separata semana santa 2016

Publicaciones La Verdad - Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta

En este Año Santo de la Misericordia, colocamos a disposición de los fieles de la Diócesis de Cúcuta, parroquias, Grupos Eclesiales, familias, estas reflexiones, esperando sean de ayuda para favorecer la vivencia y meditación del misterio central de nuestra fe, Pasión, muerte, sepultura y resurrección del Señor.

Con Jesucristo nace y renace la Misericordia, cada vez que contemplamos la grandeza del amor de un Dios que se entrega así mismo en su propio Hijo por nuestra salvación. Que los días santos renueven en cada uno la fe y el deseo de seguir a Jesucristo,

Separata Semana Santa 2016

Recomendaciones para vivir la Semana Santa

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Participar de las celebraciones litúr-gicas con fe y devoción sabiendo que celebramos el misterio más grande de nuestra fe.

Hacer silencio y bajar el volumen a los equipos de sonido y televisores de nuestros hogares y piezas.

Dedicar más tiempo para la oración quea ver televisión.

Seleccionar una lectura espiritual que nos ayude a comprender y meditar los misterios de nuestra salvación.

Vivamos con austeridad, renunciemos voluntariamente y por amor a algunas alegrías y diversiones que nos separan del ambiente de penitencia y oración.

Apoyados en esta separata recordemos cada uno de los misterios y momentos de cada día en familia.

Leer y meditar durante largo rato la Pa-sión del Señor según San Juan (Cap 18 y 19).

Practicar una obra de misericordia.

Hacer un gran esfuerzo por vencer sen-timientos de odio y rencor de nuestro corazón.

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10Acercarse al sacramento de la Recon-ciliación y comulgar durante las cele-braciones.

¿Por qué confesarnos?Nos confesamos porque el perdón es un don que se recibe. Yo no soy el artífice del perdón de mis pecados: es Dios quien los perdona. A nadie se le ocurre decir que consagra el pan en su casa y se da de comulgar a sí mismo.El sacramento de la Confesión o Reconciliación brota de Jesús Resucitado «Reciban el Espíritu Santo, a quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados». Así

pues, el perdón de los pecados no es fruto de nuestro esfuerzo personal, sino un regalo, don del Espíritu Santo que nos purifica con la misericordia y la gracia del Padre. Es un auténtico tesoro, que en ocasiones corremos el peligro de olvidar, por pereza o por vergüenza, pero sobre todo por haber perdido el sentido del pecado, que en el fondo es la pérdida del sentido de Dios. En cambio, cuando nos dejamos reconciliar por Jesús, encontramos la paz verdadera.

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Dolores de la Santísima Virgen

Reflexión: María es camino del perdón. Por eso, nos conduce al Confesionario, a la Eucaristía...El Rosario es camino de oración para alcanzar la misericordia de Cristo y experimentar el amor misericordioso de la Madre.

Oración: María, que has sufrido tanto, danos tu valeroso corazón, danos la Fortaleza para que seamos valientes como tú. Madre del Cielo, purifica, en unión con Jesús, nuestro sufrimiento para que podamos glorificar a Dios y amar a nuestros hermanos. Amén

Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria…

Canto: María es esa mujer…

Tercer Dolor:Jesús perdido en el templo

R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Lc 2, 41-50

Reflexión: El privilegio especial que Dios

Hermanos y hermanas, ahora caminaremos con la Virgen María meditando los sietes dolores que la hacen Madre de Misericordia, para que ella nos ponga en el corazón la certeza de que somos amados por Dios. Que esté cerca de nosotros en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo, para que nuestro itinerario cuaresmal sea experiencia de perdón, de acogida y de caridad.

Canto: Santa María de la esperanza

Primer Dolor:La profecía de Simeón

R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Lc 2, 22-35

Reflexión: María es Madre de la misericordia desde el misterio de la Encarnación, la gran misericordia del Verbo que se hace hombre al calor del corazón de María por obra del Espíritu Santo; María es Madre del perdón en el amor, y del amor en el perdón.

Oración: Virgen María, que sufriste con el Salvador de la humanidad, te ofrecemos nuestro sufrimiento y el sufrimiento del mundo, porque somos tus hijos. Une esos sufrimientos a los tuyos y a los de Nuestro Señor Jesucristo, luego ofréceselos a Dios Padre. Amén.


Canto: Madre de los pobres

Segundo Dolor:La persecución de Herodes y la

huida a Egipto.R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Mt 2, 13-15

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otorgó a la toda santa nos lleva a admirar

las maravillas realizadas por la gracia en su vida. Y nos recuerda también que María fue siempre toda del Señor, y que ninguna imperfección disminuyó la perfecta armonía entre ella y Dios.

Oración: Virgen María, por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; te acompañamos en este dolor y te pedimos por tantas madres que sufren por la pérdida violenta de sus hijos. Presenta oh María estas necesidades a tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Canto: Dios de salve María

Cuarto Dolor:María encuentra a Jesús

con la cruz.R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Lc 2, 41-50

Reflexión: María es Madre de Misericordia que perdona a Pedro que niega su Hijo, también a Judas el traidor y a los que crucifican a Cristo. Ella repite con su Hijo: “Padre, perdónalos…” María nos ofrece la Misericordia de Cristo y nos orienta hacia Él.

