quijotes. revista de pensamiento literario. no. 1 año 2013

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Quijotes, revista de pensamiento literario dirigida por Frank Castell desde Cuba, dedica este número a la creación para niños y jóvenes desde la perspectiva de artistas consagrados

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Otra vez vuelve Quijotes a transitar el sen-dero que el mundo le ofrece. Para suerte de nuestro tiempo, nacimos con la mirada

dirigida hacia el futuro. El Comité municipal de la UNEAC, en Puerto Padre, centro cultural de la Villa Azul de los Molinos, pone a disposición de todos esta Revista, intento de sobrepasar las barreras de la distancia y el anonimato en el que lamentablemente interesantes proyectos yacen como hojas esparcidas.

En este número nos acercamos a la creación para niños y jóvenes desde la perspectiva de artistas consagrados al difícil camino de variadas manifestaciones del arte.

Reunir en un mismo número a voces distingui-bles en el panorama cultural de Cuba hace que nos sintamos comprometidos desde ya. Diferentes estéticas confluyen aquí: las atractivas novelas de Eduard Encina y la mexicana María García Espe-rón; el cuento de Renael González, el profundo estudio de Ronel González, la poesía de Reina Es-peranza Cruz y Diosneldo Salazar, el acercamiento a la obra de la trovadora Rita del Prado y al gru-po de teatro guiñol Los Zohoríes. Las ilustracio-nes a cargo de Helier Batista, así como reseñas Gustavo Alonso Curbelo y Mayda Anias Martí-nez, hacen de Quijotes un espacio para informar-se y conocer la obra que se gesta hoy en Cuba.

El Comité Municipal de la UNEAC, en Puerto Padre, ofrece la oportunidad de descubrir cuánto se hace por llevar adelante la cultura. Agradece-mos a los colaboradores sus textos. Quijotes con-tinuará apostando por lo más auténtico del arte.

El Director

ditorialE

DIRECTORFRANK CASTELL

EDITORJORGE LUIS PEÑA REYES

RELACIONES PÚBLICASLUIS GUSTAVO ALONSO CURBELO

DISEÑO Y MAQUETACIÓNYUNIEL BERMÚDEZ SÁNCHEZ

SUMARIOMaría entre el presente y la memoria 3

El Disco de Nebra

Helier entre las dos orillas

Las nuevas tecnologías y el libro de ficción para niños

Aproximación al cuento en verso para niños

Cumple años la fantasía

Bajo el laurel de las rimas

“El mundo infantil es una infinidad de cami-nos posibles”

También las hadas cuentan o lo posible de lo imposible

Un país con dos reinas

La noche que un gato se comío la luna

UNEAC PUERTO PADRE: Mártires de la Herradura # 93, entre Juan Gualberto Gómez y Antonio Maceo.Teléfonos: 51-3547 // 51-7781 Email: [email protected]

Nube negra

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Jorge Luis Peña Reyes

Jorge Luis Peña Reyes

Mayda Anias Martínez

Ronel González Sánchez

Zucel de la Peña Mora

Diosneldo Salazar Méndez

Sheyla Valladares Quevedo

Luis Gustavo Alonso Curbelo

Reina Esperanza Cruz Hernández

Renael González Batista

Eduard Encina

María García Esperón

Portada y con-traportada: obra del Artista de la Pástica. Elier Batista

CADA AUTOR ES RESPONSABLE DE SUS OPINIONES

• Jorge Luis Peña Reyes (Poeta y escritor para niños) •María García Esperón (Narradora, Poeta y Promotora Cultural mexicana)•Gustavo Alonso Curbelo (Narrador y Presidente del Comité Municipal de la

UNEAC en Puerto Padre)•Zucel de la Peña Mora (Periodista del Periódico 26)• Sheyla Valladares Quevedo (Periodista Revista La Calle del Medio)•Renael González Batista (Poeta, Narrador y Artista de la Plástica)• Eduard Encina (Poeta y Narrador)•Ronel González Sánchez (Poeta, Narrador e Investigador)•Diosneldo Salazar Méndez (Poeta)•Reina Esperanza Cruz Hernández (Poeta y Promotora Cultural)•Mayda Anias Martínez (Poeta, Narradora e Investigadora)

Colaboradores

Mirta, la anticipada 37Enrique Pérez Díaz

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Quijotes 3

aría entre el presenteMy la memoriaQuién pudiera como el río/ ser fugitivo y eterno:Partir, llegar, pasar siempre/ y ser siempre el río fresco/.

Dulce María LoynazPuedo remontarme al año 2009, punto de partida de esta relación que na-ció mientras rastreaba en la red la convocato-

ria del Concurso hispanoamericano de poesía para niños. María García Esperón, escritora mexicana, era ese nombre reiterado en las páginas del Google por merecer el lauro de este importante certamen en la edición del 2005 y también por su constante labor de promoción. Allí estuvo, ac-cesible desde la primera vez, y fue tanta la empatía entre esta multipre-miada autora, entusiasta promotora, buena amiga de tantos y quien subs-cribe, que hemos fundado y soñado proyectos comunes, en una cofradía difícil de imaginar desde la distan-cia. Su apego a la novela histórica ha sido muy reconocido en varios países del mundo al igual que su trilogía El Disco del Tiempo, Que-rida Alejandría y El Disco del cielo, este último publicado hace unos meses por la Editorial cubana Gente Nueva, razón por la cual sur-ge este diálogo que pretende ser un puente entre el interés que tiene esta autora por civilizaciones antiguas y su compromiso con el presente.

¿María de dónde te llega la afini-dad por las culturas milenarias?

Mi afinidad por las culturas anti-guas procede de mi primera infan-cia. A los cuatro años, en un libro ilustrado de una historia mitológica griega, me subyugó todo: el mar,

las túnicas, las islas, los dioses. Eso fue decisivo, yo pedí que me enseñaran a leer en ese momento, para poder descifrar los sentidos que intuía. Y mi interés infantil más adelante, se dirigió a los ves-tigios de las grandes civilizaciones mesoamericanas: los aztecas, los teotihuacanos. A los nueve años yo quería ser arqueóloga y le rogaba a mi madre que me llevara al Museo de Antropología a ver las estatuas, las inscripciones, los monumentos. ¿Necesitas la literatura como una manera de evadir tensio-nes del mundo contemporáneo o apelas a la periodista que eres para encarar estas realidades?

Trabajé en un periódico durante sie-te años, siempre enfocada al perio-dismo cultural. Claro que la cultura en cualquier país está inserta en una realidad sociopolítica de la que ni es posible ni es ético evadirse. Al en-focarse a lo cultural, a su estudio, crónica, seguimiento, adquieres una percepción diferente a la que otorga la primera plana de cualquier perió-dico o noticiario nocturno, que están dedicados, por lo menos en México, a los políticos y a los criminales. Al seguir la cultura te das cuenta de la enorme fuerza que en su historia y en su creación posee cualquier pueblo y empiezas a encontrar esos

reductos de resistencia, de energía, de futuro, de evolución hacia mejo-res estadios que a primera vista no aparecen. Del periodismo pasé a la creación literaria para niños y jóve-nes y encontré un nicho particular: rescatar los tesoros de nuestros más promisorios orígenes para traerlos al presente y en esos vehículos porten-tosos que son los libros, entregarlos a los jóvenes lectores, tan promiso-rios como el origen del que hablo. ¿Por qué los niños como desti-natarios de tu obra literaria?

Porque con los niños todo empieza, el mundo vuelve a nacer. Cuando tenemos hijos volvemos de algún modo a un mágico punto de par-tida, es la oportunidad de hacerlo todo de nuevo, de pensarlo todo, de hacerlo y pensarlo bien. Escri-bir para niños es una expe-riencia de origen, en ella ca-ben la ilusión, la esperanza, el deseo de correr aventuras, de viajar, de coincidir, de ena-

Por: Jorge Luis Peña Reyes

SUMARIO

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morarse de esa manera tan pura como ocurre en la infancia.

La poesía y la novela son gé-neros que se complementan en ti. Una requiere de síntesis y otra de digresión. ¿Cómo pue-des convivir con ambos concep-tos sin que te roben terreno? Yo soy amante eterna de las obras de Homero, de la Iliada y La Odi-sea. En esa épica que nos fundó la literatura universal conviven lo narrativo con la expresión poéti-ca, que percibo como sagrada. Un modo de contar los hechos en el que el mismo lenguaje hace que se relacionen con un nivel superior, que eso lo explique. El Logos que se expresa a través de la poesía, es más rico que la lógica, que la sim-ple cadena de causas y efectos. Soy más narradora que poeta, pero na-turalmente tiendo a contar las co-sas a través de una prosa poética.

La promoción a los autores es parte fundamental de tu dia-rio hacer. ¿Cuál es tu meta?

Dijeron los clásicos que la amistad es un alma en dos cuerpos. Los au-tores que promuevo son esas almas que amo, en el sentido del AGAPE griego. Ha sido una especie de co-munión, de convertir mi ser a esos sentidos hermosos que resplande-cen en la creación del otro, y de este modo hacerlos míos y poder llevar esa felicidad encontrada, ese amor sentido, a alguien más.

¿Crees que la red es un cami-no viable para la difusión de los autores? ¿Cuánto le debes a este andar por el ciberespacio?

El ciberespacio se me reveló como mi medio natural cuando descubrí

las posibilidades de Internet a fines de los noventa. Dialogando en In-ternet, investigando y reflexionando escribí mi primera novela, gané un premio de literatura y encontré mi camino. Si no existiera Internet yo no hubiera escrito, o no hubiera se-guido escribiendo. Necesito como autora la interacción, el diálogo, la palabra que se extiende y abraza. Más que la obra en sí, me atrae la comunicación, el hecho comuni-cativo, el poder incidir en la reali-dad, transformar y transformarme. Y sí, la red es uno de los me-jores caminos para difundir la creación de un autor, y hoy por hoy, de un autor para niños.

Tu novela Mi abuelo Moctezuma describe el difícil encuentro entre dos culturas, dos puntos de la geografía que marcan tu pasión. ¿Si tuvieras que trasladarte de-finitivamente y renunciar a uno de ellos, por cuál te decidirías?

Yo amo profundamente a mi tierra. México es para mí una mística. Pero desde muy pequeña sentí la atrac-ción, el amor por España. Entonces me “contra-eduqué”. Como nación, México es una fundación del siglo XIX, hecha por criollos que se le-vantan contra el poder español. Los años que siguieron, el movimiento revolucionario que enfatizó los va-lores culturales mexicanos a tra-vés de la creación artística de esos titanes que fueron los muralistas, y de los escritores como Juan Rul-fo y Mariano Azuela y en particu-lar los años setenta del siglo XX.Cuando yo era niña, acusaban un na-cionalismo entendido en gran parte como un rechazo a España, como un grito de independencia constan-te, un rompimiento: soy mexicano porque no soy español, no quiero serlo. Pero yo he sentido un supra-

nacionalismo: estamos insertos en una cultura común, es un mismo río. Lo comparo con el siglo de oro de Pericles: fue posible el gran floreci-miento ateniense porque hacia Ate-nas regresaron los más eminentes griegos de las islas y del Asia Me-nor, como Anaxágoras, por ejemplo. No eran griegos continentales, sino griegos por cultura que sintieron la necesidad de comunicar, converger, ofrendarse en un proyecto común, que nos dio la Acrópolis, la demo-cracia, a Sócrates y a la filosofía de Platón. No veo separación entre México y España sino una continui-dad. Esto se vio clara, entrañable-mente, en los años de la guerra civil española, cuando los exiliados del franquismo en México encontraron simplemente su casa, no un asilo, ni un favor, sino su casa, a la que lleva-ron lo mejor de su pensamiento, su poesía. ¿Si tuviera que trasladarme? La tierra en la que he nacido tiene la última palabra. La unión es tan profunda que si tuviera que dejarla diría como en la Canción Mixteca: Oh tierra del sol, suspiro por verte.

Eres una autora que elabora li-bros en corto tiempo. ¿Cuántos años de investigación necesitas para completar una historia? Se puede decir que he hecho investiga-ción de estos temas relacionados con las antiguas civilizaciones durante toda mi vida. Son paisajes, personajes, hechos, sentimientos que hice míos por conna-turalizad afectiva. Cuando he empeza-do a escribir una novela, por ejemplo Querida Alejandría, es porque he sentido que ya estoy en esos tiempos, en esos espacios, contemplando esos rostros. Claro que al construir la novela acudo a los referentes bibliográficos y siempre cotejo datos. El procedimien-to que he seguido es escribir como si se tratara de mi propia memoria.

