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PUEBLO Madrid aclama a Franco y Macapagal Trascendentales discursos de los dos Jefes de Eslado en la cena ofrecida por el Caudillo al Presidente filipino Durante el domingo, el ilustre huésped visitó El Escorial y el Valle de los Caídos También presidió, con el Generalísimo, la corrida goyesca CENA DE GALA EN El MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Como informamos en nuestro número del sábado, el Presiden- te dé Filipinas, don Diosdado Macapagal acompañado de su esposa e hijos, llegó a Madrid, a las seis de la tarde. En el aero- puerto de Barajas fue recibido por el Jefe del Estado y esposa, Gobierno en pleno, Consejo del Reino, Mesa, de las Cortes y otras muchas autoridades y persona- lidades dé la Nación. El Presidente filipino, durante su estancia en Madrid, tendrá su residencia en el palacio de la Moncloa. Al despedirse en la re- sidencia oficial del Presidente filipino, el Caudillo le entregó el gran.collar de la orden de Isabel la Católica, por su parte, el primer ministro de Filipinas entregó al Jefe del Estado espa- ñol el gran collar de la orden de Sikatuna. A su vez, el Generalisimo Franco entregó a la esposa del Presidente dé la República de Filipinas el lazo de dama de Isabel la Católica, y a don Artu- ro Macapagal, la cruz de caba- llero de la misma orden. El avión en que viajaba el Presidente de Filipinas tomó tie- rra en el aeropuerto a las seis en punto de la tarde. El avión, después de haber aterrizado, se dirigió lentamen- te hacia la explanada de la nue- va estación terminal de Barajas, que se hallaba profusamente en- galanada con tapices, reposteros y banderas con los colores de los dos países. A las seis y cinco aparecieron en lo alto de la es- calerilla que se había adosado al avión el "Presidente filipino y su esposa, quienes fueron acogi- dos entre aplausos y vítores del gran gentío que había acudido al aeropuerto. El Caudillo y su es- posa se adelantaron para salu- dar al Presidente de Filipinas y a doña Evangelma Macaraeg de Macapagal. A la vez que se abra- zaban los dos jefes de Estado, doña Carmen Polo de Franco hizo entrega a la señora de Ma- capagal de un ramo de flores. Tras de este primer saludo de bienvenida, al Caudillo de Espa- ña y el Presidente de Filipinas, desde una pequeña tribuna, es- cucharon los himnos de ambos países, correspondiendo a las aclamaciones del público, y de los asistentes al acto. Inmediata- mente se dirigieron al lugar don- de se hallaba la Compañía de las Fuerzas Aéreas qué rendía honores para pasar la revista. PRESENTACIÓN DEL GOBIERNO A MACA- PAGAL Al regresar al lugar donde se efectuó la recepción, el Jefe del Estado español presentó al Pre- sidente filipino los ministros del Gobierno y demás personalida- des y autoridades que habían acudido a cumplimentarle. Y el Presidente de Filipinas hizo la presentación al Generalísimo de las personalidades de su séquito. SÉQUITO ESPAÑOL DEL PRESIDENTE DE LA RE- PÚBLICA DE FILIPINAS Excelentísimo señor don Jai- me Alba y Delibes, embajador de España en Filipinas; excelen- tísimo señor marqués dé la Vera, ministro plenipotenciario; exce- lentísimo señor don Miguel Án- gel García Agulló, contraalmi- rante; señor don Joaquín Prieto Arozamena, teniente coronel; se- ñor don José Antonio Acebal Monfort, secretario Emba- jada. SÉQUITO FILIPINO DEL PRESIDENTE DE LA RE- PÚBLICA DE FILIPINAS Excelentísimo señor Don Ru- fino