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POR QUÉ MOZART? El profesor Tomatis, otorrinolaringolo francés, descubrió este efecto hace mas de 40 años y desde entonces lo usa en el método que lleva su nombre y que se aplica en más de 250 centros en el mundo. "Mozart fue un virtuoso del sistema neurovegetativo y un especialista en neurología funcional", escribe en su libro dedicado al compositor y que tituló justamente "Pourquoi Mozart". Fernando Nuñez, musicoterapeuta del Centro Tomatis Chile traduce y explica las ideas centrales de este libro. Según Tomatis, hay varias maneras de probar las cualidades terapéuticas excepcionales de la música de Mozart. Las mas evidentes son : el análisis estético y psicológico de sus composiciones; los efectos neurofisiológicos en el cuerpo humano y por ultimo ; el análisis en laboratorio del espectro sonoro de su música. Desde el punto de vista estético o psicológico Tomatis distingue una serie de cualidades que están presentes simultanea y permanentemente en todas las composiciones de Mozart.

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POR QUÉ MOZART?

   El profesor Tomatis, otorrinolaringolo

francés, descubrió este efecto hace mas de 40 años y desde entonces lo usa en el método que lleva su nombre y que se aplica en más de 250 centros en el mundo.

  "Mozart fue un virtuoso del sistema

neurovegetativo y un especialista en neurología funcional", escribe en su libro dedicado al compositor y que tituló justamente "Pourquoi Mozart".

Fernando Nuñez, musicoterapeuta del Centro Tomatis Chile traduce y explica las ideas centrales de este libro.

 Según Tomatis, hay varias maneras de probar las cualidades terapéuticas excepcionales de la música de Mozart. Las mas evidentes son : el análisis estético y psicológico de sus composiciones; los efectos neurofisiológicos en el cuerpo humano y por ultimo ; el análisis en laboratorio del espectro sonoro de su música.

Desde el punto de vista estético o psicológico Tomatis distingue una serie de cualidades que están presentes simultanea y permanentemente en todas las composiciones de Mozart.

Que tiene de especial entonces esta música ?  

Hay en todas sus frases, escribe Tomatis, en sus ritmos y en sus secuencias una sensación de libertad y rectitud que nos permite respirar y pensar con facilidad. Nos transmite algo especial que pone en evidencia nuestro potencial creativo y nos hace sentir como si fuéramos los propios autores de lo que escuchamos. Nos hace creer que la frase musical se desarrolla de la única manera como podría desarrollarse.

En sus obras reina un sentimiento de seguridad permanente. No hay momentos insólitos. Todo esta perfectamente ligado. El pensamiento se desarrolla sin choques ni sorpresas. Mozart se vuelve así accesible a todos y jamás nos cansamos de escucharlo.

Sentimos constantemente una felicidad y un sentimiento de perfección que no se encuentra en ningún otro compositor, por mas alegre que este sea. Mozart nos lleva a otro universo, nos hace resonar a través de nuestras fibras mas sensibles. Gracias a su música podemos vibrar con nosotros mismos, tomar conciencia de nuestro ser. A Mozart no le interesa en absoluto revelarse en nosotros, sorprendernos, dejarnos atónitos. Al contrario, con su

música nos conduce a un lugar donde comenzamos a ser nosotros mismos.

Su ritmo es el del universo; su virtuosismo instrumental : el cuerpo humano

Mozart tradujo los ritmos eternos a su manera y a la nuestra. Supo adaptarlos a nuestras propias neuronas. Su instrumento no fue ni el piano ni el violín sino el hombre mismo. Supo ponerlo en resonancia musical con el universo. Y este es el milagro de Mozart : colocar al ser humano al unísono con la armonía universal.... ..

El universo esta lleno de ritmos. Todo tiene su ciclo, todo es periódico: los años, las estaciones fluviales, el día y la noche, las distancias interplanetarias, los ciclos de vida, el pulso cardiaco, la respiración, el movimiento infinitesimal de la materia, en fin...

Todo es música para quien sabe percibir las cadencias y discernir las combinaciones, para quien sabe descubrir los ritmos vitales en su multiplicidad y transcribirlos de manera que sean accesibles. Mozart logra despertar todos los ritmos fundamentales inherentes a cada uno. De esta manera no hay ninguna restricción, ninguna obligación, ninguna imposición. El ritmo llega a ser la medida del pasaje del tiempo de cada uno y de cada cosa. En estas condiciones los ritmos respiratorios y cardiacos se instalan con toda libertad. De la misma manera se armonizan todos los movimientos propios de la gesticulación, bajo la influencia del conjunto de esos ritmos de fondo. Esta libre adhesión, este consentimiento espontáneo no puede ser inducido mas que por una música libre, desprovista de medidas rígidas que en beneficio de un ritmo impuesto, hagan perder, olvidar u omitir la presencia de los movimientos vitales. La música de Mozart deja emerger en cada uno de nosotros el ritmo resultante de nuestras propias vibraciones de base.

"Yo no conozco otro más que Mozart para alcanzar este nivel", dice Alfred Tomatis. Y lo comprobó clínica y estadísticamente, sanando a mas de 100.000 pacientes con la música de este compositor. Además realizó experiencias sorprendentes en un monasterio en Bretania con vacas que escuchando sinfonías de Mozart aumentaron notablemente su producción de leche. En Munich realizó experimentos con niños desahuciados llegando a normalizar signos vitales con música de Mozart, sonidos fetales y la voz materna.

Otras experiencias similares se hicieron con vegetales, en Canadá, donde constataron mejoras en el crecimiento y en la "tonicidad" de las plantas.

Pero mas allá de todo, Mozart tocó el cuerpo humano como nadie jamas lo ha hecho. Su música hace vibrar y fluir el propio canto de cada ser humano. Pone en resonancia el potencial de quien lo escucha. En Mozart nos reencontramos todos.

Son esos ritmos fundamentales que Mozart ha sabido explotar y de los cuales no se separara jamas, bajo ningún pretexto de innovación. Su composición será siempre de alto nivel, aparentemente fácil incluso en la complejidad.

Su música es siempre joven, sin angustia, ni contaminación

Toda su producción es fresca y serena, escribe el doctor Tomatis. Mozart es el más joven de los compositores y esta característica de juventud le da una calidad especifica a su expresión musical.

La música de Mozart es de todos los tiempos, de todos los momentos, y a pesar de estar marcada por la época es joven ante todo. Tiene el ritmo de un corazón que late como el de un niño, aun cuando Mozart se encuentre extenuado, al borde del aniquilamiento.

La producción de Mozart no es una invención en el sentido clásico del termino. Es la expresión de lo que es, de lo que él ha percibido y que nos transmite irresistiblemente. Su creación no está contaminada; es pura, sin alteraciones, sin búsqueda estética. En la última carta a su padre le escribe " ..todo esta compuesto, solo falta escribirlo".

Su percepción del mundo fue cadenciada al ritmo de su metrónomo cardiaco. Su corazón de niño marca las modulaciones de la expresión de su alma directa y simpáticamente conectada al logos musical.

En Mozart todas sus obras musicales están libres de tragedia y drama. Nos puede hacer vivir o sentir los sentimientos de dolor mas lacerante pero en todo momento lo trágico esta transformado, trascendido.

Pero, por qué Mozart ?

Porque Mozart tuvo una vida prenatal excepcional. Su madre, que vivió un embarazo feliz, impregnado de música y del amor de su marido - talentoso compositor -, le pudo transmitir al feto el deseo de nacer, de vivir y de comunicar con la misma fuerza que lo deseaba. Wolfang gozó de un entorno familiar y musical formidable, que le permitió codificar su sistema nervioso sobre ritmos fisiológicos verdaderos, universales, cósmicos, dice Tomatis. Esto le permitió ajustar su instrumento corporal a las modulaciones sentidas durante este periodo y su ritmo seguirá siendo el mismo aun cuando comience a hablar, a crear, a componer desde los cinco años hasta su muerte.

