prólogo 'de

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El Camino de la Muerte en las poesías de Rubén Dario Prólogo D ESDE su.rmuy tierna infancia le tuvo Rubén Darío -miedo a la MVuerte.- Era él uno de esos niños nerviosos que padecen de la enfermedad 'de los "terrores nocturnos" ; tenía frecuentes hemo- rragias nasales.-y se de5pertaba en la noche atemorizado por sueños horribles y. por las lechuzas que anidaban en los aleros. Su imagb- nación infantil estaba llena. de cuentos de aparecidos, y de ánimas en pena --cuentos que le contaban los sirvientes y una tía rmuy anciana, _toda blanca por los años y atacada de un temblor conti-. nuo-, cuentos de un fraile sin cabeza, de una mano peluda que per- seguía como una araña, de la Juana Catina, mu jer muy pecadora y loca de su. cuerpo, que se la habían llevado los demonios con gran ruido y hedor a azufre, ¡ Sí, Rubéin Darío niño temía a la MVuerte ! 1 Y; este pavor no le de j ónunca. Era como una fobia, como una idea fija, que le obsedía especialmente en sus frecuentes noches de insomnio. 2 En ellas, velando ansiosamente, escuchando el- cerrar de una puerta, el resonar. de' un. coche lejano, experimentaba todas' las angustias que se sienten en la hora de los muertos, el terror del no sér. Cuando ese clavo de hierro metido en el cerebro le; hacía pensar en lo inevitable del- fini, "sentía que se le erizaba el pelo como a Job al roce de lo nocturno invisible", Así, para Darío toda lavida no.era sino el camino de la- muerte. No creía en otro fin, como lo dice :"¿ Qué sería de míi pobre exis-

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Page 1: Prólogo 'de

El Camino de la Muerte

en las poesías de Rubén Dario

Prólogo

D ESDE su.rmuy tierna infancia le tuvo Rubén Darío -miedo a laMVuerte.- Era él uno de esos niños nerviosos que padecen dela enfermedad 'de los "terrores nocturnos" ; tenía frecuentes hemo-

rragias nasales.-y se de5pertaba en la noche atemorizado por sueñoshorribles y. por las lechuzas que anidaban en los aleros. Su imagb-nación infantil estaba llena. de cuentos de aparecidos, y de ánimasen pena --cuentos que le contaban los sirvientes y una tía rmuy

anciana, _toda blanca por los años y atacada de un temblor conti-.nuo-, cuentos de un fraile sin cabeza, de una mano peluda que per-seguía como una araña, de la Juana Catina, mu jer muy pecadora yloca de su. cuerpo, que se la habían llevado los demonios con granruido y hedor a azufre, ¡ Sí, Rubéin Darío niño temía a la MVuerte ! 1

Y; este pavor no le de j ónunca. Era como una fobia, como unaidea fija, que le obsedía especialmente en sus frecuentes noches deinsomnio. 2 En ellas, velando ansiosamente, escuchando el- cerrarde una puerta, el resonar. de' un. coche lejano, experimentaba todas'las angustias que se sienten en la hora de los muertos, el terror delno sér. Cuando ese clavo de hierro metido en el cerebro le; hacíapensar en lo inevitable del- fini, "sentía que se le erizaba el pelo comoa Job al roce de lo nocturno invisible",

Así, para Darío toda lavida no.era sino el camino de la- muerte.No creía en otro fin, como lo dice :"¿ Qué sería de míi pobre exis-

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tencia, en un perpetuo sufrimiento, sin más esperanza que la pro-bable de una inmortalidad a la cual tan solamente la fe y la pura graciadan derecho ?" 3 Triste confesión, con la cual nos presenta el se-creto de su vida desarreglada, de su busca de placeres fugáces-el bebedizo diab6lico, el manjar apetecible, el cuerpo bello y pe-cador-, placeres que dan por un momento el olvido de la continuatortura de ser, de ir hacia la tumba.

Es entonces el "camino de la muerte" lo que vamos a estudiaren sus versos. Trataremos de hacer desfilar las distintas evocacionespoéticas que nos ha dejado Darío de la muerte, las

Hondas negruras del abismoy espanto fatal,

lividez de cataclismoo anuncio mortal, 4

pues él no tuvo -y ésto es lo primero que se nota- un sólo con-cepto de la muerte, sino distintos modos de concebirla, distintasfases que Ella le presentaba a medida que se le iba acercando. Sonéstos, en suma, los cuadros de la muerte qiue vió Dario, las visionespavorosas que tuvo- él en distintas épocas de su vida de hombre- una verdadera procesión como la holbeinesca "danza" del esque-leto, muy digna de llamarse su "camino de la muerte". 5

La Muerte y el Poeta

"La Muerte y el Poeta" es un tema predilecto del joven Darío.Un Dario que se enfrenta por primera vez con la asombrosa lucha-por-la-existencia del hombre de arte, del "hombre inútil"; un jovenescritor de versos, que vive en Santiago de Chile -en un cuartomás estrecho que el de un perro bravo, con una cama, una viejamaleta y un lavarianos de hierro por único mobiliario- y qúe escribepara La Epoca por un sueldo miserable que apenas le alcaizabapara la comida. 6

Esta lucha la pintó en forma dramática en sus primeros versossobre la muerte: Hay una lucha entre el poeta y el mundo prosaico;el poeta estd mal pagado o no pagado, hambriento, haraposo ; y porfin, el poeta muere de necesidad.

