copia de lectura 8 una mirada estetica

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  • 7/25/2019 Copia de Lectura 8 Una Mirada Estetica

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1159

    Introduccin

    Existe una vieja polmica en las escuelas de ar-

    quitectura Colombiana y Latinoamericana en torno

    a la pregunta de s en el hbitat popularexisten

    hechos espaciales, calidades formales y expresio-

    nes estticas que merezcan ser incluidas dentro

    de las preocupaciones de la arquitectura profesio-nal, de su enseanza y prctica; o este hbitat, no

    es nada ms que un urbanismo irregular, con

    mltiples disfunciones tcnicas, jurdicas,

    socioeconmicas y culturales, expresin socio es-

    Una mirada esttica de la

    arquitectura popular.

    La organizacin del espacio no es solamente una comodidad tcnica ; es, al mismo tiempo, que el

    lenguaje, la expresin simblica de un comportamiento globalmente humano. En todos los grupos

    humanos conocidos, el hbitat responde a una triple necesidad: La de crear un medio tcnicamente eficaz,la de asegurar un marco al sistema social y la de poner orden , a partir de all , al universo circundante.

    Andre Leroi Gourhan 1

    * Arquitecto, Especialista en vivienda, Especialista en hermenetica y semitica del arte, Profesor de la Maestra en Hbitat de la Universidad

    Nacional de Colombia

    1 El Gesto y la palabra Ediciones de la Biblioteca Universidad Central de Venezuela 1971

    Gilberto Arango Escobar*

    pacial del subdesarrollo o de la modernidad in-

    completa, en el cual, adems, las preocupaciones

    estticas no tienen importancia, frente a los mlti-

    ples desequilibrios fsicos y ambientales que en l

    se presentan, o a las diversas problemticas

    socioeconmicas y culturales que aquejan a laspoblaciones que en ellos reside.

    Desprovisto de preocupaciones estticas, este

    hbitat queda reducido, en el mejor de los casos,

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea60

    a un escenario de acciones remediales o paliati-

    vas, de las ingeniaras y las ciencias sociales.

    Con el propsito de contribuir a superar esta

    mirada reduccionista, que adems de

    simplificadora de un universo humano comple-

    jo, ha impedido tradicionalmente que se pueda

    establecer un dilogo productivo entre la ar-quitectura y el urbanismo acadmico, con for-

    mas de produccin y prcticas de habitar que

    tienen lugar en el componente mayoritario del

    tejido edificado colombiano, tratar de mostrar

    en estas notas que s existe un amplio universo

    de realidades y posibilidades estticas en el

    hbitat popular, que merece ser estudiado y

    comprendido en su significado social y cultu-

    ral. Que antes que escenario de lo antiesttico,

    all existen grandes valores que son suscepti-

    bles de ser incorporados al repertorio concep-

    tual de la arquitectura, como tambin al hoy

    tan empobrecido lenguaje formal y tipolgicoque se emplea en el diseo del hbitat residen-

    cial colombiano, como una posibilidad para res-

    catarlo del envilecimiento a que lo tiene some-

    tido el inters econmico privado.

    Que se trata de un universo esttico que si bien no

    encaja con los esquemas tradicionales de compren-

    sin de lo formal que se ensea en las escuelas de

    arquitectura, s es el referente que ha acompaa-

    do la vida sensible de la mayora de la poblacin

    colombiana en su tortuoso trnsito a la incomple-

    ta modernidad en que vivimos.

    Que este universo esttico, es un territorio de con-

    fluencia de mltiples contaminaciones en el que

    adems de las arquitecturas regionales tradicio-

    nales, la ciudad formal producida por la arqui-

    tectura profesional, en particular la arquitectura

    moderna que sirvi de teln de fondo a los aconte-

    cimientos ( urbansticos, tecnolgicos, etc. ) que

    enmarcaron nuestra entrada a esa modernidad y

    ha sido quizs el principal referente para los

    autoconstructores populares.

    El anlisis se centra en el mbito residencial po-

    pular de Medelln, en el contexto de la ciudadcolombiana, ciudad en la que se conjugan circuns-

    tancias histricas peculiares, con imperativos fsi-

    cos caractersticos como son su paisaje de monta-

    a y su topografa de altas pendientes.

    Esttica formal, esttica social

    La mirada funcionalista, a partir de la cual se ha

    explicado el problema de los asentamientos infor-

    males, como he sealado anteriormente, ha sim-

    plificado el estudio del hbitat popular en Colom-

    bia, dejndolo preso de lugares comunes e impi-

    diendo ver en esta forma particular de producir

    ciudad, un rico y cambiante universo en construc-

    cin, en el que no slo existen limitaciones, desor-

    den, fealdad y carencias, sino tambin, una gran

    cantidad de valores y cualidades en distintos gra-

    dos de evolucin. Que como en toda construccin

    colectiva, estos valores se toman un tiempo para

    consolidarse y convertirse en formas estables, pa-trones y tipos.

    Ahora bien, estos patrones espaciales, que es el

    tema que nos interesa, en la medida en que han

    sido producidos en forma articulada a las prcti-

    cas del habitar, se encuentran vinculados a la vida

    afectiva de las comunidades residentes y pasan a

    configurarse en expresiones concretas de una es-

    ttica que es diferente a la esttica formal y se

    denomina esttica social.

    La esttica sociales por decirlo as, el factor sen-

    sibleque acompaa el complejo proceso de cons-

    truccin del hbitat popular, mezcla de iniciati-

    vas individuales y colectivas, en la que los pobla-

    dores son sus propios realizadores, participan de

    unas mismas necesidades, son portadores de simi-

    lares tradiciones, y participan de unos mismos mitos

    e imaginarios. Difiere en mucho de la esttica for-

    mal que convencionalmente se aplica al estudio

    del urbanismo y la arquitectura formales, de suscreaciones y realizaciones.

