas como ―para

los otros no somos ni valemos, (…) no contamos‖, llegando incluso a afirmar que

al acudir a ciertas instituciones gubernamentales se enfrentan al imaginario de

―creen que somos unas pedigüeñas porque siempre vamos a sus oficinas‖.

Con el paso del tiempo en los encuentros de acompañamiento psicosocial se va

creando entre las mujeres la idea y necesidad de abrir un espacio específicamente

para ellas en el cual se sientan representadas, que facilite su participación y

comunicación con las diferentes estancias gubernamentales desde su lugar de

víctimas del conflicto, y que se convierta en escenario donde se les reconozca

108

como ―personas inocentes y tenemos derecho de vivir dignamente‖. De esta

manera surge la iniciativa de conformar una asociación de mujeres en situación de

desplazamiento, y la demanda a la Corporación para orientarles a lo largo del

proceso y cumplir con su propósito

3.4.4. Municipio San Diego

El acompañamiento en el municipio de San Diego se ve apoyado de manera

significativa por la oficina encargada de la atención a la población en situación de

desplazamiento de la alcaldía, lugar desde el cual se recibe de manera

comprensiva la importancia de la atención psicosocial y se convocan dos grupos

en la cabecera municipal y un tercero con mujeres habitantes del corregimiento de

Media Luna, ubicado a media hora del lugar, subiendo hacia la serranía del Perijá.

En estos grupos de mujeres participan víctimas del conflicto armado que se

encuentran entre los 21 y 60 años de edad, en su mayoría han conformado su

propia familia y responden económicamente por sus hijos, aunque de manera

particular, varias de ellas también se dedican únicamente al cuidado de los hijos y

el hogar.

Aquellas mujeres que viven en Media Luna se encuentran en un lugar donde las

labores de la agricultura y crianza de animales se convierten en la principal fuente

de trabajo, a diferencia de las mujeres trabajadoras de San Diego, quienes

encuentran esta fuente en el comercio; todas ellas, realizando sus trabajos desde

la informalidad de los mismos.

Entre los delitos que se identifican en estos grupos de mujeres se reconocen la

amenaza de muerte e intimidación, el señalamiento, homicidio de familiares,

desplazamiento forzado, pérdida de sus posesiones y, finalmente, algunas de ellas

fueron víctimas de la masacre que hubo en el corregimiento de Los Brasiles en el

año 200015.

. “Nuestros hijos van primero y nosotras estamos en un rincón,

afuera”

15

Las mujeres del corregimiento de Media Luna afirman que se vieron en medio de enfrentamientos entre la guerrilla y grupos paramilitares a causa de las condiciones del terreno donde viven que favorece la creación de cultivos de uso ilícito, lo cual generó disputas en el lugar entre ambos actores armados, motivo por el cual fueron señalados como colaboradores de los mismos.

109

Se hizo necesario especificar en párrafos anteriores la comprensión de la

invitación realizada a la funcionaria que facilitó la conformación de los grupos de

trabajo en San Diego, porque está se transmitió a las mujeres del municipio,

quienes desde el primer encuentro comunican una demanda construida desde las

afectaciones psicosociales que ha tenido la violencia en sus vidas.

Estas mujeres manifiestan que la construcción de un lugar en el cual se pueda

comunicar aquello que se siente, no solo en relación con los hechos mismos de

violencia sino con los cambios intempestivos que han tenido que adecuar en sus

vidas y las de sus familias para continuar viviendo, es una propuesta favorable

para ellas ya que, según sus propias palabras ―el silencio nos enferma‖ y

reconocen esta invitación como la oportunidad, el momento y las condiciones

necesarias para poder comunicar aquello que anteriormente no se verbalizaba a

causa del temor ―decían que estaban matando a los desplazados y daba miedo

hablar‖, o dolor que representa hacerlo.

En este grupo en particular las mujeres reconocen afectaciones somáticas

importantes en ellas y algunos de sus familiares, como por ejemplo, alteraciones

en el sueño y hábitos alimenticios o comportamientos agresivos, entre otros.

Desde su discurso, identifican el proceso de acompañamiento como un espacio

importante para ―desahogarse‖ y ―cambiar un poco de ambiente y hacer algo

diferente‖.

Asimismo, se identifica una transformación en la demanda de las mujeres

reconocida en la preocupación por otros, desde su lugar de madres cuidadoras

que protegen a sus familias. Pero al indagar un poco por el auto cuidado, se

identifica que el lugar ocupado por ellas es el último, pues primero están los hijos,

después la pareja, después la familia, después el trabajo y finalmente, ―si queda

tiempo, estoy yo‖.

En este orden de ideas, uno de los impactos importantes del acompañamiento fue

la inclusión e importancia del auto cuidado, identificando que el espacio construido

entre la corporación y las mujeres parte desde la invitación a cuidar de sí mismas,

reconociéndose como sujeto significativos e importantes en sus proyectos de vida,

complementando sus motivaciones de vida y sueños a futuro con su presencia:

―somos mujeres cabeza de hogar que trabajamos, luchamos para nuestros hijos y

para nosotras mismas.

110

“Los demás decían que uno era una bomba de tiempo”

Se hace necesario destacar que las mujeres del municipio de San Diego han

iniciado un camino de reconstrucción de redes sociales entre las mujeres que,

como ellas, han vivido el flagelo de la violencia y el conflicto armado.

En la cabecera municipal las mujeres expresan que las relaciones interpersonales

durante y después de las situaciones de violencia eran difíciles de construir y

fortalecer debido a la desconfianza que en los otros generaba el que fueran

víctimas del conflicto: ―decían que por alguna razón fue que nos sacaron de allá‖,

por lo cual, a partir del reconocimiento de la dificultad de restablecer estas redes

en el nuevo contexto, se conectan entre mujeres que comparten esta experiencia

como apoyo frente a las dificultades impuestas por su condición propia de víctima

y la comunidad receptora.

Un proceso similar han construido las mujeres del corregimiento de Media Luna,

quienes se han organizado como asociación de mujeres que participan en la mesa

municipal de población en situación de desplazamiento. Junto con el Colectivo de

Comunicaciones Línea XXI han trabajado en la construcción y recopilación de la

memoria histórica del mismo y se han fortalecido como una red de mujeres cabeza

de hogar a causa de la violencia, que se apoyan mutuamente.

Durante el proceso desarrollado con ellas se reconocieron estas fortalezas al

interior de los grupos y el propósito fue potenciar estas iniciativas en construcción

y fortalecimiento, convirtiéndose la Corporación en instrumento de comunicación

entre las mujeres, y creando un escenario de encuentro entre dos de estos

grupos, posibilitando el reconocimiento de otras personas que aún no hacen parte

de la red de apoyo a la que pertenecen y compartir nuevas emociones e historias.

“Queremos vivir en condiciones de vida mejor (…) dignamente”

Aunque la sensación de seguridad en el nuevo contexto no es total ni completa,

las mujeres de San Diego identifican que el proceso de reubicación y

reconstrucción de su proyecto de vida en ese lugar ha sido posible, a pesar de sus

dificultades. En este lugar, han encontrado habilidades y fuerzas para sortear las

dificultades y construir vías de comunicación a partir de las cuales puedan

manifestar sus necesidades como ―mujeres trabajadoras y echadas pa’lante‖ ante

funcionarios y en espacios de reconocimiento público.

111

Para ellas, el proceso desarrollado con la Corporación, se convirtió en uno de esos

escenarios a los cuales fue posible traer sus comprensiones, reflexiones y

demandas desde la exigibilidad de derechos como ciudadanas y como víctimas,

no solo a nivel individual sino a nivel colectivo, en frases como ―queremos reflejar

lo mejor de Media Luna‖, ―merecemos vivir una vida digna‖ y ―no más violencia,

queremos vivir en paz y salir libremente a donde queramos‖.

3.4.5. Municipio Pelaya

En el municipio de Pelaya se conforman tres grupos de mujeres. El proceso de

atención a las mujeres inicia con la conformación del primer encuentro de

caracterización con el grupo piloto en el mes de Agosto y finaliza con el cierre del

proceso con los tres grupos conformados en el mes de Noviembre. Se encuentra

que las mujeres de los grupos del municipio de Pelaya están entre los 25 y 70

años de edad, en su mayoría se dedican a actividades del hogar como planchar y

lavar, cocinar o hacer productos comestibles para vender en el pueblo, y el

servicio doméstico, por el cual reciben un pago diario o mensual, además del

cuidado de sus hijos (muchas de ellas son jefes del hogar).

Algunas de las mujeres que participaron en los talleres viven en el municipio y

otras en veredas o corregimientos desde los cuales se desplazaban para asistir a

los encuentros. Estas mujeres han sido víctimas del desplazamiento así como de

otros hechos de violencia como homicidios, amenazas e intimidación, por los

cuales han tenido que desplazarse desde otros departamentos cercanos al Cesar.

En el grupo piloto participaron 19 mujeres y se realizó una caracterización

psicosocial y una caracterización sociodemográfica y de condiciones de salud en

profundidad, la cual está registrada en los respectivos informes anteriores. Este

primer encuentro de caracterización psicosocial permitió reencuadrar con el grupo

el espacio de los encuentros con la Corporación Vínculos (en palabras de las

mujeres) como un espacio seguro en el cual se puede hablar de todos los

cambios sufridos después de los hechos de violencia y desplazamiento que ellas

han vivido.

En este sentido, se nota un cambio en los significados frente al inicio del proceso

de atención psicosocial, ya que al momento de iniciar la conversación ellas

señalaron que fueron “invitadas a una reunión de desplazadas” o “a una charla o

capacitación”.

112

De esta forma, se nota que las mujeres al momento de ser invitadas por el

funcionario que realizó la convocatoria del grupo, no tienen una idea clara frente a

la atención psicosocial y es en el encuentro donde se construye el sentido del

espacio de atención. Este fue un aspecto común en los tres grupos del municipio,

en los cuales se construyeron las expectativas frente al proceso en la

conversación con las mujeres y la idea de lo que significa el acompañamiento

psicosocial.

Además, en este primer encuentro se trabaja con el foco de las emociones que se

han ido configurando después del desplazamiento y los hechos de violencia y

cómo ha cambiado la vida. En este grupo en particular, desde el primer encuentro

las mujeres se conectan con los recursos personales y colectivos y durante el

proceso se van fortaleciendo y van surgiendo más recursos.

En el segundo encuentro con el grupo (aproximadamente un mes después del

primero), se trabaja alrededor de la identidad y sus transformaciones con el foco

del antes, durante y después de los hechos de violencia vividos. Las mujeres

participantes empiezan a reflexionar sobre los lugares desde donde se ha

construido su identidad (familiar, relacional, cultural) hablando sobre los discursos

que las han definido como mujeres en la situación del conflicto sociopolítico y los

hechos de violencia.

En este sentido, desde la perspectiva de sujeto de derechos, se encuentra en este

grupo que la mayoría de las mujeres tiene claridad frente a sus derechos como

mujeres y expresan ideas referentes al género como “hoy los hombres están y

tienen que estar de acuerdo con que la mujer se supere para que sea una

profesional y sea alguien en la vida”, “hoy las mujeres tenemos nuestros derechos

y el Estado los reconoce”, “ahora como desplazadas somos importantes para el

Estado porque las mujeres tenemos mucho valor, ya no somos humilladas ni

maltratadas”. En Pelaya se conformaron dos grupos más, por medio de la

convocatoria que hicieron dos presidentes de Asociaciones de población

desplazada.

El segundo grupo fue convocado por el secretario de la mesa municipal y

presidente de una Asociación de desplazados y con este grupo se realizó un

encuentro (además del encuentro de cierre con los tres grupos). En este grupo fue

significativo desde el discurso de las mujeres la posibilidad de conectarse con los

recursos y “poder ver la situación de desplazamiento como una oportunidad de

113

hacer cambios en mi vida”, ya que señalan que en la actualidad están

organizadas, recibiendo capacitaciones y preparándose en programas de la

Gobernación y esto las hace sentirse “mas empoderadas y con oportunidades”.

El tercer grupo fue convocado por la presidenta de la Asociación ―Luz y Vida‖,

grupo con el cual se tuvieron dos encuentros en los cuales se trabajó sobre la

identidad desde los ámbitos de las relaciones (consigo mismas, familiares,

sociales), y el ámbito de ser sujeto de derechos. Como resultado las mujeres que

participaron señalan que “encontramos un lugar para hablar sobre las emociones”,

“es la primera vez que llega una organización a escucharnos” y a privilegiar su

voz, ya que expresan que estaban “cansadas de recibir charlas y escuchar a las

instituciones hablar”, y valoran el ser escuchadas y ser constructoras de este

proceso. Se tiene un encuentro de cierre con los tres grupos del municipio de

Pelaya, en el cual participan mujeres de este grupo.

De manera general, las mujeres que participaron en el proceso en el municipio

señalan como resultado el fortalecimiento de las redes sociales y se han

convertido en fuente de apoyo unas con otras “ahora nos conocemos, somos

amigas y podemos compartir nuestras experiencias‖. Asimismo, identifican el

espacio como significativo para ellas en tanto es invitaba “pasar tardes hermosas

compartiendo experiencias con otras mujeres”, les permitió “hacer amigas”, “mirar

hacia el futuro con esperanzas” y “desahogarse y ver la vida y el futuro de una

manera distinta”. Es notorio cómo en el municipio de Pelaya los encuentros son

espacios que favorecen de manera significativa la reconstrucción del tejido social,

las redes de apoyo y un trabajo fuerte frente al ámbito de ser sujeto de derechos

3.4.6. Municipio La Jagua de Ibirico

En el municipio de La Jagua de Ibirico se conformaron cuatro grupos de mujeres,

tres de ellos convocados a través de una funcionaria de la Secretaría de Gobierno

del municipio (apoyándose en los líderes, organizaciones e instituciones que

trabajan con la población desplazada) y el otro a través del presidente de otra

Asociación de desplazados.

Las mujeres que recibieron el acompañamiento psicosocial se encontraban en un

rango de edades entre los 14 y los 75 años, en su mayoría se dedicaban a oficios

domésticos por los cuales recibían una remuneración para mantener a sus familias

y algunas se dedican al hogar pues el proveedor es su compañero.

114

Un número significativo de mujeres en este municipio y que participaron en el

proceso ha sido víctima de homicidios y desapariciones de uno o varios miembros

de su familia (maridos e hijos hombres) y varias de ellas eran mujeres ancianas

que están a cargo de sus nietos, ya que sus hijos han sido asesinados.

En cuanto al proceso, se hizo una caracterización psicosocial y sociodemográfica

en profundidad a un grupo piloto conformado por 43 mujeres, con el cual se tienen

4 encuentros mensuales que comenzaron en Agosto y terminaron en Noviembre,

donde se trabajó desde la identidad y los ámbitos de las emociones, las

relaciones y ser sujeto de derechos. Con los otros grupos se tuvieron tres

encuentros con los mismos focos de trabajo.

Teniendo en cuenta las particularidades de los grupos y los hechos violentos de

los cuales han sido víctimas, se trabajó de manera directa frente a las emociones,

la elaboración de duelos y reconstrucción de proyectos de vida personales y

familiares después de la pérdida de sus seres queridos (en su mayoría hijos y

parejas) por parte de los diferentes actores armados.

En este sentido, en las mujeres al inicio del proceso se encuentra un “dolor muy

fuerte, indescriptible” y la dificultad para expresar sus emociones y ―continuar con

sus vidas‖ después de los hechos: “la vida nunca más vuelve a ser igual, uno tiene

que seguir viviendo pero es como si se estuviera muerto por dentro, ya nada se

disfruta como antes”.

Se trabajó por medio de rituales que favorecieran la elaboración de estas

emociones, la expresión de los sentimientos en un espacio seguro y terapéutico, y

fue recibido de esta manera por ellas: “nunca antes había llorado a mi hijo delante

de nadie, solo lo hacía delante de Dios arrodillada al lado de mi cama”, “se siente

un desahogo al poder expresar lo que duele”, “es como haberse quitado un peso

de encima, aunque no deja de doler y nunca voy a olvidar lo que ocurrió”.

Al final de los encuentros, las mujeres participantes del proceso logran en alguna

medida elaborar estas emociones asociadas a los hechos violentos las pérdidas

de sus seres queridos, y reconocen que sus emociones fueron recibidas en un

―espacio seguro‖ que ellas mismas construyeron, haciendo una evaluación del

proceso de acompañamiento psicosocial como ―el primer espacio de desahogo

que han tenido desde los hechos de violencia‖, “es la primera vez que se recibe

algo como esto, se estaba esperando y se necesitaba”.

115

En el cierre, las mujeres manifiestan que se haga explícito su deseo de seguir con

este acompañamiento, “que no termine aquí, porque es algo que en verdad

necesitamos a pesar de que han pasado años y las cosas ya están un poco más

calmadas, pero las heridas y los recuerdos están allí y estos espacios nos ayudan

a salir adelante y que la vida vuelva a tener sentido”.

Con el proceso fueron significativos también los cambios en la narrativas de las

mujeres frente a sus propias historias de vida, surgiendo narrativas alternativas

que dieron cuenta de sus recursos y habilidades: “somos mujeres fuertes, como

árboles que damos sombra a nuestros hijos y nietos”, “a pesar de todo el dolor

seguimos y seguiremos en pie”, “tenemos un compromiso muy grande con

nuestros hijos y con el país, ya que queremos un futuro diferente para ellos, que

nunca tengan que vivir ni sufrir lo que a nosotras nos ha tocado”.

Los cuatro grupos de mujeres mostraron una receptividad, participación y

compromiso con el proceso de acompañamiento psicosocial, lograron construir

redes entre ellas así como la construcción de un espacio seguro para expresar y

elaborar sus emociones.

