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EL ENIGMA DE DIONISIOS Rey Carlos Villadiego 1

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EL ENIGMA DE DIONISIOS

Rey Carlos Villadiego

El enigma de Dionisios A todo aqulque an conserve en su interiorcomo el niola fuerza de la creacin.

La expulsin de un hechicero

Cuando los habitantes del imperio supieron que al sabio Dionisios lo haban expulsado de la secta de los hechiceros del reino, no sospecharon las consecuencias para sus vidas. Los hechiceros del reino haban logrado avances extraordinarios en su conocimiento, y sus descubrimientos maravillosos se apreciaban por los caminos del reino laberntico.No obstante, el maestro Dionisios haba ocultado sus inventos mientras no desarrollara uno que no fuese manipulado por los representantes del emperador. Su da estaba cerca. En la asamblea de los hechiceros del reino, donde se le sigui un juicio, fue atacado por sus principios. Los hechiceros resaltaban la importancia del conocimiento y por lo tanto, para el progreso de la secta, no interesaba el destino de sus inventos, pues estos no eran malos en s mismos y de ellos no dependa el buen o mal uso que se les diese; su obligacin era, para el bien del conocimiento, difundir sus hallazgos. Por eso estallaron de indignacin cuando Dionisios Dimon, sonriendo maliciosamente, les dijo: Yo no quiero ser un representante del emperador.Hubo un murmullo generalizado; unos se halaban las barbas, otros tiraban de sus cabellos desordenados y algunos se acomodaban una prenda alrededor del cuello, que pareca ahorcarlos. El honorable consejo que presida la asamblea apacigu los nimos; uno de sus miembros tom la palabra:Nos ests acusando? Esta pregunta enardeci a los hechiceros. El maestro Dionisios comprendi lo intil de insistir en cualquier aclaracin. No obstante, cuando uno de los hechiceros le pregunt si l conceba un invento que no pudiese ser utilizado por los representantes del emperador, la sonrisa de Dionisios se torn en risa, su mentn se alarg, las cejas se arquearon, tratando de juntarse en el entrecejo, y sus ojos brillaron extraamente. Despus, haciendo nfasis en cada palabra, con un tono entre burla y desprecio, dijo:No slo eso: tengo uno que ser el fin del emperador.Y luego, antes de que el honorable consejo reaccionara, agreg:Mi invento destruir el imperio.En medio de los comentarios y protestas de los miembros de la secta, Dionisios alz la voz y fue acallando a sus colegas, quienes palidecan mientras l les afirmaba que su descubrimiento desencadenara una guerra contra el emperador, y los representantes de ste desataran una cruel persecucin. El asombro lleg al mximo cuando Dionisios exclam:Que se proteja el emperador en su castillo! Al estupor general sigui el desorden, las discusiones, los reclamos del honorable consejo y la negativa del sabio Dionisios a dar ms explicaciones. Al final, por unanimidad, fue decretada su exclusin de la secta. Decidieron comunicarlo a los cuatro vientos.

La aparicin

Ya en su laboratorio, Dionisios hizo los preparativos para culminar su invento. Despus de trabajar toda la noche, casi despuntando el alba, sali de su escondite, ubicado en una colina selvtica cuya entrada cubran los arbustos; como una cueva. Dionisios siempre supo que algn da ese escondite sera su hogar. Los experimentos que vena realizando en secreto daran su fruto; cuando esto ocurriese, se vera perseguido y no habra sitio seguro para l, a pesar de sus fantsticas habilidades para transformarse en mltiples personalidades. Tales cosas rememoraba Dionisios, sentado sobre unas piedras ante el portal de su refugio.Sin embargo, an no perfeccionaba su invencin. Llevaba aos experimentando, y ni las incontables noches trabajando lo conducan an al descubrimiento final. De nada servan sus investigaciones, los cientos de libros consultados, el sinnmero de discusiones con sus colegas aliados y las trifulcas con sus contrincantes. No obstante, por alguna razn inexplicable, presenta en esos momentos la cercana del xito. Esta vez no se trataba de una corazonada como en otras ocasiones. Ya haba desafiado al honorable consejo de hechiceros y stos lo haban denunciado a los cuatro vientos. Se arriesg a hacerlo porque percibi la proximidad de su instante supremo. En ese amanecer, Dionisios senta que algo sobrenatural le iba a ocurrir.Dionisios Dimon intua la presencia de algo poderoso. Una presencia reveladora de lo que an segua vedado.Se hallaba Dionisios en estas reflexiones cuando escuch un ruido cercano, semejante al crujir de matorrales quebrndose suavemente. Cuando aguz sus sentidos vio el sol levantndose. No supo de dnde vino una figura que fue emergiendo delante de l a medida que el sol asomaba tras las montaas. Pareca haber viajado desde el infinito a travs de los rayos solares. Maravillado por aquella aparicin, se incorpor lentamente, mientras, cegado por la luminosidad, haca sombra con las manos para distinguirla. Sinti en ese instante una emocin intensa: como si el rojo de la vida invadiera sus entraas. Quiso hablar pero apenas alcanz a musitar:Quin eres?Una voz firme y amigable, le contest:No reconoces mi signo?Es posible? pregunt Dionisios, deslumbrado.Luego prosigui:Acaso eres t el que agita los vientos a su antojo? El que llega y desaparece en medio de un poderoso rayo de vida y de muerte ante sus enemigos? No eres, entonces, una leyenda? Luego, alborozado, pronunci el nombre de quien esperaba desde haca mucho tiempo: Antgonas. Aquella aparicin se haba convertido en una leyenda del imperio, e inusuales historias se tejan a su alrededor. Antgonas se les apareca a aquellos que luchaban contra el emperador y su ejrcito, confirindoles facultades para consolidar sus propsitos. A veces se presentaba dejando mensajes o acertijos, ante los cuales sus enemigos sentan una palidez de muerte, y sus aliados, el rojo de la vida.T lo has dicho afirm la presencia . Pero mi tiempo es corto. He venido a darte la luz, porque t representas las fuerzas invencibles que con mi aliento exterminarn al emperador y su ejrcito.De qu fuerzas hablas? pregunt Dionisios.De las mismas que pretendes transferir a los habitantes de este reino a travs de tu invento.Y antes de que el sabio Dionisios Dimon volviese a interrogarle, hizo un ademn, diciendo estas palabras: Una gota de agua purifica la imagen, sobre todo en aquellos ojos que comienzan a ver.Y se esfum al instante, en medio de un remolino que lo absorbi. El maestro Dimon comprob que el sol ya no era tan luminoso como con aquella presencia. Momentos despus, como buen hechicero, reflexion sobre los misterios enunciados por Antgonas. Cules eran las fuerzas invencibles que l representaba? Cul era la solucin del acertijo?Luego, meditabundo, camin por la colina mientras contemplaba el inmenso laberinto del reino, despertndose a sus pies.

El invento

En pocas noches, el maestro resolvi el enigma de Antgonas. El sabio Dionisios haba trabajado durante aos sobre una idea inslita: un procesador de imgenes. El asunto era simple, mas lograrlo en la prctica pareca imposible, puesto que deba conectarlo al cerebro humano. Consista en un dispositivo electrnico que recoga las imgenes del exterior, las combinaba unas con otras y enviaba al cerebro una informacin que le permita al ser humano extractar la esencia de las cosas y de los hechos, penetrando a fondo la realidad.El invento estaba listo, haba sido probado en el laboratorio; no obstante, no hallaba la forma de introducirlo en la cabeza de las personas; primero, porque el sitio donde deba localizarse no era de fcil acceso y a l no poda accederse mediante una operacin directa sino a travs de algunos conductos nerviosos muy delicados; y segundo, porque la forma de administrarlo deba ser rpida, sin dolor y sin dejar huella. Esto se dificultaba porque el dispositivo era microscpico, de manejo complicado. El aparatico no poda verse a simple vista, precisndose un microscopio potente para observarlo, solamente en el laboratorio; pero tal maravilla slo poda ser detectada por quienes en verdad desearan liberarse del influjo devastador del imperio.Dionisios tena que descubrir la forma de insertarlo en el sitio indicado de la cabeza humana, para fabricar millones de ellos y suministrarlos a quienes quisieran utilizarlo. Mas si la insercin era compleja, su utilizacin no era menos laboriosa. Haba imaginado unas instrucciones detalladas para usar bien el dispositivo, sin las cuales no funcionara. Tan pronto la persona recibiese las indicaciones las deba guardar en la memoria y practicarlas constantemente, pues de lo contrario el procesador de imgenes se atrofiaba.Pero una vez que el aparatico se activase, la persona ejecutara las instrucciones espontneamente y con frecuencia, y pasado un tiempo prudencial se supona que el procesador desapareciese sin dejar rastro.Unas noches despus de aquella aparicin, luego de que el acertijo retumbara mil veces en su memoria, la claridad ilumin al maestro. Fue de sbito. No lo descifr palabra por palabra. Al contrario, Dionisios comprendi, en un instante revelador, que los ojos que apenas comienzan a ver son los de los nios; que una gota de agua para purificar la imagen debe echarse en el ojo, y purificar la imagen significaba dejarla libre de contaminacin o, en otras palabras, aunque las imgenes de las cosas y de los hechos fuesen distorsionadas o falseadas, la realidad sera detectada gracias a la gota de agua, pero sta, por s sola, no purificara la imagen, a menos que... Portara el procesador de imgenes!Entonces salt de jbilo al entender que el dispositivo deba instalarlo preferiblemente (sobre todo, haba dicho Antgonas) en los nios, a travs de una gota de agua en el ojo.De ah en adelante, el maestro Dimon se dedic a verificar si una gota de agua era el conductor efectivo para el procesador de imgenes, y si ste poda ubicarse en el sitio exacto, en un punto intermedio entre el nervio ptico y el cerebro.Sus experimentos le dieron la certeza, pues la reaccin causada por el agua al contacto de un campo magntico imperceptible acondicionaba perfectamente el procesador al posicionarse en el sitio deseado. Antgonas tena razn.

