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PRI y PAZ: El lenguaje del Partido en la voz del Poeta Juan Abelardo Hernández Franco

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  • PRI y PAZ: El lenguaje del Partido en la

    voz del Poeta

    Juan Abelardo Hernndez Franco

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    1 edicin: Octubre de 2012

    Partido Revolucionario Institucional (PRI) Instituto de Capacitacin y Desarrollo Poltico, A.C. Insurgente Norte 59, Colonia Buenavista, Delegacin Cuauhtmoc, C.P. 06359 Mxico, D.F. ISBN 978- 607-95954- 1- 8 Impreso en Mxico Este libro fue realizado como parte de las tareas editoriales para las actividades especficas que lleva a cabo el Partido Revolucionario Institucional de conformidad con lo dispuesto por el artculo 292 del Reglamento de Fiscalizacin; queda estrictamente prohibida su venta o reproduccin para fines distintos a los establecidos en el propio reglamento.

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    PRLOGO En los ltimos aos, la cultura poltica se ha vuelto un tema de trato recurrente no slo al interior del ambiente acadmico, sino incluso dentro de los propios debates en el medio, las reflexiones legislativas y dentro de la legislacin misma. De este modo, en la actualidad el concepto de cultura poltica o, mejor an, el de cultura democrtica, parecen formar parte de nuestro lenguaje comn, que a veces oscila entre lo tcnico, lo jurdico y lo prgmatico. Sin embargo, en medio de este uso que hoy parece cotidiano, bien vale la pena reflexionar sobre la construccin de dichos trminos, no slo en su aspecto terico, sino tambin en el prctico. Y ms all de la simple construccin de lo que hoy pareciera un trmino bien entendido, vale mucho la pena escudriar el proceso mismo en el que cultura poltica y cultura democrtica nacieran, permearan y se desarrollaran en la cotidianidad de la vida pblica de nuestra sociedad. En este orden de ideas, es que la obra PRI y Paz: El lenguaje del Partido en la voz del Poeta ofrece a todos sus lectores, precisamente, dicha posibilidad, y es que el autor encontr en la vida de uno de los intelectuales mexicanos ms importantes del siglo XX un eje conductor para explicarnos, con sobrada claridad, el devenir de la construccin democrtica de la sociedad mexicana. En este texto se sigue con exactitud el transitar de una de las mentes ms brillantes de nuestro pas, como lo es Octavio Paz, y al mismo tiempo se recorre, con ese pretexto, un cmulo de aos en la vida de Mxico. Lo anterior es importante, porque lejos de dilucidar los eventos ms gratificantes del devenir histrico de nuestro pas, es la voz crtica del intelectual libre la que nos permite conocer los acontecimientos (buenos, malos, deseables, indeseables) que dan sentido a la democratizacin y a nuestra propia construccin como nacin. Lo valioso de la obra es que se recorre, en el lenguaje del poeta: crtico, agudo y atinado, la historia misma del pas; la cual no se presenta como una oda triunfalista de los logros oficiales y mucho menos como una crnica propagandstica del propio Partido Revolucionario Institucional; por el contrario, se presenta una historia que es vista desde los ojos de un

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    mexicano con una agudeza intelectual sobresaliente y con una libertad envidiable, un mexicano que se nos muestra preso de sus propias contradicciones y temores pero, al mismo tiempo, fiel a sus ms ntimas convicciones. El autor de este texto logra encontrar el eje conductor para explicarnos varios problemas de la vida democrtica como lo son: la falta de apoyo a la generacin de conocimiento, la falta de pluralidad en las discusiones democrticas, el hermetismo de las instituciones polticas (concretamente en los Partidos Polticos), la falta de miras hacia el futuro o hacia el propio presente, y el exceso de aoranza del pasado, por mencionar algunos. El texto, valioso en s mismo por su amplia investigacin documental, logra no slo dilucidar los problemas que como pas se enfrentaron y se siguen enfrentando en aras de la construccin de una vida democrtica, sino que al mismo tiempo y tomando de la propia sabidura del personaje que en ella se estudia, el autor nos deja para la reflexin diversos apuntes que hoy pueden ser gua y respuesta a muchas de nuestras interrogantes. En resumen, es el lenguaje democrtico en la voz del poeta el que nos logra plantear muchas reflexiones sobre la construccin cotidiana de nuestra cultura poltica y democrtica. Es Octavio Paz, despus del propio Octavio Paz, el que hoy como en antao, desde las revistas Plural o Vuelta, nos contagia de esa libertad, del pluralismo y de su propia intelectualidad, para construir con ellas nuestra democracia.

    Ahora bien, es de resaltar que PRI y Paz: El lenguaje del Partido en la voz del poeta es la obra que marca el inicio de lo que habr de ser la Coleccin Reflexiones para la Democracia; la cual buscar fortalecer la cultura poltica y democrtica de nuestro pas, a partir de la generacin de nuevo conocimiento: plural, libre y reflexivo, que habr de preguntarse sobre los grandes problemas nacionales de la actualidad, mirando al pasado para aprender sobre el mismo pero proyectando hacia el futuro para construir sobre el presente de nuestro Mxico.

    Fernando Roberto Ziga Tapia1

    1 Director General de Capacitacin y Formacin Poltica del Instituto de Capacitacin y Desarrollo Poltico, A.C. (ICADEP) del Comit Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional y Coordinador de la Coleccin Reflexiones para la Democracia.

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    PREFACIO Una tarde, entre los primeros meses de 1998, en la casa de Alvarado, ubicada en el barrio de Coyoacn, el enfermero llevaba al poeta en su silla de ruedas de la recmara a una sala con las paredes repletas de libros y llena de flores. Ah le esperaba un periodista, amigo de hace algunos aos.

    - Gracias Hrcules, aqu esta bien.- Le dijo el poeta al enfermero, quien lo haba instalado frente su visitante.

    - Cmo sigue usted, Octavio? -Pregunt amablemente el periodista. - Mire Julio, la metstasis cancerosa se va extendiendo por todo el

    cuerpo. Del cuello para arriba todo est bien, del cuello para abajo priva un desorden absoluto.

    - Est usted tomando algo? - No, en lo absoluto, he decidido no tomar nada. Quiero permanecer

    lcido hasta el ltimo instante. - Pero vale la pena soportar el dolor? - Si estuviera sedado perdera la conciencia y con ella la nocin del

    tiempo. El conocimiento, Julio, nuestro conocimiento del mundo slo se pude dar con el tiempo y yo an aprendo, mi amigo. Hasta el ltimo minuto el hombre aprende.

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    Y EL MANTEL OLA A PLVORA

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    La vieja casona de Mixcoac

    La plaza de San Juan, en Mixcoac, tena al centro una fuente redonda y algunas bancas de madera pintadas de verde. Hacia el oriente se descubre una pequea iglesia rodeada por un gran atrio en el que sobresale una inmensa cruz de piedra. Hacia el poniente, la plaza se cierra por las fachadas de dos casonas; la de Valentn Gmez Faras y la de Ireneo Paz Flores. Esta ltima se reconoce por sus dos rejas de hierro en las que se encontraban las iniciales del propietario. Las -hoy- dos ventanas contiguas a la puerta eran entonces balcones que daban luz a diferentes salones. Hacia el interior de la casa, cada saln converge a una gran terraza rectangular con piso de losetas en forma de rombos blancos y azules. Hacia el frente se puede ver la cocina, la despensa y los cuartos de servicio donde viven Ifigenia y Elodio, un matrimonio que se encarga del servicio de la casa. Ella cocina, limpia y riega las plantas. l, se ocupa de la jardinera y de realizar mandados. En las restantes alas que bordean la terraza se encuentran las habitaciones, un pequeo saln circular con un tragaluz, la sala de esgrima y una gran biblioteca.

    Todas las maanas don Ireneo Paz Flores, vestido con su chaqueta

    de terciopelo oscuro, muy elegantemente bordada, entra en ella seguido por su hija Amalia. Una de esas mujeres chapadas a la antigua: delgada, solterona, pero muy letrada. Ella ocupa su lugar sentada frente a una vieja mquina de escribir Oliver y empieza a teclear velozmente transcribiendo todo dictado que sale de la boca de su padre, quien parece un Homero recitando la Iliada. La mirada de don Ireneo se pierde como si quedara ciega en la memoria cuando habla. Mientras tanto, Amalia mueve los dedos velozmente como si se tratasen de abejas en un colmenar. Cartas, memorias, novelas. Parece que Amalia acompaa al piano el canto maravilloso del viejo Paz Flores.

    Desde sus aos de juventud, don Ireneo fue un gran aficionado a la

    historia y le encantaba escribir novelas de ese tema. Pero no escribe con el farragoso estilo del investigador duro, sino que le interesaba, sobre todo, hacer pasar un buen rato al lector y eso lo divierte. Prefiere ser ledo por muchos cautivos lectores y no por los pocos entendidos en los temas eruditos. La mayor parte de lo que escribe se enva a su imprenta ubicada en la calle del Relox, en el centro de la Ciudad de Mxico. Ah prepara las

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    ediciones de su peridico La Patria, publicacin anticarrancista y de circulacin local.

    El viejo Ireneo Paz haba estudiado en el Seminario Conciliar de su

    natal Guadalajara, donde agudiz su inteligencia. Tal vez sera mejor decir afilarla, pulirla a la manera en que los jvenes seminaristas lo hacan por medio de sus estudios teolgicos y filosficos impartidos en aquel lugar. Ms tarde, en 1863, obtendra el ttulo de abogado al concluir sus estudios de Derecho. Desarroll una capacidad literaria innata que lo llev a ingresar a la sociedad de Ensayo Literario, lugar donde presentaban sus textos a jvenes escritores e intercambiaban sus impresiones sobre los mismos. Su carrera humanstica y su temprano matrimonio se vieron alterados por la invasin francesa en Mxico. Refugi a su familia en la ciudad de Colima y se uni al ejrcito liberal, primero bajo el mando del General Julio Garca y ms tarde al del General Miguel Echegaray.

    Por aquellos aos, el destino jug cruelmente con su suerte.

    Primero, estando entre las tropas del General Echegaray, tuvo que rendirse ante la fuerza del ejrcito imperial de Maximiliano. Despus recibi la noticia de la muerte de su pequea hija Cleotilde, a quien haba dejado en Colima con slo tres meses de edad. Paz dej entonces la milicia y consigui la oportunidad de ir a Guadalajara con su esposa y su recin nacida Amalia. En su ciudad natal inici un nuevo combate, pero ahora utilizando la pluma y sus dotes de escritor. Inici la publicacin de varios peridicos de estilo mordaz y stira poltica. Primero una publicacin llamada Sancho Panza, despus El Payaso y ms tarde El Noticioso. Perseguido poltico, su vida fluctu entre publicaciones, la crcel y la milicia. Particip, obteniendo el grado de Coronel de Caballera con el Ejrcito de Occidente cuando ste venci a los franceses en aquella zona del pas. Al derrotar los republicanos a los imperialistas, Ireneo Paz encontr en Jurez y Lerdo de Tejada dos enemigos. Por ello, decidi apoyar a Porfirio Daz hasta que lleg a la presidencia de la Repblica.