Oración: Auxiliadora nuestra, ayúdanos a soportar con valor nuestro propio dolor, de manera que podamos aliviar nuestro herido corazón; como tú lo hiciste, enséñanos a sufrir en silencio y con paciencia. Concédenos la gracia de amar a Dios en todas las cosas. Oh, Madre de los Dolores, ten piedad de nosotros. Amén.

Padre Nuestro. Dios te salve y Gloria al Padre…

Canto: Santa María del Camino

Quinto Dolor:Crucifixión de Cristo

R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Jn 19, 25 – 30

Reflexión: María es Madre de Misericordia proyectando su amor sobre Cristo en la cruz con ternura de madre. Lo sigue proyectando sobre la Iglesia, Cuerpo de Cristo y por lo tanto, sobre nosotros, pecadores.

Oración: Reina de los Mártires, ayúdanos a ser siempre defensores de la vida, desde su concepción hasta su término natural. Que nuestros pensamientos y acciones que den muestra de nuestra fe puesta en tu amado Hijo Jesús que en la cruz nos muestra el amor inmenso de Dios para con nosotros. Amén.Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria…

Canto: Madre oyeme

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Qué es la Semana SantaEs una semana en la cual celebramos los misterios centrales de nuestra fe: pasión, muerte, sepultura y gloriosa resurrección de Señor. Esta semana, concluye el tiempo de cuaresma (Eucaristía de la Cena del Señor) y da inicio al Solemne Triduo Pascual.

Actitudes para vivir los días santosLa Semana Santa se ha de vivir con humildad, sencillez y disponibilidad total para acompañar a Jesús en su entrega por nuestra salvación y reconocer la grandeza de su misericordia.

la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Jn 19, 38 – 42

Reflexión: Madre nuestra Santísima, por el dolor que tuviste al depositar apresuradamente el cuerpo inerte de Jesús en el sepulcro, dejándolo en la oscuridad y en el silencio, ten compasión de nosotros Madre de Misericordia y no nos abandones en la hora de nuestra muerte.

Oración: Madre de Misericordia, Madre de Jesús y Madre de todos nosotros, somos tus hijos y depositamos toda nuestra confianza en ti. Enséñanos a reconocer el rostro de tu hijo en la pobresa y en la riquesa, concédenos discernir la voluntad de Dios en los planes que nos prepara para encontrarnos con su amor. Amén.


Canto: María tu que velas junto a mi

Oración: Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, cubre nuestras vidas con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fieles a la voz de Jesús, respondamos a su amor y obedezcamos su divina voluntad. Queremos, Madre nuestra, vivir íntimamente unidos a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Protégenos siempre. Amén.

Sexto Dolor:María recibe a Jesus de la Cruz

R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en la muerte de mi Dios.Texto bíblico: Mc 15, 42 – 46

Reflexión: Su vida terrena, por tanto, se caracterizó por el desarrollo constante y sublime de la fe, la esperanza y la caridad. Por ello, María es para los creyentes signo luminoso de la Misericordia divina y guía segura hacia las altas metas de la perfección evangélica y la santidad de vida.

Oración: Te damos gracias, querida Madre, por tu valor mientras estuviste ante la cruz, a los pies de tu Hijo moribundo, para consolarlo, te imploramos que seas nuestra defensora ante el trono de la misericordia y la gracia, para que verdaderamente nos convirtamos en tus hijos, ruega por nosotros. Amén.


Canto: Dolorosa

Séptimo Dolor:La sepultura de Jesús

R/ Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros compañía en

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¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha?

El Año Litúrgico no se ciñe estrictamente al año calendario, sino que varía de acuerdo con el ciclo lunar. Cuenta la historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de Egipto, había luna llena. Los judíos celebran este acontecimiento cada año en la pascua judía o “Pesaj”, que siempre concuerda con una noche de luna llena. Por lo tanto, el primer Jueves Santo de la historia, cuando Jesús celebraba la Pascua judía con sus discípulos, era una noche de luna llena.

Por eso, la Iglesia fija el Jueves Santo en la luna llena que se presenta entre el 22 de marzo y el 25 de abril y tomando esta fecha como centro del Año Litúrgico, las demás fechas se mueven en relación a esta y hay algunas fiestas que varían de fecha una o dos semanas, incluyendo el miércoles de ceniza, la Semana Santa, pentecostés y otras fiestas litúrgicas.

Oración para bendecir los alimentos

Domingo de RamosSeñor Dios nuestro, que grande es tu nombre en toda la tierra. Gracias infinitas sean dadas a ti por este pan que nos regalas en el día en que entraste victorioso a Jerusalén, entra a este hogar y bendice junto con estos alimentos nuestra familia y has que nunca falte el sustento necesario y que seamos capaces de compartirlo con el hambriento. Amén.

