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Contra-vida El sistema-cultura-mundo capitalista Raúl Prada Alcoreza

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Contra-vida El sistema-cultura-mundo capitalista

Raúl Prada Alcoreza

A modo de breve prólogo

Este es un primer ensayo de un conjunto de textos críticos del discurso

sobre el Cambio climático, nombre formal y oficial de los Estado-nación

y los gobiernos, además de las ONGs y fundaciones, que amortiguan

el alcance de la destrucción de la vida en el planeta. Nosotros

preferimos nombrar esta problemática por sus evidentes

consecuencias, destrucción sistemática, estructural, de la vida, de la

biodiversidad, de los ciclos vitales y las sociedades humanas. Entonces,

la nombraremos como contra-vida. Este primer ensayo es apenas

introductorio al análisis de la problemática, desde la perspectiva de la

complejidad.

Preguntas preliminares

¿Cómo funciona? ¿Cuál es su mecánica o, mejor dicho las mecánicas,

por lo tanto, en conjunto, sus dinámicas? No basta responder

descriptivamente, por más exhaustivas que sean estas descripciones;

incluso si después de contar con ellas se logra una narrativa teórica,

más bien, compleja, que interprete de manera integral estas

descripciones, concatenadas y entrelazadas. Se requiere algo más que

el propio pensamiento complejo, que ya es mucho decir, sobre todo

cuando sabemos que apenas entramos en este acontecimiento; apenas

tenemos hilos sueltos, y fragmentos de diseños, para empezar a tejer

en las espesores dinámicos del espacio-tiempo. No solo porque no se

trata de pensamiento, por más complejo que sea, incluso cuando

también sabemos que el pensamiento complejo es también acción,

materialidad social e institucional, materialidad energética,

materialidad vital. Se requiere algo más que las relaciones, el

entramado de relaciones, en devenir, que suponen estas acciones,

estas materialidades, en los espesores de los ciclos vitales. Se requiere

de los vínculos primordiales del tejido espacio-temporal del universo o

de los universos, en sus distintas escalas.

Si bien esto, sabemos, que no se lograra fácilmente, incluso, que no

se logrará nunca, parece indispensable intuir estos vínculos, y

comportarse con ellos como siendo parte de sus ciclos. Sin embargo,

este ensayo no pretende ir tan lejos; solo decirlo, como una hipótesis

prospectiva interpretativa. Lo que interesa es comprender el alcance

de las preguntas que nos hicimos, y comenzar a avanzar en sus

respuestas posibles. En este sentido, intentaremos un primer avance,

desde la perspectiva del pensamiento complejo, auscultando un primer

nudo del tejido espacio-temporal-social-territorial de lo que

nombramos como sistema-cultura-mundo capitalista.

Uno de los nudos gordianos

La crisis ecológica, que forma parte de las crisis múltiples desatadas

por el desarrollo capitalista, es evidenciada cuando el ecosistema

aguanta cambios críticos. Los fenómenos desencadenantes son

identificables; por ejemplo, un cambio abiótico, en lo que respecta al

incremento de la temperatura; también menguado nivel de lluvias, la

presión de la depredación, así como la sobrepoblación. Se ocasiona la

declinación de la aptitud del ecosistema, afectando a los ciclos vitales.

El llamado cambio climático, eufemismo para ocultar la destrucción de

la biodiversidad, de los ecosistemas y de los ciclos vitales, además, de

las sociedades humanas, corresponde a una crisis ecológica de

magnitud peligrosa. Al respecto se ha hablado demasiado del síntoma

del incremento paulatino de la temperatura global.

Muchas especies son trasladadas fuera de sus hábitats. Por ejemplo,

los osos polares son uno de los seres afectados. Con el deshielo, las

focas han desaparecido, interrumpiendo su ciclo alimenticio. Algo

parecido, incluso peor, ha pasado con el oso panda, uno de los

habitantes de los territorios de la geografía política de la República

Popular de China. Estos son ejemplos puntuales de una numerosa

cantidad de casos, que por su adición nos muestran el alcance de la

devastación.

Para dar otros ejemplo, tocando regiones del hemisferio sur, podemos

citar algunos casos, en peligro de extinción, que se dan en la Amazonia,

el bosque más grande del planeta, el continente, por así decirlo, de una

de las biodiversidades más ricas del mundo, que también sufre los

avances más desoladores y devastadores del planeta, por parte de este

“desarrollo” capitalista, que combina, de manera explosiva, todas las

formas del capitalismo, desde el extractivismo depredador hasta el

financiero especulador, pasando por revoluciones industriales y

cibernéticas inconclusas.

Nathalie Alonso escribe en Fauna amenazada del Amazonas, puntualizando

e identificando fauna en peligro de extinción, dibujando el siguiente panorama:

El bosque lluvioso del Amazonas en América del Sur, el más grande del

mundo, abarca 2,722,000 kilómetros cuadrados. De acuerdo con el

Acuario Shedd de Chicago, es el hogar de un tercio de todas las plantas

y animales conocidos. Varios animales amazónicos están en peligro de

extinción en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión

Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Otras especies

son consideradas en peligro de extinción por los U.S. Fish and

Wildlife Service bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción.

