el otro túnel

32
El Otro Túnel (1) Cuento sobre una leyenda contemporánea del Cuzco (2) Para el abuelo beodo (3) En los meses de mayo, junio y julio de 1970, en el Cusco, Perú, capital incaica, en mis (4) ratos libres mientras era mozo de la cafetería La Rosa de los Vientos, situada en la Plazoleta de las Nazarenas 199, escribí (5) este cuento breve basado en una leyenda. Resultado de mi estadía en el altiplano andino durante mi periplo latino-americano que duraría 15 meses, un viaje con bolso estilo marinero al hombro, que recorrí hasta Punta Arenas –lo más austral- y hasta las islas Galápagos –lo más occidental- tantos kilómetros como la cintura ecuatorial de la Tierra, de diciembre 1969 a abril de 1971. Eran los años de la liberación juvenil, las prácticas de relacionamiento sexual sin límite, las drogas alucinantes que abrían las percepciones a la mística y el pacifismo para superar la crisis civilizatoria militarista. Esos jóvenes andariegos eran, unos adalides del poder de las flores, los más de ellos venidos del hemisferio norte y otros del poder de los fusiles, en su mayoría latinoamericanos. Y en esa cafetería se daba la conjunción de ambos grupos de opiniones revolucionarias que trataban de hacer valer sus definiciones en pos del necesario mundo de justo progreso con una lucha ideológica de principios. Unos querían convencer con marihuana otros vencer con guerrilla en aras de abortar el ordenamiento totalitario imperial militarista propuesto por el viejo poder dueño del dinero, explotador del hombre. Esos años, en esa ciudad, las rutas del mítico Imperio del Inca se cruzaban con las rutas del siglo XX por las que aquellos jóvenes rebeldes de los ’60 y 70’ llegaban a un tiempo y un lugar muy estimulante para la elaboración de doctrinas heteróclitas

Upload: erreene

Post on 08-Apr-2016

42 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El Otro Túnel

El Otro Túnel (1)

Cuento sobre una leyenda contemporánea del Cuzco (2)Para el abuelo beodo (3)

En los meses de mayo, junio y julio de 1970, en el Cusco, Perú, capital incaica, en mis (4) ratos libres mientras era mozo de la cafetería La Rosa de los Vientos, situada en la Plazoleta de las Nazarenas 199, escribí (5) este cuento breve basado en una leyenda.

Resultado de mi estadía en el altiplano andino durante mi periplo latino-americano que duraría 15 meses, un viaje con bolso estilo marinero al hombro, que recorrí hasta Punta Arenas –lo más austral- y hasta las islas Galápagos –lo más occidental- tantos kilómetros como la cintura ecuatorial de la Tierra, de diciembre 1969 a abril de 1971.

Eran los años de la liberación juvenil, las prácticas de relacionamiento sexual sin límite, las drogas alucinantes que abrían las percepciones a la mística y el pacifismo para superar la crisis civilizatoria militarista. Esos jóvenes andariegos eran, unos adalides del poder de las flores, los más de ellos venidos del hemisferio norte y otros del poder de los fusiles, en su mayoría latinoamericanos. Y en esa cafetería se daba la conjunción de ambos grupos de opiniones revolucionarias que trataban de hacer valer sus definiciones en pos del necesario mundo de justo progreso con una lucha ideológica de principios. Unos querían convencer con marihuana otros vencer con guerrilla en aras de abortar el ordenamiento totalitario imperial militarista propuesto por el viejo poder dueño del dinero, explotador del hombre.

Esos años, en esa ciudad, las rutas del mítico Imperio del Inca se cruzaban con las rutas del siglo XX por las que aquellos jóvenes rebeldes de los ’60 y 70’ llegaban a un tiempo y un lugar muy estimulante para la elaboración de doctrinas heteróclitas basadas en el modernismo, la política de la lucha de clases y el desarrollo personal introvertido sensible a la psicodelia, las religiones del Extremo Oriente, la meditación y las experiencias místicas logradas al consumir plantas alucinógenas. Así, la fantasía mística de los estados trascendidos de la conciencia interior “subjetiva” y las teorías de la política revolucionaria realista “objetiva”, se embutían en una mortadela, la de "el hombre nuevo".

En este ambiente y con mis juveniles y aventureros 23 años imaginé esta narración pues las ganas de ser creativo estaban muy bien iluminadas en las mañanas libres, con pocos clientes bebiendo algún café y mucho sol a la ventana de aquella memorable cafetería. (6)

Page 2: El Otro Túnel

Las notas en REFERENCIAS, página 12. Sigue el cuento breve.

2

Page 3: El Otro Túnel

Y tengo de ti, de tantas veces, de tantos sueños,de otras vidas y pensamientos

tengo nubes y colores suaves, tengo como globos flotando que titilantengo ese espacio y ese tiempo inmóvilcon novas.

Sé de llegadasde planicies interminables y soles que derriten,de la explosión…

que de cuántas caricias y pieles poco recuerdas y cómo soledad es.Y por tus deseos de rasgar las formas

de oler amarillosde sentir las horizontalesde pensamientos tenues.

Y por tu deseo de integrarte a todo.Y por la presencia del pasado…

del pasado remoto y su historia…

…esto es todo lo mío, la vida breve en un momento tranquilo.Antes, la evocación del pasado me desesperaba, ahora es el sosiego. No dejo de estar en mis recuerdos

y tampoco de temer la locurala cercana muerte de hambre y agotamiento…

¡Y ya tengo mi tumba!, esta tumba largatan larga como para recibir mi enflaquecido cuerpo

ymi angustia larga.

