todos los caminos (no) conducen

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INDICE

- Dedicatorias y agradecimientos ..... 3Prólogo de Osvaldo Bayer ..... 4Prólogo de Luciano Drommi ..... 7Palabras preliminares ..... 9

INTRODUCCIÓN ..... 11CRISIS ..... 15GLOBALIZACIÓN ..... 25

3-1 INTRODUCCION A LA GLOBALIZACIÓN ... 253-2 GLOBALIZACION ECONOMICA ... 31

3-2-1 DE LAS MEDIDAS .. 373-2-2 DE LAS CORPORACIONES

TRANSNACIONALES .. 413-2-3 DEL TRABAJO .. 453-2-4 DE LOS DOS LADOS .. 473-2-5 DE LOS PROBLEMAS DE VERDAD .. 49

3-3 GLOBALIZACION POLÍTICA ... 513-4 GLOBALIZACION Y ESTADO ... 563-5 GLOBALIZACION CULTURAL ... 60

3-5-1 DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA .. 733-5-2 DE LA EDUCACIÓN .. 753-5-3 DE LA COMUNICACIÓN .. 783-5-4 DE LAS NUEVAS GENERACIONES .. 863-5-5 DE LOS DUEÑOS DE LA VERDAD .. 893-5-6 DEL INDIVIDUO .. 93

OCURRENCIAS ..... 101A modo de epílogo ... 106Bibliografía ... 111Datos de contacto ... 112

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1- 2- 3-

4- - - -

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Cuando de dedicatorias se trata. Alguna vez estuve conversando con un amigo acerca de escribir una nota sobre las dedicatorias. Para esto habíamos planteado tomar una buena cantidad de libros de la Biblioteca y confeccionar una lista donde indicaríamos autor, libro y dedicatoria. Pensamos entonces que podríamos llegar a alguna conclusión. No lo hicimos, todavía. Aún así no puedo dejar de mencionar que todo lo que hago tiene por supuesto como destinatarios primeros a todos quienes forman mi familia, a mi ahijada, a mis amigos, y este trabajo en particular, también a mis compañeros de Victoria. Todos ellos son quienes cada día me recuerdan quién soy.

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Mi agradecimiento por la confianza y el apoyo

Al Cro. Luciano Drommi

Al Lic. Daniel R. Salazar

Al Sr. Osvaldo Bayer

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LA CLARIDAD DE LA SENSATEZ *

Por Osvaldo Bayer Ya el título de esta obra nos predispone no sólo a leer sino también a pensar, a proceder, a actuar, a criticar, a jugarnos, a debatir sin fin y con fin. A dudar pero creer en la acción hacia lo positivo que no puede ser otra cosa que la ética. Pero nada de caer en maximalismos sino en el análisis profundo pero con consecuencia. La sensatez. Emplear todos los medios posibles de la racionalidad para llegar a la sensatez. No para resignar. Sino para sentirse en la obligación de no quedarnos en la resignación al ver que los bultos que nos aprietan contra el suelo son imposibles de arrojar. Lo demostraron ya los changadores del puerto a principios del siglo pasado: de las bolsas de 120 kilos pasaron a llevar 60 kilos. Pero con la lucha, con la valentía, con el deber de sentirse humanos. A pesar de la policía de Roca, de su ley 4144 de residencia, a pesar de los “veintidós charcos de sangre del 1 de mayo de 1909” como describe la represión antiobrera del coronel Ramón Falcón, el diario “La Nación”. Pero el autor de este libro todo lo escribe con un humor limpio. Nos muestra la realidad con los análisis de cerebros privilegiados de las academias de la búsqueda de soluciones a un mundo y siglo de hambres, desocupación, guerras, multimillonarios, globalización. Punto por punto. Científicamente. Para la reingeniería de la sensatez. Sensatez: lo único y primordial que tendría que buscar la solución. Sensatez más que paraíso. Claro, que tal vez para llegar a la sensatez haya que revolucionar las costumbres y la obediencia. O no. Si la humanidad fuera sensata leería las estadísticas. Y entonces diría: no, esto no puede seguir. Esas estadísticas me hacen recordar a una frase del científico español Bialet Massé, quien en 1904 (repito, 1904) hizo un informe para el ministro del Interior Joaquín V. González, de la presidencia de Roca, acerca del trabajo en nuestro país. Y decía algo fundamental: “Me fijo en primer término en el indio, porque es el elemento más eficiente del progreso e importante en el Chaco: sin él no hay ingenio azucarero, ni algodonal ni maní, ni nada importante. Es él el cosechero irremplazable del algodón: nadie lo supera en el hacha ni en la cosecha del maní. Solo los propietarios del Chaco miran este asunto con el mayor y más crudo de los egoísmos, pero ilustrado, serían humanitarios por egoísmo, y cuidarían a los indios siquiera como a animales insustituibles para labrar sus fortunas; pero es seguro que no lo harán si la ley no lo impone y con mano fuerte”. Esta frase sabia frente a la diatriba de la misma época del presidente general Roca que, en carta al gobernador de Tucumán, le señalaba “que se remplazen (sic) los indios olgazanes (sic) y estúpidos que la provincia se ve obligada a traer desde el Chaco, por los pampas y ranqueles”. Como se ve, Roca –a pesar de haber estudiado en el colegio nacional de Concepción del Uruguay, donde han puesto un busto de bronce de él, cometía horrores de ortografía en sus cartas. Así se escribe la historia. Al valiosísimo informe de Bialet Massé lo ignoraron durante un siglo, a Roca le hicieron monumentos por todos lados. Y bien, el autor de este libro, Fernando Puente, pide nada más que sensatez, que no es otra cosa que sabiduría. Pero nada de dictar cátedra. Primero nos pasea por todos los problemas del mundo actual. Y ahí se pregunta algo bien esencial y primario: “¿dónde perdimos el poder –o la libertad- de decidir por nosotros mismos si es que alguna vez la tuvimos?”. La pregunta básica. Emociona al poner la palabra Libertad. La sabia palabra. Bella. Fundamental. Básica para todo accionar. El autor primero nos mete en Ortega y Gasset, en Albert Einstein, en Ulrich Beck, en Jeremy Rifkin, Jean-Marie Guehenno, pero también en analistas y pensadores argentinos de la actualidad. Y se deja llevar por la antidemagogia al citar a Einstein: “Podría afirmar, que gracias a Dios, la

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moral no puede ser substituída por el entendimiento”. Claro, cuando Dios significa el armado de la Etica, que existe, a pesar de las bombas atómicas y los cañones Krupp con que se la bombardeó en toda la historia y se la sigue bombardeando. Y el libro se mete directamente con las preguntas sin respuestas hasta ahora, en este mundo de la muerte de niños por hambre: “¿Puede uno –como individuo- influir en un proceso global o realmente somos insignificantes?”. Flor de pregunta. Pero con respuestas. Y análisis científico previo. Para eso inicia la marcha con “no hace falta repetir que no es fácil, hace falta repetir que es posible”. Y comienza con la gran duda: “¿Es una crisis la que estamos viviendo? Y si es así: ¿es una crisis económica?”. Y entonces empieza el remover: ¿cómo se originan las crisis? ¿El contagio de las crisis es económico, es comercial, es irracional? Y vienen las definiciones y los análisis hasta llegar a la crisis del hombre y traer la palabra de Ortega y Gasset. Y vamos a no esquivar el bulto y gritarnos la verdad en la cara: “El hombre ha estado yendo y viniendo a lo largo de su historia entre los topes del Ser y del No Ser. Estos son los cambios a los que debemos prestar atención: los que se producen dentro del hombre. Y considerar a los otros cambios –los que se producen fuera de él- tan sólo como influencias, en algún caso como referente, tal vez como ´expresión de` o como alguna consecuencia”. Claro, el camino es difícil, más de una vez tendremos que, en el túnel, sentarnos y mirarnos en el espejo porque “la pregunta radical de la historia se precisa, pues así: ¿que cambios de la estructura vital ha habido? ¿Cómo, cuándo y porqué cambia la vida?”. Y no dejar y dejarse de preguntar: “¿en qué estriba la dificultad para salir de esta crisis?”. Pero claro, la comprensión, ante todo, la comprensión más amplia que abarque la dimensión social y humanitaria, y por tanto las hambrunas, la pobreza, la opresión, las catástrofes naturales y medioambientales y las epidemias. Puente cita a Bauman que llega a la cumbre cuando define en cuatro palabras la raíz de la globalización “que divide a la población mundial en ricos globalizados y pobres localizados”. Ya está. Que vengan ahora los simuladores y ganadores globalizados a pintarnos flores y jardines, les mostraríamos como contrapartida un cuadro de Goya. Las citas son de una sabia ironía que nos empuja a actuar, a protagonizar, a acabar con la clausura: “Globalización es a buen seguro la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente más eficaz de los últimos -y sin duda también de los próximos- años”. Y entonces el autor desde ese momento se pone con todo cuidado y verdad científica a desnudar el verdadero significado de la palabra mágica (para minorías) de “globalización”. Y Beck cambia el término globalización por globalismo: “de los conceptos de globalización y globalidad se debe distinguir (y criticar) el globalismo, es decir, la ideología neoliberal del dominio del mercado mundial”. Comencemos por la “UNICA VERDAD”. La realidad: “A la hora de los negocios el único objetivo del capital es maximizar el retorno”. Todas las facetas van pasando, hasta caer en la palabra común del sistema: corrupción. Y nos dice el autor en esto: “durante la última dictadura militar la deuda externa se multiplicó, y antes y después de ese período también se acrecentó. Si decimos –o escuchamos- que no se sabe dónde está gran parte de ese dinero, o lo que es peor, se conocen casos en que el dinero está donde no debería estar... Y así podríamos seguir con ejemplos de corrupción un largo rato.¿No es entendible que los que trabajamos para vivir tengamos una sensación de hastío?” Y luego una pregunta clave para la Argentina: “¿No incide esa corrupción –que tan bien aprendieron unos pocos- en el comportamiento de un país?”. Luego el libro aborda el capítulo Medidas, que comienza con la pregunta “Sirve el control de capitales?” Y sigue con “El tratamiento de la inversión extranjera” y los otros temas fundamentales. Las diferencias que se ven en la Argentina, lo dice el autor, es que “se haya trabajado tanto para no discriminar al capital financiero internacional y, por otra parte, no se

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haya encontrado solución a la mortalidad infantil (más de 50 chicos por día”). Esto expresa más que largos conciliábulos internacionales. Bien, la discusión continúa en todo el libro. Me entusiasmaría seguir con este prólogo, pero dejemos hablar directamente al autor. Porque este libro debe provocar el gran debate. Ojalá que sirva para avanzar varios metros a fin de “dejar a un lado a los enfermos de poder” como los designa el autor, “que han perdido ya la condición de humanos y del otro a aquellos quienes de la manera más sencilla, estemos dispuestos a terminar nuestros días con la más profunda convicción de que es posible convertir a este planeta en un lugar donde la vida tenga sentido”. Que es “Honrar la vida”. Un libro que me ha traído un placer enorme al descubrir los argumentos de la solidaridad, del coraje civil, de la preocupación por el futuro. Del saber tomar la palabra y colocarla en el sitio justo. Entremos en sus páginas.

* Nota del autor: El trabajo se registró originalmente con el título La Reingeniería de la Sensatez (Hecho en Argentina), así fue como se lo presentamos al Sr. Osvaldo Bayer.

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Prólogo del editor

Como se plantea en este trabajo, lo que dimos en llamar globalización es una suma de muy diversas situaciones, y la única manera de entenderlas es revisarlas particularmente. Y necesitamos revisarlas no para intelectualizar, sino justamente porque los procesos globales afectan de múltiples maneras cada momento de nuestra vida cotidiana. Con esos procesos tiene que ver lo que podemos o no conocer, lo que podemos o no pensar, lo que podemos o no hacer. Se trata, en definitiva, de nuestra vulnerabilidad. Lamentablemente esos procesos han provocado que crezca a un ritmo alarmante la brecha que separa a la minoría que puede acceder a círculos de poder y una situación económica privilegiada, de una mayoría que no tiene acceso a condiciones dignas de vida, y millones de personas sin posibilidades de cubrir sus necesidades básicas. Lo que hace que veamos en “la globalización” algo que cada vez más nos afecta en formas negativas. Pero la globalización de los últimos años tiene mucho que ver con el desarrollo de tecnologías increíblemente poderosas, con lo cual podemos ver ese aspecto como una herramienta. Y una herramienta es una posibilidad, y dada lo poderosa de esta herramienta, estamos frente a una posibilidad histórica. Demonizar la globalización es como pelear contra fantasmas, y no podemos perder de vista que las decisiones las tomamos personas de carne y hueso. Y de nosotros depende construir los escenarios positivos, las reales posibilidades –que sin duda existen- de achicar las brechas entre ricos y pobres. Esto tanto en cada comunidad como a nivel mundial. Las herramientas que la tecnología de hoy pone a disposición son las que necesitamos utilizar cada día más. Y son las que nos permitirán a partir de ahora trabajar en esta forma INTERACTIVA que se plantea ya imperativamente. Y debemos utilizarlas para desarrollar todas aquellas actividades que nos permitan acceder a una idea cada vez más profunda del lugar que ocupamos, del lugar que queremos ocupar, y del lugar que ocupan los demás. Esa obligación de recalificar los roles nos permitirá proyectar todo el accionar que desde cada espacio podamos generar, lo que podamos exigir y exigirnos. Claro que al pensar en proyectos ambiciosos necesitamos trabajar con una cuota muy alta de sinceridad, y revisando a cada momento los preconceptos que, por ejemplo, nos hacen pensar que los ricos son malos y los pobres buenos. De ninguna manera ser pobre hace justicia con quienes se encuentran en esa situación. No es bueno ser pobre como no es bueno perder el pensamiento crítico. Muchos otros preconceptos están relacionados con los jóvenes, sin embargo es observándolos y escuchándolos como podemos concluir que existen caminos alternativos para cada situación. Nos lo han demostrado algunas veces más respetuosamente que otras, pero sin duda las diferentes formas que encontraron para comunicarse son un contundente ejemplo. Felizmente esos jóvenes están entre nosotros. Coincido con Fernando en la gran mentira que encierra la propuesta del sistema en cuanto a proponer que pensemos que nuestra participación individual no puede llegar a tener incidencia en ningún proceso. Por eso tenemos que tener bien presente que no hay tema que no pueda ser tratado, la sofisticación del lenguaje no puede alejarnos del entendimiento, ni las ideas ni las opiniones merecen ese castigo.

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Todo se puede modificar en beneficio de la humanidad, si con franqueza pensamos en la sustentabilidad del planeta y lo que les tocará vivir a las generaciones venideras. Es por eso que las redes que estamos tendiendo deben involucrar a todos los actores, para que nos acerquemos cuanto nos sea posible a la libertad de expresión y con ello, a una participación equitativa. En una sociedad democrática tenemos el derecho y el deber de acceder a una información veraz y clara; y el rol de los medios masivos de comunicación está hoy distante de aquella famosa tríada que se habían propuesto: informar, entretener, Y FORMAR. Por eso también el trabajo en conjunto será el que nos ayudará frente al riesgo de fomentar un falso éxito, que terminará en la decepción y el camino del fracaso. Ocuparnos de conocer la situación del otro, sobre todo de aquellas personas que están en inferioridad de condiciones, no se trata ya de pseudo solidarizarse, ni tiene que ver con emotivos programas de TV. La fraternidad y la empatía hoy, y creo que así debió ser siempre, tienen que ver con la sensatez. Con la publicación de este trabajo pretendo dejar claro el compromiso de participar cada vez más activamente en cuanta actividad social me sea posible. Y con esta en particular, tomo parte en la iniciativa de promover el ejercicio de participar a través de la opinión y el debate. Podré equivocarme al hacer, pero no estoy dispuesto a no hacer. Creo que estamos dando un paso importante, pero necesitamos que las mejores voluntades nos acompañen para juntos hacer realidad el proyecto que incluya a todos. Siento que ese momento no está lejos. Luciano Drommi

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PALABRAS PRELIMINARES ¿Se nace o se hace?. Después de repasar el largo camino que han recorrido estas líneas casi no se ve el origen, por lo que no resulta sencillo explicar el sentido de pensarlas plasmadas de este modo. La idea comenzó con unas diez páginas que tenían como propósito reunir algunos compañeros para conversar acerca de las diferentes implicaciones de la tan (mal) mencionada entonces globalización. La intención tenía que ver con poner de manifiesto que era –y sigue siendo, claro- un tema (s) frente al que no tendríamos que hacernos los distraídos. Decía entonces que “...cada vez más estamos siendo afectados hasta en los más mínimos detalles de la cotidianeidad”. Busqué entonces “autoridad intelectual” en los diferentes autores de diferentes estratos, que se ocuparon de diferentes temas, en diferentes épocas y en distantes lugares, e intenté ligar sus pensamientos para fundamentar la relación que puede tener un suceso que desconocemos (en un lugar que desconocemos, etc.) con algo tan trivial como nuestro desayuno, con nuestras horas de reposo, o con la formación del futuro de nuestros hijos. Di por finalizado ese trabajo en noviembre de 2001, antes de los lamentables sucesos. Al releerlo se puede observar que muchas de las “profecías” se cumplieron, y eso tal vez es lo que más ayuda a la propuesta de participar que se formula. Desde aquel “punto y aparte” esos pensamientos fueron siendo “esos pensamientos y su circunstancia”. Divina circunstancia!!! Eje principal de toda esta cuestión: ninguna historia relatará tu propia circunstancia. No tiene vida propia la historia, sino los rasgos de la intimidad de quien la registra. Ese tal vez sea el mayor riesgo (desafío) de esta propuesta. Des-cubrirse. De nuestra participación en la “generación de datos de mañana” depende un poco el futuro. (y hago hincapié en la figura del laburante, en sus infinitas circunstancias). Entiendo (estoy muy convencido) que quien escribe la historia, de una manera contundente, está “haciendo la historia”. Ya que solo eso sobrevivirá, con infinitos matices desaparecidos en ningún recuerdo. La historia de los grandes descubrimientos está sostenida (enmarcada) por infinitas situaciones intrascendentes. Entre esas está mi propia historia, y pretendo defenderla. Pero qué curioso, no puedo hacerlo solo. Y se me ocurre que hasta ahora nadie pudo. Los que trabajan, los que buscan, los que intentan, los que ganan o pierden una lucha que sí libraron, tienen su propia historia. Y a esas personas pretendo acercarles esta propuesta, donde las “Ocurrencias” no están para decir, sino para averiguar. Esas personas tienen mucho para decir y eso es importante para todos. Y no estoy dispuesto a esperar a que vengan a contármelo, por eso salgo a preguntar. Y esta es la mejor forma que encontré. La idea aproximada sería entonces proponer pensar (en) las circunstancias durante las circunstancias, no esperar el momento en que ya no importe, del mismo modo. Decía de alguna manera que necesitaba salir a preguntar, esto es, necesitaba vivenciar la presentación de la propuesta, los rechazos y las aceptaciones, las sorpresas agradables y algún

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desengaño, los pequeños-grandes descubrimientos. La tan mentada “devolución”, el viento que te indica que estás en movimiento. Y tal vez los caminos que se pueden recorrer en estas líneas darán una más acabada imagen de un pliegue de la misma historia. Aquel “punto y aparte” que mencioné antes no fue más que el inicio de la puesta en marcha del sitio web LA OPINIÓN DE LA GENTE, del que dejo entonces para el final los comentarios. Esta no es una propuesta masiva, a pesar de las apariencias. Pero eso va para otro momento. Como se suele decir en algunos espacios: “son micropolíticas de acción molecular”. Pero finalmente, ¿cambia en algo el océano después de un chaparrón?, definitivamente, sí. F. P.

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1- INTRODUCCION Se preguntaba José Ortega y Gasset: “Ya veo que hay ciertos hombres que se ocupan en averiguar el ser de las cosas: el matemático, el físico, el biólogo, el historiador, el filósofo –son los intelectuales. Pero yo no pretendo sino ser un pobre hombre que se ha encontrado teniendo que vivir sin que se le haya consultado antes de nacer. ¿Por qué tengo obligación de ser intelectual?1 Y a la vez se respondía: “Lo esencial del hombre es no tener más remedio que esforzarse en conocer, en hacer ciencia, mejor o peor, en resolver el problema de su propio ser y para ello el problema de lo que son las cosas entre las cuales inexorablemente tiene que ser. Esto: que necesita saber, que necesita –quiera o no– afanarse con sus medios intelectuales, es lo que constituye indubitablemente la condición humana. El hombre no se ocupa en conocer, en saber simplemente porque tenga dotes cognoscitivas, inteligencia, etcétera, sino al revés, porque no tiene más remedio que intentar conocer, saber, moviliza todos los medios de que dispone aunque éstos sirven muy malamente para aquel menester”.2 Estamos viviendo otro momento, otra época, otra situación. Pero en todos los tiempos existieron y existirán aquellos que se pregunten. Más aún en época de crisis. De ahí que inducir al hombre a no pensar no es otra cosa que ir en contra de la verdad: “pienso, luego existo”, ir en contra de su ser. Y algo de esto está pasando. Lo que dijo Ortega y Gasset fue por el 1933. En el 2001, el Dr. Roberto Gargarella –Profesor de Teoría Constitucional Universidad de Buenos Aires / Universidad Di Tella- cuestionaba: “Pareciera que todas las decisiones que hoy se toman en materia económica resultan –tanto en sus contenidos cuanto en sus formas- extrañas a lo que cualquier demócrata sensato podría aconsejar (...) Desde su nacimiento, estas concepciones republicanas entendieron a la economía como dependiente de previos acuerdos colectivos (...) los republicanos insistieron con una misma línea argumentativa: la organización económico- social de la comunidad debía ser el resultado del autogobierno colectivo, a la vez que debía encontrarse al servicio de dicho autogobierno (...) mostraba estar bien justificada, al apoyarse en uno de los principios fundacionales de la modernidad: que las personas nacen “libres e iguales” (...) Hace años que en la teoría se discute acerca de la “crisis de representación” (...) Y lo cierto es que los mejores autores que se ocuparon de la materia no han conseguido, todavía, dar una respuesta contundente a sus interrogantes iniciales (...) Aquel principio básico que nos enseñaba que la voz de cada persona debía ser considerada igual que la de cualquier otra, aparece dejado de lado. Hoy todos sabemos que nuestra opinión cuenta muy poco a la hora de decidir cada nuevo “plan de ajuste”. Sabemos también que, para bien o para mal, la opinión que esta noche (cualquier noche) se forme algún inversor, algún “gurú económico”, o algún extraño “tenedor de bonos” acerca de nuestra economía, será mucho más relevante y decisiva que la que tengamos millones de ciudadanos al respecto (ciudadanos que, obviamente, vamos a vernos directamente afectados por las decisiones en juego) (...) Sorprende, en definitiva, que no se advierta, como ha ocurrido en otros campos, la grave tensión que existe entre el modo en que son concebidos los programas económicos y cualquier entendimiento decente sobre lo que significa vivir en democracia”.3

1- José Ortega y Gasset – En torno a Galileo. 2 - José Ortega y Gasset – Obra citada. 3 - Dr. Roberto Gargarella – Nota de Página 12 – 28/08/2001

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Libres e iguales, decía el Dr. Gargarella. Y acerca de la libertad, se preguntaba Fromm: “¿Qué es la libertad como experiencia humana? ¿Es el deseo de libertad algo inherente a la naturaleza de los hombres? ¿Es la libertad ausencia de presión exterior o es también presencia de algo? Y, siendo así, ¿qué es ese algo?”.4... Y las preguntas acerca de la libertad casi completaban la página. En cuanto a la igualdad, me vino a la memoria lo que ordenaron escribir los pintorescos cerdos de la granja de Orwell: “Todos los animales somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros”.5 ¿Sobre qué se pregunta la gente? ¿Sobre la libertad y la igualdad? ¿Sobre la justicia, y según esto, sobre lo que les corresponde? ¿Sobre la felicidad, o sobre qué cosas significarían felicidad? ¿Sobre cómo debería ser la vida, o cómo estaría mejor el mundo? ¿Nos preguntamos siempre o solamente en épocas de crisis? ¿Se pregunta el hombre sobre la justicia cuando le toca vivir la parte de la vida en que no necesita nada más de lo que tiene, o solamente nos preguntamos aquellos que estamos “del otro lado”? El Dr. Gargarella manifestaba en su artículo una evidente disconformidad con la situación. A mí se me ocurrió incluso que estaba indignado y que sentía impotencia. Sobre todo cuando manifestaba su molestia porque otros decidieran por él. O por “millones de ciudadanos”. Repasando nuestra Constitución Nacional, puedo imaginar los feos sentimientos de un profesor de Teoría Constitucional, una persona que está formando profesionales a los que les enseña una Constitución al tiempo que reconoce que no se aplica. Sin ser profesor de la Universidad, al leer –por ejemplo- los artículos 14 y 14bis, donde se establece el derecho a trabajar, y en condiciones dignas, etcétera, cualquiera –y todos- debieran sentirse indignados e impotentes. Esto vale para gran parte de la Constitución. ¿Qué está pasando con esos “millones de ciudadanos” que no pueden decidir su propia vida? ¿No son libres de decidir? ¿Por qué dicen –o decimos- que otros deciden –y mal- por nosotros? Y si fuera así, ¿por qué lo permitimos? ¿Dónde reside el poder que les permite actuar de esa manera? O, desde nuestro lado, ¿dónde perdimos el poder –o la libertad- de decidir por nosotros mismos si es que alguna vez la tuvimos? ¿Siempre fue así, o solo en épocas de crisis? Luego viene la lectura, luego los análisis, luego las comparaciones con las conclusiones que arrebatamos a las situaciones cotidianas. Luego, sólo por un instante, entendemos toda la filosofía que guardaba la respuesta de Sócrates al Oráculo de Delfos: “HOC UNUM SCIO: NIHIL SCIRE” (Esto solo sé: que no sé nada). Pero inmediatamente vuelve Don Ortega a recordarnos que el hombre piensa por necesidad. Y no por necesidad de sobrevivir mediáticamente, sino por sobrevivir como especie. A todo esto, ¿qué dice la gente? Sin duda, la mayoría dice que estamos mal, que esto no puede seguir así. Al mismo tiempo, creo que la mayoría espera que de la clase dirigente surja una “salida” a esta crisis, que aparezca el mapa con el rumbo correcto. Escucho decir: “¡En qué manos estamos!, ¡Dónde vamos a ir a parar!. También escucho, en otro sentido, manifestar la esperanza de que “aparezca un líder”, que por supuesto tiene casi todas las características de un súper héroe. No dejan de hacer su aporte aquellos que castigan a “la juventud que no quiere hacer nada, que lo quieren todo servido”, sin saber lo que quieren castigar en realidad. Tal vez estén emparentados con los que sostienen que la culpa es de los que “nos dejaron un país en

4 - Erich Fromm – El miedo a la libertad. 5 - George Orwell – Rebelión en la Granja.

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ruinas”. Sigue una lista con culpables: potencias internacionales, imperialistas, el poder financiero internacional, etcétera. Con respecto a lo que dice “la gente” opinaba don Ortega: “Ese mundo de las creencias colectivas – que se suele llamar “las ideas de la época”, el “espíritu del tiempo”, tiene un peculiar carácter que no tiene el mundo de las creencias individuales, a saber: que es vigente por sí, frente y contra nuestra aceptación de él. Una convicción mía, por firme que sea, sólo tiene vigencia para mí. Pero las ideas del tiempo, las convicciones ambientes son tenidas por un sujeto anónimo, que no es nadie en particular, que es la sociedad. Y estas ideas tienen vigencia aunque yo no las acepte, esa vigencia se hace sentir sobre mí, aunque sea negativamente. Están ahí, ineludiblemente, como está ahí esa pared, y yo tengo que contar con ellas en mi vida, quiera o no, como tengo que contar con esa pared que no me deja pasar a su través y me obliga a buscar dócilmente la puerta o a ocupar mi vida en demolerla. Mas esta sociedad a la que me entrego implica que previamente he renunciado a mi soledad, que me he embotado y cegado para ella, que huyo de ella y de mí mismo para hacerme “los otros”. Mis opiniones consisten en repetir lo que oigo decir a otros. Pero, quién es ese o esos otros a quienes encargo ser yo? Ah!, nadie determinado: Quién es el que dice lo que se dice? Quién es el sujeto responsable de ese decir social, el sujeto impersonal del se dice? Ah!, pues... la gente. Y la gente no es éste ni aquél –la gente es siempre el otro que no es precisamente éste ni aquél– es el puro otro, el que no es nadie. La gente es un yo irresponsable, el yo de la sociedad –o social. Y al vivir yo de lo que se dice y llenar con ello mi vida, he sustituido el yo mismo que soy en mi soledad por el yo-gente –me he hecho “gente”. En vez de ser mi auténtica vida me la desvivo alterándola. He aquí cómo hoy nos aparecen bajo nuevo cariz esos dos modos de la vida que son la soledad y la sociedad, el yo real, auténtico, responsable, y el yo irresponsable, social, el vulgo, la gente. Y de hecho nuestra vida va y viene entre ambos modos”.6 Es cierto, estas “verdades de la gente” están ahí, son una pared que no podemos negarnos a ver. Pero también es cierto que “esas verdades” se modifican en el tiempo. ¿Cómo se modifican? ¿por qué se modifican? y ¿quién decide las modificaciones? Hay que tener en cuenta que las cosas que “dice la gente” no surgen en su totalidad de la gente. Existe todo un sistema -que luego veremos- que busca permanentemente cómo hacernos sentir insignificantes. Todo un trabajo para convencernos de que los problemas del mundo de hoy son demasiado complejos para el hombre común. Pero ¿qué hacemos entonces? ¿cómo seguimos disimulando nuestra indignación e impotencia de la que hablamos? ¿hasta dónde vamos a participar –con nuestra inacción- de la construcción de este mundo tan hostil y con un futuro tan oscuro? No tenemos más opciones, y no tenemos más tiempo. Personalmente, no quiero creer que esto es “lo normal”. No quiero creer que está bien que nos quejemos mientras esperamos que “alguien” encuentre la solución. No quiero acostumbrarme. No quiero entender que lo normal es que la gente sufra y que los chicos se mueran de hambre. Y que además, eso ya no nos afecte. Entonces, si veo una realidad que nos está pidiendo a gritos que hagamos algo, si creo que las cosas se pueden –y deben- cambiar. Si creo que esta sociedad, este mundo y esta vida que nos toca vivir pueden ser mejor, si decido incorporar ese sueño a mi vida y llevarlo dentro por siempre. ¿Por dónde comienzo? Por hacer preguntas. Tantas como sean necesarias hasta que las repuestas me convenzan. Estamos realmente confundidos, enojados con nosotros mismos, angustiados y sin presentir siquiera un futuro mejor. ¿Es esto una crisis? ¿Qué es una crisis? La crisis de la que hablamos, ¿tiene que ver solamente con el aspecto económico? 6 - Ortega y Gasset – Obra Citada.

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¿Cuál es la relación con la globalización? ¿Qué es la globalización? ¿También la globalización tiene que ver sólo con la economía? ¿Participamos en el proceso de globalización o solamente somos espectadores? Como país, ¿somos tan vulnerables que nos sacudimos cuando una maceta se cae de un balcón en un país que ni siquiera conocemos? ¿Qué rol desempeña el Estado-Nación en este nuevo esquema? Para ese rol, ¿es posible –y necesario- definir nuevas reglas políticas? ¿Puede uno -como individuo- influir en un “proceso global”, o realmente somos insignificantes? ¿Existen de verdad unos pocos poderosos que manejan el mundo? ¿Existe alguna forma de relación entre los que estamos a uno y a otro lado de la globalización? Si el mundo de mañana es totalmente distinto, ¿cómo se define la forma de educar a nuestros hijos? ¿Cómo es la “nueva cultura” del “nuevo mundo”? Si cambian las definiciones de cultura, ¿cambian también las formas de comunicarse? Formulo estas preguntas porque –como trabajador- creo en la participación. Seguramente alguien que lea este trabajo dirá que no es más que mi opinión personal. Y Yo estaré entonces completamente de acuerdo. Por eso aclaro que soy plenamente consciente de la cantidad de material que aún desconozco y desconoceré siempre. No pretendo con estas líneas –y esto quedará claro, espero, al final- ofrecer ninguna solución concreta a ningún problema concreto. Pero estoy convencido de que, aún corriendo el riesgo de equivocarme en mis apreciaciones –tanto por mis limitaciones personales como por lo que corresponde a la naturaleza humana- no debo, ni quiero, eludir mi obligación moral de participar. En cuanto al resultado, como decía Einstein: “El éxito, cuando se trata de estas cosas tan importantes, no es cuestión de sabiduría o de astucia, sino de honradez y confianza. Podría afirmar que, gracias a Dios, la moral no puede ser substituida por el entendimiento”.7 Dicho lo cual, continúo: NO HACE FALTA REPETIR QUE NO ES FACIL, HACE FALTA REPETIR QUE ES POSIBLE. Esta frase, que desde hace tiempo repito, fue el bastón que me acompañó antes –y durante- de comenzar este trabajo. Para mí, pronunciarla en voz alta tiene sentido. 7 - Albert Einstein - Política y pacifismo.

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2- CRISIS Sin duda estamos atravesando un tiempo difícil, complicado. Y el tiempo que ha transcurrido desde que comenzamos a decir “hay algo que está mal” es mucho. Y las cosas desde entonces siguen mal, y por lo que se puede percibir, empeoran. Se podría decir que es un tiempo extraño. Extraño le resulta a los mayores ver tantas diferencias con los más chicos, al punto de llegar, en muchos casos, a no encontrar la forma de comunicarse. Extrañas nos resultan situaciones cotidianas, como observar la forma en que algunas personas canalizan una suerte de bronca, de angustia, de mal-estar. Desde increíbles depresiones hasta discusiones absurdamente ardorosas por motivos que ya en el medio de la situación perdieron todo sentido. Extraños nos resultan los rostros de la gente y extraños nos llegamos a sentir ante actitudes que nosotros mismos adoptamos muchas veces. Extraño nos resulta dudar acerca de lo que está bien y lo que está mal, extrañas nos resultan las relaciones con los demás. Extraño nos resulta el mundo. Y frente a este mundo extraño, frente a las “cosas que empeoran”, frente al tiempo que transcurre tan velozmente y frente a los cambios que se suceden vertiginosamente, sencillamente, no sabemos que está pasando, y por ende, no sabemos qué hacer. Decía Ortega: “No sabemos lo que nos pasa, y esto es precisamente lo que nos pasa, no saber lo que nos pasa: el hombre de hoy empieza a estar desorientado con respecto a sí mismo. Tal es siempre la sensación vital que se apodera del hombre en las crisis históricas”. La descripción que Ortega hace de la situación –a la que denomina crisis histórica- es asombrosamente adaptable a la situación que vivimos hoy, casi un siglo después. Pero si bien la historia tiene sus ciclos, no podemos des-conocer que son las características del hoy las que nos diferencias del ayer y del mañana, características –o entorno- que hacen a la singularidad histórica de cada momento. Por lo que considerando las definiciones de Ortega una excelente referencia, formularemos las preguntas en función a lo que hoy contamos como entorno. Lo que “dice la gente” hoy es confuso, tan distintas son las expresiones como tantas fragmentaciones se pueden observar en nuestra sociedad. El único punto en el que parecería coincidir la mayoría de la gente es en la creencia de que con dinero solucionaría todos –o casi todos- sus problemas. Por eso la pregunta: ¿Es una crisis lo que estamos viviendo? Y si es así: ¿es una crisis económica? CRISIS ECONOMICA (O FINANCIERA) Veamos entonces si de eso se trata. Comenzando por su historia, nos cuenta el Sr. Ferrer, hablando de procesos especulativos: “Los que la historia recuerda como los más célebres son el de los bulbos de tulipanes en Amsterdan a principios del siglo XVII y, un siglo más tarde, el de los billetes emitidos por el Banque Royale en París y el de la llamada Burbuja de los Mares del Sur en Londres.

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En los tres casos, la euforia especulativa fue extraordinaria y dio lugar a situaciones disparatadas. En el caso de los tulipanes, en 1636, un bulbo llegó a cotizarse entre 25.000 y 50.000 dólares. En del Banque Royale, la emisión de billetes para financiar el déficit fiscal contaba con el respaldo e los supuestos yacimientos de oro de la región de Lousiana en el Nuevo Mundo. En cuanto a la Burbuja, la South Sea Company consolidó la deuda pública ingresa a cambio del privilegio de emitir acciones respaldadas por el monopolio de la explotación de supuestas riquezas del Nuevo Mundo. Las cotizaciones de los tulipanes, billetes y acciones subieron vertiginosamente hasta que se instaló el pánico y el derrumbe de las cotizaciones, dejando un tendal de damnificados. Entre estos últimos figura Sir Isaac Newton. Poco antes de entrar a especular en los papeles de la South Sea Company, Newton había dicho: “Yo puedo medir el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la estupidez humana”. La misma que lo llevó a perder 20.000 libras de la época (un millón de dólares de hoy) cuando estalló la burbuja” (...) “Estos acontecimientos, que conmovieron a las principales plazas de la época, se vieron, sin embargo, limitados a las fronteras de sus respectivos mercados. La repercusión en otros países fue escasa”.8 Es importante tener esto último en cuenta a la hora de establecer las diferencias con lo que sucede hoy, con un entorno distinto. El economista Martín Redrado menciona un par de definiciones: - Raymond Goldsmith – en La Trampa – dice que una crisis es “un deterioro agudo, breve y

ultracíclico de todos o la mayoría de los condicionadores financieros”. - Paul Krugman. “Una crisis es la manera brusca que tiene el mercado de decirle a un país que

su política económica no es sostenible. Su manifestación más concreta es el retiro masivo de capitales”.9

CCooiinncciiddee ccoonn KKrruuggmmaann eenn ccuuaannttoo aa qquuee uunnaa ccrriissiiss ffiinnaanncciieerraa::

“es un retiro masivo de capitales de un país”. Y en cuanto a lo que esto implica, dice: “Para la mayoría de los individuos y naciones del mundo, el crédito representa su única chance de crecer. Una crisis financiera es, sobre todo, una crisis de confianza. Si uno debe y, además, necesita seguir endeudándose para mantenerse en desarrollo, lo peor que le puede pasar es que quienes tienen capital de digan. “Señor, no creemos más en usted. Nos vamos con nuestro dinero a otra parte”. ¿COMO SABEMOS, CONCRETAMENTE, CUANDO SE INICIA UN PERIODO DE CRISIS? “Un proceso de desconfianza tiende a manifestarse con una huida de la moneda local por parte de los inversores, que tratan de sustituirla por la divisa extranjera que perciban más fuerte. Es lo que denominamos corrida cambiaria. Luego, se generaliza el retiro de depósitos y otras colocaciones del sistema financiero local, algo que se conoce como corrida financiera. Por último se produce un repliegue de los fondos que financian al sector público. Esto es una corrida fiscal” (...) “Toda crisis es una crisis de confianza: el público desconfía de que sus activos financieros estén seguros, y por lo tanto los reclama en el acto y trata de ponerlos en un lugar seguro o de convertirlos en un activo al que perciban más seguro, como el dólar” (...) “La única manera de recomponer la confianza es proveyendo dos pruebas irrefutables de solidez: caja y aval. Es decir: suficiente liquidez y suficientes garantías para contrarrestar la desconfianza general”. ¿COMO SE ORIGINAN LAS CRISIS? Redrado sostiene que: “las crisis pueden originarse por - Debilidad en los fundamentals (principales indicadores económicos y financieros), ya sea en el

frente fiscal, en el financiero o en el externo. - Por cambios bruscos en las expectativas de los inversores (profecía autocumplida). - Por contagio. ¿QUE SON LOS FUNDAMENTALS?

8 - Aldo Ferrer – Historia de la Globalización II 9 - Martín Redrado – Cómo Sobrevivir a la Globalización.

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- El frente fiscal. - El frente financiero. - El frente externo.

El frente fiscal tiene que ver con la cantidad de dinero que tenemos a nuestra disposición. En resumen, cuidar el frente fiscal es no gastar más dinero del que se recauda. Frente externo Es el resultado –positivo o negativo- de las compras y ventas (importaciones – exportaciones) realizadas con el exterior. Dice Redrado que si descuidamos este frente: “Tarde o temprano, la economía ajustará. Y lo más probable es que lo haga en forma traumática: crisis de la balanza de pagos”. Frente financiero Cuidar el frente financiero es, entonces, contar con capital suficiente para hacer frente a la situación cuando se produce ese retiro masivo de fondos. “Un detalle importante es que la experiencia indica que basta presentar debilidades estructurales en sólo uno de los tres frentes para que la crisis se pueda abrir paso: una cadena es tan débil como el más débil de sus eslabones. En síntesis, para que un país resulte inmune a una crisis, es condición necesaria –aunque no suficiente– que cuente con un sistema financiero sólido, una posición fiscal controlada y una situación externa que garantice el equilibrio intertemporal de la balanza de pagos”. CONTAGIO DE UNA CRISIS Y VÍAS DE TRANSMISION. Dice Redrado que 1929 (año en que se produjo el crack bursátil), “era un tiempo en el cual los países habían comenzado a intercionalizarse, pero los shocks financieros todavía eran vistos como fenómenos aislados, no exportables” (...) “Producto de la globalización y del progreso tecnológico, que permiten transferir millones de dólares de una plaza a otra mediante una simple orden a la computadora, la situación es hoy claramente diferente. La posibilidad de que una crisis salte caprichosamente de un país a otro ha sido definida cono contagio”. Y distingue tres grandes vías de transmisión:

1- EL CONTAGIO ECONOMICO 2 - EL CONTAGIO COMERCIAL. 3- EL CONTAGIO IRRACIONAL.