Lunes SantoSeñor tú fuiste a casa de Lázaro donde te ofrecieron una comida, ven Señor a esta mesa y bendice con tu presencia estos alimentos que hemos recibido de tu mano generosa y has que la fuerza de esta comida nos sirva para poner en práctica las Obras de Misericordia. Amén.

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Sábado SantoEs el día de la Esperanza, camino de Resurrección, día para permanecer junto a Jesús que reposa en el sepulcro, que al tomar estos alimento Señor tengamos fuerzas para no separarnos de ti y poder llegar a contemplar tu gloriosa Resurrección. Amén.

Domingo de Resurrección

Celebremos la Pascua con el pan que nos da Dios, por eso, padre llenos de alegría por la Resurrección de tu Hijo, te pedimos que derrame tu santa bendición sobre nosotros y estos alimentos que recibimos de tu bondad. Amén.

Domingo de Ramos

Martes Santo

Señor tu nos has llamado desde antes de nacer, desde el seno materno ha pronunciado nuestro nombre y nos sigues sosteniendo con tus dones, por eso dígnate bendecir estos alimentos que hoy pones en esta mesa, has que con tu fuerza alcancemos un día a contemplar tu victoria. Amén.

Jueves SantoGracias Señor Jesús por amarnos hasta el extremo, hoy queremos que venga y comparta con nuestra familia así como lo hiciste con tus discípulos en la última cena, ven a fortalecer el amor y la fraternidad en nosotros y ayúdanos a ser capaces de servir a los demás a ejemplo tuyo. Amén.

Viernes SantoEs el día de la entrega total, del amor sin límite. Derrama Señor sobre estos alimentos tu santa bendición y que al reunirnos como familia a compartirlos no nos olvidemos de aquellos que pasan hambre y necesidad, que siguiendo el ejemplo de nuestro Maestro podamos ser desprendidos y generosos en ayudar. Amén.

Miércoles SantoAlabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias, gracias por bendecirnos una vez más con estos alimentos que pones en nuestra meza, bendice a cada miembro de esta familia y que al fortalecer las fuerzas físicas seamos fortalecidos en el espíritu de la caridad Amén.

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La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, en la Pasión del Señor. Es el último domingo de la Cuaresma y conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado como Mesías que viene en nombre del Señor. El mensaje central de este día se refiere al triunfo de Cristo que hace su entrada en Jerusalén y el anuncio de su Pasión. En el Domingo de Ramos profundizamos en el infinito amor que Dios nos tiene, un amor que lo llevó a entregar a su propio Hijo a la muerte para darnos vida.

Oración para colocar el ramobendito en la casa.

Señor Jesús, con este mismo ramo te acompañamos hoy en tu entrada a Jerusalén, con nuestra presencia en el templo dijimos que somos tus seguidores y que tú eres el rey de reyes. Ahora te pedimos que protejas a nuestra familia de todo mal y nos conviertas en testigos de tu amor y tu paz, para que un día podamos reinar contigo en la Jerusalén celestial, donde vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Este día tiene tres momentos:

La bendición de los ramos; la procesión y la Santa Misa.

El sacerdote lleva vestiduras rojas, signo de la realeza de Jesús y de su martirio en la Pasión. Los fieles acompañan este día llevando ramas o pañuelos blancos en reconocimiento de que es el rey que viene en el nombre del Señor.

En su entrada triunfal a Jerusalén Jesús da ejemplo de sencillez y de paz.

Jesús entra en Jerusalén cabalgando un burrito, el animal del pobre.

Lunes, martes y miércoles SantoEstos tres días nos ubican en los últimos momentos de Jesús antes de la Pasión. Son días que nos preparan de una manera inmediata a vivir la entrega de Jesús por nuestra salvación. El conflicto entre Jesús y los fariseos y escribas llega a un punto donde ellos deciden tomarlo preso y llevarlo a la muerte porque les resulta incómodo para sus pretensiones de poder.

Las lecturas de estos tres días son tomadas del profeta Isaías y hacen referencia a los sufrimientos de Jesús, el Siervo del Señor, que nos trae la salvación.

Los evangelios nos van a narrar tres acontecimientos que anuncian que el fin de la vida de Jesús en el mundo está cerca:

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La Misa Vespertina de la Cena del Señor inicia el Tiempo Pascual.

La Pascua es la cumbre, el corazón, de todo el Año Litúrgico de la Iglesia y la fuente de la espiritualidad del pueblo cristiano.

El Triduo tiene una unidad interna dinámica: viernes (Muerte), sábado (Sepultura), domingo (Resurrección), incluyendo el jueves con la Cena del Señor.

No se trata de tres días independientes, sino de tres días íntimamente relacionados y entrelazados por un misterio que es único: el Misterio Pascual de Jesús.

El Triduo Pascual celebra unitariamente el paso de Cristo y nuestro, a través de la muerte a la resurrección.

Todo el Triduo tiene su raíz en la persona misma de Cristo: el Crucificado es el mis-mo que el Resucitado y el que se nos da en la Eucaristía.

