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DEL EBRO Infantería nacional avanzando entre los olivares próxi- mos a la Sierra de Cavalls, protegida por la artillería

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DEL EBROInfantería nacionalavanzando ent relos olivares próxi-mos a la Sierra deCavalls, protegidapor la artillería

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L A batalla del Ebro, plantea-da a partir del día 25 de

julio, fue consecuencia inme-diata de la estabilización delfrente en Cataluña, desde laprimera quincena de abril de1938. En aquellos momentosla presión de los ejércitos na-cionales, protagonizada por losCuerpos de Ejército de Gali-cia y Castilla al mando de losgenerales Aranda y Várela, res-pectivamente, era fuertementeejercida a lo fargo de la costaen dirección a Valencia, trassuperar las últimas estribacio-nes de la sierra de Espadan. Lallegada al Mediterráneo de lasruerzas de la 4." División deNavarra, mandadas por el ge-neral Alonso Vega, en la jor-nada del 15 de abril, ViernesSanto, y la consiguiente esci-sión de la zona republicana,obligó a un nuevo planteamien-to de la situación, aconsejandoal Mando republicano la adop-ción de las pertinentes medi-das, cristalizadas en las ofen-sivas de Balaguer, Tremp y Se-ros, en la última semana delmes de mayo —del 22 al 28—con el intento de reducir lascabezas de puente estableci-das, magníficas bases de par-tida para futuras ofensivas ha-cia el interior de Cataluña.

Planteamientode la ofensiva

Fue en los primeros d(as dejunio, cuando el Estado MayorCentral del Ejército Republica-no, cuya jefatura era ejercidapor el general Vicente Rojo,planeó dos proyectos de ope-raciones ofensivas, partiendode las líneas del Segre y Ebro.La primera tenía como objetivola ocupación de Fraga paraadentrarse hacia Aragón con lareconquista de Lérida y, estaúltima, perseguía el paso delrío en audaz operación paraVillalba, con un objetivo muchomás ambicioso, cual era, tras laocupación de los macizos deBeceite y Montenegrelo, irrum-pir hacia el Maestrazgo y laplana de Castellón, a fin dedesbaratar la ofensiva nacionalen dirección a Valencia. De am-bos proyectos, se estimó esteúltimo como más factible, má-xime cuando las fuerzas nacio-nales estaban a punto de al-canzar la -huerta valenciana,después de superar los obs-táculos naturales de las sierraspróximas.

La operación de cruce del ríofue confiada al Ejército delEbro, mandado por el tenientecoronel Modesto Guillólo con

el comisario Luis Delage. Ejér-cito constituido a fines de ma-yo, cuando finalizaron las accio-nes ofensivas de Balaguer ySeros, en sustitución de la lla-mada «Agrupación Autónomadel Ebro». Estaba formada porlos V y XV Cuerpos de Ejército,mandados por los tenientes co-roneles Líster García y Tague-ña Lacorte, integrando el pri-mero de ellos las Divisiones45 Internacional al mando delmayor Hans Kahle; la División46, mandada por DomicianoLeal, por enfermedad del te-niente coronel Valentín Gonzá-lez «El Campesino», y la 11 Di-visión, mandada por el mayorRaimundo Fernández. El XVCuerpo lo formaban la División35 Internacional al mando delmayor Pedro Merino; la 3 Di-visión, cuyo mando ejercía elmayor Esteban Cabezos Moren-te, y la 42 División, mandadapor el mayor Manuel Fernán-dez. En total, pues, seis grandesunidades, formando un conjun-to con las compañías divisiona-rias y fuerzas agregadas deunos 60.000 hombres. El frenteelegido fue el tramo del Ebrocomprendido entre Mequinenzay Amposta, con una acción prin-cipal entre Chérta y Ribarrojay dos secundarias sobre Am-posta y Mequinenza para fijarfuerzas en el momento de ini-ciarse las operaciones y tratarde cortar las comunicacionesdel ferrocarril y carretera a finde impedir la llegada de re-fuerzos.

Por parte nacional guarne-cían el amplio frente las Divi-siones número 50, mandadapor el coronel Campos Ergue-ta, que desplegaba desde laconfluencia del Ebro con el Se-gre hasta Chérta, y la 105, almando del coronel López Bra-vo, desde esta última pobla-ción hasta la desembocaduradel Ebro. Pertenecían ambas

•divisiones al Cuerpo de Ejérci-to Marroquí, mandado por elgeneral Yagüe Blanco, conjun-tamente con la 13 División,mandada por el general BarrónOrtlz, en línea en el sector deLérida, aunque una de sus bri-gadas había sido destacada enel sector del Ebro, en los pue-blos de la retaguardia inmedia-ta, ante presumibles contingen-cias. Unos 14.000 hombres entotal.

Comienza la operaciónLa operación de cruce del

Ebro por parte de las tropasrepublicanas fue comenzadaexactamente a las 0'15 horas

del día 25 de julio de 1938,Al amparo de la oscuridad sedeslizaron silenciosamente, lasbarcas por las tranquilas aguas,sorprendiendo a las guarnicio-nes nacionales muy disemina-das debido a la escasez deefectivos a lo largo del frenteinvadido. En el sector de Am-posta —dos kilómetros aguasarriba de la población— la ac-ción ofensiva corrió a cargo dela XIV Brigada Internacional,logrando alcanzar el canal para-lelo al río, donde fueron recha-zados, mediada la tarde del mis-mo día, por fuerzas de la 105 Di-visión y el Tabor Tiradores deIfni y Batallón 262 de la 13 Di-visión y el Tabor de Ifni' núme-ro 297. La segunda acción diver-siva consistió en el paso del ríopor el Barranc de l'Aiguamoll,formando la 42 División la ca-beza de puente Fayon-Mequinen-za, hasta ocupar las proximida-des del cruce de Gilabert y losaltos de los Auts.

