sequía en nuevo león: vulnerabilidad, impactos y estrategias de mitigación

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Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación.- David Ortega-Gaucin.- Primera edición, julio de 2012. D.R. (C) Instituto del Agua del Estado de Nuevo León. Apodaca, N.L. 222 p. I.S.B.N.: 978-607-9203-06-1

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SEQUÍA EN NUEVO LEÓN

Vulnerabilidad, Impactos y

Estrategias de Mitigación

DAVID ORTEGA-GAUCIN

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David Ortega
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SEQUÍA EN NUEVO LEÓN

Vulnerabilidad, Impactos y

Estrategias de Mitigación

DAVID ORTEGA-GAUCIN

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Primera Edición, julio de 2012 Citación correcta:

Ortega-Gaucin, D. 2012. Sequía en Nuevo León: vulnerabilidad,

impactos y estrategias de mitigación. Instituto del Agua del Estado de Nuevo León. Apodaca, N.L. 222 p.

21.2 x 27.7 cm ISBN: 978-607-9203-06-1 1. Sequía 2. Nuevo León 3. Vulnerabilidad

Las opiniones expresadas en este documento son responsabilidad exclusiva del autor. D.R. © INSTITUTO DEL AGUA DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN

Av. Alianza Norte No. 306 Parque de Investigación e Innovación Tecnológica Km 10 de la autopista al aeropuerto Mariano Escobedo 66600 Apodaca, N.L. Tel. (81) 81-96-11-00 Fax (81) 18-77-05-13 www.ianl.org.mx

ISBN: 978-607-9203-06-1 Edición impresa ISBN: 978-607-9203-07-8 Edición digital Diseño de cubierta: Victoria Burgos García y David Ortega-Gaucin Está permitida la reproducción parcial o total de este documento, siempre y cuando sea sin fines de lucro y se cite el crédito del autor de esta obra y de la institución poseedora de los derechos sobre ella. Impreso en México / Printed in Mexico

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DIRECTORIO

INSTITUTO DEL AGUA DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN

ING. HUMBERTO VELA DEL BOSQUE DIRECTOR GENERAL

ING. ERICK SANTOS RODRÍGUEZ

DIRECTOR DE PLANEACIÓN

DR. DAVID ORTEGA-GAUCIN COORDINADOR DE INVESTIGACIÓN

C.P. ROBERTO SANDOVAL RODRÍGUEZ COORDINADOR DE ADMINISTRACIÓN

LIC. ROMELIA MOLINA

COORDINADORA DE CAPACITACIÓN

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Siglas

CCA Centro de Calidad Ambiental del Tecnológico de Monterrey CDANL Corporación para el Desarrollo Agropecuario de Nuevo León CENAPRED Centro Nacional de Prevención de Desastres CIMMYT Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo CINVESTAV Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto

Politécnico Nacional CONAFOR Comisión Nacional Forestal CONAGUA Comisión Nacional del Agua CONANP Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas CONAZA Comisión Nacional de las Zonas Áridas CONAPO Consejo Nacional de Población CONEVAL Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo

Social COTECOCA Comisión Técnico Consultiva de Coeficientes de Agostadero COUSSA Componente de Uso Sustentable del Suelo y el Agua DR Distrito de Riego FAO Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

Alimentación FNUAP Fondo de Población de las Naciones Unidas FONDEN Fondo de Desastres Naturales FUNPRONL Fundación Produce Nuevo León GDM Monitor Global de Sequías (EEUU) GENL Gobierno del Estado de Nuevo León IANL Instituto del Agua del Estado de Nuevo León IDNDR Década Internacional para la Reducción de los Desastres

Naturales INEGI Instituto Nacional de Estadística y Geografía INIFAP Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y

Pecuarias IPCC Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático ITESM Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey NDMC Centro Nacional de Mitigación de Sequías (EEUU) OEIDRUS Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural

Sustentable de Nuevo León OMM Organización Meteorológica Mundial ONU Organización de las Naciones Unidas PIB Producto Interno Bruto PROCAMPO Programa de Apoyos Directos al Campo PROGAN Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera SADM Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey SAGARPA Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación

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SEDEC Secretaría de Desarrollo Económico de Nuevo León SEDES Secretaría de Desarrollo Sustentable de Nuevo León SEDESOL Secretaría de Desarrollo Social (Nacional y de Nuevo León) SEMARNAT Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales SIACON Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta SIAP Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera SMN Servicio Meteorológico Nacional UANL Universidad Autónoma de Nuevo León UGRNL Unión Ganadera Regional de Nuevo León UMAFOR Unidad de Manejo Forestal UNCCD Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la

Desertificación UNCED Conferencia de las Naciones Unidas en Medio Ambiente y

Desarrollo UNDP Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo USDA Departamento de Agricultura de los Estados Unidos

Unidades

oC Grados Celcius ha Hectárea kg Kilogramo L Litro m Metro mm Milímetro Mm3 Millones de metros cúbicos mdp Millones de pesos mexicanos $ Pesos mexicanos s Segundo ton Tonelada

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ÍNDICE

PRÓLOGO 13 INTRODUCCIÓN 15

PRIMERA PARTE: ASPECTOS GENERALES DE LA SEQUÍA

CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO PARA EL ANÁLISIS DE LA SEQUÍA 21

1.1. Definición y tipos de sequía 21 1.2. Causas de la sequía 27 1.3. Consecuencias de la sequía 32 1.4. Métodos de análisis de la sequía 33 CAPÍTULO 2. LA SEQUÍA EN EL CONTEXTO MUNDIAL Y NACIONAL 39 2.1. La sequía en el contexto mundial 39 2.2. La sequía en el contexto nacional 48

SEGUNDA PARTE: ANÁLISIS ESPACIO-TEMPORAL DE LAS SEQUÍAS EN

NUEVO LEÓN CAPÍTULO 3. BREVE HISTORIA DE LAS SEQUÍAS EN NUEVO LEÓN 57 3.1. Las sequías en el pasado y sus efectos en la población 57 3.2. Reflexiones finales 61 CAPÍTULO 4. VULNERABILIDAD A LA SEQUÍA EN EL ESTADO 63 4.1. Conceptos claves 63 4.2. Vulnerabilidad a la sequía 64 4.3. Factores de Nuevo León que lo hacen vulnerable a las sequías 65 4.3.1. Factores físicos 65 4.3.2. Factores socioeconómicos 74 4.3.3. Factores ecológicos 82

CAPÍTULO 5. ANÁLISIS Y CARACTERIZACIÓN DE LAS SEQUÍAS METEOROLÓGICAS E HIDROLÓGICAS

93

5.1. Distribución anual de la lluvia y la temperatura 93 5.2. Comportamiento histórico de la lluvia 98 5.3. Análisis y caracterización de las sequías meteorológicas 100 5.3.1. Índice de Precipitación Estandarizado (SPI) 100 5.3.2. Caracterización de las sequías meteorológicas 101 5.4. Análisis y caracterización de la sequías hidrológicas 108

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5.4.1. Ríos y presas de almacenamiento analizadas 109 5.4.1. Parámetros de las sequías hidrológicas 111 CAPÍTULO 6. IMPACTO LAS SEQUÍAS EN EL SECTOR AGROPECUARIO Y FORESTAL

119

6.1. Impacto de las sequías en el subsector agrícola 119 6.1.1. Impacto de las sequías en la agricultura de temporal 121 6.1.2. Impacto de las sequías en la agricultura de riego 126 6.2. Impacto de las sequías en el subsector ganadero 133 6.3. Impacto de las sequías en el sector forestal 138 CAPÍTULO 7. CRÓNICA DE UN DESASTRE: SEQUÍA EN NUEVO LEÓN 2011-2012

143

7.1. Principales acontecimientos del año 2011 143 7.2. Principales acontecimientos del año 2012 154 7.3. Análisis y conclusiones del capítulo 158

TERCERA PARTE: ACCIONES Y ESTRATEGIAS PARA MITIGAR LOS

IMPACTOS DE LA SEQUÍA CAPÍTULO 8. GESTIÓN DEL RIESGO DE SEQUÍA 163 8.1. Gestionar el riesgo, no sólo el desastre 164 8.2. Acciones para implementar la gestión del riesgo 165 8.3. Costos y beneficios de la gestión del riesgo 166 8.4. Medidas para mitigar los impactos de la sequía 167 CAPÍTULO 9. METODOLOGÍA PARA EL DESARROLLO DE UN PLAN INTEGRAL CONTRA LA SEQUÍA EN EL SECTOR AGROPECUARIO

169

9.1. Características del enfoque dado al manejo de la sequía 169 9.2. Importancia del abordaje estatal y regional 170 9.3. Etapas del plan 170 CAPÍTULO 10. ESTRATEGIAS PARA GESTIONAR EL RIESGO DE SEQUÍA EN EL SUBSECTOR AGRÍCOLA

179

10.1. Sistemas de captación de agua de lluvia con fines agrícolas 179 10.2. Buenas prácticas agrícolas 184 10.3. Reconversión productiva 187 10.4. Siembra de variedades resistentes a la sequía 188 10.5. Uso de “lluvia sólida” 189 10.6. Cultivo en invernaderos 191 10.7. Sistemas integrales de producción 192

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CAPÍTULO 11. ESTRATEGIAS PARA GESTIONAR EL RIESGO DE SEQUÍA EN EL SUBSECTOR GANADERO

195

11.1. Manejo adecuado del agua en los ranchos 195 11.2. Estrategias para el manejo adecuado de los pastizales 198 11.3. Otros tipos de estrategias 204 11.4. Reflexiones finales 208 CONCLUSIONES 209 BIBLIOGRAFÍA 213

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Prólogo

La presente investigación constituye un primer acercamiento al estudio del fenómeno de la sequía y a la estimación de sus impactos socioeconómicos en el sector agropecuario del estado de Nuevo León. El interés por realizar este trabajo surgió a raíz de los efectos negativos causados por el último evento de sequía acaecido en esta entidad federativa (2011-2012), el cual ya ha sido considerado como el más severo de los últimos 50 años. En el Instituto del Agua del Estado de Nuevo León (IANL) hemos estimado pertinente llevar a cabo esta investigación como una forma de contribuir con un granito de arena a la generación de conocimiento en torno al fenómeno de la sequía y a la comprensión de sus impactos y de la manera en que pueden ser mitigados. En este trabajo se proponen estrategias de planeación y se sugiere la puesta en marcha de una serie de acciones específicas que permiten gestionar el riesgo de sequía de manera eficiente y oportuna, de tal manera que se logre evitar un desastre como el ocurrido durante el último período seco. Cabe mencionar que el desarrollo de este estudio no estuvo exento de dificultades, como lo son la falta de información sistemática generada en torno al fenómeno de la sequía, y la complejidad misma que involucra el análisis de una anomalía de esta naturaleza. No obstante, consideramos que el resultado obtenido, es decir, el libro que el lector tiene en sus manos, constituye un documento valioso que genera y provee información sistematizada y actualizada que es de utilidad como un elemento de consulta y referencia para todos aquéllos interesados en el tema, y que puede servir como un instrumento de planeación y de decisión, útil para los funcionarios públicos y demás actores de los sectores económicos y sociales involucrados.

El autor

Apodaca, N.L., julio de 2012.

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Introducción

a recurrencia de fenómenos meteorológicos adversos repercute negativamente en la

producción agropecuaria y forestal, y en los ingresos de los productores del campo, principalmente. La sequía es uno de los fenómenos naturales más complejos y que afecta a más personas en el mundo. Además de sus efectos directos en la producción, la sequía puede perturbar el abastecimiento de agua para consumo humano, obligar a las poblaciones a emigrar e incluso, en casos extremos, puede causar hambrunas y muerte de personas. A diferencia de otros desastres naturales cuyos impactos son locales y de corto plazo, las sequías abarcan grandes áreas geográficas y sus consecuencias pueden prevalecer por varios años, con un efecto negativo en la calidad de vida y en el desarrollo de las poblaciones afectadas. En las últimas décadas, debido a la importancia que se le ha dado al estudio de los fenómenos del calentamiento global y del cambio climático, se han analizado con gran atención los cambios que se pueden presentar en los climas globales y locales, especialmente en los puntos críticos del ciclo hidrológico. Los estudios realizados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), indican que el ciclo del agua se verá afectado en los próximos años: cambiará la distribución de las lluvias

y aumentará la frecuencia de condiciones atmosféricas extremas tanto húmedas como secas; de hecho, comentan los expertos, un buen ejemplo de estas variaciones climáticas en México son las frecuentes sequías severas que se presentan desde fines del siglo pasado. Entonces, dado que los modelos de predicción climática a nivel mundial indican una tendencia hacia el incremento de la ocurrencia de eventos hidrometeorológicos extremos, es evidente la necesidad de mejorar su conocimiento y comprender la forma de enfrentarlos. Con respecto a la sequía, sus impactos dependen directamente de la vulnerabilidad y de la habilidad de las comunidades y los gobiernos para enfrentar el fenómeno, lo que a su vez está influido por las condiciones socioeconómicas, productivas y de calidad de recursos de las poblaciones. De ahí el interés del presente estudio, que se orienta al análisis de las dimensiones de la vulnerabilidad y de las capacidades locales del estado de Nuevo León para enfrentar la sequía, de manera que, al final del día, se puedan esbozar las líneas de acción y estrategias para conducir a una gestión apropiada del riesgo, es decir, de la probabilidad de verse afectado por este fenómeno natural.

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Sequía en Nuevo León

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El último período de sequía ocurrido en el estado (2011-2012) ha sido considerado como el más severo de los últimos 50 años. Tan sólo en el año 2011 se tuvieron pérdidas de más 40 mil hectáreas de cultivos siniestradas por falta de lluvias, así como la muerte de más de 9 mil cabezas de ganado, lo que representó una merma total superior a los 400 millones de pesos. Además de eso, miles de familias que habitan las zonas rurales (sobre todo en el sur de la entidad) se vieron afectadas por el desabasto de agua para consumo humano y por la falta de alimentos para su subsistencia, razón por la cual los 51 municipios del estado de Nuevo León fueron declarados como zona de desastre, y los gobiernos Federal y Estatal tuvieron que implementar, a través de sus distintas dependencias, diversos programas emergentes para atender a la población y aminorar los impactos de la sequía. En este contexto, la presente investigación tiene como objetivo general analizar el fenómeno de la sequía en el estado de Nuevo León, con el propósito de estructurar y plantear una serie de estrategias que permitan gestionar el riesgo de sequía y mitigar los impactos del fenómeno en el futuro, poniendo énfasis en el sector agropecuario por ser el que más agua consume y, por lo tanto, el más vulnerable ante la falta del recurso. Para ello, se plantean los siguientes objetivos específicos: 1. Proporcionar los elementos

teóricos y conceptuales que permitan conocer y comprender el fenómeno de la sequía y sus impactos en la sociedad, en los

contextos mundial, nacional y estatal.

2. Efectuar un recuento de los

principales eventos de sequía ocurridos históricamente en el estado de Nuevo León y de sus efectos en la población.

3. Llevar a cabo el análisis y caracterización espacio-temporal de las sequías ocurridas históricamente en el estado, desde las perspectivas meteorológica e hidrológica.

4. Realizar una estimación de los

impactos socioeconómicos en el sector agropecuario y forestal que tienen los eventos de sequía sucedidos en el estado.

5. Presentar una narrativa del

desastre natural causado por el último período de sequía en la entidad (2011-2012).

6. Proponer una metodología para el

desarrollo de un “Plan Integral contra la Sequía en el Sector Agropecuario de Nuevo León”.

7. Plantear una serie de estrategias y recomendaciones específicas para gestionar el riesgo de sequía y mitigar sus impactos en los subsectores agrícola y pecuario.

Estructura del documento El presente escrito está dividido en tres secciones, cada una de las cuales se compone de diversos capítulos independientes pero a la vez relacionados entre sí:

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Introducción

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La primera parte (capítulos 1 y 2), se refiere a los aspectos generales relacionados con el fenómeno de la sequía: en el capítulo 1 se presenta una descripción de los principales componentes teóricos y conceptuales del fenómeno (definiciones, tipos, causas, consecuencias y métodos de análisis); y en el capítulo 2 se incluye un relato de los impactos más sobresalientes causados por las sequías en el contexto mundial y nacional. La segunda parte (capítulos 3 al 7) está enfocada a lo que es propiamente el análisis espacio-temporal de la sequía en el estado de Nuevo León: en el capítulo 3 se presenta un recuento de los principales eventos de sequía ocurridos históricamente en el estado y de sus efectos en la población; en el capítulo 4 se realiza un análisis de los factores naturales, socioeconómicos y ambientales que determinan la vulnerabilidad a la sequía en la entidad; en el capítulo 5 se realiza el análisis y caracterización del fenómeno desde los puntos de vista meteorológico e hidrológico; en el capítulo 6 se efectúa una estimación de los impactos socio-económicos y ambientales de las

sequías acontecidas en el estado; y en el capítulo 7 se presenta una crónica del desastre causado por el último período de sequía acaecido en la entidad (2011-2012). La tercera parte (capítulos 8 al 11), está destinada a exhibir una serie de medidas y estrategias que pueden ser adoptadas para gestionar el riesgo de sequía y mitigar sus impactos en el futuro: en el capítulo 8 se anotan los aspectos teóricos relativos a la gestión del riesgo; en el capítulo 9 se describe una metodología para la elaboración de un plan integral contra la sequía en el sector agropecuario del estado; en el capítulo 10 se presenta una serie de estrategias específicas que se proponen para gestionar el riesgo de sequía en el subsector agrícola; y en el capítulo 11 se presentan las estrategias correspon-dientes al subsector ganadero. Finalmente, se incluyen las conclusiones generales derivadas de la investigación realizada y se anota la relación de fuentes bibliográficas consultadas para sustentar el estudio efectuado.

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PRIMERA PARTE

Aspectos Generales sobre la Sequía

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Capítulo 1

Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

e acuerdo con los objetivos planteados para el desarrollo de la presente investigación, este capítulo tiene como finalidad proporcionar al lector los elementos necesarios para la cabal comprensión del tema que nos ocupa: la

sequía. En las últimas décadas este tópico ha cobrado una importancia cada vez más relevante en el ámbito técnico-científico, debido a los estragos que ha causado el fenómeno en diferentes partes del mundo. Por ello, se ha generado una impresionante producción científica sobre este tema, aunque la mayor parte de la literatura se encuentra escrita en idioma inglés. En este contexto, se presentan a continuación los aspectos teóricos y conceptuales más importantes relacionados con el fenómeno de la sequía: definiciones, tipos, causas y consecuencias, así como una recopilación de los métodos de análisis y de evaluación de sus impactos que se utilizan más frecuentemente. 1.1. Definición y tipos de sequía La definición de sequía ha sido un tema controversial ya que, debido a la desigualdad de criterios aplicados por los diferentes autores, no existe una definición única que sea aceptada universalmente. Debido a que se trata de un fenómeno natural cuyas características tienen una gran variación de un espacio geográfico a otro, las definiciones de sequía tienen un carácter local y regional, por lo que es utópico pensar que se puede llegar a un consenso generalizado sobre la definición del concepto (Wilhite, 2000). En términos generales, la sequía es considerada como un fenómeno climático recurrente caracterizado por una reducción en la precipitación pluvial, que provoca que el agua

disponible sea insuficiente para satisfacer las distintas necesidades humanas y de los ecosistemas, durante un tiempo y en una zona determinados. La severidad de una sequía depende no solamente del grado de reducción de la lluvia, de su duración o de su extensión geográfica, sino también de las demandas del recurso hídrico para la permanencia de los sistemas naturales y para el desarrollo de las actividades humanas, razón por la cual es posible expresar el grado de severidad de la sequía en términos de sus impactos sociales y económicos. Es importante no confundir los conceptos de sequía y aridez. La sequía es un déficit temporal de la lluvia con relación a la considerada como “normal” para un lugar

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Sequía en Nuevo León

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determinado, mientras que la aridez es una característica permanente de ciertos climas, como el que se presenta en la mayor parte del norte de México. La sequía puede ocurrir virtualmente en todas las regiones del planeta y en todos los tipos de climas, desde los secos hasta los lluviosos, mientras que la aridez está presente sólo en los climas secos. La sequía es un fenómeno que no presenta trayectorias definidas, sino que tiende a extenderse de manera irregular a través del tiempo y del espacio, mientras que la aridez se manifiesta en territorios específicos con límites más o menos definidos cuyas características de paisaje y vegetación (principalmente xerófita) permiten diferenciarlos de otros tipos de climas. Hasta el año de 1985 se habían identificado más de 150 definiciones de sequía publicadas en la literatura (Wilhite y Glantz, 1985), y actualmente existen muchas más. Dichas definiciones son un reflejo de las diferencias existentes entre las regiones de origen, las necesidades que motivaron su elaboración y los enfoques disciplinarios adoptados en cada caso. Sin embargo, en los últimos años ha existido un consenso tácito generalizado entre los diferentes autores (Wilhite y Glantz, 1985; Bootsma et al., 1996; Barakat y Handoufe, 1998; Wilhite, 2000; Bergaoui y Alouini, 2001; Wilhite, 2011; etc.), quienes aceptan que las definiciones de sequía pueden agruparse en cuatro tipos básicos con base en las características de los impactos que trae como consecuencia el fenómeno.

Así, los tipos de sequía comúnmente aceptados son los siguientes: meteorológica, agrícola, hidrológica y socioeconómica. La Figura 1.1 muestra la relación entre estos tipos de sequía y la duración del evento. Todos los tipos de sequía son consecuencia de un déficit de precipitación o de una sequía meteorológica, la cual es causada principalmente por la variabilidad natural del clima, que a su vez puede provocar otros tipos de sequía y de impactos asociados al fenómeno. A continuación se describe cada uno de los tipos de sequía. a) Sequía meteorológica Desde el punto de vista meteorológico, la sequía puede definirse como una condición anormal y recurrente del clima que ocurre en todas las regiones climáticas de la Tierra, y que se caracteriza por una ausencia prolongada, un déficit marcado o una débil distribución de precipitaciones con relación a la considerada como normal, y puede producir serios desbalances hidrológicos (NDMC, 2002). Basada en datos climáticos, la sequía meteorológica es una expresión de la desviación de la precipitación respecto a la media durante un período de tiempo determinado. Ante la dificultad de establecer una duración y magnitud del déficit pluviométrico válidas para diferentes áreas geográficas, algunas definiciones de sequía meteorológica optan por no especificar umbrales fijos, mientras que en otros casos las definiciones presentan información específica para cada región particular, que varían en función de las

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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características del clima regional. Por ejemplo, en la India (Indian Meteorological Office) se considera que la sequía ocurre cuando “la precipitación es inferior al 80% de los

niveles normales”, mientras que en Libia se considera que ocurre una sequía cuando “la precipitación anual es inferior a los 180 mm” (Valiente, 2001).

Figura 1.1. Secuencia de sucesos de sequía y de sus efectos para tipos de sequía

comúnmente aceptados.

Fuente: adaptado de Wilhite (2000)

La sequía meteorológica es un fenómeno natural que responde a muy diversas causas según la región. Sin embargo, las sequías agrícola, hidrológica y socio-económica, se caracterizan en mayor medida por sus facetas humanas o sociales y su definición refleja la interacción entre las características de las sequías meteorológicas y las actividades

humanas que dependen de la precipitación para proporcionar un abastecimiento de agua que permita cubrir las demandas de la sociedad y del medio ambiente (OMM, 2006). b) Sequía agrícola La sequía agrícola se define habitualmente en términos de la

Variabilidad natural del clima

Déficit de precipitación (cantidad, intensidad y duración)

Altas temperaturas, vientos fuertes, humedad relativa baja, mayor insolación, menor nubosidad

Disminución de escurrimiento, infiltración, percolación profunda y

recarga de acuíferos

Aumento de la evaporación y de la transpiración

Déficit de humedad en el suelo

Escasez de agua para las plantas: reducción en su desarrollo y rendimiento

Reducción de escurrimientos y aportaciones de agua a presas, lagos y estanques; afectación a los humedales y

ecosistemas

Impactos económicos

Impactos sociales

Impactos ambientales

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disponibilidad de agua en los suelos para el sostenimiento de los cultivos y para el crecimiento de las especies forrajeras y, menos habitualmente, como una desviación de los regímenes de precipitación normales durante cierto período de tiempo. La sequía agrícola es ocasionada por un déficit marcado y permanente de lluvia que reduce significativamente la producción agrícola con relación a la considerada como normal o a los valores esperados para una región dada. Para algunos especialistas, el déficit de humedad en el suelo que está ligado a los efectos sobre la producción vegetal –agricultura y pastizales en ganadería–, es frecuentemente denominado como sequía edáfica (Bootsma et al., 1996; Barakat y Handoufe, 1998). La agricultura es, por lo general, el primer sector económico afectado por la sequía, debido a que el suministro de humedad del suelo a las plantas se agota rápidamente. Los impactos agrícolas de la sequía están vinculados con diversas características de la sequía meteorológica, centrándose en la escasez de precipitaciones, las diferencias entre la evapotranspiración real y potencial, y el déficit de agua del suelo. No hay una relación directa entre la precipitación y la infiltración de la lluvia en los suelos. Las tasas de infiltración varían en función de los niveles de humedad preexistentes, de la pendiente, del tipo de suelo y de la intensidad de la precipitación. Las características de los suelos difieren también ya que algunos tienen gran capacidad de retención de humedad y

otros no. Los suelos arenosos son más propensos a las sequías agrícolas debido a su baja capacidad de retener agua. La demanda de agua de las plantas depende de las condiciones climáticas, de las características biológicas específicas de la planta, de su etapa de crecimiento, y de las propiedades físicas del suelo. Por ello, una definición específica de sequía agrícola debe tener en cuenta la variación de la susceptibilidad de los cultivos a la falta de agua en diferentes etapas de su desarrollo (Wilhite, 2011). Debido a que los sectores agrícola y ganadero están íntimamente relacionados, hay autores que incluso hablan de sequía agropecuaria (Bravo et al., 2010), cuando la insuficiencia de precipitación pluvial afecta el desarrollo fenológico de los cultivos o las actividades ganaderas. Según estos autores, todas las sequías se caracterizan por una disminución en la productividad vegetal, pero la sequía agropecuaria se distingue en particular por afectaciones severas en las áreas agrícolas o ganaderas que dependen exclusivamente de la lluvia. c) Sequía hidrológica La sequía hidrológica hace referencia a una deficiencia en el caudal o volumen de aguas superficiales o subterráneas (ríos, embalses, acuíferos, lagos, etc.) con respecto a los niveles considerados como normales. Aunque la causa principal de la sequía hidrológica es la sequía meteorológica, lo cierto es que el concepto de sequía hidrológica es independiente del déficit

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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de precipitación ya que suele definirse como la desviación de las pautas de flujo de agua en la superficie y en el subsuelo, tomando como referencia valores promediados en distintas fechas cronológicas (OMM, 2006). Al igual que en el caso de la sequía agrícola, no hay una relación directa entre las cantidades de precipitación y la afluencia del agua en la superficie y en el subsuelo, en lagos, embalses, acuíferos y corrientes fluviales, dado que estos componentes del sistema hidrológico se destinan a múltiples fines, tales como: riego, turismo, control de avenidas, generación de energía hidroeléctrica, abrevadero, abastecimiento público-urbano, pesca, conservación del medio ambiente, etc. A diferencia de la sequía agrícola, que tiene lugar poco tiempo después de la meteorológica, la sequía hidrológica puede demorarse durante meses después del inicio de la escasez pluviométrica (Figura 1.2) o, si las lluvias retornan en poco tiempo, puede ser que no se manifieste (Entekhabi et al., 1992). Por tanto, hay un desfase considerable entre el cambio de comportamiento de las precipitaciones y el momento en que el déficit hídrico se hace patente en los componentes superficial y subsuperficial del sistema hidrológico. Estos componentes se recuperan poco a poco puesto que las aguas de la superficie y del subsuelo se recuperan muy lentamente. La sequía hidrológica es de largo plazo, puede extenderse por varios años y, debido a su persistencia, puede causar daños severos a la población y afectar a los sectores sociales y económicos más

desarrollados o que han hecho inversiones importantes en infraestructura y equipo, pero desde luego también afecta a los pequeños productores agropecuarios dada su menor capacidad de resistir la emergencia (Velasco et al., 2005). Figura 1.2. Desfase temporal en la propagación de anomalías pluviométricas hacia los diversos niveles del ciclo hidrológico.

Fuente: adaptado de Entekhabi et al. (1992)

La capacidad de gestionar los recursos hídricos hace que la sequía hidrológica no dependa exclusivamente del volumen de agua existente en los depósitos naturales o artificiales, sino que también es determinante la forma en que se utiliza el agua almacenada. Linsley et al. (1975) toman en cuenta estos aspectos, al definir la sequía hidrológica como el “período durante el cual los caudales son inadecuados para satisfacer los usos establecidos bajo un determinado sistema de gestión de aguas”.

Precipitación

Escorrentía

Humedad del suelo

Caudal hidrológico

Agua del subsuelo

Tiempo (años)

10 2 3 4

An

om

alí

a

+

-

ó

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Sequía en Nuevo León

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d) Sequía socioeconómica La sequía en el sector socioeconómico ocurre cuando las lluvias son escasas o nulas durante un tiempo lo suficientemente prolongado como para producir sequía agrícola e hidrológica y, por lo tanto, afectan el suministro de bienes económicos tales como: agua potable y para la industria, forrajes, semillas y energía hidroeléctrica, entre otros, lo cual tiene un efecto significativo sobre las comunidades y su economía (Barakat y Handoufe, 1998; Bergaoui y Alouini, 2001). La sequía socioeconómica se diferencia notablemente de los demás tipos de sequía porque refleja la relación entre la oferta y la demanda de mercancías básicas, como lo son el agua para los distintos usos, los forrajes para alimentar el ganado o la energía hidroeléctrica, que dependen de las precipitaciones. La oferta varía anualmente en función de la

precipitación o de la disponibilidad de agua. La demanda fluctúa también y suele tender al alza debido, entre otros factores, al aumento de la población o al desarrollo. Las relaciones entre los cuatro tipos de sequía descritos anteriormente pueden apreciarse en la Figura 1.3. Las sequías agrícola, hidrológica y socioeconómica son menos frecuentes que la meteorológica debido a que en esos sectores los efectos están vinculados a la disponibilidad de agua en la superficie y en el subsuelo. Por lo general, transcurren varias semanas antes de que las deficiencias de precipitación comiencen a producir un déficit de humedad en el suelo que, a su vez, afectará negativamente a los cultivos y a los pastizales. La persistencia de un tiempo seco durante meses reduce el caudal de los ríos y el nivel de los embalses y lagos y, potencialmente, el nivel de las aguas freáticas.

Figura 1.3. Interacciones entre los diferentes tipos de sequía.

Énfasis cada vez menor en el fenómeno natural en sí (deficiencias de precipitación)

Énfasis cada vez mayor en la gestión del agua como recurso naturalComplejidad cada vez mayor de los efectos y conflictos

Sequía meteorológica

Sequía agrícola

Sequía hidrológica

Sequía socio-económica y

política

Tiempo/Duración del fenómeno

Fuente: adaptado de NDMC (2002)

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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Cuando la sequía meteorológica se prolonga sobrevienen las sequías agrícola, hidrológica y socioeconómica con sus efectos correspondientes. Durante una sequía no sólo disminuye la tasa de reposición hídrica en la superficie y en el subsuelo, sino que aumenta también en gran medida la demanda de esos recursos. Como se indica en la Figura 1.3, la relación entre los principales tipos de sequía y el déficit de precipitación es menos directa, debido a que la disponibilidad de agua en la superficie y en el subsuelo depende de la gestión de esos sistemas. Un cambio de gestión del abastecimiento de agua puede reducir o agravar los efectos de una sequía. Así, la adopción de unas prácticas de cultivo adecuadas y la siembra de variedades más resistentes a la sequía pueden atenuar considerablemente los efectos de este fenómeno, conservando el agua de los suelos y reduciendo la evapotranspitración. 1.2. Causas de la sequía Las causas de la sequía comúnmente aceptadas pueden agruparse en dos grandes categorías: a) las de origen natural, representadas por las modificaciones en los patrones de la circulación atmosférica, las variaciones en la actividad solar y los fenómenos de interacción entre el océano y la atmósfera tales como El Niño/ Oscilación del Sur (ENOS), entre otros; y b) las de origen antropogénico, constituidas por la quema de combustibles fósiles, la degradación ambiental (deforestación, degradación del suelo y desertificación) y la alteración de los sistemas ecológicos

naturales. A continuación se analizan cada uno de estos grupos. a) Causas de origen natural Debido al desigual calentamiento de los mares y de las superficies continentales, se generan cambios de temperatura y presión en el aire, lo cual a su vez genera el conjunto de sistemas de vientos y corrientes de aire que se conocen como circulación general de la atmósfera. De manera teórica e idealizada, esta circulación de los vientos se esquematiza en la Figura 1.4. La circulación general de la atmósfera está íntimamente ligada a las principales zonas de precipitación y también define las grandes regiones climáticas que conforman la Tierra. Un examen de los mapas climáticos, revela que los desiertos del mundo se encuentran ubicados en su mayor parte en la franja de altas presiones que tienen su centro de acción a 30o de latitud norte y sur, aproximadamente. Por otra parte, los climas húmedos se encuentran en aquéllas regiones en las que existen movimientos ascendentes de aire como ocurre en el Ecuador y en los cinturones de latitudes medias (60o de latitud norte y sur, aproximadamente). Este esquema de circulación general de la atmósfera sufre modificaciones al considerar la distribución y relación de continentes y mares, así como la orografía y otros factores del clima. Sin embargo, sirve para observar en primera instancia, la ubicación de las zonas áridas y lluviosas en el mundo.

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Figura 1.4. Esquema idealizado de la circulación general de la atmósfera.

México tiene gran parte de su territorio en la franja de alta presión de latitud norte, por lo que tiene zonas áridas y semiáridas que coinciden en latitud con las regiones de los grandes desiertos africanos, asiáticos y australianos. Además, por sus características orográficas, este tipo de zonas también se localizan en el altiplano central de la República Mexicana. Las zonas áridas son lugares donde la humedad disponible normalmente es insuficiente para mantener el potencial vegetativo y de actividades económicas regionales o locales, y ello tiene su explicación en la ubicación geográfica, la influencia de la orografía, la altitud, etc.; todos estos factores conforman el paisaje característico de estas zonas. Por supuesto que estas áreas también están sujetas a la ocurrencia de las sequías, y de hecho son más vulnerables, lo que contribuye aún más a agravar la ya de por sí difícil situación hídrica.

Por otro lado, la actividad solar tiene influencia en la alteración de los movimientos atmosféricos, y con ello en la ocurrencia de las sequías. Se ha observado que existe una clara relación entre el número variable de manchas solares y la intensidad del flujo de radiación solar que incide en la Tierra. La presencia de manchas solares, que sucede alrededor de cada 11 años, podría ser más que circunstancial: la modificación de la tasa con que llega la energía solar a la Tierra influye en el cambio de temperatura y presión atmosféricas y con ello en que los patrones regulares de circulación se alteren (Lean y Rind, 2001). Además, en una investigación realizada en la península de Yucatán para reconstruir la historia climática de la región en los últimos 2 mil 600 años, se encontró un patrón recurrente de la sequía con periodicidad de 208 años que está directamente relacionado con las

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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variaciones documentadas en la actividad solar en períodos de 206 años, por lo que se concluyó que un componente importante de las sequías en esta área geográfica es la variación de la actividad solar (Hodell et al., 2001). Por otra parte, está demostrado que existe una interacción directa entre la atmósfera y el océano, que da origen a fenómenos como el llamado El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), el cual es responsable de las variaciones climáticas en varias partes del mundo, pues está íntimamente relacionado con los cambios que se presentan a gran escala en la circulación general de los vientos en el océano Pacífico. La corriente oceánica conocida como El Niño, fue descubierta por pescadores peruanos hace cientos de años; la llamaron así porque aparece en forma irregular alrededor de Navidad, que

tradicionalmente se acepta como la época del nacimiento del niño Jesús. Ésta es una corriente cálida que se inicia entre las islas de Papúa, Guinea y Micronesia y fluye atravesando el océano Pacífico hasta las costas de Perú. Se produce en intervalos de 3 a 8 años, y se ha comprobado que está asociada a la Oscilación del Sur, que es la fluctuación de presión entre el centro de altas presiones del Pacífico suroriental (isla de Pascua) y el centro de bajas presiones situado entre Indonesia y Australia. Cuando se produce la corriente de El Niño, la diferencia de presión este-oeste disminuye tanto que los vientos alisios se colapsan en el Pacífico occidental, y el agua caliente allí acumulada, la cual los vientos ya no retienen, regresa hacia el este como una corriente, que se propaga a lo largo del Pacífico en forma de ondas y llega hasta Sudamérica, donde eleva la temperatura del agua (Figuras 1.5 y 1.6).

Figura 1.5. Circulación normal del viento y de las corrientes oceánicas.

Normalmente, los vientos alisios y el flujo de fuertes corrientes ecuatoriales del Pacífico van hacia el oeste. Al mismo tiempo, una intensa corriente de agua fría brota desde las costas de Sudamérica y se dirige hacia las islas de Indonesia y Australia (Madl, 2000).

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Figura 1.6. Circulación alterada de las corrientes oceánicas como consecuencia del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur (ENOS).

Tras la llegada de un evento ENOS, la presión sobre el pacífico oriental y occidental oscila. Esto hace que los vientos alisios disminuyan, dando lugar a un movimiento de agua caliente hacia el este a lo largo del Ecuador. Como resultado de ello, las aguas superficiales de la zona central y del Pacífico oriental se calientan, con consecuencias de gran alcance en los patrones del clima (Madl, 2000).

La corriente de El Niño ocasiona los mayores y más rápidos cambios en los patrones normales del clima. El flujo de la primera celda de circulación se invierte y desvía las masas de aire al norte o al sur de sus localizaciones acostumbradas. Su aparición va seguida de años calurosos y sequías en la India y en Australia, alteración del viento y lluvia en los trópicos; produce grandes temporales en el Pacífico medio y afecta la corriente fría del noroeste de Sudamérica (peruana), y con ello la capacidad de pesca de las costas de Perú (Ayllón, 1996). Así, este fenómeno es responsable de eventos climáticos extremos de diferentes tipos que se presentan en varias partes del mundo: fuertes inundaciones y lluvias ocurren en zonas que normalmente son secas y, al mismo tiempo, en otras regiones se presentan sequías severas. Por

ejemplo, durante la ocurrencia de ENOS en 1982-83, se originaron severas sequías en Indonesia, sur de África y Asuatralia, disminuyéndose la producción de trigo, cebada y avena a la mitad de lo que se había obtenido el año anterior; mientras tanto, las lluvias e inundaciones récord ocurrieron al este de Norteamérica, en el Ecuador y en Perú (Castro y Arteaga, 1993). Hasta 1957 se pensaba que El Niño solamente afectaba la costa Oeste de América del Sur, pero a partir de la década de 1970 los científicos descubrieron que El Niño y la Oscilación del Sur son parte de un eslabonamiento global de eventos entre el océano y la atmósfera y que los efectos de este fenómeno pueden tener consecuencias evidentes lejos de su lugar de origen y por un período prolongado de meses e incluso de años.

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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En México, el fenómeno de El Niño tiene grandes impactos en los patrones de variabilidad de la precipitación. De manera general, se puede decir que las lluvias de invierno se intensifican en los años en que ocurre El Niño (por ejemplo, los inviernos de 1982-83, 1986-87, 1991-92, y 1997-98) y se debilitan durante los veranos correspondientes. Lo opuesto ocurre aproximadamente durante los años en que se presenta La Niña, que es la fase fría de ENOS. En inviernos de El Niño, la corriente de chorro de latitudes medias se desplaza hacia el sur, provocando una mayor incidencia de frentes fríos y lluvias en las zonas norte y centro de México. Durante veranos de El Niño, las lluvias en la mayor parte de México disminuyen, apareciendo incluso condiciones de sequía. Por el contrario, en los años en que sucede La Niña las lluvias parecen estar por encima de lo normal en la mayor parte del país (Magaña, 2004). b) Causas de origen antropogénico Es probable que, aún en pequeña escala, pero de manera creciente, las actividades humanas estén influyendo en la ocurrencia de sequías y de otros fenómenos hidrometeorológicos extremos. A pesar de que el clima cambia de manera natural, los expertos señalan que existen claras evidencias de que el calentamiento del planeta registrado en los últimos 50 años puede ser atribuido a los efectos de las actividades humanas. Como resultado de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) y la destrucción de los bosques, ha aumentado considerablemente la emisión de gases de efecto invernadero (bióxido de carbono, metano, oxido

nitroso y ozono, principalmente), con lo cual se ha afectado el flujo natural que existe entre las fuentes naturales y la atmósfera, y por ende, se han alterado las condiciones climáticas del planeta. La evidencia más contundente de que el cambio climático está ocurriendo es el incremento de la temperatura promedio mundial (por ejemplo, los cinco años más calurosos desde 1890, en magnitud descendente, han sido 2005, 1998, 2002, 2003 y 2004), aunque también se han observado importantes alteraciones en otros elementos del clima, como la precipitación y la humedad, así como el deshielo de los glaciares y el aumento en el nivel del mar y en la frecuencia de las sequías, tornados y huracanes (SEMARNAT, 2009). Por otra parte, la deforestación y los cambios en el uso del suelo, propician la desertificación de amplias zonas, haciéndolas más susceptibles y vulnerables a la falta de agua. Con estas acciones, el suelo pierde rápidamente su capacidad de atrapar y retener humedad. Esto genera microclimas áridos que terminan por alterar el patrón climático regional. Como resultado de ello, las zonas áridas pueden hacerse aún más secas y extenderse (Moreno, 2004). Asimismo, existen razones de peso para afirmar que las sequías se auto-perpetúan en cierto grado, ya que una vez que la superficie del suelo está libre de vegetación, devuelve una mayor cantidad de calor a la atmósfera favoreciendo el predominio de cierto tipo de nubes continentales (cumulus)

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sobre las marítimas; lo que propicia menores lluvias (CENAPRED, 2001). Como resumen de este apartado, se podría decir que ahora es ampliamente aceptado que la acción del hombre ha comenzado a alterar el estado natural de nuestro planeta. Los cambios que los humanos imponemos al medio ambiente, como el aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, o cambios en el uso del suelo, pueden modificar ciertos procesos meteorológicos relacionados con la lluvia y la temperatura. Dado que la Tierra es un sistema, todos los elementos del ambiente están interrelacionados entre sí, por lo que al alterar uno de ellos se originan cambios en los demás, algunas veces imperceptibles y otras muy evidentes. Por ello, las modificaciones ambientales de origen antropogénico, indudablemente han tenido un papel relevante en la presencia de anomalías hidrometeorológicas en los últimos años, entre las cuales se encuentran la mayor frecuencia y severidad de las sequías. 1.3. Consecuencias de la sequía Al fenómeno de la sequía se le conoce más por sus efectos que por sí mismo; es decir, aunque no exista una definición única que sea aplicable a todas las circunstancias, en última instancia los impactos ocasionados por la falta de lluvias y el déficit hídrico son similares en cualquier parte del orbe (con sus particularidades, obviamente). Si bien es cierto que la sequía no es un fenómeno espectacular como otros eventos naturales (un huracán o un tornado, por ejemplo), sus impactos suelen ser de mayor amplitud y más

devastadores. Sus efectos directos e indirectos están fuertemente relacionados con la producción de alimentos, las reservas de agua en el suelo, la manutención de ganado, la vida silvestre y en general con la posibilidad de cualquier forma de vida en un lugar determinado. Según el Centro Nacional de Mitigación de Sequías de los Estado Unidos (NMDC, por sus siglas en inglés, 1998), los impactos de la sequía pueden ser agrupados en tres grandes categorías, a saber: a) Impactos económicos. La sequía

se relaciona con pérdidas en la producción de alimentos (de origen agrícola y pecuario, principalmente); pérdidas en la producción forestal (recursos maderables y no maderables); repercute en el incremento de costos de energía; pérdidas en actividades industriales y la consecuente alza de precios en el mercado; así como el incremento de los costos de suministro de agua; entre otros.

b) Impactos sociales. La sequía provoca escasez de cantidad y calidad de alimentos; malnutrición; enfermedades gastrointestinales; aumento de morbilidad en sectores vulnerables; disminución del nivel de vida o aumento de la pobreza; conflictos sociales y políticos por el uso del agua o de mejores tierras; desempleo; migración hacia las ciudades y hacia el extranjero; hacinamiento en áreas urbanas; entre otros.

c) Impactos ambientales. La sequía ocasiona daños, frecuentemente

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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irreversibles, en la flora y fauna silvestres; incremento en la vulnerabilidad de los ecosistemas; se intensifican los procesos de erosión hídrica y eólica; se reduce la calidad del agua; se promueve la contaminación del aire; se afecta el ciclo hidrológico en general; entre otros.

Hay que tener en cuenta que la sequía difiere de otros riesgos naturales (como son las inundaciones, los huracanes y los terremotos), en varios sentidos. Primero, la sequía es un fenómeno gradual cuyos efectos se acumulan lentamente en un período de tiempo considerable y pueden permanecer por años después de la terminación del evento, por lo que es difícil precisar el inicio y el fin del fenómeno. Luego, los impactos de la sequía son no estructurales y sus daños se propagan sobre áreas geográficas de mayor extensión que las afectadas por otros desastres naturales. Las sequías raramente producen daños estructurales, en comparación con las inundaciones, los tornados o los huracanes. Por estos motivos, la cuantificación de los impactos de una sequía y el aprovisionamiento de recursos para mitigarlos, son tareas mucho más difíciles de llevar a cabo que en otros desastres naturales (Wilhite, 2000). Estas características tan particulares de las sequías han obstaculizado la realización de cálculos exactos, confiables y oportunos de sus efectos y de la gravedad de los mismos y, en última instancia, han impedido o limitado en gran manera la formulación de planes de contingencia por la

mayoría de los gobiernos de los países y estados afectados por este fenómeno. 1.4. Métodos de análisis de la sequía El análisis de la sequía se puede circunscribir a cuatro aspectos principales (Goldman, 1985): o La determinación de la naturaleza

del déficit de agua, es decir, qué tipo de sequía se requiere analizar y de qué elementos o información se dispone y se necesita.

o La identificación del tiempo y períodos de análisis, es decir, de acuerdo con el tipo de sequía, los períodos de estudio pueden ser diarios, mensuales, estacionales, anuales, etc.

o El establecimiento de un umbral o nivel de referencia de acuerdo con los puntos anteriores, que refleje la realidad de la demanda de agua respecto a los suministros disponibles. Este nivel es la referencia que permite distinguir los eventos altos (excesos) de los bajos (sequías).

o Estimar el alcance regional del fenómeno, ya que por lo general, la sequía abarca grandes áreas geográficas y el análisis a pequeña escala puede ser insuficiente para apreciar su dimensión real.

Ahora bien, para analizar el fenómeno de la sequía se han desarrollado diversos métodos, los cuales se basan comúnmente en el estudio de la evolución de las relaciones entre algunas variables climáticas, ambientales y económicas, como la lluvia, la temperatura, la evaporación, la humedad del suelo, las corrientes superficiales, los niveles de agua

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almacenada en presas y lagos, el agua subterránea y la producción agrícola, entre otras. El enfoque más común de los estudios de sequías ha sido la combinación de algunas de las variables mencionadas, generalmente en la forma de índices que definen el estado de deficiencia de humedad de una región. A continuación se anotan los principales métodos que se han desarrollado para analizar y caracterizar cada uno de los tipos de sequía (meteorológica, agrícola, hidrológica y socioeconómica). a) Métodos de análisis de la sequía meteorológica La mayoría de los métodos orientados a la evaluación de la sequía desde el punto de vista meteorológico tienen la finalidad de determinar a través del tiempo la ocurrencia de eventos anormales de la precipitación que se presentan en una región. Los índices de sequía se fundamentan en un análisis estadístico de información meteorológica que permiten la identificación de eventos de sequía, su intensidad, duración, frecuencia y, en ocasiones, su distribución geográfica. Aunque se han desarrollado una gran cantidad de indicadores para el análisis de la sequía meteorológica, actualmente los más utilizados son: o Porcentaje de la Precipitación

Normal (PPN) o Cuantiles (quintiles, deciles y

percentiles) o Desviación Estandarizada de

Precipitación

o Índice Normalizado de Precipitación (NPI, Normalized Precipitation Index)

o Índice de Sequía Oferta-Demanda (SDII, Supply-Demand Drought Index)

o Índice nacional de Lluvia (RI, National Rainfall Index)

o Índice de Precipitación Estandarizado (SPI, Standarized Precipitation Index)

Este último indicador (SPI) ha tenido una amplia difusión y aceptación en el gremio meteorológico, utilizándose progresivamente en las agencias y dependencias de los países desarrollados, como una alternativa fundamentada, congruente y apropiada para el seguimiento de la sequía. Instituciones como el National Drought Mitigation Center (NDMC) de los Estados Unidos, lo utilizan como un método estándar a nivel estatal, regional y nacional, y de acuerdo con sus estimaciones y comentarios, éste es probablemente el mejor índice actual. b) Métodos de análisis de la sequía hidrológica En lo referente a la sequía hidrológica, existen métodos de análisis que han sido desarrollados para lugares y condiciones específicas (de la Unión Americana, principalmente) y pueden adaptarse para cada condición o situación en que se apliquen. Entre los indicadores más comunes se encuentran: o Índice Hidrológico de Sequía de

Palmer (PHDI, Palmer Hidrologic Drought Index)

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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o Índice de Sequía por Humedad en el Suelo (SMDI, Surface Moisture Drought Index)

o Índice de Sequía-Demanda (RDI, Reclamation Drought Index)

o Índice de Sequía Keetch-Byram (KBDI, Keetch-Byram Drought Index)

Independientemente de los métodos anteriores, la sequía hidrológica puede ser estudiada mediante el análisis de la variación espacio-temporal de las aguas subterráneas y superficiales. Cuando se trata de analizar las aguas subterráneas, el indicador más directo de la sequía es la baja en los niveles piezométricos, que muestra el desequilibrio entre las entradas al acuífero y las extracciones. El seguimiento en la evolución de los niveles indica el abatimiento a través del tiempo, lo cual, representado de manera espacial, da una idea aproximada de la tendencia en función de la extracción. Es necesario tener en cuenta que existe un desfase significativo entre la ocurrencia de la lluvia, la infiltración y percolación profunda, y su respuesta en el nivel piezométrico, por lo que pueden pasar varios meses e incluso años antes de que el agua superficial se convierta en subterránea, debido a las bajas velocidades con que el agua viaja en el subsuelo. En lo relativo a las aguas superficiales, que en general tienen una dinámica más intensa, con períodos de análisis mensuales y anuales, puede darse seguimiento y evaluar la sequía a través del estudio de la información hidrológica histórica relativa al escurrimiento en ríos y aportaciones a las presas de almacenamiento. Para

caracterizar la sequía hidrológica, varios autores utilizan como datos hidrométricos, por ejemplo, las aportaciones a las presas, el caudal de entrada o el balance integral del ciclo hidrológico a escala de una cuenca aforada, en este caso una presa (Mckee et al. 1995; Fournier, 2001; Bergaoui y Alouini, 2001; Ortega-Gaucin et al., 2012). El hecho de obtener los parámetros estadísticos de una muestra de valores de aportaciones anuales, permite conocer la media, variación y sesgo, y sobre el valor medio pueden establecerse anomalías: positivas en los excesos y negativas en los déficits. Esto en sí mismo es una manera de caracterizar el fenómeno: las diferencias o desviaciones de cada período respecto a su media (Velasco, 2002). Estos valores sirven para identificar y analizar las consecuencias directas de la variación de precipitaciones sobre la producción de escurrimiento que en periodos largos de escasez de lluvia se traduce como una sequía hidrológica. A partir de series de datos hidrométricos de al menos 30 años, se establece una media del componente hidrológico seleccionado, y a partir de esa media, se determina el déficit o incremento del mismo. Es más común encontrar análisis de sequía hidrológica con datos de entradas anuales de una presa con área de captación bien definida (a escala de cuenca o subcuenca); sin embargo, existen algunas estructuras hidráulicas bien instrumentadas con mediciones mensuales e incluso diarias.