Podemos decir que la Eucaristía del Jueves inaugura ya el misterio de la Pascua, porque tiene un carácter anticipatorio. Lo que iba a hacer históricamente en la cruz, lo hizo ritualmente en la Cena de despedida y encargó a sus discípulos que se celebrara la Eucaristía en memoria de su entrega salvadora. En este día se realiza el gesto simbólico del lavatorio de los pies, realizado por Jesús en su Última Cena con los discípulos, para significar el servicio para con todos, la fraternidad, el

Jueves SantoInstitución de la eucaristía, del sacerdocio y del mandamiento nuevo

Lunes: La unción de Jesús como Mesías.

El lunes santo, siguiendo el camino pascual iniciado por Jesús con su entrada a Jerusalén, celebra la unción de Jesús como mesías y sus palabras sobre su sepultura. (Mt 26, 6 13).

Martes: Entrega salvadora de Jesús.

En este día celebramos el anuncio de la traición de Judas que los apóstoles no entendieron. (Lc 22, 14. 21 – 23).

Para tener en cuentaTodo lo que hagamos en estos días anteriores al Triduo Pascual, nos encamina a ver que la vida del cristiano es un continuo morir y resucitar con Cristo, morir al pecado y resucitar a la vida creciendo en gracia.

Miércoles: Traición de Judas.

El miércoles santo celebra la traición de Judas que acuerda con los Sumos Sacerdotes su entrega. Es considerado un día de memoria triste. (Mc 14, 10 – 11).

“La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la Misa Vespertina del Jueves “En la cena del Señor” hasta las Vísperas del Do-mingo de Resurrección: este período de tiempo se denomina justamente el “T riduo del crucificado, sepultado y resucitado” (San Agustín, Ep. 55, 24), y se llama también, “Triduo Pascual” porque con su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua”. (Circ 38).

Triduo Pascual

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amor, el perdón y humildad con la que los discípulos han de cumplir misión.

Este día hace presente tres acontecimientos esenciales:

1. La institución de la Eucaristía, que alimenta y fortalece la vida del cristiano.

2. La institución del sacerdocio, que continúa la obra salvadora de Cristo en la historia de los hombres.

3. El mandamiento del amor, signo distintivo de un discípulo de Cristo.

El Cordero que se inmola en la Cruz del Viernes y en la Eucaristía del jueves y de la Vigilia es el mismo.

En la Cruz Jesús ya no se despoja de su manto sino de su propia vida. Se despojó de su rango, demostró que era en verdad el que sirve.

El lavatorio de los pies, significa el

servicio y el amor de Cristo, que ha venido no para ser servido, sino para servir.

Concluida la Cena del Señor, se coloca el Santísimo en el lugar de la reserva para la adoración.

La lección más grande que el Señor nos da es que lo que importa es el amor.

Para reflexionar y llevar a la vida¿Cuáles son los acontecimientos más impor-tantes de este día?

¿Qué sacramentos nos dio Jesús en la Última Cena?

¿Qué nos llama la atención de la Cena Pascual?

¿Qué relación hay entre el sacrificio de Jesús y el mandato del amor?

¿De qué forma concreta podemos vivir el mandamiento del amor?

La Eucaristía ¿Cómo participar plenamente en ella?

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Los siete potajesLa conexión que tienen los siete potajes con la religiosidad de los días de Semana Santa es la creencia de muchos en recordar la Última Cena del Señor, que fue un acto de aprecio a sus discípulos. En muchas familias se da algo parecido: todos comen juntos como signo de comunión, y prevalecen valores como la generosidad y la amistad.

Eucaristía remedio de los débiles. Jesús nos dejó su presencia en la Eucaristía, allí podemos unirnos a Él, recibir su fuerza y su luz, alimentar nuestra fe y vivir su mensaje. Los cristianos, desde los primeros

tiempos, acudían a la celebración de la Eucaristía. También hoy, los domingos, “vamos a Misa” para celebrar la victoria de Jesús sobre la muerte, el odio y la violencia, y para comer juntos el Pan vivo que tanto necesitamos. El Papa Francisco nos recuerda que la Eucaristía “no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles” (E. G. 47). La vivencia de estos días santos nos ayuden a profundizar nuestro amor por la Eucaristía, porque creemos que, si recibimos a Jesús, podemos recuperar el sentido más profundo de nuestras vidas, de este modo seremos capaces de ofrecerla por los demás.

Siete visitas a JesúsEucaristía con las parábolas de la misericordia

Primera visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

R/ Sea para siempre bendito y alabado.

Lc 7, 36-50. A quien se le perdona mucho, mucho ama.

Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró en casa del fariseo y se puso a la mesa. En aquel pueblo había una mujer conocida

como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies, y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume. Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está

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tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale .Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: Simón, tengo algo que decirte. Simón contestó: Habla, Maestro. Y Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a ambos. ¿Quién de ellos le amará más? Simón le contestó: Pienso que aquel a quien le perdonó más. Y Jesús le dijo: Has juzgado bien. Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de besos. Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor. Jesús dijo después a la mujer: Tus pecados te quedan perdonados. Y los que estaban con él a la mesa empezaron a pensar: ¿quién es este que hasta perdona los pecados? Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Padre bueno, tu que nos amaste hasta el extremo al enviarnos a tu único Hijo para que nos rescatara de la esclavitud del pecado y que la única condición que nos pide para salvarnos es la fe, ayúdanos a tener una fe sólida, capaces de permanecer fieles a tu amor

sin fronteras. Amén. (Padre Nuestro)

Compromiso: En esta visita vamos a poner en práctica estas obras de misericordia: “Enseñar al que no sabe”. “Dar de comer al hambriento”.

