el gobierno de odrÍa

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EL GOBIERNO DE ODRÍA

La historia política actual considera que el go-bierno de Manuel A. Odría tuvo dos etapas muymarcadas. La primera habría correspondido al esta-blecimiento de una junta de gobierno, el 28 de oc-

tubre de 1948, hasta la realización de las eleccionesgenerales de 1950. La segunda abarcaría su gobier-no constitucional desde el 28 de julio de 1950 al 28de julio de 1956. Sin embargo esta interpretación esmeramente formal, ya que las características políti-cas y económicas del régimen serían las mismas.

EL RÉGIMEN OLIGÁRQUICOEL RÉGIMEN OLIGÁRQUICO(1950-1968)(1950-1968)

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El texto está dividido teniendo en cuenta la evo-lución de la estructura del Estado y de la sociedadcivil. Partimos de este criterio, ya que los cambiosproducidos en las últimas décadas y la situación ac-tual del país están relacionados con la crisis irre-suelta que se abrió con el ocaso del Estado y la so-ciedad oligárquicos. A partir de 1968 se ha intenta-do implementar desde el aparato del Estado proyec-tos políticos en la búsqueda de dar al país una nue-va fisonomía que garantice el establecimiento de unverdadero Perú moderno.

Distinguimos, entonces, entre régimen y gobier-no. El primero corresponde al marco que define elcontexto en el cual se desenvuelve el segundo. Eltratamiento de los gobiernos está enmarcado dentrode los regímenes existentes en las últimas décadas:oligárquico, militar y populista. El régimen neolibe-ral, bajo el actual gobierno de Alberto Fujimori, noserá abordado.

No se trata entonces de períodos definidos a par-tir de la historia política del Perú. Es obvio que esetipo de periodificación es obsoleto y tradicional. Co-

mo tal, tratamos un solo período de la historia pe-ruana: el del Perú contemporáneo. En tanto regíme-nes, cada uno de éstos intentó, a través de la pugnade diversos proyectos políticos, darle al país unaconfiguración y un ordenamiento correspondientescon los intereses de los nuevos sectores dominan-tes, especialmente desde la crisis del régimen oligár-quico. Pero a la par de este proceso político, se hadesarrollado en la base una revolución económica ysocial impulsada por sectores emergentes –informa-les, migrantes, etc.– que ha dado al Perú un nuevorostro. A pesar de los intentos de los diversos go-biernos por dirigirlos y de los regímenes por incor-porarlos a sus proyectos, la revolución de estos sec-tores emergentes ha tenido un desarrollo propio.

En términos formales, en cada parte es posibledistinguir dos grupos de capítulos: el primero dedi-cado a los principales hechos políticos, incluyendola aplicación de políticas económicas y las protestassociales –que inciden sobre la coyuntura política–,y el segundo a un balance general político, econó-mico y social en términos procesales.

INTRODUCCIÓN

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Odría sentó las bases del Oche-nio mediante una serie de medidasque le asegurarían el control delaparato del Estado y la adhesión delos grupos económicos agroex-portadores y del capital extran-jero. En cuanto al control de lasituación política interna, Odríadeclaró ilegales al Partido ApristaPeruano (PAP) y al Partido Comu-nista Peruano (PCP), decretando lasuspensión de las garantías indivi-duales mediante la ley de Se-guridad Interior de juliode 1949. A través de estemecanismo le fue posiblecontrolar y reprimir a losprincipales partidos coninfluencia en las organi-zaciones sindicales y po-pulares, y a otros sectoresde oposición a su gobier-no. Además, con ello sedaba la “paz social” ne-cesaria para fomentar lainversión de los capitalesprivados y extranjeros.

En su política econó-mica, Odría hizo impor-tantes concesiones a losagroexportadores. Lasdificultades causadas porel reajuste de postguerradurante el gobierno deJosé Luis Bustamante yRivero y por el procesode inflación interna obli-garon al Estado a decla-rar el control de precios,el control de cambios yde comercio.

En diciembre de1948, la junta militarrestableció la libertad decomercio y de cambio ysuprimió el requisito delicencia para importar,pero mantuvo la presiónen el mercado de divisas.También se otorgó a losexportadores la disponi-bilidad del 55% de sus

divisas, reservándose el Estado el 45% res-tante al tipo de cambio oficial. Sin em-

bargo, esta medida no era suficientepara los seguidores de la política li-beral, ya que obligaba a los expor-tadores a depositar dichas divisasen el Banco Central de Reserva(BCR) recibiendo a cambio un

certificado negociable en el merca-do. Esta medida –y las que vendrían

después– muestra que a pesarde que Odría estaba a favor de

una política económicaliberal (una de las prin-cipales razones del gol-pe de 1948), su aplica-ción era restringida parapoder asegurarse márge-nes de maniobra políti-ca. Ello provocaría en elfuturo la oposición delsector agroexportador algobierno de Odría.

En agosto de 1949 elgobierno contrató unamisión económica y fi-nanciera presidida porel economista nortea-

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La crisis política en la que se vio envuelto el gobierno deBustamante y Rivero en 1948 culminó con el golpe de

estado de Manuel A. Odría el 27 de octubre de dicho año.

El general Odría contó en un inicio con el apoyo de los agroexportadores, uno de losprincipales sectores económicos de la llamada oligarquía peruana.

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mericano Julius Klein e integrada por especialistasde las distintas ramas de la economía, la que perma-neció varios años en el Perú y presentó al gobiernoinformes y soluciones a los problemas económicosmás urgentes. El 5 de noviembre de 1949 la misiónKlein presentó un memorándum donde proponía laaplicación de una serie de medidas liberales y seña-laba como causas de la inflación el incremento exa-gerado del circulante por los déficits fiscales y la ex-pansión del crédito derivado del aumento de esecirculante, indicando que las consecuencias seríanla subida de los precios y de la cotización del dólar.Ese mismo día se eliminó el control del tipo de cam-bio, se suprimió el tipo de cambio oficial y se resta-bleció el mercado libre del dólar, lo que provocó susubida de 6,50 a 14,85 soles. Los exportadores dis-pondrían además del total de los certificados de di-visas. La reorganización del sistema imperante hizosubir los precios, pero meses después vendría el au-mento de las divisas debido al auge de las exporta-ciones entre 1950 y 1952, que estabilizaría el mer-cado interno.

La política de mercado libre y el establecimientode una legislación favorable atrajeron inversionesde capitales extranjeros, que incidieron en el inci-piente proceso de industrialización. Esto propicia-ría el aumento de la producción, pero la mayoría delas industrias que surgieron o se desarrollaron enese contexto eran dependientes de los grandes con-sorcios extranjeros. Tal fue el caso de la direcciónque tomaron la minería, la explotación petrolera, laindustria manufacturera y la producción de energíaeléctrica.

LAS ELECCIONES DE 1950

Inicialmente, el golpe de Estado buscó legitimar-se como una respuesta frente al peligro de que elPAP estableciese una dictadura, por lo que tácita-mente se pensaba que la situación era transitoria yque pronto se realizarían elecciones. Sin embargo,los opositores al PAP temían que fuera demasiadopronto, por lo que se optó por una salida electoralque garantizara la permanencia de Odría en el poder.

En su mensaje de julio de 1949, Odría anuncióimportantes cambios en el estatuto electoral, inclu-yendo que los escrutinios se realizarían en las me-sas de votación y que los jurados departamentalesse limitarían a la revisión de los resultados, declara-ción que presagiaba una pronta convocatoria a elec-ciones. Para crear las condiciones de una candida-tura como la del general Odría, Pedro Beltrán –prin-

cipal vocero del sector agroexportador– declaró enreceso, en abril de 1950, a la Alianza Nacional, unmovimiento de carácter liberal que él lideró bajo elgobierno de Bustamante y Rivero; cerrando las po-sibilidades de una candidatura civil, ya que los úni-cos partidos políticos con posibilidades de articularuna propuesta frente a Odría estaban fuera de la ley.Antes de lanzar su candidatura, Odría debía renun-ciar a la presidencia de la junta militar para cumplirformalmente lo estipulado en la Constitución de1931. Ello se produciría el 1º de junio de 1950, he-cho conocido como “la bajada al llano”, dejando ensu lugar al general Zenón Noriega.

Las elecciones se realizarían en un contexto fa-vorable al gobierno ya que se mantenía en vigenciala ley de Seguridad Interior. Las garantías constitu-cionales continuaban suspendidas y se imponía pe-nas de cárcel y destierro a los delitos calificados deterroristas. Asimismo, las autoridades políticas te-nían facultades de jueces, no pudiendo intervenirlas autoridades judiciales sino hasta que el gobier-no lo dispusiera. El encargado de mantener el or-den interior fue el director de gobierno AlejandroEsparza Zañartu, personaje que Mario Vargas Llosaretrató en su novela Conversación en La Catedral. ElPAP y el PCP, duramente golpeados por las medi-das represivas del gobierno, estaban incapacitadospara organizar una sólida oposición a Odría. ElPAP, particularmente, se hallaba dividido por loshechos de 1948, y su líder, Víctor Raúl Haya de laTorre, se hallaba asilado en la embajada de Colom-bia. La brevedad del plazo para la realización de laselecciones no impidió el lanzamiento de una candi-datura contrapuesta a la del general Odría. La úni-ca candidatura posible era la de un militar, tratan-do de que el ejército garantizara los resultados delas elecciones; surge así la candidatura del generalErnesto Montagne lanzada por la Liga Democráti-ca, un movimiento político de carácter liberal lide-rado por Ignacio Brandariz y que tenía como voce-ro al diario Jornada.

Inicialmente, los miembros de la junta de gobier-no intentaron rechazar la candidatura y descalificaral general Montagne, confiados en que no existíanposibilidades de organización de una oposición co-herente frente a la candidatura oficial.

En este contexto estalló en Arequipa una seriede protestas en contra del gobierno. En junio seprodujo una huelga estudiantil en el colegio de laIndependencia, a la que se sumaron los universita-rios; las autoridades respondieron disparando sobrelos manifestantes. La ciudad, indignada, convocó a

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una manifestación en la plaza de armas para el día13 de junio, que también fue reprimida, iniciándo-se enfrentamientos que durarían hasta el día si-guiente. La población atacó el casino militar, sien-do tomados los locales de la municipalidad, la pre-fectura, el aeropuerto y varias radioemisoras, levan-tándose barricadas y realizándose grandes manifes-taciones.

Ante tal situación, se formó una junta proviso-ria de gobierno presidida por Francisco Mostajo, lí-der de la Liga Democrática en Arequipa y candida-to en la fórmula de Montagne. También participóen la junta Héctor Cornejo Chávez, futuro líder dela Democracia Cristiana (DC). Todas las organiza-ciones sindicales se declararon en huelga y se unie-ron en un Comando Supremo de Obreros y Em-pleados.

La junta provisoria trató de negociar. En la no-che del 14, cuatro parlamentarios salieron del mu-nicipio con bandera blanca y fueron abaleados, fa-lleciendo dos de ellos. Se produjo entonces la inter-vención del Ejército, que controló la situación conun elevado saldo de víctimas. La huelga de los tra-bajadores, sin embargo, seguiría por unos días más.Finalmente, el gobierno responsabilizó de los acon-tecimientos a los “apro-comunistas” y a los partida-rios de la Liga Democrática, persiguiendo a la opo-sición y deteniendo al general Montagne, acusándo-lo de complicidad. Frente a esta situación, el JuradoNacional de Elecciones (JNE) se negó a inscribir lacandidatura de Montagne, con lo cual Odría se pre-sentó como candidato único. El resultado oficial delas elecciones generales realizadas el 2 de julio fue

de 550 779 votos (100,0%) a favor de Manuel A.Odría.

LA BONANZA ECONÓMICA Y LAPOLÍTICA DE OBRAS PÚBLICAS

Líneas arriba hemos señalado las principales me-didas que sentaron las bases del Ochenio. A partirde 1950 el gobierno de Odría dictaría nuevas medi-das favorables a la inversión de capitales privados yextranjeros, siempre bajo la asesoría de la misiónKlein. Ésta presentó en 1950 un proyecto que mo-dificaba el impuesto a la renta con el objetivo de au-mentar la recaudación tributaria, luego de liberali-zar la economía. Se planteaba, igualmente, el reem-plazo del sistema de impuestos cedulares –que agre-gaba cada cierto tiempo impuestos complementa-rios– por el de impuestos progresivos, aplicable tan-to a personas naturales como a sociedades anóni-mas. Este proyecto fue presentado al Congreso porel ministerio de Hacienda y Comercio, pero fue de-sestimado debido a la presión ejercida por la Socie-dad Nacional de Industrias y por la Cámara de Co-mercio, ya que implicaba la elevación de la tasa delos impuestos a las utilidades y subutilidades, a losdividendos de acciones al portador y a la renta depersonas o entidades establecidas en el extranjero.

Entre las leyes de apoyo al sector privado se dic-tarían principalmente las siguientes:

–El Código de Minería (1950), que incorporabaa las empresas mineras al impuesto general a las uti-lidades comerciales e industriales, derogando el de-recho de exportación que pagaban a cambio de un

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Manuel A. Odría obtuvo el100% de los votos en las

elecciones del 2 de junio de1950, en un proceso

considerado irregular.Candidato único, Odría había

acusado de conspirador algeneral Ernesto Montagne, suprincipal adversario electoral,

quien tuvo que salir del país.

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pago ad-valorem por el mineral exportado. Tambiénse reconoció la deducción por agotamiento de lamina y se liberó a las empresas mineras de todo im-puesto creado o por crearse, por espacio de 25 años.

– La ley de Petróleo (1952), que permitía la ex-plotación de nuevos yacimientos, estableciendo unrégimen tributario especial para el sector.

– La ley de Industria Eléctrica (1955), orientadaa estimular la inversión del capital privado en estecampo frente al crecimiento de las necesidades ur-banas, razón por la cual se daba mayor importanciaa las obras de servicio público.

El crecimiento económico de estos años no sólose debió a la política de libre cambio sino también aque desde la década de 1950 el Perú contó con unnuevo producto de exportación: la harina de pesca-do, que lo convirtió en la primera potencia pesque-ra del mundo. El impulso de esta rama productivaprovino principalmente de Luis Banchero Rossi.

En cuanto al sistema financiero internacional, elgobierno de Odría realizó coordinaciones con elFondo Monetario Internacional (FMI), lograndocon el crecimiento de las reservas internacionalesque la deuda externa se redujera de 716 a 666 mi-llones de dólares.

Si bien el gobierno de Odría fue producto de laAlianza Nacional, muy pronto alcanzó una ciertaautonomía, desestimando algunas de sus principa-les indicaciones relativas a la forma de conducir laeconomía del país. Ello fue posible gracias a la co-yuntura internacional de la guerra de Corea, queoriginó una mayor demanda de nuestras materiasprimas con mejores precios, lo que aumentó nues-tros ingresos de divisas y permitió un equilibrio enla balanza de pagos. Con dichos ingresos, Odría in-

crementó notablemente el gasto público, contra-riando las fórmulas liberales relativas al equilibriofiscal.

De 1950 a 1955, el gasto público alcanzó el 13%del producto bruto anual, porcentaje destinado fun-damentalmente a la realización de importantes pro-gramas de obras públicas. Mediante esta política elgobierno buscaba movilizar recursos y distribuirprebendas que facilitaran el enriquecimiento de susallegados y, al mismo tiempo, satisfacer parcialmen-te las exigencias de empleo y servicios públicos delos sectores populares migrantes. En ese sentido elgobierno de Odría dictó una serie de medidas socia-les como el Seguro Social obligatorio para emplea-dos públicos y privados, el salario dominical, el de-recho a no perder los beneficios sociales por despi-do debido a inasistencias injustificadas, el pago debeneficios sociales antes de las 48 horas del retirodefinitivo del trabajador, y la participación de losempleados y obreros en las utilidades de las empre-sas, antecedente de la comunidad industrial. Parapoder institucionalizar dichas medidas, Odría creóel ministerio de Trabajo y de Asuntos Indígenas; asi-mismo, para garantizar la movilización política desus allegados y de los grupos populares urbanos be-neficiados por las obras públicas, sus más importan-tes colaboradores organizaron el Partido Restaura-dor y se otorgó el voto a la mujer.

Entre las principales obras públicas se encuen-tran la construcción de unidades vecinales y deagrupaciones de viviendas para obreros, de las se-des principales de los ministerios de Salud, de Edu-cación, de Trabajo y Asuntos Indígenas, y del hos-pital del Empleado. En cuanto a la educación, seestableció el Plan de Construcciones de Escuelas

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La construcción del HospitalCentral del Empleado (llamadohoy Edgardo Rebagliati Martins)fue iniciada durante el gobiernodel general Odría. Este edificiofue inaugurado el 3 de noviembrede 1958 durante el mandato deManuel Prado Ugarteche.

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Primarias, que incluía las Grandes Unidades Esco-lares (GUEs) como tipo especial de organizaciónescolar en todas las capitales de departamento. Secreó también la Junta de Asistencia Nacional(JAN), cuya dirección estuvo a cargo de María Del-gado de Odría, esposa del presidente.

Para garantizar la lealtad de las Fuerzas Arma-das, se incrementó su presupuesto, se compró nue-vo material bélico y se modernizó las principalesinstituciones de formación de sus cuadros.

LA CRISIS POLÍTICA DEL GOBIERNO

El año 1953 marcó el final del auge económicoiniciado en 1950. Luego de la guerra de Corea, la si-tuación económica se vio afectada por la baja en losprecios de nuestros productos de exportación. Paramantener su política de obras públicas, el gobiernoincrementó la deuda interna, llevando a una expan-sión monetaria y crediticia que provocó la subidadel tipo de cambio y el incremento de la inflación.En febrero de 1954 el gobierno se vio obligado a re-conocer la existencia de problemas económicos. Lassoluciones planteadas entonces implicaban la apli-cación de una serie de medidas liberales como la re-ducción del gasto público, la limitación de las obraspúblicas y la disminución de la emisión monetariay el crédito bancario. Para mantener el tipo de cam-bio se solicitó un préstamo de 30 millones de dóla-res al FMI, al departamento del Tesoro de EstadosUnidos y al Chase Manhattan Bank.

La política económica aplicada hasta ese mo-mento por Odría le había otorgado una relativa au-tonomía política respecto del grupo agroexportadorque había auspiciado su ascenso al poder. Las dife-rencias políticas existentes se hicieron evidentes,sin embargo, al avecinarse la crisis económica,cuando los exportadores inician unacampaña de oposición al gobierno. És-tos encontraban que el comportamientopolítico de Odría resultaba cada vez más“arbitrario”, razón por la cual el mismogrupo que patrocinó el golpe de 1948propuso, a través del diario La Prensa, elretorno al “Estado de Derecho”.

Las diferencias y divisiones políticas también seexpresaron al interior del gobierno y las Fuerzas Ar-madas. En agosto de 1954 el gobierno acusó de su-blevación al general Zenón Noriega, primer minis-tro y ministro de Guerra, destituyéndolo de su car-go y deportándolo a los Estados Unidos. El 20 dejulio de 1955, los redactores del diario La Prensaprepararon una declaración en la que exigían la de-rogatoria de la ley de Seguridad Interior, la reforma

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En los dos últimos años de su gobierno,Manuel A. Odría fue blanco de la crítica

política. El diario La Prensa, por ejemplo,exigió la derogatoria de la llamada Ley de

Seguridad Interior. En la fotografía, Manuel A.Odría y su homólogo boliviano, Víctor Paz

Estenssoro, en una actuación pública en Lima.

Para proseguir con su política de obras públicas, el gobiernodel general Odría recurrió al endeudamiento. En la imagen el

ministerio de Trabajo, una de las principales edificacionesconstruidas durante su gestión.

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electoral y la amnistía política general. Este docu-mento sirvió de punto de partida para la fundaciónde la Coalición Nacional –retomando el nombre dela alianza de 1894 entre civilistas y pierolistas–, en-cabezada por Manuel Mujica Gallo, Pedro Beltrán yPedro Roselló. Una reunión de la Coalición, realiza-da en Arequipa, es atacada por grupos fieles al go-bierno, iniciándose una protesta similar a la de1950. La ciudad se declara en huelga general y pidela destitución del ministro de Gobierno, AlejandroEsparta Zañartu, quien renuncia a fines de diciem-bre. Paralelamente a la campaña iniciada por laCoalición Nacional, regresan del exilio el ex presi-dente Bustamante y Rivero y los más importantesdirigentes del PAP, como Armando Villanueva y Ra-miro Prialé.

LAS ELECCIONES DE 1956

La movilización que logró la Coalición Nacionalobligó a Odría a convocar a una convención de “no-tables” en el convento de Santo Domingo, con el finde integrar políticamente a sus antiguos aliados yproponer un sucesor. Pero era evidente que para laconvocatoria a elecciones generales se necesitabacontar con los votos apristas. El resultado de la con-vención fue el lanzamiento de dos candidaturas quebuscaron el apoyo del PAP. Por un lado se encontra-ba Hernando de Lavalle, propuesto por Odría y pre-sentado por Unión Nacional, ofreciendo al PAP elretorno a la legalidad una vez logrado el triunfoelectoral. Esta propuesta no fue aceptada ya que na-da garantizaba su cumplimiento; Lavalle consiguiómás bien el apoyo de la recientemente fundada De-mocracia Cristiana. Por otro lado estaba ManuelPrado Ugarteche, cuya candidatura fue lanzada porel Movimiento Democrático Pradista (MDP). Perte-neciente a una familia de importante influencia so-cial y de gran poder económico, era propietario deldiario La Crónica y de una serie de empresas, inclu-yendo al Banco de Crédito (ex Italiano). Prado ofre-ció al PAP no sólo la legalidad, sino además el cogo-bierno y una alianza política. Más adelante el propioOdría apoyaría la candidatura de Prado, en desme-dro de Lavalle. Es a partir del apoyo que Odría y elPAP le otorgan a Manuel Prado, que surge la llama-da “Convivencia”.

La tercera candidatura fue la de Fernando Be-launde Terry, lanzada por el Frente de JuventudesDemocráticas. Belaunde no contaba todavía con loselementos necesarios para preparar listas completasde representantes, razón que adujo el JNE para no

inscribirlo. Ante ello el Frente de Juventudes orga-nizó una marcha de protesta que se realizó el 1º dejunio de 1955, conocida como “el ultimátum de LaMerced” o el “manguerazo”. Belaunde se presenta-ba como un político nuevo, desligado de cualquiertipo de compromiso con el gobierno, proyectandola imagen de un profesional respaldado por profe-sionales y sin vínculos con sectores económicos, nicon ningún otro grupo de interés. En los meses si-guientes este frente de juventudes se constituiría enpartido político. Así nacería Acción Popular (AP).

En este contexto la guarnición de Iquitos, enca-bezada por el general Marcial Merino, se sublevacontra Odría el 16 de febrero de 1956. El diario LaPrensa, que continuaba con su política de oposi-ción al gobierno, publica el manifiesto de los suble-vados, por lo cual su director, Pedro Beltrán, es de-tenido y enviado a la prisión de El Frontón junto aun grupo de periodistas del mismo diario, que dejade editarse. La sublevación no prospera y, ante lasprotestas de la oposición, Odría cede y libera a losdetenidos.

Las elecciones se realizaron el 17 de junio de1956. Los resultados oficiales fueron los siguientes:Manuel Prado Ugarteche, 568 134 votos (45,5%);Fernando Belaunde Terry, 457 638 votos (36,7%) yHernando de Lavalle, 222 323 votos (17,8%).