De otro lado, en el ámbito de ser sujeto de derechos, las mujeres lograron

movilizaciones significativas en tanto se reflexionó y se conversó sobre su relación

con las instituciones y sus derechos “antes yo pensaba que las ayudas eran un

favor y ahora conozco mis derechos”, “es que a uno le daba pena ir a pedir algo,

varias veces me salí de las oficinas y no fui capaz de hablar pero ahora sé que es

importante participar en los procesos”

3.4.7. Municipio Agustín Codazzi

En el municipio de Agustín Codazzi se conformaron cuatro grupos. Se hicieron las

coordinaciones con las diferentes instituciones encargadas de la atención a la

población víctima y desplazada para la conformación de seis grupos, pero solo fue

posible convocar cuatro grupos con el apoyo de líderes y algunos funcionarios.

El grupo piloto fue convocado por la encargada de la oficina de atención a

desplazados del municipio quien se articuló y apoyó en los líderes de las

organizaciones. Con este grupo se realizaron cuatro encuentros, la atención inició

en Agosto con la caracterización psicosocial y sociodemográfica en profundidad, y

116

se cerró en Noviembre con la participación de las mujeres del grupo piloto en el

encuentro masivo realizado en el municipio de Codazzi.

En estos encuentros con el grupo se trabaja en un primer momento en la

caracterización y la construcción de un sentido y un significado compartido con

las mujeres frente al proceso de acompañamiento psicosocial.

En este sentido se encuentra que las mujeres en un primer momento tienen

expectativas relacionadas con ―ayudas humanitarias‖, “qué vamos a recibir, qué

nos van a dar”, y se mueven desde una dinámica asistencialista de las

Instituciones y el Estado. Fue un reto lograr una movilización y construir un sentido

para el acompañamiento psicosocial.

Al cierre, las mujeres reconocen que el proceso les permitió “construir

compañerismo y amistades entre nosotras”, “cambiar el pensamiento, ya que

antes vivíamos tristes y metidas en los problemas y ahora la mente se abrió y se

despejó”, “una esperanza para todas de que la vida puede ser mejor y se puede

volver a sonreír”, “relajarse, salir de la rutina y hacer algo por uno mismo”.

Además se trabaja sobre el foco de identidad, reflexionando sobre la idea de lo

que significa ―ser desplazada y ser víctima‖ y las posibilidades que estas palabras

abren o limitan en la vida. De esta manera se construyen nuevos significados

frente a la idea de hacer un giro y pasar de ―ser víctima‖ a ―ser sobreviviente‖, y la

posibilidad de posicionarse de otra manera frente a la propia historia de vida.

Dos grupos más se convocaron por medio de la presidenta de una asociación que

fueron atendidos en el Barrio Machique, donde se trabajó igualmente desde los

tres ámbitos de acción del modelo de la Corporación Vínculos (identidad,

relacional y ser sujeto de derechos).

Cabe señalar que en estos grupos encontramos diferencias en la manera como

fueron invitadas al proceso, ya que al llegar al primer encuentro, tenían construida

una idea clara del trabajo psicosocial y expectativas más cercanas al objetivo del

proceso: “nos invitaron a una reunión para que nos ayudaran a superar lo que

hemos vivido de la violencia”, “es una ayuda que nos manda la Gobernación para

que superemos las situaciones difíciles que vivimos con el desplazamiento”, lo

cual nos lo explicamos desde la receptividad que tuvo la líder frente a la propuesta

de trabajo de la Corporación.

117

Al final del proceso el grupo de mujeres del Barrio Machique señalan que ha sido

útil en sus vidas en tanto les ha permitido desde lo emocional hablar, compartir

escuchar y ser escuchadas por otras mujeres que han vivido los mismo que ellas,

lo cual marca una diferencia que ellas explican como: “quien no ha vivido lo que

uno ha vivido no se imagina lo que es pasar por situaciones tan difíciles como

estas”, refiriéndose a la violencia. Además, expresan que al fin después de tantos

años sienten que el Estado y la Gobernación del Cesar empieza a tenerlas en

cuenta ya que “aunque el dinero es importante uno necesita quien se ocupe de

reparar el alma”.

Por otro lado, el proceso favoreció la construcción de nuevas ideas frente a la

propia identidad desde lo personal: “uno se valora más como mujer y reconoce lo

fuerte que ha sido en medio de todo esto”, “nos hemos dado cuenta que somos

mujeres valientes y emprendedoras”, nuevas emociones: “se vuelve a sentir el

deseo, la fuerza y la voluntad para hacer las cosas y luchar cada día”, la

reconstrucción del proyecto de vida: “es posible volver a creer que hay un futuro

para uno, para su familia y para Colombia”, “es la primera vez en 15 años que me

he sentido escuchada

3.4.8. Municipio Valledupar (primera parte)

La atención en el municipio de Valledupar se realizó en una primera fase de

manera simultánea en cuatro barrios donde se asienta buena parte de la población

víctima que vive en la ciudad. Los encuentros realizados en estos barrios se

dieron en su mayoría, como proceso, es decir dos o más encuentros. La segunda

fase de la atención en la ciudad, responde al cambio de estrategia para lograr

mayor cobertura en la atención a través de la metodología de encuentros únicos y

encuentros masivos.

En esta primera parte se describen los procesos adelantados en los barrios y en

un segundo momento se presentan los resultados de los encuentros únicos y los

encuentros masivos.

El acompañamiento realizado en el municipio de Valledupar fue más extenso y se

realizó en diferentes lugares de la ciudad, identificados como lugares estratégicos

para acercarse a la población de mujeres en situación de desplazamiento, como

bien fueron algunos barrios reconocidos como receptores de familias que llegan a

la capital del Cesar en situación de desplazamiento y en busca de protección

después de haber vivido la violencia.

118

A continuación, se hace referencia al proceso de acompañamiento que se realizó

en la Comuna 2, en los barrios Mareiwa y Villa Jaidy. En seguida, se hará

diferencia entre éstos y el encuentro realizado con la comunidad de mujeres

indígenas Kankuamok en el barrio la Nevada, ya que dicho proceso implica unas

miradas y lugares de trabajo particulares.

3.4.8.1. Comuna 2. Barrio Mareiwa y Villa Jaidy

La convocatoria realizada en este lugar fue apoyada por una líder de la población

en situación de desplazamiento y la Institución Educativa Joaquín Ochoa Maestre,

quienes no solo pusieron a disposición del equipo de trabajo las instalaciones del

lugar, sino que facilitaron el puente de comunicación con padres y madres de

familia y líderes de acción comunal, convocando a los encuentros por medio de

circulares y reuniones.

Las mujeres que participaron de estos encuentros han sido víctimas de la violencia

y, en su mayoría, se han desplazado a la ciudad de Valledupar desde otros

municipios del Cesar en busca de refugio y protección, como Agustín Codazzi,

Astrea, La Jagua de Ibiríco, Pueblo Bello y El Copey, entre otros.

Al igual que en los demás grupos, el rango de edad de las participantes es bastante

amplio, pues participan mujeres jóvenes desde los 18 años hasta mujeres adultas

mayores de 67 años, todas habitantes de esta comuna, algunas de ellas en barrios

aledaños como El Páramo. Entre los hechos de violencia que comunican haber

vivido se menciona en su discurso: homicidios y desaparición forzada de familiares,

atentados terroristas, desplazamiento forzado, intimidación y señalamiento.

“He visto mucha violencia (…) no alcanzo a comprender”

De manera especial se hace notorio que varias de las mujeres que participan de los

encuentros llevan poco tiempo en la ciudad de Valledupar, un factor importante a

considerar cuando se hace referencia a los impactos emocionales que ha tenido la

violencia en la vida de las personas. Así pues, se reconoce en su discurso una

narrativa dominante en relación a su sensación de inseguridad y temor a ser

reconocidas como mujeres en situación de desplazamiento, no solo por el riesgo

que pueden correr sino porque sienten de parte de la población receptora un gran

prejuicio en relación a las víctimas del conflicto, ―yo prefiero que nadie sepa que soy

desplazada‖, ―cuando uno dice que es desplazado la gente se alejan o lo miran mal‖

119

Con estos grupos de mujeres se realizaron dos encuentros en los que se construyó

un espacio que permitió configurar desde diferentes miradas y contextos su

identidad, además de construir el significado de lo que significa para ellas mismas

ser víctimas, logrando con esto recuperar y hacer consciente los recursos con los

que han contado para superar las dificultades y obstáculos, y reconocerse a sí

mismas como agentes de cambio. Así pues, la situación del desplazamiento aunque

fue el foco de reflexión, fue orientada hacia sus capacidades y habilidades para

restablecer sus vidas y las de sus familias después del mismo,

Las mujeres comunican como positivo de los encuentros la posibilidad de verbalizar

emociones y sentimientos que por temor se han guardado desde hace tiempo, ―uno

no sabe con quién está hablando y no sabía a quién podía decirle esto‖.

Igualmente, al realizar un recorrido sobre las dobles historias que se desarrollan de

manera simultánea a la vivencia misma del conflicto, se identifica un auto-

reconocimiento y validación de sí mismas, en frases como: ―somos mujeres

guerreras y berracas‖, ―me siento triunfante‖.

“Ahora pasa uno recogido (…) ya no conozco a nadie”

Para estas mujeres, lo novedoso y desconocido del contexto, y el cambio tan

notorio entre la vida campesina y en la ciudad es uno de los motivos por los cuales

no se construyen nuevas redes de apoyo ni se establecen relaciones con las

personas cercanas, como los vecinos. Las costumbres de compartir sin temor no

solo se han perdido sino que se transmiten generacionalmente, a hijos o nietos que

estén a cargo, ―mis hijos, solo que salgan al colegio y lleguen a la casa, no más‖

manteniendo la vivencia de un contexto inseguro.

El escenario que las mujeres construyeron al participar de los encuentros de

acompañamiento psicosocial fueron señalados como una oportunidad para

reconocer otras mujeres cercanas con las cuales compartir y conversar. Frases

como ―yo a ella la había visto, pero no sabía era también desplazada‖ fueron

frecuentes en los encuentros, además de aprovechar como oportunidades para

resaltar las posibilidades que puede ofrecer el contar con una red de relaciones

interpersonales más allá de las directas y cercanas del núcleo familiar, ―ahora ya sé

que ella también vivió lo mismo que yo‖.

“Los verdaderos desplazados”

120

En estas mujeres se reconocen patrones de relación asistencialista, más notorias

por los procesos que se encuentran realizando en diferentes instituciones

gubernamentales destinadas a la atención a la población en situación de

desplazamiento de la ciudad de Valledupar. Además de su situación de

vulnerabilidad como víctima, se encuentran también con las dificultades de vivir en

la capital del departamento como ubicarse en barrios peligrosos y de invasión,

nuevas demandas y obligaciones (como el estudio de los hijos y el arriendo) y

menos opciones de trabajo en parte porque las labores del campo, es decir, lo que

saben hacer, no corresponden con las de la de la ciudad.

Durante el proceso de encuentros con estas mujeres se invita a reflexionar y

construir demandas desde lugares diferentes, resaltando los logros que han

alcanzado por sí mismas en el restablecimiento de su vida y la de sus familias

después de vivir la violencia, proceso que va de la mano con la exigencia de sus

derechos.

3.4.8.2. Mujeres indígenas Kankuamok

Por diversos factores con este grupo de mujeres se realizó un solo encuentro en el

barrio La Nevada, convocado por una de sus mujeres líderes al cual asistieron 39

mujeres de este pueblo indígena.

Debido a la particularidad de su cosmología e historia, las afectaciones psicosociales del conflicto en sus vidas también deben ser construidas e identificadas de manera diferencial, ya que no solamente fueron objeto de desplazamiento forzado y víctimas de homicidios, desapariciones forzadas y masacres (como la sucedida en el corregimiento de Atanquez, resguardo indígena), sino que el significado que acompaña estos hechos va ligado a explicaciones, desde el discurso de las mujeres, como el etnocidio de este pueblo indígena, el imaginario errado de asemejar a los indígenas con grupos guerrilleros y su ubicación en un territorio estratégico que era utilizado como corredor por los grupos armados16.

Se hizo evidente en este encuentro que el desplazamiento forzado para estas mujeres tiene un impacto importante debido a sus creencias en relación con su conexión con la madre tierra, pues, no solamente deben dejar algunas de sus creencias y tradiciones para adaptarse al nuevo contexto citadino que reconoce como ―una selva de concreto‖ sino porque a su vez sienten que lo que está

16

Ver Artículo: La masacre de Atanquez. Por: Alfredo Molano Bravo (El Espectador en www.elespectador.com/columna103928-masacre-de-atanquez )

121

sucediendo es una manera de la naturaleza de expresarse, ―La madre tierra también se está quejando‖.

La crianza en este nuevo lugar de los hijos no solo obliga a realizar ciertos movimientos y aprendizajes de la cultura que ellas reconocen como occidental sino que también son testigos de cómo en las nuevas generaciones pierden su cultura, ―No crecen igual que nosotros y aprenden cosas de la ciudad‖ y ―ya no saben ni en qué se diferencia una arhuaca de una kankuama…para ellos es lo mismo‖.

De igual forma, se identifica en este grupo una organización, posiblemente característica de su cultura indígena, un proceso de consolidación y fortalecimiento en espacios públicos y estatales para que sus derechos sean reconocidos de una manera diferencial, con el propósito de denunciar las situaciones que están viviendo desde este lugar “somos familias muy numerosas y ahora vivimos” “queremos ser reconocidas como mujeres indígenas y saber la verdad de lo que ocurrió‖.

Realizar un acompañamiento psicosocial con este grupo de mujeres representa un desafío a pensar diferente el proceso y a responder a la pregunta sobre qué hacer distinto, desde las comprensiones de lo que ha sido vivir la violencia y el desplazamiento para estas mujeres, que además de ser colombianas han crecido y formado parte de un contexto específico y diferente.

Los primeros pasos se han empezado a dar, y la invitación a participar del acompañamiento psicosocial es bien recibida por las mujeres participantes del encuentro y por las líderes que acompañan el proceso; pues se hace evidente para ellas las afectaciones a nivel emocional, relacional y como sujetos de derecho que vivir la violencia ha dejado en sus vidas y las de sus familias

3.4.8.3. Barrio de invasión Bello Horizonte

Otros dos grupos conformados en la ciudad de Valledupar fueron convocados por

medio del presidente de la Fundación RCA (Red de ciudadanos activos por

Colombia) en la invasión Bello Horizonte, con cada uno de los cuales se tienen tres

encuentros y participan mujeres desplazadas y víctimas de la violencia que en su

mayoría llegaron desplazadas a Valledupar desde otros municipios del Cesar hace

mas de 5 años o incluso vienen de otros departamentos como Magdalena, Bolívar y

la Guajira. Los otros grupos son convocados por la psicóloga de la dupla

psicojurídica y una líder.

En los grupos conformados en la Invasión Bello Horizonte se da una transformación

en los significados frente a ―lo que significa ser desplazado‖. Las mujeres expresan

122

que lograron nuevas comprensiones frente a la experiencia violenta “ya uno

empieza a entender que no es culpa de uno lo que ocurrió…que uno tiene unos

derechos y que los puede hacer valer, además, que ser desplazado no es un

crimen sino una situación que uno vivió y que no quiere que otros vivan”. Por otro

lado, señalan que “nunca antes había hablado” de lo ocurrido, y casi nunca habían

hablado de los hechos, lo cual las “mantenía ahogadas”. Este es un sentimiento

compartido en los grupos.

3.4.9. Municipio Valledupar (segunda parte - estrategias encuentros únicos y

encuentros masivos)

A partir de la necesidad de incrementar las acciones en el componente de

atención, la Corporación Vínculos toma la decisión de aumentar en dos el equipo

de profesionales del Cesar finalizando el mes de Octubre con el fin de asumir de

manera continua la atención de nuevos grupos de mujeres en Valledupar y sus

corregimientos.

Estos encuentros se diferencian de los hasta ahora descritos (a excepción del

encuentro único de mujeres Kankuamok) en que se realizaron en una sola

oportunidad, pues la continuidad de estos procesos teniendo en cuenta el poco

tiempo que le quedaba al proyecto para entonces, se aplazó para el 2011.

En lo que sigue, se presenta el proceso de atención realizado con los grupos,

información que se complementa con informaciones cuantitativas registradas en

dos tablas, sobre los grupos de mujeres con quienes se implementaron las

estrategias de encuentros únicos y de encuentros masivos.

123

Tabla No. 11

Encuentros únicos de acompañamiento psicosocial en el municipio de

Valledupar y algunos de sus corregimientos

ATENCIÓN PSICOSOCIAL - ENCUENTROS ÚNICOS

MUNICIPIO Grupos Total Participantes

Remitentes

VA

LLE

DU

PA

R

Aguas Blancas 47 Lideresa Otilia Cordoba

Mariangola 42 Lideresa Otilia Cordoba

UAO 18 nov 22 Zamira Villegas y Mónica Corrales

UAO 24 nov 28 Equipo Vínculos

UAO 25 nov 34 Equipo Vínculos

Sabanas del Valle

18 Lideresa Magola Aguilar

Populandia 7 Lideresa Mariela Torres Olarte

Oficina 11 Nov 10 Lideresa Maria Gracia

Barrio 9 de marzo

16 Lideresa Ruth Jimenez

Barrio 9 de marzo - 4 nov

35 Lideresa Ruth Jimenez

MIAV 22 noviembre

30 Equipo Vínculos

MIAV 23 noviembre

29 Equipo Vínculos

MIAV 25 noviembre

17 Equipo Vínculos

Barrio 1ro Mayo

14 Red de Ciudadanos Activos por Colombia (RCA) - Alvaro José Daza

Jose Antonio Galan

7 Lideresa Ofir Camargo

TOTAL PARTICIPANTES 356

124

Tabla No. 12

Encuentros masivos de acompañamiento psicosocial en el municipio de

Valledupar y algunos de sus corregimientos

ENCUENTROS MASIVOS

Municipio Grupo Total participantes

Remitentes

VA

LLE

DU

PA

R

La Nevada 3 Lideresa Johana Pacheco

Cristo Llama a tu puerta

9 Lideresa Ruth Jimenez

Pailitas 55 Psicóloga dupla Kattia López y Personería Municipal

Minas de Iracal

26 Red de Mujeres del Cesar - Lideresa Mariela Bolaño

TOTAL PARTICIPANTES:

93

3.4.9.1. Descripción general del proceso de atención psicosocial –

Valledupar, estrategia Encuentros Únicos

En el proceso de de atención psicosocial a mujeres en el municipio de Valledupar

con la implementación de estrategias de encuentros únicos y encuentros masivos,

se abordaron 18 grupos en los cuales se contó con la participación de mujeres

cuyo rango de edad se encontraba entre 18 y 87 años de edad, algunas

acompañadas a los encuentros por sus hijas con edades entre de 6 y 10 años de

edad.