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DISCODE NEBRA

Philippe exultaba.-¿Te das cuenta, mon vieux? Esta revista lleva meses debajo de mi cama. Debí leerla en enero y estamos a mediados de julio. Si lo

hubiera sabido, tal vez ni siquiera habría concertado el viaje a Vladikavkaz.Sputnik, el viejo spaniel, husmeaba sobre el ejemplar de National Geographic y como estaba acostumbrado a los arranques entusiastas de su amo sabía de qué ma-nera reaccionar. Aparentaba observar las imágenes que habían casi enloquecido a Philippe.-¡Enloquecido de felicidad, Sputnik! Así estoy... un disco recién encontrado. Es un disco de bronce, hallado en Alemania en circunstancias verdaderamente emocio-nantes. Un disco que fue enterrado en el año de 1645 antes de nuestra era... -¡Guau! –reclamó el spaniel.-Está bien, está bien. Tienes razón... Poco más o menos, no tenemos total exactitud en estas cosas. Más o menos en el año de 1645 AC... ¡en la misma época en que fue enterrado el Disco de Festos!El perro mejoró su expresión de asombro. Comprendía a Philippe mejor que nadie. Por esos días el spaniel es-taba deseoso de regresar a Normandía, a la casa de los padres del muchacho., una asombrosa mansión del siglo 18 en la que había acontecido la infancia de Philippe y en cuyos frondosos parques recuperaba su condición de cazador.-Tú irás a Normandía, Sputnik. Yo iré a la República de Ossetia. Pero antes... haré una escala en Alemania. ¡A los mapas!Philippe extendió sobre el suelo un gran mapa de Eu-ropa y con cuidado para no romperlo se acostó sobre él, poniendo los ojos a ras de Alemania.-Veamos, mon vieux... Nebra se encuentra en el centro

de Alemania, en la provincia de Sajonia-Anhalt... Aquí está, Sputnik. Sigue el curso del río Saale y al noroeste de Freyburg... ¡un momento! Pero si en las cercanías de Nebra se encuentra el recién descubierto Observa-torio Astronómico de Goseck, el que ha sido llamado el Stonehenge alemán! ¡Qué festín para la Arqueo astronomía!Philippe pegó la nariz al mapa. Sputnik pensó que quería comérselo y comenzó a lamer la consultada superficie.-¡Attends, mon vieux! Estamos en un momento im-portantísimo de la historia de la humanidad. ¡Mira! Al norte de Nebra... ¡el Harz! ¡El macizo cristalino que culmina en el Brocken, ese pico de 1142 metros donde las leyendas sitúan las reuniones de brujas en la noche de Walpurgis! Y... ¿cuándo es la noche de Walpurgis?A tanto no llegaba la erudición de Sputnik. Así que se limitó a contemplar a su amo cuando éste volaba al almanaque que estaba colgado en la pared.-¡La noche del 31 de mayo! ¿Qué ocurre astronómica-mente el 31 de mayo, Sputnik? Debo confesar que no lo sé. Apuntemos esa línea de investigación. Por cier-to, mon ami, ¿crees en las brujas? Nunca te lo había peguntado. Es más, nunca me lo había preguntado... Pero si el viejo Goethe describe en su inmortal Fausto la famosa escena de las brujas en el Brocken durante la noche de Walpurgis... ahí hay gato encerrado, quizá gato negro... ¡otro apetitoso misterio, mon vieux!Philippe se puso a bailar en círculos, en calcetines y sobre el mapa de Europa. Sputnik acompañaba la dan-za con acompasados ladridos.-¡Bien, basta! Volvamos al artículo de Geographic... ¿Qué tenemos hasta ahora? Un observatorio de la edad del bronce: Goseck y el sitio ancestral de manifestacio-

FRAGMENTO DE LA NOVELA EL DISCO DEL CIELO

María García Esperón

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nes brujeriles más importante del mundo: el Brocken.Un pequeño pueblo: Nebra, situado en las cercanías del Harz. Un monte de tamaño regular: Mittelberg, en el que se encontró un artefacto portentoso: un disco de bronce con incrustaciones de oro que fue... ¿depositado? ¿oculto? ¿enterrado? por ¿sacerdotes? ¿nobles? ¿guerreros? ¿co-merciantes de metales? en ese lugar hacia el 1645 antes de nuestra era. ¿Lo ves, Sputnik? ¡Un disco! Más grande que el nuestro, es decir, más grande que el disco de Festos, pero un disco de la edad de bronce que es portador de un mensaje cifrado, en este caso, un mensaje que tiene que ver con la astronomía.Philippe revisaba frenéticamente la fotografía del Disco de Nebra como tratando de arrancarle los secretos en ese momento. Su mirada se paseaba por las incrustaciones de oro en forma de creciente, por el gran círculo que podía representar al Sol o a la Luna oscurecida en un eclipse lu-nar, por la banda curva de una de las orillas y por la figura, también en forma de creciente pero que insinuaba ser una barca impulsada por remos diminutos, detalle que podía apreciarse gracias a las fotografías magnificadas. Una bar-ca... una barca navegando en ese mar de bronce verde sem-brado por pequeños puntos de oro que eran seguramente estrellas. Seguramente...De pronto, sintió que su corazón daba un vuelco. Una emoción incontrolable se apoderó de él al reconocer un conjunto de “estrellas” agrupadas. Siete. Como uno de los signos del Disco de Festos, el que había sido identificado como el conjunto de los siete planetas del conocimiento de los an-tiguos, pero que podía ser la representación de la conste-lación de las Pléyades, las estrellas que al desaparecer a principios de marzo señalan el momento propicio para dar comienzo a la estación de siembra. Casi idéntico estaba el signo en el Disco de Nebra. Si acaso había una separación mayor entre dos de los círculos, pero el efecto impresionaba por su parecido.-Estoy demasiado emocionado, Sputnik. Tengo que con-trolarme. Debo tener presente que uno de mis héroes, Champollion, murió a los cuarenta años después de haber descifrado los jeroglíficos egipcios y viajado a Egipto, el país de sus sueños. En fin, yo llevo ventaja, pues ya viajé a Creta y resistí la emoción. Pero encontrar este signo en otro disco... confirma mis sospechas. El Disco de Festos no es único, hay más mensajes cifrados por los antiguos pobladores del Mediterráneo y del centro de Europa, qui-zás de Egipto y ¿por qué no? de las Américas... ¡Detente,

mon vieux, no cruces esa línea! ¡Línea de peligro! No hubo contacto entre las civilizaciones mediterráneas de la edad de bronce y las poblaciones americanas. ¡Afir-mar lo contrario es ubicarte del lado de los peligrosos visionarios y de los pseudocientíficos... y eso no es lo que tú quieres!Cuando Philippe hablaba consigo mismo, Sputnik sabía guardar respetuoso silencio canino. -Retrocedamos. Calma. Planteemos nuevas preguntas. ¿Por qué ahí, precisamente ahí, en las inmediaciones de un observatorio de la edad de bronce europea... hubo milenios después manifestaciones de brujería? Respues-ta: porque las brujas surgen donde existieron cultos pa-ganos precristianos. Pregunta: ¿por qué las brujas y no los brujos? Respuesta: ¡Porque esos cultos paganos eran dedicados a la Diosa Madre! ¡Llámale como quieras, mon vieux! Hécate, Koré, Proserpina, Ariadna o Pasi-fae...Philippe suspiró satisfecho. El método de las preguntas siempre le funcionaba.-Una más: ¿sigue habiendo brujas en el Brocken? Sputnik lanzó un ladrido. No le gustaba el giro que esta-ba tomando el monólogo de su amo.-Eso, querido mejor amigo del hombre, también lo voy a averiguar. Pero volvamos al Disco de Nebra. Dice en este artículo que el artefacto estuvo perdido algunos años, desde 1999 hasta 2002, en el mercado negro. Que fue rescatado por el profesor Harald Meller, reputado ar-queólogo alemán y autor del artículo de National Geo-graphic, en un espectacular operativo digno de una pe-lícula de espías. Se hizo pasar por coleccionista de arte y citó a los ladrones en un café en Suiza, desde donde envió una señal mediante su teléfono móvil a la policía internacional, que irrumpió en el lugar y arrestó a todos. ¡Emocionante! Los ladrones resultaron a fin de cuentas profesores... El disco se encuentra en el museo arqueo-lógico de Halle y ha generado una auténtica nebrama-nía... Se le caracteriza como la más antigua descripción del cosmos y es, sin lugar a dudas, motivo del orgullo alemán, pues en estas cosas es muy difícil descartar el chauvinismo. Pero estamos en el siglo XXI, Europa no es más un amasijo de fronteras, sino un solo país. ¡El Disco de Nebra nos pertenece a todos!! El spaniel coreó con sus ladridos el entusiasmo de Phi-lippe.-Pero... –continuó el muchacho- ¿cuántos puntos que representan estrellas tenemos en el Disco de Nebra?

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Puedo contar 30. Tal vez hayan sido más... ¿Y si no son estrellas? ¿Y si se tratara de representaciones del Sol en diversas posiciones? Decididamente, es urgente que es-tudie Astronomía... Y por ahora, lo más inmediato es el viaje a Vladikavkaz. Hay que recuperar ese fragmento de disco perdido. Puede ser la clave de muchos enigmas, y no solamente relacionados con el mensaje inscrito en el disco de Festos, sino con la aventura que compartí con Nuria.Philippe nunca se había convencido completamente de que Nuria había viajado en el tiempo a través de la con-templación del mensaje en espiral y traído del pasado el Disco de Festos. Sabía que ella no mentía, pero su espíritu racional y car-tesiano imponía al suceso una barrera casi infranquea-ble. Y lo que había sucedido hacía un año en las

Rita del Prado

Cualquiera pudiera pensar que una mañana de lunes no es buena para concitar un encuentro. La conversación pudiera correr por caminos insospechados al ser este

un día y una hora inusuales. Pero para Rita del Prado, la en-trevistada en esta ocasión, cualquier momento es oportuno para hablar de su obra musical para niños, es decir, de su vida.

Desde los años ochenta escribía canciones para adultos, algo que muy poca gente conoce. Pero desde inicios de los noventa comenzó a escribir canciones para niños. ¿Cuál era su propósito? ¿Qué quería aportar al mundo sonoro infantil?

Voy a tomar prestada una frase que le oí a Silvio una vez para responderte. Empecé a hacer canciones infantiles con el objetivo de escuchar canciones que no oía dedicadas a los niños. El mundo infantil es una infinidad de caminos posi-bles. Aunque había oído cosas que me habían gustado mu-cho de María Elena Walsh, Teresita Fernández, Gabilondo Soler, de todos modos me parecía que había mucho camino

“El mundo infantil es una infinidad de caminos posibles”

ruinas del palacio de Festos, cuando el profesor Constantinopoulos rompió el disco en tres peda-zos y por más que buscaron solamente aparecie-ron dos... eso, sencillamente, no tenía explica-ción.

Por eso iría a Vladikavkaz, porque aunque pare-ciera ilógico, tenía la intuición de que ese mis-terioso fragmento era el pedazo perdido aquella noche. Philippe sonrió, más calmado.-Pensar que no hace mucho tiempo mi interés era solamente descifrar el mensaje inscrito en el Dis-co de Festos y ahora las incógnitas se han mul-tiplicado y el campo de estudio se ha convertido en un laberinto... ¡Pues eso me saco por jugar al Teseo!

Por: Sheyla Valladares Quevedo

Foto: Sheyla Valladares Quevedo

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por recorrer. Comencé a utilizar toda la literatura que traía, las lecturas de literatura infantil, por llamarla de alguna manera, porque esas fronteras siempre son im-precisas. Quería explotar mucho el sentido del humor, que me parece que es una cosa muy rica para aportarle a un niño porque está empezando a conocer el mundo y se está cuestionando sus normas. Eso hace que un chiste a partir de una norma absurda una de algún modo a un adulto y a un niño aunque sea desde dos puntos de vista distintos. Entonces el objetivo, que a lo mejor en ese momento no lo tenía tan claro como tan intuitivo, era eso, servirme de una expresión, de ese mundo expresi-

vo que está dirigido a un público determinado, que tie-ne toda esa suerte de puente para poder aportar cultura.

Cuando tiene que componer para este público tan especial, ¿de qué manera se acerca al texto? ¿Qué no le puede faltar a esa canción?

Yo diría que frescura, autenticidad. En este sentido se cumple una premisa que es válida para toda creación. Hay muchas cosas de la música infantil que son comunes a la creación, de hecho debe ser rigurosa. La canción infantil que respeta al público infantil debe tener el mismo nivel de rigor. Yo creo que no le debe faltar rigor.

