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    ;i:lri:irl r

    La educacióndel cuerpoy la vida privada'/,andraPedraza Gómez

    Vidaprivada e identidadLa educación del cuerpo fue unode los diversos procesos que

    tlebieronmodificarse en el país para que al menos algunos gruposirdoptaranvarios aspectos formalesde la vidaprivada como una im-¡rrontade la sociedad a imagen de las burguesías europeas. Muchaslctividadesprivadas se convirtieronpaulatinamenteen hábitos cor-porales de apariencia tan naturalque su sentido inicialdesapareciócntre las rutinas cotidianas. Afuerzade repetirse, ciertas experien-cias dieron a la familiay al individuomodernos una forma de actuary sentir. Por efectode esta natwalización,las costumbressurgidascle la educación del cuerpose arraigaron hondamente en las formasde la vida privada.

    Esta laboriosa educación del cuerpo hizoparte de los muchosesfuerzos emprendidos en Colombiadesde el iniciode la Repúblicapara que la identidadnacionalcobrara vida. Desde I8I9-é inclusocon anterioridad- se pusieron en marcha diversosprocesos que, conmayor o menor éxito, influyeronen que varios aspectos sugeridos demanera abstracta e ideal como necesarios para la identidadnacionalpasaran realmente a hacer parte de la vida de grupos, comunidades eindividuos.Junto a factores como elenaltecimientode la raigambreeuropea, la lengua castellana, la religióncatólica, el mestizaje y elterritorio,con sus posibilidadesestéticas y productivas,se consideróque otros factores también debíanentrar a hacer parte de la experien-cia de los ciudadanos para alentar la identidadnacional.Específica-

    Por las velas, el pan y el chocolate.EpifanioGara¡ ca. r87o. ColecciónMuseo Nacional de Colombia,Bogotá. [t]

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    il6 HISTORIADE LAVIDAPRIVADAENCOLOMBIA

    .ir li)rnt¿rciónde la nación atravesó)or un proceso de construcción' tlc dcfiniciónde los sujetos quer confbrrnaban. De acuerdo conI ¡rcnsamientode las élites, unaclicclc obstáculos desafiaban ester nl)(isito.y antes que cualquiert ro, Ias debilidades raciales yrs condiciones geográficas, que¡rtrconsideradas a su vez comorr it ac iones morales, impedíanrrirlc¡uierintento en este sentido.ttrtt ltttcampesino, Choachí.rlwaldWalhouse Mark, r846.olccciónBanco de la República,ogotri.[z]

    mente en el ámbitosocial, dos tareas que resultaron decisivas fueronel prdst'igio simbólicoreconocidoa determinadas formas famiriaresy la definiciónde algunos principiosde interés nacionalpropagadoscomo fundamentos de la educación, tanto en la sociarizu.i¿n ¿J-¿r-tica como en la pedagogía escolar. Estas labores, realizadas en laprivacidadde la casa y la escuera, permitiríana la sociedad hacer su-yos y reproducirvalores y formas de sentir, pensar y actuar y seguirorientaciones específicas para la vida.

    Impregnar de moralidad la experienciade la identidad nacionaly conseguir por medio de ella la civilizaciónfueron intencionesex-plícitasdel esfuerzo de formarlas identidades latinoamericanas através de la adopción de principiospara la vida. Con ello en men_te, las tareas de ordenar el territorioyla población de ras naciones{urlnteel siglo xrxgiraronen tornode üles valores como núcleode la identidad regional. Moralidady cívilizaciónse consideraronnecesarias para el progreso económicoy la proyecciónder espíritulatino mestizo y para conseguir que la culturá regionalse reconocie-ra internacionalmentecomo riberada de los lastres de inferioridadlegados por la experiencia colonial.El estigma impresopor el senti-mientode hacer parte del mundo civilizadopero ser recharado por éllo reconoció la élite en los cuerpos propios y en los de los habiüntesde las más diversas regiones del paíi. En los-pobladoresde los crimascálidos y húmedos. de las pranicies ilaneras. de las monlañas distan-tes de zonas urbanas y de las sabanas ardientes se señalaba reitera-damente la incapacidad para producir riquezas, experimentarel goce

    LAEDUCACIONDELCUERPO Y I,AVIIIA

    cstético y alcanzar una educación ilustrada;en fin,se les atribuía unabarbarie expresada en desidia, pereza, lujuria,desenfreno y suciedad.Estos atributos, asociados, bien con la constitución físicay moral, biencon el influjoen ellos de los procesos de colonizacióny mestizaje ode las condiciones climáticas, se interponían en el camino hacia lacivilización.

    Las propuestas para favorecer experiencias que permitieranfor-

    mar sentimientos, comportamientose interpretaciones vitalesa travésdel cuerpoy de sus expresiones evidencianel interésen modelar laculturay la identidad nacionalessegún principios políticose ideo-lógicos que remediaran los desequilibriosprovenientesde las defi-ciencias corporales. Las orientacionesdadas para la educación delcuerpo por miembros de grupos que gozaban de autoridad intelec-tual, políticay social debían corregirdeficiencias encontradas tantoen la élite comoen el pueblo en general, sin alterarsustancialmentelas diferencias sociales. Este protagonismo de la élite letrada en laconstrucción delorden socialrepublicanoy su injerenciaen la con-cepción dela formay el sentido de las experienciasde socializa-ción y educación pueden rastrearse hasta bien entrado el sigloxx.Laorientaciónde sus esfuerzos, lejos de limitarseal campo público dela letra para producir un ordenamiento simbólico,fue eficaz porqueconcibió el orden social enel cual se dispondría la experiencia dela población. Esta experiencia incluía forjar vínculosespecíficos yfuncionalesentre el cuerpo y la identidadsegún principiosrespetuo-sos del legado social colonial,que había concedido legitimidada uncomplejo conjunto de diferenciassociales, pero procurabaa la vezhacer homogéneas las culturas nacionaly latinoamericana.

    En los estados liberales, el ámbitoprivadoofrece la engañosaimagen de estar exento de intervencióny regulacióny, por tanto, deser natural. Ené1 se desarrollan las actividadesque se consideranpersonales, privadas y subjetivas. Sinembargo. y precisamente a tra-vés de los letrados,se introdujouna particularmanera de interven-ción que lleva tecnologiasde gobierno a la vida privada. A11í las aplicaparticularmentela madre. Con su esfuerzo y dedicación, ellaformaal, al ciudadano. Hay, en la conformaciónde la vidaprivada, una intencionalidadpolíticaque crea la ilusiónde libertadespecialmente en el desenvolvimiento de las actividades desarrolladasen el hogar al mando del ama de casa y bajo la tutela delpadre. Estasactividades, que materializanlas tecnologías de gobierno, las del go-bierno del hogar y de la educación de la familia,están reguladas porlas orientaciones de modos particulares del saber asociados a la vidaprivada:la economía doméstica,la urbanidad, la higiene y la pue-ricultura,entre otras. La producción de estos saberes, codificadosen folletos,manuales y tratados de uso en el hogar, estuvo a cargo,

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    VII)AI'ItIVADAEN COLOMBIA