Fue en el Sector Centro dondela operación alcanzó mayor éxi-to, ocupando las Divisiones re-publicanas los pueblos de Riba-rroja, Flix, Ascó, Mora de Ebro,Miravet, Benisanet, La Fatarella,Corbera de Ebro y Pinell deBray, llegando las vanguardiasa las puertas de Gandesa, Vi-llalba de los Arcos y Poblade Masaluca, con la tambiénocupación de las sierras deCavalls y Pándols, el macizode San Marcos y los montesde La Fatarella y Puig Gaetahasta el río Matarranya. Lamáxima penetración alcanzadafue en la ermita de San Joséde Bot, deslizándose los com-batientes de la 11 Divisiónpor la'Valla deis Navarros, quesepara el macizo de Puig Ca-valler de la sierra de Pándolshacia el santuario de la Font-calda y, a través del túnel delferrocarril de Val de Zafan, alermitorio de Bot. El objeto deesta operación no era otroque interceptar las carreterasde Bot a Gandesa y la gene-ral de Tarragona-Alcolea delPinar.

Contramedidasnacionales

Dispersada la 50 División ycon pérdidas entre los efecti-vos de la 105, el Mando Nacio-nal dispuso el rápido trasladoal nuevo teatro de operacionesde la 13 División, gran partede cuyos efectivos estaban si-tuados en Lérida, mientraseran rápidamente retiradas delfrente de Levante la 4." Di-

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visión de Navarra y las Di-visiones números 82 y 64,mandadas estas últimas porlos generales Delgado Serranoy Galera Panlagua, respectiva-mente, para situarlas en elcorto espacio de veinticuatrohoras en las inmediaciones dePrat del Comte, con la mi-sión de detener la ofensiva.A su vez, a la 13 División leconfió el mando la defensa deGandesa al propio tiempo que,a marchas forzadas, emprendíalargo camino desde Cáceresla División número 74, man-dada por el coronel Arias Ji-ménez, destinada a la defensadé Villalba y Robla de Masa-luca, una vez desembarcadossus efectivos.

Ataques a Gandesay a Villalba de los Arcos

Por espacio de varias jor-nadas —prácticamente a par-tir de las últimas horas delmismo día 25—, la 35 Divi-sión Internacional pugnó porapoderarse de Gandesa, desa-rrollándose terribles combatesen torno a Puig de l'Aliga (co-ta 431) que los legionarios dela Sexta Bandera bautizaroncon el nombre de «Pico de laMuerte», debido al gran nú-mero de bajas registradas ensu defensa, y los soldados in-gleses del Batallón Británico ladenominaron «El Grano», porlo costoso en sus intentos deocupación. Ataques frontales a

la plaza se sucedieron sin in-terrupción hasta el día 3 deagosto, alcanzando los comba-tientes polacos el Sindicato yBodega Cooperativa, j u n t o ala carretera de Corbera, en latarde del día 31 de julio. EnVillalba, la Tercera División selanzó al asalto de la plaza apartir de las primeras horas dela jornada del día 26, centran-do después, visto lo infructuo-so de los ataques, el principalesfuerzo hacia las posicionesdé «El Faristol» y «Cuatro Ca-minos» con el fin de ocuparel pueblo mediante envolví--miento por el sur. La llegadade tropas de refresco nacio-nales, entre ellas cuatro bata-llones de la 150 División del

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DESPLIEGUE DEL EJERCITO DELEBROY DEL C.E. MARROQUÍ

a las 0'15horas del dia 25-7-1938

Despliegue del Ejército del Ebro y de las fuerzas nacionales que guarnecían la orilla derecha del río, desdeMequinenza hasta la desembocadura. Por parte republicana participaron en la primera fase de la ofensivalos Cuerpos de Ejército V y XV, mandados, respectivamente, por Enrique Líster y por Manuel Tagueña;en ellos figuraban las divisiones más aguerridas del ejército republicano (la 11, la 46, la 42, las 35 y 45internacionales, donde ya los extranjeros eran ampliamente minoritarios...). Por parte nacional, resistieronel choque las divisiones 50 (coronel Campos) y 105 (coronel López Bravo) y una brigada de la 13, todasellas pertenecientes al Cuerpo de Ejército Marroquí. Inmediatamente fueron trasladadas al nuevo frente elresto de la 13, la 4.a de Navarra, la 82 y la 74. Otras unidades intervinieron sucesivamente en la batalla

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PENETRACIÓN ALCANZADAPOR EL EJERCITO DEL EBRO

EL 26 DE JULIO

Penetración lograda por las fuerzas republicanas (Ejército' del Ebro) el 26 de julio. Sobre el mapa se apreciala precariedad de la bolsa de Mequinenza-Fayón que fue, en efecto, rápidamente reducida. En la bolsa prin-cipal, los dos puntos clave de la resistencia nacional fueron Gandesa y Villalba de los Arcos, como despuéslas alturas de la Fatarella y sobre todo Iss abruptas sierras de Pándols y de Cavalls constituyeron los puntosmás ventajosos para la resistencia de las.fuerzas republicanas (de hecho, Pándols fue ocupada por los na-cionales mediante un movimiento envolvente). Obsérvese la importancia del cruce de carreteras de la Ventade Camposines, centro neurálgico de la bolsa del Ebro. Las fuerzas nacionales tardaron un mes en salvar ios11 kilómetros que separan Gandesa de Camposines, librando una continua serie de gravosísimos combates

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general Muñoz Glandes y elendurecimiento de la acción de-fensiva por mayor potencia defuego y superioridad aérea,obligó a las tropas republica-nas a desistir en sus ataques,a pesar de que fueron gradual-mente embebidas en las ope-raciones las Divisiones núme-ro 16 del mayor Mora y la 27,la antigua «Carlos Marx», man-dada por el mayor Usatorre. A|final de la jornada del 3 deagosto permanecían firmemen-te en poder nacional las plazasde Gandesa —importante nudode comunicaciones—, Villalfaay Pobla de Masaluca, quedan-do el frente establecido a lolargo del Matarranya hasta suconfluencia con el Ebro, conFayón, asimismo en manos na-cionales.

