debate en torno a artigas 1884

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  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    1/31

    Este documento est disponible para su consulta y descarga en

    Memoria Acadmica,el repositorio institucional de la Facultad de

    Humanidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad

    Nacional de La Plata, que procura la reunin, el registro, la difusin yla preservacin de la produccin cientfico-acadmica dita e indita

    de los miembros de su comunidad acadmica. Para ms informacin,

    visite el sitio

    www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

    Esta iniciativa est a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad,

    que lleva adelante las tareas de gestin y coordinacin para la concre-

    cin de los objetivos planteados. Para ms informacin, visite el sitio

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    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode.

    2004, no. 4, p. 187-216

    Sansn, Toms

    Anuario del Instituto de Historia Argentina

    Cita sugerida

    Sansn, T. (2004) Un debate rioplatense sobre Jos Artigas (1884).[En lnea] Anuario del Instituto de Historia Argentina, 4. Disponibleen:http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3254/pr.3254.pdf

    Un debate rioplatensesobre Jos Artigas (1884)

    http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar/http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcodehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcodehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcodehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcodehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar/http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/
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    UN

    DEBATE RIOPLATENSE SOBRE OS ARTIGAS (1884)

    Toms Sansn

    1

    Santos

    y

    la comolidacin de

    una

    episteme

    eponimizadora

    n 1884 tuvo lugar una polmica internacional

    en

    torno a la figura de Artigas.

    Se vehiculiz por medio de dos rganos de prensa: La

    Razn

    de Montevideo y el

    Sud

    Amrica de Buenos Aires.

    El gobierno d Mximo Santos dispuso importantes honores a

    la

    memoria de Artigas

    previstos para setiembre de 1884'. En realidad, desde 1883

    se

    haba iniciado un fuerte mo-

    vimiento en pro de oficializar la reivindicacin que en el mbiro historiogrfico

    ya

    tena

    antecedentes.

    Ese

    ao

    fue

    votada una ley decretando la ereccin de una estatua ecuestre

    en bronce a

    la

    memoria de Artigas que

    se

    erigira en el centro de

    la Plaza

    Independencia.

    El Poder Ejecutivo debera convocar

    un

    concurso a los efectos de seleccionar el boceto o

    plano para inmortalizar al caudillo. Esta medida se concretara recin en 1923.

    El 23 de setiembre de 1884 fue declarado da de duelo nacional. Por decreto del

    18 de setiembre

    el

    Poder Ejecutivo determin la realizacin de

    un

    solemne funeral

    en

    la Catedral

    al

    que deberan asistir todas las jerarquas de gobierno, posteriormente ha-

    bra una procesin cvica para llevar hasta el cementerio central los restos de Artigas.

    Se

    tributaran honores militares, la bandera sera colocada a media asta y los jefes po-

    lticos de todos los departamentos dispondran

    la

    celebracin de

    una

    misa.

    La prensa uruguaya difundi la iniciativa gubernativa

    y

    de forma unnime, adhi-

    ri a los actos. Representantes de los principales diarios montevideanos La

    Tribuna

    Popular

    La Razn El Nacional El

    Siglo

    El

    Bien

    Pblico

    El Diario El

    Negro Timoteo

    La Nacin La Ilustracin Uruguaya

    El

    Ferrocarril

    El Diario

    Oficial

    El

    Partido

    Colo

    rado-

    acordaron homenajear a Artigas colocando una corona

    en la

    catedral la noche

    1 a documentacin relativa a los honores

    oficiales

    puede consultarSe

    en el

    Apndice de RAMfREZ, Carlos

    Ma. Artigas. en Cokccin e Clsicos Uruguayos. Montevideo, Biblioteca

    Artigas

    1953, vol.

    1

    pp. 418

    y ss.

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    188

    Anuario del Instituto

    de

    Historia Argentina N 4

    del 22 de setiembre con la siguiente inscripcin:

    "A

    la memoria del general Artigas,

    la prensa nacional de Montevideo '.

    Los

    actos proyectados tuvieron amplia difusin dentro y fuera de fronteras.

    En un artculo de

    La Razn

    exaltando

    la

    figura del caudillo y congratulndose

    por los honores pblicamente tributados, Carlos Ma. Ramrez. adverta:

    "(oo.) no debemos ignorar que la opinin preponderante hoy en

    la

    Repblica

    Argentina

    es

    radicalmente hostil a la memoria del Jefe de los orientales, y que

    all sern juzgados con severidad los honores a ella tributados. Es dolorosa y a

    la

    vez injustificada esta disidencia histrica de

    las

    dos repblicas del Plata 3.

    y tena razn, las celebraciones anunciadas provocaron un encendido artculo en

    el Sud Amrica

    de Buenos Aires criticndolas duramente. Esta actitud gener la res

    puesta de Carlos Ma. Ramrez desde

    las

    pginas de

    La Razn.

    Comenz una polmi

    ca que dur tres meses (setiembre, octubre y noviembre).

    l

    La autora de

    los

    artculos

    Las contribuciones de La Razn estn publicadas bajo

    la

    responsabilidad de Car

    los Ma. Ramrez quien asumi, una

    vez

    ms, la defensa del caudillo.

    Cont,

    como es

    t ampliamente probado, con

    el

    respaldo heurstico y hermenutico de Clemente Fre

    geiro\ oriental residente

    en

    Buenos Aires quien posea una importante colec

    cin -como se deca en la poca- de bibliografa y documentos; adems tena acceso

    a los principales repositorios pblicos y privados de esa ciudad. Podra tratarse de una

    verdadera coautora reflejada -ms all de las confesiones pblicas realizadas repetidas

    2 Cf. Acta de la prensa de Montel ideo en el trigsimo cuarto aniversario de /o muate de Artigas en Ibd

    .

    , pp.

    422-423.

    3 RAMREZ, Carlos M., Artigas. En el trigsimo cuarto aniversario de su muerte en La &tzn, Montevideo,

    23

    de

    setiembre

    de

    1884. en ibid.,

    p.

    9.

    4 Este es un tema totalmente probado, no solo por e testimonio

    de

    propio Fregeiro, que surge de lo que

    sigue en e texto, sino por cartas

    de

    Rarnrez como la siguiente dirigida a Fregeiro )' fechada e 8

    de

    octu

    bre de 1884 en pleno desarrollo de

    la

    polmica: "Cree Ud.

    que

    debemos

    continuarla de

    cOIlciencia?"(citada

    en ARDAO, Ma. Julia - CAPIUAS DE CASTELLANOS, Aurora, Bibliografla de Artigas, Montevideo,

    Comisin Nacional del Archivo Artigas, 1953, t. r

    p.

    147).

    Esta contrarrplica y la relativa a las invasiones inglesas pertenecen a un ilustrado compatriota cuyo nom

    bre no estamos autorizados a revelar. Tambin le debemos algunas de las ms importantes referencias de

    otras contrarrplicas (correspondiente a la contrarrplica RAMlREZ, C. Ma., El contrabando colonial )'

    Artigas, en Artigas, o, cit., nora de

    p.

    183).

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

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    Toms Sansn 189

    veces por Fregeiro y Ramrez- en

    la

    solidez, extensin y erudicin de los textos. La

    pluma de Ramrez se identifica fcilmente en la forma de los mismos, pero n su

    es-

    ptiru emerge

    un

    numen cuya configuracin no

    es

    precisamente fantasmal: posee un

    aura muy fuerte que trasunta claramente en la intertextualidad.

    Ms difcil

    es

    identificar al articulista annimo que abri

    el

    fuego desde Buenos

    Aires. Una versin correspondiente a Clemente Fregeiro asigna la misma a Lucio Vi

    cente Lpez. Para desentrai.ar este enigma tenemos una pista interesante surgida de

    una serie de cartas intercambiadas por Clemente Fregeiro, Setembrino Pereda y Luis

    Melin Lafinur en

    1916'. El

    siguiente fragmento redactado por Fregeiro tiene una

    importancia capital pues arroja luz sobre los autores que polemizaron en

    1884:

    Desde la polmica a travs del Plata que trab Carlos Mara Ramrez con Lu

    cio Vicente Lpez, a mi indicacin y con mi colaboracin, pudo ya orientar

    se bien el perodo de una crtica histrica que no han superado los que des

    pus

    se

    ocuparon del mismo asunto

    6.

    La

    confesin de Fregeiro es importante en cuanto podra considerrselo, en cierta

    medida, coautor del Artigas pues facilit los materiales de base a Ramrez y sin dudas,

    criterios interpretativos firmes para responder

    los

    cargos formulados desde Buenos Aires.

    A pesar de la rotundidad de la

    afirmacin,

    el

    analista no puede concluir de mane

    ra

    tajante que Lucio Vicente Lpez fuera el Annimo del ud Amrica

    La

    carta de

    Fregeiro fue publicada, por

    el

    Diario

    del

    Plata

    y motiv a Luis Melin Lafinur a reali

    zar algunas puntualizaciones. La misiva de Melin, publicada n

    el

    mismo medio de

    prensa

    el

    4 de agosto, permite reconstruir

    el

    origen de

    la

    polmica.

    Fregeiro le inform a Ramrez

    la

    aparicin de un artculo comentando y critican

    do

    la

    iniciativa de Mximo Santos de rendir homenajes a Artigas. Ramrez -siempre

    si-

    guiendo

    la

    versin de Melin- se habra negado en primera instancia porque no

    se

    sen

    ta preparado para una polmica de tal envergadura. Fregeiro insisti prometindole to

    do el apoyo necesario. Ramrez habra aceptado en virtud de esta ayuda proveniente de

    un

    historiador tan calificado. Fregeiro cumpli: cada nuevo artculo que

    le

    enviaba a Ra

    mrez iba acompaado de notas, comentarios y documentacin para que ste utilizara

    en

    la

    inmediata respuesta que, en virtud de

    los

    tiempos periodsticos , deba realizar'.

    5 Publicadas

    p o s t r i o r m ~ n t

    bajo

    el

    ttulo Cuestiones histricas. Cartas

    e

    los

    seores

    Clemente L

    Fregeiro y Luis

    Melidn Lafinur en la

    Revista

    del Instituto

    Histrico

    y Geogrdfico del

    Uruguay

    Montevideo, 1926, t. V nro. 1.

    6 Carta de Clemente Fregeiro a Setembrino Pereda, Buenos Aires, 25 de julio de 1916, en ibid., p. 284.

    7 Cf.

    l

    respecto arta de Luis Melin Lafinur a Clemente Fregeiro, Montevideo, 4 de agosto de 1916, en

    ibid., p. 285-287.

