conesa prologo+intro pdf

13
vilr HIlt,ARDo R. CONESA Experlencla Lab«lrul lgtl8 a la fecha; (l¡nsultor etr Uconomfa y Derecho. lgBB a lgg4: I)ecano sucesivamente de las Escuelas de Postgrado en Flctlttot¡tfa y Negocios Internacionales de las Universidades de Belgrano y Palermo. l97B a 1984: Director del Instituto para la Integración de América Latina (BID-INTAL). Buenos Aires, Argentina. 1972 a l97B Economista y funcionario del Banco Mundial, Washington D.C., U.S.A. Llbros publicados Macroeconomíay Política Macroeconómica, 900 ps., Editorial La Ley, 5u edición, 2012. Que pasa en la economía argentina, Ediciones Macchi, Buenos Aires, 2000. Desempleo, Precios Relatiuosy Crecimiento Ecanótnico, Editorial Depalma, 1996, 688 ps. Los Secretos del Desarrollo, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1994. La Crisis del 93, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1992. Argentina: Policy Reform for Deueloprnen f, publicado por Harvard Universi§ y The Uni- versity Press of America, U.S.A., 1989. La Deuda Externa Argentina: ¿pu,ede pagarse?, Editorial de la Universidad de Belgrano, Buenos Aires, Argentina, 1988. I;ug,¡t. d.e Capitales. IJn Análisis Comparatiuo de los Países Latinonamericanos, Editorial tPI1S, Buenos Aires, Argentina, 1987. Ilnsrr.s.y lruntos de Partida para la R.ecuperación Económica Argentina, Editorial Macchi, llttclt«ltl Alres, Argetrtina, 1986' lil l)eru:ln de la. tntegración en América Latina - 1979-1982, 3 Tomos, Compilado¡ INTAL' I f t83. 'litnnlnos del lntercambio y Tarifu Optima en la Argentina" , prólogo de Raúl Prebisch, Edi- torlal INIhL, 1983. I06 artfculos publicados sobre temas de economía que pueden verse en la página web. PRÓLOGO Macroeconomía Y Política me- 1:,'oeconórnica. Los secretos del de- silrrollo refleia el contenido de mis rlrrscs en las facultades de Ciencias lir:onómicas y de Derecho de la UBA. tirrr: t:scrito simplemente poniendo t,lr blanco y negro lo que les explica- ll¡r a mis alumnos. A los de Derecho nlcrrrpre les evité las matemáticas, lo ctral me obligó a hacer un gran es- l'rrcrzo con eiemplos prácticos de la ¡xrlftica macroeconómica real de los ¡rirfses. Para reforzar eI interés de los rrlumnos de ambas facultades todas lirs explicaciones teóricas están re- fbridas, dentro de lo posible, a la po- lltica macroeconómica argentina. l)espués de todo, nuestro País es el Iuboratorio de experimentación ma- croeconómica más imPortante del l)laneta. ¿Por qué ha Pasado esto? La his- toria es como sigue. DesPués de la Segunda Guerra Mundial se imPuso ¡rrrolladoramente Ia doctrina keyne- siatra en la conducción macroeconó- nrica de los Estados LJnidos' Ksvxrs l)r(:gonilba la tlecesidad de utilizar tlclier¡tlt¡s resortes cle la ¡rolltica mo- rrot¡¡rlu y flscnl ¡lttru alcunz,ar el ple- llo olnpleo c¡rl¡ tlHlttbllltlntl de ¡tre- clox. Stt itlels llfiHlt:tl collt¡lHttt t!ll qtlt! la ecuttol¡tlc clá¿lca del "lalaacz lhlre, laissez passer" está equivocada por- que no existe esa mentada tenden- cia "natural" en las sociedades mo- demas hacia el equilibrio de Pleno empleo. Por lo tanto, el Estado debe intervenir por la vía del Banco Cen- tral y la política fiscal para lograrlo. Y efectivamente en 1945-1970 esto se logró. Sinembargo, cuando se consigue elpleno empleo Por muchos años al- gunos economistas se confunden Y creen que el pleno emPleo es lo "na- tural'i Creen que el Pleno emPleo es una ley de la naturaleza Y que la in- tervención estatal no hace sino em- barrar la cancha. Cuenta Poernn que ya en la antigua vida tribal helénica, el común de la gente confundía las leyes de la naturaleza, como la leY de la gravedad, o a salida del sol a las mañanas, o el ciclo de las estaciones, con las convenciones sociales, los usos y las prácticas vigentes. Por ra- zones parecidas surgió en los setenta una feroz reacción contra el keyne- sianismo en los Estados Unidos. Nu- merosos profesores impulsados por Ia cruel reglo vlgcnte en las universi- clades tlel ¡¡rnn ¡xrfs dcl norte de pu- bltsh or petlsh re l¡tltzttrtln a escribir rrrlle¡ tlo pupcr§ ('olllt'tt KuYrrlus, Y nsf §rrrglerou tr€E prlllclltales caetloltle

Upload: zetita

Post on 12-Dec-2015

76 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

prologo e intruduccion de macroeconomia y economia politica de conesa. uba derecho.

TRANSCRIPT

vilr HIlt,ARDo R. CONESA

Experlencla Lab«lrul

lgtl8 a la fecha; (l¡nsultor etr Uconomfa y Derecho.

lgBB a lgg4: I)ecano sucesivamente de las Escuelas de Postgrado en Flctlttot¡tfa y Negocios

Internacionales de las Universidades de Belgrano y Palermo.

l97B a 1984: Director del Instituto para la Integración de América Latina (BID-INTAL).

Buenos Aires, Argentina.

1972 a l97B Economista y funcionario del Banco Mundial, Washington D.C., U.S.A.

Llbros publicados

Macroeconomíay Política Macroeconómica, 900 ps., Editorial La Ley, 5u edición, 2012.

Que pasa en la economía argentina, Ediciones Macchi, Buenos Aires, 2000.

Desempleo, Precios Relatiuosy Crecimiento Ecanótnico, Editorial Depalma, 1996, 688 ps.

Los Secretos del Desarrollo, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1994.

La Crisis del 93, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1992.

Argentina: Policy Reform for Deueloprnen f, publicado por Harvard Universi§ y The Uni-versity Press of America, U.S.A., 1989.

La Deuda Externa Argentina: ¿pu,ede pagarse?, Editorial de la Universidad de Belgrano,

Buenos Aires, Argentina, 1988.

I;ug,¡t. d.e Capitales. IJn Análisis Comparatiuo de los Países Latinonamericanos, EditorialtPI1S, Buenos Aires, Argentina, 1987.

Ilnsrr.s.y lruntos de Partida para la R.ecuperación Económica Argentina, Editorial Macchi,

llttclt«ltl Alres, Argetrtina, 1986'

lil l)eru:ln de la. tntegración en América Latina - 1979-1982, 3 Tomos, Compilado¡ INTAL'

I f t83.

'litnnlnos del lntercambio y Tarifu Optima en la Argentina" , prólogo de Raúl Prebisch, Edi-

torlal INIhL, 1983.

I06 artfculos publicados sobre temas de economía que pueden verse en la página web.

PRÓLOGO

Macroeconomía Y Política me-

1:,'oeconórnica. Los secretos del de-

silrrollo refleia el contenido de mis

rlrrscs en las facultades de Ciencias

lir:onómicas y de Derecho de la UBA.

tirrr: t:scrito simplemente poniendo

t,lr blanco y negro lo que les explica-ll¡r a mis alumnos. A los de Derechonlcrrrpre les evité las matemáticas, lo

ctral me obligó a hacer un gran es-

l'rrcrzo con eiemplos prácticos de la

¡xrlftica macroeconómica real de los

¡rirfses. Para reforzar eI interés de los

rrlumnos de ambas facultades todas

lirs explicaciones teóricas están re-

fbridas, dentro de lo posible, a la po-

lltica macroeconómica argentina.l)espués de todo, nuestro País es el

Iuboratorio de experimentación ma-

croeconómica más imPortante del

l)laneta.

¿Por qué ha Pasado esto? La his-

toria es como sigue. DesPués de laSegunda Guerra Mundial se imPuso

¡rrrolladoramente Ia doctrina keyne-

siatra en la conducción macroeconó-nrica de los Estados LJnidos' Ksvxrs

l)r(:gonilba la tlecesidad de utilizartlclier¡tlt¡s resortes cle la ¡rolltica mo-

rrot¡¡rlu y flscnl ¡lttru alcunz,ar el ple-

llo olnpleo c¡rl¡ tlHlttbllltlntl de ¡tre-clox. Stt itlels llfiHlt:tl collt¡lHttt t!ll qtlt!

la ecuttol¡tlc clá¿lca del "lalaacz lhlre,

laissez passer" está equivocada por-

que no existe esa mentada tenden-

cia "natural" en las sociedades mo-demas hacia el equilibrio de Plenoempleo. Por lo tanto, el Estado debe

intervenir por la vía del Banco Cen-

tral y la política fiscal para lograrlo.Y efectivamente en 1945-1970 esto

se logró.

Sinembargo, cuando se consigue

elpleno empleo Por muchos años al-

gunos economistas se confunden Ycreen que el pleno emPleo es lo "na-

tural'i Creen que el Pleno emPleo es

una ley de la naturaleza Y que la in-tervención estatal no hace sino em-

barrar la cancha. Cuenta Poernn que

ya en la antigua vida tribal helénica,

el común de la gente confundía las

leyes de la naturaleza, como la leY

de la gravedad, o a salida del sol a las

mañanas, o el ciclo de las estaciones,

con las convenciones sociales, los

usos y las prácticas vigentes. Por ra-

zones parecidas surgió en los setenta

una feroz reacción contra el keyne-

sianismo en los Estados Unidos. Nu-

merosos profesores impulsados por

Ia cruel reglo vlgcnte en las universi-

clades tlel ¡¡rnn ¡xrfs dcl norte de pu-

bltsh or petlsh re l¡tltzttrtln a escribir

rrrlle¡ tlo pupcr§ ('olllt'tt KuYrrlus, Y nsf

§rrrglerou tr€E prlllclltales caetloltle

FtrtIARFO R. (IONF§A

i¡tltikcytlüs¡{lntf{, ol "i!¡r¡ur.l{ll'lsr¡r¡t"encabcz,ado por Mtl;l'«llr Irlulll¡vnrv,"supply side economics" cncabezadapor Ronrnr MuNosr,r y AnrHun Le-FFBR y "expectativas racionales" li-derada por Ronnnr Lucas, Tr¡ovresSencuvr y Ronnnr Benno. El casode MuNosrr, es interesante, pues co-menzó siendo un creaüvo y brillan-te keynesiano en los sesenta pero enlos setenta dejó de produciry se pasócon su presügio a liderar supply sideeconomics.

Lo cierto es que muchos econo-mistas argentinos fueron a estudiara los Estados Unidos en los setentay terminaron con los cables cÍuza-dos e intoxicados intelectualmentepor la reacción antikeynesiana. Elloresultó fatal para nuestro país. Es-tos economistas fueron nada menosque Dovrrr.uco CAVALLo, Roqun Fnn-uÁuonz, Pnono Pou, IosÉ Luls Me-CHINEA, entre otros. Y estos mismoscconomistas alcanzaron el podercconómico en los noventa duran-te las presidencias de Cenlos SaúlMrrrrlnu y FnnNauoo DE LA Rúe ennuostro país, y nos convirtieron enconejo de indias para el testeo detcorfas que en los Estados Unidos nose aplican. Están descartadas porqueuna cosa es la política económicadel país, donde se juegan los intere-ses nacionales y donde hay que apli-car remedios seguros y probados, yotra cosa es el mundo de la Acade-mia donde existe libertad absoluta yse puede sostener matemáticamen-te cualquier cosa. Como dice PnulKnucuax:

Iin ul slstema uc¡tdtl¡nlco amerl-umer k» ¡tn1li,son,s r/rr cutnonúnobllenen ertnbllldnd ,y cltr§-

truyen sus reputacktrrts t¡tt lcsotorgan otros beneJiclt¡s ut:udé-micos por medio de publicacio-nes y de esta nl,anera ellos publi-can miles de papers cada año,en oscuras reuistas. La mayoríade esos artículos no uale la penaser leídos, y muchos de ellos soncasi imposibles de leer de cual-quier manera, porque están re-cargados con densa mqtenxáti-ca y densajerga

No obstante, algo de la nuevaimpronta académica antikeynesianallegó a aplicarse fugaz y parcialmen-te en los primeros años de la presi-dencia de Rouelo Rnece¡¡ en losmismos Estados Unidos, pero luegoeste presidente despidió a los antike-

lmesianos. Hasta hace poco el asesoreconómico del presidente GEoRGEW. Busn era nada menos que Gnn-coRY MANKlw, el joven líder de la es-cuela keynesiana en el paÍs. En la ac-tualidad el Presidente de la Fed. nor-teamericana es el economista BenBernanke de impecables credencia-les keynesianas. Los norteamerica-nos no utilizan a su país como cone-jo de indias.