    Las motivaciones de la esttica formal son el

    resultado de un conjunto de valoraciones subje-

    tivas del arquitecto, normalmente ajustadas a

    un determinado estilo o modelo ya probado como

    eficaz en la interpretacin de sensibilidades y

    aspiraciones colectivas o individuales de sus

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1161

    clientes. El producto resultante, adems de ser

    til, provee confort, funcional y tcnicamente

    adecuado a unas condiciones dadas, debe en lo

    sensible, interpretar necesidades, aspiraciones

    y estilos de vida o modas de las que participan

    usuarios o clientes potenciales; es decir, ser

    portador de sentido y estar inscrito en la fbula

    social vigente.

    La esttica social que es la que nos permite una

    valoracin de las cualidades estticas del hbitat, la

    constituyen el conjunto de manifestaciones afectivas

    y sensibles de los individuos que forman parte de un

    grupo, y se expresan bajo la forma de tradiciones,

    prcticas, eventos, ritos, etc, que adems de estar

    fuertemente ligados a su vida cotidiana de esa co-

    munidad, gozan de comn reconocimiento. Cuando

    el lugar en el cual habita este grupo ha sido produ-

    cido directamente por el, estas manifestaciones en-

    cuentran su expresin espacial y figurativa bajo la

    forma de un conjunto de elementos, gestos, smbolosy expresiones ornamentales.

    Los espacios y objetos producidos dentro de esta

    lgica, son realizados por muchos sujetos anni-

    mos que, actuando de una forma en apariencia

    desarticulada, se proveen de un cobijo que les

    garantice las condiciones mnimas (socialmente

    determinadas) de seguridad, reproduccin y su-

    pervivencia. Simultneamente este hbitat elemen-

    tal, y en la medida en que la superacin de las

    necesidades lo permite, es enriquecido con elemen-

    tos llenos de sentido, claramente reconocibles por

    el grupo.

    Esta mirada ampliada de la esttica, es la que

    permite entonces llenar el vaco que impide el

    estudio de sta en el hbitat popular, y es pre-

    ciso entender que se trata de una mirada dis-

    tinta a la que convencionalmente empleamos

    para juzgar la arquitectura acadmica y el arte

    en general.

    En efecto, la esttica social como universo am-

    pliado de la esttica, permite valorar las ms

    diversas figuraciones que tienen significacinpara una sociedad dada, como lo son el vestua-

    rio, las modas, las prcticas ornamentales, los

    diversos decorados que acompaan la vida co-

    tidiana de la gente y sus rituales del habitar.

    Pero tambien lo integran aquellas demostracio-

    nes que percibimos por otros sentidos diferentes

    a la vista, como la comida, los aromas, la msi-

    ca, y en fin todas aquellas manifestaciones de

    la cultura en las que los sujetos no ven limitado

    su papel al de simples espectadores o recepto-

    res, sino que despliegan su participacin a la

    actuacin o representacin directa, como pro-

    ductores y o figuradores, sin intermediarios que

    los reemplacen o representen.

    De esta forma la idea de una esttica amplia-

    da a todas las figuraciones, representaciones,

    acciones y creaciones de la cultura, es particu-

    larmente til para el estudio de las produccio-

    nes colectivas como es el caso del hbitat popu-

    lar, en el que nos encontramos con comunida-

    des no totalmente asimiladas a la vida moder-

    na, y que por tanto an oponen resistencia en

    muchos campos, a la lgica de delegar la fun-

    cin de representar de producir a los especia-

    listas, en tanto no se han desprendido total-

    mente de la posibilidad de participar directa-mente, sin intermediacin en los sistemas de re-

    presentacin. Prctica sta que tiende a des-

    aparecer cada vez con mayor fuerza en los gru-

    pos sociales ms integrados a la cultura oficial,

    quienes s han delegado en gran medida mu-

    chas de estas funciones que en el pasado asu-

    man individual o colectivamente en especia-

    listas (actores de TV, artistas, dolos...) y de

    quienes Leoroi Gourhan se refiere en los siguien-

    tes trminos:

    Estos hombres disponen del mnimo indispensa-

    ble de prcticas sociales para asegurar su roda-

    miento cotidiano, de una infraestructura de eva-

    sin personal preacondicionada (.....) ; una super-

    estructura ligera les permite franquear los ritos

    de pasaje, de nacer, casarse, morir con el mnimo

    indispensable de emocin o de decoro. Su parte

    de creacin personal se ha vuelto menor a la de

    una lavandera del siglo XIX.

    Desde esta perspectiva de la esttica social, po-

    demos convenir entonces que estos entornos po-

    pulares, son ricos en sistemas de representacin

    y creaciones simblicas, en un universo de for-mas y objetos que se producen y se reafirman

    permanentemente en la medida en que acom-

    paan el diario discurrir de la poblacin resi-

    dente y que, aunque resulten ajenos a la mira-

    da culta, es all en donde radica su fortaleza

    como hecho esttico.

    Serie Ciudad y Hbitat No. 1161

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea62

    Las arquitecturas regionales son una produccin colectiva

    Las arquitecturas populares regionales colombia-

    nas gozan hoy de gran reconocimiento, se han

    incorporado en alguna medida a la enseanza

    universitaria, o son tema de estudiosos reconoci-

    dos. Se identifican en ellas cualidades tecnolgi-cas, espaciales, formales, paisajsticas,

    bioclimticas que hasta hace poco tiempo el im-

    perativo moderno hegemnico en el pensamiento

    arquitectnico impeda ver o simplemente desesti-

    maba su importancia.

    Asi las arquitecturas rurales, aldeanas o de pe-

    queos poblados de los litorales Pacfico y Atln-

    tico, de las zonas de vertiente de las cordilleras,

    del Altiplano, del Llano y la Amazona, en los

    estudios que sobre ellas se realizaron a partir de

    los aos 70 fueron documentados y catalogados y

    se las comenz a reconocer como poseedoras demltiples cualidades tcnico constructivas, por su

    originalidad tipolgica y calidad esttica, por el

    empleo original de materiales locales en su cons-

    truccin, su emplazamiento escenogrfico en el

    paisaje, y buena adaptacin a los diversos climas.