Mozart es una manifestación encarnada de la música, la trasciende. Tiene momentos de éxtasis - explica Tomatis - donde se lo ve en verdaderos estados de secreción, transpirando música, bajo la influencia de una especie de escritura espontánea que lo impulsa a proyectar todo lo que le invade. Aparece entonces como en un estado iniciatico que no puede rechazar por cuanto es una situación vital para él. Mozart canta con su ser - agrega Tomatis - . vive con él, se encuentra a su propia disposición a pesar de él mismo.

EFECTOS NEUROFISIOLÓGICOS DE LA MÚSICA DE MOZART

La música, una necesidad del sistema nervioso

La música es una necesidad, dice Tomatis. Favorece la cristalización de diferentes estructuras funcionales del sistema nervioso. Facilita la producción de energía ligada al estimulo del cerebro, indispensable para pensar. Ella abre el camino a la voz cantada y a la expresión corporal. "La música preexiste al lenguaje, por lo menos es mi convicción", continua. Ella toma a cargo el cuerpo en su totalidad afín de modelarlo en una arquitectura verbalizante. De la música nacen los ritmos y las entonaciones inherentes a los procesos lingüísticos.

Toda producción musical cualquiera sea el instrumento utilizado, cualquiera sea el modo de ejecución desemboca en el único instrumento receptor-productor que es el cuerpo humano. En el se inscriben las leyes armónicas. Y la música no puede ser escuchada si no esta en correspondencia con las posibilidades de integración del aparato corporal. Se requiere una puesta en correspondencia del instrumento cuerpo. Todas las potencialidades son inscritas en el aparato corporal, como lo son aquellas que se refieren a los lenguajes, de los cuales los diferentes parámetros dependen únicamente del uso que sepamos hacer de este.

Porque nos gusta o nos desagrada una determinada música ?

Explica Tomatis: cuando una persona se encuentra sumergida en la música puede acusar dos comportamientos: o bien se entrega sin resistencia y su adhesión es total, es decir, está en concordancia, vibra con esa música; o bien

manifiesta un rechazo vivido como un desinterés por falta de concordancia neurofisiológica, por falta de simpatía con la expresión del compositor.

Apreciar una obra musical es, en realidad, poder entrar en plena armonía con ella. Significa que nuestro cuerpo-instrumento está modelado, preparado fisiológica y culturalmente para integrar ese tipo música, para ejecutarla en sí mismo.

Apreciar a Chopin, por ejemplo, es vibrar con su expresión musical, como lo hace un instrumento afinado a las mismas resonancias; un laud por ejemplo. Las cuerdas se colocan en vibración reproduciendo a su turno un canto musical idéntico. Existirían también momentos donde la misma música no produciría ninguna vibración en nosotros, lo cual denotaría que a veces no estamos disponibles. En uno u otro caso se deduce también que somos o no receptivos en función de nuestro humor, porque la naturaleza humana es cambiante en ese dominio. Ciertos temperamentos serán -por afinidad electiva- siempre próximos del romanticismo de Chopin, así como su constitución de base será del mismo tipo, es decir, melancólica.

Toda expresión sonora que llega a ser musical marca un desarrollo en el tiempo. La música nos lleva a adoptar los movimientos que envuelven al músico durante su inspiración. Ella nos invita a usar las mismas cadencias que lo animaron durante su improvisación, a condición por supuesto que estas sean realizables rítmica y gestualmente por el auditor.

La música debe ser estudiada en relación directa con el sistema nervioso, porque indiscutiblemente sale de un sistema nervioso hacia otro sistema nervioso, donde el primero actúa como emisor y el segundo se comporta con un receptor. En este sentido el instrumento que mejor dominó Mozart, como ningún otro compositor, fue el cuerpo humano.

El sistema nervioso recibe el mensaje musical y se encarga de distribuirlo más o menos armoniosamente en el conjunto del cuerpo. El oído es el medio mas natural para efectuar estas operaciones.

La música, desde el punto de vista de su naturaleza, actúa por efectos de armonización interior, es decir, por explotación de los modos primitivos. La música suscita y estimula las modulaciones del sistema simpático hasta volverlos tangibles.

Las obras musicales por su parte, agregan a los modos de base del sistema simpático los ritmos de la vida exterior. Ritmos que son introducidos por la sociedad y la cultura, que van desde el gesto hasta el lenguaje y que tienen relación con toda la gestualidad. Los elementos folclóricos son reconocidos como los primeros generadores de este tipo de músicas.

Por ultimo, los lenguajes sonoros nos hacen revivir los estados emocionales, imbricando simultáneamente de una parte, los recuerdos sonoros percibidos y memorizados en los núcleos afectivos centro encefálicos que presiden la vida neurovegetativa y, de otra parte, los ritmos que llevan al cuerpo fuera de los códigos normalizados anteriormente.

De todo esto surge una estructura narrativa, una semiología sonora que se expresa en el cuerpo, con toda su dinámica externa e interna.

El oído, un dínamo del cerebro

Recordemos que el oído interno contiene en su vesícula laberíntica dos conjuntos de actividades aparentemente diferentes: el vestíbulo y la cóclea; pero que constituyen uno solo y un mismo órgano, que en el curso del tiempo se ha perfeccionado para responder a las nuevas actividades que ha debido asumir.

El vestíbulo - el mas arcaico de estos elementos - asegura la estática y la dinámica así como los movimientos de las diferentes partes del cuerpo. Todos los músculos sin excepción dependen de su actividad reguladora, incluso los músculos motores del ojo. Además, debido a los controles motores que debe realizar para mantener las posturas y la verticalidad, contrarrestando los efectos de gravedad, el vestíbulo aporta la mayor parte de las estimulaciones dirigidas al sistema nervioso.

En efecto, la fuerza de gravedad obliga permanentemente al cuerpo a mantener un verdadero dialogo con el medio ambiente. En consecuencia, mientras mejor es la verticalidad mayor es la estimulación nerviosa, mayor es la dinamización. El movimiento, la verticalidad y la carga cortical están así íntimamente ligadas.

Los sonidos recepcionados por los elementos del vestíbulo determinan las pulsaciones sincrónicas de los ritmos impuestos por la frase musical y producen la movilización de los líquidos en función de la importancia de esas pulsaciones. Mientras más se muevan mayores serán las contrareacciones musculares que se encuentran activadas, determinando así el movimiento, la marcha o la danza.

La función mas conocida de la cóclea es la de escuchar, es decir, recibir los sonidos, analizarlos y distribuirlos con el fin de integrarlos, memorizarlos y eventualmente restituirlos. Pero para que este aparato funcione óptimamente debe estar bien situado en el espacio. Para ello necesita actuar en perfecta coordinación con el integrador vestibular, que le asegure una postura vertical Toda esta regulación es posible gracias a los lazos neurológicos que existen entre la cóclea y el vestíbulo y los órganos sensorio-motores que regulan la posición del laberinto, es decir la cabeza, el cuello y además el instrumento corporal que se maneja de acuerdo a las respuesta vestibulares, previamente analizadas en el cerebelo.

Desde el punto de vista musical la cóclea permite el análisis de los sonidos y la integración de la música más allá del ritmo determinado por el vestíbulo. De esta manera el control del cuerpo se refuerza para que la organización coclear aumente sus potencialidades de análisis y de carga cortical. Y este es un punto muy importante para comprender la acción de los sonidos sobre la dinamización corporal.