Aunque la Argentina ha sido ellaboratorio de experimentación delmonetarismo, de supply side econo-mics y de las expectativas racionalesen 1977-Bl y 1990-2001, seguimossiendo muy reacios a aplicar la teo-ría keynesiana auténtica y profunda,que apunta a la sanidad fiscal rigu-rosa por una parte, y al uso masivode la política monetaria y crediti-cia para combatir el desempleo porla otra. Solamente a pnrtlr da 2OO2-

2005 hemos vlsto ltttelltos s¡rl«¡s rlekeyncslunlsmo con el tllxr rk'r'rultblr¡nlto y el connlgulÉnt€ efceto rrurltlpll'

r ¡rrkrr rlcl t:oltlcrt:ltl tlxltlrlt¡r ltol tlltttpnll(!, y cl ¡trtttltttttc stt¡rcrtlvlt l'lscttl

¡ror hr olru. Aun asf lu luchit c«¡¡ttrn clrk'selrrllhro no ha sido todo lt¡ attdazy nrlk'rrlutla c¡uo Knvuns hubiera de-gcrnt k ¡,

lhr cstc libro destacamos la im-

¡lur lurrrlrr tlcl tipo de cambio real enr,l rlen¡¡t'rr¡llt) y presentamos una teo-rie lruevrr y rlriginal al respecto, que

Ionr.r l)r'csl¡tdo de las enseñanzasrle lk»riult' S«)l,ow, Gnsconv MAN-

Etw, Atr't'ilr,R l,BWIS, Brte Batesse,Wr¡,r,lrr¡,r llAUMoL, Invruc Knev¡sy ¡,AwnttN(:lt KI,BIN, estos dos úlü-t|lo¡ tttls rtur(:$lt'os en la Universidadrle I'ettttaylv¡tttiu. La teoría arma unr{ilnpa('l{r nt'lglntl y coherente con

iaÉtlFr ¡lF r'¡rrltt ttno y mi propia con-lllhulirin, y rrHllt rcspaldada con unlÉ¡ie¡l ptoirotttdtlrico con datos de al-

terlprll¡l rlt I(Xl ¡litlsesparalos cualesItsy tlaloq.

l,a At'¡4uttlinit vivió en ZOOly2OO2

la r ll¡¡ln ultcrocconómica más gra-ve rle lurlrr stt historia. En el deceniorkt krr¡ rrovrlnl¿t se prometió a la ciu-rlarlarrl¡r t'l ¡rronto acceso al primernrrurrlr¡ nrt:r'ccd a la convertibilidad,a lae ¡rlivrrtlzuciones y a la parcial do-larlrnck'¡r¡ tlc l¡r cconomfa. Las pro-lnllHirH tcsull¡trt¡rt ser una estafa ma-r lucrr'r¡rrr'rn¡it:a de proporciones gi-gHrrlFrjcrs, corrto jamás vivió ningún

¡rnlti rlr,l ¡4kllto lcrráqttco.

lirr lttgrtr tlc ¡tt:t:ctlcr ¿tl clcsarrolloy al ¡rt'ltttrrr ¡ltur¡tl«¡ tltrset¡rltitrcamt¡setr algo ¡rsf r:t¡rlto ctt cl quittt«t, e(,tl tlllrlesrrlr¡¡lkro y Bulxltnl)loo r¡ttu rotrtla-t¡rtt sttn¡¡ttlon nl 40'X,, tlc lclos t:l lll¡isallo rkrl ut'llc. lil 4!l'f{¡ rlc ltt ¡rrtltlttt:ldtttr¡rterki rlellnio th l¡t lfttett tltr ¡lt¡lrrtrzlt.'lb¡rfel¡r¡r¡ le rleude €xlerttE tt¡áÉ $lt¿t

MAC R()Ec()NOM f A Y l¡r lt f ',¡'tr :n MA(l Rou(l( )Nt)tvt l« ln xt

rlcl ¡rlaneta etr relación con las ex-

¡r«lrtaciones. Esa deuda era de 6 ve-r:cs las exportaciones. Pero al mismotiempo registramos, paradojalmen-te, la fuga de capitales más alta delmundo, la cual era de 6 veces las ex-

portaciones.

Además, el lector podrá compro-bar al leer este libro que la economíaargentina obedece a todas las leyesmacroeconómicas a las que se ajus-tan los demás paÍses del orbe. Nohay nada raro en la macroeconomíaargentina. Nuestra "macro" cumPlecon la función de consumo y con lade inversión, con la elasticidad de larecaudación fiscal respecto del PBI,

con la función de dernanda de dine-ro, con la curva de Pnrr,r,rps, con lade Frsnen, y nuestro alto desempleose explica muy bien con el apropia-do uso de la función de producciónde elasticidad constante de Sotow,CnrNrnvy otros. La ley de OKUN, ex-

cepcionalmente, no se cumplió enlos noventa debido a la extraordina-ria distorsión de precios relativos ex-perimentada por nuestro país en esa

época.

La gran anomalía que presentanuestro país consiste en que tene-mos un Estado clientelista, y, por lotanto, ineficaz, que urge reformar.Otros países que hoy componen eldenominado primer mundo en su

momento atravesaron por el mismoproblema y lo solucionaron. Nadaimpide que lo hagamos nosotros.I Iace falta simplemente claridadnlcntaly corujc tlcscle la cima del po-tku ¡rolftir;o. l,a socio«latlrccibirfa cs-

Ius rt:lilrt¡ttts (:oll H!'¡ln burtt¡llícitrl. lilpltlllo ttn lttlt lttt¡ttlrl¡lrll(' (ltl(r lll(l¡'(r(:(lrrn lrnt¿r¡rienlu nl l'htnl tle ests lll¡ro.

Xll Eouenno tu EoNESA

listc llllr«¡ cstá escrito desde elpunto de vista de la economla abier-ta en la era de la globalización. Aquíse sostiene que no hay nada perjudi-cial en la globalización en tanto y encuanto el país tenga moneda propiay siga políticas de tipo de cambio li-bre y fluctuante y de tasas de interésinternas bajas y sanidad fiscal. Perose sostiene que la globalización es

mortal para países en desarrollo contipo de cambio bajo y fijo, y econo-mía dolarizada o semidolarizada,con altas tasas de interés internas ydéficit fiscal. En otras palabras, la re-ceta argentina de los noventa y has-ta el año 2001 es el camino segurohacia el desastre. Esto se demuestracientíficamente en este libro.

Si países tan poderosos, comolos Estados Unidos o Alemania, hu-bieran estado expuestos a los experi-mentos macroeconómicos que sufri-mos los argentinos, ya hubieran des-aparecido del mapa. Si la Argentinatodavfa subsiste, es porque somosun gran país, sin duda alguna. Enel presente libro se explica por quéesos experimentos nos llevaron a laruina, y qué es lo que tenemos quehacer en el ámbito macroeconómicosi queremos volver a crecer y recu-perar nuestro status de gran naciónque otrora tuümos.

En el 2002-2003 se comenzó aaplicar un esquema económico dis-ünto fundado en el tipo de cambioreal alto y en el superáüt fiscal. Pu-dimos observar entonces una recu-peración económica notable, quellamó la atención del mundo entero.A saber, un crecimiento económicorécord por clnco años seguldos der¡las del 8% a¡rr¡al, un decconr«¡ dol

tr l..t

desempleo y subemploo r:r¡rrsltlera-ble del orden del60% ac«rln¡rañado,todo ello, de un arreglo de la deudaexterna en dólares y una mejora sus-tancial en el perfil de sus vencimien-tos. Hacia 2005 parecía que nuestropaís había aprendido las leccionesde la historia macroeconómica pro-piayla de las otras naciones.

Sin embargo'en 2006, 2OO7 y2OOBnuevos y grandes errores de políticamacroeconómica auguran un som-brío panorama futuro. El primero es

el de la alta inflación, el segundo es elde la paulatina sobrevaluación cam-biaria, el tercero es el deficiente ma-nejo de las reservas de petróleo y gasque nos lleva a perder el autoabas-tecimiento energético, el cuarto esel erróneo régimen tarifario paralos servicios públicos, el quinto esel exorbitante crecimiento del gastopúblico nacional que aumentó en un50% durante el2007. El incrementodel gasto público de un Estado inefi-ciente y clientelista es un peso muer-to que conspira fuertemente contrael desarrollo económico del país. Elsexto error fue establecer retencio-nes móüles sobre las exportacionesagropecuarias en niveles claramenteconfiscatorios. Esta medida ha des-pertado una justificada oposición delos sectores agropecuarios y en granparte de la opinión pública. Analiza-mos el impacto macroeconómico delas retenciones en el Capitulo 22 deesta edición. Por una parte hay con-ciencia de la enorme exacción fiscalque practica el Estado Argentino. Ypor la otra la opinión conoce la inefi-ciencia y corrupción con (luc se ad-ministra el gasto púrhlk:o. lirr ¡rocaspalabras, se pagnn eltos lrrr¡rrrentoupero loe Bervtglot que prerta el Ha.

lvlA§RgEEgFItJMIA I TLJI,I I IUA MAIEETJE{BL'fT'L'|V1I§'¡A

larkr rrn rtrrrlet'ln rle segttrltlntl, etltt¡'ar'k'rtt, s¡tltttl, lttltllttt:ltllttrs, fttnllt:ltt,Itatta¡rorlrr y csttttlfstlt:t¡s tls t:tttltt vczlrrás rlrl'lclcntc, l,¡t l¡tlsll'k:at:ló¡l tltl l¡rspstarllxtkr¡rn rk:l INI)li(l cs un cJcnt-

¡rLl ¡rurrrrll¡¡tr¡ltk:o y grotesco tle laliirlrr¡rr:lr'lrr c lncficiencia que afec-

la a lotk¡ cl listad«l e incide directa-rlente rolrrt: l¡t calidad del análisis¡rrar'lrlt.r:otrótttlct). La decisión de

llevnr rrrkrlrullo costosas inversionesrle lregrrllv¡t t¿tsa de retorno social,r urrelllrryrl otro ejemplo de incom-

¡relerrlln.

'lilrkl lo ¡tnterior nos induce a

lrpusal r¡urr sl lrrs autoridades no rec-llflr alr ¡rlrrnlo kls gruesos errores ent¡ue lralr lttr:ttrritl«r, la estela de ma-tHvllkr¡¡r¡¡ lr¡s¡rs de crecimiento conl'erlru'r'klr tlcl ernpleo de los últimosdñnF uo lt¡rllr¿'ul sido más que unalluclirr y tltrst-:rnlrocarán unavez más

err cl l'rtr:¡r¡¡o, slgttk:tttl«¡ ltt irndlclótttle lrr lrrrgu scrle dc o¡rortuttldndcs

¡rcrtlldas por nuestro pofs cn la se-

¡quntla rnltad delsiglo XX.

[)ebo expresar mi reconocimlen-to a la Facultad de Ciencias Econó-micas y de Derecho de la UBA, enla cuales me formé y en la que mehonro en ser profesor, y donde des-de 1991 vengo adürtiendo en misclases cuál iba a ser el final de la leyde convertibilidad. También a misprofesores del Williams College y laWharton School de la Universidaclde Pennsylvania.

Por último, y no menos impor-tante, deseo dedicar este llbro r¡

Ar.rcre quien me acompañó ct¡n rualiento, paciencia y comenturk¡s eltlas muchas horas que llevó eu cott'fección.

Dr. Enuenno CoNEsa (Ph. I), )Profesor Titular de Economía y Finanzas de la tlltA

xrfivl EbUARBO R, GONESA J -

El perfodo de 1890 hasta 1930. La primera guerra mundial y la clo¡lrc

sión internacional de 1930

Desde 1930 hasta 1943. El error del fraude electoral

Desde 1943 hasta 1955. La personalidad dominante del general Perón

Desde 1955 hasta 1976. La errónea proscripción del Iusticialismo. El

contexto internacional............'.... ..........'....'....

Desde 1976 a 1983. El contexto internacional y la guerra fría'

Desde 1983 hasta el 2001. El contexto internacional y el derrumbe del

comunismo.:..................

Desde 2002 hasta el 20 I 1. El contexto internacional........'.....'..

El crecimiento sostenido como base del éxito políüco. Remisión y pre-

guntas........

l'¡1H.