Estas mujeres han sido desplazadas de otras regiones del país como

Santanderes, Tolima, Antioquia y de diferentes municipios del Cesar tales como

Bosconia, La Jagua, Mariangola, Aguas Blancas, La Paz, San Diego y Pailitas

entre otros.

Dentro de las actividades a las cuales se dedican se encontró que en su mayoría

son amas de casa, algunas se dedican a trabajar en restaurantes, en casas de

familia realizando oficios domésticos, otras se desenvuelven en actividades de

125

comercio y otras se dedican a las artesanías como forma de mantener

económicamente a sus familias y suplir sus necesidades básicas.

De otro lado, dentro de los tipos de violencia de los cuales han sido ―víctimas‖

estas mujeres, se encontró el desplazamiento, desaparición y muertes de

familiares por parte de grupos armados al margen de la ley. En este sentido, se

observa que cada violencia tiene rasgos que la hacen particular a otra, siendo

mposible ubicar en el mismo escenario reflexivo las implicaciones de la violencia

intrafamiliar y la violencia sociopolítica, por cuanto las condiciones que la generan

y los escenarios en las cuales se desarrollan son distintos (Vínculos 2007)

3.4.9.1.1. Temáticas abordadas

Teniendo en cuenta temáticas trabajadas en los grupos abordados desde con

temas como la caracterización psicosocial, la identidad, el reconocimiento de

recursos y de historias de las mujeres, se decide enfocar el trabajo con los nuevos

grupos de mujeres en Valledupar hacia el reconocimiento de recursos internos y

externos que se mantienen en medio del desplazamiento y que contribuyen a

fortalecer la identidad.

También se intentó crear en un solo encuentro, un espacio a través del cual se

lograran identificar los impactos emocionales, relacionales y de derecho que ha

tenido el desplazamiento forzado y los diferentes hechos de violencia en la vida de

las mujeres

3.4.9.1.2. Metodología encuentros únicos y encuentros masivos

Para estos nuevos grupos, el equipo de profesionales que asume los procesos de

atención psicosocial en Valledupar y sus corrimientos, junto con el apoyo de las

otras profesionales del equipo del Cesar, implementa una metodología distinta a

la desarrollada hasta el momento. De esta manera, se replantea en equipo la

metodología de atención a seguir y se crean dos estrategias: una denominada

―encuentros únicos‖ de mujeres y otra ―encuentros masivos‖ de mujeres, la

primera pensada para el municipio de Valledupar y sus corregimientos y la

segunda para aplicarla en los otros 8 municipios.

En este nuevo momento de la atención, los primeros talleres con grupos de

mujeres donde se implementó la estrategia de ―encuentros únicos‖ fueron guiados

por la metodología diseñada para los encuentros de caracterización, cuyo objetivo

126

principal era la identificación de las afectaciones que dejaron en las mujeres los

hechos de violencia en los tres ámbitos: emocional, relacional y de derechos.

Esta metodología orientó los procesos de caracterización con componentes

interventivos, pues las aperturas que tuvieran lugar en cuanto a la expresión de

emociones y de duelos no elaborados, se abordaron posteriormente en los

segundos, terceros e incluso cuartos encuentros programados con los grupos en

todos los municipios. Para el caso de los encuentros masivos y únicos realizados

en la última etapa del proyecto, se abordaran como se ha expresado

anteriormente, en el 2011.

La orientación fundamental de la metodología fue la elaboración de una ―Muñeca

Individual‖, a partir de la cual se identificaron recuerdos, pensamientos

significativos de sus vidas, emociones positivas y negativas relacionadas con sus

propias experiencias de vida, aquellas cosas que guardan para sí mismas,

aspectos relacionados con lo que no han podido expresar o decir abiertamente en

otros espacios y respecto a ellas mismas como mujeres.

También se exploraron las relaciones con su familia y con redes cercanas como

amigos, vecinos y conocidos, actividades que realizan actualmente, hacia donde

desean ir en relación a la proyección de sus vidas a futuro y a la construcción de

sueños, donde se ubican actualmente a nivel personal, y el reconocimiento de

recursos a partir de la pregunta ¿Qué no se ha llevado el desplazamiento o las

situaciones de violencia vividas?

Los aspectos relacionados se trabajaron con el fin de posibilitar en las mujeres la

expresión de emociones y el reconocimiento de sus propias necesidades

individuales, sus sueños, temores y de sus recursos para afrontar las experiencias

vividas.

Adicionalmente, se piensa en una metodología complementaria y distinta

orientada al reconocimiento de los recursos de las mujeres a partir de la cual se

facilitara la identificación de sus fortalezas y capacidades de afrontamiento para

superar experiencias de dolo.

De esta forma que buscó un proceso de resignificación de dichas experiencias, de

construcción de historias alternativas narradas por las mujeres para hacer posible

que en el espacio de encuentro único, visibilizaran sus proyectos de vida de

127

manera distinta y reconocieran aquellos aspectos individuales que les ha permitido

salir adelante a pesar de la adversidad.

De esta forma se crea una metodología denominada Encuentros Únicos con una

estrategia de ―Construcción de Historias‖, que empieza a ser implementada con 11

grupos, 3 de los cuales hicieron parte de lo que en un principio se pensaba como

―encuentros masivos‖.

Es importante aclarar en este sentido, que la estrategia metodológica de estos

―encuentros masivos‖ no se implementó debido a la imposibilidad que se

comprobó de convocar 100 o más mujeres, como se tenía planeado, en dos

encuentros donde llegaron 9 y 3 mujeres respectivamente. Este resultado se

obtuvo a pesar que el equipo de profesionales de Vínculos se desplazó a los

lugares donde habitan las mujeres y se contó con el apoyo de los líderes quienes

también las invitaban directamente.

Debido a esta situación, el desarrollo de los encuentros con los grupos se basó en

la metodología que a partir de este momento se denominaría ―encuentros únicos

con creación de historias‖.

La participación en los 18 grupos fue en promedio de 15 a 25 mujeres. Para el

caso de los municipios de Pailitas17 y el corregimiento Minas de Iracal, se contó

con una participación de 55 y 26 mujeres respectivamente, y aunque no era el

número esperado, fue útil en estos casos el apoyo de las profesionales de la

Dupla Psicojurídica y la personería para el primero, así como de las líderes en el

segundo.

3.4.9.1.3. Metodología ―encuentro único con creación de historia‖

A continuación se describe la metodología de ―encuentro único con creación de

historia‖. A través de la construcción de historias de vida, el reconocimiento de

recursos (internos y externos) y la construcción de una maleta simbólica para

llevar los recursos identificados, se abordaron ejes temáticos relacionados con

los roles más recurrentes encontrados en el trabajo en campo respecto a las

mujeres víctimas:

17

Aunque el municipio de Pailitas no se encuentra entre los ocho de cobertura del proyecto, se acordó con la Gobernación realizar un encuentro único en este municipio dada la necesidad de incrementar acciones en el componente de formación.

128

- Mujer cabeza de familia

- Mujer campesina

- Mujer trabajadora

- Mujer Líder

El objetivo de los encuentros fue identificar, a partir de las historias de vida de las

mujeres los recursos internos y externos, que contribuyan a fortalecer la

identidad, así como fortalecer un espacio de conocimiento colectivo de las

participantes y el equipo de vínculos, en el que se construyan relaciones de

confianza para seguir el proceso de acompañamiento.

Los encuentros también permitieron identificar la situación emocional, relacional y

de derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado, así como la

identificación de sus recursos como insumos para construir nuevas formas de

afrontar el dolor.

Entre los acuerdos del encuentro se mencionan la privacidad del espacio, el

manejo ético y profesional de la información, el respeto en el trato y escucha a

los demás. El encuadre de la actividad se realiza diferenciando el proceso de

acompañamiento psicosocial del tema de ayudas humanitarias y económicas.

En este sentido, se menciona que la palabra Vínculos recoge el espíritu que

deseamos mostrar y promover por que revela nuestra convicción respecto a que

lo humano se construye a través de los vínculos y que es en ellos que se

dinamizan emociones, saberes, acciones, problemas y también cambios.

Al inicio del taller se invita a las mujeres a construir la historia de una mujer que

represente al grupo, de tal forma que contenga aspectos de la vida de cada una

de ellas relacionados con los recursos y los aspectos positivos de si mismas que

les ha permitido afrontar las situaciones de dolor vividas, teniendo como guía las

siguientes preguntas:

- ¿Qué cosas hizo esta mujer que antes no era capaz de hacer?

- ¿Qué cosas nuevas ha descubierto de sí misma?

- ¿Qué le diría esta mujer a las demás mujeres que están en el encuentro?

- ¿Cómo ha sobrevivido a la violencia esta mujer?

129

Posteriormente a la construcción de las historias, se pide que cada grupo

comparta a los demás la historia de la mujer construida colectivamente y en

grupo se identifican los recursos de cada una de esas mujeres representadas en

las historias. Luego, se ubican las particularidades de una maleta de viaje, con

preguntas orientadoras como:

¿Para qué usamos una maleta?

¿De qué manera empacamos nuestras maletas?

¿Por qué hay cosas que dejamos en la maleta y por que sacamos

otras?

A partir de esta conversación se socializa con el grupo el sentido y significado de

la metáfora ―una maleta de viaje‖ como el equipaje que llevamos en nuestra vida,

reflexionando sobre la importancia del equipaje que cada una carga, lleno de

emociones, ideas, experiencias, sueños y recuerdos.

Se les invita a construir a cada una su propia maleta y a identificar que carga en

ella, encuadrando la posibilidad de llevar personas, recuerdos, cosas,

cualidades, habilidades, miedos, sentimientos, creencias, pensamientos. “¿Qué

llevan hoy en la maleta de su vida?”

Antes de continuar con la socialización se evalúa a través de las siguientes

preguntas el desarrollo de la actividad inicial.

¿Qué les llamó la atención de lo que dijeron sus compañeras?

¿qué cosas comunes compartimos en este grupo?

¿Cómo se sintieron durante la realización el desarrollo de este ejercicio?

¿Qué cosas nuevas les permitió ver el ejercicio?

Una vez socializados los recursos, se invita al grupo a pensar sobre aquello que

le gustaría sacar de su maleta, y las cosas nuevas que le gustaría guardar para

continuar su camino, para lo cual se les invita a escribir esas nuevas cosas en

una maleta de cartulina que se entrega a cada una, a partir de lo que observaron

de las historias de las mujeres construidas de manera colectiva.

Se recoge en grupo lo conversado, preguntando por sus apreciaciones del

espacio se establece un compromiso de dejar la maleta que cada una carga a

partir de la fecha en un lugar visible para recordar lo que cargamos

130

3.4.9.1.4. Metodología ―encuentro único basado en la caracterización

psicosocial‖

A continuación se describen los aspectos observados en los encuentros

realizados bajo la metodología de ―encuentro único basado en la caracterización

psicosocial‖. Estos encuentros fueron definidos de la siguiente manera de

acuerdo a las convocatorias y lugares en los que se desarrollaron: ―Barrio 9 de

Marzo‖, ―Corregimiento de Mariangola‖, ―Barrio 1 de Mayo‖, ―Oficina 11 de

Noviembre‖, ―Corregimiento de Aguas Blancas‖, ―CDV Barrio Sabanas del Valle‖.

A partir de lo conversado sobre el trabajo psicosocial en estos encuentros se les

entregaba a cada participante, en una hoja de papel tamaño carta la silueta de

una mujer donde están consignados los siguientes puntos:

En la cabeza, lo que pienso y lo que recuerdo

En la boca, lo que callo y lo que quiero decir

En los brazos, las relaciones con mi familia y con los demás

En el torso y el corazón, lo que siento y lo que guardo

En las piernas y los pies, lo que hago y a donde voy

En el suelo, donde estoy

De esta forma se les invitaba a pensar en cómo cada uno de estos aspectos ha

cambiado en su vida después de vivir el desplazamiento para que de manera

individual realizaran su registro en las fotocopias de la manera que más cómoda

las hiciera sentirse, ya fue con dibujos o palabras.

Posteriormente, cuando cada mujer ya había registrado los datos de su muñeca

individual, se solicitaba al grupo que compartiera la experiencia a partir de la

construcción de una muñeca colectiva con el fin de hacer visibles los aspectos

más significativos de las muñecas individuales y poder conocer cómo se sintieron

realizando la actividad.

Como resultado de estos encuentros, a continuación se describen los aspectos

más importantes y significativos observados en las mujeres.

3.4.9.1.5. Particularidades de los encuentros

131

A partir de la construcción de la muñeca individual, se encontró que las narrativas

de las mujeres estaban enfocadas en describir situaciones de dolor por las

experiencias vividas a nivel de desplazamiento, lo cual las llevaba a identificar

sentimientos de rabia, soledad, tristeza por el recuerdo de sus familiares fallecidos

y de los eventos relacionados con estas experiencias, resentimiento, rencor,

impotencia, temor, angustia, inconformidad.

Estas situaciones a algunas de ellas las ha levado a guardar silencio por el hecho

de conocer a los autores de los hechos de violencia ocasionados a sus familias,

otras guardan el dolor por lo vivido y mucha tristeza por extrañar a su familiares

que ya no están con ellos, y en otros casos las mujeres callan su dolor porque no

se sienten escuchadas y sienten temor de hablar después de vivir la violencia.

De esta manera, expresan frases como “Siento problemas en mi cuerpo porque

estoy sufriendo y eso me está acabando”, “siento amor por mi familia y muchas

ganas de salir adelante”, “a veces se siente alegría por estar viva pero otra veces

la tristeza es muy grande”, “siento deseos de ver bien a mi familia y mis hijos”,

“siento dolor por perder a mis seres queridos y el rechazo por ser desplazada”,

“siento tristeza por tener que abandonar la tierra por la violencia”.

De otro lado, dentro de las frases alusivas a estos recuerdos presentes en estas

mujeres se encuentran: “Recuerdo el desplazamiento que nos hicieron, nos

amenazaron, nos pegaron como perros, vivíamos muy bien y ahora no tenemos

nada”, “lo que más recuerdo es a mi hermano muerto, tirado como si fuera

cualquier cosa y quemado del sol por tener mucho rato de estar ahí tirado”,

“recuerdo que todo era feliz y no se sufría por nada”, “recuerdo las lágrimas de mi

mamá y la inocencia de mi sobrino cuando me decía que le comprara otro papá

porque su papá se había ido al cielo”.

Dentro de los discursos de estas mujeres se ubican algunos interrogantes

relacionados con su afán de explicación de los hechos, expresados en las

siguientes frases: “¿Por qué a uno lo desplazan?, ¿Por qué el desplazamiento

sobre nosotros?, ¿Por qué tan despiadadamente nos sacaron sin tener a donde

ir?”.

Estas situaciones las lleva a mantener en su memoria recuerdos de experiencias

muy dolorosas e indignantes que como seres humanos han tenido que afrontar y

sus pensamientos se movilizan hacia la necesidad de contar con ayuda para

superar el dolor. En este sentido algunas expresan frases como: “pienso en que

132

quiero cambiar mi vida”, “pienso huir de todo y salir corriendo”, “necesito ayuda”,

“pienso en salir adelante y tener mis cosas como antes”, “pienso en mi familia y

que tuvimos que dejar todo olvidado”, “pienso en cómo la violencia ha destruido a

nuestras familias”, “ver las cosas injustas que han sucedido”, “pienso en mis hijos

y en su futuro”.

A nivel relacional, para algunas mujeres las relaciones con sus familiares se han

visto alteradas a tal punto de estar separados, sumado al hecho de tener que vivir

en ciudades distintas, mientras que para otras las situaciones de desplazamiento

las ha llevado a unirse y fortalecer sus relaciones con aquellos familiares que

estaban distantes, expresando frases como “hemos sido unidos en las buenas y

en las malas siempre”, “la unión es lo que nos ha mantenido fuertes para salir

delante de todo esto”, “aunque nos hemos desconectado y a pesar del tiempo

hemos superado todo juntos”, “siento que mi familia está a mi lado y que no me

han abandonado, si necesito algo me ayudan y yo a ellos igual” .

Dentro de los aspectos que ellas describen como significativos a nivel de recursos,

y que identifican como aquello que el desplazamiento no les ha quitado se

encuentra “la fe en Dios”, el amor por sus familias, “el derecho a reclamar y hacer

valer sus derechos”, los valores, la dignidad, y la esperanza de reconstruir sus

vidas.