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Evidentemente no está de acuerdo con los que piensan que a los niños hay que es-cribirles cosas simples, condescendientes.

No solo no estoy de acuerdo si no que me moles-ta mucho esa corriente aunque reconozco que es un modo de hacer música infantil. El público infantil es tan heterogéneo como el público adulto. Hay niños que se conmueven con cosas simples y que rechazan las cosas más elaboradas como mismo a los adultos.Uno siempre tiene la percepción de que el público in-fantil es un público virgen, que está en esa condición de esponja, recogiendo; menos viciados, con menos refe-

rentes que lo lleven por un camino o por otro. Siem-pre uno tiene, digamos, más esperanza de que se va a montar en un tren determinado de la canción que es más elaborada y no renuncia a esa riqueza musical.

Por ejemplo, un país como el nuestro, donde uno no acaba nunca de aprender. La música que hay es una gama de sonoridades, de géneros, de expresiones tím-bricas, es tan rica. Además la literatura infantil nues-tra es impresionante. Tenemos los grandes nombres de la literatura infantil, de la literatura en general. Por ponerte un ejemplo entrañable para todos los cu-banos: la obra de José Martí, donde no había ningún tipo de concesión en cuanto a las imágenes, a las me-táforas. Está Eliseo Diego, David Chericián, al que me he acercado también, y muchísimos más nombres.

Yo rechazo esa corriente que banaliza la música. Siempre lo he dicho en todas las entrevistas, en eso sí me repito. Es un principio que desde que empecé a hacer música infantil, hace ya 21 años aproxima-damente, he mantenido. No he cambiado de opinión.

Cuando nos acercamos a los niños nunca logramos salir indemnes de ese encuentro. Siempre nos dejan una dádiva. En este sentido, ¿qué le han aportado?

El aporte de los niños es fundamental. Tenemos que pensar también que el niño siempre viene acompaña-do de su familia porque la música infantil tiene ese mediador. Para uno encontrarse con el público infan-til necesita del adulto. Por eso yo siempre digo hay que seducir al adulto porque realmente es quien de-cide de alguna manera que tú te vas a encontrar con ese público, va a llevar al niño al lugar o va a com-prarle el disco. Hay un momento que puede haber como una complicidad entre las dos partes pero de

entrada hay que contar con el adulto para llegar al niño. Una cosa que me ha aportado el público infantil es la capacidad de asombro. Esa cosa de asombrarse, de sor-prenderse, de ser tan sensibles a la magia de la vida. Puedes tener un día muy difícil y sin embargo en un pequeño acto de creación, de juego, puede salvarse. Ese tipo de cosas llevada a la canción y haciéndolo con todo el rigor que lleva, es un aporte que te hace el público. Es una manera de conservar eso que los adultos no deben perder. A mí me molesta mucho la frase, que seguramen-te tú has escuchado, el niño que llevo dentro. A mí me

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molesta esa frase porque me parece un poco regresiva. La adultez puede ser tan fresca, tan hermosa, tan crea-tiva, tan mágica como lo fue la infancia. Lo que pasa es que el adulto tiene otros recursos, otros referentes.Tiene la ventaja de lo vivido, del tiempo que ha tenido de leer más, de escuchar más música, de tener viven-cias, de conocer a artistas, de vivir en el mundo, de ser.

Cuando todo eso se logra hacer salvando la ca-pacidad de asombro, asombrándonos con las co-sas lindas que tiene el mundo y entristeciéndonos con las que no son tan lindas; no perdiendo esa re-lación emocional que tiene el niño con el mun-do, me parece que es algo que embellece la adultez. Como mismo su obra ha tenido aportes e influen-cias diversas, ¿han cambiado los niños para los que lleva componiendo hace ya 20 años? Sí, por supuesto, porque la vida es una constante trans-formación. La música infantil y el público infantil es apenas una parte dentro del macrosistema de la vida y necesariamente cambia junto con eso. Cambian los ni-ños porque ha cambiado la manera de educar, han cam-biado los conceptos de la vida y con eso viene también un cambio en la percepción de la música que se escucha. Los discos que ha grabado pudieran funcionar como el hilo conductor que nos llevaría por las distintas etapas de su vida. Si le pidiera hacer un balance de este viaje, ¿qué conclusiones pudiera sacar?

Es un viaje inacabado porque todavía sigue. Sí, pienso que ha habido una diversificación de la obra desde mi etapa de compositora solista a mi trabajo en este trino-mio autoral que tengo con el Dúo Karma. Pienso que han variado las temáticas, la manera de abordar. En un inicio yo trabajé más pegada a la literatura. He apren-dido que la escena tiene sus códigos, que el disco cuan-do es concebido para ser escuchado con tiempo, para ponerle las sucesivas lecturas que lleva, hay que cuidar el repertorio en ese sentido, de saber en qué contex-to se propone una canción. A lo mejor hay una can-ción muy literaria que es una anécdota, un cuento, un romance y eso no funciona en la escena porque están atentando otros elemento distractores, otros estímu-los que dispersan la atención y la atención de un niño es algo muy peculiar. He ido aprendiendo esas cosas que tienen que ver con la proyección de la obra. Han ido condicionando de alguna manera los repertorios.Las primeras canciones de los primeros discos estaban más desligadas de la escena. Estaban más hechas para escuchar, simplemente para expresar un mundo. Des-pués vino la fundación del Movimiento por la canción

infantil Latinoamericano y del Caribe en 1994 don-de yo llevé esa propuesta. Era un grupo de canciones que tenía, veintitantas canciones y tuve, yo diría, una vuelta a la espiral. Empecé a ver otras propuestas, otra manera de hacer, y a la vez sentí que lo que estaba ha-ciendo tenía un valor porque recibía la valoración de personas con experiencia y mucho prestigio y de otros públicos de países latinoamericanos. Fue un intercam-bio mutuo que también empezó a condicionar la obra.

La primera compilación de canciones la hizo en casete Casa de las Américas porque fue justamente en Casa donde se fundó ese movimiento. El segundo disco se quedó también en casete y lo hizo la EGREM y fue una selección de esas canciones. Hubo otro que ya fue en México que se llamó Reunión de Magos. Ahí se aña-dió un elemento que tenía que ver con mi trabajo con la redacción infantil, la revista Dando Vueltas. Hay te-mas que salieron de esa revista, de esos personajes, de esas propuestas, que eran como pautas que me daban. Era otra manera de hacer, no tan derivada de mi mundo interior, sino pautas externas, un juego maravilloso. A mí realmente la música por encargo me estimula mu-cho. Pienso que de todos modos lo que uno hace es un encargo más aunque se lo haga uno mismo y es un reto. Todo lo que sea reto para la creación es bueno.Hay un disco que hice en el 2005 en Colombia, El jardín de la prima Florita. Fue el primer proyecto que yo soñé hacer pero se fue quedando, hasta que no pude más y lo hice. Pienso que fue un disco tar-dío. Ya yo estaba haciendo otras cosas y tenía otra proyección en el repertorio activo pero eran cancio-nes que de todos modos me habían acompañado mu-cho en el tiempo. Esas canciones tenían más que ver con la cosa literaria, con la canción cuento, aunque tenían uno que otro juego y le incorporé cosas ya hechas, pero tenían más que ver con esa estética. El proceso con el Dúo Karma, es la otra vuelta de la espiral. Es una cosa muy enriquecedora, es un proyec-to que tiene más de 5 años. Es un encuentro de dos generaciones con interés compartido hacia la músi-ca en general y hacia la música infantil en particular. Cuando yo me encontré con ellos ya tenían una obra para adultos y había todo un comienzo de la proyec-ción de su trabajo para los niños. Me empezaron a aportar muchas cosas desde su visión y viceversa. En la presentación en encuentros de la canción infantil latinoamericana nos dimos cuenta que era el momento de nosotros proponer lo mismo que hacían otros gru-pos de Argentina, Colombia, Brasil. Debíamos propo-ner un trabajo a partir de la música que nos identifica. Justamente eso es lo que espera ese movimiento del

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otro, no el error de globalizar, es todo lo contrario. Lo que más nos enriquece es eso. Poder compartir yo ven-go de un lugar donde se habla así, se dice esto, se canta así, se mueve la gente así. Desde luego eso puede tener puntos de traducción entre comillas. Uno se va dando cuenta de cómo hay diversidad cultural. En la cultura iberoamericana hay miles de variantes de las mismas cosas, hay muchos puntos en común. Ese fue un tra-bajo que no hubiera podido hacer sin el Dúo Karma. Nos propusimos siempre hacer este trabajo a partir de los géneros musicales cubanos, a partir de la iden-tidad en el sentido más tradicional del término. Hay toda una recreación tomando como base todos estos géneros (conga, cha cha cha, sucu sucu, trova, etc.)

y aplicándole códigos de la música infantil, los jue-gos, la cosa interactiva, todos los recursos que tiene la lúdica, las adivinanzas, los trabalenguas, el juego con el lenguaje, que es muy importante. El juego fo-nético a partir del lenguaje es una de las cosas que los niños nos enseñan. Agradecen esa manera de recibir su lenguaje, de aprender su lenguaje jugando con él. El disco En guarandinga por toda Cuba es una ma-nera muy inteligente de ayudar al niño a encontrar-se con sus raíces sonoras, con su identidad musical. A la vez que enriquece su panorama musical mu-chas veces sesgado por la influencia de los medios de comunicación.

Foto: Kaloian Santos

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Como bien dices hay géneros que en cierto sentido están más privilegiados, pero hay que tener en cuenta que cada niño tiene una historia personal. A lo mejor el niño campesino escucha controversia constantemente o si no con muchas más frecuencia. Lo tiene insertado a su entorno natural y para él no es una cosa ajena, es una cosa conocida, es parte de la manera en que se ex-presan sus adultos. Sin embargo, para un niño citadino eso no es tan cercano, es cosa de Palmas y Cañas. En-tonces llevándolo a la historia de la controversia de los dos murciélagos eso lo acerca más el género. De todas maneras hay una percepción distinta en todos los luga-res. Nos ha pasado yendo a comunidades de la sierra, la percepción es distinta y se divierten de manera distinta. Estamos preparando el Dúo Karma y yo el repertorio del segundo disco de esta alianza que se llama La Gua-randinga. Ya no está tan ligado al mundo de los géneros musicales cubanos, está ampliando su diapasón porque de todas maneras es un proyecto de nuestra identidad como seres humanos también, de valores en los que creemos, que pensamos que son buenos difundir. Hay géneros cubanos, está el changüí, por ejemplo, que nos faltó en el otro disco, pero también hay distintas cosas que no quiero adelantar. Está el trabajo con la canción en sí misma, sigue la lúdica pero es muy interesante porque empieza con una mezcla de referentes literarios y con esta estética de los tres trabajando para el público.

Entonces la Guarandinga sigue su viaje. La Guarandinga es una peña rodante que justamente por ser así nos pareció que era el modo más auténtico de llevarla a todas partes. El Dúo Karma son personas muy creativas que me enriquecen muchísimo y senti-mos que el público que sigue las peñas ha entrado en ese código. Le gusta esa manera de hacer, lo agradece. ¿Cuánta vitalidad aún mantiene el Movimiento por la música infantil Latinoamericano y del Cari-be?

Ese movimiento se fundó en la Habana en noviembre de 1994. En ese momento fue un encuentro peque-ño donde asistieron un exponente de Argentina; Luis María Pescetti, dos cantoras de Venezuela; Milagros Santana y Rosario Anzola, estaba el grupo Canto Alegre, con el que tengo mucho vínculo desde hace años y fue ese momento en el que nos conocimos jus-tamente sus directoras Tita Maya, Claudia Gaviria y yo. Estaban los hermanos Rincón de México, tam-bién de Colombia estaba Jorge Sosa. También Toño Suzarte de Chile, quien falleció lamentablemente.

Y ese encuentro fue así pequeño. Por la parte cubana éra-mos un poquito más porque estábamos en nuestro terri-torio. Estaba Alberto Faya, que en ese momento era el director de departamento de música de Casa de las Américas y fue el creador de la idea. Estaba Teresi-ta Fernández por supuesto, Edelis Loyola, de Moa. Es un movimiento muy vital porque sobre todo ha propiciado que fluya el intercambio de música, que se apropien unos países de la música de otros y vi-ceversa, que el trabajo de todos llegue a la radio de otros lugares. Anda ya por el décimo encuentro. Lo más importante de todo esto es que la música ha tomado por diversos caminos. Hace veinte años cada uno estaba en su país, cada cual en su casa. Ahora te encuentras en la discografía de nosotros versiones del grupo Palabra Cantada de Brasil, que es uno de las más grandes exponentes de la música iberoamericana infantil, y te encuentras versiones de muchos de nosotros en portugués.