    En efecto, el delicado equilibrio que logran es-

    tas arquitecturas regionales entre simplicidad,

    austeridad, calidad espacial y constructiva, con-

    fort, belleza y en algunos casos riqueza orna-

    mental, a pesar de las limitaciones derivadasdel aislamiento, y la limitacin de recursos en

    que se produjeron o se continan produciendo,

    las convierte en modelos arquitectnicos vivos

    de gran validez, aunque, lamentablemente poco

    se los tiene en cuenta en la construccin del

    hbitat contemporneo.

    Es as como estas arquitecturas regionales, go-

    zan hoy da de reconocimiento en los medios

    acadmicos y profesionales de la arquitectura

    y aunque hayan sido producidas al margen de

    sta, s han llegado a validarse con sus mis-

    mos criterios de valoracin esttica, han apor-tando a la teora y en algunos casos se han

    llevado a la prctica en proyectos que han

    logrado reconocimiento entre las comunidades

    locales, en esferas profesionales nacionales e

    internacionales.

    Crdoba

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1163

    El hbitat popular es producto de un colapso social, cultural y tecnolgico

    Haba muchos viejos como l en el barrio. Eran

    tipos que haban llegado de los pueblos, recin

    casados o con los hijos todos de cuatro o cinco

    aos. Eran tipos que haban construido su casa en

    cualquier barrio de las afueras y que haban le-vantado la prole en medio del hampa2

    Si partimos del hecho de que tanto las arquitectu-

    ras regionales como el hbitat popular son arqui-

    tectura popular , cabe entonces preguntarnos por

    qu estas producciones annimas que conocemos

    como arquitecturas regionales, y que como toda

    arquitectura popular son producidas por el ar-

    quitecto colectivo3, gozan hoy de reconocimien-

    to, mientras que se le niega a ese vasto universo

    que conocemos como el hbitat popular que cons-

    tituye gran parte del tejido edilicio colombiano y

    que fue construido a lo largo de los ltimos 60aos en que fue desterritoriazada masivamente la

    poblacin colombiana que se localizaba en el cam-

    po, sobrepoblando algunas ciudades.

    En el caso de las arquitecturas regionales, lo pri-

    mero es entender que stas han sido realizadas

    por comunidades locales, por mucho tiempo liga-

    das a un mismo territorio del cual poseen un am-

    plio conocimiento de sus riquezas y sus restriccio-

    nes. En segundo lugar que nos encontramos frente

    a unas producciones producto del procedimiento

    de la prueba y el error, el cual permite, a lo largo

    de muchos aos, el ajuste y mejoramiento gradual

    de los patrones tecnolgicos formales y de organi-

    zacin espacial heredados

    4

    , produciendo versio-nes mejoradas y adaptadas a las condiciones fsi-

    cas locales como de contexto social, histrico,

    econmico y cultural, hasta llegar a consolidarse

    urbanstica y arquitectnicamente, tal como hoy

    las conocemos y reconocemos como exitosas.

    Algunos ejemplos de estas arquitecturas regiona-

    les y en especial la casa urbana en serie, que en

    sus distintas versiones permiti el paso de pueblos

    a ciudades en la primera parte del siglo XX, per-

    miten ilustrar este planteamiento.

    La reflexin en el caso del hbitat popular5

    unproducto igualmente colectivo, nos remite necesa-

    riamente a la revisin de las condiciones histri-

    cas de contexto, culturales, tecnolgicas en que

    ste se produce y desarrolla, como paso previo a

    cualquier consideracin de sus particularidades

    propiamente estticas.

    Lo primero es recordar que a partir de los aos

    40, esta forma intensiva de poblamiento se instala

    en algunas ciudades capitales6 que no contaban

    Fredonia, Antioquia Santa Rosa de cabal

    2 Tuyo es mi corazn Juan Jos Hoyos Ed. Planeta 1984

    3 Que fue reemplazado por el arquitecto profesional que se incorpor a la sociedad en forma definitiva a mediados del siglo pasado

    4 De una de las tres fuentes principales que dan origen a la formacin de lo que hoy reconocemos como la nacionalidad colombiana: las culturas

    indgenas precolombinas, la cultura espaola y las culturas africanas por esclavos negros trados por los espaoles durante la colonia.

    5 Nos referimos a aquel que se ha producido a lo largo de 60 aos de tortuoso recorrido por lo que ha sido nuestra particular versin de modernidad

    y que identificamos con ese universo edificado que llena las periferias de las grandes ciudades colombianos, que adems se ha convertido en

    la modalidad de urbanizacin de las zonas de colonizacin y se ha establecido tambin en poblaciones tradicionales, hasta hace poco museos

    de arquitectura regional.

    6 En ese momento pequeas ciudades que trataban de asimilar la nueva fbula de la modernidad con todas sus innovaciones tecnolgicas, sus

    ritmos de vida, en sus condiciones laborales, su vida cotidiana, sus mitos e imaginarios y fueron tomadas por sorpresa por la avalancha de

    campesinos migrantes, expulsados violentamente de los campos.

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea64

    con los recursos, ni con la experiencia tecnolgi-

    ca, ni la capacidad de gestin que el momento

    requera, circunstancia que oblig a los recin lle-

    gados a actuar por cuenta propia, sin directriz

    ninguna y con su experiencia campesina como nico

    patrimonio.

    A estos graves conflictos socioculturales y econ-micos producidos por la desterritorializacin vio-

    lenta de la poblacin, se suma el factor intensivo

    que le es propio de la aglomeracin urbana y que

    hace que el medio natural (a diferencia de lo que

    ocurre en el campo) no est en la capacidad de

    satisfacer las necesidades bsicas de habitabilidad

    (agua potable o saneamiento bsico, etc), requi-

    riendo de grandes inversiones en infraestructura,

    de conexin vial a la ciudad, transporte, servi-

    cios y equipamientos sociales bsicos, de espacio

    pblico, etc. De esta forma, los esquemas de

    poblamiento que tenan validez en entornos rura-

    les de baja densidad, aqu entran en crisis,ocasionndose un colapso tecnolgico en las for-

    mas de ocupacin del territorio que el inmigrante

    conoce y viene de aplicar en el medio rural.

