aliata, fernando lógicas proyectuales 2006

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  • Lgicas proyectuales.

    Partido y sistema en la evolucin dela arquitectura contempornea en la Argentina

    Este artculo intenta compendiar y explicar algunas de las lgicasproyectuales que se utilizaron y desarrollaron en el mbitoargentino durante las dcadas de 1960 y 1970. Cabe aclarar que elsignificado dado aqu a la frase lgicas proyectuales es el deestrategias y procedimientos usados por los arquitectos para ela-borar proyectos. Al mismo tiempo, es importante sealar que,desde el punto de vista del historiador, las estrategias analizadasno son verdades cientficas incontrastables producto de la evo-lucin terica y pueden identificarse como construcciones intelec-tuales dentro de un proceso histrico determinado. En ese sen-tido, la idea es poder sealar las diferencias que existen entre lasformas tradicionales de concebir el proyecto, que partan deuna reinterpretacin de los modelos acadmicos, y las estrategiasque nacieron a mediados de la dcada de 1950 como consecuenciade la paulatina puesta en crisis de la tradicin del llamadoMovimiento Moderno.

    Con la creacin de la Facultad de Arquitectura de la UBA, y msan luego de la cada del peronismo, los ltimos resabios dela enseanza Beaux Arts fueron desapareciendo.' Los criterios decomposicin a partir del conocimiento de los rdenes y suscombinaciones, las ideas de marche, pocb, caractre, etc. se esfu-maron de los talleres y los viejos profesores fueron remplazadospor docentes que inculcaban el nuevo lenguaje moderno en elalumnado; un lenguaje cuya base estaba en el anlisis funcionaldel programa y en la posibilidad de que el resultado formal fueseproducto de una buena interpretacin de los contenidos delmismo. De all en ms la arquitectura dej de ser composicinpara transformarse en organizacin. La nueva modalidad estabadominada por un elemento que haba cobrado importanciaa mediados del siglo XIX en la medida en que los programas setornaban ms complejos: la circulacin. Corredores, pasillos,escaleras emergan como articulado res de las diferentes reas fun-cionales. Sin embargo, la forma de materializar esa organizacincontinuaba siendo la vieja idea clsica de parti o su traduccinal espaol: partido. Esta nocin, que provena de la tradicin

    Fernando Aliala

    acadmica francesa, se haba desarrollado durante el siglo XVIIIy era una prctica corriente cuando Durand escribi su tratado dearquitectura a comienzos del siglo XIX. De uso habitual en laEscuela de Arquitectura de la UBA, la idea se incorpor al vocab-ulario y las modalidades proyectuales de los arquitectos eclc-ticos del siglo XX y se transmiti a las primeras camadas demodernos, estableciendo una cierta continuidad operativa conla tradicin.'

    Si esta nocin no haba desaparecido de la teora de la arquitec-tura, para fines de la dcada de 1950 su valor se potenci a partirde la elaboracin local de las crticas al Movimiento Modernoortodoxo. Crticas que exigan un mayor compromiso de laarquitectura con la particularidad de cada programa edilicio, conla gnesis de una nueva monumentalidad capaz de otorgar ciertossignificados que el purismo tcnico de la primera y segundageneracin de arquitectos contemporneos pareca haber olvidado.Esta ausencia de signos representativos era, para muchos, lacausa de que un nuevo clasicismo como reflujo de la tradicinacadmica, hubiese surgido en la dcada de 1930 para compensarla insolvencia de la nueva disciplina.

    Por otra parte, en el campo local, de la misma manera que en elinternacional, se vislumbraba la emergencia de una arquitecturaacorde con la necesidad de una expresin ms individualizada,una expresin formal libre, distinta a la visin reductivista de lasnuevas tecnologas que pareca haber llevado a la disciplinahacia un camino sin salida caracterizado por una repeticin casimecnica de modelos consagrados.

