¿quién piensa en andalucía?

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¿Quién piensa en Andalucía? Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Artículo de Curro Moreno. Curro Moreno es de Jaen y es Portavoz Nacional de la organización juvenil revolucionaria Jaleo, además es miembro del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as y del Grupo de Estudios Campesinos Juan Díaz del Moral. La ilustración es de Paqui Pérez Luque. Hace pocos días, en un artículo para el blog Pensar la tierra, el profesor Manuel Ruiz Romero apuntaba una reflexión en 15 puntos para la “reconstitución del nacionalismo andaluz”. Uno de ellos hacía referencia a la pedagogía y la formación, y decía así: “El conocimiento de nuestra identidad constituye la clave que permite afrontar los problemas desde una perspectiva diferente. Sembrar para recoger. Dejar poco margen a la intuición emocional de lo andaluz y fundamentarlo sobre asumidas sólidas raíces racionales y cognitivas”. Paulo Freire hablaba de la educación como un acto para intervenir en el mundo, un acto político. Un acto que no solo va en una dirección (del atril a los pupitres) si no que es multidireccional: quienes están inmersos en el proceso educativo, educadoras y educandos, tienen algo que aprender y algo que enseñar. Porque en ese acto, todo el mundo viene con unos conocimientos previos, que hay que respetar, saberes que ha adquirido en la relación con su entorno y han configurado su identidad. Una identidad que hay que respetar pero que hay que transformar por que se ha generado en un contexto de opresión y por tanto no es una identidad libre. Todo proceso y acción política tienen un componente pedagógico. Como planteemos esa pedagogía marcará el proceso en su conjunto. La educación emancipadora, por sí sola no trae el cambio, pero sin ella, un cambio realmente emancipador es imposible. Los saberes de nuestro pueblo Decía Borja Romero en un reciente artículo titulado La mala educación del soberanismo andaluz que el sentimiento andaluz es una cuestión privada, muy íntima, relacionada con nuestra historia vital y nuestra propia personalidad. Es una amalgama que abarca sentimientos, experiencias, actitudes y mentalidades que nos conforman un carácter de vivir en el mundo”. La coincidencia de muchos de estos aspectos en una comunidad humana, es lo que conforma una manera de ver el mundo, una identidad colectiva, en este caso la andaluza. Dice Boaventura de Sousa, que es imposible que exista justicia social global sin que exista justicia cognitiva. Es decir, no puede haber maneras de ver el mundo ridiculizadas, invisibilizadas y sometidas a una paulatino proceso de desaparición. La globalización neoliberal, lejos de tratarse solo de un fenómeno económico y político, intenta imponer un pensamiento único (capitalista, ocidentalocéntrico, patriarcal y racista) que facilite la unidad de mercado y el expolio globales. Página 1 de 5

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¿Quién piensa en Andalucía?Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

Artículo de Curro Moreno. Curro Moreno es de Jaen y es Portavoz Nacional de laorganización juvenil revolucionaria Jaleo, además es miembro del Sindicato Andaluz deTrabajadores/as y del Grupo de Estudios Campesinos Juan Díaz del Moral. La ilustraciónes de Paqui Pérez Luque.

Hace pocos días, en un artículo para el blog Pensar la tierra, el profesor Manuel Ruiz Romeroapuntaba una reflexión en 15 puntos para la “reconstitución del nacionalismo andaluz”. Uno de elloshacía referencia a la pedagogía y la formación, y decía así: “El conocimiento de nuestra identidadconstituye la clave que permite afrontar los problemas desde una perspectiva diferente. Sembrarpara recoger. Dejar poco margen a la intuición emocional de lo andaluz y fundamentarlo sobreasumidas sólidas raíces racionales y cognitivas”.