1 – Contagio económico. De cada nación se puede hacer un identikit macroeconómico. La situación fiscal, el crecimiento económico, la inflación, el desempleo, el sistema financiero y el equilibrio externo conforman el esqueleto de un país. Los inversores tienden a usar ese identikit para individualizar potenciales plazas riesgosas. Un ejemplo clásico de la vía macroeconómica de contagio es el efecto que el tequila tuvo sobre la Argentina. 2 – Contagio comercial En el mercado global, el esquema se complica. Nadie hace operaciones con un solo país; cada nación tiene varios socios comerciales, y, a través del comercio exterior, todos resultarán

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mutuamente afectados con las decisiones monetarias de cada uno. Por otra parte, la balanza comercial (la diferencia entre exportaciones e importaciones, expresada como porcentaje de la producción total de un país) es uno de los indicadores que los organismos de crédito y la comunidad de inversores internacionales tienen en cuenta a la hora de calificar la solidez de los países, por lo cual una asimetría monetaria puede retroalimentarse y generar un peligroso efecto cascada. 3 - Contagio irracional. La teoría económica habla de contagio irracional como el proceso por el cual una situación crítica puede transmitirse de un lugar a otro, aún sin que parezca haber motivos reales para que se produzca tal transmisión. Para que haya una fuga irracional de capitales, tiene que haber existido antes una concentración irracional de capitales. Pero esa concentración sólo puede haberse dado si existió, aunque sea vagamente, un mínimo atisbo de lógica para tanto entusiasmo”. ALGUNAS CONCLUSIONES “- Tras la globalización, y por efecto del contagio, un colapso bancario en Indonesia puede provocar menores ventas de automóviles en Brasil. La crisis puede transmitirse por identificación macroeconómica, por vínculos comerciales, o simplemente por la aparente irracionalidad de los inversores (...) - El contagio irracional puede ser devastador en sus inicios, sin discriminar entre mercados solventes e insolventes, pero sus efectos serán efímeros si el país en cuestión no presenta grandes disturbios reales (...) - En cambio, tanto la vía comercial como la macroeconómica, fundadas en alguna debilidad real del país infectado, podrán tener un impacto geográfico más acotado, pero a la vez más duradero (...) - En consecuencia, aún en un mundo globalizado, la sensatez de las políticas nacionales sigue dando sus frutos. A la larga... la macro importa (...) - Cada vía de contagio exige su propio mecanismo de profilaxis. Las precauciones tomadas para el contagio irracional no sirven para el macroeconómico o el comercial y viceversa (...) - El contagio macro obliga a no descuidar ningún frente. No basta con tener casi todo en orden: aunque se demuestre fortaleza en dos de los tres grandes frentes, la debilidad del restante será suficiente para convertirse en la puerta de entrada de una crisis externa (...) - El contagio comercial exige repartir las exportaciones por regiones y por productos (...) - Por último, es difícil prevenir unilateralmente la posibilidad de un contagio irracional. Caja y aval es todo lo que pueden conseguir las autoridades de un país emergente para protegerse. La solución definitiva exige una redefinición – por parte de las grandes potencias – de las reglas de juego del mercado financiero internacional, incluyendo una reforma de los organismos supranacionales y una mejora en la calidad de información”.10 Es importante conocer estos conceptos de “crisis financieras” para entender el por qué de algunas medidas –sino todas- que se tomaron en nuestro país en cuanto al tratamiento del mercado de capitales. Luego nos preguntaremos acerca de esas medidas, sus actores y sus consecuencias. Pero si bien la economía como ciencia parece haber cobrado gran importancia en el mundo de hoy, no podemos dejar de observar que la administración de los recursos materiales –tema que precisamente trata- depende de un orden superior, que tiene que ver con las distintas formas culturales que el hombre fue desarrollando como ese “conjunto de soluciones” al dilema de la vida. Ampliando entonces el espectro, vemos que el hombre carece de soluciones en más de un sentido. No es la economía, por tanto, la que está en crisis, sino el hombre. 10- Martín Redrado – Obra Citada.

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LA CRISIS DEL HOMBRE. Continuando con Ortega y Gasset: “El concepto de “crisis histórica” se refiere a lo que la vida histórica tiene de cambio. La crisis es un peculiar cambio histórico. Nos encontramos con dos formas de cambio vital histórico: 1- Cuando cambia algo en nuestro mundo. 2- Cuando cambia el mundo. Esto último, hemos visto, acontece normalmente con cada generación. Ahora nos preguntamos qué tiene de especial el cambio de mundo que llamamos crisis histórica. Lo normal es que a la figura de mundo vigente para una generación suceda otra figura de mundo un poco distinta. Al sistema de convicciones de ayer sucede otro hoy – con continuidad, sin salto; lo cual supone que la armazón principal del mundo permanece vigente al través de ese cambio o sólo ligeramente modificada. Eso es lo normal. Pues bien: hay crisis histórica cuando el cambio de mundo que se produce consiste en que al mundo o sistema de convicciones de la generación anterior sucede un estado vital en que el hombre se queda sin aquellas convicciones, por tanto, sin mundo. El hombre vuelve a no saber qué hacer, porque vuelve a de verdad no saber qué pensar sobre el mundo. Por eso el cambio se superlativiza en crisis y tiene el carácter de catástrofe. Es un cambio que comienza por ser negativo – crítico. No se sabe qué pensar de nuevo – sólo se sabe o se cree saber que las ideas y normas tradicionales son falsas, inadmisibles. Se siente profundo desprecio por todo o casi todo lo que se creía ayer, pero la verdad es que no se tienen aún nuevas creencias positivas con que sustituir las tradicionales. Como aquel sistema de convicciones o mundo era el plano que permitía al hombre andar con cierta seguridad entre las cosas y ahora carece de plano, el hombre se vuelve a sentir perdido, azorado, sin orientación. Se finge a sí mismo estar convencido de esto o de lo otro. En las épocas de crisis son muy frecuentes las posiciones falsas, fingidas. Generaciones enteras se falsifican a sí mismas, quiero decir, se embalan en estilos artísticos, en doctrinas, en movimientos políticos que son insinceros y que llenan el hueco de auténticas convicciones. Pues bien: la vida, como crisis, es estar el hombre en convicciones negativas. Esta situación es terrible. La convicción negativa, el no sentirse en lo cierto sobre nada importante impide al hombre decidir lo que va a hacer con precisión, energía, confianza y entusiasmo sincero. Todo lo que haga, sienta, piense y diga será decidido y ejecutado sin convicción positiva, es decir, sin efectividad. Como en el fondo no está convencido de nada positivo, por tanto, no está verdaderamente decidido a nada, con suma facilidad pasará el hombre y pasarán las masas de hombres de lo blanco a lo negro. En las épocas de crisis no se sabe bien lo que es cada hombre porque, en efecto, no es nada decisivamente; es hoy una cosa y mañana otra. Pero la existencia humana tiene horror al vacío. En torno a ese estado efectivo de negación, de ausencia de convicciones, fermentan gérmenes oscuros de nuevas tendencias positivas. Es más: para que el hombre deje de creer en unas cosas es preciso que germine ya en él la fe confusa en otras” (...) “la sensación de hallarse en la divisoria de dos formas de vida, de dos mundos, de dos épocas. Y como la nueva forma de vida aún no ha granado, aún no es lo que va a ser, sólo podemos buscar alguna claridad respecto a ella, respecto al futuro nuestro, volviendo la mirada a la vieja forma de vida, a lo que parece que acabamos de abandonar.

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Aquí tienen ustedes el origen de la historia. El hombre hace historia porque ante el futuro, que no está en su mano, se encuentra con que lo único que tiene, que posee, es su pasado. Sólo de él puede echar mano: es la navecilla en que se embarca hacia el inquieto porvenir” (...) “El que sólo está desorientado, espera orientarse. Mas en cuanto desorientado y aún no reorientado, está desesperado” (...) “La situación extrema que inunda al hombre de azoramiento, que le desequilibra y desorienta, lleva con igual facilidad a lo mejor y a lo peor y por lo pronto no se puede distinguir lo uno de lo otro. Es natural: la vida se ha hecho ella misma equívoca y son tiempos de inautenticidad. Recuérdese que el origen de la crisis es precisamente haberse el hombre perdido porque ha perdido contacto consigo mismo. De aquí que pulule en tales épocas una fauna humana sumamente equívoca y abunden los farsantes, los histriónicos y, lo que es más doloroso, que no se pueda estar cierto de si un hombre es o no sincero”.11 Leyendo estas líneas puede uno sentir que Ortega está entre nosotros. Qué difícil resulta agregar algo. Y a la vez qué fácil encontrar en la vida cotidiana ejemplos que se adapten a estas definiciones. Es de lo más común encontrar personas que hablan de “su época” en desmedro, por supuesto, de lo que hoy nos toca. Y no tiene sólo que ver con aquello de “todo tiempo pasado fue mejor”, sino que de verdad no pueden entender hacia dónde se dirige el hombre. Es por lo mismo común encontrar personas que no se pueden comunicar, no sólo con la sociedad, sino con ellos mismos. También se pueden encontrar, como define Ortega, “estilos artísticos, doctrinas y movimientos políticos insinceros”. Y finalmente, también es de los más común encontrar personas que no están convencidas de nada. Entre el SER y el NO SER. Esta falta de convencimiento tiene que ver con el NO SER del hombre. El hombre ha estado yendo y viniendo a lo largo de su historia entre los topes del Ser y del No Ser. Esos son los cambios a los que debemos prestar atención: los que se producen dentro del hombre. Y considerar a los otros cambios –los que se producen fuera de él- tan sólo como influencias, en algún caso como referente, tal vez en otros como “expresión de” o como alguna consecuencia. Veamos algunos ejemplos de situaciones que, a través de la historia, han ido modificando realmente la estructura del hombre.

- Se demuestra que la Tierra no es plana. El mapa de Ptolomeo (siglo II d.J.C.) pierde validez.

- Copérnico (1473-1543) presenta la teoría del doble movimiento de los planetas, sobre sí mismos y alrededor del Sol. La Iglesia consideró esta teoría contraria a las Sagradas Escrituras.

- Si bien la teoría de Copérnico no cobró vida entonces, lo hizo más tarde con los aportes de Galileo (1564-1642).

- René Descartes (1596-1650) se plantea encontrar la verdad última dudando metódicamente de la realidad y buscando las respuestas únicamente a través de la razón. Queda propuesta entonces la dicotomía mente-cuerpo o pensamiento-materia.

- Darwin (1809-1882) plantea la posibilidad de que descendamos de los monos. Presenta “La evolución de las especies”.

11 - Ortega y Gasset – En Torno a Galileo.

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- El Dr. Freud (1856-1939) nos explica que cada uno tiene dentro una parte que tal vez nunca podamos llegar a conocer: El Inconsciente.

Y podemos así continuar citando descubrimientos e inventos que pasaron a constituir los hitos de la historia. Todos ellos modificaron, ya sea las convicciones del hombre o su conducta frente a nuevos desafíos. Finalmente, tenemos como dato que aproximadamente en el año 2003 se conocerá el secuenciamiento definitivo del mapa del Genoma Humano. ¿Y después qué? ¿Qué es entonces la verdad? ¿Nunca podremos confiar en que algo sea realmente cierto, verdadero? ¿O son las realidades sólo válidas para un espacio, para un tiempo? Si pensamos en la siguiente verdad: Hay una fuerza ejercida por la Tierra que tiende a atraer los cuerpos hacia su centro. Y decimos además que esa fuerza, en relación a un cuerpo, es medible y está en relación con la masa de ese cuerpo, afirmamos: es la fuerza de gravedad. Por otro lado, cuando vemos a una criatura creciendo, y tira –por primera vez conscientemente- un objeto al piso, vemos a esa criatura extasiada, maravillada. Al punto que comienza a repetir el acto tantas veces como sean necesarias para que nos pasemos un buen rato alcanzándole el objeto para que vuelva a tirarlo. Ese chico descubrió entonces algo. Incorporó a su vida una verdad que todos conocemos pero que nadie se la podía transmitir. Pero no ocurre así con todas “las verdades”. La mayoría nos son enseñadas, y así, sin más, las incorporamos como tales. Ortega explicaba: “La creación de un repertorio de principios y normas culturales trae consigo un inconveniente constitutivo y, en rigor, irremediable. Precisamente porque se ha creado una efectiva solución, precisamente porque ya “está ahí”, las generaciones siguientes no tienen que crearla sino recibirla y desarrollarla. Ahora bien, la recepción que ahorra el esfuerzo de la creación tiene la desventaja de invitar a la inercia vital. El que crea una idea no tiene la impresión de que es un pensamiento suyo, sino que le parece ver la realidad misma en contacto inmediato con él mismo. En cambio, el hombre que no crea, sino que recibe una idea, se encuentra entre las cosas y su propia persona con la idea ya creada que le facilita su relación con aquellas como una receta. Tenderá pues, a no hacerse cuestión de las cosas, a no sentir auténticas necesidades, ya que se encuentra con un repertorio de soluciones antes de haber sentido las necesidades que provocaron aquellas. De aquí que el hombre ya heredero de un sistema cultural se va habituando progresivamente, generación tras generación, a no tomar contacto con los problemas radicales, a no sentir las necesidades que integran su vida y, de otra parte, a usar modos mentales – ideas, valoraciones, entusiasmos – de que no tiene evidencia, porque no han nacido en el fondo de su propia autenticidad. Trabaja, pues y vive sobre un estrato de cultura que le ha venido de fuera, sobre un sistema de opiniones ajenas, de otros yos, de lo que está en la atmósfera, en la “época”, en el “espíritu de los tiempos”; en suma, de un yo colectivo, convencional, irresponsable, que no sabe por qué piensa lo que piensa ni quiere lo que quiere”.

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No se puede decir con esto que cada hombre deba construir desde el llano toda su realidad, descubrir por sí todas sus verdades. No se puede decir que “el conjunto de soluciones”, como lo llama Ortega, deba ser desechado o que tengamos que despojarlo de autenticidad por corresponder su origen y su historia a otras generaciones. Sí es importante considerar -al igual que cuando hablamos de individuo planteamos que es único- que cada circunstancia tiene su singularidad histórica. Y en virtud de tal singularidad adaptar las verdades para que sean entonces válidas como nueva creación en función de nuestro tiempo. No ya como verdad única, igual a la que fue útil al estadio que nos precedió, ni tampoco luchar para imponerla a los que vienen detrás. Cuando así actuamos no hacemos más que destruir el brote de la nueva semilla –que ya está entre nosotros- y demorar el nacimiento de la verdad que ya debe crecer y hacerse fuerte para servir a nuestros hijos. Si cultura es, como dice Ortega: “la interpretación que el hombre da a su vida, la serie de soluciones, más o menos satisfactorias, que inventa para obviar a sus problemas y necesidades vitales”, o como dice mi viejo diccionario: “El resultado de haber ejercitado el hombre su entendimiento en cultivar los conocimientos humanos”, me parece, después de todo, que esta crisis –respetando, como dije, su singularidad histórica- tiene como punto de contacto con las anteriores su carácter absolutamente cultural. Y es allí donde tenemos que fijar nuestra atención. Y no dispersarnos –o justificarnos- mirando de a ratos y sin responsabilidad, que acontece con ciencias que sólo tienen que ver con la administración. No pasa entonces el tema por preguntarnos tanto hacia dónde nos están conduciendo, y preguntarnos más hacia dónde queremos ir. No qué hacen los administradores de la política o de la economía, sino qué esperamos, qué queremos que hagan. No en qué se está convirtiendo el mundo –como si lo hiciera por sí- sino en qué queremos que se convierta, en qué mundo queremos vivir. Por lo que antes de preguntarnos qué esperamos del mundo cabe preguntarnos acerca de una parte muy importante de ese mundo, una parte sobre la que –si sólo tuviéramos coraje y decisión- podríamos tener una gran influencia: Nosotros Mismos. Ahí es donde comienza el cambio, y ahí mismo donde nuestra responsabilidad es –como ya dije- ineludible. Ahí es donde encontraremos la posibilidad de maravillarnos como la criatura que tira una y otra vez su juguete al suelo, donde podremos Re-Crear la primer maravilla del mundo: el Ser Humano. LAS CRISIS GLOBALES Decía Ortega: “Cada uno de nosotros se encuentra, en efecto, sumergido hoy en un sistema de problemas, peligros, facilidades, dificultades, posibilidades e imposibilidades que no son él, sino que, al contrario, son aquello en que está, con que tiene que contar, en manejar y luchar con lo cual consiste precisamente su vida. Si hubiésemos nacido cien años hace, aún poseyendo el mismo carácter e iguales dotes, el drama de nuestra vida hubiera sido muy distinto. La pregunta radical de la historia se precisa, pues, así: ¿Qué cambios de la estructura vital ha habido? ¿Cómo, cuándo y por qué cambia la vida?”.

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Sin duda nuestra vida hubiera sido muy distinta si hubiésemos nacido cien años antes, tan distinto como es haber nacido casi cien años después. De ahí la necesidad, como dije antes, de adaptar las verdades de Ortega a nuestro tiempo para que puedan ser verdades también nuestras. Estamos hablando, hasta acá, de cambios que producen crisis. Y hoy estamos frente a uno de ellos. Estamos frente a un tiempo que nos exige a cada momento buscar soluciones, conociendo de antemano que el momento siguiente nos exigirá otras. Esto por la vertiginosidad de los cambios por un lado, y por otro, el hecho de que un cambio que no depende en principio de nosotros, que sucede en algún lugar distante (o no) del planeta , puede –bien o mal- afectarnos; esto es, que incorporamos a nuestra vida la incertidumbre. No estamos preparados para actuar con eficiencia frente a tal exigencia y no tenemos respuestas, lo cual nos coloca en una situación que denominamos crisis. Con los datos que tenemos acerca de la situación de la política, de la economía, de la tecnología y dentro de esta última, de los medios de comunicación, podemos inferir que los cambios van a continuar sucediendo con similar vertiginosidad que la que podemos observar hoy. Con lo que el planteo central no tendría como eje responder a una situación determinada del presente, sino abocarnos al desarrollo de nuestra capacidad de adaptabilidad a cualquier nueva situación. Y dentro de esto, la consideración y el estudio de los valores humanos universales que nos permitan establecer los indicadores necesarios para tener la convicción –a pesar de las variaciones permanentes de forma- de estar siempre en el camino correcto.

/./././././././././ Algunos autores insinúan –otros lo dicen directamente- que estos cambios que hoy estamos viviendo casi carecen de importancia en comparación con otros que ha vivido el hombre a lo largo de la historia. La ingenuidad de esa observación parece no tener en cuenta que la gravedad de los problemas está dada por la capacidad con que se cuente en ese momento para procesarlos. No se puede compararlos con una simple enunciación de los mismos. Para un chico puede resultar tan terriblemente trágico que se rompa su juguete preferido como para un empresario tener que enfrentar una quiebra. Para dos personas, un mismo problema tiene significaciones totalmente distintas. Esto depende de lo que esa situación implique para cada uno de ellos y la estructura y los elementos con que cuente para encontrar la solución. Lo mismo vale para distintas sociedades, para distintos países, y en distintos momentos de la historia. Creo que estas afirmaciones no hacen más que sumar al trabajo consciente en pro de la insignificancia del individuo de hoy, del hombre de la sociedad globalizada. No hacen más que generar angustia y confusión, frenos para intentar siquiera la observancia del problema radical. Si tan poco significativos son, si tantos más “adelantos” tenemos a nuestro alcance, ¿en qué estriba la dificultad para salir de esta crisis? Para acercarnos entonces a las características que conforman la singularidad histórica de la CRISIS DE HOY, consideraremos este nuevo aspecto: el de globalidad.

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Recordaremos entonces esto a lo largo del trabajo: una crisis global es, antes, una crisis local. Lo que decimos en principio es que toda “crisis de hoy” –por compartir (o intersectarse) su estadío con una determinada disponibilidad de los medios de comunicación, entre otras cosas- lleva implícita la capacidad de convertirse en CRISIS GLOBAL. Esto es: la globalización de los medios de comunicación –que veremos más adelante- hace posible, por un lado, que similares situaciones que suceden simultáneamente en distintos lugares del planeta, se pongan en contacto y a su vez se retroalimenten. Por ejemplo, si antes teníamos el problema del sistema de salud del país X, el problema del sistema de salud del país Y y lo mismo del país Z, hoy tendríamos: la crisis de los sistemas de salud, o tal vez la noticia sería: “El sistema de salud mundial está en crisis”. Y por otro, que una situación determinada, por ser percibida masivamente de una manera similar, se convierta en crisis global. Ulrich Beck pone como ejemplo una confrontación bélica: “...es la implantación y construcción mediante los medios de comunicación de la importancia global de una confrontación bélica local lo que a la vez activa a la sociedad civil global y la dimensión global del conflicto. Según esto, se pueden determinar dos nuevos criterios para las crisis políticas globales. Las crisis globales pueden responder enteramente, como la guerra del Golfo, a los criterios tradicionales en cuanto que resultan de conflictos de intereses en los que están directa o indirectamente implicados otros Estados y ámbitos del sistema internacional. Pero aún cuando no se cumplan estos criterios, pueden producirse conflictos en cuanto a que existe una percepción a escala mundial de la muerte masiva de personas y de la sistemática violación de principio globalmente respetados, percepción que en gran medida depende de si los medios de comunicación informan o no detalladamente al respecto. Más allá de eso, una crisis se convierte en global cuando para su resolución se produce una intervención que está avalada por el mandato internacional o que todo el mundo anhela” (...) “Esta nueva definición de crisis políticas globales abre la puerta a una comprensión más amplia de las crisis globales, que abarque también la dimensión social y humanitaria, y por tanto las hambrunas, la pobreza, la opresión, las catástrofes naturales y medioambientales y las epidemias”.12 ¿Vaso medio lleno o vaso medio vacío? Podemos frente al primer ejemplo decir -como lo hace un género catastrofista-: “El fin del sistema de salud” o decir: Tenemos hoy la posibilidad histórica de encontrar una solución definitiva al problema de los sistemas de salud del mundo. Es importante destacar también que junto al concepto de Crisis Global se ha incorporado un grave riesgo, y es el de considerar la existencia de una Metacrisis, donde concurren todas las situaciones que nos están reclamando soluciones. Y el riesgo consiste en darle a cada problema, a cada crisis, la característica de “parte”. Cualquier crisis –que otrora pudo haber sido no más que una transitoria situación de emergencia- tiene hoy, desde su aparición, una inmediata adherencia a la Crisis Global. Decimos cotidianamente: “está todo mal”. Podemos –y sería lo ideal, sería lo que debiéramos estar ya poniendo en práctica- analizar cada situación en forma focalizada teniendo en cuenta el contexto global, pero lamentablemente –y este es el grave riesgo- tendemos a justificar nuestra irresponsable inacción haciendo alusión a nuestra imposibilidad frente a una situación que nos excede. Es nuestro “desconocimiento de” (¿qué podemos hacer?), nuestro “temor a” (nadie sabe qué va a pasar). Es la GLOBALIZACIÓN. 12 - Ulrich Beck – Qué es la globalización.

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3- GLOBALIZACION 3-1 INTRODUCCION A LA GLOBALIZACION Antes de intentar alguna definición de globalización, vamos a insistir con el tema de “los cambios de hoy” y sus características. A riesgo de ser reiterativos, necesitamos conocer esos cambios para poder adaptarnos. Ante esa búsqueda, ante la pregunta ¿En qué estriba la singularidad histórica de la globalización presente? respondía Beck: “Radica actualmente en la ramificación, densidad y estabilidad de sus recíprocas redes de relaciones regionales-globales empíricamente comprobables y de su autodefinición de los medios de comunicación, así como de los espacios sociales y de las citadas corrientes icónicas en los planos cultural, político, económico y militar” (...) “Los escépticos de la globalidad se preguntarán: qué hay de nuevo en todo esto? Para luego sentenciar: nada del otro mundo. Pero se equivocan desde los puntos de vista histórico, empírico y teórico” (...) “Nuevo no es sólo la vida cotidiana y las transacciones comerciales allende las fronteras del Estado nacional al interior de un denso entramado con mayor dependencia y obligaciones recíprocas; nueva es la autopercepción de esta transnacionalidad (en los medios de comunicación, en el consumo, en el turismo); nueva es la “translocalización” de la comunidad, el trabajo y el capital; nuevos son también la conciencia del peligro ecológico global y los correspondientes escenarios de actividad; nueva es la incoercible percepción de los otros transculturales en la propia vida, con todas sus contradictorias certezas; nuevo es el nivel de circulación de las “industrias culturales globales”; nuevo es también el paulatino abrirse paso de una imagen estatal europea, así como la cantidad y poder de los actores, instituciones y acuerdos transnacionales; y, finalmente, nuevo es también el nivel de concentración económica que, pese a todo, se ve contrarrestado por la nueva competencia de un mercado mundial que no conoce fronteras. Finalmente, y en consecuencia, globalización significa también: ausencia de Estado mundial”.13 Según Bauman: “Lo nuevo de la era global es que se ha perdido el nexo entre pobreza y riqueza, y esto es a causa de la globalización que divide a la población mundial en ricos globalizados, que dominan el espacio y no tienen tiempo, y pobres localizados, que están pegados al espacio y tienen que matar su tiempo, con el que no tienen nada que hacer. Entre estos ganadores de la globalización y estos perdedores de la globalización, sostiene Bauman, no parece existir ni unidad ni dependencia. La consecuencia primordial es que la dialéctica amo-siervo ha tocado así su fin. Más aún: se ha roto el lazo que tornaba la solidaridad no sólo necesaria, sino también posible. Esta relación de dependencia, o al menos de compasión, que subyacía hasta ahora bajo todas las formas de desigualdad se despliega ahora en un nuevo “en ningún lugar” de la sociedad mundial. Por ahora, la palabra “glocalización” es también un eufemismo. Nos hace creer ilusoriamente que se producen situaciones más allá de la unidad y la dependencia para las que no tenemos ningún nombre ni ninguna respuesta”.14 Por su parte, desde el punto de vista de la economía, Redrado opina: “En qué nos afectan exactamente esta globalización, estos cambios, estas crisis, día tras día? ¿En qué son distintos los cambios globales de hoy? Una respuesta posible es: hasta hace 30 años, los grandes cambios de la aldea global estaban reservados para aventuras excepcionales, como la llegada del hombre a la Luna. Hoy, un chico jugando en su PC tiene más tecnología al alcance de la mano que la que tuvieron Amstrong, Collins y Adrin en el Apolo XI. 13 - Ulrich Beck – Qué es la Globalización. 14 - Bauman – En Qué es la Globalización (de Beck)

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El progreso salió de los recintos especializados y se desparramó por la vida cotidiana. El mundo está cambiando, pero no lo hace a la misma velocidad en todos lados. En algunos lugares encuentra más resistencia que en otros. Todas las actividades humanas están expuestas a este cambio; está cambiando la forma de educar, de trabajar, de formar una pareja, de criar una familia, de hacer la guerra. Y las finanzas, las fuerzas de la economía que regulan la distribución de nuestros recursos y definen la calidad de vida de los habitantes del planeta, también están cambiando. Una de las características sobresalientes de esta nueva era es el surgimiento del capital financiero internacional como motor del crecimiento económico. Sus principios son transparentes: maximizar el retorno de la inversión, sin preocuparse por identidades nacionales, orgullos corporativos o consecuencias políticas y sociales. No sólo las capitales del mundo se han dispersado: también lo han hecho los capitales. Otro cambio importante es el que ha ocurrido con la estrategia de las grandes empresas internacionales para alcanzar el éxito. Hace algunas décadas, las empresas y las naciones creían que la concentración explícita de recursos era la mejor manera de crecer. Había una fiebre por comprar nuevos negocios y hacerse cargo de todos sus asuntos. La idea subyacente era que si uno había triunfado en un campo, podía hacerlo bien en cualquier otro. Esa creencia dio lugar en EEUU – especialmente después de la II Guerra, cuando ese país comenzó a sentirse seguro de su preponderancia mundial – al surgimiento de grandes conglomerados empresariales, que no sólo fabricaban toda clase de productos, sino que también se encargaban de su distribución y comercialización. Algunos de esos ejemplos sobreviven hoy. IBM, Coca-Cola (...) Este modelo hacelotodo también forma parte de lo que está cambiando”.15 Y Jeremy Rifkin, que define a esta época como “la era del acceso”, dice: “EL ESPIRITU SUPERA A LA MATERIA. La batalla por redefinir nuestros métodos contables es el reflejo de otros cambios más profundos que se producen en la transición desde una era caracterizada por la potencia física a otra cuyo rasgo distintivo es la perspicacia mental. El mundo de la era industrial estaba marcado por la fuerza bruta, corporal y muscular. Se diseñaban herramientas gigantescas para descubrir, expropiar y transformar el mundo físico en bienes materiales. Se trataba de una época en la que medíamos nuestros resultados por la altura y el peso, y clasificábamos a partir del convencimiento de que “cuanto mayor, mejor” (...) En una era en la que la propiedad y los mercados se expresaban en valores materiales, conseguir estar en todas partes era el objetivo soñado. Todo propietario anhelaba poder expandir su presencia física mediante la expropiación de tantos bienes materiales como le fuera posible. Por el contrario, la nueva era se nos presenta más inmaterial e intelectual. Es un mundo de formas platónicas; de ideas, imágenes y arquetipos, de conceptos y ficciones. A diferencia de los individuos de la era industrial que se preocupaban por expropiar y dar nuevas formas a la materia, la primera generación de la era del acceso está mucho más preocupada por manipular la mente. En la era del acceso y de las redes, en la que las ideas constituyen la fuente principal del comercio, el objetivo soñado es adquirir el conocimiento de todo. Lo que ahora es el motor de la actividad comercial en cualquier industria es la posibilidad de expandir la propia presencia mental, estar conectado universalmente para poder actuar y transformar la conciencia humana. Además de pan y vino, todos necesitamos ideas y pensamientos para poder vivir. Si la era industrial alimentaba nuestro ser físico, la era del acceso alimenta nuestro ser espiritual, emocional y mental. Mientras que el control del intercambio de bienes era lo que caracterizaba la época que está terminando, la nueva era que surge se caracteriza por el control del intercambio de 15 - Martín Redrado – Cómo sobrevivir a la globalización.

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conceptos. En el siglo XXI las ideas serán los objetos con los que comercien las instituciones, y las personas comprarán cada vez más el acceso a esas ideas y a las formas físicas en las que se encarnen esas ideas. La habilidad para controlar y vender pensamientos es la última expresión de las nuevas capacidades comerciales. Los productos más ligeros, la miniaturización, la reducción de los bienes inmuebles, los inventarios al instante, el leasing y la externalización, constituyen indicadores de la devaluación de la perspectiva materialista que enfatizaba los aspectos físicos. Sin embargo, esto no quiere decir que el egoísmo, la codicia y la explotación se reduzcan a la par. De hecho es probable que la era del acceso sea bastante más explotadora. En el mundo de hoy el control de las ideas es más poderoso que el control del espacio y del capital físico. Los intentos del sector financiero de invertir en el puro capital intelectual, con cifras de cientos de miles de millones de dólares es un claro testimonio del cambio de sensibilidades en un sistema capitalista cuya misma identidad ha estado vinculada durante mucho tiempo al capital físico. La creciente importancia de las ideas en la esfera comercial produce un espectro preocupante. Cuando el pensamiento humano se convierte en una mercancía tan importante, qué le ocurre a otras ideas que aún siendo importantes puede que no sean comercialmente atractivas? Queda sitio para las opiniones, las consideraciones y los conceptos no comerciales en una civilización en la que las personas se ven abocadas crecientemente a la esfera comercial para conseguir las ideas con las que viven sus vidas? En una sociedad en la que todos lo tipos de ideas están atrapadas en la forma de propiedad intelectual controlada por las megacorporaciones, cuál puede ser el efecto que produzca esto en muestra conciencia colectiva y en el futuro del discurso social?”.16 Son diferentes visiones y seguramente cada una de ellas encierra su verdad. Pareciera que en estos tiempos, cualquier afirmación merece ser considerada “verdadera” por cuanto resultan casi infinitos los puntos de vista. ¿Tiene que ver esto con la globalización? Según Beck: “Globalización es a buen seguro la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos –y sin duda también de los próximos- años”.17 Veamos entonces ejemplos en los que podemos encontrar algunas analogías o sobre los que podamos intentar un cierto paralelismo. La Historia de la Música es en sí Una Historia. Dentro de ella podemos considerar la historia de los instrumentos de cuerda, o la de los de viento. También la historia de un determinado género musical o la historia de una banda. Tenemos asimismo, registros de nacimientos de músicos célebres ordenados cronológicamente. Ahora bien, en una misma época en que se popularizó un instrumento musical o una obra musical alcanzó la fama, pudo haber sucedido una batalla o se pudo haber descubierto una especie botánica. Esto sin que alguno de los sucesos tuvieran entre sí otro punto en común que la fecha del suceso. Son las facetas de la época. A diferencia del “antes”, en el “ahora” tenemos acceso –algunos- a conocer todas las facetas –o muchas- al mismo tiempo. Esto de ninguna manera implica que debamos necesariamente encontrar su nexo, aunque creamos –y hasta sea posible- que exista. La época de la “globalización” tiene también sus facetas:

- La globalización económica. 16 - Jeremy Rifkin – La era del acceso. 17 - U. Beck – Obra Citada.

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- La globalización política. - La globalización social. - La globalización cultural. - La globalización ecológica.

Y podemos seguir confeccionando la lista. Imaginemos ahora un diamante. Imaginemos también, en detalle, sus múltiples cristalizaciones. Una cara está en contacto con algunas y no lo está con muchas otras. Podemos ver las caras externas y, a su través, las internas. Así podemos imaginar las distintas “globalizaciones” que podamos considerar. Hay entre ellas, como bien lo plantea Beck, una afinidad. Pero a la hora de la observación, debe cada una de ellas tener para nosotros, un sentido propio. Esto antes de verlas actuar en mutua interdependencia. Beck explica la irrevisabilidad de la globalidad resultante y dice: “la globalización significa los procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios”. Y agrega: “¿No se puede encontrar un denominador común para las distintas dimensiones y controversias sobre la globalización? Sin duda que sí. En general, se puede afirmar que se ha venido abajo una premisa esencial de la primera modernidad, a saber, la idea de vivir y actuar en los espacios cerrados y recíprocamente delimitados de los Estados nacionales y de sus respectivas sociedades nacionales. Globalización significa la perceptible pérdida de fronteras del quehacer cotidiano en las distintas dimensiones de la economía, la información, la ecología, la técnica, los conflictos transculturales y la sociedad civil, y, relacionada básicamente con todo esto, una cosa que es al mismo tiempo familiar e inasible – difícilmente captable – que modifica a todas luces con perceptible violencia la vida cotidiana y que fuerza a todos a adaptarse y a responder”.18 Incorporamos ahora otro término Globalidad, que Beck define: “hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad mundial, de manera que la tesis de los espacios cerrados es ficticia. No hay ningún país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás. Es decir, que las distintas formas económicas, culturales y políticas no dejan de entremezclarse y que las evidencias del modelo occidental se deben justificar de nuevo. Así, “sociedad mundial” significa la totalidad de las relaciones sociales que no están integradas en la política del Estado nacional ni están determinadas (ni son determinables) a través de ésta. Aquí la autopercepción juega un papel clave en cuanto que la sociedad mundial en sentido estricto – para proponer un criterio operativo (y políticamente relevante)- significa una sociedad mundial percibida y reflexiva. La pregunta de hasta qué punto se da dicha sociedad se puede convertir empíricamente, según esto (de acuerdo con teorema de Thomas, según el cual lo que los hombres consideran real se convierte en real), en la pregunta de cómo y hasta qué punto los hombres y las culturas del mundo se perciben en sus diferencias respectivas y hasta qué punto esta autopercepción desde el punto de vista de la sociedad mundial se torna relevante desde el de la conducta” (...) “La suposición principal es que sólo así se puede abrir la perspectiva y el espacio del quehacer político. Por qué? Porque sólo así se puede acabar con el hechizo despolitizador del globalismo, pues sólo bajo la perspectiva de la pluridimensionalidad de la globalidad estalla la ideología de los hechos consumados del globalismo” (...) “La globalidad nos recuerda el hecho de que, a partir de ahora, nada de cuanto ocurra en nuestro planeta podrá ser un suceso localmente delimitado” (...) “La globalidad irrevisable significa, como hemos dicho anteriormente, que vivimos desde hace algún tiempo en 18 - U. Beck – Obra Citada.

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una sociedad mundial, lo cual implica dos cosas básicas: por un lado, un conjunto de relaciones de poder y sociales políticamente organizadas de manera no nacional – estatal y, del otro, la experiencia de vivir y actuar por encima y más allá de las fronteras”. Finalmente, sobre el globalismo. Dice Beck: “De los conceptos de globalización y globalidad se debe distinguir (y criticar) el globalismo, es decir, la ideología neoliberal del dominio del mercado mundial” (...) “Por globalismo entiendo la concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer político; es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo. Esta procede de manera monocausal y economicista y reduce la pluridimensionalidad de la globalización a una sola dimensión, la económica, dimensión que considera asimismo de manera lineal, y pone sobre el tapete (cuando, y si es que, lo hace) todas las demás dimensiones – las globalizaciones ecológica, cultural, política y social – sólo para destacar el presunto predominio del sistema de mercado mundial”.19 Con estos elementos, vamos a entrar ahora al diamante, vamos a mirar -desde el punto de vista de un trabajador- hacia algunas de sus caras. Para eso –y para que esa observación sea lo más objetiva posible- debemos realmente aceptar que estamos dentro de él. Esto es: la globalización existe, y somos parte de ella. Recordemos un principio de la física que dice: un cuerpo tenderá a mantenerse en equilibrio cuando no exista una fuerza -o un sistema de fuerzas desequilibrado- que tienda a modificar ese estado. Si a un cuerpo en equilibrio le aplicamos una fuerza, según lo anterior, le modificamos ese estado. Pero la realidad nos dice que esto no es cierto, si nos apoyamos sobre una mesa esta, en principio, puede suceder que esta no se mueva. La física nos explica entonces que al aplicar nosotros una fuerza, aparece inmediatamente otra en sentido contrario: La Resistencia. Y que para vencerla debemos aumentar la nuestra lo suficiente. Recordemos por último el carácter de rigidez o elasticidad de un cuerpo. Si cuando vencemos la resistencia el cuerpo es rígido, se quiebra. Si el cuerpo es elástico, toma otra forma. La física nos habla de la materia –o de conjunto de fuerzas que operan en interrelación a través del tiempo-, pero se pueden aplicar, sino los mismos, similares principios para la observación del comportamiento social. Vale decir, una sociedad puede tener –mayor o menor- resistencia al cambio, y, frente a la presión de un cambio, se puede hablar de su rigidez o su elasticidad. En función de esto podemos decir que nos sentimos presionados por la globalización, y también podemos notar tanto una fuerte resistencia como una gran rigidez. Tal vez sea el tiempo de considerar:

- Independientemente de nuestra opinión sobre el tema –como ya lo dijimos- la globalización existe y está entre nosotros. Y esto pareciera ser irreversible.

- No podemos ni defendernos ni sacar provecho de algo que no conocemos, por lo que aparece como fundamental el tratamiento del tema.

- La globalización no es sinónimo de crisis. Estamos en crisis porque no entendemos cómo debemos actuar.

- O sería lo mismo decir: no es la globalización la que nos perjudica o nos favorece, sino nuestra propia actitud ante ella.

19 - U. Beck – Obra Citada.

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De la misma manera que podemos decir que ser paciente no es manifestar resignación, también podemos decir que ser adaptables no es ser débiles. Ni considerar posibilidades significa resignar nuestras verdades. No ponemos en duda que después de la noche amanecerá. Sólo nos dedicamos a planificar si queremos que nuestro siguiente día de vida nos resulte satisfactorio. Vamos entonces a considerar que:

- La economía es la administración de los recursos. - La política, el espacio donde nos resulta posible ser partícipes de la construcción de

nuestro propio destino. - La cultura, el espacio donde encontramos la posibilidad de realizarnos como individuos.

Veamos esas caras del diamante. Sus cambios, sus efectos, sus interrelaciones.

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3-2 GLOBALIZACION ECONOMICA Vamos a recordar, antes de introducirnos en el mundo de las finanzas –o las finanzas del mundo- tres definiciones básicas:

- Economía doméstica: Orden en el gasto de una casa. - Economía política: Ciencia que trata de la producción, la distribución y el consumo de

las riquezas. - Economía social: Ciencia de las leyes que rigen la sociedad y sus intereses.

Finalmente, como definición rectora de economía agregamos: Virtud que consiste en evitar los gastos inútiles: la economía es el único medio de llegar a la fortuna (material). En principio deberíamos suponer que necesariamente existe una relación entre las tres definiciones, una familia ordena su economía en función de lo que conoce como la economía política de su país, ya que ese conocimiento es el que le permite formular un proyecto económico a su vez relacionado con un proyecto de vida planteado por los integrantes de la familia. A su vez, confía en esa economía política y las posibilidades que le brinda porque conoce que su planificación está en estrecha relación con la economía social, que tiene en cuenta sus intereses. Todo esto, en referencia a un sistema democrático donde esa familia eligió sus representantes para que “deliberen y gobiernen” en su nombre. Estos representantes pasan a formar entonces parte del Estado nacional –el rol del cual veremos más adelante- , y a partir de allí se relacionan con otros actores internacionales y transnacionales. Ya en ese plano de relaciones, se dan cita distintos actores con distintos intereses y distintos niveles de crecimiento. Hay países, o corporaciones transnacionales, con más riquezas, más poder negociador y menos escrúpulos que otros. Ya repetiremos más adelante que a la hora de los negocios, el UNICO OBJETIVO DEL CAPITAL es maximizar el retorno. A diferencia de un tiempo en que las relaciones eran entre países, hacemos ahora incapié en la existencia de las CT´s. Si bien “no son nuevas”, vamos a ver cómo actúan en el escenario de hoy, que por otra parte, esas mismas CT´s diseñaron. Ya vimos en “crisis financiera” que los diseños nacionales de una economía política están afectados –a merced, diría yo- por los diseños internacionales y –una vez más- transnacionales. Por lo que no pueden –al menos en países emergentes- estar en concordancia con lo que dijimos de política social. Ya que, sencillamente, el capital financiero internacional carece –por representarse sólo a sí mismo y no a sociedad alguna- de una política social. Veamos entonces cómo describen algunos autores los cambios en el escenario de la economía política. Según Kulfas: “La economía mundial de los años noventa es descripta como un período de mundialización o globalización. Para algunos, la globalización consiste en la expansión del comercio internacional hacia todas las regiones del globo y en magnitudes muy superiores a la del producto bruto global. Otros apoyan su explicación en la expansión, también global, de mercados de capitales cada vez más entrelazados, unido a la proliferación de nuevos instrumentos financieros más sofisticados y movilizando enormes volúmenes diarios de dinero de una manera, en apariencia, escindida de la evolución de la economía real.