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ESTUDIos 73

En un famoso "Abrojo" 7 nos hace el cuadro del poeta quepone en sus poesías perlas, oro, marfil, diamantes de Golconda, te-spros de Bagdad, joyeles de un Nabab; pero como no tiene pan, alacabar de escribirlos muere de hambre. En otro "Abrojo" 8 repitela misma idea, al hablar esta ver de un mendigo que muere y al cualluego le elevan una estatua - y concluye Dario con amargura: "¡ Vi-van los muertos, que no han - estómago ni quijadas !" Nuevamentepinta al Padre Julián, el cura de zapatos descosidos y.viejo balan-drán y pobreza apostólica, que amanece muerto y luego le ofrecenun entierro magnifico con un dineral de cera, coches fúnebres y mú-sica marcial, que hacen burla del muerto. 9

Pero ese concepto de la muerte del poeta es para Dario un temaprosaico más bien que un tema poético. Es la prosa del mundo laque mata al poeta. Vemos por ejemplo en el cuento realista "Elfardo", 10 imitado de Zola, cómo describe el fardo horripilante quematará al hére -monstruo envuelto en lona, fajado de hierro,con clavos cabezudos y ásperos- y dice sencillamente: "Era algocomo todos los prosaísmos de la importación". Asi no nos sorprendeque Darío haya desarrollado el concepto .de "La Muerte y el Poeta",sobre todo en la prosa de Azul... En el "Canto del oro" dice sati-ricamente: "Cantemos el oro, amarillo como la muerte"; y en "Elpájaro azul" cuenta la historia del poeta que vive en la miseria1pues rehusa llevar los libros del almacén de su tio, y a fin de cuentasse suicida. Claro, ese tema tiene su m4s fuerte expresión en el fa-mosisimo cuento alegórico "El rey burgués": 11 se perfila alli elMecenas con su palacio soberbio, el vientre feliz y la corona en la ca-beza, como un rey de naipe. Y el Poeta hambriento, que habla delArte augusto envuelto en mantos de 1lamas, que quiere hacer estrofasde acero y oro y amor. Y la tragedia fatal: el poeta obligado, paraganarse el pan, a cerrar la boca y a dar vueltas a una caja de músicaque toca valses, cuadrillas y galopes en un loco i tiriririn!, hasta queel pobre poeta se muere de hambre y de frio en una noche invernál.En el poeta1 fácilmente vemos al joven Dario, obligado a olvidarsedel Arte, para escribir su articulo cotidiano sobre deportes.

Pero aún más, vemos cuán hondo es ese cuadro de "La Muertey el Poeta". No es tan sólo un abrojo amargo"lo que pinta -un po-bre poeta que muere de necesidad-, sino mucho más. En formaalegórica, es la muerte espiritual del poeta, asesinado por los pro-

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saismos del mundo, obligado a callar el canto divino y a dar vueltasa un manubrio mecánico; es el mundo material y comercial que mataal poeta y a la Poesia; es el mundo real que mata al mundo ideal.

La Muerte y la Amada

Quizás más propiamente poético es otro concepto que aparecetemprano en la obra de Darío: "La Muerte y la Amada". No hablaahora el periodista lleno de amarguras, sino el incipiente bohemio,ya hundiéndose en placeres sensuales, en amoríos, en alcohol y hastaen los paraisos artificiales del opio, es decir, en el camino del olvido.Pero no logra olvidar. Y la pesadilla nocturna, la Muerte, vuelvefatalmente en medio de las más desenfrenadas, orgías, como unasombra que espera con su guadaña afuera de la alcoba.

Así nos pinta la fatalidad de la Muerte en medio del placer: Elhombre anta, anta locamente, pero siempré estái cerca de él la Muerte,que, como enemiga celosa, se lleva a la anada.

Las primeras manifestaciones del tema son muy sencillas: EnAbrojos 12 alaba a una muchacha graciosa, y de repente se le qcurreun ¡ Dios mio, se muere! Y entonces ve a la amada ya en la tumba,envuelta en paños obscuros, y él mismo besando a la pálida muer-ta... Un poco menos grotesca es otra versión del tema en Rimas 13en que el poeta vuelve, en días de otoño, a la casa de su enamoradade días de primavera, y encuentra sólo a la abuelita de manos trému-las y fúnebres tocas.