    ,*.iliil:.:gloxrx y las primeras décadas del xx, precisamente, deLa marcada influenciade ros lelrados se prorongó hasta la décadade rg4o' De e'os hacían purt. -r.-ü.ár ¿"iuér,r;il;r"d";; ".-uaban como funcionar_lospúblicos,t o_U.",de letras, periodistasyrofesionales. En su caljdad d. "bú;;;, ing"nl"rorl;ñ;;.,.r-ecialmente, les infundieronun .u.í.r.. -o.al a sus conocimientos,y en sus diferentes c.arqos y ocupaciones buscaron orientar la

    educa-ciónnacionalen el.ámiitopr*uJo,"nir.o,ror. El peso de los letra_os humanistas en la concepción vi"uá*ini.traciónde la identidadnacionalmermó cuando ras ciencias.üur",se hicieron autónomasy sus especiaristas comenzaron a incidircon sus conocimientosenos actos de gobierno.Hasta entonc.r,ru g"rti¿n de la identidadna-ional se había encaminado por h, ;;;;rlue ellos tÍazarona travése formas de organizar ra experierrct"-u"ráo"ren ros preceptos de Iarbanidad, la pedagogía y ta'higierr..La propensión según la cua"lla élite imaginóy comenzó a go-ernar los Estados nácionales * "f,igf""rx_es deci¡ la que seerivaba de su propia situaciónro"iurl?.ronal-inrervinoactiva-ente al ejecutar proyectos y actos a" gáui"rno.Ni los mismos crio-los promotores

    de la independencia y E"io,prln.ipiosrepublicanosimpidieronque -ar derinear r"t.^É*¿l identidad nacionar v su-erir los recursos para realizartu.oíro rr*rr"qr"?ií"ü"'Tráiu,el cuerpo- la higiene, las formas;"ir;i;.de la vida reprodujeranmodos de discriminación.deOiu..rá, grrrpJs sociales. por cuenta deu propia disposicióna disringuirs.¿ f plr"Ufo

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    120 HISToRTA DELAvtDApRIVADAENcol-oMBrA

    I rr l rrrlrirfllcentendida comolrr ' .'l¡¡rrr,' rlc cducación dondeq¡. t' l,t,,rlrrr'iilrrlos idealesrlF ltilrlnrrt( i(inburguesalll.l,'ilr,,,rrrr,r icana: los valorest al,¡ll, ,r, llr;rrrltParejadosjunto a unat¡l ltrl¡ llr rrrlrsde urbanidad y delttF-' I llr'r"ll('s(lc carácter higiénicotllr,,,'rr.tr,lil¡il1el comp0rlamientOIhr ¡{l¡ rililr\rtlrrlrlde los sujetos.l l tir t:ilt,t,l' .tos( HilarioLópez.Alt"rtrr,,,'.t t85.t. Colecciónf,{tl¡r,,tl'r, r,,l¡rltlc Colombia"Bug',ra ¡ 1¡

    comg tal, sus prescripcionestienden todas a la conservacióndel or-den y de la buena armoní.a que deben reinar entre los hombres>2.

    Esta manera de entender la identidadtambién se caracterizó porno dar cabida a la manifestaciónde los principiosde individualidadpromovidos entre la alta burguesía europea, particularmente entrela ilustrada. Parala burguesía señorial colombiana,la vidaprivadano contenía un ámbitoparala expansión personal, la intimidad ylaexpresión de la subjetividadque paliara las exigencias impuestas

    enlos ámbitos públicoy productivo. Por el contrario,la vidaprivadase convirtióen el fundamento mismode la constricción personal.La forma de vida señorial fue una modalidadespecífica de la vidaprivada burguesa que se consolidóen Colombia yen otros países dela región y que se distinguióde esta por su sólido fundamentoen losprincipioscatólicosy porsu adhesión a una identidadhispanoame-ticana. Esto significaque sus exponentes estuvieron unidos por ladisposición a filtrarel proceso de democratizaciónde ia sociedad,imponiendoobstáculos morales y estéticos al ascenso de grupos queamenazaÍan su legitimidad ysuperioridad.

    La forma particularcomo la sociedad señorial se representó fuea través del continente; esto es, de la encarnación en el cuerpo deuna identidadque reducía la espontaneidad y prescribía la observa-ción de minuciosas normas sociales. Continentesugiere el conjuntode las actitudes y los movimientos corporales codificados como laexpresión más acabada de una educación del cuerpoque ha conse-guido naturalizardel todo el proceso de socializacióndel cual surge.El continente es un trasunto de la condiciónmoraldel individuo yexpone la percepciónsocial del cuerpo. Locomponen valores esté-ticos del mayoraprecio parala cultura señorial: gallardía, elegancianatural, ausencia de afectación, circunspecciónen el trato, despejoy decoro. En el afan de representar la civllización,esta identidadconstreñida promovióuna vida ;es decir, regulada por lasprivacionesque se le imponen a la persona, quien se ve moralmente

    estimulada a no expandirel fuero subjetivo como expresión supremade la conciencia en la condiciónhumana modcrna.Para 1898, cuando se acogió el nombre AméricaLatinapara de-

    signar una regióncon una identidadculturalespecífica, ya habíanfraguado los cimientos culturales del orden nacional. Alcambiar elsiglo,el cuerpo de los ciudadanos nacionales se había convertidoen un recurso activo para dar vida a los ideales nacionales y a losproyectos para el gobiernode la población.A los avances de la edu-cación del cuerpo logrados a través de la práctica de la urbanidad sesumaban los hábitos higiénicosque se habían venidopropagandoy los avances pedagógicos que estimulaban la educación física y elcuidado de los sentidos. Aliniciarse ei nuevo siglo, habíaechado raí-

    LAEDUCACIÓNDELL]UERPO Y I,AV II )A

    ces un ordenamientode nación que dividíael territorioen regionesclonde se concentraban tipos raciales que mostraban en su cuerpofbrtalezas y debilidades específicas. Lo que indicaba la condicióncorporaleia el aspecto más diciente de la esencia de la población,'racional, del pueblo. La fisonomía,la apariencia y el comportamien-to sirvieronpara interpretar \a capacidad productiva y orientarlospropósitosde una educación que pudiera transformar a una pobla-

    ción perezosa, indisciplinada,viciosa e improductiva.La educación

    ctel cuerpo debía modificarla inquietante situación de la poblaciónnacional, y su objetivoera que, en la privacidaddel hogar, la familiaadoptara hábitos de higieney urbanidad.

    irara forjarla identidad nacional, debían balancearse los principiosde la urbanidad con los hábitos higiénicosque gatantizaran la saludclel cuerpo, su fortalecimientomediante el ejerciciofísico y la edu-cación de los sentidos en la escuela. De esta manera, se estrechó elvínculoentre la educación del cuerpo en el hogar y |a educación delcuerpo en la escuela. Ambos componentes, uno regulado a través dela injerenciade textos de letrados en el ámbito privado,y otro públi-caminte,mediante leyes, decretos y programas de educación esco-lar, se convirtieronen pilares del progreso de la nación colombiana.