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    19

    Anuario del Instituto de Historia Argentina

    4

    En Montevideo circul la noticia de que Lucio Vicente Lpez podra ser

    el

    respon

    sable de los ataque a Artigas. Este, que era amigo de Melin desde la infancia, se lo ne

    g personalmente, pero, en su origen, el rumor

    fue

    muy fuerte y se hizo creble pues

    todava en 1916 se mantena la tradicin que asignaba a Lpez la misteriosa autora.

    El mismo Lpez manifest desde las columnas del SudAmrica que l no sostena po

    lmica alguna con Ramrez. S intervino cuando se publicaton en Montevideo los ar

    tculos en forma de libro bajo el ttulo Artigas En esa ocasin critic duramente los di

    chos de Ramrez, pero esta vez

    se

    identific, Ramrez y Fregeiro no respondieron.

    Rpidamente Fregeiro contest a Melin. No

    se

    retracta de su posicin y sostiene

    que cuenta con

    el

    testimonio de personas de reconocida capacidad intelectual y pro

    bidad como Andrs Lamas, Paul Groussac y Daniel Muoz, amigos y/o colaborado

    res de L.V Lpez en distintos momentos de su vida, en

    el

    sentido de ser ste el arti

    culista del Sud

    Amrica

    Deja flotando la posibilidad de que Vicente Fidel Lpez, pa

    dre de Lucio, lo hubiera asesorado directamente. Fregeiro atribuye la pblica negati

    va

    de Lpez, que Melin cita, a

    un

    recurso estratgico del autor esperando que Ram

    rez finalizara

    la

    polmica ofendido

    por

    desconocer

    la

    identidad del adversario .

    Entre los datos aportados por Fregeiro surge otro personaje importante, Andrs

    Lamas, quien le habra ofrecido sus materiales para auxiliar a Ramrcz.

    Como

    puede

    apreciarse, los ecos y los participantes de la polmica fueron muchos.

    El mundo

    cul

    tural rioplatense, en especial

    el

    historiogrfico, parece haber estado pendiente de

    las

    rplicas y contrrarplicas que cotidianamente surcaban

    el

    ro.

    Tal vez nunca se llegue a conocer con certidumbre

    la

    paternidad de los artculos del

    Sud

    Amrica

    -pues lo nico que da como prueba Fregeiro son los testimonios de desta

    cados intelectuales, carece de un autgrafo de Lucio Vicente Lpez como para certifi

    car de manera incuestionables su autora-, pero esto no impide valorarlos altamente en

    el

    sentido de poseer una autora colectiva , de representar, en este sentido,

    la

    opinin

    de

    la

    mayora de

    los

    historiadores argentinos de

    ese

    momento sobre Jos Artigas.

    Hay

    un

    dato objetivo que puede avalar

    la

    tesis de

    la

    autora de

    los?)

    Lpez: los ar

    tculos del Sud

    Amrica

    apelan a

    un

    nmero muy fragmentario y discutible de fuentes

    el General Miller, Cavia y el Viejo Oriental - para avalar sus asertos, pero a un solo

    historiador de fuste: Vicente Fidel Lpez. Resulta muy significativo que no

    se apelara,

    por ejemplo, a Mitre, otro antiartiguista confeso. En cuanto a una posible compara-

    8 Cf. al respecto carta de Clemente Fregeiro a Luis Melin Lafinur. Buenos Aires. 16 de agosto de 1916.

    en bid

    pp. 289-293.

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    Toms Samn

    191

    cin estilstica corno' recurso para conocer

    la

    autora, considerarnos que sera muy

    arriesgado tentar conclusiones pues, tanto la brevedad corno

    el

    tono irnico del an

    nimo evidencian

    un

    propsito explcito por desfigurar

    los

    trazos caracter;sticos de una

    pluma. Lucio o Vicente? CreernoS slo creemos- que Lucio y Vicente,

    es

    decir, una

    autora compartida en la que el hijo sera

    la

    pluma y

    el

    padre del

    numen

    inspirador.

    lf Significacin y trascedencia

    historiogrdfica

    del

    debate

    Esta polmica fue muy importante en su poca

    y

    posiblemente, tuvo mayor tras

    cendencia que la anterior entre Ramrez y Serra, en virtud de su carcter internacional.

    Moviliz a varios historiadores y aficionados a la historia que intervinieron lateralmen

    te brindando sus puntos de vista en Montevideo son de destacar' los aportes de Isido

    ro

    de Mara en

    El

    Ferro Carril,

    ]uanSarbosa

    en

    El

    Bien

    Pblico,

    y

    un

    autor annimo

    en

    El

    Diario -,

    pero tambin interes al pblico que

    la

    sigui a travs de

    la

    prensa.

    Prueba del inters popular -con todas las salvedades que este trmino merece en

    el Uruguay de 1884- por la temtica en discusin fue la publicacin de los artculos

    en forma de libro bajo el sencillo y elocuente ttulo

    Artigas

    en diciembre del mismo

    ao, as como

    las

    posteriores ediciones que tuvo. Resulta muy clara

    la dvertencia

    de

    Ramrez a la segunda edicin

    1

    de enero de 1897):

    Este libro, resultado de una improvisacin, ha tenido buena fortuna. La pri

    mera edicin

    se

    agot rpidamente, y hoy cuantos ejemplares adquieren los li

    breros se venden a subido precio.

    Muchas personas me han indicado

    la

    conveniencia de imprimir una segunda edi

    cin que por su baratura est al alcance de todos. Difiero a esa indicacin, sin ni

    mo de lucro. Cada volumen, que en

    la

    primera edicin vala dos pesos, y hoy s

    lo

    puede comprarse por el doble o

    el

    triple, valdr en esta edicin popular cuaren

    ta centsimos 10.

    Si bien no hay indicaciones del nmero de ejemplares vendidos, resulta muy su

    gestivo, que trece aos despus todava hubiera tanto inters en el libro corno para

    ameritar su reimpresin. Incluso, en 1916, a treinta y dos aos de la polmica,

    se

    hi

    zo una tercera edicin.

    9 Cf. ARDAO-CASTELLANOS. o.

    cit

    t. l.

    p.

    147.

    10

    RAM1REZ. C.M

    o.

    cit

    p.

    3.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    7/31

    192

    Anuario del

    n s ~ ;

    aistoria Argentina N 4

    Paulatinamente

    el

    libro

    se

    transform por antigedad solidez - en una de

    las

    piezas fundamentales del sociolecto encrtico pues parametr

    la

    entronizacin

    yepo-

    nimizacin de Artigas. En 1950, dos discpulas dilectas de Pivel como Ma. Julia Ar

    dao

    y

    Aurora Capillas de Castellanos, decan del mismo:

    Por

    la

    brillantez y agilidad del estilo, por

    la

    eficacia de

    la

    argumentacin que ha

    cen de este libro un modelo en l gnero de la historia polmica, el 'Artigas' de

    Carlos Mara Ramrez, obra

    clsica

    en

    la

    bibliografa artiguista, ser siempre le

    do con la emocin que comunican sus pginas escritas con fervor patritico .

    La observacin no es menor, coincide con un clima de efervescencia artiguista ge

    nerado en el marco de las celebraciones del centenario de su muerte (1950). Tres aos

    despus apareci el primer volumen de la

    Coleccin

    de Cldsicos Uruguayos en

    el

    cual

    se

    reedit

    la

    polmica.

    E ~ t a

    distincin termin de consagrarlo, a

    c.

    Ma. Ramrez, en

    el

    canon de los autores de culto.

    Nuestro anlisis estar centrado precisamente en esta obra que incluye los artcu

    los del Sud

    Amrica.

    11/.

    Contenido

    y estructura del

    Artigas

    Es

    necesario realizar algunas consideraciones sobre su peculiar estructura a

    los

    efectos de comprender tanto la naturaleza del debate, como el espritu de Ramrez al

    organizar los artculos e incluir algunos aportes originales que, en primera instancia,

    no figuraron entre los materiales objeto de disputa:

    l. Una

    Introduccin

    de

    la

    primera

    edicin

    en la que

    se

    establece el criterio de la pu

    blicacin.

    2. El artculo

    Artigas.

    En el trigsimo

    cuarto aniversario

    de

    su

    muerte publicado en a

    Razn

    el 23 de setiembre de 1884.

    3. a

    Primera

    parte titulada

    Rectificaciones

    que incluye

    el

    artculo

    Apoteosis de

    un

    bandolero

    del Sud

    Amrica

    con

    el

    que

    se

    abri la polmica;

    y

    a largusima rpli

    ca de Ramrez.

    4.

    a

    Segunda parte bajo

    el

    epgrafe Rplicas y contrarrplicas que incluye cantidad

    de artculos de los dos diarios donde se discuten con mucha brevedad distintos

    puntos emergentes de los opsculos iniciales.

    11 ARDAO-CASTELLANOS. o.

    cit . t.

    l.

    p

    149.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    8/31

    Tomds

    Sansn

    193

    5. Una

    Conclusin

    titulada

    Elostracismo,

    la

    muertey

    la rehabilitacin de Artigas.

    6. Un Apndice en e cual Ramrez inserta una serie de documentos que cree tiles

    para atacar

    la

    leyenda negra, y

    los

    textos oficiales que determinaron

    la

    realizacin

    de los actos de homenaje en 1883.

    Los artculos estn continentados en una obra coherente, con pretensiones de so

    lidez. Pretende ensalzar la figura de prcer, y enriquecer e conocimiento de su vida

    y pensamiento. Ramrez indica e criterio de edicin: .

    "Inserto en

    este

    libro los artculos de 'Sud Amrica', como prenda de lealtad en

    mis sistema de discusin. Slo he introducido en mis propios artculos ligersimas

    modificaciones de lenguaje, y esto mismo sin tocar aquellos puntos especialmen

    te discutidos por e diario bonaerense. El texto primitivo, sin embargo, est ilus

    trado con numerosas notas, y e

    largo

    captulo

    final es

    completamente indito"

    IZ

    a primera parte incluye dos artculos, e que abri fuego desde Buenos Aires ti

    tulado Apoteosis de

    un bandolero,

    y la larga respuesta de Ramrez: Un

    debate histrico

    sobre Artigas a travs del Plata, que incluye a aqul. La segunda es la ms dinmica en

    cuanto presenta las rplicas y contrarrplicas en torno a los ms variados asuntos.

    El inventario de los temas debatidos

    es

    amplio y recoge, en su mayora, los

    tratados en oportunidad de la polmica con Berra

    lJ

    :

    Artigas como bandolero, sus

    crueldades, escasos mritos

    en

    la batalla de las Piedras, montaraz durante las in

    vasiones inglesas, traidor a la patria

    -es

    decir a Buenos Aires-, el xodo, los pri

    sioneros de Purificacin. Ta,mbin aparecen u e ~ t i o n e s qu ocuparon mucho es

    pacio en e Juicio crtico

    14

    Yen los Estudios histricos 15 como la hegemona de

    Artigas en las provincias del litoral, o e pape de las autoridades porteas

    en

    la

    invasin portuguesa pero, en virtud de su agudo y profundo tratamiento en las

    obras mencionadas, en esta se los refiere de manera sumaria y presuponiendo

    conceptos y documentos ya expuestos.

