caleidoscopio 6

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Notas Al Pie Alejandra Canchola

El Perro Cenizo Ignacio Sánchez MorelosOrejas Pequeñas Lü LeszinskyRecuerdo de Ambulancia Iván Francisco Prieto GarcíaViaje a Ninguna Parte Miriam Fuentes HerreraRáfaga de Adrenalina Angélica Avila

Para Leer a José Madero Dome Nájera

Fotografía Ricardo Daniel Sandoval Villares

Pebetero Ricardo Rodríguez

Donde los Ponys Pastan Carlos Aguilar LarrañagaTriciclo Circus Band María Fernanda García Figueroa

Libros y Otros Menesteres Alejandra Isla

Punto de Control Iván Valdés

Giff 18ª Edición Dome Nájera

La Teoría del Todo, Un Viaje al Espíritu Humano Alejandro JiménezWhiplash, Cine al Ritmo del Jazz Alfonso BlancoAmerican Sniper Adrián Lugo T.

Birdman Adrián GilInto The Woods Marianne E. Castillo

Acólito Anónimo Abraham Arreola

Columna

Literatura

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Música

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Notas Al Pie Alejandra Canchola

El Perro Cenizo Ignacio Sánchez MorelosOrejas Pequeñas Lü LeszinskyRecuerdo de Ambulancia Iván Francisco Prieto GarcíaViaje a Ninguna Parte Miriam Fuentes HerreraRáfaga de Adrenalina Angélica Avila

Para Leer a José Madero Dome Nájera

Fotografía Ricardo Daniel Sandoval Villares

Pebetero Ricardo Rodríguez

Donde los Ponys Pastan Carlos Aguilar LarrañagaTriciclo Circus Band María Fernanda García Figueroa

Libros y Otros Menesteres Alejandra Isla

Punto de Control Iván Valdés

Giff 18ª Edición Dome Nájera

La Teoría del Todo, Un Viaje al Espíritu Humano Alejandro JiménezWhiplash, Cine al Ritmo del Jazz Alfonso BlancoAmerican Sniper Adrián Lugo T.

Birdman Adrián GilInto The Woods Marianne E. Castillo

Acólito Anónimo Abraham Arreola

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DIRECTORIO

Equipo Permanente

Jován Benítez | @Jovan_Benitez Alejandra Olguín | @aleOlguin Marianne E. Castillo | @maryludens Dome Nájera Alejandra Canchola | @canchola_ale Ricardo Rodríguez | @Ricardo_i93 Adrián Gil | @adriangilh Alejandra Isla Abraham Arreola | @ArreolaAbraham

Colaboradores:

Alejandro Jiménez, Alfonso Blanco, Adrián Lugo, Ignacio Sánchez, Lü Leszinsky, Iván Prieto, Miriam Fuentes, Angélica Avila, María Fernanda García, Ricardo Daniel Sandoval. Portada: Nora Jiménez

Escríbenos: [email protected]

/Caleidoscopioqro @caleidoscopioqr @Caleidoscopioqro

www.caleidoscopioqro.com transmite las opiniones de sus colabora-dores y estas no reflejan precisamente los valores de la empresa.

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NOTAS AL PIEpor: ALEJANDRA CANCHOLA @canchola_ale

Cruza la calle. Líneas blancas a cada paso y como en las grandes ciudades, el ruido de algún motor con deficiencias mecánicas, gente que viene y va, la no muy concurrida ciudad de esta mañana. Llega por fin al otro extremo de la Avenida 20 de Noviembre. Un puesto de periódicos, lo primero que llama su atención: la primera plana de La Prensa, un beso. Un sábado de tantos, y en tan poco tiempo, ha cambiado su rutina sabatina.

Camina del otro lado de la acera. Están preparando todo para cerrar y poner sillas de colores. Camina con zapatos de agujeta y piernas largas. ¿Cuánto puede costar merecer? De tres pasos deja atrás República de Uruguay, del Salvador y Mesones… menos de los que necesitó para dejar atrás una vida llena de luchas innecesarias, de llanto por las noches y de recriminaciones sin solución.

Falló alguna vez, y no le molesta, debe ser motivo de triunfo ir dejando huellas de inex-periencia en dónde sea que esté el camino. En la arena o en el pavimento, ahí están bien revolcadas las fotografías del pasado. Mis huellas, de llanto y serenidad, se quedan en la calle de Regina, donde llegas a la esquina y huele al primer amor y resuena un verso: “Dos gardenias para ti… con ellas quiero decir: te quiero…”

Pinturas de artistas urbanos, olor a café. Toma asiento en una banca y acomoda su flequillo. De un respiro matutino y fresco recuerda la época en que usó frenos, lo difícil que result-

COLUMNA

aba besar al enamorado con ellos. La primera vez que usó maquillaje y lo mal que quedaba en ella a sus dieciséis. Una clase de Historia con carcajadas que terminaron en reporte a la dirección. Una escapada en coche de la mejor amiga. Resuelve levantarse por un café y con-templa el mural de siempre.

Hubo tiempos difíciles, un ¿no te da pena?, un día festivo sin felicitación, las miradas que califican sin palabras, búsquedas imparables en una ciudad. Siempre pensó que merecía eso, tenerlo todo, tal y como le venía. Nunca reparó –hasta tiempo después- en lo poco que valen esas cosas, en que el tiempo que le sobra a alguien no te vuelve importante y que las per-sonas no simplemente dejan de ser como son.

Un día, sábado como ese, no lo merecía más.Café negro, azúcar morena, fiesta de sábado en el pasaje peatonal. Colores y luz. Todo lo que sabe que merece está en ella. Camino largo e incierto es ese de encontrar los cuatro puntos cardinales en una sola unidad, pero no imposible de cruzar. Cuando nos equivocamos en el sentido de la vida, la vida misma nos vuelca el mundo, para caer y buscar el camino perdido. A ciegas, a gatas, de rodillas… cada quien con su demencia, un día camina por la calle de Regina y encuentra la brújula al mismo tiempo que escucha: “… te quiero, te adoro, mi vida. Ponles toda tu atención, porque son tu corazón y el mío…”

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Cuando la conoció no vio en sus ojos más que un par de grandes y redondas pupilas. Había volteado a verla sin saber porqué, pues más que el aroma que su piel desprendía, era la mirada de ella la que lo había llamado desde la mesa que estaba a su espalda. Rodrigo Urbina, años más tarde contaría que al abrir la puerta de su casa se había encontrado con el diablo. Rodrigo, quien desde hacía unos cinco años era cono-cido como “el viudo Urbina”, llevaba siete noches seguidas yendo al bar La Victoria. Las veces anteriores se había sentado en las mesillas que estaban pegadas a la pared, las que sólo tiene dos sillas: para los enamorados que llenaban el lugar a la hora de la co-mida o para las almas errantes que llegaban después del ocaso. Pero esa noche, cuan-do el viudo llegó al bar, esos lugares ya no estaban disponibles, así que lo acomodaron en una de las mesas del centro.

Se sentía incómodo porque era una de seis personas y para entonces los únicos acom-pañantes que tenía eran sus recuerdos y remordimientos, pero el mesero lo había colocado allí porque sabía que era la última noche que Rodrigo asistía, pues desde la muerte de su esposa había adquirido la rara costumbre de embriagarse siempre la tercera semana de enero, que era cuando se cumplía el aniversario luctuoso de María Villa. El mesero le dejó, más por costumbre que por amabilidad, la carta de alimentos y bebidas, y el viudo Urbina las ojeó sólo para hacer tiempo en lo que volvían para tomar-le su orden: una Corona bien fría, limones y sal. Y así se iba, una cerveza tras otra, hasta que le dieran las tres de la mañana y lo corrieran de allí, embrutecido por el alcohol.

Cuando faltaban diez minutos para la media noche encendió su primer cigarro. Jalaba grandes bocanadas de humo y las escupía formando grandes nubarrones grises, que daban vueltas, se retorcían y no dejaban de subir. Fue entonces cuando ella apareció a un lado del viudo, era silenciosa y sombría, parecía como si viniera de entre la niebla espesa que salía de la punta del tabaco. Se vieron a los ojos, él estaba sentado y ella de pie. Era una mujer pequeña de estatura, pero era tan hermosa que si su belleza se pud-iera contar con números, ninguna persona en la tierra podría decir la toda cantidad sin equivocarse. Su sonrisa era de otro mundo y aún más su aroma; su piel, a pesar de estar pegada a sus huesos, era radiante y su cabello tenía el color del universo. Rodrigo la invitó a sentarse con un ademán, estaba muy nervioso, después de María Villa no había estado con ninguna otra mujer. Decían que era por la depresión que le había ocasiona-do perder a su esposa siendo ambos muy jóvenes y otros creían que los cuarenta y uno

EL PERRO CENIZOPor: Ignacio Sánchez MorelosGuanajuato, México

LITERATURA

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se le habían adelantado diez años porque lo había visto llevar a varios hombres a su casa.