Hechanova, ministro de Co- mercio e Industria y de Infor- mación; excelentísimo señor don Salvador P. López, embajador, viceministro de Negocios Extran- jeros; excelentísimo señor don León María Guerrero, embajador de Filipinas en España; ilustrí- simo señor don Víctor H Dizott, coronel ayudante. Ilustrísimo señor don José S. Estrada, ministro consejero de la Embajada de Filipinas en Espa- ña; ilustrísimo señor don Eloy Baluyud, coronel; señor don Amado Yalong. SALIDA DEL AERO- PUERTO El Caudillo y el Presidente Macapagal subieron a un coche que ostentaba los guiones de los dos Jefes de Estado, en el que se trasladaron, a Madrid. En otro coche hicieron el viaje tas seño- ras de Macapagal y de Franco, formándose tras de ellos una ca- ravana, en la que figuraban las personalidades y autoridades fi- lipinas y españolas. A las seis y veinte de la tarde, la comitiva se puso en marcha con dirección a la capital. ENTRADA EN MADRID Desde el cruce de la avenida de América con la calle de Carta- gena cubrieron la carrera fuer- zas de la división Guadarrama número 11. En la calle de María de Molina, paseo de la Castella- na y paseo de Calvo Sotelo se ha- bían levantada arcos de triunfo en honor del Presidente filipino. Todas las calles del recorrido se encontraban engalanadas con profusión de banderas de los dos países y retratos de ambos Je- fes de Estado. ENTREGA DE LAS LLA- VES DE MADRID En la plaza de Colón, adorna- da con millares de banderas y gallardetes, se había levantado una tribuna para el Ayuntamien- to y rendía honores una compa- ñía del regimiento Inmemorial número 1. La llegada del coche en que via- jaban el Generalísimo Franco y el Presidente Macapagal fue anunciada ya a lo lejos por el enorme clamor de la multitud que flanqueaba el paseo de la Caste- llana. La presencia de Franco y del Presidente Macapagal en la pla- za de Colón registró un inena- rrable momento de emoción, re- pitiéndose los vítores a España y Filipinas y a sus Jefes de Es- tado. Sus Excelencias descendie- ron del coche y, en compañía del capitán general de la primera re- gión militar, teniente general García Valiño, pasaron revista a las fuerzas que rendían honores. Seguidamente el Caudillo hizo la presentación del alcalde de Ma- drid, conde de Mayalde, al ilus- tre huésped de España. El alcal- de pronunció unas palabras, al hacer entrega de la llave de oro de Madrid al Presidente Macapa- gal, en las que dijo lo siguien- te: "Señor Presidente: Sed bien venido a Madrid. En nombre del Ayuntamiento os ruego aceptéis esta llave, que os abre el cora- zón de los madrileños." También le entregó un artístico pergami- no, en el que consta el acuerdo tomado por la Corporación el 20 de junio de 1962 nombrando hués- ped de honor de la capital de España al Presidente de Fili- .'pinas. ENTUSIASMO DE LA PO- BLACIÓN MADRILEÑA Tras de la recepción oficial en la plaza de Colón, los dos Jefes de Estado subieron a un coche descubierto y escoltados por el escuadrón de la Guardia de la Casa Militar del Caudillo, se di- rigieron por el paseo de Calvo Sotelo, plaza de Cibeles, calle de Alcalá y avenida de José Anto- nio a la plaza de España, donde la escolta a caballo fue sustitui- da por motoristas. Todo el tra- yecto, tanto en aceras como en balcones, se encontraba repleto de público, que aplaudió y vitoreó a los dos Jefes de Estado. En mu- chos lugares del trayecto se veían (Pasa a la página 4. Discur- sos de Franco y Macaningal en pág 2.)

