revista dma – de hijas a madres (septiembre - octubre 2013)

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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA DE HIJAS A MADRES damihi animas 2013 Año LX Mensual n. 9/10 Septiembre/Octubre Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma

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Revista de la Hijas de María Auxiliadora

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REVISTA DE

LAS HIJAS DE

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DE HIJAS A MADRES

damihianimas

2013Año LX Mensualn. 9/10 Septiembre/Octubre

Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma

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4EditorialSesenta años de vida del DMAGiuseppina Teruggi

5DossierDe hijas a madres“Mujer, he aquí a tu Hijo”

13Primerplano14Una mirada sobre el mundoPrimavera jovenen la República Checa

16Alma y DerechoEstado Vegetativoy suspensión de la AHA

18Construir la PazCarrera al desarme

20Hilo de AriadnaMaternidad y más alláRelaciones que salvan

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Poste Italiane SpA

Spedizione in Abbonamento

Postale D.L. 353/2003

(conv. in L. 27/02/2004 n° 46)

art.1, comma 2 - DCB Roma

dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVia Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia ArciniegasPatrizia Bertagnini • Mara BorsiCarla Castellino • Piera Cavaglià

Maria Antonia ChinelloEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Maria Pia Giudici • Palma LionettiAnna Mariani • Adriana Nepi

Maria Perentaler • Loli Ruiz Perez Debbie Ponsaran

Maria Rossi• Bernadette SangmaMartha Séïde

2REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

sumario

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27En búsqueda28CulturasLa justicia: virtud compleja

30PastoralmenteUna regla para vivir

32En MovimientoEl MJS en la RepúblicaDemocrática del Congo

34En diálogoEntrevista a S. Anna María Geunay S. Rosa Mollo Freytas

35Comunicar36Se “HACE” para “DECIR”La Comunicacióny narración al femenino

38Mujeres en contextoUna madre encontrada

40Vídeo Habi, la extranjera

42LibroEs bueno creer en Jesús

44Música“De eso se trata”

46CamilaJugar en defensa

n. 9/10 Septiembre Octubre 2013Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11, 00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

TraductorasAlemán • Inspectorías alemana y austriaca

Español • Amparo Contreras ÁlvarezFrancés • Anne Marie Baud

Inglés • Louise PasseroJaponés • Inspectoría japonesa

Polaco • Janina StankiewiczPortugués • María Aparecida Nunes

EDICIÓN EXTRACOMERCIALIstituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c,

legge 662/96 – Filiale di Roma

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Informacionesnoticias novedades

del mundode los media

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nicativa; éste mismo es una mediación decomunicación que se inserta en el cursode la historia de un Instituto – como es elnuestro – esencialmente educativo y co-municativo. Por esto creemos hacer undon agradable a todas las Comunidadeseducativas, en particular a las FMA, conuna publicación que recorre los pasosdel camino cumplido en atención a lostiempos y mirada al futuro. Un recorridode historia cuyas fuentes están en Val-docco y en Mornese.El texto quiere ser también un gracias portantas Hermanas que en estos 60 añoshan acompañado el surgir, el crecer, elcualificarse de la Revista.

Podemos afirmar que el DMA es Revistafemenina y mariana. Nosotras, mujeresconsagradas para la misión, queridas porDon Bosco como “Hijas de María Auxilia-dora” vivimos hoy una estación favorableque nos permite penetrar y profundizarel sentido de nuestra tradición mariana yla identidad carismática, de la que Maríaes espejo”. El Convenio mariano que elInstituto celebra en este mes de septiem-bre en Roma sobre el tema “Filialidad, ca-tegoría que interpela la identidad maria-na de las FMA”, nos introduce de formaviva en el río de la larga tradición salesia-na y abre a nuevas perspectivas de futu-ro, para un renovado conocimiento delcarisma recibido como don.

[email protected]

Sesenta años de vida del DMA Giuseppina Teruggi

“La tradición es una realidad viva, poreso en sí misma incluye el principio deldesarrollo, del progreso. Como si dijéra-mos que el río de la tradición lleva siem-pre en sí su manantial y tiende hacia lafuente”, decía el Papa emérito BenedictoXVI. Custodiar la historia personal y lahistoria de la propia Familia significa asu-mirla, valorarla, profundizarla, hacerla vi-va y entregarla al futuro. En total fideli-dad, porque la mirada está siempre haciala fuente.

En el surco de la memoria de un don re-cibido en gratuidad y a “custodiar” conamor, en este número la Revista DMA vaacompañada de otra publicación con eltítulo: “La comunicación en la historia delInstituto de las FMA”. Como Ámbito parala Comunicación social hemos elegidocompartir un trozo de nuestra historiapara celebrar los 60 años de la vida de laRevista, nacida con la intención de soste-ner el camino educativo y la acción cate-quística de las FMA y publicada por vezprimera en el año 1952-53 en Milán. Hoyel DMA asume la tarea de ser mediaciónde las orientaciones del Consejo Generaly de ayudar a las Hermanas en el procesode autoformación. Se compromete enprofundizar las temáticas de los Capítu-los Generales, en atención constante a larealidad de la Iglesia y del mundo.

Es instrumento formativo que ofrece laoportunidad de entrar en una red comu-

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De hijas a madres

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cristiano. Para nosotras Hijas de María Auxi-liadora, es una llamada a confrontarnos conella en cuanto hija, hermana y madre. Filiali-dad, fraternidad como hermanas y materni-dad son tres dimensiones típicamente rela-cionales que envían esencialmente a nues-tra identidad carismática a servicio de las jó-venes generaciones. En el fondo se trata detomar profundamente conciencia de nues-tra existencia filial, fraterna y materna.

Con María reconocerse hija del Padre

Las fuentes de la Sagrada Escritura nos reve-lan que la filialidad constituye la mayor he-rencia del ser humano. En efecto, en el de-signio de amor del Padre, aún antes de lacreación del mundo estaba la llamada uni-versal a ser sus hijos (cf. Ef 1,3-6). Por lo tan-to, la primera vocación del cristiano es vivircomo hijo del Padre. María, la primera quevivió esta experiencia filial, porque llamadaa una comunión única con su Hijo divino,que tomó de ella su humanidad. “María fuepuesta en condición de total apertura yunión con el Padre, realizando una situa-ción espiritualmente paradójica: en efecto,ella no sólo era hija del Padre, sino tambiénmadre del Hijo. La paternidad de Dios enella venía vivida también como maternidadfilial. Y como el Hijo era todo del Padre y to-do dirigido hacia el Padre, también Maríaera toda del Padre y toda dirigida hacia elPadre” (AMATO, 2000).En la joven mujer de Nazaret, hija predilectadel Padre, además de la imagen reveladorade Dios, se encuentra la alta dignidad de la

De hijas a madres Mujer, ahí tienes a tu hijo Martha Séïde

A conclusión de la Encíclica “Deus caritasest” Benedicto XVI invita a mirar a María,madre del Señor como “espejo de toda san-tidad” (nº 41). Acogiendo esta invitación,queremos confrontarnos con María, con-templarla como espejo de nuestra identi-dad. En efecto, según los estudiosos, desdelos tiempos antiguos, una estrecha cone-xión ha unido espejo e identidad, dado quevarias y múltiples son las implicaciones asu-midas a través del espejo en los procesos dela formación del yo y de la construcción dela identidad personal (cf. BUCCHI F., Spec-chio e identità personale: riflessioni peda-gogiche 2007).

La identidad se construye en la interaccióncon el otro y constituye el presupuesto detoda reciprocidad positiva y de toda rela-ción fecunda. Se trata de una identidad rela-cional y múltiple, concebida como conjuntodinámico de distintos elementos. Desde es-ta premisa, surge el valor educativo del es-pejo, que no es sólo emblema de identidady simetría, sino que contiene también lo in-verosímil, la paradoja que en la realidad noes visible y que hay que descubrir, a costade riesgos y aventuras. Espejo e identidad serevelan así íntimamente entrecruzados enrecorridos que desvelan en su complejidaduna fecunda singularidad a nivel educativo,abriendo nuevas perspectivas y sugiriendoitinerarios formativos que se pueden reco-rrer a todos los niveles (cf. L. cit).

Afirmar que María es el espejo de nuestraidentidad es una invitación a espejarse enella para reconocerse y reencontrarse como

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criatura humana, llamada a responder conla libertad de la fe a la llamada divina. María,como mujer libre y responsable en el res-ponder rápidamente al momento de laanunciación, revela la vocación última de lapersona humana; la comunión dialogante yamante con Dios Padre, por medio del Hijoen el Espíritu (cf. PEDICO, 2002).De su experiencia filial, María traza un reco-rrido formativo para el creyente invitándolea entrar con más conocimiento en el pro-yecto original de Dios. Como hija predilectadel Padre, ella invita a la persona humana aacoger la paternidad de Dios y, consiguien-temente, a reconocer la propia identidad fi-lial envuelta por el amor de Dios. Además, laexperiencia de la paternidad de Dios haceredescubrir a cada persona su ser criaturaredimida por Cristo en la gratuidad total.De esta forma, María, la nueva hija de Sión,la llena de gracia, constituye para la huma-nidad un ejemplo de persona plenamenteconcluida porque recreada. Por lo tanto,

ella vuelve a entregar a la humanidad la cre-ación, sea como espacio de vida a custodiary no a abusar de él, sea como lugar de ala-banza a Dios y de servicio a los hermanos.Así, el creyente que experimenta la paterni-dad de Dios según el camino mariano, sereconoce hijo en el Hijo y está llamado aasumir la dimensión filial de la relación.

Asumir la dimensión filial de la relación

La acogida de la filialidad como vocaciónrequiere ante todo el compromiso de asu-mir la condición filial como categoría antro-pológica. Esto significa que no estamos enel origen de nosotros mismos, sino que so-mos “originados”, “generados”, y por lo tan-to somos llamados a aceptar vivir senti-mientos de dependencia, de gratitud, deobediencia. A la escuela de María, ser hijano es sino la respuesta gozosa y llena deamor a un Amor que nos precede.

En esta relación tan implicativa, se puedeencontrar el sentido profundo de los con-

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carle a la acogida del Evangelio. Por lo tan-to, la filialidad es el presupuesto funda-mental para vivir la fraternidad.

Filialidad abierta a la fraternidad

Si la vocación de cada ser humano se reali-za al asumir la condición filial, la fraternidades su consecuencia lógica. El conocimientode la paternidad universal implica la acogi-da de todos los seres humanos como her-manos y hermanas. Filialidad y fraternidadse encuentran en una única relación queorienta a la persona en su relación con Diosy con el prójimo, Afirma Papa Francisco queninguna criatura es hijo único; por lo tantosi no se puede vivir como hermanos, difícil-mente se podrá ser hijo (cf. Homilía 20 dejunio de 2013). Se trata de un vínculo que empuja a viviruna relación solidaria y responsable res-pecto al otro, en el respeto, en la compren-sión, en el amor hecho don generoso de símismo. Cuando las personas fundamentensus relaciones en estas realidades, enton-ces tendrá lugar la civilización del Amor.María como hermana nos indica el camino.

Como María hermana nuestra

Según la marióloga María Marcelina Pedi-co, María es hermana nuestra por vínculosde naturaleza y de gracia: su fe es nuestrafe, su esperanza es nuestra esperanza, suservicio al Señor es aquel que cada uno denosotros está llamado a ejercer. En cuantohermana, María se ha hecho cercana a lossuyos y se ha hecho compañera de todosnosotros. Elegida por Dios para ser madredel Verbo encarnado, es una hermana delpueblo redimido por Cristo su Hijo. Consi-guientemente, vínculo de hermandad quela une a la estirpe de Adán y la hace solida-ria con cada persona. Los teólogos ayudana un mayor conocimiento manifestandocuatro razones fundamentales de la her-mandad;— María es criatura, parte del cosmos, tie-

sejos evangélicos para una persona consa-grada en un Instituto mariano. Somos ca-paces, como María primera discípula, deabandonarnos en la fe al amor exclusivodel Padre en el seguimiento del Hijo. Enefecto, la certeza de que Dios Padre la ha-bía pensado con amor desde la eternidadsuscita en ella aquella confianza-abando-no filial que le consiente responder “sí” alanuncio del Ángel. La dimensión de la po-breza-pequeñez es acogida y vivida conserenidad porque precisamente en su serpobre, María descubre el motivo de la pre-dilección del Padre y por esto respondecon sentimientos de alabanza y de gratitudcantados en el Magníficat.

Asumiendo la dimensión filial de la rela-ción en el Hijo, el creyente instaura una for-ma nueva de relación consigo mismo, conlos demás, con el mundo, que convergeprecisamente en el amor mutuo. Por lo tan-to, la filialidad asumida y vivida como voca-ción nos lleva hacia la plenitud de nuestrahumanidad, perfecciona nuestras dotes re-lacionales, da calidad a nuestra relacióncon la creación y con la historia. En realidadnos restituye la armonía originaria de la co-munión con el Dios trinitario, con la comu-nidad de los hombres vistos como herma-nos y con el cosmos considerado bien pre-cioso a custodiar no a traficar.