    La poblacin de recin llegados, se enfrenta a

    condiciones de supervivencia que adems de dif-

    ciles, son sobre todo desconocidas: unas nuevas

    forma de vida, un entorno tecnolgico y socio cul-

    tural que se desconoce, unos recursos que no se

    poseen, conflictos que al no poderse resolver, se

    convierten en graves daos para la salud fsica y

    social de los pobladores, en prdida de recursos,

    en pobreza y marginalidad. Es de esperar enton-

    ces que por perodos muy largos de tiempo, la sim-

    ple supervivencia, sea la que ocupe la totalidad

    de las energas individuales y colectivas de los

    pobladores, tiempo al que se debe sumar el que se

    ha de requerir para que se logre superar el colap-

    so tecnolgico descrito.

    En estas condiciones extremadamente hostiles, la

    construccin del hbitat tiene que pasar por dife-

    rentes estados y tiempos, de tal manera que no se

    puede hablar de uno sino de muchos hbitats, segn

    sean las condiciones (sociales, culturales econmi-

    cas, polticas, fsicas y tecnolgicas) en que estos se

    producen y el grado de consolidacin alcanzado en

    cada caso, siendo este ltimo el que permite identifi-

    car los componentes estticos que nos interesan, en

    sus niveles ms desarrollados y percibibles.

    Se explica entonces porqu la imagen que presen-

    tan estos hbitats populares en la mayora de loscasos, es la de unos productos inacabados, llenos

    de faltantes, desordenados , siempre en construc-

    cin. Este imagen que se reedita desde hace 50

    aos en nuestro pas7y permanentemente nos la

    est recordando el discurso asistencialista, hist-

    ricamente ha impedido ver los cambios cualita-

    tivos que los asentamiento populares sufren con el

    tiempo, los hallazgos y logros que en ellos se pro-

    ducen en la medida en que se consolidan, supe-

    rando las dificultades iniciales y que como trata-

    remos de mostrar, constituyen el campo de estudio

    de la esttica social.

    La esttica en el hbitat popular de Medelln

    Sin pretender hacer un anlisis comparado entre

    distintas modalidades de arquitectura popular,

    tarea que desborda en mucho los alcances de es-

    tas notas, tratar de indicar algunos elementos his-

    tricos, circunstancias de lugar y contexto que le

    han imprimido carcter a estas formas populares

    de produccin de hbitat en Medelln. Se buscacon ello tratar de entender qu es lo peculiar de

    esta esttica arquitectnica, qu retoma y en qu

    se diferencia de las arquitecturas populares re-

    7 En la medida en que an falta mucho para que concluya el proceso de reacomodo violento de la poblacin campesina iniciado en los aos 40, hoy

    agravado por la guerra y cuyos efectos negativos se viven hoy no slo en las periferias urbanas de las grandes ciudades, sino tambien en

    pequeas poblaciones.

    gionales, sealar algunas de sus limitaciones y

    posibilidades y quizs motivar la investigacin en

    este campo.

    Antecedentes :

    Los aos cuarenta y cincuenta son tiempos de cam-bio en la ciudad La arquitectura residencial ur-

    bana sufre grandes cambios que luego han de ser

    decisivos en la configuracin arquitectnica de los

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1165

    barrios populares, los cuales como se sabe son una

    mezcla de elementos, espaciales, tecnolgicos y for-

    males que son copiados y o apropiados de la ciudad

    formal (tradicional y moderna), de la misma ciudad

    informal y de las arquitecturas regionales que bajo

    la forma de memoria colectiva, traen los migrantes

    en la mochila cuando llegan a la ciudad.

    En este periodo de cambios, la casa de patio y el

    barrio tradicional comienzan a ser sustituidos por

    la casa y el urbanismo modernos, los que en el

    caso de Medelln son incorporados en sus prime-

    ras versiones por las cooperativas de vivienda, pero

    que luego lo har en forma definitiva y con toda

    su carga innovadora el I.C.T. (Instituto de Crdito

    Territorial), institucin creada por el estado cen-

    tral para ocuparse del problema de la vivienda

    social en el pas.

    La tipologa residencial que se ha consolidado en

    la primera mitad del siglo y que se reconoce comola casa de fachada, es una versin simplificada

    de la casa tradicional de patio, que mantiene el

    mismo espritu y su misma potica espacial 8, pero

    ha reducido el patio a medio patio, conservando

    el doble corredor lateral ( el del patio y el de alco-

    bas), comparte un medianero para dos viviendas

    que poseen plantas iguales e invertidas que se dis-

    ponen alrededor de los patios que estn aperados

    y son divididos por el muro medianero.

    Gracias a estas caractersticas tipolgicas, la vi-

    vienda de medio patio o de fachada adems de

    convertirse en el modelo de vivienda para todas

    las clases sociales, pues en ella slo cambia el

    tamao permaneciendo igual en todas las dems

    caractersticas que le imprimen su carcter; per-

    mite la construccin de viviendas en serie9, con lo

    cual se han logrado producir por primera vez ca-sas iguales que hacen ms eficiente la oferta de

    vivienda, y se conforman tejidos continuos que

    cambian el paisaje de la ciudad.

    Esta tipologa de vivienda es despreciada por los

    arquitectos profesionales que recin se estn in-

    corporando a la sociedad. Entusiastas portadores

    de los ideales y principios de la arquitectura mo-

    derna, convierten esta vivienda en un ejemplo de

    insalubridad e incomodidad, de una esttica in-

    compatible con la vida moderna, expresin del

    pasado que es preciso superar en aras de los nue-

    vos vientos del progreso, para los que la casa mo-derna, con su esttica racionalista y funcionalista,

    se presenta como nuevo paradigma.

    En poco tiempo esta casa moderna y la nueva

    propuesta de formas de habitar de las que es

    portadora, se toma la ciudad a travs de los

    programas de vivienda pblica, inicialmente

    entre las clases medias y luego entre las clases

    obreras y populares.