    La resistencia de diversos grupos a los esfuerzos de la éliteparaunificarla experienciayla identidad a través de la evangelizactín,la educación, el trabaio, la higiene y los proyectos de intervenciónsocial ha estado a la orden del día, y muchos se han caractettza-do por su beligeranciay eficacia.La persistente heterogeneidad delas identidades regionales se alza como prueba de ello. Con todo, alanalizar las relaciones entre la experiencia y la identidad no debeinterpretarse que los esfuerzos por desplegar y hacer realidad mo-delos ideales contenidos en las representaciones sociales confolmanun proceso que pueda darse por acabado o considerafse totalmenteefiiazyabarcador. precisamente porque la alteridades de suyo rea-cia a dlclinarsu diferencia, los esfuerzos por conseguir identidades

    nacionales y regionales homogéneas han persistido alo largo de1tiempo,y se han empleado múltiplesestrategias pata afianzarlas' . ,En este panorama se estableció, durante el siglo xIX,una relación

    particularentre la constitucióndel Estado nacional, la construcciónde una identidad nacional sensible a ciertas diferenciasy las expe-riencias corporales.Estas últimasse convirtieronen la oportunidadde exponer a grupos y a individuosa las situaciones capaces de forjardicha identidady de procurar un orden social en el que la identidady la representación confluyeranen el cuerpo y lo definierantambién

    "o*o,rnu característicaespecífica de la condiciónhumana moderna.

    un elemento antropológicoconstitutivodel proyecto modernoesla convicciónde que la identidadproviene,en buena medida, de un

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    124 HISToRIADE LA vrDApRtvADAENcoLoMBtA

    EI cuerpo, como depositario de lacivilización,debía ser exhibidodernanera que pusiese en evidenciasu carácter moral.Para ello, laurbanidad prescribía toda una seriede normas: la apariencia exterior,ontonces, era una reprgsentación dela naturaleza mo":al interior. Sofía,4rboledaMosquerctde Llrdaneta.liclipeSantiago Gutiérrez,ca. r873.('olccciónMuseo Nacional de( olornbia,Bogotá. [6]

    y.castizo de unidad de cuerpo y alma, que reforzaba la experien_cia ?noderna de subordinación de las poblaciones americanas, losletrados republicanos1o impursaroncon la miopíaproducidapor supropia posiciónde superioridadlocal y de subordinációnsimbálica yexistenciala unajerarquía cuyo control les era ajeno.

    La educación del continentey la experienciaprivadauno de los resultados del minuciosoproceso de educar er cuerpo

    fue una frontera que no por ambigua y cambiante ha perdido vigenóiacomo herramientapara desentrañar los procesos que han "onrtitui-o la vida privada. El cuerpo ofrece una singurar perspectiva de rarelaciónentre la sociedad y la vidaprivada.oi"nup".rp.ctivasurgeal reconocer en la condicióncorporal,más que una esencia biológiiauniversal, el resultado del esfuerzo culturalque la sociedad inviertéenel cuerpo. Así, el cuerpo humano, pese a su homogeneidad anatómicay fisiológica,es a la vez un sustrato simbólicoy un terreno de expe-riencia de peso sustantivo parula vidasocial.

    Diversos fenómenos pueden, por tanto, explorarse a través de lacondicióncorporal humana y del cuerpo como condiciónexistencialde la cultura. Los sentidos que se confierensocialmente ar cuerpo ya sus expresiones son dos de los más inquietantes. ¿Qué e, el "uerpbn relacióncon la condiciónhumana? Este vínculóinsinúa la com-pleja relación establecida a lo largo de varios siglos entre diversasformas de conocimiento-por ejemplo, la anatoña y la fisiología_y las maneras socialmente aceptadas de conducirla vida tenienáo encuenta el sexo, la edad, el oficioy la condiciónsocial de las personas.A la vez, los modos de presentarse socialmente las personas _suarreglo, su atuendo, sus gestos y sus movimientos-y su talante _laactitud, el comportamientoy el uso que hacen del espacio_ son unaexpresión a través de la cual se pueden comprendei los intrincadosvínculosentre la identidadindividualy la socieda d,. El protocolohispanoamericqno de la urbanidad y et buen tono de Tülioospinareconoce una

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    RIADELAVIDAPRIVADAENCOLOMBIA

    rica, este proceso absorbió los valores hidalgos, y en la urbanidadvino a e*ptesarse el principiode la diferenciaqrr"lu ""p"ri.n"iudecolonizaciónhabía inocurado para que la limpiezade sangre actuaracomo fundamento de la organización social:

    una señorita bien educada jamás revantará ra mirada sobre esosjóvenes [aquellosllamados decentes pero que en el templo inco_modan a las personas y se agolpan en

    la puerta para ver salir a lasmujeres], ni se dará por entendida de que existen: esta es ra únicamanera de obviarun poco el inconveniente que resulta de nuestramoderna democracia, en que se ven mezcladas todas las jerarquíassociales, vistiendo igualmente los cultos e incultos, lo, ,o"..*y lo,bien educadosT.

    Ni siquiera el vestido, pese a las múltiplesnormas para su usocontenidas en los manuales de urbanidad, llgrabahacer respetar lasdiferencias.El recurso para evitar relaciones inconvenientes era en-tonces el controlque pudiera ejercerse sobre las propias actraciorres.. La preocupaciónpor pre-servar la superiorida¿ sociat h .;;;;r_tía ospina' interesado

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    I AVII)APRIVADAEN COLOMB]A

    .)s y actos¿ts normasloróparteio de losLarrientoí¿ entoncesgulado, yto y espacio¡les con laa sujeto.Enel. ca. rgr5.rnal de

    mrentos regulados.

    ffn|:.s, l'::.:i::,:""'?-t::

    ll'l':dg .s1r a,. de ranrasía, rosados vll1::'*:,,:::yig,rá.,,",u".,ü, luiü"i,,ü.;lTJt.ili:::ilIl:::::;l:i^:'1',0":u-qo, los viajes, I" ;i";;;;;,';*iii:i ffi,lllqowur, rwrur.ls uc campo, los vtales, la asiespectáculos, así como

    "t"o-porá_i.nto,en barcos, trenes, hoteles,[ :,T;T:Tr .iT:^..?:.: t ipo de even,o,, "o,no-,",";;il;;;,",,?tr: j::T:ll;llo.'"'y funerare s, *d t",*;ffi;;T;d"il-

    na otra persona. [...]Hasta los r6 años no puede la señorita recibiren el salón de las visitas, aunque sí debe presentarse para ayudar asu madre a servirel té. A los r8 se la presenta en sociedad, lo cualse hace en las sociedades muy refinadas, en un baile dado para talefecto. [...]De allíen adelante tiene libertadpara tratar con losjó-venes en las reuniones sociales; pero evitando siempre el hablar conellos a solas, y sobre todo las entrevistas por las ventanas, máxime

    si son nocturnas,porque dondequieraque haya sanción social, ellas

    bastarán para echar por tierra su reputación.El pelar la pava es pri-vilegiode lacayos y maritornes; de majos y manolas.

    Con este grave juicioconcluye TulioOspinal2sus consideracionesilcerca delcomportamientode las jóvenes. Tal dictamen le sirve parastrbrayar ünavez más el rango social,que debe expresalse en todocomportamiento,y para recalcar que la grosería y la vulgaridadco-rlesponden a quienes ni siquiera alcanzanuna mediana educación.