Desde siempre su obra ha estado muy ligada a la literatura. De ella ha bebido para tejer sus canciones.

Ahora me di cuenta que no mencioné los dos dis-cos relacionados con la literatura. Desde la edad de oro fue un trabajo apasionante para mí y aunque lo hice en unos meses lo venía haciendo desde ha-cía años. Después el trabajo con la obra de Eliseo Diego, a quien conocía como poeta para adultos, fue hallazgo de la adultez. Trabajar la literatura musicalmente es algo que demanda un nivel de concentración que tiene que ser en épocas deter-minadas de la vida. El tipo de poemas y poetas que yo elijo son de una lucidez tal que uno no se puede permitir errores, en ningún caso. Es algo a lo que siempre voy a volver, no sé en qué momento porque requiere condiciones. Además tampoco sé qué poetas voy a seguir descubriendo. Sí sé que no todos los poemas, aunque uno los adore, son mu-sicalizables. Hay muchos poemas que aunque a mí me gusten, me hayan llegado, me conmuevan, por la estructura, por la manera en que están hechos no todos tienen música, al menos yo no la oigo.

¿Pero es un camino al que siempre va a regre-sar?

Sí, ojalá que sí.

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Mandy Mora

Por: Zucel de la Peña MoraFotos: Yaciel Peña de la Peña y Ernesto Peña Leyva

Cumple

FANTASÍAaños la

El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana, escribiría Federico García Lorca, y qué mejor para el hombre que en-contrarse con ese mágico estremecimiento y fe de vida desde niño, sagaz en avivarle

su sensibilidad, capacidad de asombro y gusto estético.

Hoy, los padres tuneros, quienes algún día también ne-cesitaron que alguien les enseñara a amarrarse los cor-dones, tienen tres elencos locales a su alcance si andan interesados en darle a sus hijos vitamina para la imagi-nación. El más novel de todos, Proyecto Colibrí, cen-tra su mirada en la narración oral y el costumbrismo.

Le sigue en orden ascendente Teatro Tuyo, con más de una década de vida, cuyo afán abarca la técni-ca de clown, y a la que no le han sido escurridizos los premios, nombrándolo entre los ganadores en ci-tas tan importantes como el Festival de Camagüey.

Y llegamos a la cima, esa ocupada por un pródigo ho-gar, que vio crecer a sus párvulos y volar por sí solos, algunos permanecerían fieles, otros tomarían nuevas ru-tas, pero siempre con aquel amor sembrado en el pecho. Hablamos del Guiñol Los Zahoríes, agrupación que arribó a 41 años de creación continúa. Su histo-ria tiene todo para encantar, momentos felices, mo-mentos tristes, momentos para probar su estirpe.

Las líneas que siguen le hacen una reveren-cia a su tiempo. Lo invito lector a disfrutar de una obra de mariposas coloridas y rumbo segu-ro. Ocupe su luneta, la función va a comenzar.

ACTOS A CORAZÓN ABIERTO

Este relato de ocho lustros, que apenas comienza a ver sus primeras canas, aunque aclaro, ninguna asentada en su espíritu, tiene las letras iniciales en la década del 70 del pasado siglo, cuando la convocatoria para la escuela de formación de actores de teatro guiñol corrió por este terri-torio y 18 aspirantes respondieron, como tantos otros en distintos puntos del país, para dar rienda suelta al sueño de los hermanos Camejo y Pepe Carril, quienes habían fun-dado el Teatro Nacional de Guiñol en 1963 y defendían la tesis de que este arte podía ser un auxiliar de la pedagogía.

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Luego del montaje de la obra Los tres cerditos y el lobo, 14 tuneros viajaron a la capital del país, donde les espe-raban ocho meses de estudio con profesores como Pe-dro Valdés Piña, Julio Cordero, Manolo Gómez y Bebo Ruiz. Precisamente, un 14 de septiembre de 1971, se hizo oficial la graduación de aquel imberbe grupo en el que escasamente sus integrantes habían cumplido los 16 años; fecha tomada como la de fundación de Los Zaho-ríes y la apertura del teatro profesional en Las Tunas.

Regresan a casa con dos piezas montadas El lin-do ruiseñor y Juanito y la semilla. Escogen su nombre, toman esa palabra de origen ára-be que significa fantaseadores, como para elimi-nar toda incertidumbre sobre el destino escogido.

A pesar de que nadie los estaba esperando al llegar a su terruño, la impronta de aquellos adolescentes no demoró en hacerse notar, inmediatamente la Biblioteca Provin-cial les dio un espacio y se propusieron conquistar el uni-verso desde allí. A cualquier hora se les podía encontrar trabajando para variados públicos, no había temores, ni empeños restados ante la escasez del bolsillo, andaban en constante búsqueda creativa y lo mismo hacían de es-cenógrafos, costureros que de luminotécnicos. No dete-nerse ante las dificultades se convertiría en su amuleto. Vinieron años de mucho estudio, superación, de experi-mentar las más diversas técnicas, siendo de los prime-ros en popularizar en el país el cuerpo humano como retablo, y los títeres de guante llegarían a estar entre sus principales virtudes, así como el uso de la luz negra. Servirían de escuela para agrupaciones que se formarían después; y los lauros, como el premio UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta), empezarían a sonreírles.

Hoy se preguntan de dónde sacaban tanta ener-gía para presentarse mañana, tarde y noche, actuar en los municipios sin apenas condiciones, llegar a dormir en portales, escenarios, comer ligero y to-davía salir al proscenio tan felices, tan entregados.“En pleno período especial, cuando terminábamos los ensayos, nos poníamos en el cuarto de costura a ha-cer juguetes para los círculos infantiles y los semin-ternados”, rememora Clotilde Aguillón, una de los tres juglares fundadoras que aún le destinan amane-ceres a esta cofradía, aludiendo a la vocación comu-nitaria evidenciada en todas las épocas por su elen-co, y vista en los más recónditos sitios de la nación.

Raúl Mayo, otro miembro de la hornada primige-nia en activo, expresa haber sentido todo este tiempo la posibilidad de mejorar el mundo desde el teatro,

Gretchen González

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máxime cuando los infantes constituyen el público. A cambio de su constancia, él y sus compañeros, una y otra vez van en busca de ese instante único, en el que una carita alegre los mira desde el lunetario.

En los mismos albores de la historia del grupo, a Raúl lo llamó el servicio militar. Fue así como perdió total contacto durante tres años con la empresa que tanto lo había motivado, y sucedió que al terminar, no había plazas en Los Zahoríes, y se fue a sufrir, como él dice, a una base de transporte. Pero el actor le gritaba, le vo-ciferaba no darse por vencido y en la primera oportuni-dad regresó al lugar de donde nunca quiso haber salido.

A esta altura del relato, lector, bien cabe una pregunta: ¿Y el relevo... está seguro? Tal preocupación late hoy en el Guiñol. Emelia González, testigo de esta histo-ria desde 1973, ha visto nacer un repertorio superior al centenar, y para que no pare de crecer ese árbol, da ejemplo en la formación de los nuevos titiriteros, ja-más dejando de lado aquella filosofía de la necesaria comunicación entre las generaciones. Los experimen-tados deben querer trasmitir y la juventud, escuchar.

DIVERTIMENTO SIN FIN

“La animación de las figuras proyectan tal vivificación que el joven Mora se nos escapa de la mirada, los títeres lo anulan. (El tunero) (...) borra con su Chímpete-Chámpata toda noción histórica realizada por sus predecesores. “

Mandy (como le gusta ser llamado) lee estas palabras, escritas en agosto último durante su presentación en la capital del país, y apenas las puedo creer, por provenir de Armando Morales, egregio titiritero cubano, que hizo fa-mosa su interpretación de esa puesta, basada en la obra El pícaro burlado del escritor argentino Javier Villafañe.

La versión de Los Zahoríes, dirigida por Emelia y con el diseño de las figuras, la realización y el vestuario de Gretchen González, ha sido la prueba de fuego del lozano actor, y la pieza que ha puesto en boca de la

crítica la legendaria agrupación de casa, en justa y simbólica guirnalda a la altura de sus cuatro décadas.

Y aunque Mandy nunca se imaginó en un gru-po de este tipo, siente desde hace 24 me-ses la dicha de desdoblarse con las marionetas.

Gretchen, otra voz joven y graduada de la Academia Provincial de Artes Plásticas, disfrutó de niña funcio-nes del colectivo que la acoge hace quince años. Ella, no deja de asombrarse ante la maravilla de ver cobrar vida en las tablas, los bocetos antes inertes. Ambas pre-sencias le dan bríos a una gloria dispuesta a no fenecer. Por estos días el más añejo elenco escénico de la provincia, con una nómina superior a la decena, alista la reposición de El Pequeño Príncipe, obra pionera aquí en el empleo de la técnica de la luz negra, al mismo tiempo que otros miembros an-dan por tierra venezolana en misiones culturales. Y es que resulta imposible decir adiós, los ni-ños esperan, y cuando un príncipe enano espe-ra nada es más importante. Mientras, otras razo-nes vibran en disímiles generaciones de tuneros, ayer hijos, hoy padres; hoy hijos, mañana padres.

Emelia, Raúl y Clotilde (de izquierda a derecha) comparten un orgullo de cuatro décadas.

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Perrito Sato salió corriendo del patio de la señora Gruñona. La señora Gruñona estaba molesta y hasta le había lanzado una de sus chancletas. Perrito sentía su corazón asustado y alegre al mismo tiempo. Asustado por lo de la chancleta y alegre porque sería el primero en dar a conocer tan importante noticia. Bajo un poste de la luz

encontró a su amigo Salchicha, que en ese momento levantaba una pata y dejaba caer un chorrito de agua sobre el palo.-Salchicha, tú que eres más viejo que yo, ¿cómo es la luna?-¿La luna? Eso lo sabe cualquiera. La luna es redonda.-Pues el gato de la señora Gruñona se la comió-¿Qué dices? Los dos miraron al cielo y aunque brillaban miles de estrellas, en el lugar que siempre ocupaba la luna solo había un espacio oscuro. Salieron a todo correr y en la esquina hallaron a Conejo, comiendo yerbas fresquecitas por el rocío. -Conejo, ¿sabes tú como es la luna?-¿Quién no lo sabe? La luna es amarilla.-Pues el gato de la señora Gruñona se la comió hace un momento.-Estás loco, perrito, la luna está muy alta, no hay quien se la pueda comer.-¿No? ¿Y entonces donde está? Los tres levantaron las cabezas y se miraron asustados. Fue cuando pasaba Alba la lechuza y la llamaron.-Díganos, Alba, ustedes que es mayor, ¿qué figura tiene la luna?-Eso es fácil, la luna parece una moneda grande y es brillante como si le hubieran unta-do barniz o grasa.-Pues no hay dudas, señora lechuza, el gato de la señora Gruñona se la comió.-Eso no es posible; yo, que vuelo tan alto, nunca he podido llegar hasta ella. ¿Cómo podría el gato?-Yo la vi comérsela, señora lechuza, alce usted el vuelo a ver si la encuentra. La lechuza sacó un pañuelo de algodón y limpió sus espejuelos. Luego se elevó en la oscuridad hasta parecer una estrella más en el fondo del cielo. Fue cuando llegó Grillito.-¿Qué comentan?-Que Perrito Sato vio al gato de la señora Gruñona comerse la luna.-¡Mentira, la luna es para iluminar la noche, no para comer!-A ver, tú que te pasas la noche dando serenatas, ¿cómo es la luna?-Pues… la luna está llena de huequitos y de cosas sobresalientes como piedras.-Así mismo era la que se comió el gato. En ese instante regresó la lechuza, cansada de tanto volar en la oscuridad. Y dijo:-Tienen razón: la he buscado de una punta a la otra del cielo y no aparece por ninguna parte.-Yo todavía no lo creo –afirmó Grillo-. Vamos a buscar al gato y que él mismo lo diga; el gato nunca ha sido mentiroso. Cuando llegaron, el patio de la señora Gruñona estaba en silencio. Sólo una ventana de la cocina permanecía abierta. El gato no se veía. Entonces se asomaron todos al mismo tiempo, en el momento en que la señora Gruñona fregaba unos platos y los vio.-¡Ah, sinvergüenzas! –dijo y agarró una escoba-. Me comieron la pizza que tenía en la mesa y todavía quieren más. Entonces todos corrieron de lo lindo, mientras en el estómago del gato dormilón la luna se deshacía poquito a poco.

