definicion de milagros, nino

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FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y ECONÓMICAS ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS http://www.buenastareas.com/ensayos/Milagros-De-Jesus/65900.html “LOS MILAGROS DE JESÚS” ESTUDIANTE:Mino Pérez Edgardo Mauricio CICLO:V AÑO ACADÉMICO:2009 II DOCENTE:Wilmer Córdova Guerrero ASIGNATURA:CRISTOLOGIA CHICLAYO, Noviembre 2009 INDICE 1 DEFINICIÓN DEL MILAGRO. * Un prodigio en el orden cósmico. * Un prodigio religioso y sagrado. * Una intervención especial y gratuita del Dios de poder y de amor. * Un signo divino. 2. NOMBRES DADOS A LOS MILAGROS DE NUESTRO SEÑOR POR LOS ESCRITOS SAGRADOS. 3 AUTENTICIDAD HISTÓRICA DE LOS MILAGROS DE JESÚS

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FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y ECONMICASESCUELA DE ADMINISTRACIN DE EMPRESAShttp://www.buenastareas.com/ensayos/Milagros-De-Jesus/65900.html

LOS MILAGROS DE JESSESTUDIANTE:Mino Prez Edgardo MauricioCICLO:VAO ACADMICO:2009 IIDOCENTE:Wilmer Crdova GuerreroASIGNATURA:CRISTOLOGIACHICLAYO, Noviembre 2009INDICE1 DEFINICIN DEL MILAGRO.

* Un prodigio en el orden csmico. * Un prodigio religioso y sagrado. * Una intervencin especial y gratuita del Dios de poder y de amor. * Un signo divino.

2. NOMBRES DADOS A LOS MILAGROS DE NUESTRO SEOR POR LOS ESCRITOS SAGRADOS.

3 AUTENTICIDAD HISTRICA DE LOS MILAGROS DE JESS

* Criterio de testimonio mltiple * Criterio de discontinuidad: * El criterio de conformidad: * El estilo de los relatos de milagros: * Inteligibilidad interna de relato: * Interpretacin diversa, acuerdo en el fondo: * El criterio explicacin necesaria: 4 CLASIFICACIN Y TIPOLOGA DE LOS RELATOS DE MILAGROS

* Los exorcismos: * Las curaciones: * Milagros de legitimacin: * Milagros de salvamento y milagros dones: * Relatos de resurreccin: 5 ORIGINALIDAD Y FINALIDAD DE LOS MILAGROS DE JESS6 NOCIN CATLICA DEL MILAGRO

* Terminologa bblica: * Los datos de la tradicin: * La causa proporcionada en el efecto producido, en su realidad ontolgica, es Dios. * Las indicaciones del magisterio:

1 Definicin del milagro.Utilizando y agrupando los datos de la Escritura y de la tradicin, podemos proponer esta definicin del milagro: Un prodigio religioso, que expresa en el orden csmico (el hombre y su universo) una intervencin especial y gratuita del Dios de poder y de amor, que dirige a los hombres un signo de la presencia en el mundo de su palabra de salvacin.

a) Un prodigio en el orden csmico. Evidentemente, prodigio no es sinnimo de milagro, pero el milagro, por uno de sus aspectos, entra en el orden de los prodigios: es un fenmeno inslito, que rompe con el curso habitual de las cosas tal como se observa a lo largo de los siglos. Por ejemplo, la curacin del leproso: Quiero; queda limpio. Y al instante qued limpio, o la curacin de un ciego de nacimiento. Se trata de algo nunca visto ni odio. De aqu se deriva un efecto de choque, de sorpresa, y luego de admiracin.

b) Un prodigio religioso y sagrado. Al decir esto se excluye ya desde el principio todo prodigio que se realiza en un contexto profano, aunque se trata de un hecho que desborde toda imaginacin, as como lo que pertenece a la categora de lo maravilloso, de lo mgico, de lo fabuloso, de lo legendario, de lo mtico. En efecto, en un contexto profano el milagro no tendra ningn sentido y ninguna razn de ser. La explicacin del fenmeno, por muy prodigioso y enorme que sea, debe buscarse en su nivel, es decir, en el nivel de las causas naturales y en el orden profano.Por contexto religioso entendemos un conjunto de circunstancias que confieren al prodigio una estructura, al menos aparente, de signo divino. La fenomenologa nos informa de estas circunstancias. Por ejemplo:

1) El milagro ocurre despus de una oracin humilde, confiada, perseverante por parte del enfermo o de su entorno.

2) El milagro acompaa a una vida de santidad heroica, como signo de una unin total con Dios y de una participacin en su fuerza de vida.

3) El milagro viene a autentificar a una misin que Dios: tal es el caso de los profetas, de Cristo, de los apstoles. En todos estos casos se da una coherencia perfecta entre el prodigio y la llamada hecha a Dios, lo mismo que ocurre en el trato entre las personas, cuando uno obtiene la respuesta que solicita, de acuerdo con la peticin que ha hecho. En el caso de los milagros de Jess, stos se inscriben en un contexto todava ms amplio ms englobante. En l milagro no es una realidad aislada; se integra, con todo un conjunto de signos del mismo nivel, en esa economa total por la que Dios salva al hombre en Jesucristo. Hay que hablar aqu de una constelacin de signos, entre los que el milagro no es ms que uno de tantos puntos luminosos.

c) Una intervencin especial y gratuita del Dios de poder y de amor. Subrayamos as que el milagro, como signo y anticipacin de una salvacin sobrenatural, procede de una interpretacin de Dios no menos especial y gratuita que la salvacin misma; por consiguiente, es diferente de la conservacin y del gobierno habitual del universo. Es una obra de la omnipotencia de Dios, contraria a la naturaleza en su aspecto ms importante de prodigio, pero en realidad superior a la naturaleza, transformacin gratuita del hombre y del universo por el amor de Dios que salva y renueva a todas las cosas, no solamente en apariencia, sino en verdad; no solamente para los hombres de ayer, sino para los de hoy y para los de todos los tiempos.