    Con el paso del tiempo, Paz Flores fue electo diputado y senador

    varias veces. Ocup cargos legislativos hasta el ao de 1904 y, a pesar de su casta militar, nunca logr ingresar al crculo ntimo de amigos del presidente Daz, lo cual se deba a l mismo pues haba atacado varias veces al presidente Daz, acusndolo de tramposo y manipulador. Sostena que el aparente triunfo de Manuel Gonzlez, entonces nombrado

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    Presidente de la Repblica de 1880 a 1884, haba sido una farsa planeada por el mismo Daz y sus esbirros. Entre los seguidores de Daz no falt quien saliera a responder los ataques, as apareci Santiago Sierra Mndez, hijo del ilustre abogado yucateco Justo Sierra O'Reilly y hermano menor del escritor Justo Sierra Mndez.

    Santiago Sierra replic pblicamente a las afirmaciones de Ireneo

    Paz, quien a su vez nuevamente respondi en forma enrgica. La discusin lleg al extremo de establecer un enfrentamiento personal entre ambos que terminara en duelo. As pues, la maana del 27 de abril de 1880, Ireneo se present acompaado de sus dos padrinos en una explanada en la que ya le esperaban Santiago Sierra y sus testigos. Se mostraron las armas y se colocaron espalda contra espalda. Aquella maana, entre el fro y la penumbra del da, se escuch el conteo de diecisiete pasos. Al voltear, como lo hacan los caballeros que queran limpiar una ofensa pero no matar al adversario, tiraron a discrecin hirindose mutuamente los costados. Los testigos de Sierra, al ver que no haba cado nadie muerto exclamaron:

    -Trale de nuevo Santiago! Horita es tuyo, mtalo! Sierra levant

    nuevamente el arma en su mano y dispar sin pensarlo dos veces, pero su tiro fall. Paz Flores no titube ni un instante y frente a su oponente, quien ya se encontraba sudando fro y con el rostro desencajado, apunt y apret el gatillo. Santiago Sierra fue impactado de muerte y dej caer su cuerpo de manera salvaje, como presa dbil ante su brutal depredador. Este hecho que destroz a la familia Sierra provoc el alejamiento definitivo entre Paz Flores y el grupo de intelectuales porfiristas encabezados por el mismo Justo Sierra. Ireneo qued relegado del grupo de poder, invlido o cojo en el andar poltico. El reverberar de sus palabras quedara sordo para muchos.

    Pocos aos despus de este incidente, las grandes cabezas de la

    poca se unieron en torno a Justo Sierra Mndez y a partir de un manifiesto escrito en 1892, en el cual Sierra sostena que el gobierno mexicano deba ejercerse por "hombres de ciencia", que analizaran los problemas sociales y polticos de Mxico bajo una perspectiva verdaderamente cientfica. Muy a pesar de la opinin de Sierra, la gente pronto reconoci a este grupo de intelectuales con un nombre que el mismo Paz Flores invent: los cientficos.

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    En la vieja casona de Mixcoac tambin vivan con don Ireneo su hijo Octavio Paz Solrzano y la joven esposa de ste, Josefina Lozano Delgado. l era un joven abogado egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia quien haba obtenido su ttulo de licenciado en Derecho defendiendo una tesis acerca de la libertad de imprenta, tema muy adecuado y oportuno atendiendo a la empresa de su padre y a la poca revolucionaria que se estaba viviendo.

    Paz Solrzano fue estudiante en la poca en que haba nacido el

    Ateneo de la Juventud y los jvenes egresados de la Escuela Nacional Preparatoria aspiraban a una renovacin cultural en Mxico. Comparti los pasillos de San Ildefonso con la generacin de Jos Vasconcelos, Alfonso Reyes, Enrique Gonzlez Martnez, Martn Luis Guzmn, Diego Rivera, Manuel M. Ponce, Julin Carrillo y el dominicano Pedro Henrquez Urea.

    Sobre Josefina Lozano Delgado, qu podemos decir... Era una joven encantadora de facciones finas, hija de dos andaluces: Emilio Lozano, originario de Medina-Sidonia, y Concepcin Delgado, nacida en Puerto de Santa Mara. Poco sabemos de ella; no fue mujer letrada y tampoco parece que le hubiese importado mucho no serlo, pues siempre se present como el ideal de seorita bien educada en la alta sociedad porfirista.

    Pepita, como le decan en su casa, haba contrado nupcias a los

    pocos das de haberse titulado su esposo. Octavio Paz Solrzano y Josefina Lozano no se quedaron a vivir inmediatamente en la casa de la plaza de San Juan, por motivos de trabajo de l, el matrimonio pas una larga temporada en la pennsula de Baja California y, posteriormente, en el estado de Campeche. Finalmente, el matrimonio Paz regres a Mxico cuando a l se le ofreci el nombramiento de agente del Ministerio Pblico, oportunidad que no poda haber llegado en mejor momento, pues la seora Paz se encontraba encinta, tal y como lo haba deseado.

    A los pocos meses, cuando estaba a punto de dar a luz, Pepita

    pens que deba mudarse unos das con su madre, ya que Don Octavio estaba muy ocupado en su nuevo trabajo y poco la poda atender. Adems, l qu iba a saber de eso de los partos, eso era cosa de mujeres. Por esta razn, el 31 de marzo de 1914, veinte minutos antes de la

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    medianoche, Josefina Lozano dio a luz a Octavio Paz (hijo), en la calle de Venecia nmero 14, en la colonia Jurez.

    La noticia no tard en ser difundida por La Patria, peridico

    propiedad del nuevo abuelo: Con felicidad tuvo su primer alumbramiento la esposa del licenciado Octavio Paz, hijo de nuestro director, dando a luz un robusto infante.

    Octavio Paz naci en un momento crtico y polmico de la historia

    de Mxico. El porvenir estaba en juego. El 19 de febrero de 1913, despus del asesinato del Presidente Madero, Victoriano Huerta se haba proclamado legtimo Presidente de la Repblica generando gran inconformidad en todo el pas. Venustiano Carranza reuni un grupo que le nombr Primer Jefe y organiz un ejrcito, al que llam "Constitucionalista", para hacer frente al Federal. Otras tres cabezas tambin buscaron derrocar a Huerta para establecer un gobierno legtimo: lvaro Obregn, Francisco Villa y Emiliano Zapata, todos ellos formaron grupos de guerrillas en el norte y sur del pas.

    En aquellos das de 1914 los zapatistas haban tomado el pueblo de Mixcoac como uno de los puntos clave para llegar a la Ciudad de Mxico. Un amigo de Octavio Paz Solrzano, Antonio Daz Soto y Gama, se haba unido a las filas zapatistas para apoyar intelectualmente al movimiento. Siguiendo sus pasos y el espritu aventurero, el abogado Paz Solrzano se incorpor tambin a los seguidores de Zapata. Al unirse a la revolucin, en la vieja casona de Mixcoac empezaron las ausencias del padre y el esposo. La revolucin social absorbi toda su atencin por encima de su esposa y de su hijo. Su mirada se diriga hacia los campesinos que padecan hambre y sufran los abusos de los jefes polticos.

    Para el pequeo Octavio y su mam todas esas cosas de las que

    hablaba su padre eran muy raras. Su vida transcurra dentro de la casona de Mixocac como si no hubiera revolucin mexicana. A la una de la tarde, como era costumbre en Francia, todos suspendan sus actividades para comer. Entonces don Ireneo tomaba un viejo cuerno de caza que colgaba de una pared y lo haca sonar mientras daba vueltas por el jardn. El pequeo Octavio, quien echaba a rer tan pronto como vea a su abuelo, se una al cortejo ponindose un gorro de papel peridico mientras marchaba detrs del viejo militar. Los jueves y domingos los Paz iban al cine a ver pelculas de episodios y el resto de la semana reciban visitas de

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    parientes y amigos. Las tardes, por lo general, llegaban acompaadas con interminables partidas de cartas y muy temprana la noche la actividad terminaba en la casona de Mixcoac.

    El pequeo Octavio slo escuchaba a su padre y a su abuelo

    discutir. No entenda prcticamente nada de poltica, pero comprenda muy bien que las ideas de su abuelo y de su padre lo haban colocado en una posicin lejana a ellos. Estas ideas desviaban la atencin personal que l mismo les estaba demandando. Se saba el otro hombre de la casa, pero se quedaba callado porque no tena nada que decir.

    Aquellas discusiones se le presentaron como un enigma. Una

    adivinanza que tendra que resolver para obtener un lugar al lado de su abuelo y de su padre. Por otra parte, el afecto maternal le era totalmente indiferente. Aos ms tarde dir l mismo: ella era hurfana de m.

    Una maana de 1916, Ireneo y Amalia haban bajado del tren que

    les llevaba de Mixocac a la Ciudad de Mxico; charlaban mientras caminaban a travs del Zcalo y al llegar a la esquina de la calle del Relox, vieron el humo que sala de las oficinas donde se encontraba la Imprenta y Litografa Ireneo Paz. Corrieron desesperadamente hasta el lugar, pero poco haba ya que salvar, incluso el acceso a su departamento, ubicado en la primera planta, haba quedado destruido. Se trataba de una venganza, pero no contra Ireneo Paz, sino contra su hijo Octavio, quien era gerente del peridico La Patria, editado ah mismo.

    Arruinar las oficinas de la imprenta fue tan slo el inicio de los

    ataques que el grupo de Carranza haba planeado contra los seguidores de Zapata. El General Pablo Gonzlez haba girado la orden de destruir la imprenta y, sobre todo, ya haba puesto precio a la cabeza de Paz Solrzano. La familia acord, que por seguridad de todos, l deba dejar el pas y refugiarse en los Estados Unidos; aunque seguramente los ataques no cesaran, era probable que pudiese salvar su vida. Conociendo las circunstancias, Emiliano Zapata nombr a Paz Solrzano su legtimo representante en los Estados Unidos, esto fue en abril de 1916. Se le encarg llevar a cabo la difusin de la causa zapatista y conseguir el apoyo del extranjero para la misma.

    Paz Solrzano inici su viaje por tierra a finales de mayo y durante

    varios meses busc diferentes rutas que le llevaran fuera del pas.

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    Finalmente, en octubre alcanz la frontera y se instal unos das en San Antonio, Texas. De ah pas a Los ngeles, California donde, unido a otros mexicanos exiliados como el doctor Ramn Puente (un villista), cre un boletn llamado La Semana, para promover la lucha armada de Zapata y buscar simpatizantes.

    Mientras tanto, en Mxico, Don Ireneo fue enfrentando los

    constantes embates de los carrancistas en contra de su hijo. Durante varios meses la fortuna del General Paz Flores fue cubriendo los ataques tanto en Mxico como en el extranjero; sin embargo, no dur mucho. En menos de un ao perdi casas hipotecadas y hasta se vio obligado a vender parte de su magnfica biblioteca para cubrir los gastos de su familia. Josefina Lozano vea con tristeza que ella y el pequeo Octavio estaban empezando a ser una fuerte carga para su suegro. Ante esta situacin decidi partir hacia el pas del norte y encontrarse con su esposo.

    La seora Paz y su hijo salieron de la Ciudad de Mxico en un tren

    rumbo a San Antonio, Texas. Fueron acompaados todo el viaje por una escolta militar que el mismo gobierno haba dispuesto en los ferrocarriles para evitar los asaltos de grupos guerrilleros. Durante el trayecto el pequeo Octavio perciba cmo su madre miraba con recelo a los oficiales que viajaban con ellos. Haba cierto resentimiento, porque eran los culpables de la salida de Paz Solrzano de Mxico y de la separacin que haban padecido. Por su parte, Josefina Lozano cuidaba que su hijo no mirara hacia fuera del tren, pues casi todo el paisaje eran hombres colgados de los postes de telgrafo.