La verdad es que era un hombre tímido, con manos sudorosas y ojeras por cientos de noches mal dormidas. Pero a pesar de todo esto consiguió hablar con ella. Se llamaba Claudia Segura, era una muchachita que recién había egresado de la universidad, ape-nas cinco años menor que él. El viudo omitió contarle que alguna vez estuvo casado, pues ella lo había contagiado de una alegría que tenía años sin experimentar. Las horas pasaron tan rápido que ninguno de los dos se dio cuenta que la música ya no sonaba y las luces ya habían sido encendidas.

El mesero se acercó a ellos, les dejó la cuenta y les dijo que en cinco minutos ya no debía haber nadie dentro de La Victoria. A Claudia y Rodrigo poco les importó lo que acaban de escuchar y siguieron riendo como nunca antes lo había hecho. Ambos esta-ban ya un poco necios y sólo pudieron correrlos de allí regalándoles una cerveza para el camino. La casa de Rodrigo estaba a un par de cuadras sobre la misma calle del bar, así que solo caminaron hasta llegar allá. Los dos iban dando tumbos por toda la avenida, en momentos se abrazaban para no caerse de borrachos, se miraban y sonreían.

El viudo pensó de pronto en cómo acabaría esa noche, por un momento su instinto le hizo sentirse valiente y todo su cuerpo vibró. Pero cuando su casa se dibujó frente a él, un pesado remordimiento llegó desde su corazón y se apostó en su cabeza. Así que antes de abrir la puerta, se volvió hacia ella, la miró y no pudo evitar sentirse enamora-do. Ella lo veía con unos ojos radiantes, llenos de pasión, los mismos que lentamente trastornaron la atmósfera con un escalofrío de muerte y dejaron un silencio, en el que de repente un zumbido taladra los oídos y pone a aullar a las bestias del otro mundo. Al viudo nunca le creyeron que al abrir su puerta la mujer pegó un grito muy agudo y desapareció, y que dentro de su casa se toparía con una especie de perro cenizo, con baba verde que le escurría del hocico y con los mismos ojos profundos y alucinantes con los que ella lo veía toda la noche.

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Llega todos los días dos o tres minutos antes que yo. Ésto lo sé porque cada vez que llego al local la encuentro en la cocina sirviéndose el primer café de la mañana, parada sobre esas altas plataformas de corcho, sostenida por esos jeans pata de elefante que de ningún modo concuerdan con sus dos pequeñas orejas, esas con las que tendré que convivir por horas y que tan incómodo me ponen.

Hace ya tres meses, dos días y seis minutos que se incorporó al personal. El día que vino a su primera entrevista recuerdo haber pensado que no tendría oportunidad de trabajar aquí. Era demasiado alta, usaba mucho maquillaje y cuando caminaba, sus caderas se contoneaban al ritmo de los tambores que se escuchaban en la radio del fondo. Sus primeros pasos en el local me dieron la sensación de estar presenciando una estampida de búfalos, una llegada impetuosa de aquel insignificante par de orejas. Y esa sensación persistía aún hasta el día de hoy.

Y mientras la miro servirse café y conversar con soltura con jefes y compañeros, más me obsesiono con esos dos desdeñables arrollados de mazapán rosado que cuelgan casi inertes de los costados de su cabeza. No importa como se peine, si se sujeta el cabello o si lo deja caer so-bre los hombros. Tampoco importa si usa aretes grandes o delicadas perlas. Sus orejas diminu-tas me asquean. Parecen dos pequeños veladores con el porta foco vacío, o el resultado de una explosión de pirotecnia.

Pero lo que me irrita aún más que la modestia de esas dos orejas es la discrepancia entre ellas. No hace falta tener conocimientos en geometría para darse cuenta de que existe una diferencia notable en el tamaño de estos dos crustáceos de cartílago y piel. La que yace a la derecha es al menos medio centímetro más pequeña que la que descansa a la izquierda. Claro que para comprobar esta teoría tuve que hablarle de frente, simulando mirarla a los ojos, pero enfocando mi escuadra mental hacia los lados de su cabeza.

Recuerdo aquel día como si hubiese sido ayer. Llegué al trabajo como cada mañana, dos o tres minutos después que ella, y la encontré sirviéndose el café de cada día. Al pasar por su lado, ya disgustado por su presencia y apurando el paso para no tener que iniciar una conversación, me distrajo una pestilencia que provenía nada menos que de ella. Detuve la marcha por unos segundos para mirarla e intentar comprender de dónde venía tal fetidez cuando el perfume que

OREJAS PEQUEÑASPor: Lü LeszinskyBuenos Aires, Argentina@atintasuelta

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usaba me llevó a distraerme nuevamente con la futilidad de sus aurículas y con lo que no tardé en definir como una clara falta de armonía entre ellas.

Irritado por el nuevo hallazgo, decidí no perderme en conjeturas y tomar medidas para comprobar que, en efecto, ambas estructuras cartilaginosas esbozaban tamaños diferentes. Sentado frente a mi escritorio, tracé un plan para poder acercarme a ella sin que se diera cuen-ta. Esperé hasta la hora del almuerzo, sabiendo que estaría en la cocina devorando una de sus viandas vegetarianas, y me precipité con ímpetu parado frente a ella preguntando:

-¿Está rico?

Y mientras ella asentía con la cabeza –y la boca llena de comi-da– pude verlas: ¡esas dos orejas microscópicas eran diferentes! Las aborrecí aún más que antes. La imagen de ambas impresas en mi memoria aumentaron mi aversión. Me enfureció saber que tenía razón y que ya nada volvería a ser como antes.

Me quedé parado, inmóvil frente a ella, tratando de definir si era lo pequeño de sus orejas o lo antagónico entre ellas lo que les im-pedían oír que por dentro yo gritaba que la amaba.

Aquella tarde fue particularmente nefasta; el aire parecía no tener rumbo, las hojas de los arboles revoloteaban con graciosa sutileza. Estos gigantes retrasados parecían juguetear, entre torpes ondulaciones y desesperantes silbidos. Invadían todo con sus inocentes risas. El cielo se sumía en la monótona extrañeza de su azulado brillo, que se veía reflejado por todas partes forjando un ambiente de paz, endemoniada paz que haría sonreír a cualquiera. El viento dirigía con sus cortantes caricias a todo aquel que entrase en el jardín, haciéndole rodear en improvisada danza toda su extensión.

El berrido electrónico de los jóvenes danzantes me hizo buscar refugio en aquella extraña monotonía. Las nubes se atiborraban en blanquecina algarabía, haciéndome recordar aquel vulgar recipiente en que mi abuela solía guardar los algodones que utilizaba, antes de su parálisis claro esta.

Durante largo tiempo observe aquellas nubes, no por que fueran hermosas, no por que me causaran nostalgia -aunque debo confesar que existía en ello cierta esperanza- sino que deseaba poder contemplar el paso de algún avión que atravesase aquellos algodones ¡vaya que hasta un jodido ovni me hubiese bastado! Solo quería que algo los exprimiera, a aquellos algodones que amarilleaban ya por la hora, y que de la misma forma en que mi abuela lo hacia antes de inyectar a alguien, todo aquel alcohol se derramase sobre el jardín embriagando a esos jodidos scouts que tanto escandalo hacen.

De no ser por esta pierna yo mismo hubiese saltado hasta aquel embriagador botín. Dada la ausencia de los metálicos flotantes, ya con las ilusiones desvanecidas supe que aquello debía hacerse bien, a la antigua. Tome mi bastón y me dispuse a levantarme, por costumbre clave la mirada en aquel, mi único soporte confiable. Aun no se si fue por el esfuerzo o lo borro-so de mi visión; aquel pedazo de madera me recordó a alguien cuyo cabello ha blanqueado ya, eso me atormenta. Observe aquel plateado rostro de lobo que se desprendía pomposo, quede prendado de sus ojos, aquellos que se encontraban ya sin color. Jamas me había impresionado tanto el grisáceo de su vacío. Las marcas en su cuerpo me avergonzaron, la edad le había roba-do ya el vigor de su presencia, le dolían las articulaciones de cargar mi peso cada día, y así, sin soportarlo di el majestuoso salto.