Mis piernas y mis brazos están delgadoslargos mis dedos penden, algo fluye por ellos pero es el tiempo. El tiempo… ya he perdido la cuenta pero debe ser más de una semana… ¿o un mes?El tiempo que me consume, que me destroza en recuerdos y angustias, en la esperanza casi perdida de ver la luz, de volver a la vida…creo que todos allá arriba (y yo también cuando estaba)creo que todos… (qué infames e insensibles, ¡hasta decimos nacemos, morimos, vivimos, qué más da!) ni pensamos, no vemos, sólo existe el estómago, el dormir, el no aburrirsesiempre buscando la diversión pasajera, siempre rehuyendo.El sentido de la vida…Antes, a veces me preocupabaAhora lo siento, lo palpo sin entenderlo… Mi desesperaciónmi inmensa desesperación por salir, por asirme a la vida, por mostrar mi triunfo; me induce a cada uno de mis movimientos ya mecánicos a cada rasguñar la tierra por agua, y no entiendo ¿por qué? Ya debería darme por…¿morirme? ¿morir acá solo?

¿entre la oscuridad?¿en la tierra húmeda?entre¿entre esta fosa…?

3

Page 4: El Otro Túnel

Cuando Carlos murió no murió soloÉl gritó porque sabía que alguien lo oía… (¿o por lo que hice?)gritó y expiródejó la vida y alguien estaba… no la dejaba porque yo lo sentía y lo veía…¿y yo?¿cómo dar un grito? Un desgarrador grito… un aaaah de compasión. Allá arriba a veces daba unos gritos de socorro, gritos que no conmovían a nadie, ni al silencio porque eran de soledad.Hoy quisiera ser oído por lo más, hablar con alguien… esta soledad es tremenda… desde que murió Carlos no he vuelto a pronunciar palabra (tengo miedo) casi he perdido la facultad de hablar… (¿o de discernir?) casi pienso siempre en los gusanos, esa es mi obsesión y es la paradoja: ahora me desespero por encontrar un gusano y sentirlo urgentemente pasar por mi garganta, quizás pronto los gusanos se desesperen por mi… un inaudito banquete del que lo que precisamente falta es la abundancia.

Marcas, marcas, marcasVivo haciendo marcas y repasándolas.El laberinto… ¡esto es lo terrible!Al principio era la oscuridad y el hambre,Luego la soledad.Ahora es EL LABERINTO.Creía, me sentí capaz de encontrar la salida.

Allá arriba tanto que se habla y sin importancia ¿es que presagiamos una soledad como ésta? ¿o es un hábito? ¿o miedo al silencio?

…cuando visité aquel barco petrolero en el Callao y me enseñaron los compartimientos estancos tan profundos y oscuros me imaginé en uno de ellos en un barco a la deriva, sin nadie… yo allá en el vientre con solo un pequeño cuadrado de cielo y de luz y de tiempo.

¿Y el temor de ser sepultado vivo?Tantas narraciones, tantas imaginaciones y horrores. Entre respiración y respiración que contadas contaban mi tiempo entre esfuerzos inútiles desde posiciones imposibles, entre escalofrío y sudor… ver esa muerte.Y ahora ¡esta muerte!

4

Page 5: El Otro Túnel

…tan seguros estábamos de encontrar la salida, tan ufanos de nuestros equipos con lámparas eléctricas y provisiones para varios días…Y ahora esta muerte que ya es de Carlos y que pronto será mía en algún rincón de este laberinto.

¿Qué fue ese ruido? ¿o estaba soñando? He sentido tañer una campana… o es que, así como despierto, en sueños también estoy en mi niñez del internado y las inevitables llamadas a misa tan temprano ¡con ese frío! –siempre me venían a sacar de la cama. Aquel Padre Domingo, tan gordo era que parecía que iba a reventar…. Los esfuerzos que tenía que hacer para evitar largar la carcajada cuando abría su bocaza para comer hostias y la satisfacción con que gozaba “la sangre de Jesús”. Pero tan autoritario que era, ¡cómo odiaba sus órdenes de dedo índice! Que no solo señalaban sino que también dolían; tan duro ponía su dedo y lo descargaba sobre mi nuca…¡ah qué niñez!

Esas campanas… no es la primera vez que las oigo.

Los dedos de mis pies, mis rodillasparecería que la carne se me fuera a despedazar también, la piel fofa, como jirones se me ha idoesa piel blanca-muerta por la humedad de este suelo…¿cuándo llegaré a otra bóveda para que pueda erguirme?Este gateo…

Seguramente el Imperio hizo este túnel así para castigar.-Pero el que de aquí saliera, perdonado estaría.-¿Concederían perdón?... (¿Habrá otra salida?)…-Debieron concederlo; su justa ley daría la vida al que por la vida luchase.-¿Qué mejor purgatorio que éste?

Tiene que haber una salida, debió existir el premio a la lucha por la vida. Aquel condenado a muerte que saliera de ésto, sería premiado con la Libertad. Quien aquí valorara su existencia (después de vivir muerto, enterrado) debe tener en su voluntad el hambre de existir…“La voluntad es la existencia” dijo Schopenhauer y qué tétricamente cierto es aquí.Aquí en donde mi ser se juega en cada manoteo (en las sombras), en cada esfuerzo por espirar (esta densa atmósfera), en cada lento desplazar de mis piernas que como cortejo fúnebre lleva este cuerpo hacia…

5

Page 6: El Otro Túnel

-Debo tener la fuerza así conservaré la vida. Debo seguir teniendo el hambre de existir.