Pero el cuadro máximo de "La Muerte y la Amada" lo pintáDario en el "Estival" de Azul...- Cabe notar lo raro de esta muerteestival y rio invernal, es decir, la muerte en la plena estación delardor. Presenciamos los amores de dos terribles seres -- la tigresade Béngala, "con su lustrosa piel manchada a trechos", y el don Juanfelino-- en la selva tórrida, llena de pájaros, de boas que se inflany duermen. Pero ese idilio monstruoso, ese colmo de la sensualidadbrutal, se interrumpe con la llegada del Príncipe de Gales, el caza-dor que dispara y mata a la tigresa, que muere con un ¡ ay! demujer. No es una tigresa entonces quien muere en el poema, esuna «fujer, es la amada. Y tal muerte no es un accidente. Lo explicaDarío en el "Anagke", 14 donde emplea el mismo tema con menos

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EST UDIZOS7

colorido, pero con más dilucidaciones :-canta la paloma su linda canto

de -sueños y melodías, y amor -la paloma de Venus-, pero al final

un gavilán "con furor se la mýetióý en el buche". Esto es la fatalidad,pues la rmuerte, -como gavilán infame, se lleva a la amada. Lo repiteDarío en forma muyr termninanýte en un soneto quizás demasiadoconocido:;

la muerte, la celosa, por ver si mne querías,como una rnargarita de amor ¡ te desho jó 1 15

Emperoi, debemnos notar que esta muerte de la amada no cambiala actitud erótica del poeta, 'pues le produce una reacción casi sádica.

Así, después de la muerte de la tigresa de Bengala, el» tigre. tiene un

sueño horrible y sensual. Matiz que luego elaboró Darío en "El país

de las alegorías" 16 --región donde, afirma él, siempre danza Sa-lomé por la cabeza de San Juan-, pues concibe las sensaciones de

la'muierte. horriblemnente unidas a- las del amor, Tamnbién en "Re-tratos" nos hace un cuadro netamente sádico de Sor.María, blanca

abadesa de rostro ovalado y boca purpurina, que paga el sacrilegióien la hoguera.

Vemos pues que ese concepto de "La Muerte y la Amada"

tiene su mejor expresióýn en la poesia de imágenes sensuales, y quese reduce sencillamente a esto : la muerte tiene- papel muy secundario

para el poeta sensual ; 17 es la enemiga imborrable que se lleva a

la amada, que interrumpe el placer ; pero el poeta no se 'de ja in-

terrumpir.

¡La Muerte, -Diosa C'asta!

El poeta de Prosas profanas nos hace por primera vez el retra-

to de la muerte misma. Antes nos había dado la queja del poeta contra

el mundo mata-ilusiones, y luego, el estremecimiento del sensualista.

contra la fatalidad que interrumpe el gozo. Pero ahora, ya poetamaduro, mira a la Muerte frente a frente con percepciones de ar-tista -- ya sabio de sensaciones, ya evocador- de bellas imágenes, yaarcipreste del paganismno literario-, y nos pinta la cara de la terribledesconocida.

Es una visión "puramente pagana, griega, mitológica : La Muerte,no hay que temerla, putes es una Diosa bellax y casta, la pálida reina

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6RE.VISTA IBEROAMERICANA

del desconocido Imperio ! Una Diosa, claro, que no figura en el pan-

teón antigulo, aunque se deriva muy claramente de la Proserpina,esposa de Plutón, rey del Imperio de los muertos, -- sino que másbien es una visión literaria de Darío, pagano. moderno. 18

Nos presenta esta.visión de la Diosa Casta en "Coloquio, de, loscentauros", evocación del mundo antiguo mitológico. Escenario :la isla donde se detiene el argonauta del Ensueño. Personajes :loslegendarios centauros, hijos de Ixion- y Nube, los hombres-caba-llos. 19 Y el coloquies: una serie de himnos a la sagrada Naturaleza,

panteísta, donde hay una alma en cada una de las gotas del mar,yalma. en el rubí y en el topacio. Esta naturaleza, pues, es todoel universo pagano de Darío y--clarísimo est- ba j o el reino mnis-terioso de su diosa, suprema, Venus. Pero hay otro enigmna.másallá del Amor, la Muerte. Y entonces viene lo maravilloso, lo es-

calofriante. Exclama uno de los centauros :¡La Muerte! Yo la hevisto. La Muerte, pues, se nos va 'a presentar como una visión,la visión de una diosa pagania'que vió con sus propios ojos otro sérlegendario :

¡ La Muerte!I Yo la be visto. No es demacrada y mustiaNi usa corva guadafia, nl tiene faz de angustia.Es semejante a Diana, casta y virgen como ella;En su rostro hay la gracia de la núbil doncellaY lleva una .guirnaldla de rosas siderales.En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,.

