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PARQUE DEL HUMEDAL El Parque del Humedal, nombre como se le conoce oficialmente al Bosque del
Humedal, es un pastizal sobre suelos arcillosos en el que hay presente los restos de una
antigua laguna endorreica. De dicha laguna, conocida como Laguna de El Esparragal,
nacía hasta hace no mucho un arroyo que surcaba el municipio : el Arroyo Teatinos.
Este arroyo transitaba Coslada en dirección más o menos SW-NE, para luego girar al
Este y desembocar en el río Jarama. Con las sucesivas urbanizaciones y planes
urbanísticos aledaños, el arroyo se canalizó por el alcantarillado y la laguna perdió
mucha agua. De hecho, la laguna ya es un mero recuerdo. Hoy día ya no se ven láminas
de agua. Como legado ha quedado una pradera de Juncos churreros que mantiene cierto
frescor local y condiciones distintas a la de las praderas secas de alrededor.
Foto de la parte Sur del Parque del Humedal. En primer plano : junquera de Juncos
churreros, más verde y húmeda. Al fondo, la pradera ya agostada . Observar el cambio
de tono que indica la diferencia de humedad. Imagen tomada en Julio de 2010.
Junco churrero (Scirpoides holoschoenus), en flor, a principios de Julio. Se llama Junco
churrero porque antiguamente sus tallos se utilizaban para ensartar churros.
El Parque del Humedal son : praderas, junqueras y plantaciones de Árbol del Paraíso y
Pino Carrasco. Estas dos especies introducidas por el ser humano y más o menos
asilvestradas.
Bosquete de Árbol del Paraiso (Elaeagnus angustifolia). Especie introducida en este
lugar procedente de Asia. Aun así, ha conseguido asilvestrarse y formar parte del
entorno natural sin perjudicar al resto de la flora. Algunas aves, como los alcaudones,
han utilizado sus espinas para clavar sus presas.
En el mes de Mayo, cuando florece, el Árbol del Paraíso carga el ambiente de un aroma
muy agradable.
Pinar de Pino Carrasco (Pinus halepensis) de repoblación en el Parque del Humedal. La
densidad del pinar proyecta una sombra importante en el interior que reduce la
biodiversidad vegetal, mucho más alta en las praderas descubiertas. Una densidad
menor (pinar adehesado) hubiera sido mejor opción.
A pesar de la pérdida de agua, que es lo peor que le podía haber pasado a este sitio, el
PH conserva una flora muy rica y variada en sus praderas. En las mismas conviven
pastos de una gran gama de plantas anuales y perennes con algunos rodales de tomillar.
El tomillo que encontramos es el tomillo salsero (Thymus zygis). El mes de Mayo en el
PH es un agradable mosaico de colores y olores. Aquí va una muestra colorida de
fotografías de algunas de las especies y paisajes que podemos ver en los meses de Mayo
y Junio, los más productivos :
Matthiola fruticulosa (Alhelí triste)
Tragapogon porrifolius (Barba cabruna)
Biscutella auriculata (Hierba de anteojos)
Hippocrepis commutata (Quebranteherraduras)
Esta foto ha sido tomada por mi compañero J.A. Lapeña.
Adonis flammea
Ornithoglaum narbonense (Leche de pájaro)
Thymus zygis (Tomillo salsero)
Astragalus stella
Nigella gallica (Ajenuz)
Son una pequeña muestra entre las 248 especies diferentes de plantas identificadas hasta
la fecha en el PH.
El interés de un pastizal como el PH no solo radica en el número de especies distintas
que hay. Si no también en la presencia de algunas plantas raras en la Comunidad de
Madrid y en la Península Ibérica. Existen plantas que podemos considerar joyitas
botánicas, con poblaciones abundantes aquí y escasas o inexistentes en la mayoría de
puntos de la región madrileña y española. Veamos algunas. Sin duda, la joya de la
corona es la Serradella blanquecina (Klasea flavescens subsp. flavescens), que florece a
mediados de Junio. Es una especie perenne y rizomatosa, que cuando la observemos
veremos un montón de tallos juntos con flores que brotan del mismo rizoma :
Bonita planta, parece un cardo pero no pincha. Sus hojas en realidad son suaves. Esta
planta es exquisita con el tipo de suelo en el que crece. Debe ser arcilloso y contener
algo de yeso. Estos suelos no son muy abundantes pero aquí en Coslada sí.