RECUERDO DE AMBULANCIAPor: Iván Francisco Prieto GarcíaQuerétaro, México

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Es de madrugada y un viento helado parece acribillarme los huesos. Miro a ambos lados y descubro que nadie más está en la parada de autobús. Fijo la mirada en el reloj y me dispongo a esperar. De la oscuridad emerge un coche que se acerca sigilosamente. Apresuro el consumo del cigarrillo y con la última bocanada mis sentidos parecen turbarse. Sacudo la cabeza y cuando veo al frente, el coche ya se ha estacionado. Una de sus puertas se abre, una voz me invita a subir y yo no demoro ni dos segundos en acceder. Mientras avanzamos tengo la sensación de que las calles por las que transitamos no las he recorrido nunca. Nos detenemos ante un semáforo mientras yo intento descubrir quien está al volante, pero un juego extraño de sombras me impide hacerlo. Avanzamos unos metros más y todo movimiento cesa… El sonido del despertador hace que me precipite a abrir los ojos.

Hoy sin previo aviso, me obligaron a doblar el turno de trabajo. He terminado por fin mi jornada de esclavitud laboral y al salir, comienzo a caminar por calles sini-estramente despobladas, pues a esta hora de la madrugada ni siquiera un orate se atrevería a salir de su guarida. Llego a la parada, veo el reloj e inmediatamente el recuerdo de ese sueño emerge. Aparece el coche. Mi piel se eriza, mis latidos aumentan hasta aturdirme y siento como mi sangre comienza a transformarse en fuego. Una fuerza incontenible me impele a subir al automóvil. Llegamos al semáforo y hasta ese punto, todas las escenas de mi sueño se han repetido sin ninguna variante, salvo que al detenernos no aparece sombra alguna que en-cubra al Conductor. Nuestras miradas confluyen a través del retrovisor. Respiro agitadamente. Un vesánico e imperativo deseo se apodera de mí. Él no lo sabe pero ambos vamos a sumergirnos en ese sueño. En un instante se verá obligado a estrellar el coche…

VIAJE A NINGUNA PARTEPor: Miriam Fuentes HerreraQuerétaro, México

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Recorrí las frías calles en busca de nuevos lugares para divertirme: Tam-baleante, me sostenía de las paredes de los locales... con medio cerebro embotado por el alcohol; el otro medio, saturado con nombres de extraños y números telefónicos a los cuales no volví a llamar jamás. Fueron noches de demasía, descabelladas, irreales… donde el sexo más que rutinario, se volvió algo completamente necesario: Era una adicción volver a sentir esas ráfagas de adrenalina surcando el cuerpo, aquellas descar-gas de satisfacción que encorvaban la médula. Extasiar tacto y vista con composiciones corporales abundantes y firmes. Era un deleite para mi olfato y gusto conocer nuevos sabores, tan diferentes en cada torso pero tan similares entre sí, que parecían múltiples caras de una misma moneda.

Lo cierto es que abracé otros brazos, besé otros labios, me fundí en otros cuerpos... e inevitablemente, le recordé. Sólo quería buscar el significado de la palabra “felicidad” y entender, de una vez por todas, que no se reducía a la forma de su sonrisa. Cada noche creí encontrar un trozo de alegría. Cada madrugada me encontré a mí misma en una cama desconocida y con un amante ebrio murmurando el nombre de otra mujer.

Los amaneceres se volvieron terriblemente fríos, aun cuando los rayos del sol acari-ciaban mi piel. Habitaba una frialdad en el núcleo de mi razón que lo cubría todo con nieve; se extendió un temblor que convirtió a mi cuerpo en un ovillo de pensamien-tos, sentimientos y delirios: Por fin llegó ese instante, la oportunidad de la rendición. Ese momento intimo cuando te invaden los recuerdos y sin más… con el ego hecho pedazos, con la carne abierta en las heridas, te aferras a cada uno. Reviví toda memo-ria que llevaba impregnada su esencia: al fin me permití oler su perfume amaderado, verme reflejada en el oscuro infinito de su mirada, me di la oportunidad de volver a escuchar sus palabras de amor, sus promesas, nuestros sueños en común, esos que sé bien, no se realizarán. Con valor, invoqué la calidez de su cuerpo, sentí sus manos recorriendo mi piel, aquellos centímetros de dermis por donde le deleitaba pasear sus dedos. Con tremenda facilidad puede rememorar el sabor de sus labios, su textura, la torpeza de su lengua y lo feliz que me hacía estar aprisionada en su boca. Me entregué una y otra vez a los recuerdos, dejé de sentirme culpable por extrañarlo tanto. Le quité

RÁFAGA DE ADRENALINAPor: Angélica A. Avila GonzálezGuanajuato, México

LITERATURA

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la máscara de odio y repudio a mi corazón para poder contemplar su más doloroso semblante. Era verdad, lo extrañaba tanto que el dolor, como una mano helada que estrujaba mi pecho, de apoco arrancaba mis esperanzas, mis ganas de volver a enam-orarme.

Como una abeja clavando su aguijón en la piel, el poco juicio que me quedaba inyectó, una a una, sus venenosas preguntas: “¿eres estúpida?”, “¿por qué extrañas tanto a alguien que te hirió de esa manera?”, “¿crees que se merece un minuto de tus pens-amientos?”. Constantes, punzantes, inflexibles… Se dedicaban a rebotar sin ritmo en mi cabeza. Cuando al fin encontraba un poco de silencio y paz, inexplicablemente volvían como un tornado devastándolo todo a su paso. Mi interior se resumía a un montón de escombros sin pies ni cabeza.

Empecé a recordar el día en que terminó. Quizás… sólo quizás, había terminado des-de antes, pero soy lo suficientemente testaruda como para aceptarlo. Aún puedo verlo sentado con la mirada perdida, él y sus silencios interminables parecían pintar el paisaje de un frío color azul. Recapitular sus ridículas excusas era como escuchar un cassette que podías pausar y rebobinar cuantas veces así lo desearas. Y aunque lo hicieses, seguías sin entender el idioma extravagante en que hablaba. Sus palabras se volvían tontas, carentes de sentido.

“¿Cómo pudiste amarlo?”, volvió a reprocharme mi racionalidad. Yo no entendía, no comprendía cómo podía ser tan dura conmigo misma, ¿no había sido bastante el romperme por un amor mal correspondido?, ¿por qué tenía que ser tan inhumana con mi propio corazón?

—“¿Por qué no habría de extrañarlo?”- Me contesté al fin. Él no era sólo ésta herida abierta. Él era los sentimientos hermosos que me hizo florecer, los momentos felices que compartimos, las aventuras y las metas que construimos en común. Aunque claro, él también era la razón de esas lágrimas; en algún momento, también fue dueño de mis enojos y frustraciones. No cometí ningún error al amarlo. Le había entregado mi cora-zón con sinceridad.

Él se volvió una buena razón para sonreír, pero me queda claro que no es el único moti-vo en mi vida.

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PARA LEER A

JOSÉ MADERO POR: Dome Nájera

VuelVe a Querétaro, sin PXnDX Por el momento y con un libro entre manos.

En esta ocasión le tocó a Querétaro recibir a José Madero, vocalis-ta de la agrupación musical PXNDX, para la presentación oficial de su libro titulado “Pensándolo Bien, Pensé Mal” en la librería Gandhi de nuestra ciudad.

El título del libro, que deriva de una de las canciones del álbum “Bonanza” (2012), presenta lo que pretende ser un anecdot-ario que relate las vivencias del compositor regiomontano tanto fuera como dentro de la agrupación, misma que este año precis-amente cumple 15 años de haber lanzado su primer material discográfico, “Arroz con Leche” (2000).

Tanto las buenas como las malas decisiones de la vida del vocalista se narran a lo largo de más de 300 páginas para dar a conoc-er un lado de su persona que no podría ser percibido de la misma manera a como se plasma en las canciones que compone para PXNDX. Siendo que a lo largo de 20 renglones y entre rimas le resulta más difícil poder concretar las ideas que pretende comunicar dentro de una canción, mientras que con un libro se pierden varias limita-ciones al momento de escribir en prosa, aseguró Madero.

“Yo no creo en la inspiración, es mas de ponerte a trabajar. Yo me puse una meta de tres páginas diarias y con tener disciplina ya sale”.- reiteró.

Y a pesar de no considerarse un escritor

hecho y derecho, no le teme a las críticas, por el contrario asegura que ha recibido de buena manera los comentarios de gente cercana a él, quienes le comentan que de hecho resulta una lectura bastante amena; e incluso considera seriamente la posibilidad sacar otro libro pero en esta ocasión pro-bando el género de ficción.De igual manera, comentó que tras 4 años de ausencia por parte de la banda en nuestra cuidad regresan al Auditorio Josefa Ortíz de Domínguez el próximo 6 de marzo para finalmente presentar tanto el “Bonan-za” como su último álbum titulado “Sangre Fría”.

