periódico el mensajero

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¿Quién es el Papa Francisco? El Mensajero Año VIII Núm. 78 Abril 2013 www.diocesisdematamoros.org El Periódico de la Diócesis Los cardenales electores eligieron a Jorge Mario Bergoglio, de 76 años de edad, hasta hace unas semanas Arzobis- po de Buenos Aires (Argentina), como Pontífice. El elegido ha tomado el nom- bre de Francisco. El ahora Papa Francisco nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Estudió y se diplomó como técnico quí- mico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió huma- nidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máxi- mo de San Miguel, cuya licenciatura ob- tuvo. El 13 de diciembre de 1969 fue orde- nado sacerdote. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (Espa- ña), y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua. El 31 de julio de 1973 fue elegi- do provincial de la Argenti- na. Estuvo en Alemania, y al volver la superio- ridad lo destinó al Colegio del Salva- dor, de donde pasó a la iglesia de la Compañía, de la ciu- dad de Córdoba. Entre 1980 y 1986 fue Rector del Colegio Máximo de San Miguel. El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mis- mo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede ar- zobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Ar- gentina. Sucedió en el cargo al Cardenal Antonio Quarracino. En la Conferencia Episcopal Argenti- na ha sido vicepresidente (2002-2005); y como miembro de la Comisión Ejecutiva ha sido miembro de la Comisión Perma- nente representando a la Provincia Ecle- siástica de Buenos Aires. Ha integrado, además, las comisiones episcopales de Educación Católica y de la Universidad Católica Argentina. Creado Cardenal presbítero el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino. Asis- tió como Relator General Adjunto a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos realizado en el 2001. Integrante de la Comisión para América Latina (CAL) y el Con- sejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos. Participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005. Asistió a la XI Asam- blea General Ordinaria del Sínodo de los Obis- pos del 2005. Electo Presidente de la Confe- rencia Episcopal Argentina para el trie- nio 2005-2008. Miembro de la Congrega- ción para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Ins- titutos de Vida Consagrada y de las Socie- dades de Vida Apostólica; y del Pontificio Consejo para la Familia. Es uno de los cinco hijos de un matri- monio italiano de clase media formado por Mario, empleado ferroviario, y Re- gina Sívori, ama de casa. Entre sus escri- tos figuran Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apos- tólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992).

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Edición abril 2013

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Page 1: Periódico El Mensajero

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¿Quién es el Papa Francisco?

El Mensajero Año VIII Núm. 78 Abril 2013 www.diocesisdematamoros.org

El Periódico de la Diócesis

Los cardenales electores eligieron a Jorge Mario Bergoglio, de 76 años de edad, hasta hace unas semanas Arzobis-po de Buenos Aires (Argentina), como Pontífice. El elegido ha tomado el nom-bre de Francisco.

El ahora Papa Francisco nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Estudió y se diplomó como técnico quí-mico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió huma-nidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máxi-mo de San Miguel, cuya licenciatura ob-tuvo.

El 13 de diciembre de 1969 fue orde-nado sacerdote. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (Espa-ña), y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua. El 31 de julio de 1973 fue elegi-do provincial de la Argenti-na. Estuvo en Alemania, y al volver la superio-ridad lo destinó al Colegio del Salva-dor, de donde pasó a la iglesia de la Compañía, de la ciu-d a d

de Córdoba. Entre 1980 y 1986 fue Rector del Colegio Máximo de San Miguel.

El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mis-mo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede ar-zobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Ar-

gentina. Sucedió en el cargo al Cardenal Antonio Quarracino.

En la Conferencia Episcopal Argenti-na ha sido vicepresidente (2002-2005); y como miembro de la Comisión Ejecutiva ha sido miembro de la Comisión Perma-nente representando a la Provincia Ecle-siástica de Buenos Aires. Ha integrado, además, las comisiones episcopales de Educación Católica y de la Universidad Católica Argentina.

Creado Cardenal presbítero el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino. Asis-tió como Relator General Adjunto a la X

Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos realizado en el 2001.

Integrante de la Comisión para América Latina (CAL) y el Con-

sejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los

Obispos. Participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005.

Asistió a la XI Asam-blea General Ordinaria del Sínodo de los Obis-pos del 2005. Electo

Presidente de la Confe-rencia Episcopal Argentina para el trie-

nio 2005-2008. Miembro de la Congrega-ción para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Ins-titutos de Vida Consagrada y de las Socie-dades de Vida Apostólica; y del Pontificio Consejo para la Familia.