    En ese sentido, el partido, como una idea o predeterminacina priori en el proceso proyectual que permita organizar unprograma complejo, posibilitaba la sntesis formal y con ello laexpresividad de la que careca la ortodoxia moderna, se pre-sentaba como una estrategia adecuada. Un episodio emblemticodel triunfo de esta combinacin entre la antigua lgica del par-tido y la nueva monumentalidad moderna es el resultado delconcurso de la Biblioteca Nacional realizado en 1961. Un eventoque puede calificarse como un quiebre, un punto de inflexinen el cual la tcnica del partido alcanza un nivel superlativo,casi excluyente de cualquier otro modo de elaboracin. En los tra-bajos ms destacados entre los presentados a este concurso, la

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  • idea-fuerza original que genera e! partido domina enteramentela organizacin espacial del programa. Tanto el proyecto deClorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga como elde Javier Snchez Gmez y Justo Solsona, trabajan sobre e!tema de una idea totalizadora que pueda articular las mltiplesvariables de un programa complejo y se distinguen del resto delos diseos premiados por el uso de una imagen tecnolgicafuertemente contrastante con el sentido comn del tema: e!depsito de libros, principal elemento articulador del edificio,desaparece visualrnente en ambos planteos. En ambos casospuede decirse que la tradicional idea de partido se potencia por lainclusin del gesto propio del arte moderno de la posguerraque permite, mediante un impulso, cambiar las reglas de juego ygenerar objetos tan novedosos como desconcertantes a los ojosde la tradicin.'

    Pero no es slo esta bsqueda de sntesis frente alIento des-moronamiento de los ideales modernos lo que provoca este cam-bio. Liernur ha sealado la estrecha relacin que existe entre lautilizacin de la estrategia del partido y cierto carcter irreflexivode una disciplina que, estimulada por la profusin de eventos,impulsaba la bsqueda ansiosa del golpe de efecto y desalentabael trabajo acumulativo y sistemtico.'

    El xito de los proyectos premiados en este concurso es, pro-bablemente, una de las causas de la rpida aceptacin de estamodalidad que combina la creatividad estructural y morfolgica,alienta e! principio del fin de la constante polmica entre corbu-sieranos y orgnicos que se desarrollaba en los centros de estudioy estimula la posibilidad de encontrar rpidamente una particu-laridad que identifique a la arquitectura moderna en la Argentinafrente a los otros ejemplos de modernidad latinoamericana comoBrasil y Mxico. Tambin este concurso puede pensarse comoun punto de inflexin que va a permitir el triunfo de una estrate-gia que exalta la representacin retrica del desarrollo tecnol-gico frente a otras poticas como el Casablanquismo, o las deriva-ciones locales del Organicismo que intentaban avanzar sobre elconcepto de espacio como elemento central en la generacindel proyecto.

    Ejemplos caractersticos de la aplicacin de la idea departido como factor absoluto en la concrecin de la obra arqui-tectnica, adems de los premios del concurso de la biblioteca, sonalgunos de los edificios y proyectos desarrollados en esos aospor el grupo liderado por Justo Solsona como: el Centro Cvicode Tres de Febrero con su estructura lineal de calle; la casaOks concebida a partir de techos ajardinados que generan unpatio central, o la pro. esta para el auditorio de Buenos Aires,

    iasrrcmento m 'cal emer-

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    A. Cazzaniga,F. Bullrich y C. Testa.Biblioteca Nacional,maqueta, 1961.

    J. Solsona yJ. Snchez Gmez,Biblioteca Nacional,maqueta, 1961.

    F. Manteola,I. Petchersky, J. SnchezGmez, J. Santos,J. Solsona y R. Violy.Centro CvicoTres de Febrero.

    F. Manteola,I. Petchersky, J. SnchezGmez, J. Santos,J. Solsona y R. Violy,Casa Oks.

    Sin embargo, esta estrategia proyectual no tendr una evolucinlineal sino que se ver rpidamente confrontada con otro modelo,cuyo origen es muy distinto a la nocin de unidad de las partesa partir de una idea rectora que articule la distribucin funcionaly formal.