Y en su diestra una copa con agua del olvido.A sus píes, como un perro, yace un amor dormido.

Luego se comenta la paz que da la muerte, que no alcanzan los dio-ses;ý pero ya está lo esencial, la Diosa misma, la.visión.

Y en otro poema 20 donde se repite el concepto de la DiosaCasta, vemos que la visión es del poeta mismo - algo que ve 'sóen la hora del ensueño, cuando un desfile de sombras sobre carne-

líos atraviesa la página cual un desierto de hielo:;

Y camina- sobre un dromedarioLa Pálida,

La vestida de ropas obscuras,

La reina invencible, la bella inviolada :La Muerte.

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ESTUDIOS

La Muerte, Diosa Casta, es entonces puramente una visiónliteraria, una preciosa mitológica, vista con ojos de ensueño en pai-ses legendarios o en procesiones metafóricas - la visión venusinadel poeta. Esta Diosa Casta se define muy sencillamente en la ini-tologia de Rubén Dario: es, nada más, lo que está más allá deluniverso de los ardores; la Diosa bella, inaccesible, con un cupido(estilo putti) que duerme a sus pies; o, para decirlo de otro modo,es "La que adormece al Amor". 21

La Muerte, terror que obsede

Rubén Dario empezó a envejecer muy temprano. A los treintay pico de años vivia en orgias continuas, se encerraba en su cuartode Montmartre durante semanas enterás a beber desaforadamente,hasta que la criada abria la puerta, para encontrarlo en cuatro piesy gruñendo como cerdo. 22 Y en los momentos lúcidos ya veía esca-parse la flor de su juventud, ya sufría física y espiritualmente desu "neurastenia", y sentia un miedo espantoso al ver que renaciaen su subconsciente la "conciencia", y el terror de "La Muerte, queobsede".

Ese terror lo ha, expresado en unos cuantos gritos liricos: Hayun terror nocturno que obsede, el horror de sentir que nos acerca-mos más y más a la tumba, que estamos ya en pleno camino de lamuerte.

En "Thanatos" 23 la'dice sencillamente:

En medio del camino de la vida...Dijo Dante. Su verso se convierte:En medio del camino de la Muerte.

Y en su "Nocturno" 24 nos cuenta ese camino paso a paso. Confiesaque va a revelar su angustia, y nos hace la historia de una vida per-dida, como se hace en la hora nocturna cuando uno repasa todossus desencantos y sus dolores: su juventud de rosas y sueños, ysu desfloración amarga; y el falso azul de "inquerida bdhemia",y 1o que ha sido "el huérfano esquife de su existencia". Luego vieneel final, la tortura interior, y el horror de sentirse pasajero, el ho-rror6*

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De ir a tientas, en interminentes espantosHacia lo inevitable desconocido y laPesadilla brutal de este dormir de llantosDe la cual no hay más que Ella que nos despertaráI1

El mismo camino hacia la muerte lo traza metafóricamente en "Au-

gurios", por medio de una serie de aves simbólicas que pasan sobrela cabeza del poeta, como los pájaros de los antiguos augurios ro-manos: el águila con la tormenta en sus alas, a la cual le pide elpoeta sus fuerzas; el buho de la sabia Minerva, al cual pide susabiduria; la paloma de Venus, a la que le pide ardor en el amor; elgerifalte, al que le pide 'uñas para cazar ideas palpitantes; y luegoel ruiseñor, al cual no le pide nada, pues ya tiene su lira. Peropor fin

Pasa un murciélago.Pasa una mosca. Un moscardón.Una abeja en el crepúsculo.No pasa nada.La muerte llegó,

Dario se siente, pues, en el camino hacia la muerte - y fran-camente, tiene miedo. En "Spes" no canta la esperanza, sino eltdnor que no le deja, y suplica en su plegaria: "Dime que este es-pantoso horror de la agonia - Que me obsede, no es más de miculpa nefanda". 25 Y en "Lo fatal" lariza el grito desesperado delhombre sin fe, sin rumbo; del que no sabe nada, ni a dónde va, nide dónde viene, y sufre por lo que no conoce y apenas sospecha;del que entre todas sus dudas de agnóstico siente sólo una cosa bienprecisa -un solo punto fijo en todo su terror y su obsesin-: elespanto seguro de estar mañana muerto!

La Muerte en la Visión Apocaliptica

"fLa Muerte en la Visión Apocaliptica" es el cuadro final, yquizás el más terrible que nos presenta Dario de la muerte. UnDario al borde de su desintegración, con el cuerpo enfermo que yano puede curarse de su dipsomania, buscando vanamente el bálsamoque sana el alma. Este pagano, este agnóstico, se acuerda tardiamen-

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EsTUDIos

te de la fe de su niñez, 26 de que la noche de Ilaritos ,np debe elalma afrontarla sola, sino con la ayuda del Salvadot, del Redentor delmundo. Pero buscando la gracia, Darío encuentra sólo al terribleJuez, y el espanto del infierno que le espera, de los demonios que sellevaron a la Juana Catina, la mujer pecaminosa.

