CAPÍTULO I

¿QUÉ ES CONSEJERÍA?

En la actualidad y como siempre ha habido bastante confusión y ambigüedad con respecto a los términos consejería y psicoterapia. El público laico y, en alguna extensión, los profesionales que tienen que ver con la salud mental de las personas, no pueden decir con certeza en que punto del continuo uno termina y en donde empieza el otro. Para la mayor parte, la confusión ha nacido del conocimiento y de la experiencia práctica, no de la ignorancia. Lo familiar es que los términos son utilizados intercambiablemente, y hasta se traslapan o super-ponen, y en muchas instancias los mismos profesionales pensarán que no hay diferencia de un término al otro. El resultado es que a través de los años, ha surgido una equivalencia semántica entre la consejería y la psicoterapia, de modo que los términos ya son utilizados conjuntamente en forma apropiada cuando se habla simultáneamente de los métodos, técnicas o ambientes, tanto como para la consejería como para la psicoterapia.

A la vez, en la medida que uno se va involucrando en la práctica de, ya sea para la consejería o la

psicoterapia o en ambas de ellas, ésta se convierte cada vez más consciente de cuanto de común tienen los términos y sus interacciones de momento a momento; ¿Cuál es el paralelismo del propósito y las técnicas que hay entre ellos? Podría argumentarse y de hecho que lo ha sido, que para diferenciar entre ellos es algo que simplemente no existe argumentos válidos cien por ciento. Todavía hay una razón comprometida de hacer esto; una razón que se convierte enfática, sin embargo, solamente después de las diferencias entre ellos que se hayan convertido claramente identificables la razón es esta: Debido a que el organismo humano es altamente complejo y especializado, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, el rango de problemas y situaciones en los cuales el organismo se encuentra, es también complejo y especializado. En el asunto psicológico, por ejemplo, los problemas van desde una situación profunda de los conflictos emocionales a la toma de decisiones básicas, a las relaciones interpersonales, a los conflictos menores, a problemas de aprendizaje, a los problemas

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vocacionales y a un cúmulo de otro tipo de problemas. Para encarar efectivamente con esta legión de problemas intercambiantes, se ha evolucionado sobre un periodo de muchos años, de especialistas de diferentes habilidades y contextos, cada uno de ellos equipados para manejar con mucha experiencia una o más categorías de problemas y aún capaces de tener una comprensión en todas las áreas.

Estos especialistas trabajan bajo una variedad de títulos profesionales, hay los llamados psicólogos, psiquiatras y los trabajadores sociales psiquiátricos, los psicólogos de consejería, los consejeros familiares, los consejeros pastorales, psicoterapeutas, psicoanalistas, especialistas en las discapacidades de aprendizaje, consejeros vocacionales, consejeros escolares, consejeros de orientación, consejeros en el ambiente organizacional y así sucesivamente. Cada uno de ellos está equipado para manejar un rango de problemas especializados y aún cada uno de ellos es agudamente consciente de las responsabilidades de los otros especialistas, por consiguiente la posibilidad de referencia y consulta está siempre en el contexto del trabajo.

En la práctica, a medida que veamos, es probable que ni la teoría la cual distingue un ayudante de otro o un terapeuta del otro o un consejero del otro, ni es el título ni en el entrenamiento, ni es la designación profesional del

psicólogo o ayudador el que determina la calidad y el valor de la ayuda que se proporciona. Es más, es una matriz de factores involucrados, entre otras variables, la personalidad de los clientes, del ayudador, el ambiente, los problemas presentados y los conflictos subyacentes, la extensión del tiempo disponible para el tratamiento y la motivación del cliente.

El propósito de este capítulo, por consiguiente, no es simplemente resolver una cuestión semántica. Mientras nosotros intentamos proporcionar una definición básica de consejería y establecer las distinciones operacionales entre consejería y psicoterapia, nuestra meta será delinear la profesión de la consejería de como ello existe actualmente. Para este fin, examinaremos las raíces históricas y las suposiciones actuales de cada uno de los campos con el fin de ver cómo estos influyen a la consejería y la psicoterapia en la práctica. Permítanos empezar examinando los orígenes del movimiento de la consejería, señalando particularmente las fuerzas que son integrales en proporcionar una perspectiva histórica, cultural y contextual para el entendimiento de la consejería contemporánea.

LOS ORÍGENES DEL MOVIMIENTO DE

CONSEJERÍA

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La profesión de la consejería se deriva de seis fuentes básicas: (1) La psicología de laboratorio, traída de Europa, (2) las aproximaciones innovadoras para el tratamiento de “el insano” conduciendo a la introducción de la “curva de conservación”. (3) El psicoanalista, el movimiento de la higiene mental y (4) el movimiento de la examinación mental (Testing o psicometría), ambos originados en los Estados Unidos; (5) la influencia de la psicología humanista, y (6) el movimiento de orientación vocacional, el cual se difundió durante el inicio del siglo pasado. Nosotros también podríamos incluir la influencia de la sociología, la educación progresista y otras influencias psicológicas y socioculturales. Permítanos considerar esto individualmente y luego conjuntamente.

La Psicología del Laboratorio

El inicio de la psicología del laboratorio moderna usualmente está trazado al año 1879 cuando Wundt estableció el primer Laboratorio de Psicología experimental en Leipzig, Alemania. Naturalmente, la psicología, como la mayoría de las disciplinas nunca tuvo un movimiento real al inicio, pero ello ha tenido una muy clara evolución, una ruta de progreso social intelectual que condujeron al creciente reconocimiento, primero en la profesión académica y luego en la esfera pública.

El origen de la psicología del laboratorio incorpora la historia de la psicología y el impacto que ocasionaron los cambios que vinieron de la filosofía, con el advenimiento del empirismo a las universidades continentales, a las finales del Siglo XVIII. Cuando Wundt empezó su investigación, él estuvo ya familiarizado con los estudios fisiológicos de Weber, Muller, (quien algunas veces es llamado el padre de la psicología experimental) y Helman Bon Helmholtz. Estos tres investigadores habían descubierto una masa de evidencia acerca de los reflejos nerviosos, las sensaciones, los impulsos nerviosos y la relación entre los estados físicos y mentales.

En este contexto el trabajo de Wundt empezó a tomar sentido, no mucho como un punto de partida de la tendencia si no como una continuación lógica de ello. El podía ser considerado como la primera persona que se consideró fundamentalmente un psicólogo y reconocido en sus escritos que él estuvo inaugurando este campo. Como Watson (1971) dice, “Wundt es el primer hombre quien pudo ser llamado un psicólogo. En su autoimagen el que fue un psicólogo aún más de lo que fue un filósofo... él también expresó ampliamente, como una ciencia, la psicología no puede estar basada sobre suposiciones metafísicas de alguna suerte”. (Watson, P. 267).

Wundt intentó estudiar a la estructura de la mente utilizando el

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método de introspección. Este método incluyó la auto reflexión del sujeto y la verbalización al experimentador que estuvo experimentando. El uso de la introspección o de los datos de la introspección se refiere al gran filósofo griego, especialmente a Platón. Este método que fue puntualizado por Protirus, Agustín y Descartes quienes utilizaron la introspección para la meditación contemplativa. Pero que el empirista inglés quien “Cambió el interés introspectivo desde el área de estos procesos mentales superiores a lo que fue la sensación” (Watson, 1971), (P. 269). Fue desde la innovación o cuando empezó el trabajo de Wundt que se dio lugar lo señalado.

Wundt tomó esta premisa y dirigiéndolo a una auto observación y haciéndolo experimental, lo extendió de modo que vino a ser más científico. En el laboratorio, un sujeto tiene que verbalizar su proceso consciente en una forma fuerte que se pueda escuchar. Un experimentador lo registra y estudia cómo las imágenes y sensaciones y los pensamientos son conectados en la conciencia. El problema con este método, naturalmente, es que los experimentos no pueden ser replicados y hay demasiado espacio para la subjetividad. También, el panorama de cualquier investigación, concentrándose como lo hizo sobre la estructura de la mente, es algo tremendamente limitado.

En los Estados Unidos. William James modificó la psicología introspeccionista de Wundt intentando descubrir sus funciones en vez de estudiar simplemente la estructura de la mente. El y sus seguidores empezaron a ser conocidos como los funcionalistas. Aunque sus esfuerzos iniciales fueron muy parecidos a los esfuerzos de los instrospeccionistas, ellos gradualmente desarrollaron nuevos diseños experimentales para estudiar la percepción, la atención, las respuestas a los estímulos, los patrones de hábitos y así sucesivamente. Con la idea de entender por qué la mente funciona tal como lo hace.

Mientras este argumento estructuralista – funcionalista que estuvo surgiendo, una nueva fuerza en la psicología de laboratorio – una que fue destinada a convertirse en el elemento más importante de tal modo que la consejería fue involucrada – Empezó a desarrollarse en los Estados Unidos. Esto se llamó conductismo. Apareció en 1912, rechazando prácticamente las ideas de los introspeccionistas, y en alguna extensión las ideas también de los funcionalistas, se elaboró un análisis crítico, del cual ellos nunca podrían recuperarse completamente.