El Amazonas es el hogar de las ranas venenosas, algunas de las cuales

están en peligro. A pesar de que varían en tamaño desde 1 a 2

1/2 pulgadas (2,54 a 6,35 cm), las ranas venenosas segregan un

veneno capaz de matar a los seres humanos de una vez. Entre las más

expuestas están la rana venenosa de Perú Oxapampa, clasificada como

en peligro crítico por la UICN. La rana venenosa dorada, la más tóxica,

está en peligro de extinción en toda su gama a lo largo de la costa del

Pacífico de Colombia.

Entre las aves en peligro de extinción de la Amazonia está el

guacamayo jacinto, el loro más grande del mundo, y el guacamayo de

Lear. El guacamayo de garganta azul, endémico de Bolivia, está en

peligro crítico según la IUCN. A pesar de que la UICN clasifica el águila

arpía, como casi amenazada, U.S. Fish and Wildlife Service la considera

en peligro de extinción en toda su gama, que abarca partes de la

Amazonia.

La UICN rebajó al caimán negro del Amazonas de una especie en

peligro de extinción en 1996 a uno de menor preocupación en 2000,

pero U.S Fish and Wildlife Service, sigue considerándolo en peligro de

extinción. El caimán negro es el más grande del mundo, de las especies

de caimanes. Asimismo, la tortuga de río de América del Sur, la especie

más grande del continente, pasó de en peligro de extinción en 1994 a

una especie de preocupación menor en 1996, según la UICN. U. S. Fish

and Wildlife Service, sin embargo la considera en peligro de extinción.

Debido a la severa pérdida de hábitat, el mono araña marrón, uno de

los más grandes primates en la Amazonia, es también una de las 25

especies en peligro de extinción en el mundo. Catalogado como en

peligro crítico por la UICN, el mono araña marrón se encuentra

principalmente en Colombia y Ecuador. También críticamente en

peligro de extinción están el Marañón de manos rojas, mono aullador,

el capuchino rubio, el capuchino de cabeza beige y el mono capuchino

Ka'apor, todos los cuales son endémicos de Brasil. El tití descarado de

Brasil y el capuchino con bucles robustos se clasifican como en peligro

de extinción.

La UICN clasifica al manatí del Amazonas como vulnerable, mientras

que U.S. Fish and Wildlife Service lo clasifica como en peligro de extinción. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, el manatí del Amazonas se cree que está en declive, a pesar de que el tamaño de su

población es desconocido. También en peligro de extinción está la nutria gigante del Amazonas. Nadadoras rápidas y capaces, las nutrias gigantes, las más grandes del mundo, pueden medir hasta 6 pies de

largo.

Entre los mamíferos en peligro de extinción de la Amazonia está el

perezoso de tres dedos, la especie más grande de perezosos, que se encuentra sólo a lo largo de la costa atlántica de Brasil. La destrucción del hábitat es la mayor amenaza para el herbívoro de movimientos

lentos, que desciende de las copas de los árboles sólo para orinar y defecar. Otro mamífero, el tapir, de América del Sur está vulnerable, de acuerdo con la UICN y en peligro de extinción, de acuerdo con U.S.

Fish and Wildlife Service1.

Los alcances de la crisis ecológica son planetarias, todos los

ecosistemas, todas las regiones, todos los nichos ecológicos, se

encuentran involucrados, aunque se encuentren afectados de manera

diferencial, dependiendo de las características y consistencias del tejido

ecológico singular. En las regiones andinas, vallunas, de los llanos y

chaqueñas de Bolivia se describe estas rupturas de ciclos vitales

también con efectos de extinción.

En Foro: Fauna boliviana, animales de los andes, los valles y los llanos,

se describe una lista:

Entre las aves en peligro crítico, están el crax globulosa o comúnmente

llamado mamaco, el ave hylopezus macularius o tororoí enmascarado,

la phibalura boliviana o palkachupa, el cinclodes aricomae o remolinera

real

El Paraba Frente Roja debido a que es buscada para ser mascota, la

paraba barba azul, por causa de pérdida de su hábitat y la pava copete

1 Escrito por Nathalie Alonso; traducido por Barbara Obregon: Fauna amenazada del Amazonas. http://www.ehowenespanol.com/fauna-amenazada-del-amazonas-info_90020/.

de piedra. La mayoría de esas especies se encuentran ubicadas en la

provincia Gran Chaco. Además hay ocho especies de aves en peligro

de extinción y veinticinco especies vulnerables.

Entre los mamíferos que se encuentran en peligro crítico está al gato

andino o leopardus jacobita, debido a caza, pérdida de hábitat, uso

folklórico, pérdida de presa principal (con lo que el animal se alimenta),

enfermedades por el hábitat restricto.

El guanaco o lama guanicoé, a consecuencia de la caza, pérdida de

hábitat, uso folklórico, pérdida de presa principal (con lo que el animal

se alimenta), enfermedades por el hábitat restricto, competencia con

ganado, además de la chinchilla, por causa del uso de su piel, además

por el hábitat restricto.

A esto se suma ocho clases de peces que se encuentran vulnerables,

entre ellos: el sábalo, el pacú, la boga, el surubí, el miskincho, el

carache negro y la mojarra2.

