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DOGMACERO Número 2 | Marzo-Abril 2013 HORIZONTE ALTERNATIVO Graham Hancock Misteriosos extranjeros: Nuevos hallazgos sobre los primeros americanos Jan Peter de Jong Los descubrimientos de Alfredo Gamarra: la Humanidad nació en Perú Eduard Pi Entrevista a Robert Bauval  Antonio T agliatti Cáncer: hacia un nuevo concepto de salud y enfermedad También en este número: “Iconograía del Antiguo Astronauta: Nueva propuesta de interpretación.” por Xavier Bartlett. “Abducciones ¿Se- cuestrados por extraterrestres?” por David Alvarez

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  • DOGMACERO Nmero 2 | Marzo-Abril 2013HORIZONTE ALTERNATIVO

    Graham Hancock

    Misteriosos extranjeros:Nuevos hallazgos sobre los primeros americanos

    Jan Peter de Jong

    Los descubrimientos de Alfredo Gamarra: la Humanidad naci en Per

    Eduard Pi

    Entrevista a Robert Bauval

    Antonio Tagliatti

    Cncer: hacia un nuevo concepto de salud y enfermedad

    Tambin en este nmero: Iconografa del Antiguo Astronauta: Nueva propuesta de interpretacin. por Xavier Bartlett. Abducciones Se-

    cuestrados por extraterrestres?por David Alvarez

  • DogmaCeroPublicacin bimensual

    NMERO 2 MARZO-ABRIL 2013

    EDITORDavid lvarez

    EDITOR ADJUNTOXavier Bartlett

    REDACCINDaniel CrosEduard PiArtur Sala

    COLABORADORESRobert BauvalAndrew CollinsPhilip CoppensScott Creighton

    Graham HancockJan Peter de Jong

    Laird Scranton

    CORRESPONSALESScott Corrales (U.S.A.)

    Raul Nuez II.EE. (Chile)CEFORA (Argentina)

    [email protected]

    DOGMACERO es una publicacin independiente, editada sin nimo de lucro y que se distribuye bajo licencia Creative Commons 3.0 que autoriza la copia, reproduccin y distribucin del texto bajo estas clusulas: no se permite un uso comercial del texto, se ha de citar el autor y la fuente orignal y no se pueden hacer obras derivadas del texto.

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    Contenido

    Graham HancockMisteriosos extranjeros:Nuevos hallazgos sobre losprimeros americanosXavier Bartlett

    Iconografa del antiguoastronauta: Nueva propuesta de interpretacinJan Peter de JongLos descubrimientos de Alfredo Gamarra: la Humanidad naci en Per

    Eduard PiEntrevista a Robert Bauval: Existi en Egipto una civilizacin miles de aos antes de la era faranica.David AlvarezAbducciones Secuestrados por extraterrestres?

    Antonio TagliattiCncer: hacia un nuevo concepto de enfermedad

    PortadaEditorialMachu Picchu, Per (Foto Xavier Bartlett)

    Libros:La Serpiente Celeste de John Anthony West

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    34 1428 4052 72

  • Desde Dogmacero intentamos ofrecer una visin alternativa de la historia y la sociedad, tanto antigua como contempornea. La direccin de Dogmacero no se identifica necesariamente ni con el contenido de los artculos publicados ni con la opinin vertida en ellos por sus autores.

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    DC-3EditorialMuchas culturas y civilizaciones de la Antigedad desaparecieron de forma tan completa que hasta hace poco se ignoraba totalmente su existencia y algunas eran recordadas slo a travs de tradiciones y leyendas, a veces increbles, que mezclaban sucesos fantsticos y hazaas legendarias.Estas palabras fueron escritas por la Doctora en Historia y profesora titular de la Universidad

    Nacional de Educacin a Distancia (UNED) en Madrid, Espaa, Ana Mara Vzquez Hoys, en su completo y brillante estudio Historia Antigua Universal, que sirve de manual obligado en diversas universidades espaolas. Esta afirmacin es un reconocimiento explcito de que la Historia, lejos de ser un corpus esttico, es algo vivo, que evoluciona con el conocimiento que vamos asumiendo de nuestro remoto pasado y que con demasiada frecuencia choca con fuertes resistencias del mundo acadmico, enrocado en la defensa de posturas difcilmente defendibles a la luz de las nuevas aportaciones. Para muchos especialistas, est claro que los dogmas en que se asienta la Historia de nuestra civilizacin, deben ser derribados y que el actual paradigma precisa de una revisin en profundidad. En esta lnea discurre el artculo del conocido escritor britnico Graham Hancock, as como las declaraciones que en una entrevista en exclusiva para DogmaCero ha realizado el no menos conocido ingeniero y escritor Robert Bauval. Sumamente interesante es la aportacin que nos presenta el investigador holands Jan Peter de Jong, que hay que leer con detenimiento y sin perder de vista su contexto, acerca de los descubrimientos que hizo Alfredo Gamarra en Per y que, de demostrarse ciertos, obligaran a reescribir la historia de nuestro pasado. Xavier Bartlett, editor adjunto de Dogmacero, presenta un riguroso y documentado trabajo en el que intenta aportar el contrapunto a esa casi obsesiva pulsin de muchos investigadores de ver extraterrestres y antiguos astronautas en cualquier representacin artstica de la antigedad y es una perfecta hoja de ruta para situarnos en el estudio serio de esta cuestin.Pero la Historia, aun siendo esencial su conocimiento para que en el futuro no repitamos los errores que cometimos en el pasado, no es en el nico frente en el que queremos estar presentes y por eso hemos querido presentar un artculo en el que intentamos centrar el actual estado de la cuestin de un fenmeno, extrao, sorprendente e inquietante, como es el de las llamadas abducciones, cuya trascendencia creemos que bien merece nuestra atencin. Y sobre todo, es un intento -y habr otros- por dignificar el intencionadamente denostado mundo de la ufologa.

    Por ltimo aunque no por ello menos importante, bien al contrario, el investigador Antonio Tagliatti nos presenta un brillante trabajo directamente dirigido a la lnea de flotacin de muchos dogmas mdicos y que la mayora de la poblacin acepta sin cuestionarlos. Es un artculo absolutamente recomendable, destinado, como bien indica su ttulo a abrir el camino a un nuevo concepto de enfermedad. Lanlo con atencin porque lo que en l se dice da mucho que pensar.

    Y es que, se mire por donde se mire, nuestro actual paradigma cientfico se tambalea.

  • Graham Hancock, licenciado en Sociologa por la Universidad de Durham, escritor y periodista, ha sido reconocido como un pensador poco

    convencional que plantea cuestiones controvertidas sobre el pasado de la humanidad y hoy es, sin duda, un autor de referencia y sus obras de lectura obligada para los investigadores de todo el mundo.

    Misteriosos extranjeros:Nuevos hallazgos sobre los primeros americanos

    Graham Hancock

  • A da de hoy podemos afirmar que la cuestin histrica del poblamiento y descubrimiento de Amrica por los europeos ya se ha escapado del patrimonio exclusivo de las posiciones ms dogmticas e inmovilistas. Esto se debe a que en los ltimos tiempos se han ido reforzando las teoras, hechos o conjeturas ms o menos fundadas que ponen en entredicho las versiones acadmicas ms arraigadas. En efecto, frente a la Historia oficial que ha defendido con vehemencia que Coln descubri Amrica, actualmente tenemos un corpus de pruebas bastante significativo que apunta slidamente en otras direcciones y que ya no puede obviarse ni quedarse en una mera historia alternativa o marginal. Asimismo, las teoras sobre la aparicin del hombre en el continente americano se han movido en rgidos patrones desde hace ms de un siglo, dando por hecho que los primeros americanos fueron gentes de origen asitico que cruzaron el estrecho de Bering a finales de la ltima era glacial. No obstante, y en paralelo a la versin ortodoxa, se han ido acumulando diversas pruebas contrarias a tales patrones. Y como era de esperar, dichas pruebas han sido mayoritariamente rechazadas o menospreciadas por el

    consenso cientfico, cuando no enviadas al bal del olvido (eufemismo para decir que fueron ignoradas sistemticamente por la literatura cientfica). El motivo de esta marginacin es que algunos de estos hallazgos anmalos apuntaban a un poblamiento extraordinariamente antiguo de estas tierras, incluso hasta llegar a poner en duda los esquemas evolucionistas ms consolidados. A este respecto, existen casos paradigmticos como el famoso yacimiento de Hueyatlaco (Valsequillo, Mxico), que apenas es la punta de lanza de una realidad cientfica ms bien sombra.Este panorama alternativo de la historia americana merecera por s solo ms de un extenso artculo, pero ahora nos quedaremos con la interesante aportacin de un autor internacional altamente reconocido como es el escocs Graham Hancock, cuyas teoras e investigaciones han sido objeto de polmica y rechazo por parte de la comunidad cientfica. En prximos nmeros tendremos la oportunidad de incluir ms trabajos de este investigador, as como una entrevista acerca de su trayectoria, su pensamiento y su obra. Redaccin Dogmacero

    DC-5

  • Los lectores de mis libros Fingerprints of the Gods (Las huellas de los Dioses, publicado en abril de 1995) y Heavens Mirror (Espejo del Cielo, publicado en septiembre de 1998) sabrn que yo he sostenido siempre que las Amricas fueron habitadas en tiempos prehistricos por diversos grupos tnicos: negroides, caucasoides y mongoloides. Tales ideas han ofendido profundamente a algunos indios americanos, quienes durante mucho tiempo han afirmado ser los nicos nativos americanos. Asimismo, estas ideas contradicen las enseanzas acadmicas que aseguran que el Nuevo Mundo no estuvo habitado por el hombre hasta el final de la ltima Edad de Hielo, hace unos 12.000 aos, cuando fue poblado exclusivamente por nmadas mongoloides de Asia que cruzaron el Estrecho de Bering (entonces exista un puente de tierra entre Siberia y Alaska). Desde all se expandieron por toda Amrica del Norte y del Sur, alcanzando esta ltima hace slo unos 9.000 aos. Naturalmente, esta doctrina tambin sostiene que ni caucsicos ni negroides estuvieron presentes en todo el continente americano

    antes de la llegada de Coln y la conquista europea en los siglos XV y XVI. Uno de los misterios histricos que me llev a escribir Fingerprints fue el elocuente testimonio mtico y escultrico, relativo a una poca muy lejana en el tiempo, en la que pueblos que indiscutiblemente no eran indios americanos habitaron el continente americano. Tanto el dios Viracocha, en Amrica del Sur, como el dios Quetzalcatl, en Mxico, se han descrito como altos, de piel blanca y barba rubia, y a veces con ojos azules. En Monte Albn, cerca de Oaxaca, y en La Venta, en el Golfo de Mxico (un yacimiento asociado a la misteriosa cultura olmeca, supuestamente la ms antigua civilizacin de Mesoamrica), se han encontrado antiguas figuras talladas que parecen representar a tales individuos. En el caso de Monte Albn estas figuras caucasoides se remontan al ao 600 a. C. y en el caso de La Venta a aproximadamente 1200 a. C., casi 3.000 aos antes de la conquista europea. Ms intrigante an, en La Venta tambin se encontraron otras esculturas, la mayora en forma de cabezas megalticas, en los mismos estratos arqueolgicos que las figuras caucasoides. Una vez ms, estas

