plaza de mercado kennedy
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INFORME
COMPONENTE SOCIAL
PLAZA DE MERCADO DISTRITAL DE KENNEDY
Zunil Lozano
Lunes 16 de diciembre
El presente informe busca recoger las indagaciones que se llevaron a cabo en la
Plaza Distrital de Kennedy durante el 14 de noviembre al 16 de diciembre, en el
marco del Convenio de asociación No. 1786 de 2013 celebrado entre el Instituto
para la Economía Social IPES y la Asociación de Trabajo Interdisciplinario ATI.
Este informe expone los avances sobre los objetivos del componente social,
recogidos a partir de un instrumento diseñado por ATI, que permitió orientar el
análisis etnográfico. El material que se expone a continuación es únicamente
una aproximación general que no busca naturalizar el campo, ya que se
requeriría de una observación y un trabajo más exhaustivo para mejorar la
información encontrada. Teniendo en cuenta el corto periodo de tiempo que duró
la observación, el ejercicio arrojó resultados más descriptivos que analíticos.
La información que se muestra en este texto se sustenta en la recopilación de
los testimonios de 7 entrevistados, con quienes se hicieron entrevistas a
profundidad y posteriormente se tomó nota, las anotaciones del diario de campo
y la revisión de algunas fuentes secundarias.
Los comerciantes entrevistados solicitaron mantener su nombre en
confidencialidad para no ocasionar problemas con otros comerciantes o con las
instituciones, por esa razón en los temas que ellos consideraron delicados no se
les referencia y en ningún momento se señalan sus nombres.
ENFOQUE GENERAL
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Ubicación y entorno
La Plaza de Mercado Distrital de Kennedy está ubicada en la calle 42 sur 81A-
50, cerca a 4 vías de gran flujo vehicular que son: la avenida 1 De Mayo
(aproximadamente a 6 cuadras al sur), la carrera 80 (aproximadamente a 9
cuadras al norte), la calle 43 sur (aproximadamente a 8 cuadras al occidente) y
la calle 41 sur (aproximadamente a 5 cuadras al oriente).
Tiene tres entradas, la principal, la del parqueadero y la trasera, que se ha
convertido en la puerta de descargue del sector fruver. La entrada principal
queda sobre la calle 42 sur, una vía de tráfico medio sobre la que se encuentran
algunas viviendas y locales de negocios, la calle está pavimentada pero en
estado de deterioro. La entrada trasera queda sobre la calle 41D que luego se
convierte en la transversal 78K. Ésta última es una ruta de poco tráfico sobre la
que también se encuentran la Estación de Policía Octava de Kennedy, la
Estación de Bomberos Alejandro Lince, La Iglesia Santa Margarita Mara de
Aloque y la Alcaldía Local de Kennedy. Además, la plaza está a media cuadra
de la carrera 79, vía de significativa importancia por donde transitan numerosas
rutas de buses y alimentadores de Transmilenio. Debido a que queda muy cerca
de la estación de bomberos es reconocida como la plaza de bomberos pero su
nombre original es Plaza de la Macarena.
A la plaza también se puede acceder vía Transmilenio llegando a la estación de
Banderas y tomando el alimentador 8-4 Corabastos.
El barrio en el que está ubicada la plaza se llama Tequendama y es de estratos
2 y 3. Es un sector mixto, residencial y comercial en donde se pudieron
identificar negocios como fruterías, almacenes y fábricas de muebles,
papelerías, cigarrerías, un almacén militar, algunas tiendas de víveres, café
internet, restaurantes, pollerías, panaderías y negocios de repuestos
automotrices. Las viviendas alrededor son viviendas de 1 a 3 plantas, pero
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también hay algunas unidades residenciales de edificios sobre la calle 41 sur. El
entorno es frecuentado por comerciantes, residentes de barrio, vendedores
ambulantes, estudiantes, funcionarios de la Aalcaldía Llocal, obreros y policías
en su mayoría y casi no se ve presencia de habitantes de calle. La plaza tiene
un problema de sanidad porque tiene un lote abandonado que toca fumigar con
regularidad para controlar plagas.
A dos cuadras de la plaza hay un Mercafam, mercado que se instauró hace
aproximadamente 20 años pero que comenzó a vender carne sólo hace 10 años
y frutas y verduras aproximadamente hace 5 años. Asimismo hay un significativo
número de tiendas de barrio, cigarrerías y restaurantes que también podrían
entrar a competir con la plaza.