Es uno de los cinco hijos de un matri-monio italiano de clase media formado por Mario, empleado ferroviario, y Re-gina Sívori, ama de casa. Entre sus escri-tos figuran Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apos-tólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992).

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[ EDITORIAL Y OPINIÓN ]

Editorial Contenido

Portada•¿Quién es el Papa Francisco?Pág. 2•Editorial•La Compañía de JesúsPág. 3•El UniversoPág. 4•La Resurrección de JesúsPág. 5•El Pregón PascualPág. 6•Pastoral Penitenciaria en ReynosaPág. 7•La misión de Jesús, es la misión de la IglesiaPág. 8•La pobreza, la paz y el diálogoPág. 9•¿Qué es una Parroquia?Pág. 10•¿Cómo dialogar con los hermanos separados?Pág. 11•Luz silenciosaPág. 12•Concilio Vaticano II (Parte V)

P. José María Hernández

Impacto, alegría y esperanza causó la elección del ahora Papa Francisco. Latinoamericano, jesuita y con actitu-des de vida tan necesarias en nuestro tiempo, como la sencillez, la autentici-dad, la cercanía. En esta edición com-partimos un acercamiento a su vida, mediante algunos datos biográficos que diversos medios han publicado.

La Compañía de Jesús se destaca por su compromiso social y eclesial, y en esta Compañía se formó quien fuera Cardenal de Buenos Aires, Ar-gentina y ahora Obispo de Roma. Re-zaremos por él. Y gracias a los jesuitas, varios sacerdotes de nuestra Diócesis han tenido oportunidad de estudiar en sus aulas universitarias, especial-mente en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. ¡Muchas gracias hermanos!

La resurrección del Señor, centro de nuestra fe. Compartimos algunas reflexiones bíblicas y de fe, que nos

ayuden a creer y celebrar este misterio de vida, para luego, como discípulos y misioneros, vayamos de casa en casa para dar a conocer esta alegría. Así como los hermanos de otras denomi-naciones religiosas van casa en casa, así el católico, firme en su fe, está in-vitado a compartir lo que cree, vive y celebra.

La invitación a seguir en oración por nuestros Obispos, quienes tuvieron su Asamblea Plenaria los pasados días del 8 al 12 de abril, así como rezar por las vocaciones de forma especial en la Jor-nada Mundial de Oración por las Voca-ciones el domingo 21 de abril.

Agradecemos, querido lector, el tiempo para leer esta edición y que la puedas compartir con otros hermanos, de igual forma en línea en nuestros si-guientes links: periodicoelmensajero.com y estar al día leyendo el sitio dio-cesisdematamoros.org

La Compañía de Jesús es una Orden Religiosa de nuestra Igle-sia, sus miembros son conocidos como “Padres Jesuitas”. Funda-da por Ignacio de Loyola en 1540, hoy extendida por 127 países en los que todos sus miembros trabajan por la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso. La finalidad de la Compañía es “la perfección cristiana, propia y ajena, para gloria y servicio de Dios”.

San Ignacio fundó este instituto en París, junto con otros com-pañeros, y legó a la Iglesia una herramienta fundamental: los Ejer-cicios Espirituales. No en vano, en 1922, el Papa Pío XI nombró a San Ignacio de Loyola patrono oficial de los Ejercicios Espiritua-les.

La Compañía de Jesús es la primera orden religiosa mascu-lina mundial en cuanto a número de miembros, seguida de los salesianos y los franciscanos. Para una mayor eficacia se dividen territorialmente en provincias, que se agrupan a su vez por Asis-tencias o unidades territoriales.

Su presencia ha sido constante en países donde la religión ca-tólica ha estado perseguida o prohibida, como en China, Cuba o Vietnam ó en países con mayoría islámica o budista, donde han promovido siempre el diálogo interreligioso.

De sus misiones está la promoción de la educación en la uni-versidad, tal es el caso de la Universidad Iberoamericana en Mé-xico a cargo de los jesuitas.

La Compañía de Jesús

Imagen de San Ignacio de

Loyola

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[ ACTUALIDAD ]

P. Efraín PelayoEcónomo Diocesano

El UniversoHa sido un deseo que de alguna

manera está ahí en el corazón del hombre: la máquina del tiempo. Po-der tener un instrumento que permi-ta al hombre desplazarse a través de las distintas etapas de la historia.