Nono quiero volver a gemirno quiero toparme otra vez con uno de esos esqueletosnoNO.Sé que estoy cerca de uno, he desarrollado un sexto sentido, lo presiento…¡qué dolor!no quiero volver a gritar o volverá a gritarme la soledad desde lo infinito del túnelno, NO…¡esas calaveras con quijadas abiertas de espanto!esos “ojos” inmensos de tanto mirar la oscuridad, vacíos por no tener el pretexto de un horizonte de un horizonte que los corteesos dientes gigantes de tanto pensar en gusanos, en aplastar gusanos,en disputar algunas de sus vísceras bien cargada…aaahCarlos…-yo no quise… ¡tu corazón caliente! …Carlos

¿Qué hago?¿Volteo o sigo adelante?¡Ah, maldita oscuridad!

Cúmulo y luego una cumbreamanecer de un díasiempre arriba.y entoncescuando todo sea luznacer.Recuerdo éste, uno de mis poemas de hace tres años. Aquel futuro (esa vez metafísico) que me salió intempestivamente de adentro, se ha vuelto una

6

Page 7: El Otro Túnel

realidad viva. Ha sido una premonición. Ahora sé, que si salgo de aquí, si vuelvo arriba todo será diferente, será como nacer de nuevo.El tiempo y lo subjetivo se amalgamará para fundirse en un agudo puñal, tan agudo será que se me clavará en los ojos para que vea mejor.

Primero mi mano derechaluego mi rodilla y mi pie derechosdespués mi mano izquierda y la rodilla y el pie…El gateo… ese ritmo interminable, el compás casi silencioso de mi agonía…la mano, la rodilla, el pie; la mano, la rodilla, el pie; la mano, la rodilla el pie: así hasta caer dormido como un feto. A veces (ahora muy pocas) comer esos rápidos gusanos o lamer tierra para beber y siempre, bajando.Al principio el túnel era también en franca bajada pero recto; recuerdo cómo resbalábamos continuamente. Luego aparecieron una serie de galerías; eso nos alegró porque ponía a prueba lo que queríamos afrontar: la capacidad de orientación (esa búsqueda de lo desconocido) y el ingenio. Nuestra brújula y lápices comenzaron a dibujar un plano muy confuso. Las galerías cada vez se ramificaban más y más, el misterio aumentaba y el mapa se volvió imperfecto pues marcaba cruces de túneles donde no los había, eso nos preocupó.¡Tanto cuidado que poníamos en nuestra mediciones y fallábamos!

Comenzó a escasear el agua pero eso no nos importó mayormente porque las filtraciones y la humedad eran abundantes. Tal era, que nuestras botas empezaron a pesar como zapatos de buzo de tanto barro que se acumulaba. Las únicas tareas se volvieron: comer, dormir y limpiar las botas cada 10 o 15 metros.

Abandonamos la confección del plano. También las diversas ropas que traíamos pues descubrimos que el clima aquí dentro es invariable: poco frío (unos 17º C), mucha humedad (más del 90%) y poco aire o enrarecido pues cuando prendíamos fósforos estos ardían lentamente y se apagaban enseguida, además de ser fatigosa la marcha. Así nuestro equipo se aligeró en la bóveda siete (según nuestro plano). Por fin, logramos salir de un sistema de galerías (el tercero), que nos retuvo dos días. Este engañoso tercer sistema nos abrigó la esperanza de victoria pues hubo que subir una “chimenea” tallada en roca viva de diez metros que parecía conducir a la superficie. Sin embargo estábamos decepcionados al no haber encontrado el menor rastro arqueológico.Pero la decepción fue mayor al llegar a una “boca” de la “chimenea”. Ésta sobresalía en medio de una laguna interior. Desde nuestra posición no se divisaba orilla alguna. La extensión de la laguna era muy grande y el espacio que había entre la superficie del agua al techo de la caverna se reducía a sólo un metro. La incertidumbre fue grande. En vano nuestras desgastadas lámparas eléctricas reflejaban en las aguas buscando una orilla. Con el tiempo descubrimos que esta laguna corría, de lo cual dedujimos un desagüe o manantial superficial. Después de un buen rato

7

Page 8: El Otro Túnel

de conjeturas decidimos echarnos al agua. Para mayor seguridad afirmamos una estaca en el borde de la chimenea y atamos una cuerda de quince metros que aún conservábamos, la cual nos daría un radio de acción y la seguridad de que en caso de volver atrás estaría flotando en el sentido de la corriente. Luego (como el techo era tan bajo) haríamos marcas con una tiza que traíamos a esos efectos. En caso de fracasar sabríamos retornar. Hicimos un bulto con comida para dos días y llevamos una lámpara. Dejamos toda la ropa (menos la puesta), botas, cantimploras y la otra lámpara. Conservamos (con su errores) el plano, el Diario y la brújula.

Habremos flotado una media hora con la corriente y llegamos a una pared. El agua se arremolinaba haciéndonos pensar en un pasaje bajo nivel. Sin pensarlo, y con el sólo tiempo de una respiración profunda, nos sumergimos. El mundo negro de esa fría agua era más opresor que en los túneles y la ansiedad fue creciendo con la tensión de los pulmones. De pronto aparecimos en una bóveda, respiramos. La corriente había aumentado y el ruido nos anunció una caída. Entre gritos y ruidos nadamos transversalmente y llegamos a la orilla.En cuanto encendimos la lámpara una inmensa gruta se abrió a nuestros ojos. Nuestro bulto se había hundido en el pánico y la lámpara se extinguía por el agua que había estropeado definitivamente sus pilas.

A partir de ese momento comenzó nuestro gateo…

El sueño; ya casi no puedo discernir entre, lo que vivo concientemente y lo que sueño.¡Se ha vuelto todo tan fantástico! Desde mi enigmática sobrevivencia, a lo misterioso que caracteriza cada nueva gateada, cada recodo del laberinto…Aún la muerte de Carlos…Todo es un delirio, una terrible pesadilla.Y todo apresado en esta oscuridad, en la negra visión sin tregua.