Pero hay otra función que se ha descubierto del oído y que tiene relación con la generación de energía nerviosa. El oído se comporta como un dínamo y la mayor parte de la energía que necesita el cerebro proviene de la acción dinamogénica del aparato auditivo.

Un estudio realizado por científicos norteamericanos concluyó que el sistema nervioso humano necesita para alcanzar el nivel de vigilia (de conciencia) colectar 3 billones de estímulos por segundo por los menos cuatro horas y media por día. Mas del 90 % de esta carga de influjo nervioso la entrega el oído.

El integrador coclear tiene un campo de acción diferente al integrador vestibular porque se sirve esencialmente de los circuitos corticales, es decir, de una red concernida únicamente por el cerebro. No obstante hay que decir que una de las redes nerviosas que llega al cortex, específicamente a la zona de la memoria y del reconocimiento de la música, está ligada a otras redes nerviosas que reparten en dirección del cuerpo. Por esta razón, enfatiza Tomatis, podemos decir que la memoria no esta solamente en el cerebro, sino también corporizada, encarnada. El cuerpo recuerda los eventos vividos por la persona y particular aquellos inherentes a la música.

Toda esta actividad vestibulo-coclear, bien conocida por los zoologistas, permite vislumbrar ya los efectos del

sonido en el conjunto del cuerpo humano.

Sonidos agudos de carga, sonidos graves de descarga

Entre los efectos relativos a la energetización del cerebro o del sistema nervioso, podemos distinguir sonidos de carga y sonidos de descarga.

Recordemos que en el aparato de Corti contenido en el oído interno, las células sensoriales no se distribuyen de la misma manera. La cantidad dependerá si la zona esta reservada a los sonidos graves, médium o a los sonidos agudos.

En la zona de los graves estas células son escasas (100). Son un poco más numerosas en la zona de los medios (500) y son muy numerosas en la zona de los agudos (24.000)

Los sonidos graves son fácilmente integrados en la zona de los sonidos de descarga, en particular aquellos que no contienen armónicos elevados. Sabemos con que fuerza los ritmos de los tambores que imponen estos sonidos graves llevan a las personas hasta el agotamiento total. Podríamos hablar de estados hipnóticos a través de los cuales la imagen del cuerpo se pierde en una exacerbación de la integración corporal vestibular sin utilización de la cóclea, que es el aparato responsable de la proyección cortical.

Los sonidos agudos constituyen en ciertas zonas, a ciertas intensidades y a ciertos ritmos, unos verdaderos generadores de energía. En esos casos la carga cortical sobrepasa de lejos el desgaste corporal y deviene, en cierta forma, energía positiva respecto de la Dinamizacion del conjunto del cuerpo.

Por otro lado, y debido a que la membrana timpánica está inervada por el nervio pneumogástrico, los sonidos agudos provocan la tensión del tímpano produciendo una disminución de la acción de este nervio en todo su territorio. En consecuencia, los órganos que podrían encontrarse perturbados por el estrés afectivo se distienden (laringe, pulmones, corazón, hígado, vesícula, riñones, intestinos, etc.). Y a la inversa, los sonidos graves no permiten que el tímpano se relaje provocando tensión en el pneumogastrico, cansancio y fatiga.

Los integradores neuronales, verdaderos distribuidores de sonido en el cuerpo

Según el doctor Tomatis, los integradores son redes neuronales sensitivo-sensoriales y motoras que aseguran las regulaciones y la coordinación de los movimiento y las posturas del territorio a cual son afectados. Son cibernéticamente autoregulados pudiendo alcanzar ciertas libertades funcionales tales como los automatismos.

Hay tres integradores pero solo dos de ellos, excluyendo el visual, están relacionados con los mensajes sonoros. Estos son el integrador vestibular y el integrador coclear. Ambos tienen como punto de partida el oído.

Estos circuitos neurológicos hacen intervenir diferentes redes sensitivas y motoras que constituyen verdaderos sistemas cibernéticos.

El sistema nervioso asociado al oído interviene permanentemente para regular los efectos de la música sobre el organismo. De esta manera estos integradores neuronales son vías funcionales obligatorias destinadas a distribuir los sonidos y a memorizarlos.

Se puede decir entonces que "el cuerpo no olvida". Ya sea se trate de lenguaje con toda la carga emocional

involucrada o bien de mensajes musicales. En ambos casos las marcas persisten y manifiestan algún día su aprobación o su descontento. Habría mucho que decir sobre las consecuencias de estos fenómenos en el mundo psicosomático.

Satisface Mozart una necesidad de equilibrio neuronal ?

Todo ser humano normal o no, tiene la necesidad de encontrar una armonía en todos los niveles: corporal y psíquico. Esta armonía corporal y psíquica supone una coordinación homogénea, equilibrada y estética en verdadero sentido de la palabra. Y es en este plano donde encontramos el pleno sentido del efecto terapéutico de la música de Mozart.

Estos dos integradores neuronales (vestibular y coclear) son solicitados permanentemente y por la música de Mozart. Porque en una orquestación magistral, como lo son todas sus composiciones, ellos intervienen para optimizar la poderosa creatividad del hombre y darle toda la energía que necesita para estar plenamente consciente.

Mozart, un virtuoso del sistema neurovegetativo

El sistema neurovegetativo llamado en la antigüedad simpático, coordina toda la organización vegetativa. Tiene una función reguladora. Su puesta en resonancia con los ritmos biológicos evoca una similitud con algo... misterioso, sugiere Tomatis, porque este importante controlador de ritmos fisiológicos de base, tiene que estar querámoslo o no, conectado con algún emisor... tal vez en simpatía con el universo

Ciertas investigaciones relacionados con los ritmos de este sistema le confieren respuestas a fenómenos químicos, a demandas hormonales o a otras causas aun indeterminadas. Sin embargo los grandes ciclos a los cuales obedece y a los cuales nos invita a conformarnos deja entrever que el puesto de emisión no es otro que el cosmos mismo. Este tomado en una totalidad que apenas concebimos, regula, lo sabemos, no solo la vida celular en su constitución dinámica sino también toda la estructura orgánica concebida en su globalidad.

De hecho los ritmos fisiológicos reales nos aparecen como respuesta fenomenológica de un mecanismo biológico general en el cual todo vibra y todo respira , toda nace y muere, siguiendo un programa, del cual apenas entrevemos su desarrollo, y así escapa de nuestro entendimiento.

Dicho de otra manera, gracias al sistema neurovegetativo entramos en simpatía con el universo, que regula en nosotros los ciclos de los fenómenos de la existencia.: la reproducción, la nutrición, respiración, la circulación, la vigilia y el sueño. El mide nuestra carrera en el espacio sideral conformemente al tiempo que se nos ha acordado de vivir.

En esta aproximación poética del sistema nervioso todo es sonido, ritmo y cadencia. Tal vez la música encuentra aquí la trama de su existencia, sobre la cual funda su razón de ser. "Tengo todo para creerlo así", dice Tomatis.

El pneumogástrico: puente neurológico entre los ritmos del universo y los ritmos del medio ambiente.

El neumogástrico o sistema parasimpático es una inmensa red nerviosa que atraviesa todo el cuerpo inervando laringe, pulmones, corazón, vísceras, intestinos, etc. Su única emergencia exterior ocurre en el oído por la inervación de la membrana timpánica (por esta razón nos doblamos en cuatro cuando escuchamos un tiza crujir en

la pizarra !)

Este nervio –dice Tomatis - constituye un puente neurológico que hace o debería hacer perceptible, a todos los niveles, la vida rítmica verdadera dictada por el universo y, de otro lado, la vida que nos impone el medio sociocultural.