El hecho de que la luz viaje a 300,000 kilómetros por segundo y las descomunales distancias que se dan entre estrellas y galaxias, hacen que sea una realidad ese sueño del hom-bre de viajar a través del tiempo, pues, por ejemplo, el sol que nos alumbra es el que era hace 8 minutos por la distancia su luz tarda en llegarnos.

De las estrellas que podemos ver en la noche, hay las que estamos viendo tal como eran hace 10 años, otras hace 300, otras 1000, según la distancia.

Hay galaxias que lo que ahora pue-de verse a través de los telescopios es en realidad lo que existía hace mi-llones de años, sí, hace millones de años. Literalmente se está viendo el pasado.

Por otra parte, los científicos han observado que las diferentes ga-laxias conocidas se alejan cada vez más unas de otras, que el universo se está expandiendo. Si antes estaba más contraído, y originalmente se encontraba reducido a un punto, los astrónomos hablan del momento de la gran explosión, el Big Bang.

Es el Big Bang una teoría que se ha impuesto hoy en día en la comunidad científica. ¿Existía algo antes del Big Bang?

Alguien formuló esta pregunta a sir Bernard Novell, director del obser-vatorio y radiotelescopio de Jodrell Bank. Su respuesta fue: “Si realmen-te quiere saber eso, le recomiendo el primer capítulo del Génesis».

La ciencia no puede responder a la pregunta: “¿quién ha creado y or-ganizado todo esto?”, pero sí puede decir que NO es científico responder: “esto se crea y organiza solo”.

Mons. Oscar Lozano

El universo, creación de Dios

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un cuerpo humano, la aparición se “cor-poraliza”. Es así que encontramos en estos relatos que Jesús resucitado actúa como una persona, muestra su cuerpo con las marcas de los clavos, se sienta a la mesa comiendo con los discípulos, etc. Los tex-tos donde encontramos esta realidad son: Mc 16,9-20; Lc 24,13-35; Lc 24,36-49; Jn 20,19-23; Jn 20,24-39; Jn 21, 1-13.

Relatos desde el punto de vista de los testigos

Los testigos “oficiales” de la resurrec-ción fueron los once apóstoles y esto de-bido a que habían convivido con él por varios años y le conocían perfectamente. Esta calidad de los once como testigos oficiales de la resurrección se expresa en los textos del Nuevo testamento en varias formas: Jesús resucitado los envía a la mi-sión haciendo discípulos y bautizándolos (Mt 28,19); predicando la buena nueva (Mc 16,15); predicando la conversión de los pecados (Lc 24,47) y perdonando los pecados (Jn 20,22.23).

Existen también testigos “no oficiales” de la resurrección. La diferencia con estos últimos es que los once hicieron la pri-mera identificación de la cual dependen todas las demás. Entre estos testigos no oficiales encontramos a Pablo (Gal 11,1-17). También existe el testimonio de las mujeres específicamente María Magdale-na (Mc 16,9-10; Jn 20,11-17).

Podemos concluir que la aparición del Resucitado no sólo consiste, pues, en que los discípulos descubran al Se-ñor, sino también y, sobre todo, en haber sido ellos mismos descubiertos antes por Él e incorporados a Él. Siendo así que, la aparición de Cristo resucitado sea siempre actuante no una mera presencia estática y creadora de algo nuevo. La aparición del Resucitado es una presen-cia de comunión en una misma vida y en un mismo espíritu.

[ COMISIÓN PROFÉTICA ]

La Resurrección de Jesús

Directorio

Sr. Obispo de Matamoros Mons. Ruy Rendón Leal, Director P. Alan G. Camargo Muñiz, Editor P. José Luis Cerra Luna, Artículos y contenido Sem. Guadalupe Sánchez Cornejo, Diseño Editorial Gustavo Rodríguez Lerma, Impresión Stampa Digitale, S.C., Colaboradores Comisiones, Dimensiones y Departamentos de Pastoral en la Diócesis, Administración C.P. Julio y Liliana García, Distribución Centro de Pastoral de la Comunicación.El Mensajero, El Periódico de la Diócesis, es una publicación mensual bajo la supervisión de la Comisión de la Pastoral de la Comunicación, Calle Cuatro entre Morelos y González No. 137, Zona Centro, H. Matamoros, Tam., México, C.P. 87300 Tel. (868) 813-5511 [email protected] Impreso por Stampa Digitale, S.C. Calle Sexta y Fco. González Villarreal No. 801 Col. Euzkadi C.P. 87370, H. Matamoros, Tam. Los escritos firmados son responsabilidad de su autor. El Mensajero comenzó a publicarse en Agosto de 2005. Registro en trámite.