897

898

899

900

902

904

906

907

Bibliografía General 909

IurnonuccróN

LA ECONOMÍA POTÍTTCA DE tARTvoTUCIÓN DE MAYo

"No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocf a loshombres nombrados por el rey para la junta que debfa tratarde agricultura, industria y comercio y propender a la fellcl-dad de las provincias que componían el Virreynato de lluo-nos Aires; todos eran comerciantes españoles; excepto uu)que otro, y nada sablan mas que su comercio monopollttn,a saber, comprar por cuatro para vender por ocho con lorlaseguridad... el comerciante no conoce mas patrla, trl nraeIey, ni mas religión que su interés propio; cuando trahala,sea bajo el aspecto que Io presente, no tiene otro obJcl(!, ¡llotra mira que aquel: su oposición al sistema de la llbertnd eindependencia de América no ha tenido otro origen conlo ¡t

su tiempo se verá'i

M,quunr, BELGRANo. Guroo, TolrÁs, Reseña Histórlcade los Sucesos de Mayo, Museo histórico Nacional, Me-morias y Autobiografías, Tomo I, Buenos Aires, 1910.Autobiografía de Belgrano, págs. 94 y 97.

Los medios ordinarios del llamado sistema protector o pro-teccionista consistente en la prohibición de importar ciertosproductos son vedados de todo punto por la ConstituciónArgentina... semejantes medios son Ia protección dada a laestupidez y a lapereza, el mas torpe de los privilegios.

Iun¡r Beurrsre Alnrnor, 1954, El Sistema Económlcoy Rentistico de la Confederación Argentina según suConstitución d,e 1853, edición La Tribuna Nacional,BuenosAires, 1886, pág. lB0

Sumrnro: lrrtrr¡duccl/¡¡r: lispaña antc el descubrimiento clc América.Oro y ¡rlntu. ll¡flr¡t:lfi¡r y rrr«lnopolio. l)lstorsión dc prcckls y contrabun-rkl, I)cr:ndtlnr:ln ou¡rañoln: ol ¡rarusltisrnr¡ de la ocr¡llr¡¡nfr¡ corrlugln a larrronnrr¡rrftr. ( lnrktr lV, nllndrl du Nn¡roloón ()(rntnt lnglnlcrrn. l,ur lntrl-¡¡ttr rlo lrnlunrrrlo y ln rlenr:otrr¡x)tlr:kÍl tlc lR lnolrnrr¡rrftl sñl)nñoln. ( lr¡t¡¡oert'or rle Nn¡xlleóru ltrr¡xrrrer n su hernr¡rrro f llaá I t:olno ltey rle lia¡lnñtr,l,oa ¡lrohletrrat tlel Vlrrey l,l¡rlerr, Olatrorr¡¡ tlebllltedo fre¡lto a lo¡ I'nlrl

EDt¡ARrrrt fl, (l(lNt,sA

r:ios. l,ir "llullrcsurtirt:irilr rlc los ll¡rr:crrrl¡r<l«rs" y la lilx)rtit(l rlr. r.urrrr.lcio. l,¿r caída dc la Junta (lentral de Sevilla. til Cabildo Abiertt¡ rlcl 22 rk.mayo. La Revolución del 25 de mayo.

INTRODUCCIÓN: ESPAÑA ANTE EL DESCUBRIMIENTODE AMERICA

Al tiempo del descubrimiento deAmérica en 1492 el Reino de Espa-ña acababa de conseguir su unidadnacional mediante el casamiento deIsener rn Cerólrca, Reina de Casti-lla, con FrnNeupo rr, Cerór,rco, Reyde Aragón. La unificación de am-bos reinos y la victoria de ambos enla guerra contra los moros, es decircontra el islamismo arábigo que lle-gó a dominar gran parte de Españapor siglos, sirvió para crear una granprosperidad económica en todala península. España fue el primerpaís de Europa que llegó a superarel feudalismo, que con sus múltiplespeajes y obstáculos al comercio y altransporte de mercaderías estable-cidos en cada comarca por los se-ñores feudales del lugar condenabaa la economía al atraso y al subde-sarrollo. La unidad nacional sirvió,en consecuencia, para fomentar ladivisión del trabajo, aumentar la es-pecialización, ampliar el mercadoy por ende aumentar la productivi-dad de toda la economía. Se aplica-ría entonces un gran principio de laeconomía política que Aoeu Surrnenunciaría tres siglos después: 2aproductiuidad depende de la diui-sión del trabajo y la diuisión del tra-bajo está, a su t)ez, limitada por laextensión del mercado'!

Sin embargo, la expansión de laeconomía española no solamenteobedeció a la unificación del mer-cado nacional. El descubrimiento deAmérica permitió a los conquistado-res españoles obtener enormes can-tidades de oro y plata de las nuevastierras. En aquellos tiempos, el di-nero estaba constituido por mone-das de oro y plata. En consecuencia,el descubrimiento de América hizoposible una enorme expansión mo-netaria en la península, que poten-ció grandemente la producción y elempleo en los primeros años del si-glo XVI. Cuatro siglos después, otroeconomista, IoHN MayNano Kny-uns, enunciaría un segundo princi-pio fundamental aplicable al caso:"La expansión monetaria en unaprimera fase genera un considera-ble aumento en la actiuidad econó-mica y en el empleo pero, una uez al-canzado el pleno empleo, la expan-sión monetaria genera solamenteinflación'lAsí fue que desde el año1500 hasta el año 1600, en un siglo,España experimentó una inflacióndel 4OOVo, tanto en precios como ensalarios (1). La evidente escasez demano de obra provenía de las enor-mes demandas de los ejércitos espa-ñoles para las guerras con Francia,en Flandes, en Italia o con la Turquía

(l) Helur,roN, Eenr,, El Tbsoro Americano y la Reuolución de los Precios en España,1501-1650, Editorial Ariel, Barcelona, 1975. Incidentalmente, los Reyes (lutólkros rlc [is-paña cometieron un grave error con la expulsión de los itrdfos crl I4!12, rlnrlo r¡rrr.csl«rst:otlltiltttf;¡ll tltl rniutct'it ittt¡tot'tuttlc al ¡rro¡pos«l rkll ¡lrtls. Vur ¡tl t'rrelx¡t'lo !rAUt., lo¡rrrs¡lt,lllstt¡rlutlrkts.lrrtlhn,lirvlrrrVr.r'grrlrtr.rlltor; llllll,¡rs. llililn2ill,

lNill(t¡)ti(:(I(iN lA lrt:oNoMfA r(ilffl(tA t)I tA l{t,v()lt,cl(lN t)ft MAy() ll

nl t¡tlt'ltlt'.'lirtttltlótt, ltt t'ottt¡ttlslrr rk. lllrr nri¡rrcro ttc sr¡ld¡¡tfuls y rrr¡rrq tlgAnrf'r k'¡r tlcr¡lrultló ulr r:ouslth,l.rr oll.¡r.

ORO Y PLATA. INFt,A(]IÓN Y MONOPOLIO

lil ¡rrobluna c<¡n la inflación es-p.rnul¡1, (¡tc se prolongó además enlua rrighrs XXVII y XVIII, consistió(!rl r¡t(. r.l rcsto de los países de Eu-ru¡rir rx¡lcrirnentaron una inflaciónnlur'llo nl(lnor. Se calcula que desdeI t¡oil ¡r t(i(X) la inflación en Francia (2)y err lrrglirtcrra (S) fue del 150% sola-!lf.J!!1r., t'oln¡larada con el 4OOVo an-le¡q lelr.r'irkl ¡rara el caso de España.I n r.nonnc illflación de precios espa-ñll¡r lrrr. rctroalimentada por las po-lilL ¿rq r¡lorro¡rolistas de Fnuln II y larllrr¡rstÍ¿r rlc los Austrias que hasta el¡rnr l7(10 gollcrnó España. Los reyesrlrr eslrr rlin¡rstfa estaban imbuidosrlp lrrs klcirs dcl más crudo mercan-!lll¡lro lrrrlli«rnista, confundían la ri-rlur'¿¡r rh,l listado y de la Nación conl.r ¡rlrrurtl¡ult:ia de monedas de oro y¡rl+rllr. l)r.lllr«r de ese concepto esta-Irk,r'lt'r'on rrn sistema de monopoliok'¡¡al rlonde las colonias españolas¡ lpl ri¡lr r l)rovcerse solamente con bie-rr+'!i llrorlucldos en la misma España;y, l ¡¡lt vuz, exportar su propia pro-rlurr k'ln rinicamente a la penfnsula.

l;.1 lrttartuil.ktrutl Enclclopedla of social sciences, The Mac Millan company, The freeI'rr.¡x, V¡¡1. lZ, 1»1¡g.4Tl.

(.t ) lhftl,(4)Mol,r¡rnrrr, l)rl(;ol,(,ls/ l,arepresentacióndeloshacendadosdeMarianoMoreno,

i,u ttlrt$¡¿rttt lttlltu'tu:kr t:n kt ukkt autnómlca del pats y en los suce$os d,e mayo ¿e lBt0.lltlh i(1tt tk'ltt lr¡tt:t¡lt¡rtl rkr (lkrncias liconClrnicas cte la Ciudad de ll¡enos Aires. Segundo¡tllr h¡tt. !lttt'ttr¡s Allcs, lflilfl. litt cstc llllrr¡ se sr¡sticne quc nxistr:rr trori poriodos cn tii rógl-!tt+rtt FBp¡lil(ll (:(,n rrsl¡(,(t(() rrl ¡¡l¡¡tr:ft¡ rlg lrttllos. lil llrlrrrtrrtl v¡ rftlsrl¡ t:l tl¡s<:ttltrirttlg¡tr¡llasla el nlto li-r7il. l1l r'óglrrrcrr rs rk,r'onrlrk,tn lll¡crtirtl, t¡ult(¡ cn lrr orgurrlznt:lórr rftr l¡¡s ¡x¡rr:tlit itttttrtl ('(tlll(l rtr ltt ¡ttrnclrcl¡r rlr. rk,rr,r'lros. lil 2(i (l(,str¡llk,rrrltlr,tk' lS0l los lkrycs r.¡tr,lllr ¡¡E r'¡l¡irlieloll tttttt lle¡tl ( lórlrllrr l)¡rr¡l (¡r.rrr¡ sr. r'ollr¡rr¡rrr rlc!'r'r'lros ¡ror.kr r¡rrr,§(.(,¡fH¡tf(.rt tk'¡t atH¡llt' I¡rt¡t tr rl¡ lna ltrrll¡t¡. Pr¡r ll¡rrl ( lérlrrl¡r rk,l t 5 rl¡, nrr¡ru ,lri I lr'l!1, rrr. lr¿rlrllll¡uu¡lLre ¡r¡¡¡'¡¡¡¡s tlfl (:tllltll¡t, llñyott¡r, Avll¡r¡, l,¡rrerlo, lllllr¡rrr, S¡ttt $r,lrnslllilr, ( irrrlrr¡¡r,rrrt, Mrihr¡¡rr y( liitllr, lltuE t¡tte rle elkrr ¡e ¡ttttlieta lrHvéllrl y r'urntrn.iar r,¡llt la¡ lltrll¡t¡, l,a regrrurle ó¡1¡¡r,R

Se trataba de que el oro y la plata nosalieran del reino y de sus colonias.Este monopolio se implementó a tra-vés de la concentración de la entraday salida de mercaderías desde Amé-rica y hacia ésta, en el puerto de Cá-dizypor ende también sobre Seülla,sobre el río Guadalquiür. Todas lasexportaciones e importaciones deEspaña a sus colonias debían efec-tuarse por el llamado sistema de flo-tas y galeones (+). Así, por ejem¡rkr,se concentraban 20 ó 30 gale<trrus crrlos puertos de Cartagena de ltrdl¡¡nen la actual Colombia, o en l¿¡ I lub¡r-na, en la actual Cuba. Se trntuh¡r tltasegurar que esos galeones viojrrrnrrdesde Españayhacia ella en conllloyes para poder repeler los ataqucs rlclos navíos piratas que merodeabarrsobre todo el Mar Caribe. El comer-cio a través de otros puertos, tantode España como de América, estabaprohibido. Se vedó en particular elcomercio por la vía del puerto de laTrinidad y su ciudad adyacente, San-ta Marla del Buen Ayre.