Sin embargo, la saturación precoz de este nervio en el plano de la información neuronal hace que estos puentes pierdan su eficacia, dejándonos en la oscuridad sensorial, o sea sin poder percibir la vida rítmica del universo y de nuestro entorno.

Por las mismas razones, este nervio que los antiguos llamaron genialmente el <<vago>>, introduce una respuesta negativa frente a los mensajes subyacentes expresados por el simpático, es decir, la angustia. Y esta, como es sabido- inhibe la acción del sistema simpático provocando los signos asociados: palidez, sudoración, taquicardia, dificultad respiratoria, dolores epigástricos, sensación de vacío estomacal, vértigos, etc.

La estrategia utilizada actualmente contra el estrés está directamente relacionada con la actividad del nervio pneumogástrico el cual, en paralelo con el simpático, rige el universo neurovegetativo.

La piel, un pedazo de oído diferenciado

La piel es un pedazo de oído diferenciado, explica Tomatis, contrariamente a lo que se enseña habitualmente. Y esto porque las investigaciones permiten suponer que los aparatos cutáneos receptores son el resultado de adaptaciones de las células de la línea lateral de los peces inferiores. Estas células darían entonces origen a las células de Corti y a las células de los aparatos táctiles cutáneos, verdaderos elementos de adaptación a la vida aérea de esta excepcional célula primaria.

Tomatis atribuye al oído una autonomía tal que lo presenta como un órgano esencial; como el primer órgano constituido y operacional, anterior a la formación del sistema nervioso autónomo, y este ultimo dependiendo también del oído.

Todo lo que vive vibra

"Todo lo que vive vibra", nos explica el doctor Tomatis. Todo lo que se organiza para alcanzar una participación reflexiva frente a la vida, manifestada por los ritmos, los ciclos y las secuencias, se orienta a la elaboración de un sistema nervioso. Y todo demuestra que la actividad de este sistema depende del numero de estimulaciones que reciba.

El metabolismo asegura solo la mantención vegetativa. Pero cuando el sistema nervioso, base de la dinámica reflexiva, se desarrolla a su máximo nivel, entonces emerge la conciencia, "como una emanación embriológica", dice Tomatis.

El hombre se presenta para Tomatis como un gran oído atento y sensible a los cambios sonoros del medio ambiente y a la vez, le permite ponerse en resonancia con el mismo medio, a nivel de la escucha.

Todo lo que vive emite, de alguna manera y en el sentido mas ontológico del termino, su propia secuencia vibratoria, su propia música. Y la misma música cuando retorna produce una acción particular sobre esta materia viviente, ya sea activando o vivificando, ya sea estimulando o inhibiendo las funciones fisiológicas vibratorias

existentes.

EL ANALISIS ESPECTRAL DE LA MUSICA DE MOZART

Tomatis presenta varios gráficos denominados espectrogramas realizados sobre diferentes obras de compositores (Mozart, Salieri, Beethoven, Bach, Haydn, Wagner y Cantos Gregorianos). El procedimiento permitió revelar características bien especificas y significativas de cada uno de ellos.

En los gráficos el eje de las X (abscisa) indicaba el desarrollo en el tiempo en milisegundos, mientras que el eje de las Y expresaba las frecuencias desde los graves hacia los agudos hasta los 10 kHz. El negro señala la presencia de sonido, el blanco la ausencia. Las rayas verticales representaban la diferencia de tiempo entre dos notas.

En Mozart (por ejemplo, en Exultate, Jubilate KV.165) la diferencia de tiempo entre una nota y la otra es de 0.5 segundos, es decir acordes tocados a la negra sobre un compás de 4 tiempos. Un espacio de 0.5 segundos equivalente a 2 segundos por compás, es decir 120 negras por minuto, o sea un tempo de 120. Esto en cuanto la velocidad de ejecución.

En cuanto al espectro frecuencial, la música de Mozart se reconoce sistemáticamente por características bien especificas que no se encontraron en ningún otro compositor.

En primer lugar, el aspecto bien desligado de la frase musical ofrece un pasaje fluido, que no traduce ningún signo de monotonía. Y esto se constató en cualquiera obra examinada.

En segundo lugar, la gran movilidad de los tejidos armónicos (gerbes sonore) contribuyen a asegurar la característica particularmente vivaz y a menudo "juguetona" (enjoué) de las composiciones mozartianas.

Por ultimo, la constante base rítmica subyacente inscrita en un tiempo permanente, verdadero substrato de una batido cada 0.5 segundo, determinan de esta manera una modulación de 120 pulsaciones por minuto. Esta modulación puede ser identificada de manera sistemática y se la puede encontrar en cualquiera muestra mozartiana que se escoja.

En el análisis de un Motette de A. Salieri, el contemporáneo mas implicado en la vida musical donde evolucionaba Mozart, se encontró una modulación de base mas anárquica, menos fluida y que presentó en el espectrograma, de manera discontinua, distancias de 0.7 segundos, lo cual le imprime un ritmo de fondo mas lento y menos sostenido.

El análisis del comienzo de la Sinfonía Nº 5 de L.V.Beethoven revelo un ritmo de fondo basados sobre 0.8 segundos.

En el análisis de Bach,  Tomatis explica que los espectrogramas dejan en evidencia su estructura propia, intelectualizada. Agrega, que un paralelo diferencial entre una Variación Goldberg y un concierto de Mozart son suficientes por si solos para revelar las divergencias a nivel de ritmos.

Por el contrario, el único músico citado en este estudio que habría tenido la noción de lo que era la armonía fundada sobre bases fisiológicas fue Haydn. Basta ver, dice Tomatis, el espectro que resulta de la Sinfonía Nº 30 en DO mayor (alleluia, allegro), para ver hasta que punto Haydn llegó a aproximarse de la realidad mozartiana. Su reencuentro con el joven compositor fue para él una revelación de la veracidad de su búsqueda. Una sola

diferencia se aprecia que tiene relación con una modulación de base centrada en 0.4 segundos.

Finalmente el análisis de un canto gregoriano de Solesmes, caracterizado por el hecho que no existe nada parecido en las músicas clásicas habituales. Su ritmo de base es lento y tranquilo. Sus rebotes internos en volutas salen de lo común. Ellos se suceden en ritmos y en intervalos regulares que se renuevan periódicamente cada 4 segundos, al interior de las cuales se perciben pulsaciones a cada segundo, o sea 60 pulsaciones por minuto. En otras palabras, Mozart dividido por dos.

"Doscientos años han pasado después de la desaparición de este gigante de la música, sin embargo su presencia crece como una realidad profética que se confirma con el tiempo. Mozart, el iniciador de las generaciones del futuro, permanecerá sin duda vigente por largos decenios mas".

* * *

Nota: Todas las ideas expuestas corresponden a extractos del libro "Pourquoi Mozart" de Alfred Tomatis (1991) y han sido traducidas e interpretadas por Fernando Nuñez.