Respecto a su ocupación actual, algunas mujeres describen que son amas de

casa, otras se dedican a actividades de comercio, ventas, cocina. Como parte de

las proyecciones a futuro desean ver sus sueños realizados en cuanto a “tener

una casa”, “que mis hijos puedan estudiar”, “salir adelante y buscar oportunidades

para vivir mejor”.

En este sentido, los proyectos de vida de estas mujeres están direccionados hacia

la posibilidad de sacar a sus hijos adelante y darles lo que necesitan para suplir

sus necesidades básicas de vivienda alimentación y estudio. Para ellas, el ideal es

poder recuperar el bienestar que tenían antes del desplazamiento y algunas se

ubican en una dirección clara frente a la realización de sus metas personales,

pues el superar historias de dolor les permite reconocer un escenario de

posibilidades y viabilidad respecto a la reconstrucción de sus proyectos de vida.

En cuanto a la identificación de los recursos presentes en las muñecas colectivas

construidas, se encontraron los siguientes: “apoyo, oportunidad, amor, cariño,

confianza, amistad, diálogo, compañía, poder compartir con otras mujeres, ganas

133

de salir adelante, Fe en Dios, deseos de superación, apoyar a la familia, la

felicidad a pesar de todo lo que nos ha pasado, deseos de seguir soñando, el

optimismo, la confianza, el agradecimiento por sobrevivir, la comprensión, la

honestidad”.

En este punto cabe resaltar que las mujeres daban un nombre particular a cada

una de las muñecas construidas, el cual tenía un significado relacionado con

situaciones de que las posicionaba en un plano de futuro más esperanzador

respecto a sus historias de vida y su situación actual, ubicándose nombres como

―María Valentía‖ y ―Luz Esperanza Vida Nueva‖.

De igual manera, estas muñecas colectivas dibujadas por ellas, tenían la

particularidad de mostrar un aspecto distinto al de la muñeca individual, pues para

las mujeres era significativo poder resaltar elementos de belleza (proyección de

una mujer bonita, con un cuerpo agradable, elegante y arreglada) y una postura

fuerte, positiva, emprendedora y con una emoción de alegría.

En la construcción de las maletas a partir de los recursos que identificaban de la

historia colectiva, se encontró que para las mujeres lo más significativo para llevar

en sus maletas era: “la esperanza”, “el amor”, “la Fe de Dios para que nos guíe

siempre”, “la confianza para salir adelante y seguir luchando”, “actitud positiva ante

todo”, “la energía para continuar”, “tranquilidad”, “seguridad”, “capacidad de

perdón para quienes nos hicieron tanto daño”, “sinceridad”, “preparación para

enfrentar dificultades”, “paz y reconciliación”, “tolerancia” y “autoestima”.

Ahora se describe la metodología de ―encuentro único con construcción de

historias‖, realizada con 10 grupos denominados así: ―UAO 18 de Noviembre‖,

―Cristo llama a tu puerta‖, ―MIAV 22 de Noviembre‖, ―MIAV 23 de Noviembre‖,

UAO 24 de Noviembre‖, ―Populandia‖, UAO 25 de Noviembre‖, ―José Antonio

Galán‖, ―La Nevada‖ y ―La Mina de Iracal‖.

En estos encuentros, se observaba una dinámica distinta a la que se presentaba

en los encuentros únicos con metodología de caracterización psicosocial, ya que

con estos grupos de mujeres era mucho más fácil poder evitar que se reabrieran

heridas emocionales de manera individual.

En este sentido, la creación de historias de manera colectiva, enfocada a la

identificación de recursos y a partir de un enfoque apreciativo de la vida de las

mujeres, facilitaba en ellas la construcción de narrativas alternativas, desde la

134

posibilidad que se desarrollaba en el encuentro de externalizar las situaciones de

dolor a través de una historia.

Este aspecto permitió a las mujeres separar por un momento los relatos

dominantes que han estado dando forma a sus vidas y sus relaciones y las invitó a

identificar esos ―acontecimientos extraordinarios‖ que han sido ignorados de las

experiencias vividas y que han sido opacados por los sentimientos de dolor y

desesperanza, producto de eventos violentos y que les genera mucho sufrimiento.

En este sentido, es importante mencionar que cuando se identifican

acontecimientos extraordinarios en las experiencias de vida de las personas, se le

estimula a que desarrollen nuevos significados en relación con ellos, lo cual

requiere que estos acontecimientos extraordinarios pasen a formar parte de una

historia alternativa de vida de las personas y se construyan ―relatos

extraordinarios‖.

En términos de los encuentros con las mujeres, se observó que las preguntas

realizadas mientras construían las historias, las llevaba a revisar tanto las

relaciones consigo mismas como con los demás, lo cual aportó en la creación de

―historias alternativas‖.

Tales historias, las llevó a reflexionar en las ―posibilidades extraordinarias‖ y

nuevas para acompañar sus relatos, invitándolas a su vez a identificar nuevos

significados vitales, en relación con sus historias de dolor. De esta manera, se

puede decir que los procesos de externalización de situaciones dolorosas, facilitan

―la re-escritura de vidas y relaciones‖ (Myerhoff, 1986, citado por White, 1989) y

facilita la resignificación de experiencias de difícil elaboración.

En esta medida, las historias que construían las mujeres y que se basaban

inicialmente en experiencias de dolor y en recuerdos de las situaciones que han

tenido que afrontar a causa del desplazamiento y de hechos violentos, poco a

poco les permitía vislumbrar aspectos relacionados con los recursos y con las

posibilidades de dar un final distinto a esas historias que hasta ahora han sido

enmarcadas en relatos de dolor.

En este sentido, las mujeres lograron reconocer sus potencialidades y estrategias

empleadas para salir adelante y que han contribuido a mitigar el dolor y enfrentar

las situaciones extremas a las que han sido expuestas por los actores armados.

135

Han validado su capacidad y se sorprenden de lo hecho hasta ahora que antes no

se hubiera imaginado hacer.

Dentro de las frases utilizadas por ellas para describir este proceso se encontraron

las siguientes: “¿Por qué este taller llegó tarde, porque hace 10 años vivimos

estas cosas del desplazamiento?” “Y nos ha tocado refugiarnos en Dios para salir

adelante y gracias a él hemos superado muchas cosas y el dolor”, “Nos ha tocado

hacer cosas distintas que antes no hacíamos y esto nos ha hecho más fuertes y

valientes”. “Ahora nos hemos capacitado para sacar a nuestros hijos adelante y no

nos queda grande nada” “Pa’ lante es pa’ llá”, “ahora somos unas mujeres más

aguerridas y emprendedoras”.

Como parte de los mensajes que esta mujer de la historia les dice a cada una, se

encontraban frases como: “Trabajando se consiguen muchas cosas”, “me supero

cada día más”, “Dios es Grande y que tenga valor para seguir, que confíe en

Dios”, “Se alegra por ver cómo hemos sacado a nuestros hijos adelante”, “con

tranquilidad se consiguen las cosas”, “que siga adelante y que siga luchando”.

Dentro de los recursos que las mujeres identifican de esas historias y que a partir

de ahora desean llevarse en sus maletas de viaje, se encontraban los siguientes:

“la Fe en Dios para continuar el camino”, “la esperanza”, “la confianza”, “el deseo

de superación”, “la alegría”, “el amor para hacer las cosas bien”, “la alegría”

3.4.9.1.6. Estrategias de convocatoria

Dentro de las estrategias de convocatoria empleadas para la construcción de

grupos de mujeres se encuentra el apoyo de los líderes reconocidos en entorno

comunitario, quienes a través de sus habilidades de convocar y liderar facilitaron

que se pudiera contar con encuentros de hasta 48 mujeres, como fue el caso del

corregimiento de Mariangola. Sumado a esto, se menciona la percepción que ellos

tienen frente al tema de acompañamiento psicosocial, pues sus procesos en este

sentido les facilita generar explicaciones acertadas en el momento de la

convocatoria frente a las expectativas de las mujeres para los encuentros.

Respecto a la Unidad de Atención y Orientación - UAO y al Modelo Integral de

Atención a Víctimas - MIAV, se contó con el apoyo de varias profesionales que

estuvieron atentas respecto a la posibilidad de convocar y ceder el espacio para

las realización de los encuentros, contando en el caso del MIAV con un apoyo al

inicio de los talleres de una asesoría desde los trámites judiciales - administrativos

136

para las víctimas, lo cual facilitó que se desarrollaran los encuentros con una

expectativa más clara y real frente al tema del acompañamiento psicosocial,

enfocado en la parte de rehabilitación emocional

3.4.9.2. Análisis descriptivo de la atención psicosocial en el municipio de

Valledupar (Cesar)

Desde un enfoque apreciativo entendido como una teoría articulada que

racionaliza y refuerza el hábito de la mente que se mueve hacia el mundo de

forma creativa buscando y encontrando imágenes de lo posible por encima de las

escenas de desastre y desesperación (Cooperrider y Watkins, 1996), y a partir de

las situaciones y eventos de dolor que han vivido las mujeres del Departamento

del Cesar, los encuentros facilitaron que se hiciera uso de un lenguaje apreciativo

que creara una visualización de los sueños, de esperanza, de posibilidades y

optimismo frente a sus propias vidas.

Es así como desde las historias de vida de estas mujeres, se logra dar un

significado distinto a las experiencias de dolor y se magnífica la riqueza de sus

recursos, desde una concepción diferente de las posibilidades de cambio y de

creer en la facultad que tiene cada una para responsabilizarse de su vida y soñar

creando mundos con posibilidades reales y esperanzadoras.

Teniendo en cuenta que el Enfoque Apreciativo posibilita el cambio y direcciona la

vida por varios caminos, a partir de esta experiencia de encuentros con las

mujeres del Departamento del Cesar, fue posible comprender que desde éste

enfoque en el acompañamiento psicosocial, se enriqueció la propia mirada que las

mujeres hacia sus historias de vida, sus familias, redes vinculares y sociales.

Este enfoque posibilitó una alternativa distinta y ética al enfoque del déficit que

reduce, niega y excluye al centrarse en lo poco que no funciona y olvidar la

riqueza y oportunidades presentes en las personas, familias y las redes, de tal

forma, que al asumir una mirada apreciativa se abre el abanico de posibilidades y

alternativas que dan lugar a desarrollos distintos respecto a la manera de

posicionarse en el mundo en determinados contextos.

En esta línea, David Cooperrider y Diane Whitney han propuesto una opción al

lenguaje del déficit, en la cual conciben que dentro de los presupuestos en cada

sistema, organización o grupo hay algo que sí funciona. Aquello en lo que nos

137

focalizamos, llega a ser nuestra realidad, y se convierte en una realidad creada

dentro de muchas otras realidades posibles.

De la misma manera, estos autores asumen que la gente tiene más confianza y se

siente más confortable en su camino hacia el futuro (lo desconocido) cuando lleva

partes de su pasado (lo conocido) y así, si llevamos partes de nuestro pasado

hacia adelante, éstas deben ser lo mejor. A partir de esto, se hace importante

también valorar las diferencias existentes, y desde ellas poder reconocer lo

distinto.

A partir de este planteamiento y en relación a los encuentros con las mujeres, fue

posible realizar un proceso en el cual se pudiera puntuar en lo que sí funciona en

los sistemas y de manera individual enfatizar en las mujeres la importancia de

reconocer sus recursos, generando comprensiones distintas e invitándolas a tener

una nueva mirada, que les permita focalizar en lo mejor de sí mismas, de sus

familias y redes, e interiorizar la idea respecto a la construcción de un nuevo y

mejor proyecto de vida.

De esta manera, se logra comprender que la mejor forma para generar resiliencia

es aquella en la cual se exploren los mejores momentos, las mejores experiencias

de vida, para que a partir de ellas se puedan construir unas más significativas y

enriquecedoras.

Tal como lo plantean estos autores, el enfoque apreciativo, coherente con la teoría

del construccionismo social, facilita el promover conversaciones apreciativas a

partir de preguntas que direccionan hacia caminos de construcción y posibilidades

esperanzadoras, que en el caso de las mujeres con quienes se realizó el

acompañamiento psicosocial permitió afirmar la autoimagen de sí mismas y que

lograran identificar sus capacidades y los logros frente a la manera de superar las

dificultades.

De otro lado, es importante mencionar que en estos encuentros, se logró que las

mujeres se sintieran reconocidas y legitimadas en un espacio que percibieron

como “una oportunidad de descargarse de tanta tristeza”, y que les permitió

“ocupar la mente en otra cosa diferente”, a las actividades y situaciones que deben

vivir diariamente, en relación a la familia, los hijos, esposos y temas relacionados

con los trámites administrativos correspondientes a los asuntos de familiares

desaparecidos, atención humanitaria y ayudas económicas, aspectos que son

indispensables frente al tema de reparación y rehabilitación.

138

En este orden de ideas, una de las herramientas útiles para el acompañamiento

psicosocial con estas mujeres, fue la postura de las profesionales facilitadores de

estos encuentros, desde la ―humildad como forma de relación‖, la cual describe

desde el modelo de Vínculos que ―cuando se tiene una postura de humildad, nos

interesamos por lo que le pasa a la gente, por tratar de entender sus

preocupaciones y por aprender sin creer que sabemos las respuestas de sus

problemas o que le vamos a dar soluciones‖.

Este aspecto, facilitó en gran medida que se creara un contexto adecuado para los

fines del acompañamiento psicosocial, enfocados hacia la construcción de un

espacio distinto con un clima de confianza para las mujeres, a través del cual se

pudieran sentir escuchadas, valoradas y reconocidas.

Este reconocimiento se dio no solo como sujetos de derechos, sino como mujeres

con unas necesidades particulares y distintas a las de los hombres, desde un

perspectiva de género que facilitó la identificación de sus roles, los que han tenido

que asumir a partir de las situaciones de violencia que han afrontado y que las

ubica actualmente en un papel distinto tanto como madres como mujeres “más

independientes, fuertes, capacitadas, valientes” y con una necesidad especial de

confiar y apoyarse en la parte espiritual, de tal forma que conciben a Dios como su

“fortaleza y es quien nos ha ayudado a sobrellevar tantas cargas”.

Respecto al ámbito de derechos, y en el marco de los derechos humanos, es

importante resaltar que a partir de los encuentros se logra enfatizar en las mujeres

la importancia de exigir la reivindicación de sus derechos, como parte esencial de

un proceso de reparación, el cual implica devolver la dignidad a las personas y sus

familias.

En este sentido, desde el modelo de Vínculos, creemos que para acceder o

incorporar este conocimiento de los derechos, es necesario reconocer los sentires

y significados de las personas víctima de la violencia y así identificar sus

necesidades y establecer de qué manera la reparación cobra sentido desde su

mundo subjetivo.

Desde esta postura de las profesionales, y a partir de lo que para Vínculos

significa el acompañamiento psicosocial, se logró encuadrar los encuentros. El

acompañamiento responde a un ―proceso reflexivo entre la población víctima, su

red social y los acompañantes, que contribuya a la superación de los efectos

139

sociales y emocionales de la violencia a través de las resignificación de la

identidad y el reconocimiento de recursos personales y sociales en el marco de la

categoría de sujetos de derechos‖.

Se logró trasmitir a las mujeres que este espacio era una oportunidad para

conversar sobre lo que no habían podido expresar sus emociones de manera

distinta y resignificar el dolor causado por los eventos de violencia, de tal manera

que las expectativas con las que llegaban, cambiaban con el transcurrir del

encuentro.

Asimismo, se hace necesario resaltar que la utilización de un lenguaje sencillo

permitió a las profesionales el poder conectarse fácilmente con las mujeres y tener

en cuenta las características, el aspecto de lo cultural y emocional del grupo,

mediante el uso de ejemplos para el abordaje de las temáticas.

En este sentido, fue importante tener en cuenta que el lenguaje fuera lo

suficientemente cuidadoso para no generar falsas expectativas en el grupo,

respecto al papel que cumplirá el equipo. De igual forma, el leer el lenguaje no

verbal de las mujeres, en las actitudes y la disposición para los encuentros,

posibilitó estrategias que permitían manejar el malestar o las situaciones que las

pudiera hacer sentir incómodas, para ayudar a cambiar de emoción durante la

actividad.

A esto se suma que mediante la participación y valoración de las opiniones de los

participantes se logró la construcción colectiva de conocimiento, promoviendo el

diálogo de saberes entre los participantes como resultante de un consenso ínter

subjetivo.

Una herramienta importante para el desarrollo de los encuentros fue la utilización

de preguntas a través de las cuales se logró un valioso intercambio de

experiencias, descripciones, explicaciones, definiciones y significados, lo cual

facilitó que se creara un espacio propicio en el cual se pudieran aclarar dudas y/o

interrogantes sobre los temas trabajados.

En esta medida, en los momentos de los cierres fue posible plantear conclusiones

que reflejaran no sólo los aspectos centrales, sino también las reflexiones

realizadas por las mujeres, lo cual ayudó a afianzar comprensiones conjuntas.

140

Respecto al ámbito observado con mayor impacto, se encuentra el emocional, en

el cual las mujeres identifican recuerdos de dolor y rabia relacionados con las

experiencias de violencia, muertes de familiares, y pérdidas materiales y

emocionales productos de los eventos de desplazamiento. Pensamientos

asociados a eventos de violencia, sueños enfocados a la necesidad y deseo de

recuperar lo perdido, tener de nuevo ―algo de ellas‖ y para sus familiares y

añoranza de momentos compartidos con sus familias.

En el ámbito relacional se observó que las mujeres han construido buenas

relaciones con las personas cercanas a ellas, manteniendo un buen trato en

general con vecinos, sin embargo manifiestan que existe desconfianza por parte

de las personas y discriminación por su condición de desplazadas, lo cual limita

las posibilidades de trabajo y de construcción de redes de apoyo en el ámbito

relacional cercano.

