familias y terapeutas

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Familias y terapeutas Philippc Caillé Colección Desarrollos Sistémicos Dirigida por María Cristina Ravazzola Philippe Caillé Familias y terapeutas Lectura sistémica de una interacción Presentación de Jean-Claude Benoit Prefacio de Mara Selvini Palazzoli Buenos Aires Ediciones Nueva Vision Titulo del original francés: Fanillles et thérapeutes. Lecture systémique d une interaction. ®Les Editions ESF, Paris,1985 Traducción de Diana García I.S.B.N.950-602-201-1 ®1990 por Ediciones Nueva Visión S.A-I.C. Tucumán 3748, Buenos Aires, República Argentina Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 PRESENTACION Familias y terapeutas, lectura sistémica de una interacción Con Phillipe Caillé, resulta grato aprender a leer los sistemas. Resumiendo en estas páginas las reflexiones derivadas de su práctica y de su experiencia sólida de veterano formador, nos ayuda a la lectura y relecturas de las familias en crisis. Esos sistemas familiares que nos consultan, esconden muy bien sus fracasos y su involución en la confusión, las catástrofes y la falsa armonía de la rigidez. Es necesario entonces conducir ese desciframiento activo que se realiza en común y que facilitará los cambios del grupo. En cada una de las situaciones terapéuticas así creadas, se restituye una historia dicha y actuada. El trabajo clínico sistémico la sitúa en la espontaneidad del presente, la comprensión se mezcla con la acción y, recíprocamente, las acciones determinan un sentido nuevo. Para entrar en este libro, nosotros aceptamos también este doble movimiento de acción y reflexión. Se habla hoy de una "acción-investigación". La teoría de la comunicación, rama principal de la teoría sistémica aplicada a lo humano y a lo social, se aprende paso a paso: adquisición de las nociones y el vocabulario básicos, constatación sobre el terreno de su

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terapia familiar

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Familias y terapeutas

Familias y terapeutas

Philippc Caill

Coleccin Desarrollos Sistmicos Dirigida por Mara Cristina Ravazzola

Philippe Caill

Familias y terapeutas Lectura sistmica de una interaccin

Presentacin de Jean-Claude Benoit Prefacio de Mara Selvini Palazzoli

Buenos Aires Ediciones Nueva Vision

Titulo del original francs:

Fanillles et thrapeutes. Lecture systmique d une interaction. Les Editions ESF, Paris,1985

Traduccin de Diana Garca

I.S.B.N.950-602-201-1

1990 por Ediciones Nueva Visin S.A-I.C. Tucumn 3748, Buenos Aires, Repblica Argentina Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723

PRESENTACION

Familias y terapeutas, lectura sistmica de una interaccin

Con Phillipe Caill, resulta grato aprender a leer los sistemas. Resumiendo en estas pginas las reflexiones derivadas de su prctica y de su experiencia slida de veterano formador, nos ayuda a la lectura y relecturas de las familias en crisis. Esos sistemas familiares que nos consultan, esconden muy bien sus fracasos y su involucin en la confusin, las catstrofes y la falsa armona de la rigidez. Es necesario entonces conducir ese desciframiento activo que se realiza en comn y que facilitar los cambios del grupo. En cada una de las situaciones teraputicas as creadas, se restituye una historia dicha y actuada. El trabajo clnico sistmico la sita en la espontaneidad del presente, la comprensin se mezcla con la accin y, recprocamente, las acciones determinan un sentido nuevo. Para entrar en este libro, nosotros aceptamos tambin este doble movimiento de accin y reflexin. Se habla hoy de una "accin-investigacin". La teora de la comunicacin, rama principal de la teora sistmica aplicada a lo humano y a lo social, se aprende paso a paso: adquisicin de las nociones y el vocabulario bsicos, constatacin sobre el terreno de su valor descriptivo, participacin en acciones de cambio en los grupos familiares, ida y vuelta entre prctica y reflexin.

Un libro tan rico puede a la vez ser muy preciso. El ndice de los temas que tratan los captulos, originados en momentos y campos clnicos diversos, nos guiar. Prestemos atencin a los

t Watzlawick y col., 1972

La parte analgica de la comunicacin nos indica la manera en que debe ser interpretada la parte digital.l

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subttulos, porque aclaran la trayectoria de un equipo y sus diferentes prcticas.

La pragmtica de la comunicacin sostiene el trabajo delicado y apasionante de las intervenciones sistmicas. La alianza de los terapeutas y la familia disfuncional puede crear una conjuncin que reintegra al portador del sntoma, un sistema terapetico global.

Se puede hablar de pragmatismo? S, por qu no? Phillipe Cal se ubica en el pequeo grupo de los que sostienen que una nueva epistemologa es necesaria en un mundo en crisis aguda. Este libro confirma ese principio sistmico: las "cosas" suceden principalmente en las relaciones entre los individuos, fuera de la "cabeza" de cada uno. Se trata de la leccin de Bateson.

Esta proposicin eco-sistmica se presenta de manera nueva cada vez que aparece un buen libro sobre las "terapias familiares". La familia aparece ms que nunca como una unidad ecolgica (oikos: casa) donde se cristalizan las desviaciones, los problemas psicosomticos, las enfermedades mentales ms o menos severas y las violencias sociales.

Esta ctologa se libra en el trabajo clnico, en el campo, frente a los casos y las situaciones, en ese ritmo organizado de encuentros y por esa composicin elaborada del grupo en accin. Cada participante, aunque permanezca inmvil, desempea su rol. Para recordar una imagen conocida, sobre un tablero, cada pieza acta potencialmente, est quieta o en movimiento. El paradigma de los juegos nos sirve de mucho. Pensemos, por ejemplo, en una confrontacin entre el hbito ole perder (aqu(csfarlan el paciente, su familia, los otros participantes) y el hbito de ganar, que por lo general corresponde a los terapeutas y curadores. El trabajo sistmico se fija objetivos y trata de alcanzarlos. El resultado a veces se nos escapa, el sntoma puede desaparecer rpidamente, la familia puede partir muy pronto; cualquiera haya sido el compromiso recproco, aport un mensaje optimista e intercambios esclarecedores.

Se puede tomar el hbito de ganar en conjunto, aunque sea parcialmente. Se trata de las lecciones que nos han aportado Haley y Mara Sclvini. Philippc Caill rinde un homenaje muy especial a Mara Sclvini, de quien reconoce una particular influencia. Nosotros le agradecemos su presencia en este libro, como autora del Prefacio.

Reencontramos en las observaciones de Philippe Caill las

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cualidades clnicas y la diversidad de hechos apuntados por la Escuela de Miln. Esos breves momentos rclacionalcs, mltiples y muy evocadores. aportan los datos esenciales; dan cuenta de una capacidad de acceso a la familia ms all de sus conductas, hacia sus mitos. All reside el arte tcrapetico sistmico. Esta otra versin de los hechos nace de un trabajo etolgico comprometido y conduce al ritmo de una eficacia controlada por las retroacciones familiares en sesiones relativamente espaciadas.

La cuestin de la informacin til para el sistema terapetico depende, segn Philippe U, li, de una observacin en das niveles. Este aporte, detallado en el primer captulo, le pertenece personalmente. El supo utilizar claramente una visin jerarquizada sobre al menos dos niveles en los intercambios circulares familiares. Debemos despojarnos, segn l, de las enseanzas de Aristte= les, que nos siguen pesando todava. Desde la infancia, en nuestra cultura, este filsofo nos inculca la divisin del todo en sus elementos para tratar a cada uno separadamente. El abordaje sistmico busca constantemente, por el contrario, mantener una visin global. Segundo paso, prctico: en clnica definiremos las informaciones recibidas segn pertenezcan al nivel del modelo fenontenolgico de la familia -las conductas y comunicaciones visibles en ese medio natural- o al nivel del modelo mtico, organizador de esas interacciones. Phillipe Caill utiliza, en cada momento de su prctica y de su reflexin, esta luminosa diferencia vertical que ha identificado as, con el recurso de los dos niveles.

Los modelos concernientes, abstracciones hipotticas en constante verificacin sobre el terreno, tienen cada uno su lugar en las acciones terapeticas. Se trata de unir la aceptacin paradjica de las conductas familiares disfuncionales con la prescripcin contra-paradjica del tema mtico. Esta doble accin simultnea disuelve la hiperhomeostasis que la familia y los participantes viven en forma de paradojas, instrucciones paradjicas y dobles vnculos. La recepcin de informaciones concernientes al modelo mtico-ms latente-demanda intuicin e ingeniosidad, y se sita en el plano de las comunicaciones analgicas. Quizs, este tipo de trabajo crea el bienestar tan particular de estos tratamientos familiares, en plena vida del grupo.

Philippe U- li prefiere la expresin "fase de evaluacin" a la clsica de "fase de comienzo". La oportunidad de tratar a un grupo familiar, debe quedar como interrogante. En efecto, los participantes van a incluirse en un nuevo sistema, esta familialestos

terapeutas. Ahora bien, el sntoma pone de manifiesto la creatividad familiar. Ese respeto, a priori, permite el acceso al modelo fenomenolgico de la familia. Mara Selvini muestra que les corresponde a los terapeutas convencer a la familia y al paciente designado de la autenticidad de las connotaciones positivas. Admitido esto a nivel del primer modelo, los terapeutas seguirn su propio camino, identificado en un segundo modelo "mtico", por inducir el cambio en el nivel donde se manifiesta la crisis. La fase de tratamiento comienza verdaderamente cuando empiezan a revelarse los elementos del modelo mtico.

Los terapeutas indican a la familia la llegada de esa nueva fase, marcndole ms claramente su parte de responsabilidad y compromiso.

"La enfermedad de Laura puede ser una tentativa de solucin apropiada frente a las contradicciones propias de un contexto familiar determinado". Esta chica de 12 aos, se curar en 9 meses de una rectocolitis hemorrgica por medios puramente psicolgicos. La modestia del terapeuta, tanto como la calidad de un mtodo estupendo. Sabemos que desde hace treinta aos la medicina psicosomtica va de esquemas en teoras y de monografas en infolios. Pocos resultados, salvo los obtenidos por tcnicas indirectas: la paciente comprensiva, la relajacin mdica, o bien los psicotrpicos, que tienen un rol ambiguo. Los logros sistmicas, tan originales, harn soportar al terapeuta las acusaciones, fundadas o no, de comportamentalismo. La simple pedagoga fracasa no menos que el simple anlisis. Los sistemas familiares cristalizados alrededor del sufrimiento del paciente designado, ocultan fuerzas considerables, vigilantes, al abrigo de la estabilidad patolgica. Unidos en la autorreferencia, Ana y Pedro desempean roles que los decepcionan en sus interacciones habituales. Todo sistema humano vive una identidad y vive por ella; individualidad por otro lado tan frgil, que es necesario agotarse para defenderla, y tan vital que dejarla parece imposible. La escultura de uno por el otro que les pide el terapeuta, les muestra el escenario rgido, coagulado del modelo comportamental. La traduccin en imgenes, aporta el modelo mtico de su vida relaciona imaginaria. En ese segundo nivel, el terapeuta puede actuar sobre el proceso autorreferencia. Lo nuevo se hace posible, cambio creativo, de segundo orden; nuestro esfuerzo es entonces "favorecer el cambio, no pie-verlo".

