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“La belleza de la fe nos hace encontrar descanso en Dios ” Porta fidei 7 La Fe nos llena de Paz Año de la Fe 2012 2013 10

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Fascículo coleccionable del Año de la Fe

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Page 1: FASCÍCULO-10

“La belleza de la fe nos hace encontrar descanso en Dios ” Porta fidei 7

La Fe nos llena de Paz

Año de la Fe 2012

2013

“Crecer más, para evangelizar mejor”

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Page 2: FASCÍCULO-10

Testigos de la fe

por la paz

L a paz terrenal es imagen y fruto de la paz de Cristo, el “Príncipe de la paz” mesiánica (Is 9, 5). Por la sangre de su cruz, “dio muerte al odio

en su carne” (Ef 2, 16; Col 1, 20-22), reconcilió con Dios a los hombres e hizo de su Iglesia el sacramento de la unidad del género humano y de su unión con Dios. “Él es nuestra paz” (Ef 2, 14). Declara “bienaventurados a los que construyen la paz” (Mt 5, 9). (Catecismo de la Iglesia Católica, 2305 )

Los Testigos de la fe y de la paz son aquellas personas que han abierto su corazón y se han dejado tocar por la expresión liberadora del Evangelio, este encuentro los ha llevado a compartir su vida de una manera concreta en la historia de un pueblo sufriente y generador de vida nueva. Son los que han sido capaces de plasmar sus vidas en un camino lleno de novedades del Espíritu. Son personas que tuvieron el atrevimiento de demostrar con su vida el Evangelio del Señor Jesús, en medio del conflicto, de la persecución, son las personas que vieron, y que sufrieron junto con su comunidad y familia, que proclamaron, que defendieron la fe, la paz, hasta dar la vida y hacer realidad el llamado que Dios les hizo.

El sentido teológico de ser testigo de la fe por la paz, es aquel que dio razón por la causa del Señor Jesús, y su causa se hace explícita en la vivencia encarnada de los valores del Evangelio, en la promoción humana, espiritual, moral y sociocultural de los diferentes rostros que posee la humanidad entera, hasta llegar a entregar la vida por una opción de amor, y es precisamente donde la cruz tiene sentido y razón de ser. La experiencia de

vida de los testigos de la fe por la paz es ahondar en el misterio de la Palabra hecha comunión con el querer y misión de Jesús, hasta llegar a la identificación con Él. Experiencia que hace vivir la radicalidad de las opciones hasta llegar a aceptar el sufrimiento y todos aquellos padecimientos que se vivencian por tomar en serio el seguimiento de Jesús.

Hablar de los Testigos de la fe y de la paz es detenernos en la vida de fe, a la luz de la Palabra, pues es desde la experiencia de Dios, donde nos comunica sus designios y sostiene nuestro caminar. Es desde ahí que ellos son vida ejemplar para nosotros, quienes creemos en Dios y creemos que es posible tener una experiencia de entrega radical como ellos. Los testigos de la fe por la paz, en este contexto de compromiso, han sido capaces de restaurar la dignidad de las personas que sumergidas en la pobreza y la violencia han tenido que romper el silencio para que su palabra tenga un eco de esperanza, de libertad, de verdad, y de paz, es donde precisamente el florecimiento del Reino se hace expresión de fe y misión para quienes nos decimos cristianos.

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Los Testigos de la fe han sido

capaces de restaurar la dignidad

de las personas sumergidas en

la pobreza y la violencia.

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¡Pon tu fe

en acción! Firmes en la fe

viviremos en paz

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La paz es obra nuestra: exige nuestra acción decidida y solidaria. Pero es inseparablemente y por encima de todo un don de Dios: exige nuestra oración. Los cristianos deben estar en

primera fila entre aquellos que oran diariamente por la paz; deben además educar a orar por la paz. Ellos procurarán orar con María, Reina de la paz. A todos; cristianos, creyentes y hombres de buena voluntad os digo: no tengáis miedo de apostar por la paz, de educar para la paz. La aspiración a la paz no quedará nunca decepcionada. El trabajo por la paz, inspirado por la caridad que no pasa, dará sus frutos. La paz será la última palabra de la Historia. (Mensaje de S. S. Juan Pablo II para la XII Jornada Mundial de la Paz, 1979)

Construir la paz es una tarea que toca a cada generación humana. Lo que se sembró ayer es lo que cosechamos hoy. Lo que hagamos hoy, si nos convertimos en auténticos educadores para la paz, servirá para que mañana guarden silencio los cañones y para que sea posible un mundo más justo, desde la verdad y el amor.