Según una de las integrantes del comité de plaza los clientes que le quedan a la
plaza son los residentes que habitan en la misma manzana, pues el sector tiene
una fuerte competencia con precios más económicos. Además, si bien no hay
vendedores ambulantes al frente de la plaza si hay presencia de ellos a una
cuadra de distancia o transitando por las calles. Incluso, hay una carnicería que
lleva menos de un año funcionando y ya tiene una importante clientela, así como
un número significativo de nuevos fruvers, un almacén Éxito, un Colsubsidio, un
Cafam y finalmente Corabastos, que se encuentra aproximadamente a 15
cuadras sobre la carrera 80, a donde se puede llegar caminando durante 20
minutos.
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Fuente: maps.google.com
Espacio interno
La infraestructura de la plaza consta de una sola planta, con un área de 3.830 m²
(Fundes, 2007) y tiene la forma de una gran bodega con locales alrededor.
Además del parqueadero lateral la parte de atrás también se utiliza del mismo
modo si es necesario. Sin embargo esa parte del predio está destinada a ser
una zona de juegos e incluso hay un parque infantil deteriorado.
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Fotografía: Zunil Lozano, diciembre de 2013
Su fachada delantera tiene buen aspecto, sin embargo en su interior su
infraestructura está desgastada, con excepción de la zona de comedores, los
baños, las oficinas y los locales de cárnicos. También tiene algunos problemas
de impermeabilización del techo. La cooperativa de la plaza ha hecho jornadas
de minga para pintar algunos sectores de su edificación.
Posee cerca de 10 pasillos en los que se ubican los vendedores por sectores. El
primer sector tiene puestos de mascotas (pericos, peces, alimento y
concentrados), puestos de flores, hierbas, tiendas naturistas, granos, artesanías,
aseo y almacenes de ropa. El segundo sector está ocupado por vendedores de
verduras. El tercer sector por vendedores de fruta y pulpas para jugos. El cuarto
sector es el de los comedores y está ubicado junto a la puerta trasera. Las
mesas no son homogéneas y están junto a las cocinas. Finalmente el quinto
sector es el de los locales de cárnicos (principalmente vísceras, pollo y
pescado), que se encuentran ubicados en los costados laterales.
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Fotografía: Zunil Lozano, diciembre de 2013
La plaza nació de forma espontánea por iniciativa de los vendedores quienes se
acomodaban en carros móviles. Su infraestructura fue levantada en 1970 por los
mismos comerciantes en un lote del distrito donde también se edificó una
estación de bomberos y una estación de policía, debido a que la plaza no quedó
sobre una vía principal hoy los comerciantes consideran que quedaron mal
ubicados en la distribución del lote. Corabastos fue construido posteriormente a
la plaza de Kennedy y según los comerciantes eso fue lo que originó su decaída
paulatina.
Hoy en día quedan pocos comerciantes fundadores, pero hay una mayoría que
llevan más de 20 años. Quienes trabajan en la plaza son personas habitantes
del territorio, y generalmente hijos de personas provenientes de zonas rurales de
Boyacá y Cundinamarca, como se confirmó en las 7 entrevistas a profundidad
realizadas y se corroboró con el asistente de plaza Jorge Gómez. Sin embargo
hoy quedan algunos comerciantes que siguen manteniendo un vínculo fuerte
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con su origen rural. Tal es el caso de la pareja del puesto 31 que vende
productos procesados de maíz como arepas, almojábanas, panes etc. Además
se identificó que algunos de los empleados de las unidades productivas son
personas jubiladas (puesto 34, 35 y 272 entre otros).
Fuente: Jorge Gómez IPES
Los horarios de inicio de actividades varían según el sector. Los vendedores de
frutas, verduras y líchigo comienzan a vender alrededor de las 8:00 AM, los
restaurantes comienzan actividades a las 6:00 AM para poder tener preparados
los alimentos que ofrecen al desayuno, por su parte las actividades de cárnicos
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comienzan a las 4:00 AM y por consiguiente tienen que pedir constantemente
permisos especiales al IPES para poder entrar a esa hora y así poder cumplir
con las ventas a domicilio, las cuales representan el porcentaje más alto de
ventas en ese sector de la plaza.
Los días más importantes para los comerciantes son los domingos, porque ese
día las familias del sector destinan su tiempo para ir a hacer mercado, a
diferencia de los días entre semana que por lo general se compra lo del diario.
Las fechas de quincena no son tan buenas como los fines de semana corrientes,
pues en palabras de un comerciante «ese día la gente va a lugares más
lujosos». En la plaza se trabaja todos los días y el mantenimiento y aseo de la
misma se realiza los días miércoles, por lo que ese día las actividades se
suspenden más temprano.