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A su vez, estas características no escapan – en las diversas teorizaciones – del extraordinario impacto de los cambios tecnológicos en las comunicaciones como condición necesaria para la instrumentación del proceso de globalización”.20 Coincide con lo que Beck define como globalismo, en cuanto a que: “El marco ideológico neoliberal aparece como ideología dominante en los noventa transmitiendo un discurso aperturista en lo comercial”. Beck dice que: “Se trata de la desnacionalización de la economía, y por consiguiente de que tanto las etiquetas comerciales nacionales como las economías nacionales propiamente dichas se están volviendo ficticias, de manera que la prosperidad de una industria “nacional” no coincide con la prosperidad de los ciudadanos (nacionales)?”.21 El desplazamiento de capital, el cómo y el por qué afecta a nuestra vida cotidiana, también responde a una programación. Nadie puede decir que no hay una idea madre detrás de semejante mundo, sólo que esa idea –o las ideas de ese estadio- carecen de sensibilidad. Por ejemplo, si determinado movimiento artístico “no es negocio”, simplemente no existe. Y si hay que invertir para introducir una idea –o inducir un determinado comportamiento- a toda una generación, esto puede implicar destruir otra idea distinta. En esa situación el capital no piensa si está bien o está mal, simplemente hay que hacerlo. En el nombre del progreso o en el de la modernidad, no importa. Importan los resultados, que sólo son positivos si generan más capital. Rifkin habla de: “LA MONOPOLIZACION DE LAS IDEAS”. “Uno de los extraños giros de la historia del sistema capitalista, cuyo modus operandi era la expansión de los mercados y facilitar el cambio de la propiedad entre compradores y vendedores, es que ahora trabaja sistemáticamente en tareas de desconstrucción de sus principios esenciales y de sus fundamentos institucionales. El capitalismo se está reinventando a sí mismo en forma de redes y empieza a dejar atrás a los mercados. En este proceso se están desarrollando nuevas formas de poder institucional, más imponentes y más peligrosas de las que ninguna sociedad haya experimentado durante el largo reinado de la era del mercado. Para entender el porqué de todo esto necesitamos tener presente cuán diferentes de los mercados son las redes. Puesto que en la economía-red es cada vez más probable acceder a las diversas formas de propiedad en lugar de comprarlas, insistamos en que la propiedad tangible será crecientemente marginal para el ejercicio del poder económico, y que la propiedad de intangibles se convierte velozmente en la fuerza definitoria de una nueva era sustentada en el acceso. En forma de patentes, derechos de propiedad intelectual, marcas registradas, secretos y relaciones comerciales, las ideas se utilizan para forjar un nuevo tipo de poder económico compuesto por megaproveedores que controlan redes de usuarios en expansión. Estas redes proveedor-usuario concentran el poder económico en manos de algunas instituciones, de manera incluso más efectiva que lo que ocurría durante la era de los mercados vendedor-comprador. Ser capaz de controlar las ideas del comercio, en vez de las herramientas, los procesos operativos y los productos, le da a un nuevo tipo de empresas proveedores globales una ventaja inimaginable en la historia económica anterior. Tener el monopolio sobre las ideas en cualquier campo comercial permite a las nuevas empresas hacerse con el control de toda una industria. Para asegurarse el éxito, los dirigentes industriales crean enormes redes proveedor-usuario, consiguiendo así que competidores previos, lo mismo que los clientes y otros proveedores, dependan totalmente de sus ideas para sobrevivir. 20 - Matías Kulfas – Globalización y Expansión de las Empresas Transnacionales. 21 - U. Beck – Obra Citada.

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Es interesante considerar dos casos: el campo relativamente nuevo de los negocios organizados en forma de franquicias y el incluso más reciente de las ciencias de la vida. El primero utiliza la propiedad intelectual como una fórmula de negocio para ejercer el control sobre amplias redes de detallistas. El segundo utiliza las patentes genéticas para establecer redes cautivas de usuarios, que van desde los agricultores a los investigadores y profesionales de la salud. Las dos prácticas son buenos ejemplos de las nuevas fuerzas dinámicas que se despliegan en la emergente economía-red”.22 Veamos el tema de las franquicias. Si bien todos “sabemos” de qué se trata el sistema, creo que no conocemos más que una mínima parte de este negocio. Hablemos de un ejemplo: comida, tanto pizzas como hamburguesas. Sabemos que si alguien tiene un capital y está dispuesto a invertirlo en un negocio tal como una hamburguesería, puede acceder a una franquicia. Esto quiere decir que compra, junto a una marca, todo el “conocimiento” del negocio. Concretamente, una empresa le dice cuánto dinero deberá invertir, cómo hacerlo, cómo será su negocio, cómo deberá atenderlo y cuál será su rédito. Tal vez esto no esté escrito en el contrato, pero le dice algo más: cómo se sentirá siendo propietario de ese negocio y cómo serán y qué sentirán sus empleados, sus proveedores y sus clientes, es decir, cómo serán sus relaciones como comerciante. Sus empleados, desde el momento en que se postulan, tienen una clara idea de qué se espera de ellos por un lado, y a qué pueden aspirar en ese lugar de trabajo. Conocen las reglas y conocen las posibilidades, porque éstas no son de ese lugar, sino de “la gran cadena” a la que responde. También sus proveedores, desde un principio, conocen que la cantidad de subproductos que puedan proveerle no depende de otra cosa que de la proyección inicial que se hubiera planificado. Conocen, en definitiva, qué y qué cantidad comprará. Finalmente, sus clientes. Tampoco entran a “su negocio”, sino a un local más de la cadena. Entran sabiendo con qué se van a encontrar, ya sea en cuanto a las posibilidades del menú, a los precios, a cómo serán atendidos o a cómo será el lugar donde se siente a comer. Conocen hasta los colores de las bandejas, los vasos y las mesas. Y esto tal vez sea válido –según la cadena de que se trate- para cualquier local del mundo. Por lo que, salvo Michel Douglas en Un Día de Furia u otra excepción, ningún cliente presentará queja alguna. Similares situaciones se presentan con cadenas de ropa, indumentaria deportiva, música o electrodomésticos o computadoras. Es acá donde comienza esto de entremezclarse los distintos procesos. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de franquicias, de globalización económica o globalización cultural? De ambas cosas, pero lo veremos más en detalle en “globalización cultural”. En cuanto al segundo caso que plantea Rifkin, el de las patentes genéticas, lo ampliaremos en “problemas de verdad”.

/./././././././././ 22 - J. Rifkin – Obra Citada.

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Ahora bien, los movimientos de capital, los planes económicos y hasta las ideologías, necesitan de sus actores –tanto como de sus espectadores-. Ferrer, en la Historia de la Globalización, nos habla de las actitudes que los “países exitosos” adoptaron durante diferentes etapas económicas. “Los países exitosos no adhirieron a las ideas económicas prevalecientes en los centros. Por el contrario, fundaron ideas e ideologías propias y compatibles con el desarrollo de sus economías nacionales” (...) “La acción pública privilegió los intereses privados nacionales. Esto se puso en práctica a través de una multiplicidad de instrumentos como la protección del mercado interno en EEUU, los subsidios y las compras públicas a productores locales en Alemania y en el Japón durante la Restauración Meiji. Estas estrechas relaciones del poder político y administrativo con los intereses privados provocaron diversos grados de cohecho y corrupción y la generación de rentas privadas resultantes de las decisiones públicas (protección arancelaria, subsidios, créditos preferenciales, etc.). Sin embargo, la corrupción, que siempre es un flagelo social, no constituye una variable explicativa del éxito del fracaso de los países en el período analizado. Algunos países exitosos registraron importantes episodios de corrupción, a menudo escandalosos y de gran repercusión política” (...) “En resumen, la corrupción no impidió el desarrollo de los países exitosos y tampoco resulta una variable explicativa fundamental del comportamiento de las colonias y periferias en el transcurso del Segundo Orden Mundial. Como hemos visto, las razones del éxito o del fracaso son más complejas” (...) “La intervención pública en la cuestión de la distribución del ingreso no presenta indicios que diferencien claramente la situación de los países que participaron de la propagación de la Revolución Industrial. Algunos países exitosos presentan marcadas diferencias en la distribución del ingreso y, a veces, tendencias a una concentración aún mayor. Si bien el Estado no ejerció una intervención directa en la redistribución progresiva del ingreso, seguramente contribuyó, aunque indirectamente (por ejemplo, a través de la política educativa), a ampliar el acceso a las oportunidades abiertas por el desarrollo económico. Sucede, sin embargo, que en los países exitosos la concentración del ingresos coexistió con la presencia de elites y liderazgos empresarios nacionales capaces de acumular sus excedentes y, consecuentemente, de aumentar la inversión y la tasa de crecimiento. Una cosa fue la concentración del ingreso en elites inclinadas al despilfarro, y otra, en aquellas con vocación de liderazgo y de acumulación de poder en sus propios espacios nacionales” (...) “Ventajas competitivas Un rasgo común de todos los países exitosos es que su inserción en el sistema internacional se fundó en la generación de ventajas competitivas dinámicas generadas en el cambio técnico y la incorporación de conocimientos y valor agregado a la producción. Ninguno descansó a largo plazo en las ventajas comparativas reveladas por la dotación de recursos naturales o los bajos salarios. En todos los casos, el cambio técnico fue un proceso endógeno en la economía y la sociedad y no en un trasplante desde fuera sin raíces en el propio tejido social y productivo. El cambio técnico se fundó en un proceso acumulativo de la secuencia copiar-adaptar-innovar-difundir. Incorporó también las interrelaciones entre las tecnologías promovidas por la demanda y aquellas inducidas por la oferta de conocimientos e innovaciones” (...) “En resumen, en el transcurso del Segundo Orden Mundial, los países que respondieron con eficacia al dilema del desarrollo en el mundo global fueron aquellos que participaron activamente de las relaciones internacionales a partir de su cohesión e integración interna y de su dominio del mercado y los recursos. Los otros, aquellos a los cuales la globalización les fue impuesta como dependencias coloniales o, siendo en principio soberanos, la asumieron en cuanto periferia de los centros industriales, constituyeron el grupo de países subdesarrollados y dependientes”.23 Antes de continuar con otros autores, vamos a introducir algunos comentarios.

23 - A. Ferrer – Historia de la globalización II.

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Si decimos que los “países exitosos” fundaron ideas propias, y por el otro lado nosotros, como país emergente, asumimos la globalización en cuanto periferia de los centros industriales, creo que vale la pena recordar que antes fuimos colonia, y no por elección. No somos nosotros –los que no somos aborígenes- hijos de los conquistadores, sino que compartimos todos el destino de ser hijos de una tierra conquistada. Una conquista cuya crueldad debería avergonzar a la historia, pero lejos de eso, se sigue vanagloriando de haber traído consigo “progreso”. Tampoco carecemos de gente tanto con ideas, como con ideales. Por el contrario, creo que hay suficientes ejemplos de personas que se han destacado –en distintos ámbitos- a nivel internacional. Pero la conquista continúa, y la crueldad también. Por eso las preguntas: ¿quiénes “asumimos” la globalización? ¿quiénes y cómo permitimos la dominación que hoy perdura? Qué pena que no podamos preguntarles a los más de 20.000 muertos de la última dictadura –incluidos muchos soldados- , estoy seguro de lo valiosa que hubiera sido su opinión. En cuanto a la corrupción, no creo que podamos en este trabajo, considerarla un tema menor. Podemos observar en nuestra realidad que, como dice Ferrer, no impidió el desarrollo de los “países exitosos” y es probable que no sea una variable explicativa fundamental del comportamiento... Pero si decimos que durante la última dictadura militar la deuda externa se multiplicó, y que antes y después de ese período también se acrecentó. Si decimos –o escuchamos- que no se sabe dónde está gran parte de ese dinero, o, lo que es peor, se conocen casos en que el dinero está donde no debería estar... Y así podríamos seguir con ejemplos de corrupción un largo rato, ¿no es entendible que los que trabajamos para vivir tengamos una sensación de hastío? ¿No es probable que se “tuerzan” y algunos se justifiquen diciendo frente a la oportunidad de corromperse: “si no lo hago yo, lo hace otro”? puede que sea desde el cansancio, desde la falta de perspectiva de donde surgen frases como: “por derecha no llegás”, “por excelente que sea tu idea o tu proyecto, si no tenés relaciones, no existís”. O de parte de aquellos que están en ámbitos políticos: “si no me prendo, me sacan”, o “total, igual van a hablar, la etiqueta ya la tengo”, y tantas más. Y cuando este comportamiento se generaliza, cuando ya no reconoce niveles sociales ni económicos, ¿no incide esa corrupción –que tan bien aprendieron unos pocos- en el comportamiento de un país? Tal vez exista una manera de verlo estrictamente desde algún plano económico, yo no puede dejar de verlo desde la óptica cultural. Entiendo que la corrupción tiene que ver con eso, con el ser –o no ser- y su desarrollo. Y desde ahí ver cómo cambian los objetivos, las expectativas, el concepto de ÉXITO. Y desde ahí también ver cómo le sacan las ganas a la gente honesta de meterse donde tiene que estar, en la política, en los espacios de participación. Me da pena escuchar cuando dicen: “para qué me voy a meter, eso está todo podrido”, y siento una terrible impotencia cuando siento que me falta capacidad para explicar que si insistimos todos en que es así y no se puede cambiar, lamentablemente, así será. En cuanto a lo que sucede en Argentina, Kulfas dice que: “La historia del ciclo económico en Argentina es, en buena medida, la historia de su balance de pagos”. Y cuestiona Kulfas la actitud frente al capital extranjero de ciertos sectores: “La oleada de inversión extranjera ha sido evaluada en términos positivos (y en cierto modo idílicos) por diferentes sectores políticos y sociales. Habitualmente se sostiene que la falta de capital es un freno para el desarrollo de la economía nacional y, en consecuencia, es importante la realización de inversiones, sin importar su origen ni

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las condiciones en que estas se desarrollen” (...) “Las políticas de apertura impactan de diversas maneras en el balance de pagos: En la balanza comercial: Los flujos de inversión extranjera generan mayores flujos de comercio exterior. En primer lugar, las CT’s que se instalan en el país realizan importaciones para equiparse con las maquinarias necesarias para instalar sus unidades productivas y otros insumos. En una etapa posterior, podrá producirse un aumento de las exportaciones considerando aquellos proyectos de inversión orientados hacia la exportación, en particular, hacia el mercado regional” (...) “En los servicios financieros: Las CT’s obtienen importantes ganancias como resultado de sus actividades en Argentina. Al no existir ninguna reglamentación restrictiva para su operatoria, remiten una elevada proporción de sus utilidades hacia sus respectivas casas matrices” (...) “Asimismo, una buena parte de las inversiones extranjeras se han financiado mediante la colocación en mercados internacionales de títulos de deuda tales como obligaciones negociables. Ello implica un creciente flujo de pagos de intereses, que se suman a los intereses por deudas contraídas por el sector público, en este marco de “ajuste estructural” y “reforma del Estado” (...) “Cuenta capital del balance de pagos Analizando la cuenta capital del balance de pagos se llega a la paradoja de que la única forma de seguir financiando los déficits de cuenta comercial y cuenta de servicios financieros es con nuevos ingresos de capitales y nuevas colocaciones de deuda con el exterior” (...) “Pero ambos mecanismos siguen conteniendo en su esencia el mismo síntoma que generó el problema: generan mayores importaciones, mayor remisión de utilidades y mayores pagos de intereses. Por lo tanto, la única forma de compensar el desequilibrio es esperando un boom de exportaciones” (...) “En resumen, la inversión extranjera genera dificultades recurrentes en el balance de pagos. Los resultados más inmediatos son el déficit comercial y un creciente endeudamiento externo. Dado que una gran parte del financiamiento del balance de pagos está vinculada a la coyuntura macroeconómica (colocación de títulos, endeudamiento público, llegada de nuevas inversiones) cualquier factor (tanto endógeno como exógeno) puede frenar el financiamiento y desencadenar una crisis de pagos con el exterior” (...) “En otros términos, la apertura de la economía y la inversión extranjera han incrementado la dependencia de la Argentina respecto de los flujos de financiamiento externo al tiempo que la han ubicado en un lugar de extrema fragilidad ante cambios en el ciclo económico, tanto local como mundial”.24 Para darnos cuenta de que este tipo de actitudes no son propias sólo de Argentina, agregamos lo que dice Beck al respecto: “No puedo por menos de considerar una ironía el que algunos políticos pidan a voces mercado, mercado y más mercado y no se den cuenta de que, de este modo, están matando el mismísimo nervio vital y cerrando peligrosamente el grifo del dinero y el poder. ¿Se ha visto alguna vez una representación más descerebrada y alegre de un suicidio tan manifiesto?”. Sin embargo, hay quienes consideran que sin el capital es imposible crecer, por lo que hay que conseguir atraerlo y, para ello, preparar el ambiente. Esto es lo que dice Martín Redrado: EL ENTORNO COMPETITIVO “Un discurso acerca de la globalización bastante difundido y teñido de cierto excesivo lirismo sostiene que la principal ventaja del nuevo orden mundial es la ausencia de fronteras para el desplazamiento internacional de capitales. Esa supuesta libertad de circulación, sugiere este argumento, implica una mayor disponibilidad automática de fondos para los mercados emergentes.

24 - M. Kulfas – Obra Citada.

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Esta es una verdad llena de peros: hay infinidad de barreras, muchas veces, son sostenidas por los propios países y no por la estructura global. Por otra parte, es importante comprender que la globalización no tiene per se virtudes ni defectos: sólo atributos. Es la inteligencia de cada participante la que convierte esos recursos en elementos favorables o desfavorables. Es cierto que los capitales fluyen con más libertad que antes, eso no significa que sea más fácil atraerlos. Los capitales pueden usar su creciente libertad para acercarse o para alejarse, según les convenga. La decisión de participar en un contexto internacional globalizado implica competir eficientemente con el resto de los países en el objetivo de atraer inversores y capitales. Los grandes inversores están evaluando permanentemente la competitividad de los mercados. Lo de permanentemente no es exageración: los principales capitalistas cuentan con estructuras de información, monitoreo y análisis que revisan la realidad de los mercados internacionales minuto a minuto. En este proceso no sólo estudian el desarrollo de las cotizaciones, sino el entorno regulatorio, el grado de confiabilidad y la solvencia del mercado de capitales de cada país de la Tierra. Cuando un inversor internacional compra papeles de una empresa en un país en desarrollo, no sólo está apostando por esa empresa, sino por el país, por su legislación, por su plan económico y por su forma de gobierno. Y cuando dos países ofrecen retornos similares, los capitales se inclinarán por el mercado que se encuentre mejor regulado y fiscalizado” (...) LA IMPORTANCIA DE UN BUEN AMBIENTE “El mercado de capitales no es una isla. De nada le sirve a un mercado emergente contar con una oferta variadísima, una demanda burbujeante y una sólida estructura si no está rodeado de condiciones favorables. Hay dos entornos a los que conviene prestar atención para determinar que tan bien preparado está un mercado frente a las crisis globales.

- El interno, en el cual la fortaleza y desarrollo del mercado está atada fuertemente al entorno macroeconómico de su país.

- El externo, en el cual lo más relevante es la modalidad o estrategia de inserción que los participantes tengan del propio mercado de capitales doméstico pongan en práctica para tender lazos con la aldea financiera global”.25

Esto, por supuesto, va más allá de las opiniones. Como dice Beck: “Entendida como expansión de espacios y actores transnacionales, la globalización depende, según esta opinión –por paradójico que pueda parecer-, de la autoridad nacional-estatal o, más propiamente hablando, de un poder hegemónico. La globalización presupone, por así decir, el permiso tácito para la globalización por parte del Estado nacional. La actitud abierta –o permisividad- imprescindible para desarrollar mercados mundiales, iglesias mundiales, empresas mundiales, bancos mundiales y organizaciones no gubernamentales mundiales, sólo puede darse y prosperar, según Gilpin, a la sombra de una correspondiente concentración de poder estatal”.26

3-2-1 DE LAS MEDIDAS En el caso de Argentina, no se puede hablar de “actitud abierta” o “permisividad”, ni siquiera de un permiso tácito. En realidad creo que más correcto sería decir que se pidió a gritos que ingresen los capitales y siento como que se pidió por favor que nos permitan jugar este juego, aceptando, por supuesto todas las reglas. Antes de ver las medidas específicas –no tácitas- que se tomaron en nuestro país en relación al ingreso de capitales, veamos cuál era la disposición. Martín Redrado formulaba la pregunta:

25 - M. Redrado – Obra Citada. 26 - U. Beck – Obra Citada.

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¿SIRVE EL CONTROL DE CAPITALES? “Regular o no la movilidad de los capitales. Conviene que un país emergente imponga restricciones a los capitales extranjeros para que entren y salgan con facilidad? O la libertad plena de movimientos es imprescindible para atraer fondos? El control de capitales no es una condición necesaria ni – mucho menos – suficiente para garantizar inmunidad frente a los vaivenes internacionales; no sirve para garantizar inmunidad frente a los vaivenes internacionales; no sirve para ocultar desequilibrios en la economía real (fiscales, externos o financieros), que son los que verdaderamente importan. Más eficaz que limitar la entrada y salida de capitales, es que el país bajo riesgo presente niveles suficientes de caja y aval para enfrentar el embate. Caja quiere decir liquidez suficiente para cumplir compromisos de corto plazo y atender eventuales huidas de fondos. Esto se logra elevando los encajes bancarios o estableciendo fondos de emergencia. Pero, por más recaudos que se tomen, ningún sistema bancario puede soportar un retiro de fondos superior al 30 % de los depósitos. Así que también es importante el aval: que el país cuente con el apoyo explícito de los organismos internacionales”.27 Surgen dudas, por supuesto. Controlar –o limitar- el flujo de capitales internacionales o transnacionales no es muy importante, pero sí lo es controlar estrictamente si un yerbatero de Misiones hace los aportes sociales correspondientes de su peón, o si un vendedor ambulante hizo su aporte jubilatorio, o llegar a clausurar un puesto de flores porque el inspector detectó un cliente que se iba con su ramito de flores pero no tenía el ticket correspondiente. Dejemos por un momento las dudas y veamos las medidas. “En el caso de la Argentina, las medidas tomadas desde 1991, permitieron avanzar en la creación de un entorno competitivo eficiente para el mercado de valores. Desde el frente macroeconómico hubo medidas de fondo: la Ley de Emergencia Económica y el Decreto de Desregulación Económica (Nª 2284/91) impulsaron cambios muy importantes; por ejemplo, se eliminó un conjunto de impuestos que se aplicaban a las operaciones con títulos valores que perjudicaban el crecimiento de esta actividad. Estos tributos gravaban las actividades fundamentales del mercado: la compra, la venta y la transferencia de títulos, así como las ganancias obtenidas. Hasta había un kafkiano impuesto de sellos por cada operación que se concretaba. La eliminación de estas cargas aumentó el interés de los inversores por realizar transacciones con títulos valores, ya que su costo se abarató, pero también porque el gobierno estaba mandando con estas medidas una señal: ésta es una actividad que debe ser estimulada, no castigada. El decreto de Desregulación Económica también estableció el tratamiento igualitario entre el capital doméstico y el extranjero invertidos en la Argentina. Por ejemplo, la norma eliminó el impuesto a la ganancia de capital para los inversores del exterior, una disposición de tono claramente discriminatorio: quitarle dinero al que trae dinero al país. Un par de años más tarde, otro decreto – el Nª 1853/93 – confirmó el rumbo: “Los inversores extranjeros no residentes en nuestro país pueden llevar a cabo inversiones sin la necesidad de obtener permiso previo alguno. Pueden repatriar sus inversiones y transferir ganancias de capital sin limitaciones en cuanto a oportunidad y alcances. No existen restricciones cambiarias, y los dividendos no son afectados impositivamente. Con esta serie de medidas, el mercado de capitales argentino quedó en igualdad de condiciones – desde el punto de vista de los costos de transacción, el tratamiento impositivo y las barreras para el ingreso y el egreso del mercado – con las plazas más desarrolladas del mundo” (...) 27 - M. Redrado – Obra Citada.

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“Cuáles fueron las claves del crecimiento en la capitalización durante la primera parte de los años 90?

- La entrada de empresas que nunca antes habían participado del mercado a la cotización pública (entre las que se cuentan principalmente las empresas privatizadas).

- La ampliación del capital (nuevas ofertas de acciones) de empresas que ya estaban cotizando, proceso que se conoce como suscripción de acciones.

- La revalorización en el precio de las acciones (efecto precio) debida a la mejora que el país comenzó a tener entre los inversores internacionales” (...)

“El gran auge en la emisión de deuda privada en el mercado argentino a partir de 1991 tuvo una relación directa con una serie de medidas que apuntaron a flexibilizar y modernizar la normativa vigente. Los cambios sentaron las bases para el despegue y crecimiento de las obligaciones negociables y posibilitaron que numerosas empresas y bancos aprovecharan el ingreso de capitales hacia la Argentina para acceder a financiamiento en condiciones competitivas. Entre los cambios más importantes merecen destacarse:

- La reforma de 1991 a la ley original de obligaciones negociables – la Nº 23.576 -, que equiparó al tratamiento impositivo de estos títulos con el de los bonos externos, exceptuándolos de toda carga impositiva.

- Un nuevo régimen de obligaciones negociables para pymes. El sistema – consagrado en la resolución general 235 de la Comisión Nacional de Valores – establece beneficios especiales para este grupo, al eliminar exigencias para la autorización y cotización de esta clase de empresas. El monto máximo de cada emisión se fijó en cinco millones de dólares y el capital mínimo en 250.000 dólares. Con el objetivo de contribuir a la reducción de los costos de emisión, estos instrumentos fueron exceptuados de la obligación de obtener dos calificaciones de riesgo crediticio provistas por entidades privadas independientes.

- La reducción, por la resolución general 228 de la Comisión de Valores, del plazo mínimo admisible para una obligación negociable desde los 90 días a los 30 días.

- La estandarización de los requisitos para emitir Programas Globales. Esta herramienta se conoce en EEUU como medium term notes: la idea es que una empresa obtenga de la autoridad regulatoria una aprobación general para emitir un gran paquete de bonos y que lo vaya lanzando al mercado por partes, según su conveniencia, antes de que se produzca el vencimiento de la autorización. El emisor puede efectuar cada colocación parcial con característics propias en función de tasa, plazo, forma de amortización, etc. (res. General 229 de la Comisión de Valores).

- La securitización de activos, una moderna técnica de financiamiento establecida en el país en 1993 mediante la resolución general 237 y posteriores adecuaciones legislativas. Consiste en la posibilidad de lanzar títulos respaldados o garantizados por carteras de créditos hipotecarios, prendas de automotores, etc. De ese modo, un banco, por ejemplo, puede distribuir su carga de préstamos entre los inversores, para así recuperar en el mercado de capitales por adelantado el dinero que prestó y poder ofrecer nuevos créditos.

- La consolidación del fideicomiso, impulsada a comienzos de 1995 con ley 22.441 de Financiamiento de la Vivienda y de la Construcción. Esta norma otorga certeza jurídica al fideicomiso y permite una amplia gama de negocios fiduciarios, que en la mayoría de los casos se financian con recursos del mercado de capitales” (...)

EL TRATAMIENTO IMPOSITIVO DE LAS INVERSIONES FINANCIERAS EN LA ARGENTINA “Pocas cosas son más importantes para la consolidación de un instrumento financiero en un mercado emergente que el tratamiento impositivo que el país le dé. Respecto de las obligaciones

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negociables, la ley 23.962 consagra un tratamiento impositivo especial para la colocación, el régimen de amortización y el destino de los fondos. Por esta ley quedan exentas del IVA las operaciones financieras y la emisión, la suscripción, la colocación, la transferencia, la amortización, los intereses y las cancelaciones de obligaciones negociables y sus garantías. Estos títulos también fueron exentos del impuesto a la transferencia. Los resultados que se generen como consecuencia de la negociación (y los intereses, actualizaciones y ajustes del capital) no pagan el impuesto a las ganancias. Además, la empresa emisora del título puede deducir del impuesto a las ganancias los intereses y actualizaciones devengados por el empréstito en cada ejercicio. También se pueden deducir los gastos y descuentos de emisión y colocación. La reciente introducción de un impuesto a los intereses (del 15 %) sobre las emisiones de obligaciones negociables vulnera las reglas de juego implantadas en este importante producto del mercado de capitales, No debemos olvidar que a pesar de su alto grado de aceptación, todavía es un instrumento con pocos años de vida. Asimismo, la medida carece de todo sentido de oportunidad, toda vez que el mercado de deuda privada se halla actualmente en un período de estancamiento, lo que provoca grandes dificultades para conseguir financiamiento a muchas empresas y bancos argentinos” (...) EL TRATAMIENTO DE LA INVERSION EXTRANJERA “La mayoría de nosotros sabe que la discriminación es una conducta social que debe ser combatida. En general, cuando pensamos en la discriminación hacia extranjeros, se nos ocurren casos de humildes inmigrantes que son marginados de las oportunidades laborales y de crecimiento social; pero hay otro tipo de discriminación tan dañina como esta: la que algunos países en desarrollo aplican en sus mercados de capitales a los inversores extranjeros. Su particularidad es que es un tipo de discriminación que, en lugar de perjudicar al discriminado, perjudica al discriminador. Un inversor internacional no perderá dinero si no es bien tratado en un país; simplemente se irá a otro lado. Pero el país discriminador habrá perdido una oportunidad para atraer capitales. El tratamiento igualitario a la inversión extranjera consagrado en la normativa argentina es una de las piedras angulares sobre la cual se asienta el crecimiento y desarrollo de nuestro mercado de capitales. El marco específico en materia de inversiones extranjeras surge de la ley 21.382 y de su decreto reglamentario 1853/93. Esas normas disponen, como principio general, la equiparación de derechos y obligaciones entre inversores nacionales y extranjeros. Esto se conoce como el principio del “trato nacional”. ¿En qué se puede diferenciar el trato a un inversor extranjero? Uno de los datos más importantes que tienen en cuenta los inversores extranjeros al decidir el destino de sus capitales es la política tributaria que reciben. Un país en desarrollo que mantiene regímenes impositivos separados para los inversiones nacionales y los extranjeros – por ejemplo, en lo referido a impuestos sobre dividendos, intereses o ganancias de capital – genera asimetrías que obran en contra de su desarrollo. En materia impositiva nuestro mercado es considerado como uno de los más desregulados del mundo. El inversor extranjero no está alcanzado por impuestos a las ganancias, ya sean provenientes de intereses o dividendos. Tampoco está gravada la utilidad que surja de la compra – venta de títulos valores. Están exentos también de impuestos al valor agregado y sellos. Además los inversores extranjeros pueden transferir libremente al exterior en cualquier momento las utilidades líquidas y realizadas derivadas de su inversión, como así también repatriar el capital de su inversión. Otros países, como Chile y Brasil, no ofrecen un marco tan abierto y desregulado en materia impositiva y de transferencias. Finalmente, las empresas locales de capital extranjero tienen garantizadas idénticas condiciones de acceso al crédito que las compañías domésticas, y el decreto 1853/93 habilita a los inversores extranjeros a efectuar sus inversiones sin aprobación previa. No hace mucho tiempo, esa exigencia no sólo no existía en la Argentina, sino que su trámite

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demoraba meses, incluso años. Y, aún hoy, Brasil presenta trabas para la radicación de inversores en el sector financiero. Otro aspecto destacado para promover la inversión extranjera y la radicación de capitales es la supranacionalización de los conflictos que involucren a firmas foráneas. Para garantizar certeza, seguridad e imparcialidad y evitar al mismo tiempo incertidumbre sobre soluciones erráticas o indebidamente influidas por poderes locales. Las autoridades económicas argentinas han suscripto varios acuerdos sobre controversias vinculadas con inversiones extranjeras, tratados o convenios bilaterales de inversión, arbitrajes e intervención de organizaciones internacionales como el CIADI (Centro Internacional para el Arreglo de Disputa sobre Inversión). Además, la Argentina también tiene con EEUU un convenio de cobertura de riesgos políticos a favor de los inversores procedentes de dicha nación. Este acuerdo sirvió de base para la decisión asumida por la Argentina de adherirse al MIGA (Multilateral Investment Guarantee Agreement), un sistema internacional de garantía de inversiones que opera bajo la organización del Banco Mundial y tiene por objeto la cobertura de riesgos políticos entre países signatarios, para permitir la repatriación de capitales”.28 Intenté ensayar algo sobre discriminación, pero realmente me pareció demasiado extenso y alejado de la temática del trabajo. Pero no puede dejar de hacer notar que en mi opinión, el hecho de que en Argentina se haya trabajado tanto para no discriminar al capital financiero internacional y, por otra parte, no se haya encontrado solución a la mortalidad infantil (más de 50 chicos por día) –entre otras cosas- es un excelente ejemplo de la distancia que existe entre la economía política y la economía social (o política económica y política social). Vamos a ver ahora cómo se materializa esto del ingreso de capitales. Quiénes son esos grupos económicos de los que se habla y por qué –según la opinión de Redrado- hay que “tratarlos bien”, por qué somos nosotros los interesados en que vengan, cueste lo que cueste. 3-2-2 DE LAS CORPORACIONES TRANSNACIONALES A estos grupos los vamos a identificar como CT´s (corporaciones transnacionales) y al respecto Kulfas sostiene que la expansión de las CT´s es el aspecto fundamental a partir del cual debe analizarse el denominado proceso de globalización económica. En cuanto a por qué merecen tan “buen trato” los capitales, veamos lo que se dice acerca del poder que tienen. Beck se pregunta: “¿En qué se funda el nuevo poder de los empresarios transnacionales? ¿De dónde surge y cómo se reproduce su potencial estratégico? A nadie se le oculta que se ha producido una especie de toma de los centros materiales vitales de las sociedades modernas que tienen Estados nacionales, y ello sin revolución, sin cambio de leyes ni de Constitución; es decir, mediante el desenvolvimiento simple y normal de la vida cotidiana o, como suele decirse, con el business as usual. En primer lugar, podemos exportar puestos de trabajo allí donde son más bajos los costos laborales y las cargas fiscales a la creación de mano de obra. En segundo lugar, estamos en condiciones de desmenuzar los productos y las prestaciones de servicios, así como de repartir el trabajo por todo el mundo, de manera que las etiquetas nacionales y empresariales nos pueden inducir fácilmente a error. En tercer lugar, estamos en condiciones de servirnos de los Estados nacionales y de los centros de producción individuales en contra de ellos mismos y, de este modo, conseguir “pactos globales” con vistas a unas condiciones impositivas más suaves y unas infraestructuras más favorables;

28 - M. Redrado – Obra Citada.

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asimismo, podemos “castigar” a los Estados nacionales cuando se muestran “careros” o “poco amigos de nuestras inversiones. En cuarto, y último lugar, podemos distinguir automáticamente en medio de las fragosidades de la producción global entre lugar de inversión, lugar de producción, lugar de declaración fiscal y lugar de residencia, lo que supone que los cuadros dirigentes podrían vivir y residir allí donde les resulte más atractivo y pagar los impuestos allí donde les resulte menos gravoso”. Por supuesto que Beck también se preguntó por el yerbatero, el vendedor ambulante y el florista: “Mientras que las multinacionales pueden eludir al fisco del Estado nacional, las pequeñas y medianas empresas, que son las que generan la mayor parte de los puestos de trabajo, se ven atosigadas y asfixiadas por las infinitas trabas y gravámenes de la burocracia fiscal. Es un chiste de mal gusto que, en el futuro, sean precisamente los perdedores de la globalización, tanto el Estado asistencial como la democracia en funciones, los que tengan que financiarlo todo mientras los ganadores de la globalización consiguen unos beneficios astronómicos y eluden toda responsabilidad respecto de la democracia del futuro. Consecuencia: es preciso formular en nuevos términos teóricos y políticos la cuestión trascendental de la justicia social en la era de la globalización”.29 Desde su enfoque, Kulfas plantea cómo y por qué desembarcaron las CT´s en Latinoamérica y, en particular, en Argentina, y los efectos que se pueden observar y esperar: “El capitalismo de fin de siglo XX presenta un panorama de creciente internacionalización del capital que gira en torno a unas pocas CT’s, cuya expansión ha sido notoria en la presente década. Esta dinámica emerge como resultado de la profundización de un proceso de concentración y centralización del capital, en el que la crisis de los años setenta y posterior reestructuración de los años ochenta incidieron decisivamente. El proceso de concentración, lejos de eliminar las contradicciones las profundiza, en tanto exacerba la competencia entre estas pocas corporaciones pertenecientes a estos pocos países. Para los países periféricos, y América Latina en particular, los resultados de tal expansión se presentan en términos del desarrollo general pertenecientes a los núcleos estratégicos o al aprovechamiento de unos pocos polos de desarrollo en los que existen mercados de consumo relevantes. En otros términos, la expansión de algunos conglomerados hacia países de América Latina, bajo condiciones de producción ubicados a la vanguardia del desarrollo tecnológico (y aprovechando los incentivos que ofrecen las reformas estructurales latinoamericanas en términos de exenciones impositivas, trato igualitario respecto del capital nacional, etc.) se realiza en forma desintegrada respecto del resto del sistema productivo, y por ende, no es esperable el desarrollo de tales regiones como resultado de este proceso de auge de la inversión extranjera directa. En algunos casos, existe el agravante de que la inversión se realiza en sectores económicos ligados a recursos no renovables, como energéticos y minería, delineando un mapa futuro con pequeñas islas de auge económico completamente agotadas. Asimismo, las excelentes condiciones para la apropiación de rentas extraordinarias que ofrecen estos países se basa en las oportunidades de negocios derivados de sus procesos privatizatorios, en los que un núcleo de CT’s (en algunos casos en asociación con grupos locales) asumieron la propiedad de empresas devaluadas, que fueron rápidamente valorizadas. Del mismo modo en que la expansión de las CT’s da lugar a la formación de pequeñas islas en las que se produce con métodos productivos, tecnología y organización de la producción ubicada a la vanguardia, mientras simultáneamente el proceso de concentración y centralización del capital lleva a la quiebra a cientos de pequeños y medianos productores, es decir, generando enormes asimetrías de desarrollo, regionales y dentro de la clase capitalista, este proceso expansivo 29 - U. Beck – Obra Citada.

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también genera islas en términos sociales. Estas islas se manifiestan en el crecimiento desenfrenado del desempleo, de la precarización laboral, el deterioro salarial y la pobreza” (...) “Uno de los lugares más comunes del discurso oficial postula la necesidad de incrementar el producto bruto, sin importar los medios o efectos que ello implique. Se dice que hay que invertir y producir sin importar quien lo haga. Pero este tipo de postulados no dan cuenta de la grave problemática estructural que la inversión extranjera genera en el balance de pagos. En principio, generando déficits en la cuenta corriente como resultado del incremento de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios, destinadas a equipar a las CT’s. Una vez agotada esta etapa, el desequilibrio de la cuenta corriente se vincula a las remesas de utilidades de las CT’s a sus respectivas casas matrices y el pago de los intereses de la deuda externa contraída, tanto pública como privada. Estos desequilibrios de balance de pagos son estructurales y han afectado a la economía argentina de manera recurrente desde hace ya más de cien años. Por último, el discurso oficial en favor de la apertura indiscriminada al capital extranjero no da cuenta de la merma en la capacidad decisoria del Estado nacional y del incremento de la vulnerabilidad externa que ella implica”.30 Finalmente, Rifkin manifiesta no sorprenderse cuando observa que: “los nuevos modos de organización de la vida económica traigan consigo maneras diferentes de concentración del poder económico en las manos de muy pocas corporaciones”. Y como dato agrega: “menos de 500 empresas multinacionales absorben un tercio de todas las exportaciones fabriles, tres cuartas partes del tráfico de mercancías y cuatro quintas partes del de tecnologías y servicios empresariales”.31 Y nos preguntamos ahora, si vienen porque “los tratamos bien”, si cuentan con tecnología de primera línea y si su único objetivo es maximizar el retorno... ¿qué pasa con la mano de obra? Es Kulfas quien observa: “Un párrafo especial merece el análisis del proceso de extranjerización. El discurso oficial en Argentina ha remarcado el importante rol de las oleadas de inversión extranjera como factor fundamental para el desarrollo económico. La propaganda oficial asume como logro las grandes masas desembolsadas por inversores extranjeros en Argentina, vinculándolas a perspectivas de desarrollo sostenido y de incremento de la productividad y el empleo. En relación al empleo, como se ha dicho, el aporte para su crecimiento es marginal en tanto las funciones de producción de las CT’s poseen una elevada carga tecnológica. Asimismo, nunca está demás recordar que el diferencial salarial respecto del país de origen de la CT sigue siendo una importante determinante a la hora de decidir una inversión en el extranjero”.32 Kulfas mirando Latinoamérica y, en particular, Argentina. Beck mirando Europa y, en particular, Alemania, parecen los dos tener similares preocupaciones. “También saltan a la vista las contradicciones del “capitalismo sin trabajo”. Los directivos de las multinacionales ponen a salvo la gestión de sus negocios llevándoselos a la India del Sur, pero envían a sus hijos a universidades europeas de renombre subvencionadas con dinero público. Ni se les pasa por la cabeza irse a vivir allí donde crean los puestos de trabajo y pagan muy pocos impuestos. Pero para sí mismos reclaman, naturalmente, derechos fundamentales políticos, sociales y civiles, cuya financiación pública torpedean. Frecuentan el teatro; disfrutan de la naturaleza y el campo, que tanto dinero cuesta conservar y se lo pasan bomba en las metrópolis europeas aún relativamente libres de

30 - M. Kulfas – Obra Citada. 31 - J. Rifkin – Obra Citada. 32 - M Kulfas – Obra Citada.

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violencia y criminalidad. Sin embargo, con su política exclusivamente orientada a la generación de beneficios están contribuyendo a la vez al hundimiento de este modo de vida europeo. Pregunta: ¿Dónde desearán vivir, ellos o sus hijos, cuando nadie financie ya los Estados democráticos de Europa?”.33

/./././././././././ Para acercarnos algo más a lo que representan las CT´s en la globalización económica, veamos algunos de los datos que observa Kulfas: - “Un tercio del comercio internacional es en realidad comercio intrafirma (es decir, no es en realidad comercio sino un engranaje – mucho más complejo – del sistema de producción y comercialización global, fruto de la expansión de las CT’s)”. - “Otro tercio es comercio entre distintas CT’s”. - “Las CT’s suman alrededor de 44.000, y tienen bajo su control unas 280 mil filiales diseminadas en todo el mundo. Unas 7.900 corporaciones tienen su casa matriz en países en desarrollo” (...) - “Las cien mayores CT’s (clasificadas según la cuantía de sus activos en el exterior) absorben el 20 % del stock total mundial de la inversión extranjera directa. El 20 % de las inversiones estadounidenses fuera de sus fronteras pertenece a sólo 25 CT’s” (...) - “Sólo seis países, EEUU, R.U., Alemania, Francia, Japón y Canadá, absorben el 75 % del stock mundial de inversión extranjera directa” (...) - “Las primeras cincuenta CT’s de cinco países, EEUU, RU, Alemania, Francia y Canadá, es decir, un total de 250 corporaciones, posee el 35 % del stock mundial de IED” (...) - “270 empresas industriales relevadas comprende aproximadamente el 12.5 % del PBI industrial mundial del año 1990 y el 11.8 % en 1994” (...) - “El 30% de la producción industrial mundial está comprendido en estas 270 corporaciones” (...) - “Seis países, (EEUU, Chile, España, Italia, Francia y Gran Bretaña) absorben poco más del 90 % de los montos de IED por privatizaciones. EEUU ha sido el primer inversor extranjero acumulando el 35.6 % del total, seguido por España con el 15.6 %; Chile con el 14.5 %; Italia (11.2 %); Francia (9.6%); Gran Bretaña (5.2 %) y Canadá (3.7 %)”.34 Con estos datos podemos ver, más o menos, de dónde sale ese famoso capital. Y aunque no siempre descubriendo que algo es falso, eso implica que sepamos qué es lo verdadero, igual sirve, al menos como punto de partida. Y aunque no resulte fácil describirla, creo que no es difícil darse cuenta de la GRAN MENTIRA que se disfraza con el nombre de capital financiero internacional. Y esto es que el capital de algún lado sale –de varios lugares, de hecho- y la concentración en imágenes virtuales con un inventado carácter transnacional no es otra cosa que la despersonalización del poder. En definitiva, lo que han hecho los poderosos en cuestión –que lamentablemente también son humanos- es crear un

33 - U. Beck – Obra Citada. 34 - M. Kulfas – Obra Citada.