Segunda visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.


Lc 10, 25-37. El buen samaritano

Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Qué está escrito en

la Ley? ¿Qué lees en ella? El hombre contestó: Amarás al Señor, tu Dios,

con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y

con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Jesús le dijo: “Bien has respondido. Haz eso y vivirás.”

El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: ¿Y quién

es mi prójimo? Jesús empezó a decir: Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un

sacerdote que al verle dio un rodeo y siguió. Lo mismo hizo un levita que pasaba por ese lugar lo vio, dio

un rodeo y siguió. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y, al verlo tuvo compasión. Se acercó, vendó sus heridas con aceite y vino; después lo montó sobre su propia cabalgadura, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos denarios y se los dio al posadero diciéndole: Cuida

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de él, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta. Jesús entonces le preguntó: ¿Quién de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores? El maestro de la Ley contestó: El que practicó la misericordia con él. Y Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, no permitas que pase de largo ante el dolor del que sufre, dame un corazón capaz de sentir misericordia, un corazón que sienta el dolor ajeno como propio, que sienta al otro como a uno que me pertenece, como a mi propio hermano. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Sufrir con paciencia los defectos de los demás” Y esta obra de misericordia corporal: “Visitar al enfermo” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Tercera visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.


Lc 15, 1-7. En busca de la oveja y de la dracma perdida y encontrada

Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharle. Los fariseos y los escribas murmuraban: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces Jesús les dijo esta parábola: quien de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, ¿no deja las otras noventa y nueve en la estepa y se va en busca de la que se le

perdió, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra se la carga muy feliz sobre los hombros, y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido.” Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse. O ¿qué mujer, si tiene diez dracmas y pierde una, no enciende una lámpara, barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y apenas la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: Alégrense conmigo, porque hallé la moneda que se me había perdido. De igual manera, yo se lo digo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Seños Jesús, solo vengo ante ti para darte gracias, gracias porque siempre estás ahí para orientar mi camino y no dejar que me pierda. Dame la gracia de permanecer a tu lado, y si algún día me separo de ti, concede la luz de tu santo Espíritu para volver sin demora a gozar de tu presencia misericordiosa. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Dar buen consejo al que lo necesita” Y esta obra de misericordia corporal: “Dar posada al peregrino” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Cuarta visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

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Lc 15,11-32. El Padre misericordioso

Jesús continuó: Había un hombre que tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: “Dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y el padre repartió sus bienes entre los dos. El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después, se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Fue a buscar trabajo, y se puso al servicio de un habitante del lugar que lo envió a su campo a cuidar cerdos. El muchacho deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba nada. Entonces se puso a reflexionar y pensó: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Me pondré en camino volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus jornaleros. Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y conmovió; corrió a echarse a su cuello y lo besó efusivamente. Entonces el hijo le dijo: Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus siervos: ¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y sandalias en sus pies. Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Y comenzaron la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la música y el baile. Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. Él le respondió: Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre

mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo. El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. Pero él le contestó: Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo. El padre le dijo: Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Padre, tu que amas entrañablemente a tus hijos y que sales a recibirlos con abrazos, besos y haces fiesta cuando retornan a tu casa, no permita que me pierda en los placeres y desórdenes del mundo, dame un corazón fiel y dispuesto a amar con el mismo amor con el que tú me amas. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Corregir al que está en error” Y esta obra de misericordia corporal: “Vestir al

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desnudo” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Quinta visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.


Lc 16, 19-31. El rico y el pobre Lázaro.

Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico, deseaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas. Abraham le respondió: Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos.

Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro. El otro replicó: Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, tengo cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento. Abraham le contestó: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen. El rico insistió: No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde

ellos, se arrepentirían. Abraham le replicó: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Señor Jesús, tu nos hablas de múltiples maneras, ayúdanos a no ser sordos a tu voz, que no dialoguemos con el demonio, pues saldremos derrotados, que con la fuerza de tu Palabra seamos capaces de permanecer en tu amor. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Consolar al triste” Y esta obra de misericordia corporal: “Dar de beber al sediento” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Sexta visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.


Lc 18,1-8. Orar sin desanimarse

Jesús les propuso una parábola para inculcarles que debían orar siempre, sin desanimarse: En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaba la gente. En la misma ciudad había también una viuda que acudía a él para decirle: Hazme justicia contra mi adversario. Durante bastante tiempo el juez no le hizo caso, pero al final pensó: Es cierto que no temo a Dios y no me importa la gente,

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pero esta viuda ya me molesta tanto que le voy a hacer justicia para que deje de importunarme de una vez.