QUE UN GATO se comió la lunaWLA NOCHE Por: Renael González Batista

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Las cosas son como nosotros deseamos verlas. E.P.Del descubrimiento de los placeres de la lectura para

después ser personas diferentes. O sea mejores seres humanos.

Desde los principios entraron en la literatura para niños criaturas mágicas de todo tipo: seres mitológicos, monstruos, dioses, genios, brujas, duendes, magos, princesas, castillos encantados, hadas, dragones, gnomos, quienes propiciaron las rutas por donde andaría, hasta no hace tanto, la creación literaria para niños.

Después otros cánones fueron determinando nuevas maneras de concebir la historia infantil, no solo por el lenguaje, también por la amplitud temática, técnica, estilística.

Las hadas cuentan, de Enrique Pérez Díaz, tiene la osadía de irse a los orígenes para retomar ingredientes que sazonaron tantas narraciones clásicas. El autor ignoró los riesgos posibles en la travesía por terrenos conocidos. Aquí las hadas son la casi única materia prima, el pretexto de las historias. Las mismas hadas de

entonces con ligeros retoques en el maquillaje, a tono con los tiempos que viven los niños y los adultos de hoy.

Es interesante en esta colección la estructura que tiene cada cuento, la sabiduría para introducir en la narración, en el momento justo, los elementos que van conectando también los pasadizos interiores que se desprenden del túnel principal, del hilo conductor del cuaderno: el hada y sus escenarios, distintos cada vez.

No hay gratuidades en el diseño macro del libro. Cada trazo está en correspondencia con el interés de asombrar al niño (al lector). De evitar la solución esperada, aunque en los quince cuentos esté, a veces menos clásica que otras, la presencia del personaje fabuloso. En el libro hay sorpresas: por la aparición desacostumbrada del hada en la historia (porque al ser traída a una época que superó los moldes de donde surgió cambian sus relaciones con el medio, los personajes, los destinos de la trama). Como en las intenciones: no moralizantes y sí aleccionadoras.

TAMBIÉN LAS HADAS CUENTAN O LO POSIBLE DE LO IMPOSIBLET

También las hadas cuentan hoy en el escenario de las emociones humanas. Siguen con voz y fuerza. No interesa de qué forma se aparecen ante los ojos ávidos, en los oídos ansiosos de

los niños y niñas, y de otros. Ni a qué hora del día o la noche. Las hadas existieron, existen y existirán. Son las mismas de siempre, con sus trajes vaporosos, rosados o azules, o sin ellos, con vara o no. Bonitas o feas. Pero con el mismo encanto y la misma sorpresa por su irrupción inesperada y la posibilidad de concedernos lo deseado.

Son las de siempre. No envejecen ni mueren. Y no puede ser de otra manera porque las hadas no se

reproducen. La génesis de este personaje no consideró el hado, para que se casaran y tuvieran haditas y haditos y así continuar la tradición. Por lo tanto ellas están en el patrimonio espiritual de las naciones, al alcance de cada nueva generación.

La fantasía debe ser, necesariamente, uno de los ingredientes principales de la existencia. Despojados de la capacidad de imaginar, soñar, de transformar la realidad gráfica, la real, en otra realidad, la de las emociones, seríamos simples cuerpos cinéticos que no accederíamos a estados favorecedores de una sensibilidad diferente. Por eso se impone la necesidad de conseguir en los niños una actitud que propicie

Por: Gustavo Alonso Curbelo

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En el cuento Se busca, como en otros, es necesario un análisis adicional, una participación intelectual más allá de la simple lectura recreativa. No solo por los elementos lógicos que ofrece la narración para comprender lo leído, también por la información que no aparece explícita, intencionalmente o no, y que presupone la participación activa del receptor porque las respuestas estarán en dependencia de las experiencias individuales.

Estos son ejemplos de desafíos que plantea el cuento citado:

. ¿Por qué la gente nunca sabrá lo que anda buscando en verdad?

. Se busca. Acusada de…

. ¿Quién la podría acusar?

. Ser libre es como una risa. Se contagia. Pero resulta difícil de regalar.

. Hay juicios que sobran, o mejor, siempre sobra el juicio si nada más censura lo ajeno y a sí mismo se trata con piedad.

. A veces, lo que más poder nos otorga, mayor infelicidad nos da.

. Ser prófugo tiene su encanto, sobre todo para el que en cautiverio está.

Por lo tanto se precisa de un niño (un lector) diferente para que decodifique sin dificultades las cábalas de la fantasía que van marcando de principio a fin los derroteros del libro. Y que siguen siendo las mismas desde entonces. Aunque ya no estén tanto en el mundo de la fantasía infantil asuntos que en otros momentos tuvieron mayor protagonismo en la oralidad familiar, principalmente en los cuentos de los abuelos. Me refiero a muertos, aparecidos, jigües, ciguapas, fantasmas, que de alguna manera preparaban, preparan, al niño para adentrarse en la otra realidad, la realidad literaria, que no es todavía la realidad del primer niño desde el punto de vista cultural, como lo será después que el segundo niño entre en contacto con la literatura infantil clásica, en el entorno familiar o escolar.

Intencional o no, algunos cuentos se convierten en ejercicio intelectual, independientemente de que la lectura en sí misma siempre obliga a la comprensión de propuestas estéticas exigentes y a cierta complicidad de los lectores. Aunque estos, por supuesto, no reconozcan los mecanismos literarios que domina y pone en práctica el autor.

Tampoco el lenguaje se apega fielmente a la tradición del género. La palabra no es escogida. Viene sola como ficha de dominó porque es la que procede para conformar el entramado de sucesos, no solo de cada cuento; las palabras responden además a una concepción unitaria del libro, como los dibujos en los mosaicos del piso de una misma

habitación.

En la literatura para niños el lenguaje no debe permitirse el contagio con los almíbares de la pasión, del amor o la pedagogía. Un siglo nuevo exige una visión nueva, renovadora en todo. Y el lenguaje es parte de los acontecimientos que envuelven al ser humano. No hay que minusvalorar al niño. Hoy el contacto temprano y cotidiano con el desarrollo tecnológico hace que tenga acceso a asuntos impensados hace pocos años.

En el libro de referencia el lenguaje evidencia el reconocimiento del niño, y lo consigue, como un ente con capacidades para comprender asuntos universales que aparentemente no pudieran estar al alcance de su desarrollo síquico.

Por esas provocaciones anda Las hadas cuentan. Porque los niños siempre necesitarán los ingredientes espirituales aportados por la literatura

para llegar a personas cada vez más imaginativas y sensibles en un mundo tan complejo.

*Texto leído en el encuentro de literatura para niños Esos locos bajitos. Sede de la UNEAC. Puerto Padre.

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Cualquiera de nosotros puede verlo cada mañana en el parque, oliendo la pucha de flores con que suele aparecer: esta es amapola, este jazmín del cabo, aquellas madreselvas, así todas las flores que

nadie como él sabe distinguir solamente por el olor. Pero claro, es muy difícil pensar en Brunelo sin incluir también el manotazo de los muchachos arrebatándole las flores que se riegan en medio de la calle. Por todo el pueblo se escuchan sus gritos, maldice, insulta al que se las roba, al que lanza la pedrada, al de la voz ronca que se burla: ¡Nube Negra¡ ¡Nube Negra¡ Los escucha en un sólo grito: ¡Viejo loco! ¡Nube Negra! Es tanta rabia que se tapa los oídos, toma el bastón y lanza bastonazos para todas partes.

Hoy amaneció en un rincón abrazado a sus flores. Nadie lo ha visto levantarse, cosa extraña, pues acostumbra a salir a vender temprano. Por las piedras que hay a su alrededor, uno puede suponer la cantidad de muchachos que pasaron para la escuela intentando enfurecerlo, pero nadie logró que se levantara.

Llevo más de una hora en mi banco de sol, que es donde único ellos me dejan estar cuando no tengo clases y vengo al parque a dibujar un rato. A mí no me tiran piedras, ni me arrebatan los dibujos, pero vienen y dicen, levántate que estás en el lugar de los jefes. Vengo a sentarme aquí, en mi banco de sol, aunque comience a sudar me quedo, porque me gusta el aire y el canto de los gorriones. A Brunelo también le gustan los gorriones, siempre que los oye cantar sonríe, pero hoy parece que no quiere escucharlos, ni saldrá cantando esa canción con la que vende sus flores:

Flores florero

Flores florín

Traigo el aroma

Traigo el jardín

A los jefes no les gusta que lo llame Brunelo, y me obligan: vamos, repite bien alto para que tu amiguito lo escuche: ¡Nube Negra¡ ¡Nu-be Ne-gra¡ y yo repito para

que no me maltraten, ni me boten del banco de sol. El Ronco aprieta el puño. Siento temblores si pasa la mano por mi cabeza y se dirige hacia donde está Brunelo; se le acerca lento, como quien no quiere la cosa, pero él lo presiente, lo huele, se cubre con el sombrero de yarey, humedecido y roto, en espera de la pedrada.

- Hey… ¿me escucha? Estoy aquí – dice el Ronco.

- Claro que te escucho. Soy ciego, no sordo

A pasos cortos, silenciosos, el Ronco se acerca un poco más.

- Vamos,- replica Brunelo - acaba de tirar esa piedra y piérdete.

Desde mi banco de sol puedo verlo y escucharlo todo, hasta cuando el Ronco dice bajito que no, que él no va a tirarle ninguna piedra

- ¿Y entonces qué harás? ¿Me robarás las flores, el bastón?

- No voy a robarte nada.

Por: Eduard Encina

N

negraUB

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Brunelo se quita el sombrero del rostro y el Ronco puede verle los ojos blanquísimos en un rápido pestañear.

- Llévatelas ¿de qué sirven las flores si no puedo verlas? La belleza, si no se ve, es mentira, –le miente el ciego y vuelve a llevarse el sombrero al rostro.

Aunque en mi banco sudo demasiado no quiero irme, nunca pensé que el Ronco pudiera ser amable con alguien, menos aún con Brunelo a quien maltrata día tras día; si se lo cuento a Nivia seguro no va a creerme.

- No entiendo eso que dice sobre la belleza, pero le juro que no quiero hacerle daño.

- De niño soñaba que podría tener amigos, ver el color de las flores, las mariposas en los jardines, que nadie me haría daño, pero cuando intentaba hacer amistad con alguien, se asustaba al ver mis ojos blancos, vacíos y volvía a quedarme solo con mis flores; ellas y Handel son mis únicos amigos.

- ¿Y por qué le dicen Nube Negra?

- ¿Y de qué otro color podría ser mi mundo? Brunelo gira rápidamente la cabeza para que el Ronco no vea una lágrima que rueda por su nariz larga, brillosa.

- ... No se ponga así

- ¡No pasa nada bandido…, lanza tu piedra y piérdete de una vez!

- Quiero ayudarlo.

- ¿Quién anda ahí? - grita Brunelo y, desesperado, señala con el bastón hacia el muro que está a un lado del portal.

- Nadie, no hay nadie - intenta calmarlo el Ronco.

- ¡Diles que se vayan, que se vayan!

-¡Le dije que no hay nadie!

Desde mi banco de sol no se ve la parte de atrás del muro, por más que intento, no puedo ver nada.

- Son ellos - replica Brunelo

- No volverán a molestarlo. Levántese, venga, tome sus flores.

Parece mentira, pero no lo llamó Nube Negra, sino Brunelo y el pobre ciego creo que está llorando.

- ¿Y ahora qué le hice? - pregunta el Ronco, sin entender por qué se pone tan triste.

- Nada, es que muy pocas veces alguien me llama por mi nombre, así, sin una piedra, sin que una de mis flores caiga al suelo y mezcle su aroma con el polvo. Ya hasta me he acostumbrado; por eso me lancé en este rincón, de nada sirve mi vida.

- ¿qué dice? Solo usted sabe el valor de una moneda de sólo tocarla o conoce el nombre de una flor al olerla.

Ahora sí que estoy sudando en mi banco de sol, pero al ver a Brunelo levantarse con el bastón y su bolso de flores, siento que en verdad pueden suceder cosas increíbles. Quién lo iba a decir, el mismo Ronco que hace unos minutos apretó el puño para que me callara y me quedara mi banco más tieso que una estatua del parque, acaba de convencer a Brunelo para que salga de ese rincón.

- Vamos, - le dice llevándolo de la mano- tome sus flores y levántese

- Tengo miedo, ellos siempre vienen...