Reducción de la bolsaFayón-Mequinenza

Detenida la ofensiva republi-cana, el Cuartel General delGeneralísimo, a través delEjército del Norte, ordenó laprimera contraofensiva dirigidaa eliminar la bolsa Fayon-Me-quinenza, guarnecida por uni-dades de la 42 División. En lasprimeras horas de la mañanadel día 6 de agosto, una fuer-te preparación artillera, segui-da de acciones aéreas en bom-bardeo y picado, facilitó a laAgrupación Nacional, mandadapor el teniente coronel Lom-bana, la ocupación del Vérticedeis Auts, emprendiendo lasfuerzas republicanas su reti-rada en dirección al Ebro, quealcanzaron en el transcurso dela noche, para trasladarse . elgrueso de las fuerzas a la ori-lla izquierda, tras haber sufridograves pérdidas en los comba--tes. En la jornada del día 7las trapas nacionales restable-cieron la situación, ocupandoen la misma línea del Ebro lasabandonadas posiciones en elcomienzo de la ofensiva repu-blicana, junto a los cañavera-les del río.

Terribles combatesen la sierra de Pándols

Con Inusitada rapidez —es-cribe el general García Vali-ño— la totalidad de la masaartillera y compañías de carrosde combate que habían interve-nido en la reducción de la bol-sa Fayon-Mequinenza fuerontrasladadas a las estribacionessudoeste de la sierra de Pán-dols, próximas a Prat del Com-te, donde desplegaron conjun-

tamente con las fuerzas de laCuarta de Navarra, elegida porel Mando nacional para iniciarla ofensiva cuyo objetivo noera otro que expulsar las fuer-zas de la 11 División del maci-zo central, primero, y de lasestribaciones este, después.Fueron terribles los combatesentre ambas Divisiones, puesla naturaleza rocosa del. sueloimpedía la construcción detrincheras y refugios, estallan-do sobre la misma superficie(as granadas de artillería conel consiguiente aumento delárea de dispersión de la me-tralla. A las acciones artillerasy aéreas por ambas partes, ca-bía añadir la implacable fuer-za de los rayos solares contemperaturas que superabanlos 30 grados en las horas diur-nas, para descender acusada-mente durante la noche, dadala altura del macizo montañoso,cuya cota más elevada supe-ra' los 700 metros —705 exac-tamente— próxima a la ermitade Santa Magdalena. El tor-mento de la sed y las. Irregu-laridades en los suministros,dadas las penosas condicionesde los caminos de acceso a loalto de la sierra, contribuíanen no escasa medida a con-vertir aquel paraje en un ver-dadero infierno.

La ofensiva de la Cuarta deNavarra comenzó en las pri-meras horas del día 10 deagosto, previa intensa prepara-ción artillera y masivos bom-bardeos aéreos. Con suerte al-terna y con ataques naciona-les, seguidos inmediatamentede fuertes contraataques repu-blicanos, los batallones nava-rros ocuparon la ermita y lacota 705, para descender des-pués hacia el barranco de Pán-d.ols, donde quedaron deteni-dos, haciendo crisis la ofensi-va en la noche del 14 al 15 deagosto, cuando un contraata-que a cargo de la 35 DivisiónInternacional, que había susti-tuido a la División número 11,restableció la situación.

Las bajas republicanas su-peraron el número de 5.000 en-tre las que se contaban 2 je-fes, 10 comandantes de bata-llones, 43 capitanes, 147 te-nientes y 4.600 clase's y tropa.Por su parte, la Cuarta Divi-sión de Navarra registró a lolargo- es la batalla exactamen-te 840 muertos, 5.712 heridosy 2.600 enfermos, de lo queen un 80 por 1CO fueron pro-ducidos en Pándols en el trans-curso de aquellas cinco sangrien-tas jornadas.

«Los barrancos de la sierra

de Pándols —escribe doloridoEnrique Castro Delgado, subco-misario general del V Cuerpode Ejército— cubiertos de ca-dáveres, llevaban a la Histo-ria este gran macizo montaño-so como el teatro del másgrande combate de la guerra.Con ello .—añade— se pusofin al choque sangrléndo de lasdos mejores unidades de losEjércitos en lucha.»

Ofensivaen Cuatro Caminos

Estabilizadas las líneas enlo alto de Pándols, una nuevaofensiva fue planeada por el•Mando nacional. El sector es-cogido fue el de Cuatro Cami-nos, así llamado por confluirlas carreteras de Gandesa aVillalba, la de Villalba a la Fatarella y el «Cami Vell» deCorbera, siguiendo por Valde-canelles. Con el cruce de laVenta de Camposlnes consti-tuían los puntos claves en or-den al control de las comuni-caciones y red víaria, de sin-gular importancia para facili-tar los desplazamientos de am-bos Ejércitos. Los objetivos dela operación no eran otros queocupar los montes de La Fata-rella, para confluir luego ha-cia Camposines a partir del ki-lómetro 6, envolviendo conello a las tropas republicanasestacionadas frente a Gandesay valle del Riu S.ec, a lo largode la carretera de Corbera. Co-rrespondió romper el frente enla cota 481 «Posición Targa» alTercio de Nuestra Señora deMontserrat, perteneciente a la74 División, mientras otrasfuerzas de la División se in-filtrarían por Valdecanelles, de-fendido por los batallones delas 27 División republicana, afin de rebasar Corbera por elnorte. El día elegido fue el 19de agosto —cuatro jornadasdespués de haber hecho crisisla ofensiva nacional en Pán-dols—, lanzándose a las docehoras las fuerzas del Tercioal salto de la «Punteta de Tar-ga», pequeña prominencia quedomina la encrucijada de Cua-tro Caminos. La fuerte resisten-cia de las tropas republicanaspertenecientes a la TerceraDivisión impidió ocupar el ob-jetivo, replegándose el Tercio,anochecido ya, a sus posicio-nes de partida, habiendo expe-rimentado fuertes pérdidas, 58muertos y 170 heridos. Ama-necido el día 20, se reanuda-ron las operaciones ofensivas,actuando otras unidades sobre