Esta es, pues, la visión apocaliptica de Dario: El Cristo glo-rioso o agónico, pero junto a _É una multitud no de salvados sinode condenados en torturas dantescas.

Habia pensado en el Apocalipsis anteriormente,- sobre todopara buscar refugio de la guerra. La guerra, para ún artista comoDario, era la peor manifestación del odioso mundo material, "cette

noire flamme, - Qui fait de nos esprits, de Cain les égauz". 27

Y en "Canto de esperanza" 28 habla de la guerra en términos delmilenario, de peste y del Anticristo; y pregunta al Sen.or por quétarda en venir sobre el caballo blanco que miró el visionario. Igual-mente, en "Mientras tenéis, oh negros corazones", ataca a los mate-rialistas con sus conciliábulos de odio, y trata de reanimar a lospoetas, al Shakespeare pobre y al Cervantes manco, con la promesadel Apocalipsis del idealismo. En "Pax" -- de Lira póstuma-'- tene-mos otros matices sobre el mismo tema; alli no hay paz sino guerra,la Madre Negra; y naturalmente, afirma el poeta que viene elApocalipsis, pero al final no ve llegar al Cristo triunfante, sino alCristo en la agonia:

y ante la sangre del Calvariose acabarán las sangres de la guerra.

Asi, no nos extrañamos de que la gran visión puramente apoca-liptica de Dario -"Santa Elena de Montenegro" 29- sea del mo-mento supremo de la Pasión y no de la Gloria:

Hora de Cristo en el Calvariohora de terror milenariohora de sangre, hora de osario...

Y esta terrible hora la representa con visiones "cual vió en sq apoca-lipsis Juan": la tierra se abre, .y por sus pústulas se ve el ,Infiernodantesco, con lo que llama Darío el espanto de la Edad Mediá, aunrque añade é1 detalles del infierno clásico, tales como las furias y las

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cabelleras de las Medusas. Es un cuadro verdaderaMrente infernal, congusanos que empiezan su trabajo, con voces que ululan, con lluviade cenizas, y sobre todo con la gente que se inuere, la muchedumbrealocada, gritando en la

Región que el espanto prefiereY en donde la Muerte más hiere.Ay! Miserere. . . Miserere!

Eáto es lo qut ve la imaginación espantada de Darío: sencillamente,el infierno carnal de los pecadores, los que no se han librado de lossiete pecados cardinales.

Nos recuerda el Ultimo Juicio de la capilla sixtina, con la mul-titud, de cuerpos atormentados entre los cuales se puso el pintor mis-mo. Eri toda la obra de Darío, no encontraremos visión de gloriaque' pueda parangonarse con esto. Almas que alcanzan el cielo, lashay: un santo obispo, una muchacha inocente,, los buenos y loshéroes, seres luminosos 30 entre los cuales por supuesto no figuraRubén Dario. Es ciertcrque Darío, vuelto de su apostasía y miran-do la muerte con ojos de cristiano, cree verse entre los condenados.Pues en "Sum", 31 es el poeta mismo quien por último ulula el la-mento, de los desesperados:

voy a ponerme a gritaral borde de los sepulcros:

¡ Señor, que la fe se muere!Señor, mira mi dolor,iMiserere! ¡Miserere!. .

Dame la mano, Señor. ..

La fisiología de la Muerte

La muerte fisica es un tema que no atrajo a Darío. 32 ¿ Cómopodría encontrar deleite en describir los aspectos fisiológicos d9la' Muerte el poeta de la sensualidad, del paganismo, que siempre tuvoun terror asombroso de morir? Sin embargo, nos ha dejado algunoscuadros de ese género, tan recios como inusitados en su obra, ycompuestos en distintas épocas.

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E STUiD I OS8

La primnera representación niotable de la muerte- física, la haceDarío en Azul.., en ese extraño' atento realista "El fardo". 3 3 Entrama única 'relata la vida escuálida de un pobre lanchero que muerecuando- un fardo le 'cae encima ; y -en este momento climatérico,Darío nos pinta el suplicio mortal en una frase que se destaca porun- realismo verdaderamente repugnante:;"cayó sobre el hi jo del, tío

Lýucas, que entre- el filo de la lancha -y el gran bulto quedó con -losriñones rotos; el espinazo desencajado y echando sangre negra por laboca". ¡ Y'esto nos lo ýdice el poetade los cisnes !