Paulo Freire hablaba de la educación como un acto para intervenir en el mundo, un acto político. Unacto que no solo va en una dirección (del atril a los pupitres) si no que es multidireccional: quienesestán inmersos en el proceso educativo, educadoras y educandos, tienen algo que aprender y algoque enseñar. Porque en ese acto, todo el mundo viene con unos conocimientos previos, que hay querespetar, saberes que ha adquirido en la relación con su entorno y han configurado su identidad. Unaidentidad que hay que respetar pero que hay que transformar por que se ha generado en uncontexto de opresión y por tanto no es una identidad libre.

Todo proceso y acción política tienen un componente pedagógico. Como planteemos esa pedagogíamarcará el proceso en su conjunto. La educación emancipadora, por sí sola no trae el cambio, perosin ella, un cambio realmente emancipador es imposible.

Los saberes de nuestro puebloDecía Borja Romero en un reciente artículo titulado La mala educación del soberanismo andaluz que“el sentimiento andaluz es una cuestión privada, muy íntima, relacionada con nuestra historia vital ynuestra propia personalidad. Es una amalgama que abarca sentimientos, experiencias, actitudes ymentalidades que nos conforman un carácter de vivir en el mundo”.

La coincidencia de muchos de estos aspectos en una comunidad humana, es lo que conforma unamanera de ver el mundo, una identidad colectiva, en este caso la andaluza. Dice Boaventura deSousa, que es imposible que exista justicia social global sin que exista justicia cognitiva. Es decir, nopuede haber maneras de ver el mundo ridiculizadas, invisibilizadas y sometidas a una paulatinoproceso de desaparición. La globalización neoliberal, lejos de tratarse solo de un fenómenoeconómico y político, intenta imponer un pensamiento único (capitalista, ocidentalocéntrico,patriarcal y racista) que facilite la unidad de mercado y el expolio globales.

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Dentro de este proceso de sometimiento, se encuentra la identidad andaluza, la oficial, vaciada decontenido, ridiculizada, folklorizada y convertida en un chiste, pero también está la identidadpopular, la identidad-resistencia, con valores antagónicos a los que quiere imponer el pensamientoúnico.

Se habla en pedagogía del aprendizaje significativo como aquel proceso en el cual, quienes están enél, relacionan una información nueva con la que ya poseen, reajustando y reconstruyendo ambasinformaciones en este proceso. Nos hace falta conectar con la intuición emocional de lo andaluz paracrear esa conciencia sólida, racional y cognitiva. Uniendo ambas cosas se reconstruye laemocionalidad colectiva andaluza y se le da un sentido andaluz a lo racional y lo cognitivo. Laspropuestas, los discursos, los objetivos se piensan en andaluz.

Y ahora hay que preguntarse ¿Cuál es el estado de esos conocimientos previos que vemos en granparte del pueblo andaluz? Pues es un conocimiento argumentativa y racionalmente pobre, y es unaemocionalidad hecha añicos tras años de imposición de un fuerte complejo de inferioridad. Alenvilecimiento que el propio sistema capitalista produce en quienes sufren su opresión, se une lavariante andaluza, colonial, manifestada en un (auto)desprecio hacía nuestra propia forma de ser yuna asunción de los estereotipos creados.

La identidad oficial andaluza, moldeada por 35 años de régimen en el que el PSOE, como defiendeIsidoro Moreno, se ha convertido en un partido/país (es imposible separar cultural, administrativa ypolíticamente la identidad oficial andaluza de la figura del PSOE), ha vaciado de contenido ymercantilizado nuestra cultura, por un lado, y ha despojado a Andalucía de su capacidad de ser unsujeto político propio: Andalucía y el pueblo andaluz no puede ejercer ninguna acción política sintener en cuenta al resto del Estado.

Y desde luego siendo andaluza, y mostrándose como tal (sobre todo a la hora de hablar), esimposible hacer nada serio, como dice Violeta Garrido en su artículo La aversión al andaluz. Hananulado en la identidad oficial el pensar y ser por nosotros y nosotras mismas, los pueblos y lahumanidad.