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    Tipo caucsico en Monte Albn

    Cabeza olmeca

  • esculturas, llamadas cabezas olmecas, no presentan las caractersticas tpicas de los indios nativos americanos. Su aspecto es de apariencia inequvocamente negroide, pues representan individuos que se asemejan bastante a los modernos africanos, melanesios o aborgenes australianos.En Fingerprints of the Gods y Heavens Mirror escrib extensamente sobre estas esculturas anmalas y sobre los mitos que las acompaan. As, argument que el modelo para ambos tipos debi haber sido gente real y que por tanto esto se debe tomar en serio como testimonio histrico de la presencia de caucasoides y negroides en el Nuevo Mundo hace ms de 3.000 aos. Este punto de vista no fue aceptado ni por un solo erudito ortodoxo en 1995, cuando se public por primera vez Fingerprints. Desde entonces han salido a la luz nuevas pruebas que han obligado a los expertos a reconsiderar su posicin y dar un paso atrs desde el dogma del poblamiento exclusivamente mongoloide de las Amricas. Los primeros avances se produjeron en 1996 y 1997: Washington Post, Edicin Final, martes 15 de abril de 1997:

    Los esqueletos desenterrados en varios estados del oeste, y tan al este como Minnesota, estn desafiando las concepciones tradicionales que vean a los primeros estadounidenses en todo semejantes a los asiticos de hoy. Los crneos de los esqueletos tienen caractersticas similares a las de los europeos, lo que sugiere que entre los primeros seres humanos que emigraron al Nuevo Mundo hace ms de 9.000 aos se hallaran gentes caucsicas. Los antroplogos ya tenan conocimiento de tales huesos hace aos, pero no eran plenamente conscientes de su importancia hasta que se han vuelto a evaluar en los ltimos meses. Los nuevos anlisis estuvieron motivados por el descubrimiento el pasado verano de la ltima incorporacin al cuerpo de pruebas: el esqueleto inusualmente

    completo de un hombre aparentemente caucasoide que muri hace unos 9.300 aos cerca de lo que hoy es Kennewick, Washington [...] La cabeza del hombre y los hombros estaban momificados, y conservaban gran parte de la piel en esa zona [...] Los que examinaron los huesos creyeron al principio que se trataba de los restos de un colono europeo [hasta que el radiocarbono revel su gran edad]. Es un momento emocionante, y creo que vamos a ver algunos cambios reales en la historia del poblamiento de Amrica del Norte, dijo Dennis Stanford, una autoridad del Museo Nacional del Instituto Smithsoniano de Historia Natural. No todos los estudiosos estn de acuerdo

    que el Hombre de Kennewick fuera un caucasoide (1). Pero por lo menos el descubrimiento ha planteado serias dudas sobre el modelo establecido del poblamiento de las Amricas. Otros descubrimientos han planteado nuevas dudas.

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  • Similitudes con aborgenes de hoy en da o con africanos En Fingerprints of the Gods describ una de las colosales cabezas olmecas de La Venta:Era la cabeza de un anciano con una nariz ancha y plana y labios gruesos. Los labios estaban ligeramente abiertos, dejando al descubierto unos dientes fuertes y cuadrados. La expresin en el

    rostro sugera una sabidura antigua,

    paciente, y los ojos parecan mirar sin miedo a la eternidad... Sera imposible para un escultor, pens, inventar todas las diferentes caractersticas combinadas de un tipo racial autntico. La representacin de una autntica combinacin de caractersticas raciales por tanto implicaba que seguramente se haba utilizado un modelo humano. Camin alrededor de la gran cabeza un par de veces. Tena 22 pies (unos 6,6 metros) de circunferencia, pesaba 19,8 toneladas, se alzaba hasta casi 8 metros de altura, haba sido esculpida en slido basalto, y mostraba claramente una genuina combinacin de caractersticas raciales. En efecto, al igual que otras piezas que haba visto, sin lugar a dudas y sin ambigedades representaba un tipo negro... Mi propia opinin es que las cabezas olmecas nos presentan imgenes fisiolgicamente exactas

    de personas reales de procedencia negroide...Volv a este misterio en mi libro de 1998 Heavens Mirror: Los historiadores ortodoxos no aceptan la presencia de africanos en el Nuevo Mundo antes de la llegada de Coln y han tratado de eludir las consecuencias

    de las caractersticas obviamente africanas de las 16 cabezas olmecas de 3.000 aos de antigedad que han sido halladas hasta la fecha. Al menos esto puede tomarse como seal de que no hay racismo en la arqueologa, dado que se supone tambin que tampoco hubo caucsicos en el Nuevo Mundo antes de Coln! Los estudiosos han planteado pues objeciones predecibles sobre el mito de Quetzalcatl del hombre alto con barba blanca y han tratado de desechar cualquier sugerencia que pudiera derivarse de los numerosos relieves de caras caucsicas que se han excavado en algunos de los yacimientos arqueolgicos ms antiguos de Mxico. En el rea olmeca se hallaron varias de estas caras en los mismos estratos que las cabezas africanas y algunas veces al lado mismo de stas, pero tambin tenemos imgenes de caucsicos en lugares tan distantes como Monte Albn, en el sur-oeste, un yacimiento datado entre 1000 y 600 antes de Cristo.En 1996 y 1997, el descubrimiento de huesos de raza blanca con ms de 9.000 aos en las Amricas parece, de repente, que ha validado el mito de Quetzalcatl. Por tanto, es legtimo preguntarse ahora cunto tiempo pasar hasta que la afortunada paleta del arquelogo descubra los huesos de las personas que podran haber servido de prototipos para las grandes cabezas olmecas.Esa afortunada paleta del arquelogo no se hizo esperar. El 22 de agosto de 1999, el

    London Sunday Times (y unos das ms tar-de, un documental de la televisin BBC2) inform del descubrimiento en Brasil y Co-

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  • lombia de ms de 50 esqueletos y crneos negroides de un pueblo que haba vivido en Amrica del Sur hace unos 12.000 aos, aproximadamente 3.000 aos antes de la primera penetracin conocida de los pue-blos mongoloides en esta regin. (2) (3) Concretamente, se ha descrito un ejemplar particularmente bien conservado, los res-tos de una joven a quien los cientficos han apodado Luzia, como el esqueleto huma-no ms antiguo encontrado en el continente americano. Ha sido estudiado por Walter Neves, profesor de Antropologa Biolgica de la Universidad de Sao Paolo, quien afir-ma:Cuando empe-zamos a ver los resultados fue

    increble por-que nos dimos cuenta de que los datos no mos-traban que estas personas fuesen m o n g o l o i d e s ; mostraban que eran cualquier cosa salvo mon-goloide [...] Son similares a los aborgenes de hoy en da o a los africanos y no muestran similitudes en absoluto con los mongoloides de Asia oriental ni con los indios de hoy en da. El Sunday Times tambin cita a Richard Neave, un artista forense de la Universidad

    de Manchester, que ha realizado una re-construccin del rostro de Luzia. Esa cara comenta Neave es negroide. Las propor-ciones de la cara no apuntan en absoluto a que sea mongoloide. Hasta ahora, por lo que yo s, ningn estu-dioso ha sealado que los descubrimien-tos en Brasil y Colombia puedan ofrecer alguna explicacin acerca de los rasgos ne-groides de las cabezas olmecas. Es cier-to que las esculturas olmecas fueron halla-das en estratos de entre 3.000 y 4.000 aos

    de antigedad mientras que los esqueletos brasileos y colombianos son mucho ms antiguos. Pero esto no excluye una posible conexin. Por lo menos, es sin duda una coincidencia interesante (a) que hayan lle-gado hasta nosotros piezas de escultura monumental que representan individuos negroides de la antigedad prehistrica de las Amricas, y (b) que se haya probado cientficamente que un pueblo negroide, no identificado previamente e inesperado por los historiadores, habit el continente americano hace unos 12.000 aos. Podra ser que las cabezas olmecas no hubieran sido realizadas de ningn modo por los

    olmecas, sino que las hubieran heredado como reliquias de familia, legadas de una poca anterior? Una influencia china?Como nota al pie de esta historia, y signo de la galopante cada del consenso entre los estudiosos ortodoxos sobre el poblamiento de las Amricas, te-nemos la disputa que

    comenz a agitarse en los crculos acad-micos a finales de los 90 concerniente a los posibles vnculos entre culturas america-nas y chinas de la Antigedad, especfica-mente entre la cultura olmeca y la Shang. Los principales defensores de este punto de vista son el profesor Mike Xu, profesor del departamento de lenguas extranje-ras de la Universidad Central de Oklaho-ma, EE UU, y Chen Hanping , del Instituto de Investigaciones Histricas de China. Segn un artculo publicado en US News y en World Report, e informaciones en In-ternet, Xu cree que la primera cultura compleja de Mesoamrica pudo haberse originado con la ayuda de un grupo de chi-nos refugiados que huyeron a travs de los mares a finales de la dinasta Shang. La ci-

    Ningn estudioso ha sealado que los descubrimientos en

    Brasil y Colombia puedan ofrecer alguna explicacin acerca de los rasgos negroides

    de las cabezas olmecas

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  • vilizacin olmeca surgi alrededor del ao 1200 antes de Cristo, lo que coincide con el momento en que el rey Wu de Zhou atac y derrot al rey Zhou, el ltimo gobernan-te Shang, poniendo fin a su dinasta. (4) Xu tambin afirma disponer de pruebas explosivas en forma de escritos arcaicos:

    En los ltimos tres aos [Xu] ha encontrado unos 150 glifos en fotografas de piezas autnticas de cermica olmeca, artefactos de jade y esculturas. Aparte de revisar l mismo diccionarios de chino antiguo, tambin ha mostrado dibujos de estas marcas a expertos del continente chino en escritura antigua para que las examinaran, y la mayora han coincidido en que se parecen mucho a los caracteres usados en los escritos adivinatorios chinos sobre hueso y en las inscripciones sobre bronce. Al principio todos estos expertos trataron de echarme, diciendo que no podan emitir una opinin de artefactos extranjeros, recuerda Mike Xu. Pero despus de insistir en sus ruegos, les echaron un vistazo a regaadientes. Nada ms ver esos dibujos, todos le preguntaron: En qu parte de China se encontraron estas inscripciones? Cuando se enteraron de que procedan de Amrica, se quedaron atnitos. Si estas inscripciones se hubieran hallado en excavaciones en China, dice Chen Hanping, investigador asociado en el Instituto continental de Investigacin Histrica, sin duda se habran considerado smbolos de la poca anterior a la dinasta Quin.La reaccin de otros estudiosos ha sido generalmente hostil. Este texto de C.

    Cook, profesor asociado de chino en la Universidad de Leigh, resume varias objeciones clave:Algunos me pidieron que publicara mis observaciones en respuesta al escrito sobre los signos olmecas identificados como chinos por Chen Hanping en US News y en World Report Nov 4, pp 46-8. Finalmente he visto el artculo con la reproduccin de los grficos olmecas

    y el conjunto que Chen consideraba similar a la escritura adivinatoria en hueso de los Shang.1. Las grafas seleccionadas por Chen no son chinas. Tienen cierta similitud grfica con algunas grafas chinas arcaicas o con parte de las grafas, pero como grafas individuales no coinciden ni se corresponden a los equivalentes que les ha asignado. Es falso.