Esta situación descrita las ha llevado a realizar labores a las que antes no se

hubieran imaginado que tendrían que desarrollar, tales como labores de cocina,

apoyo en oficios de limpieza en casas de familia, restaurantes, aprendizajes de

arte como elaboración de mochilas y sandalias.

De igual manera han tenido que buscar la forma de capacitarse y actualizarse a

través de cursos en el SENA para poder ser más independientes y autónomas a la

hora de tener ingresos para suplir sus necesidades básicas. Esta situación las ha

llevado a posicionarse de manera diferente respecto a sus parejas y a su rol como

madres, en cuanto que ahora se ven como más independientes de sus esposos.

Algunas han tenido que asumir un ―doble rol de ser padre y madre a la vez‖, lo

cual hace que sus hijos las vean distintas, las respeten, admiren y valoren mucho

más los esfuerzos que realizan por su bienestar.

Por lo anterior es importante mencionar que las experiencias de interacción con

―quienes intercambiamos señales que nos corporizan y que constituye nuestra

identidad, se construye y reconstruye constantemente en el curso de nuestras vida

sobre la base de nuestra interacción con los otros, familiares, amigos, enemigos,

compañeros (Sluzki, 1997).

A nivel de conclusión es importante mencionar que este proceso de encuentros

únicos con mujeres en Valledupar, además de representarse como un espacio que

posibilitó un aprendizaje conjunto y un intercambio de emociones, experiencias

significativas y percepciones frente a las situaciones vividas producto de la

141

violencia sociopolítica, se constituyó en un reto profesional incesante para el

equipo de Vínculos debido al poco tiempo con el que se contaba, y a partir de lo

cual se hacía necesario realizar un proceso de atención psicosocial con las

particularidades de un solo encuentro, sin crear expectativas frente a otros

encuentros durante este año.

Esta situación ubicó a las profesionales en un plano de generar conexiones

significativas con las mujeres, de tal forma que pudiera lograrse el objetivo de abrir

un espacio en el que las mujeres se sintieran legitimadas y validadas en sus

relatos, teniendo en cuenta que sus pedidos siempre estuvieron enfocados hacia

la posibilidad de continuar con estos encuentros.

En esta medida, como equipo, consideramos útil el poder dar continuidad a estos

espacios, como parte de un proceso de atención psicosocial, que indudablemente

requiere de más de un encuentro para minimizar el grado de las afectaciones en

los planos emocional y relacional de las víctimas y que les permita visibilizar un

futuro distinto dentro de los que es posible para ellas. Razón por la cual la

Corporación Vínculos decide brindar atención a estos grupos en los meses de

enero, febrero y marzo del año 2011

4. SEGUNDA Y ÚLTIMA JORNADA DE FORMACIÓN EN HERRAMIENTAS DE

ATENCIÓN PSICOSOCIAL

4.1. Contexto del proceso de formación en herramientas de atención psicosocial

Las jornadas de formación que se diseñaron para implementar en el proyecto de

acompañamiento psicosocial a mujeres víctimas en el departamento del Cesar, se

alimentan de la experiencia de la Corporación Vínculos en procesos de formación

en temas de atención psicosocial orientados a organizaciones sociales de base,

líderes de las mismas, organizaciones no gubernamentales y funcionarios

públicos; y en las necesidades identificadas en la atención a víctimas, durante el

proceso de mapeo institucional adelantado en los dos primeros meses del

proyecto en los municipios de Agustín Codazzi, Astrea, Bosconia, Chimichagua,

La jagua de Ibirico, San Diego, Pelaya y Valledupar.

El objetivo de las jornadas de formación fue dejar instalada herramientas

conceptuales, metodológicas, analíticas y prácticas que les permitan a los y las

participantes abordar las atenciones en salud mental a las mujeres víctimas desde

142

una perspectiva psicosocial que pone en el centro la víctima y sus recursos hacia

la construcción de alternativas de vida después de los hechos violentos.

De esta forma, a finales del mes de septiembre los días 22, 23, y 24 se llevó a

cabo la primera jornada de formación donde se abordaron seis temas claves en el

proceso de atención psicosocial a víctimas: i) Concepciones de salud: y

determinantes de la salud, ii) Efectos psicosociales de la violencia política y

diferencias entre tipos de hechos violentos, aspectos éticos y políticos del

acompañamiento, iii) Aspectos conceptuales para el acompañamiento psicosocial:

qué es el acompañamiento psicosocial, ámbitos para el acompañamiento y

acciones en cada ámbito y el lugar de víctima, iv) Caracterización psicosocial, v)

Modelo de atención que repare a las víctimas - Programa salud, vi) Postura del

facilitador y práctica conversacional

Al inicio del mes de diciembre los días 1, 2, y 3 se realizó la segunda jornada de

formación donde se abordaron los siguientes temas:

i) Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las víctimas en momentos de crisis, ii) Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas, iii) Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas víctimas de la violencia sociopolítica, iv) Género v) Rutas de atención psicosocial, vi) Rutas de atención Resulta importante mencionar que los temas de cuidado emocional y primeros

auxilios emocionales, fueron sugeridos por los participantes en la primera jornada

de formación

4.2. ¿Quiénes participaron en el proceso de formación en herramientas de

atención psicosocial a víctimas del conflicto?

La selección de participantes se hizo de manera indirecta a través de las

instituciones y organizaciones que atienden a víctimas del conflicto sociopolítico,

quienes designaron las personas que asistirían al encuentro. El propósito de la

formación en herramientas psicosociales, se presentó como un componente

articulado a los demás resultados del proyecto en pro del acompañamiento

psicosocial de las mujeres en situación de desplazamiento del Cesar.

Los grupos se conformaron teniendo en cuenta que las metodologías y los

acompañamientos en el proceso de aprendizaje varían mucho más entre

instituciones públicas y líderes que entre estos últimos y las organizaciones no

143

gubernamentales, quienes en el caso del Cesar, están mucho más cerca de las

organizaciones sociales de la población víctima.

Es así como se dividieron en tres grupos de trabajo, dos de funcionarios de

instituciones estatales y públicas (grupo b y c) y un grupo de organizaciones

sociales y representantes de población en situación de desplazamiento (grupo a).

Asistieron funcionarios, líderes e integrantes de organizaciones sociales de base y

de ONG de los ocho (8) municipios en los que la Corporación Vínculos hace

presencia: Astrea, Chimichagua, Bosconia, Pelaya, San Diego, Valledupar,

Agustín Codazzi y La Jagua de Ibiríco.

La asistencia a la totalidad de la formación fue fluctuante llegando a un total de 71

personas en la primera jornada y 55 personas en la segunda jornada, se observó

un ausentismo en las sesiones lo cual nos hace preguntarnos por la motivación y

el compromiso en la responsabilidad de ser multiplicadores de las herramientas y

reflexiones construidas en las jornadas de formación.

Tabla No. 13. Registro de asistencia por personas asistentes primera a la

formación discriminada por grupo de trabajo.

En la primera jornada se destaca la más alta participación de los

funcionarios y representantes de las organizaciones sociales, llegando a 71

personas de las 76 confirmadas para el evento.

144

Tabla No. 14. Registro de asistencia por personas asistentes segunda a la

formación discriminada por grupo de trabajo

En el segundo encuentro de formación con relación al anterior, se observó la

disminución de los asistentes pese a que el número de invitados fue más alto a

partir de las sugerencias de algunos participantes. Aún así se destaca que a

pesar de la disminución, el promedio de asistentes de mantuvo los tres días. Así

mismo existe una notoria participación de las mujeres en el evento.

145

Tabla No. 15. Instituciones asistentes segunda a la formación

discriminada por grupo de trabajo.

La anterior tabla da cuenta de las instituciones, organizaciones y ONG que

asistieron a la segunda jornada de formación.

4.3. Los temas abordados y las discusiones planteadas

En este apartado, presentamos brevemente los temas desarrollados en cada uno

de los momentos de la segunda jornada de formación, enriqueciéndolo con la

presentación de algunos elementos metodológicos y un breve resumen de las

discusiones que se presentaron en los tres grupos de trabajo.

146

Teniendo en cuenta las reflexiones y recomendaciones de participantes en la

primera jornada de sé realizo la elección de la temática. A continuación se

presenta cada uno de los temas abordados y las reflexiones que tuvieron lugar

4.3.1. Primeros auxilios emocionales para la atención psicosocial a las víctimas en

momentos de crisis.

Los primeros auxilios psicológicos fue uno de los temas que surgieron de las

reflexiones de la primera jornada, es por esta razón que a través de éste se

brindan herramientas a los funcionarios públicos para que en situaciones de crisis

y emergencia puedan prestar la primera ayuda psicológica y emocional.

En el desarrollo de esta temática inicialmente sé realizó la presentación de los

primeros auxilios psicológicos, destacando los siguientes aspectos:

a. ―Una persona que atraviesa por un estado de crisis se encuentra en una

momento vitalmente importante para continuar el curso de su vida. No importa qué

tipo de crisis sea, el evento es emocionalmente significativo y ha implicado un

cambio radical en su vida. El individuo enfrenta un problema ante el cual sus

recursos de adaptación, así como sus mecanismos de defensa usuales no

funcionan satisfactoriamente. El problema rebasa sus capacidades de resolución

y, por lo mismo, se encuentra en franco desequilibrio. Como resultado de todo

esto la persona experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual la inhabilita

aún más para encontrar una solución

b. ¿Qué son los Primeros Auxilios Psicológicos? Es la intervención psicológica en

el momento de Crisis, entendiéndose como una ayuda breve e inmediata de apoyo

y rescate a la persona para restablecer su estabilidad emocional y facilitarle las

condiciones de un continuo equilibrio personal.

A través de este bloque temático se identificó qué son los primeros auxilios

emocionales o psicológicos y de esta manera se pudo evaluar con el grupo, cómo

en el contexto de la violencia sociopolítica, el acompañamiento psicosocial

adquiere las características de unos primeros auxilios psicológicos o primera

ayuda emocional, cuyas metas principales son:

Identificar y expresar sentimientos, pensamientos y conductas

implicados en la crisis, legitimando el sufrimiento y el dolor.

Optimizar las maniobras de control sobre la condición presente.

147

Promover y construir nuevas relaciones interpersonales y

nuevas estrategias de conducta para continuar la vida.

Transformar emociones destructivas en constructivas.

A partir de la presentación realizada y de los conocimientos previos que los

participantes tenían, se invitó a cada participante a construir un botiquín de

primeros auxilios psicológicos, y a incluir simbólicamente lo que de aquí en

adelante van a llevar con ellos, en caso de que se tengan una situación en la que

puedan prestar una primera ayuda psicológica.

Después de que algunas personas presentaron su botiquín, su contenido, y cómo

lo van a usar, se realizó la socialización del botiquín con la pregunta orientadora

¿Qué se llevaría Ud. del botiquín de sus compañeros?

Muchos expresaron que con este ejercicio se habían enriquecido y que ahora su

botiquín iba a estar más pesado, ya que podían llevarse muchas herramientas que

encontraron en el botiquín de cada uno de sus compañeros

4.3.2. Escenarios de exigibilidad de derechos de las víctimas

A partir de una comprensión de la jornada de formación desde el enfoque de

acompañamiento a mujeres víctimas de violencia política, se invita a los

participantes a comprender y analizar los escenarios de exigibilidad de derechos

de las víctimas, desde el rol de cada uno de los participantes.

La metodología empleada para el abordaje de los aspectos conceptuales, fue un

juego de roles con elementos del Teatro Foro de Augusto Boal, donde se invitó a

los participantes a realizar un sociodrama, en el que actuaron dos participantes,

uno de ellos actuaria en el papel de la víctima y el otro en el papel del funcionario

de una institución, el resto de los participante haría el papel de espectadores,

donde cada uno estaría pendiente del dialogo que llevarían los dos actores; y en el

momento que se presentase un escenario de revictimización, cualquiera del

publico diría Pare! y haría ver el error que cometió el funcionario de la institución.

Las ideas expuestas en las escenas de los participantes se debatieron con todos

en el salón y se enriquecieron con la discusión y socialización del tema y las

aclaraciones por parte de la facilitadora de la Corporación Vínculos.

148

Este ejercicio contribuyó al reconocimiento por parte de los asistentes de aquellos

escenarios de revictimización en los cuales han sido partícipes en algunas

ocasiones en su quehacer diario como funcionarios o acompañantes de personas

víctimas.

4.3.3. Cuidado emocional para el agente social que acompaña a personas

víctimas de la violencia sociopolítica

El desarrollo de esta temática les permitió a los funcionarios públicos y líderes

sociales el reconocimiento de síntomas de estrés presentes en su vida, así como

la influencia de estos en otras esferas. Con base a lo anterior se reflexionó sobre

la construcción de estrategias de cuidado que minimicen el riesgo de desgaste

emocional. Lo anterior con la invitación a pasar de estar permanentemente

orientados hacia las necesidades de otros, para dirigirla hacia uno mismo, su

equipo y su organización.

Se inició la jornada con la presentación de un video sobre desgaste emocional y a

partir de éste se abrió la conversación con algunas preguntas orientadoras.

Las reflexiones de este bloque temático estuvieron orientadas inicialmente a

identificar aquellos síntomas que generan desgaste emocional cuando se atiende

o se acompaña procesos con personas víctimas de la violencia socio política. Se

pudo constatar que en su mayoría los funcionarios y líderes logran identificar más

de 5 síntomas presentes en algún momento en el desarrollo de su labor.

Los síntomas que logran identificar la mayoría de los participantes son:

Dolores de cabeza

Dolor de cuello y de espalda

Problemas del aparato digestivo

Problemas del aparato locomotor

Mayor vulnerabilidad a las enfermedades

Alteraciones de sueño y del apetito

Cansancio que va mas allá de lo esperado,

Fatiga,

Lentitud

Aburrimiento

Aislamiento

Desmotivación

149

Pérdida del sentido del trabajo

Mal genio

Después de la socialización de la identificación de síntomas, se realizó la actividad

―La Rueda de la vida‖ en la cual los participantes puntuaron su nivel de

satisfacción con relación a varias dimensiones de su vida y a la influencia que esto

tiene con los síntomas de desgaste emocional. A partir de lo anterior se les invitó a

reflexionar sobre las herramientas que usualmente utilizan para manejar su

desgaste emocional.

4.3.4. Género

La perspectiva de género como temática de la jornada de formación se desarrolla

con el propósito de sensibilizar a los funcionarios públicos y líderes sociales

frente al tema de violencia contra la mujer en su trabajo con las mujeres víctimas y

desplazadas, aplicando criterios de análisis que dan cuenta de la afectación

diferenciada por actores armados legales e ilegales por ser mujer, en una

sociedad donde las condiciones que propician la realización del principio de

igualdad son poco desarrolladas.

Lo anterior, teniendo en cuenta que la desigualdad entre mujeres y hombres se

manifiesta en las dimensiones individual, relacional, estructural y cultural pues

atraviesan todas las dimensiones de la vida de los hombres y de las mujeres.

A continuación se presentan los resultados de los debates y reflexiones que fueron

realizados en tres grupos de trabajo con profesionales de instituciones públicas

departamentales y municipales, representantes de organizaciones no

gubernamentales y líderes sociales que atienden en su trabajo diario en diversas

formas y con distintas responsabilidades a mujeres víctimas y del conflicto

armado.

Intentamos partir de los conocimientos y percepciones existentes en los

grupos para estimular aportes y procesos interactivos de aprendizaje a

partir de las prácticas desarrolladas por las personas.

Constatamos que el concepto presente referente al tema de género /

relaciones de género, está de cierta forma difuso, no es claro y no orienta y

150

no está siendo utilizado como instrumento de análisis de las realidades de

mujeres desplazadas o víctimas por el conflicto armado para aproximarse a

su situación.

Existe poco conocimiento sobre las convenciones internacionales,

resoluciones y normas legislativas que protegen la mujer por ser afectada

por el conflicto armado de forma diferenciada del hombre.

Los debates se concentraron en el abordaje de la situación de la mujer. Sin

embargo, siguiendo las percepciones de algunas participantes, no fueron

mencionados los aspectos diferenciados de la afectación del hombre por la

situación del conflicto armado y su influencia en el deterioro de las

relaciones de género.

Generalmente en sociedades predominantemente machistas, las

relaciones entre hombres y mujeres tienden a empeorar y están

acompañadas por el incremento de violación física, sexual y psíquica contra

la mujer. Teniendo en cuenta la preocupación que se percibe en algunas

mujeres sobre la ausencia de trabajos de sensibilización para los hombres,

aún cuando de ellos, en su mayoría, provienen las agresiones contra la

mujer, durante la conversación quedó como inquietud la necesidad de

generar espacios con los hombres para trabajar el tema de género.

Es importante resaltar, que las relaciones de género desiguales con todas

sus consecuencias desfavorables para las mujeres en las dimensiones

individual, relacional, social, política, económica y normativa, pueden ser

transformadas a través de esfuerzos comunes, integrales, continuos y

amplios que involucran| de formas distintas a toda la sociedad a nivel local,

regional y nacional.

En todos los grupos se abordaron los siguientes temas:

Se construyó y analizó el perfil de la mujer desplazada,

Se identificaron los estereotipos presentes en la sociedad del Cesar en los

refranes y expresiones musicales como el vallenato,

Se identificaron los derechos específicos vigentes para proteger la mujer en

general y la mujer víctima y desplazada

151

Se presentó un video sobre el decreto 1257 que reglamenta la ley de la

violencia contra la mujer.

El bloque temático permitió constatar la falta de conocimiento casi generalizado

sobre la existencia de estos derechos y sobre los medios para acceder a los

mismos. Lo que significa que también las mujeres afectadas tienen visiones

distorsionadas sobre la amplitud de sus derechos.