Estos son apenas ejemplos, ya se puede imaginar el tamaño de la

devastación y truncamiento de ciclos vitales que se dan en todo el

planeta, en toda su biodiversidad, en todos sus entramados y tejidos

eco-sistémicos. Nadie que esté en su sano juicio puede esperar que

todo esto no afecte a las sociedades humanas. Las sociedades

humanas no son externas ni ajenas a la biodiversidad, a los ciclos

ecológicos; alguien que piensa de esta manera vive en un planeta de

fantasmas, sin cuerpos y sin vidas. Sin embargo, por más insólito que

parezca, ésta es la idea precursora que alimenta la “ideología” de la

modernidad, que, con el tiempo, en la etapa del capitalismo tardío, se

convirtió en cultura-mundo. El hombre domina la naturaleza, el hombre

moderno se libera de los mitos, el hombre moderno desata, con su

ciencia y tecnología, las fuerzas escondidas de la naturaleza, para

utilizarlas en su “desarrollo” y “evolución”. Este enunciado, implícito,

de distintas maneras, en las narrativas de la modernidad, muestra

patentemente el nuevo mito de la civilización moderna, el mito de la

supremacía del hombre, del héroe convertido en el depredador por

excelencia, depredación, que obviamente, en las narrativas de la

“ideología” no se nombra de este modo, sino como “progreso”.

Vamos a dejar una pregunta pendiente: ¿Por qué no incluir en estas

listas de especies en extinción al ser humano? ¿Acaso no han

2 Foro: Fauna boliviana, animales de los andes, los valles y los llanos: llhttp://www.mirabolivia.com/foro_total.php?id_foro_ini=33657.

desaparecido cientos de lenguas, cientos de pueblos, centenares de

culturas, también civilizaciones; acaso ahora mismo no se encuentran

en peligro de extinción naciones y pueblos indígenas en el continente?

¿Acaso las sociedades humanas no se encuentran amenazadas por

ojivas nucleares, que ostentan irresponsablemente las potencias

vencedoras de la segunda guerra mundial? Es pues ridículo no poner

en la lista al ser humano. ¿Los ambientalistas lo hacen por pudor? ¿Lo

hacen porque creen que el ser humano es distinto a los animales y a

las plantas? ¿De dónde sacan esto, de los mitos religiosos, sobre todo

de la narrativa de las religiones monoteístas? El ser humano no es algo

cualitativamente distinto que el resto de los seres; conforma con todos

los seres, con sus ciclos vitales, el entramado creativo de la vida. Que

desaparezcan seres implica que también desaparece algo necesario en

el ser humano, una parte del tejido que lo constituye. Solo la

enajenación “ideológica”, el fetichismo religioso, convertido, después,

en “ideologías” modernas”, puede haber sostenido, ilusoriamente, esta

imagen esquemática e inconsistente, que manifiesta patéticamente

una auto-referencia, una auto-contemplación, un engreimiento

desmedidos, que ilusionan al hombre con su soledad en el universo

vacío. El aislamiento no es posible en un universo inventado por

asociaciones, composiciones, combinaciones de partículas

infinitesimales, que tocan, como cuerdas vibrantes, las constelaciones

de sinfonías, en distintas escalas. El vacío no es posible en un universo

cuya materia oscura y energía oscura ocupan el 95%, en tanto que el

resto corresponde a la materia luminosa y la energía luminosa. Es

momento de dejar de lado estas narrativas autocomplacientes y

antropocéntricas; comprender que la sobrevivencia humana depende

de la sobrevivencia de los demás seres.

Por otra parte, se encuentran afectados los ciclos vitales del agua.

El agua dulce, los ecosistemas secos, están sorteando los efectos del

incremento de la temperatura. El cambio climático ya comienza a ser

demoledor para el salmón, además de otras especies acuáticas. El

incremento en la temperatura trunca los ciclos vitales del salmón y la

trucha. Una de las consecuencias del cambio climático es la migración

de las especies. Por ejemplo, los peces de agua fría migran de sus

territorios acuáticos, hacia aguas todavía frías. Algunas especies han

podido adaptarse a nuevas condiciones, acercándose hacia los polos;

en cambio, otras especias son menos dúctiles.

Así como pasa con los ciclos vitales del agua, también ocurre con los

ciclos vitales del aire, los ciclos vitales de los suelos, los ciclos vitales

los bosques, los ciclos vitales de las distintas poblaciones de seres

orgánicos; por lo tanto, con la compleja integralidad entrelazada de los

múltiples ciclos de la existencia y de la vida.

La destrucción de la biodiversidad ha sido cuantificada; cada año

desaparecen entre 17,000 y 100,000 especies, dependiendo de las

características del periodo, más o menos intenso en lo que respecta a

la depredación. En comparación, se tiene el referente de

la extinción ocasionada por el impacto de un meteorito, hace 65

millones de años; es cuando se dio clausura del Cretácico. ¿El sistema-

cultura-mundo capitalista tiene un impacto de semejante magnitud?

Siete millones de kilómetros cuadrados de bosque tropical han

desaparecido en el lapso de al menos medio siglo. Se estima que

alrededor de 2 millones de kilómetros cuadrados han servido para la

expansión de la agricultura; los restantes cinco millones de kilómetros

cuadrados son considerados tierras de poca calidad. Cuando, antes,

estas tierras eran bosques primarios. Se estima que capturaban como

cinco billones de metros cúbicos de carbono durante 10 o 20 años.