Los efectos que esto provoca en la auto-estima colectiva y personal son devastadores. No se vencesin auto-estima. No hay empoderamiento personal ni colectivo sin auto-estima. La auto-estima segana a través de un proceso pedagógico en el que se (auto)identifican todas y cada una de lasdistintas modalidades y variedades de opresión que el sistema causa en nosotros y nosotras y queconforman nuestra identidad. Pero una de las maneras de fortalecer la auto-estima es sintiéndoseútil en un sitio. Hace falta motivación y para ello es necesario ver como los conocimientos previos decada cual pueden ponerse al servicio de la causa colectiva.

Este es un proceso necesariamente colectivo y que nace de la lucha contra la injusticia. En las luchasse viven las injusticias en carne viva. Se aprende con el cuerpo además que con la cabeza. Podemosleer mil libros sobre la lucha, pero no sabemos lo que es hasta que no somos parte de ella. Podemossaber toda la historia de Andalucía desde Tartessos, pero no sabremos lo que aquí significa la tierray el latifundio hasta que no ocupamos una finca todas a una.

No se vence sin vencer en la batalla de las ideas. Los mecanismo de control social y creadores deconsentimiento del capitalismo no son infalibles. Siempre ha habido y habrá quien esté dispuesta ahacer frente a una injusticia. En el enfrentamiento se crea organización, se piensa como enfrentar lainjusticia y se piensan alternativas. Es el saber que nace de la lucha.

¿Cómo sería posible que ante un régimen y una corrupción concretas (el PSOE, los ERE’s), que anteunas estructuras económicas y socialmente concretas (latifundismo, turismo extractivo, economíasumergida, emigración, paro, desigualdad de género), no surgieran resistencias y formas de luchaconcretas? De esta realidad tienen que surgir necesariamente enfrentamientos, formasorganizativas, pensamientos, alternativas concretas andaluzas. Es lo que podemos denominarpensar en andaluz.

Sin embargo, como también decía Borja Romero, existe un divorcio, entre el pueblo y el

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nacionalismo/soberanismo andaluz. Ninguna organización plenamente andaluza recoge hoypolíticamente (electoral, pero también organizativamente hablando) a las mayorías socialesemergentes que vienen pidiendo un cambio centrado en la justicia social y en la existencia efectivade derechos básicos (educación, sanidad, vivienda, trabajo, etc.).

El pensar andaluz consciente de serlo está en horas bajas aunque empieza a repuntar no desdemaneras exclusivamente políticas sino también culturales, sindicales, académicas, juveniles, deeconomía alternativa, etc.

Pero hemos de tener también en cuenta que, ante la conciencia predominantemente emocional queexiste sobre lo andaluz, debe de existir en consecuencia un pensar andaluz no consciente de serlo. Ycon no consciente me refiero a que a lo mejor sabe que es andaluz pero no traduce estepensamiento en una acción política concreta, andaluza.

Ambas visiones necesitan crear espacios comunes. Ninguna está completa. El pensar consciente, poraislamiento derivado de ese divorcio con el pueblo, corre el riesgo de quedarse en el guetto de laconciencia racional y cognitiva de la que hablaba Manuel Ruíz, hablando un lenguaje sin sentimientoque solo se entiende en el guetto y que refuerza el divorcio con el pueblo. El pensar no consciente,derivado de haber asumido el complejo de inferioridad impuesto al ser andaluz, necesita recobrar laauto-estima de saberse dueño de su futuro y su presente.

Acción-reflexión crítica-acciónMientras vivimos, no vemos cómo vivimos, es necesario pararse, reflexionar de manera crítica, yvolver a vivir. Los sujetos políticos colectivos necesitan aún más de esta reflexión que tiene sucomponente individual y colectivo.

Las organizaciones políticas y sus militantes, consumimos nuestro esfuerzo en el corto plazo, en eldía a día. La reflexión en forma de formación es relegada a un segundo plano (segundo se quedacorto). Reflexionar sobre la acción no es un proceso de un fin de semana en una jornada deformación ultra intensiva. Requiere de calma y constancia y deberíamos hacer por buscar esosespacios, nos urge.