    La primera educacin

    Ya en los Estados Unidos, el matrimonio Paz decidi que su hijo ingresara al jardn de nios que se encontraba cerca de su casa. En 1918, Octavio Paz tena 4 aos y se encontraba en un pas para l inslito; rodeado de nios extraos que hablaban en un idioma que l no conoca. Por su aspecto fsico, bien habra podido pasar por europeo o norteamericano; sin embargo, l se senta extranjero en los Estados Unidos. Ante la imposibilidad de comunicarse fcilmente con sus nuevos compaeros, el pequeo Octavio empez a retraerse, permaneca solo

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    durante los recreos y en sus horas de clases callaba frente a una joven profesora que slo trataba de mantener en orden al resto de los nios.

    En una ocasin, al llegar la hora del recreo y del lunch, Octavio se

    sent a la mesa y descubri con pnico que no tena cuchara. Ante su imposibilidad para comunicarse prefiri no comer. Cuando su maestra se acerc a preguntarle por qu no coma, Octavio musit la palabra cuchara mientras sealaba la de un compaero. Entonces el resto de los nios empezaron a gritar: cuchara! cuchara!, en tono de burla. El pequeo Octavio se sinti tan ofendido que empez a pelearse con sus compaeros y aquel da regres a su casa con la camisa rasgada y un ojo morado. Durante quince das se qued encerrado sin querer regresar a la escuela, pero finalmente tuvo que volver y cuando lo hizo aprendi a decir la palabra spoon.

    Hacia 1920, Obregn firm la paz con Villa y gan las elecciones

    presidenciales. En Mxico se gozaba de una aparente tranquilidad. Por eso, el mes de junio los Paz finalmente han vuelto de los Estados Unidos para establecerse en la nueva casa de don Ireneo, una residencia mucho ms modesta que aquella frente a la plaza de San Juan. Se encontraba en el nmero 79 de la calle que ahora recibe el nombre de Irineo Paz (sic), justo frente a la vieja casona donde vivan. Entre los primeros asuntos que deban decidirse para iniciar nuevamente su vida en Mxico estaba la eleccin de una escuela para el pequeo Octavio.

    Posiblemente Amalia se encontraba atrada por la idea de que la

    educacin afrancesada que impartan los hermanos de La Salle era la mejor opcin para su sobrino. La mayor parte del tiempo estaban juntos y ella siempre le inculcaba todo cuanto hubiera a la mano de la cultura francesa. Pero doa Pepita dudaba y pensaba que era mejor la educacin del Colegio Williams pues haban vivido en los Estados Unidos y en ste podra seguir practicando su ingls.

    Aunque la decisin era exclusivamente de los padres, don Ireneo

    apoy la mocin de su hija Amalia y el pequeo Octavio fue inscrito en el Colegio Francs El Zacatito de Mixcoac. En aquellos aos aprendi la importancia de la gramtica y junto con sus compaeros recibi la formacin doctrinal propia de una escuela catlica. Estando en cuarto de primaria descubri la riqueza de la narracin bblica, principalmente en la voz de uno de sus profesores: el hermano Antonio. Este lasallista tena

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    la habilidad de asombrar a sus estudiantes por la forma en que explicaba las historias del Antiguo y Nuevo Testamento. El impacto sobre el pequeo Paz debi de haber sido fuerte pues al llegar a su casa repeta aquellas historias y se iba envolviendo en los contextos sagrados. Esto seguramente lleg a molestar a su padre, quien era un anticlerical radical.

    En aquellos das la relacin entre el pequeo Octavio y su abuelo

    fue intensa. Una vez por semana don Ireneo viajaba a la Ciudad de Mxico para distraerse y visitar algunas amigas y amigos. A veces lo acompaaba el pequeo Octavio, solos los dos y muy a pesar de los reproches que le haca su hija Amalia. El viaje en tranva duraba cerca de una hora y ya en la Ciudad de Mxico visitaban a una joven actriz llamada Mim Derba y a la madre de sta, quien tambin haba sido actriz en su juventud. Luego, en San Rafael, visitaba a una viuda con muchos hijos que deca ser su paisana. Ah solan quedarse a comer y despus jugaban cartas. Mientras el abuelo se distraa, el pequeo Octavio se aburra con alguno de los hijos de la viuda, un nio de su misma edad al que encontraba insoportable. A eso de las siete de la noche tomaban nuevamente el tranva de regreso a Mixcoac. Bajaban en la estacin ubicada justo donde el ro y la calle de Campana confluan, dirigan sus pasos por este sinuoso paseo flanqueados por las slidas casas del siglo XIX, desembocaban en la plaza Juregui, justo al lado del Palacio Municipal, y atravesaban la plaza cruzando frente al prtico de columnas cuadradas del colegio de nias Enrique Olavarra y Ferrari y el viejo obraje de Mixocac. Pasaban la calle de Las Flores, ahora Goya, y seguan por un camino que ahora se ha convertido en la calle de Rodin hasta la plaza de San Juan.

    La noche del 4 de noviembre de 1924 don Ireneo lleg a su casa

    despus de uno de aquellos viajes que sola hacer a la capital. Haba regresado un poco ms tarde de lo que acostumbraba. Abri la reja de la casa y mientras caminaba vacilante pidi ayuda. Algo estaba mal, don Ireneo no se senta bien. Amalia y la madre de Octavio corrieron inmediatamente hacia la terraza y lo llevaron a su cuarto donde le sentaron en la cama y le ayudaron a desvestirse. Pidi que le dieran una friega con alcohol, pero Josefina Lozano, pensando que era mejor llamar a un mdico, se dirigi hacia el telfono. El pequeo Octavio, acompaado por su primo Guillermo, estaba echado sobre la alfombra de la sala. Al escuchar el alarmante alboroto se levant y se dirigi caminando rpidamente a la habitacin de su abuelo. Lo mir recostado sobre su

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    cama, con los ojos cerrados y murmurando algunas palabras. Su madre apenas haba descolgado el telfono, cuando ya don Ireneo haba dejado de respirar. Para Octavio la impresin fue doble pues nunca haba visto morir a un hombre y el hombre que acababa de ver morir era su abuelo.

    La muerte de su abuelo coincida con el final de su formacin

    primaria, tanto en la escuela como en casa, pues su abuelo le haba instruido prcticamente en todo. Desde el arte de esgrimir una espada hasta cmo cultivar una huerta. Ahora se encontraba prcticamente slo pues su padre nunca estaba en casa, pasaba das enteros fuera luchando por las causas de los trabajadores y no atenda a su familia. Por lo menos, no a su legtima familia. De algn modo para el hijo, al padre se lo haba tragado una ballena que lo tena prisionero en el fondo del ocano.

    La ta Amalia, aquel otro personaje con el que comparta las

    aventuras del abuelo, haba quedado muda. Haba cado en una depresin terrible por la muerte de su padre y poco lleg a hablar con ella en el tiempo por venir. Las dos mujeres, madre y ta siguieron viviendo con el pequeo Octavio en la casa que el abuelo haba dejado. Pasarn doce aos para que el crculo se cerrara totalmente.

    Dejaron finalmente aquella casa de Mixcoac para irse a vivir juntos

    a una casa en la calle de Cholula, en la colonia Hipdromo Condesa.

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    APRENDIZAJES Y DESAPRENDIZAJES

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    Jos Bosch

    Hacia 1926, el gobierno de la Repblica inici una serie de reformas educativas que implicaban la desaparicin del bachillerato tipo francs y en su lugar, siguiendo el modelo norteamericano, aparecieron las escuelas secundarias. Por motivos econmicos, Paz dej el Colegio Williams e ingres a la secundaria nmero tres que entonces se encontraba ubicada en la avenida Chapultepec, en la colonia Jurez. Su padre le dijo que era conveniente que entrara a la escuela pblica porque la educacin privada lo alejaba de la realidad mexicana. En un principio, el joven estudiante que provena de escuelas catlicas se enfrent a un grupo de maestros educados en el rigor positivista. Se vio sometido a un examen mental de admisin estructurado bajo los parmetros de John Dewey. l y todos sus compaeros estaban desconcertados ante las preguntas planteadas en los formularios, como: "qu se compra en una carnicera?" y en son de burla contestaban: "tortillas".

    El director de la secundaria nmero tres era un adorador de las

    ciencias exactas y trataba de inculcar a sus alumnos esa misma fascinacin que tena l por los cientficos. Dividi a los estudiantes en grupos que distingua con nombres de genios ilustres. Paz, el primer ao, form parte del grupo Arqumedes; el segundo del grupo Newton, y el tercero en el Lavoisier. Cada quince das el director organizaba excursiones a los alrededores del Valle de Mxico y obligaba a los muchachos a asistir a ellas por lo menos una vez al mes. Paz asista a los recorridos en los que despus de largas caminatas, y antes de comer, el director -subido en una piedra- les lea poemas con temas cientficos. Los fines de semana la vida de Octavio era otra: los sbados asista a fiestas acompaado de su novia, Esperanza Navarrete, y los domingos se le poda encontrar junto con sus amigos en el parque Murillo de Mixcoac, donde jugaba basquetball, o bien en la Casa Morisca donde jugaba frontn.

    Entre todas las experiencias que Octavio vivi en la secundaria,

    hubo una en especial que marc su vida juvenil: vemos al jovencito egresado de la primaria del Colegio Williams caminando dentro del aula de la escuela oficial, buscando una banca vaca para poder tomar su clase de lgebra, como un joven novicio ingresando al bosque obscuro, a lo desconocido, como penetrando en la caverna de la iniciacin mstica y esperando sortear las pruebas que tendr que enfrentar. Entonces, aquel

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    adolescente encontr un lugar junto a un muchacho, tal vez dos o tres aos mayor que l.

    -No hay nadie ocupando esta banca? -Pregunt Octavio al tiempo

    que dejaba sus libros sobre el pupitre vaco. El muchacho frente a l, mirndolo con los ojos entrecerrados y la barbilla en alto, tan slo extendi la mano como cediendo el lugar. Una vez que Octavio se haba sentado, su nuevo compaero le empez a hablar desafiante con un cierto acento cataln, el cual al pequeo Paz debi de parecerle curioso.

    -Me llamo Jos Bosch, t quin eres? -La respuesta del nio rubio

    de ojo azul debi escucharse apagada entre el escndalo de los compaeros de clase esperando a que entrara el maestro al saln. Seguramente, como sin mostrar mucha atencin sobre la identidad de su vecino de banca, Bosch continu su presentacin personal contndole a Paz que l no haba nacido en Mxico y que haba llegado con su familia de Espaa. Le dijo que su padre era un obrero inmigrado, anarquista, revolucionario y militante de la Federacin Anarquista Ibrica y que l aspiraba a serlo tambin. Muchos datos incomprensibles para el jovencito burgus proveniente de escuela particular, pero para no parecer tonto, seguro se abstuvo de hacer preguntas.

    Los das pasaron y la relacin entre ambos se consolid. Bosch

    despuntaba entre sus compaeros por su inteligencia y a Paz le gustaba estar cerca de l. La inteligencia atrae a la inteligencia. Entre los compaeros de la secundaria se les empez a conocer como grandes amigos, por lo menos as era entre la mayora. Sin embargo, Bosch no se haba abierto totalmente a su nuevo compaero, Octavio lo saba y tambin intua que tena que demostrar su fidelidad a Bosch para ganarse su confianza. No pas mucho tiempo cuando Paz se percat que haba sido aceptado plenamente.