Las críticas importantes de los conductistas con respecto a los introspeccionistas cayeron sobre el énfasis en la conciencia, lo cual fue un concepto nada concreto ininteligible para los conductistas

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debido a su intangibilidad. “Desde el tiempo de Wundt” (Watson, 1930), el fundador del conductismo americano, argumenta, “La conciencia se convierte en la nota clave de la psicología... esta es una suposición invalidada justo como algo que no se puede probar, como un viejo concepto difícil de aproximarse como en el caso del alma. Y para el conductista los dos términos son esencialmente idénticos, hasta aquí como preocupa a sus implicaciones meta-físicas“ (P.147). En vez de construir una psicología de la conciencia y en vez de utilizar las técnicas introspectivas, los conductistas sugirieron el uso de algo disponible para la medición científica y la replicación experimental: A saber, el comportamiento medible y observable. Con esto, como su premisa de trabajo, los psicólogos conductistas intentaron formular, a través de la observación sistemática así como de la experimentación sistemática y rigurosa, las generalizaciones, leyes y principios que subyacen al comportamiento del individuo (Watson, 1919). El asunto entre estas dos escuelas de psicología es indicador de los ismos que dividen los rangos de la salud mental o a los profesionales de la salud mental en la actualidad. “Somos nosotros” se preguntan los practicantes y profesionales, “a estar fundamentalmente preocupados con los sentimientos, percepciones, asociaciones, y otras manifestaciones de la conciencia o,

nosotros debemos concentrar nuestra atención en los síntomas, acciones, aprendizaje, y otras formas observables y cuantificables de la conducta” debe el consejero estar fundamentalmente preocupado con la condición del cliente, la condición de la conciencia del cliente – su subjetividad – bajo este concepto es, o debe el consejero encarar fundamentalmente con la conducta del cliente, la cual es observable y empíricamente modificable (entrenable). Estas preguntas fundamentales todavía nos desafían y es la responsabilidad de cada consejero entrar a la progresión para decidir cual de las premisas son correctas para él, cuáles suposiciones actuarán como una guía en su práctica.

Nuevas Aproximaciones al Tratamiento de los Problemas

Emocionales.

A pesar de todos los esfuerzos iniciales que vinieron para investigar las complejidades de la psique humana, no hubo intentos psicológicos para tratar los problemas emocionales, para “curar las enfermedades emocionales”. De hecho no surgió tal disciplina hasta mediados del siglo XIX cuando un número de movimientos dispares tomaron conciencia e intentaron individual-mente tratar las enfermedades emocionales y mentales en una manera humana, constructiva, científicamente válida.

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Antes de eso, el problema del tratamiento fue estrictamente un asunto de procedimientos mágicos, de procedimientos propios de los sacerdotes o de hombres de medicina, quienes con frecuencia aplicaron su arte en la mayor parte en una forma bizarra y nada científica. Todavía su trabajo finalmente condujo al tratamiento psicológico de los trastornos emocionales. Como Ehrenwald (1976) dramáticamente enfatiza.

“Si aquellos que emplearon procedimientos mágicos mentales fueron denominados los mediadores de la cura de los pacientes con el fin de la aparición en la historia, los magos o los hombres de medicina serían los primeros en responder a ese llamado. El sería seguido por los filósofos los sacerdotes quienes a su turno cambiarían su lugar a la psicoterapia científicamente orientada. Habría un mundo de diferencia entre sus formas filosóficas subyacentes y el ministerio de las necesidades de sus pacientes. Pero sus metas serían las mismas: cuidar las enfermedades psicológicas (y algunas veces físicas esencialmente por medios psicológicos)” (P.17).

Las víctimas de las enfermedades mentales fueron tratadas como prisioneros. ”El insano”, Thomson (1968) puntualizó, “Al respecto nosotros estuvimos con temor y disgusto, y fue verdad de que fueron confinados a asilos semejantes a las

prisiones para ser dejados a merced de las personas que mantenían en una forma brutal e ignorante a sus pacientes... El asilo europeo típico contenía prácticamente a sus pacientes en unas jaulas en las que permanecían desnudos en ambientes que eran nada ventilados y que parecían ser más bien antros de la tortura. Los pacientes más peligrosos más agresivos y aquellos pacientes que estaban más perturbados con frecuencia fueron encadenados. En Inglaterra, los lunáticos con frecuencia fueron exhibidos como animales en un mostrador para la diversión del público” (P:194)

En Francia en 1973, un joven psiquiatra, el doctor Philippe Pinel, se le dio a cargo el asilo Bicètre. Pinel instituyó un programa de reforma, basado en el principio de que el trabajo de un asilo sería restaurar al interno lo que era una salud mental funcional. Tal principio simple, surgió de una manera revolucionaria en aquella oportunidad pero contó con la fuerte oposición de la comunidad y del gobierno nacional. Pero Pinel persiste en la Bicetre y posteriormente en la Salpêtriêre y él se ganó el crédito como el primer pionero en el movimiento de la salud mental.

Después de la muerte de Pinel, otro psiquiatra innovador surgió en la Salpêtriêre. Jean Martín Charcot fue un distinguido neurólogo, con un especial interés en las enfermedades psicosomáticas. El había dedicado

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varios años diagnosticando y tratando a los pacientes que creyeron que ellos sufrían de una forma de parálisis o epilepsia, pero quienes realmente no tuvieron nada físico, nada que ver con ellos. El llamó a este desorden histeria y formuló una descripción clínica detallada de ello, distinguiéndolo de los desórdenes sintomáticos estrechamente relacionados. Él fue el pionero en usar la hipnosis como un instrumento clínico en el diagnóstico de los desórdenes histéricos, sugiriendo que la hipnosis en sí mismo fue una forma de histeria “artificial”.

Fue un colega de Charcot otro neurólogo llamado Piere Janet, quien descubrió un método para tratar este desorden recientemente diagnosticado. Charcot había utilizado la hipnosis como un instrumento de diagnóstico en el trabajo con los pacientes histéricos. Janet tomó este paso en una forma más enfática y empezó a utilizar la hipnosis como un agente curativo también. El descubrió a través de ensayo y error que las personas con histeria fueron capaces, bajo hipnosis, de recordar las memorias y sentimientos del pasado. En la medida que la hipnosis ayudaría a recordar a los histéricos estas memorias perturbadoras, esas personas rápidamente empezaron a experimentar un alivio rápido que debilitaban a los síntomas una cura “milagrosa” Janet utilizó el término catarsis para descubrir esta liberación rápida de las memorias

pecaminosas y construyó el contexto sobre las cuales un estudiante posteriormente revolucionario del campo del tratamiento. Este estudiante fue Sigmund Freud.

Freud estuvo profundamente impresionado por el trabajo de Charcot y Janet. Como estudiante necesitado, es capaz de obtener una beca en 1885 con el fin de viajar a Francia para estudiar bajo la tutela de Charcot, quien fue un profesional internacionalmente renombrado en aquel entonces. Estudiar durante el día, revisando y examinando críticamente en la noche. En la medida que Freud retornó de su estadía en Francia completamente lleno de nuevas ideas excitantes. El compartió estas ideas con un colega, el doctor Joseph Brewer y los dos hicieron un trabajo de colaboración para utilizar el tratamiento de hipnosis – catarsis en el trabajo con los pacientes histéricos. Esto marcó el inicio de lo que fuera a surgir pocos años después como el movimiento psicoanalítico.

El Movimiento de la Higiene Mental

Al mismo tiempo en los Estados Unidos, mientras la enfermedad mental no fue vista tan primitivamente como en la Francia previa a Pinel, fue visto sin la satisfacción y optimismo. No existió una política nacional, ni un médico prominente, ni organizaciones

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humanitarias que vieran por los intereses de los enfermos mentales. Por el contrario, la persona mentalmente enferma fue, en el mejor de los casos, un problema emocional quien debería ser separado de la sociedad ya sea para su beneficio o para seguridad general. Esta actitud fue dañina durante el mismo periodo cuando el movimiento de orientación vocacional estuvo en sus etapas florecientes en los Estados Unidos.

Fue necesario que alguien atrajera la atención de la magnitud y la seriedad del problema del gran público que fuera motivado por un instinto humanitario y progresista. Este hombre lo suficientemente irónico, fue Clifor Breers, un sacerdote en el distrito financiero de la ciudad de Nueva York, Breers, quien sufrió de esquizofrenia, dedicó muchos años de su vida a las instituciones mentales, motivado por las conducciones íntimas en la que no había ayuda, se decidió a hacer algo por ello. Finalmente, recuperándose lo suficiente para funcionar adecuadamente, él escribió un libro acerca de sus experiencias, una mente que se encontró a sí misma, la cual se convirtió en un Best Seller influyente. Aún más importante que el libro, fue una combinación importante de experiencias personales y retóricas que llamó a la reflexión para la reforma, instigó los cambios rápidos en el campo del cuidado de la salud mental.

Breers, cuyos severos problemas psicológicos fueron finalmente curados, se convirtió en un activista social y un luchador de cruzada, ayudando a fundar la sociedad para la higiene mental. Mientras Freud puede ser acreditado como el originario de la concepción de la salud mental moderna, la cual cambió crucialmente la relación del mentalmente enfermo para involucrarlo en la sociedad, fue la gente como Breers quien hizo posible su implementación.

