SOBRE EL CRUCIFIJO DE PLATA ,VACIADO SEGUN EL MODELO DEMIGUEL ANGEL, EN LA CAJA D E

AHORROS DE SEGOVIA

POR

EL MARQUES DE LOZOYA

Hace poco tiempo, a fines del pasado año, la Caja d eAhorros y Monte de Piedad de Segovia, para cuya labor por lacultura segovíana son parcos todos los elogios, acordó la adqui-sición de un Cristo crucificado, de plata, de extraordinari abelleza que, desde tiempo inmemorial había permanecido e npoder de la familia Lozoya en la llamada «Casa del Torreón» ,enfrente de la parroquia de San Martín . Sin duda el más impor-tante de los palacios señoriales segovianos, recientement eadquirido por la misma Caja de Ahorros y que está siendo res-taurado con extraordinario acierto . Con esta adquisición, l abenemérita entidad ha impedido que salga de Segovia una d elas más importantes piezas de orfebrería que se conserva nen la ciudad .

Estas breves notas van encaminadas a demostrar la impor-tancia capital de la aportación de la Caja de Ahorros al tesor oartístico segoviano . En 1930, en el Tomo VI de «Archivo Espa-ñol de Arte y Arqueología», publicaba don Manuel Gómez Mo-reno, príncipe de los arqueólogos españoles, un artículo con e ltítulo : «Obras de Miguel Angel en España» . La trascendenciadel Buonarotti en el arte español es inmensa . Su huella está pa-tente en los grandes maestros de la escultura polícroma españo-la : en Berruguete, en Juan de Juni, en Ancheta, pero apenas ha yen la Península obras que se le puedan atribuir con certeza . Era

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Sin duda de su taller la maravillosa escultura en alabastro d eSan Juan Bautista niño, que se conservaba en la iglesia del Sal -va dor en Ubeda, y que fué barbaramente triturada en la explo-sión iconoclasta de 1936 . No nos quedan de ella sino fotogra-fías y algunos fragmentos informes .

Pero es muy posible que llegase a España un model oauténtico de un crucifijo modelado por Miguel Angel y del cua lpudieron tomarse vaciados, fundidos luego en diversos metales .Gómez Moreno se funda en un párrafo de Francisco Pacheco ,el suegro de Velázquez, tan mediano pintor corno insigne trata-dista, en su famoso libro Arte de la Pintura, cuyo origina lmanuscrito se conserva en el Instituto Valencia de Don Juan yde cuya primera edición (Sevilla, 1649) tengo un ejemplar en m ibiblioteca . Pacheco era apasionado defensor de la teoría—cier-tamente, más lógica—de que Cristo fué crucificado con cuatr oclavos . Aduce, para probar su aserto, infinidad de testimonio sy entre sus argumentos está el siguiente párrafo :

«Micael Angel, clarísima luz de la Pintura, i Escultura hiz opara modelo, un crucifixo de una tercia con cuatro clavos, qu egozamos oi. El cual traxo a esta Ciudad (Sevilla) vaziado enbronze Juan Baptísta Franconio valiente platero el año 1579.1 despues de ayer enriquecido con el a todos los pintores y es -cultores, dio el original a Pablo de Cespedes, Racionero de laSanta Iglesia de Cordova, que con mucha estimación lo traí aal cuello» .

El mismo don Manuel Gómez Moreno, en el artículo citado ,reconoció el reflejo del modelo de Miguel Angel en algunos cru-cifijos, de plata o de bronce, conservados en España . «Pongá-monos ahora—escribe—frente al problema capital, a saber: si e lmodelo de donde todos provienen sería, en verdad, obra d eMiguel Angel . Por testimonio hay la afirmación de Pacheco, quela recogería de dicho platero, más ignoramos sobre qué dato sse fundase . Las biografías del gran maestro nada dicen con fije-za que pueda referirsele, ní en Italia se sabe, al parecer, de ta lobra. Queda todo reducido para nosotros a una tradición, y es ono es bastante. Habremos de apelar al hecho artístico, a fallo sde crítica, deleznables y contradichos siempre ; más respecto aesta obra cabe proclamar que su originalidad, aún por encim a

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de su perfección técnica, delata un verdadero genio : que es dignade Miguel Angel» .