Y añadió el Señor: ¿ya oís lo que dijo el juez injusto? ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, si claman a él día y noche? ¿Les hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia, y lo hará pronto. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra? Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Oración: Señor Jesús, maestro de oración, tú nos has enseñado a dirigirnos a Dios como a un Padre, danos la perseverancia y constancia en la oración, que no nos dejemos alcanzar por el desánimo o la pereza espiritual que destruye nuestra fe. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Rogar a Dios por vivos y difuntos” Y esta obra de misericordia corporal: “Enterrar a los muertos” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Septima visitaBendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.


Lc 18,9-14. El fariseo y el publicano

Jesús dijo esta parábola por algunos

que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás. “Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! te doy gracias porque no soy como los demás hombres: que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis ganancias. Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: ¡Oh Dios!, ¡ten piedad de mí, que soy un pecador! Os digo que este último regresó a su casa justificado y el fariseo no. Porque todo el que se ensalce será humillado, y el que se humilla será ensalzado. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.Oración: Señor Jesús, líbrame de la apropiación indebida de la justicia que me lleva a juzgar, condenar y a despreciar a los demás. Dame un corazón humilde y sencillo que me haga capaz de reconocerme necesitado de tu misericordia y de tu perdón. Amén.

Con esta obra de misericordia espiritual: “Perdonar las injurias” Y esta obra de misericordia corporal: “Socorrer a los presos” Tienes el compromiso de poner en práctica esta Palabra meditada.

Viernes SantoPasión y Muerte del Señor

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Para reflexionar y llevar a la vida:¿Cuáles son los hechos principales celebrados en este día?

¿Cuáles son los delitos por los que condenaron a Jesús?

¿Qué personajes decidieron su crucifixión?

¿Qué lección nos da la muerte de Jesús?

La liturgia de este díatiene tres partes:

1. Liturgia de la Palabra: Proclamamos el misterio de la Cruz en la Palabra.

2. La adoración de la Cruz: Invocamos la salvación del mundo por la fuerza de la Cruz.

3. La sagrada comunión: Participamos del cuerpo entregado de Cristo.

El Viernes Santo es litúrgico. La Iglesia no celebra en ese día la Eucaristía.

El sagrario lo vemos abierto y vacío y el altar está despojado.

El color de la celebración es rojo, signo de sangre, amor y muerte.

El sacerdote al inicio de la celebración se postra o se arrodilla como signo de humildad y reconocimiento del misterio celebrado.

La oración universal es la más solemne de la Iglesia.

Este día se lee la Pasión según san Juan.

Este día celebramos el acontecimiento de la muerte del Mesías en la Cruz y el naci-miento de su comunidad, la Iglesia, del “costado de Cristo en la Cruz”. Es el día de la muerte, aunque está cargado de esperanza. Cristo se entrega por todos. El Siervo del Señor, ahora muestra su amor y su solidaridad hasta el final: hasta la muerte en la Cruz. El que en la Última Cena se despoja de su manto, ahora se despoja de su propia vida. Dios entregando a su Hijo salva al esclavo. Cristo asume el pecado y muere en solidaridad con la humanidad.

La cruz con la muerte de Cristo en ella adquiere un nuevo significado:

De ser signo de derrota y humillación, es ahora para nosotros seguidores de Jesús, signo de victoria y libertad.

De ser un signo de muerte ahora por la muerte de Cristo es signo de vida.

De ser un signo de dolor y sufrimiento es ahora señal de entrega generosa y confiada a la voluntad del Padre.

De ser signo de maldición ahora es para todos signo de bendición abundante.

Para tener en cuenta

Las siete palabras de Jesús en la CruzPrimera palabra: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”(Lc 23, 34)

Su primera Palabra Jesús la dirige a su Padre: “Padre, perdónalos...” está orando con la oración que a nosotros nos enseñó y practicando lo que tantas veces había predicado: “Amad a vuestro enemigos, haced el bien a los que os odian” (Lc 6, 27- 35). Esta oración en lo

alto de la Cruz nos revela, a la vez el amor de Jesús por todos nosotros y el amor del Padre. Dios, siempre fiel a su amor, hace de la entrega de su Hijo motivo insondable de salvación y misericordia.

Segunda palabra: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23, 43).

En esta segunda palabra, está el Rey, actuando desde la Cruz. Tiene las llaves

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para abrir y cerrar. Desde la Cruz ofrece su Reino, el paraíso del Padre, a los hombres. Y lo primero, hermanos, es reconocer el propio pecado, aceptar la pobreza radical, la propia miseria. A los que así actúan Jesús les regala el Reino. Así lo había predicado en su vida, y así lo está predicando y ejerciendo en el momento de morir. Hablando con propiedad evangélica, Dios no necesita de nuestras obras para salvarnos. “Por gracia hemos sido salvados”. (Ef 2,5).

Tercera palabra: “Mujer, ahí tienes a tu Hijo… Ahí tienes a tu madre” (Jn 19, 26).

