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1 Prodavinci Arturo Uslar Pietri: ajuste de cuentas Rafael Arráiz Lucca · Friday, February 26th, 2010 La cuadrícula urbana caraqueña comenzó a ser desbordada hacia finales del siglo XIX. Aquel trazado típico de la obra colonizadora española en América se desdibujó por el efecto de la urbanización de las haciendas de la periferia. Uno de los primeros trazados urbanísticos hacia el este de la ciudad fue el de la urbanización La Florida, hacia la tercera década de la presente centuria. Allí queda la casa de Arturo Uslar Pietri: una edificación característica del tiempo en que fue levantada, bajo las pautas de diseño arquitectónico de Carlos Raúl Villanueva. La mayor parte de su existencia ha transcurrido en esta residencia. El largo período de su vida matrimonial con Isabel Braun Kerdel y el nacimiento de sus dos hijos, Arturo y Federico, encuentran marco entre las paredes de este espacio austero. El centro del inmueble, quién lo duda, está en la biblioteca. Dos rectángulos tapizados por estantes de madera, que construyó el padre ebanista de su amigo el escultor Francisco Narváez, constituyen el epicentro de la vida de un hogar que se distingue por su sobriedad. Apenas tres imágenes saludan entre la vivacidad de los libros: una miniatura de Bolívar, pintada por Espinoza, que le regaló su primo hermano y amigo entrañable, Alfredo Boulton, y dos fotografías de enorme poder simbólico en su vida: una con el presidente Isaías Medina Angarita, en el momento en que firma el acta como Secretario de la Presidencia, y otra con Jorge Luis Borges,cuando el maestro argentino estuvo de visita en Caracas, en 1982. Uslar y dos personajes centrales de Prodavinci - 1 / 35 - 20.03.2015

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Prodavinci

Arturo Uslar Pietri: ajuste de cuentasRafael Arráiz Lucca · Friday, February 26th, 2010

La cuadrícula urbana caraqueña comenzóa ser desbordada hacia finales del sigloXIX. Aquel trazado típico de la obracolonizadora española en América sedesdibujó por el efecto de la urbanizaciónde las haciendas de la periferia. Uno delos primeros trazados urbanísticos haciae l es te de la c iudad fue e l de laurbanización La Florida, hacia la terceradécada de la presente centuria. Allí quedala casa de Arturo Uslar Pietri: unaedificación característica del tiempo enque fue levantada, bajo las pautas dediseño arquitectónico de Carlos RaúlVillanueva.

La mayor parte de su existencia ha transcurrido en esta residencia. El largo períodode su vida matrimonial con Isabel Braun Kerdel y el nacimiento de sus dos hijos,Arturo y Federico, encuentran marco entre las paredes de este espacio austero. Elcentro del inmueble, quién lo duda, está en la biblioteca. Dos rectángulos tapizadospor estantes de madera, que construyó el padre ebanista de su amigo el escultorFrancisco Narváez, constituyen el epicentro de la vida de un hogar que se distinguepor su sobriedad. Apenas tres imágenes saludan entre la vivacidad de los libros: unaminiatura de Bolívar, pintada por Espinoza, que le regaló su primo hermano y amigoentrañable, Alfredo Boulton, y dos fotografías de enorme poder simbólico en su vida:una con el presidente Isaías Medina Angarita, en el momento en que firma el actacomo Secretario de la Presidencia, y otra con Jorge Luis Borges, cuando el maestroargentino estuvo de visita en Caracas, en 1982. Uslar y dos personajes centrales de

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sus dos devociones: la política y la literatura.

Para llegar a la biblioteca se atraviesa el comedor. Allí, sobre una mesa, reposa elpremio Príncipe de Asturias que el escritor recibiera de manos de Don Felipe deBorbón en 1990. Una talla de madera oscura de Narváez dialoga, desde la pared, conla madera clara de los muebles escandinavos del comedor. Antes una suerte derecibo, columna vertebral que distribuye, nos espera una vez que hemos franqueadola puerta. Los mosaicos del piso, rojos y con pequeñas ilustraciones como medievales,me remiten al tiempo en que en Caracas se hacían este tipo de piezas. En el jardín unpastor alemán expresa su poder amenazante ladrando, una vez que un portón negro,encuadrado en una pared cubierta de hiedra, se ha abierto para nosotros. Desde hacecasi veinte años vengo a conversar con el doctor Uslar con alguna frecuencia, perosólo ahora hemos decidido de mutuo acuerdo grabar unas cuantas horas de diálogo. Elpreludio de estos diálogos está en una entrevista que sostuvimos con motivo de su 80años, momento en el que el país entero se dispuso a celebrar su vida y su obra, inclusosus adversarios históricos participaron entonces del homenaje. El escritor ha cumplido94 años y se anima a hacer un recuento de sus avatares, y a volver sobre susobsesiones temáticas. Corren los meses finales del 2000: vamos del calor bochornosode agosto al reconfortante fresco decembrino. El cielo se va despejando.

I) La estirpe familiar, los primeros años.

El 16 de mayo de 1906 nace en Caracas el hijo de Arturo Uslar Santamaría y deHelena Pietri Paúl. El primer Uslar en llegar a Venezuela fue Johann von Uslar, nacidoen Lockum (Hannover), en 1779. Servía en el ejército inglés y, por tal motivo en 1819,se embarca hacia Venezuela a luchar contra los españoles. Aquí llega al frente de uncontingente de 36 oficiales y cerca de 300 soldados que lo conducen hasta la cúspidede la victoria patriota: la Batalla de Carabobo.

Una vez concluida la guerra se establece en Valencia, donde contrae matrimonio conMaría de los Dolores Hernández. De ambos desciende el también general FedericoUslar Hernández, a quien sabemos partidario de la causa liberal de Guzmán Blanco,de quien fue condiscípulo. Federico fue el padre de Arturo Uslar Santamaría, quientambién abrazó la carrera de las armas y alcanzó el grado de coronel, en el ejércitogomecista.

Por la rama de los Pietri los puntos de llegada a Venezuela, como se sabe, sonCarúpano y Río Caribe: puertos por los que desembarcó la gran inmigración corsa deprincipios del siglo XIX. Su abuelo fue el médico y general Juan Pietri, quien llegó adesempeñar altísimos cargos en el aparato del Estado de su tiempo. De susantepasados, Uslar Pietri conserva un lejano recuerdo.

Por el lado paterno, Juan Uslar, que era un alemán, hannoveriano, que se habíaeducado en Inglaterra, había ido con Wellington a España y, por unas razones difícilesde explicar, resolvió organizar una expedición en Alemania y se vino con dos barcos y

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con una cantidad de voluntarios a Margarita, a sumarse a la independencia deVenezuela.

¿Es su bisabuelo?

Sí, el primer Uslar en Venezuela.

¿Conoció a sus abuelos?

Conocí a algunos de ellos, a don Federico Uslar, mi abuelo paterno, cuando él murióyo tendría 4 años. Pero a mi abuelo materno, el doctor y general Juan Pietri, lo conocímás. El murió siendo del Consejo de Gobierno y fue una figura política y militar muycuriosa. Cuando murió yo tendría 6 años.

Recuerdo que iba con mi madre a saludarlo con mucha frecuencia. Lo veo sentado enel corredor de la casa leyendo el periódico con un gorrito en la cabeza, un gorrito deesos bordados. Tenía una barba y al entrar yo siempre le decía “Bendición gran Papá”.

Aquel 16 de mayo es esperado en una casa caraqueña que quedaba entre las esquinasde Romualda y Manduca.

Hasta hace poco existía. Cuando fui director de El Nacional hice que la retrataranpara guardarla, por ahí tengo un juego de fotografías, no sé cómo está ahora, no sé sila tumbaron o no.

Después de Manduca viene Ferrenquín.

Eso de darle nombre a las esquinas es cosa de Caracas, en el interior no es así. Es unaherencia colonial, eso vino de un obispo que hubo aquí, muy religioso, que resolviópara poder rendir mayor culto a los santos, dedicarle cada esquina a uno distinto.

En 1912 es inscrito en la Escuela Unitaria que dirige Alejandro Alvarado, en su ciudadnatal, pero al año siguiente lo cambian para el colegio de los padres franceses, bajo laégida del padre Benjamín Honoré. En 1916 su padre es nombrado Jefe Civil de Caguay la familia se traslada a vivir a Maracay. Allí culmina la escuela primaria en la escuelamunicipal Felipe Guevara Rojas. Luego es inscrito en el bachillerato en el ColegioFederal de Varones, en la misma ciudad.

Hice lo mejor que pude y tuve suerte de conseguirme algunos maestros muy buenosen Maracay, entre ellos el bachiller Rodríguez López, que era un hombre muy valioso,que me enseñó mucho sobre el conocimiento de la naturaleza.

En ese entonces Maracay era un pueblo.

Era un pueblo que tenía 4 mil habitantes, pero tenía unas casas grandes, muy buenas,porque Maracay tradicionalmente ha sido una ciudad preferida por los caudillos, a

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Páez le gustaba mucho Maracay y a Gómez, desde luego.

Es que el sitio es muy bonito. Esos valles son preciosos.

Es muy bonito. Pero ahí está La Victoria que era más ciudad, y sin embargo, la genteprefería a Maracay.

De su infancia en Maracay nos llega la anécdota de su primer encuentro con elgeneral Gómez.

Yo iba para la escuela a las 2 de la tarde, iba con alguno de los compañeros repasandola lección, y cogí la acera de la casa del general Gómez y venía absorbido en mis cosasy de repente sentí que iba a tropezar con alguien y era el general Gómez, que veníacaminando con un policía por toda guardia.

¿Venía con uno de esos trajes raros que él usaba?

Sí, él se vestía de un modo muy caprichoso. Usaba unas botas sueltas de cuero muyfino hasta las rodillas. No usaba, salvo en actos oficiales, gorra militar. Usabageneralmente un panamá y una guerrera que no era regular tampoco, porque nousaba correaje, lo que se ponía era la presilla de general en Jefe y usaba unas blusasde tela de seda.

Probablemente Tarazona iba con él ese día.

No, Tarazona no salía con él como edecán, Tarazona le servía en la mesa, fue suasistente desde la época de las campañas, un hombre de su absoluta confianza, claro.

Era un indio ¿no?

Creo que era más negro que indio. En esa casa del general Gómez en Maracay él teníacosas muy valiosas, pero todo eso desapareció. Recuerdo que tenía un cuadro, de nosé cuál pintor venezolano, en el que estaban los hombres de la revolución libertadora,entre ellos estaba mi abuelo. También recuerdo que tenía una copa de oro grande,muy bonita, que se la regaló una compañía petrolera, sobre un escritorio en un rincón,desde donde despachaba.

A mi me contaba Rubén González, que fue su Ministro del Interior, que un día en quefue a darle cuenta allí donde estaba el escritorio, en una mesita al lado vio un folleticoque el propio González había publicado años antes, se llamaba “El gañán de laMulera”. Entonces, cuando González entró y vio el folletico, Gómez le dijo: “Alguienque no es amigo suyo lo trajo, pero no se preocupe doctor, eso lo escribió ustedcuando no éramos amigos, ahora somos amigos y eso ya no importa.”