    Los siguientes das, Bosch, como lder de grupo, reuna a sus

    compaeros de clase en un pequeo cuarto del colegio para leer y comentar obras de autores anarquistas, como si se tratara de un grupo clandestino, de una secta secreta iniciada en los misterios de Eleusis y la inmortalidad del alma. Ah estaban Paz y Enrique Ramrez y Ramrez escuchando al sumo sacerdote Jos Bosch, alabando a Bakunin, a Proudhon y a Fourier y descifrando a Marx y a Engels.

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    Estos aos fueron tambin de nuevas aspiraciones democrticas en Mxico. Entre las figuras que destacaron se encontraba la de Jos Vasconcelos, quien se haba postulado como candidato a la Presidencia de la Repblica frente a Pascual Ortiz Rubio. Los estudiantes de las secundarias oficiales, arrastrados por la pasin poltica, se declararon partidarios de la socializacin de los medios de produccin y encontraron en Vasconcelos una voz y un lder al cual apoyar. Paz, al igual que todos los integrantes de las escuelas secundarias, poco o casi nada haban ledo de este ilustre filsofo y jurista.

    Por otra parte, dentro de la secundaria, el Partido Comunista tambin buscaba hacer proselitismo entre los estudiantes. Durante una de aquellas reuniones de la hermandad secreta regentada por Jos Bosch, uno de los asistentes -Roberto Atwood- propuso un plan innovador. Se trataba de llevar a cabo la organizacin de una Unin de Estudiantes Pro-Obreros y Campesinos dirigida a atender la educacin popular. En realidad se trataba de formar un grupo de estudiantes que se incorporase a un plan del Presidente Crdenas para impulsar la educacin de los ms pobres. La propuesta fue aclamada por todos los participantes y fue as que naci la UEPOC, una organizacin cuya primera actividad fue pretender abrir escuelas nocturnas para crear conciencia de clase a obreros y campesinos. Enrique Ramrez y Ramrez tom el cargo de Secretario General y Jos Bosch el de Secretario de Organizacin y Propaganda. Al grupo se unieron tambin El de Gortari, Frida Kahlo, Salvador Toscano, Jos Revueltas, Efrn Hernndez y Juan de la Cabada.

    El tiempo corri y el grupo iba alcanzando todos y cada uno de sus

    objetivos, sin embargo, lleg el ltimo semestre. Hasta entonces todo se haba desarrollado en la marginacin y en orden, pero el ltimo ao deba ser crucial y memorable para todos. La ocasin ameritaba un evento que causara impacto. As Jos Bosch, junto con otros de sus amigos, decidi organizar, hacia finales de mayo de 1929, una gran huelga estudiantil, ejercicio paramilitar o simulacro de guerrilla. Todos los miembros del grupo fueron asignados a misiones especiales; a Octavio, en particular, se le encomend el pegar propaganda en las construcciones cercanas a la secundaria. Por su falta de experiencia como manifestante profesional fue detenido y expulsado de la secundaria con la consigna de no poder ser admitido en ninguna otra escuela durante un tiempo. En su casa sus padres se haban puesto furiosos, el pobre Octavio

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    pas aquel episodio amargo. Finalmente, la huelga triunf parcialmente y a Octavio se le permiti regresar a terminar sus estudios de secundaria.

    Con todo aquel ajetreo, Octavio la haba pasado muy mal y fue

    entonces que decidi buscar, a sus 16 aos, la oportunidad de un espacio de reflexin y descanso para meditar sobre todo lo ocurrido. En uno de aquellos das, entr a la biblioteca que haba pertenecido a su abuelo. La biblioteca era pequea en dimensin fsica pero amplia en contenido. Paseando la mirada sobre los lomos de los libros descubra los nombres de Platn, Aristteles, Cicern y Sneca; haba una gran cantidad de libros de autores franceses como Dumas, Balzac y Constant; tambin haba libros de Bcquer, Espronceda y Azuela; de Voltaire y de Rousseau; algunas novedades como Nietzsche, Schopenhauer, y muchas otras obras de autores espaoles como Pereda y Alarcn. Una de las piezas ms valiosas de la biblioteca era un libro de Zorrilla bellamente ilustrado por Gustave Dor.

    De pronto, como si escuchara lejanos cantos de las sirenas, su

    mirada fue dirigindose seducida lentamente hacia una enorme coleccin de diez volmenes con tapas doradas que en su interior mostraban varias ilustraciones de artistas de la poca. Era una edicin de Episodios Nacionales de Benito Prez Galds. El joven Paz ley con atencin aquella obra y al llegar a la segunda serie conoci al personaje de Salvador Monsalud. Tal fue su impresin sobre la personalidad del protagonista que, identificndose con l, decidi designarlo como su prototipo. Salvador Monsalud era un joven de 21 aos que, por causa del hambre, entr a servir en la Guardia Real de Jos Bonaparte. Aunque su madre -Fermina Monsalud- le peda que desertara y se uniera a los grupos guerrilleros, Salvador la ignoraba y decidi seguir su espritu de aventura ocupando un lugar en las tropas del rey usurpador. Comprometido con los franceses, aunque slo en apariencia, Monsalud ocup un lugar privilegiado en el que, aunque es considerado como traidor, ayuda a las desamparadas vctimas de los invasores. Pero quin era el invasor y en dnde se haba enrolado Octavio?

    San Ildefonso

    En 1930, con sus sueos de libertador, Paz ingres a la Escuela Nacional Preparatoria, entonces ubicada en el antiguo edificio de San Ildefonso.

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    Varios de sus compaeros y amigos de la secundaria seguan con l. El grupo sola reunirse en el primer patio que era el correspondiente a los estudiantes de ciencias sociales, ah vean pasar y platicaban ocasionalmente con Samuel Ramos, Jos Gorostiza y Julio Torri. Tambin reconoci a su maestro de Historia de la Revolucin Mexicana, era nada menos que el viejo amigo de su pap, Antonio Daz Soto y Gama. Al terminar las clases, Octavio y sus amigos tenan interminables conversaciones, lean poesa y hacan largas caminatas que empezaban al atardecer y terminaban ms all de la media noche en Santa Mara o en la avenida de los Insurgentes.

    En 1931, un nuevo horizonte se abri ante los ojos del joven

    Octavio Paz, cuando vio entrar a su nuevo maestro de literatura castellana al saln de clases. Era nada menos que el poeta Carlos Pellicer, uno de los miembros de la revista Contemporneos, publicacin que exista desde 1928 y era dirigida por Bernardo Ortiz de Montellano. Pellicer formaba parte de un selecto grupo de escritores entre los que se encontraban: Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Gonzlez Rojo, Xavier Villaurrutia y Jos Gorostiza.

    Se le poda ver a Pellicer caminar por los corredores del colegio de

    San Ildefonso rodeado por sus alumnos atendiendo cuidadosos a sus palabras. Paz nunca dej de acudir a sus clases, la claridad mental y la simpata de aquel personaje le tenan deslumbrado al igual que a todos su compaeros. En ocasiones, junto con otros compaeros, Paz lo visitaba en su casa de Sierra Nevada 724 en Lomas de Chapultepec. Se reunan en torno a l para escucharle contar con su voz grave aquellos viajes por Italia y el Mediterrneo, por las ruinas y los templos de antiguas civilizaciones y sus travesas bajo la luna del Bsforo. Una especie de Protgoras rodeado de jvenes imberbes en la sala de aquella gran casona. Todos con copas de vino tinto en sus manos, emocionados escuchando reverberar la voz del poeta. Los compaeros de clase exhortando a Octavio, el mejor entre ellos, para que recitara unos versos y asombrara al maestro. Y l, como rapsoda inspirado, declamando con cierto temblorcillo en su voz, intentando no equivocarse bajo la mirada perspicaz y la elegante sonrisa de Pellicer.

    La figura de Pellicer influy a Paz en la decisin de empezar a

    escribir, incluso le ayud a que aparecieran editados sus primeros textos en los peridicos. El primer poema que public se llam Cabellera y se

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    public el 2 de agosto de 1931 en el suplemento dominical de El Nacional. Paz se asombr y fascin por el mundo de las letras al igual que muchos de sus compaeros. El impacto fue tal que junto con Rafael Lpez Malo, Salvador Toscano, Jos Alvarado, Arnulfo Martnez Lavalle y Enrique Ramrez y Ramrez, decide fundar una revista que llamaron Barandal.

    El primer nmero apareci en agosto de 1931. Los jvenes

    escritores de San Ildefonso aportaron sus plumas y sus ideas, y al mismo tiempo buscaron y obtuvieron el apoyo econmico del Banco de Mxico y otras instituciones para la publicacin. La revista presentaba artculos de tendencia socialista-stalinista y en ella apareci el primer ensayo de Octavio Paz titulado tica del artista. En l, el joven poeta defina su inclinacin por el arte al servicio de las ideas marxistas. La revista ayud a proyectar su imagen y Paz pens que esto era slo el principio. Saba que Carlos Pellicer en la Secretara de Educacin Pblica trabajaba cerca de Jorge Cuesta, Samuel Ramos, Jos Gorostiza y Salvador Novo; todos ellos bajo la direccin de Narciso Bassols. Paz y sus compaeros le piden a Pellicer que colaborara l y los Contemporneos en un suplemento aparte en Barandal. Pellicer accedi y sirvi de puente para que los estudiantes de San Ildefonso entraran en contacto con los Contemporneos. Concert una cita y un grupo de estudiantes fue a visitar a su oficina a Salvador Novo, entonces jefe del departamento editorial de la SEP, y a sus colaboradores ms cercanos: Xavier Villaurrutia y Efrn Hernndez.

    Pellicer estaba orgulloso de este grupo de jvenes escritores,

    prcticamente creacin suya. En octubre de 1931 envi a su amigo Alfonso Reyes, quien es el embajador de Mxico en Brasil, un ejemplar del nmero 3 de Barandal. En este nmero se haban publicado, a modo de suplemento, cinco poemas de Pellicer, pero lo importante es que la revista despert la curiosidad del atenesta. Reyes escribi el nueve de noviembre de ese mismo ao: Por favor, quiero saber todo de esa admirable juventud de Barandal. Aunque sea para sufrir, gracias a que han abierto los ojos.

    Jorge Cuesta, al darse cuenta del xito que haban tenido aquellos

    jvenes estudiantes con Barandal, movido por el entusiasmo, reuni nuevamente a sus amigos los Contemporneos para crear una nueva revista que llamaran Examen. El primer nmero apareci en agosto de 1932 y slo le seguirn dos ms. Los fragmentos de los dos primeros captulos de la novela Caritide de Rubn Salazar Malln provocaron

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    escndalo y el abogado y poeta estridentista Manuel Maples Arce, denunci que con esta "soez" novela, se estaba llevando a cabo un atentado contra la correcta moral social. A este escndalo se uni la inconformidad de Plutarco Elas Calles por el artculo de Samuel Ramos titulado Psicoanlisis del mexicano, en el cual se describen varios problemas sociales y culturales de nuestro pas. La situacin lleg al extremo: todos los Contemporneos que trabajaban en la SEP se vieron obligados a dejar su trabajo. Jorge Cuesta publicar hasta 1934 su ensayo El plan contra Calles, resentido por destruir la revista ms crtica que haba existido en Mxico. Salazar Malln, borracho y consternado, decidi quemar el manuscrito de su obra.