Evidentemente, cuando se trata de expresar lo que se produce en el nivel de los fenmenos bajo la accin de Dios, nosotros no podemos hacer otra cosa que balbucear; nos faltan las palabras. Uno hablan de la superacin de los determinismos habituales, de la superacin radical y repentina de unos lmites que se juzgan infranqueables; otros, de una aceleracin fulgurante de los proceso de restauracin, en contraste con la temporalidad y la continuidad, rasgos caractersticos de lo fenomnico: es como si se atravesara la barrera del espacio y del tiempo, a la manera del Cristo resucitado, que escapa de la distancia y de la duracin y deja de vislumbrar furtivamente algo del mundo, del espacio y del tiempo, a la manera del Cristo resucitado, que escapa de la distancia y de la duracin y deja de vislumbrar furtivamente algo del mundo glorificado. Dios no acta a la manera de un actor inesperado que se introdujera por sorpresa en el escenario de la humanidad; es omnipresente y acta en su nivel, que es el de Dios, causa primera, con la soberana del Dios creador y recreador del hombre. La naturaleza es menos violentada que restaurada, elevada, dinamizada. No hay ningn argumento decisivo para reducir el milagro al nivel de los sucesos ordinarios o de las felices coincidencias. Al contrario, es soberanamente coherente e inteligible que la gratuidad del acontecimiento nico y desconcertante de Dios hecho carne, lenguaje y vctima santificada, sea l mismo sealado por unos acontecimientos que derivan de la misma gratuidad, como la restauracin o la transformacin de la vida corporal por el milagro y la resurreccin, o la transformacin del hombre entero por la santidad. Si Cristo est entre nosotros como Hijo del Dios vivo, es coherente que ponga signos expresivos de su gloria. La presencia entre nosotros de Dios, Espritu por excelencia, es una cosa enorme: si ese hecho indito no estuviera acompaado de la presencia en nuestro mundo de unos acontecimientos firmados por Dios, quin podra asegurarnos que no somos vctimas del ms colosal de los engaos? Es infinitamente ms difcil aceptar la encarnacin que el milagro. Maurice Blondel demuestra una buena salud mental y religiosa cuando declara lisa y llanamente que la trariedad aparente introducida por el milagro manifiesta analgicamente la real derogacin que el orden de la gracia y de la caridad introduce en las relaciones entre Dios y el hombre Dios hace que se vislumbre por unos signos anormales su bondad anormal. Si aadimos a ello que se trata de una intervencin del Dios de poder y de amor, es precisamente para significar que el milagro no es una pura demostracin de poder, sino un gesto de amor: una obra comn del Padre y del Hijo, nacida de su mutuo amor. De este modo, el milagro no revela su verdadera naturaleza ms que cuando se le considera desde el punto de vista de Dios, no menos que desde el punto de vista del hombre.

d) Un signo divino. El milagro es signo de la venida al mundo de la Palabra de salvacin. Aqu la palabra capital es signo. Porque el milagro, como totalidad, es un prodigio-significante, una accin-signo. Este aspecto intencional o semiolgico del milagro constituye su elemento formal. Se trata de un signo interpelante e interpersonal, portador de una intencin divina y dirigido al hombre como un lenguaje divino, como una palabra concreta y urgente de Dios para darle a comprender que ha llegado la salvacin. Por consiguiente ha llegado la salvacin. Por consiguiente, los milagros no son acontecimientos histricos cerrados sobre s mismos, sino mediaciones que orientan hacia un ms all. Hacen entender que la salvacin anunciada es verdad, porque est ya presente. Los milagros de Lourdes tienen este mismo sentido: orientado hacia la salvacin y hacia el que los enva.

El milagro guarda siempre relacin con el acontecimiento de la Palabra de salvacin, tanto si se trata de la palabra del Antiguo Testamento que anuncia y promete la salvacin venidera como la palabra de Dios hecha carne y acontecimiento en Jesucristo, o bien de la de la palabra de la Iglesia, que hace presente y actual hasta el final de los tiempos la palabra de salvacin dad una vez por todas. El milagro est siempre al servicio de la Palabra, bien como elemento de la revelacin, bien como testimonio de su autenticidad y de su eficacia.