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PUEBLO

Madrid aclama a Franco y MacapagalTrascendentales discursos de los dosJefes de Eslado en la cena ofrecidapor el Caudillo al Presidente f i l ip ino

Durante el domingo, el ilustre huéspedvisitó El Escorial y el Valle de los Caídos

También presidió, con el Generalísimo, la corrida goyesca

CENA DE GALA EN El M I N I S T E R I O DE ASUNTOS EXTERIORESComo informamos en nuestro

número del sábado, el Presiden-te dé Filipinas, don DiosdadoMacapagal acompañado de suesposa e hijos, llegó a Madrid,a las seis de la tarde. En el aero-puerto de Barajas fue recibidopor el Jefe del Estado y esposa,Gobierno en pleno, Consejo delReino, Mesa, de las Cortes y otrasmuchas autoridades y persona-lidades dé la Nación.

El Presidente filipino, durantesu estancia en Madrid, tendrásu residencia en el palacio de laMoncloa. Al despedirse en la re-sidencia oficial del Presidentefilipino, el Caudillo le entregó elgran.collar de la orden de Isabel

la Católica, por su parte, elprimer ministro de Filipinas

entregó al Jefe del Estado espa-ñol el gran collar de la ordende Sikatuna.

A su vez, el General is imoFranco entregó a la esposa delPresidente dé la República deFilipinas el lazo de dama deIsabel la Católica, y a don Artu-ro Macapagal, la cruz de caba-llero de la misma orden.

El avión en que viajaba elPresidente de Filipinas tomó tie-rra en el aeropuerto a las seisen punto de la tarde.

El avión, después de haberaterrizado, se dirigió lentamen-te hacia la explanada de la nue-va estación terminal de Barajas,

que se hallaba profusamente en-galanada con tapices, reposterosy banderas con los colores de losdos países. A las seis y cincoaparecieron en lo alto de la es-calerilla que se había adosadoal avión el "Presidente filipino ysu esposa, quienes fueron acogi-dos entre aplausos y vítores delgran gentío que había acudido alaeropuerto. El Caudillo y su es-posa se adelantaron para salu-dar al Presidente de Filipinas ya doña Evangelma Macaraeg deMacapagal. A la vez que se abra-zaban los dos jefes de Estado,doña Carmen Polo de Francohizo entrega a la señora de Ma-capagal de un ramo de flores.Tras de este primer saludo de

bienvenida, al Caudillo de Espa-ña y el Presidente de Filipinas,desde una pequeña tribuna, es-cucharon los himnos de ambospaíses, correspondiendo a lasaclamaciones del público, y de losasistentes al acto. Inmediata-mente se dirigieron al lugar don-de se hallaba la Compañía delas Fuerzas Aéreas qué rendíahonores para pasar la revista.

PRESENTACIÓN DELGOBIERNO A MACA-

PAGAL

Al regresar al lugar donde seefectuó la recepción, el Jefe delEstado español presentó al Pre-sidente filipino los ministros delGobierno y demás personalida-des y autoridades que habíanacudido a cumplimentarle. Y elPresidente de Filipinas hizo lapresentación al Generalísimo delas personalidades de su séquito.

SÉQUITO ESPAÑOL DELPRESIDENTE DE LA RE-PÚBLICA DE FILIPINAS

Excelentísimo señor don Jai-me Alba y Delibes, embajadorde España en Filipinas; excelen-tísimo señor marqués dé la Vera,ministro plenipotenciario; exce-lentísimo señor don Miguel Án-gel García Agulló, contraalmi-rante; señor don Joaquín PrietoArozamena, teniente coronel; se-ñor don José Antonio AcebalMonfort, secretario dé Emba-jada.

SÉQUITO FILIPINO DELPRESIDENTE DE LA RE-PÚBLICA DE FILIPINAS

Excelentísimo señor Don Ru-fino Hechanova, ministro de Co-mercio e Industria y de Infor-mación; excelentísimo señor donSalvador P. López, embajador,viceministro de Negocios Extran-jeros; excelentísimo señor donLeón María Guerrero, embajadorde Filipinas en España; ilustrí-simo señor don Víctor H Dizott,coronel ayudante.

Ilustrísimo señor don José S.Estrada, ministro consejero de laEmbajada de Filipinas en Espa-ña; ilustrísimo señor don EloyBaluyud, coronel; señor d o nAmado Yalong.

SALIDA DEL AERO-PUERTO

El Caudillo y el PresidenteMacapagal subieron a un cocheque ostentaba los guiones de losdos Jefes de Estado, en el quese trasladaron, a Madrid. En otrocoche hicieron el viaje tas seño-

ras de Macapagal y de Franco,formándose tras de ellos una ca-ravana, en la que figuraban laspersonalidades y autoridades fi-lipinas y españolas. A las seis yveinte de la tarde, la comitivase puso en marcha con direccióna la capital.