    Barandal sigui hasta marzo de 1932 cuando se public el sptimo

    y ltimo nmero de la revista. Paz decidi dejar un tiempo la literatura para dedicarse plenamente a apoyar a sus amigos Atwood y Bosch en sus aspiraciones polticas. Ambos compitieron por la direccin de la Sociedad de Alumnos de San Ildefonso dirigiendo el Partido Radical Preparatoriano. Prcticamente todos los estudiantes que lo integraban eran militantes de la Federacin de Estudiantes Revolucionarios, incluido Paz y sus amigos. El movimiento no durara mucho, pues el gobierno mexicano haba dado seguimiento a todas las actividades polticas de Jos Bosch en la Preparatoria y le consideraron un elemento nocivo para el resto de los estudiantes, finalmente, decidieron expulsarlo del pas.

    Jos Bosch se march de Mxico y perdi contacto con Octavio.

    Algunos meses despus, entre los compaeros corri el rumor de que ste haba muerto asesinado en Espaa; sin embargo, nadie lo pudo confirmar. Octavio no haba podido mantener contacto con l y la distancia haba borrado prcticamente su influencia, la relacin se fue desvaneciendo, el correr de los das consumi su memoria. El olvido es lo que ocurre cuando el tiempo lo devora todo. La proscripcin de Jos Bosch unida al escndalo de la revista Examen y el cierre de Barandal marcaron el final de este captulo en la vida de Octavio Paz.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS I

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    Elena Garro

    En 1932, Octavio Paz ingres a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Fue un periodo de estudio y lecturas, incursion en T. S. Eliot, Spengler, Nietzsche, Marx, Malraux, Mann y Bujarin, entre otros. Conoci el pensamiento de su poca a travs de la Revista de Occidente y escuch hablar por primera vez de la fenomenologa de Husserl y del psicoanlisis de Freud, pero en esta poca hay algo ms que slo literatura y filosofa para l. Siguiendo el ritmo natural de su juventud, Octavio acuda con sus amigos a todas aquellas reuniones sociales a las que era invitado.

    Mientras bailaban, Octavio le pregunt de dnde era, cuntos aos

    tena y todas esas preguntas que suelen hacer los conquistadores de la primera edad. Elena haba nacido el 11 de diciembre de 1916, en Puebla y desde muy chica viaj a Guerrero con su familia, prcticamente toda su infancia la haba vivido en Iguala y cuando iba a empezar a contar sobre cmo haba llegado con sus padres a la Ciudad de Mxico, se detuvo la msica y Elena call su historia. Entonces mir a Octavio y le dijo:

    -Bueno, pues ya est servido caballero. Muchas gracias por el baile. Y antes de dar la vuelta, Octavio le replic con ternura: -Esprate. Vamos a platicar un ratito ms. Y as, mientras nuestra mirada se iba alejando y el entorno se iba

    oscureciendo, slo veamos que aquella pareja ya no se separaba por el resto de la noche.

    Los das que siguieron, Octavio iba a buscarla sin falta a la

    Facultad de Filosofa, all en el edificio de Mascarones. Siempre le llevaba unas camelias y algn poema que le haba escrito, ella, muy coqueta, se dejaba cortejar y halagar; le diverta mucho la idea de tener un enamorado apasionado; sobre todo uno que sus amigas y hermanas le envidiaran. Pero a ella el nico amor que verdaderamente le naca era el del arte, aspiraba a ser coregrafa y participar en varias obras de teatro. Cuando Octavio la oa decir estas cosas se enojaba muchsimo y le deca:

    -Jams me escuchas, jams. Esos son puros sueos guajiros. T sers mi esposa y me acompaars hasta el fin del mundo.

    -Ay Octavio -Le responda la jovencita. Para eso falta muchsimo. Y yo soy una mariposa que le gusta estar libre y volar

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    volar. -Le deca mientras se marchaba agitando los brazos y caminando de puntitas.

    Con el paso del tiempo, Octavio empez a frecuentar la casa de los

    Garro, en la calle de Campeche nmero 130. All Elena le present a sus padres: Jos Antonio Garro y Esperanza Navarro. Tambin lo introdujo en la vida familiar de sus hermanos Albano, Estrella y Deva. Pasaba las tardes enteras con ellos hasta las ocho de la noche, hora en la que Elena y sus hermanas iban a dormir, entonces Octavio dejaba la casa de los Garro y se iba caminando hasta Mixocac.

    Paz descubri que los padres de Elena eran un matrimonio

    idealista, amante de las Bellas Artes y de los animales, ms que de los lujos y las riquezas. Entre muchas otras cosas, Jos Antonio Garro haca gala de su amplia cultura y se ostentaba como un gran conocedor de la literatura hind. Algunas tardes, Octavio, queriendo quedar bien con la familia, pasaba largas horas platicando con don Jos Antonio sobre el Ramayana, el Mahabarata y algunas otras obras clsicas del oriente.

    -A ver, Octavio. -Le deca don Jos Antonio al enamorado de su hija mientras cargaba un gran libro con imgenes y canto dorado. He estado buscando lo que me preguntabas la otra noche y me parece que lo encontr. -Continuaba el seor Garro mientras se sentaba a su lado en la mesa.

    -Aqu dice; te leo textualmente: Kala, el tiempo, es el seor que opera el cambio en los seres, lo que no se puede comprender y de lo que no se puede volver. El tiempo es el flujo de todo, si no se le sigue, a dnde iremos? No puede evitarse el tiempo aunque se intente escapar de l o uno se quede quieto. Los cinco sentidos no pueden concebirle. Algunos dicen que Kala es el fuego y otros que es Prajapati, seor de las criaturas. Algunos conciben el tiempo como la estacin, otros como el mes, otros como el da, o el instante. Pero lo que es uno tiene muchas formas. Es necesario saber que el tiempo controla todo lo que es.2

    -Yo haba ledo que Kala es la divinidad que asigna la consecuencia o la reaccin propia de todas las acciones, sean buenas o malas. -Coment Octavio complementando lo que le lea el pap de Elena. Entonces ste le dijo:

    -Parece ser que el tiempo es la lgica de la consecuencia, lo que hace que exista un antecedente y un consecuente. Y eso es lo que rige el

    2 Mahabarata XII, 224,5-54.

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    cambio que cada uno va determinando para s mismo, por medio de sus propias acciones.

    -Dira usted, haciendo una analoga con la mitologa griega y guardando las debidas proporciones, que la accin de Cronos al devorar a sus hijos es equiparable a decir que el tiempo los engull por sus propias acciones?

    -No s si sea correcto hacer ese tipo de comparaciones, Octavio. La civilizacin griega es muy diferente a la civilizacin india. Y adems piensa que Cronos devor a los dioses no por lo que hicieron, sino por lo que haran.

    -Ah, pero entonces el tiempo genera las consecuencias por lo que hacemos, no hacemos y hasta por lo que podramos hacer, aunque no lo hagamos. El tiempo nos rene y nos consume. Pero habr algn modo de vencer al tiempo? Por qu medio lograron salir los olmpicos del vientre del tiempo? -Entonces don Jos Antonio esboz una sonrisa, una de esas que exhiben el placer de tener la respuesta correcta a una pregunta difcil.

    -Zeus, vence a Cronos. Pero qu vence al tiempo? La memoria. El conocimiento del mundo resiste ser devorado por Cronos gracias a la memoria, Mnemosine, tambin llamada la protectora bajo la forma de Hera o Juno. Zeus se une a ella y tienen nueve hijas, las musas, cantoras del universo que conocen la msica que ordena el cosmos. Sus coros deleitan a Zeus y presiden el pensamiento en todas sus formas. Su msica deba ser recordada para poder vivir conforme al ritmo del cosmos.

    -Al tiempo se le resiste por la memoria. Eso suena muy interesante, don Jos Antonio. Tal vez por eso decan los ilustrados franceses que la inmortalidad es la memoria en la mente de los hombres.

    Paz fue descubriendo que los Garro vivan en un ambiente

    desinteresado de sueos y fantasas, de poco sentido prctico y poco dinero. Estas circunstancias los haban llevado a padecer una serie de altibajos econmicos, pero siendo una familia tan unida tampoco les importaba mucho.

    Aunque en un principio fue bien recibido, el romance apasionado

    de Octavio se empez a volver molesto para los Garro. Don Jos Antonio se daba cuenta que aquel jovencito que rondaba a su hija Elena era muy posesivo y celoso. Sin embargo, Elena siempre les peda permiso para salir con l, los padres finalmente accedan pero insistan en que, por lo general, fuera acompaada de sus hermanas Estrella y Deva. Los

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    siguientes cinco aos del romance seguirn enmarcados con paseos por Chapultepec, Xochimilco y el centro de la Ciudad de Mxico.

    Adems de ir consolidando su relacin con Elena, Octavio

    continuaba algunos proyectos literarios. En 1933 public su libro de poesa: Luna silvestres con siete poemas de amor y nuevamente junto con Rafael Lpez Malo, Salvador Toscano, Enrique Ramrez y Ramrez y Jos Alvarado, particip en el lanzamiento de una nueva revista que llamaran Cuadernos del Valle de Mxico, de la cual slo aparecieron dos nmeros. Rafael Alberti

    En 1934 lleg a la Facultad de Derecho la noticia de que el poeta espaol Rafael Alberti estara en Mxico. Socorro Rojo Internacional lo haba enviado en gira de propaganda por Amrica acompaado de su mujer, la escritora Mara Teresa Len. Los jvenes estudiantes se encontraban inquietos ante la figura de Alberti, quien en aquel entonces haba ingresado al Partido Comunista Espaol.

    A principios de 1935, los Alberti se haban instalado en un

    pequeo apartamento del edificio Ermita en Tacubaya. Paz y sus amigos asistieron a varias de las conferencias que dictaron y escucharon con atencin la lectura de sus poemas. Impresionados por la figura de Alberti, empezaron a frecuentarlo.

    En una ocasin se reunieron con l en una cervecera, platicaron

    sobre escritores y poesas hasta las tres de la maana. Alberti escuch amable y con simpata recitar a cada uno de los muchachos sus poemas sociales y de combate. Sin embargo, cuando le pedan su opinin comentaba de modo escueto y con indiferencia. Cuando le toc su turno a Paz, ste ley vacilante y con vergenza sus poemas. A diferencia de sus compaeros, Octavio no escriba para apoyar la revolucin ni los movimientos sociales. Alberti lo escuch con atencin y al terminar le dijo que su poesa no era revolucionaria en el sentido poltico sino "intimista", que obviamente no estaba al servicio del Partido Comunista sino al de la bsqueda del propio lenguaje. Alberti repuso ante los presentes que Octavio era el nico poeta revolucionario entre todos los jvenes poetas que haba conocido en Mxico, era el nico que verdaderamente intentaba transformar el lenguaje. Les dijo que escribir poesa socialista

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    era pasearse por parajes pblicos. Para Alberti, Paz exploraba territorios desconocidos. De esta reunin naci una gran amistad. Octavio visitara con frecuencia a los Alberti en su departamento y les acompaar durante su estancia en Mxico hasta mediados de 1935, ao en que dejaron el pas.