Además, la participación en el Misterio Pas-cual es un elemento esencial de la condi-ción filial. María y Juan son sus testimonioscreíbles en su capacidad de estar en silen-cio bajo la cruz y dejarse restituir el don dela filialidad/maternidad que se hace un donuniversal: María, Madre de la humanidad yen Juan todos hijos de la madre.La singularidad de María como mujer cre-yente, por la cual es constituida madre en lafe, no la encierra en el aislamiento sino quela hace hermana que con amor se pone allado de cada discípulo y le acompaña consolicitud en el camino de la vida para edu-

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ne el mismo origen, tiende a la misma metade las otras criaturas;— es verdadera hija de Adán privilegiada;por lo tanto comparte con nosotros la natu-raleza humana, sometida a la experienciadel dolor y al misterio de la muerte, peroque tiende hacia la plenitud de la vida, de laverdad, del amor;— es hija de Abraham; por lo tanto perte-nece a la descendencia del pueblo elegidoy con nosotros reconoce en Abraham a“nuestro padre en la fe”. Es el más excelsofruto de la redención (SC 103); por lo tanto,como nosotros, ha sido redimida por Cris-to, aunque “de forma sublime” (LG 53) ydistinta;— es miembro supereminente de la Iglesia(LG 53); con nosotros y como nosotros viveen el espacio de comunión creado por elEspíritu.Por estos presupuestos, la hermandad deMaría, es una llamada dirigida a todos los

cristianos y a aquellos de la vida consagra-da en particular a calificar la relación frater-na construyendo comunidad comunión.

Calificar la relación fraterna

En María hermana, la relación en comuni-dad se hace cercanía, acompañamiento re-cíproco y un compartir la vida. Las personasconsagradas sienten a María cercana en sucamino de fe, en las modalidades existen-ciales del seguimiento de Cristo, en la de-terminación a vivir de forma estable el man-damiento del amor fraterno.Según Pedico, para Pablo VI más que un tí-tulo la expresión “hermana nuestra” indicauna realidad que pone a María directamen-te en relación con nosotros. Realidad queexpresa y presenta la persona humana deMaría, su ser mujer inserta en una comuni-dad de hombres y mujeres, solidaria concada hermano y cada hermana con los quecomparte alegrías, esperanzas, miedos, di-ficultades. Es una hermana única, excepcio-nal, pero siempre hermana verdadera.De ella podemos aprender a ser en comu-nidad hermanas capaces de realizar, aúncon fatiga, el verdadero clima de familiadonde cada una intenta acoger siempre alas hermanas con respeto, estima y com-prensión, en actitud de diálogo abierto y fa-miliar, de benevolencia, de verdadera y fra-terna amistad, valorando cuanto ellas apor-tan a la comunidad y dan lo mejor de sí mis-mas para construir día tras día la casa-co-munión (cf. Const. FMA, art. 50).

Construir juntas la casa-comunión

La hermana que encuentra en María unaHermana mayor, en el discipulado de Cris-to el Hijo, se compromete a identificarsecon Él, viviendo sus mismos sentimientospara construir juntos la casa-comunión. Eldocumento La vida fraterna en comunidadhace una síntesis de este aspecto cuandomanifiesta que la fraternidad no es un pro-

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osar activar las estrategias adecuadas paramejorar la situación. Es una cuestión vital,“toda la fecundidad de la vida religiosa de-pende de la calidad de la vida fraterna encomún” (VFC nº 71). El camino es claro, oaceptamos ser estériles mozas solteras odecidimos vivir como madres fecundas.¿No sería también una de las causas por lasque las jóvenes generaciones tienden a ser-virse de nuestros servicios y a no compartirnuestra vida? María de Nazaret, mujer derelación fecunda, nos enseña el camino dela maternidad fecunda.

Con María hacerse madre

“Hija” y “hermana” llena de confianza en elproyecto de Dios y abierta a la humanidad.María ha merecido ser Madre de Jesús y detoda la humanidad. Las palabras de Jesús enla cruz, “Mujer, ¡he aquí a tu hijo!”, y al dis-

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ceso automático por el simple hecho deencontrarse juntos en una misma comuni-dad, es un largo camino de conversión y deascesis para ser hermanos y hermanas: “Porel don de la comunión brota la tarea de laconstrucción de la fraternidad, es decir, delser hermanos y hermanas en una dada co-munidad donde estamos llamados a vivirjuntos. En la aceptación admirada y grata dela realidad de la comunión divina que hacepartícipe a pobres criaturas, procede laconvicción del necesario compromiso parahacerla cada vez más visible a través de laconstrucción de comunidades “llenas dealegría y de Espíritu Santo” (He 13, 52)” (VFCnº 11).

Si todavía hoy, las dificultades de relacióncontinúan siendo el mayor problema denuestras comunidades, es signo de que senecesita la valentía de una sana revisión y

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cípulo “He ¡aquí a tu madre!” vienen a con-firmar la singularidad y la universalidad deesta maternidad. Según el conocido teólo-go jesuita Jean Galot, el don de María porparte de Jesús es completo. Él la llama “mu-jer” y la instituye madre con una nueva ma-ternidad. Esta nueva maternidad tenía unacapacidad singular, porque relativa a un so-lo discípulo. Pero a través de este discípulo,tenía que comportar una relación con cadadiscípulo, y asumir así un valor universal.Además, dada la circunstancia de la entre-ga, la novedad está marcada por los doloresde un nuevo parto. Jesús en la cruz pareceinvitar a su madre dolorosa a deponer eldolor para redescubrir su maternidad másauténtica, su capacidad de amor. El biblista,siervo de María, P. Hermes Ronchi afirmade forma eficaz: “En nombre de la materni-dad, María es ayudada a deponer aquel do-lor que quisiera ser totalizador y a pasar aun nuevo hijo, a un nuevo amor. Esta es lapascua de María: maternidad herida y querenace. Herida y multiplicada”. Es una invi-tación a vivir la vocación materna como unrecurso para proteger, custodiar y hacer re-florecer la vida donde prevalece la muerte. Hoy nos cuesta engendrar, antes bien no sequiere engendrar, porque significa sufrirlos dolores del parto. María bajo la cruz, enescucha del Hijo, aprende la maternidadhospitalaria y engendradora.De ella aprendemos a ser casa acogedorapara los jóvenes, creyente gozosa, materni-dad herida por los sufrimientos de nuestromundo pero engendradora porque acogi-da con amor. María es nuestra madre por-que engendra nuestra identidad de hija,hermana y madre y nos invita a acoger co-mo ella la maternidad como don.

Acoger la maternidad como don

La entrega del discípulo a María, y de Maríaal discípulo en el Gólgota, nos ayuda a en-tender el valor de la maternidad como don

porque ser madre es la vocación eterna deMaría. El don de María como madre de losdiscípulos es el último don hecho por Jesúsantes de la muerte. Es su testamento. Acoger la maternidad como don implica,ante todo, gratitud y compromiso. Gratitudpor su amor infinito que ha querido com-partir con nosotros su tesoro más precioso:su Madre, que recibe la misión de cuidarsede nosotros como de un hijo. Además, es-tamos agradecidos porque por esta entregadel Hijo, estamos asociados a la misión ma-terna con la tarea de ser también nosotrasmadres para todas las personas que entre-cruzamos por el camino de la vida. En estesentido, la maternidad es una tarea tensa agenerar vida en todas sus manifestacionesde amor, de servicio, de perdón, etc. Se tra-ta de una maternidad en misión, es decir,por los caminos de la evangelización.

Asumir la maternidad como misión

Desde el inicio, la maternidad ha sido aco-gida por María como una misión. Bastepensar en la premura del camino hacia Aín

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“El redescubrimiento de María como hija predilecta del Padre ha de significar para nosotros, el redescubrimiento de nuestra verdadera identidad de “hijos de Dios”. Invocar a Dios comoPadre es para cada uno de nosotros reencontrar nuestraverdadera identidad de hombresnuevos creados a imagen y semejanza de Dios, y recreados como hijos adoptivos en Cristo, por medio también de María la predilecta” (Mario Cimosa).

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“La maternidad es hospitalidad que par-te en peregrinación hacia los herma-nos. Esta es la actitud suprema, esta la bre-cha abierta en el asedio del dolor, esta laperegrinación hacia el otro que todos he-mos de intentar prolongar. Cura a otrosy curará tu herida. Ilumina a otros y te ilu-minarás (Is 58). Apaga la sed de otros y tused se aplacará. Quien mira sólo a sí mis-mo no se ilumina nunca, nunca resurge(...).El mundo es un inmenso llanto, peroprecisamente mirando al calvario tam-bién podemos decir que es un inmen-so parto, y que nos habla de la uniónmisteriosa que el dolor ha entrecruza-do con la maternidad y con la novedad.

Karim, y en la solicitud en las bodas de Ca-ná, para comprender el estilo activo, em-prendedor, decidido y creativo de María.Como primera evangelizada se convierteen la primera evangelizadora. El prototipode todos los misioneros del Evangelio. LaIglesia misionera encuentra en María unmodelo extraordinario y está llamada a ade-cuar el propio paso a su ritmo.La misión de María como Madre se ha desa-rrollado en la obra típica de la educación deJesús, llevada adelante en la corresponsabi-lidad con José, el padre adoptivo. En estesentido, la que era la engendradora de Diosera también su educadora. Galot lo recalcacon fuerza: “La mujer que, siendo Madre deDios, ha educado al Hijo de Dios, ejerce to-davía un influjo en la vida espiritual de lahumanidad con los frutos producidos enCristo por su educación materna”. Desde

este punto de vista, las comunidades edu-cativas tienen que aprender el estilo educa-tivo mariano para hacer crecer a las jóvenesgeneraciones según la lógica evangélica.También la nueva maternidad se ha confia-do a María como una misión. Se trata deuna misión singular dirigida a acompañar alos hijos/discípulos para llevar a cumpli-miento la misión del Hijo. En la acogida deldiscípulo se abren las perspectivas para uncamino progresivo de identificación conella en el culto, en la interiorización de susactitudes para ser como ella, hija, hermanay madre. En este sentido, asumiendo a Ma-ría como el espejo de nuestra identidadpuede ser un camino fecundo para una re-novación carismática a favor de la nuevaevangelización.

[email protected]

Lo nuevo siempre nace con dolor.El grito victorioso del niño que viene ala luz es un grito de sufrimiento, perosuperado por la victoria de la vida; an-gustia superada por la alegría del naci-miento y de la maternidad.Nuestra vocación es aquella misma deSanta María, una maternidad universal:custodiar, proteger, cuidarse de, amar.Todos tenemos una tarea suprema quees la de custodiar vidas con nuestra vida. Sobre todo las vidas débiles.María no ya madre porque su hijo estámuriendo, vuelve a ser madre: “He aquía tu hijo”; madre de maternidad herida;un hijo muere; maternidad resanada:“He aquí a tu hijo”; maternidad multi-plicada; “todos nosotros somos sus hijos”.

(Extraído de Ronchi E., Le case di Maria,121-122)

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Profundizaciones

pedagógicas bíblicas

y educativas

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bién la belleza de haber sabido luchar porun ideal de libertad, conquistada sin guerra.La crisis actual de la economía, y en generalla crisis antropológica que ha herido a di-versas sociedades de Europa, no ha dejadofuera a los jóvenes de la República Checa.En efecto, a muchos de ellos, terminados losestudios, les cuesta encontrar trabajo, y amenudo se han de contentar de lo que seles ofrece, abandonando sus sueños y des-cuidando las competencias adquiridas enlos años de estudio. De esta forma es difícilhacer proyectos a largo plazo. Se vive al día,y esto puede apagar los sueños. Los adoles-centes se encuentran en cambio viviendosituaciones muy difíciles en las propias fa-milias. Hay muchas parejas de divorciados,muchas separaciones dolorosas, sobre todopara los hijos.