Ya por ultimo y con una concurrencia con-siderable que pedía a gritos su firma en los cientos de copias vendidas en la librería de las bolsas amarillas, nos atrevimos a pre-guntarle sobre sus 3 libros favoritos y así fue como nos contestó:

1. Cualquier título de Stephen King (Firme seguidor del autor estadoun-idense).

2. “The Harlot by the Side of the Road: Forbidden Tales of the Bible” de Jon-athan Kirsch (Libro que sirvió de referencia para la composición del álbum Poetics (2009)). 3. “Frankenstein” de Mary Shelley (Lo leyó desde niño y siendo que solo gusta de leer en ingles lo volvió a comprar en dicho idioma).

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Fotografía

Ricardo Daniel Sandoval Villares

Si me preguntaran cuál es la forma más bella de inmor-talizar un recuerdo sin duda diría que es la Fotografía, pasatiempo que se convirtió en una forma de vida y de hacer arte.

Mis inicios se remontan a mi natal Chilapa de Álvarez, Guerrero, en donde entre juegos y tiempo libre, la Fotografía se fue convirtiendo en mi actividad favorita. Pero fue hasta mi llegada al D.F. que pasó de ser un pasati-empo para convertirse en una forma de vida. Con 18 años, una cámara compacta, una recién comenza-da licenciatura en Biología Experimental en la UAM y mis ganas de mostrar la esencia de todo lo que me rodea desde mi perspectiva, comencé a adentrarme más al mundo de la Fotografía.Pasaron poco menos de tres años para que todo lo leído no bastara y mi primera cámara réflex llegara a mis manos y a pesar de ser muy sencilla, con ella comenzó una etapa que me ha llenado por completo y en la que, hasta la fecha, no he dejado de aprender.En ese momento inició mi segunda vida, a la par de mi vida universitaria entre ciencia y laboratorios, capturando mi momento favorito del día “atardeceres” y con ello

Correo: [email protected]

Facebook: https://www.facebook.com/ricardodaniel.sandovalvillares

Fan page: www.facebook.com/Ricar-dodaniel.sandovalPhoto

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el deseo de capturar la belleza en todo lo que veo; paisajes, retratos, momentos y sentimientos.

Sin embargo siempre hubo algo que quise mostrar a aquellos que pudieran conocer mi trabajo, se trata de las tradiciones y costumbres del Estado de Guerrero, así empecé por el municipio de Zitlala, Guerrero y sus hombres tigres, que cada mes de mayo realizan peleas entre ellos como un sacrificio para pedir un buen temporal de lluvias, posteriormente llegó lo más esperado para mi “La Tigrada” desfile llevado a cabo en Chilapa, donde diversos municipios de la región representan aquellas tradiciones donde el jaguar es protagonista.

En este momento mi mayor pasión está en los re-tratos, al llevar a cabo una sesión fotográfica busco que cada persona se muestre tal y como es, dando a conocer su esencia, su estilo, otorgándome la confi-anza para ser un medio entre lo que quieren mostrar y lo que los demás aprecian; belleza, fuerza, ternura, con o sin un concepto pero siempre tratando mostrar mi visión.

Debido a mi actual estadía en la Ciudad de los Pala-cios y los viajes que he podido hacer a otras ciudades, el capturar monumentos históricos y en general, huel-las de arquitectura de cada lugar se ha convertido en una actividad obligada y que disfruto enormemente pues no dejo de sorprenderme con la historia que nos podemos encontrar y lo que cada construcción nos puede contar con tan sólo observar de cerca.Para mi fortuna he elegido dos actividades en las cuales siempre aprendo y avanzo y que he podido combinar, por un lado la ciencia con una licenciatura culminada y en donde sigo haciendo trabajo de investigación y la fotografía que es una forma de expresión artística de la cual no sólo he aprendido más sino también he visto un crecimiento en mi trabajo.

Actualmente, mi equipo fotográfico ha cambiado por completo en busca de mayores posibilidades, sin embargo aprendí que lo importante es la visión, pasión y empeño por ver más allá de los detalles.

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por: RICARDO RODRÍGUEZ @Ricardo_i93

Crónica de un ritual.Desde que tengo memoria, los partidos en el estadio siempre se han visto igual desde las tribunas. Nunca ha habido mucha diferencia si uno se ubica en la parte izquierda o en la dere-cha de la zona preferencial, desde ambos lados se puede ver la cancha. Tampoco ha sido muy importante el sentarse más arriba o más abajo; si acaso, lo más significativo de ello está en las posibilidades que tiene uno de empaparse de cerveza y de otros líquidos de procedencia desconocida que arrojan de vez en vez durante el encuentro.

La zona preferencial nunca ha tenido mucho chiste. Da lo mismo dónde se siente uno, el ritual del partido siempre es el mismo…

Sentarse, observar el calentamiento de los jugadores, ubicar a los vendedores de cerveza, refresco y botanas. Pararse. Quedarse de pie unos instantes y dar un vistazo rápido al estadio, hacer una seña al chico que carga con la caja de cervezas. Pagar 60 pesos por un litro de cer-veza, mandar al chico de las cervezas por el otro chico, el de las botanas. Sentarse. Coordinar dos tragos a la cerveza por cada vez que se mira el reloj para saber cuánto falta para el inicio del partido. Recibir al chico de las botanas, desembolsar 50 pesos por una bolsa retacada con salsa y limón. Despedir al “chico botana” y buscar de nuevo al “chico cerveza”. Pararse y dar un vistazo rápido. Sentarse al ver a los jugadores ingresar al campo. Tomar el primer puñado de la bolsa retacada de salsa y limón…Coordinar la patada inicial con un chiflido y gritar: “Eh, cerveza!!”

El resto del partido, quizá lo que dura el partido en sí, el ritual se hace un poco más sencillo. Todo se resume a gritar, comer y beber, unirse puntualmente a los cánticos que emergen de la nada, llevarse las manos a la cara y a la cabeza, lamentarse, gozar y seguir gritando. Salvo el reabastecimiento de cerveza y botana, todo se hace de la misma manera durante noventa minutos. Siempre es igual.

Pensaba en eso la noche en la que un mi amigo Emmanuel me invitó a ver el primer juego de la temporada en el palco que la empresa de su padre. Íbamos subiendo las escaleras por el ac-ceso único a la zona de palcos cuando volví a pensar en lo que podría esperarnos allá arriba…Si tengo asignado el número de un asiento en el palco, no podré sentarme más a la izquierda o a la derecha, ni más arriba, ni más abajo. ¿Eso significa que también se ve igual desde acá arri-ba? ¿Qué pasa si en frente de mí se sienta alguien más alto? ¿Y si yo soy el alto y me tengo que sentar en frente de alguien más? ¿Qué hay de la cerveza y la botana? ¿Costarán igual? ¿Habrá más chicos cerveza y más chicos botana? ¿Qué hay del ritual? ¿Será el mismo?

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PEBETEROCOLUMNA

Haciendo suya una muy variada mezcla de géneros mu-sicales que caracterizó su peculiar y único estilo, y que los volvió fácilmente identificables en diferentes partes de la república y del mundo.

A pesar de que Porter durante sus inicios se estableciera como una banda enteramente instrumental (2001) -al igual que Austin TV-, pero siendo ésta compuesta por Fernando de la Huerta, Diego Rangel, Juan Pablo Vázquez y Víctor Valverde, no pudo gozar de reconocimiento público o de la crítica hasta la tardía incorporación de Juan Son como vocalista en 2004.

MUSICA

DONDE LOS PONYS PASTANPor: Carlos Aguilar Larrañaga@aguilarra91

Con tan sólo cuatro años en su haber, la banda jali-sciense, Porter, se consagró como uno de los proyectos más revolucionarios del rock experimental mexicano.

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Influenciada por una amplia gama de estilos y géneros musicales, Porter tomó como ejes inspiracionales a bandas in-ternacionales de la talla deSigurRós, The Cure, Mecano, Air, Pixies, e inclusive bandas mexicanas reconocidas alred-edor del mundo como Caifanes y Café Tacvba,para expandir sus posibilidades artísticas y poder así comenzara trabajar en su ópera prima: el celebérrimo EP tit-ulado “Donde los ponys pastan” y que, hasta la fecha, muchos seguidores con-siderarían su proyecto por excelencia.

Enfatizadas por un sonido que algunos describirían como de ensoñación, locu-ra y experimentalismo, canciones de la banda originaria de Guadalajara,como: “Girl”, “Espiral”, “Bipolar” y “Daphne”, rápidamente empezarían a difundirse a través de diversas estaciones de radio locales, en las cuales se repetirían con-stantemente, gracias a la aclamación y perseverante solicitud del público.