    8 Ver De la potica de la casa de patio a la potica de la casa moderna Gilberto Arango Editorial Universidad Nacional 1997

    9 En estos casa en serie, el loteo y la planta son iguales, slo cambia la composicin y el ornamento de la fachada.

    Barrios de Medelln

  • 7/25/2019 Copia de Lectura 8 Una Mirada Estetica

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea66

    En el caso de los asentamiento populares que se

    construyeron en Medelln10 estas ideas aportadas

    por la arquitectura moderna, se filtraron a los asen-

    tamiento informales, de manera fragmentada a

    travs de los maestros de obra, siendo apropiadas

    en segundas y terceras versiones por los

    autoconstructores. De esta forma, se van incorpo-

    rando y adaptando elementos que encuentran prc-ticos y que luego son sometidos a un proceso de

    hibridacin con otros que igualmente son tomados

    o reproducidos en forma fragcionada, de la arqui-

    tectura tradicional o de la rural.

    Son igualmente de este perodo de mediados de

    siglo, los primeros edificios de apartamentos para

    alquiler, construidos en tres o cuatro pisos y con

    escalera en la fachada. Estos edificios fueron cons-

    truidos en Medelln por maestros de obra para los

    especuladores urbanos y se localizaron en reas

    prximas al centro de la ciudad como los barrios

    San Diego y El Salvador, Otrabanda, la calle SanJuan, la avenida Juan del Corral y otras. La dis-

    posicin de la escalera en la fachada libera las

    plantas, facilita la construccin de la estructura y

    permite el crecimiento en altura repitiendo la mis-

    ma planta. Esta modalidad de edificio, va a con-

    vertirse con el tiempo, en un patrn tipolgico

    que va a ser replicado como estrategia de

    densificacin en muchos barrios populares de la

    ciudad.

    De esta forma todos estos acontecimientos que se

    producen en la ciudad formal, van cambiando

    radicalmente el espacio residencial, la forma de

    la ciudad, su imagen y su paisaje, tambin van a

    convertirse en referente para los autoconstructores

    que se encuentran construyendo la ciudad popu-

    lar. Patrones, formas, tecnologas e incluso deco-

    rados, son copiados, reinterpretados y adaptados

    segn se va requiriendo en el lento proceso de con-

    solidacin de los barrios populares de la otra

    ciudad.

    Los primeros barrios populares de rasgos

    marcadamente rurales, van dando paso a las edi-

    ficaciones con un claro acento moderno. De estaforma se va consolidando una manera de concebir

    la vivienda, de construirla, de habitarla. Apare-

    cen nuevos espacios y nuevos atributos ms acor-

    des con las necesidades que impone la aglomera-

    cin urbana, pero tambin ms representativos de

    las nuevas formas de vida que terminan por impo-

    nerse entre los sectores populares, cambiando sus

    mitos, sus smbolos y referentes.

    La aparicin de la casa popular colombiana

    Las casas se aparean perdiendo dos de sus facha-das, se deben acomodar a lotes cada vez ms es-

    trechos, deben incorporar materiales y tecnologas

    modernas que son las que estn al alcance en la

    ciudad, deben crearse infraestructuras que hagan

    vivibles los barrios, se tiene que compartir con otros

    y en forma cada vez ms intensiva espacios y fun-

    ciones, se debe desarrollar el edificio para poder

    darle cabida a una familia que crece y se desdo-

    bla en nuevas familias y no encuentra lugares al-

    ternativos en una ciudad que slo abre posibilida-

    des a unos cuantos.

    Es asi como se va configurando poco a poco, laque podramos denominar la casa popular colom-

    bianay cuyos rasgos tpicos son los siguientes: es

    una casa que alcanza los dos pisos cuando ha sido

    acabada, de fachada plana con diseo geomtri-

    co en planos rectangulares escuetos, escaso orna-

    mento, cubierta plana en losa de concreto, con

    dos puertas ,una por piso, dispuestas en el centro

    de la fachada y una lateral en el primer piso cuan-

    do la vivienda es bifamiliar, un balcn corrido de

    voladizo estrecho e igualmente centrado que pue-

    de ocupar toda la fachada y cuatro ventanas dis-

    puestas simtricamente a lado y lado de las puer-

    tas centradas de ambos pisos.

    10 Seguramente, al igual que ha ocurrido con las dems ciudades colombianas que han tenido que asimilar procesos espontneo e intenso de

    urbanizacin.

    La casa colombiana

  • 7/25/2019 Copia de Lectura 8 Una Mirada Estetica

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1167

    Contrariamente a lo que ocurre con la fachada, la

    estructura y el sistema constructivo donde se pue-

    de identificar una clara influencia de la arqui-

    tectura moderna, el interior de esta vivienda es un

    rezago de la casa tradicional urbana de medio

    patio, pues est organizada siguiendo un corredor

    que se localiza en el centro del lote11 con patios

    pequeos que se alternan para permitir la ilumi-nacin de las estancias sociales, de servicio o al-

    cobas dispuestas en galera hasta el fondo del lote,

    en donde queda localizado el solar o un patio.

    Esta planta se repite igual por varios pisos, pero a

    costa de lesionar la habitabilidad de las plantas

    bajas en la medida en que el edificio crece. En el

    caso de Medelln la escalera en la fachada le da

    a esta vivienda un toque peculiar, pues en cual-

    quier estado de desarrollo de la construccin, siem-

    pre est sugiriendo la posibilidad de un nuevo piso.

    Esta tipologa de vivienda la encontramos, con muy

    pocas variantes, a lo largo y ancho del territorio

    nacional, en climas fros y calientes, en pueblos

    de colonizacin, en periferias de pequeas y gran-

    des ciudades, sin que parezca importar las dife-

    rencias culturales o regionales. Su fuerza radica

    en la capacidad de adaptacin a situaciones

    topogrficas o morfolgicas cambiantes, a su fcil

    construccin y posibilidades de crecimiento en al-

    tura, y es sin lugar a dudas, el mejor ejemplo dela influencia de la arquitectura moderna en la

    construccin popular.