La plaza ofrece los servicios de luz, agua y gas al comerciante que lo requiera y
quien los use debe pagar sus servicios además del arriendo del puesto. El
espacio de los restaurantes es muy reducido y no permite una adecuada
movilidad, con excepción de los puestos 20 y 21. Según Jorge Gómez hay 173
puestos ocupados en la plaza de un total de 283. La desocupación más
representativa es la de los puestos de fruver que está cada vez más en deterioro
por la sobreoferta ocasionada por la cercanía de Corabastos.
Puede inferirse que los clientes de la plaza son las personas que
tradicionalmente han comprado ahí y por lo tanto tienen una relación afectiva
tanto con el lugar como con los comerciantes.
Relación con lo institucional, comerciantes y vecinos del territorio
La relación de los comerciantes con el actual asistente de la Plaza designado
por el IPES es buena. Sin embargo la percepción frente a Jorge no es la
percepción que se tiene sobre el IPES en general. Los comerciantes
entrevistados consideran que no hay una buena administración por parte del
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IPES y suelen añorar la administración realizada por la cooperativa. La
sensación que se tiene con el IPES es que no hay continuidad en los procesos,
por ejemplo, antes de Jorge hubo dos personas en la administración que
duraron únicamente 4 meses. Por otra parte lo que hace el IPES no se visibiliza
dentro de la plaza. En ese sentido la «buena voluntad» con la que es asociado
Jorge contrasta con la acumulación de los problemas estructurales que nadie
asume. Para citar algunos ejemplos se habló de los malos olores provenientes
de desagües en la zona de restaurantes o del caso del recaudo del arriendo y de
los servicios.
Jorge asumió la administración hace 11 meses. Por su perfil Jorge es asistente
de plaza y debe haber un coordinador, sin embargo este no es el caso de la
plaza de Kennedy.
En lo que respecta a las interrelaciones se encuentra que los comerciantes no
son todos familia, sin embargo si se encuentran relaciones de parentesco. Son
personas que vive dentro del territorio del cual hace parte la plaza que es la UPZ
de Kennedy Central (Fundes, 2007). Además, en la plaza no hay comerciantes
itinerantes. Por otra parte las relaciones con otras instituciones están siendo
desaprovechadas. Por una parte está la relación con el Hospital del Sur, quien
hace visitas regulares de inspección, vigilancia y control, para verificar las
condiciones de salubridad de los puestos que manipulan alimentos, como lo dice
en el Reglamento. Pero por otra parte La relación con la Aalcaldía Llocal de
Kennedy y con sus ediles de no es tan fuerte y por cercanía de la ubicación de
ambos espacios podría afianzarse. Un comerciante manifestó que como la plaza
«no representa tantos votos, a diferencia de otros espacios de la zona, como lo
es Corabastos o la plaza de las flores, entonces la alcaldía por acá no viene».
Otro testimonio de un comerciante en cambio manifestó que «como los ediles
buscan votos entre los comerciantes, por eso no sancionan a los morosos». En
ese sentido hay una sensación de politiquería frente a los ediles y un
descontento de que no asuma sus responsabilidades con la plaza. Ya que el
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IPES no tiene facultades de sancionar a los comerciantes morosos y es la
Aalcaldía Llocal de Kennedy quien podría desalojar a quienes incumplen.
Haciendo referencia a las instancias de participación, la plaza cuenta con la
cooperativa, que sigue funcionando después de haber entregado la
administración al IPES, sin embargo hoy en día no incide en problemáticas
políticas o estructurales sino en temas de gestión. Por ejemplo Patricia, la
secretaria de la cooperativa, dirige el comité de bienestar y organiza torneos de
mini tejo, rana, y el paseo de integración que se realiza anualmente. Además
está el Comité de Plaza y hay un Comité de Desarrollo Integral conformado pero
no está activo. En algún momento la cooperativa intentó tener vínculos con
mercados campesinos, pero se endeudaron porque se compró por adelantado y
los comerciantes no pagaron el producto.
Además, en dos de las entrevistas se manifestó malestar porque la cooperativa
no era un ente horizontal, habían preferencias y jerarquías y como tal algunos
obtenían beneficio de ella y otros salían perdiendo, en esa medida, el mejor
momento que se identificó de pujanza en la plaza fue cuando era administrado
por la Empresa Distrital de Servicios Públicos EDIS.