Frecuentemente, las intervenciones sistmicas se desarrollan

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en-un encuadre institucional de cuidados, trabajo de equipo en respuesta a demandas actuadas, ms que verbalizadas.

Esos cuidados, nuestro amigo franco-noruego, los conduce en Oslo por un lado en el Centro de Asesoramiento Familiar Pblico, y por otro, como psicoterapeuta supervisor, en un servicio de psiquiatra de adultos.

Esta doble pertenencia le permite percibir fcilmente las restricciones y tambin las posibilidades colectivas. Una ambigedad de objetivos caracteriza a las instituciones psiquitricas, pesadas o, a veces, simplemente tan protectoras que pueden aumentar las restricciones.

La influencia de la mirada medicalizante, del control social o del individualismo analtico, tiende a fijar esos contextos. La aspiracin de cambio entonces se expresa mal; tensin y revuelta, decisiones bruscas y radicales, tensin ante los fracasos.

En lo que respecta a las teoras sistmicas, se elige un acotttpaamiento de las mutaciones en curso. Observarse a s mismo y al contexto prximo, facilitar los cambios fuera de las crisis. Aplicarse la mirada etolgica, sostiene la investigacin y el descubrimiento de salidas para los pacientes y para las instituciones. Para mostrarnos que "el terreno no tiene ms que un mapa"*, Philippc Caill entra en la familia de Jeanne, punk de 15 aos, por el estudio del juego familiar ligado a los mensajes relacionales de las familias extensas, por las tareas exploratorias dadas a los miembros de las familias nucleares y las retroacciones observadas, por la identificacin del mapa mtico y la explicacin de la relacin existente entre los dos modelos y los problemas de Jeannc. Una fase integrativa suceder a la fase anti-homeosttica. Ese tiempo terapetico se manifiesta intensamente como el tiempo del cambio, a travs de sesiones relativamente espaciadas, sobre un tiempo total limitado. El equipo y la familia consagran el mximo de ellos mismos a esos encuentros. Los participantes se mantienen en posicin bsica, dispuestos a disolver el meta-sistema de intervencin, a partir del momento en que esto es posible. La familia, "poco agradecida" por haber cambiado, ha reencontrado un mito central: un padre, industrial, "salvador de empresas en desgracia"... y tal vez de su propia familia.

Las tareas prescriptas han devuelto a cada uno su propio egosmo: Jeanne, con 16 aos actualmente, oscila entre una co

* Esto es as paro la familia: el mapa identificado con el terreno mismo. (Nota de Mara Cristina Ravaazola.)

ntunidad, la casa y el liceo; por su parte, se encuentra ms satisfecha. Las contraparadojas son entonces tareas que los terapeutas se asignan: encontrar tareas sistmicas para una familia que hubiera deseado no cambiar.

La observacin de Ingrid, anorxica, nos aporta ejemplos similares. Mensaje a la madre: "ella debe seguir tratando de tentar a Ingrid con sugestiones culinarias variadas". Subrayado y prescripto, cl comportamiento homeosttico de cada uno toma fuer7a de comunicacin indirecta. La flexibilizacin de vnculos homeostticos se perfila: cada miembro debe inventar otra cosa. Si los terapeutas se equivocan, pueden reconocer su error sin que se trate de una maniobra. Simplemente, escuchan a su supervisor, que son las retroacciones e informaciones que la familia les aporta, concernientes al modelo mtico.

El abordaje familiar de las psicosis, destaca el tema del doble lenguaje, digital y analgico. La utilizacin de prescripciones comportamentales se hace tomando como eje el sntoma, tratando de incluir la tonalidad mtica en el plan de trabajo fenomenolgico. Los terapeutas expresan indirectamente sus opiniones a la familia, evitando la crtica directa. La paradoja fundante de la psicosis se revela, lo analgico posee un nivel lgico superior al del lenguaje hablado. La metacomunicacin rgida se inscribe como contexto actuado en el tono de las interacciones, las posturas, los gestos, las desviaciones o las abstenciones. Lo verbal, en tanto contenido, pierde as lo esencial de su naturaleza comunicativa. Las iniciativas terapeticas tratarn de implicar estos dos niveles. Las diferentes imgncs.clnicas que Philippe Caill nos brinda en el captulo 8 ilustran esta tarea, su coherencia y su eficacia. Los que tratan psicticos, podrn escribir en su agenda este principio: "la parte analgica indica cmo debe entenderse la parte digital, ella posee un nivel lgico superior". Esto viene de Bateson y de Palo Alto. La connotacin positiva que se desprende de all, es Selvini y Miln. La influencia selviniana determin en 1975 la creacin del Grupo de Investigaciones sobre las Relaciones Familiares en Oslo. Esa inspiracin se mantiene en el presente. Un aporte muy especial de Philippe Caill concierne a las terapias de pareja. Se trata del dificil trabajo a nivel de la

dada, "evitar tomar el lugar de juez o pedagogo", presin con la que siempre se encuentra el terapeuta. Aqu tambin, la Besestabilizacin de la homeostasis se obtiene en un trabajo a dos niveles. Los idos niveles se alcanzan a travs de dos modos

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diferentes de lenguaje analgico, un modo comportamental expresivo, escultura del dilogo conyugal, y un modo imaginario expresivo, simbolizacin en imagen de esa relacin. La excelente observacin de una pareja muestra la cualidad inductora del modelo terapetico as propuesto. Philippe Caill y su equipo dan ejemplos de terapia de pareja en grupo, donde utilizan un procedimiento similar que resulta eficaz.

La hospitalizacin psiquitrica, tema del ltimo captulo, a travs de la presentacin de un caso junto con Yveline Rey y Pierre Burille, nos conduce al eplogo. El drama de la alienacin comporta una desconfirmacin del paciente, de su enfermedad y del entorno. Esta marca de exclusin se cristaliza en el momento de una internacin psiquitrica. La verdad se oculta fcilmente: "separarlo del medio familiar enfermo". El lugar de la separacin, alienado, introduce un tiempo nuevo indefinido: cronicidad, repeticin, aprendizaje de soluciones de falso rechazo y de falsa exclusin. La institucin psiquitrica aparece como seudosustituto familiar, cuando se da esta solucin, lamentablemente inevitable, a problemas psiquitricos graves. Al final del camino recorrido por el equipo y la familia: "el estado depresivo atpico" deviene en la historia familiar una "pequea crisis de adolescencia". Despedida de los terapeutas y la familia en un clima dubitativo. Control positivo un ao ms tarde.

Integrante modesto y humilde de un xito tal, Philippe Caill vuelve a su posicin bsica: "sera una ilusin para el terapeuta imaginar que puede intervenir unilateralmente sobre una partede un sistema del cual l mismo forma parte". Lo que Philippe Caill llama modestamente un ntetasistenia de intervencin revela aqu un rigor y una imaginacin creadora incomparables. Esas dos modalidades, asociadas, sobrepasan el nivel de las tcnicas y de las acciones terapeticas corrientes.

Guardaremos de este libro su hermosa demostracin. La creacin de una nueva situacin terapetica se apoya en la entrada a uno de los campos hasta aqu poco conocidos de la comunicacin humana. El abordaje familiar de los problemas de conducta corresponde a una nueva dimensin de nuestra cultura, inclusive de nuestra civilizacin, y aporta resultados en mltiples campos clnicos. Se trata de la necesidad de una respuesta compleja, a varios niveles, teniendo en cuenta ante todo el contexto que se crea simultneamente con la intervencin psicolgica. Estas respuestas etolgicas son necesarias en una parte cada vez mayor de de-

ill

mandas de ayuda psicolgica. Con Philippe (POl te Jodemos .Pegsar que exigen una nretaestrategia, "donde, l Aapeuta es vtf blanco, del mismo modo que lo es la familia tnbciente y la familia cambian, a medida que los terapeutas Jca,tt respecto de

ellos. En relacin con la riquera de una pr btouna i-nvesti.

gacin y de descubrimientos propios, este lette, seuna

accin antropolgica muy necesaria actualtfie encuentro directo de las familias y los psicoterapeutas:

UDE EENOIT

REFACIO

Iste prefacio marca una etap=-a en una relacin de larga data, caracterizada por muchos encuentros y una fluida correspondencia. Todava recuerdo mi primer encuentro con Philippe Caill. El se interes mucho por una iamtervencin que yo hice en un encuentro sobre el tratamientodel esquizofrnico, en el Hospital de Cry, en Lausana, en el otoo de 1974. Su preocupacin principal era ya epistemolgica: ama importancia de la eleccin del modelo en terapia familiar.

En ese momento, hablamaos de las modalidades de trabajo del Centro de Estudio de la Familia de aquella poca, de mi libro Paradoja y contraparadoja, coya edicin original en italiano iba a aparecer en marzo de 1975, y tambin de la posibilidad devenir a trabajar con nosotros en Milin. A pesar de que afirm de entrada la necesidad de tener conocimientos de italiano para que la estada fuera til, creo que nao tom totalmente en serio el compromiso del autor de aprender nuestra lengua para ponerse al tanto de nuestros trabajos.

Sin embargo, las relaciones entre Oslo y Miln se desarrollaron rpidamente. Menos de un ao ms tarde, yo particip en el Sto. Simposio Internacional mobre la Psicoterapia de la Esquizofrenia, en Oslo, y all presente nuestro libro, recin editado. Despus del Simposio, Philippe Caill organiz en el bello castillo de Gimle, al borde del fiordo de Oslo, un seminario donde el equipo que integr con L. B -oscolo, G. Cecchin y G. Prata, trabaj intensamente durante tres das con un grupo de terapeutas familiares escandinavos. Erala primera vez que nuestro equipo formaba a otros colegas. Ni l entorno ni el tiempo, ambos estu

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pendos, pudieron desconcentrar a los participantes, que siguieron atenta y apasionadamente la presentacin de puntos de vista que en ese momento resultaban sorprendentes.

En los aos siguientes, el autor fue husped frecuente del equipo de Miln, en un tiempo en el que las visitas eran todava raras. Debo confesar que la intensidad de nuestro trabajo de equipo y el inters aportado a la comprensin de las dinmicas familiares hicieron que yo descubriera bastante tarde que su conocimiento de las obras maestras de la ciudad dejaba mucho que desear, a pesar de muchas estadas en Miln. Todo el tiempo disponible estaba detrs de la cmara o en las discusiones de equipo.