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c) Métodos de análisis de la sequía agrícola

Para realizar el análisis y caracterización de la sequía desde el punto de vista agrícola, existen varios indicadores que han sido desarrollados –sobre todo en el extranjero– entre los cuales se encuentran los siguientes: o Índice de Severidad de Sequía de

Palmer (PDSI, Palmer Drought Severity Index)

o Índice de Humedad del Cultivo (CMI, Crop Moisture Index).

o Índice de Sequía Específico de Cultivo (CDSI, Crop-Specific Drought Index)

o Índice de Aporte de Agua Superficial (SWSI, Surface Water Supply Index)

o Lluvias Dependientes (DR, Dependable Rains)

o Índice DM de Sequedad-Humedad (DM Índex, Dry Conditions and Excessive Moisture Index)

De los indicadores anteriores, el más difundido y ampliamente utilizado es el Índice de Severidad de Sequía de Palmer (PDSI), desarrollado a mediados de la década de 1960. La obtención de cualquiera de estos indicadores (incluyendo el PDSI) es un proceso complejo que requiere mucha información (de variables climatoló-gicas y edafológicas, principalmente), la cual frecuentemente no existe o está incompleta en nuestro país, y por tanto, se tienen que hacer suposiciones que no siempre son acertadas o cuya generalidad ocasiona que los resultados no sean precisos.

Además, cuando se aplican tales indicadores a condiciones diferentes a donde fueron desarrollados, requieren una calibración que no siempre se puede hacer, ya sea porque no se dispone de la información necesaria, o bien, porque los conceptos en los cuales están basados los índices no son aplicables u obtenibles. Por ejemplo, la gran variabilidad de los suelos tanto en el perfil como en extensión es una severa limitante, y suponer valores medios puede conducir a resultados inadecuados. Los parámetros intermedios que adicionalmente se requieren, obtenidos de los valores reales y potenciales de las variables, hacen complejo y difícil el proceso de calibración y cálculo (Velasco, 2002). Por lo anterior, la utilización de estos indicadores depende de múltiples factores entre los cuales se destacan la disponibilidad de datos y el alcance del análisis que se pretenda realizar. d) Métodos de análisis de la sequía

socioeconómica Como se ha observado en los incisos anteriores, existe una amplia variedad de indicadores para analizar y caracterizar las sequías desde los puntos de vista meteorológico, agrícola e hidrológico, cada uno de los cuales tiene ventajas y desventajas que limitan o favorecen su aplicación en un ámbito determinado. Sin embargo, ninguno de estos métodos es válido para evaluar el impacto socioeconómico de las sequías. La evaluación de este impacto en un estado, país o región, es considerada por algunos expertos como un problema no resuelto y, hasta cierto

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Capítulo 1. Marco Teórico para el Análisis de la Sequía

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punto, como una misión imposible. Esto es principalmente debido a que, como se mencionó anteriormente, el fenómeno de la sequía provoca una compleja e intrincada red de efectos económicos, sociales y ambientales, que se acumulan de manera gradual y que pueden permanecer incluso años después de la terminación del evento. Entonces, por la naturaleza misma del fenómeno, no existe una respuesta única y definitiva a la pregunta ¿Cuál es el impacto socioeconómico de una sequía? Los impactos totales y sectoriales dependerán de la cuantía de la reducción en la disponibilidad de agua, así como de las condiciones económicas tanto estructurales como coyunturales, incluyendo los precios de los cultivos afectados, entre otras variables (Sisto et al., 2011). Los impactos de la insuficiencia del agua se traducen en menor producción e ingreso, ya que los volúmenes disponibles durante el período de sequía no alcanzan para satisfacer la demanda de agua en condiciones normales. Así, la evaluación de la sequía en términos económicos se hace principalmente con base en conceptos como: productividad, ingreso, eficiencia, desempleo, etc.

Actualmente, para evaluar y caracterizar las sequías desde el punto de vista socioeconómico, la única referencia cuantitativa existente son las relaciones de pérdidas económicas derivadas de la escasez hídrica, o el número de personas afectadas por restricciones de escasez de agua y, en casos extremos, el recuento de víctimas (Valiente, 2001). Para el sector agropecuario, que es el que más agua demanda y consume, los análisis económicos en términos de superficies cosechadas y siniestradas, volumen de la producción, valor de la producción, cabezas de ganado perdidas, etc., proporcionan indicadores de impacto de la sequía y reflejan, quizá mejor que en los otros sectores, que el déficit hídrico tiene severos efectos negativos en un ámbito totalmente dependiente del recurso. De esta manera, con base en los fundamentos teóricos, conceptuales y metodológicos esbozados en este capítulo, en los capítulos siguientes se analiza el fenómeno de la sequía desde distintas perspectivas, comenzando por presentar una narrativa de sus impactos en la sociedad mundial y nacional, y posteriormente enfocándonos en el estudio relativo a las condiciones particulares del estado de Nuevo León.

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David Ortega
Texto tecleado
Página en blanco
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Capítulo 2

La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

esde tiempos inmemoriales la sequía ha sido una amenaza para la supervivencia de la humanidad. Con frecuencia ha sido la causa de migraciones masivas, hambrunas y guerras, e incluso ha llegado a alterar el curso de la

historia misma. Hoy en día la sequía sigue afectando a la población mundial de diferentes maneras. De hecho, todavía se están descubriendo las complejas interrelaciones entre la sequía y la sociedad, y se están implementando diversas estrategias de respuesta y mitigación que permitan reducir los impactos del fenómeno y, por lo tanto, la vulnerabilidad de las generaciones futuras. Para conocer y comprender de la mejor manera posible la magnitud de los impactos causados por las sequías en la sociedad global, en este capítulo se presenta una narrativa de los principales acontecimientos relacionados con la sequía en el contexto mundial y nacional. En primer lugar se incluye un breve esbozo de las grandes sequías ocurridas históricamente en el mundo, así como de los impactos del fenómeno en la época moderna, y luego se describe lo relativo a los principales eventos de sequía que han ocurrido en México, desde los tiempos precolombinos hasta la actualidad. 2.1. La sequía en el contexto mundial a) Breve esbozo de las sequías en la

antigüedad Existen relatos de grandes desastres (incluyendo los causados por sequía), desde los inicios de la historia escrita de la humanidad, y aún de otros que se remontan a épocas prehistóricas y que se han transmitido a través de mitos y leyendas que con frecuencia han encontrado verificación mediante evidencias físicas descubiertas en estudios arqueológicos recientes.

Es probable que las sequías más antiguas de las cuales se tiene registro escrito son las que se relatan en la Biblia, específicamente en el Antiguo Testamento, donde los profetas de Israel consideraban que la sequía era consecuencia de un castigo divino por los pecados del pueblo:

“Así ha dicho Jehová todopoderoso: meditad sobre vuestros caminos (…) Por eso, por culpa de vosotros los cielos detuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus frutos. Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el trigo y el vino nuevo, sobre el aceite fresco y el fruto de la tierra,

D

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Sequía en Nuevo León

40

sobre los animales y los hombres, y sobre toda la obra de sus manos.”

Hageo 1:7, 10-11

(Año 520 a.C.)

“Esta es la palabra de Jehová que

vino a Jeremías con motivo de la sequía: Judá está de luto y sus ciudades desfallecen; hay lamentos en el país y sube el clamor de Jerusalén. Los nobles mandan por agua a sus siervos, y estos van a los pozos y no la encuentran. Avergonzados y confundidos vuelven con sus cántaros vacíos y cubriéndose la cabeza en señal de luto. El suelo está agrietado porque no llueve en el país. Avergonzados están los campesinos cubriéndose la cabeza. Aún las ciervas, en el campo, abandonan a sus crías por falta de pastos. Parados sobre las lomas desiertas y con los ojos desfallecientes, los asnos salvajes jadean como chacales porque ya no tienen hierba.”

Jeremías 14:1-6 (Año 629 a.C.)

Se cree, y algunas investigaciones así lo demuestran, que las sequías ocurridas en el pasado pudieron haber sido la causa de grandes conflictos sociales e incluso de la desaparición de civilizaciones completas. El hambre, la sed y las enfermedades causadas por la sequía, tienen el potencial de matar a millones de personas, y han sido implicadas en la desaparición o contracción severa de civilizaciones antiguas como la acadia en Mesopotamia, la tiwanaku y la moche en Sudamérica, la anazasi en la América del Norte, y la tolteca y la maya en Mesoamérica, así como otras alrededor del mundo (Gill, 2008). Recientemente (2011), investigadores de la Universidad de Saint Andrews, Reino Unido, han confirmado que un período de sequía muy severo ocurrido

hace 4 mil 200 años aproximadamente, podría haber contribuido a la desaparición del Imperio Egipcio. Utilizando ondas de radio para estudios sísmicos, junto con la datación por carbono de una sección de 100 metros de sedimentos en el lecho del lago Tana, en Etiopía, el equipo fue capaz de mirar hacia atrás miles de años, descubriendo cómo los niveles de agua en el lago habían variado en los últimos 17 mil años, mostrando períodos de abundancia de agua pero también de sequías severas. Figura 2.1. Seth o Set, deidad brutal, dios de la sequía y del desierto en la mitología egipcia.

Los estudios confirmaron que la antigua civilización egipcia pudo haber experimentado un prolongado período de sequía de la misma gravedad de la que se encuentra en algunas partes de

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

41

África hoy en día. Lo que aconteció fue resultado de presiones externas y de un fallo en el sistema agrícola del que dependía gran parte de la sociedad, dando como resultado una anarquía. Con esto, fue llegando el final de un período particularmente extenso de faraones, existiendo muy buenos antecedentes de que la ley y el orden se estaban viniendo abajo (Bates, 2011). Los registros históricos sugieren que la región se vio afectada por una sequía que abarcó varias décadas, obligando a las personas a tomar medidas extremas, incluyendo, según se encuentra en algunos textos, el

comerse a sus propios hijos. Esta sequía ha sido confirmada con la información recogida por el equipo de Saint Andrews, junto con investigadores de la Universidad de Aberystwyth, Inglaterra. Por otro lado, un estudio llevado a cabo en los últimos años (1996-2011) por investigadores del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia en Palisades, Estados Unidos, revela la existencia de cuatro megasequías en los últimos mil años que asolaron a la especie humana.

Figura 2.2. La sequía ha afectado a la humanidad desde tiempos inmemoriales.

El estudio referido –que tuvo una duración de 15 años y se basó en el análisis de los anillos de 300 árboles en toda Asia– abarca un periodo histórico de 700 años. Según los resultados, en

ese lapso se registraron al menos cuatro sequías épicas, que están relacionadas con grandes catástrofes históricas. El clima podría haber jugado un importante papel en la

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Sequía en Nuevo León

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caída de la penúltima familia real china, la dinastía Ming, en 1644. Entonces se produjo una grave sequía, que algunos textos de la época describen como la peor en cinco siglos. Los anillos de los árboles revelan que duró tres años, y que fue más mordaz en el noroeste chino, en las inmediaciones de Pekín. Parece que la falta de agua podría haber incentivado las rebeliones que acabaron con los Ming. Entre 1756 y 1768, un periodo que coincide con el colapso de los reinos de los actuales Vietnam, Tailandia y Birmania, la sequía enturbió las estructuras políticas hasta Siberia, y los anillos arbóreos indican también que el oeste de la India se vio gravemente afectado. Este agostamiento no aparece documentado en textos históricos, pero los investigadores rastrearon sus consecuencias en los anillos de varias tecas en Tailandia, y más tarde en varios cipreses vietnamitas. La sequía que asoló la India entre 1790 y 1796 se sintió a lo largo y ancho del globo terráqueo. Trajo consigo levantamientos civiles y tumultos. La más sonada de estas rebeliones fue la Revolución Francesa. Pero la peor de todas fue la 'Gran Sequía' de la era victoriana, entre 1876 y 1878. Afectó a los trópicos y provocó hambrunas que acabaron con la vida de 30 millones de personas. Con base en las pruebas que aportan los anillos arbóreos, esta falta de lluvias fue especialmente terrible en la India, pero se extendió hasta la lejana China y la actual Indonesia. Las políticas de la era colonial intentaron medrar con las consecuencias de este fenómeno climático, pero el hambre y el cólera

agitaron a la población, que se sublevó contra Francia. Es importante hacer notar que la sequía rara vez provoca inanición y sed por sí misma. Estas están inextricablemente entrelazadas con las enfermedades, así que a menudo resulta difícil determinar si una persona murió de inanición o de enfermedad. La cascada de efectos provocados por una sequía incorpora a menudo las tres causas de muerte en gran escala: inanición y sed, enfermedad y conflicto (Gill, 2008). b) Las sequías en la época moderna

y sus impactos en la sociedad En la actualidad la sequía es considerada como el fenómeno natural que afecta a más población que cualquier otro desastre natural a nivel mundial. Asimismo, se considera que la sequía es el fenómeno menos comprendido de todos los peligros naturales (Hagman, 1984; Wilhite, 2000). Esta aparente dicotomía es interesante porque se podría esperar que los gobiernos y las organizaciones internacionales dirigieran los recursos financieros para atender las necesidades o problemas sociales más urgentes (es decir, los que tienen mayor impacto) pero, históricamente, este no ha sido el caso con respecto a la sequía. De entre los principales riesgos naturales que afectan a la sociedad (es decir, terremotos, inundaciones, sequías y huracanes), la sequía es el que recibe la menor atención científica y política. Esto se debe en gran medida a su lento inicio en la naturaleza; a sus impactos acumulativos no estructurales; a su baja cifra de muertos directamente relacionados

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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con la sequía; y a su extensa cobertura territorial que hace difusas las actividades de socorro y recuperación (Wilhite y Vanyarkho, 2000). Los eventos naturales peligrosos han sido ordenados con base en sus características e impactos por Bryant (1991), los cuales se resumen en el Cuadro 2.1. Las características clave de riesgo usadas en esta evaluación incluyen: una expresión del grado de severidad, la longitud del evento, la superficie afectada total, la pérdida total de vidas humanas, las pérdidas económicas totales, los efectos sociales, los impactos a largo plazo, la brusquedad, y la ocurrencia de desastres naturales asociados. Aunque los rangos de clasificación de varios peligros presentados en el Cuadro 2.1 son subjetivos, en general son útiles porque proporcionan una evaluación integrada de las características de peligro y de las relaciones existentes entre los riesgos. Debido a la duración, intensidad y extensión espacial de los eventos de sequía, y a la magnitud de los impactos asociados, la sequía ocupa el primer lugar de la lista. Sin embargo, se podría argumentar que la pérdida total de vidas asociada con la sequía, en este caso está significativamente sobrevalorada. La clasificación hecha por Bryant (1991) atribuye la pérdida de vidas a causa de las hambrunas ocurridas como consecuencia de la sequía pero, según Wilhite (2000), esto es inapropiado ya que la causa principal de las hambrunas en las últimas décadas ha sido la guerra civil o los conflictos políticos, los cuales aumentan la vulnerabilidad a la sequía. Empero,

aunque no todas las hambrunas son causadas por sequía, ésta ha sido la causa de muchas hambrunas en la historia de la humanidad (Gill, 2008); de hecho, algunos autores han afirmado que la mayoría de las hambrunas catastróficas han sido producidas por sequías (Seavoy, 1986; Hidore, 1996). Por ejemplo, todas las hambrunas durante la segunda mitad del siglo XIX en la India ocurrieron durante tiempos de paz, cuando había dos o más años consecutivos de cosechas pobres causadas por sequías (Seavoy, 1986). En el África moderna el hambre es un mal extendido. Muchos países del continente no están en condiciones para producir suficientes alimentos para su población. Algunos de los factores que han desempeñado un papel decisivo son las sequías, la aridez del suelo, ya de por sí seco, las oscilaciones del clima, la erosión y los ataques de parásitos; todo ello produce la pérdida continua de cosechas con consecuencias catastróficas para la población. El espectro de la sequía apareció en África en la década de 1980, cuando las lluvias escasearon durante años sucesivos y, por el número total de personas afectadas, fue el peor desastre en la historia moderna del continente. En 1984, 27 países necesitaron ayuda alimentaria, y ni uno solo de los países africanos produjeron superávit de alimentos. Hacia 1985 la hambruna se había desatado en el continente africano: hasta 35 millones de personas tuvieron escasez de alimentos y ya habían muerto más de un millón. La hambruna no sólo fue grave sino extensa (Hidore, 1996).

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Sequía en Nuevo León

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Cuadro 2.1. Eventos naturales peligrosos ordenados en función de sus características e impactos.

Notas: La clasificación global se basa en la puntuación media. 1/Las características e impactos de los eventos naturales peligrosos se clasifican en una escala de 1 (el más pequeño o menos importante) a 5 (el más grande o más importante). Fuente: adaptado de Bryant (1991).

Grado de

severidad

Longitud

del evento

Extensión

territorial

Pérdida de

vidas

Pérdidas

económicas Efecto

social

Impacto de

largo

alcance

Brusquedad

Ocurrencia

de peligros

asociados

1 Sequía 5 5 5 5 5 5 5 2 3

2 Huracán 5 4 4 4 4 4 5 1 5

3 Inundación

regional 4 4 4 5 5 5 4 2 3

4 Terremoto 5 1 5 4 5 5 4 3 3

5 Erupción

volcánica 5 2 2 4 4 4 5 3 5

6 Tormenta extra-

tropical 5 3 4 4 4 4 4 1 3

7 Tsunami 4 2 5 4 4 4 3 2 1

8 Incendio

forestal 3 3 3 3 3 3 3 4 1

9 Suelos

expansivos 1 5 5 1 2 1 3 5 1

10 Aumento del

nivel del mar 1 5 5 1 3 1 5 1 2

11 Témpanos de

hielo 2 5 5 2 2 1 1 4 1

12 Tormenta de

polvo o arena 3 3 4 1 2 1 2 5 1

13 Deslizamientos

de tierra 2 4 4 2 2 2 1 4 1

14 Erosión de las

playas 1 4 4 1 2 2 2 4 1

15 Avalanchas de

escombros 4 1 1 3 2 3 1 5 1

16 Fluencia y solifluxión 1 5 4 1 2 1 2 4 1

17 Tornado 4 1 3 2 2 2 1 4 1

18 Nevada 2 3 3 1 2 2 1 4 2

19 Hielo en la

costa 1 2 5 1 2 1 2 5 1

20 Inundaciones

repentinas 3 1 2 2 2 2 1 5 1

21 Tormenta eléctrica 2 1 4 2 2 1 1 4 2

22 Rayo 2 1 4 2 2 1 1 5 1

23 Ventisca 2 3 2 2 2 1 1 5 1

24 Olas oceánicas 2 2 4 2 2 1 1 3 1

25 Tormenta de

granizo 2 1 2 1 3 1 1 5 1

26 Lluvia helada 2 2 1 1 2 2 1 5 1

27 Viento fuerte

localizado 1 2 3 1 1 1 1 5 1

28 Hundimientos 2 3 1 1 2 2 1 3 1

29 Flujos de lodo y

escombros 2 2 1 2 2 1 1 2 1

30 Flujos de aire

sostenidos 2 1 1 2 1 1 1 4 1

31 Caída de rocas 1 1 1 1 1 1 1 5 1

Orden

globalEvento

Calificación de las características e impactos1

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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Figura 2.3. Ganado débil y moribundo como consecuencia de la sequía en África.

Sin embargo, existen otras causas importantes de la escasez de alimentos en el llamado “continente negro”: la inestabilidad política con enfrentamientos armados, sobre todo guerras civiles en las que el hambre se emplea intencionadamente como estrategia bélica. Pero también la corrupción y la mala economía unidas a una política comercial desastrosa para la agricultura africana son elementos clave del hambre y el sufrimiento de la gente (Genzmer et al., 2007). Las recientes sequías que han ocurrido en países desarrollados y en vías de desarrollo, así como sus efectos concomitantes y los impactos causados en la población, han puesto de relieve la vulnerabilidad de las sociedades ante este riesgo natural. Las estadísticas

recopiladas por el Comité Alemán para la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (IDNDR, por sus siglas en inglés), indican que la sequía fue la principal causante de víctimas de desastres naturales a nivel mundial durante el siglo XX (1900-1998), destacando las enormes pérdidas debidas a las sequías en Asia y África (Figura 2.4). En términos de pérdidas económicas, debido a que los daños causados por la sequía son no estructurales, las pérdidas asociadas con este fenómeno ocuparon el quinto lugar en la relación de desastres naturales ocurridos a nivel mundial durante el período de 1976-1998, después de los sismos, las inundaciones, los huracanes y las tormentas invernales (Figura 2.5).

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Sequía en Nuevo León

46

Figura 2.4. Víctimas de desastres naturales a nivel mundial durante el siglo XX (1900-1998).

Fuente: elaboración propia con base en IDNDR y CENAPRED (2001)

Figura 2.5. Pérdidas económicas estimadas por grandes desastres en el mundo

(1976-1998).

Fuente: elaboración propia con base en IDNDR y CENAPRED (2001)

Es importante tener en cuenta que las cifras derivadas de los daños económicos causados por la sequía

incluyen únicamente la ayuda proporcionada por la comunidad internacional a través de organismos

0

2

4

6

8

10

12

14

Sequía Inundación Sismo Huracán Erupción volcánica

Otros

Mil

lon

es

de

Víc

tim

as

Desastre

0

50

100

150

200

250

Sismo Inundación Huracán Tormenta Invernal

Sequía Otros

Mil

es

de

Mil

lon

es

de

lare

s (U

SD

)

Desastre

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

47

internacionales, donaciones gubernamentales, y organizaciones no gubernamentales. No se incluyen los fondos proporcionados por los gobiernos para el socorro y la recuperación de las zonas afectadas dentro de sus propias fronteras. Por ejemplo, el Gobierno Federal de los Estados Unidos gastó cerca de 8 billones de dólares para auxiliar a las zonas severamente afectadas por la sequía entre 1974 y 1977. Otros 6 billones de dólares fueron erogados por el mismo gobierno en los años de 1988-89. Por su parte, el gobierno de Australia proporcionó asistencia para las áreas afectadas por la sequía gastando un total de 940 millones de dólares australianos entre 1970 y 1984, y el gobierno de Sudáfrica erogó cerca de 450 millones de dólares para

paliar los efectos de la sequía en los años de 1984-85 (Wilhite y Vanyarkho, 2000). Finalmente, hay que hacer notar que las sequías ocuparon el primer lugar en cuanto al número de desastres que afectaron al 1% o más de la población mundial durante el período de 1963-1992 (Figura 2.6). En este aspecto, el número de desastres causados por sequía rebasa con mucho al número de desastres originados por otro tipo de fenómenos naturales (inundaciones, tormentas tropicales, terremotos, etc.). De hecho, según el Global Drought Monitor, en los últimos dos años (junio 2010 a junio de 2012), más de 35 millones de personas en todo el mundo padecieron sequía con algún grado de severidad (Figura 2.7).

Figura 2.6. Número de desastres, por tipo, que afectaron al 1% o más de la población

mundial (1963-1992)

Fuente: adaptado de Wilhite (2000)

0 20 40 60 80 100 120 140 160 180

Olas de frío

Avalanchas

Tsunamis

Infestaciones de insectos

Deslizamientos de tierra

Epidemias

Erupciones volcánicas

Otras tormentas

Hambrunas/Escasez de alimentos

Terremotos

Tormentas tropicales

Inundaciones

Sequías

Número de Desastres

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Sequía en Nuevo León

48

Figura 2.7. Regiones del mundo que padecieron sequía con algún grado de severidad durante el período de junio de 2010-junio 2012.

Fuente: adaptado de Global Drought Monitor (2012)

Obsérvese en la Figura 2.7 cómo una gran proporción del territorio mundial ha sufrido recientemente los embates de la sequía excepcional, la cual se caracteriza por ocasionar la pérdida de cultivos y pastos, aumentar el riesgo excepcional de incendios forestales y causar escasez de agua en presas y reservorios (GDM, 2012). Esto no es un buen augurio para la producción agropecuaria mundial. A pesar de que en algunos lugares del mundo se espera tener lluvias torrenciales a causa de las tormentas tropicales y los huracanes, estas precipitaciones no serán suficientes en muchos casos para mitigar la sequedad subyacente. 2.2. La sequía en el contexto nacional a) Breve historia de las sequías en

México El problema de la sequía en México ha sido una cuestión recurrente y

persistente a lo largo de su historia, tal como lo muestran los registros documentados de las sequías ocurridas incluso desde antes de la colonización española (ver Florescano, 2000; Cano y Hernández, 2007; Gill, 2008). Tláloc, el dios azteca de la lluvia, es una clara evidencia del miedo ancestral que le tenían nuestros antepasados a la falta de agua (Moreno, 2004). La combinación de tierras fértiles con un régimen de lluvias favorables a la agricultura, con corrientes de agua permanentes o con depósitos lacustres superficiales y extensos, fue un ideal perseguido por los pueblos de agricultores que habitaron el antiguo México.

Textos antiguos indican que el peor azote de los pueblos fue la sequía, la cual afectaba al cultivo del maíz en dos momentos críticos: en la época de la siembra (marzo-abril), en que era indispensable la humedad para que la

Severidad de la sequía Sequía

menorSequía

moderadaSequíasevera

Sequíaextrema

Sequíaexcepcional

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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semilla germinara, y en el período de gestación de la mazorca (junio-septiembre), que exigía lluvias regulares y abundantes. Si la falta de lluvias ocurría en los meses de la siembra, el retraso de ésta exponía a la planta a la contingencia de las heladas tempranas, muy frecuentes en las tierras altas. Si las lluvias no llegaban en el momento de la maduración de la espiga, era seguro que se perdiera una parte considerable de la cosecha esperada. Las peores catástrofes agrícolas las ocasionaron los períodos prolongados de sequía y la conjunción de ésta con las heladas.

Figura 2.8. Tláloc, el dios azteca de la lluvia.

Nuestro país ha padecido los efectos de la sequía a lo largo de su historia, aún cuando no se conocen con exactitud las fechas en que ocurrieron, se sabe de la existencia de periodos secos en el México antiguo. El resultado de estos períodos de ausencia de lluvias era hambre, migración y muerte, que alteraba no solo la actividad agrícola sino la vida misma de las comunidades. Inclusive se cree que la causa del colapso de algunas civilizaciones precolombinas fue la sequía. Ciertos

investigadores piensan que la caída de Teotihuacán en el siglo VIII de nuestra era, se debió a un desastre natural, como un terremoto o una hambruna provocada por sequía; otros expertos proponen explicaciones más complejas: su destrucción coincidió con un cambio climático que transformó las regiones agrícolas del norte en tierras áridas y estériles, por lo que la sequía obligó a los nómadas chichimecas a emigrar al sur, pudiendo haber sido ellos quienes atacaron y asolaron la ciudad (Rodríguez y MacLachlan, 2001). Por otra parte, Gill (2008) sustenta en su obra una teoría en la que afirma que la civilización maya se colapsó como resultado de una serie de sequías devastadoras ocurridas durante los siglos IX y X de nuestra era, privándolos no sólo de comida, sino de lo que es aún más importante: el vital líquido, pues en la antigüedad la tecnología que se tenía para captar, almacenar y extraer el agua con la que se pudiera hacer frente a la sequía era muy limitada. Durante la época colonial la sequía fue casi continua, de modo que sus efectos se prolongaron y se volvieron acumulativos para la población, cuya mayoría dependía de la agricultura como actividad económica. En el período independiente, las sequías continuaron afectando a la agricultura debido a que en esa época sólo una parte muy pequeña de la tierra cultivada disponía de sistemas de riego; la mayoría de los cultivos se hacían en tierras de temporal. La incipiente industrialización que vivió México durante el Porfiriato se frenó parcialmente con la Revolución de 1910, lo cual provocó que la población

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Sequía en Nuevo León

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retornara a la actividad agrícola. En su inmensa mayoría la población económicamente activa permaneció vinculada a la agricultura hasta bien entrado el siglo XX. Así, a pesar de los procesos de modernización e industrialización impulsados a lo largo de este período, las sequías continuaron provocando estragos en la producción agrícola y en la población dependiente de ella (Florescano, 2000). A lo largo del siglo XX, hubo una tendencia creciente a la ocurrencia de sequías en México y en el mundo, la cual se prolongó hasta la década de los setenta, de modo que la producción agrícola disminuyó justo en el momento en que la población mundial aumentaba su tasa de crecimiento. El resultado de esta tendencia fue la deficiencia alimentaria y la ocurrencia de hambrunas en muchos países. A partir de la década de 1980, México pasó de ser un país exportador de granos, a ser uno de los mayores importadores de maíz (Castorena, 1980). A pesar de la Revolución Industrial y de los adelantos técnicos acumulados a lo largo de los últimos dos siglos, y a pesar de la Reforma Agraria, la economía siguió sufriendo los estragos de la sequía y de la falta de previsión y planeación. Los estados del territorio nacional que históricamente han sido afectados por las sequías y donde se presenta con mayor frecuencia el fenómeno están ubicados en el norte. Sin embargo, en orden de severidad de sus efectos desfavorables se encuentran: Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Baja California, Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro,

Hidalgo y Tlaxcala. En el Cuadro 2.2 y en la Figura 2.9 se muestran los estados de la República que históricamente han sido afectados por las sequías (períodos secos más importantes ocurridos durante el siglo XX, entre 1948 y 1996), donde se indica el grado de severidad con que se han presentado en cada entidad federativa. b) Las sequías en la época moderna

de México

En el México moderno, desde finales del siglo XX y principios del actual, han ocurrido varios años deficitarios de lluvias, principalmente en el norte del país. En la cuenca del río Bravo, una de las más importantes de México por su extensión territorial y su estratégica ubicación geográfica, ocurrió un periodo de sequía hidrológica extraordinaria que se extendió prácticamente a lo largo de 14 años consecutivos (1992-2005), y fue el más severo y prolongado del cual se tiene registro (Ortega-Gaucin et al., 2012). Esta sequía afectó principalmente a los distritos y unidades de riego que se ubican en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y tuvo importantes repercusiones económicas y sociales en la región. Además, la escasez de agua generó diversas controversias locales, regionales e incluso internacionales, dado que México se vio imposibilitado durante varios años para entregar a los Estados Unidos los volúmenes de agua que estipula el “Tratado sobre Distribución de Aguas Internacionales entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”.

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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Cuadro 2.2. Grado de afectación de la sequía en los estados de la República Mexicana.

Estado Período

1948-1954 1960-1964 1970-1978 1993-1996

Aguascalientes No afectó Severa Regular Severa Baja California Regular Severa Regular Severa Baja California Sur Regular Severa Regular Severa Campeche No afectó No afectó No afectó No afectó Chiapas No afectó No afectó No afectó No afectó Chihuahua Severa Severa Severa Severa Coahuila Severa Severa Severa Severa Colima No afectó No afectó No afectó Regular

Distrito Federal No afectó Regular No afectó Severa Durango Regular Severa Severa Severa Guanajuato Regular Severa Regular Severa Guerrero No afectó No afectó No afectó Regular Hidalgo Regular Severa Severa Severa Jalisco No afectó Regular No afectó Regular México (Estado) No afectó Regular Regular Severa Michoacán No afectó No afectó No afectó Regular Morelos No afectó No afectó No afectó Severa Nayarit No afectó Regular No afectó Regular Nuevo León Severa Severa Severa Severa Oaxaca No afectó No afectó No afectó Regular

Puebla No afectó Regular Regular Severa Querétaro Regular Severa Severa Severa Quintana Roo No afectó No afectó No afectó No afectó San Luis Potosí Severa Severa Regular Severa Sinaloa Regular Severa Regular Severa

Sonora Severa Severa Regular Severa Tabasco No afectó No afectó No afectó No afectó Tamaulipas Severa Severa Regular Severa Tlaxcala No afectó Severa Severa Severa Veracruz No afectó No afectó No afectó Regular Yucatán No afectó No afectó No afectó No afectó

Zacatecas Regular Severa Regular Severa Fuente: CENAPRED (2001)

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Sequía en Nuevo León

52

Figura 2.9. Estados de la República afectados en diferentes períodos de sequía.

Fuente: adaptado de CENAPRED (2001)

Oficialmente se reconoce que en el año 2009 se presentó en México la segunda peor sequía en 60 años; que el año 2010 fue el más lluvioso del que se tenga registro y que, en el 2011, 40% del territorio mexicano registró la peor sequía de las últimas siete décadas. Las cifras de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) revelan que en el año agrícola 2010-2011 sumaron 2.7 millones las hectáreas siniestradas en siete de los principales cultivos, sobre

todo en Sinaloa, Zacatecas y Guanajuato. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) corroboró este fenómeno en diferentes grados en 1 mil 213 municipios de México, lo que permitió aprobar la declaratoria de emergencia por desastre natural en 1 mil 174 de éstos. A nivel de entidades federativas, 19 de los 32 estados de la República sufrieron los efectos de la peor sequía en décadas, entre los que destacan Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas.

AfectaciónSin afectaciónRegularSevera

AfectaciónSin afectaciónRegularSevera

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AfectaciónSin afectaciónRegularSevera

1948-1954 1960-1964

1970-1978 1993-1996

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), informó que 64 de las 174 áreas naturales protegidas en México (36.8%), se encontraban en riesgo por la sequía que afectaba al país y que ya era considerada como la peor en los últimos 70 años. En el 2011, México sufrió uno de los peores años en cuanto a incendios forestales. Coahuila, entidad ubicada en el norte del país, fue de las más afectadas, con alrededor de 425 mil hectáreas de bosques y matorrales quemadas. Actualmente (año 2012) gran parte de la República Mexicana enfrenta los

estragos de una sequía que comenzó a gestarse a finales del año 2010 y cuyos efectos negativos siguen vigentes. De acuerdo con la CONAGUA, como resultado de las escasas precipitaciones que se presentaron desde octubre del 2010 hasta mayo de 2011, la sequía se incrementó gradualmente; en noviembre de 2010 el 12.2% de la superficie total del país padecía los efectos de algún tipo de sequía (desde sequía moderada hasta sequía extrema), y para junio de 2011 esta superficie se incrementó significativa-mente hasta cubrir cerca del 86% del territorio nacional (Figura 2.10). El año 2011 terminó siendo el décimo tercer año más seco en la historia de México desde los últimos 70 años.

Figura 2.10. Regiones del país afectadas por sequía durante el mes de junio de 2011.

Fuente: adaptado de CONAGUA/SMN (2011)

En un informe extraoficial del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicado en el mes de abril de 2012, se afirma que México vive la

peor sequía en siete décadas, la cual generó pérdidas económicas en la producción agrícola que superan los 16 mil millones de pesos (mil 300 millones de dólares). Según el informe, la

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Sequía en Nuevo León

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prolongada sequía ha afectado a un 70% del país y ha diezmado a la agricultura en los estados norteños de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Durango, así como Zacatecas y

Aguascalientes. Entre las pérdidas se incluyen 9 mil millones de pesos (710 millones de dólares) en cultivos de maíz y 6 mil millones de pesos (280 millones de dólares) en frijoles (La Jornada, 4 de abril de 2012).

Figura 2.11. Porcentaje del área afectada por sequía en México (2003-2012).

Fuente: CONAGUA/SMN (2012).

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que las pérdidas en México por la peor sequía en 70 años equivalen al 10% del Producto Interno Bruto (PIB), y calcula que alrededor de 48 millones de mexicanos padecen las consecuencias de la sequía en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, siendo un problema que afecta a dos de cada tres hectáreas (La Crónica, 17 de junio de 2012). Ante esta situación, a principios de 2012 el Gobierno Federal de México a través de la CONAGUA, ordenó liberar 33 mil 827 millones de pesos (unos 2 mil 500 millones de dólares) para atender la situación de sequía que afecta al país, sobre todo en los estados del centro y norte. Los recursos gubernamentales serán asignados particularmente a la rehabilitación y el reforzamiento de la infraestructura para el suministro de agua destinada al

consumo humano, y para garantizar el abasto de alimentos a las poblaciones afectadas por la sequía. Según la propia CONAGUA, se espera que este fenómeno meteorológico continúe hasta el inicio de la temporada de lluvias a comienzos del verano boreal del 2012. Finalmente, se debe considerar que aunque la actual sequía en México se puede atribuir en su mayor parte a la variabilidad climática normal, hay que tener en cuenta que los efectos del cambio climático global se irán sumando a los causados por esta variabilidad como lo demuestran estudios científicos realizados en los últimos años (por ejemplo, Martínez-Austria, 2007). En consecuencia, se estima que esta clase de escenarios se presenten cada vez con mayor frecuencia y, por ende, despierten mayor interés en la población y en las autoridades gubernamentales.

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Capítulo 2. La Sequía en el Contexto Mundial y Nacional

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SEGUNDA PARTE

Análisis Espacio-Temporal de las Sequías en Nuevo León

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Sequía en Nuevo León

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David Ortega
Texto tecleado
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Capítulo 3

Breve Historia de las Sequías en Nuevo León

l estado de Nuevo León, al igual que muchos estados de la República Mexicana, se ha visto históricamente afectado por las sequías recurrentes, con el agravante de que, por ubicarse geográficamente en la zona norte del país, la

población de esta entidad federativa es altamente vulnerable a la escasez y falta de agua, dado que en la mayor parte del territorio estatal predominan los climas secos y semisecos extremosos. Para conocer, al menos someramente, los efectos que han tenido las sequías registradas históricamente en Nuevo León, es preciso remontarse en el tiempo a través de la revisión de los registros y publicaciones periódicas –como son los diarios y boletines, por ejemplo– que dan cuenta de los acontecimientos sucedidos en torno a la ocurrencia de la sequía o a la falta de agua en épocas pasadas, cuando las condiciones de humedad no han sido suficientes para abastecer las necesidades de la población y del sector agropecuario, principalmente. Así, el propósito de este capítulo es hacer un breve recuento de los eventos de sequía más importantes acontecidos en el pasado en esta entidad federativa. 3.1. Las sequías en el pasado y sus efectos en la población En el Cuadro 3.1 se presenta un resumen de los eventos de sequía ocurridos en el estado de Nuevo León durante el período que comprende de 1868 a 1996. Para elaborar este cuadro se realizó un extracto de las recopilaciones hechas por Padilla y Rodríguez (1980) y Castorena (1980), ambos referidos en Florescano (2000); asimismo, se contrastó la información correspondiente al siglo XX (1950-

1996) con los datos del Atlas Nacional de Riesgos de la República Mexicana editado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED, 2001). Cabe mencionar que en este cuadro se incluyen los eventos en los cuales las fuentes consultadas mencionan que el estado de Nuevo León resultó afectado por: sequía, falta de agua, escasez de lluvia u ondas cálidas, contemplando aquéllos eventos en los que el fenómeno en cuestión afectó a la región norte y noreste del país.

E

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Sequía en Nuevo León

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Cuadro 3.1. Sequías registradas históricamente en Nuevo León (1868-1996).

Año Mes Características Efectos

1868 Mayo- julio Sequía Pérdida de las cosechas. Los precios del maíz y el zacate se encarecen.

1886-87 Octubre- julio

Sequía continua desde octubre de 1886

Campos secos. Pérdidas de ganado mayor y menor. Aumento en el precio del maíz y del frijol.

1889 Enero-julio Falta de agua Se secan las norias. Pérdida de las cosechas de maíz y frijol. La gente emigra hacia el río Conchos y el río Norte.

1891 Escasez de lluvia Malas cosechas. Milpas raquíticas. Muerte de ganado.

1892 Sequía extraordinaria

No hay cosecha. La población padece hambre. Mortandad de ganado.

1894 Enero-julio Sequía Campos áridos. Hay hambre entre la población.

1897 Falta absoluta de lluvias

Malas cosechas de trigo.

1905 Agosto-septiembre

Falta de agua Disminuyeron las cosechas de maíz, frijol y cebada.

1906 Mayo-Agosto

Exceso de calor. Nada de lluvias

Se perdió la cosecha de fruta.

1907 Enero-septiembre

No llueve casi nada desde el año pasado

Cosechas de maíz y frijol escasas por falta de agua. Las fuentes y los arroyos se secan. Se dice que la sequía no tiene precedente.

1909 Agosto Escasez de lluvias

Presas y arroyos secos.

1917 Noviembre Persiste la sequía desde hace meses

En caso de que lleguen las lluvias se asegura abundante cosecha.

1923 Agosto Pocas lluvias Cosechas pobres. 1925 Junio Intensa sequía

en la sierra Temor de los agricultores. Incendios en los bosques.

1927 Junio Prolongada sequía que azota el norte del país desde hace ocho meses

Se calcula que han muerto más de 15,000 reses por falta de agua en todo el norte del país. El ganado se lleva a EEUU donde se vende a precios ínfimos.

1932 Junio Terrible sequía azota el norte del país

Se cree que la cosecha será escasa.

Continúa en la página siguiente…

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Capítulo 3. Breve Historia de las Sequías en Nuevo León

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Cuadro 3.1. Sequías registradas históricamente en Nuevo León… Continuación.

Año Mes Características Efectos

1935 Mayo Intensa sequía Se sufren pérdidas considerables en ganado. Hay solicitud al gobierno para que perfore norias. Se afectan los cultivos.

1937 Julio Terrible sequía azota el estado durante varios meses

Se pierden las siembras de temporal. Los campesinos le exigen al presidente de la República que se construyan presas. El ganado se afecta seriamente. Hay crisis económica al elevarse los precios y perderse los empleos.

1943 Agosto Sequía generalizada

En el norte se teme por las cosechas. Se ha debido trasladar al ganado. En el resto del país las lluvias y siembras son escasas.

1950-53 Agosto-diciembre

Intensa sequía que afecta al norte y que se prolonga desde hace seis años

Las presas están secas. El ganado muere de sed. Grandes pérdidas económicas en la ganadería y la agricultura.

1960 Junio Intensa sequía Peligran los cultivos y la ganadería. De no llover se prevé en Nuevo León la emigración de miles de campesinos.

1962 Agosto Prolongada sequía desde hace cuatro meses

81 personas mueren en Nuevo León. Grandes pérdidas económicas en la ganadería y agricultura (maíz, algodón, frijol y bosques entre los más afectados).

1972 Julio Sequía y onda cálida

Mueren 100 niños en Nuevo León por deshidratación y más de 200 están hospitalizados.

1975 Abril La sequía se prolonga desde hace un año

Mueren cerca de 400 mil reses en Nuevo León.

1977 Agosto Intensa sequía Pérdida de cosechas. Se desploma el precio del ganado. Se dejan de sembrar más de 25 mil hectáreas de cultivos en el estado.

1993-95 Sequía Grandes pérdidas económicas en la ganadería y agricultura. Trigo y maíz, los cultivos más afectados.

Continúa en la página siguiente…

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Sequía en Nuevo León

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Cuadro 3.1. Sequías registradas históricamente en Nuevo León… Continuación.

Año Mes Características Efectos

1996 Intensa sequía Se dejan de sembrar más de 43 mil hectáreas de cultivos básicos y se siniestran 23 mil hectáreas más, con una pérdida económica superior a los 134 millones de pesos. Se pierden en total 1,013 cabezas de ganado bovino, caprino y equino.

Fuente: elaboración propia con información de Padilla y Rodríguez (1980) y Castorena (1980), referidos en Florescano (2000); complementado con información del Atlas Nacional de Riesgos (CENAPRED, 2001) y del Atlas de Riesgos de Nuevo León (2001).

Como se ha observado en el cuadro anterior, los eventos de sequía ocurridos en el estado de Nuevo León han sido muy frecuentes en los últimos dos siglos, pero sus efectos reales –desde los puntos de vista económico, social y ambiental– son difíciles de cuantificar debido a que no se dispone de información al respecto. En el estudio de la sequía, mientras más atrás en el tiempo se quiera ir, menos abundante y confiable es la información. Se puede apreciar que los datos sobre las características y los efectos de cada evento de sequía son muy genéricos en la mayoría de los casos; esto se debe a que las fuentes originales de donde los autores citados extrajeron la información fueron principalmente las noticias publicadas en los diarios circulantes de cada época (El Monitor Republicano, El Economista Mexicano, El Sol, El Universal, Excelsior, La Prensa, etc.) algunos de los cuales ya están descontinuados y otros continúan editándose hasta hoy día. Lo que sí es posible observar con claridad, es que uno de los sectores más vulnerables ante la escasez y la falta de agua –como consecuencia de la

sequía– ha sido y seguirá siendo el sector agropecuario. La sequía es, sin lugar a dudas, uno de los mayores flagelos para la agricultura, en virtud de las características del territorio estatal, donde la lluvia apenas es suficiente para producir una cosecha de temporal durante el verano. Asimismo, la sequía significa falta de agua y alimento para el ganado, lo que trae como consecuencia la aparición de desnutrición, enfermedades y, en condiciones extremas, la muerte de los animales. Con respecto a los efectos de la sequía en la población, en el Cuadro 3.1 se observa que en Nuevo León han ocurrido algunos eventos que, además de las pérdidas económicas asociadas, han sido causa de emigraciones, hambre y muerte de la población (1889, 1892, 1894, 1960, 1962, 1972). Aquí hay que mencionar que los efectos de la sequía en la población guardan una relación estrecha con el nivel de desarrollo económico y tecnológico alcanzado en el momento por una cultura o sociedad, por lo que es de suponerse que en aquéllos años no se disponía de los medios necesarios para atender las contingencias causadas por la falta de agua y las altas temperaturas

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Capítulo 3. Breve Historia de las Sequías en Nuevo León

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provocadas por las ondas de calor. Pero actualmente, se cuenta con la tecnología necesaria para monitorear y hasta anticipar las sequías, por lo que es de esperarse que en el futuro ya no sucedan este tipo de circunstancias. No obstante, hoy en día existen todavía muchas poblaciones rurales en el estado que son altamente vulnerables a la sequía debido a los altos grados de marginación en que se encuentran (lo cual se analizará detalladamente en el capítulo siguiente). 3.2. Reflexiones finales Los efectos que puede tener en el futuro una sequía sobre la sociedad son hasta cierto punto impredecibles, pues no se conoce a ciencia cierta cuál sería la severidad y duración de un fenómeno posterior. Tal como lo afirma elocuentemente Gill:

“El hecho de saber que han ocurrido sequías en el pasado realmente no nos dice mucho acerca de la próxima sequía… la naturaleza de las últimas 10 sequías no nos dice nada acerca de la gravedad de la próxima, que podría ser la más severa que jamás se hubiera visto.” (Gill, 2008, p. 123). Sin embargo, aunque es cierto que no es posible prever con precisión los impactos de una sequía en el futuro, también es verdad que el conocimiento, análisis y comprensión de las sequías históricas registradas y de sus efectos, pueden ser de utilidad para anticiparse a los impactos de las sequías ulteriores, para lo cual es necesario plantearse las interrogantes apropiadas (Wilhite, 1991):

o ¿Qué pasaría si aquí y ahora se

presentara una sequía como la peor registrada?

o ¿Quiénes o cuáles son los mayores

usuarios del agua y qué impactos resentirían?

o ¿De dónde obtendríamos el agua y

cómo se impactaría nuestro abastecimiento en el caso de una sequía extrema?

o ¿Cuáles y cuántos serían los

impactos hidrológicos, agrícolas y socioeconómicos asociados con la ocurrencia de la sequía?

o ¿Qué hacer y cómo prepararse para

afrontar la próxima sequía? Por ello, como una forma de dar respuesta a las preguntas anteriores, en los capítulos siguientes se analiza detalladamente el fenómeno de la sequía en Nuevo León, empezando por el estudio de los factores físicos, socioeconómicos y ecológicos que lo hacen vulnerable a las sequías; luego se examina el fenómeno desde los puntos de vista meteorológico e hidrológico, y posteriormente se realiza la evaluación de los impactos socioeconómicos causados por el último evento de sequía ocurrido en el estado (2011-2012). Asimismo, se plantea una serie de propuestas y estrategias para gestionar el riesgo de sequía y mitigar sus impactos en el futuro.

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Capítulo 4

Vulnerabilidad a la Sequía en

el Estado Existen diversos factores físicos, socioeconómicos y ambientales que hacen que la población de un estado, país o región sea más o menos vulnerable al acontecimiento de un peligro o desastre natural como puede ser una sequía severa y prolongada. No obstante, hay una carencia metodológica en la determinación de la vulnerabilidad de la estructura socioeconómica de una región a los eventos de déficit hídrico (Valiente, 2001). A pesar de ello, es posible identificar los rasgos de ciertos sectores sociales o, en este caso, de una entidad federativa, que la hacen particularmente vulnerable a las sequías. Por ello, en este capítulo se presenta un análisis de las principales características físicas, socioeconómicas y ambientales del estado de Nuevo León que contribuyen a que la sociedad sea vulnerable a la escasez y la falta de agua como consecuencia de una sequía. En primer lugar se anotan los conceptos claves que permiten entender el estudio de la vulnerabilidad, y luego se incluye el análisis relativo a cada uno de los factores mencionados anteriormente. 4.1. Conceptos claves Para comprender el análisis de la vulnerabilidad de una población ante un fenómeno o desastre natural como puede ser un huracán, un terremoto o una sequía severa, es importante tener en cuenta los siguientes conceptos: Riesgo Se refiere a la combinación de la probabilidad de que se produzca un evento y sus consecuencias negativas, provocando daños sociales, ambientales y económicos como son, por ejemplo: la muerte o lesiones de

personas, daños a las propiedades, medios de subsistencia, interrupción de la actividad económica, deterioro ambiental, entre otros. El riesgo depende de la confluencia de factores de amenaza y factores de vulnerabilidad y se puede expresar de la siguiente manera (FAO, 2010):

Riesgo = Vulnerabilidad x Amenaza Amenaza/Peligro Una amenaza es un fenómeno, sustancia, actividad humana o condición peligrosa que pueden ocasionar la muerte, lesiones u otros

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Sequía en Nuevo León

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impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos, o daños ambientales. Vulnerabilidad Es el conjunto de condiciones y procesos que resultan de factores físicos (ubicación), sociales (ligados al nivel de bienestar y marginación de la población), económicos (reservas monetarias, deuda pública, acceso al crédito y a los seguros), y ecológicos (degradación de los recursos naturales, pérdida de la biodiversidad), los cuales incrementan la susceptibilidad de una comunidad al impacto de un peligro (Escalante, 2003). El concepto está ligado a la personas (comunidad) y por lo tanto es específico a un territorio y al grupo humano que lo habita. 4.2. Vulnerabilidad a la sequía La vulnerabilidad a la sequía está en relación inversa al grado de desarrollo social y económico de las áreas afectadas: en tanto que para los países más desarrollados la sequía rara vez representa una amenaza severa, debido a que disponen de los medios económicos, estructurales y no estructurales para afrontarla; en los de menor desarrollo una sequía es frecuentemente sinónimo de hambre, desastre y más pobreza, situaciones en las que los habitantes difícilmente poseen elementos para mitigar los estragos. Por supuesto, existen áreas más vulnerables a la sequía, que además de definirse por su situación

geográfica, también están caracterizadas por la densidad demográfica y la intensidad de la actividad económica, es decir, por la relación oferta-demanda de agua (Postel, 1992). Los impactos de una sequía, en términos económicos y sociales, están en función de la afectación a los diversos sectores económicos y productivos, asociados con la oferta y demanda de bienes y servicios que aquéllos ofrecen, y el desequilibrio debido a las condiciones naturales y de baja humedad, que se produce cuando la demanda supera a la oferta (Fisher et al., 1995). Esto, desde luego, se debe principalmente al mayor crecimiento de la población y de sus necesidades de consumo respecto a la capacidad de satisfacerlas, y aunque ambos conceptos aumenten, si la tasa de crecimiento es mayor en el primero, también crecerá la vulnerabilidad y la incidencia del impacto del fenómeno (Moreau, 1990). El nivel tecnológico de una región o país, así como también el nivel organizativo, institucional y social, son elementos clave en la vulnerabilidad a la sequía. Un ejemplo claro de la diferencia en la vulnerabilidad se observa entre los campesinos y granjeros mexicanos y los estadounidenses que viven en la frontera entre ambos países, con condiciones biológicas y físicas similares pero con características sociales, políticas, económicas e históricas diferentes (Vásquez-León et al., 2003). Evidentemente, los primeros son más vulnerables que los segundos.