La solidaridad no es una característica desarrollada en los comerciantes de la
Plaza de Kennedy, allí un comerciante testificó que él le ha propuesto a sus
compañeros comprar un producto entre todos y venderlo a un buen precio para
competir como plaza sin encontrar eco, la competencia es interna. No todos
trabajan los mismos productos (primeras, segundas y terceras) y por eso se
tiende a abastecerse de mercancía individualmente. A pesar de que no hay una
organización representativa en pro de mejorar los negocios o sus condiciones de
vida con alianzas entre comerciantes, si se apoyan en temas que no
comprometan el dinero, algunos se colaboran atendiendo, cargando, pintando
un local. Sin embargo también se encontró un caso de un comerciante que
espanta los clientes de los otros comerciantes.
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Realidad cotidiana de la plaza
La cotidianidad de la plaza transcurre a un ritmo pausado, no se pudo observar
un día de mucha concurrencia, a excepción de los fines de semana. En la hora
de almuerzo los restaurantes tienen gran movimiento pero nunca como para
salirse de control.
La plaza es el lugar que ha acogido a muchos de los comerciantes, les permitió
«sacar adelante a los hijos» y en ella han vivido gran parte de su vida. Es decir
que su importancia se mide más que todo en términos de afecto. Es un espacio
en donde además de comercializar bienes se socializa. Por ejemplo, es un
escenario donde hay lugar para el juego de naipes, ajedrez y rana. Además en
ella se pueden conseguir almuerzos preparados con menos aditivos y productos
químicos que los ofrecidos en los alrededores, con porciones abundantes, a
buen precio y de sabor casero.
Según los comerciantes, sus clientes son quienes habitan en la misma manzana
de la edificación, quienes además han construido lazos de afecto con la gente y
por tradición siguen comprando allí. Por otra parte, a los consumidores a
quienes se les preguntó porqué compran en la plaza dicen que por cercanía, por
razones afectivas y por precios, sin embargo esto último es más una percepción
que una realidad y los mismos comerciantes son consientes de ello. En
contraste, quienes no van a la plaza manifiestan que es por «suciedad» y
calidad.
Según Jorge Gómez, la plaza ha decaído mucho en los últimos 6 meses, debido
a que la oferta afuera es muy alta y éel lo plantea no sólo en términos de esa
plaza en singular sino del panorama de las plazas distritales. Por su parte todos
los comerciantes manifiestan sentir «nostalgia» de lo que era la plaza hace 20 o
30 años.
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Los fuertes de la plaza son las pulpas de fruta para hacer jugos, los pollos, las
vísceras y los restaurantes. En términos generales a la plaza le hace falta
publicidad, una estrategia de mercadeo, o una actividad que la visibilice en el
territorio. En ese sentido la Aalcaldía Llocal podría cumplir un papel mucho más
activo.
TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS
En primera instancia tanto los comerciantes como el administrador manifestaron
que la plaza de Kennedy no tiene conflictos. Sin embargo en la cotidianidad han
salido algunos motivos de conflictividad que involucran tanto a comerciantes
como al IPES en su calidad de administrador.
El principal motivo de conflicto es el malestar por la falta de acciones de un ente
regulador ante la inequidad de que hayan comerciantes que adeudan el arriendo
y comerciantes que han venido pagando sus cuentas con regularidad. Lo que es
un tema complicado pues hay gente que ha acumulado deudas desde la
administración de la cooperativa. Los mismos comerciantes identifican que hay
gente que no paga por necesidad pero hay otros comerciantes que al ver que no
sucede nada si no pagan optan por no hacerlo. Según manifiesta el asistente de
plaza, la argumentación de quienes no pagan por decisión se basa en que como
los comerciantes son los que construyeron la plaza con su mano de obra, la
plaza es de ellos y no del IPES y por lo tanto no pueden cobrarles.
En esa medida surge otro problema y es que el Reglamento Administrativo,
Operativo y de Mantenimiento de las Plazas de Mercado del Distrito Capital de
Bogotá no está respondiendo a las necesidades de los comerciantes al no tener
capacidad de maniobrar ante una situación como la anterior. A pesar de que al
inicio del mismo se describe como una herramienta que contenga los
procedimientos para la resolución de conflictos (IPES, 2008: 2).
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En tercer lugar para los comerciantes no ha sido claro y transparente el manejo
de los contadores individuales y el pago de los servicios públicos comunes. De
acuerdo a lo manifestado por un comerciante hay quienes pagan los servicios de
los comerciantes que deciden no pagarlos. Como se señala en el reglamento,
una de las funciones del coordinador es “desplegar todas las actividades
necesarias para lograr la recolección del 100% de las sumas por concepto de los
servicios públicos” (IPES, 2008). Frente a lo anterior el comerciante manifestó
que durante la administración de Bladimir Rodríguez, él decidió dividir la deuda
restante en el número de puestos de la plaza y cobrarlo de esta forma. Lo cual
no necesariamente es así, pues el artículo 27 del mismo reglamento estipula que
“cuando existan contadores independientes, cada comerciante será responsable
del pago de los servicios respectivos (…), pero se entiende que seguirán
obligados a responder proporcionalmente por los servicios públicos que se
facturen en la plaza en virtud de las zonas comunes” (IPES, 2008: 28). Si bien
los testimonios del comerciante citado pueden ser rumores, son chismes que
rondan y deterioran las relaciones entre los comerciantes pues fomentan la
envidia y el rencor.