Lo que amenaza la esperanza

Un fenómeno que está asumiendo una di-mensión preocupante es el de las depen-dencias del alcohol, del humo y de las dro-gas. A menudo para los jóvenes es una fugade los propios problemas, una forma parano pensar, para experimentar emocionesfuertes y a veces se convierte en la únicamanera para sentirse vivos. A menudo notienen a nadie con quien hablar, y sus pa-dres están demasiado cogidos por los pro-pios problemas y por su trabajo que nuncatienen tiempo para los hijos.Pero estos jóvenes siguen soñando la liber-tad. Una libertad personal que les permitasoñar y construirse autónomamente el pro-pio futuro. Pero también una libertad socialporque se dan cuenta de que a menudo so-

Primavera joven en la República ChecaMarie Kucerová

La República Checa cuenta hoy con pocomás de 10 millones de habitantes, con unaedad media que hace de ella un país joven.Su capital Praga, se jacta con una historiamilenaria, rica de cultura y centro europeode intercambio entre jóvenes universitariosprocedentes de toda Europa. La RepúblicaCheca nació junto a Eslovaquia, el 1 de ene-ro de 1993, por la pacífica escisión de Che-coslovaquia, que ya desde 1990 había asu-mido el nombre de República FederativaCheca y Eslovaca. En estos veinte años de independencia ydemocracia muchas cosas han cambiado. Elcomunismo había intentado ocultar la ri-queza cultural del pueblo Checo, sin lograr-lo del todo. Fuerte con la propia concienciahistórica y con las propias raíces culturales,el pueblo checo ha sabido conservar supropia identidad, cultivando siempre idea-les de libertad y de independencia. Esto gra-cias también a la presencia de líderes quehan sabido ofrecer horizontes amplios ygrandes ideales.Como en todo totalitarismo, que retiene elpoder, tiene temor del libre pensamiento ysobre todo tiene miedo de quien hace op-ciones siguiendo la propia conciencia. He aquí porque está siempre la tentativa de borrar todo sentimiento religioso. Hoy,no obstante haya libertad de expresión reli-giosa, más de la mitad de la población se declara atea.Los jóvenes nacidos después de la indepen-dencia, conocen las consecuencias del co-munismo sólo por las narraciones de suspadres, que conservan el recuerdo de lossufrimientos de los años difíciles, pero tam-

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mos esclavos de leyes de mercado a servi-cio de una economía que se hace cada vezmás inhumana. Desean el interés de losadultos a su respecto. Quieren ser acogidosasí como son, y sienten un gran deseo deser amados.Lo que les hace más felices es el interés delas otras personas, el amor sincero. Algunosbuscan su felicidad en el consumir expe-riencias, en el buscar tener muchas cosas,en la diversión desenfrenada. Pero todas es-tas cosas luego provocan en ellos un ciertosentido de insatisfacción. Cuando en cam-bio logran sentirse útiles, haciendo expe-riencias en las que se ponen al servicio delos demás y perciben que son importantespara alguien, entonces nace en ellos un sen-timiento de alegría más profundo. He aquíporque se adhieren con entusiasmo a lasexperiencias de voluntariado y de servicioque se les proponen.A menudo su esperanza está amenazada.Muchas veces son espectadores de aconte-cimientos desconcertantes, y se encuentrancon ejemplos de adultos que hacen opcio-nes equivocadas.El sentido del vivir común está amenazadopor una gestión política de la vida públicaque está atravesando un momento de crisis.

Y esto quita confianza en el pensamiento deconstruir un futuro mejor. También el no te-ner certezas y una familia sólida, les quitaseguridad. Miran al mañana y entrevén nu-bes que crean sus dificultades.Como la mayoría de jóvenes europeos, es-tán muy abiertos a los intercambios inter-culturales, la soledad que a menudo se en-cuentran viviendo en la propia carne, lesempuja a apuntar mucho a la amistad entreiguales y por eso utilizan mucho la red, lasredes sociales para sentirse parte del granmundo que a menudo cambia demasiadorápidamente.La forma de vestir, los locales que frecuen-tan, la música que escuchan, todos son indi-cadores del grupo al que pertenecen.Todo esto se convierte en un contexto en elque la presencia de las fma está desafiada atomar la palabra, escuchar, entender. Sonjóvenes que necesitan atención, acogida,personas que les indiquen un camino de es-peranza y de futuro. Necesitan de quiencree en ellos y les da confianza. De quienapuesta por sus capacidades de construiruna sociedad fundada en valores modernosde la solidaridad, del respeto de las diferen-cias, del intercambio cultural, de la amistadentre los pueblos.

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una vez alcanzada una condición de estabili-dad clínica, ya no se la puede considerar “pa-ciente o enferma”, sino sujeto con gravísimaincapacidad, a causa de una vida de relaciónprofundamente bloqueada y por la total im-posibilidad de vida autónoma. Precisamenteesta situación plantea, por su misma natura-leza, múltiples y delicadísimos problemas,no sólo médicos, sino también y sobre tododeontológicos y jurídicos, en una palabrabioéticos. ¿Es justo pedir la interrupción de la AHA esdecir, la alimentación e hidratación “asisti-da” (a través de la sonda) para quien está enestado vegetativo? ¿Existe un confín entre lasuspensión y la eutanasia o bien no? En fin,¿quién está legitimado a avanzar esta solici-tud por cuenta de quien se encuentra en es-tado vegetativo y, sobre todo, lo está verda-deramente? Interrogantes que resuenandesde decenios en el debate internacionalsobre la cuestión, reavivado después de quelos descubrimientos científicos han demos-trado como un buen 40% de la diagnosis deEV estuvieran equivocados y como algunospacientes reemprenden contacto con el am-biente incluso más allá de los límites tempo-rales convencionalmente previstos.Ahora ya son innumerables las sentenciasen todo el mundo que acogen y repelen lapetición de suspensión de la AHA con lasmotivaciones más extravagantes y menoscoherentes posibles que ningún otro ramodel derecho conoce, creando un desconten-to común sea por cuanto concierne al dere-cho, como por cuanto concierne a la medici-na, pero sobre todo gran confusión en la co-lectividad.En ámbito médico las orientaciones son dis-

Estado Vegetativo y suspensión de la AHARosaria Elefante

La conciencia es la función del sistema ner-vioso central que consiente al ser vivientedarse cuenta del ambiente cercano y de símismo.El estado vegetativo (EV), caracterizado porla pérdida importante de algunas funcionescerebrales, es uno de los posibles resultadosdel “coma”. La situación clínica del pacientees estable, con funciones vitales autónomas;duerme y se despierta con ritmos regulares,respira solo, no está enganchado a ningunamáquina, tiene una buena actividad cerebraly, sobre todo, no es un enfermo terminal. Amenudo logra incluso tragar, pero emplearíademasiado tiempo para comer y beber conlos cubiertos normales, y si algún fragmentode alimento fuera de través habría el peligrode una “pulmonía por ingestión”, a menudoletal. Por eso las personas en EV casi siempreson alimentadas por sonda (nariz gástrica, ocon la PEG). Una persona en EV no muestratener relaciones con el mundo exterior, ypor esto su condición se define con la pérdi-da de la conciencia. Pero la conciencia no esun parámetro mesurable ni mucho menoscuantificable, como la presión sanguínea oel nivel de glicemia.Todavía no se puede identificar, dentro delcerebro, donde reside la conciencia, y por lotanto no es posible establecer correlacionesciertas, por ejemplo, entre partes lesionadasdel cerebro y pérdida del conocimiento deuno mismo.Por lo tanto, utilizar la falta de conciencia pa-ra definir el EV no es apropiado, por el sen-cillo motivo que no se puede valorar la pre-sencia o menos de conciencia en una perso-na, y tanto menos medirla.Aquella en EV, en suma, es una persona que

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tintas y nunca uniformes, también porque amenudo procedentes de médicos que no seocupan de personas en EV.Jurídicamente, la interrupción de la AHA tie-ne los extremos de la “eutanasia pasiva”, da-do que representa una forma de omisión dela terapia, que habría diferido la muerte delpaciente, de la que es responsable el médi-co que sea como fuere tiene la obligaciónde cuidado sobre todo hacia quien está in-consciente.Esta obligación viene a menos sólo cuandola utilidad y la proporcionalidad de la terapiamédica no están en grado de producir unbien para el paciente o cuando haya su di-sentimiento actual.En el caso de estado vegetativo, además, sibien haya gravísima implicación de la activi-dad encefálica, es imposible cualquier argu-mentación dirigida a legitimar una condi-ción de muerte, consiguiendo pues deber y obligación de cuidado. Como también no

se pueden considerar alimentación e hidra-tación una obstinación terapéutica, siendosencillos actos para la satisfacción de necesi-dades primarias. Por lo tanto, es imposiblecomprender porque demasiado a menudoen el sostenimiento vital se reconozcan loscontornos de una ofensa a la dignidad hu-mana.Pues, si la matemática es un concepto a yux-taponer a la materia jurídica, lo mismo nopuede decirse para nada para el magmáticoarte médico. Las certezas y lo inamovible enámbito bioético son, según mi parecer,fuente de peligrosos inmovilismos y de si-tuaciones paradójicas ciertamente no carac-terizadas por la coherencia.Si bien determinados límites, dirigidos a lasalvaguardia del hombre, entendido comopersona, sea él paciente, sea él médico, hande ponerse por el legislador, éstos no pue-den ser sino el fruto de un cerrado, sereno eigualmente sincero diálogo, susceptible depersonalización y, sea como fuere, disponi-ble a revisiones continuas, que no puedenconsiderarse estáticas y fijas.Es probable que el sufrimiento insoportable– del que hablan promotores y mantenedo-res de la eutanasia – no sea el sufrimiento de los enfermos (en los que alimentación ehidratación junto a los cuidados paliativosidóneos sostienen precisamente aquelladignidad), sino aquel de quien fija la miradaen ellos, les asiste, les cuida y de quien, de-lante del sufrimiento humano, aún gozandode óptima salud, teme, reconociéndolo, unallamada excesivamente directa al propio límite y por lo mismo al terrible miedo de lapropia muerte.Ningún ser humano puede, ni debe, tenertanto poder sobre otro (en realidad ni si-quiera sobre sí mismos) al punto de elegir aplacer su muerte como instrumento paraobtener beneficios de cualquier tipo, aun-que fuera la eliminación del sufrimiento.Dificilísimo acompañar “en el morir”. Rápidoel acompañar “a morir”.

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discusiones que han durado años, servirá areglamentar a nivel internacional este co-mercio, a crear estándares para los trasla-dos apuntando a rebajar la venta misma delas armas, en la tentativa de disciplinar sucompraventa también desde un punto devista “moral”. “Un paso importante, pero atención a loslímites que contiene el Tratado sobre el co-mercio de las armas convencionales – es laadvertencia de Mons. Silvano María Toma-si, Observador permanente de la Santa Se-de en la ONU de Ginebra -. Es un paso muypositivo, porque el objetivo es buscar pro-teger la vida humana y facilitar el respetode los derechos humanos. Es también laocasión para una acción de convergenciaecuménica porque, además de la Santa Se-de, también varias denominaciones cristia-nas se han puesto en la misma longitud deonda. Pero hay límites también bastantefuertes en este Tratado. Ante todo, no hayun mecanismo de control y además hayposibilidades por caminos opuestos de lle-var adelante el mismo tráfico de armas”(Cf. Radio Vaticano, 04.04.2013).

De la potencia militar a la potencia del servicio

El desarme militar y bélico requiere deci-siones políticas y, aún antes, una gran con-versión de tipo cultural y ético; el paso dela potencia (impotencia) militar a la poten-cia del servicio.“La Doctrina social de la Iglesia propone lameta de un desarme general, equilibrado ycontrolado. El enorme aumento de las ar-mas representa una amenaza grave para la

Carrera al desarmeJulia Arciniegas

La carrera al desarme tiene un polo opues-to, contradictorio: la carrera a los armamen-tos, tanto nucleares como convencionales.Después de la caída del muro de Berlín,muchos Estados han enriquecido el propioarsenal bélico. Para confirmar la intensidadde este fenómeno está la última relacióndel El instituto Internacional de Estocolmopara la Investigación de la Paz (SIPRI). Los datos consienten afirmar que, en elcontexto de la crisis hodierna, el mercadode las armas es el único no sólo a quedarexcluido, sino a elevar las cifras. Del 2008 al2012, entre importaciones y exportaciones,el gasto mundial en armas ha pasado de56,5 a 73,5 mil millones de dólares.En el último quinquenio, las exportacionesde la industria bélica de Pekín han aumen-tado en el 162% respecto al período prece-dente. Así, a la cabeza de la clasificación, secoloca China seguida por India, Japón,Australia y Corea del Sur. Sin embargo, amantener la primacía en el mercado mun-dial de las armas están siempre EstadosUnidos con una cuota igual al 30% de la ex-portación global. Después viene Rusia,mientras Alemania, Italia y Francia, siguen auna debida distancia. Además, muy altos,los números de África: en el último quin-quenio las importaciones del Continentehan crecido el 104% respecto a los cincoaños precedentes.

¿Un paso hacia la transparencia?