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gigantesco laberinto de espejos para que, los que estamos “del otro lado”, nos pasemos la vida rompiendo espejos –que por otro lado, por cada uno que rompemos se reponen miles- o, lo que es peor, matándonos entre nosotros, mientras ellos están a salvo disfrutando de un mundo que está en otro lugar, en otra dimensión. Un mundo al que –por ahora- no tenemos el acceso. 3-2-3 DEL TRABAJO La disminución de los puestos de trabajo es un tema que merece un capítulo aparte (o todo un libro aparte). Los efectos los padecemos todos, no sólo los que no tienen trabajo. Aunque, por supuesto, la peor parte es de ellos. Ningún hombre se merece vivir la situación de no poder alimentar a su familia, al punto de ver a un hijo morirse por desnutrición! Esto tal vez represente el límite entre la cordura y la locura, y sin duda está mucho más allá del límite que el hombre mismo debió imponerle a la enfermedad del poder. Y seguramente no somos del todo sinceros cuando decimos que entendemos por lo que están pasando los desocupados. Creo que lo más probable es que –tal vez inconscientemente en algunos casos- tratemos de no pensar en ello y aferrarnos a nuestro lugarcito, o a la imagen que tenemos de él, como si de esa manera corriéramos menos riesgos de vernos algún día en esa situación. No creo que sea posible que se desarrolle un real proceso de empatía en aquellos que apenas cubrimos nuestras necesidades básicas, y aún soñamos con mejorar, menos aún en ambientes –que incluso en nuestra sociedad existen- donde materialmente tienen mucho más de lo que hubieran pensado alguna vez tener, ya que la globalización económica, según está planteada hoy, en ese aspecto –el material- favorece a los que están del “lado bueno”. La falta de trabajo está en estrecha relación – se podría decir que es parte de la planificación- con los programas económicos de los que ya hablamos. Y, por supuesto, no es un tema privativo de un lugar físico, es un problema global y me parece muy importante tener conocimiento de ello. Ante la pregunta ¿se ha quedado sin trabajo la sociedad del trabajo? Beck sostiene: “El capitalismo destruye el trabajo. El paro ya no es un destino marginal: nos afecta potencialmente a todos, y también a la propia democracia como forma de vida. Pero el capitalismo global, al declararse exento de toda responsabilidad respecto al empleo y la democracia, está socavando en el fondo su propia legitimidad (...) vendría bien adoptar ideas y modelos, desde hace tiempo caducos, para un pacto social nuevo y completamente diferente. Hay que volver a cimentar el futuro de la democracia más allá de la sociedad del trabajo” (...) “... el volumen del trabajo remunerado está desapareciendo a marchas forzadas y nos estamos dirigiendo a toda velocidad hacia un capitalismo sin trabajo, y ello en todos los países posindustriales del planeta. Hay tres mitos que blindan el debate público contra la comprensión de esta situación. En primer lugar todo es, por así decir, mucho más complicado (el mito de la impenetrabilidad); en segundo lugar: el gran auge de la sociedad de los servicios va a salvar la sociedad del trabajo (el mito de las prestaciones de servicios); en tercer lugar: sólo tenemos que reducir a su mínima expresión los costos laborales para que se esfume el problema del paro (el mito de los costos)” (...) “Son muchos los que creen, esperan y hacen votos por que la sociedad de los servicios nos pueda salvar del fantasma del paro. Esto tiene un nombre: mito de los servicios” (...) “Ciertamente van a surgir nuevos puestos de trabajo, pero hay que dejar bien claro antes que nada que los núcleos de ocupación tradicionalmente seguros en el ámbito de los servicios se están sacrificando actualmente en el altar de la imparable y omnipresente automatización” (...) “Pero, aún cuando surjan nuevos puestos de trabajo, en la edad de la información éstos pueden verse fácilmente desplazados a los lugares más inimaginables. Muchas firmas – el ejemplo más reciente es American Express – han

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establecido todas sus sedes administrativas en países baratos (en su caso, el sur de la India)” (...) “Trabajan menos y producen más! Precisamente, en esto se manifiesta la nueva ley de productividad del capitalismo global en la era de la información. Hombres cada vez menos formados y globalmente intercambiables pueden producir cada vez más prestaciones y servicios” (...) “Sin embargo, que nadie se llame a engaño: el capitalismo de sólo-y-todavía-propietarios que no se propone otra cosa que el aumento de los beneficios y se inhibe respecto de los trabajadores, del Estado (asistencial) y la democracia, está socavando su propia legitimidad. Mientras crecen los márgenes de beneficios de los empresarios que actúan a nivel global, éstos están privando a los Estados desarrollados de puestos de trabajo y contribuciones fiscales, a la vez que cargan sobre las espaldas de los demás los costos del paro y de la civilización avanzada. Dos pobres crónicos – el erario público y las cotizaciones de los aún ocupados – deben financiar ellos solitos muchas cosas de las que también los ricos disfrutan: el lujo de la segunda modernidad, escuelas y universidades altamente desarrolladas, sistemas viarios y de transporte en perfectas condiciones, protección del agro, seguridad ciudadana, actividades culturales y de ocio” (...) “La estrecha relación en Occidente entre el capitalismo y los derechos fundamentales políticos, sociales y económicos no es algo así como una “buena obra social” que, cuando no tenemos dinero, podemos dejar de practicar. El capitalismo socialmente “amortiguado” se ha conseguido, antes bien, como respuesta a la experiencia del fascismo y desafío al comunismo. Es un hecho de ilustración aplicada. Se sustenta en el razonamiento de que sólo los hombres que tienen una vivienda y un puesto de trabajo seguro, y con ello un futuro material, son o llegan a ser ciudadanos que se apropian de la democracia y la convierten en algo vivo. La verdad desnuda es ésta: sin seguridad material no puede existir libertad política, ni por tanto democracia alguna, y entonces todos nos vemos amenazados por nuevos y antiguos regímenes e ideologías totalitarios. Sin embargo, al capitalismo no le resta legitimidad el que produzca cada vez más con menos trabajo, sino el que bloquee la iniciativa de un nuevo pacto social. Quien reflexione hoy acerca del paro no debe quedarse estancado en los viejos debates sobre el "“segundo mercado laboral”, la “ofensiva del tiempo parcial”, las denominadas “prestaciones ajenas a los distintos tipos de seguro” ni el pago del sueldo en caso de enfermedad, sino que se debe preguntar lo siguiente: Es posible la democracia más allá de las “seguridades” de la sociedad del trabajo? Lo que parece como un final y un desmoronamiento debe trocarse en el hito fundacional para nuevas ideas y modelos que el Estado, la economía y la sociedad están pidiendo para el siglo XXI”.35 Por su parte, hablando de lo que sucede en Argentina, Redrado comenta: “Se está recambiando el perfil tecnológico y existe un mayor requerimiento de personal calificado. Esta nueva forma de llegar a los clientes con un menor intervención humana en la operacionalización de las transacciones es el camino para bajar los costos y elevar la productividad”.36 De acuerdo entonces a las necesidades de los poderosos, el trabajo como elemento social –con todos los valores sociales y morales que implica- se ha ido desvalorizando. Tenemos que tener en cuenta, además de la cantidad de puestos de trabajo que cada día desaparecen, lo distinto que son los nuevos puestos de trabajo que están disponibles –en general- para los jóvenes. Sabemos –lo dice la ciencia, lo dice la psicología- que sólo desde el amor se puede completar el trabajo de individuación. Sin embargo podemos observar cómo se les enseña a los jóvenes, en algunos trabajos, a no respetar los valores; por el contrario, hay veces que se les enseña a mentir (para vender algo, por ejemplo), a conseguir ascender de cualquier modo, a ser individualistas... o, en algunos casos, a aceptar una determinada condición socioeconómica con un trabajo mal 35 - U. Beck – Obra Citada. 36 - M. Redrado – Obra Citada.

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remunerado. Aprenden, en definitiva, a no sentir amor hacia su trabajo. Esta enseñanza que reciben es tan grave que incluye el aprender a sentirse insignificantes. Se consigue, como plus (agregado), aportar a la fragmentación social separando a los jóvenes de sus padres que se sienten incapaces de opinar, de involucrarse, llegándose a dar en la situación de un padre desocupado, que al querer opinar, tiene que tolerar tristemente que su hijo/a le diga algo como: “Por lo menos yo tengo trabajo, Vos ni siquiera eso”. No creo que corresponda al objetivo del presente trabajo agregar más al respecto. Ya veremos más adelante la relación entre la tecnología, el hombre y su cultura. Sí cabe recordar –aunque suene repetitivo- que la riqueza no está en los recursos naturales (materiales) sino en los adormecidos recursos intelectuales. Y la reformulación de la escala de valores que permitirá reubicar al trabajo como valor social –con la correspondiente reubicación de todos los valores humanos- depende en gran medida –yo diría que en la proporción más importante- de los que conocemos acerca del trabajo: los que trabajamos para vivir y vivimos de nuestro trabajo. 3-2-4 DE LOS DOS LADOS Al tiempo que digo que me parece importante tener conocimiento (me refiero a ser conscientes cada vez que corresponda, no solamente cuando hojeamos una revista con fotos de princesas en sus castillos o magnates en sus cruceros) de la existencia del mundo de los poderosos, aunque no podamos saber cómo es –como dijimos que tampoco podemos saber cómo es el mundo de los excluidos del sistema- digo que también me parece importante hacernos una idea lo más cercana a la realidad posible de la brecha –o las desigualdades- que existen entre “los dos lados”. Dice Zygmunt Bauman (riqueza globalizada, pobreza localizada): (...) “el nexo global-local permite y produce forzosamente no sólo nuevos modos de estudio analítico-empírico de culturas y mundos vitales translocales, sino que, antes bien, sostiene Bauman, desagrega la sociedad mundial que se anuncia. Asimismo, la globalización y la localización no sólo son dos momentos o caras de la misma moneda: son al mismo tiempo fuerzas impulsoras y formas de expresión de una nueva polarización y estratificación de la población mundial en ricos globalizados y pobres localizados” (...) “La globalización y la localización pueden ser las dos caras inseparables de la misma medalla, pero las dos partes de la población mundial viven en lados distintos y ven sólo un lado. Los unos son los auténticos moradores del globo, los otros están simplemente encadenados a su puesto” (...) “Podríamos decir que la glocalización es un proceso de nueva estratificación a nivel mundial, en cuyo devenir se construye una nueva jerarquía a nivel mundial sociocultural y autorreproductora” (...) “tenemos derecho a posibilitar la libre elección y un quehacer eficaz cuando tomamos la glocalización como una concentración de capital, finanzas y demás recursos imaginables – pero sobre todo también cuando la tomamos como una concentración de la libertad de acción” (...) “Si para el primer mundo, el mundo de los acomodados y los propietarios, el espacio ha perdido su cualidad restrictiva y debe abrir su vías “reales” y “virtuales”, para el segundo mundo – el mundo de los pobres, de los “estructuralmente superfluos” – el espacio real se cierra cada vez más deprisa” (...) “El espacio en constante encogimiento suprime el curso del tiempo; los moradores del primer mundo viven en un presente eterno, están viviendo una secuencia de episodios higiénicamente separados no sólo de su futuro sino también de su pasado; estas personas están permanentemente ocupadas y nunca tienen tiempo, pues el tiempo no tiene momentos dilatables: el tiempo se vive como algo “lleno hasta los topes” (...) Por su parte, las personas adscritas al segundo mundo están encorvadas y oprimidas por el peso de un tiempo superabundante y superficial que no pueden llenar. En su tiempo “nunca pasa nada”. No “controlan” el tiempo, ni tampoco son controladas por él, al igual que sus antepasados estaban sometidos al ritmo sin rostro del tiempo de la fábrica. Sólo les queda matar el tiempo, de la misma manera que ellas son

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matadas lentamente por él” (...) “Los habitantes del primer mundo viven en el tiempo, el espacio no significa nada para ellos, pues toda distancia puede neutralizarse inmediatamente” (...) “Por su parte, los moradores del segundo mundo viven en el espacio, un espacio que es arduo, inamovible, intocable y que mantiene sujeto al tiempo, al que sustrae al control de dichos moradores. El tiempo está vacío. Sólo el tiempo virtual de la televisión tiene una estructura, un “horario”. El otro tiempo transcurre monótonamente, va y viene, no presenta ninguna exigencia y aparentemente no deja tras de sí ninguna huella. Su sedimento hace su aparición de repente, sin anunciarse ni ser invitado”.37 Rifkin describe la diferencia hablando de conectados y no-conectados o de los que tienen y los que no tienen ACCESO. Y en referencia al dato que dice que: “Se prevé que para el año 2001 haya más abonados a Internet que al teléfono; la red de usuarios de Internet ascenderá a una cifra que oscilará entre los 600 millones y los 1000 millones”, Rifkin dice: “Las diferencias de riqueza e ingresos entre esa quinta parte rica de la población mundial – que ya empieza a vivir en mundos simulados – y el resto están aumentando tan rápidamente que a una mayoría de observadores les resultará sospechosa o vacua cualquier promesa de garantizar el acceso universal al ciberespacio” (...) “Según un estudio del Programa para el Desarrollo de la ONU, el valor de los activos actualmente en manos de las 358 personas más ricas del mundo supera la suma de los ingresos anuales de casi la mitad de la población terrestre” (...) “Bill Gates es más rico que la mitad de los estadounidenses juntos” (...) “Entre tanto, un tercio de los 3.000 millones de trabajadores del mundo está en paro o subempleado, según un informe publicado en 1998 por la OIT. En suma, mientras los más ricos se preocupan por su entretenimiento y la creatividad de sus vidas, casi mil millones de personas viven en la pobreza, y algunos miles de millones más apenas se bastan con sus ingresos para sobrevivir. Las perspectivas para el futuro inmediato son aún más siniestras. Más de cien países, con una población conjunta de 1.600 millones de personas – más de una cuarta parte de la población mundial -, padecen un imparable declive económico. La renta de 89 países es ahora menor que hace una década. Y el descenso en la renta per capita de 35 países más es mayor que el descenso experimentado en los momentos más duros de la crisis de los años treinta. En Africa, hoy la familia media consume un 25 % menos que hace veinticinco años. Más de 600 millones de personas en el mundo no tienen hogar o viven en lugares insalubres e inseguros. El Banco Mundial estima que, en el año 2010, más de 1.400 millones de personas vivirán sin agua potable ni alcantarillado. En cambio, el 86 % del consumo privado mundial se debe a ese 20 % de la población mundial que recibe mayores ingresos, mientras que el 20 % más pobre consume el 1,3 %. Lo cierto es que el gasto anual estadounidense en cosméticos – 8.000 millones de dólares – y el europeo en helados – 11.000 millones de dólares – supera el costo de ofrecer agua potable, formación básica y alcantarillado a esos 2.000 millones de personas en el mundo que carecen de ello. La desigualdad de rentas entre ricos y pobres se da tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. En el Reino Unido, por ejemplo, creció más en estos últimos veinte años que en cualquier otro país industrializado. La Oficina del Censo estadounidense informa que no se registraba una desigualdad tan grande en el país desde la Segunda Guerra Mundial. Hoy día, un 20 % de los norteamericanos recibe más de la mitad de la renta del país, mientras que los activos financieros de un 50 % de las familias estadounidenses no valen más de 1.000 dólares. Las más afectadas son las familias de clase media y trabajadora: en 1996, la renta familiar media era un 4 % menor que en 1989. Mientras la parte más rica de la población está entrando en un mundo electrónico, muchos de los ciudadanos más pobres y menos formados entran, en cambio, en prisión. Más de un millón y medio de norteamericanos está entre rejas, lo que convierte a la población reclusa de EEUU en la mayor del mundo. El gasto penitenciario del Estado de California apenas suponía, en 1980, un 2 % de su presupuesto; en 1995, ascendía ya al 9 %, y se prevé que alcance casi el 18 % hacia el año 2002. De hecho, la administración californiana gasta más en prisiones que en Universidades. 37 - U. Beck – Obra Citada.

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Los millones de estadounidenses que aún no han experimentado los más elementales beneficios de la propiedad, no pueden más que desconocer la cháchara sobre el acceso a las redes globales, la producción cultural, el ciberespacio, y las experiencias de vida simuladas. La imagen de un mundo interconectado, tan querida por Bill Gates, carece de sentido para esos siete millones de familias estadounidenses que no tienen teléfono. Muchos millones más – los trabajadores pobres y las familias de clase media baja – carecen, simplemente, de dinero, formación y tiempo para poder participar en los nuevos mundos-red electrónicos. Se arriesgan a quedarse aún más atrás, a medida que los más ricos se conecten entre sí, erijan sus propias redes sociales y comerciales de interés común, y se aíslen del resto. Quienes se queden fuera tendrán que bastarse a sí mismos en un mundo cada vez más pobre e inhóspito. Quienes ya carecían de derechos y posesiones se están convirtiendo en los desconectados de la era del acceso. La revista Time analizaba su difícil situación en un reciente monográfico dedicado al ciberespacio. Sus editoriales advertían que el acceso al mundo electrónico será indispensable para desarrollar la propia “capacidad de vivir en una sociedad democrática” (...) “El caso de las músicas del mundo nos ofrece un buen ejemplo. Actualmente, más del 80 % de los 40.000 millones de dólares que mueve la industria discográfica están controlados por seis multinacionales: SONY (Japón), PolyGram (Noruega), Warner (EEUU), BMG (Alemania), Thorn-Emi (R. U.) y MCA (Japón)”.38 No es mucho lo que podemos agregar que no sean datos que podemos observar en cualquier medio de comunicación o en la propia vida cotidiana. 3-2-5 DE LOS PROBLEMAS DE VERDAD Finalmente quiero mencionar un tema que considero un “problema importante”, un “problema de verdad”, como nos suelen decir para que no molestemos con “pavadas” como que nos cortaron algún servicio o no tenemos dinero para vestirnos decentemente o ni siquiera para viajar al lugar de trabajo, o al Hospital, cuando hay algún enfermo en la familia. Este problema lo menciono, no con una intención derrotista –creo que a esta altura eso ya quedó claro- sino para ver a qué se dedican los “poderosos” mientras rompemos los espejos del laberinto. Y a esto me refería cuando decía que por cada uno que rompemos, reponen miles. Esto es, de manera ineficaz –según lo dice la realidad- buscamos soluciones a problemas materiales; si algún día llegamos a encontrarlas, los “exitosos” no se van a sentir molestos, ¿por qué? Porque mientras tanto se adueñaron de la vida. El tema es EL ARRENDAMIENTO DEL ADN “Las materias primas dejan de ser los carburantes fósiles, los metales o los minerales, recursos básicos de la Revolución Industrial, y su lugar lo ocupan los genes, recursos básicos del siglo de la biotecnología” (...) “Los genes se utilizan para crear nuevos tipos de cultivos mediante la ingeniería genética, nuevos productos farmacéuticos, nuevas formas de energía. Los gobiernos, las universidades y las empresas de biotecnología están en el centro del proyecto científico más ambicioso de toda nuestra historia, el desciframiento del código genético de muchos de los microorganismos , plantas y animales que conforman la vida sobre la tierra, incluyendo a nuestra propia especie. Antes de una década, prácticamente todos los aproximadamente 140.000 genes que conforman el mapa evolutivo del género humano terminarán por ser localizados e identificados” (...) “Los recursos no renovables: carburantes fósiles, productos químicos, metales y minerales, se

38 - J. Rifkin – Obra Citada.

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transformaron en mercancías en la era industrial. Los recursos se extraían, procesaban y vendían como otros productos mercantiles según su peso y calidad. Se les trataba en todas sus fases como productos negociables cuya propiedad se podía transferir, de vendedores a compradores, en cada una de las etapas del proceso económico. Ahora a los genes no se los trata de la misma manera. No se venden, sino que solamente se cede la licencia para su uso. No se compran, se arriendan, Los genes siguen siendo propiedad del proveedor en forma de patentes y se alquilan a los usuarios por períodos cortos” (...) “Efectivamente, en el año 1928 se formuló una demanda para patentar tungsteno y fue rechazada por la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (Patents and Trademark Office: PTO). La Corte Suprema apoyó posteriormente la resolución de la PTO planteando que, aunque los demandantes fueron los primeros en descubrir el tungsteno y los que primero consiguieron purificarlo con éxito, sin embargo la sustancia misma había existido desde siempre en la naturaleza y, por tanto, debería considerarse simplemente como un descubrimiento y de ninguna manera como una “invención” (...) “En el año 1.987, por el contrario, y en una aparente violación de sus propias normas reguladoras del sistema de patentes relativo a los descubrimientos sobre la naturaleza, la PTO estableció una norma completamente diferente. Según ésta los componentes de los seres vivos (genes, cromosomas, células y tejidos) se pueden patentar y considerar como propiedad intelectual de quien primero consiga aislar sus propiedades, describa sus funciones y les encuentre aplicaciones útiles para el mercado” (...) “El objetivo es controlar por medio de la propiedad intelectual todos los recursos de semillas del planeta. Diez compañías de biotecnología obtienen ahora mismo el 32 % de los 23.000 millones de dólares que genera el comercio del ramo de semillas” (...) “En otros ámbitos comerciales en los que las nociones tradicionales de propiedad y la transferencia de la propiedad entre comprador y vendedor constituían la norma, también se produce la aparición y extensión de las patentes sobre la vida. Por ejemplo, los ganaderos y científicos que compraban animales, en el pasado siempre tenían derecho de propiedad sobre la descendencia de éstos. Ya no es así. Técnicamente los proveedores de animales patentados son los propietarios de todos los descendientes del mismo genotipo. Por tanto, si un animal se clona y se patenta, los ejemplares clónicos se consideran propiedad intelectual del propietario de la patente y se deben pagar los correspondientes derechos por cada nacimiento. Esto tendrá más importancia en los años venideros en la medida en que los animales patentados y clonados se utilicen en la producción de alimentos, como fuente de xenotransplantes, como fábricas químicas para obtener de su leche productos químicos útiles y como modelos para la investigación médica. En vez de ser propietarios de los animales, los ganaderos, los investigadores y otros comprarán el acceso al uso de animales clónicos patentados y continuarán pagando las correspondientes tasas de acceso en la forma de derechos sobre cualquier descendiente clónico que se produzca. Puede que a muchos les sorprenda saber que ya no son propietarios de sí mismos, que incluso su ADN y sus células ya no son suyas para disponer de ellas como les plazca. Recordemos que John Locke, el filósofo político de la ilustración defendía que toda persona disfruta de la propiedad de sí mismo, de su cuerpo, de su trabajo y de sus capacidades mentales. En la era del acceso esta idea convencional de la propiedad de sí mismo se ve amenazada”.39 No podemos evitar la pregunta: ¿De quién es el mapa del genoma humano? Pero, sin ninguna duda, este es otro tema que merece no ya un libro, sino toda una enciclopedia. Yo simplemente pretendí incluir una suerte de llamado de atención.

39 - J. Rifkin – Obra Citada.

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3-3 GLOBALIZACION POLITICA Partamos ahora de la idea de que somos un gran conjunto de personas que queremos –todos- vivir en este mundo. Claro está que algunos queremos que “nuestro mundo” –es decir, la parte que nos toca vivir- mejore. A través de su evolución el hombre fue necesitando de reglas, de valores; además fue cognociendo y dando valores a las cosas -materiales y espirituales-, todo esto es su cultura. Dentro de ella estableció un espacio donde cada uno pudiera opinar, donde luchar para que su idea tuviera un espacio, donde reclamar, donde proponer, donde buscar apoyo, donde encontrar coincidencias. En definitiva, donde participar. Esto es la política. Y se pregunta Beck: “¿Por qué globalización significa politización? Porque la puesta en escena de la globalización permite a los empresarios, y a sus asociados, reconquistar y volver a disponer del poder negociador política y socialmente domesticado del capitalismo organizado” (...) “La ampliación del mercado en redes globales y espacios sociales integrados no habría sido posible sin un poder hegemónico liberal que posibilitara y favoreciera esta ampliación”.40 De la peor manera, engañosamente, han conseguido los poderosos que mucha, mucha gente crea que “la política es algo malo”. Se sienten perjudicados por “la política”, creen que están en una mala situación por “la política”. “La política” tiene los peores atributos: es sucia, es perversa, es mentirosa, es especuladora... La política de la que estamos hablando incluye, por supuesto, al sindicalismo, a las ONG, a las Fundaciones, a las organizaciones empresarias... Y al ser así “la política”, como no podía ser de otra manera, las personas que algo tienen que ver con ella, tienen los mismos atributos. Los políticos –o los sindicalistas- son corruptos, se “meten” para hacer su negocio, usan a la gente para llegar y después no respetan las promesas que les hicieron. Como la justicia no es lo independiente que debiera ser, esas “malas personas” son, además, inmunes. Pueden robar lo que quieran y hacer lo que quieran que nunca van a ir presos. ¿Siempre fue así? Dirían algunos: “esto no es nada nuevo”, y para que se contenten yo mismo les agrego un ejemplo, se quejaba Einstein: “Tenemos actualmente una Liga de las Naciones y un Tribunal de Arbitraje. Pero dicha Liga no es mucho más que un local para reuniones, mientras que el Tribunal carece de medios para hacer cumplir sus fallos y resoluciones”.41 Hoy por hoy podemos decir que Organismos, Instituciones, Grupos, Entes, Oficinas, Comisiones... se pueden crear con dos intenciones: para hacer cosas o para que no se hagan cosas. Pero por lo que cuentan nuestros abuelos y padres, antes no era tan así. Antes un político llegaba a ser funcionario público con una investidura que representaba cosas buenas: honradez, solvencia moral, etc. Luego, podía perder su condición de hombre noble, si no cumplía –en el aspecto que fuera- con su deber. Pero hoy es a la inversa, ingresa a la esfera política con una etiqueta de “malo” y el trabajo que realice durante su gestión, tal vez sirva para desteñirla, pero siempre quedará una aureola. Ahora bien, esto tan feo, tan terrible, ¿es todo mentira y a la gente se lo hicieron creer? Para nada, hay mucho de cierto. Podemos ver cómo se enriquecen algunos dirigentes y también podemos ver

40 - Ulrich Beck – Obra Citada. 41 - Albert Einstein – Política y pacifismo.

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cómo hacen ciertas cosas por las que un ciudadano común estaría un buen tiempo preso, y ellos siguen su carrera política. Pero, ¿por qué digo podemos ver? Porque está en los diarios, en la radio, en la TV. ¿Y por qué si están en la TV –léase medios en general- los que hacen las cosas mal, no están los que hacen las cosas bien? ¿Existen? Por supuesto que existen, y son muchos más que los otros. Creo que no los vemos en la TV sencillamente porque no es noticia, esto es, no es negocio. ¿Y por qué? Porque la gente no consume esa noticia, no mira a quién hace las cosas bien sino que mira al que hace las cosas mal. Tal vez porque necesitemos encontrar a quién echarle la culpa de todo lo mal que estamos. Y en esto tienen que ver las reglas del consumo. Los medios inducen a mirar determinadas cosas, pero tenemos que hacernos cargo de la parte que nos toca como consumidores. Hay que romper los moldes con que se elaboran los “malos políticos”, los “malos dirigentes”. Pero para esto hay que animarse a ver una dirigencia distinta, hay que animarse a imaginar una dirigencia como queremos que sea, como necesitamos que sea. Hay que tener esto presente: siempre lo malo es menos que lo bueno. Siempre las “malas personas” son minoría, sólo que, como decía Martin Luther King, trabajan más. Y son minoría en todos los ámbitos, en la política, en el orden mundial, en el sindicalismo, en la dirigencia empresaria y en una oficina. Pero en todos lados se hacen notar. Creo que si observamos con más detenimiento, todos podemos ver qué pocos que son, y eso aportaría a lo que necesitamos para recuperar la esperanza de que esto puede cambiar. Si no nos gustan los políticos, busquemos la forma de reemplazarlos, pero no lastimemos “la política”, porque es nuestra, de los que queremos hacer las cosas bien. Es nuestra casa, y si creemos que dentro de ella hay mucha basura, tenemos que limpiarla, no derrumbarla. Pegarle a la política es pegarle a la democracia, y con eso pegarle a nuestra única posibilidad de seguir –como personas que vivimos de nuestro trabajo- siendo parte de este mundo. Por supuesto que estoy convencido de que “la política” es el más genuino espacio de participación. Y sepamos esto, “la política” fue –y sigue siendo- el espacio donde trabajaron los que hoy aparecen como “ganadores” o “exitosos”: los grandes grupos económico-financieros transnacionales. Desde ese espacio, en la década de los ’70, programaron las dictaduras militares que se establecieron en Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, Argentina... ¿Para qué? Para que tengamos miedo, para enseñarnos que “tener ideas” es peligroso. El informe Nunca más es una prueba de lo que se hizo en Argentina, pero también lo es de que supimos superarlo. Pero además del miedo a pensar, sembraron corrupción, enseñaron a “algunos” cómo robar, y esto serviría para que –aún hoy- nuestra democracia funcionara condicionada a las decisiones de los poderosos. Hoy estos actores transnacionales tienen más que nunca a su favor los cambios, llámense estos nuevas tecnologías o nuevas formas de comunicación. Es claro que frente a una deteriorada imagen de la política, y frente a la ocupación de este espacio por parte de “los poderosos”, una de las primeras cosas –o una de las cosas más comunes- que dice la gente es: “Necesitamos un líder”. Pero consideremos lo que dice Moreno Ocampo respecto de este tema:

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LOS DIRIGENTES POLITICOS HONESTOS LA DIFICULTAD DE LOS LIDERES “Confiar en dirigentes honestos que resuelvan el problema es una de las falsas soluciones. En primer lugar, no sólo hacen falta dirigentes honestos sino que además estos debería ser capaces de instrumentar una política de control de la corrupción. El remanido ejemplo de la monja en un burdel sirve para mostrar que en un contexto de hipercorrupción la honestidad individual no es suficiente, hace falta modificar el entorno. Se requieren dirigentes con la claridad, la voluntad y el poder de transformar el estado de cosas y reducir la corrupción a un nivel mínimo. Esa clase de personas lamentablemente no existen en estado puro, hacen falta algunas condiciones para que aparezcan. La primera condición es una fuerte demanda social sobre el dirigente. Sin esta nada va a cambiar. Sea un político, un empresario o el presidente de un club, el responsable de una organización no está por sí mismo interesado en asumir el tema de investigar y reducir la corrupción. Hay distintas razones para ello” (...) “Ni siquiera los dirigentes honestos y con decisión, podrán actuar si la sociedad no manifiesta una intensa demanda de políticas específicas” (...) EL LIDERAZGO DEL CAMBIO LOS NUEVOS LIDERES “Hacen falta líderes que sean honestos individualmente pero además que implanten estas políticas. Hemos visto los riesgos que enfrenta un dirigente si intenta controlar la corrupción y sabemos que sólo lo hará si existe una fuerte demanda ante él. Por eso somos los ciudadanos los primeros líderes del cambio, cada uno de nosotros, desde su lugar de plomero, periodista, ingeniero o juez puede liderar un pequeño cambio”.42 Hay que hacer notar esto: LOS ARGENTINOS NO TENEMOS EL PAIS QUE NOS MERECEMOS. Los que trabajamos, sin duda, nos merecemos un país mucho mejor. Y ese país es posible. ¿Y cómo comienza la participación de cada uno? Desde su propio lugar, trabajando para la comprensión de lo que ya dijimos acerca de las distintas globalizaciones: que son no reducibles, entendibles en sí mismas y actuando en mutua interdependencia. Porque, muy bien lo dice Beck: “sólo así se puede acabar con el hechizo despolitizador del globalismo, pues sólo bajo la perspectiva de la pluridimensionalidad de la globalidad estalla la ideología de los hechos consumados del globalismo”. Tenemos que trabajar para, desde nuestro lugar, encontrar las formas de contrarrestar los efectos negativos que esa parte de la realidad que no nos agrada provoca en nuestras vidas. Y para eso debemos formular consignas A FAVOR DE y no EN CONTRA DE. Tenemos que esforzarnos, aunque parezca muchas veces vano. Sólo como fruto del trabajo constante podremos conseguir, al menos en principio, la esperanza. Decía Einstein: “Que despierte a la vida la conciencia y el sano sentido común de los pueblos, logrando hacernos subir un nuevo peldaño en la vida, desde el cual la guerra parezca un incoercible extravío de los antepasados”. “Las generaciones pasadas podían creer que los adelantos espirituales y civilizadores no eran para ellas más que los frutos heredados del trabajo realizado por los antepasados – frutos que 42 - Moreno Ocampo – En defensa propia. Cómo salir de la crisis.

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proporcionarían una vida más fácil y bella. Pero las graves necesidades de nuestro tiempo prueban que aquello fue una triste ilusión. Vemos que deben realizarse esfuerzos máximos para que esa heredad no redunde en maldición, sino en beneficio para el género humano. Pues, si anteriormente un hombre ya tenía tanto valor en el orden social como para poder sentirse hasta cierto punto libre del egoísmo personal, también ahora se le puede exigir que supere el egoísmo nacional y de clase. Porque sólo cuando haya llegado tan lejos podrá aportar y colaborar para que el sino de la comunidad humana sea mejorado”.43 Tenemos, entonces, que crear espacios donde desarrollar actividades. Y los fines de estas actividades estarán orientados a creer que vale la pena confiar en el otro tanto como pueden confiar en nosotros, a recordar que la solidaridad existe y que cuando la practicamos, crecemos; a recordar que ser honesto es algo de lo que podemos sentirnos orgullosos, y que es importante trabajar para demostrarlo; a recordar que las palabras paz, felicidad, esperanza... no son exclusividad de las tarjetas navideñas. Estas actividades nos deberán ayudar a no discriminar, a no dividirnos conforme a las religiones, a los colores de piel, a las formas de vestir, a los orígenes... Nos deberán ayudar a aprender a cuidar en serio de nuestro hábitat y de nuestra propia especie, a comunicarnos espiritualmente, a lograr la mejor relación con el mundo y con nosotros mismos. Así estaremos construyendo nuestro propio espacio político a la vez que relacionando la globalización cultural con la globalización política. Consideremos lo que dice Rifkin: “Necesitamos resucitar la cultura no sólo por los recursos en bruto que suministra a la producción cultural, o por la confianza social y empatía que genera, indispensable para el funcionamiento de los mercados. La cultura merece por sí misma que la rejuvenezcamos, pues es la fuente de nuestros valores” (...) “La conexión humana requiere algo más que transmisiones electrónicas y comunicación entre ordenadores. Las conexiones más profundas se dan siempre en un espacio geográfico. Las experiencias culturales pueden reproducirse en los medios de comunicación o el ciberespacio, y transmitirse a todo el mundo, pero cuanto más se alejen de su lugar de origen, menor será su potencia como expresiones del profundo sentimiento que subyace a un significado compartido” (...) “Las culturas auténticas se desarrollan en un espacio geográfico, donde hay realmente intimidad, y sin ésta no es posible crear ni verdadera empatía ni vínculos de confianza social. Resucitar y revitalizar la cultura exige, por tanto, prestar al menos tanta atención a la geografía y a la participación en auténticas comunidades, como al ciberespacio y al chat en una red ordenadora”.44 La mejor manera de descentralizar el poder es que cada uno tome la cuota que le corresponde. Es tiempo de hacer uso del espacio político que nos corresponde. ¿Esto significa que hay que luchar contra “los poderosos”? Por supuesto, pero recordando esto: si luchamos tal vez tengamos pocas posibilidades, pero si no lo hacemos, no tenemos ninguna. O lo que es lo mismo: tenemos poco –casi nada- por perder, y mucho –todo un mundo- por ganar. Se pregunta Rifkin: “Los gobiernos tuvieron sentido mientras nuestra actividad se desarrolló en un espacio geográfico. Pero al desespacializarse la vida social y económica, ¿seguirán teniendo la misma importancia? Cuando la implantación de las comunidades ya no es geográfica, sino que se definen, más bien, por los intereses que la gente comparte temporalmente, al interactuar en algún modo virtual, ¿qué sentido tienen entonces ideas como solidaridad colectiva o lealtad a un país, 43 - Albert Einstein – Política y Pacifismo. 44 - Jeremy Rifkin – La Era del Acceso.

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que durante tanto tiempo se consideraron imprescindibles para mantener un sentimiento de cohesión nacional? Jean-Marie Guehenno, en su libro EL FIN DE LA DEMOCRACIA, afirma que “en la era de las redes, la inscripción de los ciudadanos en el cuerpo político pugna con la infinidad de conexiones que establecen fuera de éste. Por tanto, la política, lejos de ser el principio organizador de la vida en sociedad, se presenta como una actividad secundaria, si no como un artificio de escasa utilidad para la resolución de los problemas prácticos del mundo moderno”.45 Por supuesto que los gobiernos seguirán teniendo importancia. Es más, probablemente sean cada vez más importantes, ya que serán la muralla virtual que necesita la vida en sí misma para protegerse de todo lo que contra ella atenta, desde la falta de programas hasta la locura. Tendremos seguramente que redefinir la solidaridad colectiva o la lealtad, pero no será más que adaptarlas a la sociedad mundial. Política es, finalmente, el espacio donde cada uno puede decir lo más importante que puede decir: COMO QUIERE VIVIR SU PROPIA VIDA.

45 - Jeremy Rifkin – La era del acceso.

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3-4 GLOBALIZACION Y ESTADO A esta altura de los acontecimientos estamos en un gigantesco y engorroso círculo: la política, el Estado y la globalización. El estado se constituyó para ser útil al hombre, hoy tenemos un hombre al servicio –algunos esclavos- del Estado. Para reformar –o reconstruir, o redefinir- el Estado necesitamos la política como instrumento, pero esta política se diseña desde el Estado. Existe una política diseñada por actores transnacionales, pero no existe un Estado mundial Dice Beck: “La economía que actúa a nivel mundial socava los cimientos de las economías nacionales y de los Estados nacionales, lo cual desencadena a su vez una subpolitización de alcance completamente nuevo y de consecuencias imprevisibles. Las paradojas políticas y sociales de una economía transnacional, que con la “eliminación de las trabas a la inversión” (es decir, con la eliminación de la normativa ecológica, sindical, asistencial y fiscal) debe ser mimada y premiada para que destruya cada vez más trabajo y de este modo se incrementen cada vez más la producción y los beneficios, deben quedar no obstante científicamente evidenciadas y políticamente reforzadas. La política de la globalización, no pretende solamente eliminar las trabas de los sindicatos, sino también las del Estado nacional; con otras palabras, pretende restar poder a la política estatal-nacional”.46 Esto es: los Estados nacionales tiene que someterse a “reglas” en cuya construcción y diseño no participan. Habría que encontrar otro nombre para esta política de la que hablamos ahora, de la no-participativa, de la diseñada por unos pocos para conseguir el beneficio también de pocos. A esto antes se lo llamaba oligarquía. En ese caso esto sería una oligarquía transnacional y no globalización política. Si en el escenario de la verdadera política se diseñan los verdaderos Estados nacionales, y estos están –según su origen- para proteger al individuo, velando porque cumpla con sus obligaciones y porque se respeten sus derechos, ¿qué relación existe entre la realidad de las reglas de juego de hoy y la política? Es claro, como ya lo dijimos, que están permanentemente trabajando “en contra” algunos autores. La intención con que lo hacen escapa al análisis del presente trabajo. Pero veamos cómo plantean la perspectiva del Estado: “El final de la nación entraña la muerte de la política”, escribe Jean-Marie Guehenno, “En cuanto a la solidaridad y los intereses comunes dejan de tener un lugar natural, se viene abajo el bonito orden de una sociedad en la cual las distintas violencias están imbricadas unas en otras en forma de pirámide. Ya no hay grandes decisiones de las que puedan derivar pequeñas decisiones, ni fronteras de las que emanen reglamentaciones específicas. Así como las comunidades ya no están “contenidas” en la región, ni la región en el Estado nacional, la pequeña decisión ya no deriva de la grande. La crisis del concepto del poder determinado espacialmente encuentra de este modo su expresión en la búsqueda de decisiones. Las decisiones ya no se toman

46 - Ulrich Beck – Obra Citada.

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de modo lineal, en el sentido de que cada corporación posee una competencia bien perfilada; más bien, se descomponen en distintos fragmentos, y el tradicional debate político, las disputas sobre principios y directrices, ideologías o el ordenamiento social, se destiñe, o, mejor dicho, se descompone. De este modo, es el fiel reflejo del astillamiento del propio proceso de decisión, así como del hecho de que éste se está profesionalizando. En los EEUU, que figuran en la vanguardia de la organización institucional del poder, se puede observar perfectamente cómo se está agotando la lógica de las instituciones en sí misma y cómo la propia política se está viendo arrastrada en este proceso de disolución”.47 Pero defendiendo su postura, Beck explica: “Sin embargo, este neospenglerismo francés de la era global es sin duda también expresión de una restricción mental inconfesada: no se puede, ni se quiere, idear ninguna alternativa a la arquitectura nacional – estatal de lo político y de la democracia. Contra este virus mental de lo necesario no hay nada tan importante – Hágase tres veces al día! – como la pregunta implacable sobre las posibles alternativas. Nosotros queremos sugerir aquí al menos una de tales alternativas mediante el concepto del Estado transnacional como respuesta posible a la globalización. He aquí el razonamiento subyacente: el Estado (nacional) no sólo está anticuado, sino que además es irrenunciable; y esto no sólo para garantizar la política interna e internacional, los derechos políticos fundamentales, etc., sino también para configurar políticamente el proceso de globalización y regularlo transnacionalmente. Los Estados transnacionales son también Estados fuertes cuyo poder de configuración política es fruto de respuestas cooperativas a la globalización. Con estas premisas se pueden concebir, y desarrollar, Estados transnacionales como “utopías realistas”. (A. Giddens) de una tercera vía: contra los bloqueos mentales del monopolio político – nacional – estatal y la horrorosa representación de un Estado mundial imperial cuyas pretensiones de poder no pueden hacerse realidad, planteamos esta reformulación y reforma del espacio político internacional posibilitador de una arquitectura completa de la soberanía y la identidad. Pero su realización depende de una condición previa: los Estados nacionales colaboradores deben “estar implicados perceptiblemente en el plano político interno en procesos de colaboración vinculantes de una comunidad estatal obligatoria. La pregunta decisiva es, por tanto, si en las sociedades civiles y en el ámbito de la política pública de regímenes que se mueven en los grandes espacios puede surgir la conciencia de una necesaria solidarización cosmopolita. Sólo bajo esa presión del cambio eficaz a nivel de política interior de la conciencia civil se podrá cambiar también rápidamente la autocomprensión de actores capaces de actuar globalmente en el sentido de que se comprenden cada vez más como miembros de una comunidad que no tienen otra alternativa que la colaboración y, por ende, la superación recíproca de los intereses propios. Semejante cambio de perspectiva, que va de las relaciones internacionales a una política interna transnacional propia, no se puede esperar de parte de las elites gobernantes si en las respectivas esferas públicas no se articula semejante preocupación por encima y más allá de las fronteras nacionales y si no existe ningún interés serio por parte de los distintos grupos de la población. Dicho de otra manera: los Estados transnacionales sólo son posibles mediante la conciencia y la concienciación sobre la necesidad de los Estados transnacionales”.48 Por otra parte, en lo que hace al papel del Estado a través de la historia, Ferrer dice: “Con el respaldo de ideas y visiones propias del desarrollo, en todos los países ganadores el Estado jugó siempre un papel fundamental. En el transcurso del siglo XIX, en los Estados Unidos las políticas públicas fueron decisivas, por ejemplo, con respecto a la protección del mercado interno y a la creación institucional y del marco regulatorio para la ocupación territorial y el desarrollo privado de la red ferroviaria. En otros países, el Estado reconoció tempranamente la significación del movimiento cooperativo y lo apoyó con subsidios, créditos preferenciales, asistencia técnica y otros medios. 47 - Jean-Marie Guehenno citado por Beck – Qué es la globalización. 48 - Ulrich Beck – Obra Citada.