P. Esteban Ramírez

Sin duda alguna el acontecimiento de la resurrección, es el sustento más im-portante de nuestra fe. Es la garantía y la promesa de nuestra propia resurrección, el punto de partida de la fe cristiana. La resurrección de Jesucristo es, por consi-guiente, el fundamento, núcleo y eje de toda esperanza cristiana. Veamos ahora lo que la Biblia nos presenta acerca de este acontecimiento.

En la Biblia encontramos testimonios importantes de la resurrección de Jesús: Los relatos de aparición del resucitado, los relatos de la tumba vacía y las fórmu-las de fe. De todos estos testimonios, los más importantes son los relatos de apari-ción, ya que constituyen el núcleo central de la experiencia de la resurrección, por encima del descubrimiento del sepulcro vacío.

Las apariciones son ante todo un mo-mento de comunión vital entre Jesús y sus discípulos. Los discípulos sólo pueden ver a Jesús en la medida en que ellos mismos son elevados desde el plano de la creación antigua a la altura de la «nue-va creación» en la que el Resucitado se encuentra ya situado. En cuanto a los re-latos de las apariciones del Resucitado, los podemos clasificar en:

Relatos desde el punto de vista de JesúsEstos textos los dividimos a la vez en

aquellos que mencionan que Jesús “se hizo ver”. Esto pone de manifiesto un sen-tido de experiencia sensible con el Resu-citado, es el momento de la intervención de Jesús resucitado en la historia humana. El acto de aparición depende únicamente de Jesús que sale al encuentro de quien él quiere, cuando él quiere, y como él quie-re, y no del testigo. Los textos son: I Cor 15,3; Mc. 16, 6-7; Mt 28,16-17.

Relatos que manifiestan que Jesús “se presentó”.

Esto significa que la experiencia con el Resucitado tiene una característica que indica que la figura aparecida dispone de

Pintura La Resurrección de Cristo, El Greco, 1597-1604, Museo del Prado,

Madrid, España

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do el esplendor de la Pascua de Cristo resucitado. Cristo es la Luz. De él se enciende toda luz y por él se ilumina el templo vivo de la Iglesia, convocada para el pregón pascual. Por eso can-tamos con todo el fervor de nuestras voces:

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incompara-ble ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

[ COMISIÓN PASTORAL LITÚRGICA ]

El Pregón Pascual

Diác. Javier Fernández

La alegría de la resurrección hace de las mujeres que habían ido al se-pulcro mensajeras valientes de Cris-to. «Una gran alegría» sienten en sus corazones por el anuncio del ángel sobre la resurrección del Maestro. Y salen “corriendo” del sepulcro para anunciarlo a los Apóstoles. No pue-den quedar inactivas y sus corazones explotarían si no lo comunican a to-dos los discípulos.

«No tengáis miedo» (Mt 28,10), dice Jesús a las santas mujeres. ¿Mie-do del Señor? Nunca, ¡si es el Amor de los amores! ¿Temor de perderlo? Sí, porque conocemos la propia de-bilidad. Por esto nos agarramos bien fuerte a sus pies. Como los Apóstoles en el mar embravecido y los discípu-los de Emaús le pedimos: ¡Señor, no nos dejes!

Y el Maestro envía a las mujeres a notificar la buena nueva a los discípu-los. Ésta es también tarea nuestra, y misión divina desde el día de nuestro bautizo: anunciar a Cristo por todo el mundo. Ese es nuestro deber de cris-tiano, anunciar el amor de Cristo re-sucitado. Por eso, este Venerable Him-no para la madre de todas las Vigilias: el Pregón Pascual o también conocido como el exultet, puesto que así em-pieza en la lengua oficial de la Iglesia, anuncia el gozo “por la victoria de Rey tan poderoso”.

El Pregón Pascual, es un himno hermosísimo en su texto y en su ver-sión Gregoriana, es inigualable. Mu-chas de nuestras comunidades, se privan de la belleza de este precioso himno, porque son contados los po-cos sacerdotes que lo cantan.

El Pregón pascual o “exultet” es un himno de alabanza. Anuncia a todos la alegría de la Pascua, alegría del cielo, de la tierra, de la Iglesia, de la asamblea de los cristianos. Esta ale-gría procede de la victoria de Cristo sobre las tinieblas.

Entona la gran Acción de Gracias. Su tema es la historia de la salvación

resumida por el poema. Una tercera parte consiste en una oración por la paz, por la Iglesia en sus jefes y en sus fieles, por los que gobiernan los pue-blos, para que todos lleguen a la patria del cielo.