    2. Obviamente, las grafas/glifos aludidos por Chen deberan considerarse en el contexto de toda la inscripcin. Esto es imposible ya que el resto de las marcas

    apenas presentan algunas semejanzas aisladas. De hecho, el texto olmeca puede que no represente un lenguaje en absoluto, sino que al igual que el Naxi y otras escrituras ur sera ms bien un cdigo para contar historias que una transcripcin real de la lengua. Por otro lado, la grafa adivinatoria china Shang es muy avanzada y se da por hecho sin duda que pertenece a un sistema de escritura.

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  • 3. Por ltimo, la inscripcin debe considerarse en el contexto de las esculturas. En el arte del perodo Shang se muestra poco ms que unas espordicas caras en las representaciones humanas (tenemos algunas figuras talladas en jade, pero estn arrodilladas, a menudo incisas, y cubiertas con una decoracin de animales, tatuajes, ropa, etc.). Un famoso bronce presenta una figura como un chamn en la boca de un animal, pero no tiene ninguna similitud con las representaciones olmecas.4. Una simple correccin: el US News y el artculo de WR afirman que Chen es la autoridad ms destacada de entre slo unos 12 expertos en todo el mundo formados en esta escritura antigua. En primer lugar, Chen es un erudito muy secundario. En segundo lugar, slo en los EE UU hay ms de 12 eruditos que pueden leer escritura Shang, y muchos ms en China y en otros lugares. (5)

    Ojos saltones y una gran nariz res-pingona

    Yo no tengo la menor idea de si el profesor Cook y los otros crticos estn en lo cierto o si Xu y Chen han dado con algo con su conexin Shang-Olmeca. Se precisa una investigacin de mente abierta para resolver el problema,

    pero mientras tanto me gustara llamar la atencin sobre un pequea prueba que Santha [esposa de Graham Hancock] y yo descubrimos por primera vez cuando asistimos a la exposicin Los misterios de la antigua China en el Museo Britnico a principios de enero de 1997 y, ms recientemente, cuando vistamos el Museo de Historia de Beijing en marzo de 1999. Estbamos intrigados por unos objetos procedentes de las fosas de sacrificio de Sanxingdui, en la provincia de Sichuan. Estos artefactos, que incluyen bronces en forma de cabezas humanas, fragmentos de oro, muchos jades y un gran nmero de colmillos de elefante, fueron descubiertos en 1986 y son obra de una gran civilizacin no identificada previamente que floreci en Sichuan hacia el 1200 a. C. - 1000 a. C. De particular inters era una pieza descrita como mscara con la frente ornamentada y pupilas prominentes. Es uno de las tres grandes mscaras que se encontraron en el pozo 2 en Sanxingdui. Segn el comentario del Museo Britnico (Misterios de la antigua China, pgina 69): Las caractersticas ms sorprendentes

    son las pupilas de los ojos, que se proyectan como tallos [...] Otra caracterstica notable es la larga proyeccin que asciende desde la nariz de la mscara. Esta proyeccin tiene

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    Pirmide escalonada de Xian en China

  • forma de rollo, con una espiral de seccin vertical en la parte superior y con un lazo doble en la parte inferior [...] La combinacin de las orejas grandes, los ojos saltones y la elevada pluma hace de este rostro algo completamente fantstico.Es una coincidencia que casi exactamente las mismas fantsticas y sorprendentes caractersticas ojos saltones y una larga y curvada proyeccin de la nariz las encontremos en las mscaras Chac de los antiguos mayas de Centroamrica, herederos de los olmecas? Las mscaras Chac tambin fueron incorporadas como

    elementos arquitectnicos en los templos mayas.Extranjeros llamativos Tal vez estas similitudes sean slo coinci-dencias, aunque personalmente ms bien lo dudo. Dejando a un lado todas las dems cuestiones y anomalas, y hay muchas, sos-tengo, no obstante, que los antiguos esque-letos caucasoides y negroides que se han encontrado en el Nuevo Mundo dan a en-tender que ya no puede haber lugar para nociones preconcebidas. Es probable que la verdadera historia del poblamiento de las Amricas resulte ser extraordinaria-

    mente compleja y difusa, involucrando a diferentes grupos tnicos y culturas en va-rias pocas. No me sorprende en absoluto que los chinos pudieran haber estado aqu hace 3.000 aos, o los fenicios en la mis-ma poca como han sugerido otros o la notable cultura Jomon de Japn, o los egip-cios, o mucho despus los vikingos. Creo que es muy probable, de hecho poco menos que una certeza, que todos estos pueblos, as como otros diversos, tambin descu-brieron independientemente las Amricas, en casos aislados, una y otra vez, desde los tiempos ms remotos. Pero cun remotos? Si seguimos im-pulsando esta indagacin hacia el pa-

    sado de nuevo ms all de las ms antiguas civilizaciones histricas conoci-das a dnde vamos a parar finalmente? La posible influencia Shang en la escritura y el arte olmeca nos retrotrae a 3.000 aos atrs, dentro de los lmites de la historia. Pero el hombre de Kennewick y Luzia nos llevan a hace 9.300 y 12.000 aos respec-tivamente, siendo esta ltima fecha unos 7.000 aos anterior a Sumer y Egipto, las primeras civilizaciones histricas conoci-das, y justo en medio del final de la ltima Edad de Hielo, cuando la Tierra pasaba por un gigantesco cataclismo y las inundacio-nes causadas por la fusin de las capas de hielo asolaban el mundo.

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    Pirmides escalonadas de Teotihuacan en Mxico

  • DC-13Algunos estudiosos han expresado la opi-nin de que el pueblo de Luzia podra haber llegado a Amrica del Sur desde el Pacfico y lo ha relacionado con los abor-genes australianos. Ciertamente hay evi-dencia de que en la antigedad los abo-rgenes posean sofisticadas habilidades marineras y de navegacin. Hasta ahora, sin embargo, no existe una teora hist-rica que pueda explicar la presencia en el Nuevo Mundo, y en fechas tan tempra-nas, no slo de aborgenes negroides, sino tambin de caucasoides, y mucho menos el hecho de que la memoria de estos lla-mativos extranjeros se haya podido pre-servar en los mitos y las esculturas de lu-gares tan distantes como Bolivia y Mxico. As pues, adems de constituir un intri-gante misterio humano y arqueolgico, lo que ahora sabemos sobre los prime-ros americanos representa un slido y radical desafo a la ortodoxia acadmica. Sospecho que esta historia va a seguir dando que hablar.

    2000 Graham Hancock

    Notas:

    1.- Vase http://www.cr.nps.gov/aad/kennewick/

    2.- Vase http://www.crystalinks.com/abor.html3.- Vase http://www.crystalinks.com/archaeology3.html4.- Vase http://sinorama.com.tw/en/8605/605006e1.html

    5.- Vase http://copan.bioz.unibas.ch/meso/shang.txt/

    Sobre el autor:Graham Hancock naci el 2 de agosto de 1950 en Edimburgo, Escocia. Los primeros

    aos de su vida transcurrieron en la India, en donde su padre ejerca de cirujano. En 1973 se licenci con honores en Sociologa por la Universidad de Durham. Desarroll una importante carrera como periodista, colaborando en prestigiosos peridicos britnicos como The Times, The Sunday Times, The Independent y The Guardian. Fue co-editor de New In-ternationalist Magazine de 1976-1979 y corresponsal en el este de frica para The Economist de 1981 a 1983.Hancock es autor de best sellers interna-cionales tan importantes como Smbolo y Seal, Las Huellas de los Dioses, Espejo del Cielo (con la fotgrafa Santha Faiia) Guar-din del Gnesis y Talismn, estas dos lti-mas junto con Robert Bauval. De sus libros se han vendido ms de cinco millones de ejemplares en todo el mundo y han sido traducidos a 27 idiomas. Ha realizado series documentales como Quest For The Lost Civilisation y Floo-ded Kingdoms of the Ice Age para las cade-nas de televisin Canal 4 del Reino Unido y The Learning Channel de los EE.UU. En 2002 public Underworld: Flooded King-doms of the Ice Age de la que se hizo una serie de documentales para la televisin. En 2005 public Supernatural: Meetings with The Ancient Teachers of Mankind, una investigacin sobre el chamanismo y los orgenes de la religin en el que su-giere que las experiencias con estados al-terados de conciencia han jugado un papel fundamental en la evolucin de la cultura humana y que otras realidades de hecho, mundos paralelos- nos rodean todo el tiempo, pero normalmente no son acce-sibles a nuestros sentidos.En los ltimos aos ha centrado su trabajo en la novela histrica, con obras como Entangled (2010) y War God, de prxima aparicin. Su sitio web es: www.grahamhancock.com.

  • Iconografa del antiguo astronauta: Nueva propuesta de interpretacin

    Xavier Bartlett

    Uno de los grandes pilares de la llamada arqueologa alternativa ha sido sin duda la teora del antiguo astronauta, que fue

    difundida hace ya ms de 40 aos entre el gran pblico por Erich Von Dniken, si bien esta propuesta ya haba sido esbozada por varios autores anteriores al fenmeno lite-

    rario del escritor suizo. Bsicamente, lo que la teora del antiguo astronauta en ade-

    lante, TAA viene a decir es que el planeta Tierra fue visitado en tiempos inmemoria-

    les por una civilizacin extraterrestre y que de algn modo tuvo un papel decisivo en

    la evolucin de la Humanidad, e incluso en su propio origen (lo que sera la hiptesis

    intervencionista, que se opone al evolucio-nismo acadmico).

