13 - juanele ortiz - el junco y la corriente

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EL junco y la corriente

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  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    1/113

    C e n t r o d e P u b l i c a c i o n e s / U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e l L i t o r a l

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    El junco y la corriente

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Esta edicin electrnica reproduce por escaneo la parte correspondiente a este poemario

    de la monumental edicin de las Obras C ompletas realizada por el Departamento de

    P ublicaciones de la Universidad N acional del Litoral hoy lamentablemente muy difcil

    sino impos ible de hallar. S e ha dejado el nmero de pgina original para referencia

    en citas.

    P ues to que la seccin de notas es t al final de la poesa editada y antes de la indita

    y la prosa no sigue la secuencia de nmeros de pgina.

    Los poemas de J uane le exigen una cuidadosa dispos icin en la pgina tipografa

    interlineados a veces s angrado s cues tiones en la que el autor era minucioso y

    exigente; vaya por tanto todo el mrito que corresponde a esa gran obra que fue

    la edicin de la UNL.

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    4/113

    ndi e

    (se indica e l nmero de pg ina del papel ,

    seguido del nmero de pg ina en el pdf)

    Luna de Pek n 553 (5)

    Cua ndo d igo China. . . 557 (9)

    En e l mu seo Lou -Sing 559 (11)

    En la galera de Bel las Artes

    d e la p r o v i n c ia d e Ya n Su n z 5 6 0 ( 1 2 )

    En Chu n-K in g 561 (13)

    El gran pue nte del Yan-T s 563 (15)

    En las garg anta s del Yan -Ts 565 (17)

    En e l Yan -Ts 566 (18)

    En e l recue rdo 568 (20)

    Fue en la ori l la del Chia -l ing.. . 571 (23)

    Fue en la l luvia de Hu san 573 (25)

    To da la dulzura del mu ndo . . . 575 (27)

    Lening rado 577 (29)

    Entre Ros 578 (30)

    A l Paran 598 (50)

    La poes a de Jos Ped roni 605 (57)

    Sa ludo 608 (60)

    Para la gu itarra de

    Ma r a Lu isa Anid o 612 (64)

    El doc tor Larcho 614 (66)

    A la Arge nt ina 616 (68)

    A l V i l laguay 621 (73)

    La paz 626 (78)

    Vida l ita de la paz 629 (81)

    Y el c ielo ser ms que

    nunc a azul y b lanco. . . 631 (83)

    A Juan Jos Saer 633 (85)

    Letra 636 (88)

    En e l nac imiento de

    Claudia S i lv ia Gola 637 (89)

    Junto a la tum ba de Reynaldo Ros 640 (92)

    A Hug o Gola 641 (93)

    Mar io 649 (101)

    Vi l laguay 650 (102)

    Luego de las poes as se encuentran las notas de la edic in

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce

    El junco y la

    corriente

    553

    Luna de Pekn

    Sube la luna,

    sube

    en el filo del silencio...

    Loto del silencio

    de Octubre?

    Y algunas espum as de los siglos, lejos,

    nievan unas orillas

    que ahondan ms y ms, en una suerte de ceniza,

    Sube la luna,

    sube

    con toda la palidez de Octubre, sobre el sueo

    y frente a las montaas del Oeste...

    Y yo

    tambin sobre la ciudad, pero flotando

    hacia un medioda que fue

    de ptalos de cielo, ya, para el regreso de ellos...

    unos pliegues

    defollajes...

    10

    para las miradas de ellos...

    Verdad

    que hasta pisasteis, distradamente,

    20

    un m edioda

    de jacarandaes?

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    6/113

    Juan L. Ortiz

    Y para los amigos qu e m iraron, tal vez, desde las dos orillas

    de la brisa,

    qu flores las del cnit?

    Pero a vosotros, ay, los latidos mos que dej,

    qu os enviara

    desde esta agona de la una...

    (en el suspenso, es cierto, hacia las profundidades,

    del dragn,

    cuando all, desde los cauces, otro pez,

    vuela a su transfiguracin,

    arriba)

    qu o s enviara que no fues e ese suspiro que o s doli

    con la corola de ayer?

    Y al cario de L uis, de Ral, de Hu go, Paco, M ario...

    Jos Luis...

    qu presente?

    Esta lun a, acaso?...

    esta hostia de las edades

    con la harina de Li-Tai-P

    tal como a su doble

    en lo hondo,

    dicen,

    la eternida d lo igualara?...

    La mismahoja,al fin,

    hoy,

    en las manos del agua,

    para el domingo de los millones y millones de la participacin

    con el confn sobre s

    o bajo l a sonrisa que danza"...

    Obra Completa

    554

    30

    40

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura l isauce

    El junco y lacorriente

    555

    y las "su-nas" que une n, nu evam ente, la colina y el azul,

    pero desde la raz del ciruelo...

    Mas, qu pod eres los de un hilo

    para administrar la poesa,

    as,

    y a manera de gentileza,

    y en un o como vaco

    del tiempo,

    aunq ue en la punta del da... 60

    y an

    en una lmina de Li-Tai-P?...

    O todava en una oblea de Emi-Siao

    con las lneas de la golondrina,

    a veces,

    y de la hoz,

    naturalmente,

    a veces?...

    Sube la luna de Pekn,

    sube 70

    por el escalofro...

    a travs de su pensamiento

    sube...

    Y al caer del otr o lado del otoo ,

    el viento d e su s alas,

    ser se, se, que atizar sobre el anochecer

    el lucerillo de ah

    oh, mis sentimientos...

    y que de shojar , esta vez, tal el destino, no?

    el otro cielo 80

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta

    556

    de los jazmines

    ah...

    Sube la lima de Pekn,

    sube

    por el abismo del "tao"...

    Sube la lima hacia su "i"...

    ella,

    igualmente...

    hasta la libertad, por un m inuto, de su abismo,

    una con el abismo, 90

    sube...

    Sube la luna de Pekn...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En elaura

    l i

    sauce El junco y lacorriente

    557

    Cuand o digo C hina...

    (Sanghai)

    Cuando digo C hina,

    es una ramita lo que atraviesa, olivamente, el aire,

    en la punta de un vuelo de nieve,

    hacia el viento d el da...

    Salud, brazos de ba mb , salud...

    Salud, brazos que alzan, desde la piedra y las espigas y las ram as,

    un porv enir co mo de "Kuan-yins"...

    Salud, dedos de brisa sobre los pliegues de la tierra,

    y sob re el marfil,

    y revelar las lneas de la dicha que ganaron a la profundidad

    y a su palidez misma...

    Salud, sonrisa de arroz, y salud, equilibrio

    de junco,

    con un mundo sobre s, un m undo,

    un m undo en qu e no ha de concluir nunca, nunca, de abrirse

    para levan tar el otro velo de la novia

    10

    un espacio de mariposas...

    Salud, estrella de crisantemo, llamando

    a toda s las flores,

    para hacer el cielo, aqu, tambin, sobre la soledad

    y el fro...

    20

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa

    558

    Salud, alas de China,

    latiendo hacia ese celeste qu e respira igual a un nio,

    y que ha de apagar, asimismo, lo que

    fosforesca

    todava,

    all y aqu,

    de las lgrimas...

    Salud

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura l isauce

    El junco y lacorriente 559

    En el m use o Lou-Sing

    (Sanghai)

    Perdona, mi querido Lou-Sing, que solamente os deje

    mi silencio, puesto de rodillas,

    unas florecillas del otoo de aqu,

    desdobladas, hoy, entre el arroz, de sus espejitos de las diez...

    Oh, si ellas te dieran,

    vuelto a t mism o Lou-Sing, all,

    en el cielo de la revolucin

    si ellas te dier an,

    con su b reve alma, blanca y lila,

    la otra alma que te doblaba como un mim bre de lstima, 10

    bajo la "tempestad de una taza de t"...

    sa qu e hoy ha "destruido la casa de hierro", para la eternidad,

    sa que h oy tiene el cambiante de los paisajes, en com n,

    y el honorya,Lou-Sing,

    tras el viento que humillara, hasta su lmite, la noche...

    el honor

    de las caas que m ecen, tambin juntas, el am anecer...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa 56

    En la galera d e B ellas A rtes d e la

    provincia de Yan S unz

    Una rama de ese m irto que se inclina en mi pas,

    estrellando, menudamente, la lluvia-

    una ram a para las mano s y el pincel

    de la China profun da

    que "entr por las calles de la historia" y entre u na doble fila

    de cenizas en llagas...

    y la guardia d e un m ar de palm as que apenas, apenas se le abra, penetrndola...

    h meda, an, ella, de las heridas en la raz

    que en tr aquel da que daba en nacer, de nuevo, nicamente,

    de las blusas... 10

    que entr

    con las armas de las flores...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 561

    En Chun-King

    Oh, la ciudad que sub e y sube y sube

    como una nia gris

    de siempre,

    y repentinamente amarilla,

    entr e enca jes de cultivos y con cabellera d e follajes,

    para mirar, acaso, suspendida, ya, en las nubes,

    la seda prof unda del Yan Ts

    cosida de zampanes y pespunteada de juncos

    en un deslizamiento de cnifes...

    mi entra s una fiebre de azul, 10

    plida, an, por ah,

    le late las venas, oh, s, con la circulacin del po rvenir...

    Pas, es cierto, Tou-Fou, a travs de estas piedras,

    por los grillos de Octubre,

    esperando que la "luna de enfrente", desde las mon taas que iba a envejecer

    ms todava,

    le hiriera un ro entre bam bes

    para su sed de perlas?

    Ah, pero me dijeron que aqu, tambin, bajo la noche de "Chiang",

    no dejaron de velar los tejedores del mom ento, 20

    y que parte de ellos, por causa,

    precisamente, de una redada,

    hubo de ser una g ran m ancha de sangre, ay, sobre los mismos pies del alba

    que desm ayaba en una pared...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa

    562

    Yme dijeron, asimismo,

    que algunos de los que hoy exhalan estas nieblas

    en una sola alma de verdn, casi,

    amaneciendo...

    amanecen, tambin, d e la pesadilla:

    oh cuenca que se estara cavando, desde entonces, detrs an de las miradas, 30

    que, muy dulcsonamente,

    despiertan a sus velos, o al de los m on te s-

    Salud, pues, hermano mo,

    Oh, Quo-ing...

    herm ano en el sauce que para todos cantar,

    y en la "Kuan-yin" que para todo s, asimism o, hab lar...

    y para que la rueda del Yin y del 'Yan" no deje nunca de girar

    en una estrella de comunin,

    y en un a estrella sobre los m ares de ms atrs de las pupilas todava,

    y su mal de mem orias: 40

    nuestr as vidas, oh, herman o m o, nuestra s vidas, ciertamente,

    ciertamente ya se botaran

    bajo el mismo v ien to-

    Salud, pues, hermano mo... salud

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 563

    El gran puente del "Yan-Ts"

    Quin dijo que no se iba a vencer al "ro largo"?