    La urbanidad también erige una barrera infranqueable entre elc¿lmpo y la ciudad.Só1o los citadinospodrán ascender socialmente.Así, su filiacióncolonialy católica excluye a quienes no habitanenla oiudad: indígenas, negros y campesinos, estigmatizados por lost:riteriosestético-moralesde la civilidad.En rigor,ni se menciona-ban. El ca{npo sólo se nombra en los manuales de urbanidad como

    Le nouc,tctóNDELcuERPo Y LAvlDAPRIVADA t29

    En el salto del Tequendamt, tgtg.Archivorcvisfa Cromos,Bogotá. [9]

    La complejataxonomía de la urbanidad resulta de engranar va-ios órdenes sociales. por una prrr",;;;; la divisiónmoderna dcos sexos y de las edades: ..*.", lo, iñrlo,de señor y señora vcceder a la aduhez burguesa son ,os prin.ipuf.,oU;;;;ir"#ili;res y mujeres' Sin embárgo, r" p.oáJ." Jiu ,our".urgasimbóricaen las.mujeres, a quienes ie haci .".ponruit.,de representar conreeminencia las constriccionesqu. 1",i,,'fon"Ia vida señoriar yue las conminana cumpliru pi.irnriitu,irr'norru,de civilidady aacerse cargo de la reproducci¿n nt"rui¿.i,.¿", social. co-^ ^o",,,e esras normas, y en arención arorden ili; #ü':i;;T:rt"ll; quien le cabe la mar;#;;;."p"*;?iüffi.'i"ili*ii"ii#::::iii:#::ii:';

    A las señoritas exigen la sociedad, y su propia conveniencia,un porte excepcionalmenterecatado y discreto. [...]La frivolidailrevela falta de inteligencia; y la erceriua desenvoltura, espíritude-sordenado y mala eclucación. [...]Todas las reglas de Ia Urbanidadconsignadas en este trataclo obliganmás a las sáñoritas que a ningu-

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    VIDAPRIVADAEN COLOMI]IALAEDUCACIONDELCUERPO YLA VIDAPRIVADA

    un lugar al que se va d€ paseo. Hayvisitas en el campo, paseos alcampo y vestidos para ir á1,campo, pero no nuycampJs;;r;;"._sonas que, habitando en el campo, deban cumpiirnor_u, socialesespecíficas. Apenas se indica qré u"n casi todo el mundo existe entrelos campesinos Ia costumbre medioevar de saludar u tuu p..rorru,a.respeto, convidneadvertirque no se debe omitirnun.u"r .ni"r,",su benévolo saludo>I3.Carreño consigna, además, sobre la relaciónentre ricos y pobres, que

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    II'\ I'ItIVAI)AEN COLOMtsIA

    renovó para señalarles cualidades singulares a los difbrentes gruposraciales y étnicos y para ordenarlos evárutivamenteen el proyecto na-cional y mundial. I,a concepciónder entorno determinó los factoresgeográficos y crimáticosque incidían en er cuerpo y "oJi..nuuu,-'l desempeño de la persona.Alconsidera'r ar cuerpo algo cada vez más desvinculadodel en_tornosocial y más dependiente de factores biológicos_qr., ,i,mbargo, tenían influenciaen la moralidad individualy social_, la

    higiene y ia medicinaresponsabi rizaronal individuode su sarud y dealcanzar la dignidad de ciudadano "iu'iruoo.;"ilü;:;üJr",extos para la educación popular infantirdestacan el aseo por encimade otros asuntos:

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    \ \ t¡)'\I'tit\\t)AlN (,{)¡.()MlitALAEDUC]AC]IONDELCUERPO Y I-A VIDAI'I{IVAI)A

    su desarrollose arraigan de una forma específica es donde tambiéncl cuerpo alcanza un sentido primordialparala condiciónhumana.l)erivarde la constitucióndel cuerpo y de su educación las posibi-lidades de realizar las aptitudes humanas y canalizar a través de éllas posibilidades de modelar, modificary expresar la singularidadlrumanahan hecho que, a 1o largo de dos siglos, este se haya conver-licloen una de las facetas más provistas de facultades para afeclarla condiciónhumana, y que en su educación que se hayan invertidoingentes esfuerzos.

    El conjunto de recursos éticos vigente entre influyentesgrupossociaies durante los siglos xvlly xrxen los países hispanoamerica-rros giraba alrededor de los ideales de la hispanidad,el catolicismoy la higiene.Sus principiosconformaronel sustrato de la urbanidad,interesada ante todo en regular las acciones humanas para comunicarbenevolencia, atención y respetorT. La esencia de la identidadcivili-zada brotó, en Colombiay en América Latina, del complejoestéticorle rasgos de carácter propiosdel comportamientodel caballero y dela dama españoles, como la sencillez,el rigor,la franqueza. la aus-tcridady la dignidad. Estos valores están arraigados, a su turno, enlas virtudes católicas

    -humildad,generosidad, castidad, paciencia,

    tcrnplanza, caridad y diligencia-,las virtudes cardinales -pruden-ia, justicia, fortaleza y templanza-y las virtudes ideales de loscuerpos gloriosos -claridad,impasibilidad,sutileza y agilidad-.Por su parte, las virtudesestéticas, bien fueraque se emplearanpara juzgarel comportamiento,las maneras, el vestir o la conversa-

    l.l5rango, el cual es la expresión misma de su dignidad y se deriva, enprimerainstancia, de iricatego.íu, pe.o-también del sexo, la edad la ocupación' En aras de .s"tu i¿"nti¿ád,y pese a construirse un1"?ro :ntrl'nadoprivado, en él se restffinotabiementeel desarrollode la subjerividad;esto.es, de lo que poJri?nu"",d;;;; l;;;lnu ¿.a forma comopersonificasu i¿""ti'¿Jr"cial.De .i. r*i1,"qr" r,rbanidad se ocupe.d-ecomportari.nrá,qr"a primera vista podríarrparecer ajenos a su interés, por cuanto tienen lugar a soras. No sora-mente las obligacionesdd T:o personal, que se cumplen en priva-do, son fundamenrales; también io ,;;;i;.."glode las habitacionespropias y er cuidado del vestido, ya que la conducta en la privacidaddel hogar es el principio.mismo á" üil;"ra digna y decorosa. Enla privacidad,ademái de cumplir.ári

    "rtri"to,preceptos sobre elit".d.l 1t"*p9y. el mé_todo, la persona a"U"o"uiurr""j.,, p."il,nstrucción y de la moderaciónáe sus pasiones. Lá intenciónáe quela identidadsur.ia verdaderamente ¿. fráü't",q;;;;;;il;:"_te fachadas sociales sino con¡¿icclon., f-Oirposicionesencarnadasconvierte-elcumplimientode las no.rourlr,un indicadorde la buenacuna, de la limpieza de sangre, de un alto rango social que merecereconocimientoy respeto. La persona que, aun a solas e inciuso ensu vida más íntima.sigueestos pr"..p,orr" gana realmente un lugardestacado en la sociedad, pues;" ,ü.;;;d; ;;;;;*.","=r,disciplinarsu cuerpo, sus emocion". y ,r, actos. pero esta devociónimpidela verdadera.privacidad, pr", ir_ül¿n el cuidado personalque se practica en la intimidadestá orientado a su despliegu" ,o"iut.La urbanidad establece. que la personu no ," observe estando des_nuda' no se prodigue excesivbs t"iáu¿orlque cond"na por vanidos.sy atentatorios contra el buen uso del tiempo_.cuide tm pori.ion.r"qr.deben guardarse al descansar, esté atenta a las rabores de las que debeocuparse a solas, vere por el orden que debe reinar en ,u, tuuir".ior",

    llll-u- ur,vigilesu aspecto exterior aun cuando no tenga previstas reu_nlones y-especialmente ra mujer- emita con recato sus opinionespersonales para no herir a tercerós. En todos estos casos

    se restringenla privacidady ra intimidadindividualesy ,e constrine la creación deespacios y ámbitos verdaderame"t"p.iáJo, donde las ñ;r.,d".ersonaies y el fuero sub:.elivgpuedan explayarse. Estas posibilidadesparecen entorpecer el cuidadoso pro..ro dá construir una identidadmoralmente sólida.Desde luego, todas las sociedades tienen costumbres de aparien_cia, arreglo corporal, rimpieza,a"fl"ruy grucia de los movimientos.También se condenan en ellas cie¡tas uóri?iáu¿", y se estimulan lasque se consideran formativasy edificantes.Sin eÁbarg",;liñ;'"J;l ordenamientode estas y otras cualidades corporales cobra deter_minados sentidos y donde la.o.p..nriJn-á"iu nutu.ureza humana v .r: . - .;.:,, -.:._' :.r:.:i-: ,;r:;\::::,.i;1:. . . . , . :-:ra:::: ai,.... -i ,.r-i, ,;:,