    El Artigas

    es

    un libro que refleja tanto la madurez intelectual de su autor en tor

    no

    a la interpretacin

    de

    caudillo, como

    de

    s o i o ~ e t o

    encrtico en la tarea de epo-

    12 RAMIREZ,

    C.M.,

    Introduccin de lA primera edn, RAMIREZ, C. Ma., o. cit., p. 5.

    13 BERRA, Francisco,

    Bosquejo histrico de lA Repblica Oriental

    del

    Uruguay,

    Montevideo, Librera Ar

    gentina

    de

    Francisco Ibatra, 1881, tercera edicin, completamente renovada corregida.

    14

    RAMIREZ, Carlos Mata,

    Juicio crtico

    del

    osquejo

    Histrico

    de

    lA

    Repblica

    Oriental

    del

    Uruguay por

    el Dr. FranciscoA.lkrra,

    en

    Cokccin de Cldsicos Uruguayos,

    Montevideo, Biblioteca Artigas, 1978, vol. 152.

    15 BERRA, Francisco,

    Estudios histricos

    acerca

    de

    lA Repblica

    Oriental

    del

    Uruguay. Definsa

    documentada

    del

    Bosquejo

    histrico , contra 1 fuido Crtico que k dedicado el Doctor Don Carlos

    Mara

    Ram{rez,

    Montevideo,

    El

    Siglo Ilustrado, 1882.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    9/31

    194 Anuario del Instituto

    de

    Historia Argentina N 4

    nimizacin y sacralizacin laica del personaje.

    Las

    siguientes palabras correspondien

    tes a

    la

    introduccin de la primera edicin reflejan lo uno y en cuanto Ramrez per

    teneca a ese grupo, lo otro:

    He sufrido como

    el

    que ms la influencia de la leyenda hostil a la memoria

    del General Artigas. As lo declaraba en 1881, en mi 'Juicio Crtico del Bos

    quejo Histric de la Repblica Oriental del Uruguay', cuando ya empezaba

    a emanciparme de esa influencia.

    Dije entonces que no haba formado opinin definitiva y que me dedicaba

    con ahnco a estudiar los hechos, para

    dar

    base a mi juicio. Incesante ha sido

    esa dedicacin desde entonces, a pesar de mis tareas de la prensa diaria y mi

    aficin a las agitaciones de la poltica militante. Cuando en setiembre de este

    ao decret el Gobierno de

    la

    Repblica grandes honores a

    la

    memoria del

    General Artigas,

    en

    el trigsimo cuarto aniversario de su muerte, pude asociar

    me al homenaje, desde las columnas de 'La Razn', con segura conciencia,

    porque

    el

    estudio atento de los hechos, ya que no en todos sus detalles, a lo

    menos en sus fases principales, haba disipado en mi espritu todo

    el

    prestigio

    de la leyenda patricia y levantado en cambio la figura del caudillo popular. ( .. )

    Poco a poco, sin que yo mismo me diera cuenta de ello, tom

    el

    debate vas

    tsimas proporciones, formndose as los materiales de

    un

    libro. Es sta la pri

    mera vez de mi vida, llevando

    ya

    diecisiete aos de periodismo, que recojo en

    volumen separado las hojas efmeras que se escriben cada da, para vivir y mo

    rir al da siguiente. Explican esta excepcin tanto la materia del debate como

    el fin patritico que he perseguido en l

    6.

    En

    la

    persona de Ramrez visualizamos con claridad la triple dimensin de los inves

    tigadores decimonnicos: historiadores, periodistas, polticos.

    o

    fueron Mitre, Lpez,

    Bauz y tantos otros.

    Como

    constructores de patrias y de comunidades imagindas -Ias

    nacionalidades, en el sentido de Anderson-'7, pretendan establecer dogmas, fijar

    un

    ca

    non

    y entronizar los mitos fundacionales. Luego de

    las

    primeras etapas, caracterizadas

    por la recopilacin y publicacin de corpus documentales, deban encarar el trabajo de

    sntesis e interpretacin. Ramrez fue uno de los primeros en llevar adelante esta segun

    da etapa. Confiesa

    el

    cambio profundo operado en su mentalidad histrica con relacin

    a Artigas, cambio necesario e imprescindible diramos, si perteneca al grupo de quienes

    16

    RAMlREZ, C. Ma., o.

    cit., pp.

    4-5.

    17

    ANDERSON, Benedict, Comunidtuies

    imaginadas.

    flexiones sobre

    el

    origen

    l difosin

    del naciona-

    lismo

    Mxico, EC.E., 1997.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    10/31

    Toms Sansn

    195

    pretendan hegemonizar

    los

    destinos del pas moderno que estaba naciendo.

    La conversin de Ramrez es la conversin de Bauz quien tambin tuvo que re

    nunciar al prestigio de la leyenda patricia . En aras de la patria deban disculparse los

    errores de Artigas, olvidar posibles resentimientos ideolgicos de cuo poltico-tradi

    cional-familiar, y contribuir a su reivindicacin frente a los embates de los vecinos de

    la otra orilla que -en la necesidad de la identificacin por diferenciacin que necesa

    riamente implica toda imaginacin nacional - continuaban publicando dicterios

    contra l que sera definido por los uruguayos como padre de la patria .

    Si

    bien

    el

    libro recoge una polmica periodstica conviene subrayar que posee uni

    dad interna.

    La

    constitucin de

    la

    obra tiene un sentido dinmico que en nada em

    paa su coherencia. Luego de la primera y larga rectificacin, por ejemplo, Ramrez

    pensaba publicar

    no

    queda claro

    si

    en la prensa o en forma de libro-

    un

    trabajo so

    bre

    el

    prestigio que cobr paulatinamente la tradicin de Artigas en Uruguay'.

    Las

    rpidas respuestas del

    Sud Amrica lo

    obligaron a postergar

    ese

    plan para concentrar

    se en las necesarias contrarrplicas. Una vez terminando el debate dio cumplimiento

    a su propsito escribiendo un captulo que oficia de conclusin bajo

    l

    ttulo

    El

    ostra-

    cismo

    la

    muerte y

    la

    rehabilitacin de Artigas.

    Realizando una valoracin de tipo arqueolgica de

    la

    obra encontramos con toda

    claridad una capa sedimentaria, constitutiva y nutriente: el

    Juicio crtico...

    Este traba

    jo late bajo

    la

    superficie del

    Artigas.

    A cada paso encontramos documentacin cono

    cida, argumentos ya referidos, que respaldan e interactan con otros, muchos, nue

    vos y

    muy

    originales.

    Si

    bien

    el Artigas

    puede leerse como pieza autnoma e indepen

    diente del Juicio

    crtico

    ... su conocimiento enriquece mucho la comprensin de este

    opsculo que naci con

    el

    mismo objetivo del anterior: refutar

    la

    leyenda negra y con

    tribuir a fundar

    el

    culto artiguista .

    V.

    Periodismo

    versus

    erudicin

    Si

    el Juicio crtico .. es

    una obra con manifiesta vocacin erudita, podramos afir

    mar que el Artigas es de una erudicin plena. No se trata de un propsito formulado

    a

    modo

    de estrategia textual, sino una prctica constante que aparece en todos los ar

    tculos. Solamente observando

    la

    extensin de los mismos puede medirse

    el

    peso de

    18

    RAMlREZ,

    C

    Ma., o.

    cit.,

    p 181.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    11/31

    196

    Anuario del Instituto e Historia Argentina N 4

    los documentos. Mientras los de su contendiente porteo son escuetos y reiterativos,

    los de Ramrez son extensos y estn cargados de citas de los ms diversos autores y de

    documentos provenientes de repositorios argentinos y uruguayos.

    La carga documental no sobrecarga los artculos de Ramrez, por el contrario,

    un

    manejo inteligente y gil de

    la

    pluma los hace atractivos: el lector est siempre espe

    rando con qu dato, informacin o razonamiento

    lo

    sorprender este periodista de

    venido historiador. Hay un sano equilibrio entre las dos dimensiones del inteleccual

    que da

    la

    nota justa,

    la

    tonalidad exacta al trabajo como para no hacerlo perder en se

    riedad y transformarlo en una pieza atractiva para el nefito o para el conocedor de

    temas histricos.

    Las

    diferencias con los artculos del Sud Amrica son notorias en cuanto que, en

    muchos casos, no pasan de breves notas con ataques concretos. Estn basados en una

    sola autoridad , Vicente Fidel Lpez, yen una estrecho abanico de fuentes: el gene

    ral Miller, el general Vedia, el viejo Oriental , y Cavia. Muy rara

    vez

    aparecen mate

    riales alternativos. De hecho, el articulista porteo se restringe exclusivamente a L

    pez y

    la

    documentacin es

    la

    proporcionada por este historiador en sus obras. No hay

    ninguna originalidad en estos artculos, se limita, en el fondo, a postular

    las

    viejas

    acusaciones de

    la

    historiografa bonaerense contra Artigas. Hasta

    el

    lector poco avisa

    do encuentra en ellos

    un

    pobre remedo de

    los

    trabajos e ideas de Berra el Bosquejo

    y

    los

    Estudios histricos

    ...

    .

    Ejemplo elocuente, de

    la

    caracterizacin general que desde el punto de vista del uti

    llaje heurstico realizamos, es el artculo donde se trata a Artigas de bandolero: el autor

    se remite a citar las fuentes que constituyen su canon documental, ditas por otra par

    te, y a realizar algn breve comentario. Desde el punto de vista morfolgico el artculo

    est constituido por cuatro piezas documentales enhebradas de forma tal que constitu

    yan un texto en apariencia homogneo, destinado a demostrar que en su juventud Ar

    tigas vivi fuera de la

    ley

    en

    las

    dilatadas campaas cometiendo toda

    clase

    de t r o p e l a s ~ .

    a

    respuesta de

    La

    Razn

    es

    contundente y apunta a desautorizar

    las

    pruebas in

    vocadas. Comienza con una pregunta retrica de neto profesionalismo historiogrfico:

    ( .. ) cmo

    es

    posible que no se encuentre en los documentos del antiguo

    Virreinato alguna referencia expresa

    al

    bandolerismo de este Artigas que

    lleg a ser

    el

    terror de todo

    el

    pas? Los viejos archivos estn ya

    muy

    revi

    sados, y quienes ms a fondo

    se h n

    sumergido en sus capas de papel ama-

    19 Cf. artculo

    Bandolero

    (autor annimo) en Ibld., p. 190-191.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    12/31

    Toms Sansn

    197

    rillento son los enemigos de la tradicin artiguista. Deba, pues, esperarse

    que

    el Sud

    Amrica' comprobase su categrica afirmacin del bandoleris

    mo juvenil de Artigas con algn

    documento

    colonial

    0.