Parece que el costo cualitativo, de daños irreparables, es esta

inscripción desoladora de la huella ecológica, que deja el desarrollo del

capitalismo. Costo no conmensurable, tampoco, por cierto, no

contabilizado, ni como aproximaciones numéricas, por la aritmética

capitalista.

Cambio climático y biodiversidad

En un documento de Naciones Unidas se describe el Cambio climático

de la siguiente manera:

En el ámbito mundial, las actividades humanas han causado y van a

seguir causando una pérdida en la biodiversidad debido, entre otras

cosas, a cambios en el uso y la cubierta de los suelos; la contaminación

y degradación de los suelos y de las aguas (incluyendo la

desertificación), y la contaminación del aire; el desvío de las aguas

hacia ecosistemas intensamente gestionados y sistemas urbanos; la

fragmentación del hábitat; la explotación selectiva de especies; la

introducción de especies no autóctonas, y el agotamiento del ozono

estratosférico. La tasa actual de la pérdida de biodiversidad es mayor

que la de la extinción natural. Una pregunta esencial en este

Documento es ¿cuánto puede el cambio climático (ya sea de forma

natural o inducido por el hombre) aumentar o impedir estas pérdidas

de la biodiversidad? Los cambios en el clima ejercen una presión

adicional y ya han comenzado a afectar a la biodiversidad. Las

concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero han

aumentado desde tiempos preindustriales debido a actividades

humanas, sobre todo la utilización de combustibles fósiles y los

cambios en el uso y en la cubierta de los suelos. Estos factores, junto

a las fuerzas naturales, han contribuido a los cambios en el clima de la

Tierra a lo largo de todo el siglo XX: ha subido la temperatura de la

superficie terrestre y marina, han cambiado los patrones espaciales y

temporales de las precipitaciones; se ha elevado el nivel del mar, y ha

aumentado la frecuencia e intensidad de los fenómenos asociados con

El Niño. Dichos cambios, sobre todo la subida de las temperaturas en

algunas zonas, han afectado a la estación de la reproducción de

animales y plantas y/o la de la migración de los animales, a la

extensión de la estación de crecimiento, a la distribución de las

especies y el tamaño de sus poblaciones, y a la frecuencia de las plagas

y brotes de enfermedades. Algunos ecosistemas costeros o aquellos en

altitud y latitud altas también se han visto afectados por los cambios

en el clima regional. Se espera que el cambio climático afecte a todos

aspectos de la biodiversidad. Sin embargo, dichos cambios tienen que

tener en cuenta los impactos de otras actividades humanas pasadas,

presentes y futuras, incluyendo el aumento en las concentraciones

atmosféricas de dióxido de carbono (CO2).

Para la amplia gama de escenarios de emisión del Grupo

Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se

estima que la temperatura media de la superficie terrestre ascienda

entre un 1,4 y un 5,8°C para finales del siglo XXI, que las zonas

terrestres experimenten un calentamiento más alto que los océanos, y

que las latitudes altas se calienten más que los trópicos. Se estima que

la elevación del nivel del mar asociada con dicho cambios esté

comprendido entre 0,09 a 0,88 m. En general, se espera un aumento

en las precipitaciones en latitudes altas y en zonas ecuatoriales, y que

disminuyan en zonas subtropicales aunque aumenten las fuertes

precipitaciones. Se espera que el cambio climático afecte directamente

a organismos individuales, a poblaciones, a la distribución de especies,

y al funcionamiento de los ecosistemas (por ejemplo debido a un

aumento de las temperaturas y cambios en las precipitaciones y, en el

caso de ecosistemas marinos y costeros, se esperan cambios en el nivel

del mar y fuertes tormentas repentinas) e indirectamente (por ejemplo

mediante el impacto de los cambios climáticos en la intensidad y la

frecuencia de fenómenos tales como los fuegos arrasadores). La

pérdida, modificación y fragmentación del hábitat, y la introducción y

extensión de especies no autóctonas van a afectar los impactos

producidos por el cambio climático. Una proyección realista del estado

futuro de los ecosistemas terrestres debe tener en cuenta también las

pautas de uso de los suelos y del agua, las que van a afectar en gran

medida a la capacidad de los organismos para responder a los cambios

climáticos mediante la migración.

El efecto general del cambio climático estimado provocado por el

hombre muestra que los hábitats de muchas especies se desplazará

hacia los polos o hacia altitudes mayores respecto a sus

emplazamientos actuales. Las distintas especies se van a ver afectadas

de forma diferente por el cambio climático; van a migrar a diferente

velocidad a través de paisajes naturales fragmentados, y muchos

ecosistemas actualmente dominados por especies de larga vida (tales

como árboles longevos) van a tardar mucho antes de que manifiesten

los efectos de estos cambios. Por lo tanto, es probable que se modifique

la composición de la mayoría de los ecosistemas actuales, ya que es

improbable que las especies que componen dichos ecosistemas

cambien de emplazamiento todo a la vez. Se espera que los cambios

más rápidos sucedan cuando sean acelerados por cambios en patrones

de alteraciones no climáticas tanto naturales como antropogénicas.