Al contemplar esta escena, nos muestra que Jesús, al morir no quería dejar a su Madre sola, confía su cuidado a Juan, su mejor discípulo y amigo. Si esto hubiera sido así, Jesús, al tomar de nuevo la palabra en la Cruz, se habría dirigido en primer lugar al discípulo. Pero no, se dirige primero a la Madre, la llama “mujer” y le dice: “Ahí tienes a tu Hijo”. Luego se dirige al discípulo y le dice: “Ahí tienes a tu madre”. ¿Qué le interesa en primer término a Jesús? Revelarnos la maternidad universal de María y entregarnos a su Madre para que fuera siempre nuestra Madre, la madre de la Iglesia y de toda la humanidad.

Cuarta palabra: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Mc 15, 34).

Jesús, por obediencia al Padre y amor a nosotros, ha tocado fondo en su Encarnación. El uno y el otro saben que el destino del hombre, de todo hombre, es Dios y no quieren que se pierda. Y el Hijo, para devolver el hombre a Dios, se ha sentido terriblemente solo, separado del Padre en el fondo mismo de su alma. Por eso grita. Porque este dolor es más agudo que todos los de la carne juntos. Pero su grito no es desesperación. Es una queja confiada, amorosa y segura. Es oración.

Quinta palabra: “Tengo sed” (Jn 19, 28).

Jesús ha mostrado toda su humanidad al suplicar un poco de agua, como cualquier agonizante. ¿Pero no hablaba también de otra sed? ¿Sed de amor, sed de comprensión, sed de salvación…? ¿No es ésta la sed de justicia a la que Él mismo aludió en las Bienaventuranzas? (Mt 5,6). En cierto modo, sí. Jesús experimenta en estos momentos, dentro de su corazón cansado, el drama de ver su oferta de salvación despreciada. Y el que ahora pide un poco de agua es para todos “la fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna” (Jn 7, 37ss.).

Sexta palabra: “Todo está consumado, todo está cumplido” (Jn 19, 30).

Ahora, a punto de morir, en esta sexta palabra, Jesús, la última y definitiva palabra de Dios al mundo, puede decir: “Todo está cumplido”. Todas las profecías sobre Él se han realizado. Que el Padre creó todo lo que existe por su Hijo (Jn 1,3) y todo era bueno (Gn 1,31). Que, a lo largo del tiempo, “habló de muchas formas a nuestros padres… (Hb 1,1-2). Y, por fin, en la plenitud de los tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.

Séptima palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46).

Jesús muere tranquilo. Inclina su cabeza en las manos del Padre y regala a los hombres su Espíritu. Así lo ha visto San Juan. Este Espíritu de Jesús continuaría su obra en el tiempo, haciendo todo nuevo: nueva la relación con Dios, como hijos en el Hijo; nuevo el culto y la oración, no en la angustia sino en la alabanza; nueva la vida entera, construyendo su Reino en el amor; nueva la muerte, entendida no como el final sino como la cuna de la vida, que ya es eterna. Amén.

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Oración ante el Santo Sepulcro

Juan 12, 23-24. “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante”. Palabra del Señor.

Reflexión: La muerte en una cruz constituía una pena denigrante, tanto que estaba destinada sólo para los esclavos, los provincianos y los criminales más bajos. No era común, por ejemplo, que se crucificara a un ciudadano romano; ellos tenían derechos que los protegían para no recibir esa muerte. Pero Jesús, siendo judío, y habiendo atentado con sus enseñanzas contra las más preciadas instituciones religiosas y políticas, tanto romanas como judías, fue condenado al vilipendio de la cruz. ¡Crucifícale!, fue el grito enfurecido de una turba de fanáticos que creían que Jesús debía morir a causa de su irreverencia.

La realidad es que Jesús sufrió una muerte violenta por ser fiel a la verdad predicada y por hacer el bien. Su vida y sus principios atrajeron la furia de muchos. No soportaron que sanara a un paralítico porque lo había hecho el día equivocado; no admitieron que se acercara a los marginados y excluidos;

no aceptaron que hiciera milagros sin el consentimiento de la jerarquía religiosa; no asintieron que el amor, como él decía, fuera la ley suprema de la vida.

La muerte de Jesús es una expresión del amor de Dios; gracias a ella es posible el perdón del Señor: «El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados» (1Jn 4,10). Es el perdón de Dios y la reconciliación con él lo que está en el centro de la celebración del Viernes Santo. Podemos, entonces, entablar una nueva relación con Dios; estar en paz con él, coexistir en relaciones armoniosas con los demás —que cuánta falta nos hace en este momento de guerras infames—, y vivir una existencia reconciliada con nosotros mismos y con la creación.

Dr. Carl� Andr� Vera A.Dr. Pollito

Médico Especialista en Pediatría(Universidad de los Andes)

Citas: 311 282 443920

Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el ayuno su resurrección. La gran lección de este día: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a él, como su madre María, está la Iglesia, la esposa callada a la espera de la Resurrección. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad. Es el día de la ausencia. El esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos musicales. Es el día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.El sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del viernes y la resurrección del domingo, nos detenemos en el sepulcro. Son tres momentos de un mismo y único misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado y resucitado: “se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo… se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo”… (Fil 2).

¿Qué puede impedirme mi ofrenda a Dios?

¿Cómo es mi relación con las personas que están a mí alrededor?

¿Creo que ellas se sienten valoradas y respetadas por mí?