Con el apoyo de 154 Estados, la Asambleageneral de Naciones Unidas, el 2 de abrilde 2013, ha aprobado el Tratado sobre elcomercio de armas (ATT). El texto, fruto de

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estabilidad y la paz. El principio de sufi-ciencia, en virtud del cual un Estado puedeposeer únicamente los medios necesariospara su legítima defensa, ha de aplicarsetanto por los Estados que compran armas,como por aquellos que las producen y lasproporcionan” (Compendio DSC, 508). Yen orden a este principio propone algunoscriterios que salvaguardan la dignidad de lapersona humana y de enteras poblacionesparticularmente amenazadas por la violen-cia y por la guerra. Entre éstos:• el desarme ha de extenderse a la inter-dicción de armas que infligen efectos trau-máticos excesivos o que golpean indiscri-minadamente, así como las minas antiper-sona que siguen activas incluso muchotiempo después del término de las hostili-dades;• medidas apropiadas son necesarias parael control de la producción, de la venta, dela importación y de la exportación de ar-mas ligeras e individuales, que facilitanmuchas manifestaciones de violencia;• la no proliferación de las armas nuclea-

res, junto a las medidas para el desarmenuclear, como también la prohibición detests nucleares, son objetivos estrecha-mente unidos entre sí, que han de alcan-zarse en breve tiempo trámite controleseficaces a nivel internacional;• la prohibición de desarrollo, produc-ción, acumulación y empleo de las armasquímicas y biológicas, así como las disposi-ciones que imponen su destrucción, hande respetarse de forma absoluta (cf. ibí-dem, 508-512).

Educar es desarmar

En esto, como en todos los problemas quese han de afrontar, la educación juega unatarea prioritaria. El desarme mundial impli-ca un proceso educativo que inicia por eldesarme del propio corazón y culmina enrelaciones interpersonales, enfocadas aldiálogo, al respeto, a la asertividad, y favo-recen la resolución de los conflictos enmodo absolutamente pacífico.

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Nuestra comunidad ¿cómo expresa

el compromiso por la paz?

Desde su llegada a Adwa las FMA, proce-dentes de distintas naciones, han intenta-do ponerse al servicio de todos, etíopes, eri-treos, ortodoxos, musulmanes y una exiguaminoría de católicos. Actualmente en la co-munidad somos 9 Hermanas de 6 naciona-lidades, que compartimos cada día la pasióneducativa con 9 laicos italianos, un colom-biano y con alrededor de 150 hermanos yhermanas etíopes, de los cuales la mayoríason mujeres.La gente que entra en contacto con noso-tras, se pregunta cómo es posible que

gente tan distinta sea capaz de vivir jun-tos. En Etiopía como en muchos paísesafricanos existe un marcado sentido detribu que levanta muros, alimenta prejui-cios y no permite mirarse como herma-nos y hermanas con la misma dignidad ylos mismos derechos. Nuestra presenciaes pues un mensaje positivo sobre la ri-queza de la diversidad y esto constituyeun óptimo terreno donde muchos niños,adolescentes y jóvenes son acompañadosconstantemente a aprender el respeto, eldiálogo, el compartir, la paz.En la escuela, en particular, cada día contodos hacemos la oración de San Francis-co por la paz, traducida en lengua tigrina,y luego a través del acompañamientoeducativo a niños, profesores y padresnos ayudamos juntos a vivir relaciones se-renas y positivas.

Suor Ruth del Pilar Mora, fma

LUZCONTRA

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como algo yuxtapuesto, no resuelto. Una elaboración positiva de la propia iden-tidad personal refuerza la estima y la con-fianza en sí mismo, consiente abrirse a losotros sin miedos y sin sentidos de inferiori-dad, entrar en profunda relación sin confu-siones, generar física o espiritualmente ycuidarse de quien se ha engendrado o queha sido engendrado por otros.

La maternidad cambia la vida

El evento de la maternidad, que no es sóloengendrar sino también cuidarse del en-gendrado, cambia la vida. Esto es muy evi-dente en la maternidad física, pero no sólo.Cuando nace un niño los padres se convier-ten en otros. Abandonan con una cierta fati-ga, pero sin hacerlo pesar demasiado, có-modas costumbres, horarios, tiempo delsueño y de las comidas para adecuarse a lasexigencias de atención, presencia y cuidadodel recién nacido. La rendición voluntariamaterna y un poco también paterna, acom-pañada por una constante ternura, no es fá-cil, ni descontada, como a veces se tiende acreer. Es incómoda. En efecto, el miedo dela fatiga requerida por estas actitudes, uni-do a los riesgos que cada maternidad com-porta, actualmente, induce a muchas pare-jas a reducir drásticamente el número dehijos o a rechazarlos.También en la vida consagrada hay aconte-cimientos que, más que otros, requierenactitudes maternas, solicitan y facilitan suser explícitos y responden al deseo de ma-ternidad que la persona madura adviertecomo una profunda exigencia. Sobre todo

Maternidad y más allá. Relaciones que salvanMaria Rossi

El estar en el mundo, el nacer no deriva dehaberlo elegido, sino de la decisión o de laocasión de encuentro entre dos personas;de ordinario un padre y una madre, de ordi-nario porque, actualmente la ingeniería ge-nética está experimentando otros caminos.Sea como fuere, hijos e hijas, se nace.No esun derecho, ni un deber y ni siquiera unaeventual vulgaridad. El estar en el mundo, elser hijas/hijos es una aventura original, iné-dita, del recorrido y de la llegada descono-cidos, pero de horizontes ilimitados delamor y de la libertad.Madres y padres, en cambio, tanto a nivel fí-sico, como a nivel espiritual, no se nace, si-no que se convierte, a veces por equivoca-ción o por fortuna, pero generalmente poropción.Se llega a través de un proceso de creci-miento por el recorrido marcado por crisiso por puntos de llegada nunca totalmentedefinitivos. Cada estadio alcanzado abre auno sucesivo, hasta la última llegada: lamuerte. La estasis es sólo en la solemne in-movilidad de la muerte.Una de las etapas importantes del creci-miento es la elaboración de la identidadpersonal: tarea evolutiva principal de laadolescencia y de la juventud. Está facilitadapor la confianza en sí mismo que lleva aaceptarse por lo que se es física, moral, psí-quicamente y a apropiarse de la propia his-toria sea ésta como sea. Para una religiosa,la opción de la vida consagrada forma partede la propia historia y es muy importanteque también este aspecto, como todos losdemás, se asuma plenamente y no quede

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se trata de asumir responsabilidad. El asu-mir responsabilidad, sea cual fuere, gene-ralmente estimula a hacer un salto de cali-dad. Si se observa a las personas, se nota,con una cierta facilidad, como el mocetónexcelente se convierte en un hombre pen-sativo y responsable y la hija, la señorita seconvierte mayormente en mujer atenta yrealista. Así también la religiosa.Cuando una religiosa se convierte en ani-madora de comunidad o de un grupo de jó-venes o de una obra (oratorio, escuela, casafamilia, gimnasio, catequesis u otras cosas)o se hace responsable de un sector (cocina,ropería, enfermería, economato, taller uotras cosas), en general, tiende a anteponerlas necesidades de las personas que se leconfían o aquellos del sector del que es res-ponsable, a sus exigencias.No es difícil ver cómo, de forma análoga a lade los padres de un recién nacido, los hora-rios tienden a ser más flexibles, la necesi-dad de dormir ocho horas puede ser desa-tendida, la luz del estudio se apaga cuandotodo está en su sitio, el estar tranquila en lascomidas y los momentos de distensión sonpara cuando es posible. La preocupaciónmaterna por el crecimiento y el bienestarde los que se es responsable, lleva a poneren segundo plano las propias exigencias yesto, al menos según mi experiencia, sin ex-cesiva fatiga, antes bien con alegría.Lo que se hace importante es el crear un cli-ma de confianza en el que las jóvenes, losjóvenes, los niños, las familias de los que sees responsable puedan crecer serenos, de-dicarse con constancia a sus compromisos,abrirse a los otros e ir libres hacia la cons-trucción de proyectos de futuro en gradode hacer el mundo más justo y solidario. Silas personas confiadas son religiosas, la res-ponsable busca sobre todo crear aquel cli-ma de corresponsabilidad que consientesentirse personas, ir contentas al Señor ydedicarse con entusiasmo a la misión edu-cativa. Y, todo esto, sintiendo la inevitable

fatiga como un peso ligero, porque lleno desentido, engendrador de bienestar, de vida. Pero, el sólo asumir responsabilidades, sino se soporta por una suficiente madurezpersonal y por una discreta preparaciónprofesional, no es suficiente para garantizary facilitar la maternidad. Podría, como ocu-rre a veces, ser un medio para hacer surgirla tendencia a lo auto-referencial, al domi-nio, al control, a la organización asfixiante.Actitudes, estas que, en lugar de engendrarvida, crean un clima de sospecha, descon-fianza, malestar.La maternidad es posible en cualquier situación. Pero, a veces, la ausencia de peti-ción o aceptación de hacerse cargo de unsector, de un grupo, de un jardín, de unacosa cualquiera, puede acentuar la tenden-cia a quedar hijas pasivas y a permutar la obediencia con una estéril dependenciainfantil.

Ser madres volviendo a ser hijas

El fenómeno actual del alargamiento de lavida está pidiendo, a un número cada vezmayor de personas, permanecer madres ycontemporáneamente aceptar volver a serhijas en el sentido de tener que depender, aveces no sólo físicamente, de los demás. Esuna tarea difícil, no sólo por parte de la ma-dre que siendo tal se hace hija, pero tam-bién de la hija que, siendo tal, se convierteen madre de la madre.Lo que salva son las relaciones propias dequien ha alcanzado la sabiduría. La personasabia, sacando fuerza de una profunda rela-ción con Él; desde una visión amplia, expe-rimentada y desprendida de la realidad, pero siempre interesada por la vida tam-bién ante la muerte; por una buena relaciónconsigo misma y también por un poco dehumor, logra mantener y potenciar las habi-lidades sociales. Y, con estas habilidades,puede realizar aquellas relaciones interper-sonales serenas, aquellas relaciones empá-ticas, cordiales, respetuosas, agradecidas,

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las relaciones creyéndose autosuficientes,sino cuando se adquiere el conocimientode las posibilidades y también de los víncu-los de interdependencia que se establecencon quien nos ha precedido y con quien havenido después.Actualmente, como nunca, se va manifes-tando la exigencia de relaciones positivasen todos los ámbitos de la vida. A nivel cien-tífico, especialmente psicológico, ademásde una amplia e interesante literatura a pro-pósito, existen escuelas y talleres para afi-nar las capacidades de relación de quientiene particulares tareas sociales como losgerentes, dirigentes de administración, pe-ro también padres, profesores, animadores.Muchos documentos del Instituto – en par-ticular las últimas circulares de la Madre –pero también los de la Iglesia y del ecume-nismo, del mundo del trabajo, de la políticanacional e internacional, de algunas socie-dades científicas interesadas en la supervi-vencia del planeta Tierra, subrayan confuerza e insistencia la necesidad de relacio-nes abiertas, respetuosas y de confianza re-cíproca hacia todos, también los distintos.Además de las personas, también la natura-leza, para sobrevivir, necesita relacionesmaternas de cuidado. Si se escuchan lasmuchas voces que se elevan de las distintaspartes del globo, parece oír como una graninvocación que implora, para una globaliza-ción plenamente humana, relaciones decuidado inspiradas en el modelo materno.Y nosotras, nacidas a la vida consagrada co-mo hijas de una gran Madre, María-la ayu-da, nos haremos o continuaremos siendomadres a través de relaciones de empatía,ternura, compasión y cuidado. Así ayudare-mos a las hijas y a los hijos que nacen bajocada cielo a realizar el sueño que Dios tie-ne, de Papa Francisco y de todas nosotrasde hacer del mundo una fraternidad univer-sal atenta y respetuosa también de nuestramadre Tierra.

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que consienten mantener su dignidad demadre también ante la ineficiencia física y lanecesidad de atención. Al mismo tiempo,las buenas relaciones facilitan la tarea de lashijas, de las enfermeras, de las vigilantes deturno.

Relaciones maternas. Fraternidad universal

La maternidad es la forma más alta de rela-ción. Tiene su coste, pero engendra con-fianza, esperanza, bienestar, libertad, ternu-ra, amor, vida. Es sostenida y envía al miste-rio de Dios Padre y Madre, a la comunica-ción – comunión Trinitaria.Las comunicaciones interpersonales, las re-laciones son de importancia fundamentalen la vida. Es madre quien engendra, peroquizás lo es más quien se cuida del engen-drado, quien, a través de buenas relaciones,gradualmente lo introduce en el mundo. Senace por una relación y se crece a través derelaciones de cuidado.Nos hacemos libres, no cuando se rompen

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PARA QUE TODOS LOS JÓVENES

CRISTIANOS SE HAGAN DISCÍPULOS

Y MISIONEROS DEL EVANGELIO

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JÓVENES

EVANGELIZANDO

A OTROS JÓVENES

CON ALEGRÍA

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La virtud de la justicia casi siempre está re-presentada por una balanza en perfectoequilibrio, pero en cuanto concierne su defi-nición se la puede entender de muchas y va-riadas maneras, sin embargo por sus distin-tas definiciones aflora el componente radicaly permanente que vincula la justicia a los va-lores absolutos, a una norma estructural dela persona. Sobre esto, en la época contem-

La justicia: virtud complejaA cargo de Mara Borsi

Justicia: palabra a menudo declamada,aclamada juntamente y proclamada y tana menudo violada, contrahecha, humilla-da. Paradójicamente se necesitaría ha-blar menos de ella para practicarla más.“La justicia se alimenta de silencio”. Estaafirmación de San Buenaventura es parti-cularmente provocadora.