Otra vez, en Prosas pro fanas, Darío vuelve a la descripción dela muerte sangrienta, pero esta vez en una forma lírica, en su "Can-to de la sangre". 34 -Cada estrofa está, anuncia da por distintos tiposde sangre -la de Abel, la' del Cristo, la que vierte el cazador, laque vierte la Ley, etc.-, lo cual hace una leyenda de sangre ala'española. Aunque, de veras, esta sangre apenas mancha las líneassiguientes; pues, cada sangre tiene su instrumento acertado. en elcanto (por ejemplo, clarín. para las batallas) y su imagen evocadora,entre las cuales hay tanto de mariposas como de horrores. Pero enlas últimas líneas, el conjunto de sangre "-instrumento e. imagen-

nos da la evocación de una muerte fíisica sumamente desagradable :

Sangre de los. suicidas. Organillo.Fanfarrias macabras, responsos corales

Con que de Saturno celébrase el brilloEn los manicomios y en los hospitales.

Esta muerte f ísica llega a su apogeo en la obra de Darío, en"Gesta del, coso", 3 5 otro ejemplo de tema hispánico, aunque pre-

sentado en forma muy personal, pues describe una corrida de torosdesde el punto de vista 'del sufrimiento de los pobres 'animales. Haimaginado un diálogo en el toril, entre un buey de servicio y untoro bravo, momentos antes de la muerte del -último; 'diálogro en

que ambos hablani de sus duras suertes, y al final, el toro nos haceuna descripción estupenda de la muerte que lIo aguarda. Es una

muerte puramente física, pero además una muerte subjetiva. Nosdescribe las sensaciones del sufrimiento mortal: "en mi carne en-tierra el arpón de la alegre banderilla, encarrnizad6 tábano de: hierro","la tempestad en mi_ pulmón"i de bruto"t; pero este sufrimiento tie-na una amargura más allá de las sensaciones, porque en medio de

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2 REVISTA IBEROAMERICANA

l a agonía escucha el toro el aplauso a la. estocada mortal, y ve las

mulas enguirnaldadas que arrastrarán su cuerpo.Aquí no vemos la. muerte de un toro..Es el. poeta. mismno quejuf re yr describe las sensaciones del "crudo sacrificio" y la amargura

de la muerte. El poeta que desde su juventud- conoció lo amargo dela.multitud, ;del mundo material. El poeta de la sensualidad que hizo

culto del paganismo, para despertarý agnóstico sin fe, para encontrarse

por fin al boarde del infierno de los carnales. Y que aquí, con todos,sus nervios sensuales, siente 'algo que -deja escapar muy raramenteen sus versos:; el horrible estertor de la. agonía, de. la muerte físicaque lo. espera.

Epilogo-

Rubén Darío murió después de horribles agonías..Padecía prin-

cipalmente de cirrosis aguda, enfermedad causada por el alcoholismo,.que le atacó sólo como estocada mortal, pues ya tenía los n ervios y elsistema casi carcomnidos.

'Murió bajo el bisturí quirúrgico del doctor Luis Debayle. Yuna vez- muerto, hasta profanaron el cadáver. Manos 'sacrílegas leaxtraj eron los sesos sangrientos, y hubo una lucha cuerpo. a cuerpoen la sala de operaciones, e ntre el médico y el cuñado de Darío,Andrés Murillo, el cual quería llevarse el cerebro para venderlo ala Argentina para un museo. 3 6Vergonzoso.- conflicto : el médicocon el corazón tibio aún en las manos, -y Murillo armado de revól-ver, y el cerebro que cayó al suelo derramando sangre negra. Luego,esta masa cerebral fué embalsamada en una vasija repleta de alcohol ;

llevada en una ýmiserable maleta de viaje, debajo de los. grasososasientos de un carro de tercera clase ; entregada al doctor_ Juan JoséMartínez para el "examen. científico"; medida y pesada, y estu-diada en su "centro de Brocca'", sus "lóbulos parietales" ; y por.fin--ya seca. la sangre y evaporada la solución de formalina-, fuéfotograf iada en un plato de- vidrio sobre una mesa .con rosas.... 37

Empero,. "No os asustéis", diría él. Estos horrores del cerebrol os había contadormucho antes, en"E pá jaro azul", 38 donde narróla muerte de. un poeta que- lucha en vano contra. el mundo. -Este.poeta tenía un pájaro azul en tel cerebro, el pájaro por supuesto dela fantasía, del ensueño, de la ilusión poética ; y al fin> murió caoo

'ü2

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ESTUDIOS

suicida. Llegaron los amigos, y encontraron el cadáver en el lecho,entre las sábanas ensangrentadas, con el cráneo roto de un balazo,y sobre la almohada fragmentos de masa cerebral. Consigo teníael famoso poema que compuso sobre el pájaro maravilloso, y en laúltima página había escritas estas palabras: "Hoy, en plena prima-vera, dejo abierta la puerta de la jaula al pobre pájaro azul".