    He aqu a toda C hina

    dndose a travs de seiscientas veintisiete lunas para que Chen-cow

    y Joain y Husan

    se abrazaran sobre el "torbellino"

    y el encaje de hierro se tendi serenam ente

    para el amor ese

    y para qu e tod as las orillas, luego, del pas,

    dejaran de mirarse, desde lejos, sobre los abanicos de la luz,

    y de ser, por la noche, unos lmites de noche, 10

    solamente,

    sobre los rocos que se deshacen...

    Qu diran de l los de la "Casa de la garza amarilla"

    si aparecieran sobre esa punta, de dnde?

    e hiciesen, de nuevo, all,

    aquel pu ente d e m anos y de slabas, bajo, naturalm ente, el ngel de la vid?

    Qu diran de l Tou-Fou y Li-Tai-P?

    No es un lazo, tambin, ste, aunque, es cierto, de metal,

    por encima de la melancola,

    o del tiempo, si se quiere , de la soledad 20

    y de la

    fuga

    hacia el m ar...

    pero un lazo que une, adem s, los pasos de otro tiempo

    hacia el encuentro de todos

    en la escritura de una s perlas que ya nunca ms han de llorar,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    JuanL.Ortiz Obra Completa 564

    oh Tou-Fou,

    unos sec retos de sangre?...

    Y qu diran, ellos, de su s hroe s?

    De Li-Pin, por ejemplo,

    ponindole siete llaves a su solo de 'Tsen",

    porque tramaba, con sus herm anos, sobre los "Kiries" del Yan Ts, 30

    la primera gran armona,

    des de la "Colina de la Tortu ga" ha sta la "Colina de la Serpiente"?

    Honor a vosotros, oh sudores como de ramas,

    que d ais pilotes a los das, y les calis, an, unas cortinillas de p retil...

    Honor a vosotros,

    que los uns, aceradam ente, sobre las huidas y los lmites...

    Vosotros, que asimismo, dais el "tao"

    una m anera d e vuelo en cruz, no es cierto? sobre unos bosquecillos

    que andan, secamente,

    entre las mejillas del aire, 40

    y los "ah... yo... ah... yo... a h... yo"... "de arrib a"...

    una m anera de vuelo en cruz, con los signos

    del ave sin som bra

    y de la ramita sin invierno...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    17/113

    Enelaura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente 565

    En las garga ntas del Yan-Ts

    Qu oy Tou-Fou, qu oy

    en estos silencios que no dejan de subir y a la vez de caer,

    fluidos de iris,

    as,

    a pesar de su esp anto sin tiempo?

    Sinti, solame nte, com o Li-Tai-P, que se pre ndan uno s gritos por ah?

    Y

    el vrtigo d e la piedra,

    y el vrtice de la angustia

    que no admite, de improviso, ni siquiera su agona,

    de paja, 10

    aleteando, invisiblemente, casi,

    en un junco...

    que no adm ite ni eso para perderse, p ara perderse, en seguida, en un sin lmite

    de congoja... o de niebla?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    18/113

    JuanL.Ortiz

    Obra Completa 566

    En el Yan-Ts

    Oh, las figuras del cario, dnde,

    dnde ellas?

    Llueve en mi corazn y llueve sob re el Yan-Ts...

    Pero por qu no estis aqu,

    vidas, oh dulces vidas, a las que yo no saba en otro espacio, tambin,

    que el de mi corazn...?

    Llueve en mi corazn y llueve sobr e el Yan-Ts...

    Por qu no estis aqu

    enjugando conmigo o tratando de enjugar

    el gris de Octu bre? 10

    O no seramos, ya, junto con el ro de la media-tarde,

    m s que unos hilos, unos hilos

    para una suerte de trama qu e la melancola misma est perdiendo,

    perdiendo?

    Llueve en mi corazn y llueve sob re el Yan-Ts...

    De lgrimas O ctubre, aqu, y acaso,

    all...

    Pero all ser de alas, alas hasta en los pies, y an en medio, no?

    de una s cortinas de nupcias,

    y con man dolinas todava por ah... por las her idas 20

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    19/113

    En elaura l isauce

    El junco y lacorriente

    567

    de lospajarillos,no?

    que corridas las cortinas, han de abrirle repentinamente, no?

    las fugas de los confin es-

    Volar y bailar, no? de jacaran daes...

    Mas estis aqu?

    Os m iro a mi lado, los ojos en los mos...

    De qu ines o de quin las estrellitas que m ojan el minuto?

    Unas pestaas, entonces, de nadie?

    Y me doblo como un sauce...

    Y sigue lloviendo en mi co razn y sig ue lloviendo, lloviendo, lloviendo...

    lloviendo sobre el Yan-Ts...

    30

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa 568

    En el recuerd o

    Un abrazo, un silencio y una sonrisa vuelta abrazo

    Fue en Sanghai

    Ese am igo nos decan tiene la piel de marquetera,

    tal un embutido

    que la "marcha" le fuera taraceando desde el principio al fin...

    Su cara m isma

    con las caladu ras, as...

    Y su voz, an, con la herrum bre de los miles de rocos

    bajo los miles de lu nas...

    Qu m isterio, despus, ya nosotros en el estribo,

    tambin, de la noche,

    lo empe ara en no querer desceir su despedida de m? 10

    Qu puen te podra ser un "suspiro"

    por Dios,

    para el abrazo que, tal vez, se empecinara en trasmitir,

    por encima del otoo,

    a la

    fe

    que, probablemente, vera

    bajo las escamas de una brisa

    alzndose de las arenas y a travs de las piedras y a travs de la misma

    "cruz del sur",

    la "cruz", sangrienta me nte, del sur?

    Qu materia la ma 20

    para imprimir el m ensaje de los hro es a los mrtires de aqu? :

    Si l la creyera de laca,

    oh, los "fnix" de los jard ines p ara lo s ptalos del "am bar", all,

    el hombre co-vigilaba

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    21/113

    Enelauradel sauce

    El junco y lacorriente 569

    todo s los destino s y "rveries" del "hada'

    en un sueo de pilas

    y de cabellos de cob re y de cobijas de nqueles,

    e l l a - ,

    oh, esos "fnix",

    no parecen, no, a veces, distinguir...

    30

    O era que l

    de la trasp arenc ia de s, o de la intem perie, casi, de s,

    decida apr etar "el aire"

    a fin de aguzar el silencio de la caa

    hasta hace rlo igual a una hoja

    que debera, luego, al refluir, estallar su brevedad o una brevedad,

    siquiera, de azul,

    sobre la penumbra de las "guerrillas"?

    desd e los m ilenios de la lnea entre lo s ciruelos y el cielo,

    se im aginaba un "ti-chi"

    que al otro lado del viento, a pesar de todo, la hallara,

    para velar sobre los "maquis"

    del Plata...

    y apuraba, paradjicamente, lo imposible, exprimindolo en m,

    hacia el hilo del amanecer?

    O era que ansiaba reten er, de ese modo, no saba

    qu de "familia", o amarillo

    Retenerlo de los azares, asimismo, del espacio, o mejor, quizs, del giro

    de l Yan y del "Yin"...

    retenerlo

    en la profund idad de su sentimien to o en la profundida d de su "vaco"?

    O m s lejos de s,

    acaso,

    40

    de meloda...

    50

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    22/113

    Juan L. Ortiz Obra Completa 57

    Fue en Sanghai...

    Ah, si pudiese

    lo que de "esto", de alguna manera, temblase, an, por ah...

    si pudiera llevar consigo

    al "celeste" sin celeste, y consecuentemente, sin visos,

    un viso, 60

    o menos, si se quiere, que un viso,

    de la marea de ese corazn, que m e rodea, todava,

    y me moja, an, oprimindolo,

    y confundindolo,

    el sueo...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    23/113

    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 571

    Fue en la orilla del Chia-ling...

    No requera Quo-ing para llegar a m, evidentemente,

    sino su silencio-

    Una sombra, l, de fiebre...

    con el nimbo de u n ro, o, lo que es lo mismo, ese vaco de seda

    que envejece en los lavis", ya,

    acogidos a las vitrinas-

    Una sombra de fiebre

    para que la rama de su despedida, luego,

    diera en esa ave

    que dira, m ejor que todo, al hilar, apenas, el atarde cer, 10

    su sentimiento de la nube

    que deshojaba

    el abismo...

    Una sombra, l, de fiebre... y de lo que menos podra, entonces,

    tener una sombra...

    por la orilla del Chia-ling...

    una sombra

    que no necesitaba para el adis, en aquella penumbra del Chia-ling,

    sino que descendiera del lila

    el airecillo de ese espritu que habra de enhe brar le 20

    su duelo por esos ptalos

    bajo el tiempo...

    Una sombra, Quo-ing, que re husaba los oficios del m omento

    o los prstamo s de la entre luz

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    24/113

    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta

    572

    que la hubiera dorado, aunque muy ligeramente, en las laminillas del "valor"

    para el cambio conmigo o con eso

    que su tristeza vea caer, irremisiblemente caer,

    deba jo mismo d e lo que se iba, y se iba, y se iba, para siempre,

    por la fatalidad del Chia-ling...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    25/113

    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 573

    Fu e en la lluvia de H usan

    Se me p erdi s u son risa, ay, por el medio de la lluvia,

    y por la rueda, luego,

    de la gentileza

    que daba, por aadidura, a un celeste y a un azul, finamente agrisndose

    en un lago y en un as islas,

    y palideciendo, todava, en el mariposeo

    de unas mem orias de linos...

    Cmo, del capullo de la gara, cmo esas alitas

    por olvidarse, casi?

    Y de qu llovizna, de cul, ese sauce y ese puentecillo 10

    de Ma-Yuan?

    Se me perdi su sonrisa...

    Pero en el anochecer, y uno s minutos antes de que el tren

    se desgarrase y nos desgarrase:

    todos, s, todos, por nuestra melancola a la deriva,

    todos,

    muselinas de la estacin:

    ella corri hacia m,

    quemndose, quemndose, en una manera de agona poco menos que al blanco-

    quemndose 20

    sobre unos brazos que cerraban

    unos arc os de acero para ceirm e en vilo

    por encima del humo

    y de la seal que lo seguira,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    26/113

    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta

    574

    hasta, quizs, una lluvia que nunca oscureciese, nunca,

    tras uno s cristales que miraran

    a Tou-Fou mismo, a Li-Tai-P mismo, a Su Tong Po mismo, a Wang Wei mismo,

    tal como en ellos mismos, al fin,

    los perlara la eternidad...