    La nueva manera de organizar el proyecto proviene de unavisin ms radical de! modo en que la arquitectura moderna deberesponder a las necesidades y los cambios que emergen en elcontexto internacional despus de 1945. Repeticin, flexibilidad,crecimiento, indeterminacin, mutacin, son los axiomas queaparecen como respuestas a estmulos que vienen tanto de laevolucin de la teora arquitectnica como de las transformacio-es ue se estn desarrollando en el campo cultural, cientfico

  • y tecnolgico. En efecto, la idea de construir una arquitectura quese organice a partir de la descomposicin del programa en diver-sos componentes espaciales relacionados a travs de un sistemaparece ser producto del rico ambiente cultural de la Inglaterrade la segunda posguerra. Segn informa Banham, es RichardLlewelyn Davies quien comienza a trabajar sobre este punto enrelacin a la arquitectura escolar ya las necesidades emergen-tes del proceso de reconstruccin pos blico. Llewelyn Davies em-pieza a pensar en la necesidad de una disciplina construida desdeun enfoque cientfico y sistemtico del diseo cuyas propiedadesseran la serialidad, la indeterminacin formal, la ausencia delmites, para encarar los desafos de un presente problemtico.'Un punto de referencia importante en su construccin terica,segn nos cuenta Banham, es la produccin que Mies desarrollaen los EE.UU., en la cual cree encontrar los principios de infinitudy repeticin que deban conformar una nueva arquitectura. Estaactitud no es aislada, la hallamos tambin en esos aos en otrosjvenes britnicos como los Smithson, quienes plantean la necesi-dad de generar una verdadera modernidad arquitectnica qued por tierra definitivamente con los resabios de una tradicin quepesa todava como un lastre sobre la produccin de los maestrosdel Movimiento Moderno, preocupados por principios deunidad, coherencia y equilibrio propios de la tradicin clsica.

    La aparicin de estas ideas en arquitectura est directamenterelacionada con la Teora General de Sistemas (TGS) que provenaoriginalmente del mundo de la biologa y que se propona darcuenta de las caractersticas de un organismo concebido como untodo estructurado y no como un mero agregado de partes. Estanueva nocin cientfica intentaba comprender a los organismoscomo sistemas con propiedades especficas no reductibles a laspartes de sus componentes. Desde la teora sistmica la realidadera vista como un conjunto de objetos y relaciones entre estosobjetos y sus propiedades. Durante los aos 1950, avanzando sobresu horizonte inicial, esta nueva ptica se generaliz: todo podaser un sistema, tanto objetos reales como abstractos. Uno de losobjetivos de la TGS era ofrecer instrumentos para problemasespecficos de cada una de las ciencias y a partir de all tuvoinmensas aplicaciones, sobre todo en la teora de la informacinciberntica que dio origen a la Informtica. En arquitectura, lateora de sistemas prometa clarificar el proceso de diseo,descomponer las partes del programa, poder visualizar cientfica-mente sus propiedades para luego poder reensamblarlas concerteza, dejando abiertas nuevas posibilidades dentro de un uni-verso dinmico en constante transformacin.

    Uno de los efectos ms importantes que surga de la arquitec-tura de sistemas era su acercamiento a las modalidades proyec-tuales del diseo industrial. La idea de rnegaproyecto, nacida

    en esos aos, volvi a poner en discusin la nocin de diseode la totalidad, desde el objeto a la ciudad, pero ahora a partir deuna teora con una base cientfica concreta. Desde ese nuevopunto de vista la arquitectura sistmica deba coordinar el sistemaconstructivo con el sistema espacial y tecnolgico, de all sudificultad para acercarse a los parmetros de finitud comunes enla arquitectura tradicional.'

    Al mismo tiempo, la exposicin Arquitectura sin arquitectosde Bernard Rudofsky, pareca confirmar que la idea de sistematiene una similitud bastante sorprendente con el hbitat naturalgenerado por los pueblos primitivos. El libro de Rudofskypresentaba imgenes de cobijos humanos, los que si bien eranajenos a la civilizacin moderna, misteriosamente posean almismo tiempo algunos de sus rasgos estticos y tecnolgicos.'La idea de sistema emerge en forma subyacente tambin en muchosde los plantees del Team x, sobre todo en los proyectos de VanEyck, y va a evolucionar a posteriori en las propuestas de losMetabolistas, Archigram y en la nueva modalidad de las mega-estructuras que surge con fuerza a mediados de la dcada de 1960.