Los lugares donde crece la Serradella blanquecina tienen algo en común : arcilla, yeso y
presencia de Mg en el suelo.
El Cardo yesquero (Echinops strigosus; aunque el nombre de cardo yesquero se usa más
para su pariente Echinops ritro. Lo usaré también para el que tratamos aquí), es una
especie más esperable de observar en Andalucía, o más al Sur que la Comunidad de
Madrid. Sin embargo, existe en el entorno de Coslada una población aceptable. En el
PH aparece una población en las praderas situadas más al Sur :
Se le reconoce fácilmente por su "cabeza redonda".
Rodal de Echinops strigosus en el Parque del Humedal.
Otro cardo interesante se encuentra asociado a los Juncos churreros. Suelen compartir
espacio cuando el nivel freático no es demasiado alto. Se trata de Cirsium pyrenaicum :
Esta planta supone un manjar abundante para los jilgueros y otros fringílidos en verano.
Las aves se posan encima de la planta a devorar sus semillas. El picoteo remueve los
frutos y bastantes de ellos salen volando y caen al suelo, donde brotarán nuevas plantas.
De ese modo, el pájaro come y contribuye a la dispersión de la especie.
Los suelos arcillosos en los que se mezclan filosilicatos, sílex, yeso y dolomía, dan
lugar a una flora interesante y poco común. Algunas de estas especies suelen estar en los
inventarios botánicos de estos enclaves, como el extinto Cerro Negro, en la parte Sur de
Madrid. Podemos citar dos especies de estos Anales que se encuentran en el Parque del
Humedal, la Linaria Caesia y la Esparceta gris (Onobrychis matritensis) :
Linaria caesia
Onobrychis matritensis (Foto : J.A. Lapeña)
Otra planta escasa en la zona y que solo ha sido vista dentro del entorno de Coslada en
el Parque del Humedal es la Centaurea scabiosa :
Podemos ver en la foto la elegante inflorescencia. Las flores tipo cardo, tipo margarita y
tipo diente de león pertenecen a la familia botánica de las Compuestas. En realidad lo
que a simple vista nos parece una flor en realidad son muchas flores pequeñas juntas. En
la foto se observan muy bien las flores indivuduales.
En praderas como estas encontramos algunos comportamientos ecológicos interesantes.
En primer lugar, ya vemos que la composición florística son sobre todo plantas
herbáceas que necesitan abundante luz del sol para crecer. Estas especies no pueden
prosperar en suelos umbríos de bosques ya que no llega suficiente luz al suelo. Este es
problema principal de la plantación de Pino carrasco que existe en el Parque del
Humedal y muchas de ellas similares en el entorno de la Comunidad de Madrid. Los
árboles se plantan tan juntos que la luz llega mal al suelo y éste aparece rácano y
cubierto de un manto de acículas. Eso tampoco beneficia a los propios pinos, ya que
cuanto adquieren cierto porte la competencia por los recursos es tan feroz que no se
desarrollan bien. Otro aspecto es que una plantación de una única especie favorece las
plagas, como la Procesionaria del pino.
Volvamos al tema que introducía el párrafo anterior, el de la ecología de los pastizales.
Las plantas utilizan algunos métodos para dispersarse curiosos y eficaces. Unas son
plantas estepicursoras, en cristiano, plantas que dispersan las semillas dejándose rodar
por el suelo. Es un método efectivo en un espacio abierto. El ciclo es sencillo : la planta
cuando llega el momento desarrolla un tallo con flores y lustroso. Florece, fructifica, y
tras madurar éstos el propio tallo se rompe por la base (la planta debilita a posta su
propio tallo y cualquier ráfaga de viento o golpe lo parte) y se deja rodar. Existen varias
especies que hacen esto, entre ellas, podemos citar a la Hierba del viento (Phlomis
herba-venti) y al Cardo corredor (Eryngium campestre) :
Estupenda mata en flor de Phlomis herba-venti
Cardo corredor (el propio nombre ya le delata), con mariposa Blanquiverdosa (Pontia
daplidice) libando sus flores.