    Ydesde los duendes, naturalmente, nosotros, esos duendes, 30

    sos que les hacan

    perder, a menudo, su sombra

    bajo la luna...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    27/113

    Enelaura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente 575

    tt

    To da la dulzura del m undo ...

    Oyendo una cancin pastoril, as titulada,

    sin autor y sin fecha precisa, compuesta,

    segn se dice, en el valle delRoA marillo,

    casi en seguida de una gran inundacin y

    frente, ya, a los carros de la gu erra.

    Toda la dulzura del m undo...

    Por qu esa m eloda acariciando as las brum as

    que oscurece, ya, el fro?

    Toda la dulzura del m undo...

    La

    voz,

    entonce s, un junco, ba jo el viento sin nadie...

    y ama a la sombra, an?

    Yhacia quin el suspiro por encima de la colina que ha perdido,

    misteriosam ente, la esquila?

    Olvid, acaso, l,

    que en el pas no se coma y estaba, ahora, de 'luto",

    de "luto", en seg uida,

    casi en seguida, ay, de que lo despidiera como un limo el Amarillo?

    O se dirige, tal vez,

    a lo que, naturalmente, no sabe todava,

    en el extre m o d e s, o en el lugar, quizs, del ala y del escalofro,

    o en ese azul que resiste

    y que no sabe, tampoco, q u es lo que lo sube, qu...

    olvid,

    1

    pero siente

    hast a tanto no destila 20

    una gotita sobre la nieve?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    28/113

    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta

    576

    Toda la dulzura del mundo... toda la dulzura...

    o toda la dulzura del roco que no llora, tmidamente, an,

    en un silencio de jade, arriba?

    Toda la dulzura del mundo...

    O son, acaso, el aire y el agua, los que, crepuscularmente, se m odulan

    y se libran en ese hlito

    para redimirse, en un minuto, de los

    filos

    y de las avenidas,

    y dar a respirar y a beber, as,

    has ta a la asfixia y a la sed de la eternidad mism a, 30

    toda la dulzura del mundo?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    29/113

    Enelaura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente 577

    Leningrado

    Ante un sobreviviente del "Aurora", acorazado que

    dispar el primer caonazo de la marina

    sublevada, en 1917.

    Cuarenta aos sobre las neblinas del Neva,

    y corriendo, tambin, sobre su rostro, las estras de la luz...

    Por qu iba a

    sufrir,

    l, all, una esc ritura d e hu mo ,

    a pesar del hielo de los cabellos?

    Su voz, con la profun didad, an, d e aquella voz

    que estallara sobre la insurreccin o la abrira en una estrella...

    Oh, l supo, a la sazn, que los siglos iban a fundir se

    sobre los pies, por fin,

    y sus treinta aos mismos fueron los que apuraron, alegremente, la mech a

    para el tru eno del ro... 10

    Pero no sospech, quizs, en la "gran conspiracin"

    contra el ser que se iba encontrando, a s mismo, debajo de las llagas...

    Y

    pudo imaginar la ronda qu e desp us ritmara los pases,

    hasta dar vuelta a los aires, casi,

    en el crculo primero de las manos alrededor del m undo,

    el primer crculo de las manos abrindose, todava, sobre las orillas del ter,

    hacia las asambleas del ter?

    La pudo imaginar, l, entonces, l, de pie sobre el relmpago?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    30/113

    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta 578

    Entre Ros

    Cmo podra decirte, oh t, el que no puede decirse

    alma, ahora, del sauce:

    el sauce que Michaux hub o de compren der, al parecer,

    recin en Pekn?

    Si el sauce eterna men te se va,

    hojeando su s pececillos, siemp re, en una cita de ros

    que no pueden verse...

    se va para la red q ue no sigue

    la fuga de las escamas...

    qu mallas, ento nces, para lo que slo se adivinara 10

    de e ste viaje?

    Podramos asir

    el recuerdo de su humildad sobre la punta de los aires

    y de ese sosiego

    de las titilaciones mismas

    que no dejaba de afinarnos, parecidamente, tambin,

    tal a un arpa q ue deba reprimir

    todos los das,

    luego

    una necesid ad de lgrimas?... 20

    Pero es mi "pas" nicamente, el sauce

    que sob renadara, hoy, sobre las direcciones de un limbo?

    No es, asimismo,

    el "lad" de lneas d e ave

    y de lneas que apenas se miran:

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    31/113

    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 579

    el Uruguay "de plumas" y el Paran "de mar",

    en la revelacin del indio?:

    el 'lad" qu e sob rellevara, l, hasta el fin de sus costillas,

    toda una "trovera"

    que martillase en su concavidad como des de la silla, 30

    ya, del "bronce"?:

    un 'lad", cuando ms, as,

    de reg reso a las analogas y por la eternidad de los m rtires?

    Eternidad en que estaran,

    consiguientemente,

    la "confederacin" de esos iris de lo desconocido

    que se deshace en el "monte",

    sangr ando de la s "rimas", an, has ta las go titas del "cachilo"...

    Y

    la "repblica" de las "caas",

    gimiend o, todava, de la acom etida de las "dcimas" 40

    de cu ando el asalto a la "flor"

    y a la mariposilla que la sellaba de cereza

    desde la sonrisa de la diadema...

    Yla familia de la "selva" con un llanto, an, de resina s

    bajo las redondillas

    que adhirieran a la beatera...

    Yla "comunidad" de las "cuchillas" que no termina n d e m ellarse

    contra el "estilo" de los finales...

    Y

    la "patria" que re spirar a casi el guaran,

    expirando "suplementariamente" 50

    en una "vena de viento" sobre el vaco de los dom ingos,

    y con flebitis, por aadidura

    de dactilicos...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    32/113

    Juan L. Ortiz

    Yla "comarca" fu era de s

    con el extraamiento del "romance", ay, por un atardecer sin fin

    de perseguid ores de endecaslabos...

    Yla "rinconada" de la m atrera, ella misma, con los grillos de los "pies",

    en los saltos del siem pre

    por la denuncia de los desmelenam ientos de la levita

    en el "mal" de las efem rides...

    Y con ella,

    la "heredad " del coraje o la her eda d del "ichu", toda dividindose,

    dividindose sin cesar,

    bajo esa "valenta" de las velad as

    que desapareca, asimismo, con el humo de las slabas...

    M as no es m i "pas",

    adems,

    el

    jardn del Continente"... y "el del mundo", todava:

    eljardn" que Don Tom s mismo,

    al bautizarlo, ci era,

    en la efusin que lo dice, femeninamente, sobre el tiempo,

    flotndolo sobre el tiempo...

    Y "el jardn" que Don Domingo, despu s

    desde el 'Tempe",

    cediera al porvenir de u nas H esprides sin cifra,

    y naturalmente, sin defensiva,

    con una luz de q uintas, slo, para apoy ar el azul,

    y entre u nos hlitos de pesebre?...

    ObraCompleta

    58

    60

    O primeram ente el jardn

    con los tapices del tercer da de una isla,

    80

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    33/113

    Enelauradelsauce

    que hu med eca los pasos y hum edeca las pupilas

    de los h ijos de la niebla?

    0 el de la Mesopotam ia, tamb in, en se, ya, de la Utopa,

    y en una a manera de viscera,

    justamente a la izquierda

    del sueo,

    para la circulacin d e los sentim ientos d el cielo,

    y por cuyas ram as habran de latir

    los galopes de la p rofundidad o del confn,

    o las tens ione s del litoral?...

    Ay, el jardn

    en un a pena de n ima, igualm ente, en "el all"...

    mi entra s el casi "all" del H uarpe

    que pareca slo, slo, para las imaginaciones del Imbria,

    entre asfdelos de nitro

    es ahora la cornucopia, la cornucopia que se vierte en el "aqu".

    Pero fuero n las hija s de Atlas,

    las que, en funcion es de tro, verdader amen te prefirieran

    a la madurez qu e se ofreca

    la madurez de la libra

    que les impona, en cambio, aquellas maldiciones de salitre

    de que redimiran las acequias...

    con un perfume , an, que de ningn modo trascend a

    a las m ejillas del esto...

    y todava junto al herrn

    de lo s "sacrificios"

    que nada tampoco, nada, tena de la vendimia?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    34/113

    Juan L. Ortiz Obra Completa 582

    O fueron los "dragones"

    que proporcionalmente las iban asumiendo,

    y de "ro a ro", 110

    segn corresponda,

    y de "millones de cabezas", exactamente, entre los ros,

    hasta ser uno con ellas,

    y aunque reducindose a uno solo, ellos, por ltimo,

    con un infinito de m ugidos

    y la investidura de las tasajeras

    sobre los gules de unos cuellos que le hilaran, ya, el dominio:

    fueron ellos, ms bien, los que decidieran en seguida

    ese amarillo,

    y los que adivinaran en seguida 120

    la alquimia

    que iba a asegurar, inm ediatamente, tam bin,

    a sus "capitales",

    otra inmortalidad de sal,

    asimismo sin orillas, sta, o aproximadamente sin orillas,

    con la primicia, encima,

    de la orden de la "playa" o la marism a

    en unos "lises"

    de saladera?

    Ma s de dnde , por otro lado, la apelacin a esa s "nias", 130

    si primitivamente el "Edn"

    invitase a un as cepas

    que deb an alzarlo, con su espritu, a lo annimo de l espritu,

    en un a modo de brindis,

    tal la espiguilla que sube por lo que no sabe, acaso, si es msica

    o si es silencio,

    en una fiesta sin nadie?...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 583

    nima, entonces, el jardn, nima el jardn

    para las llamas de su cadver

    y los negr eros del principio 140

    que se "doraban", ya, al calor que en la trasmutacin les devolva

    el "sur" de la "comandita",

    cuando el do blem ente "adelantado" se adelantaba, tambin, a advertir

    de los crculos de ruinas

    que ello abra,

    sin olvidar, l, a los condenad os de los desm ontes mism os

    que haban de avenirse

    a esos Junios de ram illas

    que la complicidad o la lstima del anochecer,

    ocasionalm ente, les permita... 150

    Anima el jardn, entonces, pe ro con las cicatrices

    o las heridas o las mem orias

    de ese ir

    que com pona sobre las piedrecillas

    las variaciones de la soledad a travs de los miles de afluentes de la luz

    o de la penumbra,

    o bajo la "celistia" de las enredaderas o el andut de los mimbres...