  • Esta obsesiva bsqueda de extraterrestres en nuestra historia no fue lgicamente un repentino arrebato de algunos autores con mucha imaginacin, sino que de alguna manera vino marcada por la coincidencia en el tiempo de una serie de hechos que facilitaron la aparicin de estas ideas. Por un lado, est el reciente nacimiento de la ufologa como ciencia o pseudociencia segn la visin cientfica convencional a partir del famoso incidente de Roswell (Nuevo Mxico, EE UU) en 1947. Por otro lado, ms o menos en esas fechas, se inici la carrera espacial y la exploracin del Sistema Solar por parte de las grandes superpotencias. En esta misma lnea, cabe destacar que el siglo XX vio crecer el inters popular por la cienciaficcin como gnero literario, abierto a todo tipo de especulaciones sobre razas inteligentes en el Universo. Finalmente, tampoco debemos menospreciar la influencia de las corrientes antiempricas, contraculturales o espiritualistas de las ltimas dcadas, que a veces han resultado en una crtica directa a la ciencia establecida.De este modo, a inicios de los aos 60 el llamado realismo fantstico puso los cimientos de la TAA, que Von Dniken luego difundi exitosamente a travs de su libro Chariots of the Gods? (Recuerdos del futuro en versin espaola) y de su correspodiente documental. Lo que Von Dniken y toda una legin de seguidores argumentaba es que la presencia de estos supuestos astronautas de otros planetas se poda trazar a travs de tres grandes categoras de pruebas, a saber:1. Las diversas manifestaciones artsticas o rituales de antiguas culturas de

    todo el globo que parecen representar astronautas, naves espaciales, objetos de avanzada tecnologa, etc. y que han sido malinterpretados por la ciencia ortodoxa.2. Las creencias y religiones de muchas culturas de todo el mundo (que se

    perpetan hasta la actualidad), que aportaran evidentes huellas del contacto entre los seres extraterrestres, tomados por dioses o ngeles, y los pueblos primitivos. En este caso no debera hacerse una lectura mtica de esas tradiciones sino una lectura literal y tcnica.3. Los numerosos artefactos o construcciones colosales que apuntan a un nivel de tecnologa superior al que en principio deberan tener las culturas humanas de la Antigedad. Tales prodigios seran en realidad obra de seres extraterrestres avanzados o bien obras humanas realizadas con la ayuda aliengena.Tenemos por tanto tres campos de estudio,

    en los que se entremezclan elementos que podramos asignar a diversas disciplinas como la historia, la arqueologa, el arte, la antropologa, la historia de las religiones, la mitologa, la arquitectura, la tecnologa, etc. Del mismo modo, desde diversos ngulos acadmicos, pero especialmente desde la arqueologa, la TAA ha sido

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  • duramente ridiculizada y atacada, cuando no ignorada por ser considerada poco ms que un disparate. Se ha objetado que la TAA no tiene slidos planteamientos tericos ni prcticos, que recurre a la falacia y a mtodos pseudocientficos y que en el fondo no es ms que un artificio literario para ganar dinero a expensas de la explotacin de ciertos misterios o enigmas. En el caso especfico de Von Dniken, aparte de sufrir ataques ad hominem, se le ha echado en cara, por un lado, su falta de titulacin y preparacin para tratar con rigor los estudios histricos; de ah que carezca de metodologa, que no verifique muchos datos o fuentes y que distorsione fcilmente los hechos. Por otro lado, se le acusa de adjudicar muchos de los logros de civilizaciones pasadas a los extraterrestres aprovechando la falta de informacin o las controversias sobre un determinado tema; en este punto tambin ha sido denigrado por adoptar una visin racista o eurocentrista, ya que muchas de sus pruebas se refieren a pueblos de otros continentes, que a sus ojos seran incapaces de ciertos logros.

    Asimismo, se vertieron sobre l otras duras crticas acerca de su particular lectura de textos religiosos o mticos, o de sus interpretaciones libres por no decir fantasiosas que omiten el sentido de los objetos de su contexto cultural e histrico, a fin de crear un contexto artificioso. Y para culminar esta grave lista, se le acus de haber falseado historias o producido objetos para apuntalar sus teoras (en concreto, unas piezas de cermica). Visto todo esto desde una ptica cientfica convencional, ahora podramos dar carpetazo a la TAA por carecer de rigor y por buscar el puro sensacionalismo. Sin embargo, no pocos cientficos de renombre como Carl Sagan o Francis Crik plantearon en algn momento de sus vidas la posibilidad de la existencia de civilizaciones inteligentes en otros mundos y de la influencia de dichos seres en nuestro planeta. Es ms, incluso algn arquelogo acadmico, como el britnico Tom Lethbridge1, se mostr receptivo a este tipo de ideas, que no dejan de ser hiptesis cientficas susceptibles de ser abordadas con la mxima seriedad. Por el momento, lo cierto es que las investigaciones para hallar inteligencia extraterrestre (como el programa SETI, impulsado por la NASA) no han dado fruto alguno. As pues, lo que la ciencia persigue con ms inters hoy en da es la aparicin confirmada de rudimentos de vida a un nivel prcticamente bioqumico en algn planeta.Sin embargo, si adoptamos una postura abierta a todas las posibilidades, es lcito plantear una inmersin en uno de los aspectos ms visibles de la TAA: la iconografa del antiguo astronauta, esto es, la representacin de supuestos seres extraterrestres (incluidas sus naves) en tiempos remotos en forma de pinturas, grabados, relieves o estatuas. La ventaja de esta investigacin es que no hemos de basarnos en antiguos textos mticos o religiosos, que son de casi imposible comprobacin, sino que se fundamenta en la observacin y anlisis de los restos

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    El escritor suizo Erich Von Daniken

  • fsicos que los autores alternativos han destacado como sospechosos. Quedara aparte otro cuerpo de pruebas, las construcciones prodigiosas y los objetos avanzados, pero que en s mismos no aportan ninguna pista acerca de hipotticas visitas extraterrestres, si bien cabe resear que dichas supuestas pruebas tambin se han atribuido a civilizaciones humanas desaparecidas, como la archifamosa Atlntida. En esta lnea, se ha especulado tambin sobre

    si los seres de aspecto extrao podran ser humanos de una civilizacin perdida, supervivientes de una gran catstrofe, que se identificaran con las entidades divinas de algunos pueblos de la Antigedad, como Quetzatcatl o Viracocha para las civilizaciones precolombinas. Y todava podramos citar la posibilidad de que estos seres fueran en realidad intraterrestres, esto es, que procedieran de nuestro planeta y que estuvieran escondidos en las profundidades de la tierra o de los mares. No obstante, estos enfoques nos llevaran a otro extenso trabajo, que no es el objeto de este artculo.

    Tipologas del antiguo astronautaEl primer paso para reconocer esta iconografa es, segn la visin alternativa,

    transmutar a hombres, dioses, espritus u otros seres mgicos o mitolgicos en astronautas, siguiendo un patrn de analoga. As, esas estatuillas o representaciones grficas seran en realidad retratos ms o menos figurativos o simblicos de lo que los antiguos humanos vieron con sus propios ojos: seres embutidos en sus trajes espaciales. A este respecto, es harto conocida la comparacin que hizo Von Dniken al aparejar la fotografa de una antigua estatuilla con

    la imagen de un moderno astronauta para evidenciar ciertos rasgos comunes. Bien, cabe decir que algunos s y otros no, porque el famoso astronauta de Palenque, pese a pilotar una especie de cpsula-cohete (segn Von Dniken), no presenta la indumentaria espacial correspondiente, al menos no la ortodoxa. Quedara en el aire la cuestin de qu tipo de indumentaria o aspecto podemos considerar como dudoso, pues lgicamente los defensores de la TAA tienen en mente las imgenes de astronautas actuales, pero un astronauta de otro planeta no tendra porqu llevar una escafandra similar, o incluso tal vez ni siquiera precisara de una escafandra. En este caso estaramos haciendo una analoga cuando menos peligrosa.

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    El astronauta de Palenque en la tumba del seor Pakal, en Chiapas, Mxico

  • No obstante, si tratamos de clasificar las representaciones de estos supuestos astronautas segn la literatura alternativa, llegaremos bsicamente a dos grandes clases de imgenes: las figuras que tienen una vaga semejanza con la indumentaria ms o menos compleja de un astronauta y las que simplemente muestran seres humanoides de un aspecto, digamos, extrao, categora que puede llegar a ser un inmenso cajn de sastre si incluimos cualquier figura que se salga de lo normal. Tengamos en cuenta que desde tiempos antiguos existe una extenssima iconografa de seres fantsticos, entre los cuales estn las divinidades con una mezcla de rasgos animales y humanos, como el Anubis egipcio, el Oannes mesopotmico o el centauro griego, por poner slo unos clsicos ejemplos. Tambin podramos incluir aqu la gran cantidad de seres mgicos ms o menos humanos representados desde la Prehistoria en las pinturas del arte cavernario o en petroglifos, sobre cuyo sentido o identidad se ha especulado mucho.De hecho, muchas representaciones de seres divinos o mitolgicos de diversas civilizaciones o de pueblos primitivos han sido asociadas a entes extraterrestres por la simple razn de que su aspecto contiene caractersticas, rasgos o vestimentas que, al no ser naturalistas, presentan flancos abiertos a todo tipo de especulaciones. Por ejemplo, figuras con tres o seis dedos, con grandes ojos o lentes, o con algo parecido a cascos, o que portan extraos objetos (sobre todo se habla de los seres que trasportan en la mano una especie de bolsa o cesta), o que presentan alas, o que tienen rostro de reptil, o que irradian luz o algo parecido... sin olvidar la representacin de algunos objetos flotantes que tienen una cierta semejanza con los famosos platillos volantes. Por ejemplo, las pinturas prehistricas de Valcamonica en Italia muestran unas esquemticas figuras humanas flotantes

    que destacan por poseer una especie de halo en la cabeza. Esta idea de ingravidez o vuelo tambin la encontramos en mltiples figuras aladas, que podran indicar que estaramos hablando de seres divinos o

    semidivinos con la capacidad de volar (o que proceden del cielo). Asimismo, existen otras figuras de gran tamao de diseo ms o menos esquemtico o simblico que podramos catalogar como geoglifos (figuras sobre la tierra) que tambin han sido relacionadas con seres venidos del espacio por su aspecto y por el hecho de que slo se pueden observar adecuadamente desde una cierta altura. Entre estos geoglifos podramos destacar el famoso astronauta de Nazca, algunas figuras de Palpa ambas en Per o el Gigante de Atacama (en Chile). Para los seguidores ms entusiastas de la TAA no habra prueba ms evidente que unas figuras realizadas para ser vistas desde el cielo, esto es, la morada de los supuestos dioses-astronautas.Realmente, podramos aadir aqu docenas de ejemplos que han salido a la palestra desde la poca del realismo fantstico y que prcticamente nadie antes

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    Figuras en Val Camnica en los Alpes italianos

  • haba interpretado fuera de su contexto antropolgico o arqueolgico. Muchas de estas figuras han sido estudiadas desde hace dcadas y algunas de ellas estn expuestas habitualmente en museos. La mayora han podido ser datadas fiablemente, y aqu comprobamos que se presentan en un amplio espectro temporal, que se remonta a muchos miles de aos, prcticamente desde el Paleoltico, hasta hace unos pocos siglos. En cuanto a su ubicacin, las podemos encontrar en diversas regiones del mundo, si bien un buen nmero de ellas son originarias de las antiguas culturas precolombinas americanas. De unas pocas se tiene escasa informacin y, aunque estn presentes en Internet en forma de fotografa, se hace complicado hallar informacin fiable sobre su localizacin, origen e interpretacin, como por ejemplo el llamado astronauta de Kiev. Adems,

    no nos engaemos, sobre algunas piezas especficas demasiado bonitas para ser verdad planea la sombra del fraude como la llamada nave de Toprakkale (hallada en Turqua en los aos 70 del pasado

    siglo), una especie de cpsula espacial que incorporara un tripulante con escafandra. Hecha esta introduccin, es preciso profundizar ahora en algunas de las figuras ms clsicas de la TAA, a fin de entender el origen de todas las especulaciones y contrastar las lecturas acadmica y alternativa. Iconos clsicos del antiguo astronauta