Una vez que el público americano se convirtiera consciente de la necesidad para la reforma de la salud mental, las innovaciones de Freud y sus contemporáneos fueron rápidamente importantes y puestos en práctica en los Estados Unidos. Desde los años de 1920 hacia adelante, el psicoanálisis y sus aproximaciones derivadas (especialmente la terapia Adleriana) empezaron a estructurar un impacto, en el movimiento de la consejería. El trabajo de laboratorio de Watson, Skinner y otros psicólogos conductuales también empezaron a influir al movimiento de la consejería. Combinados con el movimiento en la orientación vocacional los vientos de cambio estuvieron en el aire.

El Movimiento de la Examinación (Testing)

En un corto tiempo el impacto de la nueva ciencia de Wundt en Europa habían empezado a hacer su marca en los Estados Unidos, los grupos

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de estudiantes de todos los recónditos de los Estados Unidos. Comenzaron a construir sus laboratorios, hambrientos de aprender los nuevos métodos experimentales comenzaron a utilizar ahí sus metodologías de investigación experimental. Y cada uno de ellos trajo a los Estados Unidos una cornucopia de procedimientos metodológicos y comprensión intelectual, las cuales fueron aplicadas en sus propias áreas y experiencia. Uno de los más famosos de estos estudiantes, quien tuvo un impacto importante finalmente en el movimiento de la consejería, fue un joven llamado Stanley Hall.

Stanley Hall puede realmente ser considerado como el padre de la psicología americana aún cuando James fue el primer psicólogo americano. Aún cuando retrospectivo su trabajo, no fue de una naturaleza rectilínea, él se convirtió en innovador importante que otros siguieron, el líder del movimiento de la psicología americana responsable para darle a la psicología y finalmente a la consejería, su orientación y dirección. Él estableció uno de los primeros departamentos de psicología, organizó la Asociación Psicológica Americana y fue responsable para garantizar el primer doctorado en este nuevo campo, de este modo proporcionó un creciente reconocimiento para la profesión.

En 1883 Hall estableció un laboratorio privado para el estudio psicológico en la Universidad de John Hopkins en Baltimore. Dentro de los 2 años siguientes, él estuvo creando su propio laboratorio en el campus para su trabajo y le dio una instancia notable de una iniciativa universitaria para apoyar la recientemente reconocida disciplina de la psicología. Durante este periodo inicial, los laboratorios psicológicos también estuvieron siendo formados en Harvard, en Pennsylvania, en Columbia, Clark, Indiana, Brown, Stamford, Yale y en la universidad de Chicago. En 1887; Hall dejó Baltimore para convertirse en rector de la Universidad de Clark, donde él también fue designado profesor de psicología, Ahí el entrenó a muchos que se convirtieron en líderes de la psicología americana, incluyendo a L.M. Terman pronto se volvió conocido por sus estudios de los talentosos.

Fue en la Universidad de Clark que Hall condujo sus famosos estudios de los niños y adolescentes, estos fueron considerados las primeras investigaciones realmente psicológicas del desarrollo humano. Aunque ellos son primitivos para los estándares de hoy, revelado por ejemplo por el hecho de utilizar cuestionarios invalidados, sin embargo ellos ayudaron a definir la psicología del niño y del adolescente como disciplinas significativas. Aún más importante, estos estudios indirecta-mente se

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convirtieron en la fuente de interés de los psicólogos americanos en la aproximación cuantitativa para la ciencia, la cual debería de tener un efecto enriquecedor sobre el conocimiento de la examinación o testing (Evaluación a través de tests; para nosotros psicometría) americana.

Los consejeros y los educadores consejeros empezaron a reconocer que el valor de la examinación o testing, y el conocimiento Testing se convirtieron en una parte significativa de la consejería desde sus inicios. A finales del Siglo XIX cuando el científico Británico Francis Galton intentó ingeniarse una medida simple de la inteligencia, a través de Alfred Binnet, a través del desarrollo del campo de Binnet, del primer test del coeficiente intelectual, a través de Lewis M. Terman en cuanto se refiere a la administración del test para una gran población, a través de Edward L. Thorndike con respecto a su miríada de contribuciones, al movimiento de la examinación americana, la profesión de la consejería se convirtió en algo más estrechamente involucrado con una corriente influyente del movimiento de medición y de la examinación. Es fácil entender el clamor de la examinación con que aparece, su conocimiento cuantitativamente hechos irrefutables que no se pueden discutir. Como Gould (1981) puntualizó, hablando del estatus especial que disputan los números en la explicación por qué

nosotros en las profesiones de la psicología y la educación han incorporado la examinación (testing) tan rápidamente y a menudo tan indiscriminadamente.

Los instrumentos cuantitativos fueron desarrollados para medir sus habilidades, actitudes y problemas y para evaluar más exactamente los resultados de la experiencia de consejería. Por el año de 1950 no hubo área de consejería que no había sido profundamente influida por el movimiento de la examinación o testing. Aún durante los años de 1960 y 1970, la consejería todavía considera la evaluación y la medición como un aspecto central para su funcionamiento efectivo como una profesión destinada a las demás.

Conjuntamente, con la psicología de laboratorio conductual y el uso de los métodos cuantitativos empíricos, (la examinación, testing, y las estadísticas) ofrecieron una impresión científica a la consejería, este aspecto de la consejería, todavía en lo fundamental tiene tantos defensores como críticos; sin embargo, uno no puede dejar de reconocer de que esto ha tomado y ha tenido un profundo efecto sobre el desarrollo de la consejería contemporánea.

La Influencia Humanística

Quizás la reacción más notable hacia la influencia cuantitativa en Consejería fue iniciada por un

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psicólogo joven que había sido entrenado en el método psicoanalítico, quien lo encontró demasiado despersonalizarte. Arguyendo que cada paciente tenía que ser visto como una totalidad, distinto e importantemente individual, no como un conjunto ni como un objeto para una teoría tentativa del comportamiento, el aprendizaje social. Carl Rogers inicio lo que él llamo “psicoterapia no directiva”. Hoy quizás uno de los títulos más importantes y epónimos, la terapia Rogeriana. Las ideas de Rogers han tenido un impacto más significativo sobre el desarrollo de la Consejería que cualquier otro sistema de la Psicoterapia. La creencia de Rogers en la dignidad de la persona y la confianza final del cliente y en el cliente fue compatible no solo con las actitudes de los profesionales en el campo de la orientación si no también las actitudes de muchos psicoterapeutas prominentes, también. La influencia de Rogers sobre el movimiento de consejería es incalculable y la tradición que él estableció, estructuró la etapa para el surgimiento de los términos consejería y psicología tal como nosotros lo conocemos hoy.

En la medida que los términos fueron felizmente combinados, ellos revelaron nuevas posibilidades para el mejor desarrollo de las funciones incorporadas dentro de cada disciplina. De manera más importante, la filosofía del existencialismo, la cual postula que

las personas son libres o agentes libres, buscando el significado de la vida a través de las acciones voluntarias, empieza a influir al movimiento. No fue una cosa común de escuchar de las aproximaciones existenciales no solamente a la psicoterapia sino también a la consejería vocacional, al entrenamiento en el trabajo, al trabajo personal, y a la consejería de rehabilitación.

Las aproximaciones existenciales, también han tenido un impacto sobre las áreas prácticas en la medida que los estudiantes, el personal en el trabajo y la consejería vocacional.

El movimiento de la Orientación Vocacional

Por la primera década del siglo pasado, la revolución empezó a influir al movimiento de orientación vocacional la cual estuvo surgiendo alrededor de todos los Estados Unidos. Esta actividad educacional socialmente progresista, diseñada para ayudar a las personas a encontrarse así mismos a través de sus trabajos, fue originado por Franck Parsons. Un educador de Boston. Su meta del auto cumplimiento o la autorrealización la hizo compatible con el movimiento de consejería del crecimiento o desarrollo. La descripción de Cremins (1864) del pensamiento de Parsons exactamente refleja la relación de la orientación vocacional a la

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consejería es decir, de ayudar al individuo a realizar o completar claramente sus capacidades:

La clave para la meta última de Parsons... se afirma en esta noción de “la utilidad y la vida feliz”. Parsons una figura significativa en la historia de la reforma americana, creyó no solamente que la consejería vocacional conduciría a una mayor realización individual, si no que las personas se adaptarían a sus trabajos, tenderían a ser activos en la creación de sistemas industriales humanos más eficientes. Inteligentemente practicada el kit de la orientación vocacional serviría no solamente a los jóvenes que buscaban consejo, si no también a la causa de la reforma social. (p.13)

Los factores que fueron considerados a influir o remarcar en la formación del movimiento de orientación son consecuencia directa de los eventos del tiempo. La década cercana al siglo XIX puntualizó el nacimiento del movimiento de orientación vocacional. Fue un tiempo de cambio en América de una construcción masiva y una innovación tecnológica rápida del incremento de la inmigración de Europa y de la inmigración de la América rural hacia las ciudades. Una sociedad predominantemente homogénea estuvo en progreso de ser transformada en una sociedad urbana fundamentalmente heterogénea como el conjunto de inmigrantes europeos y el folklore autentico americano que invadió a los grandes centros urbanos completando la forma básica que jugo un gran rol en gran parte del siglo XX de la cultura americana y de la historia social. Las consecuencias de este desplazamiento demográfico fueron relevantes en la historia, las ciudades se convirtieron en caleidoscopios de idiosincrasias étnicas como cada uno de los grupos que se asimilaban progre-divamente, pero a menudo dolorosamente, empezando a tomar su presencia sentida en las nuevas tierras que constituyeron su hogar.