Philippe Caill adopt con conviccin el modelo sistmico, con lo que esto implica en cuanto a posibilidades de nueva lectura de situaciones y de innovaciones terapeticas. Su modelo de trabajo, como anteriormente el nuestro, se modific considerablemente con el empleo de la nueva epistemologa. Fund rpidamente en Oslo un grupo de investigacin que trabaj regularmente sobre los problemas del abordaje sistmico de la patologa familiar. Ese grupo comenz verificando nuestras propuestas en un contexto cultural y social naturalmente diferente, empleando las tcnicas de toma de informacin y de intervencin descriptas en el primer trabajo sobre anorexia y en Para doja y contraparadoja.

Ms tarde, el grupo de investigacin se interes en el empleo de modos de comunicacin analgicos tanto para la toma de informacin como para las intervenciones en el sistema familiar. La puesta en evidencia de la especificidad de la paradoja presentada por la familia tambin fue objeto de una importante reflexin. De esta preocupacin surgi el concepto de modelo en dos niveles, fenomenolgico y mtico, en relacin interna autorreferencial, explicitando las propiedades autoexplicativas de los sistemas.

A partir de esos conceptos originales se ha derivado la propuesta de nuevos procedimientos terapeticos, bien codificados, que ayudan al terapeuta en su toma de informacin, guardando una actitud neutral frente al sistema tratado. El enfoque diacrnico del sistema familiar y el programa de tratamiento de la dfada, constituyen dos buenos ejemplos.

Luego, esta "puesta en orden" de la intervencin terapetica, condujo a*Philippe Caill a una interrogacin renovada sobre el

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trabajo con los sistemas humanos. La cuestin de la delimitacin de los sistemas y la influencia de los contextos, son temas centrales, como as- tambin la naturaleza misma de la intervencin sistmica; todas estas cuestiones estn tratadas en detalle en esta obra.

No nos sorprende entonces, que a partir de esos desarrollos, el autor haya comenzado a colaborar con socilogos, socioetnlogos y psiclogos de empresa, para implementar mtodos de intervencin apropiados para los grandes sistemas. Espero que nuestros trabajos sobre el mbito escolar y las empresas hayan contribuido, gracias a nuestro vnculo amistoso, a suscitar sus nuevos desarrollos. Me gustara ver los resultados que podr producir ese enganche (lamentablemente raro entre los terapeutas familiares) en el estudio y tratamiento de grandes sistemas, y espero que un da sean objeto de una nueva obra.

MARA SELVINI PA LA ZZOLI

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O

O x

1. LA INFORMACION PARA INTENTAR UN ABORDAJE SISTEMICO

Todo dato relativo al sistema estudiado no es necesariamente til. Slo el elemento que introduce una "diferencia" en relacin a un estado anterior de conocimiento es valioso. Puede ser utilizado entonces para hacer aparecer una "diferencia" en el sistema de relacin terapeuta/familia, por ejemplo una nueva hiptesis de trabajo, una connotacin positiva o negativa de un comportamiento. Recoger informacin es un proceso activo y selectivo. El grabador que graba una conversacin no rene ninguna informacin, slo recoge "ruido". Escuchando el material sonoro, una parte se convertir en informacin, el resto seguir siendo ruido.

Aqu surge la primera dificultad. Lo que deviene informacin, depende de la visin del mundo que tenga el observador, de la epistemologa a la cual se remita. Nuestra epistemologa es nuestro modo de organizar un mundo que de otro modo sera incomprensible. La cuestin no es saber si es verdadera o falsa, sino si nos permite llegar al objetivo que nos hemos fijado, si corresponde a nuestro propsito.

Desde la infancia, estamos condicionados por una epistemologa aristotlica que nos lleva a fijar nuestra atenci0n sobre el rasgo particular que separa una parte del conjunto, sobre la posibilidad de dividir el fenmeno para tratar separadamente las partes. La epistemologa postaristotlica a la que pertenece el enfoque sistmico, por el contrario, ve al mundo como un conjunto donde las partes se influyen unas a otras y donde el comn denominador del conjunto, las reglas del sistema, deben estar en

* Publicado en 1981 en Thrapie familiale, vol. 2, n 3

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el centro de nuestra comprensin si queremos actuar sobre un caso particular.

Tomemos, por ejemplo, el caso del cncer.

Es habitual "ver" a la persona enferma de cncer como la enfermedad y su estado de evolucin, mientras que el individuo no tiene sino un rol accesorio. Una ptica tal condiciona el comportamiento del individuo y del entorno y tiene un valor proftico que no hay que ignorar. Las reacciones del interesado y del entorno pueden concurrir a determinar el final temido.

Es imposible separar el hecho de considerar a la persona como "cancerosa", hecho epistemolgico, de la malignidad tumoral, como es imposible disociar el hecho de considerar a un individuo como "loco" o "anormal" de la evolucin del estado psquico. Nuestra visin epistemolgica sistmica nos llevar entonces a retener como elemento de informacin esencial el clima epistemolgico del sistema a considerar, porque se es el contexto en el cual el sntoma, o cualquier otro dato histrico, puede tener sentido. Este concepto bien puede ser definido como el esquema de orientacin del sistema en el medio ambiente.

Esquema de orientacin de un sistema

Se puede deducir del comportamiento y de las actitudes de los miembros del sistema. Este esquema no es declarado, porque se supone que es la verdad, la realidad del mundo. Como dice Bateson en Mind and Nature:

e, primordial aceptar que las ideas (en un sentido general del trmino) tienen su propio valor y realidad. Ellas son lo que nosotros podemos saber, y no podemos saber nada ms. A las conexiones o las "leyes" que relacionan las ideas entre sf, las llamamos "verdades".

Lo que llamamos esquema de orientacin de un sistema, por ejemplo para una familia, es, para esa familia, una verdad un conjunto de verdades. Lo que es objeto de comentarios espontneos no son esas "verdades" consideradas como el orden natural, sino los "accidentes" que pueden alterar ese orden.

Ese esquema de orientacin, ese sistema de autorrepresenta

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cin, es importante aprehenderlo, para evitar ser implicado en discusiones moralizantes sobre la naturaleza del accidente.

El accidente no puede ser comprendido independientemente de la naturaleza del orden ambiental; esto vale para el fenmeno anorxico como para el comportamiento asocial.

Otro aporte importante de Bateson: el postular que nuestra representacin de un sistema humano debe, por el hecho mismo de nuestra percepcin, aparecer como una serie de modelos circulares de interaccin igualmente representativos y valiosos, pero que no pueden ser fusionados porque pertenecen a dos niveles lgicos diferentes. Nosotros podemos entonces, utilizando una imagen un poco simplista, ver al sistema de autorrepresentacin de la familia como una serie de crculos superpuestos girando alrededor de un eje comn.

Esos crculos representan los esquemas esperados de interaccin circular en dos niveles lgicos distintos, separados pero influyndose recprocamente. Un cambio total de status sociogeogrfico de una familia (perturbacin a nivel de la interaccin), provocar seguramente una modificacin de la reparticin interna de roles-de los participantes (perturbacin a otro nivel), pero la repercusin no es ni inmediata ni enteramente previsible en su forma. Se podra entonces sostener que en un sistema humano susceptible de adaptacin, esos crculos de interaccin giran a velocidad variable alrededor del eje comn, mientras se influyen unos a otros.

En un sistema rgido, por el contrario, una flexibilidad tal no es tolerable y los crculos estn unidos en su periferia por ataduras verticales, transformando el todo en una especie de cilindro. Una brusca modificacin de la velocidad en el nivel inferior es suficiente para poner en tensin todos los niveles de interaccin, por el hecho de la soldadura que impide la percepcin de los distintos rdenes lgicos de interaccin. Se crean as situaciones paradjicas, como sucede en ciertas dictaduras donde, por ejemplo, el hecho de detestar la carrera pedestre puede ser interpretado como un insulto a los valores morales del pas y a su magistratura suprema, con las consecuencias que son de imaginar.

Las dificultades de los sistemas humanos parecen provenir no de su esquema de autorrepresentacin ni de su orden (en la medida en que son modificables), ni de los "accidentes" (que son inevitables porque el orden no es ms que una. "idea" del orden), sino de la confusin de niveles lgicos de representacin

que bloquea las posibilidades evolutivas del sistema. Nos parece importante, para intervenir especficamente sobre el sistema, separar al menos dos niveles jerrquicos distintos en el sistema de autorrepresentacin, dos de los crculos que se presentan frecuentemente fusionados en los estados de crisis. El primero de esos dos niveles, que llamamos modelo fenomenolgico, corresponde al crculo inferior. Consiste en la cadena circular de interacciones que provoca en ciertos momentos la aparicin del sntoma o del accidente y en otros su desaparicin. El otro nivel es el de la representacin de la familia en tanto familia en el universo, y corresponde a uno de los crculos superiores. Nosotros lo llamamos modelo mtico. Los dos modelos son en su esencia "verdades" familiares que no pueden ser enunciadas por los par-, ticipantes, pero su carcter de creencias compartidas, de leyes, aparece claramente cuando son utilizadas en una prescripcin o un comentario.

Trazado de los modelos fenomenolgicos y mticas

El trazado del modelo fenomenolgico se basa en la utilizacin de una toma de informacin relativamente tradicional y se realiza habitualmente con facilidad. Son importantes, sobre todo, la toma de contacto con cl terapeuta, las circunstancias de la primera aparicin del sntoma, los factores que favorecieron su aparicin o su desaparicin. Se basar igualmente en la observacin directa del comportamiento de los interesados en sesin.

El accidente o el sntoma tornan fcil la toma de informaciones tiles para establecer un modelo fenomenolgico. En lo que concierne al modelo mtico, el trazado demanda ms intuicin e ingeniosidad. Los comentarios verbales en este nivel tienen ms valor por lo que ocultan o refutan que por lo que revelan. Aqu son importantes los mtodos de investigacin ms indirectos: chismero organizado,* estimulacin de la lectura de pensamiento, desafo dialctico,** por formulacin provocadora. Nos apoyaremos tambin en las informaciones recogidas sobre la historia

En cl original. la palabra es conrnuhac, he elegido "chismero-, para significar el hablar de otros. acerca de otras Ixrsonas. (N. de la T.)

" En el original challcrrge cliulecrique. (N. de la T.)

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y las tradiciones familiares y sobre los mtodos ue exploracin de tipo analgico, en particular, la utilizacin de la dimensin espacial en el curso de las sesiones: escultura familiar, rituales y tareas familiares.

Utilidad de la informacin recibida

La identificacin de rasgos caractersticos del sistema considerado por el enunciado de dos modelos representativos en dos niveles lgicos diferentes tiene muchas consecuencias prcticas en lo que hace a las posibilidades de que una intervencin terapctica sea eficaz.

1. El terapeuta sabe por qu el "accidente" es accidente en el sistema. Puede enunciar las leyes que se transgredieron y reconocer las dificultades experimentadas por los interesados, sin sentirse personalmente comprometido a tomar partido como acusador o defensor de la persona "desviada".