    Pero esto no sucede, y esta es la primer y convinceme prueba ofrecida por el Ra

    mlrez para dudar de la seriedad del autor del udAmrica. No comento con esto, pa

    sa

    inmediatamente a cuestionar la validez de las fuentes en que afinca sus pareceres.

    El General Miller luch bajo las rdenes de San Martn en Chile y Per, lo que

    supo del Ro de la Plata fue por rumores. Pero, adems, el mismo Miller habra ne

    gado

    la

    autora de

    las Memorias

    que

    se le

    atribuyen, una carta en propiedad de Mitre

    as lo atestigua .

    En relacin

    al

    libelo de Cavia hay serias precisiones destinadas a desautorizarlo to-

    talmente como fuente fidedigna. La Razn afirm que Cavia

    ( .. ) haba nacido en Buenos Aires, y que en la vida pblica, lejos de ofrecer

    un

    modelo de fidelidad y consecuencia, haba empezado por ser unitario de

    1815 a 1820, figurando como federal en los perodos subsiguientes, para con

    cluir como escritor apologista de

    don

    Juan Manuel de Rosas 22.

    Pone en duda la honorabilidad y coherencia del autor invocado como fuente fun

    damental de todos los dicterios antiarriguistas. Ms all de la verosimilitud de estos

    cargos, lo relevante es que

    el

    ud

    Amrica

    no levant ninguna de las observaciones.

    Como si

    esto fuera poco, Ramrez procede a probar sus afirmaciones con una fuente

    judicial: demuestra con toda claridad que haba nacido en Buenos aires y que sirvi

    a Rosas, e incluso fue amigo de Facundo Quiroga

    3

    Su falta de coherencia poltica y

    personalidad colrica desautorizan

    el

    libelo de 1818.

    El

    misterioso Viejo Oriental citado por

    el

    ud

    Amrica

    es considerao por Ra

    mrez como una reactualizacin del texto de Cavia. Carece absolutamente de autori

    dad por

    el

    sencillo hecho de ser

    un

    annimo.

    El testimonio del general Vedia no constituye prueba de los tericos delitos de

    r-

    tigas

    en

    su juventud.

    Punto por

    punto

    Ramrez intenta desacreditar las fuentes utilizadas por el

    Sud

    20 RAMlREZ,

    C

    M., Las

    pruebas

    del bandolerismo

    en

    lbld., p 192.

    21 lbld., p 193.

    22 Ibd., p 194. Estos mismo argumentos los haba expuesto, sin tanto detalle, en el artculo

    Un

    debate

    histrico

    sobre

    Artigas a travs del Pklta en a Razn lbld., pp. 30-31.

    23 Recurso al tribunal5upremo

    de kl

    opinin pblica que le dirige el ciudadano argentino

    don

    Pedro Feliciano

    Cavia emigrado

    residente

    en esta capital.

    Montevideo

    Imprenta Oriental. 1838, citado

    en

    lbld.,

    p

    194.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    13/31

    198

    Anuario del Instituto de Historia Argentina

    4

    Amrica Recurre a fuentes alternativas para validar sus asertos. Ntese, adems, que

    no deja pasar ocasin para ampliar la informacin del lector sobre Artigas ofreciendo

    datos enriquecedores. Es de notar, por ejemplo, que en una referencia hecha sobre la

    edad de Artigas introduce una nota para dilucidar todas las dudas existentes sobre la

    fecha y el lugar de nacimiem0

    24

    No solo desacredita las fuentes utilizadas por el

    Sud

    Amrica sino que expone otras

    ya

    conocidas por

    l

    o que le acerca Fregeiro, adems, durante la polmica busc in

    formacin mientras escriba las refutaciones. Procede en este sentido como un inves

    tigador que no

    se

    conforma con lo que tiene: ante la menor sombra de duda, agota

    los recursos posibles para encontrar el dato necesario o, por el contrario, y de esto se

    trata el caso que vamos a manejar, demostrar que el mismo no existe porque el docu

    mento referido es una ficcin oportunamente inventada.

    Hay

    un

    cargo muy grave formulado por el Sud

    Amrica

    que se refleja en el pro

    pio ttulo del artculo respectivo:

    Recomendaba degollar cada semana

    un

    godo o

    un

    por-

    teo para conservar l moral 2; El autor porteo recoge este dato del libro Conflictos y

    armonas de l s razas en Amrica de Sarmiento, y estara expuesto en una carta envia

    da por Artigas a un subalterno. Con respecto a sta agrega:

    La carta la tuvo, dada por Barreiro,

    don

    Juan Bugglen, ingls, casado en la

    familia de Artigas, y a la muerte de este seor, qued en poder de don Toms

    Tomkinson, respetable comerciante de Montevideo, que

    la

    mostr a varias

    personas, sin querer entregarla por no ser propiedad suya. No ha de faltar en

    Montevideo quienes la hayan visto. Hoy est en Buenos Aires, segn nos ha

    asegurado el seor Sarmiento, que no est autorizado para hacer pblico la

    persona que la tiene 26

    Como puede apreciarse, esta carta podra considerarse una fuente importantsi

    ma, tanto que ante ella muchos orientales deberan callar pues sera

    el

    testimonio con

    tundente de la crueldad del caudillo. Pero Ramrez

    se

    formula una pregunta capcio

    sa:

    Dnde est ese documento? Aparentemente en Buenos Aires, pero no

    se

    mues

    tra, ni siquiera

    se

    identifica al hipottico dueo. No desecha el artculo por falta de

    seriedad en el sentido de invocar un documento que no se expone. Va ms all:

    Muri Barreiro hace largos aos. Sus papeles se encuentran hoy en el archi

    vo de un adversario radical de Artigas, que ha espigado en ellos todo lo favo-

    24 Cf. nota en Ibd., pp. 199-200.

    25 Este artculo

    se

    encuentta en Ibld., pp. 308-309.

    26 Ibld., pp. 309.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    14/31

    Tomds

    Sansn

    199

    rabIe a su tesis. Si de la orden a Encarnacin hubiese aparecido all algn ras

    tro, de cierto que no faltara quien

    se

    apresurase a hacrnoslo saber

    "La muerte de Bugglen y de Tomkinson

    es

    ms reciente. Podemos interrogar

    a sus deudos ms cercanos. Iremos as buscando la persona viva que ose decir:

    yo

    he ledo,

    yo

    he tenido en mis manos, la carta en que Artigas ordena el fu

    silamiento de dos godos, o de dos porteos, o de cualesquiera otros seres

    hu-

    manos, por semana, a fin de conservar la moral" 27.

    Toma

    l iniciativa de buscar, si no la carta, por lo menos quin pudiera dar fe de

    haber estado

    en

    contacto

    con

    alguno de los poseedores de

    tamao

    documento pues,

    segn el propio ud

    Amrica

    habra sido mostrada en Montevideo por Toms Tom-

    kinson. Persiguiendo

    "( ..) ese propsito, dirigimos a dos deudos del seor Bugglen y a otros dos del seor

    Tomkinson la carta que insertamos a continuacin con las respectivas respuestas:

    "Montevideo, octubre de 1884.

    "Seor:

    "En el debate que sostengo con el Sud Amrica, diario de Buenos Aires, este peri

    dico afirma que, el General Artigas orden a uno de sus subalternos que

    fUsilasen

    dos espaoles o dos porteos por semana a fin de conservar la moral, y dice en abo

    no de su afirmacin lo siguiente: La carta la tuvo dada por Barreiro,

    don

    Juan Bug

    glen, ingls, casado

    enla

    familia de Artigas, y a

    la

    muerte

    d< :

    este seor qued

    en

    poder de

    don

    Toms Tomkinson, respetable comerciante de Montevideo, que la

    mostr a varias personas sin querer entregarla por no ser propiedad suya'.

    "Mucho le agradecera a usted

    se

    sirviese decirme al pie de l presente

    si

    alguna vez

    vi en poder de su to poltico don Juan Bugglen

    la

    carta a que alude

    el

    Sud Amri

    ca, o le oy hacer referencias de cualquier gnero sobre

    la

    existencia de dicha

    carta.

    "Carlos Mara Ramrez.

    "(Dos de un tenor para don Eleuterio Ramos y

    el

    doctor don Mariano Ferreyro, yen

    sentido anlogo para

    la

    seora doa Helena Tomkinson de Thomsen, y para

    el

    seor

    don Carlos Navia, cuyo testimonio es, a ms de todo, el de un viejo soldado de l in

    dependencia oriental, ayudante del general Alvear en la batalla de Ituzaing. 28.

    Luego transcribe las respuestas de Eleuterio Ramos, Mariano Ferreyra, Helena

    Tomkinson y Carlos Navia. Ninguna de estas personas o n ~ i la existencia de la

    27 RAMlREZ, C. Ma.,

    Una

    carta perdida o empacada en La

    razn

    en Ibd.,

    pp.

    311-312.

    28 Ibd., pp.

    312-313

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    15/31

    2

    Anuario del Instituto de Historia Argentina 4

    misteriosa carta. Por tanto pierde total credibilidad la noticia del SudAmrica que

    se

    transforma en este sentido en una ficcin ms de las tantas creadas por los cultores de

    la

    leyenda negra. Luego de exponer sus pruebas, Ramrez desafa a opositor retndo

    lo

    una y otra

    vez

    a probar tan graves acusaciones. Recuerda que, hasta

    ese

    momento,

    los cultores de la leyenda negra no pudieron sostener absolutamente ninguno de los

    cargos contra Artigas: individuo sanguinario que gozaba del espectculo de la sangre

    de los inocentes prisioneros retenidos en su guarida de Purificacin

    29

    El analista supone, ms

    all

    de

    lo

    explcitamente dicho por Ramrez, que

    la

    polmi

    ca debi ser indudablemente muy popular entre los lectores de los diarios por

    el

    estilo,

    los temas,

    la

    correcta pero virulenta disputa generada. Estaban involucradas muchas

    personas en este litigio, como los destinatarios de

    las

    cartas enviadas en busca de la mis

    teriosa orden de Artigas. Era

    un

    debate muy rico, dinmico en todos los sentidos, in

    cluso en

    el

    heurstico en cuanto que, al fragor de la batalla, fueron surgiendo nuevos y

    contundentes documentos. Este, como los otros enfrentamientos historiogrficos coe

    tneos, contribuyeron de manera decidida en la exhumacin de fuentes, acicatearon la

    curiosidad de los historiadores, y llevaron a formular nuevas interpretaciones.