    Seguramente las primeras versiones de esta casa

    se produjeron en los barrios piratas mas antiguos

    de ciudades como Bogot, Medelln o Cali, luego,

    esta tipologa perfeccionada y probada despues

    de muchas repeticiones, se va convirtiendo poco a

    poco en un patrn que es copiado por maestros de

    obra y llevado, probablemente, primero a otras

    ciudades y poblaciones de la zona andina y luego,

    una vez adquiere la categora de modelo con

    estatus de gran ciudad, al resto del pas.

    El espacio es como la vida y la vida es en el espacio

    Pero la construccin esttica en el hbitat popu-

    lar, que hemos definido como esttica social, no

    slo es el resultado de las transferencias e

    hibridaciones mecnicas de otras arquitecturas,

    es un proceso de construccin de sentido perma-

    nente que adems de emplear el mtodo de la prue-

    ba y el error que es propio de toda produccin

    colectiva, es ante todo un proceso simultneo decreacin simblica fuertemente arraigada a las

    prcticas del habitar. De esta forma el sentido del

    abajo y el arriba, de la calle, el andn, el

    antejardn, la esquina, el balcn, la terraza, las

    escaleras, los puentes y pasadizos, constituyen un

    rico universo de elementos cargados de significa-

    do, que son usados intensamente y estn fuerte-

    mente ligados a valores afectivos que comparte y

    reconocen la totalidad de los residentes.

    Aqu la relacin entre espacio construido y prcti-

    cas del habitar es fundamental. Los espacios ha-blan de la vida y la vida de los espacios, simple-

    mente as se vive y es ah justamente en donde

    radica el poder de la esttica que es propia del

    hbitat popular.

    Comuna Nor Oriental Medelln

    11 Cuando el lote es menor de los seis metros, este corredor se localiza a un costado y se desarrolla a lo largo del medianero.

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea68

    Como lo seala Carlos Mesa: Las cosas (inclusi-

    ve los edificios, las casas, los puentes, las carrete-

    ras, las ciudades, los caminos,..)nos integran y en

    ellas incrustamos el universo; en ellas afirmamos

    y realizamos nuestra existencia. Si morar es la

    manera como los mortales estamos en la tierra, y

    morar y construir son un mismo acto, las cosas, los

    edificios somos nosotros en la tierra.12

    Ahora bien, es preciso entender que el universo de

    este hbitat es cambiante en la medida en que

    est fuertemente condicionado al proceso lento y

    progresivo de produccin y consolidacin que le

    es propio. En ciertos momentos y lugares se nos

    presenta como sucesivos estados de provisionalidad,

    en los que no se perciben estos valores estticos

    con claridad, pues estos estados corresponden a

    etapas en las que la supervivencia y la superacin

    de necesidades bsicas, no deja lugar a otras con-

    sideraciones. Pero una vez estas situaciones son

    finalmente superadas y la provisionalidad progre-sivamente reemplazada por estructuras estables,

    all aparece el despliegue de toda la potica y la

    riqueza de recursos estticos que antes eran im-

    perceptibles, aunque de alguna manera se encon-

    traban en germen, como imaginarios en sus crea-

    dores, desde el momento mismo de su fundacin.

    As, la disposicin de las viviendas de frente al

    paisaje, abriendo sus fachadas para que sean vis-

    tas desde abajo como una ciudad abierta, acomo-

    dndose en forma de cintas horizontales que si-

    guen la topografa, es al mismo tiempo una forma

    de emplazamiento que recuerda la vivienda ruraly el resultado de una decisin intencionada que

    lleva implcito el futuro balcn urbano abierto al

    paisaje. Del mismo modo que el andn, el

    antejardn, el puente de acceso, las terrazas, la

    escalera, elementos que habrn de configurar el

    futuro espacio exterior de lo pblico y comunita-

    rio, irn apareciendo en la medida en que el pro-

    ceso de domesticacin de la topografa y la ade-

    cuacin paso a paso de la infraestructura vial y

    de servicios lo vayan permitiendo.

    12 Formas estticas y geografa de la casa urbana Carlos Mesa Gonzlez Anotaciones sobre planeacin N41 Postgrado en Planeacin Urbano

    Regional Universidad Nacional de Colombia Sede Medelln.

    Comuna Nor Oriental Medelln

    Panormica de las comunas

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1169

    De esta forma es el desarrollo progresivo la estra-

    tegia que se han ingeniado los pobladores para

    planear el desarrollo de sus asentamientos y es

    empleado tanto en la construccin de la unidad

    de vivienda, como en la dimensin de lo colectivo

    que representa la calle, la esquina, la manzana y

    el barrio.

    La esquina se habia vuelto con la noche , un

    charco de luz. Dos bombillos y una lmpara

    dejaban caer sobre los muchachos un chorro

    amarillo que se regaba sobre la acera , for-

    mando un pequeo lago dorado en el que todos

    caban de pies.13

    La arquitectura popular de ladera, un patrimonio esttico de Medelln

    Construyendo paisaje:

    El trazado de los primeros barrios copiaron la

    manzana en damero de tal manera que las carre-

    ras, que van en sentido paralelo a las curvas de

    nivel son la vas de circulacin del transporte co-

    lectivo, en ellas se concentran la mayora de los

    locales comerciales y tiene lugar los espacios de

    juego, de encuentro y la mayora de los aconteci-mientos sociales. Las carreras son el mbito ms

    residencial, calles de acceso a las viviendas.

    El resto de la calle hasta arriba, era solamente

    una hilera de casas escondidas debajo de las ra-

    mas de los rboles14

    All en donde la topografa se empina, aparecen

    los barrios ms precarios, en ellos el damero ter-

    mina por perderse despus de haber sufrido mlti-

    ples deformaciones tratando de acomodarse a los

    cambios de pendiente . En las partes ms altas de

    la montaa, la ciudad extrema es un tapiz de ca-

    sitas dispuestas una al lado de la otra, con sus

    fachadas expuestas al sol (naciente o poniente se-

    gn sea la ladera de la ciudad) pero ante todo

    abiertas a la vista.

    El resultado visto desde abajo: un vasto tejido diur-

    no de volmenes con el color marrn del ladrillo y

    en la noche un espectculo de luces que asemejan

    una prolongacin artificial del cosmos sobre la ciu-

    dad, hacindola siempre visible, siempre presente.