ENTRADA EN MADRIDDesde el cruce de la avenida de

América con la calle de Carta-gena cubrieron la carrera fuer-zas de la división Guadarramanúmero 11. En la calle de Maríade Molina, paseo de la Castella-na y paseo de Calvo Sotelo se ha-bían levantada arcos de triunfoen honor del Presidente filipino.Todas las calles del recorrido seencontraban engalanadas conprofusión de banderas de los dospaíses y retratos de ambos Je-fes de Estado.

ENTREGA DE LAS LLA-VES DE MADRID

En la plaza de Colón, adorna-da con millares de banderas ygallardetes, se había levantadouna tribuna para el Ayuntamien-to y rendía honores una compa-ñía del regimiento Inmemorialnúmero 1.

La llegada del coche en que via-jaban el Generalísimo Franco yel P r e s i d e n t e Macapagal fueanunciada ya a lo lejos por elenorme clamor de la multitud queflanqueaba el paseo de la Caste-llana.

La presencia de Franco y delPresidente Macapagal en la pla-za de Colón registró un inena-rrable momento de emoción, re-pitiéndose los vítores a Españay Filipinas y a sus Jefes de Es-tado. Sus Excelencias descendie-ron del coche y, en compañía delcapitán general de la primera re-gión militar, teniente gene ra lGarcía Valiño, pasaron revista alas fuerzas que rendían honores.Seguidamente el Caudillo hizo lapresentación del alcalde de Ma-drid, conde de Mayalde, al ilus-tre huésped de España. El alcal-de pronunció unas palabras, alhacer entrega de la llave de orode Madrid al Presidente Macapa-gal, en las que dijo lo siguien-te: "Señor Presidente: Sed bienvenido a Madrid. En nombre delAyuntamiento os ruego aceptéisesta llave, que os abre el cora-zón de los madrileños." Tambiénle entregó un artístico pergami-no, en el que consta el acuerdotomado por la Corporación el 20de junio de 1962 nombrando hués-ped de honor de la capital deEspaña al Presidente de Fil i-.'pinas.

ENTUSIASMO DE LA PO-BLACIÓN MADRILEÑA

Tras de la recepción oficial enla plaza de Colón, los dos Jefesde Estado subieron a un cochedescubierto y escoltados por elescuadrón de la Guardia de laCasa Militar del Caudillo, se di-rigieron por el paseo de CalvoSotelo, plaza de Cibeles, calle deAlcalá y avenida de José Anto-nio a la plaza de España, dondela escolta a caballo fue sustitui-da por motoristas. Todo el tra-yecto, tanto en aceras como enbalcones, se encontraba repleto depúblico, que aplaudió y vitoreó alos dos Jefes de Estado. En mu-chos lugares del trayecto se veían

(Pasa a la página 4. Discur-sos de Franco y Macaningal

en pág 2.)

Page 2: PUEBLO - digital.march.es

(Viene de primera pág.}

también pancartas, en las que sehacían patentes los sentimientosde simpatía al Presidente de Fi-lipinas y de adhesión al Caudi-llo de España.

LLEGADA AL PALACIODE LA MONCLOA

A las siete y veinticinco de latarde llegó la comitiva al palaciode la Moncloa, en cuya puerta deacceso principal rendía honores elbatallón del Ministerio del Ejér-cito. Al entrar el coche en queviajaban los dos Jefes de Estadoen los jardines que rodean al pa-lacio una batería de artillería dis-paró las salvas de ordenanza.

En el palacio, el Caudillo y suesposa se despidieron de los ilus-tres huéspedes y emprendieron elregreso a su residencia de ElPardo.

CENA DE GALA EN ELPALACIO DE ORIENTE

. A las diez de la noche se ce-lebró en el palacio de Orienteuna comida de gala ofrecida porSu Excelencia el Jefe del Estadoy la señora de Franco, en honordel Presidente de Filipinas y se-ñora de Macapagal.