    El carcter dinmico de la polmica puede apreciarse

    en

    varias notas que figu

    ran

    al

    final de algunos artculos de Ramrez y en

    la

    misma conclusin del libro, en

    donde

    introduce documentacin probatoria para sus dichos que lleg a su poder

    29 Vale

    la

    pena apreciar a Ramrez en el cenit de

    su

    autocomplacencia como historiador no desmentido. De

    saRa

    a su antagonista: "Era

    ya

    tiempo de someter a prueba la fantasa de tantos hortores imaginarios. Dn

    de estn las vctimas de aquella fiera insaciable? Cules son sus nombres? Quin conoce a las familias enlu

    tadas por crueldades personales de Arugas? De 1811 a 1820, los tiempos fueron sin duda alguna, de tribula

    cin

    y

    de anarqua para todas las provincias litorales. Desde Montevideo hasta Misiones,

    se

    dilataba un vasto

    campo de batalla, donde pelearon sucesivamente contra las huestes

    de

    Arugas, espaoles, portugueses y por

    teos. Debieron ser horribles los dolores de aquella larga guerra nacional, civil, social. Hubo tambin desr

    denes, excesos, innumerables males, que atormentaron

    y

    desesperaron a

    los

    pueblos. Quin podr negarlo?

    "Pero cuando se llama a juicio la personalidad de Artigas, para descubrir la iniciativa propia de sanguina

    ria crueldad que

    l

    llevara a

    la

    fatalidad

    de la

    lucha, all donde

    su

    voluntad poda ser estrictamente obede

    cida, all donde su responsabilidad es evidente, los documentos y las tradiciones slo arrojan sobre su me

    moria

    la

    sangre de Jenaro Perugorria, un bravo oficial correntino, que perteneciendo a las fuerzas del cau

    dillo oriental encabez una insurreccin desgraciada a favor del gobierno de Buenos Aires.

    Fu una falra, o una necesidad inexorable de

    la

    guerra? El general Belgrano, segn sus bigrafos, tena un

    carcter angelical,

    y

    sin embargo,

    el

    lro. de enero de 1817, fusil sin forma de juicio, dos horas despus

    de llegar a

    su

    poder, al comandante don Juan Francisco Borges, oficial valiente, hombre digno, pero con

    taminado con las ideas en boga del provincialismo federalismo, en cuyo nombre alz al pueblo de San

    tiago del Estero. (Historia de Belgrano, t. 29, pg. 236.)

    Los

    tiempos eran duros exclama el general Mi

    tre, excusando el excesivo rigor de Belgrano. on cunta razn no debemos repetir esa frase, para excusar

    el fusilamiento de Perugorria, nica severidad sangrienta que l historia recoge como cierta entre las fbu

    l s

    calumniosas de la kyenda forjada contra

    el

    General Artigas " (ibid., pp. 317-319).

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    16/31

    Toms

    Sansn

    2 1

    luego de publicados. Se trata de documentos inditos del archivo pblico de

    Mon-

    tevideo

    30

    encontrados por

    Jl

    o facilitados por otras personas, fuentes publicadas en

    medios de prensa

    32

    ,

    as como libros'

    u

    que aaden nuevas informaciones.

    Quienes siguieron la polmica periodstica pudieron sorprenderse ms cuando apa

    reci

    el

    libro por el cmulo de material nuevo que presentaba (en

    las

    notas menciona

    das, en

    la

    conclusin, en

    el

    Apndice -documentos que desautorizan la leyenda negra:

    Carta del

    Teniente

    General Henrique de Beaurepaire

    Rohan

    sobre sus entrevistas con Arti-

    gas

    en 1846,

    Carta

    de

    Leandro Gmez, presentando al

    presidente de la repblica la

    espa

    da votada por Crdoba

    en

    1815. Artculo

    escrito

    por Leandro Gmez,

    con motivo

    de la re

    patriacin de

    las

    cenizas de

    Artigas- y,

    adems, los textos oficiales relacionados con los

    homenaje gubernamentales 1856 y 1884 Honores pstumos

    de

    1856

    bajo

    la adminis-

    tracin de don

    Gabriel

    Pereira.

    Honores

    pstumos

    de

    1883

    Y

    1884,

    bajo

    la

    administracin

    del General Santos, y

    Acta

    de

    la

    prensa de

    Montevideo

    en

    el

    trigsimo

    cuarto aniversario

    de

    la muerte

    de Artigas). Todo est destinado a demostrar que siempre hubo orientales,

    incluso en

    los

    momentos de mayor virulencia antianiguista- que defendieron su me

    moria y atesoraron su recuerdo como el de un prohombre de la patria.

    Los documentos oficiales coadyuvan a ratificar la vigencia que el Estado, como en

    tidad rectora de los destinos nacionales, dio al personaje: no se trataba, ahora, de la ini

    ciativa de pseudo historiadores o memoriosos nostlgicos; la mxima autoridad guber

    nativa,

    el

    Poder Ejecutivo, tomaba la iniciativa de entronizar

    al

    denostado caudillo.

    Ramrez no deja pasar ocasin para realizar puntualizaciones de inters. Por ejem

    plo, en el artculo

    Artigas y la gobernacin

    de

    Torgus,

    en el que analiza los cuestiona

    mientos a la polmica administracin hecha

    por

    este caudillo en Montevideo, se ocu

    pa, en una nota, de las razones por las cuales prefiere escribir

    el

    apellido Torgus y

    no Otorgus 34.

    La

    cuestin no tiene mayor trascendencia que lo anecdtico, pero

    30 Un documento enviado por el Gobernador

    Pascual

    Ruiz Huidobro

    al

    Tesorero

    Real don

    Ventura G

    mcz

    el

    15 de agosto de 1806

    (cf.

    nota al anlculo Lo f N hizo ArtigllS durtznte las

    inVIISDnn inglnas.

    en La

    RAzn,

    Ibld

    p. 209).

    31

    -Despus de escrita esta 'Contrarrplica' hemos encontrado en el Archivo Pblico de Montevideo

    un

    documentos que rarifica acabadamenre. a nuestro juicio. las observaciones del texto. Da: asl: ( ) s i ~ e

    transcripcin de una carta de Acrigas dirigida al Cabildo de Montevideo

    del

    25 de abril de 1815r nota in

    cluIda en el articulo ArtigllS trcla_mio la Cltbna de AWMrJ Jos Cllnnigos en La

    RAzn,

    1bId., pp. 276-277).

    32 Documenros publicados por Juan Joaqwn Barbosa en

    l

    Bim

    PbIicrJ

    referidos a las relaciones mante

    nidas entre Actigas}' el Cabildo de Canelones (1816-1820)

    (cf.

    nota de la Conclusin, Ibd., p. 326-327).

    33 Mencin al libro EstuJios biogrdficos sobtr plttrDtIIS t:tm rnlnos de M.F. Manrilla donde se refiere a Jena

    ro Perugorra

    cf.

    nota al arculo Una CIIrtlt

    pmJiJIl

    omtplZClllllt. en La 1WzIn. Ibld., 319-321).

    34 Cf. nota

    al

    artculo

    Un

    deblttt histrico

    sobre ArtigllS It

    ttrlm del Ptat. en La

    RAzn,

    lbd., p . 63-64.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    17/31

    202

    Anuario del Instituto

    de Historia

    Argentina N 4

    revela que ni siquiera fue eludido teniendo materiales para clarificarlo. El mismo cui

    dado y detallismo pone

    al

    referirse a asuntos ms importantes como

    el

    nmero de

    orientales y porteos que estuvieron bajo

    el

    comando de Artigas en

    la

    batalla de las

    Piedras. Parece un tema menor pues la batalla se gan y fue para gloria de la revolu

    cin, pero como quedaban en duda los mritos de los orientales no escatim esfUer

    zo

    para reinvidicar la trascendencia de

    la

    misma';. Recurre en este caso a una fuente

    que podra considerarse parcial pero que para Ramrez es

    indiscutible pues nadie la

    cuestion:

    el

    parte firmado por

    el

    mismo caudillo)".

    As procede Ramrez, pasando revista una y otra

    vez

    a los tpicos en discusin. No

    se

    apea

    ni

    un pice de los expuesto en

    el

    Juicio crtico

    ..

    profundiza sus convicciones

    con nuevas informaciones y de esta forma contribuye de manera documental y rigu

    rosa a fundar el mito Artigas

    37

    V

    La verdad'como

    paradigma

    La polmica discurre por una delgada lnea que ambos contendientes invocan re

    currentemente: la verdad histrica.

    El Sud

    Amrica

    formula juicios basados en fuentes desacreditadas y reitera los car-

    35

    Los

    siguientes rragmentos son categricos

    en

    cuanto a la significacin de estas batallas para la revolucin: "Pa

    ra comprender, adems, toda la gloria que corresponde al General Artigas en e triunfo de

    Las

    Piedras, es menes

    rer darse cuenta de que la accin no fue tan simple como la presentan algunos publicistas de Buenos Aires, na

    rrndola en cuatro lneas, ni tan destituida de estrategia como

    lo

    sostienen otros.

    El

    combate de San Lorenzo,

    donde tan brillantemente se estren, al servicio de la Revolucin, la espada del genetal San Martn,

    fu

    slo una

    admirable carga de 150 hombres de caballera contra 250 marinos espaoles, desembarcados en la noche sobre

    la costa del Paran, y hay libros que emplean para narrarlos numerosas pginas. Por qu no ha de imitarse

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    18/31

    Tomds

    Sansn

    2 3

    gos tradicionalmente imputados a Artigas. Ignora las observaciones de Ramrez y apli

    ca

    el

    axioma goebbeliano:

    una

    mentira repetida mil veces termina siendo verdad.

    Nun-

    ca transcribe las contrarrplicas de La Razn por tanto sus lectores estn inhibidos de

    conocer

    en

    su totalidad los recursos, razones y razonamientos utilizados por la contra

    parte. Ms que seguir una polmica, reciban

    un

    mensaje monocorde y rutinario.

    La

    Razn procede de forma inversa: brinda informacin a raudales y transcribe los

    artculos del oponente. Ramrez protesta

    en

    lo discursivo y tambin en lo interpre

    tativo-, realizar

    un

    culto de la verdad. Luego de referirse al xodo rebatir a su opo

    nente expresa:

    Tal es la verdad histrica, y talla verdadera filosofa de la historia. No se en

    cuentra aqulla con la investigacin parcial y prevenida de los documentos de

    una

    poca, ni

    es

    dado comprender la sntesis luminosa de esta ltima

    si

    no re

    nunciando a las abstracciones vacas del criterio escolstico, para sentir palpi

    tar el alma atormentada de los pueblos

    en

    la desesperacin de las grandes cri

    sis nacionales

    38.