2. NOMBRES DADOS A LOS MILAGROS DE NUESTRO SEOR POR LOS ESCRITOS SAGRADOS. (Los milagros de Jesucristo 2005)Para designar los milagros de Jesucristo, los escritores sagrados emplean varias expresiones distintas que caracterizan muy bien su naturaleza. 1. En primer lugar la Vulgata los llama prodigio o portenta, prodigiosos, o sea, acciones notables; a veces, tambin, hechos maravillosos, o hechos extraordinarios, que sorprenden. Son llamados as a causa de la admiracin muy legtima que suscitan en los espritus. Respecto de este primer calificativo tenemos que haces tres observaciones. En primer lugar, Jess no se ha servido de l para designar sus propios milagros. Si recurri a l una vez, fue a propsito de los milagros en general, y con el fin de desaprobar totalmente la idea falssima que la mayora de la gente se formaba de los prodigios que deba cumplir el Mesas. En segundo lugar este nombre, que subraya ante todo el elemento maravilloso de los milagros, no es empleado nunca solo en los evangelios, sino siempre en compaa de otras denominaciones, precisamente porque Jesucristo ha rehusado siempre obrar prodigios pura y simplemente, milagros que no habran sido ms que acciones extraordinarias, destinadas a deslumbrar a las muchedumbres. El ha opuesto sin cesar enrgicas negativas a todas las peticiones que l fueron dirigidas en este sentido por las multitudes, por sus enemigos y por el mismo demonio.Finalmente, y este rasgo confirma el pensamiento precedente, al final de los tiempos se vern falsos cristos y falsos profetas que obran por si mismos prodigios en el sentido indicado. 2. Los milagros de Jess reciben en la vulgata tambin el nombre de virtudes, fuerzas, es decir, acciones de poder en tanto que son las manifestaciones de una potencia superior a la de los hombres, o sea de la potencia divina misma puesta al servicio del que cumple a esas acciones. Este nombre es relativamente frecuente en los tres primeros evangelios, es decir, en los sinpticos 3. .Los milagros evanglicos llevan el nombre de signa en la Vulgata, signos, cuando son mirados en sus relaciones con la misin superior de Jess a la que Dios se propona, en cierta manera, mediante ellos, aprobar y confirmar. En efecto, estos signos manifiestan de manera clara y visible en Nuestro Seor Jesucristo al enviado del Padre, al Mesas, al redentor, al fundador del reino de los cielos. Este calificativo tiene una importancia particular, ya que pone claramente de manifiesto el fin moral de los milagros del Salvador. Sin ninguna duda, un signo no es necesariamente un milagro, pero todos los prodigios de Jesucristo son signos. Los cuatro evangelios utilizan este nombre, y muy especialmente san Juan.En varios pasajes del Nuevo Testamento encontramos asociadosEstos tres trminos. Ellos no denotan clases distintas de milagros, sino que manifiestan aspectos diversos desde los cuales estos milagros son contemplados. Un ejemplo mostrar de qu manera se aplican de manera simultnea a los milagros de Nuestro Seor. La curacin del paralitico, Marc, 2,1-12 era un prodigio, pues aquellos ante quienes tuvo lugar quedaron pasmados. Fue tambin un acto de poder puesto que, ante la orden de Nuestro Seor Jesucristo, el enfermo se levant, tomo su camilla y se marco a la vista de todos. Era tambin un signo, pues proporcion la prueba de que el Hijo del Hombre tena sobre la tierra potestad para perdonar los pecados. 4. Finalmente, los milagros de Jess son llamados, rara vez por los sinpticos, muy frecuentemente por san Juan, las obras por excelencia. Esta ltima denominacin es tambin muy profunda y cargada de sentido, pues parece suponer que, para Jesucristo, el milagro es la forma natural de la actividad. En nuestros das se ha intentado debilitar su alcance pretendiendo que, mediante la palabra opera en singular, opus, el cuarto evangelista designa todo el conjunto de la conducta de Nuestro Seor en tanto que enviado de Dios, toda su labor como Mesas, y no sus milagros propiamente dichos. Mas, si esta explicacin conviene a tal o cual pasaje en particular, es refutada por varios textos en los que el mismo Jess ha recurrido a la palabra obras signos, por consiguiente, milagros, segn lo que ha sido dicho antes.No carece de inters recordar aqu que estos cuatro nombres dados a los milagros de Nuestro Seor Jesucristo tienen sus equivalentes en los libros de la Antigua Alianza, en los cuales los milagros son tambin llamados a veces prodigios, fuerzas, signos u obras.

3 AUTENTICIDAD HISTRICA DE LOS MILAGROS DE JESS

Para ser fiel a la naturaleza misma de la tradicin evanglica y a la historia de su formacin, un estudio sobre el valor histrico de los relatos de milagros no puede prescindir de recorrer las siguientes etapas:

a) En un primer tiempo hay que establecer el valor histrico del conjunto de la tradicin sinptica. Este tema se trata en el artculo sobre el valor histrico de los evangelios y el conocimiento de Jess por medio de los evangelios.

b) En un segundo tiempo conviene evocar dos logia de la Quelle, en donde el mismo Jess indica la realidad y el sentido de sus milagros:

1) En un primer logion, Jess constata el rechazo de las tres ciudades del lago de Genesaret, que no supieron reconocer en sus curaciones los signos de la venida del reino de Dios. Corozan, Betsaida y Cafarnan son ciudades privilegiadas, puesto que fueron las primeras testigos y beneficiarias de la actividad de Jess. Sin embargo, no comprendieron en sentido de las obras de Jess. Por eso su suerte ser ms terrible que de las ciudades consideradas tradicionalmente como impas (Tiro y Sidn) y pecadoras (Sodoma). El sentido de los milagros de Jess era manifiesto. Al mismo tiempo que su predicacin sobre las necesidad de convertirse para entrar en el reino de Dios. Los habitantes de las tres ciudades vieron prodigios, pero no supieron discernir los signos del reino anunciados por los profetas. Los milagros, por consiguiente, eran el mismo reino de Dios en su visibilidad, en su dinamismo de transformacin total del hombre.

2) El segundo logion, sacado igualmente de la Quelle, constituye la respuesta de Jess a los enviados de Juan Bautista que le preguntaron sobre su realidad real: Eres t el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Jess les respondi: Id y contad a Juan lo que habis visto e odio: los viejos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oye, los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres; Dichoso el que no se escandalice de mi!. Desde el punto de vista histrico, la percopa se encuentra en excelente posicin. Los criterios de discontinuidad y de conformidad encuentran aqu una explicacin ejemplar. El logion de Jess, en efecto, contrasta con la mentalidad juda de la poca y con la concepcin del Bautista sobre el mesas; contrasta igualmente con la mentalidad de la iglesia, que se apoya en la resurreccin de Jess ms que en sus milagros. Igualmente se aplica el criterio de conformidad. En efecto el logion est conforme con la enseanza de Jess sobre el tema central de su predicacin, a saber: el reino y los signos del reino; tambin es coherente con el tema de la predicacin de la buena nueva a los pobres; signo primordial de la llegada del reino; est conforme, finalmente, con el estilo de Jess, con su forma habitual de responder a la dedicada cuestin del mesianismo. Jess no solamente responde, sino que su respuesta va mucho ms all de la pregunta del Bautismo sobre el hecho de su mesianidad, ya que caracteriza el reino como un reino de compasin, de perdn, de gracia. De momento, Jess representa la gape de Dios en nuestro mundo; ms tarde llegar el juicio.