Al comenzar la vigilia con la fiesta del fuego, tan simbólico y significati-vo, algo nuevo ha acontecido en me-dio del pueblo. La llama ha surgido en la oscuridad. Al prenderse el cirio Pascual del fuego nuevo, se ha intui-

Portada de antiguo libro de cantos

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[ COMISIÓN DE PASTORAL SOCIAL ]

Gloria Esther Palos

Pastoral Penitenciaria en ReynosaLa Pastoral Penitenciaria Católica

Zona Reynosa, somos un grupo de laicos que servimos fraternalmente a nuestros hermanos privados de la libertad, para que conozcan el amor de Dios, mostrando la solidaridad de la Iglesia y resaltando la dignidad hu-mana de ser Hijos de Dios.

Es necesario saber que trabajar en este apostolado, no es por una simple invitación, moda, mucho menos por curiosidad o por matar el tiempo. Exi-ge el conocimiento de las directrices de la Pastoral Penitenciaria Católica Nacional:

1.- Curso de Pastoral Penitenciaria.2.-Contar con la aprobación del Pbro. Encargado de la Pastoral Penitencia-ria3.-Contar con un perfil para asistir a esta Pastoral:

Persona de Fe, equilibrada en comportamiento y en sus opinio-nes.Responsable y constante.Muestren aprecio por presos.Inquietud de superación (IDI-TEP, Biblia, Liturgia, etc. ). Llevar una Vida Cristiana dedica-ción en la Oración.De comunión, obediencia y soli-daridad.Respetuoso al plan de Pastoral Penitenciaria y a los reglamentos.

Las actividades se realizan en las Capillas al interno del reclusorio, de N.Sra. de Guadalupe (Sección Hom-bres) y N.Sra. de la Merced (Sección de Mujeres). Todos los jueves se ce-lebra la Eucaristía por los sacerdotes de la Zona Pastoral de Reynosa; la

celebración de la Palabra los domin-gos por un ministro; se lleva al Señor Jesús Sacramentado para contemplar su presencia, se lee Evangelio del día; preparamos a los lectores para la Misa y la celebración del domingo; clases de liturgia y preparación a los Sacra-mentos; círculos bíblicos, el rezo del Rosario, etc.

Nuestro Asesor Espiritual es el P. Fidel González, además hay varios laicos que participan como son Jorge Bernabé, Gloria Esther Palos, Carmen de Carreón, Sra. Trinidad Rmz., Glo-ria Martínez.

Las palabra que resuena en nuestra mente es “Un error en la vida, no es una vida de errores”. (Beato Juan Pablo II).

Estuve en la cárcel y viniste a verme (Mt- 25, 36)

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[ COMISIÓN FAMILIA, JUVENTUD, LAICOS Y VIDA ]

La misión de Jesús, es la misión de la Iglesia

Lucy García

La identificación con Cristo es compartir una misma Buena noti-cia. Por ello, si Dios quiere que todos los hombres se salven, necesariamen-te pensó en una misión permanente en cada rincón del mundo.

La Iglesia, por ende, está en el de-signio salvífico de Dios desde la eter-nidad, pensada para anunciar. Y es si-guiendo este mandato divino, que en la ciudad de Matamoros existe un gru-po de jóvenes misioneros el cual tiene como principal objetivo caminar con

“Así como tú me has enviado al mundo, así yo también los envío al mundo” (Jn. 17, 18)

Jesús para dar vida a sus pueblo, y es predicando el evangelio y brindando atención a todas las comunidades de las 10 capillas pertenecientes a la Pa-rroquia de Nuestra Señora de Fátima, siendo 3 colonias y 7 ejidos, ubicados a lo largo de la carretera Matamoros-Reynosa.

El Movimiento Juvenil Virgen de Fátima inicio con este proyecto en mi-siones de Semana Santa del 2010, con 2 jóvenes, en el 2011 se reunieron 11 personas. En estos 2 años la misión se

limitó únicamente en Semana Santa y no fue hasta el 2012 y con 20 jóvenes que se concretó la misión permanen-te, con acompañamiento espiritual una vez al mes. Actualmente son 35 jóvenes que atendieron este 2013, lle-vando como lema: ¨ Que el fuego de tu amor, derrita el plomo de mis pies¨ convencidos que el Concilio Vaticano II se hará realidad en la medida de no abandonar a nadie, para educar en la fe, para ser comunidad constante en el creer y en el obrar.