Ocuparon la presidencia de lamesa el Generalísimo Franco yel Presidente de la República deFilipinas, señor Macapagal. A laderecha de éste se sentaron: se-ñora de Franco, ministro de Co-mercio, Industria e Informaciónde Filipinas, señora del ministrode Hacienda, ministro de Marina,señora del ministro de Trabajo,Embajador de Filipinas, señoradel capitán general de la I Re-gión Militar, ministro de Agri-cultura, señora del subsecretariode Asuntos Exteriores, ministrode Información y Turismo, mi-nistro de la Vivienda, señor Ar-turo MacapagaJ, teniente gene-fel jefe del E. M. Central delEjército,-director general de Se-guridad, alcalde de Madrid, co-ronel Eloy Baluyut, secretario deEmbajada señor Puig de la Be-llacasa, doctor Gil, médico de SuExcelencia, y secretario de la Ca-sa Civil de Su Excelencia.

A la izquierda del PresidenteMacapagal se sentaron: señoradel ministro de Justicia, nuncioapostólico, señora del ministro dela Gobernación, ministro de Ha-cienda, señora del ministro deAgricultura, viceministro de Ne-gocios Extranjeros de Filipinas,señora del almirante jefe de laJurisdicción Central de Marina,ministro secretario general delMovimiento, señora del generalgobernador militar de Madrid,ministro subsecretario de la Pre-sidencia, consejero del Reino ca-pitán general Muñoz Grandes,subsecretario de Asuntos Exte-riores, almirante jefe del E. M.de la Armada, gobernador civilde Madrid, presidente de laDiputación Provincial de Madrid,contraalmirante García Agulló yayudantes de campo de Su Ex-celencia.

A la derecha del Jefe del Es-tado español se sentaron: señorade Macapagal, ministro de Asun-tos Exteriores, señora del minis-tro del Ejército, ministro de Jus-ticia, señora del ministro deObras Públicas, ministro de laGobernación, señora del ministrode la Vivienda, ministro de Tra-bajo, señora del almirante jefedel E. M. de la Armada, ministrodel Aire, señora del primer in-troductor de Embajadores, con-sejero del Reino y presidente delConsejo de Estado, capitán, ge-neral de la I Región Militar, te-niente general jefe del E. M. delAire, embajador de España enFilipinas, ayudante de Su Exce-lencia el Presidente, coronel Di-són, secretario de Embajada, se-ñor Acebal y jefe de parada.A la izquierda del Jefe del Es-

tado se sentaron; señora del mi-nistro de Asuntos Exteriores, pre-sidente de las Cortes Españolas ydel Consejo del Reino, señoradel ministro de Marina, ministrodel Ejército, embajadora de Fi-

lipinas, ministro de Obras Pú-blicas, señora del consejero delReino teniente general MuñozGrandes, ministro de Industria,señora del director general deSeguridad, ministro de Comer-cio, señora del jefe de la CasaCivil de Su Excelencia, consejerodel Reino doctor Crespo Alvarez,almirante jefe de la JurisdicciónCentral de Marina, ministro con-sejero de la Embajada de Fili-pinas, general gobernador mili-tar de Madrid, marqués de laVera, ministro plenipotenciario,ayudante teniente coronel PrietoArozarena, primer introductor deEmbajadores y segundo jefe e in-tendente de la Casa Civil de SuExcelencia.

Ocuparon las cabeceras de lamesa el jefe de la Casa Civil yel general segundo jefe de la Ca-sa Militar de Su Excelencia elJefe del Estado.

IMPOSICIÓN DE CONDECORA-CIONES

Antes de dar comienzo a la co-mida de gala, Su Excelencia elJefe del Estado español impusoal Presidente Macapagal el gran

collar de Isabel la Católica, el la-zo de dama de la misma Orden ala esposa del Presidente, y lacruz de caballero al hijo del Pre-sidente, don Arturo Macapagal. Asu vez, el Jefe del Estado filipinoimpuso al Generalísimo Francoel gran collar de la Orden Sika-tuna.

MENÚ DE LA COMIDA

Se sirvió el siguiente menú:Consomé frío primavera; roda-ballo al champaña; pollos bra-seados a la piña; crema heladacon fresón; tarta al fondán ydulces.