En estos dos logia, que pertenecen a una tradicin muy antigua, Jess relaciona sus milagros con la venida del reino que inaugurar l en su persona. Los milagros no son nunca puros prodigios, sino llamadas a la conversin, a la penitencia, condiciones indispensables para entrar en el reino. Los milagros son signos, al mismo tiempo que son obras de Cristo.

c) En tercer lugar, podemos recoger cierto nmero de ndices de historicidad global favorables al conjunto de la tradicin de los milagros. El peso de estos ndices procede de su multiplicidad y de su omnipresencia en la doble tradicin sinptica y jonica.

El primer hecho es el lugar tan importante de los relatos de los milagros en nuestros evangelios: en el evangelio de San Marcos, el 31 % del texto, o sea 209 versculos entre 666. En los diez primeros captulos dedicados al ministerio pblico de Jess, la proporcin se lleva al 47%, o sea, 209 versculos entre 42. En el evangelio de Juan, los doce primeros captulos, llamados por Dod el libro de los signos, estn elaborados a partir de los milagros de Jess. Tanto en los sinpticos como en Juan, los milagros y la predicacin de Jess constituyen un entramado irrompible, ya que los dos manifiestan una nica realidad, a saber: La venida del reino de Dios. Gran nmero de relatos subrayan el carcter pblico de los milagros, y consiguientemente la posibilidad de discutir su realidad en el momento de la tradicin evanglica. Los enemigos de Jess no discuten su actividad taumatrgica, sino ms bien la fuente de esta actividad, as como la autoridad que se deriva de ella. Finalmente un texto del Talmud de Babilonia atestigua que Jess fue entregado a la muerte por haber practicado la magia y haber conducido a Israel a la apostasa. Si los milagros ocupan en los evangelios un lugar que no puede compararse ms que con la enseanza y la pasin de Jess, y si la predicacin primitiva y los propios evangelistas estn como bloqueados en el tema de los milagros y los relacionan con el tema de la predicacin de Jess hasta el punto que no exista sta sin aqullos, es porque tuvo que suceder algo capital que vale la pena examinar para probar su consistencia

d) Encuarto lugar, a nivel de una criteriologa ms rigurosa, podemos aplicar a los relatos de milagros los criterios de autenticidad utilizados para la gran historia, pero teniendo en cuenta el caso especfico que representan los evangelios.

1) Criterio de testimonio mltiple: este criterio nos permite establecer que la realidad de los milagros de Jess se encuentra atestiguada en la casi totalidad de las fuentes que poseemos; Marcos, la Quelle, Lucas, Mateo, Juan; los Hechos, la epstola a los hebreos, la tradicin talmdica y los apcrifos. El tema de los milagros aparece no solamente en las fuentes mencionadas, sino que se encuentra tambin en formas literarias muy diversas: sumarios, discursos, controversias.

2) Criterio de discontinuidad: el hecho de que Jess realizara milagros en nombre propio contrasta con la actitud de los profetas, que realizaron milagros en nombre de Dios, y con la de los apstoles, que actuaron en nombre de Jess. Adems, en algunos casos, Jess da a sus milagros un sentido que va contra la mentalidad juda de la poca: por ejemplo, en la curacin del leproso.

En tiempos de Jess, la lepra era considerada por los rabinos como el castigo especfico de ciertos pecados. EL mismo leproso era considerado como un castigado por Dios, un impuro, y por tanto se vea excluido del templo y de la comunidad de Israel. A diferencia de los rabinos, Jess no evita al leproso; por el contrario, llevado de compasin, extiende la mano, para significar que lo toma bajo su proteccin lo toca y le dice: Yo lo quiero: queda limpio. La actitud de Jess frente al leproso, as como frecuente a los pecadores, marca una ruptura con el Judasmo de la poca. En el reino de Dios no hay sanos ni leprosos sino hijos de Dios.

3) El criterio de conformidad: con la enseanza fundamental de Jess sobre la venida decisiva del reino de Dios. En efecto, los milagros son inseparables del tema de la instauracin del reino: manifiestan su venida y su realidad. Son un signo y un elemento del reino de Dios. En efecto los milagros son inseparables del tema de la instauracin del reino. ste no es algo esttico, sino una realidad dinmica que cambia efectivamente la condicin humana, que establece el seor de Cristo sobre todas las cosas, incluidos los cuerpos y el cosmos. Un milagro sin una invitacin a reconocer el reino que viene y la persona que se presenta a establecer ese reino es un contrasentido, un puro prodigio. Por eso, cuando Cristo realiza un milagro, invita al mismo tiempo a la conversin y a la fe en su misin. Que un prodigio se encuentre as vinculado con la conversin interior es un hecho nico que acompaa a la presencia de Cristo.

4) El estilo de los relatos de milagros: Tanto en los milagros como en la enseanza de Jess se encuentra un estilo idntico, de simplicidad, de sobriedad y de autoridad, en un contexto religioso de una pureza y de una elevacin singular. Este estilo contrasta con el de los apcrifos, vidos de lo maravilloso. Si la gnosis traicion al evangelio reducindolo a una doctrina, los apcrifos, por su parte, lo traicionaron buscando solamente prodigios.