Otros cambios también fueron conformándose por si mismo en este tiempo Barry y Wolf (1963)

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“la industrialización, la especia-libación, urbanización, el cambio de rol de la mujer, la creciente necesidad de y para la educación, el surgimiento del involucramiento de las personas, la expansión de la currícula, el surgimiento del secularismo, el deseo para una educación útil y las nuevas teorías educacionales como algunos de los cambios y desarrollos que crearon o intensificaron la necesidad para el trabajo de orientación personal” (p.16). A esta lista debemos agregar otras, algunas veces sutiles, los cambios sociales, que empezaron a iniciarse y a repercutir en las vidas individuales como en la medida que arribó la década de 1890. 5 años antes de esta década, el primer tren eléctrico, el prototipo para transportación masiva urbana, fue inaugurado en Baltimore, señalando la influencia masiva de la electricidad que jugo un rol en el curso de la historia. Irónicamente muy entrado el año de 1890, William Kemmler ganó la distinción de ser el primer hombre en la historia de ser ejecutado por la electricidad en la prisión de Sing Sing en Ossining, New York. Ese mismo año, Ellis Island reemplazó el anticuado Catilllo Garden como el punto de bienvenida de cientos de miles de inmigrantes que llegaban a las costas norteamericanas. Una huelga en la fábrica de aceros Carnegie en 1892, la cual resultó una confrontación fatal y violenta entre la administración y la gente laboral que enfatizó el surgimiento antagonista entre las clases -- un

problema que plagaría este país muchos años. El desempleo masivo golpeó al país, y veinte mil americanos marcharían hacia Washington en 1894 para protestar sobre las condiciones precarias de la economía. Estos fueron eventos nacionales importantes, noticias y acontecimientos registrados. Pero mientras esto sucedía, un aspecto nada anunciado y desconocido para muchas personas de manera semejante aisló a eventos en partes diferentes del país donde las primeras manifestaciones de orientación vocacional, como sería conocido muchos años después. El trabajo conocido fue el trabajo de Parsons, pero el tuvo influencias de protección. En 1895 Parsons comenzó a ofrecer consejería de tipo vocacional informal a jóvenes indigentes en Boston. Enfatizando “la selección de una vocación más orientada a buscar un trabajo, el ungió a la gente joven a adquirir un amplio conocimiento de ocupaciones de modo que evitaba fallar en los inicios de los primeros trabajos convenientes” (Toldert, 1978, p.60). Alrededor del mismo tiempo, George Merriet instituyó el primer programa de orientación vocacional sistemático en la escuela de California de artes mecánicas en San Francisco. A través de todo el país este nuevo movimiento rápidamente gano prominencia: en Gran Rapid, Jesseb Davis organizó el primer programa de orientación vocacional a gran escala; y el trabajo de seminario de Parsons, seleccionando una vocación, el

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primer libro de texto de orientación, fue publicado póstumamente en 1909. La primera disertación doctoral de orientación vocacional fue aceptada en la universidad de Columbia en 1914, un año después de la Asociación de la Orientación Vocacional Nacional fuera fundada; Ely Weaver de la escuela secundaria de muchachos en Brooklyn, Nueva York empezaron a asesorar sistemáticamente a sus estudiantes acerca de sus planes de carrera y la futura educación, así como él les proporcionó oportunidades en el verano para ellos; Williams Wheatly de Middletown, Connecticut, introdujeron cursos escolares especiales y vocaciones y agregados a una unidad sobre vocaciones para los currículos de los estudios sociales. Los esfuerzos fueron similares y fueron desplegados a través de todo el país, es así, en términos de orientación vocacional y profesional e inicia el desarrollo de la consejería en general.

Dos comprensiones útiles acerca de Consejería contemporánea pueden ser derivadas de estos eventos. Primero, es claro que la Consejería como nosotros la conocemos evolucionó en parte del movimiento de orientación vocacional el cual fue traído por el cambio social y las fuerzas demográficas que jugaron un rol en el moldeamiento de los Estados Unidos al inicio del Siglo pasado. Segundo, es evidente de que subyacente a todos estos gestos innovadores hubo un fuerte compromiso para los directores, lo

cual marcó especialmente al inicio de este país a saber, la creencia en el individuo, el espíritu humanitario y la relación inalienable entre el individuo y la sociedad. Nosotros vemos el movimiento de orientación como una consecuencia inevitable del espíritu americano el cual tan fuertemente moldeó nuestro destino nacional; fue una fuerza potente en el moldeamiento contemporáneo de la ideología de consejería.

CONSEJERIA EN BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD

La Consejería representa la unión de muchas fuerzas. Trajo conjuntamente el movimiento hacia un tratamiento más compasivo de los problemas mentales que empezaron a mediados del siglo XIX en Francia, la comprensión psicodinámica de Freud y el psicoanálisis, el escrutinio científico y la metodología de la aproximación conductual la ciencia cuantitativa de los psicométricos, la perspectiva humanística de la terapia centrada en la persona, las bases filosóficas del existencialismo y la comprensión práctica así como las complicaciones que evolucionaron, desde el movimiento de orientación vocacional. Con esto ha venido un surgimiento reciente de otras preocupaciones importantes para el trabajo social y las profesiones de ayuda. El tratamiento y la prevención del abuso de niños; la Consejería de la salud; la Consejería familiar y así sucesivamente. Nosotros podemos ver, entonces,

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que la profesión de la consejería no es alguna identidad bien establecida, si no que este es un movimiento dinámico todavía en sus etapas de desarrollo. En nuestro país este desarrollo es incipiente, no existe una escuela o programa académico que se dedique única y exclusivamente a la formación de consejeros, aún cuando algunos programas de maestría ya son vigentes en algunas universidades.

Quizás es característico de una nueva disciplina o que puede ser peculiar para la consejería solamente, pero en cada caso, es evidente que la consejería, en su proceso lento de gestación y desarrollo, está yendo a través de un tiempo confuso de duda y auto examinación, un periodo de encontrarse a sí mismo y de definirse más precisamente. Un número de la revista llamada The Counseling Psychologist (el psicólogo de consejería) intentó a través de un ciento de años presentar, a doble columna y escrita por muchos reconocidos lideres en el campo, para venir a aclarar un poco con la cuestión de que la identidad profesional de la Consejería como una disciplina en la actualidad. En esta conferencia presidencial para la División 17 (la División de Psicología de Consejería) de la Asociación Psicológica Americana, Norman Kagan (1977) comparó a los médicos de cuidados primarios (practicantes o profesionales generales) quienes son

“ampliamente habilitados tienen una aproximación holística global para los individuos”. El rol, como él lo conceptualizó, es preventivo tanto como terapéutico:

Las así llamadas personas” normales” no extensamente están ocupados de buscar ayuda solamente cuando ellos están en una incertidumbre vocacional, se encuentran deprimidos o están inestables por la pena, son impotentes o tienen eyaculaciones precoces. Ellos desean prevención o enriquecimiento. ellos desean la piedra angular para anticiparse o encarar con los muchos eventos interpersonales y personales de convivencia- ellos buscan un conjunto de instrumentos que permitiera (algo así como el mantenimiento de un carro), de modo que ellos por si mismos sean capaces de mantener el efecto y reparar cuando las cosas no están siguiendo el curso adecuadamente. Hay una necesidad y una demanda personal auto dirigido y los programas de exploración vocacional, enriquecimiento marital y profesional, los programas de mantenimiento preventivo de la salud mental. (Kagan 1977 p.5).

La consejería en este aspecto, es una aproximación dinámica hacia la prevención y la disminución de los

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problemas humanos. Este representa un intento comprensivo integral para ayudar al individuo a encarar con una miríada de desafíos de la convivencia.

De hecho, cuando nosotros hablamos del movimiento de consejería, no estamos buscando un concepto estático, fijo y rígido, uno que pueda ser precisamente definido. De hecho, cuando hablamos de consejería, debe ser claro, de que hablamos del desarrollo y evolución, un concepto continuamente cambiante, que dé respuesta a un nexo de interacción, de presiones y preocupaciones. "La consejería en la década de los 70" Bradley, (1978) puntualizó, "En un estado de cambios e innovación desde afuera y desde adentro" (p.42). Nosotros estamos encarando un movimiento dedicado al desarrollo y al cambio, en el cual en sí mismo está todavía en proceso de crecer y desarrollarse, cambiar y de definirse a si mismo.

En el intento de comprender el marco de trabajo contemporáneo de la consejería, uno de los asuntos claves, es el entendimiento de la psicoterapia. Esta es una pregunta confusa que ha sido la fuente de mucha confusión en las profesiones. Preguntando y continuamente solicitando "Dónde la Consejería termina y dónde la Psicoterapia comienza" los consejeros estuvieron ocupados respecto a su trabajo contando escasamente con el suficiente tiempo para responder.