La conjura

Durante un tiempo, Dionisios comparti su invento con algunos colegas de confianza entre los hechiceros del reino y con un grupo selecto de los especialistas del imperio.No obstante, afrontaron discusiones serias y profundas, que en algunas ocasiones crearon divisiones, sobre el carcter tico de la decisin que cada cual deba tomar con sus nios, e incluso alguien se atrevi a afirmar que con tal proceder no se diferenciaban en mucho a los representantes del emperador que tanto atacaban ni a ste mismo; finalmente, prevaleci el sentir generalizado de ignominia que los convocaba por encima de consideraciones distractoras, como conjeturaron algunos. Con un puado de hombres y mujeres, Dionisios se lanz a librar una dura batalla contra el emperador.Se dispersaron por todos los rincones del reino, ganando adeptos para el invento. Cada vez haba ms hombres dispuestos a utilizar el procesador de imgenes para ellos y sus hijos. Sin despertar sospechas, el maestro Dimon fue repartiendo en recipientes que contenan agua, cientos y luego miles de procesadores de imgenes, que da tras da, a travs de goteros, les aplicaban a nios y nias cuyos padres aceptaban su utilizacin. Cada gota de agua contena un procesador microscpico.Las instrucciones de uso, sin las cuales el dispositivo se atrofiaba, fueron celosamente propagadas. stas iban dirigidas tanto a los padres como a los nios y solamente las memorizaban, practicndolas de inmediato. El manual para los adultos que decidan adoptar el aparatico era diferente; sin embargo, tena idntico objetivo: activar el procesador de imgenes.En poco tiempo proliferaron los adultos y nios con el dispositivo instalado en su cabeza; ejecutando las indicaciones de rigor.A medida que aumentaban los portadores del aparatico los sntomas se notaban. Los representantes del emperador empezaron a detectarlos.

Los sntomas

En diversas actividades y en diferentes mbitos los nios y los adultos portadores del procesador de imgenes fueron convirtindose en un problema para los representantes del emperador.En los centros donde se les imparta educacin a los nios, en el seno de la familia, en los templos de los sacerdotes y en las instituciones a las que pertenecan los adultos, las dificultades eran maysculas. Sin embargo, en el caso de los adultos, los sntomas eran algunas alteraciones soportables y manejables por los representantes del emperador, pues se haban acostumbrado en exceso a pensar tal como el emperador les dictaminaba; en cambio, los nios eran un terrible dolor de cabeza para el imperio.En verdad, los nios con el procesador de imgenes mostraban un comportamiento distinto al de los dems nios. Mientras stos eran pacficos, juguetones, y slo hacan travesuras, aquellos los nios con el procesador, aparte de sus juegos y pilatunas, vean ms all de la cuenta. Muchas rdenes de los adultos las discutan, no por resabio, sino porque proponan alternativas diferentes a tales rdenes; sus preguntas desconcertaban a los mayores y opinaban sobre asuntos ajenos al dominio de los nios normales; cuestionaban los libros ridculos que los obligaban a leer y exigan algunos derechos que siempre les haban negado.Esto no hubiese representado ningn problema a no ser por dos situaciones importantes: una, las observaciones de los nios dejaban en evidencia las mentiras y engaos de los mayores e iban revelando la verdad de las cosas; y la otra, porque era clara la tendencia en esos nios a pensar por s mismos y no por lo que el emperador les impusiese. Ambos hechos se relacionaban ntimamente.Finalmente, la situacin se agrav porque no eran pocos los nios en estas circunstancias, por el contrario, los nios que presentaban tales sntomas proliferaban en forma impresionante.Mientras tanto, los hombres y mujeres receptores del procesador apoyaban a los nios realizando las instrucciones de uso. No slo por los cambios experimentados en su conducta sino, en especial, por su forma de relacionarse con los nios y de ayudarlos a reafirmar los efectos del procesador de imgenes, estos adultos fueron sobresaliendo hasta que los representantes del emperador tomaron cartas en el asunto.

Las consecuencias

Con el transcurrir del tiempo los cimientos del reino se resquebrajaron. Los centros de educacin, los ncleos familiares, los grupos religiosos; las instituciones del reino, las fbricas donde producan lo que consuman los habitantes del imperio; en general, la sociedad del reino se hallaba en problemas.A la par, Dionisios y sus compaeros seguan suministrando procesadores de imgenes a nios y adultos, y todos practicaban las instrucciones para activarlo.Con el paso del tiempo se agudizaron las dificultades para los representantes del emperador. Muchas leyes, normas y creencias que se haban preservado como dogmas, o como verdades irrefutables y se haban cumplido fielmente, ahora se desatendan, se discutan por doquier, generando costumbres y acciones antagnicas a los intereses del emperador.Lo que complic ms al emperador y sus huestes fue cuando esos nios y adultos comenzaron a unirse. Porque aunque eran miles y miles, no hubieran sido mayor obstculo si hubiesen permanecido aislados, pues se habran perdido en el vasto imperio; mas al juntarse, el asunto se complicaba.Cuando los nios poseedores del procesador de imgenes empezaron a distinguirse de los dems fueron adquiriendo una marca caracterstica, y aunque nadie poda precisarla, era tan perceptible para ellos que se identificaban entre s a primera vista. Por eso, se fueron acercando. Primero, en pequeos grupos, luego, unos grupos con otros, y por ltimo, conformaron legiones que se encontraban cuando la casualidad los una, como en algunos lugares pblicos o en las celebraciones donde los nios eran utilizados para glorificar al emperador.Con los adultos no ocurri lo mismo. Quizs porque el efecto del procesador de imgenes no era tan sentido como en los nios; o tal vez porque no podan unirse naturalmente como stos, o porque el influjo del imperio sobre ellos era ya devastador; sin embargo, los una el compromiso mutuo por los nios con el procesador.No obstante, algunos adultos lograron ser nios con procesador de imgenes y se constituyeron en sus mejores aliados.Pero aunque los adultos no se identificaban entre s, tanto como los nios, s propiciaban el entendimiento entre stos. Unan grupos grandes y ejecutaban las instrucciones para mantener activo el procesador, mediante acciones que comenzaron a dar resultados extraordinarios.Cuando los representantes del emperador se convencieron de que no podan controlar la situacin, acudieron a palacio para informar a su rey.

El consejo del reino se rene

El emperador fue informado de la gravedad del asunto y para esto encomend al primer ministro.Tan pronto el primer ministro y su squito, protegidos por los guardianes, salieron a los caminos, sufrieron las consecuencias.El miedo de los sbditos fue reemplazado por la burla y las manifestaciones de desprecio de no pocos habitantes del imperio.En una demostracin de respeto y veneracin que se haba preparado en su honor, con una gran cantidad de nios, el primer ministro tuvo que soportar las burlas en su contra. Mientras el primer ministro escapaba a palacio sus guardianes golpearon a la muchedumbre.Ya en palacio, inform al emperador. Este reuni a sus consejeros y a la gran consoladora del reino, encomendndoles la misin de pacificar el imperio.La orden del emperador fue clara:Castigad a todo aqul que se me oponga! Y sacudi el palacio con su ira.El consejo del reino deliber durante horas. Se preguntaba cul era la causa de tanta insurgencia; y como an no reciban informacin fidedigna de los representantes del emperador, llamaron a los especialistas, expertos en analizar todo tipo de situaciones.Seleccionaron lo mejor entre los especialistas del reino y en conjunto trataron de explicarse los hechos. Pero fue tanto el anlisis y tantas las explicaciones, que los consejeros del imperio se confundieron ms. En realidad, no haba una causa aparente.En cuanto a la conducta de los nios surgieron varias hiptesis que de nada sirvieron. Cansados de escuchar a los especialistas los consejeros del emperador convocaron a un grupo selecto de hechiceros del reino, quienes por sus avances en el conocimiento descubriran las causas y las soluciones.No obstante, despus de fatigantes horas no obtuvieron conclusin alguna. Cuando abandonaban el recinto uno de los consejeros grit:Qu ha sucedido? Cmo es posible que nadie lo sepa? Seores, hagan memoria. No piensen en los ltimos meses; piensen en aos atrs. Por favor...Entonces uno de los hechiceros record al maestro Dionisios Dimon y rememor su expulsin, aos atrs:Dionisios Dimon!Ese nombre los estremeci. Se detuvieron, interrogando con sus miradas al hechicero que haba pronunciado ese nombre.l debe ser el culpable afirm el hechicero.Y la gran consoladora dijo:Ese hombre es un demonio.Todos recordaron al hechicero excluido, el escndalo de aquel tiempo, la denuncia a los cuatro vientos, hecha por el honorable consejo de hechiceros; evocaron la amenaza de Dionisios en la gran asamblea y cayeron en la cuenta del largo tiempo que el maestro Dionisios llevaba desaparecido.Cmo podemos relacionarlo? preguntaron algunos.l prometi un invento que destruira el imperio record uno de los hechiceros.Qu tipo de invento pudo causar esto? pregunt uno de los consejeros del imperio.No lo sabemos respondi un especialista. Lo que sea, est ms all de nuestro entendimiento.Y se sentaron nuevamente a deliberar.Repasaron los antecedentes del maestro; su historial como hechicero rebelde; recalcaron cmo el sabio Dionisios, a travs de cada uno de sus inventos, haba intentado desestabilizar el imperio, lo que le granje no pocas persecuciones, en las que precis de sus maravillosos poderes para transformarse, de tal manera que no pudiese ser reconocido, hasta el punto que ya nadie saba de su verdadera presencia; y contabilizaron las ocasiones en que Dionisios se neg a revelar algn descubrimiento con el pretexto de que sera utilizado en favor del emperador. Por ltimo, les pareci sospechosa su ausencia por tanto tiempo.Por algo est oculto sentenciaron.Ni tan oculto dijo un consejero. Recuerden sus dotes mgicas en el arte del disfraz. Quin puede asegurar que en estos momentos no est entre nosotros?Y se miraron unos a otros, con la acusacin en los ojos, recordando los poderes sobrenaturales del maestro Dionisios.Al final, decidieron encontrarlo a cualquier precio.