EBIJAREO R, (]ONt]SA

DISTORSIÓN DT' PIIECIO§ Y CON:I'RABAND()

Sin embargo, el sistema protec-cionista español determinaba quelos precios de los artículos manufac-turados tanto en América como enEspaña fueran 4 ó 5 veces más altosque en Inglaterra, Francia, los países

bajos, o Alemania. Esta diferencia deprecios podÍa considerarse tambiéncomo la contrapartida de la enormeoferta de metálico que generabanlas minas de oro y plata de América.Dicha oferta determinaba entoncesque estos metales fueran extrema-damente baratos en América y porende, en España. La otra cara de losbajos precios del oroyla plata, es de-cir, de la moneda, eran los altísimosprecios de las manufacturas. Esta di-ferencia de precios en las manufac-turas y en los metales con respecto a

los existentes en el resto de Europa,particularmente en Inglaterra, esti-mulaba el contrabando. Se generali-zó así el concepto de que la ley mo-nopolista española se acataba perono se cumplía. El contrabando esta-ba prohibido en las leyes pero pre-sente con gran fuerza en la realidadeconómica. Quienes contrabandea-ban en España eran los ingleses porintermedio de su tradicional aliado:

el Reino de Portugal. El contral¡andocon Francia tenía lugar por la vía delos Pirineos. La industria española,próspera en el año 1500, desapare-ció en el año 1600 debido a la com-petencia que representaba el con-trabando. La actividad económica,manufacturera y agrícola dejó de serrentable en la península. La burgue-sía comercial y manufacturera des-apareció (5). Las grandes fortunasquedaron vinculadas al contraban-do. De esta manera, las profesioneshonorables en tiempos de los Aus-trias y los Borbones eran principal-mente las del ejército y la Iglesia. Laausencia de una actiüdad económi-ca manufacturera honesta y rentablegeneró un enorme parasitismo enla economía española. En Américadonde el oro y la plata eran más ba-ratos aún, también se sufría el azo-te del contrabando, aunque a veceslas grandes distancias y el costo deltransporte proveían una protecciónnatural a las manufacturas locales.El contrabando, que no pagaba im-puestos, fl orecía particularmente enel puerto de Trinidad y en la Ciudadde Santa María del Buen Ayre. Parareprimirlo, el Rey Frr.rpp IV en 1660,

va desde 1573 hasta 1778; es decir, desde la fijación de los puertos y el régimen de flotas ygaleones hasta la pragmática del Iibre comercio de Carlos III de 1778. Durante este segun-do período, los puertos de Cádiz, San Lucas y Tenerife eran los únicos habilitados para eIcomercio conAmérica,

(5) MeneñóN, Gnrcoruo, enEl Conde Duque de Oliuares, La ambición delpoder,Es-pasa-Calpe, Madrid, 1936, dice textualmente: "El español, aun apto para la aventura, parala conquista, para el descubrimiento geográfico, para cuanto suponía empuje paroxístico,con riesgos de sufrir y morir, pero con posibilidad de alcanzar súbitamente Ia riqueza o Iagloria, se hace incapaz para ese otro esfuerzo lento y oscuro en que se asienta el bienes-tar de las naciones. Hoy podemos decir, con absoluta certeza, que aquellas alt'¡¡rftrs r:onque se festejaba su arribo a los muelles del Guadalquivir eran como gol¡tea tle nzrrrlrr r¡rre

tbrfan la fosa e¡l que nueslra$ rneiolcs cnc.rgf¡rs sr¡ iban crrtcrru¡rrlo. lll lttt¡tttrte lini(lo§ l,or'l¡r cru:tt¡rdnr cn l(i:12 lito r:u¡l (!!!tcr¡lr!to!!lc ullsoll¡lrkr ¡ror kr rr*trteror tle le llo¡n llrral. lirrtn.

=::-lY":.:}+t-,- :+re,!+ t -Ipsl.lllk'r'lr'r ('n ('§l¡l t'lt¡tl¡ttl tut¡t llr'¡rl (:AN't'u,t,C)N (fl) tlcstrrt:rrlturr tr¡l susAtttlit,ltt'ltt (:otrll)tl(!§ltl tltr il okk¡rt.r olrrrrs l¡r (lltonne ctlsl¡lrslón rlc ¡rrc-v tttt lrlsr:ttl (ti). Sirr clttltitrgo, l¡r rc¿rll r:kls r¡trt: gclrcrabl r:l sistoma protec-rl¡ttl et'¡ti¡tintlt:tt y ltt litcrzu tkl lrr ct:o. r'krnisl¡r lnercantlllsta a¡llica«l«l prtrtlotttftt lto sc ¡lodfan ct¡t¡rhalir r:oll krs llcycs cle tispaña. Ijsta distorsiónltrr¡l¡ts lrrycs, Asf fue que en 167 I la clc¡rreci«tseraparticularmentegran-llpirrir rcgcnfc Mariana decidil¡ ah«¡- de en nuestras tierras dado que lallt l¡r lk'¡rl Arrtliencia, puesto que los actual Bolivia pertenecfa al Virreina-pllrrcl¡rrrlcs r:«¡ntrabandistas estaban todelRfodelaplatayalllestabaubi-vlrr¡'rrl¡rtk¡s it kls r¡idores (7). Los dos cado el cerro de potosf, de donde larrrár grirrrtk:s ec«urornistas del Siglo plataemergíaaraudales.§Vlll, Annru Snr¡:rn (B) y Rrcuano

IIIi(]AI)I]NCIA ESPAÑOLA: EL PARASITISMO DE LA ECONOMÍACONTAGIAA LA MONARQUÍA

'lirtl¡rs las crónicas de la época y de sus colonias hacia fines del sl-Eprl¡rl¡rlrirn la decadencia de España glo XVII. Algunos autores (10) merr-

arrhlnrLrr, liiriltls, nobles, servidores de los nobles, pordioseros y ociosos de profuolórr, aer¡r itp¡tlr¡t ttt¡ts tle la mitad del censo de España. Los campos no tenían brazos y klÉ r¡tt:l¡l¡FEldlr¿ln, r,n lrt¡erra parte, entregados a la acüüdad de extranjeros,l

(lil (',^u'/,l,t,'IERESA Bnernrz. La historia de la primera audiencia de Buenos Alres(lfir¡l l(i'l2). l)ice esta autora "Buenos Aires continuó suministrando esclav«rs y ¡lür(ro"tlrti¡tq ¡tl lttlcrior a cambio de la plata potosina y el oro chileno más allá de los llrnltcsl!¡lpiirllos ¡r«rr la Aduana en Córdoba y contribuyó como intermediaria a que ese metul¡i.' lttlt'Hl¡tsc cn cl mercado mundial cuando arribaba a Lisboa, Holanda o Londres, clondc§r! r rt I rrl)'t cl t:iclo r:onrercial. El proceso descrito fue denunciado muchas veces ante lasrllllut l(l¡t(l(!s ttrctropolitanas; sirva de ejemplo la consulta que el Consejo de Indias envióirl lley crr ll;tiO, en la que se lee " que hay tanto exceso en el comercio que se dice que Ams-t¡t thtttt *¡ ttl puerto de Buenos Aires'!

('il (',lrrt:r,r, 'l'nnBSA BeRrnrz. Op. cit., pág.2LZ. Esta autora concluye que los factoreslrt ltrrl¡r¡tlt's itlcgadrts para la supresión de la audiencia de Buenos Aires fueron el fracaso¡rnt lvllttt' l¿rs arribadas rnaliciosas y el contrabando... pero que hubo sin duda también lal¡i rElrltt tlt' los itttcreses de comerciantes y mineros de Potosí y aún de los Consulados deI'ltrrrr y Slvlllit, pora los cuales la audiencia venía a dificultar sus operaciones económicas.

(tt) lrtt¡r://www.adamsntith.org/smith/won-b1-cl.htm: "The colonies would be ill su-¡r¡illr'rl, rrnrl woukl llc obligetl both to buy very dear, and to sell very cheap. This, however,llll witlrln tlrt'sc li:w years, had always been the policy of Spain, and the price of all Euro-¡rt!¡¡¡¡ 91¡¡¡11t, ilr:r:0rrlirrgly, ls said to have been enormous in the spanish west Indles. AtlJttllo, wc ¡rrc loltl by lllloa, a pound of iron sold for about four and sixpence, and a poun{nI q¡¡'¡'¡ lot ¡tlrottt six iuttl nillol)on(]o slcrling. I]ut it is chiefly in order to purchase Europeanglrrrlt tltttl ll¡t't:okrttlts ¡llrt witlr thcir t¡wn procltrce,'llte lrrorc, thercfore, they pay for thent re, l lrrr k,ss tlrr.y rcnlly ¡¡tl lill tlrtr otlrcr; irnrl tl¡c cle¿rrncss of t hc oltc is thc satnc thing wlthlltr, r'ltr,ir¡rtit'ss ol llrc o(lrrlr"l

(t )) ( in vt't t,t,Crrv, ll t( :t I A ttt ), li,ttstt.yos sttl»e kt nal urnltilt ¡ltl t¡tttn'rrkt rn genentl,ltr»ndr.trlo ( lttllr¡r¡r lilorrr'rrrrk'n, Mrlxk'o lllll0, ltrlH, l4ll.

( l(l) Mtlt,trvntrt, Iltlu¡t¡ l,tttti, ul'llnrn: "St. tlt,t'ln r¡rrl le ¡rolrlnrk'¡rr liu' rrrr l(i(ill rft. ll rr¡lliutrra y ltnlrfn rl¡¡r'¡rttlfulo ert lTllt ¿l l¡ tttllkrttns. lhr r¡rr lrrnrlu rlrr rl¡kr cr lrntllfn t'erlru.lrkr

clonaban lncluso que la poblactónde España hacia flnes de ese slglo seredujo a la mitad, de 12 millones dehabitantes al comienzo del mismo a6 millones hacia 1700. Para esa épo-ca se extinguió en España la dinastíade los Austrias. El tiltimo Rey, Cen-los II el Hechizado, murió sin dejardescendencia. Su pariente más cer-cano era su hermana Menfe TsRBseos Ausrnre (11), esposa de Luls XIgRey de Francia. El trono le hubieracorrespondido a esta Reina pero laley sálica, aplicable a los Borbonesy a los descendientes de Clooovro,Rey de los antiguos francos, impedíaa las mujeres el mando político delreino. Además, en tal caso, el verda-dero Rey de España hubiera sido elmismo Lurs XIV Rey de Francia. Launión de Francia y España bajo elmando de un solo monarca era degran peligro para Inglaterra. Las dis-cusiones sobre la sucesión del tronode España generaron una larga gue-

rra que termlnó con 6l Tretack¡ ele

Paz de Utrecht de 1713. Sogrln estetratado, Feunr ! nieto de M,+nfn Ts-nsse os Ausrnn y Lurs XII manten-drla el trono peninsulaq, pero Españadebla entregar el peñón de Gibraltara Inglaterra, que de esta,manera ibaa dominar la entrada al mar Medi-terráneo. Además, en este Tratado,España se comprometía a permiüruna entrada anual de 4000 esclavosnegros delAfrica a sus colonias ame-ricanas que Inglaterra podía haceringresar libres de todo derecho. Porsupuesto, con los esclavos tambiénentrarlan abundantes provisiones demercaderías de contrabando, incen-tivadas por los altos precios de lasmanufacturas en América. El con-trabando inglés se canalizaba prin-cipalmente con la complicidad por-tuguesa por la üa de la Colonia delSacramento, situada en la ciudad deColoni4 en el Río de la Plata, frente aBuenos Aires.

CARLOS IV ALIADO DE NAPOLEÓN CONTRA INGLATERRA

La llegada de los Borbones al tro-no de España aminoró en algo el rí-

gido e ineficiente sistema de contro-les sobre el comercio establecido por

a la mitad. De€stos seis millones, se da la siguiente composición: LZ6.05Z eran frailes,clérigos y mon¡'as;722.724 eran nobles; 276.090 eran criados de nobles; 50.000 empleadossolamente en la recaudación y resguardo de la hacienda de la península; 1g.000 emplea-dos en otros ramos y 2.000.000 de mendigos. La tercera parte de Ia población era, por lotanto, elemento maleante. La otra tercera pafte, parasitaria; de modo que alrededor de 2millones constituían la población útil. Las consecuencias de la despoblación fue la ruinade las manufacturas, agobiada por otra parte peor las enormes cargas fiscales. La agricul-tura pereció casi por completo. Esto trajo como resultado el pauperismo, la vagancia, lamendicidad y el bandolerismo'l Op. cit., pág.21.

