Walter Benjamin, pensador, próximo a la escuela de Frankfurt, aunque con características de sentido propio muy marcadas, avanza en contraposición al pensamiento frankfuriano sobre las nuevas técnicas de reproducción. Mientras los pensadores de esta escuela, reflexionan sobre lo “negativo” culturalmente hablando de la reproductividad, este pensador afirma con su teoría, que gracias a este fenómeno, permite una perspectiva más participativa y democrática.

Se refiere a los cambios producidos en la recepción a partir de la técnica y destaca que ello trae aparejada una nueva sensibilidad que es la del acercamiento, que se materializa en la fotografía o en el cine y ello hace posible un nuevo tipo de existencia de los objetos y la relación con los mismos.

Esta reproductividad acaecida en los objetos “obras de arte”, se transformó encaminándose hacia la reproducción de las obras impresas, potenciado son el cine y la fotografía.

Benjamin, postula que esta reproductividad tiene un lado positivo, de acercamiento, y un lado negativo, que tiene que ver con la pérdida del “aura”

Aura es para Benjamin “la manifestación irrepetible de una lejanía” (por más cercana que pueda estar). Representa la formulación del valor cultural de la obra de arte.

El valor positivo de la reproducción, tiene que ver con lo que este autor denomina “valor exhibitivo”. Afirma que de esta manera se transforman las relaciones y las percepciones del arte, dejando este espacio ya no sólo como algo exclusivo para las elites.