    De entre las representaciones que han sido ms citadas por la literatura alternativa, podramos destacar unas estatuillas procedentes del Japn prehistrico llamadas dogu, a las cuales se ha querido relacionar con figuras de astronautas. Segn lo que nos dice la arqueologa, dichas esculturas antropomorfas de terracota se han encontrado principalmente en la zona oriental del Japn, y datan del llamado periodo Jomon2. Su tamao es variable, pero la de mayor altura que se ha encontrado entera es de 42 cm. En cuanto a las formas, exhiben una figura humana distorsionada y compacta, con cabezas de diversas formas (apuntada, triangular, en forma de corazn...), con pequeas manos y pies. A veces presentan una decoracin de trazos geomtricos y en algunos casos estuvieron pintadas. Sobre su significado, se han propuesto varias teoras, pero no se sabe nada con certeza. Se ha dicho que podran ser representaciones de diosas-madre o smbolos de fertilidad. Tambin se ha barajado la posibilidad de que fueran representaciones de espritus o guas para el ms all, dado que generalmente se han encontrado en contextos funerarios. Y otra hiptesis es que se tratase de un tipo de figuras personales a las cuales se podra transferir mgicamente alguna dolencia o adversidad.Ya en el campo alternativo, la lectura personal de Von Dniken y de otros autores se ha centrado en un tipo en particular de figuras: las Shakkidog o estatuillas de

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    Figura Shakoki dogu (Japn)

  • anteojos. As, donde los arquelogos no vieron nada particular, los seguidores de la TAA observaron algo similar a un traje espacial, un posible casco, una especie de correaje y unas grandes gafas que destacan poderosamente. La arqueologa ha sugerido que tales gafas o anteojos podran ser una especie de primitivas gafas solares que usaban los inuit (esquimales), una especie de ojeras opacas con una estrecha abertura en el medio para facilitar la visin. Pero no existen mejores explicaciones.Lo cierto es que muchos autores alternativos no han tardado en hacer notar que en diferentes partes del mundo se reproducan figuras con grandes ojos o anteojos. Por ejemplo, ya en el campo de los seres extraos, tendramos las estatuillas estilizadas de dioses con grandes ojos en la antigua Sumeria o las famosas pinturas de wandjina de Australia. Precisamente, esta pinturas presentan otro frente de interpretacin en la TAA, por lo que vale la pena comentar algunas de sus caractersticas. Los wandjina (o wondjina)

    aparecen en la mitologa de los aborgenes australianos como una especie de espritus o seres sabios procedentes de la Va Lctea, que habran creado el mar, la tierra y sus criaturas durante el llamado Dreamtime (Tiempo de los Sueos). Se supona que los wandjina, que tenan enormes poderes, llevaron al hombre a un estadio de desarrollo y prosperidad. No obstante, tambin podan causar desastres naturales si eran ofendidos por los humanos. Su smbolo era una serpiente, similar a la de otros pueblos de la Antigedad.

    Estos wandjina fueron representados en pinturas rupestres polcromas a las que se atribuye una antigedad de decenas de miles de aos como figuras antropomrficas, con grandes cabezas (generalmente rodeadas por una especie de halo), grandes ojos negros y una nariz casi esquemtica, pero en ningn caso con boca. Existen algunas figuras de gran tamao, que aparecen de cuerpo entero, vestidas con una tnica o similar y calzadas con sandalias. La cabeza aparece rodeada de un doble halo y el rostro blanco slo contiene dos ojos oscuros; asimismo, sus manos presentan de tres a siete dedos, tanto en manos como en pies. Los propios aborgenes confesaban que ellos no haban sido los autores de tales pinturas, sino que eran obra de unos seres que descendieron del cielo en una poca muy lejana. Para los aborgenes estas pinturas tienen un especial significado mstico o mgico de unin con sus ancestros y las tratan con gran respeto. Sea como fuere, en este caso nadie ha apreciado escafandras espaciales ni otros objetos sospechosos; simplemente se ha asociado una imagen antropomorfa a cierto estereotipo de aliengena. Otro escenario clsico de representaciones de antiguos astronautas se encuentra en el macizo de Tassili NAjjer (Argelia), una regin montaosa en pleno desierto del Sahara, pero que antiguamente fue una regin hmeda y frondosa, baada por ros. All podemos observar un destacado conjunto de pinturas rupestres polcromas

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    Representacin del Gran dios marcia-no de Tassili

  • realizadas a lo largo de miles de aos. Las numerossimas pinturas y grabados (han sido catalogadas alrededor de unas 15.000 muestras) se han datado entre finales del Paleoltico y el periodo Neoltico. Las pinturas ya eran conocidas por los occidentales desde la dcada de 1930, pero fue el arquelogo francs Henri Lothe quien en 1957 difundi a gran escala la existencia de estas pinturas, tras largos meses de estudio in situ. Lothe fue el primero en realizar un estudio exhaustivo de las imgenes, incluyendo una amplia clasificacin temtica en doce grupos o tipologas. Entre ellos encontramos figuras humanas e s t i l i z a d a s , figuras de cabeza redonda, escenas de caza, carros, animales, seres fantsticos, etc.Y en toda esta gran diversidad, los autores alter-nativos han visto diversas figuras que por lo menos les han dado que pensar. Se trata de los seres de cabeza redonda, que no presentan rasgos faciales aparentes y que parecen estar embutidos en algo similar a escafandras. Especialmente destaca una gran figura de unos seis metros de altura que presenta una cabeza redonda con unas estras en la parte superior y dos ojos des-centrados. Lothe bautiz a este ser como el gran dios marciano, lo que di an ms alas a los partidarios de la TAA. Asimismo hay otras figuras de tipo fantstico que no tie-nen una fcil explicacin. Por otro lado, se ha remarcado la presencia de una escena en que varias mujeres parecen ser invitadas o impelidas a introducirse en una especie de

    forma oval por una figura humanoide3. Este tipo de representaciones de grandes figu-ras se hall en el macizo de Yabbaren, que significa gigantes en la lengua de los tua-reg. Para Lothe, estas pinturas seran de las ms antiguas (alrededor de 8000 - 7500 a. C.). No obstante, estas extraas figuras de cabeza redonda tambin aparecen en otras zonas y en diversos contextos.El sentido de las representaciones de astronautas

    Ahora bien, por qu los hombres primiti-vos iban a realizar estas represen-taciones? Entre otros argumen-tos, Von Dniken ech mano de un fenmeno antro-polgico obser-vado en los siglos XIX y XX llamado cargo cult o cul-to a la carga. Se trata de la pecu-liar reaccin que experimentan co-munidades muy primitivas ante el primer contacto con culturas de-sarrolladas. En la prctica funciona como un rito reli-gioso consistente en reproducir una deter-minada conducta para obtener determina-dos bienes propocionados por sus dioses o ancestros (representados por la cultura superior).

    Los ejemplos ms significativos de este fe-nmeno se dieron durante la Segunda Gue-rra Mundial en las islas del Pacfico. All, algunos nativos, que no haban visto nun-ca hombres civilizados, observaron cmo llegaban por el aire enormes cantidades de equipamiento militar, comida enlatada, medicinas, etc. Pero cuando acab la gue-

    En todo caso, no debemos menospreciar

    la conexin de las antiguas tradiciones, leyendas o mitos que han pervivido hasta nuestros das con las representaciones de

    estas figuras

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  • rra, toda esa carga lanzada en paracadas o descargada en bases militares mediante aviones dej de llegar. Ya no haba aviones, ni soldados, ni instalaciones... Entonces, para atraer de nuevo los bienes deseados, los nativos reprodujeron las conductas de los hombres modernos. As pues, llama-ron a sus dioses mediante una simulacin mgica de lo que haban observado: rea-lizaron fogatas, construyeron rplicas de aviones, hicieron seales de aterrizaje en las antiguas pistas, tallaron auriculares en madera, fabricaron puestos de control... Lgicamente, hicieron esto con la esperan-za de volver a ver los aviones, sin conocer el mecanismo causal que haba justificado la presencia de esos aviones.

    Parece claro que Von Dniken aprovech el culto a la carga para explicar porqu los antiguos humanos representaron imge-nes de sus dioses, aquellos que supuesta-mente les aportaron multitud de bienes y adelantos. Sin duda, esperaban un regreso que nunca se produjo, pero entretanto in-tentaron reproducir aquello que vieron: a los propios dioses, sus naves, sus objetos... No obstante, esta comparacin del mbito antropolgico no permite extraer conclu-siones firmes, pues no hay forma de viajar al pasado y comprobar cul fue el modelo

    real para tales representaciones ni siquiera el propsito de stas en bastantes casos. Por otra parte, la existencia de estas figuras se podra deber a los mismos motivos que justifican la existencia de imgenes religio-sas o mgicas en forma de dioses, ngeles, santos, espritus, profetas, etc. y que estn relacionadas con las creencias o con ciertos rituales. As pues, podran ser objetos de adoracin, exvotos, estatuillas funerarias, efigies de antepasados, etc. En la misma l-nea, podramos apelar a la posibilidad de que fuesen fetiches o figuras totmicas. Re-cordemos que un ttem es un ser, animal u objeto que tiene un significado ritual para los pueblos primitivos por cuanto consti-

    tuye su emblema, vnculo o smbolo de un origen comn. Finalmente, y aunque pueda parecer algo fuera de lugar, las figuras tam-bin podran ser muecos o juguetes para los nios.En todo caso, no debemos menospreciar la conexin de las antiguas tradiciones, leyendas o mitos que han pervivido hasta nuestros das con las representaciones de estas figuras. Hemos visto el caso de los wandjina que tienen un indudable respaldo de tipo mitolgico, que ofrece

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    Representacin en Beb Kororoti en el ritual de la tribu Kayapos (Brasil). En el cen-tro la imagen de un moderno astronauta

  • una justificacin de su propia existencia. Tambin para las estatuillas dogu se estableci un vnculo con la antigua leyenda japonesa de los kappas, segn un estudio del arquelogo japons Komatsu Kitamura (citado por Peter Kolosimo en su libro El planeta incgnito). Se tratara de unos seres bpedos deformes que vivan en entornos acuticos, y que entre otros rasgos tenan ojos extraamente grandes y triangulares. Adems, parecin idnticos a los buzos desnudos de nuestros tiempos. Su piel morena y brillante podra ser una cubierta impermeable; las manos y los pies palmeados podran formar parte el equipo (los ganchos servan probablemente para realizar cualquier maniobra habitual) y la trompa terminada en una joroba sera en el fondo, igual a los aparatos para respirar alimentados por tanques de oxgeno, que tan bien conocemos.Y para cerrar esta vinculacin de mito y objeto, hay que destacar que en algunas ocasiones la iconografa se transforma en un ritual completo de recuerdo de supuestos seres procedentes de otro mundo, como en el caso de cierta danza de los indios kayaps del Brasil, estudiadas por el antroplogo brasileo Joao Americo Peret, en que un nativo, disfrazado con un traje ceremonial hecho de paja trenzada denominado bo con un lejano parecido a una escafandra representara a un ser visitante divino llamado Bep-Kororoti (literalmente, vengo del universo). Ahora bien, para la ciencia acadmica todo esto no es ms que un fenmeno cultural de las comunidades primitivas que debe interpretarse en un contexto mtico, no histrico. Y aqu empiezan los problemas, pues se aduce que el mito no puede ser material cientfico fiable bsicamente por estas tres razones:No admite experimentacin, es una especie de verdad absoluta (en el caso del mito religioso se trata de una revelacin divina).