5) Inteligibilidad interna de relato: As, por ejemplo, el hecho de la resurreccin de Lzaro, coherente con los otros relatos de resurreccin en Marcos y Lucas y con el hecho mayor de la propia resurreccin de Jess, es tambin perfectamente coherente con el contexto general del cuarto evangelio, especialmente con los captulos 5, 11 y 12. Adems, ilumina dos hechos importantes de la vida de Jess, a saber: la decisin de las autoridades judas de acabar con l y el hecho de la entrada solemne de Jess en Jerusaln, atestiguada por los tres sinpticos. Sin embargo, slo el relato de Juan arroja plena luz sobre el acontecimiento y ofrece de l una explicacin verdaderamente satisfactoria. Slo Juan Observa: Los que estuvieron presentes cuando llam a Lzaro del sepulcro y los resucit de entre los muertos daban ahora testimonio de ello. Por eso tambin la gente le sali al encuentro, pues se haban enterado de que haba hecho este milagro

6) Interpretacin diversa, acuerdo en el fondo: El acuerdo con la sustancia del hecho, coexistiendo con ciertas fluctuaciones en la redaccin y hasta en la interpretacin, constituyen un slido indicio de historicidad. La historia y el derecho recurren continuamente a este gnero de argumento. As, a propsito de la multiplicacin de los panes, Juan subraya ms que Marcos el simbolismo sacramental del milagro. A su vez, Marcos subraya ms que Lucas el sentido cristolgico del milagro y presenta a Cristo como el buen pastor que tiene piedad de las ovejas sin pastor. El evangelio de Juan contiene algunos detalles propios. Se trata del mismo hecho, pero interpretado y profundizado: este acuerdo en el fondo en medio de la diversidad de detalles se ve apoyado por el criterio del testimonio mltiple, ya que el hecho est atestiguado por las seis recesiones de la tradicin sinptica y jonica. El acontecimiento se presenta adems como un signo del reino mesinico y escatolgico, en relacin con el signo de man en el desierto. Finalmente, sin la realidad de este suceso, varios hecho se quedan sin explicacin.

7) El criterio explicacin necesaria: es una aplicacin del principio de razn suficiente al caso de los evangelios. En el caso de los milagros, nos encontramos con unos diez hechos importantes que la crtica difcilmente puede rechazar y que estn pidiendo una explicacin suficiente: la exaltacin popular ante la aparicin de Jess la fe de los apstoles en su mesianidad, el lugar de los milagros en la tradicin sinptica y jonica, el odio de los sumos sacerdotes y de los fariseos por causa de los prodigios realizados por Jess, el vinculo constante entres los milagros y el mensaje de Jess sobre la venida decisiva del reino, el lugar de los milagros en el kerigma primitivo, la presencia de los dems signos que acompaan a la venida de Jess del mismo nivel y de la misma calidad, la relacin intima entre las pretensiones de Jess como hijo del Padre y los milagros que manifiestan su dominio sobre la enfermedad, el pecado y la muerte.

El que cada uno de estos criterios de autenticidad historia reconocidos por la historia universal y ms recientemente por los exegetas encuentre en los relatos de milagros un ejemplo de aplicacin tan notable constituye una prueba de solidez histrica difcilmente rechazable. Sobre todo teniendo en cuenta que se da una convergencia de criterios. Muy pocos logia de Jess se encuentran en una posicin tan favorable.

4 CLASIFICACIN Y TIPOLOGA DE LOS RELATOS DE MILAGROS

La clasificacin de los milagros ha conocido varias fluctuaciones. Segn una distincin clsica, se habla de milagros en las personas (curaciones, exorcismos y resurrecciones) o en los sucesos de la naturaleza (el mar, el viento, el pan, el vino, los peces) Esta distincin es discutible porque, en definitiva, los milagros conciernen siempre a las personas. G. Theis se han propuesto una clasificacin que tiene en cuenta la naturaleza de las relaciones que se establecen entre la persona del taumaturgo y el beneficiario del milagro, as como los motivos del milagro. Con una sola excepcin, adoptamos aqu esta clasificacin, que hoy se reconoce ampliamente:

a) Los exorcismos: A los ojos de Jess, la liberacin de los posesos es tan importante como la curacin de los enfermos. Estas dos operaciones liberadoras significan lo mismo: la venida del reino de Dios. Por otra parte, como la mentalidad de la poca atribua corrientemente la enfermedad y el pecado a Satans, no siempre se observ la distincin entre exorcismo y simple curacin. En la tipologa de los milagros reservamos el trmino de exorcismo a los casos en donde el demonio es el antagonista del taumaturgo. En estos relatos se observan tres caractersticas:

1. El poseso se encuentra en un estado de alienacin; ha perdido la facultad personal de decidir. 2. El taumaturgo tiene como antagonista no al poseso que es tan solo la vctima, el terreno de combate, sino al demonio en persona. 3. Cristo se las tiene que ver no con los hombres, sino con esa potencia personal y tenebrosa, Satans cuyo reino ha venido a destruir.

b) Las curaciones: Las curaciones guardan tambin relacin con el reino, pero no tan directamente como los exorcismos. Aqu la fe representan un papel de mediacin respecto a la fuerza del reino que se ejerce en Jess. En el caso de los posesos, que estn alienados y no son elementos pasivos, es imposible pedirles fe. No ocurre lo mismo en el caso de los enfermos, en quienes la relacin inmediata con la persona de Jess se lleva a cabo mediante la fe. Se pueden distinguir tres expresiones de esta fe: fe en el poder de curacin de Jess; aclamacin de fe que sigue al milagro, especialmente en Lucas; fe que se identifica con la conversin pedida por Jess como respuesta a sus milagros.

c) Milagros de legitimacin: Estos milagros constituyen una justificacin del comportamiento de Jess y al mismo tiempo una crtica de cierta mentalidad farisaica, incapaz de superar la letra de las prescripciones jurdicas. Consiguientemente, estos relatos de curacin tienen todos un carcter de controversia. Todas estas curaciones tienen la finalidad de justificar el comportamiento misericordioso de Jess frente a las estrecheces humanas y el legalismo de los fariseos. Surten el efecto de encender contra l el odio de los que tienen en sus manos el poder, y finalmente el de llevarlo a la muerte.