(tt) Lóvzz, Vrcnrr¡r¡ FIDr;L, Historia de la República Argentina, Tomo I, pág. 629,Buenos Aires, Editorial Sopena Argentina 3a ed., abril de 1949. En el memorial y proyectode ley dirigido a las Cortes en 17Bg por el primer ministro y conde de Floridablanca sedice: Nadie ignora que la sucesión de este Reino al tiempo de la muerte d,e carlos II, co-rrespond{a al hijo y al nieto de Doña Mar{a Teresa de Austria, hermana del Rey y esposade Luls xIV de Francl.a, y, por conslgulente, a Fettpe V su nleto, habtendo tacado al tronode Francla al delftn, su padre, y al duque do Borgofla, su hermano tnftyflh

¡*#É&;

JIEIBoE'IEEIoN :]AIEI*IIEE-EEITIEIEET.A EEVOLIJEIOH' DE" IüYE- -7 -

l{r; Aufltrlnr¡ pero las dlforonclna depreclon y, por lo tanto, el lncontlv«lal r:rultrahnndo, contlnuaban lmpa-rahler¡, l1l rey Borbón Cenlos III tn-tenló establecer luces y crlterios in-novadores en el gobierno de Españay eolllcner el avance portugués, paraIo r:ual, entre otras medidas, creó elVlrrelnato del Rlo de la Plata en1776.Ett lTtltl, sin embargo, murió Cen¡,oslll y lo sucedió su hijo Cnnlos IV unht¡en hombre pero sin carácter y sinco¡ullt:lones de gobernante. En 1789:e ¡rroclu.lo la Revolución Francesaque rlerrlbó a los borbones del tronode Frn¡rcia y finalmente desembo-eó et¡ clBobierno del General Bona-parle. NApor,eóu, merced a sus vic-Ittrln¡ nlilitares, llegó a dominar elt'olttl¡ronte europeo, particularmen-le rlex¡rués de la batalla de Auster-lltz rle ltl05 y de la paz de Tilsitt delatlátno año. El problema de Nnpo-l,HóN ora, sin embargo, su gran paísenetnlgo: Inglaterra, que se ampara-ha en su condición insular y en susñ¡erzts navales. Las islas británicaser¡rerlmentaban en aquel momen-trl tttr gran desarrollo económico de-hklo n la Revolución Industrial y la¡tt'ttducclón en masa de sus fábricas,tttr¡vldas por el reciente invento detnár¡ulnas a vapor y telares mecáni-ror, In¡¡laterra pretendfa colocar suenonno excedente de mercaderfasert l,itrro¡ra pero NnnolsóN decretóel hloqueo continental contra la en-lreclu tle mercaderfas inglesas. El Rey(lirtut¡s IVde Hspaña apabullado porla veclndad y el po<ler militar terres-lre de Nnpor,nóru trató de contenerlo¡rrctllntrte el tratado de los Subsldlos,por ol cttol, Iiepañu se ohll¡¡abu a en-

tregilr 2 mllklnee clc pesos mensltn-les (12) nl llmperndor como ayudapars sr¡s guerras contro los lngleses.Aunque el acuerdo de los subsidlosera secreto, los lngleses se entera-ron del mismo y asl fue que a finesde 1804, cuatro fragatas españolasque venfan de Buenos Aires y Mon-tevideo al mando delAlmirante Bus-TAMANTE y GUERRA, Gobernador deMonteüdeo, fueron atacadas artera-rnente, por sorpresa y sin preüa de-claración de guerra por el comodoroinglés Moore. En el ataque se hundióla fragata española Mercedes, en lacual viajaba la esposa de Don Dru-co DE ArvEAR, de apellido BeLsRs-TRo, con sus hijos. Pero su marido ysu hijo mayor, Cem,os Menfe, se sal-varon porque viajaban en la fragataClara, que era la que llevaba ol pre.ciado tesoro de 12 rnillones de peaoa,Ese tesoro cayó en manos de log ln.gleses, que de esta manera evltaronque parte de esos fondos llegaran enayuda de NapomóN.

El ataque sorpresivo y sin decla-ración de guerra a las cuatro fragatasespañolas constituyó, sin duda, uncasus belli y España tuvo que decla-rar la guerra a Inglaterra. NepoLsóNpidió entonces la unión de las flotasde guerra francesa y española bajoel mando del inepto Almirante fran-cés Ptnnns VrnnNnuvs. La escuadrafranco-española enfrentó a la escua-dra inglesa frente al Cabo Trafalgar,25 millas al oeste de Cádiz, en 1805.El genio del almirante NELsoN per-mitió el hundimiento y la destrucclóncasi total de la flota franco-española.Nnlsol, con su nnvfo lnsl¡¡nla: la f'ra-

(12) l,ópez, Vr:sura ll¡DÉt,, op, r:1t,,'ll¡nro l, pág, :142,

tltrlu Vlctory y su flota, se rlrctló eutrelas 2 flotas, la española y la francesa,a gran velocidad y abriendo fuego ababor y estribor. Cuando los france-ses y españoles respondieron al fue-go la flota inglesa ya había pasado yespañoles y franceses se cañonearonentre sí. La victoria de Trafalgar dioa Inglaterra el dominio completode los mares, pero las victorias mi-litares terrestres de Auterlitz, fena yWagram dieron a NepornóN un do-minio completo del continente eu-ropeo. Ante esta situación, el primerministro inglés, Gnonce CauurNG,descolgó el mapa de Europa de sudespacho, pues no habría nada que

hacer en el contlne¡rte ¡ror rntlt.hosaños. Sólo quedaba a Inglutcrru up«l-derarse de los tesoros de provenien-tes de las mismas colonias españo-las de América. De ahí las invasionesinglesas que sufrimos en el Río de laPlata. A todo esto, el emperador fran-cés, consciente de que Inglaterra to-davía burlaba el bloqueo continentalpor la vía de Portugal, decidió inva-dir este país. Las tropas del MariscalJunot cruzaron España e invadieronPortugal. La corte portuguesa, a inü-tación del embajador inglés S¡oxnySMITH, más conocido como LordSrneNcrono, se embarcó hacia Ríode Janeiro en la flota inglesa.

LAS INTRIGAS DE FERNANDO Y LA DESCOMPOSICIÓNDE LA MONARQUÍI nspeñOr,e

Bajo el pretexto de la invasióna Portugal, las tropas francesas es-tacionadas en España causaron ungran malestar en el pueblo de la pe-nínsula para descrédito del Rey Cen-Los IV que se titulaba amigo del Em-perador de los franceses. Además, elheredero del trono español y Prín-cipe de Asturias, Fernando, hablabamal de su padre y de su madre de-bido a las relaciones amorosas dela Reina VfanÍe Lursa con el Primer

Ministro MeNunr, Gooov, a quienFpn¡axoo odiaba. Por otra parte,el embajador de Nepor,nóN en Ma-drid, BneuHARNArs (13), hermanode IossrrNe, la ex esposa del Empe-rado4 instigaba permanentemente aFernando para deponer a su padre,Cenr,os IV. Fue así que F¡nrvexooentró de lleno en la tarea conspirati-va planeando el asesinato de su pa-dre y de su madre, ayudado por suconsejero Escoiquiz. La conspira-

(13) Lóenz, Vlcrwrs Florr, op. cit., pág.496. "Después del Tratado de Tilsitt, Bona-parte vino a París resuelto a dar el último toque a las perfidias e inequidades con quehabía estado marürizando a España antes de devorarla. Su agente en Madrid, Beauhar-nais, recibió instrucciones clandestinas para entenderse con el clérigo Escoiquiz, ayo delpríncipe don Fernando, sobre la necesidad de cambiar la política interna y de separar delgobierno a Godoy, que, por ser odiadísimo de todos, pasaba a ser la causa de la situacióndolorosísima en que se hallaba el Reino. Era indispensable crear un gobierno mejor acep-tado por Ia opinión y que tuüese por base el amor de los súbditos. Carlos IV era inepto,despreciado y tenido por tonto, mientras que su hi¡'o y heredero era idolatrado del pueblo,porque todos tenfan la esperanza de que con él desapareciese el influjo del lltrllgrro y hajolitvrlritt¡ t¡ttc, itl tnistn«r tiunt¡ro, qrre infamaba a srl rcy, c:omo marirlo, l«l hnt'ln lrrgrrctc rftrsus ¡rttslottcn y rk. rrrs ltrlrlrcsr.s'i

¡'ir'¡rt tlc lrlllrrunrv¡ro lk:¡¡ó n rlfthrr rk.l¡r ltcln¡r Mnrtf n l,Ulsn ¡ror rrr¡rrclkl tk'qrrc '7¡ul,rn llcne lus hat:luts l.lttut klsstts¡tt,r:luts" y csta infilrnló dc l¿t intri .

l{¡r u sir (!sl)os() (lAnt,os IV. list¡rnclo lat¡urrtll¡r rcal en el l,alacio de San l,o-lerrzo tlcl liscorial, Cnnros IV entróerr krs ítposentos de su hijo Fernan-rhr, llcv¿irrclole de regalo un libro de

¡lorsfir lroroica titulado "Triunfo Ar-¡lr.rrlllro" de l)on Vrcnllrs Lópaz yItr,ANrrs, donde se cantaban loas aln gkrrioser reconquista y defensa delhrt'rros Aires contra las tropas ingle-s¡rs rkr ltl06 y 1807. Pero al entrar enlus irlloscntos y ofrecerle el libro a sulrilo, cl lley advirtió que FrnNaNooir¡rirltirba unos papeles tratando deIrrr¡rcrlir la vista de su padre, el Rey.lir¡tr, inrnediatamente hizo sonar larirnr¡rirnilla que llevaba en la otran r¡uro y cntraron los guardias del pa-lrtclo; t¡ue se apoderaron de los pa-¡lr,h,s dc IlrRNANoo, de donde sur-

¡4írr cliuamente el intento de golperlt, list¡rtlo yparricidio. El Reymandó

kls ¡ru¡lclcs r¡ srrs lnlnlstf(fn J)or¡¡ qur.csl rrrll¡rr¡rrr cl r:¡rso c Ilr¡ncdiatarnt:nlcrlclrrvr¡ n kls conspiradrlres y encerréa lilnNnNr¡r) en sr¡ cuarto. Al dfa sl-guiente, los diarios de Madrid infor-maron (la) al pueblo por medio deun comunicado del Rey acerca delconato de golpe de Estado y parrici-dio planeado por su hijo. Cenlos IVhabía decidido ya la revocación deltítulo de "Príncipe de Asturias y he-redero del trono" de Fnnr.¡.¿tNoo parapasar dicho privilegio a otro de sushijos. Pero entonces Fernando se di-rigió a su madre,la Reina Marfa Lui-sa, pidiéndole perdón, denunciandoa los conspiradores y solicitántlo-le que interceda ante su padre pnrrrmantener su carácter de Prfncl¡rc rlrrAsturias, heredero del trono. (lnlt¡,or¡IV perdonó a su hijo pero pocor ¡neses después, estando la fa¡nllln re+rl

en el Palacio de Aranjuez y oprovechando la indignación de lus tro¡tnrespañolas por la presencia creclt:nlede las tropas francesas del terrltorl«r

(14) l,(»,t,2, Vrcnurn Fronr,, op. cit., pág. 498. Según este autot, a la mañana siguienterlr.l ll(l rle octubre de 1807, el pueblo de Madrid y de toda España leían con asombro la¡ttot'ltttttación en que el rey comunicaba los dos crímenes de su hijo: rebelión contra elrry nrr ¡ratlre y conato de parricidio, claro y eüdente. "Dios, que vela sobre sus criaturas

rllcf¡t cl documento-, no permite la ejecución de hechos atroces cuando las vlctimast¡tttt i¡rot:cntes. Asf me ha librado su omnipotencia de la más inaudita catástrofe. Mi pue-lrlo, rnls vasullos, t<¡dos conocen muy bien mi cristiandad y mis costumbres arregladas;Inrlos rrrc irnran, y de todo recibo pruebas de veneración, cual exige el respeto de un padreí1!tl¡ttll(! tltl strs hiios. Vivla yo persuadido cle esta verdad, cuando una mano desconocidailtr' ('nsctlÍl y d0sctrbre el rnás enorme y más inaudito plan que se tramaba en el mismo¡rulirckr r:o¡rtri¡ ¡¡ri pcrsona. La vida mÍa, que tanta veces ha estado en riesgo, era ya una( rilH¡r l,ilr'¡r rrri sucesoL quer preocupado, obcecado y enajenado de todos los principios¡lt' lrr t'r'lslitt¡ttlatl t¡trc lc e¡tseñó nti paternal cuidado y amor, habla admitido un plan parar lt'¡¡lt.t tt titrtttc. linlortccs, yo r¡uisc indagar por rnl la verdad de lo hecho y, sorprendiéndoloerr ¡rr rrrlsrrro ('u¡trlo, lrall(r rlrr srr ¡roder la cifra de intellgenr:la es instruccic¡nes qtte recllrílrrl¡, lor tltulv¡trlos. Ootrvrrr¡rtc ul cx¿rrncrr a nri gohernrtrlor lttlcl'lrro del Oonsejo pora quo,¡rsttt i¡ttltl t'ott lt¡tlt¡s los ttrinistros, l)ra(:ticuscr¡ lan tllllgrrrrr:lun rle lrrrltrgtción.'ll¡rk¡ se hlzo,y rln t'llrt* ltt¡llltt vttrk¡s t(¡ori, (:uy{t ¡rtrrr¡l1t¡¡ ltrr rlct:rclrlrkr, ¡rsf coll¡o r.l ¡rrrcslo rlo rrrl lrllo cttqr¡ lttrllll¡tllritt, Iitlrr ¡rr,rttt t¡trt,tlttlrrt ¡t l¡r¡ I¡rr¡t:h¡rs (llrr! urr! trlli¡¡t'tu ¡rr'to lnl r:or¡ro o¡ k¡ t¡¡órtlolutr¡t¡it r.¡i ttlull,lóll ln rrrlrx lrrr¡rrrll¡rrrlt. rlc l¡lrrgur. l{ ltttorl¡r t¡rnltrkr n ¡rrrltlk.nr.ol lc.srtlinrkr,!ttr r¡ttlt'ttr 1l¡j6r rle rrr¿rr¡ll¡ratar ¿r ltri¡ v¡rclllku¡ rrrl rklkrr'i

español y el malestar popular consi-guiente, FsRNeNpo entró en una se-gunda conspiración, esta vez apÍe-sando al Primer Ministro y amantede su madre, Don MaNuer Goooy.Con la prisión de su Primer Minis-tro el Rey entró en desesperación.Fernando aprovechó entonces parapresionar a su padre, forzando la ab-dicación a su favor, a cambio de la li-bertad del ministro. Efectivamente,CenLos IV abdicó con la condiciónde que se liberase a Goooy. FeRN¡r§-

oo MI asumió entoncea conro lley deEspaña pero no cumplló con su pro-mesa de liberar al ex primer Minis-tro. Después de todo esto, Fernandonecesitaba urgentemente el recono-cimiento como Rey de Espdña de losdemás Reyes de Europa, y sobre tododel propio Emperador de los france-ses. De mala gana los Reyes de Euro-pa iban a reconocer a Fernando por-que un hijo que conspira contra supadre comete un acto de deshonorque las monarquías rechazan.