La bsqueda

Por todos los recovecos del imperio se dispers la soldadesca buscando a Dionisios.Recurrieron a varios mtodos para tratar de localizarlo. Los especialistas sugirieron formas inteligentes de bsqueda; los hechiceros recurrieron a su conocimiento; los consejeros del emperador eran partidarios del mtodo ms directo: la fuerza.Para los soldados del emperador delinearon una estrategia de accin: los acuartelaron; les hicieron padecer hambre y fro mientras culpaban e insultaban al maestro Dionisios por el castigo; les mostraban su retrato y les hacan repetir cientos de injurias contra l. Al final, despus de martirizantes jornadas, los repartieron por el reino. Los soldados del imperio salieron en busca de su presa, atropellando por donde fuesen.Entretanto, muchos especialistas se camuflaban por doquier; contrataron a otras personas, hombres y mujeres, y los infiltraron entre aquellos que mostraban comportamiento distinto, y hasta adiestraron nios para unirlos a los problemticos, con el fin de conocer el secreto. Y los hechiceros inventaron pcimas y brebajes que se los obligaban a ingerir a quienes eran sospechosos, pues tales bebedizos debilitaban la voluntad y la verdad asomara a flor de piel. Y la gran consoladora del imperio, desde sus pequeos y fastuosos palacios, sermoneaba a los sbditos del reino, invitndolos a resignarse y a atender los mandatos del emperador.Pero ni la fuerza ni el ingenio de los representantes del emperador resolvieron el enigma. Los nios que posean el procesador de imgenes tenan un sello caracterstico y se adivinaban entre s; pero los dems no podan identificarlos. Saban cmo relacionarse con los nios que se acercaban fingiendo ser uno de ellos. Los hombres, aunque no se les distingua una particularidad especial, podan diferenciar al intruso gracias al procesador de imgenes, y de igual forma podan engaarlos.De esta manera, nadie hablaba del procesador.El emperador ruga enfurecido en su trono mientras sus soldados intensificaban la bsqueda.Cuando se convencieron de que sus esfuerzos eran infructuosos, convocaron a una asamblea entre hechiceros, especialistas, consejeros y comandantes del ejrcito del imperio. Entre todos, eligieron un mtodo que tarde o temprano les dara resultados: la tortura.Entretanto, los compaeros de lucha de Dionisios propagaban el procesador de imgenes entre los nios del imperio. En muchos casos, los padres se negaban a utilizarlo o a los nios no les interesaban, lo que se aceptaba de inmediato sin mayores presiones. A medida que se desataba la persecucin contra ellos se popularizaba el invento. Y cuando comenzaron las detenciones y las torturas, tuvieron que esconderse.La gran asamblea de representantes del reino haba determinado torturar a los hombres y no a los nios. Primero, porque no les convena la desastrosa imagen que de ellos tendran los habitantes al enterarse, por ms que se mantuviese oculto, pues esto agravara la situacin y quizs desencadenara una insurgencia generalizada, aunque no se imaginase su naturaleza; segundo, porque hubo suficientes opositores a esta idea; y tercero, porque los hijos de algunos de los asistentes a la asamblea eran posibles vctimas de tortura. Definieron comenzar con los adultos, hombres y mujeres, que mostraban tendencias a oponerse al emperador; aunque fuese slo de pensamiento. Uno por uno fueron sealados por los defensores de la ley y del orden. Entonces comenzaron las desapariciones.Algunos desaparecieron para siempre. Otros, que por suerte o desgracia sobrevivieron a las torturas, mostraban a sus congneres sus cuerpos mutilados o laceradosLos adultos quisieron unirse para hacerle frente al enemigo; no obstante, eran dbiles ante la fuerza de sus contrarios. Por eso, salvaguardaron a los nios y les dieron instrucciones para protegerse.Los representantes del emperador no esperaban tanto la confesin de alguno de los torturados como s la entrega voluntaria del maestro Dionisios.Por aquellos designios del dios Azar, en los momentos en que alguien sucumba a las atrocidades del martirio y confesaba lo del procesador de imgenes, el emperador reciba en su palacio una visita inesperada.

La visita al emperador

Un anciano, de abundante barba y tnica ancha, lleg hasta las puertas del castillo. Dos soldados de apariencia grotesca le impidieron el paso y lo echaron groseramente. Sin embargo, con una parsimonia que hubiera soportado cualquier rechazo, el anciano insisti:Quiero ver al emperador.Nunca supieron los soldados por qu obedecieron. Tal vez aquella peticin como una exigencia o quizs esa voz respetable.Como autmatas, le permitieron el paso. Uno de ellos lo acompa hasta la segunda puerta; all fue recibido por guardias de aspecto ms feroz que los anteriores. Le negaron el paso.Traigo un secreto para el emperador.El embrujo de esa voz los oblig a ceder. Cruzaron un estrecho pasadizo hasta que, con movimientos lentos, como robots, accionaron sobre la muralla de piedra un mecanismo, y una puerta enorme se abri sobre el muro, enfrentndolo a nuevos guardias de aspecto infernal.El venerable anciano volvi a hablar:Mi palabra es esperada por el emperador.Descendieron por escalas infinitas, transitaron pasajes secretos; anchos patios se atravesaron en su camino, subieron y bajaron y, por ltimo, entraron en un laberinto sin salida. De pronto, una gran voz, proveniente de un guardia infernal, le pregunt qu deseaba y otra vez el anciano acudi a la magia de su palabra:De m depende la tranquilidad del emperador.Y bastaron aquellas palabras. El anciano de bata ancha se vio de repente en un inmenso jardn de senderos que se bifurcan. Estos senderos repetan la imagen de quien caminara por alguno de ellos, de tal manera que el caminante se vea andando simultneamente en varias direcciones hasta que perda la conciencia de s mismo, es decir, no saba cul de todos esos personajes era l y por lo tanto se desorientaba, de tal forma que erraba sin sentido hasta caer en alguna trampa mortal preparada por los custodios del emperador. Pero al anciano no le ocurri tal cosa, y super el mgico jardn, pues el maestro dominaba tambin el Tiempo en sus diversas manifestaciones y posibilidades. Despus de revivir las mismas escenas con guardianes cada vez ms fieros y tenebrosos, el anciano ingres, por fin, al interior del palacio.De all, fue conducido al saln de audiencias; esper pacientemente ante el trono majestuoso. Antes de que el emperador entrara le hicieron arrodillarse y agachar la cabeza. Slo cuando escuch una voz atronadora la levant. Sin embargo, no vio al emperador. Los ministros, y algunos hechiceros, estaban a lado y lado del trono, pero a ste lo cubra un velo oscuro que ocultaba al emperador. Ningn mortal es capaz de llegar hasta aqu si no es mi voluntad. Quin eres y para qu has venido? rugi el emperador.El viejo levant la cabeza pero los consejeros del reino le ordenaron volver a la posicin sumisa; cuando intentaron obligarlo, una fuerza los detuvo: un poder misterioso emanaba de las palabras que pronunci el anciano:Me habis buscado por todo el imperio. Aqu me tenis. Y ya no vieron al respetable anciano sino al rostro satrico del maestro Dionisios Dimon. Sus ojos centelleantes inundaron de luz el recinto. Fue cuando la voz poderosa del emperador llen el saln.Qu habis hecho en contra ma? Por qu los nios y muchos hombres se levantan contra m? Cul es tu malfico invento?A lo que el gran Dionisios respondi:He purificado la mirada de tus sbditos. Ahora ellos ven ms claro que antes. Ya no ven la imagen falseada de las cosas y de los hechos sino su esencia. A ti ya no te ven como aparentas sino como eres. Una gota de agua ha bastado para ello. A qu te refieres? le preguntaron los ministros.A esta hora alguien les estar diciendo lo mismo a alguno de tus esbirros, y como no le creern lo torturarn hasta matarle. He inventado un procesador con el cual las imgenes son fuente grande de conocimiento. A travs de l los habitantes del imperio pueden ver con lucidez, sobre todo aquellos que empiezan a vivir. Pronto vendrn y os contarn lo que calificars de disparate. Por eso os lo confirmo. Pero escuchadme bien y poned atencin al signo que os voy a dejar, pues cuando aparezca comprenderis vuestro final.No te saldrs con la tuya! gru el emperador.Detenedle! les orden el primer ministro a los soldados escoltas.Pero una fuerza enigmtica les impeda acercarse al maestro. Este habl enrgico:Una bandada de palomas. Tal es mi signo y lo veris en su debido momento.Luego, agreg:No podris apresarme. Conozco el camino para salir de palacio. Os dejar en algunos lugares por donde pase una imagen distinta en cada sitio y con ellas formaris un acertijo que slo descifraris en el instante en que comprendis vuestra estupidez; y mi signo ser vuestro fin.Y diciendo esto, el maestro sali sin prisa, en medio de una luz fulgurante que generaba un campo magntico contra el cual se estrellaban cuantos queran agarrarlo. Luego, lo perdieron de vista en el jardn de senderos que se bifurcan, pues la luz brillaba por todas partes.Un ministro toc la alarma llamando al ejrcito; uno de los hechiceros desactiv la magia del jardn, pero sta sigui intacta, y pronto los soldados lo invadieron; luego se distribuyeron por los caminos, escaleras, patios, pasadizos y laberintos del castillo. Fue intil: la confusin rein. Cuando los soldados de la primera gran puerta del palacio, la del exterior, vieron al venerable anciano venir hacia ellos, volvieron a repetirle: Ya te dijimos que no puedes entrar! Lrgate o te castigamos!El maestro Dionisios sonri irnicamente. Su poder era inmenso; suficiente para borrar el tiempo y los hechos de la memoria de algunos hombres.Antes de marcharse, hizo un ademn en el aire para desterrar su recuerdo de la mente de los guardianes.