d) Milagros de salvamento y milagros dones: En estos dos tipos de milagros, la iniciativa viene de Jess. En los milagros dones Jess interviene en beneficio de la gente que no tiene qu comer, de los invitados a los que les falta el vino, de unos pescadores que no han cogido nada. El acontecimiento se refiere con suma discrecin. Slo se inicia el resultado: se sacias el hambre de la gente, hay vino en abundancia, la red se llena de pescados. Los milagros de salvamento se producen en una situacin ms dramtica todava. Adems de su aspecto cristolgico, estos milagros tienen un carcter eclesial. As en la tempestad calmada, Jess protege a su pequeo rebao contra toda tempestad. Estos milagros muestran a la nueva comunidad de Jess en torno a Jess.

e) Relatos de resurreccin: Algunos autores prefieren hablar de reanimaciones ms que de resurrecciones. Resulta ciertamente legtimo buscar una terminologa preciosa y fiel a la realidad. Los que hablan entonces de reanimacin ms bien que de resurreccin estn evidentemente preocupados por evitar cierto nmero de ambigedades. En los relatos evanglicos no se trata evidentemente de resurrecciones gloriosas, como la de Jess; ni de un retorno definitivo a la vida, sino de una vida que emprende de nuevo su curso normal y que se acabara con una muerte total y definitiva. Lzaro no tiene nada que contar sobre el ms all, sobre una vida despus de la vida. Por otra parte, los evangelios no son unos tratados de escatologa. Dicho esto, podemos preguntarnos si el trmino sugerido de reanimacin no ser quiz ms ambiguo que el trmino bblico y clsico de resurreccin. En efecto, el trmino de reanimacin tiene hoy una resonancia clnica difcil de borrar. Se habla, en los hospitales, de sala de reanimacin, tras una breve anestesia; se intenta reanimar a uno que ha estado a punto de ahogarse, practicndole una respiracin artificial; se reanima a uno que sufre una insuficiencia cardiaca momentnea o un coma diabtico. Adems, el trmino de reanimacin es fiel a la intencin del evangelista y del mismo Jess? En todos los relatos evanglicos hay una conviccin comn: se considera imposible un retorno a la vida. Para Jess estas resurrecciones son signos de la venida del reino: Los muertos resucitan, dice en su puesta a los enviados del Bautista. En la intencin de los evangelistas, estos milagros manifiestan el poder de Jess sobre la muerte, as como sobre la enfermedad y sobre el pecado. Bien pensadas todas las cosas, parece preferible hablar de relatos de resurreccin aunque sea difcil precisar a qu etapa hacia la muerte haban llegado los personajes de los que nos hablaban los relatos evanglicos. Por lo menos al hablar de resurreccin, se intenta hablar del retorno a la vida en alguno que se encontraba en el camino sin retorno que conduce a la muerte. Los milagros de resurreccin tienen una finalidad para Jess y los evangelistas: representan una forma nica del poder de Jess, a saber: el Hijo resucitado a los muertos lo mismo que el Padre. Son signos mesinicos que piden un trato especial. Como la Biblia de Jerusaln y como la edicin de la TOB, conservamos el trmino de resurreccin hasta que los especialistas propongan una terminologa manifiestamente superior a la que han consagrado muchos siglos de uso.

5 Originalidad y finalidad de los milagros de Jess:

a) En trminos negativos hemos de decidir que Jess se niega a confundir milagro y prodigio. No quiere que le tengan por mago, ni por un charlatn, ni tampoco por un poseedor de secretos cientficos. La salvacin que trae pasa por la cruz y slo ser reconocida en el momento en quede totalmente cumplida su misin.

b) En trmino positivos, el milagro est destinado a la salvacin del hombre. Jess viene a restaurar al hombre y conferirle aquella salvacin a la que aspira en vano. El milagro visibiliza esta restauracin total. Cristo expulsa verdaderamente a los demonios, cura de verdad, resucita de verdad, porque salva verdaderamente al hombre. Sin embargo, en la tradicin sinptica Jess no es llamado el salvador, sino el que viene a salvar lo que estaba perdido. Por eso los milagros estn ligados al tema de la conversin, que introduce en el reino.

c) El milagro se hace con vistas a una vocacin al reino; es ste un aspecto que ilustra muy bien la curacin del poseso de Gerasa. Este hombre privado de todo: de su equilibrio somtico y psquico, de su dignidad humana. Est alienado de s mismo y de la sociedad. Jess lo restablece en su integridad de hombre, es decir, de ser consciente y responsable, y lo reintegra a la sociedad: hace de l un ser personal y socialmente sano. Pero la intencin del milagro no se detiene en la restauracin de la salud; se prolonga en una vocacin superior. Una vez curado, le pide a Jess quedarse en su compaa. Jess le dice entonces: Vete a tu casa con los tuyos y cuntales todo lo que el Seor, compadecido de ti, ha hecho contigo. De un esclavo, Jess hace un hombre libre y luego un evangelizador del reino: l se fue y comenz a predicar por la Decpolis lo que Jess haba hecho con l y todos se admiraban. El milagro no tiene sentido ms que sobre ese fondo del proyecto de Dios sobre el hombre, a saber: la entrada en el reino. Posee a la vez una funcin de liberacin y de realizacin del hombre. Por medio del milagro Cristo recrea, reconstruye al hombre y lo eleva a una plenitud de vida inesperada, Esta realizacin es el alba de la nueva creacin.