Pero esto es una cuestión importante – que debe ser respondida. Es una cuestión que está rodeada por mitos y malas concepciones, en parte perpetuada por un establecimiento con intereses vestidos de inclinaciones. Es hacia esta cuestión que nosotros ahora dirigimos nuestra atención.

Consejería y Psicoterapia: ¿Hay Alguna Diferencia?

¿Qué es consejería? ¿Qué es Psicoterapia? ¿Hay alguna diferencia entre ellos? ¿Cómo estos mecanismos se comparan en términos de afectividad, experiencias y razones teóricas? ¿Debe haber calificaciones diferentes para los profesionales de cada uno de ellas? ¿Está la Psicoterapia y la consejería disponible para muchos tipos de individuos o hay una diferenciación en los problemas en los que un individuo busca ayuda?

Si vemos a través de la literatura en la búsqueda de definiciones, encontramos docenas o posiblemente centenas de definiciones de consejería y psicoterapia. La razón es que hay demasiados desacuerdos de lo que es central para el proceso de ayuda y acerca de quien debe practicar consejería y psicoterapia. Estos desacuerdos han conducido a numerosos problemas no resueltos, además que la terapia está fuertemente basada en conceptos de

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valor con "Imágenes diferentes del hombre, concentración en el tiempo, conceptos de sociedad, suposiciones de las causas y efectos y orientaciones en el cambio social" (Bart; 1974, p.9). Estos asuntos refractarios con frecuencia son centrales no solo para diferenciar la consejería de la psicoterapia si no también, para la conceptualización del proceso. No hay un acuerdo universal acerca de si la consejería y la psicoterapia son sinónimos o no.

Un punto de vista predominante es que "no hay diferencia”, de este modo permítanos continuar con un asunto más importante. Sin duda muchos pensadores prominentes en el campo han respondido con tal finalidad. Paterson (1973), por ejemplo, establece esta posición más congruentemente cuando él expresa, si los expertos en consejería y psicoterapia fueran requeridos a enlistar las teorías en las que deben ser considerados bajo cada uno de los títulos, probablemente habría un gran traslape en la lista, una superposición, es decir, no habría clasificaciones claras, con límites definidos. La dificultad en la determinación de las cuales son las listas de teorías de psicoterapia y las listas de consejería es tomada como evidencia de las carencias de claridad o las diferencias significativas entre ellas. La posición tomada por el escritor es que no hay diferencias esenciales entre consejería y psicoterapia “.... las definiciones de consejería en el

mayor de los casos serían aceptadas como definiciones de psicoterapia y viceversa. Parece ser que hay un acuerdo que tanto como consejería y psicoterapia son procesos que involucra un tipo especial de relación entre una persona que solicita ayuda con un problema psicológico…” y una persona que es entrenado para proporcionar esa ayuda...”

La naturaleza de las relaciones es básicamente la misma...” Los procesos que ocurren no parecen diferir uno del otro, ni parecen ser alguna técnica o técnicas que separan a la consejería de la psicoterapia. (p, XII – XIII). Paterson continúa elaborando algunos de los argumentos o contra-argumentos prevalentes, pero concluye de una manera firme que "no hay diferencias esenciales entre consejería y psicoterapia" (p. XIV), una posición que él mantiene a lo largo de su sustento.

Kirman (1977) aproximándose a problemas de un punto de vista diferente pero arriba a la misma conclusión y estructura el punto de que si el cliente tiene un problema no hace ninguna diferencia práctica y viene a tratamiento para encarar con este problema no hace ninguna diferencia práctica si nosotros llamamos a la consejería y psicoterapia.

Cuando nosotros percibimos el proceso de ayuda desde un punto de

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vista del aconsejado la diferencia entre consejería y psicoterapia se convierte en algo que no tiene significado.

Nosotros tomamos de cada uno de la relación de ayuda que es lo que tiene que ofrecer aún cuando nosotros estamos esperanzados en algo más. Nosotros vemos en cada relación de ayuda lo que nosotros somos capaces de la definición del rol. Esto es ciertamente una expresión pragmática que va directamente al corazón del mundo perceptual del cliente así como sus intentos para venir a encarar con una cuestión teórica compleja como practicable, tanto como sea posible. Esto también ofrece un fuerte apoyo para el argumento de que los términos de consejería y psicoterapia pueden ser utilizados intercambiablemente.

A pesar de esta posición bien articulada hay, sin embargo, dos fuertes argumentos para lo contrario. De hecho el rango de literatura refleja una diversidad remarcable de opinión sobre este asunto y mucho de lo que ha sido escrito tiene ramificaciones importantes en el ambiente de Consejería.

Dos otras posiciones prominentes son:

1. La Consejería difiere de la psicoterapia en la severidad de los problemas del paciente o el

cliente y de la “profundidad emocional” y la “intensidad” del tratamiento.

2. La consejería difiere de la psicoterapia en preocupaciones prácticas y en sus orígenes históricos discrepantes.

Permítanos considerar a cada uno de estos brevemente.

El Argumento de la “diferencia de grado”

Este punto afirma que la consejería y la psicoterapia difieren en el entendimiento de sus preocupaciones o la profundidad de sus aproximaciones. Lo que lo distingue la consejería de la psicoterapia, esta posición afirma, es el grado en que las perturbaciones del cliente; En consejería el cliente es un “individuo” funcionando adecuadamente pero en psicoterapia, el paciente es “neurótico y patológico”.

Este tipo de distinción es popular y es difícil encontrar una falla con ellos. En la práctica, sin embargo, a menudo cae en error para delinearlo. Muchos casos no están tan claramente definidos; ya sea en términos de la personalidad, el funcionamiento interpersonal o en síntomas del paciente - cliente. Esto, todavía no es muy claro donde la consejería termina y donde la psicoterapia empieza, si nosotros vemos los dos términos en un continuo.

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Hansen Stevic y Warner (1977), reflejan mucho del pensamiento actual que ve a la consejería y la psicoterapia como un continuo, toman cuidado de puntualizar:

En la examinación de esta situación, permítanos conceder que, sin duda, hay un continuo entre Consejería y psicoterapia, en lados opuestos del continuo, ellos no son formas dicotómicas ni mutuamente excluyentes de ayudar a las personas en necesidad; no obstante, el consejero y el terapeuta generalmente operan a diferentes fines de lo que es algo del continuo místico. (p.13).

Ellos avanzan para explicar sobre una construcción continua sobre un modelo originalmente desarrollado por Perry (1955), ellos concluyen “Que la consejería, esta preocupada con la ayuda a los individuos, que aprendan nuevas formas de encarar y ajustarse a las situaciones de la vida. Es un proceso a través del cual las personas son ayudadas para desarrollar los procesos de toma de decisiones ya sea en un ambiente individual o grupal... La consejería no intenta re-estructurar la personalidad si no, desarrollar lo que ya existe” (p. 15).

La yuxtaposición de esto con el punto de vista generalmente aceptado de la psicoterapia, podemos ver las similitudes y las

diferencias. Habría acuerdo en un punto:La psicoterapia consiste en una persona ayudando a otra con un problema psicológico.

El problema puede ser sintomático, es decir, que puede tener perturbación social o manifestaciones interpersonales o pueden ser libre de síntomas, donde solamente el individuo sufre, conoce lo que él o ella está experimentando del problema. El énfasis en la terapia puede ser en el cambio de los procesos cognitivos del paciente y a las formas de pensamiento del cliente o en tocar emocionalmente los recesos más profundos de la mente. Buscando una amplia definición de psicoterapia, nosotros estaríamos de acuerdo, con Hoehn – Sarie (1977), quien puntualiza que: la psicoterapia es...una serie de interacciones emocionales cognitivas entre el paciente y terapeuta. El impacto emocional de esta interacción forma la base para la relación paciente – terapeuta... El método real de intervención depende del entrenamiento y las preferencias del terapeuta, la condición del paciente y el estado de la terapia. Los terapeutas generalmente llegan a reducir la ansiedad y a clarificar las condiciones, pero con frecuencia ellos tienden a provocar ansiedad y desorganizar a sus pacientes para modificar la relación y/o un cambio de comportamiento desadaptativo. (p.94)

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A pesar de esta excelente definición, si nosotros miramos a Hansen, Stevic y Warner especialmente sus conclusiones, en opción con Hoehn y Sarie parece que nosotros estamos aproximándonos a un consenso que estrechamente establece un paralelo de que la primera posición mantiene y la cual minimiza las diferencias entre el panorama de la consejería y de la psicoterapia.

Diferencias Prácticas e Influencias Históricas.