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los flancos de la cota 481, quetuvo que ser abandonada porsus defensores ante el peli-gro de envolvimiento, pues sehabían ocupado posiciones enel este y avanzábase en pro-fundidad hacia la retaguardiaInmediata. La progresión nacio-nal siguió el eje del camino deVillalba a La Fátarella, Intervi-niendo unidades de la 82 y la152 Divisiones; esta última,mandada por el general Rada,procedía de Tremp, en refuer-zo de la División 74. Debido alas características del terreno,muy apropiado para la defen-sa y la fuerte resistencia re-publicanas, el avance se hizocada vez más lento, con cuan-tiosas bajas por ambas partes.Combates que culminaron eldía 22 de agosto con la ocupa-ción de Pulg Gaeta, la cota máselevada .del sistema montañosode La Fátarella, vértice total-mente arrasado por la accióncombinada de los bombardeosaéreos y artilleros que incen-diaron el bosque. M i e n t r a sunas fuerzas quedaban deteni-das en la Partida de Prat deGardell, entre La Gaeta y elpueblo de La Fátarella, otrasunidades nacionales pugnabanpor aproximarse a Corbera porla Partida de Fanjoanes, regis-trándose violentos combatesdurante el día, a los que, Inde-fectiblemente, sucedían con-traataques republicanos en eltranscurso de la noche. «Elenemigo —se lee en la Me-moria de la 13 División, conreferencia a estos combates—,que se ha fortificado a todaprisa, decidido a prolongar labatalla hasta el final de susfuerzas, ofrece una tenaz resis-tencia; el avance se hace ca-da vez más lento y costoso.No obstante, el día 21 se estáa punto de conseguir un éxitodecisivo. El enemigo, batido, serepliega sobre Corbera y selanzan en esa dirección todoslos carros de combate, pero elcansancio y las bajas de lasfuerzas de infantería les impi-de perseguirle y se malogra eléxito que se tenía ya en lasmanos. El día 22 se ocupa elVértice Gaeta, a pesar de locual el avance se hace cadavez más lento. El Mando deci-de romper por otro punto».

La defensa del terreno porla parte norte corría a cargode la División Tercera, reforza-da por los efectivos de las Di-visiones 16 y 60, muy diezma-dos, mientras al sur de Villal-ba eran los batallones de la135 Brigada Mixta de Carabi-neros y de la 27 División los

encargados de la resistencia.Como en la sierra de Pán-

dols, a la dureza de la luchacabía añadirle la absoluta faltade agua —las pequeñas reser-vas de las cisternas se habíanagotado rápidamente—, unidoal fuerte calor propio de la se-gunda quincena de agosto yel suministro de boca, todo abase de rancho en frío —latasde sardinas, chorizo, mermela-das, botes de carne de conser-va—, cuyo consumo originabaentre los combatientes una sedtremenda y la aparición de fo-runculosls y enterocolitis.

La ofensiva hace crisisDecididamente, IR ofensiva

nacional se estaba agotando apartir del día 25. Por espaciode ocho días se combatió en-carnizadamente en el triángulocomprendido entre Villalba,Corbera y Pulg Gaeta, lográn-dose avanzar cuatro kilómetrosen profundidad. Como decimos,la característica de los comba-tes —ensayada ya en Pán-dols— fue de fuertes ataquesnacionales en las horas diur-nas, unido a una serle de con-traataques republicanos en lashoras nocturnas. El forcejeode cota por cota y los escasosresultados obtenidos obligó aun gradual cese de las opera-ciones en aquel sector, paraplanear nueva ofensiva. Prácti-camente, el día 30 habían ce-sado los combates, según sedesprende del «Dietario.» delsargento Francisco GavaldáEloy, de La Canonja (Tarrago-na), adscrito a la Cuarta Com-

pañía del Tercio de Montserratcuando, referido a aquella jor-nada, escribe textualmente;«Por la mañana cada uno arre-gla su parapeto con una tran-quilidad que parece mentiraque estemos en guerra. Sola-mente algunas explosiones sedejan oír».

Rotura por el sectorde Gironesos

La iniciativa continuaba enmanos nacionales, limitándoseel Ejército Republicano a unatenaz acción defensiva. Es porello que asistimos en los úl-timos días de agosto a unareagrupación de fuerzas en lasproximidades de Gandesa, co-mo consecuencia de la llegadaal teatro de operaciones de laPrimera División de Navarra,mandada por el general Moha-med Ben Kassem Mizzian. Poruna orden del Ejército del Nor-te, cuyo mando ejercía el ge-neral Dávila Arrondo, se cons-tituyó el Cuerpo de Ejército delMaestrazgo, mandado por elgeneral García Vallño, del quela División navarra formabaparte integrante. El objeto deltraslado de una de las mejo-res y bien dotadas grandesunidades del Ejército Nacionaldesde la zona de Levante noera otro que emprender nuevaofensiva en estrecho contactocon la 13 División, denominada«La Mano Negra», encargada,desde los primeros días de labatalla, de la defensa de Gan-desa. La zona de rotura elegidafue la de la partida de Els Giro-nesos, entre Gandesa y Corbera,