En aquella infancia maracayera nació su amistad con un hijo del general Gómez,Florencio, y la consecuente cercanía doméstica con el general, además de que su

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padre trabajaba a su servicio.

Yo fui amigo desde niño de Florencio Gómez y el pobre negro Gómez murió un día enCaracas, era una excelente persona. Tuvimos una amistad toda la vida y eso mepermitió ver unos aspectos muy interesantes de lo que era la vida de Gómez. A veceseste se iba de Maracay a El Trompillo, a Güigüe, cuando le compró esas haciendas aPimentel. Y entonces Florencio se empeñaba en que me fuera con ellos y a veces lohacía, de modo que pasé muchos días en la misma casa del general y me sentaba en lamisma mesa.

¿Era de buen comer el general Gómez?

Como no, pero le gustaba la comida muy tradicional, hervidos y cosas de esas.

Y hablaba poco.

No, a veces estaba muy hablachento, a veces se ponía a recordar, sobre todo cuandoestaba allí Tobías Uribe, que fue su compañero de infancia.

¿En qué se iban hasta El Trompillo?

En un carrito, por carreteras que estaban parcialmente pavimentadas. En esa rutaconocí Magdaleno, una aldeíta que sale en “Las lanzas coloradas”. A veces el generalGómez comentaba la impresión que le produjeron los primeros negros que vio, cuandosalió del Táchira, en esa época en el Táchira no había negros.

¿Alguna vez oyó al general Gómez hablar de Castro?

No

Los años de la infancia y la adolescencia, que suelen ser los de la primera formación,fundamentales, transcurrieron, como vemos, en Maracay. De esos días, la opinión quehoy en día formula nuestro autor no es la más condescendiente.

Mi formación fue muy pobre. Crecí en una aldea. Mi primera apertura al mundo fuecuando fui a Francia en el año 1929, cuando pude quedarme allá a lo largo de 4 años.La mayor parte de mi formación tuvo lugar en colegios públicos de poco vuelo, y no fuiun estudiante brillante, no, nunca lo fui.

¿Algún maestro, además del bachiller Rodríguez López en la ciencia, le enseñó elcamino de la literatura?

No, en verdad, mi educación fue muy mala, muy falla, toda en colegios públicos.

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¿De modo que usted se educó a sí mismo?

Bueno sí, gracias a la vida y la curiosidad, por mi cuenta.

Pero el joven Uslar no va a terminar el bachillerato en Maracay. Primero pasa seismeses estudiando en Valencia, en el colegio salesiano, interno, y luego se muda a LosTeques, con su familia, en 1923, y estudia en el Colegio San José.

Yo viví en Los Teques un tiempo, porque sufrí un paludismo pernicioso que me ibamatando, y el médico recomendó aquel clima. Mis padres se mudaron para allá. Tuveuna gran suerte: mi padre y mi madre se ocuparon mucho de mí, fueron excelentesconmigo.

¿Usted tuvo un hermano menor, no es cierto?

Sí, Juan, 19 años menos que yo, ya murió.

De modo que usted creció como hijo único.

La verdad es que sí, evidentemente, y eso me obligó a cierta soledad, a vivir muchotiempo solo.

En 1924, a los dieciocho años, el joven Uslar presenta su tesis para optar al título debachiller, se titula: “Todo es subjetividad”. El mismo año es admitido en la UniversidadCentral de Venezuela para seguir estudios de Derecho. Comienza su vida adulta enCaracas, en la soledad de las pensiones, ya que sus padres regresan de Los Teques aMaracay.

Cuando entré en la universidad mis padres permanecían en Maracay, y yo vivía aquíen casa de pensión. De entonces recuerdo que en la misma casa vivía el cabezónGuruceaga. Para un hombre de su edad, Rafael, es muy difícil comprender la pobreza,el aislamiento, la ignorancia, la precariedad y la limitación de lo que era la vidavenezolana hasta la muerte de Gómez. Era una cosa terrible lo que había aquí, eramuy inhóspito el ambiente. En esa época nos reuníamos mucho en la TipografíaVargas, la imprenta, precisamente, de Guruceaga. El cabezón, como se le decía, eraun alma de Dios, un excelente amigo, y nos sirvió a todos de apoyo, de ayuda, yo, quefuí de los primeros que publicó un libro, lo logré en parte porque mi padre me ayudó yen parte por las facilidades que Guruceaga me dio.

Los años universitarios del joven Uslar, entre 1924 y 1929, obviamente, seránfundamentales para la historia política y literaria de la Venezuela del siglo XX. Yaentonces Uslar colabora con frecuencia en la revista Elite, mientras se desempeñacomo escribiente en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal.

En 1928 va a fundar la revista de la vanguardia literaria venezolana “Válvula”,publicación de un solo número, y entregará su primer libro de cuentos: Barrabás y

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otros relatos. Pero así como sus compañeros de generación lo encuentran en primerafila en lo literario, no ocurre lo mismo en política. Mientras la mayoría enfrenta aGómez, Uslar hace silencio. En varias oportunidades ha ventilado este asunto, ysiempre ha confesado que hubiera sido muy difícil para él enfrentar el régimen para elque trabajaba su padre, el régimen presidido por el padre de sus amigos entrañablesde infancia.

La Generación del 28 es un mito que hay que revisar. La generación literaria fue muypequeña y en ella yo si tuve una participación muy grande, por el famoso editorial dela revista Válvula, pero lo que después se llamó, por intereses políticos, la Generacióndel 28, fueron aquellos estudiantes que protestaron contra Gómez en Caracas.

En 1929 se gradúa de doctor en Ciencias Políticas con la tesis “El principio de la noimposición de la nacionalidad y la nacionalidad de origen” e, inmediatamente, partehacia París con un cargo diplomático: Agregado Civil de la Legación de Venezuela y, asu vez, Secretario de la Delegación de Venezuela ante la Sociedad de las Naciones.Comienza otra etapa.

II) París era una fiesta.

Los años parisinos de Uslar van a ser motivo de exaltación permanente en el momentoen que el autor hace el recuento de su vida. No es para menos, el mundo le abre suspuertas, es la primera vez que sale de Venezuela, cuenta 23 años, y todas las ganas dehacerse un escritor. Al no más llegar a la capital de Francia asiste a las tertulias quepresidía Ramón Gómez de la Serna, y en ellas conoce a quienes van a ser sus amigosmás cercanos, en su experiencia europea: Miguel Angel Asturias y Alejo Carpentier,pero también conoce a Rafael Alberti, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Luis Cardoza yAragón, Robert Desnos, André Breton, Curzio Malaparte, Paul Valery, Jean Cassou,este último va a ser el traductor de su primera novela al francés, todos ellospersonajes de aquel París mítico de los años veinte y treinta.

Me fui a París el año 29 y me quedé, afortunadamente para mí, 4 años y pico, quefueron muy importantes , descubrí el mundo, salí de una Venezuela muy atrasada,aislada, muy ignorante, y me soltaron en medio de aquella fiesta, como decíaHemingway. Una fiesta en una época muy rica, eso que llaman la Europa deentreguerras, la época del surrealismo, de la revolución rusa, una época muy fecunda,llena de innovación, de motivaciones, fue el momento en que aparece Sartre.

El viaje fue épico. El barco salía de La Guaira y tocaba en Carúpano, luego en Trinidad,Barbados, Martinica, allí cargaba carbón y el vapor se llenaba de polvo, luegoGuadalupe, hasta que finalmente llegaba a Le Havre, 12 días después. En aquellosbarcos, que se movían mucho, se leía, también había una orquestica y la gente bailaba.Otros, como el Colombie, en el que regresé casi cinco años después, tenía una piscina.

¿Allá surgió la idea de escribir “Las lanzas coloradas”?

Yo siempre he sido muy venezolano, y me preocupaba la llegada de 1930, que era el

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año del Centenario de la muerte de Bolívar, y me preocupaba qué íbamos a hacer losjóvenes venezolanos con ese centenario. Entonces le escribí a Rafael Rivero, que seocupaba de cine, a ver si hacíamos una película. En aquellos días yo había visto unapelícula que me había impresionado mucho, de un autor ruso, que se llamaba“Tempestad en Asia”, y entonces pensé que podríamos hacer algo parecido, unapelícula sin protagonista, como una rememoración o como el descubrimiento denuestra civilización. Pero aquellos sueños no terminaron en nada y, bueno, el guiónque era Las Lanzas coloradas se convirtió en una novela.

No es poca cosa ¿no?

La escribí en tres meses

¿En esos tres meses no hizo otra cosa?

Sí, trabajaba en la Delegación venezolana con César Zumeta: un hombre muy fino, conquien tuve estupendas relaciones. Le servía de secretario, él me dictaba cartas y otrosdocumentos. Conocía a fondo la historia de Venezuela.

Después de aquella primavera en que escribe su primera novela, viaja a Italia, y al añosiguiente hace un alto en sus labores y viaja a España: busca un editor para su primerfruto novelístico. Lo consigue (Editorial Zeus, Madrid) y el éxito es inmediato: se poneen marcha el mecanismo de la traducción, y en años siguientes salen a la calle lasversiones francesa y alemana. Se detiene, el mismo año, con su amigo Asturias,enfrente de las pirámides de Giza, en Egipto. Su vida parisina sigue en marcha, peroya no es un autor inédito, y por el contrario, el aprecio de los hispanoamericanosresidentes en París va en ascenso.

De su novela, en 1970, Asturias escribe un prólogo, entonces recuerda sus añosparisinos: “Medio siglo ha pasado. Montparnasse… Otro Montparnasse. El “Falstaff”.Aún queda. Está como entonces. Un café-bar-rincón entre holandés y noruego, propiopara que la figura de nórdico de este joven escritor venezolano, alto como escalera, demodales medidos, diera lengua suelta a su creación novelística, leyendo para algunosamigos “Las lanzas coloradas”, novela con claves para la interpretación de nuestrarealidad americana. Esta, desde entonces, nuestra preocupación de novelistas: loamericano-nuestro. Andando y hablando. Así teníamos que hacerlo, de paso y connuestras palabras. Fábula y epopeya. Descubrirnos nosotros, en medio de la másdemoledora revolución literaria de los últimos tiempos -el surrealisme-,apresuradamente, para salvarnos con lo propio, con lo nuestro.”

Años después, el propio Uslar rememora sus tiempos parisinos, en una crónica deviaje signada por la nostalgia. Va de visita a la ciudad que le abrió las puertas, dice:“Hace veinte años yo era muy joven y vivía en París. Estaba entregado a esa ciudadcomo una fascinación mágica. Su color, su olor, las formas de su vida, me parecían elsolo color, el solo olor y las únicas formas de vida apetecibles y dignas de un hombreverdaderamente culto. A veces me ocurría soñar que me había marchado, y medespertaba, en mitad de la noche, con el sobresalto de una pesadilla. Cuando salía a

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un corto viaje, el regreso me parecía una maravillosa fiesta.” En la misma crónica,más adelante, sentencia: “La gente que se da a París no sólo lo sienten como el centrodel mundo, sino , además, como si todo el mundo válido estuviera resumido y puestoen él… No sólo sienten que han recibido todo lo más deseable para el hombre en sumejor forma, sino que, además, siente la ilusión de no haber renunciado a nada.” Añosdespués aquel joven regresa a vivir a la ciudad imantada, pero ya lo hace comoEmbajador de Venezuela ante la UNESCO y cuenta con casi setenta años, habríanpasado, entonces, cincuenta de su primera estadía.