Así, generalmente sus conocimientos se restringen a las posibilidades y

exigencias de recibir ayuda financiera o de vivienda o para el sustento de sus

hijos, los cuales, aunque son aspectos muy relevantes, no son los únicos. En este

sentido, se ubica a las mujeres en la condición de objeto pasivo de recibir ayuda o

asistencia pero no se reconoce a las mujeres desplazadas o víctimas como

sujetos de derechos.

A partir de estas percepciones, las personas en los grupos formularon algunas

reflexiones sobre su papel en las instituciones, elementos que consideraron

necesarios para cualificar su futuro trabajo con las mujeres víctimas y

desplazadas:

Reconocer la mujer como sujeto de derechos hacia una sociedad

igualitaria entre hombres y mujeres y tener coherencia en la acción y

en el discurso.

Capacitar las y los profesionales que atienden a mujeres víctimas y

desplazadas sobre sus derechos por ser afectada en su condición de

mujer (resoluciones y convenciones internacionales, normativas

legales nacionales)

Realizar talleres pedagógicos sobre la nueva legislación que trata de

la violencia contra la mujer en las instituciones públicas (ICBF, UAO,

secretarías. de Salud, otros)

Resaltar las cualidades de la mujer que busca apoyo en la atención y

fortalecer su autoestima y el autorespeto.

Promover los derechos de la mujer cuando ha sido maltratada. Se

hizo referencia específicamente a la campaña desarrollada por la

secretaría de salud departamental: "Si te maltratan, Pita"

Cambio de aptitud y actitud de las y los profesionales

Centrar nuestro trabajo como funcionarios mujeres y desde esta este

lugar, ejercer nuestras funciones institucionales.

152

Estimular las denuncias de malos tratos desde el clima de confianza

y calidez creado en la atención.

Concienciar las mujeres sobre sus derechos y capacitarlas en la

protección legal.

Invitarlas a que hagan valer a sus derechos.

Capacitar a las mujeres afectadas acerca de sus derechos.

Promover campañas sobre los derechos de la mujer y para prevenir

la violencia contra la mujer.

Conformar redes de apoyo entre mujeres.

Conformar la Asociación de mujeres contra la violencia en Codazzi -

Cesar y posibilitar el intercambio con otras redes ya existentes en el

Magdalena Medio.

Incluir a los hombres y la familia en los temas formativos.

Reflexión sobre los aportes al tema género que las y los participantes del grupo

hicieron en el encuentro.

Buscar un mecanismo para que no se filtren personas que no son

víctimas.

Compenetrarse más con la persona víctima, sensibilización de cada

uno de nosotros

Apoyar la construcción de proyectos colectivos de vida y espacios de

convivencia.

Construcción de relaciones justas e igualitarias

Tener en cuenta la igualdad de género

Diferenciación en la atención: la mujer es susceptible.

Mayor capacitación.

Solicitar hacer una mejor formación para mejorar su entorno o el de

su familia y que no se encasille a una ayuda humanitaria

Formas de intervención psicosocial diferenciadas para las mujeres

víctimas, especialmente para mujeres que sufrieron violación sexual

Abrir espacio para los procesos de resiliencia y suspensión de duelo

de manera colectiva.

Los temas de género se trabaja con mujeres y no con hombres a

pesar que las violaciones de los derechos de las mujeres son más de

parte de los hombres.

153

Es un paso que las mujeres conquistan lugares públicos, pero no necesariamente

por ser mujer tienen una postura igualitaria, pues se vive en medio de una

sociedad machista

4.3.5. Rutas de atención psicosocial

Desde el abordaje de este eje temático se promueve la construcción de la ruta de

atención psicosocial que debe responder a intenciones comunes que llevan a

conversaciones colectivas en las que todas las voces involucradas tienen la

misma importancia.

A partir de las reflexiones realizadas desde los siguientes grupos en lo relacionado

con la ruta de atención se implementó la metodología del World Café, e la que se

le invitó a tomar café y a conversar sobre algunas preguntas orientadoras que

respondan a la construcción de la ruta de atención psicosocial.

En el último acápite de este informe, se describe en profundidad el resultado de

este ejercicio

4.3.6. Evaluación de la segunda jornada de formación por parte de los

participantes

Para la evaluación de la jornada de formación se diseño un cuestionario con el

que se evalúo la metodología, los facilitadores, el espacio físico, el tiempo, el

interés de los participantes, la utilidad de los contenidos para su labor, y por último

sus recomendaciones para futuras jornadas de formación.

Con relación a la metodología un 97%(38 personas) de la población que

respondió el cuestionario considera que esta fue adecuada y sólo un 3%(1)

inadecuada. Los recursos pedagógicos utilizados son evaluados por el 59%(23)

como buenos, el 38%(15) cree que fueron excelentes y el 3%(1) no respondió. Y

la pregunta ¿Cómo califica la pertinencia de los temas manejados durante el

evento? El 100% respondió que son adecuados.

Un 49% considera que el manejo y dominio del tema de los facilitadores es

excelente, otro 49% bueno y el 2% no respondió el ítem, sobre el lenguaje

utilizado el 100% lo considera adecuado y en cuanto al manejo del auditorio

(participación del auditorio, retroalimentación con los participantes, acogida de

154

sugerencias, otros) un 66%(24) responde que buena, un 36%(14) excelente y el

(2%) Regular.

Sobre las condiciones del espacio físico (iluminación, sonido, comodidad,

ventilación) un 66%(24) piensan que fue excelente, un 33%(14) que fue bueno y el

2%(1) no opina sobre éste.

Con respecto a tiempo utilizado para la realización del evento, un 87%(34)

considera que ha sido suficiente, un 7%(3) insuficiente y el 6%(2) no contesta a la

pregunta. Uno de los participantes que no contesta la pregunta deja una nota ―No

la clasificaría en la casilla porque no es suficiente, falta mucho por ahondar en el

tema‖. El 95%(37) considera que para su ejercicio e interés personal los

conocimientos adquiridos son de mucha utilidad.

De acuerdo a la respuesta sobre, si los conocimientos adquiridos son de utilidad,

cómo cree usted que va a ser su estrategia para aplicarlos. Algunos participantes

expresan lo siguiente:

―Sensibilizando a la comunidad para crear nuevas estrategias que nos

sirvan como orientación psicosocial‖ Martha Barbosa, líder de PSD Media

Luna San Diego.

― Utilizado como réplica en la comunidad donde vaya operando como

facilitadora‖

― Utilizando y aplicando ejercicios parecidos y de lenguaje fácil para mi

comunidad indígena‖

― Profundizando en los conceptos presentados‖

―…hay que ser multiplicadores de esto que hemos aprendido con nuestros

compañeros, pero también en nuestro campo de trabajo debemos aplicar

las herramientas aprendida‖

Como ella muchos de los participantes creen conveniente la retroalimentación de

su equipo de trabajo y de sus comunidades en lo relacionado con las herramientas

de atención psicosocial adquirido a lo largo de las dos jornadas de formación

realizadas.

Finalmente recomiendan:

―Construir insumos para la construcción de políticas publicas del apoyo

psicosocial‖

155

―Socialización de los resultados de las experiencias de Vínculos en el

territorio para que sea el tema de partida de las conversaciones‖

―Invitar a los funcionarios que tienen la autoridad para implementar

cambios sustanciales en el proceso de atención de la población víctima‖

―Implementar mecanismos donde los entes gubernamentales

comprometidos puedan asistir‖

― La construcción de políticas públicas del enfoque psicosocial‖

―Aplicar un diagnostico psicosocial del cuidado emocional a funcionario

para el diseño de acciones para atenderlo‖

―realizar un diagnostico del cuidado emocional de funcionarios que están

en la atención diaria, teniendo en cuenta el contexto del departamento

que se vio permeado por el conflicto armado‖

―Me gustaría que se hiciera un ejercicio de descarga emocional donde

compartiéramos un momento agradable y así lograr oxigenarnos‖

5. CONSTRUCCIÓN DE INSUMOS PARA EL DISEÑO DE LA RUTA DE

ATENCIÓN PSICOSOCIAL EN EL DEPARTAMENTO DEL CESAR

En este apartado del informe se presentan los resultados de un ejercicio que

arrojó insumos para la construcción de la ruta de atención psicosocial en el

departamento, realizado durante la segunda jornada de Formación en

herramientas de atención psicosocial a víctimas de la violencia sociopolítica, así

como algunos elementos de contexto relacionados con la construcción de rutas de

atención en el marco del actual conflicto armado que vive Colombia.

5.1. Hacia la construcción de rutas de atención psicosocial en el país.

Colombia ha vivido durante muchos años fuertes procesos de concentración de

tierra a partir del despojo a miles de colombianos en un conflicto armado interno

que involucra actores armados irregulares y en muchas oportunidades, la

comprobada participación y/ o la connivencia de las fuerzas armadas.

La estrategia fundamental en el conflicto armado que vive el país, es el

arrasamiento y eliminación física y simbólica de poblaciones enteras que, por

derecho o por trabajo, han ocupado el territorio colombiano durante décadas.

Las estrategias de arrasamiento se han traducido en la comisión de todo tipo de

delitos de lesa humanidad y violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos y al

DIH, como las masacres, desapariciones forzadas, homicidios, violaciones

156

sexuales a las mujeres, reclutamiento forzado de niños, niñas y jóvenes a grupos

armados ilegales, amenazas, intimidaciones y desplazamientos forzados que año

tras año han dejado más de 4 millones de víctimas en los 32 departamentos del

país, de las cuales el departamento del Cesar ha puesto dolorosamente más de

20 mil.

En este complejo contexto, la atención oportuna y eficaz a las afectaciones

psicosociales que han sufrido las víctimas de estos hechos violentos a través de

políticas estatales, se ha convertido en prioridad para varias instituciones que

buscan, como la gobernación del Cesar, avanzar en la consolidación de

programas que desde el enfoque psicosocial, brinden una atención adecuada y no

revictimizante a las personas.

Como lo declara el documento Valoración de los programas oficiales de atención

psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia elaborado

recientemente por la Procuraduría General de la Nación a través de una

consultoría realizada por el Centro Internacional para la Justicia Transicional

(ICTJ):

―Es claro entonces para la Procuraduría que la afectación emocional y psicosocial de gran parte de la población colombiana, en razón de nuestra larga historia de violencia, requiere de la institucionalización de una estrategia que posibilite un proceso de atención psicosocial profesional, riguroso y sostenido, accesible a todas las víctimas y sus familias‖18.

En ese sentido, varias organizaciones en Colombia especialmente de carácter

privado, han hecho aportes significativos en el proceso de construcción de rutas y

programas como insumos para una política pública de atención psicosocial a

víctimas. Este es el caso de la Estrategia de Intervención Psicosocial

implementada a través del Programa de Inclusión Social con Enfoque Psicosocial

ISEP, liderada por la Pastoral Social en Colombia. Desde esta estrategia, el

acompañamiento psicosocial implica

―(…) la comprensión de los impactos psicosociales como resultado de las violaciones a los Derechos Humanos que afecta la dignidad de las personas, comunidades, Pueblos Indígenas o Afrodescendientes, compromete la consideración de todos los aspectos psicosociales de la persona y su colectivo social que han sido afectados y, hace necesario la

18

Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 12

157

visibilización de las consecuencias históricas para las familias, que sustentan y han configurado un tipo de abordaje y unas herramientas integradoras, acordes a tal comprensión para que la actuación psicosocial tenga un real efecto reparador.‖19

Por otro lado, desde el sector público se ha implementado en tres ciudades del

país entre las que se encuentra Valledupar, (las otras dos son Bucaramanga y

Medellín) el Modelo de Atención Integral a Victimas, MIAV, cuya creación se

origina en la ley 975 de 2005 y tiene como objetivo ―incorporar las rutas y los

protocolos en el que- hacer diario de las entidades, para que no sólo existan

centros físicos, sino que se convierta institucionalmente en una forma de atender a

la víctima‖, como lo afirmó en el boletín de 2009 del Área de comunicaciones y

prensa del CNRR, la coordinadora del Área de Reparación y Atención a Víctimas

de la CNRR, Olga Rebolledo. Para el momento de esta publicación, no se había

implementado aún el Modelo en la ciudad de Valledupar, pero se visualizaba ya la

forma en que estaría incorporada la dimensión psicosocial en la atención:

―En todas las etapas del proceso de reparación, las víctimas contarán con atención y acompañamiento psicosocial. En el momento de preparación, podrán acceder a herramientas de conocimiento y comprensión del proceso que van a seguir; mientras que durante su participación en el proceso de Justicia y Paz, recibirán todo el apoyo necesario de prevención y manejo de crisis.‖20

Sin embargo, los esfuerzos aún son escasos, pues la ausencia de una política

pública en atención psicosocial, no ha permitido avanzar firmemente en dirección

a procesos integrales de reparación a las víctimas. Al respecto, la PGN anota que

el documento de valoración a los programas de atención, citado anteriormente:

―(…) constata la ausencia de una política pública estatal para la atención psicosocial a las víctimas afectadas por el conflicto armado interno; así mismo el carácter incipiente, en la materia que nos ocupa, de las acciones que se adelantan en el marco de la Ley de Justicia y Paz.‖21

19Misión Programa de Inclusión Social con Enfoque Psicosocial http://www.cec.org.co/index.shtml?s=e&amp%3Bapc=ea1%3B%3B%3B-&x=30847, consultada en diciembre 2010 20

Entrevista realizada a Olga Rebolledo, coordinadora del Área de Reparación y Atención a Víctimas de la CNRR. Página consultada en diciembre 20101/ http://www.cnrr.org.co/bcnrr/numero9/modelodeatencionintegral.pdf) 21

Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los

programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 12

158

En ese orden de ideas, el diseño e implementación de una política pública para la

atención psicosocial a victimas que articule las iniciativas existentes, requiere el

concurso de todas las instituciones comprometidas y de la población afectada

directa e indirectamente en su elaboración. En esta tarea, la construcción de una

ruta de atención psicosocial para las víctimas del conflicto armado resulta un reto

imperativo que demanda la articulación de esfuerzos y la acción inmediata de

todos los actores claves nacionales y por supuesto, de todas las instituciones del

Estado

5.2. El sentido de una ruta de atención psicosocial a víctimas del conflicto

armado en el departamento del Cesar

Para empezar, parece interesante recordar el sentido que tiene una ruta de

atención psicosocial según los planteamientos de un grupo de investigadoras

docentes de la Universidad de los Andes en Bogotá, en la investigación realizada

sobre procesos de Intervención psicosocial con fines de reparación con víctimas y

sus familias afectadas por el conflicto armado interno en Colombia: equipos

psicosociales en contextos jurídicos:

―El sentido de la ruta es construir procesos de convergencia, y colaboración para trazar distinciones que permitan ir construyendo ideas, visiones, y tomando decisiones (énfasis del equipo Vínculos)‖.22

La perspectiva de la Corporación Vínculos coincide en varios aspectos con la

definición señalada, pues considera que la ruta de atención psicosocial para las

víctimas del conflicto armado en el departamento del Cesar, debe responder a

intenciones comunes que llevan a conversaciones colectivas en las que todas las

voces involucradas tienen la misma importancia.

De esta forma, las personas víctimas, sus organizaciones y la comunidad de la

que hacen parte, los actores sociales clave, la institucionalidad pública y privada

son quienes tienen la palabra en la construcción conjunta de la ruta.

En este proceso es importante trascender aspectos puramente procedimentales y

aportar en la consolidación de un enfoque diferencial en la atención a las

22

Estrada, Ángela, Karen Ripoll y Ana Rodríguez, Intervención psicosocial con fines de reparación con

víctimas y sus familias afectadas por el conflicto armado interno en Colombia: equipos psicosociales en contextos jurídicos, pág. 6

159

víctimas, la toma efectiva de decisiones en las instituciones (articulación

interinstitucional, destinación de recursos) para aportar en la transformación y

reconstrucción de los proyectos de vida de las víctimas de la violencia.

En lo que sigue se hará la descripción de la metodología implementada durante la

jornada de formación orientada a la identificación de algunos elementos claves

como insumos para la construcción de la ruta

5.3. Aportes para la construcción de la ruta de atención psicosocial para las

víctimas en el Cesar

El tercer día de la formación se eligió como el momento adecuado para poder

conversar y aportar en la construcción de insumos hacia la ruta de atención

psicosocial, teniendo en cuenta que los dos días anteriores se trabajó sobre temas

claves como la atención en crisis y la revitimización en los escenarios de

exigibilidad de derechos de las víctimas, además de los otros mencionados en

este informe en el apartado que corresponde a la jornada de formación.

Inicialmente se hizo una presentación en power point, con una propuesta de ruta

elaborada por el equipo de Vínculos desde la experiencia en campo en el

departamento. Al mismo tiempo, con el fin de dar a conocer los avances del

Estado colombiano en esta materia, se presentaron los lineamientos de atención

psicosocial a las víctimas trabajados por el Ministerio de Protección Social. A

continuación se presenta la propuesta de ruta de atención.

160

5.3.1. Propuesta de ruta de atención psicosocial para la víctimas de la violencia

sociopolítica en el departamento del Cesar

161

Una vez realizada la presentación, siguiendo la intencionalidad de construir

colectivamente y visibilizar todas las percepciones, conocimientos y aportes, se

implementó la metodología conocida como ―Café de Preguntas‖ o ―World Café‖. La

utilidad de esta metodología para alcanzar los propósitos trazados en la jornada,

se puede rastrear en la definición de la misma.