Rezando ante Jesús Sacramentado, en la Capilla Nuestra Señora de San Juan, Ejido El Sabino, Matamoros

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[ COMISIÓN VOCACIONES Y MINISTERIO ]

La pobreza, la paz y el diálogo

En la audiencia que, el día 22 de mar-zo de 2013, concedió al cuerpo diplo-mático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco quiso exponer de nuevo los motivos por los que ha elegido ese nombre. Como sabemos, lo ha hecho pensando en San Francisco de Asís.

De este Santo, tan conocido y venera-do en todo el mundo, el nuevo Papa ha querido subrayar en primer lugar la op-ción de San Francisco por la pobreza. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha venido prestando a los pobres una ayuda afecti-va y efectiva. También en estos tiempos de crisis económica, sólo en las organi-zaciones caritativas de la Iglesia han en-contrado auxilio muchos pobres de este mundo. Junto a ellos hay que mencionar a los enfermos, los huérfanos, los des-alojados de sus casas y los marginados de mil maneras.

Pero el Papa nos recuerda que hay también hay otra pobreza. Es la pobre-za espiritual que caracteriza a nuestro tiempo: la pobreza del individualismo y esa “dictadura del relativismo que deja a cada uno como medida de sí mismo y pone en peligro la convivencia entre los hombres”.

Esta es la segunda razón del nombre elegido por el Papa. Como San Francisco de Asís desea el nuevo Papa colaborar a construir la paz. Esa utopía es difícil pero posible. Quienes traten de conseguirla, no pueden olvidar los elementos funda-mentales de la paz: “No hay verdadera paz sin verdad. No puede haber verda-dera paz si cada uno es la medida de sí mismo, si cada uno puede reclamar siempre y sólo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los demás, de todos, a partir ya de la naturaleza, que acomuna a todo ser hu-mano en esta tierra”.

He ahí los tres puntos de referencia del camino al que el Papa invita a los go-bernantes de la tierra y a todos los ciuda-danos: “la lucha contra la pobreza, tanto material como espiritual; edificar la paz y construir puentes”.

Y para recordar todavía a San Fran-cisco de Asís, nos dice que hemos de aprender de él “un profundo respeto por toda la creación, la salvaguardia de nues-tro medio ambiente, que demasiadas ve-ces no lo usamos para el bien, sino que lo explotamos ávidamente, perjudicán-donos unos a otros”. La paz universal no puede lograrse cuando la explotación de la naturaleza afecta sobre todo a los más pobres de la tierra.

José-Román Flecha, publicado en el Diario de León.

El Papa Francisco afirma que para lo-grar la paz es preciso promover el diálo-go entre las personas, los pueblos y las re-ligiones “de modo que cada uno pueda encontrar en el otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano para acogerlo y abrazarlo”. Seguramente estas palabras recordarán el célebre discurso pronunciado por Pablo VI en la sede de las Naciones Unidas, de Nueva York.

En este contexto el Papa Francisco afirma también que “es importante in-tensificar la relación con los no creyen-tes, para que nunca prevalezcan las dife-rencias que separan y laceran, sino que, no obstante la diversidad, predomine el deseo de construir lazos verdaderos de amistad entre todos los pueblos”.

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[ COMISIÓN SOLIDARIDAD INTRAECLESIAL ]

Redacción

“La parroquia es una determinada co-munidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular (diócesis), cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo Diocesano , se encomienda a un párroco, como su pastor propio” (Código de derecho canónico, canon 515). “

Es el lugar donde todos fieles pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La parroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordi-naria de la vida litúrgica, la congrega en esta celebración, le enseña la doctrina salvífica de Cristo y la lleva a practicar la caridad del Señor en obras buenas y fra-ternas”. (Catecismo de la Iglesia Católica No. 2179).

La palabra “Parroquia” viene del grie-go Paroika. En la palabra paroika está oika: “casa”. Paroika significa etimológi-camente “el tiempo de estadía o residen-cia”. El verbo paroikein quiere decir: “ha-bitar cerca de, junto de, al lado de, estar provisoriamente, estar de paso, peregri-nar”. Paroikaos es “el extranjero domici-liado”. Muchos autores cristianos utilizan el verbo parokein para dar la idea de una presencia pasajera de los cristianos en el mundo. En el siglo II Paroika se convierte en sinónimo de “comunidad cristiana” o “Iglesia particular”.