La primera, la del joven funcionario diplomático, concluye en enero de 1934, cuandola notificación del fin de su gestión en Francia ha llegado a la sede de la embajada.Emprende, entonces, su primera vuelta a la patria.

III) Los días del poder.

El trabajo que le espera a Uslar al regresar al país es el de Presidente de la CorteSuprema de Justicia del Estado Aragua, pero no permaneció mucho tiempo allí. Fundaen 1935 con sus amigos Alfredo Boulton, Julián Padrón y Pedro Sotillo la revista ElIngenioso Hidalgo, publicación en la que comienza a dar a conocer sus relatos. Pero esen la revista Elite donde publica uno de sus mejores cuentos, uno de los memorables:“La lluvia.”Su amistad con los Gómez no conoce fisura, y el día de la muerte delgeneral, el joven Uslar está en la casa en la que ocurre el suceso.

Estaba allí cuando él murió, en el alto de la casa, como a un cuarto para las doce. Alminuto bajó Santos Matute y llamó al general López Contreras y le dijo: “Acaba demorir el Benemérito General Juan Vicente Gómez”. Trasladaron el cadáver paraMaracay en la madrugada, en un furgón, por la carretera de Las Delicias.

Cuando yo estaba haciendo la investigación para escribir Oficio de difuntos conversémucho con José María Márquez, uno de los edecanes de Gómez, y cuando élcomprendió que yo iba a utilizar honestamente su información, pues se franqueómucho conmigo. De las conversaciones con él recuerdo una anécdota muy significativa.Me contó que el general Gómez salía dos veces al día en un automóvil, que sedesplazaba lentamente, con un carro de edecanes por toda escolta, iba por las fincasde los alrededores y se paraba a hablar con los campesinos. En una finca vivían unasviejitas que, cuando se paraba el automóvil, ellas venían a conversar con él, y él lesregalaba doscientos bolívares. Un día no aparecieron las mujeres y él preguntó porellas, y le respondieron que las habían matado para robarlas. Ordenó que buscarán alos asesinos, hasta que horas después llamaron de La Victoria afirmando que allítenían preso al hombre que había matado a las viejitas, llamaba el Jefe Civil, y queríasaber qué hacía con el preso. Gómez le mandó a decir que “no lo dejé allá, ni me lomande”.

Con el advenimiento sucesoral del general López Contreras, Uslar pasa a trabajar enel Ministerio de Hacienda como Jefe de la Sección de Economía y luego como Director

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de Política. Compartía sus labores con las de editorialista del diario“Ahora y las depresidente de la Asociación de Escritores de Venezuela. Publica su segundo libro derelatos: Red (1936). Funda, entonces, la Revista de Hacienda. Estos años de interéspor los asuntos de la economía le llevan a ser profesor de Economía Política en laFacultad de Derecho de la UCV y luego, promueve la creación de una escuela libre deciencias económicas y sociales, que va a ser la semilla de la Facultad de CienciasEconómicas y Sociales.

Yo fui el que introdujo los estudios económicos en la universidad. No existía unacátedra de economía, entonces hablé con Castillo, que era el rector, y me reuní conJosé Joaquín González Gorrondona, Tito Gutiérrez Alfaro y José Manuel HernándezRon, y entre todos fuimos preparando un cuerpo de textos que luego se publicó con eltítulo de “Sumario de Economía venezolana”

Para entonces, ya el general López ha advertido que este colaborador puede enfrentardestinos mayores. A comienzos de 1939 es nombrado director del Instituto deInmigración y Colonización.

Cuando me nombraron director de este instituto me encontré con una cosa horrible,un disparate, estaban trayendo daneses para que trabajaran en haciendas venezolanas,entonces traté de organizar aquello. En una oportunidad convencí al general LópezContreras de traer un grupo de casi 300 vascos, y me cayeron encima porque yo habíatraído una manada de comunistas, así editorializó “La Esfera”, al día siguiente de quelos vascos habían colocado una ofrenda floral enfrente de la estatua ecuestre deBolívar y cantaron una canción de su folclore.

Hacia mediados de año es nombrado Ministro de Educación, tiene 33 años, y acepta elreto que le ofrece el general tachirense.

Cuando a mí me nombraron Ministro de Educación yo no me había casado todavía,vivía con mis padres. Un día me llamó López Contreras, pero antes había ido a casaDiógenes Escalante a verme y me dijo que me iban a ofrecer el ministerio, y que loaceptara. En efecto, en la tarde llamó el presidente y me trasladé hasta su casa, en LaQuebradita, y me preguntó “¿Escalante habló con usted?” Si, le respondí, pero le digolo mismo, yo no tengo apremio en ser ministro. Ya habían pasado varios ministros porallí y habían fracasado, a lo que el general me respondió: “Es cierto, pero no he sidoyo quien ha quitado a esos ministros, a ellos se les cayeron los pantalones.” Acepté elcargo.

Un ministro entonces ganaba 5 mil bolívares y 1500 en gastos de representación. Loprimero que hice fue hacer un viaje por el país para pulsar la situación de laeducación. En mi gestión al frente del ministerio conté con gente estupenda. Le debomucho a la ayuda de Augusto Mijares, un hombre valiosísimo, que ha sido olvidado,lamentablemente. También estuvo un tiempo conmigo Mariano Picón Salas, que hizouna labor estupenda en el Pedagógico, trayendo a los profesores chilenos.

En una oportunidad, Vicente Fuentes, que era mi director de administración, me dijoque había un millón de bolívares en una partida, en suspenso. Entonces le dije, guardaeso allí, y le propuse al general López que fundáramos la Biblioteca Popular

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Venezolana. Allí se publicó a Humboldt, a Codazzi, a Baralt, la Antología del CuentoVenezolano y la de la Poesía Venezolana, todo se hacía con las uñas. Luego me tocópresidir la comisión que redactó la Ley orgánica de Educación. Fueron años de muchotrabajo.

En 1941, como era ya tradición de la hegemonía andina, el Ministro de Guerra yMarina del presidente López Contreras, Isaías Medina Angarita, asume la Presidenciade la República. Al igual que sus antecesores, es militar y tachirense. Entonces leofrece la Secretaría de la Presidencia al joven Uslar, que ya se había fogueado en elMinisterio de Educación.

Yo tuve la suerte de trabajar con dos presidentes muy importantes, que fueron LópezContreras y Medina, particularmente con Medina, con quien tuve una amistadpersonal muy grande toda la vida, hasta que murió. Medina era un hombre excelente,es lo que antes llamaban un patriota, muy venezolano, sentía mucho el país y lo sirvió.

El decía y lo repetía muchas veces: “Yo nací militar – y es verdad, porque él entró a laescuela militar muy joven, de 16 años, y toda la vida estuvo en las Fuerzas Armadas deVenezuela- y me moriré militar, pero no seré nunca militarista.”

Y usted: ¿nunca pensó en ser militar?

No, no, en aquella época ser militar era un castigo. Cuando un joven era muyrevoltoso y molesto, intranquilo, lo amenazaban con meterlo en un barco de guerra.

Esta circunstancia, obviamente, pesó mucho en el futuro político de Uslar. Era difícilque alguien ajeno a la estirpe tachirense y, además, civil llegara al poder. El mismoUslar relata la línea de sucesión.

Gómez designó a López su sucesor el año 30 y todavía le duró 5 años. Era evidenteque era el sucesor: tenía todo el mando militar.

Un hijo de Gómez aspiraba, también.

Decían que José Vicente, pero eso no tuvo ninguna base. Cierto día en que se presentóJosé Vicente, en su rutina diaria de Vicepresidente de la República, y el generalGómez estaba resuelto a apartarlo, le dijo: “Vicente, antes de que salgamos vete a tucasa y quítate el uniforme y vuelve“, y este le obedeció y regresó para salir con supadre en blusa.

Tenía muy claros los símbolos del poder

¿Cómo no?

López también escogió a Medina.

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Sin duda, ya Medina había trabajado con él en el Ministerio de Guerra, durante elproceso de la muerte de Gómez.

Se venía creando una hegemonía tachirense.

Desde Castro.

El general Medina intentó deshacerla con el tachirense, pero civil, Escalante. ¿Eraposible que Medina lo escogiera a usted?

Era muy difícil que me escogiera a mí: yo no soy tachirense, y la tradición de militarestachirenses se imponía, hubiera sido un atrevimiento, una osadía contra losinstrumentos del poder. Un día me dijo: “Vamos a hablar Arturo, vamos a hablar de lasucesión de la presidencia. Tú deberías ser el presidente de Venezuela, tienes todaslas condiciones para serlo, pero desgraciadamente en las circunstancias actuales yosoy el heredero de Cipriano Castro, a pesar de que mi padre murió peleando contra él,y no sería posible que yo rompiera esa tradición. Vamos a ver en quien pensamos”.Entonces, de esa conversación surgió la candidatura de Escalante

¿Usted se la sugirió?

No, yo no se la sugerí, pero él la asomó y entonces lo llamamos a Washington y vino ypasó una de las cosas más trágicas que yo he presenciado en mi vida: ese proceso depérdida de la personalidad de Escalante.

La historia comenzó con la pérdida de unos pañuelos en su habitación del Hotel Ávila.

Sí, desde que llegó comenzó a dar síntomas de no estar bien, que se le atribuía acansancio, pero ya vemos que era algo mucho más grave. Desde luego,inmediatamente se comenzó a decir que yo estaba detrás de eso, que yo estabamanejando los hilos para inutilizarlo a él y ser yo presidente, eso es Venezuela.

Paralelamente, viene corriendo el proceso de distanciamiento entre López y Medina,ya que el primero aspiraba de nuevo al poder.

Así es. Incluso un día fue a verme a Miraflores Manuel Egaña, hombre que yoapreciaba mucho, y él se ofreció para arreglar una entrevista con López, cosa a la queyo me dispuse inmediatamente. Entonces hablé con Medina y él me autorizó. Antes medijo: “No vas a lograr nada, ya he intentado hablar con él del tema y estáintransitable.” El general Medina pensaba, y con razón, que iban a quedar muy mal ély López, en la historia, iban a quedar como dos compadres que se pusieron de acuerdopara pasarse el poder.

Sin embargo, ¿el general López quería volver a toda costa?

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Bueno, también lo empujaban los amigos.

¿La entrevista se dio?

Sí, claro. Yo le dije al general López que se decía que uno de los inconvenientes paraque llegaran a un acuerdo él y Medina era yo, y le dije que si eso era sí, pues yo meretiraba, me iba de Venezuela en un cargo diplomático y así quitamos el estorbo. Medijo, entonces: “No Arturo, de ninguna manera, eso lo dice la gente, pero no lo digoyo.” Y luego me manifestó su confianza.

¿Si no hubiese habido ese problema entre López y Medina, el 18 de octubre nohubiera ocurrido?

Posiblemente. Los golpistas aprovecharon esa ruptura dentro del régimen.

¿Durante la presidencia de Medina el general López no tuvo influencia?