A Darío, pues, le podemos mirar el cerebro sangriento y des-garrado, con perfecta calma. 39 Muerto él, ya ha terminado su luchacon el mundo, con ese mundo de luchas amargas y empresarios, esemundo de mil pasioñes que le devoraron. La jaula está abierta, estálibre por fin la poesía. ¡ Ya emprendió su vuelo el pájaro azul!

HELEN RAND PARIsH,

Universidad de California.

NOTAS

1 Véase La vida de Rubén Darío escrita por él mismo, capítulo II,donde dice: "De allí mi horror alas tinieblas nocturnas, y el tormento deciertas pesadillas inenarrables", et passirr.

2 Dr. Juan JoséI Martínez, Consideraciones sobre el cerebro y lo perso-nalidad de Rubén Dario, p. 29.

3 En su novela inconclusa Oro de Mallorca.

4 "A un pintor", El canto errante.

5 Cuando aparece un nuevo concepto de la muerte en la obra de Da-rio, el poeta casi siempre emplea lx misma idea en varios poemas de una mismacolección. Estos cuadros distintos no son absolutamente cronológicos, puesun mismo tema se repite de vez en cuando en obras escritas más tarde; pe-ro generalmente, las encarnaciones importantes -si podemos llamarlas así-'de cada concepto, se encuentran bien separadas en períodos distintos,

6 La pobreza del joven poeta la describe Orrego Luco, en su ar-tículo "Rubén Darío". Y lo poco que ganaba en su empleo de gacetillero,1o nara. Samuel Ossa Borne, véase Obras escogidas de Rubén Darív publi-cadas en Chile, Pp. 24 y 228.

7 Abrojos, VI. "Puso el poeta en sus versos".

8 Abrojos, VIII. "Vivió el pobre en la miseria'.

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REVISTA IBEROAMERICANA

9 Abrojos, LII. "Erase un cura; tan pobre".

10 Azul. . . Ese cuento pertenecé de veras a la escuela realista, pueslo sacó Dario de una idea que tuvo durante días de su empleo en la Actuanade Santiago; y así, tiene detalles observados de la vida de los lancheros.

11 Se ha creido ver en el ley burgués al señor Eduardo Mac-Clure,director del diario La Epoca, lo que seria raro, pues Mac-Clure publicó el cuen-to. Luego se ha creído que se trataba de una leyenda. Pero Darío mismo dijoque empleaba un simbolo muy claro, símbolo de su existencia de aquel enton-ces, pues añadió: "todas mis pobrezas, todas mis angustias y expoliacionesde entonces están sufridas y vengadas en 'El Rey Burgués'".

12 Abrojos, XLII. "Tan alegre, tan graciosa".

13 Rimas, VII. "Llegué a la pobre cabaña".

14 "Anagke", Azul... La palabra griega que quiere decir necesidad,destino, fatalidad, como el latín fatum. El significado del título es impor-tantísimo para determinar la idea del poema y establecer la conclusión de quela muerte de la amada, en esta poesía y en otras, es una necesidad y no unaccidente.

15 "Margarita", Prosas profanas.

16, De Prosas profanas, como lo es también el próximo poema comen-tado supra. Le interesó a Dafío el tema de Salomé, y en su cuento "La ser-piente de oro" elabora una fantasía sobre su muerte, cuento que puede pa-rangonarse con la "Hérodias" de Flaubert, aunque está escrito en un tonomuy distinto.... Los "Retratos" pueden haber sido inspirados por unas pin-turas de Goya.

17 No comentamos aquí el papel de la muerte en la "Dedicatoria"del Poema de otoño, pues se refiere más bien a un concepto de la vida. Elconsejo "¡Vamos al reino de la Muerte-por el camino del Amor!" esuna invitación al camino del oluido que señalamos en el párrafo primero deeste capítulo. (Véase también el párrafo tercero de nuestra breve introduc-ción.)

18 Dario mismo, en "Divagación" de Prosas profanas, confiesa que amamás que a la Grecia de los griegos, la Grecia de la Prancia. Y a propósito desu Proserpina, tiene ella un fuerte parecido con la de Swinburne en su "Gardenof Proserpine", pues el poeta inglés también recibió sus ideas mitológicaspor medio de infiltraciones francesas.

19 Se han señalado las fuentes de este poema en el "Khirón" de Le-conte de Lisle, y la "Fuite des Centaures" de Heredia: y se han indicadoinfluencias de Villiers de 1'Isle Adam y de Gerard de Nerval, etc. Pero estasfuentes parnasianas e influencias simbolistas, son para los nombres de los cen-tauros, el cuadro, los temas del coloquio, y no para las imágenes que aquí

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comentamos. (Véase Mapes, L'influence franiaise dans l'oeuvre de RubénDario, pp. 61-2).

20 "'La página blanca", también de Prosas profanas.

