fenomenología de la percepción en disciplinas proyectuales

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Lic. en Comunicación Social UBA Guadalupe Pérez Gaviña 1 Fenomenología de la percepción en las disciplinas proyectuales Siguiendo a Carlos Savransky en “Para una teoría de la práctica” partimos de la premisa: “El Diseño como disciplina proyectual debe crear una forma que exprese un programa que lo antecede”. Ahora, qué debe incluirse en el programa y cómo se lleva a cabo la producción de la obra, son dos cuestiones fundamentales. Para abordar esta problemática se utilizará el concepto de imaginación de Castoriadis, el habitus de Bourdieu y el cuerpo propio en Merleau-Ponty. Para, finalmente, comprender cómo se entiende la relación entre lo pensado en el programa, el acto concreto de creación y las condiciones sociales e históricas.

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Page 1: Fenomenología de la percepción en disciplinas proyectuales

Lic. en Comunicación Social UBA – Guadalupe Pérez Gaviña

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Fenomenología de la percepción en las disciplinas proyectuales

Siguiendo a Carlos Savransky en “Para una teoría de la práctica” partimos de la premisa: “El Diseño

como disciplina proyectual debe crear una forma que exprese un programa que lo antecede”.

Ahora, qué debe incluirse en el programa y cómo se lleva a cabo la producción de la obra, son dos

cuestiones fundamentales. Para abordar esta problemática se utilizará el concepto de imaginación

de Castoriadis, el habitus de Bourdieu y el cuerpo propio en Merleau-Ponty. Para, finalmente,

comprender cómo se entiende la relación entre lo pensado en el programa, el acto concreto de

creación y las condiciones sociales e históricas.

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Lic. en Comunicación Social UBA – Guadalupe Pérez Gaviña

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El diseño como creación en Castoriadis

La imaginación radical es la capacidad de crear por parte de un sujeto singular, esta imaginación

radical es una vis formandi a- causale1, entendida como una potencia formadora. Castoriadis aclara,

“A-causale” no significa incondicionada o absoluta. Entonces, hay una potencia formadora que

permite crear algo al individuo o al ser humano singular por medio de la imaginación radical, en

términos de Castoriadis; y a su vez, también se da esta potencia formadora en lo imaginario social

instituyente, en el colectivo anónimo y de modo más general en el campo histórico-social.2

Ahora bien, el autor realiza una distinción entre lo que es la imaginación radical y la imaginación

segunda: “uso el término radical en primer lugar para oponer a lo que denomino a la imaginación

“segunda”, la única de la que habitualmente se habla, imaginación meramente reproductiva y/o

combinatoria o “ficticio”. Para decirlo con todas las letras: es porque hay imaginación radical e

imaginario instituyente que para nosotros hay “realidad” – a secas- y tal realidad.” 3 Como vemos,

para Castoriadis la imaginación es condición de lo real, lo real no puede ser separado de lo

imaginario.

El diseño como disciplina proyectual debe crear una forma, esa forma es utilizada y valorada

socialmente, la posibilidad de indagar las condiciones imaginarias de los receptores nos permite,

sin la certeza total, tener un grado mayor de aceptación en la recepción de la obra. Para Castoriadis

“ Los individuos socializados son fragmentos, que caminan y hablan, de una sociedad dada. Y son

fragmentos totales, vale decir que encarnan, en parte de manera efectiva y en parte potencial, el

núcleo esencial de las instituciones y las significaciones de la sociedad a que pertenecen. No hay

oposición entre individuo y sociedad: el individuo es una creación social.” 4 En este sentido, Carlos

Savransky plantea en relación a las disciplinas proyectuales: “Tienen en común con las actividades

artísticas que ambas suponen un acto poiético un hacer material concreto – la creación de una obra

o, en el lenguaje propio del diseño de una forma - que no es otra cosa que la objetivación o

“puesta en forma” de significaciones u órdenes de sentido.”5

1 Castoriadis, Hecho y por hacer, pág. 268 2 Castoriadis, Hecho y por hacer, pág. 269 3 Castoriadis, Hecho y por hacer, pág. 268 4 Castoriadis, Hecho y por hacer, pág. 313 5 Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p14

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Esta puesta en forma de significaciones son las descriptas por Castoriadis anteriormente. Tomando

nuevamente a Savransky notamos que: “Toda producción de una forma espacial material

presupone siempre un mundo de significaciones instituidas, creadas. Lo público es espacio en tanto

mundo de sentido y como tal una construcción formal-material, una significación imaginaria.”6

El diseño como disponibilidad en Bourdieau

Bourdieau en “Cosas dichas” desarrolla una tríada de conceptos: campo-habitus- capital.7 Por

campo se entiende como el conjunto de relaciones objetivas entre los distintos agentes. ¿Por qué

estos agentes establecen relaciones entre sí? Porque están compitiendo por algo en común, que es

el capital, el capital simbólico específico de cada campo. La sociedad está dividida en campos, los

individuos, nos movemos de “campo en campo” Siempre estamos en un fragmento de los social y

ocupamos determinada posición en el campo, nos guste o no, depende de las estructuras objetivas

que establezcamos en el campo. Para Bourdieu lo subjetivo -está relacionado con el habitus- es una

interiorización de lo objetivo.