Las distintas identidades corporativas oprimidas presentes en el pueblo andaluz (juventud vsadultez, identidades de género vs patriarcado, rural vs urbano, migrantes vs racismo,multiculturalidad andaluza vs eurocentrismo y españolismo, etc.) tienen capacidad de generardiscursos transformadores de la realidad, pero debe ser el ser andaluz el hilo conductor para generaruna visión y una acción universalista transformadora que aúne todo el potencial que emana de lasidentidades corporativas.

Hablaba Claudia Korol, educadora popular argentina, de una “feminización de la resistencia” frenteal proceso global de feminización de la pobreza y pone el énfasis en el aspecto cotidiano de estaresistencia: “[…] Me refiero también al papel de las mujeres en las barriadas populares, organizandolas comidas colectivas, los comedores, las ollas comunes, así como las tomas de tierras y deviviendas. […] Un nuevo nivel de participación de la mujer, que se vincula casi siempre a lanecesidad de dar respuesta a las duras exigencias de la vida cotidiana”.

Este proceso se vive en Andalucía. Un feminismo organizado consciente corre paralelo aexperiencias feministas inconscientes presentes en las luchas, pero pocas veces llegan a cruzarse.

Y esta desconexión se reproduce entre todas las luchas sectoriales: luchas por la tierradesconectadas del saber cotidiano de quien la trabaja o la sufre por no tener acceso a ella;andalucismo organizado, erudito de las cuestiones andaluzas, pero desconectado de experiencias deandalucismo cotidiano; juventud organizada desconectada de las múltiples realidades existentes ysolo centrada en el perfil juvenil de quien forma esa organización, etc.

Es necesario poner en diálogo las cotidianidades y las conciencias de todas las luchasprotagonizadas por todas las identidades oprimidas existentes en Andalucía. Este es un proceso deeducación popular tan arduo,lleno de contradicciones (como lo está nuestro pueblo) y de dificultadescomo necesario. De él surgirá la pensar andaluz emancipatorio que nutrirá la Unidad Popular

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Andaluza como herramienta política para la liberación nacional, política, social, económica y degénero de nuestro pueblo.

¿Educación o propaganda?Le preguntaban a Pablo Iglesias en una conferencia en Zaragoza que si prefería educación opropaganda, a lo que él, muy seguro respondió que “sin duda propaganda, la educación ya laharemos cuando tengamos el ministerio”.

El monopolio de la educación no lo tiene ningún ministerio. Es cierto que en la sociedad de la imagende usar y tirar que se consume con una enorme rapidez, una estrategia comunicativa eficaz y unapropaganda certera tiene una importancia vital, pero lo que comunicas propagandísticamente tienesque ser capaz de llevarlo a la práctica y eso requiere personas educadas en la lucha con capacidadresolutiva, de diálogo, de interacción con su entorno. Se necesitan rebeldes competentes que solopuede surgir de procesos educativos populares que nazcan de la lucha.

La propaganda ayuda a la transformación de la sociedad pero se consume y se olvida rápido. Y nosolo eso, la propaganda política se hace en función de ideas-fuerza que no surgen de la nada si noque nacen de la movilización y la lucha social contra las injusticias creadas por el sistema. Derivadasde “las duras exigencias de la vida cotidiana” a las que se refería Claudia Korol. No es capricho quétodos los partidos hablen de los desahucios en sus programas; no es capricho qué hasta losAyuntamientos gobernados por los individuos más homófobos y reaccionarios cuelguen la banderadel Orgullo LGTB el 28 de Junio; no es capricho que Podemos (¡¡y hasta el PP!!) en Andalucía habledel 4 de diciembre, de la Reforma Agraria, de la Soberanía Alimentaria y demás cuestionesnetamente andaluzas. Todo esto fruto del esfuerzo realizado en las luchas.