¿Acaso estoy comenzando a tener alucinaciones?... ¡veo una pálida luz! Y presiento que me acerco a una bóveda… sí, el ruido de mi frenético gateo ya no lo ahogan las estrechas paredes del túnel…Sí, veo una luz cenicienta. Dios mío, ¿estará próxima la salida?

¡Increíble!Veo, sé que está, pero me resulta increíble.¡Qué visión!Es un manto de esqueletos humanos diseminados.Son las calaverastodas con esa expresión.Son miles de huesos,en el centro de ese enjambre se alza un gran cono truncado construido en roca. Arriba, una esfinge que tiene en sus manos algo así como una mazorca…¡que parece ser de oro!...¡sí, es una gran mazorca de oro!

El cono debe tener unos cinco metros de alto y su base un diámetro de unos tres. Su superficie está perfectamente pulimentada y en ella (como en todo) se

8

Page 9: El Otro Túnel

condensa una gran humedad. La luz cenicienta proviene de las paredes. Parecería que ha sido revestida toda la bóveda con una tierra fosforescente.

Sí, todo es real.La mazorca es el símbolo de la abundancia y la riqueza.La Esfingei es el Imperio.Su posición inexpugnable ofrece la conquista que da el perdón a este castigo… y la Libertad.¿Pero por qué la Libertad?- O, ¿acaso este es un extraño oráculo al cual sólo venían superhombres o sacerdotes para enclaustrarse?

NO, no puede ser tan raro.Esto es un purgatorioo la condena muerte, esa mazorca me anuncia la libertad y debo conquistarla…-¿o quizás sea la última sublime tentación a la codicia criminal? Y entonces deba seguir otro camino…

…ya he explorado toda la bóveda (es la mayor de las que he visto). No hay más salida que la entrada. Está toda tapizada de huesos y no se ve ninguna boca de túnel en toda la superficie del suelo. El techo está perfectamente tallado en la roca y no muestra la menor grieta o pasaje. El pedestal cónico no tiene indicios de alguna puerta oculta.

El secreto debe estar en la mazorca. Debo llegar a ella.

- ¡ya sé! Con los jirones de mi ropa haré una soga, en el extremo le pondré una tibia y la bolearé tratando de engancharla entre los brazo extendidos de la Esfinge.

…he fallado en todos los intentos; la escalera de huesos, la soga y la tibia; solo me queda hacer un gran montículo con los cráneos y trepar por ellos hasta la mazorca.

Mas de diez horas he estado apilando cráneos.Mas de diez horas he estado sufriendo esta desesperada danza de la muerte; apilándolos por cientos, subirlos y desplomarme una y veinte veces…-habiendo por fin vencido la inestabilidad, me encuentro tenso sobre tan macabra pila,inmóvil y temeroso de tomar entre mis manos a la sagrada mazorca.

Debo hacer un último esfuerzo; vencer el espacio que me distancia más que antes entre la mazorca y mi mano. Estirar mis brazos, tomarla entre ambas manos, apretarla; sí, sentir el oro, sentir el peso (que es grande), y traerla hacia mí.

9

Page 10: El Otro Túnel

¡lo que sospechaba!...-entre los pies de la esfinge se ha abierto una boca negra por la que entraría fácilmente mi delgado cuerpo. Adivino que al llegar al nivel del piso el pasadizo tuerce para darme la salida…-es poca altura, voy a dejarme caer…

A veces conciente, a veces en sueños, esta pesadilla me agobia. Todo deviene una serie alucinante de sensaciones.

el vacíomi cuerpo golpeándose contra las paredesla oscuridadel abismoalgo que me desgarra el talón y la espaldala pared mojadael chasquido de mi cuerpo contra el fondola otra muerte…

La lenta tortura de sobreviviry esta pesadilla…

Creo que mi voluntad… son flaquezas mayores o menores.Ver el cielo. Las cambiantes nubes del verano…Aquella vez en Sacsayhuamán junto a las murallas y mirando el cielo, con ellas vi esa ave; me hizo entender que así como su idiosincrasia era surcar magníficamente el aire

y el azuly la luz

para nosotros los hombres, la obligación y la voluntad debía ser para con la mente, para lo creativo.

Hoy, aquísin cielosin sol,entre lo muerto,sólo veo sobrevivir, desesperadamente sobreviviry nada más.

10

Page 11: El Otro Túnel

los pocos gusanos…los minutos eternos…El barro y mi piel.La mazorca tan pesada.El mundo ficticio que se ha vuelto real.Las imágenes de la oscuridad…-¿o es una pesadilla?

Ya no encuentro gusanos, debo estar a mucha profundidad; el barro ha pasado a ser mi dieta, al menos mitigo el hambre y quizás me alimente. Yo sabía que en la Polinesia hay pueblos que tienen esa costumbre, pero los trastornos que me produce son grandes.