En la experiencia educativa se encuentran dos libertades, la del educador y la del educando, el cual está llamado a darse a sí mismo y a ser, sobre todo, testigo. Un auténtico educador no puede limitarse a ofrecer reglas o conocimientos, sino que tiene que ser el primero en vivir el camino que propone.

La educación en la fe proporciona no sólo formación y habilidades para subsistir, vivir y convivir, sino que es además el medio más

¡Vive la paz!

Mantener la paz es una obligación primaria para todos, especialmente los padres, pues es en el hogar donde se aprende a vivir y construir la paz; donde los padres tienen la enorme responsabilidad de enseñar a los hijos la manera de comportarse, de tratar a los demás y de resolver los problemas.

• Enseña a tus hijos a distinguir entre el bien y el mal, a formar en ellos una conciencia recta. Los padres son como una “conciencia externa” son como su Pepe Grillo, de allí la importancia de sus actos y juicios.• Exalta el valor de la vida humana, su dignidad y su derecho. Trata a todos con generosidad, pues tanto la vida de ellos como la tuya tienen el mismo valor.• Da a Dios con alegría.• Nunca te rías de los sueños de otros. Los que no tienen sueños no tienen nada.• Recuerda que el verdadero amor y las grandes hazañas requieren gran esfuerzo.• Cuando tengas problemas, no pierdas de vista la oportunidad de aprender de ellos.• Recuerda las tres “R”: - Respeto por ti mismo, - Respeto por los otros, y - Responsabilidad por lo que haces.• No permitas que una disputa destruya una gran amistad.

Pero lo más importante para que haya paz: reza.

poderoso que tenemos a nuestra disposición para revocar el llamado a la violencia y a las armas. La educación en la fe acontece cada día, todo el día. Cada uno de nosotros inconscientemente es un educador en la fe, a veces sin saberlo. Cada uno de nosotros es o debe ser un ejemplo a seguir; un activista de la “pedagogía del ejemplo”. La educación es la responsabilidad no sólo del maestro o de los padres sino de cada seguidor de Jesucristo: de cada cristiano.

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Testigos de Cristo Joven: vive tu fe

Calendario de Julio

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Publicación coleccionable elaborada por la Oficina de Pastoral

www.cancunchetumal.org www.annusfidei.va

Beata Hildegard BurjanNació nació en el seno de una familia judía no practicante. Era muy inteligente y fue una de las primeras mujeres en estudiar filosofía en Zúrich. En 1907 conoció a su esposo, Alexander Burjan, con quien estudió ciencias políticas y economía. En 1909 Hildegard cayó enferma por un serio problema en el riñón, que estuvo a punto de llevarla a la muerte. Luego de una serie de operaciones, los médicos la declararon desahuciada. Las monjas del hospital comenzaron a rezar por su salud y pronto su estado de salud mejoró. Hildegard atribuyó la cura a un milagro. Mientras estaba en el hospital, observó la labor social de las monjas, pidió ser bautizada e ingresó en la Iglesia Católica. En 1912 fundó la Asociación de las obreras cristianas a domicilio. Ayudó a las poblaciones que padecían hambre, creando una red de asistencia a las familias y luchó contra el trabajo de los menores. En 1919 decidió fundar la congregación femenina Cáritas Socialis. Finalmente, sus problemas renales la llevaron a la muerte en 1933. Su lema era: «Entregada completamente a Dios y completamente a la Humanidad».

¿Cuánto dura la culpa?Reflexionemos este mes sobre el perdón y la necesidad de olvidar todo aquello que nos impide vivir en paz: Abel y Caín se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy altos. Los hermanos se sentaron en la tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el día. En el cielo asomaba alguna estrella, que aún no había recibido su nombre. A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y pidió que le fuera perdonado su crimen. Abel contestó: “¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos juntos como antes”. “Ahora sé que en verdad me has perdonado”, dijo Caín, “porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar”. Abel dijo despacio: “Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa”.

Jorge Luis Borges

10° aniversario institucional de la fundación de Cáritas

Convivencia de Monaguillos, procesos vocacionales y SEMFAM IV

IV Asamblea Participativa dePastoral (IVAPP) (Cancún)

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Campamento Misionero

Jornada Mundial de la Juventud(Rio de Janeiro, Brasil)

Peregrinación a la Basílica de Guadalupe11-13

15-2023-2730