Hubo un momento patético a raíz del 1 de mayo. El general López nunca habíaquerido declarar ese día como el día del Trabajador, porque era una fecharevolucionaria, él quería que se celebrara el 24 de julio que, en verdad, no tiene nadaque ver. Medina resolvió que lo lógico era que se celebrara el 1 de mayo y a partir deallí se hicieron muy difíciles las relaciones. Yo traté de mediar en todo lo que pude,pero no había manera, el juego se trancó.

El general López era muy anticomunista.

Mucho

Y el general Medina era más bien…

Era un hombre ecléctico y muy abierto, comunista no era, claro.

¿Medina y usted llegaron a conversar a fondo la posibilidad de hacer unas elecciones?

Sí, como no. En esa época se habló de muchas posibilidades, pero el problema eracomplejo. Medina siempre me decía lo que le dije antes: “Arturo, mi padre peleó conun fusil contra Castro, y ahora yo soy su sucesor.”

Medina era un hombre excelente, un caso excepcional, un hombre de una granlimpieza de propósitos, no tenía odios. Yo recuerdo cuando estábamos desterrados, enMiami, una noche en una fiestica yo estaba hablando con el general Medina y seacercó Irma, su mujer y se me quedó mirando y me dijo: “¿Usted sabe quién lo quierea usted?”. No, Irma, quién, le repregunté, y ella me dijo: “Pues ese señor con el queusted está hablando.” Además, me dijo: “Yo le quiero pedir disculpas públicamenteporque yo hice todo, todo para malponerlo con usted, y hay que ver lo que una mujerpuede, y no logré nada, de modo que ese hombre lo quiere mucho a usted.”

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Inmediatamente le respondí que yo le pagaba con la misma moneda y hasta elmomento de su muerte mantuve la misma relación con Medina: un hombre lleno degenerosidad, de bondad, de rectitud.

Medina ha sido el presidente más querido por el pueblo venezolano. Mire, una de lascosas más conmovedoras que yo he presenciado en mi vida fue el entierro del generalMedina. El había ordenado que sus restos no los llevaran a ningún edificio público,que los llevaran directamente al cementerio. A las 10 de la mañana llegó undestacamento de tropa a rendirle los honores militares, allí en su casa del CountryClub. Mientras tanto fue congregándose gente en los alrededores de la casa, y cuandofuimos a colocar el féretro en la carroza fúnebre la gente se opuso y se lo llevaron enhombros y a pie hasta el cementerio, cantando el himno nacional.

A mí me pidieron que escribiera una frasecita para ponerla en su tumba, que creo queestá todavía allí y dice: “Sirvió a su patria con su vida y después de muerto la siguesirviendo con su ejemplo.”

¿El golpe del 18 de octubre los tomó por sorpresa, no tenían noticias de lo que estabatramándose, usted era Ministro de Relaciones Interiores?

No, no sabíamos de la conspiración. Tal vez fue mejor así. Si hubiésemos tenidonoticia, pues Medina hubiera tenido que tomar medidas represivas y hubiera quedadode otra forma en la historia. Pero, claro, ese golpe le costó muy caro al país.

¿Qué pasa con usted inmediatamente después del golpe?

Me ponen preso en la Escuela Militar. A los días me manda a llamar ValmoreRodríguez, que era Ministro del Interior, y me dice: “Yo lamento mucho todo esto,Arturo, usted sabe que yo lo aprecio mucho, pero para hacer una tortilla hay queromper los huevos.” Le contesté, bueno con tal de que la tortilla salga bien. Entoncesme dijo que ellos querían sacarme de Venezuela y yo le contesté que no me quería ir,que yo quería ir a los tribunales a defenderme. Me dijo que esas acusaciones erancosa de la política , que esas acusaciones no se las creía nadie, pero yo le riposté quetenía que defenderme.

¿Los aventaron, entonces?

Sí, un poco después salimos el general López, Medina, Diego Nucete, otros y yo. En elmomento en que íbamos a abordar el avión un empleado del Ministerio de Interior ledaba un sobre a todo el que iba entrando. Yo pregunté: ¿esto qué es? Y me respondió:“Son mil dólares para sus gastos.” Yo no estoy pidiendo limosna, le dije.

Y esta casa se la confiscaron ¿no?

Sí, incluso en un momento dado se la dieron a un instructor militar chileno, que aquíen este cuarto puso una lavandería.

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¿Qué hizo con los libros?

Afortunadamente Francisco Narváez, que siempre fue muy amigo mío, se los llevópara su casa y ahí se salvaron.

Con aquel vuelo, en noviembre de 1945, hacia el exilio, culminan los años del jovenpoderoso. Además de Secretario de la Presidencia, el general Medina dispone susservicios, temporalmente, en el Ministerio de Hacienda y en Relaciones Interiores.Son los años en los que se alienta, desde el poder, la creación del Partido DemocráticoVenezolano (P.D.V.)

Uslar entonces lo ignora, pero los años de exilio en Nueva York que va a vivir serándefinitivos para su obra de escritor. El destino lo arranca de las esferas del poderpolítico, y lo acerca a los libros, a la universidad, a los espacios donde va a realizarsesu vida intelectual.

IV) El exilio: martirio y bendición.

Si en 1929 la experiencia parisina fue voluntaria, en 1945 la neoyorquina no, peronuestro autor confiesa haber tenido mucha suerte. Son los años en que comparte ladocencia con la investigación literaria y la escritura. Trabaja en un libro de ensayosLas nubes (1946) y en su segunda novela: El camino de El Dorado (1947). Avanza ensu pasión venezolanista y publica Letras y hombres de Venezuela (1948). En 1949 da aconocer su libro de cuentos Treinta hombres y sus sombras y el de ensayos De una aotra Venezuela. Si revisamos su bibliografía hallaremos un hiato en sus siete años depoder gubernamental, así como caeremos en cuenta del cambio que significó el exilioen Nueva York.

En realidad yo tuve mucha suerte porque cuando llegué como desterrado a losEstados Unidos, en Columbia University estaba un hombre muy valioso, un español,Don Federico de Onís, que había sido una figura muy destacada de la universidadespañola y en esa época el era Jefe del Departamento de Español de Columbia. Yollegué sin recursos, a ver qué hacía, incluso en un momento dado pensé en irme a laArgentina, pero en cuanto de Onís supo que yo estaba allí me llamó y me ofreciótrabajo en la universidad, de modo que me quedé en Nueva York. Comencé dandocursos de verano sobre literatura venezolana y después entré al departamento. Allíestaba Germán Arciniegas, con quien trabé una amistad para toda la vida. Una vezestablecido allá, pues llegaron Isabel y mis hijos, vivíamos en Riverside, y me iba a piea la universidad. Compartía cubículo con ,nada menos, que Don Tomás Navarro, unode los más grandes filólogos que ha tenido España, y eso fue muy bueno para mí, puesestablecí amistad con aquel hombre respetable, muy culto.

¿Durante esos años que vivió fuera jamás pensó en quedarse definitivamente allá,siempre tenía en mente regresar a Venezuela?

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Siempre. Expatriarme nunca lo pensé, nunca, yo recuerdo que en una oportunidad enque me ví con José Rafael Pocaterra, que vivía en Canadá, en labores periodísticas yde enseñanza, me dijo: “ Pero chico, tú no has pensado en quedarte en los EstadosUnidos, ese es un país dónde tus hijos van a crecer mejor, es un país organizado ypoderoso.” No, José Rafael, le respondí, yo sueño con regresar a Venezuela.

En 1950 concluye uno de sus mejores ensayos, un modelo de ensayo antropológico: Laciudad de nadie, exploración a fondo en el alma neoyorquina, ciudad que le brindóacogida, pero que no por ello venció sus resortes críticos. La vigencia de este ensayomanhattiano es asombrosa, en el último párrafo se lee: “¿A dónde vamos? Al fondo delvagón está sentado el hombre que saca crucigramas en la revista. Cerca de mí,tendido en el asiento, ronca dormido el borracho. Al otro extremo, una mujer vestidade oscuro aprieta a su costado a una niña flaca de anteojos. Lo demás está vacío. Oestá lleno de algo que no vemos.”

Un año antes ha vuelto de visita a Caracas; el nuevo régimen no se lo impide, pero elregreso definitivo será en julio de 1950.Ya han pasado los años duros iniciales delexilio, Uslar ha sido sometido a una de las pruebas más duras: ha tenido el poder y loha perdido, trance doloroso del que sale fortalecido, se ha entregado a la docencia, lainvestigación y a esa otra batalla, todavía más ardua que la de la vida política, la delescritor, la del que vence las resistencias y construye su trama de palabras.

V) Vuelta a la patria.

Apenas llega al país, su amigo de infancia, Carlos Eduardo Frías, lo invita a formaparte de ARS, la empresa publicitaria que este había fundado hace algunos años. Seinicia el período, de más de una década, en el que el trabajo en la publicidad lepermite ir haciendo algunos ahorros para el futuro.

Cuando me dejaron regresar, inmediatamente me vine a visitar a mis padres, aquienes tenía casi cinco años sin ver. Pasé un mes en Caracas, en esos días fue averme Miguel Moreno, viejo amigo de la universidad y Secretario de la Presidencia deentonces. Me dijo que la Junta Militar veía con buenos ojos que yo regresara, y mepreguntó si quería una embajada. Le dije, no chico, estoy tratando de regresar aVenezuela y rehacer mi vida, cómo voy a aceptar una embajada e irme otra vez, seríaabsurdo. Se los agradezco mucho, pero esta es la situación. Entonces Carlos EduardoFrías me invitó a trabajar con él en su publicidad, y allí permanecí varios años.

¿Quién sabe cuántas campañas publicitarias fueron obra suya?

Sí, claro. Además en ARS había un clima, un ambiente muy bueno. Más que unaoficina de trabajo era una reunión de intelectuales, de gente refinada, de venezolanospreocupados.

Sus labores en la publicidad son acompañadas con la vuelta a la Universidad Central

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de Venezuela, donde funda la Cátedra de Literatura Venezolana, también, su viejocompañero de aulas en el Liceo San José de Los Teques, Miguel Otero Silva, le ofrecela dirección de El Papel Literario de El Nacional, jefatura que ejerce hasta 1953. Deeste año, también, es el comienzo de su labor pedagógica en la televisión en la que,como sabemos, se empeñó durante casi treinta años.

Yo me di cuenta de que la televisión era un instrumento formidable, pero que habíaque saberlo utilizar y aquí la mayoría de la gente que trató, entonces, entre ellosCaldera, creían que estaban dando una conferencia y eso es fatal. Yo me di cuenta deque había que tener una conversación, y entonces empecé a hacer ese programa,Valores Humanos, que era un programa muy suelto, sin ningún atuendo magistral, entono de conversación, y tuve mucho éxito, tuvo mucha influencia y a mí me sirviómucho.

¿Con cuál canal de televisión comenzó?

El primero fue Radio Caracas, pero después pasó a otro y a otro, hasta que pasó portodos. El programa era muy visto y muy útil, y me daba mucho trabajo prepararlo.Esto lo combinaba con todas las otras tareas que adelantaba. La mayoría de losintelectuales venezolanos han sido muy desordenados, muy indisciplinados, yo hetenido en cambio una gran ventaja, he sido muy disciplinado. He sido un amo muyduro conmigo mismo, me he exigido mucho, nunca he sido complaciente.