-ah! Se acaba el túnel… una chimenea se levanta sobre mi cabeza. Comenzaré a subirla… la mazorca la ataré en mi brazo derecho y así subiré… poco a poco, descansado…-creo que ya he subido unos veinte metros… continúo (si me cayera de esta altura)

el vacíoel cuerpo golpeándose contra las paredesla oscuridadel abismoalgo que me desgarra el talón y la espaldala pared mojadael chasquido de mi cuerpo contra el fondola otra muerte…-desplomarme una y veinte veceslas calaveras…la otra muertesobrevivir¡Carlos!tu corazónlos gusanoslas campanas…LAS CAMPANAS¡oigo campanas!Sí, las oigo, me ensordecen… ¡ay! mis oídos…me voy a desplomar¡me caigo en el abismo infinito!aahhh…

No puedo dudar que oí campanas. La imaginación no puede ser tan poderosa…Al golpearme contra las paredes me amortigüé. Así sobreviví a la caída.Tengo que volver a subir.Así, poco a poco, un esfuerzo más,de nuevo,

11

Page 12: El Otro Túnel

sin flaquear,otro, otro,otro esfuerzo…-¡siento un murmullo!, ¡veo unas rendijas de luz!Otro poco,un poco mas,ya estoy llegando al final, lo presiento;el murmullo parece una misa; oigo un coro que susurra repitiendo…¡es increíble!... ¿estaré bajo una iglesia?...sí, oigo al cura; hay un piso de madera, parece grueso pero con mi mazorca me haré oír;sí, con mis últimas energías golpearé…golpeo, golpeo-están moviendo algo, siento que todos gritan y se mueven¡están rompiendo algo! (un altar)las cosas se caen, los crucifijos; gritan-¡auxilio!...están exaltados… la madera se raja, una cuña… están rompiendo el piso.-¡aleluya, de nuevo a la vida!Dios… (lloro)DIOS TODOPODEROSO, adorado seas…

Aaahh¡El aire! Es como fuego, estoy respirando llamas, auxilio mis pulmones… me asfixio-madre mía…Carlos… Dios me perdona; tú debes perdonarme me moría de hambre y tú agonizabas… uno de los dos…

-La luz, me ciega.ME ASFIXIO, ME MUERO…

¡Marcela!…domingoel marla casa de frente a las montañas, mi hermano -¡cuidado con el automóvil!la sillael cuarto amarillola explosióntu ausenciaaquel cordero bañado en sangre, la muerte de…

-me miran con ojos despavoridos, se espantan, algunos rezan…me estoy muriendo por eso rezan-el Cura mueve sus labios, el ruido me ensordece…Pide por mí al Señor…Pero dios me abandonalas cosaslos colores

12

Page 13: El Otro Túnel

los ruidos no los oigo yalos movimientos se apagan, la niebla lo cubre todoel lobo… el tiempo aulló también… el barcoMADRE…caigo en un aludmi dios…

Y nos devora el aire y el tiempo grita.

13

Page 14: El Otro Túnel

REFERENCIAS(1) La leyenda tal como la cuentan (en 1970) en el Cuzco es acerca de

dos estudiantes que se metieron en la Chincana grande; un túnel de más de cuatro kilómetros a vuelo de pájaro, que se extendía desde la Fortaleza de Sacsayhuaman hasta el Qorikancha o Templo del Sol sobre el cual los conquistadores españoles construyeron su Iglesia de Santo Domingo. Cuentan que salió uno solo de ellos al cabo de un mes y que murió al respirar el aire más oxigenado de la superficie. En su mano portaba una gran mazorca de oro puro. Dicen que se comió a su compañero y que por esa causa logró sobrevivir hasta la salida fatalmente concluida.

Interpretación: yo entiendo este cuento también de una manera simbólica.- El Túnel: que nos amputa las sensaciones, que nos agobia en elucubraciones mentales, que nos empuja a las peores actitudes aún con nuestros amigos, es la “civilización”.- La Mazorca: ella es la riqueza, la abundancia y la posibilidad de comprar la libertad. Por ella pasamos encima de todos los cadáveres que sean necesarios. Este premio lo da la Esfinge, el Estado y el Túnel, la Civilización explotadora de recursos y masas humanas.- La Salida en la Iglesia: la entrega a Dios de la riqueza social acaparada en dos manos, la compra de la vida eterna. Un negocio mortal y cretino, al fin de cuentas.

(2) En mi recorrido por esa región, primeramente en solitario y luego junto a un compañero uruguayo, asistimos con un grupo de turistas (a quienes nos integramos por casualidad) a la comunicación de un guía quien narraba el origen de las Chincanas y las leyendas producto de las cuales escenifiqué este cuento breve.

(3) Mi abuelo paterno Nicolás Seoane Olivera a quien yo calificaba de beodo (por bromear) pues regularmente al mediodía tomaba unos mililitros de “Caña” con mucha agua diciéndonos que el suave brebaje alcohólico era “un vasodilatador periférico” bueno para el cerebro…

(4) Raúl Nicolás Seoane Novello, mi nombre y mi aspecto en aquellos días lo representan estas fotografías tomadas 1 a 2 meses después en Lima.

(5) El original dactilografiado en rojo (la mitad negra de la cinta no tenía

más tinta) en la máquina de escribir de la francesa y su esposo médico peruano propietarios de la cafetería en esos años. El papel usado fue el de un cuaderno escolar de dibujo sin líneas. La portada original realizada en base a una imagen -recortada y pegada sobre la tapa del cuaderno- muestra el

14

Page 15: El Otro Túnel

interior de una arteria. El título fue adherido letra por letra. Un amigo de mi padre (como tío mío) se lo dio a leer a un escritor conocido quien opinó que era bueno y recomendó que yo siguiera escribiendo. Pocos años después fue presentado con el seudónimo raniseno por mi padre Raúl Seoane Baños -quien lo transcribió del original- en el concurso literario de la Fundación Juan José Morosoli, sin recibir mención alguna.

15

Page 16: El Otro Túnel

16

Page 17: El Otro Túnel

(6) La cafetería al presente renombrada, conserva su aspecto original luego de más de 43 años.

Vista desde lo alto de la plaza, la esquina de la cafetería está a la derecha y yo con un sol de junio de 1970, parecido al de la foto escribí el cuento en las mañanas hacia el mediodía.