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

65

Cuando se analiza la vulnerabilidad, se debe considerar la interrelación que existe entre las características geográficas, las condiciones de la población (como el nivel socioeconómico o las características demográficas) y los servicios (salud, sanitarios, suministro de agua, protección civil, entre otros) (Downing et al., 2005). La vulnerabilidad de un país a los fenómenos hidrometeorológicos extremos no radica sólo en una posición geográfica y en las variaciones de su clima, sino también en la falta de políticas públicas eficientes que se enfoquen en mejorar las condiciones de la vida de la gente. El análisis del contexto físico, social y ambiental es de suma importancia para proyectar escenarios de vulnerabilidad, pues los impactos de un fenómeno dependerán no sólo de su magnitud, sino también de la capacidad de adaptación de los sistemas naturales y humanos, incluyendo las estructuras y las organizaciones sociales y locales (Moreno y Urbina, 2008). Para el caso específico de Nuevo León, su situación geográfica y sus condiciones climáticas, orográficas e hidrológicas, entre otros factores, contribuyen a que el estado esté expuesto a eventos de sequía que pueden causar desastres y cuyos efectos se verán exacerbados por el cambio climático. Por ello, a continuación se analizan los factores físicos, socioeconómicos y ecológicos que propician que la población del estado sea vulnerable a las sequías.

4.3. Factores de Nuevo León que lo hacen vulnerable a las sequías 4.3.1. Factores físicos El agua es un recurso fundamental en la economía de Nuevo León; no obstante, la entidad mantiene, como amenaza para su desarrollo económico y el bienestar de sus habitantes, una constante escasez del vital líquido resultante de las condiciones naturales de la región donde se ubica. Existen tres factores físicos claves que determinan en gran medida el grado de vulnerabilidad a la sequía en Nuevo León: su ubicación geográfica, los climas predominantes y la disponibilidad natural de agua. A continuación se analizan cada uno de ellos. a) Ubicación geográfica El estado de Nuevo León se encuentra localizado al noreste de la República Mexicana entre los paralelos 27°49’ y 23°11’ de latitud norte y entre los meridianos 98°26’ y 101°14’ de longitud oeste. Es atravesado en el sur por el Trópico de Cáncer en los municipios de Mier y Noriega y Doctor Arroyo en el paralelo 23°27'. Por su ubicación geográfica, el estado está situado en parte dentro del cinturón norte de los grandes desiertos del mundo, cuya existencia se debe fundamentalmente a la dinámica de la circulación general de la atmósfera y a particularidades que presenta la geomorfología del globo terrestre, que en conjunto producen los dos grandes cinturones de alta presión atmosférica localizados en latitudes cercanas a los 30° norte y sur (Figuras 4.1 y 4.2).

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Sequía en Nuevo León

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Figura 4.1. Ubicación geográfica de Nuevo León en la República Mexicana.

Fuente: elaboración propia

Figura 4.2. Ubicación geográfica de Nuevo León con relación a los grandes

desiertos del mundo (las áreas oscuras indican las zonas desérticas).

Fuente: elaboración propia

Nuevo León se localiza dentro de la región árida de Norteamérica que abarca parte de los Estados Unidos y de México, correspondiendo a nuestro país las subregiones del Desierto

Chihuahuense, el Sonorense y el de la Baja California, con una superficie total superior a 105 millones de hectáreas, lo que representa más del 55% del área del país (Figura 4.3).

27o49’

23o11’

98o96’101o14’

N.L.

Long. Oeste

Lat

. No

rte

Trópico de Cáncer (23o26’ N)

Trópico de Capricornio (23o26´ S)

Nuevo León

27°49’

23°11’

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

67

Figura 4.3. Zonas desérticas de México.

Fuente: Maldonado (1985)

Dentro de la subregión del Desierto Chihuahuense –en la cual se ubica la mayor parte del estado de Nuevo León– se pueden identificar zonas áridas y semiáridas. Las primeras se caracterizan por tener una precipitación pluvial inferior a 350 mm al año, con distribución irregular durante el ciclo vegetativo, temperatura media anual entre 15° y 25°C y cubierta vegetal menor de 70%, dominada principalmente por especies xerófilas. Por su parte las zonas semiáridas son aquellas áreas en que la precipitación pluvial varía de 350 a 600 mm al año, con una temperatura media anual de 18° a 22°C; su cubierta vegetal es superior al 70% y la vegetación dominante está formada principalmente por diferentes tipos de matorrales y pastizales. Establecer con precisión las fronteras de las zonas áridas y semiáridas por sus características de clima, vegetación, geología, etc., es sumamente complicado, debido precisamente a la

multiplicidad de los factores bióticos y abióticos que se presentan. Es importante recordar que la aridez implica un estado permanente de escasez de agua, y es diferente de la sequía que se refiere a una insuficiencia temporal del recurso. Si las áreas desérticas y semidesérticas de por sí ya tienen un déficit hídrico, ello las hace más vulnerables a la ocurrencia de la sequía. Este factor hace que la región norte de México y el estado de Nuevo León en su conjunto sufran severos desequilibrios ante el ataque del fenómeno. b) Tipos de climas El clima en el estado de Nuevo León es muy variable debido a la desigualdad del relieve existente entre las grandes regiones fisiográficas que lo integran (Gran Llanura Norteamericana, Llanura Costera del Golfo Norte y Sierra Madre Oriental), predominando los climas

Desierto de Baja California

Desierto Sonorense

Desierto Chihuahuense

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Sequía en Nuevo León

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secos y semisecos extremosos (Cuadro 1.2). Como se observó en el inciso anterior, por su latitud Nuevo León está comprendido dentro de la gran zona árida mundial; sin embargo, la

presencia de cadenas montañosas y la cercanía con el Golfo de México mitigan en parte los climas extremosos propiciando la existencia de bosques y matorrales altos.

Cuadro 4.1. Tipos de climas presentes en el estado de Nuevo León.

Tipo o subtipo Símbolo % de la

superficie estatal

Muy seco semicálido Bwh 4.8 Seco muy cálido y cálido Bs(h’) 16.9 Seco semicálido BSh 14.4 Seco templado BSk 8.3 Semiseco muy cálido y cálido BS1(h’) 16.8 Semiseco semicálido BS1h 6.6 Semiseco templado BS1k 5.4 Semifrío subhúmedo con lluvias en verano C(E)(w) 0.1 Templado subhúmedo con lluvias en verano C(w) 4.9 Templado subhúmedo con lluvias escasas todo el año Cx 2.1 Semicálido subhúmedo con lluvias en verano ACw 9.1 Semicálido subhúmedo con lluvias escasas todo el año ACx 10.6

Fuente: INEGI. Carta de Climas, 1:1 000 000

Los climas secos se distribuyen en el extremo norte del estado y se caracterizan principalmente porque la evaporación excede a la precipitación. Asociados a estos climas se encuentran tipos de vegetación xerófita como los matorrales desérticos, espinosos, etc. Las lluvias se presentan en verano y son escasas el resto del año. Los climas semisecos se distribuyen en el centro y norte del estado; tienen características similares a las de los secos y están asociados a la vegetación de matorral intermontano y mezquital; su régimen de humedad no es tan extremoso. En la zona sur está presente el clima semiseco templado, que registra lluvias escasas todo el año. En el área de transición de la sierra al altiplano, se

desarrolla una serie de fenómenos climáticos complejos que originan una retención de humedad en las partes altas de la sierra, por lo que los vientos pasan secos a la vertiente interior, en las sierras y llanuras occidentales, desarrollando franjas climáticas orientadas de norte a sur, de tipo seco y templado. Los climas templados se observan en las partes altas de la sierra, donde las condiciones de humedad propician un cambio notorio. Están distribuidos en una franja norte-sur que corresponde a la transición entre las llanuras occidentales y la Sierra Madre Oriental. Las comunidades vegetativas típicas en estos climas son bosques mesófilos de montaña y matorral de coníferas.

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

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Finalmente, los climas semicálidos se encuentran en la zona de transición entre la llanura y la sierra. Tienen una temperatura media anual superior a los 18oC. Se encuentran asociados a comunidades vegetativas del tipo del material rosetófilo costero y plantas halófitas, y se distribuyen en la mayor parte de la llanura costera que corresponde a la entidad. En resumen, se puede afirmar que las zonas norte y sur del estado son las más vulnerables a las sequías debido a su condición climática seca, aunque, como ya se observó, prácticamente todo el territorio estatal es susceptible a sufrir sequías. Por otro lado, en los estudios de vulnerabilidad realizados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), se consideraron los posibles efectos del cambio climático sobre la actividad agropecuaria, asentamientos humanos, zonas costeras, desertificación y sequía meteorológica, ecosistemas forestales y recursos hidrológicos para las diferentes regiones del mundo. Para el caso de México, los estudios indican que en la zona norte, donde se ubica Nuevo León, se podría presentar una duplicación en las concentraciones atmosféricas de bióxido de carbono (CO2); los climas áridos y semiáridos podrían aumentar su área de influencia, mientras que los semifríos desaparecer; alrededor del 10% de todos los tipos de vegetación de los ecosistemas forestales se verían afectados por las condiciones secas y cálidas; grandes extensiones de pastizales y de bosques templados resentirían la presencia de climas más

calientes, por lo que podrían incrementarse las zonas con bosques tropicales secos y muy secos, así como las zonas de matorrales desérticos. c) Disponibilidad natural de agua

Existen diversas formas para estimar la disponibilidad de agua de un estado o región, aunque la precisión y realismo del valor calculado dependen de la información con la que se cuenta. Una aproximación muy gruesa es la disponibilidad de agua per cápita que se basa únicamente en la determinación del valor resultante al dividir la precipitación total entre el número de habitantes. El valor de esta medida depende claramente del tamaño de la población que se asienta en el país o región para el cual quiera calcularse, considerando que la precipitación no varía sensiblemente de un año a otro. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un país, estado o región con escasez de agua es aquél que cuenta con menos de 1,000 metros cúbicos de agua por habitante por año (m3/hab/año), lo que no es suficiente para proporcionar una adecuada alimentación o para respaldar el progreso económico, y es además una causa potencial de severos daños económicos. Una disponibilidad inferior a los 1,700 metros cúbicos por habitante por año se considera como una situación de estrés hídrico, en la cual con frecuencia puede ocurrir el desabasto de agua para las diversas actividades que la consumen (sobre todo en regiones con propensión a sufrir sequías, como es el caso de Nuevo León). Cuando la disponibilidad es inferior a los mil metros cúbicos por

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Sequía en Nuevo León

70

habitante por año, las consecuencias pueden ser más severas y comprometen seriamente la seguridad alimentaria, el desarrollo económico del país y la protección de sus ecosistemas. Por lo común, en estas circunstancias se carece

transitoriamente de agua en algunos lugares y es preciso tomar decisiones que involucran prioridades de uso entre las actividades agrícolas, industriales o el abasto a la población urbana y rural (FNUAP, 2001).

Cuadro 4.2. Clasificación general del volumen de agua per cápita.

Grado de disponibilidad

Disponibilidad D (m3/hab/año)

Escasez extrema D < 1,000 Escasez crítica 1,000 < D < 1,700 Disponibilidad baja 1,700 < D < 5,000 Disponibilidad media 5,000 < D < 10,000 Disponibilidad alta D > 10,000

Fuente: ONU.

Este indicador es ampliamente utilizado como un parámetro de referencia para comparar la disponibilidad de agua por habitante en los distintos países del mundo. En México, se tiene una disponibilidad de agua per cápita de 4 mil 312 metros cúbicos anuales, lo cual se considera como de disponibilidad baja. Sin

embargo, la disponibilidad es muy variable de una región a otra (Figura 4.4). El estado de Nuevo León se ubica en su mayor parte dentro de la región hidrológico administrativa VI Río Bravo, cuya disponibilidad media natural per cápita es de 1,124 m3/hab/año y se clasifica como de escasez crítica.

Figura 4.4. Disponibilidad natural media per capita por región hidrológico-

administrativa en México.

Fuente: CONAGUA (2010)

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

71

Sin embargo, debido a que una aproximación a escala de país o región puede enmascarar situaciones de estrés hídrico importante, se deben realizar análisis a menor escala. Por ello, a continuación se determina la disponibilidad de agua a nivel municipal para el estado de Nuevo León. Para tal efecto, se calculó el promedio de la precipitación total anual de una serie de datos históricos (1940-2011) para cada municipio, el cual es multiplicado por la superficie del municipio correspondiente. Este volumen a su vez es multiplicado por 0.27 (lo cual considera un 73% de tasa de evapotranspiración) y posteriormente se divide entre el número de habitantes estimados por el INEGI (ver Cuadro 4.3). Los resultados obtenidos del cálculo anterior se presentan en el Cuadro 4.4, en el cual se observa que los municipios que se pueden considerar en escasez crítica (1,000 < D < 1,700 m3/hab/año) y extrema (D < 1,000 m3/hab/año) son: Cármen, Ciénega de Flores, Allende, García, Santa Catarina, General Zuazua, Juárez, San Pedro Garza García, General Escobedo, Monterrey, Apodaca, Guadalupe y San Nicolas de los Garza, la mayoría de los cuales pertenecen a la zona metropolitana de Monterrey. Debido a que la población en algunos municipios crece considerablemente de una década a otra (por ejemplo: Cármen, Ciénega de Flores, García, General Zuazua y Juárez, han tenido un

incremento superior al 100% en la última década), la disponibilidad de agua per cápita tiende a disminuir considerablemente conforme pasa el tiempo. Mientras tanto, en aquellos municipios donde la tasa de migración es alta (Parás, Vallecillo, Doctor Coss, General Treviño, Agualeguas, Los Ramones y Los Herreras, entre otros) el volumen disponible tiende a aumentar. A nivel estatal, en la Figura 4.5 se muestra por un lado el aumento de la población en las últimas 6 décadas (1960-2010), así como las proyecciones de la CONAPO para los años 2020 y 2030, y por otro lado la variación de la disponibilidad media per cápita de agua. Se observa claramente cómo el volumen disponible disminuye drásticamente conforme aumenta la población, pasando de ser de 9,431 m3/hab/año en 1960 a solamente 1,884 m3/hab/año para el año 2030, lo cual coloca a Nuevo León en una situación de muy alta vulnerabilidad ante las sequías. Los aumentos en la población proyectados por la CONAPO para los años 2020 y 2030 se dan principalmente en los municipios integrantes de la zona metropolitana (Monterrey, San Pedro Garza García, Santa Catarina, García, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Apodaca, General Escobedo y Juárez) que son los que se encuentran en una situación de escasez extrema de agua.

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Sequía en Nuevo León

72

Cuadro 4.3. Número de habitantes por municipio en el estado de Nuevo León.

Número de habitantes en los municipios del estado de Nuevo León

Región1960 1970 1980 1990 2000 2010

Centro Abasolo 236 398 712 1,373 2,514 2,791 11.0

Norte Agualeguas 4,516 5,506 5,364 5,095 4,390 3,433 -21.8

Citrícola Allende 10,764 14,893 19,286 22,211 27,773 32,593 17.4

Norte Anáhuac 18,562 13,711 16,479 17,317 18,524 18,480 -0.2

Centro Apodaca 6,259 18,564 37,181 115,913 283,497 523,370 84.6

Sur Aramberri 12,389 16,300 17,027 15,295 14,840 15,470 4.2

Centro Bustamante 2,584 2,893 3,288 2,976 3,499 3,733 6.7

Citrícola Cadereyta Jiménez 24,354 29,765 45,147 53,582 75,059 86,445 15.2

Centro Carmen 1,271 2,150 3,931 4,906 6,644 16,092 142.2

Norte Cerralvo 5,810 7,677 7,625 7,653 9,343 7,855 -15.9

Norte China 8,570 10,349 11,879 12,404 11,540 10,864 -5.9

Centro Ciénegas de Flores 2,076 3,273 5,075 6,708 11,204 24,526 118.9

Sur Doctor Arroyo 34,373 42,871 41,439 36,946 33,721 35,445 5.1

Norte Doctor Coss 4,436 4,587 3,945 2,961 2,246 1,716 -23.6

Centro Doctor González 2,628 2,428 2,222 3,011 3,185 3,345 5.0

Sur Galeana 33,212 40,069 42,326 40,972 39,519 39,991 1.2

Centro García 4,091 6,477 10,434 13,164 28,974 143,668 395.9

Norte General Bravo 5,013 6,438 6,807 6,759 5,799 5,527 -4.7

Centro General Escobedo 1,824 10,515 37,756 98,147 233,457 357,937 53.3

Citrícola General Terán 15,766 17,765 18,720 16,656 15,475 14,437 -6.7

Norte General Treviño 1,978 2,170 1,921 2,182 1,699 1,277 -24.8

Sur General Zaragoza 4,741 6,278 6,352 5,532 5,576 5,942 6.6

Centro General Zuazua 1,564 2,687 4,045 4,647 6,033 55,213 815.2

Centro Guadalupe 38,233 159,930 370,908 535,560 670,162 678,006 1.2

Centro Hidalgo 3,504 7,007 10,949 11,668 14,275 16,604 16.3

Centro Higueras 675 865 993 1,060 1,371 1,594 16.3

Citrícola Hualahuises 4,975 5,879 6,366 6,222 6,413 6,914 7.8

Sur Iturbide 2,987 3,345 3,839 3,638 3,484 3,558 2.1

Centro Juárez 3,166 5,656 13,490 28,014 66,497 256,970 286.4

Norte Lampazos de Naranjo 3,669 4,807 5,682 5,288 5,305 5,349 0.8

Citrícola Linares 34,893 49,621 53,691 61,569 69,205 78,669 13.7

Norte Los Aldamas 4,531 4,713 4,008 4,140 2,464 1,374 -44.2

Norte Los Herreras 3,268 4,141 3,554 3,363 2,795 2,030 -27.4

Centro Los Ramones 8,015 9,360 7,565 6,538 6,237 5,359 -14.1

Centro Marín 1,219 1,745 2,581 3,292 4,719 5,488 16.3

Norte Melchor Ocampo 1,025 1,220 1,055 1,641 1,215 1,862 53.3

Sur Mier y Noriega 7,523 7,347 7,568 7,240 7,078 7,095 0.2

Centro Mina 3,055 3,207 4,368 4,564 5,049 5,447 7.9

Citrícola Montemorelos 28,667 37,265 43,874 49,302 52,741 59,113 12.1

Centro Monterrey 601,085 858,107 1,090,009 1,069,238 1,110,997 1,135,550 2.2

Norte Parás 1,599 1,638 1,179 1,021 1,226 1,034 -15.7

Centro Pesquería 3,205 5,181 6,963 8,188 11,321 20,843 84.1

Sur Rayones 3,848 3,724 3,506 3,164 2,613 2,628 0.6

Norte Sabinas Hidalgo 14,182 19,163 24,893 27,550 32,329 34,671 7.2

Centro Salinas Victoria 4,848 5,578 8,189 9,518 19,024 32,660 71.7

Centro San Nicolás de los Garza 41,243 113,074 280,696 436,603 496,878 443,273 -10.8

Centro San Pedro Garza García 14,943 45,983 81,983 113,040 125,978 122,659 -2.6

Centro Santa Catarina 12,895 36,385 89,488 163,848 227,026 268,955 18.5

Centro Santiago 16,993 24,089 28,585 30,182 36,812 40,469 9.9

Norte Vallecillo 3,007 3,012 2,525 2,723 2,169 1,971 -9.1

Centro Villaldama 4,377 4,883 4,605 4,153 4,247 4,113 -3.2Estatal 1,078,647 1,694,689 2,512,073 3,098,737 3,834,141 4,654,408 21.4Incremento relativo 57.1 48.2 23.4 23.7 21.4

Fuente: INEGI, Censos de Población y Vivienda de los años 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.

Incremento

última

década, %

AñoMunicipio

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

73

Cuadro 4.4. Volumen de agua disponible per cápita en los municipios de Nuevo León.

Volumen de agua disponible per cápita en los municipios de Nuevo León. Los municipios están ordenados de acuerdo con su disponibilidad de agua para la década 2010-20.

1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 2000-09 2010-20

Parás 90,000 87,857 122,061 140,950 117,382 139,178 Disponibilidad altaVallecillo 89,730 89,581 106,858 99,088 124,397 136,894 Disponibilidad alta

Mina 208,408 198,530 145,761 139,502 126,101 116,887 Disponibilidad altaLampazos de Naranjo 158,949 121,320 102,637 110,285 109,931 109,027 Disponibilidad alta

Los Aldamas 24,932 23,969 28,185 27,287 45,847 82,217 Disponibilidad alta

Higueras 144,576 112,820 98,277 92,065 71,181 61,223 Disponibilidad altaDoctor Coss 21,734 21,019 24,440 32,561 42,927 56,185 Disponibilidad alta

General Bravo 59,996 46,717 44,184 44,498 51,864 54,417 Disponibilidad altaChina 66,706 55,239 48,124 46,087 49,538 52,620 Disponibilidad altaGeneral Treviño 28,735 26,193 29,588 26,049 33,454 44,510 Disponibilidad altaRayones 29,356 30,334 32,220 35,703 43,231 42,985 Disponibilidad alta

Los Ramones 27,971 23,951 29,634 34,289 35,944 41,833 Disponibilidad altaAgualeguas 29,477 24,177 24,817 26,127 30,323 38,776 Disponibilidad altaGeneral Terán 33,679 29,889 28,364 31,879 34,312 36,779 Disponibilidad altaVillaldama 32,337 28,986 30,736 34,081 33,327 34,412 Disponibilidad altaDoctor González 43,420 46,997 51,354 37,897 35,827 34,113 Disponibilidad altaAnáhuac 32,212 43,609 36,284 34,528 32,278 32,355 Disponibilidad alta

Los Herreras 18,715 14,770 17,209 18,187 21,883 30,129 Disponibilidad altaIturbide 30,047 26,832 23,379 24,671 25,761 25,225 Disponibilidad alta

Bustamante 35,111 31,361 27,594 30,486 25,930 24,304 Disponibilidad altaGeneral Zaragoza 29,178 22,035 21,778 25,006 24,809 23,281 Disponibilidad alta

Aramberri 28,602 21,739 20,811 23,168 23,878 22,906 Disponibilidad altaGaleana 26,883 22,283 21,095 21,792 22,593 22,326 Disponibilidad alta

Mier y Noriega 19,375 19,839 19,260 20,133 20,593 20,544 Disponibilidad altaDoctor Arroyo 18,538 14,864 15,377 17,247 18,897 17,978 Disponibilidad alta

Cerralvo 23,716 17,948 18,071 18,004 14,748 17,541 Disponibilidad altaMelchor Ocampo 31,590 26,541 30,692 19,732 26,650 17,390 Disponibilidad alta

Hualahuises 10,521 8,903 8,222 8,413 8,162 7,571 Disponibilidad mediaLinares 15,095 10,615 9,810 8,555 7,611 6,695 Disponibilidad media

Salinas Victoria 44,747 38,891 26,491 22,792 11,403 6,642 Disponibilidad mediaMontemorelos 12,821 9,862 8,377 7,455 6,969 6,217 Disponibilidad media

Sabinas Hidalgo 11,882 8,794 6,770 6,117 5,212 4,860 Disponibilidad bajaAbasolo 52,981 31,416 17,561 9,107 4,974 4,480 Disponibilidad bajaMarín 17,206 12,020 8,127 6,371 4,445 3,822 Disponibilidad bajaSantiago 7,308 5,155 4,345 4,115 3,374 3,069 Disponibilidad bajaCadereyta Jiménez 8,884 7,269 4,792 4,038 2,882 2,503 Disponibilidad bajaPesquería 15,600 9,650 7,180 6,106 4,416 2,399 Disponibilidad bajaHidalgo 10,241 5,121 3,277 3,075 2,514 2,161 Disponibilidad baja

Carmen 16,809 9,937 5,435 4,355 3,216 1,328 Escasez críticaCiénegas de Flores 12,234 7,760 5,004 3,786 2,267 1,036 Escasez crítica

Allende 3,126 2,259 1,745 1,515 1,211 1,032 Escasez críticaGarcía 33,910 21,418 13,295 10,538 4,788 966 Escasez extrema

Santa Catarina 12,414 4,399 1,789 977 705 595 Escasez extremaGeneral Zuazua 12,891 7,503 4,984 4,339 3,342 365 Escasez extremaJuárez 14,267 7,986 3,348 1,612 679 176 Escasez extremaSan Pedro Garza García 755 245 138 100 90 92 Escasez extrema

General Escobedo 17,026 2,953 823 316 133 87 Escasez extremaMonterrey 122 86 67 69 66 65 Escasez extrema

Apodaca 4,767 1,607 802 257 105 57 Escasez extremaGuadalupe 643 154 66 46 37 36 Escasez extremaSan Nicolás de los Garza 342 125 50 32 28 32 Escasez extremaEstatal 9,431 6,003 4,049 3,283 2,653 2,186 Disponibilidad baja

Disponibilidad (m3/hab/año) Clasificación

2010-20

Fuente: elaboración propia.

Municipio

Page 75: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

74

Figura 4.5. Variación de la disponibilidad media per cápita en función del aumento de la población en Nuevo León.

Fuente: elaboración propia

Entonces, ¿Por qué la población de las áreas urbanas le resta importancia a las sequías? La respuesta quizá se encuentre en el dicho que reza “ojos que no ven, corazón que no siente”; es decir, los habitantes de las zonas urbanas le restan importancia a las sequías porque no ven la escasez de agua (Moreno, 2004). En su vida diaria, la lluvia sólo les representa molestias y casi siempre tienen agua disponible con sólo abrir la llave. Por ello, los habitantes de la ciudad, usuarios comunes de agua potable a través de una toma domiciliaria, en general son menos sensibles al fenómeno de la sequía, sobre todo si no han tenido una relación directa con el ambiente rural (Velasco et al., 2005). Pero ¿saben dónde estaba el agua el día anterior o la semana pasada? Muy lejos, a kilómetros de distancia. La tecnología moderna les impide ver la escasez de agua.

Por otra parte, como estos municipios urbanos en general tienen un grado de marginación bajo, no son tan vulnerables a la sequía como lo son los municipios rurales ubicados al sur del estado, tal como se analiza detalladamente en el siguiente apartado. 4.3.2. Factores socioeconómicos La vulnerabilidad a la sequía está en relación inversa con el grado de desarrollo económico y social de las zonas afectadas. En las regiones o municipios urbanos raramente representa una amenaza real, ya que la mayor parte de la población dispone de los bienes y servicios suficientes para afrontar sus efectos; sin embargo, en zonas marginadas, la sequía genera conflictos entre grupos sociales, además de que es sinónimo de hambruna, enfermedad y migración o,

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Disponibilidad de agua

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

75

en casos extremos, muerte de animales y personas. De acuerdo con la Comisión Nacional de la Población (CONAPO, 2001), la marginación puede ser entendida como:

“Un fenómeno estructural que expresa la dificultad para propagar el progreso en el conjunto de la estructura productiva, pues excluye a ciertos grupos sociales del goce de beneficios que otorga el proceso de desarrollo. La precaria estructura de oportunidades sociales para los ciudadanos, sus familias y comunidades los expone a privaciones, riesgos y vulnerabilidades sociales que, a menudo, escapan al control personal, familiar y comunitario, cuya reversión requiere del

concurso activo de los agentes públicos, privados y sociales.” (CONAPO, 2001, p. 13).

Para evaluar el grado de marginación de la población que habita los estados y municipios del país, la CONAPO construyó un indicador numérico que se conoce como “Índice de Marginación” el cual fue concebido con el interés particular de ser una medida que dé cuenta de las carencias que padece la población. Entre los componentes del índice de marginación se encuentran: el acceso a la educación, la residencia en una vivienda con servicios básicos (agua, drenaje, energía eléctrica), la distribución de la población en zonas urbanas o rurales y los ingresos monetarios por el trabajo (Figura 4.6.)

Figura 4.6. Esquema conceptual de la marginación.

Fuente: adaptado de CONAPO (2001)

Fenómeno estructuralmúltiple que valora dimensiones, formas e intensidades de exclusión en el proceso de desarrollo y disfrute de sus beneficios.

Educación

Vivienda

Distribución de la población

Ingresos monetarios

Analfabetismo

Población sin primaria completa

Viviendas particulares sin drenaje ni excusado

Viviendas particulares sin energía eléctrica

Viviendas particulares sin agua entubada

Viviendas particulares con algún nivel de hacinamiento

Localidades con menos de 5 mil habitantes

Población ocupada que percibe hasta dos salarios

Porcentaje de población de 15 años o más analfabeta

Porcentaje de población de 15 años o más sin primaria completa

Porcentaje de ocupantes en viviendas sin drenaje ni excusado

Porcentaje de ocupantes en viviendas sin energía eléctrica

Porcentaje de ocupantes en viviendas sin agua entubada

Porcentaje de ocupantes en viviendas con algún nivel de hacinamiento

Porcentaje de ocupantes en viviendas con piso de tierra

Viviendas particulares con piso de tierra

Porcentaje de población en localidades con menos de 5 mil habitantes

Porcentaje de población ocupada con ingresos de hasta dos salarios mínimos

Intensidad global de la marginación socio-económica

ConceptoDimensiones

socio-económicasFormas de exclusión

Indicador para medir la intensidad de la exclusión

Índice de marginación

Page 77: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

76

Evidentemente, la población que reside en viviendas sin drenaje, sanitario, energía eléctrica, agua entubada y espacio suficiente y adecuado, se enfrenta a una mayor vulnerabilidad que genera algunas privaciones cruciales en la vida de las familias y sus integrantes. Y lo mismo sucede con la población que tiene un nivel educativo bajo o nulo, el cual está relacionado directamente con el bajo nivel de ingresos monetarios, y éste es el que determina en última instancia la capacidad que tiene una familia para adquirir bienes o servicios que le

permitan sobrevivir en caso de que ocurra una contingencia o un desastre natural. Afortunadamente, el estado de Nuevo León es una de las entidades federativas del país que tiene los índices y grados de marginación más bajos, pues ocupa el penúltimo lugar en la lista de los estados de la República, siendo superado en este rubro solamente por el Distrito Federal, el cual posee el menor índice de marginación a nivel nacional (ver Figura X y Cuadro 4.5).

Figura 4.7. Grado de marginación por entidad federativa en México (2010).

Fuente: estimaciones del CONAPO con base en el INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010.

Page 78: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

77

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Page 79: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

78

A nivel estatal, la mayor parte de la población (más del 95%) presenta un nivel de marginación bajo y muy bajo. Sin embargo, hay siete municipios ubicados en el sur de la entidad que tienen un nivel de marginación medio (Aramberri, Mier y Noriega, Doctor Arroyo, Rayones, Iturbide y Galeana), los cuales representan el 2.2% de la población –aproximadamente 104 mil habitantes-, y solamente existe un municipio (General Zaragoza) que tiene

un nivel de marginación alto, con una población cercana a los 6 mil habitantes (ver Figura 4.8 y Cuadro 4.6). Esto significa que en Nuevo León existe una población de aproximadamente 110 mil habitantes que viven principalmente en los municipios del sur del estado y tienen un grado de marginación medio o alto y, por lo tanto, éstos son los más vulnerables a los embates de la sequía y otros desastres naturales.

Figura 4.8. Grado de marginación por municipio en Nuevo León (2010).

Fuente: Estimaciones del CONAPO con base en el INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010.

Asimismo, aunque la mayor parte de la población estatal habita en comunidades que tienen más de 5 mil habitantes y su nivel de marginación es bajo o muy bajo, al interior de los municipios –incluso de aquéllos que tienen un nivel de marginación muy bajo como son Linares o Montemorelos– hay alrededor de 170 pequeñas localidades que presentan un

nivel de marginación muy alto (ver Cuadro 4.7). Esto indica que la población de los municipios no es homogénea, pues dentro de las grandes masas siempre habrá pequeñas minorías que no tengan acceso a los bienes y servicios básicos necesarios para tener una vida digna y que, por ende, serán altamente vulnerables a los impactos causados por un peligro.

Page 80: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

79

Cuadro 4.6. Índice y grado de marginación por municipio en Nuevo León (2010). Los municipios están ordenados según el lugar que ocupan en el contexto estatal.

MunicipioPoblación

total

Índice de

marginación

Grado de

marginación

Índice escala

0 a 100

Lugar que ocupa

en el contexto

estatal

Gral. Zaragoza 5,942 0.39935 Alto 32.185 1

Aramberri 15,470 0.29000 Medio 30.949 2

Mier y Noriega 7,095 0.27801 Medio 30.814 3

Dr. Arroyo 35,445 0.23678 Medio 30.348 4

Rayones 2,628 0.10777 Medio 28.890 5

Iturbide 3,558 -0.05847 Medio 27.012 6

Galeana 39,991 -0.12188 Medio 26.295 7

Mina 5,447 -0.70295 Bajo 19.729 8

Vallecillo 1,971 -0.73612 Bajo 19.355 9

Los Herreras 2,030 -0.73718 Bajo 19.343 10

Los Aldamas 1,374 -0.75128 Bajo 19.183 11

Dr. Coss 1,716 -0.78546 Bajo 18.797 12

Dr. González 3,345 -0.78795 Bajo 18.769 13

Los Ramones 5,359 -0.79125 Bajo 18.732 14

Gral. Treviño 1,277 -0.87449 Bajo 17.791 15Gral. Terán 14,437 -0.92482 Bajo 17.222 16

Parás 1,034 -0.93835 Bajo 17.069 17

Higueras 1,594 -0.95723 Bajo 16.856 18

Villaldama 4,113 -0.97554 Bajo 16.649 19

Gral. Bravo 5,527 -0.99142 Bajo 16.470 20

Bustamante 3,773 -0.99448 Bajo 16.435 21

Agualeguas 3,443 -0.99540 Bajo 16.425 22

Salinas Victoria 32,660 -1.00233 Bajo 16.347 23

Abasolo 2,791 -1.11340 Bajo 15.092 24

Anáhuac 18,480 -1.14146 Bajo 14.774 25

Melchor Ocampo 862 -1.19017 Bajo 14.224 26Marín 5,488 -1.23999 Bajo 13.661 27

Linares 78,669 -1.28339 Muy bajo 13.171 28

Lampazos de Naranjo 5,349 -1.29292 Muy bajo 13.063 29

Hualahuises 6,914 -1.35394 Muy bajo 12.373 30Pesquería 20,843 -1.36782 Muy bajo 12.217 31

China 10,864 -1.39365 Muy bajo 11.925 32

Cerralvo 7,855 -1.39756 Muy bajo 11.881 33

Carmen 16,092 -1.42515 Muy bajo 11.569 34

Montemorelos 59,113 -1.45345 Muy bajo 11.249 35

Sabinas Hidalgo 34,671 -1.61783 Muy bajo 9.392 36Cadereyta Jiménez 86,445 -1.63835 Muy bajo 9.160 37

Ciénega de Flores 24,526 -1.64263 Muy bajo 9.111 38García 143,668 -1.65807 Muy bajo 8.937 39

Allende 32,593 -1.66215 Muy bajo 8.891 40

Hidalgo 16,604 -1.68281 Muy bajo 8.657 41

Santiago 40,469 -1.71955 Muy bajo 8.242 42Juárez 256,970 -1.73327 Muy bajo 8.087 43

Gral. Escobedo 357,937 -1.79557 Muy bajo 7.383 44

Gral. Zuazua 55,213 -1.85628 Muy bajo 6.697 45

Santa Catarina 268,955 -1.87386 Muy bajo 6.499 46

Monterrey 1,135,550 -1.92222 Muy bajo 5.952 47

Apodaca 523,370 -1.97770 Muy bajo 5.325 48

Guadalupe 678,006 -2.02533 Muy bajo 4.787 49San Nicolás de los Garza 443,273 -2.21083 Muy bajo 2.691 50

San Pedro Garza García 122,659 -2.26404 Muy bajo 2.090 51Nuevo León 4,653,458 -1.38323 Muy bajo 5.1583

Fuente: Estimaciones del CONAPO con base en INEGI, Censo de Población y Vivienda 2010 .

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Sequía en Nuevo León

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Cuadro 4.7. Localidades de Nuevo León con grado de marginación muy alto (2005).

Muncipio LocalidadÍndice de

marginación

Grado de

marginaciónMuncipio Localidad

Índice de

marginación

Grado de

marginaciónAnáhuac La Rápida 0.62116 Muy alto Gral. Terán Noche Buena 1.02518 Muy altoAramberri El Nogalar (La Pita) 2.30989 Muy alto Gral. Terán San Lorenzo 0.70451 Muy alto

Aramberri Esquivel 2.08272 Muy alto Gral. Zaragoza Puerto Bajo 1.75724 Muy altoAramberri La Lobera 1.85127 Muy alto Gral. Zaragoza Los Chirriones 1.64162 Muy altoAramberri Granjenal 1.82049 Muy alto Gral. Zaragoza El Rosillo 1.49213 Muy alto

Aramberri El Alamar 1.60333 Muy alto Gral. Zaragoza Rancho de Enmedio 1.48539 Muy altoAramberri Ojo de Agua 1.57208 Muy alto Gral. Zaragoza Loma Atravesada 1.44196 Muy altoAramberri Garza 1.52585 Muy alto Gral. Zaragoza El Muerto 1.42375 Muy alto

Aramberri Poblado el Río (El Sabinito) 1.50720 Muy alto Gral. Zaragoza La Joya del Leñadero 1.42145 Muy altoAramberri La Muralla 1.41113 Muy alto Gral. Zaragoza El Pame 1.29273 Muy altoAramberri Potrero del Padre (Lagunita de González) 1.39093 Muy alto Gral. Zaragoza La Mesita (El Hundido) 1.24898 Muy alto

Aramberri Jesús María 1.35045 Muy alto Gral. Zaragoza Los Toros 1.22652 Muy altoAramberri Milpillas 1.31699 Muy alto Gral. Zaragoza El Viejo 1.20496 Muy altoAramberri San Isidro 1.29139 Muy alto Gral. Zaragoza Casas Reales 1.12490 Muy alto

Aramberri Agua de Enmedio (Los Pocitos) 1.27365 Muy alto Gral. Zaragoza El Melón de Arriba 1.09276 Muy altoAramberri La Mesa de Alcocer 1.21586 Muy alto Gral. Zaragoza San Isidro 1.07856 Muy altoAramberri Agua Fría 1.19229 Muy alto Gral. Zaragoza Lagunita de los Toros 1.02007 Muy alto

Aramberri El Cuervo Dos 1.16758 Muy alto Gral. Zaragoza La Cieneguita 0.95447 Muy altoAramberri Santa Teresa 1.14997 Muy alto Gral. Zaragoza Puerto del Aire 0.95053 Muy altoAramberri El Yerbaniz 1.11548 Muy alto Gral. Zaragoza Las Cruces 0.94682 Muy alto

Aramberri Ojo de Agua 1.07135 Muy alto Gral. Zaragoza La Joya del Cedillo 0.85454 Muy altoAramberri San Antonio 1.05451 Muy alto Gral. Zaragoza Potreritos 0.84188 Muy altoAramberri Puerto Rincón de Jesús 1.03246 Muy alto Gral. Zaragoza Dulces Nombres (Santa Teresa) 0.82039 Muy alto

Aramberri La Reforma 1.00192 Muy alto Gral. Zaragoza Las Cañadas 0.81323 Muy altoAramberri El Refugio (Refugio de Texas) 0.99159 Muy alto Gral. Zaragoza El Rincón 0.81016 Muy altoAramberri Salitrillo 0.98897 Muy alto Gral. Zaragoza El Encinal 0.80290 Muy alto

Aramberri Álamos 0.98751 Muy alto Gral. Zaragoza Las Hiedras 0.75872 Muy altoAramberri El Rucio 0.96488 Muy alto Gral. Zaragoza Ojo de Agua 0.72585 Muy altoAramberri Agua Delgada 0.95051 Muy alto Gral. Zaragoza El Potrero (La Nuca) 0.64283 Muy alto

Aramberri La Sabanilla 0.93475 Muy alto Gral. Zaragoza Vega de Siberia (Vega de Palomares) 0.63344 Muy altoAramberri Guadalupe de los Navarro 0.92843 Muy alto Iturbide La Fábrica 1.16378 Muy altoAramberri Lagunita (Lagunita de los Cerda) 0.92834 Muy alto Iturbide La Luz (El Puerto) 1.15820 Muy alto

Aramberri Las Mancuernas 0.91447 Muy alto Iturbide Agua de Enmedio 1.14740 Muy altoAramberri Yerbaniz 0.89290 Muy alto Iturbide Lampazos 1.05193 Muy altoAramberri Cedritos 0.85731 Muy alto Iturbide San Antonio 1.03805 Muy alto

Aramberri El Coyote 0.83607 Muy alto Iturbide La Providencia 1.03764 Muy altoAramberri Guadalupe Victoria 0.83541 Muy alto Iturbide El Saucillo 0.90054 Muy altoAramberri Ignacio Zaragoza 0.80824 Muy alto Iturbide Benito Juárez (Las Adjuntas) 0.80790 Muy alto

Aramberri La Boquilla 0.78559 Muy alto Iturbide La Boquilla 0.80656 Muy altoAramberri Dolores Palmita 0.77537 Muy alto Iturbide Altamira 0.74951 Muy altoAramberri Fraccionamiento del Río (Fracción del Río) 0.76962 Muy alto Iturbide Cuevas 0.72108 Muy alto

Aramberri San José del Jilguero 0.72354 Muy alto Iturbide Marrubial 0.71838 Muy altoAramberri La Canoa 0.69394 Muy alto Iturbide Buena Vista 0.64007 Muy altoAramberri Santa Cruz 0.68023 Muy alto Linares El Nogalar (Las Latas) 1.39818 Muy alto

Aramberri Aramberri (Brownsville) 0.67797 Muy alto Linares Santa Clara 1.28101 Muy altoAramberri El Nacimiento 0.66910 Muy alto Linares La Aurora 1.17380 Muy altoAramberri El Jardín (Cañón de Vacas) 0.65561 Muy alto Linares Las Parritas 1.15035 Muy alto

Aramberri La Vieja 0.61949 Muy alto Linares Ampliación el Alamar (Guadalupe) 1.14072 Muy altoChina La Campana (La Campana Dos) 1.27480 Muy alto Linares San Isidro 0.91687 Muy altoChina Santa Elena 0.64408 Muy alto Linares El Molino del Fresno (El Molino) 0.89838 Muy alto

China San Juan 0.62689 Muy alto Linares Las Comitas 0.88315 Muy altoDr. Arroyo San Francisco 2.38787 Muy alto Linares El Piojo (Pamona Dos) 0.73580 Muy altoDr. Arroyo El Fraile (El Coyote) 1.81616 Muy alto Linares San Juan de la Cruz 0.67133 Muy alto

Dr. Arroyo El Cardón 1.67077 Muy alto Linares La Jabonera 0.65958 Muy altoDr. Arroyo Majada de Rodríguez 1.58962 Muy alto Linares Saucito 0.62697 Muy altoDr. Arroyo Santa Teresa de San Juan (Rancho de Juana) 1.44108 Muy alto Linares El Guayacán 0.61924 Muy alto

Dr. Arroyo Tanque San Pedro 1.42986 Muy alto Los Ramones Guadalupe 0.65550 Muy altoDr. Arroyo La Vallejeña 1.25232 Muy alto Los Ramones Clavelito 0.64039 Muy alto

Dr. Arroyo La Baticolla 1.02049 Muy alto Mier y Noriega Las Mesas de San Juan 0.80202 Muy altoDr. Arroyo El Tropezón 0.87103 Muy alto Mina Las Ventanas 1.48372 Muy altoDr. Arroyo Vallecillos 0.86687 Muy alto Mina La Escondida 1.22566 Muy alto

Dr. Arroyo Taponcita de Camarillo 0.85526 Muy alto Mina Cañón Angosto 0.85485 Muy altoDr. Arroyo San Felipe de Martínez 0.83204 Muy alto Mina Las Ovejas 0.84932 Muy altoDr. Arroyo La Punta de la Loma 0.82644 Muy alto Mina Sacramento 0.71214 Muy alto

Dr. Arroyo La Esperanza 0.77357 Muy alto Mina Delgado 0.63020 Muy altoDr. Arroyo Santa Inés del Bosque 0.72903 Muy alto Montemorelos La Cebolleta 1.63101 Muy altoDr. Arroyo Panalillos 0.72723 Muy alto Montemorelos El Porvenir 1.31471 Muy alto

Dr. Arroyo El Chapulín 0.72602 Muy alto Montemorelos Rentería 1.25694 Muy altoDr. Arroyo Santa Teresa (Don Jesús) 0.65032 Muy alto Montemorelos San Gerardo 0.94563 Muy altoDr. Arroyo El Mirador 0.62442 Muy alto Montemorelos Cañas 0.92393 Muy altoDr. González Chilpitines 1.84301 Muy alto Montemorelos El Palomar 0.76330 Muy altoGaleana Molino de Higueras 1.65723 Muy alto Montemorelos Cañada del Huizache 0.75468 Muy altoGaleana Campamento los Cabriales (La Providencia) 1.53336 Muy alto Montemorelos Santa Cruz 0.62328 Muy alto

Galeana Agua Blanca 1.26089 Muy alto Rayones El Encinal (El Encinal de Arriba) 2.02801 Muy altoGaleana Palma los Monos (San Juan de Dios) 1.20625 Muy alto Rayones El Taray 1.28422 Muy altoGaleana 2a. Provisión de Santa Rita (Las 1.13437 Muy alto Rayones Puerto Grande 1.05421 Muy alto

Galeana San Isidro (Terreros) 0.85782 Muy alto Rayones Los Pocitos 0.98772 Muy altoGaleana Joyas de Agua Fría 0.81647 Muy alto Rayones La Cebolla 0.94114 Muy altoGaleana Ojo de Agua (El Paso) 0.76977 Muy alto Rayones El Ranchito 0.90815 Muy alto

Galeana San Isidro de Ciénega del Toro 0.61678 Muy alto Rayones Los Cuartos 0.81063 Muy altoGarcía El Fraile 1.64357 Muy alto Salinas Victoria Los Atascaderos 0.61681 Muy altoGarcía Capellanía 1.47626 Muy alto Santiago Potrero Redondo 1.17143 Muy altoGarcía Renacimiento 1.03917 Muy alto Santiago Corral de Piedra 1.08578 Muy altoGarcía El Fraile 0.72355 Muy alto Santiago Agua de Enmedio 0.87429 Muy altoGarcía San Cristóbal (La Ventura) 0.67754 Muy alto Santiago Las Lagunillas 0.85220 Muy alto

Gral. Bravo El Porvenir 0.69902 Muy alto

Fuente: Estimaciones del CONAPO con base en el II Conteo de Población y Vivienda 2005 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2005 (IV Trimestre).

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

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De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2010), no obstante que en los últimos 15 años Nuevo León ha abierto la puerta al desarrollo a cada vez más ciudadanos, al brindar mayor acceso a los servicios básicos (agua, saneamiento, electricidad, educación,

salud, etc.) que se requieren para poder realizarse en la vida, aún presenta un 21.1% de su población en situación de pobreza multidimensional (moderada y extrema), lo cual representa a 986 mil personas (Figura 4.9).

Figura 4.9. Pobreza en Nuevo León (2010)

Pobreza. Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando presenta al menos una carencia social (rezago educativo, sin acceso a servicios de salud, seguridad social, servicios básicos en la vivienda, etc.) y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades. Pobreza extrema. Una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando presenta tres o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria.

Fuente: estimaciones del CONEVAL (2010).

Igualmente, los productores agropecuarios en el estado presentan dos niveles sociales contrastantes: uno con una alta tasa de analfabetismo en el sector social, lo que va unido a bajos ingresos, escaso capital productivo y prácticamente nulo uso de tecnología; y otro, con productores básicamente del sector privado, que presentan elevados indicadores para las mismas variables. Mientras que los productores en el

nivel socioeconómico más bajo dependen para su subsistencia de la caprinocultura y el cultivo de maíz, frijol y algunos forrajes, en condiciones de temporal; aquellos con mayores recursos cuentan con ganadería bovina y cultivan forrajes y otras especies más redituables. El 76.9% de los productores agropecuarios tiene un nivel de

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Sequía en Nuevo León

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activos bajo (con un ingreso total promedio anual de $25,258 pesos) siendo éstos los que se dedican exclusivamente a la agricultura de temporal y, por ende, son los más vulnerables a la sequía. El 21.6% de los productores tienen activos medios (ingresos anuales de $106,445 pesos en promedio) y sólo el 1.5% tiene ingresos muy superiores a los dos niveles anteriores alcanzando un promedio anual de $1’033,800 pesos (ingresos altos). Esto significa que los productores de ingresos bajos apenas alcanzan el equivalente al 2.6% de los ingresos del estrato de ingresos altos (GENL/CDANL, 2010). Lo anterior es, en gran medida, reflejo de la situación que padece la población rural del estado.

Las condiciones de marginación y pobreza pueden limitar la capacidad de adaptación que las personas y las comunidades necesitan para disminuir los impactos de la sequía. De hecho, existe una mutua influencia entre las condiciones de marginación y los efectos potenciales de la sequía. Por una parte, las comunidades y regiones con mayor pobreza suelen ser las que más sufren por los fenómenos hidrometeorológicos naturales, mismos que, según se puede anticipar, aumentarán de fuerza y frecuencia; y por otra parte, tales impactos harán cada vez más difíciles las condiciones de vida de esas comunidades y regiones, y mermando aún más su capacidad de adaptación. La pobreza y la vulnerabilidad ante los peligros están íntimamente vinculadas y se refuerzan mutuamente. Los pobres se ven obligados a explotar los recursos naturales para sobrevivir, aumentando

así tanto el riesgo como la exposición a los desastres, sobre todo aquéllos provocados por inundaciones, sequías y deslizamientos. La exposición repetida a estos eventos puede hacer que la gente caiga en una espiral descendente de la pobreza crónica.

4.3.3. Factores ecológicos Dentro de los factores ecológicos que propician en mayor medida el hecho de que la población sea vulnerable a los efectos causados por la sequía y otros fenómenos hidrometeorológicos extremos, se encuentra la degradación de los recursos naturales, también conocida como degradación ambiental. Esta puede ser concebida como “un proceso inducido por el comportamiento de las actividades humanas que daña o altera los recursos naturales y los ecosistemas.” (Escalante, 2003, p. 134). Los efectos potenciales de la degradación ambiental son variables y pueden contribuir a incrementar la vulnerabilidad, frecuencia e intensidad de los peligros naturales. La degradación de los suelos, la deforestación, los incendios forestales, la desertificación, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación del suelo, aire y agua, el cambio climático, el incremento del nivel del mar y la reducción de la capa de ozono, son ejemplos de degradación ambiental. a) Degradación de los suelos Específicamente, la degradación de los suelos es definida por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, 1992) como “el proceso que

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

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rebaja la capacidad actual y potencial del suelo para producir bienes y servicios”. Por su parte, la SEMARNAT (2002) afirma que “se refiere básicamente a los procesos desencadenados por las actividades humanas que reducen su capacidad

actual y/o futura para sostener ecosistemas naturales o manejados, para mantener o mejorar la calidad del aire y agua, y para preservar la salud humana.” Los principales factores que intervienen en la degradación de los suelos se muestran en la Figura 4.10.

Figura 4.10. Factores que intervienen en la degradación de los suelos.