    Alguna vez, en uno de aquellos tantos paseos, se detuvieron frente

    a la vitrina de una librera donde se exhiba un volumen de la poesa de Quevedo, Alberti lo compr e invit a Paz despus de un largo trecho a sentarse en un caf. Alberti abri el libro y ley a Octavio algunos de los sonetos a Lisis; entonces Paz irrumpi y le dijo que conoca de memoria algunos de ellos y empez a recitarlos mientras Alberti lo miraba con beneplcito. Paz se dio cuenta que tena un verdadero amigo, unido a l por el idioma y el amor por los poetas, ms que por ideologas socialistas. La relacin fue intensa y marcara a Octavio Paz el resto de su vida.

    Jorge Cuesta

    Cuando Octavio ingres en la Escuela Nacional de Jurisprudencia a estudiar la carrera de Derecho, encontr en la Universidad un ambiente tenso y de discusin. En aquellos das de marzo de 1935 se estaba disputando qu lnea deba seguirse en la educacin universitaria. Los bandos claramente distinguidos eran el de los conservadores frente al de los socialistas. Los debates se realizaban en el saln de consejo y afuera de ste los estudiantes se reunan encimados unos sobre otros. Las puertas y ventanas estaban repletas de escuchas, Paz se encontraba entre ellos. De pronto, en uno de los pasillos, se abri la puerta y apareci el escritor Jorge Cuesta, quien haba salido a buscar una bocanada de aire fresco. Paz ya haba conocido a Pellicer, a Novo y a Villaurrutia, pero nunca haba podido cruzar palabra con Cuesta, al cual consideraba mucho ms inteligente que al resto de los Contemporneos. Diariamente lo haba visto caminando sobre las calles de Argentina rumbo a la Secretara de Educacin Pblica y en una ocasin hasta lo vio explicndole al escritor Aldous Huxley los murales de Orozco en el Colegio de San Ildefonso, pero siempre con la mirada del cazador que busca una presa y espera el momento oportuno para obtenerla.

    Mientras sacaba de su saco la cajetilla de cigarrillos, Cuesta se

    acerc poco a poco al balcn, coloc uno en su boca, meditabundo

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    mirando al vaco. Entonces Octavio se le acerc sigilosamente y le pregunt: -Qu pensara su amigo Huxley de este circo? Cuesta le mir intrigado y le cuestion a Paz por qu le hablaba de Huxley. -Acaso lo ha ledo usted? Paz estaba emocionado, haba logrado atraer la atencin de Cuesta y estaba listo para realizar una jugada siguiente. Tena que hacer lo mejor posible para entablar un par de palabras ms: -Prefiero leer a Lawrence. -Contest desafiante Octavio, como si hubiera lanzado finalmente una flecha sobre su presa. -Ah, pero acaso sabe usted algo de literatura? -Respondi irnicamente Cuesta y prosigui: -Vamos, le invito a comer. -Le dijo mientras mova la cabeza del lado y exhalaba el humo del cigarro.

    Paz lo haba logrado, no slo cruz un par de palabras con Cuesta,

    sino que tambin haba conseguido continuar la conversacin en un restaurante alemn ubicado en la calle de Bolvar. Ah continuaron hablando de Huxley, de Lawrence, de Gide y Malraux.

    Ese fue un encuentro crucial en la vida de Octavio, ya que en gran parte la relacin con Jorge Cuesta le ayud a reponerse de la muerte de su padre, acaecida por aquellos das. Octavio se vio motivado a escribir para olvidar este triste captulo y el dolor.

    Producto de aquel tiempo fue un libro que apareci en los

    primeros das de 1937, Raz del Hombre. Jorge Cuesta, para impulsar a su nuevo amigo, decidi escribir una resea en Letras de Mxico, en la que exaltaba la calidad del joven escritor y afirmaba que era la mejor promesa de la literatura mexicana.

    Jos Gorostiza y Bernardo Ortiz de Montellano, al leer el artculo

    protestaron inmediatamente; ninguno de ellos estuvo de acuerdo con l. Ambos le manifestaron que no encontraban en Paz un poeta con futuro. Cuesta escuch, pero su visin lleg ms lejos. Cree que sobre Paz hay un destino grandioso que no podr eludir desde el momento que lo ha provocado y lo ha hecho manifiesto.

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    -A m no me importa lo que piensen Gorostiza y Ortiz de Montellano, le deca Paz a Cuesta y continuaba:

    -Le envi unos ejemplares de Raz del Hombre a Pablo Neruda y le he pedido su opinin. l aprecia mucho ms mi trabajo que sus amigos. Por su parte, Jorge Cuesta le comentaba que no deba enfrentar a los Contemporneos y que estaba seguro que se daran cuenta del gran valor de su obra.

    -He organizado una comida en El Cisne, es un restaurante ubicado a las entradas del Bosque de Chapultepec. -Le deca Cuesta- He convocado a Xavier Villaurrutia, Ortiz de Montellano, Samuel Ramos, Jaime Torres Bodet, Pellicer y Novo para que platiquemos entre todos acerca de tu futuro.

    -Qu es esto, una suerte de iniciacin? -Pregunt Paz. -Tal vez Octavio, tal vez. -Le deca Cuesta mientras lo abrazaba y

    aceleraban el paso por la calle de Tacuba. Aquella comida se volvi un examen, uno muy parecido al que

    Juana de Asbaje se vio sometida por los sabios de su poca. Los Contemporneos lo interrogaron sobre sus inclinaciones polticas y gustos poticos, hablaron de literatura y arte. Finalmente, descubrieron al joven brillante y lcido y decidieron integrarlo a sus reuniones. A partir de ese momento Octavio Paz ser uno de ellos.

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    ENCUENTROS Y

    DESENCUENTROS II

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    Espaa 1937

    Aunque la relacin con el grupo de los Contemporneos se haba consolidado, la muerte del padre de Octavio Paz y el acoso que l mismo sufra por parte del Partido Comunista le llevaron a tomar la decisin de abandonar el hogar familiar, la Facultad de Derecho y la Ciudad de Mxico. Sus viejos amigos: Octavio Novaro y Ricardo Corts Tamayo, director y secretario respectivamente de una de las escuelas vocacionales creadas por el presidente Lzaro Crdenas, le propusieron integrarse al grupo de maestros que formaban a los hijos de campesinos y obreros en la ciudad de Mrida, Yucatn. Paz acept inmediatamente y recibi el nombramiento de Subdirector de la Escuela Secundaria Federal. Lleg a Mrida a principios de marzo de 1937 y despus de instalarse en el nmero 462 de la calle 60, inici su labor docente el 16 de abril de ese mismo ao, imparti la ctedra de literatura espaola y organiz reuniones de sindicatos y gremios locales. El captulo de Paz en Mrida durar poco por una serie de circunstancias que se exponen a continuacin.

    A mediados de 1936, el poeta Pablo Neruda empez a organizar el

    Segundo Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, deba de invitar a grandes e importantes intelectuales que apoyaran la lucha republicana y se opusieran al fascismo internacional. Para poder llevarlo a cabo, el gobierno republicano le brind grandes cantidades de dinero con la finalidad de cubrir los pasajes y alimentos de los ponentes de todo el mundo. Neruda convoc a todos los escritores antifascistas interesados en apoyar al Frente Popular Espaol. Su contacto fundamental en Mxico era con la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), un grupo de intelectuales simpatizantes del stalinismo sovitico. Pero adems, Neruda decidi invitar tambin al poeta Carlos Pellicer, no slo porque lo haba conocido en Chile a finales de 1922, sino porque era uno de los ms importantes poetas de Mxico. Pellicer encontr una oportunidad interesante para invitar a su joven amigo Octavio Paz y le pidi a Neruda que tambin le incluyera en la lista de los participantes mexicanos, Neruda acept.

    Al conocer esta noticia, varios miembros de la LEAR protestaron

    por la invitacin hecha al poeta catlico y a su amiguito, el joven poeta. En principio se negaron a incluirlos en la comitiva, pero ante la

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    insistencia de Neruda, finalmente tuvieron que ceder. El designado para invitar a Paz fue el cubano Juan Marinello quien para no desobedecer rdenes, pero evitar la participacin de Paz, envi su invitacin por va martima, para que tardara en llegar a su destino. Pese a los artilugios de Marinello, una secretaria, que se haba percatado del sabotaje planeado por la LEAR, avis a Efran Huerta, ste, a su vez, avis a la nica persona que podra localizar a Paz inmediatamente y traerlo a Mxico.

    Una maana, a principios de mayo, mientras Paz exploraba la zona

    arqueolgica de Chichn Itz, observ a lo lejos a un joven mensajero de hotel corriendo hacia l. Cuando finalmente lo alcanz, entre jadeos le dijo: Me han pedido que le busque y que le entregue este mensaje con urgencia, seor Paz. Es un telegrama que lleg de la Ciudad de Mxico. Por el uniforme del mensajero, Paz se percat que vena de un hotel de Mrida y se puso nervioso. Qu podra ser tan urgente que ameritara enviar un emisario de Mrida a Chichen Itz? Se trataba de un trayecto de ms de tres horas de camino. Paz abri el sobre y ley el texto. Elena Garro le peda que regresara inmediatamente a Mxico, pues acababa de ser invitado a formar parte de la delegacin mexicana que participara en el Congreso Internacional de Escritores Antifascistas.

    El tiempo era corto y Paz deba realizar varios trmites para poder

    viajar a Espaa. Su poema No pasarn!, aquel que haba escrito a sus 23 aos, finalmente sera escuchado por los grandes intelectuales asistentes al congreso. Esta era una gran oportunidad que no debera dejar pasar. Regres velozmente a Mrida para hablar con Novaro y pedirle permiso de ausentarse, el Subdirector asignado no haba pasado ni tres meses en su puesto y estaba solicitando una licencia, la ocasin la ameritaba y fue concedida. El viaje de regreso a Mxico no fue fcil, entonces no haba ni ferrocarriles ni camiones que hicieran una travesa directa y el viaje en avin era ocasional y costoso para los recursos con los que contaba Paz en ese momento. Debi entonces dejar Mrida y dirigirse a Puerto Progreso para de ah embarcarse en diferentes naves que le llevarn primero a Campeche, luego a Ciudad del Carmen, a Frontera, a Coatzacoalcos, a Veracruz y de ah tomar un camin a la Ciudad de Mxico.

    Despus de cinco das de viaje, Octavio lleg a la capital; era el da

    7 de mayo de 1937. Tom el telfono y llam a Pellicer para informarle de las actividades realizadas en su contra y el complot para evitar su participacin en Valencia, esto haba sido demasiado. Pellicer y Paz

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    acudieron entonces a las oficinas de la LEAR ubicadas en la calle de San Jernimo, entre Isabel la Catlica y Cinco de febrero, para pedir una explicacin por su conducta. Despus de escuchar una sarta de absurdas excusas por parte de Marinello, finalmente se les anot en la lista definitiva de la delegacin que viajara a Valencia. Entre ellos se encontraban varios miembros de la LEAR: Silvestre Revueltas, asignado jefe de la delegacin; Juan de la Cabada, a quien Paz haba dejado en Mrida y fue invitado de ltima hora el 5 de junio; Mara Luisa Vera, una joven escritora; el pintor Jos Chvez Morado, y con ellos Fernando Gamboa y su esposa. Se incluyeron como invitados ajenos a la LEAR a Carlos Pellicer, Jos Mancisidor, Octavio Paz y Elena Garro.

    Por qu Elena? Qu haba llevado a Paz a incluirla en la lista?