Por frente a la cafetería está la Iglesia de las Nazarenas. En la construcción religiosa de la izquierda es más notorio el muro incaico sobre el cual fuera erguida como casi toda construcción desde la conquista española del Cusco.

17

Page 18: El Otro Túnel

18

Page 19: El Otro Túnel

En el Seminario San Antonio Abad construido en 1595, sobre el palacio del inca Amaru Qhala, puerta embanderada al fondo, que en mayo de 1970 estaba semi habitado, pude pernoctar antes de emplearme de mozo en la cafetería de la plaza. Los religiosos jesuitas de la época, gracias a su convicción populista, albergaban puertas abiertas, a mochileros de paso.

19

Page 20: El Otro Túnel

Al presente es el Hotel Monasterio de “lujo categoría internacional”

20

Page 21: El Otro Túnel

Esta fotografía del patio interior impresiona cual si un gran espacio pero no lo es tanto. El árbol puede ser varias veces centenario.

21

Page 22: El Otro Túnel

En una de esas puertas adentro –quizás la de más hacia el fondo- en un suelo cubierto de paja, como un establo, pernocté a mi llegada al Cusco y antes de emplearme en la cafetería.

Pero cuando yo estuve en abril de 1970 se veía más así:

22

Page 23: El Otro Túnel

APÉNDICELas Chincanas de Sacsayhuamanii

La “Chincana Chica”, se encuentra a unos 150 metros al noreste del tobogán del conocido Rodadero de  Sacsayhuamán, es angosta, baja y de recorrido pequeño. La “Chincana Grande”, está ubicada a unos doscientos metros lejos de la Chincana Chica y no es accesible, pues se encuentra cerrada. Sobre ésta existen varios mitos conocidos por la gente del lugar, algunos dicen que tiene túneles subterráneos que conectan Sacsayhuamán con la Catedral del Cusco, e incluso con el Templo de Santo Domingo Qorikancha.

Cuenta la historia que  un día hace muchísimos años, por los cálculos sería a principios del siglo XX, se dice que dos osados aventureros estudiantes -en algunas versiones se

23

Page 24: El Otro Túnel

habla de dos jóvenes españoles, en otras son norteamericanos- decidieron romper el misterio de Sacsayhuaman y se aventuraron a  entrar a las galerías de la Chincana Grande.

Aquella vez los muchachos se llevaron cuerdas y velas porque en el laberinto de los pasadizos, se decía había caídas y bajadas abruptas. De acuerdo a la leyenda una de las puertas llegaba hasta el Qoricancha (Qori significa oro y cancha el lugar) en el Templo del Sol, hoy el convento de Santo Domingo. Se dice que allí había lugares donde los incas escondieron los tesoros de este templo ante la avaricia de los españoles y sellaron las entradas.

En su deseo de encontrar la verdad de muchos mitos escuchados y lo que pasó en el trayecto nunca se sabrá, pero al cabo de dos y tres meses, cuando los padres y amigos ya los habían dado por muertos, uno de ellos logró llegar hasta una puerta enrejada del convento de Santo Domingo, cerca del altar. Había envejecido notablemente y lucía una desgreñada barba… como si hubiesen pasado años desde el inicio de su extraña travesía. Algo que dejó impactados a todos los que lo vieron fue el extraño objeto que portaba en sus manos: un choclo (mazorca) de oro macizo. Dado que esta entrada había sido sellada y nadie sabía a dónde conducía, antes de que pudieran cortar los barrotes, el joven murió.

Desde entonces, las entradas a la chincana se encuentran cerradas. Ahora de tiempo en tiempo circulan historias de turistas desaparecidos tras ingresar por el deseo de hacerse ricos, y luego no salir jamás.

24

Page 25: El Otro Túnel

Existen muchos datos de cronistas e investigadores que nos hablan de este importante túnel (Chinkana) construido por los incas, que conectaba el Koricancha con las murallas de Sacsayhuamán.Hasta el momento, su existencia y origen no se ha documentado lo suficiente. En el Proyecto Koricancha hemos recuperado una extensa bibliografía de distintos autores que pasamos a detallar:

Agnelio Oliva (1542-1572)El Padre jesuita Agnelio Oliva nos relata que: "Huayna Cápac dotó de nuevos, muy suntuosos y grandes edificios y a él es atribuida la construcción del laberinto subterráneo que llaman Chincana, del cual laberinto había salidas a los caminos de fronteras, puentes, fortalezas y otros edificios".

Fray Martín de Morua (1590)En una crónica de 1590, escrita por el padre mercedario fray Martín de Morua, en el capitulo IX nos dice: "Del gran infante y capitán Ausi Topa hijo del famoso Topa Inga Yupanqui… Este valeroso capitán Ausi Topa fue el que por mandato de su padre, hizo un camino debajo de la tierra en la fortaleza de esta ciudad del Cuzco hasta Curicancha que era donde ellos tenían el templo y oratorio del sol y de la luna y de todas las demás huacas que ellos adoraban, hasta la entrada de este socavón en la dicha fortaleza en donde llamaban la chincana aunque ya es perdido y acabado todo, porque no hay quien atine por donde va, sino es solamente la entrada, porque en entrando algún trecho se pierden y no pueden dar con el camino. Porque ni en el dicho paraje del Curicancha no hay memoria de ello y dicen que el inca lo mandó cerrar porque no entrase nadie dentro. Fue como dicho es".Igualmente Morúa, comentando las obras de Pachacútec, afirma que éste construyó el Gran Templo del Sol en el Cusco (Koricancha) y que Túpac Yupanqui, construyó un nuevo templo del Sol dentro de la fortaleza de Saqsaywaman, diciéndonos:"era un templo famosísimo en la fortaleza de la ciudad del Cusco, con infinidad de puertas y una entrada labrada diabólicamente, que era una boca de serpiente que causaba a quienes la miraban espanto... y por ella entraban e iban por debajo de la tierra, al Templo y Casa del Sol llamada Curicancha, la cual puerta se entiende al presente a lo que dicen algunos indios viejos que está en una cueva que ahora se llama la Chingana (sic) que significa cosa donde se pierden".