El Cardo corredor no solo es interesante por esto. Como bien saben los aficionados a las
setas, la Seta de cardo (Pleurotus eryngii), crece sobre las raíces muertas de esta planta.
Aun no he observado este hongo en el Parque del Humedal, posiblemente porque no he
salido mucho a ello y además el ambiente es seco.
Las anécdotas con el Cardo corredor no terminan aquí. Una de las especies que más
afición crea en la gente es el Jopo. Se trata de plantas parásitas sin hojas, que se
alimentan de la savia de otras plantas vivas. El Cardo corredor tiene su propio parásito,
la Orobanche amethystea subsp. amethystea. Allá donde veamos Cardos corredores, es
posible que alrededor veamos una cosa más o menos cilíndrica que podríamos
confundir a bote pronto con un hongo. Pues no es un hongo, es una planta con flores y
está parasitando al cardo :
No falla, a la izquierda hojas de Cardo corredor. Pegadas a su derecha, Orobanche con
sus flores amarillentas.
Detalle de una familia de Jopos.
Recordad que esta planta necesita al cardo para vivir. ¿Cómo será capaz de detectar la
semilla que debe enraizar sobre la raíz del Cardo corredor y no sobre otra?. Maravillas
de la vida.
A parte de dejarse rodar, el tener frutos que vuelen o que se agarren a un animal o
persona que pase por allí tampoco es mala solución para dispersar semillas y colonizar
nuevos territorios. De hecho funciona muy bien. Los frutos aerodinámicos son
habituales. Todos conocemos los molinillos de los Dientes de León, que al soplarlos
salen despedidos todos los frutos. La Barba cabruna (Tragopogon porrifolius), es una
planta que se abre en un momento concreto del día y aparece cerrada el resto (que es
casi todo el tiempo). Desarrolla unas cabezuelas de frutos voladores muy llamativas :
Cada uno de estos frutos está formado por la semilla terminada en un pequeño mucrón
(garfio) y un paraguas llamado vilano, que es lo que hace de vela :
Existen otros frutos con forma aerodinámica pero menos efectiva. La Lomelosia (en el
PH existen 3 especies : Lomelosia simplex, L.stellata y L.diravicata), también llamados
Farolillos, son una especie muy abundante en el PH :
En la foto, se ha superpuesto una imagen de la misma planta cuando está en flor. Cada
fruto está dotado de una estructura papirácea denominada involucelo. Este "papel" es
ligero aunque alcanza poca distancia. El fruto también tiene un sistema de agarre.
Otras plantas se han especializado totalmente en agarrarse a un incauto que pase por
allí. La gramínea Aegilops geniculata (Trigo montesino), o el Arrancamoños (Xanthium
spinosum) son claros ejemplos de frutos que se clavan en nuestra ropa, o el pelo de un
animal :
El Trigo montesino tapiza buena parte del suelo de las praderas del PH durante Mayo y
Junio. En la foto se ven otras especies asomando en medio del mar de Aegilops sp.
Arrancamoños (Xanthium spinosum). Observar los garfios que tiene el fruto. Pinchar en
la foto.
En las praderas , el diente del ganado ha sido habitual hasta hace muy poco. Las plantas
frescas eran devoradas por las ovejas o las cabras. Así que han tenido que inventar
estrategias para defenderse de un animal. Una muy utilizada, es tener espinas o cerdas
muy rígidas y ásperas. Muchos cardos tienen buenas espinas que tendrán un efecto
disuasorio para todo herbívoro que se lo quiera comer. Un tacto áspero y pinchudo no
agrada a nadie. Los animales preferirán comer otras hojas más tiernas. La disposición de
las espinas constituye todo un arte. Veamos algunos diseños :
Toba (Onopordum acanthium)
Arzolla (Centaurea ornata)
Gatuña (Ononis spinosa)
Viborera (Echium asperrimum), recubierta de cerdas rígidas , ásperas y pinchudas al
tacto
El tener pinchos tiene su razón de ser. Los pelos y pinchos también sirven de protección
contra la deshidratación. Hacen que la superficie de la planta sea más clara, reflejando
más la luz del sol y es síntoma de cutículas y capas de la epidermis más resistentes y
gruesas.