Fuente: adaptado de OMM (1999)

Una de las principales consecuencias de la degradación de los suelos es la desertificación, la cual se refiere a “la degradación de suelos de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de factores diversos, tales como las variaciones climáticas y actividades humanas” (UNCED, 1992). Esta definición incluye tres elementos distintos y con requerimientos diferentes como son las sequías recurrentes (en periodos cortos), fluctuaciones climáticas a largo plazo y degradación de suelos por actividades humanas (SEMARNAT, 2002).

Dentro de las causantes principales de la degradación de los suelos, destacan sobremanera las actividades humanas, pues la satisfacción de las necesidades materiales del hombre supone la transformación de los recursos naturales y con frecuencia la alteración del medio ambiente. De acuerdo con la FAO (1980), existen seis causas principales de degradación del suelo que son: 1) la erosión hídrica; 2) la erosión eólica;

Degradación del suelo

FACTORES CLIMÁTICOS•Precipitación•Evapotrans-

piración•Temperatura•Humedad

FACTORES DEL SUELO•Relieve

•Vegetación•Geología•Hidrología•Pedología

•Densidad de población

FACTORES SOCIOECONÓMICOS

•Tasa demográfica•Sistema de tenencia

de la tierra•Políticas agrícolas

FACTORES PRODUCTIVOS

•Sistemas de producción agrícola y pecuario•Tipos de cultivos y especies animales

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Sequía en Nuevo León

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3) la degradación biológica, la cual se asocia con la disminución de materia orgánica y fertilidad del suelo;

4) la degradación química, la cual se refiere a problemas de acidificación y toxicidad;

5) el exceso de sales y sodificación; y, por último,

6) la degradación física, la cual se refiere a los cambios adversos en las propiedades físicas del suelo, como son la porosidad, permeabilidad, densidad aparente o de volumen y estabilidad estructural.

Este último tipo de degradación afecta tanto áreas agrícolas, donde el uso excesivo de maquinaria provoca efectos negativos, como áreas de uso pecuario (agostaderos) donde la degradación física es consecuencia del sobrepastoreo. El efecto negativo de la degradación física es mayor cuando

esta se asocia con otros tipos de degradación, pues es un factor que favorece el escurrimiento y la erosión hídrica, además de contribuir al incremento en la degradación biológica al reducir la cobertura vegetal y el contenido de materia orgánica del suelo, lo cual agrava en general el efecto degradativo en los suelos, incrementando el riesgo de desertificación. De hecho, se ha considerado que los cambios de uso del suelo influyen indirectamente en la desertificación (Moreno y Urbina, 2008). De acuerdo con el CENAPRED (2001), en México existen varios estados de la República con deterioro alarmante del recurso suelo y otros tantos con deterioro grave, dentro de los cuales se encuentra el estado de Nuevo León (Figura 4.11).

Figura 4.11. Estados de la República Mexicana con mayor índice de degradación de

los suelos.

Fuente: adaptado de CENAPRED (2001)

Sin problemas de erosión

Grado intermedio de deterioro del sueloDeterioro grave del recurso sueloDeterioro alarmante del recurso suelo

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

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Según la SAGARPA (2008), los municipios de Nuevo León que presentan mayor grado de deterioro de los recursos naturales para la producción primaria, así como mayores índices de siniestralidad en las actividades agropecuarias, son los que se indican en el Cuadro 4.8. Estos ayuntamientos se consideran como municipios potenciales de atención prioritaria de entre los cuales dicha

dependencia federal deberá priorizar la cobertura que tiene el Componente de Conservación y Uso Sustentable de Suelo y Agua (COUSSA), el cual tiene como objetivo dar soporte técnico y capacitación para la elaboración y puesta en marcha de proyectos integrales que contribuyan a la conservación, uso y manejo sustentable de los recursos naturales utilizados en la producción primaria.

Cuadro 4.8. Municipios que presentan mayor grado de deterioro de los

recursos naturales.

Municipio Superficie (ha)

Total Agostadero %

Anáhuac 412,160 304,987 74.0 Aramberri 283,950 187,907 66.2 Cadereyta Jiménez 100,440 66,741 66.4 China 394,060 318,551 80.8 Dr. Arroyo 510,620 453,441 88.8 Dr. Coss 66,460 45,590 68.6 Galeana 715,460 579,484 81.0 García 83,320 81,679 98.0

Gral. Bravo 207,320 160,680 77.5 Gral. Terán 246,500 193,016 78.3 Gral. Zaragoza 110,850 33,970 30.6 Iturbide 71,920 41,716 58.0 Lampazos de Naranjo 402,000 364,380 90.6 Linares 244,520 152,954 62.6 Mier y Noriega 116,800 105,238 90.1

Mina 391,580 387,854 99.0 Paras 99,200 52,085 52.5 Pesquería 30,750 15,322 49.8 Los Ramones 137,880 114,346 82.9

Sabinas Hidalgo 90,520 70,245 77.6 Salinas Victoria 133,420 120,123 90.0 Vallecillo 185,990 132,455 71.2 Villaldama 87,050 77,931 89.5

Total municipios prioritarios 5,122,770 4,120,695 80.4

Sup. total del estado 6,455,500 5,535,938 85.8 Fuente: elaboración propia con base en SAGARPA (2008)

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Sequía en Nuevo León

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Por su parte, Maldonado (2010) afirma que en Nuevo León “existe un alarmante deterioro de los recursos naturales” pues el 92% de la superficie estatal –aproximadamente unos 6 millones de hectáreas– se encuentran afectadas por algún tipo de degradación de los suelos, tal como se indica a continuación:

a) Erosión hídrica: 49% b) Erosión eólica: 23% c) Degradación química: 11% d) Degradación biológica: 6% e) Degradación física: 3%

Solamente el 8% restante de los suelos que integran el territorio estatal no presentan degradación aparente. El deterioro de los suelos en la entidad ha sido propiciado principalmente por la deforestación de los bosques, los cambios en el uso del suelo y el sobrepastoreo de los pastizales, entre otros factores no menos importantes (Cuadro 4.9). A continuación se analizan cada uno de estos factores.

Cuadro 4.9. Causas de la degradación de los suelos en Nuevo León.

Causa de la degradación Superficie afectada

ha % Deforestación 2,948,420 45.5 Cambio de uso del suelo 1,007,128 15.6 Sobreexplotación de cultivos intensivos anuales 825,816 12.8 Sobrepastoreo 581,207 9.2 Otras causas 596,257 9.0 Terrenos sin degradación aparente 515,372 8.0 Total 6,474,200 100.0 Fuente: Maldonado (2010)

b) Deforestación La deforestación es un proceso provocado generalmente por la acción humana, en el que se destruye la superficie forestal. Es causada directamente por la acción del hombre sobre la naturaleza, principalmente debido a las talas o quemas realizadas por la industria maderera, así como para la obtención de suelo libre de árboles para dedicarlo a la agricultura y ganadería. Las regiones deforestadas tienden a una erosión del suelo y frecuentemente se degradan a tierras no productivas.

Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat, en pérdida de biodiversidad y en aridez, que en casos extremos puede conducir a la desertificación. Como se observó en el Cuadro 4.9, la deforestación es la principal causa de degradación de los suelos en el estado. Para el año 2006 se tenían registradas en Nuevo León 186 autorizaciones vigentes para el aprovechamiento de recursos forestales maderables, y 110 para el de no maderables. La superficie forestal bajo manejo técnico, en el año 2006 en la entidad, fue de un total de 237 mil hectáreas, de las cuales un 99%

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

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corresponde a superficie bajo aprovechamiento de recursos forestales maderables y 1% de no maderables (GENL/CONAFOR, 2008). Según la SEMARNAT (2006), los principales factores de deforestación y degradación de los recursos forestales en el estado son los siguientes: o Sobrepastoreo o Deforestación por cambios de uso

del suelo o Sobreexplotación de la cubierta

vegetal o Usos agrícolas sobreintensivos (uso

de agroquímicos, laboreo inadecuado)

o Desechos (Bio)industriales o Incendios y plagas forestales

Por otra parte, de acuerdo a las declaraciones recabadas en las Conferencias de búsqueda realizadas en las regiones Unidades de Manejo Forestal (UMAFOR) del estado de Nuevo León, se identificaron como factores de degradación y pérdida de los recursos forestales los siguientes: o Sobrepastoreo o Falta de ética de los prestadores de

servicios técnicos forestales o Corrupción y burocracia en las

dependencias encargadas del sector forestal

o Falta de conocimientos y capacitación de algunos prestadores de servicios técnicos forestales, y

o Etiquetación de recursos públicos con fines partidistas.

Figura 4.12. La deforestación es una de las principales causas de degradación de los

suelos en Nuevo León.

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Sequía en Nuevo León

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De entre las causas anteriores destaca el sobrepastoreo, el cual ha sido una de las principales causas no sólo de la deforestación, sino también de la degradación de los suelos. c) Sobrepastoreo La Comisión Técnico Consultiva de Coeficientes de Agostadero (COTECOCA) de la SAGARPA, estima que en Nuevo León existe una sobre carga animal (sobrepastoreo) del 65.9%, siendo esta una de las principales causas del deterioro de los suelos (ver Cuadro 4.10). El subsector pecuario en el estado, cuenta con una superficie que asciende a 5.5 millones de hectáreas y representa el 86% de la superficie total en la entidad, de las cuales el 90% son de agostadero natural, el 0.3% son de praderas de riego y el 9.7% restante son de praderas de temporal.

El manejo inadecuado de los agostaderos ha propiciado su degradación, lo cual los hace más vulnerables al retraso en la temporada de lluvias y/o a la ocurrencia de precipitaciones menores a las esperadas, y constituye un problema severo para los ganaderos por la disminución de la capacidad forrajera de las tierras de uso pecuario. Un ejemplo de lo anterior es lo que sucede en el municipio de Linares, N.L. (Figura 4.13), donde se practica la ganadería extensiva de caprinos, que aprovechan el tipo de vegetación conocida como “matorral espinoso tamaulipeco”. Las repercusiones de esta actividad, que en la mayoría de los casos se desarrolla de manera desordenada, rebasando varias veces el coeficiente de agostadero recomendado, son evidentes en sus casos más extremos (Manzano, 1997).

Figura 4.13. El sobrepastoreo es una de las principales causas de degradación de los

recursos naturales en Nuevo León.

Page 90: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

89

Cuadro 4.10. Coeficiente de agostadero. Los agostaderos son las tierras con capacidad para producir forraje para alimentar al ganado y a los animales silvestres. Por su parte, el coeficiente de agostadero (CA) es la relación área-unidad animal (ha/UA) adecuada para mantener una explotación ganadera en forma económica y productiva permanente, sin deteriorar los recursos naturales –suelo y vegetación, principalmente–. Es

decir, es la superficie que se requiere para mantener una unidad animal –una vaca adulta de 450 kg de peso– durante un año, en forma permanente y compatible con la perpetuación de los recursos naturales.

)//(

)//(

añoUAkgMSProducción

añoUAkgMSConsumoCA

CA = Coeficiente de agostadero, adimensional kgMS = Kilogramos de materia seca UA = Unidad animal = 1 vaca adulta de 450 kg de peso En México la Comisión Técnica Consultiva para la determinación de los Coeficientes de Agostadero (COTECOCA) ha sido la institución encargada de estimar los coeficientes de agostadero a nivel nacional.

Según esta Comisión, para el caso del estado de Nuevo León, se indica que el coeficiente de agostadero mínimo es de 4.30 ha/UA al año y el máximo es de 49.2 ha/UA, con un promedio ponderado de 22.6 ha/UA al año. En otras palabras, en el estado se requiere tener en promedio una superficie de 22.6 hectáreas de agostadero por cada vaca adulta que se tenga en pastoreo, para no causar deterioro o degradación de los recursos naturales por sobrepastoreo. Los coeficientes de agostadero son permanentes. Se calculan para condiciones naturales, es decir, sin considerar el disturbio provocado por mal uso o mejoras de las condiciones de los sitios evaluados. Tienen carácter legal y son vigentes para determinar el tamaño de la pequeña propiedad ganadera. Sin embargo, para fines de manejo actual, los valores reportados deberán ajustarse a las condiciones actuales de vegetación, clima, suelo y especie animal que utiliza los recursos de los sitios que se considere, entre otros factores. Fuente: elaboración propia con información de COTECOCA (2002)

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Sequía en Nuevo León

90

Así, el sobrepastoreo es una actividad que ha traído como consecuencia una baja en la producción animal y un deterioro biofísico de los recursos naturales en la región correspondiente a la Planicie Costera del Golfo Norte en Nuevo León (Téllez y Foroughbakhch, 1990). Lo mismo sucede en los municipios del sur del estado, donde la degradación del suelo ha alcanzado niveles casi irreversibles, llegando en casos extremos a la desertificación. d) Cambios de uso del suelo Los cambios de uso del suelo tales como el reemplazo de los bosques por superficies agrícolas, el desmonte para la construcción de unidades habitacionales en las zonas urbanas, o la construcción de grandes obras –como son las presas de almacenamiento–, afectan las características naturales de la zona o cuenca donde se ubican y, debido también a las complejas interacciones entre los sistemas y factores hidrológicos, el impacto de la sequía meteorológica puede manifestarse más allá de las áreas propiamente dichas donde existe déficit en la lluvia (Postel, 1992). De hecho, los cambios en el uso del suelo son una de las actividades humanas que más alteran la frecuencia de los estiajes, aún cuando la sequía meteorológica sea leve o no se presente (ONU, 1996). Para el caso específico del estado de Nuevo León, en el Cuadro 4.11 se presentan los cambios de uso del suelo en el período comprendido de 1993 a

2002. En este cuadro se observa que el principal cambio consistió en el reemplazamiento de matorrales y cultivos agrícolas por pastizales cultivados; es decir, en el período indicado se establecieron aproximadamente 210 mil hectáreas de praderas que son utilizadas para el pastoreo de ganado vacuno, principalmente, a pesar de que la actividad ganadera ha tenido una tendencia decreciente en las últimas tres décadas. Las altas concentraciones de animales que se requieren en las zonas periurbanas, para afrontar el incremento en las demandas de carne, han llevado a la degradación de áreas de pastoreo y a problemas de contaminación. Hay tendencias, quizá mal enfocadas, que han estimulado el sobrepastoreo o la deforestación, evadiendo los productores y los consumidores el verdadero costo de la degradación ambiental. Dentro de los cambios de uso del suelo destaca también el reemplazo de matorrales desérticos y espinosos por el establecimiento de nuevas tierras de cultivo de riego y de temporal, así como la sustitución de bosques de coníferas y bosques de pino-encino por pastizales naturales, lo cual es una muestra de la grave deforestación a que han sido sometidos los bosques en la entidad. En menor grado, se ubica el reemplazo de matorrales espinosos por cuerpos de agua, debido a la construcción de obras de almacenamiento como son las presas El Cuchillo y Cerro Prieto en 1995, así como la sustitución de pastizales y matorrales por zonas urbanas y vegetación hidrófila (Figura 4.14).

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Capítulo 4. Vulnerabilidad a la Sequía en el Estado

91

Cuadro 4.11. Cambios de uso del suelo para el estado de Nuevo León (período 1993-2002).

Cambio de uso del suelo Superficie De A (ha)

Matorral espinoso tamaulipeco Pastizal cultivado 92,210 Agricultura de temporal Pastizal cultivado 82,142 Agricultura de riego Pastizal cultivado 10,882 Matorral submontano Pastizal cultivado 15,027 Matorral desértico Pastizal cultivado 9,182 Matorral desértico Agricultura de riego 28,622 Matorral espinoso tamaulipeco Agricultura de temporal 12,749 Bosque de coníferas Pastizal natural 4,392 Pastizal inducido Pastizal natural 3,519 Bosque de encino-pino Pastizal natural 2,514 Matorral espinoso tamaulipeco Cuerpos de agua 5,534 Pastizal inducido Zona urbana 1,950 Otros Zona urbana 135 Matorral submontano Zona urbana 189 Pastizal inducido Vegetación hidrófila 1,796

Fuente: adaptado de Centro de Calidad Ambiental, ITESM (2010)

Figura 4.14. Capas de vegetación y uso del suelo del estado de Nuevo León para los años 1993 y 2002.

Fuente: INEGI, Series II y III.

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Sequía en Nuevo León

92

Todos los factores mencionados anteriormente (deforestación, cambios de uso del suelo, sobrepastoreo, etc.) tienen como consecuencia que se produzcan cambios climáticos de mayor o menor escala. Al cambiar la superficie del terreno, al deforestar, quemar, desviar cauces de ríos, pavimentar y degradar los suelos, la tierra pierde rápidamente su capacidad de atrapar y retener humedad. Esto genera microclimas áridos que terminan por alterar el patrón climático regional. Como resultado de ello, las zonas áridas pueden hacerse aún más secas y extenderse (Moreno, 2004). Existen razones para suponer que las sequías se pueden autoperpetuar en cierto grado, ya que una vez que la superficie del suelo está libre de vegetación, devuelve una mayor cantidad de calor a la atmósfera; además, la microturbulancia generada por un mayor calentamiento de la superficie origina un mayor abastecimiento de núcleos cálidos procedentes del suelo hacia la atmósfera y esto conduce, finalmente, a un predominio de nubes de tipo cumulus continentales sobre las marítimas, lo cual contribuye a la persistencia de la sequía por la disminución de las lluvias (CENAPRED, 2007). Asimismo, la pérdida de la vegetación natural influye directamente en la desaparición de hábitat y de especies, el menoscabo de valores culturales y estéticos, la reducción de los recursos forestales, el incremento en la erosión y la pérdida de la fertilidad del suelo. Además, la merma de la cobertura

forestal reduce la capacidad de almacenar una gran cantidad de carbono en su biomasa y contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, CO2; óxido nitroso, N2O; y metano, CH4), con lo cual se propicia el calentamiento global (Moreno y Urbina, 2008). El detrimento del suelo fértil incrementa las condiciones de vulnerabilidad ante las sequías, que si bien se pueden presentar virtualmente en todas las regiones climáticas, tienen las peores consecuencias en regiones donde la oferta de agua es limitada, como ocurre en el estado de Nuevo León. La pérdida de cobertura vegetal hace más grave el efecto de los impactos de eventos hidro-meteorológicos extremos, que ocurrirán con mayor frecuencia por el cambio climático mundial. A manera de conclusión de este capítulo se puede afirmar que Nuevo León tiene características físicas, socioeconómicas y ambientales que lo hacen particularmente vulnerable a las sequías y a otros fenómenos hidrometeorológicos extremos, por lo que es indispensable que el gobierno y la población en general cuenten con el conocimiento necesario y tomen las medidas precautorias que sean adecuadas para gestionar el riesgo y mitigar los posibles impactos de un fenómeno de esta naturaleza. Ahora bien, una vez que se han analizado los factores referentes a la vulnerabilidad, es momento de pasar al estudio de la sequía desde los puntos de vista meteorológico e hidrológico, lo cual se realiza en el capítulo siguiente.

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93

Capítulo 5

Análisis y Caracterización de las Sequías

Meteorológicas e Hidrológicas

n este capítulo se lleva a cabo el análisis y la caracterización espacio-temporal de los períodos de sequía meteorológica e hidrológica ocurridos históricamente en el estado de Nuevo León, con base en los datos de lluvia y escurrimientos

superficiales registrados en las principales estaciones meteorológicas e hidrométricas de la entidad. Se realiza en principio un examen climatológico básico que permite conocer las características naturales que influyen en el fenómeno de la sequía. Posteriormente se desarrolla lo que es propiamente el estudio de las sequías meteorológicas, para lo cual se utiliza como indicador el Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), cuyas características de describen de manera concisa en este mismo capítulo. Por último se desarrolla el análisis de las sequías hidrológicas, mediante el examen de los escurrimientos de los ríos que son captados y almacenados en las principales presas del estado, cuyas aguas se utilizan primordialmente para abastecer los usos público-urbano e industrial del área metropolitana de Monterrey, y para la irrigación de cultivos en los distritos y unidades de riego de la entidad. 5.1. Distribución anual de la lluvia y la temperatura La primera fase de cualquier desarrollo metodológico para estudiar sequías y sus impactos, es realizar algunos análisis climatológicos básicos que permitan conocer las características naturales que inciden en el fenómeno y en el consecuente déficit inducido de agua. En este sentido, con la información proporcionada por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se hicieron algunos

análisis de la lluvia y la temperatura, pues estas variables meteorológicas definen en gran medida el clima de un lugar y, por tanto, permiten conocer y caracterizar de mejor manera las condiciones climáticas predominantes en el estado de Nuevo León. Para realizar el análisis de la temperatura y la precipitación pluvial, se seleccionaron 28 estaciones meteorológicas (Figura 5.1 y Cuadro 5.1) tomando como base los criterios siguientes: su ubicación geográfica (que estuvieran distribuidas a lo largo

E

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Sequía en Nuevo León

94

y ancho de la entidad), la consistencia de los datos (que no tuvieran carencias considerables de datos por falta de registro en ciertos meses) y que tuvieran un período de registro prolongado (de al menos 30 años). Para facilitar el estudio de la información, las estaciones meteoroló-

gicas se agruparon en cuatro regiones que son representativas de las características geográficas (orográficas y climatológicas) predominantes en el estado, a saber: región norte, región centro, región citrícola y región sur, las cuales están compuestas por municipios completos, tal como se ilustra en la Figura 5.1.

Figura 5.1. Ubicación de las estaciones meteorológicas seleccionadas.

Fuente: elaboración propia

A partir de los registros mensuales de temperatura y precipitación de las estaciones seleccionadas, se elaboraron la Figura 5.2 y el Cuadro 5.2. En la Figura 5.2 se presenta el climograma del estado de Nuevo León, en el cual se puede observar el comportamiento de

la lluvia y la temperatura medias a lo largo del año. Este climograma ilustra las condiciones medias de la entidad en cuanto a esos dos parámetros básicos que definen en gran medida el clima del lugar –el cual se clasifica como seco o semiseco extremoso en un 73% del

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19030

Norte

Centro

Citrícola

Sur

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Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

95

territorio (INEGI, 2011)–. Desde luego, estas condiciones medias son sólo abstracciones de lo estadísticamente esperado, de acuerdo con los registros

disponibles; son valores que indican la tendencia a largo plazo del comportamiento esperado de esas variables.

Cuadro 5.1. Estaciones meteorológicas seleccionadas.

Región/ Clave de la

estación

Nombre de la Estación

Ubicación geográfica Período de

registro Municipio Latitud Longitud

(N) (O)

Norte

19024 Anáhuac Anáhuac 27.2375 -100.1336 1943-2011

19010 Cerralvo Cerralvo 26.0788 -99.9716 1941-2011

19016 El Cuchillo China 25.7180 -99.2516 1940-2011

19022 General Bravo General Bravo 25.8194 -99.1761 1940-2011

19039 Las Enramadas Los Ramones 25.5008 -99.5211 1940-2011

19042 Los Ramones Los Ramones 25.6938 -99.6288 1940-2011

19055 Salinillas Anáhuac 27.4263 -100.3713 1943-2011

19063 Vallecillo Vallecillo 26.6580 -99.9875 1956-2011

Centro

19012 Ciénega de Flores Ciénega de Flores 25.9527 -100.1722 1940-2011

19124 Higueras Higueras 25.9608 -100.0085 1940-2011

19069 La Boca Santiago 25.4294 -100.1288 1940-2011

19033 Laguna de Sánchez Santiago 25.3455 -100.1288 1943-2011

19052 Monterrey Monterrey 25.6819 -100.2797 1940-2011

19054 Rinconada García 25.6811 -100.7175 1945-2011

19058 Santa Catarina Santa Catarina 25.6572 -100.4455 1940-2011

Citrícola

19003 Allende Allende 25.2477 -100.4455 1940-2011

19007 Cabezones Montemorelos 24.9900 -99.7438 1960-2011

19035 Camacho Linares 24.8719 -99.5788 1940-2011

19011 Cerro Prieto Linares 24.9380 -99.3852 1959-2011

19048 Montemorelos Montemorelos 25.1827 -99.8338 1940-2011

19056 San Juan Cadereyta Jiménez 25.5441 -99.9716 1944-2011

Sur

19075 Doctor Arroyo Doctor Arroyo 23.6716 -100.1747 1942-2011

19073 Galeana Galeana 24.8200 -100.0794 1942-2011

19046 Mier y Noriega Mier y Noriega 23.4225 -100.1180 1943-2011

19053 Rayones Rayones 25.0194 -100.0666 1940-2011

19050 San José de Raíces Galeana 24.5672 -100.2383 1949-2011

19059 Santa Rosa Doctor Arroyo 24.1725 -100.2872 1962-2011

19193 Santa Rosa (Iturb.) Iturbide 24.7013 -99.8541 1941-2011 Fuente: elaboración propia con información de SMN

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Sequía en Nuevo León

96

Figura 5.2. Climograma del estado de Nuevo León.

Fuente: elaboración propia con información de SMN

Con relación a la temperatura, la media anual a nivel estatal es de 21.0oC, variando entre los 16.9oC en el sur y los 23.2oC en la región citrícola (ver Cuadro 5.2); no obstante, lo cierto es que estas temperaturas medias son poco representativas de las condiciones térmicas reales del estado, pues se han registrado máximas extremas de hasta 45oC y mínimas extremas de hasta -10oC. La marcha

anual de la temperatura es ascendente a partir de enero (mes más frío) hasta alcanzar su máxima expresión en julio (mes más caliente) donde comienza a descender nuevamente hasta diciembre. La oscilación anual de la temperatura es muy grande, pues existe una diferencia promedio de 13.3oC entre la temperatura media del mes más frío y la del mes más cálido, tal como se aprecia en la Figura 5.2.

Cuadro 5.2. Principales variables climáticas en el estado de Nuevo León.

Región Temperatura Media anual

(°C)

Precipitación total

Anual (mm)

Mayo-Octubre Noviembre-Abril

mm % mm %

Norte 22.8 543.8 416.1 76.5 127.7 23.5 Centro 21.2 610.6 490.7 80.3 119.8 19.7 Citrícola 23.2 805.5 625.1 77.6 180.4 22.4 Sur 16.9 470.1 378.9 80.5 91.2 19.5

Estatal 21.0 607.5 477.7 78.7 129.8 21.3 Fuente: elaboración propia con información de SMN

0

5

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tura

(oC

)

Pre

cip

ita

ció

n (

mm

)

Meses del año

Precipitación media

Temp. máxima

Temp. media

Temp. mínima

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Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

97

Por su parte, la precipitación media anual en Nuevo León es de 607.5 mm, oscilando entre 470.1 mm en el sur y 805.5 mm en la región citrícola (Cuadro 5.2), registrándose en algunas zonas precipitaciones superiores a 1,300 mm anuales y en otras inferiores a 300 mm, lo cual indica la gran variabilidad de la lluvia en la entidad de una región a otra, debido principalmente a los cambios bruscos de relieve entre las distintas zonas fisiográficas que conforman el estado. La distribución anual de la lluvia a lo largo del año presenta una estacionalidad muy marcada, identificándose dos condiciones meteorológicas: la época de lluvias (mayo-octubre), en la cual se registra el 78.7% de la precipitación total anual y se asocia con la afluencia de aire marítimo tropical con alto contenido de humedad; y la época seca (noviembre-abril), en la cual se registra sólo el 21.3% de la precipitación total anual y se asocia con el flujo de aire polar con bajo contenido de humedad (en estos meses se presenta una lluvia promedio inferior a los 20 mm mensuales). En el mes de julio hay un período seco conocido como canícula, el cual es seguido por el período de lluvias que comienza al final de agosto y finaliza hasta mediados de octubre, siendo ésta la temporada de huracanes. El mes de septiembre es el más lluvioso con un promedio de precipitación de 134.4 mm (ver Figura 5.2). De mayo a octubre, época en la que se presentan las principales lluvias, el 12% del territorio tiene temporales relativamente abundantes, ubicados principalmente en la Sierra Madre Oriental. Las regiones aledañas a dicha

sierra y porciones de los municipios de Mier y Noriega, Doctor Arroyo e Higueras, son áreas con un temporal parcialmente establecido, que representan el 11% de la superficie. El restante 77% mantiene condiciones marginales de humedad e incluso disminuye la disponibilidad del vital líquido al oeste y norte del estado por las altas temperaturas, siendo los municipios más afectados por tal situación Mina, García, Bustamante, Aldama, Salinas Victoria, Hidalgo, Carmen, Gral. Escobedo, Santa Catarina, San Nicolás de los Garza, Apodaca, Ciénega de Flores, Higueras, Sabinas, Villaldama, Cerralvo, Rayones, Vallecillos, Lampazos, Anáhuac, Los Aldama, Los Herrera, Doctor Coss y China. Durante los meses de noviembre a abril, derivado de la aparición de bajas temperaturas y frentes fríos en la región, la disponibilidad de humedad al norte y centro del estado aumenta. Estas mismas condiciones de temperatura combinadas con la humedad que arrastran los frentes fríos de invierno incrementan considerablemente la disponibilidad de agua en las partes altas de la Sierra Madre Oriental, principalmente en los municipios de Santiago, Allende, Montemorelos y General Zaragoza. En contraste, en la parte sur del estado disminuye considerablemente la disponibilidad de humedad, alcanzando déficits extremos en los municipios de Mier y Noriega, Doctor Arroyo, Galeana y porciones de Aramberri. En general, durante todo el año (enero a diciembre) el 73% de la superficie del estado (con excepción de la Sierra Madre Oriental y las partes

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Sequía en Nuevo León

98

medias de su vertiente al Golfo de México), sin la cosecha de agua de lluvia, la conservación de suelos y un manejo sustentable de la flora y fauna locales, sería un área restrictiva para el desarrollo de la agricultura, ganadería y silvicultura. En un 4% de la superficie, principalmente en los municipios de Mina y García, se compromete inclusive el abasto del vital líquido para uso humano por la alta demanda de agua. Sólo en el 7% de la superficie del estado hay condiciones de humedad adecuadas de enero a diciembre, distribuidas en las partes altas de la Sierra Madre Oriental. El 16% restante de la superficie estatal es un área con un temporal parcialmente establecido que no está exenta de déficits de humedad en 6 de cada 10 años.

5.2. Comportamiento histórico de la lluvia En el período que comprende de 1940 a 2011, en Nuevo León se ha registrado una precipitación promedio anual de tan sólo 607.5 mm (Figura 5.3), lo que lo ubica entre las primeras seis entidades federativas que registran las precipitaciones más bajas a nivel nacional. Debido a esto, la cantidad de agua disponible es, en muchas ocasiones, insuficiente para cubrir las necesidades del recurso, por lo que las extracciones impactan seriamente en la recarga de cuerpos de agua superficiales y de los acuíferos.

Figura 5.3. Comportamiento histórico de la precipitación total anual en

Nuevo León (1940-2011).

Fuente: elaboración propia con información de SMN

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Pre

cip

ita

ció

n (

mm

)

Serie histórica (años)

Precipitación media anual (mm)

Promedio histórico de precipitación (mm)

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Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

99

En la figura anterior se puede observar que en el lapso mencionado, ocurrieron 40 años con precipitación pluvial por debajo de la media, que representan más de la mitad del período de registro (56.3%). Los años más secos en la historia de Nuevo León han sido 1952 y 2011, respectivamente, en los cuales se registró un déficit de precipitación de 45.5% y 45.2% con respecto al promedio histórico. El tercer año más seco fue 1956 con un déficit de lluvia de 44.7% respecto a la media.

Por el contrario, el año más lluvioso ha sido el de 2010, donde se registraron 1,075 mm de lluvia total anual, superando en un 77.0% al promedio histórico (Figura 5.4). Esta lámina de precipitación tan elevada ocurrió gracias a la presencia del huracán Alex y ha sido la máxima histórica registrada en la entidad; tan sólo en Monterrey, la capital del estado, Alex dejó lluvias de 446.5 mm en 24 horas, superando por mucho al huracán Gilberto (ocurrido en 1988) que generó 280 mm de precipitación en el mismo lapso.

Figura 5.4. Precipitación acumulada promedio y para los años 2010 y 2011

en el estado de Nuevo León.

Fuente: elaboración propia con información de SMN

El huracán Alex, que tocó tierra el 1 de julio de 2010, fue un fenómeno extraordinario que dejó graves daños en infraestructura carretera y vial, debido a las inundaciones y desbordamientos de ríos estratégicos como el Santa Catarina que presentaron afluentes nunca antes vistos. Sin embargo, a pesar de los

daños causados, también tuvo efectos benéficos a largo plazo como lo fue el llenado de las presas La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo a su máxima capacidad, incluso hasta derramar, cuyos volúmenes de agua permitieron mitigar los impactos de la severa sequía que ocurrió al año siguiente (2011) en el estado.

Page 101: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

100

El problema de la escasez del agua en la entidad obedece, entre otras causas, a la baja precipitación pluvial que ocurre en la mayor parte del territorio, pero sobre todo a la irregular distribución espacial y temporal de la lluvia; este problema se agrava en los municipios rurales del norte y sur de la entidad en donde se lleva a cabo gran parte de la actividad agropecuaria. Algunos de los factores que hacen que cada día crezca la presión sobre el agua y con ella la vulnerabilidad a la sequía, son: a) los procesos de urbanización, b) el crecimiento poblacional, c) el desarrollo de la agricultura, ganadería e industria, d) el auge turístico, e) el mayor consumo de energía, f) los mayores requerimientos de agua para consumo humano, y, g) la reducción en la disponibilidad de agua de la calidad requerida para ciertos usos. El estado de Nuevo León ha sido afectado históricamente por eventos de sequía severos, ocasionando pérdidas considerables principalmente en el sector agropecuario y forestal. 5.3. Análisis y caracterización de las sequías meteorológicas La sequía meteorológica se caracteriza por una ausencia prolongada, un déficit marcado o una débil distribución de precipitaciones con relación a la considerada como normal, y es la principal causa de que ocurran los demás tipos de sequía (agrícola, hidrológica y socioeconómica), de ahí la importancia de su estudio detallado. Por ello, en este apartado se presenta un análisis de las principales características (frecuencia, duración,

severidad) de los eventos de sequía meteorológica que han afectado al estado de Nuevo León durante el periodo comprendido de 1940 a 2011. El análisis se basa en el cálculo del Índice de Precipitación Estandarizado (SPI, por sus siglas en inglés), el cual se describe a continuación. 5.3.1. Índice de Precipitación

Estandarizado (SPI) Este índice fue desarrollado por Mckee y colaboradores en 1993, con el propósito de determinar a través del tiempo el déficit de lluvia para una región y en un período de tiempo dado. El SPI permite manipular diversas escalas de tiempo, por lo cual es posible identificar los impactos de la sequía en periodos de corto, mediano y largo plazos. Estos períodos reflejan el impacto de la sequía sobre la disponibilidad de los diferentes recursos hídricos: las condiciones de humedad del suelo responden a las anomalías pluviométricas en un intervalo de tiempo relativamente corto, mientras que los depósitos subterráneos, los cauces superficiales y el agua almacenada en presas, lagos y lagunas, reflejan tales anomalías a largo plazo, razón por la cual, originalmente, el SPI se calculaba para períodos de 3, 6, 12, 24 y 48 meses (McKee et al., 1995). Así, por ejemplo, la escala temporal de 12 meses (mediano plazo, SPI-12) representa el comportamiento de la precipitación acumulada en el mes de interés y durante los 11 meses anteriores a éste. Para el cálculo del SPI se requieren únicamente los registros históricos de

Page 102: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

101

precipitación del lugar que se desea estudiar. El procedimiento involucra el ajuste de las series históricas de precipitación mensual a la función de distribución probabilística Gamma, que de acuerdo con los autores citados, es la función de distribución que mejor ajuste ofrece en series de precipitación. La distribución Gamma está definida por su frecuencia o función de densidad de probabilidad. Para cada registro de precipitación se determina su valor de probabilidad acumulada mediante la función de distribución Gamma incompleta. Dado que esta función de distribución no está definida para valores iguales a cero, es necesario estimar la probabilidad acumulada de los registros que tienen este valor. En una última fase, la probabilidad acumulada se transforma a la variable z de una función de distribución Normal estándar que tiene un valor promedio igual a cero y una varianza igual a uno, el valor resultante de esta transformación corresponde al valor del SPI. Según Mckee et al. (1995), el SPI corresponde al número de desviaciones estándar que cada observación se desvía del promedio histórico, quedando éste ultimo representado por cero. Los valores negativos del índice, representan el déficit de la precipitación y, de manera contraria, los valores positivos indican que la precipitación ocurrida fue superior al promedio histórico. Dado que el SPI está normalizado, los climas más húmedos y más secos se pueden representar de la misma forma y, con el uso de este indicador, también se puede hacer el seguimiento de los períodos húmedos. Los valores del SPI

se clasifican tal como se muestra en el Cuadro 5.3.

Cuadro 5.3. Interpretación de los valores del SPI.

Valor del SPI

Interpretación

2.0 ó sup. Extremadamente húmedo

1.5 a 1.99 Muy húmedo 1.0 a 1.49 Moderadamente

húmedo -0.99 a 0.99 Casi normal -1.0 a -1.49 Moderadamente seco -1.5 a -1.99 Muy seco -2.0 ó inf. Extremadamente seco

Fuente: Mckee et al. (1995)

De acuerdo con este cuadro, el criterio para definir un “evento de sequía” para cualquier escala de tiempo es que éste ocurre siempre que el SPI sea permanentemente negativo y alcance una intensidad de -1.0 ó menor; el fenómeno finaliza cuando el SPI se hace positivo. Cada fenómeno de sequía, por lo tanto, tiene una duración definida por su comienzo y su final, y una intensidad diferente para cada mes que dure el fenómeno. La magnitud de la sequía puede también ser la magnitud acumulada de la sequía y es el valor de la suma del SPI de todos los meses que dura el evento. 5.3.2. Caracterización de las sequías

meteorológicas El análisis de frecuencia, duración e intensidad de los eventos de sequía ocurridos en las cuatro regiones climáticas más representativas del territorio estatal de Nuevo León (norte, centro, citrícola y sur) se llevó a cabo estimando valores del SPI en las estaciones meteorológicas representa-

Page 103: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

102

tivas (Cuadro 5.1). El cálculo del SPI se realizó mediante el sistema de cómputo SPI_SL_6.exe desarrollado por Mckee y colaboradores (1993). Para tal propósito se emplearon series históricas de precipitación mensual acumulada del periodo comprendido de 1940 a 2011. La escala de tiempo considerada para el cálculo del SPI fue de 12 meses (mediano plazo). Para

cada región climática se derivaron series históricas del SPI promediando los valores de SPI de las estaciones localizadas en cada una de ellas. Para definir los tipos de sequía con base en los valores del SPI, se utiliza la clasificación propuesta por el Global Drought Monitor (GDM), la cual se muestra en el Cuadro 5.4.

Cuadro 5.4. Clasificación de la sequía de acuerdo con los valores del SPI.

Categoría de sequía Rango de

SPI Impactos potenciales

Condición normal seca 0 a - 0.4

Condición anormal seca -0.5 a - 0.7 Se presentan períodos cortos de lento crecimiento en cultivos y pastizales; el riesgo de incendios se presenta por encima de lo normal. Cuando este período concluye, existe un déficit de agua persistente; los cultivos y pastizales no se recuperan por completo.

Sequía moderada -0.8 a -1.2 Se presentan daños a cultivos y pastizales; el riesgo de incendios es alto; las corrientes de agua, cuerpos de agua y pozos disminuyen sus niveles y comienza una escasez de agua.

Sequía severa -1.3 a -1.5 Probables pérdidas en cultivos y pastizales; el riesgo de incendios es muy alto; la escasez de agua se incrementa.

Sequía extrema -1.6 a -1.9 Pérdidas considerables en cultivos y pastizales; riesgo de incendios extremo; escasez de agua generalizada.

Sequía excepcional < -2.0 Grandes pérdida extensivas en cultivos y pastizales; el riesgo de incendios es excepcional; hay escasez de agua en cuerpos de agua y pozos.

Fuente: adaptado del Global Drought Monitor (2002)

Page 104: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

103

De acuerdo con este cuadro, se considera el inicio de un evento de sequía cuando los valores del SPI se presentan de manera continua por debajo de -0.5 (inclusive). La prolongación de estos valores a través del tiempo permite definir la duración del evento, dado que el fenómeno finaliza cuando el SPI alcanza valores superiores a -0.5. Cada evento de sequía, por lo tanto, tiene una duración

definida por su comienzo y su final, y una intensidad diferente para cada mes que dure el fenómeno; la intensidad máxima es el valor mínimo del SPI registrado en el período de sequía. De esta forma, con los valores mensuales obtenidos del SPI se clasificaron las sequías en el estado de Nuevo León, cuyos resultados se presentan en el Cuadro 5.5.

Cuadro 5.5. Clasificación de sequías en el estado de Nuevo León según el SPI.

Región

No. de meses

con registro

Meses con sequía

No. de meses por tipo de sequía

Condición anormal

seca Moderada Severa Extrema Excepcional

No. %

Norte 852 305 35.8 100 146 35 24 14

Centro 852 268 31.5 99 111 27 31 16

Citrícola 852 291 34.2 94 133 28 36 18

Sur 852 275 32.3 89 106 44 36 15

Promedio 852 285 33.4 96 124 34 32 16 Fuente: elaboración propia Como se puede observar en este cuadro, en todas las regiones del estado el número de meses con sequía es superior al 30%, destacando la frecuencia de sequías en la región norte con el 35.8% de los meses analizados. En la Figura 5.5 se presenta la distribución porcentual de las sequías según su tipo. Se puede apreciar que los tipos de sequía más frecuentes son las sequías moderadas y la condición anormal seca, representando el 41% y 32% de los eventos registrados, respectivamente.

Figura 5.5. Distribución porcentual de los meses por tipo de sequía en Nuevo

León.

Fuente: elaboración propia

Condición anormal seca

32%

Sequíamoderada

41%

Sequíasevera11%

Sequíaextrema

11%

Sequíaexcepcional

5%

Page 105: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

104

Cuando ocurre la condición anormal seca (el primer peldaño en la escala de severidad de las sequías), se presentan períodos cortos de lento crecimiento en cultivos y pastizales, y el riesgo de incendios se presenta por encima de lo normal. Cuando este período concluye, existe un déficit de agua persistente, por lo que los cultivos y pastizales no se recuperan por completo. Por su parte las sequías moderadas ocasionan daños a los cultivos y pastizales; el riesgo de incendios es alto; las corrientes, cuerpos de agua y pozos disminuyen sus niveles y comienza una escasez del líquido vital; en otras palabras, aquí comienza a ocurrir la sequía agrícola e hidrológica. Aunque las sequías severas, extremas y excepcionales son menos frecuentes, en conjunto ocupan un porcentaje importante de los meses con sequía (27%). Cuando ocurre una sequía severa, hay probables pérdidas en cultivos y pastizales, el riesgo de incendios es muy alto y la escasez de agua se incrementa. En los meses en que ocurre una sequía extrema, las pérdidas son considerables en cultivos y pastizales, el riesgo de incendios es extremo y hay una escasez de agua

generalizada. Finalmente, si la sequía es de tipo excepcional, se tienen grandes pérdidas extensivas en cultivos y pastizales, el riesgo de incendios forestales es extraordinario y hay escasez del líquido vital en cuerpos de agua y pozos, es decir, el fenómeno pasa de ser una simple sequía meteorológica para convertirse en sequía agrícola, hidrológica y socioeconómica, tal como se explicó en el Capítulo 1 de este documento. Ahora bien, ¿Cuál ha sido la frecuencia, duración e intensidad de los períodos de sequía registrados históricamente en cada una de las regiones geográficas del estado? Con los valores obtenidos del SPI, es posible conocer la frecuencia y la duración medias de cada período de sequía, así como los períodos máxima duración y la fecha de registro de intensidad máxima de la sequía, para cada estación meteorológica. A partir de los valores del SPI de cada estación se obtuvieron los promedios correspondientes a las estaciones de cada una de las regiones analizadas (norte, centro, citrícola y sur), y los resultados se presentan en el Cuadro 5.6.

Cuadro 5.6. Valores característicos de las sequías por región en Nuevo León,

según el SPI.

Región

No. de períodos

de sequía*

Frec. media

(meses)

Durac. media

(meses)

Período de máxima duración Intensidad

máxima

No. de meses

Fecha de inicio

Fecha de término

Valor del SPI

Fecha de registro

Norte 23 18.0 15.2 49 Ago. 1954 Ago. 1958 -2.9 Jun. 1953

Centro 21 31.1 13.3 71 Ago. 1952 Jun. 1958 -3.2 Jun. 1953

Citrícola 24 20.1 12.0 48 Ago. 1954 Jul. 1958 -2.8 Jun. 1953

Sur 21 25.9 19.3 65 Jul. 1960 Nov. 1965 -2.9 Jun. 1953

*Períodos de sequía con duración mayor o igual a tres meses. Fuente: elaboración propia

Page 106: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

105

En el cuadro anterior se aprecia que, en lapso de 1940-2011, han ocurrido más de 20 períodos de sequía con duración mayor o igual a tres meses en todas las regiones del estado. La frecuencia media varía de 18.0 meses en el norte a 31.1 meses en el centro, lo cual indica que ocurre un evento de sequía cada 1.5 a 2.5 años en el estado. La duración media de los eventos es de 13.3 meses (poco más de un año) en el centro a 19.3 meses (un año y medio) en el sur, aunque han ocurrido períodos de máxima duración desde 48 meses (4 años) hasta 71 meses (prácticamente 6 años). El SPI presenta la ventaja de que los valores resultantes se obtienen de

manera mensual, independientemente de la escala de tiempo elegida, por lo que pueden fácilmente graficarse y observar su comportamiento a través del tiempo de manera más precisa. Así, en las Figuras 5.6 a 5.9, se presentan las gráficas que muestran el comportamiento histórico del SPI para cada una de las regiones del estado. En estas gráficas es posible apreciar la variabilidad mensual y anual de los períodos secos y húmedos; en ellas se han señalado los valores extremos –año más seco, año más lluvioso, sequía más prolongada y período húmedo de mayor duración–, para una mejor interpretación de las mismas.

Figura 5.6. Comportamiento histórico del SPI para la región norte (1940-2011)

Fuente: elaboración propia

-3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Índ

ice

de

Pre

cip

ita

ció

n E

sta

nd

ari

zad

o (

SP

I)

Años

Mes más secoJun. 1953

Mes más lluviosoSep. 2010

Sequía más prolongadaAgo. 1952 - Jun. 1958

Período húmedo más largoSep. 2001 - Jun. 2006

Page 107: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

106

Figura 5.7. Comportamiento histórico del SPI para la región centro (1940-2011)

Fuente: elaboración propia

Figura 5.8. Comportamiento histórico del SPI para la región citrícola (1940-2011)

Fuente: elaboración propia

-3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Índ

ice

de

Pre

cip

ita

ció

n E

sta

nd

ari

zad

o (

SP

I)

Años

Mes más secoJun. 1953

Mes más lluviosoSep. 2010

Sequía más prolongadaAgo. 1954 - Jul. 1958

Período húmedo más largoSep. 2001 - Jun. 2006

-3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Índ

ice

de

Pre

cip

ita

ció

n E

sta

nd

ari

zad

o (

SP

I)

Años

Mes más secoJun. 1953

Mes más lluviosoJul. 1968

Sequía más prolongadaAgo. 1954 - Ago. 1958

Período húmedo más largoOct. 2002 - Mayo 2005

Page 108: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

107

Figura 5.9. Comportamiento histórico del SPI para la región sur (1940-2011)

Fuente: elaboración propia

A partir de la información presentada en el Cuadro 5.6 y en las Figuras 5.6 a 5.9, es posible aseverar lo siguiente: en el estado de Nuevo León han ocurrido dos períodos de sequía meteorológica severa de máxima duración: el primero de ellos cubrió prácticamente todo el territorio estatal durante los años cincuentas del siglo pasado (aproximadamente desde agosto de 1952 hasta julio de 1958) y tuvo una duración de 4 a 6 años, variando de una región a otra; dentro de ese período tuvo lugar el mes más seco que se ha registrado históricamente en todas las regiones del estado: junio de 1953. Este período de sequía afectó de forma generalizada a todo el norte de México y trajo como consecuencia que las presas se secaran, que el ganado muriera de sed y que muchos cultivos se perdieran totalmente; en pocas palabras, hubo pérdidas millonarias a

causa de la falta de agua, aunque no se registran pérdidas de vidas humanas. El segundo período de sequía más prolongado sucedió en la década de los años sesentas (de julio de 1960 a noviembre de 1965, aproximada-mente), afectando severamente a todas las regiones del estado pero principalmente a la región sur donde tuvo una duración máxima de 65 meses (casi 5 años y medio). En esos años se tuvieron grandes pérdidas económicas en la ganadería y la agricultura, hubo emigración de miles de campesinos hacia Estados Unidos en busca de trabajo y, además, 81 personas murieron en el estado a causa de la deshidratación (Florescano, 2000). Finalmente, cabe mencionar que, el último período de sequía meteorológica registrado en todas las regiones del estado coincide ser el

-3.5

-3.0

-2.5

-2.0

-1.5

-1.0

-0.5

0.0

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1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

3.5

1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

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ice

de

Pre

cip

ita

ció

n E

sta

nd

ari

zad

o (

SP

I)

Años

Mes más secoJun. 1953

Mes más lluviosoSep. 2010

Sequía más prolongadaJul. 1960 - Nov. 1965

Período húmedo más largoSep. 2006 - Jul. 2009

Page 109: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

108

correspondiente al año 2011, el cual sólo tuvo una duración de un año y, sin embargo, ya ha sido considerado como el más severo de los últimos 50 años debido a los graves impactos socioeconómicos y ambientales que trajo consigo, los cuales se analizarán con detenimiento en los capítulos siguientes. Pero, antes de ello, es preciso realizar al análisis de las sequías desde el punto de vista hidrológico, lo cual se lleva a cabo en el siguiente apartado. 5.4. Análisis y caracterización de las sequías hidrológicas La sequía hidrológica se refiere a la deficiencia en el caudal o volumen de aguas superficiales o subterráneas (ríos, embalses, acuíferos, lagos, etc.) con respecto a los niveles considerados como normales. Aunque la causa principal de la sequía hidrológica es la sequía meteorológica, lo cierto es que no existe una relación directa entre las cantidades de precipitación y la afluencia del agua en la superficie y en el subsuelo, debido a que la sequía hidrológica puede demorarse durante meses después del inicio de la escasez pluviométrica o, si las lluvias retornan en poco tiempo, puede ser que no llegue a manifestarse. El análisis de las sequías hidrológicas puede realizarse en dos vertientes: con base en el estudio de las aguas subterráneas y con base en el análisis de las aguas superficiales. Cuando se trata de las aguas subterráneas, el indicador más directo de la sequía es la baja en los niveles piezométricos, que revela el desequilibrio entre las entradas al acuífero y las extracciones. En el caso de las aguas superficiales, la

sequía se puede evaluar a través del estudio de la información hidrológica histórica relativa al escurrimiento en ríos y aportaciones a las presas de almacenamiento. Es importante mencionar que en la presente investigación no se realiza el análisis de las aguas subterráneas, debido a que no se cuenta con información suficiente, confiable y actualizada (evolución de los niveles piezométricos a través del tiempo, principalmente) que permita hacer la evaluación del fenómeno de manera precisa. Por citar un ejemplo, la CONAGUA ha publicado oficialmente los límites geográficos y la disponibilidad de 13 de los 29 acuíferos existentes en el estado de Nuevo León, pero no existe un control de los volúmenes bombeados del subsuelo y tampoco un registro de los niveles piezométricos, por lo que no hay estadísticas al respecto, debido principalmente a que la mayoría de los aprovechamientos se hacen mediante pozos profundos particulares, de los cuales la CONAGUA no tiene un control directo. Por tal motivo, en este trabajo se hace únicamente el análisis y caracterización de los parámetros de las sequías hidrológicas relacionados con las aguas superficiales. Para ello, se analizan los escurrimientos históricos de algunos de los ríos más importantes del estado (Salado, San Juan, San Rodrigo y San Fernando), cuyas aguas son captadas en las siguientes presas de almacenamiento: Venustiano Carranza (Don Martín), El Cuchillo, José López Portillo (Cerro Prieto), y Rodrigo Gómez (La Boca), respectivamente (Figura 5.10).