Cambios en la frecuencia, intensidad, extensión y emplazamiento de

las alteraciones van a afectar la forma y el régimen a la que los

ecosistemas actuales se van a ver reemplazados por nuevos grupos de

plantas y animales. Las alteraciones pueden aumentar el régimen de

pérdida de las especies y crear oportunidades para el establecimiento

de nuevas especies. En todo el mundo, cerca del 20 por ciento de los

humedales costeros se podrían perder hacia el año 2080, como

consecuencia de la elevación del nivel del mar. El impacto de la

elevación del nivel del mar sobre los ecosistemas costeros (como por

ejemplo los manglares y humedales costeros, y los pastos marinos)

variará en diferentes regiones según la erosión causada por los mares

y los procesos de encenagamiento que ocurren en la tierra. Es posible

que algunos manglares en las regiones costeras insulares bajas en

donde las cargas de sedimentación son altas y los procesos de erosión

son escasos, no sean particularmente vulnerables a la elevación del

nivel del mar. El riesgo de extinción va a aumentar para muchas

especies que ya son vulnerables. Las especies con rangos climáticos

limitados y/o pequeñas poblaciones son normalmente las más

vulnerables a la extinción. Entre éstas figuran las especies montañosas

endémicas y la biota restringida insular (por ejemplo, los pájaros),

peninsular (tales como el Reino Floral del Cabo), o costera (manglares,

humedales costeros y arrecifes coralinos). En contraste con esto, las

especies con gamas amplias y no irregulares, con mecanismos de

dispersión de largo alcance y grandes poblaciones tienen un riesgo de

extinción menor. Existen pocas pruebas para sugerir que el cambio

climático pueda disminuir la pérdida de las especies, pero existen

pruebas que demuestran que pueden acelerar este proceso. En algunas

regiones podría darse un aumento de biodiversidad local (normalmente

como consecuencia de la introducción de especies) pero las

consecuencias a largo plazo son muy difíciles de predecir. Cuando

ocurren importantes alteraciones en el ecosistema (como por ejemplo

la pérdida de especies dominantes o una gran proporción de las

especies y por lo tanto gran parte de la redundancia), pueden ocurrir

pérdidas en la productividad neta del ecosistema (PNE) al menos

durante el periodo de transición. Sin embargo, en muchos casos, la

pérdida de biodiversidad en ecosistemas diferentes y amplios debido al

cambio climático no implica necesariamente una pérdida de

productividad, ya que existe un grado de redundancia en la mayoría de

los ecosistemas. La pérdida de la contribución a la producción de una

especie determinada dentro de un ecosistema se puede ver

reemplazada por otras especies. Los impactos del cambio climático en

la biodiversidad ni los posteriores efectos en la productividad no han

sido calculados a escala mundial. Los cambios en biodiversidad a escala

de ecosistemas y paisajes naturales, como respuesta al cambio

climático y otras presiones (tales como la deforestación y los cambios

en incendios forestales) podrían afectar aún más al clima mundial y

regional mediante los cambios en la recogida y emisión de gases de

efecto invernadero y cambios en el albedo y la evapotranspiración. De

forma parecida, los cambios estructurales en las comunidades

biológicas en las capas superiores de los océanos podrían alterar la

recogida del CO2 por el océano o la emisión de precursores para los

núcleos de condensación de nubes, causando unas reacciones o

positivas o negativas en el cambio climático.