 EL EFECTO MOZART Cuentan los biógrafos, que en el transcurso del parto de uno de los hijos de Wolfgang Amadeus Mozart (Músico Austriaco ), acostumbraba acompañar a su esposa Constanza en dicho proceso, le cogía la mano con delicadeza y luego le susurraba melodías en su vientre y en su oído, con la otra mano componía al mismo tiempo. Mozart tenía la capacidad holística de ver dentro de su cerebro una composición entera, antes de escribirla. Según él “Todo está compuesto aunque no escrito todavía”. La vida de este gran genio y el contexto familiar en que nació fue determinante para formar esa brillante inteligencia musical, que le permitió crear 17 operas,41 sinfonías,27 conciertos,17 sonatas, hasta su prematura muerte a los 35 años de edad. Su existencia prenatal se vio acompañada continuamente por el sonido del violín de su padre que era director de orquesta en Salzburgo. De igual forma su madre, hija de un músico, también contribuyó a la inteligencia musical de su hijo, al proporcionarle un contexto lleno de canciones y de serenatas que incidieron en que Mozart; a los 6 años de edad ya había compuesto su primera obra (Minueto y Trío para teclado). Cada día se están encontrando más evidencias científicas, de niños que en su fase intrauterina y, después de nacer, son demasiados sensibles a la música y ésta a su vez favorece enormemente el desarrollo neurológico. Actualmente los investigadores, están de acuerdo de que el oído es el primer órgano que se desarrolla a nivel embrionario, empezando a funcionar activamente a partir del

cuarto mes. Las afectaciones que tiene el cuerpo del niño sobre sí mismo y sobre los otros es fundamental para comprender los efectos que tiene la música, la comunicación, el juego y las actividades creativas sobre la sensibilidad y el afecto. Los ritmos del corazón de la madre y los sonidos del contexto intrauterino en términos sencillos producen la música.   En lo relacionado con las primeras experiencias del desarrollo humano que involucran al cuerpo, a la conciencia y a la música es necesario precisar que lo primero que hace una madre con su bebé es jugar con los instrumentos que la naturaleza biológica y social le proporcionan, es decir con su voz, con su cara, con los movimientos del cuerpo y el de las manos, con sus gestos, con sus silencios, etc. Lo interesante de lo anterior es que la madre los orquesta dentro de un ambiente lleno de sonido, ritmo y danza en que tanto la madre como el niño se divierten. En estos estadios prelúdicos la relación “cara a cara” es determinante en gran medida en los períodos de juego musical, corporal y social. De esta forma la finalidad del juego musical es diversión y placer y se hace naturalmente por motivos interpersonales en los que se producen acontecimientos – estímulos – experiencias que repercutirán en la vida cognitiva emocional y creativa del niño.  La música de Mozart con respecto a la de otros músicos posee unas propiedades muy particulares que la distinguen, pues los ritmos, las melodías, la métrica, el tono, el timbre y las frecuencias de su música logran estimular el cerebro humano, especialmente en aquellas zonas relacionadas con el hemisferio derecho (función espacio-temporal). Además el secreto del “efecto Mozart” radica en que los sonidos de sus melodías son simples y puros. A decir de Campbell “Mozart no teje un deslumbrante tapiz como el gran genio matemático Bach, tampoco levanta una marejada de emociones como el torturado Beethoven” . Es de aclarar que no toda la música de Mozart produce dichos efectos, sólo aquella de frecuencia alta como la sonata para dos pianos en re mayor y los conciertos para violín 3 y 4 son recomendables, para producirnos efectos a nivel cognitivo, pues la música simple y repetitiva no ensancha el cerebro humano(Plasticidad cerebral), produciendo efectos inclusive contrarios.  Es posible plantear que puede existir una música para el cuerpo, otra música para el espíritu, la primera permite activar la totalidad corporal, siendo loss géneros relacionados con la salsa o el rock en nuestra cultura, los que logran redisciplinar el cuerpo de tal forma que puede permitir la recuperación del equilibrio y del estado emocional de los sujetos en forma transitoria, originando de esta forma estados liberadores del estrés. Por el contrario la música para el espíritu de Mozart, ha hecho aportes muy significativos, en lo relacionado con la estimulación de la interioridad humana, más que con el cuerpo físico; es decir, produce estados de distensión neuronal propicios para la creatividad. El efecto Mozart se produce debido a los

ritmos, melodías y frecuencias altas de su música, siendo sonidos altamente armónicos que metafóricamente actúan como un relato o un cuento de hadas, estimulando tanto el neo-córtex, como el sistema límbico; permitiendo de esta forma que la persona que escucha la música vibre de una forma cognitiva y emotiva. La música en este sentido desemboca en el campo de “la acción”; porque las emociones no son sentimientos, sino que son “impulsos” o programas instantáneos para enfrentarnos a la vida. Entonces se puede plantear que la música no sólo activa las redes neuronales, sino que incide también en la concentración, la atención y la memoria, fundamentales para el proceso del aprendizaje. El físico Albert Einstein, era un verdadero amante de este tipo de música; según él “ La apreciación de la buena ciencia y la buena música demandan en parte procesos mentales similares”. Recordemos que la utilización que hizo Einstein del violín, durante sus estudios, según sus profesores, mejoraron notablemente su rendimiento académico. Sus biógrafos sostienen que la teoría de la relatividad Einstein escuchaba música de Mozart cuando estudiaba y construía sus grandes teorías. Algunos de le surgió de un pensamiento metafórico ¿Como se vería la Tierra viajando en un rayo de luz? y del acompañamiento de la música del gran genio Mozart .     Carlos Alberto Jiménez V.Escritor e investigador pereirano de procesos alternativos alrededor de la neuropedagogía, la lúdica y la creatividad  

EL EFECTO MOZART27-05-2001

Transcurridos más de 200 años de la muerte del genial músico se descubrió, rodeado de polémica, el que se ha bautizado como "efecto Mozart", divulgado tras los sorprendentes resultados expuestos, por la psicóloga de la Universidad de Wisconsin, Frances Rauscher y el neurobiólogo Gordon Shaw, en 1993, en la revista Nature, respecto al efecto sobre el cerebro de la audición de la sonata para dos pianos en re mayor, K448, de Mozart. Ahora, hay más novedades al respecto.

Albert Einstein, que aparte de extraordinario científico era un experto mozartiano, había señalado que: "la sonata K448 es una de las más profundas y maduras de todas las composiciones escritas por el compositor". Según parece, acostumbraba a escucharla en sus momentos más creativos. El efecto se refiere a que grupos de estudiantes, después de haber escuchado durante 10 minutos la sonata, mejoraron temporalmente su razonamiento espacio temporal, en cuantías de 8 ó 9 puntos, medidos mediante pruebas objetivas de coeficientes intelectuales.

CEREBRO. Entonces, ¿la audición de esa sonata u otras posibles piezas musicales, mejoran los coeficientes intelectuales de los escuchantes, o al menos, algunas de sus actividades cerebrales?. La discusión no es baladí ya que interesa a uno de los debates más interesantes de la neurociencia contemporánea: el de la plasticidad cerebral. Las dos posturas extremas estarían representadas por los seleccionistas y los constructivistas. Los primeros sostienen que nuestro genoma determina las conexiones cerebrales y, por tanto, esencialmente, la capacidad intelectual del individuo está determinada desde el nacimiento. Los constructivistas sostienen que la actividad neuronal, tanto intelectual como motora, modula el desarrollo del cerebro sin un determinismo a priori. Para los primeros el medio ambiente ejerce su influencia en la ontogenia de la especie; para los segundos, en la filogenia. Posiblemente, el punto de equilibrio, y la razón, se encuentre en lo expuesto por Cajal en 1894: "el órgano del pensamiento es, dentro de ciertos límites, maleable y puede ser perfeccionado... por una bien estructurada gimnasia mental".

Dos años después de su primera Investigación Rauscher y Shaw extendían sus hallazgos con investigaciones con 79 jóvenes que deberían averiguar la forma que tendrían unos pedazos de papel tras doblarlos y cortarlos de cierto modo. Tras obtener las respuestas, se dividieron en tres grupos, a los que se ofrecía, respectivamente, la sonata K448 de Mozart, una composición minimalista de Philip Glass, o silencio. Tras ello, se repetía la prueba. Los resultados mostraron que el grupo que había escuchado a Mozart acertaba un 62% más que la vez anterior, mientras que la mejora de los otros dos grupos se situaba en solo un 10%.