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Declaración de S. Guterres Floriana, S. Da Silva Natalia, S. Kusnadi Feny Veronika (TIN)

La virtud en práctica:justicia y misión educativa en Timor Este

Los niños y los jóvenes pobres han sidosiempre la preocupación primaria, elcorazón y el centro de la atención de ca-da FMA de Timor Este. Siempre hemosintentado dar respuestas adecuadas pa-ra que cada persona pueda vivir la vidacon dignidad en el respeto de los pro-pios derechos y deberes.De hecho, desde que las FMA están enTimor siempre se ha dado atención a lapromoción humana a todos los niveles,teniendo bien presentes todas las di-mensiones de la persona. Concreta-mente practicamos la justicia a través dela misión educativa, en efecto, con ella

intentamos dar sobre todo a los más po-bres lo que les corresponde en términosde dignidad y oportunidades sociales.En Timor tenemos casas de acogida paraniñas y preadolescentes, en las que se res-pira el espíritu salesiano de familia; las ni-ñas y las preadolescentes son nuestras des-tinatarias privilegiadas; les damos toda laasistencia posible saliendo al encuentro desus situaciones de pobreza, fragilidad,abandono por parte de los padres. Nuestrodeseo es: estar siempre dispuestas, dispo-nibles a acoger, cuidar y acompañar paraun crecimiento cada vez más libre y másmaduro.Ofrecemos asistencia sanitaria en las alde-as y actividades de ambulatorio sobre todoa los pobres y a los enfermos, donde nohay posibilidades económicas ni mediosde transporte y de comunicación.Después de la autodeterminación de la Na-ción, la realidad política y social ha cambia-do totalmente, se advierte sobre todo lafalta de recursos, de preparación profesio-nal y de competencias en las distintas áre-as. Este cambio de la realidad es un gran re-to, nuestra misión es la de responder a las

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poránea, empapada de relativismo y posicio-namiento ético, hay un encendido debate yfuertes contraposiciones.En la cultura griega antigua la justicia es en-tendida como una lámpara que orienta lospasos hacia el camino correcto, pero su sig-nificado puede ensancharse hasta abrazarcada virtud y cada bien. Platón la define co-mo “el cumplir el propio deber personal ysocial”. En el derecho romano encontramos el lemainspirado por Cicerón, “a cada cual lo su-yo”, y la definición más completa del empe-rador Justiniano: “La justicia es la constantey perpetua voluntad de atribuir a cada cuallo suyo”.La visión cristiana subraya su fundamento:Dios Trinidad de amor. Para cumplir actos dejusticia y llevar una vida justa, no es suficien-te el único compromiso humano, sino quese necesita el don del amor preveniente deDios que irrumpe en el creyente y hace demodo que la justicia sea plena y se conjuguecon la caridad. La justicia es el primer pasopara abrirse al amor. En la visión cristiana dela vida no se concibe la separación de justiciay caridad.“La constante y perpetua voluntad de atribuira cada cual lo suyo” envía al reconocimientodel otro precisamente en su ser diferente.Tras este ser distinto hay todo un abanico delos derechos humanos, del bien común, dela libertad, del desarrollo, de la dignidad detodos. Desde el punto de vista interpersonalla justicia define la relación entre persona ypersona en la trama de los respectivos dere-chos y deberes y en el ámbito público con-cierne al cuerpo social en el conjunto de susrelaciones (relación entre quien gobierna ylos ciudadanos; relación entre los mismosciudadanos).En el contexto contemporáneo la justiciamás sentida y vivida es la social, dada la ma-yor conciencia respecto a los derechos hu-manos, personales y sociales. Ésta empuja aldesarrollo y al progreso de la sociedad armo-nizándolo con la dignidad de la persona.

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nuevas exigencias continuando el servi-cio a los jóvenes con valentía y confian-za y ofreciéndoles una formación paraactuar una ciudadanía evangélica. Con esta finalidad hemos abierto cursosprofesionales en varios ámbitos: admi-nistración, secretaría, confecciones, tu-rismo.Nuestra opción prioritaria es la educa-ción de las jóvenes a partir de la familia,con atención particular a las madres jó-venes de las aldeas o que viven en lasáreas rurales o periféricas. Intervenimoscon distintas actividades de promoción:cooperativas (micro crédito) e iniciativasculturales. El oratorio es el campo educa-tivo donde se valoran las capacidades delos jóvenes; ellos se sienten protagonis-tas y descubren sus capacidades y rique-zas interiores.Las escuelas tienen alumnos/as de clasepopular y responden a las necesidades ya las exigencias de una educación siste-mática e integral. Una atención particu-lar se da al discernimiento vocacional, alos itinerarios vocacionales y a la forma-ción de quien pide hacerse fma.

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darse reglas sobre las que construir un cami-no de crecimiento integral. Es importante ha-cer entender que sin un orden en las cosas,sin una jerarquía de valores la vida se pierdey dispersa.En una sociedad donde las normas, las reglasson continuamente vaciadas de significado oconculcadas proponer a los adolescentes yjóvenes un camino de personalización de lafe a través de la elaboración de una regla devida es particularmente desafiante.Darse una regla de vida es una oportunidadque cada persona, joven o adulta, tendríaque darse precisamente para responder con-cretamente a aquel ¿quién soy? y aquel ¿có-mo puedo ser mejor lo que soy?Para nosotros cristianos, este objetivo se in-serta en un proyecto que nos trasciende.Porque significa entrar en el proyecto deDios Trinidad, descubrir la manera en la queDios ha pensado en mi vida, en mi más plenarealización en Él. Descubrir, para usar unapalabra de tanta inflación y a menudo no en-tendida, la vocación personal; el modo únicoe irrepetible de amar con toda la propia per-sona. Es necesario hacer entender que darse unaregla significa cuidarse de algunos aspectosfundamentales de la propia vida, que pue-den “ordenar” e iluminar sobre todo el resto.

Los ámbitos de la regla de vida

Los ámbitos fundamentales sobre los queconfrontarse con las nuevas generacionespara llegar a alambicar una regla de vida per-sonal que marque el camino de crecimientoson el cuidado de uno mismo, el cuidado de

Una regla para vivir Mara Borsi

Las nuevas generaciones se encuentran hoyen una condición difícil. Por una parte sonlanzados a un mundo riquísimo de informa-ciones, conocimientos, sensaciones, oportu-nidades de encuentro, pero, por otra parteson dejados solos por los adultos en su reco-rrido de formación.Ninguna época como la nuestra ha conocidouna libertad individual y de masa como laque experimentan niños, adolescentes y jó-venes hoy. Pero a esta libertad no correspon-de ninguna promesa sobre el porvenir. Elproblema hodierno es el de la ausencia decuidado que los adultos manifiestan hacia lasnuevas generaciones.En este contexto radica la crisis de la transmi-sión de la fe la cual ya no puede ser una sen-cilla enseñanza doctrinal, sino brotar casi porcontagio, de una experiencia profundamen-te vivida.

Preguntas que inquietan

En las numerosas reuniones que se adaptana un ritmo de vida de las comunidades edu-cativas nos confrontamos, cada vez más amenudo, con esta pregunta: “¿Cómo hace-mos posible o facilitamos el encuentro per-sonal de los jóvenes con Cristo?”. La confrontación y los intentos de solucióntocan importantes temas como el acompa-ñamiento, la iniciación y la educación a laoración, el fundamento bíblico de nuestraspropuestas y otras cosas.En el clima de la cultura postmoderna y de lasociedad líquida se hace fundamental hacerestallar el muelle de la decisión personal,motivar a la persona de la joven, del joven a

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las relaciones con los demás, con la realidady con el Señor. Capacitar a las nuevas generaciones a cuidar-se de sí mismos significa orientar a escuchar-se, darse tiempo en el que reflexionar sobrelo que se está viviendo y sobre cómo se estáviviendo (las emociones, los estados de áni-mo, los miedos, los deseos, los sueños, las fa-tigas). Esencial también ayudar a aprender yrespetar el propio cuerpo combatiendo lasdependencias y los excesos, a querer lo queconstituye en todo la vida personal, cualida-des propias y límites, historia pasada, situa-ción familiar, amistades que han empujado alcrecimiento o lo han bloqueado.Otro ámbito determinante a tener presenteen la elaboración de una regla de vida es elde las relaciones. A través de las relacionesdescubrimos mucho de nosotros mismos,los otros nos revelan de alguna maneranuestro verdadero rostro.Indispensable dar puntos de referencia paracuidar la esfera afectiva; la dimensión de laafectividad y de la sexualidad son ámbitosimportantes y delicados que piden ser valo-rados y no banalizados. El amor es el motor¡de toda la vida humana! Recordar la importancia de cuidarse de la re-alidad en la que estamos insertados porqueésta forma parte de nosotros, entra en el ám-bito de una verdadera y propia educación dela responsabilidad. El ambiente del trabajo odel estudio pueden ser lugares en los quenos dejan vivir o lugares en los que se pue-den expresar no sólo las capacidades intelec-tuales o prácticas, sino también los propiosvalores morales y espirituales.Como toda relación también aquella con elSeñor necesita ser:• profundizada a través de la oración perso-nal, momento privilegiado para mirar a lapropia vida a la luz de la Palabra de Dios. ElEvangelio en particular es la Palabra que elSeñor entrega a nuestra existencia para ayu-darnos a reconocer su presencia en lo coti-diano y a discernir el sendero a recorrer;

• verificada con constancia y fidelidad conun hermano o una hermana, un amigo del al-ma. Alimentada a través de una participacióncada vez más plena en los sacramentos, es-pecialmente la Eucaristía y la Reconciliación,en los que estamos sumergidos en el amor yla misericordia gratuita de Dios; • hecha visible a través de un modo nuevode estar con los demás, con verdadero espí-ritu de fraternidad y de servicio gratuito.Vivir según el Espíritu significa vivir una vidaque impresiona y que sabe interrogar. En elfondo es un poco esta la cifra de la evangeli-zación y del testimonio cristiano hoy. La feli-cidad que todos buscamos está dada por elvivir una vida luminosa. No hemos de can-sarnos de decir a los jóvenes con nuestra vi-da y nuestro compromiso que si vivimos se-gún el Espíritu, una vida regulada por elamor, ésta será una vida feliz aquí, hoy y parala eternidad, no obstante el dolor, la fatigadel vivir que a veces se experimenta y lamuerte.

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los jóvenes” organizado en el interior delLiceo Tuendelee. Este Forum reunió aunos 175 jóvenes, sin contar los animado-res, muchachas y muchachos procedentesde diversas obras FMA y SDB; escuelas,grupos y movimientos. La finalidad por la que se inició el caminodel MJS ha sido principalmente la de po-ner en red a todos los jóvenes que com-parten la Espiritualidad Juvenil Salesiana,ofreciéndoles una continuidad formativa ypedagógica integral. En efecto, el MJS antetodo representa un movimiento de carác-ter educativo, una amplia red de jóvenesque se dedican a la animación, a la asisten-cia, a la formación humana y cristiana desus semejantes, con un espíritu misionero,abierto a los que están lejanos con una voluntad de incidir en el territorio y de in-serción en la Iglesia Local.Los jóvenes que frecuentan las obras sale-sianas se sienten verdaderamente miem-bros activos y parte integrante del Movi-

El MJS en la República Democrática del CongoLeontine Sonyi Ithweva

El Movimiento Juvenil Salesiano (MJS), enla República Democrática del Congo, estámuy activo y vivo. Cada vez que hay mani-festaciones, los jóvenes del MJS estánsiempre dispuestos a prestar servicio a tra-vés de muchos dones y recursos que ellosposeen. Son muy entusiastas, responsa-bles y creativos y colaboran de buena ganacon FMA y SDB. El 6 de abril pasado el MJS congolés cele-bró su 6º aniversario. Para la ocasión se or-ganizaron numerosas actividades, entrelas cuales la más divertida fue un partidode fútbol entre el equipo de las FMA con-tra las jóvenes del MJS. El resultado finalfue un gol por cada parte.El MJS se reúne para la formación integralde las personas y esto a través de encuen-tros, conferencias, momentos formativos,etc. En la RDC nació en 2007 por iniciativade Don Père Dieudonné Makola, SDB ySor Liliane Kaputo FMA. El punto de parti-da fue un primer encuentro del “Forum de

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miento. Ellos colaboran fácilmente y su de-dicación al MJS es tanta que su fervor, di-cen algunos, a veces supera al de los Sale-sianos y de las FMA.En este momento el MJS se prepara a vivirel encuentro extraordinario con el papa enRío, durante la Jornada Mundial de la Ju-ventud. No obstante los pocos medioseconómicos, El MJS estará presente con 20miembros entre los cuales una fma y dossdb. Los jóvenes están muy felices por par-ticipar en esta jornada y están particular-

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mente orgullosos de encontrar al nuevoPapa llamado por ellos mismos el papa dela nueva generación.El camino de los jóvenes del MJS es el desensibilizar a otros jóvenes en la participa-ción y en la colaboración. Cada trimestreellos van a las escuelas y obras para animary transmitir el espíritu salesiano. En cuantoa aquellos que se preparan para Río, ellosse encuentran también con los que fuerona Madrid y en estos días comparten laspropias experiencias.