    Est fundamentado en smbolos, metforas o analogas.

    Introduce elementos espirituales, fantsticos y sobrenaturales negados por la ciencia emprica.En suma, desde una visin ortodoxa, el mito

    no sera historia real, aunque admitamos que puede contener elementos extrados de experiencias vividas en tiempos muy distantes. Se tratara ms bien de un artificio cultural producto de la mente del hombre antiguo para explicar su origen y su entorno, a falta de una verdadera ciencia tal y como la entendemos actualmente. As pues, los estudios acadmicos realizados sobre estas figuras suelen descansar en el terreno de la antropologa, muy particularmente en las creencias de los pueblos primitivos, cuya mentalidad y cosmologa estn muy alejadas de la perspectiva racional del hombre moderno. No hay pues astronautas, sino smbolos o recreaciones de la realidad que cumplen una determinada funcin, que a veces puede resultar confusa o indeterminada. Sin ir ms lejos, las clebres pinturas rupestres del Paleoltico europeo (sin astronautas de ningn tipo) han sido objeto de numerosos intentos de interpretacin en

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    El astronauta de Kiev

  • esta clave antropolgica-mgica como los de Breuil, Laming-Emperaire o Leroi-Gourhan pero pese a lo exhaustivo de estos trabajos no pasan de ser conjeturas ms o menos fundamentadas.

    A modo de resumen del enfoque cientfico ortodoxo, podemos rescatar estas palabras de Christopher Chippindale, conservador del Museo de la Universidad de Cambridge sobre determinadas pinturas de los pueblos primitivos:La interpretacin visionaria (que in-cluye el trance, adems del conocimien-to y de las habilidades especiales de los chamanes) es comn en las sociedades de cazadores-recolectores modernas, o sea que es razonable esperar que tam-bin fuera as en las sociedades cazado-ras-recolectoras del pasado. Un nfasis reiterado de una especie animal puede ser el signo de estas creencias, al igual que otras formas de expresar, mediante metforas visuales, los sentimientos de trance (la ingravidez, la idea de flotar, volar y de otredad como la muerte).De este texto, quedmonos ahora con la mencin a la interpretacin visionaria y las experiencias de trance, pues nos conectan con nuevas vas de investiga-

    cin que desarrollaremos a continuacin como conclusin de este artculo.

    Elementos para una nueva interpretacinLlegados a este punto, podemos empezar a atar cabos y lanzar una propuesta que pueda explicar el fenmeno de la iconografa del antiguo astronauta en tiempos remotos desde otra perspectiva. Cabe puntualizar que este nuevo intento de interpretacin no niega categricamente la lectura acadmica convencional, que asocia el objeto a un conjunto de creencias o ritos en que la imagen tiene un valor simblico o metafrico en la mayora de los casos. De hecho, la interpretacin de la TAA tampoco niega que tales iconos estn ligados a una tradicin o folklore dentro de un sistema de creencias. La diferencia crucial, como hemos visto, viene marcada en el fondo por lo que representan las imgenes en ltima instancia, en una controversia entre simbolismo y realismo. As pues, el quid de la cuestin radica en determinar qu hay detrs de la imagen en s misma, esto es, cul es el origen de las representaciones, no tanto en para qu se realizaban las estatuillas, grabados o pinturas. En este sentido, puede haber una tercera explicacin que explore una va no contem-plada por ninguno de los dos bandos en liza y que se fundamenta en la existencia de otras realidades fuera de nuestro mundo fsico. Esta explicacin proviene de alguna manera de los trabajos del investigador y escritor escocs Graham Hancock, que es conocido por ser uno de los adalides de la arqueologa alternativa desde hace casi 20 aos. Sus polmicos libros se han centra-do en muchas ocasiones en la persistente bsqueda de una civilizacin desaparecida que habra precedido a las civilizaciones conocidas. Sin embargo, es bastante menos conocida una de sus obras que se aparta de esta temtica, pero que podra dar un enor-me impulso a la investigacin del pasado

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    Graham Hancock

  • ms remoto, con una inesperada conexin con la TAA y el fenmeno de la ufologa; es-tamos hablando de Supernatural, publica-da en 2005. Esta obra tiene como propsito explorar un aspecto que se remonta a los tiempos ms antiguos de la humanidad y que no es otro que los contactos de los seres hu-manos con otras realidades o dimensiones que normalmente no podemos percibir en estado de vigilia. Estos contactos o viajes suelen tener lugar en un estado de trance, a menudo provocado por la ingestin de sus-tancias alucinge-nas, si bien en algu-nos casos el acceso a esas dimensiones puede producirse en otras circunstancias especiales o segn la sensibilidad espe-cfica de ciertas per-sonas. Lo que Han-cock aporta no es algo completamente nuevo, pues es un campo que ya haba sido sugerido y ex-plorado por varios investigadores des-de mediados del si-glo pasado. La origi-nalidad de su trabajo radica en que ofrece una visin transver-sal y multidiscipli-nar de este fenmeno mediante un examen comparativo de la casustica de estas ex-periencias desde el hombre del Paleoltico hasta la actualidad. As, Hancock descubre evidentes paralelos entre las pinturas y grabados ms antiguos que representan figuras humanoides no naturales (por ejemplo, terintropos) y las visiones en trance del mbito chamansti-co, en que el iniciado se somete al influjo de seres fantsticos en otro plano de rea-

    lidad. Y lo que es ms, Hancock afirma que los contactos con ciertos seres fantsticos llmense duendes, hadas, gnomos, elfos, etc. registrados por la tradicin folklri-ca a lo largo de la historia responden a unos patrones muy similares a las experiencias chamansticas. Finalmente, la casustica ufolgica tambin encaja en los mismos antiguos modelos, con experiencias que van desde el aprendizaje o la potenciacin de facultades hasta la abduccin, la mani-pulacin corporal o incluso los episodios de hibridacin.En definitiva, tenemos un escenario

    de dos vas de i n t e r p r e t a c i n alternativas:1.- Que esta icono-grafa refleje, aunque sea muy distorsiona-damente, una reali-dad experimentada de forma objetiva (o consciente) por los hombres primitivos; esto es, una visita de astronautas de otros planetas.2.- Que esta ico-nografa se deba a contactos en un estado alterado de la conciencia con seres desconocidos en otras realidades o

    dimensiones, que luego son representados de alguna manera en nuestro mundo fsico.

    La primera opcin supone que los supues-tos visitantes del espacio interaccionaron con las comunidades humanas primitivas y dejaron tal impronta que fueron tomados por dioses o seres superiores que deban ser honrados o recordados, lo que motiva-ra la creacin de su correspondiente ico-nografa. Esto es fundamentalmente lo que Von Dniken y sus seguidores trataron de

    Y si los experimentos y teoras sobre

    otras realidades o universos paralelos tuvieran razn? La mecnica cuntica ha especulado con

    esta posibilidad y ya no se considera un disparate cientfico

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  • argumentar, apelando a los relatos mticos en los casos concretos en que se poda vincular una tradicin conocida a ciertos restos fsicos que reforzaban la interpre-tacin de la presencia de seres no terres-tres. Pero de qu manera podramos com-probar la veracidad literal de los mitos? Ya hemos expuesto la enorme dificultad de trasladar el mundo mitlogico al mundo emprico. Por otra parte, si repasamos someramente todas las pruebas que aportan los segui-dores de la TAA, veremos que hay una ms que diversa tipologa de astronautas, que va desde los modelos ms o menos realis-tas a las figuras ms esquemticas o simb-licas. Cmo separar pues lo que es huma-no de lo que no lo es? Si todo aquello que se sale de una representacin naturalista es susceptible de etiquetarse como extrate-rrestre, entonces entramos en la dialctica del todo vale. Por ejemplo, imaginemos que un arquelogo del futuro encontrara un retrato de estilo cubista; con estos ra-zonamientos, tal vez podra pensar que aquel ser extrao no sera de ningn modo humano, sino otra cosa. Esto nos lleva a pensar que la definicin de extraterrestre es tremendamente problemtica. Hasta qu punto nuestros posibles prejuicios, fruto de vivir en una era espacial y bajo la influencia de ciertos referentes ufolgicos, nos pueden condicionar a ver todas estas figuras de una cierta manera, e incluso de manipular su contexto? En efecto, los defensores de la TAA quieren ver extraterrestres o escenas sospechosas en las figuras que no podemos identificar claramente pero tambin incluso en algu-nas representaciones que tienen un con-texto cultural bien identificado. Este sera el caso de la tumba del rey Pacal, de Palen-que, en que los elementos conocidos de la mitologa maya han sido aparcados para ser sustituidos por una visin tecnolgi-ca que cuadra con la hiptesis de la TAA. Obviamente, en este caso, para dar alguna

    oportunidad a la iconografa del antiguo astronauta, deberamos revisar comple-tamente la validez de los estudios sobre la mitologa maya. Dicho coloquialmente, romper la baraja y jugar a otra cosa. En resumen, no hay que desestimar los indi-cios que inclinan a la duda razonable, pero para sostener todo el edificio se necesitan otros cimientos, pues los existentes hoy por hoy no parecen muy slidos.Pero vayamos a la segunda opcin, que es la que nos fuerza a salir de los parmetros conocidos. La pregunta clave sera: y si los experimentos y teoras sobre otras realida-des o universos paralelos tuvieran razn? La mecnica cuntica ha especulado con esta posibilidad y ya no se considera un disparate cientfico. Hancock explor este campo y en su estudio encontr que varios cientficos de formacin acadmica, des-pus de observar los resultados de varios experimentos controlados, reconocan que las situaciones de trance por ingesta de sustancias psicotrpicas podran suponer un viaje real a otra dimensin; en definitiva, no seran meras alucinaciones de la men-te. En dicha dimensin aparecan seres no identificados de aspecto humanoide pero tambin criaturas de ms difcil definicin (medio humanas medio animales) e inclu-so clsicos arquetipos de extraterrestres. De hecho, el propio Hancock relata que l mismo, tras haber ingerido ayahuasca, se encontr con un ser parecido a lo que los ufolgos denominan los grises. Asimismo, los chamanes aseguran que en la otra di-mensin interaccionan con seres que no se manifiestan en nuestro mundo fsico o que cuando lo hacen es de forma disfrazada, muy habitualmente bajo el aspecto de un animal. Ahora bien, vistas las experiencias de con-tacto y abduccin de seres humanos pro-tagonizadas desde el principio de los tiem-pos por seres de otros mundos, vemos que se repite una misma pauta que en tiempos prehistricos se expresaba con imgenes

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  • de terintropos, en la Edad Media con im-genes de duendes y hadas, y en los tiem-pos modernos con imgenes de alienge-nas. Podra ser la iconografa del antiguo astronauta, si no en todo su conjunto, s al menos en parte, el resultado del contacto con estos seres que operan en otras dimen-siones? Tal vez estas entidades posean la capacidad de desplazarse fcilmente de su dimensin a la nuestra, y puedan aparecer y desaparecer a voluntad en unas determi-nadas condiciones y con un determinado aspecto. Desde este punto de vista, hablar de extraterrestres pierde un poco el senti-

    do, pues sera ms correcto hablar de seres interdimensionales.Para comprender como funcionara este fenmeno, pongamos como premisa que nuestros sentidos son las antenas que cap-tan las seales (ondas o frecuencias) del exterior para que el cerebro las descodifi-que, las procese y las convierta en nuestro mundo real. Obviamente, si el rango de fre-cuencias que podemos captar y descodifi-car es muy limitado, nuestro concepto de la realidad tambin lo ser. As, no habra forma de que tales seres pudieran ser per-cibidos en el estado de conciencia habitual

    del ser humano. Sin embargo, el hecho de acceder a otras frecuencias s podra abrir las puertas a la intrusin de un mundo en el otro, independientemente de quin pro-voca la intrusin. Segn defienden varios autores, sera la liberacin de una poten-te sustancia alucingena natural llamada DMT (dimetil triptamina) la que permitira conseguir este nivel de percepcin amplifi-cada. Esta sustancia ya existe en el cuerpo humano; de hecho, nosotros mismos la ge-neramos en la glndula pineal, que qui-zs no casualmente ha sido asociada al famoso tercer ojo de la tradicin oriental.