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Arriba, la Sierra de la Valí de la Torre y, en cota superior y al fondo, la Sierra de Cavalls, vistas desdelas ruinas de' Corbera; en primer término, el valle del Riu Sec. Abajo, la Venta de Camposines (al fondo)oculta por la nube de polvo y humo levantada por un bombardeo aéreo (fue uno de los objetivos más castiga-dos por la aviación nacional y también por la artillería). En la fotografía, el pueblo de la Fatarella y sus carreteras

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sucesión ininterrumpida de co-linas, cuya defensa corría acargo de la 27 División. El ob-jetivo no era otro que aligerarla presión ejercida en torno ala plaza, ocupar Corbera deEbro y avanzar después porel valle del Riu Sec hacia Ven-ta de Camposines, teniendocomo eje de separación la ca-rretera.

Franco en el escenariodel Ebro, adonde también

acude NegrínEl Generalísimo Franco llegó

por vez primera, el día 2 de sep-tiembre, al Coll del Moro,lugar elegido por el Ejército delNorte para instalar su observa-torio y puesto de mando. Lagran panorámica que desde loalto se divisa —en realidad,todo el valle de Corbera, lahondonada de Bot, los montesde La Faterella y los macizosde Pándols y Cavalls— acon-sejó desde el planteamiento dela batalla elegir el lugar comopunto más indicado para diri-gir las operaciones. Fue eldía 3 de septiembre la Jornadaelegida por el Mando para larotura por ej sector de Girone-sos, iniciándose la preparaciónartillera, a cargo de 76 bate-rías, a las ocho horas, paraprolongarse hasta las doce. Alviolento fuego artillero contra-rreplicó la artillería republica-na, que en número de 15 bate-rías desplegaba en forma dearco entre Puig Gaeta y Corbe-ra, cruzándose los fuegos enmedio de un gran estruendo, alque siguió poco después la ac-ción de 30 bombarderos naciona-les. Aquello era un infierno,pues el fuego se vio pronta-mente incrementado por laspiezas republicanas pertene-cientes a la Agrupación de Ar-tillería del V Cuerpo de Ejér-cito, que en número de 48 es-taban emplazadas en la parteposterior de la sierra de Ca-valls, próximas a la carreteraqua desde Plnell de Bray se di-rige a Benisanet. Los fuegosde estas piezas fueron dirigi-dos hacia Gandesa y sus al-rededores, donde desplegabala Primera División de Nava-rra y gran parte de la masaartillera nacional.

A las doce horas en puntocesó la preparación artilleralanzándose los Infantes alasalto de las posiciones pre-viamente elegidas por el Man-do. A los batallones de la Di-visión de Navarra les corres-pondió ocupar los Gironesos,

CRONOLOGÍA DE LA BATALLA25 julio 1938, 0'15 horas. Las fuerzas republicanas del Ejér-

cito del Ebro cruzan el río por diversos puntos entreMequinenza y Amposta.

3 agosto. Cesan los fuertes ataques republicanos contra Gan-desa y Villalba de los Arcos, puntos que permanecenen poder de las fuerzas nacionales. Las tropas republi-canas pasan a la defensiva.

6-7 agosto. Reducción de la cabeza de puente republicanade Fayón-Mequinenza.

14 -15 agosto. Las fuerzas republicanas detienen la ofen-siva nacional en Pándols; las unidades empeñadas enla lucha, de uno y otro bando, sufren bajas del ordendel 80 por ciento de sus efectivos.

19 agosto. Se inicia la ofensiva nacional por el sector deCuatro Caminos.

22 agosto. Los nacionales ocupan Puig Gaeta, cota más ele-vada de los altos de la Fatarella, pero el avance re-sulta cada vez más lento y difícil, por los continuoscontraataques (sobre todo nocturnos) de las fuerzas re-publicanas. El día 30 habían cesado los combates enel sector.

2 septiembre. El Generalísimo Franco instala su puesto demando en el Coll del Moro,

3 septiembre. Las fuerzas nacionales atacan por el sectorde Els Gironesos, entre Gandesa y Corbera, buscandola ruptura. 76 baterías nacionales, más la aviación, pre-paran el terreno, disparando desde las 8 a las 12 de lamañana.

4 septiembre. Ocupación de Corbera por los nacionales.

8 septiembre. Tras una breve pausa, las fuerzas nacionales,reagrupacías, reanudan la ofensiva en dirección a laVenta de Camposines, vital nudo de comunicacionesen la bolsa republicana.

Finales de septiempre. Fuerte temporal de lluvias.

10 de octubre. Los nacionales ocupan Venta de Camposines.El avance desde Gandesa (11 kilómetros) ha durado másde un mes de incesantes y durísimos combates.

Mediados de octubre. Segundo temporal de lluvias y nuevapausa en las operaciones.

30 de octubre. 91 baterías nacionales preparan el ataque ala -Sierra de Cavalls. El asalto no encontró la fortísimaoposición de otras ofensivas: el quebranto de las tropasrepublicanas es patente.

31 octubre. Duros combates en el vértice de San Marcos.Amenazadas por un movimiento envolvente, el mandorepublicano ordena a sus fuerzas la evacuación de laSierra de Pándols.

3 noviembre. Ocupación de Pinell de Bray por los nacio-nales.

4 noviembre. Ocupación de Miravet.

6 noviembre. Ocupación de Benisanet.

7 noviembre, por la tarde. Ocupación de Mora de Ebro, trasla conquista, mediante maniobra envolvente, de laSierra de la Picosa.

14 noviembre. Ocupación de la Fatarella. Los republicanoscentran su resistencia alrededor de Flix para facilitarla evacuación por el dique de la presa.