    Anima de la sequa

    o poco menos,

    lo que fuer a el roco, acaso, de las ham adrad es, 160

    y de las ninfas,

    y de los gnomos,

    que respondan diversamente, ya, a los pfanos

    de an tes del tup,

    bajo las dulzuras, o los m iedos, o los escalofros...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    36/113

    Juan L. Ortiz Obra Completa

    584

    nima de una ausencia, casi,

    asimism o de arenilla, que pa lidece y crece, bajo la lividez, an,

    de es e "ttulo" de las gram illas,

    en un flujo que anticipa

    con otro "tempo" que el de las avenidas, 170

    la misma, es cierto, vuelta a los orgenes,

    en el olvido, aqu tambin, por el apresuramiento y la vista

    de las misma s uas...

    nima, s,

    ms, paradjicamente, sobreviviendo todava

    por algunos mantillos

    que lograran por poco su spende r sus pro fundidad es de "bassins",

    o sus profun didades de cestas,

    o sus inscripciones en el me diod a-

    pero en las "telas", ellos, de las tejed oras de las "unities", 180

    o en las galaxias para la sed

    y la carencia

    no solamente de los sudo res qu e les evocaran la delicia

    sa, que no deban ni acariciar

    an cuando, en la dehiscencia, y toda labios, se les tendiera en el camino:

    no solamente de esos sudores,

    sino, adem s, de las de todo el "pas",

    y todava, las del pas

    que lo com prenda...

    para las cuales, ellos, nicam ente, bastaran... 190

    Espritu del sauce, oh t,

    mi "E ntre Ros"...

    que ha de r eaparecer, probablemente, en otro fluir

    sobre los vrtices de lo invisible...:

    millones y millones de "golondrinas para hacer" de nuevo el trigo

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    37/113

    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 585

    de la eucarista...

    y dejar all los remo s de papel

    que no supieran del vrtigo ni supieran de las lejanas,

    ni menos pudieran redimir

    el grito de los abismo s... 200

    mas que quisieron cabalgar los fosos de las sangras

    sobre el levadizo " slo

    de aqu el "lad", o m s apro piadam ente, de su "lira"...

    Yesa "lira", an,

    que podra haber respondido slo mticamente

    al descendimiento de una "suites",

    quer ra vivirse, de veras, en el que h abra de "elegirse",

    vivirse, de una vez,

    por el "ser" de la celebracin

    o des de el ter de la m ader a o del aliento... 210

    y erigir, efectivamente,

    "templos, templos, en los odos de las fieras",

    pero de todas las fieras...

    y con una meloda, continuamente, continuam ente, en devenir

    o que nunca se volvera,

    reteniendo as los velos de la Eurdice

    en el rescate de las colinas...

    mas stas hacia el oro que ligeramente encenderan

    sus frutos de nubes

    para la totalidad de la donacin 220

    en ese movimiento de su destino

    que bajara hasta el hu mu s y subira hasta el efluvio,

    a travs de las alitas

    de los durazneros,

    y de las alitas de los ciruelos,

    y de los plumones mism os de ese ensimismam iento que las obseda

    y que despeg a en el aromito, tambin...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    38/113

    Juan L. Ortiz

    Obra Completa

    586

    Oh s, las colina s

    seran rescatadas,

    rescatadas a despec ho de esas geh enas y a despecho de esos seoros, 230

    y a despecho de las "Compaas"

    y a despecho de las "telaraas"...

    rescatadas pa ra la gentileza ahora de apie"

    y que pierde pie en el azar,

    aunque debajo de una sonrisa...

    o para la "com paa" con "races" pero con los "bienes" a los vientos...

    y...por q u, no?

    para los "hilos de la virgen"

    que, a fue r de tales, acaso ya no viajaran

    sino el celeste qu e nace... 240

    Oh s, las colinas

    seran rescatadas

    por eso que piden, a veces, por el entrecijo sin sitio

    de la anoche cida... o de la siesta...

    o desde u nos silbidos que tampoco se ubican

    en ningn lugar de la luna,

    o del llanto,

    o de esas luces que flotan y se hu nden

    en unas agu as que no existen:

    por eso que piden 250

    unas arterias sin secarse, stas, por ah...

    sin secarse, an,

    de las "cirugas", aqullas, en "cruz"...

    y, ay, despus todava

    que por su hemo rragia de poco me nos de tres siglos,

    fluyeran su negativa

    a dejar d e latir, con los otro s vasos de los "montes",

    la distribucin que deban

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    39/113

    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 587

    a lo que era ms, oh, muchsimo ms,

    que sus propias ramificaciones 260

    de sombra:

    el "delta" de las deidad es perp etuam ente en viaje

    hacia no se saba nunca

    qu bifurcacin de piel, o qu de escama, o qu de pluma,

    en una divinidad que hua,

    hua, an...

    Y su negativa, a la

    vez,

    a "reducirse" o desecarse "blancamente"

    la primera entonces

    a la somb ra del "madero" o a la sombra de su "milicia",

    o de su empe o de "consagrar" 270

    con ellas tambin,

    sobre la exasperacin de ese "vino" que les tocaba, adems, abrir,

    y que incensaba toda s las misas:

    los maitines de la ganadera...

    Ah, lo que pide esa agona, apretndose, as, secularmente, el suspiro,

    con la lanza que lo buscara...

    o esa raz de noche que se nos invierte,

    a nosotros mismos,

    en un ro que no sabemos,

    hacia una orilla de esencia o una patria de esencia que perdi ram os, 280

    que perdiram os antes de nacer...

    la raz cuya le che

    no "sirviese", no, para fundar el alba, ciertamente,

    el alba de la bov inera...

    y menos p ara es as "horas" que canonizaban el dom inio

    despus de todo,

    de las criatu ras "sin alma",

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    40/113

    Juan L Ortiz

    y su despacho para "la nada", tras la estacin, con ellas mismas,

    en un "franciscanismo" de brete...

    Oh s, las colinas

    seran rescatadas

    por lo que "comisiona", desde el "rocn" contra el amanecer,

    el "providencial" de la "Rinconada"

    que vena d e la levitacin de Sevilla en el cnit de Jovellanos

    y en el cnit de Olavide,

    m s que de su Caracas de nadir,

    a "adelantar", de sde la orilla del ro del corazn,

    los relojes d el "sol"

    con la primavera de unas agujas de justicia y de piedad

    para los hijo s sin culpa

    del "crimen" mismo,

    y para las vctimas que les sobrevivan,

    al margen, u nos y otros, por la lujuria de las tierras,

    o perseguidos, m s bien, por ella,

    hasta la patria del aire...

    y para los dom adores sin m ontura...

    y para los con "papeles", slo, por u nos m ese s de "estacada"...

    y para los huertos,

    que apenas si podan ellos nacer, literalmente,

    sobre la cintura de las villas...

    y para ellas, en fin, las colinas d e la participacin

    que hubiera querido besar

    brizna por brizna, y abrazar otra vez,

    apendose de la "recorrida",

    con unos brazos que le dolan pero que fluidamente lo excedan,

    desde el roco de las pupilas...

    l, y la caballera, ento nces, del otro lado de la n oche

    de tanto hbito,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    41/113

    Enelaura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente

    589

    y de tanto asteroide en relacin con una siega de "primitivos"

    y de tanto "hum o del oeste", 320

    adelante, naturalmente, d e la mare a de las astas...:

    ms all de esa noche... s,

    mas sin descuidar su amenaza de precipitar,

    definitivamente, en la nada,

    eso que daba a los "informes" suyos, por lo comn,

    las medid as del canto...

    Oh s, las colinas

    seran rescatadas

    bajo la caucin de aqul que pasara, por cuarta vez,

    y sin ruido 330

    el ro que, desd e luego, no podra ser el mismo,

    ni en ese "puma" que se dice...

    para traerles, sencillamente, o tra llama del 'Pilar",

    pero del mismo olvido, quizs,

    o de la mism a exclusin o del mismo privilegio...

    para tr aerl es esa llama, y su adhesin al "hogar" del 25, an,

    por elfroque mira, an...

    y es pera el "crculo", an...

    l, "la lanza" que no e sper ara de la tibieza, ya,

    o irrumpiese con sus "sombras" 340

    hasta fu era del techo,

    tal un viento de aparecidos que se doblase por la cal

    para crecer ms y ms

    con la alarma m isma de la chim enea...

    y que le enh estara a esa tibieza, a lavez,los comprom isos del fuego

    con los banderin es del smbolo...

    l, que saltase a las seales de Mayo, en seguida,

    con las centellas del este...

    y pusiera, en seguida, en movimiento el "Palmar"

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    42/113

    Juan L. Ortiz Obra Completa 59

    y los trasfond os de Montiel, 350

    y artillara de pe chos, luego, la s orillas del "Ur",

    frente al acecho de las guilas

    que n o "podan" ver, pareca, los que deban "dirigir" y "m edir"

    las "unidades" del "duende"

    o las fantas as de las "salamandras"...

    l, el de mb ar; y l, el de fiel; y l, el de vista, y de doble vista, an,

    segn el mom ento de la "relacin"

    que l estirase, po r otro lado, hacia sus fuentes,

    con las curvas de unas frases

    que remo ntaran desde el boyero hasta el sabi... 360

    y l, en lo s latidos, y llevando, en tre las m anos,

    desde los ptalos a las praderas,

    todo, todo , el pas...

    y l, el muy alto; l, recin el muy alto, sobre las diez plagas de lo s bpedos...

    Oh s, las colinas

    seran rescatadas

    por la fidelidad de se que flua, que nevadam ente flua,

    las barb as de la misma

    raz,

    y en larfaga,tambin, de la bandera del to, 370

    con llamas que la repetan,

    y que co ntinuaban , por su parte, lo s filos de la rfaga,

    hasta una sola divisa

    que se quem ase toda, toda, al blanco...

    Y era la divisa qu e vena, sin duda, d esde aquella iniciativa

    del Bartolom de 'la Villa"

    que no esperara, tampoco, la "bondad" de los "aires"

    para esa sorpr esa de las picas

    y de las boleadoras

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce El junco y lacorriente

    591

    que le dieran el ondeamiento, arriba, sob re los siete me ses de lajunta, 380

    los relmpagos del rescate...

    Y era la del que sera

    el "padre"

    que ardiese al blanco, tambin, todas las almas de esa "Villa"

    y la de Castares, su amigo,

    nimbndole al plegarse, anoch ecidamente, igual a un junco

    que vertieran contra un a tapia...