    Por consiguiente, no es descabellado aven-turar que las representaciones de seres fantsticos tomados por dioses o astro-nautas, pero que no seran ni una ni otra cosa no constituiran una mera deforma-cin de la realidad, producto de procesos bioqumicos de la mente, sino un intento de dar una forma o apariencia a estos seres en nuestro universo fsico despus de ha-berlos percibido en otra realidad. Indudablemente, todo lo expuesto no son ms que lneas de investigacin que tienen un gran componente especulativo. As, en un elevado porcentaje de esta iconogra-

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  • fa, apenas podemos sugerir poco ms que conjeturas acerca de la verdadera natura-leza de estas figuras de tipo espiritual o mgico. Ahora bien, dando esto por hecho, quedaran todava muchos cabos por atar, a la vista de cierta casustica que resul-ta cuando menos desconcertante, frente a la cual las explicaciones convencionales aportadas por la ciencia no suelen ir ms all del clsico campo de la mitologa o la religin, dejando de lado cualquier intento de interpretacin en clave genuinamente cientfica (aunque quiz fuera del paradig-ma actual). En todo caso, las teoras que hemos expues-to requieren abrir la mente a un concepto distinto de nuestra existencia en el cosmos, al tiempo que ponen sobre la mesa el de-bate de la existencia de seres inteligentes ms evolucionados que nosotros, que nos influyen de alguna manera, positiva o nega-tivamente, y que quizs estn en un mbito mucho ms cercano que un lejano planeta de otra galaxia, si prescindimos de nuestros conceptos convencionales de espacio-tiem-po. Finalmente, deberemos reconocer que las tres visiones presentadas se sitan en terrenos prcticamente desconocidos para nosotros y que siguen reclamando renova-dos esfuerzos de investigacin: los com-plejos mecanismos de la mente humana, la existencia de una inteligencia superior en otros mundos o la hiptesis de un universo multidimensional. Xavier Bartlett 2013

    Notas1.- Lethbridge escribi el libro The legend of the Sons of God, A Fantasy? (1972), fruto de su inters por las figuras de los dioses en las culturas del pasado. Para el cientfi-co ingls las explicaciones habituales sobre las leyendas de dioses no iban en la direc-cin correcta. En su opinin, las referencias mitolgicas apuntaban a que los hijos de

    Dios que haban procreado con las hijas de los hombres eran seres que provenan de otro planeta y que posean fantsticas mquinas voladoras. Lgicamente, mucha gente compar su libro con el Chariot of the Gods de Von Dniken, pero el propio autor ingls puntualiz que, si bien los conteni-dos eran similares, su libro slo ofreca especulaciones para mentes abiertas, no hechos probados.2.- La cronologa vara segn las fuentes consultadas. Como inicios se citan fechas entre el 14000 y el 10000 a.C. y como final las fechas se concentran alrededor del 400-300 a.C.3.- En efecto, aqu se ha querido realizar una interpretacin del tipo: ser aliengena abduce a un grupo de mujeres y se las lle-va a la nave con intencin de realizar algun tipo de experimentacin o manipulacin.4.- KOLOSIMO, Peter. El planeta incgnito. Plaza & Jans. Barcelona, 1971.5 .- FAGAN, Brian M. (ed.). Los setenta mis-terios del mundo antiguo. Blume. Barcelo-na, 2002.

    La ltima obra de Graham Hancock http://www.amazon.co.uk/War-God-

    Graham-Hancock/dp/1444734377

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  • Etemenanki, la Torre de Babel en Cusco, Peru?Documental producido por Jess Gamarra y Jan Peter de Jong.

    Podra haber sido Cusco Babilonia la Grande? Y Sacsayhuaman la Torre de Babel?

    Es Cusco, en Peru, conocida como la antigua capital de los incas, la ancestral ciudad de Babilonia la Grande? Y podra la estructura ms ciclpea de la Tierra, justo por encima y al norte de la ciudad y conocida como Sacsayhuaman, la legendaria Torre de Babel? Estas preguntas no son tan extraas una vez se sabe que la cantera ms grande y ms avanzada se encuentra en y cerca de Cusco y que no fue obra de los incas sino de una cultura anterior, mucho ms antigua, una cultura que fue capaz de construir los vestgios megalticos alrede-dor de Cusco y en el resto del mundo.

    Hay sorprendentes similitudes que se pueden reconocer entre los vestigios y que se explica en detalle en nuestro otro documental La Cosmogona de los Tres Mundos.

    No es extrao que esto sea as, si uno supera el viejo paradigma del continente americano como El Nuevo Mun- do. Las investigaciones inciadas por Alfredo Gamarra hace ms de un siglo y conclu- das por su hijo, Jess Gamarra, confirman la existencia real de la To-rre de Babel en la Tierra de Sinar. Hasta hoy, la Torre no fue encontra- da en la ubicacin que se consideraba el lugar ms probable, es decir, Mesopotamia. Para ello, se utiliz infor-macin de los antguos historiadores griegos y romanos as como de investigadores contem-porneos.

    Al cotejar toda la in- formacin, se encon-traronms de una do- cena de caractersticas nicas de la Torre y de la ciudad de Babilonia la Grande. Dichas ca- ractersticas se corres-ponden con el parque arqueolgico de Sacsa-yhuamn y la ciudad de Cusco, en un nivel tal que no podemos hablar de mera coincidencia. Por lo tanto, la eviden- cia presentada en este video es rompedora de tal manera que Eteme-nanki es un documen- tal que presenta una vi-sin fascinante de unos perdos que faltaban en nuestra historia.Los estudios de Alfredo Gamarra confirman la importancia de los idio- mas quechua y aymara como las lenguas raz. Existen muchas simili-tudes con idiomas europeos y asiticos, lo que indica su importancia y antigedad. Idiomas que, de acuerdo con Alfredo, son los restos de la primera lengua de la Tierra, el idioma que la humanidad tuvo que aprender a hablar durante la confusin de las lenguas.

    Las referencas que Jess Gamarra ha encontrado acerca de la aparicin de la palabra Si-nar en mapas antiguos como Sitiu Sinar, Statio Sinar y Regio Sinar, confrman que el continente sudamericano tuvo influencias del lado del Oceno Pacfico. La Tierra de Sinar, donde se encuentra la Torre de babel y la ciudad de Babilonia la Grande, la gran ciudad que gobernaba sobre todos los reyes de la Tierra.

    Producido pro Jess Gamarra y Jan Peter de Jong.

    El DVD est disponble en ingls y en espaol. el precio es de 20 US dlares. El envo es gra-tuito a todo el mundo

    http://www.ancient-mysteries-explained.com/etemenanki-tower-of-babel-in-cusco-peru.html

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  • Los descubrimientos de Alfredo Gamarra: la humanidad naci en Per

    Jan Peter de JongFotos: Eduard Pi

    Basndose en las investigaciones de Alfredo Gamarra, continuadas por su hijo,

    Jess Gamarra, Jan Peter de Jong presen-ta unas teoras ciertamente arriesgadas

    pero bien estructuradas acerca del origen de la Humanidad y que, de confirmarse,

    pondran en jaque la visin convencio-nal sobre el origen de la civilizacin en

    Amrica y en todo el mundo

  • Alfredo Gamarra (1903-1999) fue un investigador peruano que dedic buena parte de su vida a investigar los misterios de la historia de la Humanidad. Su trabajo, que tuvo carcter multidisciplinar, se bas especialmente en la informacin que le proporcionaron los numerosos vestigios arqueolgicos de Cuzco, su ciudad natal y antigua capital inca del Per. Estos esfuerzos, que afortunadamente tienen continuidad gracias al tesn de su hijo Jess, le condujeron a conclusiones que van ms all del paradigma cientfico actual. As, podramos decir que nos hallamos frente a un trabajo no precisamente convencional, pero s riguroso y exhaustivo, que sin duda merece una seria consideracin, dado que presenta nuevas perspectivas y soluciones donde otros no han sido capaces de aportar nada.Seguidamente exponemos un resumen de las principales teoras que desarroll Alfredo Gamarra a partir de sus observaciones e investigaciones.Amrica no es el Nuevo Mundo, sino un mundo mucho ms antiguo

    Alfredo y Jess Gamarra estudiaron muchos documentos antiguos y todos los vestigios que se hallan en la ciudad de Cuzco, Sacsayhuamn, el Valle Sagrado de los incas (incluyendo Machu Picchu) y muchos otros lugares poco conocidos por el pblico. A partir de estas pruebas, y con la aportacin de su profundo conocimiento de los mitos locales, leyendas y restos de culturas pretritas, como los incas, llegaron a la conclusin de que Cuzco y sus alrededores son mucho ms antiguos de lo que se supone (de ningn modo construidos por los incas), y que el continente americano no era realmente un Nuevo Mundo, como sostiene el paradigma histrico dominante, sino un mundo mucho ms arcaico de lo que se acepta comnmente.