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En los países europeos en general, el Estado impulsó el desarrollo de la infraestructura y, siguiendo el modelo alemán, indujo la asociación de la banca con el desarrollo de las industrias líderes”.49 ¿Por qué insisten tanto en convencernos de que esto va a cambiar? Nadie puede dejar de reconocer la pérdida de autonomía del Estado-nación frente a estas nuevas reglas, incluso, como dice Kulfas, reconocer que una gran parte de las decisiones de gobierno deben ser negociadas fuera de la órbita del Estado y de los principales actores sociales nacionales. También Rifkin sostiene: “Con la desregulación y comercialización de los sistemas mundiales de radio y TV, por una parte, y de las telecomunicaciones, por otra, los Estados-nación van perdiendo paulatinamente su capacidad de supervisar y controlar las comunicaciones dentro de sus propias fronteras. Los gigantes de la comunicación están erigiendo una red mundial de telecomunicaciones que soslaya a aquellos, cambiando a la vez la propia naturaleza de la vida política”.50 Pero es Kulfas quien aclara: “La idea del fin del Estado-nación no pretende desconocer el inmenso poderío de las CT’s, pero las eleva a un grado tal en que sus intereses se presentan cono escindidos de los de sus respectivos países de origen” (...) “Si bien es cierto que no existe una estricta correspondencia entre los intereses de las CT’s y el accionar de su respectivo Estado, la problemática es demasiado compleja como para simplificarla postulando que ambos intereses se han escindido. Es real que en muchas circunstancias un determinado Estado favorece más a las CT’s que a las empresas de su país. Pero este es un caso típico en países periféricos o subdesarrollados, y extremadamente raro en países centrales e industrializados. Las privatizaciones, las políticas de promoción industrial y de estatización de la deuda externa son ejemplos del caso argentino en que una política benefició claramente a las CT’s, aún a costa de los propios “supuestos” intereses del Estado y de parte del empresariado nacional” (...) “Por otra parte, aún en los grandes centros capitalistas se presentan casos en los que una política estatal va en detrimento de alguna corporación. En este caso el problema es perder de vista que el rol del Estado es, aunque se de manera imperfecta, arbitrar las contradicciones entre los intereses del capital individual y del capitalismo como un todo”.51 El Estado que hoy tenemos no nos satisface. Lo digo como trabajador, pero también así lo manifiestan la mayoría de los sectores sociales. Se dice que los servicios básicos que debe garantizar el Estado son: EDUCACION, SALUD, SEGURIDAD y JUSTICIA. Esto más otros “pequeños detalles” como Vivienda, Trabajo y otros derechos. ¿Cómo se pueden planificar los proyectos educativos si el presupuesto para educación está afectado por decisiones que emanan de organismos internacionales? (Como el FMI). ¿Cómo podemos hablar de salud si no se cubren las necesidades de alimentación básica? Más de cincuenta chicos se mueren por día en Argentina. ¿Cómo podemos hablar de seguridad conociendo las condiciones de la fuerza policial? Conocemos que los integrantes de los distintos cuerpos han dejado, y de esto hace tiempo, de percibir un sueldo digno. Conocemos por otro lado las distintas reducciones de presupuesto que han afectado las estructuras. ¿Cómo se puede garantizar justicia desde el Estado si los datos indican un elevado índice de corrupción precisamente dentro de los Organismos Gubernamentales? 49 - Aldo Ferrer – Historia de la Globalización II. 50 - Jeremy Rifkin – Obra Citada. 51 - Matías Kulfas – Globalización y expansión de las empresas transnacionales.

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¿Cómo se puede hablar del “acceso a una vivienda digna” si no se puede acceder a un trabajo digno? Los empresarios y los industriales, en sus distintos niveles, los religiosos, los chicos que, ya crecidos, comienzan a sentirse afectados, los artistas y hasta muchos de los mismos políticos reniegan del Estado. Tal vez necesitemos trabajar más en la diferenciación entre el Estado Político, que definirá su línea política y sus formas de aplicación de acuerdo al gobierno de turno, y el Estado Administrativo, que sea capaz de garantizar los Servicios Básicos sin prebendas, con suficiente independencia y con capacidad de continuidad. Se menciona como problema nacional el costo que significa el elevado número de funcionarios, pero no creo que se haya evaluado lo suficiente el costo que significa el “recambio” de los “puestos políticos”, ni el costo que significa la falta de idoneidad en algunos cargos como consecuencia de “compromisos políticos” o “favores políticos”. Está claro que necesitamos un Estado que se responsabilice de las Reglas Nacionales necesarias para interactuar en la Sociedad Mundial. Un Estado “para afuera”. Pero antes que eso necesitamos un Estado “para adentro”. Ahora bien, se decía –cuando las cosas funcionaban mejor- el Estado es la cabeza. De las grandes decisiones dependían las pequeñas decisiones. Dice Guehenno que ya no es así, que el propio poder de decisión está astillado. Por otro lado, si bien estamos hablando de otro lugar del mundo, Beck dice que no se puede, ni se quiere idear ninguna alternativa válida a la arquitectura nacional-estatal de lo político y de la democracia.52 ¿Quién no puede? ¿Quién no quiere? Ferrer, después de revisar la historia, afirma que en todos los países ganadores, el Estado jugó siempre un papel fundamental. Podríamos decir entonces que el problema de nuestro país es sólo de nuestro país. Sin embargo Beck plantea un problema similar en Alemania. Veo esto como un claro ejemplo de cómo esta cuestión de la Globalización mezcla todo con todo. Y cómo nos impone de esa manera la tarea de disociar cada problema tanto como se pueda. El Estado Argentino padece entonces por un lado un problema similar al de otros países –emergentes o desarrollados- en lo que hace a la pérdida tanto del poder de decisión como de soberanía, frente a los actores transnacionales. Y por otro lado tenemos “nuestro problema” con un Estado sin propuestas propias, sin respuestas a las propuestas que se le presenten, sin soluciones, sin garantías para ofrecer... un Estado que –de distintas maneras- no nos representa. Y pareciera que el país está funcionando de acuerdo a eso. Como si eso fuera todavía la cabeza, sólo que funciona mal. Veamos esta posibilidad: MENS SANA IN CORPORE SANO (un espíritu sano en un cuerpo sano). Ejercitemos el cuerpo, pongamos en movimiento cada uno de sus músculos. Seguramente la cabeza se oxigenará y funcionará mejor. 52 - Ulrich Beck – Obra Citada.

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3-5 GLOBALIZACION CULTURAL Por lo que vimos hasta ahora, introducirnos en el tema de la cultura, introducirnos en ese universo de diferentes mundos que cada hombre ha inventado para sí, es –de alguna manera- colocarnos en el ojo de la tormenta. Pero las preguntas a esta altura ya tienen vida propia y no podemos controlar su flujo. Sencillamente flotan en el aire, justo ahí, delante de nosotros. Miremos hacia donde miremos no podemos evitarlas, como si hubiesen detectado en esta burbuja una esperanza. ¿Es la cultura el cofre que atesora la esperanza? ¿Son las preguntas –y la observación- el origen de la cultura? ¿Es esa cultura, la que responde a nuestras preguntas, el arca de la salvación? Si es así, ¿por qué evitamos sistemáticamente ir a su encuentro? ¿Estará la respuesta en el ensayo de Fromm que nos dice que el hombre teme a la libertad? ¿Cuál es la relación entre la libertad y la cultura? ¿Son los hombres los que tienen que ir al encuentro de la cultura o las instituciones que a tal fin el hombre estableció? Hablando del lugar que un país le da a la cultura, Rifkin dice: “Todo país concentra buena parte de su política en el primer sector (el mercado) y en el segundo (el gobierno), y a menudo se descuida el tercer sector (la cultura), despreciando la importancia del papel que desempeña en la constitución de la confianza social, que, a la postre, posibilitará el comercio. Las fuentes de la confianza social son las instituciones culturales de una sociedad: sus iglesias, asociaciones civiles, sociedades deportivas, grupos artísticos y organizaciones no gubernamentales. Su existencia hace posibles los mercados. En las comunidades y países con un tercer sector fuerte y bien desarrollado, los mercados capitalistas prosperan. Donde aquél falla, éstos tienen menos éxito. Si, por ejemplo, desapareciese de un día para otro el tercer sector estadounidense, es muy probable que el mercado capitalista – e incluso el propio gobierno – no durase quince días. Aunque algunos neoliberales y neoconservadores, y la mayoría de los libertarios (a la manera estadounidense), continúan creyendo que una economía saludable crea una comunidad pujante, ocurre más buen lo contrario. Una comunidad fuerte es condición previa e indispensable para una economía saludable, pues sólo aquella produce confianza social”.53 ¿De la política de un Estado depende el desarrollo de la cultura de un pueblo? O ¿De la cultura de un pueblo y su desarrollo depende la política de un Estado? Mientras nosotros no nos ocupamos de nuestra propia cultura –ni desde el Estado, ni desde el pueblo- alguien sí lo está haciendo. Alguien sí se ocupa de generar cambios en la cultura. Y esto sucede, al igual que observamos respecto de las distintas globalizaciones, en todos los rincones de la Sociedad Mundial, y también cobra un carácter transnacional, y también son los poderosos los que usufructúan con esos cambios. De hecho, los cambios en la cultura no se hacen con un sentido cultural, sino con un sentido mercantilista. Dijimos que –hipotéticamente- vamos a colocarnos en el OJO DE LA TORMENTA. Esto es: La Globalización Cultural. Desde este lugar vamos a observar los cambios que en ese aspecto se han producido, cómo se generaron, en qué nos afectan, quién los promueve, quién los controla, quién se beneficia, lo bueno y lo malo, algunas relaciones con las otras globalizaciones.

53 - J. Rifkin – La era del acceso.

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Dijimos que tenemos que observar las distintas globalizaciones en forma independiente. En el caso de la globalización cultural, no creo que sea posible tampoco su observación como un todo. Es posible hablar de cultura desde tantos puntos de vista como aspectos se puedan considerar de la vida. En este trabajo vamos a observar la cultura desde algunos aspectos: - Ciencia y tecnología. - Educación. - Comunicación. - Las nuevas generaciones. - La verdad y sus dueños. - Globalización e individuo. La intención es ver cada uno de ellos con relación a los “cambios de hoy” y hacer converger los enfoques hacia la idea de que la cultura es un medio, cuyo fin es la vida del hombre, con todas sus letras. Comenzamos con una imagen de Beck: “La globalización del quehacer económico está acompañada de olas de transformación cultural, en el seno de un proceso que se llama “globalización cultural”. También aquí se trata primordialmente de la fabricación de símbolos culturales. Una buena parte de la sociología, y del público en general, han adoptado para este problema una postura que se acerca bastante a la tesis de la convergencia de la cultura global. Según dicha tesis, se está produciendo una paulatina universalización, en el sentido de unificación de modos de vida, símbolos culturales y modos de conducta transnacionales (...) se fuma el mismo Marlboro como signo de una “naturaleza libre e incontaminada”. En una palabra: que la industria de la cultura global significa cada vez más la convergencia de símbolos culturales y de formas de vida. En este orden de cosas cabe citar unas palabras pronunciadas por el presidente de Eurodisney: “Los rasgos distintivos de Disney tienen una validez universal. Como trate usted de convencer a un niño italiano de que “Topolino” – como llaman en Italia a Mickey Mouse – es americano, se verá condenado al fracaso” (...) “Bajo el discurso del mercado mundial subyace, según esta perspectiva, una utopía negativa. Conforme – y en la medida en que – los últimos rincones del planeta se están integrando también al mercado mundial, está surgiendo un solo mundo, pero no como reconocimiento de la multiplicidad y de la apertura recíproca, es decir de una imagen pluralista y cosmopolita de uno mismo y del otro, sino, bien al contrario, como un solo mundo mercantil. En este mundo, las culturas y las identidades locales se desarraigan y sustituyen por símbolos mercantiles, procedentes del diseño publicitario y de los iconos de las empresas multinacionales. La esencia se convierte en diseño, y esto vale para todo el mundo. Son las personas las que compran (o pueden comprar). Esta ley de la globalización cultural tiene validez – según dicha argumentación – incluso allí donde el poder adquisitivo es nulo. Con el poder adquisitivo termina el ser humano social y se insinúa y empieza la descalificación. EXCLUSION!, Es el juicio para aquellos que no reconocen la equivalencia “esencia igual a diseño. Las empresas que se proponen dominar el mercado con la fabricación de símbolos culturales universales utilizan a su manera el mundo sin fronteras de las tecnologías de la información”.54 Vamos a introducir acá un neologismo que propone Roland Robertson: GLOCALIZACION. Pero antes vamos a ver lo importante que resulta hacerlo, vamos a ver qué necesidades cubre ese término. 54 - Ulrich Beck – Obra Citada.

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Como un muy buen ejemplo, veamos una vez más lo que dice el presidente de Eurodisney: “Los rasgos distintivos de Disney tienen una validez universal.” Esto no significa que todos los niños del mundo tengan similares sentimientos o similares necesidades en lo que hace a su entretenimiento. No significa que las imágenes de los niños del mundo carezcan de relación alguna con su cultura local. Entonces que? Concretamente significa que su validez no tiene nada de local en lo que hace a su origen, pero el sistema logra imponerla de tal modo que “nada se puede hacer contra ello”. “Si Ud. lo intenta, fracasa”, dice este señor. Esto pasa a ser entonces una verdad. Me lleva mi imaginación a visualizar un gran laboratorio donde se desarrollan fórmulas de “verdades”, que luego se distribuyen pero adaptando el nombre para que entendamos que nos tuvieron en cuenta, que se preocuparon por nosotros y, especialmente, nos dedicaron un capítulo del experimento. En algún lugar leí que este señor de Disney percibe un sueldo de U$S 283.000.000.- al año. Seguramente la empresa debe justificar este –y otros sueldos- con ganancias muy importantes. Esto es lo que me hace pensar que este trabajo no se hace en nombre de la cultura. Hay muchas fórmulas circulando, algunas con más antigüedad, otras con menos. Algunas más populares, otras más elitistas. ¿Serán muchos laboratorios? ¿O serán pocos pero con muchas salas de ensayos? ¿Y qué hay del otro lado de las fórmulas? ¿Qué hay en las salas de pruebas de los laboratorios? El hombre, el consumidor. Y ahí están divididos en dos grupos: el más pequeño que consume la fórmula se llama los ganadores, o los conectados, o los exitosos. El más grande, al que se lo priva del acceso, son los perdedores, los desconectados, los excluidos. Y para qué sirve este grupo tan grande de personas si no pueden consumir las fórmulas? Para que se sepa que no cualquiera puede. Y esto es el elemento de la fórmula que le suma un inmenso valor agregado. Veamos un par de ejemplos. Dos empresas fabrican pantalones de tela de “jean”. Las dos utilizan el mismo material y similares procesos de fabricación. Es decir que, hasta tener el producto terminado, ambas tuvieron un costo similar. Luego comienzan a diferenciarse en la publicidad de acuerdo al público al que apuntan, también vemos las diferencias en los lugares donde se pueden adquirir uno y otro. Estas diferencias tienen que ver con la marca (Y lo que se paga por ella). Finalmente uno podrá costar $ 15.- y el otro $ 60.-, cuatro veces más. Una vez que esos pantalones están vistiendo al consumidor, ¿en qué se diferencian? En la etiqueta, y esta hace que se sienta de una determinada manera quien lo está usando, y que lo vea de determinada manera quien lo está observando. Esto se puede decir: cuando una persona adquiere una prenda de vestir cuatro veces más cara que otra, se está diciendo algo a sí misma, y al usarla está comunicando un mensaje. El hecho de que la mayoría tenga acceso al pantalón de $ 15.- y la minoría al de $ 60.- hace que tenga sentido –mercantilista, por supuesto- que exista la marca más cara. El otro ejemplo que vamos a ver tiene que ver con un juego de cartas para chicos. En este juego, cada jugador juega con su mazo de cartas, es decir que no es un juego donde sirva de algo alguna

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habilidad, ni tampoco tiene demasiada importancia el azar. Ganará aquel que tenga las mejores cartas, pero a diferencia de los juegos tradicionales, el jugador que tenga las mejores cartas será quien las haya podido adquirir. El mazo podrá tener una indeterminada cantidad de cartas –un jugador puede tener más que el otro- y además, el valor en el juego –el poder de la carta- está en directa relación con el costo. Estas cartas valen desde $ 0.25.- hasta más de $ 50.-, es muy importante tener en cuenta que con esto el chico aprende desde su “temprana edad” que una carta, hecha con el mismo material que todas, vale doscientas veces más que otra porque “no cualquiera la puede tener”, y aquel que haya conseguido –por el motivo que sea- que su padre invierta mucho dinero en esas cartas, será –al menos por unos días- el chico “poderoso” y hasta puede ser el centro de atención de su curso. Esto es, conocerá entonces el chico el poder del dinero, tanto de poseerlo como de no poseerlo. En este ejemplo, creo que una simple –o no- reunión de padres, incluso con la participación de los maestros y luego con los mismos chicos, serviría –al menos para que todos tengamos una idea sobre el tema y encontremos alguna coincidencia- mucho más que cualquier resolución o cualquier tipo de participación que pudiera tener cualquier organismo. Me parece útil el ejemplo para dejar claro que no podemos –si queremos sincerarnos- transmitir siempre nuestras responsabilidades. No todo lo que está mal lo tienen que arreglar “los otros”. Tanto el ejemplo del jean como el de las cartas tienen relación con lo que veremos en Globalización e Individuo. También entonces veremos mejor cosas parecidas que me han contado algunas personas acerca de lo que sienten cuando ven la cantidad de cosas que no pueden comprar, o la cantidad de cosas que no pueden hacer, o la cantidad de lugares a los que no pueden ir. Y me contaron muchos lo mal que se sienten, al punto de no poder disfrutar lo que sí tienen y lo que sí hacen. Tengo toda la impresión de que, cuando elaboran la fórmula, conocen –dentro del conjunto de los resultados esperados- no solo lo que vamos a hacer, consumiendo o no consumiendo, sino también lo que vamos a sentir, y cuándo, y cómo y por qué.

/./././././././././ Y comparo esto –aunque ya pasamos el tema economía- con el Consenso de Washington. (Nota editorial de la Revista Encrucijadas (UBA) Año 1 Nº 9 – julio de 2001). “A comienzos de 1990, el economista inglés John Williamson formuló un decálogo de principios de política económica, verdadero paradigma para el desarrollo de los países emergentes. Estos principios fueron adoptados entre otros, por los Organismos Internacionales. El decálogo del Consenso de Washington acordaba los siguientes principios: - Disciplina presupuestaria. - Cambios en las prioridades del gasto público. - Reforma fiscal, ampliando las bases imponibles. - Liberalización financiera, especialmente de los tipos de interés. - Búsqueda y mantenimiento de tipos de cambio competitivos. - Liberalización comercial. - Apertura a la entrada de inversiones extranjeras. - Privatizaciones. - Desregulaciones. - Garantía de los derechos de propiedad.

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Hoy ya ha tomado cuerpo una reacción generalizada en el mando. Incluso, se considera legítimo poner en duda la objetividad de estos principios y se avanza en suponer que fueron dictados para fortalecer a los grandes intereses financieros multinacionales. Dentro de los mismos organismos internacionales se oyen voces cada vez más críticas, sobre todo porque se dejó de lado el aspecto de la equidad y se ignoraron sistemáticamente las realidades sociales de cada país. Joseph Stiglitz, quien fuera economista jefe, vicepresidente del Banco Mundial y asesor del presidente Clinton, manifestó en abril de 2000 en la conferencia del Banco Mundial en Washington: “Los países en desarrollo más exitosos del mundo no han seguido el Consenso de Washington”. La nota termina diciendo: “Ni trampa ni paradigma, el Consenso de Washington es un proyecto fracasado frente a un futuro posible”. ¿Ahora se puede pensar que la intención era favorecer intereses multinacionales? ¿Ahora se puede pensar que se ignoraron –en el desarrollo del proyecto- el aspecto de la equidad y las realidades sociales de cada país?

/./././././././././ En muchos casos, tanto dibujos animados, juegos de cartas, juegos de computadoras... algún tiempo después de estar en “el mercado”, se dictaminó que eran nocivos. Se determinó incluso el grado –y la forma- en que resultaban perjudiciales para la salud de los chicos. Pero, aparentemente sin que alguien asuma la responsabilidad de los daños causados, ni con un juego para chicos ni con un programa económico, simplemente nos piden disculpas. Para inmediatamente después continuar diciéndonos lo que debemos hacer, lo que tenemos que sentir, y cómo, cuándo y por qué. Mientras tanto, en el laboratorio están preparando una nueva fórmula. Dice Rifkin: “Es interesante señalar que instituciones internacionales de préstamo, como el Banco Mundial, están empezando a entender las relaciones entre la cultura y el comercio. Desde hace ya décadas, estas instituciones vienen sufragando carísimos programas de desarrollo económico en países pobres, en la convicción de que la creación de una economía sólida contribuiría al desarrollo social. Después de años de algunos éxitos a medias y de muchos fracasos, comienzan a dar prioridad en sus créditos a los proyectos de desarrollo social, desde el supuesto de que una comunidad fuerte – una cultura robusta – es condición indispensable (y no consecuencia) para el desarrollo económico. Si el sistema capitalista continúa el proceso de mercantilización del ámbito cultural, correremos el riesgo de que éste se atrofie y no pueda producir suficiente capital para sostener la economía. El delicado equilibrio entre cultura y comercio se destruirá si se agota el capital social que sólo aquella produce, pero sirve de lubricante para el conjunto de las operaciones comerciales”.55 ¿Somos tan irresponsables al aplicar fórmulas que no verificamos nada? ¿Nadie verifica la intención, ni el origen, ni posibles consecuencias? ¿Somos irresponsables los consumidores? Cuando se cambió el régimen de aportes jubilatorios, por ejemplo, cientos de personas –y a través de infinidad de medios: micros de TV, charlas, diskettes, diarios, volantes, apuntes...- nos explicaban los maravillosos aspectos de la llegada de las A.F.J.P. a nuestro país. Hoy ya debería estar acostumbrado a ver los resultados entre paréntesis (negativos) de las inversiones que –nunca conoceré- hacen con “mi dinero”. ¿Dónde habrán ido a parar las fabulosas ganancias, el riesgo cero y todas esas cosas? ¿No están los cientos de personas para explicarnos? ¿No hay al menos uno que

55 - J. Rifkin – Obra Citada.

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pida disculpas? ¿No deberían haber sabido antes –o no deberíamos haberlo sabido nosotros- que íbamos a perder? Me pregunto ahora: Cuando se elaboran fórmulas, que vamos a llamar símbolos culturales, que tienen que ver en su forma tanto con el entretenimiento como con la economía, ¿SE PUEDE PRETENDER CREER QUE ESAS FORMULAS TENDRAN EN CUENTA ALGUNA VEZ LA CULTURA DEL LUGAR QUE PASARA A SER UNA SALA DE PRUEBAS? ¿Podemos esperar –sabiendo lo que ya dijimos: que el objetivo del capital es maximizar el retorno- que se respete la vida humana? Deberíamos parar de decir: “esto es así en todo el mundo”. Sea cual fuera el tema. Este es el riesgo acerca del cual nos alerta Beck cuando dice: (...) “está surgiendo un solo mundo, pero no como reconocimiento de la multiplicidad (...) sino, bien al contrario, como un solo mundo mercantil”. Ahora sí veamos lo que dice Robertson: “Lo local y lo global, sostiene, no se excluyen mutuamente. Al contrario, lo local debe entenderse como un aspecto de lo global. La globalización significa también acercamiento y mutuo encuentro de las culturas locales, las cuales se deben definir de nuevo en el marco de este clash of localities. Asimismo, Robertson propone sustituir el concepto base de la globalización cultural por el de glocalización (globalización + localización) (...) “La cultura global” no puede entenderse estáticamente, sino sólo como un proceso contingente y dialéctico (...) según el modelo de la “glocalización”, en cuya misma unidad se aprecian y descifran elementos contradictorios. En este sentido, se puede hablar de paradojas de las culturas “glocales”. Es importante imprimir un sesgo metódico—pragmático a este axioma. La globalización – aparentemente lo muy grande, lo exterior, lo que sobreviene al final y sofoca todo lo demás -, es asible en lo pequeño y lo concreto, in situ, en la propia vida y en los símbolos culturales, todo lo cual lleva el sello de lo “glocal”. Podemos también formular esto mismo de la siguiente manera: Sólo como investigación cultural glocal (investigación de la industria, la desigualdad, la técnica y la política) resulta empíricamente posible y necesaria la sociología de la globalización” (...) “La globalización produce (forzosamente) ataduras. Esto conviene resaltarlo en el contexto de un debate en el que la globalización se confunde – y por tanto se devalúa – con la fragmentación, como si fueran sinónimos. Surgen “comunidades” (esta palabra exige, por cierto, una redefinición) transnacionales y transcontinentales que separan lo que hasta ahora pasaba, y sigue pasando, a menudo como unidad indisoluble: la vida y el trabajo en común, en un mismo marco geográfico y social, fundan al mismo tiempo una nueva relación social. Esta nueva lógica y este vivir y trabajar juntos en lugares geográficamente separados se dan lo mismo en empresas transnacionales (cuyas administraciones se han trasladado a Singapur pero cuyos productos se reparten por toda Europa) como en “comunidades” transnacionales (los americanos mexicanos y los mexicanos americanos), “familias”, “subculturas étnicas” (el África imaginaria), etc. Pero, por la misma regla de tres, se puede afirmar también que la globalización fragmentariza: no sólo socava la soberanía del Estado en materia de información y fiscalidad – y, por ende, su autoridad propiamente dicha-, sino que también puede dar al traste con la existencia misma de comunidades locales. En un caso límite en condiciones de cultura glocal, es perfectamente posible que pierdan fuerza las vecindades directas, al tiempo que florecen las “vecindades” transculturales (decimos posible, pero no necesario)”.56

56 - Ulrich Beck – Obra Citada.

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Uniendo esto con lo que dijo Beck: (...) “está surgiendo un solo mundo, pero no como reconocimiento de la multiplicidad, (...) sino, bien al contrario, como un solo mundo mercantil”, podemos ensayar esto: Existen “fórmulas”, símbolos culturales, que tienen ya una validez universal. Nos guste o no, como dijo aquél señor, si usted intenta demostrar lo contrario, fracasará. ¿En qué consiste entonces nuestra participación? ¿Somos meros consumidores de símbolos? ¿Estamos condenados a ser “los conejitos del gran laboratorio”? No me resulta posible aceptar que para la humanidad ese sea su triste destino. Si así fuera, corta sería su proyección. Si bien es inevitable que se generen cada vez más coincidencias entre distintos puntos del planeta, ya sea porque fueron estas provocadas con ánimo mercantilista o simplemente consecuencia de la revolución tecnológica –comunicación e informática- esto no significa que no tengan su posibilidad de adaptación. Como dice Robertson, que esa verdad coincidente lleve el “sello de lo glocal”. Y esta posibilidad de adaptación es la que nos da a los individuos la razón de existir como tales, a la vez que como integrantes de una comunidad antes que como ciudadanos de la sociedad mundial.

/./././././././././ Vamos a considerar, con la revisión histórica que nos propone Ferrer, cómo fue evolucionando la vinculación de las distintas culturas, para llegar hoy a la transculturación: LA GLOBALIZACION CULTURAL “La expansión del comercio y las inversiones internacionales, la revolución en los transportes y las comunicaciones, las migraciones masivas, crearon una nueva realidad de escala global con la cual, de diversas maneras, todos los países quedaron vinculados. La tecnología posibilitó nuevas construcciones de una audacia y complejidad sin precedentes, algunas de cuyas manifestaciones fueron los rascacielos, los grandes edificios para la cultura (museos, teatros, salas de concierto) y, como cabía esperar, las estaciones ferroviarias. La difusión del libro a partir de ambiciosos emprendimientos editoriales, como la Everyman Library británica, colocó las obras clásicas y las contemporáneas al alcance de un público crecientemente alfabetizado y ávido de conocimientos y ficciones. El desarrollo del periodismo y de la prensa periódica, viabilizado por el telégrafo, los cables submarinos y la comunicación inalámbrica, propagó la información y la cultura. La fotografía y las nuevas tecnologías de impresión incorporaron la imagen a los medios de la globalización cultural. En la última década del siglo XIX se desarrolló simultáneamente en París, Berlín, Londres, Bruselas y Nueva York la tecnología para registrar imágenes en movimiento. El cine, que alcanzaría su pleno desarrollo en el transcurso del siglo XX, es un medio paradigmático de la globalización: creado por innovadores de los países centrales, se ha difundido como una vía de expresión de las singularidades de cada cultura y de su proyección a escala planetaria. Es, al mismo tiempo, el medio artístico en el cual convergen todas las artes y los avances tecnológicos de frontera, la imaginación y las finanzas, la gran empresa y la creatividad artesanal. El cine es, en efecto, la mayor expresión de la globalización cultural y de las relaciones entre la cultura, la economía y la sociedad” (...) "En definitiva, la cultura se convirtió cada vez más en una de las redes fundamentales de la globalización y del ejercicio del sistema de dominación construido desde el Primer Orden Mundial y asentado, sobre nuevas y más profundas bases, en el transcurso del Segundo”.57 57 - A. Ferrer – Historia de la globalización II.

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Lamentablemente, tenemos que aceptar a esta altura como verdadero –o como una hipótesis que suena muy fuerte- que, como lo dicen los distintos autores, la cultura de muchas formas se “utiliza” en el ejercicio del sistema de dominación. Vamos a ver de qué manera –activa o pasivamente- participamos de este ejercicio, y cómo es posible observar los movimientos en nuestra cotidianeidad. Dice Rifkin: “Los cambios que se producen en la estructura de las relaciones económicas son parte de una transformación incluso mayor que tiene lugar en la naturaleza misma del sistema capitalista. Estamos contribuyendo a un movimiento a largo plazo que lleva desde la producción industrial a la producción cultural. En el futuro un número cada vez mayor de parcelas del comercio estarán relacionadas con la comercialización de una amplia gama de experiencias culturales en vez de con los bienes y servicios basados en la industria tradicional. El turismo y todo tipo de viajes, los parques y las ciudades temáticas, los lugares dedicados al ocio dirigido, la moda y la cocina, los juegos y deportes profesionales, el juego, la música, el cine, la TV y los mundos virtuales del ciberespacio, todo tipo de diversión mediada electrónicamente se convierte rápidamente en el centro de un nuevo hipercapitalismo que comercia con el acceso a las experiencias culturales” (...) “La metamorfosis que se produce al pasar de la producción industrial al capitalismo cultural viene acompañada de un cambio igualmente significativo que va de la ética del trabajo a la ética del juego. Mientras que la era industrial se caracterizaba por la mercantilización del trabajo, en la era del acceso destaca sobre todo la mercantilización del juego, es decir la comercialización de los recursos culturales incluyendo los ritos, el arte, los festivales, los movimientos sociales, la actividad espiritual y de solidaridad y del compromiso cívico, todo adopta la forma de pago por el entretenimiento y la diversión personal. Uno de los elementos que definen la era que se avecina es la batalla entre las esferas cultural y comercial por conseguir controlar el acceso y el contenido de las actividades recreativas” (...) “Las compañías multinacionales de medios de comunicación que disponen de redes de comunicación que se extienden por todo el planeta extraen los recursos culturales locales en cualquier parte del mundo y los reenvasan como artículos adecuados para comercializar la diversión y el entretenimiento cultural. El 20 % de la población mundial más acomodada ya casi gasta la misma parte de sus ingresos en acceder a esas experiencias culturales que en la compra de bienes manufacturados y servicios básicos. Estamos realizando la transición a lo que los economistas llaman una “economía de la experiencia”, un mundo en el cual la vida de cada persona se convierte, de hecho, en un mercado de publicidad. En los círculos de negocios el nuevo término operativo es el “valor de la esperanza de vida” del cliente, la medida teórica de cuánto vale un ser humano si cada momento de su vida se transformara en una mercancía de una forma u otra en la esfera comercial. En esta nueva era la gente adquiere su misma existencia en forma de pequeños segmentos comerciales” (...) “Ahora la economía ha puesto sus miras en la última esfera de la actividad humana que restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales culturales, las actividades comunitarias, las reuniones sociales, el arte, los deportes y los juegos, los movimientos sociales y la actividad cívica, todo resulta invadido por la esfera comercial. El gran tema para los años venideros es ver si la civilización puede sobrevivir a una amplia reducción de la esfera estatal y cultural en la cual el ámbito comercial queda como mediador exclusivo y primordial de la vida humana” (...) “Una vez que el mercado se apropió del arte – y de los artistas -, la cultura se quedó sin una voz que interpretase, reprodujese y construyese sus propios significados comunes” (...) “En esta coyuntura, el capitalismo industrial está culminando su transición hacia un capitalismo cultural plenamente desarrollado, apropiándose no sólo de los significados de la vida cultural y de las formas de comunicación artísticas que los interpretan, sino también de sus experiencias de vida” (...) “Finalmente – dice Toffler – los fabricantes de experiencia constituirán un sector clave, quizás el principal, de la economía”. Cuando esto ocurra, advierte Toffler, “seremos la primera cultura en la historia que emplee alta tecnología para manufacturar el más pasajero y, sin embargo, perdurable, de los productos: la experiencia humana” (...) “Norman Denzin escribe: “la

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experiencia de vida es el último estadio en la cosificación de la mercancía. O, dicho de otro modo, la experiencia de vida (...) se ha convertido en la mercancía última en el proceso de circulación del capital” (...) “El futurólogo James Ogilvey apunta que “el crecimiento de la industria de la experiencia representa el hartazgo de los productos de la Revolución Industrial”. Ogilvey advierte que “el consumidor de hoy no se pregunta ya tanto: ¿Qué tener que aún no tenga? como ¿Qué quiero experimentar que no haya experimentado ya?” (...) “Argumenta que “la industria de la experiencia comercia exclusivamente con aquello que más rápido haga latir al corazón”. Aunque reconoce que habrá quien se oponga a “la mercantilización de la pasión”, defiende que “la pasión es más segura” cuando se recluye en el mercado que “cuando se sublima con la religión o la política, y entra en erupción” (...) “Los anunciantes se dan cuenta de que las personas son ante todo y en primer lugar consumidores de símbolos, más que de meros productos. La publicidad, como tal, asume el papel de intérprete de los significados culturales; sirve como puente, mediando entre la historia particular de cada individuo y las grandes historias que conforman la cultura. Los consumidores tienen acceso a la cultura y a sus diversos significados en parte gracias a los múltiples mensajes publicitarios que reciben. La publicidad informa a los consumidores sobre la cultura, y les enseña qué compras evocarán la connotación cultural y experiencia de vida más adecuada a sus gustos. El capitalismo avanzado, por tanto, ya no es sólo fabricación de bienes o provisión de servicios, ni siquiera intercambio de información: sobre todo es creación de elaboradas producciones culturales”. Todo está en relación a lo que ya dijimos acerca de las fórmulas. Pero esa pregunta: “¿Qué quiero experimentar que no haya experimentado ya?” nos remite una vez más a ver “los dos lados” de esta cuestión. ¿Quién se puede plantear qué nueva experiencia le gustaría vivir? “Obviamente, los que tienen posibilidades económicas de ADQUIRIR una nueva experiencia”, sería una rápida respuesta. Y estaría dada en función a lo que los “mercados de experiencias de vida” nos ofrecen hoy. Ya veremos que no es tan así. Pero por ahora sepamos esto: lo que proponen una vez más los fabricantes de fórmulas es que quede claro que no cualquiera puede acceder a las “experiencias de vida” que ellos fabrican y luego, que estas son infinitas. ¿Quieren más? Siempre hay más. Siempre, por supuesto, que estén dispuestos a pagar. Nos sorprendería, nos daría asco y nos asustaría conocer las “experiencias” –que no figuran en catálogos ni en avisos de TV- que se pueden “adquirir” con mucho dinero y “buenas relaciones”, pero esto escapa absolutamente a nuestro objetivo. Vamos a quedarnos por acá, entre las cosas que se pueden observar –como dijimos- en lo cotidiano, y que se pueden observar desde el acceso como desde el no-acceso, y desde ambos lados tiene un sentido (y un contrasentido).

/./././././././././ Vamos a continuar observando el desarrollo de la COMERCIALIZACION DE LA CULTURA. Dice Rifkin: “Mediante el marketing se explota el conjunto de los bienes culturales comunes en busca de significados valiosos, que puedan transformarse con técnicas diversas en experiencias mercantilizadas que luego se puedan vender. El cambio de perspectiva desde la producción al marketing constituye uno de los más importantes acontecimientos en la historia del capitalismo” (...) “El sistema capitalista se sirve del marketing para traducir normas, prácticas y actividades culturales en mercancías. Los especialistas en marketing utilizan las artes y las tecnologías de la comunicación para atribuir valores culturales a productos, servicios y experiencias, inyectando significación cultural a nuestras compras. Mediante el control de la información y las nuevas tecnologías de comunicación, los vendedores acaban

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desempeñando el papel que antes solían tener las escuelas, iglesias, hermandades e instituciones cívicas y vecinales, en la creación, interpretación y reproducción de la expresión cultural, y en la conservación de las categorías culturales. Donde más visible resulta esta nueva realidad del marketing es en la venta de la marca de los diseñadores de ropa. Cuando alguien compra una camiseta de Zegna, una lámpara de Bill Blass, o un coche diseñado en exclusiva por Eddie Bauer, está comprando acceso a un estilo de vida, a la imagen de un estilo de vida que le gustaría tener y experimentar”. Ya habíamos considerado el caso del jean. “Nike, tengámoslo en cuenta, no vende tanto calzado deportivo como la imagen de lo que supondría calzártelo”. “La imagen no representa el producto, sino que el producto representa la imagen”.58 Conozco un caso de una empresa (cuyo servicio es Diseño de Imagen) que contrató un grupo de psicólogos para construir la imagen de los espárragos que iba a comercializar una firma. Se presentaban envasados en latas. Los psicólogos tenían que estudiar todas las características de los espárragos: color, sabor, olor, forma, tamaño, origen, etc., para, a partir de ahí, formar la imagen que hiciera importante para el consumidor que los espárragos que comprara fueran ESOS ESPARRAGOS. El consumidor debía sentir que: 1) analizó las propiedades de estos, 2) las comparó con las propiedades de otros y 3) decidió, eligió. El consumidor debía estar convencido de que hizo una elección INTELIGENTE.

/./././././././././ Aparentemente no resulta peligroso que conociendo por un lado las características del producto o servicio, y por otro lado las características del consumidor –que muy bien estudiados y analizados estamos- se consiga a través de publicidades multimedios orientar nuestra decisión. Estaría de acuerdo si el tema final fuera consumir o no espárragos, y si optara por consumir, que fueran ESOS. Pero no es lo mismo si se trata de votar o no en elecciones democráticas, y en caso de votar, a quién elegir como representante.

/./././././././././ En lo que hace a la comercialización de la cultura, Rifkin plantea algunos temas importantes: EL TURISMO: “LA INDUSTRIA CULTURAL MAS ANTIGUA. La expresión más visible y poderosa de esta nueva economía es el turismo global”. Este es uno de los casos en que se mezclan los fabricantes de fórmulas y los consumidores. Alternamos entre un rol y otro. Gracias a los canales de TV especializados en el tema, podemos conocer la infinidad de lugares que existen. Esa variedad de paisajes, climas y particularidades se bifurca a su vez en infinitas posibilidades en cuanto al costo. Es conocido que en una misma playa uno puede optar entre varias categorías de hoteles y a su vez entre distintos tipos de servicios.

58 - J. Rfkin – Obra Citada.

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Es decir que en este tema, en cuanto consumidores, los “dos lados” se convierten en infinitos lados. Y en cada uno de ellos, los fabricantes de fórmulas saben qué esperar del consumidor y este a su vez sabe exactamente con qué se va a encontrar. Se puede encontrar con un “punto de reunión de conocidos” en un lugar exótico, donde la diversión es exactamente igual que en su ciudad de origen o se puede encontrar “descubriendo misterios” si es eso por lo que pagó. Dice Rifkin: “La producción cultural insufla emoción en las experiencias de vida. La reacción emocional está garantizada, o le devuelven su dinero”. Y si resulta distinto lo que se encontró a lo que se esperaba, nos cansamos de escuchar propuestas acerca de cómo te debieran atender o lo que debieran hacer en tal lugar. Jamás podría esperarse que un consumidor de turismo acepte que la parte de la atención que no fue de su agrado tiene que ver con las costumbres de la gente del lugar o con alguna situación por la que están atravesando, y que, por tanto, hay que guardar por ello cierto respeto. No es así. Un buen consumidor de turismo debe ser exigente, jamás condescendiente. El turismo es para disfrutarlo, no para comunicarse. El consumidor es el cliente y como tal, siempre tiene la razón. Pero en algún momento cambia el rol y al consumidor le toca representar el papel de anfitrión. Y necesita entonces recurrir a las fórmulas, ya que en ellas puede encontrar alguna solución a su crisis económica. Hace algún tiempo, en nuestro país, se utilizó un slogan publicitario para que los anfitriones entendiéramos lo importante de ser lo que los demás esperan que seamos y dejemos por tanto a un lado nuestra propia forma de ser o nuestra situación particular. El slogan decía: HAGAMOS SENTIR AL TURISTA COMO EN SU CASA”. No conozco el resultado, pero me temo que no fue el esperado. Las publicidades que veo hoy muestran bellísimos paisajes que sin duda tiene Argentina, algunas muestran “manos artesanas” preparando algunas cosas que puede encontrar el turista al llegar. Pero no creo que puedan asegurarle al consumidor que no se van a encontrar con rostros apagados, gestos agrios y, en algunos casos, pocas posibilidades de estar “a su total disposición”.