CRASO ERROR DE NAPOLTÓU: MPONER A IOSÉ ICOMO REYDE ESPAÑA

Pero lo importante era el recono-cimiento de BoxepenrE, que era elgran instigador de este golpe de Es-tado. El General francés Sevenv (15)le informó a FnnrrlaNoo que despuésde 15 minutos de conversación per-sonal con el Emperador obtendríasu reconocimiento como Rey de Es-paña. Dado que el Emperador seencontraba en Bayona, en territo-rio francés, allf se dirigió FrnNex-DO para entreüstarlo. Grande fuesu sorpresa cuando encontró que elEmperador estaba acompañado deCenr,os Ig la Reina Meníe Lurse yDon MeNunr Goooy. En esta famo-sa entrevista múltiple, el Emperadorrecriminó a FeRNANoo por haberconspirado contra su padre y haberintentado matarlo. Le exigió ademásla devolución de sus títulos, inclusoel de Príncipe de Asturias y el reco-nocimiento de la invalidez de la ab-dicación de su padre Cenros fV a sufavor. Acto seguido NeporeóNr re-

quirió una segunda abdicación deCenr,os IV pero esta vez a favor delpropio BoNepenrr, quien entoncesentregó el trono de España a su her-mano IosÉ. NepolnóN convocó a unCongreso de las Cortes Españolas enBayon4 donde IosÉ I BoNepARTE re-sultó ratificado como Rey de Espa-ña. Sin embargo, IosÉ I entró a Es-paña con el pie izquierdo: el puebloespañol lo denominaba "Pepe Bote-llas" con referencia a su carácter deborracho, lo cual era falso (16). fosÉI bebía solamente agua y era el máscapaz de los hermanos del Empera-dor. La imposición de IosÉ I comoRey de España constituyó un granerror de NeporróN porque el vale-roso pueblo español no aceptó es-tas intrigas. Hubo sangrientos levan-tamientos en todas las ciudades deEspaña contra las tropas napoleóni-cas. El Emperador se vio obligado adescargar con furia sin igual sobre lapenínsula los 400.000 hombres que

(I5) Lónnz, VlcBNr¡ Flonl, op. cit., pág. S04.(16) Rosa, ltrsú Mmfn, Hlstorla Argentlna,Tomo II, Edltor Ju¡n €, €mda, pág, z$,

,,,sro,

Ihfrn§Dueuory':Ftstm D

trHÍ6 frescor¡ de la batalla de Wagramrlu6 nntes habla llbraclo (:onñn loñ

eustrlacos y pruslanoc. El pueblo or*pnñnl querla a Fnnr.¡a¡.lDo Vll comoItey tle lispaña, seguramente por Ro

for'¡ocer sus bajezas, y sin saber queeete Prlncipe (fZ) habfa solicitado al

llnrperaclur la mano cle una cle suo

¡¡ohrlnas para casarse con olla y des-conoclendo también las efusivas fe-llcitaciones que el mismo Fernandohabla enviado por carta a Iosé I conmotivo de su asunción como Rey deEspaña (18).

tOS PROBLEMAS DEL VIRREY LINIERS

Mlentras tanto, NAPoLgóN, sa-

bedr¡r de que Don SeNrnco or Lr-Nltmft Y BnÉuoNp, un francés de na-t:ltnlanto, era Virrey interinc¡ del Ríode lu l'lata nombrado por Cenr-oslV n causa de su brillante desempe-llo contra las invasiones inglesas alluenos Aires de 1806 y 1807, inten-ló vr¡lcarlo a su favor. Para ello en-vló ¿r lluenosAires, como embajador,el urorqués de Sessnxev, un amigofrancós de LIumns, con toda la do-cuurentación que contenía la devo-lucló¡r de la abdicación de Cenr.oslV n li¡vor de Fernando,la abdicaciónrle ( )nnl,os IV a favor de Napoleón, laalrrllctción de FBnrauoo a su títu-

lo de Príncipe de Asturias, y por su-puesto la abdicación de Napoleón afavor de su hermano )osé I y su ratiff-cación por las Cortes de Bayona. Losdocumentos eran contundentes. N¿,-polsóN esperaba que Liniers se pro-nuncie a favor de IosÉ I y de esta ma-nera las riquezas dgl cerro de Potooly del Río de la Plata pasaran a engro.sar el tesoro común franco-español,LrNrBns tenÍa evidente simpatla ha.cia el Emperador y sus con-n&clo-nales pero se daba cuenta de que logran mayoría de los españoles resl-dentes en Buenos Aires y los mismoscriollos rechazaban a IosÉ I, y, entodo caso, querían a FrnxeNoo VII,

( I 7) l,ónnz, VTcENTB FTDBL, op. cit., pá9. 510. Fernando escribió a1 Emperador en estosiénnlrr«lr¡: "Os doy Señor la más cordial enhorabuena en mi nombre, en el de mi hermanoy err ol de ml tfo, por la satisfacción que hemos tenido todos en ver instalado a nuestroqrrerldo hermano el rey Iosé en el trono de España'l Acto seguido, Fernando le escribió al¡nlrmo losé en estos términos "Os felicito por vuestra traslación del trono de Nápoles altle lle¡lrña; y reputo a esta muy feliz por ser gobernada por vos, pues ya habéis mostradovlleÉlrR lrrrtrucción practica y vuestra sabiduría en el arte de reinar; y tanto mas me felicitor'uánl(¡ (ple me reputo ya miembro de la familia Bonaparte, pues he pedido al Emperadorune rla *r¡¡¡ sobrlnas por esposa, y espero conseguirlo de su grandeza'l

(lB) (iutuo, lbtrrÁs, Reseña llistórica de los Sucesos de Mayo, Museo histórico Na-cklrrnl, Menrorlas y Autobiograffas, Tomo I Buenos Aires, 1910, pág. 102. No cabe duda der¡rre loe eucrllros de Bayona fueron determinantes de la Revolución de Mayo y de nuestrahrrlopcrrdencln: Bolgrano en su autoblograffa, rofrléndor¡e a una conversación suya conel gerreral lnglér Crawforcl, recuerda que éste le manlfc¡tó (lr¡e nos faltaba un slglo parala ¡rlrr¡ccrrclón de nrrostra luclependencla, Agregó t€xtu¿tkn€nte ttelgrano: "¡Thles aon entntln lor cáleulo¡ tlo lo¡ homhrcnl Pnna un año y hc ahf quc eln que nonotroa hr¡blé¡omo¡trahafado para 16r lnde¡rendlontaa, Dlon rnl¡mo nrrB pré¡énfs le ¡rcapló¡r con los Buceáoa

de lttllll etr [lrpalta y eR tsayona'l

qulzá por dosconocer la baJaza desu carácter. Por eso LINtrns, de malagana, hace jurar a Fnnuaitoo VIIcomo Rey de España en el Rlo da laPlat4 despachando a SassBrta1 di-ciéndole que no tenía fuerza polÍticasuficiente para imponer al ReyIosÉ Iy que necesitaba en todo caso armasy apoyo directo del Emperador paraimponerlo. A todo esto, los españo-les de Buenos Aires y Montevideobramaban contra LrNrrns y sus disi-muladas tendencias pro-francesas.Los líderes del moümiento contraLrNrens y contra los franceses eranDon Menríu on Arzeca, poderosocomerciante monopolista español,y el Coronel Fn¡.Ncrsco JAVTBR DBErÍo, Gobernador de Montevideo.Lrurrns también tenía sus contactosen España y se defendió como pudode las intrigas de sus contrincantesmediante cartas a la )unta Centralde Sevilla. Ésta concentraba el poderpolítico de la España rebelde contraNapoleón y llegó a tener alguna in-fluencia, especialmente después dela batalla de Bailén, donde el Gene-ral español Cesreños derrotó al Ge-neral francés Dupoxr. Incidental-

wment6, en €ota grun b¡tdtá, fllrestroCapitán Don IosÉ DB SAN Ma¡rtfNtuvo una actuación herolca que levalió ascensos y condecoraciones.

Finalmente, el embajador espa-ñol en Río dé faneiro, el Marqués deCe.sa Inulo, intervino para dirimir lacontienda entre LTNTBRS por una par-te, y Arzeca y or Er,Ío, por la otra. ElMarqués sugirió a la Iunta Central deSevilla la designación de un nuevoVirrey en reemplazo de Ln¡rcns y untratamiento muy decoroso a este úl-ümo, mandándolo de nuevo a Espa-ña. Fue así que a principios de lB09la Iunta Central de Sevilla, en repre-sentación de Fenxaxoo MI, designócomo Virrey del Río de la Plata a DonBerresnnHrDALGo oe ClsNnnos, unex Alcalde de la ciudad de Cartage-na de Españayvaleroso segundo Co-mandante de la flota española en labatalla de Trafalgar, en la cual, a pe-sar de la derrota, tuvo una digna ac-tuación (t9). Lrxrnns fue compensa-do con el título de Conde de BuenosAires, con solicitud de que se trasla-de a España lo antes posible.

CISNEROS DEBILITADO FRENTE A LOS PATRICIOS

Mientras tanto, la situación po- bordinaciónaEspañaydeFernandolítica en Buenos Aires estaba com- vll,constituidoporloscomerciantesplicada. Había tres grandes grupos: españoles monopolistas y encabeza-por una parte, el grupo de los sarra- do por MenrÍ¡¡ oe ÁLzeca.cenos, partidarios fervientes de la su-

(19) Rose, IosÉ MenÍe, Historia Argentina, Tomo II, Editor Iuan c. Granda, pág. r42.A pesar de que su naüq la Santísima Trinidad, enfrentó al buque insignia del AlmiranteNelson, el victory, de muy superior poder de fuego, cisneros resisüó hasta el rlltlmo hom-bre, se negó a rendir y aguantó cuatro horas hasta entinguirse su tripulaclón. Acabó porhundir su buque y Sravemente herido fue sacado del agua por los inglerat, euerló noidoen la batalla y fue conocldo con el apodo de ,,El sordo aó tráfafiar,l -

-l

Por otra partG, €ftebnn lo¡ erlo,llotr, deecendlentca dc eapañoleH

¡lero nacldos en Amérlea, d¡lndc ml-lltab¡rn todos los lntegrantes del Re-glrnlonto de Patricios. Ellos posefanle lirerza militar desde su heroicoerinlportamiento durante las Inva-sl¡»tcs Inglesas de 1806 y 1807. Esta-han en este grupo Conxrrro Selvr-trnn (Z{l), Juer,¡ JosÉ VreuoNrr, Men-'t'lN ll«lnnfcunz, Eusraquro DÍezVftt,tu, Fnexcrsco ANroNro OnrzDñ OCAMpo, los BRr,cencnymuchosfel'eu rnilitares que tuvieron brillan-te lctuación posterior. Este grupoa¡toyaha a LlNrrns, renegaba de lostñrracenos y, llegado el caso, estabaclls¡tuesto a rechazar la autoridad deltlurlvo Virrey nombrado por la funta(lenlrnl de Sevilla, y en tal supuesto,Hrrlptor como Reina de un Río de laPlntn lndependiente de España a laIrrlhrrt¡r Crnl,ore ]oequrue oe Boa-nórr¡ PARMA, esposa del príncipeIunru rrn BRacANza, Regente del Rei-nr¡ rlc l)c¡rtugal y Brasil.