    El origen de muchas culturas de todo el mundo se encuentra en PerEsta conclusin sobre Amrica tambin se basaba en el descubrimiento de restos extraordinariamente antiguos dentro y cerca de lo que se supone que eran vestigios incas, as como en otros indicios procedentes de historias locales, topnimos, smbolos, archivos y crnicas del periodo colonial. Adems, estudios posteriores centrados en libros antiguos como las obras de historiadores griegos y romanos, o informaciones extradas del Vaticano y de la Biblia y en la semejanza de las lenguas locales, como el quechua y el aymara, con otras lenguas de todo el mundo, les inclinaron a pensar que muchas culturas pudieron haber tenido su origen en esta parte del mundo. Asimismo, la memoria global que parece que existi sobre antiguas civilizaciones como la Atlntida o Mu pudo haber estado relacionada con este mismo lugar. Cuzco podra haber sido el lugar sagrado de los orgenes de la humanidad. Para los Gamarra, la presencia de un estilo constructivo muy arcaico en Cuzco y sus alrededores significa algo especial, como

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  • si este lugar pudiera considerarse la cuna de Humanidad. Las construcciones en este estilo se encuentran en otras partes del mundo, tambin relacionadas con El Origen, pero no son tan abundantes como en la zona de Cuzco. Adems, el estudio de la literatura, los topnimos y las antiguas lenguas, as como los indicios que Alfredo Gamarra percibi en sueos lcidos, parecen confirmar esta sorprendente conclusin.Los incas construyeron sobre vestigios ya existentes

    Los Gamarra concluyeron que los incas fueron los responsables de las construcciones ms simples de lugares como Sacsayhuamn o Machu Picchu, caracterizadas por el uso de pequeas piedras con marcas de martillo y cincel o bien de ladrillos de adobe. Sin embargo ellos no construyeron las estructuras ms sofisticadas, dado que no posean las herramientas adecuadas para producir tales resultados. Concretamente existiran dos estilos pre-incaicos:1) Del tiempo de Hanan Pacha, una poca

    que segn A. Gamarra coincidira con el paraso citado en la Biblia (segn la

    mitologa inca, el tiempo de la tierra con el cielo encima). Encontramos este estilo en la base de los vestigios, realizado sobre la roca viva, con el aspecto de haber sido tallado como mantequilla o queso. Las piedras presentan vitrificacin y suelen hallarse en el centro o debajo de los muros de pocas posteriores.2) Del tiempo de Uran Pacha, que vendra a ser la poca bblica comprendida entre la expulsin del paraso y la confusin de las lenguas. Se tratara del estilo tpicamente megaltico con los bordes vitrificados y con un encaje perfecto de los bloques. Solemos encontrar estos muros encima o alrededor de las piedras del primer estilo.

    Los mismos estilos constructivos anteriores a los incas aparecen en todo el mundoAlfredo Gamarra identific el estilo Hanan Pacha en varios monumentos antiguos de todo el mundo, como Malta, Egipto, Gran Bretaa o Japn. En muchos casos parece ser que este estilo fue utilizado por culturas posteriores. As, en Egipto apareci este estilo en la cmara subterrnea una estructura supuestamente inacabada que muestra algunas tpicas caractersticas Hanan Pacha, como las esquinas interiores redondeadas y un aspecto moldeado. En Japn, las estructuras sumergidas de Yonaguni an son objeto de debate sobre su artificialidad, pero para A. Gamarra estaba claro que mostraban los mismos rasgos tpicos del estilo Hanan Pacha.Gracias al anlisis comparativo de imgenes de algunos yacimientos de todo el mundo, se ha podido observar estructuras similares en todos los rincones del planeta, formando en muchas ocasiones la base de antiguos monumentos sagrados. En este sentido, cabe destacar el sensacional descubrimiento de que la estructura ptrea

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  • en el interior de la mezquita de la Cpula de la Roca en Jerusaln, llamada la piedra fundacional, es una tpica piedra Hanan Pacha. El tipo de construccin del Hanan Pacha forma parte de la base de los vestigios. Los muros se erigen alrededor de esas estructuras, como si necesitaran ser protegidas o fueran consideradas de vital importancia, si bien todava no hemos sido capaces de asignar una funcin conocida a

    tales estructuras, al menos desde nuestra lgica actual. Tambin est claro que estas estructuras, hasta el da de hoy, son utilizadas por la poblacin local para hacer ofrendas. En todo caso, hay que resear que no se han identificado canteras para estas construcciones, como algunos han propuesto.Lo mismo ocurre con el estilo de construccin del Uran Pacha: muros compuestos de piedras perfectamente unidas, tan tpico de Cuzco, y algunas veces con enormes bloques. Como ya comentamos, este estilo se detecta muchas veces encima o alrededor del estilo Hanan Pacha. Gracias a Internet podemos ver hoy en da que este estilo aparece en varios yacimientos en todo el mundo; as, otros ejemplos de esta construccin, aparte de Per, los encontramos en la Isla de Pascua, Egipto, Malta y Grecia.El tercer estilo pertenece sin duda a los incas, segn los Gamarra, y es el ms tardo, edificado siempre encima de los otros dos estilos. Algunos podrn argir que los diferentes estilos se superponen en fluida armona, pero resulta obvio que cada estilo se corresponde con una tecnologa diferente, y que el ltimo de ellos presenta una tecnologa muy simple.

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    Ruinas de Sacsayhuaman en Per

    Tempo de Abyds en Egipto

  • Asimismo, las piedras utilizadas en cada estilo son de diferentes tipos, lo que puede representar diferentes fases. Tambin hay que considerar que en los muros con piedras perfectamente encajadas, aun de gran tamao, no vemos nunca piedras mal colocadas: siempre apreciamos juntas perfectas, lo cual hace ms probable la afirmacin de los Gamarra de que en aquel tiempo les era fcil hacerlo as, gracias a algn tipo de tecnologa desconocida.

    Esta tecnologa parece ser que se basaba en piedras moldeables. En todos los vesti-gios examinados se aprecia que los cons-tructores de los estilos Hanan y Uran Pacha eran capaces de hacer cualquier forma que quisieran en la piedra. As, hallamos blo-ques con la forma de esquina, juntas per-fectas con superficies irregulares en todos los bordes de la piedra, formas caprichosas de la piedra como si pudieran hacer mo-vimientos rpidos y difanos cambios en la superficie de la roca, como si sta fuera blanda. El estilo Hanan Pacha se muestra como si hubiera sido moldeado con una

    cuchara, siempre con esquinas interiores cncavas, redondeadas, lo que descarta que hubiera sido realizado con un rayo l-ser, como algunos indican. Una buena ana-loga de este estilo sera nuestro moderno material de proteccin de porexpan, hecho con moldes y calor, que tiene la misma apa-riencia de esquinas redondeadas. De nuevo encontramos esta misma manera de traba-jar la piedra en otros yacimientos a nivel mundial. Las piedras moldeadas y vitrifica-das fueron usadas antes de la po-ca inca

    La vitrificacin es un fenmeno que an es negado sistemticamente por la cien-cia ortodoxa. Los arquelogos se refieren a esta caracterstica como piedras exquisi-tamente pulidas. Sin embargo, Alfredo Ga-marra identific hace mucho tiempo esta tcnica de la vitrificacin en diversos vesti-gios de Cuzco y sus alrededores, en los dos estilos antes mencionados y en diferentes tipos de piedra. La ltima informacin, a partir del anlisis de una muestra, confirma que Alfredo es-taba en el camino correcto. Los resultados demuestran que la composicin de la capa superior de la muestra es muy diferente del resto de la piedra, que es una tpica pie-dra caliza. La capa superior contiene signi-ficativamente ms silicio y la composicin es muy similar a la de la pintura cermica. As pues queda justificado afirmar que esta piedra debi ser tratada con una tecnolo-ga basada en la aplicacin de calor.

    La existencia de piedras vitrificadas se con-firma en los clsicos tipos de piedra de los estilos Hanan Pacha y Uran Pacha. Se pue-de observar muchas veces una capa sua-ve, delgada y uniforme, especialmente en aquellas piedras que de alguna manera han estado mucho ms protegidas de la erosin, por ejemplo las que se encuentran dentro

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  • de las cuevas. En el caso de los muros con las juntas perfectas del estilo Uran Pacha vemos este fenmeno particularmente en las esquinas, donde las piedras parecen haber estado selladas juntas, mientras que otras piedras de esos mismos muros parece como si hubieran sido planchadas en algunos puntos. Cuando se analiz en Europa una muestra de un monumento del Hanan Pacha se pudo apreciar que la capa superficial delgada tiene otra composicin qumica, con una alta concentracin de si-licio, al igual que la composicin de la pintura cermica, lo cual confirma prc-ticamente el uso de calor. Asimismo, el anlisis visual con-firm el efecto de refraccin, muchas veces presente en la vitrificacin, se-gn haba indica-do Jess Gamarra. Analizando este fenmeno en otras partes del mundo, ejemplos claros son los encontrados en las piedras de luga-res como Egipto y Malta.El quechua y el aymara son las len-guas ms antiguas del mundo

    Alfredo Gamarra conoca la relevancia de las lenguas quechua y aymara. Reciente-mente se ha propuesto la especial estruc-tura del aymara como tcnica de traduc-cin automtica informatizada, dado que el aymara no est basado en una lgica dual (verdadero o falso), sino en una lgi-ca de tres valores. De este modo, es capaz de expresar sutilezas modales donde otros lenguajes han de recurrir a complejos cir-

    cunloquios. As pues, el aymara facilitara la traduccin de idiomas, tal como ha con-firmado el investigador boliviano Ivn Guz-mn de Rojas, inventor del programa infor-mtico Atamiri. El aymara es tan perfecto que se ha llegado a sugerir que se tratara de una lengua artificial.

    Alfredo dijo que el aymara, junto con el quechua, desciende directamente del pri-mer lenguaje existente sobre la Tierra, lo que tendra confirmacin a travs de las semejanzas regulares

    que se dan entre el quechua y el aymara y otras lenguas de todo el mundo. Siguiendo la lgica de un solo lenguaje originario comn, Alfredo con-sider que ese origen estaba en Cuzco y que el quechua y el ayma-ra eran los restos de ese primer lenguaje, la lengua que la Hu-manidad tuvo que aprender despus de la confusin de len-guas. Antes de ese tiempo, segn Alfredo, los hombres se podan comunicar telepticamente. Asimismo, existe una larga lista de libros

    que tratan esta cuestin y que establecen una similitud entre estas lenguas y otras de Europa y Asia. Durante mi primera visi-ta a Cuzco, antes incluso de conocer las in-vestigaciones de los Gamarra, conoc a un hombre que hablaba ocho lenguas, y segn l esto se deba a que tena el conocimien-to del quechua, lo que le facilitaba hablar las otras siete lenguas restantes. Tambin argumentaba que el quechua debi de ha-ber sido una especie de lengua raz, lo que parece confirmarse por otras fuentes. Jess

    Para mucha gente puede resultar

    increble el hecho de que existiese una

    menor gravedad en el pasado, pero ello podra explicar muchos misterios

    del pasado

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  • Gamarra escribi un pasaje interesante so-bre esto, llamado La Primera Lengua.En tiempos arcaicos existan otras condiciones fsicas en el planeta

    Para mucha gente puede resultar increble el hecho de que existiese una menor gra-vedad en el pasado, pero ello podra expli-car muchos misterios del pasado. Despus de or esta propuesta de Jess Gamarra, la investigu ms a fondo y llegu a la conclu-sin de que existen varias indicaciones y pruebas que confirman una menor grave-dad en tiempos remotos.Alfredo Gamarra sostena que, a causa de una menor gravedad y una menor presin atmosfrica, las formas de vida en el pasa-do pudieron haber sido ms grandes, como por ejemplo durante la era de los dinosau-rios. Asimismo, estableci una relacin en-tre el tamao de los seres humanos y una gravedad menor, tomando como base las numerosas referencias a los gigantes en el pasado y a algunos hallazgos de huesos gi-gantes. Otro rasgo peculiar seran los cr-neos alargados que no deben confundir-se con las deformaciones artificiales, que aparecen el Per (Cuzco, Nazca, Paracas...), as como en otros lugares como Malta o Ru-sia.

    La poblacin de la era Hanan Pacha pudo haber tenido cartlagos en vez de huesos (insinuado tambin en los trabajos de Ma-dame Blavatsky), lo que h