    Precisamente es en el terreno de los proyectos de alta com-plejidad donde la arquitectura sistmica comienza a destacarse.Para encarar programas con mltiples variables la idea de sistemaparece ofrecer soluciones claras a edificios cada vez ms compli-cados por la presencia de nuevas tecnologas y cambiantessituaciones programticas. En ese sentido, pueden encontrarseimpulsos sistmicos en los programas escolares, hospitalarios,habitacionales, etc. Una usina particularmente intensa de produc-cin relacionada con esta corriente puede hallarse en el programade construccin de nuevas universidades europeas que se desa-rrolla entre las dcadas de 1960 y 1970.

    Es precisamente a partir de la arquitectura educacional y hospi-talaria que esta teora parece haber llegado a los arquitectosargentinos, muy atentos en esos aos a los impulsos de la arqui-tectura britnica.' Desde los profesionales que se dedicaban a esostemas en el Estado parti aparentemente la interpretacin localde esta modalidad arquitectnica. Fermn Estrella y MiguelCangiano se cuentan entre los que rpidamente relacionaron lasnuevas posibilidades que brindaba esta tcnica proyectual conla responsabilidad tcnico-poltica de superar el dficit habita-cional y de equipamiento. Desde un compromiso progresistaintentaron introducir la prctica del proyecto sistmico en laburocracia estatal con un sentido realista de las necesidades, sobretodo en el terreno del equipamiento educativo. No es casual,entonces, que el primer proyecto exitoso que plantea los principiossistmicos provenga de los desarrollos de la arquitectura educa-tiva: la escuela John F. Kennedy diseada por Jorge Goldemberg,Rodolfo Hasse y Eduardo Polledo en 1963.'

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  • Grupo IRA. Hoja demanual de armadode estructura desistema ER66.

    J. Goldemberg,R. Hasse y E. Polledo.Escuela John F.Kennedy, 1966.

    J. A. Ballester Pea,M. Baudizzone,J. Erbin, J. Lestard,E. Traine y A. Varas.Facultad de CienciasExactas de la UNLP.

    M. Baudizzone,A. Daz, J. Erbin,J. Lestard, E. Trainey A. Varas.Hospital de Brandsen.

    F. Aftalin, B. Bischof,M. T. Egozcue yG. Vidal. HospitalNacional de Pediatra,maqueta.

    F. Manteola, J. SnchezGmez, J. Santos,J. Solsona y R. Violy.Hospital Nacionalde Pediatra, maqueta.

    Pero no es este el nico modo de utilizacin de esta modalidadproyectual en la Argentina. Al mismo tiempo que en la admi-nistracin pblica, la idea de sistema ingresa como estrategia en laprctica de concursos de la mano de algunos grupos de la jovengeneracin de arquitectos que emergen en la dcada de 1960. En esesentido, e! trabajo de! equipo Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas-con la colaboracin de Eithel Traine, cuyo antecedente en elproyecto y construccin del Hospital de Horco Molle en Tucu-mn es central en la comprensin y desarrollo del tema- introduceuna serie de reflexiones tericas, al mismo tiempo que realizanuno de los ejemplos ms significativos de la dcada: la nuevaFacultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

    '"Partido y sistema se constituyen en las estrategias proyectualesms visibles en el campo local a mediados de los aos 1960. Y estoes bastante curioso ya que son formas de operar bien diferentesentre s. El concepto de partido est unido a la idea de jerarqua,orden, equilibrio, unicidad y lmite, aunque su utilizacin enclave moderna haya desplazado la idea de simetra por la mslibre de composicin pintoresca. La idea de sistema, en cambio,aparece ligada a las nociones de libertad formal e indetermina-cin, cualidades ajenas a la necesidad de prefiguracin que planteala estrategia de partido. Sin embargo, la coexistencia de ambosmodos de encarar el proceso de diseo no lleva a la construccinde campos antagnicos, de debates enconados; todo lo contrario.Podemos ver que ambas estrategias no entran en colisin, masbien se complementan en un modo de organizar el proyecto bas-tante particular que intentaremos analizar ms en detalle.