Vinos: jerez fino La Ina; viñaSolé Franco-Españolas 1947; re-serva Marqués del Riscal 1956;champán Perelada Reserva; Car-los I; Domecq y gran reserva Te-rry 1883.

PROGRAMA DE MÚSICA

Durante la comida se interpreóel siguiente programa de música,interpretado por )a banda del re-gimiento de la Guardia de SuExcelencia el Generalísimo Fran-co, dirigida por el señor VidalTolosa.

1. "Manolete" (pasodoble), J.Ramos.

2. " Semiramis " (o b e r tura),Rossini.

3. "El huésped del Sevillano"(selección), J. Guerrero.

4. "M Conde de Luxembur-go" (valses), F. Lehar.

5. "Malagueña" (de la SuiteEspañola), Lecuqna.

6. "La boda de Luis Alonso"(intermedio), Jiménez.

7. " Capricho ita1ia no", Ts-chaikowsky."

8. "L'entra de la Murta" (pa-sodoblé), Giner.

EL PRESIDENTE DE FILIPINASvisita el Valle de los Caídosy el Monasterio de El EscorialACOMPAÑARON A LOS SEÑORES DE MACAPAGAL ELMINISTRO DE JUSTICIA Y OTRAS PERSONALIDADES

El Presidente de la República :de Filipinas, don Diosdado Ma- ,capagal, acompañado de su espo- isa e hijos, realizó en la mañana ide ayer una visita al Valle de los |Caídos y al Real Monasterio de !E1 Escorial. En la basílica de! |Valle de los Caídos oyeron la ¡misa de once.

Fueron recibidos por los mi-nistras de Justicia y señora deItumendi; de Información. Co-mercio y Economía de Filipinas,don Rufino Hechanova; embaja-dor de Filipinas, don León MaríaGuerrero, y señora: subsecretariode Asuntos Exteriores de Filipi-nas, don Salvador T. López; jefede las fuerzas aéreas, generalMolina, y ayudante del Presi-dente, coronel Tizón. También sehallaban al pie de la escalinatade acceso a la basílica don ÁngelOliveras, que representaba al pa-trimonio nacional, y el Jefe su-perior de Policía, señor de Diego.Los alrededores estaban concu-rridísimos por excursiones de tu-ristas, que acogieron la presenciadel Presidente Macapagal concálidos aplausos.

A la entrada del templo se ha-llaba el padre superior AlbinoOrtega, que ostentaba la repre-sentación del abad mitrado frayJusto Pérez de Urbel, que se ha-lla ausente, y los padres ManuelGarrido y Anselmo Alvarez conel resto de la comunidad, con elque penetraron en el templo.

El Presidente filipino y séquitose dirigieron al lugar especial alpie del altar mayor. El padreAlbino les dio a besar el lignumcrucis. Luego, el primero y su es-posa ocuparon dos reclinatorios ylos hijos, otros. A la derecha eizquierda se situaron los minis-tros españoles y filipinos. Inme-diatamente se i n i c i ó la misa,mientras la escolanía interpreta-ba diversos motetes. Los señoresde Macapagal, con el rosario enla mano y con profunda devo-ción, empezaron a rezarlo en eltranscurso de la ceremonia.

En el solemne acto de la ele-vación se apagaron las luces de

la la basílica y quedó iluminado elCristo, mientras las campanaseran volteadas. Cuando finaliza-

ba la mjsa, el Presidente Maca-pagal y sus hijos, Marte, Gloriay Diosdado, subieron al altarmayor y recibieron la comunión.

Después de la misa, nuestrosilustres huéspedes contemplarondurante algún rato la cúpula dela misma y realizaron una visitaa las distintas dependencias. Enel ascensor subieron al basamen-to de la gran Cruz de los Caídos,y d e s d e allí presenciaron elgrandioso espectáculo que seofrecía.

Terminada la visita, el Presi-dente Macapagal con su espo-sa. ministros y séquito se tras-ladaron a El Escorial.