El interés suscitado por estos hallazgos hizo que apareciesen numerosas iniciativas, sobre todo en Estados Unidos. En el Estado de Georgia, se les entrega a todas las nuevas madres una casete de música clásica. Lo mismo sucede en Dakota del Sur, Texas, y Tennessee. Otro regalo semejante, a todas las madres, hace la Academia Nacional Americana de las Artes y Ciencias. Y una reciente ley de Florida obliga que todos los niños con edades inferiores a cinco años escuchen en sus colegios 30 minutos diarios de música clásica.

De un modo paralelo y rápido también se ha desarrollado la conocida como Terapia Musical para el tratamiento de diversas enfermedades. Al último 9.º Congreso mundial de Terapia Musical asistieron más de 2500 participantes procedentes de 44 países del mundo.

CRÍTICAS. El médico francés Alfred Tomatis, que ha dedicado más de 50 años de su vida al estudio de los efectos fisiológicos del sonido fue quien usó por primera vez, en los 50, el término efecto Mozart que fue patentado poco después por Don Campbell un controvertido escritor-psicólogo-terapeuta-educador musical. Con ese título, "Efecto Mozart", en 1997, escribió un libro, pronto convertido en gran éxito de ventas, con millones de ejemplares vendidos, traducido a 14 idiomas, además de 8 CD anexos, 5 para niños, 2 para bebés y 1 para el feto, antes de nacer. En muchas tiendas musicales se abrieron secciones especiales dedicadas a las ediciones específicas que varias compañías discográficas han realizado de composiciones a las que se les pretende adjudicar un cierto efecto Mozart. Lo cierto es que Campbell y lo que le rodea constituye, desde hace unos años, un verdadero imperio financiero muy rentable económicamente.

Mientras tanto, bastantes investigadores han mostrado su escepticismo respecto a la naturaleza y magnitud del efecto Mozart. Varios estudios de Iwaki y Larkin, publicados entre 1995 y 1999 sugieren que cualquier mejora temporal se debe más a un cambio de ánimo que a un aumento de actividad cerebral por la audición musical. Y, otros investigadores, como Steele y Newman, no fueron capaces de repetir los resultados positivos de Rauscher. Y, lo más significativo, fue el estudio realizado por Christopher Chabris, de la Harvard Medical School, publicado en 1999 en la revista Nature. Tras analizar 16 investigaciones previas concluía con la aseveración general de la inexistencia de mejoras estadísticamente significativas en los coeficientes intelectuales de los oyentes, concluyendo que "escuchar la música clásica es

bueno para los niños, pero no porque los vayan a hacer más inteligentes".

NOVEDADES. En uno de los últimos números de la revista Journal of the Royal Society of Medicine el Dr. J. S. Jenkins ha realizado una excelente recapitulación respecto al efecto Mozart. El efecto Mozart existe, pero hay que delimitarlo y estudiarlo con más profundidad. He aquí algunos hechos recientes:

1. Usando ratas como animales de experimentación, tras escuchar la sonata K448, salieron más rápidamente de un laberinto que las expuestas a silencio o música minimalista; 2. En cuanto a niños, tras 6 meses de clases de piano y aprender a tocar melodías simples (incluyendo a Mozart), mostraron mejores resultados en las pruebas espacio-temporales que otros niños que dedicaron el mismo tiempo a los ordenadores; 3. No es la música de Mozart la única en producir esos efectos favorables. Algunas melodías contemporáneas también lo hacen, como ciertas composiciones del músico griego-americano Yanni, cuya música "new age", analizada informáticamente, ha mostrado poseer una estructura similar a la de Mozart; 4. Las técnicas tomográficas y otras han mostrado que el cerebro humano utiliza diversas zonas para procesar la música. El ritmo y el tono tienden a procesarse en el lado izquierdo; el timbre y la melodía en el derecho. Las zonas que corresponden a tareas espacio-temporales se superponen a las musicales, por lo que el profesor Jenkins afirma que "la audición musical podría estimular la activación de las zonas cerebrales relacionadas con el razonamiento espacial"; 5. El principal y más claro efecto Mozart, con la sonata K448, es el de sus excelentes resultados al hacer disminuir la actividad epileptiforme en un gran número de pacientes con diversos grados de gravedad de episodios epilépticos; 6. ¿Cuál es el componente mágico del efecto Mozart?. Los potentes análisis realizados informáticamente sobre la naturaleza de la música de varios compositores han mostrado que las que poseen propiedades sobre el razonamiento espacial o la epilepsia, como la de Mozart y Bach, tienen una "periodicidad de largo plazo", que no presenta el resto de música sin efecto Mozart. La periodicidad consiste en formas de ondas que se repiten regularmente, pero espaciadas.

En resumen. Hace falta profundizar científicamente más en las relaciones entre música y actividades cerebrales. Mientras tanto deleitémonos con la de Mozart y aconsejemos que hagan lo mismo nuestros futuros arquitectos, matemáticos, pilotos, controladores aéreos, jugadores de ajedrez, etcétera, cuyas habilidades espacio-temporales son esenciales.

 

9.2. Neuromedicina y enfermedades genéticas

Efecto Mozart: Prudencia2000-2001

Frances Rauscher, la investigadora y profesora de Psicología de la Universidad de Wisconsin-Oshkosh que realizó el primer estudio experimental en 1993 ha declarado estar escandalizada del grado de explotación comercial y exageración que se ha originado alrededor del efecto Mozart. E insiste en que en todas sus conferencias deja claro que no existe evidencia científica de que al escuchar algún tipo de música se incremente la inteligencia global, mientras que, por el contrario, parece bastante establecida la mejora temporal de ciertas habilidades espacio-temporales.

 

El efecto Mozart, un beneficio para madres e hijos

Tras un verano, sin duda muy bien aprovechado, ya hace varios días que has vuelto a clase. Ahora, que ya te habrás adaptado al nuevo ritmo escolar, queremos aprovechar la reciente publicación del libro de Don Campbell El efecto Mozart para niños, de la editorial Urano para hablar de las increíbles y beneficiosas consecuencias que para ti puede tener la música. Escucharla, bailar a su son, interpretarla solo o en grupo puede traerte un montón de ventajas. Atrévete a descubrirlas

ISABEL DOMINGUEZ/CRISTINA FERNANDEZ

Sabemos que el sistema auditivo se desarrolla en un momento muy temprano en el feto: en el quinto mes de gestación el bebé ya empieza a reaccionar a los estímulos sonoros de su madre. El autor de estas investigaciones, Don Campbell, propone que el niño, desde su etapa fetal sea estimulado musicalmente por su madre. De este modo, mejorará su crecimiento, su desarrollo intelectual, físico y emocional y su creatividad.

Y, por supuesto, se reforzarán los lazos afectivos madre-hijo. Pero, ¿por qué este autor nos habla de Mozart? Para este fin, ¿no serviría igualmente la música de cualquier otro compositor clásico, o música infantil o incluso música pop? Desde luego, de eso no cabe ninguna duda. Ahora bien, como tú ya sabrás, hay unas cualidades en la música de Mozart que la convierten en especialmente indicada, según las investigaciones de este científico norteamericano.

Son sus ritmos y sus melodías de alta frecuencia, junto con la lógica formal y sobre todo la simplicidad de sus composiciones los que estimulan las regiones creativas y motivadoras del cerebro de niños y mayores. El propio Mozart escuchaba la música que le interpretaba hasta la saciedad papá Leopold ya desde el momento en que se encontraba en la tripa de su madre.

