seminario 01
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• La búsqueda de la salud debe ser diaria así como se busca a Dios. • Santidad y vida saludable deben andar tomadas de la mano. Un cristiano consagrado vive diariamente los principios de salud instituidos por el Creador. Entonces, ¿cómo puedo tener salud en abundancia? pág. 78).TRANSCRIPT
• La búsqueda de la salud debe ser diaria así
como se busca a Dios.
• Santidad y vida saludable deben andar
tomadas de la mano.
Un cristiano consagrado vive diariamente los
principios de salud instituidos por el Creador.
Primer paso: Comience el día en la presencia de Dios
• La palabra de Dios en las primeras horas del día, produce salud. Cuanto más nutridos estemos de la Palabra Viva, más salud tenemos y mayor tendencia para prevenir y restaurar las
enfermedades.
• El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante. Da salud a cada una de las partes vitales: el cerebro, el corazón y los nervios. Por su medio las energías más potentes de
nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra al alma de culpa y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida. Con él vienen la serenidad y la calma. Implanta en el alma un gozo que nada en la tierra puede destruir: el gozo que hay en el Espíritu Santo, un gozo que da salud y vida. (Ministerio de Curación,
pág. 78).
Segundo paso: Use los verdaderos remedios.
¿Usted sabía que Dios tiene un médico que no cobra la consulta? Es la bondadosa criatura llamada
NATURALEZA. En ella podemos encontrar ocho remedios para curar a las personas y prevenir sus
dolencias y sufrimientos.
1. Aire puro • Remedio indispensable para la existencia humana. Es un
don gratuito de Dios a los hombres y mujeres.
“La influencia del aire puro y fresco hace que la sangre
circule en forma saludable por el organismo. Refresca el
cuerpo, y tiende a fortalecerlo y a hacerlo saludable,
mientras que al mismo tiempo su influencia se siente en
forma definida en la mente, pues imparte cierto grado de
compostura y serenidad. Excita el apetito, y hace que la
digestión sea más perfecta, induciendo un sueño sano y
dulce.” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pág. 123).
2. Luz Solar • “En la construcción de casas es de gran importancia asegurar
una completa ventilación y mucho sol. Haya circulación de aire y mucha luz en cada pieza de la casa. Los dormitorios deben estar dispuestos de tal modo que el aire circule por
ellos día y noche.
• Ningún cuarto es adecuado para servir como dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar
acceso al aire y a la luz del sol. En muchos países los dormitorios necesitan calefacción, de modo que puedan
quedar calientes y secos en tiempo frío y húmedo”. (El Hogar Cristiano, pág.132).
3. Uso del agua • El agua pura es una de las más grandes bendiciones que
Dios nos da.
• Son muchos los beneficios del agua: – Regula la circulación de la sangre
– Calma los nervios
– Respiración
– Digestión
– Saliva y lágrimas
– Control de la temperatura
– Flexibilidad
– Otras necesidades del organismo
Recuerde: La sed es una señal de que nuestra
hidratación está baja. Por eso, use ese remedio en
abundancia.
– Si quiere permanecer vivo - tome 5 vasos al día.
– Para sentirse muy bien - tome 8 vasos.
– Y para rejuvenecer diariamente - tome 10 vasos.
4. Ejercicio físico
• Investigaciones comprueban la importancia de los ejercicios físicos para la salud. El ejercicio es tan importante como el alimento.
• “El ejercicio aviva y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su
renovación, tan necesaria para la vida y la salud. La piel también se vuelve inactiva. Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio activo estimulara la circulación, mantuviera la piel en condición de salud, y llenara los pulmones con aire puro y
fresco”. (Ministerio de Curación, pág. 182). • Siempre que quiera comenzar una actividad física, consulte antes
un profesional de la salud. Después de eso, comience por el ejercicio que le recomiende; aquel que sea el mejor y se adapte a su
realidad financiera, social y geográfica.
• Caminar es uno de los ejercicios más completos y gratuito.
5. Reposo
• El exceso de trabajo y la falta de reposo causan una serie de dolencias. Felizmente, los cristianos
tenemos la bendición del descanso semanal: el sábado. Para un completo reposo, el ideal es dormir
antes de media noche.
• También es importante evitar el uso de alimentos antes de dormir. El proceso digestivo durante el
reposo no es adecuado e interfiere en la calidad del sueño.
6. Régimen de alimentación conveniente:
frutas, verduras, cereales y nueces.
• Una nutrición equilibrada y consistente, es un verdadero combustible para el cuerpo.
• Investigaciones muestran que solo una persona de cada diez consume regularmente frutas y vegetales, suficientes para
satisfacer la cantidad diaria de vitaminas recomendadas para el organismo.
• Una idea importante, es explorar una mayor variedad de alimentos en nuestro diario vivir, especialmente entre frutas,
verduras y vegetales, además de optar por la variedad de colores.
”Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. (I Cor. 10:31).
7. Abstinencia (temperancia) • Hasta lo que es bueno, debe ser usado con moderación. Muchas dolencias son causadas por la intemperancia en el
comer.
• El secreto es pensar menos en los alimentos temporales.
“Debemos estar constantemente meditando en la palabra, comiéndola, digiriéndola, y asimilándola al practicarla, de manera que sea llevada a la corriente de la vida. El que se
alimenta de Cristo diariamente enseñará a otros por su ejemplo a pensar menos en lo que come y a sentir mucho
mayor ansiedad por el alimento que da a su alma”. (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pág. 106).
8. Confianza en el poder divino
• Es el principal remedio. El poder curativo viene del Señor.
“No me seas tu por espanto, pues mi refugio eres tú en el día malo” (Jer.17:14).
• Para tener más salud es necesario tener amor, esperanza y alegría en el Señor. Es imperioso tener
la fe necesaria en Dios para que tengamos salud.
Conclusión • Cuando usamos cuidadosamente los verdaderos
remedios de la naturaleza, raramente tenemos necesidad de usar los medicamentos
tradicionales. 90% de todas las enfermedades, se originan en la mente y lo que afecta el cuerpo, afecta la mente. La religión de Cristo es uno de
sus más eficaces remedios.