    L,as poscs y cotrposturasescondenun repeltolioitleológicoarlplio:setrata de la construcción dc uu idealcield¿bcr ser, e¡t cuvo tr¿rslondo seeilcucntran la eclur:aciónmoral y lahrgiene. Estos eler¡cntos aparccencnLrncildos\'n Iüs rentcse ntliciolt.sque sc lricierondc las élitcs.A4t:del ín.Huhituntes tle lu t'u¡titctl.Hcnry Pricc,r85u. (iorriisiónC ulográlicl.( olecciiltliilrjiotcr'ltNacional dcColombi¿r. Bogotá. f rzl

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    I.AVIDAPRIVADA ENCOLOMBIA

    ción, provenían de la retórica clásica: rlecorum,puritas, perspicuitaiy ornatu's' Hacia finalebder sigloxrx, los atributosáé r, iriÁi.".,ponderados por los avanc-es cieniíficosque los crearon y fundados enel aseo y la disciplina,así como en el ejérciciode virtuáes U"rg*rá,como el.orden y la temperancia o de réformulaciones¿" rur .?n.io.nadas virtudbsretóricas y catóricas, se entretejieronpara ""rrii,"l,l fundamento de las experiencias propuestas para encarnar la iden.tidad' sobresale también el hechoie que ra higiene estima,"i"r.,emanados de diversos cánones: rapure)ay la craridad turrto"oÁoiaprudencia, el método y la moderación.Las expresiones concretas deestas cualidades se modificanconstantemente y ello ras hac" her.á.mientas predilectas para construir y perpetuar sistemas de dird;;i;;que hacen efectiva la reproducci¿n-simuotica de la diferencia,;;;los principalesresultados de la educación señorial del cuerpo.Atenta a las diferenciasde >r8, ra urbanidad crea el hábito á" ."rp"iu,las convenciones sociales. psto r. t.uJu""";;,#':"J""1;fl:tff etiqueta, lo cual no se agota en conocer los preceptos: impulsa lale, tanto en lasacciones como en las palabras. seguir tor pr.."fiorá. i"rri"ri¿lopermiteque

    el continente -el conjunto d" sus a"iitua",y -ouiÁi.n-os20, engranados por la virtud_é-un. del cuerpo. En la medida enque la doctrinacristiana entiende que el cuerpo y el arma rearizanel mundo materialy el mundo espiiitualque se conjugan en la na_furaleza humana, el continentedel cuerpo ui"n"u r"n"lu.lu";lt;;syirltuf_v de ninguna manera una dualidad qu"pu"au a";ñ;i;falsedad. La contenciónemocionalque es el fundamento¿"i "ontiente_hace del cuerpo una entidad,.giOu por los preceptos á" f",lá,social' Es este er cuerpo que educa la viáa señoiial y que estableceuna paradoja en relacibn con la vida pri"ud;.Lejos de encontrar enla intimidady en el recogimiento unu o"uriánpara laexpansión delas pasiones, las emocionés y el placer de la propia existencia, f""iJ,rivada transcurre en habitaciones, con pa.ronuay en circunstanciasdonde el continenteexpresa la identidad'señorial.

    r.n n.or-rc¡crórv DELcu¡Rpo y LAvrDApRrvADA13'/

    Aunen las actividades máscotidianas e íntimas.el individuose comporta de acuerdo con todauna serie de requerimientos quele exigen la contenciónde suspasiones, deseos y relaciones con slotro. Discursode Olaya Herrera,1916. Archivorevisfa Cromos,Bogotá. [t3]

    Airedel semblante y actitudy compostura del cuerpo: el conti_nente muestra una elevada gravedad en las accion",y iu,ú;;;,compañada de gracia y genfileza,ycomunicacon naturalidad, sen-clllezy plenitudde dominioel detoro y la dignidadindividuales.Nien familiani en la amistad es admísible que las relaciones seexplayen sin control'El señor y la señora personificanel continentey actuan según los deberes morales que este invoca.c;;;;*;armonía, metódicamente, cumplen susteberes para consigo mismosy las obligacionessociales. Esta contencióniniluyeq,r. íu p"r*";no disguste a nadie pero esté dispuesta a tolerar caprichos y debili_

    tlades ajenos, sacrifique sus propios gustos y comodidades, en arastle ser atenta, afable y complaciente,muestre siempre limpiezayr:ornpostura en su aspecto, de tal formaque goce de la estimaciónrr jena y tenga un sentido de lo que es apropiado a cada circunstancial)ara actuar como corresponde. La persona que adquiere verdaderasnlaneras civilestras estudiar y aplicar las reglas de urbanidadnosolamente podrá segurr la etiqueta; también estará preparada pararrfiontartodas las situaciones de la viday obtener el beneplácitodelos demás. Su tenor anímicose expresa en 2l. Preci-

    samente allí se instala la contención.En la vidaprivada señorial, eli ndividuono encuentra en las profundidadesde su ser y de sus pasio-nes su verdadera naturaleza.En tal expansión no puede fundarse lanación. Porel contrario, ella, en la incontinencia,puede perderse enla pasión y en los afectos del ánimo hasta desviarse de los propósitosde la civilización.

    La repeticiónsin reservas de las experiencias cotidianas las vacíarle su contenido ideológicoy las hace parecer ajenas a los procesossociales y a los esfuerzos culturalesmediante los cuales cobraronf uerza formasde vida específicas. De la experiencia diaria, de lasuma de hechos minúsculosque ocupan los minutos con actividadesrr menudo imperceptiblese indistinguibles,emerge una retórica de

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    IADI]LAVID,.\PRIVADAEN COLOMBIA LAEDUCACIÓNDI]LCUb'RPO Y LAVIDAPITIVAI)A

    la autenticidad que es, en apariencia,ajena a toda formade reprcsentación. El conjuritode actividadesy experienciasque procllralesta sensación de naturalidad, aquello que consigue la educación clcrlcuerpo, indica que la relación entre la experiencia sensorial e in,mediata y las prescripcionesde los ideales abstractos no es polar yjerárquica,que la una no antecede a las otras y que comprender lirconstrucción de las formas de la vidaprivada requiere comprenclcl.su engrana.je.