Importante, aunque no tan sorprendente como el EP anterior, “Atemahawke” hizo su entrada dentro de la indu-stria discográfica rompiendo récord de compras en 2007; a partir de lo cual, Porter sería catapultado al mundo de las giras nacionales, en las cuales, asistirían también, dentro del público, músicos de renombre que serían sorprendidos a tal

nivel de darle el título a Juan Son de ser uno de los mejores frontmans de la histo-ria en México. Más tarde, alcanzarían la fama en otros países como Gran Bretaña donde colaborarían junto con bandas de la época en festivales de rock.

Lamentablemente, a lo largo de los años, Juan Son optaría por darse un descanso del grupo para viajar a países como Perú para envolverse en movimientos de de-scubrimiento espiritual; y más tarde, se reencontraría con ellos para realizar un par de presentaciones en vivo aunque, eventualmente, debido a problemas in-ternos, sería dado de baja por los demás miembros y sustituido por David Velas-co, reduciendo así la fama de la banda.

Actualmente, Porter se encuentra activo y su más reciente trabajo -el cual aca-paró un modesto interés y curiosidad por parte de los aficionados-: “Mocte-zuma”, fue publicado en 2014 y se en-

cuentra a la venta en tiendas discog-ráficas. Mientras tanto, el grupo

realiza presentaciones a lo largo de la república y Juan Son, se cree, se encuentra

colaborando con una banda neoyorquina, “aeiou”, ambas par-

tes intentando recuperar un poco de la gloria del pasado.

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MUSICA

TRICLICLO CIRCUS BAND, UN GIRO A LA MÚSICA EN ESPAÑOLPor: María Fernanda García Figueroa@mafufigueroa

Si de combinaciones se habla; el canto, el baile y la música es sin duda la más grata de todas, no por el sim-ple de hecho de crearse algo nuevo, más bien por la sensación que deja este coctel armonioso después de su suculenta degustación. Pero, si se agregan más elementos como el teatro musical, la escenotecnia, e incluso las artes circenses se logra algo único e irrepetible.

Triciclo Cricus Band representa esta exótica y artística mezcla, consiguien-do no solo ser una agrupación totalmente alternativa mexicana, sino que también una de más versátiles, ya que posee canciones que no se encasillan en un solo género, se les puede disfrutar desde un fabuloso jazz hasta unos auténticos valses franceses. Sin embar-go, lo que realmente llama la atención es su creatividad en sus atuendos; las grandes narices de payasos, sus caras blancas y uno que otro parche en sus chalecos.Triciclo tiene su formación en el año 2009 en el D.F., donde de acuerdo a su historia oficial, aseguran que el tema de la “influenza” de

ese año fue su motivación. Integrada por es-tudiantes de diversas universidades, pero con un mismo fin; hacer música. Alejandro Preiss-er (compositor), Luis Preisser (saxofón), Cesar García (saxofón), Eric Martínez (Flauta), Oscar Pineda (trombón), Tere Campos (acordeón), Pedro Fernández (saxofón), Francisco Rebollo (violín) e Israel González (trompeta) logran este objetivo. A tan solo 5 años en este gran mercado, Triciclo ha logrado participar en diversos festivales y conciertos, prometiendo algo totalmente único en cada uno ellos.Triciclo Circus Band, una recomendación para cualquier ocasión, si quieren saber más de ellos, síganlos en sus redes sociales.

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LIBROS Y OTROS MENESTERESpor: ALEJANDRA ISLA

COLUMNA

DISCULPAME TE HE ROBADO Sí, el día de hoy quiero confesarte que te robe, tomé algo tuyo que no te pedí. A ti amigo, te robe tus chistes, tus bromas, tu alegría, tu risa, tus anécdotas, tu gratitud, apliqué tus estrategias.

A ti papá, te robe tu sabiduría, tu bondad, tu valor, tu voluntad y experiencia.

A ti mamá te robe tu aliento, tu tiempo, tu tesón, tu paciencia, tu alegría,

A ti hermano, te robe tu empeño, persever-ancia, tu lucha, tu integridad, tu confianza, tu benevolencia, tu cariño.

A ti hijo te robe tu despertar, tu emoción, tu vida, inhalo cada sonrisa, tu gozo, tengo grabado en mi mente tus primeros pasos, tus logros, tus palabras.

A ti conversador, que cruzaste palabra con-migo, me robe tus frases, tus comentarios, tus relatos, tu hilaridad, tu delirio.

A ti amor, te robe inspiración, tu pasión, tu mi-rada, tu ternura, tus anécdotas, tu caminar, el pequeño mechón sobre la frente que se agita al ritmo de tu cara, me los quedé.

A ti ilusión, te robe bellos momentos, acom-pañé mi soledad con tu presencia, y mejor no te cuento lo que hice con tu imagen.

A ti autor de libros te robe pasajes que hice míos, me los apropie despiadadamente porque sentí que debí haber sido yo la autora de tan lindas reflexiones, porque me gustó tanto lo que dijiste, lo que pensaste, que lo emplee varias veces en conversaciones, en pensamientos, en ideas, en cuentos.

A ti pintor, fotógrafo, te robé tu espacio, tus colores, tu ilusión, tu arte, tu silencio, tu paz y me senté ahí en tu río, respiré el oxigeno de los árboles que plasmaste en imagen, caminé por tu vereda, me recosté sobre tu pasto, me aquieté en noches de insomnio con el entor-no que tú creaste.

A ti músico, autor, te robé con gritos, con llan-to, con alegría las letras de tus canciones, tus notas musicales entraron por cada poro de mi cuerpo, te juro que esto, no fue voluntario, así paso, cuando escuché tu canción, tu ritmo, mis pies simplemente se movieron por volun-tad propia, y mi corazón se agitó con fuerza.

A todos ustedes les pido una disculpa, porque sin saberlo, yo me quedé con parte de ustedes, de su esencia, porque con todas esas pertenencias suyas, alimento mi ser, y me han emocionado a rabiar.

No tengo nada con que pagárselos, por eso se los agradezco con esta líneas.

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Aquellos que presenciamos Cybernet en Unicable, a Habacuc en su Joystickeros de MTV y en una menor y más selecta proporción a “Gus” Rodríguez en Nintendomanía, sabemos que los años han pasado de maneras muy diversas. Estos gurús se fueron y en su lugar, al parecer quedaron los ahora, gurús del internet, los streamers y los videoblogueros. Pero no siempre fue así.

Presenciamos la extraña e inevitable evo-lución de que lo gamer pasara de friky y inadaptado a cool y aceptado por la cultura popular, en el transcurso de unos cuantos años. ¿Chicas gamer? INPENSABLE. No eran páginas de Facebook con miles de pubertos buscando material para sus fantasías febriles; acaso serían un mito, una simple leyenda que se transmitía de control a control. ¿Eventos para gamers? Tal vez en Estados Unidos, porque acá en México algo similar sería sinónimo de desprecio y rechazo de parte de tus amigos, tu familia y hermanos. “¡Voy a un concurso de Cosplay!” –“¿Qué mariconada es eso?”—te hubiera contestado tu papá.

Pero así como llegué a leer alguna vez en la carrera, el capitalismo es “incluyente” y al final, hará suyo cualquier aspecto minoritario, cualquier subcultura en algún momento será “pop”. En otras palabras, cualquier cosa se puede poner de moda en un abrir y cerrar de ojos gracias al apoyo de medios de comu-nicación y los intereses adecuados. Y así… lo gamer llegó a donde está ahorita. Suste-ntando una industria que al paso que lleva,

LAS PERIPECIAS DE LA GENERACIÓN YPor: Iván ValdésQuerétaro, México

genera más ingresos que el cine y la música.Y en esa encrucijada, creció la generación Y. Tanto los que gustamos de los videojuegos como los que rehuían de ellos. No importa el lado donde uno se encuentre, los tiempos nos han alcanzado y ahora, terminando carre-ras universitarias o buscando un trabajo, nos hacemos un espacio, aunque sea pequeño, para nuestra infancia. Nos damos unas horas, añorando los días enteros dedicados a recor-rer aventuras digitales.Incluso duele un poco pensar que nos hac-emos viejos y una nueva oleada de infancia amenaza con desplazar la nuestra, la de la siguiente generación, los Z (y nada tienen que ver con Dragon Ball). Pero nos mantene-mos firmes, como sabios protectores de otra época. Una en la que saber de superhéroes no se cruzaba con considerarlos sexys o inte-resantes. Un tiempo donde conocer a alguien con esos gustos era convertir inmediata-mente a ese alguien en tu amigo. Un tiempo que ya pasó y que se resume en pláticas de nostalgia, donde cada frase comienza en “Te acuerdas de…”.