Otra táctica es ser venenoso, un ejemplo común en pastizales es la Hierba de Santiago
(Senecio jabobaea) :
Senecio jacobaea
En definitiva, esto muestra las estrategias que ponen en marcha las especies para
sobrevivir. Algunas de ellas son realmente espectaculares y artísticas, como veremos a
continuación.
Las orquídeas son las plantas más sofisticadas (y bellas) que se conocen. Aunque la
belleza es algo muy subjetivo, casi todo el mundo queda fascinado por ellas. Y no es
para menos. En el Parque del Humedal, hemos encontrado tres especies de orquideas,
todas pertenecientes al género Ophrys. Admirémoslas :
Fotos : José Antonio Lapeña. De arriba a abajo : Ophrys speculum, O. lutea y
O.sphegodes.
Su táctica se basa en engañar a los insectos, que confunden la flor con una hembra de su
especie y acuden a copular con ella. Pero en realidad lo que están haciendo llenarse de
polen de la orquidea y polinizar la siguiente que visiten. Esta estrategia es realmente
fascinante. Las plantas logran lo que pretenden, engañar al insecto y atraerlo. Además,
estas orquideas emiten una feromona que imita a la de la hembra en cuestión. Pero lo
realmente asombroso es que estos olores no son idénticos, sino muy parecidos entre un
ejemplar y otro que esté cerca. De ese modo el bicho tropezará más de una vez en la
misma piedra (Fuente : La vida privada de las plantas, de D. Attemborough).
Este tipo de orquideas duran muy poco en flor, y observarlas muchas veces es una
cuestión de suerte, de pasar por el lugar adecuado en el momento preciso.
PASTIZALES DEL CENTRO DE TRANSPORTES
Los pastizales junto al Centro de Transportes de Coslada son muy similares en cuanto al
tipo de suelo y composición florística respecto al PH. Sin embargo, el CTC tiene algo
que lo hace aun más singular.
La flora más interesante del municipio y una de las más raras de la Comunidad de
Madrid se halla aquí.
Al igual que el Parque del Humedal, nos encontramos con praderas sobre suelos
arcillosos (esta vez sin junqueras) pero con una mezcla litológica algo diferente. En este
lugar encontramos arcillas verdes y marrones mezcladas con grises. No sé si este hecho
es determinante para que aquí sucedan cosas extraordinarias. Este enclave aporta
especies muy singulares, dos de ellas amenazadas de extinción :
La Morra (Cynara tournefortii) es una alcachofa silvestre vivaz que se encuentra
Catalogada en Peligro Crítico de Extinción en la Lista Roja de Flora Vascular de 2008
editada por el Ministerio de Medio Ambiente. Es endémica de la Península Ibérica.
Existen poblaciones dispersas en Andalucía, Badajoz y aquí en Madrid aparece en este
pastizal de Coslada.
Cynara tournefortii, en flor, en el Centro de Transportes de Coslada.
La Malvella sherardiana es una pequeña Malva rastrera de ciclo estacional que en
España solo habita en algún punto disperso de Ávila, Andalucía, y en Madrid solamente
vive en este pastizal de Coslada. Esta especie se daba por extinta en la región madrileña
desde hace más de 150 años hasta que se descubrió la población del CTC. Se encuentra
catalogada como Vulnerable en Lista Roja de Flora Amenazada de 2008. Sin embargo,
es muy posible que su situación sea bastante más crítica. Estas dos plantas se han visto
muy afectadas por el cambio de modelo agrícola, basado en altas dosis de fertilizantes y
pesticidas. Esto ha sido fatal para estas dos plantas arveneses, que han pasado de ser
comunes antaño a estar ahora al borde de desaparecer para siempre. Si no cambiamos el
modelo agrícola y de desarrollo, es probable que en un futuro muchas plantas de
pastizales/herbazales corran el mismo peligro.