No acaba de dar unos pasos y veo una turba que sale de la parte de atrás del muro, arrebatándole las flores, el bastón, el sombrero, hasta que cae al piso, y se tapa los ojos con rabia

- ¡Siempre me engañan! – grita. ¡Me quitan siempre las flores!

Yo me quedo llorando en mi banco de sol, como una estatua de verdad, sin hacer nada porque allá lejos se ve al Ronco dando voces: ¡Nube Negra¡ ¡Brunelo Nube Negra¡ y sonríe mientras me enseña el puño, cerrado, como un bloque de hierro.

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Fragmento II

El origen de las narraciones en verso en Cuba, que fueron presencia frecuente en el teatro, se sitúa en el siglo XIX.

La comedia El príncipe jardinero, y fingido Cloridano. Comedia en tres jornadas y en verso (1733) de Santiago Pita (La Habana,?. [¿l693-1694?]-Id., [1?] 1755), obra que fue atribuida durante años al fraile José Rodríguez Ucres, Ucares o Uscarés (conocido como Capacho) es, según la Historia de la literatura cubana (T.I) publicada en el 2002, la “historia” en verso más antigua y reconocida de nuestras letras.Muchos autores cultivaron el teatro en verso a partir de entonces, pero no me voy a detener en ellos, con el objetivo de dirigirme hacia el tema de este artículo: las narraciones propiamente.En el siglo XIX los poetas José Agustín Quintero y Woodville (1829-1885) y Juan Clemente Zenea escribieron en 1852 la leyenda en verso La Azucena del valle, obra que quedó inédita así como la novela en verso de Zenea Jaquelina y Reginaldo.El dramaturgo Antonio Enrique Zafra (Sevilla, España? – La Habana, 1875), publicó en 1866 la obra Jeremías. Lamentaciones comentadas en verso; el poeta y dramaturgo Ildefonso Estrada y Zenea (1826-1912) dio a conocer en 1890, en Matanzas, su

Autobiografía moral en verso; el escritor Francisco Calcagno (1827-1903) publicó en 1885 su obra en verso Y yo entre ellas. Ociosidad escrita hace mucho tiempo por un desocupado; el influyente poeta y pensador cubano Enrique José Varona (1849- 1933), publicó en 1879 sus narraciones en verso tituladas Paisajes cubanos; el poeta y articulista Eduardo Benet Castellón, nacido en la provincia de Cienfuegos en 1879 y fallecido en 1965, publicó la novela en verso Birín. Bocetos de una edad famosa (1957?), El poeta repentista Juan Concepción Soler (1905- 1996) dejó inéditas varias novelas escritas en décimas y el también poeta improvisador José Ramón Mariscal Grandales (1891-1984), conocido como “El solitario del llano” publicó la novela en décimas La perdición de Cachita, de la cual no se ha precisado fecha. Otro autor de novelas en verso fue Miguel Alfonso Pozos (1908-1975), más conocido como Clavelito, cuyas obras transmitidas por la radio llegaron a gozar de gran simpatía. Sin embargo, el autor de novelas en décima que gozó de mayor popularidad en Cuba fue Cipriano (Chanito) Isidrón y Torres (1903- 1987) quien publicó en 1938 Amores montaraces o Camilo y Estrella, su título más reconocido, aunque también escribió novelas como La huella fatal (1943), Más allá del amor (1944) y Los trágicos amores de Gloria Rangel, publicada inicialmente en 1986.

APROXIMACIÓN AL CUENTO EN VERSO PARA

NIÑOS: UNA MIRADA DESDE CUBA EN 2012

Por: Ronel González Sánchez

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En lo que se refiere a la literatura para niños, narraciones en verso encontramos en la revista La Edad de Oro, publicada en Nueva York, entre julio y octubre de 1889 por José Martí (1853-1895). Los poemas titulados “Dos milagros”, uno de los cuentipoemas más breves de la literatura cubana, “Los dos príncipes” y “La perla de la mora”, pueden citarse como el gran nacimiento del cuento en verso cubano para niños, aunque sin dudas el texto más representativo de ese momento iniciático lo es el monumental “Los zapaticos de rosa”, incluido en el No. 3 de la revista, correspondiente al año 1889. Ya en el siglo XX encontramos narraciones en verso para niños de autores como el poeta nacional Nicolás Guillén Batista (1902- 1989) en su libro Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977), Adolfo Menéndez Alberdi (1906-1987) en sus libros Juegos de Islasol (1974), Libro de las jueguinvenciones (1974), Zona del canto (1980), Como el aire de luz (1980); Dora Alonso (1910- 2001) en sus obras Palomar (1979), La flauta de chocolate (1980), El grillo caminante (1981), entre otros.Otros escritores que han publicado cuentos en versos o poemas que cuentan pequeñas historias son: Mirta Aguirre Carreras (1912- 1980) en su hermoso poemario Juegos y otros poemas (1974); el poeta maestro Raúl

Ferrer (1915-1993) autor del inolvidable poema ¨Romance de la niña mala¨, el gran poeta Eliseo Diego (1920- 1994) en su importante cuaderno Soñar despierto (Premio de la Crítica 1988); el decimista Jesús Orta Ruiz (1922- 2005), a quien debemos la ¨Elegía de los zapaticos blancos¨ (1961); Adolfo Martí Fuentes, autor de Libro de Gabriela (1985); la cienfueguera Lourdes Díaz Canto (1932) autora, entre otros, de Rehilete, papalote y carrusel (2001) y el significativo autor de literatura para niños David Fernández Chericián (1940-2002), quien dio a conocer numerosos poemarios donde aparecen pequeñas narraciones como en los libros titulados Caminito del monte (1979), Dindorolindo (1980), Uno, dos y tres (1984), Rueda la ronda (1985), ABC (1987), etc.

Otros autores representativos son Julia Lydia Calzadilla Núñez, autora de Cantares de la América Latina y el Caribe (Premio Casa de las Américas, 1981) y Los Pequeños Poemas de Abuelo Cantarín (1989); Excilia Saldaña Molina (1946- 1999) autora, entre otros, del clásico cubano de poesía y prosa poética para niños La noche, cuya edición realizada en la entonces República Democrática Alemana en 1989 en muy recordada entre los niños de esos años. Otros creadores importantes de este ámbito son Emilio de Armas (1946), autor del sólido aunque injustamente poco citado poemario cubano para niños Junto al álamo de los sinsontes (1989), libro que le valió el Premio Casa de las Américas de literatura infantil en 1988, y donde su autor hace gala de una alta sensibilidad y conocimiento de la literatura a la hora de conjugar los metros clásicos con la fuerza evocadora de la prosa. Un autor destacado en la escritura y en el pensamiento de la creación para niños en Cuba es Waldo González López (1946), autor, entre otros, de los volúmenes de poesía Donde cantan los niños (1983), Jinetes del viento (1989), Libro de Darío Damián (1995) y Voces de la querencia, 2004. González López publicó en Cuba numerosas antologías de poesía, cuento, teatro y literatura para niños, así como del volumen de ensayo Escribir para niños y jóvenes (1983).Un momento aparte merece el destacado poeta y escritor para niños nacido en Matanzas y radicado

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Quijotes 23

en Chile Aramís Quintero (1948), quien ha publicado, entre muchos otros, Días de aire (1982), Maíz regado (1983), Fábulas y estampas (1987), Imágenes (1997), Oh tiempo (1998) y Rimas de sol y sal (2002), y es sin dudas uno de los exponentes más significativos de la poesía para niños cubana. Autores a tener en cuenta también son el holguinero Luis Caissés Sánchez (1951), a quien se deben títulos como Cuentos como flores y cantos para raíces (Premio La Edad de Oro, 1989, 1994) y De pan y canela (2010); Antonio Orlando Rodríguez (1956) dueño de una obra en la que sobresalen libros como Mi bicicleta es un hada y otros secretos por el estilo (1993, 1997, 2000) y El rock de la momia y otros versos diversos (2005) y un autor más joven de esa promoción como es Erick González Conde (1961) autor de Machacando almendras (2007). Ya en los últimos años se destacan Nelson Simón González (1965) autor de En el cofre de un pirata (1996), Brujas, hechizos y otros disparates (2001 y 2003) y Maíz desgranado (2003), destacando que en el segundo título mencionado se incluye la narración en verso titulada “Hechizo para atraer el sueño” ; el multipremiado José Manuel Espino Ortega (1966) autor de Barco de sueños (1991, 1995), El

cartero llama tres veces (1992, 1996), Laberinto (1998), El libro de Nunca-Jamás (2003), entre otros.

Pero fue el narrador, poeta, investigador y poeta repentista Alexis Díaz Pimienta (1966) quien comenzó a “darle verdadera forma” al cuento en verso en Cuba con la publicación de Cuentos clásicos en verso (1998, 2000) y luego En un lugar de la Mancha (2005), versión de la clásica novela de Miguel de Cervantes El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

Otros autores, cronológicamente posteriores son: Ronel González Sánchez (1971) que publicó Un país increíble (1992), El Arca de No Sé (2001) y En compañía de adultos (2010), en los que aparecen pequeñas narraciones en verso, aunque no será hasta su libro Cuando los cuentos narrados se volvieron rimados (2009-2012) del que sólo se ha publicado “Navidad en el basurero” en el sitio web La cesta de las palabras (http://la-cesta-de-las-palabras.webnode.es/news/navidad-en-el-basurero-ciempies-gonzalez/), donde realmente sus narraciones en verso toman forma a la manera de cuentos.Por su parte la destacada joven escritora para niños cubana Mildre Hernández Barrios (1972) ha escrito y publicado narraciones en verso que aparecen en sus libros Cartas celestes (2002), Cartas de un buzón enamorado (2005) y El próximo disparate (2010); Eduard Encina Ramírez (1973), quien hasta la fecha sólo ha publicado El silencio de los peces (2002) un valioso poemario que combina con acierto verso y prosa poética, y cerrando la lista el singular poeta y escritor para niños nacido en Puerto Padre Jorge Luis Peña Reyes (1977) autor de Avisos de bosque adentro (2003), Donde el jején puso el huevo (2004 y 2008), Vuelo crecido (2008) y Amigo de la noche (2012).

Peña Reyes publicó en 2007 por la Editorial Libresa de Ecuador un libro álbum que recoge su cuento en verso ¿Oíste hablar del miedo? (2007), que resultó finalista del concurso internacional Julio E. Coba, y posee inédito el espléndido cuento poético titulado “La luna de dos maneras”, que presentó públicamente en el evento de crítica y literatura para niños “Esos locos bajitos” organizado por él y la filial de la UNEAC de Puerto Padre, provincia de Las Tunas, el 20 de julio de 2012.

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III

Una mirada, digamos más contemporánea o inmediata a este “subgénero de subgénero” que es el cuento en verso para niños, permite definir las siguientes características: 1.- Debe respetar los requerimientos técnicos del cuento en prosa, pero su estructura y lenguaje serán sencillos para permitir la fácil comprensión.2.- Al utilizar la métrica y la rima de la poesía rimada, no debe pasar por alto esas exigencias formales que tienen en cuenta las características del verso y la estrofa: sílabas métricas, rima, ritmo, empleo de consonantes o asonantes (o alternancia de ambos) aunque las estrofas utilizadas deben estar en función de la historia narrada más aún que de una “elevada expresión poética” que resta, por supuesto, comunicación con el lector.3.- El cuento en verso, por su sonoridad, posibilidades lingüísticas, semánticas, fácil memorización y la posibilidad de la escenificación, puede ser mejor comprendido y es una obra o vehículo expresivo idóneo para narrar, por lo que exige al autor un máximo de creatividad, de conocimiento y dominio de la poesía rimada tradicional y de las complejidades de la narrativa.

Los temas o historias clásicas de la literatura para niños pueden aparecer como cuentos en verso, pero no deben ser “meras adaptaciones estróficas” sino recreaciones, aunque se valore mejor no regirse por tópicos preconcebidos y ofrecer cuentos capaces de impactar por su “original” escritura y tratamiento temático.4.- En el ámbito de las narraciones en verso por supuesto no se excluye la novela para niños, aunque las exigencias al escritor y a la obra, tratándose de un texto más extenso y complejo son, por consiguiente, mayores. No está comprobado, claro está, el hecho de que una extensa novela en verso para niños logre despertar el mismo interés que la novela tradicional escrita en prosa. Las opciones más atendibles quizás radican en una novela corta, noveleta o cuento largo, escritos con ingeniosidad o elevado sentido del humor para contar una historia (o sucesión de ellas) que resulte (n) extremadamente atractiva (s).