d) El milagro establece entre Jess y el beneficiado una relacin nueva personal y transformadora. El hombre curado no tiene que observar escrupulosamente unos ritos mgicos, sino entrar por la fe en relacin con Jess. No cabe duda de que, en tiempos de Jess, esa fe es imperfecta, pero es por lo menos peticin suplicante y confiada a aquel que anuncia el reino y en el que se manifiesta el poder de Dios. El que un prodigio est de este modo ligado a la conversin y establezca entre Jess y el favorecido por el milagro una relacin totalmente nueva y personal es un rasgo especfico del milagro Cristiano.

e) El hombre tiene, por tanto, un papel en el milagro, una participacin, que se expresa por una actitud de fe radical en Jess, o al menos de disponibilidad, de apertura. El primer paso del hombre es reconocerse pobre, desvalido, necesitado de salvacin, hasta el punto de exclamar: Jess hijo de David, ten compasin de mi!. Sin esta participacin mnima del hombre, no podra obrar el mismo Cristo. Si el hombre se cierra y se endurece ante la salvacin que se le ofrece, no queda ningn resquicio para la accin de Dios: el milagro profundiza ms an la ceguera del hombre, hace ms espesas sus tinieblas. Esta llamada a la participacin humana revela, al mismo tiempo que el poder de Dios, su fragilidad ante la libertad del hombre: riesgo supremo de un Dios! Que ha basado en el amor o en el rechazo la constitucin de un pueblo de hijos llamados a compartir su propia vida!

f) Adems, los milagros son inseparables de la cruz. Jess personifica el reino de Dios que destruye el reino de Satans; entonces, no es extrao que la luz del uno ofusque las tinieblas del otro. Los exorcismos de Jess son interpretados como la obra de Belceb. Las curaciones hechas a favor de las ciudades del lago, en vez de llevar a la conversin, condujeron al endurecimiento. Los milagros de legitimacin, hechos en da del sbado, suscitaron el odio y engendraron la decisin de acabar con Jess. Incluso el milagro de la multiplicacin de los panes fue mal comprendido y provoc el abandono o la duda. sa es la dialctica del poder impotencia y de la gloria humillacin de Jess. De suyo el milagro est destinado a orientar hacia el reino, pero el hombre puede ver el prodigio y cerrarse al signo. Jess es el portador de una salvacin que pasa por la conversin; por sus obras, sus milagros, son el lugar de una opcin dramtica. Acoger los signos es acoger a Jess y entrar por los caminos de la conversin. Y precisamente porque Jess rechaz cualquier otra lectura de sus milagros distinta de la que los presenta como signos del reino y como invitacin a entrar en l por los caminos de la conversin, por eso fue finalmente condenado.

g) Los milagros de Jess tienen un carcter eclesial. Jess no es un simple carismtico, que realiza por su cuenta unos milagros para su tiempo; trae una salvacin universal, cuya fuente nunca se agota. Por eso da a sus discpulos el poder de anunciar el reino, as como el de curar a los enfermos y echar a los demonios, es decir, el doble poder que l mismo ejerce. Sus milagros son el signo de la comunidad de salvacin, que sigue ofreciendo la salvacin inaugurada en el grupo de los doce, pero que se perpeta a travs de los siglos y se extiende por todas las naciones.

h) Por los milagros de Jess, el futuro invade el presente. Con Jess el reino de Dios invade nuestro mundo. La salvacin se convierte en un hoy que resuena y opera. Despus de la resurreccin, cuando la iglesia se vuelve hacia Jess, es para recordar el pasado que estableci el reino e inaugur el mundo nuevo aguardando su pleno cumplimiento. De momento se nos dan unos signos que vienen de la tierra prometida, de forma intermitente, como una luz interestelar, que nos deja vislumbrar dimensiones inauditas.

i) Finalmente, los milagros de Jess nos orientan hacia la revelacin de su persona. Si Jess es el nico que trae el reino y la salvacin escatolgica, la razn ltima de ello est en el misterio de su persona. Esta trascendencia de Jess, en el momento de su paso terreno por la Palestina, no aparece ms que implcitamente en el ejercicio de la salvacin que l manifiesta por sus obras. Antes de pascua todo est all, pero al mismo tiempo todo est por recuperar: el sentido ltimo de los milagros de Jess no se captar plenamente ms que a la luz de la experiencia eclesial de pascua, que har descubrir la plena identidad de Jess: Cristo, seor, Hijo de Dios. Antes de pascua, los gestos estn puestos: orientan hacia la presencia de una trascendencia personal; pero cmo percibir entonces la identidad del Dios vivo en la carne y en los gestos del hombre Jess?

6 Nocin catlica del milagro

a) Terminologa bblica: En el antiguo testamento los milagros son llamados terata, es decir, prodigios. El Deuteronomio, as como el Nuevo testamento, une con frecuencia dos trminos, smeia kai terata, para significar que se trata de un prodigio sagrado. Otros vocablos, como thaumasia, esto es, hechos que suscitan la admiracin, y paradoxa, es decir, hechos inesperados, ponen de relieve el aspecto psicolgico del milagro: se trata de un hecho inslito que suscita la admiracin, la extraeza, la estupefaccin del hombre. En el Antiguo Testamento los milagros son calificados frecuentemente de adynata, es decir, obras propiamente divinas, que son imposibles para el hombre. En el evangelio de Juan se habla de erga (obras), es decir, las obras de Cristo en cuanto Hijo del Padre. Marcos y Mateo los llaman dynameis, o sea, manifestaciones y efectos del poder divino. Los milagros, como obras, pertenecen a esa gran obra que Dios comenz con la creacin del mundo y que acab con la redencin, que es la nueva creacin. En cuanto manifestaciones de poder, se relacionan con la dynamis divina, es decir, con esa accin omnipotente por la que Dios vivifica y salva, tanto en el orden natural como en el sobrenatural. Estos trminos, concretamente erga y dynameis, ponen de manifiesto el aspecto ontlogico del milagro y lo representan como una obra trascendente, o sea, imposible a las criaturas, y que supone, por tanto, una intervencin especial de la causalidad divina.Finalmente, tanto en el AT como en el NT concretamente en San Juan, el milagro es llamado smeion, signo vocablo, que entra frecuentemente en composicin con prodigio. En efecto, el milagro ms que un prodigio es un signo dirigido por Dios. Es portador de una intervencin divina que hay q saber leer en su contexto.