Pero usted está satisfecho con lo que ha hecho, ¿no?

Satisfecho hasta cierto punto, uno siempre está pensando en lo que pudo hacer y nohizo.

Su vocación literaria encuentra ahora un nuevo género a explorar: el teatro. En 1957se estrenan dos de sus obras: El día de Antero Albán y El Dios invisible. La situaciónpolítica nacional va en camino de una nueva precipitación: la caída de Pérez Jiménez.Es hecho preso el 12 de enero de 1958 por firmar el manifiesto de los intelectuales encontra de la dictadura.

Estábamos presos en la Cárcel Modelo y ese día se sintió mucho movimiento desoldados. Como estábamos cerca de la enfermería de la cárcel le pedimos a unenfermo que tenía un radiecito que lo pusiera, y entonces nos enteramos de lo queestaba pasando, y supimos que Pérez Jiménez se había ido en un avión. Toqué lapuerta y se presentó un oficial y le dije, mire, el gobierno está caído, el presidenteacaba de huir, usted comprende que un grupo de hombres como nosotros encerradosaquí, podemos ser útiles en otra cosa, présteme un jeep para irme a Miraflores. Merespondió que él no podía hacer eso, que iba a consultar. En efecto, volvió con susuperior, a quien le expliqué lo mismo, hasta que este me dijo, muy bien doctor, perosalga usted solo.

Nos dieron un jeep, y aquello era un espectáculo inolvidable, era un carnaval, seríanlas 3 de la mañana y toda la gente estaba en la calle, celebrando con banderas, consábanas, y así llegamos a Miraflores. Y como íbamos en un jeep militar nos dejaron

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pasar, de otro modo no hubiésemos podido. Había mucha gente en el patio, sobre todomilitares, en la sala, en el comedor, ahí estaba formándose la junta de gobierno conLarrazábal, con Sanabria. Larrazábal me saludó muy afectuosamente. Me preguntaronsi yo quería hablar por radio y dije que sí, de modo que mi pobre mujer, que no sabíanada de mí, vino a enterarse de dónde estaba porque me oyó hablando. Pero antes dehablar por radio les pregunté, bueno, qué van a hacer ustedes, si van establecer unadictadura no cuenten conmigo. Larrázabal me respondió, no doctor, no somoshombres de esa clase.

Luego estaba allí Alirio Ugarte Pelayo que se me acercó y me dijo que si podíaredactar el Acta de Instalación del Gobierno, y nos encerramos él y yo a redactar, peroantes saqué del cuarto de edecanes en dónde estábamos un retrato de Pérez Jiménez ylo llevé al patio de Miraflores y tiré el retrato contra el piso y se volvió pedacitos.

Teníamos como modelo el Acta del golpe anterior que decía: “Las Fuerzas Armadasante la situación tal, asumen… Entonces les dije que no, que eso así no sirve, y redactéasí: “Las Fuerzas Armadas Nacionales ante el reclamo de la opinión pública y elclamor de la ciudadanía , han resuelto hacer esto y esto… y así quedó.

La verdad es que tuvimos suerte de que allí estuviera Larrazábal.

Pues claro. Sin él aquello ha podido ser una cosa muy distinta, pero el Contralmiranteera otra clase de hombre, era un hombre bueno.

VI) El llamado de la vida pública, otra vez.

Con la instauración del régimen democrático en el país, Uslar vuelve a la vida política.La televisión lo ha convertido en una figura pública y, en 1963, acepta la candidaturapresidencial: la campana suena como su símbolo de batalla. Antes, la escrituradramatúrgica sigue su curso, en 1960 se estrena Chúo Gil y las tejedoras, perotambién insiste con el ensayo y la crónica de viaje. El artículo semanal en El Nacionalprácticamente forma parte de su naturaleza: desde 1948 lo ejerce sin caídas.

La aventura electoral le trae el sabor de una extraña derrota: vence abrumadoramenteen el centro del país, y pierde en el interior, gana su viejo compañero de aulasuniversitarias, Raúl Leoni, pero Uslar inmediatamente se enfrasca en otra aventurapolítica: la creación de un partido político que capitalice el caudal electoral logrado, elFND (Frente Nacional Democrático). Esta agrupación integra un gobierno de ampliabase con Acción Democrática y URD (Unión Republicana Democrática), pero a los dosaños se retiran del pacto. Ya Uslar se ha destacado en el Congreso Nacional comoSenador y hombre de consenso, entonces se le llama “el hombre congreso” por sucondición de fiel de la balanza en la correlación de fuerzas, pero ya avanzado elperíodo constitucional, la experiencia de la conducción de un partido político toca a sufin.

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La campaña electoral que realicé fue una enseñanza muy grande para mí. RecorríVenezuela entera más de dos veces, en algunos lugares estuve muchas más veces, yaprendí mucho sobre Venezuela, sobre el carácter del venezolano.

Gané en Caracas y en muchas partes, pero me robaron… no tenía suficientes testigosy se hicieron cosas atroces. En esa época se votaba con unas tarjeticas y el pobreinfeliz que iba a votar llegaba a la mesa, decía su nombre, y le entregaban un juego detarjeticas donde no estaba la mía. Entonces este hombre regresaba a la mesa y decía:“La tarjeta de Uslar no está “, se paraba un testigo de mesa y decía: “Voto nulo”. Estopasó muchísimas veces.

Entonces se decía un chiste cruel: “Uslar ganó el lectorado y perdió el electorado”. Mehicieron todo tipo de trampas, me quitaron miles de votos.

En 1967 renuncia a la dirección del FND, convencido de que su vocación no es depolítico profesional. Dos años después acepta un reto periodístico: la dirección de ElNacional.

Yo estuve muy vinculado a El Nacional desde que nació, por mi amistad con MiguelOtero. Recuerdo que cuando iban a fundar el periódico yo era Secretario de laPresidencia y Miguel me fue a ver para hablarme del periódico y me dijo: “Arturo, eldirector natural de este periódico eres tú, pero como no vas a renunciar a laSecretaria de la Presidencia no te la ofrezco.”

Pero después le tocó.

Estuve en la dirección cuatro años y medio, hasta que no quise seguir, renuncié, y mecostó mucho trabajo hacerlo porque no querían que me fuera.

Le consumía mucho tiempo dirigir el periódico, supongo.

Sí, tiempo consume, pero en realidad era una cuestión de organización, de establecerunos mecanismos. Lo primero que hice fue establecer el sábado como el día en que mereunía con los redactores a criticar el periódico de la semana, discutíamos mucho yera muy útil. Yo siempre les decía a los redactores: escriban la mitad, y les creerán eldoble. Aquí siempre ha habido una confusión entre la literatura y el periodismo, esasson cosas enteramente distintas.

Entre las anécdotas que recuerdo está una que tenía que ver con Lorenzo Fernández.El estaba en campaña y, se decía, que padecía una enfermedad. Un buen día me llamamuy temprano en la mañana diciéndome: “Doctor Uslar, por el amor de Dios, perdoneque lo moleste, pero no hay derecho.” Ese día el periódico publicaba una foto deFernández saliendo de una clínica. Le contesté que no sabía cómo había pasado eso,que tenía razón, que me iba a informar sobre el asunto. Averigüe y pasó una de esascosas increíbles: la foto la habían mandado de Copei.

Hasta 1974 estuvo Uslar al frente del periódico, pero estas labores no lo apartaban deProdavinci - 19 / 35 - 20.03.2015

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su vocación literaria y de su pedagogía televisiva. Comienza a ser distinguido conpremios internacionales y doctorados honoris causa. Publica un poemario: Manoa(1972) y prosigue su tarea de ensayista obsesionado con la naturaleza de lo americano.En 1975 el entonces Presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, le ofrece laEmbajada de Venezuela ante la UNESCO y acepta. Vuelve a la ciudad que le abrió laspuertas, en su juventud.

El trabajo en la embajada ante la Unesco fue muy grato. Ese es un organismodedicado a la ciencia, la cultura, la educación, con un panorama universal. Allí estuvecuatro años y medio y, cuando llegué, estaba al frente un hombre muy fino, muy culto,era musulmán, se llamaba Amadou M’Bow, y se portó muy bien conmigo.

Logré que se creará el Premio Simón Bolívar, y tuve mucho cuidado de que el fondodel premio fuera permanente, esa distinción tuvo mucha importancia en 1983, cuandoel Bicentenario del nacimiento del Libertador.

En ese período fui Vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la Unesco, y Venezuela nohabía tenido un cargo de esa magnitud en la organización desde los tiempos en queParra Pérez lo tuvo. Además, fui presidente de la sección de Derechos Humanos. Unosaños muy buenos para mí, muy útiles.

En 1979 regresa a Venezuela, dando por concluida su tercera y última etapa fuera delpaís. Vuelve a su programa de televisión y prepara la edición de su novela La isla deRobinson. En 1985 acepta la presidencia de la Comisión Presidencial para el Estudiodel Proyecto Educativo Nacional. Una de sus obsesiones centrales encuentraposibilidades de articularse, aunque la terca realidad condujo los esfuerzos por caucesperdidos.

Yo creo que la educación venezolana está totalmente equivocada, aquí hay queregresar a Simón Rodríguez, a educar para algo, a educar para vivir en un paísllamado Venezuela. Los estudiantes pasan aquí por distintas etapas sin enterarse de loque es Venezuela, reciben unas ideas convencionales, unos prejuicios negativos.

Por otra parte el 90% de los estudiantes que llega a la Universidad Central deVenezuela viene de escuelas en las que se paga, y allí no paga un centavo nadie, esoes absurdo, es una educación muy costosa y por ello debería ser exigente, pero comono cuesta nada no se exige demasiado. Nuestra educación es muy mala, esmemorística e inadecuada

¿Sigue creyendo que es preferible una elite bien educada que una mayoría con pésimaeducación?

Evidentemente. Toda mi vida he pensado eso porque es la verdad histórica, todo elprogreso humano lo han hecho las minorías. Lo contrario es una idea de la RevoluciónFrancesa y de los soñadores del siglo XVIII. Fueron minorías excelsas las que hicieronel renacimiento, un puñado de hombres, dos docenas de hombres, esa es la verdad.Las minorías son las que han hecho que el hombre avance, aquellos que se hanpreguntado cosas que no se debían preguntar, la gente que se ha atrevido a adversar

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opiniones generalizadas.

En 1986 cumple 80 años y el país unánimemente lo celebra. Tanto el CongresoNacional como la Presidencia de la República festejan su cumpleaños. Es propicia laoportunidad para revisar el significado de su obra: así ocurre en las principalespublicaciones periódicas del país y de España. El Instituto de Cultura Hispánica deMadrid, en 1988, organiza su Semana de Autor dedicada a su obra.

El peso de la figura intelectual de Uslar sigue en ascenso, va erigiéndose en unasuerte de Tótem de la tribu , de conciencia nacional. El Rey de España, en 1989, lonombra Coordinador general de un proyecto de investigación titulado Iberoamérica,una comunidad, cuyo resultado será publicado con motivo del Quinto Centenario. Alaño siguiente le es conferido el premio “Príncipe de Asturias de las Letras” y, el mismoaño publica su última novela, La visita en el tiempo, con la que se convierte en elúnico venezolano, hasta el día de hoy, en ganar el Premio Internacional de NovelaRómulo Gallegos de 1991.

