En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?”. Respondió Jesús: “El primero es: ‘Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser’. El segundo es éste: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No hay mandamiento mayor que éstos”. El escriba replicó: “Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Jesús Viendo que había respondido sensata-mente, le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Jesús nos habla hoy de la principal regla del cristiano: Amar a Dios y amar al prójimo, pero enfrascados como estamos en nuestras pro-pias cosas, a veces nos olvidamos de amar.

Para poner en práctica el mandamiento del Amor, hemos de descubrir a Dios en nuestro corazón, amarle con todo nuestro ser, y amar a los hermanos como a nosotros mismos.

Amar a los demás es aceptarlos como son, es poner voluntad en mejorar las relaciones con aquellas personas con las que no nos

entendemos. Amar es hacer a Cristo presente donde hay dolor, pero también donde hay alegría.

¡Sepamos irradiar el amor que Dios nos tiene a todos los que nos rodean!

Año III. Nº 76 - 4 NOVIEMBRE 2018

DOMINGO 31 - T. ORDINARIO - CICLO B

Del Evangelio según San Marcos Del Evangelio según San Marcos 12, 2812, 28--3434

La Iglesia y la piedad popular recuerda especialmente durante este mes a los difuntos, que “nos han precedido en el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz”.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que “la Iglesia peregrina, desde los primeros tiempos del cristianismo, ha honrado la memo-ria de los difuntos y ha ofrecido sufragios por ellos para que sean liberados del peca-do” (CIC.1032).

La visita al cementerio y la oración por nuestros familiares, amigos y bienhechores difuntos, es una profesión de fe en la resurrección de la carne y la vida eterna después de la muerte, como rezamos en el Credo.

Tendríamos que fomentar la práctica de aplicar intenciones de Misas por nuestros difuntos. Es un gesto de afecto y de vin-culación con aquellos que nos han dejado. Nos permite vivir su ausencia y mantiene nuestra esperanza. La comunión de los Santos establecida en Cristo hace vivir en comunión a los vivientes en la tierra y los vivientes en el cielo. Unidos a Cristo en la celebración de la Eucaristía estamos en comunión con nuestros difuntos. Rogamos al Padre por ellos. La Eucaristía se convierte así en una profunda comunión de amor y de oración con aquellos que ya han vivido su pascua decisiva hacia el Padre.

CONCÉDELES, SEÑOR, EL DESCANSO ETERNO

BRILLE PARA ELLOS TU LUZ PERPETUA.

El próximo domingo celebramos la Fiesta de la Iglesia Diocesana. Como continuidad a las campañas de los dos últimos años, el lema es

En una parroquia fuimos bautizados y por el bautismo pertenecemos a la familia de los hijos de Dios. Somos hermanos por el bautismo, hijos de un mismo Padre. Que este día nos acerque a sentirnos un poco más familia, un poco más parroquia.

Un día para orar y buscar apoyo económico para nuestra Diócesis ante las necesidades espiri-tuales, pastorales y materiales, sobre todo de los hermanos que celebran la fe en las parroquias más pobres.

Somos la gran familia de los hijos de Dios. Una gran familia en la que todos debemos colaborar y contribuir para que la parroquia funcione. Todos somos “uno” a la hora de construir la gran familia de la Iglesia, corresponsables de su labor y de su sostenimiento.

Cada uno según sus posibilidades, ofreciendo nuestro:

Tiempo, como voluntario para diversas actividades. Cualidades o aptitudes para determinadas tareas. Aportación económica, necesaria para el mantenimiento y mejoras del Templo, casa de todos. Colaborando con alimentos para Cáritas. Oración por la comunidad eclesial.

La Diócesis, las Parroquias, necesitan nuestra ayuda para seguir ayudando a los demás, para ser iglesia de acogida, de compartir, de oración, donde todos nos sintamos hermanos.

¿Qué necesita mi parroquia? ¿Cómo puedo ayudar?

lunes de 7 a 8 de la tarde.

Media hora antes de las Misas. Siempre que haya un sacerdote en la Iglesia

Todos los jueves de 7 a 8 de la tarde

Todos los días, a las 19’30 h. antes de la Eucaristía.

Somos Comunidad, colaboro con mi Parroquia

Banco Popular: ES26 0075 0016 8606 0300 6200

A los que celebráis el santo o cumpleaños en esta semana ¡FELICIDADES!

Recordamos a los enfermos en nuestra oración

ante el Señor y la Santísima virgen

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PÁGINA WEB DE LA PARROQUIA: sanpedrodemurcia.com — TELÉFONO: 968 21 00 81

Quien desee recibir la Hoja Parroquial por correo electrónico, puede dejar su dirección e-mail en la sacristía

Próximo cursillo MUJERES 15 al 18 de Noviembre 2018

Más información en el Tfo. 665 05 02 67