/./././././././././ Estamos parados en un punto donde se encuentran la globalización económica, la globalización cultural –y de ella la rama del turismo global-, y la globalización política –y de ella la rama del Estado en la globalización-, y quien sabe cuántas caras más del diamante. La globalización económica brinda entonces a algunos –como ya dijimos en distintos niveles- la posibilidad de ser consumidores felices de un turismo envasado que los satisfaga. Importa en este sentido, si se está en un complejo hotelero construido en una isla paradisíaca, disfrutar del paisaje y de la mejor atención, de ninguna manera es momento de averiguar qué pasa con los lugareños ni con su cultura. Eso se puede –y se debe- observar más tarde por TV y verlo como si fuera un mundo completamente distinto.

/./././././././././ Es probable –casi diría seguro- que para generar un lugar turístico y hacer que “el turista se sienta como en su casa”, haya que adaptar unas cuantas cosas del lugar a reglas que tengan –como ya hablamos- validez universal. Hay cosas que tienen que ser iguales en todo el mundo. Para esto

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tenemos que estar dispuestos a modificar las costumbres: los horarios, las comidas, la disposición de los negocios... hasta, si fuera necesario, el paisaje mismo o la propia lengua. Así puede suceder que coloquemos en una mezcladora un tango clásico, una orquesta típica, bailarines del mejor nivel, un lugar típico,... junto a emociones inventadas, maquillajes, producción artística, publicidad adecuada, escenografía y el paquete de “reglas de validez universal”. El producto obtenido, listo para reenvasar ya tiene nombre: TANGO FOR EXPORT. No creo que sea posible decirlo –y que lo entiendan- en lunfardo. Con respecto a eso de las lenguas, agrega Rifkin: “Tras triplicarse el comercio de toda clase de bienes culturales en la pasada década, hay un sentimiento de alarma creciente ante la expansión de una cultura global homogeneizada. El proceso de homogeneización, ya en marcha, se refleja en la desaparición sistemática de múltiples lenguas, reemplazadas por el inglés como soporte normalizado del nuevo comercio cultural. Todavía se hablan 6.000 lenguas en el mundo, pero poco más de 300 cuentan con más de un millón de habitantes, y casi la mitad se habrá perdido a finales del siglo XXI. Mientras tanto, sigue creciendo el inglés, lengua de gran parte de la producción televisiva y cinematográfica, y la más utilizada en el ciberespacio. Hoy día, debido principalmente al control del comercio cultural por parte de las empresas mediáticas estadounidenses, más del 20 % de la población mundial habla inglés. Dentro de un siglo, es probable que el inglés ya sea omnipresente. Cuando desaparece una lengua, es como si se hubiese tirado una bomba en el Louvre”, afirma Ken Hale, profesor de lingüística del MIT. Las lenguas, en efecto, comunican los significados, expresiones, y valores compartidos en una cultura” (...) “Cuando desaparecen las lenguas, la cultura muere”, escribe Wade Davis en un reciente número especial del National Geographic. Davis advierte pesaroso que, al perder una lengua, “el mundo se convierte en un lugar intrínsecamente menos interesante, pues sacrificamos conocimientos en bruto acumulado durante milenios”.59 Son infinitos los ejemplos, pero podemos redondear diciendo que tanto de la fragmentación de la cultura, del reenvasamiento de formas culturales, como de la translocalización cultural, estamos participando –a través del turismo- tanto los fabricantes de fórmulas –activamente- como los consumidores –pasivamente-.

/./././././././././ Otro ejemplo importante que, como dice Rifkin, tiene mucho en común con el turismo, es LA CULTURA DEL CENTRO COMERCIAL. “Así como el turismo fragmenta el panorama cultural, delimitando sus pedazos en áreas turísticas mercantilizadas, ahora tiene lugar un proceso similar en la plaza pública. Durante siglos, la plaza pública se ha considerado un bien cultural común, un espacio abierto donde la gente se reunía, se comunicaba, compartía su experiencia y se involucraba en diversos intercambios culturales, como festivales, desfiles, ceremonias, deportes, entretenimiento y compromiso ciudadano. Aunque el comercio también se desarrollaba tradicionalmente en la plaza pública, siempre se ha considerado una actividad derivada. La actividad principal siempre ha sido la creación y preservación del capital social, no el mercantil. La plaza pública siempre ha estado abierta a cualquiera, rico o pobre, sin vigilantes ni peajes. Todos convenían en que era el lugar donde la cultura, en todas sus formas, crecía y se reproducía. Ahora, en menos de treinta años, la plaza pública – el lugar de encuentro de la cultura – no ha hecho sino desaparecer, devorada por una concepción radical y novedosa de las reuniones públicas. Si durante siglos la actividad mercantil fue secundaria con respecto a la actividad cultural – en realidad, una derivación suya -, hoy la relación se ha invertido. En nuestros días, las 59 - J. Rifkin - Obra Citada.

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actividades culturales que antes tenían lugar en la plaza pública se han recluido en centros comerciales cerrados, convirtiéndose en una mercancía a la venta. El centro comercial ha creado una nueva arquitectura para la asamblea pública, inscrita en el mundo del comercio, en el que la cultura existe en forma de experiencia mercantilizada”.60 No estoy seguro de si está permitido por la globalización, pero este tema me provoca nostalgias. Seguramente la edad, pero más que nada el espíritu de supervivencia me lleva a recordar La Banda (de música) que tocaba los domingos en la Plaza San Martín de mi pueblo natal. No pienso pagarle nada a nadie por ese recuerdo, y no lo estoy vendiendo, lo estoy rescatando. Este es otro ejemplo de las cosas que dependen de cada uno de nosotros y no de un organismo o de una resolución.

/./././././././././ DE LA CULTURA AL ENTRETENIMIENTO. Dice Rifkin: “Se supone que la cultura es una experiencia compartida: un acercamiento comunitario en torno a valores comunes. Sin embargo, la producción cultural no es otra cosa que el troceo de la cultura y su posterior reapropiación comercial como entretenimiento personal. Neal Gables sostiene que la revolución del entretenimiento es, de hecho, la más poderosa fuerza social y económica de nuestro tiempo. “A finales del siglo XX, el principal negocio en Estados Unidos ya no eran los negocios, sino el entretenimiento”. Según Edward R. McCraken, antiguo presidente de Silicon Graphics, Inc.: “La industria del entretenimiento es la fuerza impulsora de las nuevas tecnologías, como antes lo fue la defensa”. La producción cultural será el principal terreno para el comercio global en el siglo XXI. En la era del acceso, la producción cultural asciende a la primera posición económica, mientras que la información y los servicios descienden a la segunda, la industria a la tercera y la agricultura a la cuarta. En estos cuatro sectores proseguirá la metamorfosis de un sistema basado en relaciones de propiedad a otro fundado en el acceso. Los cuatro harán la mayor parte de sus negocios en redes que se extenderán a lo largo y ancho del mundo por el ciberespacio”. Y llegamos así a toda nuestra vida misma. “Cuando la experiencia vivida se traslada de la esfera cultural a la comercial se convierte en mercancía y, como tal, impermeable a la empatía”. LA MERCANTILIZACION DE LAS RELACIONES HUMANAS “La característica distintiva del capitalismo moderno es la expropiación de diversos aspectos de la vida para convertirlos en relaciones comerciales. La tierra, el trabajo humano, las actividades productivas y las sociales que en otros tiempos se producían en el seno familiar han ido entrando en el mercado y se han convertido en mercancías”. “La era del acceso se define, principalmente, por la mercantilización creciente de cualquier experiencia humana”.61 Y qué mejores ejemplos que los reality shows. Estos como broches de oro de otros tantos programas donde la gente cuenta “al aire” sus problemas, sus intimidades... y hasta sus sueños en algún programa de juegos donde cuenta que haría con el premio si llegara a ganar.

60 - J. Rifkin - Obra Citada. 61 - J. Rifkin – Obra Citada.

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Pero, esto entre nosotros, más allá de la TV, ¿no pensamos algunas veces: “vamos a tratar de relacionarnos con aquellas personas porque nos puede convenir? O ¿no hacemos acto de presencia en tal o cual lugar porque puede servir para algo?

/./././././././././ Con respecto a la esfera cultural, decía Einstein: CULTURA Y BIENESTAR. “Si se desea medir el daño ocasionado al desarrollo cultural humano por las grandes catástrofes políticas, hay que recordar que la cultura más refinada y dedicada es una planta sutil vinculada a complicadas condiciones y apta para proliferar y desarrollarse sólo en contados lugares. Para su prosperidad necesita, en primer lugar, cierto bienestar que hace que determinada fracción de la población de un país deba trabajar en algunas cosas que no son de inmediata y vital necesidad para la vida. Para ello se requiere, además, una tradición moral en la valorización de los bienes y las obras culturales. Y para esta pequeña capa de la población tendrían que trabajar las demás capas sociales, las que elaboran los productos inmediatamente necesarios para la vida, proporcionándoles así a aquellos la posibilidad de vivir”.62 Yo estoy convencido no sólo de que debemos todos interesarnos más y trabajar más en pro de los espacios culturales, sino que, si de rescatar valores se trata, no creo que existan mayores posibilidades de encontrar sinceridad, honestidad y solidaridad que en aquellos ambientes donde se manifiesta –de infinitas formas- EL ARTE. Esto no quiere decir –ni mucho menos- que CULTURA tenga que ver exclusivamente con el arte. Muy por el contrario, la cultura de un pueblo, de una comunidad, está íntimamente ligada al accionar cotidiano de sus miembros. Recordemos lo que dice Rifkin: “La era del acceso nos obligará a todos a plantearnos cuestiones fundamentales sobre cómo reestructurar nuestras relaciones fundamentales. Después de todo, el acceso consiste en establecer tipos y niveles de participación. La cuestión, por tanto, no es sólo quién tiene o no tiene acceso: se trata más bien de preguntarnos en qué mundos merece la pena implicarse, a qué tipos de experiencia vale la pena acceder. De la respuesta a esas preguntas dependerá la naturaleza de la sociedad que vamos a construir en el siglo XXI”.63 Y es acá, por lo tanto, donde nuestra observancia debe ser implacable, comenzando –como no me voy a cansar de repetir- por nosotros mismos. 3-5-1 DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA Comentaban antes algunos autores que la ciencia –en forma de tecnología- salió de los recintos especializados y se esparció por la vida cotidiana. Ya pusimos ejemplos de ello y también dijimos que esto es válido para una parte de la humanidad. Veamos ahora qué beneficios hay en ello. Comencemos por ver, de acuerdo a lo que nos decía Ortega y Gasset, qué es la ciencia: “La ciencia es, en efecto, interpretación de los hechos. Por sí mismos no nos dan la realidad, al contrario, la ocultan, esto es, nos plantean el problema de la realidad.

62 - A. Einstein – Obra Citada. 63 - J. Rifkin – Obra Citada.

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Si no hubiera hechos no habría problemas, no habría enigma, no habría nada oculto que es preciso des-ocultar, des-cubrir. La palabra con que los griegos nombraban la verdad es alétheia, que quiere decir descubrimiento, quitar el velo que oculta y cubre algo. Los hechos cubren la realidad y mientras estemos en medio de su pululación innumerable estamos en el caos y la confusión. Para des-cubrir la realidad es preciso que retiremos por un momento los hechos de en torno nuestro y nos quedemos solos con nuestra mente. Entonces, por nuestra propia cuenta y riesgo, imaginamos una realidad, fabricamos una realidad imaginaria, puro invento nuestro: luego, siguiendo en la soledad de nuestro íntimo imaginar, hallamos qué aspecto, qué figuras visibles, en suma, qué hechos produciría esa realidad imaginaria. Entonces es cuando salimos de nuestra soledad imaginativa, de nuestra mente pura y aislada, y comparamos esos hechos que la realidad imaginada por nosotros produciría con los hechos efectivos que nos rodean. Si casan unos con otros es que hemos descifrado el jeroglífico, que hemos des-cubierto la realidad que los hechos cubrían y arcanizaban. Esta faena es la ciencia; como se ve consiste en dos operaciones distintas. Una puramente imaginática, creadora, que el hombre pone de su propia y libérrima substancia; otra confrontadora con lo que no es el hombre, con lo que le rodea, con los hechos, con los datos. La realidad no es dato, algo dado, regalado – sino que es construcción que el hombre hace con el material dado” (...) “Se convencerán de que la ciencia, se entiende toda ciencia de cosas, sean éstas corporales o espirituales, es tanto obra de imaginación como de observación, que esta última no es posible sin aquella – en suma, que la ciencia es construcción” (...) “Porque en la vida humana va inclusa toda otra realidad, es ella LA realidad radical, y cuando una realidad es LA realidad, la única que propiamente hay, es, claro está, trascendente. He aquí por qué la historia – aunque no lo hayan creído las últimas generaciones – es la ciencia superior, la ciencia de la realidad fundamental – ella y no la física”.64 Sea o no fundamental la física, de ella derivan importantes –fundamentales- descubrimientos; y en ella se apoyan infinidad de fundamentaciones. Pero la física también tiene cambios en su haber, menciona este Rifkin: “Recordemos que la física clásica define la materia como una sustancia física impenetrable. Las leyes de Newton están basadas en el principio de que dos partículas no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo, porque cada una es una entidad física discreta que ocupa cierta cantidad de espacio. Sin embargo, en los primeros años del siglo XX la concepción ortodoxa de los fenómenos físicos dio paso a otra, completamente distinta. A medida que los físicos profundizaban en el mundo de los átomos, empezaron a darse cuenta de lo ingenuas que eran las ideas anteriores sobre la materia sólida dada en un espacio fijo” (...) “Lo que durante mucho tiempo llamamos objetos físicos sólidos, advierten los físicos, simplemente son patrones de energía. La aparente fisicalidad de los objetos – su esencia y fijeza – es una mera aproximación a la realidad. Para su sorpresa, los físicos descubrieron que el átomo no era inmóvil. De hecho, resultó que el átomo no rea una cosa, en su sentido material ordinario, sino un conjunto de fuerzas operando en interrelación. No obstante, las relaciones no pueden existir con independencia del tiempo” (...) “En consecuencia, se abandona la antigua idea de estructura, independiente del proceso. La nueva física afirma que es imposible separar lo que una cosa es de lo que hace. Nada es estático. Por consiguiente, las cosas no existen con independencia del tiempo, sino a través del tiempo. Según la nueva física, la materia es una forma de energía, y la energía es pura actividad”. Tanto la física clásica como la moderna, parecieran estar al servicio de los poderosos. Y son ellos los que insisten en hablar acerca de los cambios, las transformaciones. Dice Rifkin: Los neoliberales afirman que la desregulación de las emisoras de radio y TV, de las telecomunicaciones y de otros servicios mediáticos es el modo más eficiente de reducir las barreras 64 - Ortega y Gasset – En torno a Galileo.

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de entrada en los mercados e incentivar la innovación. Creen que estimulando la competencia, se abrirán muevas oportunidades para los negocios, y eso redundará en un mayor acceso a las nuevas redes que ahora se están creando. Esther Dyson, George Gilder, George Keyworth y Alvin Toffler, cuatro de los principales apóstoles de la revolución del ciberespacio, afirman que “el progreso tecnológico está transformando el mercado de las telecomunicaciones: de un mercado de “monopolios naturales” y “economías de escala” estamos pasando a un mercado competitivo prototípico. El desafío para el gobierno, dicen, “será crear un marco en el que las nuevas tecnologías y competidores puedan romper los monopolios naturales del pasado”. Pero los cambios, y esto va quedando claro, por más maravillosos que los pinten, no significan soluciones. Hablando de cambios que no cambian las cosas a favor del hombre, decía Einstein: “Todo lo que el espíritu inventivo de los hombres nos ha regalado durante los últimos cien años, podría tornar despreocupada y feliz nuestra vida, siempre que el desenvolvimiento organizativo pudiera marchar aparejado con el desarrollo técnico. Pero todo ello – vale decir, lo conquistado a fuerza de tantos trabajos y fatigas -, en manos de nuestra generación equivale a una navaja bien afilada en manos de un niño de tres años. La posesión de tan maravillosos medios de producción no trajo la libertad, sino preocupaciones y hambre”.65 Definitivamente, el hambre existe, y no es parte original del hombre. No viene incluido en un paquete cultural, no es algo que podamos aceptar como normal. No hace falta más que tomar conciencia de ello, no hace falta más que tomar la decisión de erradicarlo del mundo para que pase a formar parte de una historia negra. Recién entonces los conocimientos científicos y las sofisticadas tecnologías podrán tener algún sentido profundo. Mientras tanto, no dejan de ser espejitos de colores. 3-5-2 DE LA EDUCACION Continuando con el trabajo de encontrar lugares donde las caras del diamante se encuentra, vamos a ver lo que ocurre entre la cara del Trabajo y la de la Educación. Dice Beck: REORIENTACION DE LA POLITICA EDUCATIVA. “Si el trabajo se ha de sustituir por conocimiento y capital, entonces otra consecuencia política podría ser que el trabajo ha de ser valorado o configurado por el conocimiento. Pero esto significa que hay que invertir en formación y en investigación” (...) Robert Reich dice: “Los políticos no han comprendido que los verdaderos activos tecnológicos de un país para resolver los complejos problemas del futuro se encuentran en sus ciudadanos. Sus conocimientos, sus habilidades, su aportación a la economía mundial (y no la tecnología y el capital como hasta hoy) determinan el bienestar de un país” (...) “Una de las mayores respuestas a la globalización consiste en construir y reconstruir la sociedad del saber y de la cultura; prolongar, y no reducir, la formación; desligarla o separarla de puestos de trabajo y oficios concretos. El hecho de orientar los procesos educativos hacia cualificaciones clave que respondan a esa perspectiva no se ha de concebir sólo como “flexibilidad” ni como “formación continuada”, sino que también representa situar la formación en contextos de competencia social, capacidad de dirección, habilidad ante conflictos, comprensión cultural, mentalidad de relación y acceso a las inseguridades y paradojas de la segunda modernidad” (...) “Hay que vincular el aprendizaje con hechos cotidianos de modo que las personas puedan dominar su vida”, dice Reinhard Kahl. “Así,

65 - A. Einstein – Obra Citada.

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aprender es algo que se amplía y se libera de su gueto. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo”.66 Con respecto al comentario de Reich, es evidente la coincidencia con lo que venimos diciendo. Pero vale aclarar que –en nuestro planteo- no son todos los políticos, sino los menos. Sólo que esos menos, los de la TV, por circunstancias que estamos tratando de determinar, son los que hoy están del lado del poder. Estando de acuerdo con lo que dice Beck en cuanto a la necesidad de construir y reconstruir la sociedad del saber y de la cultura –a lo que damos en llamar acá la reingeniería (o el repensar) de la verdad- y con el conocimiento popular que resume Kahl: “es más fácil decirlo que hacerlo”, voy a rescatar lo importante que resulta a veces ser repetitivo. Voy a escribir una vez más una de mis frases favoritas: NO HACE FALTA REPETIR QUE NO ES FACIL, HACE FALTA REPETIR QUE ES POSIBLE.

/./././././././././ Luego vamos a hacer una diferencia entre dos partes que componen la educación: La Formación y la Instrucción. Decía Einstein: “Es por esto que les dije al principio que la suerte de la humanidad depende hoy, en mayor grado que nunca – hasta ahora -, de sus fuerzas morales. En todos los órdenes de la vida, el camino hacia la existencia alegre y feliz conduce a través de renuncias y limitaciones de la propia persona que ha de gozarlas”. “¿De quiénes podrían surgir las fuerzas para esta clase de desarrollo espiritual? Sólo de aquellos a quienes se ofrece la posibilidad de fortificar su espíritu en los años juveniles mediante el estudio asiduo, y de poner en libertad sus aspiraciones espirituales. Así os contemplamos nosotros, los mayores, a vosotros, los jóvenes, con la esperanza de que, armados con vuestras mejores fuerzas, persigáis y logréis aquello que a nosotros nos ha sido vedado”.67 Podemos –y debemos- desde un principio, instruir a los chicos con la mayor cantidad de conocimientos posibles, incluyendo como hacen algunas escuelas, cursos de idiomas y cosas que tienen que ver con la informática. Pero hay un par de cosas para decir sobre esto. En primer lugar, que todos los conocimientos que se puedan adquirir con el estudio no garantizan resultado alguno sino cuando se evalúan en relación a la formación que acompañó el proceso. Esto es: por qué y para qué se estudia en función de la imagen tanto de individuo como de sociedad que se espera conseguir. Lo que se llama la educación del espíritu. Y en segundo lugar, lo evidente que resulta el mal trato que le estamos dando al sistema educativo. Desde los magros presupuestos –que ya dijimos están afectados por reglas impuestas por el fantasma del capital financiero internacional- hasta llegar a la pérdida del respeto por la actividad docente. Esto tanto por parte de los padres, de los alumnos, de los directivos y hasta de los docentes mismos. “Todos estamos mal por la falta de plata”, esa pareciera ser la frase que todo lo justifica. Por supuesto que quisiéramos tener más plata, es más, muchos quisieran tener algo porque lo que tienen es directamente NADA.

66 - U. Beck – Obra Citada. 67 - A. Einstein – Obra Citada.

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También tenemos que recordar que en nuestro país muchísimos chicos de muchísimos lugares van a la escuela porque ahí reciben algo para comer, y para algunos es lo único que comen en el día. También hay muchísimos chicos que antes –o después- de ir a la escuela, “trabajan” (lamentablemente no se me ocurre otro término, aunque me resulte indignante), y obviamente, de todos estos casos no podemos esperar un excelente resultado académico. Tampoco de los niveles superiores, donde se trasladan –y se agravan- algunos problemas que mencionamos. Ni hablar de la INVESTIGACION, que ni recuerdo ya cuando la consideramos fuente inagotable de riqueza. Pero a todas estas verdades quisiera sumarle otras, una es que haciendo mal nuestro trabajo –sea el que fuere- no solucionamos el problema del dinero (ni ningún otro), y otra es que si no nos ocupamos responsablemente de lo que nos toca como formadores -léase padres o simplemente adultos- estamos haciendo en menos lo que la instrucción que podemos conseguir hace en más. Si enseñamos a los chicos que el ÉXITO es sinónimo de poder. Que es el poder el que hace feliz a una persona y el que no necesita de la educación ni de los valores morales. Que el poder se consigue con dinero –llave mágica que abre todas las puertas-, y que, finalmente, el dinero es dinero independientemente de su origen, ¿Qué resultado podemos obtener? Veremos algo más en Nuevas Generaciones. Escuchamos que sobre el tema Educación se elaboran grandes proyectos –casi inexplicables o casi inentendibles- pero no es ahí donde debemos buscar, sino en nuestra vida cotidiana, las formas de preservar a la maestra, al maestro. Sin estas personas –tan de ayer, tan de hoy, tan de siempre- donde mas allá de los problemas del dinero, nadie puede dejar de ver una sincera vocación, ningún proyecto puede tener sentido. Dice Rifkin: UNA NUEVA MISION PARA LA EDUCACION. “Los educadores comunitarios defienden que, por importante que sea el acceso al conocimiento disponible en el ciberespacio, debe acompañarse del acceso al conocimiento y sabiduría colectivos de las comunidades geográficas. El aprendizaje, afirman, es más que ser capaz de pinchar en vínculo al que nos conduce la fuente de información adecuada que se nos ofrezca en la WWW. Exige trato directo e íntimo con los demás en un tiempo y un espacio reales. La educación comunitaria se considera, por tanto, un complemento y antídoto para el conocimiento simulado que se acumula en el ciberespacio. El acceso a estas dos experiencias educativas, según los educadores comunitarios, es necesario, si es que las escuelas estadounidenses aspiran a formar a una generación de jóvenes competentes, centrados, y preparados para asumir sus obligaciones sociales en su comunidad, y aprovechar las oportunidades comerciales que se les presentarán en el ciberespacio. La educación comunitaria parte de la premisa de que la misión principal de la educación es preparar a los estudiantes para que sepan acceder a su cultura común y participar activamente en ella. Insisten en que si se plantea con rigor, y los estudiantes, padres y organizadores comunitarias contribuyen al desarrollo de la experiencia educativa, el rendimiento académico aumenta, pues los estudiantes aprecian la importancia y significación de sus estudios, y disfrutan con ellos. Ofrecer una formación que tuviese valor en el mercado fue, durante mucho tiempo, la misión central de muchas escuelas norteamericanas. Mas, según los educadores comunitarios, esto es como poner el carro delante de los bueyes. Adquirir una calificación simplemente para poder vender la propia fuerza de trabajo en el mercado es, según estos, un concepto de educación demasiado estrecho para el siglo XXI. Produce adultos que se consideran más como una propiedad en venta que como un ser plenamente humano y un miembro responsable de la sociedad. Los educadores comunitarios pretenden que se profundice en el núcleo de la identidad del estudiante, para que el aprendizaje tenga un sentido con respecto a su cultura. La educación, argumentan, debe nutrir la confianza social y la empatía, y promover la intimidad con los demás, de modo que

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los estudiantes comprendan el crucial papel que desempeña la cultura en la preservación de la vida civilizada. Una calificación profesional valiosa, arguyen, se deriva de las destrezas sociales básicas, tal como los mercados se derivan de las culturas. Por importante que ésta sea, no puede anteponerse a la educación comunitaria o sustituirla, sino que debe considerarse un complemento necesario. Si el funcionamiento de las redes mundiales, el comercio electrónico y la producción cultural representan una de las caras de la política del poder en el siglo que viene, la otra cata nos la ofrece el restablecimiento de un profundo intercambio social, la regeneración de la confianza social y el capital social y la restauración de sólidas comunidades geográficas. En una era entregada a las conexiones cortas y baratas, la realidad virtual y las experiencias mercantilizadas, el eslogan que una a sus detractores puede ser: La geografía cuenta! La cultura es importante!”68 Veamos ahora lo que pasa con nuestra educación, con la que necesitamos los trabajadores para ser personas capaces de adaptarse a un mundo en permanente cambio. Este tal vez sea el principio: adaptarse es muy distinto a someterse. Y esto tiene que ver con plantear ante un cambio permanente, una capacitación permanente. Una actualización permanente de nuestros conocimientos, sus aplicaciones y las nuevas necesidades. Y esto, pensado en serio, se debiera planificar en conjunto, trabajadores y directivos debiéramos trabajar para encontrar las coincidencias básicas suficientes para pensar con madurez un objetivo común: el crecimiento. Así, dedicando tiempo y trabajo al estudio y comprensión de situaciones con programas autónomos, es que podemos abocarnos a la tarea de resolver –como primer paso- situaciones que sí están a nuestro alcance.

/./././././././././ Para revertir lo que hoy estamos haciendo con la Educación, tanto como padres, como adultos, como trabajadores... es necesario por tanto revertir la postura. Plantear: nueva educación para nuevas generaciones, nueva formación para nuevos desafíos, y establecer estos espacios con la condición de considerar su tarea cada día. Porque cada día son nuevas las necesidades, cada día son nuevos los desafíos y cada día el Hombre es un Hombre Nuevo. Decimos revertir la postura y nos preguntamos: ¿Por dónde empezamos? Ya lo sabemos: por nosotros mismos. 3-5-3 DE LA COMUNICACION Caminamos algunos pasos antes por la cara “globalización cultural” del diamante. En un borde de ella vamos a detenernos ahora. Borde que está en contacto –además de con varias líneas que surcan la cultura- con la cara “globalización y tecnología”, con la cara “globalización económica” y con la cara “globalización política”. Es un punto donde resulta difícil estar de pie, uno se encuentra en ese lugar con todo lo bueno y todo lo malo, o, también se puede decir, se está más allá del bien y del mal. 68 - J. Rifkin – Obra Citada.

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Esto es LA COMUNICACIÓN. Si bien, como están dadas las cosas hoy, comunicación nos hace pensar casi instintivamente en los medios de comunicación, antes vamos a introducirnos en algo más conceptual. Dice Rifkin: COMUNICACIÓN Y CULTURA “Si la cultura es, como dice el antropólogo Clifford Geertz, “la red de significación” que tejemos sobre nosotros mismos, las comunicaciones – lenguaje, arte, música, danza, escritura, cine, grabaciones, software – son las herramientas que nosotros, como seres humanos, usamos para interpretar, reproducir, mantener y transformar dichas redes de significado. “Ser humano”, apunta el teórico de los medios de comunicación Lee Thayer, “es estar en comunicación dentro de alguna cultura humana, y estar en una cultura humana es ver y conocer el mundo – para comunicarse – de forma que a diario se reproduzca esa cultura particular”. El antropólogo Edward T. Hail nos recuerda, a su vez, que “la comunicación constituye la esencia de la cultura y, en realidad, de la vida misma”. Hay una estrecha unión, por tanto, entre comunicación y cultura. Como llegó a decer el también antropólogo Edmund Leach: “La cultura comunica” (...) Desde un punto de vista más restringido, los teóricos de la información y los ingenieros ven la comunicación como transmisión de mensajes. Estudian el modo en que emisores y receptores codifican y descodifican la información, usando los canales de forma eficiente, con la menor cantidad posible de interferencias. Este enfoque procesual de la comunicación, que se remonta al trabajo pionero de Norbert Wiener y otros cibernéticos de finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta, está relacionado con la forma en que las personas usamos la comunicación para influir en la conducta o estados mentales de los demás. La escuela antropológica, por el contrario, interpreta la comunicación como la creación de significados sociales mediante la transmisión de textos. La semiótica, disciplina iniciada por el lingüista suizo Ferdinand de Saussure y el filósofo americano Charles Saunder Pierce, estudia cómo las comunicaciones establecen significados, reproducen valores comunes y ligan socialmente a las personas. Los estructuralistas se interesaron por el modo en que el lenguaje, el mito y otros sistemas simbólicos se utilizaban para dar sentido a las experiencias sociales comunes. De esta forma, la comunicación y la cultura se vuelven la una expresión de la otra, y viceversa. No es casual, pues, que comunicación y comunidad compartan una misma raíz. Las comunidades existen porte se comparten significados y formas comunes de comunicación. A pesar de que esta relación parece obvia, a menudo se omite en las discusiones sobre comunicación, al suponerse implícitamente que ésta es un fenómeno autónomo, independiente del contexto social que se interpreta y reproduce. Los antropólogos defienden que la comunicación no se puede desvincular de las sociedades y la cultura. No puede existir la una sin la otra. Siendo así, cuando todas las formas de comunicación se mercantilicen, la cultura, la materia de la comunicación, se convertirá también inevitablemente, en una mercancía. Y así está ocurriendo. La cultura – las experiencias comunes que dotan de significación a la vida humana – está siendo arrastrada inexorablemente hacia el mercado de la comunicación, donde se renueva con criterios comerciales. Los expertos en marketing y ciberespacio hablan de usar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como herramientas relacionales; predican un evangelio comercial basado en la venta de experiencias personales y la mercantilización de relaciones duraderas con los clientes, estableciendo comunidades de intereses. Pero lo que en realidad tienen en mente, de forma consciente o inconsciente, es la privatización y mercantilización de los bienes culturales comunes. Herbert Schiller, profesor emérito de teoría de la comunicación en la Universidad de California, en San Diego, defiende que “la palabra, el baile, el teatro, los ritos, la música y las artes visuales y plásticas han sido características vitales y necesarias de la experiencia humana desde el principio de los tiempos”. La diferencia, dice Schiller, está en “los implacables y exitosos esfuerzos por

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separar de sus grupos y comunidades originales estas expresiones elementales de la creatividad humana, con el propósito de vendérselas a quienes puedan pagar por ellas”.69 Digamos esto: La Cultura Comunica, pero no todo lo que se comunica es cultura.

/./././././././././ Y todas estas cosas que nos ligan unos a otros, tan bien –y de distintas formas- definida por estos autores, obviamente no pueden estar exenta de cambios. Retomamos lo que dice Rifkin: LA NUEVA CULTURA DEL CAPITALISMO “Los grandes cambios históricos, aquellos que realmente modifican nuestros modos de pensar y actuar, se van introduciendo sigilosamente en la sociedad. Un día advertimos que todo lo que conocíamos ya es pasado y, de repente, nos encontramos en un mundo completamente nuevo. Por ejemplo, la denominación era industrial, acuñada por el historiador británico Arnold Toynbee, se empezó a usar a finales del siglo XIX, casi un siglo después de que se iniciase. De igual modo, durante buena parte del siglo XX se ha ido gestando una nueva forma de capitalismo, que actualmente está a punto de superar al capitalismo industrial. Tras siglos convirtiendo a los recursos físicos en bienes de propiedad, tendemos cada vez más a transformar los recursos culturales en experiencias personales y entretenimiento de pago. En la nueva era del capitalismo cultural, el acceso cobra importancia frente a la propiedad en la estructuración de la vida económica. Las relaciones de propiedad son compatibles con un mundo en el que la primera tarea de la vida económica es la elaboración, fabricación y distribución de bienes físicos. Los objetos inanimados son fácilmente mensurables y, puesto que los bienes físicos pueden ser fácilmente cuantificados, se les puede asignar un precio. Son sólidos y por tanto intercambiables entre las partes. Sólo una de las partes puede poseerlos y así satisfacen el requisito de exclusividad. Son autónomos y en su mayor parte móviles (excepción hecha de la tierra y los bienes inmuebles). Se prestan, pues, a las simples nociones que sustentan las relaciones de propiedad. Pero en la nueva cultura económica, la estructura de la vida comercial ya no es tan simple. Estamos ante un mundo de símbolos, de redes y bucles de retroalimentación, de conexiones e interacción, cuyas fronteras se oscurecen, donde todo lo sólido se desvanece en el aire. Entramos en una nueva era gobernada por la omnipresencia de las tecnologías de la comunicación digital y del comercio cultural. De hecho, la unión de ambas constituye un muevo paradigma económico muy poderoso. Nuestras vidas están cada vez más mediatizadas por los nuevos canales digitales de expresión humana. Dado que la comunicación es el medio a través del cual los seres humanos encuentra significados comunes y comparten los mundos que van construyendo, la mercantilización de la comunicación digital va de la mano con la mercantilización de las múltiples relaciones que conforman la experiencia vivida por los individuos y la comunidad: esto es, la vida cultural Tras milenios de existencia cuasi independiente, sólo ocasionalmente en contacto con el mercado, la cultura – nuestra experiencia compartida – se está convirtiendo en un objeto económico, gracias al poder que comienzan a ejercer las nuevas tecnologías de la comunicación sobre nuestra vida cotidiana. En una economía global, progresivamente dominada por una red electrónica de comercio y comunicaciones, asegurarse el acceso a las propias experiencias de vida se vuelve tan importante como lo fue el ser propietario en la era dominada por la producción de bienes industriales”.70

69 - J. Rifkin – Obra Citada. 70 - J. Rifkin – Obra Citada.

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TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA Una vez que los caminos del imperio están trazados, al igual que cualquier camino, sirven para ir y para volver. Y ya no se sabe después si son los símbolos del Imperio: Riqueza, Poder, Hombres Endiosados, los que van en busca de la gente, o viceversa. Prefiero creer que no es más que una imagen visual, y ya sabemos lo lenta que es la vista del ser humano. Pero esa lentitud nos hace ver ahora que todos los caminos conducen también al dinero y todo lo que ello implica. Digo que es una imagen visual cuando me refiero al todo, significa que creo que no todo está mercantilizado y que no creo que eso pueda ocurrir alguna vez, pero de ninguna manera se puede –es, además, contrario al interés del presente trabajo- negar la realidad visualizada o percibida. Esa realidad en la comunicación la vamos a ver desde dos aspectos: el primero referido a la información difundida por los medios de comunicación, y el segundo referido a los medios electrónicos que estamos utilizando –algunos- tanto para recibir como para transmitir mensajes. Con respecto a los medios, dice Beck: “Aquí nos topamos también con otro límite: los individuos no son activos de manera directa. Su protesta se expresó de manera simbólica, y a través de los medios de comunicación. El hombre es un niño perdido en el “valle de los símbolos” (Baudelaire). Dicho de otra manera: Está “uncido” a la política simbólica de los medios. Esto vale particularmente para el mundo abstracto y la omnipresencia de la destrucción favorecida por la sociedad de riesgo mundial. Aquí, símbolos experimentables y simplificadores el los que se tocan y sensibilizan fibras nerviosas culturales adquieren una importancia política clave. Estos símbolos deben producirse – mejor dicho, deben forjarse – en el fuego cruzado de la provocación ante los ojos televisivos, emocionados y despavoridos, de la opinión pública. La pregunta decisiva es la siguiente: Quién es el dueño de los símbolos? Quién encuentra (inventa) los símbolos que, por un lado, ponen de manifiesto el carácter estructural del problema y, por el otro, lo tornan capaz de acción y cómo se consigue? Esto último debería ser tanto más factible cuanto más sencillo es el símbolo escenificado, cuanto menos costos ocasiona a cada cual el quehacer de la protesta de la opinión pública movilizada y cuanto más fácilmente puede cada cual descargar y acallar con esto su conciencia. Aquí, “sencillez” significa muchas cosas. En primer lugar, transmisibilidad (que se pueda entender). En segundo lugar, grito de indignación moral: “los de arriba” pueden, con la bendición del gobierno y de sus expertos, hundir una isla llena de residuos petrolíferos en el Atlántico, mientras que “los de abajo” debemos dividir en tres partes, para la salvación del mundo, cada bolsa de té (papel, hilo y bolsita) y disponer de todo ello por separado. En tercer lugar, oportunidad política. En cuarto lugar, alternativas de acción fáciles. En quinto lugar, tráfico de indulgencias ecológico”.71 Con muchas coincidencias, se expresa Moreno Ocampo: “El impacto de los medios de comunicación modernos ha modificado profundamente la idea del poder basado en las relaciones jerárquicas y ha desarrollado vertiginosamente la tercera forma de poder. Ha potenciado la fuerza de la verdad, y al hacerlo ha transformado radicalmente la lucha por el poder. El político que se desgañitaba en una tarima de una plaza pública para hablar a un puñado de seguidores, puede ahora convencer a millones. Por eso, la verdad y el conocimiento son armas

71 - U. Beck – Obra Citada.

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básicas en el juego del poder, moldean a la opinión pública. Ya no son suficientes la fuerza ni las jerarquías. Los medios de comunicación son el campo de juego donde el poder de la autoridad, del dinero y de la verdad dirimen sus fuerzas” (...) “La divulgación de una verdad puede arrasar con el poder de la autoridad y el dinero. Una idea bien comunicada genera una reacción imparable” (...) LA DOBLE FRAGMENTACION DEL MENSAJE DE LOS MEDIOS “El poder de la opinión pública se puede desarrollar superando una doble fragmentación que producen los medios de comunicación: la fragmentación de la información y la de los receptores. Los medios de comunicación producen:

- un emisor único y millones de receptores aislados. - Noticias que aparecen y desaparecen sepultadas por otras noticias” (...)

“Una noticia larga en un noticiario de TV dura tres minutos. No hay tiempo para juntar todos los datos, la reflexión y el análisis. El periodista tiene el deber de conseguir primicias, ésa es su obsesión. Ni siquiera los datos más interesantes sobre un hecho que se reactualiza se deben repetir. Por esa tazón las noticias no duran demasiado en las primeras planas” (...) Además, cada medio tiene sus ideas y presenta la información según su estilo, y a menos que se lean dos o tres diarios y se escuchen varios programas de radio y TV, la información se encuentra distorsionada por la óptica del medio”.72 Y llegamos a Roma, y a simple vista distinguimos el largo brazo del poder. Ya habíamos dicho antes que sonaba muy fuerte la hipótesis de que la “cultura” se utiliza en muchas de sus formas, como elemento de dominación. Ahora estamos viendo una de las más importantes: las distintas formas de comunicar. Me parece cierto lo que dice M. Ocampo en cuanto a que una idea bien comunicada genera una reacción imparable, pero sobrevienen las preguntas ¿De quién es la idea que se comunica? ¿Qué medio y con qué objetivo la comunica? ¿Siempre que se comunica masivamente hay detrás un objetivo político o mercantilista? Hay veces que se comunican “verdades de la gente”. A partir del momento en que están en la pantalla, ¿dejan de ser “de la gente” para ser “de los medios? Pensemos en un ejemplo. En determinado programa se apeló a la solidaridad mostrando la precaria situación de una humilde escuelita que está ubicada en algún lugar distante –de muchas maneras- de cualquier ciudad- También, es claro, se mostró la precaria situación de las personas relacionadas con esta escuelita. Todo esto con una música de fondo muy adecuada, voces que presentaron la situación cual tragedia digna de ser representada, primeros planos de caras sucias, ojos llorosos y pies descalzos. Es decir, un “llamado a la solidaridad” capaz de conmover hasta las lágrimas. Durante la emisión del programa figuraba al pie de la pantalla un número telefónico o una dirección a la cual dirigirse para hacer alguna donación o para recibir más información. No tengo dudas de la utilidad que le significó a esta gente y su escuelita la emisión del programa. Pero me pregunto, ¿Por qué no vimos –en el caso que tomamos como ejemplo- el resultado que se obtuvo? ¿Es posible que para ese medio fuera “vendible” la imagen de carencia y no ocurre lo mismo con el buen resultado que se pudo obtener?

72 - M. Ocampo – Obra Citada.

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¿Qué pasa después? Sabemos que el resultado no es para siempre. Supongamos que en algún momento esa gente y su escuelita volvieron a estar en la misma situación precaria que antes del programa. Pero hay ahora, en ese caso, una diferencia en ellos: saben –porque lo vivieron- que si están en la pantalla existen, y tal vez así puedan solucionar algún problema. De lo contrario, no. ¿Qué piensan entonces, y qué sienten cuando nunca vuelven a conseguir un espacio? ¿Qué pasa con nosotros que ya nos olvidamos de esa gente, de su escuelita, del lugar del que nunca recordaremos siquiera su nombre y del hecho en sí? ¿Nos queda sólo saber que esa realidad existe pero la tenemos despersonalizada? Me parece importante trabajar para que no nos hagan creer –intencionalmente o no- que solidaridad no es lo mismo que caridad. ¿Qué pasa con tantas otras personas y tantas otras escuelitas y tantas otras situaciones que no acceden a la TV? Nos olvidamos porque inmediatamente nuestra frágil atención es captada por otro hecho, y así sucesiva y vertiginosamente. Y la importancia de lo que atrae nuestra atención llega a la ridiculez cuando se la compara con la importancia de otros hechos que dejamos de lado. Como uno de tantos ejemplos podemos comparar la importancia que se le dio –de acuerdo a la cantidad infernal de tiempo de pantalla que se ocupó en el tema- a una fellatio que se le practicó al Sr. Bill Clinton (entonces presidente de los EEUU), con lo poco que conocemos muchos acerca del tema Malvinas. No conozco en profundidad lo que les dijeron a los chicos vestidos de soldados que fueron a las Islas, no conozco de qué manera se les habló de nacionalismo o de patria, no conozco lo que sintieron y lo que sienten hoy los que están vivos, ni lo que sienten o sintieron los padres de esos chicos... Y estoy hablando de chicos que dieron su vida por mi país. Dije que era uno de tantos ejemplos, pero este, de verdad, me avergüenza.