2. El conocimiento del modelo mtico permite una redefinicin de la imagen y las leyes del sistema por cl recurso de la connotacin positiva o por la prescripcin del sntoma.

3. Esos elementos permiten alcanzar lo necesario para la contraparadoja. La paradoja de base presentada por el sistema es pedir al terapeuta que cambie el modelo fenomenolgico que incluye al sntoma, sin modificar los otros niveles de representacin y de interaccin del medio familiar, entre otros, cl modelo mtico. La contraparadoja comprende la prescripcin de la conservacin del sntoma y del modelo fenomenolgico, por respeto a los altos valores contenidos en el modelo mtico.

As, el modelo mtico es descripto como un conjunto de valores, una eleccin humana, y no como una "verdad", introduciendo indirectamente la posibilidad de un cambio.

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LA FAMILIA PRACTICAS Y CREENCIAS: EL MODELO SISTEMICO DE DOS NIVELES

2. FASE DE EVALUACION

EN TERAPIA FAMILIAR SISTEMICA

El primer contacto con la familia puede cerrarse con la constatacin por parte del terapeuta de que no hay por el momento indicacin de tratamiento familiar. Ponlo tanto, la expresin fase de evaluacin es ms exacta que la de fase de comienzo.

la decisin de no seguir un tratamiento no implica sin embargo negar la existencia de problemas familiares. Factores ligados al grupo familiar o al medio ambiente pueden en efecto influir sobre la situacin de tal manera que la continuacin del contacto con el terapeuta no aporte cambio alguno.

No es raro encontrar familias que tienen dudas injustas pero comprensibles respecto de la terapia familiar despus de haber sido sometidas a una tentativa de tratamiento sin que las premisas del mismo se analizaran suficientemente.

El comienzo de un tratamiento en el mismo momento en que un miembro es colocado en una institucin o es sometido a otra manera de exclusin puede convertir al terapeuta en garante de esa distribucin de roles en el contexto familiar. En otros casos, la familia puede sentirse presionada a someterse a un tratamiento por otras instancias de las que depende socialmente. Puede tratarse de un establecimiento escolar, de organismos de ayuda social o de proteccin infantil. La participacin en el tratamiento significa entonces, en el plano analgico, el reconocimiento de culpabilidad o de incapacidad por parte de la familia. Resulta de ello que la situacin se bloquea y que ninguna intervencin

Publicado en 1980, en Changenrentes sssttttigttes en thrapie fatniliale. Publicado tambin en ingls (Joumal of Marital and Fatnily 77terapi) y en noruego (Fofas pb Fanilien).

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sistmica ser posible sin que la institucin que tuvo contacto con la familia sea ineluid en la terapia No es posible en este W ma trazar lneas de conducta precisas.

No obstante, en los primeros encuentros con una familia que pide ayuda, se dar siempre mucha importarida a la cuestiM det objetivo y del contenido de la intervencin terapetca que se proyecta realizar.

Las entrevistas terapeticas real sin un objetiv preciso pueden tener un efecto perjudicial sobre la capacidad de cambio de la familia. El hecho de negarse a continuar ta relacin terapetica, por el contrario, puede poner en evidencia los recursos de la familia y, paradjicamente, ayudarla a tomar decisiones constructivas. Desde el punto de vista terapetico puede ser justo no comenzar un tratamiento o suspender uno que est en curso.

Para estar en condiciones de hacer tales evaluaciones hay que procurarse primero elementos de juicio. Hay que familiarizarse con el sistema de interaccin complejo que se establece cuando el terapeuta entra en contacto con la familia que necesita ayuda. Tambin son portantes los fenmenos que en el interior del grupo familiar se oponen a una verdadera cooperacin, y hacen que el sntoma sea un mecanismo hotneosttica necesario. Tenemos necesidad de modelos que nos permitan integrar esos datos en relaciones inteligibles, posibilitando la eleccin lgica e muchos tipos de intervenciones posibles.

Comprensin sistmca del primer esa con la familia

Un contacto tal no puede tener lugar, sin que se cumplan teas condiciones. Los miembros del grupo familiar debes ponerse de acuerdo en cierto nivel acerca de que existe un tipo particular de dificultad en la familia, que llamaremos, de actora en sntoma. La familia o toda otra instancia influyente en la situacin debe llegar a la conclusin de que el sntoma sobrepasa las capacidades de adaptacin de la familia. l.a consecuencia que se desprende de esto es que el [era como representante de la responsabilidad terapetica en nuestra sociedad, ser confrontado con el sntoma. El terapeuta debe aceptar que el sntoma, por su naturaleza, pertenece a su competencia. De lo contrario, la fa

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milia debe ser derivada a otros agentes de control y de asistenciade la sociedad, como polica, justicia o entidades sociales.

Se trata entonces de tres etapas sucesivas. El desarrollo de cada una de ellas en nuestra sociedad es producto de una complicada interaccin sistmica donde intervienen factores difciles de definir, como concepciones epistemolgicas, pertenencia a grupos sociales, culturales o tnicos. El resultado final depende en gran medida de consideraciones poco lgicas, y la parte de azar es importante. El proceso anlogo parece revestir un carcter ms lgico en sociedades ms simples e inteligibles como las de estructura tribal. La aparicin del sntoma en la familia tiene como consecuencia lgica directa involucrar la participacin del nivel lgico superior de organizacin sistmica representado por el grupo tribal. Brujos y chamanes se aseguran de que todos, a travs de la participacin en rituales religiosos y tradicionales, sean actores de un desenlace que toma carcter de inters comn.

El nivel de complejidad de la sociedad postindustrial tiene como consecuencia inevitable una especializacin de los roles que debemos aceptar como un hecho, aunque lo lamentemos. Esto implica sin embargo que las consecuencias adjudicadas al sntoma, seal de necesidad de asistencia del grupo familiar, sern muy variables segn la naturaleza del mismo y la posicin de la familia en la sociedad.

No es raro encontrar familias que soportan sntomas graves como violencia fsica, psicosis, drogadiccin, sin haber recurrido a un tratamiento. Si se produce la consulta, la presentacin fragmentaria y amputada de los problemas que parecen incomprensibles e insolubles podr comprometer la intervencin del terapeuta como experto. El xito del movimiento ecolgico muestra que existe hoy una clara comprensin de la necesidad de recrear perspectivas de conjunto suficientes y de dar a los fenmenos su justo contexto antes de aventurarse a ofrecer soluciones. El terapeuta familiar tiene obligaciones claras que debe respetar en ese terreno.

Puede resultar necesario recordar que en todos los sistemas !rumanos (familia y otros grupos naturales) se desarrollan de tiempo en tiempo sntomas y estados de crisis. El sntoma representa a la vez una tentativa de dominar la crisis y la seal de que el problema no puede encontrar su solucin en las modalidades de interaccin ya programadas por el sistema. Debe producirse

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entonces algo nuevo en el sistema por actividad innovadora comn, lo que se llama un cambio de segundo orden. La gran mayora de los sntomas desaparece sin ningn contacto con una unidad de tratamiento. A travs de la situacin de crisis la familia, en tanto sistema biolgico autofinalista, puede alcanzar una comprensin diferente de sus dificultades y descubrir una solucin mdica. Cuando la familia toma contacto con un experto, la situacin se complica inmediatamente, porque los dos aspectos del sntoma se imponen simultneamente. La demanda hecha al experto es, por un lado, de preservar la estructura actual y aplacar la crisis y, por otro, de provocar un cambio que haga desaparecer el sntoma.

La primera toma de contacto con el terapeuta es siempre una accin rica de contenidos. Se debe reparar cuidadosamente en las condiciones en que ese contacto se produce. Recordamos un llamado telefnico de chicos que nos contaban mentiras y calumnias sobre los padres que concluy en un pedido de entrevista para toda la familia. La significacin que el sntoma reviste para el grupo familiar es algo que no puede quedar claro en un primer contacto. Lo nico seguro es que el que pide una consulta especializada siente que realiz2 un tipo de accin muy distinta a llamar a un electricista por la ruptura de un cable. La opinin que se tiene sobre la ruptura de un cable puede limitarse a una constatacin objetiva de la ruptura. El que habla de un sntoma aparecido en la familia siempre tiene una opinin sobre la manera de explicarle y sd*>re lo que se debera hacer. Somos entonces receptores de una informacin que se produce: en dos niveles lgicos distintos.

El primer,nivcl comprende una defnicin del sntoma en forma digital. El segundo nivel comporta una indicacin sobre el modo en que esta definicin debe ser comprendida, es decir, una metacomunicacin sobre cl sntoma. Una tal metacomunicacin utifiza voluntariamente modos de expresin de tipo analgico como pedido de entrevista, tono de voz particular, compromiso emocional intenso, etctera. Nadie en la familia, ni siquiera l o la que estn ms predispuestos al contacto con los dems pueden ser considerado por el terapeuta neutros u objetivos. Todo mensaje comporta una toma de posicin sobre la relacin familiar en la que apareci el sntoma. Desde el primer contacto con

1 Watzl!lwick.1975. - Watzlawick. 1972.

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i

el terapeuta, cada miembro del grupo familiar expresa indirectamente su opinin sobre la familia en tanto sistema relaciona y sobre el tipo de vnculos que l desea establecer con el terapeuta. El hecho de que tantas personas traten de definir sus posiciones en relacin al terapeuta es cl signo de que un nuevo sistema est en vas de formacin: cl sistema terapeuta/familia. Dentro de ese sistema, es imposible para el terapeuta evitar comunicar alguna de sus posiciones relativas al problema familiar. Esas posiciones, claras y lgicas segn la epistemologa sistmica, pueden parecer sorprendentes y poco convencionales en una sociedad todava dominada por una larga tradicin de causalidad lineal. Puede ser oportuno entonces precisar algunas de esas actitudes que deben reflejarse en la manera en que el terapeuta actuar en diferentes situaciones, entendiendo que no es til hacer al respecto una declaracin de principios.

1) El terapeuta no est preocupado por las soluciones que la familia podr aportar a su problema. Se interesa ms en los aspectos particulares del sistema que obstaculizan toda solucin. Ese cambio de ptica tiene su fundamento en el principio ebcrntico de causalidad negativa. El aspecto original de cada sistema viene de obstculos que reducen el nmero de comportamientos tericamente posibles. La repeticin de ciertos ciclos de interaccin no se debe al hecho de que algunas secuencias sean consideradas apropiadas por los interesados, sino al bloqueo de los modos de interaccin alternativos (causalidad negativa). Cuanto mayor sea cl bloqueo, mayor ser la probabilidad de repeticin del mismo ciclo de interaccin en el sistema familiar considerado.-

Esto explica por qu una simple cuestin de distribucin financiera, fcilmente resuelta en una familia, puede provocar en otra un conflicto prolongado, aun en cl caso de que se maneje informacin econmica. Ser ms fcil para cl terapeuta no dar informaciones o consejos cuando reconoce que la misma estructura familiar se opone a una resolucin natural de la crisis. Tendr como objetivo un cambio del esquema de interaccin de la familia. Alcanzado este objetivo, aumentar la capacidad de la misma para resolver la crisis.