b) Los datos de la tradicin: los tres aspectos que acabamos de mencionar (psicolgico, ontolgico) aparecen a lo larga de toda la tradicin patrstica y teolgica, aunque con una acentuacin y un relieve que varan en el curso de los siglos. En particular, se observa cierta oscilacin entre el aspecto factual y ontolgico, que ver sobre todo en el milagro un hecho de trascendencia fsica, y el aspecto semiolgico, que lo considera ante todo como un signo dirigido por Dios.San Agustn subraya particularmente los aspectos psicolgico y semiolgico. El milagro es un fenmeno inesperado que rompe la monotona de lo cotidiano y, consiguientemente, provoca la admiracin. En su perspectiva apologtica, frente a los paganos, este efecto de choque se produce por lo inslito del milagro, a fin de servir de apoyo a la funcin de signo que cumple. Por su carcter prodigioso, el milagro invita al hombre carnal, que es legin, a elevar su mirada hacia el cielo para contemplar las realidades invisibles del mundo de la gracia.Con San Anselmo se pone el acento en la trascendencia ms que en la finalidad del prodigio. El milagro es una accin que ha de atribuirse slo a Dios, ya que supera las fuerzas de todo el universo creado. Santo Toms, por su parte, manifiesta en sus obras que conoce y reconocer los tres aspectos del milagro mencionados por la Escritura. Pero cuando llega a la definicin del milagro, santo Toms, que se intera ante todo por el efecto producido y por la causa que le es proporcionada, se sita decididamente del lado de Dios, agente trascendente: Un hecho es milagroso cuando supera el orden de toda la naturaleza creada.

c) La causa proporcionada en el efecto producido, en su realidad ontolgica, es Dios. Dios no niega el orden de la naturaleza; pero en el caso del milagro lo supera, ya que su accin se ejerce en otro nivel. Se integra en un orden que es el orden total, universal querido por Dios.

Los escolsticos, siguiendo a Santo Toms y atenindose a su definicin ms que a su doctrina del milagro por su aspecto divino, abandonando prcticamente los otros dos aspectos. As Pesch define el milagro: Un efecto sensible que Dios produce de la naturaleza. Y Garrigou Lagrange: Un hecho producido por Dios en el mundo fuera del orden de actuacin de toda la naturaleza creada. Uno de los mritos de M. Blondel fue el poner de nuevo de relieve el aspecto semiolgico del milagro. El milagro es el signo de esa bondad anormal que Dios manifiesta en el evangelio de la salvacin. La teologa de la posguerra se caracteriza por un esfuerzo por integrar armnicamente los tres aspectos esenciales del milagro.

d) Las indicaciones del magisterio: Sin pretender sacar de los documentos del magisterio una definicin del milagro que nunca han pretendido dar, encontramos sin embargo en ellos los tres aspectos constantemente afirmados por la Escritura y por la tradicin. As, el Vaticano I considera los milagros como hechos divinos, esto es, que tienen a Dios por autor. Los milagros son adems signos de revelacin: signos presentados por Dios para ayudarnos a reconocer que Dios ha hablado a la humanidad. El Vaticano II habla de las obras, los signos y los milagros por lo que Cristo revela y atestigua a la vez el origen divino de la revelacin. Estos tres trminos representan los tres aspectos del milagro.

VOCABULARIO

Vulgata: Es una traduccin de la Biblia al latn vulgar, realizada a principios del siglo V por San Jernimo, por encargo del papa Dmaso I en 382.

Logia:Tambin denominada coleccin de los dichos de Jess

Percopa:Una percopa (del griego , pericop, "corte") es, en retrica, un grupo de versos con un sentido unitario coherente. El trmino se utiliza habitualmente en la exgesis del Nuevo Testamento. La escuela conocida como Historia de las Formas utiliza el trmino para hacer referencia a unidades textuales, que corresponden a tradiciones autnomas sobre Jess de Nazaret, utilizadas por los evangelistas como material para redactar los diferentes evangelios.

gape:Los primeros cristianos lo emplearon para referirse al amor especial por Dios, al amor de Dios para con el hombre, e incluso a un amor "autosacrificante" que cada ser humano deba sentir hacia los dems. "De tal manera Am Dios al mundo, que envi a su Hijo unignito, para que todo el que crea en l no se pierda, sino que tenga vida eterna"(Juan, 3:16).En los primeros tiempos del cristianismo, agape tambin significaba una comida en comn, que es el significado que conserva en la actual: comida, banquete. En este sentido, tambin significa el amor que devora al amante, por ser ste capaz de entregar todo sin esperar recibir nada a cambio.

Escatolgica:Escatologa (religin) como las creencias religiosas referentes a la vida despus de la muerte y acerca del final del hombre y del universo (del griego sjatos, ltimo)

Kerigma:El trmino kerigma proviene del griego y significa proclamar como un emisario.Esta palabra se aplica a la proclamacin de los cristianos que se inicia poco despus de la muerte de Jess de Nazaret, hacia el ao 30.Mentalidad farisaica:Conciencia farisaica es la que se preocupa por aparentar bondad ante los dems, mientras en su interior hay pecados de orgullo y soberbia. Es hipcrita, quiere que todos piensen que es buena y eso es lo nico que le importa.

BIBLIOGRAFIA

Latourelle, Ren. (1990). Diccionario de Teologa Fundamental.(Primera Edicin). Barcelona: Herder.

Los milagros de Jesucristo (2005) (Primera edicin). Barcelona: Editorial P.I. CIdesa