    El fragmento contiene verdaderas definiciones tericas y metodolgicas que cons

    tituyen, en este caso,

    una

    referencia metanarrativa, refleja intenciones, procederes y

    concepciones historiogrficas.

    Por verdad histrica debe entenderse fidelidad a los hechos, a los acontecimien

    tos, procesos y fenmenos

    en

    esencia,

    en

    su realidad , de acuerdo a

    lo

    que habilite

    su reconstruccin basada

    en

    fuentes.

    a

    'verdadera filosofa de la historia refiere a

    una correcta y proba interpretacin, sntesis, de la globalidad de los aconteceres de

    un

    perodo, persona, coyuntura o estructura.

    Puede apreciarse una concepcin definida de cul es

    el

    trabajo del historiador en

    funcin de lo que debe ofrecer como fruto de su labor: una interpretacin adecuada

    y seria de los acontecimientos estudiados. A rengln seguido ofrece las pautas de apre

    hensin del pretrito que implican una regla de tipo metodolgico:

    1 La

    investigacin debe ser amplia,

    con

    vocacin totalizadora -abarcando

    el

    con

    junto

    de fuentes

    e

    interpretaciones-o

    2) Sin aprioriorismos de ninguna especie -ideolgicos, religiosos o de cualquier otro

    tipo-o

    3) Procurando una empata permanente que prevenga de posibles anacronismos.

    Este conjunto de reflexiones pautan

    el

    criterio o paradigma de verdad tal como lo en

    tenda Ramrez. Ms

    all

    de que lo haya respetado plenamente o no, importa en cuanto

    38 Artculo

    Artigasy

    el XOdo

    Oriental

    en

    La Razn

    lbld., p. 261.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    19/31

    2 4

    Anuario del Instituto de Historia Argentina N

    manifestacin de intenciones y aplicacin parcial. por lo menos en la forma de

    los

    textos.

    Hay una evolucin manifiesta desde el Juicio crtico

    al

    Artigas que

    se

    patentiza en lo eru

    dito pero. especialmente en

    el

    ltimo trabajo. en el permanente esnlerzo por ubicarse en

    la

    poca evaluar a

    los

    personajes en funcin de

    los

    factores que

    los

    condicionaban.

    Un ejemplo elocuente del proceder de Ramrez

    es la

    larga referencia a Guemes

    comparando su accionar y las interpretaciones que del mismo

    se

    hicieron. en vida y

    despus de muerto. con Artigas. Una

    vez

    fallecido.

    la Gaceta Extraordinaria

    del 19 de

    junio de 1821 dio

    la

    noticia en Buenos Aires como

    la

    liberacin de un personaje in

    fernal. Su rehabilitacin comenz 43 aos despus. en 1864. a iniciativa de Dalma

    cio Vlez Sarsfield quien

    lo

    present como el salvador de

    la

    revolucin. En 1874. otro

    anticaudillista acrrimo como Vicente Fidel Lpez lo entroniz en

    el

    panten de los

    hroes argentinos.

    Vale la

    reflexin final de Ramrez:

    "Esta rehabilitacin de Gemes est destinada a hacer camino. ( .. ) Es tan ab

    surdo empequeecer sus glorias. por odio al caudillaje. como lo sera renegar

    de las glorias de San Martn. por odio al militarismo. Sin ejrcito. no habra

    este ltimo devuelto la libertad a Chile y realizado

    la

    independencia del Per.

    Sin ser caudillo. no habra

    el

    otro agrupado y enardecido a los gauchos de Sal

    ta para rechazar las legiones espaolas con

    la

    nica clase de guerra que en

    aquel momento histrico poda detenerles

    el

    paso y hacerlas retroceder a las

    cimas andinas. donde ira a buscarlas ms tarde

    el

    acero vencedor de Sucre.

    Buenos Aires ver levantarse en da no lejano

    la

    estatua del general Gemes .

    "Este gran caudillo. envuelto en

    el

    conjunto de

    la

    epopeya argentina.

    es

    uno

    de sus hroes inmortales. pero si por

    la

    marcha fatal de los sucesos.

    el

    territo

    rio de Salta hubiese dejado de ser provincia argentina para constituirse en na

    cin independiente. quin podra disputarle all

    el

    mismo puesto excepcional

    que Artigas ocupa en las tradiciones de la nacionalidad oriental? 3;

    a

    "construccin"heroica de Guemes demor pero implic un acto de justicia. Era

    caudillo y como tal conquist un puesto de honor en la historia argentina. Precisamen

    te

    por ser caudillo pudo brindarle a la patria servicios invalorables: solamente un gau

    cho carismtico poda levantar en armas a sus congneres de Salta para luchar por una

    causa. Logr all lo que un ejrcito en regla no haba conseguido hasta

    ese

    momento.

    detener a los espaoles. No

    se

    puede roticar a un caudillo por

    el

    solo hecho de ser un

    caudillo y pertenecer a la especie de

    la

    barbarie. esto implica una lectura miope del pa-

    39 Ibd

    p. 284.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    20/31

    Toms ansn

    2 5

    sado que

    se

    proyecta desde un civilizado gabinete de estudio porteo.

    Las

    condiciones

    geogrficas de Salta, los tipos humanos que en ella habitaban, la estructura econmi

    ca

    y la psicologa colectiva, todo impulsaba, (determinaba?) que

    un

    hombre como

    Guemes con

    el

    carisma y la valenta como principales galardones,

    se

    transformara en

    lder indiscutible a cuyo grito centenares de hombres tomaran

    las

    armas y

    lo

    siguieran.

    Adems de este ensayo de ubicacin cronolgica del personaje y su circunstancia,

    nos da tambin otra clave de

    verdad para entender

    por

    qu Guemes fue reivindica

    do y Artigas no por la historiografa portea:

    la

    evolucin de los hechos determin

    que su provincia fuera una ms de las que constituyeron

    la

    nacin argentina, no se

    sustrajo

    al

    conjunto nacional.

    Los

    historiadores porteos

    le

    perdonaron todos sus

    brbaros crmenes en aras de

    la

    consolidacin del sentimiento nacional.

    La

    pregun

    ta queda flotando, que hubiera pasado

    si

    Uruguay hubiera sido

    la

    Provincia Orien

    tal ?,

    seguramente Artigas habra ocupado un sitial de

    honor

    en el Olimpo epnimo

    argentino. Tenemos aqu puesta

    la

    mira en uno de los puntos clave:

    la

    mirada intere

    sada, ideologizada de la historia por parte de quienes se supone que deben transmi

    tirla de manera objetiva y desapasionada, los historiadores

    40

    Cuando

    un

    historiador juzga escudado en ciertos apriorismos debe, por probidad,

    alertar sobre los mismos.

    n

    este sentido Ramrez destaca, luego de minimizar

    la

    au

    toridad de Cavia, lo siguiente:

    Otro respeto debe inspirar

    en

    general cualquier apreciacin basada en

    los

    inte

    resantes libros del doctor don Vicente Fide Lpez. Esta polmica nos ha pro

    porcionado repetidas ocasiones de rendir homenaje

    al

    talento superior de

    ese

    eminente publicista; pero, ante

    la

    sana crtica,

    el

    talento superior no

    es

    fuente

    autntica de comprobacin de los hechos, an cuando pueda ser utilsimo para

    interpretarlos y coordinarlos lgicamente. En relacin a hechos concretos

    de la

    vida de Artigas,

    la

    palabra del doctor Lpez slo puede valer

    lo

    que valgan sus

    documentos de prueba,

    y

    haciendo esta afirmacin tan categrica, no vacila

    nuestra pluma, porque nos

    es

    dado justificarla con una solemnsima declaracin

    de aquel a quien

    se

    aplica.

    Al

    final de

    la

    misma transcripcin que hace

    el

    Sud

    Amrica se encuentra una llamada, y esta llamada corresponde a una nota cuyo

    principio dice

    as:

    Es una regla elemental de

    la

    historia no dar asenso

    /sic

    a

    las

    apreciaciones que proceden de nimos prevenidos contra los hombres de quie-

    40 Luego de estudiar hechos polmicos de San Martn, Ramrez establece de Artigas: Cmo sera posi

    ble juzgar con equidad la turbulenta vida de Arrigas si no se tomasen en cuenta sas

    y

    otras tantas sombras

    del cuadro de la Revolucin americana? (artculo a rehabilitacin e

    Guemes,

    en La RAzn, Ibid., p. 278).

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    21/31

    2 6

    Anuario del Instituto de Historia Argentina N

    nes

    se

    trata; Y

    NOSOTROS

    NO

    TENEMOS

    LA MENOR INTENCIN

    DE NEGAR

    QUE

    EXECRAMOS LA PERSONA, LOS HECHOS Y LA

    MEMORI

    DE ESTE FUNESTSIMO PERSONAJE

    DE LA

    NUESTRA'

    (Historia Argentina, tomo III, pgina 424).

    Ya

    ve

    pues,

    el

    Sud Amrica, que no

    es

    correcto invocar en

    las

    cuestiones del caudillo oriental la palabra aislada del

    doctor Lpez, porque l mismo

    se

    ha encargado de advertir que no debe darse

    asenso

    sic

    a las apreciaciones de nimos prevenidos y que el suyo

    lo

    est con

    tra Artigas hasta el punto de execrar su persona, sus hechos y su memoria 41.

    Ramrez senta una alta estima intelectual por Lpez. Tal vez est abonada preci

    samente porque no tiene prurito en confesar su odio inveterado por Artigas.

    Si

    bien

    es negativo de parte de

    un

    historiador proceder de esta manera, resulta positivo que

    no intente engaar

    al

    lector con

    falsas

    protestas de equidad y objetividad.

    Con

    esta

    confesin de parte,

    el

    lector sabr a qu atenerse cuando en

    el

    relato aparezca

    el

    per

    sonaje cuestionado: los dichos y juicios sern, por tanto, relativizados.

    En este punto puede verse uno de

    los

    factores que determinaron

    el

    choque de la

    corriente erudita y

    la

    tendencia filosofante. La primera analiza y saca conclusiones

    amparndose en pruebas que considera contundentes; la segunda juzga desde

    un

    mar

    co

    axiolgico contemporneo que ignora o soslaya los condicionamientos de

    la

    po

    ca estudiada. El paradigma de la verdad, en este sentido, solo puede estar del lado de

    los historiadores que posteriormente fueron llamados eruditos porque procedan me

    tdicamente. Las discrepancias con ellos podran darse, fundamentalmente, en

    el

    te

    rreno de la interpretacin, no tanto en

    el

    de la heurstica.