2) El terapeuta no se muestra impaciente por el cambia, por el contrario, muestra gran inters ponla patologa actual y los rasgos 3 A%hhy. 1956.

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caractersticos del grupo familiar. Se presume que la familia no puede resolver su crisis en el marco de la estructura actual. El conocimiento preciso de los esquemas de organizacin familiar es un dato preliminar esencial para poder ejercer una accin modificadora. Parece lgico entonces darle gran importancia. al esclarecimiento de la estructura sistmica en cuestin y a la recepcin de todo dato sobre la,organizacin dinmica de la familia.

3) El terapeuta no se compromete con la familia en ninguna negociacin concerniente al encuadre o contenido del tratamiento. Su influencia es decisiva para determinar quin participar de las sesiones o quin las pagar. Sus comentarios precisos de experto, puntan el desarrollo del tratamiento.

En el enfoque sistmico de la familia, el terapeuta. debe crear las condiciones de una comprensin ecolgica realista, entre otras cosas diciendo quin participar en el tratamiento. La frontera entre los dos sub-grupos del sistema terapeutalfamilia, ebe marcarse claramente por el hecho de que los comentarios del terapeuta se dirigen al grupo familiar en conjunto. Una intervencin eficaz sobre el sistema familiar supone que el terapeuta no sea vctima de una maniobra de incorporacin y permanezca claramente por fuera de la familia.

Recepcin de informaciones

La prctica de la terapia y de la supervisin nos ha mostrado que para un terapeuta es fcil dejarse capturar por una pista determinada en el curso de la terapia. Puede suceder que posea datos muy precisos sobre ciertas personas mientras que otras permanecen en el olvido, y frecuentemente sucede que los datos faltantes eran de importancia decisiva para la comprensin de la dinmica familiar. Sin duda es til tener un plan general acerca de lo que hay que conocer de la familia y los medios para procurarse las informaciones necesarias de un modo prctico. Se puede esperar que el terapeuta pueda, solo o con ayuda del supervisor, responder a las siguientes preguntas fundamentales:

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Cmo se define el sntoma y qu fiincin cumple?

El comportamiento particular de uno de los miembros del grupo familiar constituye por lo general el sntoma. Si se supone que la persona que presenta el sntoma es capaz de controlar su conducta, se hablar de que es asocial o malo. En caso contrario, si la conducta se considera incontrolable, se emplear la denominacin de enfermedad. De hecho, en muchos casos, la definicin es muy ambigua y es difcil saber si el paciente identificado es considerado por la familia como malintencionado o enfermo.

El sntoma generalmente se ofrece como explicacin del estado de crisis, pero en un anlisis ms detenido toma regularmente el carcter de una tentativa de resolver la crisis o de disminuir su intensidad. La persistencia del sntoma en la familia implica una cierta cooperacin, porque en tanto comportamiento desviado debe ser confirmado por todos, ya sea con palabras o con actos, alternando los roles de acusado y acusador. Este acuerdo sorprendente en relacin al sntoma, especialmente en las familias muy perturbadas, indica que esa polarizacin permite manifestar el mximo de cooperacin posible en el marco de la estructura familiar existente.

Otro aspecto importante del sntoma es que legitima el contacto con el terapeuta; constituye una razn suficiente de la relacin con l, sin que sea necesario revelar otros peligros (reales o imaginarios), percibidos como muy amenazantes para ser enunciados. De ser expuestos, podra desencadenarse una catstrofe. La catstrofe sera la desaparicin brutal de los sentimientos de pertenencia e identificacin propios de la familia. Los participantes estn muy preocupados en este perodo inicial por el sntoma y se opondrn a todo intento de desviar la atencin hacia otros temas o a toda tentativa de rederinir sus dificultades. Por otra parte, no hay ninguna razn para considerar que la importancia dada por la familia a la presentacin del sntoma ser un obstculo para el desenvolvimiento de la terapia. El sntoma no es slo el nico campo de negociaciones aceptado por la familia en el principio de su contacto con el terapeuta, sino tambin un resultado concreto de las capacidades creativas de la familia. Se le debe dar un lugar muy importante a lo largo de las primeras sesiones, como tema de inters comn para la familia y para el terapeuta.

Una evaluacin sistemtica del sntoma siguiendo los tems

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que presentaremos a continuacin, podr brindar importantes informaciones sobre la estructura familiar;

4 Formarse una opinin de lo que cada uno de los miembros del grupo familiar piensa del problema que los trae a consulta, con sus dos componentes: el sntoma manifestado por el paciente identificado y las reacciones de cada uno de los dems frente a su comportamiento desviado.

o Concretar la naturaleza exacta de los problemas que parecen relacionarse con la existencia del sntoma. El terapeuta puede proponer una representacin imaginaria y corporal para lograr una comprensin ms clara. Puede haber desacuerdo sobre los problemas, y la descripcin de los mismos ser objeto de mltiples versiones. Un chico puede sostener que no quiere ir a la escuela porque sus padres amenazan con golpearse fsicamente y eso lo pone ansioso. Los padres pueden pensar que el chico est influido por un ambiente escolar negativo y que se pelean entre ellos porque el chico se niega a ir a clase.

Precisar cuidadosamente el comienzo del sntoma. Se pueden identificar factores descncadcnantes en la familia o en el entorno? Hay que tener en cuenta todo cambio producido en la familia en cl momento, o un poco antes de la aparicin del sntoma (especialmente los nacimientos, las mudanzas, muertes, cambios de empleo, etctera).

Cul es, en el esquema coniportamental de la familia, la cadena de interacciones que asegura la conservacin del sntoma?

La credibilidad del sntoma se basa en la conviccin de que reaparece constantemente sin que nadie pueda impedirlo. Se supone que se intentaron todos los remedios posibles, y que fue en vano. La solucin, si existe, se encuentra, segn la familia, muy lejos de sus posibilidades.

Dado que las secuencias habituales de comportamiento aparecen como obligatoriamente inevitables a los ojos de la familia, el objetivo del terapeuta ser precisar, con una tcnica de interrogacin flexible, algunos datos concretos.

El desea saber:

a) .Con qu frecuencia, cundo y dnde se da el sntoma? b) .Cmo aparece?

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c) Qu circunstancias pueden conducir a que, inesperadamente el sntoma no se produzca?

d) Cul es la reaccin de cada uno cuando el sntoma aparece?

Si el sntoma es ms o menos constante, las mismas preguntas se aplicarn a los momentos en que se agrava.

Se trata de procurar el mximo de informacin sobre lo que pasa en la familia inmediatamente antes de la aparicin del sntoma y consecutivamente a sta, sin atacar el postulado de su fatal repeticin.

El objetivo es llegar a una representacin de la cadena circular de interacciones que lleva a que aparezca el sntoma y se repita. En el pensamiento sistmico, ese recorrido es la construccin de un modelo que permita organizar de un modo inteligible los datos observados. Esa hiptesis explicativa, en el caso de una familia en la que el sntoma es el ausentismo escolar episdico del nico hijo, podra ser por ejemplo la siguiente: la madre acusa al padre y lo humilla, ste se aleja del hogar y se pone a beber; el chico comienza a faltaf a la escuela y a provocar incendios; la madre requiere la ayuda del padre y le da una nueva posicin en la casa; el padre deja de beber y muestra inters por su hijo; el hijo vuelve a la escuela y simpatiza con el padre, reconociendo sus problemas conyugales; la madre ataca de nuevo al padre, lo humilla, etctera.

Llamamos modelo fenomenolgico a esta descripcin de la circularidad y la interaccin. El diseo de un modelo implica necesariamente una simplificacin y esquemazacin, pero asegura una comprensin vlida de la significacin del sntoma como vlvula de seguridad del sistema homcosttico familiar.

Cules son los rasgos particulares de la familia en lo que concierne a estructura y tradiciones?

Ni el sntoma, ni nuestro modelo fenomenolgico son suficientemente caractersticos como para identificar a una determinada familia. Los mismos sntomas son empleados por muchas familias como refugio frente a dificultades especficas. Para comprender qu peligros amenazan a una familia determinada, es necesario saber ms acerca de su historia particular, su organifl cin jerrquica y las alianzas abiertas o escondidas que existen,

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Los mtodos de interrogacin y observacin siguientes podrn brindar al terapeuta las informaciones deseadas:

a) Preguntas directas acerca de la familia actual y de la familia de origen

Naturalmente, es importante anotar datos objetivos, como nombres, edades, profesiones, enfermedades, muertes y sus causas. Puede ser til registrar el modo en que los acontecimientos se relacionan, realizando un cuadro cronolgio. No habr que omitir el registro de otros elementos de informacin, tambin valiosos, ms subjetivos, como por ejemplo alusiones a rasgos de carcter que se consideran distintivos de algn miembro de la familia, semejanzas admitidas entre algunos de ellos, aspectos de fuerza o debilidad que se adjudican a alguna persona o a la familia entera.

b) Chismero organizado

Hablar de la relacin que uno tiene con otra persona implica una toma de posicin que generalmente se relaciona con el poder deseado y brinda poca informacin vlida sobre el verdadero vnculo. Se obtienen datos ms fcilmente cuando se le pide a las personas que hablen no de la relacin de s mismas con otro, sino. de la relacin de dos miembros de la familia entre s. Por ejemplo, se le puede preguntar a un chico qu piensa de la relacin entre sus otros dos hermanos, o de la reaccin de la madre cuando llega.cl hijo: mayor despus de estar un tiempo lejos de casa.,: A, 1,;

c) Desafo dialctico por formulacin provocadora

Por el peso atribuido a ciertas informaciones recibidas de la familia es posible reformular una descripcin un poco caricatures. ca de la distribucin de roles. Si una madre fue descripta tonto dedicada, es posible representar la relacin familiar de modo que el sacrificio maternal aparece en cualquier circunstancia sin lmi. tes mensurables. Esta puntuacin arbitraria de la interaccin ,permite que aparezcan opiniones ms definidas, ms diferenciadas acerca de las relaciones familiares. Permanecer en silencio ante una descripcin tendenciosa de la relacin, significara, para cada uno, avalarla. Frecuentemente, desmentirla implica una puntualizacin esclarecedora.