    Aunque ciertamente la simpata entre Pellicer y Paz era grande, Octavio empezaba a no sentirse muy a gusto con l, la convivencia con Pellicer se haba vuelto difcil. Octavio quera viajar y participar en el congreso, pero no deseaba estar mucho tiempo con l. Cmo marcar distancia sin que se molestara? Paz encontr una solucin complicada pero oportuna: si se casaba con Elena, mataba dos pjaros de un tiro. Por una parte, poda llevar a su esposa de luna de miel a Espaa y por otra, Elena servira de catalizador entre l y Pellicer. El matrimonio deba realizarse, sin comentar el plan a Garro y no dar lugar a que fallara.

    Para urdir el plan, Paz les dijo a sus amigos Rafael Lpez Malo y a

    Enrique Ramrez y Ramrez que abordaran a Elena camino a la Universidad y que la condujeran ante un juez del registro civil donde l la estara esperando. Los amigos as lo acordaron y aquella maana del 25 de mayo de 1937 ambos empezaron a seguir a Elena, quien distrada caminaba velozmente repitiendo las declinaciones, seguramente iba a presentar un examen de latn. Los dos amigos empezaron a platicar con ella y a conducirla hasta unas oficinas del registro civil que se encontraban cerca, ah estaba Octavio esperando junto con un juez.

    Finalmente, entre confusiones e interrupciones, Elena Garro se

    cas con Octavio Paz, pero ella tena que decirles a sus padres qu haba pasado, as que le pidi a Octavio que la dejara pasar la noche en su casa y se vieran un da despus.

    Pasaron pocos das juntos en la casa de doa Pepita: el da 13 de junio, el joven matrimonio inici su viaje a los Estados Unidos; Juan de la

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    Cabada y el arquitecto Carlos Leduc viajaron con ellos. Dos das despus llegaron a Monterrey y el 20 de junio arribaron finalmente a la ciudad de Nueva York; ah se hospedaron en el Hotel Albert, ubicado en la Quinta Avenida y esperaron la llegada de Pellicer, Jos Mancisidor, Juan Marinello y el poeta Nicols Guilln.

    Nuevamente discusiones y pleitos: los Paz y Pellicer no tenan

    pasajes, mientras que los miembros de la LEAR contaban -todos ellos- con boletos para partir el 27 de junio en el Britanic, de Nueva York a Londres y de ah a Havre. No haba ya posibilidades de embarcarse en la misma nave, todo estaba lleno, todo se encontraba en un estado de ambigedad. Pellicer pens la posibilidad de viajar unos kilmetros ms hasta Canad y en Quebec intentar buscar otro barco. Finalmente, lograron embarcarse en el Empress of Britain hacia Cherburgo y de ah a Francia. Pellicer pas largas horas platicando con la encantadora Elena, buscando descubrir las razones de su inaplazable enlace y el alejamiento entre Octavio y l. Sin embargo, Paz lo haba planeado todo. Elena misma tampoco poda dar mucha razn de su fugaz matrimonio y su presencia en el viaje.

    Pasaron los das y los transbordes, hasta que, finalmente, un tren

    lleg a la estacin de Pars. Entre el barullo de la gente, Paz escuch que lo llamaban; al contestar se dio cuenta que le haban ido a recibir Louis Aragn, Alejo Carpentier y Pablo Neruda. A partir de ese momento, Paz, Garro y Pellicer se unieron al resto del contingente francs que se diriga a Valencia. Gran ambiente de camaradera se dio entre todos los participantes. Octavio logr, en las primeras oportunidades, intercambiar impresiones con el poeta y novelista Stephen Spender y con el escritor Andr Malraux.

    Al final del da el grupo lleg a Barcelona, lugar donde pasaran la noche; Octavio y Elena se instalaron en el hotel Magestic en el Paseo de Gracia y a la maana siguiente se unieron nuevamente al grupo francs para tomar la carretera a Valencia.

    Al llegar a la ciudad sede del congreso, los Paz se movilizaron a un

    hotel donde se haban instalado las oficinas de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura. Era una amplia estancia con altas ventanas de vidrios opacos y con olor a tabaco, no haba ms de tres o cuatro mesas y

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    algunos otros muebles, pues aquello estaba repleto de varias personalidades.

    Elena y Paz empezaron a caminar saludando y conversando con

    cuanto personaje se les presentaba enfrente, parecan los anfitriones de una gran fiesta cuidando que no faltara nada a sus invitados. As conocieron primero a Vicente Huidobro. Un poco ms alejado, cantando junto a un piano, encontraron al poeta Miguel Hernndez y al escritor Arturo Serrano Plaja. Octavio estaba impresionado por la soltura con la que Elena haca relaciones pblicas. Finalmente, la pareja se reuni con la filsofa Mara Zambrano y con su marido Alfonso Aldave; con ellos se extendieron por ms de una hora hablando de Scrates, Platn y Aristteles, algunos de los autores favoritos de Elena.

    Eran tiempos de tensin entre los intelectuales de izquierda pues la

    salida de varios artistas del partido comunista haba empezado la escisin de la izquierda mundial. Los temas sobre los que hablaban eran principalmente Trotsky y Andr Gide, quien en 1936 haba publicado su Regreso de la U.R.S.S. Durante el Congreso, algunos intelectuales llamaran a Gide traidor y enemigo del pueblo espaol. Paz, Pellicer y el resto de la delegacin hispanoamericana, cuando tuvieron que emitir su voto por la expulsin de Gide, lo hicieron negativamente bajo la mirada recelosa de Ilya Eherenburg.

    Por ciertas dificultades, la sede del congreso cambia a Madrid y los Paz se instalan en el Hotel Victoria en la Plaza del ngel. Sin embargo, no permanecieron mucho tiempo ah, debido a los ataques, el congreso regresar a Valencia y terminar ms tarde en Barcelona. El grupo empezar a disgregarse poco a poco, los intelectuales empezarn a dejar Espaa para regresar a sus pases. Pellicer, por su parte, les anunci a sus amigos que debido a un malestar en el hgado -luego se dar cuenta que fue un acceso paldico- dejar Espaa e ingresar en un hospital de Pars. Los Paz se quedarn un poco ms en Espaa, en Barcelona entrarn nuevamente en contacto con el poeta Miguel Hernndez y en Madrid con su amigo Rafael Alberti.

    Una maana durante su estancia en Barcelona, Juan Gil-Albert,

    invit a Octavio a visitar la imprenta donde se haca Hora de Espaa. Cuando llegaron, encontraron ah al poeta Luis Cernuda, corrigiendo algunas de sus colaboraciones. Gil-Albert present a Octavio Paz con

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    Cernuda, quien al escuchar su nombre le coment que acababa de leer su Elega a un joven muerto en el frente de Aragn y le pareca extraordinaria. Paz, tropezando las palabras, agradeci el comentario del poeta a quien admiraba.

    Unos das despus, en el teatro Barcelona, Paz estaba

    preparndose para subir al estrado y recitar su texto, estaba muy concentrado y no escuchaba las cosas que le deca Elena mientras le acomodaba la corbata. Finalmente, cuando lo estaban presentando, se levant de su asiento y se dirigi a la tribuna, subi y anunci el ttulo de su poema: Elega a Jos Bosch, muerto en el frente de Aragn. En ese momento, dirigiendo la mirada al pblico, palideci y se qued petrificado. Su mirada estaba fija hacia un joven de piel rojiza sentado en la primera fila; Elena, desde su asiento, saba que algo no estaba bien y volte hacia donde estaba aquel joven totalmente desconocido para ella. Octavio estaba viendo al mismo Jos Bosch al cual todos crean muerto. Entre titubeos y tartamudeos nerviosos, Paz ley su poema y baj sudando del estrado.

    Al terminar el mtin, mientras salan del teatro, Octavio contaba a

    Elena lo que haba pasado. -Caramba, Octavio, ya hasta ests viendo fantasmas! No habrn

    sido los nervios? -Te digo que no era ninguna clase de espectro, era el verdadero

    Jos Bosch. Entonces, confundido entre la multitud, alguien alcanz a meter la

    mano en el saco de Paz y desapareci. Al llegar al hotel, Octavio descubri que tena algo en la bolsa. Intrigado descubri un papelito que inmediatamente desenvolvi y ley, indicaba un lugar cerca de las Ramblas a una hora especfica.

    -Elena, tengo que salir. He olvidado algo importante en el teatro y tengo que volver, es importante. Qudate aqu y descansa. -Y antes de que Elena pudiera preguntar de qu cosa se trataba, Octavio ya haba dejado la habitacin y corra por la calle.

    Paz lleg a la zona denominada Cuarto Gtico y entr a la catedral de Barcelona, camin entre los corredores obscuros y reverberantes hasta que sinti que alguien le pona la mano en el hombro.

    -Octavio, qu bueno que has venido. -Jos, pero eres t? Todos te creamos muerto.

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    -Octavio, la vida no ha sido fcil en los ltimos aos, pero lo peor de todo vino despus de la sublevacin del primero de mayo.

    -Qu est pasando? -Ando huyendo de un grupo de comunistas que nos est

    eliminando a todos los integrantes del POUM (Partido Obrero de Unificacin Marxista). En los ltimos das me han estado persiguiendo de cerca y no veo salida alguna. Por favor Octavio, consgueme un pasaporte mexicano para salir del pas.

    -Voy a intentarlo todo, Jos. Entiendo que el embajador De Negri ha sido muy amigo de mi padre. Seguro algo podr hacer. -Y diciendo esto, acordaron nuevamente encontrarse en aquel lugar dos das despus a la misma hora.

    A la maana siguiente Octavio y Elena acudieron al consulado de

    Mxico donde fueron recibidos por Alejandro Gmez Maganda y aunque se expusieron todos los pormenores de la situacin, Octavio y Elena no pudieron hacer nada. Al da siguiente, l acudi nuevamente a la catedral de Barcelona, al lugar donde se haba encontrado con Jos Bosch a la hora indicada. Mientras escuchaba el mustiar de un grupo de mujeres que rezaban, vigilaba la entrada de la catedral. Vea todo tipo de personajes salidos de una novela costumbrista pero ni una sola seal de Bosch, Octavio esper hasta muy alta noche. Su amigo Jos no lleg aquel da ni los siguientes.

    En septiembre, Octavio Paz fue invitado a dar una conferencia

    sobre la msica de Silvestre Revueltas, se trataba de un concierto-conferencia organizado por la Delegacin de Propaganda y Prensa junto con la Sociedad Espaola de Amigos de Mxico y la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura en Madrid. Revueltas compuso para la ocasin Mxico en Espaa y Homenaje a Garca Lorca; no todo es actividad poltica en Espaa. En una ocasin, los Paz lograron ir al cine a ver Una noche en la pera de los hermanos Marx y en los ltimos das que pasaron en Espaa, Paz -en compaa de Arturo Serrano Plaja- visita a Antonio Machado.

    Despus de llegar a Barcelona, los Paz viajaron a Francia, donde se

    instalaron en un hotel de la rue Champollion, pasearan por Saint Michel y pasaran la tarde en el caf Dupont. Un da, caminando por el boulevard de la Madeleine, encontrarn nuevamente a Alejo Carpentier, quien los invitar a una reunin en la rue Mazarine en la casa de Robert Desnos; el

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    poeta surrealista que experimentaba con la conciencia humana en estado hipntico. En otra ocasin, en el museo de Louvre, se encontraran nuevamente a Miguel Hernndez.