    En aras de la verdad, Ramrez marca una discrepancia con Artigas, su abandono

    de la lnea del sitio de Montevideo

    el

    20 de enero de 1814:

    ( .. ) algunos distinguidos publicistas de nuestro pas disculpan ese acto en abso

    luto; nosotros no lo disculpamos. Creemos que en

    el

    momento mismo de la di

    sidencia con Rondeau, no estaba toda la razn de parte de Artigas, y que an es-

    tando, debi

    l

    sobreponerse a sus resentimientos y concurrir a la gloriosa toma

    de Montevideo. En 1813,

    la

    actitud de Artigas se justifica como un medio eficaz

    de alejar a Sarratea y servir mejor a

    l

    causa de la Revolucin. En 1814, una

    ac-

    titud idntica, sin esperanzas de resultado inmediato, pudo poner en peligro

    aquella causa y retard la cada del baluarte espaol en el Ro de la Plata 42.

    41 Ibid p. 218.

    42 Ibid

    pp.

    54-55.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    22/31

    Toms Sansn

    2 7

    Aunque se trate de un hecho aparentemente menor, importa la dureza del juicio.

    Seguramente fue formulado para demostrar que no titubea en cargar las tintas contra

    Artigas cuando

    es menester. Censura

    la

    actitud avalado por documentacin concreta

    y ponindose en

    el

    contexto exacto en que

    se

    dio.

    Durante toda

    la

    polmica queda en evidencia que el ud

    mrica

    publica artcu

    los con informaciones errneas e infundadas que

    se

    dan de bruces con

    la

    realidad re

    flejada por los documentos. La contrastacin de los hechos con

    la

    pluralidad de fuen

    tes que permita su correcta evaluacin es

    la

    nica garanta de verosimilitud.

    o

    con

    trario solamente contribuye a brindar un relato tendencioso e interesado del pasado.

    VI

    La eponimizacin

    de

    rtigas

    omo

    ya hemos sugerido, este libro fue fundamental en la historia de la reivindi

    cacin de Artigas. Est entre los fundadores del canon artiguista.

    En la Introduccin a la primera edicin Ramrez utiliza expresiones de fuerte en-

    tonacin patritica que dan la tonalidad del texto y de la historia oficial posterior:

    Slo una ilusin me anima en la publicacin de estas pginas. Creo que an

    aquellos que no compartan mi criterio histrico han de reconocer que el Ge

    neral Artigas fue horriblemente calumniado por

    los

    contemporneos y por la

    posteridad que recogi inconscientemente sus ecos.

    No puede el patriotismo imponerse una misin ms noble que la revisin se-

    vera de todas las versiones tendentes a deslustrar nuestra historia. Si la estudia

    mos aisladamente, con

    el

    escalpelo de los principios abstractos, sin tomar en

    cuenta ni nuestro origen, ni nuestras condiciones sociales

    al

    romper la crisis de

    la Revolucin, ni los fenmenos comunes al vasto escenario donde asomaba el

    germen de nuestra nacionalidad,

    es

    posible que bajemos los ojos con tristeza;

    pero

    si

    sabemos desentraar los elementos originarios de nuestra sociabilidad y

    el

    carcter especialsimo de los conflictos que atormentaron los primeros aos

    de nuestra vida revolucionaria, enlazando comparando en seguida nuestra

    historia con la del resto de la Amrica espaola, segn lo prescriben reglas ele

    mentales de filosofa histrica, ioh entonces tengamos por cierto que

    las

    ense

    anzas del pasado han de hacernos levantar la frente con cvica

    altivez"43.

    43 CARLOS MARIA RAMIREZ. Momevideo, diciembre de 1884, Ibld., pp. 6-7.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    23/31

    208

    Anuario del Instituto de Historia Argentina

    4

    Trabajo de reivindicacin, sin dudas, esfuerzo por restituirle a Artigas los mritos

    que desde Buenos Aires se

    le

    negaban sistemticamente, por supuesto; pero mucho

    ms:

    Artigas

    es

    en cierta medida, la excusa, para encarar una labor revisionista en

    el

    sentido de enaltecer toda

    la

    historia oriental y darle

    el

    lustre que merece.

    La

    protes

    ta de cientificidad -indicando

    los

    criterios con que debera realizarse esta necesaria

    re-

    lectura del pasado uruguayo- coadyuva a reforzar

    la

    seriedad que Ramrez pretende

    darle

    al

    libro. Encarar

    la

    historia uruguaya como

    lo

    hizo anteriormente Berra o en

    ese

    momento

    el

    annimo articulista del SudAmrica importa una actitud y un procedi

    miento reidos con

    las

    normas elementales del mtodo histrico. Desde este punto

    de vista, pierde autoridad, no solo por los errores a los que arriba, sino porque est

    epistemolgicamente escorada.

    Todo

    el

    texto

    es

    una profesin de

    fe

    patritica, una epopeya ,

    si

    se

    nos permite

    la expresin, nacionalista, emitida y articulada desde un representante de la intelec

    tualidad uruguaya, del Estado uruguayo, de los sectores hegemnicos del pas.

    El

    li-

    bro es en definitiva, una expresin de los arquetipos dominantes del sociolecto en

    crtico: hroe epnimo, mito fundacional, independencia.

    Anatematizado

    el

    libro de Berra

    y

    por extensin, toda la bibliografa antiartiguis

    ta, decretados honores gubernamentales, nada quedaba dejado al acaso:

    la

    nacin que

    quera fundarse, o mejor dicho imaginarse a

    s

    misma, necesitaba

    un

    pasado gran

    dioso, que enorgulleciera a todos sus hijos e infundiera respeto entre sus prepotentes

    y vocacional mente intromisores vecinos. a tarea implicaba, entre otras cosas, fijar el

    panten dominante, la constelacin cuasi religiosa de los prohombres de la patria: era

    el

    turno de Arti

    gas

    44.

    Con

    este y tantos otros libros, pero fundamentalmente este, las

    certidumbres acuadas desde el poder permearan la opinin pblica a travs de la

    es-

    cuela, la prensa,

    el

    arte en todas sus formas. La historia sera

    el

    arma privilegiada por

    tanto para fundar esta nacin. Y vase que una de

    las

    obras fundacionales del canon

    artiguista tuvo su formulacin inicial en las pginas de un diario, para pasar luego a

    una expresin ms noble y menos efmera como

    el

    libro. Libro que, tambin religio

    samente, sera varias veces reeditado, y que, como tantos otros,

    se

    encuentra en la gran

    44

    El mismo Ramrez tena conciencia de esto:

    Ha

    llegado para el sentimiento patrio de los Orientales un

    feliz instante en que

    ) 3

    no son temibles las discusiones sobre Artigas. Podemos y sabemos defender su me

    moria.

    que

    no est exenta de sombras. como no lo est la de ninguno de los prohombres de la Indepen

    dencia Sud-Americana. pero que lleva en si misma una aureola de luz. CU} 3 intensidad se acrecienta a me

    dida

    que l s

    investigaciones hist6ricas permiten apreciar los sucesos

    en

    s mismos. rectificando la tradici6n

    artificiosa de sus personajes ms ladinos (Ibld p. 21).

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    24/31

    Tomds ansn

    2 9

    mayora de las bibliotecas de centros de enseanza y culturales del pas.

    Nada

    es

    casual, todo responde a los intereses y postulados del discurso dominan

    te. Quienes asumieran conductas elusivas o disidentes transformbanse en apstatas

    merecedores de todos los dicterios imaginables.

    Eponimizacin de Artigas e independencia nacional son dos fenmenos indiso

    ciables, que van de la mano. Ramrez une los dos trminos en una nueva ecuacin cu

    ya demostracin necesaria y suficiente debera, a partir de entonces, aceptar todo

    buen uruguayo:

    Los orientales recibieron con inmenso jbilo el advenimiento de su indepen

    dencia absoluta. Por qu? Nadie podr explicrselo sino comprendiendo que

    la soberana federal proclamada y defendida por Artigas, con exageracin in

    transigente, encerraba

    el

    germen de

    la

    independencia absoluta cuando fuese

    necesario optar entre ella y el yugo extico del Imperio o la supremaca unita

    ria de Buenos Aires.

    Somos hoy independientes, queremos y debemos serlo. Cmo no hemos de

    honrar entonces la memoria de aquel que venci gloriosamente en las Piedras

    contra la dominacin espaola, que luch cuatro aos, casi siempre infortu

    nado, pero siempre heroico, contra la dominacin portuguesa, y a quien ja

    ms podr negarse el ttulo ya q l ~ no de fundador, de PRECURSOR DE

    L

    NACIONALIDAD ORIENTAL?

    Bajo esos conceptos, levantamos en el pasado su figura histrica, y

    si

    quisi

    ramos levantarla como una ensea para el presente y para el porvenir, bien po

    dramos grabar en letras de oro estas palabras arrancadas a las clebres instruc

    ciones de Artigas en 1813:

    ANIQUILAR EL DESPOTISMO MILITAR ASEGURANDO L SOBE

    RANA DEL PUEBLO.

    PROMOVER L

    LIBERTAD CIVIL Y RELIGIOSA

    EN TODA

    SU EX

    TENSIN IMAGINABLE

    45.

    Ntese la trascendencia que adquiere el personaje: modelo intemporal de virtudes

    republicanas y cvicas, hroe ya en vida que gan la lucha ms difcil que debe vencer

    todo hombre notable: sobrevivir a s mismo, a

    las

    fuerzas desencadenas

    en

    su contra,

    entronizarse en la memora popular a pesar de los mil infundios formulados.

    Como

    de fundaciones historiogrficas y mitlogicas se trata, resulta muy intere-

    4523 de setiembre de 1884, Ibd., pp. 16-17.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    25/31

    21

    Anuario del Instituto de

    Historia

    Argentina N

    sante comprobar que, como hombre inteligente, Ramrez no cay en

    la

    tentacin de

    hacer a Artigas lo que posteriormente la tesis independentista clsica no titubeara en

    realizar: definirlo como Fundador de la nacionalidad y luchador por la independen

    cia absoluta.

    Lo

    presenta de una forma ms mitigada

    y

    por tanto, ms ajustada a la

    realidad histrica: un precursor de la nacionalidad y germen de la independencia. Re-

    cordemos que en el Juicio

    crtico

    haba reconocido que Berra tena razn cuando de

    ca que Artigas jams pens en hacer de su provincia una entidad territorial indepen

    diente4< .

    En este trabajo da un paso ms y lo pone, como antecedente de la misma.

    No poda ser de otra manera, todo hijo necesita un padre, y este pas mediatizado,

    amenazado desde su propio nacimiento, necesitaba identificar uno. Para ocupar

    el

    puesto de hroe necesariamente Artigas deba ser presentado como lo hace Ramrez.

    El

    autor tena conciencia de iniciar una tarea noble e mproba, fundamental para

    todos los orientales:

    No estn escritas todava, por manos orientales, esas paginas de la historia pa

    tria, y es menester escribirlas, escudriando todos los documentos, revisando to

    das las tradiciones, penetrando todos los secretos del corazn del pueblo (

    .