    En el caso particularde las formas de vidapropias de la civili-zación señorial, estos dos elementos el entendimientodel cuerp()humano y las normas para presentarse y desenvolverse socialmen-te- cobraron un sentido específicoen lo que se denomina . Allíconflr"ríanlos asuntos cotidianosque debían ocupar lirvida de las personas y allí se reproducían las ideas y las formas clccomprender y de hacer. En el día a día cobraron vida las mentalida-des y los imaginariosy se mostró el transcurrirsocial en los detallesque hacían más o menos efectivoslas permanencias, los cambios rrlas revoluciones.En el tejido de los minutos y los días en habitacio-nes, plazas, escuelas y salones, las sociedades debían adoptar formascaracterísticas de hacer las cosas, y las actividades se mostrabancomo realidades encarnadas. Las acciones que componían estas for-mas de vida fueronel cimientode la experienciade la vida privada.La regulación de tales experiencias fue precisamente la tarea quctuvo la urbanidad, ypara ello recurrió a los tres pilares de ia conduc-ta en civilidad:el aseo, el método y ia conducta.

    El aseo garantiza un atractivoirresistible,anuncia las cualidadespersonales y contribuye de manera poderosa a conservar la salud.Es la base del trato con otras personas. Además de mostrarse en lapersona, su cuerpo y su vestido, debe tan-rbién ser una cualidad delas habitaciones. Los pilares del aseo son el orden y la exactitudconque se lleven las diversas actividades de la vida y la práctica de cos-tumbres higiénicas,que ya a comienzos del siglo rrx habían pasadoa considerarse lrábitos imprescindiblesde la vida civilizada.Para concJucirse de fbrma apropiada deben distinguirse el rangocle las personas y las nonuas que rigen su trato en diversos lugares ycircunstanciasy seguirse ios preceptos del método.La ausencia demétodo causa desorden y es el origen ctre que tanto los pensamientosy las actividadescomo las habitaciones y la conducta en general, aligLlal quelos negocios y la economía, se vean seriamente alectados.Ninguna habitaciónestá exenta cle la necesidad de que el orden y lalimpiezaimperen en ella, y ninguna circunstancia públicao privadapuede considerarse apropiada si no se realiza nietódicanrente o si nose aclquiere lacostLrmbre cle hacer buen uso del tiempoen todas lasactividades personales y domésticas.

    Por írltimo,10s modos de conducirse en diversas ocasiones son la¡rr incipalpreocupaciónde la r-rrbanidad. Sus preceptos incluyen las, ,,nductas que dében tenerse a 1o largo del día y en las más variadas0casiones. Desde el acto de levantarse hasta el de acostarse y el com-portamientodurante el sueño obedecen a normas establecidas en los,',anuales de urbanidad. Allíse muestra el alcance de la educación,lclcuerpo, que en ningún momento pertnite actos incivileso vulga-r cs. Asimismo,se identificandiversos ámbitos en los cuales las rela-, iones interpersonales deben guiarse por regulaciones puntuales' La,lignidady él d.ro.ode 1a persona educada deben hacerse evidentes,.r-el trató con todo tipo de personas y en todo lugar. El vestido y el:rlreglo,el saludo y las gesticulaciones deben ajustarse a las conY:n-,. ionés de rango, sexo, edad y oficio.Merecen atención especial lasrrclicacionesi."t"ude las conversaciones y los modales en la mesa,,.jcs de la vida social, pues en ambos casos se muestra la verdaderar trturaleza del continente:

    Nacla hay que revele más claramente la educación de una perso-na que su conversación:e1 tono y las inflexionesde la voz' la manera

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    I '\ \'ll)Al,titV¡\D.AEN COLOMBIALAEDUCACIÓNDF,L CUERPO Y LAVIDAPRIVADAI4I

    riencias educativas y se consideren inconvenientes,especiarme'r(rpafa quienes son más proclivesa la debilida¿"runi-i.ui,"'io*,¡.t-enes, mujeres o personas rústicas e incultas. ocuparse en lectur¿rs,pensamientos propios. correspondenciao conversaciones que puc-dan despertar tales afectos son actividaá.s pror".itas.En privado scrdeben ocupdr el tiempo y el espacio en asuntos que no inquieten clespírit'' La codificaciónde las iur"u,qn" se realizan a soras contenr-pla inclusoel tipode pensamientos en los cuales interesarse.Solamente los hombres qLreostentalr posiciones priuli"giuO",g"_zan de la privacidad,como ocasión para la expansión subjetiva.Dcahí que sean los hombres curtos y u**á¿u¿o,quienes tienen ra ga-rantía de un espacio,privado, el despacho

    " "l"rr"¿i",;;;;;r;;:r,sus inquietudes intelectuales y emócionales. Allípueden l"J,ñ;;.,n diario,sostenerr a ga,an t i a d ; il ; : ",Hfü]"..aí.::Ti:: ilj;,:.1,1ll,i#,l,illlendir cuentas sobre el us.9 de 9se tL,rpo.ouaáo a ta p.oau.tiíiJ"¿.El salón que José Asunc_iónSilva p.esenru .n ,u novela De sobre_nlesa es un lugar donde los hombres se ocupan de los sentimient.sacerca.de sus propias vidas, cle sus pasiones y de sus deseos íntimos.Pero ellos sólo pueclen hacerse ,.uiidod

    "nia literatr;;.-p;;';;,,te' Eduardo

    zarameaBorda se permite, en L'ucrfroaños ct bortrodamí mismo,laposibilidad cte escapar

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    VII)APRIVADAEN COLOMBIALAL]DUCACIONDILCUERPO Y t-AVIDAPRIVADA

    y el sinsentido del aprendiz"aje.Erdesasosiego que produce todo estodebe aplacarse. La segunda faceta que le da un r"ntidoparticuiarala educación corporal es ra propia asignatura. La clase dé educaciónfísica es la oportunidad de moverse sógún patrones de ritmo,esfuer-zo, sentido de coniuntoy armonia de forma individualo en equipo.Estos principlosbásicos son congruentes con otras experiencias dermovimientoque pueden tener los niños en otros ámbitos sociales,y, especialmente, con las que tendrán en su calidad de trabajadoresal llegara la juventud y a la adultez. Adquirireste patrón rítmicoreservirá al trabajadorde la fábrica, al empreado y al

    -funcionario.

    Las nociones de movimientoque experimentan los niños en Iaescuela sirven tambiénpara instilaren erios una sensibiridad especí-ficarelativaal grupo social al que pertenecen, a los posibles oñciosque podríanocuparlos en el futuroy al sexo. Estos principiosdelorden social deternrinan que niñas y niños rearicen iierto'tipodemovimientosy que su experiencia de movimientocolectivo."u o nola de un grupo. En los deportes de equipo, cada uno desempeña unpapel acorde con sus habilidadespersonares y en funcióndé un ob-jetivocolectivo,mientras que el trabajo armónico en las evolucionesmilitares y gimnásticasrepetidas ar unísono responde a necesidadesmecánicas ajenas a las personas.La educación física también regula la experiencia de las capa-cidades y limitacionespropias. La idea de ta intrabilidadfemeninaderivada cle una anatomía y una fisiologíafrágires y necesitadas decuidado se convierteen la sensación de incapaiidadde rearizar cier-to tipode movimientosque se les imponenén ra clase de educaciónfísica a las niñas. Alexcruirde elra ló que se considera rudo, comosaltar, correq competir,hacer piruetas o golpea¡ para restringirsusmovimientosa los de tono musculararmónióo,sllave y rítmico,sur_ge una estética. En el caso de los niños, inhibirlosdá realizar mo-vimientosy de tener cuaiquier contacto físicoque noesté teñido de rudeza formauna interprelaciónsensible que teiminapor afectar la comprensión

    corporal de ra propia identidad ,"^uulIdel tipo de relaciones que pueden establecerse corporalmente conmiembrosde uno u otro sexo,Así,en la escuela, la educación corporalpara afianzar la identi_

    dad proporcionaunas interpretacion.rérp".ífi"asen relacióncon elsentido de las emociones y los movimientospropios. Eilas refuerzanlos principiosdel orden social y también tá disposiciO, " ;;;i;;tareas según una estructuración compartiday homogénea del tiÉm-po, uno de los fundamentos de la cohesión nacional burocrática yproductiva.