    Desde arriba la ciudad popular se nos muestra en

    sucesivos planos de techos, terrazas y losas , has-

    ta llegar al valle en donde asienta la ciudad for-

    Desde Abajo Comuna Nor Oriental. Desde Arriba Comuna Nor oriental Medelln

    13 Tuvo es mi corazn Juan Jos Hoyos...

    14 Tuyo es mi corazn .....

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea70

    mal, se destaca el centro urbano ms denso y con sus

    edificios elevados y las grandes instalaciones como

    la universidad, los parques, el metro, el ro, los ce-

    rros. La ciudad popular es toda ella un balcn.

    Estas dos visiones de abajo hacia arriba y de arri-

    ba hacia abajo, son en Medelln una cualidad

    esttica caracterstica de la ciudad, es la sorpresadel visitante y la imagen de mayor presencia para

    quienes viven en ella.

    La colina es de cuatro o cinco cuadras

    en adobe pelado el frente de las casas

    De lejos las calles son huecos oscuros

    Los muros se tragan el sol de un trago.....15

    Lo pblico una diversidad de espacios para la

    recreacin de la esttica colectiva.

    Cuando los hombres logramos construir un mundode sensaciones en torno al espacio en el que habi-

    tamos regularmente, permitindonos establecer los

    lmites de nuestro crculo de seguridad en el cual

    tomar confianza, cuando este mundo adems tras-

    ciende al terreno de nuestros sueos, nos permite

    construir recuerdos y cruzar afectos con los otros,

    es que hemos vivido en espacios estticamente

    importantes.

    Despus de la seis, las muchacha salan a brin-

    car lazo, poblando las calles de algaraba. Los

    nios por su parte iniciaban en las aceras los jue-

    gos de trompos, chucha y guerra libertada. A lasseis las calles recuperaban su alegra..... 16

    Las fuertes races y sentido de pertenencia que se

    establece en las comunidades populares con su

    hbitat, se explica entre otras razones por el he-

    cho de ser sta una produccin colectiva en el que

    las acciones de morar, construir y pensar de

    Heidegger toman lugar: el habitante se piensa a

    s mismo inscrito en el espacio que habita, piensa

    el espacio a partir de su propia idea del mundo,

    sus imaginarios; lo construye como una imitacin

    de sus acciones, de sus formas de habitar o morar

    y lo habita en la medida en que lo construye per-manentemente.

    El parque tambin le traa un vago recuerdo de

    triciclos, un olor a crispetas y algodones y el secu-

    lar paseo de los domingos17

    15 en la parte alta abajo El Ramrez. Ediciones ACUARIMANTIMA.1979

    16 Idem...

    17 Idem...

    Comuna Nor Orient.al de Medelln.

    Expresin formal de la vivienda popular espontnea70

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    Serie Ciudad y Hbitat No. 1171

    La fachada expandida en dilogo con

    el exterior.

    La magia del umbral que de sbito nos coloca en el

    interior que nos provee de seguridad y sosiego, o

    nos saca de el, enfrentndonos a las incertidum-

    bres y peligros del exterior, ha sido uno de los pro-

    blemas espaciales que ms ha estimulado la creati-vidad en la arquitectura a travs de los tiempos.

    En la ciudad formal que hoy habitamos, la

    privatizacin de la vida, la desaparicin gradual de

    lo pblico, del espacio colectivo, del espacio de to-

    dos, es hoy una tendencia que tiende a generalizar-

    se y la arquitectura al servicio del inters econmico

    privado, ha sido la encargada de consumarla.

    La calle se ha convertido en espacio casi exclusi-

    vo para la circulacin de vehculos, el paramento

    que separa lo privado de lo pblico se ha transfor-

    mado en muro, en malla o en barrera, impidiendoel contacto entre interior y exterior. Los umbrales

    de acceso se han modificado en barreras vigila-

    das e infranqueables sin salvoconducto. Se com-

    parten fragmentos de espacio colectivo nicamente

    entre los de la misma clase y slo en territorios

    protegidos, aislados del resto.

    El hbitat popular es la otra cara de la moneda,

    en l lo pblico se construye y recrea permanente-

    mente. Para sus habitantes en el exterior est la

    vida, all se realiza una parte fundamental del

    habitar cotidiano, en donde todo sitio o paraje tie-

    ne nombre y sentido simblico y configuran la no-

    menclatura cultural del grupo.

    En el caso de Medelln, franquear las dificulta-

    des impuestas por la topografa, ha obligado a

    los autoconstructores a desarrollar ingeniosas es-

    trategias de diseo y tecnolgicas para tratar de

    vincular el interior de la vivienda con el exterior,

    con la calle, que hacen de la fachada un micro

    universo espacialmente rico y de complejos domi-

    nios compartidos entre vecinos.

    Andenes dobles, puentes, escaleras exteriores,

    balcones y terrazas configuran un abigarrado en-

    tramado de conectores fsicos, espaciales y visua-

    les convirtiendo la calle en un escenario de privi-

    legio para la vida colectiva, clara expresin de

    una esttica socialviva.

    El edificio y espacio interior .

    Aqu es donde quizs la produccin popular de

    hbitat presenta los mayores problemas, pues mien-

    tras la consolidacin del hbitat se expresa en el

    mejoramiento y cualificacin esttica del espacio

    exterior, del espacio fachada; en el espacio interior

    la consolidacin se traduce en una prdida de cali-

    dades espaciales y ambientales. La explicacin de

    este fenmeno, est en el hecho de que debido a la

    situacin social y econmica de sus habitantes, este

    parque habitacional nunca para de densificarse, lo

    que en trminos de calidad espacial se traduce en la

    prdida de condiciones de habitabilidad, en la me-dida en que el crecimiento de los edificios o su parti-

    cin interna, implica necesariamente el sacrificio de

    los espacios abiertos de patios y solares.

    La utilizacin que se hace de la vivienda como

    una fuente adicional de ingreso, lleva a las fami-

    lias a sobre edificar los predios, degradando las

    ya de hecho pobres solucin arquitectnicas de las

    viviendas y aumentando la vulnerabilidad ssmica

    de las construcciones.