En la cotidianidad aparecen diferentes motivos de conflictos que se resuelven
con la mediación del coordinador, como por ejemplo los chismes de robos entre
el mismo personal de la plaza, los malestares frente a las percepciones de
algunos comerciantes, quienes consideran que sus vecinos comienzan a vender
en sus puestos artículos diferentes a los señalados y en esa medida ejercen
actos de deslealtad comercial. También hay disputas fuertes entre familiares que
compiten entre sí. Asimismo hay comerciantes cristianos que se oponen a
algunas actividades propuestas para el bienestar de la comunidad, como la
celebración de la Virgen del Carmen o las novenas de navidad. Por otra parte
hay un desencuentro con el IPES y el sector de cárnicos. De acuerdo al artículo
19 del reglamento el IPES se define el horario de apertura e ingreso de los
comerciantes las 6:00 AM, sin embargo ese horario no es conveniente y
perjudica a algunos comerciantes del sector de cárnicos que requiere entrar con
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anterioridad para poder comenzar a atender los domicilios a esa misma hora.
Hay un caso de una pareja de comerciantes de carne de cerdo que ha solicitado
repetidas veces que se les permita ingresar a la plaza con anterioridad, pero se
sale de las manos del coordinador porque son reglas generales del IPES. A
continuación se observan algunos de los conflictos identificados:
1 No se ponen quejas formales2 La factura nueva debería acumular el saldo
2.1Reglamento de la plaza no puede hacer nada frente a comerciantes morosos
2.2 Inequidad de comerciantes morosos frente a comerciantes al día3 No todos los puestos tienen contadores individuales4 Rumores de robos entre los comerciantes5 Poca solidaridad6 Victimización7 Comerciante cristiana8 Gente nueva en la plaza9 Conformismo
Frente a los conflictos cotidianos Jorge Gómez considera que a veces el
ejercicio de coordinar la plaza lo desmotiva porque es usual que «la gente no
vea lo que se le da». Sin embargo el desgaste de los comerciantes frente al
IPES no es infundado, ya que muchas veces sus procesos no tienen
continuidad. Para poner un ejemplo, en la plaza de Kennedy actualmente
coordina Jorge Gómez, quien lleva 11 meses, sin embargo quienes lo
antecedieron duraron cada uno cuatro meses.
En esa medida existe el mito de que la plaza funcionaba mejor cuando era
administrada por la cooperativa. De otra forma en otro testimonio se encontró la
percepción de prácticas de corrupción que vienen desde esa administración.
Jorge tiene legitimidad entre los comerciantes, sin embargo hay personas con
los que tiene más empatía que con otras y en esa medida hay quienes lo
perciben como «roscas».
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Pero lo que se encontró como una debilidad significativa en términos del
componente de transformación de conflictos en la plaza de Kennedy, es que hay
una actitud generalizada de no afrontar las diferencias o los desacuerdos. Por lo
contrario los conflictos se evitan y se cree que así se minimizan.
Como lo manifestaba Jorge Gómez, los comerciantes no suelen poner quejas
formales, y eso interfiere en el buen desarrollo de su responsabilidad como
colaborador en resolución de conflictos. Por esa razón los conflictos cotidianos
son conocidos por el coordinador a través de rumores y de esta forma se hace
imposible entrar a mediar. Así, los comerciantes no cumplen con la obligación de
“comunicar al coordinador las irregularidades y problemas de los que tenga
conocimiento para que se hagan las investigaciones pertinentes y se tomen los
correctivos necesarios” (IPES, 2008), como lo establece el reglamento. Esto
puede deducirse de que en la plaza funciona muy bien la presión social pero no
para mejorar prácticas sino para incentivar el conformismo. En esa medida los
comerciantes inconformes evitan quedar en evidencia al no quejarse y de esta
forma consideran que se ahorran problemas con sus compañeros. Una de las
acciones que ayudarían al respecto sería la de reactivar la urna de sugerencias
quejas y reclamos, establecida en el artículo 21 del reglamento.