    El cuerpo desbordado: expresióncorporaly auto estllización

    Durante el siglo xrxy las primeras décadas del xx, la urbanidadsc difundióampliamente en textos escolares y manuales e hizopartetlc las enseñanzas escolares y de la educación de niños yjóvenesencl día a día. Con ella, la formacióndel

    individuose

    forjómedianterrna educación del cuerpo para encarnar la identidadseñorial. Enrrn mundo orientado, por una parte, a formargrupos sociales que¡rromovieranel progreso económico y moral según principiosdecivilización,pero también en medio de incipientes peroconstantesl)rocesos de democratización,ampliaciónde la educación formalyoportunidades de movilidadsocial, así como de consolidaciónna-cional,el esfuerzo de forjaridentidades arraigadas en formasco-lrectas de comportamientosupuso una gran inversiónemocionaly simbólica. Estos esfuerzos, encaminados a la actuación social y¡rroductivade los individuoscomo miembros de una nación y degrupos específicos, coartaron las actividadesque podrían estimularla formaciónsubjetiva.

    La vida privada señorial ofiece a las personas una forma particularcle autoexperimentarse y de entender las relaciones interpersonales.Illproceso de educación corporal mediante el cual se encarna esteconjunto de sentirnientos acerca de lo conveniente o inconveniente de

    La vida privadaseñorial olrece alas personas una firrmaparticuiarde expenmentarse y entendcrlas relaciollcs intcrpersonales.Elproceso de educación corporalmediante el cual se encarna esteconjunlodc scntimientos acercade lo cottven ienle o irtctrnrcrricntede deter'¡r i tted,)i cornpurlilnl ienlossurge clel continente, un ámbito deprofundo contenido emocionalquese expresa en los scntimientos depLrJor.rergiierrze ¡ r'epugnancil.Srtngre y are nú en llogotá,rt¡t8.Archivorevista Cro¡ro.r, Bogotá.Ir-s]

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    iIISfORIADE 1-AVIDAPRIVADAEN COLOMT]IA

    determinados comportamientos surge del continente,un ámbito clcprofundó contenidoemocionalque se expresa en los sentimientos dcpudor, vergüenza y repugnancia. El continente es la formaparticular.de una corporalidad que revela el sentido del individuoen la socic-dad. En la medida en que impere como sentimientoque identificaloslímitesentre lo correcto y lo incorrecto, ei pudor inhibetambién l¿rexpansión subjetiva.El rubor, la incomodidady el sentido de lo tn-oportuno o de Io inadecuado expresan emociones que fuerzan al in-dividuoa mantener su actuación dentro de los límites del continentc.

    El pudor es un fuerte sentimientoque, en la vida señorial, habitirinclusoen la intimidady en la soledad. Así,la nociónde intimi-dad, el ámbitomás alejado de la actividad públicaque la urbanidadseñorial delinea en el país, no es propicraparael desarrollo de lusubjetividad,pues tampoco allí tiene el indlviduola posibilidadclcemplearse en sí mismo, librede las molduras del continente.La ex-periencia de sí mismoque pennite la urbanidad es contenida polnormas de comportamientoque el pudor salvaguarda.

    A medida que aumentaban las oportunidades de gozar de una ver-dadera privacidade intimidad,su contenido tendió a hacerse púrblico.Exponer los sentimientos,hablar de sí mismo, compartirlas emo-ciones en circunstancias otrora impensables y fratffpúblicamentcasuntos privados señalan transformacionesque tienden a reveiar elcontenido emocional de las experiencias privadas y a encontrar valo-res positivosen ellas. Se ha hecho ambivalente el carácter del cuerpiren relacióncon estos cambios, pues en la actualidad el cuerpo tarn-bién expresa públicamente componentes de la intimidad yla subjeti-

    L,qgouc,\ctÓNDELcuERPo Y l-AVll)¡\l'ltl

    r.iclad. No solamente el vestido y el arreglo permitenque prendas másirrtimasy más partes del cuerpo se expongan socialmente, sino quer:rtnbiénla experiencia para componer el repertorioemocionales en:;i rnisma un éscenario en el que participan diversos agentes socialesv sobre el cual se pueden encontrar en competencia los más disímiles¡rricios.

    El conocimientode sí mismoque podía adquirirel individuomo-rlornoen la sociedad señorial estaba atravesado por el pudor inclusot.0specto de sí mismo, de sus experiencias inmediatas, de sus sen-,,,.lot",y emociones. La relación afectiva sin otro propósitoquet.tlmpartirexperiencias, sentimientos e ideas se podía establecer con

    ',rnistades,cón familiaresy con personas cercanas' Pero esta rela-

    ción estaba obligadaa respetar el pudor en relación con los propiosscntimientos y opiniones.Sólo más tarde se promovieronrelacionest:onsigo mismo, que se cultivaban como actividadfundamental en,,n se-ntido de privacidadque buscaba darle profundidada la vidainclividual,no ya con base en el acatamiento de normas sociales querlieranpie a una identidad social, sino como principiode autentici-tlad, dqnaturalidad, como herencia del romanticismo,que buscó ex-

    ¡rclner la verdad interna de cada individuo.La lealtad a este principio

    ., lo que, a mediados del sigloxx, permite que la intimidaddeje decstar constituida o marcada por fronteras físicas, arquitectónicasocorporales, para pasar a ser una forma de experimentarse a sí mismo¡r de sostener relaciones con los demás.

    En la medida en que expandir la actividad de la subjetividadestrna tarea para más individuosy grupos' su desenvolvimientono selimitaa lai activi

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    tIADE I,AVIDAPRIVADAEN COLOMBIA I,AF,DUCACIÓNDELCUb'RPOY LAVIDAPRIVAI)A

    (lc la persona termine por coartar la consolidaciónde la subjetividadl..,,,ro-r,ámbitode verdadera acción para el individuoal convertirlo(.rr un consumidorahogado por la necesidad de produciruna autenli-t idad que el mismomercado impidereconocer' Por su parte, el pudorcontinrlamerodeando en tornoal cuerpo, pero en la medida en que('ste no se ajuste a los cánones de la salud y la belleza' El consumorlcproductos y servicios estéticos en Colombiamuestra que la edu-,,,,.¡ór, del cuérpo incluye,en la actualidad, su transiormaciónya not:n continent.,ino "r. superficie y experiencia estética

    que traduzcanlt identidad y la condiciónsocial.