A finales de 1991 pronostica el golpe de estado de febrero de 1992, y se entrega a latarea de promover la destitución del presidente Carlos Andrés Pérez, cosa que logra,junto a sus aliados, en mayo de 1993, después de una larga batalla jurídica y deopinión pública, encabezando un grupo que se denominó “Los Notables”. Desdeentonces, y hasta la fecha, sus apariciones públicas han disminuido notoriamente.

En 1996 los estudiosos de su obra vuelven a hacer un balance de su vida y su labor,con motivo de sus noventa años, y el Fondo de Cultura Económica de México edita unvolumen antológico de su obra. Siempre, en el examen que se haga de su trabajo,Venezuela es centro y fundamento.

VII) La pasión venezolanista.

Sin duda, el tema sobre el que Uslar habla con mayor fruición es el de Venezuela. Asus 94 años sigue siendo la obsesión principal de su vida intelectual, el objeto de supermanente angustia, de allí que en la comprensión de la venezolanidad, en su estudio,halle agua para su sed de respuestas sobre el país, y la naturaleza del venezolano.Más aún, en pocas personas como en Uslar se ha dado una consustanciación entre lavida del país y la propia, de tal magnitud. Por momentos, incluso, pareciera que suvida privada estuviera supeditada a los avatares venezolanos. Desde muy jovencomenzó a tejerse esta simbiosis entre el país y su vida, al punto en que la situaciónde aquel determina el ánimo de éste, de manera asombrosa.

Habría que hacer un estudio sobre cómo han visto los venezolanos a Venezuela. Estofue en la colonia un país muy pobre, un país que no producía prácticamente nada, ydespués de la independencia continuó siendo un país muy pobre, un país deaventureros, un país de buscadores de El Dorado, de minas.

Esto no tuvo nombre sino muy tarde. Esto fue Tierra Firme hasta que apareciótardíamente el nombre de Venezuela, ese nombre tan curioso, un nombre despectivo,

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completamente, es el nombre de la pequeña Venecia, la ridícula Venecia. Esto durantegran parte de la colonia fue Tierra Firme, la primera tierra firme con que tropezaron.

Los indígenas la llamaban Paria y Maracapana

En la costa, recuerde que no había nombre genérico, ya que no había unidad interna,aquí no hubo un orden indígena, esto no tenía nombre ni centro, estaba poblado portribus diferentes, con grados diferentes de desarrollo, tribus guerreras, como losCaribes, o tribus agricultoras, elementales. Esto no era México, ni el Perú, ni siquieralo que fue Bogotá.

Se parecía a la situación de la Argentina.

Sí, tiene algún parecido, aunque la Argentina tuvo la vinculación con el Perú, y esosignificó mucho, y con el Atlántico. Pero a la Argentina no fueron a buscar El Doradonunca, fueron a buscar el camino para entrar al Perú. En cambio, en Venezuela desdeel principio se estuvo buscando tesoros, buscando riqueza, buscando El Dorado.Curiosamente, se buscaban minas en un país que no era minero. Se buscó oro y no seencontró en grandes cantidades, no hubo una riqueza aurífera que se explotaradurante la colonia, no hubo vetas.

Además, nosotros hablamos de Venezuela con mucha facilidad, Venezuela no era sinouna parte mínima del territorio, la parte occidental del cabo Codera, por eso hubo doscolonizaciones distintas y dos regímenes coloniales distintos. La primera vez que aquíhubo una administración que cubría el país entero fue 60 o 70 años antes de laindependencia, ese no es el caso de ningún país latinoamericano. Insisto, esto no eraMéxico ni el Perú. Cuando los españoles llegaron aquí no había una ciudad en ningunaparte, no había una estructura en ninguna parte, no había ni siquiera un nombre enconjunto. El país no existía como país. Yo siempre he dicho que si al padre del GranMariscal de Ayacucho le hubieran preguntado si era venezolano, hubiera dicho que no,que él era oriental, que él era de Cumaná, de la provincia de Cumaná.

Esos colonizadores españoles, siempre se ha dicho que no eran las personas máscalificadas, si se las compara con los puritanos que poblaron Nueva Inglaterra. Desdesiempre ha habido esta leyenda negra.

Sí, pero eso es otra cosa distinta. Los españoles que vinieron a Venezuela eranaventureros que venían buscando riqueza, y los hombres que poblaron NuevaInglaterra eran hombres que emigraban de Europa con ideales religiosos, conconcepciones políticas, venían a construir una sociedad justa, son dos procesoscompletamente distintos.

Pero que pueden explicar en gran parte los distintos desarrollos que hemos tenido.

En gran parte lo pueden explicar, pero es eso, son dos mentalidades distintas. Lacolonización normal de Venezuela ha debido hacerse por el Orinoco, no se hizo así,

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tampoco se hizo central, se hicieron dos: una por oriente y otra por occidente, ajenasla una a la otra.

La imagen que los venezolanos hemos tenido de Venezuela es muy curiosa, es la de unpaís conquistado, no es la imagen de un país que se hace.

¿En qué sentido conquistado?

Bueno, que no había cultura anterior, no había centro indígena. Aquí se buscó elDorado y no se encontró nada, afortunadamente, si se hubieran encontrado las minasque se encontraron después quién sabe lo que hubiera pasado.

El Dorado se encontró siglos después con el petróleo.

Ah bueno, claro, pero bajo otra forma distinta, y ha traído como consecuencia que estepaís no se desarrollara, no se formara, se hizo un país subsidiado, un país rentista, esacosa horrible que es ser un país rentista. Venezuela es un país que no vive de sutrabajo, vive de la renta petrolera, que la maneja el Estado, que le cayó al Estadocomo un don del cielo, y los venezolanos no hemos sido capaces de hacer eso que yodije hace 60 años, y que me he cansado de repetir sin que nadie me haga caso, hayque sembrar el petróleo.

¿Y la nacionalización no trajo beneficios, tampoco?

Tampoco se le puede cargar la mano a la nacionalización y decir que trajo solamentecosas malas. En cierto modo era inevitable, dada la mentalidad que había y la clase degente que estaba gobernando.

Pasemos a otros punto, doctor Uslar, de las figuras de la independencia: ¿cuales sonlas que mas le interesan?

De allí salieron hombres muy importantes y muy influyentes, hombres como Roscio,como Simón Rodríguez, que fue un personaje muy revelador, que explica muchascosas. Tenía un pensamiento utópico, era un hombre de su tiempo, con grandesinfluencias de fuera. Por cierto, yo hice buscar la partida de nacimiento de Rodríguez,es muy curioso, en la partida de nacimiento aparece como hijo de una mujer, noaparece como hijo de ningún hombre, y el nombre de la madre está tachado en elRegistro.

¿Y Miranda?

Es que Miranda no es una figura venezolana, Miranda es una figura latinoamericana,una figura del proceso grande y transformador que unió a todo el continente. Yo creoque él nunca se sintió venezolano, él se sentía americano. Por otra parte, yo creo quela historia nuestra ha estado muy mal escrita, con prejuicios antiespañoles oproespañoles y, después, cuando se hizo una tentativa de rescate y revaloración de

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nuestra historia, se cayó en justificar tesis sociológicas, las tesis positivistas de Arcaya,Vallenilla Lanz y Gil Fortoul. Antes, nuestra historia era la de “Venezuela heroica”,una historia de héroes, una “Ilíada” en lugar de una verdadera historia.

Fíjese en todas las diferencias que hay entre Colombia y Venezuela, en cuanto alcarácter nacional, la estructura económica del país, la historia del país, ya dijimos queesté fue un país que se estructuró tardíamente. Por otra parte, a mí siempre me hallamado la atención la relación tan rica que tuvo Venezuela con las islas de las Antillas,que es un caso único, porque los demás países no tuvieron eso, y nosotros sí,estábamos frente a un collar de islas protestantes, revolucionarias, a 4 o 6 horas denavegación en vela, estábamos en islas herejes que nos trajeron un contactovaliosísimo, privilegiado con otras formas de pensamiento. Este hecho, realmente,hace que nuestra historia sea distinta a la de los demás países latinoamericanos y estehecho, francamente, no lo vemos con la importancia que merece.

¿Usted cree que puede hablarse de virtudes colectivas en el venezolano?

Creo que tenemos muy pocas virtudes en el sentido tradicional de la palabra. Claro, noes que somos una manada de ineptos o de imbéciles, de mala gente, pero virtudescolectivas nunca las hemos desarrollado. Hemos sido muy dispersos, muyindividualistas, muy gente de alzamientos, compare usted la historia de Venezuela conla de nuestros vecinos. Realmente era muy difícil que aquí no se cometieran muchosdisparates. La situación en el siglo XX venezolano ha sido extraordinariamente inusualy corruptora, la situación de un país pobre, muy atrasado y muy ignorante que depronto tiene un Estado inmensamente rico, y que esa riqueza no se debe al trabajonacional. El gobierno se convirtió en el principal agente de enriquecimiento y no huboclase dirigente, esa es la verdad, en otros países si la hubo y muy poderosa y muyeficiente, en Colombia, para no ir tan lejos, en el Perú, para no hablar de la Argentina.Venezuela desde la independencia no ha tenido clase dirigente, hemos tenido genteque oye cosas por aquí y por allá y ha tratado de hacer lo que puede, somos gente muyinmadura, muy superficial. A este país le cayó encima una montaña de recursos y nofue capaz de emplearlos medio sensatamente.

Hay que recordar siempre que esto tuvo un centro muy tardíamente, recuerde que laestructura actual de Venezuela y Caracas como centro se consolida con la generaciónque hace la independencia.

Sin embargo, la Caracas que describe Humboldt está lejos de ser paupérrima.

Si, pero recuerde que él describe la vida de las clases altas y el desarrollo agrícola quese logra en ese medio, pero aquello reposaba sobre la esclavitud, sobre una estructurano muy sana y sobre el cultivo de las perlas. La relativa prosperidad que tuvoVenezuela durante la colonia se debió a las perlas, mientras buscaban el oro que noencontraron nunca. Aunque también hay que estudiar el caso de la Guipuzcoana quefue positivo, fue lo que tendió un vínculo con la parte más adelantada de España, elpaís vasco, la parte que tenía mayores posibilidades de desarrollo.

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¿Siempre hemos sido un país descuadernado, desbaratado?

Este ha sido un país muy peculiar, muy contradictorio, muy impredecible, muy sinesqueleto. El día que se escriba la historia de los venezolanos con la riqueza petroleraeso va a ser espantoso. Ese es uno de los hechos históricos más significativos y másinexplicables que ha tenido ningún país latinoamericano, a ninguno le llovió derepente una riqueza gigantesca, que equivale a seis o siete planes Marshall. Este esun país sin cabeza, sin clase dirigente, inmaduro.

¿En estado de adolescencia permanente?