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d) Observacin directa de la familia durante las sesiones

Por su manera de ubicarse en el lugar y de comportarse, los miembros de la familia proporcionan valiosas informaciones en el plano analgico sobre la estructura familiar y sus reglas. Observamos habitualmente la disposicin que se da espontneamente en la primera sesin. Ms tarde, tal vez resulta til pedir a los participantes que cambien de lugar para ver cmo influye es-. to en los esquemas de interaccin. Las secuencias interaccionales son tambin de gran importancia. La asistencia de observadores y el uso de la cmara son factores que ayudan mucho. La actividad del terapeuta y su compromiso emocional implican una disminucin importante de sus capacidades de observacin. Por el hecho de no estar sometido a ningn imperativo estratgico, el observador es ms receptivo a la totalidad de las interacciones y puede notar detalles reveladores de alianzas o de conflictos ocultos entre los participantes.4

Modelos sistmicos como guas de la accin teraputica

Hemos visto que es posible concebir un modelo fenomenolgico. Tal modelo pone en evidencia la cadena circular de interaccin que lleva a la aparicin del sntoma en ciertos perodos y a su desaparicin en otros. Esta representacin protege al terapeuta contra la tentacin de acusar a uno de los participantes como responsable del sntoma. Desde una epistemologa sistmica, el hecho de polarizar una secuencia, por ejemplo, entre perseguidor activo y vctima pasiva, lleva a perder contacto con los hechos reales e imposibilita la introduccin de algn cambio. Todo estado relacional estable en un grupo se puede describir como un ciclo cerrado donde los participantes se influyen los unos a los otros por medio de sus actos. El principio homeosttico debe descubrirse en la composicin del grupo y no entre algunos de los partiipantes.

Esto no quiere decir que en el curso de la terapia no sea estratgicamente adecuado introducir puntuaciones arbitrarias del modelo circular. Se podr dar a la familia una interpretacin de

4 Caill y colaboradores, 1979.

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su interaccin que ubique como responsable de todo lo que pasa a. uno de los miembros, mientras los dems son consiiderados pasivos e inocentes. En otra ocasin, uno de los miembros conside rados pasivos ser la verdadera causa de todo el problema.. La etiqueta de "enfermo" puede desplazarse de un participante al otro hasta que el concepto de enfermedad comienza a hacerse dudoso. Este tila) de intervencin puede ser visto como una de! mostracin por el absurdo de la cualidad esencial del modelo fenomemrlogico: su circularidad.

Los modelos que nos ensea la Teora General de los Sistemas nos dan la posibilidad de orientarnos en la compleja realidad que nos rodea, y nos permiten influir en procesos complejos al brindarnos una perspectiva de conjuntos

Un enfoque de este tipo puede ayudarnos a no caer en la pelit grosa tendencia a perder contacto con lo real por la separacin artificial de los fenmenos. Es imposible comprender el proceso dinmico de un grupo a travs del test individual de los participantes. No obstante, los modelos deben adaptarse a la realidad que se proponen representar. Hemos visto la utilidad del modelo fenomenolgico de la familia. Sin embargo, un modelo circular tan simple es ms representativo de una mecnica elemental de autorregulacin, como por ejemplo una habitacin con calefaccin controlada por termostato, que de un sistema viviente complejo. En tanto sistema autofinalista, la familia posee un alto nivel de complejidad y tendremos necesidad de algn modelo ms conveniente para dirigir nuestra accin teraputica sobre la estructura familiar.b

Necesitamos una representacin comunicable de los procesos que mantienen constantemente la estructura familiar y su orientacin hacia un objetivo comn. Los sistemas complejos se caracterizan por el desarrollo simultneo de procesos en una serie de subsistcmas organizados en niveles jerrquicos.?

Un modelo muy complicado, que considerara muchos niveles de interaccin sera poco utilizable en clnica. El modelo simplificado que necesitamos debe remarcar como central el objetivo especfico del sistema, puesto que ese objetivo influir en la estructura y las reglas sistmicas, tanto como stas influirn en su misma definicin.

5 Le Moigne. 1977. 6 Rumcll. 1975.

7 Le Moigne. 1977.

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La finalidad de una estructura familiar determinada debe pensarse como la teora de la familia acerca de s misma en tanto familia. Esto representa algo ms especfico que el ejercicio de funciones familiares de carcter general como lugar de desarrollo de una nueva generacin o grupo de relacin para personas de sexos y edades diferentes. Se trata de la defensa del mito familiar, es decir, de la opinin que la familia tiene de ella misma como unidad y de sus miembros como portadores de rol. Del mito nacen reglas, que a su vez determinan otras reglas que hemos visto operar en el modelo fenomenolgico. El mito justifica entonces las reglas de las reglas, o las metarreglas de la familia. Por oposicin al modelo fenomenolgico, llamaremos modelo mtico al modelo que ntegra las reglas fenomenolgicas, las metarre>glas y el objetivo especfico de la familia, el miro familiar.

La palabra mito, lamentablemente, est cargada de significaciones en parte contradictorias. Aqu la empleamos en el sentido de que toda teora cientfica es un mito. El mito es la manera en que los seres humanos organizan la realidad, y que adems es considerado la realidad misma mientras brinde una expl@acin satisfactoria de los fenmenos observados. Los mitos no son ni vMiones imaginarias ni malentendidos (ya sean las teoras ciendficas o -los mitos familiares). Son explicaciones tautolgicas que, mientras sirven a su objetivo, no pueden ser influidas por una argumentacin 10,vica.

La realidad puede modificarse cuando el medio ambiente deviene otro o cuando aparecen nuevos conocimientos. Si el mito no es suficiente, cada vez ms fenmenos quedarn sin explicar. La tensin aumenta en el sistema y el mito se fortifica y toma un carcter compulsivo, rgido. Se produce un estado de crisis hasta que el sistema se disuelve o un nuevo mito explicativo aparece y da lugar a una nueva estructura del sistema a travs de un rpido salto jerrquico

Como ilustracin de un modelo mtico, podemos presentar de nuevo el ejemplo de la familia en la que el hijo presentaba ausentismo escolar episdico y tendencias pirmanas. Supongamos que despus de algunas entrevistas tenemos datos histricos de la estructura familiar. En la familia materna, durante varias generaciones, las mujeres se separaron precozmente de sus maridos, sea por muerte o por abandono. Se cre una tradicin de

8 Hoffman.1980; Ptau, 1970.

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mujeres solas que educaron solas. a sus hijos. El padre de la familia es hijo nico y su padre muri cuando l era muy chico. El tena la impresin de que su madre deseaba su ayuda, pero al no haber podido crear una intimidad aceptable con ella, se siente fracasado respecto de la mujer que era para l la persona afectivamente tps cercana. En cuanto a su abuela materna, estaba muy,mal predispuesto hacia ella, porque sabia que haba tratado de convencer a su hija de que abortara. La hija dudaba, y fue probablemente la resistencia del padre lo que salv la vida del nio.

Vernos que hay muchos datos que pueden integrarse, pero hay un tema principal, comn a las dos familias: la soledad y la responsabilidad de las mujeres. El comportamiento familiar puede ser considerado como una conspiracin para hacer fracasar una -tradicin: la soledad y el destino infeliz de las mujeres, pero sin atacarla frontalmente. Las oscilaciones en la relacin familiar, ate son la expresin de metarreglas, permiten a la familia evitar .0 compromiso con elecciones absolutas, como intimidad o separacin (para los padres) y pertenencia al padre o la madre (para el hijo).

La interaccin entre padre, madre e hijo, causa de la fluctuacin entre oposicin y alianza entre los padres, mantiene la incertidumbre sobre la relacin y deja intacto el mito familiar sobre las mujeres de la familia, mito que es definido como fatalidad. La difcil relacin conyugal puede romperse y confirmar el mito; puede continuar y transmitir el mito a la generacin siguiente. La relacin disfuncional, constantemente amenazada entre los padres, no habr contribuido a modificar la tradicin familiar sino, por cl contrario, a mantenerla.

La representacin que tiene el terapeuta del modelo mtico, es;siempre muy imperfecta al comienzo. Las informaciones que est modelo debe integrar son dispares en lo que concierne a origen y nivel lgico. Algunas pueden ser fragmentarias o contradecirse. Las primeras intervenciones basadas en aproximaciones groseras del modelo mtico, van aclarando y precisando la naturaleza del mismo gracias al juego de las retroacciones familiares.* En la familia del ejemplo, la intervencin del terapeuta sealando que el abuso peridico del alcohol del padre protege a la madre de una sensacin de seguridad ilusoria y peligrosa, no

Corresponde al francs rdoacdors y al ingls feedback. (N. de ti T.)

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tendra sentido si el mito no existiera. En ese caso, la alusin al hecho de que las mujeres deben evitar los sentimientos de seguridad, no tendra resonancia en la familia. La retroaccin familiar es decisiva para la validacin de una primera hiptesis.

Es muy difcil emprender un trabajo teraputico relativamente duradero con una familia sin tener cierta representacin de sus estructuras y dinmicas especficas. En ese sentido, los modelos sistmicos presentados, el fenomenolgico y el mtico, nos parecen instrumentos vlidos. La sntesis ms o menos definitiva de ambos debe ser el resultado de la fase de evaluacin, y tambin debe garantizar que las informaciones recogidas fueron integradas coherentemente. ..

Aspectos relacionales y factor tiempo

Desde el punto de vista sistmico, la fase de evaluacin representa un proceso dinmico de encuentro entre dos partes movidas por objetivos bien divergentes. La familia quiere desembarazarse del sntoma. El terapeuta desea comprender la razn del sntoma como parte de la estructura homeosttica familiar (modelos sistmicos). El terapeuta, consultado como experto, intenta una evaluacin necesaria antes de decidir si un tratamiento es posible. Siendo la interaccin entre el terapeuta y la familia una fuente primordial de datos e informacin, el primero deber esforzarse para asumir el rol de observador en un proceso en el cual tiene una participacin activa.

Parecera ilgico pretender evaluar en estas condiciones. Segn los principios de la psicologa clsica, el observador estudia al sujeto en un contexto claramente definido. Si el comportamiento del observador u otros elementos de la situacin de examen difirieran mucho de las instrucciones basales, la situacin de prueba perdera todo valor. Una de las premisas de esta forma de evaluacin es que las partes no tengan influencia especfica unas sobre otras. La consecuencia lgica es que el cliente puede repetir el mismo test con el mismo observador a intervalos regulares sin que disminuya el valor objetivo de los resultados.

Segn la epistemologa sistmica, la propuesta misma de diso

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ciar los fenmenos para estuiar mejor cada ftkfe ellos es fuente de errores groseros. Este tipo de pensamiento se origina t?n una epistemologa analtica, muy influyente sin duda no slo en el campo de exmenes psicolgicos sino tambin en nuestros jicios cotidianos. Se supone que los individuos o las familias tieen modos de comportamiento propios y previsibles, que se dan en cualquier situacin. Si se los toma como objetos de estudio, es aceptable no tomar en cuenta el contexto de la situacin o, en todo caso, darle escasa significacin. Esto es impensable en la epistemologa sistmica. Es decir que el proceso de evaluacin debe desarrollarse aqu sobre datos menos simplificados y no conducir a resultados fcilmente cuantificables.