    Y era la de los que arrasaran ya, asimismo, las colinas,

    para irnos extraos, as, del vaco,

    pero que les vivaquearan, en un infinito de madreselvas, 390

    la noch e del "armisticio"...

    y la de los nicos, tambin, q ue apretaran el 25, hacia la lnea del m ar,

    y a fu erza de palos y lazos

    contra "el enemigo",

    los paso s que le ritmaba, de otro lado, el "azul"

    de las dems "municiones"...

    Y era la de los del "Bellaco"

    sobre los nadadores, sos, que extraan de entre los dientes

    los sables del abordaje

    para reabrir uno de los ros... 400

    Y era la del "rayo de Ituzaing", al frente del infortunio o del mism o cele ste,

    de esa su electricidad,

    en un ngulo hasta el "Guaz"...

    Yla del "Manco", aqu, en la "memoria" de un da,

    pero al tope de su destino...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L Ortiz

    Y era la del de Niza, por qu no, tambin?

    que no se percibiera, mas que le envolva, s, a manera de una vela,

    su convalescencia de mstil...

    y en disposicin, siempre, de restallar contra el mstil "en prisin",

    o husp ed d e la "rosa"

    o hu sp ed d el "jacinto"...

    de restallar con una nada de aviso,

    para florecer, casi inmediatamente, en el centro de la rfaga,

    y ser, an, el parche de la rfaga...

    La del de Niza o la del berg antn

    que deshojara, poco men os, que to das las playas del "atardecer"

    preguntndoles el secreto

    de esa su amada: la "Indivisible" en los dos mundos

    de los cetros y de las m itras...:

    o la del "andante" de ella,

    en aprendiz de "caballero", recin, sobre la siesta que ya arda

    hacia los brazos del m onte,

    y que le llevaba, plidamente, a los intercambios de la meloda

    con el connacional del alero,

    y del mate,

    y del obsequio de la despedida en la melancola de salir

    al abra de la "tardecita"...

    Y era la de las "americanas"

    y de los "acquets" mismos,

    con su compaa de campanillas recogindose a saltitos,

    y su descend encia de blusillas,

    abandonando los techos que aqullos, especialmente, no podan,

    no podan, no, admitir,

    bajo la zarpa con insignia que en esa estancia alternaba, slo,

    la yugular y lo s bolsillos,

    con un terror m s que de diezmos,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    45/113

    En el aura l isauce

    para reembolsar, as, pero con otros "hijos",

    su "entrerrianismo" o su "confederalismo", todos de potoses

    que, por otra parte, deberan d e gem ir...:

    era la de la s familias

    que abrazaban la "causa de los montes", as,

    del brazo, podra decirse, de los

    vagos

    y de los "mal-entretenidos",

    y de los "ubicuos" de los "rincones"

    "al escondite" con las levas y las cacera s de las "partidas":

    del brazo con todos ellos

    en la comunidad de la repulsa y en la comunidad del "vicio"

    de los confines...:

    fuera de esa "dulzura", por lo dems,

    slo de "palo a piqu e"...:

    era la de la familia de ' la s luces"

    pero con una luz que denun ciaba, como desd e las profecas,

    las mezq uinera s de la "plaza",

    la maldicin, casi, de la ciudad q ue pareca, ya, de sal,

    y que ola, tambin, a sal...:

    tal la luz del evangelio mismo, negndose

    a la "diversin del esp ritu"

    sobre los senderillos, alfin,de la "organizacin, del pode r o de la riqueza",

    y m s cuand o la "organizacin"

    era la del miedo

    y "el poder", el que con ceda, nicam ente, el poder de la plata

    de unos pua les de "yaguar"...:

    la luz que recordaba, increblemente, aquella luz

    que llevara a los bosques d e Oriente

    o a las soledades de W alden,

    con el presentimiento, aqu, de lo que la selva era para todos:

    una de brazo s que izaban

    sobre la incertidumbre de la iniciacin,

    toda, toda la criatura:

    El junco y lacorriente 593

    440

    450

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta 594

    con su instrume nto y su sonido

    y con una ligereza de misterio que no alcanzaron, no, los "linces", 470

    y es un no se sabe qu, an,

    ante los resto s, por ah, de ese viga de los principios...

    Y sera hoy esa divisa

    la de todos los hijos de las colinas decididamente d e pie

    para reintegrar se en ellas,

    reivindicndolas, lo repetimos, por aquellos surtidores

    que le irritaron sus ros, as,

    en un crepsculo de siglos que no quera m orir frente a la noche,

    con toda su "cruz del sur",

    y que deba ahogarse, al fin, 480

    con la piedra de Campuzano y las palpitaciones que le sobrevinieron,

    sobre las puntas del Gualeguay,

    sin que los cuarenta mil tallos hayan dejado de latir

    muy misteriosamente,

    la deuda de las races...:

    reivindicndolas por el Adelantado, de bruces, siempre,

    sobre el crecimiento de su danza...:

    reivindicndolas po r los otro s "adelantados" de la inspiracin y la osada y las ofrendas ,

    los Bartolom y los Cast ares...:

    reivindicndolas por el "bamb" que le cruzara 490

    a la "soberana" del P lata,

    sobre otro mar,

    y por tres veces

    la epifana mis ma del Plata, con el Cristo del E ste,

    o la aparicin, sobre los tapices,

    de las caas que se atrevieran, imposiblemente, a desarrugar y a reasum ir

    ese "sol" de las sed as...:

    reivindicndolas por esos "oscuros" que sacasen, como de s mismos,

    las llaves de casi el da ...:

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelauraeleisauce El junco y lacorriente

    595

    reivindicndolas por las "sombra s" de Don Juan y Don Jos Mara 500

    que las quisieron en el hono r...:

    reivindicndolas por la otra "sombra" de las travesas

    que atravesara tambin aqu

    la mancilla de la "espiga" que ella reivindicaba, p recisam ente

    con las gu edej as de la "unidad"...

    reivindicndolas por e sa huelga de la pureza

    que se desvistiese para Mo ntiel...:

    y por los "pecadores" que se acogieran, sin saberlo,

    al sagrado de la intem perie,

    en un movim iento que "resistiera", ya, "pasivam ente"...: 510

    reivindicndolas, en fin, por las reclamaciones que siguiesen

    levantndose de sus pliegues

    a travs de todas las voces, y de todas las m udeces, y de todo s los ojos, y de todo s los signos,

    y de to das las vibraciones,

    de todos, de todos su s reinos,

    pasando por esa s ramitas que flotan, postum amente, casi

    el poniente que abre el ciervo

    por los canales del crimen...

    y pasando por ese vaco que e ntre las hojillas tiembla, an,

    la persecucin del "guasuncho"...: 520

    hasta llegar a las ma nos de ellas, a la

    frente

    de ellas, a los sueo s de ellas,

    y a lafey a los ngeles m ismos

    de ellas...

    Pero no e s mi pas

    ante todo, y despu s de todo, el sauce por fluir

    nuevamente

    sobre las juntas de los hlitos?

    O las colinas, en todo caso,

    que vendimiaran su perfeccin en el atardecer de unas gasas

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz Obra Completa

    596

    que las continuaran 530

    aunque destacndose , m sticamente, casi?...

    Y este tiempo para d ecir lo que huira asimismo

    hasta el recuerdo de eso

    que le llagara tanto esquem a:

    y que huira, an m s, la enfatizacin de su destino

    de elegido de las semillas...

    y la exhibicin de sus "sables" para sentarse algn da

    a la m esa de los linajes:

    l que ha ten ido a la "historia" sobre lo s extre mo s de s y ms all, si cabe, de s,

    mien tras las visceras le pendan? 540

    Pero l, que no supiese, ciertamen te, de la culpa del agua

    en los abusos de la acuarela...

    l, que es, en el fondo, la sencillez que querra

    escond erse de s us colinas...

    o ser, cuand o m s, esa melancola de espinillos

    que la s vela has ta el cielo...

    l, la pied ad,

    Sin la pesadilla de la gloriola y la persec ucin del "bastoncillo",

    y del otro lado, asimismo,

    has ta de la sonris a a costa de ellos... 550

    l, que es com o un ndice, espectralmente, en cruz

    sobre los anocheceres,

    encima de tanto "sacrificio" que nadie, es cierto, nadie respirara,

    sino hundindose, hundindose,

    m s all, oh, much o m s all, ms all de las races,

    en un agua com o en pena...

    l, que e s el olvido, por poco, el vuelo, por in stantes,

    bajo los pasos m ismos...:

    l, l, ha de perdo narm e, consecue ntemen te, a m,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce El junco y lacorriente 597

    si excedindome, an, 560

    le recordase, poco men os que en secreto,

    que l, l, el del "entre", no podra liberarse de los dems hilos que lo inscriben,

    sino incorporndo selos d esde todos, todos los niveles...

    y que, probablem ente, slo as,

    las colinas dispondran

    de las especies de la comunin o de la dulzura de adentro, recin,

    para subir, luego , a la nubecilla del "fin"

    y bajar hasta la sed...

    o transfigurarse, ms puram ente, en ese sauce qu e deca,

    sobre la convergencia misma, ya, 570

    de la contradiccin...

    pronto, a la

    vez,

    para absorbe r y sobrepasar las que vendran,

    y donde ellas y sus pas os

    se miraran, acaso, por ltimo:

    la lira misma y el lad mismo que nunca se volvieran

    ni en la conversacin con las sombras,

    integrados en l

    bajo el sueo que llevara a todos a unir, desde el interior de la duracin,

    la aleta de las profundida des

    y el abanico que les va ganan do, siempr e, a las florecillas de los minu tos... 580

    Yperdn, otra vez,

    oh t, el que no puede d eci rse -

    perdn, por haber querido decirte,

    gravitando tan largamente, tan largam ente, sobre tu silencio de espera,

    cuando slo, en verdad, caba,

    evocarte a travs de tu mismo silencio,

    haciendo or tu silencio...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    JuanL.Ortiz

    Obra Completa

    598

    Al Paran

    Yo no s nad a de ti...

    Yo no s nada de los dioses o del dios de que naciste

    ni de los anhelos q ue repitieras

    antes, an de los Aax y los Tupac h asta la misma

    azucena de la armona

    nevndote, otoalmente, la despedida

    a la are nilla-

    No s nada...

    ni siquiera del punto en que, por otro lado, caeras

    No s nada...

    O s, apenas, que el guaran te asimil

    al mar de su maravilla...

    y que ese puma de tu piel que te devuelve, intermitentemente, el da

    lo tomas en un rodeo, no?

    de tu destino....

    del vrtigo de la piedra

    bajo los rayos...