Al margen de la implacable avanzada de las tecnologías, del creciente empuje del cine, la televisión, los teléfonos celulares, los videojuegos, etc., en detrimento del libro infantil como objeto artístico y de la lectura como sendero de búsqueda de liberación espiritual o simple entretenimiento, reflexionar acerca de un subgénero

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BIBLIOGRAFÍA

1.- Colectivo: Historia de la literatura cubana. T. I y II. Ciudad de La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2002 y 2003. 2.- ________: Literatura infantil. Ciudad de la Habana, Ed. Pueblo y Educación, 1987.3.- Datos tomados de Internet.4.- ________: Diccionario de la literatura cubana. Tomos I y II. Ciudad de la Habana, Editorial Letras Cubanas, 1980 y 1984. 5.- Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. 6.- Elizagaray, Alga Marina: En torno a la literatura infantil. La Habana, UNEAC, 1975.7.- González López, Waldo: Escribir para niños y jóvenes. La Habana, Editorial Gente Nueva, 1983.8.- Navegas, isla de oro; Panorama de la décima cubana para niños. Sel. y pról. Mayra

Hernández Menéndez y Waldo González López. Ciudad de La Habana, Editorial Gente Nueva, 2009.9.- Shavit, Zohar : “La noción de niñez y los textos para niños” en Criterios, La Habana, nº 29, enero-junio 1991, pp. 134-161.10.- Vian, Enid: Un elefante en la cuerda floja; Antología de poesía cubana para niños. La Habana, Eds. Unión, 2001. 11.- “Características estructurales de la Literatura infantil” en http://elcuadernodeherodes.blogspot.com/2010/02/caracteristicas-estructurales-de- la.html12.- http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Literatura_infantil&oldid=56630721

de la literatura para niños que, junto al cuento en prosa, ha sido durante años el centro de una manera de entender y practicar la creación, pretende motivar el regreso del cuento en verso a las editoriales y los concursos, pero por supuesto un retorno renovado, vital, sin obviar la función educativo-formativa y, a la vez, sin ánimo de extravíos en devaneos moralizantes, al amparo del omnipresente séquito de la fantasía, el absurdo, el humor, el lirismo, las intertextualidades, el énfasis en el sentido lúdico de la obra de arte, en fin, de lo que transporta, transfigura y enaltece.

(Conferencia impartida por el MSc. Ronel González Sánchez en la UNEAC de Puerto Padre, Las Tunas, el 20 de julio de 2012 concretada como texto el domingo 26 de agosto de 2012 en La Aduana, Holguín, Cuba).

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Por: Diosneldo Salazar Méndez

de lasRimas

Bajo el laurel

Confusión

Pensando que era de queso,

el ratoncito Fortuna,

estiró bien el pescuezo

para morder a la luna.

Luciérnaga

Lucero con alas,

linterna viajera.

¿Qué fuente recarga

tu nave pequeña?

¿Le pides prestada

su luz a la estrella?

¿Acaso la luna

su brillo te deja?

Lucero con alas,

linterna viajera.

¿La noche es tu casa?

¿Por qué no me cuentas?

Al revés soy masculino

y pronombre personal:

al derecho sustantivo,

también nota musical.

Controversia

Riose un perro callejero

de la suerte del vecino

quien por ser un perro chino

al telele lleva el cuero.

Enfadado por el fuero

le contestó: pon tus patas

en tierra, mientras te matas

a dientes, mi buen vecino.

¿Has visto algún perro chino

con pulgas y garrapatas?

revista de pensamiento literario

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revista de pensamiento literario

Luciérnaga

Lucero con alas,

linterna viajera.

¿Qué fuente recarga

tu nave pequeña?

¿Le pides prestada

su luz a la estrella?

¿Acaso la luna

su brillo te deja?

Lucero con alas,

linterna viajera.

¿La noche es tu casa?

¿Por qué no me cuentas?

Al revés soy masculino

y pronombre personal:

al derecho sustantivo,

también nota musical.

Controversia

Riose un perro callejero

de la suerte del vecino

quien por ser un perro chino

al telele lleva el cuero.

Enfadado por el fuero

le contestó: pon tus patas

en tierra, mientras te matas

a dientes, mi buen vecino.

¿Has visto algún perro chino

con pulgas y garrapatas?

El Grillo y la Cigarra

Ocultos en una grieta

del abuelo tamarindo

vivieron por mucho tiempo

una cigarra y un grillo.

Aunque músicos los dos

y espacioso el domicilio

fueron muchas las disputas

que tuvieron los vecinos.

A cigarra le dolían

cuantas muelas y colmillos

naturaleza le dio

para tenerlos pulidos,

pero el huésped de su alcoba,

parrandero y engreído,

pasaba la noche entera

de fiesta con los amigos.

En la mañana, cansado,

regresaba para el nido,

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¿Para qué tanto alboroto?

¿Qué te pasa, amigo mío?

Sentado en la oscuridad,

silencioso quedó el grillo;

pero cigarra sabía,

por el olor que le vino,

que el otro necesitaba

mucho jabón y cepillo.

Así no podrás dormir.

te enfermarás, y es domingo.

Ven, toma un poco de mi agua,

mañana yo busco al río.

¡Muchas gracias! pero yo

me las arreglo solito.

Cigarra no dijo más,

aunque grande era el suplicio,

y trató de distraerse

con las páginas de un libro.

Pasaron algunas horas.

Éste no es su apartamento,

sino de todos, amigo.

Mire usted por el balcón,

disfrute de sus vecinos.

No tengo nada que ver

porque ya todo lo he visto.

Se equivoca mi señor,

imposible es lo que ha dicho.

Por muy famoso que sea

no conoce al infinito.

Asómese por aquí,

¿No está oyendo el rebullicio?

Sacó la cabeza y ¡plaff!

se la hicieron allí mismo.

¡Hey, ustedes, los de arriba!

¿¡no tenían otro sitio!?

Hasta parece mentira

que vivan como cochinos.

se tendía a todo largo

y roncaba de lo lindo.

Doña cigarra, dolida,

no pudo más y le dijo:

Señor, ¿usted no se cansa

de tan horrible sonido?

No señora, no me canso.

-Le respondió el aludido-

Búsquese otro apartamento

si no le gusta mi estilo.

¡Escuche! Ponga atención

y verá lo que le digo.

Comenzó a frotarse todo,

acomodado en el limo,

y del violín de sus patas

discordantes notas hizo.

La cigarra, enfurecida,

pero aún con mucho tino,

le replicó nuevamente

al músico presumido:

revista de pensamiento literario

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revista de pensamiento literario

¿Para qué tanto alboroto?

¿Qué te pasa, amigo mío?

Sentado en la oscuridad,

silencioso quedó el grillo;

pero cigarra sabía,

por el olor que le vino,

que el otro necesitaba

mucho jabón y cepillo.

Así no podrás dormir.

te enfermarás, y es domingo.

Ven, toma un poco de mi agua,

mañana yo busco al río.

¡Muchas gracias! pero yo

me las arreglo solito.

Cigarra no dijo más,

aunque grande era el suplicio,

y trató de distraerse

con las páginas de un libro.

Pasaron algunas horas.

Éste no es su apartamento,

sino de todos, amigo.

Mire usted por el balcón,

disfrute de sus vecinos.

No tengo nada que ver

porque ya todo lo he visto.

Se equivoca mi señor,

imposible es lo que ha dicho.

Por muy famoso que sea

no conoce al infinito.

Asómese por aquí,

¿No está oyendo el rebullicio?

Sacó la cabeza y ¡plaff!

se la hicieron allí mismo.

¡Hey, ustedes, los de arriba!

¿¡no tenían otro sitio!?

Hasta parece mentira

que vivan como cochinos.

Todo silencio era el nicho,

de buenas a primeras

comenzó a temblar el grillo.

¡Cigarra, Cigarra, yooo!

exclamaba en su delirio,

pues tan alta fue la fiebre

que fatal era el destino:

A no ser porque Cigarra,

para salvar a su amigo,

gastó el pomo de champú,

cien aspirinas y un siglo.

Desde entonces, hasta hoy día,

las cigarras y los grillos

tocan juntos y en la cuadra

son los mejores vecinos.

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UN

CONPAÍS

DOSREINASPor: Reina Esperanza Cruz Hernández

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REINAS

¿¡Un país con dos reinas!?

¿Y cuál ordena?

¿Cuál lleva la corona?

¿Cuál preside las fiestas?

¿Cuál tiene espejo mágico?

¿Cuál es la Reina?

Conozco un país pequeño

que no aparece en los mapas

a donde mi verso escapa

cuando quiere estar risueño.

Allá voy cuando me empeño

en llamar a lo feliz

y en abonar la raíz

del árbol del corazón,

por una simple razón:

dos reinas tiene el país.

( Hay una reina abuela

grande, risueña,

y hay una reina niña

que sueña y sueña)Quiere la reina niña

saber, saber:

¿qué será la poesía?

¿qué la música es?

¿Y qué es la risa?

¿por qué la muerte?

¿quién, las estrellas

de noche enciende?

¿Quién las apaga?

¿Por qué no vuelo

si soy un hada?

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No soy hada: soy abuela

(por eso no sé volar),

pero puedo adivinar

y complacer: soy abuela.

Dice la reina abuela

que su nodriza

le daba, con la leche,

puré de risa.

Que es la risa una piedra

de buena suerte

y la suerte es la risa.

¿Nadie lo advierte?

La reina abuela dice

que la poesía

es algo que se siente

mas no se toca.

Dice que tiene alas

y es algo loca

pues se posa en las nubes

y en el cocuyo

y unas veces es trueno

y otras arrullo,

y manantial

y sueño.

Y dice abuela

que no es tan sólo versos

la poesía

sino del universo

la melodía.

Una flor que se seca

para que nazca el fruto,

una estrella fugaz

a quien pedir deseos,

un recuerdo muy dulce

aunque sea amargo

y un camino,

y un mar,

y también pena.

La muerte es la semilla

de algún poema.

Page 33: Quijotes. Revista de pensamiento literario. No. 1 Año 2013

Quijotes 33

revista de pensamiento literario

La reina abuela dice

que la poesía

es algo que se siente

mas no se toca.

Dice que tiene alas

y es algo loca

pues se posa en las nubes

y en el cocuyo

y unas veces es trueno

y otras arrullo,

y manantial

y sueño.

Y dice abuela

que no es tan sólo versos

la poesía

sino del universo

la melodía.

Dice la reina abuela

que la música es seda

que visita el oído

y allí se queda.

Asì, mágicamente,

sin hacer ruido,

te acaricia lo leve

de su sonido.

Millones de cocuyos

pueblan la noche

para- aunque no los toques-

los hagas tuyos.

Pero temen quemarse

al salir el sol

y por eso se esconden

tras su farol.

Un país con dos reinas

¡quién lo diría!

es un país de besos

y de armonía.

Un país donde ordena

sólo la risa

y donde suena dulce

la cancioncilla

que produce un espejo

- mágico, sí -

donde vive una rana.

Y siempre allí

hay fiestas que presiden

dos soberanas:

la fiesta de encontrarse

cada mañana.

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Helierentre

LAS DOS ORILLAS

A los quince años yo dibujaba como Miguel Ángel; he tardado cuarenta años en aprender a dibujar como un niño.

Pablo PicassoCuando examino la obra de Helier Batista Hernández. (Puerto Padre, 1977) y me detengo en esos lienzos alumbrados, me pegunto cómo la hojarasca de las dos

orillas puede silenciar la voz de su mano consagrada.

Aunque pueden contarse varias series que definen sus etapas creativas, me inquieta un grupo considerable de obras dominadas por los códigos infantiles sin que el término se confunda con facilismo o lo naif. Tal vez es aquí donde más trabajo conceptual o al menos sedimentación académica existe, en la que Helier se encuentra con el niño que es, mientras mancha de acrílicos, esos paisajes continentes de un profundo conocimiento del color y un sinnúmero de técnicas y corrientes plásticas.

Con sobrado dominio del dibujo, Helier acumula más de ocho trabajos de ilustración con especial inclinación hacia libros de poesía tanto para adultos como para niños. Él sabe aprovechar esa posibilidad de reproducir su obra miles de veces, por eso pone su empeño en que los trabajos de ilustración no sean menores que aquellos expuestos en varias galerías cubanas.

Soy testigo de que cada acercamiento de Helier a la obra literaria es una reinterpretación que lejos de limitar o reproducir el texto, lo extiende a zonas insondables de lo sugestivo y polisémico como conviene a la poesía de buena factura.

Un espíritu inquieto le revolotea dentro y lo obliga a trabajar sin hacer concesiones. Le exige que cada casa sea más que su forma básica o que los árboles nos remitan a esos esbozos infantiles que empiezan a iluminarse con trazos aquí y allá sin más orden establecido del que impone colores y texturas .