Las visiones de la soldadesca

Los soldados se cruzaron unos con otros por los pasajes secretos, por los laberintos y en el jardn de senderos que se bifurcan, sin hallar al maestro.Ms tarde, los reunieron en el patio central y despus de formarlos en filas fueron interrogados por los consejeros del imperio.Los jefes de escuadrones informaron de su bsqueda infructuosa. Inquirieron a los guardias de la entrada principal, pero estos no recordaron haber visto a alguien entrar o salir de palacio. Los consejeros demandaron de los soldados si haban visto algo anormal durante la fuga de Dionisios; despus de un breve intervalo en el que el comandante general repiti la pregunta a manera de orden, uno de los soldados se atrevi a hablar. Lo obligaron a dar un paso al frente.Seor dijo, dirigindose al comandante, he visto un resplandor y al acercarme vi una laguna de color rojo, como la sangre, y en su superficie se notaban manchas pequeas, como mil ojos mirndome. Eso fue todo, porque el resplandor ces y en su lugar vi la fuente cristalina del patio oeste.Despus, otro soldado se adelant y, tras las ceremonias de rigor, habl.En uno de los senderos del jardn que se bifurca me atrajo una luz intensa y sent que me devoraba. En el acto, apareci un prado de un verde profundo, y como por encanto lo vi cubierto de palomas blancas que yacan muertas. Sin quererlo, me acerqu a ellas y vi en cada una la cabeza destrozada, sin ojos. Esto me horroriz; cuando quise huir me encontr de nuevo en el sendero por el que marchaba.Hubo un silencio breve hasta que otro soldado pidi hablar.Iba por uno de los pasajes secretos dijo cuando me pareci que los muros se movan y pretendan aplastarme. Una muralla brillante se alz delante de m, impidindome el paso, y en la pared me vi vaciando cntaros con agua ante la mirada incrdula de los consejeros, hasta que, en la visin, exclam Es el ltimo!, y esas palabras provocaron confusin. Despus, los muros del pasaje secreto volvieron a sus sitios.Luego, otro soldado cont su visin:Cuando suba por una de las escaleras infinitas tuve la impresin de que mientras ms suba menos avanzaba. Entonces, una enorme roca se desprendi de lo alto y vi a los consejeros, a los especialistas, a los hechiceros del reino y a los soldados, tratando de huir en tumulto porque la inmensa roca iba a arrollarlos; sin embargo, cuando la roca se hizo ms grande y ya todos se haban resignado a la muerte, desapareci, y aunque no da a nadie los vi muertos a todos.Por ltimo, un soldado cont su experiencia:Llegando a la puerta central un fuerte resplandor ilumin el recinto y en letras grandes pude leer en el portn: El primer nombre es el caos y el segundo ha sido falseado. Luego desapareci la visin y cuando quise abrir la gran puerta sent que la palma de la mano me arda; abr la mano y una luz me ceg, pero en la oscuridad vi claramente una frase: Los dos nombres son las dos fuerzas que destruirn el imperio, y al instante ca desmayado.Estas visiones fueron escuchadas atentamente por los consejeros del imperio. Despus, dispersaron a los soldados y se encerraron a deliberar. Sus esfuerzos por interpretar las visiones fueron necios.En medio de la discusin entraron los emisarios con un informe inusual. Contaron cmo haban logrado que varios hombres confesaran, y de no ser porque todos coincidan en la misma historia no se hubiesen atrevido a ir a palacio, pues lo que contaban era inverosmil.Dijeron que el hechicero del reino llamado Dionisios Dimon, tras ser expulsado de la congregacin, haba descubierto un aparato que procesaba las imgenes, el cual no era perceptible al ojo humano, siendo necesario mirarlo a travs de un microscopio, aunque no todo el mundo poda verlo; este aparato se introduca a travs de una gota de agua en un ojo de los nios y de los adultos, transportndose hasta el cerebro; con l las imgenes del mundo que los rodeaba se sometan a un proceso cuyo resultado era develar las mentiras subyacentes en los hechos; agregaron que en los nios lograba el mayor efecto, no as en los mayores; no obstante, explicaron ese aparatico iba acompaado de unas instrucciones relacionadas con el diario vivir de los nios y de los adultos, sin las cuales el procesador de imgenes no se activaba; pero no alcanzaron a decir alguna antes de morir. Al parecer, dijeron, el invento del hechicero Dionisios era el causante del desorden en el imperio, pues los nios con el dispositivo vean ms all de las apariencias; aadieron que los hombres se esmeraban por la aplicacin de las instrucciones, y cada vez se inventaban ms artimaas para practicarlas. Hablaron de la forma de identificar a los nios y hombres que posean el aparatico; por ltimo, a los hombres que sucumbieron les abrieron la cabeza; no obstante, en ninguno se hallaba el maldito aparaticoDespus de narrar estos hechos los mensajeros se retiraron y los consejeros del imperio debatieron la absurda historia.Concluyeron que necesitaban, una vez ms, a los especialistas, a los hechiceros del reino y a la gran consoladora.

Los hechiceros del reino entran en accin

La gran asamblea volvi a reunirse y despus de acaloradas deliberaciones determinaron que, como Dionisios Dimon haba salido del seno de la congregacin de los hechiceros, les corresponda a stos encargarse del asunto y eliminar el invento. En cuanto a los especialistas, fueron comisionados para descifrar los mensajes implcitos en las visiones de los soldados, pues podan contener la solucin del misterio del procesador de imgenes.A la gran consoladora se le encomend la misin de continuar con sus discursos de paz y resignacin.Los hechiceros del reino, invocando el conocimiento, propusieron una investigacin especial, cuyas caractersticas los escandalizaron; no obstante, fue aprobada por los consejeros, no sin antes haber sostenido fuertes discusiones, pues algunos de los consejeros y de los especialistas se opusieron por considerarlo inmoral y por las repercusiones nefastas que traera para el imperio. Finalmente, prevaleci el criterio de la mayora, porque los hechiceros argumentaron que si no seguan sus recomendaciones jams podran conocer el procesador de imgenes, y menos inventar algo que lo neutralizara. Sin embargo, se insisti en que antes de llevar a cabo la propuesta de los hechiceros se buscara por todos los rincones del imperio el laboratorio de Dionisios, donde se fabricaba el dispositivo, y a la par se estudiaran los hombres que cayesen prisioneros. Los hechiceros del reino demostraron la inutilidad de estas dos alternativas; primero, porque estaba comprobado el gran poder de Dionisios y era imposible desentraar su escondite, y segundo, porque el dispositivo era ms efectivo en los nios y, en cambio, en los hombres su efecto no era relevante, por lo que tal vez no hallaran en ellos mayores indicios. Los hechiceros perseveraron en su propuesta: haran experimentos con nios.Al final, los hechiceros propusieron adelantar la investigacin con los nios mediante una operacin sencilla e inofensiva. Consista sta en extraerles el procesador de imgenes para analizarlo, dejando intacto al nio que operasen. Esta posibilidad disuadi a los opositores; an as, acordaron que primero se hiciese con adultos; y si esto no daba resultado se intentara con los nios. De cualquier modo, concluyeron, todo se hara sin despertar sospechas.Ante esta propuesta la gran consoladora se echaba bendiciones y elevaba sus plegarias al cielo.Los experimentos no tardaron en iniciarse. Los espas entrenados por los especialistas sealaron a algunos adultos poseedores del procesador de imgenes y pronto fueron arrestados.Los sacaron a empujones de sus hogares, rumbo a los laboratorios de los hechiceros del reino. All los sometieron a torturantes sesiones de interrogacin y luego a operaciones complicadas. Les abrieron la cabeza, examinaron el conducto del nervio ptico, exploraron los vasos linfticos bajo aparatos sofisticados que detectaban hasta las partculas invisibles de la cabeza; monitorearon el cerebro, rastreando el procesador, y no detectaron nada. Mas los hechiceros se excedieron en las cirugas provocando la muerte de algunos pacientes. Otros perdieron sus facultades intelectivas, hasta el punto de volverse idiotas. Esto caus conmocin entre los miembros de la congregacin. No obstante, no desistieron.Despus de muchos casos estudiados comprendieron que con los adultos no conseguiran nada pues quiz el dispositivo se malograba, causando el natural rechazo del organismo, de tal forma que poda ser expulsado involuntariamente por la persona. Estas y otras explicaciones surgieron para argumentar su fracaso. Solicitaron, pues, ante el consejo del imperio, autorizacin para experimentar con nios. El permiso fue concedido. El emperador les haba ordenado a los consejeros la utilizacin de cualquier medio para recuperar la normalidad.Entretanto, los especialistas se devanaban los sesos con las visiones de la soldadesca, sin resultados positivos.Puesto que ya saban cmo identificar a los nios con el procesador de imgenes, muchos de ellos cayeron en manos de los emisarios de la tortura. Y por el temor a que tal acto fuese conocido por los habitantes del imperio, acallaron a los cuatro vientos. Secuestraron, en una sola noche, a cientos de nios. Los clasificaron conforme a ciertos criterios investigativos, para realizar luego los respectivos experimentos. Primero los sometieron a exmenes acadmicos; cuestionarios sicolgicos, entrevistas de grupo e individuales; les aplicaron diversas pruebas tratando de medir su capacidad de rebelda, la tendencia a contravenir las reglas, el grado de inteligencia y las aptitudes analticas; hasta sus condiciones fsicas y orgnicas fueron estudiadas cuidadosamente.En las reuniones de grupo y en las entrevistas los hechiceros del reino y no pocos especialistas fueron sorprendidos, pues terminaron ellos como entrevistados.Paralelamente, realizaron idnticas pruebas a nios normales; los hallazgos no pudieron ser ms convincentes: los nios-problema (los nios que tenan instalado el procesador de imgenes) eran catalogados como rebeldes; de inteligencia superior; posean una capacidad analtica que maravillaba por su velocidad y efectividad; mostraban inclinacin a desobedecer las rdenes si no estaban acordes con su criterio, y sus lecturas preferidas distaban mucho de los libros dirigidos a los nios y a los adolescentes. En resumen: conformaban una casta especial ante la cual los hechiceros del reino sentan una inquietud desconcertante. Cuando cayeron en la cuenta del brillo de la mirada de los elegidos, al ver una sonrisa en sus labios, entre dulce y burlona, sus cejas arqueadas y mentones firmes, un poco alargados, y el sello indefinible pero inconfundible que les inspiraba temor, exclamaron un calificativo inolvidable: La casta del diablo!Por lo dems, estos nios eran fsica y orgnicamente iguales a los dems nios; no obstante, la expresin de su rostro era... indescriptible.