Hay un número de diferencias prácticas entre lo que es la consejería y la psicoterapia; estas diferencias son en gran extensión los resultados de la diversidad de influencias históricas y de las teorías subyacentes, nosotros podemos resumir las posiciones importantes respecto a estas diferencias prácticas como sigue:La consejería está dirigida hacia un conjunto de problemas mientras la psicoterapia esta referido a otro conjunto. La consejería utiliza un conjunto de métodos, mientras la psicoterapia usa otros; la consejería enfatiza lo racional, las fuerzas del medio ambiente mientras; la psicoterapia enfatiza la dinámica, las dimensiones internas de la experiencia. Nosotros tenemos la impresión, a través de estos argumentos diferentes, que la esencia de la consejería es dirigida a la ayuda de los clientes a encarar con los problemas inmediatos y mejorar la calidad de vida, y la actitud del consejero es aquella la de

la interacción individual con otro, ó más o menos igual. Esto no siempre es el caso en la psicoterapia, donde “la situación de la vida real tal como son presentadas por el paciente, están en un contexto secundario que debe ser asociado con la interacción de la terapéutica y... Donde cada comunicación de paciente debe ser entendida en términos de un contexto adaptativo relacionado a la interacción analítica y especialmente de los silencios, intervenciones y manejo del marco de trabajo (Langas, 1980, p.460). A través de la literatura de la consejería también emerge como una aproximación más integral que la psicoterapia, en que no está preocupada específicamente con los problemas del cliente si no con el cliente en su totalidad, funcionando en un mundo interpersonal. Las influencias históricas del humanismo sobre la consejería son grandes y afectan todas las áreas. En psicoterapia, por otro lado, el problema algunas veces toma precedencia sobre la realidad total del paciente. Marx (1978) puntualiza, en la diferenciación de la terapia de la Consejería:

La Consejería se concentra en los conflictos intrapersonales los cuales producen dolor e incomodidad más que en los conflictos interpersonales resultantes: así, la Consejería marital, la terapia sexual, la terapia del comportamiento y otras formas las cuales no se

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concentran en asuntos internos, son excluidas de la definición.

Hay teorías diferentes así como axiomas diferentes acerca de las personas las cuales influyen en las percepciones de los psicoterapeutas y los consejeros. Estos están, en gran extensión, basados en los factores históricos. Los consejeros ven al cliente, existiendo en el “aquí y ahora” como un individuo en proceso de desarrollo y responsable. Este es estrictamente el resultado de las influencias de la educación progresiva donde el movimiento de Consejería inicialmente floreció y surgió la Consejería Rogeriana, la cual ayudaría a la marca de la división de la Consejería no directiva y el psicoanálisis.La psicoterapia por otro lado generalmente ve al cliente como un producto de este pasado donde el pasado será visto en términos de experiencias de condicionamiento (influencia del conductismo) o las etapas psicosexuales (influencias del freudismo). El consejero, desde el punto de vista del cliente, esta más interesado en la persona total, mientras el psicoterapeuta esta mas interesado en ciertas áreas de la personalidad, particularmente en cómo estas áreas que son sintomáticas de trastornos del pasado de aprendizaje emocional. Esto nuevamente refleja el asunto de la Consejería a ser para el movimiento de orientación vocacional y la examinación o testing y la derivación de la psicoterapia de las disciplinas

médicas. Admitiendo que estas distinciones no son válidas para todos los consejeros y para todos los psicoterapeutas, ya que muchos ocupan la línea media, hay también diferentes teorías las cuales son traducidas en la práctica. Una teoría de la psicoterapia generalmente consiste en la teoría subyacente de la personalidad, una teoría de la psicopatología y un cuerpo de técnicas clínicas.

La Consejería, por otro lado, está construida más sobre un fundamento filosófico, aunque puede ser estructurado a la luz de las líneas del razonamiento científico, enfatiza la dignidad innata de la persona, la individualidad y lo único de uno, el mundo Fenomenológico de uno. Las teorías, las cuales intentan explicar las acciones, sentimientos y pensamientos humanos, en consecuencia, pueden ser divididas entre teorías de consejería y teorías de psicoterapia, de acuerdo a sus patrones de razonamiento.

Combinando mucho de estos tipos de comprensiones, Bruch (1981) ofrece lo que es quizás la mejor definición contemporánea de psicoterapia, como una situación

... en la cual dos personas interactúan e intentan lograr un entendimiento, uno de otro, con las metas específicas de alcanzar algo especial... El terapeuta se vuelve capaz de reorganizar las necesidades de un paciente a

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través de la reconstrucción y reevaluación continua de lo que está pasando entre él y el paciente. La auto evaluación y la ayuda en reflexión privada ayudando a convertirse consciente de la significancia y el significado dinámico del intercambio entre el terapeuta y el paciente (p. 86).

Esta definición demuestra que a pesar de las diferencias teóricas que hemos citado, la consejería y la psicoterapia no son procesos enteramente separados., sino más bien diferentes formas de aproximarse al mismo fenómeno fundamental, y altamente complejo: el ser humano.

Es apropiado en este punto resumir los tópicos que hemos cubierto en este capítulo y arribar a algunas conclusiones que puedan guiarnos a través de lo que queda en nuestro largo viaje dentro del campo de la psicología de consejería. Primero, hemos examinado la historia del pensamiento psicológico, prestando atención a cómo los puntos de vista filosóficos fueron transformados a lo largo de los siglos dentro de las psicologías científicas. Luego hemos considerado cómo evolucionó la consejería, sus raíces históricas y cómo ha sido la búsqueda de una identidad profesional por muchos años. Finalmente, hemos revisado la cuestión de qué es lo que hay de diferencia entre la consejería de la psicoterapia, o si, de hecho, hay

términos intercambiables. Nuestros hallazgos fueron:

1. Hay una diferencia en el uso común y el significado connotativo entre las dos palabras, como es indicado por el diccionario, por los portavoces del lenguaje y por los practicantes o profesionales.

2. Hay mucho desacuerdo, sin embargo, acerca de lo que es esta diferencia cómo afecta a la práctica y cómo puede ser operacionalmente demostrado.

3. También consideramos la posición de que la consejería difiere de la psicoterapia por el grado del problema tratado (su severidad) y las diferencias en énfasis en el proceso de tratamiento. Finalmente, vemos que estas diferencias son extensamente un resultado de sus orígenes históricos y las teorías básicas.

¿Qué es Consejería?

El proceso de consejería tiene una larga historia. Bankart (1997) traza sus inicios a la Age of Enlightenment (edad de los iluminados) pero encuentra conexiones, a las prácticas antiguas de la Mesopotamia, Persia y Egipto” aún con esa larga historia, la consejería ha probado ser un concepto difícil de explicar. La carencia de claridad por parte del público es debido, en parte, a la proliferación de los servicios

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modernos de la actualidad que han adoptado el membrete de consejeros. Ellos van en un rango que corre desde el consejero de crédito a los consejeros de inversiones y de consejeros de campo a consejeros de retiro. Aunque ellos comparten un ingrediente común de comunicación verbal, ellos tienen poco en común con el tipo de consejería que este texto encara.

La consejería profesional ha surgido como el descriptor para el tratamiento de asuntos interpersonales/intrapersonales tan comunes para la cultura norteamericana y a ahora adoptándose a cada una de las culturas. Toma la forma de modos individuales (uno a uno) y de grupos (clientes múltiples). El contenido de la consejería profesional tiende a incluir preocupaciones tanto relacionales como internas, las dimensiones intrapersonales, puede ir de un rango de asuntos auto concepto hasta perturbaciones psicológicas. Las preocupaciones relacionales, la dimensión interpersonal puede ir de un rango desde la comunicación y los problemas perceptuales entre el cliente y otros a asuntos de hostilidad, agresión y actividad criminal. Estos problemas a través de todas las edades y etapas del desarrollo. Es importante señalar que estos asuntos, aún los menores, son diagnósticos en naturaleza. Es decir, los problemas deben ser entendidos tanto en su expresión

(como conductas, sentimientos, o pensamientos) y en el contexto en las cuales ellos son apoyados (que mantiene el problema vivo).

La siguiente definición de consejería profesional fue adoptado por la American Counseling Association en 1997 “la aplicación de los principios de la salud mental, psicológica y el desarrollo humano a través de las estrategias de intervención cognitivas, afectivas, conductuales y sistémicas que conduce al bienestar, crecimiento personal, y desarrollo de la carrera. Tanto como la patología”. Esta definición incorpora los problemas que son considerados “normales” y del “desarrollo” y los problemas que son de naturaleza psicológica más seria. Sin embargo, no se quiere sugerir que cualquier consejero profesional podría ser un proveedor de servicios para cualquier tipo de problema. Dentro de la profesión de consejería son muchas especialidades, incluyendo los consejeros de salud mental, consejeros de matrimonio y de familia, consejeros escolares, consejeros de rehabilitación, consejeros pastorales, consejeros de arte creativo y otros. Cada especialidad está basada en las habilidades terapéuticas requeridas por el cliente que buscaría esa especialidad para asistencia. Lo común a través de estas especialidades son la relación, la comunicación, la conceptualización, diagnóstico y las habilidades de

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intervención que son contenidas en este libro.

¿Por qué Consejería?

Puede ser necesario recordar a algunos consejeros aspirantes que los problemas de la vida pueden ser resueltos en muchas formas, la consejería es solo una de esas formas. La vasta mayoría de la raza humana nunca ha experimentado consejería profesional. ¿Significa eso que ellos están funcionando a algún sub nivel de vida? Naturalmente no. Muchas personas se adaptan a los desafíos de la vida, utilizando recursos personales, amigos y familiares o la fe religiosa. Pero aún con esos recursos, los desafíos pueden algunas veces acumularse al punto que un consejero habilitado puede facilitar el proceso de desarrollo y adaptación a estos desafíos.