La generación Y creció. Sale a la calle a inser-tarse en sociedad, cual logro desbloqueable y se imagina que pasará mañana. Que será de sus hijos y donde encontrará tiempo para jugar. Nos preguntamos incluso si nuestros vástagos serán dignos de tocar nuestra memoria, convertida en aquel Play Station, Nintendo o cualquier otro tesoro antiguo. Pero será mejor terminar aquí, pues debo ir a trabajar compañeros.

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GIF

F 18

ª ED

ICIÓ

N Por: Dome NájeraQuerétaro, México

Se prepara la Méxicomorfosis, cortesía del GIFF.

Nos volvemos a to-par con uno de los festivales de cine más importantes de México, pues regresa para su decimoctava edición el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) rindi-endo homenaje al centenario de la publicación de la novela “La Meta-morfosis” del autor checo Franz Kafka.

La temática de este año, misma que lleva el nombre de “Méxicomorfo-sis”, pretende abrirle sus puertas a propuestas cinematográficas que carguen con un mensaje sobre los cambios sociales que se han visto a lo largo de la historia, algo bastante acertado si tomamos en cuenta la manera en que el país se encuentra en estos momentos.

La sede, igual que en años anteriores con-tará con los majestuosos escenarios con los que cuenta la cuidad de Guanajuato, no sin antes darse una vuelva por una de las ciudades más bellas del mundo, habla-mos por supuesto de San Miguel de Allen-de. Así que si de por sí el festival promete bastante trayendo a Turquía como país invitado, seguramente si no se ha teni-do la oportunidad de conocer el festival será igual de bueno darse una escapada y recorrer dichas ciudades.

Nos estamos preparando, para que a partir de este próximo 17 de julio y hasta el 26 del mismo mes llevemos a todos nuestros lectores la cobertura del festival como solo Caleidoscopio la tendrá.

Atentos y vamos al cine... vamos a Guana-juato.

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CINE

Sí, mientras haya vida hay es-peranza. Ése es el mensaje central y el hilo conductor de la película La teoría del todo del director James Marsh. A través de un viaje de perseverancia, amor y pasión el director nos muestra la com-plicada pero fructífera vida del astrofísico Stephen Hawking, interpretado por Eddie Redmayne, y su relación con su primera esposa, la estudiante de Literatura, Jane Wilde, interpretada por Felicity Jones.

El actor de los Miserables, Eddie Redy-mane, nominado al Oscar para Mejor Actor y fuerte contendiente en la compe-tencia, nos entrega en La teoría del todo una implecable y sincera actuación. A través del filme el actor nos muestra a un brillante astrófisico en busca del orígen del universo. No obstante ésa perseveran-cia y busqueda incesante tendra repercu-siones en la salud del científico, quien ira perdiendo poco a poco su capacidad de movimiento y de habla por la enfermedad de la neurona motora. Ésa perdida de movimiento pero no de lucidez mental es la que retrata Redymane de manera única al mostrar la vida de un Stephen Hawking

ávido de conocimiento y constante en su busqueda de respuestas a las dos pregun-ta más inquietantes de todos los siglos: ¿De donde venimos? Y ¿Hacia donde vamos?

La Teoría del Todo,Un Viaje al Espíritu Humano

Por: Alejandro JiménezMéxico, D.F.@alexyeih91

“No debería haber barreras al es-fuerzo humano. Por más que la vida se vea mal, mientras haya vida, hay

esperanza” –Stephen Hawking.

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Cabe resaltar del filme tambíen la ac-tuación de la nominada al Oscar por Mejor Actriz, Felicity Jones. Felicity nos muestra en la película el crecimiento paulatino y gradual de una joven Jane Wilde. En la pantalla grande ella muestra en un inicio a una joven estudiante con dudas sobre ella misma y su relación con Hawking y expone despúes su eventual transformación en una fuerte mujer que no dejará de entregar todo su amor y pasión por su marido Stephen.

Un dato curioso y que respalda la genial actuación de Felicity y su estudio de per-sonalidad de Jane Wilde es que a inicios del rodaje la verdadera Jane Wilde acudió a ver la filmación y al ver la representación de ella misma en la pantalla elogió a la joven actríz diciendo: “Cuando acudi al rodaje por prime-ra vez y la vi pensé que me habia robado mi personalidad”.

A nivel de narrativa la relación de amor entre Jane y Stephen se vuelve el ar-gumento central de la película pero tambíen se incluyen los conflictos a los que se tuvieron que sobrepo-ner a lo largo de su relación como la perdida de movimiento de Ste-phen, el díficil cuidado de sus hijos, la perdida de atracción entre los dos, y even-tualmente el divorcio de Stephen. Además se muestra parte de la segunda relación de Stephen con la enfermera Elaine Mason y la relación de Jane Wilde con Jonathan Jones, músico y amigo de la familia Hawking.

Al final del recorrido La teoria del todo, es una película con un retrato muy humano y certero de la vida del astrófisico Stephen Hawking con una banda sonora sensacional por parte del compositor islándico, Jóhan Johannson, y con ligeros toques románticos y científicos que se plasman dentro de una historía de perse-verancia y alabanza al espírtu y esfuerzo humano.

CINE

Charlie Parker fue un músico ad-elantado a su tiempo que, como muchos artistas, sufrió la severidad –a veces cruel– de quienes mandaban en el mundo del jazz. Es conocida la anécdota del famo-so platillazo arrojado por el baterista Jo Jones sobre “Bird”. Se dice que el joven Parker lloró hasta tener los ojos hincha-dos después del incidente; años después, “Bird” se consagró como uno de los más grandes del género, creador de un estilo personal reconocido hasta nuestros días.

Algo semejante sucede en “Whiplash. Música y obsesión” (Damien Chazelle, 2014). La trama aborda la compleja rel-ación entre dos músicos: maestro y alum-no. Andrew (Milles Teller), es un joven que carga con el fracaso, en una situación que puede ser hasta genética. Andrew logra ser admitido en el prestigiado conser-vatorio de Shaffer, una de las mejores instituciones en Estados Unidos. En dicho conservatorio se ha creado una banda de Jazz, dirigida por Terence Fletcher (J.

K. Simmons). Fletcher es conocido por empujar a sus alumnos hasta el extremo, pero cualquier cosa que haya escuchado Andrew no se compara con el dolor físico y mental al que será sometido.

Hacer más de lo que se puede, intentar y no claudicar en un mundo donde los que fracasan son señalados, marcados por sus actos. La excelencia contra la mediocrid-ad, la búsqueda de ese instante, aunque sea efímero, de aceptación. Lo obsesivo que puede llegar a ser el camino hasta el éxito, se centra en la relación con el propio hecho de existir, ya lo decía Lacan.Whiplash tiene varias vertientes desde las que se pueden encontrar semejanzas con otras historias y personajes del cine. Desde los tipos obsesivos de las películas de Aronofsky, pasando por las cintas de deportes en las que los implicados sudan sangre por conseguir una meta, hasta los dramas psicológicos generados en las películas de guerra – el propio Fletcher le recuerda a más de un cinéfago al sargento

Whiplash,Cine a Ritmo de JazzPor: Alfonso BlancoHidalgo, México@alfonsoblanco

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Tras haber triunfado como Mejor Película en Sundance, Whiplash llegó a México vía el Festival de Morelia, donde se llevó los aplausos del público.

Hartman de Full Metal Jacket.

El proceso de enseñanza poco convencional del que somos testigos va desde la humillación con palabras, en un humor negro salvaje, hasta los golpes y lanzamiento de objetos incluidos. Esa riña entre los dos perso-najes principales parece espontánea, como si los actores no estuvieran sometidos a un guion, simplemente se dejan llevar por las situaciones, creando un ritmo que no va a bajar en ningún momento de la película; ese ritmo que menciono -tan parecido al Jazz-, que no da concesiones a la persona que escucha, es lo que hace Whiplash con el espectador.

“Whiplash” es el nombre de la pieza a dominar, representa de alguna forma la excelencia requerida por Fletcher. Son intensas– pueden resultar un tanto repetitivas-, las escenas de los ensayos. El enfrentamiento entre el grupo es constante, nadie se atreve a meter las manos en el fuego por el otro; para el tipo de maestro poco ortodoxo que es Fletcher, represen-ta la situación ideal, los individuos se encuentran solos, más vulnerables pero más capaces de lograr metas, ¿pero a qué precio?

El soundtrack de una película tiene el poder de llevar al espectador de la curiosidad al asombro. El Jazz es el vehículo por el cual transita todo el ácido que se desprende entre los dos personajes, el amante del género podrá encontrar la selección musical exquisita.