¿Cómo reacciono ante las necesidades o dolores de quienes me rodean?

¿Cómo me comporto ante las debilidades o equivocaciones de los otros?

¿Hay alguien a quien necesito pedirle perdón para regresar a hacer mi ofrenda?

Para reflexionar

Sábado Santo

El sábado santo es un día alitúrgico, en cuanto a sacramentos: no se celebra la Eucaristía, pero sí hay oración.

Se recomienda la celebración del Oficio de Lectura y de Laudes con participa-ción del pueblo.

Cristo se ha hecho solidario hasta el fi-nal con el hombre mortal. Solidario de su fracaso, de su silencio, de sus mo-mentos de hundimiento y de muerte.

El silencio de este día es un silencio es-peranzador.

Bajar al hades significa algo más que morir: es ir al lugar de los muertos, bajar en solidaridad plena hasta lo más profundo de la muerte humana.

AM. 1.120Emisora vox dei

emisora dela diócesisde cúcuta

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Vigilia Pascual en la Noche Santa

Esta es una noche de vela en honor del Señor, que conmemora la noche santa en que el Señor resucitó. Es la noche más cargada de sentido. El “paso” de Dios en la historia de su pueblo, el paso de Cristo a la nueva existencia. La Vigilia Pascual es la celebración más importante que tiene la Iglesia en el Año Litúrgico. Inicia la cincuentena pascual, que es como un gran domingo en el que resuena el aleluya festivo porque el Señor ha resucitado.

La celebración litúrgica de a vigilia tiene cuatro partes:

1. Liturgia de la luz: se bendice el fuego nuevo, junto al canto del pregón.2. Liturgia de la palabra: la Iglesia contempla las maravillas que el Señor ha hecho en favor de su pueblo.3. Liturgia bautismal: nacimiento de nuevos miembros de la Iglesia.4. Liturgia de la Eucaristía: la Iglesia es invitada a la mesa preparada por el Señor para su pueblo, memorial de su muerte y resurrección.

En la Vigilia pascual de la noche santa, se proponen siete lecturas del AT, que recuerdan las maravillas de Dios en la historia de la salvación, y dos lecturas del NT, el anuncio de la resurrección según los evangelios y la lectura apostólica sobre el bautismo cristiano como sacramento de la resurrección de Cristo. La celebración de la Eucaristía es el punto culminante de la Vigilia porque es el sacramento pascual por excelencia, memorial del sacrificio de la cruz, presencia de Cristo resucitado, consumación de la iniciación cristiana y pregustación de la pascua eterna.

Simbolismo de la nocheEl simbolismo de la noche en la Biblia. Hace referencia a cuatro noches: la noche de la creación, la del sacrificio de Abraham, la de la salida de Egipto y la noche de la venida última del Mesías.Esta es la noche en que somos trasladados a la luz, a la vida, a la libertad, a la gracia.La noche da sentido a lo que se celebra, ella misma se convierte en signo del misterio celebrado. Al clarear el nuevo día celebramos con gozo la resurrección del Señor.

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«Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo» (Sal 118 [117],24).La celebración del Misterio Pascual de Cristo, culmina en su gloriosa Resurrección. Este día gira en torno a un gran acontecimiento: Jesús ya no está en el reino de los muertos, ha resucitado, está vivo, las mujeres que fueron a la tumba son testigos de esto y el ángel se lo confirmó con sus palabras. La pascua cristiana es de origen apostólico y memorial solemne de la pasión y muerte de Cristo y de su resurrección.El día del Señor como ha sido llamado el domingo desde los tiempos apostólicos ha tenido siempre, en la historia de la Iglesia, una consideración privilegiada por su estrecha relación con el núcleo mismo del misterio cristiano. En efecto, el domingo recuerda, en la sucesión semanal del tiempo, el día de la resurrección de Cristo. Es la Pascua de la semana, en la que se celebra la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, la realización en él de la primera creación y el inicio de la «nueva creación» (2 Cor 5,17).

La resurrección de Jesús es el dato originario en el que se fundamenta la fe cristiana (1Cor 15,14): una gozosa realidad, percibida plenamente a la luz de la fe, pero históricamente atestiguada por quienes tuvieron el privilegio de ver al Señor resucitado; acontecimiento que no sólo emerge de manera absolutamente singular en la historia de los hombres, sino que está en el centro del misterio del tiempo. En efecto, como recuerda, en la sugestiva liturgia de la noche de Pascua, el rito de preparación del cirio pascual, de Cristo « es el tiempo y la eternidad ». Por esto, conmemorando no sólo una vez al año, sino cada domingo, el día de la resurrección de Cristo, la Iglesia indica a cada generación lo que constituye el eje central de la historia, con el cual se relacionan el misterio del principio y el del destino final del mundo.

Domingo de Pascua

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Servicio Trámite de PartidasEl Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta (CCDC) ofrece el servicio de

trámite de partidas de Bautismo, confirmación y matrimonio que sean de otras Diócesis.

Informes: CCDC - Cll 9 # 8-87 Barrio El Llano

Teléfono: 5724601

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separata semana santa 2016

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