Visto en esta forma, la consejería puede asumir que la función de cambio, prevención, o el relievar la vida y mejorarla. Como cambio, las personas están preocupadas con las situaciones que, por cualquier razón, se han convertido tan problemáticas o disruptivas que ellos son incapaces de continuar a través del pasaje normal de la vida sin estrés en exceso, insatisfacción e infelices. Como prevención, la consejería es capaz de tomar en cuenta aquellos eventos de la vida predictibles que producen estrés, causen que las personas deriven de sus recursos psicológicos y finalmente,

demanden adaptación a las fuerzas cambiantes de la vida. Finalmente, hay una tercera forma de consejería, consejería de enriquecimiento, o mejoramiento que va más allá de los desafíos y aspectos predictibles de la vida. Como una meta de consejería, ensalzar o enriquecer intenta abrir las experiencias del cliente a niveles nuevos y más profundos de entendimiento, apreciación y sabiduría acerca de muchas potencialidades de la vida.

Los Parámetros de la Consejería.

Sobre la consideración de la consejería remedial, preventiva y de relevancia, se volverá aparente que hay muchas formas para describir que es lo que pasa. Los consejeros pueden hablar acerca de la consejería como el cambio o el crecimiento. O ellos pueden hablar acerca de la consejería como proceso o producto. Si los consejeros van muy profundamente dentro de una examinación de estas alternativas, se vuelve aparente de que ellos están hablando de la filosofía, la cultura y los asuntos espirituales tanto como los psicológicos o preocupaciones inter-personales. Cómo los consejeros ven estos asuntos y preocupaciones que determinarán lo que ellos hacen en la entrevista. Si paso a sostener un punto de vista optimista de los seres humanos y cómo ellos se adaptan a los buenos y malos y a las altas y bajas de la vida, mi punto de vista de lo que debe pasar en la consejería será completamente

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diferente a lo que una persona sostiene un punto de vista pesimista, cuidadoso de los seres humanos y cómo ellos se adaptan a la vida. Si he experimentado la vida solamente en una cultura encapsulado o refugiado, entonces puedo ver a la consejería como que no incluye dimensiones culturales. Si soluciono mis problemas mediante la examinación cuidadosa y el análisis de los asuntos o principios, las decisiones a ser tomadas, apropiadamente de los resultados y así sucesivamente, entonces podría asumir que las otras personas deben aproximarse a los problemas de la vida en una forma similar. O, si veo a la vida como una gestalt, entonces podría sentir menos urgencia para identificar, prescribir y así controlar los resultados de la consejería. Estos son justo una parte del contexto del consejero en la entrada de la consejería.

Ocurriendo simultáneamente con estos asuntos, la consejería tiene que ver con las preocupaciones personales del cliente. Estas preocupaciones pueden tener una fuerte base en la realidad o pueden ser autogenerados por la incomodidad y trastorno del cliente. Y también es obvio que los clientes vienen como optimistas y pesimistas, remarcantes y cautelosos. Cualquiera que sea el caso, el consejero debe tener saludable apreciación para el amplio rango de conductas, actitudes, auto conceptos, agendas culturales y sentimientos que emergen en la

medida que las personas desarrollan. En otras palabras, las conducta norma, el funcionamiento norma, o los sentimientos normales pueden incluir fluctuaciones entre lo anormal, un tipo de examinación los límites de uno mismo. Es mejor observado en las vidas de los adolescentes, pero es encontrado en las personas de todas las edades y etapas del desarrollo. Por otro lado, Lo normal no significa lo mismo que funcional. La conducta funcional es la que facilita el desarrollo, la solución de problemas, y el enfrentamiento. Las personas pueden conducirse en formas que están dentro del rango de normales pero todavía no están conduciéndose funcionalmente. Cuando escuchamos las preocupa-paciones personales de los clientes, los consejeros deben buscar entender tanto la vida como los clientes lo ven y las razones por las que ellos ven la vida como ellos lo hacen. Solamente entonces pueden los consejeros empezar a participar como consejeros que ayudan a sus clientes en la relación de consejería. Solamente los clientes pueden empezar a avanzar hacia conductas más funcionales. En una forma similar, lo disfuncional no necesariamente significa anormal, lo cual es por lo que muchas personas ahora se refieren a sus familias de origen disfuncional.Finalmente, no hay una forma para entender la existencia humana separándolo del medio ambiente en el cual ocurre esa existencia. Los niños no pueden ser completamente

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entendidos separados de sus familias de origen, su vecindario o los grupos de compañeros; los adultos no pueden ser entendidos separados de sus familias, carreras o etnicidades y las personas no pueden ser entendidos desarticulados de sus egos intelectuales, de sus egos ocupacionales, egos afectivos, o cualquier cosa. Cada individuo es una existencia ecológica dentro de un contexto cultural, viviendo con otros en un sistema ecológico. Las dimensiones intrapersonales son interdependientes con otros que comparten el espacio de vida de uno. Un entendimiento y apreciación cabal de esta interdependencia facilitará su entendimiento de si mismo como un consejero y de sus clientes como personas buscando recuperar, desarrollar o mejorar sus vidas.

Consejería y Teoría.

La teoría es otra forma que la consejería puede ser descrita. En su sentido más genérico, la teoría es una forma de explicar cual de ellas no es directamente observable. De este modo, la teoría de la consejería es un esfuerzo para explicar el proceso por el cual un conjunto de actividades se inician, desarrollan y terminan. La teoría de la personalidad, de la cual numerosas teorías de la consejería nacen, es un esfuerzo para explicar las varias formas de que la psique emerge, evoluciona, y madura, ambos en

términos de desarrollo normal y en términos de disfunción.

Dentro del contexto de la teoría de la consejería se han identificado alrededor de 400 aproximaciones (Corsini y Wedding, 2000) La mayoría de estos no serían definidos como “teoría de la consejería” sino más como una variación de un número mucho más pequeño de temas teóricos. Peterson y Nisenholz (1999) se refieren a estos temas como “fuerzas” e identifican cuatro predominantes: Psicodinámica, cognitivo/ conductual, humanístico y transpersonal. Para esta lista, agregaremos una quinta fuerza, la aproximación sistémica que tiene sus orígenes no en la teoría de la personalidad sino en la teoría cibernética. Peterson y Nisenholz lo explican mejor de la siguiente manera:

La mayoría de las cuatrocientas o más aproximaciones a la consejería emanan de una o más de estas perspectivas. Cada una de estas perspectivas difiere significativamente en términos de su punto de vista o visión de la naturaleza humana, los procesos del desarrollo humano, la naturaleza de la psicoterapia, el rol del consejero, las técnicas usadas y finalmente, las metas de la consejería. (p.166).

Resultados similares han sido reportados por Smith, Glass y Millar (1980) y otros.

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Las teorías de consejería pueden servir a un número de funciones. Ellas sirven como un conjunto de guías para explicar cómo los seres humanos empiezan a aprender, cambiar y desarrollar; esas teorías proponen un modelo para el funcionamiento normal humano (y las formas en las cuales las disfunciones humanas pueden ser manifestadas); y sugieren que debe transpirarse en los procesos de consejería y cuales podrían ser los resultados de la consejería. En resumen, una teoría ofrece un “mapa” del proceso de consejería y la ruta que sus participantes deben tomar para alcanzar ciertas metas. Raramente, una teoría de la consejería prescribe

Qué metas específicas de consejería deben ser alcanzadas. Ya que hay mucho espacio para los puntos de vista alternativos en tales asuntos o materias o problemas como funcionamiento normal humano, cómo las personas cambian y cual son los resultados deseables, diferentes teorías han emergido para reflejar estos varios puntos de vista. En un nivel más práctico, los consejeros usan teorías las teorías para organizar la información y las observaciones, para explicar o conceptualizar los problemas de los clientes y para ordenar e implementar intervenciones particulares con los clientes.

Uno podría pensar, o igualmente creer, que algunas teorías son más válidas que otras, pero eso no

parece ser el caso. Usando una aproximación de meta análisis para analizar los efectos de por encima de 400 estudios de resultados de psicoterapias, Smith y Glass (1977) concluyeron que:

Los resultados de la investigación demuestran efectos benéficos de consejería y psicoterapia. A pesar de volúmenes dedicados a las diferencias teóricas entre diferentes escuelas de psicoterapia, los resultados de investigación demostraron diferencias negligentes en los efectos producidos por diferentes tipos de terapia. (p. 760).

Los consejeros tienden a identificar cuales teorías particulares para una variedad de razones. Algunos consejeros buscan una teoría que proporcione las explicaciones más utilitarias del proceso de la consejería. Esta opción es una teoría que proporcione guías concretas. Otros consejeros buscan una teoría que sea compatible con su perspectiva de la vida – es decir, una teoría que haga suposiciones similares acerca de la naturaleza humana a sus propias suposiciones privadas. Todavía otros consejeros buscan una teoría que explica mejor o conceptualiza los tipos de problemas que sus clientes presentan. Naturalmente, es posible para un consejero obtener todos estos tres objetivos dentro de la misma teoría, pero esta realización

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tiende a emerger solamente en la medida que el consejero gana experiencia.

En años recientes, la profesión de consejería ha atestiguado en forma creciente una convergencia entre las teorías y una realización creciente que no implica una teoría única que pueda explicar o ajustarse a todos los desafíos del cliente. Los resultados son un punto de vista emergente de que la teoría es un medio para servir al usuario y cuando no hay una teoría que totalmente se ajuste a las necesidades del consejero, entonces surge un conjunto de teorías compatibles en una práctica aceptable, conocida como una aproximación ecléctica o integradora (Que algunos llaman integrativa como traducido directamente del inglés).