La sangre de las manos al recibir el contacto con las baquetas y su fric-ción, el sudor en la frente y la playera de Andrew son acompañados por una fotografía que mantiene la oscuridad del conservatorio y las calles de Nueva York. El guion va permitiendo a la trama asomarse disimula-damente por la vida de Andrew; un padre, como ya había mencionado, derrotado pero comprensivo y el intento de relación entre el baterista y una cajera de un restaurante de comida rápida.Whiplash sorprende en muchos sentidos, desde el joven director que ha logrado un nivel narrativo envidiable, hasta los papeles de actores sin tanto renombre pero con un ritmo histriónico bien ejecutado. Lamenta-ble que una de las mejores películas del 2014 no tendrá espacio en la noche del Oscar.

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CINE

No es la primera película que habla sobre los efectos paradójicos de aquellos soldados que se sienten mas cómodos en el campo de batalla que en la tranquilidad de una vida domestica, pero en mi opinión es la primera película que te hace sentir toda la tensión, miedo y deses-peranza que debe sentir un soldado en servicio, por poner un ejemplo, en “The Hurt Locker” podías ver como el solda-do en turno el sargento de primera clase William James interpretado por Jeremy Renner, disfrutaba los momentos bélicos como un bebe disfrutaba al leche mater-na, pero realmente nunca te muestran una transformación de como llego a eso, cap-turan las consecuencias de estos efectos bélicos, pero no la transformación de civil a soldado, es en eso donde America Snip-er luce como pocos, no solo muestra a un soldado arrepentido o totalmente desvir-tuado de alguna conciencia ética, muestra una transformación, una evolución, o en esta caso una involucion del personaje.

Eastwood se encarga de darnos un vistazo de Chris Kayle interpretado por Bradley Cooper, da una pincelada de la vida de este personaje (basado en hechos reales) antes de que se convierta en marine, mostrándole como un chico educado por

un padre que le enseño a sus hijos la im-portancia de defender a al familia del mal.

Cuando se hace adulto, Cooper lo inter-preta como un dulce y brillante buen chico con un punto de vista muy pragmático: los bombarderos en las embajadas de EE.UU. ofenden sus sensibilidad pro-amer-icana, así que la respuesta más lógica es enrolarse en el ejército y vengarse de los bastardos. ‘American sniper’ no critica la actitud simplista de Kyle hacia su servicio militar, honra su convicción sin necesaria-mente celebrarla, la interpretación, todo corazón, de Cooper sustenta la película. A medida que avanzan los años y Kyle se si-ente cada vez más desarraigado de la vida civil, el actor insinúa el terror interno del hombre y su impotencia. Kyle no es algui-en que se sienta cómodo pidiendo ayuda, y su parálisis emocional es conmovedora. Cooper hace énfasis en el desamparo del personaje de una forma muy comedida.

American SniperPor: Adrián LugoQuerétaro, México

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Pero vamos no todo es miel sobre ho-juelas, hay fallas o detalles en la película que no deben perderse, lamentable-mente el guión no es tan fuerte en este aspecto de tratar de darnos a conocer a los demás personajes, o algún otro as-pecto que no toque la moralidad, no me malinterpreten la actuación de Cooper es explendida realmente sientes el conflicto ético y humano en su mente, simple-mente que parece mas un monologo en solitario, las escenas en Texas mas que dar alguna tinte familiar o de mostrar gri-etas en el ámbito familiar, corta el ritmo de la película sin dar un sabor mas que agridulce, jamas llegas a conocer a otro personaje, es como si Eastwood hubiera puesto todo el peso de la película en los hombros de Cooper.

La palabra “intensa” sale a cuestas en mi mente al tratar de describir esta película, en muchos niveles es la hermana espir-itual de “The Hurt Locker”, y como dije antes tiene algunas fallas que tal vez algunos no las perdonen, pero para un servidor esto no le quita todo lo bueno que tiene, una historia aparentemente patriótica y entusiasta, logra infundir un dolor subyacente y una melancolía que hace eco en todo aquella película que se haya atrevido a hablar del tema, , no solo muestra trastornos de estrés postrauma-ticos en un personaje, se atreve a empa-parnos de un contexto y mas importante ,un ideal, insisto, en que las escenas donde esta de vuelta en Texas no son enérgicas y no alcanzas a remarcar el punto que apenas se logra asomar, a contraparte de las escenas donde esta en Irak donde puedes ver como las desi-

ciones que toma son dolorosas, cada paso que da lo aleja mas de su hu-manidad pero mas a su ideal, alcanzar ese punto donde sientes que el perso-naje principal esta desfragmetandose a cada paso que da, pero que aun así lo hace por una razón, no es una histo-ria de buenos contra malos, es poder dar una parte preciada por un bien mayor, para finalizar si bien no es una película que sea favorita en la tempo-rada de premios, vale la pena checarla, es una buena oportunidad para ver a Bradley Cooper como nunca antes lo has visto, y de igual manera ver el patriotismo estadounidense de otro punto de vista.

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BIRDMANO la inesperada virtud de la ignorancia

POR: aDriáN Gil

Quizá hablar bien de esta nueva película sea caer en la propues-ta del director Alejandro González Iñárritu, pues exigiría de nuestra parte una desaprobación por que no vimos una película de acción donde el super-héroe se enfrente a un villano con in-tención de destruir a la raza humana, o algo por el estilo. Dicho sea de paso, resultó interesante escuchar comentar-ios en la sala de cine del tipo “Es que

yo pensé que iba a ver algo como los Avengers o Spiderman”. Comentario que justifica perfectamente lo planteado por Iñárritu. El arte se ha convertido en un producto que sólo entrega artesanías y el público es predecible, sólo le interesan las apariencias, sean buenas o malas.

¿Para que querríamos ver la historia de un egoísta, megalomaniaco, y sin amor propio? ¿No estamos hartos ya de hacer

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famosos a gente estúpida, que solo le importan las apariencias y no tienen ni un respeto por lo que dan al publico que acude a ver cine o cualquier tipo de arte?

Sencillo, cómo publico de Birdman caemos en lo mismo que critica el personaje, con una actuación genial de Michael Keaton, somos un público morboso hasta en esta historia. Pero en esta ocasión la historia es muy bien mostrada por las actuaciones, guiones y la música tan particular creada en su mayoría con una batería que lleva ritmos sencillos pero muy bien elab-orados.

La falta de amor propio y el egoísmo es la nueva pandemia del mundo con-temporáneo, teniendo como síntomas el temor a la muerte y al fracaso. De esto están siendo contagiados tantas películas, en general todo el medio

del espectáculo. Creo que no vendrían nada mal más películas cómo estas a nuestras salas de cine, película que para mi es de lo mejor que hemos tenido en este 2014.

Lo rescatable de esta película es que no solo nos muestra una historia, al mismo tiempo nos involucra como afi-cionados. Queda la reflexión de cómo invertimos en nuestro entretenimiento.

Mención aparte merece la forma de retratar a seres que no tienen ni el mas pequeño amor por sí mismos, con ataduras mentales, y por lo tan-to solitarias por elección. Nada que un poco de fama y mala memoria no logren mejorar la forma en que nos valoramos a nosotros mismos, aunque sea momentáneamente los fantasmas siempre estarán por ahí guardados en un lugar, lugar del cual conocemos perfectamente su ubicación. Quizá si hiciéramos más lo que nos gusta habría menos “Birdmans” por todo el mundo.

CINE

Es difícil describir una postura para Into The Woods.

Viniendo de la empresa cuya filosofía se resume en “los sueños se hacen realidad” de acuerdo a palabras de Julie Andrews, el tema “cuidado con lo que deseas” de esta adaptación del musical de 1986 de James Lapine/Stephen Sondheim, por más que se haya intentado maquillar con la mágica producción visual que podre-mos disfrutar de dicha adaptación a la pantalla grande, resulta tanto innovadora como poco atractiva.

Y siendo una gran amante del género mu-sical y una fiel de que el apellido Streep es ya una garantía para cualquier trama, he de advertirles que no todo es color de rosa en este filme.