Historia General de los Jesuitas (1600)En la Historia General de los jesuitas al hacer la descripción de la ciudad del Cusco, se menciona que al construir la Iglesia de la Compañía, se encontraron con una serie de dificultades: …"porque el terreno que era parte de la casa estaba llena de unos

25

Page 26: El Otro Túnel

sótanos o manantiales de agua que en otros tiempos formaban una laguna o pantano, que los incas desecaron extrayendo las aguas hacia el río Huatanay, que por allí cerca pasa y todo el tremedal lo cubrieron con cascajo, llevado a mano, de suerte que todo el terreno de la plaza quedó parejo y enjuto. Para salvar tan grandes dificultades, tuvieron que hacer muchas obras subterráneas, usando de tablones y tapiales y gran suma de losas y piedras labradas que sacaban de la fortaleza y de los demás edificios y antiguallas de los incas, de que están llenos todos los cimientos. Todo éste trabajo se hizo sin tocar la célebre cueva del Cusco que los indios llaman Chincana, la cual hicieron los reyes incas muy profunda y atraviesa toda la ciudad por en medio, con su boca o entrada en la fortaleza de Sarsaquaman (sic) y baja de lo alto por el lado del cerro donde está la parroquia de San Cristóbal y por muchos estados de hondura va a dar y salir a lo que ahora es Santo Domingo, que como queda dicho era el famoso templo de Coricancha y Casa del gran Punchau".Agrega el cronista:"Dicen todos los indios de quien me he informado, que hicieron los incas esta cueva costosa y trabajosa para que en tiempo de guerra cuando los reyes estuviesen en su Sarsaquaman (sic) o fortaleza con toda su gente y ejército, pudiesen con seguridad y sin ser sentidos, ir a su Templo del Sol y adorar a su ídolo Punchau (sic) y ofrecerle incienso y sacrificios y comunicar con él el estado de la guerra y las cosas de gobierno del rey".Finalmente el cronista jesuita dice, que el Padre P. Porfirio, constructor de la iglesia, no tocó esta cueva por ir muchos estados debajo de la tierra y porque dicho socavón no pasa por medio de la citada iglesia, sino un poco más arriba, por medio de las casas obispales.Así como el jesuita captó la versión trascrita, hacia el año 1600, otras versiones subsisten hasta hoy, señalando la existencia del zaguán subterráneo entre la fortaleza y el local de los jesuitas (actual Universidad sobre la plaza de Armas del Cusco) que en tiempo de los incas fuera palacio de Huayna Capac, llamado Amarucancha.

Garcilaso de la Vega en Comentarios Reales de los Incas (1609) explica que:“Una red de pasajes subterráneos, tan largo como las propias torres estaban todos conectados. El sistema era compuesto de calles y alamedas partiendo en todas las direcciones, todas con puertas idénticas. Era tan complicado que ni siquiera los más valerosos se aventuraban a entrar en el laberinto sin una guía de orientación que consistía en un rollo de cuerda o brabante grueso atado a la puerta de entrada para ser desenrollado a medida que se fuese avanzando por los túneles. Cuando niño acostumbraba a ir hasta el fuerte con los chicos de mi edad, pero no nos atrevíamos a ir muy lejos, permaneciendo siempre en lugares donde hubiese la luz del sol, pues teníamos mucho miedo de perdernos, después de oír todas las historias que los indios nos contaban sobre el lugar…”Garcilaso continua señalando: “Algunos de los túneles llegaban a Cusco, a tres kilómetros de distancia, comunicando Saqsaywamán con el Koricancha y otros edificios. Otros túneles se adentraban hacia el mismo corazón de los Andes, sin saber a donde conducían exactamente.”

Felipe Guaman Poma de Ayala (1615)El indio Felipe Guaman Poma de Ayala, durante más de treinta años, viajó por todo el Perú recogiendo material para su obra, escrita en un español bastante defectuoso y mezclado con muchos vocablos quechuas. Su obra, Nueva Crónica y Buen Gobierno (1615), constituye un universo particular que rebasa las relaciones de hechos notables, se extiende hasta casi alcanzar una jerarquía enciclopédica andina, asombrando a los eruditos por su precisión y su riqueza temática.Guaman Poma conocía las obras de los cronistas que le precedieron, pero por su cuenta recogió sobre el terreno y de viva voz de sus connacionales, tradiciones y narraciones referentes a la historia de los incas. En relación a la famosa Chinkana Grande de Saqsaywaman menciona que existía un camino subterráneo o Chinkana de

26

Page 27: El Otro Túnel

Calispuquio, que iba hasta el Koricancha en el Cusco, existiendo una relación con ellas con Saqsaywaman y Pucumarca Suchuna (Rodadero): "Como tenía grandes fortalezas llamado, Sacsaguaman y Pucamarca, Suchona Callis Pucyo, Chingana el agujero de debajo de la tierra llega hasta Santo Domingo, Curicancha del Cuzco éstos fue la gran fortaleza y Pucara del Inga, hecho de todo el reino"