Un enorme gentío rodeaba lalonja. Al llegar a la puerta delPatio de Reyes fueron saludadospor el presidente de la Dipu-tación, marqués de la Valdavia;padre Florencio Alvarez, priordel monasterio; administradordel patrimonio, don CasimiroMéndez; alcalde del. real sitio,don Francisco Santos Benito;juez de instrucción, don Saturni-no Gutiérrez Valdeón, y la., co-munidad que se había situado alo largo del patío.

El Cristo de las Batallas, ge-nial obra de Benvenuto Cellini,aparecía al descubierto, para locual habían sido abiertas lasventanas del lugar que ocupa enel monasterio, ante el que el Pre-sidente Macapagal se d e t u v ounos instantes. Entre tanto, lascampanas se echaron al vuelo ylos señores de Macapagal se di-rigieron a! altar mayor y oraronbreves momentos. AllÍ escucha-ron después las explicaciones queles eran dadas por el prior y elinspector de los palacios reales,don Ángel Oliveras. Seguidamen-.te comenzó la visita al monaste-rio, iniciándose por las habita-ciones de Felipe II, panteones dereyes, sacristía, salas capitulares,Patio de los Evangelistas y esca-lera principal. Al abandonar elPatio de los Evangelistas, el Pre-sidente de la República de Fili-pinas y esposa fueron despedidoscon calidos aplausos por los nu-merosislmos excursionistas queallí se encontraban. Desde dicholugar se dirigieron a la Casita

del Príncipe, que también visita-ron detenidamente.

ALMUERZO DEL PRESIDENTEDE LA DIPUTACIÓN

Dentro de los actos organizadosen honor del Presidente Macapa-gal en el día de ayer, se encon-traba un almuerzo ofrecido por elpresidente de la Diputación Pro-vincial de Madrid, marqués de laValdavia.

Poco antes de las dos de la tar-de llegaba al hotel Felipe II elPresidente de Filipinas, que fuerecibido en la puerta por el go-bernador civil de la provincia deMadrid, don Jesús Aramburu; elmarqués de la Valdavia y otraspersonalidades.

Después de un aperitivo servidoen los jardines del hotel, la co-mitiva pasó al interior, donde, enel salón Azul, iba a ser servidoel almuerzo. Con anterioridad, elPresidente filipino firmó en el li-bro de oro de la Diputación Pro-vincial de Madrid, que le fuepresentado con este fin. Tanto elvestíbulo como el salón Azul seencontraban engalanados conbanderas de los dos países, tapi-ces y resposterps de la Diputa-ción y abundantes flores.

Una de las dos presidenciasfue ocupada por el PresidenteMacapagal, a cuya derecha sesentaron la señora de Iturmendi;don Rufino Echanova, ministrode Comercio e Industria y de In-formación, de Filipinas; marque-sa de la Vera; don Jesús Aram-buru, gobernador civil de Madrid;cion VíctorH. Dizón, coronel ayu-dante del Presidente filipino, ydon José Antonio Acebal, secre-tario de Embajada. A la izquier-da del Presidente Macapagal .to-maron asiento la señora de San-tos Benito; don León María Gue-rrero, embajador de Filipinas enEspaña; señora de Acebal; mar-ques de la Vera; don Arturo Ma-capagal, hijo del Presidente; se-ñor García P é r e z , diputado deMadrid, y don Antonio NavarroSanjurjo, diputado y concejal delAyuntamiento de Madrid .

La otra presidencia la ocupabael marques de la Valdavia, a cu-ya derecha ocuparon asientos laseñora de Macapagal; don Anto-nio Iturmendi, ministro de justi-cia; señora de Estrada, don Fran-cisco Santos Benito, alcalde de ElE s c o r i a l ; don Joaquín PrietoArozamena, teniente coronel delséquito español; Don Eloy Baiu-yut, coronel adjunto al séquitooficial filipino, y don Ángel Oli-veras inspector de museos del Pa-trimonio Nacional. A la izquier-da del marqués de la Valdavia sesentaron la señora de Guerrero;don Luis Carrero Blanco, minis-tro subsecretario de la Presiden-cia; señora embajadora de Fili-pinas en Berna; don Miguel A.G a r c ia Agullo, contraalmiranteen el séquito español; don JoséS. Estrada, ministro consejero dela Embajada de Filipinas en Es-paña, y don José Joaquín Puigde la Bellacasa, secretario de Em-bajada. En los extremos de 1a me-sa se encontraban don EstebanPérez Quesada, jefe de protocolode la Diputación de Madrid, ydon Amado Yalong.