EL SEGUNDO GOBIERNO DE PRADO

En base a los resultados electorales, Prado con-tará con mayoría en el Congreso, compuesta por losmiembros del MDP, partido del gobierno, y por losmiembros del Frente Independiente, elegidos por elPAP. El mismo día en que Prado asume la presiden-cia, el Congreso devuelve la legalidad al PAP al de-rogar la ley de Seguridad Interior y al declararse laamnistía política, tal como lo había prometido. Quedicha ley tenía carácter de pacto político se expresaen el hecho de que no se aplicó al caso del PCP. Deesta manera, salen de la cárcel o vuelven del exiliolíderes apristas como Manuel Seoane, Luis AlbertoSánchez y Andrés Townsend. Haya no regresaría alpaís sino hasta el año siguiente, y el 25 de julio de1957 realiza un mitin en la plaza San Martín en elque señaló el derrotero de la política aprista para lospróximos años. La legalización del PAP pondría encontra de Prado a los dos más importantes periódi-cos del país: El Comercio, que acuñó el término de“gobierno de la Convivencia”, pues los Miró Quesa-da no le perdonarían haber aceptado el respaldoaprista; y La Prensa, pues Pedro Beltrán era opuesto

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a la política económica del gobierno ya quela presencia del PAP implicaba una serie demedidas económicas similares a las aplicadasbajo el gobierno de Bustamante y Rivero.

Para poder enfrentar a la oposición queno estuviera dentro de la política de la Con-vivencia, el gobierno de Prado presentó en1958 un proyecto de ley de “Defensa de lademocracia”, que otorgaba facultades ex-traordinarias al Ejecutivo para realizar in-vestigaciones con el fin de descubrir supues-tos agentes del comunismo internacional in-filtrados en las organizaciones sindicales, es-tudiantiles o en la administración pública.Esta ley, similar a la planteada por el senador Jo-seph McCarthy en los Estados Unidos, no llegó aaprobarse.

LA POLÍTICA ECONÓMICA

La política económica del gobierno se basó en elrestablecimiento de los certificados de divisas y delas restricciones a la importación, y mantuvo el gas-to público con el fin de satisfacer las exigencias de

la población urbana, lográndose con estas medidascierta estabilidad.

Sin embargo, en 1957 un conjunto de factorespuso en serias dificultades económicas y políticas algobierno, entre ellas la baja de los precios de nues-tros productos de exportación, la recesión nortea-mericana que afectó la inversión de sus capitales yuna prolongada sequía en el sur. Para evitar la deva-luación de la moneda como única manera de con-trarrestar la reducción de las tasas de ganancia delas empresas, el gobierno recurrió a las divisas delBCR, las cuales prácticamente se agotaron. Esta si-tuación agudizó la oposición de los agroexportado-res, especialmente de Pedro Beltrán a través del dia-rio La Prensa.

Para tratar de salir de tan difícil situación, Pradodecide nombrar ministro de Hacienda a Pedro Bel-trán en julio de 1959, quien inicia una drástica po-lítica económica liberal con el objetivo de ordenarlas finanzas y estabilizar la moneda. Por un lado,obtuvo un importante préstamo del BCR (haciendofuncionar la “maquinita” que tanto había criticado)y el respaldo del FMI mediante un préstamo pararestablecer las reservas internacionales. De otro la-do, recortó el gasto público y restringió el crédito,eliminó los subsidios a los alimentos, aumentó el

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Pedro Beltrán Espantoso, uno de los principales voceros delliberalismo peruano y director del diario La Prensa. A pesarde sus públicas discrepancias con Manuel Prado, durante sugobierno asumió la cartera de Hacienda y tuvo una gestiónexitosa y reconocida.

Manuel Prado Ugarteche, quien había sido presidentedel Perú durante el período 1939-1945, nuevamenteasumió el mando supremo de la república en 1956.

Una de sus primeras medidas fue la derogatoria de laley de Seguridad Interior, decisión que fue

desaprobada por diarios como El Comercio.

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precio de la gasolina, congeló los salarios y erradicóel control de cambios, provocando una devaluacióncercana al 37%, otorgando márgenes excepcionalesde beneficio a los exportadores.

De todas las medidas, la más polémica fue el au-mento del precio de la gasolina para obtener ingre-sos mediante los impuestos al consumo y a las uti-lidades. Esta medida tuvo gran oposición parlamen-taria y periodística, poniendo en debate el problemadel laudo otorgado a la International PetroleumCompany (IPC) sobre los yacimientos petrolíferosde La Brea y Pariñas. Asimismo, la política recesivade Beltrán provocó una ola de huelgas entre mine-ros, obreros fabriles y de construcción, petroleros, yuna prolongada paralización de los empleados ban-carios. Hubo también una tenaz resistencia y oposi-ción de parte de la clase media nacionalista.

Como resultado de las medidas el dólar se esta-biliza, el presupuesto de 1960 finaliza con superávity el BCR reconstituye sus fondos de divisas. Sin em-bargo, Beltrán no pudo reducir los gastos fiscalesdebido a que los costos sociales de dichas medidasrequerían continuar la realización de obras públi-cas. Por ello se vio obligado a elevar paulatinamen-te la carga tributaria, afectando así las ganancias delas empresas. A fines de 1961, Beltrán renuncia an-te la inminencia de las elecciones de 1962.

LAS OBRAS PÚBLICAS

Al igual que bajo el Ochenio de Odría, el gobier-no de Prado tuvo que orientar importantes recursosdel Estado a la realización de obras públicas que sa-tisficieran las demandas de la creciente poblaciónurbana. Entre las principales se encuentran la cons-trucción, en 1955, de la represa de San Lorenzo y laampliación del sistema de caminos; para la mano deobra necesaria se recurrió a la vieja ley de Conscrip-ción Vial. Asimismo las compañías extranjeras quehabían invertido en la minería o la electricidad alamparo de las leyes del gobierno de Odría, realiza-ron obras de infraestructura vial necesarias para eldesarrollo de sus empresas, que no entraron al régi-men del sistema público. Son los casos de la Cerrode Pasco Copper Corporation, la Electric Power De-velopment y la Southern Perú Copper Corporation.Mediante el Plan de Desarrollo del Sur el gobiernode Prado enfrentó una fuerte sequía en los departa-mentos del centro y del sur entre 1957 y 1959, queprodujo la migración masiva de los campesinos a lascapitales de departamento como Lima, Arequipa,Tacna y Cuzco.

LAS ELECCIONES DE 1962

La realización de las elecciones generales de1962 quedó establecida para el 10 de junio. Antesde éstas, el personero de AP (ex Frente de Juventu-des Democráticas), Javier Alva Orlandini, denuncióante el JNE la preparación de un presunto fraudemediante la expedición irregular y en masa de libre-tas electorales. Dicha acusación iba dirigida contrael PAP, partido al que se atribuía la expedición enLima de alrededor de 200 mil libretas electorales afavor de analfabetos y menores de edad. Los minis-tros de las Fuerzas Armadas hicieron suyas estas de-nuncias, iniciándose su abierta injerencia en la de-terminación de la validez o no de las elecciones; afines de mayo se dirigieron al JNE para denunciaruna “manifiesta voluntad de fraude”, demandandomedidas para evitarlo. Una investigación del poderJudicial determinó la existencia de 8 mil libretaselectorales presumiblemente expedidas fuera del lo-cal del JNE, pero no necesariamente adjudicadas apersonas no aptas, sino correspondientes más biena las personas que se inscribieron después de no-viembre de 1961 para participar en las elecciones. Sibien esa cantidad de libretas era insuficiente paracambiar la votación de más de dos millones de elec-tores, el JNE acordó, para acceder a las demandas delos ministros de las Fuerzas Armadas, que todas laspersonas inscritas después de esa fecha debían pre-sentar, además de su libreta electoral, su libreta mi-litar en el caso de los hombres y su partida de naci-miento en el caso de las mujeres. Asimismo, paraevitar la duplicación de libretas se determinó el usode tinta indeleble en el dedo índice de los votantes.En estas condiciones se realizaron las elecciones ge-nerales del 10 de junio.

Se presentaron en total siete candidatos: Fernan-do Belaunde Terry por Acción Popular (AP); VíctorRaúl Haya de la Torre por la Alianza Democrática,compuesta en su mayoría por el PAP, al que se su-maron miembros del Movimiento Democrático Pe-ruano (ex Movimiento Democrático Pradista), e in-dependientes simpatizantes del PAP; el general Ma-nuel A. Odría por la Unión Nacional Odriísta(UNO), ex Partido Restaurador; Héctor CornejoChávez por la Democracia Cristiana (DC); el gene-ral César Pando Egúsquiza del Frente de LiberaciónNacional (FLN), movimiento político de intelectua-les radicales vinculados al PCP, que continuaba enla ilegalidad; Luciano Castillo por el Partido Socia-lista (PS); y Alberto Ruiz Eldredge del MovimientoSocial Progresista (MSP). Los resultados establecie-

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ron tres candidatos de fuerza: Hayade la Torre con 557 047 votos(33,0%), Belaunde con 544 180 vo-tos (32,2%) y Odría con 480 378 vo-tos (28,4%). Al no alcanzar ningunode los tres el tercio de los votos nece-sarios para la designación presiden-cial, ésta quedaba en manos del Con-greso. Ahora bien, a diferencia de losresultados presidenciales, los votospara elegir a representantes al Con-greso favorecían ampliamente a laAlianza Democrática, pero sin darlela mayoría necesaria para asegurar eltriunfo del PAP. En estas condicio-nes, al instalarse el Congreso, éstedebería designar al nuevo presiden-te. Para ello se requería la conforma-ción de una coalición que acumularala mayoría de votos. Se hacía necesa-rio, pues, el establecimiento de nue-vas alianzas políticas.

En ese contexto, antes de queaparecieran los resultados oficiales,el diario El Comercio inicia unacampaña periodística dirigida alEjército, insistiendo en la existencia de un fraude,tratando de evitar un posible triunfo aprista. Díasdespués, los ministros de las Fuerzas Armadas re-mitieron al JNE una lista de 10 departamentos enlos que consideraban había existido fraude, y don-de mayormente había ganado la Alianza Democrá-tica. A dicha campaña se sumarían más tarde AP–exhortando a las Fuerzas Armadas a cumplir con“su deber de velar por el respeto a la Constitución”y realizando manifestaciones contra el fraude– y laUnión Revolucionaria (UR).

EL GOLPE DE ESTADO

Ante esta situación, los ministros de las FuerzasArmadas hacen saber al presidente Prado que el co-mando conjunto vetaba la candidatura de Haya dela Torre. El día 3 de julio Prado convocó a Haya dela Torre informándole de la situación y explicándo-le que de insistir sobrevendría el golpe de Estado,por lo cual le aconsejaba abandonar sus pretensio-nes presidenciales en favor de un acuerdo con Be-launde, ya que éste contaba con el visto bueno delas Fuerzas Armadas. Dos días después Haya de laTorre hace pública su intención de renunciar a sucandidatura e intenta llegar a un acuerdo con Be-

launde que respetase las vicepresidencias y la com-posición del Congreso. Se planteó la alternativa deformar un tribunal de honor presidido por el carde-nal Juan Landázuri, para que recomendara al PAP ya AP el nombre del candidato por el cual votarían enel Congreso. Sin embargo, las negociaciones fraca-san ya que Belaunde sintiéndose seguro ante laabierta simpatía de las Fuerzas Armadas por su can-didatura, se suma a la campaña contra el fraudeelectoral. El día 10 de julio Belaunde envía un do-cumento al JNE pidiendo la anulación del procesoelectoral en los departamentos denunciados por lasFuerzas Armadas, con lo cual obtendría el tercioconstitucional necesario para ser elegido automáti-camente presidente. Viaja a Arequipa, donde realizaun mitin en el cual plantea que el tribunal de honorpresidido por el cardenal Landázuri se manifestase afavor o en contra de los resultados dados por el JNE.Finalmente, entre el 13 y el 15 de julio organiza enesa ciudad protestas callejeras y barricadas que de-fienden su postura, pero éstas no prosperan. Des-cartado un acuerdo entre Haya de la Torre y Belaun-de, sólo quedaba tratar con Odría. El día 17 de julioal mediodía se anuncia que el PAP ha llegado a unacuerdo con Odría otorgándole los votos necesariospara que sea elegido presidente. El comando con-

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Víctor Raúl Haya de la Torre, candidato de la Alianza Democrática, obtuvo elmayor respaldo electoral en los comicios generales de 1962. Sin embargo, al nohaber alcanzado el tercio de los votos necesarios se reservó la elección al Congresode la República. Fue en ese contexto que afloraron las acusaciones de fraudeelectoral, que precipitaron el golpe militar del 18 de julio de 1962.

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junto de las Fuerzas Arma-das insiste ante el JNE paraque declare nulas las elec-ciones, aduciendo erroresen los padrones, un altoporcentaje de ausentismo, laexistencia de libretas electo-rales duplicadas y presionesde parte de las autoridadespolíticas. El JNE se negó. Enla madrugada del día si-guiente, el presidente Pradofue derrocado, formándoseuna junta militar de gobier-no. Se instaló así el primergobierno institucional de lasFuerzas Armadas.

LA JUNTA MILITAR

La junta militar de go-bierno estaba compuestapor el presidente del co-mando conjunto y los trescomandantes generales delas Fuerzas Armadas. Éstoseran el general Ricardo Pé-rez Godoy –quien la presi-día–, el general NicolásLindley, el teniente generalFAP Pedro Vargas Prada y elcontralmirante FranciscoTorres Matos. La interven-ción de esta junta –a pesarde la manifiesta intenciónde Haya de la Torre de re-nunciar a postular a la pre-sidencia en favor de Odría–muestra que no estaba diri-gida a detener exclusiva-mente el ascenso político deHaya de la Torre, sino tam-bién a impedir la conforma-ción de cualquier gobiernocon predominancia aprista.

Al mismo tiempo, la jun-ta militar buscaba poner enpráctica algunas de las pro-puestas planteadas al inte-rior del Centro de Altos Es-tudios Militares (CAEM) ydel Servicio de Inteligencia

Militar (SIM), con el objeti-vo de establecer las bases deun proceso de reformas so-ciales que limitaran el po-der de la oligarquía e impi-dieran la posibilidad de unaexplosión social que ame-nazara al régimen en suconjunto. La junta anuncióla convocatoria a eleccionesgenerales en el plazo de unaño, después de un procesode depuración de los padro-nes y de reinscripción delos electores, para garanti-zar de esta manera la lim-pieza de los comicios. Alprincipio existían en la jun-ta algunos elementos refor-mistas y progresistas queofrecían expectativas decambio, por lo cual recibióinicialmente el apoyo de APy del PCP.

Entre las medidas adop-tadas por esta junta militarse encuentran el estableci-miento de la Comisión Na-cional de Cultura, el 24 deagosto de 1962, y la crea-ción del Sistema Nacionalde Planificación del Desa-rrollo Económico y Socialdel Perú, el 19 de octubredel mismo año. Posterior-mente, bajo el gobierno deBelaunde, este último se de-nominaría Instituto Nacio-nal de Planificación (INP).Asimismo, se dictó la leyorgánica de la Empresa Pe-trolera Fiscal (EPF), comocomplemento a la ley delPetróleo de 1952. Esta me-dida fue producto no sólode la importancia que habíaadquirido el petróleo comofuente de energía y de re-cursos tributarios para elEstado, sino también deldebate pendiente acerca dellaudo de la IPC sobre los

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Ricardo Pérez Godoy presidió la junta militar quedepuso a Manuel Prado Ugarteche. El propósito de esta

intervención fue impedir la asunción al gobierno deHaya de la Torre o de otro candidato apoyado por el

aprismo.

Nicolás Lindley reemplazó a Pérez Godoy en el mandode la junta militar, convocando a elecciones generales

para 1963.

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yacimientos de La Brea y Pari-ñas. Estas primeras medidas te-nían como objetivo realizar unaserie de reformas ante el temorde una explosión social que pu-diera ser canalizada por sectoresradicales de izquierda, temoresque se materializaron sobre to-do en la fuerza que cobrarían enesos años las movilizacionescampesinas a lo largo del país yen el surgimiento de las prime-ras experiencias guerrilleras.

Sin embargo, paralelamentea la implementación de las me-didas reformistas, la junta mili-tar reprimió al movimientocampesino, a los sindicatos y ala izquierda. El 5 de enero de1963 cayeron en una redada unos 1 500 dirigentespolíticos, sindicales y campesinos que fueron envia-dos a las cárceles de El Frontón y El Sepa. Ello tam-bién repercutió al interior de la junta militar –cuyosmiembros progresistas fueron apartados poco a po-co–, a pesar de su carácter institucional y de su apa-rente homogeneidad política. En marzo de 1963,Pérez Godoy fue reemplazado por el general Lind-ley, al parecer por haber mostrado intenciones deque la junta militar se mantuviera en el gobierno.

LOS PRIMEROS BROTES GUERRILLEROS

Entre 1961 y 1967 se desarrollaron intentos porconstituir focos guerrilleros, algunos de los cualesfueron espontáneos y de poca significación; tal fueel caso del movimiento de Jauja, donde sin prepara-ción, sin coordinación y sin contar con el respaldode organización política alguna, un oscuro subte-niente de la Guardia Republicana intentó formar unfoco guerrillero en mayo de 1962. En general, todosestos intentos se proponían constituirse en el res-paldo armado del movimiento campesino que aprincipios de los años 60 alcanzó gran auge, con loque intentaban agenciarse de algún modo de unabase social que respaldara sus acciones.

Un primer período de las guerrillas, entre 1961 y1963, lo caracterizan las experiencias del Frente deIzquierda Revolucionaria (FIR) y del Ejército de Li-beración Nacional (ELN), enfrentadas por la juntamilitar. Ambas tuvieron como objetivo apoyar lamovilización campesina de Chaupimayo, en los va-lles cuzqueños de La Convención y Lares, encabeza-

da por el dirigente campesino Hu-go Blanco Galdós.

Hugo Blanco había llegado alCuzco en 1960 instalándose co-mo arrendire (colono) en la zonade Chaupimayo en el valle de LaConvención. Desde allí desarrollóuna importante actividad políticade organización campesina que lolleva a integrar la dirigencia de laFederación Campesina del Cuz-

co. El FIR, pequeña organización trotskista en lacual militaba, decidió proveerlo de los recursos ne-cesarios a través de acciones armadas urbanas en Li-ma, conocidas como “expropiaciones”. Sin embar-go, Hugo Blanco no llegó a contar con esta ayudadebido no sólo a la distancia que lo separaba de supartido, sino también a la captura del grupo de ex-propiadores en la ciudad del Cuzco, a fines de 1961,cuando intentaban ponerse en contacto con Blanco.Posteriormente, a finesde 1962, un grupo de 40militantes del ELN, diri-gido por Héctor Béjar,intentará entrar clan-destinamente al país através de la frontera conBolivia, para dar el apo-yo que Hugo Blanco ne-cesitaba. Sin embargo,la situación política enlos valles de La Conven-ción y Lares había cam-biado ya que para en-

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Hugo Blanco Galdós lideró una serie deocupaciones de tierras en los valles deLa Convención y Lares en el Cuzco, en1962. Estas acciones generaron en tornoa él una imagen romántica ycoincidieron con la aparición de focosguerrilleros en el Perú.

El poeta Javier Heraud,integrante del Ejército de

Liberación Nacional (ELN).En los años sesenta, laexperiencia cubana fue

considerada un ejemplopara la izquierda

latinoamericana e impulsóuna serie de acciones

guerrilleras en diversaspartes del continente.

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tonces la junta militar acababa de dictar una ley deReforma Agraria aplicada específicamente a dichosvalles, como una manera de mediatizar la moviliza-ción campesina y evitar su expansión. La ley reco-gía las principales reivindicaciones campesinas, porlo que el movimiento campesino se replegó, situa-ción aprovechada por las Fuerzas Armadas para en-trar al valle de La Convención y capturar a HugoBlanco.

Es en este momento que un grupo de avanzadadel ELN, compuesto por seis guerrilleros, ingresa aPuerto Maldonado para obtener información. Iden-tificados, se produce un enfrentamiento con la poli-cía –que se mantenía alerta debido a los rumores deque Hugo Blanco intentaría escapar por la fronteracon Bolivia–, siendo la mayoría de ellos capturadosy el poeta Javier Heraud muerto. Ante la imposibili-dad de entrar al país, la columna que estaba en el la-do boliviano se repliega y dispersa.

LA REFORMA AGRARIA

Entre 1959 –bajo el gobierno de Prado– y 1962–bajo la junta militar– se había producido un incre-mento de las movilizaciones campesinas a lo largode todo el país. La más importante se dio en los va-lles de La Convención y Lares en el departamentodel Cuzco, donde los campesinos, organizados ensindicatos y dirigidos por Hugo Blanco bajo la con-signa de “tierra o muerte”, ocuparon la mayor partede los latifundios. Como producto de esta lucha, aprincipios de 1962 la Federación Departamental deCampesinos del Cuzco, de la cual Blanco era secre-

tario de Reforma Agraria, dictó un decreto de refor-ma agraria campesina por el cual:

1) La asamblea general de cada sindicato debíanombrar una comisión de reforma agraria surgidade su seno.

2) Los colonos (arrendires) y subcolonos (alle-gados) se convertían automáticamente en propieta-rios de las tierras que trabajaban.

3) Las tierras no cultivadas se distribuirían enparcelas, comenzando fundamentalmente por loscampesinos más pobres.

4) Las tierras en las cuales se hubieran hechoplantaciones para el hacendado quedaban en poderde éste, siempre que no hubiera cometido ningúnatropello. De lo contrario, estos cultivos e inclusivela casa-hacienda con las instalaciones que hubieranpasado al poder del sindicato en forma colectiva,serían dedicadas a escuela, botiquín, canalizacio-nes, etc.

5) Las autoridades al servicio de los gamonalesno podrían intervenir porque los únicos conocedo-res de la realidad agraria eran los propios campe-sinos.

El 24 de abril de 1962 el gobierno de Prado dis-puso la abolición, en los contratos de arrendamien-to, de todas las formas de pago de la merced con-ductiva en trabajo y de servicios personales, deno-minadas “condiciones”, dándose un plazo de 90días para la realización de nuevos contratos, quetendrían una duración mínima de 6 años. Se esta-blecía además la libertad de los campesinos de co-mercializar directamente sus productos –antes bajocontrol de los hacendados– y la rescisión de los

contratos de arrendamiento silos arrendatarios dejaban depagar la merced conductivadurante un año y 15 días. Fi-nalmente, se dejaba abierta laposibilidad de que los hacen-dados vendieran las parcelas asus ocupantes directos.

La junta militar que en1962 derrocó al presidentePrado promulgó la ley de ba-ses de la Reforma Agraria, an-te el agudizamiento de la ten-sión campesina y la expan-sión del sindicalismo agrariofuera de los valles del Cuzco.Sin embargo, no se logró conello neutralizar la moviliza-ción campesina, por lo cual se

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Fiesta serrana, óleo de Camilo Blas. La reforma agraria fue un tema de apasionadadiscusión en el Perú de los años sesenta y generó opiniones encontradas. Lasmovilizaciones campesinas exigiendo la entrega de tierras y el reconocimiento a susderechos contribuyeron a la urgencia de este debate.

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promulgó la ley de Reforma Agraria aplicada espe-cíficamente a los valles de La Convención y Lares.Teniendo como marco la mencionada ley de basesse declaraba estos valles como zona inicial de apli-cación de la reforma agraria, formalizándose el pro-ceso que los campesinos ya habían implementado.Su aplicación no acarreó mayores problemas, pueslos dispositivos se encontraban dentro de los már-genes que, en la práctica, había diseñado la movili-zación campesina, rechazándose tan sólo el pago deindemnizaciones a los antiguos propietarios.