Malvella sherardiana
Podemos contar en torno a 200 ejemplares de cada especie en unas 10 Has de terreno, lo
que convierte a este lugar en la salvaguarda de la extinción en Madrid de las dos
especies. Aun así, la Comunidad de Madrid, con el consentimiento del Ayuntamiento
del municipio, lleva años queriendo ampliar el Centro de Transportes de Coslada, lo
que supondría la destrucción de estas praderas y la extinción en Madrid de las plantas.
Ambas Administraciones conocen desde hace bastante tiempo la existencia de las
especies amenazadas pero no han estudiado ninguna alternativa para la ampliación. La
empresa Cofares (curiosamente una farmacéutica, cuya actividad depende de la
biodiversidad vegetal), pretende instalar sus almacenes en el enclave. Hablaremos de
este tema y otros relacionados al final del post. De momento sigamos con la ecología.
Campos del CTC, con ejemplares de Cynara tournefortii en primer plano
Cynara tournefortii, a la izquierda. Malvella sherardiana a la derecha.
Lo dicho respecto a comportamiento ecológico de las plantas en la sección del Parque
del Humedal, es válido también para el CTC.
Las praderas del Centro de Transportes de Coslada cuentan en tan solo 10 Has de
terreno con más de 200 especies vegetales. Muchas de ellas también están en las
praderas del Parque del Humedal, sin embargo en el CTC existen unas cuantas especies
que no podemos ver en ningún otro lugar del municipio y que son extraordinarias
rarezas botánicas en la zona Centro. A parte de las ya nombradas Cynara y Malvella,
contamos una pequeña población de Tagarnina (Scolymus maculatus ), el hermano del
Cardillo (Scolymus hispanicus) :
Tagarnina (Scolymus maculatus)
Comparación entre el Cardillo (Scolymus hispanicus) y la Tagarnina (a la derecha sobre
el círculo)
La Tagarnina, pese a ser una espcie no rara en Andalucía, en Madrid es muy escasa. Es
una de las plantas más raras de ver en Madrid y aquí es una auténtica joya. Como se ve
en la foto, la disposición espinosa es muy diferente. Cuando esta planta se seca ofrece
un aspecto hermoso a la vez que amenazante :
La Geropogon hybridus, es otra de las especies excepcionalmente raras que
encontramos únicamente en los pastizales del CTC. Es muy parecida a la Barba
Cabruna (Tragopogon porrifolius) :
Comparación entre Geropogon hybridus (izquierda) y Tragopogon porrifolius
(derecha). La de la izquierda es una rareza, la de la derecha es común. Pinchar en
imagen para apreciar mejor la diferencia.
Otra de las especies botánicas que tiene su último refugio en la Comunidad de Madrid
en este lugar es Teucrium spinosum. Según la Aproximación al Catálogo de Plantas
Vasculares de la Provincia de Madrid, una monografía ya descatalogada editada por la
entonces Consejería de Agricultura y Ganadería de la Comunidad de Madrid, publicada
en 1982. Dice, sobre Teucrium spinosum :
"Localizada en Cerro Negro, Vallecas. No hemos visto esta especie, que parece estar
confinada al SO y CS de la Península, dentro de su área española siendo frecuente en
cultivos y barbechos de los sectores de facies flysch al Sur del Guadalquivir" . Cerro
Negro ya es historia. Era un paraje situado entre lo que es hoy la Estación de Delicias y
Mercamadrid. Estas fotos, han sido tomadas en las praderas del CTC (pinchar enlace) :
Teucrium spinosum
El Carraspique es una crucífera que florece en el mes de Abril. Es una planta usada en
jardinería. Existen muchas especies silvestres de Carraspiques, aquí tenemos la Iberis
pectinata :
Otras especies interesantes que incorpora el Centro de Transportes son : el Gladiolo y el
Poleo :
Gladiolo de campo (Gladiolus cf. illyricus)
Poleo (Ziziphora hispanica). Es un endemismo ibérico.