    Podramos concluir entonces que la riqueza, en

    trminos estticos de la arquitectura popular, en

    particular el caso de Medelln, est en las poti-

    cas que acompaan la construccin, apropiacin,

    uso y disfrute de lo pblico, en la diversidad de

    elementos que lo enriquecen, as mismo en la for-

    ma como se ha configurado un paisaje urbano

    suigeneris que le impone un sello de gran signifi-

    cacin a la ciudad. Su gran debilidad, est en la

    evolucin negativa que se produce en la vivienda

    como resultado de la sobre edificacin que acom-

    paa los procesos de consolidacin de esos hbitats.

    Hacia la bsqueda de un dilogo esttico entre la arquitectura

    profesional y la arquitectura popular

    Cul puede ser entonces el aporte de estas pro-

    ducciones a la arquitectura y el urbanismo profe-

    sionales? Qu dilogo es posible entre estticas

    de tan distinta naturaleza?

    Lo primero, sealar que ya es hora de superar el

    reduccionismo que ha persistido en el tema del

    hbitat popular, est por fuera de la discusin de

    la arquitectura y en buena medida ausente de la

  • 7/25/2019 Copia de Lectura 8 Una Mirada Estetica

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    Expresin formal de la vivienda popular espontnea72

    academia. Desde siempre a los asentamientos po-

    pulares se los ha visto como territorios ms o me-

    nos indeseables, con los que hay que convivir, y en

    donde no tienen cabida (cuando las hay) sino pre-

    ocupaciones humanitaristas, asistencialistas o de

    tipo tcnico- funcional: proveer infraestructura y

    servicios sociales bsicos, minimizar vulnerabili-

    dades y ms modernamente, garantizar susostenibilidad fsica y ambiental, desestimando

    cualquier reflexin o alusin a lo esttico que ellos

    puedan contener. De esta forma se ha impedido

    histricamente que se descubra el gran potencial

    que existe en este campo, el cual se ha ido acumu-

    lando a lo largo de los ltimos 50 aos.

    Es preciso darle de una vez por todas un reconoci-

    miento a esta produccin colectiva, poticamente

    rica en atributos que han sido construidos en ar-

    mona con la vida cotidiana de sus habitantes.

    Entender que es una responsabilidad de los inves-

    tigadores de la arquitectura y de la academiamisma, estudiar este vasto universo de ofertas

    tipolgicas y morfolgicas, de espacios llenos de

    vivencias y paisajes urbanos de un gran contenido

    simblico y extraer de el elementos que contribu-

    yan a la tarea de prefigurar un espacio

    habitacional ms promisorio y enriquecedor para

    el hbitat colombiano que el que hoy nos est pro-

    porcionando la arquitectura de mercado.

    Con respecto a la prctica profesional de la arqui-

    tectura, esta concepcin reduccionista de lo popu-

    lar, cuando afirma que la calidad arquitectnica

    y la esttica para los sectores populares son un

    lujo que stos no pueden pagar, se convierte en

    una aliada incondicional de los constructores pri-

    vados y especuladores urbanos que hoy estn de-

    gradando, como nunca antes, la calidad de la vi-

    vienda social que se construye en nuestras gran-

    des ciudades y ahora tambin en pequeas y me-

    dianas poblaciones.

    Algo similar ocurre cuando esta misma menta-

    lidad se aplica al diseo de los edificios pbli-

    cos de segundo y tercer orden, en donde se pres-

    tan los servicios sociales a la comunidad o se

    proveen los equipamientos sociales como

    guarderas, escuelas, colegios, unidades de sa-

    lud, bibliotecas, casa de la cultura, puestos de

    polica, etc, cuyo comn denominador es la p-sima calidad arquitectnica18. As estos edifi-

    cios que deberan tener la mayor significacin

    para la vida de la comunidad, antes que con-

    vertirse en punto de referencia esttica para la

    arquitectura que se construye en barrios, po-

    blaciones y veredas, frecuentemente se convier-

    ten en los peores ejemplos del hbitat circun-

    dante, el cual muchas veces ha sido construido

    al margen de la arquitectura profesional.

    Esta esttica de los pobresque ha hecho tanto dao

    a la prctica profesional, ha convertido la

    tipologa galpn19,en el patrn con el que sedisean y construyen la mayora de estas edifica-

    ciones pblicas que van destinadas a las comuni-

    dades populares,

    Es hora pues de producir un cambio en esta ma-

    nera de pensar, establecer un puente entre ambas

    arquitecturas, buscando que se produzca el mu-

    tuo enriquecimiento entre estas dos estticas, la

    formal y la social, de tal manera que se aproveche

    lo mejor de cada una para beneficio de la ciudad

    y el mejoramiento de la calidad de vida de sus

    habitantes.

    Experiencias de mejoramiento del espacio pblico,

    como la que se viene desarrollando en los barrios

    perifricos de Bogot en forma ininterrumpida por

    el programa Inversin con saldo pedaggico, o la

    que por varias dcadas se desarroll en Medelln a

    travs del programa PRIMED20, son una buena

    muestra de lo que se podra hacer en este sentido.

    18 No ocurri as en las primeras dcadas del siglo xx, en las que los edificios pblicos fueron ejemplo de calidad arquitectnica y de buena forma

    fueron decisivos en la difusin de la ideas estticas y tecnolgicas de la modernidad., como brillantemente lo ha demostrado en su obra el

    arquitecto Carlos Nio.

    19 Esta tipologa galpn, consiste en cuatro muros (al menos uno con ventaneria corrida) y un techo en Eternit a dos aguas, que se aplica a la

    manera de un sello, sin mayores consideraciones de clima o contexto, en proyectos de la ms diversa naturaleza: escuelas, liceos, casas

    comunales, puestos de salud o de polica, capillas o centros recreativos etc.

    20 Por desgracia hoy desactivado por la ineficacia de las dos ltimas administraciones locales.

    Expresin formal de la vivienda popular espontnea72

  • 7/25/2019 Copia de Lectura 8 Una Mirada Estetica

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