La simulación de los cambios en la biodiversidad como respuesta a los

cambios climáticos presenta algunos desafíos importantes. Los datos y

las simulaciones que se requieren para estimar la extensión y

naturaleza de los cambios futuros en los ecosistemas y los cambios en

la distribución geográfica de las especies son incompletos, lo que

significa que estos efectos sólo se pueden cuantificar parcialmente. Los

impactos de las actividades para la mitigación del cambio climático

sobre la biodiversidad dependen del contexto, diseño y ejecución de

dichas actividades. El uso y el cambio en el uso de los suelos, y en las

actividades asociadas con la silvicultura (forestación, reforestación,

deforestación evitada, y las prácticas mejoradas en el manejo de

bosques, tierras de cultivo y pastizales) tanto como la implantación de

fuentes de energía renovable (hidráulica, eólica, solar y

biocombustibles) pueden afectar a la biodiversidad. Dicho impacto

dependerá de la selección del sitio y de las prácticas en el manejo de

los mismos. Por ejemplo, 1) dependiendo del nivel de biodiversidad del

ecosistema no forestal que está siendo sustituido, la escala que se

toma en cuenta, y otros temas relacionados con el diseño y la

implantación, los proyectos de forestación y de reforestación pueden

tener impactos neutros, positivos o negativos; 2) si se evita y/o reduce

la degradación de los bosques en zonas amenazadas/vulnerables que

contienen grupos de especies que son inusualmente diversos,

mundialmente raras o propias de esa región, se pueden proporcionar

grandes beneficios a la biodiversidad, evitando al mismo tiempo

emisiones de carbono; 3) las plantaciones bioenergéticas a gran escala

que generan un gran rendimiento podrían tener efectos adversos en la

biodiversidad cuando sustituyan a sistemas con una mayor diversidad

biológica, mientras que las plantaciones a pequeña escala sobre

terrenos degradados o en zonas agrícolas abandonadas podrían tener

ventajas ambientales; y 4) un aumento de la eficiencia en la

generación y/o empleo de energías basadas en combustibles fósiles

puede reducir el uso de combustibles fósiles y, por lo tanto, reducir los

efectos sobre la biodiversidad que se deben a la extracción de recursos,

el transporte (como el envío por barco y/o por tuberías), y la

combustión de combustibles fósiles. Las actividades para la adaptación

al cambio climático pueden fomentar la conservación y el uso

sostenible de la biodiversidad, y reducir el impacto sobre la

biodiversidad tanto de los cambios climáticos como de los fenómenos

climáticos extremos. Dichas actividades incluyen el establecimiento de

un mosaico interconectado de reservas terrestres, de agua dulce y

marinas de uso múltiple diseñado para responder a los cambios

estimados en el clima, y actividades de manejo integrada de tierras y

aguas para reducir las presiones no climáticas sobre la biodiversidad y,

por lo tanto, hacer que el sistema sea menos vulnerable a los cambios

climáticos. Algunas de estas actividades para la adaptación también

pueden reducir la vulnerabilidad humana frente a fenómenos climáticos

extremos.

La eficacia de las actividades para adaptación y mitigación se puede

mejorar cuando se integran con estrategias más amplias diseñadas

para hacer más sostenibles las rutas para el desarrollo. Existen

sinergias potenciales ambientales y sociales e intercambios entre la

adaptación climática y actividades para la mitigación (proyectos y

políticas), y los objetivos de los acuerdos multilaterales ambientales

(por ejemplo, la conservación y uso sostenible que son los objetivos

del Convenio sobre la Diversidad Biológica) además de otros aspectos

del desarrollo sostenible. Estas sinergias e intercambios se pueden

evaluar en lo que se refiere a la gama completa de actividades

potenciales (entre otras cosas, la energía y el uso de los suelos, el

cambio en el uso de los suelos, y los proyectos y políticas de

silvicultura) a través de la aplicación de las evaluaciones del impacto

social y ambiental en el ámbito de proyectos, sectores y regiones, y se

pueden comparar con un conjunto de criterios e indicadores mediante

el empleo de una serie de marcos para la toma de decisiones. Para

esto, se tienen que adaptar y desarrollar aún más las actuales

metodologías, criterios e indicadores para la evaluación del impacto de

las actividades para mitigación y adaptación sobre la biodiversidad y

sobre otros aspectos del desarrollo sostenido. Entre las necesidades de

información y los vacíos en las evaluaciones se incluyen: Una mejora

del conocimiento de las relaciones entre la biodiversidad, la estructura

y el funcionamiento del ecosistema, y la dispersión y/o migración a

través de paisajes naturales fragmentados. Una mejora del

conocimiento de la respuesta de la biodiversidad frente a cambios en

factores climáticos y otras presiones. La realización de simulaciones de

definición apropiada de cambios climáticos pasajeros y de ecosistemas,

especialmente para la cuantificación de los impactos del cambio

climático sobre la biodiversidad a todos los niveles, teniendo en cuenta

sus respuestas. Una mejora del conocimiento de los impactos a escala

local y regional sobre la biodiversidad de las opciones para la

adaptación y mitigación del cambio climático. Un mayor desarrollo de

metodologías, criterios e indicadores para la evaluación del impacto de

las actividades para la mitigación y adaptación al cambio climático

sobre la biodiversidad y sobre otros aspectos del desarrollo sostenible

La identificación de actividades y políticas para la conservación y uso

sostenible de la biodiversidad que pudiesen mejorar las opciones para

adaptación y mitigación del cambio climático3.

El sistema-mundo inserto en la biodiversidad

Lo que no se entiende de estos informes, de las consecuencias políticas

que sacan, de su utilización en las Cumbres sobre el Cambio Climático,

de los documentos que se firman, de los temas que se discuten, por

ejemplo, el de la diminución de la emisión de gases de efecto

invernadero o, en su caso, de la inversión en bosques, para que no

sean desforestados, por el avance de la frontera agrícola, por el

comercio de madera, por la economía extractivista, es que, sin tomar

en cuenta lo incompletos que son, lo desarticulados que se encuentran,

para una comprensión integral de la problemática en cuestión, sin

pedirles que consideren la articulación compleja con las sociedades

humanas, incluso sin pedirles su relación con el sistema-mundo

capitalista, es que sean tan indulgentes, tan poco eficaces, como si se

tratara de un problema técnico y no de la vida. Lo que describen es

indudablemente alarmante, los alcances de la crisis ecológica es de

envergadura, amenazando a la biodiversidad, a las especies, a los

ciclos vitales, a las sociedades humanas. Entonces, llama la atención

que sean documentos burocráticos, al momento de proponer

soluciones y salidas, después de haber dado descripciones alarmantes

de lo que acontece.