Los propósitos de cada personaje (al menos los que parecieran ser los más importantes) se resumen en un prólogo de alrededor de 15 minutos y el tema princi-pal ya mencionado se nos es recordado una y otra vez en un lapso de 124 minu-tos. Tenemos las historias clásicas de la Cenicienta (Anna Kendrick) y su miserable condición como esclava de su madrastra y hermanastras; el inocente Jack (Daniel Huttlestone) que roba oro de los gigantes

tras hacerse de unas habichuelas mágicas; Caperucita Roja (Lilia Crawford) que se deja engañar por la casi pedófilas garras del Lobo (Johnny Depp) ; una pareja de Panaderos (Emily Blunt y James Corden) incapaces de concebir un hijo; y final-mente el personaje que ancla por com-pleto la transición de la historia, La Bruja (Meryl Streep) que ofrece los elementos de arranque y cuyo único propósito es desnudarnos de nuestras fantasías de sueños perfectos y lanzarnos a la realidad de que en cada acción hay una conse-cuencia que no necesariamente da como resultado un final feliz. Con todo esto aseguro que, no porque traiga el clásico manuscrito de Walt Disney Pictures en el área de producción, Into The Woods sea para el público joven. A pesar de tratarse de un inteligente mash-up de los cuentos clásicos, en definitiva Into The Woods resulta ser, por desgracia, un musical o que bien no se logró adaptar a las necesidades del nicho de mercado de la compañía del ratón ó que en definiti-va se trata de un musical de temas fuertes que sólo podría una audiencia adulta del mundo de Broadway, con amor a un score largo y tendido, disfrutar plenamente en su formato original en vivo.A pesar de la variedad de personajes y, por ende, del cast que junta todos los ran

Into The WoodsPor: Marianne E. Castillo

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gos posibles del mundo del entreten-imiento, me era impredecible pensar que Emily Blunt sería quien robase cámara cuando estoy casi segura que el personaje principal es su esposo o de menos, que si ya tanto se habían apoyado en el gran talento de Meryl Streep (que por supuesto no deja de brillar menos aquí) podrían habernos dado más de ella que sólo la dramáti-ca escena Stay With Me con Rapunzel. Siendo honesta, el verdadero proble-ma de Into The Woods radica en que parece nunca terminar, volviéndola sumamente tediosa. Sin embargo, su mayor fortaleza es la variedad de mo-ralejas escondidas en temas fuera de la comprensión de la audiencia joven. Recomiendo el filme, en un sentido de belleza audiovisual. Mas advierto que haz de tener gusto al ritmo narrativo de un musical pesado y saber hacer de la vista gorda a la actuación de ambos príncipes, que más que causar gracia nos provocan aquello que cantan con tanta gallardía: agonía.

Género: Comedia Musical/ Fantasía

Cast: Anna Kendrick, Meryl Streep, James Corden, Emily Blunt, Chris Pine, Billy Magnussen, Johnny Depp, MacKenzie Mauzy, Lilia Craw-ford, Daniel Huttlestone

Director: Rob Marshall (Chicago, Nine)

ACÓLITO ANÓNIMOpor: ABRAHAM ARREOLA

@ArreolaAbraham

Primera impresión

Hijo de una familia disfuncional, cosa no extraña en aquel lugar, el pequeño Jesús aprendió a vivir bajo el ejemplo de su herma-na, al menos para él, la persona más varonil y masculina: pues no había nada más valeroso que enfrentarse al señor que siempre llega borracho y gritando.

Pero aquella hermana se fue, por engaños de aquel señor. Y Jesús se quedó solo. Durante días lo único que sabía hacer era jugar bajo la mesa y esconderse en el cuarto del abuelo. En ese cuarto el señor aquel no entraba, pues tenía miedo de entrar en donde su padre había muerto. Pero para el niño, aquel posible espíri-tu significaba muerte pero también esperanza.La madre de Jesús, procurando que aquel niño no estuviera a merced del dueño de la casa, fue enviado a la iglesia. Día con día, la señora Isabella y su niño acudían a la misa de ocho de la mañana. El niño, que poco sabía interactuar, fue señalado como tímido y muy bien portado.

Un día de tantos, al terminar la misa, el sacer-dote se acercó a la madre y al hijo, -“¿porque su niño no se mueve, señora?, parece muerto” dijo con rostro serio. Isabella sólo respondió que –“perdondenos, padrecito, así es mi muchachito, ¿no es pecado ser serio en misa o sí?”. De eso siguió una risa muy sonora de aquel sacerdote. –“Traígalo el sábado a las 8 de la mañana, puede ser buen acólito, en estas misas no hay nadie y si él viene diario sería bueno que ayudara”. Jesús dijo que no con la cabeza, pero Isabella sonriente agitaba a su hijo asegurando que ahí estaría.

COLUMNA

-“Ser acólito es muy bueno, hijito, es ser uno de esos angelitos que viven en el cielo; son los más puros y sólo los niños bien portados pueden entrar a servirle en la sagrada misa, el niñito Jesús está muy contento de que te llames como él, estará mucho más contento si entras a servirle en su santo y misericordioso reino”, sentenció Isabella a su hijo. A Jesús le gustaba ser bueno, así que la idea planteada de esa forma, entusiasmó al pequeño.

La iglesia de Titán es una parroquia, es decir que tiene a su cargo a más de cinco templos en las diferentes colonias, algo así como una alcaldía religiosa. Y los sábados en Titán son de catecismo para toda la parroquia. Así mis-mo en la iglesia parroquial se tiene, a un cost-ado del templo, varios salones de uso múltiple que son usados en esta ocasión para los niños.El sábado acordado, Jesús estaba en medio de más de 400 infantes... pero solo. Lo habían llevado a los “salones parroquiales” y ahí lo habían dejado, ya que Isabella tenía que rezar. Ahí entre tantos niños vió a varios que se abrían paso a empujones. –“oye, ¡qué te pasa!”, se escuchaba a los demás; aquellos chicos eran altos y tenían algo como un vestido en sus manos... –“Supongo que estos són”, dijo Jesús para sí mismo y los siguió hasta el salón.

Habían tantos niños, tantos como en su salón escolar. Jesús era un punto en un nuevo mun-

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do de compañeros. “Shhh, ¡el coordi-nador!”, cuchichearon las voces que callaron al grupo completo. Un hom-bre con un gran copete entró al lugar, “qué guapo es”, dijeron algunas niñas. “¡Gloria hermanos!”, dijo aquel hombre a lo que muchos niños respondieron “¡En la tierra como en el cielo!”.

-“Veo que tenemos muchas nuevas car-itas bellas por aquí. Yo soy Ernestor, soy el coordinador que el cielo envió para guiarlos en el camino a la salvación”. Dijo el joven, poniéndose al frente y escribiendo su nombre en la pizarra.-“Lo que tú eres es un maricón”, dijo uno de aquellos primeros chicos que Jesús vió.

-“A ver, niños, que les dije de faltar al respeto, ya les dije que Jesús llora sangre si ustedes dicen maldiciones, además de que los castigamos con tres meses sin comulgar”. Contestó Ernestor con fuerza.-“Sólo venimos porque el Padre Pedro nos mandó, pero no necesitamos de tus cursos de porquería”. Respondió otro de ellos-“¡No voy a tolerar...!” quiso decir Ernestor, pero paró: los chicos se habían puesto de pie, eran más de cinco chicos y tres de ellos ya eran más altos que Ernestor.-“¡Son los trillizos!”, comentaron en voz baja.-“¡Pero qué tipo de coordinaro eres tú!”, comentó Jesús. El grupo de los trillizos voltearon a verlo en un san-tiamén con rostros fruncidos. Jesús comprendió que no lo había pensado sino dicho en voz alta… “Digo, porque, se ve que ellos son buenos”, continuó Jesús mientras se acercaba a la puerta. Los trillizos volvieron a mirar al coor-

dinador, con la cabeza en alto. Jesús pensaba que si había comenzado algo, debía terminarlo como se debía, así que en medio de aquella discusión tomo valor y concluyo: “¡Son buenos, pero para ser burros!”, gritó Jesús y salió corriendo, los trillizos corrieron tras de él; la risa de todos los niños se escuchó en toda la parroquia. Luego de un rato, volvieron los trillizos callando a todos a gritos. –“Voy a renunciar”, pensó Ernestor. Los niños reían, los trillizos intimidaban...

El templo de Titán tiene dos grandes puertas principales, que cuando se abren lo hacen hacia adentro, dejan-do un metro cuadrado de espacio en medio y la abertura que queda entre esas dos puertas es cubierta por una alcancía metálica de un metro y medio de alto y de cuarenta centímetros de ancho. Ocultado entre esas puertas, Jesús descubrió un nuevo refugio. Alca-nzó a escuchar de cerca las voces de los trillizos así como sus secuaces. Esperó unos cuantos minutos, se asomó, no vió a nadie, se adentró al templo, busco a su madre, la encontró concentrada en su oración y no la interrumpió…

Salió de templo con las manos agarra-das entre ellas tras su espalda. La entrada del templo es abierta, for-mada por varios escalones. Sobre ellos, el pequeño Jesús tomó asiento para considerar sus impresiones.

-“Ni loco vuelvo a este lugar”, concluyó y se echó a correr por la iglesia, per-diéndose entre los niños del catecismo.

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