LAS ELECCIONES DE 1963

La junta militar cumplió con convocar a nuevaselecciones en 1963. Para las Fuerzas Armadas éstasdebían asegurar el traspaso del poder a un civil conclaros objetivos reformistas y que estuviera dis-puesto a realizar reformas sin necesidad de recurrira la movilización social. Asimismo, el nuevo go-bierno debía respetar los intereses y la autonomíapolítica de las Fuerzas Armadas: no inmiscuirse ensu presupuesto, ni en el nombramiento de los mi-nistros correspondientes a las tres armas, que sellevaría a cabo según el estricto orden jerárquico desus instituciones.

En estas condiciones, sólo Belaunde podía ser elcandidato oficial de las Fuerzas Armadas, favoritis-mo ya mostrado en los hechos ocurridos durante

las elecciones del año anterior. La junta militar pro-mulgó una nueva ley electoral que mantenía comorequisito para votar el ser alfabeto, y reemplazabael sistema de “lista incompleta” por el de “cifra re-partidora”.

Las candidaturas de 1963 fueron cuatro: Fernan-do Belaunde Terry por la alianza AP-DC; VíctorRaúl Haya de la Torre por el PAP; Manuel A. Odríapor la UNO y Mario Samamé Boggio por el MSP. És-tas eran las candidaturas que realmente habían teni-do alguna opción en 1962. Asimismo, las posturasde los partidos se habían depurado lo suficiente co-mo para tejerse nuevas alianzas políticas. Los resul-tados oficiales de la votación realizada el 9 de juniofueron los siguientes: Belaunde, 708 662 votos(39,1%); Haya de la Torre, 623 501 votos (34,4%),Odría, 463 085 votos (25,5%) y Samamé Boggio, 19320 votos (1,1%).

El resultado favorable a Belaunde se puede ex-plicar por dos razones fundamentales: en primer lu-gar, al reducirse las candidaturas se evitó la disper-sión del voto no aprista y, en segundo lugar, ante laposibilidad de que se impusiera nuevamente el vetode las Fuerzas Armadas contra Haya de la Torre, seprefirió votar por los otros candidatos de fuerza, es-pecialmente por Belaunde que contaba con las evi-dentes simpatías castrenses. Ello se refleja en el altonúmero de votos para la representación parlamenta-ria aprista frente al voto presidencial.

II

EL GOBIERNO DE BELAUNDE

La DC había participado en las elecciones presi-denciales en una lista única junto con AP. Luego derealizadas éstas, ambos partidos ratifican sus acuer-dos conformándose la llamada Alianza, en virtud dela cual la DC recibió, además de las representacio-nes parlamentarias, la segunda vicepresidencia y losministerios de Justicia y de Agricultura.

Los resultados electorales para el Parlamento ha-bían favorecido al PAP que contaba con 76 repre-sentantes, la Alianza contaba con 71 y la UNO con31. Los otros 6 correspondían a las demás agrupa-

ciones políticas. De esta manera, Belaunde no con-taba con mayoría parlamentaria en ninguna de lasdos cámaras. En estas condiciones, el problema bá-sico volvía a ser el establecimiento de alianzas polí-ticas para el funcionamiento coherente del Ejecuti-vo y el Legislativo. Ante la situación señalada y pe-se a su antigua enemistad, el PAP se alió con laUNO formando la llamada Coalición, alianza deoposición al gobierno que obstruiría los más impor-tantes proyectos de reforma y censuraría sistemáti-camente a los principales ministros, con lo que sevino a reflotar de alguna manera la Convivencia. Entérminos concretos, la Coalición significó el control

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del Parlamento sobre el Ejecutivo. Esta situación sereflejaría en las presidencias de las cámaras parla-mentarias: en el Senado se hallaba Julio de la Piedrade la UNO y en Diputados Fernando León de Vive-ro del PAP.

De diez gabinetes con 68 ministros que tuvo Be-launde, siete fueron censurados y, de éstos, cuatrorenunciaron al no aprobarse sus proposiciones. Losmás importantes fueron el primero, presidido porOscar Trelles, quien renunció a fines de 1963 al ne-garse a reprimir violentamente las movilizacionescampesinas; el gabinete Becerra de la Flor, que tuvoque renunciar como resultado de la crisis devalua-toria de 1967; el gabinete de Edgardo Seoane, querenunció ante la derrota de la Alianza en las eleccio-nes complementarias del mismo año; y el gabinetede Oswaldo Hercelles, quien renuncia ante el escán-dalo de la “página once”. Éste sería el penúltimo ga-binete antes del golpe de octubre de 1968.

El primer gobierno de Belaunde puede ser divi-dido en cuatro etapas, según los cambios produci-dos por la situación política. Durante la primera–los llamados “primeros 100 días”–, predominaronlos sectores reformistas radicales en el gobierno. Enese lapso se amplió la ley de bases de Reforma Agra-ria, se elaboró el proyecto de ley expropiatoria delos yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas, senacionalizó la Caja de Depósitos y Consignaciones–creándose el Banco de la Nación– y se inició elprograma de Cooperación Popular.

En la segunda, a partir de 1964, el gobierno em-pieza a aceptar las condiciones de la oposiciónAPRA-UNO. En ese lapso la ley de Reforma Agraria

es promulgada con serias limitacio-nes, se postergan las negociacionescon la IPC y se reprime duramenteal movimiento campesino y a lasguerrillas. La tercera etapa, iniciadacon la devaluación de 1967, mani-fiesta el desgaste político del gobier-no, a pesar de que el sector radicalde AP retoma el control del partido;la cuarta se inicia cuando en mayode 1968 se produce la alianza de APcon el PAP, que culmina con el gol-pe de octubre de ese año.

LOS PRIMEROS 100 DÍAS

El enfrentamiento entre la Alianza y la Coaliciónse dará de manera intensa en los primeros cuatroaños del gobierno de Belaunde. La Alianza repre-sentaba las posiciones reformistas que habían veni-do ganando fuerza desde la década del 50; la Coali-ción representaba las posiciones conservadorasopuestas a dichas reformas, vinculadas a los intere-ses de la oligarquía. Las fuerzas de ambos sectoresse manifestaron en los primeros 100 días, cuando elgobierno proyectó toda la energía y entusiasmo acu-mulados en el proceso electoral. Los 100 días co-menzaron con el anuncio hecho por Belaunde en sudiscurso del 28 de julio, de que en un plazo de 90días plantearía ante el Parlamento una propuesta dearreglo definitivo sobre el problema del laudo otor-gado a la IPC, para elaborar la cual nombró Belaun-de una comisión negociadora, encabezada por Ma-rio Velasco. En su seno se discutió una serie deplanteamientos que en lo fundamental, como vere-mos después, no fueron muy diferentes a los mane-jados en las negociaciones de 1968: se acordó quelos yacimientos de petróleo de La Brea y Pariñas se-rían transferidos al Estado, pero bajo la administra-ción de la IPC por un período de 25 años. La refine-ría seguiría bajo el control de la IPC al igual que elsistema de distribución del petróleo procesado ensus instalaciones. En estas negociaciones no seplanteó el tema de los adeudos de impuestos debi-dos a un supuesto “enriquecimiento ilícito” por laexplotación de predios no estipulados. No se llegó aconcretar ningún acuerdo en el plazo fijado y en no-

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Julio de la Piedra, presidente del Senado,miembro de la UNO y vinculadoestrechamente a los gruposagroexportadores.

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viembre de 1963 Belaundeenvió al Congreso un pro-yecto de ley que restituía lapropiedad del subsuelo alEstado. El Congreso, sinembargo, aprobó dos leyessustitutorias: la primera re-vocaba la ley de 1918, quehabía autorizado al Ejecuti-vo a someter el asunto alarbitraje internacional, y lasegunda declaraba nulo ellaudo de 1922. Ambas leyes fueron firmadas por Be-launde, con lo cual el problema con la IPC volvía ala misma situación de los años 20. En esas condicio-nes, en febrero de 1964, la Coalición sancionó unaley que conminaba al presidente a encontrar una so-lución al problema para que fuera sometida a laaprobación del Congreso. Belaunde, a pesar de sudébil posición negociadora, encargó a principios de1964 a Tulio de Andrea y Pablo Carriquiry la esti-mación del valor de las instalaciones de la IPC. Es-ta comisión llegó inclusive a reabrir negociacionescon dicha empresa, desbordando sus atribuciones yacordando puntos como el reconocimiento del de-recho peruano a la propiedad del subsuelo y la en-trega de la administración de los campos bajo uncontrato de 25 años. Sin embargo, las negociacionesfracasaron debido a la insistenciade la IPC en mantener el controltotal sobre las operaciones.

COOPERACIÓN POPULAR

Otra de las primeras medidasdel gobierno de Belaunde fue esta-blecer el programa de CooperaciónPopular, en agosto de 1963, quenació como un organismo para larealización de obras públicas enbase al trabajo comunitario, secu-lar institución de las comunidadescampesinas. Se trataba de convo-car, además de la misma poblaciónbeneficiada, a jóvenes procedentesde las clases medias urbanas para

la prestación de servicios voluntarios y gratuitos deapoyo a comunidades campesinas y barrios margi-nales en la realización de pequeñas obras. En dichoorganismo participaron millares de jóvenes de AP,estudiantes universitarios, miembros de comunida-des cristianas y simpatizantes, que trabajaron en losmeses de vacaciones en la construcción de escuelas,postas medicas, caminos, canales de regadío y otrasobras comunales. Además, se prepararon animado-res entre los miembros de la población para que ad-ministrasen ellos mismos esas obras comunitarias.Todas las obras de Cooperación Popular tenían unainscripción que decía “El pueblo lo hizo”. Para di-cho fin, el gobierno destinó al programa un presu-puesto anual, que a veces recibía el apoyo del Fon-do Nacional de Desarrollo Económico, entidad esta-

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La principal oposición a unareforma agraria procedía de los

dueños de las grandes haciendasdel norte peruano. En la

imagen, la hacienda Cayaltí.

El programa de trabajo voluntario y comunal llamado Cooperación Popular fueuna de las primeras medidas del gobierno de Fernando Belaunde Terry, buscando la

activa participación de los pobladores en obras de interés común.

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blecida ese mismo año para la realización de obraspúblicas en provincias. La dirección fue encomen-dada el arquitecto Eduardo Orrego, quien le dio ungran impulso.

Este programa originó la oposición de la Coali-ción en el Congreso por considerarlo eminentemen-te político, pues sus estructuras administrativas es-taban llenas de militantes populistas; esto le acarreóel recorte de su presupuesto, reduciéndosele a undepartamento dependiente del ministerio de Fo-mento y Obras Públicas. Por otro lado, el programade Cooperación Popular fue acusado de estar com-puesto o infiltrado por comunistas, debido a la in-fluencia de estudiantes universitarios radicalizadoscomo Ricardo Letts o Luis Pásara. Debido a ello y aléxito político del programa, Cooperación Popularllegó a ser amenazada con la desactivación por losintegrantes de la Coalición en el Congreso. Y es queCooperación Popular tuvo un gran impacto en la ju-ventud de clase media que fue a trabajar en las zo-nas marginales y empobrecidas. Muchos de estos jó-venes se abrieron así a la “conciencia social” y nopocos integraron partidos de la izquierda radical ose identificaron con las movilizaciones campesinas

que en esos años conmocionaban al país. En térmi-nos generales, los años 60 significaron un períodode fuerte concientización social, especialmente en-tre los jóvenes universitarios. Ello también se refle-jó en las actividades de promoción social de muchascomunidades de jóvenes católicos que hicieron suyala causa de los sectores más pobres y explotados, en-cabezados por sacerdotes progresistas, muchos delos cuales eran extranjeros.

LAS ELECCIONES MUNICIPALES

Una de las primeras medidas políticas del nuevogobierno fue convocar a elecciones municipales,proceso sustituido desde el Oncenio de Leguía porel sistema de junta de notables, en el que dichas au-toridades eran nombradas por el ministro de Go-bierno y Policía o por los prefectos o subprefectos,también designados por el gobierno. La ley corres-pondiente, aprobada el 24 de setiembre de 1963,dictaminó la formación de concejos municipalesprovinciales y distritales con una duración de tresaños. La libreta electoral sería el único documentorequerido para tener derecho a voto. Las eleccionesse realizaron el 15 de diciembre y los resultados ofi-ciales fueron los siguientes: la Alianza AP-DC, 747628 votos (46,5%), la Coalición PAP-UNO, 711 628votos (44,3%) y los independientes, 146 654 votos(9,1%).

Si bien estos resultados reflejaban el alto respal-do electoral que se daba al gobierno recién consti-

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La preparación de un altar en una fiesta religiosa en el Cuzco.Las duras condiciones de vida en el mundo rural y en el interiordel Perú sensibilizaron a quienes participaron en el programade Cooperación Popular.

En 1963, el gobierno del arquitecto Belaunde convocó aelecciones edilicias como una forma de brindar mayor

participación política a los ciudadanos. En Lima, el vencedorfue Luis Bedoya Reyes, quien repetiría este triunfo en 1966.

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tuido, resultaba evidente que la fuerza de la oposi-ción era también importante. Para el período 1963-1966 fue elegido en Lima el candidato de la Alian-za Luis Bedoya Reyes, ex ministro de Justicia por laDC. Las siguientes elecciones municipales se reali-zaron el 13 de noviembre de 1966 y sus resultadosoficiales fueron los siguientes: la Alianza AP-DC,824 391 votos (46,1%), la Coalición PAP-UNO,767 301 votos (42,9%) y los independientes 197268 votos (11,0%); siendo reelegido Luis BedoyaReyes en Lima. Hasta ese momento, el peso electo-ral de la Alianza y la Coalición, respectivamente, semantenía estable, pero la situación cambiaría alaño siguiente.

LA LEY DE REFORMA AGRARIA

Al inicio del gobierno de Belaunde, el debateacerca de la reforma agraria estaba en su momentomás álgido, debido a la fuerza de la movilizacióncampesina. El mismo 28 de julio de 1963, miles decomuneros invadieron un grupo de haciendas enJunín, bajo el amparo de las promesas populistasdel nuevo gobierno, tras lo cual el Ejecutivo presen-tó un proyecto de ley de Reforma Agraria, a princi-pios de 1964. Durante el debate parlamentario, laCoalición y el diario La Prensa acusaron sostenida-mente al gobierno de promover las invasiones detierras por medio de Cooperación Popular y exigie-ron la inmediata represión de la movilización cam-pesina; asimismo, la Coalición interpeló al primergabinete obligándolo a renunciar. Más adelante, elproyecto de la ley de Reforma Agrariafue modificado por la Coalición, hastaconvertirlo en un documento inoperan-te. La ley, promulgada el 19 de mayo de1964, excluyó de la reforma a las pro-piedades trabajadas “eficientemente” ydedicadas a productos de exportación.De esta manera, el latifundio costeñoresultaba excluido y el latifundio serra-no quedaba establecido como área deafectación de la reforma. Pero inclusoen este aspecto la ley recortaba las posi-bilidades de llevar a cabo acciones efec-

tivas, lo que redujo la reforma a la mera expropia-ción de las tierras marginales de los medianos pro-pietarios, y a la compra casi al contado de inmensaspropiedades.

Se creó la Oficina Nacional de Reforma Agraria(ONRA), que se encargaría de señalar las llamadaszonas de reforma agraria. Para su funcionamiento,el Congreso le asignó un reducido presupuesto,por lo cual debió recibir ayuda de organismos in-ternacionales como el Banco Interamericano de De-sarrollo (BID), un fondo especial de las NacionesUnidas, y de la Organización de las Naciones Uni-das para la Agricultura y la Alimentación (FAO).También se le encargaron las tareas de colonizacióny de creación de programas de asentamiento, dereinversión en tierras abandonadas y la promociónde estudios de colonización. Entre los principalesaspectos que limitaban el cumplimiento efectivo dela ley, la ONRA en vez de depender directamentede la presidencia de la República, pasó a ser fiscali-zada por el Parlamento; en segundo lugar, se esti-pulaban de manera muy minuciosa las etapas deafectación de una propiedad, lo cual llevaba a in-terminables demoras (por ejemplo, el propietariopodía impugnar ante el poder Judicial la cuantía dela afectación y el monto indemnizatorio, iniciándo-se largos juicios); y en tercer lugar, si bien la Coali-ción tuvo que aceptar el hecho de que las expropia-ciones se pagaran con bonos emitidos por el go-bierno, sistemáticamente se dio a la tarea de redu-cir el presupuesto de la ONRA y el financiamientode aquéllos. Como resultado, entre 1963 y 1967 só-

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Arequipa de Jorge Vinatea Reinoso, 1930. Elproyecto de ley de Reforma Agraria presentadopor la alianza AP-DC fue desvirtuado por lamayoría conformada por el APRA y la UNO,frustrando una de las principales promesaspolíticas del gobierno de Belaunde.

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lo se afectaron 375 574 hectáreas de un total demás de 10 millones, en favor de 13 553 familias dealrededor de un millón. En los últimos meses delgobierno de Belaunde la Coalición llegó a reclamarla interpelación del ministro de Agricultura, acu-sándolo de haber detenido la reforma agraria. Sinembargo, el debate parlamentario se frustró al pro-ducirse el escándalo del Acta de Talara.

EL BANCO DE LA NACIÓN

Otra reforma importante que significó una mejo-ra en el sistema de recaudación tributaria fue la sus-titución de la Caja de Depósitos y Consignacionespor el Banco de la Nación. La Caja de Depósitos yConsignaciones había estado controlada por las en-tidades bancarias privadas que se encargaban de larecaudación y cobro de los impuestos. Sin ser unbanco comercial, tenía autorización para realizartransacciones comerciales de venta de valores y pa-gos por adelantado al Estado, imponiendo un inte-rés por tales operaciones. Como se ve, hasta ese en-tonces los recursos financieros del Estado eran uti-lizados por entidades bancarias privadas. Despuésde un estudio y análisis de esta situación, se pro-mulgó a fines de enero de 1966 la ley que creaba elBanco de la Nación, reforma que implicaba que elEstado podría recaudar y usar sus propios fondossin intermediarios privados, lo cual significaba dis-ponibilidad absoluta de sus recursos económicos y

financieros. Según dicha ley, las funciones del Ban-co de la Nación serían: realizar las recaudacionesfiscales de los impuestos directos; financiar al Esta-do en todo lo referido a inversión pública; garanti-zar que el Estado y empresas públicas pudieran te-ner cuentas corrientes, atención de sobregiros yotras transacciones finacieras; realizar cobranzas alos gobiernos locales y a las empresas del sector pú-blico; realizar pagos especiales tanto en el sector pú-blico como privado; y crear sus propios fondos enbase a bonos del tesoro para el financiamiento de lainversión pública. Asimismo, como parte de la ban-ca de fomento el gobierno creó el Banco de Vivien-da y alejó a la banca particular del Banco CentralHipotecario, constituyéndolos en importantes he-rramientas de crédito.

PRINCIPALES OBRAS PÚBLICAS

El gobierno de Belaunde tuvo un particular inte-rés en la realización de obras públicas, especialmen-te aquellas referidas a comunicaciones y vivienda.En lo que se refiere al primer rubro, el gobierno ela-boró un Plan Vial Nacional para la construcción deun sistema de vías de comunicación que integraselas áreas de producción, agrícolas sobre todo, conlos diversos mercados urbanos. Muchas de estasvías se construyeron dentro del programa de Coo-peración Popular y con el financiamiento de crédi-tos internacionales. La carretera Marginal de la Sel-

va fue el mayor proyectode este género iniciado porel gobierno de Belaunde,planeándose que recorreríala vertiente oriental de losAndes, paralelamente a lacarretera Panamericana,desde la frontera conEcuador hasta la fronteracon Bolivia. Los estudiospara su construcción serealizaron entre 1964 y1965 y el proyecto inicialcubría los tramos vialesque vinculaban las áreasextremas en el ámbito dela ceja de selva. La obracontó con el apoyo de lospaíses andinos y del BID,rompiendo el secular aisla-miento del departamentode San Martín, que se con-

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Una vista de la plaza de Armas de Tarapoto, en San Martín. Uno de los objetivos delgobierno de Belaunde fue dotar de una moderna infraestructura vial a la selva peruana, que

se concretó con la construcción de la carretera Marginal.

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virtió en un importante productor de arroz y demaíz orientado al consumo del mercado interno. Deigual manera se impulsó la construcción de carrete-ras de penetración a la selva que se conectaran conel tramo principal de la carretera Marginal. Tambiénse construyó la estación terrena de Lurín, con lacual el Perú ingresó a la era espacial y a las comuni-caciones vía microondas.

En el campo educativo se estableció la gratuidadde la enseñanza en todos los niveles y se suprimie-ron los “excedentes escolares” en la educación pri-maria y secundaria, incrementándose así el númerode matrículas. Asimismo, el gobierno intentó cubrirla demanda de aulas. Se continuó también la políti-ca de crear nuevas universidades; entre el gobiernode Prado y el de Belaunde se fundaron más de 15universidades, muchas de las cuales se instalaronobedeciendo a criterios políticos más que técnicos.

En cuanto a vivienda se realizó un amplio pro-grama de construcción de 21 conjuntos habitacio-nales, destacando el de San Felipe en Lima.

LAS GUERRILLAS DE 1965

A principios de 1965 el Servicio de Inteligenciadel Ejército envió un informe al presidente Belaun-de acerca de la campaña política que organizacionesde la izquierda radical estaban llevando a cabo a fa-vor de la lucha armada. Al principio el gobierno de-sestimó dichas informaciones y públicamente seña-ló que tales actividades eran realizadas por “abi-geos”. Sin embargo, éstas continuaron hasta que laFuerza Aérea demostró que se trataba de gruposguerrilleros organizados en diferentes zonas delpaís, especialmente en la sierra central y la sierrasur. En este contexto se produce la emboscada en laquebrada de Yahuarina, acción reivindicada por elMovimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR),grupo escindido del PAP, inicialmente llamado ApraRebelde. Entre sus principales dirigentes se encon-traban Luis de la Puente Uceda, Máximo Velando yGuillermo Lobatón.

Se abría así un segundo período de las guerrillasen el Perú, caracterizado por una preparación máselaborada y minuciosa, en comparación con los in-tentos anteriores. El Apra Rebelde o MIR se entrenóen Cuba desde 1962 y a inicios de 1964 realizó unacampaña propagandística a favor de la lucha arma-da. Al igual que los intentos anteriores, el MIR es-peraba asentarse al interior del movimiento campe-sino. Sin embargo, éste se debilita y declina al iniciode las acciones armadas del MIR en junio de 1965.

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UNIVERSIDADES AÑO

En LimaUniversidad Nacional Federico Villarreal 1962

Universidad San Martín de Porres 1962

Universidad del Pacífico 1962

Universidad Particular Garcilaso de la Vega 1964

Universidad Femenina del Sagrado Corazón 1965

Universidad Técnica del Callao 1966

Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle de La Cantuta 1967

En otros departamentosUniversidad Técnica de Cajamarca 1962

Universidad Técnica del Altiplano en Puno 1962

Universidad Nacional de Chiclayo 1962

Universidad Nacional Agraria de la Selva en Tingo María 1964

Universidad Hermilio Valdizán en Huánuco 1964

Universidad Nacional Daniel A. Carrión en Cerro de Pasco 1965

Universidad Nacional Faustino Sánchez Carrión en Huacho 1967

Luis de la Puente Uceda, dirigente del Movimiento deIzquierda Revolucionaria (MIR), grupo guerrillero que inició

sus acciones armadas en 1965.

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El MIR contaba con tres frentes: el Túpac Ama-ru en las provincias de Concepción y Jauja (Junín),el Pachacutec en la meseta de Mesa Pelada, provin-cia de La Convención (Cuzco), y el de la provinciade Ayabaca (Piura), que no llegó a funcionar. El pri-mero estuvo dirigido por Guillermo Lobatón y Má-ximo Velando; el segundo por Luis de la PuenteUceda; y el tercero por Gonzalo Fernández Gasco yElio Portocarrero.