Así como se incentiva el conformismo a través de prácticas aparentemente
insignificantes pero sumamente perjudiciales, el otro problema de la plaza es
que sus comerciantes no tienen prácticas de solidaridad a mediano y largo
plazo. El no organizarse o asociarse es un problema que viene de la experiencia
inequitativa de la cooperativa, instancia que no fue horizontal y que como lo
manifiesta un comerciante: «por eso mismo no funcionó». Como resultado
puede verse que hay envidia entre comerciantes y existe la sensación de que se
está pagando más que los otros o se están dejando de obtener beneficios. Por
consiguiente es frecuente encontrar casos de victimización entre los
comerciantes.
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Asimismo, debido a que los comerciantes tienden al conformismo, igualmente
son reacios a los cambios que impliquen una propuesta de transitar de lo
individual a lo colectivo o de generar la apropiación y empoderamiento del
espacio que habitan y de ellos como sujetos políticos y transformadores.
Los bienes comunes en la plaza de Kennedy son únicamente los corredores y la
zona de restaurantes y tanto el parqueadero como el baño se usufructúan por
particulares, funcionando como una unidad productiva más. El servicio de baño
cuesta $600 pesos, por su parte el parqueadero de día es gratis en la jornada
diurna y de noche es utilizado como un negocio privado.
PATRIMONIO CULTURAL ALIMENTARIO
El análisis hecho sobre el patrimonio cultural alimentario arroja que los y las
comerciantes no han hecho consiente ese tipo de nociones. No obstante la plaza
tiene potencialidades para hacer un ejercicio de remembrar las prácticas
culinarias, así como identificar los regímenes alimentarios y su transformación al
cambiar de espacio (provenir del campo y llegar a la ciudad) y de tiempo
(cambios generacionales).
En la zona de restaurantes, fruterías y cafeterías de la plaza pueden rescatarse
recetas, identificar propiedades nutricionales o culturales y hacer ejercicios para
asociar sabores con algunas emociones o recuerdos y como dice Salas activar
la memoria culinaria (Salas, 2013).
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Fotografía: Zunil Lozano, diciembre de 2013
Las comidas ofrecidas en la plaza son preparaciones sanas, sabrosas y
soberanas frente a la oferta de las comidas rápidas que ofrece el sector,
principalmente pollo asado. Es en ese sentido que se puede ganar un espacio
fructífero para “difundir sentimientos e ideas sobre la alimentación” (Salas,
2013).
Metodológicamente existen muchos ejercicios que podrían contribuir en la
reflexión sobre este componente, como por ejemplo construir calendarios sobre
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los ciclos de las cosechas, lo cual podría generar un vínculo con la tierra y una
conciencia sobre el lugar de proveniencia de los alimentos, así como en
términos de mercadeo se podría promover el consumo de frutas de temporada.
Como la plaza tiene muchos niños, con ellos se podrían hacer ejercicio de
reconocimiento de la diversidad de productos y saberes que se albergan en una
plaza, para eso se podrían construir glosarios que enriquezcan el aprendizaje
sobre nombres de diferentes productos o prácticas. También se podrían hacer
murales que identificaran los usos, la importancia y la forma de consumir o
preparar algunos productos.
En esa medida en el ejercicio para la primera minga se proponía Recopilar de
manera conjunta y participativa los valores culturales y de cultura alimentaria de
la plaza, para reconocer la diversidad de los productos y saberes que ofrece y
resaltar la importancia de la misma, en aras de empoderar a los comerciantes,
generar apropiación del espacio y reconocimiento de los aspectos culturales y
de seguridad alimentaria que se ofrecen, tanto en los comerciantes como en los
clientes.
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Fotografía: Zunil Lozano, diciembre de 2013
Oferta alimentaria y prácticas de preparación
En el ejercicio de observación se identificó que algunos puestos de las cocinas
comienzan a alistar los alimentos para preparar los platos ofrecidos en el
desayuno, en las tardes del día anterior; así como el jugo, el cual es preparado
cocinando la fruta con agua y azúcar y se deja enfriar para el día siguiente.
Otros en cambio lo hacen sin cocinar el mismo día que lo sirven.
Para épocas especiales la comerciante del puesto 62 prepara masato y no deja
que nadie lo mire porque «se pone baboso o se corta». Ese tipo de prácticas en
el proceso de elaboración van más allá de la receta, se asocian con creencias
culturales que es importante reconocer como un valor para rescatar.
Los restaurantes ofrecen de almuerzo el conocido “corrientazo” en un precio que
oscila entre $4000 y $4.500, mas no hay oferta de platos a la carta.