[,os lntelectuales de Buonos Al-res lbrmaban el tercer grupo, enel que estaban Mnxusl Bxlcnr-No (21), IutN JosÉ Cestrlu, Nr-colÁs Roonfcunz Peñe, ANToNIoBeRUTr, Hrpó¡,lro Vrrvrrs y muchosotros. Este grupo también apoyaba laidea de un Reino independiente am-parado en los derechos al trono dela infanta Canrore foequrxa. De-trás de este último grupo, integradoprincipalmente por los intelectualesde Buenos Aires, estaban los impor-tadores ingleses, que eran más de120 y que se reunían periódicamenteen el restaurante de las Tres Plumas.Los ingleses abogaban fuertemen-te por la libertad de comerclo y porla apertura de la economfa. Tenlancomo abogado al titular del mororbufete de Buenos Aires, Don Mrnl,t.No MonnNo

Ante lo complicado de esta sltua-ción, el Virrey saliente, Lrurnns, fue arecibir al Virrey entrante, Crsnrnos,

(2(l) GuIDo, TouÁs, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, Museo histórico Nacio-ttal, MonrorlasyAutobiografías, Tomo I, BuenosAires, lgl0, pág,46.Este autorreproducela "Mernoria Autógrafa" del Brigadier cornelio saavedra quién era extremadamente pru-tletttn y renuente a destituir al Virrey Cisneros: "los hijos de Buenos Aires con estos hechogye t¡ttorÍltn se realizase la separación del mando de Cisneros y se reasumiese por los ame-t ltar¡os, se hicieron varias reuniones, se hablaba con calor de estos proyectos, y se querlaatrrl¡xlllsr por todo. Yo, siempre fui opositor a estas ideas. Toda mi resolución o dictamenprA rltrclrles: paisanos y señores, aun no es üempo, sin atenderme a desmenuzar o analizarettB (xl¡¡cepto, y cuando los veía mas enardecidos en persuadirme, debía ya realizarse el¡at:rrtlhnlento que deseaban, volüa a contestarles, no es tiempo, dejen ustedes que lasl¡revu¡¡ l¡raduren, y entonces las comeremos... A Ia verdad, ¿quién era en aquel tiempo quetttr f ttzguue que Napoleón triunfaría y realizarla sus planes con España? Efectivamente asf¡turetllé. lll mlsmo Cisneros, el 18 de mayo de 1810, anunció al púbtico por su proclamar¡tto rokr Oádlz y la Isla de León se hallaban libree del yugo de Napoleón,i

(21) (iurno, To¡r,rÁs, op. cit., pág. 104. Eote autor repr,«rduce la Autobiograffa de Bel-grattol "hurplré la ldea a [,iniers de que no debfa entregar ol mando, por no ser autorldadleglthrra la qrre lo clespoJabal los ánimos de lo¡ mlllter€¡ €rtál)6n r¡dheridos a esta optnlón,Ml rtllleto or8 quo so ellocc un poso de lnobcdlenele el llegftlnto ¡¡oblcrno de Espur'ta queen ¡rredkl clc etr decadenclu querfa donrlnarno:t conecl qtre Llrrlera no te¡rfa eapfrltu nlrerorrrcltrrlento a lt¡¡ ar¡lerL:ann¡¡ quo lo hcblan €lgv¡d€ y talttcnldo.,ll

en la Colonla de Sacramento. Sobrela base de la amistad existente entreambos, Liniers aconsejó a Cisnerosrespetar el Regimiento de Patriciosporque cualquier acción contra esta

fuerza militar desembocaría en su

deposición y el deoconoelmlenttl de

su autoridad. Conocedor entoncesde las fuerzas actuantes en BuenosAires, CrsNrnos se movió con muchaprudencia, tratando de compatibili-zar a los distintos SIuPos.

LA REPRESENTACIÓN DE LOS HACENDADOSY LA LIBERTAD DE COMERCIO

A comienzos de 1809, cuandoasume CrsNrnos, las arcas del Teso-

ro de Buenos Aires estaban exhaus-

tas. BELGRANo, en su carácter de Se-

cretario Vitalicio del Consulado (22),

aconsejó entonces a CrsNnnos Per-mitir la entrada de mercaderÍas in-glesas mediante el pago de derechosde importación, lo cual Permitiríarestaurar las finanzas del Virreinato.Le daba el ejemplo de las arcas de laciudad de Montevideo, que habíansido llenadas con ese mecanismo.Por su parte, el Virrey CrsN¡snos sa-

bía que la política de las Juntas espa-

ñolas y, en particulaS la política de la

Iunta Central de Sevilla que lo habíanombrado, era la apertura de la Pe-nlnsula española y de sus coloniasal comercio de importación inglés.En efecto, a comienzos del año 1809,

el embajador español en Londres,Don JuaN ftulz os Anooacl, fumócon Gsoncn CauNIltG, el Primer Mi-

nistro inglés, un tratado por el cualInglaterra aportaría armas y mate-rial de guerra a las juntas españolascomo ayuda en su lucha contra Na-poleón Bonaparte pero, como con-trapartida, España abriría su comer-cio de importación a las manufactu-ras inglesas. ElVirrey Clsunnos sablade este acuerdo, dado que el mismose materializó antes de su partida deEspaña hacia el Río de la Plata. Fue

así que estando ya CIsNrnos a cargodel Virreinato, dos comerciantes in-gleses, Drrrox y Tnwelrrs solicita-ron que se les permitiera descargaruna importante parüda de mercade-rías manufacturadas pagando de los

derechos de importación. Los 120

comerciantes ingleses que teníanresidencia en Buenos Aires Y se re-unían periódicamente en el restau-rante "Las Tres Plumas'i aPoYaban

ese pedido y ejercían fuerte presiónpara la apertura del comercio de im-

(22) Guoo, Totw(s, op. cit., Autobiografia de Belgrano, págs. 94 y 97. Si bien Belgrano

era Secretario del Consulado nombrado por Carlos IV a instancias de su ilustrado ministro

Gardoqui en 1794, nuestro héroe tenía un baio concepto de los comerciantes con los que

tenla que tratar. Decía Belgrano: "No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocl a

los hombres nombrados por el rey para Ia junta que debía tratar de agricultura, industriay comercio y propender a Ia felicidad de las provincias que componían el Virreynato de

É,re.ror Aires; todos eran comerciantes españoles; excepto uno que otro, y nada sabían

mas que su comercio monopolista, a saber, comprar por Cuatro para vender pOr ocho COn

toda seguridad.., el comerciante no conoce mas patria, ni mas ley, ni mas religión que su

interés propio; cuando trabaja, sea bajo el aspecto que lo presente, no tiene otro obleto, niotra mlia que aquel: su oposlctón al sistema de la libertad e independonela da Amé rlcn no

ha tenldo otro orlgon como a ou tlom¡lo ee verá'l

¡rortaclén en gen6ral, G¡araao¡ de'r:lrlló uctuar con Eran prudcncla y

¡rklló la opinlón dol Conaulaelo quo,tsruepto por su honorable Sccreta-rlo Do¡r Marvunr. BeLcRANo, era unarluelarre de comerciantes monopo-llrtau españoles. Asimismo pidió lao¡rlnlón de la Real Audiencia sobrekrs nspectos legales. También solici-tr1 ln opinión de Don MeNueL Fsn-uÁN¡l¡lz Acüsno, representante de

k¡¡ r:omerciantes monopolistas de( ldrllz. Esta última opinión fue par-ll¡:ulnrmente elocuente en defensarlel proteccionismo tradicional es-

pnñol. En ella había un largo escri-Io rlr¡nde se ensaÉ una fuerte de-ft,nnu de la cerrazón al comercio de

llrr¡lrlrtación, como medida de pro-aer:r:l(¡n a la industria local. Se decía

¡ror clemplo, que uno solo de los bu-*¡rren lrrgleses estacionado en la radarlel ¡trrcrto de Buenos Aires contenía19,(Xm pares de zapatos (23), y que sies¡ru mercaderías se ofrecían a bajopt'er:kl en Buenos Aires, desapare-

eerla la lndustrla del zapato local, Se

rnenclo¡raba que los lndustriales tex-tlles ingleses eran capaces de ofrecerhermosos ponchos de gran calidad a$ 3 mientras que los producidos enCórdoba o Catamarca tenlan un cos-to de $ 15 cada uno. La apertura dela economÍa iba a llevar a la ruina alas hilanderías y tejedurías del inte-rior del país, como así también a lasespañolas de la península. Pero Cls-NBRos estaba urgido por la angustio-sa situación del tesoro del Virreinatoy pidió la opinión de los hacendadosdel Virreinato, que eran fundamen-talmente ganaderos, productores decueros y sebo para la exportación.A estos les convenla la apertura dela economía, pues se suponla que,cuanto mayores fueran las lmpor-taciones, mayores deberlan ser a lalarga las exportaciones de lor pro-ductos originales del pafs. Fuo aelque los hacendados presentaron unlargo escrito firmado por el hacen-dado Don JosÉ os rR Rose (z+), del

(2:l) llosA, JosÉ MenÍe, op. cit., pág. 153, se hace cargo de los argumentos de Agüero:"l1r voz corriente que entre los buques que tenemos a la üsta, uno solo tiene a su bor'rftr lll nrll pares de botas. ¡Qué golpe señor para el gremio de zapateros y curtidores...! ElIr¡'r rcro cesará en su labor pues no puede competir con el bajo precio de la ferreterla de

lurlu rrrllccle que nos traen los ingleses... lo mismo el lomillero, porque los ingleses nos

lrnorr lomlllos idénticos a los de uso en la tierra... ¿qué será de Cochabamba, cuya únicark¡rrnzu cr¡nsiste en sus hilados y tejidos, con los cuales abastece a ese reino y el de Chile?

,,, l,n ¡¡rk¡ma suerte espera Córdoba, Santiago del Estero y Salta: sus ponchos, frazadas

heyrrlun rlrdlnarias, que hay tanto consumo en estas provincias, no habrá quien los com-

¡lé, pue$ siempre serán preferidas las manufacturas de lana ordinaria de los ingleses, más¡,ónuxlus en el precio... los ingleses no dejarán de hacer contratos de picote, pañetes, etc.,

rerrrelurrfeo y acaso mejores que las trabajadas en estas provincias por la cuarta parte del

¡rrer:kl r¡ue en ellas tienen... Respecto al arbitrio del Consulado de llevar en retorno frutosrlel ¡rrrfr y no permitir la salida de metálico sino como 'efectos' pagándose los derechoe

lorroept¡n«llentes, Agüero entiende que la evasión de Ia moneda se hará a pesar de mas las

lrrár nrcrupulosas medldas que pueden tomarse para impedirlo y antes de mucho tiempovererr¡olt a¡¡oktdo nuestro numerario. Recuerda que a causa de la guerra, la mayor neceel-rlcrl hr¡¡lo*o era el metállco, que tenfa gran premio en Londreo y que el Banco de Inglaterra,

¡rrlr prlltrora vqz en r¡u hlotr¡rla, habfa establecldo el curso f'orzoco,.. ¿,Un pueblo donde nororre el ¡ru¡nerarlr¡ puede vlvlr?'l

(24) Roan, fot¡É Mrnlrr, op, cll,, págn. 157 y 158. El 0 tle t¡st tle lll09, ol ltt¡conclado

r¡l'lerrtel loeé clc la llo¡a preaentó Eu eecrlto quo llrnró rln patroclttnnte, 'l'lene dor par-

pueblo de Mercedes, en la actual Re-priblica Oriental del Uruguay, don-de BsrcRANo tenía una estancia.El escrito estaba muy bien fundadoen consideraciones de la EconomíaPolítica con citas de Aoeur SMrrH,

QussNaY, FnaxcrsRr y otros auto-res, argumentando que cuanto másrico fuera el hacendado exportadoSmás rico sería también el almacene-ro donde compra a su vez sus provi-siones y el médico que lo atiende ylos demás proveedores de serviciosal mismo. Se decía que el escrito fuepreparado por Moreno, pero eviden-temente estaba la mano de Brr,cne-wo, quien no lo podía firmar por serfuncionario de carrera de la Adminis-tración Pública Española. Finalmen-te, el día 6 de noviembre de 1809 CIs-NERos firmó el decreto permitiendola importación de las. mercaderíasinglesas contra pagos de derechosal fisco del Virreinato. Sin embargo,las mercaderfas importadas debíannecesariamente estar consignadas a

un comerciante español, los cuales,de esta manera, también sacarían su

ta,ada de la aperturA del comerclo.Además, Cts¡¡enos prohlblé que elpago de las importaciones se hagaen metálico, esto es, no se permitíaque la plata de Potosí saliera del paísen pago de las importaciones ingle-sas. El pago debía hacerse con frutosdel país, que eran fundamentalmen-te cueros y sebo. Evidentemente Crs-NERoS estaba copado mentalmentedel más crudo mercantilismo bullio-nista: aquel que cree que la rique-za del país reside en la abundanciade la circulación de monedas de oroy plata. Lo cierto es que el pago delas importaciones se hizo en metáli-co y CrsNnnos decidió a fines de di-ciembre de 1809, la revocación de laapertura del comercio. Y además dioocho días a los comerciantes ingle-ses para salir del país. Sin embargo,estaba estacionada en el Puerto deBuenos Aires la fragata inglesaLight-ning, cuyo capitán intercedió a favorde los comerciantes ingleses y obtu-vo de CrsNsRos la prórroga del plazopara retirarse del país hasta el 19 demayo de 1810 (25).