    De qu manera se produce esta simbiosis entre ambos modosde proyectar? La arquitectura de sistemas ofrece la posibilidad deanalizar el programa, desglosar todos sus segmentos, y recom-ponerlos en familias morfolgicas o funcionales para luego cons-truir un organismo donde cada una de las partes se relaciona deuna manera lgica. La idea de partido brinda, en cambio, la posibi-lidad de otorgar un aspecto definido al organismo sistmico quenaturalmente tiende hacia una infinitud amorfa. As es como par-tes previamente seleccionadas dentro del programa, separadas porfracciones homogneas y luego reagrupadas a partir de un con-junto orgnico, encuentran en la idea de partido, o sea en un man-dato a priori, una receta bsica de organizacin que intenta res-ponder a las diversas preguntas que incluye la generacin deun edificio (orientacin, particularidades del sitio, tecnologa dis-ponible, etc.). En definitiva, el partido -gobernado por la ideafuerza o idea rectora- otorga la posibilidad de un modo de orga-

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  • nizacin para el sistema que materializado en un programa conlmites precisos, se transforma en fragmento de un orden totalque no ha podido ser desarrollado en todas sus potencialidades.

    Esta estrategia permite entonces responder con una ilusinde totalidad en edificios de pequea o mediana magnitud que noson las ciudades enchufables de Yona Friedman o las propuestasutpicas de Archigram. De esa manera, se puede combinar estalgica de partes que Stirling reclamaba como el encanto secretoque defina la tradicin funcional inglesa: La expresin de losvolmenes de los diversos locales, en relacin directa con cadauno de los elementos que determinan la composicin plstica delos edificios, con una idea de respuesta total que otorgaba elpartido.'? Y en ese sentido la cita de Stirling no es casual, surge dela atenta lectura de sus edificios que muchos arquitectos argenti-nos ingresan en esta nueva lgica proyectual. Y es precisamenteel estudio de la volumetra de cada parte del edificio que aparecenlos proyectos de Stirling lo que ayuda a conformar la gramticade la arquitectura de sistemas local. Tambin la potica de LouisKahn, que en su lectura ms elemental puede ser asimilada a ladivisin entre espacios servidos y sirvientes, es instrumentada porlos arquitectos argentinos como modelo de organizacin de lavolumetra sistmica.

    Pero esta simbiosis presenta diversos matices. Algunos ejem-plos significativos pueden citarse en temas donde la arquitecturade sistemas parece no mezclarse con la estrategia de partido.Los hospitales de tantos concursos promovidos a inicios de ladcada de 1970, que aparecen en su lgica radical como fragmen-tos de una ciudad otra que intenta superponerse y fagocitar losviejos organismos cuadriculares de la trama tradicional, llevan alextremo la propuesta sistmica. En este nuevo rengln la tensinentre forma experimental y referencia formal a cierta arquitecturareconocible va desapareciendo. La serie de hospitales horizontales-aunque slo encuentran realizacin en los de Brandsen, Orn,La Matanza y el Nacional de Pediatra- hacen desvanecer, con sugrado de radicalidad, toda referencia a la tradicin de partidoy a las tecnologas habituales, llegando a la experimentacin msextrema en los concursos para los de Catamarca, La Rioja, Misio-nes y Formosa. En ese sentido, el programa de este ltimo con-curso es explcito: la propuesta final debera ser un "nico" siste-ma que puede admitir sin desvirtuarse, las variantes a los reque-rimientos surgidos." Los resultados de este enunciado no puedenser sino una serie de ejercicios morfolgicos, autnomos de toda

    . relacin con la tradicin histrica, bien lejanos de la mayor partede las experiencias modernistas sobre el terna."

    Otros edificios, en cambio, muestran un interesante sincretis-mo. En ese sentido, el ejemplo de la Facultad de Ciencias Exactasde la UNLP es significativo. En este caso particular las variables

    tcnicas y sociales del programa son analizadas y desmenuzadashasta organizar una serie de elementos tipo: nave-torre-cinta,los cuales son adosados a una estructura circulatoria conformadapor ncleos de servicios, halls y corredores, lo que permitearmar un sistema de partes articulado. Sin embargo, el conjuntose organiza a partir de un partido lineal que ocupa el centrodel terreno y genera una larga tira de edificios. En este conjunto,curiosamente, la metodologa de sistemas que se proclama neutrano puede finalmente escapar a la atadura de una forma preconce-bida, llega detrs de ella para justificar una decisin formal a priorique est directamente relacionada con la estrategia de partido.Esta tensin entre una morfologa previa y el resultado de unacombinatoria que pretende constituirse como un mecanismoneutral, caracteriza buena parte de los proyectos que en esos aosrealiz el grupo de Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas y Traine.