/./././././././././ Hablando de la pantalla y de su vértigo, dice Rifkin acerca de un canal en particular: “La MTV destruye todo límite. Ha nivelado nuestra amplia escala de experiencias, reduciéndola a una única superficie lúdica, en la que todos los fenómenos existen en forma de puras imágenes, que se suceden a la velocidad del rayo, sin un contexto o coherencia aparente. Han saqueado la totalidad de la cultura humana en busca de imágenes, que después mezclan para crear una oleada de estímulos visuales cálidos y evocadores, pensados a un tiempo para desorientar y atraer la mirada del espectador. Se entremezclan las categorías, se destruyen las fronteras. Se elimina la separación temporal y espacial de las cosas, clave de su unicidad” (...) “No hay que juzgarla, ni criticarla (a la MTV). De hecho, ni siquiera hay un punto de referencia para comentarla: sólo tenemos un desfile inacabable de fragmentos culturales, que constituyen la que Jean Baudrillard denomina “el éxtasis de la comunicación. La MTV se compone de experiencias descontextualizadas. Inspira un sentimiento de no conviencia: un dominio intemporal, en el que toda clase de fantasías emergen en la pantalla, para desvanecerse una tras otra (...) La MTV es un entretenimiento de ensueño, sin cargas históricas o geográficas. La MTV reenvasa retazos de cultura en forma de fantasías simuladas que entretienen y exitan, y ofrece a millones de jóvenes la simulación de cierta experiencia de vida. Es el significante ideal del mundo posmoderno. La TV y el ciberespacio se han convertido en los lugares donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, donde creamos buena parte de nuestras historias personales y colectivas. Por ello, la generación actual es muy dada a comparar los acontecimientos del “mundo real” con algo que vieron o experimentaron en la TV. El difunto crítico cultural O. B. Hardison pensaba que “hoy día, para mucha gente un acontecimiento no está autentificado – no es “real” – hasta que no aparece en TV”. La cuestión, por tanto, es: Qué es real y qué es ilusión? La respuesta es, según los

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posmodernos: la experiencia más poderosa – y para un número cada vez mayor de jóvenes esto suele significa la simulada -. Dice Baudrillard: “Vivimos en el mundo imaginario de la pantalla, de la interfaz (...) y las redes. Todas nuestras máquinas son pantallas. Nosotros también nos hemos convertido en pantallas, y nuestra interacción se ha convertido en la interacción entre pantallas (...) Vivimos ya en una alucinación “estética” de la realidad”.73

/./././././././././ Vamos a ver como dijimos, en segundo lugar, el tema de la comunicación electrónica y trataremos luego de relacionar ambos temas. Digamos, respetando el método, lo que hay de cambio en ello. Según Rifkin: “Los cambios en las formas de comunicación de las que nos servimos para crear nuestras relaciones sociales siempre han venido acompañados de grandes cambios en la conciencia. El ultimo gran cambio en las tecnologías de la comunicación, la sustitución de una cultura de la palabra y la escritura por la cultura de la imprenta, tuvo lugar en la aurora de la era moderna, y cambió para siempre la naturaleza de la conciencia” (...) “En la actualidad, el ordenador está revolucionando la organización de las comunicaciones, convirtiéndose en la herramienta ideal para enfrentarse a una economía basada en las relaciones de acceso y el marketing de recursos y experiencias de vida. Al mismo tiempo, está cambiando de forma gradual la misma naturaleza de nuestra conciencia” (...) “La comunicación electrónica tampoco organiza el conocimiento como la imprenta. El hipertexto sustituye a la referencia impresa, de posibilidades más limitadas. Del contenido inamovible de un libro pasamos a un campo inagotable de información, en el que referencias y notas a pie de página se expanden indefinidamente, creando nuevos subtextos y metatextos” (...) “Mientras que un libro impreso es lineal, limitado y fijo, el hipertexto es asociativo y potencialmente ilimitado. El carácter del libro es autónomo y excluyente. El hipertexto es, sin embargo, inclusivo y relacional. Dicho de otro modo, el libro tiene principio y final, está acabado. El hipertextoes, en cambio, no tiene un principio y un final definidos, sólo un punto de partida desde el cual los usuarios van conectando materiales relacionados. Si el libro es un producto, el hipertexto es un proceso. Siempre está cambiando, nunca se acaba. Aquél se presta a la extensión de la propiedad, mientras que éste nos permite un acceso momentáneo” (...) “El hipertexto socava también uno de los rasgos centrales de la conciencia impresa: la idea de un autor individual propietario de sus palabras e ideas. El hipertexto enturbia el concepto tradicional de autoría. Puesto que el medio se basa en la inclusividad y la conectividad antes que en la exclusividad y la autonomía, no hay un límite definido que separe la contribución propia de la ajena. La gente recorta, recompone, ajusta y edita un material al que otros muchos ya han accedido antes, y lo combina después con el propio antes de enviarlo a otros nodos de las múltiples redes a las que está vinculada. Resulta difícil establecer la propiedad exclusiva de un material, cuando es antes parte de un proceso abierto – que implica a diversos agentes distribuidos en el tiempo y el espacio -, que el fruto acabado del esfuerzo creativo de una sola persona” (...) “El ordenador alienta la creación de una nueva forma relacional de conciencia, tal como la imprenta fomentó la idea de autonomía” (...) “En el mundo posmoderno, historias y representaciones se vuelven tan importantes como los hechos y las cifras, o incluso más. La nueva era disfruta con la semiótica – el estudio de signos y significantes – y se preocupa tanto por las leyes gramaticales y semánticas, como se preocupaba la época moderna por las de la física”.74 Veamos ahora lo siguiente, si decimos que la cultura, y como parte de ella la comunicación, son elementos que sirven a la dominación, ¿Quién los utiliza para tal fin?

73 - J. Rifkin – Obra Citada. 74 - J. Rifkin – Obra Citada.

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Dice Rifkin: “Los estudiantes y estudiosos del periodismo analizan la vigilancia con el fin de entender cómo entra y sale la información de las redacciones, cómo se toman las decisiones editoriales sobre las noticias que se dan y las que se desechan. Quienes investigan la radio estudian cómo opera la vigilancia en la selección de la música y de la audiencia. De modo semejante, los críticos televisivos se ocupan de la decisión del vigilante sobre el tipo de programas televisivos a los que millones de espectadores tendrán acceso. La vigilancia es a menudo un complejo proceso multietápico en el que participan varios vigilantes. Por ejemplo, un agente literario es la primera barrera de la industria editorial. Sin un representante adecuado, a los futuros autores les resulta imposible acceder a editores y editoriales. Estos actúan como vigilantes en la etapa siguiente: deciden qué manuscrito de entre los que los agentes les presentan traspasará la barrera y será publicado. Los críticos suelen ser los últimos vigilantes. Hay estudios que muestran, por ejemplo, la influencia que tiene una reseña favorable o desfavorable en el New York Times Book Review en la decisión de comprar un libro por parte de librerías, bibliotecas y lectores. Estos mismos estudios muestran que los libros publicados por las editoriales que más invierten en publicidad en la New York Times Book Review tienen más probabilidades de ser reseñadas en ella. Por tanto, el Times está situado en un estratégico punto de vigilancia y puede desempeñar un papel importante para decidir el nivel de acceso del que disfrutará un autor. Otro estudio muestra que alrededor de treinta y seis galerías de arte neoyorquinas habían ejercido de vigilantes para difundir estilos y pintores, influyendo así de modo considerable sobre el mercado del arte”.75 Por su parte Beck sostiene: “Para que las infraestructuras ofrecidas sean útiles para el usuario, la comunicación debe estar en condiciones de moverse por todo el mundo sin trabas, más libre que el viento de los océanos. Este es el motivo por el que Estados Unidos (el primer productor de las nuevas tecnologías y sede de las firmas más importantes) haya puesto todo su peso en la balanza de la desregulación, pensando en la globalización de la economía y esperando que el mayor número de países posible abran sus fronteras al “libre flujo de información”, o lo que es lo mismo, a los gigantes de la industria estadounidense del ocio y de los medios de comunicación”.76 Dijimos que íbamos a intentar una relación, la vamos a buscar entre: El punto medio entre las tres globalizaciones que estamos considerando –Económica, Política y Cultural- La Comunicación y El Poder. Veamos si nos sirve esto: DIVIDE Y REINARAS. ¿Dividir qué? División en territorios, regiones, razas, religiones, grupos económicos, estratos sociales, grupos políticos, corrientes filosóficas, conquistados y conquistadores, conectados y desconectados... hasta el infinito. ¿Qué más quedaba por dividir? Da miedo, hay veces, pensar en lo animalmente peligroso que es el Hombre, pero lamentablemente tenemos que considerar que es su inconformismo (o ambición, o egoísmo, etc.) el que lo puede llevar a su propia destrucción. Cuando comenzó a dividir la materia de los cuerpos, llegó a la partícula, a la célula y luego al átomo. Finalmente lo estrelló y descubrió que podía destruirlo. LLEGO A LA NADA. Hoy llegó a dividir de tal manera un grupo de personas que consiguió –al igual que con el átomo- dejar al Hombre aislado. Preguntamos otra vez, como si no quisiéramos ver lo que tenemos delante,

75 - J. Rifkin – Obra Citada. 76 - U. Beck – Obra Citada.

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¿Qué queda entonces por dividir? Así es, justamente lo que estamos pensando: EL HOMBRE MISMO. ¿Y cómo? Fragmentando, partiendo en pedacitos su vida y su conciencia misma. Y esto de tal manera que no se puedan conectar unos con otros los infinitos sucesos que conforman su historia individual, esto para conseguir que al llegar casi al final, y no conseguir sostenerlos de ninguna manera, sencillamente se desmoronen. El Hombre descubre al final que no consiguió armar el rompecabezas. El Hombre muere sin haber vivido. Se me ocurre entonces que LA COMUNICACIÓN DE HOY es una gigantesca escuela donde uno puede –si aprueba todos los exámenes correspondientes- obtener el título de ezquizofrénico, y con honores. Nunca se me podría ocurrir ofrecer recetas mágicas –ni buscarlas- pero sí se me ocurre plantear la posibilidad de que en la vida de cualquiera, dos horas menos de “pantalla” por día, hacen a un acercamiento del “ser” con el “humano”. 3-5-4 DE LAS NUEVAS GENERACIONES “Desde que tengo uso de razón vengo escuchando que los chicos vienen cada vez más inteligentes, pero yo no veo que inventen grandes cosas”. No es textual, pero creo que refleja lo que dijo una noche Dolina. En definitiva, ¿de qué chicos estamos hablando? ¿De los que a temprana edad juegan en la PC? ¿De los que decimos que son inteligentes porque siempre tienen una respuesta? ¿O porque opinan sobre temas de adultos? Vamos a pensar esto: chicos nacen cada día en todo el mundo, en los lugares más castigados del planeta –económicamente, políticamente, climáticamente-, y en lugares donde –todavía- existe la realeza. En lugares donde no hay teléfonos, ni electricidad, y en lugares donde hay “casas inteligentes”. Todos van a formar parte de nuevas generaciones, pero, al igual que hoy, el mundo en el que mañana les tocará vivir seguramente también tendrá “dos lados”. Mi esperanza es que no estén tan distantes, mi esperanza es que los dos lados estén comunicados. Veamos cómo observa Rifkin a un sector de las nuevas generaciones: “La era del acceso también llega con un nuevo tipo de ser humano. Los jóvenes de la nueva generación “proteica” se encuentran muy cómodos dirigiendo negocios y desarrollando su actividad social en los mundo del comercio electrónico y el ciberespacio, y se adaptan con facilidad a los múltiples mundos simulados que configuran la economía cultural. El suyo es un mundo más teatral que ideológico y mas orientado por un ethos del juego que por un ethos del trabajo. Para ellos el acceso es una forma de vida y aunque la propiedad es importante, aún lo es más estar conectados. Las personas del siglo XXI se perciben a sí mismas tanto como nodos insertos en una red de intereses compartidos, como agentes autónomos en un mundo darwiniano de supervivencia competitiva. Para ellas la libertad personal tiene menos que ver con el derecho de posesión y la capacidad para excluir a otros y más con el derecho a estar incluido en las redes de interrelación. Son la primera generación de la era del acceso” (...) “Psicólogos y sociólogos ya están comenzando a observar

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que se está produciendo un cambio en el desarrollo cognitivo de los más jóvenes en la que se llama generación punto-com”. UN ESTADIO POSMODERNO “Está naciendo un nuevo arquetipo humano: parte de su vida la vive cómodamente en los mundos virtuales del ciberespacio; conoce bien el funcionamiento de una economía-red; está más interesado en tener experiencias excitantes y entretenidas que en acumular cosas; es capaz de interaccionar simultáneamente en mundo paralelos, y de cambiar rápidamente de personalidad para adecuarse a cualquier nueva realidad – real o simulada – que se le presente. Los nuevos hombre y mujeres del siglo XXI no son de la misma naturaleza que sus padres y abuelos, los burgueses de la era industrial. Para el psicólogo Robert J. Lifton, los miembros de esta nueva generación son seres humanos “proteicos”. Han crecido en urbanizaciones de interés común; su atención sanitaria corre a cargo de seguros médicos privados; tienen sus coches en leasing, compran cosas on-line; esperan recibir software gratuito, aunque están dispuestos a pagar por servicios complementarios y actualizaciones. Viven en un mundo de cuñas sonoras de siete segundos; acostumbran a acceder a la información y recuperarla rápidamente; sólo prestan atención unos instantes; son menos reflexivos y más espontáneos. Piensan en sí mismos como intérpretes más que como trabajadores, y quieren que se les considere antes su creatividad que su laboriosidad. Han crecido en un mundo de empleo flexible (just-in-time) y están acostumbrados al trabajo temporal. De hecho, sus vidas son mucho más provisionales y mudables, y están menos asentadas que las de sus padres. Son más terapéuticos que ideológicos, y piensan más con imágenes que con palabras. Aunque su capacidad de construir frases escritas es menor, es mayor la de procesar datos electrónicos. Son menos racionales y más emotivos. Para ellos, la realidad es Disneylandia y el Club Med, consideran el centro comercial su plaza pública, e igualan soberanía del consumidor con democracia. Pasan tanto tiempo con personajes de ficción (televisivos, cinematográficos o del ciberespacio), como con sus semejantes, e incluso incorporan a su conversación los personajes de ficción y su experiencia con ellos, convirtiéndolos en parte de su propia biografía. Sus mundos tienen menos límites, son más fluidos. Han crecido con el hipertexto, los vínculos de las páginas web, y los bucles de retroalimentación, tienen una percepción de la realidad más sistemática y participativa que lineal y objetiva. Son capaces de enviar mensajes a la dirección de correo electrónico de alguien incluso sin conocer su ubicación geográfica, ni preocuparse por ello. Ven el mundo como un escenario y viven sus propias vidas como una serie de representaciones. En cada etapa de su vida, a medida que van probando nuevos estilos de vida, se van reconstruyendo. Estos hombres y mujeres proteicos tienen poco interés por la historia, pero están obsesionados con el estilo y la moda. Son experimentales y buscan la innovación. Las costumbres, las convenciones y las tradiciones apenas existen en su entorno, siempre acelerado y cambiante” (...) “Estos nuevos hombre y mujeres están empezando a dejar atrás la propiedad. El suyo es el mundo de la hiperrealidad y la experiencia momentánea: un mundo de redes, portales y conectividad. Para ellos, lo que cuenta es el acceso; estar desconectado es morir. Son los primeros en vivir en la era posmoderna, por usar la expresión del difunto historiador británico Arnold Toynbee. Esta nueva era contrasta claramente con la edad moderna, en la que la posesión y las relaciones basados en la propiedad privada daban forma a, prácticamente, cualquier transacción económica, y se proyectaban sobre casi cualquier interacción social. En la era posmoderna, las diferencias las crea el acceso antes que la propiedad. Qué hace que la era posmoderna sea tan diferente de la era moderna? La respuesta – tan compleja como elemental – sería esta: la era posmoderna está ligada a un nuevo estadio del capitalismo basado en la mercantilización del tiempo, la cultura y la experiencia de vida, mientras que la era anterior correspondía a un estadio anterior del capitalismo, basado en la mercantilización de la tierra y otros recursos, la mano de obra humana, la fabricación de bienes y la producción de servicios básicos” (...) “Esa generación que está creciendo en mundos simulados, que se siente cómoda comprando acceso a mercancías culturales y experiencias de vida, comienza a preocupar

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a numerosos psicólogos y sociólogos, temerosos de que carezcan de suficientes experiencias emocionales para experimentar empatía. Observan con inquietud la progresiva fragmentación de la conciencia personal – personalidad múltiple – entre los miembros de la generación punto-com. Incluso los más favorables a la conciencia teatral, como el ya mencionado Lifton, nos advierten de sus efectos potencialmente devastadores sobre nuestra conducta. Una generación incapaz de albergar sentimientos mutuos será también incapaz de crear la confianza social indispensable para mantener la cultura. El precio de mercantilizar la experiencia cultural puede acabar siendo muy alto. Si la cultura languidece, Qué será de la confianza social y la empatía, sus dos frutos más importantes? Si garantizar el acceso a una economía-red y el ciberespacio implica perder el acceso al capital social y la empatía, cómo vamos a comerciar en esta próxima era? La esfera comercial vende algo que, en realidad, no tiene acceso a una vida de profunda comunión y transformación personal. La economía puede ofrecernos muchas cosas fundamentales para experimentar una vida plena: bienestar material, algunas comodidades, ciertas formas de conocimiento, entretenimiento y diversión. Sin embargo, no puede proporcionarnos confianza social y empatía, los valores y sentimientos en los que se basa nuestra cultura y se forja nuestra humanidad. Si tratamos de vender acceso a pedacitos de cultura y experiencia de vida en forma de bricolaje y pastiche, nos arriesgamos a envenenar el pozo del que los extraemos”.77 ¿Por qué rescato estas observaciones si digo que están referidas sólo a un sector? Porque las generaciones de este sector –que es donde se generan los cambios- son las que maman de la teta del poder. Porque es en ese sector donde se forman personas que aún antes de ser padres –con todo lo que ello implica- tienen “capacidad” para decidir la desaparición de alguna fábrica –que nunca conocieron- de algún lugar –del que no tienen, ni les interesa tener, referencia alguna- de la que dependen tal vez cientos de familias, tal vez un pueblo entero. Y esto con sólo apretar un botón del teclado de su modernísima computadora conectada a los más importantes centros financieros de todo el mundo. Y después, elegantemente, descorchar una botella y encender un cigarro gastando sin parpadear lo que un trabajador de esa fábrica ganaba en todo un mes de trabajo. Es claro, se merece festejar “la operación”. Pareciera, a simple vista, que esas situaciones están muy lejos de nuestra vida (hablo de la vida de los trabajadores), pareciera que son únicamente guiones de películas. Creo que realmente es así, que están en una cara del diamante a la que tampoco tenemos acceso.

/./././././././././ Pero sí me parece importante considerar esto: estamos conviviendo –temporal y espacialmente- con chicos con los que no nos estamos comunicando. Tenemos que revisar nuestra postura para con ellos, desde situaciones cotidianas con los más cercanos, hasta la forma de considerar a “la juventud” en general. Por ejemplo, cuando decimos: “la computadora la compré para los chicos, yo no se nada de eso, ni me interesan esas cosas”, no hacemos más que separarnos de nuestros propios hijos. Porque con esto estamos educándolos –o estimulando su educación- para vivir en un plano (o mundo) diferente, además de promover la situación de hablar lenguajes distintos. Es claro que no tengo yo que aprender todo lo que aprende mi hijo, si decidiera estudiar medicina o ingeniería nuclear, no tengo siquiera posibilidades de pensar en aprender yo algo. 77 - Jeremy Rifkin – Obra Citada.

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Pero sí puedo acompañarlo en la idea y compartir –de muchas maneras- el camino que haya elegido. Si no hablamos con los chicos de computación, ni de los juegos que juegan, ni de la música que les gusta, ni de las nuevas costumbres en su forma de expresarse –desde la ropa, el vocabulario, hasta los tatuajes- ¿Cómo vamos a trabajar juntos para crear un mundo en común? Las chicas y los chicos que se pintan los pelos con llamativos colores, los más prolijitos que viven en mundos electrónicos, los que se ponen aros en todas las partes de su cuerpo, los que dicen que todo es una gran mentira, que no quieren saber nada de política, ni de economía, ni de nada, los que escuchan una música que nos cuesta definir –y escuchar-, los que la escriben y los que forman las bandas, y también los que se preocupan por estudiar y hacer una carrera profesional, los que hablan solo con la pantalla, los que forman grupos cerrados, los pacifistas y los violentos, los hijos del poder y los hijos de la miseria, los que se quieren ir de este país sin importar a dónde... ... todos tienen cosas para decir, y todo lo que quieren decir es muy importante para ellos. Todos son nuestros chicos, no carguemos sobre ellos el peso de nuestros resentimientos y nuestras frustraciones, no les enseñemos el terrible dolor de la discriminación. No los juzguemos antes de escucharlos. Ellos son parte del futuro, es nuestra la responsabilidad de acompañarlos a ese futuro. 3-5-5 DE LOS DUEÑOS DE LA VERDAD El Hombre necesita de las verdades tanto para estar en claro consigo mismo como para separar –como antítesis- las mentiras. Hay verdades descubiertas por el Hombre y otras inventadas por él. Ya sabemos que existen los poderosos y que lo que ellos dicen se convierte en verdad, ya que, aunque podamos todavía disentir aunque más no sea íntimamente, de acuerdo a lo que ellos dicen, hará el mundo. Verdad y mentira tienen mucho que ver con bueno y malo. Nietszche estudió La Genealogía de la Moral, y dijo: “(...) ¿Cuál es exactamente, según la etimología, el sentido de la palabra “bueno” en las diferentes lenguas? Entonces descubrí que esta palabra en todas las lenguas se deriva de una misma transformación de ideas, descubrí que en todas partes la idea de “distinción”, de “nobleza”, en el sentido de rango social, es la idea madre de donde nace y se desarrolla necesariamente la idea de “bueno” en el sentido de “distinguido en cuanto al alma”, y la idea de “noble” en el sentido de “privilegiado en cuanto al alma”. Y este desarrollo es siempre paralelo a la transformación de las nociones “vulgar”, “plebeyo”, “bajo”, en la noción de “malo” (...) “importa observar que a través de las palabras y raíces que significan “bueno”, se transparente el matiz principal por el cual los “nobles” teníanse por hombres de rango superior. Verdad es que en la mayor parte de los casos tomaron su nombre de la superioridad de su poder –“los poderosos”, “los dueños”, “los jefes”- o de los signos exteriores de esa superioridad –“los ricos”, “los posesores”-.78 Veamos ahora lo que Beck observa de Nietszche, no de lo anterior sino de su postura en general acerca de la moral: “Qué cosa es, pues, la moral de la vida “glocal” en la visión irónica de Nietszche? Resulta más fácil decir qué cosa no es: no es ni una tabula rasa moral ni una moral convencional. Presupone el que se desagreguen las morales absolutistas de los mundos separados.

78 - F. Nietszche – La Genealogía de la Moral.

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Pero no para que no ocurra nada, sino para que se abra el espacio a un sincrónico empequeñecimiento y engrandecimiento de las pautas y exigencias morales. Es decir, una moral que quiere fijarse una meta”. “Esa sabiduría tan llena de picaresca...” se expresa para Nietzsche – dicho sencillamente, o metódicamente – en un movimiento doble. Por una parte, el filósofo aboga por una individualización del ideal: el individuo se convierte en legislador, pero sólo en legislador de sí mismo. La individualización confirma también en el ámbito de la moral, el mayor empequeñecimiento posible de las pautas. Estas valen para mí, y solo para mí. Así, deviene posible la moral como legislación de sí mismo, mejor dicho, sólo de sí mismo” (...) “Pero ésta no abre de par en par las puertas al relativismo, al principio de cada – cual – actúe – a – su – guisa. Precisamente lo contrario opina Nietzsche, el cual siempre barrunta el discurso de la tolerancia en la tolerancia que perdura en el ámbito de la propia conciencia moral, esa tolerancia del bocadillo de los conquistadores: “(...) hemos venido a hablar de Dios, de la civilización y de la verdad” (...) La tolerancia debe ser pensada y practicada básicamente en la simultaneidad de dos movimientos: de un lado, empequeñecer el propio ámbito de grandeza moral para, del otro, buscar la conversación transcultural con las demás verdades, las verdades de los otros. La individualización de la moral no es tampoco fruto de un motivo egoísta. Abre, más bien, oportunidades para una moral global de la tolerancia. Así, no sólo es posible la conversación, sino también algo tan “híbrido” como la crítica intercultural: la autolegislación, en su doble sentido de limitación y ampliación, nos capacita para la crítica y para el conflicto”.79 Dijimos que las reglas, en general, las dictan los poderosos. Esto vale también, por supuesto, para las reglas morales. Decía Einstein: “Estoy convencido de que los hombres destacados, aquellos que, en círculos limitados, se consideran como guías debido a sus obras, comparten el mismo ideal en grado superlativo, pero ejercen sólo poca influencia en el desarrollo de los sucesos políticos. Casi parece como si este aspecto que sirve de muestra y ejemplo para los destinos de las naciones, debiera ser transferido ineludiblemente al desenfreno y la inescrupulosidad e irresponsabilidad”.80 También coincide con esto Erich Fromm: “En cada sociedad el espíritu de toda la cultura está determinado por el de sus grupos más poderosos. Así ocurre, en parte, porque tales grupos poseen el poder de dirigir el sistema educacional, escuelas, iglesia, prensa y teatro, penetrando de esta manera con sus ideas en la mentalidad de toda la población; y en parte porque estos poderosos grupos ejercen tal prestigio, que las clases bajas se hallan muy dispuestas a aceptar e imitar sus valores y a identificarse psicológicamente con ellas”.81 De lo que dice Ferrer, observaremos alguna relación que se mantuvo a través de la historia: “Hemos visto la evolución de países con notables diferencias en su dimensión territorial, recursos naturales, población y mercado interno. En definitiva, estos elementos no resultaron decisivos para determinar la calidad de las respuestas de cada uno de ellos al dilema del desarrollo en el mundo global” (...) “Son otros rasgos idiosincráticos los que determinaron el éxito o el fracaso ante los riesgos y oportunidades planteados por la globalización en el Segundo Orden Mundial” (...) “Detengámonos brevemente en identificar algunos de los elementos constitutivos de la calidad de las respuestas a la globalización según surgen de las experiencias analizadas en esta obra” (...) LAS CONDICIONES SOCIOPOLITICAS Marco institucional y político “La unidad nacional, la estabilidad de las instituciones y la capacidad de negociar los conflictos sociales y políticos dentro de las reglas de juego establecidas son rasgos prevalecientes en todos los países que resolvieron con eficacia el dilema del desarrollo en el mundo global. La capacidad 79 - U. Beck – Obra Citada. 80 - A. Einstein – Obra Citada. 81 - Erich Fromm – El miedo a la libertad.

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de organizar la defensa frente a la agresión externa es un corolario de esos requisitos políticos e institucionales” (...) Las elites “Un rasgo dominante de las elites y de los grupos sociales influyentes de los países considerados fue su vocación de acumular poder a través del desarrollo y el dominio de los recursos de sus respectivos espacios nacionales. A partir de aquí, la inserción en el sistema internacional se realizó con un elevado grado de participación de los agentes económicos internos. Las experiencias en tal sentido abarcan desde el peso decisivo del movimiento cooperativo en algunos países avanzados de menor dimensión del norte de Europa, hasta los robber baron norteamericanos y los grandes banqueros e industriales asociados a los junkers bajo el II Reich. En el transcurso del Segundo Orden Mundial, en todos los países exitosos, los grupos sociales hegemónicos revelaron una disposición a acumular poder en sus respectivos espacios nacionales y, sobre estas bases, proyectarse al escenario internacional, lo cual tuvo repercusiones fundamentales en el proceso de desarrollo. Implicó incorporar las actividades de más rápido crecimiento y mayor capacidad de generar ganancias y acumular capital en la estructura productiva interna y desarrollarlas, principalmente, bajo el control de empresas nacionales” (...) “El comportamiento de las elites y de los grupos sociales influyentes repercutió en el desarrollo de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología y en la capacidad de incorporar y adaptar conocimientos importados y de innovar. En todos los países exitosos, las raíces nacionales de sus respectivos capitalismos contribuyeron a asociar a las empresas con los sistemas nacionales de ciencia y tecnología”.82 La relación entonces sería: PODER VERDAD ÉXITO PODER Y ahora que el Hombre, como dijimos, está aislado, ahora que ya no se busca solamente tener poder sobre una región, un país o una sociedad, sino sobre cada uno de los individuos en forma directa, ahora que el poder apunta no a conceptos socialmente establecidos sino directamente a cada conciencia, ¿Cómo actúa? ¿Con qué elementos? ¿Cómo participa –activa o pasivamente- el individuo? Veamos lo que dice Rifkin: “En la era que ahora nace, el poder pertenece a los vigilantes, que controlan tanto el acceso a la cultura popular, como a las redes geográficas y ciberespaciales que expropian, reenvasan y mercantilizan la cultura en forma de experiencias y entretenimiento personal de pago. Puertas de acceso o portal, y porteros, son las palabras que se oyen cada vez con más frecuencia en conversaciones públicas y privadas. Hace unas décadas, su uso era muy restringido. Las puertas de acceso (gateways) evocaban la idea de paso geográfico, como las “puertas de acceso al Oeste” (...) “Los portales son las instituciones e individuos que establecen las reglas y condiciones de admisión, y deciden quién tiene acceso y quién queda excluido de la sociedad-red. Como las relaciones de propiedad, las relaciones de acceso pretenden crear diferencias. En el caso de la propiedad, la diferencia se da entre poseedores y desposeídos. En el del acceso, entre conectados y desconectados. En ambos casos, por tanto, se trata de inclusión y exclusión. En la propiedad, el límite se pone entre los que tienen y los que no. Se mide, cuantitativamente, por el valor de las propiedades de cada cual y cualitativamente, por el poder y control que cada uno puede ejercer sobre el trabajo de otros gracias a su riqueza. En el acceso, el límite se pone entre los que están dentro y los que están fuera. Cuantitativamente, se mide por el número de redes de las que uno forma parte y, cualitativamente, por el grado de implicación de sus relaciones y conexiones con terceros. En una sociedad basada en la propiedad privada, quien posea el capital

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82 - A. Ferrer – Obra Citada.

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físico y controle los medios de producción, está en situación de decidir quién tendrá éxito. En una sociedad basada en las relaciones de acceso, quien posea los canales de comunicación y controle las vías de paso a la red decidirá quién participa y quién se queda fuera” (...) “La vigilancia como concepto social fue estudiado por primera vez por el psicólogo social Kurt Lewin, en un artículo publicado en 1.947. A Lewin le interesaba cómo se tomaban decisiones ante una barrera. Para comprender quién controla las barreras, en lo que a selección, compra, preparación y consumo de alimentos se refiere, analizó el proceso de decisión sobre cuestiones alimentarias en una familia. A Lewin le intrigaba la dinámica social del proceso: la selección de vigilantes, cómo ejercían su influencia sobre las decisiones, qué inclinaciones psicológicas tenían, y la forma en que sus propias motivaciones orientaban y prejuzgaban la decisión. Lewin creía que la vigilancia es un proceso fundamental, y que la comprensión de su dinámica y naturaleza permitiría comprender mejor cómo estructura la gente sus vidas e instituciones. Como ejemplo del importante – aunque escasamente estudiado – papel de la vigilancia en la perpetuación del proceso social, Lewin citaba los problemas de discriminación institucional. Decía: “La discriminación de las minorías no cambiará hasta que las fuerzas que determinan las decisiones de los vigilantes no cambien. Sus decisiones dependen, en parte, de su ideología – es decir, de su sistema de valores y creencias, que determina lo que consideran “bueno” o “malo” (...) Por tanto, si pretendemos disminuir la discriminación en una fábrica, un sistema escolar u otra institución organizada... veremos que en sus consejos hay ejecutivos que deciden quién entra en la organización y quién no, quién asciende y quién no, y así sucesivamente. Las técnicas de discriminación en estas organizaciones están estrechamente ligadas con los mecanismos que hacen que la vida de sus miembros discurra por canales definidos. Por tanto, la discriminación está relacionada, fundamentalmente, con los problemas de administración, con las acciones de los vigilantes que deciden lo que se hace y lo que no”. Los vigilantes sirven como mediadores y árbitros de nuestra vida y nuestra época. Controlan lo que entra y sale de la vida social. “En consecuencia”, dice Shoemaker, “tanto el modo en que definimos nuestras vidas como el mundo que nos rodea es, en buena parte, producto del proceso de vigilancia”.83 Tenemos entonces que los poderosos no solamente determinan “las verdades” sino que además las custodian. Claro que, una vez más, se ocupan muy bien de agregar los suficientes espejos al laberinto. Esto es, la verdad tiene un origen, tiene un dueño, pero para nosotros la verdad no sólo está difusa, fragmentada, sino además despersonalizada. El trabajo de redefinirla es crucial, si en algo queremos ser partícipes de los futuros cambios para que ellos tengan que ver con “nuestro lado”, esta es una tarea en la que no podemos dejar de participar. Es hoy muy importante retomar el camino del razonamiento, así lo exige –como observamos hasta ahora- la “singularidad histórica” de nuestro tiempo. Tenemos que autoinvitarnos a dejar de lado la costumbre de aceptar que nos “enseñen las verdades” para des-cubrirlas nosotros mismos. Esto con el convencimiento de que solo así “nuestras verdades” serán válidas y pasarán a constituir las convicciones que necesitamos para cimentar el mundo que a continuación –y tal como lo soñamos- podremos construir. Y en este trabajo tenemos que estar presente todos: los mayores, con su experiencia y sus memorias, los trabajadores con su fuerza de voluntad, los buenos políticos, con su responsabilidad y sus ideales, los artistas, con su música, sus danzas, sus poemas, sus pinturas... con su magia y su expresión, y los jóvenes, con el deseo de ser los dueños del futuro, para hacer de el algo mejor que el presente. 83 - J. Rifkin – Obra Citada.

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3-5-6 DEL INDIVIDUO Cuando vimos Globalización Cultural hablamos de considerar el tema como “el ojo de la tormenta”. Ahora podemos decir que el tema Individuo es el ojo de la tormenta dentro de la Cultura. No podemos hablar, de hecho, de cultura, ni de política, ni de economía, ni de comunicación, si no tenemos muy claro que los mentores de una sociedad son, antes, individuos. Venimos diciendo desde la introducción que se intenta de muchas formas hacernos creer que los problemas del mundo de hoy son muy complejos para el hombre común y que, por el contrario, los problemas personales son los de fácil solución. Trataremos de dejar en evidencia la falsedad de esta propuesta. EL INDIVIDUO Y EL TRABAJO Veamos en principio la relación del individuo con el trabajo. Dice Fromm: “Para expresarlo con una fórmula sencilla, podríamos decir: el hombre debe comer, beber, dormir, protegerse de los enemigos, etc. Para hacer todo esto debe trabajar y producir. El “trabajo”, por otra parte, no es algo general o abstracto. El trabajo es siempre trabajo concreto, es decir, un tipo específico de trabajo dentro de un tipo específico de sistema económico. Una persona puede trabajar como esclavo dentro de un sistema feudal, como campesino en un pueblo indio, como hombre de negocios independiente en la sociedad capitalista, como vendedora en una tienda moderna, como operario en una interminable cadena de una gran fábrica. Estas diversas especies de trabajo requieren rasgos de carácter completamente distintos y contribuyen a integrar diferentes formas de conexión con los demás. Cuando nace un hombre se le fija un escenario. Debe comer y beber y, por ende, trabajar, ello significa que le será preciso trabajar en aquellas condiciones especiales y en aquellas determinadas formas que le impone el tipo de sociedad en la cual ha nacido. Ambos factores, su necesidad de vivir y el sistema social, no pueden ser alterados por él en tanto individuo, siendo ellos los que determinan el desarrollo de aquellos rasgos que muestran una plasticidad mayor. Así el modo de vida, tal como se halla predeterminado para el individuo por obra de las características peculiares de un sistema económico, llega a ser el factor primordial en la determinación de toda la estructura de su carácter, por cuanto la imperiosa necesidad de autoconservación lo obliga a aceptar las condiciones en las cuales debe vivir. Ello no significa que no pueda intentar, juntamente con otros individuos, la realización de ciertos cambios políticos y económicos; no obstante, su personalidad es moldeada esencialmente por obra del tipo de existencia especial que le ha tocado en suerte, puesto que ya desde niño ha tenido que enfrentarlo a través del medio familiar, medio que expresa todas las características típicas de una sociedad o clase determinada”.84 Ese escenario que se nos fija al nacer, como lo define Fromm, es el que –como vimos que sucede en el mundo de hoy- está sometido a los cambios –de los que venimos hablando- que se suceden vertiginosamente. Estos cambios –translocalización del trabajo, desaparición de puestos de trabajo, cambio brusco de condiciones de trabajo, etc.- son los que, además de estar programados por los poderosos y, claro está, para su beneficio, promueven gran parte de la incertidumbre que mantiene a los individuos dentro de LA CRISIS.

84 - E. Fromm – Obra Citada.

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Dice también Fromm acerca de la situación de los trabajadores: “Psicológicamente, la situación del empleado es distinta. Es parte de una vasta máquina económica, realiza una tarea altamente especializada, se halla en feroz competencia con centenares de colegas que se encuentran en la misma posición y si llega a dejarse superar es inexorablemente despedido. Se ha tornado un engranaje, a veces pequeño, a veces más grande, de una maquinaria que le impone su ritmo, que escapa a su dominio y frente a la cual aparece como una insignificante pequeñez. Las consecuencias psicológicas de la vastedad y superioridad de poder de la gran empresa han incidido también sobre el obrero. En la pequeña empresa de otrora este conocía personalmente a su patrón y se hallaba familiarizado con su fábrica, cuyo total funcionamiento podía observar, si bien era contratado y despedido según las necesidades del mercado, siempre existía alguna relación concreta con el patrón y su empresa capaz de otorgarle el sentimiento de pisar un suelo familiar y conocido. Muy distinta es la posición de un hombre en una fábrica en la que trabajan miles de obreros. El patrón se ha vuelto una figura abstracta: nunca logra verlo; la dirección sólo es un poder anónimo que trata con él de un modo indirecto y frente al cual, como individuo, es algo insignificante. La empresa tiene dimensiones tales que el individuo es incapaz de conocer algo más allá del pequeño sector relacionado con la tarea que le toca desempeñar”.85 Vimos algo de esto en “La Globalización y el Trabajo”, por lo que no hay más que repetir que resulta importante trasladar a la conciencia el conocimiento de que alguien se ocupa –y con buenos resultados- de nuestros sentimientos como individuos en cuanto a sentirnos menos dignos, menos merecedores, y más insignificantes. EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD Considerando otros aspectos en cuanto a formas de relacionarse el individuo con la sociedad, continúa Fromm: “Los límites del crecimiento de la individuación y del yo son establecidos, en parte, por las condiciones individuales, pero, esencialmente, por las condiciones sociales. Pues aún cuando las diferencias interindividuales existentes en este respecto parecen ser grandes, toda sociedad se caracteriza por determinado nivel de individuación, más allá del cual el individuo no puede ir” (...) “Si el proceso del desarrollo de la humanidad hubiese sido armónico, si hubiese seguido un plan determinado, entonces ambos aspectos de tal proceso –aumento de la fuerza y aumento de la individuación- se habrían equilibrado exactamente. Pero, en rigor, la historia de la humanidad está llena de conflictos y luchas. Cada paso hacia un mayor grado de individuación entraña para los hombres una amenaza de nuevas formas de inseguridad. Una vez cortados los vínculos primarios, ya no es posible volverlos a unir; una vez perdido el paraíso, el hombre no puede volver a él. Hay tan sólo una solución creadora posible que pueda fundamentar las relaciones entre el hombre individualizado y el mundo: su solidaridad activa con todos los hombres, y su actividad, trabajo y amor espontáneos, capaces de volverlo a unir con el mundo, no ya por medio de los vínculos primarios, sino salvando su carácter de individuo libre e independiente. Por otra parte, si las condiciones económicas, sociales y políticas, de las que depende todo el proceso de individuación humana, no ofrecen una base para la realización de la individualidad en el sentido que se acaba de señalar, en tanto que, al propio tiempo, se priva a los individuos de aquellos vínculos que les otorgaban seguridad, la falta de sincronización que de ello resulta transforma la libertad en una carga insoportable. Ella se identifica entonces con la duda y con un tipo de vida que carece de significado y dirección. Surgen así poderosas tendencias que llevan hacia el abandono de este género de libertad para buscar refugio en la sumisión o en alguna especie de relación con el hombre y el mundo que prometa aliviar la incertidumbre, aún cuando 85 - E. Fromm – Obra Citada.

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prive al hombre de su libertad” (...) “Pero, si bien el hombre ha alcanzado en un grado considerable el dominio de la naturaleza, la sociedad no ejerce la fiscalización de aquellas fuerzas que ella misma ha creado. La racionalidad del sistema de producción, en sus aspectos técnicos, se ve acompañada por la irracionalidad de sus aspectos sociales. El destino humano se halla sujeto a las crisis económicas, la desocupación y la guerra. El hombre ha construido su mundo, ha erigido casas y talleres, produce trajes y coches, cultiva cereales y frutas, pero se ha visto apartado del producto de sus propias manos, y en verdad ya no es el dueño del mundo que él mismo ha edificado. Por el contrario, este mundo, que es su obra, se ha transformado en su dueño, un dueño frente al cual debe inclinarse, a quien trata de aplacar o de manejar lo mejor que puede” (...) “El sentimiento de aislamiento y de impotencia del hombre moderno se ve ulteriormente acrecentado por el carácter asumido por todas sus relaciones sociales. La relación concreta de un individuo con otro ha perdido su carácter directo y humano, asumiendo un espíritu de instrumentalidad y de manipulación. En todas las relaciones sociales y personales la norma está dada por las leyes del mercado. Es obvio que las relaciones entre competidores han de fundarse sobre la indiferencia mutua. Si fuera de otro modo, cada uno de los competidores se vería paralizado, en el cumplimiento de su tarea económica, de entablar una lucha contra los demás, susceptible de llegar, si fuera necesario, a la destrucción recíproca”.86 Tratemos de unir estos conceptos: 1- Toda sociedad se caracteriza por un determinado nivel de individuación. 2- Cada paso hacia un mayor grado de individuación entraña para los hombres una amenaza de

nuevas formas de inseguridad. 3- El hombre ha construido su mundo,... pero se ha visto apartado del producto de sus propias

manos, y en verdad, ya no es el dueño del mundo que él mismo ha edificado. 4- La relación concreta de un individuo con otro ha perdido su carácter directo y humano. Si consideramos ahora el concepto –que no aplicaba entonces Fromm- de Sociedad Mundial, tendríamos que: La destrucción de distintos tipos de fronteras lleva consigo la destrucción de los límites en cuanto a niveles de individuación. Lo que implicaría que la amenaza de nuevas formas de inseguridad se ha incorporado como parte a la vida del Hombre. Si tenemos además que el Hombre ha perdido el control de su obra, podríamos decir que hoy, el Hombre ha perdido el control del mundo. Y finalmente, si como individuo ha perdido la capacidad de comunicarse, tenemos que perdió definitivamente la posibilidad de recuperar cualquier control sobre el mundo y sobre sí mismo.