tes, una políüca y otra económica. Y afirma: '|..los que creen la abundancia de efectosextranjeros corno un mal para el país ignoran los primeros principios de la economía delos Estados... No fuese tan penosa la tarea que me he propuesto si no combatiese a hom-bres ilustrados que desconocen hasta las reglas más sencillas de la ciencia económica'i AIas razones prácticas de Agüero, la Representación de los Hacendados contesta con unaandanada de libros: Quesnay, la fisiocracia, Filangieri, Iovellanos y Adam Smith. Que elprecio se regula, como dice Adam Smith, exclusivamente por la oferta y la demanda y quelos fisiócratas han demostrado que cuando es rico el agricultor, lo es también el artesanoque lo viste, el que fabrica sus casas, constuye sus muebles, el abogado que atiende suspleitos, el médico que Io cura, etc. Y agrega, que "esa misma extracción del numeraiioque lo que los mercaderes lamentan es un verdadero bien para el país... Iamentar quelos efiranjeros nos lleven la plata es 1o mismo que lamentar nos lleven los cueros, cebos,lanas, crin y demás producciones de esta provincia: Ia plata es un fruto igual a los demás.Está sujeto a las mismas alteraciones de su valo¡ proporcionalmente a su escasez o abun-dancia'l

(25) Rosr, IosÉ M¡,nfn, Hlstorla Argentlna,lldltor Granda, 1970, lbmo ll, pá9. t6l,

! nr m¡IrIJt §Elr r¡-FgaITIel PE-IÉlf ItF\roIEUg|ErFü EEtYI]f,ftEIEf

tA CAÍDA DE IA 'ÜNTA

CENTNAT DE §EVIILA

Mlentras corrlan loa plazos, eltlfn l4 de mayo de l8l0llegó a Bue-noa Alres el lugre de guerra lnglésMlsletoe, con diarios de España y deln¡¡laterra, que informaban sobre lacnlda de la Iunta Central de Seülla yerrolladoras üctorias napoleónicas,aclemás de la calda de toda Andalu-t:fá ¡¡ manos de las tropas del Empe-rarlor. Es que Nenolróu en su furiar:olltra el levantamiento del pueblorle España habla descargado sobre elpnfa los 400.000 soldados veteranosdn ll¡¡r batallas de Austerlitz, lena y¡ohrc todo Wagram. Contra la supe-rlllrldad militar francesa solo queda-bntt kls recursos de la guerra de gue-rrlllns. Prácticamente el Estado espa-ñol hubla dejado de existir. El únicoIttgrtr de España todavía no ocupado¡ror los ejércitos napoleónicos era

el Puerto de Cádlz y la lsla de León.El puerto era inexpugnable exceptosi se lo sitiaba por tierra y por mar.Pero como el mar estaba en poderde los ingleses, Cádiz pudo reslstlr.La llegada de la noticia de la cafda dela Junta de Sevilla, que habla deslg.nado a Crsxrnos, dejó a éste sin res-paldo. La gran mayorfa de la pobla-ción, tanto españoles como criollos,consideraba que en este caso, dadoque el Rey FrnNeuDo VII estaba pre-so, y su representante, la funta Cen-tral de Sevilla que habfa designadoal Virrey Crsxrnos habfa caducado,la soberanía debía reverttr al puoblo.En consecuencia debfan deolgnarteen América Juntas de Goblerno anlas ciudades, como en España, y re.emplazarse alVirrey.

EL CABILDO ABIERTO DEL22 DE MAYO

Y ef'ectivamente, como conse-cuencia de las noticias del lugreMlsbloe, el dla 22 de mayo de lB10re r:clcbró una gran reunión de Ca-lllltkl abierto en Buenos Aires, paraelru:kllr sobre el gobierno del país.'lt»¡tó la palabra en primer lugar elOhlr¡ro LuÉ, quien argumentó quelag t:okrnias perteneclan a Españay r¡rro rnientras hubiera en Américarut r¡olo español nacido en España,

a él le correspondía el mando pollti-co del país. El argumento era clara-mente impopular. Pero además eralegalmente incorrecto. La argumen-tación contradictoria correspondióal patriota Juex JosÉ Casrnlu, pri-mo de BrrcnlNo, quien sostuvo quede acuerdo a las leyes de Indias, lascolonias pertenecían al Rey (20), noa España, y que esta opinión habfasido ratificada recientemente por la

(2(l) lurfdlcamente hablando, las Indias nunca fueron colonlas de España. De hecho,lu erllle*lórt "(l¡k¡nla" n«r aparecló hasta flnes del slglo XVlll por lnfluencia frances¡a. Du-rátlle sl ¡tcrÍtttl«t do klH lleyoc Oatóllcos y los relnaclos de l¿r dlnastfa l{nbsburgo, nuncn 80lrahló clo lar lndlas ce¡rno r:olonlan, Be hablaba de lo¡ "Ilelros da lJltramar'i " de aquellos ycEtor tlalnosu, ete. otor¡¡ando tt lae lndlas kléntlca calldael, lerarqufa, culturu y pornonallcladque el Reluo de Cestllla, tanto cr urf r¡uo loa lleyee crcan un órgano de la rnl¡ma lrrrportan.lle t¡tte cl Gratt Cottrefo tlc Ca¡tllla, que er ol Renl y Suprcmo Cionaelo de tndla¡, l,e lnrpor-

misma ya calda Junta Central de Se-

villa; que al estar el Rey Preso Y sin

un gobierno que lo represente en laPenínsula, la soberanía debería re-vertir al pueblo, a quien correspon-día designar el gobierno del país. El

argumento de Cestnllr parecía con-tundente y victorioso; Pero tomó lapalabra el Fiscal VIllote, miembrode la Real Audiencia, quien si bienadmitió el argumento de Casrrlndesde el punto de vista legal, cues-

tionó el derecho del Cabildo de Bue-

nos Aires a arrogarse la rePresen-

tación de las ciudades del interiordel Virreinato. Sostuvo que, en todocaso, debfa llamarse a un CongresoGeneral con representantes de las

ciudades del interior y de Buenos

Aires para que sea ese Congreso Ge-

neral representativo el que decidasobre la forma del nuevo gobierno.La argumentación de Vlr,r-ore Pa-recía a su vez, que podía derrotar al

argumento de Clstnrl¡. Sin embar-go, los patriotas empujaron al aboga-

do Juan José Paso para que retruquea VIuore. Paso encontró una figuratradicional del derecho romano y del

Fue así que sordos ruidos se de-

iaron oír de corceles y de aceros. YCrsNsnos tuvo que renunciar el 25

de mayo de 1810, día en que el Ca-

bildo designó nuestra Primera Juntade Gobiemo Patrio. Ella estaba pre-sidida ahora por Connello Seevn-one, jefe del Regimiento de Patri-

I,A REVOLUCIÓN DEL 25 DE MAYO

derecho hispánlco, la antl¡¡un fl¡1ura

de la "gestión de negocios'f para vol-tear a su vez al argumento de VI¡.1,o-

ra. En efecto, cuando los bienes de

una familia están en peligro y están

ausentes lod titulares, le correspondeal hermano mayor presente hacerse

cargo de la salvaguardia de esos bie-nes y Ia preservación del patrimoniofamiliar. En este caso, Buenos Aires,como la hermana mayor de todas las

ciudades del interior, tenía el dere-cho que asumir la tácita representa-ción de las ciudades del interiory es-

tablecer una Junta de Gobierno pro-visoria. Sometida a votación la cues-tión, se decidió nombrar una Juntade Gobierno. Los comerciantes es-

pañoles, el Cabildo y el Fiscal LBrvepresionaron para que la Junta estu-üese presidida por el mismo Crs-NERos, lo que fue aceptado Por los

cabildantes. La designación de Cls-NERos produjo un gran descontentoen las tropas, particularmente en elRegimiento de Patricios, que defini-tivamente no aceptaba a CrsNenoscomo Presidente de la Iunta.

cios e incorporaba al Teniente Coro-nel Don Mrcupr, p¡ AzcuÉuece delmismo Regimiento. Su secretario erael Doctor Memer.¡o MonrNo, consi-derado en la época el mejor aboga-do de Buenos Aires. Don ManreuoMoRrNo, graduado en Ia Universi-dad de Chuquisaca, en la actual Bo-

tancia de este estatuto legal estriba en la argumentación jurldica de Castelli, aceptada por

el flscal Villota, que fue clave en el proceso de emancipación americana: Eeto oa porc¡ue al

cer apreeado l¡ernando MI, el tltular de la Corona Castellana y de laa Indler, doErtpttrecló

ol factor do unlón ontrc la Ponfneula y la¡ Indla¡, : i . !

INTR§DUCC¡ON.I¡-IA FOLÍTICA DE ¡"4 REVOLUCION DE IVIAYE T?

llvlu, era un profundo d€ eululcetLlrrlu lu fllosofla de la lluctraelén, I lnbÍ¿r

tr¿rducldo el Contrato §oclal tlo lunr.¡

heups RoussEAU, donde se aboga-lru por la igualdad de los hombres,

¡ror la propiedad, por la santidad deklr¡ contratos y por una Constituciónt¡ue mediante la consagración de es-

lrln prlncipios repotenciara a todosIon lntegrantes de la sociedad. DonMnnr¡.No Monpuo tenla la repre-scntación de los comerciantes in-glcses, y mantenía correspondenciacon [,ord SrneNcrono, el embajadorlrrglés en la Corte Portuguesa de Ríorlc faneiro. Otro ilustre integrante deIn l'rimera |unta era el Doctor DonMnNUer, BnlcneNo, abogado y eco-rtonrista, profundo conocedor de lasrklr:trinas económicas de la época,

¡lrrrtlcularmente de Aneu Surrn yk»¡ lisiócratas. Brr,cneuo había sidorlrrslgnado en L794 por el Rey Cnn-l,os lV como Secretario del Consula-rkl con sede en Buenos Aires de porvltlrr, y por lo tanto gozaba de esta si-lllr(:tlra, pOr la CUal nO tenía neCeSi-

rlrrtl alguna de arriesgar su üda y sul¡rrlrrna en la difícil empresa de for-nlrlr una nueva Nación. Pero su pa-Ilkltlsmo, su abnegación, y el verda-rkrr¡¡ ahlnco con el que se desempe-flr'1, nr¡ solo como vocal de la PrimeraIttttt¡r, sino como General de nues-lirrs cjércitos, e incluso como diplo-rrríllc«¡, luego lo hicieron merecedorconJuntamente con San Martín deltílukl cle "Padre de la Patria'i OtrosInlugrantes de la Junta eran menosrlolrlrlus, pero también contribuye-rull ¡r la creación de la nueva Nación.l'¡rrtlt:ularrnente JUAN losÉ l)nso, ellnhork¡sc¡ abogado, ceeretarl(, de lafrurlu. l)t¡urNco MAI'HBU y lt,AN l,^-!ur!l^ irrnn com€relantÉ¡ etsp¡trlolc§

(lue no obstante su naclonalldad y su

¡rrnlstad con Mnnrfx nr Alzlcn, el

Jefe de los sarracenos, contribuyeronal éxito de la Primera Iunta. La lun-ta también inclula al cura MnNusr,ALrnntI, párroco de la Iglesia de SanNicolás, con lo cual la Junta no sola-mente representaba al pueblo, slnotambién al ejército, a la inteligencla,a los comerciantes y a la lglesia. Lajura de la nueva Junta fue dispuestapara el27 demayo de 1810. Ese mis-mo día la Iunta derogó el decreto deexpulsión de los comerciantes ingle-ses, que había sido dispuesta por elex Virrey CrsNrnos. Ese mismo dfala escuadra inglesa estacionada enel Río de la Plata, vestida de gala, ea-

ludó con 2L cafionazos el naclmlen.to del nuevo gobierno. La Iunta dcMayo tenía como proyecto "ln pec.tore" la fundación de una nueva ygloriosa nación, pero por conseJo deLord Srn¡.Ncrono y del Foreign Offl-ce inglés, se postergó la declaraciónde la Independencia pues Inglaterraquería aprovechar el levantamien-to popular de las ciudades de Espa-ña contra el emperador francés, y nodeseaba que se interprete su apoyoexplícito a nuestra independenciacomo una traición al pueblo español,que era en ese momento su mejor ygran aliado en la lucha contra Nnpo-rsóN. Sin embargo, en la ciudad yacampeaba con certeza la idea de queuna nueva y gran nación habla naci-do. Al respecto corría entre el pueblode Buenos Aires la siguiente estrofa:

Calle Esparta su ulrtudSu grandcza calle Roma,

¡Sllanclol Quet ul nutntlo «somul,a gran ur¡ttuil rleil liud,