16 noviembre. Ocupación de Ribarroja.

17 noviembre. Los nacionales entran en Flix, evacuado porlas fuerzas republicanas, sin encontrar resistencia. Labatalla del Ebro había terminado.

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mientras fuerzas de la 13 Divi-sión rompían el Frente al nor-te de Corbera. Guarnecían elsector invadido las tres Bri-gadas Mixtas de la 27 Divi-sión republicana, que se reple-gó hacia el pueblo. Este fue ocu-pado, mediante maniobra en-volvente, a las siete horas deldía 4 de septiembre. Dura pug-na la de aquellos días en tor-no a la ermita de Santa Ma-drona y montículos inmediatosa Corbera —Tossal de la Pon-sa y de Valdecanelles—, unade cuyas cotas, la llamada delTransformador, junto al viejoCalvario, costó ríos de sangre.

Avance hacia la Ventade Camposines

Ante la importancia de lasoperaciones en el valle del RiuSec, el general Vicente Rojo,jefe del Estado Mayor Centralrepublicano, situó su puesto demando, junto al del Ejército delEbro, en las contrafuertes dela sierra Picosa, próximo a laencrucijada de Camposines,que dominaba todo el valle, per-sistiendo las fuerzas republi-canas en la idea de resisten-cia a ultranza. Precisamentepor aquellos días de la pri-mera quincena de septiembre,el presidente Negrín visitó lasfuerzas que se encontraban

descansando en la retaguardia,en los llanos de olivares a lasalida de Mora de Ebro, tras-ladándose después al puestode mando del Ejército del Ebro,inmediato a la carretera gene-ral de Tarragona a Alcolea delPinar, desde donde presencióel curso de las operaciones.

Ocupado Corbera, las divi-siones nacionales prosiguieronsu avance en dirección al Mo-lí d'en Farriol, tras una brevepausa para reagrupar fuerzas.A su vez, la 27 División repu-blicana fue desarticulada duranteaquellos combates. Ocupó labrecha producida la 11 -Divi-sión, rápidamente trasladadadesde los alrededores de Pinellde Bray, donde se hallabaacampada y en curso de reor-ganización tras los violentoscombates de agosto en Pán-dols.

Reanudación de la ofensivaEl día 8 de septiembre las

fuerzas nacionales reanudaronla ofensiva, siguiendo la Pri-mera de Navarra su avance en-tre la sierra de La Valí de laTorre y la carretera, mientrasla 13 División se. corría haciala cota 496, la «Muntanya delCucut», con el fin de batir consus fuegos la carretera de LaFatarella-Camposines y ocupar

las alturas máximas, que per-mitieran el avance del resto delas unidades por el llano, encoordinación con las tropas na-varras. Una de las operacionesmás duras de esta ofensiva fueel cruce del «Barranc de Bre-monya», pues la configuracióndel terreno facilitaba extraor-dinariamente la defensa delcauce, que resultaba difícil desalvar. Por aquellos días sonlas Divisiones republicanas derefresco, las números 42 y 44,que entran en el teatro deoperaciones procedentes delbajo Segre, para relevar a losagotados efectivos que llevanmas de una semana de ince-sante enfrentamiento. Consuerte alterna y siguiendo lamisma táctica empleada enPándols y Puig Gaeta —ofen-siva nacional diurna con fuerteapoyo artillero y aéreo y con-traataques nocturnos a cargode las fuerzas republicanas—,prosiguieron los combates a lolargo de septiembre, salvo lasemana última, en que se inte-rrumpieron las operaciones de-bido al intenso temporal de llu-vias. El día 3 de octubre laSexta Bandera de la Legión dela 13 División asaltaba el «Colldel Coso», defendido por el 905batallón de la División 42, conlo cual quedaba batido a tirode fusil el cruce de Camposi-nes. La Primera de Navarra, co-

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triándose por la cresta de lasierra de La Vall de la Torre,logró alcanzar la cota 581, la«Muntanya deis Pebrers», queasimismo dominaba el caseríode la Venta, dándose con ellopor finalizada la operación. Sitenemos en cuenta que fue ini-ciada el día 3 de septiembrey que hasta un mes despuésno estuvo dominado el nudode comunicaciones, compren-deremos el terrible esfuerzo yconsiguientes desgaste regis-trado en ambos Ejércitos.

«Tremendos meses los deseptiembre y octubre de 1938.No hubo día ni noche sin com-bate —escribe Manuel Az-nar—; se fue reconquistando elterreno palmo a palmo; el ren-dimiento que dieron las tropasno puede superarse desde elpunto de vista de lo que cruel-mente suele llamarse «mate-rial humano»; docenas de mi-les de toneladas de metrallacayeron sobre el martirizadocampo de Gandesa, Corbera yVillalba de los Arcos; las sie-rras de Cavalls y Pándols fue-ron sacudidas por enormes es-tremecimientos, como si unaformidable convulsión subterrá-nea amenazara destruir aqueltrozo de tierra española.»

'Dominada la Venta de Cam-posínes —que no ocupada físi-camente—, prosiguieron loscombates en torno a la carre-

tera que conduce a la Fatare-lla, con la ocupación del ki-lómetro 6 en el cruce con lade Villalba, defendiendo sus ac-cesos los batallones republi-canos de la 42 y 44 Divisio-

.nes. «Pero las fuerzas de la 13leemos en la Memoria de laDivisión— están completamen-te agotadas y es necesariosacarlas de línea, lo cual sehace a partir del día 15 de oc-tubre. La batalla del Ebro hacostado a la División, desde el25 de julio hasta mediados deoctubre, 223 bajas de oficiales(el 76 por 100) y 5.649 de tro-pa (el 60 por 100] y otras 700en los combates de Fayon yAmposta.»