Page 110: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

109

Figura 5.10. Regiones hidrológicas, corrientes superficiales y cuerpos de agua del estado de Nuevo León.

Fuente: adaptado de CONAGUA (2010)

5.4.1. Ríos y presas de almacenamiento analizadas La presa Venustiano Carranza (Don Martín) se ubica dentro de la región hidrológica No. 24 Bravo-Conchos, específicamente en el municipio de Juárez, Coahuila. Almacena los escurrimientos del río Salado, cuyas aguas se utilizan primordialmente para regar las tierras de cultivo del distrito de riego 004 Don Martín, localizado en los límites de Coahuila y Nuevo León. Es importante destacar que, aunque esta presa no pertenece a los límites

territoriales de Nuevo León, se considera dentro del análisis debido a la importancia que tiene para el desarrollo socioeconómico del estado, pues la mayor parte de sus aguas se aprovechan en esta entidad federativa, además de que la cuenca del río Salado abarca gran parte del estado, por lo que es imprescindible incluir el análisis relativo a esta presa. Por su parte, la presa de almacenamiento El Cuchillo se ubica también dentro de la región hidrológica No. 24 Bravo-Conchos, en el municipio

Page 111: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

110

de China, N.L. y retiene los escurrimientos del río San Juan, cuyas aguas se utilizan principalmente para el abastecimiento de los usos público-urbano e industrial de la zona metropolitana de Monterrey, que son conducidas mediante el acueducto China-Monterrey, construido específica mente para ello. Además, de esta presa también se extraen volúmenes de agua para abastecer al distrito de riego 031 Las Lajas, y se derivan aguas hacia la presa Marte R. Gómez, ubicada en el estado de Tamaulipas, que posteriormente se utilizan para uso agrícola en los distritos de riego de esa entidad federativa. Por otro lado, la presa Rodrigo Gómez (La Boca) pertenece a la región hidrológica No. 24 Bravo-Conchos, y se localiza en el municipio de Santiago, N.L. Esta presa almacena las aguas del río San Rodrigo, que se utilizan para abastecer del vital líquido a la zona metropolitana de Monterrey, a través de un acueducto construido para tal efecto. Además, tiene un importante uso recreativo y turístico.

Finalmente, la presa José López Portillo (Cerro Prieto) pertenece a la región hidrológica No. 25 San Fernando-Soto La Marina y se ubica en el municipio de Linares, N.L. Esta presa fue construida para almacenar las aguas del río San Fernando que, al igual que las dos presas anteriores, se utilizan para abastecer del vital líquido a la zona metropolitana de Monterrey. Además, las aguas que se almacenan en esta presa también se usan para la irrigación de las unidades de riego Cerro Prieto, Leones y San Isidro, en el municipio de Linares. De esta manera, en el Cuadro 5.7 se presenta la relación de ríos y presas de almacenamiento consideradas en el análisis, así como algunos datos básicos de dichas presas como son la capacidad útil y el período de registro de aportaciones que cada una de ellas tiene. Igualmente, en el Cuadro 5.8 se presenta un resumen de las estadísticas básicas de los registros de aportaciones históricas de las presas de almacenamiento analizadas.

Cuadro 5.7. Ríos y presas de almacenamiento analizadas.

Ríos Presas de

almacenamiento

Cap. de almacenamiento*

(hm3)

Registro de aportaciones

Período No. de años

efectivos Salado V. Carranza (Don Martín) 1,312.9 1930-2011 82

San Juan El Cuchillo 1,123.0 1928-2011 84 San Rodrigo Rodrigo Gómez (La Boca) 41.5 1955-2011 57 San Fernando José L. Portillo (Cerro Prieto) 300.0 1952-2011 60

*Nivel de Aguas Máximas Ordinario (NAMO) Fuente: elaboración propia con información de CONAGUA (2012)

Page 112: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

111

Cuadro 5.8. Estadísticas básicas de las aportaciones a las presas de almacenamiento.

Presas de almacenamiento

Media Mediana Máximo Mínimo Desv.

Estándar C.V. (%)

(Mm3/año)

V. Carranza (Don Martín) 490.1 290.3 4,589.9 35.0 659.3 135 El Cuchillo 671.3 479.5 3,159.4 59.9 582.0 87 Rodrigo Gómez (La Boca) 66.9 47.3 243.1 17.0 50.0 75 José L. Portillo (Cerro Prieto) 224.6 136.6 1,117.4 22.9 229.5 102 Fuente: elaboración propia con información de CONAGUA (2012)

5.4.2. Parámetros de las sequías

hidrológicas Mediante la evolución de la desviación de las aportaciones de agua a las presas con respecto a la media histórica, se detectan los periodos de sequía hidrológica -déficit- y los periodos húmedos, en el caso de excedentes en los aportes. Este análisis permite determinar la intensidad de la sequía hidrológica o, en su caso, de la humedad hidrológica, que explica la tasa anual del déficit o del excedente de aportes. Se define el inicio de un período de sequía cuando el valor de las aportaciones acumuladas en un año es menor que el promedio histórico; la continuidad del valor de las aportaciones por debajo de la media a través de los años define la duración del período, el cual termina cuando las aportaciones registradas se hacen iguales o superiores a la media histórica. Así, se considera como año seco cualquier año en que las aportaciones o escurrimientos que ingresan a una presa de almacenamiento son menores al valor de la media aritmética de los registros históricos, por lo que la sequía hidrológica es un período de años secos consecutivos. Así, se puede decir que

un período de sequía hidrológica inicia y termina con el primer y el último año seco consecutivo, respectivamente. Desde el punto de vista de la operación de presas de almacenamiento, para suministrar los volúmenes de agua a los usos público-urbano, industrial y agrícola, hay dos parámetros que son importantes para la caracterización de las sequías hidrológicas: la duración y la severidad (Ortega-Gaucin et al., 2012). a) Duración (D). Número de años

consecutivos con aportaciones inferiores a la media:

n

i

itD1

Donde: ti = Año i con aportaciones de

agua inferiores a la media (adim.)

i = Índice del número de años (adim.)

n = Número de años con

registro (adim.)

b) Severidad (S). Volumen deficitario

acumulado en todo el período de sequía, Mm3:

Page 113: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

112

n

i

i xxS1

Donde:

xi = Aportación de agua en el año i (Mm3) x = Aportación media de agua (Mm3)

En el presente trabajo se considera que la severidad permite definir la sequía hidrológica extraordinaria, para un registro de períodos de sequía ocurridos en una cuenca o presa de almacenamiento, como la que tiene la severidad máxima (Smax), es decir, el mayor volumen deficitario acumulado en todo el período de sequía. A su vez, se propone el concepto de severidad relativa (Sr), que sirve para clasificar la ocurrencia de las sequías en ligeras, intensas y extraordinarias, de acuerdo con la siguiente expresión:

max

j

rS

SS

Donde:

Sj = Severidad de la sequía j (hm3) j = Índice de sequías (adim.)

Smax = Severidad máxima (hm3)

En el Cuadro 5.9 se presentan los rangos de los valores de la severidad relativa que se utilizan en este estudio para clasificar las sequías hidrológicas. Cuadro 5.9. Clasificación de las sequías

hidrológicas con base en la severidad relativa.

Tipo de sequía Severidad

relativa (Sr)

Ligera 0.01 a 0.25 Intensa 0.26 a 0.99 Extraordinaria 1.00

Fuente: Ortega-Gaucin et al. (2012)

De esta forma, con base en las definiciones y parámetros descritos anteriormente, se realizó el análisis y caracterización de los períodos de sequía hidrológica ocurridos históricamente en los principales ríos de Nuevo León, mediante el análisis de las desviaciones de las aportaciones de agua con respecto a la media histórica en cada presa de almacenamiento, obteniéndose los resultados que se muestran en el Cuadro 5.10.

Cuadro 5.10. Clasificación de sequías hidrológicas en el estado de Nuevo León.

Presa

No. de años con

registro

Años con sequía

Período de sequía más prolongado

Déficit máximo de aportaciones

respecto a la media

No. % Período Duración

(años) %

Año de registro

Don Martín 82 59 71.9 1959-1971 13 -92.9 1956

El Cuchillo 84 53 63.0 1989-2001 13 -91.1 1956

La Boca 57 36 72.0 1994-2001 8 -74.6 1997

Cerro Prieto 60 45 75.0 1989-2001 13 -89.8 1989 Fuente: elaboración propia

Page 114: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

113

En este cuadro se observa que en todas las presas de almacenamiento analizadas el número de años secos es igual o superior al 40% del período de registro que cada una de ellas tiene, siendo las presas Cerro Prieto, La Boca y Don Martín las que presentan el mayor porcentaje de años con sequía, el cual es superior al 70% en los tres casos. Se han registrado períodos secos de máxima duración que van desde 8 hasta 13 años consecutivos, con déficit máximo de aportaciones respecto a la media desde -74.6% hasta -92.9%. Se observa también que los años más secos se ubican en las décadas de los 50 y de los 90 del siglo pasado, los cuales coinciden en gran medida con los períodos de sequía meteorológica analizados y caracterizados anteriormente. Lo anterior es un indicativo de la gran vulnerabilidad que existe en el estado de Nuevo León a la sequía hidrológica, pues el agua que se almacena en las presas se utiliza principalmente para los usos público-urbano e industrial y para el riego de cultivos. Con frecuencia, cuando la capacidad de abasto se ve amenazada por las sequías se recurre al racionamiento y al servicio discontinuo de agua para uso doméstico como estrategia de ahorro. En ocasiones, los cortes programados en el suministro han llegado a ser de hasta 16 horas diarias (Oaxaca et al., 1997). Asimismo, muchas veces los agricultores de los distritos y unidades de riego que se abastecen de las presas, se han visto seriamente limitados en su dotación de volumen concesionado e incluso en algunos años (por ejemplo, 1998, 1999, 2000 y 2001) el volumen

disponible para uso agrícola ha sido prácticamente nulo en los distritos de riego 004 Don Martín y 031 Las Lajas, N.L. Ahora bien, para complementar el análisis anterior y presentar con mayor detalle la información relativa a los eventos de sequía hidrológica, a continuación se realiza la caracterización de los períodos secos registrados históricamente en cada una de las presas de almacenamiento, para lo cual se ilustra de manera gráfica la variabilidad en las aportaciones de agua a las presas y se presentan los cuadros respectivos que detallan las características de cada evento (año inicial, año final, duración, severidad y tipo de sequía). En primer lugar, con respecto a la presa Venustiano Carranza (Figura 5.11 y Cuadro 5.11), que almacena los escurrimientos del río Salado, en el período analizado (1930-2011) se registraron en total 12 eventos de sequía hidrológica, de los cuales siete tuvieron una duración de 4 o más años consecutivos, siendo el período de máxima duración de 13 años (1959-1971). A ese período seco le antecedió otro de 11 años (1947-1957) siendo este último el que corresponde a la sequía extraordinaria, con un déficit acumulado en las aportaciones de -3,279.9 Mm3. Los dos períodos secos mencionados estuvieron separados solamente por un año húmedo (1958), por lo cual se puede considerar que el período de sequía extraordinaria se extendió prácticamente a lo largo de 24 años consecutivos (1947-1959), siendo el más prolongado y severo del cual se tiene registro. Asimismo, en la década de los 90 del siglo pasado y en la

Page 115: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

114

primera década de este siglo, también se registraron períodos de sequía intensa y ligera con duración de 1 a 4

años, siendo el año 2011 el último año seco registrado.

Figura 5.11. Variabilidad de las aportaciones de agua y períodos de sequía

hidrológica registrados en la presa Venustiano Carranza (Don Martín).

Fuente: elaboración propia

Cuadro 5.11. Sequías hidrológicas registradas en la presa Venustiano Carranza.

Año inicial

Año Final

Duración (años)

Severidad (Mm3)

Severidad relativa

Tipo de sequía

1934 1940 7 -1,900.3 0.58 Intensa 1942 1945 4 -464.1 0.14 Ligera 1947 1957 11 -3,279.9 1.00 Extraordinaria 1959 1971 13 -2,883.8 0.88 Intensa 1977 1977 1 -236.3 0.07 Ligera 1982 1985 4 -1,431.8 0.44 Intensa 1989 1990 2 -508.6 0.16 Ligera 1992 1998 7 -2,263.3 0.69 Intensa 2000 2003 4 -1,279.3 0.39 Intensa

2005 2007 3 -695.0 0.21 Ligera 2009 2009 1 -110.9 0.03 Ligera 2011 2011 1 -146.4 0.04 Ligera

Fuente: elaboración propia

-1,500

-500

500

1,500

2,500

3,500

4,500

1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Va

ria

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n d

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s A

po

rta

cio

ne

s (M

m3)

Años

7 11 13 7 44

Page 116: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

115

Por otro lado, en la presa El Cuchillo (Figura 5.12 y Cuadro 5.12), que almacena las aguas del río San Juan y se utilizan principalmente para abastecimiento público-urbano de la zona metropolitana de Monterrey, en el período analizado (1928-2011) se registraron en total 18 eventos de sequía, de los cuales seis tuvieron una duración igual o mayor que 4 años. El

período de máxima duración fue de 13 años (1989-2001) y es el que corresponde a la sequía extraordinaria, con un déficit acumulado en las aportaciones de -4,757.7 Mm3. Las sequías ocurridas en la última década fueron ligeras, con duración de 1 y 2 años, siendo el año 2011 el último año seco registrado.

Figura 5.12. Variabilidad de las aportaciones de agua y períodos de sequía

hidrológica registrados en la presa El Cuchillo.

Fuente: elaboración propia

Cuadro 5.12. Sequías hidrológicas registradas en la presa El Cuchillo.

Año inicial

Año final

Duración (años)

Severidad (Mm3)

Severidad relativa

Tipo de sequía

1928 1929 2 -752.8 0.16 Ligera 1931 1931 1 -21.0 0.00 Ligera

1934 1934 1 -185.2 0.04 Ligera 1937 1937 1 -384.6 0.08 Ligera 1939 1940 2 -671.2 0.14 Ligera 1943 1943 1 -329.4 0.07 Ligera 1945 1950 6 -1,446.7 0.30 Intensa 1952 1952 1 -569.0 0.12 Ligera 1954 1957 4 -1,605.1 0.34 Intensa

Continúa en la pág. siguiente…

-1,000

-500

0

500

1,000

1,500

2,000

2,500

3,000

1928 1933 1938 1943 1948 1953 1958 1963 1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998 2003 2008

Va

ria

ció

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po

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s (M

m3)

Años

6 4 137 5

Page 117: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

116

Cuadro 5.12. Sequías hidrológicas registradas en la presa El Cuchillo…continuación.

Año inicial

Año final

Duración (años)

Severidad (Mm3)

Severidad relativa

Tipo de sequía

1959 1965 7 -2,643.9 0.56 Intensa 1977 1977 1 -21.9 0.00 Ligera 1979 1980 2 -748.3 0.16 Ligera 1982 1986 5 -1,425.5 0.30 Intensa 1989 2001 13 -4,757.7 1.00 Extraordinaria 2006 2007 2 -630.3 0.13 Ligera 2009 2009 1 -386.3 0.08 Ligera 2011 2011 1 -404.1 0.08 Ligera

Fuente: elaboración propia

Igualmente, con respecto a la presa de almacenamiento La Boca (Figura 5.13 y Cuadro 5.13), que retiene los escurrimientos provenientes del río San Rodrigo, en el período de 1955-2011 se registraron en total 12 eventos de sequía, de los cuales cuatro fueron de larga duración (de 4 años o más), siendo el período más prolongado de 8

años (1994-2001) el que corresponde a la sequía extraordinaria, con un déficit acumulado en las aportaciones de -224.2 Mm3. Al igual que en las presas anteriores, los eventos de sequía hidrológica registrados en los últimos años en esta presa han sido ligeros, con duración de 1 y 2 años, siendo el 2011 el último año seco.

Figura 5.13. Variabilidad de las aportaciones de agua y períodos de sequía

hidrológica registrados en la presa La Boca.

Fuente: elaboración propia

-100

-50

0

50

100

150

200

1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

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s (M

m3)

Años

7 4 84

Page 118: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 5. Análisis y Caracterización de las Sequías…

117

Cuadro 5.13. Sequías hidrológicas registradas en la presa La Boca.

Año inicial

Año final

Duración (años)

Severidad (Mm3)

Severidad relativa

Tipo de sequía

1956 1957 2 -56.9 0.25 Ligera 1959 1965 7 -211.9 0.94 Intensa 1968 1970 3 -27.4 0.12 Ligera 1977 1977 1 -7.7 0.03 Ligera 1979 1980 2 -61.4 0.27 Intensa 1982 1982 1 -35.7 0.16 Ligera 1984 1987 4 -104.2 0.46 Intensa 1989 1992 4 -137.9 0.61 Intensa 1994 2001 8 -224.2 1.00 Extraordinaria

2006 2007 2 -73.6 0.33 Ligera 2209 2009 1 -40.3 0.18 Ligera

2011 2011 1 -31.3 0.14 Ligera Fuente: elaboración propia

Por último, en lo que concierne a la presa Cerro Prieto (Figura 5.14 y Cuadro 5.14), que almacena las aguas provenientes del río San Fernando, en el período de 1952-2011 se registraron 12 eventos de sequía, de los cuales sólo tres tuvieron una duración de 4 años o más, siendo el período de máxima duración de 13 años (1989-2001) el

que corresponde a la sequía extraordinaria, con un déficit acumulado en las aportaciones de -1,549.1 Mm3. Los eventos de sequía registrados en la última década han sido ligeros, con duraciones de 1 y 2 años, siendo el año 2011 el último año seco.

Figura 5.14. Variabilidad de las aportaciones de agua y períodos de sequía hidrológica registrados en la presa Cerro Prieto.

-100

-50

0

50

100

150

200

1952 1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004 2008

Va

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s A

po

rta

cio

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m3)

Años

7 84 4

Page 119: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

118

Cuadro 5.14. Sequías hidrológicas registradas en la presa Cerro Prieto.

Año inicial

Año final

Duración (años)

Severidad (Mm3)

Severidad relativa

Tipo de sequía

1952 1954 3 -375.2 0.24 Ligera 1956 1957 2 -351.3 0.23 Ligera 1959 1965 7 -1,131.0 0.73 Intensa 1971 1971 1 -33.7 0.02 Ligera 1974 1974 1 -96.7 0.06 Ligera 1979 1980 2 -261.2 0.17 Ligera 1982 1987 6 -565.1 0.36 Intensa 1989 2001 13 -1,549.1 1.00 Extraordinaria 2004 2004 1 -54.8 0.04 Ligera

2006 2007 2 -179.3 0.12 Ligera 2009 2009 1 -141.3 0.09 Ligera

2011 2011 1 -99.5 0.06 Ligera Fuente: elaboración propia

Como se ha observado, el análisis de las aportaciones de agua a las principales presas de almacenamiento de Nuevo León, permitió analizar y caracterizar de manera conveniente los períodos de sequía hidrológica registrados históricamente en el estado. La irregularidad de las aportaciones a las presas es bastante pronunciada. En más del 40% del período analizado en cada una de ellas, ocurren aportaciones inferiores a la media, registrándose años secos con déficit que va desde -3% hasta -93%, y períodos de sequía cuya duración varía desde uno hasta 13 años consecutivos. Dado que el valor de la media aritmética de las extracciones, ha sido el parámetro utilizado por la CONAGUA para la determinación de los volúmenes a concesionar de las presas de almacenamiento, es importante analizar y reconsiderar este criterio ya que, como muestran los resultados obtenidos, en la práctica es poco probable que ocurran las aportaciones medias.

El elevado porcentaje de déficit hídrico en cada período de sequía, y la frecuencia con que éstos se presentan, son factores limitantes que requieren atención tanto de los administradores y operadores del agua como de los usuarios. Es importante que las directrices sobre el manejo del recurso se basen en las probabilidades reales de menor disponibilidad y no en las condiciones de aparente abundancia. Sólo de esa manera se estará en condiciones de reducir los impactos de las sequías y disminuir la vulnerabilidad de los usuarios ante este fenómeno. Los impactos socioeconómicos y ambientales ocasionados por las sequías meteorológicas e hidrológicas pueden llegar a ser desastrosos para los diferentes sectores sociales y económicos del estado de Nuevo León, sobre todo para los habitantes de las comunidades rurales y para los productores y trabajadores del sector agropecuario, tal como se analizará en los próximos capítulos.

Page 120: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

119

Capítulo 6

Impacto de las Sequías en el Sector

Agropecuario y Forestal

l fenómeno de la sequía provoca una compleja e intrincada red de efectos económicos, sociales y ambientales, que se acumulan de manera gradual y que pueden permanecer incluso durante meses o años después de la terminación

del evento. Los impactos totales y sectoriales de las sequías dependen de la cuantía de la reducción en la disponibilidad de agua, así como de las condiciones económicas tanto estructurales como coyunturales, razón por la cual no existe una respuesta única y definitiva a la pregunta ¿Cuál es el impacto económico de una sequía?. Por ello, el presente capítulo constituye solamente una aproximación a la evaluación del posible impacto que pueden ocasionar las sequías en el sector primario (agropecuario y forestal) de Nuevo León, que es el sector productivo más vulnerable al fenómeno. En primer lugar, se analizan por separado los subsectores agrícola (temporal y riego) y ganadero, y posteriormente se vislumbran los posibles impactos de las sequías en el subsector forestal, sobre todo en lo que se refiere a la propagación de incendios forestales como consecuencia de la ausencia de lluvias.

6.1. Impacto de las sequías en el subsector agrícola El subsector agrícola cuenta en el estado con una superficie del orden de 392 mil hectáreas abiertas al cultivo anualmente, representando el 6.1% del territorio estatal. Esta actividad se desarrolla principalmente en los valles y llanos del estado, siendo en los municipios del centro y sur de la entidad donde se concentra el 82% de la superficie dedicada a actividades agrícolas (Figura 6.1). De la superficie total destinada a la agricultura, aproximadamente el 30% es de riego y el 70% es de temporal.

Entre los principales cultivos que se producen en Nuevo León se encuentran: pastos, maíz (grano y forraje), trigo grano, sorgo (grano y forraje), cítricos (naranja, mandarina y toronja), nuez y papa. Estos cultivos representan el 84% del valor de la producción del estado. En el año 2009, el valor total de la producción agrícola obtenida fue de 3,274 millones de pesos (mdp), de los cuales 2,486 mdp correspondieron a la producción bajo riego (75.9%) y los restantes 788 mdp a los cultivos de temporal (24.1%). Esto indica que, por razones obvias, la agricultura de riego es tres veces más productiva que la de temporal.

E

Page 121: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

120

Figura 6.1. Zonas agrícolas del estado de Nuevo León.

Fuente: GENL-OEIDRUS (2011)

No obstante, la superficie total sembrada bajo condiciones de riego ha tenido una ligera tendencia a disminuir en las últimas tres décadas (1980-2010), debido principalmente a la presencia de sequías hidrológicas en el norte del estado, específicamente en la

cuenca del río Salado, que abastece de agua al distrito de riego 004 Don Martín, cuya problemática específica se analiza más adelante. Y, contrario a lo anterior, la superficie sembrada de cultivos de temporal ha tenido una tendencia ascendente a partir de 1995 (Figura 6.3), la cual se mantuvo con pocas variaciones durante la última década (2000-2010) debido al aumento de la precipitación media en el estado durante ese período (aunque los años húmedos estuvieron intercalados con años de sequía ligera, tal como se analizó en el capítulo anterior). La agricultura de temporal depende exclusivamente del agua de lluvia para la producción, por lo que es altamente vulnerable a la sequía meteorológica. Por su parte, la agricultura de riego se abastece de agua mediante pozos, presas, bombeos y derivaciones de ríos, principalmente, por lo que es más vulnerable a la sequía hidrológica. A continuación se analiza el impacto de las sequías en cada una de estas modalidades de producción agrícola en el estado de Nuevo León.

Figura 6.2. Cultivo de sorgo de temporal afectado por sequía.

Page 122: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

121

Figura 6.3. Variación de la superficie sembrada en el estado de Nuevo León (1980-2009)

Fuente: elaboración propia con información de SAGARPA-SIACON

6.1.1. Impacto de las sequías en la

agricultura de temporal En la entidad se siembran anualmente en promedio 211 mil hectáreas de cultivos de temporal, entre los que destacan los pastos, el maíz (grano y forraje), el trigo y el sorgo (grano y forraje). Este tipo de agricultura, como ya se mencionó, es totalmente dependiente de la lluvia para la producción de alimentos. La relación existente entre la precipitación pluvial y la superficie cosechada de los cultivos de temporal (ciclos de primavera-verano de los años 1980 a 2009), se puede observar en la Figura 6.4. En esta gráfica se aprecia claramente que existe una relación directa entre la

cantidad de lluvia ocurrida y la superficie de cultivos que se cosecha en el estado: cuando la precipitación aumenta, hay mayores probabilidades de obtener buena producción agrícola y viceversa. Es posible apreciar que cuando se tiene una precipitación total anual superior a los 600 mm como promedio en Nuevo León, la superficie cosechada en el ciclo primavera-verano siempre es mayor o igual que 30 mil hectáreas, aunque ha habido años en los que se ha cosechado una mayor superficie con menos lluvia que la referida anteriormente, lo cual se debe a la gran variabilidad de la precipitación en las distintas regiones del estado.

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1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008

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Años

Total Temporal Riego

Page 123: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

122

Figura 6.4. Relación entre la precipitación pluvial y la superficie cosechada de temporal en Nuevo León (1980-2009).

Para apreciar claramente la relación existente entre las sequías y la producción agrícola de temporal, en la Figura 6.5 se presenta la correlación entre los valores del Índice de Precipitación Estandarizado, SPI (calculados en el Capítulo 5) y la superficie cosechada de temporal en

Nuevo León. Se observa que en los años más secos (donde el SPI es negativo) evidentemente hay una menor superficie cosechada, y ésta aumenta conforme lo hacen los valores del SPI (recuérdese que los valores positivos indican años húmedos).

Figura 6.5. Relación entre los valores del SPI-12 y la superficie cosechada de temporal

en Nuevo León (1980-2009).

Fuente: elaboración propia

SC = 121.93 pp - 13,502r² = 0.3571

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Precipitación Pluvial (mm)

SC= 18,114 (spi)2 + 17,783(spi) + 48,435r² = 0.4038

0

20,000

40,000

60,000

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120,000

140,000

-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0

Su

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a)

Valores del SPI-12

Page 124: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

123

Asimismo, en la Figura 6.6 se puede apreciar la variabilidad de la lluvia y de la superficie de temporal siniestrada para el período de 1980-2009. Aunque la pérdida de las cosechas puede ser ocasionada por varios factores (plagas, enfermedades, granizadas, etc.), lo cierto es que la sequía juega un papel preponderante en Nuevo León. En la gráfica referida se observa que existe una gran variabilidad de la

precipitación pluvial en el período analizado, con una ligera tendencia a aumentar en los años 2001-2008, siendo en ese mismo lapso donde la superficie siniestrada de cultivos de temporal disminuyó considerable-mente, lo cual indica que las pérdidas por sequía se redujeron de manera notable a causa del incremento en las lluvias.

Figura 6.6. Variabilidad de la precipitación pluvial y de la superficie siniestrada en

Nuevo León (1980-2009).

Fuente: elaboración propia con información de SMN y SAGARPA-SIACON

Los cultivos de temporal más vulnerables a la sequía en el estado son los granos (maíz y trigo, principalmente). Anualmente se siembran en promedio 40,124 hectáreas de este tipo de cultivos, y son altamente dependientes de la lluvia, como se puede observar en la Figura

6.7, en la cual se presenta la relación entre la precipitación pluvial y la producción de granos (en toneladas). Se aprecia claramente que existe una relación de tipo potencial entre ambas variables, con un coeficiente de correlación cercano al 60%.

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198019821984198619881990199219941996199820002002200420062008

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pe

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Años

Sup. de temporal siniestrada (ha)

Precipitación pluvial (mm)

Page 125: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

124

Figura 6.7. Relación entre la precipitación pluvial y la producción de granos de temporal en Nuevo León (1980-2009).

Igualmente, en la Figura 6.8 se presenta la correlación existente entre el Índice de Precipitación Estandarizado (calculado a doce meses, SPI-12) y la producción agrícola de granos obtenida en el estado. En este caso el modelo de ajuste es de tipo polinómico con un

coeficiente de correlación del 55%. Obsérvese que siempre que el SPI es positivo (años húmedos), la producción agrícola obtenida de maíz y trigo es superior a las 20 mil toneladas, llegando a superar en varios años las 60 mil toneladas.

Figura 6.8. Relación entre los valores del SPI y la producción agrícola de temporal en

Nuevo León (1980-2009).

Fuente: elaboración propia

P = 0.0125 pp2.318

r² = 0.5833

0

20,000

40,000

60,000

80,000

100,000

120,000

300 400 500 600 700 800 900

Pro

du

cció

n A

grí

cola

(to

n)

Precipitación pluvial (mm)

PA = 1.9353(spi)2 + 22.532(spi)+ 39.175r² = 0.551

0

20

40

60

80

100

120

-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0

Pro

du

cció

n A

grí

cola

(m

ile

s d

e t

on

)

Valores del SPI-12

Page 126: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

125

Es difícil determinar con precisión cuál es el impacto económico de la sequía en la agricultura de temporal, ya que dicho impacto depende de la duración y extensión territorial del fenómeno, del déficit hídrico, de la etapa de desarrollo y de los precios de los cultivos afectados, etc. No obstante, a manera de ejemplo, basta decir que durante el último evento de sequía registrado en Nuevo León (2011), se perdieron más de 40 mil hectáreas de cultivos de temporal (maíz, trigo, frijol y sorgo, principalmente), y ante la falta de lluvias se dejaron de sembrar alrededor de 50 mil hectáreas de maíz y frijol. Esto fue debido a la presencia de una sequía atípica que ocurrió en el estado durante el año 2011, después de las heladas que se presentaron a finales de 2010 y que también dañaron a los cultivos y pastizales. Las pérdidas se concentraron en cuatro municipios del sur del estado, que son de los más marginados: Galeana, Mier y Noriega, Zaragoza y Doctor Arroyo, aunque también se extendió hacia otros puntos, particularmente en los municipios del centro. Se estima que fueron alrededor de 14 mil los agricultores afectados y, considerando la producción que se perdió, el valor de las cosechas equivaldría a cerca de 160 millones de pesos. Por este motivo, los 51 municipios de la entidad fueron declarados oficialmente por la CONAGUA como “zona de desastre”, con lo cual se tuvo acceso a recursos económicos federales del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) y al Fondo de Contingencias Climatológicas que utiliza el Gobierno del Estado para mitigar los efectos del temporal seco. Además, el Gobierno del Estado a través de la Corporación para

el Desarrollo Agropecuario (CDANL) puso en marcha un programa emergente de apoyo humanitario y agropecuario. En este contexto, es importante considerar que la agricultura de temporal generalmente es practicada por campesinos de bajos recursos económicos y son ellos los primeros en la sociedad en sentir los efectos de la sequía. Son pequeños productores que, con la ayuda de un equipo sencillo, su propio trabajo y el de sus familias, producen principalmente para autoconsumo. Cuando ocurre una sequía, sus cosechas no logran germinar o se marchitan y mueren. Sea como fuere, no pueden recoger una cosecha, siendo éste el primer paso hacia el desastre. En Nuevo León el 76.9% de los agricultores tiene un nivel de activos bajo (con un ingreso total promedio anual de $25,258 pesos) y son ellos los que se dedican primordialmente a la siembra de cultivos básicos (maíz, frijol y algunos forrajes) en condiciones de temporal y, por ende, son los más vulnerables a la sequía. El camino desde la falla de la cosecha hasta la ruina para los campesinos más pobres, puede seguir tres direcciones (Devereux, 1993): 1. Mediante la reducción de su propia

producción de comida y cualesquiera ventas que puedan hacer;

2. Mediante la reducción de su capacidad para obtener la paga por su trabajo en dinero o en especie;

3. Y mediante el aumento del precio que pagan por la comida, lo cual reduce el poder adquisitivo de cualquier paga que puedan recibir y los activos que hayan acumulado.

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Sequía en Nuevo León

126

Es posible constatar lo anterior en la crónica del desastre que se presenta en el Capítulo 7, donde se describe el devenir de los principales acontecimientos ocurridos en torno a la sequía durante el año 2011 y la primera mitad del 2012, y donde se puede apreciar la incapacidad e insolvencia de muchos productores agropecuarios de Nuevo León, y de las propias autoridades gubernamentales, para enfrentar y contrarrestar los efectos negativos de la sequía. 6.1.2. Impacto de las sequías en la

agricultura de riego A diferencia de la agricultura de temporal, que depende primordialmente de la lluvia para la producción de alimentos, la agricultura de riego es impensable si no se cuenta con fuentes de abastecimiento de agua como son pozos, presas y ríos. Sin lugar a dudas, de todos los usos consuntivos y no consuntivos del agua a nivel mundial, nacional y estatal, la agricultura de riego es la actividad económica que consume la mayor cantidad del vital líquido. En el estado de Nuevo León se tiene un volumen total de aguas nacionales concesionadas para los diferentes usos de 2,506.4 Mm3/año, de los cuales el 63.8% (1,311.7 Mm3/año) es para uso agrícola; aunque se estima que en la práctica alrededor del 75% de los volúmenes consumidos anualmente se destinan a esta actividad económica. Por ello, dado que el agua es un insumo indispensable en la producción agrícola en condiciones de riego, cuando hay escasez del recurso como consecuencia de una sequía, el déficit hídrico se refleja sensiblemente en bajas en la

producción y en el ingreso y nivel de vida de los productores; en la importación y alza de precios en los productos; en la degradación de la infraestructura productiva; etc. La agricultura de riego en Nuevo León se divide básicamente en dos modalidades: los distritos de riego y las unidades de riego, que tienen características particulares en cuanto a su conformación y organización para la producción agrícola y la distribución del agua. Los distritos de riego son las áreas agrícolas establecidas mediante Decreto o Acuerdo Presidencial, y que están conformados por una o varias superficies previamente delimitadas y dentro de cuyo perímetro se ubica la zona de riego. En el estado existen solamente dos distritos de riego: el distrito 004 Don Martín y el distrito 031 Las Lajas, que en conjunto ocupan una superficie regable total de 33,468 hectáreas y son operados por 1,900 usuarios. Estos distritos cuentan con estadísticas históricas de producción agrícola y volúmenes de agua utilizados, lo cual permite analizar detalladamente el fenómeno de la sequía y su impacto en la producción agrícola dentro de ellos. Por su parte, las unidades de riego son áreas agrícolas que cuentan con infraestructura y sistemas de riego, distintas de los distritos de riego y generalmente de menor superficie que aquéllos. En Nuevo León se tienen registradas oficialmente 803 unidades de riego que ocupan una superficie total de 116,326 hectáreas y son operadas por 17,190 usuarios. No obstante, debido a la complejidad, variedad y extensión –generalmente reducida– de las unidades de riego, es

Page 128: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

127

poca la información actualizada y detallada que existe sobre los beneficiarios, superficies, patrones de cultivos, estadísticas de producción y volúmenes de agua utilizados en las mismas, razón por la cual no es posible analizar el impacto de las sequías en dichas unidades, y en este trabajo solamente se realiza el análisis correspondiente a los distritos de riego. a) Impacto de las sequías en el

distrito de riego 004 Don Martín Este distrito se ubica en los municipios de Juárez, estado de Coahuila, y Anáhuac, estado de Nuevo León (Figura 6.9); abarca una superficie regable total de 29,605 hectáreas y se abastece del río Salado, cuyas aguas se almacenan en la presa Venustiano Carranza. Figura 6.9. Ubicación del DR 004 Don

Martín, Coahuila y Nuevo León.

Fuente: elaboración propia

Por las características climáticas de la región donde se ubica el distrito de riego, se presenta con frecuencia el fenómeno de la sequía. Esta anomalía pluviométrica ha tenido un fuerte impacto negativo en la producción agrícola. Desde el inicio de la operación de la presa Venustiano Carranza (1930) se ha observado que los escurrimientos de la cuenca que la alimentan tienen un comportamiento errático (Figura 6.10), no siendo posible calcular con certeza la ocurrencia del fenómeno de sequía que impacta con regularidad al distrito. El promedio de las aportaciones históricas de agua de la presa (1930-2010) es de 490.1 Mm3 al año, pero antes de la ocurrencia del huracán Alex en el año 2010 dicho promedio era de 440.7 Mm3. Este huracán ocasionó una aportación anual máxima histórica de 4,589.8 Mm3, lo cual es totalmente atípico en la cuenca, pues de los 82 años de registro que se tienen, solamente en 23 de ellos (28.0%) se han registrado aportaciones superiores a la media anual, mientras que en los restantes 59 años (71.9%) las aportaciones han sido inferiores a la media, tal como se analizó detalladamente en el capítulo anterior. Así, debido a los problemas recurrentes de sequía y a la baja disponibilidad de agua, en la historia del distrito de riego se han sembrado en promedio únicamente 14,381 hectáreas por año, lo cual significa un índice de aprovechamiento de la tierra de 48.5%. La Figura 6.11 muestra la superficie regada en el período 1970-2011. Se observa con claridad la gravedad de la situación de la sequía en los últimos años, ya que en el período de 1995-2005 únicamente se

DR 004Juárez

AnáhuacCOAHUILA

N.L.

Page 129: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

128

regó en tres años agrícolas (1995, 1998 y 2000), y en los siete años restantes no se

establecieron cultivos de riego.

Figura 6.10. Registro de aportaciones históricas de agua a la presa

Venustiano Carranza (1930-2011).

Fuente: elaboración propia con información de CONAGUA (2012)

Figura 6.11. Superficie regada en el DR 004 Don Martín (1970-2011).

Fuente: elaboración propia con información de COANGUA (2012)

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1,000

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2,000

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1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Vo

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(M

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Años

Media = 490.1 Mm3

Avenida máxima = 4,589.9 Mm3

(Huracán Alex)

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35,000

1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Su

pe

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)

Años

Promedio 70-94 = 21,547 ha

Promedio 95-2011 = 5,489 ha

Page 130: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

129

Si bien a lo largo de la historia de la operación del distrito se han presentado condiciones extremas de sequía, los eventos ocurridos en los últimos años han puesto en tela de juicio la pertinencia de la agricultura de riego en la región. Ello exige realizar una reflexión sobre la conveniencia de redimensionar el distrito, acorde a una disponibilidad “sustentable” de agua en la cuenca y en la presa. Por lo anterior, el DR 004 ha sido objeto de la atención de la CONAGUA, pues es preocupante la situación por la que han atravesado los usuarios del mismo en los últimos años. La CONAGUA, en coordinación con la Corporación para el Desarrollo Agropecuario del Estado de Nuevo León (CDANL) y la SAGARPA, han llevado a cabo estudios recientemente que han tenido como objetivo proponer las mejores opciones para lograr el mejor aprovechamiento del agua disponible, precisamente para evitar que en el futuro existan conflictos sociales por el recurso y por el deterioro económico que puede sufrir la región al no contar con agua para regar por periodos prolongados, pues en los últimos años el impacto social que ha ocasionado la falta de agua ha sido considerable. A partir de los estudios que se han realizado, se determinó que el volumen de uso sustentable para garantizar la disponibilidad permanente de agua para riego de la presa es de 146.2 Mm3 al año. Este volumen representa solamente el 55.3% del volumen total concesionado actualmente que es de 264 Mm3. El volumen sustentable es un indicador verdadero de la capacidad

auténtica que se tiene en el distrito en términos de superficie regable si la exigencia es cubrir las necesidades efectivas de agua de los cultivos con la finalidad de lograr la mayor capacidad productiva, para realizar una agricultura rentable; para quien invierte directamente en ello, es decir, los productores; y para quienes subsidian esta actividad, que es la sociedad en general. Ya establecido un volumen sustentable se deja entrever que la superficie de riego sustentable, dadas las características de aprovechamiento y operación y dadas las condiciones actuales de la infraestructura que inciden directamente en la eficiencia de conducción y aplicación que prevalecen, no es la que se tiene registrada oficialmente, y tampoco es la media histórica. Con base en lo anterior y con fundamento en el Plan Director Nacional desarrollado por la CONAGUA para lograr la sustentabilidad de la actividad agrícola en los distritos de riego del país, se realizó una propuesta de redimensionamiento y modernización del DR 004 Don Martín. Este proyecto tiene como objetivo reactivar la operación del distrito, mediante un redimensionamiento de sus 29,615 hectáreas, para garantizar en forma permanente el riego en 14,800 hectáreas (es decir, aproximadamente la mitad de la superficie del distrito quedará sin derecho de riego) (Figura 6.12); y mediante la modernización integral de la infraestructura y equipos para hacer más eficiente la distribución y el uso de agua para riego.

Page 131: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

130

Figura 6.12. Proyecto de redimensionamiento de los módulos del DR 004 Don Martín.

Fuente: CONAGUA/SAGARPA/CDANL (2010)

Además, el proyecto tiene la finalidad de dar viabilidad a la actividad agrícola en el norte del estado de Nuevo León mediante la siembra de cultivos de alta demanda y atractiva rentabilidad (hortalizas), generando 10 mil empleos permanentes y 700 eventuales que impacten en la economía de la región, frenada en la actualidad por el abandono de tierras. El volumen sustentable cubre los requerimientos de agua potable de la población de Ciudad Anáhuac, y está contemplado que el abasto a la ciudad es prioritario. Actualmente se deriva a la ciudad un volumen calculado entre 5 y 3.2 Mm3 al año a través de la Laguna Salinillas, de los 190.6 Mm3 que se extraen en promedio de la presa al año. Con las diferentes propuestas y componentes de tecnificación del riego que se han contemplado para cada uno de los diferentes módulos que integran

este distrito, se estima la recuperación de volúmenes de agua y un consecuente incremento de la eficiencia de conducción y de aplicación. El volumen rescatado será destinado al riego para cubrir los requerimientos efectivos de agua de los cultivos en una superficie definida por el volumen sustentable calculado; es decir, la superficie sustentable. b) Impacto de las sequías en el

distrito de riego 031 Las Lajas En lo que respecta al distrito de riego 031 Las Lajas, éste se encuentra ubicado en los municipios de General Bravo, Ramones, General Terán, China, Dr. Coss y Los Aldamas, estado de Nuevo León (Figura 6.13), y cuenta con una superficie de 4,059 hectáreas de riego por gravedad y de bombeos directos del río San Juan.

1

2

3

4

5

6

7

M

Módulos de riego

Nuevos límites

del distrito

Alternativas de

proyectos productivos

agropecuarios y

rurales

Río

Salado

Laguna

Salinillas

Page 132: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

131

Figura 6.13. Ubicación del DR 031 Las Lajas, Nuevo León.

Fuente: elaboración propia

La superficie sembrada y regada en el DR 031 depende básicamente de la disponibilidad de agua existente en la presa de almacenamiento El Cuchillo, la cual ha tenido aportaciones muy variables desde su construcción en 1994. De hecho, la variabilidad de los escurrimientos es una característica de la cuenca del río San Juan, donde se ubica la presa, pues ha habido años muy secos y otros demasiado lluviosos, como lo fue el año 2010, debido a la presencia del huracán Alex (Figura 6.14). El promedio de los escurrimientos históricos de agua del río San Juan

antes de la construcción de la presa El Cuchillo era de 659.8 Mm3. Cuando se construyó la presa ocurrió un período de sequía severo que duró desde 1989 hasta 2001, en el cual las aportaciones anuales de agua fueron muy inferiores a la media histórica. Posteriormente se recuperó el almacenamiento de la presa (2003) y los años 2006, 2007 y 2009 volvieron a ser años secos, hasta la ocurrencia del huracán Alex en el año 2010 cuando sucede la avenida máxima histórica que se ha presentado en la presa (3,159.4 Mm3), pero en el año 2011 vuelve la sequía. Estas variaciones en las aportaciones de agua repercuten directamente en la superficie regada del DR 031. En la Figura 6.15 se puede observar que la superficie regada ha sido muy variable, sobre todo en los últimos 18 años en los cuales se han registrado períodos de sequía intensos intercalados con años muy lluviosos. El promedio histórico de superficie regada en el distrito para el período de 1970-1993 es de 4,539 hectáreas; sin embargo dicha superficie se redujo considerablemente para el período 1994-2011 donde solamente se regaron en promedio 1,272 hectáreas, lo cual indica un índice de aprovechamiento de superficie regada entre superficie del distrito de 32.6%. Incluso dentro de este último período (1994-2011) hubo varios años (1998, 1999, 2000 y 2001) en los que no se tuvo volumen disponible para riego y, por ende, no se regó ninguna superficie con agua de la presa.

PresaEl Cuchillo

China

Gral. Bravo

CongregaciónCantú

Dr. Coss

EstaciónAldama

Los Aldamas

SUPERFICIE DEGRAVEDAD

SUPERFICIE DEBOMBEO

SUPERFICIE DEBOMBEO

SUPERFICIE DEBOMBEO

Monterrey

DR 031

Page 133: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

132

Figura 6.14. Escurrimientos históricos del río San Juan (1930-1994) y aportaciones

de agua a la presa El Cuchillo (posteriores a 1994).

Fuente: elaboración propia con información de CONAGUA (2012)

Figura 6.15. Superficie regada históricamente en el DR 031 Las Lajas.

Fuente: elaboración propia con información de CONAGUA (2012)

0

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3,000

3,500

1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Ap

ort

aci

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es

(Mm

3)

Años

Avenida máxima = 3,159.4 Mm3

(Huracán Alex)

Media = 671.3 Mm3

Antes de El Cuchillo = 659.8 Mm3

Después de El Cuchillo = 716.2 Mm3

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3,000

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1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Su

pe

rfic

ie R

eg

ad

a (

ha

)

Años

Promedio 70-94 = 4,539 ha

Promedio 95-2011 = 1,272 ha

Page 134: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

133

Lo anterior pone en riesgo la pertinencia de la agricultura de riego en la zona y provoca malestar en los productores del distrito al no poder sembrar en plenitud sus tierras de cultivo. Esto ha ocasionado que la producción y productividad del distrito decrezca considerablemente creando fricciones entre los usuarios del mismo y los gobiernos estatal y federal, por el uso del agua. Además, como se comentó anteriormente, los volúmenes almacenados en la presa El Cuchillo son también para el consumo doméstico e industrial de la ciudad de Monterrey y su zona metropolitana, por lo que en períodos de sequía, la prioridad en el uso del agua se destina principalmente a estos sectores, lo que puede traer como consecuencia fricciones entre las partes involucradas. De hecho, según Guajardo y García (2001), una de las formas más claras en que se manifiesta la disminución del abasto de agua en Nuevo León, es el incremento de conflictos sociales en relación con la forma en que el agua es asignada. Ejemplo de esto es el conflicto que frecuentemente se genera entre los agricultores del estado, los servicios de agua potable de Monterrey y los agricultores del distrito de riego 026 de Tamaulipas, todos los cuales utilizan agua de la presa de almacenamiento El Cuchillo para abastecerse y cubrir sus necesidades del vital líquido. 6.2. Impacto de las sequías en el

subsector ganadero El subsector pecuario en el estado, cuenta con una superficie que asciende a 5.5 millones de hectáreas y representa el 86% de la superficie total

en la entidad, de las cuales el 90% son de agostadero natural, el 0.3% son de praderas de riego y el 9.7% restante son de praderas de temporal. La superficie de agostadero es la más extensa del estado, ubicándose fundamentalmente en los pastizales del centro y norte, así como en las partes bajas de la Sierra Madre Oriental, los zacates y especies arbustivas componen la vegetación natural. Los municipios del norte y centro del estado concentran el 71% de esta superficie (Figura 6.16).

Figura 6.16. Zonas ganaderas del estado de Nuevo León.

Fuente: GENL/OEIDRUS (2011)

Entre los principales productos pecuarios que produce Nuevo León se encuentran las aves (huevo y carne), bovinos, caprinos, ovinos y porcinos. En el año 2009 se obtuvo en el estado una producción pecuaria total de más de 613 mil toneladas de productos

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Sequía en Nuevo León

134

(incluyendo ganado en pie, carne en canal, leche, huevo para plato y miel), que representaron un valor de la producción de más de 11 mil millones de pesos. La producción de ganado bovino, caprino y ovino se realiza principalmente en el sistema extensivo, en praderas y agostaderos de temporal, por lo que esta actividad pecuaria es la más vulnerable a la sequía. La producción de bovinos se concentra en

las regiones centro y norte (60%), y la producción de caprinos y ovinos se concentra mayoritariamente en los municipios de la zona sur del estado (50%). El número total de cabezas de ganado en los últimos treinta años ha tenido una tendencia decreciente (Figura 6.17), debido a problemas climatológicos como son las sequías recurrentes pero, sobre todo, debido a la falta de políticas públicas adecuadas para impulsar esta actividad económica.

Figura 6.17. Variabilidad del número de cabezas de ganado en el estado de

Nuevo León (1980-2010)

Fuente: elaboración propia con información de SAGARPA/SIACON

El desarrollo de la actividad ganadera está sujeto a riesgos derivados de factores internos y externos. Es decir, el sector pecuario, al igual que cualquier otra actividad productiva sustentada en procesos biológicos, muestra gran sensibilidad ante la presencia de fenómenos meteorológicos extremos como son la prolongación de los periodos de estiaje o sequía, periodos de lluvia prolongada e inundación de terrenos, los cuales tienen un efecto

directo en aquellas ramas de la producción practicadas bajo sistemas extensivos o de pastoreo, dentro de los que se ubica la producción de carne de vaca, borrego y cabrito. Una de las características básicas del estado de Nuevo León, que se constituye en gran medida como una condicionante para la cadena de producción de ganado bajo sistemas extensivos, tiene que ver con las

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200

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Años

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Bovino

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Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

135

condiciones climáticas de la propia entidad, pues, como ya se ha visto en capítulos anteriores, la mayor parte del estado tiene climas áridos extremosos, sobre todo en el norte y sur, con presencia de sequías recurrentes. En la ganadería el impacto inicial de la sequía se percibe en la reducción del forraje disponible y, posteriormente, en la disminución de su producción, misma que se refleja en el peso del ganado (Figura 6.18), sus tasas de reproducción y en la producción de leche. La sequía reduce el vigor de las plantas silvestres, lo que puede llegar a provocar hasta su muerte. Según

investigaciones realizadas en los Estados Unidos, dos o más años de sequía consecutivos tienen un mayor impacto negativo comparado con un año de sequía en el que le sigue otro normal o de regular precipitación (Holechek, 1995). Otra consecuencia de la sequía es la proliferación de plantas menos palatables (preferidas por el ganado) y la posibilidad de que el ganado, por hambre, ingiera plantas venenosas, las que se incrementan durante las sequías ante la disminución de las especies más deseables.

Figura 6.18. Ganado vacuno con pérdida de peso a causa de la sequía en el sur de Nuevo León.

Page 137: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Sequía en Nuevo León

136

La recuperación de la vegetación en zonas afectadas por sequías puede durar varios años, y en algunos casos nunca recuperarse, dependiendo principalmente de los tipos y condiciones de los suelos. Por ejemplo, a la vegetación perdida en la “Gran Planicie” de Estados Unidos durante la severa sequía que la azotó en los años treinta del siglo pasado, le llevó de cinco a quince años reponerse, aún en condiciones de bajo o nulo pastoreo. En determinadas zonas de la parte central de Nuevo México las bajas precipitaciones ocurridas entre 1951 y 1956 ocasionaron que el forraje dominante disminuyera en 60%, el cual no se había recuperado cuarenta años después aún en condiciones de bajo pastoreo (Holechek, 1995). Además, en las zonas áridas las sequías aceleran los procesos de erosión lo cual conduce a una disminución mayor del potencial biológico de producción de plantas y provoca un efecto negativo en cadena que acelera la afectación de la cobertura vegetal. Derivado de las temporadas de sequías en Nuevo León, se presenta escasez en la producción de forraje y adicionalmente se tienen problemas de establecimiento y persistencia de praderas, por lo que se agrava el problema de costos, al tener que utilizar forrajes de corte que son más caros y que representan alternativas no viables en el mediano plazo. La falta de lluvias por períodos prolongados –de seis meses o más– genera una situación de crisis en los diferentes ranchos del estado, donde deben invertir en el traslado de agua para los animales y así evitar mayores pérdidas.