¿Qué es una Parroquia?Una de las Dimensiones de la Comisión de la Solidaridad Intraeclesial es la de creación de nuevas

Parroquias. El actual Señor Obispo ha dicho que su deseo, el ir acrecentando el número de Parroquias para bien de la comunidad, pero ¿qué es una Parroquia?

La Parroquia es como una fuente a la que todo el mundo viene a calmar su sed, decía el Papa Juan XXIII . Es una fuente de agua viva que Jesucristo ofrece a cada uno. Pablo VI decía que “la Parro-quia tiene una misión indispensable de gran actualidad; ella debe crear la prime-ra comunidad del pueblo cristiano”.

La Parroquia es el lugar donde los ministerios y carismas de todos los fieles laicos, esenciales a la vida de la iglesia, pueden ser valorados. Ella no es en pri-mer lugar una estructura, un territorio, un edificio, una comunidad de personas cumpliendo un cierto número de fun-ciones sociales; Ella es ante todo, la fami-lia de Dios, fraternidad que no tiene mas que un alma, una casa de familia, frater-nal y acogedora; es la comunidad de los fieles. (Cf. exh. ap. Christifideles Laicis). “

Después de la familia la Parroquia es la primera escuela de fe, oración y edu-cación moral y tiene por vocación reunir a los fieles de un territorio, sin distinción de origen ó edad; no sólo por afinidades, sino en razón de la proximidad. Reúne a los hijos de Dios que fácilmente se po-drían dispersar.

Campanario, Parroquia Santa Ana en Camargo, Tamaulipas

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pocas citas, basta recordar el libro de la Biblia y el capítulo, y sal acompaña-do a evangelizar.

Necesitamos que en nuestras ciu-dades recuperemos el respeto, de for-ma especial, en el diálogo.

[ COMISIÓN DE DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y COMUNIÓN ]

P. Javier Flores

Te recomiendo algunas pautas para el diálogo, como dice la Biblia: «Pues no me avergüenzo del 1. Evan-gelio, que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree.» (Ro-manos 1,16).

Hoy ya no funciona el truco de po-ner un letrero en la puerta diciendo: «Este es un hogar católico no se acep-ta propaganda protestante», porque los protestantes, los evangélicos y las sectas ya están adentro del hogar a través de la televisión, de la radio y de la propaganda persona a persona en la fábrica.

2. «La fe se fortalece dándola...» dice el Santo Padre...y no escondién-donos detrás de la puerta. Y pide aún más: «No tengas miedo de salir a la calle y a las plazas, como los prime-ros apóstoles que predicaron a Cristo y las buenas noticias de salvación en las plazas, pueblos y ciudades. Ya no es tiempo para vivir avergonzados del Evangelio».

3. Instrúyete en tu fe católica: ora, subraya tu Biblia, estudia, consulta a tu párroco.

¿Cómo dialogar con los hermanos separados?

4. No exageres compadre. Pero tampoco te dejes intimidar. Los her-manos separados sueltan muchas citas de memoria. Esto apantalla a muchos, pero eso no significa que las han entendido. Tu trata primero de entender, después memoriza algunas

Diálogo, el desafío de nuestro tiempo

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[ COMISIÓN PASTORAL DE COMUNICACIÓN ]

Luz silenciosaLlamamos Tiempo de Pascua a los cin-

cuenta días que van desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pente-costés. A continuación recomiendo una película que nos puede ayudar a vivir con más intensidad este tiempo pascual. No es propiamente un film religioso, pero sí llena de espíritu de vida, Pascua y Resurrección: Luz silenciosa, de Carlos Reygadas (México-Francia-Países Bajos, 2007, 143 minutos)

La primera escena llama la atención: una toma a un cielo estrellado. La cámara baja y distinguimos en la oscuridad unos árboles. La cámara se mueve lentamente y, mientras el tiempo corre, vemos cómo, poco a poco, va saliendo el sol. Carlos Re-ygadas (México, 1971), siempre sorpren-dente, polémico, desconcertante, invierte cinco minutos en esta escena que él ha lla-mado Amanecer.

Por supuesto que al ver esta película po-demos evocar la mañana de Resurrección: “El primer día de la semana va María Mag-dalena, de madrugada, al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro…” (Jn 20, 1); y más aún cuando contemplamos a Johan, pro-tagonista de la historia, con un llanto deses-perado al terminar el desayuno; situación que nos recuerda el llanto de María Mag-dalena. En este relato de Resurrección (Cf. Jn 20, 11-18) se repite en diferentes tiempos el verbo llorar, hasta que Jesús le dice direc-tamente a Magdalena: “Mujer, ¿por qué lloras?” Jesús se compadece, se preocupa por lo que ella siente internamente. Quiere que la mujer reconozca su situación y así pueda abrirse a nuevas posibilidades de vida y resurrección.