    1

    No s nada...

    Aunque m e he oscurecido, en ocasiones, al sentirte, arriba,

    entre un miedo de basalto,

    buscndote,

    100

    buscndote,

    sin el ngel del sabi,

    an...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelauradelsauce

    El junco y lacorriente 599

    Yme he recobrado, luego, contigo, en la Anaconda que decan...

    y hasta cuando denunciabas

    sobre ti

    a los mu seres de las Compaas...

    es de tu eternidad

    de Palmas...

    y por el salmn o por el rosa de Ibicuy

    y por las lunas de Zrate

    y por la lnea de tu agona en el estuario, finalmente

    del alba...

    M as ste sera

    tu sentimiento,

    y ste, acaso, el misterio que p areces bajar desde los m ismos

    No s n ada d e ti... nada d e ti...

    Es, acaso, decirte enteramente, decir tus avenidas, slo,

    al fin,

    de silencios sin orillas,

    que podran ser, e s verdad, derivaciones de gracia corriendo a redimir

    oh Canals,

    la palidez del Norte?

    No s nada...

    Aunq ue te conoc, ha mu cho, all, all don de mi ro 30

    torbellinos del crculo?

    40

    Es, por ventura, presentirte, siquiera,

    el acceder nicamente a las escam as de tus m inutos,

    bajo lo invisible, an,

    50

    que pasa...

    o a las miradas de tu s lminas

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa 6

    o de tus abismos,

    en los vacos o en las profundid ades de la luz,

    de tu luz?

    Y se podra hablar de ti,

    intimando, an por aos, con las figuraciones que reviste, dirase,

    aqu y all, la corri ente

    de tu ser?

    Oh, no... 60

    no se podra, me parece,

    tocarte todava

    as...

    Cmo,

    entonces, cmo,

    asumir tu duracin sin probabilidad de disminuir

    tu tiempo, tal vez, de dios?

    Y en el tiempo de un dios, qu de los que vinieron a apagar

    las hogue ras qu e te amanecan...?

    y qu de los mono slabos que presumiblem ente respondan a las gam as 70

    de tus espes uras de flautas

    y que se desconocan entre s,

    al llegar a interponerles, t, las seis o siete leguas

    que entonces te abran...?

    Y qu de los due os que arriaban, de arriba, todo un ro de m ugidos

    hacia los potrero s q ue fluan, aqu,

    y que slo detena tu herm ano con esa vena del naciente o ese azul

    del surt idor de las avecillas...?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente

    6 1

    Y qu de aqul d e la "Rinconada" enfren tndo los, el nico,

    m s "adelante" que el siglo 80

    y junto a la aorta del "pas"?

    Yqu del otro que te cruzara por tr es veces

    para salvar a Mayo

    de los cuern os de la derecha y de los cuern os del sur...?

    Qu, pu es, todo ello y lo dems,

    si t no sabes y no po dras saber, por otra parte, de las milicias de la ceniza,

    ni de una sociedad de slabas

    ni de un a codicia de m illas...

    ni menos de los intercesores de los ltimos,

    como tampoco de la caballera que se atreviera a rescatar 90

    el sol... de las n eblinas,

    para el "interior" al "exterior" no? por ah: del azar o del olvido:

    qu...?

    "Maya", entonces, asimismo,

    para ti...

    "Maya" las llamas y el vocalero que se entenda...

    "Maya" la cuaresm a

    sobre las lenguas de tus orillas...

    "Maya" el despojo y la lujuria de p raderas...

    y la vista en alto, y la orde n de las caas, triplem ente vadend ote, 100

    por los derechos del da...?

    "Maya", con ms motivo, esos celestes de tus pupilas,

    o de concentracin,

    en que, msticamente, desapareceras, o poco m enos, con tu tarde, s,

    en la palidez del uno,

    all,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa

    6 2

    a no ser una s pesta as empeq ueecindose en un cielo

    o en un infinito de islas...?

    Y "Maya", as,

    sa, si se quiere , sensibilizacin de la ausencia, sa en que t libras 110

    o recreas,

    con unos signos que huyen,

    el rostro mism o dirase,

    del ter...?

    Pero no s nada de ti.

    Nada. Nada.

    Y

    hace, sin em bargo, diecinueve setiem bres que te m iro y te miro.

    Mas, es cierto, te miro

    con los ojos de aqul a cuyo borde abr los mos...

    No podra hace rlo sino as. 120

    He de llevarlo, bien n timam ente, y a la izquierda, claro, del latido,

    y es l, sin duda, el que me h ara preferir

    tu enajenam iento en el cielo

    a esa piel que hubiste, muy significativamente, de investir

    por ah...

    y que asorda los momentos en que debes de sentirte

    ms leoninamente contigo...

    Pero por veces, es verdad, sin una pluma que lo explique

    desde el secreto, an, del aire,

    flotas por el atarde cer no se sabe qu alma 130

    que susp endiese com o el fluido

    de una inmanencia de cis ne -

    M as

    ve,

    ve:

    sigo mirndote, mirndote, con las nias del origen...

    Y todava de aqu,

    de aqu,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura l isauce El junco y la

    corriente

    6 3

    en qu e por ceir, o poco menos, a la ciudad a la que hubiste,

    sacramentalmente, de "alzar"

    una "debilidad" ms que de padrino, no podras, no, naturalmente, reprimir...

    Y es as 140

    que aun en la tem pestad que te estira hasta el confn, dirase,

    en una unidad de siena

    que quemase el caos... el caos...

    parece s desp legarte lo mismo que una "cinta" para ella

    detrs de los vidrios

    y sobre la barranca que le cincelaran todava...

    Pero perdnam e que insista

    e insista:

    no s nada de ti. Nada, en realidad, de ti.Yno podr decirte jams...

    No es una "madera" 150

    sino un "metal", o los metales, mejor, o ms de acuerdo, an,

    las rfagas de unas tuberas,

    o las ondas de unos hechiceros,

    lo que requerira eso que recelas

    bajo lo femenino qu e te prestan las veleidades de las hora s

    en complicidad con las estaciones

    y con tu infidelidad misma

    al que nombras

    y con la visin, de un mediterrneo, que vela

    el idilio, ay, 160

    de un os sau ces en ojiva

    sobre el sueo de unas muselinas que espectralmente despabila

    el despus, slo,

    del cachilito,

    plegndolas en seguida, y envejecindolas al punto, en un final

    de escalofros

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    56/113

    Juan L. Ortiz ObraCompleta 6 4

    que m archita hasta las cejas, hasta las cejas, ah,

    del anoche cer-

    No s n ada d e ti...

    Y no podr decirte nunca, probablemente... 170

    nunca...

    Pero deja que, al menos, te despida uno s ptalos

    de ese ng elus de mis gramillas

    que desciende casi hasta el agua

    cuando sta

    pierde sus ojeras

    y da en hilar, fne brem ente, con la primicia que desle

    el duelo de arriba,

    la raz

    de la lgrim a... 180

    No s nada de ti...

    Nada...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    57/113

    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 6 5

    La poesa de Jos Pedroni

    en sus 30 aos

    Y ella estaba e n el sue o d el aire. Ella.

    Dulce perla por nacer.Yellafuegota.

    Ella

    fue

    gota para la sed que se desconoca

    de las flores perdidas y de los sentim ientos olvidados.

    Fue lluvia. Lluvia de gracia. Oh, h ada que bailaba

    sobre el esto herido, amarillo...

    Fue la gracia de la sombrabajolas alas del cielo.

    Y

    fue

    la penum bra ntima con la mesa y el cristal.

    Yfuela lucecilla a la altura del pec ho pa ra las lunas del ser...

    Oh, la ternu ra de puntillas por las nueve lunas del misterio... 10

    Y ella abri ojos azules sobre los trigos de la epopeya,

    blanca y rubia, ella, como los hr oes del surco,

    ligera, ella, al lado del momento oro y celeste...

    Y en el filo del viento, nia libre o liblula,

    los mism os ojos plidos sob re el sueo del nativo cam po libre y su figura altiva...

    los mism os ojos plidos sobre las mu jeres que vuelan...

    Y ellafuehu mu s leve para las cenizas dulces:

    de aquellos hro es oscuros y de los carios vecinos,

    y de la sencillez filial que se durmiera con su cuchara de albail...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    JuanL.Ortiz

    ObraCompleta

    6 6

    Y ella acord como nadie su voz para la misa de los bienes: 20

    los tesoros que hay que cuidar y que ella "guarda a veces, con cierta ansia,

    tal como se esco nde una lucirnaga en el hueco de la palma"...

    Y ellafuepura en el culto como nadie,

    y la luz invisible y las memorias se hicieron nueve lmparas...

    Y ellafuegrave, delicadamente grave, en la siembra del pan,

    y ella puso algunos tiles y herram ientas en su humilde escudo de armas...

    y mir a las mquinas, ella, como a otras criaturas...

    Y en la "puerta d e la tierra", ella, alz la llama celebra nte

    para el sudor largo que la hizo azul y blanca

    y la cuadr de tapice s casi brev es entr e las lneas de los parasos... 30

    Mas no en vano creciera, ella, cerca del fuego artfice,

    y viera all las aves listas del acer o

    y las violaciones de su dulce hermanita, hija de las nubes...

    No en vano viera all, varias veces, q ue las fb ricas no tienen corazn,

    mientras salan arados y arados, de rojo, para los otros cielos,

    y eran dados de baja los viejos padres de todo...

    Ah, la nia, vena del agua m nima, y haba querido siempre darse,

    y haba sido ya, "la poverella", de los llam ados m s im posibles,

    y haba ceido ya con tra s los latidos m s dbiles...

    Y ellaviolas espaldas innumerables sobre las que se alzara el edificio,

    y ella sinti el per fum e de s angre d e las frgiles flores...

    Y ella se sinti debida a una pena secular...

    100

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura l isauce

    El junco y lacorriente

    6 7

    Y ella tendi las ma nos a las m anos inmem oriales

    que lo haban he cho todo, y estaban, sin embargo, vacas...

    que la seguan sosteniendo a ella misma en la red oscura de los das...

    Y ella se puso al lado del gran cuerpo amasado en el dolor

    y salud el destino que tienen al nacer, con su sangre y el aire,

    ochocientos millones de almas, all, en el honor del da...

    Y salud a la vez la nueva conciencia ganada en un a victoria m s dura

    que las logradas sobre la tierra, las aguas y los cielos... 50

    Y ella salud el bosque d e brazos que ha de apoyar el azul en todo el mundo...