La mesa de operaciones

Hubo unos das de espera mientras los hechiceros y los especialistas analizaban los resultados de sus investigaciones, y esto bast para que los nios-problema, los nios de las imgenes profundas, como les llamaron algunos, comprendiesen su suerte. Sin embargo, los carceleros tomaron precauciones para evitar la unin de los nios, recluyndolos en celdas individuales. A pesar de todo, la noche anterior al da en que los hechiceros decidieron operar, desde sus aislamientos, como si se hubiesen comunicado telepticamente, los nios comenzaron a cantar. El espacioso e inexpugnable recinto que serva como complejo de laboratorios de los hechiceros del reino no durmi en paz aquella noche. Al otro da, muy temprano, dos soldados fueron por el primer nio. El silencio rein cuando los otros lo vieron pasar con la custodia. Aquel nio no volvi jams. En la noche se llevaron otro; a la maana siguiente fueron dos los desaparecidos; y as sucesivamente. Ninguno regresaba. Los nios saban lo que ocurra; lo haban presentido aquella noche; y lo manifestaron a travs de su canto permanente.Pero, qu haba sucedido? Los nios no haban resistido las inspecciones de los cirujanos en sus cabezas. Moran en la mesa de operaciones con el crneo destrozado. No obstante, los hechiceros persistan en la bsqueda del procesador de imgenes. Los cirujanos no les cerraban a los nios sus cabezas destrozadas antes de pasarlos a un cuarto fro, donde los preservaran por si acaso alguna nueva idea necesitase de los cadveres. Envueltos en sbanas blancas, los nios reposaban para siempre en aquel cuarto. Y los cadveres iban sin ojos. Como el procesador de imgenes haba sido transportado en una gota de agua a travs de los ojos, al no encontrar nada ni en la esclertica ni en la retina, ni a lo largo del nervio ptico, conservaron los ojos en los frascos con un lquido especial que enrojeca ms el color de la sangre de los ojos sin vida, por si se requera otro experimento.Entretanto, los nios cantaban sin cesar, noche tras noche y cada da. Pero su coro se fue apagando porque cada vez haba menos nios en las celdas. Por fin, un amanecer, los hechiceros suspendieron las operaciones. Todo era infructuoso. El procesador de imgenes pareca no existir.

Las visiones de los soldados comienzan a descifrarse

Los consejeros del reino nombraron una delegacin para revisar los informes, poco alentadores, de los hechiceros. Y as, un grupo selecto de consejeros y especialistas inici una visita de inspeccin a los laboratorios de los hechiceros del reino. Al ingresar en el primer saln fueron recibidos por una comisin de los hechiceros responsables, quienes les informaron en detalle de sus investigaciones, hasta que les confirmaron lo estril de sus esfuerzos porque no detectaron el tal procesador de imgenes. Para demostrarles su trabajo los hechiceros condujeron a los delegados al enorme cuarto fro donde reposaban los cuerpos de los nios con las cabezas destrozadas y sin ojos, envueltos en sbanas bancas. Hacan su recorrido por este cuarto escuchando los procedimientos de las operaciones, cuando un especialista exclam:Seores, estamos ante una de las visiones de los soldados.Unos a otros se miraron sorprendidos, sin comprender lo que deca el especialista.Recuerdan ustedes que uno de los soldados dijo haber visto, en el jardn de los senderos que se bifurcan, muchas palomas blancas con las cabezas destrozadas y sin ojos? pregunt el especialista a los delegados y a los hechiceros.Es cierto confirmaron.Pues estamos ante esa visin. Estos nios envueltos en sbanas blancas representan esas palomas. Miren sus crneos abiertos y observen que no tienen ojos.Es verdad dijeron unos.Puede ser afirmaron otros.Uno de los consejeros interrog: Cul fue la primera visin de los soldados?Un especialista contest: No lo sabemos, porque fue imposible determinar la hora exacta de cada visin, o quizs ocurrieron simultneamente; pero cada una de ellas debe simbolizar un hecho inexorable; algo que no podemos detener.A no ser repuso otro especialista que logremos adivinarlas y podamos evitar sus presagios.Pretendis afirmar interrumpi otro especialista que Dionisios Dimon predice el futuro y rige los destinos del imperio? Seores, utilizad la razn.Entonces uno de los hechiceros habl:De lo que estamos seguros, nosotros los hechiceros, es de la genialidad de Dionisios. Sus poderes traspasaron siempre los lmites de nuestro entendimiento.Uno de los consejeros del imperio les orden:No es tiempo de discutir. Con el tal Dimon cualquier cosa puede pasar. Asumamos la certeza de todo lo dicho, o al menos su posibilidad, porque esas visiones, de alguna forma, contienen la solucin de tanto misterio.Y mucho ms dijeron y discutieron. Mas una sola pregunta les asaltaba a los consejeros mientras caminaban por las celdas y observaban los laboratorios: Por qu no hallaron nada?Ante tal cuestionamiento los hechiceros se deshacan en explicaciones, ninguna satisfactoria. Sin embargo, estaban convencidos de que tarde o temprano tendran xito.Por esta razn, argumentaron, an conservamos los cadveres porque no sabemos hacia dnde conducirn las investigaciones. Es ms, aclararon preservamos los ojos, pues es muy probable que all est la pista del procesador de imgenes. Es cuestin de tiempo terminaron prometiendo a los delegados del emperador.Por eso, llevaron a los especialistas y a los consejeros al laboratorio donde, en recipientes de cristal, reposaban los ojos de los nios que, dentro de aquel lquido rojo, parecan manchas y... Mediante largas consideraciones cientficas explicaron sus experimentos. Navegaban en aquel mar de confusiones cuando uno de los consejeros comprendi otra de las visiones de la soldadesca.He aqu otra visin! y los dems lo miraron. Un soldado dijo haber visto una laguna roja, como sangre, y sobre ella manchas que parecan ojos. No es eso lo que presenciamos en este momento?Es verdad! exclamaron todos, pasmados por la sorpresa.Ser que... prosigui el descubridor del significado de la segunda visinEs posible detener los acontecimientos? Si las visiones reflejan hechos futuros, podemos evitarlos?Solamente descifrando las visiones restantes asegur uno de los especialistas.Eso es imposible, pues slo se esclarecen despus de ocurrido el hecho; as, el parecido de la visin con los hechos se revela claramente dijo un consejero.A no ser intervino un especialista que se identifiquen los smbolos implcitos en cada visin. Para esa tarea los ms indicados son los hechiceros del reino, pues durante aos fueron compaeros del malfico Dionisios. Todos estuvieron de acuerdo. En adelante, los especialistas trabajaran con los hechiceros del reino; aquellos, tratando de detectar los smbolos de las visiones, stos, prosiguiendo las investigaciones; y juntos en la bsqueda del procesador de imgenes.