Debemos tomar en cuenta que familia y terapeuta se influyen el uno al otro en el curso del proceso de evaluacin y que la cuestin del control de la relacin est en juego all como en todo vnculo humano. Puede ser til entonces tener una representacin esquemtica de la interaccin que va a tener lugar entre las partes. El modo en que el terapeuta responder a la iniciativa tomada por la familia es determinante para su posibilidad de evaluar el proceso en curso y de aportar modificaciones.

Hemos visto que el punto de partida de la familia es presentar un sntoma -por ejemplo, el hijo no va a la escuela- y pedir al terapeuta que cumpla una tarea determinada: eliminar el sntoma sin cambiar a la familia. Lo que la familia ha intentado hacer hasta ese momento, ahora pretende cumplirlo con ayuda del terapeuta.

El terapeuta debe aprovechar la disposicin favorable de la familia para recoger todas las informaciones que necesita y elaborar un modelo fenomenolgico de la relacin familiar. Con esto, se sustrae a la responsabilidad teraputica "real" que es tener una comprensin general de la situacin, plegarse a la demanda de la familia y buscar en el nio la razn del ausentismo escolar. La falta de modelo fenomenolgico puede poner al terapeuta en otras trampas. La necesidad de mantener cierto control en el tratamicnto podra llevarlo, por ejemplo, a defender cual abogado la causa del que el "verdadero" problema de la familia es el conflicto entre los padres. En ese caso, habra cometido el mismo error epistemolgico que la familia, explicando la situacin por otra puntuacin arbitrarla de una cadena de interaccin ignorada, puntuacin hecha aqu a nivel de los padres y no del hijo.

La definicin de un modelo fenomenolgico brinda al tera

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peuta una perspectiva de conjunto y lo pone en situacin de comprender y respetar la originalidad propia del grupo familiar. Por otra parte, el modelo fenomenolgico es la base racional para poder comentar positiva y simtricamente el comportamiento de cada uno (connotacin positiva). Tambin encontramos aqu la razn de desaconsejar todo cambio inmediato, pues vendra a perturbar la fase de evaluacin.

No obstante, el modelo fenomenolgico no es propio de la familia. La posibilidad del terapeuta para ayudar a que se produzca un verdadero cambio es incierta hasta que no empiezan a revelarse los elementos del modelo mtico. Slo dirigindose a los rasgos particulares de la estructura original de la familia, el terapeuta puede diferenciarse y demostrar su autonoma. De ese modo, se sentir protegido ante las tentativas de incorporacin de la familia y podr iniciar la fase de tratamiento. La significacin del sntoma ser cada vez ms evidente a medida que el mito familiar y las metarreglas se especifican. En ese momento, el terapeuta debe elegir entre las estrategias teraputicas posibles.

Segn nuestra experiencia, es aconsejable alcanzar ese nivel de comprensin a lo largo de las tres o cuatro primeras sesiones de terapia. Las sesiones duran alrededor de dos horas, incluida una pausa de sntesis de media hora antes de los comentarios finales. El intervalo entre las sesiones es de dos o tres semanas.

Cuando en ese lapso no se puede le gar a una definicin aceptable del modelo mtico de la ,mil. el hecho de continuar el contacto con ella sin introducir cambios decisivos en el contexto teraputico nos parece exponerla a riesgos no deseables.

Puede haber muchas razones para no llegar a un modelo mtico esclarecedor. El terapeuta puede haber desconocido aspectos importantes de la interaccin sistmica que tuvo lugar en su contacto con la familia. Esto se puede elucidar a travs de una consulta, de la proyeccin de una sesin grabada en video, o (lo cual es preferible) de la supervisin en vivo. Puede tambin suceder que el hecho de carecer de informaciones indispensables se deba a la ausencia de un miembro importante del grupo familiar, una ta, un cnyuge divorciado u otros.

Por otra parte, no es correcto pensar que la familia es obligatoriamente la puntuacin adecuada en un sistema social para llegar a un modelo mtico que otorgue significacin al sntoma. No es raro que haya que dirigir las investigaciones hacia otro grupo social implicado, como el medio laboral, el escolar u otros sistef

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mas ampliados, como el sistema familia/escuela, o familia/vecindario. La problemtica de las familias de inmigrantes, por ejemplo, prueba que hay que utilizar el enfoque sistmico a una escala la ms amplia que la del nivel familiar.

El factor tiempo es de gran importancia. Cuanto ms tiempo pase sin que el terapeuta, utilizando modelos sistmicos, tenga una visin de conjunto de la significacin del sntoma en la estructura familiar, tanto mayor ser el riesgo de quedar incorporado al mito familiar, atrapado en una relacin interminable. Esta situacin puede llevar al terapeuta a querer demostrar su independencia y autonoma a travs de decisiones arbitrarias, y puede conducir a la familia a abandonar el tratamiento.

,: La familia debe estar informada desde el comienzo sobre 1 duracin de la fase de evaluacin. Esto dar al terapeuta la pos bilidad de declarar eventualmente su impotencia para comprender la situacin familiar y proponer una interrupcin temporaria de las sesiones. La familia tendr entonces la posibilidad de redefinir las premisas del contrato teraputico. Estos pasos son raramente necesarios cuando el terapeuta es consciente de la necesidad de modelos para ordenar las informaciones recibidas de un modo inteligible, y cuando, adems, est dispuesto a rever el contexto de su esfuerzo de exploracin.

Conclusin

Sobre la base de nuestra presentacin de la fase de evaluacin de la terapia familiar sistmica se podr precisar que esperamos mucho del terapeuta en sus primeros contactos con la familia. Debe integrar muchas informaciones de diversa ndole, debe participar activamente en la interaccin y, no obstante, mantener una visin de conjunto de sta, debe construir modelos representativos de la estructura familiar segn una modalidad hipottico-deductiva. Es cierto que esta fase del tratamiento es difcil y demanda del terapeuta objetividad y creatividad. Est constreido a ubicar los hechos en un contexto en lugar de interpretarlos a partir de su propia experiencia. Es necesario el entrenamiento para notar que ciertos hechos que deberan haberse producido no lo hicieron, es decir, para realizar una "observa

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cin negativa". Utilizando el espejo unidireccional del terat, peuta podr aprender mucho y adquirir hbitos tiles observarles do el trabajo de otros colegas o exponindose a una supervisin directa.

Algunos dudarn tal vez de la necesidad de dos model% sistmicos diferentes. Los terapeutas de la "escuela estructural, como Salvador Minuchin y sus discpulos parecen basar sus i q, tervenciones teraputicas en una comprensin de la interaccin familiar que corresponde probablemente a nuestro modelo fenq,, menolgico. Es indudable que un terapeuta de gran talento pu,,, de obtener cambios duraderos en la estructura familiar a travN de intervenciones enrgicas en el plano fenomenolgico, sin ir,., teresarse aparentemente por otros aspectos de la estructura fas millar que estn representados en el modelo mtico. El recorricl0 que lleva a la seleccin de tales intervenciones teraputicas raer,, vez es objeto de explicaciones suficientes, y no se puede garanti\ zar que todo terapeuta posea las cualidades intuitivas que se rt\ quieren para trabajar de esta manera.

La confrontacin del modelo fenomenolgico y del modelo mtico de una estructura familiar permite tomar la significaci6 diferente del sntoma en los dos contextos, y muestra su carct ,, paradjico. Esto abre un camino de seleccin lgica de estrate\ gias teraputicas posibles, aptas para actuar sobre la presenta\ cin paradjica que la familia trae .9

Una fase de evaluacin bien realizada, simplificar el desarro\ llo ulterior del tratamiento. Se podrn prever evoluciones poSi\ bles, y sin mucha dificultad,introducir las correcciones teraputicas necesarias. Sera entonces razonable dar a la col-n prensin terica del contenido y a la prctica de la ejecucin a una evaluacin sistmica, un lugar importante en la enscfianN de la terapia familiar.

9 Selvini Palazzoli y colab.,1978.

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3. ACERCA DE LA INTERVENCION TERAPUTICA Y LAS PREMISAS DE UN CAMBIO REAL

EN LA REI.ACION HUMANA*

Lo que es primordial, es la aceptacin de que las ideas (en un sentido muy general del trmino) poseen su propia realidad. Ellas son lo que nosotros podemos saber, y no podemos scuticptcs, N" 43. Publicado tambin en ingls (lottmal of Marital and Fanily Thcrahhr), en espaol (Terapia familiar). en italiano (Terapia Familiare) y en noruego (Fokrts p6 Familicn).

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mecanismos internos que alteran la capacidad de cambio def sistema, y por lo tanto de supervivencia, literal o funcionalmente. Tales mecanismos deben ser el eje de nuestra exploracin y nuestro esfuerzo teraputico.

Puede ser til entonces revisar algunas hiptesis bsicas sobre la naturaleza y dinmica de la relacin humana, antes de abordar la cuestin de la induccin teraputica de condiciones de cambio.

Naturaleza y dinmica de las relaciones humanas

La esencia de la relacin humana es la concepcin de ese fenmeno en la mente humana

Nuestra comprensin del funcionamiento de los grupos humanos se modific recientemente de manera impresionante. Esto vale tanto para los pequeos grupos como la familia, como para los grandes grupos: clases sociales y naciones. Pasamos de modelos estticos, exageradamente simplificados, a representaciones ms adaptadas, inspiradas en nuevas disciplinas como la ciberntica. Estos nuevos modelos dan cuenta de importantes caractersticas de los sistemas humanos. Muestran el carcter nico de cada sistema, su estabilidad homeosttica y tambin sus cualidades adaptativas. No obstante, esos modelos son al principio difciles de comprender y utilizar. Esto se debe a que refutan la lgica convencional y las evaluaciones cuantitativas; pero, como demostr Bateson en Mind and Nature, lgica convencional y evaluaciones cuantitativas, son mtodos inadecuados para la descripcin de los organismos vivientes y sus interacciones.

Tenemog que descubrir palabras que describan los esquemas que mantienen la unidad de los miembros de la familia aun cuando atraviesen, como individuos, cambios biolgicos y psquicos considerables. Esos esquemas o estilos operacionales mantienen a travs del tiempo una forma identificable, a pesar de las modificaciones. Tienen la importante propiedad de ser la manifestacin exterior o la expresin mimtica de la concepcin que la familia tiene de sf-misma. La familia les otorga gran valor, a pesar de algunas apariencias de querer desembarazarse de ellos; son el testimonio de la existencia de la relacin, por eso su validez es confirmada repetitivamente. La modificacin de algunos

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esquemas puede ser sentida por la familia como un cuestionamiento de la naturaleza o la continuidad de la relacin.

Los sistemas humanos son comparables en este punto con los cerebros electrnicos programados con una finalidad, en el sentido de que constantemente aparecen en ellos datos de significacin combinada. Todo elemento de informacin que aparezca en trminos de similitud o de diferencia en relacin a los participantes, el entorno, sucesos actuales o pasados, debe ser inicialmente comparado e integrado para tener sentido. La "historia" fabricada a partir de esos elementos de informacin, crea y valida a la vez la realidad de su interdependencia.