21 Contreras en Rubén Dario, su vida y su obra, bablando de los ver-sos en que se describe esta Diosa, exclama: "¡Y con qué sabiduría expresanla concepción pagana de la muerte!" Nosotros no concordamos. El conceptopagano de la muerte fué sumamente horrible, como se ve por ejemplo en el casode los lemures, quienes bebían sangre humana, como lo hacen en el conocido"descensus Averni" de Virgilio. Ese auténtico terror antiguo lo evoca Daríocuando habla de lenures y bosques y noche, pero no cuando habla de laDiosa. Esta Diosa proviene más bien de la leyenda de Proserpina que se refiereal adormecimiento anual de las fuerzas' vitales: sin embargo, el paganismo deDarío es un paganismo decadente y afrancesadq.

22 Esta anécdota la' cuenta Fernández Guardia: véase Torres-Rioseco,Rubén Dario> p. 54. Son innumerables los cuadros semejantes que tenemos deDarío.

23 De Cantos de vida y espieranza, de la cual obra, de título optimista,extraemos tódos los versos pesimistas de este capitulo.

24 Véase la breve introducción a este estudio. Los "Nocturnos" de Daríono son simples formas artísticas, sino versos de autobiografía interior, basadosen los sufrimientos nocturnos del poeta y en sus noches de insomnio, enfer-medad que se agravó mucho por el uso del alcohol.

25 El critico español Ramiro de Maeztu propone la idea de que Daríono creyó en el pecado original. Sin caer en discusiones teológicas, queremos se-Salar que en las poesías aquí comentadas, la conciencia, y en "Spes" el remor-dimíento, tienen un papel importante.

26 Véase especialmente el capítulo VI de la Autobiografía, donde des-cribe Dario sus devociones infantiles, bajo la influencia de una tía beata, enlas cuales (por ejemplo) en el día de la Cruz tenía que decirse mil veces"Jesús". El fenómeno del roué que vuelve a la religiosidad es muy común.

En el caso de Darío, fué una tendencia marcada de sus últimos años; en Ma-llorca, para citar un sólo caso, vistió un hábito blanco de cartujo "para nevarsobre el incendio de su alma".

27 "France-Amérique". Poemas del otoño y otros poemas.

28 Cantos de vida y esperanza.

29 Poema del otoño. La escena, naturalmente, viene de los Evangeliossegún San Lucas y San Mateo, donde hubo una obscuridad sobre la tierra

desde la sexta hasta la novena hora.

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30 -"En Elogio del Ilmo. Sr. Obispo de Córdoba, Fr. Mamerto Esquiti,O. M.", El carto errante: "Spes: En memoria de Mlle. Anne-Maria HIeberGarcía", y "Caminos", Lira póstuma.

31 El canto errarte. Esta poesía tiene, en su primera estrofa, "Yo soyen Dios lo que soy", algo de las experiencias teosóficas de Dario... Noquisimos comentar aqui la triste y estéril obrita "La vida y la muerte" deLira póstuma, pequeña poesia mecánica en la que la vida brinda la urna hen-

chida, y la muerte vierte la copa.

32 Véase el "Nemrod está contento" de Lira pósturma, obra en la cualDario rehusa bacer un cuadro del famoso cazador a la manera de un "St.Julien l'hospitalier" de Flaubert, y prefiere hablar de un Nemrod que mataanimales simbólicos, es decir un materialismo que mata al ideal legendario.

33 Véase la nota 10, supra.

34 La forma' de esta poesía estái imitada de la. "Voix de florgueil" deVerlairie; pero aquí nos interesamos más bien en su contenido de "sangre".

35 Canto a la Argentina. Esta poesa, claro, está dentro de las corrien-tes españolas y americanas -es decir. no-europeas- en la obra de Darío:corrientes admirablemente delineadas en Casticismo y americanismo en la obrade Rubén Darío, de Torres-Rioseco (Obra citada, parte segunda, especialmentelos capítulos III y V). Lo que aquií llama la atenci6n es la actitud casi anti-hispánica de Darió.

36 Gabry Rivas relata el episodio en sus "Cosas nuevas sobre RubénDarío". Dice el señor Rivas que no sabe en qué lugar reposan !actualmentelos órganos del poeta; pero el doctor Martnez dice que las reliquias están enla ciudad de León, Nicaragua.

37 Dr. Juan José Martinez, obra citada: "Fig. I. El cerebro de RubénDario"; "Fig. II. Hemisferio izquierdo del cerebro de Rubén Dario. Vista la-teral del cerebelo izquierdo"; "Fig. III. Vista posterior del cerebro y del ce-rebelo de Rubén Dario".

38 Azul...

39 No creemos necesario justificar a Rubén Darío, tema muy atrayentepara todos sus crticos y biógrafos. Sobre el alcohol, por ejemplo, escribi eldoctór Martinez que tenía Dario "la necesidad de producirse una congestiónartificial del cerebro por medio de la postura que adoptaba para trabajar,aumentada aquélla por el uso del lico fuerte".

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