La decisin del emperador

El tiempo pasaba. Y sucedi que al emperador le comenz una enfermedad maligna. Lo acosaban dolores agudos en el cuerpo, que lo hacan rugir de la desesperacin y revolcarse en su trono. Cuando el tormento cesaba se senta dbil y angustiado. Los hechiceros y los especialistas atendan al emperador, sin lograr aliviarlo. Mientras tanto, el desconcierto reinaba en el imperio. Hombres, mujeres y nios se haban unido para protestar, no obstante haber sido advertidos por Dionisios sobre el peligro mortal que los acechaba.Los primeros nios con el procesador fueron creciendo, convirtindose en adolescentes peligrosos para el imperio; a medida que se iban volviendo adultos el procesador de imgenes multiplicaba su efecto, generando nuevas instrucciones de uso para modificar o complementar las anteriores, siempre sin dejar huellas de su existencia, dndole ms potencia al procesador, desarrollando por encima de lo normal todas las facultades humanas, transformado al nio, al adolescente, al hombre, en una terrible amenaza para el reino; para la normalidad. Estos nios, adolescentes y hombres, combatan al emperador. Por eso, cuando abundaron las desapariciones de los nios y se conocieron pblicamente las operaciones extraas y sus muertes, lo cual fue imposible ocultrselo a los cuatro vientos, impulsaron un movimiento de protesta por los caminos labernticos del reino. Hombres, mujeres y nios, unidos por el procesador de imgenes, denunciaban a los cuatro vientos los crmenes cometidos por los representantes del emperador, y por donde fuesen instigaban a las gentes en contra de ste.Pronto el desbarajuste fue total. Los consejeros del emperador ordenaron a los comandantes de la soldadesca pacificar el reino. Las huestes del emperador se precipitaron a controlar a los manifestantes, maltratndolos, sin cuidarse de los cuatro vientos. No obstante, los portadores del procesador de imgenes eran cada vez ms fuertes.Y la gran consoladora segua echndose bendiciones.Cuando la anormalidad toc a las puertas del palacio, el emperador resopl de ira. Su voz poderosa estremeci el castillo. Los ministros corrieron a la sala de audiencias; reverenciaron al trono del emperador, y esperaron a que la gran voz les hablara desde lo ms profundo de sus seres. La voz rugiente no tard en escucharse, atemorizndolos. La orden del emperador fue contundente:Maten a todo nio que tenga el procesador de imgenes! Ellos son los peligrosos hombres del maana!Y, para evitar dudas, agreg:Maten a todo aqul que se me oponga!

Los nios se renen ante el castillo del emperador

Los delegados pacificadores fueron los encargados de ejecutar la orden del emperador. Estos escogieron a los mejores soldados para tal fin. Perseguan el exterminio de los nios que posean el procesador de imgenes. Ante el evidente fracaso de los hechiceros del reino, el emperador no quera riesgos. A l no le importaba tal aparatico, mxime si no se haba detectado ninguno. Los delegados pacificadores reciban rdenes directas del emperador.Esta vez la soldadesca, hbilmente dirigida, evit realizar actos indebidos delante de los habitantes del reino o ante los cuatro vientos. Los nios aparecan muertos en cualquier rincn del imperio o desaparecan. Manos misteriosas acababan con la vida de los nios-problema, y no haba forma de culpar a los ejrcitos del emperador, aunque todos sospechaban de ellos. La legin conformada por los pacificadores no vesta uniforme que los sealara como soldados del imperio. No obstante, aunque los cuatro vientos haban sido amenazados, muy pronto los errores y desmanes de los soldados y sus jefes, los delegados pacificadores, mostraron a los vientos quin estaba detrs de tanta muerte.Nunca se supo cul fue la fuerza secreta que movi a los nios con el procesador de imgenes a juntarse frente al palacio del emperador. Se lo atribuyeron a aquella leyenda del imperio; aqul que se le apareci a Dionisios para ayudarle a culminar su invento. Otros culparon a Dionisos de haber organizado la revuelta; o tal vez, dijeron, ambos sean la misma persona. En cualquier caso, los acontecimientos se precipitaron cuando los nios se reunieron ante el palacio.Desde todos los lugares del imperio fueron llegando. Invitaron a los cuatro vientos y estos se mantuvieron expectantes. Miles de nios rodearon el palacio imperial, y no los atemorizaron las bocas de los caones apostados en las torres ni el fro intenso que, extraamente, comenz a azotarlos, pues al llegar el clima era clido y acogedor.Los caones esperaban la orden para ser activados. Los nios entonaban cnticos hermosos. Versos con notas melodiosas que invocaban la cada del imperio y el surgimiento de un espritu nuevo. Tras aquellos nios acudieron muchos hombres y mujeres cantaron con ellos. Otros tantos no movieron un dedo para hacer algo en favor o en contra. A gran cantidad de ellos les hubiera gustado tener el arrojo suficiente para participar en el movimiento, pero no se atrevieron. Muchos condenaban a viva voz esa lucha, para ellos, merecedora de castigo.La gran consoladora envi delegados suyos a apaciguar la multitud, pero fueron rechazados.Hombres, mujeres y nios hostigaban con sus cantos a los representantes del emperador. Acamparon en tiendas improvisadas, sitiando el palacio, y se agrupaban alrededor de las fogatas encendidas para combatir el fro.Adentro, en palacio, se efectuaba un debate. La situacin era inmanejable para la gran asamblea. Otra vez especialistas, hechiceros y consejeros del emperador pretendan tomar una decisin. Slo un hecho les impeda concretar sus intenciones: el procesador de imgenes haba llegado hasta los hijos de ellos. Acaso era contagioso? Algunos de los all presentes eran vctimas de la orden del emperador. Por los designios del dios Azar, algunos de sus hijos haban perecido en la pacificacin del reino. La legin de pacificadores se haba distanciado de los ministros del imperio de tal modo que no los escuchaban. Incluso, en esos momentos, algunos nios de los que afuera se calentaban en las fogatas eran hijos de aquellos seores que ahora les imploraban a sus colegas: Seores! decan a gritos . No perdamos la cabeza!Pero la cabeza de todos penda de los designios del emperador.Discutan y no acordaban nada. Ni la sapiencia de los especialistas ni el conocimiento de los hechiceros del reino ni los razonamientos del consejo de ministros establecan la solucin. Entretanto, el emperador aguardaba en silencio, pero ya acosado por malestares extraos, como si supiese de antemano el desenlace. El ya haba determinado el final. Afuera se escuchaban los cantos de los nios, mujeres y hombres.

El holocausto

La legin de pacificadores haba penetrado a palacio por los caminos secretos. Obraban como autmatas. La orden del emperador no admita discusin y mientras no recibiesen una contraorden suya seguiran cumpliendo el mandato. Y como los nios que tenan el microprocesador se haban congregado, su trabajo se facilitara. Por eso corrieron a palacio, ubicndose estratgicamente en cada una de las torres que rodeaba el castillo. Mientras tanto, la gran asamblea se confunda ms. Eran pocos los opositores a un holocausto; pocos, igualmente, quienes se pronunciaban a favor de cualquier medida, a fin de garantizar que el imperio marchase como vena antes del invento mgico de Dionisios Dimon. La mayora de los integrantes de la asamblea no tenan una posicin definida. No estaban de un lado ni del otro. Pero una cosa saban con certeza: si su decisin contravena los mandatos del emperador seran castigados; y el castigo era la muerte.Pero, por qu deliberaban a espaldas del emperador? Aspiraban a convencerlo de lo que ellos decidiesen? Mas cuando un emisario arrib presuroso, aterrado y sin respiracin, y despus de hacer esfuerzos por hablar les dijo: Seores, la legin est aqu!, comprendieron lo ilusorio de su debate. Los contrarios a una tragedia masiva salieron de inmediato, como buscando impedir lo inexorable. Sin embargo, cuando alcanzaron la salida y asomaron al pasillo un escuadrn de la legin apareci al final del corredor. Uno de los ministros del emperador los acus ante el escuadrn y en el acto quien estaba al mando de la cuadrilla dio la orden. Los disidentes vislumbraron unas luces acompaadas de explosiones y cayeron fulminados. El emperador haba dicho Maten a todo aqul que se me oponga!. El resto de especialistas, ministros y hechiceros, al ver a sus colegas morir por oponerse a la orden, callaron, y se abandonaron a los designios de los acontecimientos.Los dejaron encerrados, vigilados por una faccin de la legin pacificadora. En silencio, mirndose unos a otros en un comienzo, luego, cuando no toleraban sus miradas, pasendose nerviosamente, aguardaban el desenlace. Los partidarios de garantizar el orden y los indecisos rebuscaban argumentos para justificar aquel acto; para justificarse a s mismos. Divagaban en esas cuando las explosiones los sobresaltaron.Era tarde en la noche. Los pacificadores intimidaron a los cuatro vientos, pues no queran testigos, obligndolos a retirarse. No obstante, los cuatro vientos recurrieron a sus artimaas, mezclndose entre la multitud para luego contarle los hechos a los habitantes del reino.En medio de los cnticos y del coro de los nios, la muerte, vestida con sus tradicionales atuendos, se pase triunfante por los campamentos. Las rfagas de los caones, provenientes de las numerosas torres, alumbraron su camino. Campeando victoriosa, la muerte con su mscara de calavera, tnica negra y guadaa en la mano derecha, segaba la vida de decenas, cientos y luego miles de nios y adultos. La muerte fue apagando los cnticos infantiles y las voces graves y agudas de los adultos que secundaban el coro. Con rapidez asombrosa la muerte devastaba las tiendas de campaa. Desde las torres del palacio las explosiones de los caones orquestaban su ritual. Como por arte de magia las fogatas fueron desapareciendo en la oscuridad de la noche y su calor se fue convirtiendo en hielo, pues al paso de la muerte se congelaban sus llamas.En palacio, la gran consoladora oraba de rodillas.Mientras tanto, el emperador se revolcaba en su trono. Senta aguijones por todo el cuerpo y padeca dolores insoportables. Cada nio que mora iba debilitando al emperador. La piel se le ablandaba, le surgan laceraciones y fornculos que se le reventaban y de su cuerpo emanaba un lquido ftido, espeso, que corra pesadamente por su trono.