Nosotros, al dejarnos tocar por esta historia fílmica (ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2007), nos preguntamos por qué, ante el llanto de Jo-han, sentimos su dolor y, en determinado momento, nos identificamos con el con-flicto interno que vive nuestro protagonista en Luz silenciosa. María responde que llora porque se han llevado a su Señor y no sabe dónde lo han puesto. Poco a poco sabre-mos la razón del llanto de Johan.

La película está contada con un ritmo lento y pausado. No es una película para todo público; mucho menos para aquellos que siempre andan con prisa y no soportan los planos largos. Para su análisis, se puede ver toda la película de un tirón o ir seleccio-nando las escenas que tienen títulos muy sugerentes: Amanecer, Desayuno, La casa, El taller, El beso, La ordeña, La lluvia, El hos-pital, Velorio y Despertar. Al ver la película, contemplar y, por qué no, orar con ella, podemos traer a la memoria cuando Jesús, según nos cuentan los Evangelios, se pre-

sentó resucitado en un camino (Cf. Lc 24, 13-35); en un desayuno junto al lago (Cf. Jn 21, 9-14); en una casa de puertas y venta-nas cerradas (Cf. Jn 20, 19-21); en el trabajo cotidiano (Cf. Jn 21, 1-7).

Con una excelente fotografía, un ex-traordinario manejo de la luz, con actores no profesionales (todos ellos campesinos menonitas de Chihuahua) tan bien diri-gidos, Luz silenciosa puede ayudarnos a hacer memoria y a agradecer ese paso de la oscuridad a la luz, del llanto al gozo, de la muerte a la vida.

P. Sergio Manuel Guzmán, S.J.

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[ FE, CULTURA Y SOCIEDAD ]

Una vez que había iniciado la fase preparatoria de lo que iba a ser el Conci-lio Vaticano II, el Papa Juan XXIII como moderador de todos los trabajos que se estaban realizando, junto con la Curia, buscaban que la Iglesia empezara a im-plicarse en el ambiente que estaba por vivir.

La Historia de la Iglesia nos enseña que los Concilios Ecuménicos, a lo largo de su recorrido, son dogmáticos, disci-plinares y normativos; sin embargo este nuevo concilio, y como ya lo había anun-ciado el Papa Juan XXIII en el discurso de la Basílica de San Pablo Extramuros el 25 de enero de 1959, debía ser pastoral, ecu-ménico y de aggiornamento.

Este concilio que no pretendía ser una continuación del inconcluso Concilio Vaticano I, buscaba la “pastoralidad”, es decir, no buscaba que fuera un concilio teológico meramente, sino que preten-día poner en orden de operatividad todo lo que se creía, esto era que toda la ope-ratividad de la Iglesia, y esto se entendió mientras maduraba el mismo concilio, tenía que estar subordinada a la imagen del Jesús, el Buen Pastor.

Por otra parte la “ecumenicidad” que buscaba Juan XXIII en este concilio no era meramente la de tener a las diversas religiones, para que regresaran al cami-no católico, sino como su mismo nom-bre lo indica, la ecumenicidad debía ser entendida como el camino que se debe recorrer junto, a partir de un punto en

concreto de reflexión. Esta idea fue evo-lucionando poco a poco en la relación que la Iglesia va a tener con las grandes religiones y con el impulso del Secretaria-do para la promoción de la unidad de los cristianos.

Y por último, este concilio tenía que ser para la Iglesia un “aggiornamento”, es decir, una actualización. Esto fue impul-sado por los diversos movimientos que se vivian en diversos lugares de la Iglesia, por ejemplo, el movimiento litúrgico que buscaba una mayor participación de la

P. Martín Tejeda

Concilio Vaticano II

¿Qué tipo de concilio se preparaba?(Parte V)

Papa Juan XXIII, en visita al hospital (ospedale Bambino Gesú, Roma, archivo)

gente y, más aún, una consciente par-ticipación del ministro; el movimiento bíblico volvía a proponer la centralidad de la Palabra de Dios y la renovación de la teología por medio de un “volver a las fuentes”. El denominador común de es-tos y otros movimientos que se estaban dando en la Iglesia era la urgencia de que el catolicismo saliera de la época cansada y estéril de la contra-reforma.