Por ejemplo, cada vaca consume de 80 a 100 litros de agua diariamente, por lo que un ganadero con 50 vacas tendría que contratar el servicio de pipas para acarrear de 4 mil a 5 mil litros de agua diarios a su rancho, y ello implica altos costos, ya que serían traslados de decenas de kilómetros. No obstante, los costos por el acarreo del agua son menores que los costos por la pérdida total del ganado. En el año 2011 los ganaderos de Nuevo León vivieron una situación crítica debido a la falta de agua, pues en el estado no se registraron lluvias desde febrero hasta abril, a pesar de que en este periodo se presentan en promedio 62.1 mm de agua, y no fue hasta mayo cuando apenas se precipitaron en la entidad 6.5 mm de lluvia, según reportó la CONAGUA. Desde hacía 27 años no se había registrado una sequía tan prolongada, la cual ocasionó la pérdida de cerca de 60 millones de pesos por la muerte de más de 9,000 cabezas de ganado bovino, caprino y ovino. Como se mencionó anteriormente, esto fue producto de una sequía atípica, pues las heladas que se presentaron a finales de 2010 y principios de 2011 afectaron el forraje del cual se dispone para alimentar el ganado. Por ello, a raíz de la declaratoria de desastre natural emitida por la CONAGUA, el Gobierno del Estado puso en marcha un programa emergente para apoyar a los productores del campo con el desazolve y la reparación de presas, así como un programa de apoyo alimentario para el ganado mediante la otorgación de un suplemento de alta proteína, fósforo y trazas minerales.

Page 138: Sequía en Nuevo León: Vulnerabilidad, Impactos y Estrategias de Mitigación

Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

137

Para atender, en términos generales, la problemática de los productores pecuarios de nuestro país, la SAGARPA ha implementado en los distintos estados de la República el Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera (PROGAN) durante los períodos 2003-2006 y 2008-2012, el cual consiste en apoyar la capitalización de los productores pecuarios a través del otorgamiento de subsidios para la construcción y rehabilitación de infraestructura, la adquisición y modernización de equipo y acelerar la adopción de tecnología a nivel de las unidades de producción primaria en lo relativo a alimentación (producción y conservación de forraje), mejoramiento genético y sanidad (SAGARPA/GENL, 2004). A través de este programa se liberaron recursos directos durante el año 2011 en Nuevo León por un monto total de 85.5 mdp, que permitieron que 3,862 productores contaran con una liquidez para adquirir alimento e insumos para el ganado y de esta forma, hacer frente de mejor forma a la helada ocurrida en el mes de febrero y a la sequía. Igualmente, para el año 2012 se tiene contemplado liberar en el estado 81.2 mdp a través de este programa, lo que significaría apoyar a 3,700 productores. Sin embargo, a pesar de los apoyos recibidos a través del PROGAN en el estado de Nuevo León, aún permanecen factores críticos que no son atendidos por el programa, como son la escasez de agua, la degradación de recursos naturales, la falta de forraje y problemas de salud animal y comercialización, los cuales no están contemplados en el mismo. El pastoreo

excesivo, los efectos de las sequías y el manejo inadecuado de las praderas y pastizales en algunas zonas del estado, han propiciado la disminución del potencial forrajero, así como la desertificación y degradación de los terrenos; lo cual se ha traducido en un impacto ambiental negativo por la erosión y la pérdida de la capacidad de retención de humedad e infiltración de agua hacia los mantos freáticos. Para dar solución a este tipo de problemas, la SAGARPA ha implementado en la mayoría de las entidades del país –incluido el estado de Nuevo León–, el Programa de Uso Sustentable de Recursos Naturales en la Producción Primaria, el cual tiene un componente o subprograma específico denominado Conservación y Uso Sustentable de Suelo y Agua (COUSSA). Este subprograma se especializa en el apoyo para la construcción de pequeñas obras de captación y almacenamiento de agua de lluvia, así como obras, prácticas y acciones para el aprovechamiento sustentable de los recursos suelo y vegetación asociados a la producción primaria (incluyendo obras y prácticas para el manejo integral de agostaderos, recarga de acuíferos, manejo de aguas broncas, etc.). Para el caso del estado de Nuevo León, se tiene programado para el año 2012 el apoyo para la construcción de 20 ollas de agua, 17 presas de tierra compactada, 1 aljibe y 4 presas de mampostería. La capacidad total de almacenamiento sería de 522,130 m3 en beneficio de 38 comunidades de 8 municipios, para dotar de agua a 4,245 habitantes del área rural y abrevar a 2,567 cabezas de ganado.

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Sequía en Nuevo León

138

Además, otras dependencias gubernamentales, como la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (CONAZA), han implementado acciones para mitigar los impactos de la sequía en el sector agropecuario de nuestro país. Un ejemplo de las obras realizadas por la CONAZA en el estado de Nuevo León son las trampas de lluvia para uso ganadero instaladas en el municipio de Doctor Arroyo en el año 2004. No obstante, a pesar de las acciones implementadas y de los programas emprendidos por las distintas dependencias federales y estatales para apoyar a los productores pecuarios, aún queda mucho por hacer en este rubro, y es imprescindible realizar mayor investigación tendiente a propiciar el uso racional y el aprovechamiento eficiente y sustentable del agua en la producción ganadera, con la finalidad de evitar mayores pérdidas económicas y disminuir la degradación de los recursos naturales ante la presencia de sequías. 6.3. Impacto de las sequías en el

sector forestal En Nuevo León se tienen aproximadamente 5.2 millones de hectáreas que son consideradas como de superficie forestal, ubicándose en el décimo lugar a nivel nacional y representando un 81.6% del territorio estatal. La vegetación forestal del estado está constituida en su mayoría por vegetación de zonas áridas (87.4%) y, en menor proporción, por bosques (6.7%) y vegetación hidrófila y halófila (5.9%).

El aprovechamiento de los recursos forestales se concentra en la madera de coníferas y latifoliadas, en las áreas templadas de las partes altas de la Sierra Madre Oriental, así como en el aprovechamiento de otras maderas preciosas consideradas como comunes, específicamente mezquite y ébano, incluyendo, en pequeña proporción, el uso de la barreta. En el uso forestal de no maderables destacan la lechuguilla, la palma samandoca, y el cortadillo para la producción de fibras, la candelilla en la extracción de ceras naturales, el nopal, algunas palmas, y el laurel como condimentos y medicinales, el heno como producto ornamental, el sotol para la producción de bebidas alcohólicas, el maguey y el nopal como especies forrajeras, el palmito utilizado en la construcción, así como diversas especies usadas como plantas medicinales. Sin lugar a dudas, uno de los principales efectos negativos de las sequías es que los suelos y la vegetación arbustiva se encuentran secos, libres de humedad, con lo cual hay una mayor disponibilidad de combustible natural (pastos y matorrales) y, por ende, una mayor vulnerabilidad a la ocurrencia de incendios forestales. Los incendios forestales constituyen una de las principales causas de la degradación de los ecosistemas, pues afectan –a veces de manera irreversible– a los recursos naturales, principalmente forestales y faunísticos, contribuyendo además a la contaminación del aire, cambios climáticos, erosión de los suelos,

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Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

139

propagación de plagas y enfermedades, alteración del régimen hidrológico y la belleza escénica entre muchos otros lamentables daños. El origen de los problemas generados por los incendios radica fundamentalmente en la irresponsabilidad de algunas personas, ya que el 90% de los incendios ocurridos a nivel mundial, son provocados por el hombre. En México, durante el año 2011, el 98% de los incendios fueron causados por actividades humanas y sólo el 2% se debieron a causas naturales; asimismo, el 36% fueron causados por actividades agropecuarias (CONAFOR, 2012). En el estado de Nuevo León los incendios forestales se producen principalmente en la zona correspondiente a la Sierra Madre Oriental, que domina todo el panorama occidental y meridional del estado, debido a la gran cantidad de vegetación que poseen las regiones montañosas (Figura 6.19). En el Cuadro 6.1 se presenta la relación de incendios forestales ocurridos en el estado durante el período 1996-2011, según la CONAFOR. Se observa que en este lapso de 16 años, han ocurrido en total 808 incendios que afectaron a una superficie total de más de 68 mil hectáreas, de las cuales más de 57 mil (84%) corresponden a vegetación arbustiva y matorral, que es el tipo de vegetación predominante en la entidad. En promedio ocurren 50 incendios forestales al año siendo el año de 1998 el más afectado con 96 incendios registrados (41.2%) que consumieron una superficie total de más de 28 mil

hectáreas de distintos tipos de vegetación (dicho sea de paso, el año de 1998 ha sido en el que más incendios forestales se han reportado a nivel nacional, con 13,821 incendios en todo el país).

Figura 6.19. Zonas propensas a incendios forestales en Nuevo León.

Fuente: Protección Civil de Nuevo León (2009)

Al abarcar un período de análisis más amplio (1988-2011) se observa que el año de 1989 fue en el que registró la mayor devastación de superficie forestal en el estado, con más de 30 mil hectáreas afectadas (Figura 6.20). Le siguen en orden de importancia los años de 1998 (28,189 ha) y 2011 (17,917 ha). Todos estos años (1989, 1998 y 2011) tienen una característica en común: en ellos se registró una precipitación total anual inferior a 450 mm en el estado.

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Sequía en Nuevo León

140

Cuadro 6.1. Incendios forestales y superficie afectada en el estado de Nuevo León (1996-2011)

Año Cantidad

de Incendios

Superficie afectada (ha) por tipo de vegetación

Total de superficie afectada

(ha)

Proporción de

incendios (16 años) Renuevo

Arbolado Adulto

Arbustiva y matorral

Otro tipo

1996 67 226.0 631.0 3,641.0 476.0 4,974.0 7.3

1997 11 3.0 83.0 345.0 28.0 459.0 0.7

1998 96 517.0 2,039.0 25,097.0 502.0 28,155.0 41.2

1999 54 312.5 203.0 1,753.5 88.5 2,357.5 3.4

2000 67 5.0 13.0 259.0 63.5 340.5 0.5

2001 22 3.5 18.0 106.5 2.0 130.0 0.2

2002 46 3.5 3.0 65.9 0.0 72.4 0.1

2003 30 3.5 3.3 38.7 5.5 50.9 0.1

2004 24 4.0 3.0 39.3 27.3 73.6 0.1

2005 38 66.4 252.0 1,060.3 37.5 1,416.2 2.1

2006 71 2.0 168.0 1,737.7 92.5 2,000.2 2.9

2007 23 1.0 774.0 1,067.7 1.5 1,844.2 2.7

2008 57 23.5 672.5 3,916.1 292.5 4,904.6 7.2

2009 76 14.0 29.8 2,959.0 88.0 3,090.8 4.5

2010 30 15.8 75.5 400.3 121.7 613.2 0.9

2011* 96 82.5 1,691.0 14,893.2 1,250.5 17,917.2 26.2

Total 808 1,283.2 6,659.1 57,380.2 3,077.0 68,399.3 100.0

Prom. 50 80.2 416.2 3,856.3 192.3 4,275.0

* Incendios registrados hasta el 14 de noviembre de 2011. Fuente: adaptado de CONAFOR (2012)

Figura 6.20. Incendios forestales y superficie afectada en el estado de Nuevo León

(1988-2011)

Fuente: elaboración propia con información de Protección Civil de Nuevo León

24

73

20 2414

38

22

5377

18

8657

87

41 4535

2438

67

23

48

76

30

96

2,766

30,899

467

1,057

36

1,639

233

4,8506,182

793

28,189

2,363

334

193

7552 74

1,4161,782

1,844

4,556

3,091

613

17,917

10

100

1,000

10,000

100,000

1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010

Esc

ala

loga

rítm

ica

Años

Superficie Afectada (ha)

Incendios Forestales

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Capítulo 6. Impacto de las Sequías en el Sector Agropecuario y Forestal

141

Entonces cabe formularse la siguiente pregunta: ¿Cómo influye la precipitación pluvial en la presencia de incendios forestales?, o bien, ¿Qué relación existe entre la sequía y los incendios forestales? Aunque, como ya se explicó, la sequía por sí misma no es la causante de los incendios, pues la mayoría tienen un origen antropogénico, sí es un factor importante que contribuye a que estos se propaguen. En la Figura 6.21 se

presenta la relación que existe entre la precipitación pluvial y el número de incendios forestales registrados anualmente en el estado de Nuevo León. En esta gráfica se observa claramente cómo dicha relación entre ambas variables se ajusta bien a un modelo lineal descendente, es decir, el número de incendios tiende a disminuir conforme aumenta la lluvia en la entidad.

Figura 6.21. Relación entre precipitación pluvial e incendios forestales en

Nuevo León.

Fuente: elaboración propia

El último período de sequía ocurrido en el estado (año 2011 y primera mitad del 2012) ha contribuido que se pierdan más de 18 mil hectáreas de vegetación de distintos tipos (renuevos, árboles adultos y matorrales) como consecuencia de los más de 100 incendios forestales registrados en ese lapso (del 1 de enero de 2011 al 31 de mayo de 2012), y fue una de las causas principales por las

que el estado fue declarado “zona de desastre” a mediados del año 2011. Para mitigar los impactos causados por la sequía y los incendios forestales en estos dos últimos años, la delegación estatal de la CONAFOR tiene prevista una inversión de 203.0 mdp, de los cuales el 60% (111.8 mdp) serán destinados para los municipios del sur del estado. A través de diversos programas (reforestación, conserva-

y = -0.1131x + 113.58r² = 0.376

0

20

40

60

80

100

120

200 300 400 500 600 700 800 900 1000

No

. de

In

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dio

s F

ore

sta

les

Precipitación (mm)

No. de Incendios Forestales

Ajuste lineal

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Sequía en Nuevo León

142

ción de suelos, producción de planta, etc.) se tiene contemplado atender una superficie total de 36 mil hectáreas. Dentro de las inversiones contempladas por esta dependencia federal, destaca el Programa de Compensación Ambiental, con un monto total de 145.0 mdp, el cual tiene como objetivos principales llevar a cabo acciones tendientes a la restauración o recuperación de los sistemas forestales, que por diversas causas fueron dañados o están deteriorados; así como apoyar el desarrollo de actividades encaminadas a la conservación directa a través del manejo y protección de los mismos y su

biodiversidad, incluyendo su uso sostenible.

Ahora bien, para concluir este capítulo, es importante destacar que la complejidad de los impactos económicos, sociales y ambientales ocasionados por una sequía, sólo pueden ser comprendidos en plenitud mediante la descripción y el análisis detallado de los hechos sucedidos en torno al fenómeno. Por ello, en el capítulo siguiente se presenta una narrativa del desastre provocado por la sequía que azotó al estado de Nuevo León durante el año 2011 y principios del 2012.

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143

Capítulo 7

Crónica de un Desastre: Sequía en Nuevo León 2011-2012

a complejidad de los impactos sociales, económicos y ambientales causados por una sequía sólo puede comprenderse cabalmente a través de la descripción detallada y el análisis de los hechos ocurridos durante el transcurso del

fenómeno. La narrativa de las vicisitudes y los testimonios de los actores que padecen las consecuencias de la escasez y falta de agua son, quizá, los elementos más ilustrativos de la devastación que puede provocar un fenómeno natural como la sequía, que termina por convertirse en desastre y cuyos daños son, muchas veces, incuantificables. Por lo anterior, con el propósito de vislumbrar en su justa dimensión los impactos causados por la sequía que azotó al estado de Nuevo León en tiempos recientes (años 2011 y 2012), el presente capítulo tiene como finalidad describir en forma cronológica los principales acontecimientos ocurridos en torno a este desastre. Para ello, se realizó un seguimiento puntual de las noticias más relevantes que fueron publicadas en los principales diarios de circulación local (El Norte y Milenio Monterrey) y nacional (El Universal, La Jornada), los cuales permiten reconstruir la secuencia de lo que ha sido uno de los eventos de sequía más devastadores en la historia del estado. En la narrativa que se presenta a continuación se hace un recuento de las acciones emprendidas por las dependencias federales y estatales para mitigar los impactos de la sequía en Nuevo León; se anotan algunas de las declaraciones realizadas en torno al fenómeno por los principales actores del estado –funcionarios públicos y representantes de la sociedad civil–; se presentan las cifras y datos oficiales que se hicieron del conocimiento público a través de los distintos medios de comunicación; entre otras informaciones no menos importantes.

7.1. Principales acontecimientos del año 2011 Marzo de 2011. Se lanza la advertencia por la sequía

La CONAGUA anunció que, muy probablemente, en el estado de Nuevo León dio inicio un período de sequía de los que normalmente duran de 8 a 10 años consecutivos, según los registros históricos de lluvia, pues desde octubre de 2010 se registraron precipitaciones inferiores al promedio normal y así continuaría la tendencia hasta el mes de junio.

L

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Sequía en Nuevo León

144

“Todo parece indicar que estaríamos entrando en un periodo seco, y los periodos secos son aproximadamente de alrededor de ocho año, entonces, ojalá y me equivoque, pero podríamos estar entrando a una temporada similar a la década de los noventa.”

Doroteo Treviño, especialista en

hidrometeorología de la CONAGUA El Norte, 24 de marzo de 2011

De hecho, quizá el período seco había comenzado desde hacía dos años, pues también en 2009 y 2010 se tuvieron lluvias inferiores a la media histórica (con excepción de las precipitaciones provocadas por el huracán Alex, que golpeó al estado el 1º de julio de 2010). Afortunadamente las presas todavía se encontraban llenas a causa del huracán Alex, y estaba garantizado el abasto de agua para el año 2011.

Abril de 2011. La sequía ya afecta al sector forestal

La delegación estatal de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) reportó que en lo que iba del año, se habían registrado en Nuevo León 55 incendios forestales que habían afectado a más de 2 mil 600 hectáreas, lo cual representaba un incremento de 365% con respecto a los daños reportados el año anterior para el mismo lapso. Según la dependencia federal, existían condiciones ambientales en el estado para que en el año 2011 se repitiera un desastre como el registrado en 1998, cuando los incendios forestales arrasaron con 28 mil hectáreas, incluyendo una parte del parque Chipinque.

Figura 7.1. Incendios forestales en Nuevo León.

Por lo anterior, el Gobierno del Estado dejó abierta la posibilidad de solicitar al Gobierno Federal una declaratoria de desastre natural por sequía para acceder a recursos del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN).

“Estamos listos para hacerlo en caso de que esto crezca. Se tienen los mecanismos ya listos para poder acceder a recursos crecientes en caso de que sea necesario.”

Rodrigo Medina, Gobernador del Estado El Norte, 24 de marzo de 2011

Mayo de 2011. Se enciende la alerta por la sequía en el sector ganadero

La Unión Ganadera Regional de Nuevo León (UGRNL), anunció que la crisis por la falta de agua y el abastecimiento del vital líquido a los ranchos para consumo del ganado, ya comenzaba a ser una acción muy costosa. La falta de lluvias generó una situación de crisis, pues los ganaderos debían invertir en el traslado de agua para los animales con el propósito de evitar mayores pérdidas. Era urgente el acarreo de agua, pues en algunos casos ya empezaba a haber ganado muerto en los diferentes ranchos, sobre todo en el sur de la entidad.

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

145

“Andamos empezando muchos ya a batallar, sobre todo hay que recordar que esta sequía es una sequía atípica porque tuvimos el fenómeno de la helada ahora en febrero y eso provocó que la robustiva aquella que se aprovecha en esas fechas, se quedara sin forraje y los pastos secos de ya mala calidad, fue pegando (sic.)”

Adrián de la Garza Tijerina,

presidente de la UGRNL Milenio Monterrey, 8 de mayo de 2011

Figura 7.2. Muerte de ganado bovino a causa de la sequía en el sur del estado.

Los habitantes de ejidos, comunidades y rancherías de La Huasteca, en Santa Catarina (poblados ubicados aguas arriba de la presa Rompepicos) perdieron sus animales a causa de la sequía. Muchas reses murieron al ser atrapadas por el lodo en busca de la poca agua que quedaba junto a la cortina de la presa.

“Primero se nos murieron ahogadas (las vacas), y ahora se nos están muriendo por la falta de agua… Desde hace dos meses, está más fuerte el problema, porque se fue el agua del huracán y no ha llovido. Se está secando todo.”

Erasmo González, comisariado ejidal de El Pajonal

El Norte, 11 de mayo de 2011

La Corporación para el Desarrollo Agropecuario de Nuevo León (CDANL), anunció que se implementaría un programa de apoyo emergente para aliviar la situación de los ganaderos. Se realizaría un levantamiento de información entre los productores, para conocer las necesidades, y se procedería a dar apoyo de alimento para reses.

“Lo que vamos a hacer es un levantamiento (de información) sobre los animales que se han muerto… y por lo pronto ahorita vamos a crear un programa emergente.”

Marco A. González, titular de la CDANL

El Norte, 12 de mayo de 2011

La dependencia estatal señaló que ya se estaban invirtiendo 43 millones de pesos de apoyos federales para ayudar a los ganaderos con un suplemento alimenticio. Pero, adicionalmente, se establecería el programa emergente para repartir pacas de alimento vegetal seco entre los productores afectados.

Al finalizar el mes de mayo, el Gobierno Estatal solicitaría a la Federación que declarara a Nuevo León zona de contingencia climatológica, con lo que tendría derecho a recibir apoyos extraordinarios contra la sequía.

Junio de 2011. Se declara a Nuevo León “zona de desastre” por sequía

La intensa sequía que azotaba al estado mantenía en alerta a los ganaderos de la entidad. La Confederación Nacional Campesina (CNC) en Nuevo León, advirtió que estaban en peligro un millón de cabezas de ganado que pudieran verse afectadas por la falta del vital líquido (aproximadamente

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Sequía en Nuevo León

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350 mil cabezas de ganado bovino, 350 mil de ganado caprino y otras 350 mil de ganado ovino).

“La verdad sí tenemos un severo problema, al no haber llovido no hay pastos, y lo peor, también se están agotando las fuentes de abasto de agua para el consumo y está afectando a una gran cantidad de cabezas de ganado.”

Humberto García Sosa, dirigente

de la CNC en NL EL Norte, 4 de junio de 2011

La sequía en algunos municipios como Mier y Noriega, Doctor Arroyo y Galeana era tan grave, que comenzaron a darse los primeros síntomas de hambruna entre campesinos, y la situación se agravó por la helada temprana que cayó en septiembre de 2010 y destruyó lo que habían sembrado. La situación no era privativa del estado de Nuevo León, pues también se estaba presentando en la Sierra de Durango y municipios pobres en otras 10 entidades federativas. “Hay graves problemas, no solamente por la sequía, por la falta de agua, sino sobre todo porque empiezan ya a haber problemas de abasto, y en algunos sectores se presentan algunos problemas de hambruna y eso es muy delicado.”

Pedro Vázquez González, diputado federal Milenio Monterrey, 11 de junio de 2011

El Gobierno del Estado adquirió un seguro contra sequías, heladas e inundaciones. El fondo de aseguramiento tuvo un costo de 15 millones de pesos y fue adquirido a través de la Secretaría de Finanzas y Tesorería General del Estado, y cubría

desastres que afectaran a campesinos y ganaderos. Por primera vez en su historia, la entidad contaba con una póliza de seguro contra daños causados por fenómenos hidrometeorológicos que ocasionen la pérdida parcial o total de cultivos, la baja de peso y muerte del ganado. Figura 7.3. El suelo del municipio de Galeana, totalmente seco.

Según la CDANL, anteriormente no se había adquirido un seguro de este tipo porque no se creía necesario, pero ante los embates de la sequía y las heladas que afectaron el campo ese año, el Gobierno Estatal consideró como buena alternativa sumarse a este plan de aseguramiento. Sin embargo, este seguro entraría en operación hasta el 1 de enero de 2012. Mientras tanto, en algunos municipios del sur del estado, como Galeana, aún se sufrían los embates de la intensa sequía. Ante esta situación, diputados federales exigieron al Gobierno del Estado emitir una declaratoria de desastre en al menos 40 municipios afectados.

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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“Desde hace 27 años no se veía una sequía de este tamaño, por eso es que estamos pidiendo que se declare como zona de desastre el estado de Nuevo León, ya que en toda la zona rural, zona norte y zona sur hemos hecho un recuento con los alcaldes (...) manifiestan que hemos tenido pérdidas importantes, tanto en el sector agrícola como el sector ganadero.”

Baltazar Martínez Montemayor,

diputado federal Milenio Monterrey, 25 de junio de 2011

La sequía que azotaba al sur de la entidad encendió los focos rojos del Gobierno Estatal, que no se daba abasto con los recursos propios para atender la contingencia, por lo que convocó al sector privado para coadyuvar con el suministro de agua mediante pipas.

La Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) en la entidad, anunció que los municipios del sur requerían apoyo urgente para resolver en primera instancia el consumo humano de agua. Para ello, se requerían en promedio 36 mil litros diarios que debían ser transportados por caminos accidentados.

“El problema del sur es la dispersión de las comunidades, tienen muy pocas familias y a pocos kilómetros tienes otras familias, y con esta seca, que no es solamente de Nuevo León, sino del norte de la República, pues vamos a atenderlas.”

Juana Aurora Cavazos, titular de la

SEDESOL estatal Milenio Monterrey, 25 de junio de 2011

Aunque la SEDESOL no precisó la cantidad de pipas con las que ya se contaba, detalló que para completar la flotilla de servicio permanente era necesario conseguir como mínimo una

docena más de unidades para el traslado de agua.

El difícil trance de escasez de agua y falta de lluvia que enfrentaba el estado, llevó a la CONAGUA a declarar a Nuevo León como “zona de desastre natural por sequía”. La dependencia federal emitió la declaratoria el miércoles 22 de junio y se hizo de conocimiento al Gobierno Estatal, pero no fue sino hasta el 25 de junio cuando la noticia fue dada conocer a los medios de comunicación.

“Tuvimos la precaución de pedirla para los 51 municipios… y salió positiva para los 51 municipios. Obviamente que hay municipios rurales y urbanos y estamos hablando de alrededor de 44 municipios rurales que van a ser sujetos al apoyo.”

Marco A. González, titular de la CDANL Milenio Monterrey, 25 de junio de 2011

La declaratoria que emitió la CONAGUA no incluía un paquete presupuestal para combatir los estragos de la sequía, por lo que el siguiente paso que debería de seguir el Gobierno Estatal, era la elaboración de un estudio de impacto a fin de contar con un dictamen oficial que permitiera la solicitud de recursos al Gobierno Federal.

Previo al dictamen oficial que debería ser publicado el 15 de julio, la CDANL estimó que el impacto de la sequía requería un mínimo de 60 millones de pesos para contrarrestar los efectos del fenómeno. Adicionalmente, el Gobierno del Estado invertiría 30 millones de pesos del Fondo de Contingencias Climatológicas para mitigar los efectos del temporal seco. De dicho fondo estatal se invirtieron 5 millones de

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Sequía en Nuevo León

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pesos en un programa emergente de suplemento alimenticio para las cabezas de ganado, 19.5 millones en un programa de construcción y rehabilitación de presas como aprovechamiento de la sequía, 3 millones de pesos más para un programa de empleo temporal a los habitantes del sur del estado y 2.5 millones más para la mejora de infraestructura del suministro de agua.

Agregado al presupuesto del Fondo de Contingencias Climatológicas, en febrero del mismo año el Gobierno Estatal obtuvo un recurso de 42 millones de pesos que fue considerado como medida preventiva.

La intensa sequía provoca pérdidas millonarias

La sequía atípica que se presentaba en el sur de Nuevo León había dejado hasta el día 28 de junio de 2011 pérdidas por 60 millones de pesos, y esa cifra podría incrementarse considerablemente cuando las autoridades tuvieran un informe pormenorizado de todos los municipios de la zona rural.

Las autoridades dieron a conocer en rueda de prensa que se habían muerto 3 mil animales producto de la falta de agua y que por lo menos se habían dejado de sembrar 50 mil hectáreas de maíz y frijol, principalmente.

Las pérdidas se concentraban en cuatro municipios del sur del estado: Galeana, Mier y Noriega, Zaragoza y Doctor Arroyo, donde se desplegó una estrategia con programas de apoyo humanitario y agropecuario, a raíz de la reciente declaratoria de desastre

natural por sequía emitida por la CONAGUA.

Figura 7.4. Pérdidas millonarias a causa de la sequía.

Desde hacía 27 años no se había registrado una sequía tan prolongada. Nuevo León no registró lluvias desde febrero hasta abril, a pesar de que en ese periodo ocurren en promedio 62.1 milímetros de lluvia, y no fue hasta mayo cuando apenas se precipitaron en la entidad 6.5 milímetros, según reportó la CONAGUA.

El Gobierno Estatal había invertido alrededor de 72 millones de pesos en programas emergentes en la zona de desastre, como los de suplemento alimenticio, construcción y rehabilitación de presas y praderas, infraestructura de contingencias climatológicas, equipo para suministro de agua y empleo temporal.

15 brigadas de apoyo trabajaban en 122 comunidades, 53 de éstas atendidas de manera permanente, que representaban una población dispersa de cerca de 30,000 habitantes, y donde se habían distribuido 1 millón 44 mil litros de agua y 6,304 despensas, de acuerdo con las cifras oficiales.

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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Además, la empresa paraestatal Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM) puso a disposición 7 pipas y 10 pozos con tanques potabilizadores para los municipios afectados.

Por su parte, la Secretaría de Salud del estado se enfocó en visitar más de un centenar de comunidades para distribuir 20 mil sobres de un compuesto químico para potabilizar agua, y la Secretaría de Educación inició una colecta en planteles educativos con la que se esperaba recolectar 50 mil litros de agua envasada.

PROCAMPO libera 65 millones de pesos para atender sequía en Nuevo León

El Gobierno Federal a través del programa PROCAMPO liberó un monto total de 65 millones de pesos para atender la sequía en Nuevo León y los recursos llegarían en los próximos días.

“… debido a la declaratoria de sequía atípica por parte de la Comisión Nacional del Agua, se liberan los recursos de Procampo también, a pesar de que no se haya sembrado; es decir, se llama el Procampo Preparado No Sembrado. Es un apoyo de Procampo que es aproximadamente de mil 300 pesos por hectárea, y si contamos que son alrededor de 50 mil hectáreas, sería una liberación de recursos de alrededor de 65 millones de pesos.”

Javier Treviño, Secretario de Gobierno de NL El Norte, 29 de junio de 2011

A pesar del anuncio, la CNC en Nuevo León, solicitó a funcionarios estatales y federales que asistieran con apoyos

emergentes a la zona sur del estado, para solventar los problemas por la sequía, que habían provocado pérdidas preliminares por más de 60 millones de pesos.

Figura 7.5. Cultivo de sorgo afectado por la sequía.

En días posteriores, el Gobierno del Estado se reuniría con los representantes de los Ayuntamientos de municipios rurales para cuantificar los daños a cultivos agrícolas y la pérdida de cabezas de ganado, y formular una solicitud concreta a la Federación para subsidiar dichas pérdidas.

Julio de 2011. La sequía afecta a la zona citrícola del estado

En la zona citrícola se reportó una caída en su producción de hasta 70% respecto al año 2010. El avance de reconstrucción en las tomas de agua en esta zona era de 60% y la mayoría estarían listas a finales de julio, de acuerdo con la CONAGUA. Lo anterior en relación al clamor de los citricultores del estado, que padecían condiciones de desastre a causa de la sequía, situación que se agravó pues el paso del agua de las presas y ríos también estaba detenido por la destrucción de estas tomas.

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Sequía en Nuevo León

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|“Nuestros campos están secos… Las cosechas bajan considerablemente y nuestros ingresos más; baja la calidad de la naranja y la mandarina, cítricos en general. Necesitamos agua, pero no hay suficiente.”

Epifanio Salazar, productor citrícola de Montemorelos, NL

El Universal Figura 7.6. La zona citrícola, afectada por la sequía.

El Gobierno del Estado trabajaba en la construcción de 300 presas, principalmente en los municipios del sur y de la zona citrícola, con las que se pretendía captar un volumen de 889 mil 500 metros cúbicos de agua.

Ante la crítica situación, algunos productores buscaban la generación de nuevos ingresos, por lo que una solución podría ser la siembra de semillas para generar combustibles.

“No estoy muy enterado, pero quieren cultivar semillas para generar combustibles ecológicos, algo así, sería proveer a Petróleos Mexicanos con esas semillas y ellos, producirían los combustibles ecológicos… Es un proyecto que puede tomar años, pero que puede ser nuestra esperanza de no perder nuestros campos y nuestras vidas. Porque nosotros, nuestra familia quiere permanecer aquí, donde nacimos.”

(Ibíd.)

Por otra parte, la delegación federal de la SEDESOL, invertiría entre 4 y 5 millones de pesos en los programas de empleo temporal para apoyar a los campesinos y sus familias, a falta de recursos derivados por la imposibilidad de sembrar.

A nivel estatal, la SEDESOL local continuaba en alerta en el sur del estado, principalmente en labores humanitarias, proporcionando alimentos, agua para beber y servicios médicos. La sequía podría traer consigo problemas de enfermedades gastrointestinales, por lo que era necesario realizar brigadas medico asistenciales.

El sector agropecuario celebra la caída de lluvias

Las lluvias que se registraron en la entidad a consecuencia de la tormenta tropical Arlene resultaron positivas, pero todavía no existían condiciones para asegurar que había concluido la sequía que afectaba al estado.

“No podemos decir que con esta lluvia, que fue muy buena, ya esté interrumpida la sequía. Habrá que confirmar que continúen estos eventos en los siguientes días, en una o dos semanas, tener algo de lluvia al fin de que se pueda ir retirando lo que son los efectos de la sequía.”

Oscar Gutiérrez, delegado de la CONAGUA en NL

El Norte, 4 de julio de 2011

Aunque las lluvias que cayeron a principios del mes de julio ayudarían a apaciguar el impacto de la sequía, llegaron tarde porque no pudieron revertirse los daños en algunos cultivos y en la crianza de ganado.

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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Hasta el conteo más reciente que se había realizado, los ganaderos del estado sumaban entre 3 y 4 mil cabezas de ganado que habían muerto a consecuencia de la sequía, principalmente por la falta de pastos, que no crecieron por la ausencia de agua y por las altas temperaturas. Así, en el caso de la engorda y crianza de ganado, las lluvias regarían los pastos que se beneficiarían en su crecimiento, pero no alcanzarían para abastecer las represas de donde el ganado se hidrata.

Mientras que en la zona metropolitana las precipitaciones habían sido más fuertes, en las zonas rurales se habían presentado sólo lluvias ligeras, por lo que la precipitación no sería suficiente para reabastecer niveles de las presas y almacenes de agua.

“Falta ver el resultado… la lluvia ligera es muy buena para los pastizales, pero sí se tendría que repetir, pues la tierra estaba muy seca. Lo que necesitamos son aguas fuertes para que el agua alcance a correr y abastecer a las presas.”

Adrián de la Garza Tijerina, presidente de la UGRNL

El Norte, 2 de julio de 2011

El beneficio de las precipitaciones ocurridas tardaría además varias semanas en verse reflejado en los pastizales para alimentar al ganado, de los cuales ya había desabasto por la sequía en la entidad y en el país.

Agosto a Octubre de 2011. Se mantiene latente el fenómeno de la sequía

Durante este período de tres meses, los principales diarios locales dejaron de publicar notas relacionadas con el

fenómeno de la sequía que se estaba viviendo en el estado de Nuevo León. Al parecer las lluvias ocurridas a causa de la tormenta tropical Arlene y las precipitaciones estacionales que sucedieron en las semanas siguientes, lograron mitigar, aunque fuera de manera parcial, los impactos de la escasez y falta de agua en el sector agropecuario.

Sin embargo, los efectos del fenómeno seguían latentes y se manifestarían nuevamente para extenderse todavía durante muchos meses más, tal como se narra en los párrafos siguientes.

Noviembre de 2011. Nuevo León, con la sequía más severa en 50 años

Según la CONAGUA, en el año 2011 Nuevo León atravesaba por la sequía más severa desde la década de los cuarenta. En la entidad se habían registrado pérdidas en más de 20% del sector agrícola y ganadero.

La escasez en lluvias había causado serios estragos; en lo que iba del año, la CDANL reportó afectaciones en más de 40 mil hectáreas de cultivo (frijol, trigo y sorgo, principalmente), y la muerte de al menos 8,120 animales (3,700 bovinos; 3,800 caprinos y 620 ovinos).

Además, otro impacto para los productores agrícolas y ganaderos de la entidad, fue el alza de los precios de los insumos como son pesticidas y alimento para el ganado, debido al incremento en el tipo de cambio del peso frente al dólar.

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Sequía en Nuevo León

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Diciembre de 2011. Aumentan daños por la sequía y las heladas

Las temperaturas de 12oC bajo cero en seis municipios del sur de la entidad (Doctor Arroyo, Iturbide, Mier y Noriega, Aramberri, Galeana y Zaragoza) arruinaron cinco mil hectáreas de maíz y se unieron a las 40 mil devastadas anteriormente en el estado por la falta de lluvias. Figura 7.7. Cultivo de maíz afectado por la sequía.

Lo anterior fue provocado en sólo dos días a causa del frente frío número 15, y aún se esperaba una serie de frentes fríos para esa temporada de invierno. Pues se tenían pronosticados alrededor de 100.

Los daños causados por la sequía y las heladas comenzaban a ser incuantificables.

“Se han perdido 400 millones de pesos, el ingreso anual en términos agropecuarios, es decir, lo que genera el campo de Nuevo León es ocho mil millones de pesos. Son 400 millones que ya se perdieron, esperemos que

este número no crezca tan rápido, sabemos que va a crecer y estamos atentos a la situación.”

Marco A. González, titular de la CDANL

Milenio Monterrey, 5 de diciembre de 2011

Hasta inicios del mes de diciembre de 2011 se habían contabilizado: 14 mil agricultores afectados; 400 millones de pesos en pérdidas; 9 mil cabezas de ganado muertas; 52 mil cabezas de ganado con pérdida de peso; 45 mil hectáreas de maíz y trigo siniestradas; 140 millones de pesos de apoyo; 153 millones de pesos adicionales por sequía; 385 millones de pesos solicitados para 2012.

La SEDESOL estatal dio a conocer que impulsaba proyectos de infraestructura hidráulica para paliar la problemática de sequía que afectaba particularmente las zonas sur y citrícola de Nuevo León.

“Para 2012 seguiremos con el envío de agua, de tanques cisterna, pero también buscamos solucionar este problema a largo plazo y por eso vamos a incrementar los programas de infraestructura hidráulica en el sur del estado y en la zona citrícola, que son los municipios que presentan mayor problemática en este sentido.”

Juana Aurora Cavazos, titular de la SEDESOL estatal

Milenio Monterrey, 30 de diciembre de 2011

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Figura 7.8. Estragos causados por la sequía en el sur de Nuevo León.

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7.2. Principales acontecimientos del año 2012 Enero de 2012. La situación por la sequía en el sur del estado es desesperada

La desolación y el desánimo prevalecían en el sur del estado, que según sus pobladores, estaba en el olvido. A consecuencia de la sequía, el ejido La Providencia, en Galeana, se quedó sin cosecha de maíz en el ciclo de noviembre y diciembre pasados, por lo que ahora su comunidad de unas 320 personas estaban en la ruina, urgidos de apoyos que no llegaban. Los pozos de la región se estaban secando por la falta de lluvias, por lo que cada vez era más difícil alcanzar la profundidad hasta donde se encontraba el agua.

“El problema principal de nosotros, pues es el pozo. Actualmente tiene una profundidad de 120 metros, pero ya no es suficiente, el agua ha bajado de nivel, entonces la bomba ya no la puede sacar.”

Francisco Saldaña González, comisariado ejidal de La Providencia

Milenio Monterrey, 4 de enero de 2012

Algunos campesinos, por el momento, trabajaban en otros pueblos de la región o se iban a ciudades cercanas como Saltillo o Monterrey, y uno que otro –sobre todo los jóvenes- se aventuraron a internarse en los Estados Unidos. Por su parte, la CNC estatal afirmó que el campo en general de toda la entidad seguiría sufriendo carencias, pues no se tenía la infraestructura necesaria para el almacenaje de agua, y sin esta, no había siembra.

“A nosotros nos preocupa mucho, lógicamente las áreas temporaleras, donde si no hay lluvias no se pueden sembrar, pero hay lugares que son privilegiados porque tienen agua en el subsuelo. Otros, desgraciadamente, no tienen suficiente agua, y por tanto donde no se puede sembrar o instalar una empresa.”

Humberto García Sosa, dirigente

de la CNC en NL Milenio Monterrey, 4 de enero de 2012

El Gobierno del Estado a través de la SEDESOL anunció que realizaría inversiones por 200 millones de pesos en el sur de la entidad para enfrentar los problemas de sequía y cosechas perdidas: 120 millones de pesos se aplicarían en apoyos alimentarios mensuales a los más desprotegidos, además de un programa de empleo temporal, que constaría de 80 millones de pesos.

No se sabe cuánto tiempo más durará la sequía

Luego de quince meses de escasez de agua, la CONAGUA dio a conocer que la condición de "sequía severa" continuaría durante el año 2012 en la zona norte del país, y en Nuevo León los municipios más afectados serían los del norte y sur.

La dependencia federal señaló que durante el 2011 las precipitaciones disminuyeron un 60% en relación al promedio de los últimos 50 años. Y en los próximos seis meses la tendencia continuaría de la misma manera. Según los pronósticos para el año 2012, en los primeros seis meses el promedio sería entre un 30 y 35% por debajo del promedio histórico.

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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Hasta el mes de enero de 2012, las presas contaban con capacidad suficiente para suministrar agua potable a la zona metropolitana de Monterrey por los próximos dos años, sin embargo, la CONAGUA solicitó a la población cuidar el agua para evitar que el líquido debiera ser racionalizado.

La ayuda hasta el momento había sido insuficiente para la zona rural y el panorama para el año 2012 no era más alentador.

Se anuncia plan de rescate para municipios rurales

Al llevar a cabo las "Brigadas Sociales" en atención para los efectos de la sequía en el municipio rural de Galeana, la SEDESOL del estado en coordinación con el DIF estatal, SADM y la CDANL, anunciaron un plan de rescate integral para los municipios rurales de Nuevo León.

Algunas de las medidas que el gobierno tomaría serían las siguientes: acarreo de agua para consumo humano en pipas; apoyos de empleo temporal; y la denominada "despoblación de hatos ganaderos", que consistiría en incentivar la venta de las cabezas de ganado que para los ganaderos se hayan vuelto insostenibles de conservar y alimentar.

“Con este programa lo que buscamos es que los ganaderos locales se deshagan de la vacas o animales que les sea imposible seguir manteniendo, por cada vaca vendida el gobierno les dará 500 pesos más.”

Marco A. González, titular de la CDANL

Milenio Monterrey, 24 de enero de 2012

Según el censo realizado por la SEDESOL estatal, existían 17 mil familias afectadas (alrededor de 60 mil personas) que estarían padeciendo la falta de agua para consumo humano, siendo principalmente habitantes de los municipios de Galeana, Aramberri, Zaragoza, Mier y Noriega, Doctor Arroyo e Iturbide.

SADM informó que a través de pipas, más de 3 millones de litros de agua se habían enviado a la zona sur de la entidad, mediante un programa que inició el 23 de diciembre de 2011; mientras que para el norte (municipios de Anáhuac y Vallecillo) se habían enviado 20 mil litros de agua.

Figura 7.9. Apoyo de agua con pipas a comunidades afectadas por la sequía.

Mientras tanto, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) dio a conocer un programa de empleo temporal para dar trabajo a más de 2,500 personas que habitan en 53 comunidades del sur del estado, señaladas como las más afectadas en los planes de contingencia, par los cual se inyectarían fondos que llegarían a los 10 millones de pesos.

“La situación es grave, y por ello hemos tomado la decisión de emprender estos programas de prevención. Nos preocupan

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Sequía en Nuevo León

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mucho las familias que están en riesgo de vivir esta temporada que se avecina.”

Brenda Sánchez Castro, delegada estatal de la

SEMARNAT Milenio Monterrey, 26 de enero de 2012

Entre los trabajos que se tenía planeado impulsar se encontraban los de creación de bordos, construcción de cercos vivos, presas de piedra, y limpia de acequias y canales.

Febrero de 2012. Continúan los apoyos contra la sequía

Con ayuda asistencial, despensas, empleo temporal, abasto de agua potable y cheques, el Gobierno Estatal arrancó un programa de apoyos por la sequía para unas 20 mil familias de los seis municipios del sur de Nuevo León, con una inversión de 630 millones de pesos. Mediante el programa de empleo temporal se esperaba generar más de 35 mil empleos en toda la región sur del estado. Adicionalmente, se entregarían mensualmente despensas a 20 mil familias de 462 comunidades del sur, mientras pasaba la contingencia. Otra acción de apoyo sería el reparto de agua potable a 137 comunidades donde habitan unas 15 mil familias. Además, el Gobierno del Estado entregó cheques de apoyos emergentes por la sequía, como parte de un programa que contemplaba el reparto de 8 mil 500 cheques de este tipo en la entidad, además de apoyos a productores por su ganado bovino y caprino. Sin embargo, al señalar la ausencia de un plan integral por parte del Gobierno

del Estado para atender los efectos de la sequía, algunos diputados federales criticaron el apoyo a cuentagotas de las autoridades estatales hacia los municipios de la zona rural afectados por esta problemática. “Lamentablemente no hemos visto un plan estratégico que pudiera estar aplicando el Gobierno del Estado, sino simplemente medidas o apoyos temporales, que no resuelven en sí la grave situación que se está viviendo en esta zona del estado.”

Sandra Pámanes, diputada federal

El Norte, 13 de febrero de 2012

Por su parte, las delegaciones en Nuevo León de la SAGARPA, SEMARNAT, SEDESOL, CONAFOR y CONAZA, ofrecieron una bolsa conjunta de 350 millones de pesos para apoyos a los productores agropecuarios y el abasto de agua potable por la sequía, que se esperaba se prolongara durante 2012. Para aminorar las afectaciones que dejaron las malas condiciones climáticas en el campo, se adelantaría la entrega de los recursos a los productores, en programas como PROGAN y PROCAMPO. Dichos apoyos se entregaban típicamente durante el segundo semestre del año, pero esa ocasión, debido a la emergencia por la sequía, se estarían liberando en la segunda quincena de febrero. Se rechaza el seguro contra la sequía

A través de un comunicado, el Gobierno Estatal justificó no haber contratado un seguro contra la sequía por considerar que no sería de utilidad para los productores ante la falta lluvias. A pesar de que la SAGARPA iba a cubrir el 75% del costo de la póliza, la

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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administración estatal decidió no contratarlo, dejando sin protección a miles de agricultores.

“Con relación a las afirmaciones publicadas por la SAGARPA en el sentido que Nuevo León dejó ir recursos del seguro contra sequía, el Gobierno del Estado aclara que estos fondos no hubieran sido de utilidad a los productores por no haber podido sembrar ante la falta de lluvia.”

Comunicado de la CDANL El Norte, 27 de febrero de 2012

En el mismo documento, se acusaba a la SAGARPA de incumplir con los pagos a productores de aguacate y hortalizas afectados por las heladas en varios municipios (Rayones, Aramberri, Zaragoza y Cadereyta).

Marzo de 2012. Pese a la sequía, se garantiza el agua para consumo humano

De acuerdo con SADM, a pesar de la sequía que enfrentaba el estado, el abasto de agua para el consumo humano estaba asegurado. Las presas habían bajado un 27% su volumen de almacenamiento en el último año (lo cual equivale 464 millones de m3 en total), pero el agua disponible era suficiente para garantizar el abasto durante el año 2012, y por dos años más, pese al clima seco y las pérdidas por evaporación.

Las precipitaciones ocurridas en los últimos días ayudaron a recuperar agua en los agostaderos del sur del estado, pero no sirvieron para paliar la sequía.

“No fueron suficientes para llenar los aljibes y las presitas del sur, desafortunadamente, por eso continuamos con el abastecimiento de agua en pipas para el sur del estado.”

Emilio Rangel W., director de SADM El Norte, 8 de marzo de 2012

Sin embargo, se hacía un llamado a la población para evitar el desperdicio de agua, pues los pronósticos de la CONAGUA eran de una sequía prolongada.

Abril de 2012. La sequía se refleja en los ríos y parques naturales

En pleno arranque del periodo vacacional de Semana Santa, los parajes naturales de Santiago exhibían los estragos originados por la sequía. La escasez de lluvias se reflejaba en el poco caudal de ríos y cascadas, incluida la emblemática "Cola de Caballo", y en lo seco de algunas zonas de bosque. La cascada Cola de Caballo, que varios meses después del huracán "Alex" lucía en todo su esplendor, ahora presentaba una caída poco abundante. Otras caídas naturales de agua lucían muy pobres, al igual que el nivel de los ríos, como el de Las Adjuntas, donde era muy poca la corriente. El arroyo La Chueca, en el parque del mismo nombre, no sólo exhibía destrozos en las instalaciones, sino también la falta de agua.

Mayo de 2012. Las lluvias registradas aminoran la sequía

Las lluvias que se registraron durante el mes de mayo resultaron benéficas para la entidad, al aminorar los efectos de la sequía. Según reportes oficiales, las precipitaciones del mes de mayo

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Sequía en Nuevo León

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fueron superiores a la media histórica, y los beneficios ya se hacían notables con la disminución de los incendios forestales.

Con este cambio en las condiciones meteorológicas imperantes durante los últimos meses, se esperaba que la precipitación mejorara para el comienzo de la temporada de lluvias, en el mes de junio, y en efecto así sucedió.

Al parecer la sequía daba una tregua… aunque fuera sólo por unos días.

7.3. Reflexiones finales

El propósito de este capítulo fue presentar una narrativa de los acontecimientos más importantes sucedidos en torno a uno de los períodos de sequía más devastadores que ha sufrido el estado de Nuevo León en los últimos años.

Como se ha observado, la sequía ocurrida durante los años 2011 y 2012 ha sido un fenómeno de grandes proporciones, cuyos impactos sociales, económicos y ambientales son difíciles de cuantificar.

Sin embago, se aprecia claramente que los sectores productivos (agrícola y ganadero) de los municipios rurales, principalmente del sur del estado, son los más vulnerables y los más directamente afectados; lo cual no es casualidad pues las características físico-naturales de la región se combinan con el incipiente grado de desarrollo socioeconómico de la población, dando como resultado un círculo vicioso que puede llegar a situaciones extremas de desastre y más

pobreza. No es extraño en este sentido que en el sur del estado existan municipios cuya degradación del suelo haya alcanzado niveles casi irreversibles de desertificación.

También se ha visto como, al igual que en ocasiones anteriores, la primera reacción del Gobierno Estatal para tratar de aminorar los impactos de la sequía, es la de solicitar los tradicionales apoyos federales que permitan paliar la situación en el corto plazo; así como la implementación de planes emergenetes que no tienen un propósito de largo alcance bien definido.

Se observa también cómo realmente existe poca coordinación entre las diferentes instacias de los gobiernos federal, estatal y municipales para emprender las acciones necesarias que permitan mitigar los impactos de la sequía en la población. Cada dependencia federal o estatal actúa por cuenta propia sin tener una coordinación general o un plan integral que permina dirigir las acciones hacia un propósito común con una visión de largo plazo y con estrategias específicas que sean replicables en eventos futuros de sequía.