Los sobrevivientes

Mas sucedi algo que hizo retroceder a la muerte: del pecho de cada uno de los nios muertos brotaba una hermosa y robusta paloma que, desafiante, alzaba el vuelo y comenzaba a revolotear alrededor de la muerte. En vano, sta procuraba espantarlas con su guadaa. Pero no eran palomas blancas; tenan pintas rojas encendidas, y su pico y el batir de las alas eran fuertes. Pronto fueron tantas las palomas y picoteaban de tal forma a la muerte que la batieron en retirada. Corra. Quera escapar pero a veces se enredaba en su tnica y caa. Entonces se levantaba; con una de sus manos huesudas se recoga la bata y con la otra agitaba su guadaa a diestra y siniestra defendindose de las miles de palomas acosadoras, intilmente.Por fin, la muerte cay abatida por los picotazos y el aleteo incesante de las palomas. Su esqueleto qued desintegrado por el suelo. Su guadaa fue destrozada y la tnica hecha jirones. Luego, las palomas se dispersaron y cada una busc a un nio sobreviviente.Cuando un nio vea a una paloma venir hacia l, obedeciendo a un impulso juguetn, le estiraba su brazo izquierdo con la mano abierta; la paloma picoteaba en su palma y en el acto un rayo de luz aterrador brotaba de su mano. Despus, el ave buscaba el cielo y se una con sus compaeras.Lo mismo les ocurri a los adolescentes y a los adultos sobrevivientes que posean el procesador de imgenes.Pronto se dieron cuenta, sin saber cmo ni por qu, que al empuar la mano el rayo de luz cesaba, y al volver a abrirla ste sala impetuoso, deslumbrante. Poco a poco se fueron juntando. Fue entonces cuando apareci Dionisios sobre una pequea colina y les habl enrgicamente a los nios, adolescentes y hombres supervivientes.Los vientos llevaron sus palabras:Escuchadme! Habis recibido el rayo de vida y de muerte que destruir el imperio. Slo aqul cuyo camino haya sido el vuestro puede poseerlo. Ahora sois invencibles.Y diciendo esto levant sus brazos y su cabeza hacia el cielo, como invocando las fuerzas celestes, y de sus manos salieron dos rayos que chocaron en el infinito, creando una tormenta de truenos y relmpagos.Luego, lo vieron descender hacia ellos; no obstante, cuando estaba prximo distinguieron a un nio fuerte, hermoso y alegre, con el rayo de luz en ambas manos. Y lo vieron dirigir sus rayos hacia el castillo, colocando adecuadamente los dedos, con el pulgar sobre los otros, y contemplaron maravillados cmo sus muros saltaban en pedazos.Entonces comprendieron y gritaron jubilosos.

El laboratorio de Dionisios es descubierto

Das antes, la comisin investigadora conformada por delegados de los especialistas al servicio del reino, hechiceros y ministros del emperador, se esforzaba por desentraar el misterio del procesador de imgenes. Como no haban detectado nada en los crneos de los nios sacrificados asumieron que el organismo, de alguna manera, ocultaba el microprocesador mediante una reaccin qumica indefinible. Por esto haban decidido buscar el procesador de imgenes en el laboratorio del sabio Dionisios Dimon, para lo cual concentraron los esfuerzos en hallarlo. Para ello solicitaron los servicios secretos de inteligencia del imperio, y aunque fue larga la espera, llegaron hasta el escondite donde se produca el procesador, justamente en los momentos en que los nios-problema encendan sus fogatas ante el palacio.Un ejrcito rode la colina y varias cuadrillas se dirigieron a la caverna del laboratorio. Cuando ingresaron a sta iban acompaados de los delegados investigadores, quienes deban analizar lo que encontrasen. Observaron, en un recinto espacioso, gran cantidad de frascos, recipientes humeantes, vasos y un sistema de tubos y pipetas conectados entre s, y concluyeron que all se produca el microprocesador. Luego, siguieron a la bodega donde haba bastantes cntaros con agua, en los cuales, supusieron, se deban de almacenar los microprocesadores. Y como el agua era el elemento conductor, sometieron los cntaros a revisin. Los soldados pasaban cada cntaro, de los cuales sacaban el agua, y los hechiceros del reino la estudiaban en microscopios potentes; despus ensayaban reacciones qumicas para hacer visible el microprocesador, pero en cada cntaro el resultado era el mismo: nada. Cuando un soldado les entreg un cntaro y dijo: Es el ltimo!, la desesperacin se apoder de ellos. Efectivamente, era el ltimo, y en ese tampoco hallaron nada. En ese instante un consejero descifr la tercera visin de la soldadesca.Seores! exclam. Recuerdan que un soldado cont haberse visto en una pared vaciando cntaros con agua hasta que dijo Es el ltimo, y estas palabras provocaron confusin?S, lo recordamos afirmaron los otros.Yo soy el soldado que dijo eso exclam asombrado el hombre que acababa de vaciar el cntaro.Pues bien, seores, el asunto es obvio asegur el consejero. Al vaciar el ltimo cntaro, que es uno de estos, la decepcin cunda porque era la ltima oportunidad para despejar el misterio; tal es nuestra situacin ahora.Puede ser cierto acordaron algunos.Entonces se aproximan las otras visiones asever un especialista.Es verdad dijo otro. Y esclarecindolas el enigma ser resuelto.Puede ser... puede ser dud un consejero. No perdamos la calma. Precisemos lo que tenemos hasta ahora. Y todos le contestaron en coro: Nada!Fue en ese momento cuando uno de los especialistas lanz una pregunta que dej asombrados a los presentes. Una pregunta que los hizo palidecer.

La verdad se revela?