Para pensar el diseño nos detendremos en el concepto de habitus definido por Bourdieu de la

siguiente manera: “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas

predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios

generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente

adaptadas en su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las

operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente <reguladas> y <regulares> sin ser el

producto de la obediencia a reglas, y, a la vez que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser

producto de acción organizadora de un director de orquesta.”8 los habitus siempre están en

relación “los condicionamientos asociados a una clase particular de existencia” Entonces,

podríamos decir, que las condiciones de existencia se interiorizan y lo que generan son los habitus

que son un sistema de disposiciones y este sistema de disposiciones funciona estructurando las

prácticas. Bourdieau, dice que el habitus es la “interiorización de la exterioridad”.

6 Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.2 7 Bourdieu, P. Cosas Dichas. Barcelona, Gedisa, 1993 8 Bourdieu, P. El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991, p. 92

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Es decir, el habitus nos permite tener una abanico de posibilidades o imposibilidades de

acción/reacción ante determina situación interior, pero esas posibilidades o imposibilidades ya

están estructuradas porque dependen de la posición del campo.

Si el habitus está hecho cuerpo, es inconsciente, pero no en el sentido psicoanalítico, sino porque

no pasa por la conciencia. Bourdieau sostiene: “Si cada uno de los momentos de la secuencia de

acciones ordenadas y orientadas que constituyen las estrategias objetivas pueden parecer

determinado por anticipación del futuro y, en particular, por la de sus propias consecuencias (lo

que justifica el empleo del concepto de estrategia), es porque las prácticas engendradas por los

habitus y exigidas por las condiciones pasadas de la producción de su principio generador están, de

antemano adaptadas a las condiciones objetivas, siempre que las condiciones en las que el habitus

sean idénticas –o semejantes- a aquellas en las que se constituyó, provocando ese ajuste de las

condiciones objetivas perfecta e inmediatamente logrado, la ilusión de finalidad o, lo que viene a

ser lo mismo, de mecanismo autorregulado.”9 En este sentido, el habitus responde en la práctica,

siempre y cuando halle estructuras similares en las que estaban en su origen. Anteriormente se

hizo referencia a la respuesta “inconsciente” del habitus porque la respuesta es siempre inmediata.

Los individuos no piensan en cada momento lo que van a hacer como un cálculo estratégico de la

conciencia, en términos de Bourdieu. Si, y sólo sí, las estructuras no son idénticas o similares,

cuando el habitus no tiene una respuesta inmediata en el sentido práctico, el individuo pone el

“funcionamiento” la conciencia. Es decir, se pregunta por lo que está haciendo. En la medida en

que las estructuras objetivas y las estructuras incorporadas acuerden se producirán respuestas

prácticas que son para Bourdieu el sentido práctico. Siguiendo a Sanvransky podemos afirmar que

Bourdieu se rehúsa a pensar la práctica como resultado del pensamiento o la conciencia es porque,

buscando una justificación del origen social de los contenidos significativos de las prácticas de los

agentes individuales, rastrea y encuentra que los contenidos sociales obran en los agentes porque

un proceso de interiorización los inscribe en los cuerpos a la manera de disposiciones prácticas.

Esto le permite entender, afirma Savransky en relación a Bourdieu, a las prácticas individuales

como formas de reproducción de lo social y apartarse de la ilusión idealista que concibe a las

prácticas sociales como resultado de puros actos de deliberación de cada libertad individual.10

9 Bourdieu, P. El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991. Pág. 106-107

10 Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p21

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Entonces, las prácticas individuales como formas de reproducción de lo social, supone un mundo

común de sentido, el diseño como disciplina proyectual debe contemplar esas condiciones del

mundo común, esos habitus relativos a un campo específico, en el programa de diseño se deben

incluir esos sentidos compartidos, cómo se construyen y cómo se reproducen. Asimismo, la obra

del diseñador también es la respuesta de un habitus. Entonces, cómo nace lo nuevo, cómo se da

lugar al cambio, el diseñador deberá suspender sus propios juicios de valor, sus propias formas que

son formas creadas por un habitus para poder crear en función a los habitus de otro. Afirma