―una conversación de World Café busca siempre tener como el eje de sustentación un diálogo colaborativo, en el que se comparten el

162

conocimiento y la creación de posibilidades para la acción de los grupos‖23

Estas características contribuyeron a la identificación de elementos relevantes

para la construcción de la ruta, teniendo en cuenta que:

―Cuando concientemente enfocamos nuestra atención en ―asuntos que importan‖ –para nuestras familias, organizaciones y comunidades- estamos contribuyendo a la evolución del conocimiento y la sabiduría que necesitamos para co-crear el futuro. Nosotros hacemos que ―crezca lo que sabemos‖ individual y colectivamente‖.24

A partir de estos principios, se invitó al grupo conformado por líderes de

organizaciones de población víctima, funcionarios públicos e integrantes de ONG

a sentarse en seis mesas dispuestas en el salón, cada una de las cuales estaba

dotada con café y azúcar, una pregunta escrita en el centro y marcadores. El lugar

donde se registraron las ideas y percepciones de los participantes fue en el papel

periódico dispuesto en las mesas como mantel y en cada mesa se designó un

relator o relatora que recogió las ideas fundamentales en cada ronda de

conversación.

Las conversaciones se desarrollaron de tal manera que pudieran recogerse las

opiniones de los participantes en todas las mesas simultáneamente en diez

minutos máximo. Después de este tiempo, los participantes de la mesa número

uno pasaban a la mesa número dos y así sucesivamente se rotaron todos los

participantes por las seis mesas y de esta forma se logró que todos reflexionaran y

escribieran sobre las seis preguntas.

Las preguntas diseñadas para orientar las conversaciones fueron las siguientes:

¿Cuáles son las restricciones que encuentran para la operativización de

esta ruta?

Desde mi labor ¿cómo puedo aportar en la implementación de esta ruta?

¿Qué elementos agregaría para completar esta ruta?

¿Qué oportunidades genera la implementación de esta ruta?

23

María Cristina Koury D‘arce Directora de Quartet Labe Consultoría Técnica en el texto de red El World Café:

Una experiencia de aprendizaje. Página consultada en diciembre 2010. http://www.asle.es/documentos/gatza/200718154336_0_Gatza_120_04_Opinion_M_C_Koury.pdf 24

¿Qué es el world café?. Adaptado de Who Will Tell the People de William

Greiderhttp://www.theworldcafe.com/translations/SpanishwhatisTWC.pdf

163

¿Qué se necesita para poner en práctica esta ruta de atención?

¿Qué tendría que tener esta ruta?

5.4. Utilidad del ejercicio

El ejercicio fue acompañado por los profesionales de la Corporación Vínculos con

el fin de invitar a todos los participantes en cada ronda a alimentar la

conversación. La utilidad de este ejercicio para la construcción de insumos hacia

la ruta de atención psicosocial a víctimas en el departamento, está en la

visiblización de ideas y propuestas que no se habían recogido antes y en cuya

elaboración se involucraron todos los actores interesados en el tema que

participaron en la formación.

De esta forma, se pudo aprovechar el Café de Preguntas o World Café, como un

proceso creativo que permitió alcanzar varias de las características mencionadas

por Koury:

―El World Café es un proceso creativo para realizar las siguientes

acciones:

• Acceder a la inteligencia colectiva del grupo.

• Descubrir los puntos de convergencia.

• Crear futuros deseados y descubrir oportunidades y desafíos

estratégicos.

• Generar proyectos con autoría compartida por un grupo de

personas.

• Establecer redes de conexiones.

• Crear participación, compartir conocimiento y estimular el

pensamiento innovador.

• Explorar las posibilidades de acción en torno a asuntos y cuestiones

de la vida real.‖25

En el siguiente acápite se presentan los resultados del Café de Preguntas sobre la

ruta de atención psicosocial.

25

http://www.asle.es/documentos/gatza/200718154336_0_Gatza_120_04_Opinion_M_C_Koury.pdf

164

5.5. La voz de los participantes

Las reflexiones de los participantes fueron agrupadas por temáticas que contienen

varias propuestas realizadas en todas las mesas, es decir, que el orden en que se

presenta la información no responde linealmente a las preguntas realizadas, sino

al grupo de ideas fuerza que se encontró en las mesas y en las relatorías. A

continuación se presenta cada una de estas ideas fuerza alimentada con las

propuestas de los participantes

5.6. El diseño de la ruta debe ser flexible para atender al contexto local y

regional en que se implemente.

El reconocimiento y estudio del contexto en el que se diseña e implementa la ruta,

resulta de gran importancia en el desarrollo de procesos de atención exitosos. Dos

de las herramientas identificadas por los participantes en este aspecto son la

caracterización de las víctimas y la investigación de sus culturas. En ese sentido

los procesos de caracterización de la población deben ser individuales y

colectivos, teniendo en cuenta las expresiones culturales y las dinámicas propias

de las poblaciones a través de procesos de investigación.

Así, una de las características de la ruta es su elasticidad y flexibilidad para

atender los contextos cambiantes y las realidades concretas a las que se

enfrentan las personas víctimas en sus entornos y en esa medida, la ruta de

atención psicosocial debe ser ajustada constantemente a las demandas de estos

contextos y realidades.

Esta característica permitirá corregir a tiempo los errores y las inconsistencias que

vayan en detrimento de la calidad de la atención a las víctimas como garantía de

su derecho a la reparación psicosocial. En ese sentido, resulta importante traer las

reflexiones de la PGN y la ICTJ en el texto citado en párrafos anteriores:

―Los programas deben contar con la flexibilidad suficiente para responder a cambios coyunturales o políticos, sin perjuicio de los derechos que pretenden garantizar‖26.

26

Procuraduría General de la Nación y Centro Internacional para la Justicia Transicional, Valoración de los

programas oficiales de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia, pág. 51

165

5.7. El diseño e implementación de la ruta debe alimentarse de procesos de

formación y sensibilización para funcionarios públicos y víctimas.

Los procesos de formación y capacitación a funcionarios y población víctima son

altamente valorados por los participantes como elementos que fortalecen la ruta

de atención psicosocial. En ese sentido, los procesos de formación deben tener

continuidad y ser al mismo tiempo, procesos de sensibilización y concienciación

hacia la situación de las víctimas (indígenas, afrodescendientes, campesinos y

campesinas) y sus derechos.

Además, los participantes identifican la necesidad de ―mejorar las capacitaciones‖,

en términos de tiempo dedicado y de continuidad. Igualmente, los procesos de

formación deben incluir la explicación clara para funcionarios y población víctima

acerca del funcionamiento de la ruta y ambos grupos deben comprometerse a

participar estos espacios.

Así mismo, los procesos de formación deben considerar el manejo del lenguaje

técnico con el fin de transmitir con claridad a la población víctima la información

relacionada con la ruta de atención, ―traduciendo el lenguaje‖ y aproximándose a

claridades conceptuales y jurídicas en relación a derechos de las víctimas.

Por otro lado resulta imperativo la institucionalización de los procesos de

formación como ―fases‖ de preparación y sensibilización a los funcionarios

encargados de la atención a las víctimas, que implica el conocimiento de la ruta de

atención por parte de ellos y ellas. Esta fase preparatoria y de sensibilización,

debe aportar elementos para que los funcionarios encuentren, en palabras de los

participantes, ―gusto por el trabajo que se hace‖. En esa medida, es indispensable

la sensibilización hacia el sentido de pertenencia del funcionario a la región.

De otra parte, los procesos de formación orientados a la población victima deben

desarrollarse con más tiempo, ser personalizados, estar acompañados de material

pedagógico y didáctico que permita la comprensión de la ruta y sus

procedimientos, así como la implementación de campañas informativas al

respecto (afiches).

Finalmente, hay sugerencias para temas específicos a trabajar con la población

víctima y con los funcionarios, como el conocimiento del entorno cultural

específico de las poblaciones, el marco jurídico relacionado con la atención

diferencial y con todos los procesos para que las víctimas puedan acceder a sus

166

derechos y las relaciones humanas como elemento determinante de la calidez en

la atención por parte de los funcionarios.

5.8. El diseño e implementación de la ruta requiere de voluntad política

En todas las mesas de trabajo los participantes identificaron la voluntad política

como elemento central e impulsor del diseño y puesta en marcha de la ruta de de

atención psicosocial en el departamento. La voluntad política es la demostración

material del interés de quienes gobiernan por adelantar procesos a favor de las

poblaciones, en este caso, por construir e implementar una ruta de atención

psicosocial para las víctimas en el Cesar, lo cual implica desde el diseño de una

política pública hasta el fortalecimiento institucional.

En ese sentido, hay varios elementos que llenan de contenido la voluntad política

y el más significativo es la construcción participativa de una política pública para la

atención a víctimas del conflicto en el departamento. Una de las propuestas de los

participantes en las mesas, es que la ruta puede ser parte de la transversalización

del enfoque psicosocial en el PAVIREC, plan bandera de la actual gobernación en

el abordaje de la problemática de las víctimas. Otra propuesta en esa misma

dirección pero más amplia, es la implementación de la atención psicosocial como

eje transversal en la construcción de políticas públicas en el departamento.

Igualmente, se identifican otras reflexiones como el compromiso de los

gobernantes de incluir la ruta de atención psicosocial en los planes de desarrollo

departamental y municipal, así como el compromiso por llevarlo a la realidad. Por

supuesto, esto incluye la designación presupuestal específica para su ejecución,

así como los procesos de gestión y ampliación de los rubros asignados para la

atención a víctimas.

Sin embargo, algunos participantes llamaron la atención sobre que los elementos

mencionados no resultan significativos si la atención a las víctimas sigue siendo

marcada por los procesos de burocratización y las trabas administrativas para el

acceso a los derechos. Así, los participantes en las mesas afirman que es

necesario agilizar y descongestionar los procesos técnicos asociados con la

defensa de las víctimas.

En ese sentido, resulta de gran importancia para las entidades e instituciones

encargadas de la atención a víctimas, adelantar procesos de fortalecimiento

institucional en varios sentidos: descentralización de los procesos, cualificación de

167

la selección de funcionarios, articulación interna de los equipos en las entidades e

interdisciplinariedad en los equipos de profesionales. Así, a descentralización de la

atención a la población, a partir de la habilitación de oficinas o centros de atención

psicosocial en los municipios, aportaría también a la descongestión y agilización

de los procesos.

Por otro lado, se identifica como parte del fortalecimiento institucional la

cualificación del procedimiento para la selección de funcionarios, que no siempre

responde a las necesidades del cargo y de la población víctima, pues el

procedimiento de selección debe responder a las necesidades mencionadas y no

a los tratos clientelares establecidos institucionalmente o por las personas

encargadas de dirigir la entidad.

En este mismo horizonte, resultan muy interesantes algunas propuestas

realizadas para la articulación de los equipos en las entidades en las fases de

identificación y desarrollo de los proceso de atención, de tal forma que

internamente en las instituciones no se dupliquen los esfuerzos de los

profesionales y funcionarios, y hacia fuera se den procesos de articulación

interinstitucional que faciliten la implementación.

Igualmente, la conformación de equipos interdisciplinarios (sociólogos,

trabajadores sociales, psicólogos, antropólogos, abogados, politólogos y médicos)

y el fortalecimiento del equipo temático psicosocial , y por otro lado, la ampliación

de la oferta institucional, la adquisición de equipos y adecuación de las

instalaciones en las instituciones, todo orientado a lograr mayor impacto en la

atención, son elementos a destacar en los procesos de fortalecimiento institucional

como clara muestra de voluntad política para la ruta de atención psicosocial.

La voluntad política implica procesos de difusión y divulgación de la ruta de

atención en todas sus fases. Así, desde el proceso de identificación de la

población hasta el seguimiento a los procesos de atención, requieren una clara

apuesta institucional de difusión (medios de comunicación) desde el Estado local y

regional que permita ampliar la cobertura y facilite el acceso al derecho a la

atención a las víctimas y el conocimiento de la oferta institucional.

De esta forma, la difusión debe responder a las necesidades específicas de la

población y ser cercana a sus contextos y lenguajes, propiciando espacios de

socialización de los programas a la población, a las organizaciones y a los

funcionarios.

168

5.9. La ruta debe tener continuidad en los programas y en la contratación de

profesionales

Una de los temas más recurrentes abordados por los participantes es la

discontinuidad en los procesos de contratación de los profesionales encargados

de la atención psicosocial en los municipios, dificultad vinculada directamente a la

discontinuidad en los proyectos y programas orientados a la atención psicosocial a

víctimas.

En ese sentido, identifican varios aspectos asociados a este fenómeno, uno de los

cuales es el carácter clientelar de las relaciones en el ejercicio de la política en el

departamento, en donde las contrataciones tanto de programas y proyectos como

de profesionales, obedece a intereses particulares de los gobernantes locales y

regionales de turno y no siempre o no necesariamente, a las necesidades de la

población, al cumplimiento de planes de desarrollo o a la idoneidad de los

profesionales en el ejercicio de sus funciones.

Así, la priorización de los intereses particulares sobre los colectivos lleva también

al desconocimiento de procesos adelantados por otras administraciones, lo cual

genera desgaste institucional y va en detrimento de la calidad en la atención las

víctimas. Esto puede ser corregido si en lugar de desconocerlos, estos procesos

son potenciados por los gobernantes e instituciones que tienen como misión la

atención a las víctimas.

Otro elemento importante relacionado con la discontinuidad en los procesos de

atención, es la débil cultura institucional en la realización de empalmes entre los

profesionales salientes y entrantes en los cargos asignados con responsabilidades

en la atención a víctimas. Los empalmes y la continuidad en los programas y

proyectos, resultan significativos en la construcción de rutas de atención que

atiendan la demanda de la población al tiempo que aportan a la transformación de

dinámicas institucionales a favor de las víctimas.

Finalmente los participantes proponen como parte de los procesos de continuidad,

la multiplicación de las buenas experiencias relacionadas con la atención al interior

de la ruta, como una forma alimentarla

169

5.10. El diseño y la implementación de la ruta requiere procesos de articulación

interinstitucional

En el departamento del Cesar se han dado algunos avances hacia la

consolidación de articulación interinstitucional. Sin embargo, aún es una tarea por

hacer y así lo reconocen los participantes de la jornada de formación quienes

identificaron varios elementos relacionados con el tema de articulación

interinstitucional.

Así, manifiestan que no es posible avanzar en esa dirección si cada entidad y

cada funcionario desconoce la red interinstitucional que tiene a cargo la atención

de las víctimas en el departamento, pues el conocimiento claro de la oferta

institucional y el establecimiento de unos mínimos que permitan la articulación con

otras entidades, abre posibilidades de ir trazando los procesos de derivación e

identificación de la demanda de manera oportuna y precisa.

De esta forma, se aporta a la agilización de los procesos de identificación y

derivación y se contribuye a ―que nos quite la tortura del tiempo de respuesta‖, en

palabras de una de las víctimas participantes en la formación.

Este proceso de articulación, que no se agota en los procedimientos de derivación,

debe tener lugar a nivel departamental y también a nivel municipal, y

necesariamente está atravesado por acciones hacia la generación de confianza

interinstitucional que permita avanzar en la implementación de la ruta, más allá de

posturas marcadas por el celo institucional.

En ese sentido, la construcción de la ruta implica la creación de un contexto de

conocimiento de las funciones y responsabilidades, un acercamiento mutuo a las

dinámicas de trabajo, el reconocimiento de la utilidad del trabajo en equipo y una

apuesta por el establecimiento de consensos mínimos.

Estos últimos se fundamentan en el conocimiento de los aspectos básicos sobre el

enfoque psicosocial, el enfoque de derechos, la acción sin daño, entre otros

aspectos. De esta forma, se evita que cada institución interprete la ruta y los

enfoques a su manera, ampliando significativamente las posibilidades de una

efectiva articulación.

Además, los procesos de articulación interinstitucional requieren la creación de

sistemas de información y comunicación en cada entidad sobre los procesos

170

adelantados con las personas víctimas, compartidos en tanto sea posible, con las

demás instituciones, lo cual evitaría someter a las víctimas a preguntas repetitivas

sobre los hechos que generan revictimización, reconociendo que la importancia de

la articulación tiene como objetivo final el bienestar de las víctimas.

Este reconocimiento también tiene lugar cuando las entidades se articulan con el

objetivo de lograr una participación activa de la población. En ese sentido una de

las propuestas de los participantes es la articulación del SNAIPD municipal y

departamental con el nacional para que a través de las mesas y organizaciones,

se avance en la participación de las víctimas en los procesos.

Finalmente, los procesos de articulación interinstitucional se van fortalecimiento

con el establecimiento de encuentros periódicos de evaluación del proceso de la

ruta y de seguimiento a los procesos

5.11. La implementación de la ruta debe aportar al fortalecimiento de las victimas

como sujetos de derechos

El principal objetivo de la construcción de una ruta de atención es garantizar el

acceso al derecho que tienen las víctimas a una reparación psicosocial, dadas las

secuelas que han dejado los hechos violentos vividos en su vida emocional, en

sus relaciones y en el ejercicio de sus derechos.

Por ende, la participación efectiva de las organizaciones y de las personas

víctimas como ciudadanos en el diseño e implementación de la ruta es

imprescindible y requiere del reconocimiento de las organizaciones de víctimas por

parte de las instituciones.

En el diseño de la ruta de atención, las personas víctimas aportan como gestores

sociales para sensibilizar acerca de la importancia de la atención diferencial desde

perspectivas etnoculturales. Además, pueden impulsar y demandar de las

instituciones procesos de posicionamiento de la ruta hacia la construcción de una

política pública de atención psicosocial.