    .) 4;

    Sugiere un programa de accin historiogrfica que implica nacionalizar e1 pasa

    do, que sean los propios interesados los que dieran cuenta de los hechos que jalona

    ron su nacimiento y evolucin. No se poda esperar que otros hicieran. lo que le co

    rresponda a los orientales. Para ellos invoca un procedimiento racional: relevamien

    to de documentacin y de tradiciones, y otro ms irracional que apunta a penetrar en

    el corazn del pueblo y rescatar todo aquello que constituyan religan tes afectivos y

    conmuevan las fibras ms ntimas de todos y de cada uno de sus miembros.

    Tarea del historiador pero tambin tarea de los orientales como comunidad, por

    que para cohesionar en una utopa nacionalista se necesita la participacin -leyendo,

    46

    Puede llamrsele, en un sentido estricto

    y

    riguroso, fundador de la Nacionalidad Oriental?

    Nuestra incesante dedicacin al estudio de los orgenes histricos del pas no nos permite modificar sus

    tancialmente

    las

    opiniones que ha poco tiempo formulamos. Creemos que Artigas jams preconiz la in

    dependencia absoluta de la Banda Oriental, que jams se consider completamente desligado de la comu

    nidad argentina, que pugn constantemente por atraer a l s dems provincias del antiguo Virreinato, ter

    minando su carrera bajo

    los

    golpes combinados de

    los

    conquistadores que esclavizaron su provincia natal

    y

    de otros caudillos que

    lo

    desconocieron en el trance supremo, para expulsarlo de

    las

    provincias vecinas,

    en cuyo territorio l crea tener derecho de soberana como caudillo protecror de

    la

    patria comn.

    No es por consiguiente Artigas, a nuestro juicio, en sentido estricto y riguroso, el fundador de la nacio

    nalidad oriental; pero es, evidentemente, su precutsor, o en otros trminos, el que l hizo posible en la tur

    bulenta complicacin de los sucesos que siguieron a su derrota

    y

    ostracismo (Ibd., p. 14).

    47 Ibd., p. 131.

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    26/31

    Toms Sansn

    211

    oyendo, aprendiendo, discutiendo, mirando una pintura, conmovindose

    al

    calor de

    las

    efemrides- del colectivo reconocindose, encontrndose en los lugares de la me

    moria que

    les

    dan sentido de pertenencia en clave pretrita y metas comunes de ca

    ra al

    futuro.

    Conclusin

    La

    polmica de marras constituy

    un

    enfrentamiento desigual. Por un lado los es

    pordicos e inconsistentes alegatos del Sud

    mrica

    que no adelantan

    un

    pice

    ni

    agregan nada a los conocidos cargos de la historiografa portea antiartiguista. Por

    otro,

    un

    Ramrez que desde

    a

    Razn

    profundiza y arrecia con argumentos y pruebas

    justificativos del accionar del caudillo.

    l

    debate

    le

    proporcion a los reivindicado res de Artigas el elemento fundamen

    tal para fundar un imaginario: una alteridad. Toda definicin nacional

    es

    por oposi

    cin y los referentes identitarios orientales nacieron acunados

    por el

    enfrentamiento

    semitico-historiogrfico con las personas, intereses y versiones del pasado generadas,

    emitidas y sostenidas desde Buenos Aires.

    Para destacar la grandeza de Artigas y convencer a sus lectores de su enorme sig

    nificacin para la historia nacional, Ramrez apel a

    una

    serie de estrategias y recur

    sos narrativos:

    l La trascendencia y concrecin de su ideario.

    2. Irrelevancia de los cargos formulados en contra suyo

    por

    tratarse de conductas y

    hechos compartidos

    por

    otros prceres argentinos.

    3. El respaldo permanente de documentos.

    Las

    Instrucciones de 1813 constituyeron

    una

    verdadera bandera de lucha de las

    provincias litorales contra

    el

    centralismo porteo.

    Si

    de anarqua

    se

    trata forzoso

    es

    reconocer que estamos frente a una anarqua con orden , por utilizar una expresin

    irnica que refleja

    el

    pensamiento del autor.

    De

    por s este documento

    es

    magnfico

    en cuanto contiene

    una

    formulacin clara y coherente de principios

    por

    los cuales

    un

    sector importante de

    las

    Provincias Unidas luchara acaudillado

    por

    Artigas. Recin

    en 1878 Mariano Pelliza en su libro sobre Dorrego las dio a conocer pblicamente en

    el Ro de la Plata. Hasta entonces haban permanecido en

    el

    olvido. Cuatro dcadas

    despus, en 1853, sus proposiciones

    se

    concretaron en la constitucin argentina. A

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    27/31

    212

    Anuario del Instituto de Historia Argentina

    pesar de todos los inconvenientes -la derrota militar, los dicterios de Mitre, la san

    grienta Guerra Grande, Juan Manuel de Rosas,

    las

    tres dcadas de ostracismo en Pa-

    raguay-

    el

    federalismo triunfara definitivamente en

    el

    antiguo territorio de las Pro

    vincias Unidas.

    Vale

    la

    pena destacar que hay un problema que Ramrez

    no

    logr resolver: enfa

    tiza

    la

    trascendencia y proyeccin del pensamiento federal de Artigas en la futura Ar

    gentina, pero .. no define con claridad cul es la herencia del prcer en su propia Pro

    vincia devenida en nacin. Simplemente seala que los Treint y Tres profesaban

    el

    ideal de

    la

    federacin

    48

    ,

    pero nada ms. Muy inteligente en su planteo se limita a no

    incursionar ms all de 1828 en

    la

    historia del nuevo pas pues no tendra argumen

    tos para explicar

    la

    evidente contradiccin: reivindicar como padre fundador de la pa

    tria a

    un

    caudillo federal

    en

    un

    pas que, todava hoy,

    es

    frreamente unitario.

    Otra de las formas en que Ramrez procura levantar cargos formulados contra Ar

    tigas consiste en contextualizar sus actitudes en las circunstancias concretas en que de

    bi actuar y compararlo con otras personalidades importantes de

    la

    Revolucin, o

    posteriores. Fundamentalmente arremete contra

    la

    tan mentada crueldad de Artigas.

    Demuestra, a

    las

    claras, que incluso los "civilizados" detractores de Artigas como Sar

    miento -que le hizo cortar la cabeza al Chach0

    49

    - son pasibles de la misma imputa

    cin, no estn inmaculados, lo mismo cabe para notables prohombres del patriciado

    porteo, entre ellos Belgran0

    50

    ,

    Rivadavia y San Martn

    5

    .

    Lo

    mismo hace

    con

    rela

    cin a las supuestas traiciones de Artigas: Alvear, Alvarez Thomas, paz, San Martn,

    48 Ibd p. 178.

    49 'Y

    ya que hemos nombrado a Sarmienro. podemos aadir que el indomable anciano todava se jacta de

    haberle hecho cortar la cabeza al Chacho. para colocarla sobre una pica en una plaza pblica. Hay gran n

    mero de argentinos

    que

    reputan al Chacho un hroe de la causa popular. Recordamos todava un precio

    so

    artculo que

    en

    ese senrido escribi

    don

    Federico de la Barra. hoy redactor de

    La

    Tribuna Nacional. y

    enronces redactor

    de El

    Plata

    en

    Montevideo. Sin embargo. los escritores de el Sud Amrica

    han

    de con

    venir con nosotros

    en

    que Juan Carlos Gmez fu profeta cuando dijo

    que

    Sarmienro tendr estatuas y

    cenrenarios" a

    lo

    cual l aadi:

    como

    no

    alcance a decretrmelo yo nsmo '" (Ibld

    p. 35).

    50 "Don Pedro Feliciano Cavia. en la recapitulacin de los crmenes de

    la

    poca

    artiguista. slo menciona

    un

    hecho sangrienro

    en

    que inrerviene personalmenre Artigas. la ejecucin de un cal Perugorria. Era un oficial que

    se subkv yendo a Corrienres en consin. Tomado prisioneto despus. fu ejecutado. Por venrura. no haca

    o mismo con sus oficiales deserrores o rebeldes

    el

    general don Manuel Belgrano. es decir. el hombre ms pu

    ro y

    ms

    dulce de la revolucin de Mayo

    (Mitre. Historia de Belgrano , T

    11, p

    237. >>

    ( bd

    pp. 36-37).

    51 ''Artigas, indudablemenre, no era amable con

    lo

    godos, debiendo tenerse presenre que esta denomina

    cin se aplicaba enronces a los partidarios recalcitrantes de la denominacin espaola. Pero. acaso tuvo se

    mejante amabilidad ninguno de los grandes prceres militares o civiles del levantamiento de Amrica con

    tra Espaa? Rivadavia estuvo muchos das en 1812. ocupado

    en

    hacer ahorcar espaoles complicados en la

    conjuracin de lzaga, y San Martn dej recuerdos severos

    en

    Chile y el Per" (Ibld., pp. 37-38).

  • 7/26/2019 Debate en Torno a ARTIGAS 1884

    28/31

    Toms

    Sansn

    213

    tambin cometieron sus traiciones y

    la

    historiografa portea no

    los

    crucific por

    esto,

    al

    contrario, intent explicarlas en funcin de debilidades humanas o

    en el

    ser-

    vicio

    al

    supremo inters de

    la

    patria. Por qu Artigas no goz de los mismos atenuan-

    tes

    Esta

    es la

    pregunta definitiva con que

    el

    autor desafi

    al Sud Amrica,

    y que

    no

    fue contestada.

    Con

    relacin a la tercera de

    las

    estrategias utilizadas poco queda para decir y sir-

    ve

    de prueba todo lo establecido en relacin con la erudicin manifiesta del autor.

    No

    hay mejor recurso en cualquier debate que probar lo que

    se

    dice, y en este sentido

    creemos que Ramrez

    lo

    hizo sobradamente. El silencio sistemtico de su oponente

    ante cada andanada heurstica

    es el

    mejor testimonio de que, evidentemente, logr

    convencer con este recurso.

    Bibliografia

    y fi/entes

    Fuentes

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    Bosquejo histrico de la Repblica

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    re-

    novada y corregida.

    BERRA, Francisco, Estudios

    histricos

    acerca

    de la Repblica

    Oriental del

    Uruguay. De-

    fensa documentada del

    Bosquejo

    histrico ,

    contra

    el juicio Crtico que

    le ha

    dedicado

    el Doctor Don Carlos Mara Ramrez,

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    El

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    del

    Bosquejo

    Histrico de

    la

    Repblica Orien-

    tal del Uruguay por

    el Dr.

    Francisco

    A. Berra, en

    Coleccin

    de Clsicos Uruguayos,

    Montevideo, Biblioteca Artigas, 1978, vol. 152.

    RAMIRE