Después de un detenido estudio de la perfección maravillo-sa de cabeza, torso y miembros, el autor prosigue : «¿Cómo noevocar, ante estas observaciones, a Miguel Angel, aún eliminan-do el testimonio tradicional? Repasando su biografía descubrí-mos un asidero en la anécdota de Menighella, su protegido, qu ele incitó a labrar un modelo de crucifijo, bellísimo, sobre cuy ovaciado el otro hacia reproducciones en cartón y otras materias ,buscándose así la vida» . También se advierte como un anticip ode este Cristo en los dibujos de Miguel Angel conservados en e lcastillo de Windsor. Es sabido que en 1545, Miguel Angel estu-diaba un crucifijo para Victoria Colonna, su amor platónico.¿Conservarán estos dibujos algo de su pensamiento? ¿Habrá e nestas reproducciones algo de lo que él concebía como su obradefinitiva ?

El crucifijo, que conocernos por diversos vaciados es, si nduda una de las más bellas interpretaciones que se han hech ode este tema, acaso el más reiterado en la historia del Arte . Seinclina suavemente sobre el pecho la admirable cabeza, en l acual facciones y cabellera están tratados con infinitor primor .El modelado del torso es perfecto, como solo pudiera realizarloun artista genial. Una particularidad : los tratadistas contempo-ráneos de iconografía religiosa sostenían que el Señor fué cru-cificado con cuatro clavos, pero es evidente que en aquello scrucifijos en los cuales un solo clavo atraviesa ambos pies, e lmovimiento de las piernas se presta a formas más bellas . Elescultor del crucifijo atribuído a Miguel Angel, resolvió el pro-blema cruzando las piernas y sujetando ambos pies al mader opor sendos clavos . De esta manera se dotaba a la imagen de lmovimiento deseado .

Don Manuel Gómez Moreno enumera los crucifijos vacía-dos según el mismo modelo, que alcanzó a conocer : el que per-teneció a la casa ducal de Benavente y que pasó luego al pala-do del Santo Duque, en Gandía; el que se conserva en la catedralde Granada ; el de la cruz procesional de Castrotierra (León) ,fechado en 1630; el que se guardaba, antes de 1936, en el relica -rio del Palacio Real de Madrid y el que figura entre los objetos

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ptéciósós cale dán fviariuel sé eómplacía en eoriíemplar, eis stpropio gabinete de trabajo, durante su gloriosa senectud . Natu-ralmente, no todas estas reproducciones tenían la misma calida dartística . A juicio del autor del artículo, los más perfectos sería nlos del Palacio Real y el de su propia colección, ambos de platay trabajados con perfección insuperable . Las fotografías queilustran el artículo, me dieron la clave para clasificar e lejemplar segoviano .

Ultimamente podemos añadir a este pequeño acervo, tre sejemplares de la más alta calidad, fundidos y modelados e nplata. Uno de ellos figura en el maravilloso museo instalado enlos vestigios de la catedral gótica de Valladolid El catedrá-tico de Historia del Arte de aquella Universidad, don Juan Jos éMartín González, describiendo los tesoros contenidos en la svitrinas, escribe : « . . . y, sobre todo, un crucifijo de plata, deesbelta figura, y que responde a repercusión en la platería espa-ñola del conocido modelo de Miguel Angel del Crucificado» . Enuna reciente visita al museo he podido comprobar la absolut aidentidad de esta bella obra de arte, cuya fotografía va insert aentre estas páginas, con el adquirido por la Caja de Ahorros .

De no menos valor es otra pieza, de plata, de procedenciasegoviana, aún cuando no esté actualmente en Segovia . Perte-neció al mayorazgo de los Meléndez de Ayones, y hoy está e npoder del Marqués de Miranda de Ebro, jefe actual de est afamilia por sucesión de su abuela doña Julia Meléndez de Ayo-nes, Marquesa de Miranda de Ebro . La cruz de bronce revist ela forma de madero nudoso, propia de las cruces de la Sant aInquisición. Hay tradición en la familia de que, en efecto tien eesta alhaja origen inquisitorial . También de origen segoviano e sotro vaciado en plata que poseen los Condes de los Villares (1) .

(1) La presencia en la catedral de Valladolid de un crucifijo de plata, se -gún el modelo atribuído a Miguel Angel y la de tres ejemplares, de análog aperfección en Segovia pos de los Marqueses de Lozoya y de Miranda de Ebr oy el de los Condes de los Villares), me hace sospechar que fuesen fundidos e nel taller que, hacia el 1600 mantenía en Valladolid, Lesmes del Moral, yerno ycolaborador de Pompeo Leoni . Sabida es la dependencia de Segovia en est e

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Crucifijo de plata, vaciado según el modelo de Miguel Angel, qu eperteneció a los Marqueses de Lozoya y que ha sido adquirid o

por la Caja de Ahorros de Segovia .