    En la construcción de la identidad del carácter señorial moder-rr0 se invirtióun enorme esfuerzo culturalpara que el continenteL:xpresarala coherencia entre la persona y la sociedad' Como logroprincipalde la acciónde la urbanidad,el continente debía procuraria estáUitidad individualy ser entonces un pilar de la continuidadsocial. Un continenteestable resultaba de haberse delimitadolas po-sibilidades de acción de la persona tanto en su imaginacióncomo ensu comportamientovisible.La sociedad señorial de la segunda mo-tlernidad celebraba la estabilidady la coherencia. Estas cualidadesIrallaronsu máximaexpresión en la vidaadulta: en el hombre y en la mujei.En este modelo de estabilidadsocial son fundamentales las múltiplesreglas de comportamientocllieorganizan el uso colectivo del tiempoy del espacio' Su racio-rializacióny la coordinaciónde las funcionesde diferentes personascn el tiempo y el espacio son precisamente los principiosque debenconvertirse en e^periencias concretas a través de la educación delouerpo. Con ella, y en la formacomo concibe el continente, se perfilaun yt ideal con una gran capacidad de renuncia y una fuerte volun-tad de postergación.

    nt in¿ivi¿iroque tiene vida privada está ligadoa los derechos libe-rales, a las fbrmas de gobierno de los Estados nacionales modernos ya las características que deben tener las personas en regímenes en los

    c¡ue la identidad personal es el contenidomás denso delindividuo.

    óesde mediados del siglo xx, diversos factores sociales estimularoncn Colombiael impulso de la subjetividadque el modernismohabíalegado para colonizarla identid ad. La auscultación de los propios*""nti*ilntosse convirtiópaulatinamente en un elemento interiorypasó incluso a ser estimuladopor agentes externos al individuo.Lasocializaciónde la experiencia, especialmente de la interior'se haexpandidohasta habei hecho de la vidacotidiana, a comienzosdelsiglo xxr, una experiencia primordialmenteestética'

    Laeducacióncorporalquehaproducidoestatransformaciónhaestado marcada po, 1a uuunrada psicológica sobre el mundo emo-cionai.Los prinóipiosde movimiento,expresión estética y uso de

    t.l I

    Las experiencias más recientes que rodean el crecimiento y clproceso de socialización de los niños.conjugan de formas ¿iueíruslos principiosmodernos con expresiones qüe intentan liberaral cucr_po de las constriccionesder continente. por ello,han p..oiáo i-fontancia los principiosde la urbanidad que surgen del pudor. A cambiu,este sentimientoha tendido a fortalecerseen reracián .on tu t rgi.n.y la belleza. El tránsito de la privacidadconstreñida de la vida seño-riala la estilizacióncontemporánea requiere tambiénuna educació,del cuerpo en la cual la sensibilidadhacia las propias .;p;;;;lr_no debe ya traducirse en meros actos conformescor er orden socialque inhibanlos brotes de personaridad. por el contrario,en ra medi-da en que la personalidad constituyeuna de las primeras facetas dcla tarea de foryar la subjetividaden lugar del carácter, arimirmolacorporalidad se orienta crecientemente a ser una vía para ampliar erespectro de las experiencias sensibres y para traducirlasa través de raforma del cuerpo, de su movimientoy áe su arreglo.La estilización

    es xn proceso que reclama acciones de monitoreo tan permanentesy detalladas como las de la urbanidad, pero encaminadas a la crea_ción de un mundo de experiencias propias que se reflejen también enmaneras individualesa través de la personalidad.La é"p."ri*á" roidentidadque brota así no se conformacon un motrelo único de pre-sentarse y relacionarse en el mundo social; más bien está relacionadacon principiosde flexibilidad,transformaciónconstante u.onrr*oy tiene un costo emocionalque no significacontencián ;¡.;;;;i;"una constante creación y exposiciónde autenticidady sensibilidacremocionales. Tal es el mundo de experiencias propio áe los jóvenes,derrotero de la individualidadcontemporánea que se expresa en lamúsica. el baile. los movimientossociares y ra crecienr. r.riniru-ción de la identidadsocial.

    Las experiencias corporales y las formas de educación dei cuerpoque promueve la actividadsubjetiva se iniciantempranamente. Inclu_yen un amplioespectro de formas de movimientoque no intentan res-tringirel comportamientofísico de los niños. El juégo y ra creativiáadalientan la expresión de la propia sensibilidad, la coistiuccio,J" "fi-:ion::individualesy una permanente atención a los alecros p"rronu_les. El contacto físicoy la expresión verbal de las emocion.,,or, ,nuconstante de los procesos de socialización, y se alienta al individuoaexponer sus sentimientosy sus puntos de vista desde la infancia. Tam_bién han perdidolegitimidadsociar los castigos físicos y la autoridadque se ejerce sobre la sola base del rango, el ,=.ro o la edad.

    ¿,cuál es el límitedel cuerpo cuando la intimidadno es una facetaestrictamente privada? Esta parece ser una cuestión compleja y .uJuvez más vinculada con aspectos emocionales de la p"rsonu. E, p"rible que un exceso de exposición emocionalo la crecient."rpori.ián

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    148 HrsroRtADE LAvIDApRIVADAEN coLoMBtA

    los sentidos han tendido a convertirseen canales para el amiénto, la expresión de las inquietudes subjetivas y la reivindicacide los derechos individuales.Así, el cuerpo no es hoy un diqueu4rsb. ^¡1, El uu€rljuIru es noy un olqugcontención;es una entidad maleable y cambiante como la individlidadcontemporánea, un canal para expresar las necesidades subivas que fundamentan las relaciones interpersonales. El cuerpo esámbitoemocional,estético y energético permeable y versátil queconstriñe las posibilidades individualesni estabiliza las difesociales. Más bien, estiliza la experiencia de sí mismo yes elparala experienciade la subjetividad.

    Notas

    r ManuelAntonioCarreño , Manual cle urbanitlad y de buenas maneros [rg53], Bogotó,Panamericana. rgg7. cap. r. $:5.: lbid.. g.z.

    3 Tulioospina vásqtez, Protocolohíspanoamericano cle Ia urbanidart y er buen tono,Me.dellín, Bedout,t9r7,p. N.

    4 lbíd..p. r .5 Ibíd.,p. z.6 L. MilcíadesChaves,Elementos de educación, ó sea moralitlad,higiene, urbanidad,Bo"

    gotá, Imprenta de El Heraldo,r896,

    p.4o.7 Soledad Acosta de Samper, >, La mujer. Lecturaspa ra las ;faml-

    [II.DecirColornbia

    8oIOIII2r3r4r.5

    /ias, 4, r88o, p. 87.Ospina, op. cit., p. zzrIbíd.,pp. zzr-zzz.Ibíd.,p. vr.Ibíd.,p. rv.Ibíd.,pp. rz-13.Ibíd.,p. 136.Carreño, op. cit.,cap. vr, 939-942.Pablo García Medina,Tratado elemental de higiene y nociones tre.f.siorogíapara la ense-ñanza de estas materias en las escuelas y colegios de Colomb¿d,Bogotáalmprentade , ryo.I,pp.r-2.16 Chaves, op. cit., p.4o.

    l7 Carreño. op. cit.. cap. r. $t.r8 Ibíd.,g20.r9 Ibíd., {33.zo José Santos Montañés

    [r9zz],Culnra social,Bogotá, Santafé, 196o, p.9..zl Carreño. op. cir.. cap. t. ¡7.zz lbid.,cap. 5, gz.z3 Ibíd.,cap.4, $4.z4 Eduardo zalamea Borda,Cuatro añt¡s a bordo de mí mismo.Diariode k¡s cinco sentidos.Bogotá, Santafé, 1934, p. 4j6.

    z-5 césar LlribePiedrahíta, Toá. Narraciones de caucherías, Buenos Aires,Espasa-calpe,t945.