En la implementación, el ejercicio de la veeduría ciudadana a los procesos de la

ruta por parte de las víctimas resulta de gran importancia, lo cual implica un

seguimiento a la ejecución de los recursos por parte de las instituciones públicas,

un cuestionamiento a los procedimientos que vayan en detrimento de la atención y

171

un proceso de retroalimentación a las instituciones y funcionarios públicos

respecto a la calidad en la atención

Por otro lado, las organizaciones de víctimas y la población víctima en general,

puede fortalecer su ejercicio como sujetos de derechos a través de los procesos

de multiplicación de los conocimientos y herramientas adquiridos en espacios de

formación e invitando a las comunidades a continuar avanzando en la exigibilidad

de sus derechos, a través de la articulación de acciones con las redes de

organizaciones existentes a nivel municipal y departamental.

Finalmente y uno de los puntos más relevantes encontrados en las propuestas de

los participantes hacia el fortalecimiento de la población y las organizaciones

víctimas como sujetos de derechos, está la participación directa en la identificación

y orientación adecuada a las personas que requieren la atención psicosocial, la

difusión de la ruta a través de los medios de información y el acompañamiento

comunitario como líderes a los casos que así lo requieran. Estas propuestas

coinciden con las afirmaciones realizadas por la PGN y el CIJT en el texto ya

citado:

―Las víctimas pueden, en algunos casos, acabar apropiándose de los programas y llegar a ser actores que trabajan con otras víctimas brindándoles atención‖27.

5.12. La ruta de atención debe tener un enfoque diferencial y de acceso a

derechos.

Uno de los elementos centrales de la ruta de atención desde la percepción de los

participantes, es el enfoque diferencial y de derechos, que implica el

reconocimiento y respeto por la diferencia de género, etnia, condición física y ciclo

vital y la garantía a la accesibilidad del derecho a la atención psicosocial sin

distinciones, pero de manera diferenciada.

Por su parte, el enfoque diferencial tiene como una de sus consideraciones la

igualdad en el acceso a derechos, y en la atención psicosocial implica realizar

procesos interventivos considerando las necesidades particulares de los

individuos, familias y grupos atendidos, pues las afectaciones por los hechos

violentos se manifiestan de manera diferenciada en cada persona y demanda

27

Ibidem, pág. 51.

172

atenciones particulares. Esta especificidad en las demandas de atención requiere

la elaboración de protocolos de atención con enfoque diferencial.

Por otro lado, la integralidad en la atención a las víctimas implica la inclusión del

enfoque psicosocial en los proyectos orientados a esta población, así, algunos

participantes mencionan como elementos a considerar en el diseño de la ruta de

atención psicosocial, el establecimiento de ―proyectos concretos que ayuden a la

población desplazada a salir y superar esta condición‖ y la ―implementación y

articulación de proyectos productivos para la atención psicosocial‖.

La demanda de los participantes por proyectos productivos que ―ayuden‖ a salir a

la población víctima de la situación en la que se encuentran, puede ser leída

desde un enfoque de derechos y en ese caso estamos ante la exigibilidad de los

derechos que establece la ley para la población víctima, como parte de la ruta de

atención psicosocial.

Esta demanda aparece entre las propuestas de los participantes en el evento de

formación bien porque consideran que todos los escenarios son válidos para los

procesos de exigibilidad, ante la poca apertura institucional para los mismos, o

bien porque se establece una relación directa entre la garantía de estos derechos

y la salud mental de las víctimas.

En cualquier caso, una ruta de atención psicosocial para los participantes en la

jornada de formación, debe considerar la promoción y el goce efectivo de

derechos humanos, el cumplimiento de las garantías que ofrecen leyes como la de

justicia y paz. Para ello, es necesario que los funcionarios y líderes sociales, den a

conocer los marcos legales y jurídicos a las personas víctimas y acompañen su

cumplimiento.

Así mismo, el establecimiento de una ruta de atención psicosocial con enfoque

diferencial y de acceso a derechos, debe contribuir a que las entidades

proporcionen la información oportuna sobre los procesos que adelantan las

víctimas, así como la disponibilidad de un espacio adecuado para realizar la

atención. Estos elementos aportan en el cambio positivo del proyecto de vida de

las víctimas, contribuyen a su fortalecimiento como sujeto de derechos y a la

recuperación de su dignidad

5.13. La ruta de atención psicosocial debe implementarse con criterios de calidad

y calidez por parte de los funcionarios.

173

Es frecuente escuchar las quejas de la población víctima acerca del maltrato que

reciben en muchas oportunidades por parte de los funcionarios encargados de

orientarlos y asumir sus diferentes demandas de atención.

Detrás de este tratamiento inhumano -como se logró establecer en el proceso de

mapeo institucional28 y se ratificó en el ejercicio de construcción de insumos para

la ruta de atención- se pueden identificar claramente los prejuicios y

estigmatizaciones de los funcionarios sobre la población víctima, construidos a

partir de la ignorancia de la situación en que se encuentran las personas víctimas,

el desconocimiento de su condición de ciudadanos, el desconocimiento de las

obligaciones de los funcionarios para brindar una orientación y atención oportunas

y pertinentes, así como el desgaste emocional de los mismos ante las diferentes

situaciones dramáticas que escuchan diariamente.

En ese sentido, los participantes relacionan la transformación de los problemas

emocionales de las víctimas, los cambios en sus vidas personales y familiares, y la

reconstrucción de sus proyectos de vida, con una atención basada en criterios de

calidad y calidez. Así, afirman que el ―el funcionario debe ser diligente y tener

capacidad de servicio‖, debe ―construir procesos éticos y tener un compromiso

personal‖ con las funciones que desempeña, evitando crear falsas expectativas en

las personas víctimas.

Además, ese compromiso de los funcionarios se debe reflejar en la relación de

respeto y consideración establecida con las personas víctimas. Entre las

características que debe tener esta relación están la ―humanización‖ del trato, la

empatía, el amor y la tolerancia con las víctimas para hacer más cómoda la

atención, así como disposición y disponibilidad del funcionario para la misma.

Ante esta exigente demanda, los funcionarios y las instituciones no han dado

respuestas adecuadas, debido, entre otros factores, a la falta de pertenencia, las

relaciones clientelares que privilegian los intereses particulares y la ausencia de

procesos de sensibilización y formación para la atención a la población víctima y la

falta de compromiso con el trabajo por las víctimas.

Sin embargo, un elemento que complejiza aún más las situaciones de

revictimización a las que se ven sometidas las víctimas en muchas oportunidades,

28

Ver documento de Mapeo de las redes institucionales de atención a la población desplazada en ocho municipios del departamento del Cesar, septiembre 2010, Corporación Vínculos.

174

es la ausencia de procesos de cuidado emocional y elaboración de experiencias

que golpean a los propios funcionarios en el desempeño diario de sus labores con

la población. Así, uno de los elementos constitutivos de la ruta de atención

psicosocial con calidez y calidad para los participantes en las mesas, es la

implementación de procesos de cuidado emocional a quienes desempeñan

funciones de atención directa con la población.

Por otro lado, los participantes identifican otros elementos de carácter más técnico

que se deben considerar en la implementación de la ruta de atención con el fin de

garantizar el acceso a los derechos, aportar en la reconstrucción de la dignidad y

aportar en el ahorro en economía y tiempo de las personas ante el desgaste que

generan los innumerables procedimientos para la atención.

Estos elementos son la idoneidad en los funcionarios para el desempeño de sus

labores, el compromiso con el conocimiento de la ruta diseñada y el cumplimiento

de la misma, una mejor atención más rápida, oportuna y eficaz que genere mayor

impacto y brindar más posibilidades de solución a los problemas que presentan las

personas víctimas.

Además de estos elementos, los participantes identifican la aplicación de las

herramientas de atención ofrecidas por la Corporación por parte de los

funcionarios y las personas encargadas de la atención psicosocial para evitar la

revictimización.

Así mismo, un aspecto importante que hace parte de la calidad en la ruta de

atención, es la circulación de la información sobre la misma ruta, los

procedimientos y diligenciamientos que deben realizar las personas víctimas para

el reconocimiento de sus derechos. En ese sentido la información proporcionada

por los funcionarios en cualquiera de las fases de atención (identificación,

recepción, acompañamiento y seguimiento) debe ser concisa, precisa, oportuna y

completa.

5.14. Retos en el diseño e implementación de la ruta de atención psicosocial a

víctimas de la violencia en el departamento del Cesar.

Todos las ideas fuerza que se identificaron durante el ejercicio de construcción de

insumos para la ruta, son en sí mismos importantes retos para todos los actores

involucrados en este proceso den el departamento del Cesar.

175

Sistemas de información y sistematización de la ruta

Sin embargo, cabe resaltar otros desafíos significativos como la necesidad de

implementar sistemas de sistematización integral de información interna de las

instituciones, para que sea de carácter interinstitucional. La sistematización de los

procesos y procedimientos adelantados en la ruta de atención psicosocial en del

departamento del Cesar, se constituyen en insumos fundamentales para la

construcción de políticas públicas de atención en el departamento y a nivel

nacional, pues sería una de las experiencias pioneras a ese nivel.

Creación de nuevas confianzas y legitimidad del Estado

Otro importante reto identificado por los participantes, es el proceso de

reivindicación del Estado con las víctimas ante la pérdida de credibilidad por parte

de estas en las instituciones, dadas las comprobadas alianzas de representantes

de las instituciones del Estado con grupos paramilitares en lo que se ha conocido

como el proceso de la parapolítica en Colombia.

Este se constituye en uno de los más grandes retos no solo en el marco del diseño

de una ruta de atención psicosocial para las víctimas en el departamento, sino en

el restablecimiento de la legitimidad de las instituciones del Estado ante las

víctimas, resquebrajada durante más de dos décadas donde las funciones del

mismo como garante y protector de los derechos de las víctimas se vieron

altamente comprometidas.

Este reto demanda largos procesos de construcción de nuevas confianzas y,

seguridades entre funcionarios y poblaciones, hacia la integración futura de redes

de apoyo que aporten a la ―generación de paz‖.

Red de comunicaciones entre las organizaciones y las instituciones

Como una de las fases de reconstrucción de confianzas entre el Estado y los

pobladores, está la ―creación de una red de comunicación entre las organizaciones

e instituciones para que haya una mejor participación con las organizaciones‖, lo

que implica un amplio reconocimiento por parte de las instituciones a los líderes

comunitarios.

Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas públicas

nacionales

176

Finalmente, otros retos más ambiciosos pero no menos importantes como la

creación de empleos dignos para la población a través de procesos de

capacitación y ampliación de ofertas por parte de diferentes instituciones, así

como el ―cambio social y económico‖, responden a la necesidad de articular las

políticas públicas de atención a la población víctima con las dinámicas nacionales

en estas materias. A esta tipo de articulación se refiere el documento ya citado de

la PGN y el CIJT:

―La atención psicosocial a las víctimas del conflicto debe hacer parte de toda una política pública del Estado para garantizar los derechos fundamentales de los afectados por la violencia. Dentro de esta política deben existir procesos y programas tendientes a proteger, garantizar y satisfacer otros derechos fundamentales, ya sean civiles y políticos (vida, integridad, libertad, seguridad, etc.) o económicos, sociales y culturales (salud, educación, vivienda, etc.). El logro integral de los objetivos de unos y otros programas depende en gran medida de su armonización, ya que la garantía de los derechos no puede darse de manera aislada. El bienestar y la salud mental de las víctimas del conflicto se logra no sólo con el otorgamiento de atención especializada en materia de salud a las víctimas afectadas, sino con la garantía de condiciones mínimas y dignas de vida‖29

Se quiere ilustrar la articulación mencionada con la siguiente gráfica:

29

Ibidem. 54.

177

Gráfica 13

Articulación de la ruta de atención psicosocial con políticas públicas

nacionales

Persistencia del contexto de violencia y conflicto armado en la región.

Como ha sido reiterado, es importante contextualizar el diseño y la

implementación de la ruta a las realidades del departamento. En ese sentido,

propuestas como la participación directa de las organizaciones víctimas en la

identificación de las personas que necesitan la atención, requiere de la

construcción de un contexto seguro que no puede garantizarse en las actuales

condiciones de conflicto en la región.

En informaciones otorgadas por líderes y algunos funcionarios públicos durante el

trabajo en los municipios, se tuvo conocimiento que existe una disputa territorial

especialmente en el corredor minero y sur del Cesar por tres grupos paramilitares

en supuesto proceso de rearme: Los Restrojos, Los Paisas y Las Águilas Negras,

lo cual pone en riesgo la identificación de las víctimas por parte de las propias

comunidades y aún las declaraciones ante la fiscalía.

Durante el desarrollo del proyecto, se pudo identificar varios casos en que las

víctimas aún no han declarado, especialmente en los municipios de Astrea y

Chimichagua, por el temor a ser asesinados o señalados. En ese sentido es

178

necesaria la unificación de esfuerzos de parte de todas las entidades públicas

encargadas de garantizar la vida de las personas víctimas y de las organizaciones

de población víctima en el departamento, con el fin de generar las condiciones

adecuadas para la implementación de la ruta en la fase de identificación

5.15 Proyecciones de la ruta.

Resulta importante reiterar la necesidad de incorporar los insumos construidos

para el diseño de la ruta, como parte de elaboración participativa de una política

pública de atención psicosocial en el departamento del Cesar. En tal sentido cobra

la mayor importancia el proceso pionero de transversalización del enfoque

psicosocial en planes departamentales como el PAVIREC.

Los resultados de esta experiencia proyectada para el último año de la

administración 2008-2011 deben ser recogidos por el siguiente gobierno en aras

de aportar en procesos de reparación psicosocial con sostenibilidad, legitimados

por la población víctima y apropiados por la institucionalidad pública.

6. REFLEXIONES Y RECOMENDACIONES FINALES

En el desarrollo de este proyecto se logró construir con las mujeres participantes

un significado diferente frente a los procesos de acompañamiento psicosocial. Al

momento de entrar a conversar con las mujeres se encontró que no había una

idea construida frente al tema psicosocial, ya que en la mayoría de los casos la

relación de la población víctima con las Instituciones se ha movido desde una

dinámica un poco más asistencialista, por lo cual esta propuesta resultó novedosa

para las mujeres del Departamento del Cesar.

Este espacio de acompañamiento psicosocial fue recibido de manera muy positiva

por la mayoría de las mujeres que participaron de los procesos, ya que en

palabras de ellas permite ―por primera vez tener un lugar para ser escuchadas y

atendidas después de los hechos violentos, un desahogo, una oportunidad para

expresarse y reconstruir sus proyectos de vida ―.

De igual forma, las mujeres expresan también la necesidad de la continuidad en

los procesos de acompañamiento, lo cual como Corporación nos parece relevante,

ya que permite construir una relación de confianza con el Estado y la

Institucionalidad, que en muchos de los casos se ha visto afectada después de los

hechos violentos.

179

A partir de la anterior reflexión, resulta útil considerar que el abordaje de un

proceso de acompañamiento psicosocial con víctimas, implica tener en cuenta la

dificultad para tramitar escenarios emocionales de duelo, sufrimiento,

incertidumbre y demás expresiones de dolor en las mujeres, dado el riesgo de

reabrir heridas (Sáenz, 2010), y de generar revictimización. Lo anterior, teniendo

en cuenta que cuando las mujeres reviven la situación de violencia en su narración

y no cuentan con un proceso terapéutico desde donde sea posible tramitar,

elaborar y resignificar los aspectos victimizantes de la historia que las mantiene

atadas a un pasado inamovible, la reconstrucción de una ruta de vida presenta

mayores dificultades.

Otro elemento a destacar en el proceso de atención, es la identificación por parte

de las mujeres de nuevas posibilidades en la construcción de redes de apoyo e

incluso en la conformación de iniciativas organizativas, como una forma de

visibilizar la presencia de las mujeres, en ocasiones ignorada en las dinámicas

organizativas de la población víctima.

Uno de los impactos más significativos en el desarrollo del proyecto es el aporte

realizado a los espacios de discusión y construcción conceptual del enfoque

psicosocial con la participación de los diferentes actores claves (población víctima,

instituciones, organizaciones no gubernamentales), lo cual resulta altamente

valorado en tanto tales espacios se constituyen en insumos importantes hacia el

proceso de construcción de una política pública para el acompañamiento

psicosocial de las víctimas en el departamento. Al respecto se destaca

fundamentalmente el ejercicio de construcción de una propuesta de ruta de

atención en el departamento en el marco de la segunda jornada de formación.

De otro lado, es importante resaltar que este el proceso además de brindar

herramientas para la atención psicosocial a funcionarios que atienden víctimas,

facilitó la reflexión y evaluación de manera individual del grado de compromiso con

el propio quehacer profesional y los límites necesarios en relación con los

espacios personales, como parte del cuidado emocional indispensable para

realizar una adecuada atención.

A partir de la experiencia de formación como uno de los resultados del proyecto

Proceso de acompañamiento psicosocial y fortalecimiento de capacidades locales

para la atención integral en salud a mujeres víctimas del conflicto y sus familias

en el departamento del Cesar se realizan las siguientes recomendaciones.

180

Articulación de las instituciones que atienden víctimas para el monitoreo

y retroalimentación constante de las herramientas psicosociales

adquiridas.

Implementación del cuidado emocional en las instituciones y

organizaciones que acompañan a las víctimas de conflicto sociopolítico

del departamento del Cesar, teniendo en cuenta que esta es una de las

necesidades expresada por algunos funcionarios y lideres.

Articulación en la construcción, implementación y monitoreo de la ruta

de atención psicosocial desde las diferentes instituciones que prestan

sus servicios a la población víctima de la violencia sociopolítica.

Fortalecer los escenarios de formación en las herramientas de

acompañamiento psicosocial.

Ampliar la cobertura de asistentes a éste tipo de eventos a otras

instituciones como es el caso de las instituciones educativas del sector

público en los sectores en los que se concentran el mayor número de

población víctima. Y también a otros municipios a los que aun no llega el

proyecto.