/./././././././././ Por supuesto que esto no es verdad. Este tipo de razonamiento catastrófico no es para significar –entiendo yo- que estamos prontos a vivir una catástrofe, sino que tenemos que trabajar para evitarla. Me resulta, hay veces, análogo al procedimiento que servía a los sofistas para demostrar por medio del absurdo. Decíamos, entonces, que esto no es verdad. El individuo está sometido a los embates permanentes de los poderosos, está lastimado, está –en algunos casos- fragmentado, está confundido... pero sigue siendo individuo. Y como tal, sigue pensando. Ha cambiado la sociedad sin que los socios estuviéramos de acuerdo, en algunos casos, ni enterados. Los cambios –por un montón de motivos que ya hemos visto- nos han sorprendido al 86 - E. Fromm – Obra Citada.

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punto que nos está costando reaccionar. Pero nadie debería dudar de que el Hombre apto para el mundo de hoy, El Individuo de La Sociedad Mundial, ya Está Entre Nosotros. EL INDIVIDUO Y LOS MEDIOS Dijimos que esta crisis, esta confusión, tiene un gran aporte de los medios. Veamos lo que dice Fromm acerca de la forma en que se afecta al individuo a través de los medios de comunicación: “La propaganda moderna, en un amplio sector, es muy distinta: no se dirige a la razón sino a la emoción; como todas las formas de sugestión hipnótica, procura influir emocionalmente sobre los sujetos, para someterlos luego también desde el punto de vista intelectual” (...) “Todos estos métodos son esencialmente irracionales; no tienen nada que ver con la calidad de la mercadería y apagan o matan la capacidad crítica del cliente, como podría hacerlo el opio o un estado hipnótico absoluto. Son capaces de proporcionarle alguna satisfacción debido a su efecto estimulante sobre la fantasía, tal como ocurre con el cine, pero al mismo tiempo aumentan su sentimiento de pequeñez y de impotencia. En realidad, éstos métodos de embotamiento de la capacidad de pensamiento crítico son más peligrosos para nuestra democracia que muchos ataques abiertos, y más inmorales –si tenemos en cuenta la integridad humana- que la literatura indecente cuya publicación castigamos. Lo que se ha afirmado acerca de la esfera económica vale también para la esfera política” (...) “Los métodos de propaganda política tienen sobre el votante el mismo efecto que los de la propaganda comercial sobre el consumidor, ya que tienden a aumentar su sentimiento de insignificancia” (...) “Además, se han agregado otros factores que contribuyen a la creciente impotencia del individuo. La escena económica y política es más compleja y más vasta de lo que era antes, y las personas ven disminuida su capacidad de observación. También las amenazas que el individuo debe enfrentar han alcanzado mayores dimensiones” (...) “Los hombres se debaten impotentes frente a una masa caótica de datos y esperan con paciencia patética que el especialista halle lo que debe hacer y a dónde debe dirigirse. Este tipo de influencia produce un doble resultado: por un lado, escepticismo y cinismo frente a todo lo que se diga o escriba, y por el otro, aceptación infantil de lo que se afirme con autoridad. Esta combinación de cinismo y de ingenuidad es muy típica del individuo moderno. Su consecuencia esencial es la de desalentar su propio pensamiento y decisión” (...) “Otro modo de paralizar la capacidad de pensar críticamente lo hallamos en la destrucción de toda imagen estructurada del mundo. Los hechos pierden aquella calidad que poseen tan sólo en cuanto constituyen parte de una estructura total, y conservan únicamente un significado abstracto y cuantitativo; cada hecho no es otra cosa que un hecho más, y todo lo que importa es si sabemos más o menos. La radio, el cine y la prensa ejercen un efecto devastador a este respecto. La noticia del bombardeo de una ciudad y la muerte de centenares de personas es seguida o interrumpida, con todo descaro, por un anuncio de propaganda sobre jabón o vino. El mismo anunciador, con esa misma voz sugestiva, insinuante y autoritaria, que acaba de emplear para convencernos de la seriedad acerca de la situación política, trata ahora de influir sobre el público acerca del mérito de determinada marca de jabón, que ha pagado los gastos de las noticias radiofónicas. Los noticieros cinematográficos nos presentan muestras de la moda a continuación de escenas de buques torpedeados. Los diarios se refieren a las ideas vulgares o a los gustos alimentarios de alguna nueva estrella con la misma seriedad y concediéndole el mismo espacio con que tratan los sucesos de importancia científica o artística. A causa de todo esto dejamos de interesarnos sinceramente por lo que oímos. Dejamos de excitarnos, nuestras emociones y nuestro juicio crítico se ven dificultados, y con el tiempo nuestra actitud con respecto a lo que ocurre en el mundo va tomando un carácter de indiferencia y chatedad”.87

87 - E. Fromm – Obra Citada.

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Ya habíamos hablado de la comunicación, tanto en lo que hace al papel de receptor de información del individuo, como en lo que hace a los métodos que hoy tiene a su disposición para comunicarse con otros individuos. Mas allá de todas las coincidencias con lo que sostiene Fromm, vamos a insistir en algo: no podemos –o no debemos- ser partícipes de la despersonalización del poder. Los Medios de Comunicación son sólo eso: MEDIOS. No perdamos de vista los objetivos y sus mentores, necesitamos tener muy presente que detrás de “los medios” están “los poderosos”, y son personas. Y por cada siete espejos que agreguen al laberinto tenemos que romper setenta. Este es un camino para recuperar el control y conseguir que los medios sigan siendo medios pero cuyos fines se planifiquen con nuestra participación. EL INDIVIDUO Y SI MISMO Dijimos antes que este tiempo le resulta al Hombre un tiempo extraño, como había dicho Ortega: El hombre se adapta a casi todo, a lo que no se puede adaptar es a no estar en claro consigo mismo. Fromm dice: “Este carácter de extrañamiento se da no sólo en las relaciones económicas sino también en las personales; éstas toman el aspecto de relación entre cosas en lugar del de relación entre personas. Pero acaso el fenómeno más importante, y el más destructivo, de instrumentalidad y extrañamiento lo constituye la relación del individuo con su propio yo. El hombre no solamente vende mercancías, sino que también se vende a sí mismo y se considera como una mercancía. El obrero manual vende su energía física, el comerciante, el médico, el empleado, venden su “personalidad”. Todos ellos necesitan una “personalidad” si quieren vender sus productos o servicios. Su personalidad debe ser agradable: debe poseer energía, iniciativa y todas las cualidades que su posición o profesión requieran. Tal como ocurre con las demás mercancías, al mercado es al que corresponde fijar el valor de estas cualidades humanas, y aún su misma existencia. Si las características ofrecidas por una persona no hallan empleo, simplemente no existen, tal como una mercancía invendible carece de valor económico, aun cuando pudiera tener un valor de uso. De este modo la confianza en si mismo, el “sentimiento del yo”, es tan sólo una señal de lo que los otros piensan de uno; yo no puedo creer en mi propio valer, con independencia de mi popularidad y éxito en el mercado. Si me buscan, entonces soy alguien, si no gozo de popularidad, simplemente no soy nadie. El hecho de que la confianza en sí mismo dependa del éxito de la propia “personalidad”, constituye la causa por la cual la popularidad cobra tamaña importancia para el hombre moderno. De ella depende no solamente el progreso material sino también la autoestimación; su falta significa estar condenado a hundirse en el abismo de los sentimientos de inferioridad” (...) “En las décadas recientes la “conciencia” ha perdido mucho de su importancia. Parecería como si ni las autoridades externas ni las internas ejercieran ya funciones de algún significado en la vida del individuo. Todos son completamente “libres”, siempre que no interfieran con los derechos legítimos de los demás. Pero lo que hallamos en realidad es que la autoridad, más que haber desaparecido ,se ha hecho invisible. En lugar de la autoridad manifiesta, lo que reina es la autoridad “anónima”. Se disfraza de sentido común, ciencia, salud psíquica, normalidad, opinión pública. No pide otra cosa que lo que parece evidente por sí mismo. Parece no valerse de ninguna presión y sí tan solo de una blanda persuasión” (...) “La autoridad anónima es mucho más efectiva que la autoridad manifiesta, puesto que no se llega a sospechar jamás la existencia de las órdenes que de ella emanan y que deben ser cumplidas. En el caso de la autoridad externa, en cambio, resultan evidentes tanto las órdenes como la persona que las imparte; entonces se la puede combatir, y en esta lucha podrá desarrollarse la independencia personal y el valor moral. Pero, mientras en el caso de la autoridad que se ha incorporado al yo, la orden, aunque de carácter interno, todavía es perceptible, en el de la autoridad anónima tanto la orden como el que la formula se han vuelto invisibles. Es como si a

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uno le tirotearan enemigos que no alcanza a ver, No hay nada ni nadie a quien contestar” (...) “Lo que se ha dicho acerca de la carencia de originalidad en el pensamiento y la emoción, también vale para la voluntad. Darse cuenta de ello es especialmente difícil; en todo caso parecería que el hombre moderno tuviese demasiados deseos, y que justamente su único problema reside en el hecho de que, si bien sabe lo que quiere, no puede conseguirlo. Empleamos toda nuestra energía con el fin de lograr nuestros deseos, y en su mayoría las personas nunca discuten las premisas de tal actividad; jamás se preguntan si saben realmente cuáles son sus deseos. No se detienen a pensar si los fines perseguidos representan algo que ellos, ellos mismos, desean. En la escuela quieren buenas notas, y cuando son adultos desean lograr cada vez más éxito, acumular cada vez más dinero, poseer más prestigio, comprar mejores automóviles, ir a los mejores lugares, y cosas semejantes. Sin embargo, cuando, en medio de esta actividad frenética, se detienen a pensar, hay una pregunta que puede surgir en su espíritu: Si consigo este nuevo empleo, si compro un coche mejor, si realizo este viaje... ¿Qué habré obtenido? ¿Cuál es verdaderamente el fin de todo esto? ¿Quiero, en realidad, todas estas cosas? ¿No estaré persiguiendo algún propósito que debería hacerme feliz y que, en verdad, se me escapa de las manos apenas lo he alcanzado? Cuando surgen estas preguntas se siente uno espantado, pues ponen en duda la base misma que sustenta toda la actividad del hombre, el conocimiento de sus mismos deseos. Por eso la gente tiende a liberarse lo más rápidamente posible de pensamientos tan inquietantes. Piensan que tales preguntas han venido a molestarlos a causa de algún cansancio o mal humor... y continúan así en la persecución de aquellos fines que siguen considerando propios. Y, sin embargo, todo esto apunta a una confusa revelación de la verdad: que el hombre moderno vive bajo la ilusión de saber lo que quiere, cuando, en realidad, desea únicamente lo que se supone (socialmente) ha de desear. Para aceptar esta afirmación es menester darse cuenta de que saber lo que un realmente quiere no es cosa tan fácil como algunos creen, sino que representa uno de los problemas más complejos que enfrentan al ser humano. Es una tarea que tratamos de eludir con todas nuestras fuerzas, aceptando fines ya hechos como si fueran fruto de nuestro propio querer. El hombre moderno está dispuesto a enfrentar graves peligros para lograr los propósitos que se supone sean “suyos”, pero teme profundamente asumir el riesgo y la responsabilidad de forjarse sus propios fines. A menudo se considera la intensidad de la actividad como una prueba del carácter autodeterminado de la acción, pero ya sabemos que esa conducta bien podría ser menos espontánea que la de una persona hipnotizada o de un actor. Conociendo la trama general de la obra, cada actor puede representar vigorosamente la parte que le corresponde y hasta crear por su cuenta frases y determinados detalles de la acción. Sin embargo, no hace más que representar un papel que le ha sido asignado”.88 Es verdad que intentamos –al menos yo lo intento- poseer energía, iniciativa, y otras cualidades, pero esto no solamente para vender nuestra personalidad, sino también para comunicarnos. No sólo de pan vive el hombre. También es verdad –de acuerdo a lo que en este trabajo observamos- que la conciencia ha perdido mucho de su importancia, veamos entonces la mitad llena del vaso, veamos la importancia que aún no ha perdido la conciencia. Finalmente, también veo como verdadero lo importante que resulta darse cuenta de que saber lo que uno realmente quiere no es cosa tan fácil, que es este uno de los problemas más complejos a los que se enfrenta el ser humano. Pero si vamos a llamar “el papel de la obra que nos toca representar” a la vida que vamos a vivir, trabajemos cada día para que esa representación nos haga sentir bien.

88 - E. Fromm – Obra Citada.

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En cuanto al tema del poder, ya hablamos del laberinto de espejos. En cuanto al tema de la autoridad anónima, creo que debemos discutirlo con nosotros mismos. En la dicotomía mente-cuerpo, debaten permanentemente nuestras percepciones. Generemos un debate permanente entre el sentir y el pensar. Estoy convencido de que vamos a encontrar muchas respuestas.

/./././././././././ El trabajo deberá tener como primer objetivo poder autopercibirnos diferentes, autopercibirnos como individuos, esto para, a partir de ahí, considerarnos en condiciones de interactuar en una sociedad, desde la Familia hasta la Sociedad Mundial. Luego tendríamos que tener bien claro que en una sociedad existen los más fuertes y existen los más débiles. Aprender a respetar los derechos de los más débiles es lo que nos va a posibilitar exigir a los más fuertes que respeten lo que nos corresponde. Sabemos que la riqueza es más que suficiente para todos. Si siguen existiendo –que es lo más probable- aquellos que creen que merecen más que otros, que lo tomen. No por eso se va a generar carencia en el mundo. Pero ha sucedido que el poder ha tomado más de lo que le corresponde, primero, de las riquezas materiales; luego, de la capacidad física de los hombres y finalmente hoy está tomando más de lo que le corresponde de la mente de los hombres. EL PODER HA SOBREPASADO, AMPLIA Y RIESGOSAMENTE, LOS LIMITES. Por eso es hora de redefinir los límites. Y el límite de lo que puede tomar esa gente en cuestión es que no tomen NADA de lo que le corresponde a los demás. Esta debiera ser una verdad nuestra, de cada individuo que cree en el trabajo y en la vida. Debiera cada uno hacerla parte de sí y cada uno debiera convertirse en guardián de ella. Cada individuo tiene que convertirse en guardián de sus verdades. Cada uno de nosotros tiene que trabajar para conseguir hacer con su vida lo que le guste. Si no conseguimos armar nuestro paquete de soluciones, esto es, tener nuestras convicciones, y luchar por lo que creemos y trabajar en lo que nos gusta, no estamos haciendo con nuestra vida otra cosa que dedicarnos a inflar una burbuja. El final se me ocurre triste y no viene al caso que yo lo describa.

/./././././././././ ¿Y qué hacemos, entonces, como individuos? A mí se me ocurre comenzar por los afectos, tal vez porque los considere pilar de la estructura de todo individuo. Podría, por ejemplo, comenzar por decirle a mi esposa que si bien hace años que lo intento, no me parece probable que algún día le escriba un poema. Pero apelando a la más benevolente imaginación, me puede ver escribiendo un poema cuando cada día invento, en la última media cuadra, antes de llegar a casa, una sonrisa. O buscando –y si es necesario inventando- en lo que mi rutinario día de trabajo, algo lindo para contar. Porque aunque nos gustaría que alguna vez fuera diferente, igual le pongo muchas ganas. También podría comenzar por decirles a mis padres, a mis hijos, a mi hermano y a mis amigos, que me hubiera gustado ser mejor para todos ellos, que me hubiera gustado ser más capaz, que me hubiera gustado tener más soluciones y menos problemas, más aciertos y menos errores. Que me

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hubiera gustado darles más de lo que les doy. Que me hubiera gustado que se sientan más orgullosos de mi. Si fuera capaz de este sinceramiento, tal vez como individuo me sentiría más seguro, más humano. Me parece que es eso lo que estamos necesitando. PARA QUE EL MUNDO VUELVA A SER MUNDO, EL HOMBRE TIENE QUE VOLVER A SER HOMBRE.

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4- OCURRENCIAS DE LOS CAMBIOS Y el mundo no para de cambiar. Mientras yo ensamblaba todas estas opiniones, derrumbaron –de mala manera, en un acto terrorista- las Torres Gemelas. Y dicen que a partir de entonces –11 de septiembre de 2001- el mundo cambió. Y cambió entonces, dicen, la forma de hacer la guerra. Aunque no creo que sepa nunca a ciencia cierta si los bombardeos a determinados lugares tienen que ver con algún terrorista o con el petróleo. También cambió el mundo cuando mataron a Kennedy (J. F.) y seguramente algo parecido habrán dicho cuando mataron a Lincoln. Hace un tiempo vimos una oveja clonada. Y ayer –26 de noviembre de 2001- nos enteramos sobre la primer clonación humana. Pero hoy, un día después, la mayoría tenemos que dejar esa noticia de lado porque nuestros problemas cotidianos nos reclaman que dediquemos nuestra atención a tratar –una vez más- de mejorar nuestro magro ingreso. Otros tendrán que ocupar su atención en encontrar algún trabajo. Y otros, que vieron a su hijo morirse de hambre, se preguntarán cuál es el objeto de reproducir artificialmente y matar naturalmente. Es cierto que cualquier suceso hoy puede adquirir connotación internacional, y es cierto también lo de los cambios. Pero los que estamos “del otro lado” tenemos que mirar mucho LO QUE NO CAMBIA. Y esto es que los cambios y los “sucesos importantes”, los que son para la TV, son programados por y para los poderosos. Lo que no cambia es que el poder tiene cada vez más poder, lo que no cambia es que la riqueza se sigue concentrando y la pobreza difundiendo. No cambia que se siga excluyendo en nombre de la integración, que se siga encarcelando en nombre de la libertad, que se siga matando en nombre de la vida. Podemos decir entonces que frente a los cambios se pueden adoptar diferentes posturas. Uno puede esperar que sucedan y decidir después –en caso de tener alternativa- qué hacer. Uno se puede preparar, calcular algo, o especular desde su situación, con referencia al cambio que puede prever. Finalmente, uno puede ser generador de algún cambio, o partícipe de su diseño. Si queremos un futuro mejor –aunque suene trillado- para nuestros hijos, no hay duda de cuál es la mejor –O LA UNICA- opción. DE LA HONESTIDAD Uno de los valores que nos puede resultar muy útil considerar es la Honestidad. Veamos esto, si escuchamos que nos dicen ¡ALTO! Podemos tener distintas reacciones de acuerdo a si quien lo dice es: a) un bombero o un policía, b) un hombre enmascarado, c) un chico con una pistola de juguete. Entonces, también podemos escuchar una cosa que consideramos verdadera de una persona que consideramos mentirosa. O viceversa.

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En el caso de los autores que cité en este trabajo, no consideré tanto a quien lo decía, sino la utilidad –como referencia- de lo que decía. Esto es, no tomé las opiniones como verdades absolutas sino como parámetros. No me basé, por tanto, en conocer el grado de honestidad de cada uno de ellos. (Esto seguramente quedó claro, tanto como cuáles opiniones nos resultan más válidas que otras y por qué. Podríamos aquí hacer una interesante relación entre la Honestidad y la corrupción, pero eso quedará para otro trabajo). Pero, si de algo sirve decirlo, creo que la Honestidad de cada persona está en estrecha relación entre su decir y su hacer. Y creo también que debiéramos evaluarla, en principio, en nosotros mismos. DE LA VERDAD Hablando de verdades, es tiempo de considerar de alguna manera el objetivo de este trabajo. Decía Galeano: “El lenguaje hermético no siempre es el precio inevitable de la profundidad. Puede esconder simplemente, en algunos casos, una incapacidad de comunicación elevada a la categoría de virtud intelectual. Sospecho que el aburrimiento sirve así, a menudo, para bendecir el orden establecido: confirma que el conocimiento es un privilegio de las élites”. No quiero con esto justificar mi vocabulario sencillo ni los pensamientos que no conseguí expresar como hubiera querido. Voy a revisar una fábula que solemos comentar en el ámbito familiar tratando de resumirla en lo posible: Érase una vez un rey, al que le había llegado la información de que existía un espejo que reflejaba, al mirarlo, toda La Verdad. Este espejo estaba en algún lugar de un bosque muy extenso. El rey ofrece entonces inmensos tesoros como recompensa para aquel que lo encontrara y se lo trajera. La noticia fue difundida, a pedido del rey, a los cuatro rumbos. Lo cual motivó que una gran cantidad de gente de todo el mundo viniera a participar en la búsqueda. Un grupo encontró el espejo y emprendió el camino hacia el castillo, pero en cada tramo se le iban uniendo los demás. Mucho antes de llegar ya estaba la multitud reunida en torno al espejo. Obviando los pormenores, digamos que la ambición generó distintas disputas terminando con un espejo roto en tantos pedacitos como personas había en el lugar. El rey, por supuesto, perdió el interés. Con lo cual, cada uno se volvió a su lugar de origen con un pedacito del Espejo de la Verdad. Tal vez nunca se vuelvan a unir perfectamente todos los pedacitos, pero o tengo dudas de la obligación que tenemos de hacer el intento. Y en este trabajo se me ocurren dos tareas importantes: una es convocar a todos para integrarse, para acercar su parte de la verdad, y la otra es no dejar de integrar la nuestra. Vale recordar lo que decía al respecto el Arq. J. M. Peña, Director del Museo de la Ciudad de Buenos Aires: “Antes de que el individuo pueda entender, en abstracto, el concepto de carácter nacional, tiene primero que adquirir conciencia de las realidades locales. Para poder integrarse verdaderamente en una comunidad nacional, un residente de Buenos Aires tiene que entender

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claramente su propia realidad, y de qué manera esta difiere de la de los habitantes de Tierra del Fuego o de Jujuy. No hay manera de poder forjar una cultura común entre esas diferentes regiones. Lo que hace falta es una conciencia de las diferencias y un respeto por ellas”. Puedo resumir entonces diciendo que creo en la necesidad de considerar todas las verdades y creo –como dije en la introducción- que la singularidad histórica de nuestro tiempo nos impone la obligación moral de participar.

/./././././././././ También quiero citar un párrafo de una nota que escribió el Sr. Alejandro Fargosi para el diario La Nación (12/09/01) “El país que puede renacer” (...) “Los responsables ocultos no son quienes por su situación deben concentrarse en llegar a fin de mes. A esa gran cantidad de ciudadanos no se les puede pedir más. Buena parte de la responsabilidad es de los que, por suerte o mérito, podríamos ocuparnos de nuestro pasar y, además, de objetivos menos inmediatos, más generales, es decir: de la cosa pública”. De ninguna manera quiero dejar ninguna sombra de duda sobre las mejores intenciones del autor de la nota, pero sí me permito disentir en cuanto a que, siendo uno de los que “tengo que concentrarme para llegar a fin de mes”, considero que los que estamos en esta situación también debemos participar –en el grado que nos sea posible- ya que en el futuro que se diseñe, también viviremos nosotros. DE LAS CRISIS El mensaje –a través de los medios- que emana del poder, según dijimos, es que los problemas del mundo de hoy son muy complejos para el hombre común. Este asimila el mensaje y llegamos a escuchar –en nuestra vida cotidiana, y frente a situaciones no tan complejas- “lo que pasa es que está TODO MAL”. Y con esto no hacemos otra cosa que aportar al objetivo de los poderosos: Por un lado fragmentar –como ya dijimos- hasta el hombre mismo, y por otro fundir todos los problemas en uno: LA CRISIS. Pienso, casualmente, exactamente todo lo contrario. Cuando presentamos La Globalización y su irrevisabilidad, concluimos en la necesidad de practicar la observancia de cada una de las globalizaciones –las caras del diamante- para poder obtener resultados individuales y relacionables. Análogamente debemos proceder con La Crisis, es necesario fragmentarla –construir un nuevo diamante de estudio- para poder practicar de idéntica manera la observancia de cada una de ellas y obtener así la mayor cantidad de alternativas posibles. Si no procedemos de este modo corremos idéntico riesgo que cuando –asumiendo el mensaje del globalismo- aceptamos como Globalización –o al menos como su alma mater- a la Globalización Económica. Esto es: estaríamos asumiendo que La Crisis –o al menos su rectora- es la Crisis Económica. Esta GRAN MENTIRA es el pilar fundamental que sostiene el laberinto de espejos. Si hacemos a conciencia el trabajo de fragmentar la crisis y unir al hombre, esta mentira quedará expuesta y recién entonces nuestra verdad será nuestra espada.

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DE LOS HOMBRES Dice Moreno Ocampo (también lo dicen todas las escuelas de psicología): “Recordemos que hay dos formas infalibles para evitar que una situación se modifique: negar su existencia es la primera. La segunda es reconocer su existencia pero proponer soluciones falsas. Del primer modo no se ve el problema en su real dimensión, de la segunda forma se ve una solución donde no hay ninguna”. Hoy ya nadie niega que estamos atravesando una crisis, pero esta palabra hasta con su forma confunde. No tiene plural, decimos una crisis o varias crisis y ella sigue inmutable. La primer tarea sería entonces reconocer que estamos afectados –de distintas maneras- por distintas crisis. La segunda tiene que ver con dejar de buscar soluciones donde no las hay. La Economía responde a una planificación política, esta responde a pautas sociales, y la sociedad –y sus formas y sus reglas- responderá, en última instancia, a lo que en común tengan los individuos que la conforman. YA ES TIEMPO DE DEJAR DE BUSCAR FUERA DEL HOMBRE, PARA BUSCAR DENTRO DE EL. No son las montañas de oro quienes tienen convicciones, sino el hombre que las atesora. No son cibernéticos los seres que diseñan las formas de vida, sino humanos. Es el ser humano quien tiene que formularse permanentemente la pregunta: “¿Creo que es posible hacer un mundo mejor? Responder –en primera instancia- sólo SI o NO, después veremos cómo se hace (o no se hace). Pero si respondemos SI, nos daremos cuenta que en ese mismo momento lo estamos creando. Podemos ver que los verbos CREER y CREAR, casualmente, en la primera persona del presente, se conjugan de la misma forma:

YO CREO

/./././././././././ Y cuando hablo entonces de creer en la participación, es cuando estoy creando participación. Es claro que el cambio de actitud de un trabajador –como hecho aislado- no cambiará el rumbo de las cosas, pero sabemos cómo se genera el poder: con la unión. Formar una pareja no hace que ni la mujer ni el hombre dejen de ser individuos, pero sí les aporta a ambos el poder de ser una pareja. Hay una infinidad de perlas dispersas en todo el mundo, hay que unirlas para que sean un gran collar. Puedo imaginarme que muchos están pensando en lo complicado que es llevar todo este pensamiento a la práctica, por eso repito esto una vez más: NO HACE FALTA REPETIR QUE NO ES FACIL, HACE FALTA REPETIR QUE ES POSIBLE. Recordemos esto que tan bien nos lo explica Fromm: El trabajo –o proceso- de individuación sólo se puede completar a través del amor y la solidaridad. Pero entonces también debemos tener

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presente que solidaridad es muy distinto a caridad y que AMOR no tiene nada que ver con sensiblerías ni emociones inventadas para ser comercializadas. La vida plena, la felicidad, es mucho más que esto. La felicidad es un gran paquete lleno de cosas muy lindas, pero en ese paquete hay también mucho trabajo, muchas responsabilidades y mucho compromiso.

/./././././././././ Hay una lucha por delante que tiene que ver con escribir el futuro. Hay una batalla por librar, pero dista años luz de ser un enfrentamiento entre partidos políticos, ni tan siquiera una sombra de la legendaria lucha izquierda – derecha. No habrá soldados ni misiles, tampoco estarán de un lado los ricos y del otro los pobres, o de un lado los conectados y del otro los desconectados. Esta será una batalla –quién sabe cuán larga- librada en cada rincón del planeta, y la línea dejará de un lado a los enfermos de poder que han perdido ya la condición de humanos y del otro a aquellos quienes de la manera más sencilla, estemos dispuestos a terminar nuestros días con la más profunda convicción de que es posible convertir a este planeta en un lugar donde la vida tenga sentido. Donde se pueda nacer, crecer, desarrollarse, procrear, amar y ser amado. HONRAR LA VIDA. VIVIR, simplemente vivir.

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A modo de epílogo

Repetidas veces, y no por error, señalé algo que me parece importante: comenzar por nosotros mismos. Y con eso tiene que ver el inicio de la planificación y argumentación del sitio web LA OPINIÓN DE LA GENTE. Así comenzamos a presentarlo, a fines del 2002:

LA OPINION DE LA GENTE www.laopiniondelagente.com.ar [email protected]

Nuestro slogan: El sitio oficial de la historia no oficial. Nuestro Lema: No hace falta repetir que no es fácil, hace falta repetir que es posible. Comenzamos entonces a difundir la existencia de LA OPINION DE LA GENTE, un sitio donde los visitantes pueden, inmediatamente después de registrarse, ingresar en forma “on line” (lo que ingresen queda registrado automáticamente) una opinión, una invitación (gacetilla) o una frase. Para ello están los cientos de “botones” invitando a “Agregar Opinión”, “Agregar Comentario”..., una muy importante: “Agregar Invitación”, que es a través de la cual los usuarios difunden ellos mismos (gratis y sin pedir autorización) todas sus actividades, y la solapa “Contacto” para que puedan enviarnos un mensaje comentando cualquier inquietud. Considerábamos entonces lo mismo que hoy: - La opinión (de la gente) está segmentada y encasillada. (Tal como la sociedad) - La opinión se encuentra –en gran medida- sometida al poder de los que pueden influir (o tener

acceso a) en los mensajes emitidos a través de los medios de comunicación masivos. - El sistema propone –perversamente- que creamos que los problemas de la humanidad son

demasiado complejos para que nuestra participación individual pueda tener alguna incidencia, y que por el contrario, los problemas de cada individuo son de fácil solución, por lo que su consideración –a la par de los anteriores- casi no merece sentido.

Y otras tantas cosas. Nos proponíamos: - Una página a través de la cual se podrían incorporar datos con los que se escriban las páginas de

la historia, aquellos datos que por diferentes formas de sometimiento quedan excluidas de la misma. Se aportaría entonces al estudio de “quién”, “de qué manera” y “con qué objetivos”, escribe la historia.

- Una página que nos permitiera des-cubrir las ventanas, hoy cerradas con distintas “cortinas”, a través de las cuales pudiéramos tener una visión que nos permita tomar una importante –y fundamental- conciencia de las distintas formas culturales que existen para poder luego aprender a respetarlas y conseguir así una reconsideración de nuestros propios valores culturales. Esto significaría generar la posibilidad de nuevas formas de comunicación, y la recreación de otras.

- Una página que convirtiera el trabajo de preservación y desarrollo de la actividad cultural en una preocupación de la población toda, promoviendo que los miembros de cada comunidad sean los más celosos guardianes de su patrimonio cultural, lo que sumaría al proyecto la necesaria calidad de pluralista.

Y también otras tantas cosas. Internet y el correo electrónico nos han permitido...

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Comunicarnos con Ana María Parodi, de Salta, que hizo programas de radio, escribe poesía y es actriz. Y con La Asociación Rankül “WILLI KALKIN” (expresión Rankül que significa: “AGUILA DEL SUR”) de Victorica, La Pampa, Argentina. Conocer cómo y para qué se organizaron los Vecinos Solidarios Plan Alerta del Barrio SAAVEDRA de Capital Federal. Preguntarle a Luis Buchhalter cómo y cuándo nace la Asociación Amigos de los Árboles y cuáles son los objetivos.

Pedirle a la Sra. PATRICIA VILASETRÚ, quien encontró su vocación al estudiar uno de los actos más importantes del hombre como especie: EL ACTO DE AMAMANTAR, que comparta con nosotros sus tan importantes artículos.

Enterarnos de parte importante de la vida del blues en Rosario, a través de CABUROBLUS.

Comunicarnos con el doctor Pedro Navarro Floria, historiador, investigador del CONICET y Director del Centro de Estudios Patagónicos de la Universidad del Comahue, y pedirle que nos permita exponer su opinión sobre un tema tan de antes y tan actual como la historia de Julio Argentino Roca.

Y comunicarnos con tantas personas y situaciones.

La búsqueda de opiniones, en cuya labor han participado Jorge Vasconnet, Silvina Gregorovich, Gustavo Martínez, Guillermo Caronte, Pedro Puente, Federico Puente... y sigue la lista, ha generado a través de estos años de trabajo un más que enriquecedor material. Hemos podido preguntarle a “VITU” BARRAZA, cantante y profesor de quichua, por qué estudiar quichua debe considerarse tan importante como estudiar inglés, o computación. Hemos podido conocer sobre la vida de un cantautor como Carlos Andreoli. El camino profesional de Karina Luzabril, cantante de pop rock. Aprender sobre diferentes estilos de heavy metal, conociendo a los chicos de Zeldar y de ROCKMOTOR. Acercarnos a la música electrónica, a través de EFECTO PAMPA, el segundo disco de PAMPAS ELECTRICAS y CALDERON, EN EL PAIS DE LOS SORDOS, de MARTIN GOIRIZ. Repasando la trayectoria de Dr. Rock, pudimos recordar y aprender historia del rock nacional con uno de sus pioneros, Marcelo Roascio. Hemos podido aprender de folklore con el profesor Gustavo del Papa, y con Rocío Palazzo –cantante-, de quien guardo el recuerdo de un fragmento a capella en medio de la entrevista. Agentes de prensa y representantes como Gabriel Galinovsky, Marcela Núñez, Silvia Majul, Mabel Soñora, Anabella Porta, Marina Belinco..., (pedimos disculpas por las inevitables omisiones), nos han acercado una cantidad y calidad de material que no podríamos detallar, y gracias a su trabajo hemos podido disfrutar varios recitales, obras de teatro, y concertar muchas de las entrevistas. Obras como DEBAJO DEL CIELO, donde Rhea Volij y Pablo Medina, sólo y nada menos que danzando, nos contaron de la manera más exquisita la más cruda historia de amor de un mendigo no vidente y una indigente. O como Viaje a la Penumbra, Madrugada Urgente, la Última cerveza de Bukowski, Anfitrión, Lucro Cesante, Ars Higiénica, ...

Felizmente algunos grupos que se autodifunden también se pusieron en contacto, y pudimos incluso, después de la obra, conversar con los actores y directores, como en el caso de ¡NO SE

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PAGA!, donde trabajó Leonardo Odierna, CORONACIÓN, con el grupo SEABREPARAAFUERA, ... Escuchamos sobre los talleres literarios que organiza y coordina Sebastián Barrasa. Hemos podido aprender de poesía con la Sra. KARINA MACCIO. Disfrutamos difundir imágenes a la vez que conocer sobre pintura a través de la experiencia de Fernando Rossia, de Rosario y de Darío Pierda, de Tucumán Hemos podido aprender mucho sobre “la movida del tango” conversando con EDITH PAEZ, y aprender del concertista de guitarra Javier Peñoñori la importancia y la necesidad de ser consecuente. Le pudimos preguntar a don Menoldo Díaz, -dibujante de rostros aborígenes, profesión que lo llevó a exponer sus obras en todo el territorio nacional y que además se encuentran en países europeos, americanos y latinoamericanos- acerca de la situación socio-económica del aborigen, con quien compartió un tiempo inmensamente valioso. Hemos tenido el placer de escuchar a la señora Mabel Manzotti contarnos sobre su extensa carrera como actriz y su incursión en la vida política. Pudimos disfrutar las fotografías de Nicolás Mohamed. Y pudimos acercarnos a conversar –y apoyar con la difusión de la situación- con CELIA, una trabajadora de Brukman, durante los días en que se encontraban en la plaza, luchando por mantener su fuente de trabajo. Nos enteramos de temas como “El biodiesel como combustible alternativo”, por Ricardo G. Carlstein. O “La Energía Solar”, por Hernán D. Argüelles. Conversamos sobre un tema tan profundo como “los graffitis”, con Chone. Y “La Trata de personas, explotación sexual y esclavitud”, con la Diputada María Elena Barbagelata Conocimos el trabajo de Eduardo Chiacchio, el médico, el psicoanalista, el artista plástico. A quien me acerqué para preguntarle acerca del efecto terapéutico del arte, y como digo en la nota, me respondió mucho más que eso.

Pudimos preguntarle a un señor nacido en China, acerca de sus expectativas, acerca de cómo y por qué vive su vida en un lugar tan distante.

Pudimos registrar la convocatoria y los comentarios sobre la marcha “El futuro es hoy: SON NUESTROS NIÑOS”, que unió Tucumán con la histórica Plaza de Mayo.

Pudimos conocer y aprender de JOSE PELLUCCHI (médico psiquiatra, psicoanalista y especialista en Terapia Intensiva y Diagnóstico por Imágenes-, coordinador del grupo Los Rivas, y Payamédicos), sobre la importancia terapéutica de la risa.

Pudimos encontrarnos con Néstor Varzé, quien dejando de lado sus títulos nacionales e internacionales obtenidos en la disciplina del Karate, y sus Récords Guinness, dispuso su tiempo para contarnos pormenores de su actividad y su opinión sobre la situación del deporte. Y seguimos sumando. Los reportajes a importantes directores, por Raúl Favella y Silvia Rodulfo, nos presentaron de una manera muy particular una cara que no debiéramos desconocer a la hora de pensar en la importancia del Cine como (poderosa) herramienta de comunicación.

Los artículos de la Lic. Mirta De Andreis, del Sr. Isidro González, del Sr. Luis Enrique Angió, de Armando Ira, de la Lic. Dalia Sneider, de Pablo Copello...

Los conceptos de la Lic. Viviana Sotelo, que a través de un lenguaje accesible nos acompañó a descubrir las diferentes posibilidades de conocernos que nos ofrece la terapia gestáltica. A la vez que nos invitaba a participar en los talleres gestálticos de una manera tentadora: “... participar

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significa siempre un cambio, una modificación en la mirada y el sentir. Resulta, entonces, una de las más enriquecedoras experiencias que pueda permitirse vivir el hombre”.

Las inapreciables gacetillas nos mantienen al tanto...

sobre actividades como las de Asociación de Vecinos de la Boca, de Asociación Alihuen, (La Pampa - Patagonia Argentina), de Agencia Córdoba Ambiente SE, del Centro Cultural Rojas, del servicio de Prensa de la Dirección General de Museos, de la Fundación Proa, del Museo Casa Carlos Gardel, del Museo de Arte Popular José Hernández, del Museo Isaac Fernández Blanco,...

De las invitaciones del profesor Daniel González, de la Red Asistencial de Buenos Aires, de las convocatorias de Pit a las Fiestas Lima Limón, de actividades del Teatro Colón, del Centro Betanzos, del Celcit,... de actividades de Asociaciones gubernamentales y no gubernamentales del país y del mundo: Jornadas, Ciclos de charlas, Congresos, Talleres, Cursos, Presentaciones de libros, Conferencias, seminarios...

Por supuesto que nos enteramos de Revistas, programas de radio... y de muchas opiniones que los visitantes fueron registrando. No me parece prudente ni necesario explayarme demasiado sobre las futuras actividades, ya que el camino trazado explica bastante por sí los objetivos. Objetivos que se fueron materializando con trabajo, con constancia, con participación. Objetivos que fuimos vivenciando a medida que observábamos con orgullo las relaciones que a partir del sitio se comenzaban a tejer. Lo que sí me interesa destacar es la capacidad de multiplicarse que el sitio ha ido adquiriendo, y en esto nos queda continuar organizando tareas que tienen que ver nada más que con orientar a los visitantes acerca de algunos mínimos aspectos técnicos. No estamos lejos de formar equipos virtuales de personas que están dispuestas a colaborar e interesadas en participar en el desarrollo de este sitio que entendemos, nos resultará importante a todos los que buscamos herramientas para conseguir que un mundo mejor sea cada vez menos utopía y más realidad. De todos modos, y esto realmente disfruto decirlo: lo importante del sitio no es el trabajo que hacemos nosotros, sino LA OPINIÓN DE LA GENTE.

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Tenemos que tener en cuenta que cuando Ortega y Gasset decía, acerca de “las ideas de la época” (la opinión de la gente): Están ahí, ineludiblemente, como está ahí esa pared, y yo tengo que contar con ellas en mi vida, quiera o no, como tengo que contar con esa pared que no me deja pasar a su través y me obliga a buscar dócilmente la puerta o a ocupar mi vida en demolerla”, la forma en que se generaban los debates era diferente, y también era diferente la utilidad de las conclusiones. Este trabajo tiende entonces a recalificar las opiniones, y preparar terrenos donde se pudiera pensar en separar las opiniones de la gente de las verdades impuestas por alguna forma de poder. Estas líneas y el sitio LA OPINIÓN DE LAGENTE, finalmente, están pensadas para hacer presente lo ausente, para recordar que hay poesía que nunca será recitada, canciones que nunca serán

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cantadas, obras que no serán interpretadas... y creo que de alguna manera son amores que nunca serán declarados. Y de verdad creo que no estamos en condiciones de seguir recurriendo a emociones forzadas, sino a la sensatez. Completo entonces mi dedicatoria:

A las luchas que se han perdido. A las batallas que no se han librado. A las victorias que no se han festejado. A los intentos que no se han hecho. A la historia que no se ha escrito. A los debates que quedan por hacer. A LA OPINIÓN DE LA GENTE

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BIBLIOGRAFIA

BECK, Ulrich, Qué es la globalización, Barcelona, España, Paidós, 1998 EINSTEIN, Albert, Política y pacifismo, Buenos Aires, Siglo XX, 1960 FERRER, Aldo, Historia de la Globalización II, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000 FROMM, Erich, El miedo a la libertad, Ciudad de Buenos Aires, Editorial Paidós SAICF, 2000 GARGARELLA, Roberto, Economía versus Democracia, Ciudad de Buenos Aires, Diario Página 12, agosto 28, 2001 KULFAS, Matías, Globalización y Expansión de las Empresas Transnacionales, Ciudad de Buenos Aires, Fundación Octubre, 2000

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Luciano Drommi Desde el año 1984, delegado sindical de La Buenos Aires HSBC. Actualmente se desempeña como Secretario de Gremiales del Sindicato del Seguro de la República Argentina. Fernando Puente En el año 1998 inicia su militancia sindical en el gremio de Seguros. Actualmente también coordina las actividades del sitio web LA OPINIÓN DE LA GENTE, www.laopiniondelagente.com.ar Para recibir comentarios, sugerencias y/o consultas sobre este trabajo, habilitamos la dirección de correo electrónico [email protected]

*/*/*/*/*/*/*/*/*/* Para mí, detrás de cada opinión hay un ser humano construyendo su propio mundo. Voy a estar esperando la tuya, enviala a [email protected] F. P.

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