¿Los expertos no saben interpretar la integralidad de la problemática,

después de haber interpretado descriptivamente los efectos de los

fenómenos inherentes? ¿Los expertos, a pesar de tener consciencia de

lo que pasa, son al final de cuentas, funcionarios; más les interesa su

estabilidad laboral, que la vida del planeta y en el planeta? Después de

leer esos informes, alguien de sentido común concluye, que no se

puede seguir como se ha seguido hasta ahora, que se requiere un

cambio radical, de emergencia, para salvar la vida, la biodiversidad,

los ciclos vitales, donde se encuentran los ciclos de las sociedades

humanas. Sin embargo, parece que este esperado sentido común no

3 GRUPO INTERGUBERNAMENTAL DE EXPERTOS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO, OMM, WMO, PNUMA, UNEP: Cambio climático y biodiversidad. file:///C:/Users/RAUL%20PRADA/Documents/Populismo/climate-changes-biodiversity-sp.pdf. https://www.ipcc.ch/pdf/technical-papers/climate-changes-biodiversity-sp.pdf.

es el preponderante en los expertos. La reciente Cumbre del Clima de

París, la COP21, llevada a cabo en Paris, es más anodina que las

anteriores; retoma el Protocolo de Kioto, de una manera más mesurada

y contemplativa. Siendo ya aquél documento extremadamente

conservador4.

Los gobernantes de los gobiernos llamados progresistas dan discursos

que pretenden ser críticos y pretenden mostrarse defensores de la

madre tierra; sin embargo, fuera de ser discursos repetitivos, áridos,

de puntos comunes, sin consecuencias, salvo el mostrarse como

defensores de los derechos de la naturaleza, no se sostienen

moralmente, cuando se trata de gobiernos que han optado por la

expansión intensiva del extractivismo, siendo cómplices pues de la

depredación y destrucción global de la biodiversidad. Si bien, se puede

decir que los más “culpables” son las potencias industriales, que no

quisieron firmar el Protocolo de Kioto, este hecho no los salva de su

concomitancia.

Un presidente progresista ha propuesto el Tribunal de Justicia

Ambiental. ¿Para qué? ¿Para que dirima en la contienda entre

empresas extractivitas trasnacionales y gobiernos progresistas, que

son, al final los que terminan concesionando a estas empresas, sean

las mismas u otras, con otros nombres? ¿Para que dirima entre

empresas estractivistas y gobiernos, sean estos neoliberales o

progresistas, que contienden con los pueblos y comunidades indígenas,

que defienden sus territorios, los ecosistemas, las cuencas? ¿Si esto ha

ocurrido muy exiguamente, de vez en cuando, antes, por qué esperar

que mejore la situación con este Tribunal de Justicia Ambiental? Estas

propuestas brillan por su burocratismo, por su mediación aparente,

cuando estos dispositivos forman parte del orden mundial de las

dominaciones en el sistema-cultura-mundo capitalista. Este estilo de

propuestas y otras como las que se hacen en estas cumbres solo sirven

para mantener la expectativa, para dar aliento y esperanza, mientras,

efectivamente, cubren el avance demoledor de la frontera agrícola, de

la frontera minera, de la frontera petrolera, de la frontera del desierto

capitalista, que avanza sin miramientos. Que lo haga un presidente

engreído progresista, en una cumbre, se entiende, pues estos

escenarios son montajes para mantener la simulación democrática

global, aunque también puede servir como calmante ante consciencias

desdichadas y atormentadas. Pero, que haya “izquierda” que tome

4 Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: http://unfccc.int/resource/docs/convkp/kpspan.pdf.

serio estas retóricas demagógicas, habla de por si de lo incorporada

que ya está la “izquierda” en las estructuras de poder local, regional,

continental y mundial.

Las cumbres, Naciones Unidas y los Estado-nación no son las instancias

adecuadas donde se puede encontrar una voluntad, tampoco

decisiones y medidas, para remediar el efecto múltiple de la

depredación, contaminación y destrucción ecológica. Estos, los

espacios de estas cumbres, son lugares donde se va a tranquilizar las

consciencias culpables. Donde se lanzan discurso edulcorantes y

adormecedores para mostrar a las sociedades que hay preocupación.

Las cumbres sociales paralelas acuden a la sede de estas cumbres

oficiales de Naciones Unidas, para criticar, interpelar, influenciar, en

los gobernantes del mundo. Si bien es apreciable e importante la

movilización que se efectúa, es importante por su acción pedagógica,

si se quiere, de concientización de las sociedades, sobre todo son

importantes como activismos; sin embargo, el límite de todo esto es

que los interpelados no son quienes pueden resolver el problema

mayúsculo de la crisis ecológica y su problemática. Los organismos

internacionales, los Estado-nación, conforman el orden mundial del

sistema-cultura-mundo-capitalista. No son organizaciones ni

dispositivos, ni tampoco redes, para abolir este orden mundial de las

dominaciones polimorfas, que es lo que se requiere para evitar la

catástrofe. ¿Para qué han servido todas las cumbres hasta ahora? Para

lavar la cara a las potencias industriales, a la gendarmería del imperio,

a la aristocracia y a la oligarquía del imperio, a todos los Estado-nación,

que tienen concomitancia en lo que sucede, quiéranlo o no. Algunos

gobiernos progresistas tuvieron la habilidad, incluso de mostrarse

como contrarios a esta impostura; este es el caso de Bolivia, cuando

la contra-cumbre de Tiquipaya, que se denominó I Conferencia de los

Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida, consensuo

resoluciones valiosas de alcance adecuado a enfrentar la crisis. Es aquí

donde se sacaron resoluciones sugerentes5. En cambio, la siguiente

Conferencia, II Conferencia de los Pueblos sobre el Cambio Climático6,

que pretendía emular a la anterior, ser su continuidad, llevándose a

cabo en el mismo lugar, no hizo otra cosa que una pantomima triste,

para lavar la cara a un gobierno progresista y a un “presidente

5 Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra: http://latinoamericana.org/2012/info/docs/100422CambioClimaticoYDerechosMadreTierra.pdf.