El 2 de julio el gobierno encomienda a las Fuer-zas Armadas la dirección de la lucha contra la gue-rrilla, y el 20 de agosto el Parlamento aprueba dosleyes complementarias: la primera decretaba la pe-na capital para los guerrilleros y la segunda, deno-minada de “Defensa de la soberanía nacional”, asig-nó a las Fuerzas Armadas los recursos económicosnecesarios, mediante la emisión de bonos por unvalor total de 200 millones de soles. Dichos bonosfueron colocados mediante colectas públicas nacio-nales y sus principales aportes provinieron de em-presas extranjeras norteamericanas como la IPC y laCerro de Pasco, y de los grupos empresariales y fa-miliares más importantes. Para octubre de ese mis-mo año, el frente Pachacutec había sido práctica-mente desarticulado en el combate de Amaybamba,donde muere Luis de la Puente Uceda. En diciem-bre el frente Túpac Amaru es aniquilado y muertossus principales dirigentes (Lobatón, Velando). Elfrente de Ayabaca rompe el cerco policial y se replie-ga hacia las ciudades. Así, en tan sólo siete meses, laguerrilla es desarticulada.

Igual suerte corrió un nuevo intento insurrec-cional del ELN, que en setiembre de 1965 había ini-ciado acciones en la provincia de La Mar (Ayacu-cho). Luego de derrotado el MIR, las Fuerzas Arma-das organizan una ofensiva que en 30 días desarti-cula y dispersa a la brigada “Javier Heraud”, de laque, sin embargo, Héctor Béjar logra escapar.

EL PROBLEMA FINANCIERO

Para la aplicación de su política de obras públi-cas, ampliación del rol del Estado y realización desu programa de reformas sociales, el gobierno incre-mentó el gasto público. En el presupuesto para1964 los egresos representaron el 11,5% del produc-to nacional, y en el de 1967 el 15,3%. Ante la esca-sez de recursos, el gobierno necesitaba aplicar unapolítica tributaria que reforzara y aumentara la re-caudación fiscal mediante la reforma del impuesto ala renta y el establecimiento de impuestos sobre lapropiedad, medidas que fueron rechazadas por el

Congreso. Sin embargo, el gobierno disminuyó lascargas tributarias sobre las empresas privadas, am-pliando las exoneraciones de los impuestos directosa los ingresos y sobre los derechos de importacióndel sector industrial. Se buscaba de esta maneraproporcionar un estímulo a la inversión privada yelevar la presión tributaria a través de impuestos defácil recaudación.

Para incentivar dicha inversión privada, el go-bierno dictó tres leyes importantes: una que exone-raba de impuestos a las nuevas inversiones en laszonas de selva, otra que otorgaba un marco legal pa-ra la creación de parques industriales, y finalmentela que permitía el establecimiento de plantas de en-samblaje automotriz; todas ellas representarían pér-didas para el Estado. En 1962 los beneficios de lasempresas constituían el 16% del ingreso nacional y,de ese porcentaje, el 12% se encontraba libre de im-puestos (en 1966 esta relación había sido de 18% y15%). Por otro lado, mientras en 1960 los impues-tos de las empresas constituían el 26% de los ingre-sos del gobierno, en 1965 este porcentaje cayó al16%. En 1963 la participación de los impuestos di-rectos en los ingresos gubernamentales fue de32,8%, en 1964 de 24,5%, en 1965 de 23,7% y en1967 de 26,2%. Los resultados no fueron los espe-rados debido al comportamiento rentista de las em-presas, cuyas tasas de inversión se mantuvieron ba-jas a pesar de la elevación de las tasas de ganancia,fenómeno que continuaría a lo largo de la décadadel 70. En cambio, a mediano plazo se produjo undéficit de consideración en el presupuesto, crecien-do la inflación y con ella el peligro de una inminen-te devaluación, ya que el mantenimiento de la tasade cambio establecida en 1959 por Pedro Beltránhabía convertido al dólar en la mercancía más bara-ta del Perú.

Es en este contexto que se favoreció el desarro-llo de las importaciones. En 1966 las empresas du-plicaron sus inventarios, anticipándose a una futu-ra devaluación, y las importaciones crecieron en26%, mientras que las exportaciones se estancaronpor la baja de los precios de las materias primas. Porúltimo, las inversiones extranjeras comenzaron aincrementar los montos de transferencia de sus ga-nancias. El Perú se convierte en uno de los pioneroscontinentales en el proceso de endeudamiento ex-terno, debido a la disminución de la tasa de inver-sión privada, a la aplicación de la política de indus-trialización por sustitución de importaciones, a lareducción de la presión tributaria al sector indus-trial y al incremento de las inversiones públicas.

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Con ello se comenzó a financiar los gastos en cuen-ta corriente, cuya primera crisis se manifestó en1967 al no poder pagar la deuda externa debido a labaja de los ingresos por exportaciones. Como vere-mos más adelante, las refinanciaciones y renegocia-ciones de 1967 y 1968 llevaron a una situación derelativo saneamiento financiero, pero no impidieronla crisis política.

LA ASISTENCIA NORTEAMERICANA

Como hemos visto, el gobierno debía recurrir alcrédito internacional para mantener el crecimientoeconómico basado en la política de sustitución deimportaciones, un amplio programa de obras públi-cas y la realización de reformas sociales. Pero, comoha sostenido Kuczynski, la promesa de Belaunde deplantear una solución definitiva al problema de laIPC en los primeros 90 días de su gobierno hizo quelos norteamericanos congelasen toda ayuda hastaque la situación se resolviera en términos favorablespara la empresa. De esta manera, desde 1963, elproblema de la IPC afectó directamente la asistenciapara el desarrollo proveniente del gobierno de losEstados Unidos. Debido a que el problema no se re-solvió a lo largo de su gestión, Belaunde recibió só-lo 74 millones y medio de dólares por concepto deasistencia bilateral. Este bloqueo obligó al gobiernoa concertar créditos de corto plazo y con altos inte-reses con la banca internacional y a dar mayores fa-cilidades que permitieran nuevas inversiones en elsector exportador, para intentar resolver el poco ha-lagüeño panorama económico que se abría entre fi-nes de 1966 y comienzos de 1967.

El refinanciamiento de la deuda externa depen-día de la adopción de las tradicionales recetas libe-rales del FMI. A fin de encaminar al gobierno pe-ruano en el marco de sus soluciones, el FMI conce-dió un stand by de 42 millones de dólares, que sevolcaron en una escandalosa especulación moneta-ria por parte de las empresas privadas y el sector pú-blico, al ingresar al mercado dinero fresco que se-guía siendo barato. A principios de 1967, otro prés-tamo de 60 millones que el Perú negociaba con laAgencia Internacional para el Desarrollo (AID) fuesuspendido por el gobierno norteamericano al pro-ducirse un problema en la compra de aviones parala Fuerza Aérea, que había solicitado al gobiernonorteamericano un crédito para ese fin. Considera-ciones internas hicieron que el gobierno norteame-ricano rechazara la solicitud peruana, por lo que elPerú decidió comprar aviones Mirage al gobierno

francés. Frente a ello, el gobierno norteamericanoreconsideró su decisión y sugirió al gobierno perua-no que hiciera lo mismo, propuesta que no fueaceptada. El rechazo desató una intensa polémicaen los Estados Unidos y el Congreso norteamerica-no decidió suspender nuevamente la ayuda al Perú,a punto de ser renovada después de cinco años decongelamiento. Se argumentó que si el gobierno pe-ruano compraba armas en otros países, la ayudanorteamericana serviría para pagar dichas compras.Esta actitud desató una furiosa campaña antinortea-mericana en los medios políticos peruanos por laevidente situación de “dependencia externa” delpaís. A pesar de ello, el gobierno logró concertar en-tre 1963 y 1967 una serie de créditos que multipli-caron la deuda externa, cuya cifra pasó de 237 a 685millones de dólares; mientras que en 1965 la deudaconstituía el 9% del valor de las exportaciones, en1968 alcanzó el 18%.

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El ofrecimiento de Belaunde de resolver el problema de laInternational Petroleum Company en los primeros meses de sumandato no fue cumplido, hecho que se utilizaría como una de

las principales reivindicaciones del gobierno militar quedepuso a Belaunde en 1968.

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En cuanto al fomento de nuevas inversiones enel sector exportador, existía la oferta de un grupo deconsorcios norteamericanos para invertir 350 millo-nes de dólares en la explotación de los yacimientosde cobre de Cuajone, que sumados a los de Toque-pala posibilitarían la constitución de uno de loscomplejos mineros más importantes y más avanza-dos del mundo, permitiendo así subsanar la baja delos precios en nuestras exportaciones. Pero esta in-versión se encontraba condicionada a las segurida-des que el gobierno peruano pudiera dar en cuantoa la estabilidad de la economía peruana y a la situa-ción de las inversiones extranjeras, considerandoque el problema de la IPC no tenía aún solución. Elgobierno, incapaz de conseguir más ayuda en el ex-terior, insistió ante el Congreso a fin de que aproba-ra las reformas tributarias que le permitirían resol-ver la situación económica, pero la Coalición conti-nuó negándose, aduciendo que dichas medidas cas-tigarían los ingresos populares.

EL CONTRABANDO

Entre 1966 y 1967 los diarios de oposición de-sencadenaron una intensa campaña de denuncia delcontrabando en editoriales y crónicas. Para comba-tirlo, el gobierno promulgó una ley en julio de 1966y el Congreso formó una comisión investigadora in-tegrada por miembros tanto de la Alianza como dela Coalición. El caso alcanzó niveles de escándalocuando miembros importantes del gobierno se vie-ron comprometidos, lo cual fue utilizado por laCoalición para criticarlo. En 1963 el contrabandohabía significado el 35% del total importado y en1967 alcanzó el 68%. El medio más frecuente parala introducción de contrabando era la solicitud, porparte de industriales y comerciantes, de la exonera-ción de impuestos para la importación de determi-nados insumos para la promoción industrial, a tra-vés de empresas fantasmas. Otros medios fueron lasubvaloración del precio de las mercancías para pa-gar menos impuestos, la entrega de falsas declara-ciones de facturas comerciales, la evasión del con-trol de aduanas a través de influencias, la solicitudde créditos tributarios que eran pagados tardíamen-te o nunca, y los pagos de los derechos aduaneroscon cheques sin fondos.

Otro elemento que favoreció el contrabando fueel decreto que establecía la exoneración de impues-tos a las empresas de la selva y a Iquitos comopuerto libre, lo que llevó a cuantiosas importacio-nes libres de derechos de artículos de lujo, como

textiles de diferentes calidades, joyas, electrodo-mésticos, perfumes, licores, cigarrillos, entre otros,que posteriormente eran llevados libremente a Li-ma por los viajeros o por diferentes empresas co-merciales.

La ley contra el contrabando de julio de 1966 es-tableció la reforma del servicio aduanero, de losaranceles del derecho de aduana y del servicio deautoridad portuaria, así como el control de las de-claraciones juradas, de los bienes y rentas de losfuncionarios públicos y de las exoneraciones tribu-tarias del poder judicial.

LA CRISIS DEVALUATORIA DE 1967

Frente a la crisis económica que se vislumbrabaa mediados de 1967, el gobierno se planteó dos al-ternativas políticas. La primera consistía en aplicarmedidas de corte liberal: devaluación de la moneda,equilibrio del presupuesto mediante la reduccióndel gasto público (con la evidente reducción deobras públicas y de la aplicación de reformas socia-les), el recorte de subsidios a los productos de con-sumo popular y una reducción aún mayor de la car-ga tributaria sobre las empresas. La segunda era decorte reformista radical: planteaba restablecer elcontrol cambiario, planificar las importaciones, in-crementar la carga tributaria a las empresas y esta-blecer tasas a los ingresos personales.

El gobierno solicitó nuevamente al Congresopromulgar los dispositivos legales necesarios quepermitieran equilibrar el presupuesto, pero la Coa-lición se negó. En medio del debate parlamentariola situación empeoraba sin que la Alianza y la Coa-lición llegaran a un acuerdo. A fines de mayo, en undiscurso, el presidente Belaunde acusó a aquellosque hablaban de devaluación de “traidores a la pa-tria”, con lo cual el problema económico se hizo pú-blico y la especulación aumentó.

Para entonces la economía había entrado ya auna situación crítica. Las divisas se veían cada vezmás reducidas por el aumento de las importacionesy de los servicios de pago de los créditos externos.Finalmente, ante la constante baja de las reservasinternacionales el BCR se vio obligado a retirarsedel mercado cambiario el 31 de agosto de 1967, locual llevó a que el precio del dólar subiera de 26,80a 40,45 soles en los siguientes días, hasta estabili-zarse en 46,63 soles. La devaluación se expresó enel incremento de la inflación que llegó a 14,7%, apesar de que el poder adquisitivo se redujo drásti-camente.

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En lo político, la devaluación trajo como conse-cuencia la caída del gabinete Becerra de la Flor. Ensu lugar, el presidente Belaunde nombró primer mi-nistro a Edgardo Seoane, quien representaba a lossectores reformistas radicales de AP, y a Tulio de An-drea como ministro de Hacienda. Este gabinete du-ró tan sólo dos meses.

LAS ELECCIONES COMPLEMENTARIASDE 1967

En noviembre de 1967, dos meses después de ladevaluación, se realizaron elecciones complementa-rias en el departamento de Lima para reemplazar aCiro Alegría, diputado por AP recientemente falle-cido. Estas elecciones cobraron un carácter plebis-citario, puesto que cerca de la mitad de los electoresse concentraba en Lima. Los candidatos fueron: porla Coalición, Enrique Chirinos Soto, inscrito en lasfilas del PAP, con una larga trayectoria periodísticaen el diario La Prensa y luego en Correo, propiedaddel empresario pesquero Luis Banchero Rossi; porla Alianza se presentó Carlos Cueto Fernandini, exministro de Educación de las filas de AP; por la Uni-dad de Izquierda (UI), un frente de partidos de la iz-quierda radical, Carlos Malpica Silva Santisteban,ingeniero; y el independiente Jorge Saravia. Los re-sultados oficiales de las elecciones realizadas el 12de noviembre fueron los siguientes: Enrique Chiri-nos Soto, 333 191 votos (44,9%); Carlos Cueto Fer-nandini, 283 335 votos (38,2%); Carlos Malpica Sil-va Santisteban, 106 556 votos (14,3%); Jorge Sara-via, 18 661 votos (2,5%). También, siguiendo laconsigna de varios partidos de la izquierda radical,el 7% del electorado votó en blanco. Los resultadosmostraban el creciente descrédito del gobierno a fa-vor de la oposición, pero también manifestaban laradicalización de importantes sectores políticos ysociales, expresada en la alta votación por la iz-quierda que en oportunidades anteriores no habíasobrepasado el 5%.

Los resultados se expresaron además en la caídadel gabinete de Edgardo Seoane y en las divisionesal interior de la Alianza. En primer lugar, la DC re-tiró su apoyo al presidente y se dio a la tarea de re-plantear sus postulados reformistas. Se produce en-tonces una división al interior de la DC, de dondese apartó un sector favorable a una política deacuerdo entre el gobierno y la Coalición. Este sectorfundó el Partido Popular Cristiano (PPC) encabeza-do por Luis Bedoya Reyes, entonces alcalde reelec-to de Lima. Ambos partidos pasaron a la oposición.

La misma división se perfilaba ya al interior de lasfilas de AP, cuando en el congreso del partido de1967 la dirección nacional hizo fuertes críticas alpresidente Belaunde por el incumplimiento de laspromesas electorales, y eligió secretario general–con la oposición de Belaunde y de sus más impor-tantes colaboradores– a Edgardo Seoane, líder delos radicales.

LOS INTENTOS DE RECOMPOSICIÓNPOLÍTICA

Entre la crisis devaluatoria del 31 de agosto de1967 y el golpe del 3 de octubre de 1968, el gobier-no tuvo cinco gabinetes. Todos, a excepción del pe-núltimo, conocido como el “gabinete conversado”,tuvieron corta existencia debido a los ataques de laCoalición. En febrero de 1968 Belaunde nombró co-mo ministro de Hacienda al general Francisco Mora-les Bermúdez, en representación del Ejército, tratan-do de esta manera de presionar a la Coalición a dic-tar los instrumentos legales necesarios para resolverla situación económica, pero también para reafirmarel apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno.

Para mejorar los ingresos fiscales y evitar el con-trabando, Morales Bermúdez colocó a oficiales delEjército como fiscalizadores del Servicio de Adua-nas y de la recaudación de impuestos, pero el Parla-mento siguió negándole al gobierno las medidas

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Edgardo Seoane, alto dirigente de Acción Popular y elprincipal vocero de los llamados “termocéfalos”, el grupo

radical al interior de su partido.

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que solicitaba. Con las manos atadas, el Ejército dis-puso que Morales Bermúdez se retirase del gabine-te para evitar una confrontación con el Congreso.Ante esta situación de impotencia política, los sec-tores radicales de AP, a través de la dirección deCooperación Popular, propusieron reactivar la mo-vilización campesina para obligar al Congreso a dic-tar las leyes que el gobierno necesitaba; otra alterna-tiva propuesta fue la de realizar un “autogolpe” conel apoyo declarado del Ejército, cerrar el Congresoy convocar a un plebiscito, caso no previsto en laConstitución de 1931.

Belaunde, temeroso de la situación que se vis-lumbraba al interior de su partido, desechó estaspropuestas, optando por tratar de llegar a un acuer-do con la Coalición; con la ayuda e intermediaciónde un grupo de amigos personales, inició negocia-ciones secretas con el PAP. Terminaron así las posi-bilidades de realizar las reformas sociales necesariassin compromisos con las fuerzas políticas opuestas.Belaunde prefirió esta opción a la movilización po-lítica de las masas populares.

Con dicho compromiso político era evidente elfracaso del gobierno reformista que había comen-zado con un elevado nivel de apoyo de los sectorespopulares urbanos, del campesinado, de la Iglesia,del Ejército, del diario El Comercio y de los políti-cos norteamericanos de la línea de la Alianza parael Progreso. Con ello se abrieron las posibilidadesde un nuevo golpe institucional de las FuerzasArmadas.

EL “GABINETE CONVERSADO”

Producto de las negociaciones entreel gobierno y el PAP se formó, en juniode 1968, el gabinete encabezado porOswaldo Hercelles, conocido como el“gabinete conversado”. Como parte deeste acuerdo político, Manuel UlloaElías, es nombrado ministro de Hacien-da, recibiendo del Congreso facultadesextraordinarias por 60 días para adop-tar las medidas económicas necesariaspara enfrentar la crisis sin necesidad dedar cuenta al Congreso, situación anti-constitucional. Al hacerse explícito elarreglo político entre el gobierno y elPAP, se produce la ruptura de la Coali-ción: el general Odría retiró su apoyo alPAP en el Congreso, quitándole conello la mayoría. Se produce a la vez unaruptura al interior de la UNO: encabe-

zados por Julio de la Piedra, un número significati-vo de sus parlamentarios forman el Partido SocialDemócrata Nacionalista, que se integra a la alianzaentre el gobierno y el PAP, con lo cual este últimoretuvo la mayoría en el Congreso.

Asimismo, al interior de AP se forman dos ten-dencias políticas: por un lado están los “radicales”de Edgardo Seoane, quienes mantienen la direccióndel partido y, por el otro, los “carlistas” de ManuelUlloa, denominados así porque el gabinete Herce-lles estaba integrado por varios ministros de nom-bre Carlos.

En ejercicio de las atribuciones otorgadas, el ga-binete Hercelles promulgó cerca de 300 decretos,todos ellos ratificados posteriormente por el Con-greso. En cuanto a la política económica, ManuelUlloa dictó el Decreto Supremo Nº 287, con una se-rie de medidas modernizadoras que afectaban losintereses de los sectores tradicionales de la econo-mía. Dicho decreto hizo efectivo el cobro de los im-puestos sobre la renta al reorganizar la legislacióntributaria, estableciendo el impuesto directo al pa-trimonio y al valor de la propiedad predial; las ac-ciones al portador se reemplazaron por las nomina-tivas, eliminando así el anonimato en las sociedadespor acciones y posibilitando que el Estado controla-se efectivamente la recaudación de impuestos al ca-pital; y se incrementaron las tasas impositivas sobrelos ingresos personales. Se restringió asimismo laparticipación en el sistema financiero de los capita-les extranjeros, disponiéndose que sólo la banca na-

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Entre agosto de 1967 y octubre de 1968, el gobierno del arquitecto Belaundecontó con cinco gabinetes, varios de ellos de existencia efímera debido al voto

de censura ejercido por la mayoría parlamentaria de la Coalición. En laimagen, Fernando Belaunde y el entonces príncipe Akihito durante su visita

al Perú en 1967.

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cional podía contar con sucursa-les y absorber el ahorro internodel país. Se definió como bancaextranjera a aquellas entidadescuya participación en los activosera mayor al 33%. Esta medidase tomó debido a la tendencia aque la banca extranjera monopo-lizara los créditos orientados a lainversión industrial. En ese mis-mo sentido, se decretó que lasindustrias consideradas de natu-raleza estratégica debían ser con-troladas mayoritariamente por elcapital nacional o, en su defecto,pasar al control del Estado.

El Estado adquirió mayor im-portancia en la toma de decisio-nes en cuanto a política moneta-ria. El directorio del BCR, hastaentonces compuesto por delega-dos de la banca privada –dondedestacaba el capital extranjero–,pasó a estar conformado por re-presentantes del gobierno, de lasorganizaciones laborales (mane-jadas entonces por el PAP) y de los gremios indus-triales nacionales. Asimismo, Ulloa logró refinan-ciar la deuda pública externa y concretar el ingresode los consorcios norteamericanos en la explotaciónminera de Cuajone; de acuerdo a los nuevos dispo-sitivos, estos consorcios debían establecer una rela-ción estrecha con el desarrollo industrial del país.La política agraria buscaba una gradual reformaagraria por la vía fiscal, eliminando las relaciones dedependencia personal y flexibilizando el mercadode tierras, abriendo paso así a la formación de undinámico empresariado rural. En el rubro industrialse mantuvo la política de incentivos sin desechar lapresencia del capital extranjero. Con estas disposi-ciones, a mediados de 1968 era posible prever uncambio importante en la situación económica delpaís, con un probable período de rápido crecimien-to. Sin embargo, el escándalo del Acta de Talara lle-varía a la crisis política final del gobierno.

EL ARREGLO CON LA IPC

Además de las medidas económicas del gabineteHercelles, la solución de las relaciones financierascon el gobierno de los Estados Unidos permitiría lallegada de los créditos de la AID y ayudaría a aliviar

la situación fiscal del gobierno. Para ello debía dar-se una solución definitiva al problema de la IPC, lla-ve que abriría la puerta a la ayuda extranjera. Elpunto era qué tipo de acuerdo y a qué precio políti-co. La situación había cambiado en comparación a1963. Si bien los sectores de oposición a la IPC sehabían incrementado, el acuerdo político entre elgobierno y el PAP mantenía aún la mayoría en elCongreso y le daba amplios márgenes de maniobrapolítica. Era además inminente el fin del período defacultades extraordinarias dado por el Congreso,que expiraba el 19 de agosto, todo lo cual expuso algobierno a la crítica de que se trataba de un acuer-do encubierto e inconsulto.

En su mensaje del 28 de julio de 1968, Belaun-de aseguró estar llegando a acuerdos definitivos conla IPC. El 13 de agosto se hizo pública la noticia deque el presidente había recibido las instalaciones delos yacimientos de La Brea y Pariñas, como parte detales acuerdos. Pero esta ceremonia se realizó “entregallos y medianoche”, sin hacerse públicas las con-diciones del arreglo. Más adelante se supo que esta-ba compuesto por varios documentos separados, encada uno de los cuales se trataban puntos específi-cos. En primer lugar, dichos documentos estable-cían la transferencia al gobierno de las instalaciones

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Vista de Cabo Blanco en el litoral piurano, región petrolera por excelencia. El anunciopresidencial de un acuerdo definitivo con la International Petroleum Company en julio

de 1968 originó una polémica general que se avivó cuando Carlos Loret de Mola,presidente de la Empresa Petrolera Fiscal, hizo pública la sustracción de una página

decisiva (la número 11) del acuerdo.