Fernando de Montesinos (1628) residió durante largo tiempo en el Perú a donde llegó acompañando del virrey Chinchón en el año 1628. Jesuita y además doctor en derecho eclesiástico vivió más de 15 años en el Perú, viajó por todo el país y se dedicó a una inconcebible variedad de actividades.Al relatarnos el cambio de dinastía de los Amautas a los Incas y como éstos se introdujeron en el gobierno, trata de Mama Ciuca, en la que su hijo Inca Roca, lo lleva ocultamente a la chinkana, cueva notable que cae sobre el Cusco y hoy barrena a todo hasta el convento de Santo Domingo, que antiguamente fue Casa del Sol, vistiéndolo con láminas de oro y pedrería que brillaba a los rayos del sol. Resumiendo esta leyenda, se dice que Mama Ciuca, quiere hacer pasar ante el pueblo que su hijo ha sido escogido por el Sol y para esto lo hace llevar ocultamente a través de un túnel existente entre el Koricancha y Saqsaywaman, logrando su propósito, haciendo que sea reconocido como rey, el primero de la dinastía de los Incas. Otros cronistas como José de Arriaga, comentan igual leyenda, sosteniendo que el nombre de este joven fue Manco Cápac.

Antonio de la Calancha (1635)El cronista agustino Calancha, al tratar sobre la fortaleza de Saqsaywamán en el Cusco, dice: …los incas construyeron un camino por debajo de tierra de más de diez cuadras, todo labrado que comunicaba dicha fortaleza con el Templo del Sol. A éste subterráneo lo llamaban "La Chingana" que es lo mismo que decir, donde se pierden o se esconden o laberinto.

M. Rivero y J. Tschudi en Antigüedades Peruanas, (Viena 1851) escribió:“…Estos fortines se hallaban en comunicación subterránea unos con otros, así como también con los palacios reales y con el templo del Sol de la ciudad. Tales trabajos subterráneos eran según la tradición muy ingeniosos: de ordinario tenían cuatro pies de ancho y un estado de alto, pero en ciertos trechos se engolfaban y había en las paredes piedras puntiagudas de modo que un hombre solo podía pasar por en medio de ellas, o bien su altura se disminuía tanto que solo a gatas era posible el tránsito. Todo esto con el objeto de poder salvar los tesoros de la ciudad a la fortaleza e imposibilitar una persecución enemiga, pues detrás de cada estructura había una capacidad bastante ancha para defender el paso contra un ejército entero”.

Ernst Middendorf publica entre 1893 y 1895 su libro “Perú”, precisando que en realidad habría dos Chinkanas, una en la cumbre de Saqsaywamán en conexión con el Templo del Sol y con la Casa de las Escogidas, y otra a los pies de la Piedra Cansada (Chinkana Grande). Ambas serían de origen natural, originada por el resquebrajamiento de las rocas calcáreas por las acciones volcánicas. Los túneles interiormente no estarían abovedados, sino cubiertos por lajas que descansaban sobre carricillos labrados en los muros.“ ...Si bien no se encuentran en la colina del Sacsahuaman restos de muros, hay allí la entrada a una cueva, sobre la que se cuenta toda clase de fábulas. Afirman que se trata de la entrada a un laberinto de galerías subterráneas que en tiempos antiguos unían la Fortaleza con el Templo del Sol y la casa de las Vírgenes Escogidas. Por el peligro de extraviarse que corren quienes se aventuran a entrar, la cueva se llama La Chingana. En realidad, estas cuevas son grietas naturales, tal como existen también en otras montañas calcáreas, y que aquí parecen ser aún más frecuentes debido a la acción volcánica. También al pie de la llamada Piedra Cansada, se encuentra el

27

Page 28: El Otro Túnel

ingreso a una cueva de esta naturaleza, conocida igualmente con el nombre de Chingana”.

William Montgomery McGovern en 1927, doctor del Museo de Historia Natural y Etnológico de Sudamérica, y miembro del Board of Oriental Studies de Londres, en su libro titulado "Jungle Paths And Inca Ruins" afirma:"Cerca del fuerte de Sacsayhuamán existen muchas y extrañas cavernas en dirección al fondo de la Tierra, donde altares a los dioses de las profundidades eran esculpidos en roca viva y muchos de los huesos esparcidos por allí dicen ser de los sacrificios que habían sido realizados allí dentro. La salida de una de esas cavernas, la Chinkana jamás fue encontrada. Dícese estaba unida por un enorme pasaje subterráneo hasta el Templo del Sol, en el corazón del Cusco. Dícese firmemente y con razón, que dentro de esa caverna estuviese escondido gran parte del oro de los emperadores incas, el cual fue guardado allí para no caer en manos de los conquistadores españoles. No obstante, la caverna es tan grande, tan complicada, con pasajes tan intrincados que el secreto jamás fue desvelado.Dícese que en realidad, apenas un hombre consiguió el pasaje para el Templo del Sol y que cuando salió cargaba dos barras de oro en las manos. Sin embargo, después deambulando por los complicados pasajes subterráneos, estaba tan perturbado mentalmente que falleció tiempo después. Desde aquella ocasión, muchos se aventuraron por las cavernas, sin jamás haber vuelto. Unos dos meses antes de mi llegada al sitio, la desaparición de tres personas importantes dentro de las cavernas hizo que el prefecto del Cusco prohibiese la entrada a la misma y así impidió que se pudiese descubrir los secretos y tesoros de los incas para siempre".

i “En la mitología griega, la Esfinge (en griego antiguo Σφίγξ, quizá de σφίγγω, ‘estrangular’) era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave.” En el cuento se alude a la representación conceptual no así a la representación escultural.ii Extraído y adaptado de: www.world-mysteries.com ; www.peru-misterios.blogspot.com ; www.peruguiding.com; http://www.cuscoperu.com/articles/travel/la-chincana-de-sacsayhuaman-espanol-2 ; etc.

28