    Un ejemplo paradigmtico de esta rara sntesis entre partido ysistema es la sede de Argentina Televisara Color en Buenos Aires.Proyectado por Manteola, Snchez Gmez, Santos, Solsona yVioly, el edificio se divide en dos sectores claramente dife-renciados que podramos denominar como sistmico y gestual.La zona de produccin televisiva, construida como una tramade 7,20 X 7,20 m se organiza a partir de una estructura circulatoriaque divide el conjunto en grandes rectngulos, desde los cualesemergen los estudios. La planta resultante, casi como la Universi-dad Libre de Berln de Candillis, Josic y Woods, parece poderresponder a todas las necesidades: oficinas, servicios, salas deensayo, archivos, etc. Sin embargo, colisiona con la fuerza delparque y su naturaleza informal que emerge generando un lmiteirracional, particularmente en los rboles que aparecen casi porsorpresa en la confitera o en la orilla del lago artificial que recor-ta caprichosamente la trama. Se genera as un ejercicio de tensinmorfolgica que podemos interpretar como un intento de atar elsistema a las caractersticas propias del sitio. La idea rectora querige el conjunto, enterrar los estudios dentro del parque, es lo quedetiene abruptamente la aspiracin infinita de la trama, comobien puede apreciarse en los cortes del edificio.

    Sin embargo, estos casos de extrema complejidad conceptual yriqueza de efectos parecen ser una excepcin. La evolucin deeste nuevo sincretismo avanza en el camino de una mayor abstrac-cin que puede leerse en muchos de los concursos de la primeramitad de la dcada de 1970, sobre todo en aquellos en los cuales elprograma se adapta muy bien a la nueva forma proyectual comolas terminales de mnibus (Venado Tuerto, Monte Hermoso,Santa Rosa), laboratorios (Necochea, Centro Nacional Patagnicoy las estaciones experimentales del INTA) o tambin en el centroDeportivo Vuelta de Obligado o la Goethe Schule. Como ejemplode la evolucin y transformacin de este modo proyectual pode-

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  • J. A. Ballester Pea,M. Baudizzone, J. Erbin,J. Lestard, E. Traine yA. Varas. Facultadde Ciencias Exactas dela UNLP.

    F. Manteola, J. SnchezGmez, J. Santos,J. Solsona y R. Violy.Argentina TelevisoraColor.

    J. Moscato y R. Schere.Terminal de Omnibusde Venado Tuerto.

    J. Moscato y R. Schere.Centro Cultural deUsuahia.

    C. A. Viarenghi y otros.Nueva Federacin.

    Vicente Krause.Casa Parernostro.City Bel!.

    mos analizar en detalle los trabajos de Moscato y Schere, como elproyecto para Centro Cultural de Ushuaia, ganador del primerpremio del concurso respectivo. Es en este planteo la idea deun fragmento de calle, que no une sectores o puntos de intersfuncional, sino que articula una serie de volmenes divididossegn una lgica morfolgica elemental derivada de la modalidadsistmica: el gran bloque de la sala, la administracin, el pequeocine, las torres de servicios. No podemos decir que sea un sis-tema, pero retricamente parece serio. Y esta composicin porsumatoria de partes previamente acondicionadas y caracterizadassegn su funcin es lo que define un modelo de composicindescarnado, carente de toda complejidad, y al mismo tiempo deuna elemental simplicidad. Lo que puede leerse en esta obra casimodlica es que finalmente se ha terminado de definir un catlogode partes reconocible que es utilizado como ars combinatoriadentro de la tradicin del partido. Canales de circulacinvidriados o cubiertos de acrlico como tubos que separan las partesy sirven como articuladores, volmenes opacos de servicio deforma circular o semicircular, parasoles de hierro, galeras metli-cas, volmenes rectangulares o cuadrados con aristas achaflanadasque conforman cada uno de los paquetes funcionales, constituyende all en ms el universo lingstico disponible. El avance haciala simplificacin, contraria a la complejidad inicial es positiva-mente evaluada por los protagonistas. Segn Juan Manuel Llaurse trata de una arquitectura que intenta lograr; un afianzamientode la sencillez de los planteos, una contencin en el tratamiento.Un vocabulario ms atado a la modulacin, al ritmo, una revalo-rizacin de las figuras ordenadas, no caprichosas ....13