Floración espectacular de Linaria caesia (flores amarillas), una planta poco habitual
pero que en el Centro de Transportes de Coslada florece de manera explosiva. Foto :
16/04/2011
Cynara tournefortii, Malvella sherardiana, Teucrium spinosum, Onobrychis
matritensis, Linaria caesia, Scolymus maculatus, Klasea flavescens, Echinops strigosus,
Geropogon hybridus,entre otras, son plantas raras, muy poco habituales, que afloran
aquí con poblaciones generosas y de una manera inesperada caracterizando una
comunidad de vegetal única aun no clasificada por la fitosociología vegetal. La única
solución para este enclave es su protección, y no tomar medidas de "cortar y pegar"
trasplantando ejemplares en otra parte. Porque más allá de una o varias especies, es el
conjunto en sí lo que añade aun más valor a este paraje.
Para más información, no dejeis de ver esta entrada :
Testing CTC 30/05/2010
Hay un consenso más o menos general en la idea de proteger los espacios montañosos,
las masas forestales o los ríos caudalosos, así como algunos animales o vegetales
emblemáticos que normalmente viven en ellos. Sin embargo, resulta complicado
trasladar a la sociedad la importancia de conservar un lugar como el que traemos a
colación, deforestado y encajado entre un polígono industrial, vías de ferrocarril y
descampados cubiertos de escombros. Por si todo esto fuera poco, su reconocimiento
medioambiental se hace todavía más difícil en la medida que su periodo de mayor
"belleza", o sea, cuando el terreno se cubre de verde, se ciñe a un par de semanas o tres
que transcurren entre finales de mayo y primeros de junio.
Sin embargo, hay una serie de datos objetivos que convierten al pastizal periférico del
CTC de Coslada, con sus 10 ha de extensión, en uno de los reductos botánicos de mayor
interés de todo el centro peninsular por la presencia de un buen número de especies
raras o incluso consideradas hasta no hace mucho extinguidas en la Comunidad de
Madrid que conforman una asociación vegetal única, aún por investigar. Y dado que el
entramado vegetal se encuentra en la base de la pirámide trófica cabe pensar que dicha
singularidad vegetal se traduzca asimismo en una población notable de invertebrados.
En nuestro recorrido encontramos estos dos ejemplares: el ortóptero Acrida turrita (foto
1) y un neuróptero posiblemente del género Libelloides (foto 2).
Hasta la fecha, el profesor de la Escuela de Ingenieros Forestales Juan Manuel Martínez
Labarga que estudia la zona ha catalogado 315 especies de plantas, algunas de las cuales
se pueden encontrar en el breve resumen que elaboramos en una entrada anterior de este
blog:
http://javiergrijalbo.blogspot.com.es/2010/06/centro-de-transportes-de-coslada-m-30-
5.html
La extremada importancia del pastizal en su conjunto y de algunos de sus integrantes
queda acreditada en el hecho de que algunas especies como Teucrium spinosum,
Geropogon hybridus o Convolvulus humilis (foto 3) presentan aquí sus únicas
poblaciones madrileñas e incluso se puede decir que otras como Cynara tournefortii o
Malvella sherardiana cuentan aquí con las mejores poblaciones de todo el mundo, tanto
por el número de ejemplares como por su tasa de regeneración. Además, la presencia
del trigo silvestre (Triticum boeoticum) (foto 4), del que se trata al final de este artículo,
abre una nueva vía de argumentación en cuanto a la protección de este espacio por la
posible trascendencia arqueológica de su hallazgo, aquí y por primera vez en Europa
occidental.