Testimonio de Christian Matalatala

Tengo 22 años y soy miembro del MJS de laRDC y trabajo en la secretaría del Movi-miento. Soy un estudiante en la facultadde Derecho de la universidad de Lubum-bashi donde actualmente estoy en el pe-núltimo año de la licenciatura.Descubrí el MJS en 2008 cuando todavíaera alumno en el penúltimo año de la es-cuela secundaria salesiana San Franciscode Sales en Lubumbashi. Al inicio, me fuedifícil comprender bien cuál era la finali-dad para entrar en este movimiento. Peroluego me lancé a esta hermosa aventura demi vida pidiendo a la escuela poder ser elrepresentante del colegio en el MJS. Pocoa poco empecé a comprender las finalida-des que se proponía el MJS. Muy rápida-mente, fui llamado a asumir una funciónimportante dentro de la organización quemás me ha implicado.Varias actividades como las jornadas deformación, las celebraciones eucarísticas,pic-nic, forum de los jóvenes, encuen-tros… me han permitido experimentar unrecorrido particular de vida, que me ha im-plicado haciéndome protagonista de mi vi-

vir bien y haciéndome ser amigo de mu-chos jóvenes que constituyen el amplioMovimiento Juvenil Salesiano.De esta forma he comprendido esta peda-gogía de la alegría, el amor y el sentido deldeber y el carisma salesiano de Don Boscoha crecido en mí. Me he adaptado a esteestilo de vida que se ha convertido para míen apostolado entre otros jóvenes. Estan-do al lado de mis coetáneos he aprendidocuáles son las exigencias reales de nuestrasociedad para el futuro. De esta forma, conlos otros animadores del MJS pienso po-der contribuir a crear un futuro distintopara mi país. Con el pasar de los años, bus-camos realizar experiencias cada vez másinteresantes y constructivas para los jóve-nes, y el sentido de colaboración entre no-sotros es loable. Mi identidad salesiana meacompaña también en otras actividades demi vida y me ayuda a vivir conmigo mismoy con los demás. Yo y los otros jóvenes delMJS buscamos hacer siempre lo mejor ycontinuamos en el esfuerzo de implicar ca-da vez a más jóvenes a compartir la espiri-tualidad juvenil salesiana.Crece la sensibilidad hacia el mundo quenos rodea y quisiéramos recoger el retopara poder, a través del estilo salesiano,contribuir a resolver de forma eficaz algu-nos problemas que afligen a nuestras ciu-dades.

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es posible acoger las diversida-des de los dones, de la presencia,

de los estilos, en una búsqueda constantepara vivir en plenitud el proyecto de salva-ción.

… Y ¿en la relación con los jóvenes?

Sor Anna María. Intento ser compañera deviaje, compartiendo gratuitamente conlos jóvenes mi vida, ¡mi tiempo, mis capa-cidades, mis límites, todo lo que soy, loque tengo y lo que hago! Mi único deseoes acompañarles a encontrar en el secretode su corazón la felicidad de estar allídonde Dios Padre desde siempre los hapensado; para ellos reservo el tiempo pre-cioso para escucharles y para comunicar-les el Amor con el que Dios les quiere.

Sor Rosa. La maternidad espiritual es la ra-zón de ser de mi existencia, es el combus-tible que da vida a mi ser una feliz FMA yen esta relación madura, serena y librecon las niñas y los jóvenes más débiles,pobres y necesitados me realizo comomujer, como madre y como consagrada.Engendrar hijos espirituales es para mí,con el estilo salesiano, morir para dar vida,acompañar en silencio, “descalza”, conalegría y esperanza, con creatividad, enverdad y libertad, el misterio que encierrala vida de cada joven, para llevarles al en-cuentro con Jesús.

Entrevista a sor Anna Maria Geuna y sor Rosa Mollo FreytasAnna Rita Cristaino

Sor Anna María Geuna, fma ita-liana, directora de la comuni-dad de Aosta ha sido misioneraen Madagascar del 1996 al 2004.Actualmente se ocupa de la ani-mación misionera de la inspectoríapiamontesa (IPI).

Sor Rosa Mollo Freytas, fma peruana, seocupa de la comunicación social dentrodel equipo inspectorial. Vive y trabaja,junto a otras 9 Hermanas, en una comuni-dad en un barrio periférico y popular deLima, donde cada día acogen a más de 600jóvenes.

¿De qué forma experimentas la dimensiónde la maternidad en la vida comunitaria?

Sor Anna María. Intento vivir mi materni-dad con las Hermanas y con todas las per-sonas que gravitan dentro de nuestra co-munidad educativa, sencillamente con elser presencia atenta, habitando con fe loque el momento presente me ofrece. Megusta comenzar la jornada estando enadoración delante de Jesús para pedirle lacapacidad de poder llegar al corazón decuantos encontraré durante el día. Es aquídonde alcanzo el alimento para mi ser ma-dre y mujer en camino.

Sor Rosa. En la vida comunitaria, experi-mento la necesidad de darse con gratui-dad y del “cuidarse las unas de las otras”,de engendrar vida en la oferta serena delo que soy y puedo dar a mis hermanas.Experimento la fecundidad espiritual en elmisterio de la comunión trinitaria donde

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plir, éste es el espacio de la reflexión y de lacustodia de cuanto se verifica cada día en lavida y en la historia, es en éste donde secumplen las opciones más íntimas y pro-fundas, que sólo Dios conoce y valora. Aquí, de un corazón dócil, abierto a la vo-luntad de Dios y capaz de elegir, nace la fe.En efecto, con la custodia del corazón, noscomprometemos a abandonar un acerca-miento estrictamente lógico sobre lo queacontece, más allá de nuestras tentativas dedar respuesta a los interrogantes que nosmolestan, el meditar en una óptica religiosa

Comunicacióny narración al femeninoPatrizia Bertagnini

Hay una poetisa italiana del Novecientos,Alda Merini, que puede introducirnos en elmundo de la comunicación pasando por uncamino inusual: con ella que ha vivido eldrama de una maternidad sufrida y de unaenfermedad aisladora, y que ha intuido enMaría los rasgos de una humanidad dolien-te y luminosa, atravesamos la puerta de unanarración que se señala como femenina nosólo porque obra de mujer, sino en cuantomarcada por una feminidad que sabe na-rrar la vida porque es su inspiradora, laguardiana, la nodriza.

Custodiar las cosas en el corazón

El femenino mediante el cual estamos lla-madas a describir los hechos de nuestrocotidiano y a interpretarlos a la luz de laBuena Noticia, es el signo típico de una es-piritualidad, la nuestra, que encuentra enMaría un punto de referencia claro: la Vir-gen – cuya sonrisa / tiene la potencia de unabrazo inmenso – es para cada FMA mode-lo de una maternidad capaz de engendrar,acoger, defender y promover la vida.El asombro que ella experimenta ante Jesúspronto deja el lugar a la custodia del cora-zón. En una reciente homilía el Papa Fran-cisco ha recordado que la capacidad de ma-ravillarse es el primer efecto de la Palabrade Dios que, sin embargo, no puede sersencillamente escuchada y ha de ser custo-diada, por eso es necesario “preparar nues-tro corazón para recibirla. Meditar siempresobre qué nos dice esta Palabra hoy, miran-do a lo que sucede en la vida”. El corazónno es sólo la sede de los sentimientos, peroorienta siempre hacia las opciones a cum-

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La virgen

¿No habéis visto las mariposascon qué ligera graciarozan las flores en primavera?Con igual ligerezalímpida aligera sobre todas las cosasla mirada de la virgen hermana.¿No habéis visto cuando es de nochelas vergonzosas estrellas adelantar la luz y retirarla? …Así, tímidamente la palabraatraviesa el umbralde su labio al silencio cortés.No tiene forma el vestido que ella lleva,la luz que se filtradispersa los contornos. Y su hermoso rostrono se sabe donde empieza, su sonrisa tiene la potencia de un abrazo inmenso.

Alda Merini

Se hacepara decir

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sobre los acontecimientos de nuestra exis-tencia, leyéndolos a la luz de la Palabra deDios, nos permite captar los límites de lasperspectivas humanas y confiarnos a la vo-luntad divina, que actúa para nuestro bientambién cuando no comprendemos su mo-do de obrar.

El equilibrio entre silencio y palabras

La custodia del corazón encuentra, de he-cho, en el equilibrio entre el silencio y lapalabra, la condición y el criterio de posibi-lidad; en cuanto exposición de la propia vi-vencia a la luz de la Palabra, la memoria delcorazón se configura como un diálogo in-cesante entre el hombre y Dios, procesocomunicativo en el que han de encontrarespacio – como recordaba Benedicto XVIen el Mensaje para la 46 Jornada Mundialde las Comunicaciones Sociales – tanto elsilencio porque “callando se permite a laotra persona hablar, expresarse ella misma,y a nosotros no quedar unidos, sin unaoportuna confrontación, sólo a nuestraspalabras o a nuestras ideas”, tanto la pala-bra como lugar de experiencia compartiday de encuentro. Sin el silencio nuestra ca-pacidad expresiva puede ser superficial, in-comprensible y confusa; por eso el Pontífi-ce ha empleado con precisión el términoecosistema. Silencio y palabra, en efecto,son parte de un ambiente comunicativoque se hace virtuoso sólo en la medida enla que sabe respetar sus equilibrios inter-nos: “Allí donde los mensajes y la informa-ción son abundantes, el silencio es esencialpara discernir lo que es importante de loque es inútil o accesorio. Una profunda re-flexión nos ayuda a descubrir la relaciónexistente entre acontecimientos que a pri-mera vista parecen desligados entre sí, a va-lorar, a analizar los mensajes, y esto hace deforma que se puedan compartir opinionesponderadas y pertinentes, dando vida a unauténtico conocimiento compartido. Poresto es necesario crear un ambiente propi-cio, casi una suerte de “ecosistema” que se-

pa equilibrar silencio, palabra, imágenes ysonidos”.También en esto María nos es Madre ejem-plar, porque en ella, tímidamente, la pala-bra / atraviesa el umbral / de sus labios al silencio acostumbrado, la práctica de un silencio que abre de par en par los horizon-tes a otras realidades, acoge una palabraque se asoma tímida, nunca agresiva, arro-gante o altanera, sino siempre medida, co-rrecta y exquisita en su proponerse y en sudesplegarse, como es en la lógica de la en-carnación que permite al Verbo irrumpir,con la fuerza de un niño privado de pala-bras, a romper la vacía verborrea de la hu-manidad.

Las estrategias para custodiar la memoria del corazón

A partir de las palabras del Hijo de doceaños de edad, enigmáticas y llenas de mis-terio, María ha aprendido por las cosas queha vivido el sentido de aquel deberse ocu-par de las cosas del Padre; el camino de fede la Madre de Dios es un camino de creci-miento sapiencial, de lectura a través delcorazón.Por eso la custodia de la memoria del cora-zón pasa, en primer lugar, por la capacidadde cultivar una mirada positiva sobre la rea-lidad, sobre las cosas, sobre los encuentros,por la propensión a escrutar la existencia fil-trando los acontecimientos con la atenciónconfiada de quien nos acerca todo con unoptimismo de perfil bajo, sino con una con-fianza enraizada en la alianza con el Señor.Y mientras límpida aligera sobre todas lascosas / la mirada de la virgen hermana y –con la de la Madre – nuestra mirada, porElla aprendemos a adherir a la vida, rete-niendo lo concreto y eludiendo la preten-sión de apropiarnos de ello, como quien sepone un vestido sin forma que, atravesadopor la luz que se filtra por él / dispersa suscontornos pero conserva, impresos en elcorazón, sus rasgos.

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reacción sería de alegría; ciertamente loera en lo profundo de su corazón, peroJessy reaccionó diciendo que no la queríaver. Al día siguiente llegó esta madre larga-mente esperada. La acogieron las respon-sables dándole la noticia de la presencia desu niña en la casa familia. Luego llamaron aJessy diciéndole: “¡He aquí a tu madre!”.En la frialdad inicial de Jessy se podía cap-tar la rabia y el vacío afectivo vivido, pero seentreveía también la emoción por algo queestaba para comenzar. Madre e hija fuerondejadas solas, en la intimidad de un en-cuentro de regeneración y renacimientopara ambas.