Hay que tener en cuenta que la sequía es un fenómeno persisente y recurrente, por lo que con una planeación integral claramente definida se lograría evitar la improvización que sólo permite solventar parcialmente la emergencia sin resolver el problema de fondo: la vulnerabilidad de la población rural ante la escasez y la falta de agua, debido a su bajo desarrollo

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Capítulo 7. Crónica de un Desastre…

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socioeconómico y, en muchos casos, a sus altos índices de marginación.

Finalmente, se ha visto cómo la devastación causada por un período de sequía puede rebasar incluso la capacidad de respuesta de todos los niveles de gobierno, cuando las medidas que se toman para aminorar

sus impactos son sólo reactivas y no preventivas, por lo que es urgente la necesidad de contar con un plan integral para mitigar los impactos de la sequía en el sector agropecuario del estado, por lo que en el Capítulo 9 del presente estudio se incluye una una propuesta metodológica en este sentido.

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David Ortega
Texto tecleado
Página en blanco
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TERCERA PARTE

Acciones y Estrategias para Mitigar los Impactos de la Sequía

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David Ortega
Texto tecleado
Página en blanco
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163

Capítulo 8

Gestión del Riesgo de Sequía

a descripción y el análisis realizado en los capítulos anteriores acerca de las sequías y sus impactos en Nuevo León, pone de manifiesto que en el estado no se tiene un sistema de gestión de para reducir el riesgo de sequía y de sus

efectos colaterales, a pesar de la persistencia y recurrencia del fenómeno a través del tiempo. En efecto, en México, en general, y específicamente en la entidad federativa que nos ocupa, el gobierno y la población no se preparan para afrontar la sequía, sino que sólo reaccionan ante ella. No existe un organismo o dependencia gubernamental encargada de coordinar y gestionar los riesgos asociados con la sequía, como sí lo hay en otros países (por ejemplo, en Estados Unidos se tiene el National Drought Mitigation Center, creado en 1995, cuya misión es contribuir a que las personas e instituciones desarrollen e implementen medidas para reducir la vulnerabilidad de la sociedad a la sequía, haciendo hincapié en la preparación para la gestión de riesgos en lugar de la gestión de crisis), y no hay una política nacional que exija a los gobiernos estatales establecer y poner en práctica estrategias para reducir el riesgo de la sequía. La sequía se administra actualmente en nuestro país como un desastre natural, al igual que las inundaciones o los huracanes; pero, como ya se ha visto, los efectos de las sequías distan mucho de ser similares a los causados por otros desastres naturales, por lo que requieren un tratamiento específico para su atención. El Fondo Nacional para la Atención de Desastres Naturales (FONDEN) ha sido una buena fuente de financiamiento para atender las necesidades de emergencia causadas por la sequía y otros desastres naturales a corto plazo,

pero no es totalmente adecuado o suficiente como una estrategia integral para gestionar el riesgo de una sequía prolongada y generalizada, como la que ocurrió recientemente en el país. Entonces, es necesario realizar una evaluación integral de los riesgos y contar con un sistema de monitoreo y alerta temprana que permita reducir considerablemente los tiempos de respuesta y los costos incurridos en los daños y pérdidas innecesarias que pueden evitarse en gran medida. En otras palabras, es necesario gestionar los riesgos, no sólo los desastres.

L

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Sequía en Nuevo León

164

Por ello, en este capítulo se presentan los elementos teóricos y metodológicos que permiten gestionar adecuadamente el riesgo de futuras sequías, y también se describen, de manera general, cuáles son los principales tipos de acciones y estrategias que pueden ser adoptadas para aminorar los efectos de las sequías y el consecuente déficit inducido de agua. Posteriormente, en el capítulo 9, se presenta una Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral Contra la Sequía en el Sector Agropecuario, que puede servir de base para el desarrollo de un plan en Nuevo León y en cualquier otra entidad federativa; y en los capítulos 10 y 11 se despliegan una serie de estrategias específicas que permiten gestionar el riesgo de sequía y aminorar sus impactos en los subsectores agrícola y ganadero, respectivamente. 8.1. Gestionar el riesgo, no sólo el desastre En principio, el gobierno y la población deben comprender los factores que los hacen particularmente vulnerables a las sequías y cómo pueden mejorar su resistencia al abordar los factores de riesgo. La diferencia entre la gestión del riesgo de sequía y la gestión del desastre causado por la sequía es el tiempo de respuesta y las medidas adoptadas en cada caso: La gestión de riesgos es un

enfoque proactivo centrado en el diseño de estrategias que se pondrán en marcha con antelación a la ocurrencia de una sequía para

prevenir y mitigar el nivel de exposición al riesgo y, por lo tanto, la vulnerabilidad a los impactos. Este enfoque trata de aumentar la resiliencia (capacidad de respuesta) de los sistemas a través de medidas estructurales y no estructurales sobre una base continua.

La gestión de desastres es un

enfoque reactivo basado en la aplicación de medidas y acciones de respuesta después de que se conocen los estragos causados por la sequía. Este enfoque se aplica en situaciones de emergencia y las probabilidades de producir soluciones técnica y económicamente eficientes se reducen considerable-mente, ya que las acciones son adoptadas en función de los daños causados a la población, sin el tiempo necesario para evaluar adecuadamente las opciones disponibles. Este enfoque tiende a apoyar la dependencia de medidas de alivio ante la emergencia, en lugar de fortalecer la resistencia.

En la Figura 8.1 se describe la diferencia entre un enfoque reactivo y uno proactivo para la gestión de la sequía. El enfoque proactivo es más complicado, pero es compatible con un resultado a largo plazo en comparación con el enfoque reactivo. Esto conduce hacia una mayor resistencia, una mejor planificación y la puesta en marcha de acciones más oportunas.

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Capítulo 8. Gestión del Riesgo de Sequía

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Figura 8.1. Comparación entre los enfoques proactivo y reactivo en la atención a los problemas de la sequía.

Fuente: adaptado de ADB (2012)

8.2. Acciones para implementar la gestión del riesgo No hay manera de evitar una sequía pero existen formas de mitigar sus impactos y reducir las pérdidas de quienes se ven afectados por el fenómeno. La gestión del riesgo comienza con una amplia evaluación de la disponibilidad de recursos hídricos para los diferentes usos a largo plazo, y de los requerimientos futuros de agua, con el fin de planificar medidas que deben adoptarse. A partir de allí se realiza una evaluación de los posibles impactos de la sequía en los distintos sectores sociales y económicos, en

función de la vulnerabilidad de los mismos. De estas evaluaciones se desprenden dos planes de acción: uno de acciones preventivas a largo plazo (plan de gestión del riesgo) y otro de acciones a corto plazo (plan de emergencia). Igualmente, es necesario realizar un monitoreo constante de variables meteorológicas (temperatura, precipitación, humedad, velocidad y dirección del viento, etc.), así como un monitoreo de la disponibilidad presente de recursos hídricos (escurrimiento de ríos, niveles de almacenamiento de presas, lagos y

Monitoreo de la disponibilidad presente de recursos hídricos

Percepción de la aparición de eventos de sequía

Búsqueda de medidas de emergencia para ser adoptadas

Implementación de las medidas de emergencia (que se refuerzan si la sequía continúa)

Enfoque reactivo

Enfoque proactivo

Evaluación de la disponibilidad de recursos hídricos a largo plazo

Evaluación de los requerimientos futuros de agua

Monitoreo de variables hidrometeorológicas

Monitoreo de la disponibilidad presente de recursos hídricos

Evaluación del riesgo de déficit hídrico

Alerta temprana de la escasez potencial de agua

Evaluación de los impactos de la sequía en los sectores sociales y económicos

Plan de acciones a corto plazo (plan de emergencia)

Implementación del plan de emergencia

Plan de acciones preventivas a largo plazo (plan de gestión de riesgos basado en los recursos hídricos)

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Sequía en Nuevo León

166

lagunas, profundidad de los mantos freáticos, estudios de actualización de disponibilidad de agua en acuíferos, etc.), con el propósito de estar en condiciones de emitir una alerta temprana de la escasez potencial de agua, lo que a su vez coadyuvará a la implementación del plan de emergencia. 8.3. Costos y beneficios de la gestión del riesgo a) Costos Los costos de una estrategia de gestión de riesgos son los costos de las medidas adoptadas para reducir los impactos y las pérdidas causadas por la sequía. Por ejemplo, los costos de los modelos para pronosticar la sequía e informar de antemano a la población que potencialmente puede ser afectada, sería uno de los costos de la gestión del riesgo. Los agricultores pueden invertir en semillas resistentes a la sequía que, si bien es cierto que son más caras que las semillas normales, sería un costo de gestión del riesgo. El costo total de las medidas de conservación y ahorro de agua para los distintos usos antes y durante la sequía, puede incluir el costo de nuevos accesorios, tecnologías, y campañas de sensibilización a los usuarios domésticos, industriales y agropecuarios del agua. La reducción de las pérdidas de agua en las empresas, requerirá de nuevos equipos para la detección, localización y reparación de fugas; y en la agricultura será necesario instalar sistemas de riego más eficientes, reparar y rehabilitar los canales y las obras de conducción y distribución del agua, etc.

b) Beneficios Los beneficios de la gestión del riesgo se definen como las pérdidas evitadas o los costos que se produjeron en ausencia de las medidas de gestión del riesgo. Por ejemplo, si la alerta temprana de la sequía hace que un agricultor cambie las semillas que normalmente utiliza por semillas resistentes a la sequía, las pérdidas evitadas en los ingresos se unen a los beneficios de la gestión del riesgo. Si se toman medidas y estrategias antes de una sequía, se reducen los costos posteriores de auxilio a la población. Los ahorros de fondos públicos también se cuentan como un beneficio. Toda la reducción de daños o costos que se tendrían sin la gestión de riesgos, se cuentan como beneficios de este enfoque. Como consecuencia del cuidado y preservación de los recursos hídricos, al tener más agua disponible para mitigar la escasez en épocas de sequía, se reducen los daños y perjuicios causados por el fenómeno. La diferencia entre el agua conservada (ahorrada o no desperdiciada) y el desarrollo de “nuevas” fuentes de agua implica los costos del suelo, de la construcción de obras, de materiales y equipos, así como los costos del tratamiento y eliminación segura de aguas residuales. También puede haber costos de saneamiento y mitigación de impactos ambientales. Todos estos costos se evitan por medio de los beneficios de la conservación.

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Capítulo 8. Gestión del Riesgo de Sequía

167

8.4. Medidas para mitigar los impactos de la sequía En términos generales, las medidas de mitigación para disminuir los efectos negativos de las sequías se pueden dividir en dos grandes categorías: estructurales y no estructurales (Figura 8.2). a) Medidas estructurales Se refieren a todo tipo de construcciones y obras de ingeniería que ayudan a controlar, almacenar, extraer y distribuir el agua, con el fin de optimar el uso del recurso vital en épocas de sequía. Entre estas obras de

ingeniería se encuentran: presas, tanques de almacenamiento, sistemas de abastecimiento de agua potable, plantas de tratamiento de aguas residuales, pozos profundos, canales revestidos o entubados y sistemas de irrigación. En general, todas las obras de ingeniería son útiles para mitigar los impactos de las sequías, pero son costosas y no constituyen por sí mismas la solución al problema de la sequía, más bien son el complemento de otras acciones y estrategias (medidas no estructurales) que en conjunto ayudan a contrarrestar los efectos negativos de este fenómeno.

Figura 8.2. Clasificación de las medidas para mitigar los impactos de la sequía.

Fuente: elaboración propia

b) Medidas no estructurales Son aquellas acciones que se adoptan antes y durante la sequía para disminuir sus efectos negativos, sin involucrar la construcción de obra alguna. Estas medidas son socioeconómicas, legales, de planeación y se refieren principalmente a planes y estrategias sobre el buen uso y manejo del agua. Este tipo de medidas se

pueden clasificar a su vez en dos grandes ramas, las cuales son: preventivas y reactivas. Medidas preventivas. Son aquéllas

que se implantan mucho antes de que suceda una sequía, como es crear una cultura en la población para cuidar el agua. Por ejemplo, la impartición de clases en las escuelas sobre el uso adecuado de

Medidas estructurales

Medidas para mitigar los impactos

de la sequía

Medidas no estructurales

Medidas preventivas

Medidas reactivas

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Sequía en Nuevo León

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los recursos naturales; la repartición de folletos entre la población, etc., que hablen sobre el uso adecuado del agua. Otras medidas son el uso de sistemas de riego para reducir la cantidad de agua en la agricultura y que las cosechas sean satisfactorias; introducir en el campo algún tipo de ganado o de cultivo que se adapte mejor al clima; poner en marcha programas de supervisión continua en las industrias para que no viertan desechos a los ríos, y cuidar que éstos no se contaminen, entre otras.

Medidas reactivas. Son aquéllas

que se adoptan durante el evento e implican que la comunidad actúe haciendo algo al respecto. Como ejemplos de este tipo de medidas se tienen: limitar la dotación de agua a la población y a la agricultura; implantar programas de emergencia que ayuden a los agricultores y ganaderos a disminuir las pérdidas económicas dentro de sus actividades; redistribuir el agua entre las

diferentes actividades económicas dando prioridad a aquéllos de mayor importancia, teniendo en cuenta que en el escalafón de importancia, debe estar como primer lugar, el uso del agua para consumo doméstico de la población.

El trabajo conjunto entre los diferentes sectores económicos (agricultura, ganadería e industria), y los organismos gubernamentales y no gubernamentales relacionados con ellos, así como los centros de investigación y la población en general, son la clave del éxito de las acciones y estrategias que se emprendan. Por ello, con base en los fundamentos teóricos expuestos en este capítulo, en el capítulo siguiente se presenta una propuesta metodológica para el desarrollo de un Plan Integral contra la Sequía en el Sector Agropecuario de Nuevo León y, posteriormente, se presentan una serie de estrategias específicas para gestionar el riesgo de sequía en los subsectores agrícola y pecuario.

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169

Capítulo 9

Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral Contra la Sequía en el Sector

Agropecuario

l riesgo asociado a las sequías es el efecto combinado de la amenaza (evento físico) usualmente vinculado a una precipitación deficitaria o irregular, y la vulnerabilidad o fragilidad con que los distintos sectores de la economía y la

sociedad enfrentan esa condición. La gestión de reducción de riesgo lleva a plantearse acciones que permitan incidir sobre los factores que hacen más frecuente o acentúan la vulnerabilidad a los períodos secos prolongados, y así reducir la probabilidad de que estos se conviertan en emergencias o alcancen la condición de desastre. En este contexto, en el presente capítulo se presentan los lineamientos generales de lo que constituye una propuesta metodológica para elaborar un Plan Integral contra la Sequía en el Sector Agropecuario de Nuevo León. Para ello, se plantean en principio las características que se le deben imprimir al enfoque dado al manejo de la sequía, así como la importancia que tiene el abordaje estatal del fenómeno; posteriormente se describen cada una de las etapas del plan que, en conjunto con la aplicación de estrategias específicas en los subsectores agrícola y pecuario, permitirán gestionar adecuadamente el riesgo de sequía en la entidad. 9.1. Características del enfoque

dado al manejo de la sequía Cualquier plan o estrategia para el manejo de los efectos ocasionados por la sequía, debe contemplar una serie de características que son determinantes de la efectividad de las acciones emprendidas: a) Se debe considerar la sequía como

una parte normal del clima con la cual hay que convivir.

b) Hay que pasar de la reacción ante la crisis a un enfoque anticipatorio con preparación previa.

c) Se debe reconocer la necesidad de un enfoque multidisciplinario y coordinado entre sectores gubernamentales y no gubernamentales.

d) Hay que plantear un abordaje de las acciones por áreas temáticas y por actividades productivas.

e) Se deben considerar efectos locales y regionales del fenómeno, es decir, hay que tener en cuenta que los impactos de la sequía no se limitan a lo que ocurre dentro de las fronteras del estado.

f) Se deben plantear medidas para resistir y adaptarse a las sequías en

E

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Sequía en Nuevo León

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horizontes de corto, mediano y largo plazos.

g) Hay que procurar que las soluciones sean compatibles con el desarrollo sustentable.

h) Se debe establecer la conveniencia de hacer un balance entre la necesidad de producir y el riesgo de perder.

i) Hay que conceder particular importancia a las relaciones de trabajo con instituciones del sector ambiental, agrícola y pecuario, y con otras asociaciones civiles, organismos no gubernamentales y proyectos afines.

9.2. Importancia del abordaje

estatal

El gobierno del estado de Nuevo León debe estar comprometido con la prevención y mitigación de los impactos de la sequía, sobre todo en el sector agropecuario y en la población rural, que son los más vulnerables. La sequía no respeta fronteras, y es usual que se manifieste simultáneamente en la mayoría o totalidad de los municipios que conforman el estado, e incluso en otros estados de la región (Chihuahua, Coahuila, Durango, y Tamaulipas), lo cual confirma la relevancia del tratamiento estatal y regional. Asimismo, es conveniente tener presente que tanto las vulnerabilidades como sus causas tienden a ser compartidas, y que las medidas para reducir la vulnerabilidad son útiles a todos los municipios del estado. El enfoque estatal favorece la interacción, la complementación y la coordinación de acciones entre organismos institucionales, lo cual a su vez repercute positivamente en un aprovechamiento de la cooperación

institucional en los distintos niveles de gobierno (estatal, municipal, comunitario) y sectores de la sociedad. 9.3. Etapas del Plan La metodología que se propone en este documento considera la elaboración de un Plan Integral contra la Sequía en el Sector Agropecuario de Nuevo León, partiendo de los argumentos esgrimidos anteriormente y con base en el desarrollo de una serie de etapas que integran el plan. La propuesta que se realiza no pretende ser de ninguna manera exhaustiva y mucho menos limitativa, sino que tiene como finalidad proporcionar los lineamientos generales y dejar abiertas las posibilidades para la adaptación o modificación del plan en la medida en que se considere pertinente por todos los actores involucrados. Básicamente, la metodología está compuesta por 6 etapas que se describen brevemente a continuación: 1ª Etapa: Conformación de un Comité de Acción contra la Sequía Este comité estaría presidido por el Gobernador Constitucional del Estado, quien a su vez puede delegar la responsabilidad de conducir las acciones a un vice-presidente o presidente suplente, y estaría integrado por funcionarios de alto nivel de las dependencias estatales y federales relacionadas con el sector agropecuario, miembros de instituciones y centros de investigación, así como líderes sociales y representantes de las distintas organizaciones del sector, tal como se

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Capítulo 9. Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral…

171

indica a continuación a manera de ejemplo: Dependencias estatales: o Corporación para el Desarrollo

Agropecuario de Nuevo León (CDANL)

o Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL)

o Secretaría de Desarrollo Económico (SEDEC)

o Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDES)

o Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM)

o Dirección de Protección Civil o Etc.

Dependencias federales con presencia en el estado: o Delegación Estatal de la Secretaría

de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA)

o Delegación Estatal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)

o Organismo de Cuenca Río Bravo (OCRB) de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA)

o Delegación Estatal de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (CONAZA)

o Etc. Centros de Investigación e Instituciones de Educación Superior o Instituto del Agua del Estado de

Nuevo León (IANL) o Universidad Autónoma de Nuevo

León (UANL) o Instituto Tecnológico y de Estudios

Superiores de Monterrey (ITESM) o Instituto Nacional de

Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)

o Etc.

Asociaciones civiles y organismos no gubernamentales:

Asociaciones civiles de usuarios de riego

Asociaciones de productores agrícolas y pecuarios

Unión Ganadera Regional de Nuevo León (UGRNL)

Fundación PRODUCE Nuevo León, A.C.

Organizaciones no guberna-mentales

Etc. Este comité sería el encargado de supervisar y coordinar las acciones para el adecuado desarrollo del Plan Integral contra la Sequía. Durante las épocas de sequía, cuando el plan es activado, el comité asume el rol de coordinador de su ejecución, recomendando opciones de respuesta en el corto y mediano plazos. 2ª Etapa: Planteamiento de una política contra la sequía, objetivos y propósitos del plan El Comité de Acción contra la Sequía sería el encargado de preparar una propuesta de política global para desarrollar el plan, asimismo debe plantear los objetivos a lograr por medio de dicho plan. Entre los objetivos a considerar se encuentran los siguientes:

a) Objetivo general

Reducir la vulnerabilidad y el impacto de las sequías en el sector agropecuario del estado de Nuevo León.

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Sequía en Nuevo León

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b) Objetivos específicos En el corto y mediano plazos:

o Desarrollar instrumentos operativos para la gestión de riesgo.

o Prepararse para evitar o reducir el impacto negativo de un período de sequía prolongado.

En la perspectiva temporal más amplia (largo plazo):

o Reducir la vulnerabilidad del sector agropecuario ante las sequías.

o Mejorar el conocimiento sobre las causas y posibilidades de influir sobre ellas.

o Adaptación de la agricultura y la ganadería en respuesta al cambio climático y la tendencia a la desertificación.

Para lograr los objetivos anteriores es necesario que el Comité de Acción contra la Sequía, una vez conformado de manera oficial, verifique que se cumplan una serie de requisitos indispensables para el adecuado funcionamiento del plan, entre los cuales se encuentran: o Proveer una estructura

administrativa que asegure el flujo de información entre los diferentes niveles del gobierno (municipal, estatal y federal) y que defina las obligaciones y responsabilidades de todas y cada una de las instituciones participantes.

o Asegurar que exista una recolección de datos sistemática y oportuna sobre los sucesos en torno a la sequía, y diseminar información confiable y fidedigna a través de los

distintos medios de comunicación, de tal manera que se mantenga informada a la población sobre las condiciones imperantes y las acciones de respuesta que se están llevando a cabo.

o Establecer criterios apropiados para identificar y designar las áreas afectadas por la sequía, y activar el inicio y término de actividades de evaluación y de respuesta de las distintas dependencias participantes durante emergencias de sequía.

o Mantener un inventario de programas ejecutados en respuesta a emergencias de sequía y proveer una apropiada recomendación de acción para el futuro.

o Proveer los mecanismos para optimizar el tiempo y la precisión de la evaluación del impacto de la sequía sobre la agricultura, ganadería, salud de la población rural y otras áreas.

o Establecer y llevar a cabo una estrategia para la eliminación de los obstáculos para la asignación equitativa de agua durante la escasez, y proveer incentivos para asegurar la conservación del vital líquido.

o Establecer mecanismos para evaluar y revisar el plan, para que se ajuste a las necesidades cambiantes.

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Capítulo 9. Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral…

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3ª Etapa: Inventario de recursos humanos, materiales y financieros para afrontar la sequía En un principio, una vez que se ha conformado el Comité de Acción Contra la Sequía y se han definido los objetivos del plan, es necesario realizar un inventario (y mantenerlo actualizado constantemente) respecto a los recursos humanos, materiales y financieros disponibles para afrontar la sequía, así como a las restricciones que se tengan en cada rubro.

En cuanto a los recursos humanos, es importante conocer su disponibilidad en las instituciones y organizaciones civiles involucradas, la oferta de servicios y mano de obra para desarrollar o habilitar fuentes de agua, la capacidad para brindar asistencia técnica, etc. Entre los recursos materiales a considerar se encuentran, por ejemplo: el número de pipas de agua que se tienen disponibles para abastecer a la población rural; la cantidad de vehículos y camiones de carga que se tienen para trasladar el ganado, en caso de ser necesario; etc. En lo referente a las restricciones financieras, es importante conocer aspectos tales como: la disponibilidad de recursos en las instituciones federales y estatales involucradas para hacerle frente a la emergencia, disponibilidad de líneas crediticias, seguros, etc.

Asimismo, también es importante tener en cuenta las atribuciones y restricciones de carácter legal y reglamentario, por lo que es necesario tener presente la legislación vigente, así como las políticas y normas existentes para la gestión del agua en

condiciones de sequía; por ejemplo, son relevantes los mecanismos de concesión y venta de derechos de agua, el marco legal para las declaratorias de emergencias o desastres naturales, etc. En esta etapa también es necesario identificar las necesidades de investigación y las deficiencias institucionales que impiden alcanzar los objetivos propuestos para el correcto desarrollo del plan. Es importante plantear y hacer propuestas de proyectos para eliminar las limitaciones existentes. Se debe procurar que los técnicos y los políticos integrantes del Comité concilien intereses alrededor del tema de la sequía. Es preciso integrar la ciencia y la política para el establecimiento de prioridades, y para distinguir entre lo realizable y lo deseable en el marco del plan. Los científicos e investigadores deben hacer propuestas de gestión, innovación y desarrollo tecnológico que sean viables de implementarse en el corto, mediano y largo plazos para mitigar los impactos de la sequía, y los políticos deben tomarlas en cuenta para gestionar y asignar los recursos necesarios para su implementación. 4ª Etapa. Nombramiento de subcomités de atención a la sequía Para el correcto funcionamiento del Comité de Acción contra la Sequía, es preciso conformar grupos o subcomités que tendrán funciones específicas. Estos subcomités deberán ser multidisciplinarios y estar integrados por miembros de las distintas dependencias y organismos participantes, de acuerdo con las atribuciones, competencias y capacidades que por ley y reglamento

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Sequía en Nuevo León

174

les correspondan a cada una de las entidades que conforman el comité. En esta etapa es posible nombrar tantos

subcomités o comisiones como se requiera, debiendo existir al menos los siguientes (Figura 9.1):

Figura 9.1. Estructura básica del Comité de Acción contra la Sequía.

Fuente: elaboración propia

a) Subcomité de monitoreo o alerta

temprana

Dentro del Comité de Acción contra la Sequía se debe establecer un subcomité monitoreo o alerta temprana, que sería el responsable de evaluar la disponibilidad de agua en tiempo real en las distintas regiones geográficas y municipios del estado. Este subcomité se debe ocupar del monitoreo de las variables climatológicas tales como: precipitación pluvial, temperatura, evaporación, humedad relativa, radiación, velocidad del viento, etc.; así como de las variables hidrológicas: disponibilidad de aguas superficiales (almacenamientos registrados, caudales de los ríos…) y subterráneas (disponibilidad y extracción de acuíferos).

Entre los objetivos de este subcomité figuran los siguientes: definir la magnitud de la sequía, identificar las áreas potencialmente afectadas, desarrollar un sistema de monitoreo de la sequía mediante técnicas de análisis estadístico y el uso de tecnologías de la

información (sistemas de información geográfica y percepción remota); integrar la información y coordinar los sistemas existentes monitoreo meteorológico en el estado y determinar las necesidades de información de usuarios primarios.

Este subcomité podría estar integrado por especialistas en hidrometeorología del Organismo de Cuenca Río Bravo de la CONAGUA, así como investigadores del IANL, de la UANL y del INIFAP. b) Subcomité de evaluación de

impactos

Se debe establecer un subcomité de evaluación de impactos, el cual sería el encargado de llevar a cabo valoraciones de los efectos de la sequía en los distintos sectores sociales, económicos y ambientales. Este subcomité estaría compuesto básicamente por especialistas en cada ámbito: miembros de la Secretaría de Desarrollo Social, Secretaría de Desarrollo Económico y Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado, así

Subcomité de Monitoreo o

Alerta Temprana

Comité de Acción contra la Sequía

(CAS)

Subcomité de Negociación

entre Usuarios

Subcomité de Evaluación de

Impactos

Subcomité de Divulgación y Capacitación

Subcomité de Respuesta

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Capítulo 9. Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral…

175

como otros integrantes de la SAGARPA, SEMARNAT, CONAGUA e investigadores de instituciones como el IANL, la UANL y el Tecnológico de Monterrey. Puede ser un solo subcomité que analiza los impactos en todos los sectores, o pueden crearse grupos de trabajo para atender sectores específicos como son: agricultura, ganadería, industria, servicios, población, etc.

c) Subcomité de respuesta

Se debe establecer un subcomité de respuesta, que sería el encargado de tomar la información de los subcomités de monitoreo y de evaluación de impactos para definir el tipo y la magnitud de la ayuda que se requiere en cada zona o municipio. Este subcomité se debe ocupar también de programas de mediano y largo plazos, tendientes a reducir los impactos de las sequías que ocurran en el futuro. Podría estar integrado por miembros de las Secretarías de Desarrollo Social, Económico y Sustentable del estado, de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, de la Corporación para el Desarrollo Agropecuario, Protección Civil del Estado, e integrantes de las distintas asociaciones civiles y organismos no gubernamentales que participan.

Este subcomité deberá contar con un inventario de las medidas de respuesta a la sequía que se hayan implementado en otros eventos similares, hacer recomendaciones pertinentes al Comité de Acción contra la Sequía y determinar las opciones de respuesta de corto, mediano y largo plazos. Además, podría jugar un papel activo

en la evaluación y desarrollo de programas de asistencia.

d) Subcomité de negociación entre

usuarios

Cuando ocurre el fenómeno de la sequía, es frecuente que se presenten conflictos entre los distintos sectores que son usuarios del vital líquido. Se deben anticipar posibilidades de conflicto entre dichos sectores por el destino que se le dé a la limitada disponibilidad del recurso. Por ello, opcionalmente, se puede establecer un subcomité de negociación entre usuarios del agua que estaría conformado por asesores en el ámbito legal y reglamentario de la gestión del agua. Es conveniente que el Comité de Acción contra la Sequía cuente con este subcomité de negociación para que intervenga oportunamente en la solución de los problemas entre los usuarios de agua, de tal manera que se pueda llegar a acuerdos en la asignación y distribución donde todos sean lo menos perjudicados posible, dando prioridad al uso doméstico del recurso.

e) Subcomité de divulgación y

capacitación

El subcomité de divulgación y capacitación será el encargado de dar a conocer a los medios de comunicación y a la población en general, las acciones que se están llevando a cabo para contrarrestar los impactos sociales, económicos y ambientales de la sequía. Podría estar conformado por miembros de la Secretaría de Desarrollo Social del estado y por integrantes de las distintas instituciones de educación e investigación participantes (IANL,

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Sequía en Nuevo León

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UANL, Tecnológico de Monterrey, INIFAP, etc.)

Asimismo, este subcomité desarrollará y pondrá en marcha un programa de sensibilización pública mediante mensajes en prensa, radio y televisión local, que tendrá como objetivo mejorar el entendimiento del problema y destacar la complejidad del tema de la sequía. Deberá promover un programa de educación y capacitación general sobre la sequía y las acciones necesarias para mitigar sus impactos, en el cual se debe advertir a la población sobre la importancia de los recursos hídricos para las generaciones actuales y futuras.

Algunas de las acciones específicas que se pueden realizar son: o Charlas, seminarios, talleres y

cursos de sensibilización. o Capacitación en medición de

impactos. o Crear alianzas con el sector

educativo en sus distintos niveles, para incorporar en las estrategias y planes del sector, elementos de manejo de sequía en particular y de gestión de reducción de riesgo desde la perspectiva sectorial agropecuaria en general.

5ª Etapa. Implementación del plan El plan debe ser implementado y coordinado por el Comité de Acción contra la Sequía. Algunas partes del plan pueden ser probadas mediante simulaciones. El plan no debe ser un documento estático, sino que se debe tener presente la posibilidad de introducir cambios y mejoras.

Es importante que se establezca claramente y sea conocido el rol que asumirán cada una de las dependencias y organismos involucrados. Además, es conveniente anticipar la eventualidad de cambios de personal o de funcionarios públicos en las dependencias, con el propósito de que dichos cambios no provoquen trastornos imprevistos en la operación futura del plan. La cooperación de los medios de comunicación (prensa, radio, televisión) es importante en la implementación del plan debido a que, al resaltar y difundir los logros y los avances, estos pueden motivar a la población para que se involucre y participe activamente en colaboración con el trabajo institucional, además de que pueden hacer sugerencias y recomendaciones para mejorarlo. 6ª Etapa. Evaluación del plan Se sugieren dos formas para la evaluación del plan: a) Un programa de evaluación

operativa, que considere cambios en la tecnología, el acceso a nuevas investigaciones, acción legislativa y cambios en la política que puedan afectar la operación del plan.

b) Una evaluación posterior a la ocurrencia de la sequía, que documente y analice de manera crítica la efectividad de las acciones tomadas para mitigar el impacto, con el fin de evitar repetir en el futuro los errores cometidos. Esta evaluación podría ser realizada por organizaciones no gubernamentales, instituciones o

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Capítulo 9. Metodología para el Desarrollo de un Plan Integral…

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centros de investigación, o por una dependencia oficial con suficiente autonomía para asumir la responsabilidad de hacer una evaluación objetiva.

Para concluir este capítulo, es importante aclarar lo siguiente: si bien es cierto que la responsabilidad de elaborar el Plan contra la Sequía en el Sector Agropecuario –y de coordinar las acciones correspondientes– recae fundamentalmente en el Gobierno del Estado, también los agricultores y ganaderos deben asumir su propia

responsabilidad en las prácticas productivas asociadas con el manejo adecuado del agua, los cultivos y los agostaderos. Por ello, en los capítulos siguientes se presentan una serie de estrategias específicas para gestionar el riesgo de sequía en los subsectores agrícola y pecuario, que pueden ser implementadas de manera independiente por los propios productores, o bien, con apoyo y asesoría de las distintas dependencias gubernamentales e instituciones de enseñanza e investigación relacionadas con el sector.

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David Ortega
Texto tecleado
Página en blanco
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Capítulo 10

Estrategias para Gestionar el Riesgo de Sequía en el Subsector Agrícola

n este capítulo se presentan una serie de estrategias y recomendaciones para gestionar el riesgo de sequía y mitigar sus impactos en la producción agrícola de temporal en Nuevo León. Algunas de ellas ya se han aplicado con éxito en la

entidad, pero otras están en ciernes o no se han implementado en absoluto. La aplicabilidad de las estrategias que se proponen depende tanto de factores físicos y ambientales, como también, por supuesto, de las condiciones socioeconómicas de los productores involucrados y de los apoyos gubernamentales que reciban para tal efecto. Apoyar una agricultura basada en la ciencia y la tecnología es claramente fundamental, y es la manera de permitir a los agricultores que se beneficien de los desarrollos actuales y de las buenas prácticas que han funcionado en otros lugares. Ejemplos de este tipo de tecnologías y buenas prácticas son: los sistemas de captación de agua de lluvia con fines agrícolas; prácticas de cultivo como son la labranza de conservación, la labranza mínima y el pileteo; el uso de “lluvia sólida”; el uso de semillas resistentes a la sequía; la reconversión productiva; la producción en invernaderos; y los sistemas integrales de producción. Todas estas estrategias contribuyen a mejorar las formas de gestionar el riesgo de sequías, por lo que, en la medida de lo posible, se recomienda ampliamente su aplicación. A continuación se describe cada una de ellas. 10.1. Sistemas de captación de agua de lluvia con fines agrícolas La captación de agua de lluvia, también conocida como “cosecha de agua de lluvia” (RWH, por sus siglas en inglés) es una forma relativamente sencilla y económica de obtener agua para uso humano, agrícola y pecuario, para la crianza de peces o para la recarga de pozos y acuíferos. Básicamente consiste en la intercepción de agua de lluvia mediante métodos artificiales o alteraciones del terreno con la finalidad

de colectarla y almacenarla hasta que sea utilizada. Esta práctica es tan antigua como la humanidad, ya que se han encontrado vestigios de este tipo de sistemas en diversas zonas desérticas y semidesérticas del mundo. Se han ubicado sistemas de captación de agua de lluvia que tienen 4,000 años de antigüedad en el desierto del Negev, en Israel y Jordania. Los antiguos romanos tenían en sus casas un estanque llamado “impluvium” para almacenar el agua de lluvia. Los mayas construían

E

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Sequía en Nuevo León

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grandes cisternas llamadas “chultuns” para recoger el agua de la lluvia y regar sus cultivos, etc. (Fonseca, 2010). Desde hace cientos de años y hasta hoy día, son comunes en México las acequias, las ollas de agua, los jagüeyes, los aljibes, etc., y más recientemente el uso de los techos de las casas para captar el agua de lluvia. Inclusive, en algunas zonas áridas como en el sur del propio estado de Nuevo León, se han instalado los denominados “techos cuenca” (Figura 10.1) que han sido diseñados y construidos específica-mente para captar el agua de lluvia con fines de consumo humano, principalmente. Figura 10.1. Ejemplo de un “techo cuenca” instalado en el municipio de Galeana, Nuevo León.

Aunque, como ya se mencionó, el agua colectada mediante este tipo de sistemas puede tener distintos usos, en este caso nos interesa analizar lo relativo al uso agrícola, como una estrategia para mitigar el impacto de la sequía en este sector productivo. Por razones obvias, la cosecha de agua para uso agrícola necesita de mayores superficies de captación, por lo que en estos casos se requiere de extensas superficies impermeables para recolectar la mayor cantidad posible de

agua, y por ende, también se requiere tener en cuenta una serie de elementos y llevar a cabo los estudios pertinentes que permitan conocer la factibilidad del sistema, tal como se indica en los apartados siguientes. Elementos del sistema. Para implementar la cosecha de agua de lluvia con fines agrícolas, se necesita (Echavarría et al., 2006): o Un suministro de agua, el cual es

producido por un área de escurrimiento conocido como área de captación (Ac).

o Un sistema de distribución de agua. o Un sitio en donde el agua se

distribuye, que es aquélla superficie donde se desarrollan las plantas cultivadas (conocida como área de siembra, As).

Es preciso hacer notar que no existe un método o sistema de cosecha de agua en particular que pueda ser adaptado para todas las condiciones, o que pueda ser construido en cualquier sitio, ya que la variabilidad de climas, suelos, topografía y necesidades hídricas de los cultivos y de los animales, hace necesario que cada sistema sea diseñado de acuerdo con las condiciones específicas del lugar. Estudio de factibilidad. Previo a la elección y diseño de un sistema de captación de agua de lluvia es necesario realizar un estudio preliminar en la zona para determinar si es factible su implementación desde los puntos de vista técnico, económico, social y ambiental. Factibilidad técnica. Los factores

técnicos a tener presentes son la

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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producción u oferta y la demanda de agua:

o Producción u “oferta” de agua. Está relacionada directamente con la precipitación durante el año y con las variaciones estacionales de la misma. Por ello, en el diseño de sistemas de captación de agua de lluvia es altamente recomendable trabajar con datos suministrados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), o por instituciones educativas o de investigación ubicadas en la zona y que cuenten con estaciones meteorológicas (por ejemplo, los campos experimentales del INIFAP). Se requiere conocer los valores de precipitación pluvial a nivel mensual y anual. Con esta información se realiza un estudio probabilístico para estimar la precipitación esperada a un determinado nivel de probabilidad.

o Demanda de agua. La demanda de agua está determinada por las necesidades hídricas de los cultivos. Es necesario estimar la cantidad de agua que consumirán los cultivos a

sembrar, así como su distribución en el tiempo. Para la estimación del agua consumida por las plantas (evapotranspiración, ET) existen varias metodologías que usan información climatológica, que también puede ser consultada en los campos experimentales del INIFAP en cada zona. Además de lo anterior, es necesario tener información de las siguientes variables:

o El suelo. Es necesario conocer las características del suelo como son textura y profundidad, ya que existe la posibilidad de que los suelos no sean aptos para retener la humedad, y en tal caso el sistema de cosecha de agua sería inservible, a menos que se utilice algún método de impermeabilización del suelo, como puede ser una geomembrana (Figura 10.2) o el tratamiento del suelo con sustancias químicas como son: sales de sodio, silicones, asfalto, cera o látex (Granados, 1998).

Figura 10.2. Uso de geomembranas en los sistemas de captación de agua de lluvia.

Las geomembranas son laminas impermeables fabricadas con materiales sintéticos y cuya principal función es la de impermeabilizar el suelo o estructuras de concreto. Se fabrican con diversos materiales entre los que destacan plásticos como el PVC y el polipropileno. Su espesor va de 0.5 a 3 mm.

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o La topografía. Dependiendo de la forma del terreno y su pendiente, se elegirá aquél con menor inclinación, considerando tanto la capacidad de reserva de humedad y estimando la cantidad máxima posible.

Una vez que se cuenta con la información previamente descrita se realiza un balance hídrico, que es similar al usado en contabilidad (entradas y salidas) y se estima la necesidad o exceso de agua. Es necesario tener presente que, para que el sistema de captación sea factible desde el punto de vista técnico, en ningún caso la dotación de agua debe ser inferior a los requerimientos hídricos de los cultivos.

Factibilidad económica. Al existir

una relación directa entre la oferta y la demanda de agua, las cuales inciden en el área de captación y el volumen de almacenamiento, se encuentra que ambas consideraciones están íntimamente ligadas con el aspecto económico, lo que habitualmente resulta una restricción para la mayor parte de los interesados, lo que imposibilita acceder a un sistema de abastecimiento de esta naturaleza. Asimismo, los costos del sistema propuesto deben ser comparados con los costos de otras alternativas destinadas al mejoramiento del abastecimiento de agua, teniendo presente el impacto que representa la cantidad de agua en la producción agrícola y en el bienestar de las familias beneficiadas.

Factibilidad social. En la evaluación de las obras a nivel comunitario, siempre se deben tener presentes los factores sociales, representados por los hábitos y costumbres que puedan afectar la sustentabilidad de la intervención. Al efecto, el profesionista o el organismo responsable del estudio debe discutir con la comunidad las ventajas y desventajas de la manera tradicional de abastecimiento de agua y de la tecnología propuesta, buscando que la propia comunidad seleccione lo que más le conviene emplear. Este análisis debe considerar la conveniencia de adoptar soluciones individuales y colectivas, el tipo de material empleado en la fabricación del sistema, la existencia de materiales alternativos en el lugar o sus alrededores y el grado de participación de la comunidad en la implementación del proyecto.

Factibilidad ambiental. Se deben

tomar en cuenta los posibles efectos en la ecología del lugar, producto de las obras que se planean realizar, tratando de evitar al máximo los efectos negativos (erosión del suelo, pérdida de vegetación natural, etc.) y propiciar la generación de aquéllos de influencia positiva.

Tipos de sistemas de captación de agua de lluvia con fines agrícolas. Los métodos de captación de agua de lluvia se pueden clasificar en dos grandes grupos (Ehavarría et al., 2006), a saber:

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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Captación de agua de lluvia “in situ” (en el sitio). Estos métodos se aplican en donde a causa de la fisiografía del lugar no existe la probabilidad de que haya aportaciones horizontales (escurrimiento en arroyos), y por lo tanto sólo se dispone de la precipitación directa. Esta técnica o conjunto de técnicas para la captación de humedad han sido ampliamente estudiadas en México, tanto en cultivos de escarda, tupidos y árboles frutales. En todos los casos, el sistema consiste en dedicar una parte del terreno a la captación de agua de lluvia como escurrimiento superficial y otra parte del terreno a almacenarla.

Sistemas de manejo de

escurrimientos. Estos métodos se aplican en aquéllos lugares cercanos a serranías o lomeríos en donde es posible derivar el agua de escurrimiento para irrigar de manera intermitente una superficie sembrada, o bien, captar humedad en dicho sitio para sembrar con la humedad residual. De este tipo de sistemas se han probado varios diseños a través del mundo, que consisten desde el uso de bordos al contorno (anti-erosivos), hasta terrazas que requieren de un considerable uso de maquinaria para su construcción.

Ventajas y desventajas. Los sistemas de captación de agua de lluvia con fines agrícolas presentan las siguientes ventajas: o Alta calidad físico-química del agua

de lluvia,

o Sistema independiente y por lo tanto ideal para comunidades dispersas y alejadas,

o Empleo de mano de obra y/o materiales locales,

o No requiere energía para la operación del sistema,

o Fácil de mantener, y o Comodidad y ahorro de tiempo en

la recolección del agua de lluvia. A su vez las desventajas de este tipo de sistemas de abastecimiento de agua son las siguientes: o Alto costo inicial que puede impedir

su implementación por parte de las familias de bajos recursos económicos, y

o La cantidad de agua captada depende de la precipitación del lugar y del área de captación.

Ejemplos exitosos. En la actualidad, en muchos países se implementan programas de cosecha de agua de lluvia con fines agrícolas. Uno de los más exitosos es el proyecto 1-2-1 que se lleva a cabo desde 1995 en la seca provincia de Gansu en la China con 1.2 millones de agricultores beneficiados. En Gansu la precipitación promedio es de 300 mm/año, similar a la de las zonas áridas de Nuevo León. No obstante, desde que se implementó el proyecto los shujiao (obras de captación de agua de lluvia) ha permitido el riego suplementario de 236 mil hectáreas, agua para un millón de cabezas de ganado y, lo más importante: que el ingreso per cápita de las familias rurales subiera en un 187%. Una de las principales causas del éxito de este proyecto, fue la creación del Instituto para la Conservación del Agua de Gansu, que desde 1988 inició un proyecto de investigación,

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demostración y extensión con el fin de mejorar la eficiencia en el uso del agua de lluvia y trabajar con tecnologías de cosecha de agua de lluvia adecuadas a las condiciones locales (Fonseca, 2010). Por otra parte, en el continente africano se llevan a cabo amplios programas de captación de agua de lluvia, incluso existen autoridades estatales dedicadas a la construcción de reservas de agua de lluvia, particularmente en los países situados que colindan con el desierto del Sahara, tales como Argelia, Egipto, Marruecos, Sudan y Libia. En América Latina, en la región nordeste de Brasil, de clima semiárido, se han impulsado por el gobierno y Organizaciones no Gubernamentales (ONG´s) numerosos proyectos. Uno de los más interesantes programas fue la construcción en la década de 1990 de 500 presas sub-superficiales de uso comunitario, destinadas a la captación de flujos de agua subterráneos. A manera de conclusión de este apartado, se podría decir que un programa estatal para la ubicación, diseño y construcción de pequeñas obras particulares y comunales para cosechar (captar) y almacenar el agua de lluvia con fines agrícolas, puede ser una solución viable para enfrentar la sequía. Un sistema masivo y a largo plazo de construcción de obras de cosecha de agua de lluvia adaptado a las condiciones de los agricultores locales, combinado con un enfoque integral para conservar el medio ambiente y mejorar la producción agrícola, es una respuesta económica y sostenible al problema de la sequía.

10.2. Buenas prácticas agrícolas Dentro de las buenas prácticas agrícolas que favorecen en mayor medida la producción agrícola en condiciones de temporal y que contribuyen aminorar el riesgo de sequía, se encuentran: la labranza de conservación, la labranza mínima y el pileteo. a) Labranza de conservación Actualmente la agricultura en México, en general, y específicamente en Nuevo León se basa en los métodos tradicionales de producción donde se utiliza el arado y la labranza, con quema o remoción de rastrojo y, en muchos casos, la siembra de monocultivos, lo cual es poco favorable desde los puntos de vista económico y ambiental. La materia orgánica que contiene el suelo, su fertilidad y productividad, disminuyen paulatina-mente. Al uso poco eficiente del agua de riego y de la lluvia se suman los altos costos de producción y los bajos rendimientos. Figura 10.3. Cultivo de maíz con labranza de conservación.

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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Una alternativa a la agricultura tradicional es la labranza de conservación (también conocida como agricultura de conservación), la cual se basa en tres principios fundamentales: 1) remoción mínima

del suelo (sin labranza); 2) cobertura del suelo con los residuos del cultivo anterior, o ambos; y 3) rotación de cultivos, para evitar plagas, enfermedades y diseminación de malezas.

Figura 10.4. Efecto de la sequía en diferentes prácticas agrícolas.

En esta foto se muestra un experimento de larga duración llevado a cabo en el CIMMYT (2009), ubicado en Texcoco, Estado de México. Del lado izquierdo se observa cómo la agricultura de conservación ha amortiguado el efecto de la sequía en el cultivo de maíz; mientras que del lado derecho se ve claramente que el cultivo ha sido afectado por la sequía, aunque se trate de la misma variedad y la misma fecha de siembra, pero en este caso, bajo la práctica tradicional del agricultor. La agricultura de conservación es considerada como una opción viable para contrarrestar los efectos de la sequía, debido a sus ventajas ambientales: el control de la erosión, la disminución del proceso de degradación de los suelos y la retención de humedad en el suelo, principalmente. Al mejorar la estructura del suelo y reducir la evapotranspiración, hay un incremento

en la infiltración de agua hacía los mantos freáticos, lo cual contribuye a la recarga de acuíferos. Según el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT, 2011), la agricultura de conservación puede ayudar a ahorrar de 25 a 30% del agua que se utiliza para el riego, y contribuir a que se infiltre del 20 al 30% más de agua de

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lluvia. Es decir, en vez de que el agua de lluvia escurra, erosione los suelos y eventualmente se evapore, con la agricultura de conservación se contribuye a que la lluvia se capte en los terrenos y se conserve en los mismos, por lo que esa humedad extra es la que aprovechan los cultivos y es eventualmente la que recarga los mantos freáticos. b) Labranza mínima Otra alternativa para contrarrestar los efectos de la sequía en los cultivos es la labranza mínima. En este sistema de labranza se elimina el barbecho sustituyéndolo por un paso de cincel o subsuelo en los terrenos compactados que lo requieran. En suelos francos se puede omitir esta labor e iniciar con una rastra pesada previa a la siembra y posteriormente las labores culturales normales, incluyendo el pileteo (que se describe más adelante). Al final del ciclo, se incorporan los residuos de la cosecha mediante un paso de rastra o se dejan sobre la superficie como mantillo, con lo cual se contribuye a retener la humedad en el suelo y disminuir la evapotranspiración. c) Pileteo El pileteo es un método de captación de agua de lluvia en el propio terreno de cultivo, y consiste en levantar pequeños bordos de tierra a distancias regulares a lo largo del surco, mediante un implemento denominado “pileteadora” (Figura 10.5). El pileteo se aplica simultáneamente con las labores de escarda; se construyen microcuencas utilizando la pileteadora ajustada en una cultivadora agrícola, con lo cual se dejan represas de entre 1

a 1.5 metros lineales y 90 cm entre surcos (Cantú y Galarza, 2008). Así, mientras más oportunamente se haga habrá más probabilidades de captar el agua de lluvia de los aguaceros. Si las piletas están bien conformadas, éstas tendrán la capacidad de captar eventos de lluvia de hasta 50 milímetros. Figura 10.5. Pileteadora INIFAP.

Esta tecnología se ha aplicado en más de 285 mil hectáreas del cultivo de frijol en los llanos de Durango, y los incrementos en el rendimiento del cultivo han sido favorables: cuando el pileteo se efectúa oportunamente, el aumento en rendimiento va de 29 a 48%, dependiendo de la cantidad de precipitación ocurrida (Echavarría et al., 2006). Figura 10.6. Ejemplo de pileteo en el cultivo de frijol.