CORRIDA GOYESCA ENMADRID

Terminado el almuerzo en ElEscorial, el Presidente de Filipi-nas y señora de Macapagal setrasladaron a M a d r i d , dondeasistieron, acompañados del Ge-neralísimo Franco y señora, a lacorrida goyesca, organizada porel Círculo de Bellas Artes de Ma-drid en la plaza Monumental delas Ventas.

El coso se encontraba engala-nado con banderas y reposteros,mantones de Manila y escarape-las con los colores de ambos paí-ses. En el ruedo, sobre el ocre dela arena, se había dibujado entierra de almagra una gigantescaorla de laurel, en el centro de lacual aparecía el nombre de Go-ya, copiando la caligrafía del ge-nial pintor aragonés.

Al aparecer los dos Jefes deEstado en el palco de honor, elpúblico que llenaba casi en sutotalidad las localidades de laplaza les tributó una ovación ce-rrada, y los gritos de "¡Franco,Franco, Franco!", y los vivas aFilipinas se mantuvieron largotiempo, rubicando la fervorosamuestra de simpatía y adhesiónal Caudillo y al Presidente delpaís amigo.

Como en un viejo grabado definales del siglo XVIII o un óleode comienzos del XIX, se des-arrolló la fiesta. En primer lugar,un alguacil-pregonero, jinete ennegro caballo, leyó desde el cen-tro del ruedo el pregón del fes-tejo. Este, en métrica de roman-ce y muy- dosificado con humo-rísticos ripios, dio cuenta de lasreglas por las que—según ordendel "corregidor" — debían efec-tuarse los lances, del caballero enplaza (rejoneador) y de los tore-ros a pie.

Terminado el pregón, CarmenSevilla—la popular estrella de lacanción y del cine, bella comonunca—, vistiendo el t r a j e deamazona española y tocada conun gracioso sombrero "catite",efectuó a caballo el despeje de laplaza. Con la venia de la presi-dencia, Carmen Sevilla se dirigióa la puerta de caballos para darsalida al cortejo. Estaba formadoéste por una banda de cornetasy tambores, que a los acordes deuna retreta militar realizó unaserie de evoluciones, rítmicas yperfectas. A continuación, un es-cuadrón de caballería, tambiénde la Guardia Municipal, vesti-dos como los músicos, con trajesde época, ofrecieron una muestra

de a l t a escuela hípica, cuya,maestría fue subrayada con ova-ciones clamorosas.

Siguió un vistoso desfile de ca-lesas, coches enjaezados, coches-jardineras y carrozas, conducidospor chisperos, y en los que toma-ban asiento bellas artistas de lapantalla vestidas con el traje demanolas.

Precedidas por Carmen Sevillay por los alguacilillos, las cua-drillas, ataviadas con el traje dela época. En carroza cerrada hizosu entrada el caballero en plaza,quien a continuación mostró unamagnífica exhibición de monta.Con la autorización de la presi-dencia comenzó el festejo, en elqué hubo arte de rejoneo y detoreo a pie.

El Presidente de Filipinas, encada brindis de los diestros, re-mitió un obsequio a los espadas,y con simpatía aplaudió cadauna de las suertes. Al terminarla corrida, los dos Jefes de Es-tedo, con sus esposas, escucharonnuevamente los vivas y los aplau-sos con los que el público les des-pedía mostrando su Afecto y ad-hesión.

COMIDA DE GALA ENASUNTOS EXTERIORES

Anoche, en el palacio de Via-na, el ministro de Asuntos Exte-riores y la señora de Castiellaofrecieron una comida de gala enhonor del Presidente de Filipinasy la señora de Macapagal.

Asistieron, con las personas queacompañan al doctor Macapagalen su visita a España, miembrosdel Gobierno español, altos fun-cionarios del Ministerio de Asun-tos Exteriores y destacadas per-sonalidades de la vida española.