En un abrazo misericordioso

Por la narración de la madre hemos sabidoque Jessy no le escondió la rabia por losaños vividos sola, por la privación del afec-to y de lo cuidados negados a ella. Y ¿quiénde nosotros hubiera reaccionado diversa-mente? La madre por su parte estaba casiextasiada al ver a su pequeña crecida deci-didamente ¡sana y bella! Le preguntamoscómo hizo para justificar su gesto. Ella nosha dicho que ante todo pidió perdón a lahija. Sabemos que Jessy no tardó en per-derse en un abrazo misericordioso de lamadre. Lo que atrajo el gradual nuevo en-caje de la relación es la realización por par-te de Jessy de la común experiencia. Enefecto, la madre había sido abandonadaella también. Pero afortunadamente, paraJessy, se entrevé la ruptura de esta cadena.En efecto, después del encuentro con la hi-ja, la madre volvió a casa y explicó al mari-

Una madre encontradaBernadette Sangma

Las palabras de Jesús desde la cruz a Juan:“¡He aquí a tu madre!”, son un don para lahumanidad engendrado en el patíbulo dela cruz. Es su testamento a fin de que elmundo se llene de la ternura y de la sonrisade la madre y que, como el calor del sol ca-liente el corazón de cada persona.

He aquí a tu madre

Es la vicisitud de Jessy (nombre cambiado),una niña de diez años. Su madre, a su vez,crecida en una casa familia del gobierno lahabía dejado a la edad de un año y medioen la misma casa familia donde hacía creci-do. Jessy ahora es una hermosa niña conojos espléndidos, es vivaz e inteligente,quiere especializarse en Matemáticas y tie-ne todas las capacidades ¡para alcanzar suobjetivo! Desde hace algo de tiempo laresponsable de la casa familia donde Jessyha sido acogida, estaba intentando encon-trar a algún familiar con el fin de una reuni-ficación o una reinserción familiar. A travésde los pocos datos disponibles, finalmentela responsable ha logrado encontrar al tío ysucesivamente el teléfono de la madre dela niña que desde hace poco ha vuelto a lapatria, casada y con otros dos hijos. Des-pués de varias conversaciones telefónicas,la responsable invitó a la mujer a visitar lacasa familia, sin embargo todavía sin decirel motivo. Jessy sabía que se estaban dan-do algunos pasos para la búsqueda de susfamiliares, pero no lo sabía todo. La tardeantes, la responsable le anunció que al díasiguiente recibiría una visita y que a encon-trarla vendría su madre. Pensábamos que la

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do la existencia de esta hija nacida despuésde un estupro. Pero el marido la puso anteuna elección difícil.; o él o la hija encontra-da. La mujer respondió que no podía ya re-nunciar a la “carne de su carne” y por lotanto elegía a la hija, dispuesta a afrontarlas consecuencias de tal opción. Ahora estamujer vive con tres hijos a cuidar, pero lasuya es una decisión firme al querer vivir lapropia maternidad hacia los hijos.

Llamadas a ser madres

A la luz de esta historia planteé dos pre-guntas a S. Mary Anyango Owuoth, una jo-ven FMA que trabaja en la casa familia deNairobi. Se llama “Centro María Romeropara las Muchachas” y acoge a 36 mucha-chas desde los 5 a los 14 años de edad.

Pregunta: ¿Cómo describirías las situacio-nes de las muchachas?

S. Mary: Casi todas las muchachas vienende situaciones familiares difíciles. La mayo-ría de ellas son huérfanas de un padre o de

los dos. Por lo tanto su punto de referenciason los parientes: los abuelos, los tíos y lastías, pero de algunas de ellas no conoce-mos a ningún pariente. Hay algunas mu-chachas que viven las consecuencias deabusos padecidos. Me doy cuenta del granvacío afectivo que sienten y esto permane-ce una gran problemática porque se aga-rran a las personas que les muestran algode afecto y fácilmente pueden ser engaña-das por quien quiere aprovechar su situa-ción. El acompañamiento personalizado esuna condición indispensable, sobre todoen el proceso de saneamiento y de recupe-ración. Estar con ellas requiere una presen-cia constante que sepa traducir la ternura yla bondad materna en pequeños gestos deatención, de cuidado, de paciente escucha,de perdón junto a una buena dosis de fir-meza.

Pregunta: Por tu experiencia con ellas, ¿quélugar ocupa Dios en el proceso de recupe-ración y de crecimiento de estas mucha-chas?

S. Mary: Externamente, estas muchachasparecen desinteresadas e indiferentes, pero tienen una profunda sed de Dios. Amenudo, son ellas mismas las que pidenacercarse a los Sacramentos e ir a la Iglesia.Algunas expresiones suyas nos puedensorprender por el sentido de fe que mani-fiestan. Reflexionando sobre las vicisitudesde su vida, una muchacha afirma: “Todaslas cosas que suceden en la vida tienen unsentido porque es Dios quien tiene lasriendas de mi vida”. Otra muchacha, en es-pera del éxito de la búsqueda de sus seresqueridos, pide casi con un grito: “Dios¿puede permitir que yo me muera sin en-contrar a mis seres queridos?”. Otra lee asísu situación: “Dios quiere que yo terminemis estudios antes de que encuentre a losmíos, si hubiera estado con ellos en casa,quizás ¡nunca hubiera podido estudiar!”.

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releer el filme,advertimos cuán lejos de la realidad que-da el objetivo del viaje emprendido por laprotagonista, “viaje de ida y vuelta”. ¿Porqué? El viaje realizado por Analía desde elinterior de Argentina a la capital es un espe-jo del viaje del propio ser, del propio cono-cimiento y de la propia realización. Cono-cerse y responder a la propia identidad esun largo camino a recorrer, acompañadosiempre por momentos de luz y oscuridad;de transparencia, de verdad y de mentira;de realidad y ocultamiento. Ficción. Viaje enel que queremos conocer y que nos conoz-can; buscamos destacarnos mientras nosocultamos, nos disimulamos; apuntamos aser únicos e irrepetibles y nos mimetiza-mos… De otro modo, ¿por qué el hiyab deslumbraa Analía y lo apropia como vestimenta? ¿Có-mo se entiende el interés por su uso? El hiyab es un código de vestimenta femeni-

HABI, LA EXTRANJERA

Dora Maria Eylenstein

Analía, una chica de provincia de 20 años,viaja a Buenos Aires para repartir unas arte-sanías. Mientras cumple su tarea, llega porerror a un velorio musulmán. Desconcerta-da, aunque fascinada, participa del rito yrecibe pertenencias de la difunta. Guiadapor su curiosidad y deseo, Analía comien-za a frecuentar una mezquita. Al azar eli-je el nombre Habiba Rafat para sí, y bajoesta identidad vivirá nuevas experiencias.La argentina María Florencia Álvarez, co-mo guionista y directora de su primerlargometraje “Habi, la extranjera”, poneen pantalla la situación de una joven enbúsqueda de identidad.El filme es lineal, pero de alguna manera, enla medida en que avanza, por su propio géne-ro dramático cuestiona y atrapa. A partir de los créditos finales, el espectadorse plantea qué camino seguir.La trama se apoya en una realidad simple:un viaje de ida y vuelta a realizar por una jo-ven de provincia, Analía, para entregar ciertamercadería en Buenos Aires.Al llegar a destino, cumple con la misión en-comendada. Luego, por error, se encuentra en un velato-rio musulmán. Allí recibe pertenencias de ladifunta. Para Analía, los objetos recibidos sontodo un símbolo de una cultura para ella des-conocida y fascinante.

¿Qué suma más letra a este viaje? Intencio-nalmente, nada; circunstancialmente, entreotras, la simplicidad e ingenuidad de la jo-ven, los ofrecimientos del entorno social ysu falta de identidad. Si nos detenemos a

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releer el filme,advertimos cuán lejos de la realidad que-

El filme es lineal, pero de alguna manera, en

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na islámica que establece que debe cubrir-se la mayor parte del cuerpo y que en lapráctica se manifiesta con distintos tipos deprendas, con el velo como el más usual.El término hiyab significa “esconder”, “ocul-tar a la vista”, “separar”.El filme muestra el proceso interior y exte-rior propio de una chica en crisis de identi-dad; se siente atraída por un mundo desco-nocido que la deslumbra, la encandila y, dealgún modo, la contiene. Como parte de este proceso, cambia denombre y de vestimenta; aprende un nuevoidioma y nuevas costumbres. Va relegandosu propio ser…Analía en Buenos Aires es extranjera. Es “ex-tranjera” donde quiera que no sea su lu-gar… más allá de su propia persona, la fami-lia, lo geográfico, el medio ambiente… Tulugar, ¿cuál es ?El tema de la identidad personal es un fenó-meno muy complejo. Intervienen diversos

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factores, desde predisposiciones individua-les hasta el desarrollo de diversas habilida-des suscitadas en el proceso de educacióny de socialización, además del género. Seconstruye y se afianza día a día. Es propiodel ser humano y es importante establecer,fijar identidad y domicilio.No contar con identidad, vivir en búsquedapermanente, puede hacer que la persona se“pegue” a lo que encuentra al paso y así de-ambule de experiencia en experiencia, sinllegar a término. Cabe preguntar en base a qué valores for-mamos y alimentamos nuestra identidad.La protagonista del filme, adoptando elnombre Habi, usando hiyab, el manto y fre-cuentando ambientes musulmanes, parece-ría que dio por superado el tema de suidentidad… En cierto modo, no conocernos hace queseamos extranjeros de nosotros mismos,que nos “busquemos” de continuo. Lo im-

portante es lograr descubrir-se, asentarse y proyectarse.Analía/Habi, consciente o in-conscientemente, recorreeste camino.¿Cuándo toca fondo? A lolargo de la película se dandistintas oportunidades, ¿lasve? ¿las concientiza? El gesto solidario de dar suszapatillas a la amiga dolida,la “descalza”, pisa la tierra yentra en contacto con la rea-lidad. Más allá del atuendoexterior, ¿cuáles son sus va-lores? ¿cuál es su identidad?

Repasar las escenas de la película y señalar: -los momentos en que la protagonista ocultasu identidad. ¿De qué manera lo hace? - losmomentos a través de los cuales pudo habermostrado su identidad y no logró hacerlo. - yel momento de desenlace (originaria versusextranjera). Describirlo. ¿Cómo te sentiste durante el de-

sarrollo de la película?Analía usaba hiyab para cambiar de identidad.Vos, ¿qué tenes a mano para mostrarte distin-to?En algún momento la protagonista se pregun-ta “¿quién soy?”. ¿Qué respuesta se dio? Antela misma pregunta, ¿qué respuesta te das vos?sato’ fatto di ostilità e rappresaglie.

PARA REFLEXIONAR

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desde cerca; un Dios que es feliz cuando nosve felices a nosotros. Cómo Jesús contemplaa Dios: nunca lo ve desentendido de su pro-yecto de transformación de la humanidad, poreso Jesús tiene esa capacidad de ver el lugarprivilegiado que los últimos ocupan en el co-razón de Dios. Esta imagen fresca, viva, de unDios compasivo, amigo de la vida, puede con-tribuir a promover otra experiencia diferentede Dios en las personas de nuestro hoy.

Jesús es lo mejor que tiene la Iglesia

Pagola, como persona en contacto con la gen-te, ve que Jesús atrae a bastantes personasalejadas de la Iglesia. La persona viva del Jesúsdel Evangelio les resulta mucho más atractivaque el catecismo, y su lenguaje, mucho másseductor que el de los teólogos. Y, desde lue-go, su mensaje les resulta mucho más actualque las cartas pastorales y encíclicas. Además,estas personas siempre que hablan de la Igle-sia, la perciben –justa o injustamente–, comouna dificultad, un problema, un obstáculo pa-ra acercarse a Dios. La conclusión de Pagolaes muy simple: si Jesús atrae y la Iglesia no,parece claro que la Iglesia atraerá cuando separezca más a Jesús, cuando nuestras actitu-des, nuestro lenguaje y, sobre todo, nuestrocorazón se parezcan un poco más al de Jesús.Sólo una Iglesia capaz de mostrar un rostromás claro, más sencillo, más accesible, máslimpio de Jesús, atraerá. Porque Jesús es lomejor que tiene la Iglesia.