Leopold Mozart creó para su hijo la famosa Sinfonía de los juguetes cuando su mujer estaba embarazada. Es esta música llena de encanto y sencillez la más beneficiosa, pero no es la única. Tú también puedes beneficiarte a cualquier edad de los efectos terapéuticos de tu música favorita. ¿Quién no tiene la experiencia de una tarde depresiva, encerrado en su habitación, en la que encontró en la música al mejor amigo y confidente?

Sin duda, a estas alturas, ya estarás haciéndote distintas preguntas ¿basta con escuchar pasivamente música para beneficiarnos de ella?, ¿no es preferible interpretarla nosotros mismos?, o ¿qué pasa si no somos músicos profesionales?.

Desde luego, aunque es estupendo disfrutar de los efectos que nos produce la música la música que escuchamos, aún es mejor interpretarla nosotros mismos. No es necesario ser ningún profesional para hacer música con instrumentos de pequeña percusión, incluso de nuestra propia invención. Y, no te engañes: tampoco hace falta ser Plácido Domingo para disfrutar cantando.

A cada etapa del niño su propia música

I. D./ C. F.Durante la etapa fetal, Campbell recomienda a las madres que entonen canciones infantiles para sus bebés, incluso inventadas por ellas mismas. También es estupendo que les interpreten sus canciones favoritas. Que les vayan leyendo los cuentos y las rimas con que después del nacimiento tienen pensado arrullarles. E incluso pueden iniciar pequeñas conversaciones rítmicas con sus hijos con suavecitos (muy suavecitos) golpeteos rítmicos en el abdomen.

Cuando el niño ya ha nacido, se trataría de continuar con el trabajo iniciado en la “academia fetal”. Así, se pueden añadir pasos progresivos. Imitar sus sonidos, contestándole con musicalidad. Tocar para él instrumentos como xilófonos de juguete, imitando su llanto hasta convertirlo en una melodía tranquilizadora.

A los tres y cuatro años se le puede iniciar en la improvisación musical con pequeños instrumentos o para poner su propia “banda sonora” a sus cuentos favoritos. A partir de los diez años el niño ya empieza a definir sus gustos. Según Campbell, el jazz estimula las nuevas ideas. El rock, el rap pueden ayudarles. a los chicos mayores a liberar sus emociones.

Más cosas

OTRAS CULTURAS. En una comunidad de Uganda la madre crea una canción para su bebé incluso antes de la concepción cuando aún está “pensando” a su hijo. Luego se la enseña al marido y ambos la entonan mientras “encargan” al niño. La madre cantará esa misma canción a lo largo del embarazo y, por supuesto, durante el parto.

UN NIÑO PRODIGIO. La formación de un genio. ¿Sabías que Mozart con cuatro años ya era un dotado intérprete, a los cinco había compuesto su primer minueto y a los seis ya había mostrado sus dotes al teclado ante la emperatriz de Austria?

CANCIONES EN GUERRA. Durante la Segunda Guerra Mundial la educadora musical Grace Nash fue internada en un campo de concentración japonés. Embarazada, se dedicó a canturrear para su hijo y a tocar el violín para los otros prisioneros, y cuando éste nació, le cantaba para calmar sus propios temores.

El "Efecto Mozart" logra bebés más inteligentes

Escuchar música clásica, aún durante el embarazo, logra que los niños sean más sensibles e inteligentes, según expertos de Gran Bretaña.

Un informe británico observó que los niños que escuchan música clásica tienden a ser más inteligentes y sensibles.

El hallazgo de expertos de Gran Bretaña se condice con el lanzamiento de “Música para bebés”, un CD especial que rompe los récords de ventas musicales.

Según los especialistas, los sonidos de música clásica logran que los bebés incrementen su coeficiente intelectual, incluso mientras aún están en la panza de su madre.

El llamado Efecto Mozart estimula los lazos con la madre y según los expertos, también estaría vinculado al surgimiento de los niños prodigio, que están por encima de la media en razonamiento y rapidez intelectual.

“Música para el bebé” es un compacto de obras clásicas que lanzó la cadena Classic FM de Inglaterra.

Puede afectar la instruccion en musica el desarrollo cognitivo de los ninos? ERIC Digest. (Can Music

Instruction Affect Children's Cognitive Development? ERIC Digest).  

Varios estudios han examinado los efectos de la instruccion en musica sobre las habilidades de ninos en otras disciplinas. Otros estudios han explorado los efectos de escuchar musica en las habilidades espaciales de adultos. Los hallazgos de estos dos grupos de estudios se han confundido, resultando en afirmaciones que la escucha de musica puede mejorar las habilidades academicas de los ninos. Este Digest evalua estas afirmaciones y discute la evidencia que explora los efectos de la instruccion en musica en las habilidades espacial- temporales, matematicas y lectoras de ninos.

EL "EFECTO MOZART": ESCUCHAR MUSICA

El termino "Mozart Effect" (Efecto Mozart) se refiere al hallazgo de que 36 estudiantes universitarios que escucharon 10 minutos de una sonata de Mozart lograron mejores resultados en una tarea espacial-temporal subsiguiente que despues de escuchar  nstrucciones de relajacion o silencio. El efecto duro aproximadamente 10 minutos (Rauscher, Shaw y Ky, 1993). Aunque el efecto fue replicado por varios investigadores, otros no pudieron reproducirlo (Hetland, 2000a). La investigacion sobre los motivos y las limitaciones del efecto en adultos sigue en marcha (Husain et al., 2002).

El Efecto Mozart se estudio unicamente en adultos, duro solo unos minutos y se hallo solo en relacion con el raciocinio espacial-temporal. Sin embargo, el hallazgo ha dado origen a una industria del Efecto Mozart que abarca libros, discos compactos y sitios de Internet que afirman que la escucha de la musica clasica puede hacerles mas "listos" a los ninos. De hecho, ninguna evidencia cientifica apoya la afirmacion de que la escucha de musica

mejora la inteligencia de los ninos. Dos estudios relacionados probaron el Efecto Mozart con 103 ninos de 11 a 13 anos de edad (McKelvie y Low, 2002). Los investigadores no hallaron ningun apoyo experimental del efecto en ninos, y concluyeron que "es discutible en cuanto a si resulte en alguna aplicacion practica" (p. 241). Aunque el Efecto Mozart es de interes cientifico, sus implicaciones educativas parecen ser limitadas.

LA INSTRUCCION EN MUSICA Y LA CAPACIDAD ESPACIAL-TEMPORAL

Una meta-analisis de 15 estudios que incluian a 701 ninos de 3 a 12 anos de edad sugiere que los ninos que reciben instruccion en musica logran mejores resultados en tareas espacial-temporales que los grupos de control (Hetland, 2000b). El raciocinio espacial es importante en muchas materias y para los conceptos centrales de la matematica, como las proporciones y las fracciones. Los efectos de instruccion con instrumentos de teclado se han hallado para ninos de 3 a 9 anos de edad, los efectos mayores hallados entre los ninos mas jovenes (Bilhartz, Bruhn y Olson, 2000; Costa-Giomi, 1999; Gromko y Poorman, 1998; Rauscher et al., 1997; Rauscher y Zupan, 2000). Aunque la mayoria de los estudios han empleado la instruccion en el teclado, un estudio reciente examino por categoria el efecto de instruccion en el teclado, el canto y el ritmo en la percepcion espacial de 123 ninos de 3 y 4 anos de edad con desventajas economicas (Rauscher y LeMieux, 2003). Los tres grupos musicales lograron mejores resultados en tareas espaciales despues de la instruccion en musica que un grupo de control, el grupo ritmico logrando mejores resultados que todos los demas grupos en tareas de seriacion y aritmeticas. No se afectaron significativamente las tareas verbales, de correspondencia ni de memoria, demostrando asi la especificidad del efecto a tareas que exigen habilidades espaciales. Este hallazgo sugiere que tipos distintos de instruccion en musica afectan aspectos distintos de cognicion.