Yo no me atrevería a decir que en estado de adolescencia porque la adolescencia es unproceso de maduración y yo no veo aquí síntomas por ningún lado de eso, todo locontrario, más bien pareciera que estamos condenados a vivir en ese limbo, en lafalsificación de la historia y de los hechos, es curioso. Sin embargo, este es un paísque ha hecho cosas importantes y que ha dado hombres importantes, este es el país deBolívar y de Bello, pero de eso no queda nada.

Siempre hemos tenido una tendencia a sustituir la realidad, a ver las cosas de otramanera. Yo creo que aquí no se ha hecho la necesaria indagación sobre la imagen deVenezuela, que siempre ha sido una imagen falsa y una imagen de riqueza sedienta yde búsqueda de lo mágico. Desde la búsqueda de El Dorado aquí no se trabaja, aquí nose ha colonizado el territorio, se ha ocupado el territorio.

VIII) Los hombres de su tiempo.

A lo largo de nuestros diálogos el doctor Uslar ha emitido juicios sustanciales sobresus compañeros de viaje, bien sea que se trate de sus amigos o de los hombres de sutiempo vital, que no necesariamente ocupan un lugar en la casa de los afectos. Hepreferido separar las aguas y ofrecer el juicio en capítulos distintos. El lectorcomprenderá por qué. Algunas veces lapidario, otras más dado al matiz, lo cierto esque estas opiniones no ofrecen desperdicio, y se fundamentan en valoraciones másracionales que emocionales, aunque no puede pedírsele a nadie que la emoción semantenga alejada totalmente del juicio.

Rómulo Betancourt en aquella ciudad pequeña era un tipo conocido, era periodista.Muy enamoradizo, con poco éxito y, por supuesto, muy ambicioso, lleno de ambición,muy autoritario.

Luego la vida lo cambio un poco, ¿no?

Debió cambiarlo un poco, me imagino yo. Recuerdo que en su segundo período, yapresidente electo constitucionalmente, tuve que hablar con él, él siempre me tratómuy bien. En aquella oportunidad me dijo: “Estos izquierdistas venezolanos son unos

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pendejos, nunca han entendido qué es lo que hay que hacer. Lo primero que hacen eslevantar una bandera antiamericana, esa es una estupidez, la revolución hay quehacerla, pero hay que hacerla con los Estados Unidos.” Era un hombre con unpotpourri atravesado, no tenía ningún estudio serio, un hombre de mucha ambición yde mucha audacia.

Pero algunas veces le sonó la flauta.

Sí, claro. Tenía mucho instinto, por ejemplo después del golpe del 45 salió a buscar aun mascarón y Gallegos se prestó. Betancourt utilizó muchísimo a Gallegos. Y Gallegosera un hombre muy débil, muy perezoso mentalmente, la obra de pensamiento deRómulo Gallegos no existe. Nada, ni un artículo. Era muy timorato, le costabamuchísimo tomar decisiones.

En ese panorama Gonzalo Barrios era distinto. Primero, Gonzalo era un hombre demucha simpatía personal, era buena persona. En ese grupo había muchos resentidos,él no, él era abierto y franco, con muchas limitaciones, claro, pero no era un sectario,no lo fue nunca, ni fue un malvado tampoco, y yo me atrevería a decir que no fuedeshonesto.

¿Y Leoni?

Yo a Leoni lo conocí muchísimo, porque fuimos condiscípulos en la universidad. Eramuy buena persona, con una formación incompleta, pero era un hombre sereno, y engeneral yo creo que su actuación no fue mala en aquel desbarajuste que se produjocon el golpe de estado del 45.

¿Y Picón Salas?

Mariano vino tardíamente. El pasó casi toda su juventud en Chile, y cuando vino aVenezuela era prácticamente un extranjero, sin vinculación con nadie, era muytimorato, Mariano. Además, Venezuela era un país muy bárbaro, muy incivilizado, yMariano se había formado en Chile.

¿Cómo ha sido su relación con Caldera?

Caldera es un hombre muy raro. Yo creo que, básicamente, es un hombre muylimitado de horizontes y tiene , en el fondo, una tendencia autoritaria y monástica. Eltuvo mucha influencia falangista en la época de estudiante, en la época de la UNE.Nosotros tuvimos un famoso debate por televisión, organizado por Carlos Rangel. Lanoche del debate en que salí de mi casa para la estación de televisión, la ciudadestaba vacía, todo el mundo estaba pegado al televisor, esperando.

Desde que llegamos al canal, Caldera estaba interesadísimo por decidir quiéncomenzaba a hablar primero y a mí me daba lo mismo, hasta que lo decidimos con unamoneda. A lo largo del debate él me preguntó con mucha insistencia si yo eraanticomunista, y me reclamaba que yo nunca hubiese dicho que era anticomunista. Le

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dije que no, que yo nunca sería anti-nada, porque no soy un fanático. El fue falangista.

Recuerdo que en una época aquí hubo gente que trató de ponernos de acuerdo aCaldera y a mí, pero no se logró nada. Una señora muy amable y gentil organizó unosalmuerzos en su casa, en los que nos encerraban a Caldera y a mí para quehabláramos y nos pusiéramos de acuerdo alrededor de un proyecto político, pero no sealcanzó nada.

¿Y Carlos Andrés Pérez?

Ese es otro tipo de hombre. Carlos Andrés es un aventurero, muy astuto, muyambicioso.

¿Recientemente no lo ha visto personalmente?

No. La primera impresión que yo tuve de él fue cuando él era viceministro del Interior,y el Ministro era Dubuc, ya entonces se revelaba como un hombre muy ignorante ymuy ambicioso.

¿Durante la dictadura de Pérez Jiménez, Pedro Estrada no lo hostigó?

No. Yo tenía una gran ventaja, entonces, y era que Laureano me conocía a mí desdeniño, teníamos una buena amistad. El era muy culto, hablaba muy bien francés eitaliano, era muy inteligente, y me imagino que Estrada no se metía conmigo por quesabía de mi amistad con Laureano. Por cierto, él me contó una de esas cosas típicas dela picaresca venezolana. Cuando entró a Miraflores después del golpe de estado aGallegos se encontró con uno de esos tipos que parecía que había nacido enMiraflores. Pues cuando vio a Laureano se le precipitó encima a felicitarlo, diciéndole:“Don Laureano, al fin salimos de esa gente.” Y entonces Laureano le dijo: “¿Y tu noeras adeco, chico? Y el hombre le respondió: “Jumm, eso creían ellos.”

¿Chávez?

Un delirante, ignorantísimo, dice disparates, qué desgracia, el país no lograencaminarse. Pero era muy difícil que Venezuela pudiera encontrar su camino, tratóde encontrarlo con López y con Medina, después vino el 18 de octubre y los gobiernosmilitares y esto se fue, se perdió. Este hombre habla con una arrogancia y unasuficiencia increíble, a él se le han pegado algunas frases que ha oído, como esa delliberalismo salvaje, eso lo llena de felicidad. No puede haber liberalismo salvaje, elliberalismo es la flor de la civilización, el tolerar la divergencia.

El liberalismo está fundado sobre la tolerancia, el respeto al individuo, el respeto alotro.

Creo que era Voltaire el que decía: “Yo odio lo que usted dice, pero odiaría más queusted no lo pudiera decir.”

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IX) Los Amigos.

No ahorra Uslar en el momento de expresar el afecto hacia sus amigos. Es un hombreagradecido que exalta el valor de la amistad y que, además, ve con claridad laintensidad y el valor de sus vínculos amistosos. La lista comienza con su primohermano Alfredo Boulton Pietri.

Ese fue más que un hermano para mí, toda la vida, fue una amistad sumamenteestrecha, muy franca y clara, era un hombre excelente, de muy buena calidad humana,el hombre que mejor conocía la historia de las artes plásticas venezolanas.

Carlos Eduardo Frías

Nos conocimos en Maracay, de modo que fuimos amigos desde la infancia. Tuvimosuna amistad fraternal. Carlos Eduardo era un hombre de gran talento, dejó laliteratura y se dedicó a la publicidad, fundó ARS y fue el hombre que creó, realmente,la publicidad en Venezuela, antes de él no había nada.

Antes le he mencionado mi amistad de toda la vida con Florencio Gómez, amistad quetambién nació en mi infancia en Maracay. De mis amigos de entonces todavía viveRafael Domingo Revenga, pero ya está muy mal de salud. Con Miguel Otero la amistadsurge en la adolescencia, cuando estuvimos juntos en el Liceo San José de Los Teques.

¿Y sus amigos de París?

Con Miguel Angel Asturias tuve una amistad toda la vida, era un hombre encantador,nos reuníamos en la terraza de La Coupole a conversar de lo divino y lo humano, y allítambién hice amistad con Alejo Carpentier. Recuerdo que un día nos pusimos a hablarde los Haicai, esa forma poética, y comenzamos a hacer unos y Miguel Angel escribióuno muy largo y le dije: “Chico, tiene que ser una cosa más restringida.” Y entoncesescribió una cosa increíble: “Timón adelante de barco atrasante.” Miguel Angel teníauna cabeza de indio maya fabulosa, él fue el que tradujo el Popol Vuh al español, delfrancés.

Háblenos de otros amigos, ya menos cercanos.

Pedro Sotillo era un hombre excelente. Siempre recuerdo un cuento estupendo de él:“Los caminos nocturnos”. El fue, como usted sabe, jefe de redacción y directordurante muchos años de El Universal.

Con Antonio Arráiz mantuve una amistad de toda la vida. Escribí el prólogo a lasegunda edición de Aspero y muchos años después fui el responsable de que Antoniose fuera para los Estados Unidos a vivir. El estuvo de paso por Nueva York, donde yoestaba exiliado, y me comentó que le gustaría salir de Venezuela, que se sentíaasfixiado. Entonces ocurrió una casualidad y fue que un boliviano llamado DiómedesPereira, que trabajaba en las Naciones Unidas, me comentó que iba a renunciar a su

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trabajo y que si yo lo quería. Pues yo le dije que no, que estaba muy contento con misclases en Columbia University, pero que conocía a un venezolano que si estabainteresado y le mencioné a Antonio y así fue como entró a trabajar en las NacionesUnidas y allí estuvo muchísimos años, me parece que del 49 al 62, cuando murió de uninfarto. Antonio era un hombre excelente, un poeta, muy venezolano, muy buenapersona.

Tuve mucha amistad con el profesor Rosenblat, uno de los hombres más útiles que hahabido en Venezuela, muy generoso. También fue muy útil Isaac Pardo, hizo cosasmuy buenas. Hace poco se publicó un libro de conversaciones con él, allí dice cosasmuy interesantes.

¿Usted fue el que le puso el sobrenombre de El Murciélago?

No, no fui yo. Ese sobrenombre se lo pusieron cuando estuvo preso en Palenque,siendo estudiante. Parece que él se levantaba muy temprano en la mañana y tenía unaespecie de sobretodo, que le quedaba muy grande, y se lo ponía, y entonces el vientolo sacudía y sus compañeros comenzaron a llamarlo El Murciélago.

De Guillermo Meneses y de Juan Liscano también he sido amigo, ambos excelentesescritores, pero con ellos no he tenido así una intimidad muy grande.

X) La casa por dentro.