    De all en ms los proyectos de Llaur y Urgel como la VillaAgentina en Ituzaing; los de Antonini, Shn y Zemborain;Moscato y Schere; Frangella, Casiraghi, Cascina; o los de Pasinato,Soler y Viarenghi, como la nueva ciudad de Federacin; mues-tran el desarrollo de este nuevo hbrido de arquitectura de siste-mas + partido que se populariza a partir de su abstracta simplici-dad como modelo didctico en las Facultades de arquitectura.Dividir en partes funcionales el programa, adoptar una morfolo-ga acorde para cada una y unirlas a partir de la materializacin deun diagrama circulatorio que estructura el partido, se transformaen una receta incuestionable en los talleres de diseo. Una recetaque se hace fuerte justamente en un momento en el cual, despusde 1973, todo el ncleo de certezas profesionales de la arquitecturaparece entrar en crisis de la mano de la radicalizacin poltica.

    Puede decirse que justamente a partir de esa etapa, reducido aexpresin acrtica, este modelo proyectual sign el desarrollode la arquitectura en la Argentina durante muchos aos. En esesentido, la introduccin de la tendenza rossiana tampoco implic,salvo excepciones notables como la obra de Tony Daz, la trans-

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  • formacin de esta lgica proyectual que si bien abandon laretrica tecnolgica de las fachadas con macrogrfica, colores pri-marios y exceso de falsas placas prefabricadas dibujadas sobreparedes, continu con el modelo de reduccin y simplificacinpara organizar la planta. Aun en las ms frvolas realizaciones pos-modernas, como en muchas de las obras de Miguel Angel Roca,el modelo de la simplificacin, esta vez va Louis Khan, aparecesiempre como lgica de sus tentacin del edificio. Un ejemploclaro de ello es el Hospital de Urgencias de Crdoba donde unaplanta sistmica, que recoge las enseanzas de tantos concursoshospitalarios, se corta abruptamente para generar una fachadaa la moda posmoderna. Lo mismo puede decirse de muchos ejer-cicios contextuales de la dcada de 1980 en los cuales la adhesinemocional a las virtudes del sitio y la memoria no significan unabandono de la estrategia de simplificacin.

    Sin embargo, lo que parece marcar la emergencia de la arqui-tectura de comienzos del siglo XXI es un cambio paulatino enel modo de concebir el proyecto. No podemos decir que la trans-formacin sea inmediata, pero lo que s puede decirse es que lamutacin en las condiciones de la produccin profesional cuyasvicisitudes se describen en detalle en otros artculos de estenmero de Block, est detrs de esta metamorfosis del hacerarquitectnico.

    Si durante la dcada de 1960 el desarrollo de la arquitectura enla Argentina se haba caracterizado por una rara conjuncinentre la prctica y la experimentacin, bastante inusual en rela-cin con el mundo desarrollado en el cual la arquitectura experi-mental quedaba reservada al mbito acadmico, a los concursosresonantes o a poticas fuertemente personalizadas de los maestrosde la arquitectura moderna, durante la dcada de 1990 ese espaciopareci cancelarse definitivamente. La estructura profesional seacerc mucho ms al modelo internacional: grandes estudiosdedicados a resolver los espacios corporativos en un lenguaje s-lido, que evita toda experimentacin y se refugia en los logrostecnolgicos que un mercado globalizado puede ofrecer an enun pas perifrico como la Argentina. El lenguaje corporativo queevade los rasgos altisonantes tambin inunda otros campos pro-gramticos como la propiedad horizontal dirigida a los sectoresms altos, en un estilo prolijo, casi aburrido si lo comparamoscon la vibrante experiencia de las dcadas de 1960 y 1970.