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de los casi agotados yacimientos petrolíferos por cu-yo producto la Procuraduría General de la Repúbli-ca aducía la existencia de impuestos impagos porun monto de 144 millones de dólares. A cambio deello, el gobierno se comprometió a anular todas lasreclamaciones contra la IPC. En segundo lugar, sefirmó un contrato de 10 años para la venta a la IPCdel gas natural extraído por la EPF y un contrato si-milar de 6 años para la venta del crudo a la refine-ría de Talara, que continuaría bajo administraciónde la IPC. En este punto se centraron los elementosmás importantes de las denuncias posteriores y noen la transferencia de las obsoletas instalaciones ylos casi agotados yacimientos de La Brea y Pariñasal gobierno. En tercer lugar, en otro polémico pun-to, se estableció un período de 40 años por el cualla IPC continuaría administrando la refinería de Ta-lara, período renovable por otros 40 –tiempo másque excesivo frente a los casi agotados yacimientospetrolíferos–, entendiéndose que la IPC se encarga-ría de su modernización y ampliación. Si bien, co-mo ha sostenido Chirinos Soto, Belaunde había co-menzado por romper el práctico monopolio de laIPC al iniciar la construcción de la refinería de laPampilla, al firmar un contrato de explotación pe-trolífera en el zócalo continental con la Belco Petro-leum Company e impulsar las primeras exploracio-nes petroleras en la selva, estos proyectos tardaríanvarios años en dar sus frutos, con lo cual –en lapráctica– el monopolio de la IPC continuaría.

Durante dos semanas la situación política semantuvo tranquila. Sin embargo, el 10 de setiem-bre, Carlos Loret de Mola, director de la EPF, de-nunció públicamente por televisión que había desa-parecido la última página del acuerdo, donde se es-

tablecía el precio del crudo que la EPF debía pagara la IPC. Loret de Mola dio a entender que la pági-na once de dicho acuerdo había sido deliberada-mente extraviada y que en ella figuraban términosimportantes del acuerdo general. Aunque centradasen un elemento formal, que en sí no cuestionaba elfondo del problema, las denuncias de Loret de Mo-la sirvieron para canalizar la frustración política porel incumplimiento de las promesas del gobierno derealizar reformas sociales profundas. Estas declara-ciones se convirtieron en el centro de un gran es-cándalo político, que produjo la caída del gabineteHercelles y la ruptura de la alianza entre el gobier-no y el PAP. Los “radicales” de AP, encabezados porEdgardo Seoane, formaron Acción Popular Socialis-ta (APS), lo que obligó al presidente a recuperar sulocal partidario con la ayuda de la policía.

El gobierno quedó políticamente aislado. El 2 deoctubre de 1968 juró el nuevo gabinete presididopor Manuel Mujica Gallo, en el cual Manuel Ulloaretenía la cartera de Hacienda. Pero era demasiadotarde para este nuevo intento de recomposición po-lítica. El golpe que se venía preparando desde febre-ro por el presidente del comando conjunto de lasFuerzas Armadas, general Juan Velasco Alvarado, esadelantado a fin de aprovechar la extrema precarie-dad del gobierno.

EL GOLPE DEL 3 DE OCTUBRE DE 1968

Los hechos que provocan la conspiración militarenmarcan el constante desprestigio del gobierno,agobiado por acusaciones de corrupción, responsa-bilizado de la crisis económica y, sobre todo, del in-cumplimiento de su programa reformista, base del

apoyo que el Ejército le había brin-dado a Belaunde desde las eleccio-nes de 1962. Entre febrero y marzode 1968 se constituyó el grupoconspirativo conformado por nueveoficiales del Ejército: cinco genera-les, entre los que se incluía Velasco,y cuatro coroneles, que desarrolla-ron diversos planes para la realiza-ción del golpe y elaboraron un es-quema de plan de gobierno. Con el

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Los últimos meses del gobierno de Belaundeestuvieron sacudidos por una fuerte crisispolítica y económica, siendo depuesto por

las Fuerzas Armadas el 3 de octubre de1968. En la imagen el salón Túpac Amaru

en el palacio de Gobierno.

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escándalo de la página once, se da la situación pro-picia y se cierran las posibilidades de que las Fuer-zas Armadas continuasen apoyando al gobierno. Seabría además la perspectiva de que el PAP ganase laselecciones generales del año siguiente.

Cuando los militares inician el golpe en la ma-drugada del 3 de octubre de 1968, el gobierno no

pudo oponer resistencia. El entusiasmo y el apoyopopular de cinco años atrás habían desaparecido, deallí que las protestas contra el golpe fueran esporá-dicas, débiles e ineficaces, encabezadas por sectoresinfluenciados por el PAP. Así, sin pena ni gloria, aca-bó el gobierno que tantas esperanzas había creado;con él acabó una época.

III

EL RÉGIMEN OLIGÁRQUICO

Denominamos régimen oligárquico al sistemapolítico surgido a fines del siglo XIX, cuando el po-der político se reorganiza luego de la guerra del Pa-cífico, con características bien definidas. Como hansostenido diversos investigadores (Pease, López,Burga y Flores Galindo), el régimen oligárquico eraformalmente un régimen liberal, pero de bases so-ciales restringidas. En otras palabras, difícilmentepodía ser calificado de democrático y podía recurriral golpe de Estado como salida política frente a lasdemandas de los sectores populares y medios. Esterégimen encontró su punto de apoyo en las relacio-nes de la oligarquía con el capital extranjero y conlos poderes locales en el interior. Las mayorías cam-pesinas quedaban excluidas y lossectores populares urbanos eranmediatizados a través de diversaspolíticas sociales, otorgadas lue-go de constante presión social.

El período que abarca losaños 1950-1968 corresponde aun momento de crecimientoeconómico, debido al segundoproceso de industrialización quese desarrolla en el siglo XX, co-yuntura que permitió a los dife-rentes gobiernos aplicar una se-rie de políticas sociales y em-prender obras públicas en bene-ficio de los sectores populares.Pero también es el momento dela crisis política del régimen oli-gárquico, que se ve enfrentado a

nuevos movimientos y partidos políticos de las cla-ses medias emergentes, y a una constante presiónpopular en demanda de reformas sociales: se recla-man mejoras en las condiciones de vida, serviciosdel Estado y participación política. En la escena ofi-cial, esto se expresó sobre todo en las coyunturaselectorales donde los actores políticos disputan elcontrol directo del Estado, y en los debates acercade la aplicación de políticas económicas redistribu-tivas y de reforma social. La oligarquía ya no puederecurrir al golpe de Estado como forma de conser-var el control político, pues las Fuerzas Armadasempiezan a mantener cierta autonomía institucio-nal e ideológica. Todo esto sería el contexto en elcual germinó el movimiento militar del 3 de octu-bre de 1968, que daría fin al régimen oligárquico.

Vista de la hacienda Cartavio. La principal fuente de ingresos de la llamada oligarquíaperuana reposaba en la tenencia de la tierra. Sin embargo, el gobierno de VelascoAlvarado se propuso la erosión de sus bases de poder y alentó un programa de reformasque modificarían sustancialmente a la sociedad peruana.

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LA CRISIS POLÍTICA DEL RÉGIMENOLIGÁRQUICO

El gobierno de Odría fue el último golpe de Es-tado exitoso promovido por la oligarquía en defen-sa de sus intereses. Bajo el Ochenio no sólo se apli-caron las medidas económicas liberales reclamadaspor los agroexportadores, sino que se garantizó lacasi inexistencia de actividad política partidaria.Salvo el tibio intento de la candidatura de Montag-ne, la oligarquía cerró filas frente a Odría ante el te-mor de la movilización política por el PAP de lasmasas populares. Salvo la dictadura, a la oligarquíano le quedaba ya forma política alguna de legitimar-se en el poder. Para mediatizar la movilización po-pular se dictó la ley de Seguridad Interior, que en lapráctica declaró ilegales no sólo al PAP sino tam-bién al PCP y al PS. Cualquier intento de moviliza-ción política estaba limitado por el ambiente repre-sivo del gobierno del Ochenio.

Al finalizar éste, los intereses de la oligarquía severían representados políticamente por la UNO y elMDP: el primero representaba los intereses de los la-tifundistas de la sierra y de los poderes localesopuestos a toda medida que buscara transformar lasituación en el campo; el segundo representaba losintereses de la oligarquía agroexportadora y de lossectores financieros y manufactureros, es decir, laburguesía propiamente dicha. Pero dicha burguesíahabía expandido sus intereses al amparo de las in-versiones del capital extranjero, por lo cual –si bientenía amplios márgenes de decisión política y eco-nómica– debía siempre tomarlo en cuenta. La crisisde legitimidad y de representación política de la oli-garquía se prolongó gracias a las alianzas que estospartidos realizaron con el PAP, que a través de su in-fluencia social les otorgó el control de cualquier in-tento de movilización política de las masas popula-res y además la base social que la oligarquía había si-do incapaz de obtener por el carácter excluyente desu régimen. Así, en busca de la legalidad y de la po-sibilidad de que finalmente Haya de la Torre acce-diese a la presidencia, el PAP dejó de lado su progra-ma primigenio, radical y revolucionario, por la tran-sacción con sus más encarnizados enemigos políti-cos. Una imagen resume estas avenencias realizadaspara garantizar la continuidad del gobierno de unaminoría a espaldas de la mayoría del país: un al-muerzo donde aparecen sentados en la misma mesaPedro Beltrán, Víctor Raúl Haya de la Torre, el gene-ral Manuel A. Odría y Eudocio Ravines, demostra-ción palpable de que la política peruana seguía ba-sada en los acuerdos entre los caudillos y no en unsistema de partidos moderno. El caudillismo estámuy enraizado aún en la tradición política peruana.

En este contexto surgirán nuevos actores que in-fluenciarán la política entre 1956 y 1968. En primerlugar, los partidos reformistas de clase media, repre-sentantes del denominado reformismo democráti-co; en segundo lugar, los partidos de la izquierda ra-dical denominada Nueva Izquierda; y, por último,los movimientos guerrilleros. Estos nuevos actorestendrían algo en común: buscaban llenar el espaciopolítico dejado por el PAP y satisfacer las demandaspopulares de una radical transformación del régi-men oligárquico. Las alternativas políticas eran dos:reforma social o revolución. Dos instituciones ga-rantes del orden social, la Iglesia y las Fuerzas Ar-madas, se vieron tambien obligadas a asumir algunade estas dos alternativas. Cabe destacar que no exis-tió entonces, ni existe hoy, un partido político quebuscara representar directamente los intereses del

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Cholas fruteras por Ángel Chávez. La crisis de la oligarquíaque se inicia hacia los años 50 no puede sustraerse de loscambios sociales ocurridos en el Perú. La migración del

campo a la ciudad contribuyó a recomponer el rostro del país.

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campesinado, sino más bien sus reivindicacionesfueron incluidas en programas más amplios, por loque la situación del agro y del campesinado se de-batía al margen de sus protagonistas. El campesina-do seguía así, a pesar del surgimiento de fuerzas an-tioligárquicas, marginado de la política nacional.

LAS IDEAS DESARROLLISTAS Y SUIMPACTO EN EL PERÚ

La segunda postguerra significó un período deimportantes transformaciones en los campos eco-nómico, social, político y tecnológico. El contextointernacional de la Guerra Fría, las luchas de desco-lonización en Asia y Africa y la expansión de la eco-nomía mundial, propiciaron la difusión de los pos-tulados democráticos y socialistas, así como deideas económicas, políticas y sociales que tendríangran impacto en los países del Tercer Mundo, espe-cialmente entre los integrados a la órbita norteame-ricana. El tema del desarrollo económico comienzaa tomar gran importancia a nivel internacional. Enel caso de América Latina, se adoptarán los criteriosde la Comisión Económica para América Latina(CEPAL), especialmente los vinculados a las políti-cas de sustitución de importaciones, en la búsquedade un desarrollo alternativo no dependiente delmercado internacional.

Esta discusión –como nos lo recuerda Julio Co-tler– se expresó en el Perú a través del debate entreEl Comercio y La Prensa, voceros de las dos grandesfracciones oligárquicas. La Prensa insistiría en losargumentos favorables a la “economía de mercado”que venía defendiendo desde 1945, donde el desa-rrollo pasaba por la irrestricta libertad económica,haciendo posible que el libre juego de la oferta y lademanda creara un milagro económico y la afirma-ción de la democracia. El Comercio, en cambio, pro-piciaba una tendencia reformista, estatizante y na-cionalista, que tendría particular impacto en loscuadros políticos del Ejército. De acuerdo con estatesis, “cambios estructurales” debían terminar condos contradicciones básicas de la sociedad peruana:la persistencia del “feudalismo” en el campo y lacreciente sumisión del capital nacional al extranje-ro. El Estado debía controlar los sectores básicos yestratégicos del desarrollo nacional y recurrir a la

planificación para organizar y expandir las activida-des productivas, otorgando a las masas una retribu-ción “equitativa” a su participación. En estas condi-ciones debería favorecerse el desarrollo de una bur-guesía empresarial nacionalista que, juntamentecon el Estado, desarrollara el potencial del país.

La urgencia de cumplir estas tareas se debía a ra-zones de seguridad nacional, tanto externas comointernas. Externamente, el país se enfrentaba a undoble peligro: el “comunismo internacional” y lapolítica expansionista de Chile; internamente, elgrado de pobreza y explotación podía conducir a undescontento popular que posibilitara la difusión de“ideologías extremistas”. Así, el carácter relativa-mente nacionalista y reformista de El Comercio secombinaba con orientaciones políticas de neto cor-te autoritario y tecnocrático, expresadas en su antia-prismo y anticomunismo.

Influenciadas por estas ideas desarrollistas sur-gen en el mundo académico peruano importantesinstituciones dedicadas a estudiar los problemas na-cionales, integradas por intelectuales de una de lasmás significativas generaciones de este siglo: la ge-

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El Comercio, inicialmente vocero de las posiciones másconservadoras, progresivamente fue asumiendo y divulgando

las tesis desarrollistas propugnadas por los organismosinternacionales.

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neración del 50. Entre tales instituciones destaca,por ejemplo, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP)dirigido por José Matos Mar, algunos de cuyos estu-dios estuvieron orientados a analizar a la oligarquíaperuana, el problema agrario y la cultura andina,donde sobresale la mesa redonda alrededor de la no-vela Todas las sangres, de José María Arguedas.

Los temas “desarrollistas” y reformistas tambiénhicieron su ingreso en la vida política, a través de laformación de nuevos partidos. Se hicieron comuneslas declaraciones sobre la necesidad de realizar“cambios en las estructuras”, a fin de salir del esta-do de “subdesarrollo” causado por el carácter “de-pendiente” del país y la persistencia del “atraso” enel campo. Estos discursos impactaron también ensectores de la propia oligarquía y en institucionestradicionales como las Fuerzas Armadas y la Iglesia,llegándose a un consenso sobre la necesidad decambios siempre que fueran hechos dentro de laspautas del orden establecido. Algunos de estos te-mas de consenso –aunque las posiciones variabande acuerdo a cada sector político– eran: la reformaagraria, el tratamiento al capital extranjero (comoen el caso del petróleo) y el proceso de industriali-zación. El tema de la reforma agraria, particular-mente, tuvo una gran importancia debido al impac-to de los movimientos campesinos. Los nuevos par-tidos que surgen en la coyuntura electoral de 1956

la incluyeron en sus programas, convirtiéndose asíen tema de debate nacional. Sin embargo, las pro-puestas no fueron más allá de reformas aceptablespara la oligarquía.

SURGIMIENTO DEL REFORMISMODEMOCRÁTICO

Con el viraje ideológico que llevó al PAP a esta-blecer alianzas políticas con la oligarquía, quedó li-bre el espacio de oposición antioligárquico, que se-ría cubierto por los nuevos partidos reformistas.Conformados en su mayoría por intelectuales y pro-fesionales de clase media, representaban a los secto-res emergentes relacionados con la creciente impor-tancia de lo urbano, con la expansión del Estado yla empleocracia estatal, industrial y comercial, y conla revaloración de la educación como forma de as-censo social. Estas clases medias encontraban en laoligarquía un serio límite para sus aspiraciones. Sinembargo, los nuevos partidos no establecieron lazossignificativos con los sectores populares del campoy de la ciudad, a los cuales buscaban representar, si-no que optaron por abrir un espacio político al in-terior del régimen oligárquico a través de las dife-rentes coyunturas electorales y recurriendo a la opi-nión pública, opción que fue incapaz de vencer lafuerza política de los partidos pro-oligárquicos. Asi-

mismo, algunos de ellos –especial-mente AP que alcanzó mayor pesoy presencia política– reprodujeronel estilo caudillista de la políticaoligárquica. Los partidos que repre-sentaron al reformismo democráti-co fueron fundamentalmente tres:la Democracia Cristiana, el Movi-miento Social Progresista y AcciónPopular.

La DC se fundó en 1955 a par-tir de dos núcleos, uno en Arequi-pa y otro en Lima. Sus anteceden-tes pueden remontarse al FrenteDemocrático –en el cual HéctorCornejo Chávez y Luis Bedoya Re-yes fueron secretarios personalesde Bustamante y Rivero– y a lasprotestas de 1950 en Arequipa, endonde participaron varios de susfundadores. Su figura predominan-te fue sin duda Héctor CornejoChávez; y con él, Mario Polar, LuisBedoya Reyes, Mario Alzamora Val-

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Héctor Cornejo Chávez fundó el Partido Demócrata Cristiano en 1955. Senadordurante el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry; posteriormente,fue uno de los principales apoyos civiles del gobierno militar de Velasco Alvarado.

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dez, Javier Correa Elías, Ernesto Alayza Grundy, Jai-me Rey de Castro, José Barreda Möller y Jorge Bola-ños. Alfonso Cobián, quizás su filósofo más impor-tante, murió en 1960 a la edad de 24 años. La DCparticipó en las elecciones de 1956 en diferentes lis-tas, en 1962 presentó la candidatura de CornejoChávez y en 1963 estableció una alianza con AP.

En la coyuntura de apoyar a AP o al PAP para laselecciones de 1963, se perfilaban dos grupos, unoradical y otro conservador. Durante el gobierno deBelaunde las contradicciones se fueron perfilando ytras la ruptura de la Alianza –luego de las eleccionescomplementarias de 1967–, la DC se divide entre elgrupo encabezado por Cornejo Chávez y el de LuisBedoya Reyes, quien fundaría el Partido PopularCristiano (PPC). Mientras el grupo de CornejoChávez se radicaliza más, el grupo de Bedoya apoyaal “gabinete conversado” formado por Belaunde y elPAP, alianza que terminó con las esperanzas refor-mistas de los partidos nacidos en la coyuntura elec-toral de 1956.

En cuanto a su posición doctrinal, la DC repre-sentaba a los sectores cristianos influenciados porlos elementos renovadores de la doctrina social de laIglesia. Se presentaba como una tercera fuerza inter-nacional pero especialmente latinoamericana, de ca-rácter humanista, diferenciada del capitalismo y delcomunismo; aunque no alcanzó en el Perú los nive-les de presencia que tuvo en Chile, Venezuela yCentroamérica. Como ha testimoniado Mario Casti-llo, su organización partió de los núcleos de refle-xión y de acción social de jóvenes cristianos que

cuestionaban la realidad social del país, creados porintelectuales o grupos autónomos respecto a la Igle-sia Católica, como la Unión Nacional de Estudian-tes Católicos (UNEC) y la facultad de Ciencias So-ciales de la Universidad Católica, creada por LuisVelaochaga. Las influencias más importantes ven-drían del pensamiento católico francés, de autorescomo Jacques Maritain y Emmanuel Mounier. En larenovación de la doctrina social de la Iglesia cumpli-rían importante rol los cursillos de verano del padreGustavo Gutiérrez en la Universidad Católica, peroesto ya sería posterior y ajeno a la DC misma. Suprograma planteaba medidas claramente antioligár-quicas, para promover la “dignidad de las personas”.La DC entró en crisis con el golpe militar de 1968,aunque decidió apoyar el experimento militar.

El MSP se formó a partir de un grupo de intelec-tuales y profesionales, algunos de los cuales habíanestado ligados al Frente Democrático Nacional(1945) y al Partido Social Republicano (1946); en-tre ellos se encontraban los hermanos Sebastián yAugusto Salazar Bondy, Alberto Ruiz Eldredge, Gui-llermo Figallo Adrianzén, José Matos Mar, JorgeBravo Bresani, Francisco Moncloa y Santiago Agur-to Calvo. En las elecciones de 1956 el MSP apoyó aBelaunde y en las de 1962 lanzó como candidatopropio a Alberto Ruiz Eldredge. En las elecciones de1963 no presentó candidatos y desapareció como

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Alberto Ruiz Eldredge fue candidato en las elecciones de 1962por el Movimiento Social Progresista, grupo político que

aglutinaba a intelectuales de ideas reformistas.

Sebastián Salazar Bondy (1924-1965), reconocido crítico yanimador cultural. Participó en el Movimiento Social

Progresista conjuntamente con otros valiosos intelectuales de su generación.

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partido luego de la victoria de Belaunde. Sus inte-grantes más importantes volverían al campo políti-co como asesores del general Juan Velasco Alvaradoen la primera fase del gobierno militar. Durante al-gún tiempo publicaron el diario Libertad, bajo la di-rección de Abelardo Oquendo. Éste fue el grupomás fértil ideológicamente, ya que estaba compues-to principalmente por intelectuales para quienes elsubdesarrollo peruano se debía al control de la eco-nomía peruana por los consorcios extranjeros, apo-yados por la oligarquía y el gobierno norteamerica-no. Su programa planteaba una revolución que de-volviera a la colectividad el control de los recursosnacionales, aunque sin considerar por quiénes y có-mo llevarse a cabo esta revolución, que debía ser“socialista”, puesto que el capitalismo que regía enel Perú era causa del subdesarrollo y de la depen-dencia característicos del país. Este socialismo de-bía ser “humanista”, permitiendo la expansión ydesarrollo de las potencialidades del ser humano.Este “humanismo socialista” sólo podría lograrsepromoviendo relaciones de solidaridad y de caráctercomunitario en la población. Para lograr estos obje-tivos debían realizarse cinco reformas básicas: de laorganización del Estado, de la democratización dela estructura y función de la empresa, del agro, delcrédito y de la educación.

AP fue fundado formalmente en junio de 1956,teniendo como antecedente inmediato el Frente deJuventudes que el año anterior había lanzado lacandidatura de Fernando Belaunde Terry. Fue elpartido más exitoso de los que formaron parte delllamado reformismo democrático, ya que alcanzaríala presidencia por dos veces. En las elecciones de1956 y 1962 se presentó sin alianza política alguna,alcanzando un inusitado tercio electoral. Para laselecciones de 1963, de las cuales salió vencedor, sepresentó aliada a la DC. Su máximo dirigente, Fer-nando Belaunde Terry, era sobrino del intelectualVíctor Andrés Belaunde, y fue miembro del Congre-so por el Frente Democrático Nacional en 1945. Losdemás dirigentes de AP pertenecían en su mayoríaal entorno familiar y profesional de Belaunde, y al-gunos de ellos habían sido sus discípulos, comoVioleta Correa y Eduardo Orrego. En cuanto a ladoctrina partidaria, Fernando Belaunde le imprimióun sentido “peruanista” muy particular, desvincula-do de las corrientes ideológicas predominantes en-tonces. Para Belaunde, el problema básico del paísresidía en que ningún gobierno había querido o sa-bido organizar y dinamizar las energías del puebloque permitieran “la conquista del Perú por los pe-

ruanos”. Esto podía lograrse mediante la utilizaciónde la antigua tradición de trabajo comunal hereda-da de los incas. Además afirmaba la necesidad derealizar reformas sociales en aquellos lugares impo-sibilitados de alcanzar el desarrollo; las principaleseran la agraria, de vivienda, de educación, de saludpública y las reformas administrativa, tributaria ycrediticia. En otras palabras, el Estado debía fortale-cer su presencia regulando la actividad de la socie-dad a fin de compatibilizar los intereses y las aspi-raciones de los diferentes sectores.