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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10.3. Reconversión productiva Un camino hacia la disminución de la degradación de los suelos y, por ende, hacia la disminución de los impactos de la sequía en la agricultura, es a través de la reconversión productiva. El término reconversión es usado para referirse a la acción de cambiar la actividad productiva de áreas de baja aptitud hacia una actividad de menor nivel extractivo (DOF, 2002). En la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (DOF, 2003) se interpreta la reconversión productiva como “la incorporación de cambios tecnológicos y de procesos que contribuyan a la productividad y competitividad del sector agropecuario, a la seguridad y soberanía alimentarias y al óptimo uso de las tierras mediante apoyos e inversiones complementarias”. Los criterios involucrados en la definición de los “cambios tecnológicos” son de tipo agronómico, económico, de tiempo y de sustentabilidad. Los términos agronómicos se refieren a la inclusión de especies, cultivos o componentes tecnológicos que permitan expresar el potencial productivo correspondiente; en el aspecto económico, se considera la rentabilidad que dichos cambios debieran generar; el tiempo para su implantación se considera de un año o un ciclo de cultivo; y la sustentabilidad se refiere a la restricción de utilizar sólo aquéllos componentes o cultivos que conserven y mejoren la condición actual de los recursos naturales y del sistema-producto de que se trate. En términos generales, algunos ejemplos de reconversión productiva son: las siembras de avena en áreas de bajo potencial para frijol; el

establecimiento de otros frutales en áreas productoras de cítricos; las siembras de canola en lugar de maíz; el establecimiento de pastos en áreas agrícolas, con el objeto de producir carne de ovino; la plantación de nopaleras en áreas agrícolas con problemas de sequía recurrente; la recuperación de suelos salinos o erosionados con fines agrícolas; la reforestación con fines de protección contra la erosión hídrica y eólica; entre otros. Para poder llevar a cabo la reconversión productiva en una zona determinada es necesario llevar a cabo estudios ya sea de potencial productivo o de aptitud productiva, los cuales difieren tanto en los elementos que los constituyen como en la finalidad de los mismos. Por un lado, los estudios de potencial productivo sirven para identificar las áreas más adecuadas del medio físico para lograr la mayor eficiencia energética del cultivo de interés y obtener en consecuencia mayores rendimientos y mejores utilidades respecto a la inversión que se realice. Los estudios de potencial productivo tienen como base la información topográfica, climática, de suelos y lo requerimientos de los cultivos de los que se desea determinar su potencial (Medina, 1997). Por otro lado, los estudios de aptitud productiva permiten identificar áreas de mayor capacidad productiva para todos los cultivos que puedan desarrollarse en un sitio específico, agrupando aquéllos sitios que constituyen un medio óptimo para el desarrollo de cultivos y dividiendo

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estos en cuatro clases de mayor a menor aptitud. Sin embargo, independientemente de si los estudios son de potencial productivo o de aptitud productiva, estos deberán ligarse a acciones de ordenamiento territorial, de conservación del recurso, de mercadeo o de asignación de apoyos por parte de las dependencias gubernamentales. 10.4. Siembra de variedades resistentes a la sequía Actualmente, gracias a la biotecnología se están desarrollando en México y en el mundo cultivos que requieren menos agua. Algunas empresas internacionales con presencia en nuestro país como Monsanto, tienen proyectos de investigación y desarrollo sobre semillas tolerantes a la sequía. La aportación de la biotecnología no es sólo la creación de una única variedad resistente a sequía, sino el desarrollo de un amplio abanico de variedades que se adapten de una forma óptima a las condiciones climatológicas

extremas de la región donde se vaya a producir dicho cultivo. En México se ha trabajado sobre la generación de variedades resistentes a la sequía, sobretodo en el cultivo de maíz, desde la década de 1960. Las investigaciones se han hecho principalmente en los estados del altiplano (Aguascalientes, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas) con el enfoque general de generar variedades de polinización libre y no híbridos para que los productores no tengan que adquirir semilla cada vez que siembran. Algunas variedades de maíz que han sido probadas en ambientes de temporal con buenos resultados en cuanto a los rendimientos obtenidos, como son las siguientes: Cafime, VS-101, VS-202, V-209, Caezac 85 IIICSM, entre otras. Las semillas mejoradas genéticamente presentan rendimientos un 70% arriba de los criollos regionales en las mismas condiciones, además de que es clara la tendencia a tener un mayor impacto en áreas de menor potencial productivo (Rumayor et al., 2006).

Figura 10.7. Cultivo de maíz resistente a la sequía.

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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Recientemente, tras 12 años de investigaciones, en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de México (CINVESTAV, 2011), se creó una nueva variedad de maíz genéticamente modificado que es resistente a la sequía y a temperaturas extremas. Esta variedad utiliza un 20% menos de agua y soporta temperaturas superiores a los 40oC. Sin embargo, hasta el momento el cultivo sólo ha sido probado bajo condiciones de invernadero, aunque ya se cuenta con la autorización de la SAGARPA para iniciar la siembra experimental a cielo abierto, por lo que se espera que pronto se obtengan los resultados de las investigaciones. Para que la siembra de semillas mejoradas resistentes a la sequía sea efectiva, debe ir acompañada del mejoramiento de prácticas culturales para captar y almacenar el agua de lluvia, sobre la preparación del suelo para la siembra, la determinación de las fechas límite de siembra, densidades de plantas, fertilización y control de malezas y plagas; con los objetivos comunes de disminuir los riesgos de pérdida por sequía, disminuir los costos de producción e incrementar la productividad, sin que ello afecte al medio ambiente. 10.5. Uso de “lluvia sólida” La lluvia sólida, también conocida como “silos de agua”® es un producto ecológico muy parecido físicamente a los granos de azúcar, compuesto por polímeros de potasio en forma granular que cambian sus propiedades físicas y químicas cuando se combinan con el agua, es decir, pasan de ser sólidos a

conformar una sustancia gelatinosa (Figura 10.8). Debido a sus propiedades moleculares, estos granos pueden absorber hasta 300 veces su peso en agua. Por ello, cuando se mezclan con el suelo y se aplican a las raíces de las plantas, ayudan a retener la humedad evitando pérdidas por evaporación e infiltración. Liberan el agua poco a poco al sistema radicular de la planta, proporcionando un suministro lento pero constante de la humedad que requiere. Este método garantiza que el agua vaya directamente a las raíces de la planta con un 90% de absorción. Figura 10.8. Granos de lluvia sólida secos (izquierda) e hidratados (derecha).

De acuerdo con el inventor del producto (el ingeniero químico mexicano Jesús Rico Velazco, nominado al Premio Mundial del Agua 2012), esta sustancia sólida contiene 97% de agua pura y 3% de una tecnología molecular patentada. La solidificación del agua no se ve afectada por la luz solar y/o las temperaturas dentro del rango de -3 a 100oC. Una sola instalación tiene una duración de hasta 10 años en condiciones normales de tierra. El

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producto es conveniente para una amplia gama de aplicaciones y es ideal para la siembra en las zonas áridas lejos de suministro de agua o zonas que sufren escasez extrema de agua. La cantidad necesaria del producto depende de varios factores como son el tipo de suelo, el clima y el tipo de cultivo donde se utilice. Figura 10.9. Colocación de lluvia sólida en el suelo.

Los beneficios de la lluvia sólida se han comprobado en poblados como Perote en Veracruz, en el estado de Michoacán, en el Distrito Federal, y en la India. En Colombia se implementó este método de irrigación y los resultados indicaron un ahorro de un 75% en los costos de

riego, un 100% en crecimiento de follaje y flores y un 300% en desarrollo de raíces. En el caso del poblado de Agua Hedionda en Autlán, Jalisco, la implementación de este novedoso método de irrigación trascendió en un mejor nivel de vida para sus habitantes, ya que luego de sufrir por varios años los estragos de las sequías, cuando dichos habitantes de Agua Hedionda conocieron el sistema de lluvia sólida, lo implementaron en sus sembradíos y desde el primer año obtuvieron excelentes resultados, no perdieron ningún cultivo a pesar de las sequías del año 2005 (El Economista, 5 de enero de 2012). De acuerdo con una investigación realizada en el estado de Hidalgo donde se aplicó la lluvia sólida a varios cultivos, los incrementos en el rendimiento fueron significativos en comparación con los obtenidos en aquéllos cultivos en los que no se aplicó el producto, tal como se indica en el Cuadro 10.1. Estos resultados fueron certificados por el Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) de Financiera Rural.

Cuadro 10.1. Rendimiento de cultivos con y sin lluvia sólida.

Cultivo Rendimiento (kg/ha)

Incremento (%)

Con lluvia sólida

Sin lluvia sólida

Maíz 1,500 3,300 110 Frijol 450 1,800 300 Cebada 2,000 3,000 50 Girasol 1,000 3,000 272 Avena 2,500 5,000 200

Fuente: Silos de Agua® (2011).

Algunos beneficios de la lluvia sólida son: iniciación de la siembra sin

esperar la época de lluvias, reducción de costos en los sistemas de riego, las

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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plantas no sufren estrés hídrico por falta de lluvia durante su desarrollo, y aumento de la productividad en las áreas de cultivo. Además, esta tecnología ofrece la posibilidad de almacenar la lluvia en costales y en forma sólida, lo que permite su transportación hasta los lugares de difícil acceso, como montañas, en donde se dificulta la entrada de sistemas de riego. 10.6. Cultivo en invernaderos El uso de invernaderos representa una excelente alternativa para la producción agrícola intensiva en zonas áridas, debido a que permiten obtener grandes cantidades de producción en poco tiempo y con menores volúmenes de agua, en comparación con la agricultura a campo abierto. Los invernaderos, además de ofrecer protección contra las condiciones adversas del clima, proporcionan mayores rendimientos y mejor calidad en la producción; asimismo, contribuyen a reducir considerablemente las pérdidas de agua por evapotranspiración –por evaporación del suelo y la transpiración de las plantas– al proporcionar una protección contra el viento y la radiación solar. Aunado a lo anterior, los sistemas modernos de producción agrícola son de suma importancia desde el punto de vista ecológico ya que, además de hacer un uso racional del agua, reducen en gran medida la utilización de agroquímicos y pesticidas tóxicos que dañan el ambiente, los mantos acuíferos y la salud humana. En el estado de Nuevo León, el uso de este sistema de producción se ha

desarrollado lentamente. No obstante, se han tenido experiencias de producción de hortalizas en invernaderos con resultados satisfactorios, como es el caso de los Tecno-parques Hortícolas con visión empresarial fomentados por el Gobierno del Estado en los municipios de Galeana y Aramberri (Figura 10.10). Figura 10.10. Producción de tomate en invernadero en el Tecnoparque Hortícola Fidesur-Sandia, N.L.

Y es que las ventajas de la agricultura protegida son significativas en comparación con la explotación a cielo abierto, ya que los rendimientos pueden incrementarse de manera gradual, con una mayor seguridad en la inversión realizada. Por ejemplo, en una agricultura tradicional un productor de tomate llega a producir en promedio 75 toneladas al año por hectárea con una gran cantidad de agua utilizada y desperdiciada por evaporización e infiltración. En invernadero es posible producir más de 200 toneladas por hectárea aprovechando al máximo el agua, esto, siempre y cuando los productores utilicen la tecnología adecuada y tengan los conocimientos necesarios (Garza et al., 2008).

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A pesar de las ventajas de la agricultura protegida y del auge que ha tenido en los últimos años, realmente es poca la investigación que se ha realizado al respecto en nuestro país y, específicamente, en el estado de Nuevo León. Por lo general, los conocimientos, los procesos de producción y las tecnologías se adquieren del extranjero, y la mayoría de las veces se aplican sin mayor adaptación y sin tomar en cuenta las condiciones específicas de los lugares donde se instalan. Además, muchas veces los productores tampoco están lo suficientemente capacitados para aprovechar al máximo los beneficios de este tipo de tecnologías. Por ello, ante las condiciones recurrentes de sequía, es necesario promover el impulso de políticas públicas para apoyar a los productores con este tipo de tecnologías y realizar mayor investigación al respecto. 10.7. Sistemas integrales de producción Debido a que la precipitación pluvial tiene un carácter aleatorio en el tiempo y en el espacio, en las zonas áridas y semiáridas es necesario optar por estrategias múltiples para mitigar los efectos de la sequía, ya que las estrategias únicas o simples no serán suficientes, pues la falta de lluvia en algunos años provocará que no sean del todo efectivas. Por lo anterior, es necesario adoptar sistemas de producción integrales. Este concepto se basa en el hecho de hacer un uso múltiple de los recursos naturales como una estrategia de sobrevivencia, donde los productores realicen actividades de producción

agrícola, ganadera, recolección de plantas nativas y uso de fauna silvestre dentro de su sistema de producción. La explotación integral consiste, entonces, en reforzar las otras actividades productivas de los agricultores para que éstas se constituyan en la fuente de satisfactores cuando las cosechas no sean suficientes para cubrir sus necesidades debido a la escasa precipitación ocurrida. De hecho, muchos productores de la región centro-norte de México siguen este esquema en forma exitosa, aunque sea de manera empírica. Para que este tipo de sistemas de producción sean realmente efectivos, se requiere la incorporación del conocimiento científico, mediante la concurrencia e integración multidisciplinar de especialistas en varios campos del conocimiento que asesoren debidamente a los productores, de tal manera que se logre la conformación de paquetes tecnológicos integrales que sean adecuados para las condiciones socio-económicas y naturales del área donde se apliquen. Por ejemplo, en el estado de Aguascalientes, el INIFAP desarrolló dos sistemas de producción de este tipo, los cuales se describen brevemente a continuación: Mejoramiento de los Sistemas de

Producción para una Agricultura Sostenible y de Conservación de los Recursos. Este paquete tecnológico consiste en integrar una serie de componentes tales como: labranza de conservación, captación de agua de lluvia in situ, surcado al contorno, cultivos poliespecíficos (cultivos diversos anuales y perennes), rotación de cultivos

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Capítulo 10. Estrategias para el Subsector Agrícola

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(leguminosas), barreras vegetales (nopal y mezquite), uso de biofertilizantes y fertilizante foliar (urea al 2% + ácido fosfórico), el reciclaje de nutrientes y la utilización de los esquilmos agrícolas en la engorda de ganado menor, todos ellos como componentes de una agricultura sustentable.

Estos componentes tecnológicos integrados a los sistemas de producción regional brindan la posibilidad de reducir tanto los costos de producción hasta en un 40%, como la erosión del suelo a valores permisibles, e incrementar la productividad en un 60% y contribuir a conservar los recursos naturales.

Sistema de Producción Sostenible

de Rotación y Asociación de Cultivos en Otoño-Invierno y Primavera-Verano bajo Labranza de Conservación. Esta tecnología fue generada para condiciones de riego, y consiste en establecer sistemas de rotación y/o asociación de cultivos de cobertura

(leguminosas y gramíneas forrajeras anuales) en otoño-invierno, y cultivos alternados (cuatro surcos de maíz con forrajes de trébol alejandrino) para la producción de forraje, y el reciclamiento de nutrientes (fijación biológica de nitrógeno de la leguminosa y el manejo de residuos y vegetales), todos ellos manejados bajo labranza de conservación.

En los sistemas de producción integrales se busca reforzar las actividades que realiza el productor considerándolas como un todo; por este motivo, en cualquier modificación de la tecnología prevaleciente se debe considerar el efecto que tendrá en los otros procesos de producción que está realizando el productor. Como se observa, en el combate a la sequía mediante esta estrategia integral, las estrategias específicas se convierten en auxiliares de la global, es decir, son un medio y no un fin en sí mismas.

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David Ortega
Texto tecleado
Página en blanco
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Capítulo 11

Estrategias para Gestionar el Riesgo de Sequía

en el Subsector Ganadero

e manera similar a lo desarrollado en el capítulo anterior, en este capítulo se presentan una serie de estrategias y recomendaciones para gestionar el riesgo de sequía y mitigar sus impactos, pero ahora en la producción ganadera de

Nuevo León. Algunas de las estrategias que se describen ya han sido aplicadas con éxito en la entidad, pero otras están en ciernes o no se han implementado en absoluto. Al igual que las estrategias propuestas para el subsector agrícola, la aplicabilidad de las prácticas recomendadas para el subsector pecuario dependen tanto de factores físicos y ambientales, como también, desde luego, de las condiciones socioeconómicas de los productores involucrados y de los apoyos gubernamentales que reciban para tal efecto. Las estrategias y recomendaciones que se proporcionan están orientadas básicamente hacia la conservación y el manejo adecuado del agua y los pastizales; este tipo de prácticas, bien implementadas, pueden ayudar a mitigar los efectos negativos de las sequías en la ganadería del estado. 11.1 . Manejo adecuado del agua en

los ranchos La ganadería es una de las actividades económicas que resulta más afectada ante la escasez y la falta de agua, debido a que el sector pecuario es uno de los usuarios más importantes del recurso hídrico. En Nuevo León se tiene concesionado un volumen de agua total de 7.6 Mm3/año para uso pecuario, el cual representa el 0.4% del volumen total concesionado para los distintos usos consuntivos y no consuntivos en la entidad. Cabe mencionar que el 100%

del volumen concesionado para uso pecuario proviene de aguas subterráneas y se extrae mediante pozos profundos habilitados principalmente con equipos de bombeo eléctricos o con papalotes que funcionan con energía eólica. De acuerdo con una estimación realizada por Ortega-Gaucin (2011), en Nuevo León el consumo de agua para uso pecuario en el año 2007 fue de aproximadamente 26.2 Mm3. Este consumo estimado es muy superior al volumen total concesionado en la entidad para uso pecuario (7.6 Mm3/año), lo cual indica que se tiene

D

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un déficit en el abasto de agua, por lo cual una gran parte del volumen consumido por el ganado proviene del agua de lluvia que es captada y aprovechada mediante pequeñas obras de almacenamiento (bordos, embalses, trampas de lluvia, etc.), sobre todo en lo que se refiere al ganado bovino, ovino y caprino que se tiene en condiciones de pastoreo en agostaderos. Lo anterior exige que los productores y técnicos desarrollen toda su capacidad imaginativa para implementar sistemas de captación, extracción y distribución del agua que les permita utilizar en forma eficiente el recurso hídrico. Es común que los productores y técnicos pecuarios se preocupen por mejorar la eficiencia reproductiva y la calidad del ganado, o por las fuentes de alimentación para el mismo, ya sea el forraje natural o el suplemento, sin embargo, pocas veces se fijan en una correcta distribución del agua y en volúmenes suficientes. Los productos de la ganadería son un importante

grupo de alimentos a los que a menudo no se presta atención en las actividades de aprovechamiento y manejo de aguas. Las evidencias indican que existe un gran desconocimiento y desinformación sobre el uso de los recursos hídricos para la cría de ganado y su impacto sobre esos recursos (Chávez y Morales, 2010). Durante la época de lluvias, el ganado puede encontrar agua fácilmente en arroyos, aguajes o estanques (Figura 11.1). Desgraciadamente en zonas áridas y semiáridas esta época se reduce debido a lo errático de las lluvias, limitando seriamente el uso adecuado de los agostaderos, de aquí que sean necesarias obras de captación de agua como rehabilitación de aguajes, perforación de pozos, construcción de norias y pilas para almacenar agua en cantidades adecuadas y una red de distribución estratégica para abrevar al ganado permanentemente. La planeación de obras adecuadas para proveer los ranchos ganaderos de agua es fundamental.

Figura 11.1. Bordo para abrevadero del ganado en época de lluvias.

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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El ganado necesita siempre el agua para el mantenimiento de los fluidos corporales y para tener un balance iónico adecuado. Es vehículo de la digestión, absorción, metabolismo y transporte de nutrientes hacia y desde los tejidos. Participa en la eliminación por heces y evita el exceso de calor producido por el organismo. Interviene en la regulación de la sudoración, la evaporación de la superficie corporal y la respiración. El ganado en su composición corporal tiene de 55 a 65% de agua y sus requerimientos dependen de variables como la actividad del animal, si está estabulado o en pastoreo, la temperatura ambiental, la humedad relativa, la frecuencia respiratoria, el estado fisiológico, la composición de la dieta, el consumo de materia seca y el nivel de producción. Para producir un litro de leche se requieren de 2.5 a 5 litros de agua. La leche contiene 87% del vital líquido, y sin agua, no hay leche; además por cada kilómetro que los animales de ordeño caminen en busca de agua para abrevar se deja de producir un litro de leche todos los días, por lo tanto, la restricción de agua

reduce la rentabilidad ganadera (Murgueitio et al., 2006). El suministro de cantidades adecuadas de agua es importante para los animales en pastoreo o en condiciones estabuladas o de corral. El consumo de agua a libre acceso nunca se debe de limitar. Las ganancias diarias de peso están directamente relacionadas a la cantidad y calidad de alimento consumido cada día, pero el consumo de alimento puede ser severamente reducido por el consumo inadecuado de agua. La restricción del consumo de agua reduce la producción de leche en hembras lactantes, reduce la ganancia en animales tanto mamones como destetados, y puede contribuir o causar pérdidas por muerte en casos severos. La actividad ganadera depende, en gran medida, de la capacidad de proveerse en forma permanente y oportuna del recurso agua en los ranchos; debe considerarse, en primera instancia, el tamaño y características del hato, teniendo en cuenta los consumos diarios de agua de los animales en condiciones normales y adecuadas de sostenimiento (Cuadro 11.1).

Cuadro 11.1. Consumos de agua por especie animal.

Tipo de ganado Consumo de agua

(litros/día) Bovino: o Vacas de ordeña 90 – 115 o Toros 60 – 80 o Machos y hembras > 2 años 40 – 50 o Machos y hembras < 2 años 35 – 45 o Terneros < 1 año 20 – 30 Equino 35 – 45 Porcino 10 – 20 Ovino 5 – 10 Caprino 8 – 15

Fuente: elaboración propia con base en Murgueitio et al. (2006)

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Así, es importante comenzar por evaluar la capacidad de las fuentes de agua (pozos, arroyos, represas, bebederos, etc.) y estimar durante cuánto tiempo existirá agua disponible para el ganado que se tiene en el rancho, tomando en cuenta la cantidad de animales y el consumo promedio de agua por especie. Es imprescindible acondicionar y rehabilitar las fuentes de agua, mejorar las condiciones de los abrevaderos, desazolvar jagüeyes y represas, reparar pilas, mangueras y equipo en general, etc. con el propósito de asegurar y mejorar el suministro de agua en los potreros. El establecimiento de bebederos alejados de las fuentes de agua es una práctica que disminuye la

contaminación y promueve la protección de las fuentes y cuerpos de este recurso, e igualmente respeta las áreas de protección alrededor de las mismas. Las fuentes y depósitos de agua están en las fincas ganaderas en manantiales, yacimientos, quebradas, ríos, ciénagas, lagunas, esteros, pozos y embalses. Su protección es un deber fundamental de todo ganadero responsable y más en épocas de sequía. La recomendación más importante es evitar el acceso del ganado a los cursos de agua, nacimientos y microcuencas, mediante encierro con cercas, en lo posible vivas, y la dotación de bebederos retirados de estos lugares (Figura 11.2).

Figura 11.2. Protección adecuada de una “trampa de lluvia” en los agostaderos.

En resumen, la importancia del manejo adecuado del agua en los ranchos recae en lo siguiente: no se puede establecer ningún programa de manejo de pastizales, de reproducción, suplementación o de mejoramiento genético si no se dispone de agua en los lugares donde se necesite y en los volúmenes suficientes que garanticen el abasto para el ganado. De estos factores dependerá en gran medida la

eficiencia productiva de los ranchos ganaderos y la conservación de los recursos naturales como son los agostaderos. 11.2. Estrategias para el manejo

adecuado de los pastizales Las praderas y pastizales han sido tradicionalmente la base de la producción ganadera en el estado de

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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Nuevo León, pero los efectos de su mal manejo los deterioran y muchas fincas enfrentan graves problemas de disponibilidad de forraje, sobre todo por el sobrepastoreo excesivo. Uno de los mayores retos del manejo que se encuentra en los ranchos de las regiones áridas, es el balance entre aporte de alimento (pasto y ramoneo) y la demanda del mismo. El aporte de alimento es influenciado por el tiempo y cantidad de precipitación durante la temporada de crecimiento y el sistema de pastoreo implementado. Desafortunadamente, los ganaderos muchas veces se preocupan más por el clima que por implementar un plan de manejo que le permita mantener recursos sustentables durante condiciones normales o de sequías (Sánchez, 2011). Ante esta situación, es importante hacer algunas recomendaciones que deben tenerse en cuenta para mantener en buenas condiciones tanto los pastizales como el hato ganadero, sobre todo durante las temporadas de estiaje y sequía, con el fin de evitar mayores pérdidas económicas y daños ambientales a los ecosistemas. a) Disminución de la carga animal Si no existe la capacidad o la disponibilidad de alimento adicional, no es posible sostener la misma cantidad de animales durante una sequía prolongada, por lo que se debe reducir el hato ganadero. De acuerdo con el tamaño y características del hato, es posible calcular las necesidades de forraje, antes de tomar cualquier decisión de descarte.

Figura 11.3. Pastoreo de ganado bovino en Apodaca.

¿Cómo calcular la cantidad de alimento disponible? La cantidad de forraje disponible para la alimentación del ganado se puede estimar en forma visual, aunque la manera más precisa es calcularla mediante cortes directos de forraje. Para ello, se recomienda cortar el forraje de un área conocida, por ejemplo, de un metro cuadrado (1 m de ancho por 1 m de largo), para luego pesarlo y obtener la cantidad de alimento disponible por unidad de área (kilogramos de forraje por metro cuadrado, kg/m2). Esta cantidad se multiplica por la superficie total del potrero (en metros cuadrados) y con ello se obtiene el total de forraje seco disponible en el rancho. Por ejemplo: Supóngase que se tiene un rancho con una superficie total de 5.5 hectáreas, en el cual se hizo un corte de forraje en un metro cuadrado y se obtuvieron 0.35 kilogramos de materia seca. ¿Cuál es la cantidad total de alimento disponible en el rancho?

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Dado que: 1 hectárea = 10,000 metros cuadrados, entonces 5.5 ha = 55,000 m2 Por lo tanto: 55,000 m2 x 0.35 kg/m2 = 19,250 kg = 19.2 ton Es decir, en el rancho se tienen disponibles 19.2 toneladas de forraje para alimentar al ganado. Ahora bien, debido a la variabilidad que puede tener el tamaño y la densidad del forraje en el rancho, para que el cálculo de la cantidad total de alimento disponible sea más preciso, se sugiere hacer varios cortes en diferentes partes del potrero y obtener un peso promedio en kg/m2, para luego multiplicarlo por la superficie total del rancho. Por ejemplo: Supóngase que el mismo rancho del ejemplo anterior tiene la forma que se

ilustra en la Figura 11.4. Para hacer los cortes de muestreo, el rancho se dividió en cuatro secciones imaginarias y se hizo un corte de forraje en una superficie de un metro cuadrado en cada una de ellas, obteniéndose las cantidades de materia seca que se indican. El promedio de la cantidad de forraje por metro cuadrado será:

(0.35 + 0.25 + 0.18 + 0.22) / 4 = 1.0 / 4 = 0.25 kg/m2

Por tanto, la cantidad total de alimento disponible en el rancho es:

0.25 kg/m2 x 55,000 m2 = 13,750 kg = 13.75 ton

Es decir, se tienen 13.75 toneladas de materia seca para alimentar al ganado, siendo este dato más preciso que el calculado anteriormente (19.2 ton).

Figura 11.4. Ejemplo de ubicación de los sitios de corte de forraje en un rancho.

Superficie total del rancho:5.5 hectáreas = 55,000 m2

Sitio de corte 1:0.35 kg/m2

Sitio de corte 2:0.25 kg/m2

Sitio de corte 3:0.18 kg/m2

Sitio de corte 4:0.22 kg/m2

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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Sin embargo, es importante recalcar que solamente se puede usar el 70% de este forraje en los años de emergencia o sequía, ya que el 30% restante se pisa, se desperdicia y sirve para proteger el suelo. Entonces, en este caso la cantidad de forraje disponible en el rancho sería:

13.75 ton x 70% = 9.6 ton

Dependiendo de la fecha en que se realice el cálculo, esta cantidad de forraje es la que estaría disponible hasta la próxima temporada de lluvias o hasta las lluvias invernales. Así, por ejemplo, si el cálculo se realizó el día 1º de septiembre, esa cantidad de forraje es la que estaría disponible hasta el 31 de diciembre del mismo año, es decir, alcanzaría para alimentar al ganado por los próximos 4 meses (120 días, aproximadamente). Por lo que la cantidad de alimento disponible por día sería:

9.6 ton = 9,600 kg; entonces: 9,600 kg/120 días = 80.0 kg/día

Luego, una vez que se calculó la cantidad de forraje disponible diariamente, cabe formularse la siguiente pregunta: ¿Para cuántos animales alcanza el alimento disponible? Se sabe por experiencia que una vaca adulta (vientre bovino) de 400 a 450 kilogramos de peso, para satisfacer sus necesidades alimenticias y cumplir con su función zootécnica, consume el 3% de su peso vivo en forraje, en base a materia seca por día (13.5 kg de forraje seco diarios). Esto es lo que se conoce

como una Unidad Animal (UA), y es el parámetro que se utiliza como base de equivalencia para referencia en animales mayores o menores, tal como se indica a continuación: Equivalencias de ganado bovino a Unidades Animal: o Vientre bovino en edad

reproductiva = 1.0 UA (13.5 kg de materia seca/día)

o Toro adulto, mayor de dos años = 1.25 UA (16.8 kg de ms/día)

o Cría destetada, becerro o becerra de 8 a 12 meses = 0.6 UA (8.16 kg ms/día)

o Novillo o novillona, de 12 a 14 meses = 0.75 UA (10.3 kg ms/día)

Entonces, siguiendo con el ejemplo anterior, el alimento disponible por día (80.0 kg/día) alcanzaría para alimentar a:

AnimalUnidadesdíakg

díakg9.5

/5.13

/0.80

En otras palabras, la cantidad de forraje que se tiene en el rancho alcanzaría para alimentar solamente a 6 vacas adultas durante los próximos cuatro meses (septiembre, octubre, noviembre y diciembre), hasta que las lluvias invernales comiencen. Por lo tanto, si el propietario del rancho tuviera 12 vacas, por ejemplo, y sólo hay comida suficiente para 6, se tendrían que sacar 6 animales; de lo contrario, no habría alimento seguro para todas las vacas durante los próximos 120 días de pastoreo, y el ganado terminaría perdiendo peso o, en el peor de los casos, podría ocurrir la muerte de los animales si la sequía continúa y se prolonga más allá del

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invierno, con las consecuentes pérdidas económicas. Figura 11.5. Pastoreo de ganado bovino en General Terán.

Por ello, el hecho de desalojar o vender de manera oportuna el ganado que no se puede mantener, significa obtener precios más altos de venta y un mayor rendimiento en el forraje que se deja disponible para aquéllos animales más productivos que van a continuar en el rancho. ¿Cuáles animales conviene desalojar? Los animales que conviene sacar del rancho (ya sea para trasladarlos a otro lugar, venderlos o sacrificarlos), se deben elegir teniendo en cuenta los siguientes criterios: o Deshacerse de animales viejos e

improductivos como toros, caballos y burros que tienen pocas posibilidades de sobrevivir y representan un alto costo de mantenimiento.

o Descartar animales con problemas sanitarios (ubres con cuartos perdidos, mastitis, animales con problemas de patas y otros).

o Descartar hembras con amplios intervalos entre partos.

o Descartar animales que estén por debajo del promedio del hato en cuanto a peso y tamaño.

b) Rotación del ganado en los pastizales

En todos los ranchos y potreros se debe tener un programa de rotación específico, de tal manera que durante cierta temporada cada porción del rancho –delimitada mediante cercos– quede libre del pastoreo de ganado para que los pastizales tengan oportunidad de regenerarse. Este programa de rotación debe ser flexible. En los años secos lo ideal sería continuar con él, pero en casos de emergencia se pueden romper temporalmente las reglas de la rotación, con el fin de hacer un mayor aprovechamiento del rebrote y de la flor. Una vez que haya pasado la época de estiaje o sequía y se restablezcan las lluvias, debe adoptarse nuevamente el esquema planeado. c) Proporcionar suplemento

alimenticio al ganado Generalmente, y sobre todo en épocas de sequía, la mayoría de los forrajes de las regiones subtropicales no satisfacen completamente las necesidades nutricionales de los animales de pastoreo, como consecuencia de las limitaciones climáticas y del suelo que impone restricciones minerales a los pastos (Salamanca, 2010). Además, cuando la sequía es precedida por heladas que dañan al forraje, es prácticamente inviable sostener a los animales sin proporcionarles algún suplemento alimenticio que les provea

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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de los nutrientes necesarios para su buen desarrollo y mantenimiento. ¿Cuáles suplementos se deben usar y en qué momento? Los suplementos proteicos se utilizan cuando todavía existe forraje seco en los ranchos. Las fuentes de proteína que se encuentran fácilmente en el mercado son: la harinolina, pastas oleaginosas (canola, soya, girasol, cártamo, etc.), harina de pescado y alfalfa, así como concentrados y bloques comerciales elaborados con este propósito. Es importante mencionar que cuando existe suficiente forraje seco disponible, no se recomienda proporcionar suplementos energéticos que sean ricos en granos, melaza y subproductos de cereales. La suplementación con proteína permitirá que el animal aproveche la energía del forraje seco (Ibarra et al., 2002). La suplementación mineral es una práctica que debe llevarse a cabo todos los años y en todas las épocas. La sal común (cloruro de sodio) no es suficiente para cubrir los requerimientos minerales de los animales, por lo que es necesario utilizar una mezcla de calidad que contenga fósforo, calcio y otros minerales. El fósforo es muy escaso en los agostaderos pero es de gran importancia para los animales, por lo que es recomendable que la mezcla que se proporcione contenga al menos 5% de este elemento. ¿Cuánto suplemento alimenticio se debe ofrecer a los animales? De los suplementos proteicos, generalmente se proporcionan entre

0.5 y 2.0 kilogramos por animal al día. La cantidad asignada debe cubrir de 200 a 350 gramos de proteína suplementaria por día y va de acuerdo con el tamaño del animal y la cantidad de forraje del potrero. Los suplementos minerales pueden ofrecerse a libre consumo, teniendo cuidado de que los animales tengan siempre disponibilidad de agua para evitar riesgos de intoxicaciones. Por lo general un animal consume diariamente entre 70 y 150 gramos se suplemento mineral. Frecuentemente se utiliza la sal común en proporciones del 20 al 40% para controlar el consumo de algunos alimentos, pero no deben utilizarse las mezclas minerales para este propósito. Otra forma de controlar el consumo de los suplementos es mediante el empleo de bloques solidificados (Ibarra et al., 2002). ¿Qué alimentos se pueden usar cuando no existe forraje disponible? Cuando no hay forraje disponible en el agostadero (situación que no debería presentarse nunca si se hace un manejo adecuado del mismo), se puede proporcionar alimentación de emergencia para mantener únicamente a los animales productivos. Esta opción es muy costosa y en algunos casos puede ser más rentable vender los animales que estarlos manteniendo, aún cuando la alimentación se haga a base de tazol. Se deberán proporcionar diariamente de 10 a 12 kilogramos mínimo por animal.

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d) Seleccionar la época de empadre Probablemente una de las decisiones de manejo más importantes para enfrentar la sequía es contar con una época adecuada de empadre. Es necesario planear la monta e inseminación artificial de las vacas en los meses del año con mayor producción de alimento; las vacas parirán a sus becerros un mes antes de la mejor época (si el empadre es en septiembre, los partos serán en junio) ya para finalizar la época de estiaje (Sánchez, 2011). Con esto se logra que en los meses de menor alimento disponible los animales tengan sus menores requerimientos nutricionales. El momento en que el becerro comience a alimentarse del pasto será en agosto cuando el zacate se encuentra en óptimas condiciones, dándole a la madre la oportunidad de que recupere la condición corporal perdida después del parto. Así la vaca estará lista para volverse a cargar. El destete sería en invierno, teniendo la cría alrededor de 6 meses para que la madre pueda enfrentar de nuevo la temporada de menos alimento, cargada y sin becerro al pie. Esto conduciría también a un menor uso de suplementos. e) Destete precoz de becerros Durante las temporadas cuando el pasto es poco y de mala calidad, es muy importante tomar la decisión de destetar cuanto antes a las crías (mayores de 3 meses), ya que durante el parto y la lactancia existe mayor demanda de nutrientes por la vaca, lo cual provoca que durante estas etapas gasten la proteína y la energía

almacenada en sus depósitos de grasa, inclusive la de los músculos, provocando que entren en un desbalance nutricional, presentando adelgazamiento progresivo en un período más corto (Ibarra et al., 2002). Al destetar a los becerros precozmente, las necesidades nutricionales de la vaca se reducen en más de 30%, y la transformación de leche a crecimiento de becerro es el mismo (una eficiencia total de 9 a 10% de pasto a leche y de leche a crecimiento) por lo que es más importante suministrarle a la cría un alimento directamente, mejorando al mismo tiempo la condición de la vaca (Sánchez, 2011). 11.3. Otros tipos de estrategias Además de las recomendaciones y estrategias mencionadas anterior-mente, hay que tener en cuenta que hay muchas otras acciones que pueden poner en práctica los ganaderos para mitigar los impactos causados por la escasez y la falta de agua ante una condición de sequía en el futuro, entre las cuales se encuentran las siguientes: a) Aplicación de biofertilizantes a

las praderas y agostaderos

El deterioro de los pastizales y sus bajos rendimientos, sobre todo en tiempos de sequía, obligan a buscar nuevas alternativas de producción, como el empleo de fertilizantes biológicos mejor conocidos como biofertilizantes, los cuales constituyen una opción viable para incrementar el rendimiento de las praderas a bajo costo. Se denomina biofertilizante a un producto que contiene uno o varios

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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microorganismos del suelo y puede ser aplicado a la semilla o al suelo con el fin de multiplicar su número, asociarse directa o indirectamente al sistema radical de las plantas, favorecer su interacción e incrementar el desarrollo vegetal y reproductivo de la planta huésped (Aguirre et al., 2009). Figura 11.6. Presentación de los biofertilizantes.

Los biofertilizantes están elaborados a base de microorganismos que son benéficos para las plantas. Entre los microorganismos y las plantas se desarrolla una relación mutualista conocida como simbiosis; es decir, ambos se ven beneficiados en su crecimiento. Los biofertilizantes aplicados al suelo o a las semillas desempeñan funciones que benefician la productividad de las plantas. Entre las ventajas que ofrecen se encuentran: aumentan la actividad de otros microorganismos y a la vez favorecen la absorción del agua, dándoles a las plantas tolerancia a la sequía, y ayudan a la solubilización de minerales y a la producción de estimuladores de crecimiento vegetal (Peña del Río et al., 2009).

Se ha comprobado que la aplicación de diversas combinaciones de microorganismos, hongos y bacterias en diferentes plantas, tienen efecto sinérgico en la nutrición de la planta huésped y su concomitante beneficio en el desarrollo vegetativo y reproductivo. Además existen evidencias de ciertos microorganismos asociados a las raíces de las plantas que son capaces de inducir tolerancia a la sequía. A diferencia de los fertilizantes químicos utilizados tradicionalmente, que requieren ser aplicados en condiciones de riego para que sean debidamente solubilizados por el agua y absorbidos por las plantas, los biofertilizantes son adecuados para ser aplicados en praderas de temporal, ya que ayudan a disminuir el estrés hídrico y mejoran la absorción de nutrientes. Además, los biofertilizantes utilizados en la actualidad son inocuos para el ser humano y el ambiente, y la mayor respuesta agronómica se ha encontrado en suelos de baja fertilidad. Son más económicos y de fácil transportación, en comparación con los fertilizantes de origen químico sintético que utilizan los productores comúnmente. En una investigación realizada por el INIFAP en praderas del municipio de Anáhuac, Nuevo León, se encontró que los biofertilizantes aplicados en pasto buffel mejoran su rendimiento en comparación con los fertilizantes químicos (Cuadro 11.2). Esto es comprensible debido a que la fertilización química se recomienda para aplicarse en parcelas de riego,

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pero los biofertilizantes funcionan adecuadamente en condiciones de

temporal, al disminuir el estrés hídrico y mejorar la absorción de nutrientes.

Cuadro 11.2. Producción obtenida de pasto buffel en Anáhuac, Nuevo León.

Tratamiento

Producción obtenida (ton/ha)

Forraje verde*

Forraje seco*

Biofertilizantes Inoculación con G. intraradices

14.58a 4.78b

Inoculación con A. brasilensis

12.33c 5.43a

Fertilizante químico

50 kg de nitrógeno

13.83b 4.64b

*Las letras diferentes en columnas indican diferencias estadísticamente significativas. Fuente: Peña del Río et al. (2009)

Asimismo, en otras investigaciones realizadas en cultivos como frijol y maíz en estados del centro de México, se encontró que la aplicación de biofertilizantes microbianos (Glomus intraradices, Rhizobium etli) incrementaron el rendimiento de los cultivos en comparación con los testigos, bien sea aplicados solos o juntos a la semilla (Aguirre et al., 2009). Los resultados anteriores, así como todas las ventajas de los biofertilizantes sobre los fertilizantes químicos tradicionales, hacen que los primeros constituyan una opción viable para prevenir y mitigar los impactos de la sequía en el sector agropecuario, sobre todo al aplicarse en agostaderos y praderas de temporal que tienen bajos rendimientos y producen forraje de mala calidad. b) Producción de forraje

hidropónico en invernadero Los invernaderos ofrecen una alternativa muy valiosa para la producción rápida y simple de forraje

verde de incalculable valor en época de sequía. En estas condiciones el forraje verde resulta ser una importante fuente de excelente alimento para el ganado y que significa la diferencia entre mantener su peso, perder tal condición o su valor total. Figura 11.7. Producción de forraje verde en invernadero.

El método consiste en cultivar el forraje en charolas colocadas en forma escalonada dentro de un invernadero, y proporcionarle al cultivo el agua y los nutrientes por medio de una solución nutritiva que es aplicada mediante un sistema de riego localizado (microaspersión o goteo). Al cultivo en

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Capítulo 11. Estrategias para el Subsector Ganadero

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agua o solución nutritiva se le conoce como hidroponía (hirdo = agua, ponos = labor) y ha sido aplicado por siglos. Algunas de las ventajas de este método son: o Se emplea menor cantidad de agua

para la producción de forraje (debido a que se utilizan métodos de riego por goteo o microaspersión);

o Presenta menos problemas de plagas y enfermedades;

o Produce forraje diariamente durante todo el año y se puede programar su producción con base en la demanda;

o No requiere de grandes superficies de tierras, ni períodos largos de producción, tampoco alguna forma de conservación y almacenamiento;

o Está protegido de las lluvias, de las bajas temperaturas y de la exposición directa de los rayos del sol;

o El forraje es consumible en su totalidad, con raíces, tallos, hojas y restos de semillas, es además una opción en lugares con poca disponibilidad de agua, tierras no aptas para el cultivo o en climas extremosos.

Además, el costo de producción de forraje verde hidropónico, por concepto de superficie es 10 veces menor que el de una superficie para la producción de cualquier forraje en espacios abiertos, lo que se ejemplifica con el dato de que 75 m2 de producción de forraje verde hidropónico tienen el equivalente de 3 hectáreas de terreno agrícola para la producción de alfalfa (Romero et al., 2009).

Con este método es posible suministrar alimento constante a diferentes especies de ganado, durante todos los días del año (p. ej. en un invernadero de 144 m2 se puede producir forraje verde en cantidad suficiente para alimentar a 120 cabezas de ganado vacuno por día), evitando alteraciones digestivas, menor incidencia de enfermedades, un aumento en la fertilidad y producción de leche y en general todas las ventajas que los animales pueden obtener de una buena alimentación. Por cada kilogramo de grano germinado se obtienen de 6 a 9 ó más kilogramos de forraje de alto valor nutritivo formado por tallos, hojas, raíces y restos de la semilla, sin emplear fertilizantes o agroquímicos (ITI, 2011). Figura 11.8. Alimentación de ganado vacuno con forraje verde hidropónico.

c) Cambios del perfil genético del

hato Una estrategia efectiva para resistir los efectos de la sequía, que puede ser implementada por los productores de menor capacidad económica, es la cruza de animales de raza europea con animales de raza criolla o “corrientes”. Los animales “corrientes” soportan las condiciones de un agostadero

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deteriorado con menos dificultad que el ganado “fino”, sobre todo cuando la productividad ha disminuido por la ausencia de lluvias. Quizá los animales resultantes de la cruza no sean buenos para producir carne, pero por lo menos siguen pariendo y produciendo leche si la sequía no es muy severa (Bravo et al., 2010). Este tipo de cruzas se contrapone a las demandas del mercado y al esquema gubernamental de fomento ganadero, que estimulan precisamente “el mejoramiento racial del ganado”. Sin embargo, los productores de los estratos más bajos tienen poco ganado “fino”, y al realizar las cruzas se busca se busca mantener la apariencia física de este tipo de animales, pero a la vez incorporar la rusticidad de las razas más resistentes a las condiciones precarias de agua y forraje. Con ello, se trata de asegurar la venta de los becerros, pero también de realizar el pastoreo en agostaderos de baja calidad.

11.4. Reflexiones finales El hecho de habitar en una región árida donde las sequías son inevitables requiere planeación y preparación para disminuir los impactos sociales, económicos y ambientales ocasionados por la escasez y la falta de agua. Para reducir las pérdidas económicas en el sector agropecuario es necesario implementar prácticas y estrategias adecuadas de manejo de los recursos hídricos y de los agostaderos. La planeación de acciones para afrontar una sequía debe hacerse con tiempo, ya que las operaciones de manejo disminuyen conforme el fenómeno se intensifica. La meta debe ser no sólo proteger los pastizales y las plantas nativas antes y durante los años secos, sino también, lo más importante, proteger el suelo. Un buen manejo de los agostaderos disminuye los efectos de la sequía cuando esta ocurre.

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Conclusiones

l desarrollo de la presente investigación permitió conocer y comprender los elementos

teóricos, conceptuales y metodológicos que están involucrados en el análisis de la sequía y de sus impactos en la sociedad, con énfasis en el estudio de las condiciones particulares del estado de Nuevo León. Se ha visto que la sequía es un fenómeno natural insidioso e impredecible, que no presenta trayectorias definidas y que tiende a extenderse de manera irregular a través del tiempo y del espacio, y cuyos efectos son, en muchas ocasiones, desastrosos. De hecho, la sequía es considerada como la anomalía climatológica que afecta a más población a nivel mundial y es quizá el fenómeno menos comprendido de todos los que son capaces de causar desastres naturales. Se ha observado también que desde tiempos inmemoriales la sequía ha sido una amenaza para la supervivencia de la humanidad y, con frecuencia, ha sido la causa de migraciones masivas, hambrunas, conflictos sociales e, incluso, de la desaparición de civilizaciones completas. En México, el problema de la sequía ha sido una cuestión recurrente y persistente a lo largo de su historia, y aún cuando no se

conocen con exactitud las fechas en que acontecieron las sequías en la antigüedad, se sabe que sus efectos fueron: hambre, migración y muerte. A lo largo del siglo XX, hubo una tendencia creciente a la ocurrencia de sequías en México y en el mundo, y desde finales del siglo pasado y principios del actual, han sucedido varios años deficitarios de lluvias, principalmente en el norte del país. Los estados de la República Mexicana que históricamente han sido más afectados por las sequías son, en orden de severidad de sus efectos desfavorables: Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Baja California, Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y Tlaxcala. El estado de Nuevo León, al igual que los demás estados del norte del país, se ha visto históricamente afectado por las sequías recurrentes, con el agravante de que, por su ubicación geográfica, tiene factores físicos y climatológicos que lo hacen particularmente vulnerable a este fenómeno natural, sobre todo en los municipios rurales del norte y sur de la entidad, donde la población padece frecuentemente los impactos negativos de la escasez y la falta de agua.

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A los factores físicos adversos (climas secos y extremosos, baja disponibilidad natural de agua) se suman los factores socioeconómicos presentes en varios municipios rurales de Nuevo León –principalmente en el sur de la entidad– donde hay muchas comunidades con altos grados de marginación, y donde existe un alarmante deterioro de los recursos naturales, causado principalmente por la deforestación y el sobrepastoreo, entre otras causas no menos importantes. Se estima que el 92% de la superficie estatal (aproximadamente unos 6 millones de hectáreas) se encuentran afectadas por algún tipo de degradación de los suelos, con pérdida de vegetación natural, reducción de recursos forestales, incremento en la erosión y merma en la fertilidad de las tierras, llegando en casos extremos a alcanzar niveles casi irreversibles de desertificación. Todos los factores anteriores contribuyen en mayor o menor grado a que la población rural del estado sea vulnerable a las sequías, con los consecuentes impactos socio-económicos negativos que vienen aparejados con este fenómeno natural. Los efectos que han tenido las sequías acaecidas en el pasado (pérdida de cosechas, muerte de ganado, abandono de tierras, migración de campesinos hacia las ciudades y al extranjero, etc.), son una muestra fehaciente de la necesidad ingente que existe en Nuevo León de contar con elementos operativos y de planeación que permitan prevenir y mitigar oportunamente los impactos de las sequías. El último evento de sequía sucedido en el estado (2011-2012), ha puesto de

relieve la vulnerabilidad de la población rural y su incapacidad para hacer frente a un desastre natural cuyas magnitudes rebasan su capacidad de respuesta. Los datos son contundentes: tan sólo en el año 2011 se tuvieron pérdidas en Nuevo León de más 40 mil hectáreas de cultivos siniestradas por falta de lluvias; además se dejaron de sembrar otras 50 mil hectáreas de cultivos básicos (maíz y trigo, principalmente); y se tuvo la muerte de más de 9 mil cabezas de ganado. Todo lo anterior representó una merma total superior a los 400 millones de pesos, equivalentes al 5% del PIB que genera el sector primario en el estado. Aunado a lo anterior, más de 17 mil familias (alrededor de 60 mil personas) padecieron por la escasez y falta de agua para consumo humano, por lo que tuvieron que ser abastecidas del vital líquido mediante pipas. Ante este desastre, y al igual que en ocasiones anteriores, se solicitaron los tradicionales apoyos federales del FONDEN que permitieron paliar la situación en el corto plazo, y se implementaron planes emergentes para atender a la población, pero estas acciones no tuvieron un propósito de largo alcance bien definido. Además, se observó que la coordinación entre las diferentes instacias de los gobiernos federal, estatal y municipales para emprender las acciones necesarias y mitigar los impactos de la sequía, en realidad es poco eficiente. Cada dependencia federal o estatal actúa por cuenta propia sin tener una coordinación general o un plan integral que para dirigir las acciones hacia un propósito común con una visión de largo alcance y con estrategias

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Conclusiones

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específicas que sean replicables en eventos futuros de sequía. En este contexto, y haciendo una especie de autocrítica, es lamentable decir que en México, en general, y específicamente en Nuevo León, no tenemos un sistema de gestión de para reducir el riesgo de sequía y de sus efectos colaterales, a pesar de la persistencia y recurrencia del fenómeno a través del tiempo. La sequía se administra actualmente como un desastre natural, al igual que las inundaciones o los huracanes; pero, como se ha visto en esta investigación, los efectos de las sequías distan mucho de ser similares a los causados por otros desastres naturales, por lo que requieren un tratamiento específico para su atención. Entonces, es necesario realizar una evaluación integral de los riesgos y contar con un sistema de monitoreo y alerta temprana que permita reducir considerablemente los tiempos de respuesta y los costos incurridos en los daños y pérdidas innecesarias que pueden evitarse en gran medida. En otras palabras, es necesario gestionar los riesgos, no sólo los desastres. Se debe tener en cuenta que la sequía es un fenómeno persisente y recurrente, por lo que con una planeación integral claramente definida se lograría evitar la improvización que sólo permite

solventar parcialmente la emergencia sin resolver el problema de fondo: la vulnerabilidad de los productores agropecuarios y de la población rural a la escasez y la falta de agua, debido a su bajo desarrollo socioeconómico y, en muchos casos, a sus altos índices de marginación. Por lo anterior, la aportación del presente estudio ha consistido en plantear una metodología para el desarrollo de un Plan Integral contra la Sequía en el Sector Agropecuario de Nuevo León, así como en exhibir una serie de estrategias específicas que permiten gestionar el riesgo de sequía en los subsectores agrícola y ganadero, mediante acciones que contribuyen a incidir sobre los factores que hacen más frecuente o acentúan la vulnerabilidad a los períodos secos prolongados, y así reducir la probabilidad de que estos se conviertan en emergencias o alcancen la condición de desastre en el futuro. La puesta en marcha de los planes, acciones y estrategias que se proponen en esta investigación, así como la adecuada coordinación entre los distintos niveles de gobierno y la participación activa de la sociedad, sin lugar a dudas redundará en beneficios tangibles y en menores pérdidas económicas la próxima vez que ocurra una sequía.

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Esta obra se terminó de imprimir y encuadernar

en julio de 2012 en los talleres de Groppe Libros,

Hospital 2295A, Col. Ladrón de Guevara, C.P. 44650,

Guadalajara, Jalisco, México.

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