    Y

    ella dio como nadie, aqu, la eucarista nu eva,

    en la mesa tendida para la buenafede todos...

    Y ellafuela palomita de la virgen a las orillas del Salado

    llamando asimismo a los aromo s contra el rayo...

    Y ella mir haci a el sur con los ojos mis mo s de la Patria,

    y asumi el nom bre de su pu eblo con los leves pies en los caminos...

    Y as cumple aos, ella, como una espiga al amanecer

    mad urando dulcem ente sob re los pasos unidos que van hacia el amor

    y que vienen tam bin desd e el fondo de Mayo bajo un vuelo de cielitos... 60

    Yas cumple aos, ella, asida de las manos nudosas,

    sencillamente asida de las m anos nud osas y de las otras manos,

    para la ciudad del hom bre, al fin, en el Dom ingo que ser...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta 6 8

    Saludo

    Porque ellafuela gota hasta la mar,

    hasta la mar del hombre:

    salud.

    Porque ellafuepara la sed un ro,

    y para la esp era y el olvido

    de lo que no ten a luz hasta ella,

    un ngel,

    un ngel ntimo y agreste,

    un ngel:

    salud. 10

    Porque ellafuedel ave y de la besti a

    y del aire,

    y de las ramas,

    y de los pastos,

    su melod a y su silencio,

    y su paz,

    y su claridad,

    y su hlito,

    y su escalofro:

    salud. 20

    Porque ella tiene de su suelo el aura,

    y la lnea y los das,

    y el andar

    y la luz an no nacida;

    y encontr las rimas

    entre sus hierbas,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    En el aura l isauce

    y sus espigas,

    y sus ladrillos,

    y sus martillos,

    vestida slo de aire,

    con, algunas veces,

    el lirio natu ral

    en los cabellos d e lino:

    salud.

    Porque fiel a su sa ngre, ella

    fue

    fiel

    a las armas

    de la nueva nobleza,

    y unida

    fue

    como la som bra

    a los carios del lugar,

    e hizo de sus carios

    figuras de la gracia:

    salud.

    Porque fiel a s misma, nia, anduvo,

    igual que nia,

    en una fbula de fuego,

    y tom el color de esos arados

    cuand o all vio el dolor:

    salud.

    Porque ellafuedel pan el oro m ismo

    multiplicando al infinito

    para la comunin infinita

    bajo el vuelo de la palom a

    blanca:

    salud.

    El junco y lacorriente 6 9

    30

    40

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Porque alz la paloma contra el crimen

    sobre el mar de los trigos,

    y quiso aligerarse an m s

    (ella, la del roco,

    ella, la de la so mb ra

    del ala,

    ella, la de la vigilia

    de seda

    junto a la cintura que creca,

    ella, la de la nu be

    sobre el da cereal),

    aligerarse an ms

    para sum arse a los que van

    en el viento del alba,

    bajo la bandera del alba,

    hacia el pas del alba:

    salud.

    Porque pura de cal toda ella ahora,

    como en una luna

    heredada,

    con el nivel filial

    y su gota de aire,

    alegremente

    se une a los albailes

    de la casa com n

    por levantar

    para la aven tura sin fin:

    salud.

    Obra Completa

    61

    60

    70

    Porque en la calle va ahora del brazo

    de la blusa plida,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    63/113

    En

    el

    aura

    l i

    sauce

    y la nom bra la gente

    del polvo

    tras de los alambrados,

    y los viejos hro es del taller

    la buscan

    para alzar jun tos el vaso,

    y porque habla por ellos

    con su medida natural,

    y su fineza natural,

    y su fantasa natural,

    bblicos:

    salud.

    Yporque llega aho ra a los treinta aos,

    as, toda de pueblo,

    sabia como la semilla

    en la sencillez del don

    para el rbol del canto que vendr:

    salud, a ella, en el m irto

    y en la paloma blanca de su jardn...

    salud, a ella, en el m ar,

    en el mar del hombre,

    por la nube y la lluvia que ven drn...

    salud...

    El junco y lacorriente 611

    90

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Obra Completa 612

    Para la guitarra de M ara Luisa Anido

    Quin canta en la noche

    con esa voz tan pu ra de mujer?

    Es su propio encantam iento

    el que canta,

    olvidada en el bosque de las almas?

    O es la ms suave y honda

    meloda de los siglos

    la que en su voz gotea o suspira o abre

    como una azucena imposible

    con el sueo y la luz antigua 10

    de la tierra?

    Oh, la sangre, tambin, profunda,

    en la estrella del ritmo,

    y la fe vieja que late

    igual que un vuelo en el pecho

    o un ro que quisiera danzar e ir

    al asalto del cielo...

    Quin canta en la noche

    con esa voz tan pura de mujer?

    Son los dedo s de la propia brisa oscura 20

    los que la hacen cantar,

    o es la rama del alma,

    dulcemen te a merced de los nmero s infinitos,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    65/113

    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 613

    la que, bajo los astros, tiembla en ella con esas flores sbitas,

    de goijeos areos, de murmurios soados?

    Quin canta en la noche

    con esa voz tan pura de m ujer

    que es el mismo silencio el evocado

    y puesto luego, enajenado, de rodillas,

    en el bosq ue de las almas? 30

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    JuanL.Ortiz

    Obra Completa

    614

    El doctor Larcho

    Vi en mi niez un santo?

    En las calles de acceso al pueblo, azules an

    en la hum edad estival, un break

    por un criollo conducido o por l mismo?

    El traa lafea la maana ause nte de algunas pobres almas.

    La

    fe,

    y las rosas de la salud, ah,

    brotaban de su s miradas y de sus m anos

    y de ese sentido suyo, tan sutil, para los secretos de la sangre...

    En la siesta blanca, tam bin, su volantita,

    llena, llena de polvo, pero con el agua de la vida para la agona seca... 10

    Lo vi una vez en el almacn de Clemens, cerca, antes del almuerzo.

    Bajaba, y no aceptaba la cerveza con una sonrisa aconsejadora,

    mas entr en la penum bra agradecida y rendida para beber, alegre.

    Oh, sus manos huesudas yfinasy su voz dulce.

    Eran sarmientos de milagro sus manos

    y era de gracia su voz para el

    fro

    y las sombras?

    Y

    vino a casa para salvar a mi madre

    con su sabidura de sal contra uno de los caminos de la m uerte,

    y vi su figura evanglica inclinada sobre los latidos

    en una luz de nimb o que no vena, no, de esa ventana... 20

    Y supe de su s travesas por todos los pases de la noche:

    en el monte ciego, con el canto slo de ese pjaro que nadie haba visto,

    sobre el barro imposible, y entre las ramas celosas del camino a Villaguay,

    bajo los ltigos del

    fro

    y de la lluvia en las ma drug adas ateridas,

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    67/113

    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 615

    en el hlito de una tierra o scura q ue le traa vagas flores,

    recordab a la som bra ilusionada de su Abril yalejano,all?

    en la asfixia med rosa que se am asaba al lado de las huellas,

    en los pe rfum es ltimos del pasto y de los espinillos y del agua adivinados...

    para gana r criaturas a la "intrusa" pobre con casi las pura s arm as de un ngel.

    Y supe del dolor que iba a Dom nguez como a otra Yanaia Poliana, 30

    en peregrinacin num erosa, bajo todos los soles y las nube s.

    Ysupe, al fin, ay, que su enemiga de todas las horas le venciera,

    y l se tendiera sencillamente, bajo el corazn todo de Montiel,

    deshojado com o nunca, igual que sus jardines, sobre el infinito cor az n-

    Mi niez, amigos, pas alguna s veces, junto a un santo...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta 616

    A la A rgentina

    Oh, t, la del nom bre que sonara casi como la mism a luz,

    pues tu plata fuera su epifana,

    tu poniente las vias que le sobreviviran,

    y tus pie s fues en los de la nieve y tu cabellera sera la del sol...

    Oh, t, la de la rosa en lo s ptalos del clima,

    o la de los ptalos del porvenir

    des de la raz al arco-iris,

    y esa unidad de la penu mb ra de una lmpara todava...:

    desde la raz de los bienes

    que curvaran sus auras, y sptimamente, al ascender por la ceniza, 10

    hasta ser el principio y el fin

    antes de la sombra m isma...

    Oh t, la del litoral que abre esa rosa

    y saluda, el primero, las golondrinas...

    y la del litoral que distribuy e, com o ningun o, el azul,

    en la Mesopotamia de las H esprides...

    y de la Utopa...

    Oh t , la de las colinas de la Yatay y de la Pind,

    entre los ros del la d"...

    desd e las slabas del boye ro hast a las slabas del sabi... 20

    Oh t, la de los bosques,

    y la de los ros de obsidiana en su siempre de ofidios

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    69/113

    Enelaura l isauce

    El junco y lacorriente 617

    o su desperezo del tercer da...

    y la de los arroyos que no querran decir,

    decir a nadie,

    lo que ung e esas um bras que apen as si les fosforecen

    con las lentejuelas del medioda...

    Oh t, la de eso s bosques, asimismo,

    de salamandras de pesadilla sobre la palidez sin lmites,

    pero que envainan y ofre cen el alivio, a la vez... 30

    Oh t, la de la hon dura de los paisajes entre los m inutos del vrtigo,

    o de la piedra de los mo ars,

    o de esos suspiros que la despiden, an,

    cuando en los vallecitos pestaea, ya, la noche...

    Oh t, la de las higueras y sus encajes de "maleficio"

    y sus pendien tes de miel,

    sobr e el jueg o "al escond ite" de las callecitas que siguen

    fantaseando por los caseros...

    Oh t, la del abanico del m ineral y de la arcilla y de la agita y los cultivos,

    que despliega en un mariposeo, dirase, 40

    toda, toda la gama...

    Oh t, la de los llanos que te duelen, todava,

    mientras las salitreras de la luna,

    y las geh ena s de las profundidades,

    se trasmutaran , por la alquimia de los sudores, unindose,

    en los tapices para los viajes

    o los bordad os, en todo caso, del "otro"...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    Oh t, la de los rboles entre dos infinitos de celeste

    o una sola mirada de lago...

    Oh t, la de las costas recogindo se ante elfroy el mar

    en las dun as de la soledad...

    Oh t, la que une por el hielo las eternidades de la sal...

    Oh t, la de la arena qu e blande, por aadidura, negaciones de slice

    hasta cegar la ausencia...

    Oh t, la de las citas de las semillas

    por las travesas mismas de la "maldicin"...