6 Declaración de la II Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida:

http://www.paginasiete.bo/nacional/2015/10/12/declaracion-conferencia-mundial-pueblos-sobre-cambio-climatico-defensa-vida-73241.html.

indígena”, gobierno y símbolo, que optaron vergonzosamente por la

expansión del modelo colonial extractivista del capitalismo

dependiente.

Los únicos que pueden salvar al planeta, a la biodiversidad, los ciclos

vitales, los ecosistemas, las sociedades humanas, son los pueblos. Está

demás decirlo; sin embargo, lo recordamos. No están representados

en esta burocracia institucionalizada del imperio. ¿Acaso están ahí, en

la Cumbre de Naciones Unidas, Cumbre del Clima de París, la COP21,

los pueblos, los colectivos, los y las damnificadas por el cambio

climático, por el extractivismo destructivo, nocivo y corrosivo, por la

contaminación y depredación, que deja el “desarrollo” capitalista como

desechos, residuos; es decir, la huella de su destrucción? No lo están;

los pueblos, los colectivos damnificados, las comunidades arrinconadas

y despojadas de sus recursos y sus territorios, no tienen sitio en esos

lugares de poder. Los pueblos son los grandes ausentes, solo son

nombrados, como víctimas, como sujetos de derechos, como

soberanos que delegaron la representación en esta burocracia. En esta

simulación de democracia mundial, la ausencia nombrada de los

pueblos está ahí, como fantasma, para legitimar la destrucción del

planeta y de la vida.

Ponderando la labor de los activistas, en las cumbres sociales

alternativas, es menester observar sus límites; es indispensable que

los y las activistas enfoquen también su labor, sobre todo, en activar

la potencia social de los pueblos y las sociedades. En coadyuvar a

liberar a los pueblos y las sociedades de las ataduras impuestas por las

mallas institucionales del imperio, por lo tanto, del orden mundial;

compuesto por los Estado-nación, en sus planos de intensidad

políticos; por las empresas extractivistas, industriales, de servicios,

financieras, en los planos de intensidad económicos. La decisión

colectiva, social, política, de parar la marcha al abismo, está en manos

de los pueblos; son ellos los que pueden terminar con este juego de

muerte, que es el de la acumulación abstracta y sin sentido del

denominado capital, que no es otra cosa que contabilidad aritmética

de lo que llaman crecimiento y desarrollo; otra idea abstracta y lineal

del plano de intensidad económico, cuando, en efecto, en la práctica,

puede considerarse, en contraste, como la cuantificación de la

destrucción que provoca esta acumulación.

Hipótesis interpretativas prospectivas

1. El denominado sistema-cultura-mundo-capitalista, que,

obviamente, no se reduce al plano de intensidad económico - por lo

tanto, posiblemente se lo tenga que nombrar de otra manera, pues

corresponde, a la articulación integrada de múltiples y espesores de

intensidad; en concreto, corresponde a la economía política

generalizada -, funciona como contra-naturaleza, por así decirlo,

como contra-vida, al capturar las fuerzas de la vida y usarlas de una

manera no creativa, no vital, sino abstracta e instrumental.

2. Estamos ante un sistema-cultura-mundo capitalista, que articula e

integra múltiples instituciones; sean estas económicas, como las

empresas; privadas o públicas; sean estas políticas, como gobiernos

y Estados; sean estas globales, como los organismos

internacionales; sean estas culturales, como las lenguas y las

culturas; con la finalidad de adecuarlos como medios a un fin. Éste

de la acumulación ampliada e infinita del capital, que supone la

reiterada y recurrente acumulación originaria de capital, que es el

extractivismo.

3. Las dinámicas de este sistema-mundo son, paradójicamente, de

destrucción, a pesar de que emergen de la misma vida, de la misma

biodiversidad del planeta, de su historia ecológica y social.

4. ¿Por qué pasa esto, tan contradictorio, incluso tan antagónico? No

lo sabemos, a pesar de las teorías críticas construidas; cada una de

las cuales pretende decir la verdad sobre este fenómeno paradójico.

Es ciertamente una responsabilidad saberlo. Sin embargo, mientras

no se sepa, salvo las descripciones denunciativas de lo que

acontece, esto no es óbice para que se tenga claro que este no es

el camino de la vida, de la potencia de la vida, de la creatividad de

la vida.

5. Los defensores del sistema-mundo-capitalista, emitan el discurso

que emitan, se apeguen a la teoría que se apeguen, usen los

argumentos realistas o pragmáticos que quieran, no pueden

reclamar, como a ellos les gusta, ninguna objetividad, ningún

pragmatismo, ningún realismo, menos ningún racionalismo, ante

las evidencias de las amenazas a la vida y a los ciclos vitales.