Savransky: “toda práctica resulta ser en definitiva la práctica de individuos concretos aunque la

génesis de la constitución de su sentido tenga siempre una raíz social”11

El diseño arrojado al mundo en Merleau-Ponty

Para pensar el diseño, primero vamos a abordar la distinción que realiza el autor entre el mundo

objetivo, de la ciencia y el mundo fenoménico o mundo de la vida. Hay un mundo pensado porque

antes fue percibido y quien percibe y quien piensa no son el mismo sujeto. Merleau- Ponty

abandona la dicotomía cartesiana de sujeto pensante y objeto pensado. Nosotros no percibimos

objetos, los objetos son sólo posibles a través del pensamiento, la idea de que percibimos objetos

es en realidad el prejuicio del mundo, en términos de Merleau-Ponty. Un objeto es una

determinación discursiva. Percibo algo que ya tiene sentido vago, difuso, no determinado, un

sentido que podríamos llamar fisonómico, porque lo que percibimos son fisonomías y luego el

pensamiento encuentra ahí cualidades, pero esas cualidades no estaban en lo percibido sino que

son puestas por el pensamiento. En el mundo de la vida percibo fisonomías y en el mundo objetivo

determino esas fisonomías. El sentido del mundo se da en la percepción y en la percepción mi

cuerpo se enfrenta al mundo y de esa relación surge el sentido. “Los pensamientos disponibles

sedimentan en la forma de fisonomías.” 12 El cuerpo propio es el cuerpo de las vivencias, es el

constituido de la relación con el mundo. El cuerpo propio se constituye en la relación con el otro, se

constituye en relación con los objetos –con los que se relaciona- y a la vez, es constituyente del

cuerpo propio y del esquema corporal. “El cuerpo es nuestro medio general de tener un mundo.” 13

11 Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p1 12 Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p41 13 Merleau-Ponty, “La espacialidad del cuerpo propio y motricidad” en Fenomenología de la percepción, p160 Ahora bien, la percepción y la motricidad son las dos caras de un mismo fenómeno, a medida que

me muevo, percibo. Los límites físicos del cuerpo propio no se fijan en sus límites físicos “Mi mano,

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por ejemplo no es una colección de puntos.”14 Merleau- Ponty define al esquema corporal como

sistema de equivalencias, éste es dinámico, está en relación a sus tareas actuales o posibles. En

este sentido, si el esquema corporal no es los límites de mi cuerpo propio sino que es mi cuerpo

orientado en el espacio, mi cuerpo propio en correspondencia a sus tareas supone una relación

entre mi cuerpo propio y el mundo. Para pensar la vinculación entre las disciplinas proyectuales y la

noción de cuerpo propio que acabamos de describir, tomaremos nuevamente a Savransky en

“Para una teoría de la práctica”, el autor afirma: “El diseño y la arquitectura producen obras, no se

puede crear una obra si no es a partir de una práctica y no hay práctica que no sea realizada por un

cuerpo” 15 En el programa de diseño lo que pasa es que no es el pensamiento el que hace la forma,

el que lleva a cabo lo pensó para hacer una forma sino que el que lo hace es el cuerpo. En el

programa tiene que ponerse como finalidad algo que no existe, lo pensado se traduce en

movimiento, en práctica y termina con el objeto real. “Lejos de dejarse determinar, el cuerpo posee

la capacidad de apropiarse del contenido de lo pensado, no como pensamientos sino como

intenciones significativas de un obrar corporal. La apropiación supone una transformación, una

mutación o, si se quiere, una metamorfosis.”16 Si el sentido sólo existe encarnado: “Tanto el

pensar, para existir, necesita tener su encarnadura material en la palabra como el hacer, que toma

una materia ya formada o figurada, precisa de la significación para hacer surgir de ella una nueva

forma.” 17 y en el programa de diseño -cuyo orden es el pensamiento- ese pensamiento no debe ser

concebido como una idealidad. El sentido del programa en cuanto programa pensado está

encarnado en algo, está encarnado en la palabra. El sentido no puede ser separado de las

condiciones de su realización. La forma, la expresión es la determinación de algo que antes de la

expresión no existía sino estando indeterminado. “La determinación de sentido y forma de una

obra pertenece al acto poiético y a la esfera del cuerpo propio como autonomía. Es él quien pone

de manifiesto el orden significativo de las intenciones que constituyen su mundo de sentido.” 18

14

Merleau-Ponty, “La espacialidad del cuerpo propio y motricidad” en Fenomenología de la percepción, p105 15

Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.1 16

Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.39 17

Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.11 18

Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.39

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Las disciplinas proyectuales intentan determinar algo en el orden del programa para lograr cierta

garantía de aceptación en la recepción. Sin embargo, ese sentido que el diseño intenta determinar

antes de la expresión sólo existe estando expresado. No se puede determinar el sentido de la

producción formal hasta tanto no se realice y quien realiza esa obra no es el pensamiento, es el

cuerpo, el sentido se constituye en la práctica. La expresión determina lo que antes era una

fisonomía indeterminada, una intencionalidad significativa. “Sin duda, somos nosotros quienes

decidimos nuestros actos y quienes los llevamos a cabo pero no es nuestra facultad deliberativa

interior, el pensar reflexivo quien nos determina” 19 En términos de Merleau-Ponty: “La motricidad

no es una sirvienta de la conciencia, que transporte al cuerpo al punto del espacio que

primeramente nos habíamos representado.”

19

Savransky. C, “Para una teoría de la práctica”, ficha de cátedra, FSOC, p.9

20 Merleau-Ponty, “La espacialidad del cuerpo propio y motricidad” en Fenomenología de la percepción.