En términos generales, todos los partidos, in-cluido el PAP, coincidían en la necesidad de realizarreformas que permitieran redistribuir los recursoseconómicos, sociales y políticos del país, para con-seguir así la “transformación de las estructuras vi-gentes”. Asimismo, coincidían en la necesidad deuna mayor intervención del Estado, sobre todo en laeconomía, a partir de la planificación y la formula-ción de planes de desarrollo.

LA NUEVA IZQUIERDA

El surgimiento de la llamada Nueva Izquierda enel Perú está vinculado a la crisis política e ideológi-ca del movimiento comunista internacional, pro-ducto del proceso de desestalinización en la URSS,de la ruptura chino-soviética y del impacto de la re-volución cubana.

En términos generales, se denomina Nueva Iz-quierda a los partidos de diferentes tendencias sur-gidos a partir de 1956, pero especialmente en la dé-cada del 60, que rompieron el virtual monopoliodel PCP como expresión del marxismo en el Perú.Algunos de ellos surgieron de escisiones del PAP(como es el caso del MIR) y otros del PCP (comoes el caso del ELN y los diversos partidos maoís-tas). Hasta fines de la década del 50, la expresiónideológica predominante en el Perú había sido elmarxismo-leninismo. Desde entonces surgen parti-dos políticos cuyas expresiones ideológicas serán eltrotskismo (cuyos antecedentes datan de 1944), elfoquismo castrista, el maoísmo (de cuyas múltiplesescisiones y rupturas surgiría Sendero Luminoso) yun marxismo-leninismo distanciado y más bien crí-tico de la URSS. La historia de dichos partidos ycorrientes ideológicas es bastante compleja, y toda-vía está por hacerse. Aquí intentaremos algunasaproximaciones.

Cabe resaltar algunas características importan-tes. En primer lugar, los principales dirigentes delos partidos de la Nueva Izquierda pertenecían a la

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juventud universitaria de clase media radicalizada,algunos con militancia partidaria previa. En segun-do lugar, los partidos de la Nueva Izquierda surgena partir del cuestionamiento y la crítica de la expe-riencia socialista en la URSS y del comportamientopolítico del PAP y del PCP, presentándose, pues, co-mo poseedores de “la línea política e ideológica co-rrecta”, diferenciándose y enfrentándose entre sí, locual se expresaría en sus continuos fraccionamien-tos y escisiones. En tercer lugar, a pesar de esta “ac-titud crítica”, mantuvieron la concepción leninistade la organización del partido político y sus formu-laciones ideológicas ratificaron los elementos cen-trales de la ortodoxia marxista-leninista. En cuartolugar, los puntos más importantes de los debatesrealizados entre estos partidos giraron alrededor dela caracterización de la sociedad peruana y del go-bierno de turno, el papel de las clases sociales en elproceso revolucionario y las formas de lucha en laformulación de la estrategia para la toma del poderpolítico. Entre las principales organizaciones políti-cas de la Nueva Izquierda destacan el Movimientode Izquierda Revolucionaria (MIR), el Ejército deLiberación Nacional (ELN) y Vanguardia Revolu-cionaria (VR).

El MIR surgió como producto de una escisióndel PAP. Luego de la crisis de octubre de 1948, elsector radical logró mantener cierta presencia, opo-niéndose a la política de la Convivencia. En octu-bre de 1959 se realizó la IV Convención del PAP,evento en el cual 23 dirigentes –la mayoría de loscuales eran cuadros juveniles y estudiantiles– pre-sentaron una moción de cuestionamiento a la polí-tica de la Convivencia; la moción no prosperó y losautores y adherentes del documento fueron pasa-dos a las instancias disciplinarias y luego expulsa-dos. Entre ellos se encontraban Luis de la PuenteUceda, Luis Oliveira, Ezequiel Ramírez Novoa,Gonzalo Fernández Gasco, Walter Palacios, CarlosMalpica y Javier Valle Riestra. Este grupo formó elComité de defensa de los principios y de la demo-cracia interna del partido, hasta que en noviembrede 1960 se separa definitivamente y se autodeno-mina Apra Rebelde. En marzo de 1962 se convierteen el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, ba-jo el liderazgo de Luis de la Puente Uceda y HéctorCordero. Los sectores apristas más tradicionales ylos elementos trotskistas (como Ricardo Napurí)fueron expulsados. El cambio de nombre era ex-presión de que el Apra Rebelde había asumido elmarxismo como ideología y la lucha armada comomedio de llegar al poder. Como muchos otros, Luis

de la Puente Uceda visitó Cuba e intentó ponerseen contacto con Hugo Blanco en el valle de LaConvención. Finalmente, el 7 de febrero de 1964,con un discurso de Luis de la Puente en la plazaSan Martín, se inicia una campaña pública en favorde la lucha armada y pequeños grupos son envia-dos a recibir entrenamiento en Cuba. En junio de1965 inician las acciones armadas, siendo derrota-dos a fines de ese mismo año. Posteriormente elMIR sufrió una serie de divisiones y escisiones.

El Ejército de Liberación Nacional (ELN) es fun-dado en 1962 por sectores juveniles procedentes delPCP o de su periferia inmediata. Más adelante se in-tegrarían militantes del FIR y otras organizacionesde izquierda. Esta situación se verá reforzada en1965 cuando el Comité Leninista –formado en 1959por los integrantes del Comité Departamental de Li-ma y de la Juventud del PC– se incorpora al ELN,que buscó iniciar la lucha armada bajo el modelocastrista, para lo cual gran número de sus elemen-tos se entrenó en Cuba. Sin embargo, sus dos inten-tos insurreccionales en Puerto Maldonado en 1963y en la provincia de La Mar, Ayacucho, en 1965, fra-casaron. Su principal dirigente fue Héctor Béjar,

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El viraje ideológico sufrido por el APRA generó desconciertoentre sus militantes, algunos de los cuales como Carlos

Malpica –quien más tarde se convirtió en una de las figurasmás reconocidas de la izquierda peruana–, constituyeron

nuevas agrupaciones.

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quien sería uno de los principales asesores del gene-ral Velasco durante el gobierno militar.

Vanguardia Revolucionaria (VR) fue fundada en1965, dos meses antes de que el MIR iniciara sus ac-ciones guerrilleras. Entre sus primeros integrantesdestacan Ricardo Napurí, quien habiendo sido ex-pulsado del MIR, representaba las tendencias trots-kistas; Ricardo Letts, militante y dirigente juvenilradical de AP desde 1961; y Edmundo Murrugarra.En los años 70, a pesar de sus divisiones, pasaronpor sus filas Manuel Dammert, Agustín Haya de laTorre y Javier Diez Canseco. Según testimonio deRicardo Letts, ya desde 1963 se realizaron coordina-ciones con el fin de fundar un partido político, in-tentándose incluso tomar contacto con Hugo Blan-co en La Convención y con el ELN.

En 1964 se realizó una primera asamblea en don-de se eligió una dirección provisional. El 30 de ma-yo de 1965 se funda formalmente VR teniendo comosecretario general a Ricardo Napurí y como secreta-rio de defensa a Ricardo Letts. Con el inicio de laguerrilla, debido a sus simpatías y vinculaciones conel MIR y el ELN, VR se vio obligada a pasar a la clan-destinidad. Sin embargo, en la práctica VR mantuvouna posición de distanciamiento y de críticafrente a las guerrillas, en las que nunca parti-cipó, aunque sus militantes conservaron en sudiscurso la necesidad de la lucha armada co-mo medio de lograr la toma del poder.

Ideológicamente, VR fue bastantevariopinta. Sus tesis combinaban ele-mentos del trotskismo, del maoísmo,del foquismo castrista y, por supues-to, de la ortodoxia marxista-leninis-ta. VR logró cierta influencia entrelos universitarios y su presenciasindical más bien se manifestaríaen los años 70 con las tesis de Ed-mundo Murrugarra de “ir al pue-blo”, conocidas como “yawaris-mo”. VR en esos años también sufri-ría varias divisiones.

En cuanto al trotskismo, sus antece-dentes se remontan a 1946 cuando sefundó el Partido Obrero Revoluciona-rio (POR), formado por los dirigentessindicales del PCP que encabezaron lashuelgas de 1944 en contra del gobier-no de Prado. Inicialmente denominadoGrupo Obrero Marxista (GOM), dichopartido se integró a la IV Internacio-nal, teniendo importantes contactos

con el Partido Socialista de los Trabajadores, parti-do trotskista inglés. Al producirse la división al in-terior del movimiento trotskista internacional, unafracción del POR formó el POR-Trotskista (POR-T),encabezado por Ismael Frías y Enrique Palacios. En1961, el POR (esta vez encabezado por HernandoAguirre Gamio y Félix Zevallos) y otras organiza-ciones menores formaron el Frente de Izquierda Re-volucionaria (FIR), a cuyas filas perteneció HugoBlanco Galdós, impulsor de la organización del mo-vimiento campesino en los valles de La Convencióny Lares.

Alrededor del FIR se agruparon dirigentes de or-ganizaciones trotskistas internacionales, llegando apreparar un incipiente aparato militar. Sin embargo,el trotskismo entró en un proceso acelerado de divi-sión luego del fracaso en el apoyo a Hugo Blanco.Del POR-T se separa Ismael Frías, quien funda elPartido Revolucionario Obrero Campesino (PROC)de breve existencia. Posteriormente, Frías y RicardoNapurí intentaron el “entrismo” (entrar en un parti-do para luego ganar a sus principales cuadros) al in-terior del MIR, pero fueron expulsados. El segundosería posteriormente fundador de Vanguardia Revo-

lucionaria (VR). A pesar de su presencia activa,el trotskismo sólo estuvo representado porgrupos minoritarios.

El surgimiento del maoísmo está relacio-nado con la polémica surgida entre el

Partido Comunista de la Unión Sovié-tica (PCUS) y el Partido ComunistaChino (PCCh), debido a la línea po-lítica internacional de Kruschev de“desestalinizar” la URSS y de impul-sar la “convivencia pacífica” con lospaíses occidentales, propugnada en1956. La ruptura entre ambos paísesse produjo a principios de 1960 ylas posiciones de dicho debate co-menzaron a manifestarse pronto alinterior del PCP. El abogado Satur-

nino Paredes, asesor de la Confedera-ción Campesina del Perú (CCP) y diri-

gente del Frente Campesino del PC, encabe-zó la fracción maoísta adhiriéndose a las te-

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La polémica entre el Partido Comunista de la URSS yel Partido Comunista Chino tuvo enormesrepercusiones en la izquierda mundial. El Perú no fueajeno a esta discusión ideológica. En 1964, SaturninoParedes anunció el surgimiento del Partido Comunistadel Perú de tendencia maoísta, escindido del antiguoPartido Comunista Peruano de línea prosoviética.

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sis prochinas. La ruptura se produciría en 1963. Enenero de 1964, el grupo de Saturnino Paredes con-vocó a una conferencia nacional al margen de la di-rección del PCP, surgiendo el Partido Comunista delPerú (PC del P). Ambos partidos se distinguieronpor el nombre de sus respectivos órganos de pren-sa: Unidad, del PCP, y Bandera Roja, del PC del P.Los partidos surgidos de las sucesivas rupturas tam-bién reclamarían para sí la continuidad del partidofundado por Mariátegui y ser el “verdadero” PartidoComunista del Perú, diferenciándose por sus “sobre-nombres”. Cabe resaltar que Saturnino Paredes reci-bió el apoyo permanente del comité regional delpartido comunista de Ayacucho, al cual pertenecíaAbimael Guzmán. El PC del P-BR sufriría una rup-tura, de la cual se formaría en 1966 el Partido Co-munista del Perú-Marxista Leninista, encabezadopor José Sotomayor. Una nueva escisión se inició en1968 cuando se formó una comisión nacional reor-ganizadora, la cual se convertiría al año siguiente enel Partido Comunista del Perú-Patria Roja (PC delP-PR). Tanto Bandera Roja como Patria Roja esta-blecerían su base social al interior de las universida-des nacionales. En 1970 Bandera Roja sufre unanueva división de la cual surgiría el Partido Comu-nista del Perú-Sendero Luminoso (PC del P-SL).

LOS MOVIMIENTOS GUERRILLEROS(1960-1967)

Las experiencias guerrilleras estuvieron presen-tes a lo largo de la década del 60. Su importancia–más que la influencia que pudieron tener en la im-plementación de reformas sociales o en las posibili-dades de la toma del poder por la vía revoluciona-ria– radica en ser la expresión política más avanza-da del descontento social que se acumulaba frenteal régimen oligárquico. Pese a su derrota, el impac-to en la toma de conciencia de los graves problemasnacionales fue muy grande, y contribuyeron a acre-centar el temor –al interior de las Fuerzas Armadas–de una inminente explosión social, orientada a lainstauración del comunismo en el Perú. Aunque ta-les temores eran mayores que las posibilidades rea-les, ello confirmó la necesidad de realizar reformassociales de envergadura en los sectores reformistasexistentes al interior de las Fuerzas Armadas.

Los factores e influencias que promovieron elsurgimiento de movimientos guerrilleros en el Perúy en América Latina en general, fueron tres:

a) El problema agrario y campesino. Entre 1945 y1964 se desarrolló una inusitada movilización cam-

pesina, que conmocionó todos los Andes –sobre to-do los Andes centrales y el sur andino–, producien-do la crisis del latifundio tradicional y la del régi-men oligárquico en su conjunto. La reforma agraria–unida al tema del petróleo– se constituyó en laprincipal reivindicación de todo programa políticoantioligárquico. Por ello no es de extrañar que losprincipales focos guerrilleros se encontrasen en lu-gares como Cuzco, Ayacucho, Junín o Piura, defuerte movilización campesina. Este problema im-pactó en las juventudes radicalizadas de las clasesmedias, que cuestionaron la actitud conciliadora eindiferente del PAP y del PCP. El PAP se había con-vertido en un aliado importante de la oligarquía y seoponía a cualquier propuesta de una reforma agra-ria radical. El PCP, en cambio, había asumido la tác-tica de apoyar a la “burguesía nacional”, dentro dela cual la reforma agraria pasaba por la moderniza-ción de la agricultura en desmedro de las comuni-dades campesinas.

b) La crisis de los modelos socialistas. El modelode sociedad y de proceso revolucionario defendidopor el movimiento comunista internacional se habíavisto afectado por la disputa chino-soviética y el XXCongreso del PCUS, que inició el proceso de deses-talinización. Para las antiguas dirigencias esto signi-ficó una crisis política e ideológica al interior de lospartidos comunistas de América Latina. Para mu-chos jóvenes significó asumir una “actitud crítica”frente a la Unión Soviética y el marxismo, el cualempezaron a estudiar directamente de sus fuentes(Marx, Engels y Lenin). Ésta fue la primera revolu-ción ideológica del marxismo en el Perú, que trajocomo consecuencia una vuelta al estudio de la obrade José Carlos Mariátegui y el surgimiento de laNueva Izquierda. En el caso de las juventudes apris-tas, este fenómeno les permitió convertir su antiso-vietismo y su anticomunismo en la convicción depoder hacer una revolución socialista radical sin se-guir el modelo soviético, acercándose de esta mane-ra al marxismo primigenio del PAP, rompiendo conlos prejuicios establecidos por generaciones políti-cas apristas anteriores.

El renovado interés por estudiar el marxismo“desde sus fuentes”, sin intermediarios, tuvo su im-pacto también en los jóvenes universitarios sin mi-litancia previa, muchos de los cuales empezaron aacercarse a esta ideología. Esto se manifestó en1963 en la Universidad de San Marcos, cuando lue-go de tres rectorados bajo el control del PAP, unaalianza de partidos de izquierda representada por elFrente Estudiantil Revolucionario (FER), obtiene el

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control de la federación de estudiantes, iniciándoseasí el período de hegemonía izquierdista en dichogremio.

c) La influencia de la revolución cubana. El triun-fo de la revolución cubana que derroca a la dictadu-ra pronorteamericana de Fulgencio Batista se pro-duce en el contexto de la crisis política e ideológicade los modelos socialistas. La noticia de la entradade los “barbudos de Sierra Maestra” en La Habana,el 1º de enero de 1959, tiene un gran impacto en to-da América Latina y en ella la juventud radicalizadaencuentra un nuevo modelo de lucha revoluciona-ria. Esta influencia se acrecienta cuando, ante laspresiones y el bloqueo del gobierno norteamerica-no, Fidel Castro anuncia el carácter socialista de larevolución y Cuba asume una política de extensiónde los movimientos revolucionarios mediante elasesoramiento militar e ideológico, adiestrando apequeños grupos en la guerra de guerrillas. Esta po-lítica de Cuba respondía a la necesidad de abrir nue-vos frentes que impidieran una respuesta centraliza-da por parte del gobierno norteamericano contra la

isla. Los grupos guerrilleros peruanos del ELN y elMIR contaron con el asesoramiento y apoyo de Cu-ba, además de ayudarlos a ingresar al país, aunqueno con intervención directa en las acciones arma-das. La presencia de guerrilleros de otros países enlas guerrillas peruana y boliviana fue la expresiónde la solidaridad internacionalista que en ese mo-mento renacía en la izquierda latinoamericana.

Los intentos por constituir frentes guerrillerosperduraron en el Perú hasta 1967, pero después delfracaso del MIR no se generaron nuevos movimien-tos significativos. Hasta ese año, algunos núcleospolíticos persistieron en la idea de que podría im-plementarse un proceso revolucionario basado en lalucha armada; sin embargo, se impuso la línea deesperar mejores condiciones para una coyuntura re-volucionaria. Con la muerte del Che Guevara enBolivia, en 1967, Cuba cambia su política exterior.Asimismo, con la irrupción del régimen militar el 3de octubre de 1968, muchos consideraron que laguerrilla como método ya no era necesaria, pues elrégimen oligárquico, considerado la principal trabapara el desarrollo del país, estaba siendo demolidopor las medidas y transformaciones modernizado-ras del régimen militar. Con ello se cerró la etapa delas luchas guerrilleras en la década del sesenta.

Con respecto a las causas de la derrota de lasguerrillas, quisieramos plantear dos aspectos. Elprimero –de carácter político-social– fue el cuadrode su total aislamiento: por su juventud su peso po-lítico era débil y su base social inexistente, a pesardel deseo de constituirse en el brazo armado delmovimiento campesino que en ese momento se en-contraba a la ofensiva. Pero cuando el MIR se plan-tea seriamente el problema de abrir sólidos frentesguerrilleros en el campo, ese movimiento campesi-no estaba ya en repliegue. Asimismo, otras fuerzaspolíticas de izquierda como el PC, VR y el FIR seopusieron a apoyar al “aventurerismo ultra-izquier-dista”. El segundo aspecto –de carácter militar– esla incapacidad de las guerrillas de enfrentar la ofen-siva policial y de las Fuerzas Armadas, en la mayo-ría de los casos por falta de preparación y de recur-sos, del desconocimiento del terreno e incapacidadde asentamiento. La organización de la guerrilla delMIR, mejor preparada y planificada, no era desco-nocida para las Fuerzas Armadas, ya que parte de lapreparación insurreccional implicaba una campañaabierta a favor de la lucha armada. Asimismo, lasFuerzas Armadas estaban preparadas para enfrentareficazmente a la guerrilla desde antes de 1961: te-nían oficiales adiestrados en la lucha contrainsur-

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Paisaje de Mario Urteaga. El reclamo campesino por unadistribución más equitativa de la tierra en el Perú fue asumidocomo una bandera política por la izquierda peruana; de hechoalgunas irrupciones armadas se hicieron bajo esta exigencia.

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gente en Panamá y otras bases norteamericanas,donde recibieron formación bajo los modelos apli-cados en Argelia y Vietnam, con asesoramientoconstante de oficiales norteamericanos; además, lasinstituciones castrenses se fortalecieron a través dela profesionalización de sus cuadros y actualizaronsu armamento.

CAMBIOS AL INTERIOR DE LAS FUERZASARMADAS Y DE LA IGLESIA CATÓLICA

Como se ha señalado anteriormente, las ideasdesarrollistas penetraron diferentes ámbitos socia-les, pero también importantes instituciones, comoson los casos de la Iglesia y de las Fuerzas Armadas,especialmente del Ejército. La Iglesia Católica en elPerú, al igual que en el resto de América Latina, es-tuvo tradicionalmente identificada y enlazada al po-der oligárquico; sin embargo, en el contexto de lastransformaciones de las décadas del 40 y el 50, lasbases sociales de la Iglesia comenzaron a reducirse,planteándose así la necesidad de realizar reformasen sus doctrinas para poder mantener su sitial en lasociedad peruana. A partir de la década del 50 em-pezó a difundirse con mucho mayor éxito “la doc-trina social de la Iglesia”, en cuyos textos funda-mentales ésta se declaraba partidaria de un tercercamino contrario al “individualismo capitalista” y al“totalitarismo comunista”.Para ello los intereses de lasdiferentes clases debían orga-nizarse alrededor de un Esta-do corporativo, que revitali-zaría los fundamentos socia-les de la existencia cristiana.Aunque algunos de sus pos-tulados fueron recogidos porla DC, no existió estricta-mente hablando un partidocatólico. Simultáneamente aestas innovaciones del pensa-miento político católico, laIglesia peruana comenzó a re-cibir a sacerdotes extranjerosinfluidos por autores radica-les, así como “curas-obreros”que mediante sus actividadesen los sindicatos y en las ba-rriadas, abrieron paso lenta-mente a una nueva teología ya un nuevo tipo de comporta-miento político.

Como ha reseñado Julio Cotler, en una de lasconferencias preparatorias al V Congreso Eucarísti-co Nacional y Mariano, en 1954, se denunció lascondiciones de vida de los sectores populares. Endichas conferencias se hallaban presentes sacerdo-tes extranjeros críticos de la situación de pobrezaexistente en el Perú, y durante el gobierno de Pra-do, uno de éstos fue deportado. Asimismo, en 1959,el propio cardenal Juan Landázuri declaró, al clau-surar la primera Semana Social de la Iglesia, que lasituación económica y social debía cambiar, pagán-dose mejores salarios y redistribuyendo la riqueza.Así se fue manifestando al interior de la Iglesia unsector que buscaba conciliar su vocación espiritualcon el cambio social, tendencia que encontraría enel ascenso de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II elmarco institucional necesario. Estas concepcionesse convirtieron en parte del discurso antioligárqui-co, manifestándose en la presencia de las comuni-dades de base en la organización campesina, en lasbarriadas y sindicatos, en las universidades. Esta in-fluencia también llegó a los sectores profesionalesde clase media.

El impacto del Concilio Vaticano II en Latinoa-mérica se expresó en los resultados de la reunión deobispos de Medellín (Colombia) en 1968, a partirde la cual se funda en el Perú la Oficina Nacional deInformación Social (ONIS). Pero quizá el hecho

más importante será la publi-cación, en 1969, del libro delpadre Gustavo Gutiérrez Teo-logía de la liberación que con-cretó, en base a fundamentostanto teológicos como cientí-fico-sociales, la propuesta deuna Iglesia comprometidacon “la opción preferencialpor los pobres” y el cambiosocial.