    La profesionalizacin en trminos de un saber hacer da lugar,por otra parte, al resurgimiento de una modalidad que en losaos 1960 haba tenido cierto desarrollo por fuera deL mbito me-tropolitano y que planteaba estrategias proyectuales diversas.Dentro de esta modalidad la experiencia personal del proyectistase identificaba con bsquedas en las que la experimentacinespacial adquira un nivel superlativo. Nos referimos a casos co-

    mo el de Eduardo Sacriste en sus obras de la ltima etapa tucu-mana, el de Vicente Krause en La Plata o el de Jorge Scrimaglio enRosario. En la potica de estos arquitectos, cada obra se plantea-ba como un desafo experimental, un objeto en el cual el pro-yectista deba encontrar una resolucin original e irrepetible. Estetipo de ensayo personal parece volver a emerger como alternati-va, en la poca de la arquitectura corporativa, de la mano deRafael Iglesia o Pablo Beita. Al mismo tiempo, tambin ciertotipo de experimentacin se refugia en el mundo acadmico, en laconstruccin de ejercicios abstractos de exploracin personal,de construccin de una potica que busca otra vez razones porfuera de la arquitectura para validarse.

    En esta nueva realidad tan compleja y rica en matices, y almismo tiempo reveladora de una profunda crisis de la arquitec-tura en sus fundamentos tericos, el tipo de estrategias desarrolla-das durante las dcadas de 1960 y 1970 que hemos enunciadodejan de ser preeminentes, y aunque no puede decirse que desa-parezcan, entran en un nuevo ciclo de revisin de las lgicasproyectuales en la cual hoy la disciplina est inserta.

    Notas

    1. Sobre el modo acadmico de componer, ver el clsico trabajo de David VanZanten, Architectural Composition at the cole de Beaux Arts from C. Percier toC. Garnier en AAVV,The Architecture o] the cole des Beaux Arts, Nueva York,MOMA/MIT,1977.2. Una aclaracin al respecto la encontramos en los trabajos de Corona Martnez;Nada negara la revolucin formal de la arquitectura del siglo xx, su liberacin dela carga de estilos. Pero importa constatar la falta de una parecida revolucinmetodolgica en el proyecto. Alfonso Corona Martnez, Ensayo sobre el Proyecto,Buenos Aires, cP67, 1990.3. J. Liernur (director), F. Aliata, A. Ballent, M. Daguerre y J. Mele, El concursopara la Biblioteca Nacional, revista Materiales n 1, Buenos Aires, La Escuelita, 1982.4. Jorge Liernur, Arquitectura en la Argentina del siglo xx. La construccin de lamodernidad, Cap. V Desarrollo y utopa, Buenos Aires, Fondo Nacional de lasArtes, 2001.5. Reyner Banham, Una arquitectura de ensamble, en Archigram, CuadernosSumma Nueva Visin n? 4, Buenos Aires, 1967.6. Alessandro Mendini, Metaprogetto SI e no, Casabella n 333, Milano, Electa,febrero de 1969.7. Feliciry D. Scott, Revisando Arquitectura sin arquitectos, Block n" 6, BuenosAires, CEAC Universidad Torcuato Di Tella, marzo de 2004.8. La coleccin Cuadernos Summa Nueva Visin en su etapa inicial, entre los aos1967 y 1969, muestra una amplia preferencia por temas y problemas provenientes dela arquitectura inglesa al incluir ttulos como: El grupo Archigram-, El centrode una nueva ciudad: Cumbernauld; La casa mvil y las viviendas cpsula;Alison y Peter Srnithson; El nuevo Brutalismo, documentacin y evaluacin,9. Jorge Liernur, Arquitectura en la Argentina del siglo xx, op. cit.10. James Stirling, The functional tradition and express ion, Perspecta n? 6,Londres, 1960.11. Concurso nacional de croquis preliminares: Hospital Central de Formosa yDr. Madariaga de Misiones, Summa n" 48, Buenos Aires, abril de 1972.12. Ver Fernando Aliara, Eduardo Gentile, voz Hospitales en Jorge Liernur,Fernando Aliata (directores) Diccionario de Arquitectura en la Argentina, BuenosAires, Clarn, Diario de Arquitectura, 2004.13. Juan Manuel Llaur, Patrones de un diseo totalizador, Summa n" 106,Buenos Aires, Ediciones Summa, 1976.

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