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Los olores de los restaurantes son agradables y los platos tiene buen aspecto,
sin embargo podría servirse en mejor presentación. Los platos por lo general
cuentan con una porción de ensalada y jugo natural. Además, todos los
restaurantes tienen letreros con el protocolo para lavarse las manos y con
carteles de prohibido fumar. Asimismo quienes atienden en los restaurantes
utilizan tapabocas, gorros para el pelo y delantales. El negocio fuerte de la plaza
son los restaurantes y sus clientes son en su mayoría hombres; obreros, policías
y funcionarios de la alcaldía.
Aaspectos socioculturales
La plaza tiene dos imágenes de la Virgen del Carmen, una dentro de la plaza y
otra junto a la puerta trasera. Ella es la patrona de los comerciantes. En cada
corredor hay diferentes letreros del IPES, carteles hechos a mano alzada
promocionando productos, algunos letreros institucionales como los de Bogotá
sin Hambre de la administración de Luis Eduardo Garzón siguen colgados en la
pared, algunos negocios también tienen cuadros con fragmentos de salmos
bíblicos. Cerca de la oficina de la administración hay un letrero que dice: “Plaza
de Mercado de Kennedy, comerciantes chéveres, atentos y sociales”.
En la plaza se pueden encontrar prácticas como el regateo, la ñapa o , la
relación directa con el vendedor.
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Fotografía: Zunil Lozano, diciembre de 2013
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RECOMENDACIONES
“Algo está pasando en la plaza para que haya tantos puestos desocupados y tantos vendedores
ambulantes afuera”1
Si bien la realidad evidencia que los precios de la plaza no son competitivos
frente a los precios de un fruver, en ellas se albergan posibilidades para un gran
número de sujetos, para quienes la vida ha transcurrido dentro de ella. Sin
embargo por el detrimento de la misma, hoy en día se hace evidente la
necesidad de revitalizarla. Durante la reunión efectuada con el Comité de Plaza
para presentar el proyecto surgían una serie de sugerencias encaminadas a
proponer ideas de lo que se entiende como modernización, tales como el pago
con tarjetas de crédito, la instalación de un cajero automático, la compra de
carritos para que el cliente pueda hacer uso de ellos, entre otras cosas. Sin
embargo es preciso aclarar que asumiendo ese tipo de acciones no
necesariamente se está “revitalizando la plaza”, sino que por lo contrario se está
contribuyendo a su desaparición2.
Reconociendo la aproximación realizada a lo largo de un mes de trabajo, pudo
considerarse que el territorio del cual hace parte la plaza tiene unas
potencialidades que el gestor o administrador de la plaza, así como los grupos
organizados de comerciantes dentro de la misma podrían aprovechar.
El territorio aledaño es muy interesante por su cercanía con Corabastos, que si
bien es un inconveniente en términos de competencia también es una ventaja en
términos estratégicos de abastecimiento; la proximidad al humedal de La Vaca,
que es manejado por líderes ambientales que podrían estar interesados en crear
alianzas y redes; la inmediación a La Alcaldía Local de Kennedy, a quien podría
1 Testimonio de un comerciante, miembro del comité de plaza, recogido el 26 de noviembre en el marco de la reunión para presentar el proyecto.2 Ese día se ponía el ejemplo de la Plaza de Quirigua, que se volvió una plaza con estética de centro comercial, estrategia que no funcionó en términos comerciales y que la despojó de su identidad.
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comprometerse más aprovechando que se ubica a media cuadra. En ese
sentido, hace falta contactar a la gestora cultural de la localidad para dinamizar
actividades como por ejemplo: festival de las regiones, festival de gastronomía,
premio a los comerciantes, murales y manualidades con los niños.
La Eestación de Bbomberos también es un actor al que podría involucrarse. Allí
en ocasiones se hacen actividades con niños y jóvenes; la vecindad con el
SENA es una fortaleza, pues esa entidadquien podría intervenir también con
prácticas culturales. Además, h; el potencial que hay que al establecer alianzas
con las instituciones educativas grandes e importantes que hay en el sector,
quienes podrían hacer prácticas sociales en la plaza, como por ejemplo
acompañar el proyecto propuesto por una comerciante, de fortalecer la idea de
adecuar el manejo de residuos sólidos orgánicos y producir compost, realizar
agricultura urbana en el parque de niños, dentro de los predios de la plaza y
hacer alianzas con el Jjardín Bbotánico, José Celestino Mutis para ello. El
Pparque Mmetropolitano Cayetano Cañizas también es un vecino al que se le
podría sacar provecho una vez el terreno de la plaza no de abasto para realizar
prácticas de agricultura. En ese sentido hay que integrar a la comunidad con las
costumbres de la plaza y a la plaza hay que conectarla con el mismo territorio
del que forma parte.