No siquiera Miami, esa tierra apócrifa cubana, le borra sus sueños de artista. Gesta proyectos que le tienen muy ocupado. Ya ofrece un mural pictórico en la escuela de su hijo o expone con esa fuerza poética de quien le urge no disolverse entre el bagazo ornamental que sobreabunda.

Por: Jorge Luis Peña Reyes

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Son los barcos desde adentro: a grafito, pincel o sobre el celuloide, útiles para encarar la distancia entre las familias de una y otra orilla, pero bien pudieron ser los zapatos o las siluetas de su abandono en cualquier arena cubana para referirse al éxodo que tanta sal pone ante nosotros.

Por eso Frank Castell dice: Los barcos son ciudades que se marchan…

Duele distanciarse de un amigo que es un artista pleno y que por estrecheces políticas no pueda contarse entre los creadores cubanos que viven en cualquier parte y bajo cualquier bandera con vínculo de las instituciones de la tierra que le vio nacer. Aun así, sigue Helier con esa lealtad del cubano de a pie. Me consta que Helier no dejará de ser el artista que en mi país arribaba el tren lechero para respirar el ambiente de los ferrocarriles y la espera; y hacer luego sus propias imágenes, como si un cronista se propusiera semejante ejercicio. Ver sus habitaciones cada vez más estrechas debido a su tenacidad creativa me convence de su éxito, de su búsqueda.

Lejano está quizás el día del reconocimiento, la oportunidad de vivir de su vocación, y no continuar como un rudo vigilante de cargas en cualquier almacén de la Florida. Bien sabe él que las orillas también son extremos y que los hombres difícilmente encuentran el punto meridiano de la felicidad.

Mientras tanto, no hay descanso, tampoco sombras de derrota. En Helier Batista su trabajo es su idioma y no la pretensión necesaria de asumir ahora el lenguaje de la opuesta orilla que le vio nacer…

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Desde los inicios de los ’90 cuando estuve diseñando programas informáticos –que, más tarde supe, estaban inventados en eso que se llamó Multimedia, luego aplicaciones informáticas y todos los nombres que han invadido desde entonces el mercado electrónico–, me preguntaba cómo conjugar esa avalancha de imágenes, sonidos, movimiento, con la forma tradicional de hacer literatura para niños. Cómo lograr que no se pierda la esencia de un cuento infantil bien contado y a la vez atractivo, capaz de competir con los videojuegos, por aquellos mismos años conocidos como Atari (de Atari Inc.), Nintendo y todas las generaciones de PS (Play Station), hasta llegar a los videojuegos de rol multijugador masivos en línea o MMORPG (massively multiplayer online role-playing game, por sus siglas en inglés).

Felizmente he comprobado que la imaginación, la sensibilidad y el buen gusto de escritores y editores están a la altura de la competencia. El test ha sido irrefutable: regalé un ejemplar de Gerónimo Stilton a David, un niño tunero del que soy amiga desde su nacimiento. David acaba de estrenarse en Secundaria Básica, pero leyó el libro hace dos años. A la semana de haberle llegado mi regalo me envió un bello correo electrónico que decía “me he leído la mitad de Gerónimo Stilton de un tirón”. Confirmo este resultado ayer en la tarde, cuando para escribir estas notas voy a la biblioteca Pública de Ávila y pido un ejemplar de los cerca de doce títulos que existen allí: ¡todos prestados!

¿Por qué los libros de Gerónimo Stilton han tenido tanto éxito? Creo que, en primer lugar, porque Elisabetta

Dami firma como el escritor ficticio Geronimo Stilton, y a continuación porque editores, diseñadores e impresores han conseguido un libro visualmente bello al combinar cada concepto con grafías, colores e ilustraciones que no necesitan más explicación, pues la elevada capacidad intuitiva de los lectores a quienes va dirigido (niños de entre 9 y 13 años) hace el resto. Las historias contienen la deliberada intención de conducirlos a la búsqueda, la investigación, a volverse cómplices de los personajes, a recorrer los sitios, viajar con ellos, compartir sus experiencias y polemizar, llegado el caso. El libro es interactivo hasta el punto de contener algunos de sus títulos olores que incorporan, por lo tanto, un sentido más al de la vista y el tacto, no digamos ya el sentido de la orientación, el sentido común, el del ridículo, y hasta del equilibrio, que de todo hay en una serie que comenzó a editarse a inicios de la década pasada e incluye títulos que narran las aventuras, historias y misterios de un ratón que es escritor y director de "El Eco del Roedor" y vive en Ratonia, capital de la Isla de los Ratones. A pesar de que Stilton ama la música clásica, sus aventuras son siempre excitantes y llevan un toque de misterio que se soluciona al final con la complicidad de los lectores.

© De la imagen: Ilustrador: Larry Keys y Blasco Tabasco (revisadas por Mak Nithael, Kat Steven, Mousteche de´Fer, Andy mc Black y Tofina Sakarina), para Destino, de Planetadelibros.com

Las nuevas tecnologías y el libro de ficción para niñosPor: Mayda Anias Martínez

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La oportunidad de coordinar para la revista En julio como en enero, que edita la Editorial Gente Nueva con el coauspicio del Comité

Cubano del IBBY, un dosier por el centenario de Mirta Aguirre (La Habana, Cuba, 1912-1980), me dio la oportunidad de conocer a viva voz una serie de testimonios en la visión de personas que la trataron y en las cuales dejó una huella profunda. Contacté a muchas otras que me contaron historias tan emotivas e interesantes y humanas como las que en breve aparecerán en la revista que coordino, pero me pidieron no darlas a la publicidad porque pudieran no ser bien entendidas o tergiversar la memoria de alguien cuya presencia en la intelectualidad nacional marcó un paso telúrico, revolucionario e inolvidable.

Yo cursaba tercer año de la Licenciatura en Periodismo justo el año en que Mirta Aguirre murió y al descubrirla hoy en voz de tantos que no la olvidan, lamento que en aquellos momentos se extrañara en nuestras aulas la presencia de esta intelectual que lo mismo

Mirta, la anticipada

Por: Enrique Pérez Díaz

escribió del romanticismo, de Sor Juana, hizo los más vehementes poemas al amor imposible, nos legó un clásico poético como Juegos y otros poemas, teorizó del marxismo aplicado a nuestro contexto o se preocupó por los destinos de la literatura para niños. Al graduarme, cuando me afanaba por cimentar una vocación en esta disciplina, mientras leía denodadamente los autores contemporáneos de la LITERATURA en la entonces bien dotada biblioteca de la Fundación Alejo Carpentier y, a la vez, me iba cada tarde a la sala Juvenil de la Nacional José Martí para actualizarme en la a veces considerada “literatura” con minúsculas, un buen día cayó en mis manos un voluminoso folleto que recogía las memorias del histórico Fórum realizado en Cuba en 1972 entre los Ministerios de Cultura y Educación. El texto, que hace poco un amigo tuvo la gentileza de regalarme el día que me decía su último adiós para irse lejos, tiene de lo más variopinto que podría discutirse en aquella época, pero el ensayo de Mirta “Verdad y fantasía en la literatura para niños”, sí que resulta anticipado a su tiempo y al

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pensamiento que entonces circulaba sobre el tema en las instituciones culturales cubanas.

Quizás hoy pueda parecernos casi fantástico recordar que en un momento no tan distante de nuestra historia, era imposible hablarles a los niños de güijes, ibeyes, hadas o brujas por considerarse “diversionismo ideológico” una categoría muy usada en aquel tiempo y en la cual se englobaban desde un libro, un modo de ser o hasta una persona, pero Mirta, según se lee entre líneas en su inteligente ensayo y también por lo que tantos devotos cuentan de ella, sí que la sufrió y la enfrentó con todo el valor de una quijotesca Caballero Andante. En su ensayo, que primero fue vehemente alocución ante lo que debe haber constituido un asombrado y pálido auditorio comienza diciendo: “Por eso, respetando el criterio de quienes puedan pensar que es mejor otra cosa, votamos porque no se tema demasiado a que la LIJ muestre los costados feos de la vida; no hemos terminado con ellos nosotros, y falta mucho para que se terminen en todas partes, siquiera sea en sus más graves manifestaciones”.

Inteligentemente, Mirta, la tan temida como amada y pocas veces comprendida, agrega también a su revolucionaria teoría: “No son niños que puedan ser criados bajo campanas de cristal que los aíslen del conocimiento de la existencia del engaño, de la astucia, de la crueldad, de la maldad. Estos niños deben y tienen que aprender que hay lobos que se disfrazan de inofensivas abuelitas” y sin saberlo (o quizás sí) estaba calzando teorías contemporáneas como la del alemán Peter Härtling 1 cuando afirmara: “Se echan

1 Peter Härtling (Alemania, 1933). Destaca desde los

de menos libros infantiles con referencias directas al entorno que hagan a los niños conscientes de los hechos sociales y políticos y que les estimulen a pensar también sobre ellos /.../ Existe una literatura infantil, cuyo hábito de mentir resulta ofensivo. La literatura para niños es también la realidad de los niños”.2 Esta opinión ilustra de maravilla una de las cuestiones tal vez más debatidas cuando se habla de LIJ en cualquier evento, revista o cátedra: ¿Hasta qué punto deben o no los escritores abordar en los libros para niños la realidad de los niños? ¿Debe la literatura para niños y jóvenes ocuparse de los temas otrora considerados tabú para esta disciplina?

También Mirta afirmaría entonces que: “Por desdicha no podemos escandalizarnos, como Juan Jacobo Rousseau en su Emilio, de que la infancia descubra en El zorro y el cuervo de La Fontaine, que “hay hombres que adulan y mienten para su provecho”; por el contrario, deben saberlo, puesto que es una verdad. Y, ya que se ha mencionado a Rousseau, dicho sea de paso que el apego a lo verdadero no ha de conducimos, como le sucedía a su Julie en La nueva Eloísa, a la condenación de los recursos poéticos”. O que: “Por eso, si defendemos ardorosamente la presencia de la verdad en la literatura infantil y juvenil, con el mismo ardor defendemos la salvaguardia de la fantasía y de la imaginación en ella. Defendemos en ella, apasionadamente, la supervivencia de la riqueza poética”.

En el momento en que Mirta da a conocer su

años sesenta por historias de corte realista crítico como las antes mencionadas.2 El libro infantil y juvenil alemán en la actualidad, Winfried Freund, Internationes, Bonn, 1987.

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valiente e iconoclasta ensayo, a nadie se le hubiera ocurrido cuestionarse algo así, pues tácitamente se daba por establecido que los libros para niños debían cumplir una serie de requerimientos que –por fortuna para los niños sobre todo– han ido pasando de moda tales como exaltar únicamente valores patrios desde cierto chovinismo ya entonces obsoletos, el modelo de bebé probetas tan ridiculizado luego por la

austriaca Christine Nöstlinger en sus reveladoras obras para la infancia o el credo que ha movido a generaciones enteras de autores contemporáneos que pretenden revindicar a la infancia de las “buenas intenciones” de los mojigatos adultos.

Sin embargo, en aquel instante en que se debatía algo tan trivial y a la vez trascendente como el “uso o desuso” de la fantasía, tomando su adarga como siempre solía hacer, con la voz serena, baja y pausada –pero enfática y firme, que según cuentan muchos, le caracterizaba al pregonar las grandes verdades–, Mirta tomó la palabra y cambió sin saberlo el destino de nuestras letras para la infancia.

Leerla me hizo reflexionar seriamente en la profundidad y amplitud ecuménica de sus planteamientos, avizorar el caudal de humanismo e ideas martianas que latían en ella y atisbar que era una figura adelantada a su tiempo. Desde las páginas de Juventud Rebelde, allá por el 87-88 comencé a introducir y hacer que vivieran sus conceptos que muy en serio apliqué a mi obra y casi 30 años después veo con alegría que muchos jóvenes autores, quizás sin saberlo, asumen ya de manera cotidiana la praxis de no mentirles a los niños en sus libros. Por razones de tiempo y espacio no escribí para En julio como en enero, estas palabras que me devuelven la memoria al reclamo de La Jiribilla y me acercan hoy a una persona que creo conocer tan profundamente y admiro tanto como sus contemporáneos, que merece todo mi respeto por haberse hecho sentir con sus verdades, dejar una huella indeleble en el tiempo y a quien solo me restaría dedicarle este epitafio: “Mirta, siempre existirán molinos, pero hay muchos alumnos tuyos dispuestos a no dejar caer tu afilada y justiciera adarga”.

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