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Cardenal Juan Landázuri Ricketts.La Iglesia peruana operó unatransformación en su discursopastoral a fines de los añoscincuenta. El énfasis en elmejoramiento de las condicionesmateriales de vida y la dignidad delas personas reemplazó un discursotradicional que subrayaba lasalvación espiritual del individuo.

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En el ámbito de las Fuerzas Armadas, con el pro-ceso de modernización y profesionalización inicia-do bajo el gobierno de Odría, las ideas desarrollistasse introdujeron en la mentalidad militar. En ese en-tonces, el Perú era miembro de la Junta Interameri-cana de Defensa, creada en Río de Janeiro en 1947.A partir de su adhesión a la Junta, el Perú recibióasesoramiento del gobierno norteamericano y reali-zó compras de material bélico moderno, lo que hi-zo necesario modernizar las escuelas de instruc-ción, implicando el desplazamiento de la formaciónmilitar peruana basada en los planes y manualesfranceses introducidos por el gobierno de Nicolásde Piérola. Así, a partir de la reorganización de lasFuerzas Armadas llevada a cabo por el general Al-fredo Rodríguez Martínez, se fundaron organismosimportantes que promovieron la difusión y desarro-llo de una nueva mentalidad militar, convirtiendo alas Fuerzas Armadas en un activo deliberante polí-tico distanciado de las propuestas oligárquicas: és-tos fueron el Centro de Altos Estudios Militares(CAEM), en 1953, y la Escuela Nacional de Guerra,en 1954.

Según Dirk Kruijt, el objetivo del CAEM, funda-do por el general José del Carmen Marín, era formarun nuevo tipo de profesional militar, el “intelectualmilitar”, cuyo interés central sería la elaboración ydiscusión de una estrategia de “seguridad nacio-nal”, enmarcada dentro de la estrategia continental

estadounidense de la “Guerra Fría”,cuyo objetivo primordial era una de-fensa continental que frenase la in-fluencia y una hipotética agresión dela URSS. Ideológicamente, pues, estaestrategia es inicialmente pronortea-mericana y anticomunista. Sin em-bargo, dichas bases ideológicas se ve-rán contrastadas con los diagnósticosque sobre la situación del país y el de-sarrollo nacional iba realizando elCAEM. Como señala Cotler, a media-dos de la década de 1950 –paralela-mente al “Plan del Perú” del diario ElComercio– el CAEM realizó un inven-tario global de la situación del país.

Los resultados mostraban que el Perú se encontraba“subdesarrollado” en relación a otros países latinoa-mericanos y esto era un peligro para la seguridadnacional. Así, las ideas desarrollistas comenzaron ainfluenciar al alto mando militar, que comenzó aexigir un sistema de planificación a fin de superar elsubdesarrollo, contribuyendo a ello los intelectua-les civiles que dictaban cursos en sus aulas, como esel caso de Jorge Bravo Bresani. Tal preocupación severía plasmada en la Revista de la Escuela Superiorde Guerra. Según Stefan, entre 1954 y 1957, los ar-tículos dedicados a seguridad nacional interna y de-sarrollo representaron el 1,7%. Entre 1964 y 1967éstos se incrementaron a 50%. En 1957, con losnuevos planteamientos desarrollados en el CAEM yla Escuela Superior de Guerra, hubo cambios en laorganización del Ejército buscando adaptarlo a lasnuevas exigencias, proceso del cual nació el Servi-cio de Inteligencia Militar.

De esta manera las Fuerzas Armadas se hicieronpermeables a los grandes temas de debate nacional.Sin embargo, como sostiene Lynch, sus reflexionestenían diferentes matices y posiciones, que ibandesde la necesidad de reformas para evitar el peligrocomunista –en una típica posición contrainsurgen-te–, hasta los que desde una posición nacionalistavisualizaron la existencia de intereses contrapuestosentre los países latinoamericanos y los Estados Uni-dos. Esta última posición estaba vinculada al pro-

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La publicación en 1969 de la Teología de laliberación del padre Gustavo Gutiérrezanunció un cambio en la labor pastoral y laperspectiva teológica en América Latina.

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blema del poder político y del Estado, percibido nocomo representativo de los intereses generales de lanación sino de los intereses particulares de un sec-tor minoritario de propietarios oligarcas. En 1963,el CAEM llegó a la conclusión de que el subdesarro-llo era causado porque el poder real estaba en ma-nos de “los latifundistas, exportadores, banqueros yde las compañías norteamericanas”. Es así como enlas Fuerzas Armadas, y particulamente en el Ejérci-to, se fue configurando una nueva orientación polí-tica coincidente con la de sectores de la Iglesia ynuevos partidos políticos reformistas.

LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Entre 1950 a 1968 se estaba produciendo una re-configuración de las relaciones internacionales, en-marcadas por la hegemonía norteamericana en Oc-cidente y su política de “Guerra Fría” frente a laURSS y sus aliados. A ello hay que sumarle el con-texto e impacto de la “descolonización” de los paí-ses de Asia y Africa, que dio un impulso inusitado alas ideas democráticas, nacionalistas y socialistas alinterior del llamado Tercer Mundo, originando elllamado Movimiento No Alineado (NO-AL). En elcaso del Perú, destacan los siguientes temas inter-nacionales:

a) El caso Haya de la Torre. Víctor Raúl Haya dela Torre, ante la persecución de que fue objeto, sevio obligado en enero de 1949 a pasar a la clandes-tinidad y asilarse en la embajada de Colombia du-rante cinco años, originando un conflicto diplomá-tico entre ambos países, ante la negativa del gobier-no de Odría de otorgar a Haya el salvoconducto ne-cesario para que saliera del país. Se llegó al grado derodear la embajada de Colombia con trincheras,ametralladoras y cerco de púas. El caso fue plantea-do ante la Corte Internacional de La Haya. Final-mente, ante la presión internacional, el gobierno deOdría tuvo que ceder y Haya de la Torre partió alexilio en 1955.

b) El convenio con Bolivia. Los primeros mesesde 1957 se estableció en Lima una comisión mixtaperuano-boliviana para estudiar el aprovechamien-to de las aguas del lago Titicaca con fines hidroeléc-tricos y de irrigación. El 19 de febrero del mismoaño se suscribió en La Paz el convenio elaboradopor dicha comisión para el estudio económico pre-liminar del aprovechamiento de las aguas y para lafinanciación de una carretera que uniera el puertode Ilo y la frontera con Bolivia, pasando por la ciu-dad de Puno.

c) El Plan Truman. El 25 de enero de 1951 el go-bierno pidió al Congreso la aprobación del conve-nio entre Perú y los Estados Unidos en el punto IVdel Plan Truman. Así, se establecieron acuerdos decooperación en Educación, Salud Pública, Agricul-tura y otros sectores para el desarrollo del país.También se recibió armamento y entrenamiento mi-litar; a cambio, el Perú dio facilidades a los EstadosUnidos para la adquisición de minerales y el esta-blecimiento de bases militares.

d) El incidente fronterizo con el Ecuador. La laborde demarcación de la frontera Perú-Ecuador luegode la guerra de 1941, había quedado pendiente,aunque la mayor parte había sido cumplida. A par-tir de 1951 Ecuador trató de eludir la demarcaciónaduciendo la inexistencia de la división de aguasentre los ríos Zamora y Santiago, y que por lo tantono se podía cumplir con el Protocolo de Río de Ja-neiro. Ello desató una campaña en el Ecuador con-tra dicho acuerdo. La intervención de los países ga-rantes determinó la validez del tratado haciendo re-cordar el carácter definitivo de su firma. Sin embar-go, las tareas demarcatorias no fueron culminadas.

e) La Conferencia de Punta del Este. Fue impulsa-da por el presidente John F. Kennedy ante el temorde la influencia de la revolución cubana en el con-

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A raíz del golpe militar de Manuel A. Odría y la persecución desatada contra los militantes y líderes

apristas, Haya de la Torre decidió solicitar asilo en laembajada de Colombia, en Lima.

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texto de crisis económica de los países latinoameri-canos. En dicha conferencia se reunió el ConsejoInteramericano Económico y Social a nivel ministe-rial en agosto de 1961, formándose la llamada“Alianza para el Progreso”, por la cual los EstadosUnidos prometían la entrega de préstamos orienta-dos a la implementación de reformas. Por su parte,los países que recibían los préstamos debían incre-mentar sus propios recursos. Asimismo, la Declara-ción de Punta del Este subrayó la necesidad de crearun mercado común latinoamericano, basado en lalibertad de comercio y el libre cambio. Ambos plan-teamientos terminaron en sendos fracasos. En di-chas reuniones, el Perú reafirmó su tesis de doscien-tas millas marítimas de dominio territorial y la ne-cesidad de la integración física continental median-te la carretera Bolivariana Marginal de la Selva.

La Carta de Punta del Este fue el antecedentedel Pacto Andino. Por entonces se convino en cons-tituir la llamada Asociación Latinoamericana de Li-bre Comercio (ALALC) para propiciar la integra-ción económica, condición indispensable para ace-lerar el desarrollo del continente; pero el fracaso yla inoperancia evidente de la ALALC movieron aPerú, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia a formarel llamado Pacto Andino. En febrero de 1967 se sus-cribió la creación de la Corporación Andina de Fo-mento (CAF), instrumento técnico y financiero pa-ra llevar a la práctica dichos planteamientos. Elacuerdo se concretó en 1969 en la ciudad de Carta-gena (Colombia), llamándose desde entonces“Acuerdo de Cartagena”.

f) La ruptura de las relaciones diplomáticas conCuba. En la VII Conferencia de Cancilleres de SanJosé de Costa Rica, realizada en 1960, los asambleís-tas pidieron una acción conjunta contra el régimencubano. El canciller peruano Raúl Porras Barrene-chea conmocionó a la asamblea con un franco y vio-

lento discurso sobre la situación de Cuba, que lecostó su renuncia. Ese mismo año –y de acuerdo aun ambiente creado en el seno de la OEA– la repre-sentación peruana presentó acusaciones contra elrégimen de Fidel Castro. El Consejo determinó quela Comisión de Paz examinara los hechos denuncia-dos. Las acusaciones se fundamentaban en que Cu-ba afectaba la solidaridad continental, violaba lospactos internacionales y no respetaba los derechoshumanos.

La VIII reunión consultiva de ministros de Rela-ciones Exteriores del 31 de enero de 1962 encontrófundamentos para la expulsión de Cuba de la OEA,pidiéndosele a los países integrantes romper rela-ciones con el régimen de Fidel Castro. En esta ex-pulsión triunfó la poderosa influencia de los Esta-dos Unidos.

g) La carretera Marginal Bolivariana. Para lograreste objetivo, el gobierno tomó los siguientesacuerdos:

– La creación del subcomité de la carretera Boli-variana Marginal de la Selva. Tuvo su sede en Limay funcionaba como oficina de la Dirección de Cami-nos. Además de Perú, actuaban en este subcomitéBolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela.

– El establecimiento del subcomité de conexiónAmazónico-Pacífico, con sede en Bogotá, que seocuparía de todas las carreteras que conectasen lospuertos del Pacífico con los puertos fluviales de laAmazonía.

– El Acta de Lima, firmada el 27 de mayo de1968 por los ministros de Relaciones Exteriores deArgentina, Bolivia, Paraguay y el Perú. Se contem-plaba la creación de una comisión cuatripartita, in-tegrada por representantes de los países signatarios,para facilitar e impulsar el desarrollo de obras queuniesen la red vial que conectara con la carreteraMarginal de la Selva.

LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURAECONÓMICA

Durante la década del 50 se da un importanteproceso de modernización capitalista. Ello se expre-

só en la creciente industrialización, que llevó al pre-dominio del sector manufacturero en la conforma-ción del Producto Nacional Bruto, frente a la agri-cultura que declinaba. Según Daniel Carbonetto, elsector manufacturero pasó del 13,6% en 1950 al

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26,2% en 1975, mientras que laagricultura pasó del 20,4% al12,7% en el mismo período. Estaindustrialización se basó en el mo-delo de “sustitución de importacio-nes”, que buscaba producir en elpaís algunos productos tradicional-mente importados, sobre todo losproductos de consumo. Sin embar-go, la modernización capitalistapresentaba una seria limitación porel tipo de industrialización que de-sarrollaba, inducida principalmen-te por el capital extranjero y res-tringida a satisfacer el consumo depequeños sectores de la población,sin intenciones de crear un merca-do interno nacional ni engarzarsecon otros procesos productivos im-portantes en campos como la agri-cultura o la minería. Esto hizo quesu demanda de mano de obra al-canzase rápidamente un techo yfuese mucho menor que la oferta producto de lasmigraciones.

El proceso de urbanización se desarrolló más rá-pido que el proceso de industrialización: la pobla-ción urbana en 1940 representaba el 35,4% de lapoblación total, en 1972 tal porcentaje se había ele-vado a 59,5%; mientras tanto el porcentaje de lafuerza laboral en el sector industrial manufacturerose mantuvo relativamente estable, en alrededor del15% de la fuerza laboral total.

EL SECTOR INDUSTRIALMANUFACTURERO

En el período que va de 1950 a 1967, la pesca, laminería y la manufactura ampliaron su participa-ción en el Producto Nacional Bruto y tuvieron unatasa anual de crecimiento mayor que la agricultura.El proceso de modernización económica se acentúapor la importancia que desde los años 40 van adqui-riendo la industria manufacturera (textiles, quími-ca, metalmecánica), la construcción, las industriasderivadas de los complejos azucareros (papelera,cartonera, licores) y en algunos casos las derivadasde los enclaves mineros (cables de cobre).

La construcción se dinamiza con las obras públi-cas del período, impulsando la industria del cemen-to y la actividad constructora e inmobiliaria que, aligual que la industria manufacturera, se activa con

el proceso de urbanización y la ampliación del mer-cado interno.

El sector exportador se diversifica con la pro-ducción de hierro (Marcona), con la ampliación dela producción de cobre (Toquepala), pero principal-mente con la aparición de nuevos productos degran demanda en el mercado mundial: la harina y elaceite de pescado. Estos productos de exportaciónno estaban totalmente en manos extranjeras; em-presarios nacionales controlaban en parte la extrac-ción y procesamiento industrial, dando auge a suvez a industrias y servicios conexos (redes, barcas).Esto produjo uno de los más complejos fenómenossociales: la transformación de Chimbote en un “hir-viente” puerto compuesto por “todas las sangres”.

Gonzalo Portocarrero ha señalado las siguientescaracterísticas para la industria manufacturera enlas décadas del 50 y el 60: gran heterogeneidad encuanto a productividad y formas de organizar laproducción; el mercado principal eran los sectorespopulares incorporados a la economía de mercado,aunque en la década del 60 se consolidará el merca-do de bienes de consumo duraderos para las clasesmedias; el número de empresas existentes expresaque la industrialización era un proceso relativamen-te nuevo; existencia de notables diferencias encuanto a la rentabilidad de las diferentes industrias;concentración de la propiedad en pocas manos, através de empresas cerradas controladas por pocas

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La ciudad de Chimbote creció velozmente en los años sesenta en un procesoimpulsado por el “boom” de la harina y el aceite de pescado. La ciudad se convirtió en un imán para centenares de familias peruanas atraídas

por la demanda de trabajo y la floreciente actividad pesquera.

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personas vinculadas a familias plutocráticas; y ex-tremada dependencia de insumos importados, locual le daba cada vez mayor importancia al capitalextranjero.

Asimismo, usando como criterio de agrupaciónel mercado final de los productos, Portocarrero pro-pone la siguiente división: industrias que se orien-tan hacia el mercado interno, sector bastante hete-rogéneo que requiere de una importante protecciónarancelaria; industrias orientadas al mercado inter-no mediante la sustitución de importaciones, quecomienzan a tener gran importancia en la décadadel 60; e industrias vinculadas al sector exportador,cuyo desarrollo depende de las fluctuaciones en elmercado mundial.

EL SECTOR AGRARIO

Como se ha señalado anteriormente, desde ladécada del 40 el peso de la producción en el campodisminuye paulatinamente, frente a los sectores in-dustrial y exportador. El problema de fondo en elestancamiento y atraso de la agricultura era su ca-rácter precapitalista, especialmente en la sierra. Laimportación de alimentos, el control de sus precios,así como la concentración del crédito en la agricul-tura costeña de exportación, fueron los factores quepropiciaron el decaimiento de la agricultura en lasierra y la transferencia de las exiguas rentas de losterratenientes serranos a las áreas urbanas y secto-res de mayor rentabilidad. A ello hay que sumarle elimpacto de la movilización campesina, que hizo darun giro a las posibilidades de inversión en este sec-

tor. En todo caso, el estudio de la evolución de laagricultura en este siglo está por hacerse.

EL SECTOR EXPORTADOR

El sector exportador sufrió importantes fluctua-ciones producidas entre otros factores, por los si-guientes: los cambios de política en el estímulo a lasexportaciones, aunque la tendencia preponderantefue favorecer a este sector frente a aquellos orienta-dos al mercado interno; las fluctuaciones de los pre-cios de nuestras materias primas en el mercadomundial; y el impacto de la política económica nor-teamericana hacia América Latina. Sin embargo, eneste sector se produjo la mayor rentabilidad de todoel período.

EL TRATO AL CAPITAL EXTRANJERO

El gobierno de Odría estableció una serie de dis-posiciones de gran aliento para favorecer a la inver-sión extranjera; base política y económica sobre lacual ésta se rigió en el Perú hasta 1968. En mayo de1950, Odría promulgó el Código de Minería, unavirtual traducción de la ley norteamericana; en1952 dictó la ley del Petróleo y en 1955 la ley deElectricidad, que asignó una tasa fija de beneficios alos inversionistas dedicados a este sector.

El Código de Minería redujo los impuestos deexportación al mismo nivel que las empresas co-merciales e industriales y exoneró del pago de dere-chos a la importación de equipo. Gracias al artículo56 de dicho Código, las empresas tenían derecho a

deducir del pago de impuestoshasta el 20% de los beneficiospor el factor agotamiento, esta-bleciendo, además, que en losdepósitos mineros de calidadmarginal se aplicarían tasas im-positivas bajas, hasta que el in-versionista hubiese amortizadototalmente su capital. Estascondiciones no se modificaríanen los siguientes 25 años, según

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Fotografía de Sebastián Rodríguezque muestra un entierro en

Morococha, centro minero de la Cerrode Pasco Copper Corporation. Estaempresa era una de las principales

inversionistas en la minería peruanahacia la primera mitad del siglo XX.

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lo normaba el mismo código. El capital norteameri-cano, en proceso de expansión durante la postgue-rra, encontró en el Perú una situación que se amol-daba a sus intereses: “paz laboral”, libertad cambia-ria y oportunidades de inversión que le permitíanlograr una apreciable tasa de beneficios.

Según Cotler, con la dación en 1959 –bajo el go-bierno de Prado– de la ley de Promoción Industrial,y las exenciones tributarias en 1963 y 1964 bajo Be-launde, la participación norteamericana en la ma-nufactura se incrementó de 35 millones de dólaresen 1960 a 92 millones de 1966. Ello provocó que latasa de crecimiento industrial fuese del 9%, la másalta de la región, pero el 80% de éste correspondía ala industria controlada por capital norteamericano.Así, en 1968, el 33% del valor de la producción in-dustrial era controlado por 41 empresas extranjeras.

Similar proceso de concentración en manos ex-tranjeras se produjo en el sector financiero. En1960, el 36% de los activos bancarios se encontrabaen poder de la banca extranjera; proporción que en1966 subió al 62%. De allí que entre 1966 y 1969 labanca extranjera tuviera un crecimiento del 4%anual, mientras que la banca nacional sólo alcanzóel 1%. Esta invasión del capital extranjero estuvo li-gada al incremento de su participación en los nue-vos sectores dinámicos de la economía y en especialde la industria, en la medida que las empresas ex-tranjeras ubicadas en este rubro se financiaban conel ahorro interno que la banca norteamericana lo-graba captar. Se repetía así el proceso de concentra-ción monopólica del capital extranjero que se dio aprincipios de siglo.

Sulmont resume las prin-cipales inversiones del capi-tal extranjero en el sector mi-nero bajo Odría: la MarconaMining Company en el mine-ral de hierro (1952); la Cerrode Pasco Corporation en larefinería de zinc de La Oroya(1953); y la Southern PeruCopper Corporation en elcobre de Toquepala y el com-plejo metalúrgico de Ilo(1954). Asimismo, se crearonempresas metalmecánicas(Indeco, Exsa, Metales In-dustriales) y plantas de en-samblaje, con lo cual las em-presas extranjeras comienzana vender tecnología.

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Dos imágenes de Sebastián Rodríguez que recrean la vidacotidiana en el centro minero de Morococha. Arriba:

Familia minera en una toma de estudio. Abajo: Grupo de trabajadores mineros.

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LA OLIGARQUÍA

Existe una relativamente amplia bibliografía res-pecto a la oligarquía en el Perú, cuyos estudiososaún no se han puesto de acuerdo en algunos puntosimportantes. Sin embargo, podemos señalar algunascaracterísticas básicas. El término no define a unaclase social, sino más bien a la alianza de diferentesfracciones de la clase dominante peruana. Éstascompondrían un bloque en el poder bajo la hege-monía de una de ellas: la burguesía agroexportado-ra; la burguesía financiera y manufacturera; y los te-rratenientes tradicionales de la sierra (gamonales).Se trataría de sectores dominantes posibles de serdiferenciados conformando una alianza en el poder,en donde la burguesía agroexportadora componía elgrupo hegemónico. Su carácter era bastante cerra-do, con características de máxima integración y re-laciones sociales endogámicas (Bourricaud habla dela existencia de 40 familias y 10 clanes). Su poder sebasaba en el control de las principales institucionesdel aparato del Estado, así como de los sectores másimportantes de la estructura productiva, cuyo polohegemónico se encontraba en el sector moderno ca-pitalista de la producción para la exportación (mi-nería, azúcar, algodón, pesca). La fracción financie-ra y manufacturera era más bien de conformaciónreciente. Si bien el sector financiero existió antes,en la década del 50 comienza a expandirse a travésdel sector manufacturero. El gamonalismo repre-senta el sector productivo del agro tradicional, espe-cialmente en la sierra sur.

La oligarquía logra el control de las principalesinstituciones del Estado (Ejecutivo, Parlamento,poder Judicial, municipalidades, universidad) me-diante la marginación del sistema político y electo-ral de la mayoría de la población. Ello porque la oli-garquía requiere de un aparato del Estado reducido,que no tenga injerencia en la economía y que seagarante del orden político y social. En ese sentido,establece alianzas con los terratenientes tradiciona-les de la sierra, los gamonales, para asegurar el con-trol y represión de las masas campesinas.

Las alianzas de las fracciones que componen elbloque en el poder pueden sufrir cambios o tensio-nes, especialmente frente a la presión política y so-cial de los sectores medios y populares. En caso de

ver de alguna forma amenazado el orden estableci-do, el bloque dominante puede recurrir al uso de lafuerza mediante el golpe de Estado para defendersus intereses. Sin embargo, en lo económico y en lopolítico, el Estado oligárquico se presenta formal-mente como un Estado liberal. Finalmente, dentrodel contexto de dependencia de la economía perua-na del sistema capitalista mundial, la oligarquíacumple también un rol intermediario frente a los in-tereses del capital extranjero, cuyos márgenes deautonomía pueden variar según el momento y la si-tuación.

LOS GRUPOS DE PODER ECONÓMICO

Según ha sostenido Carlos Malpica, antes de1968 existían seis grupos de poder económico. Elprimero estaba conformado por las grandes empre-sas agrarias, mineras y pesqueras, además de lasprincipales empresas comerciales de exportación yde las empresas navieras y de aviación, que en con-junto controlaban la producción y comercializaciónde los principales productos de exportación mayo-ritariamente en manos de firmas extranjeras. Entrelas empresas agrarias destacaban las propiedades delos hermanos Aspíllaga Anderson, de los hermanosBeltrán Espantoso, la empresa norteamericana Gra-ce y la familia Gildemeister; entre las mineras, laCerro de Pasco Corporation, la Southern MiningCorporation y la Marcona Mining Corporation; en-tre las empresas pesqueras, las pertenecientes a LuisBanchero Rossi.