De todas las especies citadas, la más conocida hasta la fecha es la alcachofa silvestre
(Cynara tournefortii); su hermoso tamaño y el parentesco genético con una planta
comestible, familiar a todas las personas, ha despertado cierta simpatía. Y de hecho,
advertimos en nuestras últimas visitas a la zona un intento por proteger algunos
ejemplares (también de Malvella sherardiana), suponemos que mediante su futuro
traslado, puesto que se aprecian alcorques individuales, a nuestro juicio más bien
contraproducentes, además de un etiquetado. Si la idea consiste en
trasladar ejemplares a un jardín botánico o sucedáneo, antes de que se arrase el pastizal,
como recuerdo de que en su día vivieron de forma natural, no hay mucho que decir,
pero si lo que se quiere es recrear el hábitat en otro lugar llevando ejemplares tanto de
esta especie como de otras catalogadas en peligro, entonces hay que decir que se trata de
una iniciativa descabellada ajena a cualquier concepto elemental sobre vegetación. La
presencia de esta comunidad vegetal en la zona no obedece a ninguna casualidad sino a
la comparecencia de una serie de factores edáficos, climáticos e históricos. Su valor
tiene sentido en el lugar en el que vive y no desterrada a partir de ejemplares
trasplantados sin cuento que en muchos casos sobrevivirán individualmente, pero con
un futuro ciertamente comprometido.
¡Cómo somos los españoles! ¡Cómo despreciamos nuestro patrimonio no consagrado!
Tiene que venir siempre alguien de fuera para que valoremos lo que aquí hay. Si en
cualquier país centroeuropeo encontrasen algo similar crearían una microrreserva, un
centro de interpretación, organizarían visitas guiadas, el ayuntamiento aprovecharía la
oportunidad para organizar cursos de verano, centros de estudios y convertiría la planta
insignia en icono de referencia. Pero cuando el modelo de desarrollo está enfocado en la
construcción y las infraestructuras..., pues nada a los polígonos industriales. En este
caso, la empresa que ha adquirido estos terrenos y que va a instalar aquí su sede es la
distribuidora farmacéutica COFARES ¡Que oportunidad tan buena para dar brillo a su
imagen de marca, recapacitando!
Pues bien, por si lo antedicho fuera poco, ahora resulta que investigando, investigando
aparece un curioso trigo que al ser determinado por investigadores del Instituto
Nacional de Investigaciones Agrarias se revela como una especie no encontrada hasta la
fecha ni en la península Ibérica, ni en toda Europa occidental: se trata de Triticum
boeoticum (foto 4). El trigo en cuestión aparece de forma abundante en la zona (foto
5) ocupando ubicaciones donde parece haber un contenido mayor de humedad edáfica
(plantas que en otras ubicaciones del pastizal se han secado ya, aparecen todavía frescas
junto al trigo).
A partir de las primeras lecturas sobre la planta, lo que en principio parecía un hallazgo
de interés puramente botánico va abriendo otras puertas hasta acabar compartiendo
espacio con lo arqueológico. Y así resulta que el Triticum boeoticum es una especie
silvestre que en su lugar de origen, la zona de Asia Menor y los Balcanes, hace unos
9000 años hibridó con otra especie del género Aegilops dando origen a uno de los
primeros trigos domesticados (Triticum monococcum). Desde un punto de vista
filogenético este trigo no se encuentra en la rama que ha dado lugar a los actuales trigos
que nos sirven de alimento, pero sí es de interés pues, si bien su cultivo no es frecuente
por su bajo rendimiento, todavía se cosecha en determinados lugares de forma relicta,
incluso en puntos de la península.
El hallazgo de Triticum boeoticum en el término de Coslada abre diversos interrogantes:
¿Cómo llegó la planta hasta aquí? ¿En qué periodo de la historia? ¿La trajeron pueblos
nómadas neolíticos que se asentaron en la zona? ¿Hicieron uso de ella los primeros
pobladores locales? ¿Llegó como planta adventicia junto a otros cultivos para
naturalizarse posteriormente? ¿Ha venido tristemente en las ruedas de algún camión
griego hasta el Centro de Transportes...?
La presencia de este primitivo trigo en el centro de la península puede aportar
información capaz de contribuir a mejorar el conocimiento actual sobre la evolución del
trigo, y este interés no se le puede escapar a nadie.
Aquel que esté interesado en profundizar algo más en este tema del trigo puede
consultar el siguiente enlace:
https://sites.google.com/site/arbabajojarama/triticum-boeticum-boiss-escanda-o-trigo-
silvestre
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Etiquetas: Convolvulus humilis, Descampados, Triticum boeoticum