Una edición nueva con nuevos capítulos

Esta obra Es bueno creer en Jesús es una edi-ción nueva de otra con la que se lleva quince

José A. Pagola Es bueno creer en JesúsLoli Ruíz Pérez

No son pocos los que están abandonandohoy la fe cristiana porque, en el fondo, nuncahan experimentado que Dios podía ser paraellos fuente de vida y de felicidad. Al contra-rio, siempre han sentido la religión como unestorbo para vivir, algo que poco tiene quever con la felicidad que buscan en el fondo desu ser.Este libro es un ensayo de renovación delconcepto de evangelización, de reconstruc-ción de la buena nueva como algo realmentebueno y nuevo. Revisión hecha desde cuatroexperiencias básicas y vitales de toda perso-na: el deseo de felicidad, la crisis del sufri-miento, la necesidad de esperanza y la preo-cupación por la salud y la vejez. Desde estanueva perspectiva proclama que el Dios deJesús es buena noticia para todos y que esbueno creer en Jesús.José Antonio Pagola estudió Teología en laPontificia Universidad Gregoriana y el Pontifi-cio Instituto Bíblico de Roma y Ciencias Bíbli-cas en L’École Biblique et ArcheológiqueFrançaise de Jerusalén. Ha sido profesor deCristología en la Facultad Teológica del Nortede España en Vitoria y director del Institutode Teología y Pastoral de San Sebastián. Es uninvestigador sobre la figura de Jesús que seesfuerza, especialmente, por tratar de decircon palabras claras y sencillas cómo vive Jesúsa Dios. Una constante en sus obras es expresar comoJesús habla del Dios amigo de la vida, que seinteresa más por la vida dichosa y digna de laspersonas que por el culto, la religión o el sába-do; un Dios que busca a los perdidos, no con-denándolos desde lejos, sino buscándoles

camilla

Si fa per dire

42REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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años Es bue-no creer: pa-ra una teolo-gía de la es-peranza.Aquellas pá-ginas nohan perdidosu actuali-dad y porello no mo-difica lo queexponíaacerca de lafelicidad, elsufrimiento,la esperanzao la salud.Pero en lanueva ha

añadido un nuevo capítulo sobre la vejez: ¿có-mo vivir una jubilación más humana? ¿Cómoenfrentarnos desde la fe a la última etapa denuestra vida? Muchos agradecerán estas pági-nas puesto que nadie nos enseña a envejecercon dignidad. Lamentablemente, la mayoríade las personas recorren el tramo final de suvida sin guías ni orientación alguna.También ha añadido un capítulo con el título:“El Dios de Jesús, buena noticia para todos”.Dada su dedicación a la investigación sobreJesús, su persona, mensaje y proyecto huma-nizador del Padre, que él llama “reino deDios”, Pagola expresa que quiere vivir los últi-mos años de su vida dedicado a dar a conocerla buena noticia del Dios de Jesús. Y a este ob-jetivo responde este libro.

La fe hace bien para vivir de manera positivaJesús anunció y comunicó a Dios como unabuena noticia. ¿Por qué pudieron aquellasgentes de Galilea percibir, en el mensaje y ac-tuación de Jesús, a Dios como algo nuevo ybueno? ¿Puede hoy Dios ser percibido comobuena noticia en nuestra sociedad? ¿ Qué tie-ne que suceder para que Dios pueda ser in-

tuido como una noticia buena y nueva por loshombres y mujeres de hoy?Jesús no nos llama a convertirnos a Dios, sinmás, de manera abstracta, sino a “entrar” en ladinámica del reino de Dios; no nos invita abuscar a Dios, como se suele decir tantas ve-ces, sino a “buscar el reino de Dios y su justi-cia”. La Iglesia no tiene otra misión que ésta,abrir caminos al reino de Dios en el mundo:anunciar, testimoniar, pedir, acoger el reinode Dios, un reino de compasión, de justicia,de paz verdadera. Es una pena que muchos,incluidos algunos cristianos, no han oído ha-blar con claridad del proyecto de Dios de hu-manizar el mundo, no saben que es la únicatarea de la Iglesia. Como decía el Vaticano II,la Iglesia está llamada a contribuir a mejorar ya humanizar la vida. Para anunciar a Jesús, hayque vivir como Jesús, hay que vivir con la pa-sión que él tenía por anunciar y promover elreino de Dios.Pagola señala, en el capítulo cuarto “Fe y vidasana”, tres actitudes básicas que la fe puededesarrollar en la persona: Agradecer la vida,Amarse a sí mismo y Unificar la vida desde elamor. En el capítulo sexto “Vivir la jubilación” refle-xiona sobre cómo envejecer, con un proyectode vida, aprendiendo de esta etapa como unaoportunidad de culminar la vida como verda-deros testigos y portadores de valores, en ac-ción de gracias, acogiendo el perdón de Dios,irradiando vida cristiana y enraizados en la es-peranza.Cuando Dios es experimentado como bueno,cercano, liberador y perdonador, brota unareligión fundada en la confianza, el gozo y laacción de gracias; este Dios es una Buena No-ticia. No aterra por su poder y misterio, sedu-ce por su bondad y fuerza liberadora. En definitiva una obra de recomendable lec-tura, a la que puede acercarse el lector/a eli-giendo el capítulo o capítulos que más le inte-resen. Seguro que disfruta conociendo unpoco más al Dios de Jesús y nuestro.

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y perdonarnos a nosotros mismos, de le-vantarnos todos los días, de simplicar laexistencia y admirar la belleza, aún en lamisma oscuridad. Es todo un aprendizajeque nadie nos lo enseña, sólo el tiempose encarga de poner las cosas en su justolugar. Con razón se dice que es el mejormaestro.

Es precisamente ésta la temática de “Deeso se trata” una de las producciones dis-cográficas más exitosas de Saavedra,nombre artístico de María Isabel SaavedraPouchard, cantautora, periodista y escrito-ra colombiana. Su historia personal ha es-tado marcada por el ambiente musicalbohemio y sus primeros pasos estuvieroninfluidos por los ritmos folclóricos de supaís: boleros, rock en español y la música

“De eso se trata”Yolima Posada Perdomo, FMA

A pesar de ser tan importante, el tiempoes tan imperceptible como escurridizo.Como se trata de un valor no material, nolo percibimos con tanta facilidad, y tene-mos que pararnos un momento y refle-xionar para darnos cuenta de él.

Por su fugacidad, el tiempo se nos puedeescapar sin darnos cuenta. Cuando me-nos lo pensemos habremos llegado a unmomento de la vida en donde habrá querecoger lo sembrado y contemplar lashuellas de las experiencias vividas, no pa-ra lamentarnos sino para agradecer loaprendido y mirar con esperanza el futu-ro. De eso se trata la vida… de aprendera valorar cada minuto vivido, enfrentar losmiedos, cambiar el color de los lentes conque miramos a los otros, de equivocarnos

camilla

Si fa per dire

44REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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De eso se trata

Empezaron los años a dejar su marca y no son más que huellas de esta realidad, y poco a poco cambia de color de mi alma y hasta me sobra a veces la serenidad.Ooooo…

Empezaron los años a quitarme culpas y voy detrás de toda felicidad.Estoy jugando al juego de mi propia vida donde la apuesta perder para ganar

De eso se trata de equivocarse y de perder el miedo y no querer zafarse.

De eso se trata la vida misma,de mil veces errar y luego perdonarse.Y descubrirse pariendo versos que a nadie llegan si por dentro estas desierto,poner la cara creerse muerto para nacer de nuevo con cada madrugada.

Empezaron los años a tomar distancia entre el alma dolor y esta piel que se ira.mientras el tiempo pasa uno se vuelvesimple uuuuu y admira la belleza aun en la oscuridad De eso se trata de equivocarse…

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de cantautores como Lerner, Sabina, Se-rrat, Milanés, Blasquez, Charlie García,Manzanero, María Elena Walsh…María Isabel desde muy pequeña empe-

zó a escribir canciones y a in-cursionar en el mundo de loslibros y las publicaciones; ytal es la pasión que esto leproduce que ha escrito másde 400 canciones, sabiendocombinar perfectamente ensu vida tanto la literatura co-mo la música.

Además de “De eso se trata”,su primer disco internacio-nal, María Isabel nos ha rega-lado “Segunda virginidad” yúltimamente “Saavedra Fol-clórica Duetos I”, disco crea-do como un homenaje al fol-

clor y a las mujeres víctimas del recluta-miento forzado por parte de los gruposarmados ilegales, en rechazo a la guerra yla violencia.

45 AÑO LX • MENSUAL / SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2013dma damihianimas

Con el tiempo aprendí...que el pan que se comparte, sabe más sa-broso y te hace mejor digestión.Con el tiempo aprendí...que es mejor olvidar un mal entendido,que vivir con el recuerdo de todos los de-talles que pude dar y que se quedaronguardados por el resentimiento.Con el tiempo aprendí que el perdón esuna bendición para los demás; pero es elmejor regalo que te puedes dar a ti mis-mo.Con el tiempo aprendí...que Dios se manifiesta a través de unbuen acto y no a través de mil sermo-nes….

Enrique Villarreal Aguilar

¡Qué bueno sería hacer un elenco de loque el tiempo te ha enseñado! Sigue túahora el poema.Con el tiempo aprendí…

Para pensar…Con el tiempo aprendí...que no es más amigo aquel que te acom-paña todos los días, que el que está cuan-do lo necesitas.Con el tiempo aprendí...que más vale un minuto de reflexión, quehoras de amargura.Con el tiempo aprendí...que el hoy es lo único que existe,que elpasado quedó atrás y el futuro no sabe-mos si vendrá.Con el tiempo aprendí...que es mi mundo interior, donde se fraguael cambio que necesito para conquistar elmundo exterior.Con el tiempo aprendí... que una sonrisa, abre más puertas que losmás grandes diplomados en relacionespúblicas y humanas.Con el tiempo aprendí...que un beso hace más eco, que el ruidode un cañón.

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uno con su forma de testimoniar elEvangelio, nos sentimos en el deber desalvaguardar su unidad defendiéndolade aquellos peligrosos vientos de reno-vación que cada nueva llegada llevaconsigo. Quien es de mi quinta sabebien que la integridad de la tradición hade garantizarse por quien tiene una ex-periencia consolidada y conoce cuál esla mejor organización de la comunidad,cómo es más conveniente conducirse yvestirse, qué horarios son más aptos a lavida común y hasta cómo y cuándo ¡sehan de abrir y cerrar las ventanas!

Queridas amigas, no lo creeréis pero,precisamente cuando pensaba haber al-canzado una sabiduría tal de asegurar-me una tarea en defensa de lo ‘viejo’, lainspectora me ha pedido dejar mi ama-da – y por mucho tiempo ¡custodiada –comunidad! Y dado que le presentabamis reflexiones respecto a la necesidadde no desarraigar una de las columnasde la casa, me ha sugerido meditar so-bre Abraham… como diciendo: “¡Nun-ca es demasiado tarde!”.

Ahora, mientras cierro las maletas y mepongo de viaje para mi nuevo destino,me pregunto: ¿y si encuentro encarni-zadas protectoras de las queridas, vie-jas, sanas tradiciones locales?

Palabra de C.

Jugar en defensa

En mi País el fin del verano coincide conla continuación de las actividades pas-torales: tiempo de vendimia – diría Ma-dre Mazzarello – precedido, en general,por aquel alternarse de obreros de la vi-ña que caracteriza el período en que seasiste a los cambios de comunidad.Ahora, con todo el respeto para quienla obediencia ha de darla y para quien larecibe, yo quisiera ocuparme de quien– aunque no la ha recibido – la viveigual.

Por mi edad veneranda, creía que esta-ba ya en el nivel de cuantas un sabiodiscernimiento debería naturalmenteexcluir del número de cuantas están lla-madas a alejarse. Seamos sinceras, ¡ra-zones hay muchas! La escasa flexibili-dad debida a los achaques de la edad; lacercanía a los familiares con los que se-ría difícil mantener los contactos; lascostumbres contraídas que contribu-yen a soportar psicológicamente firmes;la tarea – tácitamente asumida – de seren la comunidad la memoria viviente delos usos que tanto han contribuido ahacer fecunda la obra… En suma, la cus-todia y la defensa del pasado requierenla capacidad de conservar lo que siem-pre se ha hecho y de transmitirlo a lasnuevas levas. Cuando ahora ya desde20, 30 o 40 años estamos inmersas de talmanera en una realidad local hasta ser

46REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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Se hace para decir

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Page 47: Revista DMA – DE HIJAS A MADRES (Septiembre - Octubre 2013)

Próximo Número

DOSSIER: En las plazas del mundo – Los atraeré a todos a mí

HILO DE ARIADNA: Osar

COSTRUIR LA PAZ: Artifíces de paz

PASTORALMENTE: La animación vocacional para un discernimiento

SE “HACE” PARA “DECIR”: Comunicación y Evangelización

REVISTA DE

LAS HIJAS DE

MAR

ÍA AUX

ILIAD

ORA

EN LAS PLAZAS DEL MUNDO

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“LE PREPARASTE EL SUELO,Y ECHÓ RAÍCES

Y LLENÓ LA TIERRA”.

SALMO 80,10

1953/2013dmaSEXAGÉSIMO