La vida íntima del doctor Uslar es poco conocida, entre otras razones porque en suvida pública no ha dado señales de que en la intramuros pase algo que suscite el másmínimo asombro. Sin embargo, en sus hábitos, en la estructura familiar, reposanclaves de significación para comprender la obra y la personalidad de este venezolanoque signa con su presencia todo el siglo XX que concluye.

Yo me casé el año 39 con una mujer de la que guardo el más grato recuerdo: mi mujerfue excelente.

En su poema, “Aniversario”, se recoge ese sentimiento.

Así es. Mientras más recuerdo a Isabel más ternura siento por ella, una mujerexcepcional, no tenía un pelo de egoísmo, era el ser más desprendido, más abnegado,más leal que podía haber. A mí me hizo mucho bien, me ayudó mucho su presencia, suayuda. Era una mujer discreta, educada. Conmigo fue excepcional. Hay que ver lo quefueron esos años que pasamos en el exilio en Nueva York y cómo me ayudó Isabel, entodo.

Sus batallas tuvieron lugar fuera de la casa, ninguna puertas adentro ¿no?

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Siempre he tenido una vida privada muy serena. Nunca he tenido una vida conflictivaen lo personal. Mi vida ha sido muy clara, muy diáfana. Tuve la suerte de encontrarmecon mi mujer, que fue inmejorable, con ella no tuve nunca ni una discusión.

Qué suerte, qué gran suerte.

Sí, realmente que sí.

¿A su mujer le gustaban sus libros?

Ella era muy poco intelectual. Era una muchacha venezolana, de una familia muytradicional, los Braun Kerdel, su padre era don Carlos Braun. Cuando yo resolvícasarme, recuerdo que fui a hablar con don Carlos, que era un hombre muy serio, muyrespetable, pues le dije: “Mire don Carlos, yo estoy muy enamorado de Isabel y megustaría casarme con ella, si usted no tiene inconveniente.” El me dijo: “No chico,estoy muy contento con el matrimonio, lo único que te aconsejo es que dejes lapolítica.”

Usted no le hizo caso.

No.

Eso que la gente llama Hobbies, distracciones, usted no los ha tenido, ¿no?

Hobbies nunca he tenido. Eso de ponerse a criar pájaros y cosas por el estilo, nuncame ha interesado.

¿A qué se dedicaba cuando se iba para la casa de la playa?

Llevaba libros y me dedicaba a leer, y aprovechaba la orilla del mar para llevar unavida más sana. Yo nunca he sido fiestero, entre otras cosas porque yo no tomo, tomomuy poco.

¿Tampoco ha sido fumador?

Sí, eso sí, toda mi juventud fui fumador, pero lo dejé hace muchísimos años

¿Ha sido de buen dormir?

De muy buen dormir. Nunca he tomado una pastilla para dormir, nunca en mi vida.Además, toda mi vida he dormido siesta. Por lo general duermo una hora y mediadespués de almuerzo.

¿Con qué sueña?

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Sueño mucho. De repente sueño cosas con cierta continuidad, en las que meencuentro en situaciones determinadas.

¿De alguno de esos sueños ha salido algún cuento suyo?

No.

¿Sueña con su infancia?

No. Sueño con cosas raras, mi situación actual pero en condiciones raras, con genteque no conozco.

¿Alguna vez imaginó que iba a tener una vida tan larga?

No, aunque mi familia ha sido bastante longeva. Mi padre murió de ochenta y tantos.Yo tengo ya 94.

Muy bueno, ¿no?. Ha visto tanto.

Tiene su balance, también he visto cosas que no hubiera querido ver.

Sí, pero su vida ha sido plena.

Sí lo ha sido. Yo no lamento nada de lo que he hecho en mi vida, y esto es difícildecirlo. Siento que hice lo más que pude dentro de lo que yo soy. Siempre me sentícon mucha obligación con el país, no sé por qué.

¿Cómo es la vejez?

Lo va aislando a uno, le va atenuando los sentidos. La memoria se afecta muchísimo,se hace uno olvidadizo, de modo que tiene muchos aspectos negativos. De Gaulledecía que la vejez era como un naufragio.

Pero usted la lleva con serenidad.

Sí, la verdad es que yo he tenido siempre mucho equilibrio. Es mi manera de ser, unacondición de la sensibilidad. Nunca he sido un hombre de extremos y la violencia meparece horrenda, lo peor.

XI) El laberinto de la creación.

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Aunque para el doctor Uslar no es fácil hablar de su obra literaria, el tema esnaturalmente insoslayable. Se siente más a gusto hablando de Venezuela que de sustareas con la palabra. Sin embargo, vence las resistencias y se detiene en este aspectofundamental de su vida.

Yo no soy producto de ningún plan, de ningún proyecto que yo concibiera hasta ahora,fui un producto de mi manera de ser, de mi manera de entender y de sentir, de minoción de lo que era el país. Yo creo que he sido uno de los escritores másvenezolanos que ha habido, preocupado por el país. Toda mi vida me he valido detodos los medios, por ejemplo, la labor que yo hice con la televisión no la hecho nadieen hispanoamérica, divulgando conocimientos de una forma sencilla y directa.

¿En los años recientes, ha tenido entre manos algún proyecto literario?

No, por Dios, ya no, no puedo hacerlo. No puedo dictar, una obra de creación no sepuede dictar. Se puede dictar un poema, una exposición sobre algo, pero una obra decreación literaria es algo muy íntimo, con otros mecanismos.

La relación suya con otras manifestaciones artísticas ha sido principalmente con lapintura, ¿no es así?

Siempre me interesé mucho por la pintura y por la fotografía.

¿La música le ha sido más ajena?

He oído mucha música, pero no la he estudiado en serio. Sigo oyéndola con muchafrecuencia.

¿Cuáles son sus compositores preferidos?

Me gustan los románticos y los autores de principios de siglo, Stravinsky, entre ellos,los rusos, pero estoy muy lejos de ser un experto o un melómano.

¿Hay algún libro suyo al que le tenga más cariño que a otro?

Es algo muy difícil de decir, desde luego, pero Barrabás, que fue mi primer libro, tieneuna significación extra literaria para mí.

¿Hay algunas obras que le hubiera gustado escribir y no lo hizo?

Ah, bueno, eso sin duda alguna. Una vez que me metí en política eso me perturbómucho y después, cuando hacía programas de televisión, pues ya se me hacía muydifícil estar investigando.

¿Se estableció alguna disciplina para la escritura?

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Una disciplina en particular, no. Siempre he sido disciplinado por naturaleza.

¿Prefería escribir en la mañana o en las tarde?

En la mañana era más fácil porque había menos compromisos, en la tarde siemprehabían invitaciones, reuniones, visitas.

Cuando escribió novelas: ¿se hacía un plan general de la obra previo o estas se ibandando de acuerdo con la navegación?

En general, las novelas mías no son novelas. En realidad, son reconstruccioneshistóricas, así es El camino de El Dorado y Las Lanzas coloradas.

Supusieron una investigación muy acuciosa.

En algunos casos sí. Incluso algunos de mis cuentos son así, otros no. Recuerde quemi obra cuentística es muy extensa, yo debo dejar alrededor de 70 u 80 relatos, entotal.

¿Cómo valora sus obras de teatro?

Me gustan mucho, por ejemplo, creo que Chúo Gil es de lo mejor que yo he hecho. Elteatro es muy difícil porque es algo participativo. Uno es dueño de su prosa hasta unpunto, pero en el teatro no.

¿Tiene previsto algo en relación con sus Obras Completas?

No

¿Se deben organizar temáticas o genéricas?

Creo que llegará el momento en que alguien se ocupe de eso.

¿Tiene alguna sugerencia para esa persona?

En la Fundación Polar hay un grupo que se ocupará de la divulgación de mi obra. Ellostienen todos mis originales y mis documentos. Hay una inmensa cantidad de materialallí.

Háblenos de su gustos literarios, por ejemplo, ¿la lectura de El Quijote le haacompañado?

Nunca fui muy lector del Quijote. La prosa cervantina siempre me sonaba un pocoteatral. Claro que es un grandísimo escrito, pero me interesan mucho más las novelas

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y los entremeses de Cervantes.

¿Y Quevedo?

Ahh no, Quevedo es el más grande escritor de lengua española. Ese es un monstruo,no solamente “La vida del buscón”, que es muy buena, sino “Los sueños”. Esta es unade las grandes obras de la literatura de todos los países y de todos los tiempos.

¿Gracián?

Muy valioso.

¿Borges?

Conocí a Borges. Era un hombre muy grato, muy fuera del mundo. Su ceguera loaislaba mucho, siempre andaba como en una especie de monólogo. “Ficciones” es unlibro extraordinario, una de las grandes obras de la literatura castellana.

¿Y los filósofos?

Yo no he estado adscrito a un pensamiento filosófico, he sido un poco vagabundo.

XII) El color del futuro.

A lo largo de estos diálogos finiseculares, el fuego de la actualidad política venezolanaestuvo siempre presente, siempre con la perspectiva del que la ausculta para otear elfuturo. Preguntas que desde joven acicatean a Uslar: ¿hacia dónde vamos? ¿cómoconstruimos un futuro mejor?

Yo no soy optimista, soy muy pesimista, es que uno no ve qué puede pasar conVenezuela. Desde el punto de vista del azar, pues puede pasar cualquier cosa, perodesde el punto de vista de un desarrollo más o menos lógico, no se ve, no haypropuesta para Venezuela. No hay partidos políticos, los aparentes dirigentes que hayson una gente de muy segundo orden, estamos muy corrompidos. No nos podemoscomparar con otros países cercanos, con Colombia no nos podemos comparar, ni conel Perú mismo y no digamos con Argentina, Uruguay o el Brasil, que es esainmensidad.

Estoy muy angustiado con esto que está pasando con este país. Este es un momentomuy malo, muy peligroso, hay mucho dinero, muchísimo dinero y no hay orientación.La educación es un desastre, la política espantosa, no hay debate, el país está sinrumbo, sin destino, sin clase dirigente, hay aventureros, pícaros, gente que tira la

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parada.

Ahora hablamos de revolución, es muy curioso, la idea de revolución desapareció delmapa. En este momento no queda ningún poder revolucionario en el mundo, menos enVenezuela, claro, y Cuba. Lo trágico es el nivel de la gente que nos gobierna. Yo oía aChávez el domingo, qué cantidad de disparates dijo y con qué autosuficiencia, con quéarrogancia. Este es un país muy infortunado. Era muy difícil que aquí las cosashubieran pasado de otra manera, porque este fue siempre un país muy pobre y muyatrasado, aislado, lleno de inestabilidad, de golpes de estado, de eso que llamanrevoluciones y, además, apareció esa riqueza inmensa del petróleo en manos delEstado, que provocó una distorsión total.

Si alguien se atreviera a hacer un estudio sobre la idea de revolución en Venezuela, severía lo que ha costado, lo que ha significado, lo que contiene, lo que expresa, eslamentable.

Ya le digo, yo estoy en un estado de ánimo muy malo, no tengo esperanzas, estoy comoen el infierno de Dante. Aquí no hay de dónde agarrarse, es lastimoso un país sin clasedirigente, aluvional, improvisado, improvisante, improvisador. Hay que ver lo quehubiera sido este país con esa montaña de recursos, si el gobierno hubiera tenido unpoquito de sentido común.

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