En la medida de queAsí se tejan alianzas y relaciones que ayudarían a podría
mejorarse la divulgación de la existencia de la plaza, y lograr así que se
convierta en un lugar en donde no sólo se va a comprar, sino que es un lugar
que incide en el territorio social, cultural y ambientalmente. Por consiguiente no
sólo se le estaría haciendo la publicidad, sino que se estaría articulando con
procesos de construcción y apropiación territorial.
Conjuntamente, pPodría volver a apostársele a las alianzas con asociaciones
campesinas, para promover mercados campesinos y aportar en la cadena
solidaria agroalimentaria. Esto bien puede sonar a una utopía política, pero de
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alguna manera hay que construir espacios alternos o heterotopías (Bocarejo,
2009) al modelo capitalista neoliberal que no reconoce las particularidades de la
economía popular y la economía popular y solidaria, además resulta igual de
utópico suponer que los sujetos van a aceptar ese modelo sin resistir o plantear
alternativas.
En lo que refiere al tema de la no confrontación a los problemas y el
silenciamiento de los desacuerdos entre comerciantes, podríamerecería
pensarse en hacer talleres de metodologías para abordar el conflicto y negociar
las inconformidades. También se encuentra problemático que no existe un
reglamento de plaza que no sea general, el cual sería un material sumamente
valioso que atiendapara atender a las particularidades de la misma, lo cual
resulta importante porque cada espacio tiene sus propias dinámicas de
convivencia de la misma..
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Fuente: maps.google.com
CONCLUSIONES
A lo largo del proyecto se encontró que las plazas van más allá de ser un
abastecimiento de comida y por lo tanto el enfoque de soberanía alimentaria no
dio cuenta de otros aspectos de cultura inmaterial que tienen gran valor dentro
de ella. En esa medida las plazas son importantes no sólo en términos de
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seguridad alimentaria sino como espacios de relaciones. Asimismo la forma
como el IPES las determina desde el Reglamento, en donde se busca es
“Obtener la calidad, eficiencia y continuidad del servicio” (IPES, 2008) también
se queda corto ya que las está mirando específicamente como un actor
comercial. En esa medida resulta pertinente retomar a Ana Mercedes Sarria
(2004…) y reconocer que son espacios donde se practica la economía popular,
en aras de garantizar y satisfacer las necesidades básicas, tanto materiales
como inmateriales de múltiples sujetos, que se benefician de ella a través de la
utilización de la fuerza de trabajo y de los recursos disponibles. En términos de
abastecimiento de alimentos a Bogotá, las plazas de mercado son
reemplazables, pero en términos de seguridad alimentaria son indispensables
como fuentes de empleo y de opción de vida. No sólo hay que mirarlas en
términos de racionalidad económica, sino en términos de derechos de los seres
humanos que asimismo tienen derecho a reinventar ese espacio.
Durante el tiempo del proyecto se evidenció que la relación campo ciudad cada
ves es menos directa con el suministro de mercancías agrícolas a los mercados
urbanos. Hecho que puede revertirse o problematizarse. Las plazas de mercado
son un lugar en donde se desarrolla la vida cotidiana urbana de una manera
particular, propositiva y alternativa al modelo. En ellas se puede intervenir y
transformar la vida urbana que tiende al capitalismo despersonalizado (Harvey,
2012). Frente al orden espacial racionalizado del capitalismo las plazas siguen
siendo otros lugares en los que se tejen posibilidades de interacción y de diálogo
de saberes, de negociación, de conciliación, de juego, frente a espacios de
mercado dominante.
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BIBLIOGRAFÍA:
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the Regulation of Multiculturalism in Colombia. Law and Policy 3: 307-329.
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publicar. Fundes Colombia marzo 26 de 2007.
Harvey, David (2012) Preface: Henri Lefebvre’s Vision, en: Rebel Cities: From
the Right to the City to the Urban Revolution. Verso, London, New York.
Instituto Para la Economía Social IPES, Alcaldía Mayor de Bogotá (2009).
Resolución NO. 098 de 2009: Por la cual se expide el Reglamento
Administrativo, Operativo y de Mantenimiento de las Plazas de Mercado del
Distrito Capital de Bogotá y se derogan las resoluciones 101, 126, 222 y 234 de
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Salas, Maruja y los sabios y sabias de PASA (2013) Los sabores y las voces de
la tierra: visualizando la soberanía alimentaria en Los Andes. International
Institute for Environment and Development IIED, Londres.
Sarria, Ana Mercedes y Lia Tiribia (2004…) Economía popular. En: La otra
economía, Antonio David Cattani (compilador), Altamira, Buenos Aires.
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