Prochaska y Norcross (2003, p. 4) reportan que los consejeros profesionales indican una preferencia por una aproximación ecléctica (37 %) seguido por existencial/humanista (13 %), teorías cognitivas (10 %), centrado en la persona (08 %), psicodinámica (8 %), sistémico (7 %) y conductual (6 %).

La siguiente lista representa ciertos elementos acerca de la consejería que son operativos para todas las aproximaciones teóricas más importantes:

1. La consejería incluye responder a los sentimientos, pensamientos y acciones del cliente. Pensando de esto en otra forma, el consejero tiene que ver con las actitudes y las conductas del cliente. Existen aproximaciones teóricas que difieren con respecto a su énfasis y orden de su responsividad a los sentimientos y las conductas. Algunas aproximaciones (centrada en la persona, existencial) favorecen un énfasis en los sentimientos; otras (racional emotivas, terapia de la realidad, cognitivo conductual) enfatizan la importancia de las conductas y las acciones; una aproximación ecléctica reconocería la importancia de ser capaz de identificar y responder apropiadamente a los estados de sentimientos, patrones de conducta y los patrones de relaciones.

2. La consejería incluye una aceptación básica de las percepciones del cliente y los sentimientos, con respecto a los estándares externos evaluativos. En otras palabras, uno primero debe reconocer quien es el cliente antes de que pueda empezar a considerar en quien el cliente podría convertirse. Los clientes necesitan su entendimiento de las situaciones actuales y de sus preocupaciones antes de que

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puedan anticipar el crecimiento o desarrollo y cambio en una nueva dirección.

3. La confidencialidad y la privacidad constituye los ingredientes esenciales en el ambiente de consejería. Las facilidades físicas que preservan esta calidad son importantes.

4. La consejería es voluntaria. Ordinariamente, no es efectiva cuando es algo que el cliente es requerido a hacer. Al margen de cómo el cliente es referido, el consejero nunca es coercitivo como un medio de obtener o continuar con un cliente.

5. Generalmente hablando, el consejero opera con un sesgo conservador contra la comunicación o comunicando al cliente la información detallada acerca de su propia vida. Aunque hay veces cuando el consejero auto-revela es apropiado, generalmente el consejero no complica la entrevista concentrando la atención en si mismo.

6. Una habilidad subyacente a todos los sistemas de la consejería es aquella relacionada a la comunicación. Los consejeros y los clientes de manera similar continuamente transmiten y reciben mensajes verbales y no verbales durante el proceso de la

entrevista. Por consiguiente, conciente de y sensiblemente a los tipos de mensajes que son comunicados es un pre-requisito importante para la efectividad del consejero.

7. La consejería es, al mínimo, una experiencia transcultural y probablemente un experiencia multicultural.

Consejería y Filosofía.

Pocas personas se consideran de ser filósofos. Y todavía, todos tienen una visión filosófica de la vida. Algunas personas ven la vida como una secuencia de eventos y experiencias sobre los cuales ellos tienen poco o nada de control. Otros ven la vida como un conjunto de desafíos a ser analizado, controlado y dirigido. Algunos ven el propósito de la vida a ser logrado y auto mejoramiento. Otros ven la vida como un proceso a ser experimentado. ¿Quién está en lo correcto? Todos. La visión filosófica sobre la vida es variada, permitiendo que cada individuo seleccione o se identifique con aquella visión que parezca embonar a lo mejor de él o ella.

La consejería ha sido relacionada a tres posiciones filosóficas que han llevado consigo a través de las edades (Baruth & Robinson, (1987). La primera de éstas, Esencialismo, asume que los seres humanos son racionales por naturaleza, que la razón es la meta natural de educación y que los pensadores

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clásicos son los repertorios máximos de la razón (1966, p.17). Desde esta orientación viene los solucionadores de problemas, los analizadores, aquellos que buscan patrones en la vida.

La segunda posición filosófica, los progresistas. Están relacionados con la cuestión fundamental. “¿Qué es lo que trabajará?” el conocimiento está basado en los resultados experimentales, la verdad es identificada a través de las consecuencias y los valores son relativos más que absolutos. Desde esta orientación vienen las personas que tienen que ver con los datos y la investigación para sus verdades, creen que las soluciones pragmáticas existen para los problemas humanos y están comprometidos con el intercambio de la lógica y las relaciones legales en la vida.

La tercera posición filosófica, el existencialismo sostiene que el significado de la vida debe encontrarse en el individuo, no en el medio ambiente o en el evento. El pensamiento legal (progresistas) o el pensamiento racional (esencialismo) son sin significado a menos que los individuos le den un significado. Las personas que se alinean con este punto de vista de la creencia de la vida que los valores son reales e individualmente determinados y que las experiencias son subjetivas más que legales o predictibles. La responsabilidad individual es enfatizada; las reacciones humanas

son el resultado de selección o potencial de selección.

Obviamente, todos los consejeros entran a su profesión con alguna variación de estos puntos de vista. Cada punto de vista filosófico de los consejeros será reflejado en cómo reacciona a los problemas del cliente y cómo esos problemas pueden ser encarados. De manera semejante, los clientes entran a la consejería con alguna variación de estos puntos de vista, los cuales son reflejados en cómo ellos ven sus problemas y que es lo que ellos pueden considerar a ser soluciones viables.

Consejería y Cultura

En forma creciente la sociedad esta haciendo conciencia del rol complejo que la cultura juega en las relaciones interpersonales. Pederson (1991) observa:

Antes de que nosotros naciéramos, los patrones de pensamiento y acción cultural ya estuvieron preparados para guiar nuestras ideas, influir nuestras decisiones y ayudarnos a tomar control de nuestras vidas. Hemos heredado estos patrones culturales de nuestros padres y profesores que nos enseñaron las “reglas de juego”. Sólo posteriormente y algunas veces nunca, nosotros aprendimos que nuestra cultura fue una de los muchos patrones posibles de pensamiento y acción de las

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cuales podríamos seleccionar. Por ese entonces, la mayoría de nosotros creímos que “nuestra” cultura fue la mejor de todas las posibles del mundo. (p. 6)

Por cultura, Pederson incluye las variables demográficas (Edad, sexo, lugar de residencia), variables de estatus (social, educacional, económica) y de afiliación (formal e informal), tanto como variables etnográficas tales como raza, nacionalidad, etnicidad, lenguaje y religión. Esta definición es más amplia que la usada por algunos autores que limitarían los conceptos culturales para criterios raciales o étnicos. Aún una definición más estrecha de cultura demanda un entendimiento del contexto del cual una persona de otra cultura funciona—las suposiciones acerca de la relación; acerca de la autoridad, poder y privilegio, acerca de lo correcto y lo incorrecto, el éxito y el fracaso; y acerca de los valores peleando duro para preservar.

En el punto de vista de Pederson (1991) acerca de lo que es cultura, el constructo “multicultural” se vuelve genérico a toda la relación de consejería. Si lo multicultural incluye tales variables como género, etnicidad, raza, religión y orientación sexual, entonces es casi cierto que toda la relación de consejería cruzará al menos una de estas dimensiones y probablemente varias. De este modo, toda la consejería es multicultural.

Aún si tanto consejero como el cliente son caucásicos, uno puede ser Gay y el otro heterosexual o uno puede ser varón y la otra mujer o uno puede ser anciano y el otro más joven o uno puede ser privilegiado y el otro pobre. Cruzando estos múltiples límites se convierte en relación multicultural con todas las complejidades inherentes en las relaciones múltiples de variable sociales.

Las implicaciones para la consejería y para el consejero son completamente claras. Si entender y aceptar las características del clientes están para ocurrir, entonces el consejero debe entender aquellos factores culturales que han moldeado y continúan influyendo la visión del mundo del cliente. Aún antes de que pueda pasar, el consejero debe entender su propia visión del mundo y cómo es moldeado en formas similares a la experiencia del cliente cuando las dos visiones del mundo son substancialmente diferentes del otro. Hace muchos años, Wrenn (1962) acuño el término “encapsulación cultural”. Encapsulación cultural incluye la definición de la realidad de acuerdo a un conjunto de suposiciones culturales y estereotipos, volviéndose insensible a las variaciones culturales entre las personas y asumiendo que el punto de vista personal de uno es solamente real o legítimo, involucrando suposiciones no sazonadas que uno acepta sin discusión. Claramente, la consejería

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de éxito no puede avanzar cuando el consejero tiene desventajas por encapsulación cultural.

Ivey, D´Andrea, Ivey y Simek-Morgan (2002) identifican tres habilidades importantes que son necesarias en el trabajo con los clientes de diferentes culturas:

1. La habilidad de generar un número máximo de pensamientos, palabras y conductas para comunicarse con el ego y otros dentro de una cultura dada.

2. La habilidad para generar los pensamientos, palabras y conductas necesarias para comunicarse con una variedad diversa de grupos e individuos. Tanto clientes como consejeros necesitan comunicarse dentro de su propia cultura y aprender la habilidad de entender otras culturas también.