Compás de esperaY así fue, en efecto: a par-

tir de mediados de octubre,fueron retiradas las fuerzas,relevadas las tropas de la 53División, mandadas por el co-ronel Sueiro, pertenecientes alCuerpo de Ejército de Aragón.La Primera de Navarra perma-neció en línea junto a Cam-posines —posiciones próximasa la cota 581—, renaciendo lacalma tras los violentos com-bates. Una calma relativa im-puesta por el tremendo des-gaste de los Ejércitos en pug-na y favorecida por el tempo-

ral de lluvias que se desenca-denó durante la segunda quin-cena de octubre. Pese a queel terreno se hizo intransita-ble y resultada defectuosa lavisibilidad, se aceleró el des-pliegue artillero nacional y laacumulación de fuerzas, previareorganización de las unida-des, cuyas filas se vieron com-pletadas con la llegada de per-sonal de refresco. Las bate-rías, desplegadas entre Corbe-ra y Villalba y a lo largo delvalle variaron la puntería, di-rigiendo sus tiros en direccióna la sierra de Cavalls.

Asalto a la sierrade Cavalls

Así transcurrieron los díasentre lluvias y primeros fríos,precursores del invierno, prepa-rando el Mando Nacional laoperación decisiva, cual era elasalto a la sierra de Cavallspara dominar las alturas y conello la totalidad del teatro deoperaciones. Guarnecía los pi-cachos de la sierra la Divi-sión 43, mandada por el ma-yor Beltrán, la misma que ha-bía resistido por espacio dedos meses en los riscos pire-naicos de Bielsa, al quedarembolsada como consecuenciadel avance por tierras de Ara-gón, en abril del mismo año.

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Cavalls había sido cuidadosa-mente fortificado, lo mismoque la zona oriental de la sie-rra de Pándols y la montañade San Marcos, que domina eldesfiladero de la carretera deGandesa a Tortosa, posiciónclave para avanzar hacia Pi-nell. El día elegido para el in-tento de asalto a la sierra deCavalls fue el 30 de octubre.Y se explica la celeridad enllevar a cabo la operación an-te la inminencia de la llegadadel mal tiempo, que hubieradificultado extraordinariamentelas operaciones. El Ebro no es-taba resuelto ni mucho menosporque continuaban en poderrepublicano las principales al-turas de la gran espina dorsaldel escenario de la batalla ylas fuerzas se encontraban to-davía a menos de tres kilóme-tros de Gandesa por el este.Era verdad que las tropas na-cionales dominaban el crucede Camposines, pero las bri-gadas de la 43 División se en-contraban en la montaña deSan Marcos y la artillería ba-tía perfectamente la plaza deGandesa, dificultando la circu-lación de vehículos y la lle-gada de refuerzos.

Exactamente a partir de lasocho horas —igual que en larotura de Gironesos del 3 deseptiembre—, inicióse la pre-paración artillera a cargo de91 baterías, cañoneo que fina-lizó cuatro horas después. LaInfantería estaba dispuestaen las barrancadas próximas ala .ermita de Santa Madrona,mientras fuerzas de la 74 Di-visión hostilizaban la zona

oriental de Pándols y la ermitade San Marcos, para fijar lasfuerzas republicanas. GarcíaValiño, jefe del Cuerpo deEjército del Maestrazgo, a cu-yo cargo corrió la operación,describe así el asalto:

«La Infantería de la Primerade Navarra se lanzó furiosa-mente al ataque en plena pre-paración artillera, coronandolas primeras crestas de Cavallsa los pocos minutos de termi-nar aquella, capturando unida-des enteras enemigas que, aco-gidas en sus refugios, estabananonadadas ante aquella lluviade hierro y explosivo.» Al avan-ce de la División navarra si-guió la 82 División, ensanchan-do la brecha abierta en direc-ción nordeste siguiendo lacresta de la sierra. En el trans-curso de la jornada quedó com-pletada la ocupación, retirándo-se desordenadamente los de-fensores republicanos en direc-ción a la carretera de Beni-sanet.

Ocupación del vérticeSan Marcos

Correspondió a fuerzas de la74 División —concretamente ala Segunda Bandera de Bur-gos, Tercio de Montserrat ySéptimo Batallón de San Quin-tín— la ocupación del Vérti-ce San Marcos y eremitorio, enla jornada del día 31. Pese ala tenaz resistencia de las uni-dades de la 43 División, seocupó la montaña en las pri-meras horas de la tarde, me-

diante maniobra de envolvi-miento que amenazaba la reta-guardia republicana.

He aquí cómo describe laoperación el sargento GavaldáEloy, perteneciente al Terciode Montserrat:

«Al mediodía, cuando nos di-rigimos a comer, nos entera-mos de que hay en nuestrasposiciones el general Vigón, je-fe del Estado Mayor del Ejér-cito, y dice que la sierra deSan Marcos tienen que tomar-la fuerzas de empuje y nosmanda a nosotros, a la Prime-ra y Segunda Compañías, y to-do fue una como salir, y a lasalida ya nos tiraron mucho,haciéndonos algunas bajas. Amí una bala explosiva me ras-guñó la cara, haciéndome cuatroseñales, pero en seguida medi cuenta de que no había sidonada. Seguí adelante hasta lle-gar a las alambradas, donde mequedo sin pantalones al pasar-las. Allí, en un refugio, encon-tramos a nueve soldados, quelos hicimos prisioneros, los de-jamos y seguimos hasta coro-nar la Sierra. De la salida has-ta la llegada tardamos menosde media hora, habiendo hechouna operación magnífica, quecuando volvimos al sitio de par-tida nos dan la enhorabuenade parte del coronel. En totalhabíamos tenido veinte bajas,entre ellas Clavé, de Vilaseca.Además cogimos cuatro fusilesametralladores y dos ametralla-doras».