Han surgido varias dudas respecto a la durabilidad de mejoras cognitivas halladas en ninos que reciben instruccion en musica. Un estudio hallo que ninos de 9 anos de edad que recibieron instruccion en el piano si que lograron mejores resultados que los de control en una tarea espacial-temporal inmediatamente despues de la instruccion. Sin embargo, no se hallaron ningunas diferencias entre los grupos de musica y de control despues de dos anos de instruccion (Costa-Giomi, 1999). Un estudio de seguimiento revelo que participantes que empezaron la instruccion en musica antes de los 5 anos de edad lograron resultados significativamente mejores en tareas espaciales que los que empezaron mas tarde o no recibieron instruccion (Costa-Giomi, 2000). Este estudio no trato la posibilidad de que otros factores no musicales, como la aptitud musical, la participacion de los padres o los factores socioeconomicos podrian haber afectado los resultados. El autor concluyo que ninos que comienzan la instruccion en musica muy temprano en la vida probablemente muestren las mayores ganancias en cuanto al desarrollo espacial. Existen estudios en apoyo de esta conclusion que exploraron el efecto de instruccion en el teclado en el aula (Rauscher y Zupan, 2000; Rauscher, 2002).

Ninos que empezaron tal instruccion a los 5 anos de edad lograron mejores resultados en tareas espacial-temporales que ninos que no recibieron la instruccion. Los resultados de ninos que empezaron la instruccion despues de los 7 anos de edad no se distinguieron de los del grupo de control. Finalmente, un estudio reciente hallo que ninos que recibieron dos anos de instruccion en el teclado a partir de los 3 anos de edad (n = 31) continuaron logrando mejores resultados en tareas espacial-temporales y aritmeticas dos anos despues del fin de la instruccion (Rauscher y LeMieux, 2003). La edad en que los ninos comienzan la instruccion parece afectar la duracion de resultados cognitivos extra-musicales, y la investigacion longitudinal sugiere que se exigen al menos dos anos de instruccion en musica para mejoras sostenidas de habilidades espaciales (Rauscher, 2002).

LA INSTRUCCION EN MUSICA Y LA MATEMATICA

Algunos estudios han hallado que la instruccion en musica puede afectar tambien ciertas habilidades matematicas. Los investigadores compararon los resultados de raciocinio proporcional de varios grupos de ninos (n = 136, de 7 a 9 anos de edad), incluso un grupo que recibio solo una ensenanza espacial-temporal por computadora y otro grupo que recibio la misma ensenanza espacial-temporal junto con instruccion en el teclado del piano (Graziano, Peterson y Shaw, 1999). Luego se probo el raciocinio proporcional de los ninos. Aunque ambos grupos lograron mejores resultados que un grupo de control, el grupo que recibio lecciones del piano logro resultados significativamente mejores que el grupo que no las recibio.

Un estudio mas reciente hallo que ninos en situaciones de riesgo que recibieron dos anos de instruccion individual en el teclado lograron mejores resultados en un examen estandarizado de aritmetica que ninos en grupos de control, incluso un grupo que recibio instruccion por computadora para prevenir un posible efecto de Hawthorn (Rauscher y LeMieux, 2003). Los ninos que recibieron instruccion en canto tambien lograron mejores resultados que los de control. Los ninos que recibieron instruccion con instrumentos ritmicos hicieron mejor en una tarea de raciocinio matematico.

Una meta-analisis que combina seis estudios empiricos provee un apoyo provisional a la idea de que la instruccion en musica afecte el logro matematico (Vaughn, 2000). Sin embargo, el numero seis es muy pequeno, y se necesita sin duda mas investigacion. Varios estudios correlacionales, sin embargo, si que sugieren una relacion. Por ejemplo, un estudio con 96 ninos de 5 a 7 anos de edad hallo que quienes recibieron 7 meses de clases suplementales de musica y artes visuales lograron mejores resultados de matematica en un examen estandarizado que ninos que recibieron la instruccion escolar tipica en musica y las artes (Gardiner et al., 1996). Desgraciadamente, la asignacion al azar no fue posible debido a cuestiones logisticas y la necesidad de los administradores escolares de mantener intactas las clases. 

Ademas, la instruccion en musica se proveyo en conjunto con ensenanza en las artes, imposibilitando asi la determinacion de si los efectos hallados se debian a la instruccion en musica o a la ensenanza en las artes.

LA INSTRUCCION EN MUSICA Y LA LECTURA

Una meta-analisis de un conjunto de 24 estudios correlacionales, algunos con muestras de mas de 500.000 estudiantes secundarios, hallo una asociacion fuerte y fiable entre la instruccion en musica y los resultados en pruebas de lectura (Butzlaff, 2000). Un estudio mas reciente hallo que 90 ninos varones de 6 a 15 anos de edad con instruccion en musica tenian una memoria verbal significativamente mejor que ninos sin tal instruccion (Ho, Cheung y Chan, 2003). Cuanto mas tiempo duro la instruccion, mejor era la memoria verbal. Estos estudios ofrecen algun apoyo para una correlacion entre la instruccion en musica y las habilidades verbales.

No obstante, una meta-analisis de 6 estudios empiricos proveyo poca evidencia de una relacion causativa (Butzlaff, 2000). Las magnitudes de los efectos variaban mucho, indicando asi que el hallazgo general no es estable. Por lo tanto, seria imprudente concluir con la base de esta analisis que la musica influya en la habilidad lectora.

Una investigacion experimental que se llevo a cabo con ninos de 8 a 11 anos de edad con problemas de lectura hallo que las habilidades lectoras de ninos que recibieron instruccion en musica (n = 6) eran significativamente mayores que las de ninos que no la recibieron (n = 6) (Douglas y Willatts, 1994). Sin embargo, un estudio de nueve ninos varones con dislexia y de una edad promedia de 8,8 anos hallo que la instruccion en musica mejoro las habilidades de procesamiento temporal rapido, fonologicas y ortograficas pero no las lectoras (Overy, 2002). En general, los estudios sugieren que seria prematura concluir que la instruccion musical influya en la habilidad lectora.

CONCLUSION

La investigacion sugiere que la musica podria actuar de catalizador de habilidades cognitivas en otras disciplinas, y la relacion entre la musica y el raciocinio espacial-temporal es particularmente incontestable. Sin embargo, varias cuestiones quedan por tratarse. Se sabe poco sobre los aspectos exactos de la instruccion en musica que contribuyen a los efectos de transferencia. Ademas, se necesitan mas estudios longitudinales para determinar la duracion de tales efectos. Otra cuestion es que los examenes actualmente disponibles de logro lector y matematico quiza no sean suficientemente sensibles a la complejidad del aprendizaje linguistico y matematico que podra ser afectado por la instruccion musical. Aunque parece que los padres, educadores y formadores de politicas ya pueden tomar en cuenta la capacidad espacial- temporal

mejorada como un resultado viable de la instruccion en musica, la evidencia en apoyo de la habilidad matematica o lectora mejorada es equivoca.

Finalmente, aunque la investigacion tiene implicaciones fuertes para la politica y la practica, hay que asegurar con cuidado que las metas cientificas no eclipsen la instruccion en musica apropiada al desarrollo (vease, por ej., Music Educators National Conference [1994]).