Si consideramos este aspecto del establecimiento de una relacin humana, debiera ser evidente que hay siempre un aspecto accidental (en otras palabras datos nicamente debidos al ajar), en la emergencia de los esquemas de. funcionamiento de un sistema. Esto garantiza la originalidad de toda relacin humana, y sugiere tambin la transformacin potencial de la relacin que puede aparecer si los factores ya existentes son objeto de una nueva apreciacin y se relacionan de un modo diferente.

Este aspecto accidental de los vnculos humanos es por lo general poco conocido, porque se tiende a explicarlos histricamente, como si fueran inevitables. De manera ilgica, se otorga ms importancia a los acontecimientos de la familia que tienen consecuencias de "mandato". Deberamos no obstante saber que un acontecimiento no tiene sentido sino en un contexto, y que el contexto determina sus consecuencias.

El terapeuta debera recordar que el establecimiento de la relacin familiar es un proceso de alta complejidad. Es por esto que los conceptos mecanicistas de determinacin histrica propuestos por algunos autores parecen improbables. Por ejemplo, es posible que ciertos rasgos de conducta sean adoptados por muchas generaciones como expresin metafrica de una concepcin subyacente de la relacin familiar; sera un error, en este caso, tomar esa expresin metafrica como real factor causal.

La representacin de la relacin que se crea en la mente humana no puede ser homognea

El conocimiento que tanto observadores como participantes pueden adquirir del fenmeno en s-mismo inaccesible de la relacin humana fue descripto por Bateson. Este autor propone que

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la percepcin humana, por su ,naturaleza misma, sigue una trayectoria puntuada por la alternancia de dos actividades. Por un lado, tenemos la observacin de la experiencia, por el otro, la tipologa lgica de esos procesos. En un movimiento pendular, que va de un tipo de actividad a otra, la mente humana, en cierto modo, sube los grados de dos escalas juxtapuestas pero desfasadas, segn un recorrido en zigzag. De un nivel de tipologa va al "estudio de los procesos que han engendrado las diferencias resumidas en la tipologa", y a un nuevo nivel de tipologa (Bateson, 1979).

En nuestro contexto, esos niveles de tipologa corresponden a diferentes niveles de concepcin o de definicin de la misma relacin humana. Tales niveles coexistentes de descripcin pueden ser ilustrados en una familia de tres miembros como se muestra a continuacin, utilizando una versin modificada de los diagramas de Venn. Contrariamente a la lgica clsica, dos descripciones del mismo fenmeno otorgan un mayor grado de precisin que una sola, ya que, al no pertenecer al mismo nivel lgico, no pueden entrar In contradiccin ni debilitarse una a la otra.

Nivel ANivel C

Percepcin o definicin de lasPercepcin o definicin de las

reglas que rigen el desarrollo decaractersticas globales de la

tina interaccin.relacin familiar.

Percepcin o definicin de los roles astunidos por los diferentes miembros del gnrpo familiar.

Por otra parte, la autonoma de los niveles de tipologa implica que cada nivel posible de descripcin es por s mismo una explicacin suficiente del fenmeno. La descripcin de una familia que muestra una clara disposicin de roles, por ejemplo, padre autoritario, madre sometida e hijos obedientes y respetuosos, est en el nivel B. La descripcin de la misma familia como inmigrantes asiticos defendiendo sus caractersticas de minora en una sociedad escandinava permisiva, se ubicara en el nivel C. Esas descripciones pueden coexistir o no. Todas las familias asiticas de Escandinavia no tienen necesariamente una estructura patriarcal. Todas las familias escandinavas que poseen una estructura jerrquica fuertemente marcada no pertenecen a la inmigracin asitica. Esos niveles de descripcin deben mantenerse separados si se quiere evitar la confusin provocada por el establecimiento de relaciones causales entre elementos de informacin pertenecientes a niveles .lgicos diferentes, o, dicho de otro modo, por la creacin de paradojas.

Permanencia y flexibilidad, dos expectativas contradictorias en lo que concierne a la relacin iu.tntana

El deseo de cierta permanencia en la relacin parece corresponder a una profunda necesidad dp los seres humanos. El sentimiento de acuerdo sobre la naturaleza de la relacin se acompaa de una sensacin de estabilidad y armona. Un conflicto acerca de los roles o de las reglas de la relacin provoca ansiedad y aparicin de conductas inhabituales. Esto es enunciado por Shands de la siguiente manera:

As encontramos la paradoja sin fin de la bsqueda de estabilidad y equilibrio, a pesar de que es fcil demostrar que equilibrio y estabilidad son posibles solamente en los sistemas inorgnicos, e inclusive de un modo imperfecto. El equilibrio es incompatible con la vida y con la adquisicin de conocimientos (Shands, 1971).

Este conflicto inmanente, pesado para los participantes, puede sin embargo ser visto por el observador neutral como un signo de vitalidad y potencia creativa de la relacin humana. Se requiere un cierto esfuerzo de adaptacin para establecer una relacin; surge una nueva dimensin en la concepcin del mundo de las personas, comparitda en el futuro por cada una de ellas.

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Nivel D

Percepcin o definicin de la funcin del gntpo familiar en el medio social donde se integra.

Lal relaciones humanas de larga duracin, a las que tradicionalmente pertenecen las relaciones familiares, exigen muchas redefiniciones en el curso de su existencia. Esto es inevitable, dado que la familia debe integrar los cambios biolgicos individuales que modifican su estructura y, a la vez, hacer frente a conflictos interiores o cambios en el contexto social. Las situaciones de crisis parecen propiciar el cambio o la aparicin de nuevas sntesis. Es posible que las relaciones demasiado laxas o demasiado rgidas, no puedan acceder a esos perodos de transicin; estn condenadas a repetir indefinidamente los mismos ciclos de interaccin. La aparicin de nuevas sntesis es definida por Wilden como "un producto de la ultraestabilidad o de la morfognesis: la elaboracin de nuevas estructuras por el efecto de actividades sistmicas" (Wilden,1972).

Los sistemas rgidos, como veremos, registran frecuentemente la aparicin del sntoma, pero la nocin de experiencia del estado de crisis aparece raramente.

La rigidez como emboscada principal de la relacin humana

Donde los refugios se transfornzcin en trampas

No elegimos a nuestra familia del mismo modo en que optamos por un partido poltico; en este ltimo caso, estamos preparados para dejar la organizacin si no responde a nuestras expectativas. La familia es a sus miembros lo que una nave espacial es a su tripulacin. El funcionamiento flexible de todo el sistema es necesario para que los participantes puedan desarrollarse ptimamente en los planos fsicos, psquicos y sociales. Estar a bordo facilita a los participantes las transiciones necesarias.para el desarrollo, a medida que se suceden las etapas psicosexuales esperadas, por ejemplo: identidad femenina o masculina, pubertad, separacin de la familia de origen. Esta pertenencia ayuda, adems, en el surgimiento de actitudes e intereses particulares de cada uno. Como todo sistema viviente, la familia transforma a sus componentes y se transforma a s misma, sin perder su identidad y su finalidad como contexto confiable para los participantes.

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No obstante, los refugios se pueden convertir en trampas. Sucede que los sistemas humanos desarrollan uno de sus programas -la supervivencia- en desmedro de otros y, por esto mismo, comprometen sus posibilidades de adaptacin. Esto corresponde en ciberntica, al fenmeno de run-away (Ashby, 1952). Se sacrifica el desarrollo de los miembros en aras del mantenimiento indiscutido de la relacin.

Una familia disfuncional es-un sistema que respondi a las demandas interiores y exteriores de cambio, transformando su funcionamiento en un estereotipo. Las demandas de cambi se anulan por una reificacin de la estructura familiar. (Minuchin, 1979.)

No hay que cdnfundir una buena descripcin con una explicacin pertinente y debemos admitir que sabemos muy poco acerca de las razones por las cuales algunos sistemas funcionan segn su deseo y otros no lo hacen. Pranaloga con la ciberntica, es razonable pensar que ciertos factores causales son inherentes a los programas de los sistemas, mientras que otros son puramente accidentales. La superposicin de muchos factores puede precipilar a un sistema en un run-away. Por, ejemplo, el nacimiento de un hijo discapacitado, en una familia programada sobre la base de la competencia, o sacudida por la incertidumbre de una desilusin reciente, puede conducir a consecuencias desastrosas. Otro concepto de importancia es que, conforme al principio de equifinalidad, combinaciones de factores muy diferentes pueden conducir al mismo estado de disfuncin sistmica.

Estudios prspectivos podrrt,sportar ms conocimientos sobre las diferentes combinaciones de sucesos que pueden crear un estado de disfuucin en un sistema humano, y, en consecuencia, facilitar acciones profilcticas. Nuestra comprensin actual no se extiende mucho -ms all de los "menos homeostticos que perpetan el estado de disfuncin ya establecido, pero de todos modos, esa comprensin nos permite intervenciones de tipo cuestivo. El verdadero dilema, para el terapeuta confrontado con un sistema rgido es, o bien admitir la superioridad de las fuerzas homeostticas en juego en las estrategias teraputicas posibles, o reducirlas, transformando de nuevo la trampa en refugio y liberando las posibilidades bloqueadas del sistema. La rigidez del sistema familiar es entonces no slo la emboscada esencial de la relacin familiar, sino que tambin puede conducir la relacin teraputica a un callejn sin salida.

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Apuestas familiares contra la persuasin teraputica

1) "Como experto, dganos qu hay que hacer"Los miembros del grupo familiar pueden estar de acuerdo en el hecho de que sus vivencias de relacin familiar no corresponden a la idea que tienen de una relacin familiar normal. Sin embargo, podran llegar a disentir totalmente en lo que se refiere a las razones de tal situacin. Tales perodos de la vida familiar, dominados por el espectro de la disolucin y el sentimiento de que debera hacerse algo, son vividos como tremendas situaciones de crisis. Sin embargo, como mencion antes, son perodos excepcionalmente creativos, en los que pueden aparecer nuevas concepciones de la relacin, o bien pueden crearse formas de interaccin hasta ese momento desconocidas.

La salida del estado de crisis por el recurso de la consulta al especialista no representa seguro una salida favorable.. Las diferencias de opinin se ofrecen al terapeuta para, evaluacin y juicio. Importantes acontecimientos sistmicos, como la expulsin de un miembro del grupo familiar, pueden efectuarse bajo la c(> bertura de una decisin teraputica. La crisis puede atenuarse por un momento, y la familia ya no siente necesidad de comprometerse ms profundamente en el pfticeso teraputico.

2) "Hemos probado todo y nada ayuda"La familia rechaza el principio que indica que todo sistema humano debera ser capaz de encontrar una solucin a los problemas que aparecen en l. Toda persona que tenga alguna experiencia en terapia familiar conoce la fuerza de dicha posicin.

De manera sorprendente, los argumentos que se presentan para apoyar esta opinin son raramente convincentes, a pesar de que