    Los das pasaron y el dinero se acab, Revueltas no tena medios

    para regresar a Mxico y los Paz sentan que no podan dejarlo en Europa. Buscando un poco de ayuda, Paz acudi a la embajada mexicana, donde consigue que Renato Leduc cubriera parte de los gastos de su estancia en Pars. Con la ayuda de Pellicer y cambiando sus boletos del barco a tercera clase, logran pagar el pasaje de Revueltas a Mxico. Finalmente, los Paz dejaron Europa y se embarcaron hacia Veracruz en el barco alemn Orinoco.

    Una vez en Mxico, Paz no dej de pelear a favor de la Repblica

    Espaola. Se encarg de llevar a cabo trabajos de propaganda y empez a colaborar en El Popular, diario de tendencia marxista, dirigido por Vicente Lombardo Toledano. Encontr en Mxico un ambiente de solidaridad con la Repblica Espaola.

    El General Lzaro Crdenas haba dado asilo a refugiados

    espaoles que huan del rgimen franquista y varios de los intelectuales mexicanos iniciaron un proyecto para que trabajaran en el pas poetas, acadmicos e investigadores de la pennsula ibrica. Se acord la fundacin de la Casa de Espaa en Mxico y se le brind todo el apoyo necesario para su funcionamiento. Taller y el Caf Pars

    Entre los muchos compaeros de la Escuela Nacional Preparatoria empez a destacar en el mundo literario un joven veracruzano llamado Rafael Solana. A diferencia de Paz, Solana haba iniciado con xito sus estudios en la Facultad de Derecho y posteriormente en la de Filosofa y Letras. Haba creado prcticamente slo una revista llamada Taller Potico, que tena como principal fin reunir a todos los poetas existentes en Mxico. Logr contar con las colaboraciones de Carlos Pellicer, Enrique Gonzlez Martnez y Efran Huerta. Se trataba prcticamente de un trabajo artesanal ya que l mismo se encargaba de comprar el fino papel con la que la elaboraba, preparaba la edicin y daba seguimiento a la impresin del corto tiraje que publicaba. Finalmente, l mismo venda

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    las suscripciones y los nmeros sueltos. Ciertamente la publicacin corra slo a su cargo y es que segn l, los jvenes de su generacin se encontraban petrificados. En octubre de 1938, Solana lleg a declarar en las pginas de El Popular que desde el grupo de los Contemporneos y sus revistas, no haba vuelto a haber en Mxico un grupo literario slido, unido en postulados y en accin.

    Las reacciones no se dejaron esperar. Una semana despus, un

    joven originario del estado de Guanajuato, Alberto Quintero lvarez, declaraba que Solana se haba equivocado ya que, segn l, exista en Mxico un grupo de escritores que se desarrollaban en secreto y se cultivaban aunque no tenan propiamente un rgano de difusin. Esta polmica afirmacin ciertamente despert el inters de Jos Gorostiza, Carlos Pellicer, Ortiz de Montellano y de Jaime Torres Bodet. Si era cierto lo que se deca, los Contemporneos mismos estaban interesados en asumir el compromiso de subsidiar un rgano de difusin de este nuevo grupo para que, de este modo, se lograra impulsar el autntico relevo generacional.

    Solana descubri una gran oportunidad y a mediados del otoo de

    1938 invit a comer a su compaero de escuela Efran Huerta con la consigna de que deba ir acompaado de Octavio Paz y de Quintero lvarez. Una vez reunidos todos, Solana les plante la transformacin de Taller Potico en una nueva revista literaria. Sostena que con el apoyo de los Contemporneos y el trabajo de todos ellos, se podra editar una publicacin mucho ms amplia que Taller Potico en la que se pudieran incluir notas crticas, ensayos literarios, traducciones y cuentos. Los asistentes pactan la unin confiados en su ingenio y en la gran cantidad de contactos con los que contaban cada uno de ellos. Paz consigui que Mara Zambrano -a quien ya haba conocido en Europa un ao antes y se encontraba exiliada en Mxico- les permitiera publicar parte de un nuevo libro que haba empezado a redactar. El artculo aparece con el nombre Poesa y Filosofa.Tambin consiguen incluir algunos poemas que le haba enviado Cernuda.

    En diciembre de 1938 emergi finalmente la revista Taller. Los

    primeros cuatro nmeros aparecieron bajo la direccin de Rafael Solana, Efran Huerta, Alberto Quintero lvarez y Octavio Paz. Aunque la revista haba iniciado con buena estrella, los problemas empezaron a surgir. Solana gastaba mucho dinero en la calidad de la edicin, incluso

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    mucho ms del que gastaba con Taller Potico. En Taller se tom la libertad de imprimir finas reproducciones de pinturas de Mara Izquierdo en papel de excelente calidad, derrochando as la ayuda econmica de los Contemporneos y las importantes sumas otorgadas por Eduardo Villaseor. Por otra parte, a raz de la aparicin del segundo nmero, publicado en abril de 1939, los problemas se agudizarn. En l los miembros de Taller declaraban que entre su generacin y la de los Contemporneos exista una relacin filial, pero tambin sta era polmica. Lo que separa a ambas generaciones es que Taller se distingue por su actitud revolucionaria que buscaba un orden humano justo y propio.

    Las molestias entre los patrocinadores de la revista empezaron a

    manifestarse, sobre todo cuando la izquierda mexicana mostr su simpata por los contenidos expresados en ella. Movido por estas cuestiones, Jos Gorostiza envi una carta desde Roma a Ortiz de Montellano en octubre de 1939, en la que expresaba su desconfianza hacia el grupo de jvenes escritores y afirmaba que, a su parecer, ni Letras de Mxico ni la revista Taller haban podido llenar el hueco de Contemporneos. Las voces empezaron a correr y Taller dej de recibir financiamiento.

    Ante el aparente rompimiento con los Contemporneos, Paz

    desarroll una estrategia que mantendra la revista a flote y le dara un nuevo impulso. Invit a participar en la revista a varios escritores de Hora de Espaa que se encontraban exiliados en Mxico. Sin consultar a Solana, quien haba emprendido un viaje por Europa, Quintero, Huerta y Paz le ofrecieron el puesto de secretario de redaccin a Juan Gil-Albert y el de diseador a Ramn Gaya. En el nmero cinco de la revista Taller, que apareci en octubre de 1939, se anunciaba que el nuevo consejo de direccin se vera enriquecido con la incorporacin de Antonio Snchez Barbudo, Juan Gil-Albert, Ramn Gaya, Lorenzo Varela y Jos Herrera Petere. Cuando Rafael Solana regres de Europa y descubri que Taller haba perdido su objetivo fundacional afirm que le haban robado su revista.

    La publicacin cambi de un modo brutal, incluso los canales de

    financiamiento que se obtuvieron con la incorporacin de escritores hispnicos le brindaron un rostro nuevo. Los hombres clave fueron Alfonso Reyes y su amigo Eduardo Villaseor, ambos consiguieron que la Casa de Espaa en Mxico inyectara, en noviembre de 1939, la cantidad

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    de ciento cincuenta pesos. La aportacin no tuvo mayores complicaciones, puesto que Reyes era presidente de la Casa de Espaa en Mxico y Villaseor miembro del patronato. Por otra parte, Villaseor, siendo entonces Subsecretario de la Secretara de Hacienda, orden que la dependencia comprara publicidad en la revista aportando importantes cantidades de dinero. Paz, por su lado, busc otros mecenas cuyos nombres no revelar.

    Algunos, como Diego Rivera, corren rumores y afirman que Taller

    recibe financiamiento del Partido Comunista Sovitico por va de Cardoza y Aragn y su esposa Lya Kostakowsky. Es cierto que Paz es amigo de Cardoza y Aragn, quien diriga El popular, publicacin de tendencia stalinista y es verdad que este ltimo le enva un artculo que aparecer en Taller donde, desde el punto de vista stalinista, se ve al surrealismo como una vanguardia interesante, pero polticamente inmoral. Tambin es cierto que varios miembros de la hispnico mexicana Taller simpatizan con Stalin.

    Pese a lo que se diga y lo que haya pasado, en esos meses Paz

    haba empezado a romper con la izquierda. Parecer entonces que su oculto Salvador Monsalud saldr a flote. Sern varios sucesos los que pondrn en guardia la relacin de Paz con los comunistas. Por un lado, ciertamente causa un gran desconcierto la firma del tratado Ribbentrop - Molotov el 23 de agosto de 1939 con el que se consolidaba el pacto germano-sovitico. Acaso no era Hitler el enemigo del comunismo a vencer?

    Por otro lado, se percat que la disidencia estaba gravemente penada. Recibi la noticia del fallido atentado del grupo de Siqueiros para terminar con la vida de Trotsky en mayo de 1940. Dialogando con Pablo Neruda, quien haba sido nombrado cnsul general en Mxico, se percat que exista una fe ciega al stalinismo y que todo aquel que pusiera en duda el dogma sera considerado como un enemigo mortal. Descubri que el libre pensar es un crimen tal y como lo describiera Gide en su libro sobre la URSS. La separacin final vendr cuando descubri a Neruda celebrando el asesinato de Trotsky el 20 de agosto de 1940.

    Paz se unir a las declaraciones de los intelectuales antifascistas que iniciaron la escisin de Partido Comunista, renunciando al stalinismo y a sus aliados. La divisin ha comenzado entre los intelectuales de

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    izquierda en todo el mundo y tambin entre los miembros de Taller. Paz ser considerado por Jos Herrera Petere como un traidor a Mosc. Aunado a estos problemas internos, la falta de dinero llevarn a Taller a su final; el nmero correspondiente a enero-febrero de 1941 ser el ltimo. Paz se alej del grupo de El Popular y terminara su relacin con Neruda y con todos los partidarios del comunismo sovitico. Los miembros espaoles de Taller abandonaran Mxico probando mejor suerte en Cuba, Argentina y Uruguay.

    Ahora Octavio haba empezado a dejar el obscuro bosque en el que

    penetr cuando estaba en la secundaria. Haba despertado de aquel sueo en el que Jos Bosch, Atwood, Ramrez y Ramrez y Novaro entre muchos otros lo haban involucrado, todos haban empezado a desaparecer. Los militantes se volvieron una baraja de naipes y la imagen de su amigo Jos Bosch se desvaneca poco a poco mientras su boca esbozaba una gran sonrisa al modo del gato de Cheshire, quien le repeta el gran enigma: Qu cosa rene por la maana a sus hijos, por la tarde los devora y al atardecer muere por sus manos?

    Octavio buscar un refugio intelectual que le permita poner en

    orden sus ideas. En los siguientes meses acudir con frecuencia a la capilla de Alfonso Reyes, en su casa de Industria No. 122. Es una poca de estudio y largas conversaciones sobre literatura clsica y las vanguardias. Comentan sobre Homero y Hesiodo, as como de Huxley y Marinetti, Reyes es un gran maestro del mundo helnico y Octavio lo sabe.

    En diciembre de 1939 naci Laura Helena, la hija nica de Octavio Paz y Elena Garro. Por iniciativa de l, ambos se quedaron a vivir una temporada en la casa de Josefina Lozano, ubicada entonces en la calle de Cholula nmero 102. Aunque doa Pepita fue de gran ayuda durante los primeros das, la convivencia entre madre y nuera empez a deteriorarse poco a poco y para evitar enfrentamientos la mudanza fue necesaria. No pasaron ms de cinco meses cuando los Paz lograron conseguir un pequeo departamento en la calle de Industria, cerca de la residencia de Alfonso Reyes, pero la autonoma lograda no dur mucho. Octavio insisti en mudarse cerca de la casa de su madre y por esta razn, a mediados de 1940 se estable