    Oh t, la del ascetismo

    o la de las palmas qu e abrieras largamente, muy largamente,

    para leer, acaso, tu cielo...

    y que cerra ses hacia tu pecho, al fin,

    en la necesidad de respirar sobr e los lindes

    y curarte, tal vez, del desierto,

    o del espejismo,

    o del vaco...

    Oh t, la de los bron ces que cabalgan, muy ejemp larmente,

    lo sfollajesde los municipios

    y la de los anales que se recitan:

    me perm itiras que, acogindome a ese grito que m artillara triplemente

    el imperativo de tus albricias,

    alzase en una m anera d e custodia que argentinam ente estallara,

    aquello que excediera, an, la fe?:

    el nume n d e "La Gaceta" y su continuacin en las lneas

    que abre la "doctrina", an...

    Obra Completa

    618

    50

    60

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    71/113

    En el auradel sauce

    y en la pluma d e Don Juan M ara con que te aligeras, an,

    y que m oja tus arabescos, an...

    y en ese Martn de Don Jos que sigue meditndote, meditndote,

    cuand o el "misterio" inclina las hierbas, por ah...

    Pues t qu e vienes de la insercin que se sabe

    en las ramas en qu e suban, naturalmente, los suelos:

    t, hubiste de torcer, tambin, d esde casi los orgenes,

    las "vas" de tu destino

    en las paralelas de las "vas" que te apuraban hacia el mar,

    dejando , precisam ente, a tus propios hijos, todava ms, "en las vas".

    Oh, las sangre s luego, del riego,

    no compensaban, no, el que recibieras de tu roco

    de c ielitos y vidalitas,

    y de los duen des en qu e nacas, probablemente, a tu estilo...

    y eso sin negarte, de ningn modo,

    a los cambios que maduraban...

    Yfueas como la densidad de tus cabellos son, despus, a hueco...

    y tu sol, ay, a libra...

    Ytu dulzurafuede cicuta, o cuanto m s, de q uena,

    en las tibias de los caminos...

    Y

    tus madera s se convirtieron en maderos...

    Ytu vino,

    en el espritu, solam ente, d e las acequias... s...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    72/113

    Juan L. Ortiz

    Obra Completa 62

    Ytu litoral de agu as, en el juicio del agua, en tanto q ue la sed

    hum eaba, aproxim adamente, el confn

    en el final de tu frente...

    Ytu delta de "canastilla" 100

    en el otro "cuerno" en que se miraran u nas velas

    con unos brazos d e araa...

    Y

    tus cereales en oro, en oro, pero para esas "telas"...

    Y el "leo" de l as d isputas,

    en la esgrim a, al fin, de los "bastones" con las m galas...

    Yla criatura a que te debas

    y que te aup ara en un mo mento pisndose, mu chas veces, "el hilo",

    en un "extran jero" o una "caza",

    entre la avenida de los m ugidos, sin fin,

    y los "estados" de las "Cas"... 110

    Mas desd e lo hond o de ti,

    de ti, la del nom bre que sonara com o la flauta del fat

    se levanta, asimismo, la levadura del tiempo

    para "la flor de la h arina "

    o la flor de la participacin, y de la m ultiplicacin, y de la integracin, p or ltimo,

    en es e per fum e de la "liga"

    con que un irs al mun do, en la ronda del mundo, o de los mundos, an,

    tus races d e plata

    y tu reverberacin y trascendencia, aunque invisiblemente, as,

    de plata, 120

    en el ngel, ya, de la plata...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    73/113

    En

    el

    aura l isauce

    El junco y lacorriente 621

    Al Villaguay

    Qu tiempo e s el que celas o qu tiempo es el que das

    brevem ente, es cierto, en abrir,

    con aspiraciones de cielo:

    oh,

    t,

    secreto, en todo caso, del monte

    o enigm a de las trepadoras, y d e los juncos, y de los mim bres...?

    Oh, t,

    entre junquillos, an,

    que inciden, por E nero, en un os escalofros de aguaciles

    o de espritus en mordor... 10

    y ello en m edio de un abatimiento de gu edejas que les confun de los orgenes,

    al entreabrir y plegar la cada que m oja

    el tapiz de la orilla,

    la brisa que l es,

    y que apenum bra, as,

    en aleteo de helech o de las profundidades,

    la siesta que derrite y derrite,

    arriba,

    todo el ail...

    Oh, t, 20

    fantasa de los laberintos, an:

    qu a man eceres, sueas, di, bajo las destilaciones, todava,

    de jardn...

    qu amaneceres

    a travs de los hilos

    en qu e tu s avecillas, infinitamente, te dividen, hasta la palidez

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    74/113

    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta 622

    y ese minuto

    que enjuga el celeste...:

    en que te dividen

    esas sangras de tu silencio 30

    de que suele, por otra parte, emerg er el crispn

    y el uruta mismo...

    o al deshacerte ellas, an, desde el estremecimiento por diluir

    su mate en los sauces,

    las gamas de ese desconocido que envejece

    de cabellos para decirse

    y que despide, es cierto, ms de u nas hebrillas a las guas

    que se afinan,

    digitalmente, para rozarlo...

    que se desnuda y salta sobre s en el mom ento 40

    de exceder,

    igual, entonces, a un volatn

    de la sabidura en camino...

    de excede r eso s cantos que atraviesan su destino, y que no deja,

    consecuentem ente, de pulir,

    para convertirlos, justo, en los pies

    de su propio canto,

    aunque no demora, e s cierto, en perderlos por ah

    o por los agujerillos

    de unas caas de aparecidos, 50

    y eso al ceir a las islitas o a las hijas

    de sus rodeos...

    pero sob re todo en esas rfag as que rizan y desrizan,

    y ovillan y desovillan,

    poco men os que en lo ubicuo,

    no se sabe, no, qu neblinas de esos pfanos

    que se creyese

    contra sus races...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

    75/113

    En elaura l isauce El junco y lacorriente 623

    ni tampoco qu lloviznas de las arpas, aqullas, que se hacan

    restituidas 60

    al seno del llanto...

    ni a la vez qu huid as

    de una m elancola en otro modo, al fin,

    del siempre,

    entre las burbujillas de lo ido y las crestillas que ya miran

    al porvenir...

    Yen la media tarde, qu adivinas,

    di, adem s, di

    por lo s o, o, o, sin sitio

    ni en las reverberaciones de las gramillas, 70

    y cuando una de vrgenes, precisam ente, se sita por el fluido

    que trasluce a los cspedes,

    segn la ordenacin de las ceras que deben asumir

    sobre el anochecer

    a las nimas

    de los aza hare s del vaco,

    antes de que stas, en falenas que suben, terminen

    en volar al sacrificio,

    todava,

    de esas lamparillas del ter 80

    con que invitan, hasta desde all, las enred adera s de setiembre

    a enrama das, tambin, de nupcias?

    Y qu ecos, entonces, llegas a extraviar, y por dnde,

    de esas punzadas de la luz

    que, intermitentemente, se descubre

    y se abisma...

    o de las punzadas de una torcacita...

    pero de aqu...?

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz

    ObraCompleta

    624

    o de debajo de ellas, mejor, de los espacios, todava

    que pausan esos latidos 90

    para la esperanza que les responder desde los otros, en la rima

    sa de la herida

    que a pesa r de los espinillos, o por ellos, tal vez,

    no parece tocar fondo?

    O buscaras, igualmente, alcanzarte no slo en lo que en ti, tambin,

    te opaca lafuga,

    sino, adems, en el otro o los otros

    que te instrumentaran los aires,

    y que, por aadidura te llueven en otra resolucin, acaso, de tus propios

    hlitos y sentimien tos, 100

    y en el enhebramiento de las estaciones,

    los orientes que, m uchas veces, ahogas...?

    Y as los sirires desangrndolo, invisiblemente, hacia el sur,

    te escribiran y ocarinaran el abril

    de tus salidas del monte m ismo

    o de la oscuridad de e sos sollozos que nadie, presumiblemente, ha de or,

    como que los desgarrase, asimismo,

    el mal del ncar:

    salidas que, con su noche ya en la punta de las splicas, queran

    rendir la otra noche , tamb in, 110

    en sus reductos de lluvia...

    Y as los chororoes, gotendo los, te n otasen

    y esquilasen,

    casi sin percibirse,

    sobre el

    pajizo,

    an, de la brisa:

    el viento y la luna que t hab ras d e seguir de cinc en cinc,

    por los humo res de junio

    o esos ram eados de pesadilla

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura l isauce El junco y lacorriente

    625

    que en otro crepsculo, es cierto, hubieron d e tramar en lividez

    sobre un ruborizamiento en pena, 120

    el olvido

    de un kakemono, all...

    bien q ue en som bra y en oro, aqullos, de un a vez,

    y arriba,

    donde se desvaneciese la seda,

    le tejieran caracteres en vuelo

    de campanillas y campanillas

    a enloquecer el roco de las rimas, al fin,

    slo en ama rillo-

    sobre el mism o pudor, se que detrs y debajo, an, del arabesco que le afina 130

    orientalmente, elfro,

    no hubiera tardado, segn corresponda,

    en am oratar la deriva

    de todo, en el gris...

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Juan L. Ortiz Obra Completa

    626

    La paz

    Para el hom bre que m ira el rio,

    cuyo anhelo es el mismo

    del agua y de las ram as,

    la paz.

    Para el joven que cie

    la cintura de sauce,

    y siente que el destino

    de los dos, se pierde,

    como el primer camino

    o el ltimo camin o 10

    del da,

    en el fueg o del cielo,

    la paz.

    Para que la madre pueda

    sonrer al azul,

    con su fruto ms tierno

    en los amantes brazos,

    la paz.

    Para que los nios cierren

    los ojos lasos sobre la visin 20

    de un campo todo alado de flores y de aros,

    la paz.

  • 5/21/2018 13 - Juanele Ortiz - El Junco y La Corriente

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    Enelaura

    l i

    sauce

    El junco y lacorriente79

    Para que las ma nos sean

    y continen siendo

    las dulces desveladas

    que dan fo rma a la dicha

    y crean otro cielo

    con estrellas distintas,

    y es un nuevo amor, por ellas

    el que aparece com o un alba

    la paz.

    Para la m esa simple

    con la gracia de los m eses

    y la alegra de todos

    del color de la s vias,

    la paz.

    Para que el corazn

    en la red infinita

    palpite, y esta red

    tiemble en la sangre una,

    y todo sea lazos

    e hilos delgadsimos

    ganado s a la sombra,

    la paz.

    La paz para que el sueo

    de la tierra y el nu estro

    eleven gen tilmente

    su azucena y sus ramos,

    el reflejo sin fin

    de las mieses com unes

    sobre la danza de

  • 5/21/2