El segundo grupo de poder estaba formado porlos bancos y las empresas financieras, entre los quedestacaban el Banco Popular, perteneciente a la fa-milia Prado, y el Banco Continental controlado porel Chase Manhattan Bank de la familia Rockefeller.El tercero estaba formado por las empresas que con-trolaban la energía (petróleo y energía eléctrica), lascomunicaciones y las productoras de materiales deconstrucción. Al interior de este grupo destacabanlas empresas petroleras International PetroleumCompany, la Compañía Petrolera Lobitos y la BelcoPetroleum Corporation of Peru; en cuanto a energíaeléctrica, las Empresas Eléctricas Asociadas, perte-necientes al grupo sueco Erickson; y en el sector delas comunicaciones predominaba la International

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Telephone and TelegraphCompany (ITT). Las empre-sas más importantes en elsector construcción eran Ce-mentos Lima S.A., CementosChiclayo S.A. y Cemento An-dino S.A.

El cuarto grupo estabacompuesto por las compa-ñías comerciales, clasificadasde la siguiente manera: lasdedicadas al comercio mayo-rista e importador (Grace,Hochschild, Wiese, Ferrey-ros) y las empresas del co-mercio minorista entre lasque destacaban las cadenasde grandes almacenes (Tía,Monterrey, Oechsle, Scala,Sears, Todos y Supermarket).El quinto grupo estaba formado por el sector indus-trial –sector que en la década del 50 comenzó unproceso de diferenciación y separación de los otrosgrupos de poder–, incluyendo el rubro textil que yatenía presencia desde principios de siglo, las empre-sas ensambladoras de automóviles y de artículoseléctricos de uso doméstico, fabricados en el país,pero cuyos insumos y patentes eran extranjeros. Elsexto grupo estaba formado por las empresas urba-nizadoras que lotizaron antiguas propiedades agrí-colas, especialmente de los alrededores de las ciu-dades –como Lima–, que fueron diferenciando susintereses y adquiriendo personalidad propia.

En ese sentido, los gremios empresariales másimportantes que defendían los intereses de estosgrupos, eran los siguientes: Cámara de Comercio deLima, Sociedad Nacional de Industrias, SociedadNacional Agraria, Asociación de Criadores Lanaresdel Perú, Sociedad Nacional de Minería y Petróleo,y Sociedad Nacional de Pesquería.

LA MOVILIZACIÓN OBRERA

Según Cotler, entre 1950 y 1967 el porcentaje deasalariados –obreros y empleados– creció de 45 a54% al interior de la fuerza de trabajo. Mientras és-ta creció en todo el período en 160%, la categoría deobreros se incrementó en 181%, la de empleados en226% y la de independientes en 134%. Este creci-miento del número de obreros estaría vinculado alos procesos de incorporación de un mayor númerode asalariados en las propiedades dedicadas a la

agricultura de exportación–en desmedro de los yanaco-nas– y a la introducción denuevas maquinarias en laproducción. Las inversionesen la agricultura de exporta-ción y en la minería exigie-ron, a su vez, una mayor cali-ficación de la mano de obra,como también la migraciónhacia la costa favoreció la se-dentarización de la fuerza detrabajo proveniente de las co-

munidades campesinas. La tendencia era, pues, a ladisminución de los trabajadores del agro: en la dé-cada del 60 los trabajadores no agrícolas eran mayo-ría. Sin embargo, según Sulmont, las actividadesque más absorbieron mano de obra fueron las delsector de comercio y servicios o terciario, mientrasla manufactura –a pesar del crecimiento de su pro-ducción– siguió empleando la misma proporción detrabajadores. Este fenómeno, conocido como “ter-cerización” de la economía, es expresión de la inca-pacidad del sector manufacturero de absorber lamano de obra liberada del campo, que encuentra re-fugio en estas actividades. En 1961, la distribuciónera la siguiente: sector primario (agropecuario, pes-ca y minería), 52 %; sector secundario (manufactu-ra y construcción), 17,3%; y sector terciario (servi-cios y comercio), 16,9%. En ese sentido, cabe desta-car al interior de la fuerza laboral la existencia denumerosos centros de producción artesanal (peque-ños talleres o industria casera), que absorbían lamayoría de la mano de obra, tanto que a fines de losaños 60 los trabajadores de estos talleres represen-taban casi el doble del sector manufacturero. La mi-tad de esta población laboral estaba constituida porpequeños propietarios y el resto se dividía entre asa-lariados y trabajadores familiares no remunerados.Para poder sobrevivir, estos talleres abarataban almáximo la fuerza de trabajo, reduciendo sus gastosen capitales y produciendo bienes de segunda cali-dad destinados a los consumidores más pobres, pa-ra lo cual recurrían al sistema de trabajo a domici-lio para abastecer a las grandes tiendas. Los talleres

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Luis Banchero Rossi, empresariopesquero que constituyó un imperioeconómico en los años sesenta. Fueuno de los hombres más influyentesdel Perú; murió asesinado el 1 deenero de 1972.

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dependen de la compra de insumos a empresas mo-nopólicas y su acceso al crédito es limitado; se con-vierten así, más que en una opción de trabajo o deactividad económica, en una forma de subsistencia.Los trabajadores de dichos talleres no cuentan casicon organizaciones sindicales y sus reivindicacionesse manifiestan más bien en cuestiones de subsisten-cia y en el acceso a servicios urbanos, mayormentea través de asociaciones barriales. Aquí podemosencontrar los antecedentes de la llamada “informa-lidad” y de los sectores provincianos emergentes.

Bajo el régimen de Odría, el movimiento obrerofue muy golpeado ya que la principal organizaciónsindical, la Confederación de Trabajadores del Perú(CTP), estaba bajo control aprista. La CTP fue de-clarada ilegal y sus dirigentes encarcelados, depor-tados o asesinados. Este último fue el caso de LuisNegreiros, encargado de la dirección de la CTP en laclandestinidad en reemplazo de Arturo Sabroso.Apresado en la noche del 24 de marzo de 1950, sele aplicó la “ley de fuga” y fue asesinado en la calle.Los locales sindicales fueron allanados y clausura-dos, y el uso del sistema de “soplonería” estuvomuy extendido. Situación similar sufrieron los sin-dicatos vinculados al PCP. Esta política represiva es-tuvo dirigida por el ministro de Gobierno, Alejan-dro Esparza Zañartu.

Paralelamente, Odría buscó ofrecer una imagenpositiva con respecto al problema obrero. En 1949

se crea el ministerio de Trabajo y Asuntos Indíge-nas, en cuyo interior se organizó una división deRelaciones de Trabajo para la tramitación de las re-clamaciones colectivas, y el Tribunal de AsuntosColectivos. Asimismo, dictó la ley que otorgó parti-cipación a los obreros en los beneficios de las em-presas (ley que no llegó a cumplirse y que fue unantecedente de la comunidad industrial), establecióel salario dominical y creó el Seguro Social Obliga-torio del Empleado. Sin embargo, la política laboralde Odría se caracterizó por ser clientelística, pater-nalista y manipuladora.

A pesar de la represión y de la política divisionis-ta del gobierno, la CTP sobrevivió. Asimismo, elPCP consolidó su presencia sindical en el sur, im-pulsando en 1954 el comité reorganizador de laCTP, buscando desplazar al PAP de este gremio.

Esta actitud doble del gobierno de Odría era ne-cesaria ya que el régimen necesitaba contar conapoyo popular. Logró éxito en los sectores migran-tes urbanos de las barriadas, la empleocracia y la pe-queña burguesía, a través de la aplicación de pro-gramas de obras públicas, la organización de inva-siones en terrenos urbanos y el reconocimiento demuchas barriadas. Asimismo, creó la Junta de Asis-tencia Nacional, dirigida por su esposa, María Del-gado de Odría, para otorgar ayuda material, aten-ción médica y vivienda a gente humilde. Aunqueasistencialista y centrada en Lima, tal política logró

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María Delgado deOdría (al centro congafas) dirigió la Juntade AsistenciaNacional creadadurante el mandato desu esposo, el generalManuel A. Odría,ganándoseprontamente el cariñoy el respaldo popular.Participó en laselecciones de 1963para la alcaldía deLima como laprincipal adversariade Luis Bedoya Reyes,quien finalmenteganaría estoscomicios.

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darle a Odría el apoyo de importantes sectores po-pulares urbanos, expresado en las abultadas vota-ciones que alcanzó en 1962 y 1963.

En la década de 1950 también comienza a serdifundido el llamado “sindicalismo libre”, especial-mente por la CTP controlada por el PAP. Se basabaen la idea de fomentar la negociación colectiva co-mo principal medio de evitar la confrontación entrecapital y trabajo, buscándose de esta manera –en elcontexto de la Guerra Fría– que los obreros recha-zasen el comunismo y apoyasen la promoción de lalibre empresa. Así, el sindicalismo libre se presenta-ba como una fuerza reformista favorable a la moder-nización y a las actividades industriales, así como ala mejora del nivel de vida y de las condiciones detrabajo. Esto no impidió, como ya hemos señalado,la represión a los sindicatos obreros más radicales.

Los problemas laborales empezaron a agudizarsedurante el segundo gobierno de Prado. En diciem-bre de 1957 se produjo una huelga de los emplea-dos públicos de correos y telégrafos, lo cual legal-mente no estaba permitido. El diputado Carlos Led-gard, presidente de su cámara, actuó como media-dor y se dictó una ley para financiar los aumentosmediante la subida de las tarifas de correos. En1958 se realizó un paro en la ciudad del Cuzco, quefue reprimido con dureza. Los huelguistas ocupa-ron la prefectura, apresaron al jefe militar de la pla-za, propusieron la formación de un comité popularo soviet y mantuvieron la ciudad bajo su control du-rante dos días. A principios de 1959 los trabajado-res bancarios presentaron su pliego de reclamos y, alno llegarse a acuerdo alguno, iniciaron la huelga.En marzo de 1959 los banqueros presionaron por laelevación de las tasas de interés, entre otros recur-sos, para poder solucionar el aumento de los em-pleados bancarios. Otra huelga importante fue ladel Seguro Social, en julio de 1962; duró 10 días yfue acatada a nivel nacional. Otras huelgas durantelos últimos días del gobierno de Prado fueron: la dela fábrica Hartinger, la iniciada por los empleadosde la Beneficencia Pública del Callao, así como lasde la firma Imaco y la Compañía Peruana de Teléfo-nos. Según ha sostenido Sulmont, el rol del PAP du-rante estos años fue mantener la estabilidad laboral,ya que participaba de la política de la Convivencia.Al controlar la CTP, el PAP se convirtió en el inter-mediario obligado entre el Estado y el movimientoobrero. El Estado sólo reconocía los trámites sindi-cales que la CTP realizaba, por lo que ésta llegó a re-presentar al 25% de los obreros. La CTP se encon-traba, además, afiliada a la Organización Internacio-

nal del Trabajo (OIT) y, más adelante, a la Alianzapara el Progreso. En el período 1956-1962 el go-bierno reconoció 662 sindicatos, mientras en losseis años siguientes reconoció 1 248. Los años conmayor protesta social fueron 1961 y 1962.

Sin embargo, al interior de la CTP, el PAP debíaenfrentar la oposición de los sectores no apristas, locual dio inicio a su desplazamiento en el control delas organizaciones sindicales. Paulatinamente, im-portantes federaciones y sindicatos comenzaron aromper con la CTP y surgieron organizaciones pa-ralelas controladas por otros sectores políticos (PC,AP, DC). Sin embargo, el PAP logró mantener elcontrol y la cohesión de la CTP hasta la fundaciónde la Confederación General de Trabajadores delPerú (CGTP), controlada por el PCP. La oposiciónlogra dar surgimiento al Comité de Reorganizacióny Unificación Sindical (CRUS) de la CTP, en 1962,en el contexto del golpe de Estado de la junta mili-tar. Al día siguiente del golpe, la CTP convocó a unparo general de rechazo, que fracasó rotundamente,lo cual significaba que el PAP mostraba ya incapaci-dad para movilizar a los sindicatos; días después seformaba el Comité de Reorganización. Pero ante lacohesión y fuerza de las organizaciones sindicalesapristas, dicho organismo asumió en 1965 la línea–impulsada principalmente por el PCP– de fundaruna central independiente, aglutinando a los sindi-catos y federaciones no apristas.

A pesar de las expectativas generadas por el go-bierno de Belaunde, su gestión se caracterizó porfuertes enfrentamientos laborales. Solamente du-rante el primer año se produjeron tres importanteshuelgas: la de Loza Inca, la de la Federación Meta-lúrgica y la de la Federación de Empleados Banca-rios; aunque ninguna prosperó, debido a las divisio-nes sindicales internas. Sin embargo los efectos an-tipopulares de la crisis devaluatoria dieron nuevoimpulso a la movilización sindical, pero especial-mente al proceso de conformación de una centralsindical alternativa a la CTP. Ya en 1965 se habíaformado el Comité de Defensa y Unificación Sindi-cal (CDUS), que asumió la dirección de las protes-tas contra el gobierno, mientras el PAP buscaba unacuerdo con éste, que culminaría en la conforma-ción del “gabinete conversado”. Ello provocó unmayor distanciamiento de los organismos sindicalescon respecto a la CTP. Finalmente, en julio de 1968en el puerto del Callao, el CDUS organizó un con-greso que aprobó la creación de una nueva centralsindical. En dicho congreso participaron 19 federa-ciones y 66 sindicatos, representando aproximada-

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mente a 140 mil trabajadores. La nueva centralnombró como secretario general a Isidoro Gamarra,dirigente del sindicato de Construcción Civil, y to-mó el nombre de Central General de Trabajadoresdel Perú (CGTP), en honor a la central sindical fun-dada por José Carlos Mariátegui en 1929.

LA CRISIS DEL LATIFUNDIOTRADICIONAL

La estructura social del agro, antes de la refor-ma agraria de 1969, estuvo basada en una complejacombinación de sistemas y relaciones de trabajo,de tipo asalariado, servil, parcelario, además demúltiples formas mixtas. En 1961 los trabajadoresdel campo se distribuían de la siguiente manera:parcelarios (comuneros y pequeños propietarios in-dependientes), 60%; arrendatarios (aparceros, ya-naconas y colonos), 15%; y asalariados permanen-tes, 25%.

El proceso de modernización capitalista, que tu-vo un nuevo impulso en la década del 50, alteró el

mundo rural tradicional. Como resultado del proce-so de industrialización bajo el modelo de “sustitu-ción de importaciones”, las relaciones campo-ciu-dad sufrieron un cambio drástico en desmedro delprimero, expresado en el deterioro de los preciosagrícolas a pesar del aumento de la demanda urba-na. La elección de una política económica de impor-tación de alimentos, de control de precios y de con-centración del crédito en la agricultura costeña, sig-nificó castigar duramente la economía campesina,pero también sacrificar los intereses de los latifun-distas tradicionales en favor del desarrollo capitalis-ta. El desarrollo industrial requería la constituciónde un amplio mercado interno de trabajadores li-bres y de productores y consumidores de mercan-cías diferenciadas. El deterioro de las condicionesde vida en el campo significó también la expulsiónde importantes contingentes serranos –población“excedente” en relación a los medios de produccióny subsistencia disponibles-, que comenzaron a mi-grar a las ciudades, especialmente hacia Lima. Éstasse convirtieron así en un importante polo de atrac-ción de mano de obra ilusionada con la idea de en-contrar mejores niveles de vida. La población ruraldisminuyó en relación a la población urbana: en1940 representaba el 65% del total, en 1961 el 53%y en 1972 sólo el 40%.

Los conflictos que surgieron entre el campesina-do y los terratenientes caracterizan también a esteperíodo. Los terratenientes necesitaban cambiar susrelaciones con el campesinado, pero sin transformarlas formas de dominio tradicionales; es decir, impo-ner condiciones más duras. En el caso de las hacien-das tradicionales de la sierra, los propietarios pre-sionaron para erradicar los antiguos sistemas y ex-pulsar a los campesinos, proletarizándolos. En lashaciendas ganaderas del centro se intentó expulsara los “huacchileros”, pastores que tenían sus pro-pios rebaños junto con los del hacendado. Además,la sección ganadera de la Cerro de Pasco Corpora-tion cercó las tierras de pastoreo que eran utilizadastradicionalmente por las comunidades. Sin embar-go, las ganancias fueron orientadas hacia la inver-sión en sectores urbanos y la mayoría de latifundiosse mantuvo muy atrasada, usando formas servilesde trabajo campesino. En la ceja de selva comenza-ron a desarrollarse cultivos de té y café para la ex-portación.

La incapacidad de los terratenientes para cam-biar la situación a su favor y las luchas campesinaspor la tierra que abarcaron los años 1948-1964fueron las causas del derrumbe del latifundio tradi-

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El latifundio tradicional entró en los años sesenta en unaseria crisis ocasionada por la caída de los precios agrícolas y

la migración del campo a la ciudad. En la fotografía undanzante de la diablada en Puno.

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cional. Ello fue así pese a los tímidos proyectos dereforma agraria que intentaron concretar los dife-rentes gobiernos. Cuando el gobierno militar dictóla ley de Reforma Agraria de 1969, sólo le dio elgolpe final.

LAS MIGRACIONES

Con la crisis del orden tradicional en el campo,las ciudades se constituyen en importantes polos deatracción de migrantes. La aparatosa caída de los in-gresos rurales, unida al desarrollo del capitalismourbano y sus patrones culturales, alentaron a losmedianos propietarios agrícolas y a los campesinos,especialmente serranos, a migrar a las ciudades cos-teñas donde percibían canales abiertos de movilidadsocial. Las migraciones hacia las ciudades no eranun fenómeno nuevo, pero las características de lamigración interna desde 1940 fueron diferentes alas de siglos anteriores. En primer lugar, habría queresaltar su masividad: según datos de los censos, elporcentaje de la población peruana en situación demigrante subió de 11% en 1940 a 25% en 1972, loque significa la cuarta parte de la población total.En segundo lugar, los migrantes ya no proceden delas principales capitales de provincia ni pertenecena sectores medios y altos que buscan en las ciudadesconsolidar su posición económica o realizar estu-dios universitarios, sino que proceden mayoritaria-mente de diferentes distritos, comunidades o pue-blitos serranos. En tercer lugar, las edades de los mi-grantes suelen estar entre los 14 y los 19 años,cuando ya pueden empezar a trabajar.

Además de la crisis del orden tradicional en elcampo como causa de las migraciones, habría quesumarle el centralismo limeño, el lento declive dela mortalidad gracias a la aplicación de políticas desalubridad pública y la construcción de importan-tes vías de comunicación, especialmente terrestres.El efecto inmediato de las migraciones se dio a ni-vel del empleo. El abandono del campo invirtió elvolumen de población rural y urbana con los con-siguientes transtornos. La masiva migración a las

ciudades hizo patente que elEstado no estaba en capacidadde satisfacer las exigencias deeducación, salud, vivienda ytrabajo de quienes llegaban aradicarse en ellas. Como ha sos-tenido Aníbal Quijano, ellocreó el fenómeno de la “margi-nalidad”: una población en per-manente estado de desempleo ysubempleo.

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El Perœ contemporÆneoE

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Indio del Collao por Enrique Camino Brent. La movilizaciónde la población rural hacia las ciudades más importantes del

país contribuyó a dibujar una nueva sociedad con expectativasy valoraciones diferentes a las de sus antecesores.

La feria de Polvos Azules en Lima enuna fotografía de 1992. La mayoría demigrantes se refugió en el desarrollode actividades económicasconsideradas informales. Estaeconomía –llamada también“subterránea”– moviliza unimportante patrimonio.

Page 52: EL GOBIERNO DE ODRÍA

Franklin Pease ha señalado que la migración noes sólo física, sino también cultural. Ello ha provo-cado el cambio en el rostro de las ciudades, espe-cialmente Lima, que han pasado de tener un carác-ter occidental y criollo a otro mestizo y andino. Sehan modificado las pautas lingüísticas, lo que se ex-presa en un aumento del bilingüismo, han emergi-do nuevas conductas festivas, que incluyen el des-plazamiento de música costeña por diversas mani-festaciones regionales serranas o la “chicha”, malllamada “música tropical andina” –que adapta rit-mos andinos a la instrumentación moderna y desa-rrolla temas que fortalecen las identidades de losmigrantes–, y a múltiples manifestaciones de reli-giosidad popular. Pero las migraciones hacia las ciu-dades también agudizaron los sentimientos ambiva-lentes de desprecio y temor de los sectores mediosy altos urbanos –y aun populares– limeños, frente alos migrantes, quienes comenzaron a crear cercosde pobreza alrededor de las ciudades. Así, al temory desprecio de clase se sumaron los prejuicios étni-cos, con su cuota de discriminación y racismo. Conello se reforzó también la denominada “arcadia co-lonial” de la ciudad de Lima, en palabras de Sebas-tián Salazar Bondy.

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN

El aumento de la población urbana a causa de lasmasivas migraciones ha producido un crecienteproceso de urbanización con un consecuente creci-miento caótico y desmedido de las ciudades, inca-paces de absorber y otorgar servicios básicos a unapoblación cada vez más creciente. Entre estos servi-

cios el aspecto más saltante ha sido el problema dela vivienda, reflejado en el fenómeno de las invasio-nes y el surgimiento de las barriadas. Originalmen-te la ocupación de terrenos se daba lejos de las zo-nas residenciales, pero el exceso de población haido uniendo a estos sectores con el resto de la ciu-dad y las invasiones se han proyectado dentro de laszonas urbanizadas. De esta manera surgieron nue-vos distritos, cuyos orígenes se remiten a invasionesde tierras. En la actualidad, debido a la escasez deéstas y al crecimiento desmedido de las ciudades,las invasiones han pasado a afectar tierras de culti-vo y zonas arqueológicas. Según datos recogidospor Margarita Guerra, una de las primeras barriadasde Lima se conformó en el cerro San Cosme, a me-diados de 1946, producto de un desalojo de familiaspara realizar nuevas construcciones. No teniendorecursos económicos estas familias se ubicaron en laavenida Aviación, sumándose posteriormente otrospobladores. De allí pasaron al cerro San Cosmefrente al mercado Mayorista, donde conformaronuna asociación de pobladores que abrió la inscrip-ción de las familias que querían un lote. Los propie-tarios iniciaron un juicio, ganado a mediados de1947, pero los pobladores se resistieron y el gobier-no dejó sin efecto el fallo judicial, reconociendo lapropiedad de los pobladores.

Hacia 1957 el número aproximado de barriadasera de 20, la mayoría de las cuales se había formadoen la década anterior. La ubicación de estos asenta-mientos ocurrió en los alrededores del distrito delRímac, donde nacieron Santa Rosa, Tarma Chico, ElAltillo y El Ermitaño. También se formó, en la faldadel cerro La Tapada, el asentamiento Mariscal Cas-

tilla inicialmente llamado Res-tauración 27 de Octubre. Tantoen este caso como en otros pos-teriores, los invasores poníannombres alusivos al gobiernode turno, tratando de esta ma-nera de ganar su favor. Otrasbarriadas del Rímac son: JardínCastilla, Jardín Huascarán, Vi-lla de Fátima y Leticia –una delas poblaciones más antiguas y

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Portocarrero GradosET

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La migración produjo en algunasfamilias éxito económico, perotambién generó un cerco de abandonoy carencias en vastas zonas de lacapital. En la imagen viviendas delcerro San Cristóbal, en Lima.