La totalidad de la sierrade Pándols

en poder nacionalComo consecuencia del do-

minio de Cavalls y San Marcos,fuerzas de la 84 División, deguarnición en lo alto de Pán-dols, realizaron varios ataquesque obligaron al Mando republi-cano a la evacuación de las po-siciones fijadas desde el día 15de agosto, cuando hizo crisis laofensiva nacional. La retiradase Impuso ante el peligro decorte de los caminos de eva-cuación, por cuanto las fuerzasnacionales habían iniciado elavance en dirección a Pinell,precedidas de los carros decombate ligeros Italianos, ocu-pándose la plaza el día 3 denoviembre,. mientras otras fuer-zas escindían la carretera quedesde Tortosa se dirige al Va-lle de Aran por Benisanet. Due-ños completamente de las al-turas, se precipitaron los acon-

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tecimientos, alcanzándose lasorillas del Ebro el dia 4 con laocupación de Miravet, tras elrepaso del río por las fuerzaspertenecientes al V Cuerpo deEjército, concretamente las Di-visiones 11 y 46, mientras la45 División Internacional ocu-paba posiciones defensivas enla Sierra Picosa, entre Mora deEbro y Ascó.

Llegada a BenisanetProsiguió la persecución de

las tropas republicanas queofrecían esporádicas resisten-cias para retrasar el avance yfacilitar la evacuación de hom-bres y de material, ocupándoseel pueblo de Benisanet el día 6,como asimismo las alturas alsur del río Sec y la carreterade Mora. Al final de aquellajornada la carretera de Ventade Camposines hasta el ríoquedó bajo el fuego de las ar-mas nacionales en toda su ex-tensión.

Mora de Ebro,en poder nacional

Mediante maniobra envolven-te fue ocupada la Sierra de laPicosa, defendida por las Bri-gadas Mixtas 12, la llamada«Garibald!» y la 139 de la 45 Di-visión Internacional, como asi-mismo la población de Mora deEbro¡ en la tarde del día 7, sien-do volados los puentes que co-municaban ambas orillas. Lastropas nacionales, fuertementehostilizadas con fuego artilleroy armas automáticas desde laorilla opuesta, acamparon treskilómetros aguas arriba.

Ofensiva republicanaen el Bajo Segre

Con el fin de aligerar en lamedida de lo posible la presiónnacional • ejercida en el frentedel Ebro, las tropas republica-nas iniciaron una acción ofen-siva en el sector del Bajo Se-gre, ocupando los pueblos deAitona, Seros y Soses despuésde cruzado el río al amparo delas horas nocturnas y protegi-das por la espesa niebla rei-nante. Alcanzaron el cruce conla carretera general de Léridaa Fraga, donde fueron conteni-das, mientras las fuerzas na-cionales, combatientes en elEbro, proseguían su avance alo largo del río, ocupando la to-

talidad de las sierra del Águilay también la de las Perlas.

Entrada en la FatarellaAl propio tiempo que conti-

nuaba la progresión siguiendola orilla del río, unidades per-tenecientes a la 4.' División deNavarra, acampadas próximas aa La Fatarella desde finales deagosto, Iniciaban sus ataques,ocupando el pueblo el dfa 14,mientras otros efectivos- seaproximaban a la carretera quedesde la Venta de Camposinesse dirige a Ascó, quedando es-te pueblo bajo tiro de fusil. Asu vez, en el sector de Poblade Masaluca y Villalba, tropaspertenecientes a la 50 División,bajo el mando del coronel Co-co Rodríguez, iniciaban su avan-ce, sin resistencia alguna, endirección a Flix y Ribarroja, conla ocupación de la ermita deSan Francisco, donde pernoc-taron en su primera etapa demarcha. Se dibujaba amplia ma-niobra destinada a reducir labolsa del Ebro, mediante lacoordinación con las fuerzasque avanzaban hacia Ascó yFlix, el primero de cuyos pue-blos fue ocupado y rebasadoen la tarde del día 15. Las fuer-zas republicanas, muy mezcla-das entre sí, volaron el puen-te de García, construido sobrelos pilares y estribos del fe-rrocarril de Madrid a Barce-lona, centrando su resistenciaen torno al de Flix y dique dela presa de Electroquímica, conel fin de facilitar la evacuaciónde hombres y material, uti-lizando el teleférico de la em-

presa, con el auxilio de barcaso simplemente a nado.

Final de la batallaJunto a la desembocadura del

río Matarranya con el Ebro, tro-pas nacionales pertenecientes ala 50 División Iniciaron su avan-ce en dirección a Ribarroja, a lavez que otras unidades prose-guían desde la ermita de SanFrancisco, su progresión en di-rección al río. La batalla del Ebrotocaba a su fin, siendo ince-sante la acción aérea nacional,de una parte, y la hostllizaciónde las baterías republicanas,emplazadas en la parte opues-ta, que dificultaban el avancea lo largo de la orilla. Ribarro-ja de Ebro fue ocupada en lasprimeras horas de la tarde deldía 16, entre fuerte cañoneode hostillzación, quedando sóloFlix en p o d e r republicanohasta las primeras horas deldía 17, en que, fuerzas desple-gadas en Montredó descendie-ron hasta las márgenes delEbro, sin encontrar resistenciaalguna, por cuanto las últimasfuerzas habían evacuado y vo-lado el único puente existenteen el transcurso de la noche.

La batalla había terminado,reintegrándose las tropas repu-blicanas a sus antiguas posicio-nes de la izquierda del río,mientras en la margen derechadesplegaban de nuevo las fuer-zas nacionales. Habían transcu-rrido exactamente 116 días des-de la jornada del día 25 de ju-lio. Era el principiodel fin de la guerra. L.M.M.