Ser que no existe el procesador de imgenes? fue la pregunta del especialista.Despus de un largo silencio, durante el cual se miraron unos a otros, un hechicero habl:Tiene que existir. Dionisios Dimon es el responsable.Pero, existe Dionisios Dimon? pregunt un consejero del reino, y este interrogante caus el desorden y la discusin general.Unos hechiceros hablaron de la fama del maestro Dionisios en la secta de los hechiceros del reino; otros enfatizaron que, salvo unas pocas asambleas, jams lo haban visto; algunos especialistas dijeron saber algo del sabio Dionisos Dimon pero nunca comprobaron su autora en los inventos que se le imputaban; los consejeros del emperador le atribuyeron poderes sobrenaturales, propios de un mago y no de un sabio; por esto, concluyeron, era un espritu y no un hombre. Otros recordaron la visita del maestro al emperador, transformado en anciano; rememoraron cmo haba desaparecido y que ni un ejrcito completo pudo impedir su fuga en el jardn de senderos que se bifurcan; otros aclararon que...No obstante, mientras ms razonaban menos entendan.De repente, el laboratorio se sacudi como si hubiese un temblor de tierra. Los objetos caan destrozndose contra el piso, y los representantes del imperio se iban unos contra otros. Como pudieron, buscaron la salida de la caverna pero no la encontraron. Fue en ese momento cuando una luz alumbr el laboratorio; se fue concentrando en un sitio y poco a poco tom forma corprea, tangible a los ojos mas no al tacto; por fin, una voz atronadora los sacudi y les hizo comprender.Era la misma aparicin, una leyenda en el imperio, que se haba presentado ante Dionisios dejndole el acertijo con el cual ste haba solucionado el problema de cmo suministrar el procesador de imgenes a los nios. Antgonas haba regresado.Mudos por la sorpresa, consejeros, especialistas, hechiceros y soldados, abran los ojos ms de lo normal; plidos, como muertos.Ilusos! dijo Antgonas. Ni siquiera os habis cuestionado cmo llegasteis hasta aqu. No lo habis entendido ya? Como siempre, queris hallar un culpable sin miraros a vosotros mismos. En verdad os digo que Dionisios Dimon ha sido una de mis personificaciones para transitar por vuestro reino. No habis profundizado en el significado de su nombre? Ahora mismo estoy en cada uno de esos nios y hombres frente al castillo; pues de cierto os digo que el tiempo del imperio est sealado. La gran batalla ha comenzado y nada ni nadie podr detener la cada del imperio. El signo del final est en el cielo!Y al decir estas palabras sopl un viento huracanado, la luz volvi a dispersarse y un trueno apocalptico los priv del odo. Antgonas haba desaparecido. Cuando retorn la calma, uno de los hechiceros habl:No existe el procesador de imgenes! Con razn me resista a creer en un invento de esa naturaleza.Es cierto lo apoy otro. El secreto debe estar en las instrucciones de uso del supuesto microprocesador. Todo ha sido un ardid para despistarnos.Por favor, clmense rog uno de los especialistas. El microprocesador es real. Tal vez no haba nada en los cntaros porque se les agot la produccin o no alcanzaron a echar los procesadores de imgenes en estos cntaros porque presintieron nuestra visita y huyeron, quizs llevando consigo los microprocesadores restantes.Y por qu tampoco hubo nada en los crneos de los nios y de los adultos? pregunt un consejero.Y nosotros no hallamos nada, aunque hemos escudriado por todos los recovecos del imperio reforz el jefe de los soldados.Y tampoco dimos con las instrucciones de uso con las que el microprocesador se activa y multiplica su poder dijo un especialista.En resumen intervino uno de los consejeros ms viejos, no hay evidencia del procesador de imgenes.Qu ms evidencia que los hechos. Los irrefutables hechos! exclam un hechicero, a punto de arrancarse los cabellos.Pero al fin y al cabo, s existe Dionisios Dimon? Porque segn la aparicin los dos son la misma persona record uno de los especialistas.No nos dejemos engaar por cuentos fantsticos dijo otro.Seores, por favor! interrumpi uno de los consejeros. Repasemos bien lo que dijo el tal Antgonas.De pronto, tras un rato de meditacin, uno de los especialistas rompi el silencio. Recuerdan ustedes una visin de los soldados en la cual una frase inscrita en el portn central deca: El primer nombre es el caos y el segundo ha sido falseado? rememor otro especialista.S se adelant a responder un consejero. Y adems dijo haber visto otra sentencia: Su nombre representa las dos fuerzas que destruirn el imperio aadi Pues uniendo sas visones con lo expresado por la aparicin tenemos que fijarnos en el nombre de Dionisios Dimon. Cul es el significado de su nombre? y todos reflexionaron.Reconocieron los smbolos contenidos en el nombre del maestro Dionisios Dimon. Hablaron de los atributos del dios Dionisios: la alegra, el placer, la diversin, el caos, la agilidad, el baile etc., Vieron en el segundo nombre, Dimon, el demonio, y aceptaron cmo haba sido falseado, pues demonio le llamaban en el imperio a todo lo contrario a los intereses del emperador y sus representantes. Explicaron, finalmente, el nombre completo: representa las dos fuerzas antagnicas al imperio. De alguna manera, dijeron, haban sido inculcadas a nios y hombres bajo el pretexto de un invento que tal vez haba sido una farsa.Todo eso es verdad, seores reafirmaron algunos ministros.As es recalc un especialista.No puede ser! dijo un hechicero. Nuestro conocimiento se niega a admitirlo.Y muchos de los presentes manifestaron su desacuerdo con los mensajes de las ltimas visones, calificndolos de absurdos e injuriando a sus defensores.Al tiempo, otros tantos entre hechiceros y especialistas se declararon partidarios de los primeros, y la discusin se torn agresiva.En esos momentos uno de los consejeros del reino, elevando su voz por encima de la gritera, los acall.Por favor! Resolvamos la ltima visin y el silencio volvi a reinar.Al cabo de un rato de aterrador silencio, uno de los especialistas habl:Yo tengo la solucin. Es muy sencilla: el soldado suba por las escalas infinitas pero mientras ms ascenda menos avanzaba, lo que simboliza lo vaco de las ambiciones del emperador y de quien lo represente, pues mientras ms inventos produzcan los hechiceros del reino y entre ms se ample el poder del imperio ms se estanca la evolucin de los habitantes del reino. Por eso, el soldado no avanza. La roca inmensa que se desprende desde lo alto simboliza el procesador de imgenes, pero esta desaparece al final, lo cual significa la inexistencia del microprocesador; sin embargo, la roca es la imagen de las fuerzas que aplastarn al emperador; por eso, aunque desaparezca todos caen muertos, lo cual anuncia que nadie podr salvar al emperador. Segn la visin ocurrir de tal modo y es imposible evitarlo.Al escuchar esta teora naci de nuevo la discusin pues no era convincente.Entretanto, los cuatro vientos haban trado a la colina el canto de los nios ubicados frente al palacio, y el tronar de los caones; esto no tard en introducirse en la cueva del laboratorio hasta herir los odos de los delegados del emperador.Aguzaban sus sentidos cuando un estallido, como un rayo de vida y de muerte, los estremeci. Temerosos, buscaron la salida chocando unos con otros. Al asomarse a las afueras del laboratorio del sabio Dionisios apreciaron un espectculo que los dej atnitos: Los deslumbr el bellsimo atardecer: el sol era rojo, resplandeciente; no haba nubes y el cielo se cubra de un azul infinito. En breve caera el crepsculo, pero el sol alumbraba como en un grandioso medioda. Fue cuando sintieron un ruido asombroso: como un aleteo producido por miles de aves, en el firmamento. Todos, sin excepcin, levantaron la mirada al cielo y contemplaron un fenmeno maravilloso: soldados, hechiceros, especialistas y consejeros del emperador, vieron aproximarse, desde la lejana, a una gigantesca bandada de palomas que pronto cubri el azul celeste.No obstante, en vez de atenuar la luz del sol, multiplic sus rayos y el medioda se impuso sobre el crepsculo y reluci en todo su esplendor. Eran palomas blancas, fuertes, de alas firmes con pintas rojas y sus picos resaltaban impetuosos.La bandada de palomas revoloteaba en un crculo extenso, compacto, abarcando el mbito del imperio.Justamente en esos momentos recordaron las ltimas palabras de Antgonas: El signo del final est en el cielo; y sintieron un desvanecimiento mortal.El signo de Dionisos Dimon! dijo un especialista.Y vieron desde la colina lo que aconteca frente al castillo del emperador, gracias a la magia de los vientos.Entonces uno de los consejeros del emperador les orden marchar hacia palacio, y todos obedecieron.

El emperador se desvanece en su trono

En su trono, el emperador sufra los tormentos de una enfermedad incurable. De nada servan el conocimiento de los hechiceros del reino, ni la sapiencia de los especialistas ni las recomendaciones de los consejeros ni las estrategias de los delegados pacificadores ni la fuerza de la soldadesca. El cuerpo gigantesco del emperador se llenaba de laceraciones y de fornculos enormes que reventaban con rapidez, produciendo un lquido espeso y ftido, que al resbalar por su piel se la arrancaba a pedazos. En las ltimas horas se haba agravado, y sus gruidos y lamentos, acompaados de convulsiones, aterrorizaban a sus guardianes.Y mientras ms laceraciones y granos le aparecan y su cuerpo se iba desintegrando, ms insista en aniquilar a quienes protestaban ante palacio.Mtenlos a todos! vociferaba.Nadie relacionaba la muerte de los nios con la horrible enfermedad del emperador. Por cada nio que mora le brotaba en el cuerpo una ampolla enorme; pronto, sta se abra causndole dolores agudos.En esas horas espantosas los cuatro vientos le trajeron hasta su trono las imgenes y los ruidos de la bandada de palomas en el cielo, y como ya no poda incorporarse corrieron las pesadas cortinas de los ventanales para que se convenciera por s mismo.Cuando el emperador visualiz el firmamento desde la oscuridad de su trono, record las palabras de Dionisios Dimon al presentarse disfrazado de anciano, y al ver el signo del fin que aqul le haba profetizado, emiti un alarido que se escuch en todos los caminos y escondrijos del imperio, gracias al poder de los vientos.

El final

Cuando el nio que posea el rayo de vida y de muerte en ambas manos mostr a los nios, adolescentes y adultos sobrevivientes del holocausto, la forma de usarlo para combatir a sus enemigos, gritaron emocionados.Mi nombre es Agn, hijo de las tormentas, protegido por Dionisios y Antgonas, porque ambos habitan en m, y en estos momentos tambin viven en cada uno de vosotros grit con energa. Con este rayo destruiremos el imperio y con l construiremos la vida!Y los sobrevivientes levantaron sus brazos y comenzaron a cantar; pero esta vez era un canto bravo; y como si se hubiesen puesto de acuerdo, dirigieron sus rayos aniquiladores hacia el castillo, y cada uno lo orient hacia una torre diferente. Los muros saltaban en pedazos, los caones se iban silenciando, y aunque stos todava causaban estragos entre los supervivientes nada poda detener el avance de stos hacia las puertas principales de palacio.Rpidamente, tumbaron las puertas del palacio y penetraron en su laberinto.En cada pasillo, en cada saln, por las escalas infinitas, en todos los niveles y escondites, en los pasajes secretos, en los patios enormes, alrededor de las fuentes, en los caminos del jardn de senderos que se bifurcan, en los salones imperiales, en las torres inexpugnables que resguardaban los aposentos del emperador y, por ltimo, ante las puertas de las habitaciones del amo y seor, los supervivientes, poseedores del rayo de vida y de muerte, pelearon en dura batalla contra guardias feroces, defensores de la seguridad del emperador; pero en cada lance triunfaron, gracias al poderoso rayo, aun cuando algunos perecieron. Por ltimo, derrotaron a la cuadrilla vigilante de la ltima asamblea de consejeros, hechiceros y especialistas. El rayo de la vida y de la muerte era superior a las armas enemigas. Nada pudo frenarlos; y aunque no todos salieron bien librados, arribaron por fin ante el trono del emperador.Agn se encarg de quitar el velo que cubra el trono; y el grupo sobreviviente se reuni alrededor de la gigantesca silla imperial. Mas al correr el velo, un olor nauseabundo los oblig a distanciarse. Fue entonces cuando vieron una masa lquida, espesa y putrefacta, desplazndose lentamente sobre el trono; y todos entendieron y saltaron alegremente, abrazndose entre s.Afuera, las palomas se haban posado sobre las torres destruidas.Y los vientos transmitieron los acontecimientos a los habitantes del imperio; y muchos se unieron a los nios del palacio y transitaron victoriosos por los caminos aledaos al castillo, por lo que la soldadesca, los hechiceros, los especialistas y los consejeros que partieron de la colina de Dionisios, no alcanzaron a llegar a palacio.Y la gran consoladora se encerr en el ltimo confn del castillo, a llorar y a suplicar porque no le tocara su hora final.

Eplogo

Cuando los nios victoriosos, dueos del rayo de la vida y de la muerte, salieron del castillo, encontraron a una multitud en sus contornos. Hombres, mujeres, nios y nias deseosos de la vida; y para reinventarla slo posean el arma que haba exterminado al emperador y a sus representantes.Todos lanzaron vivas y cantaron.Mas al buscar a Agn, haba desaparecido. En ese instante, los cuatro vientos se miraron sorprendidos unos a otros, pues un estruendo los asust. Eran las palomas que alzaban el vuelo y se juntaban en el firmamento. Mientras tanto, en un monte cercano, desde el cual se divisaba todo el reino, una figura musitaba: Volad hijas mas y cuidad el cieloUna figura de la cual no poda precisarse si era un hombre, un nio o una aparicin.

Rey Carlos Villadiego

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