Detalle, ampliado del Crucifijo de plata, que fuéde los Marqueses de Lozoya .

Crucifijo de Plata, según el modelo atribuído a Miguel Angel ,en el Museo de la Catedral de Valladolid .

Casa del Mayorazgo de Aguilar, luego de los Marqueses de Lozoya ,adquirida por la Caja de Ahorros .

EL CRUCIFIJO DE PLATA

Por último, el crucifijo adquirido por la Caja de Ahorros .Su modelado alcanza la calidad de los más perfectos y supera atodos en la belleza de la cruz de bronce, con elegante macolla ,de arte próximo al 1600, enriquecida con cabuchones de esmalte .No he tenido tiempo de rastrear, en mí archivo, los antecedente sde esta alhaja . Es posible que figurase en la copiosa colecciónde objetos de plata que en la misma «Casa del Torreón» a don -de el Cristo ha de volver ahora, poseyó doña María de Villalb ay Aguilar, cuya sobrina doña Bernarda Ortega de Lara, herede-ra del mayorazgo de Aguilar, casó con don Juan de Contreras ,segundo Marqués de Lozoya .

Miguel Angel, enamorado de la escultura pagana, pero pro -fundamente cristiano en su corazón, quiso revestir a Cristo d ela belleza formal de las estatuas griegas . «Miguel Angel—escri-be Papini—era, como los más religiosos de sus amigos, u n«cristocéntrico» ; su fé, turbada siempre, pero, siempre victorio-sa, descansaba toda sobre el poder salvador de la sangre d eCristo. Aquella sangre había sido vertida en el Pretorio, en l aVía Dolorosa, en el Gólgota ; había brotado de aquel cuerp oexamine que ahora abandonado ya por aquel líquido vivo, caí ahacia abajo como una envoltura mísera, como materia qu evuelve a la materia» . El magno escultor, para representar e lcuerpo que «había contenido a un Dios y toda la esperanza d elos hombres», prefirió imaginario muerto, en el regazo amorosode la Madre, mejor que en la Cruz. Solamente sabemos de do srepresentaciones miguelangelescas del Crucifijo : una para l aMarquesa de Pescara, perdida, y la que, por caridad model ópara un pobre artista, al cual protegía : Domeníco Menighella ,el cual se ganaba la vida reproduciéndolo en diversas materias .Según Vasari, el modelo era «bellísimo» . Es probable que e lfamélico escultor lo vendiese a algún marchante que lo trajoa España.

tiempo de los talleres vallisoletanos. Yo tengo en mi casa de Segovia un cru-cifijo de bronce dorado, de la misma perfección, pero según el modelo d eLeoní en El Escorial, que sospecho procede del mismo obrador de Lesme sdel Moral.

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Acaso un reflejo de esta belleza persiste en el Crucifijo qu eha venido a enriquecer ahora el tesoro artístico de la Ciudad .Como en el caso del descubrimiento de las pinturas románica sde San Justo y de San Clemente, la Caja de Ahorros no sola -mente ha realizado una aportación importante a este tesoro ,sino que ha traído algo que hacía falta para completarlo . Escierto que la serie de crucifijos en metal es en Segovia de unariqueza incomparable . La costumbre tradicional de que en la ce-remonia de la subida y bajada de Nuestra Señora de la Fuen-císla, Patrona de la Comunidad y Tierra de Segovia, viniesen aacompañarla en el triunfal cortejo desde su Santuario a la Cate-dral, y viceversa, las cruces parroquiales de las aldeas que inte-graban esta entidad, motivó, sin duda una competencia por l acual cada una de las parroquias quiso superar la altura de la srestantes . Sobre todo eu el siglo xvi, el del magno esplendo reconómico de la ciudad, abundan, a lo largo de la =Calle Real» ,los talleres de plateros famosos: los Oquendo, los Muñoz, lo sRuiz. Estos plateros se atienen a dos tipos : la cruz gótica, d emacolla en forma de catedral, con sus contrafuertes, sus arbo-tantes, sus pináculos y la cruz renaciente, decorada con repuja -dos que bien se pueden llamar ahora nplaterescos ». Pero loscrucifijos, como el resto de la imaginería, son siempre fabrica -dos en serie : de gran efecto, pero de escaso interés . El Crucifi-cado fundido según el modelo de Miguel Angel y cincelado lue-go con gran primor, que perteneció a los Marqueses de Lozoya ,es una creación personal, reflejo del genio de una de las cum-bres de la Historia del Arte . Obra grandiosa, a pesar de s uexiguo tamaño, en que puso el escultor poeta, su sabidurí atécnica al servicio del Amor .