La lucha consigue hacer hegemónicas ideas, símbolos, hechos históricos, valores, etc. que antesnadaban a contracorriente de la sociedad. Todo esto se propagandiza y sirve para marcar agendasde lucha, sin embargo, si no hay una asunción profunda, educativa, de esas ideas y valores, en elprimer momento la agenda marcada se viene abajo como un castillo de naipes.

Es positivo que haya gestos propagandísticos de corte andaluz en el discurso de Podemos, espositivo que a lo ancho y largo del mapa haya habido concejales y concejalas que han prometido sucargo “por Andalucía Libre” o que hay mostrado un claro desprecio hacía símbolos españoles comoel himno, o la monarquía, pero la pregunta es ¿Cómo van a transformar Podemos o las candidaturasmunicipales de unidad popular estos gestos propagandísticos en educación popular? ¿Existeintención de hacerlo? ¿Qué estrategias educativas van a tejer los distintos agentes políticos conrepresentación institucional con el resto de movimientos sociales existentes en su entorno? ¿Conque objetivos? ¿Con qué metodologías?

Quien pretenda transformar la realidad no puede hacerlo con los mismos métodos que el opresor.Los movimientos sociales, las organizaciones de la izquierda soberanista y de la izquierda engeneral, etc. suelen cometer el error garrafal de utilizan métodos educativos más reaccionarios quelos del propio sistema. El abuso de la charla-coloquio en la que alguien que sabe mucho sobre untema se pone a hablar sin preguntarle a nadie es la fórmula “formativa” más frecuente que nossolemos encontrar. En nada se diferencia esto del púlpito y la banca de la escuela más tradicional.

Necesitamos incorporar los métodos de la educación popular en los procesos formativos de lasorganizaciones, sobre todo como fórmula para que los y las militantes se pregunten y se respondanpor que han ido a parar ahí y que puede hacer desde ahí para transformar la realidad.

RetosLo que propagandísticamente nos vendieron como una guerra relámpago basada en la victoriaelectoral de una fuerza política, hemos visto que no ha sido así, al menos en nuestro régimen, en elandaluz. El panorama estatal tiene todavía otras citas importantes que pueden abrir otras puertas,no obstante, transformar “lo nuestro” tiene una tarea grande por delante. Grecia ha abierto unanueva puerta que pone la democracia, la soberanía de los pueblos, la participación y la organizaciónpopular en el centro del discurso. Los pueblos como principal agente político frente a estructurassupranacionales al servicio de los grandes capitales.

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En este proceso, es fundamental reforzar y reconstituir identidades resistencia frente al pensamientoúnico global. Hay que poner el acento en los pueblos, que en nuestro cosa no se corresponden con elEstado.

Es hora de hacer esto poniendo la educación en primera línea. Es vital empezar a construir yprofundizar en una educación popular andaluza que nazca de las organizaciones y los movimientossociales emergentes. Que conecte las resistencias más cotidianas e instintivas con las másracionales y conscientes, para así dar forma a un potente pensar andaluz emancipatorio.

Es vital poner todo el potencial transformador disperso que ahora mismo existe en Andalucía alservicio de un cambio político revolucionario. Es necesario que la nuevo marco legal que necesitaAndalucía se refleje en una nueva Constitución (el Estatuto de Autonomía está agotado como elrégimen en su conjunto, pero no van a morirse solos) para nuestro pueblo, que sea la viva expresiónde las maneras andaluzas de estar y transformar la realidad.

Todo esto necesita de la educación popular y me permito citar de nuevo, como dice Claudia Korol:“La educación popular, al permitirnos teorizar colectivamente sobre nuestras prácticas, nos posibilitaencontrar pistas para una producción colectiva de conocimientos que nos ayuda a reconocernos,identificarnos, creen en lo que podemos crear, y al mismo tiempo, que potencia nuestra capacidadde cambiar la realidad, de transformarla, en un sentido de ruptura, de batalla contra la enajenacióny contra toda forma de alienación de nuestra sensibilidad, y nuestro esfuerzo, en un sentido derevolución.”

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